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Plan de Trabajo

CANDIDATOS A CONCEJALES Y CONCEJALAS ME-TROPOLITANAS DE QUITO

El presente Plan de Trabajo constituye una propuesta colectiva a ser impulsada por
los miembros del Movimiento PAIS en calidad de Concejales y Concejalas
Metropolitanas de Quito para el período 2009 - 2013, en caso de ser electos por la
ciudadanía en las elecciones del 26 de abril del 2009. Esta propuesta está
articulada a la presentada por Augusto Barrera, como candidato a Alcalde
Metropolitano de Quito.

Objetivos general y específicos

Considerando que la Concejalía es una dignidad que no tiene responsabilidades en


la gestión y administración municipal, sino que su rol es el de formular políticas
y normas, supervisar la gestión y administración municipal, el objetivo general de
esta propuesta de trabajo es constituirnos en un canal de opinión y de
razonamiento entre las y los ciudadanos y el Cabildo y promover distintas formas
de organización, participación y promoción popular.

Dentro de los objetivos específicos, buscamos que el Concejo Municipal sea un


órgano que garantice y consolide la democratización de la gestión y el desarrollo
de las políticas y para ello tenemos la convicción y vocación de intervenir.
Vamos para consolidar esta forma de ejercicio democrático, donde el eje central de
la gestión será la construcción del poder ciudadano y el impulso a la
consolidación de la organización de la sociedad civil, en el nuevo escenario
constitucional, como factores claves para la profundización del cambio estructural
propuesto por el Gobierno de la Revolución Ciudadana, que se expresa en la
construcción de un Quito inclusivo, solidario y seguro, caracterizado como la
ciudad del buen vivir.

El Concejal tiene la obligación de articular las iniciativas políticas de la


ciuda-danía y las suyas propias, para organizar el presupuesto y el gasto; por lo
tanto debe inscribirse en la dinámica de los procesos políticos y organizativos de
la sociedad, desechando el clientelismo y fortaleciendo la identidad de ciudad.

Para cumplir con estos objetivos, se mantendrá una conducta política clara basada
en los siguientes principios:

– Transparencia
– Rendición social de cuentas seria y orgánica
– Puertas abiertas a las ciudadanas y los ciudadanos
– Evaluación permanente y participativa de la gestión
– Generación de espacios y consolidación de la participación activa de las y
los ciudadanos
– Amplia consulta y participación de la ciudadanía y de las instancias técni-
cas

Ejes prioritarios de nuestra propuesta

Nuestro plan de trabajo al interior del Concejo Metropolitano gira alrededor de


los siguientes ejes:

1. La necesidad de construir una nueva visión y concepto de ciudad. Una con la


que las y los ciudadanos nos identifiquemos y potenciemos el orgullo y el cariño
que tenemos por Quito. La construcción de nuevas identidades en el marco de la
diversidad, la interculturalidad y plurinacionalidad, permitirán consolidar el rol
de Capital de la República, con ciudadanos y ciudadanos que se preocupan de la
Nación en su conjunto, pero que también aspiran a tener una ciudad del “buen
vivir” como lo manda la Constitución, expresada en aspectos de inclusión económica
y social, seguridad ciudadana y calidad ambiental. Las enormes virtualidades
escénicas, monumentales, la historia cultural y la capacidad de participación y
organización social, tomando en cuenta los enfoques de género, generacional y
étnico-racial; son los elementos claves y el soporte para fortalecer un nuevo
liderazgo. El ser humano, individual y organizado, como eje fundamental de la
gestión municipal.

2. La ciudad requiere cambios profundos de orden institucional, administrati-


vo, de gestión y atención ciudadana. El Municipio debe cualificar sustantivamente
el servicio a la ciudadanía y ampliar las formas de participación democrática. La
desburocratización y modernización de la gestión deben estar unidos a la
planificación integral del conjunto del aparato institucional que hoy está
disperso, impulsando además desde el Concejo Metropolitano una cultura de
participación, cooperación y solidaridad social y comunitaria, que se exprese en:

a. Impulso a la organización autónoma y participación de los sectores populares


para que asuman un rol de actores activos y participativos en la vida local.

b. Formación y puesta en funcionamiento de espacios de participación oficial de


la ciudadanía con representantes electos de manera de-mocrática, sin la mediación
la estructura municipal.

c. Creación de instancias orgánicas e institucionales de capacitación de la


ciudadanía para cualificar los liderazgos comunitarios.

