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1. Noción de mito
El µυθος",
µυθος que significa discurso,
término mito proviene de la palabra "µυθος
palabra. Por lo que podríamos definir mito como relato. Pero este relato tiene
momento de la historia).
Así pues, los mitos son relatos imaginados, protagonizados por seres
primordial y prestigioso.
griego. Nadie es dueño del mito, que se transmite de forma oral y de padres a
hijos.
3. Mitología
Dioses mayores
• Características:
Son inmortales
Son invisibles
monógamos.
Dioses menores
limitada. Están ligados a alguna realidad concreta: bosques, aguas, ríos, arte,
etc.
Destacan: las nueve Musas (arte), las ninfas (aguas y fuentes), los sátiros
(bosques y arbolados), las Moiras (el destino), las Gracias (forman el cortejo de
Semidioses o héroes
Son aquellos seres en los que se aúna una parte divina y una parte humana,
pero que carecen de soberanía. Proceden de la unión entre un dios y una mortal
Medusa…)
de los griegos)
• Sus muertes suelen ser violentas y sus restos pueden estar dotados
que cesara una peste; el omóplato del fallecido Pélope, fue llevado a
Troya como una de las condiciones que debían darse, para que los
Hombre
Monstruos
frente).
• Mitología griega
Los comienzos
• Orígenes:
• Desde esa fecha hasta aproximadamente el s. VIII a.C. la mitología era confusa,
hasta que Hesiodo compone la "Teogonía" donde recopila las antiguas
tradiciones, relatando la creación del mundo mediante el uso de mitos y
deidades. Importante fue también la aportación de Homero con "La Ilíada" y "La
Odisea".
• Los romanos importaron dioses y mitos directamente desde Grecia, así como
también incorporaron otros de la península itálica, y de otras civilizaciones,
interpretándolos hasta que acababan siendo similares a los griegos.
El principio
APOLO Y DAFNE
Dafne, nombre que en griego significa
laurel, era una ninfa hija del dios-río Peneo
que transcurre por la región de Tesalia. El
dios Apolo amaba a Dafne con una gran
pasión pero la ninfa no le correspondía y le
esquivaba. En una ocasión Apolo
perseguía a Dafne y ésta huía hacia las
montañas para evitarlo. Cuando el dios
estaba a punto de alcanzarla, la joven
dirigió una plegaria a su padre o bien a
Zeus , suplicándole que la metamorfoseara
para poder escapar al asedio del dios. Su petición fue escuchada y
concedida, y al momento la joven comenzó a transformarse en un
laurel. De sus pies iban saliendo raíces y sus extremidades se
convertían en frondosas ramas del árbol que desde ese momento fue
el consagrado al dios Apolo y pasó a representarlo.
ARES.
HERMES.
Hermes es hijo de Zeus y de la
pléyade Maya. Es considerado el mensajero
de los dioses. Nació en una cueva en el
monte Cileno en el cuarto día del mes, y
este día le fue consagrado. (Los romanos
llamaron a este dios Mercurio, y de él
proviene el nombre del día miércoles).
Hermes llevó los animales hasta Pilos, donde sacrificó dos de ellos
dividiéndolos y dedicando una parte para cada uno de los dioses. Ocultó el
resto del ganado, y regresó a la cueva en el monte Cileno. En la entrada de la
cueva halló una tortuga. Hermes la mató, la vació y en su caparazón ató y
tensó cuerdas hechas con los intestinos de los animales que había
sacrificado. De esta manera inventó la lira.
Apolo acudió a Zeus, quien ordenó a Hermes que restituyera las reses
robadas. Sin embargo, Apolo había oído la música que Hermes producía con
su lira, y maravillado, le dejó sus animales a cambio del instrumento.
Pertenece a la segunda
generación divina. Es hijo de
Cronos y de Rea. Cronos dominaba
el universo, y había sido advertido
por un oráculo que uno de sus hijos
lo destronaría. Para evitarlo,
devoraba a sus hijos e hijas, conforme iban naciendo. Rea salvó al más
joven, Zeus, dando a luz durante la noche, y llevando al día siguiente a
Cronos una piedra envuelta en pañales, que él devoró inmediatamente.
Zeus fue criado en secreto, protegido por las ninfas. La cabra Amaltea
le dio leche, y las abejas del monte Ida produjeron miel exclusivamente
para él. Cuando lloraba, los curetes golpeaban sus escudos con sus
lanzas, para que Cronos no pudiera descubrirlo.
EL RAPTO DE
EUROPA
Zeus es un incansable conquistador y
sus amores con diosas, ninfas y
mortales llenan una amplia página de
la mitología. En el mito que nos ocupa
Zeus ha puesto sus ojos en una bella
joven asiática, hija de Agenor, rey de
Tiro, en Fenicia, en la cuenca oriental
del Mediterráneo.
