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LAS NUEVAS AVENTURAS DE DON QUIJOTE

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Tema musical

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1 escena
jota
S.P. : ¡Buenas tardes señoras y señores! Permítanme que
me presente. Me llamo Sancho Panza. Soy nacido en un lugar de la Mancha. Ya
sabrán dónde está... Ah, ya viene mi amo, el ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha. ¿Le conocen?... Por aquí, señor, por aquí.

D.Q.: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, es
que con razón me quejo de la vuestra hermosura.

S.P.: El pobre caballero perdió el juicio. Y todo por amor, amor por los libros y por la dama que
nunca ha visto.

D.Q.: Has de saber, amigo Sancho Panza, que yo no me propongo cambiar la costumbre que
tenían los caballeros andantes antiguos. La orden de caballería que profeso me obliga
que preste mi ayuda a los que la necesiten. Adelante. Sígueme, Sancho Panza.

S.P.: Vamos, vamos, señor. ¿Qué se le va a hacer? Yo no puedo dejarle solo.

D.Q: ¡Oh, princesa Dulcinea! Usted se enterará de todas mis hazañas.


música
gritos (хозяин гонится за мальчиком, догоняет и начинает бить)
D.Q.: Gracias doy al cielo por la merced que me hace. Estas voces sin duda son de alguno que
necesita mi protección. Adelante.

Much.: No lo haré otra vez, señor mío; por la pasión de Dios, que no lo haré otra vez.

D.Q.: Descortés caballero, mal parece tomaros con quien defender no puede. Tomad vuestra
lanza que yo os haré conocer ser de cobarde lo que estáis haciendo.
Lab.: Señor caballero, este muchacho que estoy castigando, es mi criado. Me sirve de guardar
ovejas. Pero es tan descuidado que cada día me falta una.

D.Q.: ¿Miente delante de mí, ruin villano? Déjelo en paz. (Хозяин его отпускает, давая
подзатыльник). Es otra cosa. Ah, y le debe pagar por el daño que le ha hecho.

Lab: El daño está, señor caballero, en lo que no tengo aquí dinero. Que se venga Andrés
conmigo a mi casa, que yo se lo pagaré todo.

Much.: ¿Irme yo con él? No, señor, ni pensar,porque al verse solo, me matará.

D.Q.: No hará tal, basta que yo se lo mande para que me tenga respeto y que me lo jure por la
ley de caballería.
Much.: Mire, vuestra merced. Mi amo no es caballero.

Lab.: Hacedme, hermano Andrés, placer de venir conmigo, que yo juro por todas las órdenes
que de caballerías hay en el mundo de pagaros como he dicho.

D.Q.: Pues, bien. Os hago gracia.Con eso me contento. Sabed que yo soy el valeroso don
Quijote de la Mancha, el deshacedor de agravios y sinrazones. Siguéme, Sancho
Panza.

(Se van. Música.Pausa)


Lab.: Venid acá, hijo mío, que os quiero pagar lo que le debo, como aquel deshacedor de
agravios me dejó mandado.

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(gritos, música)

