You are on page 1of 15

APUNTES SOBRE BODAS DE SANGRE, DE FEDERICO GARCÍA LORCA

[Estos apuntes pueden ser útiles a los alumnos de 2º de Bachillerato para preparar el comentario crítico de un
fragmento de la obra de cara a los exámenes y la prueba de selectividad; se trata, por tanto, de un material
utilizado con una finalidad meramente didáctica. Hay que tener presente que no habría que estudiarse
formalmente estos apuntes, puesto que no se van a hacer preguntas teóricas en los exámenes sobre ellos, pero sí
es conveniente conocer su contenido para poder hacer bien los comentarios crìticos de los textos de la obra. Ni
que decir tiene que todo lo que viene aquí es mucha información y que toda no va a ser útil para comentar un
texto en concreto. El alumno deberá seleccionar aquella información que vea más útil y que se atenga al
contenido del texto concreto que tiene delante para poder utilizarla en un comentario. El problema es que
muchos alumnos escogen el camino más fácil, que es aprenderse de memoria determinados aspectos, ya sea de
estos apuntes o de otros parecidos, y luego los sueltan irreflexivamente y sin tener en cuenta el contenido del
texto, sin pararse a pensar si es adecuado hacerlo así, sin venir a cuento, en un examen. Esta actitud es errónea y
conduce al fracaso. Ya hemos dicho que no hay fórmulas mágicas para hacer un comentario de texto. Por otra
parte, en un examen normal o en la prueba de selectividad el alumno no va a disponer de estos apuntes... Le
pueden ser útiles para hacerse una idea de qué tipo de información puede aparecer en un comentario crìtico, al
menos en parte, pero no hay que exagerar su utilidad, que es relativa. Claro que es mejor tener a mano esto y
estar bien informado que no tener nada, pero de ahí a convertirlo en la panacea para poder aprobar los exámenes
va un abismo. Sea tenida en cuenta esta advertencia.]

IMPORTANCIA DE BODAS DE SANGRE EN EL TEATRO DE LORCA.- Se trata de una obra


especialmente relevante en la producción teatral de Federico García Lorca, autor de la Generación del 27, ya que
el estreno de la pieza lo consagrará de modo definitivo como autor trágico. Obras anteriores, como El maleficio
de la mariposa (1920) o Mariana Pineda (de influencia modernista) no habían tenido tanto éxito. Las farsas
guiñolescas no habían sido estimadas en su auténtico valor. Las últimas farsas, La Zapatera prodigiosa y el Amor
de don Perlimplín, eran obras muy significativas en su teatro, como también lo fueron las surrealistas El público
y Así que pasen cinco años, pese a considerarlas irrepresentables el propio autor.

Lo cierto y verdad es que Lorca triunfa en el teatro (con éxito de crítica, no tanto de público) con Bodas de
sangre, estrenada en marzo de 1933, aunque había sido creada en 1931-1932. La obra podemos situarla en la
trilogía de dramas rurales de la tierra andaluza que escribió Lorca, trilogía que incluiría a Yerma y a La casa de
Bernarda Alba. Parece ser que la intención de Lorca era incluir Bodas de sangre en una trilogía distinta, en la que
figuraría una obra que estaría en esbozo en la época en que murió Lorca y que no se ha conservado y que iba a
llevar por título La destrucción de Sodoma. Pero como su teatro quedó abierto, por su prematura muerte, los
críticos han agrupado las tres obras que ya conocemos, Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba (que
fue la última que escribió) en una trilogía que tiene en común el carácter andaluz y rural, así como esa dimensión
trágica que las caracteriza.

NOTICIA INSPIRADORA.- La historia se basa en un hecho real comentado en la prensa en 1928. El 25 de


julio de 1928 publicaba el diario ABC los hechos bajo el título “Crimen desarrollado en circunstancias
misteriosas”:

[texto de la noticia de prensa] “Almería, 24, 1 tarde. En las inmediaciones de un cortijo de Níjar se ha perpetrado
un crimen en circunstancias misteriosas. Para la mañana de ayer se había concertado la boda de una hija del
cortijero, joven de veinte años. En la casa se hallaban esperando la hora de la ceremonia el novio y numerosos
invitados. Como la hora se acercaba y la novia no llegaba ni aparecía por la casa, los invitados se retiraron
contrariados. Uno de estos encontró a una distancia de ocho kilómetros del cortijo el cadáver ensangrentado de
un primo de la novia que iba a casarse, apellidado Montes Cañadas, de treinta y cuatro años. A las voces de
auxilio del que hizo el hallazgo acudieron numerosas personas que regresaban de la cortijada y la Guardia Civil,
que logró dar con la novia, que se hallaba en un lugar próximo al que se hallaba el cadáver y con las ropas
desgarradas. Detenida la novia, manifestó que había huido en unión de su primo para burlar al novio. La fuga la
emprendieron en una caballería, y al llegar al lugar del crimen les salió al encuentro un enmascarado, que hizo
cuatro disparos, produciendo la muerte de Montes Cañadas. También fue detenido el novio, quien niega toda
participación en el crimen, que hasta ahora parece envuelto en el mayor misterio.”

Vemos, pues que el suceso ocurrió en el pueblo almeriense de Níjar, pero presenta algunas variantes con
respecto a lo que narra Lorca, ya que, en la historia que ocurrió realmente, no existía ninguna rencilla entre las
familias, el personaje equivalente a Leonardo no estaba casado, la fuga se producía antes de la boda, sólo murió el
secuestrador de la novia de dos disparos, y no lo mató el novio, sino un hermano de éste. El crimen tardó varios
días en aclararse y del carácter popular del entramado de la noticia da fe el hecho de que dio origen a la creación
de varios romances.

Aunque la obra fue escrita en muy pocos días, la maduración de la misma duró años, pues Lorca rumiaba
durante mucho tiempo el asunto y le iba dando forma en su mente. Luego, de repente, cuando él consideraba
que ya estaba preparado para plasmarlo por escrito, redactaba el texto. Posiblemente fue redactado en 1932, casi
cinco años después del suceso que da pie a la obra.

ARGUMENTO DE LA OBRA [Tomado de un breve trabajo monográfico que aparecía en Internet sin
indicación de autor]

