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LOS INCONQUISTABLES

PANCHES DEL MAGDALENA

POR

ANGEL ANTONIO MARTINEZ TRUJILLO.

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Sello Panche. Los símbolos influenciaban su estado físico y emocional. La cruz inscrita en
la circunferencia presenta muchas alianzas, marca el centro y se considera como mediación
entre el cuadrado y el círculo, por lo cual subraya en especial la unión entre el cielo y la tierra.
De la misma manera pone de manifiesto la armonía entre lo irreconciliable existente en el
universo. Es un símbolo del punto medio, del equilibrio entre actividad y pasividad del
comportamiento que conduce a la plenitud, salud y bienestar.

Dedicado: A la memoria de los legendarios Panches del Magdalena, hijos de padres


Caribe, libres de nacimiento como su Dios sol, mar y río. Naturales americanos que
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claman desde sus sagradas tumbas se haga justicia; para que su nombre quede
limpio y la verdad se conozca por sobre todas las cosas. Y a los pueblos nativos
sobrevivientes en toda América.
A la niña que movió mi mundo, a la hija de la luna, a mi pequeña, bella y valiente
Daniela, quien siempre ha sido para mi vida símbolo de unión, amor e inspiración.
Al asombroso niño hijo del sol, guarda en si el hechizo de la fuerza que ilumina.
Cuando miro sus ojos veo fascinación universal. Con todo mi amor para Angel
Camilo.
A la dulce mujer de esta y otras vidas, a mi compañera de sueños y realidades, a
Lilianita mi esposa. De principio a fin, lo mejor.
A Mercedes, Maria Victoria y Fernando Martínez Trujillo, quienes extraño todos
los días de mi vida.
A mis padres quienes invariablemente viven en mí.

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ANGEL
MARTÍNEZ T.

Historiador, escritor y politólogo. En la actualidad es considerado una de las voces


mas autorizadas sobre la vida y pensamiento del hombre precolombino de los valles
del río Magdalena. En su obra antropológica “ Los Inconquistables - Panches
del Magdalena” se consolida como fuente imprescindible en el estudio de
culturas caribe radicadas en el interior de Colombia. Desde la primera parte de su
carrera como investigador de esta antigua y extinta cultura, la historia social ha
constituido para Angel Martínez un estudio de profundo interés intelectual. Estas
tendencias se ven ampliamente reflejadas en esta su primear obra, trabajo en que
el historiador tolimense desarrolla en un interesante análisis sobre las corrientes
migratorias predominantes de la historiografía central de Colombia y el vínculo
social que permitió sacar del anonimato una resplandeciente cultura como fue la de
los Panche.

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GLOSARIO
Pancea: lo que al parecer los españoles escucharon por Panche.

Panche:

Panchigua: “Tierra del panche”. Nombre de caudillo panches.

Caribe: Nombre genérico dado por los españoles a comunidades Caniba o Canima.

Caniba o Canima: Del lenguaje Taino, significa gente del clan mandioca, raíz de

controvertida palabra Caníbal.

Tolima: Palabra proveniente del vocablo caribe Tulima.

Tulima: Deidad protectora para los Panche. Significa “que surge de las nieves”.

Muisca, Muesca o Mozca: Muchos hombres.

Bacatá: Bogotá.

Tunsa o Hunza: Tunja.

Herrera: Grupo aborigen que habito antiguamente gran parte de la Sabana de

Bogotá y sus alrededores, antes del advenimiento Muisca y Panche.

Siquima o Cacique: Máxima condición jerárquica en la estratificación política de los

Caribe. Gobernante de estado o cacicazgo.

Guaca-cayo: “Rio de las tumbas o rio de agua y tierra”. Nombre Caribe dado al rio

Magdalena.

Yuma: “Río del país amigo”. Nombre dado por los Muisca al río Magdalena.

Arli: “Río del bocachico”. Nombre dado por los Tahamies al río Magdalena.

Acaymas: Grupo de notables que tenían a cargo nombrar un sucesor. Asesoraban

con su experiencia al Siquima.

Marirris, Piaches, Mohanes: Palabras del vocablo caribe asociadas, describen

personajes con dones especiales. Eran conformados por sabios, brujos, adivinos,

médicos, hechiceros o chamanes. El orden de importancia se desconoce.

Kalinagos: Caribes de las Antillas.

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Chac Mool: Escultura semirrecostada con las piernas recogidas y la cabeza doblada

hacia un lado. Mensajero divino entre hombres y dioses de culturas

Mesoamericanas.

Calambata: Importante centro de comercio entre Muicas y Panches. Localizado

cerca de Guaduas Cundinamarca.

Ranchear: Saquear. Termino usado por cronistas en la conquista, significa entrar a

un poblado aborigen y sembrarlo de destrucción, violación y saqueo.

El Real: Elemento de expedición. Sitio que servia como base temporal a

expedicionarios.

Cunderumarca: Se cree así se llamaba el mundo de los Muisca. La palabra hoy día

suena Cundinamarca.

Guacacallo: Nombre nativo dado a la antigua ciudad de Timaná.

Peruleros: Expedicionarios provenientes del Perú.

Paso de Julio Góngora: Hoy día la población de Méndez Tolima.

Paves: Aparejo para la guerra. Morral liviano de cuero, donde guerreros Panche

guardaban el arco, flechas, hondas, bodoqueras y dardos.

Muequetá: Funza.

Bacatá, Bocatá: Bogotá.

Quininí: Nombre dado a la luna, importante deidad para los Panche.

Güecha: “Varones de la Muerte”. Nombre dado a los valerosos comandantes del

cuerpo elite del ejército Muisca.

Yanaconas: Aborígenes mercenarios.

Guazábara: Palabra Panche. Traduce que su pueblo estaba unido para ser frente a

un opresor.

Aperrear: Castigo español que literalmente consistía en destrozar cautivos

indígenas utilizando perros mastines.

Cimarrón: “indios del monte o forajidos.

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Indio: El peor de los agravios que un neogranadino le pudiera decir a otro.

Manicato indio: Expresión de mofa, desafío al calificar a los españoles de

cobardes.

Curicuries: Vocablo Panche. Zarcillos usados en la nariz como adornos por mujeres

Panche.

Tejuelo: (Lamina de oro) Moneda que se usaba para facilitar transacciones

comerciales entre Muiscas y Panches.

Macaxeira: Yuca Dulce.

Nacuco o Nanuco: Dios central Panche.

Lulomoy: Dios grande Panche con múltiples extremidades.

Locombo: Dios Panche del tiempo.

Eliani: Dios Panche de las cosas buenas.

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INTRODUCCION

Hace 500 años atrás América estaba poblada de aborígenes, pero hoy día muy pocas de estas
personas quedan. En Colombia existen más de 180 agrupaciones lingüísticas que constituyen
una aglomeración de lenguas y dialectos, que a su vez corresponden a otros tantos grupos que
en forma aislada sobreviven en el territorio nacional. Podemos darnos cuenta de qué manera
variada y abundante se hallaba establecido el panorama indígena en el siglo XV antes del
descubrimiento.
Cuando América es descubierta en 1.492, el territorio que hoy comprende Colombia, estaba
poblado por un basto número de sociedades aborígenes y a pesar de poseer características
similares, cada comunidad contaba con su propia cultura. Entre las más conocidas y
estudiadas tenemos las siguientes: los Nariño y Tumaco quienes habitaron una amplia zona
correspondiente a la parte andina y a la vertiente oriental amazónica del actual departamento
de Nariño y zonas aledañas al Ecuador. Los Quimbaya poblaron la región del Viejo Caldas,
parte de lo que hoy corresponde a los departamentos del Valle, Quindío, Risaralda, Caldas y
Antioquia. Los Tairona en la majestuosa Sierra Nevada de Santa Marta y parte de la costa
Caribe, actual departamento del Magdalena. Los Calima ocuparon los valles del río del mismo
nombre; Poblaron la presente jurisdicción del Valle del Cauca, siendo este uno de los territorios
más fértiles de todo el país. Los Sinú se asentaron en las productivas tierras bañadas por los
ríos Sinú y San Jorge, hoy los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba y parte de Antioquia.
Los Muiscas (Chibchas) habitaron la fértil altiplanicie andina de la cordillera Oriental,
comprendida en los actuales distritos de Boyacá, Cundinamarca y un extremo de Santander.
La cultura de San Agustín se situó al oriente del macizo colombiano; en la región del Alto
Magdalena departamento del Huila. Los Tierradentro en las estribaciones orientales de la
Cordillera Central lo que comprende hoy día la zona del Cauca. Por último tenemos a los
Tolima, habitantes de este territorio que por los principales y más numerosos hallazgos del
llamado arte Tolima es en términos generales, el mismo de esta sección del país. Comprendía
desde las estribaciones de la cordillera central y las vertientes que caen al Magdalena a partir
de Garzón (Huila) al sur, hasta el municipio del Líbano (Tolima) y el río La Miel departamento
de Caldas, al norte. Su influencia abarcaba también las zonas cálidas del departamento de
Cundinamarca sobre las riveras del río Magdalena y partes altas sobre las últimas laderas de la
Cordillera Oriental que encañona el cálido y seco valle del Magdalena. Sus autores fueron
Pijaos, Pantágoras, Yaporoges y Panches, principalmente, quienes además pertenecieron a la
familia lingüística de los Caribes. A estas comunidades forjadoras de aquel arte, que reúnen
ciertas similitudes por su lengua, altivez y rebeldía, los académicos las denominaron Cultura
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Tolima. La palabra Tolima proviene de TULIMA; nombre dado a una deidad protectora
femenina, que según la leyenda era el espíritu de los nevados. Tulima significa que surge de
las nieves.
Los nombres de las culturas anteriormente señaladas, sin embargo no son del todo
sustentables, ya que corresponden a los de ciertas tribus que para la época de la conquista se
encontraban asentadas en las regiones de donde aparentemente procedían los objetos en oro y
cerámica. Eran grupos muy organizados que ocupaban territorios relativamente pequeños;
pero a los llamados estilos o culturas se les ha querido reconocer una zona mucho más
amplia. Así que estas culturas están denominadas según zonas geográficas y no tribales.
La cultura Tolima, específicamente no corresponde al nombre de ninguna tribu y al hacer este
señalamiento a un grupo de vestigios arqueológicos con bastantes cosas en común, hay que
entender que estas piezas pertenecen cultural y cronológicamente a diferentes etapas.
El Magdalena Tolimense, escenario lleno de secretos, fábulas, historias, leyendas, mitos y
misterios ha tenido como principales figuras, personas que nunca conocimos bien, pero
quienes vivieron en estas tierras por decenas de generaciones, dejando a su paso un manto
cultural que no sabemos como descubrir y precisamente oculto por ese otro velo mas reciente
en la historia conformado por factores hereditarios y doctrinales europeos.
Se ha hablado de la singular belleza orfebre del Tolima precolombino, de sus obras en
cerámica de gran refinamiento artístico con formas exóticas, de la fuerza y carácter de estas
gentes para hacer frente a sus enemigos y cientos de historias fantasiosas contadas por
quienes quisieron abrir mas la brecha entre esos dos mundos inventados por occidente, “el
salvaje y el civilizado” pero esto no ha sido suficiente. Por eso, la presentación de este trabajo
reconoce a uno de estos grupos, el de los Panches; fuerte identidad cultural, otorga mayor
objetividad a la naturaleza de este individuo y brinda la posibilidad de entender mejor la
sencilla y próspera sociedad en la que vivió.
El tema surge de la necesidad como colombianos y más como tolimenses, de ver con un
sentido de análisis propio a estos antiguos habitantes de la zona Norte del Tolima, quienes
también hacen parte de nuestra intrincada herencia étnica. Sentir vergüenza por ser parte de
ellos, es seguir sumidos entre el relato equívoco y mal intencionado. Es necesario encontrar
esa parte de nuestro árbol genealógico desconocido, que sin vacilación alguna nos llenará los
espacios desocupados del alma con orgullo y confianza. Hemos recurrido precisamente a
crónicas escritas por misioneros, civiles y militares europeos que llegaron durante la conquista
de América, para demostrar la gran distancia entre sus impresiones escritas y el resultado de
estudios actuales que en definitiva altera dramáticamente la forma de apreciar la cultura de
este pueblo. A pesar de todas las alteraciones o exageraciones de las crónicas dejadas por los
conquistadores, sobresalen sin embargo; numerosas anotaciones de mucho interés histórico.
Es también curioso el hecho de que los cronistas europeos, queriendo ser siempre los héroes

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libertadores y creyendo siempre ser los transmisores de la única verdad sobre la tierra, nos
relatan en estos escritos sin darse cuenta, todo un documento antropológico que cuestiona
severamente y en algunos casos destruye sus propias ínfulas de grandeza y opiniones
trastocadas.
El caso de los legendarios habitantes del norte tolimense, que otrora procedieron de esas
hordas colonizadoras Caribe y tribus sedentarias ya existentes, es fiel reflejo de como fue
tratado todo el asunto aborigen en América. En complicidad con la más alta jerarquía de la
Iglesia Católica, desde una perspectiva de intolerancia, desprecio y avaricia se relataban los
hechos y acontecimientos sucedidos en el nuevo continente. Una imagen como esta, ha
producido durante siglos profunda pena a estas almas inocentes, gran engaño a la historia
universal, con un resultado escandaloso e incómodo para el sentir vigente, pero que
afortunadamente ha avivado gran interés a las disciplinas que estudian estos temas.
Los Panches del Magdalena al igual que todas las culturas del mundo, estaban pasando por
un proceso de desarrollo social o evolutivo humano. Cada cultura tiene su propia concepción
de lo que es brutal y de lo que no lo es, Jacques Soustelle nos recuerda “ que los diversos
cultos por muy crueles que parecieran, no se inspiraban ni en la crueldad ni en el odio
constituyéndose en una respuesta a la falta de estabilidad de un mundo constantemente
amenazado”. Requirió de muchos siglos y la devastación de mucha gente y culturas para
entender que toda sociedad, tiene el derecho de obrar según le indica su tradición y conducta.
Los habitantes del primitivo Tolima fueron padres de un inmenso y maravilloso legado; el cual
queremos introducir por medio de este documento a la vida cultural de nuestro país, para que
sirva como contribución a nuestra presente sociedad carente de raíces, sedienta de tradición,
pocos signos de autovaloración y para que nos ayude a apartarnos de esa forma absurda como
entendemos el desarrollo.
Es posible que sea tiempo de descubrir esa propia identidad; aunque solo nuestra conciencia
nos guiará con responsabilidad, a encontrar el futuro pero como pueblo diferente. Esa
paradójica identidad que en algunos aspectos es similar pero a su vez diferente a otros
pueblos.
Siglos de sumisión, obediencia, dependencia, dominio y manejo de nuestros intereses por otras
culturas poderosas, nos han alejado de nosotros mismos; distanciándonos cada vez más del
pasado y destruyéndonos también la posibilidad de crear un futuro histórico.
Esta orgullosa comunidad de pescadores y artesanos contrarios a la pereza, desidia, a la falta
de sensibilidad, la irresponsabilidad, la mentira, el mal humor, la ineptitud, el derroche, la
mentira, la falta de respeto, y la traición; ejerció dominio total sobre las tierras del alto
Magdalena, productivas para la agricultura, con innumerables riquezas naturales y minerales.
Al arribo de los conquistadores los Caribes se hallaban en plena expansión territorial; las bellas
y fértiles tierras de la sabana de Bogotá, habitadas por tribus Chibchas, estaban asediadas

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constantemente por los Panches y probablemente, hubieran sido tomadas de no ser por la
oportuna y conveniente alianza militar con los recién llegados, para hacer frente a estos
guerreros de tierras cálidas.
Los Muiscas se hacían llamar a sí mismos Muexa o Mozcas que significa en la lengua
castellana algo así como “ hombres ". Los Muiscas hablaban la lengua Chibcha, nombre con
que también son recordados. La nación de los Muiscas, descendiente de la familia lingüística
Chibcha de origen Centroamericano, cuya cultura tenía mucha afinidad con la Incaica, no era
ajena a los procesos sociales evolutivos que se estaban dando en otros estados o reinos. Entre
los Muiscas existían grandes diferencias, originando cambios con profunda crisis en su
establecimiento. Existía una lucha interna por la supremacía militar, religiosa y expansión
territorial entre dos grandes corrientes dominantes: la del Zipa de Bacatá (Bogotá) y la del
Zaque de Tunsa o Hunza (Tunja). División que naturalmente originó un debilitamiento social
ante un enemigo organizado e intrépido como los Panches. Para el siglo XVI la sociedad
Muisca, se encontraba sumida por movimientos independentistas con territorios autónomos
cuya lealtad al Zipa o al Zaque no estaba muy clara. Las dos tendencias mayoritarias del
estado Muisca, permiten la intervención hispana en una desesperada formula para unir su
pueblo en torno a un solo jerarca; pero como sabemos esto no sucedió así. Las gentes del
país de los Muiscas finalmente no rindieron sumisión a ninguno de los de su pueblo, su lealtad
y obediencia sería exigida por la corona española. Sin embargo el contingente español era
muy reducido y no cabía pensar en conquistar con él, todo un imperio. Pero una serie de
factores inesperados pusieron literalmente en manos del conquistador Jiménez de Quesada
esta sobresaliente civilización y así sucesivamente como fichas de dominó fueron cayendo
otras destacadas naciones. Los Muiscas ayudarían a vencer a sus duros contrincantes
cediendo los mejores guerreros y dando a conocer a los católicos conquistadores españoles la
logística de los Caribe del interior, sus artículos esenciales de canje, rutas de acceso, tácticas
de lucha, conformación social, costumbres y principales centros agrícolas y de habitación.
Hermanos rivalizaron contra hermanos otorgando así a otros el poder de definir la conciencia
de lo que sería siglos después esta nación.
La situación empeoró cuando los españoles decidieron hacer un embargo sobre el producto de
intercambio más importante para los Panches: la sal, todo a cambio de lo que el pueblo Muisca
nunca imaginó.
Esta conducta de agresiones e invasiones entre vecinos, se agudizó cuando los lascivos
conquistadores insisten en esta política, como único medio para imponerse sobre ellos. Es
sabido que entre estas comunidades indígenas se respetaban los derechos de soberanía y de
pueblos libres e independientes. Prueba de ello están los Muiscas que antes de la llegada de
los conquistadores, jamás fueron sometidos por medio de las armas sabiendo que eran débiles
ante la fuerza imponente de los Caribes del Magdalena.

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Los Panches después de una aguda y prolongada resistencia fueron exterminados por tropas
peninsulares, sus prisioneros desterrados o esclavizados, sus tierras explotadas hasta el
cansancio en la minería y su cultura sumida en el más degradante de los insultos, la difamación
histórica. Pocas veces se ha dañado tanto la cultura de un pueblo, como en el caso de las
etnias Pijao y Panche que sobre ellos se abatieron no solo las famosas guerras de exterminio y
enfermedades que diezmaron la población, sino improperios que mantienen vigente la terrible
calamidad.
En el norte del Tolima el elemento autóctono nativo se perdió en la inmensidad del tiempo y la
desidia. La política de violencia introducida a nuestras relativas nuevas sociedades hace ya
más de 500 años, increíblemente a comienzos al siglo XXI no ha cesado.
El convencimiento del valor de este grupo aborigen en su aspecto sociocultural, la admiración
por sus manifestaciones espirituales y materiales, vale decir vida y pensamiento Panche, su
procedencia, conformación social, vivienda, cocina, costumbres, cerámica, joyería, tejido,
escultura, métodos agrícolas, enfoque teológico, lengua, tácticas de guerra, expansión
territorial, narradores conquistadores que no simpatizaron con ellos como Gonzalo Jiménez de
Quesada; escribanos como Humboldt, que admiró su cultura y el costo que tuvieron al
enfrentar la conquista y falsedad española entre otras, crean una expresión cultural especial
motivando nuestro interés para estudiar y comprometernos con esta extinta comunidad.
En el curso de estos últimos años, la arqueología, el nuevo replanteamiento que se le ha dado
a la historia y el afán de personas inquietas por conocer la verdad, han logrado sacar de la
sombra todo un pasado que se desconocía y cuyas líneas vamos a trazar para determinar el
carácter antropófago en que injustamente se encuentra encasillado el hombre Panche.
Este escrito que narra cientos de años de historia, va redactado con el ánimo de brindar
información descomplicada, cuestiona la postura europea post-feudal específicamente en esta
parte de América, impugna el poder desmesurado de la Iglesia y el atraso social, cultural y
científico en que mantuvo a la humanidad, expone los monumentales errores de los primeros
historiadores y como éstos han sido la fuente de numerosas inexactitudes en los autores
posteriores, ofrece además repuestas orientadas a la realidad tanto de un lado como de otro y
va dirigido a un amplio margen de lectores no especializados. El mundo de la civilización
Panche por lo poco documentado, la escasa referencia y escritos arbitrarios, nos ha
comprometido con esta obra manifiesta destinada a conocer algo de él. El libro reivindica la
humanidad de los Caribes del interior, es decir comienza a demostrarse mediante la
recuperación de artefactos, el reevalúo de crónicas y hechos históricos; que el tema central, el
de la vida de esta comunidad, sea visto en los mismos términos que se relata la existencia de
otra sociedad de cualquier sitio y época: sus costumbres, grandezas y debilidades, triunfos y
derrotas, pero con algo de diferencia; los Panches estarían hasta el final defendiendo su
familia, tierras y sus ideales de libertad.

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Partiendo de documentación real, abstracciones y especulaciones sobre índices concretos y
haciendo esfuerzos por tratar de no ser parciales, de no cometer errores que conduzcan a la
desinformación, ni ser hostiles a los españoles conquistadores y sobre todo a la lglesia Católica
de aquella época; este libro no pretende de ninguna manera atentar contra la gloria de España,
su gente, ni contra la poderosa institución eclesiástica y menos contradecir sus doctrinas y
filosofía. Respecto a la Iglesia, debemos poner el toque de inquietud en los temas donde
creemos obró con mala intención o con equivocación y controvertimos los aspectos dudosos de
sus afirmaciones históricas hechas por sus propios cronistas. No encontramos otra manera de
explicar todo lo que hemos conocido, más que llamando las cosas por su nombre.
Desprovisto de tecnicismos pero con rigor documental, científico y en algunos casos con
fuerza intuitiva, este documento cumple su deber de informar con planteamientos y conceptos
sugerentes. Algunas referencias bibliográficas son presentadas al final de la obra para que sin
tanta interrupción sea grata su lectura.
En las dos siguientes fracciones de los textos citados que describen los primeros relatos sobre
los moradores nativos de América se nota el espíritu aventurero y la descripción diáfana sin
ningún interés particular.
...La gente es harto mansa, da todo lo que tiene por cualquier cosa que le den. Son tímidos,
dulces, gentiles, de cuerpos lindos y graciosos... Cristóbal Colón, 1.492. En el tercero de
sus viajes, Colón sorprendido por la exuberante belleza, la abundancia de recursos naturales, y
la nobleza y despreocupación de la gente americana, creía estar próximo al sitio donde todo
era perfecto; el paraíso terrenal.
Aparte de la epístola de Américo Vespucio a Lorenzo de Médicis en su largo recorrido por el
continente americano (1.501 - 1.502). ...Los indígenas de uno y otro sexo van desnudos,
tienen cuerpos grandes, bien plantados, bien dispuestos y proporcionados, y de color tirando al
rojo, lo cual pienso les acontece porque andan desnudos son teñidos por el sol.
Si el paraíso terrestre en alguna parte de la tierra está, estimo que no estará lejos de aquellos
países...
La historia de América en el periodo de la conquista y la colonia constituye una crónica singular
de la barbarie. Contrario a lo usualmente imaginado, una crueldad ejercida por el llamado
mundo civilizado. La típica sociedad colonialista en España, la realeza, nobleza, iglesia,
milicia, comerciantes, conquistadores y colonizadores, se caracterizó como pocas antes lo
habían hecho, por posiciones desenfrenadas, atrocidades sangrientas, intrigas, traiciones y
crímenes sin precedente; acompañado esto y a pesar de todo de un sentido eminentemente
“cristiano, magno y a su vez abnegado”.
La dominación comienza con la invasión de las tierras, quebranto de la voluntad y el posterior
sometimiento por la fuerza de sus pobladores. Siendo la tierra y la mano de obra el botín de la
conquista. Los colonos reclamaban esta mano de obra, los suministros de alimentos y grandes

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extensiones de tierra. A los naturales doblegados solo les quedó ser vasallos de la monarquía
española. Para mantener la ocupación, América es sembrada de violación, tortura, esclavitud,
saqueo, muerte y desinformación.
El tercer aparte escrito por Colón, difiere bastante del primero. Después del cuarto viaje,
evadido por el Dorado, destruido por sus enemigos, confundido, desilusionado, acribillado por
la adversidad, encadenado, pobre, deshonrado y olvidado por sus promotores, el mismo Colón
escribe desde la isla de Jamaica, el 7 de julio de 1.503 una larga carta a los reyes Católicos
donde decepcionado por la traición a su gloria y riqueza, es afectada su visión sobre aquellos
habitantes del paraíso que una vez defendió y admiró; y donde desesperadamente pide
compasión por su ser: “ Las tierras de estos parajes que obedecen a vuestras Altezas son más
vastas y más ricas que todas las otras tierras de la cristiandad, yo mismo por la voluntad de
Dios las he sometido a vuestro alto y real poder. Esperaba alistar los navíos que deberían
conducirme a vuestra real presencia, como en triunfo, por que yo aportaba los informes más
ricos en promesas concernientes al oro. Estoy abandonado, como acabo de decirlo. Hasta el
presente, yo he llorado sobre los otros. Ahora... que el cielo tenga misericordia de mí y que la
tierra llore sobre mis desgracias. Desde el punto de vista material yo no poseo una moneda
para dar a la ofrenda. Del punto de vista espiritual he llegado a las indias al punto que he
dicho, aislado con mis meditaciones, enfermo esperando la muerte de un día para el otro,
rodeado de un millón de salvajes crueles que nos hacen la guerra, alejado de los santos
sacramentos, de la santa iglesia, que olvidará mi pobre alma si ella abandona aquí mi pobre
cuerpo.
Quienes tengan sentido de la caridad, de la bondad y de la justicia, lloren por mí." La
desgracia de Colón nos acongoja a todos, pero afirma sin embargo el comportamiento de la
sociedad colonialista de la época, ya que Cristóbal Colón no fue el único personaje de
importancia que sufrió la envidia y persecución de esta etapa histórica de injusticia
desenfrenada.
Tan solo algunos años después del descubrimiento ya el hombre americano estaba desposeído
hasta de su alma, y se transformó forzosamente en un renegado, encontrándose desde
entonces en la ultima condición de esta escala social. Lastimosamente en este cuarto
documento, fracción escrita por López de Gómara, 32 años mas tarde de los dos primeros, va
con toda la intriga y poder para destruir física, social y culturalmente a los nativos de este
continente. Con cientos de años de escrito, no se puede seguir desconociendo que este relato
y muchos mas fueron tan solo pretextos de una época sumida en la mas baja de todas las
desgracias en que se ha visto envuelta la humanidad; la ignorancia.
... Ninguna justicia hay entre ellos; andan desnudos; no tienen amor ni vergüenza; son asnos,
abobados, alocados, insensatos; no tienen en nada matarse o matar; no guardan verdad sino
en su provecho; son inconstantes; no saben qué cosa sea consejo, son ingratísimos y amigos

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de novedades; précianse de borrachos, tienen vinos de diversas hierbas, frutas, raíces y
granos, emborráchanse también con humo y con ciertas hierbas que los saca de seso; son
bestiales en los vicios; ninguna obediencia ni cortesía tienen mozos a viejos ni hijos a padres;
no son capaces de doctrina ni castigo; son traidores, crueles y vengativos, que nunca
perdonan, inimísimos de religión, haraganes, ladrones, mentirosos y de juicios bajos y
apocados; no guardan fe ni orden; no se guardan lealtad maridos a mujeres, ni mujeres a
maridos; son hechiceros, agoreros, nigrománticos, son cobardes como liebres, sucios como
puercos, comen piojos, arañas y gusanos crudos doquiera que los hallan; no tienen arte ni
maña de hombres (.......) en fin digo que nunca Dios crió tan conocida gente en vicios y
bestialidades sin mezcla de bondad o policía...
Francisco López de Gómara, nacido en Sevilla hacia 1.510, eclesiástico, capellán y secretario
de Hernán Cortés, cronista oficial nombrado por la Corona Española para relatar la historia de
los españoles en América. Según Gonzalo Fernández de Oviedo y Bernal Díaz del Castillo,
López de Gómara escribió historias de las Indias sin haberlas visitado. Este falso corresponsal
de guerra plagió esta página del documento del dominico Tomás Ortíz, presentado ante el
Concejo de Indias en 1.524. Ortíz a su vez confesó haber copiado el texto a Fray Pedro de
Córdoba.
Así mismo Fray Pedro Simón, Juan de Castellanos y otros relatores del Nuevo Reino de
Granada manifiestan gran parcialidad con respecto a los conquistadores, sobre quienes hacen
caer toda la gloria y grandeza. Han sido observados en sus obras, grandes errores y
desobligantes calificativos para referirse constantemente a tribus Magdalenienses.
De otro lado, no hay virtualmente ningún escrito hecho por esta ausente sociedad relatando su
vida antes y después de los acontecimientos de la conquista y posterior colonización. Los
antiguos Panches no alcanzaron a desarrollar una escritura, aunque si dejaron por fortuna una
serie de complejos símbolos, iconos y formas en espera de ser descifrados que relatan hechos
de su vida cotidiana y sus exóticas costumbres espirituales de magia, ritos, ceremonias y
creencias religiosas; convirtiéndose todo esto a su vez en la esencia del Gran Viejo Tolima.
Mal haríamos en no crear un ambiente propicio y no buscar un replanteamiento para explicar y
definir la breve existencia de estas gentes, en el espacio concebido por ellos mismos para
habitar.
Seguir indagando y reedificando la procedencia y sucesivas fases de desarrollo de la cultura
Panche, es pues un reto de nuestro presente y tarea para nuestros hijos en el futuro. En Los
Panches Del Magdalena hemos documentado con dificultad, pero con algo de precisión y
fuerza evocativa; el mundo y el final trágico de un pueblo que compartió con muchas
civilizaciones más, los embates de los conquistadores españoles, durante los años en que la
vida y la cultura de estas sociedades vivían el ahogo, sin duda más profundo de su existencia:
su desaparición.

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Desde la conquista del paraíso, la estrecha relación entre hombre y naturaleza sufrió una gran
transformación; con la presencia de la codicia europea se destruyó el equilibrio preservado por
los nativos americanos. Las religiones o creencias aborígenes, veían el vínculo entre el
hombre y el universo y no sus diferencias. El miedo, apego y sumisión al bosque era una
función reguladora de respeto, creada por el mismo indígena para proteger su entorno que lo
era todo. El nuevo orden impuesto por los colonizadores se orientó a una forma irreverente,
brutal y despiadada en la búsqueda de enriquecimiento, representado en oro, plata, piedras
preciosas, tierras y esclavos. Este comportamiento occidental ha venido siendo una gran
equivocación con consecuencias catastróficas, no solo para todos los hombres sino para toda
especie viviente.
Los Panches, quienes se sentían obligados a trabajar por el bien común, entendían la relación
hombre-naturaleza y no solamente la practicaban con sumo rigor, eran custodios
desinteresados; de hecho su espiritualidad se basaba completamente en la creación. Entre
ellos y la naturaleza todo se hacia con moderación, siempre buscando el punto de equilibrio.
Siendo una cultura del agua, cerca a ella creaban sitios sagrados por ser morada de los
espíritus y por consiguiente había que respetarla. Si el río se enmugraba era entendible que
los enmugraría. El río era el bosque, el bosque era también el río y sus pueblos tenían sus
orígenes en el río y el bosque. La selva era para los Panches como el útero es para el
embrión, de importancia suprema. Eran criaturas de la madre agua, allí en aquel elemento se
encontraba no solamente la fuerza vital sino todo comienzo de vida, relación esta conciliadora
con la naturaleza. Siendo una cultura de la Madre Tierra comprendieron como tratarla y sacar
beneficios mutuos sin que las planicies y laderas sufrieran, como padecen manejadas por el
hombre actual.
Eran guardianes de ese equilibrio que se rompió y seguirá así hasta que el hombre
contemporáneo sienta con profundidad y asuma con respeto los trazos dejados por estas
culturas negadas, descifre los mensajes sobre conservación, aprenda a conocer y apreciar su
talento artístico y cultive su habilidad de sobrevivir sin destruir. En la realidad auto construida
que hemos elaborado como desarrollo y cultura, tenemos que incluir el elemento que nos hará
entender y luchar contra la ya casi inevitable desaparición de la especie humana: la bio-cultura
o eco-sociedad, donde el hombre actúe como defensor incondicional de quien lo cría, protege,
nutre y finalmente lo recibe de nuevo en su seno materno al morir. Nos referimos a nuestra
madre común; el único y verdadero hogar que conocemos, hablamos del planeta vida la
Tierra.
Si nos dedicamos a buscar este pueblo de artesanos largamente difamado, regresará de nuevo
mucho después de su desaparición en las páginas de la historia. Mantengamos viva la
confianza en ellos y nunca olvidemos que los Panches, eran tan solo Panches.

916
Julio 8 de 1985. Angel Antonio Martínez Trujillo.

El mundo es mi cuerpo.
Las montañas son mis huesos; los bosques son mi piel; los ríos son mi sangre; el aire
es mi aliento; el sol es mi luz.
917
En mi amor por la tierra equilibro toda la vida.
DEEPAK CHOPRA.

DOS COMENTARIOS EN UN MUNDO DE DISTANCIA

Dejaremos los cuencos y ajuares para que relaten nuestras vidas.


En los artefactos quedará la historia grabada.
Las joyas y demás pertenencias pasarán a ser suyas.
Pero solo cuando las aprecien y sientan,
Descubrirán lo que nuestros corazones guardaban.
PANCHIGUA. Caudillo Panche que dominó la zona occidental, rivera del Magdalena,
municipios de Armero y Honda, Tolima. Héroe que murió en férrea oposición contra la
conquista. En épocas pasadas esta extensión de tierra fue llamada Panchigua por que
precisamente en algún paraje de estos fue sepultado.
En lenguaje Caribe la palabra “Gua” significa tierra, Panchigua traduciría entonces tierra del
Panche.

Es averiguado que el tigre no come ni acomete a otro tigre,


El león a otro león,
El oso a otro oso,
Ni el gato a otro gato,
Y solo los hombres y entre los hombres solo los indios se hallan
comerse unos a otros.
FRAY PEDRO AGUADO. Franciscano, hermano de orden de fray Pedro Simón. Acompañó a
Jiménez de Quesada en la expedición y descubrimiento del Nuevo Reino de Granada.

918
Mundo Caribe.

919
CRONOLOGÍA DE LA CULTURA PANCHE

A comienzos de un nuevo milenio se ha desatado una interesante polémica sobre los primeros
seres humanos que llegaron al continente americano. Una de las recientes teorías, sostiene
que los primeros pobladores no fueron cazadores que bajaron desde el extremo norte del
continente, sino navegantes que llegaron desde el oeste y atracaron en sitios cálidos. Estos
marinos prehistóricos cruzaron el océano pacífico, provenientes quizás desde las islas de la
Polinesia o desde Australia quienes dejaron marcadas características fenotípicas en el hombre
americano precolombino, hace ya cientos de miles de años y no asiáticos llegados a través del
estrecho de Bering, como supuestamente se había creído. Pero cualquiera que hubiese sido el
origen del hombre americano, Colombia sin duda alguna fue sendero obligado de grupos
nómadas que pasaban de Norteamérica hacia Centro o Suramérica o bien del sur al norte del
continente. Diferentes culturas transitaron por estas tierras, no sin antes dejar estilos de vida,
que más adelante establecería ese mosaico de pueblos con lenguas y costumbres diversas que
conformarían la Colombia precolombina. Nuestro país fue visitado hace miles de años por
antiguos pueblos errantes que vivían de la caza, pesca, frutas y tubérculos.
Invasiones procedentes de Centroamérica que introducen el cultivo del maíz y el culto al jaguar
toman lugar por el año 1.200 a. n. e.
En el 1.000 a. n. e., hubo un éxodo importante de pueblos de habla Carib, que se extendieron
por toda la Costa Atlántica alcanzando bastos sectores del interior de Colombia provenientes
quizás de Brasil. Conocidos con el nombre genérico de Caribes penetraron a Colombia por
varios ríos, siendo uno de los más importantes el Magdalena. Los Caribes inician un desarrollo
expansionista que por medio de conquistas militares o adhesiones voluntarias los llevaría a
alcanzar, si bien con fronteras poco definidas y sin una extensión territorial continua y
aparentemente sin ser concientes de estar creado un gran imperio. Ejercían un basto dominio
político militar del centro de Colombia, el norte de Sudamérica, hasta la mayor parte del sector
del mar Caribe, al grado que su avanzada llegó por el sur al Orinoco y Amazonas, llanos
Venezolanos y Guayanas, y por el norte a Puerto Rico, acercándose a las costas de
Norteamérica. Por este mismo tiempo ocurrió la última invasión del Imperio del Sol, la de los
Incas al sur de Colombia.
En territorio nacional, en las orillas y afluentes de la vía fluvial del Magdalena y otros
importantes ríos se acentuaron grandes grupos que formarían tiempo después, como entre el
400 a. n. e. al 500 d. n. e., reinos denominados el de los Pijaos, Panches, Pantágoras, Muzos,
Chocoes y Colimas, todos de ascendencia Caribe.
Por el 300 o 400 a. n. e., entran desde Centroamérica pueblos de habla Chibcha,
acentuándose en la Sierran Nevada de Santa Marta, en las partes altas de Santander, Boyacá,
Cundinamarca, y cada día se cree mas que habitaron tempranamente las zonas templadas y

920
cálidas del norte del Tolima, en el sur de Nariño, en el occidente Llanero, zona andina
Venezolana y el norte del Ecuador.
Entre este mismo lapso de tiempo, procedentes posiblemente del Brasil, Paraguay o Uruguay
penetraron pueblos de lengua Arawak.
Con esto queremos indicar que la localización de la Colombia antigua, es de suprema
importancia en su estudio por la gran variedad de culturas aquí acentuadas, además de
encontrarse ubicada entre varias de las civilizaciones mas sofisticadas de la antigüedad; las de
Mesoamerica y las de los Andes Centrales.
En el interior de Colombia, los Panches desarrollaron la cultura más representativa y gracias a
ello se convirtieron junto con los Pijaos “Los inconquistables” en los mayores exponentes de la
familia lingüística Caribe del Magdalena Medio y alto.
Aunque han sido fuente importante al menos para conocer la gran distancia entre el mundo
europeo y el americano de aquellos tiempos, las referencias históricas o crónicas, escritas por
españoles no se pueden usar para lograr un estudio concienzudo sobre los Panches del
Magdalena, en razón misma que ellas son someras, parcializadas y muy escasas. Además
las pocas publicaciones hechas sobre esta gente desde el mismo comienzo de la conquista,
son ligeras y definitivamente están ausentes los puntos de vista más importantes para una
investigación de este tipo como son el aspecto socio cultural, procedencia, conducta, lengua,
cocina, arte, religión etc. El siglo XX nos suministra una minúscula variedad de obras de poca
importancia y calidad, los escritos además de superficiales están descaradamente
influenciados por los cronistas de la conquista. Puesto que no existen más documentos sobre
el tema de los Panches más que crónicas y pequeños comentarios ya mencionados, la
confrontación de las fuentes, fundamento de todo trabajo histórico, se vuelve difícil. La
arqueología y la etnología por fortuna nos han aportado un concurso precioso para volver a
escribir, y esta vez con muchos mas detalles, la historia verdadera de este pueblo.
Tales son los reveses en el campo científico de la arqueología, antropología e historia sobre los
Panches, que escudriñar su pasado se ha vuelto un asunto lleno de dificultades a medida que
se hacen intentos por tratar de reconstruir su memoria, partiendo muchas veces solo de
fragmentos de cerámica, hueso y piedra. Para complicar un poco mas el panorama se conoce
poco o nada de la estratigrafía de la zona donde habito este pueblo. Los artefactos
arqueológicos encontrados en estos suelos pertenecen a diferentes fases y culturas y en otros
casos pertenecen a diferentes culturas que compartieron el mismo espacio.
Es erróneo considerar a los Panches como pueblo primitivo, ya que pasaron por periodos
evolutivos de depresión a la prosperidad y viceversa, de un comercio local insipiente a uno
más amplio y complejo, o de un culto a otros mas sofisticados etc. Los procesos no van en
línea recta y la idea de una evolución constante hacia un mejor sistema o estado, se ha caído
de su propio peso, más cuando vemos las culturas antiguas del mundo crecer o decaer en su

921
poder y cultura en diferentes etapas evolutivas. Es asimismo erróneo afirmar que todas estas
tribus de procedencia Caribe acentuadas en los valles del Magdalena, sus cordilleras y
afluentes eran diferentes. Esta homogeneidad de culturas que aparecen bajo diferencia de
nombres y localidades, ayudan a comprender cómo los Caribes formaron un basto territorio de
influencia y cómo conseguían asimilar rápidamente a sus conquistados. Las diferencias
regionales entre estas aunque generalizadas, también son notorias y pueden darnos pautas
sobre las subculturas existentes en el dilatado reino Caribe, así como sobre los distintos roles
que ejercía cada uno de estos grupos en su área de influencia.
Para facilitar su estudio y entender quienes, cómo, de donde y porqué llegaron a los valles del
Magdalena, hemos dividido el desarrollo de la cultura Panche en tres estadíos o períodos de
los cinco existentes. Los dos primeros períodos, el Lítico y Arcaico, no los hemos tenido en
cuenta ya que estas etapas fueron desarrolladas por estas gentes como Caribes y no como
Panches y tampoco tomaron auge en territorio Tolimense, sino fuera de él. También debemos
aclarar que las tres etapas usadas en este trabajo de periodización de la cultura Panche; éstos
social y culturalmente no cumplen del todo con las características propias de estos estadíos:
PRECLÁSICO O FORMATIVO: Del 400 al 200 a. n. e., Presumimos que por este espacio de
tiempo se inicia el arribo de hordas Caribes provenientes de la Costa Atlántica a zonas del
centro de Colombia utilizando el río Magdalena. Sectores estos ya habitados por tribus,
algunas sedentarias otras nómadas y cuya condición era la de recolectores de raíces,
pescadores y cazadores que dependían de la migración animal. Se cree que algunas de estas
familias que habitaban los valles y laderas del río Magdalena y algunos afluentes, eran de
procedencia de una antigua cultura denominada Herrera quienes habitaban territorios después
ocupados por los Muisca, familias que comenzaban a sembrar el algodón para ser elaborado y
utilizado en el frío altiplano. Con la presión de los pueblos Caribes, los Herreras y Muiscas
fueron perdiendo el dominio de estas tierras cálidas. No se sabe aun con precisión pero existe
la posibilidad que este grupo antiguo de pobladores llamados Herrera se hayan fusionado
totalmente con el Muisca.
En el mismo periodo se desarrolla una aculturación entre estos grupos humanos (Familias
nómadas con grupos procedentes del Caribe). Se afianza la agricultura con el cultivo del maíz
la yuca y algunos cereales. Se logra un excedente permanente de alimentos, abastos que
habría atado a estas gentes a este único lugar, alentándola a renunciar a su nomadismo y así
someterse al control de quien gobernaba el campamento. Se organiza la convivencia entre
estos clanes y desarrollan una sociedad más compleja.
Las cuevas son tomadas como campamento, centros ceremoniales, lugares sagrados y sus
paredes plasman el hoy misterioso arte rupestre. Nace la práctica de las urnas funerarias con
insípidos elementos de cocina. Se cree que la cerámica Panche se inicio en sitios cercanos al
río Magdalena y su primera fase formativa que puede provenir de Méndez Tolima (fase

922
Méndez) tiene dibujos incisos, sencillos y de un solo color. En el mismo tiempo aparecen la
cerámica figurativa, infinidad de figurillas modeladas a mano con decoración incisa y pintura
negativa, sellos de barro cilíndricos y planos. Las copas rituales, aunque sencillas con color
rojizo y decoración incisa, marcan una característica muy propia. Las viviendas se construían
sobre terrazas. Sus muertos eran sepultados con ofrendas bajo el piso de sus chozas. Esta
etapa especialmente formada por importantes cambios en la organización social, se convierte
quizás en la más destacada ya que alrededor de ella prácticamente se define toda la cultura de
los Panches (Cultura Tolima).
CLÁSICO: Del 200 a. n. e. al 900 d. n. e., Comienza en los primeros años de nuestra era,
marcan características claras y manifiestan estilos y costumbres propias en orfebrería y
alfarería. Los pectorales se estilizan sin perder su forma particular, y su uso se generaliza entre
Chamanes y Sacerdotes.
El sello característico de esta época, es la evolución de la cerámica policromada en las riveras
del magdalena y sus afluentes que es donde se encuentra la mejor elaborada. Continúa el
desarrollo y perfeccionamiento de la base trípode en vasijas y vertederas. Las copas
ceremoniales con dibujos de pintura resistente y gran enriquecimiento, mantienen
extraordinaria variación en sus formas.
Dominan algunos pueblos que sometidos, tenían que tributarles hombres para sus labores
agrícolas, mineras y milicia. Prosigue la migración de más pueblos Caribes desde la Costa
Atlántica por la abundancia de alimentos, la riqueza de los suelos y la estabilidad del clima.
Continúa el propósito de expansión a otros pisos térmicos como el altiplano, quizás por el
crecimiento de su pueblo.
Evolucionan sus sepulturas o prácticas fúnebres, los entierros primarios y secundarios con
ofrendas se generalizan. Aparece la convivencia en aldeas ya bien establecidas. El uso de las
fibras los convierte en excelentes textileros. Desarrollan un impresionante mercado de
intercambio con gran variedad de productos y una marcada influencia regional, que tiene como
consecuencia la difusión de elementos nuevos, los cuales enriquecieron la cultura local. Se
crea la conciencia de la necesidad de buenas relaciones con sus vecinos, para así mantener
ese intercambio de productos que conviene a todos. Los artículos de mayor oferta hacia las
frías tierras de la sabana eran el algodón, oro, mantas, cereales y carnes tratadas. Crece su
reputación como grandes navegantes, pescadores y artesanos. Se avanza en la domesticación
de animales y se consolidan como sociedad.
Esta etapa tiene como una de las características más importantes la aparición del Cacicazgo o
señorío (elección de una persona para que oriente y ejerza autoridad sobre otras que le
siguen). La nación de los Panches estaba dividida en Cacicazgos. En los Cacicazgos se tenía
unidad social entre el mismo país, es decir se compartía la misma lengua, religión y

923
costumbres pero no se alcanzó la unidad política para congregar todo el estado bajo el mando
de un único jefe supremo.
Las aldeas podían tener dos características, nucleada o dispersa. Las aldeas dispersas se
desarrollaron en aquellas regiones donde se practicaba la agricultura de roza. La mayoría de
los trabajadores del campo movían sus chozas hacia las cercanías de campos cultivados que
rotaban continuamente. El Cacique o Siquima y funcionarios, en cambio, moraban en un
sector permanente, el centro ceremonial, al cual acudían los agricultores a las ceremonias
religiosas, a cumplir con sus obligaciones sociales, intercambiar sus productos e informarse de
acontecimientos recientes.
En las selvas del Magdalena alto – medio, los Panches no alcanzaron una estructura de una
Civilización en este periodo Clásico, característico por el surgimiento de los primeros Estados
en América.
POSCLÁSICO PANCHE O DESARROLLOS SOCIALES: Del 900 al 1.539 d. n. e., Se
enriquece la cultura por la penetración y aceptación de otras civilizaciones provenientes del
Sur y Mesoamerica. La influencia de Mayas y Mexicas, sobre todo la de estos últimos,
destacada en algunos comportamientos sociales como en la guerra, el arte y ciertos cultos. Se
consolida la religión, la organización social, el sistema de parentesco, la política, el comercio, la
guerra y demás instituciones se definen y estructuran. Surgen centros ceremoniales en lo alto
de las caprichosas formaciones montañosas y los conceptos religiosos revisten mayor
complejidad. Les parece interesante conocer sobre otros Dioses de pueblos distantes. Sus
entierros han evolucionado al máximo estado artístico, reflejado en el esplendoroso legado de
urnas, copas funerarias y joyería.
Se incrementa la técnica de cerámica policromada con sentido ritual. La cerámica de este
periodo muestra un acabado terso cuidadosamente modelado y excelente técnica que da la
impresión de un grupo de artesanos talentoso, competente y bien organizado. La cerámica
altamente refinada que representa este periodo (copas, botellones y duhos) la encontramos en
el municipio del Espinal Tolima y la hemos nombrado fase Espinal. Quizás en este lugar tuvo
la mayor actividad y preponderancia de toda la zona al comienzo de esta etapa. Posiblemente
al finalizar este período Honda se convierte en el centro cultural y artístico, y el sistema
montañoso de las Vegas del río Sabandija en el corazón ceremonial de esta nación.
Se hace necesaria la expansión territorial por la inevitable presión demográfica y la escasez de
alimentos en los valles y selvas del Magdalena. Con las invasiones a sus vecinos se da
comienzo a las guerras crónicas, creando desajustes en el importante comercio de intercambio.
Aunque en este período los Panches hacen parte de un grupo expansivo, el de los Caribe,
estos no contaban con una estructura política fuertemente centralizada. A falta de un imperio y
soberano que los congregara no alcanzaron a desarrollar el Posclásico plenamente. Sin
embargo contaban con estructuras de clases sociales definidas y diferenciadas. No se alcanzo

924
lo que se denomina la alta cultura, ya que la sociedad de los Panches no desarrolló grandes
centros urbanos, ni una sociedad sofisticada regida por un solo soberano.
Las civilizaciones desarrolladas en este periodo, fueron sucediendo a través de contactos de
intercambio, sofisticación en las artes y arquitectura, procesos sociales evolutivos, colonización
o expansión religiosa, ejercían influencia sobre otros pueblos que, entendían sus ideas y
tecnologías. Pueblos que pudieron desarrollar un Estado y, por ende, una Civilización. Así
fueron sucediendo las Civilizaciones hasta caer en el empuje guerrero de Aztecas o Incas, los
dos grandes imperios de nuestro continente, representantes del periodo Posclásico.
El sistema social para los Panches toma cambios que se acomodan a la invasión europea,
entre los más destacados se encuentra el del urbanismo defensivo, la vinculación activa de la
mujer en la guerra, adopción de la emboscada como único método eficiente de combate y la
aparición de la unidad política o alianza entre los cacicazgos.
Esta etapa culmina con el advenimiento español, la implantación definitiva tanto en lo político
como en lo económico del sistema colonial, la práctica etnocida contra este pueblo y la
posterior hecatombe demográfica.
Algunas fases anteriormente elegidas para realizar este trabajo cronológico, son las mismas
escogidas por científicos y académicos para estudiar las culturas de Mesoamerica con algunas
variaciones respecto a las fechas y grandes diferencias con relación a desarrollos sociales y
urbanos que tomaron forma en Centroamérica. También usamos la norma adoptada en
Colombia que siendo diferente a la de México, coincide en términos corrientes, por ser general
en este hemisferio el proceso cultural nativo.
Aquí en Colombia quienes estudian los estados sociales del sistema andino, califican el primer
periodo como Paleoindio, inicio del poblamiento hace 15.000 años hasta el 7.000 antes de
nuestra era, etapa lítica, precerámico, estadío de cazadores especializados, grupos pre-
arcaicos, cazadores recolectores generalizados. El segundo como Arcaico o primeros
ceramistas y horticultores incipientes, va del 7.000 al 1.500 a. n. e., se caracteriza por una
intensificación de la explotación del medio ambiente con una economía muy alta. El tercero
formativo, va entre el 1.500 a. n. e. hasta la Conquista. Esta etapa se divide en diferentes
períodos terminando en las culturas sedentarias de procesos clásicos. Y el cuarto como
Desarrollos Sociales, Cacicazgos o señoríos, comprende los tipos de organización social
compleja al arribo de los europeos en el siglo XVI en todo el territorio nacional.
Esta periodización se mueve en sentido unilineal de lo más rudimentario a lo más complejo.
Pero el sistema para muchos en vez de simplificar conduce a confusiones técnicas. En la
práctica no se ha encontrado sitio arqueológico en Colombia donde se presenten las cuatro
etapas estratigráficamente representadas. Uribe (1.987) lo plantea de la siguiente forma: “ En
la Costa Atlántica, el formativo no se desarrolló a partir de una etapa lítica y en la Sabana de
Bogotá, la etapa lítica no dio lugar a un formativo constituido como el de la costa Atlántica. Lo

925
anterior, está indicando un desarrollo procesual, temporal y especialmente desigual. Hablar de
procesos generalizados para todo el país es, a nivel del material empírico existente, una simple
hipótesis”. Por ello y no pudiendo dejar de lado la posibilidad de ser controvertidos por
estudiosos del tema, para desarrollar la cronología de la cultura de los Panches, nos
arriesgamos a exponer un orden algo más sencillo y de fácil entender.

Nuestro mundo acaba de encontrar otro, no menos grande, pleno y membrudo que él, y, sin
embargo, tan nuevo y tan niño que se le enseña todavía su abecé; no hace ni 50 años que
ignoraba las letras, los pesos, las medidas, los vestidos, los trigos, las viñas. Estaba todavía
desnudo en el regazo y no vivía más que de los medios de su nodriza... Mucho me temo que
habremos apresurado demasiado su declinación y su ruina por nuestro contagio y que le
habremos vendido muy caro nuestras opiniones y nuestras artes. Era un mundo - niño.
MONTAIGNE.

926
PANCHES, CARIBES Y EL RIO DE LAS TUMBAS.
ORIGEN DEL VOCABLO PANCHE.

Basados en estas mismas crónicas, sabemos que existió un conglomerado aborigen llamado
Panches. Sobre el significado de su nombre solo conocemos lo que fray Pedro Simón relató
...Caminando por donde ya se había andado conquistando, cargándose diez y ocho leguas de
la ciudad de Ibagué, al noroeste, todo en la tierra de los Panches, por una y otra banda del río
grande y varias provincias debajo de este nombre de Panches. Nombre que tomó de cierto
pescado que se coge en el río grande que por otro nombre llaman bagre en más común
vocablo se llama Panche...
En verdad no conocemos, si esta subcultura Caribe se hacía llamar por ellos mismos Panches
o fue un calificativo dado por los españoles. Independientemente de esto, el nombre pudo
tener origen a raíz de la intensa explotación y comercialización del bagre por este pueblo, o
bien por el deseo de esta comunidad de querer tener ciertas similitudes en los rasgos
fenotípicos entre uno y otro. Querer parecerse a este pez era poder hacer la mejor ofrenda a
su alimento predilecto, al animal migratorio que creaba confianza y estabilidad en sus vidas.
Se cree que algunas familias entre la nación de los Panches, tenían como costumbre
(catalogada por algunos como estética) la deformación craneal, creando la posibilidad de
relacionarlos con la cabeza del pez que es aplastada. Lo cierto es que adoptaron la
deformación de su cuerpo como parte de un tributo indispensable para su supervivencia.
Colocaban dos tablillas fuertemente amarradas en torno al cráneo, en la parte de la frente y
atrás, de esta forma conseguían deformar la cabeza en los recién nacidos. Así mismo, en
torno a los brazos y piernas ataban ligaduras en las partes superior e inferior, ocasionando
visibles deformaciones que correspondían en principio a sus formas de ver la estética,
agregando en esto una impresión secundaria de producir temor frente a sus adversarios.
El acto de lucir físicamente diferente hacía parte del ritual de bajar el atractivo corporal para así
evitar que los malos espíritus o fuerzas negativas se interesaran en ellos y robaran su energía
vital. Sin embargo se cree que la deformación craneal correspondía solamente a una casta
sacerdotal, quienes se preparaban desde su nacimiento deformando el cráneo para lograr
ejercer presión sobre el lóbulo frontal y así producir ciertos estados mentales y psicológicos
especiales. Las funciones del cerebro eran estimuladas para volverse sensible, acercarse a
conductas extrasensoriales, como estados de aguda percepción, adivinación, predicción, etc.
Niños que antes de su nacimiento ya estaban predestinados para hacer parte del mundo
sacerdotal. En sus primeros días de vida se les deformaba el cráneo, ayudándolos en el futuro
a afianzar su vocación Chamánica, despertando en ellos el potencial de su poder que se
reflejaba en estados visionarios, inteligencia, aguda observación, manipulación de poderes
curativos, transmutación y la admiración, respeto y confianza por parte de su pueblo. El círculo

927
para la concentración de poderes, se completaba ya con el dominio de ciencias con cientos de
años de tradición, como el conocimiento de ritos para la preparación de bebidas especiales, la
inhalación de humos procedentes de hongos y hierbas, la elaboración de pócimas y ungüentos
de procedencia animal y vegetal, que frotados en sitios como manos, pies, genitales y zonas de
la cabeza donde se encuentran los lóbulos frontal y temporal ayudarían a la aguda percepción y
la transformación corporal o metamorfosis. Esta curiosa pero interesante costumbre se cree
proviene del antiguo Egipto. En la sociedad de los Incas como en otras comunidades Andinas
y Mesoamericanas también se practicó la deformación cefálica con bastante reincidencia.
Resulta interesante anotar que existe otra probabilidad sobre el nombre original de esta cultura.
En un documento del cronista Castellanos, es sostenido un dialogo por un guerrero Panche y
un oficial del conquistador Quesada, notamos que el guerrero se refiere a su pueblo con el
nombre de PANCEA, y que tal vez los españoles escucharon como Panche, “ vi con temor
cobarde gente Pancea que nunca de tal manera tuvo nota” ( Juan de Castellanos).
Descripción hecha por don Gonzalo Pérez de Vargas sobre los Panches en el año 1.572. De
esta reseña solo se extrajeron apartes donde se les reconoce algún valor como seres humanos:
“ Los Panches son indios bien puestos y bien agestados y tienen la frente llana y chata y el
cocote como los montañeses y asturianos de España.
Son muy valientes y temidos de sus vecinos. Comúnmente son liberales de lo que tienen y muy
partidos. Poco codiciosos de oro, grandes pescadores y cazadores muy sueltos y ligeros. Son
grandes herbolarios y conocen yerbas de gran virtud”.
Provenientes de la gran familia lingüística CARIBE (nombre genérico dado por los españoles),
palabra que según fray Juan de Torquemada, compañero de orden de fray Pedro Simón, se
derivaba de Carith que en latín significa Ocursus Ignus y al traducir al español quiere decir
llama de fuego, que todo lo abrasa por donde pasa, aunque el significado práctico para los
españoles fue el de hombre cruel e inhumano.
Existía otro término importante en este contexto que antes de ser españolizado se pronunciaba
CANIBA o CANIMA. Caniba en el lenguaje Taíno (grupo aborigen de las Bahamas), significa
gente mandioca o gente del clan mandioca, y es la raíz de una palabra muy controvertida,
CANIBAL que fue el nombre dado a los antiguos Caribes por los españoles y significa que se
come a otros de su misma especie, cruel, feroz, antropófago. Para otros autores la palabra
Caribe a diferencia de lo que Torquemada planteó, también tiene origen en el término Caniba o
Canima.
De acuerdo a las asociaciones míticas de los Taínos, los Canibas eran guerreros que
periódicamente combatían con el propósito de consumir la carne de sus prisioneros. Los
Caniba estaban atados estrechamente con el extraño mundo de la mitología Taíno.
El Almirante Cristóbal Colón comenta en sus relatos, que había escuchado (noviembre 4 de
1.492) que los Caniba tenían un solo ojo, rabo y cara de perro. Consecuentemente como fue

928
obvio, en continuos viajes y en la misma conquista de América, se revelaría que estas regiones
estaban pobladas por nada más fantástico que personas comunes nativas, aunque la imagen
distorsionada de comedores de carne quedó fija en los relatores que habrían de venir.
Los cronistas citan constantemente la naturaleza antropofágica de los Panches, aunque en los
documentos escritos por funcionarios de la Corona no se llegó a difundir la expresión. Ni
siquiera los escribanos o relatores de la época coinciden en sus manuscritos, tenemos el
clásico ejemplo del historiador fray Alfonso de Zamora que atestigua, como costumbre de los
Panches sacrificar en ceremonia pública al primogénito de una familia, distribuyendo luego sus
partes entre los parientes y amigos, relato que no concuerda con los de otros cronistas, que
hacen recaer el sacrificio sobre la mujer, en forma sucesiva, hasta el nacimiento de un varón.
Cierto es que ninguno de los conquistadores europeos llegó a un mundo de inocentes. Los
Taínos con los que Colón se relacionó y tuvo una cálida aceptación en su primer viaje, llegaron
a las islas del Caribe como conquistadores expulsando y obligando a replegarse al oeste de
Cuba a sus antiguos pobladores los Guanahatabeys o Casimiroides. Por su parte a los Taínos
como anotamos anteriormente los amenazaban los Caribes que desde el continente
Suramericano, se abrieron camino en las Antillas menores. Los Caribes ya habían penetrado
en este sector la cultura Ignerí en lo que son actualmente las islas de Barlovento y
amenazaban con conquistar las de Sotavento y posiblemente Puerto Rico.
Colonizadores por excelencia; los Caribe llegaron desde la costa Atlántica al interior de
Colombia, de regiones que hoy comprenden las Antillas o Islas Caribe pero principalmente de
los litorales de Panamá, Colombia, Venezuela, las Guyanas y Brasil. El origen de este pueblo
procede aparentemente de la cuenca del Orinoco.
En nuestro territorio dominaron gran parte de la costa Atlántica, Chocó, Antioquia, los
Santanderes, Huila, Tolima y las tierras cálidas al occidente de Cundinamarca. Es de anotar
que la colonización de estas tierras se inició y tomó más tiempo de lo que podemos imaginar.
Esta gran familia, fue conquistando y colonizando, las tierras aledañas a los ríos Orinoco y el
río grande de la Magdalena y la mayoría de sus vertientes tributarias. Este importante afluente
era llamado en toda la zona de este valle GUACA-CAYO, expresión que se relaciona con agua,
lugar encantado o sitio peligroso; aunque algunos traducen el término como Río de las
Tumbas o Río de Agua y Tierra. El significado de la palabra GUACA tiene origen peruano,
los Incas observaban una manifestación divina en toda cosa creada, veían un milagro en todo
fenómeno y tenían por sagradas las HUACAS, término con que designaban todo lo que salía de
lo común. Los Muiscas en su lengua Chibcha llamaban al río Magdalena YUMA, que
curiosamente traduce Río del país amigo. Los Tahamies lo llamaban ARLI, Río del
Bocachico. Pero fue Rodrigo de Bastidas por haberlo conocido el 1 de abril, fecha
conmemorativa de la conversión de María Magdalena (Acevedo 1981), quien le dio el nombre

929
de Río Grande de la Magdalena, dada la magnitud de su cauce y por su importancia para la
comunicación y transporte entre el interior con la Costa Atlántica.
Como en la generalidad de los pueblos precolombinos, entre los Panches existió una división
básica entre la población que integraba sus diferentes unidades sociopolíticas: la clase
dirigente y la gente del común. El sector dominante a diferencia de otras sociedades, no
estaba ligado entre sí por medio del parentesco, la sucesión de un gobernante o sacerdote o
alguien importante entre este sector social se hacia de acuerdo a sus atributos, coraje,
conocimiento y reputación. Este jefe era el gobernante de un pueblo estado o cacicazgo y la
influencia que este tuviese sobre determinado sector, ejercía funciones civiles, religiosas,
militares, judiciales y legislativas, independientemente a otras zonas dirigidas o gobernadas por
otros Siquimas. Asimismo, regia la organización económica de su sector: recibía los tributos y
los servicios personales de la gente del común y los productos de las tierras asignadas para su
sustento. El Siquima no pertenecía a una clase noble de nacimiento como tampoco a una casa
señorial. El país de los Panches estaba compuesto por pequeños cacicazgos o señoríos
aliados entre sí, quienes compartían la misma lengua y costumbres pero cada uno de estos
gobernados con total independencia y autonomía. Ni entre los Panches, ni en ninguna otra
nación Caribe existía un gran soberano, pero si formaban una especie de concejo entre estos
pequeños feudos que era la máxima autoridad en caso de que el país y su existencia
estuvieran severamente amenazada. Tenemos el caso de las alianzas entre la fragmentada
organización de esta nación para ser frente a la amenaza castellana a su arribo. La
responsabilidad de elegir al gobernante en caso de faltar, estaba a cargo de los Chamanes,
Ancianos y los afamados Acaymas quienes convocaban y actuaban en nombre del pueblo en
general para que eligieran entre un grupo de notables por su dedicación, inteligencia y gran
valor, a su próximo sucesor. Una ves investido, el Cacique gobernaba de por vida y tanto su
pueblo como la zona de influencia que manejaba llevaría su nombre. Los familiares del
Síquima, recibían especial tratamiento aunque si cometían faltas que lo ameritaran, podrían ser
degradados y pasar a formar parte del estamento de la gente del corriente. Entre el estamento
de nobles y gente del común debió existir una clase importante como la de los comerciantes y
artistas de objetos fastuosos que por su importancia dentro de la comunidad se hicieron a su
propia escala social. El estamento dominado comprendía la inmensa mayoría quienes se
agrupaban en unidades provinciales que contaban con tierras y oficios asignados
diferenciadamente entre sus integrantes. Estos grupos de campesinos quienes ejercían
diversas tareas, eran controlados y representados por un líder seleccionado entre ellos mismos
que los organizaba y lideraba en tiempos de paz o de guerra. Después de cumplir cierta edad,
estos representantes populares eran eximidos de sus cargos tradicionales y pasaban a ser los
ancianos consejeros, importantes para el ceremonial religioso y consulta obligada para la

930
resolución de los asuntos y problemas internos del grupo de personas o sector al que
pertenecían y orientaban.