3. La labor municipal debe establecer prioridades y volcar esfuerzos


significativos en la solución de los problemas más críticos como:

a. El transporte y la movilidad constituyen el reto número uno de la nueva


gestión municipal; una gestión que privilegie formas alternativas de organización
territorial y movilidad, pero sobre todo, que enfrente con decisión y desde el
primer día, las grandes inversiones que requiere el transporte público, como
prioridad urgente, a fin de ampliar la calidad y la eficiencia en todo el
servicio, la cobertura hacia los valles orientales del Sistema Metrobus-Q, la
integración física y tarifaria de todo el sistema y disminuir el impacto ambiental
y social que actualmente genera. Un elemento central en este ámbito es el
desarrollo de una política de diálogo, acuerdos y consensos con los transportistas
y demás actores de la transportación, jerarquizando la responsabilidad rectora y
controladora de la autoridad municipal y poniendo reglas de juego claras para
todos los involucrados.

Paralelamente es imprescindible estudiar las soluciones a mediano pla-zo, como el


tren ligero o el metro, que integre longitudinal y transversalmente a toda la
ciudad, con criterios de sensibilidad social en las tarifas, de accesibilidad para
todas y todos los ciudadanos, de responsabilidad ambiental y eficiencia
energética.

La ausencia de estudios integrales impiden precisar detalles, pero la decisión


política de la nueva administración debe ser emprender esta tarea, articulando
alternativas de financiamiento asociadas, como por ejemplo, los sistemas de
estacionamiento, el consumo de combustibles y otros servicios asociados.

Particular atención se dará a promover los estudios técnicos re-queridos y el


debate entre la ciudadanía para incorporar al transporte no motorizado,
principalmente bicicletas, como una alternativa cotidiana de movilidad, así como a
plantear mecanismos de restricción vehicular en zonas especiales o por períodos de
tiempo, que apunten a resolver el tema de la congestión y la contaminación.

Finalmente, otro aspecto de particular atención será modificar el modelo de


crecimiento de la ciudad, que cada vez se hace más extensa y por tanto más difícil
para desplazarse en ella. La solución no es solo crear nuevas centralidades, para
acercar los servicios a la gente, como todos lo dicen; la autoridad de Quito, su
Municipio, debe conducir el desarrollo inmobiliario, combatiendo la especulación
del suelo y ampliando la oferta habitacional para la gente, en un esquema más
sustentable.

b. Para una gestión ambiental integral, se requiere un adecuado manejo de


desechos, el control de la contaminación de los ríos y su aprovechamiento más
apropiado; como espacio de recreación y una integración del entorno natural del
Distrito; que integre: la Reserva Pasochoa, la Reserva del Inga, el Ilaló, los
Páramos del Antisana y el Cayambe, los parques metropolitanos del sur y del
centro, el Pululahua, la creación del Parque Nacional Pichincha y el
Nororccidente. Al mejorar la accesibilidad de las y los ciudadanos hacia estos
lugares y constituirlos como un espacio de integración y recreación de niños y
jóvenes se dará un salto en el tratamiento de los problemas ambientales. Se debe
desarrollar un programa que enfrente la erosión del norte y sur de la ciudad.

En este sentido, trabajaremos por fortalecer y optimizar la institucionali-dad,


consolidando al Consejo Metropolitano Ambiental, como espacio participativo de
definición política y a la Dirección Metropolitana Ambiental (DMA), como la unidad
especializada del gobierno local que ejerce rectoría sobre el tema y es
responsable de la planificación y seguimiento, proponiendo además la creación de
instrumentos públicos de ejecución de los planes, programas y proyectos en agua,
aire, suelo, desechos sólidos y espacio público, balanceando los criterios de
eficiencia y acceso a los servicios y utilizando todas las formas organizativas
que el actual marco constitucional posibilita.

