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MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

“Cometí un error al confiar en la capacidad de los


mercados para auto regularse y en creer que el
interés personal de las instituciones financieras –
principalmente los bancos - era lo mejor para
proteger a los accionistas y sus intereses en las
empresas”

Alan Greenspan
Es lamentable tener que escuchar de boca de algunos
banqueros y especuladores financieros que “quienes
creemos en el capitalismo y en la libertad de los
mercados somos los primeros partidarios de que el
estado intervenga cuando sobrevienen las crisis. No
hacerlo resultaría excesivamente costoso”. Y por ese
camino andamos muy a pesar del mea culpa del señor
Greenspan y de las llamadas de atención, al mundo
económico, por parte de Paul Krugman y otras importantes
personalidades del orbe económico.
Los encargados de la política deben hoy y siempre tener en
cuenta que cuando las economías entran en crisis es mejor
pecar de exceso en las acciones a tomar que quedarse
corto. Hoy, más que nunca, los gobiernos deben emplearse
a fondo en inversiones públicas y ser audaces en la
proyección de las mismas: Los proyectos deben plantearse
a corto, medio y largo plazo para mantener a flote la
actividad económica.
La economía de mercado no está en crisis, la propiedad
privada y la libertad de empresa gozan de buena salud, lo
que está en crisis, mal visto y sindicado por todos los bien
pensantes es la marrullería, la conducta abusiva y la
voracidad de algunos directivos de las grandes
corporaciones financieras y empresariales así como de los
especuladores financieros y las normas, o la ausencia de
normas que les permiten o hacen posible tales conductas.
Visto lo visto, son los Estados, los gobiernos quienes deben
emplearse a fondo para regular la actividad económica y
salvar a los ciudadanos de los abusos de los especuladores.
No sabemos aun si la reunión de G7 y el G20 o 22, en
Washington, con el señor Bush, ande por este derrotero. Se
ha hecho mucho ruido, confiemos en que las nueces sean
abundantes y que la recuperación se inicie pronto. Todo
dependerá de que quienes se impliquen en la solución del
actual caos financiero no olviden que el modelo defendido
por el señor Alan Greenspan durante más de cuarenta años
– el laissez faire en el mercado financiero y el repudio a la
regulación estatal - se derrumbo. Seguramente, tomando
este tipo de medidas, de normas que regulen la actividad
económica, las instituciones financieras que han revelado
su incapacidad para regularse a sí mismas y funcionar
sanamente, sin la supervisión estatal, dejaran de recurrir a
la insana costumbre de que los gobiernos rescaten con los
fondos del erario público, es decir con los impuestos de
todos los ciudadanos, a instituciones irresponsables con el
falso objetivo de preservar unos mercados financieros que
no podrán seguir funcionando como lo venían haciendo si
no se les saca del pozo que ellos mismos cavaron con
exacerbada codicia.

Carlos Herrera Rozo.

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