Ellos ( los indios) eran soberbios, leales y francos


Ceñidas las cabezas de raras plumas,
¡Ojalá hubieran sido los hombres blancos como
los Atahualpas y Moctezumas!.
ESCRITO DE RUBEN DARIO, DEDICADO A CRITOBAL COLON

931
EL MAGDALENA SENDERO DE PROSPERIDAD.

Quizás estas palabras podrían expresar la apasionada poesía de estas tierras soleadas y
hermosas, cuando cae la suave noche del trópico sobre el fértil paisaje. La vida y la muerte
parecen encontrar toda significación en este sitio de abundancia, donde todo esta hecho para el
hombre, donde las montañas y nevados son jardines y los ríos serpenteantes entre claros y
oscuros son un milagro. Valles de fértil barro, y cardúmenes de peces nutren a quien la toma
prestada por algún tiempo.
La historia nutrida por demás intensa del valle del Magdalena, nace de su belleza, la calidad de
sus suelos, de su riqueza mineral, vegetal y animal, la calidez de su clima y otros hechos y
autores como la necesidad de los Caribe de crecer y formar un gran imperio, el cual jamás se
unificó en torno a un soberano por razones que de pronto nunca entenderemos. Se cree sin
embargo; que el motivo obedece a que el sistema social adoptado por estas gentes, se regía
por castas autónomas constituidas por grandes familias o clanes consanguíneos que
compartían territorios comunes. Esta formula original de conformación social impedía que
estos grupos obedecieran a un solo jerarca y por consiguiente, sería muy difícil llegar a formar
el imperio Caribe. De todas formas hemos hallado gran razón en que las tierras bañadas por el
Magdalena fueran el sendero para el desarrollo, oportunidad, asentamiento y prosperidad; y
porqué no un buen sitio para nacer, vivir y morir.
Aparte de lo que sobre los Panches se ha dicho, que practicaban la antropofagia, horrendos
ritos ceremoniales y hasta el sadomasoquismo, trataremos de presentar una idea imparcial de
una imagen quizás poco elocuente para los descubridores, pacificadores y evangelizadores
españoles de la época; que profundamente confundidos por un orden social que ni siquiera
trataron de entender fue duramente censurado, decidiendo poner en práctica la destrucción de
sus culturas y la devastación física de estas gentes.
En recientes investigaciones relacionadas con las Islas Caribe, el antropólogo Norte Americano
Robert Myers no ha encontrado evidencia que sustente la reputación de los Caribes como
caníbales, sin embargo las primeras crónicas sobre la ferocidad de los Caniba, influyen
dramáticamente en la política de infamia de los conquistadores sobre la mayor parte de
pueblos del llamado nuevo continente.
En un edicto de 1.511 que define como Caribe cualquier indio que fuese hostil a los europeos,
comportamiento violento o aquel que consumiera carne humana, concluye que los Caribes no
tienen alma y están sujetos al tráfico de esclavos. Sería una de innumerables muestras de
desprecio e ignorancia que el europeo manifestó hacia el hombre americano. El continente fue
colonizado por desadaptados, que solo buscaban riquezas sin importarles la calidad humana
existente. Despreciaron todo tipo de manifestación cultural. El astrónomo, el médico o
curandero, el agricultor, el artista, el filosofo, el matemático, el religioso, todas estas

932
personalidades tendrían un solo trato; el de esclavos para explotar las minas. No hubo un
gesto de intercambio, no fueron tratados ni siquiera por lo que sabían o podían aportar a los
países de donde procedía la invasión.
La historia de la ferocidad de los Caribe ayudó sin duda a resolver dos grandes conflictos: El
del Clero que deseaba salvar almas sin importar el método y justificar por medio de informes
que no tenían nada que ver con la verdad, la intervención vergonzosa de los militares
hispanos; y el de los colonizadores españoles con su insaciable necesidad de tierra y por
supuesto mano de obra sin costo alguno. Hechos que empataban con la misión declarada por
los conquistadores que era la de “acabar con la bestialidad y utilizar la capacidad”.

...Como tienen el cuerpo teñido de onoto, sus grandes figuras de un rojo cobre y
pintorescamente vestidas, parecen de lejos, al proyectarse sobre la estepa contra el cielo,
antiguas estatuas de bronce... Nosotros estamos asombrados de volver a encontrar entre
estos caribes pintados de onoto, esos aires de importancia, esa postura acompasada, esas
maneras frías que encontramos a veces entre las gentes distinguidas del viejo continente...
ALEXANDER VON HUMBOLT. Naturista, geógrafo e historiador alemán, que viajó a todo lo
largo del mundo; especialmente por América. Comenta en este aparte el testimonio sobre tribus
Caribes en su viaje al Orinoco y llanos Venezolanos entre 1.799 y 1.804.

933
POSICIÓN TERRITORIAL E IDIOMA DE LA NACIÓN PANCHE

Las historias de los siglos de la conquista, lamentablemente siguen siendo la información mas
usada por los académicos estudiosos del tema y la que todos asimilan de mejor forma como la
única a creer. Por alguna u otra razón llámese ignorancia, vergüenza, temor, descuido, por
sentirnos mas sofisticados, o por encontrarnos en una posición más cómoda, la historia de las
crónicas es la que la inmensa mayoría de la gente a finales del siglo XX quería aceptar. Por
fortuna este pensamiento ha ido paulatinamente cambiando en las mentes no solo de los
investigadores sino en la gente del común, que ya empiezan a ver con prioridad la importancia
de intimar con la verdad histórica, así sea siglos después de los acontecimientos.
Sabemos que la información sobre Panches y la gran mayoría de culturas americanas,
proceden de escritos históricos narrados por cronistas europeos, colmados de poderosos
intereses nacionalistas, raciales, políticos y eclesiásticos. Formarse un concepto sobre estas
sociedades partiendo de escritos y crónicas, es hacerse a una idea desvirtuada. A pesar de lo
anteriormente dicho, algunas crónicas y referencias escritas en esa época han sido para
muchos estudios, irónicamente una extraordinaria heredad. Por ello ha sido y seguirá siendo
difícil presentar una historia coherente y definitiva de lo que constituía la vida y pensamiento de
esta cultura.
Los historiadores oficiales dentro de la sociedad de los Panches, eran los mismos abuelos
quienes trasmitían los acontecimientos pasados verbalmente por no haber existido al arribo de
los castellanos una escritura. Su procedencia, el origen de sus dioses, las migraciones,
antiguos gobernantes, sucesores, la fundación de sus pueblos, sus relaciones, mercadeo,
pensamiento, guerras internas y externas, en fin todos aquellos acontecimientos pasados que
fueron contados de padres a hijos, de abuelos a nietos y jóvenes, se perdió en parte por falta
de esa escritura a que aun no llegaban y por que asesinaron a los hijos de quienes tenían el
deber solemne de inmortalizar estas historias. Cada agrupación en la comunidad de los
Panches, contaba con sus historiadores particulares, precisando que estos eran personas de
edad con el más alto grado de respeto, influencia y autoridad. Junto a la historia así
establecida, cuyo saber estaba autorizado para todo el pueblo, no se conoce la vida de estas
gentes mas allá de los escritos europeos, por ello, debemos corregir y complementar las
indicaciones de las crónicas, apelando todo el tiempo, sin vacilación alguna a la ayuda de la
antropología, etnología y arqueología.
Resulta importante señalar que la nación de los Caribes del interior, en términos modernos fue
un estado segmentado, sin fronteras bien definidas por los continuos cambios sociales,
políticos y militares que en su periferia mantenían sucediendo. Sin embargo los reinos de cada
una de estos pequeños señoríos se extendían a las zonas geográficas de los otros, lo que

934
manifestaba la existencia de un entreveramiento de territorios, que a su vez implicaba un
enlace de las unidades políticas, sociales, religiosas, de funcionabilidad y gobernabilidad, que
regían en cada dominio. Este esquema creemos estuvo a punto de evolucionar a la existencia
de un imperio donde cada uno de estos feudos o cacicazgos, propiamente dicho, rendiría
tributo y lealtad a un gran soberano, capaz de gobernar quizás el dominio más extenso visto en
toda la América precolombina, el de los Caribe.
La posición territorial de la nación Panche se hallaba en una buena parte, al norte de la sección
política y administrativa de lo que hoy día forma el departamento del Tolima; margen
occidental del río de la Magdalena y se extendía al oriente del mismo río en las tierras cálidas
del departamento de Cundinamarca. Con el Huila, estos tres departamentos fueron tierra de
otras naciones, algunas de procedencia Caribe. Hogar de Coyaimas, Natagaimas, Andaquíes,
Timanes, Tamas, Yalcones, Paeces, Dujos, Manipos, Babadujos, Yaporoges, Cundayes,
Pijaos, Pantágoras.
Se ha establecido con algo de exactitud teniendo en cuenta que las zonas limítrofes fluctuaban
por diversos motivos y que el dato aquí expuesto es para crear una idea somera sobre los
linderos o el alcance territorial del país Panche; por el norte llegaba hasta los ríos Guarinó y
Gualí colindando con sus hermanos de origen e idioma, los Pantágoras o Palenques. Hacia el
occidente habitaron parte de la cordillera central, según el profesor Edgar Torres fundador y
director del también tristemente desaparecido Instituto Carlos Roberto Darwin en la tragedia
del 13 de noviembre de 1985 en Armero, los pueblos que hoy conocemos como Fresno, Fálan,
Palocabildo, Líbano y Anzoátegui eran zona limítrofe con otros países. El profesor Torres
advierte que en la zona limítrofe hacia el Oeste y Sudoeste existen grandes dudas,
especialmente en el caso de Ibagué, ya que algunos autores afirman que esta ciudad se
encuentra en territorio Panche y otros aseguran que es Pijao. La respuesta a este dilema sin
embargo se debe a que Ibagué en principio fue fundada en el sitio que hoy se encuentra
Cajamarca, terrenos que sin duda alguna pertenecían a la nación de los Pijaos, pero meses
después la ciudad de Ibagué fue trasladada al sitio que hoy ocupa, a la meseta, que según la
mayoría de cronistas la adjudican como territorio Panche. Dominaron y habitaron las tierras
actualmente ocupadas por los pueblos de Rovira, Valles de San Juan y San Luís, Guamo y
Espinal. Partiendo entonces de esta base deducimos que el río Combeima y el Coello eran
límite fluctuante entre estos dos pueblos también hermanos. Por el Oriente ha sido posible
establecer que la frontera entre Panches y Muiscas pasaba por entre los municipios de
Anolaima y Zipacón, La Mesa y Tena, tomando la parte alta de la cordillera de Subia hasta
Tibacuy. Al Sudeste ocuparon los hoy valles de Melgar y Cármen de Apicalá, frontera que
compartían con los Sutagaos. Hacia el Noroeste los Panches habitaron los pueblos de
Nimaima, Nocaima y la Vega, siguiendo la serranía del Tablazo hasta Pacho, donde empezaba
la comarca de los Colimas o Muzos. A Partir de estos puntos concluimos que son netamente

935
Panches los pueblos de Villeta, Guaduas, Sasaima, Vianí, Guayabal de Síquima, El Peñón y
Útica.
Como ya lo habíamos anotado anteriormente, el gran Tolima albergaba con estas extensas
comunidades, también un basto sistema socioeconómico muy similar entre sí. Aunque nunca
se rigieron por un mando central, estas agrupaciones prehispánicas se organizaron en señoríos
independientes, comunidades tributarias y comunidades subyugadas a otras.
El cacicazgo era ejercido sin tener muy en cuenta las vías de dinastías, se elegía de acuerdo a
las necesidades del momento, el valor y conocimiento relacionado con lo sobrenatural, era una
exigencia y no era de mucha importancia el sexo del elegido. Se conoce de Caciques mujeres,
que estuvieron al mando de los destinos de estos pueblos con resultados notables.
Existía dentro de estas civilizaciones los Marirris o Piaches, Mohanes, Chamanes o Brujos,
Ancianos y Adivinos, que desempeñaban un papel importante en las decisiones religiosas,
políticas, militares y en especial en materia de salud. Tenían que ver con lo real pero también
con todo lo divino y lo sagrado. Los Caciques Panches o SÍQUIMAS, tenían como costumbre
dar su nombre a la región que gobernaban y eran asesorados en sus funciones especialmente
por un grupo de personas de autoridad y experiencia llamados ACAYMAS.
Como una de las tres comunidades más dominantes de este basto sector, los Panches
habitaron las regiones que comprenden todos los valles, ríos y quebradas de la falda de la
cordillera central y el flanco occidental de la cordillera oriental, región densamente poblada y
altamente cultivada por sus moradores. De su centro de operaciones y el ámbito de su
señorío, no tenemos una idea clara, aunque creemos que uno de los principales centros
comerciales y culturales fue la célebre Honda Tolima; por los trabajos especiales de orfebrería
y alfarería, se nota concentración de los mejores artistas de la zona; por su situación
geográfica, era paso de varios caminos de mercaderes indígenas, que se comunicaban con
distintas regiones del país; por el mismo río Magdalena, arteria vital durante todo el proceso
histórico de Colombia y por la continua interrelación con culturas vecinas, hacían de la
ancestral ciudad sitio privilegiado. Centros de importancia que comparten similitud con Honda,
se hallan en el municipio del Espinal Tolima, donde se han encontrado esplendorosas copas
ceremoniales, duhos y botellones decorados con pintura positiva sobre baño rojo. Otro sector
se encuentra en las Vegas del Sabandija y el sistema montañoso que rodea el mismo río en el
municipio de Armero Tolima, donde se ha descubierto evidencia de gente importante; quienes
escogieron este hermoso lugar para ser sepultados. Se han hallado en este mismo municipio,
otros lugares donde hubo gran actividad social, zonas de marcada función ceremonial, sitios de
avanzadas prácticas agrícolas y bastos centros de desarrollo comunitario (excavaciones
arqueológicas en diversos depósitos o basureros de cerámica y desperdicios de cocina). Si el
medio no determinó esta sociedad, marcó en ella, sin embargo, al hombre Panche con su
huella. La contemplación de los impetuosos paisajes de este valle y sus cordilleras hicieron del

936
Panche un hombre trascendental y reflexivo; el azul de varios tonos y el blanco de distantes
nevados compuso su carácter altivo, explica además su apego a la tierra y el amor por su
familia.
La nación Panche tenía un orden social dividido en subgrupos, los cuales se hallaban no muy
distantes unos de otros. La vida aldeana se encontraba ya bien establecida y distinguida por un
sin número de características culturales propias. Dentro de este territorio se encontraban
grandes poblaciones donde se practicaba el trueque de la zona, era el sitio de habitación del
jerarca y hacía las veces de capital provincial, después estaban las pequeñas poblaciones o
aldeas y por último viviendas individuales diseminadas por todo el sector.
Describiendo el mapa político prehispánico del territorio habitado por los Panches abordamos
su componente fundamental, la aldea. Señorío independiente, blanco de conquistas sucesivas,
perduró en la Nueva Granada bajo el modelo colectivo de pueblo de indios. Un procedimiento
de atomización y simplificación lo derogo como cuerpo político, aunque en el municipio
moderno sobreviven los topónimos y linderos que le dieron identidad. El gobierno efectivo de
la colonia se ejercía a través de esas jurisdicciones en su mayor parte corregimientos o
partidos. El mapa político de la Nueva Granada, refleja lo que existe detrás de ellos, un
gobierno ramificado con una burocracia dispersa y una administración descentralizada. Las
jurisdicciones coloniales no fueron invención española, fueron copiadas con ciertos ajustes de
los señoríos precatólicos, respetando en lo esencial su organización y linderos. La forma como
se encontraban organizados estos señoríos y su estructura se consideró esencial para la buena
marcha del sistema colonial.
Para dar una idea de este ordenamiento territorial podemos citar todos las agrupaciones que
hemos podido encontrar en el sector dominado por los indómitos Panches, de igual forma la
parte toponímica, consistente en la evaluación del nombre de un lugar, resulta reiterativo en el
sufijo IMA, resultando claro que esta nación fue dominada por gente de origen típicamente
caribeño; la mayoría de los nombres a continuación presentados, coinciden inequívocamente
con este examen que refuerza de alguna forma la búsqueda dentro de la zona limítrofe
enmarcada anteriormente de los principales pueblos del país de los Panches: Anolaimas,
Ambalemas, Anaimes, Anca-Abea-Ujiate, Anapoimas, Bledos, Bituimas, Bocaneme,
Bulundaimas, Combeimas, Calamoimas, Conquimas, Condimas, Caimas, Colimas,
Calaimas, Calandaimas, Doimas, Herbes, Guacanes, Gualíes, Guataquíes, Guasquias,
Chapaimas, Chapaimillos, Iqueimas, Iquimas, Lumbíes, Luchimíes, Luchutas, Lutaimas,
Mátias, Manoas, Marquetones, Mátimas, Metaimas, Nataimas, Nimaimas, Nocaimas,
Onimas, Ondamas, Panchiguas, Pascas, Síquimas, Sasaimas, Sutaimas, Tocaremas,
Tocaimas, Taimas, Taquimas.

937
Los Españoles cronistas documentaron, en su lengua, los sonidos que escuchaban; es por ello
que encontramos muchas veces la misma palabra escrita en formas diferentes, lo que por
supuesto impide mayor comprensión y estudio de estas lenguas precolombinas.
Es de anotar el hecho de que muchos pueblos y lugares del Tolima y Cundinamarca conservan
los nombres originales del lenguaje Panche (mezcla del idioma Caribe con dialectos locales).
Nombres tomados de héroes y gobernantes siendo, su pronunciación algunas veces parecida y
otras incorrecta ya que por el transcurso del tiempo, la pérdida de fonética a la traducción de
las palabras, la imposición de otra lengua única como el castellano y poco o nada de interés
por quienes habitaron posteriormente estos pueblos, dio como resultado el nombre de estos
municipios, que sin duda provienen del lenguaje de estos dóciles pescadores y bravos
guerreros.
Las crónicas españolas que se basaron en testimonios antiguos, así como infinidad de
documentos coloniales, corroboran la identificación de estos topónimos con los señoríos que
daban forma a los trazos básicos del mapa político del antiguo Tolima y la Colombia
precolombina.

“ Morirás en manos de forasteros y falsos profetas, tu que eres libre como el viento, tu que
amas el sol como tu padre y a la tierra como tu madre, tu que admiras el agua y respetas el
bosque, tu que temes a la luna y a la oscuridad, tu que eres hábil en las artes manuales, la
música y la danza; crees en tus hermanos y sus aldeas desde el mismo comienzo, hasta el día
en que los extranjeros llegaron; ahora al son de tus gemidos vendrán por todas partes; por el
río, las montañas y los valles. Los bellos poblados entremezclados de selva y vida, de limpieza
y blancura, de arte y gente sencilla, de aves, niños, mujeres, hombres y sueños; han caído
botín de nuestra ultima era, todo se ve estéril como un desierto, como la tierra mas árida. El
hombre con el mismo hombre se ha vuelto despreciable, ya la naturaleza no nos quiere.
Luego, que será de nosotros y el resto de hombres sí a aquellos que hicieron estremecer la
tierra nadie los recordará; solo queda de estos, sus cuerpos ruines convertidos en polvo y nada
más. La razón aun esta por encontrar"

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VERSO PANCHE DE EPOCA Y AUTOR DESCONOCIDO: Sin duda profetizaba la inevitable
desaparición de su pueblo.

IDIOMA PANCHE. ¿MEZCLA DE LENGUAS?

Hablamos de idioma Panche por que la lengua Caribe, la que estos usaban sufrió interferencia
lingüística de los pueblos locales que precedieron a la conquista Caribe, invasión que nosotros
suponemos debió haber tenido características poco comunes en la época. Algunas de las
conquistas realizadas por los Caribes fueron pacíficas. Tenían la habilidad de adaptar sus
hábitos, costumbres, dioses y su lenguaje a medida que avanzaba su colonización, parece que
sin ningún tipo de dificultad o represión.
Algunos escritos antiguos dejados por los conquistadores, sostienen que los Panches además
de su idioma manejaban con propiedad las lenguas habladas por sus vecinos, esto se dio
gracias a la intensidad del intercambio comercial y por que con seguridad, estaban socialmente
mas cerca de sus vecinos de lo que hoy día podemos imaginar.
Antes de imponer su habla o arrasar una cultura como era característico en otro tipo de
conquistas, mezclaban su idioma nativo ampliando su léxico sin perder su gramática
simplificada. Este fenómeno no solo se dio con los Caribes del interior, también lo vemos en
las Antillas del navegante Colón, donde igualmente se refleja una interacción pacífica entre
Caribes continentales y Arawacos que vivían en estas islas.
Los esfuerzos que se han realizado para determinar si entre los Panches existía al igual que
los Caribes de las Antillas o Kalinagos, dos dialectos, no han sido suficientes, ya que no
hemos encontrado prueba histórica que sustente este comportamiento, el de hablar dos
idiomas “el de los hombres y el de las mujeres”. El Padre Raymond Breton, quien estuvo por
espacio de varios años entre los Caribes de las Antillas, en la primera mitad del siglo XVII,
sostuvo que este sistema de lengua dual, fue el resultado de una invasión a las islas antillanas
por hombres de habla Caribe provenientes del Sur de América, quienes tomaron posesión de
las islas y de sus habitantes de habla Arawaco. “Estos Caribes esclavizaron o asesinaron todos
los hombres y se casaron con las mujeres”, Pese a las sugerencias del padre Breton, estudios
de expertos lingüistas como Berend Hoff de la Universidad de Leiden, o trabajos mas
recientes como los de Douglas Taylor, contradicen estas hipótesis. Estos científicos sostienen
que la lengua hablada por los hombres de estas islas es nativa; una lengua que guarda extenso
léxico y una gramática altamente simplificada. Si la lengua hablada por los hombres es como
otras jergas nativas, ello reflejaría más que una intervención forzosa una acción pacífica entre
Caribes americanos y Arawacos antillanos.

939
El empeño para identificar restos de esta supuesta invasión no ha sido muy exitoso. En 1.960
el Arqueólogo Ripley Bullen de la Universidad de la Florida, propuso un vínculo entre la
invasión Caribe y la cerámica Suazey, la cual apareció en estas islas cerca del 1.100 después
de Cristo proveniente de Martinica. Sin embargo otros estudios como los del investigador Louis
Allaire de la Universidad de Alberta y los del arqueólogo Danés Aire Boomert difieren de este.
Ellos han encontrado similitudes, entre la cerámica de las Antillas y la de las Guyanas,
desafortunadamente los estudios siguen inconclusos; el tema central atado a la retórica
colonialista y la verdad disuelta en el mundo de la incertidumbre. Volviendo al Tolima de los
Panches, hemos encontrado apoyados por crónicas españolas y el investigador Pedro José
Ramírez Sandoya (Diccionario Indio del Gran Tolima) que además del Caribe, en esta zona
también existen muestras de palabras en otras lenguas como el Tucano, Quechua, y el
Chibcha.
Otro punto destacable es la interferencia lingüística de los Panches que con su idioma, mezcla
del Caribe y otros dialectos, se extiende hasta el día de hoy y es así como aún usamos
palabras en nuestro vocabulario cotidiano. Para dar algunos ejemplos citamos las siguientes:
Arepa, ahuyama, bagre, batata, barbacoa, batea, bohío, bejuco, cacique carey, cabuya,
canoa, caney, guayaba, guácimo, guarapo, guayacán, guaca, guambito, guacharaca,
guácimo, guarapo, guama, hamaca, huracán, iguana, igua, iraca, morrocoy, mamey,
maíz, nigua, Síquima, Tolima, totuma, tabaco, y yuca entre otros. Actualmente aquí en
Colombia la lengua Caribe solo se habla entre los indígenas Motilones y los Chocoes.

“ Que como demonios revestidos luego cada cual de ellos arremete; mas no fueron los nuestros
removidos, antes menos ganó quien mas se mete, por que vieras allí lanzas y espadas por
ijares y pechos traspasadas. Aquí vieras cabezas ir rodando, allí regar la tierra roja vena, ir
unos con las tripas arrastrando, otros tenderse por aquel arena, brazos caídos, manos
palpitando que de los cuerpos el furor cercena, mostrando claramente ser mejores los que eran
en el numero menores”.

940
JUAN DE CASTELLANOS. Feroz arremetida de los españoles cuando incursionan al Cauca.
Las huestes del Cacique Pete, comandadas por su valerosa mujer, en esta ocasión son las
víctimas del conquistador Belalcázar.

941
DEMOGRAFÍA, LAS LEYENDAS NEGRA Y ROSADA.

El efecto inmediato de la conquista y la posterior colonización de regiones densamente


pobladas en América, fue desastroso para los nativos colonizados. Una combinación de
enfermedades epidémicas, de trabajos forzados y excesivos, suicidios colectivos, guerras de
exterminio, destierros, rompimiento del núcleo familiar por la separación de sus integrantes y
el aborto voluntario entre muchas causas más, produjo a finales del siglo XVI uno de los
descensos demográficos más catastróficos y menos documentados en la historia universal.
El debate entorno a la extensión de la población precolombina en el momento de la conquista,
ha suscitado dos apreciaciones generales denominadas con posterioridad; La Leyenda Negra
o Indigenista que favorece al nativo americano, incriminando a los conquistadores como los
causantes directos de la destrucción física de las culturas precolombinas y La Rosada que por
el contrario, justifica la actuación y el esfuerzo castellano para llevar el nuevo mundo a la
civilización occidental cristiana. La primera sostenía que la intervención europea en América
con sus métodos violentos, había exterminado la mayor parte de la población aborigen en este
continente, en tanto que la segunda afirmaba que tales argumentos eran políticamente mal
intencionados contra el imperio español y que solo había constituido una noble cruzada de
evangelización.
Los datos de la época son contradictorios sin impedir por supuesto un desvergonzado empleo
de las cifras para la propaganda que más conviniera. Por tal razón, esta disputa con cerca de 5
siglos de controvertidos debates, impiden tener un mejor entendimiento sobre el asunto ya que
algunos estudiosos del tema se recargan por lo general a una de estas dos posiciones
extremas.
No obstante, estudios actuales basados en investigaciones de campo nos proporcionan datos
importantes como puntos de referencia para determinar el tipo y tamaño de la población en
cuestión. Un cúmulo de depósitos arqueológicos bien analizados da pie para calcular épocas
cronológicas y el tamaño aproximado de la población que los almacenó. Con estos datos y el
trabajo estadísticamente tratable que se encuentra en los archivos, guardan importantes puntos
para los cálculos demográficos, siendo así como estos nuevos investigadores estiman una
población precolombina a la llegada de las primeras tropas europeos a nuestro territorio de
más o menos 12 millones de habitantes.
Cuando se empieza a relatar estos temas, en el siglo XVIII, sobre los Panches no se hablaba
de cifras específicas, solo de la cantidad de indios que iban quedando, aunque se sabe gracias
a la arqueología, que la nación de los Panches estaba densamente poblada y altamente
cultivada.
Las Reales Cédulas dan testimonio de abusos y atropellos contra la población sobreviviente
Panche, disponiendo la sustitución de los indios de esta zona por negros esclavos provenientes

942
de una populosa e inhumana migración. El fraile Pedro Simón nos da algunos datos que
siendo veraces o no, ayudan a tener una idea sobre los cambios demográficos sufridos por los
Panches en esta región ...de millón y medio que habitaban las márgenes del Magdalena ahora
quedaban solo quinientos mil... pero más adelante el sacerdote escribe ... que de una basta
población vinieron a quedar solo mil quinientos...
En algunos casos por información no registrada y otros por interminable controversia, se
encuentra indefinida toda la situación demográfica precolombina en América. Se estimó por
ejemplo la población del México antiguo, en relación con los intereses o puntos de vista que los
historiadores acompañantes de los conquistadores sostenían, de acuerdo a la forma como se
iba desarrollando la conquista. Así el sacerdote jesuita Clavijero, aseguraba que solo en el
imperio Azteca había una población de 30 millones, mientras Robertson insistía en que estos
guarismos eran exagerados con el ánimo de agrandarse el éxito de esta conquista ante el rey
de España. Los altos números sin embargo con veracidad o sin ella también permiten que
veamos a los españoles como los responsables directos del más atroz desastre demográfico en
la historia de la humanidad.
Las investigaciones posteriores en demografía histórica pueden, bajo ciertos aspectos
alinearse, en los resultados, en torno a estas dos posiciones. Sin embargo los estudios
caracterizados con mayor rigor científico, tienden a demostrar una extensa población
precolombina al arribo de los españoles.
Según el doctor Woodrow W. Borah cuidadoso analista de documentos en el periodo de la
conquista y partiendo de detallados estudios monográficos sobre regiones y períodos
determinados, advierte sobre una población en todo el continente americano aproximada de
100 millones de habitantes al desembarco de los primeros galeones europeos.
El debate sobre la población en la América precolombina sigue desatando gran polémica entre
los académicos Maximalistas y los Minimalistas que con cálculos, estudios e hipótesis
brillantes pero que a fin de cuentas, no han podido sugerir otra cosa más que suposiciones. Lo
cierto es que la población del país de los Panches cualquiera que se hubiese registrado, se
diluyó por la fuerza de la colonia, absorbiéndose en la guerra, la inmolación, el mestizaje, odio,
destierro y olvido, alcanzando tristemente el límite de la extinción.
La resistencia a las doctrinas y el desastre demográfico en el norte del Tolima anterior, fue sin
duda un factor de receso minero y obligó a los nuevos mineros y comerciantes a introducir
mano de obra traída de otras partes, a quienes una vez residentes se les daban adelantos
adicionales para comprar alimento, bebidas, poder pagar bautizos, bodas y entierros. La
minería se convirtió en un negocio poco lucrativo y riesgoso debido a la desaparición del
indígena, decidiendo trasladar la inversión minera a la adquisición de grandes extensiones de
tierra que con apoyo del Código de Indias (leyes donde se reglamentaba la propiedad de la

943
tierra, 1.680), aceleraron la formación de la concentración de tierras, es decir las haciendas o
latifundios para la crianza de ganado vacuno muy comunes en España.

“Que los indios recibían pesadamente el yugo de la servidumbre, mas los españoles tenían bien
repartidos los pueblos que abrazaban la tierra, aunque no faltaba entre los indios quien los
alterase, sobre lo cual se hicieron castigos muy crueles que fueron causa de que se apocase la
gente. Quemaron vivos a algunos principales de las provincias y ahorcaron a otros. ... y
prendieron a la gente principal y, en cepos, la metieron en una casa a la que prendieron fuego
abrasándola viva con la mayor inhumanidad del mundo, y dice este Diego de Landa que él vio
un gran árbol cerca del pueblo en el cual un capitán ahorcó muchas mujeres indias en sus
ramas y de los pies de ellas a los niños, sus hijos. Y en este mismo pueblo y en otro...
ahorcaron a dos indias, una doncella y la otra recién casada, no porque tuvieran culpa sino por
que eran muy hermosas y temían que se revolviera el real de los españoles sobre ellas y para
que mirasen los indios que a los españoles no les importaban las mujeres; de estas dos hay
mucha memoria entre indios y españoles por la crueldad con que las mataron.
Que se alteraron los indios... y los españoles los apaciguaron de tal manera que, siendo esas
dos provincias las más pobladas y llenas de gente, quedaron las más desventuradas de toda
aquella tierra. Hicieron en los indios crueldades inauditas pues les cortaron narices, brazos, y
piernas y a las mujeres los pechos y las echaban en lagunas hondas con calabazas atadas a
los pies; daban estocadas a los niños por que no andaban tanto como las madres, y si los
llevaban en colleras y enfermaban, o no andaban tanto como los otros, cortábanles las cabezas
por no pararse a soltarlos.
Que los españoles se disculpaban con decir que siendo pocos no podían sujetar tanta gente sin
meterles miedo con castigos terribles, y traen a ejemplo la pasada historia de los hebreos a la
tierra de promisión en que se cometieron grandes crueldades por mandato de Dios; y por otra
parte tenían razón los indios por defender su libertad y confiar en los capitanes muy valientes
que tenían para entre ellos y pensaban que así serían contra los españoles”.
Relaciones De Las Costas De Yucatán. FRAY DIEGO DE LANDA.

944
POBLAMIENTO Y TERRITORIO

A finales del siglo XV se descubrió el nuevo mundo, los europeos encontraron culturas que los
asombraron, sin tener en cuenta que fueron el resultado de un impulso que se remontaba a
varios millones de años antes de nuestra era. A decir verdad este mundo era nuevo para
quienes recién llegaron, mas no para quienes se hallaban habitándolo desde tiempos
inmemorables. El nuevo continente descubierto es definido por los europeos en términos de
dominio y tenemos que entender, que desde el mismo momento en que su nombre fue
cambiado por el actual, también fuimos privados de nuestra propia identidad. Sus habitantes
eran considerados infieles, incultos, anarquistas, idólatras, parias y salvajes.
Política y socialmente el indio era el vencido, el dominado, el colonizado. No importaba que
fueran Aztecas o Incas, Panches o Muiscas, sacerdotes o guerreros, aristócratas o campesinos,
todos los habitantes de este supuesto nuevo mundo entran en la historia europea ocupando un
mismo lugar, designados con un mismo nombre el de indio y relegados al mas bajo estrato de
la sociedad colonial.
Los estudios sobre demografía histórica del doctor Woodrow W. Borah, basados en cuidadosos
análisis documentales, mencionados anteriormente, argumentan que en América en el
momento de la conquista, existía una población aproximada de 100 millones de habitantes,
análisis que difiere de los informes y censos de diferentes archivos o de trabajos como los del
doctor Angel Rosemblat quien da una cifra total de 850.000 indígenas en todo el territorio
americano sin proporcionar suficientes bases metodológicas para sus conclusiones. Pero
cualquiera que hubiese sido la densidad demográfica aborigen en el continente, comparte el
mismo infortunado patrón colonial de las poblaciones aborígenes en el siglo XVI en territorio
colombiano sobre todo en esas partes de intensa actividad social, donde fueron absorbidas por
el mestizaje y reducidas a cifras menguadísimas llegando algunas al desafortunado límite de la
extinción.
Fray Pedro Simón, estimó que la población aborigen Panche hacia el comienzo de la colonia,
era alrededor de un millón y medio de habitantes, siendo mayor o menor, la cifra concuerda
con estudios arqueológicos de población, los cuales advierten la presencia de gran actividad
poblacional en la zona y sus alrededores. En efecto, sólo un pueblo de alta densidad
demográfica y características sedentarias, pudo dejar esta gran cantidad de vestigios
esparcidos por todo el norte y sur del departamento del Tolima. Rastros de viviendas, templos,
cementerios, cultivos, talleres, depósitos de basura, etc. confirman la existencia de una nutrida
población sedentaria en la extensa zona que abarcaba la nación de los Panches.
Los trabajos históricos, arqueológicos y antropológicos han demostrado cómo el poblamiento
de la geografía nacional lo realizaron básicamente tres grandes culturas, pertenecientes a
familias lingüísticas diferentes. La de los Chibchas que poblaron las zonas que se extienden a

945
lo largo de la cordillera andina, se dispersaba además por el noroeste y norte de la Sierra
Nevada de Santa Marta. La de los Arawaks quienes se asentaron en las cuencas del río
Orinoco y la cordillera oriental. Y la de los Caribes cuyo núcleo original se sitúa en regiones de
la Costa Atlántica, colonizaron las riveras de los ríos Orinoco y Magdalena con la mayoría de
sus afluentes y valles interandinos; posteriormente emigraron a la Costa Pacífica.
Cuando estudiamos sobre aquellos grupos precolombinos, que moraban la zona norte del
Tolima, encontramos una historia fascinante en comienzo, pero no deja de ser un desafío para
el investigador por idealizada, confusa intrigante e incompleta.
De las primeras civilizaciones colonizadoras de la hermosa comarca norte tolimense, no
tenemos una idea clara de quiénes fueron, sin embargo se cree que desde una época tan
remota como la del pleistoceno (comienzos de la era cuaternaria), ya la región estaba
esporádicamente habitada por homínidos (hombres prehistóricos) errantes, que pasaban en
busca de animales para la caza, o trataban de hallar tierras apropiadas para sucesivos
asentamientos. Subsiguientemente este sector, fue poblado por comunidades nómadas
dedicadas a la recolección de raíces, a la pesca, caza, y trabajos manuales como la alfarería,
dejando importantes muestras de cerámica y vestigios de molienda. Para comienzos de
nuestra era, posiblemente antes; entre el 400 y 100 a. n. e. hubo una importante migración de
cazadores recolectores provenientes de las costas del mar Caribe. Parece que uno de estos
grupos presionados a salir de esta zona o a mezclarse entre los recién llegados, venían del
altiplano para establecer sembrados de algodón, que tanto necesitaban en las frías sabanas y
cordilleras Andinas.
Los desplazamientos poblacionales caribeños al interior de Colombia, tan frecuentes a partir de
esta fecha, fueron no solo la formula de expansión Caribe, sino también un vehículo para la
dispersión de formas e ideas que darían vida a nuevas subculturas. Para que ese flujo humano
y de rasgos culturales pudiera darse, era necesario un clima de permisividad y de disposición a
la aceptación. Fue bajo, este ambiente que los viejos asentamientos y los nuevos colonos se
entendieron, relacionaron y crecieron, creando nuevos pueblos bajo reglas entremezcladas.
Frecuentemente se aliaban con otros grupos y comunidades de filiación Caribe, Chibcha,
Quimbaya o Calima.
Estas agrupaciones Caribes con las ya existentes, sentaron bases para una prolongada y
diversa sucesión de culturas. Para el siglo X estas congregaciones aborígenes habían
evolucionado hacia una sociedad más compleja, acogiéndose a estados religiosos y artísticos
más sofisticados. Casualmente, fueron estos mismos quienes dejaron el esplendoroso legado
de las urnas funerarias a todo lo largo y ancho de los valles del río Magdalena. Esta sociedad
como la mayoría del territorio colombiano, asimiló la fuerte influencia de las corrientes
migratorias de culturas Mesoamericanas como la de los Mayas y Aztecas, quienes entraron a

946
estas zonas por el norte; y la influencia de los Incas de los Andes Centrales que contribuían al
enriquecimiento cultural por el sur.
En nuestro estudio encontramos una marcada e importante influencia que el pueblo Panche
empezaba a adoptar de la sociedad Azteca. Aspectos admitidos en su comercio, en el arte, en
lo religioso y en lo militar. Aceptación que se aleja mucho de ser igual pero ya se empezaban a
encontrar marcas del interés de los Panches por este complejo y grandioso Imperio. Un
proceso inverso se presentó según el historiador Hugh Thomas, descrito en su magnifica obra
“La Conquista de México”, con esta última gran cultura precolombina allí asentada. Comenta
el historiador que el manejo del arte orfebre de los Mexicas o Aztecas estaba muy influenciado
por comunidades aborígenes del interior de Colombia. Este aporte en el arte comprendía
técnicas del vaciado y fundición del oro, martillado, alambrado en frío y cera perdida. También
proveían a los Aztecas del oro extraído de yacimientos auríferos de minas locales, necesario
para la elaboración de las joyas para los grandes señores del imperio de los Mexicas.
Pero el intercambio iba mucho mas allá del arte o metales preciosos, también se manifiesta en
creencias y personajes religiosos, introducidos desde Centro América al interior de Colombia.
Justamente al encontrarse casi finalizando este trabajo sobre los Panches, un amigo; don José
Etelmo Bermúdez realizando labores agrícolas en lo alto de una montaña, junto con caracolas
de mar y muchos objetos en piedra y cerámica, encontró una pieza en arcilla que
posteriormente nos facilitó para su estudio. Este artefacto fragmentado e incompleto, nos
llama poderosamente la atención ya que es una representación muy al estilo de los artesanos
Panches de enigmáticas figuras en piedra, hallada en ruinas Mayas que simbolizan personajes
llamados Chac Mool. El significado de estas esculturas sigue constituyendo un enigma y
fueron esculpidas al iniciarse la cultura Mesoamericana Tolteca (950 d. n. e.). Chac Mool es
una escultura semirrecostada con las piernas recogidas y la cabeza doblada hacia un lado.
Según algunos investigadores, era la representación del mensajero divino entre hombres y
dioses.
Se advierte con gran interés que las manifestaciones artísticas de los Panches y en general de
la cultura Tolima, se halla dispersa en la mayoría de comunidades vecinas como en el caso de
las zonas habitadas por Muiscas, Quimbayas, Tierradentro y Calimas, donde se han encontrado
objetos con el distintivo estilo Tolima. El ejemplo más reciente lo tenemos con el hallazgo de
un rico cementerio precolombino en la hacienda Malagana en el Bolo, San Isidro, situado al
oriente de la ciudad de Cali, a diez minutos del aeropuerto internacional, donde en el
monumental tesoro saqueado, se encontró un importante grupo de figuras esquematizadas
estilo Tolima, pertenecientes a un entierro Calima. Como podemos ver estas figuras estaban
ubicadas a grandes distancias del que se supone fue el centro y matriz del arte Tolima. A su
vez en las zonas demarcadas como propias de la cultura Tolima se localizan objetos en oro,
piedra y cerámica producidos sin duda alguna por artífices Muiscas, Calimas y Quimbayas

947
(narigueras y volantes de uso en piedra y barro). En algunos depósitos funerarios Panches
hemos encontrado pruebas de relaciones de intercambio con pueblos de la Sierra Nevada de
Santa Marta. Hasta el momento esta evidencia se traduce a cuentas de collar Tairona y
grandes caracolas que complementaban la joyería encontrada en entierros Panches; comercio
facilitado por la vigorosa navegación por el río Magdalena y naturalmente la situación especial
de contacto que esta vía fluvial proporcionó, entre la Costa Atlántica y el interior del país.
Esa dinámica y ese ambiente de relativa tolerancia prolongados por muchos años, dejo
escapar un poco común intercambio comercial y cultural entre diversas comunidades en un
perímetro mas bien reducido. En el registro arqueológico hay datos como los nombrados
anteriormente que lo confirman, pero quizás el ejemplo que estamos mas acostumbrados a ver
es la cantidad de volantes de uso o torteros de otros pueblos encontrados en áreas de
fronteras, aunque, si bien en menos cantidad, también es posible encontrarlos en zonas
residenciales ubicadas mas al interior del país Panche. Tomando tres centros comunitarios y
comerciales de importancia en territorio Panche como es Calambata cerca a Guaduas
Cundinamarca que comparte al igual que con las Vegas del Sabandija y Espinal, Tolima,
similitudes extraordinarias en los volantes de uso mostrando asimismo una gran variedad en
dimensiones, diseño y elementos decorativos especialmente llamativos e instructivos, algunos
como debería ser, no pierden su estilo Caribe aunque otros por sus expresiones, y manufactura
no tienen duda que son de procedencia del altiplano Muisca. Con bastantes ejemplos mas
para anotar, no podemos dejar de pensar en que, dada la proliferación de artefactos de
diferentes culturas, el territorio de los Panches haya funcionado también como país integrado
en gran medida por grupos relativamente autónomos, quizás de origen diverso. Lo
anteriormente expuesto puede confirmar la tesis de que la nación de los Panches de alguna
forma fue multiétnica: Caribes, Muiscas, Quimbayas, Calimas y otros mas, originarios de todos
los puntos cardinales con respecto a este sector fueron los que frecuentaron y habitaron estas
tierras. El clima de tolerancia entre los vecinos, el paso de la principal arteria fluvial por el
centro de este territorio, diversos climas y la abundancia de agua, flora y fauna, es suficiente
para que se dieran los desplazamientos migratorios y el reagrupamiento poblacional en nuevos
asentamientos o en viejas comunidades.
La región donde comienza el alto Magdalena gracias al majestuoso río; con sus innumerables y
cristalinos afluentes, con su abundancia de peces, la facilidad de navegar en él, sus valles
geográficamente bien situados, fértiles para la agricultura, ricos en fauna y la cercanía a otros
pisos térmicos que permitían cultivos muy variados, se convirtió en sitio de habitación
permanente; paso obligado de muchos grupos humanos, que a su vez ayudaría a la rápida
colonización aborigen de otras zonas como los altiplanos. Por tener en abundancia agua,
tierra, sol, arena, piedra, elementos que alimentaban lo físico y lo íntimo, los Panches hacen
de este lugar el sitio por excelencia, El Centro.

948
¡Entristezcámonos, ay, por que han llegado! Nos han cristianizado, pero nos hacen pasar de un
señor a otro como si fuéramos animales. Solo por causa de los tiempos locos, de los locos
sacerdotes, se ha introducido entre nosotros la tristeza, se ha introducido entre nosotros el
cristianismo. Por que muchos cristianos llegaron aquí con el verdadero Dios, pero éste fue el
comienzo de nuestra miseria, el principio del tributo y del desastre, la causa de donde brotó la
discordia oculta, el principio de la lucha con armas de fuego, el principio de los atropellos, el
principio del despojo absoluto, el principio de la esclavitud por las deudas, el principio de las
deudas que nos oprimen, el principio de las discordias continuas, el principio del padecimiento.
Fue el principio de la obra de los españoles y de los sacerdotes, el principio de utilizar los
Caciques, los maestros de escuela, los fiscales... Ellos nos enseñaron el miedo, por ellos se
marchitaron nuestras flores. Para que su flor viviese, dañaron y devoraron la nuestra...

949
Esta es la otra visión, de aquellos que están en las playas y ven llegar las carabelas. la visión
de los vencidos. Texto famoso de las únicas crónicas escritas de toda América precolombina
que los españoles no pudieron destruir. Redactadas o guardadas por CHILAM BALAM, gran
sacerdote y profeta Maya, según algunos autores.

LA CONQUISTA DEL NUEVO REINO DE GRANADA.

En la zona del litoral Atlántico, cada poblado amerindio se transforma en un baluarte de la


firmeza americana, contra la invasión española. Antes de empezar la marcha hacia territorios
del interior de Colombia, los invasores tuvieron que soportar largas jornadas de agotadores
combates, por espacio de 10 años para lograr romper el cerco alrededor de la primera cabeza
de puente del litoral. Debieron primero arrasar, someter, desterrar, asesinar, cometer actos de
pillaje y vandalismo a pobladores de estas regiones antes de continuar, “Quisieron los nuestros
pasar a quemar un pueblo de unas cuatrocientas casas que estaba de la otra banda del río
Coto. Llegaron a vista de otro pueblo que por su grandeza y buen parecer fue llamado Sevilla”.
Fray Pedro Aguado. El exterminio, destrozos y los incendios de poblados fueron de tal
magnitud que pocas veces se oiría en el Nuevo Reino una acción tan rápida y criminal como
esta, donde el homicidio, el terror, las quemas y las violaciones fueron una constante durante
este primer encuentro
La conquista de los nuevos territorios, se caracterizó por estar comprendido entre el tercer
periodo del proceso de urbanización europea en nuestro país, etapa que comienza en el año de
1.535, cuando los conquistadores rompen el cerco de la resistencia de pueblos del litoral
Atlántico como los Taironas. Seguidamente marchan varias columnas militares que penetran
en el interior de Colombia, siguiendo unos patrones naturales de sentido norte - sur, los valles
de los ríos Magdalena y Cauca, e historias de tesoros fabulosos que alimentaban sus
obsesiones de lucro y grandeza.
Hubo dos ciudades o mejor dicho pueblos desde donde se organizaron largas jornadas de
conquista, Cartagena y la desventurada Santa Marta pero esta ultima esta considerada como
laboratorio de expediciones de donde salió mucha gente europea a la conquista de estos
territorios y al encuentro de fortuna.
De los primeros europeos que se tiene noticia estuvieron en la región norte del departamento
del Tolima (existe evidencia que el primero fue el conquistador Sebastián de Belalcázar. Oficial
de Pizarro que venia de la conquista del Perú en busca para algunos del mar del norte y para
otros del Dorado) fue el descubridor, conquistador y hombre de leyes don Gonzalo Jiménez de
Quesada y su tropa “ La Santa Compañía” en 1.537, quienes comisionados por el adelantado
de Canarias y gobernador de Santa Marta don Pedro Fernández de Lugo tenían como designio
(históricamente no se sabe con exactitud que venia) encontrar el nacimiento del río Magdalena,

950
buscar un camino al Perú, estudiar las posibilidades de una conquista o buscar mas
poblaciones indígenas para Ranchear (termino que no significa otra cosa que incendiar
poblados, asesinar su gente y robarles sus pertenencias), ya que tenían noticias de que los
pobladores del interior poseían extraordinarias tierras y atesoraban fabulosas riquezas. La
relación de don Pedro con Quesada viene de las Canarias, donde don Pedro organizando esta
expedición solo basto verlo y escucharlo para entender que era el hombre que necesitaba
como Justicia Mayor y como tercero al mando después de él y su hijo Alonso Luís de Lugo.
No se puede desconocer que fue una misión ardua y complicada por la misma dureza del
medio tropical, las montañas, la selva y sus misterios, animales e insectos desconocidos y el
mismo aturdimiento que produce el no saber dónde se está, para donde se va y que se podría
encontrar al final. Sin embargo la conquista no se hubiera podido llevar a cabo, de no ser por
la esencial y desinteresada ayuda aborigen. Ellos fueron quienes animaban y llenaban de
confianza el desconcertado invasor. Los salvaron de morir por enfermedades tropicales,
enseñaron a sus huéspedes a consumir nuevos alimentos, los previnieron de situaciones
peligrosas, los ilustraron sobre la forma de navegar por estos majestuosos ríos, de como
caminar entre la espesa jungla, cargaron sus pesados menajes, pelearon al lado de ellos
contra sus propios hermanos, les enseñaron las rutas y caminos que se hallaban a lo largo y
ancho del territorio, les transmitieron sobretodo el conocimiento de como sobrevivir en la
intrincada selva. Las sociedades precolombinas en especial los Caribes, Chibchas, Arawacos y
Quimbayas, disponían de una extensa red de centros urbanos unidos por cientos de caminos,
que sirvieron a los conquistadores como las primeras vías para transitar su cultura y continuar
extendiendo sus dominios.
El área descubierta por el teniente general don Gonzalo, quien nació en Granada España
(¿1.509? - 1.579) otros historiadores creen fue en Córdoba 1.499; fue llamada el Nuevo Reino
de Granada y comprendía mas o menos lo que hoy en día serían los departamentos de
Santander, Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila. Estos territorios de la Nueva Granada,
estaban bajo el gobierno de Santa Marta e incluían también los territorios del Río del hacha hoy
Riohacha y los de Cartagena y a su vez estos dependían de la Real Audiencia de Santo
Domingo en la isla Española.
Gonzalo Jiménez graduado de la prestigiosa Universidad de Salamanca, llega a Santa Marta
en una expedición organizada por don Pedro Fernández de Lugo y fue nombrado por este
como Justicia Mayor, hombre de confianza y tercero al mando de esta empresa. Misión que
por la ambición del hijo de Don Pedro fracaso, sin embargo, creó el mejor ambiente para el
inicio de una segunda y crucial expedición que culminaría en la conquista de este Nuevo Reino.
El licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, salió de Santa Marta el 5 o 6 de abril de 1.536 con
cerca de 700 conquistadores españoles, divididos en pequeñas compañías de unos 50
hombres, dirigidos por los capitanes Fernán Pérez de Quesada, hermano medio, hombre de

951
confianza y experto en causar tormentos , Juan de Junco, segundo hombre al mando, participo
en las expediciones de Sevilla y Santa Marta y en 1.526 estuvo en el Río de la Plata con
Sebastián Caboto, Gonzalo Suárez Rendón, militar curtido que había luchado en la batalla de
Pavía, Juan de Céspedes, Pedro de Valenzuela, experto y curtido en las guerras de Italia,
Hernando de Prado, Antonio Díaz Cardoso, Juan de San Martín, veterano en la guerra contra
los moros, participo en las expediciones del río San Jorge y Sompallón, Juan Tafur, Martín
Galiano, Antonio de Lebrija, nombrado Tesorero Real, y con siete años de experiencia en
Indias, tomo parte de la expedición del Magdalena arriba hasta la afluencia del río al que dio su
nombre. Albarracín, Lázaro Fonte, Gómez del Corral, Hernando Venegas, Antonio de Olalla,
Gonzalo García Zorro, Juan de Montalvo, Jerónimo de Insar, Baltasar Maldonado, Juan de
Madrid, según el historiador Ignacio de Avellaneda lo reseña como el único capitán que murió a
lo largo del trayecto entre Santa Marta y Bogotá, Juan de Olmos, Francisco Salguero y
Francisco Núñez Pedroso. La expedición iba acompañada por el capellán Juan de Lescames y
Fray Domingo o Alonso de las Casas perteneciente a la orden de Santo Domingo. Algunos de
estos hombres y su tropa, llevaban armaduras y otros vestían sayos, que por ser acochados se
convirtieron en efectivas defensas contra las flechas envenenadas. La tropa iba conformada
por ballesteros, arcabuceros, rodeleros y macheteros. Algunos iban de a caballo y a pie, otros
se embarcaron en bergantines río arriba en apoyo a la infantería y curiosamente conformada
en su mayoría por los entusiastas acreedores de don Pedro. Quesada probablemente llevaba
algunos indios caribeños de gran ayuda, que entre otras cosas fueron sus sirvientes, guías,
preparaban sus alimentos y cargaban equipos, víveres, vituallas, municiones, tiraban de la
artillería, y tras ellos, algunas niñas indias de placer. El grueso de la expedición lo hacían las
bestias de carga y cerrando el desfile venían cerdos, gallinas, cabras, algunas reces y varios
esclavos negros que al igual a los indígenas y animales llevaban la carga y a algunos
españoles a cuestas. La correría del comandante Quesada, contaba con cañones de hierro
forjado de poco más de un metro de largo, capaces de disparar balas o piedras. La expedición
o legión de mercenarios, además llevaba caballos reservados para los capitanes, numerosos
perros de fundamental ayuda, pues eran diestros para la lucha y las sangrientas aperreadas o
emperradas, termino que significa azuzar perros de presa contra la población indígena, casi
siempre indefensa. Los perros fueron usados en el combate y como cruel castigo que iba mas
allá de la sevicia, los nativos capturados eran entregados a estos fieros mastines para ser
devorados vivos en público, en la hueste de Belalcázar fue una práctica común entrando a
estos reinos. Los perros aparte de asombrosos centinelas en los fuertes de los conquistadores,
establecieron con el caballo, un arma efectiva, oportuna y temida por los naturales.
Al llegar a La Tora, importante punto en el comercio de la sal, hoy día Barrancabermeja en el
Magdalena medio, crearon un eje provisional desde donde se efectuarían todas las
expediciones hacia el sur, mientras se fundaba una próxima ciudad; este elemento de

952
expedición se denominaba El Real, que servía como base temporal donde aprovisionaban,
servía como refugio, se tomaban decisiones y se lanzaban exploraciones a diversos puntos.
Allí se reunieron de nuevo, pero tan solo continuaron el viaje 170 cogiendo rumbo a los Andes,
el resto decidió regresar. Cuando alcanzaron la desembocadura del río Opón y habiendo
escuchado sobre el Dorado y sobre la sofisticada sociedad de los Muiscas, determinaron subir
por aguas de este río arriba, hasta llegar a tierras, donde más tarde fue fundada la ciudad de
Vélez, Santander. De allí continuaron hacia el sur, donde el 12 de marzo de 1537 llegaron a
Guachetá (Cundinamarca), enclave de la grandiosa sociedad Chibcha, ante quienes alegaron
ser embajadores de un Rey muy lejano. Con esta maniobra habían iniciado la conquista de las
zonas altas de los Andes Centrales. Pero lo que no sabían sus pobladores por supuesto, era
que dicho rey Carlos V, no tenía idea de lo que Jiménez de Quesada estaba haciendo, que ni
siquiera sabia quien era, y que no le había encargado ninguna misión.
Ya descubiertos y conquistados estos territorios y los antropocéntricos Muiscas tristemente
sometidos a la caída de Saquexazipa (Sapiga), último Zipa sucesor de Tisquesusa quien murió
asesinado, humillado y destrozado durante el tomento a que fue sometido directamente por los
capitanes García Zorro, Fernán Pérez y Suárez Rendón en cumplimiento de un fallo tan rápido
como el juicio y cuyo veredicto lo dio quien además de ejecutar la sentencia actuaba como
máxima autoridad del jurado, el capitán García Zorro. Gonzalo Jiménez de Quesada, por la
autoridad que le concedía la Corte Española, y en calidad de Comandante General y
gobernador en ese momento por no haber otra autoridad distinta, permitía la condena a muerte
al valiente Zipa por encontrarlo culpable del robo al tesoro de España, a la voluntad de Dios y
al Emperador.
Con hechos desafortunados y lo que marcaría lo que habría de venir, se fundaría la ciudad de
Santa Fe y se crea el Nuevo Reino de Granada. Los españoles pedían a Sapiga entregar el
tesoro de Tisquesusa, pero esta fortuna no comprendía oro ni esmeraldas como ellos suponían,
el tesoro para los Muiscas era básicamente conformado por finas mantas, sal, adornos de
hueso y utensilios de cerámica refinada. La muerte del último Zipa Muisca fue en vano e
injusta como todo lo que paso aquí en América. “Si alguien se opone a este importante hecho,
estoy dispuesto a defenderlo a todo trance, pues esta ciudad además de ser súbdita del
Emperador se llamará Santa Fe, en honor al sitio donde nuestros reyes católico Fernando e
Isabel se instalaron mientras combatían los herejes”. Jiménez de Quesada, madrugada del 6
de agosto de 1.538.
En este mismo año los cronistas no dejan ver; callaron la brutalidad con que el comandante
Quesada doblegó esta gran cultura indígena, logrando de ellos por medio de saqueos,
incendios, robos, secuestros, extorsiones y asesinatos uno de los botines más grandiosos
recogidos por expedicionistas en toda América. Sin actuar en forma diferente a otros

953
conquistadores que deseaban gloria y riqueza, la actitud de don Gonzalo durante estos dos
años de rastreo en los Andes lo coloca en un nivel privilegiado de despiadado saqueador.

