You are on page 1of 1059

JOSÉ FERRATER MORA

DICCIONARIO DE

FILOSOFÍA
TOMO I
A-K

EDITORIAL SUDAMERICANA
BUENOS AIRES
PRÓLOGO A LA QUINTA EDICIÓN

La presente edición difiere de Ία an- peración. Estoy plenamente de acuerdo


terior en lo siguiente: he escrito 546 ar- en que hay que revisar, corregir y pulir;
tículos nuevos; he reescrito totalmente en esta actividad he consumido inconta-
213 artículos; he ampliado o modificado, bles horas y casi he arruinado mis ojos.
a veces sustancialmente, 262 artículos. Pero en una obra de las dimensiones de
Además, he revisado el texto, he corre- ésta no se pueden practicar los mismos
gido errores, he ampliado datos, y he ejercicios de virtuosismo conceptual y
puesto al día la bibliografía. lingüístico que son de rigor en otros es-
Como resultado, abunda en esta edi- critos menos dilatados. Esta obra no es
ción el material nuevo. Éste abarca el un lindo ensayito. No es, ni puede ser,
conjunto de las disciplinas filosóficas y cosa remirada y relamida. Hay que lu-
de la historia de la filosofía. He seguido char sin tregua contra la chapucería in-
prestando particular atención a los te- telectual. Pero en cierto tipo de obras
mas de ontología y metafísica, lógica, hay que rehuir el estéril perfeccionismo.
teoría del conocimiento, filosofía de la Dadas las proporciones que alcanzó esta
ciencia, antropología filosófica e historia obra ya en la edición precedente —hasta el
de la filosofía. Pero he ampliado no poco punto de que desde entonces pudo ser
las partes relativas a ética, filosofía de considerada como una Enciclopedia y no
la religión, filosofía de la historia, teoría sólo como un Diccionario— varios críticos
de los valores y estética. He añadido co- me han aconsejado que desistiera de ser
pia de artículos sobre filósofos llamados a la vez el director y el ejecutante, y que
"menores'', antiguos, medievales y moder- recabara el auxilio de colaboradores más
nos, y he ampliado el número de los diestros que yo en cada una de las
consagrados a filósofos contemporáneos. disciplinas filosóficas y en cada uno de
Sin desviarme de la norma de no diluir los períodos históricos. Este consejo es
excesivamente la sustancia filosófica, he harto tentador, inclusive por razones
incluido también algunos artículos sobre personales; el tiempo y el esfuerzo
conceptos y figuras que, sin ser estric- gastados en la confección de este
tamente filosóficos —conceptos y figuras Diccionario me han impedido a menudo
importantes, por ejemplo, en la ciencia, poner mayores empeños en la elabora-
en la teología, en el pensamiento social ción de escritos más "personales", hacia
y político—, han mantenido, o mantienen, los que, como filósofo, siento cierta de-
relaciones particularmente estrechas con bilidad. Sin embargo, aunque la trans-
cuestiones suscitadas en filosofía. formación sugerida introduciría en esta
Aunque he penado mucho por ampliar obra no pocas mejoras, creo que las ven-
y mejorar esta obra, no pretendo que sea tajas así conseguidas no compensarían los
perfecta. Por lo demás, mi ideal en este inconvenientes. En la obra presente el
caso no es la perfección; creo más razo- conjunto importa por lo menos tanto co-
nable trabajar por alcanzar lo bueno que mo el detalle. Pues este Diccionario es
holgazanear soñando en lo mejor. Por es- ya como un imponente y complejo edi-
te motivo, aunque esta obra está, y estará ficio, con su fachada, sus alas, sus gale-
siempre, abierta a revisiones y mejoras, rías, sus largos e intrincados corredores,
estimo que en el estado actual de los sus sótanos y sus ventanales. He alcan-
conocimientos filosóficos es razonable- zado a familiarizarme con todos ellos y,
mente suficiente. En todo caso, las revi- por descontado, con sus fundaciones.
siones y las mejoras no pueden consistir Puedo —todavía— recorrer el edificio en
en pulir y repulir la obra hasta la exas- todas direcciones y orientarme en él sin
excesivas perplejidades. Ello significa talladas del pensamiento de Aristóteles,
que puedo aún seguir ampliando, alte- o análisis tan minuciosos del imperativo
rando, rehaciendo, depurando y ornando categórico como los que figuran en obras
este conjunto sin perderme en su labe- especialmente consagradas a estos temas,
rinto. Sobre todo, puedo seguir mante- o hasta a aspectos de ellos. En cambio,
niendo su unidad de estilo, la cual no es puede hallarse en esta obra un modo de
sólo cuestión de "literatura" —de "estéti- presentar, ver, dilucidar y debatir temas
ca"—, sino también, y especialmente, de y problemas que a veces se echa de me-
"pensamiento" — de "noética". Por estos nos en estudios y repertorios más espe-
motivos no me he decidido todavía a su- cializados. Pues esta obra no se espe-
cumbir a la tentación que se me ha brin- cializa en ningún tema, en ningún pro-
dado. blema, en ninguna figura, época, rama o
El predominio que en esta obra tiene recoveco de la filosofía: se "especializa"
el conjunto sobre los detalles explica que en el conjunto de ellos.
éstos no puedan ser siempre todo lo nu- Debo a varios lectores y críticos pre-
merosos o elaborados que ciertos lectores ciosas sugestiones y muy útiles informa-
quisieran. Por la naturaleza misma de la ciones; todas ellas han contribuido a me-
obra, hay que pasar a la carrera sobre jorar esta obra. Pero quiero destacar los
temas, problemas y autores que en otros auxilios recibidos de tres personas. Mi es-
trabajos son objeto de exposición y co- posa, que me ha prestado incansablemen-
mentario dilatados. Por cierto que no es- te ayuda en las múltiples tareas de or-
casean aquí las exposiciones y análisis ganización, ordenación y coordenación
algo minuciosos. Pero se hallan siempre que requiere esta vasta empresa. El se-
integrados en visiones de conjunto y ex- ñor Ezequiel de Olaso, que me ha esta-
presados en el lenguaje apropiado para do enviando puntualmente noticias filo-
ellos. Estimo que con ello no se falsean sóficas de toda especie y que me ha su-
necesariamente las ideas; sólo ocurre que gerido no pocas mejoras. Y el señor Raúl
son enfocadas de modo distinto. Por mo- E. Lagomarsino, que ha tenido a su car-
tivos que no hacen aquí al caso, estimo go la corrección de pruebas y el ajuste
que es posible presentar y dilucidar lo final de la presente edición, y que ha
que se llaman "grandes temas" y "gran- trabajado en ella con la misma perspica-
des problemas" siempre que se utilice a cia y tenacidad que mostró en la prepa-
tal efecto la óptica adecuada. Discurrir ración de las dos ediciones anteriores.
sobre la física no equivale a exponer to- Por el volumen de esta edición, la tarea
da la física; discurrir sobre la idea de del Sr. Lagomarsino ha sido no sólo pers-
substancia no es lo mismo que componer picaz y tenaz, sino también hercúlea.
una ponderosa monografía sobre tal idea. Creo difícil encontrar mejor "director de
Sería disparatado pretender hallar en edición".
este Diccionario exposiciones tan de- J. F. M.
Bryn Mawr College, Pennsylvania, 1964.
PRÓLOGO A LA CUARTA EDICIÓN

El autor no ha ahorrado esfuerzos para en lo posible la atomización en diversas


ampliar y mejorar esta obra; como con- significaciones y hemos preferido sub-
secuencia de ello la presente edición rayar lo que hubiera de común en ellas
contiene un número considerable de no- o bien —cuando la presentación ha sido
vedades con respecto a la precedente. predominantemente histórica— la conti-
He aquí las más destacadas. nuidad en la evolución del concepto. En
1. Se han escrito 762 artículos nuevos. los casos en que el artículo resulta ex-
2. Se han reescrito por entero, casi tenso, hemos introducido casi siempre
siempre con ampliaciones, 239 artículos. subdivisiones que hacen resaltar, ya los
diversos períodos históricos, ya las va-
3. Se han modificado o ampliado subs- rias disciplinas filosóficas a las cuales
tancialmente 189 artículos. puede adscribirse el concepto.
4. Se ha revisado completamente el El segundo punto afecta a los autores y
texto para eliminar en lo posible errores materias representados en la obra. El
e incluir algunas nuevas informaciones. número de autores, de todos los países
5. Se ha corregido y puesto al día la y épocas, ha sido muy ampliado. En
bibliografía. cuanto a las materias, se ha seguido po-
6. Se ha revisado y ampliado el sis niendo singular empeño en tratar exten-
tema de llamadas de conceptos tanto samente las cuestiones relativas a historia
dentro como fuera de los artículos. de la filosofía (con introducción, por vez
7 Se han incluido un Cuadro sinóptico primera en esta obra, de un número re-
y una Tabla cronológica. lativamente crecido de conceptos relati-
Aparte estas novedades, queremos lla- vos a "filosofía orientar), metafísica,
mar la atención del lector sobre dos pun- ontología, lógica, teoría del conocimiento
tos que han sido objeto de especial y el grupo de las llamadas "filosofías de"
preocupación por parte del autor. — de la religión, de la naturaleza, de la
El primero se refiere a la organización ciencia, de la historia, del lenguaje, de
interna de cada artículo, en particular la propia filosofía, etc. Pero mientras
de los artículos extensos sobre concep- disciplinas como la ética y la estética
tos. Adoptar un procedimiento único estaban insuficientemente representadas
—ya sea exposición de acuerdo con el des- en las otras ediciones, en la edición pre-
envolvimiento histórico, ya sea descom- sente han sido debidamente atendidas.
posición en significados según filósofos La psicología, la sociología y la educa-
o tendencias, ya sea análisis sistemáti- ción son introducidas en la medida en
co— hubiera tenido como consecuencia que pueden ayudar a la comprensión
la infidelidad frecuente a las peculiari- de los problemas filosóficos generales. Y
dades de cada concepto. Hemos seguido, se ha intensificado la introducción de
pues, el método que nos ha parecido en conceptos y problemas que, como los que
cada caso más fecundo para aunar la cla- tocan a las ciencias naturales, ciencias
ridad máxima con la mayor cantidad sociales y teología, son susceptibles de
posible de información, si bien con pre- despertar el interés no sólo de los filóso-
dilección notoria por el análisis de sig- fos, sino también del público en general.
nificados siguiendo el curso histórico y Larga sería la lista de personas que
terminando por lo común con una pre- han hecho al autor valiosas sugestiones
sentación del estado actual de la cues- sobre diversas partes de la obra; se ha
tión o un estudio sistemático del pro- procurado tener en cuenta todas las que
blema correspondiente. Hemos evitado encajaban dentro de los marcos que nos
habíamos trazado previamente. Nos li- Finalmente, agradecemos a Bryn Mawr
mitaremos a mencionar tres nombres: College el año de licencia sabática otor-
el profesor George L. Kline, de Bryn gada durante el período académico de
Mawr College, el profesor Walter Brün- 1955-1956. En el curso del mismo nos ha
ing, de la Universidad de Córdoba (Ar- sido posible completar nuestro trabajo y
gentina) — que han enviado extensas y terminar en bibliotecas europeas —de
muy útiles listas de correcciones—, y el España, Italia, Inglaterra, Bélgica, Ale-
señor Raúl E. Lagomarsino, de la Edito- mania y muy en particular de Francia—
rial Sudamericana, que ha tenido a su las consultas iniciadas en las de los Es-
cargo —como ya había ocurrido con la tados Unidos.
precedente— la edición de esta obra y ha J. F. M.
llevado a cabo la corrección final de las
pruebas compaginadas. A todos, nuestro
más sincero agradecimiento. París, agosto de 1956.
PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN

Un año y medio pasado en los Es- cas de las Universidades de Columbia,


tados Unidos bajo los auspicios de la Princeton y Johns Hopkins facilitaron,
Fundación Guggenheim ha permitido al desde luego, ciertas precisiones que eran
autor reelaborar de tal modo este Dic- necesarias y que habían tenido que per-
cionario, que prácticamente se trata de manecer hasta ahora en meros deseos.
una obra nueva. Una buena parte del Pero el autor quiere agradecer también
contenido de la segunda edición ha sido las facilidades encontradas en la Biblio-
reescrita. Pero, además, el material agre- teca Nacional de Chile y en la de la
gado ha hecho que el texto actual sea Facultad de Filosofía y Humanidades
aproximadamente el doble del contenido de la Universidad del mismo país, que
en la segunda edición, y el triple del le permitieron preparar, desde la apari-
que incluía la primera. No creemos ne- ción de la segunda edición, lo que con-
cesario señalar cuáles son los puntos tiene la tercera. Un Diccionario de Fi-
donde la reelaboración y las ampliacio- losofía, aun con todas las limitaciones
nes han sido más considerables. De he- del presente, no puede componerse en
cho, afectan a la totalidad del volumen un día ni en un año. Sólo deseamos
y, por lo tanto, a la total dimensión his- ahora que el interesado en la filosofía
tórica de los conceptos estudiados, aun pueda seguir encontrando en él lo único
cuando ciertas partes relativas a la, ló- que se ha propuesto ser: un instrumento
gica actual y a la teoría de la ciencia de trabajo, una herramienta suficiente
pueden considerarse como enteramente y precisa. El autor puede preferir la
nuevas y particularmente beneficiadas. elaboración de su propio pensamiento;
La bibliografía ha sido también conside- no es menos cierto que, en la penuria
rablemente aumentada y puesta al día. de libros de trabajo científico que existe
En muchos casos la parte bibliográfica todavía en lengua española, no con-
no es meramente una indicación de títu- sidera perdidos sus esfuerzos con vistas
los, sino que pretende proporcionar una a aportar su grano de arena en lo que
orientación en el autor o él concepto comienza ya a divisarse como un pro-
estudiados, de modo que a veces puede metedor montón.
considerarse como parte esencial del co- J. F. M.
rrespondiente artículo. Las obras que él
autor manejó a su paso por las bibliote- Bryn Mawr College, Pennsylvania, 1950.
A
A. La letra mayúscula Ά' es usa- donde 'p' representa un enunciado ta el ser fuera de sí, y '≠Α', que
da en textos filosóficos con varios sig- declarativo. representa el ser consigo mismo o,
nificados. 3. En muchos textos se usa la le- como dice Schelling, el sujeto-objeto
1. Aristóteles la emplea muchas tra Ά' como uno de los términos o totalidad. Otro ejemplo es la fór-
veces (por ejemplo en los Analytica componentes de la fórmula que ex- mula:
Priora) para representar simbólica presa el llamado principio de iden-
mente el predicado de una proposi tidad. En la mayor parte de los tex-
ción en fórmulas tales como "A B', tos clásicos este principio es expre-
que se lee Ά es predicado de B', sado mediante la fórmula: que es, según dicho filósofo, la for-
Al presentar los silogismos categóri A=A (1). ma del ser de la absoluta identidad.
cos, la letra Ά' forma parte del con Es frecuente (véase IDENTIDAD) in- En tal fórmula '+' se lee 'el predo-
dicional: terpretar (1) en el sentido de que Ά' minio del uno sobre el otro' (Dars-
Si A es predicado de todo B, representa un objeto cualquiera. En tellung meines Systems der Philoso-
que constituye la premisa mayor del este caso (I) equivale a una de las phie, 1801).
silogismo en modo Barbara (VÉASE) y llamadas notiones communes, koinai\ (b) Los exponentes agregados a
que en la literatura lógica posterior se e)/nnoiai, la que enuncia: 'Toda cosa Ά', tal como en Ά1', Ά2', Ά3', que
presenta bajo diversas formas, unas es igual a ella misma'. La lógica ac- representan, en el vocabulario de
en las cuales se expresa la estructura tual expresa (1) mediante las fór- Schelling, potencias de A. Así, di-
condicional de tal premisa, como en: mulas: cho filósofo usa fórmulas tales como
Si todo B es A Ά = A1', Ά = A2', Ά = A3'. Nos he-
y otras en las cuales (erróneamen- mos referido a este uso en el ar-
te) se omite, como en: Todo B es si la identidad se refiere a la ley o tículo POTENCIA.
A. al principio de identidad presentado 5. La letra Ά' se usa en muchos
2. Los escolásticos y todos los tra en la lógica sentencial, o mediante textos lógicos como símbolo de una
tadistas lógicos posteriores han usa la fórmula: clase (VÉASE), y constituye
do la letra Ά' (primera vocal del (x)(x = x), enton
término affirmo) para simbolizar la si la identidad se refiere a la ley de ces una abreviatura de los llamados
proposición universal afirmativa (af- reflexividad presentada en la lógica abstractos simples. A veces se em
fimatio universalis), uno de cu de la identidad. Observemos que la plea dicha letra en minúscula, 'a',
yos ejemplos es el conocido enun fórmula (1) es la misma que se usa con el mismo propósito. Junto a Ά'
ciado: en la lógica actual para expresar la o 'a' se usan asimismo como sím
Todos los hombres son mortales. ley de identidad en la lógica de las bolos de clases 'B' o 'b', 'C' o V.
En textos escolásticos se halla con clases, en vista del uso de Ά' para 6. Jan Lukasiewicz usa Ά' para
frecuencia el ejemplo, dado por representar una clase (Cfr. infra, sec- representar la conectiva V o disyun
Boecio: ción 5). ción (VÉASE) exclusiva, que nos
Omnis homo iustus est, Y en 4. La letra Ά' ha sido muy usada otros simbolizamos por 'V. Ά' sé
multitud de textos lógicos la letra por varios idealistas alemanes, espe- antepone a las fórmulas, de modo
Ά' sustituye al esquema 'Todo S es cialmente por Fichte y Schelling, en que 'p V q' se escribe en la notación
P', sobre todo cuando se introduce las fórmulas que sirven de base a de Lukasiewicz Ά p q'. El mismo
el llamado cuadro de oposición sus especulaciones sobre la identidad autor usa a veces 'A' como una de
(VÉASE). de sujeto y objeto. Hay que advertir las constantes de la lógica cuantifica-
En los textos escolásticos se dice que a veces Fichte usa Ά = A' como cional (junto a 'E', 'I', Ό'). Con
de A que asserit universaliter o ge- si fuese un condicional, y lo inter- la
neraliter — afirma umversalmente, o preta como 'Si A existe, A existe'. En letra Ά' se forma la función expre
generalmente. También se usa en cuanto a Schelling, ha usado la letra sada mediante 'Aab', que se lee 'Todo
ellos la letra Ά' para simbolizar las Ά' acompañada de otros diversos sig- a es b' o 'b pertenece a todo a'.
proposiciones modales en modus afir- nos. Mencionamos dos casos. 7. Jean de la Harpe usa Ά' como
mativo y dictum negativo (v. MO- (a) Los signos '+', '-' y '≠' an- signo de aserción ( VÉASE).
DALIDAD), es decir, las proposiciones tepuestos o sobrepuestos a la letra. A, AB, AD. Las preposiciones lati-
del tipo: Ejemplos dé ello son '-A', que repre- nas a, ab (= a ante vocal) y ad
Es necesario que p, senta el ser en sí,'+ A', que represen- figuran en numerosas locuciones lati-
21 nas usadas en la literatura filosófica,
principalmente escolástica, en lengua
latina, pero también en otras lenguas; ción ( VÉASE ). En vez de a parte rei Ab universali ad particularem. Esta
algunas de estas locuciones, por lo de- se dice también ex natura rei [distinc- locución se refiere al razonamiento en
más —como a priori, a posteriori, ad tio ex natura rei]. el cual se pasa de una proposición
hominem—, son de uso corriente. A perfection (véase infra). universal (como 'todo S es P') a una
A continuación ofrecemos una lista A posteriori (véase A PRIORI). proposición particular (como 'algunos
de algunas de dichas locuciones en A potiori - A digniori - A perfec- S son P'). El razonamiento es válido,
orden alfabético. En algunos casos tion. La definición de una cosa a po- lo que se expresa mediante la locu-
traducimos o parafraseamos la locu- tiori es la que se lleva a cabo teniendo ción Ab universali ad particularem
ción o señalamos en qué contexto o en cuenta lo mejor [lo más digno; lo valet [tenet] consequentia [illatio].
contextos se usa o puede usarse. En perfecto] que haya en la cosa defi- También es válido el razonamiento
otros casos remitimos a los artículos nida. que pasa de una proposición particu-
que se han dedicado a locuciones de- A priori ( VÉASE). lar a una infinita [indefinida] o una
terminadas o a los artículos en los A quo - Ad quem. Al hablar del singular; la fórmula completa reza:
cuales algunas locuciones se han in- movimiento (VÉASE) como movimien- Ab universali ad particularem, sive
troducido o usado. to local, la locución a quo es usada infinitam sive singularem valet [tenet]
A contrario - A pari. Estas dos lo- para indicar el punto de arranque y consequentia [illatio]. No es válido,
cuciones se han usado originariamente la locución ad quem es usada para en cambio, el paso de una proposición
en el lenguaje jurídico para indicar indicar el punto terminal del movi- particular a una universal, lo que se
que un argumento usado con respecto miento de un móvil. A quo y ad quem expresa diciendo: A particulari ad
a una determinada especie se aplica pueden referirse asimismo a un razo- imiversalem non valet [tenet] conse-
a otra especie del mismo género. En namiento, en cuyo caso indican res- quentia [illatio].
el argumento a contrario se procede pectivamente el punto de partida y el Ab uno disce omines. A partir de
por división; en el argumento a parí fin o la conclusión. uno se conocen los otros. Esta locu-
se procede por identificación. De la A se ( VÉASE ). ción, usada originariamente para re-
esfera jurídica se han trasladado estas A simultaneo (véase Dios; ONTO- ferirse a personas (y especialmente a
locuciones a otras regiones. El razona- LÓGICO [ ARGUMENTO] ). una persona de un grupo, representa-
miento a contrario ha sido definido Ab absurdo — Ab absurdis. Se usan tiva del grupo), puede usarse en for-
como el que procede de una oposición estas locuciones para indicar que una ma más amplia para indicar que a
hallada en una hipótesis a una oposi- proposición parte de algo absurdo o partir de un ejemplo pueden conocerse
ción en las consecuencias de esta hi- de cosas absurdas. todos los demás ejemplos (cuando
pótesis. El razonamiento a pari ha Ab alio (véase A SE ). menos de la misma clase); que a par-
sido definido como el que pasa de un Ab esse ad posse. En la teoría de- tir de una entidad pueden conocerse
caso (o de tipo de caso) a otro. las consecuencias (véase CONSECUEN- todas las demás entidades (cuando
A dicto secundum quid ad dictum CIA) modales se han usado una serie menos de la misma clase).
simpliciter [que corresponde al griego de locuciones por medio de las cuales. Ab absurdum (véase ABDUCCIÓN ).
kata\ to\ ph= kai= a(plw=j ]. Esta se indica si una consecuencia es o no Ad aliquid. Esta locución equivale
locución se refiere a un razonamiento válida. He aquí algunas: a 'relativo a', 'relativamente a' y se
consistente en afirmar que si un Ab esse ad posse valet [tenet] con- refiere, pues, al ser relativo, o)/n pro\j
predicado conviene a un sujeto en sequentia [illatio] y también Ab illa ti (véase RELACIÓN). Se usa en va-
algún respecto o de un modo relativo, de inesse (v.) valet [tenet] illa de- rias formas, entre las cuales mencio-
le conviene en todos los respectos o de possibili. Se puede concluir de la rea- namos las siguientes:
un modo absoluto (si S es P en lidad a la posibilidad, es decir, si X Ad aliquid ratione alterius (= se-
relación con algo, S es siempre y en es real, entonces X es posible. cundum aliquid). Lo que tiene rela-
todos los casos Ρ). El razonamiento Ab oportere ad esse valet [tenet] ción con algo según otra cosa.
en cuestión es un sofisma (v.) consequentia [illatio]. Se puede con- Ad aliquid secundum se. Lo que
llamado "sofisma por accidente". Para cluir de la necesidad a la realidad, es tiene relación con algo según su pro-
indicar que este razonamiento no es decir, si X es necesario, entonces X pio ser [= modo de ser, esencial].
válido se usa la fórmula A dicto es real. Ad aliquid secundum rationem tan-
secundum quid ad dictum simpliciter Ab oportere ad posse valet [tenet] tum. Lo que tiene relación con algo
non valet conse-quentia. consequentia [illatio]. Se puede con- según la mente o según, el entendi-
A digniori (véase infra). cluir de la necesidad a la posibilidad, miento.
A non esse, etc. (véase infra). es decir, si X es necesaria, entonces Ad aliquid secundum rem. Lo que
A pari (véase supra). X es posible. tiene relación con algo según la cosa
A parte ante - A parte post (véase A non posee ad non esse valet [te- misma.
A PARTE ANTE). net] consequentia [illatio]. Se puede Ad extra - Ad intra. Ad extra se
A parte mentis (véase infra). concluir de la imposibilidad a la no refiere a un movimiento transitivo o
A parte rei ( VÉASE ). En cuanto que realidad, es decir, si X es imposible, trascendente. Ad intra se refiere a un
a parte rei indica "según la cosa mis- entonces X no es real. movimiento inmanente (véanse EMA-
ma", a parte mentis indica "según la Pueden formularse otras consecuen- NACIÓN, INMANENCIA, TRASCENDEN-
mente" o "según el entendimiento" cias modales del tipo anterior, cada CIA ).
(secundum intellectum), A parte rei y una de las cuales corresponde a un Ad hoc. Una idea, una teoría, un
a parte mentis son formas de distin- teorema de la lógica modal. argumento ad hoc son los que valen
22
solamente para un caso particular, ge- la proposición que se intenta demos- tamaño que tiene B y B tiene algo
neralmente sin tener en cuenta otros trar, de tal modo que se dice que de tamaño que no tiene C;
casos posibles. esta proposición es a fortiori verda- Por lo tanto, todo el tamaño que
Ad hominem. Un argumento ad dera. El a fortiori representa el tanto tiene C, es tamaño que tiene A, y
hominem es el que es válido, se supone más cuanto que con que se expresa A tiene algo de tamaño que no tie-
que es válido, o termina por ser gramaticalmente el hecho de que a ne C."
válido, sólo para un hombre determi- una parte de lo que se aduce como A PARTE ANTE, A PARTE POST.
nado o también para un grupo deter- prueba viene a agregarse la otra En la literatura escolástica se distin-
minado de hombres. En vez de la parte, sobreabundando en lo gue entre las expresiones a parte ante
locución ad hominem se emplea a afirmado. Con frecuencia se usa este y a parte post. Por ejemplo, se
veces la locución ex concessis. tipo de razonamiento cuando se quiere dice que el alma ha existido a pane
Ad humanitatem. Un argumento ad anular toda objeción posible (y con- ante (a parte ante perpetua) si su
humanitatem es uno que se supone es siderada verosímil) contra lo anun- ser es anterior al cuerpo, y que ha
válido para todos los hombres sin ex- ciado. Un ejemplo de razonamiento existido a parte post (a parte post per-
cepción. Tal argumento se considera, a fortiori en este sentido es: "Lope petua) si no antecede al cuerpo, an-
pues, como un argumento que va más de Vega es un poeta, tanto más cuan- tes bien comienza con éste. En am-
allá de todo individuo particular y, en to que en los pasajes de su obra bos casos se supone, empero, que el
calidad de tal, como un argumento en los que no pretendía expresarse alma permanece después de la diso-
ad rem, es decir, según la cosa misma poéticamente empleó un lenguaje pre- lución del cuerpo (post dissolutionem
considerada. dominantemente lírico." (2) Argu- a corpore maneat, duret post perpe-
Ad ignorantiam. Un argumento ad mento a fortiori se llama también a tuo a corpore separata).
ignorantiam es el que se halla funda- un razonamiento en el cual se usan
adjetivos comparativos tales como A PARTE REI. Los escolásticos
do en la ignorancia (supuesta o efec- usan la expresión a parte rei para
tiva) del interlocutor. "mayor que", "menor que", etc., de
tal suerte que se pasa de una propo- significar que algo es según la cosa
Ad impossibile (véase ABDUCCIÓN). misma, es decir, según la naturaleza
Ad intra (véase supra). sición a la otra en virtud del carácter
transitivo de tales adjetivos. Un ejem- de la cosa o, más simplemente, se-
Ab judicium. Según Locke, un ar- gún ella misma. Por ejemplo, se pue-
gumento ad judicium es un argumen- plo de argumento a fortiori en este
sentido es: "Como Juan es más viejo de preguntar si las cosas naturales
to que se justifica por el argumento son a parte rei o bien si resultan so-
mismo (por el "juicio") y no es, por que Pedro, y Pedro es más viejo que
Antonio, Juan es más viejo que An- lamente de la operación del entendi-
tanto, un argumento ad hominem, ad miento. Por consiguiente, el ser α
ignorantiam o ad verecundiam. tonio." En la lógica clásica se con-
sidera a veces este argumento como parte rei se opone al ser secundum
Ad personam. Un argumento ad intellectum.
personam es, en verdad, un argumen- una de las formas del silogismo lla-
mado entimema ( VÉASE ). Pero como A POSTERIORI. Véase A PRIOBI .
to contra una persona determinada, A PRIORI. Aunque las expresiones
fundándose en efectivas o supuestas los adjetivos comparativos citados ex-
presan las más de las veces relacio- a priori y a posteriori han sido em-
debilidades de la persona en cuestión. pleadas abundantemente sólo en la
Este argumento tiende a disminuir el nes, resulta que el estudio del ar-
gumento a fortiori puede ser estudia- filosofía moderna y, con menor in-
prestigio de la persona contra la cual sistencia, en la medieval, el proble-
va dirigido. do dentro de la lógica actual en la
teoría de las relaciones (véase RE - ma a que ellas se refieren fue tratado
Ad quem (véase supra). desde la Antigüedad. Cierto que en
LACIÓN ).
Ad rem (véase supra). ésta la diferencia entre lo que es pri-
El sentido ( 1 ) es predominante re-
Ad valorem. Puede llamarse ad va- tórico; el sentido (2), declaramente mero y lo posterior se refería más
lorem a un argumento que se funda lógico. En este último sentido ha sido bien a la naturaleza misma de la
en el valor de la cosa o cosas conside- examinado por Arthur N. Prior ("Ar- cosa y, por derivación, a la del co-
radas o defendidas. gument a fortiori", Analysis, 9 [1948- nocimiento. Pero la cuestión de la
Ad verecundiam. Un argumento ad 49], 49-50). Prior indica que aunque forma de conocimiento no quedaba
verecundiam es el que se funda en la un argumento como "Todo lo que es de ninguna manera excluida. Se dis-
"intimidación" supuestamente ejercida mayor que algo mayor que C es ma- tinguió, así, entre el conocer por
por la autoridad o autoridades a las yor que C" es un modo de decir "Los causas y el conocer por efectos, el co-
cuales se recurre con el fin de con- argumentos α fortiori son válidos", nocer según la cosa en sí, y el cono-
vencer al interlocutor o interlocutores. puede efectuarse la reducción reque- cer pro\j h(ma=j, quoad nos, para nos-
A DICTO SECUNDUM QUID AD rida sin insertar ninguna premisa y otros. Distinciones emparentadas casi
DICTUM SIMPLICITER. Véase SO- limitándose a reformular las premi- siempre con las relativas a la diferencia
FISMA. sas dadas. Aplicada al caso anterior entre el conocimiento conceptual y el
A FORTIORI. La expresión a for- la reformulación da el siguiente re- empírico, el independiente y el
sultado: dependiente, etc. Así pasó el
tiori es definida de varios modos.
