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Centro de Estudios Hernández Arregui

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EL CENTRO DE ESTUDIOS HERNÁNDEZ ARREGUI FRENTE AL


ANTEPROYECTO DE LEY DE SERVICIOS AUDIOVISUALES
(El presente documento es un resumen de la propuesta del C.E.H.A. presentado al COMFER sobre la
base del primer borrador del Anteproyecto de Ley Servicios Audiovisuales)

(…) “La cultura es un arma del dominio político”- Juan José Hernández Arregui

El C.E.H.A apoya la sanción definitiva del actual anteproyecto de Ley de Servicios de


Comunicación Audiovisual porque:
PRIMERO: Considera que es el Estado, por intermedio de sus representantes
elegidos en democracia, el actor legal y legítimo que debe planificar la comunicación
atendiendo al interés social y cultural colectivo y que por lo tanto, no puede
concederse la administración y control de los Servicios de Comunicación Audiovisual a
empresas oligopólicas y a los negocios privados. Los medios de comunicación
deben ser organizados por la democracia en función del interés del país, no por
los grupos económicos concentrados y las corporaciones transnacionales.
SEGUNDO: Estima que el proyecto implica un gran avance en la democratización y en
la organización de los Servicios de Comunicación Audiovisual, estableciendo reglas
claras y precisas sobre tres cuestiones fundamentales: ¿quién emite?, ¿quién y cómo
se controla? y ¿con qué objetivos se desenvuelve la comunicación?. Consideramos
que el Anteproyecto implica un trascendente avance para hacer de la
comunicación un instrumento del desarrollo nacional democratizando el acceso
de las organizaciones libres del pueblo, a la producción, la emisión, la
fiscalización y el control de los Servicios de Comunicación Audiovisual.
TERCERO: Concluye que el Anteproyecto es consecuencia de propuestas, debates e
iniciativas del Estado y de las organizaciones libres del pueblo. Las resoluciones de
éstas últimas fueron recogidas por intermedio de las demandas y propuestas de la
Coalición por una Radiodifusión Democrática y a través de la organización de foros de
debate en todo el país. Frente a la práctica de la democracia directa y popular que dio
marco a dicho proyecto, aparecen los grupos reducidos de poder que por intermedio
de operaciones políticas y construcciones falsas de sentido, enfrentan la legal y
legítima decisión popular de sancionar otro marco institucional. Apoyamos el
proyecto ya que consideramos innegable la trascendencia histórica que implicó
conformar y concensuar una ley en base a la democracia directa y deliberativa y
no por intermedio de los lobbys de los grupos concentrados de poder.
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Atendiendo la diversidad de opiniones, de comentarios y las consecuentes


modificaciones implementadas al texto, el C.E.H.A. considera pertinente mencionar
brevemente en la agenda de debate, la importancia de incluir algunos aspectos de la
relación entre la “soberanía nacional” y los Servicios Audiovisuales.

LA COMUNICACIÓN Y LA SOBERANÍA NACIONAL


La subsistencia de la comunidad nacional está estrechamente ligada al desarrollo
pleno de los factores de la producción y el trabajo de nuestro país en el marco de la
división del trabajo mundial. El desarrollo nacional se relaciona e interactúa con las
acciones económicas, políticas y culturales del conjunto de los países y los grupos
económicos que compiten por la obtención de los mercados o de los recursos
naturales y financieros a nivel planetario. En esta línea, es bueno recordar que no fue
casualidad que el paso previo para la entrega a manos privadas y extranjeras de
los recursos estratégicos como el petróleo, fue la privatización de los canales y
radios públicas que fueron transferidos a grupos económicos a partir de la
sanción del la ley 23.696 de 1989, denominada como “De emergencia
administrativa y reforma del Estado”. Dichos medios de comunicación privatizados,
oficiaron en muchos casos como un instrumento para justificar la transferencia del
patrimonio cultural, económico y social de los argentinos al extranjero y a las
empresas trasnacionales. Transferido a particulares el ahorro nacional (servicios
públicos, jubilaciones, bancos, recursos naturales, etc.) gran parte de la prensa
concentrada y extranjera hijas de las privatizaciones se avocó:
- Primero: A cuestionar las OPCIONES POLÍTICAS AL SISTEMA
NEOLIBERAL y a promover las agendas y programas de los imperios en el
país; el periodismo concentrado fue el brazo cultural de los programas
políticos del capital trasnacional. Actualmente al actuar privilegiando sus
meros intereses comerciales, la prensa concentrada se vincula directamente a
los proyectos de los grandes grupos económicos y a los gobiernos extranjeros
que son sus publicistas. Sobre el particular, Juan Domingo Perón estableció
que (…) Hoy no hay quien no utilice la publicidad para fines propagandísticos
con resultados variables. Pero los imperialismos se sustentan en algo más
serio que la simple publicidad. A ellos no les es suficiente publicar un aviso
para vender su artículo, sino que deben imponerlo a toda costa, y para eso no
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es suficiente avisar. Por eso los Estados han creado todo un servicio
publicitario, disfrazado con diversos nombres o siglas” (Política y Estrategia. No
ataco, critico: “La Publicidad” “La Opinión Pública”, 03-1951).
- Segundo: A garantizar la rentabilidad y el consumo de la producción
extranjera importada ya que, y entre otros temas, dichos grupos
económicos son generalmente auspiciantes de la prensa. En muchos
casos, y cuestión que se evidenció notoriamente con el punto de vista del
grupo Clarín acerca de las retenciones móviles del año 2008, la prensa se
vincula a la estructura de negocios del capital trasnacional utilizando su
influencia cultural para apuntalar el modelo productivo agroexportador y
dependiente. A partir de aquí, que compartimos la opinión de John W. Cooke
cuando estableció que “nosotros creemos en la libertad de prensa, de la
prensa independiente y la ideológica, de la equivocada y de la que esta en la
verdad; pero en lo que no creemos es en el derecho de estas empresas
mercantiles y capitalistas para procurar que los resortes del Estado se pongan
al servicio de sus intereses cada vez que hay cuestiones gremiales en juego”
(Acción parlamentaria 16/03/1951).

