Un Estudio Sobre Las Imagenes

CURSO DE APOLOGETICA: QUINTO TEMA
¿SON IDÓLATRAS LOS CATÓLICOS PORQUE TIENEN IMÁGENES?
Era un Viernes Santo y como todos los años, la comunidad parroquial estaba en la calle,
con la procesión del Víacrucis. El ambiente se mezclaba entre súplicas y cantos como:
"...Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad..." De pronto ese ambiente de oración y
penitencia, se vio abruptamente interrumpido por unos gritos que salían de un porche de
una de las casas del sector que decían: "Idólatras, Aaay! Padrecito lindo, manda el castigo
para los que adoran ídolos, a los que confían en dioses de palo. Aaay! No puedo resistir esta
abominación. Aaay! Están ciegos busquen la luz que sólo Dios puede dar. Aaay!..." Los
gritos seguían y las personas que iban en la procesión se quedaron turbadas al escucharlos.
don Tomás, un catequista de la parroquia, se apartó de la multitud y se dirigió hacia la casa
de la señora que continuaba con sus imprecaciones.
"Buenas Tardes, señora", -dijo don Tomás.- ¿Qué le pasa? ¿Le puedo ayudar en algo?.
"¡Al contrario, es usted el que necesita la ayuda del Señor para que deje la idolatría!"
-le respondió la señora en alta voz y con un temblor en el cuerpo-
Pero señora, disculpe, no entiendo el por qué usted está tan alterada y por qué se expresa
mal de nosotros, -le replicó don Tomás-
"Es que ustedes están todavía en las tinieblas, sus ojos siguen cubiertos con el velo del mal
y por eso no obedecen la Palabra de Dios y cometen abominaciones ante sus ojos"
-respondió la señora, siempre alzando la voz y con el cuerpo estremecido-
don Tomás le dice: "Señora, si me permite hablar con usted sobre eso que está diciendo, yo
con gusto puedo compartirle mi forma de ver las cosas. Pero quisiera hacerlo de una
manera tranquila. ¿Qué dice usted, acepta?"
La señora, al ver la actitud de don Tomás y como ya la procesión había pasado, le dice:
"Bueno, así aprovecho para sacarlo de las tinieblas". Le abre la puerta del porche y don
Tomás entra a la casa.
-don Tomás le contesta: "Gracias señora, con permiso. Me puedo sentar aquí en este
banquito?"
"Sí donde usted quiera" -responde la señora-
Perdone, le dice don Tomás, pero no le he preguntado su nombre.
-Me llamo Leticia. Y usted?
-Mi nombre es Tomás, para servir a Dios y a usted, señora
doña Leticia: Pues yo dudo que usted le sirva al Señor si adora ídolos de palo y de yeso.
don Tomás: Pero, ¿por qué dice usted que yo adoro ídolos de palo y de yeso?
doña Leticia: ¿y no ve como llevaban ese muñeco entre varios, agarrándolo para que no se
cayera? Esos son ídolos que no ven, ni oyen, ni sienten ni tampoco pueden salvar.
don Tomás: Pero eso no quiere decir que yo sea un idólatra.
doña Leticia: Se lo voy a demostrar con la Palabra de Dios, esa no miente. -Se metió a la
casa y en unos momentos salió con una Biblia pasta negra y bordes rojos. Inmediatamente
empezó a buscar unas citas que tenía subrayadas y le dice a don Tomás: "Los Católicos
son idólatras, porque tienen imágenes y les rinden culto, y eso lo prohíbe la Biblia en
varios pasajes: Ex. 20,4-5; Deut. 4,9-31; Deut. 5, 6-9; Deut. 7,5. 25-26; Sal. 135,15-18."
don Tomás: Yo ya he leído esas citas. Pero quiero pedirle que antes de que empecemos a
escudriñar la Palabra de Dios, hiciéramos una oración pidiéndole al Espíritu Santo que
ilumine nuestro entendimiento y abra nuestros corazones a su inspiración.
PARA INFORMACION SOBRE MAS MATERIAL PARA LA EVANGELIZACION DE NUESTRA AMADA IGLESIA
DIRIGIRSE A LA IMPRENTA DE LA ARQUIDIOCESIS DE MANAGUA AL TELEFONO2650846 O AL CORREO
ELECTRONICO geboru2005@yahoo.es DIOS TE BENDIGA POR TU APOYO.
doña Leticia: Me parece bien. !Ohhhh.... Padre.......

don Tomás: Perdóneme que la interrumpa, pero como yo soy el invitado a su casa, quisiera
hacer la oración. ¿Me permite?
doña Leticia: Está bien, adelante.
don Tomás: "Espíritu Santo, presente en los principios de la creación, inspirador de
profetas, guía del pueblo fiel, ven a iluminar nuestros corazones y nuestra mente, para que
nos ayudes a comprender el inmenso amor que el Padre nos tiene. Ese mismo amor que lo
movió a encarnarse, a hacerse hombre como nosotros y de esa forma el creador se vuelve
uno con su criatura. Santo Espíritu de Dios, ven conforme la promesa de nuestro Señor
Jesucristo, toma posesión de estos tus templos y de todo lo que por medio del Bautismo que
hemos recibido te pertenece. Ayúdanos a encontrar la verdad por medio de tu Palabra, para
que de esa forma seamos libres de las ataduras del padre de la mentira. Ven... Ven..."
doña Leticia: "Te lo pedimos en el Nombre Poderoso de Jesucristo, Amén"
don Tomás: Amén. Gracias hermanita. Bueno, ahora podemos escudriñar la escritura y
voy a sacar mi Biblia que ando en este bolso. Le decía que yo había leído esas citas, pero
quiero que se fije en algo. Si analizamos las tres primeras citas que usted señala, pero
leyendo Éxodo 20,3 y Deut. 5,7; encontramos el por qué de la prohibición de no hacer
imágenes: “No tendrás otro Dios fuera de mi”, “Yo seré tu único Dios”.
Fíjese que aquí, en estas citas, no se prohíbe tanto el tener la imagen o la figura, sino el
hecho de convertirla en un Dios, cosa absurda, pues ya se sabe que la imagen fue hecha por
la mano del hombre a como lo señalan otras citas (Is. 44,9-19; Ex. 32,3-5; Os. 8,1-6ª; Jer.
10,1-6). Esta disposición se dio debido a que los Israelitas, mientras andaban errantes por el
desierto, se mezclaban con muchos pueblos que eran politeístas, o sea que creían en
muchos dioses y por eso tenían un montón de ídolos y los adoraban, la prohibición fue una
forma de evitar que el pueblo de Dios se contaminara con estas prácticas. Por eso Dios
pone mucho énfasis en señalar que Él es el único Dios. Además, nadie había visto a Dios,
por lo tanto no se le podía comparar con nada de lo creado.
doña Leticia: Pero claramente se dice que no es permitido hacer una imagen.
don Tomás: Bueno, y que me diría usted si le muestro en la Biblia, que aún a pesar de la
prohibición de no hacer ningún tipo de imagen, se encuentran muchas citas donde aparecen
imágenes relacionadas con el santuario o lugar de morada de Dios y donde se le rendía
culto y que es el mismo Dios quien las manda a hacer : "Harás además, dos
querubines de oro macizo; los harás en los dos extremos del
propiciatorio: haz el primer querubín en un extremo y el segundo
en el otro. Los querubines formarán un cuerpo con el
propiciatorio, en sus dos extremos. Estarán con las alas
extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno
frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio. Pondrás
el propiciatorio encima del arca; y pondrás dentro del arca el
Testimonio que yo te daré. Allí me encontraré contigo; desde
encima del propiciatorio, de en medio de los dos querubines
colocados sobre el arca del Testimonio, te comunicaré todo lo que
haya de ordenarte para los israelitas" (Ex. 25,18). A ver, doña Leticia,
dígame ¿qué es un querubín?
doña Leticia: Pues un ángel.

