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# 2-2009 Incertidumbre sobre las Remesas

Incertidumbre sobre las remesas:


¿Impacto moderado o severo?1
Febrero 2009

Dr. Pablo Rodas Martini2


Economista Jefe del BCIE

La recepción de remesas tendía a manifestar una senda ascendente en Centroamérica.


Lo usual en los últimos años era que creciera a niveles de dos dígitos. Su importancia
era tal que competía con las exportaciones totales como el principal receptor de divisas
para cinco de los países de la región: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y
República Dominicana. En relación a las exportaciones, incluso han tendido a tener una
ventaja importante por su estabilidad, contrario a la volatilidad que caracteriza a los
principales productos de exportación.

Buena parte de la migración de los años setenta y ochenta derivó de los conflictos políticos
que asolaron la región. Sin embargo, desde los noventa se evidenció que el motivo principal
para migrar era económico, no político: la tremenda disparidad de ingresos entre EE.UU.
y Centroamérica, y la precariedad de las condiciones laborales en la mayoría de los países
de la región. Es decir, la migración –y por ende las remesas- continuó fluyendo, pese a la
conclusión de las guerras internas y al arribo de la paz.

Con el transcurrir de los años se han ampliado las razones para el envío de remesas. Si bien
el motivo principal sigue siendo apoyar el consumo de los familiares que quedaron atrás
(e.g., alimentación, vestuario, vivienda), los migrantes más asentados también envían
dinero para construir viviendas, ya sea para contar con ellas ante un eventual retorno o
como inversión. Además, en algunos casos, el envío de remesas se hace para iniciar micro
y pequeñas empresas. Estas nuevas facetas contribuyen a explicar el dinamismo que han
mantenido las remesas.

Durante 2008, sin embargo, se apreciaron cambios importantes en esa tendencia que parecía
inercial. La recesión de EE.UU. ha estado impactando sobre los trabajadores hispanos y su
capacidad para enviar remesas hacia Latinoamérica. Estas se han desacelerado e incluso,
en algunos meses, han bajado respecto a los mismos meses de un año anterior.

Este breve trabajo comprende tres secciones. En la primera se analiza el desempeño de las
remesas, se muestra la desaceleración que se registró en 2008. En la segunda se presentan
una serie de indicadores económicos de EE.UU., que se relacionan con la capacidad de
ingreso de los migrantes y con su potencial para enviar remesas. Finalmente, se comentan
las implicaciones que el estancamiento y eventual descenso en captación de remesas
podría tener para Centroamérica.

1
En julio de 2008 ya habíamos dado a conocer la presentación de power point: “Ante la incertidumbre de una disminución
de las remesas”, donde alertábamos sobre su desaceleración (véase: www.bcie.org)
2
El autor agradece a José David Sierra, pasante en la OEJ, por la elaboración de las gráficas que se presentan en este
informe.

1
Incertidumbre sobre las Remesas

I) Disminuyen los flujos de remesas hacia la región

1. La recepción de remesas se aceleró en la última década. La Gráfica 1 compara


el desempeño de las remesas hacia Centroamérica y República Dominicana con
el de las remesas hacia los países en desarrollo en su conjunto. Es de destacar la
similitud de ambas tendencias, en particular la aceleración de los dos flujos a partir
de 2002. La experiencia centroamericana se enmarca así en ese contexto mundial
más amplio descrito arriba, de una migración que se explica por la brecha entre
los ingresos entre el Norte y el Sur. Además, por la escasa generación de empleos
de calidad que prevalece en los principales países expulsores de mano de obra, y
no tanto por razones específicas en la región centroamericana. En 2007 y 2008 sí
se aprecia un menor dinamismo del envío de remesas hacia nuestra región.

