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El gobierno nacional no enfrenta simplemente a un “no muy auspicioso” desempeño electoral, sino que
principalmente se opone a una acción deliberada y sistemática de construcción y de deformación de la
opinión pública, ejercida por algunas corporaciones económicas y mediáticas, que tiene como finalidad -más
allá de la verborragia del periodismo o de la dirigencia opositora- quebrar algunas de las políticas de
contenido progresista implementadas por el gobierno nacional. Las corporaciones no discuten simplemente
con el “temperamento”, la “ceguera” o la supuesta “soberbia” de Cristina Kirchner, sino que interpelan
algunas de sus decisiones políticas y económicas: no les interesa “transparentar” la gestión del gobierno o
incidir sobre sus aspectos negativos, que por cierto son muchos, sino que por el contrario, intentan dar por
tierra con los logros del gobierno ligados a la distribución del ingreso, la política regional y la recuperación
del patrimonio público. La indiferencia respecto a este estado de cosas implica para las organizaciones
políticas:
A continuación, presentamos un esbozo del debate actual sobre los resultados de la elección legislativa,
comentamos su génesis y características generales y presentamos posibles alternativas al estado de la
cuestión en el mediano plazo.
El ex conductor nacional del Partido Justicialista, NÉSTOR KIRCHNER, según la prensa y los voceros de la
oposición, debería retirarse de la política ya que quedó en un segundo lugar en la elección. Kirchner
obtuvo el 32,11% de los votos en provincia, lo que deja aproximadamente, dos millones trescientos mil
electores a su favor: es innegable la pérdida de caudal de votos, ya que existen casi catorce puntos de
diferencia en la performance electoral del Frente Para la Victoria en la provincia de Buenos Aires en relación
al año 2007 (46,02%).
ELISA CARRIÒ, presidente de la Mesa Nacional de la Coalición Cívica, quedó ubicada en tercer lugar en
Capital Federal, repitiendo la derrota en su candidatura a la presidencia y la de su candidato -al cual apoyó
personalmente-, en la elección a Jefe de Gobierno en el año 2007. Su candidatura a presidente del año
2007 obtuvo el 37,7% del electorado de Capital y en el año 2009 con su nombre en la lista de legisladores,
llegó al 21,48%: la figura de Carrió en la Ciudad de Buenos Aires perdió aproximadamente 16 puntos
en dos años. Carrió no renunció a la conducción del partido que representa y ningún periodista o colega se
lo pidió, como si lo hicieron con el ex presidente Kirchner.
La lista que apoyó GERARDO MORALES, presidente del Comité Nacional de la UCR y senador por
Jujuy, perdió por casi diez puntos con el Frente Justicialista, que incluso y pese a la prédica radical,
mejoró su performance en relación al 2007. La construcción electoral de Morales en Jujuy no mejoró
demasiado su performance electoral en relación al 2007, cuestión que queda evidenciada si se suman los
votos de los aliados de la actual fórmula. Pese a esto, Gerardo Morales no dejó su lugar a otro político
radical en la conducción del Partido y se presenta ante los medios como un triunfador incuestionable.
HERMES BINNER, titular del Comité Nacional del Partido Socialista, fue parte de una derrota en
Santa Fe a manos de una lista conducida por Carlos Reutemann en una provincia en la cual y entre otros
temas, el peronismo fue dividido. En este caso, se debe reconocer la escasa diferencia de votos con el
primero y hay que decir además, que la fórmula del gobernador socialista obtuvo mayor cantidad de votos
que en las elecciones legislativas de 2007 (33,67%). La prensa y la oposición a Kirchner, pareciere, no
piden su dimisión de la conducción del partido y tampoco que se aleje de la política. Otros periodistas y
dirigentes hacen hincapié en que la pérdida de caudal electoral es un motivo claro para decretar el
agotamiento del proyecto kirchnerista.
