w anafrica / marzo de 2007

El Magreb:
opinión

Por El hassane Jeffali /

Marruecos y el cambio femenino

Impresionan los cambios a los que se ha visto tras las reformas de talante estructural que ha
sometido Marruecos en los últimos años, para emprendido, sin retorno, el Marruecos de
todos es visible el rumbo que ha tomado el país Mohamed VI, sobre todo en el terreno de la mujer.
valentía de la sociedad Marroquí al enfrentar su

C
ualquiera que haya visitado Marruecos des-
pués del año 1999 notará la diferencia, no
solo en la manera de gobierno, sino también
en el modo de comportamiento de la gente y el cam-
bio social profundo que ha conocido la población en
general. De este cambio podemos destacar el papel
de la mujer por excelencia.
No solo se trata de la representación en la lista
nacional de las mujeres que garantiza una presencia
femenina en el parlamento y que es una primicia en
el mundo árabe, me refiero a el cambio pausado de
la sociedad civil marroquí y sobre todo a la pobla-
ción femenina, me refiero al nacimiento de una
visión totalmente diferente, de un Marruecos del
siglo XXI que ha roto con todo lo anterior.
No ha pasado mucho tiempo del comienzo del
Reinado de Mohamed VI, cuando el Consejo
Consultativo de Derechos Humanos ha abierto la
página de los años de plomo. Creo que no es tan fácil
entrar en este terreno sabiendo que los familiares
de las dos bandas están vivos, cabe reconocer la
pasado con total franqueza y sinceridad y empezar
una pagina nueva. Los desafíos del futuro nos han
puesto en alerta, listos para ponernos manos a la
obra con el objetivo de hacer prosperar este país.
Uno de los grandes avances que ha conocido la
sociedad marroquí es la aprobación de la MODA-
WANA o guía del código de la familia en Marruecos,
que ha entrado en vigor el 5 de febrero del 2004,
para revolucionar la sociedad en su conjunto y rom-
per con el pasado. Entre los ejes de cambio podemos
citar los siguientes: situar a la familia como respon-
sabilidad de los dos esposos y dejar atrás ese papel
autoritario del hombre, hacer de la tutela un dere-
cho de la mujer mayor que ejerce según su elección
y sus intereses, y finalmente asegurar la igualdad
entre el hombre y la mujer en lo que concierne a la
edad de matrimonio de 18 años para ambos sexos.
No solo la Mudawana, cambio con tinte femenino,
llena de orgullo al pueblo Marroquí, también desta-
ca "el código de nacionalidad" para hacer justicia a
los niños nacidos de madres marroquíes y padres
extranjeros. Hasta el mes de enero eran más de 500
solicitudes presentadas para la obtención de la
nacionalidad marroquí. Esta reforma constituye un
nuevo hito, permitiendo la instauración de la igual-
dad entre el padre marroquí y la madre marroquí en
materia de transmisión de la nacionalidad, ya que el
artículo 5 de la constitución estipula que todos los
marroquíes son iguales ante la ley.
Esta reforma consolida aún más el estado de dere-
cho y la promoción de los derechos humanos, sobre
todo la que concierne al niño y la mujer, así como la
edificación de una sociedad democrática basada en
el reconocimiento de una autentica identidad, ejer-
cida por la madre para transmitir su nacionalidad
al igual que el padre.
Creo que la igualdad que se está otorgando a la mujer
de Marruecos, está dando sus frutos, encaminando a
Marruecos hacia una sociedad donde el hombre y la
mujer tienen las mismas oportunidades para conver-
tirse en actores con derechos y obligaciones.