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MARCHA HACIA TERRITORIO DE LA NACION PANCHE.

Pasado el invierno de 1.537, Gonzalo Jiménez de Quesada que se encontraba ya en Bacatá,


hoy Funza, da la orden al capitán Juan de Céspedes de explorar nuevas tierras. El oficial es
conducido por guías Muiscas a Tibacuy, entra por dominios del Cacique Cónchima a territorio
de los Panches donde se mostró poco amigable, arrogante y hostil. Sus comentarios y los de
sus cronistas son de intrepidez, vigor y disciplina que hace contraste con las observaciones
hechas sobre los Panches, desordenados, belicosos, vengativos y antropófagos. Fue la
primera expedición castellana en suelo Panche. Durante este mismo año Jiménez de Quesada
personalmente se dirigió por las ásperas montañas de Tocarema, para hostigar a sus
pobladores con el ánimo de intimidarlos, para que les entregaran su oro y abandonaran sus
tierras. Los Panches de este sector no cedieron a estas presiones y en respuesta declararon la
guerra a los invasores y a sus resignados aliados.
La evidente decisión de los Panches de luchar hasta la muerte convenció a Jiménez de
Quesada de amargas realidades: que él, sus capitanes y camaradas, no dispondrían de estas
tierras y sus riquezas hasta no poner una cuota de sacrificio muy alta. La toma de estas tierras
en posesión de los orgullosos Caribes, no sería tan relativamente fácil como fue la toma de la
sabana de Bogotá. Sin embargo la astucia del conquistador, hace que los primeros
sacrificados en estos interminables combates sean por supuesto las huestes de los Zipas
Muiscas.
El 6 de agosto de 1.538 es fundada la ciudad de la Santa fe de Bogotá del Nuevo Reino de
Granada en nombre del emperador Carlos V, el capitán Pedro Fernández de Valenzuela fue
encargado de buscar un sitio para fundar la ciudad y lo encontró en Teusaquillo, no lejos de
donde tenia el Zipa una casa de recreo. La celebración se realizó el 27 de abril del año
siguiente en presencia de los conquistadores Nicolás de Federmán y Sebastián de Belalcázar
(o también Benalcázar). El comandante Belalcázar que en 1.530 participó junto con el
extremeño Francisco Pizarro en la conquista del Perú, fue un hombre muy organizado y
disciplinado que venía de fundar a Quito en 1.534, donde también escuchó sobre el Dorado en
una tierra lejana llamada CUNDERUMARCA (de boca de un comerciante Muisca). El grueso
de este ejercito conquistador lo conformaban trescientos hombres, cien de ellos de a caballo y
todos bien armados. En este mismo año entró por Pasto y ordena a su capitán Pedro de
Añasco tal como lo exigían las leyes de indias, fundar la ciudad de Timaná, antiguamente
llamada por los nativos de la región GUACACALLO, pasó por suelos de los Natagaimas y cogió
rumbo a tierra Panche con 160 soldados españoles. Un pequeño grupo de rastreo
perteneciente a la expedición de Belalcázar (posiblemente comandada por el mismo)
incursionó por el río de la Sabandija, llamado así por el hallazgo de una pequeña sabandija en
oro y por la infinidad de insectos que los acosaron, pero no existe ningún soporte histórico para

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señalar que en este mismo año halla ordenado la fundación de Guayabal (hoy Armero
Guayabal) Tolima.
Por el mismo tiempo, Jiménez de Quesada había despachado una pequeña comisión
comandada por su hermano Fernán Pérez de Quesada. Encontrándose en tierras de los
Guataquíes, escuchó de estos que hacía unos pocos días habían pasado unos extraños;
algunos parecidos a ellos, a quienes llamaron Peruleros por que provenían del Perú,
acompañados de guerreros mercenarios, equipados con armas bellamente decoradas, herrajes,
tiendas, mujeres de juego, expertos cocineros, toros de casta, princesas y mujeres con
atuendos típicos Incas, esclavos negros y centenares de cerdos cuidados con esmero por un
sin número de esclavos dirigidos por fray Hernando de Granados; hacían parte de una
formidable expedición cuyo propósito era llegar al Mar del Norte. Como maestre de campo
venía Melchor Valdez y como capitanes Juan de Cabrera, Pedro de Puelles, Hernando de
Rojas y el controvertido Juan de Arévalo a quien medio Perú odiaba. Al Capitán de Arévalo en
Santa Fe le siguieron juicio por haber emperrado a quince indios y cortado las manos a más de
sesenta como escarmiento por no pagar tributo exigido. Los senos, orejas y narices de las
mujeres también eran amputadas, encerró a cincuenta indios en una choza y les predio fuego,
sin importarle que debería dar ejemplo por el honor de haber sido uno de los primeros alcaldes
de Santa Fe de Bogotá, después que su comandante y Quesada limaran diferencias y la ciudad
se fundara por segunda ves.
Guiado por los naturales, preocupado e intrigado Pérez de Quesada, dio alcance a la gran
expedición de Belalcázar que se hallaba estacionada en la desembocadura del río Sabandija;
banda occidental del Magdalena en un punto que más tarde llamaron Paso de Julio Góngora,
hoy día, la población de Méndez Tolima. Este sin duda fue el primer encuentro entre dos
grandes expediciones en suelo Panche que se tenga noticia y sucedió el 6 de agosto, fecha en
que Quesada le dio origen a Santa Fe.
Ya reunidos en el Real de Belalcázar, se trataron de forma amistosa, intercambiaron regalos,
convinieron subir a Santa Fe de Bogotá, para poder dialogar con don Gonzalo Jiménez de
Quesada y comentaron la infortunada muerte del gobernador de Santa Marta el viejo don
Pedro Fernández de Lugo. Pedro de Lugo hombre de muchas batallas, murió de pesadumbre
y cargando la deslealtad y deshonestidad de su hijo, prácticamente en la ruina y con la ilusión
de recibir noticias de la expedición de su enviado y única esperanza, don Gonzalo. Las deudas
adquiridas en Santa Marta al igual que los acreedores que arrastró a lo largo del océano lo
acosaron incesantemente hasta producir su fallecimiento.
Por la súbita llegada desde Coro Venezuela con cuatrocientos hombres de los cuales perdió
trescientos, ciento diez soldados de a pie, diecisiete de a caballo, mas un centenar de indios
cargueros Caquetíos el tercer expedicionista, el Teutón don Nicolás de Federmán, teniente del
general Jorge Spira y encargado por Alfínger como Teniente y Capitán General; entra por el

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oriente del país a la sabana de Bogotá, en busca según él de hallar camino al Mar del Sur.
Este viaje estuvo lleno de anécdotas, descuartizamientos y quema de indios vivos. Todo
justificable para este expedicionista Luterano, que si no resulto un gran soldado, al menos, sí
un estratega astuto y cruel, comerciante hábil, cosa que demostró al enfrentar a Quesada y
Belalcázar en tierras de Tisquesusa en donde se crea entre estos comandantes una incómoda
situación que origina severas disputas territoriales.
Los tres altos oficiales convinieron el regreso a Europa para que la corte española decidiera
sobre tan complicados litigios. Tratando de encontrar una ruta más cercana y con el acertado
conocimiento de la zona por sus guías Panches, Muiscas y sus previas expediciones,
concluyeron que el río Magdalena, aquel que habían dejado en el punto La Tora ( nombre dado
del libro sagrado del judaísmo y marca el origen hebreo de la familia del conquistador
Quesada), habiendo decidido navegar por el Opón arriba; se encontraba tan solo a cuatro días
de camino hacia el occidente. Fue así entonces que el 12 de mayo de 1.539 los tres generales
expedicionistas salieron rumbo a Guataquí (Cundinamarca), una de las primeras poblaciones
de origen Panche en ser tomada por europeos y primer puerto de embarque sobre el alto
Magdalena. Es de anotar que la población de Tocaima (Cundinamarca) frente a Guataquí,
también de origen Panche, fue sitio estratégico para la explotación de las minas de La
Sabandija, Venadillo y Mariquita en el norte del departamento del Tolima (Fernández de
Piedrahita). En cuanto a la fundación de estos pueblos y los que habrían por venir, permiten la
siguiente reconstrucción esquemática: 1 - Se comprueba que en la región conquistada exista
oro. 2 - Se funda sobre una antigua ciudad o pueblo uno nuevo y se toma esta como fecha de
fundación única. 3 - Se impone la esclavitud o vasallaje de acuerdo a las leyes europeas y se
crean y reparten las encomiendas entre sacerdotes, oficiales y soldados. 4 - Se encuentran y
explotan con intensidad las minas de oro inicialmente con mano de obra local, después con
nativos traídos de otros lados, posteriormente trabajadores esclavos llegados penosamente del
África.
En 1.542 don Alonso Luís de Lugo ( el ladrón), hijo del extinto gobernador de Santa Marta don
Pedro Fernández de Lugo provenientes de los Reinos de España e Islas de Canaria, llegó a
Santa fe como adelantado del Reino de Granada, quien según fray Pedro Simón trajo las
primeras 35 vacas y un toro a estos nuevos territorios. Ingratamente recordado por codicioso,
saqueador del Erario Real y cuanto pudo en Santa fe; a finales de 1.543 comisionó a Hernán
Venegas Carrillo a descubrir estos sitios. Entrando por Zipacón encontró gran ayuda por parte
del Síquima, para pasar al lado occidental de la nación donde se encontraban estas magníficas
minas. Pero esta relación amistosa no duró mucho. Los Españoles empezaron una guerra que
tardó 11 años de 1.540 a 1.551 para someter por la fuerza a los Panches del Cacique Tocaima.
El 20 de marzo de 1.544 el capitán Vanegas Carrillo fundó la ciudad de Tocaima.

957
A la muerte de don Pedro, su hijo Alonso lo sucedió. Este se hallaba preso en España, por
pedido de su padre al Emperador, a quien solicitó como castigo cortarle la cabeza por los
horribles abusos cometidos contra los Taironas de la sierra Nevada de Santa Marta, por
robarles de forma violenta su oro, adueñarse del botín repartiendo parte de él a sus soldados
cómplices, no dar parte de este a la Corona Española y principalmente por robar lo que ya
había robado, es decir no darle parte del oro rancheado de los poblados indígenas cerca a
Santa Marta para pagar a los acreedores de su padre, don Pedro, a quien le ocasionó serios
problemas. Este hecho, sin querer, agilizó la expedición de don Gonzalo en busca de más oro
para ayudar al Gobernador don Pedro Fernández de Lugo. Es de anotar que don Alonso Luís
de Lugo en su primera expedición de robo, saqueo y muerte llego a un punto llamado la
Ramada sobre el río Dibulla, e incluso sabedor del movimiento cercano de otros europeos,
hasta el río de el hacha, detuvo la avanzada de don Nicolás de Federmán que por ordenes del
gobernador de Venezuela Jorge Espira, buscaba el país de los Xeriras. El señor de Lugo
vendría a la Sabana de Bogotá, para convertirse en azote de los hermanos Quesada, su tropa y
sus intereses. Años después aquí en la Nueva Granada, don Alonso es nuevamente hecho
prisionero, fue llevado a España, desterrado para Mallorca, de allí paso a Milán donde
posteriormente murió.
Para Europa el evento de la conquista les abrió un horizonte inesperado. Propició cambios
profundos en lo político, cultural, teológico y económico. Según informes oficiales de la
administración colonial española, aproximadamente un siglo después de iniciada la conquista
en América, se transportaron a la península Ibérica 181 toneladas de oro y 16.000 toneladas de
plata. Estas cifras no tienen en cuenta que tanto los oficiales, soldados, frailes, recaudadores,
adelantados etc., se quedaban con la mayor parte del oro, plata y piedras preciosas que
robaban, explotaban, encontraban o recaudaban. El intenso comercio de América hacia
Europa, creó unas figuras que hoy día aun están vigentes. En Europa circuló por espacio de
quince años, diez veces mas oro del que normalmente circulaba, produciendo una gran
expansión mercantilista, animando de esta forma el nacimiento del capitalismo entre España y
Portugal quienes a su vez gastaban y guardaban ese oro en Holanda e Inglaterra.
El primer intento de don Gonzalo por salir hacia Europa para entregar personalmente la parte
del tesoro rancheado al Emperador y registrar su descubrimiento, fue frustrado por problemas
internos. Pero la llegada de dos conquistadores con poderosos ejércitos a este mismo
territorio apresuro nuevamente la salida. En dos bergantines, el uno para Jiménez de Quesada
y para el alemán Federmán y el otro para Belalcázar; por espacio de 17 kilómetros navegaron
sumidos y distraídos por sus disputas jurisdiccionales, nunca se percataron de estar en pleno
corazón de la nación Panche, sociedad de pescadores y artesanos, que tampoco imaginaron
que aquellos extraños serían los nuevos propietarios de sus tierras, destructores de sueños y
verdugos de sus cuerpos y almas. En este recorrido los conquistadores se encontraron con la

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que consideramos fue uno de los pilares de la cultura Panche, Honda Tolima. El desembarco
en dicha población se debió a que era demasiado arriesgado cruzar los rápidos que allí se
forman decidiendo hacer trasbordo, hecho que se convirtió en una importante costumbre y de
Honda haría el puerto principal del Nuevo Reino. Los conquistadores y sus problemas
siguieron rumbo a Europa pero el pueblo Panche quedó expuesto al amargo y demoledor orden
colonial.
Antes de la llegada del saqueador y codicioso gobernador Alonso Luís de Lugo, el 17 de abril
de 1.537, la Real Audiencia de Santo Domingo de la cual dependía la gobernación de Santa
Marta, nombró sucesor a Jerónimo Lebrón, habitante en la isla la Española e hijo del licenciado
Cristóbal Lebrón. Esta designación se hizo mientras en España se oficializaba el
nombramiento del sucesor por derecho que correspondía a don Alonso Luís de Lugo.
En enero de 1.538 el gobernador Jerónimo Lebrón acompañado del tesorero Pedro Brizeño,
otros amigos y con cuatro bergantines bien armados, subieron el Magdalena conformando su
propia expedición. Recorrieron los ríos Cauca y San Jorge durante siete meses, recogiendo o
mejor dicho rancheando 15.000 pesos de oro fino. Al regreso de esta excursión se encuentra
con el comandante Jiménez de Quesada en Santa Marta, a quien acusó de apropiación
indebida y mal reparto de las riquezas de los pobladores del Nuevo Reino.
Entre 1.539 y 1.540, Lebrón prepara y ejecuta una mayor expedición al centro del Nuevo
Reino, para reclamarlo por considerarlo parte de la provincia de Santa Marta. Ya en Vélez y
tratando de llegar a Tunja, lo interceptó con su ejército Fernán Pérez de Quesada, encargado
del gobierno del Nuevo Reino por su hermano don Gonzalo. Determinaron, no obstante que el
gobernador Lebrón, podría posesionarse si fuese aceptado por los Cabildos de Santa fe y
Tunja, sin embargo estos se opusieron a tal preferencia.
Evitando una confrontación armada con los hermanos Quesada y sin poder hacer valer sus
derechos en el Nuevo Reino por encontrarse en una posición militar desventajosa, decidió en
enero de 1.541 devolverse a Santa Marta en dos bergantines construidos en Guataquí, pero no
antes de hacer un gran negocio con Pérez de Quesada por valor de doce mil pesos de oro, por
la venta de sus provisiones, enseres y caballos, siendo esta cifra toda una fortuna. Navegando
por la nueva ruta del Magdalena, este ambicioso personaje cometió cantidad de robos y abusos
a los moradores nativos de la rivera. Relato comentado por fray Pedro Aguado de forma sutil,
superficial, prestando poca importancia y casi que justificando tales actos de pillaje:
... Hizo Jerónimo Lebrón dos bergantines, en los cuales se embarco y navego el río abajo,
donde fue muy perseguido por los naturales que en él había poblados, que salían de sus
canoas a flecharle y estorbarle el viaje, y como ya iba aguas abajo y navegaba con mucha
ligereza, llegaban a unos pueblos de indios sin ser sentidos, a los cuales hallaban muy
descuidados, y allí eran de ellos presos y cautivos y tomadas sus haciendas y joyas de oro.
En esta vuelta por dar, como dicho, de repente Jerónimo Lebrón en algunos pueblos que

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estaban poblados en las riveras del río, hubo de ranchar mas de cinco mil pesos de oro fino; y
con esta recreación llego a la mar...
Por la segunda detención y posterior traslado del Gobernador Don Alonso a España por
oponerse a las confirmaciones de las encomiendas hechas por Lebrón; Alonso De Lugo deja
como gobernador encargado a su familiar don Lope Montalvo de Lugo, quien gobernó hasta
que llegó de España el nuevo reemplazo nombrado por el Rey, el licenciado Miguel Díez de
Armendáriz, primer visitador y juez de residencia. En 1.545 llegó a Cartagena y dio titulo de
teniente gobernador de este Reino a don Pedro de Ursúa.
Por su parte el licenciado Teniente General don Gonzalo Jiménez de Quesada después de
haber conquistado, vivido en estos reinos, viajado a Europa y gastado una fortuna en
diversiones y pleitos en España, Francia e Italia al cabo de 12 años regresó al Reino de la
Nueva Granada con el titulo de Mariscal; dedicando su vida a la búsqueda del Dorado. En este
esfuerzo perdió su dinero y solo regresaron a Bogota 74 españoles de los 300 que lo
acompañaban, cuatro indios de servicio de los 1.500 y 18 de los 110 caballos que llevaba.
Aunque fatigado y enfermo acepta el cargo de la expedición de castigo contra la alianza
Panche o indios Gualíes. Pobre y sin fortuna En 1.579 murió en la ciudad de Mariquita sin
hijos y sin nunca casarse, según relatan varios historiadores.
Su hermano el teniente Fernán (Hernán) Pérez de Quesada, quien fuera su mano derecha en
la conquista de este reino, posteriormente fue gobernador de la Nueva Granada “ Dios quiera
que nunca gente dél en esta tierra hubiera puesto pies a gobernallo”. Ayudó a su hermano
mayor a buscar el Dorado. Gobernador provisional y Alguacil Mayor del ejército, Murió en la
ciudad de Santa Marta.
El Capitán Hernán (Hernando) Jiménez de Quesada, Torturador y azote de los indios,
acompañó a Diego de Almagro en una expedición a Chile. Fue hecho prisionero con su
hermano mayor Fernán Pérez de Quesada por el gobernador Alonso Luís de Lugo. Él y otro
hermano Quesada llamado Francisco, murieron trágicamente en aguas del mar Caribe
viniendo de Santo Domingo. Francisco Quesada llegó de la conquista del Perú haciendo parte
de las huestes de Belalcázar y sería de gran ayuda cuando Gonzalo necesitara doblegar a este
mariscal fundador de ciudades. (Con mucha frecuencia los nombres de Fernán Pérez de
Quesada y Hernán Jiménez de Quesada son confundidos por los historiadores)
Es curioso que desde la misma conquista de estos territorios que hoy se llaman Colombia, los
habitantes de esta nación siempre han sido gobernados por familias o grupos de amigos con
intereses afines que forman círculos muy cerrados, llevando al país a las costumbres sociales y
políticas corruptas acostumbradas, de paso creando las mentiras que todos creemos y
perjuicios de todo orden con sus más significativas extravagancias, que han hecho de
Colombia hasta hoy un país difícil de convivir.

960
Esta fue una época importante, ya que estos personajes anterior y ligeramente nombrados,
fueron quienes con sus actos participaron en la destrucción de muchas culturas y a su vez
fraguaron los cimientos del orden Colonial, para mas adelante convertirse en lo que hoy día
son nuestras naciones.

“ Gentes indomables, malas, abominables, carniceras, que como bestias fieras despedazan las
ánimas que cazan, y se ceban dellas cuando las llevan a sus casas; y aun si las rojas brasas
son absentes, ensangrientan los dientes oportunos, comen sus propios hijos y mujeres.
...Pobre nación salvaje, vil, proterva...
Capitán Juan de Céspedes, al iniciar su campaña militar contra los Panches.

961
GUERRA

Cuando el hombre comienza a descubrir como hacer cosas, a vivir en el mismo lugar por
cientos de años, a tener sus ancestros enterrados bajo sus casas, a depender, manipular y
cuidar el hábitat, amar, dar vida y finalmente morir bajo este lema; entonces desarrolla un
sentido de arraigo y propiedad. Si entendiéramos un poco el contenido de estas palabras,
comprenderíamos el amor de estas gentes por su nación, por su familia, por su tierra.
Aparentemente sin una estrategia ordenada o conducida por un gran dirigente que congregara
todas las parcialidades, parte del territorio neurálgico colombiano se encontraba tapizado por
un mosaico de tribus Caribe. Rápidamente fueron colonizando las tierras a su paso. En batalla
nadie era más arrojado e intrépido. En tiempos de guerra eran invencibles. Con un líder
central, tal vez hubieran alcanzado un reino tan poderoso como el Inca, Maya o Azteca. A
cambio de ser gobernados por un caudillo central, cada tribu era regida por su propio soberano.
Los invasores conservaban su domino en las regiones conquistadas estableciendo la sujeción
voluntaria o la conquista. En el primer caso la integración se establecía por medio del
reconocimiento de la superioridad militar, el intercambio religioso y lingüístico, el compromiso
de tributar en espacie, así como auxiliar el nuevo orden con guerreros y servicios personales.
En el segundo caso, vencían y doblegaban a una nación, pero no era evaporada de la tierra.
Rivalizaban con otros grupos para probar sus fuerzas y demandar respeto y tributo de los más
débiles. Cuando una nación o grupo era sometido retenía su soberanía, su gobernante, su
religión, idioma y toda su cultura, sin embargo estos vasallos daban una porción de sus
recursos, productos y en ocasiones guerreros que peleaban junto a los Panches en caso de ser
necesario. Circunstancia análoga se observó en culturas del sur de América, donde una vez
terminada la campaña de conquista, los Incas que contaban con numerosas ocupaciones
pacíficas, ordenaban poner a la gran mayoría de prisioneros en libertad, se exigía distribuir
regalos entre los jefes vencidos; aquellos que daban muestra de sometimiento y sumisión eran
confirmados en el poder y se organizaba el país de acuerdo a una rigurosa economía social,
que hacía especial énfasis en las comunidades agrarias. Solo aquellos que se oponían y daban
muestras de rebeldía y traición, eran castigados. Los procedimientos de conquista usados por
el estado socialista Inca (las características del socialismo de los Incas son particulares y
difieren en muchos aspectos de lo que conocemos como socialismo moderno, siendo la
monarquía especialmente favorable al establecimiento de esta clase de socialismo de estado,
abierto, tolerante y sin ningún tipo de hostilidad a la propiedad privada; fueron los mismos Incas
del Perú quienes más lejos han avanzado en este bello tributo de convivencia), son
completamente curiosos desde el punto de vista occidental: el modelo se realizaba por etapas,
consolidando su progreso antes de ejecutar otros nuevos; organizaban económica y
socialmente cada parcela de territorio invadido, construían grandes depósitos de alimentos,

962
distritos de riego, carreteras y plazas fortificadas, todo esto con el fin de mantener sus
ocupaciones bien administradas, acabar con el inconformismo de sus nuevos súbditos y crear
bases sólidas para las operaciones futuras. En Centroamérica sucedió algo similar con la
estructura interna de la Triple Alianza, La sumisión voluntaria se establecía por medio del
reconocimiento de la superioridad Imperial, por lo regular, después de aceptada la
dependencia, se permitía a los señores sojuzgados continuar con su propia organización
política y su forma de vida. La sujeción militar propiciaba mayores cargas tributarias aunque se
seguía el mismo procedimiento de la voluntaria solo en caso de que la resistencia armada
fuera endeble; empero cuando, la resistencia era prolongada, se eliminaba el grupo dirigente y
se nombraban gobernantes militares desde el centro. Como una forma de control, en puntos
estratégicos, conflictivos y fronterizos, se establecían colonias o guarniciones militares.
Además de la guerra y otras formas de expansión territorial en la América precolombina, existió
un factor importante en los diferentes tipos de relación con las entidades sociopolíticas
conquistadas: las alianzas matrimoniales.
Es muy posible que la actitud beligerante asumida por los Panches desde la llegada de los
peninsulares a estas tierras, se deba a que ya tenían noticia de la forma como los españoles se
habían comportado en las Antillas. Esta actitud condujo a la rápida extinción física y cultural de
los primeros súbditos de la Corona Española en unos pocos años de dominio colonial. También
sabían cómo sometieron, engañaron y robaron a sus vecinos Muiscas. Los Panches estaban
alertados por las noticias llegadas por vía del Magdalena y por las que llegaban de su frontera
con los Muiscas y no es de extrañar, que gracias a los continuos mensajes, conocieran de
antemano la verdadera intención de estos extranjeros. Bajo esta amenaza, a los españoles se
les combatió desde su llegada y nunca se les consideró como amigos y mucho menos como
dioses.
Es difícil saber si los Panches en realidad eran excelentes guerreros, si alguna vez tuvieron
una fuerza que representara un verdadero peligro para la conquista, o simplemente fueron
utilizados por los narradores españoles para acrecentar la fama y reputación de los
conquistadores; para desviar con la grandeza castellana y con supuestos fieros guerreros la
incompetencia y frustración de no poder dominar sin asesinar y de no poder vivir sin compartir.
Comenta Juan de Castellanos: “ Gente belicosa, robusta, diestra, suelta y alentada: en lanza,
maza, flecha venenosa; desde que nace bien ejercitada. Con el mortal veneno preparaban los
jáculos agudos y pertrechos, ...son osados y suelen acabar valientes hechos, y el que parece
dellos menos fuerte, ningún recelo tiene de la muerte. En las celadas cada cual experto por
montes, por quebradas, por ancones, tomar un alto, defender un puerto, sin perder
convenientes ocasiones; y si batalla es a descubierto, diestros en ordenar sus escuadrones;
vivos en descubrir cualquier engaño de do podría resultalles daño. ...no les da fatiga yerto frío,
ni sienten las congojas del estío. La paz de estos indios es la más incierta, la más traidora,

963
falsa y alevosa; son de bajas y viles condiciones, prontos en cautelas y traiciones. Contra ellos
se enfrentan los hombres de Jiménez de Quesada al frente de los cuales va Jerónimo Hurtado
e Mendoza”.
Los Panches podían en determinado momento tener un ejército de miles de hombres, pero no
eran en verdad un reto militar serio por la superioridad del armamento y las tácticas de guerra
no ortodoxas de los españoles. Los estrategas militares ibéricos usaban grupos enemigos de
sus fuertes adversarios, para ser convenientemente utilizados como aliados. Tácticas, como la
de tierras arrasadas, castigos severos, el boicot de artículos de primera necesidad, la guerra
sucia y hasta la guerra biológica (los españoles arrojaban cadáveres contaminados con
enfermedades contagiosas a las fuentes de suministro de agua de sus adversarios), fueron muy
bien entendidas y ampliamente practicadas por los españoles en América, siendo estos los
factores causantes de la rápida desaparición de esta población. De igual forma se sabe que los
Panches usaban armas no especializadas, es decir no fueron adecuadas para el combate, eran
aparejos para la caza o elementos de labranza. El escudo por ejemplo que fue un instrumento
de protección básico utilizado por sociedades bélicas antiguas, no se conocía en esta parte del
mundo, sencillamente por que no se había creado la necesidad de su empleo. En las pocas
bajas que tuvo el ejército de Quesada, se evidencia la forma singular de lucha de los Panches
concretándose a la captura de prisioneros y no en el aniquilamiento físico del combatiente,
diseñándose para este propósito armas que no ocasionaban heridas mortales. Algo similar
sucedió a sociedades Mesoamericanas y al respecto bien lo comentaba el cronista Bernal Días
del Castillo, al referirse a un combate entre españoles comandados por Cortés contra Mayas en
la ciudad de Potonchan, importante centro comercial en la Centroamérica antigua: ...En el
tiempo que necesitaban para capturar un enemigo podían haber matado a tres... La evidencia
histórica y arqueológica muestra que entre los Panches no existía una sociedad de guerreros
adaptados especialmente para la escena de combate, ni mucho menos que provinieran de una
comunidad de belicosidad ancestral.
Sin embargo en caso de sentirse amenazados, disponían de una estructura defensiva para la
protección de su soberanía. Los Siquimas eran convocados a una asamblea permanente,
formando una alianza militar entre varias aldeas estados o cacicazgos en respuesta a una
agresión a su soberanía. Se tomaban decisiones, convenían estrategias y convocaban al
pueblo a tomar las armas. En pequeños grupos venían apareciendo desde diversos sitios del
señorío, encabezados por su líder o cabecilla seleccionado entre ellos mismos. Los
escuadrones se organizaban con gentes de la misma aldea o región y se les informaba de las
diversas actividades que debían desempeñar. Convocado este ejecito de aldeanos y armados
con aparejos de labranza y cacería, eran dirigidos por capitanes quienes disponían de armas
mas especializadas y que a su ves estarían liderados por los Caciques en persona.

964
El avance hacia el frente de guerra para los Panches, era ejecutado por divisiones de ataque
cada una compuesta por flecheros y diestros cazadores armados con hachas en piedra. Estas
legiones eran antecedidas por expertos honderos y lanzadores de dardos; que mimetizados en
la vegetación, cumplían con el ablandamiento y desconcierto en el frente enemigo para el
grueso de su ejército provisto con poderosas macanas. También tenían como misión, defender
la retaguardia y dar apoyo en caso de retirada. En el combate era válido todo, hasta tirar
piedras y morder. Aún antes de la guerra, las prendas y las pinturas corporales que usaban los
Panches, llenaban de desconcierto y terror haciendo huir a sus adversarios.
Sabemos por algunas comunidades bélicas que un clamoreo ruidoso y aplastante era un arma
en sí. Logrando sacudir la mente de un hombre, se lograba también debilitarlo físicamente.
Sin embargo los Panches hacían todo lo contrario, alentaban su propia resolución hacia el
combate y atemorizaban al enemigo desarrollando la ofensiva en el más absoluto silencio.
Para enfrentar a los castellanos, hubo muchos cambios dentro de esta sociedad y se
desarrollaron artefactos para el combate más eficientes y mortales. Cada soldado Panche era
diestro en el manejo de todas las armas; cargadas en su espalda en una especie de morral de
cuero liviano llamado paves donde guardaban el arco, las flechas, la honda, bodoqueras,
dardos, una larga lanza en el exterior y en sus manos llevaban la imponente y pesada macana.
Cada hombre llevaba como ración, una bolsa en cuero con una especie de harina hecha de
maíz y cacao endulzada con miel y otra bolsa con agua, para revolver y consumir como
alimento ligero.
Con sus nuevos enemigos, los españoles, a no dudarlo, las cosas fueron muy diferentes. En
contraste, los Panches no conocían la pólvora ni mucho menos sus devastadores efectos en la
guerra; ignoraban el uso de los perros y los caballos que daban fuerza, agilidad y ponían un
toque de desconcierto y terror a las ofensivas; y por último desafiaban un poder desconocido,
soldados mercenarios europeos experimentados y curtidos que venían de una serie de guerras
de reconquista en las que por cerca de ocho siglos, lucharon contra la expansión musulmana
en Europa y como resultado de ello, desarrollaron tácticas especializadas de combate y armas
para producir una muerte segura.
Como un ejército más del lado castellano, los perros armados de colmillos y garras poderosas,
estaban entrenados para desbaratar un cuerpo humano, ocasionando terribles lesiones, heridas
desgarradas y amputación de órganos genitales a los sobrevivientes. Los muertos por perros
corrieron mejor suerte, su deceso se daba por desgarramiento de la garganta, destrucción del
abdomen, infecciones, heridas severas y anemia aguda por perdida de sangre. Con suerte el
atacado era rápidamente degollado y devorado por estos fieros perros acostumbrados a la
carne humana. Esta suerte no solo la vivió el combatiente indígena, en una política implacable
de intimidación, los mastines españoles fueron usados contra el resto de la población, mujeres
ancianos y niños cayeron victimas de esta animal política de guerra.

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La victoria de unos pocos jinetes españoles no se debió únicamente a la pólvora, a los perros,
caballos o a los hombres que los montaban sino a los millares de indígenas mercenarios que
capacitaron para ser dirigidos por cada soldado español. Las tácticas de los Panches también
fueron un factor de desventaja, cuya tradición era atacar en grandes grupos, haciéndolos
vulnerables a la artillería y a los mosquetes. Estas armas ocasionaban la muerte a distancia
significando la deshonra para los Panches, delicadeza que no afectaba a los castellanos a
quienes les era indiferente el modo de matar.
Hicieron frente y fue difícil vencerlos, pero los españoles no tardaron mucho en encontrar la
mayor debilidad de estos fieros y valerosos defensores; a la muerte o captura de su líder, solían
abandonar el campo de batalla, así estuvieran ganando la contienda. Esto significó la peor
derrota en el campo estratégico para los Panches y una ventaja significativa para alcanzar la
victoria castellana contra este pueblo.

Pero para que más aseguremos, los puertos que dejamos atrasados, conviene que primero
castiguemos algunos de estos indios rebelados y de sus bienes nos provechemos.
PEDRO FERNÁNDEZ DE LUGO. Gobernador de Santa Marta después de García de Lerma.

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DIPLOMATICAS DE ARMAS TOMAR.

Las mujeres que para algunos conquistadores e historiadores eran de “atractiva presencia,
Hermosas y de varonil aspecto”, participaban en forma directa tanto en el ámbito político y
religioso como en los encuentros bélicos. Su labor en la guerra consistía básicamente en dar
apoyo logístico, atendiendo las necesidades de suministros, pertrechos y evacuación de sus
heridos. Pero tal vez el mayor reconocimiento que se le daba a la mujer en la escena de la
contienda bélica, (extraña conducta para los europeos) era el de conciliadora y artífice de los
tratados de paz. Este carácter de diplomática en asuntos de estado, coloca a la mujer Panche
en uno de los estratos más importantes en esta sociedad sin trazo alguno de discriminación
sexual. Estas hábiles, apuestas, modestas, castas, valientes, trabajadoras y humildes mujeres
para ejercer tan delicada labor plenipotenciaria, desde luego se capacitaban en asuntos como
la política, religión, lenguas, danza, música y sobre todo el conocimiento absoluto de su
oponente. A continuación lo que Gonzalo Jiménez de Quesada decía al respecto: “ Tienen
estos Panches una costumbre en la guerra también extraña nunca envían a pedir paz ni tratan
de acuerdo con sus enemigos si no por vía de mujeres, pareciéndoles que a ellas no se les
puede negar cosa y que para poner en paz los hombres, tienen ellas mas fuerzas para que se
hagan sus ruegos”.
Ellas tenían una inmensa responsabilidad social, ya que hacían todos los trabajos dentro de la
comunidad cuando los hombres se dedicaban a la tarea de defender su estado o invadir
nuevas tierras. Sin embargo la presencia constante de las mujeres en el combate contra los
invasores castellanos, no necesariamente caracteriza una comunidad bélica; por el contrario se
presume que es la respuesta masiva de un estado agredido, asumiendo un papel serio en
defensa de su pueblo.
Valientes, osadas e inteligentes mujeres tomaron parte en la defensa de sus aldeas contra la
provocación española. Señoras de grandes y potentes ejércitos que lucharon contra la vileza a
que sus pueblos habían sido sometidos. Entre los relatos mas publicados por los cronistas
tenemos el de la Cacica Madre Gaitana, que con su triste historia nos transporta a los horrores
y posturas inmoderadas de la conquista española de aquellos tiempos. Sus acciones de guerra
en defensa de sus tierras han sido continuo motivo de fabulosas sagas y de símbolo
nacionalista. Pero junto a esta intrépida Cacica Yalcóna, tenemos cientos de heroínas, que
poco o nunca han sido nombradas en las remembranzas de la historia Colombiana. Aliada de
los Paeces, nación nunca vencida, y de los Pijaos, combatieron juntos con coraje y
sorprendieron a los conquistadores en múltiples ocasiones.
La siguiente es una exigua lista de algunas de las hermosas e ilustres pero olvidadas mujeres,
que si la justicia existiera, algún día serían recordadas con orgullo y admiración: Yulima,
princesa indígena torturada y ejecutada por los conquistadores. Anacaona, cacica Caribe de la

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isla la Española. Aguaymota, bella hija de Anacaona. Anapuya, reina cercana a las tierras de
Unare “ hermosa, varonil, cabal y cuya mano liberal se le mostraba, en todas proporciones
elegante, y para guerra y paz mujer bastante”. Francisca Bella, autora de uno de los mayores
levantamientos indígenas en los primeros tiempos de la conquista española por los lados del
Valle de Upar. Orocomay, cacica o reina. “ Mujer, reina pujante y en la paz y amistad
perseverante”. De la región del río Unare “ Señora de grandísimo talento”. Cacica mujer del
Cacique Pete, valerosa mujer esposa del gran señor Pete, que reunida con su gente se
enfrenta a los españoles, defendiendo sus territorios que hoy comprenden la ciudad de Cali y
sus alrededores. Los castellanos describieron a este Cacique, su esposa y todo su pueblo
como las peores bestias antropófagas que hayan visto.

Soplan las caracolas marinas que de tan lejos llegaron,


saliendo de ellas una melodía en alabanza a la vida y
repudio a la sombra que con ultranza todo ocultaba.
Las ceibas desposeídas de sus hojas entristecen,
las aves callan sus alegres cantos y el sol rehúsa a dar lidia
con su tibio brillo.
La belleza se apoca, la alegría se acobarda,
la llama de amor se enfría.
Las nubes oscuras envuelven los valles y
separan a mi madre de mi padre,
ya no habrá más luz de vida.
Las joyas de oro sublime se derriten y
las cadenas de extraño metal se robustecen.
Los dioses fueron despojados de altares templos y almas.
Frío de nervio templado invade los pocos y débiles cuerpos.
Este día nacimos de nuestra madre para empezar a morir.
Soplan las caracolas marinas por que pronto dejarían de hacerlo.
SACERDOTE PANCHE en disertación dirigida a su pueblo. Alocución que refleja el suceso
más complicado que jamás pudieron haber confrontado. Refleja la vida, el amor intenso por
sus cosas y el martirio del pueblo Panche en los tiempos de la Conquista. Acto seguido se
cierra la sesión espiritual con la quema de incienso la colocación de aceites y tinturas en sus
cuerpos y la toma de algunos bebedizos; los sacerdotes besan la tierra con fervor, compromiso
y obediencia como sello de cumplimiento y sumisión.

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TRIBUTO A HOMBRES DE HONOR DESCONOCIDOS.

La historia puede ser un gran aliado que enaltece grandes hazañas y momentos inmemorables,
pero también un temible verdugo que censura en el olvido a grandes hombres y sus proezas.
Este es el testimonio de uno de tantos héroes desconocidos que traeremos cientos de años
después como tributo a este pueblo Caribe del Magdalena. Nos ayudará a comprender algo de
lo que su provocación y muerte significó en aquel entonces y lo que para nosotros hoy día
podría simbolizar. Aunque esta breve historia contada por escribanos castellanos, está
redactada para hacer énfasis en la grandeza española, deja escapar la posición de desafío
contra la colonización; el decoro y arrogancia en el manejo de esta situación, el amor y apego a
la tierra defendida y la lealtad hacia la gente que este gallardo anónimo sintió.
Pasado el invierno de 1.537, Gonzalo Jiménez de Quesada, que se hallaba en Bacatá, hoy
Funza, despachó a los Capitanes Juan de Céspedes y Juan de San Martín a descubrir nuevas
tierras, pero la verdad era que necesitaban conocer más de cerca las gentes que no querían
someterse. Conducido por guías y respaldado por un nutrido ejército de Güechas Muisca, De
Céspedes entra por Tibacuy al territorio del Cacique Panche Conchima. Los Panches
aparecieron en perfecta formación, luciendo penachos de colores. Eran cientos de guerreros
que marchaban al compás de tambores y caracolas. A una señal de los capitanes los jinetes se
abrieron a los costados mientras los infantes quedaban en el medio. Los Panches estaban
armados de hondas, dardos, flecheros diestros pero sobre todo de gran disposición de victoria,
sus rostros expresaba una furia terrible. El capitán De Céspedes da la orden para que sus
jinetes al galope atropellen los guerreros Panches, que a pie firme esperaron la arremetida sin
poder sostenerla. Pasado este primer ataque de brazos, piernas y cabezas mutiladas, los
escuadrones de guerreros Panches se ordenaron nuevamente y atiborrados de furia se
arrojaron contra el enemigo que, finalmente supieron lo que era combatir con hombres más
fieros que ninguno en estos nuevos reinos. A punto de desfallecer el capitán De San Martín vio
por entre los intrépidos guerreros a uno que sobresalía por su tamaño y fiereza, que sin duda
alguna podría ser el Síquima. Abriéndose paso y con afán de una victoria el capitán español da
muerte de un diestro golpe al formidable guerrero. Muerto el Cacique Conchima de Tibacuy los
guerreros huyen y los castellanos se pudieron retirar a atender su fatiga y heridos. Según los
historiadores de Quesada, los españoles lucharon con gran desventaja numérica, su victoria se
traduce al dar muerte al formidable caudillo de los Panches. Los campos se encuentran
sembrados de cientos de muertos, todas víctimas Caribe, pero los españoles con cuarenta
infantes y quince jinetes, tuvieron doce heridos, entre ellos el oficial Juan de San Martín y seis
caballos maltratados. Las bajas de quienes verdaderamente confrontaron a los Panches en
este encuentro, fueron Muiscas pero no importaron ya que ningún documento histórico habla
sobre esto.

969
Al día siguiente, de regreso a Muequetá o Bacatá por un camino seguro que les ofrecieron los
Güechas, fueron seguidos por un decidido hombre Panche que como únicas armas traía una
macana y mucha valentía.
“ Dirigiéndose los castellanos al siguiente día para Bacatá, hubieron de detenerse a las voces
de un indio alto de cuerpo y de aspecto feroz, que iba a su alcance, sin mas armas que una
macana, y a quien aguardaron en la creencia de que venia con alguna embajada; pero apenas
llego, conocieron que estaban engañados, como que al primer español que encontró le dio tal
macanazo, que le volvió pedazos la rodela con que quiso ampararse y lo postró en tierra
privado de sentido.
Los compañeros de este acometieron simultáneamente al agresor; mas habiéndoles gritado el
Capitán Céspedes que lo sometieran sin quitarle la vida, lo hicieron así a costa de esfuerzos y
peligros, por la habilidad y energía con que el Panche manejaba la macana.
Enseguida, contestando a la pregunta que se le hizo por medio de un intérprete, manifestó que
era uno de los hombres que gozaban de mejor fama en la comarca, que la víspera por la tarde
había regresado al pueblo de su residencia, del cual estaba ausente hacia dos días y que al
llegar había visto que alguna gente de su nación iba en humillante retirada a pesar de su
indomable valor; que luego se informó que unos pocos extranjeros la habían derrotado dando
muerte a los soldados mas distinguidos, entre ellos a un hijo, a un hermano y a un tío suyos;
que avergonzado, y movido por el dolor de la perdida, había determinado vengarse; y que
pareciéndole que el solo bastaba para quitarle la vida a los forasteros, se había venido a
perseguirlos, sin convocar a ninguno de sus parciales”.
Preguntaba el oficial De Céspedes al valiente solitario por intermedio de un intérprete Muisca:
“ Dime, bárbaro valiente, ¿Cómo te poseyó tan gran demencia que, siendo solo contra tanta
gente, presumieses venir a competencia? Por que moverte tú tan solamente sin emboscada de
mayor potencia, no me paresce vero testimonio”.
Responde el hombre con ansiedad extrema y disposición arrolladora al capitán De Céspedes
en fluido idioma Chibcha para mayor asombro: “ Yo soy hombre por tal y por mi nombre
conoscido, y aquí donde resido fui criado. Antier me fue forzado salir fuera, y ayer, que no
debiera, ya muy tarde, vi con temor cobarde gente Pancea que nunca de tal mancha tuvo nota.
Dijéronme ser rota y abatida, privando de la vida muchos buenos vosotros que sois menos, y
tan pocos que no tuve por locos desconciertos pensar dejaros muertos por mi mano, en pago
de un hermano y de un tío y un mozo hijo mío, y otras gentes, mis deudos y parientes, cuya
muerte me turbó de tal suerte, que con saña, sin convocar compaña de los tristes, intenté lo
que vistes por las muestras cuando probé mis fuerzas con las vuestras”.
“ Los conquistadores continuaron la marcha, trayendo al preso maniatado; pero habiéndose
adelantado el capitán Céspedes, el soldado que había recibido el macanazo (Juan de las
Canoas), apoyado por algunos de sus camaradas, le corto la cabeza al intrépido Panche y se la

970
entregó a los Muiscas que servían de baquianos, los cuales alegremente la llevaron a Bacatá
como trofeo”. (Juan de Castellanos, Elegías de Varones Ilustres de Indias)
Después de este primer encuentro con sus lamentables consecuencias y antes de disminuir el
ánimo por defender sus territorios, los Panches se organizaron cada vez mas "en tácticas de
guerrillas de indios " para enfrentar las grandes acciones militares que aun estaban por venir.
Historias como la del hombre solitario y valiente que pretendía doblegar las tropas de
Céspedes él sólo, existen muchas llenas de detalles, no solo de heroísmo sino rebosantes de
sentimiento, pero hay que encontrarlas en análisis severos de crónicas como estas.
Este puede ser uno de tantos motivos, para reconsiderar los nombres que actualmente
dedicamos a instituciones en homenaje a grandes personajes, por que muchos de ellos no lo
merecen; algún día cuando encontremos la verdadera historia cambiaríamos estos nombres
por el de aquellos que por sus actos y espacios construidos realmente lo han ganado.
Entre los caudillos y guerreros mas destacados en la lucha contra los castellanos tenemos el
Cacique Bituima quien derrotó a Fernán Pérez de Quesada en una batalla complicada donde
el tiempo, valor y astucia fueron decisivos. Jefe de una coalición de parcialidades Panches
entre ellos Ambalemas, Sasaimas, Guataquíes, Anapoimas apoyados por Tocaremas,
Síquimas, Calandaimas y otros mas, se organizaron para expulsar no solo de sus territorios a
los españoles, sino acabar con el dominio español sobre sus vecinos Muiscas.
Difícilmente se ha podido organizar una lista de otros jefes, con historias de arrojo por lo
complicado en hallar sus nombres o acciones de valentía entre los manuscritos españoles de la
época, sin embargo aquí tenemos algunos de ellos; Grandes Señores que gobernaban las
tierras de la parte que hoy día comprende las tierras cálidas del departamento de
Cundinamarca contra el río Magdalena en momentos de la conquista: Anapoima, Atacaima,
Bituima, Calandaima, Conchima, Iqueima, Guacana, Lachimi, Síquima, y Tocaima.
Caciques que dominaron la margen occidental del río Magdalena, norte del Tolima que hicieron
frente a los españoles: Abea, Ambalema, Cirircua, Cimara, Colandaima, Totor, Leriguá,
Pompomá, Niquiatepa, Sumará, Ujiaté, Unicoá, Uniatepa, Uniguá, Ondama y Yuldama.
Es posible que algunos de estos nombres hayan sido confundidos por importantes personajes
Pijaos, algunos otros son parientes cercanos. Estos grandes señores simbolizan prácticamente
la ultima línea de resistencia de este pueblo, ante la obsesiva ansiedad de los castellanos por
apoderarse de los generosos valles donde esta nación de Caribes del Magdalena habitaba.
Aunque finalmente vencidos y sojuzgados, fueron héroes que murieron en férrea oposición a la
conquista y llevaron a sus hábiles defensores a muchas victorias, siendo artífices de varios
episodios de heroísmo y rebeldía. Para nuestra historia, estos son los hombres que deberían
representar el legendario y tradicional orgullo de nuestro país.

971
Hablando de desaciertos, otra torpeza histórica mayor por tratarse de la capital de Colombia,
fue un hecho reciente que paso sin mucha oposición y marca la ignorancia sobre los cimientos
de nuestra patria de la clase dirigente colombiana. Un alcalde de la ciudad de Bogotá, al
querer devolverle a esta gran urbe el nombre de Santa fe de Bogotá; olvidando que para los
habitantes del Bogotá antiguo, la fe que se les trato de imponer con dolor, sangre, fuego y
hasta con su propia muerte; no fue muy santa. A continuación la explicación del magistral
exabrupto:
Existían dos emperadores o grandes Señores en la nación de los Muiscas, el uno se llamaba
Bogotá, o el Zipa, quien vivía en Funza o Muequetá y el otro Tunja, o el Zaque quien vivía en
Hunza o Tunja. Bogotá se mencionaba Bocatá o Bacatá; que significa “Remate de Labranzas”,
y es el nombre al igual que el de Tunja, no del soberano o gran Cacique, si no la tierra o región
que los dos Señores gobernaban. El rey por consiguiente tomaba el nombre del estado que
conducía. El primer Zipa fue Mico-Chuco, quien gobernó hasta 1.470, su historia tristemente
perdida por las entretelas de los años y las fisuras causadas por la conquista a la memoria
Muisca, lo sucedió en el trono Saguanmachica quien gobernó hasta 1.490. El penúltimo gran
Cacique de las tierras de Bacatá (Bogotá) se llamaba Nemequene, que traduce “Hueso de
Jaguar o Puma”, gobernó hasta 1.514, heredero de Saguanmachica y antecesor de Tisquesusa.
La zona de Bogotá fue regida por Nemequene, importante líder al que se le conoce como hábil
político, administrador intuitivo, estructurador ideológico, religioso y militar del rápido proceso
de consolidación y expansión de la nación Chibcha, truncado por la conquista. Nemequene
murió justo a la llegada de los conquistadores a sus territorios, a causa de una herida en el
tórax en contienda armada con tropas del soberano de Tunja Quemuenchatocha. Quien
sucedió en el trono a la muerte de Nemequene cuando los cristianos de Quesada llegaron, se
llamaba Thisquesuzha que significa Cosa Noble Puesta sobre Frente, sobrino medio de
Nemequene. Tisquesusa fue asesinado por los españoles al igual que su sucesor Sagita
(Sapiga, o para otros Sajipa), sin querer recibir los santos oleos. Y fue el mismo Tisquesusa
quien alienta a los españoles con la promesa de encontrar oro y probablemente con el ánimo
de sacarlos de sus dominios, invadir las tierras de sus ancestrales vecinos, los Panches del
Magdalena.
Los cargos contra el rey Sagita o Saquexazipa acusado de reyezuelo, iban desde haber robado
al tesoro de España, contradecir la voluntad de Dios y al Emperador, de doble sacrilegio; hasta
vulgar ladrón por no entregar sus riquezas a sus sádicos verdugos. El desafortunado Sagita
sufrió los actos de tortura, humillación e irrespeto que ningún otro ser humano hubiera podido
soportar. Habiendo entregado su riqueza personal, murió bajo el mas inclemente tormento y el
cuerpo de quien fuera el ultimo Zipa envuelto en una manta cualquiera y arrastrado por tres
soldados españoles fue arrojado a un foso lejos de Bosa. Los autores de este triste y sucio
episodio fueron los expertos en estos vejámenes, García Zorro, Fernán Pérez de Quesada y

972
Suárez Rendón, quienes deberían ser acusados en un juicio histórico junto a Jiménez de
Quesada por toda la barbarie cometida contra el último Zipa (El Bogotá) y miles de personas
más.
Pues bien El Bogotá, que podría ser cualquiera de estos importantes lideres Muiscas, amaba su
pueblo y por consiguiente respetaba y hacia enaltecer sus costumbres, fe y principios; seria
pues una gran ofensa que el país que una ves gobernaron, fuera asociado o llevara el nombre
de otra Santa Fe desconocida para ellos, una fe que la relacionaban con maldad avaricia,
opresión y muerte; por consiguiente aquí en la América colonial no fue el mejor ejemplo.
Vale la pena preguntarnos ¿A quien se le quiere rendir homenaje con el nombre de Santa Fe
de Bogotá, a los católicos conquistadores o a la gente que como nación fue exterminada por
los católicos mismos?
Habría sido mas justo para todos, colocar solo el nombre de Santa Fe a nuestra ciudad capital
por que ninguno de estos jefes Muiscas se evangelizo por convicción. Lucharon hasta el final
de sus vidas por desalojar a los invasores y sus conductas de éstas que fueron sus tierras.
Para pertenecer a la Santa Fe Cristiana, hubo primero que acabar con el antiguo orden y fe que
ya existía y desaparecer físicamente a todos aquellos seres humanos que remotamente lo
representaban. O justo también seria que el nombre de Bogotá quedara tal como es, en
homenaje a hombres y pueblos de espíritus libres, alta disposición y gallardía, y no como un
hecho que nos produzca vergüenza y recuerde una época de tanta violencia, arrogancia, e
injusticia.

... Deseamos informarnos de las riquezas, de las creencias y ritos y ceremonias que tuvieron en
tiempos ya pasados, los naturales habitantes en esa tierra. Los indios son criaturas miserables
en las cuales apenas se puede encontrar vestigios de humanidad; que ni siquiera tienen
lenguaje escrito comprensible; que nunca han tenido leyes escritas, sino solamente costumbres
y tradiciones bárbaras; que siempre y todavía son adictos a toda clase de intemperancias,
paganismo, ferocidad y lujuria; que hasta recientemente torturaban y quitaban la vida
violentamente a causa de su diabólica religión. ...un acto proscrito en todo el mundo, lo mismo
el civilizado que el incivilizado; un acto adjurado inclusive por gentes degeneradas como los
Vascos, los Griegos y los Ingleses...

973
FRAY JUAN DE ZUMÁRRAGA. Obispo de México, Inquisidor apostólico, Protector de los
indios
GUERREROS DE LUNA LLENA.

Su mayor aliado en la guerra era la noche; que en asocio con la luna llena los hacía guardianes
insuperables. Recordemos que la luna desempeñaba destacado papel en la mentalidad
mágico - religioso - simbólica de casi todos estos pueblos. Sus constantes cambios de aspecto
sugerían para nuestros antepasados un ser lleno de vida. Servía para el cómputo del tiempo y
para los Panches, fue una poderosa deidad con un vínculo importante en la estrategia de la
guerra. La luna llena alumbraba y protegía de la oscura noche a estos estrategas nocturnos,
que de momento bajo el amparo de la tenue luz, dominaban las escenas de combate tomando
a sus incautos oponentes por sorpresa. El nombre de esta poderosa deidad era QUININÍ y
estaba considerada como divinidad femenina.
Sus fortalezas militares eran construidas en las partes más altas. Sitios de difícil acceso,
haciendo de estas fuertes inexpugnables; facilitándoles a su vez controlar el movimiento
enemigo. En la mayoría de los casos los poblados Panches no estaban fortificados y cuando lo
estaban era de manera aparentemente apresurada, en previsión a los ataques de los invasores
europeos. Con esta apreciación queremos manifestar y dejar claro, cómo se inserta el
concepto bélico con la penetración europea, en una sociedad primordialmente laboriosa y
agraria, sin tampoco querer desconocer el carácter combativo de estas tribus Caribes.
Entre los planes expansionistas prehispánicos de la nación de los Panches, tenemos casi todos
aquellos territorios con que compartían frontera. Entre sus zonas de conflicto donde ejercían
gran presión militar y económica, tenemos principalmente la que daba con los Muiscas siendo
este conflicto conocido y documentado por los españoles. Otras de menos beligerancia pero
con importante presencia militar fueron las de los Muzos y Colimas, donde ocasionalmente
se presentaban combates. La palabra Colima pertenecía a una voz Panche, cuyo significado
correspondía a matador cruel, aunque el nombre original de este pueblo fue el de los Tapazes.
Con sus vecinos Pantágoras y Pijaos, también se presentaban frecuentemente escaramuzas,
dando como resultado el continuo cambio de linderos en sus fronteras. Pero lo sorprendente
de los llamados conflictos bélicos, es que en el fondo estas naciones necesitaban unas de
otras, estrechando así grandes lazos de fraternidad, respetaban la acción diplomática, se
preocupaban por hablar con propiedad el idioma de sus vecinos y respetaban cumplidamente
los acuerdos de mercadeo manteniendo como resultado un intercambio comercial abundante,
dinámico y extensivo.

