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La fuerza de la fe

He empleado centenares de horas en leer e investigar los conceptos de los maestros de la Fe que
diariamente invaden nuestros hogares a través de los medios de difusión. Por encima de todo,
hay siempre un tema sobresaliente. Ese tema, arraigado en la enseñanza de la Fe, es que la fe es
una fuerza.
Kenneth Copeland, considerado la autoridad directriz en el movimiento de la Fe, cree tan
firmemente en ese concepto que ha hecho famosa la expresión "fuerza de la fe" por medio de
una repetición constante. Más aún, él escribió un libro titulado La Fuerza de la Fe, por medio
del cual propaga su venenoso error.
Como lo definió Copeland: "La fe es una poderosa fuerza. Se trata de una fuerza tangible.
Es una fuerza conclusiva".1 El añade que así como la fuerza de la gravedad, hace válida la ley
de la gravedad, "es la fuerza de la fe la que hace que trabajen las leyes del mundo espiritual".2
De acuerdo con Copeland, "esta fuerza proviene de Dios, extraída de su ilimitado corazón". 3
De hecho —dice él—, el mundo "nació de la fuerza de la fe que residía en lo íntimo del ser de
Dios".4
Copeland aún se atreve a decir que "Dios nada puede hacer por usted aparte o separado de
la fe 'porque' la fe es la fuente del poder de Dios".5
Piense en esto justamente —Dios no puede hacer nada por usted separado de la fuerza. Sin
la fuerza de la fe. Dios no tiene poder alguno en relación con usted. Hasta ahora, una cosa está
bien clara: el Dios de Copeland no es un Dios después de todo. El verdadero omnipotente Dios
de las Escrituras no es el Dios de la enseñanza de Copeland.
Copeland asocia "la fuente del poder de Dios" con una moneda. Una moneda tiene dos
lados, el anverso y el reverso. El anverso representa la fe. La fe que activa a Dios. El reverso
representa el miedo. El miedo activa a Satanás. Copeland lo resume de esta manera: "El miedo
activa a Satanás de la misma manera en que la Fe activa a Dios".6
Para usar otra analogía, usted puede describir "la fuente de poder de Dios" como un gran
acumulador de energía en los cielos. Este acumulador tiene un polo positivo y otro negativo. El
polo positivo representa la fe, en tanto que el polo negativo representa el miedo.
De la forma en que lo expuso Charles Capps: "Job activo a Satanás por su miedo cuando
dijo, 'porque el temor que me espantaba me ha venido' (Job 3:25). Una fe activa en la Palabra
coloca a Dios en la escena. Y el temor, trae a la escena a Satanás".7
¿Y como es que Dios activa la fuerza de la fe? La respuesta es a través de las palabras.

Los recipientes de la fe
Las palabras son los recipientes que contienen la sustancia de la fe. En la teología de la Fe,
si usted habla palabras de fe, usted activa el lado positivo de la fuerza; si usted habla palabras
de temor, usted activa el lado negativo de la fuerza. En el lenguaje común de la Fe esto es
llamado, "hacer confesiones positivas o negativas". El movimiento de la Fe quiere hacemos
creer que cada cosa que nos sucede es un resultado directo de nuestras palabras: "las Palabras
son los recipientes espirituales, y la fuerza de la fe es liberada por palabras".8 Tal como lo
explica Copeland:
"Dios usó palabras cuando El creó los cielos y la tierra... Cada vez que Dios habló. El
liberó Su fe —el poder creativo que Sus palabras hicieron que sucediera".9
Copeland insiste también en que las palabras fueron además el vehículo usado por Dios
para "trazar los rasgos del Redentor, el hombre que sería la manifestación de Su Palabra en la
tierra".10
Fue la fuerza de fe de Dios comprimida en palabras la que salvó el día en que Jesús estaba
siendo consumido por Satanás en el infierno (vea el capítulo 15, "Renacimiento en el Infierno").
De la creación a la recreación, de acuerdo con los proponentes del mensaje de la prosperidad,
todo esta controlado por palabras llenas con la sustancia de la fe. Esto es precisamente por qué
E.W. Kenyon dijo que "Palabras llenas de fe trajeron el universo a su existencia, y palabras
llenas de fe rigen el universo hoy día".11
No solamente es antibíblico el concepto de la fe del movimiento de la Fe, sino que también
contiene extraordinarias similitudes con la metafísica del Nuevo Pensamiento. Ron Rhodes,
crítico de la "Nueva Era" escribe:
"De acuerdo al Nuevo Pensamiento, los seres humanos pueden experimentar salud, éxito y
vida abundante usando sus pensamientos para establecer las condiciones de sus vidas. Los
proponentes del Nuevo Pensamiento se suscriben a la "ley de la atracción". Esta ley dice que
tal como lo semejante atrae a lo semejante, así nuestro pensamiento puede atraer las cosas
que desea o espera. Se cree que los pensamientos negativos pueden traer lamentables
circunstancias, y los pensamientos positivos atraen circunstancias que son agradables.
Nuestros pensamientos pueden ser creativos o destructivos. El Nuevo Pensamiento enseña a
la gente cómo usar sus pensamientos creativamente".12

