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Si piensas que no hay un Dios, o que tú mismo eres Dios, estas cerrando las
puertas a no conocer las grandes maravillas. Este mundo es real y aquellos
que viven en la ilusión alardean igualmente que este mundo es artificial.
Ignorantemente llegan a la conclusión de que lo divino es irreal ya que no
tienen pruebas, pero son ciegos. Aún así, cuando Dios toca tu puerta, no se
puede negar ya que la experiencia transforma hasta al “diablo” en persona.
Una vez se abren estas puertas, se comprende más aún la lógica tras la
ilógica. Una “ilógica” aparente que siempre sucede con determinación,
razón y propósito. Esa ilógica comienza a revelarse como lógica divina y
hasta las “casualidades” inexplicables hacen sentido total. Todo comienza a
ser aceptado como es y cesa el esfuerzo desquiciado para sobrevivir en el
universo, ya que el misterio bendice toda tu vida.
ORACION A LA EXISTENCIA:
Dios…
Mi valentía proviene de ti y mi armadura de la
sabiduría que me brindas.