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ÍNDICE:
“Los judíos exigen pruebas y los griegos buscan la sabiduría; nosotros, en cambio,
predicamos un Cristo crucificado , escándalo para los judíos y necedad para los gentiles,
pero para aquellos que han sido llamados, sean judíos o griegos, poder de Dios y
sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es mas sabia que la sabiduría de los
hombres”
En sus orígenes, el cristianismo, si tenía que vérselas con la filosofía (con la tradición
racional griega), se sentía superior a ella y la despreciaba.
Ahora bien, esta actitud debió cambiar muy pronto. A medida que el cristianismo se
iba difundiendo (primero entre los desheredados, después entre personas más cultas)
surgía la necesidad de dialogar con los paganos. Con el fin de defender la religión
cristiana contra los paganos, había que conocer las doctrinas de estos, y usar sus propias
armas intelectuales. Surge entonces la literatura apologética. En el sentido técnico del
término, una apología era un alegato jurídico, y las obras de la apologética cristiana eran
alegatos para obtener del emperador romano el reconocimiento del derecho legal a
existir en un imperio oficialmente pagano. Hubo de asimilarse el vocabulario más
familiar a las clases ilustradas del imperio, y este vocabulario coincidía en buena parte
con el filosófico de la época helenístico-romana.
Comienza con este episodio un proceso de asimilación o de fusión entre el espíritu
cristiano y la tradición filosófica que se extiende a lo largo de toda la Edad Media. Este
proceso, que implica los problemas de la relación entre razón y fe, ha sido objeto de una
controversia entre los historiadores del cristianismo que podemos resumir en estas tres
posturas:
-Unos piensan que la asimilación supone la pérdida del mensaje original de Cristo,
aplastado por el peso enorme de la filosofía la griega
-Otros piensan que la filosofía medieval representa un intento legítimo de aclarar
con las luces de la razón el misterio cristiano, fin para el que la filosofía griega sirvió
de instrumento
-Para otros la filosofía cristiana es un pseudosaber que, por un lado tergiversa la
filosofía griega, y por otro lado fracasa en su intento de expresar la experiencia
religiosa.
b)Escolástica.
Genéricamente, “Escolástica” (de “schola”, escuela) designa la enseñanza que en la Edad
Media se practicaba en las escuelas monacales, episcopales o palatinas. En especial, se
utiliza para denominar la doctrina filosófico-teológica que se cultivó y se desarrolló en
las escuelas y universidades cristianas medievales.
En la Escolástica los esfuerzos se dedican resueltamente a la elaboración de una filosofía
cristiana; lo que convertirá en un caballo de batalla el problema de las relaciones entre fe
y razón, o teología y filosofía. Las dos tendencias doctrinales distintas y algunas veces
enfrentadas, de la filosofía medieval cristiana serán el platonismo agustiniano y el
aristotelismo. Como se ve, Platón y Aristóteles, las do grandes filosofías de Grecia, serán
el telón de fondo sobre el que se desarrolla la filosofía medieval.
En la Escolástica suele distinguirse tres períodos, que cubren seis siglos de pensamiento
occidental:
b.1) Período de formación (hasta el siglo XII)
En esta etapa la tarea principal consiste en la recopilación de textos de la época
patrística, que se añadían al cuerpo doctrinal cristiano. A partir de los textos de
autoridades, surge una literatura de glosa y comentario de los mismos. Las primeras
sistematizaciones de filosofía escolástica son las de Escoto Eriúgena (siglo IX) y sobre
todo la de San Anselmo (siglo XI), considerado como el primer gran filósofo de la Edad
Media, muy influido por el pensamiento de San Agustín.
En el siglo XII destacan Pedro Lombardo, autor del “Libro de las Sentencias”,que sirvió
durante mucho tiempo de libro de texto en las escuelas, y Pedro Abelardo, al que se
atribuye la creación del método escolástico, del que hablaremos más adelante, al aplicar
un procedimiento de discusión racional al estudio de los dogmas.
b.2) Período de apogeo (siglo XIII)
El siglo XIII, coincidiendo con el éxito de las Universidades, ve el esplendor de la
filosofía escolástica. Es la época de las grandes síntesis teológico filosóficas. Predomina
el aristotelismo. La gran figura es Tomás de Aquino.
b.3) Crisis de la Escolástica (siglo XIV)
El siglo XIV significa una revisión del intento de conciliación entre razón y fe: se
intentará purificar la fe de las adherencias de la filosofía. Se separan filosofía y teología.