La Argentina, que anteriormente fue una potencia política con un importante desarrollo
industrial y pleno empleo, se transformó en una economía de servicios, raquítica y
dependiente, extranjerizada y profundamente fragmentada en lo social: el modelo
concentrado, monopólico, comercial y extranjerizante de los Servicios Audiovisuales,
favoreció dicho proceso. Las reformas implementadas a la ley 22.285 durante la
democracia, lejos de revertirlo fueron un agravante. A partir de aquí pudimos ver como
con el neoliberalismo:
a- Importamos el trabajo extranjero en lugar de la producción argentina: la prensa
concentrada favorece, diariamente, la publicidad y el consumo de las firmas
extranjeras oprimiendo al productor y al trabajador nacional.
b- Entregamos la administración de los recursos estatales y financieros a privados
y a empresas trasnacionales: es bueno recordar que el capital español y
norteamericano controla empresas estratégicas que son protegidas por la
presencia de su prensa en el país.
c- Abandonamos nuestra política exterior soberana e independiente para pasar a
las relaciones “carnales con Estados Unidos”: en su lugar importamos los
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modelos de política de las potencias y su justificación del estado actual de


conflicto bélico mundial y permanente. La radicación de bases militares en
Colombia o la actual dictadura de Honduras, actualizan el debate sobre las
relaciones exteriores del país y en especial, plantean claros desafíos para
América Latina. Las potencias que son parte del conflicto lo entienden al pie de
la letra: Estados Unidos utiliza la industria del cine para hacer “apología” de las
ocupaciones en Medio Oriente y lo que interesa, lo hace para justificar sus
políticas en América Latina (el llamado “narcoterrorismo”, entre otros, es una
construcción simbólica del cine norteamericano que favorece la política de
avance militar sobre el continente). A la industria cultural de recreación, la
acompañan las campañas de la prensa de las potencias con canales de
noticias para América Latina como CNN, o sus agencias de noticias (como la
United Press International, Associated Press o Reuters), que son utilizadas
para enfrentar a los gobiernos democráticos que toman medidas populares: la
campaña contra las figuras de Hugo Chávez, contra Evo Morales o contra las
retenciones en la Argentina, son ejemplos de la utilización política que hace la
industria cultural y la prensa extranjera.

A partir de aquí es que sostenemos la importancia de encuadrar el debate de la


ley en términos de soberanía nacional y por eso proponemos que:
PRIMERO: La ley debe promover el DESARROLLO DE LA INDUSTRIA
NACIONAL, privada, cooperativa y especialmente, de aquellas ligadas a las
empresas y servicios públicos en manos del Estado. Por eso, planteamos para la
ley:

- Que se establezca un costo diferenciado para la emisión de publicidad por


parte de las pequeñas y medianas empresas de capital nacional, en relación a
las grandes corporaciones y a las empresas extranjeras.

- Que se prohíba la publicidad en los Servicios de Comunicación por


suscripción -ya que el mantenimiento del medio está garantizado por la cuota que
paga el usuario-, con la excepción de aquella ligada a la pequeña y mediana
empresa nacional.
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SEGUNDO: La ley entre sus objetivos debe priorizar los irrenunciables preceptos
de SOBERANÍA Y DE SEGURIDAD NACIONAL. Por eso, proponemos:

- Que en el Titulo I, Disposiciones Generales, Articulo 3, Objetivos, se mencione


“Promover la identidad argentina fortaleciendo la soberanía, la seguridad y la
defensa nacional”.

- Revisar las menciones a los Tratados Internacionales. Sobre éste tema, la


Coalición por una Radiodifusión Democrática planteó la importancia del
cumplimiento efectivo de la “reciprocidad”, cuestión sumamente importante y que
fue incluida en el texto que ingresó al Congreso. Nosotros planteamos, siguiendo
la línea de la Ley de Educación Nacional, que debería esbozarse una modificación
más profunda y tajante del asunto estableciendo que: “El Estado Nacional no
suscribirá tratados bilaterales o multilaterales de libre comercio que
impliquen concebir los Servicios de Comunicación Audiovisual como una
actividad meramente lucrativa o que alienten la extranjerización de la
Comunicación y la puesta en cuestión de la soberanía cultural y política del
país”.

- Introducir y siguiendo la ley 14.241 del año 1953, que (...) “Se prohíbe la
transmisión de noticias o comentarios (…) que inciten a la traición contra el
Estado, la rebeldía o a la sedición contra las autoridades constituidas; las que
puedan provocar la alarma pública o perturbar las actividades económicas o
financieras internas; las que pudieran dañar o comprometer las relaciones
internacionales del país; las que susciten polémicas o contengan expresiones
injuriosas o difamatorias o las que tengan por objeto causar perjuicio moral o
material a terceros”.

Para culminar, traemos a consideración unas palabras de Juan Domingo Perón que
establecen claramente y sin medias tintas, el espíritu que queremos dar a nuestros
aportes (…) “La preparación de la opinión pública de un país soberano es parte de la
soberanía que ejerce el Gobierno y no puede cederla al extranjero sin verse inmerso
en el delito de alta traición”. (Política y Estrategia. No ataco, crítico: “La Publicidad” “La
Opinión Pública”, 03-1951).

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