Llegan a las costas de la isla europea de Creta. Allí Europa dará a luz a tres
hijos, Minos, Sarpedón y Radamantis dejando así la estirpe divina en la isla.
HADES.
Dios de los Muertos, hijo de Cronos, quien lo había devorado junto con
sus hermanos para evitar que, como le habían augurado, un descendiente
suyo le arrebatara el dominio del Universo. Cuando Zeus obligó a Cronos a
vomitar a sus hijos, Hades ayudó a vencer a los Titanes. El universo fue
repartido entre Zeus, quien gobernaba el cielo, Poseidón, que dominaba los
mares, y Hades, a quien correspondió el mundo subterráneo.
En su lucha contra los Titanes, los Cíclopes le dieron un yelmo que volvía
invisible a quien lo usara. Hades significa el Invisible, y su nombre era pocas
veces mencionado, pues hacerlo podía provocar la cólera del dios.
En esta relación con Perséfone, Hades forma parte del ciclo de fertilidad
de la tierra. Para evitar mencionar su nombre, se utilizaban eufemismos, y
uno de ellos era Plutón, "el rico", haciendo referencia a las riquezas del
subsuelo, tanto en minerales y piedras preciosas, como en el de las tierras
cultivadas. El regreso periódico de Perséfone a la superficie representa el
surgimiento de esas riquezas, pues con ella viene la primavera.
Deméter-Ceres, hermana de
Zeus, diosa de la agricultura
tenía una hija con la que
estaba estrechamente unida:
Perséfone-Prosérpina. Esta
diosa crecía feliz entre las
ninfas y otras doncellas
haciendo la vida propia de la
juventud que no se
preocupa del matrimonio.
POSEIDÓN.
Poseidón, dios del mar, es uno de los Olímpicos, hijo de Cronos y de Rea.
Al igual que sus hermanos, fue
devorado por su padre, a quien
le habían vaticinado que un hijo
suyo habría de arrebatarle el
dominio del universo. Cuando
Zeus obligó a Cronos a vomitar
a sus hermanos, éstos
vencieron a Cronos y a los
titanes, y se repartieron el
dominio del Mundo. En este
reparto, Poseidón quedó como
señor de los Mares. No sólo tiene poder sobre las olas, sino que también
tienen la potestad de desatar tempestades, romper las rocas de las costas
con su tridente, y hacer surgir manantiales. Su dominio se extiende hasta
los lagos y las aguas corrientes.
Según una tradición, Poseidón trabajó durante un año, junto con Apolo y
Éaco, en la construcción de las murallas de Troya. Se le negó el salario
convenido, por lo que el dios, en venganza, hizo salir un monstruo del fondo
del mar que atacó a los pueblos troyanos. Éste es el origen del rencor que
sentía este dios hacia esta ciudad, contra la que combatió en la famosa
Guerra de Troya. Sin embargo, ayuda a salvar a un troyano, Éneas, pues el
Destino no había dictaminado su muerte en la destrucción de la ciudad. Los
descendientes de Eneas son, posteriormente, los fundadores de Roma.
Disputó también con otros dioses sobre algunas ciudades donde debían
recibir especial veneración, y perdió con frecuencia. Perdió con Helios la
ciudad de Corinto, con Zeus la ciudad de Egina, Apolo lo derrotó en Delfos y
Dionisos lo venció en Naxos. Perdió también con Hera el dominio de Argos.
Tomó posesión de Atenas, golpeando la cima de la Acrópolis con su tridente
y haciendo surgir un pozo de agua salada. Sin embargo, pronto llegó Palas
Atenea, quien hizo brotar con su lanza un árbol de olivo, y reclamó la
soberanía de la ciudad. A pesar de esto, Poseidón era el señor de una isla
maravillosa, la Atlántida.
POSEIDON Y ANFITRITE
Anfítrite era una nereida, hija del
dios Nereo, y dirigía el coro de sus
hermanas. Poseidón-Neptuno, el
dios del mar y del océano, la amaba
desde siempre e intentaba hacerla
su esposa pero la joven le temía y le
rechazaba. Para evitar al dios,
Anfitrite se dirigió hasta las
profundidades del Océano, lejos del
palacio del dios del mar, más allá de
las Columnas de Hércules.
Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros,
primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a
la morada de los Inmortales.
Pero la diosa fue especialmente conocida por sus maldiciones e iras, pues
cuando alguien caía en la desgracia de ofender a la diosa, se condenaba a
tormentos terribles. Por ejemplo, castigó a la Aurora con un amor
irrefrenable por Orión, ya que había cedido a las seducciones de Ares.
