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que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos vern la salvacin de Dios. Reflexin: Dios tiene algo que decirnos Hacia los aos 28/29 de nuestra era, apareci en la escena de Palestina un profeta de Dios, llamado Juan, que recorra la comarca del Jordn predicando un bautismo de conversin para el perdn de los pecados. Aparentemente todo est en orden. En Jerusaln todo discurre con relativa paz Pero, mientras todo marcha bien, quin se acuerda de las familias que van perdiendo sus tierras en Galilea?, quin piensa en los indigentes que no encuentran sitio en el imperio?, adnde pueden acudir los pobres si desde el templo nadie los defiende? All no reina Dios sino Tiberio. Ante esta situacin, Dios tiene algo que decir. Su palabra no se escucha en el palacio de Tiberio, ni en el recinto sagrado del templo. La Palabra de Dios vino sobre Juan, en el desierto. Slo en el desierto se puede escuchar de verdad la llamada de Dios a cambiar el mundo. En el desierto las personas se ven obligadas a vivir de lo esencial. No hay sitio para lo superfluo. No es posible vivir acumulando cosas y ms cosas. Nadie vive de modas y apariencias. Se vive en la verdad bsica de la vida. sta es nuestro problema. Instalados en una sociedad que para nosotros va bien, disfrutando de una religin que da seguridad, nos vamos desviando de lo esencial. Nuestro bienestar est bloqueando el camino a Dios. Para cambiar el mundo hemos de cambiar nuestra vida: hacerla ms responsable y solidaria, ms generosa y sensible a los que sufren. Oracin final: Preparad el camino al Seor Jess, aqu estoy ante Ti, todava unas semanas antes de Navidad. Aydame a enderezar mis pensamientos, mis palabras y mis acciones hacia Ti. Quiero prepararme sinceramente para ofrecerte un corazn clido el da de tu nacimiento. Quiero atenderte con mil atenciones y transmitirles a los dems esta alegra tan especial. La alegra de recibirte en el corazn con todos aquellos que necesiten de m.