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Los mexicas fueron el último pueblo mesoamericano que condensó una rica y compleja
tradición religiosa, política, civilizatoria, cosmológica, astronómica, filosófica y artística
aprendida y desarrollada por los pueblos de Mesoamérica a lo largo de muchos siglos.
Junto con los mayas son el tema más estudiado de la historia mesoamericana dado que
se conservan fuentes documentales y arqueológicas, así como numerosos testimonios
hechos en su mayoría de forma posterior por sobrevivientes de la Conquista de México.
La numerosa cantidad de estudios sobre los mexicas hechos por investigadores de todo
el mundo hace difícil una síntesis o un panorama general por la especialización de los
estudios y las numerosas polémicas, que han permitido desechar conceptos y términos
indígenas inadecuados apoyados en la lingüística, la antropología y la arqueología, los
cuales durante muchos años fueron usados por estudiosos de los mexicas, basados en
interpretaciones modernas y en muchos casos eurocentristas.
La mitología mexica, hecha bajo el mandato virtual de Tlacaélel, situó el origen mítico
en Chicomóztoc (náhuatl: chicome-oztotli-co, 'Lugar de las siete cuevas' )?, sitio
relacionado con Aztlán —de donde viene el etnónimo azteca—, aunque no existe
consenso sobre el punto exacto donde se encuentre el sitio por tratarse de un sitio
mítico. La lengua de los mexicas era el náhuatl clásico, que actualmente es la lengua
indígena con la mayor comunidad lingüística en México. El etnónimo azteca fue
popularizado por investigadores muy posteriores a su tiempo. Los mexicas se llamaban
a sí mismos de esa forma, y las crónicas posteriores los designaron en todo momento
como «mexicanos» o «los de México».
Arte y Arquitectura
Arte y arquitectura precolombinas, arte y arquitectura de las civilizaciones indígenas de
Mesoamérica y los Andes y de las culturas vecinas anteriores al siglo XVI d.C. (para el
arte de las antiguas culturas indígenas del norte de México, véase Indígenas
americanos).
Durante 3.000 años, antes de la exploración y colonización del hemisferio occidental
por parte de los europeos, los pobladores nativos de la América precolombina
desarrollaron un conjunto de civilizaciones cuyos logros artísticos e intelectuales podían
rivalizar con los de la antigua China, de la India, Mesopotamia y el mundo
mediterráneo. Estos logros resultan aún más sorprendentes si tenemos en cuenta que la
mayoría de las técnicas de las civilizaciones del hemisferio oriental no eran conocidas
en el Nuevo Mundo. La rueda, por ejemplo, se usaba en Mesoamérica solamente en los
juguetes y nunca llegó a aplicarse a la alfarería, a la construcción de carretas o como
sistema de arrastre. El uso de herramientas de metal no era frecuente y, además, no
empezaron a utilizarse hasta las últimas etapas de la historia precolombina. Los mayas
realizaban elaboradas esculturas y complejos ornamentos de jade golpeando una piedra
con otra.
Arquitectura
Los edificios precolombinos más antiguos estaban construidos en madera, juncos
trenzados, esteras de fibra o paja, y otros materiales perecederos. Las estructuras
permanentes o monumentales construidas en piedra o adobe (ladrillos de barro secado al
sol) se desarrollaron principalmente en Mesoamérica y en la zona central andina.
Las técnicas de construcción precolombinas eran rudimentarias. La mayor parte de las
estructuras se construían con el sistema de pilastra y dintel o de vigas horizontales sin
arcos, aunque la cultura chavín del Perú y la maya de Mesoamérica emplearon el arco
falso o bóveda de piedra salediza, que consiste en colocar una piedra sobre otra para
conseguir una forma de arco. Utilizaban más herramientas de piedra que de metal, y
tanto el transporte como la construcción de edificios como las pirámides, palacios,
tumbas y templos sobre basamentos escalonados, se llevaban a cabo manualmente sin
ayuda de ningún tipo de maquinaria.
Arte
Muchos de los objetos procedentes de excavaciones precolombinas están relacionados
con lo funerario y tienen una función más utilitaria o ceremonial que decorativa. Aún
sin contar con las ventajas de técnicas mecánicas básicas, son objetos de una calidad de
ejecución y diseño equiparable a cualquier ejemplo artístico destacado de cualquier
parte del mundo preindustrial.
Cerámica
De todo el mundo precolombino son los objetos de cerámica los que en mayor número
han llegado hasta nuestros días. Se cree que la cerámica surgió en Colombia o Ecuador
y que sustituyó a las canastas y vasijas de calabaza seca utilizadas como recipientes. Se
hacían objetos de cerámica y arcilla tanto a mano como utilizando moldes para luego
decorarse con diseños estampados mediante un bloque de terracota o piedra, relieves o
bajorrelieves y diferentes técnicas de pintura y pulido. Aunque existen algunos ejemplos
de cerámica policromada, la mayor parte estaba pintada con uno o dos colores o se
dejaba sin pintar
Metalistería
Desde su supuesto origen en el norte de la zona central andina alrededor del 700 a.C., el
trabajo del metal se extendió hacia el área intermedia y alcanzó Mesoamérica alrededor
del 1000 d.C. Debido a la insaciable sed de oro y plata de los europeos durante la
conquista y después de ella, la mayoría de los objetos que no estaban enterrados o
escondidos fueron fundidos por los conquistadores españoles y transportados como
lingotes a España. Aunque las culturas prehispánicas no conocían el hierro ni el acero,
habían trabajado mucho el cobre y habían descubierto la aleación del bronce alrededor
del 1000 d.C. La tumbaga, una aleación de cobre y oro, se utilizó en Perú, Colombia y
Ecuador. Se aplicaron muchas técnicas para trabajar el metal, que iban desde la cera
perdida, hasta la soldadura, el repujado y el grabado. Los trabajos en metal solían estar
grabados, chapados en oro o decorados con incrustaciones de piedras y conchas de mar.