2. El flujo de remesas ha sido considerable hacia la región. El monto habría pasado


de 2,709 millones de dólares en 1995, a 5,110 millones en 2000, a 11,848 millones
en 2005, y alcanzó 16,409 millones en 2008. En niveles absolutos, Guatemala es el
país que más remesas capta, seguido por El Salvador, República Dominicana y
Honduras (véase la Gráfica 2). La brecha respecto a las otras naciones es apreciable,
aunque en el caso de Nicaragua el registro oficial podría estar subestimado, ya
que cuenta con una amplia población migrante en Costa Rica. También en el caso
de otros países podría haber dificultades de registro de las remesas. Por ejemplo,
en los últimos años ha llamado la atención que sea Guatemala el país que más
remesas capta, cuando, según el censo de población de EE.UU., el número de
migrantes salvadoreños supera por mucho al de los guatemaltecos. Todo parece
indicar que a pesar de los esfuerzos por mejorar el registro de estadísticas de
remesas, todavía habría discrepancias en las metodologías utilizadas.

3. Las remesas tienen un peso significativo en los PIB de los países. El orden
de los países se modifica cuando se compara respecto al PIB, y alcanza una
participación elevada en el caso de los cinco países (véase la Gráfica 3). En 2008
representó el 23.5% del PIB en Honduras, el 18.1% del PIB en El Salvador, el
11% del PIB en Nicaragua, el 9.6% del PIB en Guatemala, y el 8.8% del PIB en
República Dominicana. Los valores solo fueron bajos para Costa Rica (2.1% del
PIB) y Panamá (0.7% del PIB). Los niveles actuales contrastan fuertemente con
los que existían durante los noventa, cuando solo para El Salvador las remesas
representaban dos dígitos del PIB. No cabe duda de que la ayuda que las remesas
brindan hacia las economías se ha magnificado sustancialmente, pero esto, a
la vez, provoca una mayor vulnerabilidad de los países respecto a esa “ayuda
externa”.

4. En 2008 se registró el menor crecimiento en las remesas. El año pasado, las


remesas continuaron creciendo, pero hay que hacer nota que se registró la menor
tasa de crecimiento anual desde 1986 (véase la Gráfica 4). En 2008, las remesas
aumentaron 5%, cuando lo usual era que crecieran a dos dígitos, en ocasiones
incluso aumentaron cerca del 20% anual. Los datos mensuales (véase la Gráfica
5) permiten apreciar con mayor claridad que la desaceleración inició en 2007 y se
acentuó en 2008. Si bien las cifras mensuales siguen siendo positivas, sí llama la
atención que el crecimiento ha sido negativo en meses recientes para algunos de
los principales países receptores de la región.

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Incertidumbre sobre las Remesas

5. Se está ingresando a un terreno desconocido en cuanto a captación de remesas.


La misma Gráfica 4 muestra que la última recesión de EE.UU., la de 2001, que
fue suave y solo duró ocho meses, provocó cierta contracción sobre el flujo
de remesas. Pero es innegable que la recesión actual, cuyo inicio oficializó en
diciembre de 2007 el National Bureau of Economic Research (NBER) –es decir, ya
15 meses de duración, sin que se avizore todavía una pronta recuperación-, nos
estaría conduciendo por una senda que Centroamérica no ha experimentado en
el pasado reciente. El registro histórico no nos es de utilidad en cuanto a lo que
puede suceder hacia el futuro, ya que durante recesiones previas, como la de los
setenta -provocada por el alza en los precios del petróleo-, el flujo de remesas
hacia nuestros países era prácticamente inexistente. Las interrogantes obvias que
surgen son: ¿Qué tanto bajarán las remesas hacia la región? ¿Solo se desacelerará
su crecimiento o pasará a ser negativo? ¿Por cuánto tiempo serían afectadas?
¿La disminución será proporcional paraa todos los países, o impactará más en
algunos países receptores?

II) La mayoría de señales que emanan de EE.UU. respecto a las remesas


son pesimistas

6. Las deportaciones alcanzaron cifras récord en EE.UU. en 2008. El endurecimiento


de la política migratoria de EE.UU. continuó durante el año pasado. La Gráfica
6 muestra que la tendencia ascendente de los últimos años –y que había
experimentado un aumento sustancial durante 2007- mantuvo su crecimiento
en 2008. La US Inmigration and Custom Enforcement no presenta cifras por
nacionalidad, pero estas cifras agregadas para EE.UU. podrían complementarse
con la información que la prensa regional reporta para cada país. Esta evidencia
que el año pasado las deportaciones hacia Guatemala, Honduras, El Salvador,
Nicaragua y República Dominicana alcanzaron niveles que no se habían
registrado con antelación. Lógicamente, la fuerte desaceleración de las remesas
no se explica por el aumento de las deportaciones (los deportados representan
un porcentaje bajo del total de migrantes en EE.UU.), pero sí es una variable
adicional que complica su recepción, máxime en un ambiente recesivo como el
que atraviesa EE.UU.