Como elementos transversales de esta nueva visión de la gestión am-biental en el


Distrito se impulsará la revisión y actualización del plan maestro de gestión
ambiental y de los planes de manejo de cada uno de los recursos, procurando:

- Plena vigencia del proceso de evaluación de impactos am-bientales,


obligatorio y previo para todos los proyectos ejecutados por las entidades
municipales y privadas.

- Información confiable sobre el estado del ambiente, creando siste-mas


permanentes de monitoreo y facilitando el acceso de la ciudadanía a los datos

- Control técnico a sujetos de dentro y fuera del municipio, revi-sando el


actual sistema de contrato a entidades privadas de seguimiento y fortaleciendo la
presencia de la DMA

- Educación ambiental para fortalecer la participación ciudadana en la


planificación y la evaluación

Buscaremos impulsar los siguientes proyectos emblemáticos:

- Recuperación integral de los ríos Machángara y Monjas, inclu-yendo sus


quebradas.

- Eliminación del smog de los buses (mejoramiento de la calidad de los


combustibles, reacondicionamiento mecánico con dispositivos de control para la
flota existente y mejor tecnología en unidades que ingresan).
- Sistema integral de manejo de los desechos sólidos, desde la fuente hasta la
disposición final.

- Quito verde: bosques protectores, laderas del Pichincha, parques


metropolitanos y parques barriales como espacios de protección ecológica,
educación ambiental y convivencia comunitaria.

c. La seguridad preocupa a las y los ciudadanos de manera especial; una


combinación de sistemas de información y comunicación, junto a una amplia gestión
comunitaria y una especialización de la labor policial; serán parte de la solución
de este problema. Una política de prevención y trabajo con la comunidad ayudará
mucho a mejorar los niveles de seguridad ciudadana, invirtiendo en capacitación y
en el ciudadano y revertiendo esa tendencia de gasto y de apoyo solo a la
institución policial, así mismo se valorará la inversión hecha por la
Municipalidad con los recursos de la Tasa de Seguridad y se tomará cuentas a la
institución policial de los recursos recibidos durante estos seis años. Especial
atención se dará a:

 Especializar a la policía en vigilancia comunitaria, articulada a la vi-da


de los barrios y hacer que se gane la confianza de los habitantes por su servicio
y honestidad. Esta fuerza, más civil que militar, dependiente del propio
Municipio en coordinación con la Policía Nacional, debe ser capacitada, dotada de
los recursos necesarios para su funcionamiento, y sus integrantes deben tener
estabilidad (para llegar a conocer a las y los vecinos) y ser evaluados por la
institución y la comunidad, generando en ellos el deber de proteger los derechos,
libertades y garantías de las y los ciudadanos.

 Recuperar la vida de barrio y la buena vecindad, con programas de seguridad


comunitaria basadas en la solidaridad y la participación ciudadana y el respeto de
los derechos humanos, para lo que se requiere además un espacio público de calidad
en beneficio del barrio, evitando que se conviertan en el escenario para los
asaltos o la guarida de delincuentes. Los parques, plazas, veredas y calles deben
estar bien iluminados y bien mantenidos, y en ellos debe programarse actividades
comunitarias que refuercen la cultura de los quiteños y quiteñas y ahuyenten a los
malos elementos.