Predomina el agustinismo. La gran figura es Guillermo de Occam, quien prepara en
algunos aspectos la evolución de la filosofía moderna.
El método y el estilo de la Escolástica están condicionados por su relación con la vida de
las escuelas y por su afán didáctico de llevar a los hombres a la comprensión de la
verdad revelada. En las clases se seguían dos procedimientos: Lectio y disputatio. La
lectio consistía en la lectura y comentario por el maestro de un texto tomado de la Biblia,
de los santos Padres o de algún filósofo antiguo. La disputatio era una discusión de una
tesis determinada, en la que tomaban parte maestro y alumnos siguiendo un rígido
esquema formal, aduciendo razones a favor y en contra.
En cuanto a los escritos escolásticos, se distinguía entre comentarios, cuestiones y sumas.
Los comentarios, resultado de la lectio, recogían el texto original tomado como base y
las glosas y comentarios del mismo. Las cuestiones desarrollaban las disputaciones,
recogiendo las interpretaciones contrapuestas de distintos autores en torno a un mismo
texto. Las sumas, por último, eran recopilaciones amplias de cuestiones y comentarios.
Doctrina—
No hay en Agustín una filosofía al margen de su teología y de su búsqueda de la fe. Hay
que tener en cuenta que la reflexión de Agustín se mueve enteramente dentro de la
experiencia religiosa y está por completo orientada a la búsqueda de la felicidad beata.
Su filosofía es un camino espiritual, un peregrinaje del alma a Dios, busca trascenderse
hacia Dios.
Autotrascendimiento del hombre en el conocimiento.
Los dos polos de la filosofía de Agustín son Dios y el alma: “Deseo conocer a Dios y al
alma. ¿Nada más? Nada en absoluto” ( de la obra “Soliloquios”). El punto de partida de
la búsqueda de la sabiduría está en lo que tenemos más cerca, es decir, el alma: ”No
salgas fuera. En el interior del hombre habita la verdad”. Es una búsqueda interior (lo
que se ha llamado “interiorismo”) , expresión o consecuencia de la desvalorización del
mundo (y de la naturaleza) realizada por el espíritu religioso cristiano: el alma y Dios; el
mundo es nihilizado.
Pues bien, en el alma encontramos verdades eternas, inmutables, morales, metafísicas,
matemáticas, que constituyen un “tesoro interior”. Como esas verdades son inmutables
o absolutas (hay que tener en cuenta aquí que la verdad para Agustín posee - de acuerdo
con la exigencia socrático-platónica- el carácter de inmutabilidad), no pueden proceder
de los sentidos, que no nos dan más que testimonios mudadizos. ¿De dónde proceden?
Siendo el alma mudable, las verdades inmutables no pueden proceder de ella.
¿Entonces, si no proceden de los sentidos ni del alma misma? Sólo pueden explicarse por
una iluminación divina: estas verdades han sido depositadas de alguna manera por Dios
en la mente humana. De este modo, la búsqueda en el interior encuentra por las
verdades eternas algo que trasciende al alma hacia Dios. Es esta una doctrina típica del
agustinismo y de las más oscuras. La ”iluminación” tiene alguna relación con la idea
platónica del bien como sol de lo inteligible, y también con la afirmación del evangelio
de San Juan: “El verbo es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este
mundo”.