Acto primero. Cuadro primero.- En este primer cuadro se contextualiza el inicio del drama; el Novio, quien
está enamorado y planeando su boda, conversa con su Madre, quien no logra olvidar la tragedia que embargó a la
familia hace años; su esposo y su hijo mayor murieron asesinados por uno de los Félix, a quienes se refiere como
“los matadores”, y vive con la continua zozobra de poder perder a su último hijo, a quien, en el fondo de su
corazón, le gustaría persuadir de su futura boda. Al llegar una vecina a visitar a la Madre, ésta la interroga sobre la
Novia y su familia; la vecina le refiere lo poco que sabe acerca de la Madre fallecida de la Novia, la describe como
una mujer muy bella; empero, confiesa que no era de su agrado, confirma también las sospechas que ya la Madre
tenía sobre la Novia, y le dice que efectivamente ya antes había tenido un Novio, Leonardo, quien al final
termina casándose con la prima de la Novia. Pese a que ese Noviazgo había tenido lugar hace mucho tiempo, la
Madre siente una indescriptible opresión en su pecho al enterarse de que la Novia de su hijo había sido Novia de
uno de los Félix. Mientras tanto el Novio ha conseguido reunir lo suficiente para comprar una viña, lo cual le
permite comenzar con los trámites para su boda.
Acto Primero. Cuadro segundo.- En este cuadro aparecen en primer término la esposa de Leonardo –prima
de la futura Novia-, su suegra y su hijo, a quien intentan dormir con una canción de cuna que amorosamente
entonan Madre y abuela. Esta canción está sembrada de elementos premonitorios sobre lo que sucederá al final.
Leonardo llega de realizar sus faenas en el campo, su esposa lo recibe amorosamente y conversan un poco sobre
lo sucedido durante el día. Leonardo es inquirido por su esposa sobre algunos comentarios hechos por las
recolectoras de alcaparras, quienes aseguraban haberlo visto sobre los límites de los llanos, en los secanos, cosa
que Leonardo niega, y alega que se deben de haber confundido. Mientras Leonardo se dirige a donde el niño
descansaba, su mujer le informa de que la Novia, su prima, ya ha sido pedida en matrimonio, y de que se casarán
en un mes; los tres (la suegra, Leonardo y su mujer) hacen comentarios sobre la inconformidad de la Madre del
Novio sobre la futura boda. Al tiempo entra corriendo una muchacha para contarles sobre las compras nupciales
que han hecho en la tienda el Novio y su Madre, a lo que Leonardo reacciona iracundo y la reprende, pues nadie
le ha preguntado por nada de eso. Leonardo se torna pensativo y su mujer lo conmina a que le diga qué es lo que
le pasa; haciéndose el desentendido Leonardo arremete con ira, pero ahora contra su esposa, e intenta vanamente
convencerla de que no sucede nada y se retira sin decir más.
Acto primero. Cuadro tercero.- El Novio y su Madre se presentan en casa de la Novia; los recibe la criada,
quien pide que esperen un momento; mientras el Padre de la Novia aparece la Madre aprovecha la ocasión para
hacer algunos comentarios denostativos de las tierras de su futuro consuegro; el Novio, por su parte, sabe que
todas las tierras de los secanos son así, de ahí el nombre. El Padre aparece, intercambian saludos; la Madre con
parquedad pregunta –al Padre- si conoce el motivo de su visita; el Padre asiente, y sin mayor protocolo, y con la
sequedad propia de la gente de campo, comienzan con los arreglos. Ambos –Padre y Madre- coinciden en que de
ahora en adelante es apropiado referirse a los bienes de cada familia como uno y el mismo, pues con el
matrimonio las posesiones de cada familia quedarán mancomunadas. Ya una vez que acordaron los detalles,
incluyendo la fecha de la boda –para el próximo jueves-, el Padre ordena a la criada que haga pasar a la futura
Novia, la Madre la recibe con beneplácito, intercambian pequeñas frases de afecto y la Madre la obsequia con
algunos regalos (los que habían comprado un día antes en la tienda). Se saludan por última vez y el Padre sale a
despedirlos a la puerta. Dentro, la criada ruega a la Novia que le permita ver los regalos; para el desconcierto y
decepción de la criada, la Novia se niega rotundamente. No sin cierta malicia la criada pregunta a la Novia si
había visto que un hombre a caballo había rondado por la ventana de la Novia a altas horas de la noche; la Novia
responde que pudo haber sido su Novio, que ya antes ha hecho lo mismo; sin embargo, la criada asegura que se
trataba de Leonardo, e inesperadamente se escucha el ruido de un caballo; la Novia se acerca a ver desde su
ventana y se lleva una gran sorpresa al ver que se trataba de Leonardo.
Acto segundo. Cuadro primero.- Es la mañana de la boda, la criada comienza con los arreglos de la Novia; el
primero en llegar es Leonardo, quien se había adelantado a todos los convidados con la intención de hablar con
la Novia; ésta se estremece al verle, y la criada le echa en cara que importune a la Novia en la mañana de su boda.
Leonardo expone ante la Novia los sentimientos que le queman el alma, insinúa que ha sido despreciado por la
Novia por no tener dinero, le habla de todas las cosas que por tanto tiempo ha callado, sentimientos que ni la
distancia, ni los muros han podido acallar. La Novia por su parte le exige que deje de hablar del pasado, que nada
de lo que diga puede ya interesarle, está a punto de casarse y su futuro marido es lo único que ahora le importa.
Afuera, por el camino, comienzan a hacerse cada vez más cercanas las voces de los convidados a la boda, que
según la tradición vienen entonando cantos alusivos al acontecimiento. Leonardo aprovecha que aún no han
llegado todos para decirle a la Novia que ella al igual que él debe casarse, pero que nunca ha dejado de encontrar
nuevas culpas por ya no estar juntos. Los invitados llegan, todos juntos salen rumbo a la iglesia. La mujer de
Leonardo le exige a éste que la acompañe a la boda, ella comienza a intuir que algo grave le pasa a Leonardo, y
aunque conoce la razón prefiere callar.
Acto segundo. Cuadro segundo.- Ya todos reunidos y habiéndose celebrado las nupcias, los invitados y
familiares comparten el alborozo y dicha de los Novios. Los Padres, por su parte, comienzan a planear y
fantasear con una descendencia prolífica, con nietos que habrán de darle riqueza al campo y a la tierra. La boda
se había convertido en un acontecimiento de época, llegó gente de todas partes; por parte del Novio asistieron
parientes que no había visto en mucho tiempo, el rumor de los alegres cantos invadía todo el lugar. La única que
no lograba contagiarse de la dicha del día era la Novia, que se encontraba a todas luces atribulada; el encuentro
con Leonardo en la víspera de la celebración la había turbado hasta el punto de mostrarse renuente a las muestras
de amor del Novio, con quien se disculpó argumentando ser presa de la emoción del día, y al punto se retiró a su
alcoba para sobreponerse. El entusiasmo de los invitados era cada vez mayor, todo era perfecto; llegó el
momento en que los Novios debían dirigir el baile de ronda, cuando el Novio y su suegro fueron a buscar a la
Novia para comenzar el baile; ésta había desaparecido, la buscaron por todas partes hasta que la mujer de
Leonardo, llena de agitación, se acerca a ellos para informarles de que Leonardo y la Novia habían huido a
caballo. De inmediato el Novio emprende su persecución, la familia de él se despide y se apresuran a prestar su
auxilio al Novio. La Madre del Novio por su parte hace lo mismo y se retira al tiempo que lanza imprecaciones a
la familia de la Novia y a la de los Félix.
Acto tercero. Cuadro primero.- La persecución está en marcha. En el bosque un grupo de leñadores conversan
sobre la gravedad de los acontecimientos; todos conocen la tragedia que ya pesa en las espaldas de la familia del
Novio, la afrenta recibida de los Félix está por encontrar un desenlace cruento. El amor no extinto entre
Leonardo y la Novia no alcanza a ser un atenuante para la deshonra de que ha sido objeto el Novio y su familia.
En el corazón del Novio sólo se escucha un clamor de venganza, la fuerza de sus antepasados se hace una con la
suya en la sed de justicia. La luna es testigo de cuanto ocurre en el reino de los enamorados y las traiciones
humanas, la luna vaticina el correr de la sangre. Los enamorados huyen, corren a donde su amor pueda ser
posible; saben que tal vez no volverán a ver la aurora, saben que nada los salvará, que su amor, al tiempo que los
bendice es también su perdición. En un claro del bosque el Novio se encuentra con una mendiga, le pregunta
por la pareja, la anciana sabe hacia donde se dirigen y accede a guiarlo. En el bosque, los enamorados presienten
cada vez más cerca el fatídico desenlace, y ante la cercanía de lo inevitable, refrendan su amor, se saben perdidos
y se aman aún más. En un arrobo amoroso la Novia insta a Leonardo a que huya, y con todo el valor del que es
capaz una enamorada le dice estar dispuesta a enfrentar sola la muerte; Leonardo por su parte se muestra firme y
fiel al sentimiento amoroso, y declara que sólo muerto se volvería a separar de ella, y ella le corresponde de igual
forma.
Acto tercero. Cuadro segundo.- Mientras devanan una madeja roja, unas muchachas se preguntan entre sí
sobre el desenlace de tan horrible tragedia; saben que nada bueno han de esperar de la fortuna. Una de ellas
pregunta a la suegra si los Novios vienen ya, que cómo ha sido la boda. La mujer de Leonardo declara que quiere
volver a la fiesta para saber qué ha ocurrido; su madre la reprende, diciendo que a partir de ahora ella ha de
consagrarse a su casa, a envejecer y llorar; que sus hijos, ahora, sólo de ella son, y el lugar que ocupó el que la
engañó, por una cruz de ceniza habrá de ser cubierto. El rojo ha cubierto el cielo y la tierra, los dos jóvenes han
encontrado de frente su destino; era su sino acabar de esta forma, ambos ofrendaban su vida por amor, por amor
a la joven Leonardo y en el caso del Novio por amor a su familia también. Al esconderse el último rayo de sol la
Novia aparece en casa de su suegra; es el momento en que ella se dispone con el corazón henchido de amor y
arrepentimiento a soportar su castigo; no ha sido por otra cosa sino por amor que ha hecho lo que hizo. La
Madre del Novio pierde la fuerza de la ira, y dispuesta a callar en público y sufrir y a llorar por los suyos en
soledad, exhala extenuada: “Que la cruz ampare muertos y vivos”.
ANTECEDENTES LITERARIOS1 [Si viniera a cuento en relación con el fragmento comentado, el alumno
podría referirse a estos antecedentes].- En las fases iniciales del teatro de Lorca fue determinante la obra de
Eduardo Marquina, en especial en obras como Mariana Pineda, en que se observan rasgos del teatro modernista
en verso.
Si tenemos en cuenta los elementos del teatro griego que encontramos en Bodas de sangre, en particular las
intervenciones corales de grupos de personajes, como por ejemplo los leñadores, el protagonismo del destino, la
catástrofe, el sentimiento de piedad suscitado en el espectador, la obra se inscribe en la tradición dramática de los
trágicos griegos; no habría que exagerar esta influencia del teatro griego, nada extraña en un autor andaluz,
perteneciente a una cultura mediterránea, ya que nuestra tierra parece ser proclive a ese componente trágico,
como se manifiesta en el folklore, las leyendas, mitos y tradiciones de Andalucía.
Podemos destacar la influencia de Lope de Vega en lo relativo al uso de los presagios o elementos
premonitorios que anticipan el desenlace final, tal y como el dramaturgo de nuestro siglo de oro hacía en El
caballero de Olmedo, como se puede ver en la aparición de los leñadores en Bodas de sangre. También en El
caballero de Olmedo hay un pasaje en un bosque en que intervienen los presagios a modo de avisos al
protagonista de que se encamina hacia la muerte si sigue adelante en su camino. Otro detalle que tiene
significativas coincidencias con Lope de Vega es el epitalamio (canto de bodas) del acto II (recordemos las piezas
análogas que Lope de Vega introdujo en obras como Peribáñez y el comendador de Ocaña, por ejemplo).
La influencia de Calderón de la Barca se hace patente en la aparición de seres misteriosos y espectros (la
muerte), en lo que se perciibe también el poso que dejó en la experiencia teatral de Lorca la empresa de La
barraca, en la que estuvo trabajando y se comprometió durante un tiempo, y que tenía como misión llevar a
nuestros grandes autores clásicos por todos los pueblos de España para ser representados.
Ecos de Shakespeare (en concreto de la obra Ricardo III, en que el protagonista dice aquella famosa frase de
“Mi reino por un caballo”) se pueden ver en la escena en que la Madre pide un caballo para que el hijo salga en
persecución de Leonardo. Por otra parte, la Luna disfrazada de leñador aparece en El sueño de una noche de
verano.
Un detalle que podemos observar en coincidencia con la obra Peer Gynt, del autor noruego Ibsen, es el rapto
de la Novia.
De Valle-Inclán se observan reminiscencias, a juicio de A. de la Guardia, en la Tragedia de ensueño, en que una
abuela se lamenta de la muerte de sus hijos, y en el personaje don Pedro Bolaños, de El embrujado, que llora la
muerte de un niño.

