Professional Documents
Culture Documents
FORMA DE TRABAJO
+ Profundización personal
Presentación 2
1. UN MUNDO DE RELACIONES 4
1.1 El mundo en que vivimos 4
1.2 Las buenas relaciones y la felicidad 6
1.3 El Dios Trinidad, relación, amor 7
1.4 La encarnación redentora, comienzo de
un nuevo mundo de relaciones 9
1.5 Nuestro Fundador y el mundo de relaciones 11
1.6 Colaboradores en el proyecto de Dios para
la humanidad 12
Cuestionario para la reflexión personal 16
2. PERDON Y RECONCILIACION 17
2.1 Ruptura de relaciones 17
2.2 No confundir perdón y reconciliación 18
2.3 Perdonar no puede ser una obligación 20
2.4 Perdonar no consiste en traspasarle la
responsabilidad a Dios 21
2.5 La reconciliación hace crecer al ofensor 22
2.6 La reconciliación hace crecer al ofendido 23
2.7 La reconciliación con Dios y con los hermanos 24
2.8 Las heridas como fuente de reconciliación 27
2.9 Es Dios quien inicia la reconciliación 30
2.10 El humilde perdón del Dios de Jesús 31
2.11 La mediación de la Iglesia 32
Cuestionario para la reflexión personal 34
3. FUENTES DE ENERGIA 35
3.1 La fuerza de actuar juntos 35
3.2 La formación 36
3.3 Oración y contemplación. 36
3.4 La palabra 37
3.5 La eucaristía 38
3.6 Nuestra Familia 38
Cuestionario para la reflexión personal 40
1
Presentación
2
Recogiendo esta propuesta y para avanzar por este camino,
los Responsables de las cuatro vocaciones en España nos
proponen que el tema del VIII Encuentro de Familia a celebrar en
julio del 2009 sea “TEJIENDO LA RECONCILIACIÓN PARA LA
COMUNION”.
Un abrazo,
LA COMISION DE FAMILIA
3
1. UN MUNDO DE RELACIONES
5
1.2 Las buenas relaciones y la felicidad.
Lo que caracteriza la esencia del ser humano es la relación. “El
hombre (varón-mujer) es un ser relacional”. El bebé, recién nacido,
o el adulto disminuido psíquico que no puede usar la facultad de la
razón, necesita el contacto, la relación. El ser-en-relación es la
condición, sine qua non, para el crecimiento y el desarrollo de cada
ser humano. Una relación se inicia, nutre y está abierta al
crecimiento sin límites. Hay felicidad donde hay buenas relaciones a
todos los niveles. Podemos verificarlo en nuestra propia
experiencia. Cuando las relaciones interpersonales son buenas, las
personas pueden ser felices aunque sean pobres o estén enfermas.
Por eso hoy, la psicología está tomando una importancia como
nunca la había tenido hasta ahora, estableciendo, restaurando,
favoreciendo, alimentando, buenas relaciones, como objetivo
esencial. Una vida plena y libre, digna, a la que cada corazón
humano aspira, solo puede
existir donde hay relaciones
humanas auténticas. Ese es HAY FELICIDAD DONDE
el proyecto del Dios Creador HAY BUENAS RELACIONES
para la humanidad ¿no es A TODOS LOS NIVELES
cierto?.
Toda la historia de la salvación, toda la Biblia, está atravesada por
esa realidad relacional. Hay un hilo conductor: Dios Creador, que
siempre está creando, es el Señor de la historia, del universo, que
hace al hombre, a la mujer, partícipes continuos en esta creación.
(Cf. Gn 1-2).
6
1.3 El Dios Trinidad, Relación, Amor
El relato del Génesis sobre la creación
de la humanidad, dice así: “Dios creó
al ser humano a su imagen; a imagen
de Dios los creó, varón y mujer los
creó” (Gn 1, 27). ¿Quién es ese Dios
a cuya imagen la humanidad es
creada? ¿Qué imagen es esa en la
que cada hombre y cada mujer ha sido
creado?
El Único que conoce a Dios, que ha
venido de Dios y que ha visto a Dios,
Jesús, nos ha revelado que Dios es
amor, Dios es Trinidad de tres
personas en intima relación, llenas de amor y de respeto, cada una
vuelta hacia la otra, recibe, da y comparte; Jesús nos dice que Dios
es comunión, familia, relación.
