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NACIONAL
UNIDAD 211 ZACATLAN
Profa. Clemencia
Juárez Escobedo
24 DE JUNIO DE
2009
PRESENTACION
La educación como todo proceso histórico es abierta y dinámica, influye en los
cambios sociales y a su vez es influida por ellos. Por lo mismo el quehacer educativo
debe responder a esa dinámica y a los intereses actuales y futuros de la sociedad y del
individuo, sin discriminación social ni de sexos, la educación debe conducir al ser
humano hacia su plena realización como miembro de la sociedad en que vive. Por lo
mismo el quehacer educativo debe responder a esa dinámica, para lograr esto la
educación debe formar más que informar esencialmente que el ser humano busque y
utilice por símismo el conocimiento, organice sus observaciones a través de la reflexión
y participe activa y responsablemente en la vida social. Para poder lograr todo lo
anterior es necesario conocer los viejos y los nuevos escenarios educativos, pues está
comprobado que todo ser humano que no conoce su historia están condenado a
repetirla.
Por tal motivo en el presente documento se presenta un análisis socio- histórico, crítico
y analítico de nuestro Sistema Educativo Nacional.
Donde se reflexionara entre otras cosas sobre la profesión docente desde la
perspectiva de su formación inicial y continua, interpretando y conceptualizando los
contextos culturales, sociales y políticos inmersos en los procesos en que se forman los
docentes a través de las diferentes políticas educativas.
La acción del estado en el campo de la educación motiva la política educativa que se
define como el conjunto de disposiciones gubernamentales que con base en la
legislación en vigor, forman una doctrina coherente y utilizan determinados
instrumentos administrativos para alcanzar los objetivos fijados al estado en materia de
educación. La política educativa de un país no puede estar separada de los demás
procesos que conforman su sociedad. Constituye una clara interpretación de su política
general y del proyecto que como nación haya definido. Es parte sustantiva de su
modelo de desarrollo y a pesar de lo contradictorio y polémico de sus acciones,
siempre procura preservar ciertas características esenciales: su orientación filosófica,
sus propósitos, sus directrices y su identificación y solidaridad, con las grandes tareas
nacionales. No es por supuesto estática y ortodoxa, conserva sus lineamientos
generales, en la medida en que se mantiene invariable su fundamento jurídico –
filosófico, pero en lo interno se adecua de acuerdo a las circunstancias y situaciones
especiales, cambiando en ocasiones el orden de prioridades e inclusive modificando
temporalmente sus estrategias para hacer frente a épocas de crisis.
Las practicas escolares y su ritual son un aspecto esencial de proceso de inculcación
ideológica; deberes, disciplina, castigos y recompensas; tras su aparente función
educativa y técnica aseguran la función esencial pero oculta de realizar en la escuela la
ideología burguesa de someter a ella a todos los individuos y en este sentido de
representar a su manera la producción el derecho y el estafo burgués.
En los primeros años del México independiente la educación elemental era un asunto
predominantemente privado entre las familias y los maestros que ofrecían sus servicios
docentes a cambio del correspondiente pago de honorarios por parte de los padres de
familia. Al suprimirse los gremios heredados del Virreinato entre ellos el Gran Gremio
de Maestros de Primeras Letras, la autorización y la supervisión de la profesión
docente quedó en manos de las autoridades civiles, particularmente de los
ayuntamientos y por delegación de facultades, en manos de instituciones privadas o
semipúblicas, entre las que sobresale la Compañía Lancasteriana.
PROFESIÓN LIBRE (1821-1866)
La instrucción elemental estaba bajo el control de los particulares y las corporaciones
civiles y eclesiásticas. En este periodo existieron varios proyectos oficiales para
establecer centros de enseñanza normal, pero ninguno de ellos fructificó. La falta de
estos centros fue cubierta en parte por la Compañía Lancasteriana, cuyo sistema
consistía precisamente en sustituir casi por completo a los maestros especializados en
la enseñanza de las primeras letras.
PROFESIÓN MUNICIPAL (1867-1884)
Al asumir el poder, los liberales promovieron una mayor injerencia del Estado en la
instrucción primaria. En este periodo se reglamenta la organización escolar en el
Distrito y territorios federales y crece el sistema escolar municipal tanto en la capital de
la república como en los estados
Se hacen también los primeros intentos para establecer la enseñanza laica y
obligatoria; asimismo comienzan a difundirse nuevas ideas y métodos pedagógicos.
PROFESORADO NORMALISTA Y ESTATAL (1885-1910)
Entre 1885 y 1910 se intenta uniformar y centralizar la instrucción primaria del país. El
gobierno federal centralizó y uniformó la enseñanza primaria, asumiendo el control de
las escuelas municipales del distrito y los territorios federales, suprimió la Compañía
Lancasteriana y la Fundación Vidal Alcocer, al mismo tiempo que rescató algunas de
las escuelas de estas instituciones.
DE LA PROFESIÓN LIBRE A LA PROFESIÓN DE ESTADO Y DE LA PROFESIÓN
AUTORIZADA A LA PROFESIÓN ESPECIALIZADA
El magisterio dejó de ser una profesión casi libre para convertirse en una profesión de
Estado, primero municipal y luego progresivamente federal y estatal.