7. El trabajador hispano labora principalmente en el sector de servicios. Según


el último censo de población de EE.UU., la fuerza laboral hispana tiene una
participación alta en los siguientes sectores: servicios en los hogares (37.4%),
construcción (24.6%), agricultura (20.4%), recreación y hospedaje (18.4%), y otros
servicios (17.1%) (véase el Cuadro 1). En todos estos casos la participación hispana
es significativamente superior al 14%, que constituye su participación promedio
en la fuerza laboral de EE.UU. En esencia se podría sostener que el desempeño
del empleo en la construcción y los servicios, por el monto de trabajos generados
en ambos, sería determinante para el empleo de los migrantes y para determinar
su capacidad de enviar remesas.

8. El empleo en la construcción de EE.UU. se sigue desplomando. La crisis se


originó en el mercado hipotecario del sub-prime del sector inmobiliario en EE.UU.
Era comprensible, en ese sentido, que ahí se diera un pérdida importante de
empleos. Lo preocupante, sin embargo, es que pese a los esfuerzos de la Federal

3
Incertidumbre sobre las Remesas

Reserve por inyectarle liquidez a la economía y de los bail-outs que han tenido lugar
durante 2008 (al que se agrega el último que ha propiciado el nuevo presidente
Barack Obama), no logra detenese la hemorragia de pérdida de empleos: ya van
22 meses consecutivos de despido de trabajadores (véase la Gráfica 7). Como se
estima que en este sector labora un porcentaje significativo de los trabajadores
hispanos, es de esperar que tenga un efecto pernicioso sobre el envío de remesas
hacia Centroamérica.

9. El desempleo de los hispanos sigue aumentando. El desempleo hispano, que


se había mantenido por debajo del 6% hasta finales de 2007, no solo superó esa
barrera sino que ha aumentado en forma acelerada, y casi llega a 10% (véase la
Gráfica 8). El desempleo hispano tradicionalmente ha sido superior al desempleo
promedio de EE.UU., pero llama la atención que en meses recientes esa brecha
ha tendido a ampliarse. El efecto incluso podría ser más nocivo por la condición
de ilegalidad de un porcentaje importante de los trabajadores hispanos. Debido
a esto, ellos no pueden aplicar a los beneficios de desempleo, con lo que la
pérdida del trabajo les provoca una sacudida sustancialmente más severa que
la que confrontaría el promedio de los trabajadores. Otra forma de apreciar el
aumento en el desempleo se observa con el comportamiento del empleo privado
no agrícola (véase la misma Gráfica 8),3 el cual representa el mayor porcentaje del
empleo en EE.UU. Se evidencia que durante 2006 y 2007 se dio una desaceleración,
aunque el crecimiento seguía siendo positivo. A finales de 2007 y durante todo
2008, la variación porcentual ha pasado a la franja negativa, es decir, se han dado
reducciones continuas del empleo.

10. Los sueldos y salarios están bajando. El cambio mensual de sueldos y salarios en
EE.UU. ha tendido hacia la baja en los últimos años (véase la Gráfica 9). Durante
2008, los cambios fueron negativos la mayoría de meses, dejando atrás incluso
los valores de la recesión de 2001. El rubro de sueldos y salarios es esencial para
determinar la capacidad de ingreso disponible de los hispanos en EE.UU., ya que
otras fuentes de ingreso (e.g., inversiones) todavía son limitadas en la mayoría
de hogares hispanos. De ahí que la capacidad para enviar remesas dependa,
en última instancia, del comportamiento que esos sueldos y salarios están
experimentando.