Si Dios es la verdad y el conocimiento humano es posible por iluminación divina, se
comprende que para Agustín no haya colisión entre fe y razón (que será más tarde un
problema candente de la filosofía cristiana), sino perfecta armonía... La fe es la guía más
segura: “Si no creéis, no llegaréis a comprender”, pero también la razón puede asistir a
la fe: “comprende para creer, cree para comprender”. La fe no se opone a la razón como
algo irracional (Tertuliano), sino que busca la inteligencia. La fe orienta e ilumina a la
razón, y ésta a su vez aclara los contenidos de la fe. Esto último es congruente con la
filosofía neoplatónica, para la que el entendimiento puede conocer la realidad divina y
las otras realidades inmateriales. Para Platón y para el neoplatonismo, son precisamente
éstas el objeto más adecuado para el entendimiento humano.
Autotrascendimiento del hombre en la voluntad.
La búsqueda de Dios no es sólo un camino intelectual; el hombre se trasciende hacia
Dios también en la voluntad (en el querer y desear). El hombre busca además de la
verdad (y aun en la verdad) la felicidad, y esa felicidad no la puede encontrar en sí
mismo: (compárese esta frase con Aristóteles o Epicuro)
”La criatura racional ha sido hecha de tal modo que no puede ser ella misma el bien que
la haga feliz”.
El hombre se trasciende en el amor ya que sólo puede hacer feliz al hombre algo que sea
más que el hombre mismo, es decir, Dios. A la felicidad se llegará por amor de Dios y
consistirá en la visión beatífica de Dios, reservada a los elegidos. El amor -como en
Platón- culmina el movimiento del alma iniciado en el conocimiento. El amor sobrepuja
incluso al conocimiento (y esto es una característica del agustinismo medieval: la
primacía del amor sobre el conocimiento). De Agustín es la frase: ”Ama y haz lo que
quieras”. Dios es amor y todo amor se halla dentro del horizonte de Dios.
“Yo soy, yo conozco, yo quiero. Soy en cuanto sé y quiero; sé que soy y quiero. quiero
ser y saber”
Antropología.
En el tema del hombre Agustín es impreciso. Fiel, por una lado a la tradición bíblica,
considera al hombre como la unidad de cuerpo y alma. Pero cuando, por otro lado,
aborda la cuestión desde un punto de vista filosófico adopta el dualismo platónico: “El
hombre es un alma que se sirve de un cuerpo mortal y terreno” Pero rechaza la
preexistencia del alma, la pluralidad de almas en el hombre y que la unión con el cuerpo
sea consecuencia de un pecado anterior..
En cuanto al origen del alma, circulaban en la época dos teorías cristianas:el
traducianismo (el alma es engendrada o transmitida por los padres), puesta en
circulación por Tertuliano, y el creacionismo de San Jerónimo(que sostiene que el alma
viene directamente de Dios). Como este último parece chocar contra la existencia del
pecado original, Agustín se inclina por el traducianismo (que tiene tal vez relación con el
emanatismo neoplatónico): ”El alma se transmite de padres a hijos como se enciende
una antorcha a partir de otra antorcha”.
La Ciudad de Dios.—
En la obra “La Ciudad de Dios” se encuentra lo que se ha visto como la primera gran
filosofía de la historia. Antes la historia (o historiografía) apenas había sido otra cosa que
el acopio de hechos, sin que estos se vieran interpretados de manera global de acuerdo
con una visión general del sentido de la historia. Esta visión había de darse dentro del
cristianismo, de acuerdo con ese rasgo de la mentalidad judeocristiana (que vimos al
comienzo en este tema) de la concepción histórica del tiempo.
La obra de Agustín fue escrita como una apología del cristianismo frente a las ataques de
los paganos que acusaban a éste del debilitamiento político de Roma (el ascenso del
cristianismo coincidía con el declive de Roma). Además de esto, Agustín intenta
infundir ánimos a los cristianos que temían que la ruina de Roma acarrease la de la
Iglesia (siendo Roma oficialmente cristiana, algunos cristianos identificaban a la Iglesia
con el Imperio).
