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Reflexiones para Emproístas

Para el 2º DOMINGO DE CUARESMA.

LOS CHOCHES DE JESÚS

Si. Jesús tuvo choches, patas, brosters, causas, puntas, en fin: amigos
íntimos.
Un día se los llevó al monte Tabor y les dio y nos dio una cátedra de lo
que implica la amistad verdadera:

1. Jesús se muestra tal cual es. Los amigos de verdad pueden confiar
entre sí, confían en sus pares y no fingen entre ellos. Jesús les
muestra su secreto mas intimo.
2. Los amigos dialogan, es decir se comunican y escuchan. Pedro,
Santiago y Juan pueden comprender lo que sucedía por que en
coloquios con Jesús lo habían ido conociendo.
3. La vivencia religiosa une a los amigos. Dios mismo confirma la
revelación que Jesús les hacia, llamándolos a escuchar sus
palabras.
4. Los amigos de verdad se alegran con el bienestar de su amigo.
Pedro, Santiago y Juan sienten una gran dicha al contemplar
extasiados la gloria de Jesús. Proponen hacer tres chozas para
mayor comodidad de Jesús, Elías y Moisés.
5. Que suerte tuvieron Pedro, Santiago y Juan! Ellos vivieron una
experiencia íntima e irrepetible con Jesús. Es la misma suerte que
nosotros tenemos.

Jesús nos llamó a vivir nuestro Encuentro, retirándonos de nuestras


rutinas como llevó a sus discípulos al monte Tabor. Se nos revelo como
el hijo de Dios, dispuesto al sacrificio para nuestra salvación.

Nos habló y espero una respuesta... Y emocionados la dimos.


Al pasar los años la emoción se sosiega y la vivencia de nuestro cuarto
día se hace más difícil, ya no sentimos tan intensamente la presencia de
Dios.

Recuerda tu Encuentro. Recuerda como te sentías tan cerca de Dios,


revive esta experiencia en tu corazón; y habla con Él.

Pídele que rejuvenezca tu fe y comprométete a tratar con tus amigos


siguiendo su ejemplo.

¡UNIDOS CONSTRUIREMOS…
LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR!

REFLEXIONES PARA EMPROISTA


Por: GIOVANNA BUSCAGLIA
buscaglia63@gmail.com

EVANGELIO DEL 2º DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C (DOMINGO 28 DE


FEBRERO DE 2010)
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 9, 28-36
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que,
mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura
fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales
aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus
compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los
dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús:
Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías, sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y
los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la
nube, que decía: Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle. Y cuando la voz hubo sonado, se
encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían
visto.

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