don Tomás: ¿Y un ángel no es acaso algo de lo que está arriba en el cielo? Entonces, ¿qué
pasó con la prohibición de Ex. 20,4-5 que usted me señalaba? Fíjese ahora en estas otras
citas: "Harás un velo de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y
lino fino torzal; bordarás en él unos querubines" (Ex. 26,31). "Hizo
en el Debir dos querubines de madera de olivo de diez codos de
altura. Un ala del querubín tenía cinco codos y la otra ala del
querubín cinco codos; diez codos desde la punta de una de sus
alas hasta la punta de la otra de sus alas. El segundo querubín
tenía diez codos, las mismas medidas y la misma forma para los
dos querubines. La altura de un querubín era de diez codos y lo
mismo el segundo querubín." Y aquí hago un paréntesis -señala don Tomás- para
explicarle que si un codo (ammá) es equivalente a 0,50 m ¡estamos hablando de estatuas de
5,00 m. de altura y de 5,00 m. de ancho! -Sigamos leyendo: "Colocó los
querubines en medio del recinto interior; y las alas de los
querubines estaban desplegadas; el ala de uno tocaba un muro y
el ala del segundo querubín tocaba el otro muro, y sus alas se
tocaban en medio del recinto, ala con ala. Revistió de oro los
querubines. Esculpió todo en torno los muros de la Casa con
grabados de escultura de querubines, palmeras, capullos abiertos,
al interior y al exterior. Recubrió de oro el piso de la Casa al
interior y al exterior. Hizo la puerta del Debir con batientes de
madera de olivo, y el dintel y las jambas ocupaban la quinta parte;
los dos batientes eran de madera de olivo; esculpió sobre ellos
esculturas de querubines, palmas y capullos abiertos, y los revistió
de oro, poniendo láminas de oro sobre los querubines y las
palmeras. Hizo lo mismo en la puerta del Hekal: los montantes de
madera de olivo que ocupaban la cuarta parte; dos batientes de
madera de abeto: dos planchas de un batiente eran giratorias y
también eran giratorias otras dos planchas del otro batiente.
Esculpió querubines, palmeras, capullos abiertos y embutió oro
sobre la escultura." (1R.6,23-35). ¿Ya vio doña Leticia? ¡Todo el templo estaba
lleno de imágenes talladas, esculpidas, pintadas y bordadas! El templo tenía forma
rectangular y se dividía en tres espacios o habitaciones: el Ulam era el vestíbulo; el Hekal,
que también se le llamaba el Santo, era la gran sala de culto; el Debir, la cámara del fondo,
era la parte más sagrada, a la que se le llamaba Santo de los Santos, donde estaba el arca de
la alianza. El piso del Debir estaba más alto que el del Hekal y se encontraba separado de
este por medio de una mampara y unos grandes velos. En cada uno de estos espacios, por
todos lados, habían representaciones; y no sólo eso, sino que las imágenes talladas y
esculpidas se bañaban de oro. Incluso, el Rey David le dio instrucciones precisas a su hijo
Salomón sobre la construcción del templo y le señaló el uso del oro para cada uno de los
adornos del templo: “... Le dejó el modelo del carro de los querubines de
oro que cubren con sus alas desplegadas el arca de la alianza del
Señor: todo esto se lo dio por escrito de parte del Señor para
hacerle comprender todos los detalles del modelo.” (1Cro.
28,18-19). Y Salomón hizo todo a como se lo encargó su padre: “Salomón
comenzó la construcción del templo del Señor en Jerusalén, sobre
el monte Moria, allí donde su padre había tenido la visión... La
nave central estaba revestida de madera de ciprés, recubierta de
oro puro, con palmas y cadenetas grabadas... Sobre las paredes
hizo grabar querubines... Hizo dos querubines en metal forjado
para el lugar santísimo los recubrió de oro. Las alas de los
querubines tenían en conjunto diez metros de largas; cada ala
medía dos metros y medio. Un ala rozaba con la pared y la otra
con el ala del otro querubín. Las alas de los querubines,
desplegadas, medían diez metros. Los querubines estaban de pie,
con sus rostros vueltos hacia dentro. Hizo la cortina de púrpura
violeta, escarlata, carmesí y lino, con querubines bordados.” (2Cro.
3,1-14). Se fija, doña Leticia, pero sigamos leyendo más adelante en 1R. 7,23-51, aunque
sólo vamos a leer hasta el versículo 36: “Hizo el Mar de metal fundido que
tenía diez codos de borde a borde; era enteramente redondo, y de
cinco codos de altura; un cordón de treinta codos medía su
contorno. Debajo del borde había calabazas todo en derredor;
daban vuelta al mar a lo largo de treinta codos; había dos filas de
calabazas fundidas en una sola pieza. Se apoyaba sobre doce
bueyes, tres mirando al Norte, tres mirando al Oeste, tres mirando
al Sur y tres mirando al Este; el Mar estaba sobre ellos, quedando
sus partes traseras hacia el interior. Su espesor era de unos 20 cm
y su borde era como el borde del cáliz de la flor de la azucena.
Contenía dos mil medidas. Hizo también las diez basas de bronce
de cuatro codos de largo cada basa, cuatro codos su anchura y
tres su altura. Las basas estaban hechas así: tenían paneles y los
paneles estaban entre listones. Sobre el panel que estaba entre
los listones había leones, bueyes y querubines. Lo mismo sobre
los listones. Por encima y por debajo de los leones y de los toros
había espirales... Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce y ejes
de bronce de la jofaina, y los apliques estaban fundidos... Su boca,
desde el interior de las asas hasta arriba, tenía un codo; la boca
era redonda, teniendo un soporte de codo y medio; había también
sobre la boca esculturas, pero los paneles eran cuadrados, no
redondos. Las cuatro ruedas estaban bajo los paneles, y los ejes
de las ruedas estaban en la basa; la altura de cada rueda era de
codo y medio. La forma de las ruedas era como la forma de la
rueda de un carro, y sus ejes, sus llantas, sus radios y sus cubos,
todo era de fundición. Había cuatro asas en los cuatro ángulos de
cada basa; la basa formaba un cuerpo con su asa. En la cima de la