974
PANCHES VS MUISCAS.

No obstante, los Panches mantuvieron un estado semipermanente de guerra, porque en su


condición expansionista y necesidad de crecer, invadían constantemente territorios vecinos en
busca de lo que para ellos era su botín de guerra, nuevas tierras productivas. Los conflictos
bélicos en sus fronteras eran crónicos y obligaron por ejemplo a los Muiscas, a mantener un
estado permanente de guerra, creando una fuerza especial para combatirlos en la misma
frontera; que de hecho ya se encontraba en las goteras de sus más importantes poblaciones.
Los Panches sí mantenían un liderazgo sobre sus vecinos en la guerra, aunque estos
enfrentamientos no eran iguales a los que estamos acostumbrados a escuchar o ver. Se
usaban elementos de batalla poco mortíferos, sus armas eran las mismas que utilizaban para
la cacería de animales. El combate se concentraba especialmente en la lucha cuerpo a
cuerpo, sus enemigos vencidos eran mas útiles vivos que muertos.
Las guerras no se hacían con el ánimo de destruir por completo al enemigo, a las naciones
derrotadas se le permitía vivir independientemente, con su propio nombre, soberanía,
gobernante, su propia vida y religión; el objeto no era la victoria decisiva sobre el contrincante.
Muy de vez en cuando sí se hacía una guerra con intención de conquista, saqueo, expansión
territorial o imposición cultural. Pero las guerras mas frecuentes aparentemente, eran
innecesarias e inmotivadas, como las guerras floridas practicadas en Mesoamerica, donde la
intención era tomar prisioneros para ser usados como esclavos y hemos llegado a pensar que
también para practicar con estos contendientes capturados vivos, algún tipo de ritual humano
para congraciarse con un Dios ofendido, o sediento de la sangre vital, la más preciosa ofrenda
que podría hacer un humano. Existen evidencias que los Muiscas sacrificaban al Dios sol,
jóvenes guerreros Panches, que después de ser física y espiritualmente preparados para el
ritual, fallecían en lo alto de un poste de madera desangrados por las innumerables heridas
hechas por las flechas de guerreros y sacerdotes. Generalmente estos muchachos no morían
rápidamente, sino tras una prolongada agonía. La idea era exponer para estos sacrificios
primero jóvenes guerreros capturados en estos combates rituales, antes de ofrendar un joven
de sus propias tribus o naciones.
El Zipa conformó el grupo de Güechas, guerreros entrenados para proteger las fronteras, y era
el nombre dado a los comandantes del cuerpo elite del ejército Muisca. Su significado era el
de hombres valientes o varones de la muerte. Establecieron fortines defensivos entre
Zipacón y Fusagasugá, donde mantenían estrecha vigilancia sobre los movimientos de sus
contrarios. A los jefes de estos destacamentos militares se les otorgaban concesiones
especiales, para así recompensar la difícil misión en favor de la defensa de la soberanía

975
Muisca, pero por valientes que fueran estos militares, resultaba imposible desalojar a los
Panches de territorios ya conquistados.
Sobre los Güechas relata fray Pedro Simón: ...de grandes cuerpos, valientes, sueltos,
determinados y vigilantes, a quienes les pagaban sueldos, plazas aventajadas por mejores
soldados; éstos andaban siempre trasquilado el cabello, horadadas las narices y labios, y a la
redonda de todo el circuito de las orejas, atravesados por otros agujeros, que tenían muchos
canutillos de finísimo oro, y los agujeros de los labios y narices, eran también para poner de los
mismos, pero aquí no se los ponían, hasta que iban matando indios Panches, de manera que
cuantos indios mataban, tantos canutillos de oro fino se colgaban de las narices y labios.
Según sus obras era cada uno honrado del rey y solía pagarles muchas veces con hacerlos
caciques de algún pueblo donde faltaba el legitimo heredero...
La nación Muisca desde el año 1.400 en adelante, había teniendo serias dificultades para
mantener su unidad política y social en su territorio. Con dos supremos gobernantes y
levantamientos constantes de sus vasallos y caciques inconformes, esta nación se dividida
mas en el caos territorial. Sus fronteras eran cada vez mas reducidas, sus ejércitos dejaron de
realizar su principal obligación que comprendía la defensa de su territorio contra enemigos
extranjeros y la ampliación de su frontera y cultura por encontrarse sometido a emprender
agotadores conflictos internos contra su mismo pueblo.
Según el historiador Piedrahita, los sitios de mayor conflicto en la frontera con los Panches
eran las poblaciones de Zipacón, Tena, Pasca, Bojacá, Tocaima y Tibacuy. En el momento de
la conquista, Zipacón era una de las guarniciones fronterizas más importantes de la nación
Muisca. Esta posición militar impedía las invasiones por el punto llamado Boquerón de
Zipacón, el mismo lugar donde más tarde los españoles descendieron a los dominios de los
Panches cuyo pueblo más próximo era Tocarema, ruta que luego se convirtió en el camino real
de Santa fe a la Mesa.
De acuerdo con el historiador Joaquín Acosta desde épocas anteriores a la conquista, en el
periodo del zipasgo de Saguanmachica quien posiblemente comenzó a gobernar por el 1.470,
se tienen noticias de incursiones a Zipacón y Tena por tribus Caribes del interior.
El historiador Ernesto Restrepo (Descubrimiento y Conquista de Colombia) escribe que el Zipa
Nemequene, sucesor de Saguanmachica, luego de cruentas batallas con el Zaque, reprimir
levantamientos de Caciques rebeldes y reorganizarse emprendió campañas militares contra los
Panches.
El también historiador José Rozo, afirma que Nemequene se vio obligado a repeler un avance
de los Panches, que pretendía incursionar en suelo Muisca para así apropiarse de las minas de
sal.
Al tomar como referencia en la guerra de territorios contra los Panches a estos pueblos de la
sabana, observamos con inquietud el avance de las fuerzas Caribe llegando peligrosamente

976
hasta las mismas goteras del corazón de este pueblo, hecho que sin duda demuestra el
deterioro de la unidad nacional Muisca.
Pero fue por sugerencia del Zipa Tisquesusa, naturalmente con el ánimo de sacar a los
conquistadores lascivos de sus posesiones, que conduce las huestes de Quesada comandadas
por el capitán Juan de Céspedes a inspeccionar las ricas tierras de los Caribes del Magdalena.
Tisquesusa y su sucesor Sagipa fueron posteriormente asesinados por los conquistadores.
Relato por el Mariscal Gonzalo Jiménez de Quesada de cómo los Muiscas y Panches
entendían y hacían la guerra, cómo eran sus técnicas, armamentos y ritos:
“ Las dos provincias de Bogotá y de Tunja, es gente menos belicosa pelean con gran grita y
voces. Las armas con que pelean son unas flechas tiradas con unas tiraderas. Otros pelean
también con macanas que son unas espadas de palma pesadas, jugándolas a dos manos y
dan gran golpe. También pelean con lanzas así mismo de palmas de hasta diez y seis o diez y
siete palmos tostadas agudas a la punta. En sus batallas tienen cosa extraña, que los que han
sido hombres afamados en la guerra y son ya muertos les confeccionan el cuerpo con ciertas
unturas que queda toda el armazón entero sin despegarse y a estos los traen después en las
guerras así muertos cargados en las espaldas de algunos indios para dar a entender a los otros
que peleen como aquellos pelearon en su tiempo pareciéndoles. Y así cuando las batallas
primeras que con los españoles tuvieron venían a pelear con muchos de aquellos muertos a
cuestas.
Los Panches es gente más valiente, andan desnudos en carnes, sino son sus vergüenzas.
Pelean con más fuertes armas que los otros, por que pelean con arcos y flechas y lanzas muy
mayores que las de los Moxcas. Pelean así mismo con hondas, pelean con paveses y
macanas, que son sus espadas. Y con todo este genero de armas pelea cada uno de ellos solo
de esta manera: tienen unos grandes paveses, que los cubre de pies a cabeza, de pellejos de
animales aforrados y el aforro esta hueco, y en aquello hueco del aforro traen todas las armas
ya dichas. Y si quieren pelear con lanza, sacanla del hueco del pavés, donde la tienen
atravesada, y si se cansan de aquella arma, sacan del mismo hueco el arco y las flechas, o lo
que quieren y echanse al pavés a las espaldas, que es liviano, por ser de cuero o traenlo
delante para defenderse cuando es menester. Pelean callando, al revés de los otros.
Tienen estos Panches una costumbre en la guerra también extraña nunca envían a pedir paz ni
tratan de acuerdo con sus enemigos sino por vía de mujeres, pareciéndoles que a ellas no se
les puede negar cosa y que para poner en paz los hombres, tienen ellas mas fuerzas para que
se hagan sus ruegos”.
En el conflicto relatado entre Muiscas y Panches por los cronistas hay contrariedades
evidentes; hechos que no concuerdan. Estos relatos parecen más bien novelas escritas por
autores griegos, que buscaban enaltecer el espíritu heroico y valiente de personajes míticos o
reales. En el caso de los españoles no se inventaban los personajes, pero si colmaban las

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historias de éstos con situaciones inexistentes. A la llegada de los españoles, los cronistas
relatan el miedo y la impotencia que invadían a un pueblo (el de los Muiscas). Según éstos, los
Muiscas eran una nación asustada, acongojada, temía la gran amenaza de sus vecinos (los
Panches), que conforme a sus relatos, eran cazados para comer sus entrañas. Los españoles
escribieron sobre el inmenso poder combativo, la facilidad de aniquilamiento contra cualquier
grupo que deseasen destruir, la arrogancia y fiereza del pueblo Panche. Pero de ser verdad
todas estas anécdotas escritas, resulta contradictorio que los Panches no se hubieran tomado
la Sabana de Bogotá teniendo el poder para hacerlo. Da la impresión como en otras
conquistas a territorios americanos, que estas crónicas solo querían hacer ver a los europeos
como los grandes salvadores de pueblos oprimidos por la maldad. Al igual que Quesada, quien
llegó en el justo momento a salvar a los Muiscas del peor de los enemigos; Cortes llega a
México para salvar a los vasallos de Tenochtitlán contra la tiranía de Moctezuma y los ritos
diabólicos de este sistema imperial. Relata Juan de Castellanos cuando los Muiscas decidieron
acompañar a los oficiales Juan de Céspedes y Juan de San Martín capitanes del Licenciado
Quesada a territorio de los Caribes del Magdalena: ...entraron en consulta, y acordaron guiallos
a los Panches, nación fiera, implacable, feroz y temeraria en el acometer a cualquier gente, por
ser carnes humanas su sustento; y tan sin pesadumbre que se metían entre contrarias armas
en la guerra, como perros a en tímidos venados. Plaga cotidiana de los Moscas que, con ser
en poder superiores, y los Caribes Panches, en respeto de tanta multitud, angosta copia,
temblaban dellos, por que los tenían por fieras indomables, y sepulcros sus impías entrañas de
las suyas... El temor según los españoles, incluso invadía a los guerreros más diestros y
especializados que la nación de los Muiscas tenía para combatir a sus vecinos Panches, los
Güechas. Comentario de un Güecha principal al capitán De Céspedes según el relator Juan de
Castellanos: “Peregrino, para mientes que te llevan a gentes indomables, malas, abominables,
carniceras, que como bestias fieras despedazan las ánimas que cazan, y se ceban dellas
cuando las llevan a sus casas; y aun si las rojas brasas son absentes, ensangrientan los
dientes importunos, y si hacen algunos regocijos, comen sus propios hijos y mujeres. Son
gentes descubiertas, sin ropaje, pobre nación salvaje, vil, proterva, de venenosa hierva
guarnecida que priva de la vida brevemente. Yendo con poca gente, ten por cierto que tu
quedaras muerto con los tuyos”. Contesta De Céspedes al oficial Muisca con cierta seguridad y
aire de grandeza, como si supiera de antemano contra quienes iba a combatir y como
terminaría dicho combate: ... puesto que sea el riesgo que me dices evidente, no tengo de
volverme sin que vea el rostro y el meneo de esa gente; y la prosecución de la pelea descubrirá
quién es el más valiente; pero de mí podrás estar seguro que no me comerán, por que soy
duro... Este primer encuentro del ejército Muisca Español y soldados Panches se hacía en
territorios de la nación Caribe y consideramos que los Panches interpretaron esta expedición
peligrosamente injustificada como una invasión armada, y hostil a su país (relato mencionado

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anteriormente en suelo del Cacique Conchima). De nuevo el capitán De Céspedes con gran
ímpetu se encuentra ansioso de combate contra estas “ fieras propias de exterminio”, los
Muiscas dejan ver un miedo rayando en cobardía, ante la presencia de un grupo de
combatientes Panches que salen a su encuentro, algunos Güechas huyen despavoridos y los
que quedan, se escudan ante el caballo y el sable de los intrépidos conquistadores. Los
españoles con una caballería incipiente y un grupo de soldados Muiscas (que estorbaban),
propician una derrota contundente a este “ feroz tumulto de gigantes “, curioso es que contra
miles de combatientes Panches y armados como describe el autor, los europeos salen ilesos,
doce de ellos levemente heridos, algunos caballos lastimados. El parte general: ninguna baja
en sus filas. Sobre este encuentro que terminó en terrible masacre, escribe Castellanos: ...mas
no se tardo mucho sin que viesen ondear muchedumbre de penachos, según en espesura las
espigas lanuginosas de carrizos altos por espacioso curso de algún río que con sus soplos
inquieto viento a movimiento trémulo compele; pues tales parecían las cimeras de cinco mil
gandules embijados, gente robusta, suelta y alentada, de gran disposición, horribles gestos,
frentes y colodrillos aplanados, de tal suerte, que hace la cabeza atravesado lomo por lo alto,
no por naturaleza, mas por arte, entablándolas desde que son tiernas hasta que se endurecen
desta forma. Narices corvas por la mayor parte, cortados los cabellos por la frente, pero por las
espaldas algo largos.
Traían tan formados escuadrones y con tal regulada disciplina, como si fuera banda de
tudescos; unos dellos cubiertos con paveses y multitud de dardos a la mano que mujeres
armígeras traían: otros con picas largas y con mazas pendientes de los hombros ansimismo:
otros con fuertes arcos y con flechas: otros fundibularios, proveído, zurrón de lisas piedras y
redondas: otros también traían cerbatanas y aljabas de saetas emplumadas que violentos
soplos despedían; pero ningunos jáculos sin hierba que con rabioso fin amenazaba.
Viendo los nuestros, pues, la fiera hueste y el orden que traían los salvajes, en la más ancha
parte de la loma se congregaron y hicieron alto; y el Juan de Céspedes, con aquel brío que
solía tener en estos trances, puestos los ojos en los compañeros, con gracioso donaire les
decía: "¡ Ah caballeros! Ciertos son los toros, que se quieren probar con los alanos: ...la nata
somos de este Nuevo Mundo, según las maravillas echas antes, que con feridas es de poco
cebo este feroz tumulto de gigantes, y pues con la mitad de ellos me atrevo, muy bien os
averneis con los restantes. Dejémoslos llegar a los beodos, que ellos se volverán, aunque no
todos." En este tiempo ya los enemigos a paso lento y orden atentado, hechas dos mangas
largas que ciñeron la una y otra parte de la loma, distaban poco de los españoles, y con el gran
temor, los indios Moscas se metían debajo de los cavallos, y algunos dellos, por no ser
visiones, disimuladamente se hurtaron antes de comenzarse la batalla, y no pararon hasta
verse dentro de Bogotá, y allá, sin haber sido testigos del conflicto, certifican haber sido los
Panches vencedores y cebado sus vientres detestables en todos los católicos que fueron; por

979
que las experiencias que tenían de esta fiera nación, les prometía su falsa presunción ser
infalible. Mas engañóles esta confianza, por que los nuestros, viendo coyuntura y lugar apto
para rompimiento, el Céspedes alzó la voz, diciendo: ¡Santiago y a ellos, caballeros! Baten
luego las piernas los jinetes ellos y los caballos bien armados, y rompen por aquella
muchedumbre de bárbaros opuestos con paveses, que, siendo del encuentro furioso de los
lozanos potros embestidos, caen unos sobre otros dando vueltas, y aquí y allí confusos y
tendidos como golpes de leños mal compuestos, sin orden el montón, asobrunados que tales
parecían, sin valerse de manos ni de pies el avanguardia, a donde los peones presurosos
emplean a su gusto las espadas, piernas, brazos, cabezas cercenando, según el labrador que,
ya caídos los glandíferos robles o chaparros, va cortando las ramas, y así quedan dispuestos
para fuego solamente; que no menos quedaban por la loma cuantos precipitaban los caballos, y
los que los regían y menean las lanzas con destreza memorable, rompen ijares, pechos y
costillas de los que parecían principales y más se señalaba, animando la gente popular de sus
escuadras que, ya mas afirmados y compuestos, el ímpetu sostienen con las picas,
desembrazando jáculos y piedras que sobre todos ellos descendían (no menos que nubadas de
zorzales a rubicunda fruta de madroño o a la de pomíferos olivos), en tanto grado, que de las
cubiertas de los caballos y los jinetes pendían tanto numero de flechas como garrochas fijas en
el toro que lidia gran caterva de villanos...
Aunque estas batallas o escaramuzas eran ganadas por los cronistas de guerra, se evidencia
en la culminación de estos relatos, que no habían ganado nada todavía ya que los
combatientes europeos no podían sostener estas posiciones por muchos días. La presión de
los Panches obligaba a que estas expediciones se retiraran rápidamente de nuevo a la sabana,
en donde ya se tenia establecida una gran guarnición militar, de donde seguirían con los planes
de la conquista hacia todos los puntos cardinales.

980
LOS PANCHES, ASUNTO MILITAR.

Cuando los conquistadores invadieron la sabana de Bogotá, abrieron una brecha de


diferencias y agudizaron conflictos ya existentes entre estas dos comunidades con obligadas
relaciones comerciales. Los hispanos manipularon a los Chibchas de la sabana para hacer una
alianza militar que daría comienzo a una contraofensiva; la cual alejaría la guerra de la
frontera Muisca para ser trasladada al centro de la nación de los Panches; quienes a pesar de
todo, luchaban contra nuevos elementos de guerra como la pólvora, el caballo, feroces
mastines, desconocidas tácticas y estrategias; pero lo más devastador fue haberse enfrentado
contra miles de Yanaconas, que eran aborígenes mercenarios traídos del Valle del Cauca,
combatientes a sueldo llegados del Perú y de guerreros Muiscas rigurosamente entrenados
para esta tarea. El origen de la palabra Yanacona proviene del Perú, de un pueblo llamado
Yanayaco, donde toda su gente fue castigada por el gran señor Inca TUPAC-YUPANQUI,
quien los perdonó a una sentencia de muerte pero ordeno a los culpables del levantamiento y
sus descendientes a servir a los vencedores. Los Yanaconas eran domésticos hereditarios,
criados perpetuos. Cieza de León.
Lo que el historiador, soldado y sacerdote Juan de Castellanos le contó al mundo sobre los
Panches: “ Nación fiera, implacable, feroz y temeraria en el acometer a cualquier gente, por ser
carnes humanas su sustento; y tan sin pesadumbre se metían entre contrarias armas en la
guerra, como perros en tímidos venados. Plaga cuotidiana de los moscas que, con ser en poder
superiores, y los caribes Panches, en respeto de tanta multitud, angosta copia, temblaban
dellos, por que los tenían por fieras indomables, y sepulcros sus impías entrañas de las auyas.
Y ansi, para seguro de sus tierras, tenía Bogota sus guarniciones en Tibaqui y en Cienago y en
Fosca de ciertos indios que llamaban Güechas. Caníbales y enemigos de los Mosca a los
cuales se enfrenta, entre tantas otras veces, en el momento en que Sacresaxigua hace la paz
con los españoles, en las cuales ( tierras de los Moscas) hicieron grande estrago, y se fueron
ellos con la presa de gente que llevaron para cebo de sus infames y voraces vientres”.
La red de defensa de su propia identidad que montaron los Panches, para hacer frente a la
beligerancia castellana fue rígida, severa y particular. Ni aceptaron, ni se comprometieron en
absoluto con los peninsulares. Tomaron acciones drásticas; como el aborto voluntario para
evitar la vida amarga de la esclavitud a sus hijos; hechos dramáticos y desesperados, como
colocar arena en la vagina de las mujeres para evitar ser violadas y engendrar hijos de aquellos
extrañamente despiadados; los Panches desarrollaron un procedimiento de guerra contra un
enemigo estricto, astuto y cruel, que posibilitaba el exterminio pero nunca el sometimiento; al
sentirse seriamente amenazados, abandonaban sus poblados dejando atrás cultivos y pueblos
quemados, practicando así la política de no-defensa o tierra quemada (Terre brulee), para
luego internarse en la espesa selva; y por último adoptaron acciones valerosas sin

981
precedentes; como la del suicidio colectivo que conmovió las más altas esferas del poder en
España, el Rey y su audiencia.
Los pretextos que usaron los españoles para provocar la ira de los ya exaltados Panches,
fueron las incursiones militares con ánimo hostil y la prohibición del envío de sal a sus pueblos,
que dependían de este elemento vital para el consumo y para la actividad comercial. Sin la
sal, el alimento más importante para el dispendio diario y para la exportación como era el
pescado salado, se acabaría. El embargo a la sal, las provocaciones militares persistentes y el
dominio total que tenían los españoles sobre los Muiscas, quienes representaban ser sus
mejores socios comerciales, condujo en el mismo momento que Fernán Pérez de Quesada
hacía preparativos para buscar el Dorado por tierras del Tolima (1.539), a que los Bituimas,
Ambalemas, Sasaimas, Anapoimas, Guataquíes y otras parcialidades de la nación Panche,
invadieran los pueblos de Tibacuy, Subia, Tena, Zipacón y Bojacá pertenecientes al pueblo
Muisca. Ya para este tiempo era inevitable que la intrépida valentía de los Panches y el puro
acero español se encontraran en mortal contienda.
Fue el mismo Pérez de Quesada, quien primero emprendió la conquista de los Panches. Juan
de Céspedes y Alonso de San Martín siguieron la campaña militar internándose en su territorio
poco tiempo después de descubierta la sabana de Bogotá, maniobra de gran envergadura
ordenada por don Gonzalo que arrojó pobres resultados. Posteriormente el mismo Mariscal
Quesada incursionó en suelo Caribe, atendiendo según los relatores una solicitud que en tal
sentido le hiciera el jefe Muisca Saquezazipa o Saquexazipa comandante en jefe de los
ejércitos del Zipa Tisquesusa. Acciones militares de gran envergadura ordenadas a mediados
de 1.540 por el perverso Fernán Pérez de Quesada y ejecutadas por el capitán Baltazar
Maldonado que con 150 hombres de a caballo, a pie, bien armados y cientos de reclutas
Muiscas quienes tenían que perseguir y someter militarmente a los Panches hasta los confines
de sus tierras, no lograron ningún resultado.
En 1.543 Hernán Venegas Carrillo recorrió la zona en busca de las minas de oro. Un año
después organizó otra expedición y regresó a la zona con fines punitivos, que dio como
resultado la capitulación de varios grupos y la fundación de Tocaima en tierras del Síquima
Guacaná.
Los Panches estaban forzados a combatir los invasores europeos donde los encontraran, y
tuvieron como gran objetivo militar abrir de nuevo las rutas comerciales y liberar Zipaquirá y
Nemocón, principales centros para la producción de sal.
Los Muiscas a su vez fueron ingenuamente engañados; separados de sus Zipas y Zaques,
perdieron sus tierras, su religión, su identidad y de paso ayudarían a que los conquistadores se
quedaran con las tierras de los Panches, ricas en minas de oro y plata, donde después serían
sometidos a los abusivos rigores de la mita en labores de minería, boga, labranza y acarreo de
enseres.

982
Ese antagonismo arcaico creado por los continuos hostigamientos y pretensiones entre estas
naciones vecinas, originó a su vez una situación intolerable y es así como los Muiscas ceden
ante la posibilidad de acabar definitivamente con sus enemigos de siempre. Enemistad que
fue utilizada por los españoles para fortalecer sus cuadros en la lucha sostenida contra los
Panches. Fue tan grande el propósito de los Muiscas de acertar una victoria militar definitiva
sobre sus congéneres, que se mostraron ciegos ante la intolerancia y arrogancia de los
castellanos; incluso se sentían deslumbrados por sus crecidas barbas parecidas a la de sus
dioses, por la gallardía, dureza, resistencia, fuerza e intrepidez que estos mostraban. El mejor
testimonio de obediencia y sumisión de estos indígenas lo resumió su conquistador, Gonzalo
Jiménez de Quesada con las siguientes palabras: ... En cuanto a la vida, costumbres y religión
y otras cosas de estos indios del Nuevo Reino de Granada, digo que la disposición de estas
gentes es la mejor que se ha visto en las indias...

Los encomenderos y vecinos del Nuevo Reino “ Estaban en costumbre de que los indios no
sólo les diesen tributos de oro y mantas y esmeraldas y otras cosas de esta suerte, que son
llamadas tributos reales, pero otros aprovechamientos de ayuda de costa, como eran tantas
cargas de leña y tantas de yerba cada semana, y tanta madera para bohíos; y no sólo se
hubiese de vender, y otras cosas de esta suerte, que serían largas de contar, y a esto llaman
tributo y servicio personal”.
FRAY PEDRO AGUADO, Cura doctrinero, historiador que acompaño a los conquistadores.

983
LA ULTIMA FRONTERA.

A finales del mes de abril de 1.544 los conquistadores comandados por el capitán Hernán
Venegas, a nombre del emperador Carlos V, tomaron posesión de las tierras de Tocaima,
gobernadas por el Guacana, que era el más poderoso y respetado de todos los Caciques
Panches de ese lado del Magdalena ( lado oriental del río).
Lachimi, fue hecho prisionero y posteriormente asesinado después de haber sido derrotado
tras una sangrienta guerra.
Calandaima, Cacique de Anapoima, también fue sometido por la fuerza.
Cónchima, se presentó voluntariamente pero se desconoce su suerte.
Iqueima, cuyos dominios se encontraban en la margen izquierda del río Fusagasugá, fue
vencido en un asalto sorpresa.
Yuldama, Gran Señor de un basto sector del norte del Tolima, valeroso líder de los Gualíes,
organizó otras parcialidades de la nación Panche como los Guasquias, Onimas, Abeas,
Marquitones e importantes líderes menores para hacer frente a la desenfrenada y arrogante
intervención española. Sustentador de la rebelde trama, Gualíes contra españoles. Jiménez
de Quesada ordena a su capitán Juan Esteban confrontarlo con un poderoso ejército. Según la
historia colonial, fue muerto en combate por la lanza del oficial español que le atravesó su
tórax. Sus seguidores se rindieron a la muerte de tan importante autoridad.
Pompomá, Síquima de una extensa zona, margen occidental del río Magdalena, tío del
Cacique Cirircua, aliado y colaborador incondicional de los cacicazgos Gualí y los Onima. Su
heredero fue secuestrado por el comandante Gonzalo Jiménez de Quesada para poderlo
doblegar.
Cirircua, Cacique hijo de Yuldama “ mozo soberbio, de valiente brío, que a la muerte de su
padre Yuldama, llama al indio Pompomá que era su tío”. Batalló a los españoles hasta que no
pudo más. Su voluntad fue quebrantada. Finalmente en acto desesperado acató el yugo
español.
Guastía, Cacique principal que gobernaba tierras próximas a Bogotá. Se destacó cuando
intervino en la batalla contra Gonzalo Jiménez de Quesada y su sobrino Jerónimo Hurtado de
Mendosa, quien muere en la refriega contra los Panches en la zona de Mariquita. Este jefe fue
catalogado por sus enemigos los españoles, como conductor de una cuadrilla de mercenarios
al vaivén de la mejor oferta por parte de otros Caciques Panches.
Niquiatepa, Síquima que con determinación defendió su gente de la esclavitud. Logró reunirse
con otros Caciques para enfrentarse contra la conquista de la destrucción. Colaboró en la
alianza con los Gualíes
Abea, Avea o Anea, Cacique “de gente robusta y en su trato desenvuelta”, principal autor de la
revuelta y colaborador de los Gualíes. Su zona de gobierno fueron las tierras al rededor de la

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población de Guayabal Tolima. Se entrega a los españoles afirmando ser libre y exento de
cualquier culpa. No obstante su entrega, fue detenido y encadenado. Se prohibió ser
recordado en la zona que gobernaba, su suerte aunque patética se desconoce.
Cimarra, Cacique menor, colaborador de los Gualíes. Fue bautizado con el nombre de Pedro.
Nunca entendió la injusticia contra su pueblo, a pesar de colaborar y ser obediente; decidió
luchar contra el régimen que no pudo comprender, contra el imperio que practicaba una doble
moral y solo buscaba el exterminio para su gente.
Totor, Síquima que acompañó y dio obediencia a Yuldama, en alianza fallida para vencer a los
españoles.
Uniatepa, Entregó su mando y obediencia al pacto con los Gualíes.
Uniguá, Dedicó su vida a la expulsión de los españoles de sus tierras. También hizo parte de
la alianza con los Gualíes.
Ujiaté, Cacique menor que se revela y forma parte de la agrupación con los Gualíes contra el
yugo español. Terminada una refriega, el Teniente General Gonzalo Jiménez lo manda llamar
para buscar la paz por que no hay otro camino, pero Ujiaté en gesto de buena voluntad envía a
su hijo quien fue secuestrado y encadenado por Jiménez de Quesada junto con otros
importantes jefes traicionados.
Ondama, Señor de Honda, “mañoso y esforzado”. Gobernó el sector que hoy día lleva su
nombre. Acompaño a sus hermanos en la coalición de los Gualíes y otras etnias para luchar
contra los castellanos en la liberación de su nación.
Estos doce últimos Síquimas bizarros y montaraces, a partir de Yuldama, conformaron una de
las últimas resistencias serias que se le hacía a la colonización europea en el norte del Tolima.
Esta confederación de señoríos logró acertar un duro golpe moral y militar, ocasionando gran
dolor tanto al ejército español como a la sociedad colonial de la época; cuando en combate los
Panches dan muerte al Capitán Jerónimo Hurtado de Mendoza, sobrino muy apreciado del
adelantado don Gonzalo Jiménez de Quesada. Estos exaltados en armas contra el nuevo
orden, fueron llamados por los españoles “SUSTENTADORES DE LA REBELDE TRAMA”. El
levantamiento de estos cacicazgos, mas que todo tuvo como centro de acción el Norte de
Tolima y sus protagonistas fueron Panches, algunos de ellos mestizos y convertidos. Las
sublevaciones y luchas de los oprimidos eran llamadas GUASÁBARA, palabra usada por los
aborígenes para expresar que su pueblo estaba unido para hacer frente a un opresor.
Los Jefes Caciques anteriormente señalados, no se mencionan de acuerdo a su importancia,
sus nombres tampoco tiene un orden cronológico.
Derrotados y sometidos estos importantes Señores, su pueblo fue cayendo lentamente al
consiguiente repartimiento tributario y el trato fue el de menos que esclavos por los
encomenderos. El lado oriental del río Magdalena fue tomado, y los hijos de esta vigorosa
nación fueron aniquilados en gran parte por el excesivo trabajo en las minas.

985
Por el año de 1.549 el Visitador y Juez de Residencia, Licenciado Miguel Días de Armendáriz
comisionó al capitán Francisco Núñez Pedroso para que fuese a la conquista y pacificación de
los Panches del lado occidental del río Magdalena. El 28 de agosto de 1.551 es fundada San
Sebastián de Mariquita por el mismo capitán Núñez Pedroso, para que sirviera como base para
la explotación de estas minas y para hacer frente a quienes se proclamaban como únicos
dueños de estas tierras. Misión que ya por este tiempo fue encomendada por los oidores Juan
López de Galarza y Beltrán de Góngora desde Santa fe. Los grandes cercados se volvieron
asentamientos militares españoles o donde vivían caciques que tributaba a los europeos
cualquier producto, incluidos esclavos y sus propias hijas, pero los Panches resistían las
enseñanzas de la cruz y por lo tanto a la voluntad española.
Sobre el origen del nombre de esta ciudad, reviviremos un aparte de lo que sugiere Aguado en
su obra Recopilación Historial de este lugar: “ Iban (los indios) invocando el nombre de su
cacique Malchita, con muy grandes voces y alaridos que daban. Los españoles como oyesen
repetir tantas veces y con tanto ahínco a Malchita, entendieron que decían Mariquita”. El 8 de
enero de 1.553 por problemas estratégicos, la villa de Mariquita fue reubicada en el sitio que
hoy se encuentra. Mariquita cumplió un importante papel durante buena parte del proceso
colonial, fue centro minero, comercial y posteriormente capital de la provincia durante la
República.
Entretanto y por muchos años, las tropas españolas comandando grandes ejércitos de
mercenarios Muiscas, intervinieron violentamente ocupando población tras población,
arrasando, quemando, saqueando, ahorcando, destrozando casas, sembrados, y cautivando a
quienes se dejaban capturar vivos con sus familias para ser esclavizados y bautizados. Los
principales líderes fueron acusados de delito de traición y alevosía contra su Majestad el Rey,
se les culpó de actos que nunca habían cometido. Los castigos fueron horrorosos para que
fueran tomados como escarnio y ejemplo. Fueron, aperrerados, de la palabra aperrerar
(cautivos indios entregados a los feroces perros mastines para que fueran despedazados
vivos), ahorcados, decapitados, muertos a garrote, azote o a piedra, tormento de quema de
pies y cuerda al cuello, quemados vivos; sus cuerpos destrozados y colocados en sitios
públicos hasta que los restos quedaran hechos polvo, para que no quedara memoria y los
demás entendieran que este castigo se daría a otros que cometieren el mismo delito. A
algunos sobrevivientes se les amputaba un pie para que no huyeran, no pudieran o perdieran
capacidad combativa física, muchos hombres ancianos y niños terminaban castrados como
consecuencia de los experimentados perros de guerra, otros fueron entregados a los soldados
Muiscas quienes los descuartizaron, a otros se les obligó a establecerse en sitios determinados,
condenaron a pena de muerte a quienes salieran de estos lugares o se les encontrara algún
tipo de arma y a pagar los gastos de la pacificación. Las poblaciones indígenas Panches,
fueron totalmente entregadas a soldados españoles para que las saquearan a su gusto como

986
recompensa por sus servicios. Estas campañas destrozaron sus poblaciones y cultivos,
quitándoles así con estos golpes la base económica y social de su cultura.
Convirtiéndose los Panches en un problema, político, económico, social y religioso se
interponían a los intereses del Nuevo Reino. Bajo la amenaza constante de ataques,
obstaculizaban importantes caminos como los de Tocaima, Honda y Mariquita hacia Bogotá,
interrumpían la navegación por el Magdalena principal vía hacia el Atlántico, se aferraban a su
tierra sin permitir la explotación minera, atacaban caravanas y pueblos fundados por españoles
haciendo de la zona un sitio inseguro y peligroso. Lo que hizo perder la esperanza de los
españoles para someter a estos nativos, fue el haber rehusado por completo el adoctrinamiento
religioso. Los españoles entonces mantienen un acoso militar constante con un formidable
ejército Muisca - Español; introducen la temida encomienda, mita, esclavitud, destierro y el
vergonzoso resguardo, desarrollan un sistema de tala y quema sistemática de las cosechas y
sementeras a lo largo de todo el año, por espacio de varias décadas para así poder ganar
(introduciendo un nuevo factor; el hambre) la guerra que militarmente habían perdido.
Los combates son sangrientos y van de un lado a otro de la frontera, la resistencia era férrea,
casi inquebrantable y se prolongaría por espacio de 70 años, la cual culminaría con la creación
de fortines militares y la fundación de villas, doctrinas, encomiendas, curatos, pueblos de
indios, pueblos de blancos, resguardos etc. Finalmente con la Guerra Pacificadora, bajo la
dirección del presidente de la Real Audiencia Juan de Borja, tan feliz ante el aroma de la mirra
e incienso como con el de la sangre y la pólvora, consigue tan anhelada victoria. Su gestión
comprendía la de acabar por completo con todos los levantamientos indígenas del Nuevo
Reino. Esta presión militar, religiosa, política y económica ejercida por Borja duró desde 1.605
a 1.611 y fue llamada Guerra Sistemática.
Rodeados por caseríos españoles, que no eran mas que fuertes militares de dominación y
represión; al norte Mariquita y Honda, al sur por Ibagué y Venadillo, al occidente con Frías y
Santa Ana de los Caballeros (Fálan), los Panches fueron lentamente sometidos. Fernández de
Piedrahita describe estos pueblos o fuertes en la siguiente conversación entre Belalcázar y
Quesada: “ Son las ciudades que se fundan, la seguridad de los reinos adquiridos, por ser el
centro donde se recoge la fuerza para aplicarla a la parte que más necesita de ella. Entre tanto
que la nueva población se acaba procuren los pobladores, ni permitan que los indios entren en
el circulo de la población, hasta que hecha y puesta en defensa, y las casas de formas que
cuando los indios las vean, les cause admiración, y entiendan, que los españoles pueblan allí
de asiento y los teman y respeten. Las casas y edificios uniéndolos para que sirvan de defensa
y fuerza contra los que la quieren estorbar o infestar”. Con toda evidencia el pensamiento de
los conquistadores y las Ordenanzas Reales, iban encaminadas a desplegar fortines defensivos
y ofensivos ejecutados por personal militar con claras preocupaciones estratégicas.

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A partir de entonces poco se habló de ellos. Esta estrategia sin precedentes dejó como única
salida a Panches y otras tribus Magdalenienses como Pantágoras y Pijaos la del no-
sometimiento y la de acabar con sus propias vidas. La escalada de terror o política de
violencia que se inició en esta época parece no haberse detenido, desafortunadamente esta
mecánica social o forma de vida no se ha podido excluir de nuestra herencia hispánica.
La situación de desespero lleva a estas tribus magdalenienses a tomar acciones sin
precedente, entre ellas el aniquilamiento físico para huir de su derrota y evitar que sus mujeres
y niñas entraran al servicio de la prostitución, e impedir que los hombres fueran vasallos o
esclavos de la gente que tanto mal y dolor les había causado. El historiador Juan Rodríguez
Freyle hace referencia: “El capitán Francisco Núñez Pedrozo, vecino y conquistador de Tunja,
con comisión del licenciado Díez de Armendáriz... pobló la ciudad de Marequita, que así se
llamaba el cacique e aquella provincia. Después se mudó llamándola Mariquita... Ha sido y lo
es muy rica de minas de oro, aunque ya le han faltado sus naturales. Al presente están
poblados junto a ella los reales de minas de plata de las Lajas y Santa Agueda. De esta ciudad
salió el capitán Asensio de Salinas, y a quince leguas de ella, a la banda del norte, pobló la
ciudad de Victoria, año de 1.558, rica de minerales de oro. Tenia asiento entre dos quebradas,
que ambas parecian que vertían oro. Cerca a esta ciudad están los Palenque (Pantágoras) con
sus ricas minas. Fue fama que tubo esta ciudad nueve mil indios de repartimiento, los cuales
se mataron todos por no trabajar, ahorcándose y tomando yerbas ponzoñosas, con lo cual se
vino a despoblar esta ciudad”.
Al despoblar las riberas del Magdalena y sus afluentes, los Panches se quedaron sin su gran
recurso del pescado, y al quemar sus maizales y cultivos de pancoger se perdió la base de su
alimentación. Los grandes y bastos centros poblados en los cuales habitaban los Panches y
vecinos perdieron así la posibilidad de sobrevivir. Los sometieron, asesinaron y dispersaron
por todos lados, los aislaron hasta convertirlos en forajidos y cimarrones “indios del monte”, sin
cultura alguna; perdiendo la noción de haber sido impetuosos. El lema del conquistador a
practicar sería, el de exterminio a sangre, fuego y religión, para comprobarles que la razón
aunque no siempre la tuvieran, vendría del lado de la invasión europea ya incontenible.
El régimen tributario organizado por el sistema colonial también alcanzó a interferir en el
propósito de avasallar y perseguir a este pueblo. Entre las obligaciones fiscales más
importantes en el periodo colonial que estaban dirigidos a recaudar fondos de los indígenas, fue
el tributo o impuesto, era una contribución obligatoria que tenían que pagar los indígenas en
productos agrícolas, oro, piedras preciosas o en moneda, de no hacerlo los castigos eran
severos incluyendo la misma muerte como escarnio y buen ejemplo.
Un reducido número de desadaptados sobrevivieron toda la etapa de la colonia, teniendo como
era de esperar, un comportamiento diferente al de sus opresores. Sin educación, patria, ley y
cultura se transformaron en seres violentos, atrevidos e incultos. No tuvieron otra alternativa

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que la de sobrevivir desarrollando su agresividad, crueldad y astucia. Su condición física
también se afectó, a causa de una pésima dieta por que no se les permitía cosechar ni comer,
por una endogamia excesiva, ya que no tuvieron con quien más mezclarse que con los de su
mismo grupo o entre sus propias familias, acto que desencadenó problemas y desórdenes de
índole genético. A raíz de estas causas, sus hijos ya no lucirían grandes, fuertes ni esbeltos, ni
sus mujeres hermosas e inteligentes. Por este provocamiento maliciosamente encausado,
nace un agravio rápido, ofensivo y a su vez injusto, que un neogranadino le pueda decir a otro;
el de Indio. Tristemente hoy día se usa el mismo término como uno de los insultos más
deshonrosos e injuriosos. Los naturales a su vez crearon una expresión de mofa, de desafió
que le hacían a los españoles tratándolos de cobardes, “Manicato Indio”.
Las tierras de los Panches entraron a la órbita del repartimiento diseñado por la monarquía. El
Papa Alejandro VI por medio de una bula, reconocía la propiedad sobre tierras y habitantes de
nuevos territorios descubiertos a la corona, y a su vez los Reyes Españoles por ser propietarios
del Nuevo Mundo concedieron las tierras a conquistadores y colonos por medio de una gracia o
Merced Real. Durante la colonia (1.493 - 1.591) la tierra se adquiría por medio de Cédulas y
Mercedes Reales, que eran documentos entre la Corona y el conquistador, mediante los cuales
la propiedad de la tierra se obtenía después de residir en ella por 5 años. La tierra también se
concedía a perpetuidad. En 1.594, una Cédula Real estableció que las tierras Baldías o
Realengas se debían adjudicar mediante subasta pública, generando inmensas ganancias a
España. También autorizó la concesión de Tierras Comunales y creó los Ejidos.
En 1.680 se reunieron todas las leyes diseñadas para los naturales, creando así el Código de
Indias, que reglamentó la propiedad de la tierra en América y fomentó el fenómeno de
concentración de tierras en pocas manos.
Los castellanos lograban así, aquel sentido que hace del quebranto de la voluntad la base de la
filosofía colonialista. Solitaria e incomprendida esta gente Caribe con orgullo, altivez y
espiritualidad, no permitían que su personalidad fuera destruida. Este objeto inocente y noble
desató entre los castellanos toda la malicia, crítica y odio que fueran capaces. La inhabilidad
de los españoles para destruir la personalidad y quebrantar la voluntad demasiado persistente y
enérgica de los Panches, solo consiguió endurecer el conflicto y concluir que lo mejor para la
colonización era practicar la peor de las crueldades, el sacrificio de todo un pueblo. Para
comienzos del Virreinato de Nueva Granada (1.717), los Panches ya habían sido
exterminados. La mayor parte de las tierras de los Caribes del interior de Colombia, fueron
muy productivas en la minería pero sobre todo en la agricultura, siendo el tabaco uno de los
productos mas destacados. Por esta época las tierras del país de los Panches del Magdalena,
fueron adaptadas en su totalidad a este cultivo, produciendo excelentes ganancias a sus
explotadores. En 1.766 por Real Cédula se ordenó monopolizar la renta del tabaco; para la
recaudación de impuestos se forman partidos integrados por un conjunto de pueblos de una o

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más provincias. Mariquita, Honda, Guayabal, Ambalema etc. pertenecieron al "partido de
Panches de la banda occidental del Magdalena”, que comprendía toda la provincia de Mariquita
desde Honda hasta Ibagué y Chaparral. Los de la banda oriental formaban otro partido llamado
también de “ los Panches de acá”.

“ Esas crueldades no lo son en realidad. Un hombre de la edad media execraría todo el estilo
de nuestra vida actual no ya como cruel, sino como atroz y bárbaro. Cada época, cada cultura,
cada costumbre y tradición tienen su estilo, tienen sus ternuras y durezas peculiares, sus
crueldades y bellezas; consideran ciertos sufrimientos como naturales; aceptan ciertos males
con paciencia. La vida humana se convierte en verdadero dolor, en verdadero infierno sólo allí
donde dos épocas, dos culturas o religiones se entrecruzan. Un hombre de la Antigüedad que
hubiese tenido que vivir en la Edad Media se habría asfixiado tristemente, lo mismo que un
salvaje tendría que asfixiarse en medio de nuestra civilización. Hay momentos en que toda una
generación se encuentra extraviada entre dos épocas, entre dos estilos de vida, de tal suerte,
que tiene que perder toda naturalidad, toda norma, toda seguridad e inocencia."
HERMAN HESSE. “Estas palabras de Herry Haller me han dado la clave para comprenderlo
así y soportar el mal hasta el fin”.

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LA ARMADA MÁS PODEROSA DE TODOS LOS TIEMPOS.

Escogida por el destino para ser el poder más grande sobre la tierra, España expulsa a
invasores e infieles de sus territorios, reúne sus principados en torno a la unidad nacional,
hegemoniza la religión en toda Europa, solidifica su estructura política y militar en todas sus
posesiones y amplia sus fronteras lanzando una agresiva estrategia de conquista y colonización
en América.
Los Panches sin embargo tenían que enfrentar este dominio, el más formidable de aquellos
tiempos, el del Imperio Español. Un ejército disciplinado, con impresionante autoestima, con
una fe ciega en su Dios y divinidades, con una política histórica acertada en su misión imperial,
con el respaldo político y espiritual de una institución poderosa como era la Iglesia Católica y
con sólidos triunfos militares e intereses territoriales sobre otras potencias; sin embargo la
gloria buscada por los españoles se pagaba con el sufrimiento y la muerte de alguien más.
Los hispanos contaban con una larga tradición castrense y un ejército experimentado, junto a
desarrolladas tácticas militares; como una infantería bien puesta en el campo de batalla que
con apoyo de una caballería rápida y fuerte se convertían en una fuerza arrolladora.
La pólvora usada en cañones, mosquetes y explosivos hizo de la guerra en el paraíso
americano un escenario de confianza y seguridad para quienes la introdujeron. No obstante
quienes sintieron la estrepitosa destrucción de estas armas, se llenaron de terror e
incertidumbre. La pólvora como gran detonante fue uno de los métodos de aniquilación masiva
más eficientes usados en esta guerra desigual.
Entre las acciones militares españolas más destacadas o mejor dicho más destructivas donde
posteriormente se crearon imperios particulares en América; tenemos la cruel marcha, traición,
sitio, toma y posterior destrucción de la sublime ciudad de Tenochtitlán en México, comandada
por Hernán Cortés cuyos territorios privados fueron llamados Nueva España.
La violenta, traidora y turbulenta conquista del Perú por el Capitán General Francisco Pizarro,
llamado por sus mismos compañeros tirano e ignorante, cuya jurisdicción personal fue
designada Nueva Castilla. Allí como dato anecdótico, sucedió el primer secuestro extorsivo
que se tenga noticia en América; el Inca Atahualpa es secuestrado por Cortes, pidiendo por su
rescate cuatro salones repletos de oro. Después de haber pagado su rescate, el emperador
Inca es asesinado.
Y la no menos inhumana, brutal, feroz amañada y engañosa ocupación de los territorios
nombrados Nueva Granada por el licenciado don Gonzalo Jiménez de Quesada. Hechos que
por supuesto los afianzaba en su historia militar como los mejores guerreros y conquistadores
de la época, como lo han sido en su tiempo y zona de influencia Egipcios, Vikingos, Godos,
Romanos, Árabes, Griegos, Persas, Chinos, Mayas, Aztecas, Incas, y mas recientemente
Ingleses, Franceses, Rusos y Norteamericanos, entre muchos otros.

991
En el transcurso de la conquista de la Nueva Granada, los españoles vieron morir muchos de
sus soldados, solo modestas bajas comparadas con las de los adversarios Panches. Los
soldados conquistadores luchaban con valor, contra lo que en comienzo parecía desventaja por
el intrépido e insuperable ejército Caribe. Durante corto tiempo los Panches confundidos,
vieron a sus enemigos cuando menos como el regreso de poderosos dioses guerreros; pero
dadas las circunstancias, fueron precisamente ellos, los Caribes del Magdalena quienes
lucharon como poderosos dioses guerreros.
Los españoles en un largo y complejo proceso con implicaciones internas y externas pierden
hegemonía global. La desastrosa situación de España a principios del siglo XIX y la mala
administración de los virreyes al cabo de varios siglos de gobierno desató los movimientos de
reivindicación e insubordinación en sus colonias. Estallaron rebeliones dando como resultado
la expulsión de los realistas de las colonias en América. Se crearon nuevos estados
independientes, hubo esperanza para los nuevos americanos, dueños finalmente de sus vidas y
recursos tras centurias de opresión y desesperanza. Pero para muchos observadores de este
continente, echar los opresores extranjeros no fue suficiente, incurrimos y permitimos formas
de opresión e injusticia entre nosotros mismos.

“ Llegué a Honda (Tolima) el 10 de agosto del año de 1.819, precisamente el mismo día en
que se embarcaban los realistas, despavoridos con la sorpresa de las gloriosas batallas de
Vargas y Boyacá. Parece que una feliz casualidad me condujo al lugar de mi nacimiento a la
hora que lo abandonaban los españoles para no volverlo a pisar jamás como amos feroces
sino como amigos o hermanos”.
MARCELO TENORIO. Escritor oriundo de Honda, Tolima. Fragmento de su obra titulada
"Confesión de un Viejo Faccioso Arrepentido", escrita en la época de la independencia.

992
LA MONARQUIA EN LA COLONIA.
MITA, ESCLAVITUD Y DESTRUCCION.

La libertad de los indígenas estuvo limitada por leyes e instituciones, que se crearon para
explotar la mano de obra aborigen sin costo alguno y repartir sus tierras entre los colonos
provenientes de España.
De las instituciones orientadas al repartimiento de indígenas y sus tierras con mayor
importancia creadas en la conquista, colonia y primeros años de virreinato, tenemos:
El Repartimiento. Consistía en la adjudicación de indígenas por medios violentos entre
colonizadores para beneficio propio.
La Encomienda. El colonizador estaba facultado para ejercer autoridad total sobre un grupo de
indígenas, por lo general núcleos familiares a quienes utilizaba en actividades agrícolas o de
minería, pudiendo también cobrarles un tributo. El encomendero a cambio estaba obligado a
protegerlos e instruirlos el la fe católica con la ayuda de los curas doctrineros.
Los Resguardos. En 1791, el Rey Felipe II de España estableció la formación de resguardos
indígenas por fuera del control de los encomenderos. Esto se logra a raíz de las continuas
quejas de oidores y delegados de la corona sobre el maltrato que durante siglos fueron objeto
los indígenas en América. Aunque para algunas culturas nativas las leyes sobre resguardos se
hicieron demasiado tarde, estas ayudaron sin embargo a preservar algunas cuantas hasta
nuestros días. Los resguardos o extensiones de tierra se entregaron para el uso de
comunidades indígenas, con prohibición de venta o transferencia.
La Esclavitud. Debido a la necesidad de mano de obra para la explotación de los recursos, se
hace dispendiosa la utilización de esclavos indígenas, conduciendo a una de las peores crisis
de población que se halla visto en la historia universal. A mediados del siglo XVI y el XVII se
convirtió en uno de los negocios más prósperos de Europa, la captura intensiva de africanos
para traerlos como esclavos a las plantaciones y minas de América. Entre los años 1.521 y
1.802 entraron al servicio de la colonización cerca de 1`000.000 de esclavos africanos cuya
situación era parecida a la de los nativos americanos respecto al trato inhumano que recibían
de sus despiadados captores. En el Norte del Tolima es curioso encontrar una representación
importante de la raza negra como en otros sectores del país, se debe a que la represión fue tan
grande en este territorio y el interés de los colonos de no compartir estas tierras con nadie, que
obligó a los fugitivos o quienes eran liberados de la esclavitud a poblar sectores distantes y
aislados con el propósito de no volver a ser martirizados.
La Real Hacienda. Este fue el régimen tributario creado para administrar las obligaciones
fiscales que tenían los vasallos americanos con la corona española.
La Mita. En los primeros siglos de gobierno colonial, los castellanos crearon un sistema minero
en América con el ánimo de mantener su posición imperial ante el mundo. Crearon cantidades

993
de centros mineros a lo largo del continente y como se sabe; se requería bastante mano de
obra la cual se hallaba en abundancia, diseminada en los territorios descubiertos, en sitios
donde la tecnología agrícola y densidad de la población habían generado avanzadas culturas.
Rápidamente se ingenia un método, para manejar grandes cantidades de obreros en turnos, los
cuales garantizaban la actividad permanente en los socavones. Los abusos y horrores del
trabajo en el sistema de las mitas constituyen un largo tema de explotación, investigación y
debate.
Este episodio de maltrato que mancha el encuentro entre la cultura Europea y la Americana,
fue la introducción de la mita (sistema oficial copiado de culturas aborígenes del sur de
América). Los españoles la introdujeron a lo largo y ancho de sus colonias, creada para la
explotación legal del Indio. La esencia de la norma era la del trabajo obligatorio y colectivo,
empleada en labores que requerían de un gran estado físico como en la boga o la minería, sin
que a cambio recibieran siquiera alimentos suficientes para recuperar fuerzas.
A diferencia de la ley original creada por los Incas, muy parecido al sistema feudal europeo,
ordenaba que el mitayo trabajara por un tiempo limitado, compartiendo con el propietario del
suelo, el producto explotado con un porcentaje convenido. La mita Inca estaba concebida,
organizada y severamente fiscalizada por el propio estado quien era el mayor beneficiado.
Consistía en un trabajo por relevo realizado por miles de obreros con edades entre los 18 - 50
años. El imperio necesitaba grandes obras de infraestructura como puentes, vías, edificios,
cultivar el campo, productos alimenticios, artefactos, prendas textiles, etc. Los millones de
mitayos eran retribuidos satisfactoriamente por su dedicación y esfuerzos, y estos a su vez
garantizaban la permanencia y funcionamiento de un estado poderoso y armónico. Con el
trabajo planificado y retribuido de las mitas, el estado estaba en capacidad de poner en marcha
todo lo que quería y convenía en la producción agropecuaria, artesanal, textil, arquitectónica y
militar.
Los españoles transformaron la mita, haciendo del mitayo un esclavo. Patrocinado por las
leyes, el encomendero los capturaba en sus poblados contra su voluntad, forzándolos a
marchas de varias jornadas para someterlos hasta la muerte temprana. Para las Reales minas
del Rey, cuyo centro era Mariquita y para la boga de canoas en Honda, fueron condenados
como mitayos a miles de indios Panches, que no resistieron el rigor del excesivo trabajo ni el
maltrato a que fueron sometidos. Tanto fue el extremo y la rigidez de las normas que morían
de cansancio.
El relato del oidor Francisco Guillén Chaparro de visita en la provincia de Mariquita, nos brinda
una idea clara del brutal trato, la condición social y la alarmante disminución de la población
Panche para 1.538:
...La ciudad de San Sebastián de Mariquita esta a treinta leguas de Santa fe y a tres de Honda.
Allí desembarcan actualmente las personas que por el río Magdalena van al Nuevo Reino.

994
Produce mucho maíz. En junio sube de la mar mucho pescado bagre y otros que llaman
doncellas y doradas. Es abundante de fruta de espinos y melinos, higos, granadas, membrillos,
guayabas y pilas. Las minas están a dos leguas. En la mayor parte de las sierras se saca oro.
Fue muy poblada de indios, que han disminuido mucho y han sido mal doctrinados. Esto
podría remediarse no sacándolos de su naturaleza para bogar y hacer sementeras, mandando
hacer lista de ellos y cuenta semestral de los que nacen y mueren, castigando con rigor a los
que matan a sus hijos y quitándoles las funestas borracheras. En las entradas hay que prohibir
que los negros, mulatos y mestizos tengan trato con los indios, por que los tratan muy mal.
Para mejor proteger a los naturales se debería echar a las minas a los negros, mulatos y
mestizos, lo mismo a la boga y otros trabajos, e irlos naturalizando a fin que no se vuelvan
cimarrones, para lo que son muy a propósito las vegas del Magdalena...
Fue tan aguda la opresión a los naturales de la boga del río Magdalena, que la misma Corte de
España a cientos de millas náuticas, ya tenia noticia. El mismo Príncipe Felipe por Real
Cédula del 11 de agosto de 1.552, firmada en Monzón de Aragón, ordenó al presidente y
oidores de la Audiencia Real del Nuevo Reino de Granada lo siguiente: ... A nos se ha hecho
relación que los indios que hay en los pueblos junto a la barranca del río grande, entre Santa
Marta y Cartagena, tienen excesivo trabajo en subir hasta ese Nuevo Reino las canoas con
mercadurías, y que aunque el trabajo es muy grande, la comida es poca y ruin, porque ha
acaecido muchas diversas veces por meter mucha mercaduría no dejar meter a los indios la
comida necesaria, y que de esto se sigue, que volviendo los indios a sus casa caen en grandes
enfermedades y mueren muchos de ellos, y que, seria gran bien para los dichos indios mandar
que ninguna canoa subiese con mercaduría, pues se podía subir con barcos, como agora
algunos lo hacen, sin que en ellos entiendan indios, y que los vecinos de la dicha barranca
dicen que quitándoles esta granjería de alquilar las canoas, que no podrán permanecer, por ser
los indios pobres y no poderlos mantener, y por que como sabéis no se puede a los indos poner
servicio personales en las tasaciones, sino que de los frutos de la tierra den lo que pudieren
buena mente; por ende yo vos mando que proveáis que este servicio personal de indios que
andan en las canoas en provecho de los encomenderos, se quite y se tase en los frutos de la
tierra... Con esta Cédula el Rey prohibió el trabajo de los naturales en las canoas, sin embargo
los encomenderos tardaron mucho en aplicar la disposición ya que no encontraban por quien
reemplazarlos. Para la inmensa mayoría, estas órdenes Reales llegaron demasiado tarde. Los
trabajos no podían suspenderse y el Rey no lograba presionar más, ya que bajarían
considerablemente los ingresos por impuestos a las arcas del imperio español.
Algunos años después seguía tan evidente el maltrato, el abuso y la disminución de la
población en este sector del país llegando a cifras tan alarmantes que seguía causando
inquietud y preocupación a la Corona Española. La Real Audiencia de la Nueva Granada,
elabora un informe dirigido al Rey de España fechado el 20 de febrero de 1.580 diciendo lo

995
siguiente: ... Que el anterior presidente don Lope Díez Aux de Armendáriz puso remedio al
monopolio que tenían en Mariquita los dueños de canoas y a las vejaciones que hacían a los
indios. Los arrendadores de las canoas tenían los bohíos mitad del río, en una isleta, y los
pasajeros y mercancías no podían salir sino cuando les querían dar despacho. Don Lope hizo
levantar los bohíos departe de la barranca, y mando hacer el camino a la palma por donde
hubiese podido pasar recuas si no viene Monzón a suspender los trabajos...
Nadie sabe cuántos murieron de cansancio y hambre, según Fray Pedro Simón que acompañó
a los pacificadores comandados por Juan de Borja a principios del siglo XVII estimó “... que
de una basta población vinieron a quedar solo dos mil quinientos...”, los cuales acabaron de
sucumbir por enfermedades virulentas traídas desde Europa, exterminadores combates
bélicos, fugas a regiones marginadas, transplantes forzados, el aborto voluntario de las mujeres
y la práctica del suicidio colectivo. El propósito de exterminio fue tan firme, que ni siquiera el
más mínimo remordimiento se sentía por estos hechos dolorosos, desprendiéndose de toda
responsabilidad los españoles, descaradamente atribuían toda esta barbarie a poderes divinos.
Decía el visitador Alvarez de gira por Santander en 1.790 “De los 30.000 indios, hombres
adultos con que contaba la región, solo restan menos de 200. Los demás han sido aniquilados
por el secreto juicio de Dios”.
A continuación, aparte de la descripción de la visita hecha por Don Gonzalo Pérez de Vargas al
hermoso, productivo y virtuoso Reino de los Panches en Tocaima en el año de 1.572,
apreciación que atribuye la disminución asombrosa de esta población indígena, como a un
hecho voluntario y diabólico al que se daba como bien merecido y enmarca gran ignorancia en
cuanto a razones se refiere: “Es el suelo de este pueblo muy seco y sano y el cielo muy alegre
y claro... Es su temple de estos pueblos calidisimos tanto como en los días caniculares en
España, excepto las noches y las mañanas que son frescas y este temple no se muda en todo
el año.
La provincia de los Panches los indios son bien dispuestos y bien agestados y tienen la frente
llana y chata y el cocote como los montañeses y asturianos de España.
Son muy valientes y temidos de sus vecinos. Solían comer carne humana. Comúnmente son
liberales de lo que tienen y muy partidos. Poco codiciosos de oro y amigos de vengarse de sus
enemigos, grandes pescadores y cazadores muy sueltos y ligeros.
Precianse de teñirse los dientes de negro con las ramas de ciertos arboles llamados por ellos
GUACACA con las cuales se fregan hasta que se tiñen.
Tienen por trofeos tener a las puertas de sus casas las cabezas de los indios que han muerto.
Las hembras por la mayor parte sintiéndose preñadas matan a las criaturas dándoles golpes
con piedras. Tienen virtud de hacer abortar por que lo cual dicen que hacen por no hacerse
viejas y otras por entender que hijas lo que han de parir, lo que ellas aborrecen mucho y en

996
tanto grado que algunas las entierran después de nacidas lo cual hacen de mas de la ilusión
diabólica que les mueve por que desean que se acabe su generación.
Sus trajes comúnmente es andar desnudos y las mujeres traen un pequeño lienzo que les tapa
sus vergüenzas. Traen zarcillos en las narices a los cuales llaman CARICURIES y también las
traen en las orejas y sartas de cuentas en la garganta y en la cintura y las mujeres ziñense los
molledos de los brazos y las pantorrillas y los indios los mas valientes se horadan los labios y
traen plumas de muchos colores en las cabezas.
Son muy grandes borrachos de su vino de maíz y de yuca y de batata y piña. La mayor fiesta
que tienen es juntarse en una casa y emborracharse y después de borrachos se suelen matar
unos a otros.
En lo tocante a su religión son muy bárbaros por que casi no tenemos noticia de ella, solamente
se sabe que creen en un solo dios al que ellos llaman NANUCA o NACUCO.
En el matrimonio guardan tanto el parentesco que no solamente no se casan los que son
parientes conocidos unos con otros mas ni aún con los naturales de aquella misma provincia de
donde ellos son. No se casan por que disque son sus hermanos.
En lo demás tienen muchas abusiones y supersticiones y son grandes hechiceros y hablan con
el demonio y tienen con el sus preguntas y respuestas. Son grandes herbolarios y conocen
yerbas de gran virtud y muy venenosas con las cuales suelen matarse unos a otros
disimuladamente.
Dicen que serian por todos mas de veinte mil indios los que estaban repartidos a Tocaima y los
que en las provincias de los Panches habían dicen que serian mas de ocho mil indios de los
cuales al presente apenas hay mil trescientos, respecto de pestilencia y de una general
enfermedad nueva para los naturales y nunca vista entre ellos que fue de viruelas y sarampión
y catarro y estos pocos indios que han quedado están repartidos entre veinte y dos vecinos
encomenderos de esta ciudad.
Hay en los términos de esta ciudad muchas minas de oro como son las de la Savandixa,
Chilaca y Trementina y Venadillo y otras muchas encubiertas, hay así mismo minas de cobre y
plata y plomo camino a Timaná junto al río de Saldaña las cuales por falta de naturales y
esclavos negros se dejan de descubrir”.

