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Una posible forma de conseguir energía gracias a la fuerza del viento es mediante el uso
de pequeñas instalaciones eólicas. Estos sistemas de energía mini eólica consisten en
pequeños aerogeneradores conectados a las redes de baja tensión, con capacidad de
producir un máximo de 100 kilovatios (kW). No obstante, en su gran mayoría y a nivel
doméstico son instalaciones de no más de 10 kW.
El coste depende del tipo de instalación que se quiera acometer, pero suele equivaler al
de una instalación fotovoltaica, en torno a 6.000 euros por kW instalado.
En cuanto a la amortización de este sistema abría que diferenciar entre las instalaciones
en lugares aislados, donde no hay mayor beneficio que disponer de luz, y las que
pueden conectarse a la red eléctrica. En este último caso, las tarifas actuales hacen que
sea prácticamente imposible amortizar los equipos con la venta de electricidad, pero por
otra parte, las ayudas y subvenciones son posibles.
Más próximos a la fotovoltaica que a la gran eólica
Todas aprovechan en viento, pero no son iguales. Así pues el hecho de tener en el
mismo nivel normativo a la eólica grande y pequeña es un error que frena el desarrollo
de esta última, puesto que el precio de una instalación mini eólica es entre 4 y 7 veces
mayor que una gran eólica por el coste del producto.
Así, los datos evidencian las diferencias entre ambas fuentes de energía:
Ventajas e inconvenientes
La mini eólica presenta la siguientes ventajas, además de las propias como energía
renovable (inagotable, respetuosa con el medio ambiente, autóctona, etc.): Proximidad
desde el punto de generación al punto de consumo -que minimiza las pérdidas de
energía-; versatilidad de las aplicaciones; accesibilidad para pequeñas economías;
desahogo para las redes de distribución sin producir sobrecargas; menor impacto visual
que las máquinas grandes; permite el bombeo de agua directo; no requiere complejos
estudios de viabilidad; posibilita instalaciones híbridas; genera empleo; etc.
Por otra parte este tipo de instalaciones no contaminan, apenas ocupan espacio,
requieren un bajo mantenimiento y proporcionan la electricidad que puede suponer una
notable mejora en la calidad de vida.
Asimismo, otra de las desventajas de estos aparatos es la vibración y los ruidos que
vuelven molesta su instalación en lugares habitados. Sin embargo, este inconveniente
está prácticamente solucionado.
España cuenta con tres fabricantes, Bornay, Solener y Windeco, con factorías en
Alicante, Madrid y Murcia. Asimismo, también hay empresas promotoras, pero el vacío
legal y la insuficiente retribución hacen, de momento, que sea prácticamente imposible
un negocio en sí, a menos que se la hibride con otras tecnologías renovables.
Como ejemplo a seguir destaca a Reino Unido, país que ha lanzado una iniciativa para
cubrir en 2050 un 40% de sus necesidades eléctricas con microgeneración, es decir,
fotovoltaica en cerramientos de los edificios, mini eólica, pequeñas aplicaciones
hidráulicas, etc. Asimismo Francia y Portugal están estableciendo primas especiales
para la mini eólica.
La mini eólica necesita ser incluida en el próximo Plan de Energías Renovables 2011-
2020 y en la planificación del Sector Eléctrico
La mini eólica debe superar una problemática propia que necesita un tratamiento
específico desde varias perspectivas: