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Secretaría de Ambiente

y Desarrollo Sustentable

Dirección de Bosques

CAMBIOS ESTRUCTURALES EN LA SELVA


TUCUMANO BOLIVIANA ENTRE 1975 Y 2000 EN LA
ZONA DE TARTAGAL

Autores
Ingeniero Forestal Marcelo Brouver
Ingeniero Forestal Eduardo Manghi

Colaboradores
Ingeniero Forestal Jorge Menéndez
Ingeniera Agrónoma Celina Montenegro
Licenciada María Gabriela Parmuchi
Licenciada Julieta Bono
Licenciada Mariana Victoria Stamati
Geógrafa Mabel Strada

Julio 2006
Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal

Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable


Doctora Romina Picolotti

Subsecretario de Ordenamiento Ambiental


Licenciado Miguel Pellerano

Director Nacional de Recursos Naturales y Conservación de la Biodiversidad

Director de Bosques
Ingeniero Forestal Jorge Luis Menéndez

DIRECCIÓN DE BOSQUES
SECRETARÍA DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE

2
Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal

Resumen

Se compararon existencias y volúmenes, totales y por grupos de especies según tipo


de uso entre el año 1975 y el año 2000 en la Selva de Transición perteneciente a la
Selva Tucumano Boliviana en el sector Oeste del departamento de Libertador General
José de San Martín de la provincia de Salta. Los resultados indican una reducción de
volumen total por hectárea y una menor cantidad de árboles por hectárea para la clase
de DAP mayor a 40 cm para el año 2000 mientras que para los árboles de DAP menor
a 40 cm, se observó un incremento del número de individuos pero una reducción de
volumen. La comparación entre grupos de especies refleja la intensidad del uso
otorgado a cada grupo hasta 1975 y desde ese año hasta el 2000. El grupo de
especies valiosas comercialmente se encontraba intensamente aprovechado en 1975,
verificándose en el 2000 cierta recuperación. El grupo de especies utilizadas
actualmente denota una brusca disminución de sus existencias en el período
considerado. El grupo de no utilizadas no registra cambios notorios. En cambio el
grupo de especies de importancia secundaria muestra un descenso en sus
existencias.
Los resultados muestran cambios en la estructura y composición del bosque que
permiten afirmar que el proceso de degradación se ha intensificado entre 1975 y 2000
y que de continuarse con este sistema de manejo, su uso no podrá sostenerse en el
tiempo.
Se recomienda implementar el manejo sustentable de los recursos y utilizar sistemas
de cosecha de bajo impacto para evitar el agotamiento del recurso forestal y posibles
perjuicios ambientales, especialmente los relacionados con el régimen hidrológico de
la cuenca.
Estudios posteriores para demostrar cómo y cuánto influye la degradación del bosque
en el ciclo hidrológico son necesarios.

Introducción

La degradación del suelo


Los bosques cumplen una importante función en el régimen hidrológico de los ríos. Su
remoción o degradación provoca erosión del suelo y reduce la productividad, el
régimen regular de las aguas se convierte en ciclos de inundaciones con períodos de
sequía.
La región del NOA presenta una alta susceptibilidad a la erosión. Según Sayago
(1992) tres factores influyen en la elevada fragilidad ecológica que presenta la región:
los contrastes climáticos, la variabilidad geomórfica y la susceptibilidad erosiva de los
suelos. El fuerte contraste de relieve que existe en la región, que se manifiesta en el
paso de un ambiente montano a una llanura deprimida, aumenta los riesgos de
erosión y movimientos en masa en el primero y de flujos torrenciales e inundaciones
en las áreas planas. Los suelos se caracterizan por su granulometría limosa, que
según Verstappen (1983) presentan la menor cohesión y resistencia a la erosión
hídrica.
La degradación de los suelos afecta la capacidad de infiltración y por ende la retención
de humedad, lo que en términos hidrológicos significa aumento extraordinario del
escurrimiento con incremento del pico de crecida estival y reducción de caudales
durante la bajada invernal (estiaje), es decir, la cuenca reduce su capacidad de
regulación del flujo de agua. Paralelamente, la mayor torrencialidad fluvial intensifica
los movimientos en masa y el aporte de materiales clásticos desde la vertiente del
bosque subtropical produciendo inundaciones y destrucción de infraestructura en las
áreas urbanas y rurales situadas en el pie de monte. Por otra parte, el desequilibrio

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hidrológico se está traduciendo en un cambio acelerado en la morfología fluvial en los


principales ríos que llegan a la llanura, lo que da una idea de la magnitud del disturbio
ambiental y de la complejidad de su problemática.
Sintetizando, con la degradación del suelo se reduce significativamente el tiempo de
escurrimiento de la cuenca, transportando más rápidamente mayor caudal que en
condiciones normales.
La típica secuencia de deterioro del ambiente puede describirse de la siguiente
manera:

Vegetación < Capacidad de


clímax > Escurrimiento respuesta a los ciclos
disturbada < Infiltración climáticos agresivos

La degradación del bosque y el ciclo hidrológico


El estado y la estructura del bosque clímax son los determinantes de las
características del régimen hidrológico de una cuenca. Es esperable que alteraciones
en los primeros provoquen cambios en el segundo.
Un bosque degradado es uno cuya cobertura boscosa inicial se ha visto afectada por
la explotación insostenible de madera y/o productos forestales no maderables de
modo tal que se ha alterado su estructura, procesos, funciones y dinámica más allá de
la resistencia a corto plazo del ecosistema, afectándose la capacidad del bosque para
recuperarse plenamente de la explotación en el corto o mediano plazo (OIMT, 2002).
A pesar de que la función del bosque como protector del suelo es ampliamente
reconocida y que las consecuencias de la deforestación en el ciclo hidrológico son
cuantificables, la incidencia de un bosque degradado en el ciclo hidrológico es una
temática en la que hay mucho por investigar.
El sobrepastoreo, la incorporación del fuego como práctica común en el manejo de los
pastizales y la tala selectiva irrestricta provocan el deterioro de las áreas donde tienen
sus nacientes los principales ríos del área. Es importante destacar que el problema del
sobrepastoreo se ha intensificado en los últimos años debido a una mayor penetración
de la actividad ganadera en la zona serrana al ser desplazada de la zona
pedemontana por la agricultura.

El uso de los recursos forestales


Los recursos forestales del NOA tienen una larga historia de uso que se caracteriza
por la falta de planificación en la extracción, tal como se describe a continuación.
Según Minetti (2005) y Del Castillo (2005), la colonización del Norte de la provincia de
Salta se desarrolló como consecuencia de la extracción de maderas de calidad
provenientes del bosque y tuvo un fuerte impulso con la construcción del ferrocarril en
la década del 30. Las primeras poblaciones tenían como actividad principal la
producción de madera y en cada estación de tren había al menos un aserradero.
La explotación forestal no fue planificada para mantener el recurso, se planteó desde
un punto de vista totalmente extractivista y selectivo, generalmente sin las mínimas
consideraciones de manejo forestal sostenible. Las picadas de exploración petrolera,
que fueron construidas sin observar la toponimia, constituyeron vías de extracción de
madera que derivaron en cárcavas.
La forma de aprovechamiento consistió primeramente en la extracción de especies de
madera valiosas como cedro, roble, quina y mora. A medida que éstas se agotaban o
resultaba antieconómica su explotación por su inaccesibilidad geográfica, se
intensificaba la extracción de las especies de menor valor. El avance tecnológico
desde fines de los 60 (motosierras, topadoras, etc.) permitió el aprovechamiento de
áreas antes no accesibles. A partir de ese momento, se suceden intervenciones o
"rehaches” cada vez menos espaciados en el tiempo que no permiten la recuperación
del bosque.
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Debido a la historia de uso descripta, la oferta actual de maderas nativas es muy


variable tanto en cantidad como en calidad. Son muy escasos los sitios con “buena
madera”, los cuales se encuentran en zonas quebradas, alejadas de caminos y por
ende de difícil acceso. La actividad forestal en el norte de Salta presenta en la
actualidad una crítica y compleja problemática ambiental, económica y social (Minetti,
2005).
En las tablas 1 y 2 se presentan datos de extracciones que permiten apreciar el
agotamiento del recurso.