11. En el último trimestre de 2008 se dio una caída sustancial en el PIB de


EE.UU. La baja del PIB trimestral, de -6.2% en términos anualizados, fue la más
severa desde el primer trimestre de 19824 (véase la Gráfica 10). El descenso fue
generalizado para la mayoría de sectores de la economía de EE.UU., pero como
ya se indicó antes, para los hispanos es de particular importancia lo que ocurra en
la construcción y el sector de servicios. El FMI ha proyectado que la economía de
EE.UU. bajaría -1.6% durante 2009, pero hay otras proyecciones más pesimistas,
como las de Roubini Global Economics (RGE), que estiman que la baja podría llegar
a ser de -3.4%. Obviamente, mientras más severo sea el descenso, más repercutirá
sobre la capacidad de los hispanos para enviar remesas a sus familiares.

3
General para EE.UU., no solo para hispanos.
4
En esa ocasión había caído -6.4%.

4
Incertidumbre sobre las Remesas

12. Las remesas podrían caer durante 2009. Los indicadores presentados en esta
sección serán en su mayoría indicadores líderes (en algunos casos coincidentes)
con el envío de remesas. En ese sentido, las señales negativas que derivan de las
gráficas que se han mostrado advierten acerca de una tendencia declinante hacia
las remesas para los próximos meses. Con base en esos números sería totalmente
previsible que continuara la desaceleración en su captación, o que incluso,
como ya se indicó antes, que pudiera llegarse a dar un decrecimiento durante el
corriente año. De llegar a suceder esto último, sería un desafío considerable para
Centroamérica, pues la región se ha acostumbrado a contar con esas “muletas”
que provienen de EE.UU. Por cierto, las cifras para México ya muestran que las
remesas bajaron -3.6% durante 2008 respecto a 2007. México es un país que por
su mayor cercanía y dependencia respecto a EE.UU. tiende a experimentar con
mayor celeridad los embates de la economía estadounidense. Por ejemplo, las
remesas hacia México ya se habían desacelerado en 2007, cuando solo crecieron
2%.

III) Perspectivas e implicaciones para Centroamérica

13. De llegarse a producir un descenso, sería coyuntural. La desaceleración que


ha registrado la captación de remesas no estaría respondiendo a un cambio de
patrón de largo plazo, en el que las remesas iniciarían una senda descendente.
Esos cambios de tendencia usualmente tienen lugar cuando los países receptores
manifiestan avances importantes en su nivel de desarrollo (e.g., el caso de España
cuando ingresó a la entonces Comunidad Económica Europea). Lo que no sería
el caso para Centroamérica, donde todavía se manifiestan serios problemas en
el desarrollo y donde persiste la fragilidad en las condiciones de empleo. La
desaceleración actual y eventual caída sería, casi con toda certeza, un retroceso
temporal que sería revertido una vez la economía de EE.UU. reinicie su senda de
crecimiento, lógicamente el calificativo de “temporal” podría ser prolongado.

14. El efecto de corto plazo sí sería muy severo para la región. Las remesas han
dejado de ser un fenómeno que incide exclusivamente sobre el consumo de las
capas sociales menos favorecidas. Si bien en una primera ronda se canalizan hacia
el consumo, dada la alta propensión al consumo de las familias receptoras, que se
ubican entre los deciles más pobres de la distribución de ingreso, pronto se esparcen
hacia el resto de la economía, contribuyendo a tener un efecto dinamizador sobre
numerosos sectores, en particular aquellos como la construcción. Una reducción
de las remesas perjudicaría la capacidad importadora de la región, ayudando a
acentuar una brecha comercial que, previo a la crisis, ya era bastante elevada. En
cuanto a los indicadores sociales, también sería de esperar un empeoramiento
en cifras como el desempleo o la desnutrición, dado que las remesas representan
una de las principales variables que han incidido sobre el mejoramiento de los
indicadores sociales en los últimos años en los países centroamericanos, incluso
más que las mismas políticas sociales de algunos países.

15. El grado de maniobra de los países es mínimo. Es poco lo que los países de
la región pueden hacer para reducir la merma en la recepción de remesas.
Las remesas se asemejan a los flujos de ayuda, con la diferencia de que estos
provienen directamente de los gobiernos de los países industrializados, mientras

5
Incertidumbre sobre las Remesas

que las remesas son transferencias otorgadas en forma directa entre hogares
ubicados en diferentes países. Esa connotación de flujo unilateral dificulta
sobremanera que los países receptores puedan revertir su descenso. Mecanismos
como la facilitación de los envíos a través de menos costos de transacción ya han
sido explorados desde hace años, por lo que es difícil que se puedan obtener
ganancias importantes ahora en tiempo de crisis.5 Asimismo, si bien es de esperar
que la nueva administración demócrata mantenga una posición menos inflexible
en relación a las deportaciones, no se esperan cambios dramáticos en la política
migratoria hacia los trabadores ilegales, máxime en un contexto en el que la tasa
de desempleo en EE.UU. tiende a subir.

