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Los Herederos, un Documental de Eugenio Polgovsky

Hace una par de días tuve la oportunidad de ver el documental “Los Herederos” un
trabajo interesante y que en mi opinión es una valiosa mirada sobre un problema
propio de la modernidad el trabajo infantil, el filme autoria de Eugenio Polgovsky
retrata un día en la vida de varios niños de distintos estados de la republica mexicana,
en su mayoría de zonas rurales y semirurales. El documental es de muy buena
hechura, me recuerda a la escuela de cine soviético que intentaba capturar la realidad
e interferir lo menos posible en la realidad que intentaba capturar.

No tiene diálogos, ni narrador, ni una “ayuda” que nos conduzca por la difícil vida de
los pobres niños que trabajan, es decir renuncia a la idea romántica de compadecer a
los niños que trabajan, tampoco esta inundada de música incidental realizada por
alguna banda en boga, es un documental serio, que no cae en la visión morbosa de la
pobreza que presenta, tiene buen gusto y fluye de tal modo que las cosas que se van
dando tienen un ritmo consecuente y retratan, en mi opinión, un aspecto de la realidad
que viven muchos individuos en este país la pobreza.

En México como en America Latina ésta es una realidad cotidiana, que es vista por
muchos como una evidencia incomoda del fracaso del sueño neoliberal de hacer de las
naciones latinoamericanas un bastión de la modernidad y la democracia. Es un hecho
que la misma miseria y condiciones precarias se viven en otras latitudes y al interior
de las naciones “desarrolladas”; el fenómeno de “tercer mundialización” al interior de
las naciones ricas y la evidente situación de precariedad en las periferias afecta
principalmente el desarrollo de la niñez de muchos jóvenes y mujeres en el mundo.

Lo que el documental nos plantea es la sobrevivencia de la unidad domestica y el


particular caso de los niños, cuyo trabajo es necesario para la subsistencia de la
misma. El trabajo que estos realizan permite la sobrevivencia de estas unidades que se
componen de tres o más miembros. Además de presentarnos las condiciones y
penurias que estos jóvenes pasan a diario y que no les permiten actividades más
comunes y que propicien su desarrollo humano como dirían varias voces autorizadas,
nos presenta las estrategias de subsistencia y la cultura de grupos que no están tan
lejos, ni son tan exóticos como algunos podrían o querrían pensar.

Varios de estos niños trabajan y viven en las periferias al margen de las ciudades y
centros urbanos más importantes dentro de sus regiones. Hay algunos que son
pastores, otros artesanos, braseros, peones, etc. Su trabajo es como desde el siglo XVI
tan necesario y tan conveniente para el capital como para la subsistencia de sus
unidades domesticas o familias (aunque no necesariamente debe haber consaguinidad
para ser familia). El trabajo de Polgovsky es importante pues ofrece la oportunidad de
reflexionar no a partir de imágenes exacerbadas o crudas, vicerales, como suelen
querer hacer conciencia algunos documentalista en su afán por llevar a la pantalla una
“realidad” personal. Este documental fue proyectado para autoridades tanto de
instituciones gubernamentales como no-gubernamentales, las cuales, increíblemente,
y así fue comentado por su autor “desconocen tales situaciones”; en México las
autoridades no tienen conciencia de tales problemas, su concepción de pobre se limita
al voto de un individuo en situación precaria y por tal motivo un voto significa una
torta o una despensa para paliar su hambre o necesidad más inmediata, de tal modo
siempre que signifique un futuro voto, será contemplado dentro de su entendido de
pobreza. En términos llanos, la pobreza en México es clientelar.

Si bien el documental levanta y conmueve los corazones de muchos asistentes a las


salas de cine y de intelectuales mediáticos, así como de artistas contemporáneos, tiene
la cualidad de ser una visión responsable de tal problemática y de retratar situaciones
que al día de hoy son consideradas crímenes e injusticias que no deberían existir en
estos tiempos. Sin embargo, lejos de esta posición, nos enfrentamos con que el trabajo
de estos niños es necesario, es conveniente para muchos intereses, es barato, es
adecuado para un sistema que funciona en el libertinaje y ausencia de legalidad. En un
país donde lejos de existir justicia ésta se compra a un precio barato.

No es una novedad, no es un fenómeno exclusivo de nuestro tiempo, el trabajo infantil


es un problema serio y es una realidad histórica, la modernidad y el capitalismo
industrial sólo acentúo y transformo las realidades de muchos niños, que ya sea al
interior de una fabrica, maquila, parcela, taller, casa… han trabajado y son explotados
tanto para su propia sobrevivencia como para el beneficio de terceros.

Las condenas a las autoridades y el gran capital serán validas y consecuentes en la


medida en que tengamos presente que en nuestro consumo y hábitos de consumo
reproducimos en alguna medida la problemática. No basta con sentirnos mal por las
dramáticas imágenes que nos muestra el documental, habrá que entenderlo como un
elemento o conducto de reflexión para una imbricada red de corresponsabilidades, que
van desde aquel que le parece muy importante ensalzar su pasado/identidad
“indígena” comprando pulseras o prendas hechas por niños indígenas, o aquel que
compra sus zapatillas Nike que de igual modo son manufacturadas por menores, o la
ama de casa que buscando lo más económico para el consumo de la familia compra
chiles, tomates y ejotes pizcados por niños jornaleros en jornadas laborales que pasan,
por mucho, las ocho horas que trabaja su marido; hasta aquel que contrata y explota la
mano de obra de niños, como las autoridades que miran hacia otra parte y hacen suyo
el espíritu del liberalismo y el laissez faire laissez passe.

Aun así, entre toda esta polémica y “vida real” hay lugar para los juegos, la música y
la convivencia, finalmente el tejido social se tiene que reforzar y los vínculos que
comparten las unidades domesticas revivificarse.

Yo sólo invito a que miren el documental de los herederos, el cual estará por muy
poco tiempo en las salas de cine comercial, justamente por eso, por no ser comercial y
que a pesar de que le vaya bien en taquilla y sea elogiado saldrá lo más pronto posible
de la oferta cinematográfica, el entretenimiento que aboga por la intelectualidad y la
reflexión en este país no es lucrativo y pone tenso el libertinaje del que todos somos
feliz parte en este país de contrastes.

Gracias por su tiempo.

IKEN DEAN

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