92 LA TERCERA Sábado 20 de junio de 2009

Cultura

Luis Sepúlveda
imagina su destino si no se se hubiera
convertido en escritor de best sellers
En La sombra de lo que fuimos, el autor conocido por sus populares libros y por haber
fabricado su propia leyenda, narra la historia de cuatro exiliados en el Chile de hoy.
Roberto Careaga C. Unidad Popular y, aunque nadie lo en una película. “A los 60 años ve el
persiguió, tras el Golpe de 1973 se refu- mundo y la vida como un guión de
Trabajar no es un opción para Jor- gió en la embajada alemana y se exi- cine”, dice el escritor. Habla desde
ge “Coco” Aravena. Ni cuando lo lió en Berlín. De regreso en el Chile Brasil, donde está como “invitado
están echando del departamento por democrático, pasa el tiempo viendo de honor” de la Feria del Libro de
constante morosidad en el arriendo. películas clásicas. A Luis Sepúlveda le Ribeirâo Preto, en otro episodio de
Fue un maoísta solitario entre los gusta pensar que Coco es el personaje la verdadera película que terminó
comunistas y socialistas que llevaron más cercano a él de su última novela, siendo su vida. Un filme con todos
a Salvador Allende a la Presidencia; La sombra de lo que fuimos. los ingredientes de un blockbuster:
escudado en un manual llamado Cin- No es que Sepúlveda no le tra- militancia política, exilio, guerrilla
co tesis contra el liberalismo, dejó que baje un peso a nadie; pasa que a en Nicaragua, millones de libros
su esposa lo mantuviera durante la Coco le cuesta olvidar que no está vendidos, éxito mundial y varias,

varias mentiras.
La última gran escena de la pelí-
cula de Sepúlveda sucedió en febre-
ro pasado, cuando ganó el Premio
Primavera, dotado de 150 millones
de pesos, por La sombra de lo que
fuimos. La novela es un ajuste de
cuentas con el pasado: un grupo de
RAFAEL MARTINEZ
ex militantes de izquierda que
regresan del exilio se reúne para lle-
var a cabo una misión aparente-
mente política. Están solos, no reco-
nocen el Chile actual, sus vidas tie-
nen poco sentido. Pero le doblarán
la mano a su destino. En clave
Pasado y mentiras humorística, Sepúlveda imagina un
Sepúlveda dijo haber sido del GAP de
final feliz para la generación de
Allende y haber ganado el Premio derrotados por Pinochet. “Yo soy de
Rómulo Gallegos. No era verdad. esa generación”, dice Sepúlveda.
“La idea del libro -cuenta el
escritor-, apareció hace un par de
Semana Negra años, comiendo un asado en casa de
unos amigos en Santiago, todos con
de Gijón, el evento que pasados similares: militantes de
organiza anualmente.
izquierda, todos estuvimos presos
durante la dictadura, habíamos
La sombra de lo que
fuimos
Luis Sepúlveda
Editorial Espasa
174 páginas
$ 8.900
conocido el exilio y el difícil retor-
no, teníamos hijos y nietos en el
mundo. Conté un día de la vida de
un grupo de sexagenarios parecidos
a nosotros, con mucho humor y con
mucho amor”.
Pero derrotado no es una buena
palabra para definir a Sepúlveda. Y
los días de su vida no se parecen en
nada a los de La sombra de lo que
fuimos. Socialista hasta hoy, salió al
exilio en 1977 para deambular por
Latinoamérica y Europa, hasta que
en 1989 saltó a la fama mundial con
la novela El viejo que leía novelas de
amor. Fue traducido al inglés, ale-
mán, francés e italiano, mientras su
leyenda, alimentada por él mismo,
LA TERCERA Sábado 20 de junio de 2009 93
Militantes
de carne
y hueso
En La sombra de lo que fui-
mos, Sepúlveda se toma con
humor el destino de su genera-
ción. Pero no deja de ser ilumi-
nador. En plena Unidad
Popular, al Cacho Salinas lo
nombran interventor de una
avícola tomada por los trabaja-
crecía desproporcionadamente.
dores. El resultado es desastro-
Pero llegó el momento en que se
so, pues Salinas no tiene idea
se desmintió que Sepúlveda hubiese
del negocio: las gallinas termi-
sido del Grupo de Amigos Personales
nan sin plumas. Otros de los
de Allende (GAP) y tampoco ganó,
protagonistas, Lolo Garmendia,
como decía, el premio Rómulo Galle-
se exilia en Rumania, donde el
gos ni el Casa de las Américas. En
socialismo le asignó a un hom-
2003, Roberto Bolaño comentó:
bre que lo vigiló todo el tiempo
“Sepúlveda debería pedir perdón de
que estuvo ahí. Hasta guardaba
rodillas en una plaza pública por lo
el pelo que se le caía. Lucho
mal que escribe”.
Arancibia, en tanto, hasta la
Sepúlveda no se disculpó. Acaso
actualidad sólo abre su puerta si
escribió menos. Publicó cuentos,
le dan el santo y seña indicado.
artículos, apostillas políticas, nada
Mientras que el Coco Aravena
con la ambición de La sombra de lo
que fuimos. Esta novela no sólo es su
atesora libros emblemáticos de
un tiempo pasado: Las venas
visión sobre su generación, también
abiertas de América Latina, de
algo más atrevido: una suerte de
Eduardo Galeano, Manual de
ucronía sobre su propio destino.
materialismo histórico, de Marta
¿Qué hubiera pasado si Luis Sepúl-
Harnecker, y El arte de amar, de
veda nunca hubiese llegado si quie-
ra a imaginar que escribiría Un viejo
Erich Fromm. “Mis personajes
tienen detalles reales, de gente
que leía novelas de amor, esa novela
que, según sus cuentas, vendió 18
de carne y hueso”, concluye
Sepúlveda.
millones de ejemplares? ¿Adónde
habría ido a parar?