"Todo el tamaño que tiene B, es problema a la filosofía medieval, den-
Pueden reducirse a dos. (1) Se dice
tamaño que tiene A, y A tiene algo tro de la cual comenzó a tratarse la
que un razonamiento es a fortiori distinción entre a priori y a posteriori
cuando contiene ciertos enunciados de tamaño que no tiene B;
Todo el tamaño que tiene C, es en un sentido a veces muy parecido
que se supone refuerzan la verdad de al moderno. Las fórmulas mis-
23
mas solamente fueron empleadas por go, que no hay aprioridad alguna en to) de las verdades de razón no signi-
vez primera por Alberto de Sajonia este sentido; todavía puede pregun- fica que éstas se hallen siempre pre-
(Prantl, IV, 78), el cual, siguiendo tarse si no hay en Locke la noción de sentes a la mente; las verdades de
algunos precedentes ya entonces con- ciertas verdades generales distintas de razón y a priori son, en rigor, aquellas
sagrados, expresaba con ellas dos las ideas obtenidas mediante percep- que hay que reconocer como eviden-
formas de razonamiento en las que ción o mediante demostración. Locke tes cuando se presentan, como diría
se iba respectivamente del principio habla de estas verdades o ideas gene- Descartes, a "un espíritu atento".
a la consecuencia y de ésta al prin- rales y declara que son "meras cons- No obstante las fundamentales di-
cipio. Habría aquí, pues, una signi- trucciones mentales" (Essay, IV, cap. ferencias que hay entre la filosofía de
ficación análoga a la que tenía en la vii, 9). La cuestión se plantea enton- Hume y la de Leibniz, estos autores
Antigüedad la distinción entre la de- ces del siguiente modo: ¿son tales coinciden en un punto: en que los
mostración por la causa y por el construcciones meras expresiones lin- enunciados a priori son analíticos y
efecto, la cual correspondía, por lo güísticas? Si lo son, entonces no pue- no sintéticos. Pero mientras para Hu-
demás, al primado ontológico de la den ser llamadas propiamente "ideas". me ello es consecuencia de su carácter
causa, en tanto que ésta sea, efectiva- Si no lo son, debe de haber en ellas puramente lingüístico-formal, para
mente, como la tradición antigua ge- algo a priori. Leibniz es resultado de su preeminen-
neralmente suponía, lo que es pri- Ahora bien, una distinción entre ti- cia sobre la experiencia.
mero por naturaleza. Sin romperse pos de conocimiento que lleva a la Distinta de Leibniz y de Hume es
el vínculo con la tradición, antes bien concepción de un a priori ( acéptese o la concepción de lo a priori defendida
reapareciendo ésta en la medida en no como necesario para el conocimien- por Kant. Los conceptos y las propo-
que se atacó el problema a fondo, la to de lo real) se encuentra por vez siciones a priori tienen que ser pensa-
cuestión del a priori, en el sentido primera solamente en Hume y en dos con carácter de necesidad absolu-
actual, comienza, sin embargo, a plan- Leibniz. La distinción propuesta por ta. Pero no simplemente porque sean
tearse sólo con toda amplitud cuan- Hume (Enquiry, sec. II, parte 1) de todos puramente formales. Si lo fue-
do en la época moderna prima sobre "todos los objetos de la razón o inves- sen, habría que desistir de formular
el problema del ser la cuestión del tigación humana" en relaciones de proposiciones universales y necesarias
conocimiento. ideas (Relations of Ideas) y hechos relativas a la Naturaleza; la universa-
Tal ocurre ya en Descartes. No hay contantes y sonantes (Matters of Fact) lidad y necesidad de tales proposicio-
en éste ninguna doctrina formal de lo equivale a una distinción entre enun- nes sería entonces sólo la consecuen-
a priori, pero su noción de "idea inna- ciados analíticos y sintéticos respecti- cia de su carácter analítico. Por otro
ta" (Med. de prima phil, II; Princ. vamente (véase ANALÍTICO Y SINTÉ - lado, los conceptos de la razón no
phil., I, 10) se aproxima a la concep- TICO). Los enunciados analíticos son pueden aplicarse a la realidad en sí y
ción moderna de "idea a priori". Los completamente a priori; no proceden menos aun servir de ejemplos o para-
motivos ontológicos priman todavía, de la experiencia, pero no pueden de- digmas de esa realidad; toda metafísi-
sin embargo, en la filosofía cartesiana, cir nada sobre la experiencia o sobre ca basada en puros conceptos de ra-
sobre los epistemológicos; por eso las "los hechos". Se limitan a constituir zón trasciende de la experiencia posi-
ideas innatas no son solamente lo pri- la base de razonamientos puramente ble y es resultado de una pura imagi-
mero para nosotros, sino también la formales y son descubiertos mediante nación racional (por tanto, no sintéti-
expresión de la realidad en cuanto es la "mera operación del pensamiento" ca). Kant considera que el conoci-
vista (directa e intuitivamente) en su (loc. cit.), pudiendo compararse con miento a priori es independiente de la
verdad. Las ideas claras y distintas reglas — reglas de lenguaje. A su vez, experiencia, a diferencia del conoci-
(véase CLARO) de una cosa son la Leibniz distingue entre verdades de miento a posteriori, que tiene su ori-
cosa misma en cuanto que vista o razón y verdades de hecho (véase ar- gen en la experiencia (K. r. V. Β 2).
aprehendida mediante una intuición tículo correspondiente y las pertinen- La independencia de la experiencia
(VÉASE). Locke, en cambio, desarrolla tes citas de Leibniz). Las verdades de debe entenderse de un modo absolu-
una crítica del innatismo ( VÉASE) que razón son eternas, innatas y a priori, to, no respecto a tales o cuales partes
puede equipararse a una crítica de a diferencia de las verdades de he- de la experiencia. Los modos de co-
todo elemento a priori en el conoci- cho, que son empíricas, actuales y nocimiento a priori son pufos cuando
miento. Mas puede preguntarse si no contingentes. "La razón —escribe no hay en ellos ninguna mezcla de
hay en la noción lockiana de ideas de Leibniz— es la verdad conocida cuyo elementos empíricos (op. cit., B 3).
reflexión elementos que no puedan enlace con otra verdad menos conoci- "Todo cambio tiene una causa" no es
derivarse directa o indirectamente de da hace que demos nuestro asenti- para Kant una proposición absoluta-
las sensaciones. Si la derivación fuera miento a la última. Pero de modo par- mente a priori, porque la noción de
indirecta, todavía lo a priori se halla- ticular, y por excelencia, se la llama cambio procede de la experiencia. La
ría ausente de la epistemología de razón si es la causa no solamente de independencia de la experiencia no
Locke. Pero si se postulara simple- nuestro juicio, sino también de la pro- debe entenderse en sentido psicológi-
mente que hay derivación indirecta y pia verdad, la cual se llama también co, sino epistemológico; el problema
no fuese posible mostrar cómo se lle- razón a priori, y la causa en las cosas de que se ocupa Kant en la Crítica de
va a cabo, ni siquiera en principio, responde a la razón en las verdades." la razón pura no es el del origen del
habría algo de aprioridad en las ideas (Théodicée, IV, xvii, 1). Debe tenerse conocimiento (como en Locke y en
de reflexión, cuando menos en algu- en cuenta, sin embargo, que la aprio- Hume), sino el de su validez. Ahora
nas de ellas. Supongamos, sin embar- ridad (lo mismo que el carácter inna- bien, Kant admite que puede haber
24
juicios sintéticos a priori. Así, lo a Parece, en todo caso, que desde el cepción de lo a priori como la defen-
priori no es siempre solamente analí- momento en que se admite que lo dida por C. I. Lewis. Éste admite
tico. Si fuese tal, ningún conocimiento a priori tiene su fuente en un sujeto la necesidad de lo a priori (en virtud
relativo a la Naturaleza podría de conocimiento, es imposible evitar de que no hay conocimiento posible
constituirse en ciencia. Ni siquiera el las cuestiones ontológicas que Kant se sin interpretación), y lo proclama
sentido común puede prescindir de proponía justamente evitar hasta ha- independiente de la experiencia, "no
modos de conocimiento a priori. Pre- ber despejado por entero el camino porque prescriba una forma que la
guntar si hay juicios sintéticos a priori para la metafísica mediante la filoso- experiencia deba cumplir o anticipe
en la matemática y en la ciencia de la fía trascendental. alguna armonía preestablecida de lo
Naturaleza (física), equivale a pre- La doctrina kantiana fue a un tiempo dado con las categorías de la mente,
guntar si estas ciencias son posibles, y criticada y elaborada por los idealistas sino precisamente porque no prescribe
cómo lo son. La respuesta de Kant es alemanes postkantianos. Ejemplo de nada al contenido de la experiencia"
afirmativa en ambos casos, pero ello esta doble actitud es la de Hegel. Por (Mind and the World Order, 1929,
se debe a que lo a priori no se refiere un lado, Hegel acepta la concepción de pág. 197). Lo a priori será verdadero
a las cosas en sí (véase COSA), sino a lo a priori en tanto que admite sin importar a qué se refiere. Sin
las apariencias (véase APARIENCIA). (cuando menos al exponer la doctrina embargo, lo a priori anticipa caracteres
Los elementos a priori condicionan la de Kant) que la universalidad y de lo real (sin lo cual carecería de
posibilidad de proposiciones universales necesidad deben hallarse a priori, esto toda significación), si bien de lo real
y necesarias. En cambio, no hay en es, en la razón (Vorlesungen über die en tanto que "categorial-mente
la metafísica juicios sintéticos a Geschichte der Philosophie. Teil III, interpretado". Esto tiene varias
priori, porque lo a priori no se aplica Abs. iii. B; Glöckner, 19: 557). Por consecuencias. Primero, el rechazo de
a los noumena, (véase NOÚMENO). otro lado, Hegel considera que las ex- las concepciones tradicionales —entre
Kant trata en la Crítica de la razón presiones a priori y 'sintetizar' usadas ellas, la kantiana— de lo a priori.
pura (donde con más detalle ha ela- por Kant son vagas y hasta vacías Segundo, la consideración del
borado la idea de la aprioridad) de (Logik, Buch I, Abs. II, Kap. ii. A. conocimiento a priori como un cono-
las formas a priori de la intuición ( es- Anm. 1; Glöckner, IV, 250). De mo- cimiento formal. Tercero, y finalmente,
pacio y tiempo) y de los conceptos do sorprendentemente parecido al el hecho de que tal formalidad no
a priori del entendimiento o categorías. modo como la noción de a priori ha equivalga a una pura vaciedad de las
Mikel Dufrenne ( Cfr. op. cit. infra, sido elaborada por los fenomenólogos, significaciones. Con lo cual Lewis
págs. 11 y sigs.) ha indicado que pue- Hegel estima que también la determi- mantiene, por así decirlo, una posición
den discernirse dos grupos de proble- nación del sentimiento posee elemen- intermedia entre la concepción
mas relativos a la concepción kantiana tos (o "momentos") a priori (loc. puramente formal y la puramente
de lo a priori. Por un lado, problemas cit.), con lo cual dicho filósofo ex- trascendental. Pues los principios a
relativos a la naturaleza del sujeto en tiende la noción de aprioridad a lo priori representan verdaderamente
tanto que "portador" de lo a priori. que no es solamente intelectual. principios de orden y criterios de lo
Lo a priori funda la objetividad en La cuestión del a priori ha sido real (op. cit., pág. 231); al determinar
tanto que un sujeto constituyente debatida muchas veces en el pen- las significaciones, la mente forja ese
(véase CONSTITUCIÓN Y CONSTITUTIVO) samiento filosófico contemporáneo. tipo de verdad sin el cual no habría
hace posible la experiencia. Pero hay Mientras unos lo han seguido admi- ninguna otra verdad posible. Por eso
aquí, en rigor, dos elementos: una tiendo en un sentido análogo al de el hecho de que los últimos criterios
condición surgida de la naturaleza Kant, otros lo han rechazado, ya sea de las leyes de la lógica sean
subjetiva y una condición formal de la en nombre de la concepción más "pragmáticos" no significa, para el
experiencia como tal. Si se subraya el tradicional de lo a priori, ya sea en "pragmatismo conceptualista" de
primer elemento, se tiende a una nombre de la proclamada imposibi- Lewis, la sumisión de lo formal a una
concepción psicológica del sujeto lidad de concebir ningún conocimien- decisión arbitraria cualquiera, sino el
trascendental; si el segundo, a una to que no esté dado bajo estas dos resultado del hecho de que la
eliminación de todo sujeto como formas: o como procedente de la clasificación categorial e
sujeto. Por otro lado, hay problemas experiencia o como puramente lógico- interpretación de lo real sean forzo-
relativos a la relación entre el sujeto analítico (véase ANALÍTICO). Lo a samente nuestra clasificación y nuestra
y el objeto. Esta relación es para Kant priori ha significado entonces lo pu- interpretación.
trascendental ( VÉASE); no se trata de ramente vacío y formal, la "lógica La solución de Husserl al proble-
producción del ente, sino de determi- que llena el mundo", para emplear ma es de carácter muy distinto, pero
nación de la objetividad del objeto la expresión de Wittgenstein. Contra- se refiere también a la cuestión de
(de su cognoscibilidad en tanto que riamente a Kant, se han eliminado de subrayar la aprioridad sin tener que
objeto). Pero aquí se puede conside- lo α priori todas las síntesis y todo abandonar la referencia a lo real. En
rar o que el sujeto trascendental ab- elemento sintético. Esta última con- la fenomenología de Husserl, el ca-
sorbe el objeto en su objetividad de cepción ha asumido diversas formas, rácter de aprioridad no es propio so-
un modo total, de suerte que las con- desde las más radicales hasta las ate- lamente de las esencias formales, sino
diciones del objeto son equivalentes a nuadas. A las primeras pertenecen la también de las materiales, con lo
las modificaciones del sujeto, o que el mayor parte de las corrientes neo- cual queda ampliado el marco de la
objeto absorbe por entero al sujeto. positivistas y "analíticas"; dentro de concepción kantiana de lo a priori,
las segundas puede incluirse una con- excesivamente vinculada a su signí-
25
ficación formal. Gracias a esta aprio- of a Priori", The Philosophical Re-view otra realidad (en Dios). Esta última
ridad de las esencias materiales es LIII (1944), 464-84. — H. Ne-ri distinción es radical, pues se refiere
posible, como Scheler ha realizado Castañeda, "Analytic Propositions, a la raíz del ser y de lo creado.
en la esfera de la ética, una síntesis Définitions and the A Priori", Ratio Puede, sin embargo, distinguir-
de lo umversalmente válido con lo II (1959), 80-101. — Mikel Dufren- se entre el ser a se y el ser ab alio
concreto y, con ello, un conjunto de ne, La notion d'a priori, 1959. —
Véase asimismo la bibliografía en el en un sentido menos radical. Así, por
ciencias basadas en un "apriorismo artículo ANALÍTICO Y SINTÉTICO. Para ejemplo, se dice que una entidad pro-
material". Lo a priori resulta así esen- el α priori en la teoría física: A. Pap, cede de otra cuando tiene simple-
cialmente modificado, pero ello no The A Priori in Physical Theory, mente en esta otra su origen (con
significa que la aprioridad quede so- 1946. — Sobre el a priori en diferentes frecuencia causal): lux est a sole (la
metida desde su principio a la obser- autores y corrientes: M. Guggen-heim, luz procede del sol). La distinción
vación de los hechos y a toda com- Die Lehre vom apriorischen Wissen entre a se y ab alio es paralela con
probación fáctica. Lo que es a priori in ihrer Bedeutung für die frecuencia a la distinción entre in se
se comporta respecto a lo real de una Entwicklung der Ethik und der Er- (VÉASE) e in alio, aun cuando se tiende
doble manera: por una parte, es kenntnistheorie in der sokratisch-pla- a emplear la primera cuando so hace
tonischen Philosophie, 1885. — Nico-
independiente de él en el sentido de lai Hartmann, Das Problem des referencia al principio del cual
que en él se da la esencia de lo real Apriorismus in der platonischen Phi- procede una entidad y la segunda
aun en el caso de que éste no apa- losophie, 1936 (Sitzungsber. der cuando se habla del ser de una enti-
rezca como algo efectivo y no pase preuss. Ak. der Wiss. Phil. hist. Kl. dad. Cuando se subraya el motivo de
de su mero ser fenómeno a ser "apa- XV [1935]; reimp. en Kleinere Schrif- la procedencia se usan las expresiones
riencia"; por otra, está vinculado a ten, II, 1957, págs. 48-85). — Aline a se moveri (que se contrapone a ab
él en el sentido de que allí halla Lion, Anamnesis and the A Priori, alio moveri) y a se procedere (que se
cumplimiento la experiencia extra-fe- 1935. — L. di Rosa, La sintesi a priori: contrapone a ab alio procedere). Por
nomenológica. De esta suerte lo α S. Tomaso e Kant, 1950. — Bella Κ.
Milmed, Kan and Current Philosophical lo demás, el proceder de otra entidad
priori se hace contenido intuitivo —y Issues: Sortie Modem Develop-ments of puede entenderse en dos sentidos: se-
no imposición del entendimiento so- His Theory of Knowledge, 1961, gún el ser real (secundum esse reale)
bre un hipotético caos de lo dado— especialmente Caps. II, III, V y VII. y según el ser intencional (secundum
y experiencia — en vez de ser for- — Lothar Eley, Die Krise des Apriori esse intentionale). Para el significado
ma impuesta a la experiencia. Toda in der transzendentalen Phä-nomelogie de 'ser intencional', véase INTENCIÓN,
identificación de lo a priori con lo E. Husserls, 1962 [Phae-nomenologica, INTENCIONAL , INTENCIONALIDAD.
no "empírico" y lo formal —identifi- 10]. — A. Silberstein, Leibniz Se dice también del ser a se que
cación que tiene su paralelo en la no Apriorismus im Verhältnis zu seiner posee aseidad (aseitas). Lo mismo
menos usual identificación de lo a Metaphysïk, 1904. — A. Sicker, Der
leibniz-kantische Apriorismus und die que hemos visto para el ser a se, la
posteriori con lo empírico y lo ma- neuere Philosophie, 1900. — G. aseidad puede afirmarse de un modo
terial— queda así invalidada. Lo α Hellström, On Hume's general, como un rasgo de todo ente
priori no es el conjunto de formas aprioribegrepp, 1925. — G. Cesca, que procede de sí mismo —y, por
generales que modelan una materia La dottrina kantiana dell'a priori, lo tanto, del ente, o de un modo (on-
no menos general; la relación entre 1885. — Rudolf Eisler, Die Weiter- tológica-formalmente) menos general,
lo formal y lo material es meramente bildung der Kantschen Aprioritätsleh- como el constitutivum metaphysicum
relativa, pues lo que en un caso re bis zur Gegenwart, 1895. — Ake de un ente determinado, pero único,
puede ser materia de una intuición Petzäll, Der Apriorismus Kants und Dios. Algunos autores se inclinan por
puede ser en otro caso forma. La opo- die "Philosophia pigromm", 1933. —
C. Mazzantini, II problema delle ve- lo primero y dan distintas razones
sición absoluta entre lo a priori y lo rita necessarie e la sintesi a priori di para apoyar su opinión: que la no-
a posteriori no coincide con una opo- Kant, 1935. ción de referencia es demasiado for-
sición paralela entre lo formal y lo A SE. En el vocabulario latino de mal y conviene sólo al ente en cuan-
material y menos aun con una opo- la escolástica es común distinguir en- to ente, que reducir la aseidad a
sición paralela entre lo lógico y lo tre la expresión α se y la expresión Dios lleva al riesgo de absorber en
alógico. La posibilidad de una aprio- ab alio. A se significa "por sí", "por Éste todos los demás entes, etc. Otros,
ridad material es tan completa, se- sí mismo", "desde sí", "desde sí mis- en cambio, se manifiestan partidarios
gún Husserl, que puede decirse que mo", "procedente de sí", "procedente de lo segundo, y alegan en favor de
a ella pertenecen la mayor parte de de sí mismo"); ab alio significa su tesis que la aseidad puede pre-
las aprioridades. dicarse únicamente de aquella rea-
"procedente de otro". Por este motivo
Además de los textos a que se ha lidad en la cual la esencia subsiste
hecho referencia en el artículo, véanse un ser a se es considerado como un
ser independiente, a)/narxon. Se dice, en toda la plenitud del ser, es decir,
las siguientes obras. Análisis de la que posee todas las perfecciones tanto
noción de a priori: Narziss Ach, Ue- así, que Dios es a se (substantia a se)
intensivas como extensivas.
ber die Erkenntnís a priori, insbeson- —y también per se, ex se—, pues
dere in der Arithmetik, 1913. — Ni- tiene su principio (o causa) de existir A SIMULTANEO. Véase Dios,
colai Hartmann, "Ueber die Erkennt- ONTOLÓGICA ( PRUEBA).
en sí mismo. En cambio, una entidad
barkeit des Apriorischen", Logos, V creada se dice que es ab alio, porque AALL (ANATHON) (1897-1943)
(1914-15), 290-329; reimp. en Klei- nac. en Näseeby (Tromsö, Noruega),
nere Schriften, III, 1958, págs. 186- no tiene el principio (o causa) de
218. — A. Pap, "The Different Kinds existir en si misma, sino en docente privado en Halle de 1904 a
26
1908 y profesor en Cristianía (Oslo a wart in Selbstdarstellungen, ed. R. dad o absorberse en la conciencia
partir de 1925) desde 1908, se dis- Schmidt, t. V, 1924, pág. 22). absoluta del idealismo. Tal principio
tinguió primeramente por sus estudios Obras principales: Der Logos. Ge- no debía apoyar ni lo puramente sub-
histórico-filosóficos e histórico-religio- schichte seiner Entwicklung in der jetivo ni lo enteramente objetivo, ni
sos, pasó luego al estudio de la psi- griechischen Philosophie und der lo completamente racional ni lo abso-
christlichen Literatur, I, 1896; II, lutamente irracional. Por otro lado,
cología experimental y desembocó, fi- 1899 (El Logos. Historia de su evo-
nalmente, en una filosofía de la Na- lución en la filosofía griega y en la no debía ser tampoco un compromiso
turaleza y en una metafísica. Como el literatura cristiana). — 'Om San- ecléctico. Abbagnano halló en el con-
propio Aall puso de manifiesto, su in- synliget og dens betydning logisk cepto de existencia ( VÉASE) la formu-
terés por la filosofía se manifestó en betraktet", Tidskr. f. Mathematik og lación de tal posibilidad. Pues este
dos esferas que juzgaba relacionadas Naturvindenskab (1897) ("Sobre la concepto replanteaba los datos mis-
entre sí: la filosofía en su histo- probabilidad y sus condiciones des- mos de la cuestión metafísica al insis-
de el punto de vista lógico"). — tir en la problematicidad esencial del
ria, y lo que llamó la filosofía de Macht und Pflicht. Eine Natur- und
la existencia, es decir, de la realidad. Rechtsphilosophische Untersuchung, principio. La problematicidad es en-
La primera fue entendida por Aall 1902 (Poder y Deber. Una investi- tonces lo único que permite el pensa-
como un estudio que no comprendía gación de filosofía de la Naturaleza miento y la vida, es decir, lo que
solamente la exposición histórica de y filosofía del Derecho). — Ibsen og constituye su propio horizonte. Ahora
los filosofemas, sino su vinculación Nietzsche, 1906. — Henrik Ibsen bien, esto caracteriza los modos den-
con la total situación histórica de la als Dichter und Denker, 1906 (H. I. tro de los cuales la existencia vive o
como poeta y pensador). — Logik, por los cuales se manifiesta: el esfuer-
cual tales filosofemas habían emer- 3a ed., 1921. — "Filosofien i Nor-
gido: no hay motivo, decía Aall, den", Videnskapsehk, Skr. hist. fil. zo (impegno), la decisión (decisione),
para cortar la relación entre la so- kl, Ν° 1 (1918) ("La filosofía en la elección (scelta) y la fidelidad (fe-
fística jónica y la democracia griega, Noruega"). — Psykologi, 1926. — deltà). La unidad última de estos mo-
entre el industrialismo moderno y la Socialpsykologi, 1938. — Además, dos, o la estructura fundamental de la
psicología empírico-experimental. La numerosos escritos, publicados en re- existencia, es, por otro lado, lo que
segunda fue entendida como una vistas, sobre temas de psicología ex- puede permitirle eludir el recaer den-
perimental, de Historia de la filosofía tro del inmanentismo idealista: la tras-
filosofía de la Naturaleza desarrollada y de filosofía de la Naturaleza. Par-
sobre bases epistemológicas y con ticularmente importantes para su fi- cendencia. De ahí la insistencia de
intenciones últimamente metafísicas. losofía son los escritos: "Gibt es ir- Abbagnano en el modo particular con
Esta filosofía de la Naturaleza o filo- gendeine andere Wirklichkeit als die que él defiende la relación o rapporto
sofía crítica de la existencia tenía mechanische?", Zeitschrift für Philo- de la existencia con el ser, a que he-
por base positiva la investigación sophie, CLXII (1917) ("¿Hay al- mos aludido en el artículo Existencia-
psicológica, que Aall condujo sobre guna otra realidad además de la rea- lismo (VÉASE ). Por eso la existencia
lidad mecánica?") y "The Problem of es, en Abbagnano, la propia relación
todo en el sentido de una psicología Reality", The Journal of Philoso-phy,
de los sentidos y que consistió en XXII (1925), 533-47 — V. también la con el ser, y por eso los actos exis-
una asimilación, crítica y superación autoexposición citada arriba. tenciales pueden trascender hacia el
del mecanicismo y del energetismo ABANO (PEDRO DE). Véase PE - ser; en suma, "hacia la unidad abso-
contemporáneos. El reduccionismo de DRO DE ABANO. luta del ser". Pues, en última instan-
éstos era rechazado por Aall como cia, la existencia se constituye tras-
ABBAGNANO (NICOLA) nac. cendiendo hacia la existencia, y se
una inadmisible adhesión al monismo
(1901) en Salerno (Italia), profesor reduce a este continuo trascender.
metafísico. Una cierta forma de
desde 1939 en la Universidad de Obras principales: Le sorgenti
realidad, ciertamente funcional, pero
no simplemente energética, se reve-
Turin, representa actualmente el irrazionali del pensiero, 1923. — Π
existencialismo (VÉASE) italiano. Sin problema dell'arte, 1925. — Il nuovo
laba, a su entender, entre los coefi-
embargo, el existencialismo de Ab- idealismo inglese e americano, 1927.
cientes fisiológicos observables y las — Guglielmo di Ockam, 1931. — La
bagnano no es un reflejo del existen-
manifestaciones psíquicas. Esto cons- nozione del tempo in Aristotele, 1933.
cialismo alemán o francés, sino un re-
tituía la base de la mencionada "crí- — La física nuova. Fondamenti di
sultado del desarrollo interno de su
tica de la existencia real", que in-
propio pensamiento, surgido, por lo
una teoría della scienza, 1934. — Π
cluía el análisis psicológico-crítico principio della metafísica, 1936.
demás, de la propia situación filosó- — Lineamenti di pedagogia, 1936. —
de las nociones de energía, de tiempo y
fica contemporánea. Abbagnano re- La struttura dell' esistenza, 1939 (trad.
de movimiento y que desembocaba,
finalmente, en una concepción
chazaba ya en su primer libro no esp.: La estructura de la existencia,
sólo las concepciones "clásicas" de la 1958). — B. Telesio (I. Telesio. II.
funcional de la unidad del alma y Telesio e la filosofía del Rinascimen-
verdad, sino también las que, como
del cuerpo, del espíritu y de la ma- to), 1941. — Introduzione all'esis-
las intuicionistas, modernistas o pu-
teria, así como en una filosofía de tenzialismo, 1942, 2a éd., 1947 (trad.
ramente historicistas, sólo podían ser esp.: Introducción al existencialismo,
la existencia que, en sus propios
parcialmente satisfactorias. Desde un 1955). — Filosofía, Religione, Scien-
términos, debía ser designada como
principio se trataba, pues, de encon- za, 1947 (trad. esp.: Filosofía, reli
pluralista y que sostenía que "el
propio espíritu y su vida, los propios
trar algún elemento capaz de repre- gión y ciencia, 1961). — Existenzia-
sentar un principio metafísico en el lismo positivo, 1948 ( trad. esp. : Exis
contenidos empíricos de carácter no tencialismo positivo, 1953). — Storia
cual las demás realidades fuesen da-
mecánico, poseen realidad indepen- della filosofía, 3 vols. (I, 1, 1949; II,
das sin reducirse a la pura racionali-
diente" (Die Philosophie der Gegen- 1 y 2, 1949); III, 1953), reed. en 3

27
vols., 1953-54) (trad. esp.: Historia viada para las pruebas ad absurdum tido más próximo a las expresio-
de la filosofía, 2 vols., 1955-56). — y ad impossibile. En los artículos nes 'reducción al absurdo' y 're-
Storia del pensiero scientifico, 1951 y sobre los términos 'absurdo' y 're- ducción a lo imposible', si bien afir-
sigs. — Possibilita e liberta, 1956 ducción' hemos hecho ya referencia mando que la prueba indirecta en
(trad. esp.: Filosofía de lo posible, que consistiría últimamente la ab-
1957). — Problemi di sociologia, 1959 a estas significaciones. Nos limita-
(colección de artículos [1951-1958]). remos ahora al sentido que tiene ducción clásica puede convertirse
— Dizionario di Filosofía, 1961 ( trad. a)pagwgh cuando se traduce por 'ab- fácilmente en una prueba directa,
esp.: Diccionario de Filosofía, 1963). ducción'. En este caso se trata de y negando al mismo tiempo la legi-
— Véase autoexposición de su filoso un silogismo cuya premisa mayor es timidad de confundir bajo la especie
fía titulada "Metafísica ed esistenza" cierta y cuya premisa menor es pro- común de la apagogé o reducción al
en M. F. Sciacca, Filosofi italiani bable. O, como dice Aristóteles, "hay absurdo dos formas distintas. Trata-
contemporanei, 1944, págs. 9-25. — abducción cuando es cierto que el mos, por consiguiente, esta signifi-
Véase también V. Fatone, La exis
tencia humana y sus filósofos, 1953, primer término conviene al medio, cación que Peirce da al término
cap. X. — G. Giannini, L'esistenzia- siendo incierto, en cambio, que el 'abducción' en el artículo sobre la
lismo positivo di Ν. Α., 1956. — Ma término medio convenga al último, reducción ( VÉASE).
ría Angela Simona, La notion de li aun cuando esta relación sea tan ABELARDO (PEDRO) o Abailard
berté dans l'existentialisme positif de probable o inclusive más probable (1079-1142), llamado Peripateticus
Ν. Α., 1962 [Studia Friburgensia, N. que la conclusión" (An Pr., II, 25, palatinus, nació en Le Pallet, en el
S., 32]. 69 a 20-23). También hay abducción condado de Nantes, y estudió en París
ABDERA (ESCUELA DE). A "cuando los términos intermediarios bajo el magisterio de Guillermo de
menudo se encuentra en las historias entre el último y el medio son po- Champeaux, cuyas doctrinas combatió
de la filosofía griega la expresión 'Es- cos". En otras palabras, hay, según violentamente. Con el fin de enseñar
cuela de Abdera'. Designa el llamado Aristóteles, dos modos de la abduc- sus propias doctrinas, Abelardo fundó
atomismo de algunos de los filóso- ción, es decir, dos modos de silo- una escuela en Melun, escuela que
sos presocráticos (Leucipo, Demó- gismo que no proporcionan sino un luego trasladó a Corbeil. Poco tiempo
crito). El nombre procede del lugar conocimiento probable: en el prime- después, no obstante, regresó a París
de nacimiento de Demócrito: Abdera, ro, la premisa mayor es evidente y para estudiar de nuevo con Guillermo
una colonia jónica de Tracia (donde la menor incierta o sólo probable, de Champeaux. Renovada su
había nacido también Protágoras). y justamente de igual grado de pro- oposición al maestro, se allegó
Por este motivo Demócrito es llamado babilidad que la conclusión; en el muchos discípulos. Lo mismo le ocu-
asimismo el abderita. Tanto este nom- segundo, la premisa menor es pro- rrió en Laon, adonde fue para estu-
bre como la expresión que designa bada mediante un número de térmi- diar con Anselmo de Laon. Después
la escuela pueden considerarse, sin nos medios menor que el de la con- de ello pasó a París y abrió escuela
embargo, sólo como recursos mnemo- clusión. Si suponemos, con Aristóte- en la montaña de Santa Genoveva,
técnicos. En efecto, en la época de les, que A significa "que puede ser alcanzando resonantes éxitos. La tor-
los atomistas la actividad filosófica enseñada", B, "ciencia" y C, "vir- mentosa vida de Abelardo no termi-
griega estaba centrada en Atenas, y el tud", resultará que la ciencia puede nó, sin embargo, con sus incesantes
período durante el cual floreció la ser enseñada, en tanto que es incierto polémicas y sus discutidos libros; sus
Escuela de Abdera es el llamado pe- que la virtud sea una ciencia. "Si, célebres amores con Eloísa, su entrada
ríodo ático. Por lo demás, Demócrito pues —dice Aristóteles— la proposi- en religión, su vida de magister
viajó mucho por diversos países del ción BC es tan probable o más proba- errante, las acusaciones de San Ber-
Cercano Oriente y hasta se dice que ble que AC, hay abducción; estamos, nardo y la condenación de varias de
tuvo contacto con los hindúes. Final- en efecto, más cercanos al conocimien- sus tesis en los concilios de Soissons
mente, Leucipo, uno de los miembros to por el hecho de haber agregado a (1121) y de Sens (1140) contribuye-
de la Escuela, no nació en Abdera, la conclusión AC la proposición BC, ron a formar la imagen de un Abe-
sino en Mileto, y parece haber sido pues antes no poseíamos de ello lardo inquieto que no por azar se ha
discípulo de Parménides. Esto hace ningún saber" (op. cit., 69 a 25-30). convertido en tema de inspiración ro-
sospechar que hay relación entre los Y habrá también abducción si supo- mántica.
