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LA DIFÍCIL CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL

1833 - 1868

REGENCIA DE Ma CRISTINA.- (1833 - 40)

La muerte de Fernando VII había dejado casi sin probabilidades de pervivencia al sistema absolutista; al mismo
tiempo, en el contexto europeo se habían dado movimientos revolucionarios de carácter liberal que triunfaron en
Francia y Portugal. Finalmente, la sublevación carlista forzó a la reina Ma Cristina -que personalmente no
simpatizaba con las ideas liberales- a confiar en éstos, pues se perfilaron como la única fuerza capaz de sostener los
derechos al trono de su hija.
»» El Estatuto Real: promulgado en 1834, supuso la transición de la monarquía absoluta a la constitucional y
contribuyó a mantener la adhesión de los liberales a la causa isabelina. En realidad sólo era un reglamento de
reforma de las Cortes consideradas como un simple consejo asesor de la Corona ; organizándose por primera vez en
un sistema bicameral: Cámara Alta "de Proceres", compuesta por los Grandes de España con carácter vitalicio,
muy conservadora. Cámara Baja "de Procuradores", elegidos por sufragio censitario, muy restringido (el porcentaje
de electores que podían votar no llegaba al 1 %)
Poco a poco fueron cristalizando las dos tendencias del Liberalismo : una moderada, más acorde con la actuación de
los gobiernos y contraria a los cambios radicales y á la ruptura con el pasado, y otra progresista, más reformista y
partidaria del orden constitucional de Cádiz.
Las tensiones y disturbios en algunas ciudades, donde llegaron a formarse Juntas revolucionarias, obligaron a la reina
a formar gobierno con varios ministros progresistas. Fue entonces cuando Juan Alvarez Mendizábal, primero como
ministro de Hacienda y luego como jefe de gobierno, inició la Desamortización de 1836, como un medio para sanear
la Hacienda y para la reforma fiscal.
En este contexto, se restableció la legislación de Cádiz y del Trienio ; pero era evidente para todos que ni la
Constitución de Cádiz, ya anticuada, ni el Estatuto Real, servían al sistema liberal que se quería implantar. Por
tanto, las Cortes iniciaron el debate y aprobación de una nueva constitución que sirviera en el futuro igualmente para
gobiernos moderados y progresistas. La Constitución de 1837, pese a su tendencia progresista, tenía importantes
concesiones a los moderados :
> Soberanía Nacional y amplia declaración de derechos individuales.
> P. Legislativo a las Cortes con el Rey, que podía convocar o disolver las Cortes, y ejercer el derecho de veto.
? Cortes bicamerales : Senado compuesto por personas nombradas por el Rey entre ternas propuestas por los
electores. Cámara de Diputados elegidos por sufragio censitario que amplió el censo hasta un 5,3 % de
electores.
> No se prohibía la práctica de otras religiones.
Los moderados ganarían las sucesivas elecciones a Cortes, pero fueron perdiendo las elecciones municipales porque
la vieja Ley de Municipios permitía el voto de todos los vecinos y daba ventaja a los progresistas. Las contradicciones
y tensiones resultantes y la radicalización del conflicto entre moderados y progresistas condujeron a la insurrección de
la Milicia Nacional en Madrid, levantamiento que pronto se extendió a todo el país. El detonante fue la aprobación
por las Cortes de una nueva Ley de Ayuntamientos que permitía la elección de alcaldes por la Corona.
Ma Cristina renunció a la regencia y se exilió en Francia.

