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María Tenorio
Español 855
“ Y así en ventura mía será si en el gusto tuyo estos mis borrones ...”
David Spurr 93
“mexicana” esa ciudad presentada como bullente de actividad que hoy es la ciudad de
México y que antes fuera conocida con el nombre de Tenochtitlán. El retrato que esboza
del siglo XVII –el poema es publicado en México en 1604-, ciudad cosmopolita, con gran
movimiento comercial, redes de transporte, vida intelectual... Esa ciudad cosmopolita, “la
ciudad más rica, / que el mundo goza en cuanto el sol rodea” (Balbuena 61), no me
parecía ser la México que conozco –claro, hay que salvar la distancia temporal de nada
menos que cuatro siglos-, no me parecía ser la México que yo quería encontrar en las
páginas del poema. Sí, claro, admito que mi lectura del poema de don Bernardo está
plagada de mis expectativas, de mis prejuicios. Es así que me encontré, para decirlo de
una, con la casi absoluta ausencia del indio, del amerindio, en un poema que elabora y
diseña un discurso sobre una ciudad que fuera edificada y que estuviera habitada por él.
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fuera de este relato poético? Este trabajo quiere aventurar una hipótesis para responder a
esta interrogante: al negar la presencia activa del indio en una representación de una
ciudad donde la mayoría de habitantes son indios, Balbuena realiza gestos discursivos
típicos del colonizador que quiere afirmarse y ganar, no únicamente en el mundo material
sino en el imaginario, el lugar que antes ocupaba el indio ahora colonizado. Lo que
afirmación, afirmation, propuestas por David Spurr como rasgos del discurso colonial
británico, francés y estadounidense de los siglos XIX y XX, así como el concepto de
Johaness Fabian para dar cuenta de la colonización discursiva que ejerce el antropólogo
hasta cierto punto elaborado por algunos críticos en cuyos ensayos reconozco los
aporta interesantes datos al contraste entre la ciudad “real” (tal como aparece en otros
tras la conquista de Tenochtitlán, ocurrida ochenta años antes de ser escrito el poema, los
españoles establecieron clara separación entre las áreas de residencia para la población
española y las que debería ocupar la población indígena: “the Spaniards occupied the
center of the city and the Indians the outliying areas, where they were seemingly invisible
to Balbuena, even though Icazbalceta estimates that there where fifty thousand
inhabitants in 1572, of which no more than five or six thousand were Spaniards.” (18)
Invisible también para Balbuena, hace notar Chester, es la mano de obra indígena que
construyó la ciudad de México. “A part of the story which Balbuena does not tell is of the
Indian labor which went into the building of the new city.” (Chester 8, énfasis mío)
como “el novomundista nos da, quizás a pesar suyo, pero reconociéndola, la imagen del
hombre doblado, sometido, que un día, en mezcla fecunda con el español se alzará fiero”
(“Balbuena” 65) y no termino de citar la frase completa porque me parece que la autora
novomundista no atisba en su penúltimo terceto, al que alude la estudiosa, y que dice así:
“entre el menudo aljófar de su arena / y a tu gusto entresaca el indio feo, / y por tributo
dél tus flotas llena” (124). En un ensayo posterior Sabat-Rivers desmenuza los versos
anteriores y concluye que “El indio de Balbuena tiene calidad de persona por encima de
poema. “At first glance, there does not seem to be room for history or narration of things
past in the Grandeza mexicana. The antiquity of the city, its original dwellers, and its
history previous to the Spanish presence has either been ignored or transformed into an
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emblematic visual artefact.” (105) El pasado indígena, el pasado de conquista, cede ante
(113). José Pascual Buxó encuentra una explicación a esta ausencia de la historia en los
“Se trata de que deliberadamente falta algo –señala Daniel Torres-. Hay ‘una
“real”, del México virreinal, a favor de la aparición discursiva de una ciudad ideal, un
México utópico, de acuerdo con Torres. Sin embargo, el “México silenciado”, como este
del español, del colonizador, que el poema de Balbuena rabiosamente emprende. Aquí es
aventura esta frase que puede servirnos ahora para ir entrando en la cuestión de la retórica
colonial bipolar: “La grandeza mexicana, poema con que se funda literariamente la
como “vacío” de sentido antes de ser invadido y colmado por el imaginario occidental: no
hubo antes “letra” en este espacio, todo era vacuidad, desierto, pura naturaleza. Se puede
por México: “Western colonial power means more than simply the expansion of Western
interests into the empty space of Africa; it also represents Africa’s own coming into