eleatas y la Escuela de Abdera, rela- nemos que los términos intermedios
ción que se confirma cuando adverti- Se ha sostenido a veces que Abe-
entre Β y C son poco numerosos. lardo fue el fundador del método es-
mos que cada uno de los átomos de "Admitamos, por ejemplo, que D
Demócrito (véase ATOMISMO) parece colástico. Aunque esta opinión es dis-
signifique 'ser cuadrado', E 'figura cutible, parece cierto de todos modos
haber sido concebido por analogía rectilínea' y F, 'círculo'. Si entre E
con la esfera de Parménides. que dio con su obra Sic et Non una
y F hubiese sólo un término inter- amplia difusión al método basado en
Para bibliografía, véanse FILOSO- medio (p. ej., si mediante el auxilio la contraposición de las autoridades
FÍA GRIEGA y PRESOCRÁTICOS. de lúnulas el círculo se igualara a patrísticas con vistas a su armonía y
ABDUCCIÓN. El término una figura rectilínea), estaríamos más conciliación dentro de los dogmas
a)pagwgh/ se traduce de varios cerca del saber" (loc. cit.). y también con vistas a la fundamen-
modos. Por un lado, significa Para Ch. S. Peirce (VÉASE), el tér- tación racional de éstos. Por lo tan-
reducción. En tal caso la apagogé es o mino 'abducción' designa uno de los to, el llamado racionalismo teológico
la reducción de las figuras del tipos de la inferencia. Por lo tanto, de Abelardo —que ha inducido a al-
silogismo (VÉASE) a la primera Peirce utiliza dicho vocablo en sen- gunos historiadores, con evidente exa-
figura, o la expresión abre-
28
ABE ABE ABE
geración, a considerarlo como un de Champeaux a una atenuación de ma extema de la remisión del pecado
"ilustrado" avant la lettre— no es más su posición en el sentido del realis- por la íntima vivencia del arrepen-
que una igual oposición a los teólo- mo de la indiferencia ( VÉASE ). Pero timiento. Por otro lado, parecía con
gos que se negaban a aplicar la dia- una vez establecido esto es preciso ello destacar únicamente la importan-
léctica ( VÉASE ) a las cosas divinas y ver lo que positivamente enseñaba cia de la conciencia moral, pero no
a los que la convertían en la única Abelardo acerca de los universales. intentar suprimir la autoridad dele-
ciencia de la divinidad. Pero si Abe- Su posición puede esquematizarse del gada de Dios. Cierto que la distin-
lardo no fue un fundador, fue sin siguiente modo: el universal es un ción entre el delito y el pecado alude
duda un gran incitador, de suerte que nombre, un nomen, y el nombre es a la concepción de la intención como
su influencia debió de ser mayor to- una vox significativa. Se trata en- fundamento de la bondad o de la
davía de lo que permiten sospechar tonces de aclarar el sentido de la sig- maldad. Mas esta bondad o maldad
las huellas dejadas en la posterior es- nificación y de examinar su rela- no son nunca completamente subjeti-
colástica. Sus puntos de vista son muy ción con lo significado. Para con- vas. Menos aun pretendía Abelardo
diversos, pero de ellos nos interesan seguirlo Abelardo dedicó considerable suprimir el efectivo castigo del de-
primordialmente dos: uno se refiere esfuerzo al análisis lógico de la lito, pues si bien el filósofo escribió
a la doctrina de los universales; el predicación. Por lo pronto, advirtió en el Capítulo V de su Ética que "el
otro, a la ética. que predicar algo de una multiplici- acto del delito no es un pecado en
En lo que toca a la primera doc- dad es una función que ejercen los sí mismo", advirtió acto seguido que
trina, Abelardo se opuso tenazmente vocablos, los cuales convienen con en el orden humano la imposibilidad
al realismo ( VÉASE), tal como era de- varias entidades. Con ello se introdujo de hacer lo que Dios hace —sondear
fendido por Guillermo de Cham- un nuevo concepto: el de "con- la verdad en el corazón— impone juz-
péame, pero no se opuso menos al veniencia". Es un concepto difícil gar la maldad según el acto y no
nominalismo (v.), por lo menos tal de precisar. Pues esta convenien- según el espíritu con que es ejecuta-
como había sido defendido por Ros- cia parece muy próxima al status me- do. Así, la radicación de la bondad
celino de Compiègne. Esto ha llevado diante el cual los realistas muy mode- o de la maldad en la intención es
a algunos autores a la conclusión de rados designaban el "encuentro" en más bien un límite extremo que una
que la posición de Abelardo fue una varios individuos de un carácter co- propiedad efectiva del acto; no sola-
preparación para la tesis del realismo mún. En vista de estas dificultades, mente debe ser llenada la intención
moderado, ulteriormente fundamenta- no es sorprendente que Abelardo de- en cada caso con un contenido que
do por San Alberto el Grande y Santo jara a veces su posición en un estado la haga real, sino que la realidad de
Tomás de Aquino. Esta opinión es mucho menos preciso del que supo- este contenido debe, además, coinci-
considerada hoy como excesivamente nen algunos historiadores de la filo- dir con la ley divina. También aquí,
simplista. No es sorprendente, pues, sofía. De hecho, lo único que puede Eues, la posición de Abelardo es osci-
que haya habido entre los historia- afirmarse con relativa seguridad es lante; ello enriquece, ciertamente, su
dores de la filosofía medieval un vivo que Abelardo fue un realista contra pensamiento, pero hace imposible ex-
debate acerca de cuál era la "verda- Roscelino y un nominalista contra ponerlo de un modo simplificado.
dera posición" de Abelardo en el pro- Guillermo de Champeaux, pero no Entre los escritos de Abelardo hay
blema que nos ocupa. Dos interpre- todavía un realista moderado. Cierto que notar, además de su autobiografía
taciones se han enfrentado: la de que Abelardo declara en la lógica Historia calamitatum, el De unitate et
quienes han sostenido que Abelardo llamada Ingredientibus que "géneros trinitate divina (escrito en 1120,
condenado en 1121), el ya mencio-
fue un conceptualista y que interpretó y especies significan realmente cosas nado Sic et Non (1122), llamado
los universales como "concepciones que existen verdaderamente". Pero la asimismo Compilatio sententiarum o
del espíritu", y la de quienes han significación de 'existir verdadera- Sententiae ex divinis scripturis col-
declarado que, no obstante su crítica mente' no queda con ello más clara. lectae; la Theologia christiana ( 1123
de Roscelino, se mantuvo en el fondo Diremos, pues, que la solución de o 1124), la Theologia (cuya primera
dentro de la misma corriente nomina- Abelardo parecía tender a una vaci- parte, conservada, es la Introductio
lista que se desarrolló desde el citado lación entre la realidad del "encuen- ad theologiam) para la cual las fe-
chas van de 1125 a 1136 ó 1138.
filósofo hasta Guillermo de Occam. tro" de lo común en los individuos, La Ethica o Scite te ipsum es de
Para terciar en este debate conviene y la concepción del universal como fecha incierta, aunque posterior a
ver lo que Abelardo pensaba acerca una intelección de la mente. Este úl- 1125. El Dialogus inter Judaeum,
de los universales al hilo de la doble timo aspecto fue subrayado por Abe- Philosophum et Christianum fue es-
critica de Roscelino y Guillermo de lardo sobre todo cuando quiso opo- crito al final de su vida. — Las obras
Champeaux. Ahora bien, es claro que nerse a la concepción de los univer- lógicas principales de Abelardo son:
para Abelardo los universales no eran sales como "cosas" o "naturalezas". Introductiones parvulorum [glosas a
Aristóteles, a Porfirio y a Boecio];
—como para Roscelino— meras vo- Pero no es posible reducir a ella toda Logica ingredientibus [glosas a Por-
ces, ya que éstas eran concebidas la doctrina sobre los universales de firio]; Logica nostrorum petitioni [glo-
como realidades mentales. Pero tam- Abelardo si no queremos simplificar sas a Porfirio]; Dialectica. Esta últi-
poco eran —como para San Anselmo su posición de un modo excesivo. ma comprende cinco tratados: I [an-
o más aun para Guillermo de Cham- En cuanto a la ética, advertiremos tepredicamentos, predicamentos ( ca-
peaux— cosas, res. En su crítica de que se manifiestan en Abelardo aná- tegorías), postpredicamentos]; II [si-
esta última posición Abelardo pareció logas vacilaciones. Por un lado, Abe- logismos categóricos]; III [tópicos];
IV [silogismos hipotéticos]; V [divi-
inclusive haber llevado a Guillermo lardo parecía intentar sustituir la for-
29
ABE ABE ABE
sión y definición], — Ediciones de ideas, 1960, págs. 157-72). — E. Gil- es modelo de todo conocimiento, de
Abelardo: Petri Abelardi Opera, Pa- son, Heloïse et Abélard, 1938. modo que el conocimiento de cual-
risiis, 1616, por Ambroise, muy in- ABENALARIF (Abu-l-'Abbas quier cosa es, en último término, una
completa; Ouvrages inédits d'Abé- Ahmad bn Muhammad bn Musa bn aproximación mayor o menor al cono-
lard, por Victor Cousin, Paris, 1836; Ibn 'Ata' Allah Ibn Al-'Arif) (1088-
refundición y ampliación de esta edi- cimiento de Dios y al conocimiento
ción por el mismo Cousin: I, 1849; 1141) nació en Almería. Se formó en que posee Dios. Abenalsid desarrolló
II, 1859, con un estudio sobre Abe- el sufismo con varios maestros que, la doctrina de la creación a base de
lardo reproducido en Fragments phi- según Asín Palacios, procedían de la emanaciones, y la doctrina del alma
losophiques, II, págs. 1-217. Edición escuela masarrí (véase ABENMASA- humana a base de los grados del co-
de Migne PL., CLXXVIII. Algunos RRA). Las tendencias de Abenalarif nocimiento.
textos más completos y otros hasta eran una combinación de metafísica El citado Kitab al-hada' iq
entonces desconocidos han sido masarrí y mística neoplatónica. Según (Libro de los cercos) ha sido
publicados posteriormente; conviene Abenalarif, no hay comparación ni publicado y traducido por Miguel
mencionar a este efecto, la publica- analogía posible entre Dios y las co- Asín Palacios en Al-Andalús, V
ción por Geyer de la lógica llamada (1940), 45-154, reimp. en Obras
Ingredientibus y de la lógica Nostro- sas y, por tanto, entre Dios y el hom-
rum sociorum petitioni (Cfr. Die phi- bre. Dios es todo y las cosas son nada; escogidas, de Asín, tomos II y III
losophischen Schriften Peter Abelards, sin embargo, el hombre puede, me- (1948), págs. 485-562. Además de
I, 1919; II, 1921; III, 1923; IV, 1933 diante desprendimiento de cuanto es dicha obra se deben a Abenalsid,
[Beiträge zur Geschichte der Philo- y le pertenece, ascender, a través de entre sus libros de carácter filosófico y
sophie des Mittelalters, XXI] y sigs.); teológico: Kitab al-iqtidab fi sarh
una serie de "moradas", hasta la adab al-kuttab (Libro de la
la publicación de la Dialectica, a base unión mística con Dios, que es unión improvisación), ed. Beirut, 1901. —
del MS. Lat. 14.614 de la Bi- de todo y nada. En el acto de la Kitab al-insaf fi al-tanbib 'ala al-
bliothèque Nationale, de París, por unión del hombre —o, mejor dicho, asbab al-muyiba li-ijtilaf al-umma
L. M. de Rijk, 1956 (WiJsgertge Teks- (Libro del aviso ecuánime acerca de las
ten en Studies, 1) [la sección sobre del "sabio" y del "iniciado"— con
los predicamentos, Parte I, falta en Dios desaparece todo rastro de mate- causas que engendran las
este MS.]; la ed. por L. Minio-Palue- rialidad y hasta todo rastro de reali- discrepancias de opinión en el Islam),
llo de textos lógicos inéditos: Abae- dad que no sea la pura realidad de ed. El Cairo, 1901. — Kitab al-ma-
lardiana Inédita (I. Super Perierme- Dios en cuanto místicamente contem- sa'il (Libro de las Cuestiones), ed. en
nias XII-XIV; 2. Sententiae secundum parte por Asín, Al-Andalús, III(1935),
plado. Abenalarif ejerció gran in- 345-89. — Véase Miguel Cruz Her-
M. Petrum), en Twelfth Century Lo- fluencia, formándose una "escuela ala- nández, Historia de la filosofía espa-
gic. Texts and Studies, II, 1958. — rifiana". ñola. Filosofía hispano-musulmana, to-
Ed. crítica de Historia calamitatum, De las obras de Abenalarif se con- mo I (1957), págs. 307-22.
por J. Monfrin (Paris, 1960). Se anun- serva sólo el Mahasin al-Mayalis; véase
cia ed. de la Ethica, por L. M. de ABENARABI (Abu Bakr Muham-
Rijk (en Wijsgerige Teksten en Stu- Miguel Asín Palacios, "El místico mad bn Άli Ibn 'Arabi) (1164-1240)
dies. — Véase también la Summa Abu-l-'Abbas Ibn al-'Arif de Almería nació en Murcia y se trasladó muy
boni, por vez primera editada en su y su "Mahâsin al-mayalis", en Obras joven a Sevilla, viajando luego por el
integridad por Heinrich Ostlender escogidas, 1946, págs. 219 y sigs. —
Véase también Miguel Cruz Hernán- África del Norte y el Próximo Orien-
(1939). — Ch. de Rémusat, Abélard, dez, Historia de la filosofía española. te; sus últimas residencias fueron Bag-
sa vie, sa philosophie et sa théologie, Filosofía hispano-musulmana, tomo I dad y Damasco, en cuya última ciu-
2 vols., 1845. — E. Vacandard, P. A. (1957), págs. 301-306. dad falleció. Aunque Abenarabi tuvo
et sa lutte avec Saint Bernard, sa doc- conocimiento de Aristóteles, de Alfa-
trine, sa méthode, 1881. — A. Hjelml, ABENALSID (Ibn al-Sid) (1052-
1127) nació en Badajoz y se trasladó rabi y de Averroes, su pensamiento se
Den helige Bernhard och Abaelard,
1898. — J. Schiller, Abaelards Ethik sucesivamente a Albarracín, Toledo, orientó en la línea del neoplatonismo,
im Vergleich zur Ethik seiner Zeit, con influencias de Abenhazam y so-
Zaragoza y Valencia, donde falleció.
1906. — F. Schreiter, Petrus Abae- bre todo de Abenalarif ( VÉASE). Si-
Su pensamiento filosófico, expresado y guiendo esta línea, Abenarabi destacó
lards Anschauungen über das Ver- sistematizado sobre todo en el Kitab
hältnis von Glauben und Wissen, el carácter puro y absoluto de Dios
1912. — P. Laserre, Un conflit reli- al-hada' iq (Libro de los cercos), es como unidad suprema y negó la po-
gieux au XIIe siècle, 1930 (trad. esp.: una combinación de ideas neoplatóni- sibilidad de toda analogía entre Dios
Abelardo contra San Bernardo, 1942). cas y neopitagóricas, con predominio y lo creado. Ello impide el conoci-
— C. Ottaviano, Pietro Abelardo, la de estas últimas. Abenalsid admite la miento de Dios, pero no la posibili-
vita, le opère, il pensiero, 1930. — doctrina de la absoluta unidad del dad de una "ascensión mística". Abe-
J. G. Sickes, Peter Abaelard, 1932. Ser Supremo y la doctrina de los gra- narabi dividió todo ser en tres: el ser
— F. Hommel, Nosce te ipsum. Die dos de realidad paralelos a los grados absoluto; el no ser absoluto o nada, y
Ethik des Peter Abaelard, 1947. — de perfección. A diferencia de auto- el ser intermediario, que se halla en-
Rev. A. J. Luddy, The Case of Peter
Abélard, 1948. — Sobre Abelardo y res que, como Abenmasarra y el coe- tre el ser absoluto y el no ser absoluto.
Eloísa: G. Moore, Heloïse et Abe- táneo de Abenalasid, Abenalarif Este último ser es el reino de la posi-
lard, 2 vols., 1921. — J. Huizinga, ( VÉANSE ), tendían a purificar la idea bilidad de ser, situado más acá de la
"Abaelard", Handelingen en levens- del Ser Supremo hasta el punto de existencia y de la no existencia. Como
berichten van de Maatschappij der que distinguían entre este Ser y su en el neoplatonismo, Abenarabi explica
Nederlandsche Letterkunde te Leiden ciencia, Abenalsid destaca el carácter los seres creados por medio de una
(1934-1935), págs. 66-82 (trad. esp. en de inteligencia pura de Dios, el cual procesión jerárquica de géneros y es-
el volumen del autor: Hombres e pecies a partir del ser necesario. Im-
30

30
ABE ABE ABE
portante es en el pensamiento de Abe- ramente a sus estudios, especialmente la demostración no basta para alcan-
narabi la doctrina del amor, el cual de teología y Derecho, y se retiró a zar las verdades de fe, pues éstas no
se articula en una serie de grados que Huelva, donde falleció. se derivan de aquél; sin embargo, sólo
van desde la mera simpatía o inclina- Abenhazam es conocido hoy sobre el conocimiento profundo de la "filo-
ción hasta el puro amor a la persona todo por su obra Tawq al-Hamama sofía" puede hacer acordar ésta con
en cuanto persona independientemente (El Collar de la Paloma) en el que los principios de la "teología". Estos
de las circunstancias. La producción discurre ampliamente sobre la natura- principios son racionales y nos mues-
de lo creado mediante procesión es leza y formas del amor, el cual es tran justamente la diferencia entre la
consecuencia del Amor divino su- concebido como atracción sentida por realidad eterna y necesaria de Dios y
perabundante. Debe observarse que almas afines, o partes de almas afines, la realidad temporal y contingente de
los grados del amor de que habla y en el cual se descubren diversos las cosas. Ello no quiere decir que la
Abenarabi no son simplemente grados grados, siendo el supremo de éstos el razón pueda penetrar en la esencia
de amor "material" a amor "espiri- del amor como "fusión". Junto a los divina; la revelación es necesaria y no
tual"; en el amor "material" puede grados del amor Abenhazam describe sólo en las verdades de fe, sino tam-
manifestarse algo puramente espiri- sus diferentes intensidades y sus va- bién de algún modo en las demás
tual. rias causas, en particular la causa verdades, fundadas en lo que ha
Abenarabi fue un autor muy fecun- principal: la belleza, la cual ofrece transmitido la revelación.
do y se le atribuyen más de 400 asimismo diversas formas y grados. Abenhazam elaboró con detalle la
obras filosóficas, teológicas, místicas, Américo Castro, que ha examinado lo teología natural, tratando de la natu-
ascéticas, poéticas, etc. Importantes que ha llamado "la proximidad for- raleza de Dios y de las pruebas de su
especialmente son: Kitab al-Futuhat mal" entre El Collar de la Paloma y existencia a base de un análisis de las
(Libro de las Revelaciones de la Me- el Libro de Buen Amor, del Arci-
ca), ed. 1876 (trad. en parte por Mi- diversas opiniones relativas al asunto
preste de Hita, ha destacado el carác-
guel Asín Palacios en El Islam Cris- para concluir con "la verdadera sen-
ter "personal" de la idea del amor en
tianizado [1931], págs. 450-518). — Abenhazam: "Ibn Hazm habla de tencia" y las pruebas de ella de un
Kitab Sarh futsus al-hikam (Libro co- modo parecido al tradicional escolás-
mentario a las perlas de la sabiduría), unas vidas, la suya y las de otros,
inmersas en el amor" (op. cit. en bi- tico y en particular al de Santo To-
ed. en 1891. — Kitab mawaqi' al- más. Al efecto Abenhazam hace uso
nuyum (Libro del descenso de los as- bliografía, pág. 414).
tros), ed. 1907 (trad. en parte por Pero el pensamiento de Abenha- de conceptos básicos filosóficos como
Asín Palacios en op. cit., págs. 378- zam no se reduce a su doctrina del el de substancia, atributo, ser necesa-
432). — Kitab al-tadbirat al-Ilahiyya amor y sus formas; Abenhazam escri- rio, ser posible, ser imposible, etc.
(Libro de la Política divina), ed. bió numerosas obras filosóficas en las Dentro de su teología natural Aben-
1919 (trad. en parte por Asín Pala- que trató de temas tales como la cla- zaham trató asimismo con gran deta-
cios, op. cit., págs. 353-70). — Kitab sificación de los saberes, la naturaleza lle las cuestiones capitales de la li-
tuhfat al-safara (Libro del regalo del bertad humana y la predestinación,
viaje místico), ed. 1882 (trad. en par- del conocimiento, el conocimiento de
Dios, la cuestión de las relaciones en- oponiéndose por igual al fatalismo
te por Asín Palacios, op. cit., págs.
277-329). — Risalat al-anwar (Epís- tre fe y razón, el problema de la subs- completo y al completo "indetermi-
tola de las luces), ed. 1914 (trad. en tancia, de la esencia y la existencia, nismo" y abogando en favor de la
parte por Asín Palacios, op. cit., págs. el alma, las virtudes, etc. En su clasi- idea de que el hombre necesita la
433-49). — Risalat al-Amr al-muhkam ficación de los saberes Abenhazam in- gracia divina —una gracia suficiente
(Epístola del precepto taxativo), ed. dica que hay tres tipos de saberes y una gracia eficaz— para inclinarlo
1897 (trad. en parte por Asín Pala- poseídos por el hombre: saberes pro- al bien, pero que esta gracia no es
cios, op. cit., págs. 300-51). — Kitab pios de un pueblo (como teología, completamente "irresistible".
Dajá'ir al-a'laq (Libro del tesoro de
los amantes), ed. 1904. — Al-Diwan historia); saberes universales (como En la debatida cuestión de la rela-
al-akbar (El gran diwan). — Véase matemática, medicina, filosofía) y sa- ción entre esencia y existencia, Aben-
Miguel Asín Palacios, op. cit., págs. beres mixtos (como poética, retórica). hazam defiende la distinción real en-
citadas y especialmente sobre la vida Siguiendo en gran parte a Aristóteles, tre ellas en las cosas creadas o, por
y el pensamiento de Abenarabi, págs. Abenhazam estudia el proceso del co- lo menos, la idea de que en tales
96-173. — Véase también Miguel nocimiento como conocimiento sensi- cosas la existencia es extrínseca a la
Cruz Hernández, Filosofía española. ble que lleva a la discriminación entre esencia; en cambio, en Dios son idén-
Filosofía hispano-musulmana, tomo I lo verdadero y lo falso y, al final, a
(1957), págs. 267-94. ticas la existencia y la esencia. Ello
un sentido distinto de los otros cinco, no significa que la doctrina de Aben-
ABENHAZAM (Abu Muhammad el sentido sexto o común, que apre- hazam al respecto sea igual a la to-
Ali bn Ahmad bn Sa 'id Ibn Hazm) hende los principios primeros por me-
(994-1063) nació en Córdoba y vivió mista, entre otras razones porque no
dio de los cuales se llevan a cabo las tienen en ella exactamente el mismo
en esta ciudad gran parte de su vida, demostraciones. Según Abenhazam, el
sufriendo diversas vicisitudes políticas sentido los términos empleados: (ma-
conocimiento de las cosas y el de los hiyya, "esencia"; anniyya, "existen-
que lo llevaron a la cárcel, a un breve principios de la demostración no es
destierro en Aznalcazar, de nuevo a cia"). Sin embargo, es característico
contrario a las verdades de la fe ni de Abenhazam en esta y otras cues-
la cárcel y a un refugio en Játiva, y tampoco completamente independiente
de nuevo a la cárcel. Abandonada la tiones filosóficas capitales una actitud
de dichas verdades. El conocimiento "moderada".
actividad política, se consagró ente- de las cosas y de los principios de Trad. y comentario del Tawk al-
31
ABE ABE ABE
Hamama, por Eduardo García Gómez: ca radica en su doctrina de la histo- leyes de transformación social que
El Collar de la Paloma, 1952. — Entre ria, la cual expuso en sus prolegó- podrían aplicarse —y que, en su in-
los otros escritos de interés fi-losófico menos a su Historia universal. Según tención, se aplican— a todas las so-
de Abenhazam destacamos: Kitab fi Abenjaldún, "la Historia es el relato ciedades.
Maratib al-'Ulum (Libro sobre la
clasificación de las ciencias). de lo ocurrido en la sociedad humana La doctrina histórico-filosófica de
— Kitab al-taqrib li-hudud al-Kalam o civilización mundial; de los cambios Abenjaldún se encuentra en los Prole-
(Libro para facilitar la comprensión operados en la naturaleza de tal gómenos a su Historia universal. Estos
del razonamiento). Kitab al-ajlaq wa-l- sociedad, tales como el estado de sal- Prolegómenos (Muqaddima) se dividen
sir (Libro de los caracteres y la con vajismo, la sociabilidad y la solidari- en seis partes, que tratan: (1) de la so-
ducta) (trad. esp. por Miguel Asín ciedad humana en general, clases y
dad de los grupos, de las revolucio- distribución geográfica; (II) de las so-
Palacios, 1916). — Kitab al-ihkam fi nes y revueltas de un grupo contra
usul al-ahkam (Libro de los princi ciedades nómadas; (III) de los Estados
pios de los fundamentos jurídicos). —· el otro, con los resultados consiguien- y organizaciones políticas; (IV) de las
Kitab al-fisal (Libro de las soluciones tes de la formación de nuevos reinos sociedades sedentarias; (V) de la pro-
divinas) (trad. esp. por Asín Palacios y Estados; de las diferentes activida- ducción y economía; (VI) de la ad-
en Abenhazam, véase infra). — Fasl des y ocupaciones de los hombres, ya quisición de bienes. Primera trad.
fï Ma ' rufat al-nafs bi gayri-ha wa sea para conseguir el sustento o bien completa de los Prolegómenos (al in-
yahal-ha bi-datiha (Artículo sobre el en las varias ciencias y oficios; y, en glés): Ibn Khaldun, The Muqaddi-
conocimiento que tiene el alma de las general, de las transformaciones a mah, por Franz Rosenthal, 3 vols.,
cosas diferentes de ella y de la igno 1959 (Bollingen Series, 43), con int.
rancia que tiene de sí misma). que es sometida la sociedad por su crítica y bibliografía (esta última por
Fundamental para Abenhazam es propia naturaleza". Puede decirse W. J. Fischer). Esta trad. incluye por-
Miguel Asín Palacios, Abenhazam de que la historia se desarrolla de acuerdo ciones omitidas en la trad. francesa
Córdoba y su historia crítica de las con leyes, las cuales son leyes de de W. M. de Slane (1862-68). —
ideas religiosas, 5 vols., 1927-1932. grupos sociales. Estas leyes, que son Véase T. Hussein, La philosophie so-
— Véase también I. Pellat, "Ibn obtenidas inductivamente, se aplican ciale d"Ibn Khaldoun, 1918. — N.
Hazm, bibliographe et apologiste", Al- a todas las sociedades. Las leyes his- Schmidt, Ibn Khaldun, 1930. — G.
Andalús, XIX (1954), 53-102. — Bouthoul, Ibn Khaldun, 1930. — Ka-
R. Arnaldez, Grammaire et théologie tórico-sociológicas son, empero, pecu-
liares a la humanidad y no pueden mil Ayad, Die Geschichte und Ge-
chez Ibn Hazm de Cordoue. Essai sellschaftslehre Ibn Halduns, 1930. —
sur la structure et les conditions de reducirse a las circunstancias físicas o E. Rosenthal, Ibn Khalduns Gedanken
la pensée musulmane, 1956 [Études geográficas. De este modo es posible über den Staat, 1932. — Mohammad
musulmanes, 3]. — Miguel Cruz Her ordenar el aparente caos de la historia Abb Allah Inan, Ibn Khaldun, His Life
nández, Historia de la filosofía es y proporcionar modelos para entender and Work, 1941. — Satí 'al el Husry,
pañola. Filosofía hispano-musulmana, los incesantes cambios sociales. Dirasat 'an Muqadimat Ibn Jaldun, 2
vol. I (1957), págs. 239-93. — La vols., 1943. — Véase también J.
obra de Américo Castro referida su- Fundamental en la investigación de
Abenjaldún es el concepto de so- Ortega y Gasset, "Abenjaldún nos
pra es La realidad histórica de Espa revela el secreto", El Espectador, VIII
ña, 1954 [refundición de España en lidaridad social, la cual se debe al
su historia, 1948; edición renovada, 2 impulso de autoconservación de las (1934), págs. 9-52, recogido en O.
vols., 1963-1964]. C., tomo II, págs. 669-87. — Muh-sin
sociedades y explica la necesidad de Mahdi, Ibn Khaldun's Philosophy of
ABENGABIROL. Véase AVI CE - la autoridad. Esta solidaridad es má- History. A Study in the Philosophie
BRÓN. xima en la fase tribal y nómada y Foundations of the Science of Cul-
ABENJALDÚN ('Abd al-Rahman constituye —unida a la solidaridad ture, 1956 [ed. americana, 1957].
Ibn Jaldun) (1332-1406) nació en Tú- religiosa— el fundamento de la crea- ABENMASARRA (Muhammad ibn
nez. Sus antepasados habían vivido ción de los Imperios y de los Estados. Masarra) (883-931) nació en Córdo-
durante varias centurias en España Ahora bien, una vez constituido un ba, donde formó un círculo ascético
(principalmente en Sevilla). Sus pa- Imperio, el impulso dinámico de la de tendencias mu'tazilies (véase FI-
dres se trasladaron al África del Norte sociedad decrece; ablandadas por el LOSOFÍA ÁRABE). Sospechoso de hete-
poco antes de que Sevilla fuera lujo, la seguridad y la desidia, las so- rodoxia, partió, con algunos de sus
capturada por Femando III el Santo. ciedades experimentan un proceso de discípulos, al África del Norte, lle-
El propio Abenjaldún fue a España disolución. Una serie de etapas bien gando hasta Medina y La Meca y re-
en 1362, al servicio del rey de Gra- precisas conducen desde el impulso gresando a Córdoba durante el reina-
nada, y estuvo como embajador del inicial nomádico de creación imperial do de Abderramán III. Abenmasarra
mismo en la Corte de Pedro el Cruel. hasta el momento final de desin- formó una escuela, la llamada "escuela
En 1375 se retiró a Orán, donde es- tegración de la sociedad, la cual es massarrí", que se extendió por la
cribió casi toda su obra histórica. En entonces dominada por otra comuni- España musulmana y que tuvo dos
1382 se fue a Alejandría, visitó el dad todavía en estado nomádico y, centros principales: uno en Córdoba
Cercano Oriente, y falleció en El por consiguiente, en perfecta cohesión y otro en Pechina (Almería). Algu-
Cairo. Aunque Abenjaldún se ocupó social, y así sucesivamente, en un pro- nos miembros de la escuela massarrí
asimismo de cuestiones metafísicas, ceso interminable. Es obvio que el llegaron más lejos que su maestro en
sosteniendo la doctrina tradicional de modelo concreto histórico y social de varios puntos doctrinales, especialmen-
la gradación continua del ser en un la filosofía de la historia de Abenjal- te en la predicación de un comunismo
sentido semejante al neoplatónico, su dún está constituido por los hechos que aspiraba a abolir toda propiedad
más importante contribución filosófi- de la historia norteafricana por él privada, y en la negación de toda
conocidos, pero hay en su sociología posibilidad de ciencia divina.