basa había un soporte de medio codo de altura completamente
redondo; y en la cima de la basa, los ejes y el armazón formaban
un cuerpo con ella. Grabó sobre las tablas querubines, leones y
palmeras... y espirales alrededor.” ¿Y sabe qué?, doña Leticia -continúa
diciendo don Tomás- a pesar de que ese templo estaba por todos lados lleno de imágenes, a
Dios le agrada y toma posesión de el. Leamos 1R.8,10-11: “Al salir los sacerdotes
del Santo, la nube llenó la Casa de Yahveh. Y los sacerdotes no
pudieron continuar en el servicio a causa de la nube, porque la
gloria de Yahveh llenaba la Casa de Yahveh." -Y más adelante se afirma lo
mismo: <<“Cuando Salomón hubo acabado de construir la Casa de
Yahveh, la casa del rey y todo cuanto Salomón quiso hacer, se
apareció Yahveh a Salomón por segunda vez, como se le había
aparecido en Gabaón. Yahveh le dijo: “He escuchado la plegaria y
la súplica que has dirigido delante de mí. He santificado esta Casa
que me has construido para poner en ella mi Nombre para
siempre; mis ojos y mi corazón estarán en ella siempre.”>> (1R.
9,1-3).
doña Leticia: Pero ese templo se destruyó y por lo tanto ya no quedaron esas imágenes,
porque Dios quiso que también desaparecieran.
don Tomás: Entonces si esa era la idea de Dios, explíqueme ¿por qué en la visión futura del
templo que le revela al profeta Ezequiel, le muestra un nuevo templo y este también lo llena
de imágenes? No me mire así que no lo estoy inventando, la visión del templo comienza en
el capítulo 40 de Ezequiel, pero le voy a leer sólo Ez. 41,17-20.25-26: “...desde la
puerta hasta el fondo del templo, por dentro y por fuera, las
paredes internas y externas estaban cubiertas de figuras: había
esculpidos querubines y palmeras. Entre querubín y querubín
había un palmera; cada querubín tenía dos caras: una cara de
hombre vuelta hacia una palmera y una cara de león hacia la otra,
representados todo alrededor del templo. Desde el suelo hasta la
parte superior de la puerta había representados querubines y
palmeras, así como por las paredes internas del santuario... En las
puertas del santuario estaban esculpidos querubines y palmeras,
como los de los muros; y sobre la fachada del vestíbulo, por el
exterior, había un arquitrabe de madera. A cada lado de los muros
laterales del vestíbulo había ventanas enrejadas y palmeras, así
como salas anexas al templo y arquitrabes.” -Y asústese más, a Dios le
vuelve a agradar este templo, según Ez. 43,1-7: <<“Me llevó luego al pórtico
que mira al Este: la gloria del Dios de Israel llegaba a la parte de
oriente. Su ruido era como el ruido de una masa de agua, y la
tierra resplandecía de gloria. Esta visión era como la que había
visto cuando vine para la destrucción de la ciudad y como la visión
que tuve junto al río Quebar. Yo caí de bruces en el suelo,

mientras la gloria del Señor entraba en el templo por la puerta
este. Entonces el espíritu me levantó y me llevó al atrio interior.
La gloria del Señor llenaba el templo. Oí una voz que me hablaba
desde el templo, mientras aquel personaje permanecía en pie
junto a mí. La voz me decía: “Hijo de hombre, éste es el lugar de
mi trono y el lugar donde se posarán mis pies, donde yo habitaré,
en medio de los israelitas, para siempre.”>> -Ahora, calculemos el área
que estaba cubierta por estas imágenes, pues aparecen las medidas del templo, ¡más o
menos 3 000 m²!
doña Leticia: Sí, pero a esas imágenes no se les adoraba.
don Tomás: !Ah¡ entonces, vamos llegando a la comprensión del asunto. Desde el
principio le dije que una imagen no necesariamente es un ídolo, ¿verdad?, y para
comprenderlo mejor, quiero que analicemos el caso de la serpiente de bronce de que se
habla en Núm. 21,4-9: <<“Partieron de Hor de la Montaña camino el
Mar Rojo, para rodear la tierra de Edón. En el camino empezó a
impacientarse el pueblo, que murmuraba contra el Señor y Moisés,
diciendo: “¿Por qué nos sacasteis de Egipto, para hacernos morir
en el desierto? No hay pan ni agua, y estamos ya hartos de esta
comida miserable”. El señor envió entonces contra el pueblo
serpientes venenosas, que los mordían y hacían morir a muchos
israelitas. El pueblo fue a decir a Moisés: “Hemos pecado
murmurando contra el Señor y contra ti. Pide al Señor que aleje
de nosotros las serpientes”. Moisés intercedió por el pueblo. El
Señor dijo a Moisés: “Hazte una serpiente de bronce, ponla sobre
un asta; los que hayan sido mordidos, al mirarla, sanarán”. Moisés
hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta; cuando
alguno era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de
bronce y quedaba sano”>>. Fíjese, conforme lo que dice el texto, que en su
momento, la serpiente cumplió su cometido: que el pueblo viera en ella una salida a su
sufrimiento. Y algo curioso es que Dios la manda a hacer y dispone que sólo bastase con
mirarla para que la persona quedara sana, no le pide que hiciera ningún tipo de sacrificio de
reparación, a como era la costumbre. Pero ocurre que en 2R.18,3-4, Ezequías, Rey de Judá,
mandó a romper la serpiente, porque los israelitas la adoraban ya como un dios: “Hizo lo
que es justo a los ojos del Señor, como su padre David. Suprimió
las colinas, hizo pedazos las estelas, arrancó los cipos sagrados y
machacó la serpiente de bronce que Moisés había hecho (pues
hasta entonces los israelitas le quemaban incienso; la llamaban
Nejustán)”. Ese es el problema, pues la serpiente de bronce fue, además de un alivio
seguro, una figura del redentor, a como lo señala San Juan en su Evangelio: “Como
levantó Moisés la serpiente en el desierto, así será levantado el
hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna”
(Jn. 3,14-15). Ahí está el meollo del problema, ya que la serpiente pasó de ser una imagen
con un propósito específico a convertirse en un dios y ese es el gran error que usted cree
que hacemos los católicos, pero nosotros al ver una imagen no creemos que ésta sea un
dios, al contrario, fíjese que a cada una de ellas las llamamos por el nombre de la persona a
quien representa. Un católico jamás va a decir que la Virgen María es una diosa, o que San
José, Santo Domingo de Guzmán, San Sebastián y San Jerónimo sean dioses. El que diga
esto está totalmente loco y se expone a que la Iglesia lo excomulgue. La mayor riqueza
para comprender el por qué, nosotros católicos, tenemos imágenes, la encontramos en un
libro que desgraciadamente usted no tiene en su Biblia, el libro de la Sabiduría. Voy a
leerle Sabiduría 16,5-8: “Pues cuando vino sobre ellos el terrible furor de
las fieras, cuando perecieron con la mordedura de serpientes
venenosas, tu ira no llegó hasta el extremo. Con el fin de que se
corrigieran, y por breve tiempo, fueron atormentados, habiendo
tenido un signo de salvación para que conservaran el recuerdo de
los mandamientos de tu ley; pues el que se volvía a él era salvado;
no por lo que contemplaba, sino por ti, salvador de todos. Y así
demostraste a nuestros enemigos que eres tú el que libra de todo
mal.” Quiero que analicemos bien esta cita, pues aquí es donde indica claramente que las
imágenes son:
1.- Señales de salvación (versículo 6): “...habiendo tenido un signo de