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2 escena
Venta
La mesa alargada está al fondo del escenario. Unos mozos están sentados alrederor de la
mesa,cenando. Uno tiene a Nat. Avil. sobre las rodillas. El camarero los atiende.
Se mete la lechera con una vaca.
Lech: ¡Leche, buena leche! ¿Quién quiere comprar leche?
Ven: No des tantas voces, buena mujer. Ya no ves que la gente está reposando a la caída de
la tarde.
Lech: La leche de mi vaca es la mejor de toda la Mancha. ¡Mire, señora, qué teta tiene!
Ven: Váyase con Dios, buena mujer. En la venta las vacas las tenemos de sobra.
La ventera hace salir a la lechera.
Lech: (yéndose) ¡Leche, buena leche!
En cuanto la ventera desaparece, se mete la gitana.
Git: (al público) ¡Ay! ¡Cuántos caballeros galantes!
¡Señores! Si me dais dinero, os diré toda la verdad.
¿Quién se atreve a darme la mano.
Mozo: Vale. Te daré un par de pesetas que tengo en el monedero.
Git: No trates de engañarme, majo. La peseta ya ha dejado de circular. Págame euros.
(Entra corriendo la ventera)
Vet: (al público) ¡Otra vez esta bestia por aquí!
(empujando a la gitana hacia la puerta).
Oye, si no te largas en un abrir y cerrar de ojos, voy a llamar a los criados para que te den una buena
paliza.
Git: Ya, ya, basta. Ya me voy por las buenas, no por las malas.
La gitana tropieza con D.Q y S.P.
Git: ¡Buenas noches, señores de muy buen ver! Si me dais un par de monedas...
D.Q.: Los caballeros andantes no suelen llevar dinero...
S.P.: No nos toques, bruja.
Git.: Eso no se cura... (se va).
S.P.: Mire, mire vuestra merced. Parece una posada, donde nos esperan una cama cómoda y
una buena comida.
D.Q.: Siempre deja la ventura una puerta abierta en las desdichas para dar remedio a ellas.
¿Dónde están tus ojos, Sancho? Es un castillo donde sea curado de mis heridas.
(Se les acerca la ventera)
Ven: ¿Qué se le ofrece, señor?
S.P.: Este caballero andante es el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
Ven: ¿Qué se le ofrece, señor caballero andante?
D.Q.: Una cama...
S.P. Y una buena comida.
Ven: Pierden cuidado, señores. Aquí se le ofrecerá todo.
D.Q.: Creedme, hermosa señora, que tendré eternamente escrito en mi memoria el servicio que
me habéis hecho.
(Don Quijote y Sancho Panza entran
y se sientan a la mesa. Los atiende el camarero. La ventera tira de la mano a Nat. Avil.)
Ven: (sonriendo) Perdone la molestia, señores. Necesito decir un par de cosas a esta moza.
(Enojada) Pagué 20 reales a este sinvergüenza que te había traído aquí para vender
para que bailaras y no para que buscaras novios entre los clientes que son gente de
buena reputación.
Avil: Perdóneme, señora, no volveré a hacerlo jamás.
Ven: No te olvides que eres no más que una sirvienta en esta casa. Si sigues así, te venderé al
dueño del castillo mágico que ya sabes qué fama tiene. Debido a su crueldad, no
tendrás allí ni comida, ni buen trato.
Avil: No lo haga, señora, se lo suplico, no lo haga.
Ven: Prepárate, ya es hora de bailar.
(La ventera se va)
Avil: Diga lo que diga, encontraré a mi príncipe azul con quien huiré de aquí.
Baile árabe
(Nat. Avil. Y su príncipe azul desaparece)
Canción Doce cascabeles
Baile flamenco “Tangos”

(Se van todos menos don Quijote y Sancho Panza;


entra Maritornes)

Mar: ¿Cómo se llama este caballero?


D.Q: Don Quijote de la Mancha, para servirle.
S.P.: Es caballero aventurero, y de los mejores y más fuertes que se han visto en el mundo.
Mar: ¿Qué es caballero andante?
S.P: Tan nueva sois en el mundo que no lo sabéis.
D.Q: Hace un mes que andamos buscando las aventuras.
S.P: Y hasta ahora no hemos topado con ninguna.
D.Q: Tal vez hay que se busca una cosa y se halla otra. Creedme, hermosa doncella, que os
podéis llamar venturosa por haber alojado en vuestro castillo a mi persona.
(viene su novio)

Nov: ¿Qué es lo que está pasando por aquí? Maritornes ¿Ya estás en brazos de otro? ¿Un rival?
D.Q.: La única señora de mis pensamientos escondidos es la sin par Dulcunea del Toboso.
Nov: No me vengáis con ese cuento. Ya me lo pagaréis.

(le da un golpe y se va con Maritornes)


D.Q: Sancho, este castillo es encantado.
S.P.: Auxilio. Socorro. Mi amo está muriendo.

(Vienen la ventera con los mozos)

Ven: ¡Ave María purísima! ¿Quién está gritando?


