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Presentación
Sin embargo, a pesar de su grado descriptivo general, se señalan algunos elementos que no están
se están manejando adecuadamente en el espacio público, como por ejemplo, el uso
indiscriminado del concepto cambio climático, del cual conceptos como efectos adversos del
cambio climático y sistema climático, en conjunto, forman una unidad simbólica; la poca difusión
de los impactos proyectados del cambio climático global en territorio mexicano, el monopolio de
la información científica nacional; y, finalmente, la necesidad de incluir lo ambiental como una
arista más de la seguridad nacional en México.
El objetivo central del documento, no es sólo enunciar lo que está haciendo el gobierno en la
materia, sino, además, explorar áreas de oportunidad en las que los científicos sociales pueden
ampliar el abanico de alternativas de solución que maneja el gobierno actualmente.
♦ Enrique del Más que preocuparnos, debemos ocuparnos del problema del cambio climático,
Val pero a la vez modificar el sistema económico vigente”(EL UNIVERSAL, 2007a,
A23)
♦ Silvia El cambio climático está provocando situaciones dramáticas para mucha gente,
Ribeiro víctimas de sequías, inundaciones y huracanes. Para las transnacionales y
especuladores, las catástrofes son una oportunidad de hacer negocios y pingües
ganancias. (LA JORNADA, 2008b, 23)
♦ Marcos Mientras el calentamiento del planeta, obra de los seres humanos, no provoque
Roitman mutaciones, la piel no se torne blanquecina, los pulmones resistan o los virus no
terminen generando diarreas y convulsiones, seguramente no se tomarán
decisiones políticas, y quién sabe si en la dirección adecuada. En cualquier caso,
pasarán siglos. La degradación de la especie, por ahora, es ciencia ficción. Hay
que ser optimistas y ver el vaso medio lleno (LA JORNADA, 2008c, 18)
Sin necesidad de profundizar, con la realización de un análisis de contenido o del discurso,
enunciaremos dos cosas que son evidentes; primero, que ninguno de los generadores de opinión
citados se dieron a la tarea de explicar que es el calentamiento global y, segundo, que hacen uso
del concepto cambio climático como si todos los que les leen entendieran qué es el cambio
climático, cómo les afecta, cuáles son sus repercusiones proyectadas, etc.
Pero lo mismo sucede en los documentos del gobierno federal mexicano, la Secretaria de Medio
Ambiente y Recursos Naturales dice que
Mientras que la Autoridad Nacional Encargada del cambio climático en México, dice
Hacer uso del concepto cambio climático global emanado de la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), por sí mismo, no es algo malo. Sin embargo, la
definición dada al cambio climático requiere necesariamente de un concepto auxiliar, que no ha
sido ampliamente difundido en los medios de comunicación.
De acuerdo con la CMNUCC, el cambio climático es “un cambio de clima atribuido directa o
indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se
suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”
(AGENDA ECOLOGICA, 2005, 4)
Dicha definición da conocer que la causa de la modificación climática (es la actividad humana
que modificó la atmósfera), a la vez que dota de cientificidad a su dicho (al argumentar que los
datos derivados de la actividad humana y la alteración de la atmósfera cuentan con mecanismos
de corroboración científica experimental comprobables y susceptibles de repetición porque son
variables dependientes el uno del otro)
Lo que no nos dice dicha definición son, por ejemplo, entre otras cosas: qué es el clima, cómo
funciona, cuál era la situación original de la atmósfera para afirmar que ésta se ha alterado. Si se
lee la CMNUCC y el Protocolo de Kioto de la CMNUCC, se encuentra que no existe, en el
contenido de la misma, una sola definición de qué es el clima. Lo que sí aparece es una definición
de sistema climático.
Análisis de matrices semánticas
CMNUCC (1992) Protocolo de Kioto(1997) Total
Desarrollo sostenible 2 3 5
Cambio climático 45 24 69
Sistema climático 8 1 9
Calentamiento 1 3 4
Fuente: Elaboración propia
De dicho principio se desprende que, antes que hablar de calentamiento global o cambio
climático, los países que conocieron la CMNUCC durante la Cumbre de la Tierra (junio de 1992
en Río de Janeiro) apelaron a la protección del sistema climático apelando la equidad entre las
partes y realizar sus tareas de manera común y diferenciada (es una tarea igual para todos, pero
con mayores compromisos e inversiones de los países más industrializados por ser estos
responsables de las mayores cantidades de CO2 en la atmósfera), pero no se hace un enunciado
específico sobre la atmósfera terrestre, sino que el concepto central es el del sistema climático
que ha sido alterado en sus interacciones normales.