Para Agustín, una “ciudad” es una sociedad, un pueblo, un conjunto de hombres unidos
en la prosecución de un mismo fin o bien. Existen pueblos terrenales o temporales,
unidos para conseguir un bien terrenal o temporal. Y hay también un pueblo cristiano
unido en el amor a Dios. Los hombres que aman a Dios están dentro del territorio
místico de la Ciudad de Dios- En la historia la ciudad terrena y la de Dios (es decir, el
pueblo terrenal y el pueblo de Dios) están mezcladas, pero al final de la historia, en el
último juicio, serán separadas. El sentido de toda la historia universal está en la
construcción de esta Ciudad de Dios. (Ciudad de Dios y ciudad terrena existen desde
siempre, desde Caín y Abel, y no pueden identificarse con la Iglesia y con Roma. La
caída de Roma no puede identificarse con la llegada del fin y de los tiempos). En este
mundo, el ciudadano de la ciudad terrena parece ser el que domina, mientras que el de
la Ciudad de Dios está errante como un apátrida; pero el primero se condenará y el
último será salvado.
2.2. El agustinismo medieval.-
Se llama así, más que a la doctrina de San Agustín, al conjunto de doctrinas, basadas sí
en buena parte en San Agustín, que caracterizan una de las direcciones de la escolástica,
seguidas preferentemente por los doctores franciscanos, en polémica a partir del siglo
XIII con la dirección aristotélico-tomista de los dominicos.
Tales doctrinas son:
a) Falta de una distinción precisa entre el dominio de la teología y el de la filosofía
(entre verdades reveladas y verdades racionales), que puede entenderse también
como armonía entre fe y razón.
b)La teoría de la iluminación divina, según la cual la inteligencia humana es asistida
por la acción iluminadora e inmediata de Dios.
c) Primacía de la experiencia interna sobre la externa. Preeminencia
de la vía interior de acceso a la verdad. El alma posee un conocimiento directo de
sí misma, y se conoce a sí misma mejor que a las realidades exteriores.
d) Primacía de la noción de bien sobre la de verdad, y por tanto, de la voluntad sobre
el entendimiento, ya sea en Dios o en el hombre.
e) Dualismo de cuerpo y alma, más marcado que entre los medievales aristotélicos.
f) La idea de las razones seminales, que había tomado Agustín de los estoicos, según
la cual en la realidad creada Dios habría depositado de una vez las semillas de
todos los seres que iban a desplegarse en el tiempo.
g) La tesis del hilemorfismo universal. Esta era una cuestión que se refería a la
naturaleza de los ángeles. Los agustinistas sostenían que los ángeles son
compuestos de materia y forma (bien que de una materia incorruptible), mientras
que los tomistas sostendrán que los ángeles son inmateriales, si bien no son
simples, pues están compuestos de esencia y existencia.
h) La negación de la posibilidad de una creación “ab aeterno” ( es decir, desde toda la
eternidad), por considerar que ésta debilita la trascendencia y la libertad de Dios.
i) La tesis de la existencia de una pluralidad de formas sustanciales.En el hombre
por ejemplo, coexistirían las formas sustanciales de la corporeidad, el alma racional, la
primera luz...
San Anselmo de Canterbury (lO35-11O9).,
El más importante de los pensadores agustinianos es San Anselmo, nacido en Aosta y
arzobispo de Canterbury. Representa un esfuerzo de conciliación entre la fe y la razón;
“La fe busca comprender” es su lema. Los dogmas exigen la fe, pero ésta busca
constantemente el comprender.
La razón de su fama se debe a una demostración de la existencia de Dios que es
expresión de esa actitud de armonía entre fe y razón. La prueba o demostración,
llamada desde Kant “prueba ontológica, tiene la forma de una reducción al absurdo...
La demostración, expuesta en la obra Proslogium, se basa en los siguientes supuestos: en
la idea de Dios suministrada por la revelación (por las Sagradas Escrituras), en la
identidad del orden lógico con el real (ser=pensar), y en la consideración de la existencia
divina como atributo o perfección de su esencia.