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La candidata de Mauricio Macri por Unión PRO, GABRIELA MICHETI, obtuvo el 31,09% de los votos que
expresan un marcado desgranamiento de su base electoral que cae casi 14 puntos en un año y
medio de gestión: en el año 2007 la fórmula Macri- Micheti alcanzó el 45,76% de lo votos y el 60,94% en
segunda vuelta. La pérdida de caudal electoral si se analiza de la misma manera a todos los candidatos,
debería conducir al periodismo a augurar el supuesto final del “ciclo macrista”: esto no ocurrió y pese a que
Kirchner obtuvo un mayor porcentaje en provincia (32,11%). Al margen del deterioro electoral, es bueno
recordar que el Frente Justicialista y sus aliados, mantuvieron un estrecho margen de ventaja en el recuento
general de todo el territorio del país. Para completar con nuestro planteo de que las interpretaciones
periodísticas son arbitrarias, debemos decir que se difundió en los medios la teoría del autoritarismo y de
la falta de diálogo del gobierno nacional: extrañamente, no se le pide a Mauricio Macri o a Hermes Binner
una convocatoria a la oposición o la formación de mesas de trabajo conjunto con todas las expresiones
políticas.
C- Se puede plantear que un segmento importante del electorado se expresó “en contra de” más que
apoyando alguna alternativa de gobierno. A dicho cuadro, hay que sumarle que alrededor de un 30 % del
electorado no fue a votar mostrando su falta de interés por los candidatos –la aparición de la gripe porcina o
que sea una elección legislativa, no es un argumento sólido-.
1-Modelo económico
El contexto de ascenso kirchnerista se caracterizó por una fuerte crisis del sistema político argentino en el
marco del grave deterioro del aparato productivo. La posibilidad de que se produzca el discurso de Fidel
Castro en la escalinata de Derecho de la UBA en mayo del año 2003 y en el contexto en el que la sociedad
repetía que se “vayan todos” tras una década de alineamiento a Estados Unidos, era sintomático de la
apertura hacia nuevas políticas que se abrían en la región. El vacío de poder y el profundo descrédito
existente en la sociedad sobre los dirigentes empresariales, de los partidos políticos o mediáticos, abrían a
la sociedad argentina dos caminos posibles: la posibilidad de iniciar cambios sustanciales en el
funcionamiento del programa neoliberal o en su defecto, el inicio de algunas modificaciones marginales al
modelo intentando mantener en pie sus principales variables de funcionamiento. Ésta segunda opción
hubiere implicado continuar la línea de los asesinatos y la represión implementada por De La Rua que
finalmente, y para bien del país, perdió legitimidad y adherentes con la caída de la candidatura de Carlos
Menem. Las figuras del sistema político y del aparato económico concentrado usufructuario del vaciamiento
del país, no podían garantizar fácilmente la gobernabilidad del sistema. En este cuadro, Kirchner erigió
como alternativa económica de desarrollo para salir de la crisis, la conformación de una alianza con el
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capital extranjero y los grupos económicos locales ligados al sector exportador e industrial, postergando en
parte, las demandas del capital financiero y de las empresas de servicios públicos. La Unión Industrial
Argentina (UIA) o los grupos concentrados ligados al complejo agro industrial (SRA, pool de siembra, etc.-)
son las instituciones visibles de este nuevo programa económico que presentó en el año 2002 el paquete de
la “devaluación, la industrialización y el Mercosur ampliado”, dando por tierra el programa de la
“convertibilidad, el capital financiero y el ALCA”, que tenían sus opositores neoliberales. A dicho modelo
económico, Kirchner le anexó la recuperación de cierto protagonismo del Estado nacional en algunas
carteras de gobierno que, pese a que lo hizo de manera contradictoria y sin modificar prácticamente el
patrón de acumulación de las empresas trasnacionales y de los servicios privatizados, implicó un importante
avance en términos de soberanía. En dicho contexto, muchas pymes se vieron claramente favorecidas. La
estratégica decisión de desarrollar la obra pública y las medidas como la recuperación de los fondos de
jubilaciones, coexistieron con la entrega de subsidios al capital trasnacional y con la profunda desigualdad
del ingreso consecuencia de los inmensos negocios del grupo concentrado de poder. El resultado: varios
años de crecimiento económico que generaron una baja considerable en la pobreza y el desempleo,
pero que convivieron con una profunda desigualdad y con una fuga inmensa de recursos al
extranjero. Esta alianza favoreció uno de los rasgos centrales del modelo que es la inexistencia de “justicia
social”, condición sin la cual no se puede desarrollar en el mediano plazo una política con apoyo popular de
masas: esta cuestión, a nuestro entender, es la principal variable a tener en cuenta entre las limitaciones
actuales del gobierno de Cristina Kirchner. La trascendente y estratégica reconstrucción del tejido industrial
desarrollado, coexistió e incluso agudizó en algunos casos, la concentración y la extranjerización de la
economía sin resolver de fondo la profunda crisis social que caracteriza la actualidad de nuestro país. La
Ministra Felisa Miceli, posiblemente dado que no provenía del riñón de las corporaciones, fue el intento más
claro del kirchnerismo de despegarse de sus aliados del capital oligopólico, para encarar una política
económica distinta y un potencial cambio de rumbo: la fuerte presión del sistema dio por tierra con el intento.
