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El reverso de la inmigración
l margen de la gran cantidad de vidas humanas
A
que, en su intento por llegar a los países indus-
trializados, se pierden en el camino y cuya cifra
exacta jamás conoceremos, con todo lo que
supone para sus familiares, quisiera llamar la
atención respecto a la visión y análisis unilate-
ral que se está haciendo de los actuales movi-
mientos migratorios.
Se mire por donde se mire, en ambos casos la estrategia es la misma: en ambos casos
seleccionar en origen la fuerza de trabajo que demande o necesite el la estrategia es la misma:
mercado europeo para seguir funcionando, Cataluña incluida, y cubrir
aquellos puestos que los nacionales dejen vacantes, ya sea por una sim-
ple cuestión de negarse a ocuparlos o por motivos demográficos.
seleccionar en origen
Estamos por tanto ante un planteamiento egoísta cuyo único objetivo no
es otro que asegurar el funcionamiento del modelo europeo de desarro-
la fuerza de trabajo
llo, y como siempre, a costa de los países periféricos, utilizando la expre-
sión acuñada por Samir Amín; y en este planteamiento a nadie preocu- que demande
pa el reverso del fenómeno. Me refiero al vaciado que está teniendo
lugar en los países de procedencia de estas migraciones. o necesite
Centremos por un momento nuestras miradas en esos pueblos de
Senegal o Malí de donde salen estas personas que llegan en los cayucos
destartalados que vemos a través de la televisión y pensemos en su per-
fil: personas jóvenes, es decir, en pleno vigor vital, dinámicas, empren-
dedoras y en edad de reproducción. Con un poco de suerte, las habrá con
profesiones cualificadas que de ejercerlas en sus países de origen, gene-
rarían un valor añadido, tanto en el fomento de la ocupación, como en
el aumento de la riqueza. Pues bien, todo esto y más, es lo que se están
perdiendo nuestros países.
¿Se dan cuenta de que cuando ésta entre en vigor, el barrido será toda-
vía mayor?. ¿Y qué le quedará a África para acometer su desarrollo con
un mínimo de garantía de éxito en sectores tan estratégicos como la
sanidad o la educación?. Pero de esto nadie o casi nadie dice nada.
Yo sólo digo que con la aplicación de esta doctrina y a menos que los
gobernantes europeos y africanos pacten alguna fórmula, África entra-
rá en otra dinámica de empobrecimiento que hará todavía más difícil la
posibilidad de encarar satisfactoriamente su desarrollo. Y mientras eso
pase, Europa seguirá manteniendo intacto su próspero modelo. Los afri-
canos seguiremos siendo ciudadanos y ciudadanas de tercera y se nos
el mercado europeo
continuará birlando el reconocimiento a nuestra aportación al mismo.
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