being, its emergence from an original nulity into the openness of the world.” (Spurr 97)
su poema la abundancia de vocablos que hacen referencia al vacío en medio del que surge
mundo, sino que alzándose con aquel pedazo de suelo lo dejó ocioso y
intercadencias la resaca y los tumbos de mar, que sin oírse otro aliento y
sale a la caza de alguna fiera menos intratable y feroz que el ánimo que la
humana, el hambre del oro y golosina del interés tuvo maña y presunción
lenguaje, pues las palabras introductorias de Balbuena repiten la idea varias veces en una
españoles. Nótese como el indio aparece descrito apenas como en una silueta, remoto,
salvaje, intratable, feroz y mudo. Dice Spurr: “colonized peoples are systematically
spirit. Their zero-degree of existence provides both a justification for the colonizing
enterprise and an imaginary empty space for the projection of a modernist angst.” (Spurr
anticipar un lector contemporáneo europeo- para que aparezca “algo” en ese espacio
sordo al cual la naturaleza no pudo dar sentido: la ambición de los españoles lo pobló de
que tendrá lugar en el poema: muestra el vacío que ni la misma naturaleza ha logrado
dominar, donde apenas se asoma casi borrada la figura del “salvaje”, uno y solo, en
contraste con el colectivo que ha dado forma y figura a la realidad que pondrá antes los
ojos del lector, la población de españoles que ahora ostenta el nombre de ciudad de
México.
La letra del poema, eso que Balbuena llama “mis borrones”, irá repitiendo el
tópico del contraste entre el vacío del espacio salvaje y la plenitud de vida que se observa
historia”que Balbuena se dispone tratar otro momento, le da pie al autor para marcar el
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presente luminoso: “De cuyo noble parto sin segundo / nació esta gran ciudad como de
del nacimiento reconoce y afirma el artificio de los españoles, que con su ambición e
interés, hicieron surgir la vida en donde apenas la había en forma muy disminuida. El
borramiento del colonizado y la plenitud del colonizador se hace obvia en este momento
“las portadas cubiertas de escultura”, “los anchos frisos de relieves de oro”, “las
columnas pérsicas”, “los bellos mexicanos edificios” (72). Construyó la ciudad quién la
pensó, quién la planeó como un perfecto tablero de ajedrez: “De sus soberbias calles la
realeza, / a las del ajedrez bien comparadas, / cuadra a cuadra, y aun cuadra pieza a
pieza;” (70). Es así como la contraparte lógica de la negación del indígena, del
which it has defined the other. Colonialism must always reaffirm its value
española para dar generar vida en toda su plenitud, para satisfacer todos los deseos.
Escritura “hipérbólica”, como la llama Ángel Rama (16), es la que se lee en los versos
siguientes:
discurso colonial según Spurr puede leerse también desde el concepto de negación de
systematic tendency to place the referent(s) of anthropology in a Time other than the
esta una noción meta-antropológica, intentaré explicar como veo su aplicación al caso del
las implicaciones políticas –de poder- que tiene el discurso antropológico: el que tiene la
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palabra, la emplea para alejar temporalmente al Otro con categorías como salvaje,
primitivo y, por ende, susceptible de ser dominado, necesitado de ser civilizado o, al fin
“las quimeras / del principio del águila y la tuna” (69)- y en el espacio –ya se vio como
del español, que se construye discursivamente a sí mismo afirmándose como más apto,
como ser moral, tecnológica, política y, en una palabra, humanamente superior. El ámbito
del discurso, por etéreo que pueda parecer, es un campo donde se dirimen batallas por
alcanzar el poder, el acceso a las cosas y a los espacios; luchas de poder por ocupar un
tiempo y un espacio que no quieren ser compartidos. Eso es lo que puedo responder, en
colonialismo.” (61) Será anterior a la crítica, pero uno de los muchos que habla la retórica
mexicana sería absurdo acusarlo como texto poético por lo que no es: carta de relación de
la ciudad e Indias, sino una epístola poema, una utopía poética ideal de la belleza colonial
citadina ante los ojos del europeo admirado” (91). De acuerdo estoy con Torres en no
pedir veracidad y apego a “la realidad” a un poema, sin embargo creo valioso señalar la
dimensión política del juego discursivo del poeta que, al afirmar hasta el cansancio ese
relegándolos a ocupar las áreas menos favorecidas. Johannes Fabian lo dice así: “After
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all, it is not difficult to transpose from physics to politics one of the most ancient rules
which states that it is impossible for two bodies to occupy the same space at the same
time.” (29)
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Bibliografía
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