También castigó a todas las mujeres de Lemnos, ya que éstas no la
honraban, y las impregnó con un olor insoportable que provocó que sus
hombres las abandonaran. De igual manera castigó a las hijas de Cíniras y las
obligó a prostituirse con extranjeros.
Por otra parte, caer en su gracia era igual o más peligroso. Cuando la
Discordia lanzó una manzana a la más hermosa de las diosas, e hizo que
compitieran Afrodita, Palas Atenea y Hera, y Zeus decidió que fuera Paris,
héroe troyano, el que definiera quién era la más hermosa, cada una le
ofreció un regalo a cambio de que la escogiera. Palas Atenea le ofreció
hacerlo invencible en la guerra, Hera le prometió el reino del universo, y
Afrodita la mano de Helena (hija de Zeus y hermana de los Dioscuros), quien
era la mujer más hermosa del mundo. Paris eligió a Afrodita y fue por esta
promesa que se inició la famosa Guerra de Troya.
BACO.
Baco, en la mitología romana,
dios del vino, identificado con
Dioniso, el dios griego del vino, y
con Liber, el dios romano del vino.
Hijo de Zeus (Júpiter), se le suele
caracterizar de dos maneras: una
como dios de la vegetación,
específicamente de los frutos de
los árboles, que aparece
representado a menudo en los
vasos áticos con un cuerno con
bebida y racimos de uvas. Como
llegó a ser el dios popular griego del vino y el regocijo, se dice
que en algunos de sus festivales se producían milagros en los
que el vino era el ingrediente predominante. La segunda
caracterización del dios apunta a los misterios de una
divinidad que inspiraba cultos orgiásticos, de los que son
ejemplo las ménades o bacantes. Este grupo de mujeres
abandonaba el hogar y vagaba por el desierto entrando en un
estado de éxtasis en su devoción al dios. Vestían pieles de
cervatillo y se creía que poseían poderes ocultos
Como regalo de boda le dio una diadema de oro, obra del dios Hefesto-
Vulcano, que más tarde fue convertida en constelación y conocemos
como Corona Boreal.
HEFESTO
"A un lado de Sicilia, entre ella y Lípara, está una isla célebre,
encumbrada sobre altísimas peñas que humean; debajo de la cual
una gran cueva y muchas otras, como aquellas de Etna, con los
ciclópeos fuegos carcomidas, retumban de continuo.
Allí mil yunques, con valientes golpes heridos, suenan con terribles
truenos que en torno se oyen claros de muy lejos. Rechinan por las
cóncavas cavernas barras y masas de encendido hierro; salen de mil
hornazas vivas llamas: ésta es la casa y fragua de Vulcano y de él
dicen "Vulcania" aquesta isla".
ARTEMISA
Hija de Zeus y Leto y hermana gemela de Apolo.
Pidió a su padre el don de la virginidad y no quiere
saber nada del contacto con varones. Es la diosa de
la caza y amante de los bosques y prados que
recorre con su séquito de ninfas practicando su
actividad favorita. Se la representa con un arco y
carcaj lleno de flechas acompañada de un ciervo y a
veces los perros de caza, vestida con ropa ligera. Por
paralelismo con su hermano Apolo, es identificada
con la diosa Selene, que representa la Luna y con
esta personalidad sí se le conoce un idilio amoroso
con el bello pastor Endimión.
DIANA Y ACTEÓN
HERA
Hija de Cronos y Rea.
Hermana y a la vez esposa
legítima de Zeus. Es la diosa
del matrimonio. Se la
representa con diadema y a
veces cetro, como soberana
del Olimpo. Siempre
malhumorada, pendiente de
las aventuras amorosas de su
regio esposo y maquinando
venganza contra las amantes
y los hijos de éste. El animal
que la representa es el pavo
real.
El rapto de Europa
Una joven juega en la playa. Se llama Europa. Y una belleza así no
escapa al ojo clínico de Zeus.
Es el rapto de Europa.
Las hermanas de Sémele creen que era una histérica que tenía amores
con un desconocido y que llegó incluso al extremo de prenderse fuego.
Dionisos no puede consentirlo.
• La maldición de Layo
• El regreso a Tebas
• Edipo rey
• "Matarás a tu padre y te acostarás con tu madre"
• Los Siete contra Tebas
La maldición de Layo
Layo es el heredero legítimo del trono de Tebas, pero es
desterrado. No tiene más remedio que huir. Así es como llega al
reino de Pélope, que le acoge gustoso.
Edipo huye. Por nada del mundo quiere hacer algo tan horroroso.