1 Estas referencias a los antecedentes literarios están tomadas en su mayor parte de la edición de Biblioteca
Didáctica Anaya.
Determinados aspectos de la obra se perciben ya en la producción poética anterior de Lorca. Por ejemplo, el
ambiente mítico y dramático de Bodas de Sangre alienta en el Romancero gitano; la atmósfera cargada de muerte
del Romance sonámbulo o la presencia de la luna en el Romance de la luna, luna, son dos buenas muestras de
ello. En el Diálogo del Amargo, incluido en el Poema del Cante Jondo aparece la muerte como personaje y
ofrece, tomando apariencia de jinete, el cuchillo de oro que acabará con la vida del Amargo. Y es evidente el
paralelismo entre el canto final de la Madre en Bodas de sangre y la Canción de la Madre del Amargo.
La pieza que más claramente se acerca a los planteamientos de Bodas de sangre es Jinetes hacia el mar, de John
M. Synge, pues en este drama una Madre lamenta la pérdida en el mar de su esposo y sus seis hijos. Se trata de un
drama conocido por Lorca, ya que había sido traducido por sus amigos Zenobia Camprubí y Juan Ramón
Jiménez. Se inspira también en la obra “Pouñal de claveles”, de Carmen de Burgos.
ESTRUCTURA DE LA OBRA
[El apartado de “Estructura de la obra” puede ser útil en relación con diversas preguntas del comentario crítico,
como por ejemplo la estructura de contenidos (pregunta inicial), para situar el fragmento en el conjunto de la
obra (algo que también se hace en el comentario critico propiamente dicho, es decir, la cuarta pregunta del
comentario).]
En cuanto a su estructura externa, la obra, en que se mezclan prosa y verso, aparece dividida en tres actos y
siete cuadros. El primer acto lo forman tres cuadros, ambientados en las respectivas casas de la Madre, Leonardo
y la Novia. En esta última también se desarrollan los dos cuadros del segundo acto. El primer cuadro del tercer
acto tiene lugar en un bosque, y el último nos hace retornar a la casa de la Madre, donde había empezado la
obra. Los temores que asaltan a la Madre en los primeros parlamentos se cumplirán de modo trágico al final. Se
trata de muertes anunciadas (recordando el título de la famosa novela de Gabriel García Márquez). Por lo tanto,
se trata de una estructura circular y cerrada.
El planteamiento se corresponde con el acto 1º y en él se expone el origen subyacente del conflicto,
proyectado sobre todo en las intervenciones de la Madre, y los temores de un futuro trágico. En casa del Novio
se plantean las dudas ante la próxima boda (Cuadro I), conocemos a Leonardo, que había mantenido una
relación con la Novia en un tiempo anterior fuera de escena (Cuadro II) y el Novio y la Madre visitan a la Novia
y al Padre para ofrecerles regalos y concertar la boda (Cuadro III).
El nudo se corresponde con el acto 2º y se centra en los preparativos de la boda con la asistencia de los
invitados y los momentos previos a la huida de la Novia con Leonardo. En el Cuadro I aparece por sorpresa
Leonardo, mientras la Novia es peinada por la criada y sale para la boda entre cantos. En el cuadro II asistimos a
la celebración de la boda con intervenciones ocasionales y fugaces en escena de la Novia y Leonardo, que
auguran la huida al final del mismo.
El desenlace se desarrolla en el acto 3º, cuyo Cuadro I corresponde a la captura de los fugados y en el que el
Cuadro II viene a ser la culminación de dicho desenlace, con el lamento resignado por parte de los personajes
femeninos destacados de la obra, la Madre del Novio y la Novia.
García Lorca desarrolla la acción muy inteligentemente:
a) En el Acto I se plantean los hechos desde tres espacios distintos, como hemos visto: la casa de la Madre,
la casa de Leonardo y la casa de la Novia. Los tres espacios confluyen en el Acto II en un lugar común:
la casa de la Novia.
b) Los dos cuadros del Acto II presentan la situación en dos momentos distintos: antes del casamiento y
después de él. En este acto se plantea el nudo, y, hasta ahora, el mundo reflejado es el del plano real.
c) En el Acto III, el mundo real desaparece y surge un mundo sobrenatural: el bosque simbólico, con la
presencia de personajes alegóricos, como la Luna o la Muerte. Tres coros distintos intervienen en este
Acto III: en el primer cuadro, los leñadores comentan la acción e invocan a la divinidad, mientras que la
Luna y la Muerte presencian la tragedia. En el segundo cuadro, aparecen otros dos coros: el de las
muchachas y la niña y el de las mujeres que entonan la elegía final. El poeta, en el último cuadro, nos ha
devuelto a la realidad y al espacio creado al comienzo de la obra.
La estructura antes mencionada se sostiene sobre una serie de intervenciones corales (canciones que
anticipan/presagian/introducen y elevan la anécdota concreta a dimensiones trágicas y simbólicas (igual que en la
tragedia griega). En la tragedia griega el coro tenía una función social. Anunciaba la acción y encauzaba el sentir
del público. Tenía un carácter colectivo (voz de la conciencia colectiva) y anónimo.
En Bodas de Sangre hay cinco intervenciones corales: coros anónimos (“voces”) y otros asumidos por los
diferentes personajes. Estos coros se expresan en verso, lo que aporta a la obra un lirismo que invadirá el final.
• acto 1º, cuadro 1º - la nana del caballo negro (mujer y suegra) y presagio
• acto 2º, cuadro 1º - el cantar de la boda (varios)
• acto 2º, cuadro 2º - canción de la rueda (criada) => preparación del convite de la boda
• acto 3º, cuadro 1º - coro de leñadores => presagio de que algo funesto va a suceder
• acto 3º, cuadro 2º - canción de la muchachas => interrogación de la madeja
En relación a la estructura interna de la acción podemos distinguir dos macrosecuencias: la boda y la huida.
Cada una de estas macrosecuencias consta de un planteamiento, un nudo y un desenlace que podemos
esquematizar de la siguiente manera:
Macrosecuencia 1 – LA BODA
- planteamiento: reparativos de la boda
- nudo: canciones de boda + ceremonia
- desenlace: frustración de la boda