Igualmente cambiaron los procedimientos y criterios de reclutamiento o ingreso a la
docencia. En un principio, para ser profesor se necesitaba la autorización oficial que, en
realidad, no era sino una licencia para establecer una escuela particular. Con el tiempo,
esta licencia se convirtió en el medio para que los ayuntamientos contrataran a los
profesores.
El control municipal para el ingreso a la profesión más adelante se combina con la
necesidad de especializarse en el ejercicio de la docencia.
EL EFECTO DEL NORMALISMO
Los pedagogos y autoridades que participaron en su diseño y fundación cumplieron
con los objetivos planteados, si no cabalmente por lo menos sí explícitamente.6
Veamos algunos de ellos:
La, difusión del normalísimo tuvo un efecto paradójico sobre la estructura político-
administrativa de la enseñanza elemental: por un lado estimuló y contribuyó
directamente a la centralización de las escuelas municipales en los estados, el Distrito
y los territorios federales dentro de sus respectivas jurisdicciones y, por el otro, se
opuso y resistió a la centralización propugnada por el ejecutivo federal para todo el
país.
Con frecuencia, los directivos y los egresados de las normales criticaban los sistemas
escolares municipales, del Distrito Federal y de los estados, refiriéndose a la
incapacidad técnica y administrativa de los ayuntamientos para dirigir un asunto tan
delicado como es la educación, a las eternas dificultades económicas que éstos tienen
ya sus frecuentes cambios de autoridades municipales. Igualmente las críticas iban en
el sentido de la inestabilidad “congénita de la política de campanario”, traducida en
arbitrariedad, favoritismo, capricho y desprecio contra los maestros, la reducción y el
retraso en el pago de sueldos y, en ocasiones, el despido que algunos de ellos
padecían.
Los normalistas insistían en salvar a la educación de la política, especialmente de la
conflictiva y fluctuante política municipal. Para ello proponían dos vías: una sugería que
se crearan oficinas educativas municipales con un cierto margen de autonomía frente a
los ayuntamientos; otra, la más recurrente desde la penúltima década del Porfiriato,
que se creara un consejo, una junta o un organismo central de educación en los
estados, dependiente de los gobiernos, en los que se centralizaran parcial o totalmente
las escuelas municipales.
Los normalistas siempre quisieron ser distintos y ser como los universitarios: querían
constituir un grupo profesional diferente al resto de los profesionistas; querían tener su
propio campo de actividad, sus propias funciones y sus propias normas de ingreso, de
permanencia y de movilidad profesional, pero al mismo tiempo pretendían gozar de un
status semejante al de los universitarios.
Los normalistas querían desplazar a los médicos, a los abogados y a los ingenieros de
los órganos colegiados, de las oficinas de instrucción pública y de las cátedras de las
escuelas normales, pues consideraban que esas posiciones eran suyas, por lo que
progresivamente las habían ido ocupando.
En el debate del proyecto de Ley Orgánica para constituir la universidad, en el Consejo
Superior de Educación Pública (CSEP), los normalistas quisieron incorporar la normal a
la nueva universidad con el mismo rango que las demás escuelas superiores. Así lo
propusieron tanto el director general de Instrucción Primaria del D.F. como el director
de la ENM. Justo Sierra rechazó la propuesta señalando que no debía olvidarse que la
enseñanza normal era un asunto de directa incumbencia del Estado, crucial para el
cumplimiento del precepto de instrucción obligatoria, por lo que no podía pasar a formar
parte de una universidad que, para realizar su cometido, requería un considerable
margen de autonomía en sus asuntos internos.
Desde entonces quedaron claramente deslindados los campos: la enseñanza normal o
la formación de profesores de primaria era asunto de Estado; en cambio, la educación
superior y la investigación científica, aunque también le interesaban al Estado, sólo
podrían desarrollarse si gozaban de un amplio margen de libertad en su organización y
funcionamiento.
LA EDUCACIÓN MEDIA: UN TERRITORIO MOVEDIZO Y DISPUTADO ENTRE LOS
UNIVERSITARIOS Y LOS NORMALISTAS.
Para formar profesores críticos, una de las múltiples tareas que tienen que realizarse,
es la de sustentar los planes de estudio de las escuelas normales en la Teoría social
crítica.
La carrera de profesor debe estar impregnada de Pedagogía, sin embargo, oficialmente
no es así y, en el proceso de formación de los profesores, la Teoría pedagógica es
sustituida por asignaturas irrelevantes.
De esta manera, la formación académica de los profesores se reduce a una acción de
carácter meramente instrumental. La formación inicial de los profesores de educación
básica es responsabilidad del Estado Mexicano y, por esa razón, el currículum, la
evaluación, la acreditación y la expedición de títulos profesionales están a cargo de la
Secretaría de Educación Pública.