S.P.: Señora, hacednos merced y beneficio de darnos un poco de romero, aceite, sal y vino, que
es menester para curar uno de los mejores caballeros andantes que hay en la tierra.
Ven: Sí, señor, como no. Sólo me hace falta que vuestra merced me pague el gasto que ha
hecho en la venta.
D.Q.:¿Luego venta es ésta?
Ven: Sí y muy honrada.
D.Q: Engañado he vivido hasta aquí. En verdad que pensé que era castillo, y no malo
(levantándose). Lo que se podrá hacer por ahora es que me perdonéis por no pagar, yo
no puedo contravenir a la orden de los caballeros andantes de los cuales sé cierto que
jamás pagaron posada ni otra cosa en venta donde estuviesen. (se va)
Ven: (a S.P.) Y me lo pagaréis todo. ¡Anda!
(se le da golpes a S.P.)

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(música)

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3 escena
En la casa de Pancracio
Pan.: Enjugad, señora, esas lágrimas, y poned pausa a vuestros suspiros. Cuatro días de
ausencia no son siglos. Yo volveré, a lo más largo, a los cinco, si Dios no me quita la
vida.

Leo.: No quiero yo, mi Pancracio y mi señor, que por respeto mío os parezcáis descortés. Id
enhorabuena y cumplid con vuestras obligaciones. Y yo pasaré mi soledad lo menos
mal que pudiere. ¡Tenme, Cristina, que se me aprieta el corazón!

(Leonarda se desmaya)
Cris.:Si yo fuera que vuestra merced, que nunca allá fuera.
Pan: Mi angel, si gustas que me quede, no me moveré de aquí más que una estatua.
Leo: No, no, descanso mío; que mi gusto está en el vuestro, pues es vuestra honra la mía.
Cris: ¡Oh, espejo del matrimonio! A fe que si todas las casadas quisiesen tanto a sus maridos
como mi señora Leonarda quiere al suyo, que otro gallo les cantase.
Leo: Entra, Cristinica, y saca mi manto, que quiero acompañar a tu señor hasta dejarle en el
coche.
Pan: No, por mi amor, abrazadme y quedaos, por vida mía.
Cris: Vaya, señor, y no lleve pena de mi señora.
Pan: Quedad en paz, luz de estos ojos.

(Pancracio se va)
Una canción
Leo: Que te vayas y no vuelvas. La ida del humo.
Cris. Mil veces temí que con tus extremos habías de estorbar su partida y nuestros contentos.
Leo: ¿Si vendrá esta noche el que esperamos?
Cris: ¿Pues no? Ya le tengo avisado.Esta tarde envió con la lavandera, nuestra secretaria, una
canasta llena de mil regalos y cosas de comer.
Leo: Es muy cumplido y lo fue siempre mi Reponce, sacristán de las telas de mis entrañas.

(llama a al puerta el estudiante, y, en


llamando, sin esperar que le respondan, entra)

Leo: Cristina, mira quién llama.


Est: Señoras, yo soy un pobre estudiante.
Cris: Bien si os parece que sois pobre y estudiante, pues lo uno muestra vuestro vestido, y el
ser pobre, vuestro atrevimiento.

Est: Otra más blanda respuesta esperaba yo de la buena gracia de vuestra merced. Yo no quería
ni buscaba otra limosna, sino alguna cavalleriza o pajar donde defenderme esta noche
de las inclemencias del cielo.

Leo: ¿Y de dónde sois, amigo?


Est: Salamantino soy, señora mía; quiero decir que soy de Salamanca. Iba a Roma con un tío
mío, el cual murió en el camino, en el corazón de Francia; vine solo; determiné
volverme a mi tierra; me robaron los canallas; la noche me ha tomado a estas santas
puertas, que por tales las juzgo, y busco mi remedio.

Leo: En verdad,Cristina, que me ha movido a lástima el estudiante.


Cris: Tengámosle en casa esta noche. Me ayudará a pelar capones que vienen en la cesta.
Venga acá, amigo; ¿sabe pelar?
Est: ¿Cómo si sé pelar? No entiendo eso de saber pelar.
Cris: ¿Sabe pelar dos o tres pares de capones?
Est: Lo que sabré responder es que yo, señoras, por gracia de Dios, soy graduado de bachiller
por Salamanca...
Leo: De esa manera, ¿quién duda sino que sabrá pelar, no sólo capones, sino gansos y pavos.