salvación...”
2.- Recuerdos de los mandamientos (versículo 6): “...para que conservaran el
recuerdo de los mandamientos de tu ley...”
3.- La acción trasciende de la imagen al individuo al que representa (versículo 7):
“...pues el que se volvía a él era salvado; no por lo que
contemplaba, sino por ti,
salvador de todos.”
4.- Tienen una función pedagógica (versículo 8): “Y así demostraste a
nuestros
enemigos que eres tú el que libra de todo mal.”
Por eso, si yo veo una imagen de Jesús crucificado, estoy viendo un signo de mi salvación,
pues él murió en esa cruz para que yo tuviera vida abundante (Jn. 10,10); eso me hace
recordar que él nos pidió que guardáramos los mandamientos (Mc.12,28-31);
automáticamente y sin esfuerzo, de mi corazón brota una oración, ya sea de petición
(súplica), de acción de gracias o de perdón (Fil. 4,6-7); ese crucifijo realmente me inspira y
me ayuda a recordar ese amor tan inmenso que Jesús me tiene y que como señala San Pablo
en 1Cor. 1,18-31, la verdadera sabiduría está en reconocer todo lo que el Señor ha hecho
por nosotros. Cuando no comprendemos esta tremenda realidad del sentido de las
imágenes, es que surgen las desviaciones que la misma Iglesia condena, como es el caso de
su utilización para realizar actos de adivinación (santería), hechicería, espiritismo, etc. Voy
a leerle el Catecismo de la Iglesia Católica, que siempre cargo conmigo, en los Nos. 2115 al
2117, para que vea la posición oficial de la Iglesia ante estos abusos:
No. 2115. ”Dios puede revelar el porvenir a sus profetas o a otros santos. Sin
embargo, la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la
providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al
respecto. Sin embargo, la imprevisión puede constituir una falta de responsabilidad.”
No. 2116. “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a
los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se
supone “desvelan” el porvenir (cf. Dt. 18,10; Jr. 29,8). La consulta de horóscopos, la
astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de
visión, el recurso a “médiums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia
y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes
ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso,
que debemos solamente a Dios.”
No. 2117. “Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se
pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder
sobrenatural sobre el prójimo –aunque sea para procurar la salud-, son gravemente
contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van
acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los
demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia
prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de
él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legitima ni la invocación de las
potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.”
doña Leticia: "Pero la Iglesia Católica permite todo esto porque no enseña la Palabra de
Dios y más bien fomenta el culto a las imágenes y que las anden en procesión".
don Tomás: Bueno, si usted se fija en lo que le leí anteriormente, la Iglesia sí enseña, aclara
y advierte las cosas a sus fieles, lo que pasa es que es difícil controlar el actuar de algunas
personas, máxime que en nuestros pueblos latinoamericanos, por su descendencia indígena
y africana, están llenos de muchas costumbres de tribus ancestrales, lo que se conoce como
"sincretismo". Pero ya que tengo el Catecismo, quiero que se fije que todo lo que hemos
analizado anteriormente, está dicho aquí en pocas palabras, principalmente lo que vimos en
el Libro de la Sabiduría 16,5-8. Le voy a leer los Nos. 2129 al 2132.
No. 2129. “El mandamiento divino implicaba la prohibición de toda representación de Dios
por mano del hombre. El Deuteronomio lo explica así: ‘Puesto que no visteis figura alguna
el día en que el Señor os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a prevaricar y
os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea...’ (Dt. 4,15-16). Quien se
revela a Israel es el Dios absolutamente Trascendente. ‘El lo es todo’, pero al mismo tiempo
‘está por encima de todas las obras’ (Si. 43,27-28). Es la fuente de toda belleza creada (cf.
Sb. 13,3).”
No. 2130. “Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento Dios ordenó o permitió la institución
de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado: la
serpiente de bronce (cf. Nm. 21,4-9; Sb. 16,5-14; Jn. 3,14-15), el arca de la Alianza y los
querubines (cf. Ex. 25,10-12; 1R 6,23-28); 1R 7, 23-26).”
No. 2131. "Fundándose en el misterio del Verbo encarnado, el séptimo Concilio Ecuménico
(celebrado en Nicea el año 787), justificó contra los iconoclastas el culto de las sagradas
imágenes: las de Cristo, pero también las de la Madre de Dios, de los ángeles y de todos los
santos. El Hijo de Dios, al encarnarse, inauguró una nueva “economía” de las imágenes."
No. 2132. "El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que
proscribe los ídolos. En efecto, ‘el honor dado a una imagen se remonta al modelo original’
(S. Basilio, spir. 18,45), ‘el que venera una imagen, venera en ella la persona que en ella
está representada’ (Cc. De Nicea II: DS 601; cf. Cc. De Trento: DS 1821-1825; Cc.
Vaticano II: SC 126; LG 67). El honor tributado a las imágenes sagradas es una
“veneración respetuosa”, no una adoración, que sólo corresponde a Dios:
El culto a la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como

realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos
conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la
imagen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la
que ella es imagen (S. Tomás de Aquino, s. Th. 2-2, 81, 3, ad 3)."
doña Leticia: Pero bueno, entonces qué es para usted la Idolatría?

