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(…) “La cultura es un arma del dominio político”- Juan José Hernández Arregui
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es suficiente avisar. Por eso los Estados han creado todo un servicio
publicitario, disfrazado con diversos nombres o siglas” (Política y Estrategia. No
ataco, critico: “La Publicidad” “La Opinión Pública”, 03-1951).
- Segundo: A garantizar la rentabilidad y el consumo de la producción
extranjera importada ya que, y entre otros temas, dichos grupos
económicos son generalmente auspiciantes de la prensa. En muchos
casos, y cuestión que se evidenció notoriamente con el punto de vista del
grupo Clarín acerca de las retenciones móviles del año 2008, la prensa se
vincula a la estructura de negocios del capital trasnacional utilizando su
influencia cultural para apuntalar el modelo productivo agroexportador y
dependiente. A partir de aquí, que compartimos la opinión de John W. Cooke
cuando estableció que “nosotros creemos en la libertad de prensa, de la
prensa independiente y la ideológica, de la equivocada y de la que esta en la
verdad; pero en lo que no creemos es en el derecho de estas empresas
mercantiles y capitalistas para procurar que los resortes del Estado se pongan
al servicio de sus intereses cada vez que hay cuestiones gremiales en juego”
(Acción parlamentaria 16/03/1951).
La Argentina, que anteriormente fue una potencia política con un importante desarrollo
industrial y pleno empleo, se transformó en una economía de servicios, raquítica y
dependiente, extranjerizada y profundamente fragmentada en lo social: el modelo
concentrado, monopólico, comercial y extranjerizante de los Servicios Audiovisuales,
favoreció dicho proceso. Las reformas implementadas a la ley 22.285 durante la
democracia, lejos de revertirlo fueron un agravante. A partir de aquí pudimos ver como
con el neoliberalismo:
a- Importamos el trabajo extranjero en lugar de la producción argentina: la prensa
concentrada favorece, diariamente, la publicidad y el consumo de las firmas
extranjeras oprimiendo al productor y al trabajador nacional.
b- Entregamos la administración de los recursos estatales y financieros a privados
y a empresas trasnacionales: es bueno recordar que el capital español y
norteamericano controla empresas estratégicas que son protegidas por la
presencia de su prensa en el país.
c- Abandonamos nuestra política exterior soberana e independiente para pasar a
las relaciones “carnales con Estados Unidos”: en su lugar importamos los
Centro de Estudios Hernández Arregui
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SEGUNDO: La ley entre sus objetivos debe priorizar los irrenunciables preceptos
de SOBERANÍA Y DE SEGURIDAD NACIONAL. Por eso, proponemos:
- Introducir y siguiendo la ley 14.241 del año 1953, que (...) “Se prohíbe la
transmisión de noticias o comentarios (…) que inciten a la traición contra el
Estado, la rebeldía o a la sedición contra las autoridades constituidas; las que
puedan provocar la alarma pública o perturbar las actividades económicas o
financieras internas; las que pudieran dañar o comprometer las relaciones
internacionales del país; las que susciten polémicas o contengan expresiones
injuriosas o difamatorias o las que tengan por objeto causar perjuicio moral o
material a terceros”.
Para culminar, traemos a consideración unas palabras de Juan Domingo Perón que
establecen claramente y sin medias tintas, el espíritu que queremos dar a nuestros
aportes (…) “La preparación de la opinión pública de un país soberano es parte de la
soberanía que ejerce el Gobierno y no puede cederla al extranjero sin verse inmerso
en el delito de alta traición”. (Política y Estrategia. No ataco, crítico: “La Publicidad” “La
Opinión Pública”, 03-1951).