 Brindar asistencia legal y sociológica a quienes han sido víctimas de la


violencia, no solo por robos y asaltos, sino también por maltrato doméstico o
actitudes racistas, sexistas o de otro tipo, creando en cada administración zonal
centros de apoyo para lograr equidad y justicia, donde confluyan los servicios de
la Fiscalía, DINAPEN y la Policía Judicial. El Municipio debe incentivar el
debido proceso para investigar las denuncias, para que se juzguen los delitos,
sancione a los responsables y se ponga un freno al comercio de bienes robados,
garantizando el derecho a la reparación.

d. La recuperación del espacio barrial debe ser un eje de la política del nuevo
gobierno municipal; que parta de la necesaria legalización de los casi 400 barrios
irregulares y la formalización de la tenencia de terrenos, cuando las condiciones
de seguridad no aconsejen lo contrario, y que continúe con la dotación del
equipamiento adecuado y el mejoramiento de las ya existentes, el desarrollo de
espacios verdes públicos y la multiplicación de espacios de esparcimiento cultural
y de buena calidad, con amplia participación y organización ciudadana.

Un mejoramiento en la distribución de los servicios locales, acer-cándolos a la


comunidad, permitirá constituir al espacio barrial como el centro de la
convivencia y el espacio para el desarrollo social, así como optimizar los
recursos físicos, financieros y humanos, propiciando el encuentro de múltiples
barrios y comunidades, y haciendo esta inversión sostenible y generadora de
trabajo.

En esta misma línea, es necesario impulsar la masificación del deporte,


incentivando la práctica competitiva que se realiza alrededor de las li-gas
barriales, pero complementando con el impulso y promoción de comportamientos
sociales más saludables y recreativos que prevengan enfermedades del sedentarismo
y que ofrezcan alternativas de sano esparcimiento a las y los jóvenes,
particularmente influenciables por las drogas y el alcohol.

e. En cuanto a la vivienda, éste es uno de los principales componentes de la


calidad de vida de nuestras comunidades, ya que aparte del lugar de residencia, la
propiedad es una clave en la democratización del acceso al crédito.
Adicionalmente, la construcción de viviendas debe ser asumido como solución al
problema de la falta de fuentes de trabajo.

Siendo que del costo de la vivienda, el terreno puede llegar a representar hasta
un 30% del valor final, la especulación de tierras es un desincentivo para la
inversión productiva y por lo tanto se trabajará por diseñar un esquema
regulatorio que privilegie los programas de vivienda de interés social, ejecutadas
por coope¬rativas u otras organizaciones de economía popular y solidaria, que
garanticen el acceso a entornos seguros, estéticos y saludables, articulados a la
planificación territorial del DMQ y de acuerdo con las necesidades, las
posibilidades y los gustos de los beneficiarios.

Para la gestión del suelo urbano, se impulsará desde el Concejo las si-guientes
decisiones de política municipal:

 Crear un programa para controlar la especulación del suelo a través de


mecanismos de mercado a cargo de los municipios (financiando adquisiciones de
terrenos, como reservas de desarrollo urbano), gestión que puede ser apoyada desde
el sector financiero público.

 Establecer mecanismos de regulación por medio de ordenanzas municipales:


amplio control y tributación por plusvalía especulativa, por aumento de densidad o
mayor infraestructura.

 Publicar y transparentar las políticas y resultados de la planificación


zonal a largo plazo, considerando las zonas de crecimiento y zonas de riesgo.

 Formalizar, sistematizar, transparentar y poner a disposición de la


ciudadanía los terrenos de propiedad estatal para el desarrollo productivo y
acceso a vivienda sin efectos especulativos.

Paralelamente se deberá impulsar la dotación de redes de infraestructura a través


de programas existentes del gobierno central. En esta línea, hay que vincular a
los colegios de ingenieros y arqui-tectos, estudiantes, profesionales,
universidades y gente de la comunidad, a fin de desarrollar tecnologías apropiadas
de provisión de servicios, que incorporen consideraciones ambientales en temas de
manejo de desechos sólidos, movilidad, fuentes energéticas renovables, materiales
de construcción, entre otros temas.

f. Es necesario crear un sistema facilitador integrado para la cultura de Quito


ya que esta ciudad por su condición social, geográfica y política requiere de
conceptos que marquen las pautas para promover su desarrollo cultural en la
diversidad. Para ello es necesario eliminar estructuras de marginación que han
afectado a muchos sectores ya que un verdadero cosmopolitanismo y metropolitanismo
debe fundamentarse en la equidad, el acceso y la participación democrática en le
proceso de creación cultural.