Creada a imagen de Dios, la humanidad está llamada a ser ‘como’
Dios, a reproducir lo que caracteriza la vida de Dios, así esta
humanidad llega a ser un espacio, un lugar donde mora la Trinidad;
los dones y características propias de las tres divinas personas se
prolongan, se extienden en la historia humana. La verdadera
felicidad y la realización de los seres humanos consiste, por
consiguiente, en unas relacio-
nes semejantes a las rela- JESUS NOS HA REVELADO
ciones que se dan en Dios QUE DIOS ES AMOR,
Trinidad, pero de modo finito. DIOS ES TRINIDAD DE
TRES PERSONAS EN
“Dios, que cuida de todos INTIMA RELACIÒN, LLENAS
con paterna solicitud, ha que- DE AMOR Y DE RESPETO.
rido que los seres humanos
constituyan una sola familia y se traten entre sí con espíritu de
hermanos. Todos son llamados a un solo e idéntico fin, esto es,
Dios mismo. Todos han sido creados a imagen y semejanza de
Dios: Jesús abre perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere
7
una cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la
unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad. Esta
semejanza muestra que el ser humano, única criatura terrestre a la
que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia
plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a Dios y a los
demás en la relación.” (GS 24).
A través de estos capítulos del Génesis, interpretados en clave de
fe, como historia de salvación, descubrimos cómo desde el origen
somos con los demás y para los demás. El ser con los demás y
para los demás pertenece al núcleo mismo de la existencia
humana. No sólo el hecho de que el mundo está impregnado de las
huellas de los humanos y de que compartimos el espacio de la
tierra con nuestros semejantes; este ser con los demás, en su
sentido más real y profundo, significa que el ser humano no está
nunca sólo, su existencia está siempre orientada y unida a la de los
demás, en comunión con ellos. El vínculo de mi experiencia
personal con el otro y mi orientación hacia el otro, es algo central;
está en nuestro mismo origen y es una verdad que se impone por
su propia fuerza. El otro quiere ser alguien delante de mí, me invita
a ser alguien delante de él ¡juntos en la construcción de un mundo
nuevo, más justo y más humano!
Nuestro Fundador nos dejó como oración: “Jesús María y José, con
qué gusto os contemplamos en la naturaleza humana, como una
dulce imagen del misterio de un solo Dios en tres Personas.
Vosotros que no tuvisteis
en la tierra más que un DIOS QUE CUIDA DE TODOS
solo espíritu y un solo CON PATERNA SOLICITUD, HA
corazón para enca- QUERIDO QUE LOS SERES
minarnos hacia el cielo, HUMANOS CONSTITUYAN UNA
obtenednos este mismo SOLA FAMILIA SE TRATEN
espíritu para que lo comu- ENTRE SÍ CON ESPÍTITU DE
niquemos a los demás, y HERMANOS
así, caminando juntos, sea
cual fuere la diversidad de
de nuestras obras, no formemos más que una sola y única familia”.
(Oración para empezar el trabajo - Fuente 4 f. 6)
8
El artículo 25 de los estatutos de los laicos dice: “Vivimos en
comunión, compartiendo el amor y vida de la Trinidad. Estamos
unidos en el amor con los bienaventurados del cielo, que
descansan en Cristo; permanecemos unidos con los que
peregrinan en la tierra, especialmente con los que sufren, con los
pobres y los marginados”.
9
Por consiguiente ¿podríamos decir que el Evangelio al llamarnos a
buscar ante todo el Reino de Dios y su justicia, nos llama a vivir
verdaderas relaciones en nuestro mundo? El Reino de Dios, que
Jesús establece en la tierra, está esencialmente centrado en las
relaciones humanas, relaciones de amor como las suyas: "amaos
los unos a los otros como yo os he amado".
Pedro Bienvenido Noailles nos dice en este texto que nos resulta
tan familiar: ”Jesús, María y José no amaban, no buscaban, ni
querían en la tierra sino a Solo Dios. Él era el único objeto de sus
pensamientos y de sus deseos, el fin y el móvil de todas sus ac-
ciones; era el espíritu que les dirigía en todas las cosas...”.
(Reglas generales 1844,1851; 2ª F, f.386, R. SUP. G nº 41).
10
1.5 Nuestro Fundador y el mundo de relaciones.
11
santificación personal y por la de los demás, cualesquiera que
sean las diferencias que los separan." (Textos Escogidos 164).
13
Hoy rodeados de tanto sufrimiento y miseria, sentimos una
llamada fuerte a ser presencia y testimonio de la compasión de
Dios, las palabras de Jesús deben resonar en nuestros oídos y
en nuestro corazón más fuertes que nunca: "Sed compasivos
como vuestro Padre del cielo es compasivo".