(entra el sacristán Reponce)

Sac: ¡Oh, que enhorabuela estén los automedontes y guías de los carros de nuestros gustos, las
luces de nuestras tinieblas, y las dos recíprocas voluntades que sirven de vasas y
columnas a la amorosa fábrica de nuestros deseos.

Leo: Vida mía, habla a lo moderno y de modo que te entienda.


Cris: Entrémonos, y manos a la obra, que hay mucho que hacer.
Est: Y mucho que pelar.
Sac: ¿Quién es este buen hombre?
Leo: Un pobre estudiante salamanqueso que pide albergo para esta noche.
Sac. Yo le daré un par de reales para cena y para lecho y váyase con Dios.

Est: Señor sacristán Reponce, recibo y agradezco la merced y la limosna; pero yo soy mudo, y
pelón además, y como esta señora doncella me tiene convidado, no me iré esta noche
de esta casa si todo el mundo me lo manda.
Cris: El pobre pelará y callará como en la misa.

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(música)

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4 escena
De noche en el campo

S.P.: ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía?
D.Q.: Bien veo, amigo Sancho, que no estás acostumbrado a estas aventuras.
S.P.: Tsss... ¿Qué ruído es éste? ¿Alguien está cantando?
D.Q.: ¿Serán cabrones?
S.P.: Cabreros, vuestra merced. Bien veo que el noble hidalgo no está acostumbrado a las
cosas de campo.

Canción “Los pastores”

D.Q.: ¡Qué bien canta esta joven! ¿Qué te parece, Sancho, si pasamos esta noche aquí en el
campo en la compañía de los cabreros? ¡Si no hay ningún otro castillo donde podamos
alojarnos!
S.P.: ¡Bien puede vuestra merced acomodarse aquí. El trabajo que tiene esa buena gente todo el
día no permite que pase toda la noche cantando.
(Pasa la lechera con su vaca)
Lech: ¡Leche, buena leche! ¿Quién quiere leche?
(Pasa la gitana)
Git: ¿Quién quiere saber su destino?
D.Q.: Nunca he pensado que haya tanta agitación de noche en el campo.
S.P.: Duerma con angelitos. Vuestra merced. Mañana será otro día.
(música)
(macarena)
(Don Quijote soñando trata de abrazar a las chicas
pero se da con Pancracio)

D.Q.: Sancho, estamos en un sitio encantado. He soñado con abrazarme a una princesa, la sin
par Dulcinea del Toboso. ¿Y qué? ¿Quién es este buen hombre?
Pan: ¡Ay cuánto susto me ha dado vuestra merced! Soy del Toboso que está a dos pasos de
aquí.
S.P.: ¿Y qué tenéis en las manos?
Pan.: No pude seguir mi camino. Si rodeara un poco y salvara aquel barranco, ya estaría muy
lejos. Y ya véis esta rueda es lo único que me ha quedado.
D.Q.: ¿Conque vais al Toboso?
Pan.: Como no. ¡Qué gusto volverme a casa y pasar la noche con mi esposa Leonarda; porque
la dejé esta tarde casi desmayada del sentimiento de mi partida.
D.Q.: ¿Conocéis a la sin par princesa Dulcinea del Toboso, la única señora de mis
pensamientos escondidos?
Pan.: Vuestra merced hablará de Aldonza Lorenzo, mi vecina, tiene poca cosa que ver con la
princesa, pero es muy bonita, de verdad. ¡Que me perdone estas palabras mi
Leonarda!
D.Q.: Este buen hombre no sabe lo que dice. Vámonos, Sancho, tenemos que seguirle y
expresar nuestro gran respeto a la princesa Dulcinea.

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5 escena
En la casa de Pancracio

(Salen el sacristán, Leonarda, Cristina


y el estudiante con la canasta)

Sac: ¡Linda noche, lindo rato, linda cena y lindo amor!


Cris.: Señor sacristan Reponce, no es este tiempo para danzar. Dese orden para cenar.
Sac: ¡Linda noche, lindo rato, linda cena y lindo amor!