Sin saberlo, se precipita a hacer precisamente eso.
La peste continúa.
"Matarás a tu padre y te acostarás con tu
madre"
Entonces aparece un mensajero del reino de los que cree que son
sus padres. Le dice que sus padres han muerto y que se le solicita
para el trono. Edipo siente dolor, pero también alivio. Si sus
padres han muerto, la profecía ya no se cumplirá.
• Egeo y Etra
• Las aventuras de Teseo
• Teseo en Atenas
• El minotauro
• Hipólito
• La muerte de Teseo
Egeo y Etra
Egeo, el rey de Atenas, no logra tener hijos. Buscando una
solución, se encuentra con Medea que le pide asilo. A cambio le
dará un hijo.
Escirón no tenía nada mejor que hacer que obligar a los viajeros a
lavarse los pies en el mar. Luego de una patada los arroja al mar
donde su tortuga los devoraba. Teseo se negó y de una patada le
tiró al mar. El pobre Escirón no sabía nadar y ...
También se le olvida poner la vela blanca. Así que Egeo cree que
ha muerto y se arroja al mar.
Hipólito
Teseo se casa con una amazona, Antíope. Ella le dará a su hijo
Hipólito.
Jasón en Yolcos
En Yolcos reina Pelias, que ha conseguido destronar a su hermano Esón
mediante engaños. Esón tiene un hijo, Jasón, que acude a Yolcos para
ejercer su derecho legítimo al trono.
Al llegar, Jasón se encuentra con que debe atravesar un río. Una anciana le
pide ayuda. Él la coge en brazos y pasan el río. Esta anciana no es otra que
Hera que a partir de entonces es su protectora.
Jasón no tiene más remedio que aceptar, aunque sabe que la misión le
sobrepasa. Jasón es un héroe atípico. En muchas ocasiones se contrapone su
figura a la de Ulises. Ulises es el de los mil recursos, las mil artimañas.
Jasón no posee más recursos que aquellos que los demás le conceden. Es un
héroe indeciso, jefe de una tripulación que le supera y a la que muchas
veces no sabe cómo manejar. Al enfrentarse a los peligros se muere de
miedo y casi siempre se refugia tras sus compañeros o tras las mujeres.
Tiene la protección de tres diosas: Hera, Atenea y Afrodita y es gracias a
ellas como logra su objetivo. Cuando éstas no le protegen lo hace Medea, su
esposa.
Primero llegan a la isla de Lemnos. La isla está habitada sólo por mujeres.
Los argonautas se quedan allí un tiempo.
Llegan a Cícico. Allí les recibe un jovencísimo rey con el que traban
amistad. Parten, pero los vientos les hacen regresar al mismo sitio. El rey
cree que están invadiendo Cícico y los argonautas se defienden. En la
oscuridad de la noche ninguno de los amigos se reconoce. Por la mañana se
descubre la verdad. Los dos bandos se unen en su dolor mutuo y entierran
a los muertos, incluido el joven rey y su esposa que se ha suicidado por la
muerte de éste.
En otra isla pierden a tres compañeros. Hilas es raptado por la ninfa de una
fuente que se enamora de él. Hilas es el mejor a migo de Heracles y éste y
Polifemo le buscan. Los argonautas parten sin ellos y cuando se dan cuenta
de su falta, deciden no regresar. Ya se encargará Heracles de vengar el
abandono.
Eetes pretende que muera en esas pruebas. Pero Jasón tiene poderosas
aliadas.
La primera prueba es uncir dos bueyes que escupen fuego, arar el campo
con ellos y sembrar en él unos dientes de dragón. Medea le aconseja.
Prepara un ungüento que le protegerá contra el fuego de los bueyes.
Cuando siembre los dientes ha de estar preparado porque de ellos van a
nacer unos guerreros terribles que le matarán. Para librarse de ellos debe
tirarles una piedra y así se matarán los unos a los otros.
Jasón supera las pruebas. Pero Eetes se niega a darle el vellocino e intenta
matarles. Los griegos huyen con Medea. Medea ayuda a Jasón a dormir al
dragón que guarda el vellocino y así lo roban.
De todo es capaz Medea por el amor que siente por Jasón. Su pasión vital
siempre supera a Jasón. A su lado el héroe es un niño.
El regreso a Yolcos
El viaje de regreso es igual de complicado que el de ida.
Parten hacia la isla de Eea, donde vive la tía de Medea: Circe. Ella les
purifica por las violencias tan terribles que han cometido.
Pasan por la isla de las sirenas. Orfeo toca y sus tonadas impiden que los
argonautas enloquezcan con el canto de las sirenas.
Incluso los argonautas deberán portar sobre sus hombros a la Argo hasta
encontrar una salida la mar.