997
GUAYABAL DE ABEA.

Precisamente en los terrenos de uno de estos vecinos encomenderos, estaba la población de


Guayabal Tolima a orillas del río Sabandija, llamado antiguamente con el nombre nativo de
ABEA, topónimo o nombre propio del sitio donde se fundó. Para quienes conocemos su
historia, es un campo sagrado por lo que los españoles hicieron de él. En principio fue llamado
Pueblo de Indios, como muchos otros pueblos sin nombre. Manejada por una Doctrina o
Yanaconasgo, surtía de mano de obra india para faenas agrícolas, mineras o para la boga en
las villas de Mariquita y Honda. Fue nombrado Curato o Parroquia y significa en el orden
urbanístico impuesto en América, un sitio a donde llegarían indígenas del sistema de las
Reales Minas del Rey; ya viejos, enfermos y agonizantes, para ser convertidos antes de morir
a la fe impuesta por Roma.
Donde la población del Guayabal de la época colonial fue levantada, existió anteriormente un
pueblo aborigen, presentando así el típico caso de edificar o fundar un poblado, pueblo o
ciudad en el mismo sitio donde ya había sido habitado por una población nativa; tenemos el
caso de grandes metrópolis como ciudad de México, que fue erigida sobre la exótica
Tenochtitlán o el caso de Bogotá, Ibagué, Mariquita y Honda, por citar algunas ciudades y
pueblos. Estas ciudades indígenas con cientos de años de poblamiento continuo, garantizaban
a los europeos sitios seguros y estratégicos para la construcción de sus urbes.
Este poblado de procedencia aborigen debe su nombre al gran Cacique Abea, quien dedicó su
vida a la lucha contra la dura e inflexible hegemonía española, en capítulos anteriores y
posteriores hacemos referencia a este personaje, desafortunadamente de forma somera ya que
como otros Caciques y héroes importantes se encuentra poca información.
El pueblo de Guayabal de Abea, dio albergue y alivio a miles de moribundos traídos de toda la
nación de los Panches. Sería testigo de la crueldad de la conquista, pero a la misma vez de
recogimiento y grandeza espiritual de aquellos que les cayó el peso del sangriento dominio
español; sería testigo de secretos transmitidos en oscuros callejones, guardados por frescas y
blancas paredes de bahareque. Guayabal (Tolima) entonces, fue la coartada para poder
reunirse y practicar por última vez su verdadera convicción, hecho que induciría a los Caribes
del Magdalena, a la calma espiritual y los ayudaría sin duda a morir en su santa Fe, la de ellos.
Testigo también del último discurso, de la última oración en su lengua nativa y testigo del último
grupo de individuos de sangre Panche que existió.
Con el exterminio de los Panches en 1.611, se da comienzo a la historia oficial de este y otros
poblados. El presidente don Juan de Borja siguiendo órdenes reales, empieza la tarea de crear
pueblos en este llamado Nuevo Reino. La formula era sencilla, se introducían indígenas de las
encomiendas alrededor de una doctrina (capilla o iglesia), que debería cumplir ciertos requisitos
urbanísticos como la existencia de un ejido o dehesa que eran algo así como una parcela

998
dada a los indígenas para que cultivaran, pastorearan sus ganados y construyeran sus sitios de
habitación, una casa para el cura doctrinero, un lugar de castigo o cárcel y un sitio donde
funcionara una autoridad que en principio fue el mismo encomendero, pero después seria un
corregidor de indios, en este caso lo llamaban corregidor de Panches.
En 1.627 por exigencia del visitador don Lesmes de Espinosa Saravia, oidor de la Real
Audiencia, se fundan alrededor de las doctrinas los primeros pueblos llamados en sus inicios
Pueblos de Indios. Es así como nacen los poblados de Sabandija o Angosturas del Sabandija
(no conocemos si se trata del mimo pueblo de Guayabal u otra población existente frente a
éste, al otro lado pasando el río Sabandija), Guayabal, Santísima Trinidad de Coello (Coello),
Coloya, San Sebastián de las Piedras (Piedras), Santa Lucia de Ambalema (Ambalema) y
Venadillo. Luego de estas fundaciones, don Lesmes pide a encomenderos y curas doctrineros,
la introducción de indios traídos de otras partes y negros para fundar a Guayabal y la aldea de
Méndez o paso de Julio Góngora, en donde ya se encontraban capillas doctrineras construidas
por los primeros padres Dominicos que pasaron hacia estas minas por el año de 1.570. La
encomienda establece por obligación crear la doctrina y la doctrina una iglesia, donde quiera se
encontrara una concentración indígena; los curas Franciscanos y Dominicos los primeros en el
interior de Colombia, fueron seguidos por Jesuitas, Mercedarios y Agustinos, en su propósito de
evangelizar. De esta forma se anticipaban a la autoridad civil en cuanto a organización social,
sin embargo estos códigos de disciplina, estaban sujetos a las normas morales de la Iglesia
Católica. Los curas recibían para adoctrinar lo que sus militares dejaban; fueron estos
sacerdotes doctrineros sin duda alguna, la avanzada civilizadora de la España colonialista.
Los Pueblos de Indios, no garantizaron la permanencia de indígenas desposeídos de sus tierras
en estas nuevas fundaciones que empezaron a constituirse a partir de 1.593, cuando entró en
vigencia el nombramiento de Corregidores de Indios, pero sí en cambio se fomentó el
reemplazo de los naturales por una nutrida y creciente población de mestizos y blancos pobres.
Creada la doctrina de Guayabal, Lesmes de Espinosa ordena establecerla como resguardo con
su parroquia. Como territorio que comprendía una Feligresía de curato o parroquia existente,
en 1.686 esta localidad se llamó Pueblo de Guayabal de Mariquita y a partir de 1.777 en el
Virreinato, Guayabal adquiere la categoría de Parroquia de Blancos, donde ya son permitidas
las siembras de tabaco en su territorio. Como resguardo de aborígenes traídos de otros lados
duró hasta 1853, cuando fueron prohibidos todos los del norte del Tolima por encontrarse poco
poblados; aunque el verdadero motivo fue poder ceder estas tierras a las diferentes
instituciones religiosas como doctrinas, iglesias, parroquias, conventos, etc. En 1.873 el mismo
terreno que perteneció a la misma doctrina, luego curato fue adjudicado a la comunidad y ya en
ese tiempo se llamaba Terrenos de la Virgen de Guayabal.
La región del Sabandija pasó a ser la despensa de alimentos más importante para la Villa de
Honda y Mariquita. En una era de gran productividad agrícola, tecnología minera primitiva

999
pero eficiente, habilidades manuales y fuerza de trabajo aborigen, pudieron haber asegurado el
éxito de la empresa minera española en esta zona. No obstante España tuvo que esperar,
invertir y crear mucho sufrimiento por bastantes años para verla funcionar.
Creemos que lo más duro de la mita, fue la separación violenta de los hombres aborígenes de
sus mujeres e hijos; de sus familias y tribus. Esto condujo al rompimiento definitivo de la
unidad social del pueblo Panche y otros como el Muisca. Cientos de indígenas Muiscas fueron
sacados de sus tierras frías para la ardiente boga del Magdalena, de estos ninguno regresó a
sus hogares ni siquiera por enfermedad o por el extraño caso de vejez.
Los indígenas sometidos a este orden eran llamados Mitayos, y el encomendero era amo y
señor de éstos. Cierto es que murieron por millares, humillados, marcados al hierro candente,
enfermos por epidemias que diezmaron la población como viruela, sarampión, tifoidea;
desposeídos de su fe, tierras y familia; siendo aquí donde aparece lo que los españoles
llamaron el Indio Cimarrón o indio del monte. Eran grupos de nativos fuera de la ley,
quienes decidieron hacer frente a un destino más que señalado. Desafiaban la autoridad
suprema del Rey combatiendo las nuevas encomiendas, arrasando pueblos fundados por
españoles, oponiéndose drásticamente a su evangelización, atacando caravanas de
mercaderes y resistiéndose al tipo de doctrina europea. Su extinción llega cuando sus últimas
fronteras son vencidas para dar paso a otros tiempos, con otros personajes y otras formas de
vida.
Es por ello que en esta región del Tolima, nació una de las mayores resistencias por parte de
sus pobladores a la arremetida tanto militar como doctrinaria de los conquistadores.
Las historias, leyendas y mitos siempre harán de este pueblo de los valles del Magdalena
medio-alto, una apología al heroísmo y marcará un símbolo de inspiración a la defensa de las
costumbres y principios.

"Un mes después de la llegada de los conquistadores a una aldea. Ningún bravo de estos
indios quedaba con una nariguera ni mujer con aretes. La verdadera actitud Cristiana fue
engañar para robar su oro y hacerlos pagar tributo. En cuanto al oro, no se debería dejar rastro
alguno del demonio, las piezas en oro deberán ser fundidas. Mas tarde los lingotes serán
enviados a España donde en monedas quedara estampada en relieve el perfil del Rey. Todo
esto con la gracia de Dios”.

9100
DAÑO HISTÓRICO POR LOS RELATORES DE LA CONQUISTA

Teniendo los españoles grandes dificultades para comprender pueblos tan diferentes del suyo,
es necesario juzgar la esencia y el perfil de quienes escribieron los relatos de la conquista de
América. Ellos entendieron de otra forma, contaron mal, explicaron con el ánimo de confundir
y criticaron con ligereza por que la extensión de su propio conocimiento era extremadamente
limitada. A las dificultades nacidas del no poder entender, se suma el sentimiento individual de
cada cronista. El fanatismo político, social y religioso, ha conducido siempre a la humanidad, a
cometer grandes injusticias y tremendos errores. Para una comprensión profunda, sin duda,
hay que conocer y clasificar las tendencias a fondo de los autores de estas crónicas.
Uno de los cronistas que mayor esfuerzo hizo para acercarnos al hombre indígena, dándonos a
conocer bastantes detalles de su vida cotidiana, pero que paradójicamente nos alejó por no
poder ser objetivo e independiente, que a la larga es mucho pedir por las condiciones de la
época, haciendo un daño irreparable sobre todo a las tribus que conforman lo que se ha
llamado la cultura Tolima, fue Fray Pedro Simón, gran narrador no solo para hablar de la
grandeza de sus acompañantes conquistadores, sino para poner en cuestión a tribus Caribes
como Panches, Pantagoras y Pijaos con sus descripciones exageradas de relatos
inconsistentes, mas parecidos a novelas dantescas que a sucesos reales. Este autor, al igual
que todos los cronistas meticulosos pero incautos, ha relatado lo que ha escuchado, sin tratar
de distinguir lo verdadero de lo falso, y su patriotismo exaltado le ha impedido quizá reducir los
hechos a sus justas proporciones. Poniéndolo de alguna forma, Simón era un corresponsal de
guerra que no solamente interpretaba de la mejor forma los intereses del sistema eclesiástico
al que pertenecía y la corona a la que servia, sino que escribía lo que en Europa estaban
acostumbrados a escuchar. Nunca pudo probar muchos de sus escritos porque no estuvo
presente en los hechos, además sus fuentes carecían de toda credibilidad ya que tampoco
fueron testigos directos de estos acontecimientos. Las crónicas del fraile español estaban
además de la europea, muy influenciadas por la mitología de los Paeces, los Taíno de las
Antillas y otros pueblos, las cuales se encontraban estrechamente relacionadas con tribus
Caribes de los valles del Magdalena (los Pijaos, Panches y otros mas, iban periódicamente a la
guerra para robar doncellas y coger cautivos para luego ser devorados). Sabiendo el sacerdote
exactamente donde quería llegar (degradar el aborigen con historias no ciertas), los tildaba de
estar en la misma categoría de seres fabulosos, humanoides, mixtos o mitológicos como
gigantes, cíclopes, ninfas, sátiros, centauros y criaturas salvajes, los cuales provenían de otro
Adán o habrían sido engendros de la misma tierra.
Estas "criaturas u hombres salvajes” encarnaban poderes secretos que ocultaban los espacios
arbolados, que empezaron a talar los hombres de Occidente de la edad media en adelante.
Espacio desvanecido, conquistado por la “domesticación y cristianización de estas fieras” que

9101
eran vistas con desaire por el temor y el misterio que infundían. Voraces comedores de
carroña humana, puercos y por lo general sodomitas, asesinos de sacerdotes, mujeres
indefensas y niños. Tachados de promiscuos, de tener prácticas homosexuales entre los
hombres, que de hecho para el narrador no lucían varoniles sino afeminados. El no querer
someterse al Cristianismo les daba el título de paganos, insensatos que no tenían fe, tener
serias relaciones con el diablo, monstruos, feos, deformes, feminoides, bestias inferiores a los
animales, en fin son innumerables los niveles de degradación a que estas tribus fueron
sometidas.
Por eso su trabajo, Noticias Historiales y otros por citar algunas como Elegías de Juan de
Castellanos quienes defendían la llamada “guerra justa” como una salvaguardia de los
llamados justos títulos y como un aterrador castigo para el pueblo que osara oponerse al
vasallaje del pueblo conquistador español; deberían cuestionarse al menos cuando hacen
referencia a estas gentes. Las impresiones del cura Jesuita y otras mas, hay que
minuciosamente revisarlas por medio del único camino a nuestro alcance, la arqueología, y
antropología, volver a escribir la historia con mas sentido, análisis y estudio con la ayuda de
archivos que no han salido a la luz pública y otras disciplinas afines.
No podemos desconocer que fue una época de censura, excomunión, persecución y muerte
impuesta a aquellos que se atrevieran a desafiar, criticar o trataran de cambiar ese orden.
Escribir coherentemente con ese tipo de presiones es imposible. Sin embargo no es pretexto
válido y precisamente es otro argumento más para no fiarnos de todo lo que estos escritos
dicen. Estos cronistas se afianzaron en el supuesto deber de un pueblo civilizado sobre otro
que no lo era. La importancia de continuar con las cruzadas evangelizadoras sobre paganos e
infieles, quienes no conocían las enseñanzas del cristianismo.
El sacerdote Simón ha logrado despertar dos tipos de pasiones entre los historiadores; están
quienes confían incondicionalmente en sus escritos como Demetrio Ramos que ve en la obra
de Simón un “Cimiento a la historiografía venezolana y colombiana”, y los que no confían en él
como el historiador Juan Friede, escritor elegante e investigador avisado, sostiene que ni
siquiera en el área de Noticias Historiales dedicada a los Castellanos, goza de confiabilidad
como obra verdadera. Este historiador Indigenista en su obra crítica “ los Andakí”, hecha de
menos las fortalezas de Simón como historiador y toca con sorprendentes argumentos y
evidencia la falta de documentación y verificación histórica.
Pedro Simón ha tenido muchos admiradores además de los de su época, historiadores y
lectores quienes buscan un relato bien contado, correcto y púdico “que no perjudique al servicio
de Dios, ni al de su Majestad, no ofenda a las buenas y Cristianas costumbres” (fray Pedro
Simón), de hecho, sus escritos se toman como la fuente más importante sobre la historia del
Nuevo Reino de Granada.

9102
Juan Friede desautoriza a Simón como etnógrafo y cuestiona severamente la metodología
usada por este sacerdote, como las informaciones claves que publicó y que tanta polémica en
el mundo de la historia han levantado. En esencia Friede se refiere a la formación de la
imagen aberrante de los indios del Nuevo Reino que Borja estaba colonizando para su Rey, e
invita a la reflexión haciendo un llamado, para descubrir la verdadera imagen del poblador
Precolombino, que se incluya en la historia universal de los hombres y se tenga alta prevención
en las lecturas y análisis de los documentos sobre las Indias Occidentales. Por otro lado el
historiador Friede, no se aparta de la existencia de una antropofagia ritual, pero sí niega en
cambio, una práctica generalizada de canibalismo en la América precolombina, motivada
esencialmente por los españoles para sacar provecho en lo político, económico y religioso.
“ La declaración de algunos indios como Caribes, es decir, como antropófagos, daba el derecho
de exterminarlos o esclavizarlos legalmente; Lo que producía apreciables ventajas económicas
para los conquistadores” (Juan Friede, Los Andakí).
Pero los defensores del Hispanismo no solamente han encontrado severos críticos siglos
después. En su época, en el mismo país de origen y pertenecientes a la misma institución
religiosa que los animaba, surgieron fervorosos críticos a la obra destructiva de España en
América, destacando entre ellos a Fray Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapa, cuyo
nombre fue durante varios siglos más celebre en Europa que el de otro cualquiera; el padre
Francisco Victoria, Fray Antonio de Montesinos, y otros, quienes fueron duros críticos de la obra
destructiva de los conquistadores, negaron los títulos de conquista defendidos por España en
América y denunciaron al mundo la barbarie de los castellanos en sus invasiones.
Sin embargo estas obras encontraron gran resistencia en el establecimiento. Es importante
saber por ejemplo, que para contrarrestar la publicación del libro escrito por fray Bartolomé de
las Casas que conmovió al publico europeo, por estar completamente llena de los relatos de
horror cometidos por los españoles en el Perú; el mismo Virrey creyó necesario mandar a
escribir y reforzar los escritos de Pedro Sarmiento de Gamboa quien insistía en la crueldad de
los Incas, a quienes trataba de tiranos bárbaros por cualquier motivo. Los escritos de
Sarmiento de Gamboa, son sospechosos en muchos aspectos, el autor esta demasiado
parcializado y teniendo en cuenta la razón de la publicación de este escrito, no es
sorprendente.
En la lista de los escribanos hispanistas que contribuyeron en algunos aspectos a la
desinformación por medio de relatos exagerados en América, que solo creaba confusión y
distanciamiento, encontramos a: el soldado y sacerdote Juan de Castellanos 1.522. Córdoba,
López de Gómara y Ortíz 1524. Padre Pedro de Aguado 1538. Jiménez de Quesada 1.509, el
padre Antonio Medrano 1.570, Pérez de Vargas 1.572, Borja 1.604, el padre Alonzo de Zamora
1.635, el Neogranadino Juan Rodríguez Freyle 1.566, el Obispo Lucas Fernández Piedrahíta
1.688 y el padre Basilio Vicente de Oviedo 1.699, entre otos. Estos interlocutores no callaran el

9103
silencio de todo el millar de desposeídos, maltratados, humillados y muertos que los acusan.
Los documentos escritos de desigual aprecio, sobre los que hemos leído con detención,
desalientan al investigador; en estos antiguos escritos la mayoría son desesperantes por su
extensión, tediosos por la forma en que están escritos y desoladores por su candidez. Entre los
autores modernos muchos, casi su totalidad, han evitado analizar a los Panches de una
manera diferente a como lo hicieron sus antecesores; siguen sosteniendo tesis preconcebidas.
Sin embargo, se ha encontrado en todo esto, algo de buen provecho; las mismas
contrariedades y vacíos en estas crónicas nos pondrán en el camino de la verdad.
Los Pijaos al igual que los Panches, también sufrieron este maltrato histórico
coincidencialmente por los mismos cronistas de esa época pero como los Pijaos aun no han
desaparecido, el tema sigue generando obras literarias polarizadas que persisten con el
señalamiento y comentarios en detrimento del indígena y como si fuera poco, sugiere la
llegada de los españoles a estas tierras como hecho afortunado. Historiadores de siglo XX
como Víctor Bedoya con su obra titulada Pijaos y Quimbayas, 1.953 o Manuel Lucena Samoral
con su libro Don Juan de Borja. Primer presidente de Capa y Espada de nuevo Reino de
Granada 1.966, se empecinan en la degradación del nativo americano, creyendo de esta forma
no exponerse a contradecir a sus antecesores, padres de la historia de este país. En este
sentido, algunos historiadores nacionales, poco adelantan en relación con las crónicas
heredadas, resaltan los errores y horrores históricos y sostienen el prototipo cabal del
conquistador como el ideal.
Al Indio se le desconoce entonces la posibilidad de salir de ese marco de sádico-vandálico cuyo
holocausto consideran un acto de justicia. Pero lo que más produce dolor y frustración, es que
esta misma tontería y disparate racial, sea tomado como un hecho reconfortante consumado.
Muchas de estos escritores que llegaron de Europa, veían en los libros importantes de la
época, devocionarios, libros de horas y romances (algunos de estos redactados en la alta edad
media); auténticos acompañantes que los entretenían e inspiraban, ayudándolos a su vez en la
creación de personajes y situaciones imaginarias. Extraños seres, signos y símbolos
zodiacales, gentes con dos cabezas o cara de perro, amazonas, sátiros, ninfas, hombres
salvajes y cíclopes. Para citar un ejemplo, el de Ponce de León, quien dedica su búsqueda a
encontrar la Fuente de la Eterna Juventud en la Florida. Hay muchos lugares en la América
que sus nombres provienen de estos y otros escritos más antiguos.
Vale la pena decir que Herodoto, el mas destacado viajero e historiador Griego conocido en el
mundo moderno con el nombre de Padre de la historia (484 - 420) cuenta en sus relatos todos
los sucesos legendarios o verídicos, capaces de subrayar la oposición entre el mundo bárbaro o
salvaje (Persas, Egipcios, Medos) y la civilización Griega, relatos con gran influencia en el
mundo occidental. Lo interesante de todo esto es que las crónicas e impresiones recogidas

9104
aquí en el continente por frailes, laicos y demás, estaban seriamente afectadas por estos
escritores y sus novelas de pasatiempo.
Los anglosajones no fueron diferentes; para justificar la conquista de los territorios que hoy
comprenden los Estados Unidos, adujeron la costumbre que tenían los indígenas de quitar el
cuero cabelludo a sus víctimas, haciéndolos ver insensibles e inhumanos, costumbre que
aprovecharon y promovieron para aterrorizar a sus serios adversarios franceses. Los franceses
a su vez celebraban y premiaban este tipo de acciones de sus aliados nativos contra los
ingleses.
Lo mismo ocurrió con los conquistadores españoles respecto del sacrificio humano en el
México que hallaron. En el Reino de los Mexicas evidentemente existió el atroz sacrificio
humano abriendo el tórax y extrayendo el corazón aún palpitante de la víctima ofrendada,
motivo que escandalizó a los extranjeros europeos, pero el punto del debate se mantiene en
qué tan frecuentemente este tipo de sacrificios se hacía?. Argumento que los cronistas de la
conquista española exageraron haciendo pensar en el ritual como un acto bárbaro, sin
fundamento, siendo practicado con exageración incontrolada. No obstante todos los estudios
arqueológicos en esta parte de México dieron el resultado de la práctica del sacrificio,
reduciendo considerablemente el número de víctimas. El sacrificio humano Azteca, al igual
que muchos ritos y costumbres, no se puede argumentar en blanco y negro, y paradójicamente
tratar de ser jueces cuando las leyes y normas no se habían creado para casos tan distintos a
los europeos, y mucho menos cuando no se intentó comprender los matices y la complejidad
del ritual. Para los Aztecas el sacrificio humano, era una práctica sagrada, con profundidad
religiosa; cuya continuidad dependía enteramente del cosmos. Se llevaba a cabo en la más
reverente de las circunstancias, un acto supremo, religioso, de una gente devotamente
profunda. Sentían responsabilidad por la continuación del universo, por que eran ellos los hijos
del sol. Los Aztecas creían, como la mayoría de la gente antigua, que los dioses crearon el
mundo y el nacimiento del sol fue el acto más importante de todos. Esta explicación proviene
de documentos escritos en el siglo XVI gracias a un informante Azteca. TONATIÚ era el sol, y
el sol es indispensable, ya que toda vida en la tierra perecería sin él. Muchas comunidades en
la América precolombina en especial los Aztecas, estaban a gusto venerando y rindiendo
tributo al astro rey. Para ellos el sol necesitaba nutrirse para tener fuerzas y así poder seguir
con sus labores diarias. ¿Y que podían darle para vitalizarlo e inspirarlo más, que estuviera a
la altura de lo que él les daba? Solamente la misma vida humana. En contraste para los
conquistadores españoles, el sacrificio humano fue claramente trabajo del demonio y como
Cristianos con sus fuerzas libertadoras y evangelistas tenían como deber abolir esta costumbre.
A la llegada de Cortés a Centroamérica, aunque el pueblo estaba acostumbrado a este tipo de
actos de sangre y otros mas desconocidos, empezaban a entender que sus sacrificios no eran
el camino para satisfacer plenamente a sus dioses, naciendo así una renovadora conciencia

9105
colectiva, deseaban cambiar muchas cosas que creían no poder parar, empezaban a sentir
malestar e indisposición generalizada, hecho que sagazmente aprovechó el conquistador
español para destruir todas estas culturas y quedarse con sus riquezas.
Los habitantes de la América central precolombina, tímidamente querían volver al principio
donde las cosas eran más soportables, menos sacrificio dolor y sangre. Los Tolteca, la cultura
madre de posteriores culturas era a donde se debería de nuevo llegar. Los Toltecas fueron una
nación pacífica que nunca ofreció sacrificios humanos a sus dioses, para esta clase de actos se
sacrificaban solamente mariposas, flores, aves o cosas similares. Padres de un arte exquisito
y una arquitectura sin precedentes, adoraban mas a un Mesías que un Dios, su nombre era
Quetzacóatl y era en términos resumidos un Dios que mezclaba armoniosamente el señorío
con la belleza. La serpiente emplumada era reverenciada también por todos los pueblos que
encontró Cortes y fueron ellos quienes empezaban a entender que el Mesías vivió realmente
en estas tierras, enseñó cosas diferentes a estas prácticas de sangre y que algún día regresará
otra vez.
Finalmente nos deja muy preocupados que esta fijación de maltratar el aborigen y las crónicas
mal intencionadas, hallan pasado de generación en generación y hoy en día se conviertan en la
causa principal del problema de violencia que viven países como el nuestro. Para algunos
historiadores, sociólogos y sicólogos el comportamiento violento, la promiscuidad y la
desvergüenza, una inclinación congénita al robo y a la agresión, una propensión a la ebriedad,
incapacidad congénita a obrar de acuerdo con la ley y el orden, la descomposición social, la
desobediencia o desacato a las leyes y otros males, tienen origen en la contribución étnica
indígena. Los cronistas relataron hechos contradictorios con magistral inconciencia, y algunos
historiadores actuales los trascriben sin comentarios con la mayor desaprensión. Unos
relatores declaran por ejemplo, que los indios no tienen fe, y, mas adelante escriben sobre
rituales, costumbres religiosas y nombre de dioses. Otros nos presentan estas tribus como
bárbaras y comentan después sobre su organización social, arte y métodos de cultivo.
Tenemos el caso también de un respetable historiador colombiano que nos ha impresionado
por la forma de relatar la fascinante historia de la ciudad de Honda Tolima, pero nos dejó
perplejos al escucharlo decir que: en la América precolombina no existía nada para comer
antes de la llegada de los conquistadores. O por ejemplo escuchamos de un viejo historiador
local de un pueblo del Norte del Tolima decir: los conquistadores tuvieron muchos problemas al
pasar por estas tierras, pero nada comparado al problema que tuvieron al enfrentar sus
antiguos pobladores. Gracias a Dios aquí no hay indios por que estas bestias salvajes fueron
difíciles de domesticar. Y así podría citar muchos testimonios de las vacilaciones que
permanecen en el espíritu de los historiadores a causa de los antiguos cronistas. Por eso,
decepciona el contenido de algunos libros, lecturas e investigaciones.

9106
No queremos deshonrar, historiador alguno, al expresar que han venido ignorando casi
completamente a los Caribes del interior, pero si, este trabajo consigue llamar la atención para
estudiarlos con mayor interés, no daremos por extraviado el tiempo empleado en el intento de
hacer revivir en estas páginas el extraordinario episodio de la historia de los Panches.
Las sociedades dominantes permiten en su interior todo tipo de aberraciones, pero esas
mismas son implacables, intolerables e incisivamente críticas cuando ven hacia otras más
débiles o subyugadas. Estas conductas nos demuestran qué tan variado y dominante es el
comportamiento humano y como nos condicionamos al va y ven de las vicisitudes, la cual nos
indica de nuevo qué tan difícil criatura es el Homo Sapiens Sapiens para entender.

Plaga... Vendiéndose los hijos mutuamente, para comérselos asados o en viudos clásicos...
Sus mujeres eran extraordinariamente feas. Y los hombres eran: De pelo lacio y fuerte, ojos
negros y pequeños, labios abultados, pómulos salientes, nariz corva, dientes blanquísimos y
perfectos, frente estrecha, pies sin puente, dedos gruesos y cortos, oído sensible, olfato
perruno, estatura media, color aceituno, cuadrado de la cabeza a los pies... Raza vagabunda,

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guerrera, salvaje vigorosa, que nada funda, que todo lo destruye, y que no deja con vida sino
algunos grupos de la raza andina y eso porque la conquista española la sorprende en su obra
de pillaje y de conquista.
VICTOR BEDOYA. Historiador Colombiano. Su obra se titula Pijaos y Quimbayas. 1.950.

9108
EL DORADO

El Dorado: ( hombre cubierto totalmente en polvo de oro y joyas ). Las crónicas escritas sobre
nuestro continente y sus gentes, estaban rodeadas de misterios y de leyendas, todo lo
americano aparece dentro de lo fabuloso, lo fantástico y lo maravilloso. El Dorado se convirtió
en el sueño que impulsó la mayor parte de las conquistas en América y en especial la del
Nuevo Reino de Granada.
Al rededor del tema del Dorado justamente se maneja un aura de desinformación, esta vez
aprovechado por parte de los aborígenes americanos, con el propósito de confundir y alejar a
los españoles sedientos de fortuna. La historia es tan antigua como la misma llegada de Colón
a las Antillas, donde los pobladores de esta zona confundieron al Almirante enviándolo lejos de
sus naciones. Aunque Colón fue un expedicionario, el comienzo de la leyenda se centra con su
primera incursión en tierras de Guaraní, donde al igual que todos sus predecesores, el
almirante rápidamente se interesó por el oro mas que por cualquier otra cosa ...con él, quien lo
tiene, hace cuanto quiere en el mundo y llega a que echa las ánimas al paraíso... Posiblemente
por mala traducción e interpretación de signos, Colón entendió de un jefe indio sobre un
poderoso soberano que disponía de grandes veleros en oro. Con el ánimo de alejar al
Almirante Colón de estas tierras, fue enviado al hallazgo de un reino en oro que por más que
busco nunca encontró. Este primer dialogo con gente americana llevo a Colón a fantasear y en
sus cartas dirigidas a grandes personajes en Europa llenas de promesas, hace que estos con
entusiasmo, planearan grandes hazañas y obras para sus instituciones con dicho tesoro.
Con la tarea de imponer de un nuevo, único y verdadero Dios, los españoles destruyen ídolos
ancestrales que simbolizaban para los aborígenes americanos su Dios manifiesto, incluso,
único y verdadero. Los símbolos del Dios falso como lo llamaban los españoles; si eran en
piedra o arcilla los destruían, si eran de madera los quemaban y si eran en oro; fundidos y en
forma irrespetuosa y sacrílega transformados en lingotes y monedas para mantener en Europa
la Monarquía, la Iglesia y naturalmente la guerra.
Sin embargo, en forma astuta y genial, estos nuevos creyentes escondieron sus más preciosos
objetos religiosos en las tumbas de sus antepasados, pero esto no los salvó de ser saqueados,
hecho aun más doloroso el que los mismos sacerdotes llegados de Europa institucionalizaron
practicando, avalándola y dándole incluso un nombre quechua, el de Guaquería que significa
saqueo de tumbas. La depredación de tumbas Cristianas no obstante, era calificada por estos
mismos un pecado abominable. A pesar de todo esto, algunos maravillosos objetos con
profundo significado religioso, han logrado pasar y llegar a nuestro presente donde han sido
encontrados y estudiados por mujeres y hombres sensatos cuyo grado de interés y respeto es
más elevado, donde estas figuras "diabólicas " no representan lo que el cristianismo en el más
profundo sentimiento medieval quiso hacerlas ver.

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Sabiendo que por el oro aborigen que se usaba en representaciones religiosas, ofrendas y
joyas; los españoles harían cualquier cosa, para no estimularlos en su estadía y alejarlos de sus
tierras los naturales les mintieron y escondieron. Los peninsulares por su parte al ver la
abundancia del precioso metal tenían una visión sobre el Dorado tan majestuosa, que la región
de la Guayana y su capital, creían estaban hechas en oro.
Con el fin de hacer la Corona rica, poderosa y mantener la guerra en Europa, bajo la influencia
de leyendas como la del Dorado que reflejan la obsesión de lucro, las expediciones de
mercenarios y buscadores de tesoros recorren lugares tratando de hallar edificaciones y hasta
islas formadas en oro, lo que de paso manifiesta la medida de su ignorancia. La formula de
otorgamiento de privilegios con la que la Corona recompensa a los descubridores, estimula el
afán y el antagonismo, engendrando un trato aberrante hacia los naturales y de paso fomenta
una serie de conflictos internos, rivalidades personales, odios y asesinatos entre los mismos
europeos por la posesión de terrenos y vasallos. Finalmente se manifiesta un ambiente de
competencia y ansia de más conquistas. Puñados de gente inescrupulosa, ignorante, corrupta,
ambiciosa y sanguinaria llegados del viejo continente, incrementan las columnas de
penetración en estos territorios.
Esta fiebre llamada el Dorado fue sufrida tanto por españoles como por ingleses y alemanes.
Desde desposeídos buscadores de fortuna, pasando por sacerdotes y oficiales de la milicia
europea, hasta los más altos y poderosos jerarcas de la monarquía europea como el Rey Jaime
VI de Escocia y I de Inglaterra, se encuentran entre los buscadores de este tesoro. En este
capitulo de la historia de América asimismo aparecen Papas, Reinas, mas Reyes, militares,
civiles y gente del común.
La monarquía española deseaba este tesoro, el oro y las riquezas que llegaban de América,
eran robados por ordenes de Isabel reina de Inglaterra y no bastaba. Se necesitaba dinero con
premura para culminar las guerras religiosas que habían comenzado contra Inglaterra
protestante, para expandir mas sus territorios de ultramar, para construir mas navíos de guerra
y reclutar mas soldados manteniendo así sus conquistas; para hacer y terminar obras que hoy
día son catalogadas como maravillas del mundo como es el caso del formidable castillo
monasterio del Escorial en España (San Lorenzo del Escorial), mandado a construir por Felipe
II en 1.563, monumental obra en todo el sentido de la palabra, de un clasicismo majestuoso y
severo, marcado así una expresión al desbordamiento de las pasiones de un gobernante. La
Iglesia por su lado quería usar el tesoro para hacer templos, ermitas, monasterios, capillas,
parroquias, santuarios, oratorios, costear la evangelización del resto del mundo y rescatar de
manos de los Musulmanes el Templo Sagrado de Salomón.
Los Tairona en forma desesperada cuentan al conquistador Quesada, que en un sitio distante
de su pueblo se encontraba el Reino de los Muiscas quienes celebraban una pomposa
ceremonia en una laguna, donde el sacerdote mayor, ataviado con espléndidas joyas y luego

9110
de haber sido ungido en aceite o embadurnado de barro pegajoso era prácticamente vestido en
polvo de oro. Seguidamente de los actos rituales, el sacerdote se lanzaba al agua
despojándose del oro en polvo y todas sus joyas, acto seguido por sus discípulos y seguidores
en general quienes también arrojaban sus ofrendas en oro a la laguna. Los Muiscas por su
lado informaron a don Gonzalo y su tropa que el oro se hallaba en la nación de los Panches y
Pijaos. El hermano de don Gonzalo concentró su búsqueda de la Casa del Sol en Sogamoso
Boyacá, finalmente la encontró y redujo a cenizas. Los nativos de Coro Venezuela incluso
enviaron a los Andes Colombianos al Alemán Nicolás de Federmán a buscar el Dorado y en
Quito un nativo de Latuganga, aligeró la salida de Belalcázar señalando el Dorado en el interior
de Colombia. El tesoro fue idealizado por el comandante de Pizarro; como un hombre de talla
normal en oro. “Después que con aquella gente vino Añasco, Benalcázar inquiría un indio
forastero peregrino que en la ciudad de Quito residía, y de Bogotá dijo ser vecino, allí venido no
sé por qué vía; el cual habló con él, y certifica ser tierra de esmeraldas y oro rica”. Juan de
Castellanos.
La riqueza del Dorado finalmente se convirtió en una trama de fascinantes historias cuya
obsesión fue tan grande, que los españoles hicieron un mapa del Nuevo Mundo marcando las
rutas de los posibles sitios donde se hallaba. Tres de estos sitios se encuentran en Colombia,
Dabeiba en el Darién Antioqueño, el lago de Guatavita en Cundinamarca y el tesoro de Xerira y
Meta en los Llanos Orientales. Existen otros puntos marcados, Manoa en la región de
Guayana y las Siete Ciudades de Cibola al sur del estado de la Florida. También se creyó que
el Dorado eran las ricas minas de las tierras de los Panches como las de la Sabandija,
Mariquita, Venadillo y las de aluvión en Saldaña. La explotación de estas minas se realizó
hasta el agotamiento y junto a esto, vino el lamento de los españoles por quedarse sin indios
para extraer el mineral. Sin embargo el muñeco en oro de talla como la de un hombre
corriente se seguía buscando en tierra de los antiguos Panches. “ Desde esta ciudad de
Victoria hasta la de Tocaima, hay ricos minerales de oro y plata. Están en este comedio las
minas de la Sabandija, las de Venadillo, las de Hervé, los socavones de Juan Díaz, y otros, las
vetas de Ibagué, las lajas de Santa Ana, Mariquita, y Victoria, y los Palenques. Toda esta tierra
está lastrada de oro y plata, pero esta falta de gente”.
Antes de su primer viaje, El Almirante Genovés, había prometido a los marinos de Palos que
por seguirlo, " avemos de fallar casas con tejas de oro". Lo que Colón encontró no fue el tesoro
que posiblemente idealizó con elementos que tenían que ver con el mundo europeo, como la
literatura y la influencia Bíblica en su pensamiento; encontró sin embargo gente amable, alta,
bella, orgullosa y digna, gente que entre muchas de sus ocupaciones trabajaba hermosamente
con tecnología desconocida el oro, y conocían el secreto de dónde hallarlo. Colón tampoco
encontró un mundo subreal de islas, casas, hombres y navíos en oro, tampoco encontró seres

9111
anormales con un ojo y cara de perro. El Almirante Colón conoció por primera vez a los
Caribes y el mundo exótico en que vivían.
Años más tarde en estos Reinos se crea el de la Nueva Granada y la fábula del Dorado pasaría
por años creando intriga, expectativa e influencia hasta nuestros días, donde cada gran
hallazgo arqueológico se espera con ansiedad sea el Dorado.

“El alto pues tomo nuestro caudillo, primero que la gente del Poporo
Y tanto metal vieron amarillo, que con la muestra de mayor tesoro
Dijo riendo Miguel de Trujillo: ¡ oh ! plegue a Dios, amén, con tanto oro;
buen ánimo, buen ánimo, cristianos, que bien tenéis donde llenar las manos”.

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JUAN DE CASTELLANOS. Relato sobre la entrada de los españoles comandados por
Belalcázar, a tierras de los Caribes del interior. Antes de un encuentro bélico palabras de uno
de sus comandantes. Esta expedición se dirigía a Bogotá en busca del Dorado.

URBANISMO Y VIVIENDA, ANTES Y DESPUÉS


DE LA CONQUISTA.

Las ciudades americanas no aparecieron con la llegada de los europeos, ya existían grandes y
bien desarrollados centros urbanos que los asombraron. Cuando se celebra la fundación de un
pueblo o ciudad se está tomando la fecha en que los españoles llegaron a estas urbes, mas no
la fecha real de establecida por sus fundadores originales. Esto por supuesto contribuye para
imponer la idea que la historia urbana del país empieza tardíamente y comienza con el arribo
europeo. La ciudad americana prehispánica, como la totalidad de la sabiduría precolombina
fue negada.
Paradójicamente para tener una idea de cómo era la ciudad y la vivienda prehispánica
debemos referirnos a sus mismos destructores, pues encontramos en estos escritos
innumerables reseñas de las civilizaciones que confrontaron y destruyeron. Como lo dijimos
anteriormente, el español en busca de elogios, riqueza y títulos, exagera sus hazañas
transformando fácilmente la toma de una indefensa población en toda una batalla campal. A
pesar de todas estas exageraciones, se destacan anotaciones de algún interés. También es
característico que los historiadores españoles, tratando de convencerse de que eran portadores
de la única verdad teniendo que transformar un mundo incivilizado, nos hayan dejado sin
querer un legado antropológico y etnológico que desbarata sus propias intenciones. En este
sentido sus relatos nos presentan a sociedades como la de los Caribes, Arawacos, Quimbayas,
Calimas, Chibchas y otras mas, como poseedoras de centros residenciales, formados por
estructuras internas complejas, que caracterizan el hábitat urbano y rural de la época.
Con base en estas descripciones dejadas por cronistas de la conquista, los poblados indígenas
mostraban una determinada conformación urbanística, extensos caminos principales que
comunicaban sociedades enteras con otras, trochas secundarias que unían unos poblados con
otros, calles que acercaban casas con vecindarios, los ríos y arroyos secos desempeñaban el
mismo papel que los caminos. Las casas de los jerarcas, de sus nobles y las del pueblo en
general, los templos, cementerios, talleres o sitios de trabajo, las huertas, y la crianza de
animales al rededor de sus casas, nos manifiestan la existencia de un orden social urbanístico
activo y en desarrollo. El historiador y Obispo de Santa Marta y Panamá Lucas Fernández de
Piedrahita, nacido en Santa Fe de Bogota en 1.624, señala que existía a la llegada de los
Españoles y para sorpresa de todos “mas de setecientos pueblos de indios dentro de los
términos del Nuevo Reino”.

9113
Al igual que otras culturas, los núcleos de las viviendas se levantaban cerca a centros
ceremoniales y funerarios. Esta agrupación de viviendas era llamada aldea y una agrupación
de aldeas era llamada señorío. En la colonia estas aldeas estados que eran la expresión
básica del cuerpo político precolombino, eran llamadas pueblo de indios, pero un proceso de
atomización y simplificación lo anulo como cuerpo político, aunque en Algunos municipios
modernos sobreviven los topónimos y linderos que le dieron identidad. Cada señorío era un
pequeño estado teniendo su propia forma de designarse así mismo, cada uno de estos feudos
contaba con su propio expresión territorial, su cabeza visible era un Síquima que equivale a un
rey o señor quien no pertenecía a una línea de sucesión, su legitimidad política era otorgada
gracias a su sabiduría, ecuanimidad, gallardía y por una elección en antiguas tradiciones de
abuelos, acaymas y sacerdotes o chamanes.
Las construcciones se agrupaban una junto a otra, de manera nucleada; algunas de estas
increíblemente extensas otras más pequeñas. Los grandes centros poblados estaban
distribuidos según el reparto jerárquico, representando una estructura interna completa donde
se desarrollaban actividades vitales que caracterizan un hábitat urbano como residencia,
acopio, comercialización, intercambio y la centralización del aparato administrativo, religioso,
político y militar. De otro lado existían pequeñas poblaciones en sitios estratégicos donde en
menor escala se ejercía el comercio, pero cumplían funciones también de urbanismo como
residencia, producción e intercambio. Otro sector de la población se encontraba disperso en
todo el territorio, reunido en pequeños núcleos familiares o de parentesco, importantes para el
sostenimiento de los medianos y grandes poblados que en ocasiones no eran autosuficientes.
Existía una característica en la estructura de estos pueblos aborígenes, eran abiertos, sin
fortificaciones, siendo este otro motivo para creer que sus habitantes eran esencialmente
pacíficos. Los primeros pueblos Panches fueron fácilmente tomados y desbastados, pero ya en
el transcurso de la guerra se trasladaron a sitios escarpados de difícil acceso.
Llega la conquista y la posterior colonización, el español destruye, quema, arrasa conjuntos
urbanos de mayor importancia en cuanto a forma y estructura se refiere, sin dejarnos
desafortunadamente evidencia física de la ciudad americana. De ahí en adelante, se
establecen las fundaciones, caseríos o aldeas españolas con base en una especie de código
muy rígido, elaborado en Sevilla España. Estas aldeas tuvieron aspectos característicos al
construirse; en principio como lugares de avanzada para la conquista de mas terrenos y
posteriormente como bases militares, al mantener elementos inconfundibles como la plaza, e
iglesia y al permitir la introducción de la propiedad privada y muchas otras representaciones
propias del pueblo europeo. Por tener cualidades defensivas y de fácil construcción, la Corona
recomienda el diseño reticular en Damero o Cuadricular, que es un trazado muy antiguo
adoptado de las Bastidas militares francesas de la Edad Media, siendo a su vez copiadas del
campamento militar romano.

9114
Los cronistas relatan con lujo de detalles hazañas tales como el incendio de Sasaima o los
saqueos de Duitama y Bojacá. Según el fraile Pedro Aguado, "Tunja era una ciudad tan grande
que una tropa de 170 soldados, se demoró mas de dos días en saquearla casa por casa”.
Estos pueblos españoles recién erigidos, se caracterizaban por tener un urbanismo militar.
Quedaban al mando de un oficial gobernador que se destacaba por su brutalidad y por lo
general eran comandantes con problemas de insubordinación a quienes se castigaba con el
destierro. Su tropa era un puñado de mercenarios o buscadores de fortuna jóvenes,
generalmente incultos, de baja extracción social, iletrados y supersticiosos; quienes a su vez
tenían a su cargo esclavos africanos y cautivos indígenas, a quienes les hacían pelear las
guerras por ellos. Sus guías espirituales eran sacerdotes pobres que venían con el ánimo de
buscar fortuna y fueron estos quienes en busca de enriquecimiento crearon el acto sacrílego de
usurpar las tumbas sagradas de los pueblos aborígenes, este suceso es mas comúnmente
conocido en nuestro medio con el nombre de guaquería. Un cuerpo de funcionarios de la
Hacienda Real que eran particularmente deshonestos, proxenetas que traficaban con jóvenes y
niñas indígenas raptadas y prostitutas españolas que serian las primeras esposas de soldados y
colonos.
Como vemos, los poblados aborígenes desaparecen para dar paso a una nueva sociedad
edificada en medio de numerosos antagonismos, bajo la más completa corrupción e
inmoralidad. El orden establecido en los nuevos pueblos, no solo era el del más fuerte,
también el del más corrupto, intrigante, inmoral y cruel.
La arquitectura nativa de esta zona de América comparada con la del Sur o Mesoamerica, era
simple en su diseño y construcción, bien adaptada al medio tropical, fresca, resistente al viento
y a la lluvia, polifuncional por tener un espacio único en que se desarrollaban muchas de sus
actividades, el concepto de intimidad poco se tenía en cuenta. Las formas de construcción
resultaron junto con la arquitectura española, importantes en la residencia de siglos pasados;
cómoda, económica, fresca y exótica a la residencia contemporánea.
En la región norte del departamento del Tolima, específicamente en los municipios de Armero -
Guayabal, Ambalema, Mariquita, Honda, Lérida y Venadillo, zonas donde comienza lo que
también se llama El Alto Magdalena, la naturaleza ha sido pródiga, dotando a la región de
exuberantes y calurosas selvas, suaves montañas con erosiones caprichosas, cubiertas de
verde follaje y cruzada por el majestuoso Magdalena y sus afluentes. Concluyendo que todos
estos elementos intervinieron en un tipo de construcción doméstica casi extinta en toda esta
extensa comarca.
En esta zona de clima tropical con régimen climático definido, la vivienda de los Panches fue
sin duda una huella de desarrollo cultural, donde hemos podido encontrar una arquitectura
particular, diseñada por aquellos grandes arquitectos comunitarios que recurrieron sabiamente

9115
al uso de materiales locales para mantenerse en esa estrecha comunión hombre- naturaleza,
de armonía, reciprocidad y entendimiento.
Aunque se encontraban bien establecidos en aldeas; por circunstancias de la migración de
animales de caza, pesca y por condiciones de estado de guerra, su movilidad era
impresionante.
Haciendo referencia a la habitación de los antiguos pobladores del norte del Tolima,
encontramos que los Panches solían construir sus casas en lo alto de zonas escarpadas, a
manera de fortalezas naturales. Tal parece que este concepto urbanístico fue adoptado
precipitadamente, en defensa al arribo peligroso de los españoles a la zona. Idea conveniente
ya que les brindaba muchas ventajas, como estar a distancia prudente de los ríos y arroyos
para así proveerse constantemente de agua fresca y evitar estragos por inundaciones; sentirse
mas seguros y amparados de animales e insectos; apoyar la estrecha vigilancia sobre sus
tierras, cultivos, senderos y su principal medio de comunicación el río; alejarse y protegerse de
posibles ataques sorpresa de sus enemigos y mantener siempre referenciado el horizonte,
observando desde lo alto el extenso e impetuoso valle para así recordar todo el tiempo respeto
y amor por su creadora.
Los Panches introdujeron en los últimos 70 años de guerra contra los españoles una forma
desesperada de urbanística defensiva, sin embargo se ha encontrado evidencia de grandes
centros habitacionales con mayor antigüedad, en zonas planas, bajas y fértiles. Pueblos no
fortificados, abiertos, con gran vocación agrícola; esencialmente armoniosos y pacíficos.
Debemos saber que en el ámbito precolombino la vivienda era simplificada al máximo,
mientras que por ejemplo el sistema funerario evolucionaba a formas más complejas y
detalladas.
La morada de los Panches fue sencilla pero polifuncional y era el centro de reunión familiar.
Aunque el espacio variaba según la condición económica y número de integrantes de cada
familia, su construcción era en algunos casos de tipo leñoso y en otras de tierra pisada; fue
diseñada para suplir todas sus necesidades en cuanto a vivienda se refiere. Solía ser
generalmente una sola pieza grande con casuales divisiones de caña. Espacio que pudo ser
dormitorio, estancia, bodega y cocina a la vez. En ocasiones la casa Panche era compartida
por varias familias.
Las casas, como las describe fray Pedro Aguado ...eran colectivas, las levantaban sobre
terrazas circulares y tenían techos de paja... Los materiales más frecuentes fueron la hoja de
diferentes palmas, bejucos, tallos de caña de chonta y guadua. Usaban diferentes fibras de
hojas y tallos para el amarre. La planta era circular con techo en forma de cono. Los
elementos para el acabado de los techos más frecuentes fueron la hoja de la palma real, calicá,
nolí y una serie de pajas nativas. Las vigas, tirantes, varillones y otros componentes para la
construcción salían del espeso bosque, que les proporcionaba todos los materiales para

9116
ejecutar estas sencillas viviendas. En algunas de estas habitaciones las paredes estaban
armadas de maderos delgados o varas de palma de chonta, otras eran mas elaboradas, la
estructura de la pared contaba con un armazón doble, con los mismos materiales de chonta,
maderos delgados o guaduas cortadas, que formaban un caja angosta y vertical abarrotada de
tierra pisada a la que posteriormente se le daba un burdo acabado con greda o barro. Los
supervisores de estas obras eran las personas de mayor edad, quienes se aseguraban que todo
estuviera en orden y determinaban la orientación de las casas de acuerdo a sus necesidades y
creencias. En algunas crónicas se habla de que los habitantes de estas regiones tenían como
costumbre, pintar sus casas con una especie de greda fina y blanca parecida a la masilla o
carburo. Adornaban las paredes y pisos con esteras gruesas tejidas de fique o algodón, las
que también usaban para dormir o descansar.
Entre estas casas, bohíos o caneyes como solían llamarlas, se realizaban varias actividades;
se hallaban las cocinas con sus fogones en piedra en donde se preparaban los alimentos; se
encontraban los utensilios de cocinas encima de barbacoas de mediana altura y piedras de
moler dispuestas en sitios cerca a la pared; estaban dentro de la habitación también sus
coloridas hamacas, recogidas durante el día para facilitar el ejercicio de otras actividades y se
ejercían algunas labores manuales como la realización de trabajos en pequeños talleres para la
talla de piedra o para hilar y tejer. Acostumbraban también al rededor de una hoguera dentro o
fuera del caney conversar sobre las anécdotas de la caza, pesca u otras actividades. Sostiene
Fernández de Piedrahita refiriéndose al poblado indígena Caribe de Macatoa en los llanos
"era la población como de ochocientos vecinos, de vistosas casas, bien tirados, calles y plazas
anchurosas, siendo lo que más la hermoseaba la limpieza con que la tenían”. Este tipo de
vivienda es semejante a las chozas de otros grupos vecinos y en muchos aspectos parecidas a
las casas de comunidades indígenas actuales y aunque no las veamos muy funcionales hay
que destacar que fueron frescas y lograron transmitir el sistema de construcción (techos
de paja, muros, paredes o tapias de bahareque y de tierra pisada) hasta nuestros días.
El mismo Fernández de Piedrahita señala a Tocaima (Cundinamarca) “antigua y hermosa
ciudad”, y así continúa una larga lista de escritores hablando de la grandeza de las poblaciones
indígenas de esta zona y de toda América, la lista de pueblos o ciudades mencionados por
estos cronistas es sorprendente e interminable. El desarrollo urbanístico y habitacional en la
América Precolombina no deja ninguna duda al respecto, se encontraba en proceso evolutivo
con grandes logros arquitectónicos y de ingeniería.

9117
“ Oh cual gran fortuna ha sido para los indios la venida de los españoles, pues han pasado de
aquella desdicha a su actual felicidad... y de la servidumbre a esta verdadera libertad. Oh
bestialidad extraña la de esta gente”.
FRANCISCO CERVANTES DE SALAZAR, Historiador 1.554.
IGLESIA, ODIO E INSEGURIDAD.

Los europeos luchaban en nombre propio, de España y el Rey, concepto patriota usado para la
riqueza personal, expansión territorial y encuentro del dominio, el aborigen americano se
defendía con violencia, porque eran sus Principios Vitales los que estaban amenazados; sus
familias, sus tierras, sus costumbres, su libertad, sus sueños, su razón de ser. Esto explica
entonces porqué se desató esta lucha atroz entre colonizados y colonizadores. Por otro lado
España se encontraba a miles de millas náuticas, hecho éste que hacía invulnerables a
comandantes y sacerdotes españoles. Los principios vitales del Reino de Castilla; no estaban
en peligro, al menos no por estas gentes.
La complicidad entre soldados y misioneros dio origen a excesos y a una imagen distorsionada
de los verdaderos hechos. Los conquistadores tenían que justificar sus acciones bárbaras y
vandálicas ante una corona española, que en algunas ocasiones se mostró sensible e
interesada y una Iglesia avergonzada, que expedía decretos de enmienda sin repercusión u
efecto alguno. Para los pobladores nativos fue insuficiente el hecho de que en Europa se
sintieran mal. Los autores de toda esta incultura no encontraron otra salida sino la de seguir
ignorando lo que aquí ocurría.
Vemos por ejemplo el caso de los encomenderos quienes tenían a su cargo cientos de
indígenas, disponiendo de ellos a su antojo y voluntad. Negaban que estos tuvieran alma y
fueran razonables. Curiosamente en 1.512 la Iglesia al escuchar constantemente sobre abusos
y maltratos de los encomenderos hacia las poblaciones indígenas a su cargo y tratando de
aliviar el daño y dolor que había infringido a estas gentes, decreta: “ que los indígenas
encontrados en América son hijos de Adán y de Eva”, siendo así como el Papa resuelve el
serio y prolongado conflicto sobre la humanidad de los indios. “Ya no serían mas seres
monstruosos e irracionales, ahora pasarían al estado de hombres”. Pero para la gente nativa
americana, ni las Disposiciones Reales del Concejo de Indias, ni las Posturas de
Enmienda y Arrepentimiento de la Iglesia Católica alcanzaron para suspender lo que ellos
mismos habían empezado, lograr acabar la sinrazón que promovieron y toleraron en América
durante décadas. Los indios en teoría fueron acogidos en el seno de la Iglesia Católica,
nombrados vasallos libres y súbditos de la Corona; en la práctica todo siguió igual, siguieron
siendo estimados como seres inferiores y el trato se mantuvo por debajo de su condición legal.