Macrosecuencia 2 – LA HUIDA
- planteamiento: recuperación del pasado de la Novia y de Leonardo
- nudo: huida en sí
- desenlace: represión de los amantes-muerte de Leonardo-muerte del Novio
y viudedad

ANALISIS DE LOS PERSONAJES


[Puede ser útil analizar los personajes, y es recomendable que así se haga, en la última pregunta del comentario
crítico, la 4ª, pero téngase siempre presente que no es una pregunta teórica, sino que hay que atenerse a lo que
aparezca en el texto y, aunque se haga referencia a otros momentos de la obra que no aparezcan en el fragmento
elegido, deberá hacerse siempre en relación con personajes que sí aparezcan en dicho fragmento; vemos, pues,
que se trata de hablar sobre todo de los personajes principales que aparecen en el fragmento seleccionado, no de
todos los personajes.]
En general los personajes de la obra, salvo Leonardo, carecen de un nombre propio, sólo se alude a ellos
mediante nombres genéricos (la Madre, el Padre, el Novio, la Novia); esto es así porque Lorca no pretende que
se vean como seres individualizados, sino como símbolos de las pasiones amorosas más instintivas y primarias o
sean reflejo de las formas de vida y costumbres del mundo rural.
Lorca distingue a Leonardo dándole un nombre más concreto para así diferenciarlo de los otros personajes.
No es de extrañar, pues se trata de un personaje que cuenta con mayor importancia dentro de la acción, es uno
de los personajes más relevantes, ya que es el desencadenante de los hechos.
Personajes principales
LA MADRE.- Su carácter de personaje fundamental se vislumbra en el hecho de que aparezca al principio y al
final de la obra. Este personaje es el mejor retratado y destaca por su fuerza emocional, su apego a la tierra, de la
que viene a ser un símbolo, y a los suyos. Desde su primera aparición sus diálogos están plagados de alusiones a
los cuchillos, las navajas y la muerte. La explicación de la obsesión que se revela con estas alusiones está fuera del
tiempo escénico, pues pronto sabemos que tanto su marido como su hijo murieron, y por eso está obsesionada
con evitar que su otro hijo, el Novio, sufra ningún daño, hasta el punto de llegar a negarse a darle la navaja con la
que trabaja en la viña con esta intención (véase Acto I-Cuadro I). Las alusiones a las armas no son sólo indicios
de la obsesión de la Madre, de sus preocupaciones y temores, sino también símbolos de fatalidad y sirven a modo
de augurios con los que el dramaturgo nos va preparando para el desenlace trágico de la obra.
La ideología de la Madre se manifiesta en consonancia con el papel que desempeña: muestra los valores de la
mujer paciente y resignada ante el destino. Destaca el carácter protector hacia su hijo. Infundirá en su hijo la idea
de la honra, que será el detonante final de las muertes de los dos protagonistas masculinos. Concibe el amor el su
faceta reproductora, asociada a la tierra. Las actitudes de la Madre al hablar sobre la boda, con comentarios como
“una mujer con un hombre, y ya está” (Acto I-Cuadro I) muestran claramente una mentalidad sumamente
conservadora, que contrastará con las actitudes alegres de los parientes de esta familia que vienen del mar. El
mundo masculino es violento y ella hubiese deseado que su hijo fuera mujer, para así preservarlo del peligro que
entraña desenvolverse en ese mundo.
Cuando tiene lugar la conversación con una vecina al comienzo de la obra se entera de que el anterior novio de
la muchacha con la que se quiere casar su hijo es Leonardo “el de los Félix” y se llena de rabia. Aquí adivinamos
ese conflicto anterior al tiempo escénico que enfrentó a ambas familias y que acarrea el rencor de la Madre, que
mantiene constante junto con la llama del odio hacia los Félix.
Véase ese odio en este brevísimo fragmento de texto:
VECINA: Mujer, ¿qué culpa tiene Leonardo de nada? Tenía ocho años cuando las cuestiones.
MADRE: Es verdad... Pero oigo eso de Félix y es lo mismo Félix que llenarse de cieno la boca y tengo que escupir, tengo que
escupir por no matar.
Todo este odio que muestra se convierte poco a poco, al llegar el desenlace, en la resignación de la tragedia.
Canta con la Novia el último poema y resalta la soledad de la mujer en el mundo rural y trágico. Una soledad de
muerte desciende sobre estos tres personajes femeninos, la Madre, la Novia y la mujer de Leonardo, para el resto
de su vida; al acabar la obra la Madre a perdido a su hijo, el Novio; la Novia ha perdido a Leonardo y a su
esposo, el Novio; la mujer de Leonardo ha perdido también a su marido.
En general puede decirse que en el teatro de Lorca el personaje femenino es el hilo conductor de la trama y de
los conflictos.
EL NOVIO.- Es una de las víctimas mortales de la tragedia. Es el único hijo que le queda a la Madre, su única
compañía. En todo momento adopta una posición dependiente de la Madre, como se percibe en el diálogo
inicial, que refleja la relación entre ambos, con dominio de la madre en el futuro de su hijo. El Novio, sabedor
del destino funesto de su familia, mantiene la esperanza de un futuro feliz, incluso ante los elementos
premonitorios negativos que se van sucediendo. Hay que destacar de él que procede de una familia con un nivel
socioeconómico más elevado que el de las demás familias. En lo relativo a cómo aparece configurado, ya en el
Cuadro II se alude a su destino de macho y a su vinculación mítica con la tierra. Su carácter tranquilo y
trabajador se ve, sobre todo, a través de las palabras de la Madre en el diálogo que mantiene ésta con el Padre.
El Novio recibe con aprecio la preocupación de su madre, pero tal y como se desprende del primer diálogo
con ella, parece cansado de esta preocupación e intenta restarle importancia. Lo que sí perece llenarle de
preocupaciones es el hecho de que lleva ya tres años de noviazgo con la Novia y quiere que la boda se celebre
cuando antes. Por eso insiste a su madre para que le acompañe y pida su mano. Cuando la apremia con pedir la
mano de la joven se muestra desconocedor de las relaciones que esta última mantuvo con Leonardo en el
pasado. Este anhelo de casarse cuanto antes demuestra el gran amor que siente por la Novia.
Al final se va a ver obligado a limpiar la honra personal y familiar. Tras la huida de la Novia y Leonardo, el
Novio se enfurece y clama por el cuchillo, la navaja, que tanto miedo ha dado a su madre, y con el que piensa
poner fin a la vida de su rival amoroso, el que le ha ofendido llevándose a su mujer, a su ya recién estrenada en la
categoría de esposa. Esta ansiedad de venganza se puede interpretar como un signo premonitorio de la tragedia
que se avecina, con su cosecha de muertes.
LA NOVIA.- Al principio es presentada de forma indirecta, pues es el espectador el que debe interpretar la
lucha interior que está viviendo. La muchacha con la que se va a casar el Novio ya desde su primera aparición
parece referirse a la boda con desdén, como si fuera algo que va a hacer por obligación y no porque lo desee
realmente. En el inicio, aunque con dudas y muestras de apatía, es sumisa y acepta la boda. Su criada le reprocha
en el Cuadro Tercero del Primer Acto que “parece que no se quiere casar”. De hecho, parece ser la criada la que
de verdad está emocionada con la boda de su señora y no la propia señora, como se deduce del diálogo que
ambas mantienen al comienzo del Segundo Acto mientras la peina para la boda:
CRIADA: ¡Pero niña! ¿Una boda, qué es? (…) ¿Son los dulces? ¿Son los ramos de flores? No. Una boda es una cama
relumbrante y un hombre y una mujer.
NOVIA: No se debe decir.
CRIADA: Eso es otra cosa. ¡Pero es bien alegre!
NOVIA: O bien amargo.
Vemos en ese fragmento de texto que la criada expresa su idea de la boda desde una visión pasional, carnal y
alegre, mientras que la novia piensa en la gran decisión trágica que va a tomar.
El deseo amoroso de la Novia hacia Leonardo le obliga a seguirle, aún a sabiendas de que chocará con las
normas sociales. La aparición de Leonardo en casa de la Novia la misma mañana de la boda, antes que
cualquiera de los demás invitados, parece estar a punto de desbaratar la ceremonia, pero en ese momento ella
demuestra toda su intención de continuar con la boda tal y como debía ser. Sin embargo, la atracción entre los
dos personajes, que ella misma reconoce como irremediable, que le “arrastra”, le llevará a abandonar al Novio,
con quien está ya casada, para huir con Leonardo.
Tras la muerte de Leonardo y del Novio, aparecerá finalmente ante la Madre, implorándole que la mate, que
acabe con su vida, como pago del dolor que se ha sembrado tras su huida. Acepta su destino con firmeza, como
evidencia la última escena de la obra. Vemos que en ese momento final, pese a su pasión incontrolada defiende
su pureza ante la Madre del novio, como se puede ver en este fragmento:
NOVIA (a la Vecina).
Déjala; he venido para que me mate y que me lleven con ellos. (A la Madre.) Pero no con las manos; con garfios de alambre, con
una hoz, y con fuerza, hasta que se rompa en mis huesos. ¡Déjala! Que quiero que sepa que yo soy limpia, que estaré loca, pero que
me pueden enterrar sin que ningún hombre se haya mirado en la blancura de mis pechos.