Regresan a Yolcos. Pelias no da crédito a sus ojos. Aún así se niega a
cederle el trono. Medea planea la venganza. Se introduce en palacio y
convence a las hijas de Pelias para que bañen a su padre en una poción con
la que volverá a ser joven. Todas menos Alcestis creen en el engaño. Pelias
se introduce en el baño y así muere.
La venganza de Medea
Tras la muerte de Pelias, Medea y Jasón parten hacia Corinto. El rey
Creonte acoge con entusiasmo a Jasón, que es un héroe, pero no pasa lo
mismo con Medea y los dos hijos de ambos.
Pero Medea no acepta fácilmente lo que han preparado para ella. Es capaz
de cualquier cosa, ya lo ha hecho antes, y eso la hace muy peligrosa.
Convence a Creonte para que acoja a sus hijos aunque la destierre. Para que
también Glauce se apiade de ellos les envía con unos regalos: un peplo
(típico vestido femenino griego) y una corona. A Glauce se le ilumina el
rostro ante la belleza de los regalos. Lo que no sabe es que Medea no espera
su piedad, ni ella ni sus hijos van a necesitarla.
La venganza de Medea aún llega más lejos. Va a matar a sus hijos. Sabe que
el dolor que le producirá hacerlo le va a quitar parte de su humanidad, pero
también sabe que le va a provocar el mismo tormento a Jasón.
Tras cometer aquel acto terrible, deja a Jasón llorando a sus hijos y huye en
un carro de fuego, prestado por su abuelo Helios. Antes maldice a Jasón:
morirá por su amado barco.
Cuando Heracles
tiene un año, Hera
le manda de regalo
dos serpientes. Las
serpientes despiertan a los hermanos de Heracles que gritan
asustados. Su padre acude corriendo, daga en mano. Y encuentra a
Heracles jugando tranquilamente con los cadáveres de las
serpientes. Las ha cogido con sus manitas y las ha estrangulado.
La locura
Heracles realiza grandes acciones luchando contra el mal. Como
recompensa recibe la mano de Megara. Tiene tres hijos.
Hera está que se tira de los pelos. Ha jurado que Heracles jamás
tendrá una vida tranquila, que no conocerá la felicidad. Así que
decide volverle loco.
Deyanira y Neso
Tras varios años de vagabundeo, conoce a Deyanira y se enamora
profundamente de ella. Ayuda a la muchacha a librarse de un
compromiso anterior y se casan.
Deyanira le cree.
La muerte del héroe
Una de las aventuras de Heracles le lleva a los brazos de una
joven llamada Iole, por la que abandona a Deyanira.
Las tres miran hacia Zeus, esperando que él decida. Zeus piensa.
"Si elijo a Hera me dirán que lo hago porque es mi esposa. Si elijo a Atenea
dirán que lo hago porque es mi hija. Si decido por Afrodita dirán que
quiero ligar con ella"
Alejandro
Príamo y Hécuba son los reyes de Troya. La reina está embarazada. Una
noche sueña que el hijo que espera se convierte en un incendio. Consultan
un oráculo y éste les contesta que el hijo que tengan será la perdición de
Troya. Así, cuando nace es entregado a un sirviente para que lo abandone
en el campo.
El abandono de niños es muy común entre los reyes. Es mucho mejor que
mancharse las manos de sangre. Se abandona el niño y si es voluntad de
los dioses que sobreviva, ellos se encargarán. Lo malo es que cuando uno de
estos niños sobrevive, es mucho más fuerte porque ha vencido a la muerte.
El criado siente pena por el niño y se lo entrega a unos pastores. Los
pastores lo crían como si fuera su hijo y lo llaman Alejandro. Pronto Paris
(que no es otro que Alejandro) se descubre como un joven fuerte y
hermoso.
Alejandro muestra los pañales con los que le envolvieron de niño. Sus
padres le reconocen por fin y le acogen en su casa locos de contento.
Paris las mira con la boca abierta. No sabe si no será mejor echar a correr y
no parar hasta llegar a Troya. Los dioses pocas veces se muestran a los
mortales y casi siempre es el mortal el que termina mal parado.
Helena
La mujer más bella del mundo es Helena.
Crecen y Helena es una beldad. Todos los príncipes griegos suspiran por
ella. Su padre no sabe por cuál decidirse sin provocar una matanza. Ulises
es quien le saca del apuro. Le propone que Helena elija a quien quiera, pero
que antes les haga jurar a los griegos que respetarán la decisión y acudirán
en caso que el elegido necesite ayuda.