9118
Las virtudes cristianas de fe, amor y esperanza en esta parte del mundo nunca se cumplieron,
los mandamientos de las sagradas escrituras en América no tuvieron aplicación, mucho menos
efecto y si algo de esto se utilizaba se hacia por conveniencia. De hecho quienes llegaron a
este continente no trajeron el evangelio por que no lo conocían, introdujeron mas bien un
sistema de creencias, agüeros y rezos populares dirigido a un sin número de vírgenes,
apóstoles, santos, mártires, ángeles, ánimas en pena, fetiches y otras cosas más.
La intolerancia, odio e inseguridad que a la Iglesia inspiraba la magia indígena, se refleja en
acciones nefastas como la del Dominico Finestrad que ya en el siglo XVIII recomendaba al
Virrey de la Nueva Granada como la gran salida a la indisciplina e insubordinación de los
naturales, la destrucción total del indio por medio del cruce o injerto para lograr así un hombre
más útil y servil, ...Estoy firmemente confiado que es necesario injertarlos para que
insensiblemente desaparezca su casta y pasen al estado de mulatos y zambos. Si no
degeneran de su ser, al cabo de mil años siempre serán indios y siempre vivirán con ellos sus
pasiones naturales... Finestrad define estos injertos como Castas para diferenciarlas de los
blancos peninsulares y en un acto severo de discriminación racial las enumera así:
...Semejantes a los árabes y africanos que habitan los pueblos meridionales, tales son los
indios, los mulatos, los negros, los zambos, los saltoatrás, los tente en el aire, los tercerones,
los cuarterones, los quinterones y cholos o mestizos. Los que tienen sangre de negro y blanco
se apellidan mulatos; los de mulato y negro, zambos; los de zambo y negro, saltoatrás; los de
zambo y zamba, tente en el aire; los de mulato y mulata, lo mismo; los de mulato y blanca,
tercerón; los de tercerón y mulata, saltoatrás; los de tercerón y tercerona, tente en el aire; los
de tercerón y blanca, cuarterón; los de cuarterón y blanca, quinterón; los de quinterón y blanca,
español, que ya se reputa fuera de toda raza de negro; y lo mismo la casta de éste con hasta
quinterón con india se llama zambo; como también la de negro y mulato, tercerón; últimamente,
la de español con indio, cholo o mestizo...
Esta organización fijó la estructura social de la colonia y determinó los estratos demográficos y
socioeconómicos de la América española. El siguiente ejemplo nos brinda una mejor
comprensión:
Condición legal Estatus social
Español Peninsular
Mestizo o Cholo Criollo
Indio libre Indio libre
Indio esclavo Indio esclavo
Negro, Mulato, Zambo libre Negro, Mulato, Zambo libre
Negro, Mulato, Zambo esclavo Negro, Mulato, Zambo esclavo.
Es de anotar que la orden monástica de los Dominicos fue creada por el español Domingo de
Guzmán en 1.216 para colaborar junto con el abad de Citeaux el fanático Simón de Montfort a

9119
órdenes del Papa Inocencio III, a reducir a la indigencia y convertir en ruinas la cultura europea
más virtuosa y elevada de la Edad Media, la de los Cátaros o Albiguenses en Lombardía y en
el Languedoc, provincia del sur de la antigua Francia. Los Dominicos en 1.233 crearon una
institución infame, la Santa Inquisición, Inspirada para combatir la herejía y los crímenes
contra la Fe.
Para facilitar el éxito de la Inquisición el Papa Inocencio IV autorizo el uso de la tortura ya
abolida en Occidente desde finales del Imperio Romano, y la delación era premiada con los
bienes del acusado, cualquier defensor de un denunciado era sistemáticamente investigado por
sacrílego. La cruzada quizás más importante en ese siglo no fue el saqueo a Constantinopla, ni
las acciones dirigidas contra los infieles Musulmanes en suelo sagrado, tristemente fue enfilada
contra el seno mismo de la cristiandad.
La tarea casi específica de ésta orden; era hacer que las torturas y ejecuciones contra grupos
que no tributaban a la Roma Apostólica o simplemente por que tenían una interpretación
distinta de las Santas escrituras a las de la Iglesia Romana, la práctica de sortilegios y
adivinaciones que olieran a herejía fueran inequívocamente realizadas. Este hecho suscitó
para la Europa medieval tremendas formas de violencia e injusticia; cruzadas, inquisición,
persecución y oscurantismo que se prolongaron por espacio de varios siglos. Todo esto para
que la humanidad encontrara el verdadero Dios de bondad por cuya santa presencia se habían
practicado todas estas crueldades y las que estarían por venir.
Pero América no fue la excepción, también aquí se practicó la brutal represión en contra de
principios diferentes a los del Catolicismo Apostólico Romano, aunque hay que reconocer
que la Iglesia en Europa fue menos tolerante que en América.
La jerarquía Eclesiástica ordena arrasar hasta con enfermos mentales, epilépticos, deformes
etc., quienes tenían que convencerse de lo que no eran. Todo aquello que se escapara y fuera
extraño al entendimiento de los de la orden de Santo Domingo, era satánico y tenía que ser
severamente reprimido. Los inquisidores persiguieron y ejecutaron a todos; incluso a quienes
fueran ligeramente anormales.
Cruel y despiadada, la cruzada del terror Cristiana se perpetuó por siglos y llegó a muchos
rincones del mundo. Siglos después en nuestro continente se instauraría el mismo sistema
que conduciría a una estricta disciplina religiosa a través del terror y miedo. La encantadora
Cartagena de Indias, no solamente fue un símbolo de la presencia española en el nuevo
mundo, o centro de riquezas saqueadas de territorios sometidos para posteriormente
trasladarlas a Europa, o primer mercado en el tráfico de esclavos negros en esta región del
continente, sino también hicieron sede y base esencial de la inquisición con una gran zona de
influencia en la América Latina. Allí se estableció este sagrado tribunal con sus jueces de la
orden Dominica. Históricamente pesa sobre la hermosa ciudad una oscura actuación gracias a

9120
sus famosos jueces y verdugos inquisidores, que nunca hallaron su salvación por no poder
encontrar la verdad que tanto ocultaban.
El acoso a la idolatría en Iberoamérica fue menos severo para los indígenas pero produjo
hechos notables y similares como en la religiosidad popular en Europa. Uno de estos
acontecimientos análogos fue la feminización y domesticación de la magia o hechicería. El
manejo de las plantas, el poder de los metales y piedras, conjuros, encantamientos, sortilegios
y predicciones eran conducidos por mujeres de cualquier raza e índole social, quienes pasaron
de ejercer el ocultismo en los bosques, cuevas y sitios alejados, a zonas más céntricas como
en sus pueblos o en la intimidad de sus casas. En busca de alivio a sus penas, a estas
mujeres "Brujas" acudían ricos comerciantes, hacendados, marinos, oficiales, abogados de la
audiencia, esposas, solteras, viudas y curiosamente frailes de distintas órdenes.
Sin duda un hecho que originó profunda confusión y rechazo ante la prohibición de la religión
nativa y la destrucción forzosa de sus ídolos, fue la gran cantidad de divinidades menores
cristianas (personas muertas que por su condición especial en vida, fueron un buen ejemplo
para la cristiandad por consiguiente para la humanidad), que fueron obligados los Panches
sobrevivientes a venerar. Para citar algunos de tantos santos tenemos a: San Antonio (patrono
de los amantes), San Humberto (patrono contra la rabia), San Benito (para los maridos
descarriados), San Judas Tadeo (para casos difíciles), San Marcos (para amansar maridos),
San Cristóbal, San Juan, San Mateo y así hasta encontrar innumerable registro de beatos.
El advenimiento de la ciencia pudo haber sido un factor definitivo para parar esta ola de terror.
Con el desarrollo de la ciencia, la temida imagen de la bruja y el hechicero, ha venido
desapareciendo gradualmente. Hoy día pensamos libremente y podemos decir sin temor que
el Chamanismo o Brujería fue en la antigüedad una fuerza religiosa dominante y de ninguna
manera un culto oscuro, malévolo o que tuviera relación directa con un ser que representara
toda la vileza entre los hombres.
A mediados del siglo XX con actitud de pena y rectificación, la Iglesia Latinoamericana es
sacudida por un movimiento llamado Teología de la Liberación, cambiando la postura y
orientación de la Iglesia reaccionaria por una más sensible y humana. Los Obispos seguidores
de estas tesis actúan como defensores de los indígenas y las clases menos favorecidas en este
continente. Pero pensando seguramente en una división profunda de principios en su
institución, el Papa Juan Pablo II reprime el movimiento expulsando los fundadores de esta
ideología. Juan Pablo a finales de este mismo siglo pide perdón por la actitud indolente, brutal,
represiva e irrespetuosa de la Iglesia y sus jerarcas en la historia de la humanidad. Este hecho
sin precedentes conmovió al mundo entero, al escuchar del Papa una petición de perdón por
los pecados del cristianismo. La Iglesia católica representada por su sumo pontífice reconoció
en forma extensa e inequívoca las culpas, las omisiones, las iniquidades, la intolerancia, y

9121
hasta los crímenes de la cristiandad hacia los pobres, Los judíos, las mujeres y los pueblos
indígenas de toda América.
El Paganismo que se encuentra asociado con creencias muy antiguas, con personas que se
resistieron al nuevo poder de la iglesia católica, con indígenas y campesinos adeptos a los
antiguos cultos rurales a la naturaleza; llevo la peor de esta represión y censura ya que además
de ser perseguidos se estigmatizaron sus símbolos sagrados y creencias, asiéndolas ver hasta
hoy día como peligrosos cultos diabólicos.
Religiones ancestrales, paganismo (herencia del final de la edad antigua), cultos y
convicciones; después de largos siglos de opresión, persecución y soportar infinito dolor, hoy
día reclaman su patrimonio ancestral y en muchos países ya hacen parte de la creencia oficial.
La retórica del Chaman o Brujo moderno se resume en la siguiente frase “ As lo que quieras
pero no hagas daño.”

Ustedes me indican, entonces, que tenemos que fallecer como también todo mi pueblo y todo
lo que hay en el. De nosotros no quedará nada, Nadie que pueda recordarnos vivirá para
hacerlo.

9122
Pero nuestras vidas son jóvenes, libres y crecerán. Crecerán a través de árboles frondosos,
sierras impetuosas y espesos jardines de flores para que alguien nos recuerde a su vez a
través de ellos.
PREDICADOR PANCHE DESCONOCIDO

9123
BULAS Y DISPOSICIONES PAPALES AL LADO
DE LA OPRESIÓN E INJUSTICIA.

Para entender un poco el comportamiento de la Iglesia en este continente, hay que retroceder
mas en el tiempo para traer hechos históricos importantes de personajes encontrados en la
posición más alta de la jerarquía católica europea. Hombres que pese a su autoridad espiritual,
dispusieron leyes crueles que vendrían a repercutir cientos de años después en el
descubrimiento y posterior colonización de América.
A continuación un recuento cronológico de hechos trascendentalmente tristes que cubren de un
oscuro velo la actuación de algunos jerarcas representantes de la cristiandad.
Gregorio I, Magno, acepto en el siglo VI la violencia física para conducir a la verdad. En la
alta Edad Media enseñaba este pontífice: “ todos los hombres son iguales” pero una
incomprensible disposición sitúa “a unos por debajo de otros” crea la “diversidad de los
estados”, y desde luego una “secuela de pecados”. Concluye el Papa “puesto que cada
hombre no camina de la misma manera por la vida, uno tiene que dominar sobre otros”. Con
estas palabras y con la orden a través del rector galo Cándido, de comprar muchos esclavos
Anglicanos para los monasterios romanos, vemos como en el 595 d de C este sobresaliente
Papa estaba por el mantenimiento de la esclavitud. La esclavitud, que tras el imperio Romano
había desaparecido en Europa, reemplazada por la servidumbre, reapareció hacia el siglo XIII a
raíz de las ofensivas contra los musulmanes. Este espantajo que duró hasta el siglo XVII, es
considerado una oscura mancha en la historia de la Iglesia. El descubrimiento del continente
americano originó una nueva aparición de la esclavitud, ésta ves con nativos americanos y
negros traídos del la lejana África. El Papa Pablo II prohibió esclavizar a los indios y solo
Urbano III corrigió el error en el año de 1.639.
El llamado hecho por el Papa Urbano II en 1.095, dio origen a un crudo y prolongado
derramamiento de sangre. Durante la baja Edad Media el cristianismo occidental llevaba a
cabo múltiples cruzadas por toda Europa, pero las expediciones militares religiosas por
excelencia fueros las ocho declaradas para la conquista del Santo Sepulcro y Tierra Santa,
entre 1.096 y 1.270.
Desde finales del siglo XII, con el surgimiento de herejías como el maniqueísmo, el valdeísmo
y más tarde el catarísmo, el Papa Luciano III instituyo la primera Inquisición y Gregorio IX
autorizó usar la tortura para que el hereje maldijera de sus creencias. Con el dolor infringido,
las victimas terminaban aceptando cualquier cargo o acusación. Cientos de miles murieron a
manos de inquisidores o más bien de sicópatas medievales.
El Papa Bonifacio VIII oficializo la persecución de los infieles cuando declaro en 1.302 que era
necesario para la salvación estar bajo la autoridad del Obispo de Roma. La bula de Bonifacio

9124
se mantuvo esencialmente en vigencia hasta el siglo XIX, cuando Pío IX aceptó que en otras
religiones se puede acceder a la salvación.
El Cristianismo era la filosofía que alimentaba a los descubridores, a la emigración y a la
colonización. En 1.478 el Papa Sixto VI autorizo a los Reyes católicos para nombrar una
Inquisición, la cual fue usada contra judíos y para consolidar el poder político contra los
musulmanes. Los Reyes de España al recuperar Granada en 1.492 (último enclave árabe)
alejaron de la península y el resto del continente al Islam, homogenizaron el espacio cristiano
en Europa y culminaron la ofensiva contra el judaísmo; por estos actos fueron llamados por el
Papa “los Reyes católicos” o “atletas de Cristo”, siendo de este modo como los descubridores
de nuestro continente a partir de Colón, presentaban estos territorios encontrados como triunfo
para Dios. Quienes decidieran viajar a América en busca de riqueza fama y poder recibían el
apoyo de la autoridad Papal.
El historiador Hugh Thomas comenta que con la bula Dum Diversas de 1.492 el Papa autoriza
al Rey de Portugal a ...someter a los sarracenos, paganos y demás infieles enemigos de
Castilla, reducirlos a la esclavitud perpetua y transferir su territorio a la corona portuguesa...
Relata Thomas que cuando empezaron los descubrimientos, en el último decenio del siglo XV,
bajo el auspicio de la Corona Española, el Papa era Alejandro VI, que como Rodrigo Borgia
pertenecía a una familia de la pequeña nobleza de Játiva, cerca a Valencia. Llegó al trono de
San Pedro en agosto de 1.492, el mes en que Colón emprendió su primer viaje. Tenia que
agradecer a los Reyes Católicos la ayuda prestada en su elección por tanto, emitió alegremente
nuevas bulas para beneficiar a Castilla y naturalmente a la institución que gobernaba. La más
famosa, la del 4 de mayo de 1.493, concedía a los Reyes Católicos el dominio de todas las
tierras que sus súbditos descubrieran a cien leguas al oeste de los Azores. La condición era
convertir al Cristianismo a los pueblos descubiertos, repartiendo así el mundo ...como una
naranja..., entre España y Portugal.
En Europa el Papa Alejandro VI (Borgia) lanzó una guerra despiadada contra los grandes
señores italianos. Su vida privada, su duplicidad y nepotismo hicieron de él un príncipe del
renacimiento más que un verdadero Papa.
El siglo XVI se vio cubierto de sangre por cuenta de la división que origino Martín Lutero al
publicar en el año de 1.517, 95 tesis en las que proponía por regresar la Iglesia a sus orígenes
de simplicidad y pobreza.
Aunque a finales del siglo XVI el fuego inquisidor empezó a apagarse en Europa, el frenesí
pasó al Nuevo Mundo. Tenemos el caso muy sonado en Massachussets en la población de
Salem 1.692 donde un grupo de mujeres siendo blancos fáciles de cualquier sospecha fueron
tildadas de brujas y sentenciadas a morir vivas en la hoguera por inquisidores Puritanos.
El Papa Pío XII, nuncio en Berlín en 1.929 es acusado por la supuesta indiferencia ante el
vergonzante holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial.

9125
Los grandes Pontífices odiaban desde hacía mucho tiempo, todo lo que no fuese Católico, de
otro modo no habrían sido grandes. No solo lo destruían de raíz, como si fuera esto poco,
también lo difamaban.
El papel de la Iglesia en la conquista de América, marcado por la intolerancia y la conversión
forzosa, es muy argumentado por sus resultas de aculturación, pauperización y en algunos
casos la desaparición de poblaciones indígenas enteras, con desenlaces étnicos y culturales
catastróficos.

La siguiente; fracción de la notable conversación entre Franciscanos y sacerdotes Aztecas,


quienes haciendo una conmovedora defensa de su religión y antiguos Dioses, solo querían que
los olvidaran aceptando con realismo su desastre y sin pedir piedad. Nos parece importante
por el dramático momento que se vivía. Los franciscanos exigían a los ya derrotados Aztecas
que siguieran las normas Cristianas, pero estos preguntaron con dignidad: “ Es ya bastante
que hayamos dejado, que hayamos perdido, que nos haya quitado, que se nos haya impedido
la estera, el sitial, “el mundo”... Haced con nosotros lo que queráis, esto es todo lo que
respondemos, lo que contestemos a vuestro reverenciado aliento. A vuestra reverenciada
palabra. O señores nuestros”.
Estas palabras fueron pronunciadas cuando Huitzilopochtli estaba, al parecer, completamente
destruida como también lo estaban Tenochtitlán capital del grandioso imperio, Moctezuma el
último de los emperadores y sus formidables y leales guerreros Aztecas.
Los paganos no tenían derechos divinos ni humanos, eran a juicio de la Iglesia animales
salvajes (los hombres salvajes durante la Edad Media encarnaban demonios quienes obraban
como satélites del diablo), sujetos a la esclavitud, aunque el trato hacia estos era peor que a las
mismas bestias. La conquista de América y la conversión forzosa de todos sus pobladores,
autorizada por el papado y apoyada por la Clerecía, termino como se debía de esperar, en una
catástrofe étnica y cultural.
Las órdenes papales prevalecieron muchos siglos después hasta cuando los concordatos
cedieron, los estados se transforman en soberanos, la ciencia y política emanciparon, los
derechos civiles se imponen y la conciencia exige a los hombres cambio.
Los Panches eran en suma, una sociedad totalmente impregnada del hecho religioso y del
culto a lo natural y sobrenatural, incomprendida por unos extranjeros que llegaron de lejos,
erróneos mensajeros de sus Dioses más poderosos, que trataron infructuosamente de hacerles
olvidar sus más profundas raíces. Pero el panorama hoy día sigue igual para las ya casi
extintas comunidades aborígenes en Colombia y el resto del mundo. Otro tipo de leyes y
mandatarios ignoran, confunden y mantienen en una condición de olvido a estas gentes. Otros
extranjeros disfrazados de benéficos misioneros siguen destruyendo con plena eficiencia su
memoria histórica y señales de identidad.

9126
“ Dios se lavo las manos y al extenderlas para secarse comenzó a chorrear de ellas el agua. Y
de cada gota que caía al desprenderse de sus dedos mojados se formaba un ángel. Cada gota
se volvía un ángel. Y fueron cayendo y cayendo y de las manos de Dios brotaban y brotaban
ángeles que caían y caían sin cesar. Y cuando Dios dijo detente, los ángeles se quedaron
detenidos en el punto donde iban en ese instante preciso. Y quedaron penetrados en la
naturaleza, constituidos en su esencia y en su defensa. Unos cayeron a la tierra: son los
espíritus terrestres. Otros cayeron al agua: son los espíritus Águales o Acuares. Unos
quedaron en el aire: son los espíritus Áirales. Otros quedaron en la montaña ariaza: son los
espíritus Selváticos”.
Hermosa leyenda de Lomaprieta entre los municipios de Supía y Riosucio. Relata el
surgimiento de deidades protectoras de la naturaleza. Extraída del libro Creencias del
Occidente Caldense, escrito por JULIAN BUENO RODRIGUEZ.

ANTROPOFAGIA, MITO O REALIDAD

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Decían los oficiales don Juan de San Martín y don Antonio de Lebrija en carta y relación del
Nuevo Reino de Granada al Rey de España, sobre los Panches:
“ Estos indios que están entre el río grande y esta tierra de Bogotá, son indios muy belicosos y
guerreros tienen muy malas armas de flechas y hondas y dardos y macanas a manera de
espadas tienen rodelas. De todas estas armas se aprovechan cuando hacen guerra. Cómense
unos a otros y aun crudos que no se les da mucho por asarlos ni cocerlos aunque sea de su
misma nación y pueblo. Andan desnudos por la mucha calor de la tierra. Estos Panches y los
indios de Bogotá se hacen cruel guerra y si los Panches toman indios de los de Bogotá o los
matan o los comen luego. Y si los de Bogotá matan o toman algunos de ellos traen las cabezas
a su tierra y pónenla en sus oratorios y los muchachos que traen vivos súbenlos a los cerros
altos y allí hacen de ellos ciertas ceremonias y sacrificios, cantan muchos días con ellos al sol
por que disque la sangre de aquellos muchachos come el sol y la quiere mucho y se huelga
mas del sacrificio que le hacen de muchachos que no de hombres.”
Relato de un encuentro entre el ejército Muisca-Español contra adversarios Panches en los
confines de Tibacuy: "A su turno, Sajipa atacó impetuosamente con sus tropas, las cuales
también fueron rechazadas por sus feroces adversarios Panches, quienes durante la lucha se
lanzaban sobre sus cadáveres, los despedazaban y bebían su sangre."
A diferencia de estas y muchas otras crónicas españolas que relatan como se comían unos a
otros para saciar su hambre, que desenterraban cadáveres putrefactos para ser devorados, que
engordaban sus prisioneros para luego descuartizarlos y comercializar con su carne; no se ha
encontrado evidencia arqueológica que sustente estos escritos.
Aunque idealizados, los Panches fueron muy distintos. En excavaciones arqueológicas
realizadas en diferentes puntos al norte del departamento del Tolima, algunas de ellas
basureros de cocinas precolombinas (rellenos sanitarios) se ha encontrado una versión
opuesta, no por ello menos valiosa, siendo muestra suficiente para creer que todo lo
anteriormente expuesto sobre los Panches es pura retórica colonialista. Estos importantes
hallazgos indican gran variedad en su dieta alimenticia, que van desde restos óseos de
diferentes tipos de animales como venados, cerdos de monte, tortugas, roedores, simios,
reptiles, aves, diferentes tipos de peces; hasta caracoles, restos de nueces, cereales, huevos,
tubérculos, semillas de frutas. De acuerdo a estas crónicas o relatos pensábamos encontrar
entre todos los desperdicios, restos óseos humanos, para nuestra sorpresa durante los ocho
años de trabajos en estos yacimientos arqueológicos, no se ha descubierto prueba que indique
una práctica generalizada de antropofagia en ellos. Los mitos que conducen a que creamos
que los Panches eran tremendas máquinas devoradoras de carne humana, que adaptaban su
dentadura limando los bordes haciéndolos puntiagudos para rasgar y lucir fieros, han perdido
validez.

9128
En toda el área de este estudio no hay constancia de hambres colectivas, al menos no antes de
la época prehispánica, aunque pudo haber alguna escasez temporal. La pesca y la caza era
abundante, la agricultura se adaptaba eficientemente a las necesidades de cada región
geográfica y el intercambio comercial suministraba los alimentos que no se producían en la
zona. No hubo pues, la necesidad de apelar al consumo rutinario de carne humana por falta de
otros alimentos, como insistentemente algunos historiadores de este siglo han tratado de
hacernos entender.
Eventuales fueron los casos comprobados de antropofagia famélica, por ausencia forzosa de
alimentos, inducida como medidas de guerra auspiciadas tanto por españoles como indígenas
en el Nuevo Reino de Granada. Esta medida se adoptó con el ánimo de expulsar de estos
territorios tanto a unos como a otros, cosa que desde luego no sucedió. Sin embargo las
hambrunas se generalizaron llegando al triste hecho conocido por todos, a la antropofagia por
física hambre.
Igualmente eventuales fueron las ocurrencias de canibalismo entre los españoles de la
conquista. Uno de estos casos se presentó en el istmo de Panamá entre un grupo de
expedicionarios de don Felipe Gutiérrez, cuando los españoles perdidos y hambrientos se
comieron un indio y a dos de sus conmilitones españoles (Oviedo y Valdés).
Al finalizar la expedición de Ambrosio Alfínger a la Cordillera Oriental, un grupo reducido de
españoles que pudieron salir al mando de Iñigo de Vascuña, cometieron antropofagia en dos o
tres indios que salieron a auxiliarlos (Aguado).
Los españoles de Francisco Cesar devoraron un indio en Zamba (Oviedo y Valdés).
En el río Maconite de la Guajira, ciertos expedicionarios se comieron a sus enfermos (Aguado).
Bautista Zapatero miembro de la expedición de Sedeño en el oriente Venezolano, se recuerda
como devorador de uno de sus compañeros de aventura “ Bautista Zapatero uno de los
soldados de Reinoso, de las huestes de Sedeño, ya muerto, quien en medio del hambre abrió
los pechos a su compañero, estando muerto ya de calentura, el se sustento del asadura ansí
como fuera de carnero. Y huyó y no pareció muerto ni vivo”. ( Juan de Castellanos).
Al regreso de la expedición de Jorge Spira a los llanos, hubo un caso semejante (Aguado).
Varios episodios de canibalismo se registraron durante la entrada de Jiménez de Quesada al
Nuevo Reino de Granada (Aguado).
Los despojos humanos que hemos encontrado en urnas funerarias y entierros primarios,
aunque representan zonas arqueológicas y periodos cronológicos muy diversos, nos dan a
conocer una nueva y real visión de como el cuerpo humano no era una fuente importante de
proteína como trataron de hacerlo entender, sino un hecho primordial de respeto, rito y
alabanza por lo complejo y riguroso del acto. Los huesos encontrados en tumbas de
procedencia Panche, se evidencia por los cortes y fracturas una manipulación intencionada
antes de ser depositados en el sitio de entierro secundario. Con la exhumación del cadáver

9129
practicaban un rito desconocido, los huesos eran cortados, hervidos y limpiados con artefactos
cortantes y punzantes para así luego ser depositados en cámaras o urnas ya limpios sin
ninguna muestra de tejido, grasa o médula. Estos cementerios nos han proporcionado mayores
indicaciones en lo que concierne al reino de los Panches, ha suministrado un pasado
desconocido y cuyo recorrido nos codujo a rectificar la condición de devoradores de carne
humana en que estaban clasificados.
Este comportamiento del manejo de restos humanos podría ser similar a la forma como se
manipula un hueso de animal como alimento; cuando después de extraída su carne se
procedía a abrirlo para consumir la médula y por último se aprovechaba hirviéndolo en agua
para extraer la grasa. Después de esta explicación si no se tiene el suficiente cuidado, se
puede incurrir en un gravísimo error pensando en esta como evidencia de canibalismo entre
esta gente. Sin embargo la diferencia mayor radica en que los huesos humanos están
depositados con delicadeza en sitios predeterminados, escogidos con cautela, acompañados
por una serie de elementos decorativos espirituales y de uso personal; los restos animales
simplemente se sitúan entre un montón de desperdicios y desechos. Se puede pensar que
injerir una porción de carne o medula de un ser querido era sencillamente un acto de unión y
amor hacia el padre, hermano e hijo que había muerto. Recordemos que para los sacrificios
infantiles en el antiguo Israel, era una forma digna de adorar al señor, Dios de la Biblia, Dios de
Israel.
En conclusión, estas gentes en el momento que su proceso social fue aniquilado se
encontraban en una etapa normal de evolución, nada diferente a las del resto del mundo.
Físicamente lucían normales aunque la deformación craneal y la de los músculos de las
piernas y brazos que tanta controversia originó, tenían un significado estético entre su cultura y
era practicado por algunas parcialidades o personajes de cierta condición social; este
comportamiento estético fue practicado también por sociedades Andinas como los Incas y
tribus Mesoamericanas como los Mayas. Se sabe que el acto de lucir estéticamente diferentes
hace parte del ritual de bajar el atractivo para así evitar que los malos espíritus robaran su
fuerza vital. El lucir feo con propósito ayudaría a alejarse de malas energías esquivando el
peligro de perder su esencia o espíritu personal.
No nos apartamos que a nivel ritual o ceremonial en asocio con la guerra se hubiese adoptado
esta tendencia, consumir la carne o beber la sangre, de ese enemigo regio a quien vencían en
combate, les daría el poder de quedarse no solo con el coraje y valentía sino también con el
alma de su adversario, pero incluso en este caso se trataba de una figura dirigida al culto. Era
una especie de sacramento sanguíneo donde la sangre del adversario capturado en estos
Combates Rituales, era el medio de comunicación más potente entre los humanos y el
universo sobrenatural. El flujo vital simbolizaba vida, salud, reproducción y fertilidad, el hecho
de beberla era tomar para sí la juventud, salud e intrepidez de estos guerreros sacrificados en

9130
los misteriosos actos de sangre. Estas creencias u orgías de sangre no solo se desarrollaron
en la mayoría de comunidades aborígenes Andinas, también se experimentó con intensidad en
Centro América con tribus Aztecas, los Anazasi en Norte América, Asia, África y en alguna
época de la historia antigua Europea.
Estudios hechos por la universidad de Berkeley, contradicen las teorías según las cuales el
canibalismo surgió en el planeta en forma aislada y generalmente como recurso extremo.
Sostiene que la costumbre humana de comerse a los de su misma especie fue más
generalizada de lo que se creía hasta ahora. Según planteamientos revelados a comienzos de
1.998, en Europa la antropofagia fue común durante toda la edad de piedra. El canibalismo en
estos antecesores del hombre moderno, cuyos restos se estiman en miles de años de
antigüedad y que constituyen entre los más antiguos de Europa, era un comportamiento
continuo en las comunidades de homínidos, constituyéndose la carne humana un ingrediente
importante en la dieta del hombre primitivo europeo. También hay ejemplos concretos sobre
esta práctica proveniente de la antigua Mesopotamia, Egipto y China. La diferencia radica en
que el ejercicio del sacrificio humano Azteca y del canibalismo Caribe fue extensiva, excesiva y
exageradamente documentada, a su vez los múltiples sacrificios humanos en las culturas del
viejo mundo han salido a la luz recientemente como resultado de las investigaciones
arqueológicas de este siglo.
Que el hombre en general haya tenido que pasar por lo que hoy se ve como una práctica
repudiable e inaceptable, verifica dos puntos de vista incuestionables, el funesto o reprochable
y la humanitaria o compasiva del comportamiento humano, incluso en periodos tan antiguos
como en la etapa prehistórica del hombre.

Rompe la lanza pechos y ternillas de los que con más brío se declaran; las verdes yerbas, rojas
y amarillas, con sangre de los míseros se paran; finalmente las bárbaras cuadrillas atónitas el
campo desamparan: Los españoles ponen su cuidado en tomar las entradas del cercado.
Dos eran, una de otra separada, que miran al oriente y al occidente, angosta cada cual en la
entrada, pues un caballo cabe solamente; entraron sin rencilla porfiada por haberse huido ya la
gente: Hallaron granos y otros alimentos, y bien acomodados aposentos.
Aquestos se hicieron más abiertos para dormir el campo peregrino; tomaron de los vivos y los
muertos grande copia de joyas de oro fino; van a patía mensajeros ciertos, y el capitán Añasco
luego vino, do celebraron la sagrada fiesta de todos Santos...
JUAN DE CASTELLANOS. Descripción de la toma de un pueblo cerca a Popayán por Pedro
de Añasco, ordenada por Belalcázar.

9131
COCINA PANCHE
Un acontecimiento importante mas que rutinario y aburridor es el de reunirse en grupo; con
familia o amigos en torno a la preparación de los alimentos y al consumo de ellos, generando
así una de las expresiones más antiguas de toda civilización. Gracias a estos factores
culturales como son la cocina, la mesa y los ritos desarrollados en torno a estos, se observa
una fascinante transformación de la conducta social y regional, estableciendo las diferencias
entre raza, estrato social, religión, clima y geografía.
No todo lo que se ha dicho del indígena americano es cierto y dentro de este marco por
supuesto, entra lo que se dejó dicho sobre los Panches. Tenemos el caso del naturista Bernabé
Cobo quien sostenía que para el hombre precolombino no existía la discriminación en materia
alimenticia, pues el indio comía desde piojo y sabandija hasta hombre; desde luego esta
observación tiene la inconsistencia de todas las generalizaciones. El naturista hoy día es
severamente cuestionado por no tener en cuenta la herencia cultural del indígena, sobre la cual
estas comunidades se apoyaban. Hipotéticamente el hombre americano podía comer de todo;
pero en la práctica no ocurrió así, sencillamente porque tanto algunas plantas como animales
fueron objeto de prohibición para el consumo o sacrificio por motivos mágicos, culturales y
religiosos. Para citar tan solo un ejemplo, la caza y el posterior consumo de la carne de
venado estaba reservada exclusivamente para la clase gobernante, además de prohibido era
severamente castigado el que una persona diferente al grupo gobernante sacrificara el animal y
se beneficiara de él.
Escribe el oidor en Santa fe, licenciado Tomás López Medel en carta del 20 de diciembre de
1.557 al Concejo de Indias: “ Las publicas costumbres de las indias en general son y están
corruptísimas con gran licencia y disolución del vivir en todo y principalmente en tres o cuatro
géneros de vicios: en vestirse, en comer, juegos larguísimos y profundícimos y en lujuria...”
(Friede).
En las campañas de sometimiento en el Nuevo Reino, continuamente se malgastaban muchos
recursos alimenticios, al respecto decía el fraile Pedro Simón: “destrozaba mas comida un
español en un día que diez indios consumían en un mes”.
Los valles del Magdalena como lo indicamos anteriormente poseían tierras con una fertilidad
pródiga, en donde se producían una serie de plantas, árboles y tubérculos medicinales y
alimenticios, o una serie muy variada de carnes de diferentes tipos de animales como la del
venado, armadillo, pequeños y grandes roedores, muchísimas aves domesticadas como patos,
perdices, gallinetas, guacharacas, gansos, paujíles, torcazas y una inmensa variedad de peces
como bagres, sardinas, picudas, bocachicos, doradas, sardinatas, nicuros, capases, cuchos,
pataloes etc.
Hablando sobre la riqueza de peces en los valles del Magdalena, Guillén Chaparro puntualizó:
“ En los arroyos de Mariquita había abundancia de pescado muy bueno. Hay en el dicho

9132
pueblo de Onda, frontero del, un salto que el río grande hace, do se mata cada un año más de
cuatro mil arrobas de pescado que llaman bagres, sin otro mucho menudo que allí toman do se
provee todo lo más deste Reino de Granada en tiempo de cuaresma...”
Saludables y robustos por que conocían la importancia de una dieta variada, rica en proteínas,
gustosa, bien presentada y fácil de cultivar y capturar. Los Panches fueron un pueblo que
aprovechó esta grandiosa riqueza natural. Estos alimentos iban desde plantas y vegetales
como el tomate, girasol, maní, ahuyama y la calabaza hasta frutas "frutas..." (Simón, 111,
Pág.42) como la piñuela, lulos, guayaba, maracuyá, marañon, guanábana, chirimoya, mamey,
ciruela, papaya, dátiles, piña (muy usada por estos para la elaboración de chicha, Zamora
1.945), guama, nueces, cuescos, corazones y cogollos de diferentes palmas, guaduas.
Consumían las hojas tiernas de plantas como la yuca, ciruelo, matarratón, papayos, ají y
tabaco. De las plantas de coca y tabaco no solo se extraían poderosos estimulantes de uso
religioso, ofrendario y energético para largas jornadas de trabajo, también obedecieron a una
riqueza potencial como alimentos.
El solo hecho de una dieta con gran consumo de hortalizas o plantas verdes ricas en vitaminas
y minerales era garantía de buena salud.
Alimentos exóticos como la carne de tortuga (Patiño, 1.966), iguana, gallineta o gallina de
monte, los caracoles, cangrejos, y ostras de agua dulce, ranas, larvas, se criaban hormigas
para comer (Cuervo, 1.892), achiote o bija, cacao, miel tanto de abejas como de avispas, flores
usadas como hortalizas, pimentón, lulo, gulupa, hojas de ciertas plantas y demás, hacían parte
de este extenso menú. Hierbas y aliños deliciosos como la vainilla, yerbabuena, mastranto, el
ají y otros poco conocidos como el bledo y la verdolaga ricos en hierro y proteínas, daban
aromas y exquisitos sabores.
El consumo diario de plantas como el paico en pueblos Andinos y Mesoamericanos, enfatiza un
drástico control sobre parásitos pantrópicos como áscaris.
Una muy variada gama de tubérculos que entre los más afamados está la yuca, el ñame, la
batata o papa dulce y diferentes variedades de papas que eran introducidas a la zona desde
tierras mas frías por el vigoroso intercambio de productos. Cereales como el maíz y fríjol que
ahora tienen la excelente reputación junto con la papa de haber alimentado y de seguir
alimentando el mundo, se preparaban para hacer sabrosos y suculentos platos.
Como bien lo habíamos reseñado anteriormente los Panches provenían de grupos
pertenecientes a la familia lingüística Caribe o mejor dicho de los Caniba, que quiere decir
gente del clan mandioca y de acuerdo a esta relación es muy posible que los Caribe hayan
introducido la yuca de cazabe a esta región del país. El origen del tubérculo al parecer
proviene del Brasil donde la yuca dulce para consumir fresca la llaman Macaxeira.
Posteriormente fue llevada a la costa Atlántica y luego introducida al interior de Colombia vía
Magdalena por los Caribe que emigraron a estas tierras. El Cazabe o también llamado

9133
Mandioca, es la más predominante y es de donde provienen todas las variedades y clones de
las mas cultivadas. El uso por los Panches no difiere de la forma como otras parcialidades o
grupos aborígenes la preparaban. La pulpa rallada de esta raíz se sometía a presión en un
fuerte sebucán o manga hecha de hojas de palmera, para así extraer el jugo venenoso por la
presencia de ácido cianhídrico. Posteriormente la pulpa es tostada o azada en láminas
delgadas en forma de tortillas, sobre planchas de barro. Este producto se almacenaba durante
varias semanas sin perder sus bondades alimenticias, a diferencia del tubérculo fresco que
duraba pocos días.

Nuestro redentor dio esta victoria a nuestros ilustrísimos rey y reina y a sus reinos famosos de
tan alta cosa a donde toda la cristiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas y dar
muchas gracias a la Santísima Trinidad con muchas oraciones solemnes por el tanto
ensalzamiento que habrán, entornándose tantos pueblos a nuestra fe, y después por los
bienes temporales que no solamente a España más a todos los cristianos tendrán aquí
refrigerio y ganancia.

9134
Visión del descubrimiento por COLON. Carta escrita por el almirante a un amigo desde una
carabela en los mares de las Islas Canarias. Alegría, triunfalismo y profundo agradecimiento a
Dios de quien encuentra algo maravilloso después de un viaje a lo desconocido.
EL MAÍZ, REGALO DE DIOSES

Las culturas antiguas del mundo mediterráneo han considerado el trigo como un regalo de los
Dioses. Pero ha sido el árbol de olivo y su especial aceite lo más sagrado durante miles de
años. Por algo fue llamado por Egipcios, Fenicios, Griegos, Romanos y Cristianos el elíxir de
los Dioses. Pues bien, en la América precolombina existió una planta que proporcionaba
bienestar, alimento para esta y otra vida, calmaba a los Dioses e inspiraba artistas y
sacerdotes. Mantenía en otras palabras un simbolismo similar a los pueblos del árbol de olivo
y trigo, esta planta fue llamada Maíz y se consideraba en todo el mundo precolombino como
regalo de los Dioses.
Proveniente de México, el maíz constituyó el alimento más importante a lo largo y ancho de la
América antigua. Ayudó a crear grandes imperios. Además de alimento servia como culto y al
igual que el cacao se usó como moneda de trueque. En su siembra, recolección y elaboración
mantuvo ocupados a todos los habitantes de este continente sin distinción alguna. Pero quizás
la contribución mas destacada a nuestro juicio, es que durante siglos y por generaciones el
maíz fue una de las mejores garantías contra el hambre.
Con innumerables variedades, este cereal se consumía en diversas formas; hervido, tostado,
molido, disuelto, etc. Preparaban platos como la mazamorra, se usaba para hacer una especie
de pan, para hacer bebidas como la chicha y el famoso masato.
Al igual que la chicha obtenida del maíz, de la yuca y el cazabe también se preparaba una
popular bebida altamente consumida entre los Panches. Es de anotar que la chicha no
solamente se hacía de maíz, la había de piña, cacao, yuca, marañon y frutos de palma entre
otros. "Tomanse mucho de su vino de maíz, i de las raíces de la yuca, i batata, i de la piña..."
(Herrera, IX, Pág. 223).
La fermentación era una fórmula más de conservación de alimentos y la chicha de maíz se
consumió en mayor escala que la de otras plantas o frutos.
El cultivo relativamente fácil del maíz "siembran tres veces en el año, cogen mahiz y tienen
yuca" (Oviedo, VI, Pág. 202), la disposición de cosecharlo todo el año y poderlo almacenar, su
poder nutricional y la variedad de platos que se podían preparar, hacen de este grano un
obsequio especial de los dioses para este mundo. Algunas variedades de maíz de color rojo,
rosado o morado, se seleccionaban para tener bebidas coloreadas.
Hubo alimentos repugnantes e insalubres para los hispanos, pues lo fueron por que no estaban
acostumbrados a consumirlos, entre estos muchos alimentos tenemos la chicha y otras

9135
bebidas. A la chicha se le atribuye el hecho de que entre los indígenas no se conocieran los
cálculos o enfermedades de los riñones.
La masticación de algunos granos de maíz para echar a la masa se hacía con el objeto de
acelerar el proceso de fermentación inoculado con la saliva. Una vez hervido por tres o cuatro
horas se enfría, se cuela y se deja reposar para que fermente hasta el grado deseado (Benzoni,
1.572).
La arepa o erepa y tortillas de maíz fueron platos muy difundidos y consumidos en toda
América, utilizados como comida ligera o para acompañar otros alimentos. De la arepa y
tortilla tenemos mucha evidencia de su elaboración y continuo consumo. Constantemente se
encuentran herramientas para el procesamiento del maíz como morteros, piedras de moler,
manos, rudimentarios molinos, hornos y asadores en cerámica.
Los aceites eran extraídos del fruto de la palma de nolí que después de un proceso de
destilación extraían su fina oleína. De este fruto también se hacía una bebida refrescante y
nutritiva, de apariencia lechosa y algo salobre. El aceite también se obtenía de la almendra de
diferentes cuescos de palma como la real, la chonta y la calicá, del girasol o semillas de
cacahuete como el maní y del achiote. De estas palmas se extraía además un vino, que se
extraía del tronco o cogollo excavado para que fluyera la savia, que posteriormente se tomaba
fresca o fermentada. Así mismo era utilizada la grasa animal para la preparación de ciertas
comidas. La grasa del manatí, animal muy común en el Magdalena, sus ciénagas y lagunas,
llega hoy día al borde de la extinción por el excesivo consumo y mal trato dado por los
españoles desde su llegada a las nuevas colonias. Su grasa y carne fue intensamente
explotada y servía como fuente de proteína y calorías para alimentar esclavos dedicados a la
labor de la minería.
Los Panches conocían la importancia del sodio en sus dietas y los estragos que producía en el
organismo el no consumirlo como la deshidratación, desarrollando así una técnica para
producir potasio a partir de la ceniza elaborada de cogollos de palma. Esta ceniza rica en
potasio utilizada en reemplazo del sodio, era servida en sus alimentos para así sustituir en
ciertas ocasiones de escasez tan preciado mineral, la sal.
Como complemento dietético consumían algunos moluscos como almejas y caracoles, insectos
como comejenes, hormigas y larvas; y reptiles como tortugas, caimanes e iguanas, teniendo
también gran aceptación sus exquisitos huevos.
Los Caribe eran grandes conocedores de técnicas de conservación de carnes rojas y blancas,
tratadas con hierbas, especias y sal, deshidratándolas al sol o ahumadas con cierto tipo de
maderas especiales. Las carnes se conservaban por meses con buen olor y gustosas sin
perder su poder nutritivo.
Utilizando ollas de barro cocían sus alimentos. El cocido, sancocho o puchero plato muy
popular hoy día, fue conocido y difundido en todas las sociedades antiguas del mundo, desde

9136
África pasando por Europa, Asia y la polinesia. En toda América era muy frecuente la
preparación de este plato, con algunos cambios por supuesto en detalles y componentes. Este
cocido con ingredientes originales llevaba hojas, hierbas, cogollos de plantas, papa dulce,
ahuyama, yuca o ñame, sal, condimentos y por supuesto la carne que variaba según la
ocasión, los resultados de la caza o la celebración. Para este sancocho se utilizaba la carne
de diferentes animales como la del venado, saínos o puercos de monte, armadillos, lapas,
borugos, tortugas, tomasomis que son una especie de roedor, ardillas, curies, aves y gran
variedad de peces del Magdalena. La carne se consumía fresca o seca de acuerdo a la
temporada y ciclo de migración de estos animales. Se servía en el suelo y era costumbre
colocar los alimentos sobre anchas hojas. Otros alimentos eran servidos en vasijas de barro,
caparazones de animales o vegetales.
De este régimen alimenticio equilibrado y diverso con productos de cultivos, recolección, pesca
y caza, daba como resultado una alimentación muy completa, aunque todo esto fue puesto en
duda por los europeos sin fundamento alguno. Prueba contundente de lo que estamos
hablando es sin duda la saludable y blanca dentadura del hombre precolombino en general. El
cuadro empieza a estropearse para la salud de los aborígenes americanos cuando el consumo
de harina de trigo reemplaza el maíz con germen.
A diferencia de la mayor parte de las formas culturales de este pueblo, la costumbre culinaria
no desapareció del todo aunque sufrió la influencia y el cambio al enfrentarse a otra expresión
diversa como fue la europea que llegó con la vaca, el cerdo y la gallina. La árabe, con semillas
como la lenteja y el ajonjolí, especias como el azafrán, anís, albahaca y alimentos como las
alcachofas, almendras, zanahorias y el vivificante café. La africana con el conocimiento del
medio tropical, el plátano, el banano pero sobre todo el sentido, el sabor y la suculencia en la
preparación de los alimentos.

Tomaron nuestras tierras,


Nuestras mujeres e hijos,
Y por ultimo tomaron nuestras vidas

9137
pero jamás pudieron tomar nuestra libertad.
Yuldama, Valeroso e intrépido Cacique que unió sus fuerzas
a la confederación Panche en la lucha contra los castellanos

9138
TRIBUS SEDENTARIAS DEL MAGDALENA

Los orígenes de la agricultura en la historia de hombre son tan antiguos como el mismo fuego.
Con el desarrollo de los estados sociales la agricultura también evoluciona para satisfacer
necesidades básicas de sustento. Al encontrarse con la etapa de producción y almacenamiento
y a que no todos eran autosuficientes, llevó a la fase de comercialización de excedentes.
Al inicio de la conquista, esta etnia ribereña, se encontraba trabajando una técnica agrícola que
satisfacía sus necesidades alimenticias y suplía insuficiencias a naciones vecinas, ya que el de
recolección y caza dejó de ser la fuente principal del sustento diario.
Tierras altas, planas y cálidas fueron especialmente adaptadas para un sistema agrícola en
terrazas, donde además de proteger sus suelos de la erosión, manejando una novedosa forma
de compactación e impermeabilización de terrenos usando sobrantes líticos o cerámicos y a
su vez aprovechaban drenajes por gravedad. Se cultivaban plantas de diferente variedad en
la misma plantación; es decir en un sembrado se podía encontrar maíz, yuca, fríjol y tabaco;
todo junto. Esta diversificación contribuía a un intercambio de nutrientes y a un eficaz control
de plagas entre dichas plantas. “En la provincia de los indios que llaman Panches, hay tres
cosechas en el año, por que no se agota la tierra, como en el Nuevo Reyno” (Oviedo, VI,
Pág.228). Es importante comentar que ya finalizando el siglo XX se ha venido desarrollando
una agricultura en gran escala llamada Inter cultivos en banda, que comparte el mismo
esquema de principios de la agricultura precolombina. En grandes extensiones de tierra se
siembran en surcos de cuatro a seis hileras, cuatro o cinco diferentes tipos de plantas logrando
así una interrelación de nutrientes entre estas y un mejor control de plagas y de malezas,
debilidades difíciles de corregir en los monocultivos tradicionales.
A la zona escogida para la siembra, entraban con grandes hachas en piedra con largos cabos
de madera, practicando una semitala selectiva de árboles, dejando grandes y diferentes
ejemplares a prudentes distancias, esto con el objeto de hacer una especie de invernadero
natural y contribuir con la pronta recuperación de la ladera cuando se dejara de cultivar en ella.
En la siguiente etapa se organizaba todo el desperdicio. Después de recogido se amontonaba
con dos propósitos: El primero para ser incinerado y aprovechar la ceniza que tenia múltiples
usos, entre ellos el de habilitar los suelos para el cultivo; y el segundo montón de desperdicio
orgánico era utilizado con el fin específico de nutrir y controlar malezas entre el sembrado. Ya
con hachas de piedra más pequeñas, palos terminados en punta endurecida al fuego y
garabatos, finalizaban el proceso, alistando el suelo para la siembra que de hecho era variada.
Entre los productos agrícolas sembrados en la región encontramos: Maíz, tomate, fique, ají,
coca, tabaco, cacao, ahuyama, yuca, aguacate, maní, piña, girasol, una especie de arroz
silvestre, batata, fríjol, zapote, badea, papaya, guama, guayaba, palma de nolí, palma real (de
estas palmas se usaba el fruto para preparar bebidas y extraer aceite, el cuesco para

9139
aprovechar la almendra, la hoja de la palma en construcción y del tronco se extraía vino y
también se usaba como vigas en la construcción), hierbas medicinales, plantas aromáticas y un
tipo de algodón americano (algodón con pigmentos naturales).
Las labores del campo eran largas y difíciles, de ahí que el uso de la coca era indispensable, se
cultivaba para el consumo interno y para cambiar por otros productos como la sal que era
imprescindible para tratar y conservar todo tipo de carnes.
Los peces procesados con humo de maderas especiales y sal traída de otros lugares para su
conservación, eran un producto proteínico muy apetecido en este fuerte mercado de
intercambio. Observamos con detenimiento, que esta zona fue la gran fuente de
abastecimiento alimenticio para culturas vecinas por la cercanía a ellas, por la cantidad y
variedad de peces, por la riqueza de los suelos, y por la inmensa variedad de sus productos
especialmente por el corto ciclo de las cosechas. La economía Panche era repartida en
diferentes actividades como la minería, abasteciendo de oro y otros metales a los Muiscas, la
agricultura variada y extensa suministraba alimentos a sus vecinos en época de escasez y fibra
de algodón para la elaboración de mantas, la pesca una gran fuente de proteína como ya lo
habíamos dicho, hizo de la región un centro de explotación pesquera que influenciaba con su
comercio cantidad de comunidades y finalmente la creación de finos artefactos cerámicos para
múltiples usos domésticos con buena aceptación entre sus vecinos.
Cerca a Guaduas Cundinamarca, los Panches establecieron uno de los sitios de canje más
importantes del nororiente que se tenga noticia: el de CALAMBATA, próximo a la frontera con
los Muiscas.
Se tiene noticia que tanto los Muiscas como Panches se encontraban en el proceso de
desarrollar una moneda facilitando así sus transacciones comerciales. Se trataba de pequeñas
láminas en oro sin forma definida y algunas más puras que otras, a las que los españoles
llamaron Tejuelos y posteriormente marcaron como reales quintos, así variara el peso en
quilates. Los españoles ordenaron cambiar un peso de oro ya marcado por peso y medio de
oro que trajeran los indios.
Respecto a algunas costumbres sociales, conviene subrayar el temperamento exogámico de
los clanes, que solo autorizaban el matrimonio con miembros de otro completamente lejano y
diferente. Las mujeres eran muy respetadas alcanzando cargos destacados dentro de esta
sociedad, en lo religioso fue su genero o condición de mujer a lo que se le rendía y pedía.
También tenemos idea de líderes e influyentes sacerdotisas. Era potestad solo de mujeres la
de manejar la diplomacia, por citar algunas cosas de importancia. Referencia que nos sirve
para refutar los relatos que dejaron ver una sociedad con tendencia a la poligamia, creando el
ambiente para imaginar que cada hombre de un clan podía compartir su hogar con cuantas
mujeres pudiera alimentar y también refutar de plano con la hipérbole del comercio sexual con
madres, hermanas e hijas recién nacidas.

9140
Su conocimiento ancestral en navegación los hacía expertos en el transporte por los ríos, su
reputación fue tal, que incluso los españoles necesitaron de sus habilidades para construir
embarcaciones y poder navegar en ellas. Bastante de esta mano de obra especializada se
dedicaba al transporte de mercancías y pasajeros.
Las evidencias que muestran a nuestros antepasados como hábiles textileros no son muchas,
los pocos objetos como volantes de uso o torteros, rodillos, sellos, pintaderas, agujas en hueso
y el hecho de que cultivaban el algodón sin embargo son prueba suficiente. Vemos varias
razones de fondo que no permitieron la conservación de muestras de telas o fibras hasta hoy
día. Una de ellas fue el sistema funerario de los Panches, los cadáveres sufrían un proceso de
descomposición en su entierro primario o eran calcinados para luego los restos ser depositados
en una urna funeraria (entierro secundario), rendían culto a sus muertos pero no a sus
momias. Otro motivo ha sido la hostilidad del medio tropical hacia las fibras; humedad y calor
son la condición propicia para la formación de hongos y otros tipos de enemigos de textiles que
se guardan bajo tierra. De otro lado vemos que culturas como la de los Guanes, si dejaron un
impresionante legado de trabajos en textiles ya que estos cubrían a sus muertos con prendas
(fardos funerarios), rendían tributo a sus antepasados a través de sus momias. Gracias a esta
práctica se han conocido y estudiado los diseños, tipos de fibras, colores y formas de tejidos de
estos grandes textileros.
De acuerdo con descripciones históricas, los grandes cultivos de algodón que crecían en estos
campos y los pocos pero importantes vestigios arqueológicos; la actividad textilera de los
Panches de este sector del Magdalena que ocupando una parte significativa de la población,
fue importante como objeto de cambio en su comercio. Se presume que usaron telares mas
parecidos a manuales horizontales como los hoy usados por comunidades sobrevivientes. En
la decoración de estas prendas multicolores y de gran belleza se utilizó el estampado, logrado
por medio de rodillos, sellos y pintaderas. También se utilizaba en la elaboración de estas telas
coloridas, hilos de un algodón americano con diferentes matices o hilos teñidos que luego
introducían en el tejido normal. Diseñaban y producían sus propias prendas de vestir, gorros,
mochilas, redes, hamacas o chinchorros. No solamente emplearon el algodón como fuente de
fibra, manejaron el fique y diferentes cortezas de árboles y arbustos. Lo anterior pone de
manifiesto una clase social de tejedores especializados que sustentaba con los textiles, parte
de su dinámica economía.
La práctica de domesticación de animales fue bastante utilizada entre los Panches. El venado,
una fuente importante de proteína en su dieta alimenticia, fue criado en grandes rebaños,
aunque su consumo solo se permitía a las clases dominantes. Por ser región destacada en la
crianza del ciervo, los españoles le dieron el nombre de Venadillo a una zona del norte del
Tolima. Pero no solo la domesticación de este herbívoro americano fue importante, en la
lista podemos citar otros como la liebre, el curí, el ratón de monte o tomasomy, saínos, ranas,

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caracoles, cultivaban la abeja para extraer miel y cera, criaban peces en estanques naturales y
algunas aves como la perdiz, patos, guacharacas, y palomas. Por los vestigios de cocinas y
artefactos para la pesca al rededor de la laguna de Panchigua (tierra Panche) en el municipio
de Armero, sabemos que estos, con la subienda de peces por el río Magdalena, pescaban
bocachicas, sardinatas, picudas, pataloes, capaces, nicuros, bagres, cuchos y otras especies
para ser transportados vivos a esta laguna cerca al río y así consumirlos frescos en época de
escasez.
Como podemos ver, todo esto indica que estas culturas no eran tan primitivas como trataron de
hacerlas ver y que dentro de ellas había gran disciplina social con mucho sentido. La
abundancia de alimentos ricos en proteínas, grasas y almidones mas el hecho de que tenían
una vida dinámica y activa (practicaban deportes como caminatas, natación, lucha libre,
atletismo, alpinismo, etc.) hacía de ellos gentes fuertes y saludables.
Las personas que tenían a cargo el manejo del campo que era la inmensa mayoría, siempre
fueron muy respetados y considerados por sus Síquimas ya que cumplían uno de los papeles
más importantes en la estabilidad y grandeza de su pueblo; además de tener muchos hijos para
ser enviados al frente de batalla, producían el alimento para mantener en armonía este
gigantesco ejército de cientos de hombres que sostenían constantemente el crecimiento de su
territorio y su cultura.
La actividad agrícola, la pesca y la expansión territorial, se reflejó en la estratificación y la
formación de jerarquías; los Síquimas, la nobleza, el sacerdocio, guerreros, grupos de
comerciantes, artesanos calificados, pescadores y agricultores. La expansión territorial a costa
de sus vecinos, el ejercicio de la hegemonía bajo la forma de un pago de tributo nos hace
pensar que se desarrolló dentro de esta sociedad una elite expansionista con tendencia
militarista. Este patrón de comportamiento, estratificación social, expansión territorial,
militarismo, la movilización y el hecho de quedarse con los excedentes agrícolas de sus
dominados y vecinos insinúa que, en el momento del arribo de los europeos occidentales, se
había alcanzado la tecnología agrícola disponible, situación que en el pasado condujo a la
fusión o autodestrucción de muchas comunidades a causa de la sobrepoblación y la ineficiente
producción agrícola.
Pero no solamente con el uso de la fuerza se logró mantener y expandir el sistema Caribe; la
religión jugó un papel fundamental. El sacerdocio que era practicado tanto por mujeres como
por hombres, desempeñaba la función de organizar los ciclos agrícolas, daba significado y
propósito a la existencia, conciliaba entre los discrepantes, mantenía estricta influencia sobre
los jóvenes recordándoles las doctrinas como base fundamental de su sociedad, manifestaba
con ritos y ceremonias el paso a través de los estratos o círculos de la vida y de la muerte,
asumía un papel solidario tanto con el fuerte como con el débil e influía para que la comunidad
se adaptara fácilmente a otros sistemas siendo menos frustrante la aculturación. Tenemos el

9142
ejemplo de como los Caribes en una invasión adoptaban un sistema dual en su lengua, se
respetaba el idioma de los invadidos y se mantenía el de los invasores, facilitando así la
incorporación de nuevas culturas bajo el sincretismo religioso.
La tolerancia religiosa de los Caribe quizás explique la aceptación del nativo americano a
tomar un Dios más, el cristiano, en su panteón de Dioses. Hoy día los sobrevivientes indígenas
rinden culto a las formas divinas cristianas pero también son motivo de respeto, culto y
alabanza seria aquellas omnipresencias que adoraron sus antepasados. Esta condescendencia
teológica no era exclusiva de esta civilización, el sistema practicante de fe tanto de Incas como
Aztecas, Mayas y muchos otros, permitía a otras culturas subyugadas seguir adorando sus
Dioses, mientras que estos grandes imperios enriquecían sus congestionados templos con las
deidades de los recién sometidos. Esta fueron componendas de asimilación muy hábiles y en
general parece haber tenido mucho éxito en la conformación de sólidos imperios en toda la
América precolombina.
De los excedentes económicos del producto de la tierra de aquellos estados subyugados; la
casta sacerdotal, los militares y la aristocracia recibían asignaciones específicas. Fue tan
grande y severo el arraigo de los Panches a su cultura, que ni siquiera las acciones atroces y
violentas de los colonizadores pudieron extirpar estas prácticas, sugiriendo el efectivo papel
desempeñado por el establecimiento eclesiástico Caribe. El fuerte compromiso teológico, el
consenso a su autoridad religiosa, las diferencias tan marcadas en sus principios y la
comparación del ejercicio religioso Caribe con la práctica religiosa española; no solamente los
confundió, escandalizó e hizo imposible como en otros casos, la fusión de dos lenguas o dos
religiones; sino los llevó al rompimiento definitivo de esta posibilidad creando para los
españoles en esta parte de América la salida más elemental y práctica que encontraron, arrasar
con esta cultura por no mostrar ningún síntoma de sometimiento. Desafortunadamente no
podemos decir como en otras regiones o zonas donde al menos hubo una interrelación cultural
que gracias a esto se formó un componente de la herencia colonial. Aquí en el norte del Tolima
no hubo como hacerlo por que sencillamente no dejaron con quien.
Los sucesos narrados de los acontecimientos que evolucionaron durante la conquista española
fueron contados sólo por españoles; los Panches no tuvieron la oportunidad de relatar su
historia; no desarrollaron escritura, pero si dejaron sus memorias plasmadas en sus trabajos de
exquisita alfarería, donde se expresa esa curiosa cosmogonía que representa su visión ante la
creación del universo, la evolución de los seres vivos y la relación entre la vida y la muerte.
Todo esto lamentablemente se encuentra al borde de la extinción por el crecimiento avanzado
de la agricultura de la región (destrucción por maquinaria e implementos agrícolas en
yacimientos arqueológicos), por la inconciencia de traficantes de objetos precolombinos (por
escasos y finos los artefactos precolombinos de procedencia Panche son muy apetecidos por
coleccionistas) y el poco interés de arqueólogos y antropólogos por estudiar esta cultura.