El argumento es como sigue.
a) Enunciado del problema: parece que Dios no existe ”porque el insensato ha dicho
en su corazón: no hay Dios”.
b) Punto de partida de la argumentación: “el insensato entiende la idea de algo por
encima de lo cual no se puede pensar nada mayor”
c) Primer paso: el insensato debe aceptar que lo que entiende existe en el
entendimiento.
d) segundo paso: pero el máximo pensable no puede ser que exista sólo en el
entendimiento, sino que ha de existir también en la realidad. En efecto, si sólo
existiera en la mente entonces lo máximo pensable sería un concepto
contradictorio, porque lo máximo pensable quedaría superado por otro máximo
pensable que además de existir en la mente existiera en la realidad.
e) luego existe en el entendimiento y en la realidad algo mayor que lo cual nada
puede ser pensado.
El Averroísmo latino.-
Como consecuencia de la avalancha aristotélica, se da en la Universidad de París una
corriente basada en Averroes, llamada averroísmo latino, cuyas tesis más importantes,
contrarias a la doctrina oficial cristiana (y que serán condenadas por el obispo de París),
son las siguientes:
a) La eternidad del mundo. Con esta tesis se caía en el necesitarismo: Dios no es libre de
crear o no crear, crea por necesidad desde siempre.
b) La negación de la inmortalidad del alma personal.
c) Que Dios no conoce otra cosa que a sí mismo.
(Estas tres tesis son de clara raíz aristotélica)
d) La teoría de la doble verdad. Los averroístas contestaban a las denuncias contra las
doctrinas contrarias a la dogmática cristiana con esta teoría de la doble verdad: las
afirmaciones de la inmortalidad del alma y de la creación del mundo son verdaderas
de acuerdo con la fe; las afirmaciones opuestas son verdaderas de acuerdo con la
razón. Lo verdadero en teología puede no serlo en filosofía y viceversa. Se puede, por
consiguiente, creer con la fe una cosa y sostener con la razón la contraria.
4.O. Vida
Nació en el seno de una familia noble (su padre era conde de Aquino), en el castillo de
Roccasecca, no lejos de Nápoles. En seguida empezó una vida de estudio y oración en
internado. A los 14 años entra en la Universidad de Nápoles. A los 19 años se siente
atraído por la vida de los dominicos e ingresa en esta orden, contra la oposición de su
familia, que deseaba para él una carrera más poderosa. Ante la oposición familiar, el
general de los dominicos resuelve llevarse a Tomás a Bolonia. Pero Tomás fue raptado
por sus hermanos durante el viaje. Permanece retenido por su familia en Aquino
durante un año. Parece ser que lo sometieron a diversas pruebas para debilitar su
vocación. Llegaron a probar de tentarlo introduciendo una joven en su habitación. Se
dice que Tomás cogió una tea para espantar a la muchacha y defender su castidad.
Como era tan resuelto, lo dejaron por imposible y pudo seguir su camino. Y lo hace
hacia París, donde conoce a Alberto Magno, que profesaba la filosofía aristotélica.
Alberto se convierte en el mentor de Tomás. En el 1256 es nombrado Magister de la
Universidad de París. Enseña teología. En el 1259 vuelve a Italia como profesor ligado a
la corte papal. Muere durante un viaje al concilio de Lyon, al que le había convocado el
papa Gregorio X. Meses antes de su muerte había experimentado una experiencia
mística, a raíz de la cual suspendió su producción literaria, que llevaba un ritmo
asombroso.
Las obras de Tomás de Aquino son muy numerosas y suelen clasificarse en tres grupos:
Comentarios a otros autores, eclesiásticos o filósofos, en especial a numerosas obras de
Aristóteles.
Obras mayores, entre las que destacan las Sumas, obras de sistematización y síntesis. Las dos
grandes Sumas son la Suma contra Gentiles y la Suma Teológica, concebida ésta como libro
de texto para sus alumnos.Obras menores u opúsculos, en los que aborda
minuciosamente cuestiones diversas.
2º En segundo lugar, Tomás niega que haya dos verdades: hay una sola verdad. No es
posible que si la fe dice A la razón diga -A; y este caso no es posible porque los primeros
principios sobre los que descansa la actividad de la razón natural están contenidos en la
sabiduría de Dios (y forman parte congruente de la creación), el cual los infunde en la
mente humana ( infundidos pero no por iluminación). (Nótese que si en Aristóteles los
primeros principios descansaban en la facultad del nous, en Tomás los primeros
principios son depositados por Dios en la mente humana).Según Tomás, la razón puede
y debe moverse con toda libertad, sin temor a encontrar, siempre que proceda
rectamente, nada contrario a la fe.