don Tomás: Bien, es cuando uno se vuelve esclavo de las realidades creadas: Dinero (Mt.
6,24); vino (Tit. 2,3); voluntad de dominar al prójimo (Col. 3,5; Ef. 5,5); poder político
(Ap. 13,8); placer, envidia y odio (Rom. 6,19; Tit. 3,3); pecado (Rom. 6,6) e incluso, se
incluye la observancia material de la ley (Gal. 4,8-9). Lo importante es que todo esto
conduce a la muerte (Fil. 3,18-19). Un ídolo es algo que tomo como un Dios o que lo
pongo en lugar de Dios. Por eso una imagen no necesariamente puede ser un ídolo. -y
continúa diciendo don Tomás- doña Leticia, hay otra cosa importante que tenemos que
considerar. Recordemos que hay dos grandes momentos en la historia de nuestra salvación
y se conocen como la Antigua y la Nueva Alianza. Hasta el momento, hemos analizado la
perspectiva de la imagen, pero bajo la mentalidad del Antiguo Testamento, o sea, la Antigua
Alianza. En el Antiguo Testamento, Dios no se manifestaba a través de cosas hechas por la
mano del hombre, sino por medio de las obras de la creación (Os. 8,5-6; Sabiduría 13;
Rom. 1, 19-23). Pero veamos ahora este asunto, basados en el Nuevo Testamento, o sea, la
Nueva Alianza. En Deut. 4,15-19, encontramos una razón más que lógica para que Dios
prohibiera hacer imágenes de El: Nadie lo había visto. Pero en el Nuevo Testamento, Dios
se encarna, o sea, se hace visible, uno de nosotros. El es Jesús. En Jn. 14,8-11, no nos
queda duda de esto: <<Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y nos
basta". Jesús le dijo: "Llevo tanto tiempo con vosotros, ¿y todavía
no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí ha visto al Padre.
¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el
Padre y el Padre en mí? Las palabras que os digo no las digo por
mi propia cuenta; el Padre, que está en mí, es el que realiza sus
propias obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí.
Creedlo al menos por las obras mismas.">> Por lo tanto, la prohibición del
Antiguo Testamento automáticamente desaparece; !queda obsoleta!. Ahora al Padre lo

hemos visto reflejado en el rostro de Cristo (2Cor. 4,6). Imagínese que ya los primeros
cristianos estaban claros de esto, porque si usted revisa cualquier libro de historia, puede
encontrar información sobre las catacumbas romanas, que eran unas cuevas o túneles donde
los cristianos se escondían de la persecución que el Imperio Romano desarrolló contra el
cristianismo desde el año 249 al año 313. En esas cuevas se han encontrado imágenes
pintadas en las paredes con representaciones de la Virgen María con el niño Jesús en sus
brazos y Jesús con una oveja en sus hombros. Y si eso hubiera sido prohibido, como parte
de la predicación de los apóstoles y sus sucesores, estoy seguro que estos cristianos no lo
hubieran hecho Por eso, en el Catecismo se habla de que Jesús inauguró una nueva
“economía” de las imágenes. Le voy a leer los Nos. 1159 al 1162:
No. 1159. “La imagen sagrada, el icono litúrgico, representa principalmente a Cristo. No
puede representar a Dios invisible e incomprensible; la Encarnación del Hijo de Dios
inauguró una nueva “economía” de las imágenes:
En otro tiempo, Dios, que no tenía cuerpo ni figura, no podía

de ningún modo ser representado con una imagen. Pero ahora
que se ha hecho ver en la carne y que ha vivido con los hombres,
puedo hacer una imagen de lo que he visto de Dios... con el rostro
descubierto contemplamos la gloria del Señor (S. Juan Damasceno,
imag. 1,16).”
No. 1160. “La iconografía cristiana transcribe mediante la imagen el mensaje evangélico
que la Sagrada Escritura transmite mediante la palabra. Imagen y Palabra se esclarecen
mutuamente:
Para expresar brevemente nuestra profesión de fe, conservamos todas las Tradiciones de la
Iglesia, escritas o no escritas, que nos han sido Transmitidas sin alteración. Una de ellas
es la representación pictórica de las imágenes, que está de acuerdo con la predicación de
la historia evangélica, creyendo que, verdaderamente y no en apariencia, el Dios Verbo se
hizo carne, lo cual es tan útil y provechoso, porque las cosas que se esclarecen
mutuamente tienen sin duda una significación recíproca (Cc. De Nicea II, año 787:
COD 111).”
No. 1161. “Todos los signos de la celebración litúrgica hacen referencia a Cristo: también
las imágenes sagradas de la Santísima Madre de Dios y de los santos. Significan, en efecto,
a Cristo que es glorificado en ellos. Manifiestan “la nube de testigos” (Hb. 12,1) que
continúan participando en las salvación del mundo y a los que estamos unidos, sobre todo
en la celebración sacramental. A través de sus íconos, es el hombre “a imagen de Dios”,
finalmente transfigurado “a su semejanza” (cf Rm 8,29; 1 Jn 3,2), quien se revela a nuestra
fe, e incluso los ángeles, recapitulados también en Cristo:
Siguiendo la enseñanza divinamente inspirada de nuestros santos Padres y

la tradición de la Iglesia católica (pues reconocemos ser del Espíritu Santo
que habita en ella), definimos con toda exactitud y cuidado que las
venerables y santas imágenes, como también la imagen de la preciosa y

vivificante cruz, tanto las pintadas como las de mosaico u otra materia
conveniente, se expongan en las santas iglesias de Dios, en los vasos
sagrados y ornamentos, en las paredes y en cuadros, en las casas y en los
caminos; tanto las imágenes de nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo,
como las de nuestra Señora inmaculada la santa Madre de Dios, de los
santos ángeles y de todos los santos y justos (Cc. de Nicea II: DS 600).”
No. 1162. “-La belleza y el color de las imágenes estimulan mi oración. Es una fiesta para
mis ojos, del mismo modo que el espectáculo del campo estimula mi corazón para dar
gloria a Dios- (S. Juan Damasceno, imag. 1,27). La contemplación de las sagradas
imágenes, unida a la meditación de la Palabra de Dios y al canto de los himnos litúrgicos,
forma parte de la armonía de los signos de la celebración para que el misterio celebrado se
grabe en la memoria del corazón y se exprese luego en la vida nueva de los fieles.”
Doña Leticia: Pero eso de sacar las imágenes en procesión no es correcto.