9143
El crecimiento práctico alcanzado por la mayoría de sociedades prehispánicas, no encontró
aplicación en la Europa de los siglos pasados; sin embargo, el hombre de finales del siglo XX y
gracias a las percepciones de la vida que mantiene redefiniendo a diario, ha empezado a
reconocer la importancia de este conocimiento en los problemas actuales que tanto agobian y
preocupan.
Para el indígena, la naturaleza es su cuerpo, su alma y su Dios; para nosotros ha sido tan solo
la gran fuente de producción. El aborigen cree en la vida integrada con la naturaleza, la cual
les da una referencia de lo sagrado y de lo divino, tremenda alegoría que nos conduce al
respeto de la Madre Tierra y todo lo que hay en ella. Es tiempo de esforzarnos por adoptar su
estilo de convivencia, aprender algo que nos guíe muy seguramente a dar luz a esta
civilización basada en la oscuridad, corrupción, depredación, resentimiento, sangre, odio y
lamento.

“Sin embargo, como Obispo delegado de Su Majestad, nosotros mismos examinamos esas
voluminosas bibliotecas y no encontramos ninguno que no tuviera más que figuras chillonas y
grotescas. La mayoría de éstas eran seres de pesadilla: bestias, monstruos, falsos dioses,
demonios, mariposas, reptiles y otras cosas vulgares de la naturaleza. Algunas de las figuras
tenían como propósito representar a seres humanos, pero en ese estilo de arte absurdo que los
boloñeses llaman caricatura, y los humanos no se distinguían de los puercos, asnos, gárgolas o
cualquier otra cosa que la imaginación pudiera concebir.
Puesto que no había ni una sola palabra que no fuera una fétida superstición y engaños
inspirados por el Demonio, nos, hemos ordenado que con los miles y miles de volúmenes y
rollos se hiciera una pila en medio de la plaza de mercado de Tlaltelolco y fueran quemados
hasta convertirse en cenizas. Nos, esperamos que éste haya sido el fin adecuado a esos
archivos paganos y dudamos que hayan quedado algunos otros...
Toma nota, Señor, que los indios que contemplan esa hoguera, y que casi todos ellos ahora son
cristianos profesos, demostraban sin ninguna vergüenza una aversión apesadumbrada y una
gran angustia; incluso lloraban mientras miraban la pila ardiente, como si hubiera sido
verdaderos cristianos viendo la profanación y la destrucción de las Santas Escrituras. Nos,
hemos considerado como una evidencia de que estas criaturas no han sido convertidas de todo
corazón al Cristianismo como nosotros y la Santa Madre Iglesia desearíamos”.
Fracción de una carta enviada al Rey Carlos V de España por el Obispo de México JUAN DE
ZUMÁRRAGA, Inquisidor Apostólico y protector de los Indios; en el año de 1.530.

9144
MEDICINA, MAGIA, ARTE Y REALIDAD

Padres de un legado de inmensa riqueza cultural, los Panches alcanzaron un alto grado de
desarrollo mágico, ecológico, espiritual y artístico. Si bien el hombre contemporáneo tiene la
tendencia a dar respuestas por lo general de orientación religiosa a aquellas cosas
incomprensibles sobre las sociedades antiguas, hay que aceptar que sabían cosas que los
hombres de hoy ignoramos completamente y por supuesto aunque fuera muy importante no
todo estaba enmarcado en este esquema.
En el campo de lo mágico lograron traspasar las fronteras de lo material, conociendo el poder
interno de las cosas; manipulaban la energía para curar enfermedades, predecían buenas o
malas cosechas y mantenían comunicación con el mas allá. A lo largo de muchos años de
observación y experiencia obtuvieron supuestos poderes, que no era otra cosa sino la
aplicación práctica y repetida de ciencias de ámbitos metafísicos hoy desconocidos, las cuales
se fueron transformando en disciplinas interrelacionadas, finalmente ejercitadas sobre quienes
las necesitaban. En este ambiente tan receptivo, no es de extrañar que esta costumbre tan
antigua, lejos de ser marginal, es el mismo soberano, místico, conocedor y sabio junto con sus
sacerdotes, el primero en utilizarla para proteger su territorio de peligros internos y externos,
mantener el equilibrio de todas las cosas, sostener la fertilidad de los ríos y campos y afianzar
la estrecha relación con el cosmos.
Dada la importancia, la fuerza era interpretada como un don de los Dioses al servicio de la
humanidad. La magia vendría a ser lo mismo que la religión, pues ambas descansan en la
teoría de que pueden influir en los dioses mediante ciertos ritos, para obligarles a disponer de
las fuerzas de la naturaleza en favor de su pueblo. La magia era tan poderosa en la vida del
pueblo Panche, hasta el punto que no existía rincón del aparato social que no estuviera
influenciado por ella.

... Y con mis hermanos nativos,


llenos de amor y desesperación;
veíamos marchitar las flores de nuestros grandiosos jardines,
a causa del mismo temor que a ustedes mis hermanos allá
en el futuro les oprimirá...
CIRIRCUA
Cacique y profeta Panche, líder de varios episodios de heroísmo y rebeldía.

9145
DIOS DEL BIEN, ATERRADOR Y DESPIADADO.

No estamos muy seguros que las historias narradas por cronistas sobre dioses y profetas
indígenas sean verdaderas. Al comparar profetas o divinidades mesoamericanas con
sudamericanas prehispánicas, vemos relatos análogos no solamente muy sospechosos entre
sí, sino incluso semejantes a los del viejo Mundo. Tomemos el caso del dios profeta
Quetzacóatl adorado por Toltecas, Mayas y Aztecas que según los relatores de la conquista; era
un hombre blanco, barbado, con disposición inclinada más hacia la paz que a la guerra, sabio y
gran maestro; quien había prometido regresar desde el agua siendo esta a su vez el medio de
su desaparición. Es el caso de otros personajes con atributos similares, conocidos entre los
Incas con el nombre de Viracocha o Kukulcán entre los Mayas. Estos iluminados fundadores
de gran sabiduría, según las leyendas, fueron quienes organizaron y orientaron estas
civilizaciones en reglas políticas, cánones morales, técnicas agrícolas, caza, pesca, el laboreo
de la cerámica, oro y algodón y formulas de curación y medicina; pues según escribanos del
Reino de Granada, Bochica deidad Muisca, además de tener una apariencia europea, tenia un
fenotipo, identidad y personalidad que comparada con las de Quetzacóatl, Kukulcán y
Viracocha era similar. No nos apartamos que estas tradiciones tengan algo de veracidad y
similitud como en el caso anterior o que estos personajes estén seriamente vinculados por
estas culturas como es la figura del mito de la serpiente - hombre. Aun así, nos deja gran duda
el hecho de que estas leyendas hayan sido escritas por cronistas católicos europeos, ya que
estos por razones obvias cambiaban a propósito el sentido, la esencia y la historia de las cosas.
Querían ver que este mundo tan diferente, se pareciera rápidamente al de ellos siendo la
historia el mejor medio para empezar a lograrlo. A raíz de todo esto existe una tendencia en
los historiadores contemporáneos que creen haber encontrado un error fatal por parte de los
aborígenes americanos, al reconocer en los españoles a estos dioses - profetas que
prometieron algún día regresar. Comentan estos mismos historiadores las amargas
decepciones que los indígenas sufrieron al comprobar tan grande equivocación. Es difícil que
lleguemos a saber si en verdad estos personajes como fueron descritos en los libros de
crónicas, hayan sido parte auténtica de la mitología amerindia o por el contrario es la obra
malintencionada de hombres que quisieron distraer o confundir y en algunos casos borrar la
memoria cultural precolombina.
Al igual que otras religiones, los Panches adoraban un ser supremo con una personalidad
compleja, seguido por dioses menores o deidades a las cuales atribuían la maldad o la
benevolencia. Su Dios central representaba dos mitades irreconciliables y opositoras;
arbitrariamente dividido, ejercía el bien entre los hombres siendo a su vez aterrador y
despiadado. Contrario al diablo en el cristianismo, éste no era un ser independiente que solo
actúa a favor del mal, aquí pertenecía a esa misma esencia divina. La maldad para los

9146
Panches era parte del carácter de ese mismo Dios benévolo y celestial; por lo tanto para poder
adorar el mundo en su totalidad, había que establecer junto al culto inmaculado, un culto a la
maldad, o digámoslo de otra forma un culto al castigo divino. Algo similar sucedió con los
Olmecas, Mayas y Aztecas en Mesoamerica quienes practicaron una religión basada en una
filosofía dualista de principios de oposición. Esto por supuesto no tuvo la comprensión
necesaria por los evangelizadores españoles entendiendo el acto de reverencia practicado por
los Panches, como dedicación a un personaje denominado en la fe Cristiana Satanás, creando
confusión, desconcierto y todo lo que ya sabemos por boca de los cronistas.
El diablo surge de una invención más bien tardía, y en gran medida su aparición es Cristiana.
Jean-Claude Schmitt en su libro Historia de la Superstición investigó el origen de este
personaje tan importante, que curiosamente sin él, el temor que infunde y el horror inspirado en
sus actos, el hombre no daría la importancia que le concede a su vida espiritual.
Jean-Claude nos muestra un Dios Cristiano mas parecido a esa deidad dual existente en la
religiosidad de los Panches, a quien por siglos el hombre había venido venerando a través de
sus antiguas religiones, hasta que el Cristianismo poco a poco lo fue transformando en un ser
supremo con una imagen en sí misma trina (triple): " En el Antiguo Testamento, dicha figura (el
diablo) va apareciendo poco a poco y de forma imperfecta: la serpiente del Génesis no es sino
una criatura de Dios entre las demás, (el más astuto de los animales). La interpretación
(diabólica) de esa serpiente sólo aparece en el libro de la Sabiduría (2, 24) en el primer siglo de
nuestra era, antes de imponerse en el Apocalipsis y la tradición Cristiana. En los libros más
antiguos de la Biblia, el mal no tiene amo concreto: Yahvé lo utiliza a su antojo como una
modalidad de su omnipotencia, que linda con la duplicidad. En el libro de Job (redactado en el
siglo V a.C.), es Dios quien decide poner a su fiel servidor a prueba, y Satán (todavía entendido
como un hombre común) no es más que su instrumento. Todavía antes de esa fecha, en el
siglo X a. C., en el libro de Samuel (11, 24) el propio Yahvé, inflamado de cólera contra los
Israelitas, incita a David a que haga el censo de su pueblo; pero a continuación se lo reprocha
y castiga a los Hebreos. Sin embargo, cuando el mismo episodio es narrado en las Crónicas
(1, 21), en el siglo III a. C., es Satán - siendo utilizado dicho nombre, que significa el adversario,
por primera ves como nombre propio -, y ya no Yahvé, quien sugiere a David el censo
Sacrílego". A estos hechos históricos - religiosos, podemos citar además el comportamiento
de Yahvé contra los Egipcios que sin distinción alguna entre adultos y niños, deja salir su furia
representada en intenso horror, dolor y muerte. Quienes relataron estas historias, dejaron
pasar también el poder desmesurado de este ser omnipotente, un doble comportamiento
representado tanto en el bien como en el mal, o mejor dicho en la gratificación o castigo.
Es un hecho seguro que la organización social es paralela al dogma y descubre una unidad
fundamental, siendo considerados los hechos naturales como un gesto de fuerza divina; en los

9147
valles del Magdalena el Panche adoraba la fuerza de la naturaleza y, ante todo, las aguas, las
montañas, el monte, el sol y la luna.
Los Panches tenían como Dios central un ser tutelar, poderoso y único llamado NANUCO o
NACUCO. Dominaba y regía las cosas de este y otros mundos, tenía el poder de hacer tanto
el bien como el mal, era supremo; por lo tanto sus actos y naturaleza iban acompañados de
doble contenido. Este temido Dios era evocado con un nombre diferente de acuerdo a su
estado de ánimo y de los sucesos ocurridos en el mundo, asimismo podía ser visto de diferente
manera. A un que era el Dios de Dioses siempre estaba representado con una sexualidad
femenina. Tenía igualmente este pueblo, un conjunto de Dioses mayores como el sol, la luna
llamada QUININÍ, el agua y el monte. Existían también Dioses menores iguales a los de la
etnia Pijao como la princesa Diosa TULIMA y otros de importancia como LULOMOY Dios
grande con múltiples extremidades, LOCOOMBO Dios del tiempo, benévolo y creador de
todas las cosas existentes y ELIANI Dios de las cosas no buenas, su poder fue mal interpretado
por los conquistadores dándole el mismo calificativo del demonio cristiano. Por la abundancia
y proximidad con las aguas, algunas de estas deidades debieron ser habitantes de las mismas,
otras aparecían y se transformaban en la noche, como la luna por quien sentían gran respeto y
atracción.
Estas deidades no solamente indicaban al hombre indígena las formas de hacer las cosas o de
cómo actuar entre ellos mismos, sino fijaban normas que seguían con sumo rigor, respeto,
atención, temor, teniendo como fin la actitud hacia la Naturaleza, ya que era ella misma quien
ejercía sobre el hombre todo su poder. Ella representaba el espacio vivo de la ocupación y el
sustento humano. El culto a Natura, con particularidad casi congénita y ancestral como las
oraciones, rezos, sacrificios, ofrendas y la misma esencia de la filosofía, tenía un carácter
estrictamente basado en el Equilibrio Ecológico. De esta estrecha e imprescindible relación
afloran revelaciones como los espíritus del agua, aire, tierra, fuego, monte, quienes con todo su
poder y respaldo de la Gran Madre castigan a quienes profanan y abusan o premian a quienes
respetan y cuidan de este medio vital. Estos Elementos Dioses, estaban dotados de vida y
descomunal poder, siendo estos quienes castigaban con enorme furia como erupciones
volcánicas, lluvias torrenciales, temblores, tormentas o sequías, cuando ese equilibrio estaba
amenazado.
Los sacerdotes evangelizadores llegados de España, se quejaban de no poder entender el
funcionamiento del atestado panteísmo de las religiones precolombinas. La verdad es que las
religiones de la antigua América no dependían de tantas deidades mayores y menores, por lo
menos no tanto como la religión que las suplantó. Los Católicos reverenciamos además de
Dios, a su hijo Jesús, al Espíritu Santo, la Virgen María, los Ángeles, Apóstoles y Santos que
cada día son más. Cada uno de ellos, patrono de algún día del calendario Gregoriano. Los
devotos precolombinos reconocían menos deidades, a cada una de ellas les encargaban

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diferentes funciones a la vez. Ninguno de estos Dioses tenía un solo nombre, carácter y
responsabilidad. Las obligaciones de un solo Dios variaban y también la actitud hacia él; por lo
tanto cambiaba el modo de reverenciarlo. Si la dicha de unos puede ser la desgracia para
otros, así mismo el Dios podía ser visto premiando o castigando, exigiendo o dando, haciendo
el bien o el mal. Si pudiéramos entender los infinitos matices de detalles y situaciones
comprenderíamos la variedad de tributos que veían en cada Dios, la cantidad de aspectos que
asumían y aun la mayor cantidad de nombres que les daban en humildad; por reverencia,
gratitud, o por temor.
Desafortunadamente esta habilidad, sus creencias y Dioses fueron enérgicamente rechazados
por España, dando de inmediato los desenfocados y calumniosos apelativos de salvaje, atroz y
diabólico. El resultado de toda esta destrucción cultural es una verdadera tragedia para la
historia de la humanidad.
La conciencia ecológica era tan profunda en sus principios, que se hallaba en el más alto nivel.
A la llegada de los conquistadores, América fue llamada Edén por que además de estar
densamente poblada, sus habitantes convivían armónicamente en ella, el delicado equilibrio
ecológico nunca se alteró.
El manejo de la flora andina hizo desarrollar en este pueblo el método para sanar, pero junto
con el poder de sugestión este conocimiento era convertido en fuerza ilimitada. No había mal
del cuerpo o de la mente que sus sabios no aliviaran. Equivocadamente, las prácticas
supersticiosas de curación, así como la medicina natural rivalizaban con la bendición de la
Iglesia, teniendo como causa, la pérdida y olvido de siglos de conocimientos curativos.
Hoy día los científicos consagrados a la medicina alternativa han empezado a comprender la
importancia de estas ciencias antiguas en nuestras vidas modernas. Lastimosamente la
conquista fue tan violenta que no solo culturas, cuerpos y almas fueron sometidos; se perdió
para siempre el valor de estas civilizaciones ancestrales y se interrumpió también un
importante proceso cultural.
En lo espiritual, disponían de un sacerdote mujer u hombre llamado Chaman, máximo jerarca
en su ordenamiento religioso, manipulaba enteramente el poder de la naturaleza para sanar,
predecir, aconsejar, festejar y ordenar.
Su religión asumió un gran carácter moral y su vida diaria estaba compuesta por muchos cultos
y ritos. Para ir de caza por ejemplo, pedían disculpas por tomar la vida de sus hermanos los
animales, rendían tributo a aquellos difíciles de cazar por su fortaleza, velocidad y astucia. Un
beso a la tierra, era tomado como el juramento más sagrado e inquebrantable que alguien
podía hacer. Ponía de testigo ante este compromiso sagrado al ser más respetado y venerado
que hayan conocido, la Madre Tierra.
Aunque en muchas crónicas y escritos, se tildan de no tener fe ni Dios, su principal dogma fue
la naturaleza como madre de todas las cosas. El ser supremo era Dios Madre, quien tenía el

9149
poder de reproducir, cuidar alimentar y estar al final de la vida para recibirla de nuevo en su
seno. La naturaleza se encontraba siempre allí cuando se necesitaba, como una madre. Por
ello adoraban muchas formas, facetas y manifestaciones naturales a las que siempre se
referían con los respetuosos términos de Madre Tierra, Madre Agua, Madre Monte etc. En
resumen era un solo ser quien se tenía como Dios, la Madre Tierra que nos acoge
complacidamente en su reino.
El concepto Panche sobre Dios Máximo, es el mismo que para otras religiones. Representa la
potencia divina que preside sobre todas las cosas del mundo, desde actos naturales como los
sobrenaturales, fuerza creadora además del orden moral. La creencia en un ser supremo se
encuentra en todas las culturas bajo los más variados nombres y formas. La diferencia
sustancial como lo anotamos anteriormente es que el Dios supremo Panche tenia el poder de
ejercer sobre sus hijos el bien como reservarse el derecho de castigos cuando lo creyera
necesario.
Pero la magia se acaba, no es eterna y junto con ella este pueblo de artesanos sucumbió ante
el hechizo del crucifijo, del caballo, la pólvora y el sable. Al igual que cientos de culturas, esta
fue exterminada por completo; tan solo rondan sus almas en el universo infinito y en el
recuerdo de quienes queremos verlas.
Artísticamente llegaron a ser una de las culturas más importantes del país (Colombia cuenta
con un arte precolombino tanto o más rico que muchos países americanos). El arte
precolombino es exactamente otro episodio en la historia del arte como el Moderno,
Renacentista o el Bizantino. El estilo es amplio y abarca desde lo realístico hasta lo abstracto;
en materiales que incluyen metal, piedra, fibra, hueso, concha, arcilla, cuerno, madera y
pintura; elementos que han sido fundidos, esculpidos, tallados o pintados. Representan
animales, plantas, formas geométricas, paisajes, seres fantásticos y humanos; virtualmente
simboliza cada medio y cada forma del contenido de su hábitat logrando así transmitir con éxito
abrumador su arte cientos de años después.
En cuanto a la alfarería Panche, el más valioso documento con que cuenta el arqueólogo para
aproximarse a esta cultura, pertenece tanto al ámbito de lo utilitario como a la producción
destinada a servir de ofrendas y a los ritos funerarios. Fue también un trabajo orientado a la
producción de figuras y estatuillas, con la representación de imágenes de algunas deidades.
Hemos entendido que rendían culto a algunas de deidades menores. Estos ritos eran
realizados tanto en sitios frecuentados como en lugares apartados y poco visitados. En los
caminos, cruces, ríos, fuentes, árboles como las majestuosas ceibas, cerros, templos, oratorios
y casas, mantenían figuras hechas de barro, madera, piedra; algunas grandes otras medianas o
pequeñas. Tenemos el ejemplo de un ser mítico y simbólico reconocido como una gigantesca y
monstruosa serpiente (plasmado frecuentemente en sus obras de cerámica) que ofendida se
abalanzaba contra el mundo de los hombres dejando muerte y desolación. Los símbolos como

9150
la serpiente, representan aquellas fuerzas que para el hombre Panche son poseedoras de
inmenso poder, y guardan por tanto un marco de furia desmesurada, terror, belleza,
admiración, arte y poesía. Esto sin duda representa los desastres naturales originados por un
número de volcanes situados en el país de los Panches. El mito nos hace pensar que los
habitantes de este departamento también fueron víctimas desde tiempos ancestrales de
fenómenos geológicos, brindándonos información valiosa de aquellas épocas sobre estos
desastres recurrentes. La serpiente ofendida devora los hombres y todo lo que hay a su paso,
representando así el efecto de devastación dejado por una erupción volcánica seguida de
avalanchas, inundaciones, deslizamientos y movimientos telúricos los cuales han sido
frecuentes en toda la zona de los Andes.
Existen también deidades de origen ancestral reconocidas en la mitología tolimense,
obviamente con un fondo trastocado; el Mohan, la Patasola, la Madremonte, la Candileja, la
Bruja, la Llorona y muchos otros que no tuvieron el mismo significado que tienen hoy día
(entes malévolos) para los campesinos de esta zona.
Gracias a estos vestigios arqueológicos hallados en Armero y municipios vecinos, se pudo
resumir que era gente con gran sentido de devoción a la vida y respeto hacia sus muertos.
Consagraban en sus trabajos de cerámica admiración por sus cuerpos, sobre todo el femenino.
El concepto de vergüenza por sus desnudos no existía ...no conocían el pecado original, por
eso andan desnudos en la santa inocencia... (Colón).

Todo lo que es infalible, lo que tiene principio,


comentan que no es verdadero, que no tiene principio.
Quien otorga la vida solo se muestra injusto.
¡Que los corazones de los de nuestro pueblo
no tengan adversidad alguna!
GUERRERO PANCHE DESCONOCIDO. Triste, desolado y su corazón sin ilusión alguna;
entrega su sobreviviente pueblo al desventurado sacrificio colectivo antes que adjudicarlo al
colonialismo español.

9151
MAGNA MATER, LA VENUS DEL SABANDIJA.

Para inicios del año 1.995 descubrimos entre lo que fue un gran asentamiento aborigen cerca
al río Sabandija, un antiguo santuario o templo dedicado a diosas femeninas. Una nueva clase
de artefactos comienza a dar forma a medida que las excavaciones progresan, las pequeñas
esculturas femeninas, de senos reducidos y amplias caderas allí encontradas fueron elaboradas
en arcilla, delicadamente decoradas y su uso era ofrendario. Las pequeñas estatuas que
usaron los Panches en estos ritos de fertilidad y ceremonias religiosas, representando los ciclos
de la vida sugieren una excelente actitud hacia el tema de la fecundidad y proliferación.
Pasado el culto de veneración la sacerdotisa y demás mujeres devotas rompían ofrendas y
deidades para luego ser enterradas permanentemente en el mismo templo, asegurando así el
ritual de guardianas de la fecundidad y protectoras de la tierra.
En la cosmogonía Panche, abunda el mito sobre el origen del mundo como acto genésico en
que la Madre Tierra fue fecundada por el Padre Cielo. La tierra en oposición al cielo recibe el
atributo de femenina y pasiva, de aquí su vínculo con la matriz. Aunque la madre tierra no es
solo la matriz donde todo se engendra, también es el sitio a donde todo regresa, paso definitivo
a otros estados en la evolución.
Por las características del hallazgo, creemos que estas ceremonias eran practicadas y
conducidas solo por mujeres, quienes hacían parte del propósito de procrear y proteger,
naturaleza del ritual. Es de anotar que en esta preocupación por la fertilidad, encontramos los
orígenes de todas las religiones. En las sociedades antiguas las mujeres eran adoradas como
creadoras de la vida. El hombre prehistórico rendía culto a figuras femeninas de terracota,
marfil o piedra. La figura femenina de mayor antigüedad, 31 mil años, fue hallada en
Galgenberg, en la baja Austria, y esta elaborada de piedra verde o nefrita. La mayoría de
estas figuras tienen en común el hecho de que representan cuerpos desnudos o semidesnudos
de mujeres, con algunas partes realzadas como senos, abdomen, caderas y muslos.
En la antigua Grecia las mujeres de Lesbos hoy Mitilene, practicaban un culto dedicado a un
Dios femenino, posiblemente a la Diosa Deméter quien personificaba a la tierra. Miles de
mujeres se reunían a adorar y rendir culto (enterrando pequeñas estatuillas de barro con rasgos
femeninos). Sin necesidad que una sociedad influya en otra, las tendencias sociales y
religiosas son similares, así se encuentren unas de otras distantes en el tiempo y espacio.
En el mismo panteón de ídolos, encontramos un recipiente que guardaba celosamente siete
figuritas femeninas también en barro a las que llamamos Venus del Sabandija. Entierro ritual
que podía simbolizar a diferentes deidades, pero nos inclinamos mas por que sea la
interpretación evolutiva de un Dios o del mismo ser humano.
Colocando estas deidades ordenadamente, pudimos ver representadas siete etapas evolutivas
de este ser sin identificar. La figura más elemental es una estrella, representa a Venus y esta

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relacionado con la creación o el inicio, se cataloga como divinidad femenina. Una conformación
primitiva son los rasgos de lo que vendría a ser la figura antropomorfa numero dos, de unos
pocos centímetros, con sexo determinado; aún no tiene forma específica. Luego vienen
criaturas físicamente más evolucionadas, con uso de razón, sentidos y rasgos mas definidos
como extremidades y sexo. La efigie siguiente, está convertida en ser humano con
características de mujer y atribuciones de gobernante por lo representativo de su atuendo, la
persona o criatura allí simbolizada pierde algunas facultades físicas como sus extremidades
superiores. La ultima de las figuras termina siendo indiscutiblemente un ser supremo, una
entidad que si se nos permite la llamaríamos con el termino occidental y cristiano de angelical.
Esta figura con cuerpo de ángel fue descubierta sin cabeza, aun no hallamos razón a este
hecho. Los nexos de estas representaciones antropomorfas son íntimos, dirigidos a la
naturaleza, al poder femenino y como lo habíamos anotado anteriormente tienen exclusivo uso
religioso.
No es una coincidencia que culturas muy antiguas hayan tenido el concepto claro de Dios
Madre, interpretación planteada por Marija Gimbutas, profesora emérita de la Universidad de
California en los Ángeles. Sociedades antiguas donde las mujeres asumían el poder,
matriarcado ancestral que según Gimbutas se desarrollo en el Neolítico, periodo en el cual
estas figuras femeninas son muy abundantes. Sin embargo, sus raíces podrían remontarse al
paleolítico, y durante la Edad de Bronce el matriarcado habría sido sustituido por una sociedad
patriarcal.
Las manifestaciones artísticas y la realización de figurillas no cesaron tras el gravetiense. Su
elaboración continuó durante la época de Altamira y Lascaux. La ideología simbólica humana,
que nació con nuestros ancestros más lejanos, que siguió por toda la historia y sigue en la
actualidad, experimentó durante el gravetiense momentos de gran magnificencia expresiva en
que las mujeres fueron el soporte central.
Desde tiempos inmemorables se ha adorado el principio de la fertilidad y de la vida que
existieron con los nombres de Artemisa, Diosa Griega de la caza y la luna, aparece vinculada
con las demás mujeres y con la Madre Naturaleza. Venus, la estrella de Oriente, Diosa de la
belleza en Roma y de la sexualidad humana, imponente en el espacio celestial nocturno.
Astarté, en Fenicia, representaba el principio femenino en todos sus aspectos, Baal era la
complementación divina masculina. Ishtar, en Babilonia, Diosa venerada en conexión con la
estrella de la tarde, era la gran madre, diosa de la fertilidad y reina del firmamento, se le
representaba como una madre con un niño junto a su pecho. Anahita, Diosa de la fertilidad y
de los ríos en Persia. Cibeles, hija del cielo y de la tierra en Lidia, Diosa de la naturaleza y de
la fertilidad, en Roma madre de todos los Dioses y se conocía con el nombre de Mater Turrita.
Afrodita, Diosa de la belleza y del amor en Grecia, Reina del cielo Diosa del pueblo, nacida de
la espuma del mar, equivalente a la Venus Romana. Isis, la virgen negra egipcia, Diosa del

9153
conocimiento escondido, de la fertilidad, de la medicina, el matrimonio, la maternidad y la
agricultura, Herodoto la identificaba como Deméter la Diosa Griega de la Tierra, la agricultura y
la fertilidad. Shakti, Diosa primordial del Hinduismo, con sus dos caras, Benévola y terrible.
Chalchiutlicue, la de la falda de jade, Diosa Maya del agua, ríos y lagos, contraparte femenina
de Tláloc. Coatlicue, Diosa Azteca de la tierra, madre de Huitzilopochtli, Dios central.
Quinina, nombre dado a la Diosa luna por los Panches, estaba asociada con la guerra y junto
al sol ocupaban el lugar mas importante en la bóveda celeste. Y Tulima Diosa también
Panche de las cumbres nevadas, nada más hermosa y pura producía tanto terror y miedo
cuando era ofendida. Estadas diosas no eran mas que la supremacía femenina en las
religiones de los primeros tiempos y representaban sus vínculos con el orden divino de la
naturaleza.
La veneración a deidades femeninas ha llegado hasta el mismo cristianismo bajo la forma de la
Virgen María, inmaculada, Madre de Jesús, Reina del Cielo. La escasa importancia que el
cristianismo dio a la mujer, tratando de acabar resquemores de las abundantes deidades
femeninas de la antigüedad, fue enmendada en parte con la instauración del dogma de María y
el culto Mariano, aunque con reticencias sin terminar de admitir la igualdad entre hombres y
mujeres.
En el ámbito cultural de occidente y por derivación, hay otro personaje de suprema
importancia; Eva quien también sustituye y simboliza a la Gran Madre o Magna Mater,
procreadora y objeto de culto permanente (Madre Matriarcado) cuyas primeras manifestaciones
datan de 31.000 años a. n. e. aproximadamente, hoy conocidas como estatuillas, llamadas
Venus, halladas en cavernas casi por toda Europa. Eva ha sido la madre del género humano
en las tres grandes religiones monoteístas. En la interpretación cristiana es la madre de toda la
vida humana. Guarda estrecha relación con el campo semántico que rodea a Eva el problema
del pecado original, de donde resulta la contraposición con María.
La virgen María para las religiones supervivientes amerindias proviene de un ámbito silvestre,
haciéndose indispensable por su condición selvática para la creación de nuevas comunidades.
Nos damos cuenta en esta forma original de credo que para estos creyentes no existe ninguna
contradicción entre su tradición precolombina y el catolicismo arrollador.
El arquetipo sobre el que se sostiene esta figura, Naturaleza, Diosa Madre de todas las
cosas o Dios Madre, data incluso de épocas tan lejanas como el neolítico, pasando por el
tiempo haciendo referencia en todas estas culturas que observaron cuidadosamente y dieron
un carácter religioso a la tierra que nos cría, alimenta y une. Lo misterioso y pagano quedaría
para el conflicto entre hombres confundidos y sus religiones temerarias.

9154
... Ella la madre de todo ser a través de sus hijos y
manifestaciones nos deja dicho,
que es suprema, que por cuyo amor vivimos;
ella nuestra madre orgullosa,
hace méritos para que seamos gracia suya;
ella madre frustrada, se debate entre la vida y
la muerte por la indiferencia de sus hijos;
ella poética, frágil, hermosa, atenta y fértil da vida,
sustento, gozo y paisaje.
El aliento que recibimos y todo lo que se come y bebe:
el maíz, el bagre, el fríjol, el ciervo, la mandioca y el ave.
Ella madre nuestra es a quien se pide para
que nosotros sus hijos recibamos.
Pero si también la cuidamos,
si hacemos lo que le corresponde a un hijo con una madre,
seguro no nos fallara.
SACERDOTE PANCHE DESCONOCIDO.
Frases sobresalientes de un discurso sacerdotal en dedicada alabanza a la Madre Tierra.

9155
ALFARERÍA.

La cerámica siempre ha acompañado al hombre americano desde que comenzó su vida


estacionaria. Además del arte y decoración que se puede encontrar en ella, la cerámica nos ha
entregado la clave para investigar los periodos evolutivos del hombre precolombino de acuerdo
a los diferentes estilos que se crearon a través de los siglos. Su categorización ha sido un
trabajo muy complicado si se tiene en cuenta que, comúnmente, al organizarse el hombre en
comunidad, empiezan a surgir clases distintivas dentro de ella misma. Cada una de estas
clases sociales dentro de un mismo periodo produce tipos, estilos y calidad de cerámica
totalmente diferente a las otras. Los tipos de utensilios domésticos en arcilla que cada una de
estas categorías sociales utilizo no fueron iguales; la clase dominante adquiría estos objetos de
mejor calidad que por ejemplo la clase mas baja del estrato y la clase media utilizaba objetos
de mejor calidad que los de la baja pero inferior a la alta. La cualidad y los estilos de estos
utensilios se relacionan con una etapa evolutiva o periodo de elaboración pero también con las
circunstancias en que la sociedad sitúa a las personas. En el mismo comienzo de la utilización
de objetos en cerámica, su manejo pudo haber sido uniforme en un mismo periodo, pero una
ves definidos los rangos sociales, variaron las calidades. Podemos estar viendo alfarería
totalmente diferente, insinuando periodos de tiempos distintos y artistas de otras culturas pero
también podemos estar viendo cerámica elaborada por el mismo grupo humano en el mismo
tiempo y espacio.
Pueblo devoto al trabajo y sin duda muy organizado, transformó la cruda arcilla en
impresionantes obras de arte para uso ritual, doméstico y cotidiano. Las formas, estilos y
decoración de los precolombinos Panche, son el resultado de profunda inspiración y gran
destreza en su ejecución. En las piezas encontradas, platos, tasas, vasijas, anafres, copas
ceremoniales, botellones, poporos, hornillas, vertederas, incensarios, muñecos, figuras
antropomorfas y zoomorfas, pintaderas, sellos, volantes de uso, y urnas funerarias; las
características que resaltan son de variedad, creatividad y sencillez. Por ser una mezcla de
colonizadores con tribus locales, la cerámica Panche representa varias tradiciones regionales y
foráneas con múltiples diferencias en sus maneras, diseñadas para tareas domesticas, rituales
y funerarias.
En los materiales usados predominan diferentes tipos de arcillas, ricas en silicato de aluminio
hidratado, siendo las más comunes la gris o blanca y roja o marrón, dependiendo de la
cantidad de hidróxidos de hierro que estas contengan. En ocasiones especiales hemos
encontrado artefactos hechos de una arcilla extraordinariamente oscura. Después de trituradas
y amasadas con agua las gredas eran tratadas con desgrasantes o atemperantes como sílex,
cuarzo finamente molido, arena micácea, partículas vegetales o ceniza para así poder restar

9156
plasticidad y facilitar su manejo. Por la excelencia de estos materiales se lograba mayor
manipulación y finos acabados.
La técnica usada por estos hábiles alfareros era la de coil o rollos de arcilla colocados en
espiral. Una vez manufacturada la pieza, se le daba un fino acabado con la ayuda de los
mismos dedos del artesano y pulidores de piedra o madera, pasando a crear objetos en
cerámica de muy buena calidad. En algunas muestras bien conservadas se observa
fácilmente que estos trabajos de cerámica fueron sometidos a un baño con una solución liquida
de la misma pasta arcillosa, notándose así un engobe que se levanta con facilidad. Este ocre
rojo simbolizaba la sangre de la misma vida. Los motivos antropomorfos y zoomorfos
superpuestos y diseños geométricos incisos son el resultado de creencias sacras y de su
compleja simbología, que tenia relación estrecha con su no menos complicada cosmogonía.
Estos factores le dan plena autenticidad y particularidad a estas expresiones plásticas
precolombinas, con asombrosa habilidad artística.
La cocción metódica, otro paso hecho con dedicación; ayudó a que muchos de los utensilios de
arcilla resistieran el embate del tiempo en condiciones climáticas desfavorables. Para la
realización de este trabajo usaban dos métodos; el de hornos hechos en roca o piedras para no
perder calor y lograr una mejor cocción y al aire libre donde incineraban grandes pilas de
madera para tratar piezas de mayor tamaño.
Se han conocido también dos procedimientos usados en los trabajos de incisión en la cerámica,
El continuo y el interceptado, que junto con puntos se combinan creando formas geométricas
como cuadrados, rombos y triángulos. Los rombos encontrados en los cuellos de algunas
urnas funerarias Panches, representan en la simbología panamericana la araña. Según los
estudios del doctor Raphael Girard, este insecto se encuentra como figura mitología, cósmica
y astrológica. En otras mitologías como la Chibcha se consideraba la araña como tejedora del
puente para cruzar de la vida a la muerte.
Respecto a las formas, predominan la cónica, la esférica y semiesférica, temática muy usada
en copas, vasijas, vertederas, anafres y ollas. En las urnas funerarias se observan también dos
formas generalizadas, la ovoidal y la cónica; haciendo alusión seguramente a la reproducción,
y la vida.
Pero el último de los pasos que se hacía con mayor esmero, dedicación y arte, fue darle vida al
artefacto por medio del color. Los colores primarios el negro, blanco y rojo, servían para
preponderar las obras y eran usados para crear cantidad de atractivas tonalidades.
Lamentablemente por los entierros superficiales y las condiciones climatológicas adversas, son
muy escasos los objetos vistos que sus pigmentos, colores y engobe este en perfecto estado.
La cerámica resquebrajada originó cantidad de desperdicios, ocasionando un problema de
basuras y más cuando los Panches por cuestiones desconocidas no reciclaban este tipo de
materiales. Sin embargo estos desperdicios se almacenaban en depósitos parecidos a lo que

9157
llamamos hoy día rellenos sanitarios, los cuales hemos encontrado fascinantes y de gran ayuda
puesto que han despejado muchas incógnitas y a su vez nos han relatado en forma casi
didáctica la vida cotidiana de los temidos Panches.
La ubicación de estos basureros son un hecho significativo por que guardan el secreto de
épocas remotas que se tratan de investigar. Es natural que las piezas encontradas en los
estratos superiores pertenezcan a tiempos mas recientes y entre más profundas se encuentren,
más antiguas son en el tiempo. Los rellenos sanitarios precolombinos revelan una secuencia
estratigráfica relativa, aunque no señala de forma exacta su cronología, ya que quien investiga
este material tiene que apoyarse en otro tipo de procedimiento como el carbono 14 u otros
mas desarrollados para obtener fechas aproximadas de los artefactos que se desean datar.
Así como otro tipo de expresiones artísticas han tenido sus características propias en cada
región de la nación de los Panches, lo mismo sucedió con la cerámica; los artesanos de cada
lugar de acuerdo con sus conocimientos, aprendizaje y su sensibilidad, fueron plasmando sus
propias creaciones, y esa es otra razón del por que en algunos casos no siempre se encuentra
analogía en todo el territorio, no obstante, ser los fabricantes de la misma raza y cultura.

Creo que se pondría en apuros


al más hábil artesano de Europa
si se le encargara hacer semejantes obras
con un pedazo de cobre o de piedra
sin permitirle emplear ninguna otra herramienta
A. DE ULLOA. Viaje Histórico a la América Meridional.

9158
ARTE RUPESTRE.

Este ha sido otro tema complicado de estudiar, por la inestabilidad de los suelos, las erosiones
producidas por las fuertes lluvias, el vandalismo de personas profanas que disparan, pintan o
añaden cosas encima de estos petroglifos y la poca importancia que se le a dado en nuestro
país a este género de arte; evitan la conservación y estudio de esta extraordinaria forma de
expresión artística.
Los petroglifos son manifestaciones gráficas de antiguos habitantes de la época prehistórica.
Estas técnicas llenas de majestuosidad y misterio, fueron realizadas por grupos quienes
desarrollaron el método del grabado sobre roca fija, reflejando de esta forma voces de antiguos
testimonios. Como prueba de la existencia de trabajos prehistóricos sobre paredes escarpadas
en la región norte del Tolima tenemos las de los abrigos rocosos de las formaciones de
Pajonales, Maracaibo, Honda y otras aun sin clasificar.
A quien se delegaba para realizar estas magnificas obras que perdurarían todo una eternidad,
seria el líder religioso, el guardián de la tradición, el artista. En dichas paredes se encuentran
variedad de motivos grabados sobre la arenisca con diseños geométricos, figuras
antropomorfas y zoomorfas, que evocan el tiempo cuando en el antiguo Tolima se practicaban
rituales y ceremonias ya olvidadas. En estas paredes o dentro de cavernas que pudieron ser
santuarios, artistas prehistóricos recrearon escenas de misteriosas ceremonias y cultos sobre la
magia animal invocando ayuda del mundo espiritual.
Una figura predominante en estas paredes rocosas es la lechuza o búho, que mantiene gran
similitud con las piezas de arcilla hallados en sitios de excavación y que según el significado
corresponde al de espíritu protector o guardián de entierros y cementerios, representando la
muerte. Otra representación común en estas cavernas es la del murciélago, animal que
estableció gran fascinación debido a sus particularidades naturales. Sus costumbres nocturnas
lo transforman en la entidad ideal para crear abundancia de elementos simbólicos y
asociaciones con personajes misteriosos y deidades míticas. Las cuevas donde habita eran
consideradas la entrada al más allá, encontrándose aquí un importante vinculo entre la vida y
la muerte, entre los vivos y las deidades de la naturaleza. El murciélago al igual que la
lechuza, la serpiente, el mico y algunos felinos; se convirtieron en elementos recurrentes en las
expresiones artísticas de la cultura Panche.
Los petroglifos, que se relacionan con lo sobrenatural y forman un vínculo de comunicación con
algunos dioses, eran tallados durante la práctica de actos y ceremonias mágicas y religiosas.
Los dibujos que existen en algunas cavernas, grandes piedras o abrigos rocosos encontrados
en el territorio ocupado por los Panches, corresponden en su gran mayoría al mismo estilo de
otras manifestaciones artísticas de esta gente. Al tratar de encontrar una filiación posible de
estas inscripciones rupestres, hallamos gran afinidad entre estos petroglifos y figuras usadas en

9159
la decoración de objetos en cerámica, representaciones zoomorfas y antropomorfas y
símbolos impresos en sellos, pintaderas, rodillos y volantes de uso.
Las creencias aquí figuradas que buscan el sentido de la vida en estos rituales, podrían ocultar
un sistema de relación directa entre la imagen grabada y su significado, por lo que debe
guardarse también la posibilidad de que las representaciones hayan sido trabajadas a partir de
un sistema de metáforas. La definición, sin embargo, de estas antiguas inscripciones, se
encuentra aún envuelta en el más indistinto de los secretos.

“ En sus piraguas bien aderezadas, ayudadas de velas y de manos... tan bravos, feroces y tan
diestros que hacen poca cosa de los nuestros, sus flechas son de hiervas tan insanas que
mueren cuantos de ella son llagados. Son altos, fornidos, bien proporcionados y todos ellos
comen carne humana, mejor que la de puercos o venados... Aumentan grandemente su
fiereza, haber peligro que les cause miedo”.
JUAN DE CASTELLANOS, Historiador, cronista, poeta, soldado, pescador de perlas y
sacerdote. Se vinculo a las huestes expedicionarias para la conquista de Venezuela y la Nueva
Granada. Su obra ELEGÍAS DE VARONES ILUSTRES DE INDIAS, es la más extensa escrita
en versos en el mundo hispánico.
PRÁCTICAS FUNERARIAS

9160
Las formas de enterramientos observadas en los yacimientos arqueológicos en territorio de los
Panches no son muy variadas, pero la jerarquización social que se aprecia en el trabajo de las
urnas y la importancia del ajuar funerario, manifiesta gran variedad y una profunda filosofía al
representar el tema de la muerte. Saber donde estaban sus muertos era imprescindible para
saber donde ir.
La mayor parte de urnas funerarias halladas en este territorio son extraordinariamente
naturales, con formas suaves, algunas con motivos decorativos, geométricos en relieve al
borde de sus bocas, otras con decorados caprichosos con tintes positivos sobre pintura roja,
tienen siempre presente el mismo motivo, la espiral que une el comienzo con el fin. Este
motivo ornamental tan utilizado desde la más remota antigüedad, ha sido tema de discusión
sobre los significados simbólicos; aunque parecen predominar los complejos semánticos “fases
de la luna” y su influencia sobre las aguas, la fecundidad, etc. y es precisamente la espiral
doble; “ involución y evolución a escala cósmica”, “retorno y renovación” por donde parece
entrar en contacto con la sismología del laberinto.
Las muy conocidas y codiciadas urnas tipo Honda, con tapas decoradas, con motivos
superpuestos de animales o figuras de representaciones humanas y policromadas, no son muy
comunes y estaban reservadas para una casta social elevada.
El pulimento muy fino, maravillosos acabados en excelentes materiales y horneado, hace
pensar gran esmero y se han ganado una excelente reputación como alfareros. Debido a estas
características se cree, muchas de estas fueron elaboradas al rededor del doscientos antes de
nuestra era, por esto se duda que su origen sea enteramente Caribe. Este tipo de urnas
funerarias datan desde el mismo comienzo de la práctica, cuando creció la necesidad de
preservar los huesos venerados de sus antepasados. Se pensó en guardar estos restos en un
recipiente que previamente fue usado como utensilio de cocina. A medida que la costumbre se
desarrollaba, el diseño del osario también evolucionaba, era más elaborado, más complejo.
Las urnas de épocas más recientes nos brindan colorido y nos expresan un mundo de
creencias, mitos y fantasía, aspecto que nos condujo a creer que el ámbito del señorío Panche
o el principal centro cultural de este pueblo, si alguna vez existió, tuvo que haber sido el sitio
que hoy comprende la ciudad de Honda. Por su importancia como puerto, la cercanía a otras
sociedades destacadas, la proximidad a las dos cordilleras, su gran comercio y el estatus
cultural que esto conlleva, lograron desarrollar la mejor cerámica y joyería de toda esta nación.
Trabajos de alfarería más sofisticados con dibujos policromados y la introducción de muñecos y
animales fantásticos en el decorado de las urnas nos conduce a épocas más recientes con
mayor evolución en su arte y a concluir que allí en la gloriosa Honda algo grande se encontraba
en proceso.

9161
Un hecho destacado en los trabajos de excavación realizados en el túmulo funerario sitio
Tenerife en el municipio de Armero, fue el hallazgo de hermosas copas, platos decorados,
grandes muñecas en cerámica y pequeños poporos, totalmente resquebrajados. Se cree que la
destrucción se hacia adrede con el fin de dar muerte al singular objeto para que su espíritu
viajara al mismo lugar donde se encontraba el personaje enterrado. Al morir la persona, la
ceremonia fúnebre primaria era la culminación de un largo festejo ritual de celebración que
armonizaba al muerto con este mundo y el más allá. Los Panches a diferencia de otras
culturas veían el concepto del alma como compañera entre los vivos, ente viajero hacia otras
dimensiones que seguía evolucionando en nuestro mundo por algún tiempo más, hasta que
finalmente se diluía en otro de estos espacios. El cuerpo inhumado no se preparaba para
viajar, simplemente se dejaba aquí para que siguiera su deteriorado estado. Siendo este
motivo suficiente para entender sobre el ejercicio de la cremación, descuartizamiento, y la
razón de por qué la momificación de cadáveres nunca se practicó. Precisamente en algunos
casos se encontraron entierros primarios donde el cadáver sufrió desmembramiento ya que en
los extremos de estos huesos aparecen cortes parejos y limpios.
En el último proceso funerario, los restos óseos eran exhumados y guardados cuidadosamente
entre singulares urnas cerámicas, algunas con objetos personales de valor, otros sin nada pero
siempre acompañadas de algo de tierra o arena del sitio donde inicialmente fueron enterrados
estos despojos. Esta tierra era un preparado muy especial con huesos humanos de sus
antepasados y carbón vegetal molidos, cal, cerámica resquebrajada, arena, greda y algo que
nos llamó mucho la atención, piedrecillas finas; algunas muy blancas y otras muy negras, sin
duda querían destacar con este último ingrediente la dualidad de la vida, dejar la
representación entre sus muertos de los dos polos que rigen el universo del hombre. En ellos
existió lo divino y lo demoníaco, lo positivo y lo negativo, la sangre materna y la paterna, lo
bueno y lo malo, lo femenino y lo masculino, la capacidad de gozo y la capacidad de
sufrimiento, el cuerpo y el alma, la vida y la muerte, tan contrario y confuso lo uno junto y
dentro de lo otro, como estaban el hombre y el jaguar dentro del Chaman; el Mago no era mas
que la representación física en donde internamente se llevaba a cabo la unión de los principios
contrarios.
Lucha continua entre elementos incompatibles que necesariamente se nutren para crear vida,
animando a su vez todas las criaturas del universo. Este carácter doble de la composición de
la existencia en el pensamiento Panche nos recuerda la dicotomía Cristiana de cielo e infierno.
O quizás quisieron sugerir la existencia de un ser o Señor Supremo de la dualidad, Dios -
Diosa, Madre - Padre, con gran fuerza sobrenatural, responsable de la creación de todo lo
existente, de la cual todas las demás deidades o dioses de la naturaleza eran una expresión
para llegar a él.

9162
Como sus Dioses, los Panches también llevaban su propia duplicidad. Su doble naturaleza
encerraba el espíritu de un hombre con el de una bestia. Animales muy bien representados en
su filosofía y arte como el jaguar, el águila, la lechuza, el murciélago, la serpiente entre muchos
más, fueron cómplices y parte media del verdadero espíritu de Chamanes, Médicos, Adivinos y
Sabios. Esta personalidad mixta que podría crear confusión, originaba un vínculo estrecho
entre las dos partes de amor, experiencia y compañía. De modo que no solamente dormía
uno cuando el otro velaba, si no que ambos se fortalecían y cada uno de ellos aumentaba el
valor, la inteligencia y la fuerza del otro. Ambas partes de esta personalidad aprendían y
crecían juntos haciéndose irremediablemente necesarias, sin perder el sentido contrario de
cada uno.
Fueron variadas las formas que usaron para guardar despojos; en algunas de las urnas
depositaron restos calcinados, demostrando así la cremación de cadáveres y en otras se
hallaron restos de diferentes individuos, posiblemente miembros de un mismo clan o familia.
Los Panches no temieron a la muerte, en su elaborada filosofía en torno a este fenómeno
estuvieron seguros de que el alma no se liberaría, si no mas bien que después de morir
físicamente, la persona por un tiempo deambularía entre este y otro mundo para luego
desvanecerse para siempre, de ahí el hecho de construir tumbas cuidadosamente planificadas,
con ajuares, comidas y bebidas. En estado evolucionado y en otra dimensión posiblemente se
reunirían en algún lugar con la energía de sus hermanos, padres y antepasados, aunque
pensamos como ya lo habíamos manifestado anteriormente que a cambio de inmortalidad pudo
existir más bien la creencia de una prolongación limitada del espíritu sin concebir su
perpetuidad.
El imponente paisaje y las formas caprichosas de montañas y cerros tuvieron destacada
importancia en la cosmovisión de los antiguos habitantes del norte del departamento del
Tolima. Todas las mitologías tienen una montaña que se acerca al cielo y para los Panches
estas eran el imponente cerro de Lumbí y los majestuosos Nevados. El resplandeciente
paisaje, interminables cordilleras en verde profundo, volcanes inmaculados, enigmáticos
cerros, escarpadas montañas y el amplio sistema de suaves colinas y montañas, los conducía
a que sus templos, la práctica de sus creencias religiosas y las ceremonias de vida y muerte se
desarrollaran en aquellos sitios de maravilla. El cosmos estaba estratificado en una secuencia
de mundos superpuestos, al mismo tiempo que estos eran conformados por muchos más. El
terrestre, el subterráneo y el celeste o superior son los tres principales, siendo las cordilleras,
nevados, cerros, montañas, colinas y montículos los elementos que estrechaban dichos
mundos.
Escogían lugares más bien altos y suaves, propios para la creación de túmulos funerarios o
necrópolis poco elaboradas, cuya finalidad era hacer de estos, parajes especialmente naturales
para sus tumbas reales o muertos de importancia.

9163
Por medio de un sistema de túneles estrechos que conducen a cámaras y recamaras algunas
de importancia y otras construidas con el propósito de confundir y desviar la atención,
comunicaban efectivamente todo el complejo funerario. Desafortunadamente por la
inestabilidad de los suelos arenosos donde fueron construidos estos hipogeos, queda poca
evidencia para un estudio mayor.

Estamos, por tanto ante una cuestión de justicia y de solidaridad. Y más para los que tenemos
fe en una razón evangélica. Para nosotros, cristianos, los oprimidos tienen un privilegio que
nadie más tiene en la iglesia, ni el Papa: ellos son el sacramento principal de la aparición de
Jesucristo en este mundo. En ellos, Jesucristo sigue crucificado, gritando, y si grita es para
resucitar, para que lo saquemos de la cruz y no lo dejemos allí, crucificado y gritando.
Aparte de la conferencia que organizada por la Fundación Alfons Comin, pronunció el Obispo
LEONARDO BOFF el 19 de septiembre de 1.990 en la Sala de Actos del Colegio de Abogados
de Barcelona.

9164
Pectoral con catorce cuentas de protección mágica. El oro elemento vital,
simbolizaba fuerza para gobernar, curar y representar creencias. El aurífice Panche
era el Mago, y el Mago el Chaman, el mismo hombre o mujer que transformaba el oro
natural y profano en joya sagrada. Parte del atuendo de un Sacerdote o Chaman con
bastante influencia en la zona. Objeto apotropaico usado en rituales de sanación

9165
Necrópolis o túmulo funerario

Tumba de pozo con doble cámara. A. Deposito superior.


Pebetero, poporo y dije.
B. Pozo con relleno especial.
C. Bóveda o cámara.
D. Entrada túnel.
E. Recamara ajuar.
Plato, urna, vasijas.
1. Cráneos humanos.
2. Restos óseos largos.
Poporo, pectoral y
Cuentas de collar.
.Dos metros 14 centímetros
de profundidad.

Entre túmulo funerario, importante tumba de pozo con cámara y recamara lateral, circundada
por más tumbas. Los restos fúnebres comprendían cráneos humanos de aproximadamente 14
individuos, situados en la parte inferior de la bóveda, lado norte, y muchos huesos largos como
tibias orientadas al sur, juntos con pequeño poporo en cerámica, pectoral con catorce cuentas
de collar. El pebetero, copa o anafre, otro poporo y dije en piedra se hallaban almacenados en
deposito superior. Este sistema de entierro o tumba cuenta con similitudes asombrosas con
algunas variantes de tumbas entre las estudiadas en San Agustín. El dibujo se basa en el
informe de excavaciones del arqueólogo Luís Duque Gómez.
El ejemplo anteriormente expuesto es tan solo una muestra interesante, ya que el sistema
funerario encontrado en territorio de los Panches cuenta con cientos de formas, estilos y
épocas, y casi que difieren sustancialmente una tumba vecina de otra.