Los paralelos con las sectas metafísicas no son simples coincidencias. Kenyon, el padre
verdadero del actualizado movimiento de la Fe, "se graduó" en metafísica. Sus perversiones
fueron abrazadas y multiplicadas por Hagin, quien ha reproducido sus conceptos casi palabra
por palabra.13 Estas distorsiones han continuado su desarrollo por medio de hombres como
Frederick Price y Kenneth Copeland. Ambos, Price y Copeland desafortunadamente se han
convertido en mentores de otros muchos maestros de la Fe, incluyendo a Jerry Savelle y Charles
Capps.
Savelle, por ejemplo, dice que "el material en bruto o la sustancia que Dios usó para
formar este mundo fueron Su fe y Su Palabra... La manera en que El creó el mundo fue, primero
que todo, porque El concibió algo dentro de El mismo. El concibió, El tuvo una imagen, El tuvo
una visión. Dios no lanza cosas a la existencia sin primero concebirlas, eso es lo primero".14
Cuando a Savelle le preguntaron si una persona puede cambiar su mundo por medio de la
palabra de fe, él respondió que nosotros podemos trasladar nuestras palabras a la existencia.
"Esta es la forma en que fue creado el mundo donde usted está viviendo ahora —él dice—.
Usted habla por acá..., usted habla por allá y eso le da el lugar en el que usted está viviendo
ahora mismo, mi hermano. Usted no puede culpar a nadie más. Sus palabras le han traído
adonde está. Usted ha sido el que le ha dado forma a todo. Quizás alguien diga: ¿usted quiere
decir que el mundo en el que yo estoy viviendo ahora mismo se ha originado por las palabras de
mi boca? Ciertamente es así, porque la Biblia dice que usted está atrapado por las palabras de su
boca, usted queda preso por sus palabras. ¿Amén?".15
Charles Capps repite las palabras de su socio en el mensaje de la prosperidad, cuando dice:
"Algunos piensan que Dios hizo la tierra de la nada, pero así no fue como lo hizo. El la
hizo partiendo de algo. La sustancia Dios usó la fe... El usó Sus palabras como
portadoras de esa fe".16
Robert Tilton, quien se identificó a sí mismo como el más ungido pastor de la prosperidad en la
televisión, reclama también que la fe es una fuerza. Dice Tilton: "Si usted tiene un problema,
cualquier clase de necesidad, vivienda, transporte, dificultades en su matrimonio, usted puede
generar lo creativo —vea, todo esto trabaja por fe—, la fuerza creativade Dios formando la
existencia".17
Desde luego, con Tilton hace falta más que palabras. En su caso, una buena ayuda es hacer
un compromiso de fe atado a una generosa donación. En la mayoría de los casos, mil dólares
parece ser la cantidad mágica.