14
“Aunque acogiendo y respetando los dones de los demás, cada
Asociado asume sus dones personales. Esa variedad de dones
enriquece a la Iglesia y a la Familia. Todos los miembros
permanecen atentos a fortalecer, profundizar, extender la
comunión, con su testimonio”. (Estatutos de asociados laicos,
artículo 10).
15
Cuestionario para la reflexión personal
16
2. PERDON Y RECONCILIACION
17
bien no reside en mí, en lo que en mí es carnal. Está en mi alcance
querer el bien, pero no realizarlo, y de hecho no hago el bien que
quiero, sino el mal que no quiero.
(1)
2.2 No confundir perdón y reconciliación
Este enfoque tiene más que ver con el pensamiento mágico que
con la sana psicología humana. Si la reconciliación fuese la norma
de la autenticidad del perdón, sería evidente por qué tantas
personas se niegan a perdonar:
tienen la impresión de fingir que
perdonan y, en definitiva, de Perdona para liberar en
traicionarse a sí mismas. ti las fuerzas del amor.
(MARTIN GRAY).
19
tratos. El perdón bien entendido no exige tanto. En tales
circunstancias, las personas implicadas podrían perdonar al
ofensor; pero, por prudencia, deben mantenerse a distancia.
Aun cuando el perdón no siempre acabe en reconciliación, no es
menos beneficioso para quien perdona, y ello de múltiples formas.
En primer lugar, el ofendido se habrá reconciliado consigo mismo;
además, ya no se sentirá dominado por el resentimiento y la idea
de venganza; habrá logrado dejar de juzgar a su ofensor para
comprenderlo; podrá desearle en su corazón la mayor felicidad
posible; habrá descubierto el lado positivo de la situación; y podrá,
sin duda, albergar la esperanza de que la benevolencia que ha
mostrado transforme el corazón de su ofensor. (Cfr. Mt 5, 23-25).
(3)
Jean Monbourquette
21
Entiéndaseme bien: yo creo en la necesidad de recurrir a lo
espiritual como un elemento esencial del perdón, pero también creo
que en, primer lugar, hay que prepararse en el plano humano para
recibir la gracia de Dios. El perdón depende a la vez de la acción
humana y de la acción divina. La naturaleza y la gracia no se eli-
minan; al contrario, se coordinan y se complementan. (Cfr.Mt 6, 14)
22
Las buenas intenciones nunca podrán sustituir a los gestos
concretos de cambio. El ofensor deberá, pues, preguntarse si ha
aprendido algo sobre sí mismo y sobre su manera de relacionarse
de modo íntimo con los demás. Las mejores garantías del éxito de
la reconciliación las constituyen los cambios reales constatables en
el comportamiento del ofensor. Por eso tendrá que hacerse las
siguientes preguntas: «¿Cómo he podido cometer esa ofensa?;
¿cuál ha sido mi motivación profunda?; ¿qué antecedentes
familiares o culturales me han llevado a cometer un acto tan
ofensivo?; ¿qué comportamientos podría aprender a modificar en lo
sucesivo?; ¿qué ayuda voy a buscar para conseguirlo?».
(5)
Jean Monbourquette
23
2.7 La reconciliación con Dios y con los hermanos (6)
24
«Pedir perdón libera y perdonar también libera. Pedir perdón te
reconcilia contigo mismo, te hace salir de la trinchera, te permite
aceptarte como eres, con tus defectos y tus errores. Pedir perdón te
quita un enorme peso de encima: el de tener que vivir dando una
imagen permanente de perfección o el de tratar de ocultarte a ti
mismo que eres como eres, irremediablemente limitado e
imperfecto. Pedir perdón no elimina el mal producido, pero tiene un
efecto depurativo y transformador.
Perdonar te hace más libre porque te libera de las cadenas del
rencor, de la ira, te pone en contacto con lo mejor de tu persona y te
quita la enorme carga del
resentimiento y del agravio. ¿Queréis ser felices un
Perdonar ayuda a curar las propias instante? Vengaos.
heridas, a superar el victimismo y a ¿Queréis ser felices
rehacer constructivamente tu propia siempre? Perdonad.
(HENRI LACORDAIRE)
vida.
25
el tiempo puede conceder». No basta querer perdonar; hay que
poderlo. Ninguna instancia exterior puede exigir a las víctimas el
perdón. Todos debemos contribuir a que en medio de un corazón
desolado por el sufrimiento emerja la planta de un perdón difícil,
pero liberador.