Este empeño por demostrar su inocencia resulta desgarrador. En su intento de exculparse ante ella llega a decirle
a la Madre del Novio:

NOVIA:

¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia.) Tú también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por
dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de
ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. (…) Yo no quería, ¡óyelo bien!, yo no quería.

LEONARDO.- Para muchos críticos y analistas del texto, es el personaje clave de la obra. Lorca lo desarrolla
más plenamente y es un personaje menos estereotipado, como percibimos en el hecho significativo de que se le
asigne un nombre propio individualizado. Sabemos que fue novio de la Novia antes del tiempo escénico, pero
sus relaciones no acabaron en matrimonio. Está ahora casado con una prima de la Novia a la que en la obra se
nombra como Mujer y es padre de un hijo. Representa el símbolo de la pasión desenfrenada e irremediable. Se
siente indefenso ante las fuerzas de la pasión y su voluntad se doblega ante el instinto, ese instinto básico que
está por encima de la razón en este personaje, sojuzgándolo. Todo su esfuerzo para dominar su instinto, incluso
su propio estado de casado o la existencia de un hijo de ese matrimonio, resulta inútil. Su actuación es el
desencadenante de la tragedia. Al ser el más desenfrenado y salvaje, es precisamente esa libertad lo que más atrae
a la Novia. Desde el principio se relaciona con el símbolo del caballo (símbolo polivalente o plurisignificativo, ya
que significa libertad y muerte simultáneamente).
Ya en su primera aparición se hace alusión a las carreras que le da al caballo, al que deja exhausto. Gracias a esas
alusiones adivinamos que, pese a su situación de casado, sigue rondando la casa de la Novia. Desde entonces
vemos que Leonardo se va a representar a través del caballo, cuyo sonido pone nerviosas a la Criada y a la Novia
en el final del Primer acto. No será ésta ni la primera ni la última vez que Lorca asocie el caballo al varón viril,
pues en La casa de Bernarda Alba la figura de Pepe el Romano también le está asociada, hasta el punto de ser
indisociables y recordar la figura mitológica del centauro, mitad hombre y mitad caballo.
En el Segundo acto las apariciones espontáneas de Leonardo parecen presagiar la tragedia y encender la pasión
de la Novia. Vemos que Leonardo se apresura para llegar antes que el resto de los invitados a casa de la Novia y
así poder verse a solas con ella. Pero no muestra intención alguna de pedirle que no se case, pues le dice “Yo ya
me casé, ahora cásate tú”, sino que quiere hablar con ella por última vez antes de que pase a pertenecer a otro
hombre.
Durante los momentos previos e inmediatamente posteriores a la boda vemos a Leonardo entrar y salir de
escena en repetidas ocasiones: está nervioso, seguramente ante la visión de la Novia casada con otro; será esta
actitud la que le lleve a adelantar la decisión de huir juntos, materializada al final de ese mismo acto.
En el Tercer acto se muestra ya con claridad la fuerza desbordante de la pasión en el diálogo poético que tiene
la Novia con Leonardo. Aunque se sepa perseguido, intenta convencer a la Novia de que huir juntos, escapar
para poder ser felices, es la mejor opción. Sin embargo, su destino parece ser irremediable: morir a manos del
esposo de la joven y ser, a su vez, el asesino de éste.