Origen de la enseñanza de la Fe
Por ahora usted debiera estar preguntándose, ¿de dónde en este mundo esta gente puede
sacar sus disparates? Por muy difícil que resulte creerlo, el texto a prueba que usan los
maestros de la Fe es Hebreos 11:1, el que en la versión Reina Val era de 1909 lee así: "Es pues
la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven".
!Ahí lo tiene usted —dicen los maestros de la Fe—, la fe
es una sustancia!
Imagínese. Todas las perversiones justamente documentadas son basadas primeramente en
un viejo pasaje de una vieja traducción, expuestas fuera de contexto. Es este pasaje, sin
embargo, el que se usa para probar el mensaje de la Fe. Como un elefante haciendo piruetas en
el punto de un lápiz, su entera teología descansa en una sola palabra, "sustancia", en Hebreos
11:1.
Los maestros de la Fe interpretan la palabra "sustancia" para identificarla con la "mágica
materia prima" con que fue hecho el universo. Como lo expuso Copeland: "La Fe fue el
material en bruto, la sustancia, que el Espíritu de Dios utilizó para formar el universo".18
Por tanto, de acuerdo a la enseñanza de la Fe, el libro que usted está leyendo ha sido hecho
de moléculas, las que son a su vez hechas de átomos, y que están compuestas de partículas
subatómicas, y todo, comprimido dentro de esa cosa que se llama "fe". De acuerdo con la
Teología de la Fe, todo lo que virtualmente existe ha sido hecho por fe.
Pero, ¿es esto verdad? ¿La palabra "sustancia" que encontramos en Hebreos 11:1 es
realmente esa fe que constituye la materia prima con la que se hizo el universo?
Primero, recordemos que las Escrituras siempre se interpretan a la luz de las Escrituras.
Siendo ese el caso, la fe no puede ser correctamente entendida como "el bloque de construcción
del universo", ya que nunca es usada en ese sentido en el libro de Hebreos, mucho menos en
todo el resto de la Biblia.
En segundo lugar, la palabra traducida como "sustancia" en la versión Reina Valera ya
mencionada, resulta mucho más fiel al original cuando se traduce por "certeza" (Reina Valera
1960). En lugar de ser un material tangible, la fe es un canal de confianza para vivir—una
certeza— que proviene de Dios para el hombre. La fe bíblica verdadera es únicamente tan
buena como el objeto al que se dedica. Dios es tanto el objeto como el origen de nuestra fe. Esta
fe bíblica verdadera es fe en Dios, en clara oposición a la fe como una sustancia, (el concepto
de "fe en la fe", como lo expone Hagin).19 Es el objeto y el origen de la fe lo que la convierte
en efectiva.
Finalmente, consultando una Biblia interlinear (griego-español), nos damos cuenta de que
la palabra traducida como "sustancia" es la palabra griega hypostasis, la que en el contexto de
Hebreos 11:1 significa "una impresión de seguridad, una consumación mental". 20 Otras
traducciones, en un esfuerzo para ofrecer una exacta interpretación, trasladan hypostasis como
"plena seguridad" (Versión "Dios habla hoy"); "garantía" (Biblia de Jerusalén). Muy lejos del
concepto de "materia tangible", la fe se refiere específicamente a la seguridad en que las
promesas de Dios nunca fallan, aunque algunas veces no podamos experimentar su culminación
en nuestras existencias mortales.
Como lo señaló de elocuente forma el notable teólogo Louis Berkhof, el escritor de Hebreos
"exhorta a los lectores a una actitud de fe que les permita trasladarse de lo que se ve a lo que no
se ve, del presente al futuro, de lo temporal a lo eterno; y que finalmente les capacite para ser
pacientes en medio del sufrimiento".21

La fe verdadera
La verdadera fe bíblica (pistis en el griego) encierra tres elementos esenciales. El primero es
conocimiento. El segundo implica convenio. Pero no es hasta que nosotros añadamos el tercer
ingrediente, confianza que logramos tener una perspectiva totalmente bíblica.
Imagínese que usted se adhiere a las enseñanzas sectarias de Kenneth Copeland. Usted puede
saber acerca de un libro titulado Cristianismo en Crisis; usted aun puede convenir en que en el
mismo se provee una exacta diagnosis de las enseñanzas de Copeland; pero no es hasta que
usted cesa de consumir su veneno, que usted demuestra tener "fe" en que esas desastrosas
enseñanzas le han llevado desde el cristianismo al reino de las sectas.
De la misma manera, suponga que yo le haya dicho que la tableta de dulces que alguien le ha
dado está impregnada de cianuro, un veneno que dañaría a cualquiera que la comiera. Y que
usted me replique: "Sí, lo sé, estoy de acuerdo"; pero que después proceda a comerla. Su acción
prueba que usted no ha tenido fe en lo que yo le dije. (Incidentalmente, cualquier buena
intención que usted haya tenido no cambia las circunstancias. Al final sufrirá de convulsiones
hasta morir).
¿Y a fin de cuentas qué diferencia hace que tengamos una apropiada definición de fe? Pues hace
toda la diferencia del mundo. Recuerde simplemente la tragedia de Larry y Lucky Parker,
quienes compraron la mentira y dejaron morir a su hijo. Y no olvide que por cada ejemplo de
muerte física, hay centenares de ejemplos que no pueden verse, de suicidios espirituales. Por
cada persona que se sienta en una secta de la Fe, hay miles más que han sembrado una semilla
similar de error y han cosechado torbellinos de muerte. Algunos, como Larry y Lucky han
encontrado su camino de regreso a la fe bíblica. Pero otros que no se pueden contar han
quedado sin rumbo, no sabiendo adonde ir o en quien confiar.
Yo espero que a estas alturas usted esté de acuerdo en que el movimiento de la Fe ha
definido erróneamente la fe de forma muy trágica. El próximo paso será ver cómo ellos
esparcen sus errores. Pongamos ahora nuestra atención a las fórmulas de la Fe que maneja el
movimiento de la Fe.

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