El ser humano, al ser una especie animal que habita el planeta, es parte de los elementos bióticos
que mediante sus interacciones económicas, sociales, políticas y culturales ayuda a mantener la
estabilidad climática del mundo o, bien, la alterara. El proceso interrelacionado nos muestra
entonces que el planeta es “un sistema bio—geo—físico—químico complejo y autocontrolado”
(GARDUÑO, 2007, 35)
La ausencia del concepto sistema climático, del discurso público político y de la agenda—setting
de los medios de comunicación, puede entenderse como algo normal, si se toma en cuenta que
quienes elaboraron el concepto de cambio climático son los miembros del Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, que desde su creación en 1988 es el
organismo encargado de elaborar la información científica y tecnológica del tema, y está
conformado por científicos duros de todo el mundo.
Sin embargo, la ausencia en espacio público del concepto sistema climático, que ha sido alterado
por la concentración de CO2 en la atmósfera, que “es la más alta en los últimos 420,000 años”
(PROGRAMA SYNERGY, 2005, 1.13) es uno de los motivos por los que los ciudadanos de a pie
y los científicos sociales no entiendan que el derretimiento de los polos, y los glaciares, por
ejemplo, son hechos que forman parte de los efectos adversos del cambio climático. En materia
de cambio climático, en lo particular, y medio ambiente, en lo general, todo lo que pase en el
mundo esta interrelacionado.
Los efectos adversos, por tanto, deben ser entendidos como “los cambios en el medio ambiente
físico o en la biota resultantes del cambio climático que tienen efectos nocivos significativos en la
composición, la capacidad de recuperación o la productividad de los ecosistemas naturales o
sujetos a ordenación, o en el funcionamiento de los sistemas socioeconómicos, o en la salud y el
bienestar humanos.” (ISEF, 2205, 4)
Y eso es algo que los científicos tienen muy claro, porque para ellos,
El clima se define como las condiciones promedio del sistema climático, en el cual
interaccionan la atmósfera, los océanos, la cubiertas de hielo y nieve, los
continentes, la vegetación y otras formas de vida, y la radiación solar. Este sistema
determina las condiciones promedio de variables como la temperatura, la
precipitación y los vientos. Un cambio climático puede detectarse en los cambios
en esos valores medios, o bien en los cambios en los valores extremos de esas
variables (Conde, 2006 161)
Para mejorar la percepción y participación social del mensaje (hecho socioterritorial: cambio
climático) es necesario que la fuente (emisor) revise el contenido simbólico (significado y
significante: calentamiento global/sistema climático/efectos adversos) que el emisor transmitirá,
se debe revisar la codificación del mismo (lenguaje), los canales (vista, oído y tacto) y medios (de
comunicación masificada o interpersonales) por los que se difundirá el mensaje, así como la
capacidad de los receptores (actor social/agente comunicativo) para decodificar el mensaje
(habilidades en la comunicación, actitudes, conocimiento, sistema social y cultura)
Considerando estos elementos, en cada uno de los eventos comunicativos realizados por los
emisores, se podrá generar un clima de opinión favorable hacia el tema y su problematización
socioterritorial especifica, lo cual puede ser el motor para iniciar una amplia participación social
de los actores individuales en aras de obtener un fin común.
Por tanto, la relación directa entre los conceptos efectos adversos del cambio climático, el cambio
climático y el sistema climático deben difundirse y divulgarse como un todo. Hablar solo de
cambio climático, partiendo del supuesto que la gente entiende el concepto y el problema que
define, es un error comunicativo que los representantes de los gobierno nacionales, los miembros
de la comunidad científica, los periodistas y los generadores de opinión pública cometen en sus
incursiones en el espacio público y político.
En el ámbito internacional se reconoce que los impactos, altamente probables del cambio
climático global, son:
Los frutos de esos esfuerzos han sido debidamente presentados por la comunidad científica
nacional y han sido reconocidos y avalados por el gobierno federal, al incluirlos en la Estrategia
Nacional de Cambio Climático México (ENAC) 2007 (CICC, 2007, 114-115), del cual se derivo
el Programa Especial de Cambio Climático 2008- 2012 (CICC, 2008)
Veamos una sola arista, la elevación del nivel del mar (60cms) que, como consecuencia del
descongelamiento de los casquetes polares y los glaciares permanentes más la inversión térmica,
hará que las costas se recorran entre 40 y 50km tierra adentro, pero en esos espacios
socioterritoriales de identidad y pertenencia que se afectarán hay personas que requieren bienes,
servicios e infraestructura que les haga más llevadera su existencia.
