El mes de prácticas que pasé en Serbia fue una experiencia inolvidable,
sobre todo por la gente que conocí allí. Pero empecemos desde el principio: para llegar a Serbia el aeropuerto es el Nikola Tesla de Belgrado. Desde allí hay que coger un autobús de las líneas JAT para llegar al centro de la ciudad. Hay que bajarse en la parada de la estación de autobuses o de tren (están muy próximas) y coger un nuevo medio de transporte hasta Novi Sad. El tema del idioma es complicado: en las estaciones, tiendas o restaurantes hay que recurrir a las mejores habilidades de mímica para hacerse entender. O bien preguntar a la gente joven para que puedan hacer de intérpretes, ya que suelen dominar muy bien el inglés y son realmente cordiales. En Novi Sad nos estaban esperando dos chicas de IFMSA que nos acompañaron hasta la residencia de estudiantes Sajmište: no tiene grandes lujos, pero dispones de sala de internet y está muy cerca del hospital, el Clinical Center of Vojdvodina (excepto si vas a cursar las prácticas en el departamento de cardiología y algún otro, que están en otra zona de la ciudad). El único problema que hubo fue que el fin de semana del EXIT (un festival de música que es todo un acontecimiento); nuestras habitaciones ya habían sido reservadas: vamos, que nos quedábamos sin sitio dónde dormir durante 4 noches, con lo que supone el volver a hacer la maleta y el tener que “mudarte”. Pero gente del comité se ofreció para realojarnos en sus pisos, siendo muy amables y atentos, te hacían sentir como en tu propia casa. En cuanto a la comida, el comité te da vales para un restaurante de estudiantes que está bastante lejos, como a media hora andando. Además, no varían mucho el menú, pero comer en cualquier restaurante, panadería o sitio de comida rápida es muy económico. En el hospital, aunque yo había pedido el servicio de cirugía general, me dieron Traumatología y Cirugía Ortopédica. El equipo de médicos es muy bueno y aunque no todo el personal habla inglés, se esfuerzan para que aprendas. Tuve dos tutores (porque el que me habían asignado se fue de vacaciones) y ambos fueron muy amables y atentos conmigo. El horario es de 8 a 12, pero no son muy estrictos en ese aspecto, ya que puedes recuperar horas en alguna guardia por la tarde. En cuanto al programa social, está muy bien organizado: todos los lunes se queda para comentar cómo va la estancia y cada fin de semana estaba programada una excursión: Karlovci, Belgrado, Kovilj, Subortica, lago Palic… Alquilan un microbús para ir de un lado a otro y el precio no es demasiado caro. En general, ha sido una experiencia genial. He conocido a gente de muchas partes del mundo, visitado ciudades y países que no había imaginado y he disfrutado cada uno de los días en Serbia.