3

32
ABE ABE ABS
Influido por Filón, por el gnosti- (Abu Bakr Muhammad bn 'Abd al- quien intenta asemejarse abstrayén-
cismo y por el neoplatonismo, espe- Malik bn Muhammad ibn Tufayl al- dose totalmente de la vida material
cialmente por Plotino, Abenmasarra Qaysí (antes de 1110-1185), nació en hasta llegar a la visión de su esencia.
concibió a Dios como Unidad perfecta Guadix, ejerció la medicina en Grana- La obra de Abentofail ha sido inter-
y suprema cuyo conocimiento sólo da, fue visir y médico de cámara del pretada a veces como una defensa
puede alcanzarse por vía mística, es Sultán almohade Abü Ya 'qub Yusuf del hombre natural, no pervertido por
decir, por una "fusión" del alma con (en el cargo de médico lo sucedió Ave- la cultura (o, mejor dicho, por el pre-
Dios. La Suprema unidad estaba en- rroes) y falleció en Marruecos. Se dominio en ella de las cosas natura-
vuelta, antes de la producción del consideraba a sí mismo discípulo de les), pero es más plausible explicarla
mundo, de una especie de niebla in- Algazel y de Avicena, pero sobre todo como una de las manifestaciones de
diferenciada que formaba la materia de Avempace, cuya noción de la unión la mística musulmana y como uno
primera. De ésta surgen todas las co- del entendimiento humano con Dios de los intentos de solucionar el pro-
sas, las cuales no pueden proceder fue colocada por Abentofail en el cen- blema de la relación entre la reli-
directamente de Dios, cuya perfección tro de su meditación filosófica. Como gión revelada y la filosofía. La con-
resultaría manchada de relacionarse en el Régimen del Solitario, de Avem- clusión es que la sola razón, siempre
directamente con lo producido. Dios pace, también en la obra de Aben- que esté desasida de los sentidos, pue-
"actúa" por así decirlo sobre la mate- tofail se trataba de ver hasta qué de llegar al conocimiento de las ver-
ria primera produciéndose entonces punto un hombre en completa sole- dades supremas.
una serie de emanaciones, cada una dad podría lograr la unión citada.
de las cuales produce, por reflejo, La Risala de Abentofail fue tra-
Abentofail presentó a tal efecto en ducida al hebreo y comentada por
una emanación o hipóstasis inferior a
ella. Así surgió el Intelecto Universal, su obra Risala de Hayy ibn Ύαqzan fi Moisés de Narbona en 1349. La pri-
asrar al Hikmat al Masriqiyya o Epís- mera versión latina es la de Eduard
poseedor de toda ciencia. Lo que este Pococke: Philosophus autodidactus,
Intelecto "escribe" produce el Alma tola de Hayy ibn Yaqzan (o del Vi-
viente, hijo del Vigilante) acerca de sive Epistola Abi Jaafar ebn Tophail
Universal, de la cual emana la Natu- de Hai ebn Yokdhan, in qua osten-
raleza pura. Se produce entonces la los secretos de la filosofía iluminativa, ditur, quomodo ex Inferiorum con-
materia segunda, de la cual ha surgi- más conocida en el mundo occidental templatione ad Superiorum notitiam
do el Cuerpo universal y todas las por el nombre de El Filósofo Ratio humana ascendere possit, Oxo-
cosas del mundo, incluyendo los es- autodidacto, una narración cuyo héroe ni, 1671. La primera versión espa-
píritus inmateriales. principal es Hayy bn Yaqzan. Éste ñola es la de Francisco Pons Boigues:
Abenmasarra acentuó hasta el ex- se encuentra en una isla desierta, El Filósofo autodidacto de Abento-
pero dotado de gran inteligencia llega fail, Zaragoza, 1900, con prólogo de
tremo la pureza de Dios como supre- M. Menéndez y Pelayo. La mejor ver-
ma Unidad, de tal forma que negó a adquirir por sí propio las principales
y más altas verdades sobre el mundo y sión española es la hecha a base de
que Dios pudiera poseer la ciencia de la edición de Léon Gauthier (Alger,
los universales; si tal sucediera, Dios sobre Dios, hasta desembocar en la 1900) por A. González Palencia: El
no sería Uno sino que se desdoblaría unión mística con la divinidad. Se filósofo autodidacto, Madrid, 1934
entre Él y Su ciencia. Abenmasarra encuentra luego con Asal, que llegó a [Publicaciones de las Escuelas de Es-
defendió asimismo el libre albedrío la isla para dedicarse a la vida tudios árabes de Madrid y Granada,
humano y predicó el uso de este libre ascética, y aprende de él el lenguaje Serie B, N° 3]. — Véase L. Gauthier,
albedrío en forma que pudiera conse- humano. En posesión de éste Ibn Thofail. Sa vie, ses oeuvres, 1909.
guirse la felicidad eterna o liberación sorprende a su maestro con el cono- ABSOLUTO. Se ha entendido por
de todas las ataduras corporales. A tal cimiento completo de la verdadera absolutum, en el vocabulario filosó-
efecto instituyó una serie de reglas de religión y filosofía. Presentado al rey fico latino, "lo que es por sí mis-
vida espiritual en las que sobresalían Salaman, de una isla vecina, intenta mo" (kaq' au(to/ ). 'Lo absoluto' o 'el
la humildad, la oración, la penitencia comunicarle las sublimes verdades Absoluto' —sustantivaciones de 'el
y la mortificación. descubiertas, pero tanto Hayy bn ser absoluto', 'el ente absoluto'— ha
Entre las obras que escribió Aben- Yaqzan como Asal llegan a la con- sido identificado con lo separado o
masarra se destacaron el Kitab al- clusión de que tales verdades no desligado de cualquier otra cosa' (ab
tabsira (Libro de la explicación pers- pueden trasmitirse a quienes viven alio solutum); por lo tanto, con lo
picaz) y el Kitab al-huruf (Libro de encadenados por los sentidos; termi- independiente', lο incondicionado'
las letras). Estas y las otras obras
producidas por Abenmasarra se han nan, pues, por retirarse con el fin de ( VÉASE ). La expresión lo Absoluto'
perdido, pero el pensamiento de nues- seguir viviendo en posesión de la se ha opuesto, pues, con frecuencia
tro autor fue reconstruido por Miguel verdad divina. a las expresiones lο dependiente', 'lo
Asín Palacios en su obra Ibn Masarra En el curso de su Risala, precedi- condicionado', lο relativo'. Ahora
y su escuela. Orígenes de la filosofía da por una exposición y discusión de bien, estas precisiones verbales no son
hispano-musulmana, 1941 [ed. en el las opiniones de Avempace, Avicena, consideradas por muchos filósofos
volumen de Obras escogidas, 1946]. como suficientes; gran número de
— Véase también Miguel Cruz Her- Algazel y Alfarabi sobre el éxtasis y
nández, Historia de la filosofía es- la mística, Abentofail da cuenta de pensadores han intentado no sola-
pañola. Filosofía hispano-musulmana, los sucesivos descubrimientos natu- mente definir la expresión lο Ab-
tomo I (1957), págs. 221-38. rales y espirituales de su protago- soluto', sino también averiguar la
ABENTOFAIL, llamado también nista, y en particular del modo gra- naturaleza de lo Absoluto. Varios pro-
Abubaker, Abubacher, Abubather dual por el cual ha alcanzado el blemas se han planteado a este res-
conocimiento del Ser Necesario, a pecto. Examinaremos aquí cinco de
33
ABS ABS ABS
ellos: (I) el de la distinción entre remos en las secciones a continua- tencia del Absoluto —o de un Ab-
diferentes tipos de Absoluto; (II) el ción se refieren por lo común al pri- soluto— o cuando menos la posibili-
de las contraposiciones varias entre mer tipo mencionado de Absoluto: dad de hablar con sentido acerca de
lo Absoluto y los entes no absolutos; el Absoluto simpliciter. Por eso con- su concepto. No ha sido necesario
(III) el de la posibilidad de referirse sideramos la primera distinción como para ello sostener una metafísica en-
al Absoluto o a un Absoluto; (IV) el fundamental. teramente racionalista; concepciones
de los diversos modos de concebir lo II. Se lee con frecuencia en la de índole empirista o "experiencia-
Absoluto, y (V) el de las formas literatura filosófica que lo Absoluto lista" acerca de lo Absoluto (como
adoptadas en el curso de la historia se contrapone a lo dependiente, a lo lo muestra el ejemplo de Bradley) no
de la filosofía por la idea de lo Ab- condicionado y a lo relativo, y así quedan enteramente excluidas. En
soluto. Observemos que la sucesión lo hemos puesto ya de relieve al co- cambio, cierto número de filósofos
de estos problemas no sigue un or- mienzo de este artículo al referimos —especialmente abundantes en el pe-
den lógico. En efecto, la solución a la expresión 'lο Absoluto'. No obs- ríodo contemporáneo— se han ne-
dada a la cuestión (III) condiciona tante, conviene distinguir entre dos gado a incluir en su pensamiento la
todas las restantes y, por lo tanto, contraposiciones: (1) lo Absoluto se idea de un Absoluto. Esta negación
también la planteada en (I). Sin contrapone a lo dependiente y (2) lo puede asumir tres formas. Por un
embargo, colocamos a ésta al frente, Absoluto se contrapone a lo relativo. lado, puede negarse que exista un
porque la mayor parte de los deba- Los autores tradicionales (principal- Absoluto y considerar lo que se diga
tes mantenidos por los filósofos acerca mente escolásticos) se han inclinado acerca de él como resultado de la
de lo Absoluto a que luego nos con frecuencia hacia la primera con- imaginación; las especulaciones en
referiremos han girado en tomo a uno traposición y han alegado que sólo torno a lo Absoluto —alegan los au-
de los tipos de lo Absoluto distin- ella permite solucionar la cuestión de tores que propugnan este tipo de ne-
guido en dicha primera sección. la relación que puede establecerse gación— no son propiamente filosó-
I. Por un lado, hay una distinción entre el Absoluto —o un Absoluto ficas, y menos aun científicas, sino
fundamental establecida por muchos cualquiera— y los entes no absolutos. literarias o poéticas. Por otro lado,
autores (especialmente de tendencia Los autores modernos han preferido puede negarse que sea legítimo des-
escolástica): la distinción entre el Ab- la contraposición segunda. Al hilo arrollar ningún concepto de lo Abso-
soluto puro y simple o Absoluto por de la misma se han edificado no po- luto, especialmente porque todo in-
sí, absolutum simpliciter (kaq' au(to/) cas doctrinas metafísicas. Así ocurre tento de esta índole desemboca en
y el Absoluto respecto a otra cosa con el monismo (VÉASE ) —que puede antinomias (véase ANTINOMIA) inso-
o Absoluto en su género, absolutum definirse como el intento de reducción lubles. Finalmente, puede negarse que
secundum quid (kata\ ti) . El Abso- de todo lo relativo a un Absoluto—, sea posible siquiera emplear con sen-
luto simpliciter es equiparado por al- con el fenomenismo (v.) —que tido la expresión 'lο Absoluto' ale-
gunos a Dios; otros prefieren referirse puede definirse como el intento de gando que tal expresión carece de
al respecto al Principio (de todo ser), referir todo lo Absoluto a algo referente observable o que viola las
a la Causa (por antonomasia), al relativo, si bien transplantando con reglas sintácticas del lenguaje. La pri-
Ser, a lo Uno, etc. Dentro del Abso- frecuencia a éste los caracteres que mera opinión ha sido mantenida por
luto secundum quid se distinguen corresponden a aquél—, con el dua- muchos empiristas; la segunda, por
otros tipos de Absoluto: por ejemplo, l i s mo ( v. ) ο e l p l ur a li s mo ( v. ) numerosos racionalistas (de tenden-
el Absoluto por causa interna (por — que pueden definirse como el in- cia inmanentista ) ; la última, por la
materia y forma), el Absoluto en su tento de "dividir" lo Absoluto en dos mayor parte de los neopositivistas.
forma externa, etc. Por otro lado, hay o más entidades absolutas. Así ocurre IV. Los que admiten la posibilidad de
una serie de distinciones menos tra- asimismo con el realismo metafísico, concebir un Absoluto no están,
dicionales que las anteriores, pero no con el idealismo absoluto, con el con- empero, siempre de acuerdo respecto
menos frecuentes en la literatura fi- dicionismo, con el inmanentismo, con al modo como debe introducirse su
losófica moderna: las distinciones entre el trascendentismo, etc., que, aunque idea. Algunos estiman que el órgano
el Absoluto que permanece en sí no son respuestas directas al proble- normal de conocimiento de lo Abso-
mismo y el que se autodespliega o ma del tipo de contraposición que luto es la razón (especialmente la
automanifiesta (ya sea "lógico-meta- debe establecerse entre lo Absoluto razón pura o especulativa). Otros
físicamente", ya sea temporalmente), y lo No absoluto, se ven obligados a abogan en favor de la experiencia ( ya
el Absoluto en sentido formal y el adoptar una actitud ante el proble- sea la experiencia común, ya una ex-
Absoluto en sentido concreto, el Ab- ma — actitud que puede consistir, periencia especial y excepcional que
soluto racional y el irracional, el según vimos, en negar uno de los tér- ciertos autores consideran como es-
Absoluto como realidad y el Abso- minos de la contraposición. Nos he- pecíficamente metafísica). Algunos
luto como principio, el Absoluto ais- mos referido también a este punto, consideran que ni la razón ni la ex-
lado y el relacionado, el inmanente desde otro ángulo, en el artículo so- periencia son adecuadas —o sufi-
y el trascendente, el infinito y el bre la noción de fenómeno ( VÉASE), cientes— a tal respecto, puesto que
finito, el experimentable y el no ex- en particular al tratar las distintas lo Absoluto no es ninguna cosa de-
perimentable, etc., etc. Ahora bien, formas aceptadas de relación entre el terminada (sólo lo No absoluto —de-
tanto estas últimas distinciones como fenómeno y en lo en sí. pendiente, condicionado o relativo—
la mayor parte de las especulaciones III. La mayor parte de los filósofos es algo determinado) y, de consi-
acerca de lo Absoluto de que trata- del pasado han admitido o la exis- guiente, no es pensable ni, propia-
34

34
ABS ABS ABS
mente hablando, "decible", sino so- la dificultad apuntada al final de solute of German Romantic Idealism
lamente intuible. La intuición pro- (IV), dificultad que algunos autores and of English Evolutionary Agnosti-
puesta puede ser, por lo demás, de consideran como la más fundamen- cism, 1902. — C. Fabro, L'Assoluto
diversos tipos: intelectual, emotiva, tal con que el concepto de lo Ab- nell'esistenzialismo, 1954 ( especial-
soluto ha podido chocar. mente en Kierkegaard).
volitiva, etc. Otros señalan que todo
decir acerca de lo Absoluto es inevi- S. Ribbing, Om det absolutas be- ABSTRACCIÓN y ABSTRACTO.
tablemente tautológico, pues no pue- grepp, 1861. — E. Braun, La logique Abstraer significa literalmente "poner
de salir de la frase: "Lo Absoluto es de l'absolu, 1887. — Bratislav Petro- aparte", "arrancar" — como en abs-
lo Absoluto"; no hay, pues, más re- nievitch, Der ontologische Beweis für trahere e sinu patriae, "arrancar del
das Dasein des Absoluten, 1897. — seno de la patria". Lo abstraído es
medio —concluyen— que pasar de Cyrille Blondeau, L'absolu et sa loi
la idea del Absoluto a la de un Ab- "lo puesto aparte" y el acto de po-
constitutive, 1897. — Josef Heiler, ner aparte es una abstracción. Cuando
soluto, y de su aspecto formal a su Das Absolute, Methode und Versuch
aspecto concreto. La única dilucida- einer Sinnerklärung des "Transzenden- el poner aparte es mental y no físico
ción posible acerca del Absoluto será talen Ideals", 1921. — Max Planck, la abstracción es un modo de pensar
entonces la que consiste en mostrar Vom Relativen zum Absoluten, 1925 mediante el cual separamos
qué absoluto hay más bien que en (trad. esp. en: ¿Adónde va la ciencia?, conceptualmente algo de algo. Mu-
pretender señalar qué es lo Absoluto 1941). — Damodar Londhe, Das chas separaciones de este tipo son po-
qua Absoluto. Absolute. Ein Entwurf zu einer Me- sibles, pero las filosóficamente impor-
taphysik des Selbst, 1934. — S. E. tantes son aquellas en las cuales lo se-
V. La última posición no se ha ma- Rohde, Zweifel und Erkenntnis.
nifestado siempre explícitamente, pero parado o abs-traído es uno de los ele-
Ueber das Problem des Skeptizismus mentos llamados "generales" o "uni-
ha sido la más común en la tradición und den Begriff des Absoluten, 1945.
filosófica. En efecto, aun ciertos auto- — J. Matchette, Outline of a Meta- versales". Así, por ejemplo, las figu-
res que han estado poco o nada in- physics. The Absolute-Relative Theo- ras de que trata la geometría pueden
clinados hacia un análisis del con- ry, 1949. — J. Möller, Der Geist considerarse como abstracciones de fi-
cepto de lo Absoluto han admitido und das Absolute, 1951. — M. Vin- guras concretas en las cuales sola-
en su pensamiento conceptos que se cint, De l'apparence vers l'absolu. mente se tienen en cuenta ciertas pro-
refieren a lo que es habitual consi- Essai sur la connaissance, 1955. — piedades (lo que no significa que ta-
Henri Duméry, Le problème de Dieu les figuras sean tales abstracciones);
derar como una entidad absoluta. He en philosophie de la religion. Examen
aquí varios ejemplos: la Esfera, de el color rojo o lo rojo puede ser con-
critique de la catégorie d'Absolu et siderado como una abstracción efec-
Parménides; la Idea del Bien, de Pla- du schème de transcendence, 1957. —
tón; el Primer motor inmóvil, de Aris- Wolfgang Cramer, Das Absolute und tuada sobre objetos rojos de los que
tóteles; lo Uno, de Plotino; la Subs- das Kontingente. Untersuchungen se ha separado la común rojez, etc. La
tancia, de Spinoza; la Cosa en sí, de zum Substanzbegriff, 1959 [Philoso- abstracción, a)fai/resij se contrapone
Kant; el Yo, de Fichte; el Espíritu phische Abhandlungen, 17]. ( Sobre a la adición, pro/sqesij. Al abstraerse
absoluto, de Hegel; la Voluntad, de lo Absoluto y sus "momentos", véase se separa lo que se estima general,
Schopenhauer; lo Inconsciente, de Cap. VIII). — Jean Grenier, Absolu et universal, necesario o esencial de lo
choix, 1961. — Crítica analítica del individual, casual y contingente. Pero
Eduard von Hartmann. Toda acep- concepto de lo Absoluto: R. Carnap,
tación de una realidad primaria, ra- lo separado o abstraído puede ser
Logische Syntax der Sprache, 1934 interpretado de diversas maneras se-
dical, fundamentante, etc., puede ser (puede equipararse la crítica del Ab-
equiparada a la aceptación de la exis- soluto a la crítica de otras Pseudo- gún los tipos de abstracción admiti-
tencia de un Absoluto. Ahora bien, Objektsätze dadas en § 78 y siguien- dos.
entre las formas adoptadas por la tes). — A. J. Ayer, Language, Truth Por un lado, puede estimarse que
idea de lo Absoluto cabe incluir no and Logic, 1936, 2a ed., 1946. — Va- lo abstraído —la "entidad abstrac-
solamente los conceptos que se refieren rios autores: Proceedings of the Ame- ta"— es una especie de "disminu-
a una realidad, sino también los que rican Catholic Philosophical Associa- ción" de la realidad; que, por ejem-
tion, vol. XXII, 1947. — Sobre el con- plo, la rojez es "menos" que los efec-
expresan un principio. Así, la cepto de Absoluto en varios autores
admisión de que existe una "ley del tivos colores rojos. Por otro lado, pue-
o direcciones filosóficas: Luigi
Universo" que sería la ley del Uni- Pelloux, L'Assoluto nella dottrina di de estimarse que lo abstraído es "más"
verso forma parte asimismo de la his- Plotino, 1941. — Gerhard Huber, Das que aquello de que se ha abstraído.
toria del concepto de lo Absoluto. Sein und das Absolute. Studien zur En el primer caso se subraya lo que
Común a todas las citadas concep- Gcschichte der ontologischen Proble- lo abstraído tiene de conceptual y,
ciones es el supuesto de que sola- matik in der spätantiken Philosophie, según los casos, de mental o bien de
mente un absoluto puede ser lo Ab- 1955 (incluye un apéndice que trata nominal. En el segundo caso se subra-
soluto. Se ha alegado que con ello de la idea de absoluto en varios auto- ya lo que lo abstraído tiene de esen-
res medievales y modernos). — S. cial. Lo esencial puede manifestarse
se es infiel a la idea de lo Absoluto, Scimè, L'Assoluto nella dottrina del
pues éste debe ser tan incondicio- mediante conceptos, pero es ( meta-
Pseudo-Dionisio Areopagita, 1949. — físicamente) "más" que los conceptos
nado e independiente, que no puede Mary Camilla Cahill, The Absolute
estar sometido a las condiciones que and the Relative in St. Thomas and in y que las realidades correspondientes.
imponen ninguna de las entidades Modem Philosophy, 1939 (tesis). — Muchos autores griegos se inclinaron
mencionadas o ninguno de los prin- J. Barron, The Idea of Absolute in hacia esta segunda concepción de la
cipios que podrían descubrirse. Pero Modem British Philosophy, 1929. — abstracción. En Platón, por ejemplo,
no es fácil escapar de otro modo a Joseph Alexander Leighton, Typical la abstracción es el proceso mediante
Modem Conceptions of God: The Ab-
35
ABS ABS ABS
el cual se va ascendiendo de lo par- hombre. Esta abstracción "destruye" éstas son consideradas aparte de las
ticular a lo menos particular para re- los objetos separados, como ocurre propiedades descartadas por la abs-
montarse hasta una esencia o idea, la cuando se separa del hombre su ra- tracción. Por medio de este tipo de
cual puede seguir considerándose co- cionalidad. Con respecto a Dios, se abstracción se obtienen las nociones
mo una abstracción, pero no como deja subsistir la idea de esencia co- propias y determinantes de las enti-
una "desrealización". El platonismo mún, pero se destruye la idea de hi- dades consideradas, como cuando se
es, así, un "realismo de la abstrac- póstasis. (2) La abstracción por me- dice de un determinado hombre que
ción". Aristóteles se inclinó hacia una dio de la cual se separa la forma de es un animal racional. La abstratio
concepción más conceptualista de la la materia. Ejemplo: círculo se separa formalis —abstracción formal— es la
abstracción, pero las ideas o formas de todo cuerpo sensible circular. Esta abstracción propiamente inteligible.
obtenidas por abstracción no eran ne- abstracción no "destruye" ninguno de Por medio de ella se obtienen las na-
cesariamente para él meros signos los dos objetos sobre los cuales turalezas o esencias aparte de los ob-
mentales: representaban la realidad opera, como ocurre cuando se separa jetos considerados, como cuando se
en tanto que objeto de ciencia. círculo de materia circular y se habla de humanidad, circularidad,
Los escolásticos, y en particular conservan ambas ideas. Con respecto etcétera.
Santo Tomás, desarrollaron con deta- a Dios, aunque se separan las La abstracción formal tiene tres
lle la doctrina de la abstracción. Ésta propiedades no personales, el espíritu grados.
puede examinarse desde tres puntos sigue conservando la idea de las ( 1 ) El primer grado de abstrac-
de vista: el psicológico, el epistemo- hipótasis (Cfr. asimismo la división ción —propio de la Physica o ciencia
lógico o gnoseológico y el ontológico. de abstracción en abstracción por me- de la Naturaleza— es aquel en el
Psicológicamente, la abstracción es un dio de composición y por división en cual se consideran los objetos puri-
proceso mental. Epistemológica o gno- S. theol, I q. LXXXV a. 1 ad 1). ficados de la materia (de la materia
seológicamente, es un modo de cono- Para Guillermo de Occam hay una sígnate quantitate o materia en cuan-
cimiento — el modo de conocimien- abstracción que consiste en aprehen- to constituye el principio de indivi-
to básico en toda ciencia. Odontoló- der una cosa sin aprehender la otra duación). Sin embargo, los objetos
gicamente la abstracción es una for- (la blancura de la leche sin su sa- quedan impregnados de materia sen-
ma como aparece la realidad. Nos re- bor); una abstracción por medio de sible, de suerte que no pueden existir
feriremos aquí principalmente a los la cual se separa de lo singular un ni ser concebidos sin tal materia. Lo
puntos de vista epistemológico y on- concepto universal; y una abstracción que queda abstraído son las particu-
tológico, los cuales se hallan con fre- por medio de la cual se afirma un laridades individuales y contingentes
cuencia estrechamente enlazados. Ello predicable de un sujeto sin afirmar de los objetos.
sucede ya con la definición que mu- otro predicable igualmente admisible (2) El segundo grado de abstrac
chos escolásticos dan de la abstrac- como atributo (como en la abstrac- ción —propio de la Mathematica—
ción. ción matemática) (Exp. super Physi- es aquel en el cual se consideran los
El acto de conocimiento puede ser cam, fol. 111; II Sent., q. 14 y 15 objetos purificados tanto de materia
absoluto o comparativo. El acto abso- Exp. super Physicam, fol. 111; cit. en cuanto principio de individuación
luto es una abstracción por medio de en Léon Baudry, Lexique philosophi- como de materia sensible. Las entida
la cual se conoce la cosa misma "ab- ne de Guillaume d' Occam, 1957, s. v. des resultantes son la cantidad, el nú
solutamente" ("separadamente"), es "Abstractio", pág. 6). mero o la extensión en sí (es presu
decir, la cosa misma abstraída de toda Las doctrinas escolásticas más in- mible que, al referirse a la topología,
relación con otra cosa. Este acto es fluyentes sobre la abstracción han si- los escolásticos agregarían la posición
considerado negativo por cuanto se do las de Santo Tomás, las cuales como tal). Los objetos en cuestión no
desatienden ciertos rasgos de la cosa fueron elaboradas, entre otros, por pueden existir sin materia pero pue
sometida a abstracción, pero es posi- Cayetano y Juan de Santo Tomás, y den ser concebidos sin ella.
tivo por cuanto se atiende a los ras- en la época actual han sido difundi- (3) El tercer grado de abstracción
gos abstraídos. Cuando en el acto po- das por Jacques Maritain (especial- —propio de la Metaphysica— es
sitivo de la abstracción se hace pre- mente en Distinguer pour unir ou les aquel en el cual se consideran los ob
sente la naturaleza o forma del ob- degrés du savoir [nueva ed., 1932, jetos separados de toda materia. Los
jeto considerado, la abstracción es de págs. 71 y sig.]). Fundamental en objetos resultantes pueden existir sin
carácter intelectual. tal doctrina es la distinción entre dos materia y ser concebidos sin ella. Pue
La abstracción intelectual puede tipos de abstracción: la abstractio to- den existir sin materia, tales como la
ser de primera intención, cuando se talis y la abstractio formalis, y la teo- Forma pura, Dios, etc., o estar inma-
obtiene un concepto universal o esen- ría de los llamados "tres grados de terialmente en objetos materiales e
cia, y de segunda intención, cuando abstracción". inmateriales, como ocurre con la subs
se obtiene un concepto trascendental. La distinción entre la abstractio to- tancia, el acto y la potencia, la bon
La abstracción de segunda intención talis y la formalis que los escolásticos dad, etc.
se funda en la de primera intención. presentan actualmente es similar a la Característico del tercer grado de
Santo Tomás (S. theol, I q. XL a 3) establecida por Santo Tomás (Cfr. la abstracción formal es la suposición
habla de dos clases de abstracción: supra [1] y [2]. La abstractio totalis de que lo obtenido mediante ella no
(1) La abstracción por medio de la —abstracción total— es aquella en la es una mera representación mental o
cual se separa lo general de lo par- cual se separan sucesivamente natura- un mero nombre, sino una realidad
ticular. Ejemplo: animal se separa de lezas más universales de tal modo que — y, además, una realidad superior,
36
ABS ABS ABS
fundamentante de todas las demás. atención que otros a los conceptos de abstracciones, lo cual no quiere de-
Puede decirse, en vista de ello, que abstracción y de lo abstracto. Uno de cir que sean conceptos hipostasiados
los autores nominalistas se inclinan a ellos es Hegel. Maritata (Sept leçons ni generalidades meramente nomina-
aceptar la abstracción total en detri- sur l'être, II, 12) ha indicado que les, sino más bien totalidades con-
mento de la abstracción formal o en Hegel hizo mal uso de la abstracción, cretas ideales, esencias. La parte abs-
sustitución de ésta. En todo caso, la si es que no abusó de ella. En conse- tracta o momento de un todo es,
mayor parte de los autores modernos cuencia, llegó a concebir por una consiguientemente, "toda parte que
rechazan, explícita o implícitamente, abstracción distinta de la abstractio es no-independiente relativamente a
la abstractio formalis metaphysica. Tal formalis metaphysica la idea del Ser, dicho todo", siendo indiferente que
sucede en particular con los empiris- y por ello se encontró con una Nada "el todo sea independiente o no-
tas. Así, por ejemplo, Locke considera y pudo identificarlas y "superarlas" independiente en absoluto o relati-
que la abstracción generaliza las mediante la noción del Devenir ( VÉA- vamente a otro todo superior". Aná-
"ideas" particulares y evita usar una SE). Ahora bien, aunque se admita logamente, en sus esfuerzos para la
infinidad de nombres. Las ideas to- semejante crítica, debe reconocerse erección de una metafísica que elimi-
madas de entidades particulares "se que afecta sólo a uno de los aspectos ne las dificultades del "materialismo
hacen representantes generales de to- de la compleja doctrina hegeliana de moderno", A. N. Whitehead llega a
das las de la misma clase" (Essay, II la abstracción y, en particular, de la un concepto de abstracción y a un
§ 9). La abstracción es una operación relación entre lo abstracto y lo con- método de abstracción —el "método
mental y, en último término, semióti- creto. Hegel concibe a veces la abs- de abstracción extensiva"— que per-
ca, pero no una operación metafísica. tracción como separación de lo con- miten mediar entre lo abstracto y lo
Berkeley confiesa no poseer la "mara- creto y particularización de las deter- concreto y entre la abstracción y la
villosa facultad" de abstracción; "se minaciones de lo concreto. A veces desrealización. Dicho pensador en-
puede imaginar lo que se quiera, pero estima que aunque la filosofía, por tiende por 'abstracto' el hecho de que
no abstraerlo de nada real, cualitati- ocuparse de generalidades, estudia lo lo que es en sí mismo un "objeto
vo. Se puede imaginar algo que se abstracto, semejante realidad es abs- eterno" —por consiguiente, su esen-
mueve, pero no el movimiento". Un tracta sólo en cuanto a la forma, pero cia— pueda ser comprensible sin ne-
triángulo en sí es un mero nombre; en sí misma es concreta, ya que es Ια cesidad de ninguna referencia a lo
los triángulos son equiláteros, isósce- unidad de diferentes determinaciones que llama una "ocasión particular de
les, escalenos. "Lo que no supone (Cfr. Vorlesungen über die Geschichte experiencia", es decir, a lo que en
negación de ideas generales, sino de der Philosophie. Einleitung. A. 2; términos generales podría calificarse
ideas generales abstractas" (Princi- Glöckner, t. 17.53). Lo abstracto de "un concreto". Así, pues, lo abs-
pies, Int. § 10), es decir, de ideas que no es lo verdadero, pero sólo cuando tracto en cuanto tal va más allá de
se suponen erróneamente representar lo consideramos formalmente; visto fi- las particulares ocasiones concretas de
algo. Hamilton entendió la abstrac- losóficamente, lo que comunmente se la experiencia, de lo que actual y
ción en relación con la atención ( VÉA- llama abstracto es lo más concreto efectivamente ocurre. Lo cual no
SE). Señaló que "abstracción de y que cabe. Puede decirse, en suma, equivale a aislar este acontecimiento
atención α son términos correlativos, que la abstracción como separación particular. Por el contrario, Whi-
siendo el uno meramente la negación que deja a lo real vacío de contenido tehead sostiene que cada objeto eter-
del otro" (Lectures on Metaphysics, es propia del entendimiento, Verstand; no es una ocasión. De ahí el doble
XXV). Según Dugald Stewart, la abs- la abstracción por así decirlo realiza- sentido de la abstracción — conside-
tracción es el "poder que tiene el da, lo universal concreto, es objeto rada como abstracción metafísica más
entendimiento de separar las combi- de la razón, Vemunft. que matemática: la abstracción de
naciones que le son ofrecidas" (Elé- Entre los autores de nuestro siglo la actualidad y la abstracción de la
ments, II iv 1). Puede afirmarse que que se han ocupado de la cuestión posibilidad. Y de ahí también la exis-
mientras para muchos autores anti- de la abstracción y lo abstracto des- tencia de una "jerarquía abstractiva".
guos y medievales la abstracción es tacan Husserl y Whitehead. Husserl Ésta se halla formada por el conjun-
primariamente una noción metafísica ha definido lo abstracto y lo concre- to de las etapas que conducen a un
que posee también dimensiones epis- to no en virtud de su idealidad o modo de abstracción de la posibili-
temológicas y psicológicas, para mu- realidad, sino en virtud de su sepa- dad y que "implica un progreso (en
chos autores modernos, en particular ración o no separación de un todo, pensamiento) a través de sucesivos
los de orientación empirista, la abs- en función de su subsistencia o no grados de complejidad creciente".
tracción es ante todo una noción psi- subsistencia en un universal concreto. "Cualquier jerarquía abstractiva, finita
cológica o, si se quiere, psico-gnoseo- De este modo, "un abstracto puro y o infinita, se basa en algún grupo
lógica que puede poseer asimismo simple es un objeto que está en un definido de simples objetos eternos.
alcance metafísico o, cuando menos, todo con respecto al cual es parte no- Este grupo es llamado la base de la je-
ontológico. independiente" (Investigaciones lógi- rarquía. Así, la base de una jerarquía
Pueden encontrarse prácticamente cas, III, § 17, trad. Morente-Gaos ). abstractiva es una reunión de objetos
en todos los filósofos ideas acerca de Lo abstracto depende pues del todo de complejidad cero" (Cfr. Science
la naturaleza, función y alcance de la en el cual está insertado, en tanto and the Modem World, 1925, Cap.
abstracción y acerca del status onto- que lo concreto es independiente de X; también, y especialmente, An En-
lógico de lo abstracto. No obstante, él, posee subsistencia propia. Por eso quiry conceming the Principies of Na-
ciertos filósofos han prestado mayor los universales no son necesariamente tural Knowledge, 1919, I, 1-4, y The
37
ABS ABS ABS
Concept of Nature, 1920, Cap. IV). Leibniz y al de la nueva lógica. En ra de 'perífrasis abstractas preposi-
Una jerarquía abstractiva basada, por efecto, dice Reichenbach, "un adepto cionales"). Las otras son de la forma
ejemplo, en g, es un grupo de sim- de la lógica tradicional objetaría que 'λ x Μ' (siendo 'M' una expresión bien
ples objetos eternos que cumplen las con el fin de definir el mismo peso formada cualquiera), que Feys lla-
condiciones siguientes : ( 1 ) pertenen- debemos primeramente definir el pe- ma abstractos combinatorios (abre-
cia a ella de los miembros de g como so, y luego proceder por la adición de viatura de 'perífrasis abstractas com-
únicos objetos eternos simples de la la diferencia específica al género. Pe- binatorias'). Las primeras aparecen
jerarquía; (2) pertenencia a ella de ro no hay razón para insistir en este en la lógica usual; las segundas, en la
los componentes de cualquier objeto método poco práctico. Es admisible lógica combinatoria. Aunque sólo im-
eterno complejo, y (3) comprobación concebir la noción del mismo pe- plícitamente, estas dos formas se ha-
de que cualquier grupo de objetos so como algo anterior al concepto llaban ya en Frege. Su análisis mues-
eternos que pertenezcan a la jerar- de peso y definir el último en térmi- tra que la abstracción puede ser
quía, del mismo grado o de grado nos del primero. Esta concepción co- entendida bajo un aspecto "concep-
distinto, se hallan mancomunadamen- rresponde al procedimiento efectivo tualista" (único que, siendo propia-
te entre los componentes o componen- usado en la determinación empírica mente lógico, corresponde a la "ló-
tes derivados, por lo menos, de un del peso de un cuerpo. La balanza gica positiva"), pues toda otra inter-
objeto eterno perteneciente asimismo es un artificio que indica, no el peso, pretación (realista, nominalista o
a la jerarquía. sino la igualdad de peso. Decir que "conceptualista" en el sentido tradi-
Según algunos lógicos, la abstrac- un cuerpo pesa dos libras significa, cional), siendo metalógica, debe ser
ción no se refiere a propiedades co- por lo tanto, lo mismo que decir que excluida de la lógica stricto sensu aun
munes a varios entes, sino a clases el cuerpo tiene el mismo peso que un cuando sea considerada filosóficamen-
de objetos relacionados entre sí por cierto patrón" (loc. cit.). La "defini- te legítima. Según ello, se pueden
alguna propiedad. El punto de partida ción por abstracción" se basa en ese usar las expresiones 'abstractos prepo-
de la abstracción, que en la lógica procedimiento y en esta inversión de sicionales' y 'abstractos combinato-
clásica era intensional o comprehen- la prioridad tradicional. rios' sin necesidad de una interpreta-
sivo, se hace aquí extensional. En Podemos concluir que la noción de ción metalógica.
parte de la nueva lógica, el concepto abstracción ha sido usada en el cur- Además de las obras referidas en
de abstracción está, pues, estrecha- so de la historia de la filosofía en el texto del artículo, véanse las si-
mente relacionado con la noción de tres distintos sentidos: el ontológico, guientes. Abstracción en general: H.
clase. Pero como cada relación (v. ) el psicológico y el lógico. El primero Schmidkunz, Ueber die Abstraktion,
transitiva, simétrica y reflexiva da ori- ha predominado en la filosofía anti- 1889. — J. Laporte, Le problème de
gua y medieval; el segundo, en la l´abstraction, 1940. — Giovanni Faus-
gen a una clase, resulta que, a dife- ti, Teoria dell'Astrazione, 1947. —
rencia de lo que ocurría en los proce- filosofía moderna; el tercero, en va- R. Bianchi-Bandinelli, Organicità e
sos abstractivos tradicionales, no es ne- rias direcciones de la lógica contem- astrazione, 1956. — Abstracción y
cesario atender a una multiplicación poránea. Conviene advertir, sin em- dialéctica: L. Jordán, Schule der
creciente de propiedades. Si, por bargo, que en muchas ocasiones los Abstraktion und der Dialektik. Neue
ejemplo, intentamos definir, de acuer- tres sentidos se han entremezcla- Wege begrifflichen Denkens, 1932.
do con Russell, la propiedad abstracta do. Así, por ejemplo, en la filosofía — Abstracción metafísica: N. Baltha-
"dirección espacial", la reduciremos antigua y medieval el examen de la sar, L'abstraction métaphysique et
previamente a la relación transitiva, noción ontológica de abstracción ha l'analogie des êtres dans l´être, 1935.
simétrica y reflexiva de "paralelismo hecho frecuente uso de conceptos ló- — Definición por abstracción: H.