REGENCIA DE ESPARTERO.- (1840 - 44)


El general B. Espartero, un héroe de la Guerra de la Independencia, pero sobre todo artífice del triunfo sobre el
Carlismo (fin de la 1a Guerra Carlista - 1839), asumió la regencia apoyado por los progresistas.
Durante este período se aceleró la desamortización eclesiástica ; pero el personalismo del regente y su carácter
militarista, unido a las presiones de los progresistas más radicales que reclamaban mayor democratización del
régimen, contribuyeron al fracaso de su gobierno.
Espartero y otros líderes progresistas como Mendizábal, optaron por el exilio en Inglaterra, y los acontecimientos
precipitaron el adelanto de la mayoría de edad de Isabel, y el ascenso político de otros líderes militares como los
generales Narváez (moderado) y Prün (progresista).
Con unas Cortes de mayoría moderada, los progresistas no podían llevar a cabo su programa de gobierno. La reina se
vio forzada por los moderados a disolver las cámaras, iniciándose una política represiva contra los progresistas.
REINADO DE ISABEL II.- (1844 - 68)
Durante la mayor parte del reinado de Isabel II, los moderados controlaron los gobiernos y dominaron la escena
política. La reina siempre confío la formación de gobierno a los moderados, jamás a los progresistas. Éstos optaron
por el retraimiento del juego político (no participación en elecciones que consideraban amañadas), o por los
pronunciamientos militares y la insurrección popular para alcanzar el poder.

Moderados en el poder : 1844-54 :


»Centralización del Estado :
a) División provincial y Ley de Ayuntamientos: gobernadores y alcaldes y nombrados por la reina.
b) Supresión de la Milicia Nacional y creación de la Guardia Civil (defensa del "orden" y de la propiedad)
c) Restablecimiento de las relaciones con el Vaticano (Concordato que fijaba una dotación para el culto,
supervisión en la educación y censura en materia doctrinal).
» Ley electoral: redujo el censo electoral al 0,8 % sobre el total de población.
» Constitución de 1845 :
• Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
• Reforzamiento de la autoridad del monarca (supresión de los límites impuestos en 1837)
• Declaración de derechos muy teórica, sucesivamente limitados por las leyes.
• Confesionalidad católica del Estado y compromiso de mantener el culto y al clero.
• Senado de miembros vitalicios nombrado por la Corona entre nobles, ejército, Iglesia y grandes fortunas.
Esta cámara pasaría a representar la asunción del poder por instituciones y personas del Antiguo Régimen, la
oligarquía, que desde comienzos de siglo, veía su status amenazado por las reformas.
En 1848, se produjeron en España como en toda Europa, levantamientos, manifestaciones y protestas revolucionarias.
En el caso español se debieron más a la crisis económica con sus secuelas de hambre y miseria, si bien es cierto que
progresistas y republicanos estuvieron detrás. La respuesta del gobierno fue la suspensión de garantías
constitucionales, acompañada de una durísima represión que culminó en docenas de fusilamientos.
El fracasado intento revolucionario acentuó la división del Partido Progresista, del cual surgió en 1849 el Partido
Demócrata. Sus principios fundacionales eran la defensa de los derechos individuales, el sufragio universal y una
apertura del sistema a las clases populares.
El final de la década estuvo marcado por la sucesión de gobiernos ineficaces que provocaron el descontento, por la
corrupción, las intrigas políticas y el descrédito de los ministros.

Progresistas en el poder : 1854-56 :


El bienio progresista comenzó por una revolución que en realidad fue un golpe de estado, triunfante gracias al
respaldo popular.
» La Constitución de 1856, la más genuinamente progresista, nunca vería la luz. Además del reconocimiento de la
Soberanía Nacional y una amplia Declaración de derechos individuales, ponía freno a los excesos de la jurisdicción
militar; recortaba el poder de la Corona; fijaba un mínimo obligatorio de sesiones parlamentarias al año e incluía
acciones legales contra el fraude electoral,
» Las principales reformas fueron una serie de leyes encaminadas a sentar las bases de la modernización económica
del país: la Ley de Desamortización General de 1855, promovida por el ministro de Hacienda, Pascual Madoz;
La Ley de Ferrocarriles -vital para el desarrollo industrial y comercial- y la Ley de Sociedades Sanearías y de
Crédito,
El Bienio fracasó, entre otras cosas, por la permanente conflictividad social. Causas: epidemia de cólera, alza de
precios del trigo, malas cosechas, tensiones entre obreros y patronos en las fábricas, incumplimiento de promesas
hechas por el gobierno.