Textiles
Gracias a su clima extremadamente seco, la costa de Perú es la única región de la que se
conservan ejemplos importantes de tejidos de periodos precolombinos tempranos.
Enterrados en tumbas del desierto, especialmente en la península de Paracas, se han
conservado en perfecto estado piezas que tienen una antigüedad de 2.500 años. La fibra
más común utilizada para tejer vestidos era el algodón, aunque en la zona central andina
también se usaba la lana de llama, alpaca y vicuña. A menudo se coloreaban dichos
materiales con tintes minerales y vegetales. Las telas presentaban diseños e imágenes
que se incorporaban directamente al tejerlas, o que se pintaban, estampaban, bordaban o
aplicaban posteriormente. En el periodo posclásico en Perú y Mesoamérica también se
utilizaban plumas para hacer mosaicos y otros objetos como escudos y tocados (véase
Tejidos latinoamericanos).
Organización social
La sociedad azteca estaba dividida en tres clases básicas: nobles,
plebeyos y esclavos.
Religión Azteca
En las creencias religiosas de los aztecas y en el conjunto de sus ritos, sacrificios,
fiestas, organización sacerdotal y, en una palabra, en la totalidad de sus formas de culto,
había elementos de orígenes muy diferentes entre sí. Pervivían tradiciones de gran
antigüedad, herencia en común de muchos pueblos en el ámbito del México antiguo.
Algunos elementos provenían de la etapa preclásica, anterior a la era cristiana. Muestra
de ello es la veneración al dios del fuego, el que se conoce también como Huehuetéotl,
"el dios viejo".
En la religión de los aztecas perduraron asimismo creencias cuyo origen cabe derivar de
las culturas que habían florecido en las costas del golfo de México. Probable ejemplo lo
ofrecen la adoración de deidades como Tlazoltéotl, la diosa que enciende el amor
lujurioso y que es a la vez "devoradora de inmundicias", o la veneración a Xipe Tótec,
dios fecundador, "Nuestro señor el desollado." En este contexto importa recordar a otros
númenes, con raíces muy antiguas, en los comienzos mismos de la alta cultura en
Mesoamérica, es decir, entre los olmecas, que vivieron el primer milenio a.C., en la
zona fronteriza entre los actuales estados de Veracruz y Tabasco. Algunas de las
deidades adoradas por los olmecas, fueron también invocadas más tarde en el ámbito
maya, en el de los pueblos de Oaxaca y en otras regiones. Entre esos dioses destacan
Tláloc, el propiciador de la lluvia, Chalchiuhtlicue, "la del faldellín de jade" y
Quetzalcóatl, "Serpiente emplumada".
Legado, asimismo, para los aztecas fue mucho de las creencias y prácticas religiosas de
las metrópolis de Teotihuacan (siglos II-X d.C.) y Tula (siglos X-XI d.C.). En una y otra
habían sido ya objeto de adoración varios de los númenes que hemos mencionado. Pero
el panteón mesoamericano llegó a enriquecerse todavía más en dichos lugares.
Aparecen así Xochipilli, "el príncipe de las flores", el protector de las artes, así como
Tezcatlipoca, "el espejo que ahuma". A todo ese sustrato, que incluía múltiples mitos y
doctrinas, formas de sacrificios y otras variadas prácticas, se sumaron, finalmente, las
creencias de grupos que, más tarde, vinieron a asentarse en la región central de México.
Nos referimos a los que se nombraron genéricamente chichimecas, los seminómadas de
la flecha y el arco que, tras un largo proceso de aculturación, comenzaron también a
establecerse en pueblos, imitando la vida civilizada de los antiguos toltecas.
Justamente los aztecas, uno de los grupos que a la postre vinieron a ubicarse en el valle
de México, traerían también sus formas de culto y sus propios dioses tutelares. Entre
éstos sobresalen Huitzilopochtli, "el colibrí de la izquierda", que habría de identificarse
con el sol, y la madre de éste, Coatlicue, "la de la falda de serpientes
Aunado lo netamente azteca con todo aquello que provenía de etapas y pueblos muy
diferentes, la religión prevalente en México-Tenochtitlan al tiempo de la conquista
española era en realidad resultado de largos procesos de fusión o sincretismo. Ahora
bien, hemos de subrayar desde un principio que, por obra de los sacerdotes y sabios, ese
gran conjunto de elementos religiosos, lejos de ser un confuso agregado, había
alcanzado un ordenamiento en función de la división del mundo y los ideales de la
nación azteca.
Hurgando en ese universo de la religión del México antiguo, con base siempre en los
códices y en los textos que se conservaban en lengua indígena, trataremos aquí acerca
de algunos aspectos que consideramos más significativos. Abarcan éstos los mitos de
los orígenes, el gran ciclo en torno a Quetzalcóatl y la suprema divinidad dual, las
creencias y ritos específicos del mundo azteca, sus fiestas y sacrificios y, finalmente, la
aparición de una nueva actitud que, con todas las salvedades que se quiera, puede
describirse como "filosófico-religiosa".
Política Azteca
La máxima autoridad azteca era el Tlatoani o Huey Tlatoani. A este cargo no
se accedía por herencia, sino mediante una elección por parte de un
Consejo Electoral llamado Tlatocan.
El Cihuacoatl estaba directamente debajo del Tlatoani y era el encargado de
dirigir la ciudad y compartir la autoridad del anterior en su ausencia, en la
actualidad este sería un cargo de vicepresidente, por lo que podemos ver
que la estructura política actual y la de aquella época no tenían grandes
diferencias.
Economía Azteca