El programa exportador actual es diferente del proyecto del peronismo clásico, que estuvo centrado en la
promoción de una burguesía nacional, en el protagonismo de las empresas públicas estatales, en las
nacionalizaciones de los servicios públicos y del ahorro nacional y en la implementación de la justicia social
para los trabajadores. Kirchner, a su manera y moderadamente, retomó algunas variables del desarrollismo
frondizista y de manera similar al dirigente radical, no contó con el apoyo popular masivo en los momentos
críticos. Este programa económico supuso trascendentes logros, pero además y es importante
discutirlo, profundas limitaciones.
B-se evidenció la deficiencia de la gestión del gobierno y sus vinculaciones con varias corporaciones:
Felipe Solá y Monsanto; Roberto Urquía y General Deheza; Javier de Urquiza y CRA; etc.- son ejemplos
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claros de las contradicciones internas del gobierno. La mala gestión política demostró las limitaciones del
programa de gobierno para hacer política con los pequeños y medianos productores que no participaron del
conflicto o bien lo hicieron desde la oposición;
D-se expresó la inexistencia de una herramienta política con capacidad de romper el cerco de la
comunicación impuesta por las corporaciones;
E- no se pudo organizar un proyecto alternativo al programa del capital financiero sojero y de los
acopiadores, que movilizaron a gran parte de las agrupaciones sindicales ligadas a la producción
agropecuaria;
3-Modelo Social
El gobierno tiene importantes logros en estas carteras que son producto del crecimiento económico, la
reactivación industrial y la obra pública. Dichos logros no pueden esconder las profundas limitaciones,
muchas de ellas, producto del modelo económico concentrado y extranjerizado comentado. Además es
innegable que la gestión pública de las áreas sociales no estuvo a la altura de las circunstancias para
atender el núcleo duro de la pobreza heredado por 30 años de destrucción del país. Se ampliaron
programas y se destinaron recursos a experiencias cooperativas, se distribuyeron jubilaciones o se
recuperaron ámbitos de discusión salarial, todos temas dignos de reivindicarse. Pero en ningún
momento se abordó el drama social de manera masiva, contundente y global: sin una buena escuela
pública, sin empresas del Estado, sin políticas universales de atención a grupos vulnerables, sin ámbitos de
esparcimiento públicos de calidad, si un apoyo real a las pymes, sin distribución del ingreso, etc.-
difícilmente se termine la pobreza en el país.
Resumiendo lo mencionado:
- El proyecto económico kirchnerista no implementó la justicia social, y más allá de que se producen
importantes mejorías, no existe en gran parte de la sociedad un compromiso profundo con el modelo de
gobierno;
-La gestión de gobierno de algunas carteras estratégicas adolece de serias falencias: ésta es la
materia prima fundamental a partir de la cual la prensa construye opinión pública entre los sectores
populares. El grave deterioro de la escuela pública, las preocupantes deficiencias del sistema de salud en
provincias como Buenos Aires, las dificultades para acceder a la vivienda, el pésimo sistema urbano de
transporte de pasajeros en muchas provincias, las limitaciones de los programas de seguridad –fusión de la
policía, el servicio penitenciario y la justicia-, la fuerte flexibilización del empleo o el atraso de los salarios
luego de la inflación, son elementos que inciden considerablemente en la formación de opinión publica. Los
medios no solamente falsean, sino que además y principalmente, amplifican o distorsionan aspectos
concretos de la realidad.
-No se apoyó desde el gobierno la formación de una herramienta política sólida con posibilidades de
enfrentar la presión de las corporaciones;
-por fuera del gobierno no se divisa una estructura capaz de vertebrar una expresión organizativa de
la comunidad nacional para defender los logros alcanzados y profundizarlos.