En el mapa que aparece en la página previa se muestran las zonas costeras que serán mayormente
impactadas por los efectos adversos del cambio climático global. Ahí vemos sombreadas las
zonas afectadas en territorio mexicano. Como científicos sociales, leamos el mapa críticamente,
y, reflexionemos más allá de los ecosistemas que se verán afectados, lo cual es preocupante por la
perdida de servicios ambientales que prestan a los ciudadanos mexicanos que actualmente residen
en esos espacios, y cuestionemos por ejemplo:
¿Qué pasará con la gente que vive en las costas de Veracruz y Tabasco?, ¿Dónde, a partir de
cuándo y en qué términos serán desplazados esos mexicanos? ¿Cuánto va a costar la reubicación?
¿La reubicación debe ser planeada por los gobiernos estatal y federal en conjunto o se dejará que
los habitantes se desplacen por cuenta propia? ¿Cuáles son los bienes, servicios e infraestructura
de los que se necesitará dotar a las comunidades receptoras para que soporten la presión de más
habitantes? ¿Se hará una ciudad nueva para desplazar a todos juntos? ¿Se tendrá que volver a
pensar en la redistritación electoral? ¿Qué pasará con las reservas hídricas de esa zona costera?
¿De que van a vivir? ¿Se desplazará solo para volver a dejarlos en las costas? ¿el desplazamiento
qué impacto ecológico va a tener?
Como se desprende de las tablas previas, y de la arista someramente enjuiciada, las áreas de
oportunidad para los científicos sociales son varias. La problematización ya esta ahí, lo que hace
falta es encontrar los caminos académicos, institucionales e, incluso, mediáticos para formular
propuestas y alternativas de solución a la postura científica y gubernamental que domina el tema
en este momento.
México firmó y ratificó la CMNUCC (DOF, 1993, 7 de mayo), también ratificó el Protocolo de
Kyoto de la CMNUCC (DOF, 24 noviembre 2000), para dar salida a los compromisos emanados
de la Convención, fue creada, vía decreto presidencial la Comisión Intersecretarial de Cambio
Climático, que es la Autoridad Nacional Responsable ante la CMNUCC (DOF, 25 abril 2005) y
que aglutina a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(SAGARPA), la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Secretaria de Economía
(SE), la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL), la Secretaria de Energía (SENER), la
Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) y es presidida por la Secretaria de Medio Ambiente y
Recursos Naturales (SEMARNAT)
La Primera Comunicación Nacional, realizada por el Instituto Nacional de Ecología dio un mayor
énfasis a la cuestión de la adaptación (INE/SEMARNAP, 1997) mientras que la Segunda y la
Tercera, realizadas en la administración de Vicente Fox, se le dio un giro a la política nacional,
dándole prioridad a la mitigación sobre la adaptación social. (SEMARNAT/INE, 2001 y
SEMARNAT, 2006),
El Instituto Nacional de Ecología con apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el
Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, elaboró un portal temático
(http://cambio_climatico.ine.gob.mx/) que fue presentado en el año 2005 en Montreal, durante la
XIª Reunión de las Partes de la CMNUCC.
En julio de 2006, comenzó la creación de la política del sexenio actual, ya que la CICC realizó
una consulta pública de la que se gestó la ENAC 2007, de dicha documento básico se elaboró el
Programa Especial de Cambio Climático 2008-2012, el cual en todos sus indicadores planeados
pretende entregar resultados hasta el final de la presente administración.
Como parte del área de investigación, el gobierno ha centralizado la publicación de los resultados
que al momento ha elaborado la comunidad científica nacional sobre el caso mexicano. Al
momento, la bibliografía especializada está conformada por los siguientes documentos:
♦ FERNANDEZ, Adrián y Julia Martínez (Coordinadores) y OSNAYA, Patricia
(compiladora) 2003, Avances de México en materia de cambio climático 2001-2002,
México, SEMARNAT/INE
♦ GAY García, Carlos (editor y compilador) 2003, México. Una visión hacia el siglo