Helena elige a Menelao y se casa con él. Pero un día aparece Paris, un joven
exótico, de la misma edad que Helena, lleno de encanto oriental. Menelao
no sospecha que algo raro pasa entre su esposa y su huésped, así que se
marcha tranquilo y le dice a Helena que se ocupe del invitado. Cumple su
tarea demasiado bien.
Paris y Helena huyen hacia Troya. Eneas que forma parte de la expedición
les advierte que esto les traerá problemas. Le ignoran.
Menelao está hecho una furia. Pide al rey Príamo que se devuelva a su
esposa. Los troyanos se niegan. Estalla la guerra.
Los héroes
Todos los príncipes troyanos deben acudir a la llamada de Menelao. Su
hermano Agamenón es el jefe de la expedición.
Ulises escucha las noticias, pero su esposa Penélope acaba de dar a luz y no
cree que sea el mejor momento para que su esposo la abandone. Cuando la
embajada griega va a buscarle se hace pasar por loco. Néstor, el enviado,
famoso por su astucia y prudencia, le encuentra sembrando un campo
caminando hacia atrás. Pero Néstor conoce las estratagemas de las que es
capaz Ulises, así que coge al pequeño Telémaco, el hijo recién nacido, y lo
arroja bajo los pies de los bueyes. Ulises deja de sembrar y lo coge en
brazos para que no sufra daño. Se ha descubierto y no tiene más remedio
que partir hacia Troya.
Aquiles también se camufla por orden de su madre Tetis, que sabe que su
hijo va a morir en Troya. Le esconde en el gineceo del palacio del rey
Licomedes en Esciros, disfrazado de jovencita. Ulises llega al gineceo como
un vendedor de telas. Enseña a las muchachas su mercancía y todas le
rodean entusiasmadas. Todas menos una que sólo se interesa por su espada.
Fuera toca una trompeta llamando al combate, la muchacha agarra la espada
de Ulises y sale para combatir.
Todos los griegos acuden uno a uno. Lo mismo ocurre con los troyanos.
El sacrificio de Ifigenia
Las naves griegas se encuentran detenidas. El viento no les es favorable. Un
oráculo profetiza que es indispensable hacer un sacrificio. La elegida es
Ifigenia, hija de Agamenón.
"¿Cómo vamos a pedir a todos estos príncipes que dejen sus hogares y
vayan a perder la vida lejos, si nosotros no les demostramos que somos
capaces del mismo sacrificio?. No, les demostraremos que somos capaces de
un sacrificio mayor."
Más tarde Aquiles cae en la batalla por una flecha de Paris. La flecha le da
en el talón, su punto débil, y muere.
El caballo de Troya
La guerra no se decide por ninguno de los dos bandos. Entonces Ulises
tiene una idea de las suyas. Hace construir un caballo gigantesco y lo hace
pasar por un presente de los griegos hacia la ciudad de Troya. Los troyanos
creen que en el engaño del caballo y celebran su victoria. Meten el caballo
en la ciudad y festejan sin mesura. Pero el caballo no es un regalo. El
caballo lleva en su interior a toda la tropa griega esperando el momento
adecuado. Cuando los ecos de la celebración se extinguen, los griegos salen
de su escondite y atacan a los desprevenidos troyanos.
Ulises tarda veinte años en llegar a Ítaca y por el camino pierde a todos sus
compañeros.
Hécuba, la esposa de Príamo, tiene que contemplar cómo los griegos arrasan
Troya y a sus hijos con ella. Luego es reducida a la esclavitud. En venganza
saca los ojos al rey de Tracia y mata sus hijos.
El héroe Eneas huye con su anciano padre Anquises y con su hijo Ascanio.
Tras mucho vagabundear, crea un reino en Italia. Es el único de los héroes
troyanos que sale bien parado.
La partida de Ulises
Ulises decide marcharse cuanto antes de Troya. Está ansioso por llegar
a Ítaca tras diez años. Parte con Menelao pero discute con él y regresa
junto a Agamenón, que está organizando un sacrificio a los dioses.
Tras esto se hace a la mar. En ese instante se desata una tormenta
terrible. Ulises pierde el rumbo, en cierta forma sale del mundo
conocido y entra en otro más allá.
Ulises y los suyos llegan hasta su barco y desde allí Ulises se burla de
Polifemo.
Ulises permanece allí mucho tiempo, hasta que decide que ya es hora
de partir. Circe se resigna, aunque ama al héroe. Le aconseja que baje
al Hades y consulte a Tiresias, el adivino.
Tiresias en el Hades
Regresa con Circe, que le cuenta cómo puede salvar los obstáculos.
Los dos se despiden, pero algo de él queda en Circe: sus hijos. Y será
uno de ellos precisamente, el que en el futuro acabará con la vida de
Ulises.