Tabla 1: Extracciones de productos forestales (tn) Tabla 2: Extracciones de rollizos de algunas


especies (tn)
1967 1999-2004*
rollizos 82.416 33.350 1967 1999-2004*
leña 142.245 12.364 cebil 21.695 9.178
postes 52.363 582 palo blanco 15.573 2.318
carbón 23.501 6.291 cedro 6.658 3.180
otros 28.025 197 queb. blanco 9.979 1.575
Total 328.550 52.783 quina 6.217 199
*Promedio del período. lapacho 6.041 1.958
palo amarillo 5.304 3.337
Fuentes: 1967: Dirección de Bosques y Fomento *Promedio del período.
Agropecuario de Salta. 1999-2004: Serie de Estadísticas
Forestales 1999-2004. Programa Nacional de
Estadística Forestal

Área de estudio
El área de estudio abarca la región del departamento del Libertador General San Martín al
oeste de la Ruta Nacional 34 en la provincia de Salta (Figura 1). Dicha superficie incluye las
cuencas del Río Seco y del Río Tartagal.

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Área de
Estudio

#
Tartagal

Ruta
34

Ubicación de la
Provincia de Salta en
la República
Argentina

Ubicación del
Departamento de
San Martín en la
Provincia de Salta

Figura 1: Localización del área de estudio en el departamento de Libertador General


José de San Martín.

Materiales y métodos

Se realizaron comparaciones de existencias, distribuciones diamétricas y volúmenes


comerciales totales y por grupos de especies con datos dasométricos de 1975 y de 2000 de
la Selva de Transición de la zona de Tartagal.
La fuente de datos de 1975 corresponde al “Reconocimiento Forestal en la Región del
Noroeste”, del Plan NOA II- Inventario y Desarrollo Forestal del Noroeste, de donde se
tomaron los resultados obtenidos a partir de 40 muestras. Los datos del año 2000 provienen
del “Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos” Proyecto BIRF 4085-AR, de donde se
recopilaron 6 muestras de la selva de transición que se seleccionaron por su
correspondencia geográfica con respecto a las de 1975.

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Dado que en el relevamiento de 1975 se calcularon los volúmenes de las especies de


árboles de valor comercial o potencial valor comercial y no la totalidad de las especies, se
acotó la lista de especies registradas en el año 2000 para poder realizar la comparación.
La comparación de volúmenes se realizó con el volumen comercial de 1975 hasta 7 cm de
punta fina y el volumen neto sin corteza de 2000 hasta 7 cm de punta fina. El volumen
comercial de 1975 es el volumen de fuste más el de ramas hasta 7 cm de punta fina.
Se incluyeron en este trabajo solamente los árboles mayores a 10 cm de DAP.
Para intentar comprender los cambios de estructura en el período considerado las especies
de árboles inventariadas se han agrupado para este trabajo de acuerdo a la historia del uso
de su madera. Los grupos de especies se presentan en el tabla 3:

Tabla 3: Agrupación de especies de árboles según su uso.

Grupo Especies que lo componen Tipo de uso


1 Cedro salteño Especies que históricamente han sido
Peteribí consideradas en el mercado como maderas de
Quina calidad y su explotación se produce desde
Quina blanca aproximadamente 1920.
2 Cebil Especies que en los últimos 20 años han
Palo blanco comenzado a comercializarse más intensivamente.
Palo amarillo
3 Aguaí Especies que no se comercializan usualmente.
Lanza amarilla
Laurel de la falda
Horco-molle
4 Tipa blanca Especies que históricamente han sido
Guayaibí consideradas en el mercado como maderas
Lapacho rosado comerciales pero de valor inferior a las del grupo
Horco-cebil 1.
Guayacán
Mora amarilla
En el Anexo se detallan los nombres científicos de las especies consideradas.