XXI. El cambio climático en México, México, SEARNAP/UNAM, 2ª edición.
♦ URBINA Soria, Javier y Julia Martínez Fernández, 2006, Más allá del cambio
climático. Las dimensiones psicosociales del cambio ambiental global, México,
SEMARNAT/INE/UNAM/Facultad de Psicología, 2006
♦ MARTINEZ, Julia. y Adrián Fernández (Comps.) 2007 Cambio climático: una visión
desde México, México, SEMARNAT/INE, Tercera reimpresión
♦ MORENO, Ana Rosa y URBINA Soria, Javier, 2008 Los impactos sociales del cambio
climático en México, INE/SEMARNAT
♦ SEMARNAT, 2008, ¿Y el medio ambiente? Problemas en México y el mundo, México,
SEMARNAT (incluye una sección sobre cambio climático)
No esta demás decir que la investigación dura del tema, no sólo está centralizada, en su vertiente
editorial, por el Instituto Nacional de Ecología, sino que la realización de la misma tiene la
misma característica: la Universidad Nacional Autónoma de México realiza poco más del 50% de
la literatura especializada y que ha sido producida por los Centros de Investigación en Energía,
Ciencias de la Atmósfera, Investigaciones en Ecosistema, los Institutos de Ciencias del Mar y
Limnología, de Ecología, de Geografía e Ingeniería y los Programa Universitarios de Energía y
de Medio Ambiente.(SEMARNAT, 2006, 74)
La comunidad científica que domina el tema en México, muchos de ellos forman parte del Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, y el gobierno federal reconocen que los
impactos sociales, económico—productivos serán severos en muchas áreas, sin embargo, a pesar
de ello, los científicos sociales siguen estando fuera del análisis y de la gestión de soluciones al
problema (aunque la geografía es parte de las Ciencias Sociales por el enfoque de los datos que
han publicado sobre el tema se muestran muy alejados de su dimensión social).
Dentro de la bibliografía especializada destacan dos libros que revisan los aspectos sociales del
cambio climático en México, los libros son: Las dimensiones psicosociales del cambio ambiental
global y Los impactos sociales del cambio climático en México. En un balance general, destacan
entre otras cosas: la ausencia de expertos sociales en ambos documentos y que Javier Urbina
(psicólogo), aparece como coautor en ambos. En el primer libro Urbina hace un estado del arte
del cambio climático y sus efectos psicológicos en textos internacionales, y, en el segundo, junto
con Ana Rosa Moreno (médico), analizan los impactos sociales usando como base los Informes
de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Humano.
El discurso gubernamental federal mexicano, desde el año 2006 ha concebido al problema del
cambio climático como algo que afecta la seguridad de los países. La Comisión Intersecretarial
de Cambio Climático, en los últimos meses de la administración de Vicente Fox, afirmó que el
cambio climático “por su globalidad, requiere de un enfoque multilateral, pues ningún país puede
hacerle frente aisladamente. Por su dimensión temporal, impone la necesidad de planear a largo
plazo. El cambio climático es un problema de seguridad estratégica nacional” (CICC, 2006, 3)
Sin embargo, la definición de dicho concepto no aparece en dicho documento.
Tiene que ver con la integridad de las personas y de sus bienes materiales y
culturales, con la conservación de los ecosistemas y sus servicios ambientales, con
el mantenimiento de las infraestructuras (CICC, 2007, 109)
La forma en que se hará operativa, se encuentra en la ENACC2007,(CICC, 2007) sino también
en el Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2007-2012 (SEMARNAT,
2007, 80-89), coincide con los lineamientos emanados de la CMNUCC, es decir, la mitigación de
gases de efecto invernadero y la creación de política de adaptación social al fenómeno.
Si reflexionamos sobre el alcance de estas áreas estratégicas, entonces tenemos que la salud, el
bienestar y la vida de todos los que viven en territorio mexicano deben ser garantizados por el
Estado, aun en caso de incrementarse el riesgo asociado a la vulnerabilidad climática; pero, si se
seguimos el orden de los factores en la definición resulta que, además se deben proteger los
bienes culturales de la población y eso incluye no sólo las manifestaciones culturales, sino,
además todo lo que crea y recrea los espacios de apego afectivo (topofilia) que gesta la
pertenencia socio—territorial ( GIMENEZ, 2000, 31) y muchas de éstas se encuentran fuera de
los asentamientos humanos, como, por ejemplo, las ruinas mayas.