3º Hay verdades teológicas que sobrepasan a la razón natural. Son los artículos de la fe o
misterios (como el misterio de la trinidad). Hay otras verdades teológicas que pueden
ser alcanzadas por la razón natural, como la existencia y la unidad de Dios, que el
mundo es creado, que el alma es inmortal; verdades que algunos filósofos han
descubierto con su razón natural. Ahora bien, Dios ha revelado algunas de las verdades
que puede alcanzar la razón natural (son los preámbulos de la fe), para facilitar su
conocimiento a los hombres (de hecho, por la sola razón natural llegan a descubrirlas
pocos hombres y con mezcla de dudas y errores). Por una urgencia moral Dios revela los
preámbulos de la fe. Esquemáticamente:
VERDAD TOTAL
VERDADES REVELADAS
VERDADES NATURALES ARTÍCULOS DE LA
PREÁMBULOS FE
(MISTERIOS)
DE LA FE
TEOLOGÍA REVELADA
FILOSOFÍA verdad revelada
verdad natural
PREÁMBULOS
DE LA FE ARTÍCULOS DE LA FE
TEOLOGÍA NATURAL
Digamos, para terminar este punto, que sobre las relaciones entre la verdad natural y la
revelada hay que hacer una consideración tan obvia como silenciada por los teólogos
medievales. Es indudable que una revelación divina no podría ser falsa, pero es
absolutamente indomesticable que tal o cual Escritura sea efectivamente una revelación
divina. De modo que todos los esfuerzos por conciliar la razón y la letra de la fe,
dependen finalmente de si ésta es o no racional. La teología empieza por poner la fe en
ciertos textos como criterio último de la verdad (y así hace Tomás de Aquino) para
terminar interpretando la letra de la fe a la luz de la razón (y así hace la teología actual).
• • La estructura de la realidad. -
SER
SER INFINITO( O DIOS, en el que ESENCIA y
NECESARIO): Existencia SE IDENTIFICAN
SERES INCORPÓREOS
....compuestos de Esencia
(potencia) y Existencia(acto)
SERES CREADOS
(O CONTINGENTES) CORPÓREOS, en los que
ESENCIA Y EXISTENCIA,
MATERIA Y FORMA
(potencia)SE DISTINGUEN)
4.3. Los argumentos a priori y a posteriori sobre la existencia de Dios. Las
cinco vías.
Uno de los capítulos más importantes de la teología natural - que como ya sabemos es la
parte de la filosofía que se dedica al estudio del tema de Dios- es este de las
demostraciones de la existencia de Dios. La contribución de Tomás en este terreno es lo
que se conoce como “las cinco vías”, las cinco pruebas de la existencia de Dios que
expondremos a continuación.
--- Pruebas a priori y pruebas a posteriori de la existencia de Dios.-
Las pruebas llamadas “a priori” son aquellas que parten del concepto mismo de Dios, es
decir, de la idea que la propia razón tiene de tal ser. Se llaman “a priori” porque son
“anteriores” a cualquier dato de experiencia. La prueba ontológica (la que hemos visto
en San Anselmo) es el modelo de prueba a priori. Tomás, que -como vamos a ver-
considera inviable la prueba a priori de la existencia, va a utilizar pruebas “a posteriori”,
es decir, pruebas que parten de la experiencia sensible...
Los cinco términos de las vías son sendos aspectos de un mismo ser. Las cinco
conclusiones son materialmente lo mismo(un mismo y solo objeto: Dios), pero
formalmente distintas (consideran a ese ser de diferente manera).
Las cinco vías pueden agruparse de la siguiente manera:
a) Vías dinámicas (consideran los aspectos dinámicos o móviles de las cosas). Las vías
dinámicas son tres, pues en todo cambio se distinguen tres aspectos: móvil, motor y
fin (telos)...