Cabe aclarar, acerca de la confiabilidad de los resultados, que debido a la falta de


información no fue posible el cálculo de estadísticos de error y que el número de muestras
del año 2000 es reducido.

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Resultados y Discusión
A partir del análisis de los datos de ambos inventarios se confeccionaron diferentes gráficos que
muestran las diferencias estructurales para el período considerado.

Figura 2: Existencias (árb/ha) y volumen (m3/ha) para 1975 y 2000.

300

250

200

150

100

50

0
árb/ha m3/ha árb/ha m3/ha
dap <40 cm ■ 215,5 ■ 41,95 ■ 244,0 ■ 30,9
dap >40 cm ■ 23,2 ■ 40,51 ■ 15,3 ■ 25,0
1975 2000

Según puede apreciarse en la figura 2, a pesar de que las existencias totales son mayores
en el 2000, la cantidad de árboles de DAP mayor a 40 cm es 34% menor. Esto indicaría que
la extracción se ha intensificado tanto en esta clase como, probablemente, en las
inmediatamente inferiores, que justamente tienen una función importante en la intercepción
de las precipitaciones, al constituir el dosel dominante.
En el 2000 se encontró mayor cantidad de árboles de DAP menor a 40 cm, lo que podría
justificarse a partir de las mejores condiciones ecológicas para la regeneración que se
generan por la menor competencia de los árboles superiores.
Las diferencias en volumen son más acentuadas que las diferencias en existencias. El
volumen total y por clases es aproximadamente un 30% inferior en el 2000. El hecho de que
existe menos volumen a pesar de que hay más árboles significa que los árboles existentes
de cada clase son en promedio de menores dimensiones que los que había antes dentro de
la misma clase. Este es otro indicio de que la extracción se ha intensificado en el sentido de
que se aprovechan diámetros inferiores a los que se aprovechaban antes del período
considerado.
La estructura del bosque ha cambiado: hay más árboles jóvenes que reúnen un volumen
menor (esto quiere decir que la mayoría pertenecen a las clases de DAP inferiores de esta
categoría) y menos árboles adultos, cuyo volumen individual también es menor.

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Figura 3: Distribución diamétrica de existencias (árb/ha) para 1975 y 2000.

Distribución diamétrica total


200

160

120
árb/ha

80

40

0
10-20 20-30 30-40 40-50 >50
Clases de diámetro (cm)

Las existencias comerciales (DAP mayor a 20cm) son levemente menores en el 2000. Se
observa que se están extrayendo árboles de las clases de DAP inferiores (clases de
diámetro 20-30 y 30-40 cm), al agotarse los de las superiores.
El aumento del número de árboles menor a 20 cm de DAP puede deberse a las mejores
condiciones de regeneración por la disminución de árboles de DAP mayor (Figura 3).

Resultados por grupos de especies


Figura 4: Existencias (árb/ha) por grupos de especies para 1975 y 2000.

100
90
80
70
60
árb/ha

50
40
30
20
10
0
G1 G2 G3 G4 G1 G2 G3 G4

dap < 40 cm 17,1 79,4 21,0 34,6 34,7 57,0 45,7 28,7
dap > 40 cm 1,8 10,9 1,9 5,3 2,0 3,7 4,0 1,7

1975 2000

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Las existencias totales y por clases de DAP de los grupos 1 y 3 son mayores en el 2000.
Esto puede explicarse si se tiene en cuenta que el G1 ya se encontraba intensamente
aprovechado en 1975 (Del Castillo, 2005) y ahora se encuentra en recuperación, a pesar de
que apenas alcanzan los individuos el diámetro comercial, son extraídos (ver distribución
diamétrica del grupo 1 en la Figura 6). El aumento del G3, que está formado por especies de
poco uso comercial, se explicaría por la menor competencia de las especies de los otros
grupos (G2 y G4), cuyas existencias disminuyeron (Figura 4).
Las existencias de los grupos 2 y 4 son menores en el 2000. La mayor intensidad de
extracción de las especies de estos grupos se justificaría debido a un aumento en la
demanda originada en la escasez de maderas de calidad. A pesar de que el G2 tiene la
mayor participación en el total de existencias para ambos años (52% para 1975 y 34% para
2000), es notoria la reducción de existencias para el 2000 ya que disminuye un 32%. La
disminución se acentúa en la clase de DAP mayor a 40 cm donde las existencias de 2000
son 66% menores que las de 1975.