Scholz y H. Schweitzer, Die soge-
entre líneas rectas", con lo cual la di- gicos, y en la época contemporánea nannte Définition durch Abstraktion.
rección de una línea es interpretada el examen de la noción desde el punto Eine Theorie der Definitionen durch
como la clase de líneas paralelas a esta de vista lógico no permite siempre Bildung von Gleichheitsverwandt-
línea (Cfr. Reichenbach, Elements of eliminar supuestos ontológicos, y en schaften, 1935. — Abstracción en Pla
Symbolic Logic, 1947, § 37 ). Lo mis- particular las cuestiones relativas a tón y Aristóteles: P. Gohlke, Die
mo ocurre con la definición abstracti- los universales ( VÉASE ). Lehre von der Abstraktion bei Plato
va de la noción de peso. No es ya Para una aclaración sobre el tér- und Aristoteles, 1914 [Abhandlungen
una propiedad abstracta del cuerpo; mino 'abstracto' tal como es usado zur Philosophie und ihrer Geschichte,
el peso de un cuerpo designa más bien en la lógica de las clases y en la 46]. — En San Alberto el Grande:
Ulrich Dähnert, Die Erkenntnislehre
la clase de todos los objetos que lógica de las relaciones véanse CLASE des Albertus Magnus gemessen an der
poseen el mismo peso que el cuerpo y RELACIÓN. Observemos aquí para Stufen der "Astractio", 1934. — San
en cuestión. Reichenbach señala que completar la información al respecto to Tomás: L. M. Habermehl, Die
ya Leibniz había reparado en que que, según Robert Feys (quien se Abstraktionslehre des heiligen Thomas
la definición de la igualdad de una ha basado para ello probablemente von Aquin, 1933. — A. Rebollo Peña,
propiedad es lógicamente anterior en exposiciones de Alonzo Church) Abstracto y concreto en la filosofía
a la definición de tal propiedad. Con la noción de abstracto en lógica for- de Santo Tomás, 1955. — G. Van
ello se intenta responder a la obje- malizada designa la operación que Riet, "La théorie thomiste de l'abs
ción de la lógica tradicional respecto da origen a perífrasis abstractas. Unas traction", Revue philosophique de
Louvain, L (1952), 353-93. — Gustav
a la prioridad de la entidad que debe s on d e l a for ma 'x P' ( si en d o 'P ' Siewerth, Die Abstraktion und das
ser definida, objeción que va justa- una proposición), que Feys llama Sein nach der Lehre des Thomas von
mente en un sentido inverso al de abstractos proposicionales (abreviatu-
38
ABS ABS ABU
Aquin, 1958 (Wort und Antwort, 21). Hobbes utiliza de este modo la no- sentido cuando se refiere a lo absurdo
— En la escuela franciscana: J. Roh- ción de absurdo para calificar con en la vida humana, tal como ha sido
mer, La théorie de l'abstraction dans ella las entidades que no entran destacado por algunos escritores que,
l´école franciscaine d'Alexandre de dentro del marco de su nominalismo aun sin ser existencialistas o aun
Halès à Jean Peckham, 1928 [Archi- corporalista, e indica que las causas rechazando formalmente tal supuesto
ves d'histoire doctrinale et littéraire filosófico, se mueven dentro de una
du Moyen Age, 3]. del absurdo son principalmente: la
falta de método al no establecer las comprensión de la vida humana muy
ABSURDO. En lenguaje corriente cercana a dicha tendencia. Es el
se llama absurdo a lo que "no puede significaciones de los términos em-
pleados; la asignación de nombres caso de la expresión de lo absurdo
ser de ninguna manera". Ya en esta en Franz Kafka y especialmente en
noción parece insertarse en la idea de cuerpos a accidentes o de acci-
dentes a cuerpos; la asignación de Albert Camus, si bien este último,
de lo absurdo la de imposibilidad. al oponerse justamente al existencia-
Sin embargo, esta imposibilidad pue- nombres de accidentes de cuerpos
situados fuera de nosotros, a los acci- lismo, proclama algo semejante a la
de ser concebida de dos maneras: o "lucidez frente a lo absurdo". En ri-
totalmente, en cuyo caso lo absurdo dentes de los propios cuerpos; la
asignación de nombres de cuerpos gor, Camus se ocupa no de una filo-
es por principio lo que carece de sofía absurda, sino, como dice explí-
significación, o parcialmente, en cuyo a expresiones; la asignación de nom-
citamente (Le mythe de Sysiphe,
caso lo absurdo sería lo que escapa bres de accidentes a nombres y ex-
1942), de una "sensibilidad absurda
a ciertas reglas o normas, sea de presiones; el uso de metáforas y figu- que puede hallarse esparcida en la
carácter lógico o de cualquier otra ras retóricas en lugar de los términos época" (Cfr. también, del mismo au-
índole. En todo caso, la ausencia de correctos, y el empleo de nombres tor, sus novelas L'Étranger y La
significación de lo absurdo —dentro que nada significan y se aprenden Chute).
de un lenguaje dado o dentro de rutinariamente (op. cit., pág. 36). Manuel de Diéguez, De l'absurde.
cualquier lenguaje como tal— parece Además de los Caps. IV y V del Précédé d'une lettre à Albert Ca-
constituir su carácter más patente, si citado Leviatán, Hobbes consagra al- mus, 1948. — Annibale Pastore, La
bien en algunos casos se admite la gunos pasajes a la diferencia entre el volontà dett'assurdo. Storia e crisi
error (en nuestro lenguaje, el predi- dell'esistenzialismo, 1948. — Ismael
posibilidad de que lo absurdo tenga Quiles, S. J., Jean Paul Sartre. El
una significación. Entonces lo absur- cado 'es erróneo') y lo absurdo (en
nuestro lenguaje, el predicado 'es ab- existencialismo del absurdo, 1949. —
do sería aquello que, no pudiendo Joseph Möller, Absurdes Sein? Eine
ser en ningún caso objeto de una surdo") en varias otras obras (Human Auseinandersetzung mit der Ontologie
efectuación intuitiva, resultaría "in- Nature, V; De corpore, III), repitien- J. P. Sartres, 1959. — Sobre lo absur-
concebible". Finalmente, se llama do a veces las mismas frases (siendo do en Hobbes: "S. Morris Engel,
absurdo a lo que, por considerarse el tratado Human Nature, 1640, an- "Hobbes' 'Table of Absurdity"', The
terior al Leviatán, 1651, y al De cor- Philosophical Review, LXX (1961),
imposible, es estimado asimismo co- 533-43.
mo afectado por el valor de falsedad. pore, 1655, puede considerarse como
el primer texto de Hobbes al respecto, ABU SALT (Abu Sait Umayya bn
Así sucede con la expresión 'reducción Abd-al-'Aziz bn Abu Salt) (1067-
al absurdo', es decir, el modo de pero hemos citado el Leviatán por
ser el más conocido y posiblemente 1134) nació en Dénia (Alicante).
argumentar que demuestra la ver- Parece haber residido algún tiempo
dad de una proposición por la fal- más consultado hoy día). En el De
Corpore ofrece, además, una "Tabla en Sevilla y luego en El Cairo y Ale-
sedad, imposibilidad o, en términos jandría; en todo caso, se dirigió, hacia
neutrales, inaplicabilidad de la con- de lo absurdo", en la que, a base de
una clasificación de tipos de proposi- 1111, a Túnez y falleció en al-Mah-
tradictoria o de las consecuencias de diyya, en Túnez.
la contradictoria. Este tipo de razo- ciones (empíricas, a las que se apli-
can los predicados 'no es erróneo' y Abu Salt escribió numerosas obras
namiento es habitual en la geome- sobre diversos temas, poéticos, cientí-
tría y ha sido empleado también por 'es erróneo'; analíticas, a las que se
aplican los predicados 'es verdadero' ficos, filosóficos, etc. De los escritos
Zenón de Elea para sus demostra- filosóficos ha quedado su Taqwim al-
ciones de la imposibilidad del mo- y 'es falso'; y propiamente ficticias
—o, mejor dicho, simplemente ima- Dihn (Rectificación de la mente),
vimiento y de la multiplicidad del ser. obra de carácter lógico en la cual se
Hobbes llamaba absurdas a las ex- ginativas—, a las que se aplica el
predicado 'es absurdo'). Hay fre- hace uso de las partes esenciales del
presiones sin sentido; la posibilidad Organon aristotélico (Categorías, So-
de una afirmación general que no cuentes absurdos, por ejemplo, cuan-
do se usan nombres de una clase de bre la interpretación y los dos Analí-
sea verdadera es inconcebible y por ticos) y de la Isagoge de Porfirio. La
ello, dice Hobbes, "si un hombre entidades como si perteneciesen a
otra clase de entidades. lógica de Abu Salt es a la vez una
me habla de un rectángulo redondo; teoría del conocimiento, pues estudia
o de accidentes del pan en el que- En un sentido parecido al de Hob-
bes se usa hoy la expresión 'es absur- las condiciones de la demostración co-
so, o de substancias inmateriales; o de mo conocimiento verdadero, dedican-
un sujeto libre, de una voluntad libre do' por quienes estiman que deben
eliminarse del lenguaje todas las ex- do atención preferente a la demostra-
o de cualquier cosa libre, pero libre ción silogística. Sin embargo, la
de ser obstaculizada por algo opues- presiones que no pueden ser verifica-
das por la experiencia o que no siguen demostración silogística constituye so-
to, yo no diré que está en un error, lamente la parte formal de la demos-
sino que sus palabras carecen de las reglas de una determinada sin-
taxis. tración; para que el conocimiento sea
significación; esto es, que son absur- verdadero es menester que lo sean las
das" (Leviatán, t. esp., 1940, pág. 35). En cambio, lo absurdo posee otro
39
ABU ACA ACA
premisas en las cuales hay que de- haber intentado acoger muchas ideas tonska we Florencji", Kwartalnik Fi-
mostrar la verdad por medio de la aristotélicas. La infiltración del aris- lozoficzny, X (1932), XI (1933), XII
causa. Ésta es el fundamento del co- totelismo tuvo lugar a veces sin con- (1935). — N. A. Robb, Neoplatonism
nocimiento verdadero y en ella se fun- ciencia de ello. En otras ocasiones, of the Italian Renaissance, 1935. —
da el conocimiento de lo que son las empero, los mismos autores insistieron Para las obras de Marsilio Ficino,
Pico della Mirándola, Plethon, León
cosas de que se habla en las premi- sobre la necesidad por lo menos de Hebreo y Savonarola, véanse los co-
sas. Abu Salt sigue fundamentalmente un serio estudio de las doctrinas del rrespondientes artículos. — Obras del
a Aristóteles en sus teorías del silo- Estagirita. En el caso del Cardenal Cardenal Bessarion en Migne, P. G.,
gismo y de la demostración, pero Bessarion ( 1403-1472), quien se opu- CLXI. Véase H. Vast, Le cardinal
introduce algunas modificaciones en so a los aristotélicos en su Adversus Bessarion, étude sur la Chrétienté et
la doctrina aristotélica de la proposi- calumniatorem Platonis (1469), pero la Renaissance vers le milieu du 15e
ción y de la clasificación de las pro- quien a la vez proclamó que no podía siècle, 1878. — Sadov, Bessarion de
posiciones teniendo en cuenta la es- refutarse el aristotelismo mediante Nicée, son rôle au concile de Ferrara-
tructura de la lengua árabe (por simples argumentos retóricos. Florence, ses oeuvres theólogiques et
sa place dans l'histoire de l'humanis-
ejemplo, la división del verbo en sus- Otros autores de la misma genera- me, 1833. — R. Rocholl, Bessarion,
tantivo y no sustantivo). ción de Pico della Mirandola no pue- Studie ZUT Geschichte der Renaissance,
El Taqwim al-Dihn fue traducido den ser considerados como miembros 1904. — L. Mohler, Die Wieder-
y publicado por Ángel González Pa- de la Academia Florentina en sentido belebung des Platonstudiums in der
lencia en 1915. Véase Miguel Cruz estricto, pero las fuertes influencias Zeit der Renaissance durch Kardinal
Hernández, Historia de la filosofía es- recibidas del platonismo renacentista Bessarion, 1921 [Vereinschrift der
pañola. Filosofía hispano-musulmana, Görresgessellschaft, III]. — Íd., íd.,
tomo I (1957), págs. 323-36. y el hecho de coincidir en varios
puntos con doctrinas de los filósofos Kardinal Bessarion, 2 vols., 1923-27.
ABUBÁKER. Véase ABENTOFAIL. — Íd., íd., Kardinal Bessarion als
mencionados en el párrafo anterior Theolog, Humanist und Staatsmann,
ACADEMIA FLORENTINA. La permiten agruparlos, si no bajo el
llegada del filósofo bizantino Geor- 1942. — Obras de Reuchlin: De ver-
nombre de "académicos florentinos", bo mirifico libri tres, 1494 y De arte
gios Gemistos Plethon (v. ) a la corte sí cuando menos bajo el nombre de cabbalistica libri tres, 1494. — Véase
florentina de Cosme de Médicis, y las "platónicos italianos", pues aun cuan- Meyerhoff, J. Reuchlin und seine Zeit,
enseñanzas que dio en la misma de do uno de ellos, León Hebreo (v.), 1830. — L. Geiger, J. R., Sein Leben
la filosofía platónica y neoplatónica nació en Lisboa, vivió largo tiempo und seine Werke, 1871.
indujeron a Cosme a fundar la llamada en Italia y publicó allí sus obras. Fi- ACADEMIA PLATÓNICA. La es-
Academia Florentina o Academia gura entre ellos el mencionado León cuela fundada por Platón recibió el
platónica de Florencia en 1459. La Hebreo y G. Savonarola ( VÉASE). León nombre de Academia por estar situada
Academia fue protegida asimismo por Hebreo (VÉASE ) formuló en sus fa- en los jardines consagrados al héroe
Lorenzo de Médicis. Sus principales mosos Dialoghi d'amore una doctrina ateniense Academos. Su principal
miembros fueron, además de Plethon, platónico-mística del amor intelectual función oficial pareció ser el culto de
el Cardenal Bessarion, Marsilio Fici- que a veces ha sido considerada como las musas, pues una escuela filosófica
no y luego Pico della Mirándola. La un precedente de la teoría spinozia- ateniense debía ser en principio una
tendencia común fue, ante todo, el na. Savonarola, más conocido como comunidad destinada al culto, un
ensalzamiento de Platón. Pero como reformador religioso que como filósofo, qi/asoj (Diógenes Laercio, III 25),
éste fue interpretado con frecuencia fue autor de un Compendium to-tius con sacrificios regulares o comunes,
en sentido neoplatónico, la Academia philosophiae, influido por el pla- koina\ (iera/ . Pero junto al culto o en
Florentina puede ser considerada tanto tonismo, pero con ciertos rasgos aris- torno a él se desarrolló una intensa
una Academia platónica como una totélicos. A los platónicos humanistas actividad filosófica y científica — esta
Academia neoplatónica. Otros rasgos puede agregarse un alemán: Johannes última especialmente en las esferas de
comunes fueron: oposición al aristo- Reuchl'in (1455-1522), defensor del la matemática, la música, la astrono-
telismo y en particular al averroísmo, humanismo dentro del marco de un mía y la división y clasificación, to-
fuertes tendencias humanistas y con- neoplatonismo cabalista. Hay que ob- das ellas consideradas, al menos por
siguiente importancia dada al "buen servar, por lo demás, que el platonis- Platón, como propedéutica para la
decir" y a la elocuencia en filosofía, mo y neoplatonismo influyeron en dialéctica. La Academia platónica no
intentos de conciliar el platonismo muchas otras corrientes del Renaci- puede ser considerada como una Aca-
con el cristianismo. Dentro de ello miento, inclusive en algunas que pa- demia en sentido moderno (W. Jae-
hay rasgos particulares debidos a los recían opuestas a Platón; es el caso ger), pero aunque algunos autores
diferentes miembros. Nos hemos re- de las renovaciones del estoicismo y el (E. Howald) han reducido las activi-
ferido a algunos de ellos en los ar- epicureismo a que nos hemos refe- dades de la misma a las del culto,
tículos dedicados a Marsilio Ficino y rido en los correspondientes artículos. esta tesis ha sido considerada como
a Pico della Mirandola (por ejemplo, R. Sieveking, Die florentinische muy exagerada (K. Praechter, H.
ciertas tendencias al cabalismo y a Akademie, 1812. — L. Ferri, "Il Pla- Cherniss). Importante era, en efecto,
la busca de un Dios verdadero en tonismo nell'Accademia Florentina", en la Academia la actividad pedagó-
todas las religiones por parte de este Nuova Antologia (Julio de 1891). — gica, que se manifestaba en forma de
último autor). Agreguemos aquí que A. della Torre, Storia dell'Academia lecciones y de diálogos. Hay que ob-
entre otras particularidades de varios platónica di Firenze, 1902. — M. servar que la Academia platónica —y
miembros de la Academia se halla el Heitzman, "Studja nad Akademja pla-
también en este respecto hay nota-
40
ACA ACA ACA
bles diferencias entre ella y el Liceo demia media (o segunda Academia], res de esta tendencia. Por otro lado,
(VÉASE) aristotélico— irradiaba in- Academia nueva (o tercera Acade- hacia lo que podría llamarse el pla-
fluencia, cuando menos en la época mia). Los límites entre las dos últimas tonismo ecléctico. Este último tiene
de Platón y gracias en gran parte a son imprecisos. Además, algunos con- una relación estrecha con el eclecti-
su personalidad, no solamente en el sideran el período iniciado por Filón cismo de Antíoco de Ascalón, y con-
terreno religioso, moral y científico, de Larisa como una cuarta Academia, siste en un esfuerzo por armonizar las
sino también en el político. llamada asimismo Academia novísi- ideas platónicas con las peripatéticas
La Academia platónica tuvo larga ma. En cuanto a otros aspectos de la y las estoicas, un fuerte interés por
vida. De hecho, persistió hasta el tradición platónica en un sentido más la mística pitagorizante y una fre-
año 529, en que fue cerrada por de- general, los exponemos en el artículo cuente inclinación hacia la discusión
creto del emperador Justiniano, aun- Platonismo (VÉASE). de problemas teológicos. Represen-
que, conviene advertir, por motivos Los principales representantes de tantes principales de esta tendencia
religiosos más bien que filosóficos, la Academia antigua son Espeusipo, son Eudoro de Alejandría, Plutarco
pues el platonismo siguió influyendo Jenócrates, Heráclides Póntico, Pole- de Alejandría. Teón de Esmirna, Al-
considerablemente en la filosofía bi- món, Crates y Crantor. Como figuras bino, Nigrino, Nicostrato, Ático, Cel-
zantina (VÉASE). Ahora bien, la per- menores podemos mencionar a Her- so, Máximo de Tiro, Severo. Los ar-
sistencia de la Academia no significa modoro y a Kion o Jion. De los ar- tículos dedicados a estos pensadores
que hubiese habido en ella continui- tículos dedicados a los primeros pue- permiten ver cuáles fueron sus prin-
dad filosófica, ni siquiera que hubiese den deducirse las tendencias prin- cipales problemas y sus más caracte-
habido acuerdo entre los escolarcas o cipales que dominaron en la Aca- rísticas doctrinas.
los miembros de la escuela con res- demia durante este período: ideas Th. Gomperz, "Die Akademie und
pecto a las enseñanzas de Platón, aun pitagorizantes, afirmación de que la ihr vermeintlicher Philomacedonis-
las más fundamentales, como la teo- percepción proporciona también co- mus", Wiener Studien, IV (1882),
ría de las ideas. Las críticas de Aris- nocimiento, investigaciones sobre los 102-20. — H. Usener, "Die Or-
ganisation der wissenschaftlichen
tóteles a Platón permiten advertir grados del saber, mezcla de rasgos Arbeit in der platonischen Akade-
claramente estas discrepancias. Puesto ascéticos con otros hedonistas (como mie", 1884 (reimpreso en Kleine
que, como lo ha mostrado Harold en Polemón y Crantor), ciertas ten- Schriften, III, 1912). — L. Keller
Cherniss, Aristóteles no se basó para dencias que aproximaron algunos aca- "Die Akademie der Platoniker im Al-
sus críticas en supuestas lecciones ora- démicos (por ejemplo, Crates), al ci- tertum", Monatshefte der Comenius-
les de Platón, hay que suponer, o nismo. El principal representante de gesellschaft, 1899. — O. Immisch,
bien que se trata de una interpreta- la Academia media es Arcesilao. Co- "Die Akademie Platons und die mo-
dernen Akademien", Neue Jahrbü-
ción sui generis del Estagirita, o bien, mo figuras menores podemos men- cher für klassische Philologie, CL
como parece más probable, de una cionar a Laquides, Telecles, Euan- (1894), 421-42. — E. Howald, Die
crítica de la elaboración de la doc- dro y Heguesino. Característico de platonische Akademie und das moder-
trina de Platón por parte de los más este período es el anti-dogmatismo y ne Universitas litterarum, 1921. — P.
inmediatos discípulos de éste. Ahora el escepticismo moderado en la teoría L. Landsberg, Wesen und Bedeutung
bien, estos discípulos parecieron ale- del conocimiento. Los principales der platonischen Akademie, 1923
jarse considerablemente del platonis- representantes de la Academia nueva (trad. esp.: La Academia platónica,
1926). — Pan Aristophron, Plato's
mo. Así, ya el primer escolarca su- son Carnéades y Clitómaco. Este pe- Academy. The Birth of the Idea of
cesor de Platón, su sobrino Espeusi- ríodo no se distingue sustancialmen- Its Rediscovery, 1934. — O. Gigon,
po, rechazó la teoría de las ideas. te del anterior en cuanto al contenido "Zur Geschichte der sogenannten
Conocemos la sucesión de los esco- filosófico, pero agrega al anti-dog- Neuen Akademie", Museum Helve-
larcas principalmente por medio de matismo el probabilismo ( VÉASE). Los ticum (1944). — H. Cherniss, The
la Crónica de Apolodoro (Fasti Apo- académicos medios y nuevos polemi- Riddle of the Early Academy, 1945
zaron frecuentemente contra el estoi- (también del mismo autor: Aristo-
llodoreí), y hemos dado una lista de tle's Criticism of Plato and the Aca-
los mismos según aparece en Ueber- cismo. A veces se incluye entre los demy, I, 1944). — Hans Herter, Pla-
weg-Praechter (de acuerdo con las in- académicos nuevos a Filón de Larisa tons Akademie, 2a ed., 1952. — O.
vestigaciones de K. Zumpt, E. Zeller, y a Antíoco de Ascalón, pero, como Seel, Die platonische Akademie. Eine
S. Mekler y F. Jacoby) en el artículo hemos visto en los artículos sobre los Vorlesung und eine Auseinanderset-
Escolarca ( VÉASE). Esta lista com- mismos, su inclinación hacia el dog- zung, 1953. — Importantes referen-
prende, sin embargo, también varios matismo moderado (que considera- cias a la Academia se hallan asimis-
ban más fiel al espíritu y a la letra de mo, entre otras obras, en el volumen
filósofos neoplatónicos. Ahora bien, sobre Platón de Wilamowitz-Moellen-
es costumbre excluir a estos filósofos Platón), hacia un entendimiento con dorff y en el volumen sobre Aristó-
de lo que se considera como el perío- los estoicos y hacia el eclecticismo, teles de W. Jaeger. — Aunque se
do "clásico" de la Academia plató- hace que a menudo se consideren refieren a la cuestión del autor o
nica, el cual comprende desde Platón como miembros de la llamada Aca- autores de las obras de Platón, arro-
hasta Teomnesto de Naucratis. En el demia novísima. Desde esta época, jan asimismo luz sobre los problemas
presente artículo nos limitaremos a la filosofía de la Academia se bifurca concernientes a la Academia plató-
en dos direcciones. Por un lado, ha- nica los trabajos de Joseph Zürcher,
este período y dividiremos, de acuer- Das Corpus Academicum (to\ Su/nta-
do con la tradición, la Academia en cia el neoplatonismo, en particular de gma )Akadhmikon). In neuer Auffas-
tres períodos: Academia antigua, Aca- los que se considera como precurso- sung dargestellt, 1954 y Lexicon
41
ACC ACC ACC
Academicum, 1954. — índice de fi- sujeto; el otro, inseparable. Así, dor- inherencia: "el accidente es aquello
lósofos académicos: Academicorum mir es un accidente separable; ser cuyo ser consiste solamente en inhe-
philosophorum index Herculanensis, negro, aunque sea un accidente inse- rir en algo". Por otro lado, el proble-
ed. S. Mekler, 1902, 2a ed., 1958. parable para el cuervo y para el etío- ma de la distinción o separación entre
ACCIDENTE. Lo que ocurre pe, no impide que haya la posibilidad accidente y substancia estaba estre-
(sumbai/ n ei , accidit) a algo sin cons- de concebir un cuervo blanco y un chamente vinculado con el problema
tituir un elemento esencial o derivar etíope que pierda su color sin que el de su individualidad, con el de la pro-
de su naturaleza esencial es un acci- sujeto sea destruido. También puede ducción del accidente, y aun con
dente — algo "accidental". Aristóte- definirse como sigue: el accidente es el del propio accidente en cuanto
les definió el accidente, sumbebhko/j lo que puede pertenecer o no al mis- forma, es decir, con su accidenteïtas.
como sigue: "El accidente es lo que, mo sujeto, o, finalmente, lo que no es Ahora bien, la distinción real entre
a pesar de no ser ni definición ni lo ni género, ni diferencia, ni especie, ni accidente y substancia, no obstante
propio [propiedad] ni género, perte- lo propio y, sin embargo, subsiste su postulada inherencia, no corres-
nece a la cosa; o lo que puede perte- siempre en un sujeto." ponde a muchas de las direcciones
necer a una sola y misma cosa, sea Siguiendo a Aristóteles, a Porfirio de la filosofía moderna, sobre todo
la que fuere; como, por ejemplo, estar y a Boecio especialmente, los escolás- de la metafísica del siglo XVII,
sentado puede pertenecer o no a un ticos han tratado con gran detalle la para la cual el accidente se presenta
mismo ser determinado, y también noción de accidente. Muchas son las como un aspecto de la substancia. El
blanco, pues nada impide que la misma definiciones dadas de 'accidente' (se- accidente se llama entonces casi
cosa sea ora blanca, ora no blanca. La gún Léon Baudry, Guillermo de Oc- siempre modo (VÉASE), y se considera,
segunda de estas dos definiciones es cam da nada menos que cuarenta y según ocurre en Spinoza, como
la mejor, pues si se adopta la primera dos definiciones, si bien pueden redu- afección de la substancia. Pero al ser
es menester para comprenderla saber ya cirse a cinco esenciales). En general, colocado, por así decirlo, dentro de
lo que son la definición, lo propio y el la doctrina del accidente es tratada la substancia, el accidente tiende a
género, en tanto que la segunda se por los escolásticos —especialmente identificarse con ella y a anularse
basta a sí misma para comprender lo por los neoescolásticos— en dos sec- toda distinción posible, pues se
que es en sí aquello de que se habla" ciones: en la lógica y en la ontología. descubre una sola y no varias
(Top., I 5, 102 b 4 y sigs.). El Desde el punto de vista lógico, el ac- maneras de inherencia. Hay, en suma,
accidente es "lo que pertenece a un cidente aparece, al lado de la substan- una sola manera de ser el modo
ser y puede ser afirmado de él en cia, como uno de los dos supremos gé- afección de la substancia, y no una
verdad, pero no siendo por ello ni neros de las cosas, entendiendo por trama de relaciones como las de parte-
necesario ni constante (Met., Λ 1025 a ellos los géneros lógicos y todavía no todo, efec-to-causa, consecuencia-
13-5). Lo accidental se distingue por los trascendentales. El accidente es principio, etc. Esta concepción podía
ello de lo esencial. Se distingue entonces el accidente predicable, o sea constituir la base para una ulterior
también de lo necesario, de tal modo el modo por el cual algo "inhiere" en negación del concepto mismo de
que el accidente es fortuito y un sujeto. Desde el punto de vista substancia, pues esto no implicaba la
contingente, puede existir o no exis- ontológico, el accidente es prédica- negación de lo real, sino la atribución
tir. Se ha preguntado a veces si hay mental o real, es decir, expresa el a lo real de fenomenalidad.
una ciencia de los accidentes, es de- modo por el cual el ente existe. Se llama impropiamente defini-
cir, del ser por accidente, kata\ De este accidente se dice que natu- ción por el accidente a la que tiene
sumbebhko/j . Aristóteles contesta a ralmente no es en sí, sino en otro, lugar mediante la indicación de los
esta pregunta negativamente. Aunque por lo cual el accidente posee meta- caracteres o notas accidentales del
una respuesta tajante a la cuestión físicamente una especie de alteridad. objeto-sujeto. Cuando esta determi-
sea difícil, debe reconocerse que la El accidente ontológico se divide nación pretende ser una verdadera
ciencia —sea por prestar preferente entonces en absoluto y modal, pero definición se habla de "sofisma del
atención a las esencias o naturalezas, el accidente absoluto no es en ma- accidente". La conversión por el acci-
sea por pretender explicar lo que es nera alguna equiparable a la subs- dente es la que tiene lugar cuando
necesariamente como es, sea por sub- tancia y al ser que existe o puede se deduce de la universal afirmativa
rayar lo universal o la ley— tiende a existir por sí, pues es propio del una particular afirmativa: todo S es
evitar lo accidental. accidente no ser per se. De ahí que P; algún Ρ es S.
