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El Quillablog: Prehistoria del peronismo

jueves 25 de junio de 2009


Pequeña prehistoria del peronismo

El trayecto del que hablaremos


es muy largo, y comienza allá
por el 42 mil a.p. (Antes de
Perón).
Algunos investigadores
procedentes del cristianismo
habían aventurado la idea de
que se trataba de una de las
diez tribus perdidas de Israel
tras la invasión de los asirios,
pero ante esta tesis, surgió
luego la referida a unas tribus siberianas que habrían cruzado el estrecho de
Bering en épocas de la glaciación.
Sin embargo, mas allá de todas estas hipótesis, hay una coincidencia entre los
profesionales en que, de toda América, es en el sur donde se encuentran las
ruinas mas antiguas. La cuestión es que de algún lado, un día llegó gente, y
que meses después nació el primer americano, ya con señas que podrían
llamar la atención al lector contemporáneo, y me refiero a gronchadas como
tomar con todos de un mismo jarro, o mear en cualquier lado.
Cabe recordar que en América el hombre siempre fue hombre, nada de
hombres monos ni cosas por el estilo, eso fue en otros lugares. Los gorilas
llegaron miles de años mas tarde, aunque ellos mismos vieran siempre a los
primeros como prehumanos.
El tema es que tras varios años de corretear para todos lados, mas o menos en
el siglo VI a.p. se produce en un pueblito llamado Cuzco (que significa nada
menos que “el pupo del mundo”) el surgimiento del primer gran movimiento
protojusticialista, que llamativamente compartía muchas características con la
actualidad del propósito nacional y popular, y esto es, unión latinoamericana
(aunque en aquel tiempo si no era por la buenas era por las malas), pan y
trabajo para todo el pueblo (en aquel tiempo el pueblo trabajador participaba de
mas del 50% de la renta nacional), y adoración al jefe (el primero de ellos,
Manco Cápac, antepasado del actual gobernador de la provincia mas grande
del país), casado con la carismática y populista Mama Ocllo, amada por toda la
negrada del Tahuantinsuyo.
Lamentablemente, como el mundo es trágico, un día llego desde el otro lado
del agua grande un contingente de gorilones que inmediatamente empezó a
hacer negociados con espejitos de colores y boludeces por el estilo.
Siempre muy católicos, miraban a los impúdicos nativos con desdén y
altanería, a pesar de lo indiscutible de la superioridad de la indumentaria
nacional, mucho mas cómoda y libre.
Y bueno, luego de traicionar al líder, un tal Francisco Pizarro, se hizo con el
poder y lo asesino sin piedad luego de cobrar el rescate más alto de la historia
de la humanidad (tres habitaciones de 7 x 5 metros, una llena de oro, y dos
llenas de plata).