Esta participación debe ser promovida desde una Dirección Metropolitana de Cultura
fortalecida, que no disperse sus funciones y recursos a una multiplicidad de
fundaciones y organismos ad-hoc (Quito Cultura, Fundación Teatro Sucre, Fundación
Museos de la Ciudad y Centros Culturales) que se convierten en simples promotoras
o auspiciadoras de eventos, sino que más bien ejecute un plan integral fruto de la
vinculación orgánica (no paternal o de beneficencia) con las organizaciones
ciudadanas barriales, con las gremiales de gestores, creadores e investigadores,
con las que surjan entre los consumidores de cultura y con los estamentos de
educación formal e informal.

g. Se deben generar nuevas oportunidades de trabajo y mejorar las condiciones


de empleabilidad, al incorporar a pequeños oferentes de bienes y servicios como
proveedores municipales, con una política de apoyo en capacitación, asistencia
técnica y micro crédito. Trabajar en un entorno social y pensar en la inclusión
de grupos de atención prioritaria y de pequeños prestadores de servicios alivia la
presión social y contribuye a construir una mejor ciudad. Complementariamente, la
municipalidad debe precautelar el derecho al trabajo autónomo, informal y
artesanal del DMQ.

La solución del desempleo reviste una cardinal importancia y no será posible


alcanzarla con políticas tradicionales, o únicamente con el apoyo y
fortalecimiento de la empresa privada; por ello, es necesario que el gobierno
local trabaje por:

 Impulsar la constitución de empresas de producción y servicios me-diante


formas cooperativas, autogestionarias y comunitarias basa-das en la filosofía de
la economía solidaria que prioricen la genera-ción de empleo y no el lucro o la
utilidad.

 Apoyar convenios con entidades financieras para desarrollar em-prendimientos


asociativos, familiares y comunitarios.

 Apoyar la creación de redes de economía solidaria para la comer-cialización,


prestación de servicios para los mercados local, nacional e internacional.

4. El Bicentenario y la recuperación de su significado histórico debe


conducirnos a fortalecer el sentido libertario de las y los quiteños, su capacidad
crítica y su fuerza organizativa. La construcción de una cultura ciudadana es el
proceso que puede marcar formas imaginativas y nuevas de desarrollo social. En
este sentido, sin la intención de dirigir burocráticamente los procesos, el
Cabildo debe abrirse a las distintas iniciativas ciudadanas alternativas,
relacionadas con todos los ámbitos de cultura, etnoeducación, economía, manejo del
espacio público, esparcimiento. La concejalía debe ser una canal permanente y
activo que facilite estos procesos.

5. Los gobiernos locales deben desarrollar políticas vinculadas a nuevas for-


mas de gestión económica de su jurisdicción y en asocio con otras jurisdicciones
vecinas. La economía y la distribución de los ingresos deben ser también una
responsabilidad municipal. Temas como el turismo, el ecoturismo, el manejo de
energía y los combustibles, el entorno agropecuario (pequeñas granjas productivas
familiares), la ciencia y la tecnología y la dotación de servicios deben formar
parte de una estrategia única, también la inversión pública. Muchas de estas
áreas pueden ser un espacio para el desarrollo de empresas asociativas,
microempresas, autoempleo, etc.

6. Es necesario consolidar el modelo autonómico como lo manda la Constitución y


en el marco del proyecto constitucional para el desarrollo nacional, acordar las
competencias y las formas de cogestión entre el Gobierno Central y el Municipio,
estableciendo en el Distrito Metropolitano el régimen que permita su
funcionamiento descentralizado o desconcentrado.

Las acciones que se han señalado anteriormente, se enmarcarán dentro de las


competencias de los y las concejales que son las de legislar y fiscalizar las
acciones del cabildo, imprimiéndoles un sello de una gestión participativa y
transparente del mismo, sujetas por supuesto a todo el ordenamiento jurídico
vigente.

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