Hay que dejar de suspender clases por cualquier motivo. Es lamentable
que el día posterior a las elecciones estemos sin escolaridad en Venezuela y que en determinados planteles con la excusa de que no hay labores hoy, mañana se limpie, y se prepare la escuela, para comenzar pasado mañana. Muy grave es que las clases hayan dejado de dictarse después del martes, cuando los efectivos de la FAN en muchos casos llegaron el viernes. Así lo expresó el profesor universitario y abogado, Oscar Arnal, quien continuó señalando “se suspendieron las clases el 2 de febrero del 2008 al cumplirse los diez años de la llegada de Chávez al poder, al menos cuatro días por el proceso electoral de gobernadores y alcaldes del 2008, cuatro días más por las elecciones de la enmienda, no hay clases el día del trabajador, del maestro, los días que el ministerio de educación dicta sus cursos en las escuelas, los días de carnaval, los días completos de la semana santa, los puentes que se producen al caer jueves o martes cualquier festividad nacional y los días patrios como el 24 de junio o el 24 de julio. En diciembre las clases culminaron antes del 20 y se reanudaron el 7 de enero. Además cualquier contingencia puede suspender días de clases, que nunca después se recuperan. En Venezuela nuestros estudiantes leen apenas un libro promedio al año, cifra penosa frente a la de los países desarrollados. En los cuales hay clases en promedio 240 días del año, en comparación con los 180 días promedio de Venezuela. Numerosos estudios concluyen que el mayor nivel escolar esta asociado a más horas de clase. En Latinoamérica países conscientes del problema como México, Chile y Costa Rica se han propuesto alcanzar los 200 días de clases como mínimo. Los países europeos cuentan con hasta siete horas promedio de clases y algunos desarrollados de Asia llegan hasta las 9 horas diarias. Japón que es un ejemplo de excelencia en materia educativa llega a tener un calendario que supera la media internacional con 33 por ciento más de clases, 1.650 horas al año, incluyendo la media jornada del sábado. Por supuesto a la cantidad de horas hay que sumarse sobretodo calidad cognitiva y pedagógica. En nuestro país ante tanta suspensión de clases, que es responsabilidad gubernamental, no se cumplen los objetivos del programa, se producen cambios frecuentes en la programación, se pierde el hilo y la continuidad de las clases, los estudiantes salen del subsistema básico, medio y diversificado con una preparación muy deficiente y se pierde mucho dinero porque esos días igual se pagan al personal que no labora. Hoy más que nunca hay que educar al pueblo para que forme herramientas que le permitan defenderse de los abusos y atropellos gubernamentales. Como lo explicó El Libertador un pueblo ignorante es victima de su propia destrucción, moral y luces siguen siendo hoy más que nunca nuestras primeras necesidades.