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B.D. No. 2302 14.4.

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EL CORAZÒN Y EL ENTENDIMIENTO - LA VERDAD

Ubicado en el conocimiento cada hombre presume que propugna una opinión, que
él se ha for- mado racionalmente sin embargo esa opinión no siempre va a
corresponder a la verdad. Dios dio en verdad al hombre la inteligencia y el libre
albedrío, pero Él también le dio un corazón.
Mientras que el razonamiento quiere solucionar una cuestión espiritual sin el
corazón difícilmente se va a acercar a la verdad. Puesto que la verdad sale de Dios, y
solamente puede ser recibida por la chispa espiritual en el hombre, pero no por el
cuerpo, que todavía es materia.
El entendimiento es solamente la función del cuerpo, pero el corazón es el sitio de
todas las emociones. El corazón también encierra la chispa de Amor divina en sí y
con eso el Espíritu, puesto que el es la parte de Dios. Un pensamiento, que nació en el
corazón, cuya salida entonces es la chispa espiritual de Dios, siempre va a tener una
reivindicación sobre la Verdad, puesto que el Espíritu transmite solamente la pura
Verdad.
Pero si el pensamiento nació en el corazón o solamente es el producto del
entendimiento, eso depende de la capacidad de Amor del hombre.
Mientras el hombre pueda amar más profundamente, esto quiere decir, anhela la
unión con Dios -a través de actuaciones en el Amor- tanto más claros van a elevarse
los pensamientos de su corazón y llegar a la conciencia del hombre. Puesto que esos
pensamientos son fuerza espiritual que afluyen al Ser unido con Dios. Y entonces
afluyen al corazón de aquel, quien al mismo tiempo se une con Dios a través de la
actividad en el Amor.
Por el contrario la inteligencia es meramente la función de los órganos corporales,
o sea un beneficio para el hombre de la fuerza de la vida que le llega - que también el
hombre puede utilizar, que allá está viviendo sin Amor, esto quiere decir, cuya fuerza
se utiliza con poco Amor.
Entonces tiene que separarse entre inteligencia y pensamiento del corazón.
Lo último siempre va a producir la Verdad, mientras que la inteligencia no
necesariamente es la Verdad, aún cuando se puede hablar de una inteligencia bien
desarrollada.
Entonces, solamente el Amor es definitivo, esto quiere decir, decisivo para la
Verdad.
El hombre todavía tiene poca información sobre la esencia del pensamiento, y por
esto esa diferencia no es clara para él. - El pensamiento nacido en el corazón tiene
con el bien espiritual ganado solamente eso en común, que el también tiene que ser
llevado al cerebro, para empujar al hombre a la conciencia - y eso deja al hombre
llegar a la conclusión, que cualquier pensamiento tiene su procedencia en el cerebro,
o sea puede ser alcanzado de acuerdo al razonamiento.
Sin embargo el razonamiento de un hombre que ama, o sea de un hombre, cuya
vida es una permanente actividad de Amor, hay que valorarla en forma totalmente
diferente que la de un hombre, que es muy poco dedicado al Amor. El primero se
acercará a la Verdad, mientras que el último no ofrece ninguna garantía para la
Verdad y el conocimiento auténtico.
Puesto que Dios guarda la Verdad misma para Él, y Él solamente la dispensa a
aquellos, que Lo reconocen, Lo anhelan y esto lo demuestran a través de obras en el
Amor.
En consecuencia sin dudas podrá ser aceptado como la Verdad, lo que afluye a un
corazón amante, puesto que tales pensamientos están bajo un cierto control por los
Seres que están ubicados en el conocimiento, puesto que la mediación de los
pensamientos incumbe y por eso ellos cuidan concienzudamente que el hombre esté
en el pensa- miento correcto.
Puesto que a través de su actividad de Amor el hombre se gana el derecho y el
sufragio para el apoyo de los Seres de Luz, quienes protegen a los hombres de los
pensamientos, que contradicen a la Verdad.
Amén

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