Muy influyente fue la doctrina del los escolásticos vean en el accidente ACCIÓN es la operación de un
accidente presentada por Porfirio en algo realmente distinto de la substan- agente por medio de la cual se intro-
su Isagoge como parte de la teoría cia, algo necesitado de un sujeto. La ducen modificaciones en una entidad
de los llamados predicables ( VÉASE). fórmula que conviene al accidente es, distinta del agente. El agente puede
Nos hemos extendido sobre esta teoría por lo tanto, la de que su esse est ser concebido como una causa; al
en el artículo referido. Nos limi- innesse, la de que su ser es "estar en", causarse algo se produce una acción.
taremos aquí a señalar que Porfirio es decir, "en otro". Así lo expresa También se llama "acción" —y asi-
define el accidente como sigue: "El Santo Tomás al enunciar que el acci- mismo "acto" (véase ACTO y ACTUA-
accidente es lo que se produce y des- dente es res, cuius naturae debetur LIDAD)— a la operación de una po-
aparece sin acarrear destrucción del esse in alio (S. theol, III, 9. LXXVII tencia. Los escolásticos suelen oponer
sujeto [sujeto-objeto]. Se divide en a. 1 ad 2). O el Pseudo-Grosseteste acción a pasión. "La acción de acuer-
dos especies: uno es separable del al definir el accidente en términos de
42
ACC ACC ACC
do con la primera imposición [VÉASE] (De reductione art. ad theol., § § 1-5) matista sacrifica la verdad a los efectos
del nombre señala el origen del mo- puede valer como ejemplo de la o resultados prácticos (bien que entre
vimiento. Pues del mismo modo que concepción clásica de la acción, don- éstos haya que incluir también, como
el movimiento, según se halla en el de ésta es, en el mejor caso, acción James precisó, los propiamente
móvil de algo que se mueve, recibe interna y, por lo tanto, concentra- "mentales"); el activismo de Blondel
el nombre de pasión, el origen de tal ción de la acción y de la contem- hace de la verdad una visión directa
movimiento, en cuanto empieza en plación en una realidad única. El del dinamismo en que todo ser con-
algo y termina en aquello que se mue- predominio de la acción sobre la siste. Así, Blondel propugna una
ve, es calificado de acción" (Santo contemplación surge, en cambio, des- "lógica de la acción" que no niega
Tomás, S. theol, I q. XLI a.l ad 2). de el momento en que se establece la 'lógica de la idea', sino que la
La noción de acción puede enten- una separación entre ambas instan- comprende en su seno como un modo
derse psicológica, física y metafísica- cias, separación que conduce, en subordinado de conocimiento. Según
mente ( ontológicamente ). Muchos fi- último término, a la absorción por Blondel, la palabra 'acción', sin ex-
lósofos han prestado atención a este la acción de todo propósito contem- cluir la idea de una inmediata y per-
último sentido y han derivado de él plativo. Es el caso del idealismo fecta realidad, implica la distinción
los restantes. Metafísicamente, la no- alemán y también el de la formu- de tres fases y de tres significaciones
ción de acción es interpretada con lación por Goethe de una tesis que discernibles, separables o no. Helas
frecuencia como designando un llegar como "La Acción era en un prin- aquí. "1. La acción indica primitiva-
a ser (fien) a diferencia del ser (me). cipio" parece estar destinada a sus- mente el ímpetu iniciador en lo que
Si se proclama el primado del primero tituir al "Logos" como principio tiene de vivo y de fecundo, de pro-
sobre el segundo puede hablarse de superior. ductivo y de finalista a la vez. 2. La
una filosofía basada en la acción a El predominio de la acción se ha acción puede designar (allí donde
diferencia de una filosofía basada en transformado, sin embargo, en una una operación discursiva y compleja
el ser. Las llamadas "filosofías de la explícita filosofía activista sólo cuan- se hace indispensable para que se
acción" son filosofías activistas y di- do se ha logrado clara conciencia de realice ) la serie continua y progresiva
namicistas. Puesto que para ellas la las implicaciones que supone un tras- de los medios empleados: proceso ne-
acción es el rasgo primario de la rea- t or n o como el men ci ona d o. Así cesario para la ejecución del designio
lidad, lo que no sea acción es consi- ha ocurrido sobre todo en el curso inicial que debe recorrer el intervalo
derado o como derivado de ella o del siglo XIX y parte del XX con que separa el proyecto del efecto y,
como opuesto a ella. En muchos ca- diversas doctrinas. Marxismo, histori- según la expresión escolástica, el ter-
sos se contrapone la acción a la con- cismo, pragmatismo, afirmación de la minus a quo del terminus ad quem,
templación y se sostiene el primado voluntad de poder, suposición de que per gradus debitos. 3. La acción pue-
de aquélla sobre ésta o viceversa. De la acción resuelve los nudos forjados de significar, finalmente, el resultado
un modo general puede decirse que por la teoría, reducción del campo obtenido, la obra conseguida, la ter-
mientras el pensamiento de corte "clá- de aplicación de la inteligencia, vo- minación realizada. Puede entonces
sico" ha considerado el ser y la con- luntarismos de diversas especies: he considerarse este resultado menos co-
templación como primarios —tanto aquí lo que puede considerarse como mo un objeto bruto que como una
metafísica como psicológicamente—, manifestaciones de la citada tenden- especie de creación viviente donde
el pensamiento "actual" —o una parte cia. Lo mismo cabe decir de buena la eficacia y la finalidad han conse-
de él, que se reconoce heredera de parte de las corrientes filosóficas guido unirse valorando todas las po-
ciertos aspectos del pensamiento mo- contemporáneas, si bien en ellas la tencias mediadoras que han servido
derno— se ha inclinado a concebir conciencia de las mencionadas im- para esa maravillosa innovación, evo-
como primarios la acción y el movi- plicaciones ha producido, a su vez, cada por esa pequeña palabra llena
miento en todas sus formas. Nos re- la aspiración a cerrar la brecha entre de misteriosas riquezas: obrar" (L'Ac-
feriremos de inmediato a algunos contemplación y acción sin por ello tion, 1936, I, 40/1).
ejemplos de estas diversas concepcio- tener que regresar a fórmulas esti- Entendida la "acción" en ese am-
nes, pero conviene señalar que el con- madas caducas. Es el caso de Mau- plio sentido que engloba el pensa-
traste entre ser y acción, y ser y rice Blondel ( VÉASE), cuya "filosofía miento en vez de oponerse a él, su
contemplación, no significa siempre de la acción" no es en ningún sen- predominio se ha manifestado en to-
que uno de los términos quede com- tido un "predominio de la acción das las direcciones filosóficas en las
pletamente eliminado. Es muy común, sobre la contemplación" tal como el que se ha ampliado el marco de la
por ejemplo, en ciertos autores "tra- que se ha puesto antes de relieve. inmanencia racionalista para ceder el
dicionales" estimar que la acción que- Blondel habla, en efecto, de la acción paso a la trascendencia. Cuando, por
da englobada en la contemplación, la como de algo que comprende y abarca ejemplo, se intentaba en la Antigüe-
cual permite llevar a sus máximas po- el pensamiento sin anularlo; la dad refutar los argumentos de Zenón
sibilidades toda forma de "acción". filosofía de la acción es, así, simul- de Elea y especialmente la aporía de
La distinción establecida por San táneamente, una "crítica de la vida" Aquiles y la tortuga por el simple
Buenaventura entre la luz superior y una "ciencia de la práctica". De echar a andar, se llevaba a exagera-
o luz de la gracia, la luz interior o este modo distingue su filosofía de ción y a caricatura lo que, por otro
del conocimiento filosófico, luz infe- todo "activismo" pragmatista como lado, el pensamiento procuraba hacer
rior o del conocimiento sensible y el que ha sido defendido por James, saliendo de las vías de la identifica-
luz exterior o luz del arte mecánica Schiller o Dewey. El activismo prag- ción racional. Así, toda introducción
43
ACC ACC ACC
de una discontinuidad representaba y A. Marc, Dialectique de l'action, fuerzas centrales, la velocidad multi-
sigue representando la introducción 1954. — Jean Brun, Les conquêtes de plicada por el elemento de la curva
de la "acción" en el marco de la l'homme et la séparation ontologique, da siempre un mínimo. Además no
razón. 1961. — J. de Finance, S. J., Essai sólo Leibniz, sino también Fermât,
Cuando se habla de "acción" con- sur l'agir humain, 1962 [Analecta Gre- habían mostrado en sus explicaciones
viene precisar en todo caso en qué goriana. Series Facultatis philosophi-
cae, N° 126, sectio A, 8]. Crítica del de las leyes de la refracción que un
sentido se entiende ésta y, sobre activismo de varios autores (Bergson, corpúsculo de luz que se desplaza
todo, conviene señalar si se concibe Brunschvicg, Boutroux, Le Roy, Ba- de un punto A a un punto Β atrave-
como aquello que se opone al pensar chelard, Rougier) en J. Benda, De sando medios distintos (a velocida-
o bien como aquello que incluye el quelques constantes de l'esprit hu- des diferentes) efectúa su recorrido
pensamiento. Este último sentido es main. Critique du mobilisme contem- en el menor tiempo posible.
el que predomina. Cuando en al- porain, 1950. — La noción de acción Decíamos antes que el principio ha
gunas direcciones se concibe la ac- en Aristóteles: Gianni Vattimo, Il con- sido interpretado o mecánica o te-
ción como lo único que puede so- cetto di Fare in Aristotele, 1961. — leológicamente. La primera interpre-
lucionar los conflictos de la inte- La noción de acción en Santo Tomás tación fue la dominante en el siglo
ligencia, cuando Dewey habla, por es tratada por Joseph de Finance, XVIII y hasta puede decirse que el
ejemplo, de un "idealismo de la ac- S. T., en Être et Agir dans la philo- principio así entendido fue descu-
ción", entienden todos ésta como una sophie de Saint Thomas, 1945. bierto solamente en el citado siglo,
realidad primaria que explica —no ACCIÓN (PRINCIPIO DE LA aun teniendo en cuenta el hecho de
suprime— el pensar. MENOR). En el artículo Economía que el propio Maupertuis lo aplicaba
Véase también PRAXEOLOGÍA. nos hemos referido al principio de no sólo a los fenómenos físicos, sino
Además de la obra de Blondel re- la economía del pensamiento o ley también al Ser Primero en su produc-
ferida en el texto, véanse los siguientes del mínimo esfuerzo en el proceso ción de las cosas. En cambio, si lo
trabajos, unos (como los de A. de las operaciones mentales. Aquí consideramos desde el punto de vista
Gardeil, Roig Gironella) relativos al trataremos de un principio análogo, teleológico, el principio en cuestión
blondelismo, otros (como el de Mal- pero referido a los procesos de la tiene muchos precursores. Se formuló,
gaud) concernientes al problema de Naturaleza: el llamado principio de
la relación entre acción y pensamien- en efecto, con más o menos claridad
la menor acción. Puede enunciarse en todos aquellos casos en los que
to, y otros (como la mayor parte) así: "La Naturaleza obra siempre em-
referentes a la cuestión general de la se insistió sobre la llamada ley de
acción y su relación con el conoci- pleando el menor esfuerzo o energía parsimonia en la Naturaleza. Ejemplos
miento y el saber: A. Gardeil, O. P., posibles para conseguir un fin dado." se hallan en Aristóteles (De gen. et
"L'Action. Ses exigences objectives", Aunque este enunciado tiene —por la cor., II 10, 336 a 27 sigs.), en
Revue Thomiste VI (1898), 125-38, introducción del término 'fin'— un Ptolomeo (Almagesto, III 4 y XIII
269, 294; "Ses ressources subjectives", aspecto teleológico, no debe interpre- 2), en Averroes ( Comm. in Met., XII
ibid. VII (1899), 23-39; "Les res- tarse siempre como si fuese una ley ii 4 Comm. Venetiis, VIII f. 144 vb),
sour ces du vouloir ", ibid. VII teleológica. Puede interpretarse desde
(1899), 447-61; "Les ressources de en Roberto Grosseteste (Cfr. A. C.
un punto de vista mecanicista como Crombie, Robert Grosseteste and
la raison pratique", ibid. VIII expresando un modo de operación se-
(1900), 377-99. — Giovanni Cesca, the Origins of Experimental
La filosofia della azione, 1907. — E. gún el cual un proceso natural —por Science, 1953, págs. 85-6; De Sphae-
de Roberty, Sociologie de l'action. La ejemplo, el desplazamiento de un cor- ra, ed. Baur, 1912) y probablemente
genèse sociale de la raison et les púsculo— tiene lugar de tal suerte, en otros autores. Uno de los proble-
origines rationelles de l'action, 1908. que su cantidad de acción sea la mí- mas que se plantea cuando adoptamos
— M. Pradines, Principes de toute nima posible. Este es el sentido que tal interpretación es si el principio
philosophie de l'action, 1909. — H. tiene casi siempre el principio de la de la menor acción debe entenderse
Gomperz, Die Wissenschaft und die menor acción en quien es considerado
Tat, 1924. — A. Mochi, De la con como un principio real de la Natu-
habitualmente como su descubridor: raleza o bien como una regla pragmá-
naissance à Îaction, 1928. — M. Mal- Pierre-Louis Moreau de Maupertuis.
gaud, De faction à la pensée, 1933. tica (en cuyo caso el principio de la
— T. Kotarbinski, L'Action, 1934 (en Hemos precisado en el artículo sobre menor acción es equivalente al prin-
la Biblioteca filosófica de la Sociedad él el significado preciso de 'acción' cipio de la economía del pensamien-
polaca de filosofía de Lwów). — L. dentro del principio y las discusiones to). No es siempre fácil dilucidar en
Stefanini, Mens Cordis. Giudizio a que dieron lugar las Memorias de qué sentido es usado por los autores
dell'attivismo moderno, 1934. — W. Maupertuis a las Academias de Cien- mencionados, pero puede afirmarse
M. Schering, Zuschauen oder Han- cias de París ( 1744) y Berlín ( 1746). como plausible que mientras Aristó-
deln? Beitrag zur Lage und Aufgabe Parece en todo caso que ideas aná-
der Psychologie, 1937. — W. Grèbe, teles, Averroes y Grosseteste lo con-
logas al principio de Maupertuis sideraban como un principio real,
Der tätige Mensch. Untersuchungen se encuentran en varios autores de
zur Philosophie des Handelns, 1937. Ptolomeo lo formuló como un prin-
— M. Riveline, Essai sur le problè la época (Euler, Leibniz, Fermat). cipio pragmático. No es fácil ver qué
me le plus générale: action et logique, Así, por ejemplo, L. Euler mostró en sentido tiene el principio en cuestión
1939. — J. Roig Gironella, La filoso su Methodus inveniendi lineas curvas en Newton, pues aunque se halla
fía de la acción, 1943. — H. Duméry, maximi vel minimi proprietate gau- formulado como una "Regla de razo-
La philosophie de l'action. Essai sur dentes (1744) que en las trayectorias namiento en filosofía" ["filosofía" -
l' intellectualisme blondélien, 1948. — descritas por cuerpos movidos por "filosofía natural", es decir, "física"]
44
ACC ACO ACO
al principio del Libro III de su Phi- gasto de energía opera de un modo 1492-1520-ca. 1578), nac. en Trento,
losophia naturalis principia mathema- omnipresente en la actividad destina- fue de profesión ingeniero, pero se
tica (Regla I), ofrece varios aspec- da a comprender el mundo, pues sin interesó por muchos problemas, espe-
tos: el de un principio del pensar, el tal principio no habría ni tal reduc- cialmente por problemas teológicos y
de un supuesto sobre la realidad y ción ni tal subsunción. Cuando la rea- metodológicos. Secretario del Carde-
hasta —dentro de una "filosofía" me- lidad que se trata de percibir es el nal Maruzzo, repudió luego la doctrina
canicista— el de una imagen teleoló- todo, la filosofía se encarga de ello, papal, refugiándose en Suiza, Es-
gica. He aquí su formulación: "No de modo que la actividad filosófica trasburgo y, finalmente, en Inglaterra,
debemos admitir más causas de las como pensar del todo puede definirse en donde defendió un protestantismo
cosas naturales que las que son a la como un pensar del mundo según el radical, siendo protegido de la reina
vez verdaderas y suficientes para ex- principio del menor gasto de energía. Isabel. Bayle le dedicó un articulo en
plicar sus apariencias. A este efecto, Varias objeciones se han formulado su Dictionnaire, pero luego cayó en el
los filósofos dicen que la Naturaleza contra el principio de la menor ac- olvido; en su Histoire de la philosophie
no hace nada en vano, y es tanto más ción en el sentido anterior. Mencio- moderne (tomo II, 1958, págs. 2 y
en vano cuanto menos sirve; pues a naremos dos. Una de ellas destaca el sigs.), J. M. Degérando lo llama
la Naturaleza le agrada la simplici- hecho de que la idea del principio en "un ingénieur italien, aujourd'hui
dad y no se viste con las galas de las oublié", pero afirma que "fue el pri-
cuestión está basada en el supuesto
causas superfluas." mero que tuvo el mérito de vivir y
indemostrado de que los organismos
Hemos señalado antes la relación proclamar las verdades que más tarde
biológicos tratan de ajustar entera- desarrollaron Bacon y Descartes". De-
que hay a veces entre el principio
mente el esfuerzo a los fines, cuando gérando se refiere con ello a la obra
de la menor acción y el llamado prin-
lo que ocurre de hecho es casi siem- de Aconcio sobre el método (véase
cipio de economía (VÉASE). Al hablar
de este último en el correspondiente pre lo contrario: que el organismo bibliografía), en donde el autor pone
artículo nos hemos referido a la doc- gasta mucha mayor energía de la que de relieve que el estudio del método
trina de Avenarius. Completamos aho- le "correspondería" según la acción es fundamental para la adquisición
ra la información allí proporcionada, que se propone desarrollar. El orga- de conocimientos verdaderos y ade-
por cuanto el propio Avenarius dio nismo biológico, en suma, es, según cuada comunicación de estos conoci-
al principio de economía un nombre esta objeción, un derrochador más mientos — lo que hace de la metodo-
muy parecido al del principio de la bien que un ahorrador de energía. La logía de Aconcio una doctrina a la vez
menor acción: el principio del menor otra objeción se refiere a las dificul- lógica, gnoseológica y pedagógica.
gasto de energía (Princip des Mein- tades que plantea el origen de la ac- Aconcio empieza por delimitar la es-
sten Kraftmasses). Así, en la obra en tividad del organismo —o del "al- fera de lo cognoscible: sólo pueden
la cual presentó por vez primera este ma"— de acuerdo con el principio conocerse las cosas que son finitas y
principio (Philosophie als Denken der del menor gasto de energía. Si es un también inmutables. Luego indica que
Welt gemäss dem Princip des klein- origen empírico solamente está diri- todo conocimiento "deducido por vía
sten Kraftmasses, 1876; hay trad. gido por la experiencia. Pero como la de razonamiento" supone una verdad
esp.: La filosofía como el pensar del experiencia es un tanteo, es probable "primitiva, inmediata, natural e inde-
mundo de acuerdo con el principio que en el curso del mismo se dilapi- pendiente del razonamiento". El mé-
del menor gasto de energía, 1947) den más bien que se ahorren ener- todo debe conducir a la adquisición
el citado autor manifestaba que toda gías. Si es un origen supra-empírico, de estas nociones primitivas y básicas
la actividad del alma está regida por hay que admitir la existencia de una de las cuales dependen los demás co-
un principio de economía sin el cual finalidad, en cuyo caso la actuación nocimientos. Las nociones en cuestión
no sería posible la conservación del según el principio es solamente el re- no son las que se conocen primero en
individuo. Según tal principio, el alma sultado de una deducción lógica en la el orden del tiempo; son las primeras
trata de obtener el mayor resultado cual sólo da más lo que se había sólo en el orden de la evidencia. Así,
posible con el menor esfuerzo posi- anteriormente supuesto. las nociones particulares son cronoló-
ble. Si aplicamos este principio al Véase el final de la bibliografía gicamente anteriores a las nociones
acto del apercibir, advertimos que del artículo ECONOMÍA. — Además: más generales, pero éstas preceden a
tiene lugar en tal forma, que lo que se P. E. B. Jourdain, "The Principie of aquéllas en cuanto a su posición en la
tiene que apercibir es asimilado por Least Action. Remarks on Some Pas- jerarquía de las verdades. Todo esto
la actividad apercipiente, la cual le sages in Mach's Mechanics", The Mo- parece hacer de Aconcio un "raciona-
da forma y sentido de acuerdo con nist, XXII (1912), 285-304. — Íd., lista". Sin embargo, debe tenerse pre-
las experiencias anteriores. Con ello íd., "Maupertuis and the Principie of sente que Aconcio distingue entre
Least Action", ibíd., XXII (1912),
se forman hábitos intelectuales, cuya 414-59. — Íd., íd., "The Nature and conocimiento de lo abstracto y cono-
organización constituye el fundamento Validity of the Principie of Least Ac- cimiento de experiencia y propone
del conocimiento. Toda la vida tion", ibíd., XXIII (1913), 277-93.— separar por lo pronto uno de otro.
espiritual está regida por estas for- P. Brunet, Étude historique sur le Pero esta separación no puede persistir
mas, las cuales consisten últimamente principe de la moindre action, 1938. indefinidamente; en efecto, en el
o en reducir lo desconocido a lo — M. Guéroult, Dynamique et mé- conocimiento de experiencia se aplica
conocido o en subsumir las represen- taphysique leibmziennes, 1934. ya un modo —o, mejor dicho, diver-
taciones particulares bajo conceptos ACONCIO (GIACOMO) [Aconzio, sos modos— de análisis que tienen
generales. Así, el principio del menor Concio; Acontius, Jacobus] (entre que llevarse a cabo según principios
45
ACR ACT ACT
racionales. En último término, el me- ACTO Y ACTUALIDAD. Estudia- te (Phys., IV 201 a). En este "llevar
jor método de conocimiento es el que remos estos conceptos en su acepción a cabo" el ser pasa de la potencia de
va de los efectos a las causas y de los filosófica técnica, prescindiendo de ser algo al acto de serlo; el cambio
fines a los medios, pero de acuerdo sus muchos significados comunes. Pa- es paso de la potencia a la actualidad.
con el orden de las evidencias que se ra el sentido de "acto" como "acción" Se ha dicho a veces que la contra-
vayan obteniendo en el proceso del véase el artículo sobre este último posición entre potencia y acto en Aris-
conocimiento. Se trata así, pues, de concepto. tóteles es idéntica, o cuando menos
un método inductivo-analítico. Aristóteles introdujo en su filosofía muy similar, a la contraposición entre
En su tiempo Aconcio fue famoso los términos e)ne/rgeia —que se vier- materia y forma. No negamos que
ten usualmente por "acto" o "actuali- haya una analogía entre ambos pares
sobre todo por la colección de escritos
agrupados bajo el título: Estratagemas dad"— y du/namij — que se traduce de conceptos. Pero en modo alguno
comunmente por "potencia" (Cfr. al- pueden equipararse. La forma es la
de Satanás. Esas "estratagemas" eran
gunos loci en bibliografía, infra). En esencia, o uno de los aspectos de la
para el autor los credos dogmáticos esencia, de un ser; en cambio, el acto
cristianos. El carácter radical de la el artículo sobre la noción de Potencia
(VÉASE) analizamos varios significados incluye una cierta operación. Cuando
crítica de Aconcio al respecto suscitó esta operación culmina tenemos la en-
aristotélicos de este concepto en rela-
la hostilidad no sólo de los católicos, telequia (véanse, sin embargo, en el
ción con el de acto. Tendremos que
sino también de algunos protestantes, reiterar aquí algunos de ellos para artículo sobre este último concepto
los cuales juzgaron que Aconcio había mayor claridad. Los términos en cues- sus varias significaciones).
llegado demasiado lejos en su actitud tión constituyen una parte fundamen- No es fácil definir la noción aristo-
crítica. tal del arsenal conceptual aristotélico télica de "acto". Se puede decir que
Obras: De methodo, hoc est, de y se aplican a muy diversas partes de el acto es la realidad del ser, de tal
recte investigandarum tradendarum-
que artium et scientiarum ratione (Ba- su filosofía, pero aquí los estudiare- modo que, como indicó el Estagirita
silea, 1558), en una colección de mos desde el punto de vista de la el acto es (lógicamente; acaso formal-
escritos titulada: De studiis bene ins- "Física" y de la metafísica — y, per- ontológicamente ) anterior a la poten-
tituendis. — Stratagematae Satanae dónesenos el anacronismo, desde el cia. Sólo a base de lo actual puede
(Basilea, 1565); otra ed. (Basilea, punto de vista de la "ontología ge- entenderse lo potencial. Puede decirse
1610) con una carta del autor titu- neral". Empezaremos considerándolos asimismo que el acto determina
lada "De ratione edendorum libro- como un intento de explicación del (ontológicamente) el ser, siendo de este
rum". De las Estratagemas se publicó
una versión francesa: Les Ruzes de movimiento en tanto que devenir modo a la vez su realidad propia y su
Satán (Basilea, 1565). — Edición crí- (VÉASE). principio. Puede destacarse el aspecto
tica del De methodo y otros escritos El movimiento como cambio en formal o el aspecto real del acto.
de Aconcio, con trad. italiana y notas: una realidad (llamado a veces "mo- Finalmente, puede decirse que el acto
G. Radetti, ed., De methodo; Dialogo vimiento cualitativo" para diferenciar- es "lo que hace ser a lo que es".
di Giacomo Riccamati; Somma bre- lo del movimiento local, y calificado Ninguna de las definiciones resulta
vissima délia dottrina cristiana; Una suficiente. Aristóteles, que se da cuenta
esortazione al timor di Dio; Delle asimismo —como haremos aquí con
osservazioni e avvertimenti che aver frecuencia— de "cambio") necesita de esta dificultad, procede con fre-
si debbono nel legger delle istorie; tres condiciones, las cuales parecen cuencia a presentar la noción de acto
Lettere, 1944. — Edición crítica de ser a la vez "principios": la materia (y la de potencia) por medio de ejem-
las Estratagemas, con trad. italiana y (VÉASE), la forma (VÉASE) y la priva- plos. A éstos nos referiremos de inme-
notas: G. Radetti, ed., Stratagematum ción (VÉASE). Ahora bien, el cambio diato como base de nuestro comen-
Satanae libri VII, 1946 [ambas edi- sería ininteligible si no hubiese en el tario.
ciones críticas en la Edizione nazio- "El acto —escribió Aristóteles— es
nale dei Classici del pensiero italia- objeto que va a cambiar una potencia
no]. — Véase A. Gonzo, Il metodo di de cambiar. Su cambio es, en rigor, la existencia de un objeto, pero no de!
I. A. tridenfino, 1931. — W. Köhler- el paso de un estado de potencia o modo como lo hemos expresado por
E. Hassinger, Acontiana, en Abhand- potencialidad a un estado de acto o la potencia. Decimos, por ejemplo,
lungen der Heidelberger Akademie actualidad. Este paso se lleva a cabo que Hermès está en potencia en la
der Wissenschaften, Phil.-hist. K1. por medio de una causa eficiente, la madera, y la semilínea en la línea
1932, VIII. — E. Hassinger, Studien cual puede ser "externa" (en el arte) o completa, porque de ella puede ser
zu J. A., 1934. — P. Rossi, G. A.,
1952. — Ch. D. O'Malley, J. A., 1955. "interna" (en la misma naturaleza del extraída. Llamamos también sabio en
— Véase también "Introducción" de objeto considerado). El vocablo 'in- potencia a quien ni siquiera especula,
G. Radetti a las eds. indicadas supra, y terno' no significa que el objeto que con tal que posea la facultad de es-
Giuseppe Saitta, Il pensiero italiano cambia no necesite ningún impulso pecular; el estado opuesto en cada
nell'Umanesimo e nel Rinascimen-to. para cambiar; significa que no podría uno de estos casos existe en acto"
Vol. III (Il Rinascimento), 1951, págs. cambiar si no se quitaran los obstácu- (Met., Ω 6, 1048 a 30-35). Como se
510-14. los que le impiden situarse en su "lu- ve, Aristóteles no proporciona una de-
ACROAMÁTICO. Véase ESOTÉ - gar natural", y también que no podría finición de 'acto', sino una contrapo-
RICO. cambiar si no tuviese en él disposición sición de la noción de acto con la de
ACTIVISMO. Véase ACCIÓN. para el cambio. El cambio puede ser potencia a la luz de ejemplos. Que
ACTIVO (ENTENDIMIENTO o entonces definido como sigue: es el éstos son sobremanera importantes lo
INTELECTO). Véase ENTENDI - llevar a cabo lo que existe potencial- muestra el hecho de que en cada oca-
MIENTO. mente en cuanto existe potencialmen- sión en que Aristóteles se propone-
46
ACT ACT ACT
mostrar lo que el acto es, acumula los blanco. Así, el paso de lo que es en En efecto, no se puede al mismo tiem-
ejemplos. "El acto será, pues, como potencia a lo que es en acto requiere po marchar y haber marchado, deve-
el ser que construye es el ser que tiene ciertas condiciones: estar precisamente nir y haber devenido, recibir un mo-
la facultad de construir; el ser des- en potencia de algo y no de otra vimiento y haberlo recibido; no es
velado, al que duerme; el que vela, al cosa. Puede decirse que además de tampoco lo mismo mover y haber
que tiene los ojos cerrados pero posee un χ que es blanco y de un χ que es movido. Pero es la misma cosa la que
la vista; lo que ha sido separado de negro hay "algo" que no es ni blanco a la vez ve y ha visto, piensa y ha
la materia, a la materia; lo que es ni negro, sino que llega a ser blanco. pensado. A un proceso tal lo llamo
elaborado, a lo que no lo es" ( ibidem, Si se admitiera solamente el ser (en acto y al otro movimiento" (ibidem,
1048 b 1-5). Los primeros términos tanto que ser actual), nada podría 1048 b 25-35).
de estas series son actos; los segundos, convertirse en nada. El enunciado 'x La cita anterior muestra que Aris-
potencias. Y si se pregunta por qué no llega a ser blanco' carecería de senti- tóteles no se considera satisfecho con
se proporciona una definición estricta do a menos de suponerse que el contraponer simplemente el acto a la
de los términos 'acto' y 'potencia', enunciado 'x puede llegar a ser blan- potencia y con examinar la noción de
Aristóteles contestará que "no hay co' es verdadero. acto desde el punto de vista de una
que intentar definirlo todo, pues hay Aunque haya seres en potencia y explicación del cambio dentro del
que saber contentarse con comprender seres en acto, ello no significa que marco de una "ontología de la física".
la analogía." potencia y acto sean ellos mismos seres. Si pueden encontrarse ejemplos de
Sin embargo, los ejemplos y las Podemos, pues, definirlos como seres cuya realidad se aproxime a una
comparaciones no son todo lo que cabe principios de los seres — o "principios pura actualización de sí mismos, serán
decir acerca del significado de la complementarios" de los seres. Estos ellos los que determinen el modo como
noción de acto. Ante todo, hay que principios, sin embargo, no existen se- propiamente tiene que entenderse el
entender tales ejemplos y compara- paradamente —al modo de las For- "ser en acto". En su "Prólogo" a la
ciones en relación con el problema mas platónicas—, sino que se hallan Historia de la filosofía, de Emile
a que antes nos hemos referido: el incorporados en las realidades (con Bréhier (Dos Prólogos, 1944, págs.
del cambio. ¿Cómo concebir el ser la excepción del Acto Puro o Primer 193-203), Ortega y Gasset ha puesto de
como ser que cambia? Platón había Motor, y aun ello porque tal Acto no relieve el carácter dinámico de estas
declarado que el cambio de un ser es consiste sólo en ser en acto, sino en realidades que son propiamente en acto,
la sombra del ser. Los megáricos ha- "actualizar" mediante atracción todo y se ha referido a un pasaje en De an.
bían sostenido que sólo puede enten- ser). Ahora bien, la teoría aristotélica — al cual puede agregarse el
derse lo que es actualmente: un objeto del acto no puede reducirse a esta mencionado anteriormente. He aquí
dado, x, afirmaban, es o bien Ρ ( es definición, la cual es, en última ins- varias frases de dicho pasaje: ".. .el
decir, posee tal o cual propiedad o se tancia, puramente nominal. El Estagi- moverse es una especie de acción,
halla en tal o cual estado), o bien rita se da perfectamente cuenta de aunque imperfecta... Decimos algo que
no-P (es decir, no posee tal o cual que el acto puede ser entendido de sabe, o bien en el sentido con que lo
propiedad o no se halla en tal o cual varias maneras. Por lo pronto, de éstas decimos de un hombre por el hecho
estado). ¿Puede decirse que Juan es dos: (1) el acto es "el movimiento de que pertenece al género de los
en potencia un gran músico si no ha relativamente a la potencia"; (2) el acto seres que tienen inteligencia y
producido música alguna? Ahora bien, es "la substancia formal relativamente ciencia; o bien en el sentido con que
Aristóteles rechazó la doctrina de Pla- a alguna materia". En el primer caso, decimos que sabe algo el que posee la
tón porque éste hacía del cambio una la noción de acto tiene aplicación sobre ciencia gramatical. Mas, no es la
especie de ilusión o apariencia del ser todo en la física; en el segundo, tiene misma la potencia de saber en ambos
que no cambia, y la doctrina de los aplicación en la metafísica. Por si la casos: en el primero, el hombre sabe
megáricos porque no daban razón del complicación fuera poca, resulta que la porque tal género de seres y tal materia
cambio. Si, pues, hay cambio, debe noción de acto no se aplica del mismo tiene potencia para saber; en el
de haber algo que posee una propie- modo a todos los "actos". En ciertos segundo, porque si no hay
dad o se halla en un estado y puede casos no se puede enunciar de un ser impedimento externo puede el
poseer otra propiedad o pasar a otro su acción y el hecho de haberla hombre, cuando quiere, actualizar su
estado. Cuando tal ocurre, la "poste- realizado — no se puede aprender y conocimiento. Por último, decimos que
rior" propiedad o el "último" estado haber aprendido, curar y haber uno sabe, cuando ya actualmente
constituyen actos, o actualizaciones, curado. En otros, en cambio, se puede contempla una verdad, de modo que
de una previa potencia. enunciar simultáneamente el propiamente y en acto sabe que esto es
Esta potencia no es cualquiera. movimiento y el resultado — como A. Los dos primeros saben en potencia.