16. Será difícil compensar esa merma por otras vías. Todos los vínculos externos de
la región con la economía mundial están siendo afectados por la recesión de los
países industrializados. Las exportaciones también se están desacelerando ante la
contracción de la demanda en EE.UU. y otros países industrializados. El turismo
receptivo prácticamente se ha estancado a nivel internacional. Uno de los rubros
que más se ve afectado durante una recesión es el de los viajes, en vista de que no
es un consumo esencial; la cercanía de Centroamérica con EE.UU. no ha evitado
ese estancamiento del turismo. Los flujos de inversión extranjera hacia países en
desarrollo tienden a ser variables que reaccionan pronto y negativamente ante
las señales de recesión. De hecho, durante los últimos meses se ha sabido de
pocas inversiones extranjeras hacia la región. El país que más podría captar –y
que tradicionalmente ha sido el que más ha recibido-, sería Costa Rica, producto
de la entrada en vigencia del DR-CAFTA a partir del 1 de enero de 2009, y de
la apertura de dos sectores importantes de su economía: telecomunicaciones y
seguros. Pero precisamente es Costa Rica uno de los países que menos depende
de las remesas. Por último, la banca internacional también tiene restringido sus
flujos de préstamos hacia la banca centroamericana. Esto no se debe a dificultades
de las contrapartes de la región, sino a los problemas que han confrontado los
bancos estadounidenses y europeos, que los han llevado a reducir sus líneas de
financiamiento. En síntesis, la merma en remesas tendrá que ser compensada por
reducciones en la capacidad de ahorro de los países, pero dado que este no es
elevado, principalmente por una reducción del consumo de bienes no duraderos
y en especial de los bienes de consumo duraderos.

17. Habría que afinar los instrumentos de política social. Para evitar una
agudización de la pobreza, que después pudiera ser muy difícil de revertir, será
de vital importancia que los gobiernos puedan adoptar tres medidas en su política
de gasto público: aumentar la inversión pública, aun cuando esto conlleve un
incremento en el endeudamiento público; acelerar la capacidad de ejecución de
la obra pública, dado que el rol contracíclico de la política fiscal se necesita ahora,
no dentro de algunos meses, y mejorar los mecanismos de transparencia del
gasto, pues se trata de que los recursos lleguen efectivamente a los destinatarios
finales.

5
Otro tanto ocurriría con el llamado típico al uso productivo de las remesas, sobre el cual también se ha escrito bastante
durante años. Ante las dificultades en el consumo que estarían experimentando los hogares, todo indicaría que durante
la crisis las remesas acentuarían su rol hacia el consumo, y no hacia la inversión en MIPYME.

6
7
Otras publicaciones recientes de la Oficina del Economista Jefe (OEJ) que se pueden consultar
en la web del Banco: www.bcie.org

§“Implicaciones de la crisis económica internacional para el sistema financiero de la


región”, por Gabriel López.
§“Impacto esperado de la crisis económica en Centroamérica”, por Pablo Rodas Martini.
§“Para optimizar el DR-CAFTA”, por Pablo Rodas Martini.

Ultimos Diálogos Estratégicos organizados por la OEJ (con expertos de la región):

§“Tendencias y expectativas económicas de Centroamérica desde la perspectiva de las


encuestas empresariales”
§“La experiencia de las microfinanzas en Centroamérica”
§“El empleo en Centroamérica: Características y desafíos”
§“Mujer como actora de la economía”
§“Estrategia energética sustentable centroamericana 2020”
§“El impacto de la crisis económica internacional sobre el sistema financiero de
Centroamérica”
§“Implicaciones para Centroamérica del alza en los precios de los alimentos”
§“Lecciones de la historia para el crecimiento económico de Centroamérica”

Para recibir invitaciones a estos eventos, favor de escribir a oejbcie@bcie.org

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