Don Tomás: ¡Ah¡ perdóneme que ya me había dicho esto y no le contesté. Mire doña
Leticia, leamos 2Sam. 6,1-19: "David volvió a reunir a todo lo selecto de
Israel: treinta mil hombres. David, con todo el ejército que le
acompañaba, se puso con marcha y fue a Baalá de Judá para traer
de allí el arca de Dios, que lleva el nombre del Señor todopoderoso
que se sienta sobre los querubines. Colocaron el arca de Dios
sobre un carro nuevo y la sacaron de la casa de Abinadab, que
está en la colina. Uzá y Ajió, hijos de Abinadab, conducían el carro.
Uzá estaba al lago del arca de Dios y Ajió iba delante del arca.
David y toda la casa de Israel iban delante del arca cantando y
bailando con todas sus fuerzas al son de las cítaras, arpas,
tambores, sistros y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón,
Uzá extendió su mano hacia el arca de Dios par sujetarla porque
los bueyes habían tropezado. Entonces la ira del Señor se
encendió contra Uzá, lo hirió por la falta cometida, y allí mismo
murió junto al arca de Dios. David de disgustó mucho porque el
Señor había castigado a Uzá y aquel lugar fue llamado “Perez Uzá”
hasta el día de hoy. Aquel día David tuvo miedo del Señor, y se
dijo: “¿Cómo entrará el arca en mi casa?” Por eso no quiso llevar
el arca del Señor a su casa, a la ciudad de David, y la llevó a casa
de Obededón de Gat. El arca del Señor estuvo tres meses en casa
de Obededón de Gat, y el Señor bendijo a Obededón y a toda su
casa. Cuando contaron al rey David que el Señor había bendecido
a Obededón y todas sus cosas a causa del arca de Dios, David fue
y trasladó el arca de Dios de casa de Obededón a la ciudad de
David con gran júbilo. Cuando los que llevaban el arca habían
dado seis pasos, se sacrificó un toro y un carnero. David bailaba
ante el Señor con todas sus fuerzas; llevaba ceñido un efod de