Como Aristóteles señala (Phys., III cuando se dice que se puede ver y De ellos, el uno sabrá actualmente,
201 b 33 sigs.), un hombre no es haber visto, pensar y haber pensado. cuando por la enseñanza cambie de
potencialmente una vaca, pero un ni- "De estos diferentes procesos —escribe cualidad, y repetidamente pase de un
ño es potencialmente un hombre, Aristóteles— hay que llamar a unos hábito al contrario; el otro, si del poseer
pues de lo contrario seguiría siendo movimientos y a los otros actos, pues la sensación o la gramática, pero sin
siempre un niño. El hombre es, así, todo movimiento es imperfecto, como usarlas, pasa a la actuación de las
la actualidad del niño. Un objeto da- el adelgazamiento, el estudio, la mismas; lo cual supone un cambio muy
do, x, que es negro, es potencialmente marcha, la construcción: son mo- distinto del anterior; el que posee
blanco, porque puede llegar a ser vimientos, y movimientos imperfectos.
47
ACT ACT ACT
el hábito de la ciencia pasa al acto vir de modelos para cuanto se dice tencia, y lo que se dice ser en poten-
de contemplarla; lo cual o no es que es en acto. Puede decirse acaso cia lo es con respecto al acto, hay
verdadera mutación (ya que con- que el acto no designa la acción (en que establecer una distinción. Mien-
siste en un progreso del sujeto y de el sentido del cambio), pero como de- tras la potencia se define por el acto,
su acto), o por lo menos es un gé- signa la perfección de la acción, no éste no puede definirse por la po-
nero de mutación distinto de la co- hay inconveniente en admitir que tencia, ya que la potencia adquiere
mún; hay dos modos de alteración: ésta puede ser perfecta en su cam- el ser que tenga por medio del acto.
uno que consiste en el tránsito a las biar. Varios autores neoplatónicos y Esto equivale a la doctrina aristoté-
disposiciones privativas (a saber, la cristianos tendieron a esta idea del lica de la preeminencia (lógica) del
sustitución de una cualidad por su acto como la perfección dinámica de acto sobre la potencia. Como escribe
contraria), la otra, en el tránsito a una realidad. Uno de los ejemplos de Santo Tomás, "potentia dicitur ab
las disposiciones positivas y a la per- este ser en acto es la intimidad per- actu" (De pot., I, 1). El acto es, pues,
fección de la naturaleza (que es pro- sonal. El acto puede entonces conce- algo "absoluto"; no puede definirse
greso y perfección de la cualidad exis- birse como una tensión pura, la cual como tal por ser una de las llamadas
tente)" (II 5, 417 a 15 sigs.; trad. no es movimiento ni cambio, por- prima Simplicia. El acto no se com-
Antonio Ennis, S. I.). que constituye la fuente perdurable pone (lógicamente) de partes en po-
Según Ortega y Gasset, esto muestra de todo movimiento y cambio. Y si tencia, pero tampoco se resuelve en
que para Aristóteles hay cierta forma se alega que tal no puede ocurrir, partes actuales. En este sentido, Aris-
de devenir que no consiste sim- porque el sentido primario de las des- tóteles andaba por el buen camino
plemente en pasar de un estado (prin- cripciones aristotélicas de 'acto' y 'ac- al "mostrar" (más que de-mostrar)
cipio) a otro estado (fin), sino que tualidad' lo excluyen, se puede res- la noción de acto por medio de ejem-
es incesante cambio "hacia sí mismo". ponder con Plotino que debe distin- plos. Sin embargo, que el acto sea
El ejemplo más eminente de este guirse entre el sentido de 'acto' según lógicamente anterior a la potencia, no
"progreso hacia lo mismo", ei)s au/to\ se aplique a lo sensible o a lo significa que (en los seres creados)
ga/r h( e)pi/dos ij, es el pensar, el cual inteligible. En lo sensible, argüía Plo- sea realmente anterior a la potencia.
tiene en sí mismo su término, pero tino, el ser en acto representa la Sólo el Acto Puro o Dios es anterior,
no por ello cesa de progresar. unión de la forma y del ser en poten- lógica y realmente, a todo.
Ahora bien, "el cambio o cia, de suerte que no puede haber Entre las divisiones de la noción de
movimiento que es término o fin de aquí equívoco alguno: el acto es la acto, propuestas por los escolásticos,
sí mismo, que aun siendo marcha o forma. En lo inteligible, en cambio, la y principalmente por Santo Tomás,
tránsito y paso, no marcha sino por actualidad es propia de todos los seres mencionamos las siguientes:
marchar y no para llegar a otra cosa, de esta esfera, de modo que, siendo el 1. El acto puede ser puro o absolu
ni transita sino por transitar, ni pasa ser en acto el acto mismo, la forma no to, o no puro. En el acto puro no hay
más que por su propio pasar, es es un mero acto: más bien es en acto. ninguna potencia; el acto puro es la
precisamente lo que Aristóteles Las nociones de acto y actualidad perfección concebida o existente en
llama acto —enér-geia—, que es el fueron elaboradas por los escolásti- sí y por sí. El acto puro es por ello
ser en la plenitud de su sentido. Con cos con gran detalle, principalmente "el acto último no recibido" ( irrecep-
lo cual vemos que Aristóteles a base de los conceptos aristotélicos. tus), de modo que, como escribe San
trasciende la idea estática del ser, ya A este respecto, cabe considerar tres to Tomás, "ultimus actus est ipsum
que no el movimiento sensu stricto, aspectos. Primero, que, sin dejar de esse". El acto impuro es el que tiene
sino el ser mismo que parecía quieto se ser aplicadas, como en Aristóteles, a alguna potencia o está mezclado con
revela como consistiendo en una los procesos naturales, no se confina- la potencia, siendo perfección de una
acción y, por tanto, en un ron a éstos, sino que se usaron con potencia, y siendo por ello un "acto
movimiento sui generis" (Ortega y particular empeño para dilucidar el recibido" (receptus).
Gasset, op. cit., págs. 198-9). problema de la naturaleza de Dios 2. El acto no puro puede ser en
Sea o no verdad que hay en Aris- como Acto Puro. Segundo, que se titativo o formal. El acto entitativo
tóteles esta idea del ser como ser di- intentó precisar su significado hasta es el acto de ser (actus essendi) o el
námico, en el cual, según ocurre con donde fuera posible. Tercero, que se que hace existir a una esencia. El
el pensar, "el paso de la potencia ini- establecieron distinciones entre varias acto formal es el que informa una
cial ... no implica destrucción de la especies de actos. Nos referiremos potencia constituyendo una forma
potencia sino que es, más bien, una principalmente a los dos últimos as- substancial o una forma accidental.
conservación de lo que es en potencia pectos y nos fundaremos principal- El acto entitativo se llama también
por lo que es en perfección (entele- mente en las doctrinas al respecto de "acto último".
quia), de modo que potencia y acto Santo Tomás de Aquino. 3. El acto formal substancial pue
se asimilan" (op. cit., pág. 202), lo Para Santo Tomás y muchos esco- de ser subsistente (o existir solo) o
cierto es que la noción de acto en el lásticos, la doctrina del acto (y de la no subsistente (o no existir solo, es
Estagirita no puede reducirse a una potencia) resulta de un tratamiento decir, existir acompañado de materia ).
definición simple acompañada de va- de la cuestión de la división del ente. 4. El acto subsistente puede ser
rios ejemplos. En todo caso, parece Aunque acto y potencia sean de al- completo o incompleto.
como si Aristóteles tuviera interés en gún modo relativos, en tanto que lo 5. El acto no subsistente puede ser
mostrar que hay entes que son cons- que se dice ser en acto (en los seres substancial o accidental.
titutivamente más "en acto" que creados) lo es con respecto a la po- 6. El acto puede ser primero o se-
otros. Además, tales entes pueden ser-
48
ACT ACT ACT
gundo. El acto primero no supone Gentile, Whitehead, Husserl y Lave- tampoco el actus en sentido clásico.
otra cosa, siendo la forma. El acto se- lle son particularmente destacados a Según Husserl, "la referencia inten-
gundo supone otra cosa, siendo la ope- este respecto. cional, entendida de un modo pura-
ración. Gentile ha llamado a su filosofía mente descriptivo, como peculiaridad
7. El acto primero puede ser pró "actualismo" ( VÉASE). Esta filosofía íntima de ciertas vivencias, es la nota
ximo (al cual sigue inmediatamente se deriva en parte de la noción idea- esencial de los fenómenos psíquicos
un acto segundo) o remoto (al cual lista de acto como un absoluto "po- o actos".
no sigue inmediatamente un acto se ner" la realidad. Gentile llama atto Louis Lavelle intenta, desde un
gundo ). puro al pensamiento en tanto que no punto de vista metafísico, acentuar la
8. El acto puede ser inmanente o puede objetivarse, sino que constituye actividad operante del acto sin re-
exterior (llamado también transitivo). el fundamento de toda objetividad ducirlo por ello a una mera actua-
El acto inmanente es el recibido en "engendrada". La "actualidad del yo" ción de un ser. Lavelle elude tanto
el propio sujeto que lo produce (cual por la cual "no es nunca posible que una interpretación neutral del acto
el Yo se conciba como objeto de sí como una ontología dinamicista. El
el acto intelectual). El acto exterior acto es para Lavelle la realidad mis-
o transitivo es el recibido en otro su mismo" (Teoría dello Spirito, I, 6),
ma del ser. Por lo tanto, es algo dis-
jeto (cual el acto físico). hace que el acto puro se oponga de tinto del "objeto". El acto no es un
Según los escolásticos, todo ser mu- continuo al hecho. El hecho es lo que ser actuante, a menos que se entien-
dable consta de potencia y de acto, se da; el acto es lo que se hace. Por da tal ser como un actuar. La noción
mientras el ser inmutable es sólo acto. eso el acto no debe entenderse como de acto sólo puede ser entendida par-
Los escolásticos han empleado asimis- realidad abstracta, sino como reali- tiendo de un análisis del yo. Este es
mo muchas expresiones en las cuales dad eminentemente concreta. El acto el objeto de la metafísica, la cual "se
se hace uso de la noción de acto, tales es el Espíritu, el cual es "el sujeto apoya en una experiencia privilegiada
como esse in actu, esse actu, ens ac- que no es pensado como tal, sino ac- que es la del acto que me hace ser"
túale, actualitas, habere actum. tuado como tal" (op. cit., II, 3). Gen- (De l'Acte, I art. 2). El acto no apa-
En la filosofía del Renacimiento y tile afirma de este modo la identidad rece nunca como un objeto, porque es
en muchos sistemas modernos se han del verum y del fieri, hasta el punto el horizonte dentro del cual se da toda
usado asimismo las nociones de acto de que, alterando una fórmula tra- objetividad. Puede alegarse que en
y actualidad, pero con frecuencia con dicional, puede decirse que verum et la teoría de Lavelle hay mucho de
distinto vocabulario. La noción de fieri convertuntur. El Espíritu como "actualismo" en el sentido de Genti-
Absoluto elaborada por los idealistas acto puro es puramente dinámico (y le. Sin embargo, el acto no es para
es, además, "histórico-concreto" ). Lavelle la actividad pura o el actuar
postkantianos puede definirse en gran como tal; es una realidad infinita-
parte a base de la idea del acto puro, Gentile sostiene que la noción tradi-
cional de acto no permite compren- mente concreta, una eficacia pura
sobre todo cuando se interpreta a éste cuya esencia interna es el crearse in-
en sentido "dinámico", es decir, ca- der lo histórico, puesto que tiene la cesantemente a sí misma (op. cit., I
paz de "desplegarse" en la Natura- tendencia a reducir el espíritu-acto al art. 5). El acto es la pura libertad y
leza y en el Espíritu. También en la espíritu-substancia. voluntad de ser, pero el acto no eli-
filosofía de Spinoza desempeña un pa- La oposición al acto como entidad mina la racionalidad, sino que crea el
pel importante la noción de acto. Se estática es propia asimismo de la filo- ámbito racional y permite que en
ha discutido con frecuencia dentro sofía de Whitehead. Las "entidades el reino del yo el hacer coincida
del pensamiento moderno si la reali- actuales o entidades ocasionales son con el ser (op. cit., VII art. 9.).
dad ha de ser concebida primaria- las "cosas" finales reales de que está Otros pasajes de Aristóteles en los
mente como actualidad (al modo de hecho el "mundo", incluyendo Dios. cuales se dilucida la noción de acto
los megáricos, y en parte de Spinoza Las entidades actuales son "gotas de son: Phys., I 2, 186 a sigs; I 8, 191 b
y Bergson) o si la idea de potencia- experiencia, complejas e interdepen- sigs.; III 2, 201 b 10; De an., II 1,
lidad es asimismo importante, cuan- dientes" (Process and Reality, II s. 412 a 10; II 1 412 a 23; II 5, 417
do no preeminente. Puede decirse que 1). Para Whitehead, la noción de en- a 9; II 5, 417 a 22-3; III 2, 426 a
ha habido una cierta tendencia a dar tidad actual es equiparable a la idea 1-26; De gen. an., II 734 a 30; Met.,
el primado al ser actual frente al ser cartesiana de substancia y al concepto B 6, 1003 a 4; Ω 7, 1049 b 4 - 8,
potencial. Sin embargo, en la mayor lockiano de potencia (power); por eso 1051 a 3; Λ 2, 1069 b 15 sigs.; Λ 6,
afirma que la "actualidad" significa la 1072 a 3-8; Eth. Nic., I 13, 1103 a
parte de los sistemas filosóficos mo- 27. — Entre otros pasajes en Plotino:
dernos la noción de acto ha sido sub- última penetración en lo concreto,
Enn., I iv 14; I ν 5; I vii, 1, 2; III
sumida en otras nociones no necesa- abstraído de cuanto sea mera no en- 1 13; III ix 8; IV viii 5; V iii 5; V
riamente relacionadas con las cues- tidad (loc. cit.). iv 9. — Para Santo Tomás, además
tiones suscitadas dentro de la filoso- En la primera fase de la fenomeno- del citado De pot. (I, 1): 1 sent. 42,
fía aristotélica y escolástica, por lo logía de Husserl este autor usó el tér- 1, 1 ad 1; S. theol, I q. LXXVI 1 c;
que es difícil estudiar tales sistemas mino 'acto' (Akt), pero no le dio un q. CV 1 c.; 9 met. 7 b y 8. La frase:
desde el ángulo de las nociones tra- sentido metafísico, sino "neutral". Hus- "actus purus non habens aliquid de
tadas en el presente artículo. serl manifiesta que los actos no son potentialitate, en S. theol., I q. III
Nos limitaremos aquí a mencionar "actividades psíquicas", sino "viven- 2 c. — Para acto y potencia en varios
a algunos autores del siglo presente cias intencionales". De ellas hay que autores: A. Smets, Act en Potentie
en los cuales los términos 'acto' y excluir toda idea de actividad. El acto in de Metaphysica van Aristóteles,
'actual' desempeñan un papel capital: (Akt) no es la acción (Tat), pero
49
ACT ACT ACH
1952. — E. Berti, Genesi e sviluppo puro, único modo de que la consis- desembocado en el voluntarismo del
della dottrina della potenza e dell' tencia del objeto no sea arbitraria. siglo XIX ( Schopenhauer, Eduard
atto in Aristotele, 1958 [de "Studia El actualismo hace engendrar de este von Hartmann, Wundt, Eucken) y ha
Patavina". Quaderni di Storia della modo la objetividad y aun la ajena alimentado gran parte de las tenden-
Filosofia, 7], — Josef Stallmach, Dy- subjetividad en un puro acto ( VÉASE) cias que han negado inclusive la
namis und Energeia, 1959 (Monogra-
phien zur philosophischen Forschung, presente que significa o designa el conciencia (VÉASE ) como experien-
ed G. Schischkoff, 21). — J. Christen- ámbito dentro del cual se da todo cia y realidad.
sen, "Actus Purus. An Essay on the lo real, pues el mismo dato objetivo Véase Manlio Ciardo, Natura e
Function and Place of the Concept of es sólo la actualidad del pensar abo- Storia nell 'idealismo attuale, 1949. —
Pure Act in Aristotelian Metaphysics cada a un pensamiento pensado como Giovanni Tuni, Filosofía e scienza
and on Ints Interrelation with Some lo otro. Como señala el propio Gen- nett'attualismo, 1958 (Biblioteca filo-
other Key Concepts", Classica et Me- tile, "el idealismo que llamo actual sófica. Saggi critici, 2). — Franco
diaevalia, XIX (1958), 7-40. — José Spisani, Natura e spirito nell'idealis-
invierte, de hecho, el problema hege- mo attuale, 1962.
R. San Miguel, "Los términos 'acto' liano". Por eso no se trata ya de
y 'potencia en la filosofía neoplató- ACHILLINI (ALESSANDRO)
nica y agustiniana", Augustinus, IV deducir el pensamiento de la Natu- (1463-1512), nac. en Bolonia, estudió
(1959), 203-37. — C. Giacon, Atto raleza, y ésta del logos, sino que en la misma ciudad y en ella también
e Potenza, 1947. — La noción de se trata de deducirlo todo del pensa- enseñó lógica (1484-1487), filosofía
acto en sentido aristotélico-tomista es miento. Este pensamiento es, sin (1487-1494), medicina (1494-1497) y
presentada en todos los manuales neo- embargo, precisa Gentile, un pensa-
escolásticos tomistas. Además, véase: filosofía y medicina a un tiempo
miento actual y no un pensamiento (1497-1506). De 1506 a 1508 profesó
A. Farges, Théorie fondamentale de definido abstractamente, es decir, un
l'acte et de la puissance, du moteur et en Padua, y de 1508 hasta su muerte
pensamiento absolutamente nuestro de nuevo en Bolonia.
du mobile, 1893. — L. Fuetscher, S. en el cual se realiza el yo. "Y por
J., Akt und Potenz, eine kritisch- Achillini fue uno de los más desta-
sysiematische Auseinandersetzung mit esta inversión, la deducción que re-
cados averroístas (véase AVERROÍSMO)
dem neuren Thomismus, 1933 (trad. sultaba imposible en el idealismo
de la llamada "Escuela de Padua"
esp.: Acto y potencia. Debate crítico- hegeliano se convierte en la verda-
(v. ) — bien que profesara la mayor
sistemático con el neotomismo, 1949). dera demostración que hace el pen-
— Véase asimismo la bibliografía del parte de su vida en Bolonia. En ge-
samiento de sí mismo en la historia
artículo POTENCIA. — No hemos ha- neral, siguió fielmente las doctrinas y
del mundo: la propia historia" (Teo-
blado en este artículo de la "filo- comentarios aristotélicos de Sigerio de
ría dello Spirito, XVII, 3).
sofía del acto" de G. H. Mead ( VÉA- Brabante. En lo que toca al proble-
Desde el punto de vista psicoló-
SE ), expuesta en The Philosophy of ma del intelecto (v.) —cuestión cen-
gico, el actualismo es la teoría que
the Act (1938), porque el término tral en la disputa entre averroístas,
'acto' tiene en este autor un sentido rechaza la existencia de cualquier
alejandristas y tomistas— Achillini
muy distinto de cualquiera de los elemento psíquico substancial —alma,
mantuvo, de acuerdo con Sigerio de
analizados, y expresa más bien la ac- conciencia o espíritu—, afirmando
Brabante, una distinción entre el in-
ción en sentido pragmático-perspec- que todo lo que parece ser centro
tivista. telecto en sí (inmutable) y el alma
de los actos no es más que el con-
racional. Según Achillini, el "alma
ACTUALISMO. Se llama usual- junto dinámico de estos actos conce-
sensitiva" prepara el "alma intelecti-
mente actualismo, o también acti- bido estáticamente. El actualismo o
va"; en todo caso, el alma puede con-
vismo, a la doctrina filosófica según activismo psicológico se llama tam-
cebir sin necesidad de "imágenes"
la cual no ha y nin gún ser rígido bién a veces funcionalismo, y corres-
(phantasmata). Achillini no ignoraba
e inmutable, o por lo menos subs- ponde a todas las tendencias donde
las dificultades planteadas por la doc-
tancial, sino que todo ser se resuelve por los más variados motivos se
trina averroísta de la "unidad del in-
en devenir y acontecer. El actualis- tiende, como sucede en James, a la
telecto", pero intentó solucionarlas
mo corresponde, por consiguiente, en afirmación de la "corriente de con-
—en forma no estrictamente averroís-
una de sus dimensiones, a la filoso- ciencia" y a la de desubstancializa-
ta— mediante la suposición de que
fía de la acción ( VÉASE ). Sin em- ción del yo, ya sea en virtud de su-
hay en el alma individual un principio
bargo, la significación de 'actualismo' puestos metafísicos o simplemente a
corruptible. En sus escritos físicos,
en la filosofía es demasiado vaga causa de postulados experimentales.
Achillini debatió el problema de si
para que pueda ser empleada indis- Desde este ángulo se puede decir que
hay o no "un máximo" y "un míni-
criminadamente. Desde el punto de la mayor parte de las corrientes psico-
mo" —el problema que había trata-
vista propiamente filosófico, sólo re- lógicas contemporáneas, y aun mo-
do, entre otros, Heytesbury (v.)— y
sulta justificable cuando se aplica dernas, son actualistas. Mas este
se opuso a la teoría del impetus ( v. ).
a una doctrina del tipo del actualis- actualismo psicológico tiene, con fre-
Obras: Quodlibeta de intelligentiis
mo italiano. Surgido en una cierta cuencia (aun cuando pretenda apo- [disputadas en Bolonia en 1494], nue-
proporción de lo que hay de más yarse exclusivamente en datos expe- va imp., 1506. — De orbibus, 1498.
dinámico en el hegelianismo, el ac- rimentales), un motivo metafísico en — Opus septisegmentatum, 1501
tualismo ha sido fundamentado y el cual ha participado buena parte [comprende varios escritos: tratados
desarrollado sobre todo por Gentile de la filosofía moderna, sobre todo a pseudo-aristotélicos; un fragmento del
(VÉASE) al llevar a sus últimas con- partir del siglo XVIII, y que, De intellectu de Alejandro de Afrodi-
secuencias el supuesto idealista de cobrando plena madurez en sia en trad. de Gerardo de Cremona,
la disolución del objeto en el sujeto Fichte, ha etc. con el opúsculo De universalibus,
50
ADA ADE ADE
de Achillini]. — Quaestio de subiecto más posterior que la de la ciencia adecuada cuando es completo el aná-
physionomiae et chyromantiae, llama- consigue religar la experiencia a un lisis de los elementos que la integran.
da también De Chyromantiae princi- fundamento. Desde este punto de Por su lado, Spinoza llama adecuada
piis et physionomiae, 1503 [incluye el vista, objeto y sujeto aparecen como a la idea que posee el alma cuando,
escrito de Bartolomeo Coclite: Chyro-
mantiae ac physionomiae anastasis]. manifestaciones de una realidad cen- elevada al plano de la razón, conoce
—De potestate syllogismi, 1504. — tral, la cual es para Adamson emi- de un modo completo la verdad de la
De subiecto medicinae, 1504. — De nentemente concreta. La aproxima- necesidad absoluta, sin el engaño o
elementis, 1505. — De distinctionibus, ción de Adamson a una concepción falsedad de la aparente contingencia
1510. — De physico auditu, 1512. — metafísica monista-neutralista parece, de las cosas, por lo cual puede llegar,
Postuma: De motuum proportione. — pues, el resultado inevitable de esta pasando por encima de las ideas in-
Achillini es autor asimismo de varios interpretación realista del kantismo. completas, a las ideas completas de la
escritos de anatomía de los que cita- substancia infinita y de sus infinitos
mos: De humani corporis anatomia, Puede decirse, así, que Adamson
construye una filosofía de la expe- atributos. Lo adecuado en la idea
1516. — Annotationes anatomicae,
1520. — Achillini dejó inéditos mu- riencia pura, pero el primado dado otorga a ésta, como Spinoza define
chos escritos, la mayor parte esbozos. dentro de ella a las categorías empíri- explícitamente, "todas las propieda-
— La primera ed. (incompleta) de co-naturales hace que por alguna de des o denominaciones intrínsecas de
obras apareció en 1508. — Una edi- sus dimensiones la solución dada por la idea verdadera", con independen-
ción más completa es: Opera omnia Adamson al problema kantiano se cia del objeto al cual se aplique
(Venecia, 1545), ed. Panfilo Minti. (Ethica, II, Def. IV). Las ideas
Véase L. Münster, "A. A., anatómi- aproxime hasta el máximo a algunas
de las consecuencias naturalistas del pueden ser de este modo adecuadas
co e filosofo, professore dello Studio o inadecuadas o, mejor dicho, incom-
di Bologna (1463-1512)", Rivista di realismo epistemológico radical.
Obras: Roger Bacon: the Philoso- pletas y confusas —mutilatae et con-
storia delle science mediche e naturali,
XV, N° 24 (1933), 7-22, 54-57. — phy of Science in the XIIIth Centu- fusae—, y lo incompleto y confuso
Giuseppe Saitta, Il pensiero italiano ry, 1876. — On the Philosophy of en las ideas se debe precisamente
nell'Umanesimo e nel Rinascimento, Kant, 1879. — Fichte, 1881. — The a la introducción en el alma de las
Vol. II, 1950, págs. 326-40. — Bruno Development of Modem Philosophy, pasiones. La idea adecuada es, en
Nardi, Saggi sull'aristotelismo pado- with oth er Lectur es and Essays, realidad, la expresión del último y
vano dal secolo XIV al XVI, 1958, 2 vols., 1903 (postuma, ed. Sorley). superior grado de conocimiento, es
págs. 179-279. — John Hermán Ran- The Development of Greek Philoso- decir, del conocimiento intuitivo, por
dall, Jr., The School of Padua, and phy, 1908 (postuma, ed. Sorley y encima de la imaginación y aun de
the Emergence of Modern Science, Hardie). — A short History of Lo- la razón (ibíd., II, prop. XI, cor.).
1961, págs. 81-82. gic, 1911 (postuma, ed. Sorley).
En un sentido bastante afín al
ADAMSON (ROBERT) (1852- ADECUADO. Adecuada llaman los anterior, pero más insistente sobre
1902) nac. en Edimburgo, prof. en escolásticos a la idea que posee una la idea de correspondentia o conve-
Manchester (1876), Aberdeen (1893) exacta correspondentia con la propia nientia, se entiende la clásica expre-
y Glasgow (1895), desarrolló su pen- naturaleza de la cosa, de tal suerte sión escolástica de la verdad ( VÉASE)
samiento filosófico dentro del plan- que no deje de ésta nada en laten- como adaequatio rei et intellectus,
teamiento kantiano, aun cuando no cia. Las ideas adecuadas son com- por la cual se expresa una perfecta
dentro de las soluciones del kantismo. pletas, es decir, exhiben claramente conformidad y correspondencia entre
Esta diferencia entre planteamiento las notas constitutivas del objeto. Sin la esencia del objeto y el enunciado
y solución es debida sobre todo a embargo, algunos han distinguido en- mental. Heidegger observa que esto
una mayor tendencia de Adamson tre diversos grados de perfección en puede significar que la verdad es
al empirismo, entendiendo por él el la misma idea adecuada. Siguiendo adecuación de la cosa con el cono-
reconocimiento de la necesidad de análoga vía, Leibniz ha considerado cimiento, pero también adecuación
atenerse a los datos proporcionados como adecuada una de las formas del conocimiento con la cosa. Ahora
no sólo por una más amplia expe- del conocimiento distinto. En las Me- bien, según dicho autor, la adecua-
riencia interna, sino también por el ditationes de cognitione, veritate et ción del intelecto con la cosa —ad
progreso de las ciencias físicas y psi- ideis (1684; Gerhard, IV, 422-6), di- rem— sólo es posible cuando se fun-
cológicas. Así, la ampliación del cam- cho filósofo distingue entre el conoci- da en la adecuación de la cosa con
po de lo dado en detrimento de la miento oscuro y el conocimiento claro el intelecto — ad intellectum. Lo
esfera de lo puesto, lo condujo pronto (VÉASE ). Este último puede ser confuso cual no quiere decir que el intelecto
a una dirección inversa a la seguida o distinto. Y el conocimiento distinto y la cosa sean pensados en los dos
por el idealismo postkantiano, y apro- puede ser adecuado o inadecuado, así casos del mismo modo y que, por
ximó considerablemente a Adamson como intuitivo o simbólico ( o bien a la lo tanto, se trate de proposiciones
a una posición realista crítica. Adam- vez simbólico e intuitivo, en cuyo caso convertibles. En último término, la
son estima, en efecto, que la realidad se trata de un conocimiento perfecto). adecuación es posible sólo en tanto
se muestra como dada dentro de un Ahora bien, conocimiento adecuado que hay ideas concebidas por el in-
campo en el cual sólo con posterio- en el sentido propio del término es el telecto divino que fundamentan la
ridad efectúa la inteligencia las sepa- que se posee cuando "todos y cada raíz de toda conveniencia. Y de ahí
raciones que conducen a los dualis- elemento de una noción distinta son que la adecuación de la cosa al inte-
mos; éstos pueden ser superados conocidos distintamente". También se lecto divino garantice la verdad como
solamente cuando una reflexión aun dice que una noción es adecuación del intelecto humano con
51
ADE ADI ADL
la cosa. Por lo demás, los escolásticos matemáticos. — Véase Franz Blie- Review, 1893-1894), 1896; II (ibíd.,
distinguían ya entre verdad ontoló- menzrieder, Adelard von Bath, Blät- 1895), Sup. 1; III (ibíd., 1896), Sup.
gica y verdad lógica, comprendiendo ter aus dem Leben eines englischen 2. — Kant contra Haeckel, 1901, 2a
con ello la presencia de tales impli- Naturphilosophen des 12. Jahrhun- ed., 1906. — Die Zukunft der Me-
caciones. Semejante tipo de adecua- derts und Bahnbrechers eines Wiede- taphysik, 1911 (El futuro de la meta-
ción ha sido entendido luego de rerweckung der griechischen Antike, física). — Untersuchungen zu Kants
1935. physischer Geographie, 1911 (Inves-
otros diversos modos. Por ejemplo,
puede haber verdad lógica en virtud ADICKES (ERICH) (1866-1928) tigaciones sobre la geografía física de
de la previa correspondencia de la nac. en Lesum, cerca de Bremen, K.). — Kant und das Ding an sich,
profesor desde 1902 en Münster y 1924 (K. y la cosa en sí) — Kant ah
esencia de la cosa con la "razón Naturforscher, 12 vols., 1924-25 (Κ.
universal". Y puede haberla —como desde 1904 en Tubinga, recibió al-
gunas influencias de Paulsen, maes- como investigador de la Naturaleza).
sucede en el idealismo moderno— — Kant und die Als-Ob Philosophie,
por la tesis del primado de lo tras- tro suyo en Berlín. Después de pasar
por el teísmo ortodoxo, por el pan- 1927 (Κ. y la filosofía del como si).
cendental sobre lo ontológico (por — Kants Lehre von den doppelten
lo menos en el conocimiento), lo cual teísmo evolutivo y por el idealismo- Áffektion unseres Ich, 1929 (La doc
da lugar a un distinto significado de fenomenismo gnoseológico, elaboró su trina kantiana de la doble afección
la adaequatio. El problema ha sido propio pensamiento filosófico al hilo de nuestro yo). — Se debe también
tratado también por la fenomenología, de una interpretación de la filoso- a Adickes la edición de varias par
en sus tesis de la adecuación total fía de Kant (véase KANTISM O ). Los tes del Opus postumum de Kant. —
en que se cifra la intuición de las trabajos de Adickes al respecto han Autoexposición en Die Philosophie
esencias, y en el nuevo sentido dado influido sobre varias interpretaciones der Gegenwart in Selbstdarstellungen,
a la reducción de la verdad a la posteriores de Kant, que han tenido II, 1921.
correspondencia entre la afirmación en cuenta la evolución del filósofo ADLER (ALFRED) (1870-1937)
y la estructura ontológico-esencial de patente en sus obras postumas, y que, nac. en Penzing (Viena, Austria), fa-
lo afirmado por el enunciado. por consiguiente, se alejan de la ima- lleció en exilio en Aberdeen (Esco-
gen neokantiana hasta entonces pre- cia). Adler fue, con Jung, uno de
ABELARDO DE ΒΑΤΗ (fl. 1100), dominante. Ahora bien, aunque Adic- los dos grandes discípulos de Freud,
nacido en Inglaterra, educado en kes subrayó el aspecto metafísico de pero se apartó de éste en puntos
Laon y Tours, se destacó filosófica- la obra de Kant, manifestó en su capitales. Ante todo, Adler estima que
mente sobre todo por su posición pensamiento claras tendencias antime- el factor sexual, aunque importante,
en el problema de los universales, tafísicas, por lo menos si identifica- no es el único: junto a él hay que
que resolvió en el sentido de una mos la metafísica con la metafísica mencionar los factores social y pro-
"doctrina de la indiferencia", según idealista. En efecto, Adickes se incli- fesional. El tema fundamental de
la cual los géneros y las especies nó cada vez más a un empirismo y Adler es la constitución de una psi-
existen, como Aristóteles propuso, en a un realismo que no excluían total- cología individual que tiene por mi-
los individuos, pero según la cual mente ideas metafísicas, pero que ha- sión averiguar el estilo de vida de
existen también, como Platón afirmó, cían de ellas opiniones filosóficas los individuos. Este estilo de vida
en un reino inteligible, por lo menos "plausibles". Esto es especialmente está determinado por dos caracteres
en la medida en que son considera- cierto en lo que toca a la admisión por opuestos. Por un lado hay el afán de
dos en su pureza. Se podría, pues, Adickes de un voluntarismo panteísta ser o de hacerse valer. Por el otro,
decir que el ser individuo, género y a su vacilación entre el monismo y los sentimientos de inferioridad, los
o especie depende de la considera- el pluralismo espiritualistas. En to- cuales tienen su base en minusva-
ción mental, pero, a la vez, que la dos estos casos se trata de ciertas hi- lías orgánicas. Estos dos caracteres se
visión de la cosa como individuo, pótesis que permiten dar una ima- manifiestan ya en la infancia del in-
aunque legítima, representa una for- gen coherente del conjunto de la dividuo; lo que ésta ha experimentado
ma inferior de conocimiento. La doc- realidad, pero que no pueden decla- durante los primeros procesos psico-
trina de los universales es, así, al rarse completamente ciertas. Al sub- sociales es fundamental para la cons-
mismo tiempo, una doctrina de los rayar Adickes que la metafísica, bien titución del citado estilo de vida. Pero
grados del conocimiento o, mejor que indemostrable, no puede ser eli- la psicología individual no es sólo una
dicho, de sus grados de perfección, minada de la vida humana, llegó a teoría; es también, y muy especial-
la cual es distinta de la validez. la convicción de que puede haber mente, una terapéutica, que se pro-
Además de las Perdiffiiciles quaes- tantos tipos de metafísica como for- pone curar las psicosis y neurosis del
tiones naturales (ed. M. Müller [Bei- mas fundamentales de vida. La tipo- paciente producidas por la falta de
trage zur Geschichte der Philosophie conciencia de los caracteres determi-
und Théologie der Mittelalters, XXXI, logía psicológica y la teoría de las
2, 1934], Adelardo escribió el tratado concepciones del mundo fueron, así, nantes de su estilo vital. (Véase tam-
De eodem et diverso (ed. Hans admitidas por él como legítimas in- bién INDIVIDUO, PSICOANÁLISIS .)