También es objeto de esta definición la conservación de todos los ecosistema que hay en el país,
cumplir este objetivo, visto desde la óptica de la protección, conservación y seguridad ambiental,
es una tarea enorme; ya que en México “está representado entre el 10 y 12% del total mundial de
las especies” de flora y fauna del mundo. En lo que refiere a los ecosistemas terrestres existen
“alrededor de 140 millones de hectáreas de vegetación” las cuales se manifiestan en “selvas
húmedas y subhúmeda, bosques templados y mesófilo de montaña, pastizales naturales,
vegetación halófila y gipsófila, matorral xerófilo y manglares” (SEMARNAT, 2007; 17,18, 19)
El último elemento de la definición habla de la infraestructura productiva nacional, este debe ser
revisado considerando, fundamentalmente, cuatro elementos:
Por tanto, el cuidado del medio ambiente en México es una tarea que debe impulsarse por la
Federación, en concurrencia con los Estados y los municipios, en la que, por la orientación
económica del Estado mexicano (Artículos 25 y 27), también la iniciativa privada debe participar
en dicha tarea. Dada la naturaleza jurídica de dichos artículos, derecho económico constitucional,
la participación de la sociedad es necesaria para planear el desarrollo económico nacional y éste
sea integral y sustentable.
Consideremos que uno de los objetivos del Estado, en el ámbito interno, y que es reconocido
como tal por la comunidad internacional, es la seguridad del Estado. La seguridad del Estado
“debe interpretarse en un sentido amplio, es decir incluyendo la soberanía política, la integridad
territorial y la protección de la vida de los ciudadanos” (CALDUCH, 1993, 37)
Soslayando el sentido estrictamente político (la idea de soberanía política) tenemos que los
efectos adversos del cambio climático, aunque no son un ataque de un nación contra México,
implican una vigilancia sobre la integridad territorial y la protección de los ciudadanos. En el
cuidado del territorio nacional, por tanto, se debe vigilar los ecosistemas, los bienes materiales
(infraestructura) y la integridad de los ciudadanos.
No esta demás recordar, que en pleno embate neoliberal contra el Estado—nación, el Banco
Mundial, en 1997, recomendó que los Estados aunque dejaban de ser los actores centrales de la
actividad económica nacional éstos debían seguir ejerciendo un limitado número de funciones
entre las que destacan el cuidado a la salud y el medio ambiente. (WORLD BANK, 1997, 27)
Por ello, desde el discurso político, ponderando la riqueza biológica y la duración de los efectos
adversos del cambio climático global ¿no sería más conveniente hablar de seguridad nacional
ambiental dado que si la humanidad logra controlar sus emisiones de CO2 sus secuelas se
mantendrán en el siguiente milenio sin llegar a la estabilidad climática original generando que el
territorio mexicano, los núcleos poblacionales y sus bienes culturales mantengan la
vulnerabilidad climática asociada al cambio climático global?
Y es que si la seguridad nacional, que ha sido el argumento público político para fundamentar la
defensa de la integridad territorial, tanto de amenazas externas como internas, y, para garantizar
la integridad física y patrimonial de los habitantes, dados los escenarios proyectados del cambio
climático en México, los científicos sociales deben coadyuvar para hacer que el concepto
seguridad nacional sea más flexible para que lo ambiental pueda entrar en dicha categoría.
Consideraciones finales
Este documento es una provocación intelectual para los científicos sociales. Implica una
invitación para que vean que fuera de sus áreas de confort existen problemas nuevos a los que se
les pueden aportar muchos elementos que son propios de las especialidades sociales.
Para un sociólogo hablar de cambio climático con un astrofísico, inicialmente, resulta ser un
monologo en el que nadie comunica nada porque no se crean consensos entre las partes. Pero a
los químicos, biólogos, físicos, matemáticos, etcétera les sucede lo mismo cuando intentan hablar
en jergas que son dominadas por los científicos sociales.
Por más que un científico duro tenga una amplia formación académica cuando habla de seguridad
ambiental lo hace con inseguridad. Empíricamente, intuye que la seguridad ambiental es
necesaria, pero no cuenta con los elementos para argumentar a su favor. Ahí es donde entra los
científicos sociales, ellos son capaces de llenar las lagunas conceptuales y al mismo tiempo
entender que dice el científico duro cuando aparece en el espacio público.
Este documento, presenta un diagnostico general de la situación, y, busca mostrar que existen
ventanas de oportunidad en el cual contribuir con conocimientos y experiencia, en un problema
en el que la participación de los científicos sociales será necesaria
Fuentes de consulta