Moderados en el poder : 1856-68 :


La mayoría de los gobiernos de este período estuvieron controlados por un nuevo grupo político, La Unión Liberal,
que apareció como un partido centrista con la pretensión de recoger lo mejor de moderados y progresistas. Contaba
con generales como O'Donell y Serrano; conocidos políticos como Cánovas del Castillo, y el respaldo de la
burguesía y la mayor parte de los terratenientes. En la oposición, fuera de las Cortes, tenía a demócratas y
republicanos.
El gobierno de La Unión Liberal, sin una línea política clara, basó su programa en el disfrute del poder, la
salvaguarda obsesiva del orden y en hacer más eficaz la Administración. Los gobiernos dedicaron su atención a las
obras públicas -etapa dorada de la especulación y construcción ferroviaria-, a la creación de bancos y sociedades de
crédito, a la expansión de la industria textil catalana y de la siderurgia en Asturias y Vizcaya.
En el terreno internacional, se emprendió una activa y agresiva política (entre otras, la guerra contra Marruecos) que
en su conjunto no fue más que un alarde militar, una política de prestigio, cuyo objetivo esencial era desviar la
atención de los problemas internos, y que no hizo sino acentuar la debilidad política, económica y diplomática de
España.
Los últimos gobiernos desarrollaron una política muy conservadora y autoritaria, extremadamente represiva, actuando
al margen de la Constitución y empleando métodos casi dictatoriales. Esta actitud llevó al aislamiento, tanto al Partido
Moderado como a la Corona, que poco a poco se vio privada de apoyos sociales y políticos (matanza estudiantil en la
noche de San Daniel; intento de pronunciamiento del progresista general Prim ; sublevación de sargentos en un
cuartel de Madrid ...).
En agosto de 1866, progresistas, demócratas y republicanos, firmaron el Pacto de Ostende, con un doble objetivo:
destronar a Isabel II a quien responsabilizaban de la situación, y convocar elecciones por sufragio universal. Un año
después, la Unión Liberal se sumaría al pacto.
La descomposición del régimen moderado arrastró, pues, a la Corona y a la persona de Isabel II.

LA SITUACIÓN ECONÓMICA A MEDIADOS DEL XIX.-


Se puede calificar la trayectoria de la economía española hasta 1868 como una evolución lenta e inacabada, en
relación con las transformaciones aceleradas que experimentan otros países europeos en el mismo período. Ello no
significa que no hubiera cambios importantes, pero la transformación fue lenta, incompleta y a menudo traumática,
dando como resultado una economía débil, con aspectos propios del pasado, que se prolongará hasta bien entrado el
siglo XX, y que ha sido el origen de buena parte de los problemas del país hasta nuestros días.
Varias fueron las causas de ese retraso:
1) Las condiciones geográficas, que no facilitaban las comunicaciones: una orografía compleja, un clima duro y
extraordinariamente diverso, la ausencia de una red fluvial y de canales que permitiera comunicaciones interiores;
todo ello hacía difícil el desarrollo de un mercado nacional articulado y encarecía el transporte. Ni siquiera el
desarrollo ferroviario contribuyó demasiado a cambiar las cosas. Sólo la red portuaria garantizaba una buena
comunicación con mercados exteriores.
2) La escasez de materias primas y de fuentes de energía y su dispersión geográfica, que hacían costosa la producción
y el desarrollo industrial, obstaculizado por la necesidad de importar hierro. Sólo algunas regiones, como Asturias o
el País Vasco, podrán desarrollar su industria siderúrgica a mediados del siglo.
3) El lento crecimiento demográfico, que supuso la falta de mano de obra industrial, la carencia de un excedente de
productos agrícolas y de un mercado interior capaz de absorber la producción. Todo ello hacía muy difícil el
desarrollo industrial. Además, el crecimiento fue desigual, y a finales de siglo el sobrante de población se canalizaba
hacia la emigración a América en vez de hacia las ciudades.
4) La pérdida de las colonias americanas, que significó ausencia de unos mercados y fuentes de materias primas que
hubieran sido fundamentales para generar el despegue industrial. La prueba la tenemos en la industria algodonera
catalana, que experimentó una grave crisis tras la independencia americana. Aunque luego se recuperó, no alcanzó
nunca los niveles de la producción textil británica, que podía contar con algodón barato y grandes mercados gracias a
sus colonias.
5) La falta de capitales, que impidió una inversión masiva para cambiar las técnicas de producción en la industria. En
España no se produjo una acumulación de capitales ni tampoco existió una mentalidad inversora comparable a la de
otras burguesías europeas, salvo quizá en Cataluña. El capital agrario español, en vez de ser invertido en la
industria, se dedicó a la compra de deuda pública y a la adquisición de tierras a través de la desamortización. La
burguesía española se convirtió en rentista y terrateniente, y dedicó sus capitales a la especulación. Sólo en el Norte
peninsular y en Cataluña hubo un sector de la burguesía emprendedor que canalizó sus capitales a la producción textil
y siderúrgica. Resultado de ello fue la dependencia de los capitales extranjeros, que fueron esenciales para la
construcción ferroviaria y para el despegue siderúrgico del Norte, pero que repatriaron los beneficios a sus países de
origen, por lo que no contribuyeron a la acumulación de capitales en España.
6) El papel del Estado, cuya política proteccionista favoreció los intereses agrarios e impidió el desarrollo de la
competencia capitalista. Al proteger la producción española con aranceles, se potenciaba el inmovilismo y la falta de
cambios tecnológicos en el campo. Los gobiernos moderados, siempre favorables a los intereses agrarios, estuvieron
entre los máximos responsables del atraso económico.

Así, en tanto la economía española continuaba "atascada" en su desarrollo, Inglaterra era ya la primera potencia
industrial y comercial del mundo, y Francia, Alemania o Estados Unidos entraban ya en 1860 en el proceso de
industrialización. La economía española quedaba en desventaja en el contexto de la competencia internacional y esto
determinaría nuestro retraso respecto al exterior.
.
*Carlismo*: tomó el nombre de Carias M"Isidro, hermano de Fernando VIL Representa la oposición radical al Liberalismo,^ y
en su formación y desarrollo influyeron factores dinásticos, ideológicos, económicos y sociales. Como defensor de la tradición,
la Iglesia, la sociedad estamental y la monarquía absolutista, su ideario aglutina todas las facetas de la contrarrevolución. Si
el Liberalismo representa una genérica negación de los privilegios, el Carlismo aparece como valedor de los fueros vasco-
navarros (DIOS-PATRIA-REY-FUEROS).
Ideológicamente se apoyaba a en las fuerzas más conservadoras perfiladas desde la Constitución de Cádiz, recurriendo a ¡a
guerra cada vez que su preparación y la ocasión propicia lo permitieron:
'

f- 1833-39 -—> regencia de M" Cristina


Episodios bélicos <-1846-49— > reinado de Isabel II
I- 1872-76— > I República y Restauración
Si bien agravaron considerablemente la situación económica del país y causaron decenas de miles de muertos, las guerras
carlistas no lograron alcanzar los fines perseguidos por el tradicionalismo absolutista.

EL SEXENIO DEMOCRÁTICO: 1868-1874

'1864: I Internacional obrera (A.I.T.)