El canto de las sirenas
Las sirenas tienen cuerpo de pájaro y cabeza de mujer. Viven en una
isla rodeada de cadáveres y esqueletos de barcos. ¿Por qué? Fácil, su
canto es tan extraordinario que el que lo escucha sólo desea
alcanzarlas y claro, se estrella con barco y todo contra las rocas de la
isla. Y si alguno sobrevive ya se encargan ellas de matarlo.
Ulises ya está prevenido. Hace que sus compañeros se tapen los oídos
con cera. Él les pide que le aten al palo mayor y que no le suelten por
más que suplique.
Ulises prohíbe a sus compañeros que coman esas vacas porque son
sagradas. Pero el tiempo pasa y las condiciones marítimas les impiden
salir de la isla. Están hambrientos. Ulises se retira a meditar y se
duerme.
"Claro que no. Tú eres una diosa. Eres mucho mejor que ella. Pero
Penélope es mi hogar, es mi vida"
Calipso se rinde. Entre los dos construyen una barca para que Ulises
emprenda su viaje de vuelta.
Sólo le salva a Ulises una diosa: Ino, que protege a los marinos en
peligro. Ino se atreve a regalarle su cinturón con el que nunca podrá
hundirse. Ulises nada durante horas hasta llegar a la costa, arroja el
cinturón al mar para que la diosa lo recoja y se queda dormido.
Ulises le obedece, pero por si acaso Atenea le rodea por una nube que
le hace invisible. Sólo le prohíbe mirar a los ojos de quien se
encuentre. Las criaturas invisibles no pueden mirar a los ojos de
quien no lo es.
Una vez en el palacio, Atenea le hace otra vez visible y Ulises se arroja
a las rodillas de la reina, suplicando hospitalidad. La reina, Arete, se
compadece y le acoge.
"Soy Ulises" dice y les cuenta sus aventuras. Luego les pide que le
lleven a casa.
Poseidón no siente más que ira, así que convierte el barco en piedra y
tapona el estrecho que comunica a los feacios con el mundo mortal.
Penélope y Telémaco
¿Qué ha ocurrido en Ítaca durante estos veinte años? Penélope esperó
el regreso de su marido mientras duraba la guerra. Comienza a
preocuparse cuando ve que todos han regresado y Ulises no. Corre el
rumor de que ha muerto. Ahí comienzan los problemas.
Les pone todo tipo de excusas para no elegir. Al final les dice que
elegirá al candidato cuando termine de tejer un sudario para Laertes,
el padre de Ulises, que es ya un anciano. Por el día teje y por la noche
deshace el trabajo. Los ha mantenido engañados dos años. Pero una
criada la traiciona y es descubierta.
Ulises pone los brazos en jarras y la mira con fuego en los ojos.
• Dánae y Zeus
• Perseo y la Gorgona Medusa
• Andrómeda
• El cumplimiento de la profecía
Dánae y Zeus
Acrisio es el rey de Argos. Sólo tiene una hija, Dánae y es la niña de
sus ojos hasta que un día... Un día un oráculo predice que si su hija
llega a ser madre, el retoño acabará con su abuelo. Acrisio coge a su
hija y la encierra en una torre dentro de una jaula de bronce para que
jamás tenga contacto con hombre alguno.
Hace construir para ellos una caja donde los encierra. Luego los
encomienda a los dioses y los arroja al mar. Si mueren no será culpa
suya, sino voluntad de los dioses.
Y por supuesto, Zeus no va a dejar que un hijo suyo muera así como
así.
Perseo y la Gorgona Medusa
Madre e hijo llegan a las playas de la isla de Sefiros, donde reina
Polidectes. Perseo y su madre son acogidos por un hermano del rey,
Dictis, que es para Perseo como un padre.
Las Gorgonas son tres hermanas: Euríale, Esteno y Medusa. Sólo ésta
última es mortal. Son unos seres horribles con la cabeza poblada por
serpientes. Pero lo que las hace realmente peligrosas es que su mirada
convierte en piedra.
Perseo se sale con la suya. Les arrebata el ojo y el diente. Las Grayas
lanzan unos alaridos horribles y suplican que les devuelva el ojo y el
diente. Perseo accede, pero antes deben decirle dónde se encuentran
sus hermanas. Las Grayas no tiene más remedio que ceder a sus
deseos.
Ya sabe dónde están las Gorgonas, ahora sólo le hace falta prepararse
para enfrentarse a ellas. Para eso cuenta con la ayuda de los dioses y
de las ninfas. Hades le da su casco que tiene el poder de la
invisibilidad, Hermes le presta sus sandalias voladoras, Atenea le da
la hoz con la que Cronos cortó los testículos de su padre Urano (el
cielo). Por último le entregan unas alforjas en las que guardar la
cabeza de Medusa.