lino. Así David y toda la casa de Israel trasladaron el arca del
Señor en medio de aclamaciones y del sonido de trompetas.
Cuando el arca del Señor llegó a la ciudad de David, Mical, hija de
Saúl, estaba mirando por la ventana y, al ver al rey David saltando
y bailando, lo despreció en su corazón. Metieron el arca del Señor
y la colocaron en medio de la tienda que David había levantado
para ella. David ofreció al Señor holocaustos y los sacrificios de
reconciliación. Cuando David terminó de ofrecer los holocaustos y
los sacrificios de reconciliación, bendijo al pueblo en el nombre del
Señor todopoderoso. Y distribuyó a todos los israelitas presentes,
hombres y mujeres, una torta de pan a cada uno, un pedazo de
carne y un racimo de uvas pasas; luego todo el pueblo se fue cada
uno a su casa" ¿Qué le parece, doña Leticia? 30 000 personas y luego todo un
pueblo llevan en procesión el arca de la alianza y ¿se acuerda usted de que sobre el arca de
la alianza iban 2 querubines, o sea dos imágenes?, pues ellos no llevaban el arca en
procesión porque ella fuera algo extraordinario, sino por lo que representaba y nosotros
hacemos lo mismo, pues no "cargamos" la imagen porque ella en sí sea magnífica, sino por
el honor que queremos tributarle a la persona que representa, que puede ser Jesús, su Madre
o algunos de los hombres que por su modelo de vida alcanzaron la santidad y se han
convertido en un ejemplo para todos nosotros.
Doña Leticia: Y entonces si es una simple imagen, ¿por qué se inclinan ante ella?
Don Tomás: Bueno, para ponerle el mismo ejemplo del arca, le voy a leer lo que dice Josué
7,6: "Josué rasgó sus vestiduras y se postró rostro en tierra delante
del arca del Señor hasta la tarde y con él los ancianos de Israel;
todos se echaron polvo sobre sus cabezas." Ellos se postran por respeto a
lo que el arca significa, no porque tuviera algún poder. Lo mismo sucede en 2R. 4,27,
cuando la sunamita se abraza a los pies de Eliseo, lo hace por un gran respeto. Vea también
Gén. 42,6 y Gèn. 19,1-2. Acuérdese que para los católicos, el culto trasciende de la imagen
al ser que éstas representan. Pero fíjese que esto me trae a la memoria otro caso que le
sucedió a un hombre llamado Uzzá y que se narra en la lectura que hicimos de 2Sam. 6,1-
19, específicamente en los versículos 6-7. Dígame usted, ¿por qué razón Dios lo castigó si
aparentemente él actuó para proteger el Arca? ¿No será que Dios realmente actuaba por
medio del Arca y que Uzzá dudó de su poder?
Doña Leticia: Pues no sé que decirle, pero entonces ¿por qué ustedes tocan las imágenes y
hasta las soban con algodones como si tuvieran algún poder?
Don Tomás: Doña Leticia, ya leímos el Catecismo, hay cosas que hacen algunos católicos
que no necesariamente sea lo que la Iglesia señala y se trata de actos motivados por la
ignorancia religiosa. Y en este sentido, yo también he criticado en mi Parroquia el actuar
de algunas personas, pues lo único a lo que nosotros los católicos adoramos es a Jesús
Sacramentado, pues creemos firmemente, es el Sacramento de nuestra fe, que Jesús está
presente en la hostia consagrada, pero hay muchos que llegan a la Iglesia y pasan frente al
Santísimo y se van directo al santo de su predilección y al Señor ni lo volvieron a ver. Es
una dura lucha, pero como usted dice, necesitamos enseñar, re-evangelizar a la gente para
que no cometa este tipo de cosas. Y algo que también es repudiable es el hecho de que
muchas personas que viven una vida pública escandalosa: funcionarios públicos, políticos y
gente famosa, ostentan enormes crucifijos en sus pechos, aunque su corazón ande muy,
pero muy lejos de Dios y sin embargo, se jactan de ser católicos y de que sus casas están
llenas de imágenes. Eso es reprochable. Esas personas sólo son católicos de nombre, pues
a nosotros nos enseñan a respetar los mandamientos y a respetarlos todos, pues con uno que
no cumpla es como que no cumpla ninguno de ellos. Pero, aparte de esto, tampoco
podemos olvidar que para Dios nada es imposible (Luc. 1,37), por eso no podemos reducir
el actuar de Dios, pues El se manifiesta donde quiere, cuando quiere y por medio de lo que
El quiere. Un ejemplo maravilloso lo encontramos en Hc. 5,14-15: “Y el número de
hombres y mujeres que creían en el Señor, aumentaba cada vez
más; y hasta sacaban los enfermos a las plazas y los ponían en
camillas y hamacas para que al pasar Pedro, al menos su sombra
tocase alguno de ellos.” Doña Leticia, mire usted que clase de presencia del
Espíritu de Dios. Pero quiero leerle ahora lo que dice Hc. 19,11-12: “Dios hacía
milagros extraordinarios por medio de Pablo, hasta el punto de
que, con sólo aplicar a los enfermos los pañuelos o cualquier otra
prenda de Pablo, se curaban y salían los espíritus malignos.” Fijése
bien en la frase: “Milagros extraordinarios” o como traduce la Biblia de Jerusalén:
“Milagros no comunes”. Eso es lo que resulta de una fe verdadera, que va más allá de las
realidades visibles (Heb. 11,1). Nosotros tenemos un refrán que dice: "la fe te valga" ¿no
es cierto?
Doña Leticia: Pues sí.
Don Tomás: Entonces esa es una explicación del por qué nosotros muchas veces pedimos
ante una imagen, pues esa súplica no se queda en el madero o en el yeso, sino que
trasciende a la persona que representa. Y a propósito, déjeme buscar en el bolso a ver si
ando el Ritual de los Sacramentos, para enseñarle algo interesante... !Ah, gracias a Dios
que aquí está¡ doña Leticia, le voy a leer como es que se bendice una imagen. Esta
bendición sólo la puede realizar un Sacerdote, no debe hacerla un laico porque no tendría
ningún valor: "A ti, Señor y Dios nuestro, elevamos hoy nuestra
oración hecha alabanza y acción de gracias. Tú eres el Dios que
nos salva, la Palabra que se hace revelación, la Luz que nos
ilumina. Por eso el hombre siempre ha intentado conocerte, ha
buscado tu rostro, ha querido ver tu imagen. Pero tú escapas de
nuestros ojos y no puedes ser encerrado en la retina de los
hombres. Tú eres el Absoluto, la Perfección total, la Omnipotencia,
la Eternidad, la Abundancia, la Plenitud del Amor. Creemos, sin
embargo, que estás a nuestro lado y que te nos has mostrado en
su Hijo Jesucristo. (Te damos gracias por esta imagen suya, que
nos recuerda tu amor permanente de Padre y que es signo claro
de tu bondad). Sabemos también que te manifiestas en todos los
hombres buenos y santos que han vivido en nuestro mundo. En
primer lugar, en la Virgen María, Madre y Señora nuestra. (Te
damos gracias por esta imagen suya, que nos recuerda su amor y
solicitud maternal hacia nosotros, hijos suyos). En los santos
vemos un ejemplo luminoso de fidelidad a ti y de compromiso por
vivir el Evangelio de tu Hijo. (Te damos gracias por esta imagen de
San N., que veneramos con devoción y que es estímulo para
nuestro vivir cristiano). Acepta, Padre bueno, nuestra alabanza
junto con la súplica filial de sentir siempre tu presencia y tu
salvación a través de todos los signos e imágenes que nos
recuerdan tu perenne amor hacia nosotros. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén." doña Leticia, -continúa hablando Don Tomás- puede decirme usted
en lo que le he leído, dónde se dice que estas imágenes bendecidas tienen poder o que
debemos adorarlas. Lo que nos dice la Iglesia es que simplemente son imágenes que al
venerarlas, o sea, rendirle respeto a la persona que representan, nos sirven para recordar el
amor de Dios, el amor a los hermanos y como inspiración para nuestra vida.
Doña Leticia: Pues viéndolo bien, eso es lo que indica.
Don Tomás: ¿Ve como son las cosas? El colmo es que el propio Jesús, utiliza una imagen
para dar una lección (Mt. 22,15-22; Lc. 20,20-26). San Pablo, da referencia de un barco, no
por su nombre, sino por la imagen que dicho barco ostentaba (Hc. 28,11). Los Dióscuros o