Y aquí empieza la época mas


nefasta y terrible que haya sufrido la humanidad, tanto que ni aun el holocausto
del pueblo judío podría compararse, y estamos hablando de la muerte de unos
60 millones de personas, que bajo la cruz y la espada vieron el verdadero
Apocalipsis bajo la codicia de la “civilización” que “erradicaba la barbarie”.
Pero bueno, ese es un tema serio y que da para largo, la cuestión es que aun
tras muchos años y años, el espíritu popular resurgió de la mano del gran
Tupac Amaru II, que
Logrando amontonar un aluvión zoológico de más de 100 mil compañeros,
puso en vilo al omnipotente virreinato del Perú, que ante semejante peligro,
procuro derrotarlo con su ejército equipado con el último armamento y en
condiciones infinitamente superiores en todos los aspectos, desde provisiones
hasta adiestramiento militar.
Y bueno, así fue que una vez que le dieron alcance lo cortaron en infinidad de
pedacitos que mandaron a los cuatro rumbos del virreinato, para así acobardar
a estos salvajes que solo quieren estar al pedo.
Pero las cosas no fueron tan negativas para siempre , porque en la universidad
de Chuquisaca, Bolivia, surgió un polo subversivo, “causa del exceso de
pensamiento”, que fue ganando adeptos hasta llegar a la
creación de un incipiente movimiento independentista, que
añoraba la gloria de aquel antiguo protoperonismo.
Y no hay que confundir, los integrantes del movimiento, con
algunas excepciones, provenían de los viejos habitantes de
estas tierras, los negros, y los hijos de las mujeres violadas
por los milicos que siempre estuvieron con la gente bien,
me refiero a los mestizos.
Monteagudo, un hombre que sufría desviaciones a causa
de aquel exceso, supo expresar y sentar las bases para el comienzo del
resurgimiento.
Y siempre aparece otro pero, y me refiero a un ala de movimiento, minoritaria
ella, y compuesta por hijos de españoles sin mestizaje alguno, que vieron en
esta movida una buena oportunidad para incrementar el patrimonio. Y estaban
liderados por Cornelio Judas Saavedra y clérigos de alto rango. Aquel hombre,
como hiciera posteriormente un funcionario de apellido capicúa, se presentaba
como el más ferviente paladín, mientras por atrás, hacía uso de la voluntad
franca del pueblo movilizado, para favorecer oscuros negociados que eran a fin
de cuentas su único cometido.
La cuestión es que se empezaron a hacer cada vez más evidentes las
intenciones gorilisticas, de modo que de la mano del señor Moreno se pujaba
con vehemencia para mover a estos charlatanes.
Aquel Moreno fue envenenado por don Cornelio porque era “confrontativo y
poco dialoguista”, de modo que “como franco en España, terminó con la falta
de dialogo”.
Bueno, a todo esto apareció un moreno (pero de piel) llamado José de San
Martín, y ese si que la tenia clara. Hizo que todos se pusieran las pilas y armo
el cuerpo de granaderos, que viajo a Rosario y cuando diviso a los giles del
imperio, les pegó un palizón que se recuerda hoy como el primer triunfo patriota
de la gesta sanmartiniana.
A partir de ahí se embaló de tal modo, que hasta que hasta no vencer en todas
las batallas y luego arreglar en Guayaquil la segura victoria de la unión militar
latinoamericana, no se detuvo. Y con todo asegurado, sin ninguna ambición de
poder por el poder mismo, se tomo el palo.
Pasan un montón de cosas mas, y ya independientes aparece el señor
Bernardino Rivadavia que como buen oligarca unitario, creo toda una escuela,
basada en negar a la masa popular y en copiar idénticamente, sin una idea
nueva, todo lo que fuera europeo; eran los señores afrancesados de la primera
hora, que se cansaban de gritar ¡En un país en serio no pasan estas cosas,
porque en Inglaterra cuando un cabecita negra anda vagueando por ahí, se lo
mete en-la-car-cel!
Pero como el presidente homónimo del sillón, se basaba en una constitución
que no legitimaba nadie más que él, pronto saco boleto en el antiquísimo
helicóptero de la casa de gobierno (en
aquel tiempo, ultimo modelo).
Y aquí comienza la época mas dura de la
famosa lucha entre unitarios y federales.
Y a diferencia de hoy, los federales de
aquella época eran lo mas cercano al
peronista genuino, vinero y choripanero. Y
su figura legendaria era el gran Facundo,
que era algo así como el D´elía de los
llanos, amado por los gauchos y los
pueblerinos, y odiado por “la puta
oligarquía”, como gustaba exclamar el tigre
riojano. Y lo aborrecían porque veían en su
persona la encarnación de la barbarie frente
a la civilidad de la gente de Palermo, o los
estancieros que noblemente intentaban
evitar el extravío de los peones rurales, que
temían se confundieran en la elección del
líder a seguir.
A Quiroga lo mataron, pero igualmente la negrada pudo mantener la frente en
alto, hasta la inevitable traición de la caballería entrerriana en la batalla de
Pavón.
Y claro, la confederación Derquista (con marcada peroneidad en su
concepción), no había advertido la antinomia que se presentaba en el jefe de
aquel cuerpo, General Justo José de Urquiza.
El hombre era estanciero (el mas grande del país), y a la vez luchaba contra el
oligárquico gobierno bonaerense del “liberal nacionalista” Bartolomé Mitre
(fundador del matutino La Nación). Todo iba a terminar como se supone, se
aliaron e hicieron unos planes a futuro para frotarse las manos.
Ahora llega otra época oscura de dominio conservador, y es la famosa
Argentina neocolonial del modelo agroexportador, que extermina a los
habitantes de la Patagonia y manda a morir en la guerra del Paraguay a los
gauchos derrotados por la oligarquía post pacto Urquiza-Mitre (Recordemos
que los tiran muertos al río para que se dispersen epidemias sobre las
provincias opositoras); mientras tanto funde la industria nacional siempre
embrionaria, y realiza la transfusión de sangre sarmientina, articulando el
fortalecimiento de la inmigración europea con el exterminio sistemático de
gauchos e indios (padres y abuelos de los que llenaban la plaza con Perón en
el balcón).
Este modelo se mantiene sin problemas hasta la aparición del caudillo Hipólito
Yrigoyen, que viene a quebrar años de “pax estanciera”. Pero sin embargo no
es posible denominarlo peronista. Y eso por una cosa muy básica, me refiero al
pueblo de la unión cívica radical.
Se trataba de gente con posturas de tinte europeo, traídas por las masas
inmigrantes del periodo “civilizador”. Su postura
social era mas que interesante y muy positiva,
pero tenia muy poco de nacional y popular,
puesto que lo primero era mas bien
internacional.
La masa inmigrante, además se iba por
izquierda, como los socialistas, anarquistas,
comunistas y otras tendencias que nunca
terminan de comprender y sintetizar a la masa
argentina en su totalidad, y eso porque el
origen de sus escuelas no era argentino.
A Yrigoyen lo tumban ya incompetente en su
senilidad, viene la “década infame”, con su
nefasta política entreguista al servicio de la
oligarquía, y al fin aparece un secretario de
trabajo y previsión que cambiara la historia.
Representara fielmente a las masas
nacionales, vapuleadas por cientos de años, y
hará renacer el espíritu de los de la sangre americana, de Tupac Amaru, de
Mariano Moreno, de San Martín, y del orgulloso gaucho federal previo al
derrotado del Martín Fierro. Esta vez la síntesis lograda seria la definitiva
identidad del pueblo, y todo a partir del hombre al cual glorificarán las razas
mixtas de la patria en todos los años venideros.
Pero aquí termina la prehistoria del peronismo, que era lo que brevisimamente
intentaba reflejar en este texto.
Publicado por El Quilla

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