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Finalizando la primera década del siglo XXI en Colombia, la lucha de clases se proyecta
sobre dos terrenos, el primero el de la pugna entre las clases dominantes para definir
quien se coloca al frente de los destinos de la nación. La segunda, entre las clases
dominantes y el pueblo, las primeras tratando de derrotar cualquier posibilidad de
cuestionamiento al orden imperante. De estos dos, el principal, el que ocupa y ocupará
el escenario nacional en los próximos dos años es la pugna en el seno de las clases
dominantes, por definir que facción tendrá las riendas del modelo económico y del
régimen político.
Hay una fuerte lucha en las clases dominantes, y ellas buscan alinear a las demás
clases sociales en uno de los bandos. Esta lucha aparece bajo la forma de pugna entre
Uribistas y antiuribistas, pero se trata de la rapiña por quien usufructúa las cosechas
generadas con los triunfos del fascismo y el neoliberalismo en los últimos veinte años.
Por diferentes medios los voceros de las clases dominantes dejan ver que tienen
acuerdo fundamentales centrados en mantener los ejes principales del proyecto
fascista: Primero, la Seguridad Democrática como garantía para la inversión de
capitales naciones y extranjeros, en ese sentido, la ex ministra de defensa Martha
Lucia Ramírez hoy senadora del partido de la U, presentará un proyecto de ley para
que se convierta en política de Estado. Segundo seguir atrayendo la Inversión
Extranjera como motor de un tipo de crecimiento económico que beneficia a los
monopolios imperialistas, a los grandes financistas y banqueros y a los exportadores
de banano y palma aceitera. Tercero, para que los dos aspectos anteriores se puedan
lograr sin contratiempos se requiere eliminar la posibilidad de que surja un proyecto
popular que ejerciendo el derecho a la protesta popular y a la rebelión contra la
injusticia y los privilegios, tenga la capacidad de buscar una sociedad diferente.
Las contradicciones entre las clases dominantes tienen las siguientes manifestaciones.
El bloque uribista tiene unidad en que el conductor del proyecto debe seguir siendo
Uribe Vélez o por lo menos una figura reconocida y confiable para la derecha y la gran
burguesía. Sin embargo tienen pugnas internas, sobre si la reelección debe ser en el
2010 o en el 2014, aquí brilla la cabeza de Germán Vargas Lleras quien espera ser el
renovador del proyecto fascista y que no apoya la reelección inmediata y que ha sido
golpeado por Uribe al despojarlo de parte importante de las cuotas burocráticas que le
garantizan el juego político. Otros uribistas como Juan Manuel y Francisco Santos, no
esconden sus intensiones presidenciales, pero esperan mejores tiempos para hacerlas
explícitas, o incluso el Partido Conservador, el más favorecido con la repartija
burocrática, y dispuesto a postular candidato propio para jugar a dos bandas, o en
alianza con Uribe o con otros sectores si Uribe no se lanza.
De otro lado está el sector de las clases dominantes no Uribista, que se han venido
fortaleciendo políticamente, aprovechando la inconformidad producida por la caída de
las pirámides y las repercusiones que pueda tener en Colombia el triunfo de Obama en
las elecciones presidenciales de EE.UU., aquí está el Partido Liberal y el Pastranismo,
que le cuestionan a Uribe la concentración casi absoluta del poder presidencial y la
falta de una política social que atenúe un poco la difícil condición del pueblo.
En este análisis político no se puede dejar de lado que un sector del Polo Democrático
Alternativo (Petro, Lucho, Navarro) se identifica con la facción de las clases
dominantes que no quieren la reelección, pues comparten el que se mantengan los
avances hechos por el fascismo, en especial la eliminación del derecho del pueblo a
rebelarse y resistir; así como mantener las garantías al flujo del capital extranjero y la
estabilidad o seguridad de una economía de mercado con grandes resultados para los
monopolios y unas pocas familias.
La economía colombiana y la crisis
A esto se suma la crítica situación social generada en varias regiones del país. En el
suroccidente (departamentos de Huila, Cauca, Nariño y Putumayo) por la caída de las
pirámides, que deja a una parte de la población sin recursos para su sobrevivencia y
además afecta los ingresos territoriales destinados a la inversión social. En otras
regiones del país, el fuerte invierno nuevamente terminó afectando a los más pobres y
dejando al descubierto que la política de prevención y mitigación de riesgos no está
acorde con las condiciones sociales, económicas, culturales y jurídicas de las
poblaciones vulnerables.
Las medidas que el gobierno de Uribe Vélez está preparando para hacer frente a la
crisis tienen que ver con defender los intereses de los gremios y monopolios que lo
apoyan: exportadores, sector financiero, terratenientes, grandes comerciantes,
algunos industriales y monopolios imperialistas, pero no incluye ninguna medida para
el pueblo, en términos de ingresos, impuestos, servicios públicos, etc.