(Pancracio llama a la puerta)

Pan: Gente dormida, ¿no oís? ¿Cómo y tan temprano tenéis atrancada la puerta?
Leo.: ¡Ay, desdichada! A la voz y a los golpes, mi marido Pancracio es éste. Algo le debe
haber sucedido, pues él se vuelve. Señores, a recogerse a la carbonera; digo, al desván,
donde está el carbón. Corre, Cristina, y llévalos, que yo entretendré a Pancracio de
modo que tengas lugar para todo.
Est.: ¡Fea noche, amargo rato, mala cena y peor amor!
Pan.: ¿Qué diablos es esto? ¿Cómo no me abrís, lirones?

(Cristina lleva a los hombres)

Leo.: ¿Quién está ahí? ¿Quién llama?


Pan: Tu marido soy, Leonarda mía. Ábreme, que ha media hora que estoy rompiendo a golpes
estas puertas.
Leo: En la voz, bien me parece a mí que oigo a mi cepo Pancracio; pero la voz de un gallo se
parece a la de otro gallo, y no me aseguro.
Pan: ¡Oh recato inaudito de mujer prudente! Que soy yo, vida mía, tu marido Pancracio.
Ábreme con toda seguridad.
Leo.: Ya lo veré ahora. ¿Qué hice yo cuando él se partió esta tarde?
Pan.: Suspiraste, lloraste, y al cabo te desmayaste.
Leo: Verdad. Pero, con todo esto, dígame: ¿qué tengo yo en uno de mis hombros?
Pan: En el izquierdo tienes un lunar del grandor de medio real, con tres cabellos como tres
mil hebras de oro.
Leo: Verdad. Pero ¿Cómo se llama la doncella de casa?
Pan: Ea, boba; no seas enfadosa. Cristinica se llama. ¿Qué más quieres?
Leo: ¡Cristinica, Cristinica! Tu señor es, ábrele, niña.
Cris: Ya voy, señora. ¡Que sea muy bien venido el señor de mi alma! ¡qué acelerada vuelta
es ésta!
Leo: Decidnos la causa ¿Algún mal suceso?
Pan: En un barranco se quebró la rueda del coche y determiné volverme y no pasar la
noche en el campo.
Una canción
Est.: ¡Ábranme aquí, señores, que me ahogo!
Pan: Pero ¿qué voces hay?
¿Es en casa, o en la calle?
Cris: Que me maten si no es el pobre estudiante que encerré en el pajar para que durmiese
esta noche.
Pan: ¿Estudiante encerrado en mi casa, y en mi ausencia?
¡Malo! En verdad, señora, que si no me tuviera asegurado vuestra mucha bondad, este
encerramiento me causará algún recelo. Pero ve, Cristina, y ábrele para que no se
ahogue.
Cris: Ya voy.
Leo: Señor, es un pobre salamanqueso que pidió que le acogiésemos esta noche por amor
de Dios.Y ya sabe que no puedo negar nada de lo que se me pide. Y le encerramos.
(sale el estudiante lleno de paja)
Est: Si yo no tuviera tanto miedo y fuera menos escrupuloso, yo hubiera cenado mejor y
tuviera más blanda y menos peligrosa cama.
Pan: ¿Y quién os había de dar, amigo, mejor cena y mejor cama?
Est.: ¿Quién? Mi habilidad y la ciencia que aprendí en la cueva de Salamanca, de donde yo
soy natural.
Pan: ¿Qué ciencia?
Est: ¿No se contentará vuestra merced con que le saque aquí un demonio en figura humana
que traiga una canasta llena de cosas fiambres y comederas?
Pan: ¿Demonio en mi casa, y en mi presencia?
Cris: ¡El mismo diablo tiene el estudiante en el cuerpo! ¡Que se vaya!
Pan: Bien, si ha de ser sin peligro, vale, pero que la figura no sea espantosa.
Est: Digo que saldrá en figura del sacristán de la parroquia.
Leo: (aparte)¡Ay, sinventura! ¡Aquí salen nuestras maldades a plaza! ¡Aquí soy muerta!
Est: Vosotros, mezquinos, que en la carbonera
hallasteis amparo a vuestra desgracia,
salid, y en los ombros, con prisa y con gracia,
sacad la canasta de la fiambrera.
Quiero entrar allá dentro, y a solas hacer un conjuro tan fuerte, que le haga salir más
de paso.