26
“Llamadas a la santidad somos, no obstante, una comunidad de
pecadores que se acogen al amor misericordioso del Señor. Como
camino de conversión interior, la corrección fraterna y el perdón
mutuo reavivan nuestra comunión”. (Const. hnas. contemplativas,
artículo 196).
27
llegar a ser un punto de referencia que exige ser interpretado a la
luz de la pena que no cesa.
sentido de vocación en
ayudar a los demás como
parte de su proceso de El que ofende escribe en
sanación. arena, el ofendido escribe en
mármol. (Proverbio ruso)
28
Pero si el sanador ha ignorado sus heridas esto puede tener
consecuencias negativas. Si futuribles sanadores no reconocen la
presencia de sus heridas (o porque no les prestan atención o
porque las niegan), sus heridas pueden dificultar su ayuda a los
demás. Y esto puede ocurrir de muy diversas maneras. En primer
lugar, las heridas ignoradas pueden precipitar a los sanadores en
un comportamiento abierto al otro como medio para aplacar la
heridas del pasado. Esto puede manifestarse en "la necesidad de
ser necesitado", para aplacar las heridas del pasado. Otras veces,
los sanadores no dejarán que la víctima progrese, de no ser que las
víctimas los sigan necesitando.
29
El perdón no es humanamente exigible, sino un regalo de Dios que
el ser humano puede acoger, con enorme dolor al comienzo, con
agradecimiento finalmente. Cuando el odio es desalojado del
corazón, la persona camina alegre y ligera.”
(Calendario 2008 de la revista “GUJERAT”)
(8)
Juan María Uriarte
30
2.10 El humilde perdón del Dios de Jesús(9)
(9)
Jean Monbourquette
31
2.11 La mediación de la Iglesia(10)
(10)
Dionisio Borobio
32
Solamente desde la conciencia de pecado se desencadena el
movimiento y el proceso de y hacia la reconciliación. Quien no
tiene conciencia de pecado o no tiene pecado, tampoco tiene por
qué convertirse. La conversión es fruto de la gracia e implica ya la
gracia como fruto. (Cfr. Jn 20,23).
33
Cuestionario para la reflexión personal
34
3 FUENTES DE ENERGIA
35
directamente o por medio de sus Pastores o guías espirituales.
Compartían sus penas y sus alegrías; se ponían en guardia ante
los peligros que les amenazaban y aunaban sus esfuerzos frente a
las tempestades; se estimulaban a perseverar; oraban unos por
otros y socorrían a aquellos que tenían necesidad. Bendecían el
nombre de Jesús y cada día ganaban para él a cuantos se sentían
atraídos por el ejemplo de sus virtudes y sus buenas obras.
(Constituciones generales de la Asociación; Sup. Gal. 24)
3.2 La formación
36
''Dios amó tanto al mundo que le envió a su Hijo único..." Dios con-
tinúa amando a este mundo y la humanidad con el mismo amor y
envía a sus hijos e hijas para que lleven adelante su sueño por la
humanidad. Contemplando a Jesús en el Evangelio, dejamos que
su visión y su amor nos habiten y nos impulsen también a nosotros.
Si lo hacemos así, nuestros criterios y valores irán siendo los de
Jesús: compasión, bondad, amor que va más allá de las
distinciones que nosotros hacemos; abiertos al don total y sin
cálculos de nosotros mismos. Esto exige que rechacemos todo
aquello que disminuya y niegue la humanidad, la dignidad de
nuestros hermanos y hermanas.
3.4 La Palabra
37
"La Palabra de Dios tiene un encanto y una unción que no se
puede encontrar en otro lugar". Ilumina nuestros pasos. En este
contexto ¿no deberíamos prestar mayor atención a los textos de
la Escritura que el Buen
Padre nos propuso como Que nuestras conversacio-
camino evangélico que los nes sean, sencillas, amables
miembros de la Sagrada y sinceras. (P.B.N. G.E. 82)
Familia debían seguir?
3.5 La Eucaristía
38
Saber que todos los miembros, en todas las partes del mundo
donde nos encontramos, bajo vocaciones diversas estamos
viviendo la misma Misión convencidos de que aportamos un
elemento único, irremplazable a la construcción de un mundo
nuevo, ¿no es un gran estímulo para seguir adelante juntos con
alegría y esperanza?
39
Cuestionario para la reflexión personal
40