• 1871 : unificación de Italia / unificación de Alemania
Marco histórico referencial ' ^ expansión de la industrialización
- primera crisis de superproducción capitalista
"1861-65 : guerra de Secesión en USA

LA REVOLUCIÓN DE 1868
Las causas de la revolución que acabó con el reinado de Isabel II se encuentran en los años precedentes y pueden ser
enfocadas como una triple crisis :
>»» Crisis económica :
- la subida del precio del algodón, consecuencia de la guerra de Secesión en USA, provocó cierres de fábricas textiles.
- Desde 1864, el hundimiento de compañías ferroviarias por falta de rentabilidad llevó al crack en la bolsa.
- Retraimiento de inversores y salida del capital foráneo-^ quiebra en cadena de sociedades de crédito y de empresas.
- Bancarrota de la Hacienda pública incapaz de controlar la situación.
- Entre 1866-67, además, se dieron pésimas cosechas. A todo lo anterior se añadió una crisis general de subsistencias.
>»» Crisis social :
- Las clases trabajadoras, obreros y campesinos, la inmensa mayoría de la población, estaban marginadas de la
política, afectados continuamente por subidas de impuestos, paro y miseria. Sucesivamente, la respuesta del
gobierno a sus protestas era la represión. No es de extrañar, por tanto, que apoyaran el pronunciamiento.
- Las clases dirigentes participaron también de un gran descontento ante la incapacidad del gobierno para solventar la
crisis económica y recuperar la estabilidad y el orden social.
- Incluso entre los militares, el recuerdo de las duras acciones represivas llevadas a cabo contra el ejército por los
gobiernos de Isabel II, llevó a muchos a apoyar la sublevación.
>»» Crisis política :
- Corrupción generalizada del régimen, asentado en el mantenimiento a ultranza del sistema oligárquico sostenido por
la Constitución de 1845.
- Oposición decidida de los partidos políticos situados al margen del gobierno: Los Liberales progresistas, con el
general Prim a la cabeza; los Demócratas, mejor organizados, apoyados en los dirigentes obreros que veían en la
revolución una posibilidad de conseguir sus reivindicaciones ; los Republicanos, para quienes la instauración de
una República llevaría a la necesaria democratización del país.
En realidad, "/a Gloriosa" (septiembre 1868), no fue una revolución popular sino un pronunciamiento militar,
encabezado por los generales Prim, Serrano y Topete, que triunfó rápidamente al sumarse las unidades del ejército
a la sublevación. El apoyo popular vendría después. El Gobierno Provisional, formado por progresistas y unionistas,
presidido por sus respectivos dirigentes Prim y Serrano, convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio
universal masculino (abarcaba a los varones mayores de 25 años, un 24 % de la población).

LA CONSTITUCIÓN DE 1869
La campaña electoral transcurrió con plena libertad de opinión y prensa y las elecciones fueron limpias. De un censo
de 400.000 electores se pasó a otro de unos 4 millones (un 80 % de la población masculina era analfabeta).
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Triunfó el bloque monárquico y es de resaltar que casi todos los diputados republicanos procedían de las grandes
ciudades, a excepción de Madrid. Las nuevas Cortes elaboraron en tiempo récord la primera Constitución
democrática de la historia de España y una de las más avanzadas de la Europa de entonces. La distribución de
diputados electos era : 156-progresistas / 69-republicanos / 69-Unión Liberal / 18-extrema derecha Carlistas / 14-
moderados /. Fue aprobada por 214 votos a favor y 55 encentra, conformando un régimen democrático dentro del
orden burgués, en el que cabían todas las alternativas políticas que habían participado en el proceso revolucionario.
Caracteres fundamentales del texto constitucional:
a) Soberanía Nacional
b) Sufragio Universal de los varones mayores de 25 años.
c) Monarquía democrática y parlamentaria donde el Rey carece de poder Legislativo.
d) El poder Ejecutivo reside en el Consejo de Ministros, que responden de su gestión ante las Cortes.
e) El poder Legislativo reside en las Cortes: Congreso, elegido por S.U. directo a razón de 1 diputado/40.000 h. y
Senado, elegido por S.U. indirecto, entre los mayores contribuyentes y altas jerarquías de las instituciones,
Ejército e Iglesia (modelo conservador que ejercería como moderador de las decisiones del Congreso).
f) El poder Judicial corresponde a jueces independientes, regulándose su acceso por oposición.
g) Exhaustiva y elaborada declaración de derechos : libertad, inviolabilidad de domicilio, derecho al voto, de
residencia, de expresión, de reunión y asociación. Libertad de cultos religiosos (oposición de carlistas y
moderados), pero compromiso estatal de mantener el culto y clero católicos (oposición de los republicanos).
h) Elección de concejales y alcaldes de los Ayuntamientos. Votación pública de los presupuestos municipales,
i) Compromiso de regular la situación de las colonias de ultramar, aunque tarde, porque paralelamente a la
revolución de 1868 estalló la guerra de independencia en Cuba.