Aún cuando la formación de profesores de educación básica es tarea del Estado y una
función de las escuelas normales, no existen políticas para la formación de
éstos, es decir, no existen políticas de Estado sino de gobierno, que responden más a
motivos de control político por parte del gobierno, incluido en él el grupo dirigente del
CEN del SNTE.
Las reformas educativas llevadas a cabo en México han respondido más a problemas
políticos que a cuestiones pedagógicas.
B) Dicha práctica docente puede entenderse como una acción institucionalizada y cuya
existencia es previa a su asunción por un profesor singular. Frecuentemente se concibe
la práctica docente como la acción que se desarrolla en el aula y, dentro de ella, con
especial referencia al proceso de enseñar. En este nivel se ubica la potencialidad de la
docencia para la transformación social y la democratización de la escuela. El mundo de
las prácticas permite revisar los mecanismos capilares de la reproducción social y el
papel directo o indirecto del docente critico en la conformación de los productos
sociales de la escuela.
C) ¿Puede concebirse la actividad docente como una profesión? Desde una cierta
perspectiva sociológica de las profesiones, en su vertiente funcionalista, diversos
estudios definen la docencia como una semi-profesión, en tanto no cumple con los
requisitos básicos para constituirse en profesión. Así, la Teoría de los rasgos parte de
determinar las características que supuestamente deben reunir las profesiones:
autonomía y control del propio trabajo, auto organización en entidades profesionales,
cuerpo de conocimientos consistentes de raíz científica, control en la preparación de
los que se inician en la profesión, fuertes lazos entre los miembros y una ética
compartida.
Esta concepción de profesionalización y la creciente “responsabilizacion” del conjunto
de la problemática educativa que suele atribuírsele a los docentes tienden a aparecer
vinculadas, aunque de modo paradojal, con procesos de proletarización e
intensificación de su trabajo.
a. El proceso prolongado y consistente de creciente proletarización docente es
semejante al de otros trabajadores. Los eventuales incrementos salariales suelen estar
vinculados al desempeño personal y de la Constitución, al presentismo y a la
capacitación. Ello refleja la baja valorización que el docente tiene de sí mismo, así
como la sociedad tiene de la docencia, como una labor feminizada, rutinaria,
intraáulica, que no requiere mayor cualificación (4).
b. La encomienda social de garantizar eficientes resultados de aprendizaje para todos
los alumnos implica un aumento real de tareas del docente, originando la crónica
sensación de sobrecarga de trabajo. En ocasiones, la misma formación en servicio se
ofrece a los docentes fuera de la jornada escolar, contribuyendo a una real
intensificación de sus tareas habituales.
c. Por otra parte, existen propuestas que han rechazado en este campo los postulados
de aquella sociología de las profesiones, definiendo la profesionalización como “la
expresión de la especificidad de la actuación de los profesores en la práctica.
Este conjunto de cualidades conforman dimensiones del quehacer docente, en las que
se definen aspiraciones respecto a la forma de concebir y vivir la actividad, así como de
dar contenido concreto a la enseñanza.
1. La obligación moral
2. El compromiso con la comunidad
3. La competencia profesional
MODELOS Y TENDENCIAS, IMPLICACIONES A NIVEL DE FORMACIÓN
Cada modelo teórico de formación docente articula concepciones acerca de educación,
enseñanza, aprendizaje, formación docente y las reciprocas interacciones que las
afectan o determinan, permitiendo una visión totalizadora del objeto.
Es posible identificar los siguientes modelos y tendencias:
EL MODELO PRACTICO-ARTESANAL concibe a la enseñanza como una actividad
artesanal, un oficio que se aprende en el taller. El conocimiento profesional se transmite
de generación en generación y es el producto de un largo proceso de adaptación a la
escuela y a su función de socialización.
Se da un neto predominio de la reproducción de conceptos, hábitos, valores de la
cultura “legitima”.
BIBLIOGRAFIA
Antología de “Desigualdades Educativas Regionales”
Rodríguez, Pedro Gerardo, “Fabulas de pobreza, desigualdad y educación”
Latinoamericana de estudios educativos, vol. XXXII, num.4 México, CEE, 20002. Pp.11-65
Reimers, Fernando, “Educación, exclusión y justicia social en América Latina” en Ornelas,
Carlos (comp.), Investigación y Política educativa: ensayos en honor a Pablo Latapi, México,
Santillana,2001, pp. 187 - 230
Toye, Jonh, “Nacionalizar la agenda contra la pobreza” en Boltivinik, julio et al; coord.)
La pobreza en México y el mundo. Realidades y desafíos, México, siglo XXI
2004, pp.76-87.
Lusting, Nora, “Crecimiento económico y reducción de la pobreza”, Ibid, pp.88-89.
Chossudovsky, Michel, “Globalización de la pobreza y nuevo orden mundial”
México, siglo XXI, 2003, pp.7-8.
Lo Vuolo, Rubén, et al., “La pobreza… de la política contra la pobreza” Buenos Aires,
Miño y Dávila, 2004, pp. 13-17 y 21-56.
LA POBREZA EN MEXICO
La pobreza definida como la insatisfacción de necesidades básicas en el individuo ha sido
tema de análisis muy amplios en los planos social, ...
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