PERSONAJES SECUNDARIOS
Comentaremos sólo aquellos personajes que, aunque no tengan un papel decisivo dentro de la trama, sus
diálogos resulten trascendentes para llegar al desenlace.
EL PADRE.- Desde el primer momento se ve como el Padre de la Novia busca con la boda la ampliación de las
tierras y se refiere a la procreación de varones para seguir luchando contra la tierra. Aparece, pues, caracterizado
como el campesino dominado por el afán de posesión de la tierra... Con gusto defiende lo que tiene: una tierra de
secano, casi yerma, seca y dura, que ha conseguido sacar adelante con mucho esfuerzo. Precisamente por esta
tierra se lamenta, en su conversación con la Madre (Acto I, Cuadro III), de no haber tenido un hijo varón que la
trabajase. Al mismo tiempo y con motivo de la próxima boda se alegra de poder contar pronto con un hombre
para llevar a cabo esta tarea, el Novio.
En el Acto II, el diálogo entre la Madre y el Padre aborda otro matiz importante, como es el de la procreación
y los hijos, dotando al hecho en sí de un valor mítico relacionado con la tierra. Ambos esperan nietos, pero cada
uno por una razón distinta. Para la Madre la nieta es la seguridad y la compañía, mientras que el Padre ve en
ellos el recurso para hacer frente a los duros trabajos del campo y mantener los frutos de la tierra.
Tambièn defiende la honra de su hija, su valía como esposa, mientras habla sobre la conveniencia de la boda
con la Madre en la pedida de mano, con lo que distinguimos el gran afecto que siente hacia ella:
MADRE: Mi hijo es hermoso. No ha conocido mujer. La honra más limpia que una sábana puesta al sol.
PADRE: Qué te digo de la mía. Hace las migas a las tres, cuando el lucero. No habla nunca; suave como la lana, borda toda clase
de bordados y puede cortar una maroma con los dientes.
Es este cariño y defensa de su honra el que lleva al Padre a negar que su hija se haya marchado con Leonardo
cuando todo el mundo parece convencido de ello, aunque acaba rindiéndose ante la evidencia.
LA MUJER.- Prima de la Novia, esposa de Leonardo y madre de su hijo, sospecha desde un primer momento
que Leonardo siente algo por su prima, y que el caballo llega exhausto debido a que marcha con el “hasta el
límite de los secanos” (donde vive la Novia). Tal vez por ello sea la primera que sospecha de su huida tras la
boda, y sea quien compruebe, para su dolor, que estaba en lo cierto y se han marchado con el caballo. Es,
además, la primera que alarma a los demás invitados sobre sus sospechas.
Destaca en este personaje su intervención en la nana que canta junto con su suegra en el Primer acto, claro
símbolo de fatalidad y oscuro anticipo del final de la obra.
LOS LEÑADORES.- Constituyen un grupo coral de personajes que ofrecen una de las mayores similitudes
con la tragedia griega, pues como coro nos informan sobre la situación que viven los personajes, comentan los
acontencimientos, explican al espectador ciertos sucesos. Tienen además un fuerte efecto poético sobre la obra.
Por los diálogos entre los leñadores sabemos que los enamorados están en el bosque, y que sus perseguidores
están a punto de alcanzarlos y de llevar a cabo su venganza. En esos mismos diálogos, al igual que un coro de
tragedia clásica, claman al destino que sea clemente con el protagonista, aun a sabiendas de que sus súplicas no
serán escuchadas. Los leñadores colaboran en la liturgia del destino.
LA LUNA Y LA MENDIGA.- La Luna interviene en el último acto, cuando se desarrolla la “caza” de las dos
“liebrecillas”, como guía que descubre a los enamorados y quiere iluminar todos los escondites; aparece como
un leñador joven con la cara blanca; es un leñador que va a talar vidas jóvenes, de ahí su caracterización como
talador; con su luz delatora en medio del bosque, dialoga con la Mendiga, mostrando su intención de delatar la
situación de la pareja de fugitivos. Aparece, por consiguiente, personificada como cómplice de la muerte, que a
su vez guía a los perseguidores en forma de mendiga.
Por su parte, la Mendiga es una clara representación de la muerte, es la muerte en sí misma, y la Luna su
confidente. La mendiga aparece como una mendiga descalza y totalmente cubierta por tenues paños
verdeoscuros. Sabe donde están escondidos Leonardo y la Novia, y oliendo una posible limosna, los vende ante
el Novio y sus acompañantes, a pesar de saber cuáles son sus intenciones. El diálogo con el Novio en el acto III
es una clara premonición de la muerte. Al final acompaña a los cadáveres de los hombres muertos.
Sobre este personaje se puede destacar además que, aunque constaba en el texto, no figuraba en el reparto para
su representación. No obstante, en el estreno de Madrid y de Buenos Aires sí constaba entre el reparto.
LA CRIADA.- La Criada de la Novia, que es en el fondo una especie de confidente, pues con ella la Novia es
capaz casi de expresar la amargura que le supone su inminente matrimonio, es la primera que se muestra
consciente del grave problema que supone para la boda la presencia de Leonardo.
Cuando éste aparece en casa de la Novia la mañana de la boda, la Criada le insta a que se marche, pero cuando
él y la Novia mantienen el diálogo en el que queda patente su mutua atracción, es la Criada la que, tratando de
poner orden y apaciguar la situación, va a intentar por todos los medios hacer que ambos se separen, que dejen
de hablar, sobre todo ante el inminente peligro de llegada de los convidados a la ceremonia.
Es, por tanto, un personaje apaciguador, que puede compararse, aunque de forma indirecta, con el carácter de
otro personaje de Lorca, la Poncia de La Casa de Bernarda Alba, que intenta, también, evitar un final doloroso.

TEMAS DE LA OBRA.- La obra encierra un complejo mundo temático, que va desde la presencia de la tierra y
el mundo rural hasta el significado trascendente y simbólico del amor y la muerte. El tema principal de Bodas de
sangre es la dicotomía entre el amor y la muerte. Entre estos dos polos encontramos también el tema de la
venganza y la honra, el destino, la vinculación del hombre con la tierra, el papel de la mujer desde una visión
social y mítica. Lorca quiere salvar el instinto elemental del convencionalismo social y la tradición, aún sabiendo
que el intento está abocado al fracaso, ya que esta fuerza instintiva que tiende a la unión
natural/irracional/básica, contiene en sí misma los principios de su destrucción: el despecho, la agresividad.
Para algunos críticos el tema central de la obra son los celos, pero estos celos aparecen ligados
indisolublemente a la honra. Que Leonardo y la Novia hayan huido después de que la boda se celebre supone
una mancha en la honra de sus familias. La familia de la Novia, en primer lugar, pues ella es ya mujer casada que
se ha escapado para entregarse en cuerpo y alma a otro hombre, pasando a ser una doncella sin honra, como ella
misma se define en el Tercer acto. Así, ella es la causante de su deshonra.
Por otra parte, la familia del Novio también se ve deshonrada, con lo que es necesario que corra la sangre del
fugutivo que ha robado a la Novia. Por eso se ven obligados a marchar tras ellos y así poder limpiar su honor, su
nombre familiar, además de aprovechar para llevar a cabo una venganza familiar pendiente por cuestiones
pasadas.
Por último, la mujer de Leonardo también quedará deshonrada con la partida de su esposo con otra mujer.
Además su situación se verá empeorada cuando, al final de la obra, quede viuda después de un acto que para los
personajes resulta vil.
Estrechamente ligado al tema de los celos y de la honra está ekl del amor imposible, representado por la
atracción irremediable entre Leonardo y la Novia. Aunque ambos huyan e intenten escapar de su difícil y
dolorosa situación para poder empezar una vida juntos, amándose en libertad, resulta inevitable que no puedan
disfrutar de un final feliz. Se trata de una relación irrealizable.
El tema de la tierra y el mundo rural aparece desde una doble visión. Por un lado como sentido de la propiedad
y, por otro, como fuerza y origen vital de los personajes del que no pueden desprenderse y que desata pasiones.
El diálogo del Padre con la Madre refleja el interés de aquel por conseguir la boda de su hija en un afán por
ampliar su propiedad y tener más recursos con que trabajar la tierra (lo que se percibe cuando habla de los
nietos). Y el ejemplo más claro de que la fuerza de la tierra es incontrolable para el destino de los personajes se
da en el último acto, tanto en las palabras de Leonardo y la Novia como en las de la Madre después. En ellas se
potencia el papel de fuerza instintiva de la tierra, que se convierte así en el impulso primario imposible de evitar.
En relación con la tensión entre el amor y la muerte, es en el tercer acto donde se muestra especialmente, en
los personajes de los leñadores, la mendiga y la luna, cargados de simbología, con elementos naturales como el
fuego, las flores, las ramas, los grillos de la noche. La tragedia convierte el amor en muerte cuando la sociedad
considera culpables a los que rompen las convenciones sociales. Lorca, al incidir en este aspecto atávico del
amor, resalta la superioridad de la pasión primaria por encima de las normas. Para la sociedad la muerte es el
justo castigo que merecen los amantes. El hecho de que la Novia no muera proporciona a la obra una dimensión
más social, más cercana a lo real, e introduce el tema de la venganza y de la honra.
El romance dialogado entre Leonardo y la novia resume la esencia de toda la obra y ofrece las claves de esa
dimensión mítica del amor y de la muerte. Todo el poema muestra esa lucha racional interna por evitar la
atracción erótica y seguir las normas sociales para evitar la muerte.
Otro aspecto temático que incide en el desarrollo de la obra son las diferencias económicas y sociales entre los
personajes. El poderoso valor de la riqueza y el dinero, que impide el matrimonio entre la Novia y Leonardo,
resulta aquí crucial. Leonardo era pobre y no tenía posibilidades de llevar adelante un matrimonio con la Novia.
El tema de la venganza está también presente a lo largo de la obra y asoma y se esconde una y otra vez. La
Madre, desde el primer acto, se identifica con la tierra y esconde el deseo de la venganza por la muerte de su
marido y su hijo en lo más profundo de su alma. Hay en la obra ejemplos que muestran el deseo de venganza
tanto de la Madre como del Novio tras la huida de la Novia. En el primer acto, hablando a su hijo la Madre ya
expresa su malestar: “No callaría nunca. Pasan los meses y la desesperación me pica en los ojos y hasta en las
puntas del pelo.” También, hablando con la vecina, afirma: “Pero oigo eso de Félix y es lo mismo (Entre dientes)
Félix que llenárseme la boca de cieno(Escupe.), y tengo que escupir, tengo que escupir por no matar.”. Cuando
habla al Padre, tras descubir la huida de la Novia, aparece ese rencor y ese deseo de venganza: “Ha llegado otra
vez la hora de la sangre”. Y es en la captura de los amantes cuando el Novio, en diálogo con el mozo y la
mendiga, expresa también su deseo de venganza: “Es el brazo de mi hermano y el de mi padre y el de toda mi
familia que está muerta. Y tiene tanto poderío, que puede arrancar este árbol de raíz si quiere. Y vamos pronto,
que siento los dientes de todos los míos clavados aquí de una manera que se me hace imposible respirar
tranquilo.”
El tema del honor o de la honra es un tema de gran tradición española, heredado del teatro barroco español del
siglo de oro, de los dramas de Lope de Vega y de Calderón de la Barca. Es ese carácter español el que incita a la
Madre a lanzar al hijo hacia la muerte, en pos del cumplimiento de la venganza de esa afrenta a la honra de la
familia.
Por otra parte, el tema del destino va unido al de la inevitabilidad del instinto erótico, a la fuerza de los
impulsos primarios que arrastran a los personajes principales. La fatalidad es entendida aquí como un
determinismo biológico, la fuerza irresistible de la pasión y del amor prohibido. Son fuerzas telúricas. La
sexualidad va vinculada al impulso de fertilidad de la madre-tierra.
La evocación de los ritos tribales en la celebración de la boda en aspectos como son las ceremonias, bailes,
insinuaciones, la plasticidad y el bullicio de la fiesta nupcial