LA MONARQUÍA DEMOCRÁTICA : Amadeo de Saboya (1870-73)


Tras la aprobación de la Constitución Serrano fue elegido regente y Prim jefe de gobierno. Sus objetivos eran
estabilizar el régimen con el máximo de apoyo posible, desarrollar la Constitución y encontrar un rey. En el año y
medio que transcurrió desde la aprobación de la Constitución hasta la llegada del nuevo rey, los conflictos se
sucedieron (entre los partidos; por la política económica del gobierno; estallido insurreccional en Cuba).
En esta situación, Prim debía encontrar un rey que no sólo tuviera respaldo en las Cortes españolas sino también la
aprobación internacional. Finalmente, la elección recayó en Amadeo de Saboya, hijo del rey de la recién unificada
Italia. Pero el reinado, a pesar de la votación favorable de las Cortes (191 a favor, 91 en contra) no pudo tener peor
comienzo, pues tres días antes de la llegada del nuevo rey, Prim murió, víctima de un atentado en Madrid.
Esto sería sólo el preludio de lo que vendría después, y que daría al traste con la Monarquía Democrática :
» Aunque inicialmente contaba con el apoyo de los progresistas, el rey no fue capaz de ganarse apoyos en un país
donde era considerado "extranjero".
» La aristocracia y los terratenientes identificaban la monarquía democrática con el desorden social y el final de su
dominio. Apoyaban una restauración en Alfonso, el hijo de Isabel II.
» La burguesía industrial asociaba Librecambismo=sistema democrático. Buscaron "otra" estabilidad.
» La alta jerarquía eclesiástica se oponía a un rey y a un sistema "demasiado liberal", mientras el bajo clero se
inclinaba mayoritariamente por la opción carlista.
» Los carlistas cobraron fuerza tras la caída de Isabel II (se produciría una insurrección en el País Vasco y en 1872
comenzaba la tercera Guerra Carlista).
» Auge del movimiento obrero que provocaba temor en las clases medias y altas del país.
» Oposición de los republicanos, en ascenso, que celebraban congresos y actos a favor de la República federal.
En febrero de 1873, dos años después de su nombramiento, Amadeo abdicaba ante las Cortes, al tiempo que
rechazaba la propuesta de un golpe militar que le habían hecho algunos
' generales.

LA PRIMERA REPÚBLICA : (1873 - 74)