hijos de Zeus, son Cástor y Pólux, según sus nombres latinos, dioses de la mitología griega.
Estos eran considerados como protectores de los marineros y generalmente iban tallados o
pintados en la proa del barco.
Doña Leticia: Bueno, pero yo sigo insistiendo en que no debemos tener imágenes.
Don Tomás: Discúlpeme, ¿tiene algún billete?
Doña Leticia: Sí, aquí en la bolsa ando varios billetes, pero ¿qué quiere?
Don Tomás: Nada, sólo présteme uno para verlo
Doña Leticia: Aquí tiene este de C$ 100
Don Tomás: A ver doña Leticia. ¿Qué es esto impreso en el billete?
Doña Leticia: Pues una foto de Rubén Darío
Don Tomás: ¿Entonces es una imagen?
Doña Leticia: !Claro que sí¡
Don Tomás: Bien, aquí en mi Biblia, ando una imagen de San Martín de Porres. Tómela,
téngala en la mano. En este momento usted y yo vamos a ser fieles cumplidores de la
Palabra de Dios. Ambos tenemos imágenes en las manos, entonces para cumplir con el
mandato de Dios, a la cuenta de tres vamos a romper en trozos estas imágenes, imitando a
Ezequías. Vamos: Uno, dos.....
Doña Leticia: !Espérese¡ ¿Qué va a hacer? !Usted está loco¡
Don Tomás: !Ideay¡ entonces ¿en qué quedamos? Se fija que usted no está siendo fiel al
cumplimiento de la palabra o ¿es que la tenemos que interpretar a nuestra conveniencia?,
pues si esta prohibición es válida sólo para las imágenes de todo aquello que nos recuerde a
Dios o a aquellos que imitando su vida, se han convertido en ejemplo para la humanidad,
no me suena justo y entonces, la única conclusión que podemos sacar de esto es que detrás
de todo este pretexto de las imágenes se encuentra alguien al que debemos desenmascarar.
¡Claro! al enemigo de Dios y de sus hijos. ¿Sabe usted, doña Leticia, que la palabra
"Diabaló" en griego significa: el que divide, el que separa, el que calumnia? Y casualmente
el demonio lo que anda haciendo es dividiendo a los hijos de Dios y poniéndonos a pelear
con tonterías. Por favor, no nos dejemos engañar. -Y continúa hablando don Tomás- Ahora
bien, ya que hablamos de las imágenes, veamos ahora otro asunto; el hecho de que cada
uno de nosotros fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (Gén. 1,26-27), pero esa
semejanza no es únicamente en el aspecto antropomórfico, sino en una dimensión más
íntima: "Quien derrame sangre de hombre verá la suya derramada
por el hombre, porque Dios ha hecho al hombre a su imagen" (Gén.
9,6). Esta dimensión está mejor señalada en Sabiduría 2,23-24: "Porque Dios creó
al hombre para la incorrupción y lo hizo a imagen de su propio ser.
Mas por envidia del diablo entró la muerte al mundo, y la
experimentan los que le pertenecen" Cabe señalar, entonces, que no
encuentro la razón de ser de que personas como usted, doña Leticia, que dice que han
encontrado la luz y la verdad, tengan que recurrir a artimañas y burdas mentiras para atacar
a los católicos. Yo no la culpo a usted, pues me imagino que estas cosas se las enseñan en
el grupo cristiano que usted visita. Lo doloroso es que ¿cómo es posible que puedan amar a
Dios y odiar a sus hermanos?, porque de la forma que usted nos trató hace un rato, no es la
de una persona llena del amor de Dios. ¿Será que los que les enseñan a odiar a los
católicos, no han leído lo que dice el Apóstol Juan en 1Jn. 2,9-11?: "El que afirma
que está en la luz y odia a su hermano está aún en las tinieblas. El
que ama a su hermano está en la luz, y no hay en él ocasión
alguna de caída. Pero el que odia a su hermano está en las
tinieblas, anda en las tinieblas y no sabe adónde va, porque las
tinieblas le han cegado los ojos". Acuérdese que usted al principio me dijo que
yo estaba en las tinieblas, pero ya ve que yo no la he tratado mal, porque a los católicos nos
enseñan a respetar a todos los seres humanos, piensen o no como nosotros, porque todos
somos hijos de Dios. Es preocupante, tanto odio sin razón y lo que es peor entre los
hermanos, o como lo dice Santiago, refiriéndose a la lengua: "Con ella bendecimos
al Señor, nuestro Padre; y con ella maldecimos a los hombres,
hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen las bendiciones
y las maldiciones" (St. 3,9-10). Espero que al fin logren, estos que
promueven el odio y la división, comprender que tanta perorata contra las imágenes, los
lleva muchas veces a despreciar a la más importante de todas, el propio ser humano, única y
sencillamente porque no se deja imponer sus ideas, aún sabiendo, dentro del corazón, que
no son correctas, pues muchos hermanos toman la religión como negocio. Ojalá puedan
reflexionar sobre lo que dice 1Jn. 4,20-21 y se darán cuenta que al final sí debemos respetar
las imágenes.
Doña Leticia: Pues eso que dice es cierto y la verdad es que yo fui católica, pero nunca
había tenido la oportunidad de que alguien me explicara la interpretación del por qué de las
imágenes y realmente me ha dado una lección, pues lo que más me asustó fue cuando lo vi
decidido a romperme el billete. Se me fue el alma.
Don Tomás: Discúlpeme, no era mi intención asustarla, pero ya ve, los pastores que
enseñan todas esas mentiras sobre las imágenes, no dicen nada de las imágenes impresas en
los billetes; al contrario, ellos dicen que no "adoran" imágenes de Jesús ni de santos, pero sí
que aman las imágenes impresas en estos billetes y de cuántas formas se valen para
quitárselos a los pobres miembros del grupo y hasta se pelean entre ellos por el dinero.
Doña Leticia: Con esta forma de analizar la Palabra de Dios, quisiera que si usted tiene
tiempo, pueda venir otro día para que me aclare algunas otras dudas que tengo, pues
quisiera que me explicara por qué debo recurrir a un santo si la Biblia dice que el único
mediador entre Dios y los hombres es Jesucristo y no hay otro nombre dado a los hombres
por el que podemos ser salvados.
Don Tomás: Le agradezco mucho su invitación y claro que la voy a visitar si usted me lo
permite, para explicarle lo de la intercesión de los santos, pues ese tema es largo y ya el
tiempo se nos ha ido volando y yo tengo que dar una charla a un grupo de estudio bíblico
de la Parroquia. Para mientras, aquí le dejo unos folletos que le pueden servir para aclarar
otras cosas: Católico a defender tu fe: Batalla de la fe en 4 asaltos y ¿Qué has oído decir
sobre la Virgen María?. Espero que los lea con detenimiento y que los analice con la Biblia
en la mano.
Doña Leticia: Gracias, los leeré, pero lo espero pronto
Don Tomás: A usted, doña Leticia, por darme la oportunidad de compartirle mi fe. Que
Dios la bendiga con toda su familia. Adiós.
"... Sabemos que los ídolos no son nada en el mundo y que no hay más Dios que uno solo.
Pues aunque hay esos llamados dioses, tanto en el cielo como en la tierra, en ese sentido
hay muchas divinidades y muchos señores, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, del
que proceden todas las cosas y por el que hemos sido creados; y un solo Señor, Jesucristo,
por quien existen todas las cosas, y por el que también nosotros existimos." (1Cor. 8,4-6)

Un Estudio Sobre Las Imagenes

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CURSO DE APOLOGETICA: QUINTO TEMA

¿SON IDÓLATRAS LOS CATÓLICOS PORQUE TIENEN IMÁGENES?

doña Leticia: Me parece bien. !Ohhhh.... Padre.......

doña Leticia: Pues un ángel.

cada basa; la basa formaba un cuerpo con su asa. En la cima de la

que tuve junto al río Quebar. Yo caí de bruces en el suelo,

1.- Señales de salvación (versículo 6): “...habiendo tenido un signo de

El culto a la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como

doña Leticia: Pero bueno, entonces qué es para usted la Idolatría?

Antiguo Testamento automáticamente desaparece; !queda obsoleta!. Ahora al Padre lo

En otro tiempo, Dios, que no tenía cuerpo ni figura, no podía

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