SÍMBOLOS.- [Se deben comentar aquellos que aparezcan en el fragmento seleccionado para comentario, no
todos, puesto que no es una pregunta de teoría].
García Lorca utiliza en esta obra una abundante simbología mítica. La gran riqueza simbólica de la obra se
percibe en el hecho de que, más allá de la a todas luces evidente abundancia de elementos simbólicos, se da una
mezcla del plano real y del plano onírico o sobrenatural, mezcla que se detecta en el primer cuadro del acto III.
El calificativo o adjetivo que define al símbolo permite conocer y concretar su valor en un determinado contexto;
por ejemplo: flores “rotas” es un símbolo de muerte, como también flores “secas”; flor “del oro” es un símbolo
de prosperidad y flores “de la boda” indican alegría. Los símbolos en la obra aparecen tanto en forma de
personajes (por ejemplo, la Luna), como en objetos o decorados. Algunos de estos símbolos se cargan de un
contenido premonitorio, pues anticipan el trágico final.
A) Símbolos de vida y muerte/ fatalidad
La Luna.- Es el principio femenino frente al sol, receptora de la vida, símbolo de la fecundación universal, como
la tierra; es un símbolo recurrente en la obra lorquiana (recordemos el Romance de la luna, luna), pero aquí, en
Bodas de sangre, simboliza el acoso de la existencia, la destrucción, la violencia y el correr de la sangre que
implica; rige el nacimiento y la muerte.
El cuchillo/navaja/puñal.- Es un instrumento de sacrificio en las religiones arcaicas; esconde siempre un sentido
ceremonial de la muerte, porque implica un derramamiento de sangre; la hoja corta representa el instinto
impulsivo del hombre. Va asociado a la violencia masculina y a la muerte. En la obra la navaja sirve a la Madre
para relacionar el pasado trágico de la muerte de su hijo y su marido con el valor de premonición del destino que
aguarda a su otro hijo, que la Madre presiente.
La corona de azahar.- Tiene forma circular y representa la perfección y la participación de la Naturaleza celeste,
une al coronado con lo divino. Las coronas se llevan en momentos importantes (matrimonio, muerte, etc.). En
Bodas de sangre la corona representa la clausura, el encierro, pues le cierra a la Novia las vías de atracción y se
convierte en una corona de espinas, de sacrificio.
El río/ el agua.- Representan el fluir de la vida, la purificación (el bautismo), la regeneración. En relación con
Leonardo se convierten en el símbolo de la energía inconsciente (el semen). En la criada simbolizan la pasión. El
agua que alimenta los campos significa fecundidad, pero el agua con ramas es amor oscuro, agua prohibida.
El bosque lunar.- Es un símbolo del inconsciente humano, del instinto erótico. Es el espacio de la pasión. En los
griegos los bosques estaban consagrados a una divinidad. En Bodas de sangre el bosque está consagrado a la
luna.
La cruz.- Representa el sacrificio y la pasión en sentido religioso (la pasión de Cristo). Lleva asociados valores de
religiosidad, pero también se asocia a la muerte (pues aparece en las tumbas).
La madeja.- Representa el ritual de la vida; la madeja roja es un símbolo de muerte, asociada a la sangre
derramada. El viejo mito de las Parcas, diosas del destino que hilan las vidas humanas, es entrevisto en las
muchachas del acto III entretenidas en devanar la madeja roja: simbólicamente ellas devanan el destino de los
dos rivales que se han matado el uno al otro.
La tierra.- Vinculada al simbolismo de la función maternal y de la fecundidad, muestra el toma y da de la vida. La
Madre del Novio está identificada con la tierra.
La sangre.- Es un símbolo del calor vital y corporal, de la vida en su sentido más primario. Es el vehículo
mediante el cual se expresan la pasión y el instinto. Cuando se trata de sangre derramada es un símbolo de
muerte y de sacrificio. La sangre es al hombre como el agua a la tierra. El título de la obra representa un anticipo
del carácter trágico de la misma. Ahí ya en la palabra sangre queda implícita la muerte ligada a la historia de la
boda.
La cadena/el nudo.- Representan atadura y dominación.

B) Símbolos animales y vegetales. Las flores y los elementos naturales adquieren un significado diferente
dependiendo de la escena.
El caballo.- Representa la pasión erótica, la lujuria (libido fuera de control) y es el símbolo de Leonardo, que
aparece asociado a dicho animal en diversos momentos de la obra. Hay simbolismo en ese caballo que cruza
vertiginoso y sediento, pues representa la pasión desenfrenada del amante. También es un presagio de muerte,
como se destaca en la famosa nana del caballo negro que no quiso el agua.
La serpiente.- Representa la maldad, el pecado, el engaño, la envidia, la traición. En ella vemos reminiscencias de
la serpiente bíblica, el diablo.
El toro.- Representa la fuerza del hombre, el vigor, el dominio. Es el animal consgrado al dios griego Dioniso En
algunos ritos (como vemos en las corridas de toros) simboliza el sacrificio de muerte.
La paloma.- Referida a la Novia es un símbolo de inocencia, bondad.