9166
ORO, CHAMANISMO Y COCA.
ARTE ORFEBRE.

En muchas culturas precolombinas, el soberano estaba asociado directamente con el Sol. Tal
fue el caso entre los gobernantes Panches como lo ilustran, por ejemplo, los pectorales
encontrados en tumbas de grandes jefes y sacerdotes en lo que hoy corresponde a la sección
del viejo Tolima. La asimilación del rey o del Chaman al Sol era una practica antigua, cargada
de ricas y variadas significaciones. Se cree que además del sol, los habitantes de la antigua
América adoraban también lo que había detrás de él (El Gran Más Allá).
El aurífice Panche era el mismo gobernante o mago y el mago era el mismo Chaman o
Mohán. Este mismo personaje transformaba el oro natural y profano en joya preciosa y
sagrada. El oro fue símbolo de la inmortalidad, seductor y alucinante, inducía a la reverencia y
temor, era sacrificante y ofrendario, era por excelencia el elemento más grato a los Dioses, era
resplandor y fertilizante, era con su infinita gama de tonalidades quien interfería en el estado,
salud, ánimo y comportamiento del hombre; oro hijo del padre Sol, oro santo que brilla para
siempre. El Sol secundado por El Gran Mas Allá, representaba en la tierra la máxima
autoridad, su condición era la de divinidad celeste. El Sol que con el calor de sus rayos sobre
la tierra infundía vida y esperanza. El Sol y el soberano por consiguiente, tenían una misión
cósmica, la de mantener en marcha la maquina del mundo y velar por que el cielo no se
desplome sobre la tierra. No estamos seguros si era al soberano o al Chaman a quien se le
confería la representación del astro rey aquí en la tierra.
El oro, el Sol y el poder, fueron una constante del pensamiento precolombino. El oro elemento
vital, simboliza fuerza para gobernar, curar y representar creencias. Identifica lo inalterable, lo
eterno y lo perfecto. Por ser el más noble de los metales, dúctil, maleable y brillante. Por su
color representaba al padre Sol. El que cargara oro, cargaba para sí parte del Sol.
Las connotaciones negativas, desde el punto de vista moral fueron introducidas por los
europeos en la conquista de América, fijándose en la función del oro como bien material y
mostrándose con excesivo apego a las cosas de este mundo.
El Sol, padre impulsador de vida otorgaba a la Madre Tierra el oro que hay en ella. Y el poder,
quien tuviese oro tenia poder para tener acceso directo al padre Sol y a la Madre Tierra. En
conclusión el oro simbolizaba el conocimiento sobre lo esotérico y unía a los Chamanes y
personajes reales con el secreto más íntimo y sagrado de la tierra. Vemos entonces que
alguno de los dos, el Síquima o el Chaman representaban al Sol y, en el sistema dualista
Panche, que recuerda al mexicano, peruano y chino, se encuentra, consecuentemente, del lado
masculino, diurno, celeste, cálido, en oposición complementaria a lo que es femenino, terrestre,
lunar, nocturno, frío. Pero si pasamos este primer plano al código animal, nos lleva con toda
seguridad a uno de los seres más significativos para la cosmovisión Panche, al lado del águila

9167
celeste diurna, opuesta al jaguar terrestre nocturno. Este sistema de oposiciones en el
pensamiento mágico, religioso, social y quizás político, tiene raíces muy antiguas y profundas
difíciles de hallar pero su rastro se encuentra en sociedades como la Olmeca Xicalanca, valle
de Puebla en mesoamericana y por algunas otras en el lado opuesto del continente, en los
andes peruanos.
Para los mismos investigadores nos resulta paradójico que en tan “primitiva, aguerrida e
insensible sociedad “, pudiera haber formas artísticas de singular belleza tan elegantes y
refinadas. Resaltamos el ritmo y la dinámica en los trabajos que sobresalen en la orfebrería
Panche.
Las piezas en oro que reposan en grandes museos y colecciones particulares encontradas en la
región Tolima, son generalmente en oro argentífero (oro con contenido de plata) de altos
quilates. En ocasiones trabajaron también el cobre y tumbaga, desdichadamente existen pocas
muestras por su fácil deterioro. Las piezas artísticas como pectorales que para los españoles
no fueron sino objetos blasfemos, parecen ser diseñadas más por dibujantes que por escultores
y que aparentemente fueran usadas más para estampar textiles que para uso sacerdotal, son
de altísima calidad y elaboración. Su naturaleza es plana, lisa, recortada en perfiles exactos y
si se nos permite la comparación es como si fueran la llave de una cerradura, la llave tiene las
proporciones exactas que la cerradura guarda. Se distinguen por ser figuras esquemáticas con
marcada vocación geométrica; corte de perfiles siguiendo líneas rectas, quebradas en ángulo a
escuadra, salvo las bases que suelen ser alunadas, ancoriformes o bifurcadas; motivos
antropomorfos y zoomorfos o de manifestaciones combinadas en una misma pieza con
cabezas en cuadro; y siluetas en oro laminar martillado con diseños geométricos, sobrios y
reiterados.
Las técnicas usadas fueron:
- La de Oro Martillado, donde el oro se trabajaba en frío aprovechando la gran maleabilidad y
ductilidad del metal para expandirlo a base de golpeteos hasta producir piezas planas
laminares, aunque este sistema no fue muy utilizado por los Panches, existen algunas
muestras.
- La de Fundición a la Cera Perdida. Consiste en un dispendioso procedimiento que comienza
con la elaboración de la figura deseada, moldeada en arcilla mezclada con carbón vegetal, que
posteriormente se dejaba secar al aire libre por espacio de algún tiempo, después de
perfeccionado el objeto se recubría con una capa de cera de abejas. Totalmente recubierto, al
modelo se le dejaba un conducto en la parte inferior para recibir el metal líquido y otros
conductos pequeños para permitir la evacuación de gases o aire. Luego el conjunto se cubría
con carbón triturado que después se cubría de nuevo con una capa de arcilla y carbón al que
dejaban secar por espacio de varios días. Posteriormente extraían la cera derritiéndola,
creando un espacio el cual llenaban del metal derretido que de inmediato tomaba la forma de

9168
la figura desalojada. Una vez frío, el molde se rompía para liberar la figura imperfecta en oro,
cobre o tumbaga. Por último se procedía a darle a la joya el acabado final despojándola de
imperfecciones, haciéndole algunos cortes, puliéndola y dándole realce con el brillo. Esta
técnica fue la que dominó en la realización de los famosos pectorales tipo Tolima, elementos
que a su vez inmortalizaron a sus hábiles orífices.
- También se frecuentó para la realización en serie, el empleo de Matrices en Piedra, sobre las
que copiaron la figura en oro las veces que desearon.
Obras de alta abstracción, ligadas a una compleja cosmogonía como complicados pectorales
de figuras humanas aladas con predominio de la línea recta de trazo firme, con superficies lisas
o caladas, cabezas antropomorfas cuadradas y colas bifurcadas o semilunares. Cuentas de
collar en diseños estilizados, de hombres y animales, son la temática predominante en estas
comunidades de artistas, poseedoras de ricos yacimientos auríferos. Hay que resaltar el
sentido del ritmo y proporciones ya que no rompen la elegancia ni obstaculizan la dinámica de
la pieza, en particular hay que tener en cuenta el conocimiento y la pericia que el artífice
Panche necesitaba para dominar los problemas técnicos superando con maestría las
dificultades del dibujo o diseño. Cualquier definición dada a este tipo de procedimiento
artístico, el resultado será siempre igual, notable, preciso, rítmico, objetivo, dinámico, profundo,
matemático como pasado previamente por un diseño que culminó con un prodigioso resultado
geométrico. Tan hermosas, misteriosas, poderosas e inquietantes son estas joyas que han
logrado transmitir de épocas tan remotas la convicción de oro sagrado y su estrecho vínculo
con el sol. Todos los tesoros o piezas halladas siguen teniendo una presencia sublime. Así
mismo estos objetos no son como otros; son fragmentos sagrados de templos precolombinos.

El poder existe, lo practico, lo promuevo y estoy interesado en él,


Pero lo ignoro cuando se trata de desafiar, oprimir y avasallar;
se perdería el sentido de la fuerza,
Acabando de paso con la grandeza de todos los seres.
FRASE PANCHE.

9169
PECTORAL, UNA JOYA DE PODER Y VARIAS
GENERACIONES DE CURANDEROS.

La orfebrería del antiguo Tolima se encuentra entre las más importantes del territorio nacional.
Su estilo muy particular invita a la especulación, cuando se trata de buscar el verdadero
significado a estos curiosos iconos.
Al tocar este tema y por fortuna para nuestro trabajo, no podíamos pasar por alto una de las
experiencias más emocionantes y enriquecedoras que hallamos tenido. Se trata del hallazgo
entre un complejo túmulo funerario, de una gran bóveda o cámara donde en la parte inferior de
esta, dos metros quince centímetros bajo la superficie, reposaba el ajuar de varios individuos
adultos. El túmulo o montículo donde se encontraba el entierro múltiple, representaba en la
cosmovisión Panche, la montaña y la montaña era la unión entre el cielo y la tierra. La
montaña simbolizaba el camino a otro mundo de perfección, de acercamiento a un ser
supremo. También se entendía como el camino por donde los espíritus poderosos toman parte
en los sucesos del bajo mundo. Entre la bóveda mortuoria encontramos en un extremo
orientado al norte, catorce cráneos humanos y en otro extremo orientado al sur sus huesos
largos ordenados; muy seguramente pertenecientes a los mismos individuos. Es de anotar por
la característica de la tumba, que para la época aún no se conocía el entierro secundario en
urnas funerarias, deduciendo que la fecha de la ceremonia fúnebre es muy remota en el
tiempo.
Sobre el rincón donde descansaban los restos mortales (huesos largos y ordenados),
encontramos un hermoso collar con catorce cuentas esquematizando la figura humana, hechas
en oro laminar. El pectoral o colgante de nueve punto tres de largo por siete y medio
centímetros de ancho, es un objeto apotropaico; al que se atribuyen propiedades para curar
desviando las influencias maléficas. La fecha de su manufacturación según estudios de otros
hallazgos, está entre el 0 al 550 de nuestra era. Estos objetos fueron ampliamente usados en
la antigüedad por muchas culturas; no solamente en la América Precolombina sino en otras
partes del mundo. El adorno antropomorfo que iba suspendido en el pecho del sacerdote
principal o pontífice, tiene hoy día muchas interpretaciones:
Creyentes de muchas religiones poseen entre sus significativos símbolos, el ave u otro animal;
que es una manifestación espiritual de Dios en la tierra. Para citar un ejemplo muy cercano, en
la religión Católica entre las tres figuras centrales de la Santísima Trinidad se encuentra la
paloma, que simboliza la forma física del Espíritu Santo o Ser Supremo.
La interpretación universal hace alusión a la transformación del hombre a estados físicos
alterados, como en ave, animal u otro ser deseado; bajo estados avanzados alucinatorios o por
estados inducidos desconocidos. Es muy posible que esta práctica de transmutación física, sea
el origen entre nuestros campesinos de la leyenda de las brujas o brujos; que convertidos en

9170
grandes pavos o aves nocturnas, vuelan considerables distancias para caer bruscamente en los
techos de las casas atemorizando a sus indefensas y asustadizas víctimas.
Cabe la posibilidad que el ave escogida en la mutación que simboliza este pectoral, se trate de
algún tipo de águila o halcón, extraordinarios animales simbólicos, asociados con el Sol y el
cielo. Los rasgos que impresionan de estas aves son la fortaleza, resistencia, altura, audacia,
supremacía sobre todos los seres por su vuelo lento, constante y observador. El águila y el
halcón que remontan el vuelo, eran comparados con la oración la cual justifica que simbolice la
contemplación y la iluminación espiritual. Como figura solar, sus plumas representaban los
rayos del Sol y eran empleadas por los Panches en tocados rituales. Como aves supremas
reinas del cielo, aludían a las castas dominantes.
Las 14 cuentas del collar podrían enfatizar hombres pájaro, o auxiliares (ayudas de poderes
especializados, llamados también aliados) del hombre ave central. Podría tratarse de un grupo
de Chamanes, agrupados en torno al personaje principal cuya característica común es el vuelo
iniciático. En otras palabras estos colgantes antropomorfos enfatizan o representan
iconográficamente la levitación o poder de volar.
Por otro lado, comparando esta figura con otras encontradas en el Tolima y con la iconografía
del mismo patrón básico de otras culturas en Colombia, podríamos concluir que es la forma
artística de una posición de meditación desconocida adoptada por los chamanes de esa época.
El Chaman se sienta desnudo en un banco cóncavo o duho, con las piernas abiertas y hacia
arriba. Sus brazos abiertos sostienen un bastón horizontal o vara celeste. Puede encontrarse
también de pie, con las piernas rectas y los pies hacia los lados. Esta representación nos
puede indicar una posición adoptada de meditación especial, que aún no hemos logrado
entender.
Desde otra perspectiva, la figura simboliza a un ser principal que lo es todo. Con sus brazos
abiertos es considerado el centro del mundo; con poder suficiente para manipular el
microcosmos y el macrocosmos completo de todo ser. La figura comprime todos los aspectos
del planteamiento del grande y pequeño universo, la poderosa imagen abarca entre sus brazos
el mundo con todos sus elementos.
El pectoral usado en rituales de solsticio, del mismo modo podría representar un personaje en
posición desplegada frontal que simboliza postura y gesto de dominio, expresando así toda la
energía vital del Chaman o a quien este hombre esté representando. Puede tratarse de la
personificación de una poderosa deidad, el sol, fertilizador y dominante acompañado con su
imposición de respeto y temor.
La división del icono en tres partes descrita por el doctor Gerardo Reichel-Dolmatoff
(Orfebrería y Chamanismo), hace pensar en la estratificación chamanística del universo y
cabe dentro de las inmensas posibilidades en cuanto al significado de este símbolo se refiere.
“La cola o piernas del pectoral serían el mundo inferior, carente de signos, la dimensión de la

9171
nada. La parte del centro sería un meridiano microcósmico que separa la parte alada, mental y
trascendental del cuerpo, de la parte instintiva, digestiva. El meridiano mágico es el plan de
ruptura por el cual el chaman pasa a los estratos superiores”.
Otra interpretación no menos importante, fue explicada en una breve charla con el doctor
Santiago Rojas Posada a quien agradecemos su muy interesante alusión. El doctor Rojas
advierte en el icono; una estructura que representa el cuerpo humano, donde señala los puntos
de energía o chacras representadas tanto en las catorce cuentas como en las márgenes
caladas del pectoral. “ Fue un instrumento usado para curar, un intermediario entre el chaman
y su paciente. Desafortunadamente de todo esto queda solo el instrumento, el método de
sanación se perdió en el tiempo por el colapso que originó la dominación española”.
Este símbolo muy particular en la orfebrería Tolima (vuelo chamanístico o icono A de acuerdo
a la clasificación dada por el doctor Reichel - Dolmatoff ), tiene cabeza antropomorfa y cola
bifurcada, en forma de ancla o cola de pez. Sus extremidades superiores parecen estar
tomando forma alada. El sistema escogido para la elaboración de la joya, sin duda fue el de
fundición por cera perdida. Algunos cortes y pulimento le dan forma específica y realce al
emblema.
Entre los huesos largos y el collar se halló, un poporo (vasija miniatura) en cerámica, bañado
en color rojo oscuro; fue simbólico, no muestra uso previo. El hallazgo anterior que nos
condujo al pectoral, fue un depósito a pocos centímetros de la superficie donde encontramos
una copa, anafre o pebetero deteriorada por el tiempo. Dicho objeto fue utilizado en la
elaboración de pócimas o para la vaporización de extractos u óleos de hierbas, produciendo
alivio a enfermedades o inducía a estados alucinatorios. Su color rojo ya no la cubría pero su
decoración incisa nos indica la grandeza de lo que una vez fue. Dentro de esta copa se guardó
un dije en piedra de seis de largo por uno punto ocho centímetros de ancho, bien trabajado y
aparentemente con mucho uso. Este talismán o amuleto era portador de la buena suerte,
estableciendo una vinculación con fuerzas astrales que se concentran en su interior. Quien lo
usara, mantendría cerca a su alma la presencia constante de la Madre Naturaleza. También
servía como conjuro contra los malos espíritus o energías. Esta piedra estaba infiltrada por
medios mágicos con propiedad para absorber los males que fueran dirigidos contra su portador.
El talismán se valoraba de acuerdo con la rareza del material y la expresión simbólica del
conjuro. Pocos centímetros mas abajo encontramos una vasija sin clasificar a la que también
llamamos poporo, con aparentes marcas de uso continuo. Estos implementos fueron usados
en ceremonias y ritos especializados.
Los bienes mortuorios de este entierro tienen significado particular, ya que se trataba de varios
personajes que a través del tiempo tuvieron influencia y poder, sucediéndose poder y sabiduría
unos a otros en esta región. Fue una casta de hombres y mujeres con el dominio y habilidad
de curar. Con la muerte del último de estos brujos o personajes reales, desapareció también la

9172
ciencia que los animaba y los hacía seres especiales; este conocimiento quedó suspendido en
algún sitio perdido, en espera de sensatos inquietos, que descubran, estudien y apliquen estas
técnicas para el bien de la humanidad. El conjunto de estos artefactos fúnebres los hemos
catalogado con el nombre del TESORO DEL SEÑOR DE LUMBÍ, hallados en la margen sur
del río Sabandija, vereda Santo Domingo en el municipio de Armero, el día 27 de junio de
1.994. Las cuentas de collar y el pectoral actualmente se encuentran en el Museo del Oro del
Banco de la República en Bogotá.

“Solo la persona que haya participado plenamente


de cierta estructura mental y que
conozca sus contenidos fundamentales,
puede llegar a comprender el significado del icono A”.
GERARDO REICHEL- DOLMATOFF

LA PEQUEÑA NAVIDAD.

9173
La explosión de energía, conocimiento e investigación que nos dejó este descubrimiento ayudó
a que a pocos kilómetros de allí se descubriera otro importante cementerio. En el dispendioso
trabajo realizado se abrió una tumba atípica en la que el tiempo y los elementos de la
naturaleza hicieron estragos. En su interior estaban depositados los despojos de una niña
cerca a los doce años de edad (de acuerdo al análisis dental), donde curiosos y sombríos
detalles envuelven su vida y muerte. El encuentro de esta pequeña a quien llamamos Navidad
97, evidencia que la decoración corporal fue usada para enfatizar el género y la distinción por
su edad en el grupo social al que pertenecía. Alrededor de su brazo derecho se encontró
envuelta una manilla de cuatro metros de larga, hecha de diminutas cuentas en hueso de
animal. Este elemento decorativo puede evidenciar una situación prematrimonial ya que
algunos historiadores, sostienen que el matrimonio se pactaba al nacimiento de la niña y se
sellaba con un collar de cuentas que el pretendiente entregaba a sus padres. Mientras la niña
tenía edad para contraer matrimonio quedaba bajo la tutela de su madre. El significado de
fondo, en realidad es difícil de comprender por falta de detalles como por ejemplo ¿a qué edad
estaba permitida la boda para las mujeres?, ¿Quién pedía estas niñas en matrimonio eran los
padres de un hijo varón? En fin, el simbolismo sin embargo nos debe alejar de cualquier duda
o malicia al respecto.
Adicional a la pulsera, la niña llevaba un pectoral en cobre con la silueta de un icono
largamente conocido y distribuido entre sus congéneres que sin duda simbolizaba la religión a
la que perteneció. La figura representa a una poderosa deidad que con sus extremidades
abiertas es considerada el centro del mundo.
En su tórax, al lado del pectoral tenía un pendiente o dije de una fina piedra verde parecida al
jade llamada jadeita. Lo fascinante de este objeto es su origen, pues la procedencia de este
tipo de material es Centroamérica. La piedra guardaba el vínculo entre la Madre Naturaleza y
el espíritu de la pequeña niña. El verde de este curioso colgante simbolizaba la pérdida de la
vida pero al mismo tiempo expresaba la divinización del corazón.
Este tipo de hallazgos nos ha familiarizado y llevado a ver de nuevo la importancia y la poca
variación de la religión en todos los estados de la vida de este pueblo. La figura o silueta que
la pequeña Navidad llevaba en su pecho y otras mas encontradas en diferentes entierros,
demuestra además un extraordinario paralelo con otras religiones, también la forma como el
símbolo del ser supremo acompaña, inspira, protege y llena de confianza en hechos de vida y
muerte para estos devotos.

LA COCA DIMENSIÓN DE CONOCIMIENTO Y SABIDURÍA.

9174
De las plantas alucinógenas más conocidas y manipuladas por Chamanes Panches fue la coca.
Pequeño árbol que aún hoy día lo encontramos silvestre en aquellos inhóspitos lugares, donde
la mano del hombre no lo ha perturbado. Arbusto de aspecto frágil, de color verde selva,
portador de espíritu poderoso, logró poseer el alma de los Mohánes, sacándolos de ese
endeble mundo cotidiano, para así poder transportarlos a otra dimensión de conocimiento y
sabiduría. Ese mundo que se reflejaba en el nuestro no por razones, como la que buscaban
los Españoles, sino por actos, que es la filosofía de fondo extraviada. De allí destilaban
conceptos fundamentales para la vida del hombre Panche. Ideas formadas en actos
ecológicos, de convivencia, conservación, tolerancia, fascinación, acercamiento a las formas
puras y bellas de la vida como esperanza, gozo, amor, Dios y muchas cosas mas que derivan
del seguimiento estricto de la conciencia animada por el espíritu sagrado de la planta selva, la
coca.
Un rasgo cultural común entre los Panches, fue el uso masticado de esta planta que al
mezclarlo con cal viva se lograba el efecto deseado. La cal era guardada en un recipiente o
poporo provisto de un pequeño orificio por donde se extraía por medio de un palillo. Los
poporos encontrados en las cámaras mortuorias hechos en cerámica, tienen diferentes estilos
aunque predominan el negro y rojo en sus colores. Algunos de estos artefactos que hacen
parte de un ajuar, solo son representativos por no encontrarse evidencia de uso previo.
El consumo de la coca era generalizado, desde los sacerdotes como medio para la elevación
espiritual o para entrar a estados avanzados alucinatorios, hasta aquellos que ejercían labores
que requerían bastante desgaste físico como aquellas practicadas en el campo. Naturalmente
la preparación de la coca y otras plantas alucinógenas, se hacía de acuerdo al estado del
conocimiento, al estrato social, ascenso espiritual y necesidad del momento.
El arte religioso también se encontraba íntimamente influenciado por los alucinógenos ya que
los conceptos zoomorfos, antropomorfos y otros más, plasmados en sus trabajos de alfarería,
orfebrería y textiles eran formas visibles que tomaban los aliados, auxiliares o espíritus de
plantas alucinógenas.
En las crónicas españolas además de la coca, hay abundantes datos sobre el uso del tabaco,
rapé narcótico, bebidas alcohólicas y otros estimulantes de origen vegetal o animal.

CHAMANISMO, INMENSAMENTE INFLUYENTE.

9175
... El CHAMANISMO es un sistema coherente de creencias y prácticas religiosas, que trata de
organizar y explicar las interrelaciones entre el cosmos, la naturaleza y el hombre... (Gerardo
Reichel - Dolmatoff de su gran obra Orfebrería y Chamanismo).
Los fieles Panches seguían ininterrumpidamente y con rigor los consejos, advertencias y
predicciones de sus consagrados Sacerdotes, Chamanes, Marirris, Mohanes o Piaches. El
consumo de alucinógenos, se hacía con devoción, respeto, espiritualidad, culto y ritual, pero
con la seguridad de pasar por la iniciación que reunía cientos de años de tradición y práctica.
Las montañas, el cielo, la tierra y el río Magdalena se convirtieron en los principales elementos
de inspiración y observación, pues de ellos dependía la base de su origen y sobrevivencia,
abriendo la necesidad de crear una estrecha relación entre ellos y estos elementos. Relación
encontrada entendida y manejada por los Piaches, quienes asumían el delicado deber de
moldear su propia fe, sus propios principios religiosos y encontrar ese poder, legado de su
Diosa Madre. El Mago estaba ligado con todo aquello que le rodeaba; de este modo el cosmos
no era percibido como algo estático, sino como un todo en continua actividad que lo afectaba
en forma directa. De ahí el gran poder desarrollado, sus referencias se convirtieron en todo
aquello que veían, otorgando vida a todo fenómeno de apariencia externa, transformándolos
en imágenes humanas y dándoles esencia divina. El Chaman o pontífice era básicamente un
hombre de profunda espiritualidad, conocimiento y de acciones prácticas que aplicaba
soluciones a problemas concretos. Eran vigilantes del proceso natural y cósmico en espera de
augurios; percibían la esencia energética de las cosas, del universo, de los seres humanos;
entendían la naturaleza de la percepción y la importancia que esta desempeña al moldear el
universo; tenían la capacidad y energía para entrar a otros mundos, estados o dimensiones tan
reales como el nuestro; prevenían a su gente contra las amenazadoras calamidades,
seleccionaban los días favorables para los acontecimientos importantes, mantenían y
custodiaban los templos, conservaban las leyendas y mitos del pueblo. Los Hechiceros o
Brujos con sus cuerpos ataviados y exagerada parafernalia, eran inmensamente influyentes en
una sociedad de creyentes y supersticiosos.
Sobre CHAMANISMO Panche quisiéramos ser más extensos, pero por la pocas referencias y
datos que hemos logrado encontrar, se nos hace difícil conocer y más, interpretar sobre el
tema. Como reseña nos podemos valer de comparaciones etnográficas o recurrir a patrones
existentes en las culturas indígenas que lograron sobrevivir la conquista hasta nuestros días,
las cuales compartiríamos para así poder dar una orientación sobre el tema.
Chamanismo, es el saber indígena que enseña las ciencias generales que rigen el universo,
conoce el estado y manera de ser de la gente, aprende la forma de comportamiento ante el
hombre y todo lo relacionado con él, enseña técnicas que van desde la preparación de
brebajes, hasta complicadas formas de transformación de un ser en otro. El Chamanismo
influye en todo lo que tiene que ver con fertilidad, dirige todo lo relacionado con la reproducción

9176
animal y humana, mantiene contacto con el mundo natural y sobrenatural. Cuando un
discípulo se inicia, es consciente de la tremenda responsabilidad con sigo mismo y con el
pueblo que ha de servir. El ordenamiento de un marirri no se realiza hasta que el discípulo no
pase por un largo aprendizaje de ciencias ocultas, maneje con destreza la medicina herbácea,
pase por varias temporadas de aislamiento, el ayuno es estricto para así poder desarrollar
estados alucinatorios, el manejo de alucinógenos, la preparación de óleos, esencias y brebajes
es básico y dar muestras de ser un extraordinario conductor y consejero de sus congregantes.
Tenemos entonces que encerrar el consumo de alucinógenos por estas comunidades pre y
posthispánicas en un marco ceremonial y teológico. El consumo de alucinógenos en nuestra
sociedad, está siendo manejado de manera insensata, irresponsable e inmadura, nos está
arrastrando a la degradación, esclavitud interior, locura y finalmente a la miseria humana y
perdida del ser. El Chaman o Piache reflexiona, trasciende, siendo el alucinógeno un reverente
medio para lograrlo. El alucinógeno era y será considerado por estas gentes un don de los
Dioses. El uso habitual e inadecuado además de ser extremadamente peligroso, es un acto de
irrespeto y profanación a una práctica sagrada, culturalmente importante y científicamente
valiosa.

“ Morirás en manos de forasteros y falsos profetas, tu que eres libre como el viento, tu que
amas el sol como tu padre y a la tierra como tu madre, tu que admiras el agua y respetas el
bosque, tu que temes a la luna y a la oscuridad, tu que eres hábil en las artes manuales, la
música y la danza; crees en tus hermanos y sus aldeas desde el mismo comienzo, hasta el día
en que los extranjeros llegaron; ahora al son de tus gemidos vendrán por todas partes; por el
río, las montañas y los valles. Los bellos poblados entremezclados de selva y vida, de limpieza
y blancura, de arte y gente sencilla, de aves, niños, mujeres, hombres y sueños; han caído
botín de nuestra ultima era, todo se ve estéril como un desierto. El hombre con el mismo
hombre se ha vuelto despreciable, ya la naturaleza no nos quiere. Luego, que será de nosotros
y el resto de hombres sí a aquellos que hicieron estremecer la tierra nadie los recordará; solo
queda de estos, sus cuerpos ruines convertidos en polvo y nada más. La razón aun esta por
encontrar"
VERSO PANCHE DE EPOCA Y AUTOR DESCONOCIDO: Sin duda profetizaba la inevitable
desaparición de su pueblo.

9177
LOS CARIBES DE HUMBOLDT

Nos parece justo y de extrema importancia concluir este escrito sobre los Panches, divulgando
secciones de los relatos del viaje que hizo el gran naturista, geógrafo e historiador, barón
Alexander von Humboldt al Orinoco y llanos Venezolanos, donde tuvo un valioso encuentro
con tribus Caribes, algunas ya influenciadas por misioneros pero otras que aun no lo estaban.
Los breves relatos del que fue el más grande de los sabios viajeros, es un legado antropológico
sin precedentes. Sus impresiones y observaciones científicas serían para la época reveladoras
ya que controvertiría todo lo anteriormente escrito sobre los Caribes. Además nos relata de
forma sutil, el poder desmesurado de la Iglesia en esta parte del mundo y como intervenía con
afán para cambiar el universo de estas gentes. Curiosamente el poder ejercido por la Iglesia
en este lugar era manejado por Dominicos con talante tolerante hacia estas agrupaciones
Caribes. Los Dominicos eran mayoría en el Santo Oficio, o sea la Inquisición. Dato curioso ya
que los de esta orden, dejaron marcados en la historia europea innumerables actos de
intolerancia.
El viaje que realizó este notable científico Alemán duró de 1.799 a 1.804. Exploró las regiones
septentrionales de la América del Sur, México y Cuba en compañía del naturista francés Aimé-
Jacques Alexandre Bonplad. A continuación el relato como nos lo señala Irving A. Leonard, en
su libro Viajeros por la América Latina Colonial.
“ Llegamos el 13 de julio a la aldea Cari, la primera de las misiones Caribes que depende de
los monjes de la Observancia del Colegio de Píritu. Nos alojamos como de costumbre en el
convento; es decir, en casa del cura. Teníamos además de los pasaportes del capitán general
de la provincia, recomendaciones de los Obispos y del director de las misiones del Orinoco.
Desde las costas de la Nueva California hasta Valdivia y la desembocadura del río de la Plata,
sobre una extensión de 2.000 leguas se puede vencer todas las dificultades de un largo viaje
por tierra, si se goza de la protección del clero americano. El poder que este cuerpo ejerce en
el estado está demasiado bien establecido para que un nuevo orden de cosas pueda
quebrantarlo en mucho tiempo.
Encontramos más de 500 caribes en la aldea de Cari; vimos muchos otros en las misiones de
los alrededores. Es un aspecto muy curioso el de un pueblo antes nómada, recientemente
arraigado al suelo, y diferente de todos los otros indígenas por su fuerza física e intelectual. No
he visto en ninguna parte una raza entera de hombres mas alta (de 5 pies y seis pulgadas a 5
pies y diez pulgadas) y de estatura más colosal. Los hombres, y esto es bastante común en
América, mas cubiertos que las mujeres. Estas no llevan sino el guayuco o perizoma, en forma
de cintura o cintilla; los hombres tienen toda la parte baja del cuerpo, hasta las caderas,
envuelta en un trozo de tela azul oscuro, casi negro. Este ropaje es tan amplio, que, cuando la
temperatura baja, hacia el anochecer, los caribes se cubren con el una de sus espaldas. Como

9178
tienen el cuerpo teñido de onoto, sus grandes figuras de un rojo de cobre y pintorescamente
vestidas, parecen de lejos, al proyectarse sobre la estepa contra el cielo, antiguas estatuas de
bronce. El corte de los cabellos entre los hombres es muy característico: es el de los monjes o
de los niños del coro. La frente es rasurada en parte, lo que la hace aparecer muy grande. Un
grueso mechón de cabellos cortado en círculo, no comienza sino muy cerca del remate de la
cabeza. Este parecido que tienen los caribes con los monjes no es el resultado de la vida en las
misiones. No es debida, como falsamente se ha dicho, al deseo de los indígenas de imitar a
sus maestros, los padres de San francisco. Las tribus que han conservado su salvaje
independencia entre las fuentes del Caroní y del río Branco, se distinguen por este mismo
cerquillo de frailes que, cuando el descubrimiento de América atribuían ya a los pueblos de la
raza caribe. Todos los hombres de esta raza que hemos visto, navegando en el bajo Orinoco, o
sea en las misiones de Píritu, difiere de los otros indígenas no solamente por su elevada talla,
sino también por la regularidad de sus rasgos. Tienen la nariz menos larga y aplastada en la
base, los pómulos menos salientes, la fisonomía menos mongola. Sus ojos que son mas
negros que entre otras tribus de la Guayana, anuncian inteligencia, y podría decirse, casi el
hábito de la reflexión. Los caribes tienen gravedad en las maneras y algo de triste en la mirada,
cosa que se encuentra entre la mayor parte de los habitantes primitivos del nuevo mundo. La
expresión de severidad que ofrecen sus rasgos, se aumenta singularmente por la manía que
tienen de teñirse las cejas con el jugo del caruto, de agrandarlas y juntarlas; a menudo se
hacen manchas negras en la cara para aparecer más salvajes o bravos. Los magistrados de la
comunidad, el gobernador y los alcaldes, que son los únicos que tienen el derecho de llevar
largos bastones, vinieron a visitarnos; había entre ellos jóvenes indígenas de 18 a 20 años por
que la elección no depende sino de la voluntad del misionero. Nosotros estábamos
asombrados de volver a encontrar entre estos caribes pintados de onoto, esos aires de
importancia, esa postura acompasada, esas maneras frías desdeñosas que encontramos a
veces entre las gentes distinguidas del viejo continente.
Los indígenas de las misiones de Píritu llamaron mucho más la atención por que ellos
pertenecen a un pueblo que, por su audacia, por sus empresas guerreras y por su espíritu
mercantil, ha ejercido una gran influencia sobre el vasto país que se extiende del Ecuador hacia
las costas septentrionales. También la lengua de los caribes es de las más extendidas en esta
parte del mundo: ella pasó aún a tribus que no tienen el mismo origen...
La bella nación de los caribes no habita hoy sino una pequeña parte de los países que
ocupaban cuando el descubrimiento de América. Las crueldades ejercidas por los europeos la
hicieron desaparecer enteramente de las Antillas y de las costas del Darién, mientras que,
sometida al régimen de las misiones, ha formado aldeas populosas en las provincias de Nueva
Barcelona y de la Guayana Española.

9179
Pero el contraste que hay entre los pueblos caribes en el dialecto de los dos sexos es tan
grande y tan sorprendente que, para explicarla de una manera satisfactoria, es necesario
buscar otra causa. Se ha creído encontrarla en la costumbre bárbara que tenían estos pueblos
de matar a los prisioneros masculinos y reducir a la esclavitud las mujeres de los vencidos.
Cuando los caribes hicieron su irrupción en el archipiélago de las pequeñas Antillas, llegaron
como una horda de guerreros, no como colonos acompañados de sus familias. La lengua de las
mujeres se formó allí a medida que los vencedores contrajeron alianzas con mujeres
extranjeras. Eran estos nuevos elementos, palabras distintas de las palabras caribes que, en el
interior de los hogares se transmitía de generación en generación, pero sobre las cuales la
estructura, las combinaciones, las formas gramaticales de la lengua de los hombres ejercía su
influencia. Pasaba entonces en una pequeña reunión de individuos lo que encontramos en todo
el grupo de los pueblos del nuevo continente [...]
La dominación que los caribes ejercieron por largo tiempo sobre una gran parte del continente y
el recuerdo de su antigua grandeza, les ha inspirado un sentimiento de dignidad y superioridad
nacional que se demuestra en sus maneras y en sus conversaciones.
El misionero nos condujo a muchas cabañas indígenas donde reinaban el orden y una
extremada limpieza. Vimos con pena los tormentos a que sometían a los niños, donde a la más
tierna edad, las madres caribes, para hacer engordar no solo sus pantorrillas sino,
alternativamente, la carne de las piernas desde el maléolo o tobillo hasta los muslos. Bandas
de cuero o tela de algodón les son puestas como estrechas cadenas a dos tres pulgadas de
distancia; las sujetan fuertemente y hacen inflar los músculos en los espacios entre banda y
banda. Nuestros muchachos con su calzón de punto sufren menos que estos niños de los
pueblos caribes, en una nación que se dice estar mas cerca al estado natural. Es en vano que
los monjes de las misiones, sin conocer las obras, ni siquiera el nombre de Rousseau intentan
oponerse a este antiguo sistema de educación física; el hombre de los bosques, que creemos
tan simple en sus costumbres, no es dócil cuando se trata de su compostura y de las ideas que
se ha formado de la belleza y de la conveniencia. Yo he quedado sorprendido al ver que la
molestia que se hace soportar a estos pobres niños, que parece entorpecer la circulación de la
sangre, no debilita el movimiento muscular. No hay raza más robusta y más ágil, ni más ligera
para la carrera que la de los caribes.
La costumbre bárbara de aplastar la frente se encuentra, por otra parte, entre muchos pueblos
que no son de la misma raza: se ha observado recientemente hasta en la América del Norte;
pero nada es mas aventurado que pretender fijar la identidad de origen por cierta similitud entre
los usos y las costumbres. Cuando se viaja en las misiones caribes y se observa el espíritu de
orden y de sumisión que en ellas reina, es difícil persuadirse que se esta entre caníbales. Esta
palabra americana de una significación un poco dudosa es probablemente obtenida de la
lengua de Haití o de la de Puerto Rico. Pasó a las lenguas de Europa desde finales del siglo

9180
XV, como sinónimo de antropófago. “Edaces humanarum carnium novi anthropophagi, quos
diximus Caribes alias Caníbales apellari”, dijo Anghiera, en la tercera década de sus Oceánicas,
dedicadas al papa León X. No dudo de ningún modo que los caribes de las islas hayan
ejercido, como pueblo conquistador, crueldades con los igneris, antiguos habitantes de las
Antillas, que eran débiles y poco guerreros; pero es necesario admitir también que estas
crueldades han sido exageradas por los primeros viajeros, que no oyeron sino las narraciones
de pueblos antiguamente enemigos de los caribes. No son siempre solo los vencidos quienes
son calumniados por sus contemporáneos; también abunda la costumbre de vengarse de la
insolencia del vencedor, aumentando la cantidad y la calidad de sus crímenes.
Todos los misioneros del Caroni, del bajo Orinoco y de los llanos del Cari, que tuvimos ocasión
de consultar, nos aseguraron que los caribes son quizá los pueblos menos antropófagos del
nuevo continente. Ellos extendían esta aserción hasta las hordas independientes que andan
errantes al este del Esmeralda, entre las cabeceras del río Bronco y del Esquivo. Se concibe
que el encarnizamiento y la desesperación con que se vio a los desgraciados Caribes
defenderse contra los Españoles, cuando en 1.504 un decreto real los declaró esclavos ha
debido contribuir a esta fama de ferocidad que se les ha dado [...]
Quedamos sorprendidos, durante nuestra permanencia en las misiones caribes, de la facilidad
con la cual los jóvenes aborígenes de 18 a 20 años cuando son elevados al empleo de alguacil
o de fiscal, arengan a la comunidad durante horas enteras. La entonación, la gravedad de la
voz, el gesto con que acompañan la palabra, todo anuncia un pueblo espiritual y capaz de un
alto grado de civilización. Un monje franciscano, que poseía bastante bien el caribe como para
poder predicar en esta lengua, nos hizo observar cómo, en los discursos de los indígenas, los
períodos eran largos y numerosos sin que jamás fuesen embarazosos u oscuros [...]
Los Marirris caribes son los más celebres de todos: sacerdotes, juglares y médicos a la vez, se
transmiten su doctrina, sus artificios y los remedios que emplean. Éstos son acompañados de
imposición de manos y de algunos gestos o practicas misteriosas que parecen provenir de los
procedimientos mas antiguamente conocidos del magnetismo animal. Aun cuando yo tuve
coacción de ver muchas personas que habían observado de cerca a los caribes confederados,
no pude verificar si los Marirris pertenecían a una casta particular [...] “
El singular científico que gozó y aún después de casi 200 años disfruta de impresionante
prestigio y cuyas sus obras voluminosas siguen siendo reconocidas, autorizadas y consultadas
por la comunidad científica del mundo; se convirtió para este trabajo en uno de los mayores
soportes. Siendo esta aún una época donde se discriminaba, donde todavía las realidades
indígenas mantenían sido trastornadas por la imposición del orden colonial, donde todavía se
perseguía y maltrataba a los Caribe, donde los escritos y escritores eran objeto de censuras; el
célebre naturista con habitual exactitud científica distinguió parte del verdadero espíritu de
estas gentes y fue lo suficientemente justo como para contar expresa y objetivamente lo que

9181
vio. Por ejemplo acepta con naturalidad cómo muchas costumbres de este pueblo vistas como
primitivas, son comparándolas con las europeas, idénticas. Esto por supuesto ha sido
alentador por que el trabajo realizado sobre estos aborígenes aquí en el interior coincide con
muchas impresiones y apreciaciones que tuvo en el año de 1.800 este increíble naturista,
aventurero y narrador.
Aunque Humboldt no inventó la ecología, sí escuchó hablar a los nativos de la América
precolombina de que "el Ambiente lo era todo". Estas ideas sin embargo fueron introducidas
por el alemán en el mundo occidental convirtiéndose casi en la primera persona que habló a
favor del cuidado a nuestros ecosistemas, la relación hombre –medio ambiente y sobre los
recursos naturales no renovables.

“ He querido decir todo esto para que se entienda que los indios no hay maldad que no
intenten, y matan a los hombres por robarlos”.
JUAN RODRÍGUEZ FREYLE. Historiador. Se cree acompañó a Borja en las campañas de
sometimiento a Panches y Pijaos.

9182
REFLEXIÓN.

El dominador impone sus reglas creando mecanismos de explotación y discriminación. Se


adueña de las tierras, somete a sus pobladores para poder emplear su mano de obra, cambia
los patrones establecidos hasta donde la resistencia de los naturales se los permite, genera
procesos de etnocidio para acabar las culturas que encuentran a su paso, todo esto con el fin
de consolidar el orden colonial.
En la época Republicana, la situación de los aborígenes en Colombia empeoró; hubo supresión
de tierras comunales y despojos de ella por particulares o por fuerzas gubernamentales en
favor de terratenientes. Pobreza, ignorancia y exclusión política era lo único que se sabía de
ellos. Los colonos con el aval e indiferencia gubernamental, siguieron empujándolos a los
confines de la selva haciendo igual de penosa e implicando nuevos procesos de adaptación a
su sobre vivencia. Pero lo más triste quizás, sobre la historia de las Indias Occidentales es que
a pesar de todas las ofensas, injurias y humillaciones y a pesar de haber entregado todas sus
riquezas, hogares, tierras y hasta sus vidas mismas; los pobladores antiguos de este
continente, quedaron en deuda con la conquista española. A continuación presentaremos un
segmento del documento de Fray Diego de Lama titulado Relaciones de las Cosas de Yucatán,
donde expresa casi un sentimiento colectivo sobre lo que la conquista de América fue para los
españoles, sus conquistadores, sus instituciones y lo que debería representar para las
organizaciones y habitantes de las antiguas posiciones de ultramar:
“ No han los indios perdido sino ganado mucho con la venida de la nación española, a un en lo
que es menos, aunque es mucho, acrecentándoseles muchas cosas de las cuales han de venir,
andando los tiempos, a gozar por fuerza, y ya comienzan a gozar y usar de muchas de ellas...
No ha dado Dios acrecentamiento a los indios con la nuestra nación española de las cosas
dichas tan necesarias al servicio del hombre, que por solas ellas no pagan con lo que dan o
darán a los españoles, tan solamente; pero les han ido sin paga las que no se puedan comprar
ni merecer, que son la justicia y cristiandad y paz en que ya viven, por lo cual deben más a
España y a sus españoles, y principalmente a los muy católicos reyes de ella – que con tan
continuo cuidado y con tan grande cristiandad de estas dos cosas los han proveído y los
proveen-, que sus primeros fundadores, malos padres que los engendraron en pecado e hijos
de ira, que la cristiandad los engendra en gracia y para gozar la vida eterna. Sus primeros
fundadores no les supieron dar orden para que careciesen de los errores tantos y tales como
en los que han vivido. La justicia los ha sacado de ellos mediante la predicación, y ella los ha
de guardar no tornar a ellos; y si tornaren, los ha de sacar de ellos con razón, pues, se puede
gloriar España en Dios, pues la eligió entre otras naciones para remedio de tantas gentes, por
lo cual ellas le deben mucho más que a sus fundadores ni genitores; ... Y así, yerran mucho los
que dicen que por que los indios han recibido agravios vejaciones y malos ejemplos de los

9183
españoles, hubiera sido mejor no los haber descubierto, por que vejaciones y agravios mayores
eran los que unos a otros se hacían perpetuamente matándose, haciéndose esclavos y
sacrificándose a los demonios...”
La injusticia sin límites no paró a la salida de la España colonialista de estas tierras, la forma de
maltrato y exclusión hacia otras etnias quedo como un mal heredado difícil de superar.
Actualmente el indígena sigue ocupando el último lugar en la escala social. Se encuentra
sometido y sufre de discriminación étnica por parte del estado y la sociedad. Muchas
comunidades han desaparecido en los últimos 40 años y las cifras de la población indígena
actual siguen dramáticamente mermando. Comenzando el muevo milenio y según la ONU, en
el mundo indígena de América latina el 90% de las etnias viven en la pobreza absoluta; el 80%
sigue en la lucha por adquisición de tierras; y el 30% de esta población es analfabeta.
Con la disminución de estas poblaciones, disminuye también la posibilidad de que Colombia
rescate su pasado; representado en estas verdaderas bibliotecas vivientes con fuentes de
conocimiento sin precedentes.
Debemos saber que el territorio Colombiano, contaba con gran variedad étnica en su
conformación social. Culturas con lenguas, costumbres y procedencias diferentes hacen del
territorio nacional un lugar privilegiado para la antropología, arqueología, historia, medicina y
otras disciplinas científicas universales. Infortunadamente Colombia es un país vetado para
expertos, estudiosos y universidades tanto nacionales como extranjeras. Por la falta de soporte
y autoridad estatal, desarrollar programas de gran envergadura se podría transformar en
verdadero riesgo. Delincuencia común y subversión complican, interrumpen y muchas veces
impiden los trabajos de campo, dificultando más el panorama investigativo. Falta de
conocimiento, interés, amor de patria y conciencia por la historia nacional hacen que casos
como el de Ambalema Tolima, por citar un ejemplo, donde un alcalde ordenó botar parte de los
archivos históricos de la región al río Magdalena que por “inoficiosos”; nos muestra el grado de
desventura a que esta sometido el horizonte histórico y patrimonial de nuestra sociedad.
Por carencia de una legislación que proteja y facilite estos trabajos, nuestra gran riqueza
cultural continuará sumida en el olvido, oculta por la tergiversación colonial, privándonos de
cultura propia y condenándonos a la pérdida de identidad. Con frustración y melancolía
algunos seguiremos observando el grotesco festín realizado por guaqueros, saqueadores y
traficantes de arte precolombino quienes conscientes o no, están destruyendo los importantes
vestigios que aún quedan de la Colombia precolombina con sus lamentables consecuencias
culturales.
Entre nosotros la sangre aborigen poco a poco desaparece, desidia e incultura nos han hecho
insensibles cuando se trata de ver nuestro pasado, hoy día no hay quien defienda ni haga
respetar los derechos de las pocas comunidades que aún quedan y menos a sus antepasados
que están simbolizados en estos cuerpos inertes que un día regresaron al seno de su madre

9184
para descansar en paz en el más absoluto de todos los actos sagrados conocidos. Otra cultura,
la nuestra, vino a alterar aquella civilización, no por amor, sino por lo peor, por la avaricia
desenfrenada de oro, gemas, títulos y tierras. Al reflexionar sentimos que nunca debimos
hacer de sus últimas moradas, de sus restos, santuarios y templos; sitios profanados y de sus
pertenencias un mercado ruin y peligroso.
Por la dedicación, confianza, reputación, seriedad, fomento y gran éxito que han demostrado
tener, podríamos guardar la posibilidad de que entidades como el Instituto Smithsonian,
Archaeological Institute, Discovery Channel, National Geographic, universidades extranjeras y
sobre todo la decidida participación de nuestras universidades, museos, entidades particulares
y gubernamentales como el Ministerio de Cultura y el Museo del Oro del Banco de la
República; continúen con su experiencia, método y entusiasmo a rescatar nuestro pasado
deshonrado y muchas veces desconocido.
Creemos que el feliz término de esta riqueza cultural debe reforzar nuestra cultura actual, en
libros, enciclopedias, revistas especializadas, videograbaciones y museos abiertos al mundo
entero.
Desde este territorio, corazón donde late con mayor fuerza el misterio de esta influyente familia
Caribe, es posible trazar una trayectoria vehemente en la que arcilla, piedra, oro y comprensión
se reúnan para tratar de explicar lo que todos necesitamos saber, así como emprender un
vuelo iniciático que permita enfocar correctamente el poco entendido concepto Panche;
esencial para la cultura colombiana, primordial a la historia, antropología, arqueología y otras
disciplinas afines contemporáneas.
Cuando el almirante genovés Cristoforo Colombo llego al descubrimiento del paraíso, él y sus
marinos no encontraron un nuevo mundo, pero sí cambiaron un universo que ya existía.
Buscando en los restos de aquel entorno aparentemente desvanecido, hallaremos pautas para
encontrar significado a nuestras vidas y sin duda daremos voz a nuestros antepasados desde
sus tumbas para que narren lo que aquí realmente sucedió.

En muchas cosas tenían buen regimiento y


gobierno y entendimiento y
capacidad pública,
Pero en otras,
Extraña bestialidad y ceguedad.
FRAILE DURAN, Finales del siglo XVI

9185
*** HEROES Y PROFETAS ***

Alrededor quedamos pocos hombres Panches,


Pocos guerreros, mujeres y niños.
Mucho tiempo pasó sin saber que hacer.
Ya no sabíamos ni por que vivir.
Fue como si el Sol se hubiese ocultado por última vez.
El hombre blanco de nuestros pequeños pueblos
hizo grandes naciones y finalmente ganó el mundo,
Vencer era lo que importaba para el blanco.
Pero hasta su mismo Dios que es de vida y no de muerte
se sintió desilusionado,
Por que ninguna de sus enseñanzas fue escuchada,
Aunque ganaron el mundo
perdieron lo que más valía ante su Dios y ante el nuestro, sus almas.
El hombre Panche una vez fue libre como el viento,
Ahora que nos doblegaron no queda nada para nosotros.
Nuestra nación que llevará otro nombre
jamás volverá a ser la misma.
YULDAMA, Valeroso jefe que participó en el último levantamiento Panche que se tenga noticia
contra el colonialismo.

9186
“ El Rey de España no te ha mandado que nos mates,
Ni robes, ni maltrates, ni despojes;
más tú todo lo coges y arrebañas,
En nuestra sangre baña tus alanos,
Cortas los pies, y manos y narices, genitales,
Demás destas afrentas, robas templos”.
TUNDAMA
Cacique que confronto en cruenta batalla al capitán Maldonado. Muerto por el propio oficial de
un martillazo en la cabeza por no traer todo el oro. Esta, la replica que hace el Cacique
Tundama a Baltasar Maldonado antes de enfrentarse los dos ejércitos Muiscas; los que
apoyaban a los españoles y los que buscaban liberar su nación de ellos.

... Nada podrá evitar encontrarnos con el ser más ofensivo,


Depredador y despreciado de todos,
Conquistador o ser del mal lo mismo da,
Te queda la madre tierra y todo lo que hay en ella,
Pero recuerda que no esta indefensa.
Nuestras almas y las de nuestros hermanos y
antepasados trascenderán a un mejor sitio;
sitio que ganaras algún día, cuando aprendas
a vivir y no hagas mas daño,
Por que el monstruo que llevas dentro será vencido y
solo tendrás bondad para hacer el bien a sus
hermanos los hombres y finalmente aprenderás
a respetar la madre de todas las cosas...
JEFE ABEA
Legendario Cacique muy amado y respetado por su pueblo. Dirigió la resistencia desde el sitio
que hoy comprende el Mpio de Armero. La población de Guayabal tomó su nombre.
Posteriormente por miedo fue cambiado por el actual. Quedo prohibido ser recordado.

9187
... Estamos cansados del trato falso de los españoles,
Y sabemos que contra el derecho natural han
despojado y hecho morir a los reyes de los Muiscas,
Sin respeto a las paces que habían asentado con ellos;
que bien reconocían la grandeza del Soberano de España,
Por el envío de gentes a tierras tan remotas como las suyas,
Y que estaban persuadidos de que gobernaba con justicia,
Pero que de nada servía sujetarse a su imperio,
puesto que la distancia hacía que ignorase la tiranía
de sus ministros con sus vasallos lejanos;
no soltaremos las armas sin haber defendido nuestra
patria de la infame esclavitud que están sufriendo
las demás naciones.
Juzgamos lo más conveniente para todos y
decidimos que los españoles dejen la tierra,
y cada cual disfrute el dominio en que nos ha
constituido la naturaleza;
pero si esto no les parece lo mejor, iremos a la guerra,
y así tendrán el debido escarmiento,
Por desatender este saludable Concejo...
CACIQUE BITUIMA
Por tener fama de gran estratega, este hombre fue designado para dirigir el mando del ejercito
Panche. Esta la respuesta que dio a una serie de actos de guerra, invasiones y a una
propuesta de rendición por parte de las fuerzas de Hernán Pérez, quien después de luchar y
perder muchos hombres regresa derrotado a Santa fe.

9188
El gran jefe de Washington manda palabras: él desea comprar nuestra tierra. El gran jefe
también manda palabras de amistad y bienaventuranza. Esto es muy amable de su parte, ya
que nosotros sabemos que él tiene muy poca necesidad de nuestra amistad. Pero nosotros
tenemos en cuenta su oferta, Por que nosotros sabemos que si no lo hacemos así, el hombre
blanco vendrá con sus pistolas y tomará nuestra tierra. Lo que el jefe Seattle dice es que el
gran jefe en Washington puede contar con las palabras del jefe Seattle, como pueden nuestros
hermanos blancos contar con el retorno de las estaciones. Mis palabras son como las estrellas.
Ellas no se ocultan. ¿Cómo se puede comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea
es extraña para nosotros. Hasta ahora nosotros no somos dueños de la frescura del aire ni del
resplandor del agua. ¿Cómo nos lo pueden ustedes comprar? Nosotros decidiremos en el
tiempo.
Cada porción de tierra es sagrada para mi gente. Cada espina de brillante pino, cada orilla
arenosa, cada bruma en el oscuro bosque, cada claro y zumbador insecto es sagrado en la
memoria y en la experiencia de mi gente.
Nosotros sabemos que el hombre blanco no entiende nuestras costumbres. Para él, un pedazo
de tierra es igual a otro, por que él es un extraño que viene en la noche y toma de la tierra lo
que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemigo, y cuando la a conquistado, sigue
adelante. Deja la tumba de sus padres atrás y no le importa. Secuestra la tierra de sus hijos.
A él no le importa la tumba de sus padres, los derechos de nacimientos de sus hijos son
olvidados. Su apetito devorará la tierra y solo dejará atrás un desierto. La vista de sus
ciudades duele en los ojos del hombre Pielroja, tal vez por que el hombre Pielroja es un salvaje
y no entiende.
No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades de los hombres blancos. Ningún lugar para
escuchar las hojas de la primavera o el susurro de las alas de los insectos. Pero tal vez es por
que soy un salvaje y no entiendo. El ruido solo parece insultar los oídos. Y, ¿Qué queda de la
vida si el hombre no puede escuchar el hermoso grito del pájaro nocturno o los argumentos de
la rana alrededor de un lago en la noche? El indio prefiere el suave sonido del viento
horadando la superficie de un lago, el olor del viento lavado por una lluvia del mediodía o la
fragancia de los pinos. El aire es valioso para el hombre Pielroja. Por que todas las cosas
comparten la misma respiración: las bestias los árboles, el hombre. El hombre blanco parece
que no notara el aire que respira, como un hombre que muere por muchos días es indiferente a
la hediondez.
Si decido aceptar, pondré una condición: el hombre blanco deberá tratar las bestias de esta
tierra como hermanos. Yo soy un salvaje y no entiendo otro camino. He visto miles de búfalos,
pudriéndose en las praderas, abandonados por el hombre blanco que pasaba en el tren y lo
mataba. Yo soy un salvaje y no entiendo cómo el caballo de hierro que fuma, puede ser mas
importante que los búfalos que nosotros matamos para sobrevivir. ¿Qué es el hombre sin las

9189
bestias? Si todas las bestias desaparecieran, el hombre moriría de una gran soledad en el
espíritu, por que cualquier cosa que le pase a las bestias también le parara al hombre. Todas
las cosas están correlacionadas. Todo lo que hiere a la tierra herirá también a los hijos de la
tierra.
Nuestros hijos han visto a sus padres humillados en la derrota. Nuestros guerreros han sentido
la vergüenza. Y, después de la derrota convierten sus días en tristezas y contaminan sus
cuerpos con comidas dulces y bebidas fuerte. De poca importancia será el lugar donde
pasemos nuestros días, no quedan muchos. Unas pocas horas más, unos pocos inviernos, y
ninguno de los hijos de las grandes tribus que una vez existieron sobre esta tierra, o que
anduvieron en pequeñas bandas en los bosques, quedará para lamentarse ante las tumbas de
una gente que fue otrora poderosa y tan llena de esperanza como ustedes. Una cosa nosotros
sabemos, que el hombre blanco puede descubrir algún día: nuestro Dios es el mismo Dios.
Usted puede pensar ahora que es dueño de él, así como usted desea hacerse dueño de
nuestra tierra. Pero usted no puede. Él es el Dios del hombre. Y su compasión es igual para
el hombre blanco y para el hombre Pielroja. Esta tierra es preciosa para él, y hacerle daño a la
tierra es amontonar desperdicio en torno a su creador.
Los blancos también pasarán, tal vez más rápido que otras tribus. Tal vez continúe
contaminando su cama y alguna noche terminará asfixiándose en su propio desperdicio.
Cuando los búfalos sean todos masacrados, los caballos salvajes todos amansados y los
rincones secretos de los bosques inundados por el aroma de muchos hombres, y la vista de las
montañas repleta de esposas habladoras, ¿En dónde estará el matorral? Desaparecido. ¿En
dónde el águila? Desaparecida. Y ¿qué es decir adiós a los prados y la caza, al fin de la vida y
el comienzo de la subsistencia? Nosotros tal vez entenderíamos si supiéramos qué es lo que el
hombre blanco sueña, qué esperanzas le transmite a sus hijos en las noches largas de invierno,
qué visiones le queman la mente para que puedan desear el mañana. Pero nosotros somos
salvajes. Los sueños del hombre blanco están ocultos para nosotros. Y porqué tales sueños
están escondidos, nosotros iremos por nuestro propio camino. Si nosotros aceptamos, será
para asegurar la reservación que se nos ha prometido.
Allí tal vez podremos vivir como deseamos los pocos días que nos quedan. Cuando el último
Pielroja haya desaparecido de la tierra y su memoria sea solamente la sombra de una nube
cruzando la pradera, estas cosas y estas tierras aún albergarán el espíritu de mi gente, porque
ellos aman esta tierra como el recién nacido ama el latido del corazón de su madre. Si nosotros
le vendemos a Ustedes nuestra tierra, ámenla como nosotros la hemos amado. Cuídenla como
nosotros la hemos cuidado. Retengan en sus mentes el recuerdo de la tierra, tal como está
cuando Ustedes la tomen, y con todas sus fuerzas, con todo su poderío, y con todo su corazón,
consérvenla para sus hijos, y ámenla así como Dios nos ama a todos. Una cosa nosotros

9190
sabemos: Nuestro Dios es el mismo Dios de ustedes. Esta tierra es preciosa para él. Aún el
hombre blanco no puede que dar excluido de un destino común.
Aunque el JEFE SEATTLE y su gente de la tribu Dwanwish vivieron en tiempo y lugar distantes
al de los Panches, el sentimiento de su obra La tierra es Hermosa, 1.854 y la carta enviada
al presidente de los Estados Unidos Franklin K. Pierce, 1.885 quien les propuso comprar sus
tierras; comparten la posición, sentimiento y pensamiento común del espíritu nativo americano.

9191
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Separata, Re - descubriendo al Tolima.


Grupo Académico Re-descubriendo al Tolima. Signos y Hechos.
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Simón, Fray Pedro.


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De Tierra Firme en las Indias Occidentales.
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Salvat Editores.
Historia del Arte Colombiano.
Vol. 1 fascículo 2.
Vol. 1 fascículo 5.
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Gráficas Estella, S.A.
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9197
--------------------------------- O ------------------------------

INDICE

Introducción. 5
Dos comentarios en un mundo de distancia. 15
Cronología de la cultura Panche. 17
Panches, Caribes y el Río de las tumbas. 24
Origen del vocablo Panche. 24
El Magdalena sendero de prosperidad. 28
Posición territorial e idioma de la nación Panche. 30
Idioma Panche, ¿ mezcla de lenguas ? 35
Demografía, Las Leyendas Negra y Rosada. 37
Poblamiento y territorio. 40
La conquista del Nuevo Reino de Granada. 45
Marcha hacia territorio de la nación Panche. 50
Guerra. 57
Diplomáticas de armas tomar. 62
Tributo a hombres de honor desconocidos. 64
Guerreros de luna llena . 69
Panches vs. Muiscas. 70
Los Panches, asunto militar. 76
La ultima frontera. 79
La armada más poderosa de todos los tiempos. 86
La Monarquía en la Colonia. 88
Mita, esclavitud y destrucción. 88
Guayabal de Abea. 93
Daño histórico por los relatores de la conquista. 96
El Dorado. 103
Urbanismo y vivienda, antes y después de la conquista. 107
Iglesia, odio e inseguridad. 112
Bulas y disposiciones papales al lado de la opresión
e injusticia. 116
Antropofagia mito o realidad. 120

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Cocina Panche. 124
El Maíz, regalo de Dioses. 127
Tribus Sedentarias del Magdalena. 130
Medicina, Magia Arte y Realidad. 136
Dios del bien, aterrador y despiadado. 137
Magna Mater, la Venus del Sabandija. 143
Alfarería. 146
Arte Rupestre. 149
Practicas funerarias. 151
Oro, Chamanismo y Coca. 157
Arte orfebre. 157
Pectoral una joya de poder y varias generaciones de curanderos. 160
La pequeña Navidad.
164
La coca dimensión de conocimiento y sabiduría. 165
Chamanismo inmensamente influyente.
166
Los Caribes de Humboldt. 168
Reflexión. 173
Héroes y profetas. 176
Bibliografía. 182
Índice. 188

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