(el estudiante se va)


Pan: Yo le digo que si éste sale con lo que ha dicho, será la cosa más nueva y más rara que
se haya visto en el mundo.
(aparecen los dos)
Cris: Mira, señora, ¡que parecido el de la carga al sacristán Reponce!
Sac: ¡Digan lo que quieran!
Leo: Lléguense a que yo coma de lo que viene de la canasta.
Est: Yo comenzaré por el vino.
Cris: ¿Y éste ha de cenar con nosotros?
Pan: Los diablos no comen.
Sac: Sí, comen algunos, pero no todos. Yo soy de los que comen.
Cris: ¡Ay, señores! Que se quede aquí este pobre diablo, que nos ha traído la cena; que sería
poca cortesía dejarle ir muerto de hambre.
Leo: Como no nos espante, y si mi marido gusta, que se quede en buena hora.
Pan: Que se quede, pues quiero ver lo que nunca he visto.
Sac: Ah, y después de comer el diablo les invitará...
Cris: ¿A dónde? ¿Al infierno?
Sac: A la plaza a bailar.

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6 escena
En la plaza
Muñ1: ¡Todos, todos a la plaza! ¡Todos a la fiesta!
Muñ2: ¡A ver bailar a la gente de otras tierras lejanas!
(Se reúnen todos en la plaza: bailadoras de flamenco, la ventera y los mozos, Nat.Avil y su
novio, Dulcinea y su marido, Labrador y el muchacho)
Avil: ¡Ay, qué susto. Mi dueña ha venido aquí también. ¿Qué me dirá?
Mozo: Pues, nada. Estarás conmigo. (A la ventera) ¡Muy buenos días, señora! ¿Qué tal?
Ven: ¡Vaya, vaya! ¡Qué sorpresa!
(Aparece la gitana)
Git: ¿Quién quiere saber su destino?
Ven: Cada uno tiene lo que ha merecido. Y tú, bruja, ten cuidado. La gente ya te conoce. Aquí
no alcanzarás a engañar a nadie.
(Todos ríen)
(Pasa la lechera con su vaca)
Lech: ¡Leche, buena leche! ¿Quién quiere leche?
Dul: Oiga, buena mujer. La gente se ha reunido aquí para la fiesta. Y su vaca, Dios me
perdone, tiene el olor a no sé qué...
Ven: Si quiere asistir a la fiesta, haga el favor de colocarse detrás de todos y dejar la plaza libre
para los bailadores que ya vienen.
(Todos hacen un círculo y se ponen a aplaudir)
Muñ1: Baile árabe (Tavus)
Muñ2: Baile clásico (Igor)
Muñ1: Baile latino (Julia)
(Pancracio trae a D.Q., S.P. y a sus familiares)

Pan: (a Don Quijote) Mire, vuestra merced. Ahí está mi vecina Aldonza Lorenzo, a la cual
le gusta llamar Dulcinea del Toboso.
D.Q: Todo el mundo se tenga, si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo
doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso.
Dul.: ¿A quién os dirigís vuestras palabras tan alabadas, señor caballero?
D.Q: A vuestra alteza, la linda Dulcinea del Toboso, por quién yo he hecho, hago y haré los
más famosos hechos de caballerías que se han visto, vean ni verán en el mundo.
Dul: Todo lo que vuestra merced hasta aquí me ha dicho no lo he entendido muy bien.
D.Q: Sólo quiero decir que vuestra alteza es reina, princesa y duquesa de la hermosura.
Dul: Os agradezco vuestra cortesía, pero vuestra merced está equivocado. Soy una mujer
honrada y además estoy casada. (Una mirada rápida a su marido.) No me conviene
escuchar estas pláticas. Buscad aventuras en otro sitio.
D.Q: Señora, sólo pretendo expresarle mi gran admiración y respeto.
Dul: Si vuestra merced deja de hablar, podemos seguir nuestra fiesta.

Canción “Lagarterana”
Baile flamenco “Sevillanas”

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