Esta nueva etapa del desarrollo de la economía imperialista se caracteriza por la fusión
de los consorcios internacionales, el origen de megamonopolios que subordinan los
estados, la preponderancia del capital financiero sobre el capital productivo y la
imposición de un nuevo modelo económico: el neoliberalismo.
Los potencias imperialistas EE.UU., Canadá, China, Francia, Reino Unido, Alemania,
Italia, Japón, Rusia y las grandes corporaciones, han venido controlando
monopólicamente las principales ramas de la economía mundial, luchando por el
dominio de zonas geoestratégicas, maquinando intrigas, tejiendo alianzas políticas y
promoviendo guerras para obtener el control de recursos energéticos, hídricos,
forestales, agrícolas y de biodiversidad.
Toda esta mezcla de crisis bursátil, bancaria y financiera, ha llevado y esta llevando a
países de todos los continentes a la recesión, entendiendo por esta el que el PIB de un
país sea negativo por dos trimestres consecutivos. La economía mundial se desplomó
en los últimos meses y sólo crecerá un 0,5% en 2009, la peor cifra desde la posguerra,
según el último informe de revisión de previsiones divulgado por el Fondo Monetario
Internacional (FMI). En tanto, Estados Unidos sufrirá un crecimiento negativo del -
1,6% en 2009, una drástica revisión a la baja (caída del 0,7%) según el informe.
América latina escapará por poco a la recesión mundial y crecerá un 1,1% en 2009. La
economía de la zona euro sufrirá un crecimiento negativo de 2% en 2009, en lugar del
-1,5% previsto en noviembre.
Está surgiendo una tendencia que apunta al cambio del modelo neoliberal (no en el
conjunto de la globalización imperialista), que tiende a ser reemplazado por un modelo
de libremercado, crecimiento del capital productivo, superconcentración de capital
financiero, disciplina fiscal y regulación estatal. No es la vuelta a los tiempos del
intervencionismo estatal y de Estados de Bienestar, es un periodo de mayor
subordinación de los estados a los megamonopolios imperialistas, el Estado regulará lo
que necesite e interese al capital financiero y productivo mundial. Este nuevo modelo
económico será impulsado sobre todo por el nuevo presidente norteamericano Barak
Obama, como parte del proyecto de las clases dominantes imperialistas por mantener
la hegemonía mundial. En el discurso de posesión Barack Obama dijo: “Tampoco se
trata de preguntarse si el mercado es una fuerza del bien o del mal. Su poder para
generar riqueza y extender la libertad es incomparable, pero esta crisis nos ha
recordado que, sin una atenta vigilancia, el mercado puede descontrolarse…”
La agresión de Israel contra la Franja de Gaza, es parte del plan del imperialismo
norteamericano para el control del medio oriente y de los intereses de las clases
dominantes israelís para apuntar a ser subpotencia regional. La provocación israelí
contra Hamás (bloqueo permanente, asesinatos selectivos, detenciones arbitrarias)
surtió efecto y llevó a Hamas a romper la tregua, lo cual fue aprovechado por el
ejército de Israel para lanzar una ofensiva de castigo masivo contra la población
palestina en Gaza, el objetivo es liquidar la resistencia de Hamás y reducir la capacidad
de negociación del gobierno palestino y evitar la demanda de construcción de un
Estado Palestino Autónomo, la población de Gaza y todo el pueblo palestino requieren
de la solidaridad de los pueblos del mundo.
El gobierno de Obama
Entre las primeras decisiones tomadas por el gobierno de Obama están el bombardeó
del noroeste de Pakistán con varios muertos, a solo tres días después de la posición.
En su discurso inaugural Obama aseguró su compromiso con el proyecto imperialista
de dominación mundial: “No nos disculparemos de nuestro modo de vida, ni bajaremos
nuestras defensas. Seguimos siendo la nación mas poderosa y prospera del a tierra”.