Figura 5: Volumen (m3/ha) por grupos de especies para 1975 y 2000.

35

30

25
m /ha

20
3

15

10

0
G1 G2 G3 G4 G1 G2 G3 G4

dap < 40 cm 3,7 17,1 5,8 6,8 7,3 6,7 3,8 4,1
dap > 40 cm 2,7 16,4 4,4 8,8 3,3 4,9 5,9 1,8

1975 2000

Los volúmenes cumplen en general las mismas tendencias que se describieron para las
existencias: los volúmenes de los G1 y G3 aumentan, excepto en la clase de DAP menor a
40 cm del G3 a pesar de que sus existencias aumentaron considerablemente (Figura 5).
Esta reducción de volumen no se explica a través del uso adjudicado a este grupo (especies
que no se comercializan usualmente), ya que supuestamente debería haberse registrado un
aumento. Entre las posibles causas de esta reducción de volumen podría argumentarse una
mayor intensidad de corta o un muestreo no representativo de este grupo de especies. De
todos modos, cabe aclarar que la mayor parte de estas existencias están agrupadas en la
clase diamétrica inferior y por ende, poseen menor volumen individual (Figura 6).
Los volúmenes de G2 y G4 disminuyen, especialmente en la clase de DAP mayor a 40 cm,
donde solo alcanzan en 2000 el 30% y el 20% respectivamente de los que había en 1975.

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Figura 6: Distribuciones diamétricas de existencias (árb/ha) por grupos de especies para 1975 y 2000

50 50
Grupo 1 Grupo 2
40 40

30 30
árb/ha

20 20

10 10

0 0
10-20 20-30 30-40 40-50 >50 10-20 20-30 30-40 40-50 >50

50 50

Grupo 3 Grupo 4
40 40

30 30
árb/ha

20 20

10 10

0 0
10-20 20-30 30-40 40-50 >50 10-20 20-30 30-40 40-50 >50

Clases de diámetro (cm) Clases de diámetro (cm)

En la figura 6 se presentan la distribución de individuos por clase diamétrica para cada


grupo de especies, a partir de la cual se observa que las existencias en las clases de DAP
mayor a 40 cm del Grupo 1 son similares y muy escasas entre los años analizados. Las
existencias en las clases de DAP menor a 40 cm son superiores en el 2000. La cantidad de
árboles de las clases superiores a 40 cm de DAP no sufrió cambios en el período; esto
podría justificarse, como se observa en el tabla 5, porque no poseen aptitud comercial
debido a defectos sanitarios o de forma o porque están ubicados en lugares de difícil acceso
(Minetti, 2005). Podría decirse que existencias aprovechables son muy escasas y que se
está repoblando debido a que el dosel esta mas abierto.
Las existencias de 1975 del Grupo 2 presentan una distribución muy parecida a la natural de
un bosque discetáneo. En el 2000 se aprecia una notoria disminución de existencias en las
clases de DAP aprovechables (mayores a 20 cm DAP). Se observa una brusca disminución
desde la clase de 20 a 30 cm de DAP que se justifica por uno de los destinos que se le da
actualmente a la madera: parquet.
En el Grupo 3 no se aprecian cambios notables en existencias excepto en la clase de DAP
inferior, donde las existencias son muy superiores en el 2000, hecho que podría justificarse
por las mejores condiciones para el crecimiento de la regeneración debido a la escasez de
individuos superiores. A pesar de que los cambios en existencias son poco notorios en las
demás clases, en volumen los cambios son más acentuados para la clase de DAP mayor a
40 cm (Figura 5). Sintetizando, los árboles han incrementado su tamaño pero no su
cantidad.
Las diferencias observadas para el Grupo 4 consisten en una leve reducción en la cantidad
de individuos en las clases de DAP mayor a 30 cm. Esto podría deberse a que el interés
comercial por este grupo puede haberse intensificado debido a la escasez de especies del
grupo 1.