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Financieras o implementando impuestos a la renta financiera; en esta línea tal cual lo hizo Perón, la
alternativa de máxima es la nacionalización de depósitos bancarios y del Banco Central: cuestión
poco probable por el perfil del gobierno;
- Capital local concentrado y extranjero exportador ligado a la industria: se pueden eliminar
subsidios y préstamos oficiales o se puede promover una reforma tributaria aumentando el impuesto
a las ganancias; en esta línea tal cual lo hizo Perón, la alternativa de máxima es la recuperación de
la renta de los recursos estratégicos (nacionalizaciones): cuestión poco probable por el perfil del
gobierno;
- Empresas de servicios públicos: se pueden reducir subsidios, cuestión que representa un
aumento de tarifas; en está línea tal cual lo hizo Perón, la alternativa de máxima es la
nacionalización de algunas empresas que ofrecen grandes excedentes: cuestión poco probable por
el perfil del gobierno;
- Gasto social: reducir las obras públicas, los sueldos, el gasto en educación, etc.-
1º: con él no se puede superar el proyecto de las corporaciones trasnacionales, a lo sumo, se discute cuáles
son las que conducen, si las financieras o las industrialistas. El PJ es el Partido del Orden de gobierno: el
proyecto de Perón en sus tres gobiernos, por el contrario, fue de “desorden”, en el sentido que buscó
cambios radicales en el funcionamiento del sistema y por eso conformó una herramienta política nueva. La
preocupación por el mantenimiento del poder, en gran parte de lo casos, hace conservador a los dirigentes
del PJ.
2º: sin los sectores dinámicos del PJ no se puede gobernar el país. En este caso, la discusión se centra en
la forma y/o en la posibilidad de que el PJ se acople y/o subordine a un frente de gobierno más amplio.
Perón rompió el bipartidismo con el Laborismo y actualmente, el Frente Amplio Uruguayo, o las
herramientas políticas de Evo Morales o de Hugo Chávez, siguen este camino.
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Es innegable que el futuro del proyecto va a depender de la capacidad del gobierno de constituir una
fuerza política sólida en su ideología y en su capacidad de movilización, que disponga de un
programa político y de una fuerte presencia en las organizaciones sociales, culturales, del trabajo y
de la producción. La herramienta política tiene que ser el instrumento para mejorar la gestión del
gobierno que no puede ser el mero costo de los acuerdos políticos, sino que por el contrario, debe
apuntalar el desarrollo nacional y la construcción política del pueblo. La idoneidad técnica, la
claridad programática y la línea política, deberían ser la matriz básica de los cuadros de conducción
en la nueva etapa del gobierno.
La prensa y la comunicación
No hay alternativa posible con el funcionamiento actual de la prensa argentina: te permite gobernar si
acompañás los negocios de sus publicistas y auspiciantes, en su defecto, te enfrenta hasta las últimas
consecuencias, ya sea promoviendo candidatos opositores, acompañando golpes de Estado o promoviendo
el terrorismo. El periodismo te permite gobernar un par de años: tarde o temprano, se vuelve un chaleco de
plomo. Frente a esta realidad desde el gobierno se manejan diferentes opciones:
- Enfrentar a las corporaciones mediáticas: dicha elección contempla acompañar la sanción de la Ley
de Servicios Audiovisuales e implementar una política de medios, hasta ahora débil, de
apuntalamiento y desenvolvimiento de una comunicación alternativa público privada.
- Buscar “comunicadores” con buena sintonía con la prensa: muchos dirigentes kirchneristas siguen
pensando que para resolver el problema del periodismo, hace falta designar un comunicador al
estilo “Corach con Menem”. La designación de la figura de Sergio Massa, entre otros temas, se
vinculó con esto. Esta concepción evidencia la existencia de un pensamiento político demoliberal
típico de los años noventa, renuente a la formación de un partido y una organización propia no
“rentada temporariamente” como es la prensa, con la cual comunicar. Otra muestra de esta
concepción, es la deficiente utilización de los canales públicos para presentar las propuestas del
Poder Ejecutivo: Cristina dio una entrevista y no por casualidad, a la televisión Española de Canal
11 y no al periodismo de Canal 7.
- Pactar con la prensa: dicha opción daría por culminado el proyecto de ley de Servicios
Audiovisuales y se debería “arreglar” económica y políticamente con los medios. En este caso, el
gobierno, previamente, debería pactar con el grupo sojero trasnacional que apoyan Clarín y La
Nación.
En el corto o mediano plazo, la sociedad argentina y latinoamericana deberán organizar una red
de comunicación pública y privada no comercial, capaz de romper el cerco de las corporaciones
trasnacionales: en su defecto, corre peligro la viabilidad misma de la democracia y se hace
imposible toda posibilidad de alcanzar el desarrollo nacional independiente y dar por tierra el
drama social del continente.