En relación con los símbolos vegetales, hay que decir que de manera general significan fuerza, virilidad, sencillez,
honradez.
El clavel.- Es la flor del matrimonio. En Bodas de sandre, va asociado al marido de la Madre (“olía a clavel”).
También significa la vida y el amor maternal cuando va asociado al niño (“Duermete, clavel”).
El geranio.- Representa la erección del hombre, símbolo de masculinidad (“dos hombres que eran dos
geranios”).
La rosa.- Símbolo femenino por excelencia, representa la pasión, el amor (símbolo sexual asociado a los genitales
de la mujer, pues igual que los pétalos ocultan el interior de la rosa así también los labios mayores y menores
ocultan el interior de la vagina). Referido al niño representa el cariño.
El jazmín.- Es la flor de la Virgen María.
La dalia.- Representa la paz, la tranquilidad, la armonía, pero también va asociada a la calma de los cementerios.
El laurel.- Es el símbolo de la inmortalidad, la eternidad, pues siempre está verde. Es también un símbolo de
triunfo o de victoria. Es el arbusto consagrado a Apolo y a sus virtudes apolíneas, con el que se corona a los
poetas. Es un símbolo heroico que representa la victoria de la vida (“ramo verde”).
Flores en general.- Son un símbolo de muerte, como se percibe en lo que le dice el leñador a la luna: “No cubras
de flores la boda”. Esto es así por la costumbre de poner flores en las tumbas. También otras expresiones se
percibe un simbolismo análogo; por ejemplo, en “flores secas”.
El azahar.- Representa la pureza o virginidad. El azahar de cera muestra el carácter innatural, artificial, la
virginidad eterna, ya que no se marchita. La Novia quedará como una eterna virgen que no ha consumado el
matrimonio, pues el Novio muere antes de que sea posible la consumación. Se trasladan así las características de
la flor al matrimonio.
El musgo.- Es un símbolo de muerte.
La adelfa.- Planta venenosa que es también un símbolo de muerte.
c) Símbolos de los colores. Los colores del día aparecen con motivo del inicio festivo de la boda, mientras que la
oscuridad de la noche sirve para marcar el destino trágico de los amantes. La oscuridad del penúltimo cuadro
contribuye a destacar la expresividad dramática y poética de la persecución y desenlace fatal de los huidos. Todo
en él (personajes alegóricos, desesperación de los amantes, tensión en la acción) adquiere el sentido poético y
trágico de la muerte.
Amarillo.- Representa la muerte (“se quedan dos hombres duros con los labios amarillos”). El color amarillo es el
inicio del mal presagio y de la fatalidad que la madre expresa, que se va gestando y se desarrolla a lo largo de toda
la obra.
Rosa.- Este color quiere expresar el ambiente femenino, familiar y de felicidad aparente que parece existir en la
casa del matrimonio de Leonardo.
Verde.- Representa no sólo la vegetación, sino la muerte amarga y la fatalidad. Con el significado de muerte es
usado por Lorca en otros textos (aquel famoso romance: “Verde que te quiero verde...”).
Blanco.- Es un símbolo de pureza, pero al final de la obra adquiere connotaciones funerarias. En el último
cuadro aparece en el templo doméstico, el espacio de la mujer, el lugar donde se celebra el sacrificio. La
luminosidad pura, el blanco absoluto del último cuadro, es un recurso habitual del autor para quitar toda carga
de culpabilidad a sus personajes. Así Lorca parece indicarnos que el destino está fijado y que sólo cabe la
resignación y el consuelo de los personajes femeninos.

EL ESPACIO Y EL TIEMPO.- [Esto también se puede comentar en relación con el apartado del comentario
crítico propiamente dicho a la hora de situar brevemente el fragmento, pues se puede indicar en qué lugar
concreto se supone que sucede la acción dramática]
En lo relativo al espacio, hay que decir que la obra ofrece el planteamiento en tres espacios distintos:
a) Habitación de amarillo, en casa del Novio y su Madre.
b) Habitación de rosa en la casa de Leonardo, su mujer (prima de la novia) y su suegra.
c) En el interior de la cueva donde viven la Novia y su Padre, al atardecer.
El nudo se desarrolla en dos espacios distintos:
a) En el zaguan de la casa de la Novia con la criada y la visita por sorpresa de Leonardo, y al clarear el día previo
a la boda con las muchachas, la Madre, el Novio.
b) En el exterior de la cueva de la Novia con la algarabía de la boda.
El desenlace se desarrolla en dos escenarios: uno exterior (el bosque) y uno interior (una habitación blanca).
a) El bosque de noche sirve de escenario para ambientar la huida y caza de los protagonistas fugitivos.
b) La habitación interior sin adornos y blanca enmarca el lamento de los personajes femeninos de la Novia y de
la Madre del Novio.
En cuanto al tiempo, la acción intercala el día y la noche. El planteamiento sucede de día (antes del almuerzo en
casa del Novio, durante la mañana en la de Leonardo y al atardecer en la casa de la Novia). El nudo alterna la
noche y el día. El desenlace tiene lugar durante la noche.
LA LENGUA Y EL ESTILO.- Lorca utiliza un estilo muy personal que transforma la naturaleza y hace que
muchos elementos de la misma aparezcan personificados y cargados de simbolismo. Las metáforas, las imágenes
y los símbolos son los recursos estilísticos más empleados. La alternancia de prosa y verso es lógica en esta obra,
pues Lorca va a utilizar ahora el verso en los momentos cumbre de la obra. Poco a poco el dramaturgo ha ido
dejando a un lado la utilización del verso modernista de sus primeras obras en su dramaturgia. Ahora el uso del
verso lo reserva sólo para los instantes de mayor intensidad dramática. Su última obra, La casa de Bernarda Alba,
será sólo en prosa.
Entre algunos rasgos estilísticos que podemos destacar figuran, por ejemplo, el uso continuo y recurrente del
futuro, el uso de fórmulas métricas populares (versos octosílabos, rima asonante). En relación con las situaciones
dramáticas, los diálogos rápidos, las exclamaciones, las frases coloquiales y el tono autoritario en determinados
momentos.
Los diálogos son sobrios y lacónicos pero esconden un gran trabajo en el lenguaje utilizado. El autor selecciona
conscientemente los vocablos, evitando el uso de dialectalismo y ruralismos, que le restarían universalidad a su
creación. Sí utiliza el habla popular, especialmente en aquellos vocablos que están significativamente cargados de
connotaciones y rasgos expresivos. La repetición y la metáfora le permiten subrayar las obsesiones de algún
personaje como la Madre. La prosa lorquiana va a conjugar lirismo y contundencia o eficacia expresiva. Se trata
de un lenguaje conciso pero enérgico, como percibimos en la película que sobre el argumento de la obra se creó
en 1938, dirigida por Eduard Guibourg y que tuvo como actriz a la famosa Margarita Xirgu, amiga de Federico
García Lorca y especializada en representar papeles lorquianos (en esa película figura como la Madre). El lenguaje
poético de Lorca sorprende siempre por la originalidad y la fuerza de las imágenes.
En cuanto al uso del verso en la obra hay que decir que el adorno y la armonía del ritmo quedan sometidos a la
hondura del tema sin perder ni el más mínimo atisbo de belleza. Destaca el tratamiento sumamente poético que
Lorca hace de los distintos pasajes dramáticos.

Bibliografía y referencias: para redactar estos apuntes se han utilizado diversas fuentes, páginas web y archivos
tomados de Internet. Algunos de estos archivos vienen sin consignación de autoría, de modo anónimo. De
cualquier modo, la información que he visto en ellos me ha parecido útil y relevante y he extraido lo más
significativo para condensarlo aquí de cara al trabajo que tienen que hacer los alumnos para preparar los
comentarios críticos. Algunos datos están tomados de la edición de Tomás Rodríguez de Biblioteca Didáctica
Anaya, pero no de forma literal.

• Estudio de la obra (apéndice), de Tomás Rodríguez, en la edición de Bodas de Sangre de la Biblioteca


Didáctica Anaya. Esta edición de Anaya Didáctica es muy recomendable por dicho estudio, que es
bastante útil, así como por las notas a pie de página y otros aspectos.

You might also like