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Tabla 5: Porcentaje total de árboles mayor 40 cm de DAP de 2000 según estado sanitario y forma.

Estado Porcentaje
Muy defectuosos 11
Defectuosos 42
Sanos, forma regular 12.5
Sanos, forma buena 34.5

Conclusiones

A partir del análisis de los datos se evidenciaron cambios de estructura de bosque,


existiendo para el año 2000 un menor volumen total y una mayor cantidad de árboles; en
tanto que para los árboles de DAP mayor a 40 cm disminuyeron tanto el número de
individuos como el volumen, mientras que para los árboles de DAP menor a 40 cm, se
observó un incremento del número de individuos pero una reducción de volumen.
Este cambio de estructura se refleja de distinta manera dentro de cada grupo de especies y
responde a distintas intensidades de corta según el interés que el mercado les otorgue y a la
disponibilidad, habiendo grupos que han aumentado sus existencias y otros que los han
disminuido. Cabe aclarar que las intensidades de corta que se aplican a cada grupo
dependen de las existencias aprovechables, verificándose como regla general para todas
las especies comerciales un aprovechamiento sistemático de todo individuo de interés de
diámetro superior a 30 o 40 cm. La existencia de árboles de DAP mayor a 40 cm se debe a
que no son interesantes comercialmente (por defectos de sanidad y/o forma o por
pertenecer a especies no comerciales, despreciados por la extracción selectiva) o porque se
ubican en lugares poco accesibles.

La historia del uso de los bosques y los datos de extracciones de Salta presentados en este
trabajo permiten suponer que la zona muestreada ya había sido aprovechada
selectivamente antes de 1975 y por lo tanto se encontraba degradada.
La comparación de los parámetros estructurales analizados permite afirmar que el bosque
ha incrementado su nivel de degradación con respecto a 1975.
El análisis de la estructura actual del bosque permite suponer que existe un menor grado de
cobertura arbórea por la extracción de los árboles de mayores dimensiones, con la
consecuencia directa de una menor intercepción de agua por el dosel, que provoca un
escurrimiento mayor y más rápido. El manejo no sustentable del recurso y la mala
planificación del aprovechamiento pueden estar ocasionando alteraciones perjudiciales en el
ciclo hidrológico de las cuencas en que se ubica, especialmente cuando se combinan con
ciclos lluviosos excepcionalmente altos, pendientes pronunciadas y suelos fácilmente
erosionables por su granulometría limosa.

Es necesaria mayor investigación básica sobre la temática de la degradación de los


bosques, especialmente para la determinación de parámetros medibles que la definan y
para cuantificar su influencia en el ciclo hidrológico.

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Recomendaciones

Manejo sustentable de los bosques


Las funciones del bosque como protector de cuencas se alteran si éstos están degradados.
La recuperación de la estructura climáxica o similar llevaría las funciones a los niveles
anteriores a la degradación.
El sistema actual de aprovechamiento genera una estructura de bosque diferente a la
original, especialmente por la extracción de los árboles superiores de la mayoría de las
especies y de los árboles de DAP mayor a 30 cm de las especies comerciales.
Para permitir la recuperación, debería fijarse una intensidad de extracción por especie que
sea inferior a la tasa de crecimiento.
Se recomienda analizar la implementación de un sistema de incentivos o promoción por
servicios ambientales a los propietarios de los bosques para de este modo estimular el
manejo sustentable del recurso.