En esas condiciones, y aunque las Cortes no podían asumir todos los poderes, ni proclamar por su cuenta la
República, la opción republicana era mayoritaría entre los diputados. Esa misma noche fue proclamada la I
República y Figueras, uno de los líderes más moderados del republicanismo, fue nombrado jefe de gobierno.
La República aparecía así como una solución de urgencia. Desde el mismo momento de su proclamación, las fuerzas
conservadoras -los "poderes fócticos" : banqueros, grandes hombres de negocios, aristocracia, los mandos del
ejército y la Iglesia- pensaron ya cómo podrían derribarla. Para la burguesía intelectual, la República debería traer
democracia, derechos individuales y avance en el desarrollo económico, como forma de conseguir una sociedad más
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igualitaria. Para los campesinos y trabajadores urbanos, el nuevo régimen debía traer reformas sociales : reparto de
la tierra, reducción de la jomada laboral, mejores salarios y la eliminación de impuestos indirectos (los consumos} y
de las quintas ; es decir, una auténtica revolución social.
La República federal del año 1973 :
Los dirigentes republicanos más relevantes que desempeñaron la presidencia del gobierno sucesivamente fueron :
Figueras, Pi y Margall (intelectual brillante, de ideas libertarias, gran teórico del Estado republicano federal),
Salmerón, y Castelar ("loque necesitamos es orden, autoridad y gobierno").
Las principales medidas adoptadas por los gobiernos republicanos durante 1873 consistieron en reformas de
contenido social, popular y democratizador : supresión del impuesto de consumos; eliminación de "las quintas";
derecho al voto a los 21 años; reglamentación del trabajo infantil; separación Iglesia-Estado; proyecto de Estado
Federal con 17 federaciones regionales...
Los problemas más agudos que afrontó la República en este primer año fueron :
» La nueva guerra carlista.
» Las sublevaciones cantonales : rebeliones federalistas, revolucionarias, radicales, y a veces violentas, que
amenazaban con romper la unidad nacional. El cantonalismo fue sofocado militarmente y con dureza por el
gobierno republicano.
» La guerra independentista de Cuba.
» Conspiraciones militares "alfonsinas" : desde el inicio de la República hubo dos intentos de golpe de fuerza para
restaurar la monarquía borbónica (en momentos de crisis política y desconcierto, los militares españoles siempre
consideraron que encarnaban la verdadera voluntad nacional).
La República autoritaria de 1874 :
El 4 de enero, cuando las Cortes se disponían a votar un nuevo presidente del gobierno, el general Pavía culminó un
golpe de Estado. De nuevo, los militares volvían a decidir en el poder. El general Serrano asumió la jefatura de
gobierno, instaurando un régimen autoritario, en realidad una dictadura militar que duró casi un año en que se
suspendió la Constitución de 1869 y se disolvieron las Cortes.
Esto significaba de hecho el fin de la República, aunque se mantuviera nominalmente, hasta el 29 de diciembre en
que tras un pronunciamiento militar, el general Martínez Campos proclamó rey de España a Alfonso XII.
A pesar de que se fueron eliminando los últimos reductos de oposición republicana y se detuvo el avance de los
ejércitos carlistas, el gobierno de Serrano fue perdiendo fuerza mientras la hábil propaganda de los monárquicos,
dirigida por Antonio Cánovas del Castillo, iba ganando adeptos entre la burguesía, las clases medias y el ejército, en
favor de la restauración de la dinastía borbónica.
La República fracasó porque no tenía apoyos reales como régimen; porque cada sector que se decía republicano
entendía cosas muy distintas al hablar de República, en un país en que no existía una auténtica tradición republicana.

A. Cánovas del Castillo : "... las minorías inteligentes, que son las minorías propietarias, gobernarán siempre. Si dichas
minorías ven atropelladas o en peligro su ventajas por la acción colectiva del pueblo bajo, no vacilarán en buscar por doquier
la dictadura y la encontrarán... " (Cánovas consideraba el sufragio universal como la "puerta de entrada" al socialismo).