Perseo se presenta ante toda su corte, que se burla de él. Así pues,
mira hacia otro lado y saca la cabeza de Medusa. Todos quedan
petrificados con una expresión de incredulidad en sus rostros, en
especial Polidectes.
El cumplimiento de la profecía
Perseo devuelve todos los objetos mágicos y le regala a Atenea la
cabeza de Medusa, que desde ese momento ella incorpora a su escudo
(llamado égida). Después decide regresar a Argos.
Heredero del trono de Argos, decide intercambiar los reinos con su tío
y reina en Micenas.
Orfeo, teólogo, poeta y célebre músico, era hijo de Eagro, rey de Tracia.
Desde su juventud se aplicó a estudiar la religión y recorrió Egipto para
consultar a los sacerdotes de este país y ser iniciado por ellos en los misterios
de Isis y Osiris. Después visitó Fenicia, el Asia Menor y Samotracia, y de
vuelta a su país natal dio a conocer a sus compatriotas el origen del mundo y
de los dioses, la interpretación de los sueños y la expiación de los crímenes, e
instituyó las fiestas de Baco y de Ceres.
Enseñó a los griegos sabios conocimientos de astronomía, cantó la guerra de
los Titanes, el rapto de Perséfone a manos de Hades y los trabajos de
Hércules, y fue considerado como el padre de la teología pagana.
Todas las ninfas admiraban su talento, seguían sus pasos y deseaban tenerle
por esposo. Pero solamente Eurídice, cuya modestia igualaba a sus encantos,
le pareció digna de su amor y la tomó por esposa siendo por ella
correspondido.
Pero su felicidad no fue duradera. Un día que Eurídice huía de la persecución
de que era objeto por parte de Aristeo, hijo de Cirene, fue mordida en el talón
por una serpiente y esta herida le causó la muerte.
Orfeo quedó inconsolable, y después de haber intentado sin éxito ablandar a
las divinidades celestiales, no dudó en descender a los infiernos para
implorarle al dios de los muertos que le devolviera a su querida compañera.
Sobre las riberas de la laguna Estigia clamó con acentos tan dulces y
enternecedores que los habitantes del Ténaro no pudieron contener sus
lágrimas ante tal desgracia y el mismo Hades se sintió conmovido. El dios
llamó a Eurídice, que se encontraba entre las sombras llegadas recientemente;
la ninfa se acercó y le fue concedido partir con Orfeo, pero bajo la condición
de que él no volvería la cabeza para mirarla hasta que hubieran rebasado los
límites del reino de los muertos.
Orfeo había alcanzado ya la salida cuando, incapaz de resistirse a la
impaciencia de contemplar a su mujer, se vuelve hacia ella. Pero Eurídice se
hallaba aún a unos pasos por detrás de él y en ese mismo instante le es
arrebatada. Ella le tiende los brazos y Orfeo trata de abrazarla, pero
solamente alcanza a estrechar una huidiza neblina y únicamente escucha un
largo suspiro y un adiós eterno.
Destrozado por esta nueva desgracia, intentó en vano penetrar por segunda
vez en la mansión de los muertos; pero Caronte, el inflexible barquero, se
negó a transportarle y Orfeo estuvo siete días a orillas del Aqueronte sin
probar alimento alguno, inundados sus ojos en lágrimas y consumiéndose de
dolor.
Finalmente, y después de haber censurado mil veces la barbarie del dios de
los infiernos, se retiró al monte Rodope, en Tracia, sin otra compañía que los
animales que amansaba con su canto.
Ave Fénix
Ave legendaria que renacía de sus cenizas. Vivía quinientos
setenta años.
Caribdis
En un principio era una hermosa muchacha, aunque era
demasiado glotona. En una ocasión devora parte del ganado
de Heracles y Zeus (que para algo es el padre de Heracles) la
arroja al mar, de donde surge convertida en monstruo.
Tres veces al día absorbe agua con todo lo que esta contiene,
peces, barcos... para luego vomitarlo.
Solo dos veces fue vencido. Una por Orfeo que lo cautivó con
su lira. Otra por Hércules que tuvo que encadenarlo como uno
de sus Trabajos.
Escila
Este engendro tenía medio cuerpo de mujer que se sostenía
sobre seis medios perros, con una cabeza y dos patas cada uno.
Heracles la mata.
Esfinge
Tiene cabeza de mujer, cuerpo de león y alas.
Tomado de:
http://perso.wanadoo.es/magenia1/hazanas/mitosyhazanas.htm