Menor impacto en el sistema de aprovechamiento


El aprovechamiento de madera debería planificarse desde el punto de vista de la protección
de la cuenca hidrográfica. Es imperioso que las operaciones de la explotación maderera se
ejecuten en tal manera que queden protegidos los lugares en que hay material en
crecimiento programando las vías de saca de forma tal de evitar la erosión del suelo y no
perjudicar la riqueza edáfica e hidrológica.
La protección de los valores hidrológicos y edáficos para mantener las buenas condiciones
de las cuencas hidrográficas, exige que todos los aprovechamientos de la tierra se
planifiquen y ejecuten en tal forma que garanticen la mínima perturbación del suelo o
alteración de las actuales condiciones hidrológicas.

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Anexo

Lista de especies inventariadas

Nombre científico Nombre vulgar


Acacia aroma Tusca *
Amburana cearensis Roble criollo
Anadenanthera colubrina Cebil colorado
Aspidosperma quebracho-blanco Quebracho blanco
Astronium urundeuva Urundel
Azara salicifolia Duraznillo *
Blepharocalyx gigantea Horco cebil
Bumelia obtusifolia Guaraniná
Caesalpinia paraguariensis Guayacán
Calycophyllum multiflorum Palo blanco
Cedrella balansae Cedro salteño
Chorisia insignis Yuchán
Maclura tinctoria Mora amarilla
Chrysophyllum gonocarpum Aguaí
Coccoloba cordata Duraznillo *
Coccoloba tiliacea Sacha pera *
Cordia trichotoma Peteribí
Croton urucurana Sangre de Drago *
Cupania vernalis Ramo
Diatenopteryx sorbifolia María Preta *
Enterolobium contortisiliquum Pacará
Eugenia mato Mato
Eugenia especies Grupo Eugenia *
Gleditsia amorphoides Espina de corona
Loxopterygium grisenbachii Mara
Lonchocarpus lilloi Quina blanca
Myroxylon peruiferum Incienso
Nectandra cuspitata Laurel blanco
Parapiptadenia excelsa Horco cebil
Patagonula americana Guayaibí
Phoebe porphyria Laurel de la falda
Phyllostylon rhamnoides Palo amarillo
Pisonia zapallo Zapallo caspi
Pterogyne nitens Viraró
Rapanea laetevirens Palo San Antonio
Ruprechtia laxiflora Virarú
Saccellium lanceolatum Guayabil
Sambucus peruviana Saúco *

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Schinus areira Aguaribay


Schinopsis haenkeana Horco quebracho
Schinopsis lorentzii Quebracho colorado santiagueño
Scutia buxifolia Coronillo *
Solanum verbascifolium Fumo bravo *
Tabebuia avelllanedae Lapacho rosado
Tecoma stans Guaranguay amarillo *
Terminalia triflora Lanza amarilla
Tipuana tipu Tipa blanca
Urera caracasana Ortichulla *
Xilosma pubescens Coronillo blanco *
Ximenia americana Albaricoque *
Zyziphus mistol Mistol
*No fueron consideradas en la comparación de volumen.

Bibliografía

Base de datos del Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos, 1998. Proyecto
Bosques Nativos y Áreas Protegidas, préstamo BIRF 4085-AR. SAyDS. Inédito.

Del Castillo, E. M.; Zapater, M. A.; Gil, M. N., Tarnowski, C. G., 2005. “Selva de
Yungas del Noroeste argentino (Jujuy, Salta, Tucumán). Recuperación ambiental y
productiva. Lineamientos Silvícolas y Económicos para un Desarrollo Forestal
Sustentable.” Estación Experimental de Cultivos Tropicales Yuto, INTA.

Minetti, J. M., 2005. “Características de la comercialización de maderas nativas en


Orán y Tartagal (Salta)”. Publicado en internet.
http://www.inta.gov.ar/yuto/info/documentos/entomologia/maderas.pdf

OIMT, 2002. “Serie de políticas forestales no 13. Directrices de la OIMT para la


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DIRECCIÓN DE BOSQUES
SECRETARÍA DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE

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