Así: La 1ª vía parte de la consideración del móvil o sujeto que cambia.
La 2ª vía parte del motor o sujeto que origina el cambio.
La 5ª vía parte de la consideración del fin o meta del cambio.
b) Vías estáticas (se apoyan en las limitaciones de las cosas consideradas al
margen del movimiento). Hay dos vías, pues hay dos tipos de limitaciones: la
temporal y la entitativa.
Así: La 3ª vía parte de la limitación temporal. La 4ª vía parte de la limitación de las
cualidades presentes en las cosas.
La creación.—
Dios ha creado el mundo ex nihilo. En el acto de la creación no hay causa material; la
única causa de la creación es Dios como causa eficiente. La creación es un acto libre de
Dios. Dios no ha podido crear por tener necesidad de nada, puesto que Él es Acto puro
de existir y la perfección infinita. Dios no carece de nada por el hecho de que el mundo
no exista, y no aumenta en nada por el hecho de que éste exista. ¿Para qué crea entonces
Dios el mundo? Para difundir y comunicar su bondad. (Esta era también la razón que
había dado Platón de la acción del demiurgo).
Dios crea un regalo y a la vez al destinatario de ese regalo. La relación entre Dios y las
criaturas no es recíproca. Es una relación de las criaturas a Dios y no de Dios a las
criaturas. El mundo viene al ser sin que Dios sufra ninguna modificación.
Dios crea continuamente: las cosas no subsisten si no hay creación continua.
De la inteligencia y de la perfección que se muestran en el orden del mundo se
desprende que Dios no ha creado el mundo al azar, sino de acuerdo con ideas de su
mente. En la línea de los neoplatónicos y de San Agustín, para Tomás hay en la mente
divina ideas ejemplares de las cosas, lo cual no supone negar la simplicidad de Dios o
afirmar que Dios conoce algo distinto de sí mismo, porque el conocimiento que Dios
tiene de las criaturas es el conocimiento de la propia esencia de Dios como participable o
imitable por una pluralidad de criaturas. La idea de una criatura es el conocimiento que
tiene Dios de una determinada participación posible de su perfección por esa criatura.
En cuanto a la creación en el tiempo, la posición de Tomás es delicada. Los filósofos
árabes (sobre todo Averroes), fieles a Aristóteles, consideraban que el mundo es
necesariamente eterno. Dios sería la causa primera de todas las cosas, pero esta causa
infinita e inmutable, existente desde toda la eternidad, habría producido también su
efecto desde toda la eternidad. Pues bien, contra los averroístas, Tomás considera que
no es demostrable que el mundo no pueda tener comienzo en tiempo (es decir, que sea
necesariamente eterno), no es demostrable que la creación en el tiempo sea imposible.
Por otro lado, contra los filósofos que habían intentado una demostración de la creación
en el tiempo y que, como San Buenaventura, veían la idea aristotélica de la eternidad del
mundo como necesariamente vinculada a la negación de la creación, Tomás considera:
1º Que no es demostrable una creación en el tiempo. La idea de que el mundo comenzó a
existir no es racionalmente necesaria.
y 2º Que Dios hubiera podido crear “ab aeterno”, sin que ello implique la eternidad del
mundo ( sería infinito”ex parte ante”, pero no “ex parte post”). El mundo podría no
haber tenido comienzo en el tiempo, sin dejar por ello de ser creado.
En resumen, la posición de Tomás sobre la creación es la siguiente.
1º La razón no puede contradecir a la revelación (como ya vimos en el punto de razón y
fe); por lo tanto es imposible que se demuestre la imposibilidad de una creación en el
tiempo.
2º El mundo es creado y la razón puede demostrarlo.
3º La creación en el tiempo es una verdad revelada, y la razón no puede probar ni la
eternidad del mundo ni su comienzo temporal. Que el mundo tiene un comienzo en el
tiempo es una verdad de fe, no de razón. (En fin, que el filósofo, como tal, no puede
zanjar la cuestión de si el mundo fue creado en el tiempo o desde la eternidad).