EL MOVIMIENTO OBRERO: ORÍGENES Y DESARROLLO HASTA LA RESTAURACIÓN

La primera etapa de las luchas obreras en España, desde principios del siglo XFX hasta 1868, se caracterizó por:
* La existencia de asociaciones obreras, aunque su organización fuera deficiente.
* La persistencia del antimaquinismo.
* La creciente conflictividad laboral, vinculada al desarrollo industrial, cuya expresión fueron las huelgas.
* La apertura de los primeros periódicos obreros (El Eco de la Clase Obrera).
* La represión gubernamental contra la acción organizada de los obreros.
Durante el "bienio progresista" el movimiento obrero tuvo un gran desarrollo, pero también, los obreros
comprendieron que el partido progresista estaba más cerca de los intereses empresariales que de los suyos. Como
resultado, el movimiento obrero se fue politizando abiertamente y sus dirigentes pasaron a apoyar al partido
demócrata y* a los republicanos.
i
Se calcula que hacia 1860 tan sólo había en España unos 150.000 obreros industriales y más de la mitad se
concentraban en la geografía textil catalana. Destacar la importante labor de formación cultural y de concienciación
política que desempeñaron diversas academias obreras a las que acudían los trabajadores y donde, además de recibir
clases de aritmética o de gramática, se discutían los problemas de las fábricas y las ideas socialistas.("Asociación
para el Fomento de las Artes" en Madrid, o "Ateneo de la clases obrera" en Barcelona).
A partir de 1863 volvieron las movilizaciones obreras, ahora abiertamente politizadas. Sus dirigentes y los
intelectuales próximos a sus inquietudes participaron activamente en las sucesivas conspiraciones que demócratas y
republicanos intentaron organizar contra el régimen de Isabel II. La represión gubernamental descargó
principalmente sobre ellos y sobre la prensa obrera.

EVOLUCIÓN DURANTE EL SEXENIO :


En la revolución de 1868 fue decisiva la participación de los trabajadores industríales, pese a que ya había claras
diferencias entre sus líderes y los políticos demócratas y republicanos, más preocupados por las conquistas de la
democracia política que por los problemas de los trabajadores. Será la decepción posterior a la revolución de 1868,
el olvido por parte de los demócratas de sus reivindicaciones, lo que empuje al movimiento obrero hacia el
sindicalismo y la formación de partidos específicamente socialistas.

Desde ese momento, el M.O. español actuará en relación con las grandes corrientes europeas :
> Los obreros barceloneses se vincularon a la A.I.T. (Asociación Internacional de los Trabajadores, fundada
en Londres en 1864), creándose en nuestro país la Sección Española de la ALT en 1870, en cuyo congreso
fundacional asistieron 90 delegados que representaban a 30.000 afiliados. Esta organización proletaria fijó
sus propósitos iniciales en la protección de los intereses políticos y económico-sindicales de la clase obrera,
reclamando aumentos salariales y mejoras en las condiciones laborales (en aquella época las jomadas de
trabajo superaban las 12 horas y la falta de seguridad y la insalubridad en los centros fabriles era alarmante).
En un congreso celebrado en Zaragoza, la presión mayoritaria de obreros catalanes, aragoneses y valencianos
hizo que se impusieran las tesis anarquistas. La corriente marxista, minoritaria, fue expulsada del congreso
y poco después, sus líderes fundaron la Federación Madrileña, que se convertiría en la sección española del
ala marxista de la AIT.

> Al comenzar la República, la Internacional española contaba con más de 25.000 afiliados, un tercio de los
cuales pertenecían a las federaciones catalanas. Estaba claramente implantada entre los obreros textiles, la
construcción y las artes gráficas, con varios miles de afiliados ; menos importantes eran las federaciones
campesinas -salvo en Andalucía-, de ferroviarios y de mineros. Entre los dirigentes había una mezcla
considerable entre hombres de procedencia obrera e intelectuales de clase media, estos últimos de ideología
más radical y próxima al anarquismo.
En 1874, tras haber sofocado la insurrección (se acusó a los dirigentes de la Internacional de provocar e
impulsar el cantonalismo), el gobierno de Serrano decretó la disolución de la Internacional. Para entonces, la
mayoría de los dirigentes, tanto de la A.I.T. como de la Federación socialista madrileña, habían pasado a
la clandestinidad.

En conjunto, el Sexenio significó una etapa de clara toma de conciencia política y organizativa para el M.O. español,
a través de su adscripción a la Internacional, así como el momento de asimilación de las principales corrientes
ideológicas que existían en el mundo obrero europeo. Específicamente, trajo consigo la introducción del Anarquismo
y del Marxismo, y el principio de su implantación en determinadas regiones españolas: Cataluña, Aragón, Levante
y Andalucía, en el caso del anarquismo, mayoritario; y Madrid, Vizcaya, Valencia y Sevilla, en el caso de la
corriente socialista.

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