Por otra parte, algunos sectores del PDA consideran que ya no son posibles los
acuerdos unitarios entre sus diferentes tendencias, argumentando diferencias que no
han sido en realidad aspectos relevantes en la vida del Polo. Personajes como Gustavo
Petro, Antonio Navarro, Lucho Garzón, Marcelo Torres, en sus acciones políticas y
planteamientos, han abandonado el ideario de unidad y el carácter de ser oposición al
régimen y propugnan por un Polo “más moderno”, entendiendo por esto, la renuncia a
los principios y programa acordados en el 2006, en lo que incluyen el respaldo a varias
de las políticas del régimen: Seguridad Democrática, Inversión extranjera, modelo de
crecimiento económico, (con algunos retoques sociales), y un comportamiento
pragmático en la política (por ejemplo apoyo a la elección del procurador). Consideran
que el actual modelo político y económico ya no debe ser conducido por Uribe Vélez,
para lo cual buscan acuerdos con las clases dominantes antiuribistas. Este sector
aspira realmente a que en 2010 sea elegido un candidato de “convergencia” que les dé
oportunidades y cuota burocrática para aspirar al 2014. Por eso se oponen a que el
PDA tenga un candidato propio en las próximas elecciones. Para distraer sus propósitos
este sector ha centrado la discusión en que el ideario de unidad debe ser más
contundente respecto al rechazo de la “Combinación de las formas de lucha” y a la vez
que el PDA debe tener un criterio bien amplio para las alianzas e incluir a los sectores
uribistas, para no caer en la “enfermedad infantil del izquierdismo”, según ellos
quienes no estén de acuerdo con esos postulados no tienen cabida en el PDA.
La tarea del Modep como parte integrante del PDA es luchar por que éste mantenga su
carácter democrático, el ser oposición al régimen fascista y el no permitir que en
nombre del “realismo político” e incluso la lucha contra el fascismo, se borren las
diferencias entre las clases dominantes y el pueblo. Los sectores de izquierda del PDA
debemos dar a conocer a la opinión pública en general es que una posición política en
el PDA no respeta las directrices y la dirección del PDA, no actúa como bancada del
Polo. El Polo requiere hoy más que nunca que el pueblo lo reconozca como una
alternativa distinta a las clases dominantes, con un programa de transformaciones
democráticas y no como una maquinaria electoral, que busca cuotas y que en nombre
del realismo político, está dispuesta a venderle el alma al diablo.
El Movimiento Social
En Colombia, luego de la imposición del modelo económico y político del fascismo, las
organizaciones sociales y gremiales del pueblo se han visto debilitadas cualitativa y
cuantitativamente, ha disminuido la tasa de sindicalización y de participación del
pueblo en las organizaciones comunitarias, campesinas, estudiantiles.
Sin embargo, pese a su dinámica, masividad y beligerancia, estas luchas tienen como
principal debilidad el que no se convierten en luchas nacionales capaces de golpear el
corazón del régimen fascista y articularse en un proyecto alternativo con otros sectores
sociales y políticos. Se requiere un fuerte trabajo de propagandización y educación en
la idea de defender las organizaciones del pueblo, vincularse a ellas y proyectar un
plan de movilizaciones que logre articular las luchas nacionales, regionales y
sectoriales, y sobre todo elevar su capacidad política articulándolas en torno a un
proyecto alternativo de Estado y Nación.
El Modep sostiene que en Colombia la existencia de la lucha guerrillera que libran las
Farc – EP, el ELN y el EPL, tiene razones históricas y sociales y por eso no califica al
movimiento armado con la categoría de “terroristas” y principal obstáculo para la paz,
que han planteado las clases dominantes y el imperialismo. El movimiento armado
tiene un proyecto político y programático de carácter democrático, sin embargo en los
últimos años ha sufrido fuertes golpes políticos y militares que lo han replegado a
regiones aisladas, pero que no lo han derrotado, como lo pretendía Uribe, el Plan
Colombia y la doctrina contrainsurgente aplicada en Colombia en los últimos años.
Como revolucionarios nuestra lucha tiene como objetivo culminar las tareas
democráticas y nacionales para avanzar hacia la construcción de una sociedad
socialista. Tarea que requiere el apoyo del pueblo al programa revolucionario y su
participación para coordinar la lucha de amplios sectores de la población urbana,
regional y rural y las diferentes formas como se expresen las luchas.
La historia colombiana en los últimos 200 años, muestra que las clases en el poder han
enfrentado la protesta popular con violencia y criminalización, utilizan la guerra, el
exterminio y el desplazamiento para imponer proyectos económicos y políticos. Esto
lleva a que el pueblo acuda a diferentes formas de protección para salvar su vida y
defenderse de las agresiones de las clases dominantes. Las formas de lucha y
organización que se utilicen solo constituyen los medios y las formas necesarias que
requiere el pueblo en un momento determinado para alcanzar sus objetivos.
En el marco de la lucha por sus objetivos políticos, el accionar político del Modep es
autónomo e interdependiente con otras fuerzas democráticas y revolucionarias, en
cuanto tenemos un programa propio, que comparte varios puntos con otras
organizaciones, así como diferencias con éstas, por esto establecemos todas las
coordinaciones necesarias, sin que menoscaben y vayan en contra de nuestros
principios y postulados políticos principales.
Por toda esta situación El Movimiento por la defensa de los derechos del Pueblo
MODEP llama a los obreros trabajadores, campesinos, estudiantes, intelectuales,
masas barriales y sectores populares en general a promover, acompañar y
solidarizarnos con las luchas populares.