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Mientras tanto él pensó: “Si tan solo fuera fácil” y ella se iba
perdiendo de su vista y él continuaba su crucigrama.
TESTAMENTO
VIDA
Cada día se decía para sí, mientras más conozco a los hombres
más quiero a mi perro. Cada vez con más seguridad. Él creía en la
bondad humana, pero también en su bajeza, y realizó que eso es lo
que predomina, aunque duela aceptarlo. Un día llegó a querer a Nuno
más que a nada.
LOS MILAGROS
Cada tarde José marcaba el mismo número, ya por inercia, ya todo
un autómata. Siempre con la certeza de algo, que no era seguro que
su llamada fuera contestada. A veces sí, a veces no, ese era el juego,
incluso intentaba adivinar si sería en la primera, en la segunda,…, en
la sexta. Nunca hubo una séptima. No se aburrió jamás de hablar con
el aparatito, pero cada vez se sentía más estúpido, era el único que
hablaba con un objeto inanimado con el más grande amor del mundo.
Para cada millar de palabras solo recibía un monosílabo y él se sentía
mucho más inútil.
–Buenas tardes.
– ¿José?
Quizás por tanto ir y venir y por tanta ceguera con ojos buenos,
nunca se vieron, la del apartamento de la resurrección y el de los
experimentos. Pensaban que el otro era un ser distinto y se
idealizaban como seres plenos, y pensaban, “un día le preguntaré por
qué parece tan alegre, no lo sé quizás me atreva”. Además se decían,
ese puente es suficientemente alto, no lo sé un día quizá lo haga”.
TAMPOCO TAN POCO
CHOCOLATE
CLASE DE RELLENO
―Mamá, toda la vida te he dicho que te amo, solo que nunca dije
te amo.
― ¿Cómo?
VALOR
Todas las noches ella lo visitaba, se quedaba con él desde las once
y se iba al final de la madrugada. Era un hastío vivir de día, estar
despierto. Cada día se negaba a acostumbrarse, nunca lo hizo.
Los últimos son los que no tienen perdón. Ellos deberían tener
sentido común, pero murió con todos los casos que aprendieron,
falleció por culpa de las derivadas arbitrarias, murió por culpa de una
mente de matemáticas y por ausencia total de la vida real. Así murió
el silencio. Pero acá seguimos sus admiradores, acá lo veneramos.
BRUJA
ESPANTOS
―Lo ves, pero no temas hijo, solo no hagas ruido y que no te vean,
quizá seamos invisibles.
VERDADES ABSOLUTAS
DESPEDIDA
Don Chendo no estaba loco, solo era un anciano muy niño con
memoria de elefante. Todos los días una historia y una para cada
hora, para cada lugar.
Sin él los lunes eran muertos en el bar de Willy; los martes poco
apetitosos en la fonda de Cindy y los miércoles solo seguían del
martes y antecedían al jueves. ¡Ah, los miércoles! Cada uno de ellos
asistí religiosamente a escuchar las anécdotas de los dinosaurios, de
los míticos, de los campeones…
―Tú, hijo, eres muy joven, aun no comprendes que cada cosa tiene
su lugar.
Salió de la sala de cine, solo. Afuera llovía muy fuerte. Mejor así,
más seguro era así no encontrar a nadie. Empezó a caminar muy
lento y buscó la oscuridad. Seguro de que nadie le seguía tarareó una
canción triste como ella sola. Parecía un alma en pena.
¿Importa el orden?
― Es alto, fuerte, moreno y con una cara muy amable. Un día seré
como él.