Willner en: Des Adelard von Bath vestigaciones filosóficas. Obras principales: Studie über Min-
Traktat, De eodem et diverso [Beitra- Obras: Kants Systematik als system- derwertigkeit von Organen, 1907 (Es-
ge zur Geschichte der Philosophie des bildender Faktor, 1887 (La sistemá- tudio sobre las minusvalías orgáni-
Mittelalters, IV, 1, 1903]. — Ade- tica de Kant como factor constructor cas). — Ueber den nervösen Charak-
lardo de Bath tradujo del árabe al de sistema). — Germán Kantian Bi- ter, 1912 (trad. esp.: El carácter neu-
latín los Elementos de Euclides y bliograpy, I (en The Philosophical rótico, 1954). — Menschenkenntnis,
probablemente algunos otros escritos 1927 (trad. esp.: Conocimiento del
52
ADM ADM AEQ
hombre, 1915). — Individualpsycho- sions de l'âme. La admiración es una Pero el pasmo es indispensable si se
logie in der Schule, 1929 (trad. esp.: de las "seis pasiones primitivas" o bá- quieren evitar dos cosas: o la actitud
La psicología individual y la escuela, sicas (junto con el amor, el odio, el ante una realidad con mero propósito
1959). — Die Technik' der Indivi- deseo, la alegría y la tristeza ). Descar- de aprovecharse de ella, o el desdén
dualpsychologie, I, 1928, II, 1930 tes indica que cuando hallamos un e indiferencia ante una realidad.
(La técnica de la psicología indivi- 2. El segundo grado de la admi
dual). — Der Sinn des Lebens, 1933 objeto que nos sorprende (surprend)
(trad. esp.: El sentido de la vida, por ser la primera vez que lo vemos, ración puede ser la sorpresa. Median
1935). _ Véase H. Sperber, A. Ad- o porque lo consideramos nuevo, o te ésta comenzamos a fijarnos en lo
ler, 1926. — A. Neuer, Mut und porque aparece muy distinto de lo que que nos ha pasmado y a distinguirlo
Entmutigung. Die Prinzipien der presumíamos, lo admiramos (admi- de otras cosas. En la sorpresa la cosa
Psychologie A. Adlers, 1926. — F. rons) y nos asombramos de él (en que nos admira no es sólo asombrosa
Oliver-Brachfeld, Los sentimientos de sommes étonnés). Por eso la admira- o maravillosa, sino, además, y sobre
inferioridad, 1935 (varias ediciones). ción es "una súbita sorpresa del alma, todo, problemática. La sorpresa es,
— J. Donat, A. A. y su psicología que hace que sea llevada a considerar como la docta ignorantia (VÉASE),
individual (trad. esp., 1949). — L. una actitud humilde en la cual nos
Way, A. A. An Introduction to His con atención los objetos que le parecen
Philosophy, 1956. — Hortha Orgler, más raros y extraordinarios". En la ad- apartamos tanto del orgullo de la in
A. A., d'er Man und sein Werk. miración no hay cambio ni en el cora- diferencia como de la soberbia del
Triumph über den Minderwertigkeit- zón ni en la sangre, lo cual no sig- ignorabimus.
skomplex, 1956. nifica que no sea una pasión muy 3. La admiración propiamente di
ADMIRACIÓN. Las dos más fa- fuerte. La admiración puede ser muy cha pone en funcionamiento todas
mosas sentencias sobre la admiración útil, al permitirnos aprender y retener las potencias necesarias para respon
se hallan en Platón y en Aristóteles. cosas antes ignoradas, pero llevada a der a la pregunta suscitada por la sor
Platón (Theait., 155 D) pone en boca la exageración puede ser perniciosa y presa o, cuando menos, para aclarar
de Sócrates las siguientes palabras: "pervertir el uso de la razón". su naturaleza y significado. En este
"Bien veo, estimado Teeteto, que En un sentido específicamente re- último grado de admiración hay no
Teodoro comprendió tu verdadera na- ligioso puede considerarse la admira- sólo asombro inquisitivo por la reali
turaleza cuando dijo que eres un fi- ción como una de las formas en que dad, sino también un cierto amor a
lósofo, pues la admiración es lo pro- se manifiesta la actitud ante lo numi- ella. Por medio de la admiración se
pio del filósofo, y la filosofía comienza noso (véase SANTO). Así la ha exami- descubre, o puede descubrirse, lo que
con la admiración. No era mal genea- mado Rudolf Otto (VÉASE) en su libro son las cosas como tales, independien
logista quien dijo que Iris (el mensa- Das Heilige (Lo Santo). Para este temente de su utilidad, y también lo
jero del cielo) es hijo de Admiración autor hay un sentimiento de asombro que objetivamente valgan. Este últi
[Maravilla, Qau=ma]". Aristóteles (Met., que es propio de lo numinoso y que, mo sentido de la admiración es el más
A 2.982 b 11 sigs.) escribe que "la cuando se manifiesta en esferas no sa- próximo al "asombro filosófico" de
admiración impulsó a los primeros gradas, da lugar a la sorpresa. El que había hablado Platón.
pensadores a especulaciones filosófi- asombro, en cambio, paraliza, pues José Ferrater Mora, "La admira-
cas" y también (ibíd., 983 a 12 pone el alma frente a lo realmente ción", en Cuestiones disputadas, 1955,
sigs.) que "el comienzo de todos los admirable, mirum o mirabile, esto es, págs. 103-9. — Victor Weisskopf,
saberes es la admiración ante el hecho ante lo "completamente otro", ante el Knowledge and Wonder, 1962.
de que las cosas sean lo que son". En mysterium. Cuando se agregan, ade- AECIO [AETIUS] (fl. ca. 150)
vez del término 'admiración' pueden más, los elementos de lo fascinans y fue uno de los doxógrafos ( VÉASE)
usarse los vocablos 'asombro' y 'extra- de lo augustum, tenemos lo admiran- griegos. Según Hermann Diels (Doxo-
ñeza'. Para Platón y Aristóteles, no hay dum, que causa no solamente tremor, graphi Graeci, 1879; editio iterata,
filosofar sin admirarse, asombrarse, sino también, y ante todo, stupor. 1929), Aecio fue autor de una
maravillarse, extrañarse, qauma/zein. El Creemos legítimo considerar la ad- compilación de "opiniones" titulada
que de nada se admira no puede ni miración como una actitud que pue- Sunagwgh\ tw=n a)resko/ntwn
siquiera preguntar; sin pregunta, no de, si se quiere, tener una significa- (Colección de
hay respuesta y, por lo tanto, saber. ción "existencial" y convertirse en uno preceptos), citada como las Placita
En términos actuales puede decirse de los temples básicos. Ahora bien, de Aecio (Aetii Placita). Esta colec-
que tanto Platón como Aristóteles ha- nos parece que la admiración tiene ción se derivó de las Vetusta Placita
blaban de la admiración como un diversos grados. Una breve fenomeno- (redactadas hacia el año 50), a su vez
temple (VÉASE ) de ánimo o talante, logía de la admiración puede dar los derivadas de Teofrasto. Las Placita de
como una "actitud" más o menos siguientes resultados: Aecio sirvieron de base para el Epi-
"existencial", si no "existenciaria" (Cfr. 1. La admiración puede designar tome o Placita philosophorum del
M. Heidegger, Was ist das -die Philo- simplemente el pasmo. Es una prime- Pseudo-Plutarco (v. ) y las Eclogae
sophie?, 1956). Puede hablarse asi- ra abertura a lo externo causada por (Extractos) contenidos en la "Antolo-
mismo de la admiración como una de algo que nos hace detener el curso gía" o Florilegium, de Juan de Stobi
las "pasiones del alma". Uno de los ordinario del fluir psíquico. El pasmo (véase ESTOBEO [ JUAN ESTOBEO ]).
autores que más extensamente han llama fuertemente la atención sobre AENESIDEM-SCHULZE. Véase
tratado la admiración de este modo es aquello de que nos manifestamos pas- KANTISMO.
Descartes en la Parte II, arts. LIII, mados, pero todavía no desencadena AEQUILIBRIUM INDIFFEREN-
LXX-LXXVIII, de su obra Les pas- ninguna pregunta sobre lo que es. TIAE. Véase ALBEDRÍO ( LIBRE ), AS-
NO DE BURIDÁN .
53
AEV AFI AFO
AEVUM. Véase ETERNIDAD. una alteración de la sensibilidad o sche). Pero pueden también expresarse
AFECTAR y AFECCIÓN. Hemos del entendimiento inferior que puede aforísticamente otros tipos de pensa-
tratado de la afección, en el sentido ser producida por algo externo o miento: es el caso del Tractatus y de
del affectus, en el artículo sobre la puede responder a un estado pre- las Investigaciones filosóficas, de
emoción (VÉASE). Aquí nos referire- existente del ánimo afectado. En Wittgenstein. Se puede alegar que un
mos exclusivamente a la afección en el primer caso, la afección se de- aforismo de Wittgenstein es cosa muy
el sentido de la affectio. Los esco- nomina pasiva; en el segundo caso, distinta que un aforismo de La Ro-
lásticos distinguían entre dos clases activa. chefoucauld o uno de Nietzsche. Así
de afección: la externa, procedente Para la afección en el sentido de es desde el punto de vista de su con-
de causas exteriores, y la interna, la teoría de las afecciones, véase: tenido. Pero aquí nos interesa el afo-
derivada de principios interiores o Bernecke, Geschichte des Affektbe- rismo como forma de expresión y
íntimos. La afección era aquí, en todo griffs, 1915. — W. Dilthey, Die exposición; en este sentido se puede
caso, el resultado de la influencia Affektenlehre des 17. Jahrhundertes decir que todos los ejemplos anterio-
de una "impresión" sobre la mente (Gesammelte Schriften, II, 1923). res pertenecen a la misma especie.
y, por lo tanto, una forma de la — H. Herring, Das Problem der Af- Su característica común es la de pre-
fektion bei Kant, 1953 (Kantstudien. sentar pensamientos filosóficos en
"excitación". No de una manera muy Ergänzungshefte 67). — Véase tam-
diferente entendía Kant el afectar bién la bibliografía de los artículos una forma breve, concentrada y "ce-
como el hech o de que el objeto EMOCIÓN y SENTIMIENTO para el con- rrada", de modo que cada pensa-
—cualquiera que sea— influya sobre cepto de afección más relacionado miento posea relativa autonomía y,
el espíritu. Así, dice Kant, "la sen- con dichas nociones. para usar una terminología de cuño
sibilidad es la capacidad de recibir AFIRMATIVO. Según hemos vis- leibniziano, pueda ser considerado
las representaciones según la manera to en el artículo sobre la noción de como una "expresión monadológica".
como los objetos nos afectan", y la proposición, las proposiciones afirma- Se hace difícil por ello distinguir entre
sensación es "el efecto de un objeto tivas son una de las clases en las que los aforismos y los 'pensamientos"
sobre nuestra facultad representativa se subdividen las proposiciones sim- (tales como los de Marco Aurelio y
al ser afectados por él" (K. r. V., A 19, ples (categóricas, predicativas o atri- Pascal). En efecto, en muchas oca-
Β 33). La afección era, en cambio, butivas) por razón de la forma o siones los límites entre unos y otros
para Spinoza, el modo de la subs- modo de unión del predicado y el son harto imprecisos. Según Julián
tancia, de tal suerte que este modo sujeto en el enunciado o el juicio. Marías (Miguel de Unamuno, 1943,
equivale a sus afecciones. Esta noción El esquema tradicional más usado págs. 12-3) el aforismo se distingue
se precisa cuando el mismo autor la para representar las proposiciones del pensamiento en que mientras en
refiere a las afecciones de nuestro afirmativas es 'S es P', cuyo ejem- el primero "las afirmaciones están
cuerpo: "Entiendo por sentimientos plo puede ser 'La rosa es roja'. Con anunciadas con pretensión de validez
—dice— las afecciones del cuerpo por frecuencia las proposiciones afirma- por sí mismas", en el segundo se trata
medio de las cuales aumenta o dis- tivas son definidas corno una de más bien de "un muñón que pide
minuye, se acrecienta o se reduce las clases en las que se subdividen continuarse". Así, pues, el aforismo
la potencia de obrar de dicho cuerpo las posiciones por razón de la cuali- pretendería ser completo, mientras
y a la vez las ideas de estas afeccio- dad ( VÉASE ), pero hay que advertir que el pensamiento sería constituti-
nes" (Eth., III, Def. 3). La afección que casi siempre las expresiones 'ra- vamente incompleto. De ahí, según
no es de este modo algo puramente zón de la forma' y 'razón de la cua- dicho autor, que los aforismos sean
pasivo; como el propio Spinoza subra- lidad' tienen el mismo significado. Lo "formalmente falsos, ya que nada es
ya, la afección es una acción cuando que hemos dicho sobre las proposi- verdad por sí solo, y constituyen la
el cuerpo puede ser causa adecuada ciones afirmativas puede decirse tam- inversión radical del modo de pensar
de alguna de las afecciones, y pasión bién de los juicios (véase juicio) filosófico" (que sería el sistemático).
en los demás casos. Las complica- afirmativos. Las expresiones 'proposi- Creemos que, aunque afortunada, esta
ciones habituales que ofrece la historia ción afirmativa' y 'juicio afirmativo' caracterización de la diferencia entre
de la filosofía al referirse a este —lo mismo que las expresiones 'pro- aforismo y pensamiento acentúa ex-
término obedecen sobre todo a que posición negativa' y 'juicio negati- cesivamente el "aislamiento" del
mientras en unos casos es tomado vo'— son evitadas en la lógica sim- aforismo y presupone, además, una
como si designara una afección infe- bólica actual. cierta idea de la filosofía. Entendida
rior, y aun una pura sensación, en AFORISMO. Uno de los modos po- radicalmente, tal concepción nos con-
otros se estima como si expresara la sibles de expresión ( VÉASE) de una duciría a una idea del aforismo aná-
variedad de una emoción intencional. filosofía es el aforismo. Hay varios loga a la sustentada por José Berga-
En ambos casos, sin embargo, existe ejemplos de su empleo en la litera- mín (en La cabeza a pájaros y otras
un principio de unificación cuando, tura filosófica. En su mayor parte los obras) cuando pretende que "no im-
aun entendida la afección como algo aforismos filosóficos versan sobre porta que el aforismo sea cierto o
intencional, se adscribe a la esfera de asuntos de carácter moral (como los incierto: lo que importa es que sea
lo "mínimamente intencional", de tal aforismos de los moralistas franceses certero". Concepción análoga a la
suerte que la afección roza siempre la o españoles de los siglos XVII y que parece regir la producción de mu-
sensibilidad o cuando menos el llama- XVIII, los Aforismos para la sabiduría chos de los pensamientos de Gracián
do sentimiento inferior. De ahí la de- de la vida —o prudencia—, de o de Salvador Jacinto Polo de Me-
finición frecuente de la afección como Schopen-hauer, algunas de las obras dicina en virtud de un ideal litera-
de Nietz-
54
AGA AGN AGR
rio-formal según el cual el aforismo saber desembocaba en una total igno- escindirse en dos tendencias: aquella
se constituye primariamente con pa- rancia. El famoso apotegma de E. Du para la cual lo trascendente no es
labras y no con ideas, por lo cual Bois-Reymond en su obra sobre los accesible a ninguna "facultad" y re-
cuando hay conflicto entre el uso de límites de la conceptuación científico- sulta impenetrable tanto para el cono-
una idea y el de una palabra o un natural: Ignoramus et ignorabimus, cimiento como para la voluntad o la
conjunto de palabras hay que deci- está dentro de la misma vía. Este vida emocional, y la que afirma que
dirse por los últimos. Por eso escribe tipo de agnosticismo, sin embargo, se si bien el entendimiento es impo-
Bergamín: "Ni una palabra más: dirigía tanto contra lo que se consi- tente para penetrar la realidad en
aforismo perfecto." El aforismo no es, deraba un dogmatismo metafísico co- sí, ésta queda abierta a otras activi-
según este autor, breve, sino incon- mo contra el dogmatismo materia- dades espirituales. Sólo con reservas
mensurable; tiene una potencia de lista, a diferencia de lo que ocurre puede llamarse a esta última doctrina
expresión inagotable, y en este sen- con Ernst Haeckel, que acepta el un agnosticismo. En cambio, el ag-
tido puede ser también "un muñón apotegma de Du Bois-Reymond, pero nosticismo que podríamos calificar
que pide continuarse", pero no se- sólo en el primer sentido. En térmi- de radical señala que ni siquiera
gún las exigencias del pensar, sino nos generales puede decirse que el puede preguntarse por la cosa en sí,
según las de la expresión. Ahora agnosticismo sostiene la incognosci- porque toda interrogación de esta
bien, este aforismo es el puramente bilidad en principio y radical de lo clase carece de contenido significa-
literario. El aforismo filosófico tiene trascendente y otorga justamente a tivo. El empirismo radical y toda
una pretensión de verdad, y aun a lo trascendente el título de lo incog- filosofía para la cual el problema
veces aspira a expresar la verdad de noscible. Tal doctrina se ha referido metafísico es simplemente un pseu-
un modo más conciso y compacto que generalmente a la actitud espiritual do-problema se adhiere a este punto
otras formas de exposición, a las cua- que, absteniéndose de todo juicio de vista. Sin embargo, también aquí
les acusa de prolijidad. Podríamos, sobre las proposiciones religiosas, las se abre inesperadamente el boquete
pues, concluir que el aforismo es relega a un plano considerado inac- por donde penetra la metafísica: al
asimismo justificado en la filoso- cesible para la razón humana. Desde defender la necesidad de atenerse
fía, y que, como lo muestran las el punto de vista estrictamente filo- de un modo radical a lo dado y a
obras de Wittgenstein, no necesita sófico, el agnosticismo es más bien la experiencia pura, el agnosticismo
emplear siempre un lenguaje exhorta- la identificación de lo Absoluto con se ve obligado a reconocer que una
tivo o confinarse a temas de carác- lo incognoscible, tal como ha sido fidelidad extremada a la experiencia
ter moral. defendida por Spencer. El agnosti- conduce insensiblemente al recono-
Kurt Besser, Die Problematik der cismo se distingue de la mera afir- cimiento de las experiencias no sen-
aphoristischen Form bei Lichtenberg, mación de la limitación del cono- sibles. El agnosticismo puede repre-
Fr. Schlegel, Novalis und Nietzsche, cimiento en que mientras ésta no sentar entonces la tendencia a una
1935 (analiza también el concepto presupone un límite determinado depuración de la experiencia y otor-
de aforismo en general). — Heinz para el conocer, el primero traza gar inclusive mayor solidez a lo fun-
Krüger, Studien über den Aphoris- límites precisos y hace de ellos el dado sobre ella; el punto de vista
mus als philosophische Form, 1957. sentido de lo que puede ser cono- agnóstico sería así un simple método
ÁGAPE. Véase AMOR. cido. y no una finalidad.
AGAPISMO. Véase AZAR, CATE- El agnosticismo puede entenderse Leslie Stephen, An Agnostic's Apo-
GORÍA. logy, 1893. — James Ward, Natu-
también de otras dos maneras: en
AGNOSTICISMO. En su uso ac- primer lugar, puede llamarse agnós- ralism and Agnosticism, 1899. — R.
tual, el término 'agnosticismo' fue em- tico a quien sostiene que lo trascen- Flint, Agnosticism, 1903 (Croall Lec-
pleado primeramente por Th. H. ture, 1887). — R. A. Armstrong,
dente, la cosa en sí, el noúmeno, Agnosticism and Theism in 19 Cen-
Huxley en 1869 (Cfr. Collected Essays, etcétera, son entidades que no pue- tury, 1905. — Georges Michelet,
V [1898] ) en el significado de "re- den conocerse; en segundo lugar, es Dieu et l'agnosticisme contemporain,
nuncia a saber", es decir, renuncia a agnóstico el que afirma que la propia 1908.
saber las cosas que no pueden saberse pregunta por lo trascendente carece AGRIPPA DE NETTESHEIM
por estar más allá de las posibilida- de sentido. En el primer caso, el (HEINRICH CORNELIUS) (1486-
des del conocimiento científico. Hux- agnosticismo no niega propiamente 1534/5), nacido en Colonia, siguió al-
ley oponía los agnósticos a los gnósti- la metafísica, pues aunque formal- gunas de las corrientes animistas del
cos, pero los agnósticos no defendían, mente la relega al reino de lo afec- Renacimiento al concebir la Naturale-
en su opinión, contra los gnósticos, tivo, suponiendo que hay una nece- za como un conjunto vivificado en to-
una determinada doctrina: se trataba sidad metafísica ineludible que no das sus partes por un alma universal,
más bien de un método que no pre- podrá ser jamás satisfecha, de hecho la quintaesencia, o espíritu del mun-
tendía ni mucho menos limitar el uso un agnosticismo de esta clase deja do que dirige y gobierna los procesos
del entendimiento y de la experiencia, abierto un boquete por donde la me- de los cuatro elementos fundamen-
sino, por el contrario, fomentarlo hasta tafísica puede penetrar y desarrollar- tales. La Naturaleza es para Agrippa
donde fuese posible. Ahora bien, esta se. Todas las afirmaciones acerca del una totalidad de carácter orgánico
posibilidad no era para Huxley ilimi- carácter "consolador" de la metafí- en la cual todo hecho influye sobre
tada. Por el contrario, reconocía taxa- sica, de la religión, etc., son, desde el resto y permite, por medio de un
tivamente la existencia de límites este punto de vista, agnósticas. Y análisis adecuado, llegar hasta el co-
más allá de los cuales la pretensión al aun este tipo de agnosticismo podría nocimiento del origen o causa de
55
AGU AGU AGU
cualquier acontecer. El pensamiento y una explicación de las pasiones. En varias de sus más importantes obras
de Agrippa es, por lo demás, típico 374 regresó a Tagaste y poco después (incluyendo De libero arbitrio y De
de las corrientes renacentistas que de nuevo a Cartago, donde abrió una civitate Dei). Hasta su muerte siguió
conciben organológicamente el uni- escuela de retórica. En 383 partió ha- desarrollando una intensa actividad li-
verso y a la vez buscan un método cia Roma, donde asimismo abrió otra teraria; el fallecimiento tuvo lugar du-
de comprensión de la Naturaleza que escuela de la misma disciplina. Ya rante el sitio de Hipona por los ván-
sólo en Descartes hallará su fórmula antes de su partida para Roma mani- dalos.
definitiva. Las influencias caba- festó dudas acerca del dualismo ma- Los sucintos datos antes presenta-
lísticas se mezclan en él con las niqueo, las cuales se intensificaron en dos se proponen mostrar que las prin-
tendencias que desde Llull y por su nueva residencia. En 384 se tras- cipales ideas filosóficas (y teológicas)
procedimientos análogos a los de este ladó a Milán para enseñar retórica. de San Agustín fueron engendradas
místico y filósofo querían forjar un En Roma y Milán trabó conocimiento en el curso de una vida apasionada
auténtico arte de la invención. Inves- con las doctrinas escépticas de la y activa. La mayor parte de dichas
tigación de la Naturaleza, afán de Academia platónica (VÉASE). Fue en ideas surgieron al hilo de las polémi-
dominio de la misma, magia, espe- Milán donde manifestó sus primeras cas teológicas y con vistas al estable-
culación con tendencias neoplatoni- fuertes inclinaciones a las creencias cimiento y esclarecimiento de los cre-
zantes y neopitagorizantes, panteísmo cristianas, en parte por la influencia dibilia — o "cosas que han de ser ob-
que no niega la creación del mundo de los sermones de San Ambrosio. jeto de fe". Propiamente hablando,
de la nada, jerarquía de los seres de sin embargo, no hay "una filosofía"
La lectura de varios textos plotinia-
lo sensible a lo inteligible, afirmación de San Agustín separable de su teo-
de un alma o espíritu del mundo nos en la versión latina de Mario Cayo
Victorino, "el Africano", trastornó logía, y hasta de sus experiencias per-
a la vez natural e inteligible: he aquí
los elementos con los cuales Agrippa grandemente sus convicciones pre- sonales. Debe tenerse en cuenta que
construye una imagen del mundo a cristianas. El neoplatonismo lo con- en San Agustín la reflexión filosófica
la cual se llega tanto por la obser- dujo más firmemente al cristianismo. procede según el Credo, ut intelligam
vación de la Naturaleza como por la Las lecturas de los Evangelios y de (v. CREENCIA) en el sentido formula-
reflexión interior. San Pablo lo confirmaron en su nue- do, dentro justamente de la tradición
Obras: De occulta philosophia, Co- va creencia, que se tradujo en la con- agustiniana, por San Anselmo ( VÉASE).
lonia, 1510 (otras ediciones, 1531-33; versión citada (Conf., VIII), reci- San Agustín no cree porque sí, y me-
De occulta philosophia sive de magia biendo el bautismo en 387. En esta nos porque el objeto de la creencia
libri tres, reimp. de la ed. de 1533, con época comenzó ya su intensa activi- sea absurdo (v. TERTULIANO). Tam-
unas "Nachträge zur Occulta Phi- dad de escritor, produciendo, entre poco comprende por comprender, si-
losophia", de la ed. de Lyon de 1600, otras obras, los libros Contra acadé- no que cree para comprender — y,
1962. — De incertitudine et vanitate podría añadirse, comprende para
scientiarum, Colonia, 1527 (otras edi- micos, los Soliloquia y el De immorta-
ciones, París, 1529, Amberes, 1530, litate animae (indicaremos aquí sólo creer. Por razones obvias, destaca-
Colonia, 1534). Ediciones de Obras: algunas obras; una lista más completa remos aquí brevemente sólo los ele-
Lyon, 1550, 1600. — Véase H. Mor- de ellas, con fechas de composición, mentos filosóficos del pensamiento de
ley, Life of Cornelius Agrippa, 2 en bibliografía). Agustín residió en San Agustín. Prescindiremos de la
vols., 1856. — Chr. Sigwart, 'C. A. breve período en Roma (De libero llamada "evolución intelectual de San
von Nettesheim", en Kleine Schriften, arbitrio), y en 388 se trasladó a Agustín", ciertamente importante, pero
I, págs. 1-24. — J. Meurer, Zur Logik imposible de traer a cuenta en tan
des C. Agrippa von Nettesheim", Cartago, donde residió hasta 391
1920 ( Renaissance und Philosophie, como miembro de una comunidad breve espacio, y forzaremos muy a
ed. Dyroff, Heft 11). monástica (De vera religione). En nuestro pesar el carácter "sistemáti-
AGUSTÍN (SAN) (354-430) na- 391 fue ordenado sacerdote en Hi- co" de los pensamientos filosóficos
ció en Tagaste (provincia romana de pona y escribió una serie de obras agustinianos. Para completar nuestros
Numidia), de padre pagano y madre contra los maniqueos, una contra los datos deberán tenerse en cuenta las
cristiana (Santa Mónica). Formado en donatistas, y comentarios al Génesis, referencias a doctrinas agustinianas
el cristianismo, pasó sin embargo largo a dos Epístolas de San Pablo y va- que figuran en varios otros artículos
tiempo despegado de la creencia rios otros escritos. En 395 fue consa- de este Diccionario. Mencionamos, a
cristiana antes de su conversión en grado obispo auxiliar de Hipona, y guisa de ejemplo: los siguientes: AL-
386. En 365 se trasladó a Madaura, en 396, a la muerte del obispo Va- BEDRÍO ( LIBRE ), CIUDAD DE DIOS,
en la citada provincia, donde estudió lerio, obispo de dicha ciudad. Con- ESENCIA, ILUMINACIÓN, MAL, ORDEN,
gramática y los clásicos latinos. Tras tinuó su polémica contra los donatis- TIEMPO. Véase asimismo el artículo
un año de residencia en Tagaste (369- tas, pero escribió asimismo obras de AGUSTINISMO.
70) se dirigió a Cartago, donde estu- interés general teológico (como De Desde sus primeras inquisiciones fi-
dió retórica y comenzó a interesarse doctrina christiana) y parte de las losóficas San Agustín buscó no (o no
en problemas filosóficos y religiosos, Confesiones. En 400 comenzó a re- sólo) una verdad que satisficiera a su
especialmente tras la lectura del per- dactar los libros De Trinitate, y en mente, sino una que colmara su co-
dido diálogo Hortensius, de Cicerón. 401 extensos comentarios al Génesis razón. Solamente así puede conseguir
Lo atrajo ante todo el maniqueísmo (distintos del comentario —incomple- la felicidad. Puede decirse que San
( VÉASE ), en el cual vio una solución to— antes mencionado). A partir de Agustín fue un eudemonista. Mas este
al problema de la existencia del mal 411 sostuvo polémicas contra los pe- eudemonismo (VÉASE) no consiste en
lagianos, y entre 412 y 426 completó alcanzar ninguna clase de bienes tem-
56
AGU AGU AGU
porales o en satisfacer las pasiones. pecie de "sentido íntimo" o "sentido la filosofía griega o, más exactamente,
No consiste ni siquiera en un placer o de los sentidos" que unifica las per- el neoplatonismo. Se ha dicho a
contento estable, moderado y razo- cepciones exteriores. Los "sensibles veces que San Agustín fue el primero
nable, al modo de los epicúreos. To- comunes" no son, empero, todavía un en integrar plenamente ambos ele-
das esas son felicidades efímeras, in- conocimiento pleno. Al sentido inter- mentos. Ello es cierto si no lo inter-
capaces de apaciguar al hombre. La no unificador se sobrepone un órgano pretamos simplemente como un pro-
verdadera felicidad se encuentra úni- que puede llamarse "razón" o "inte- ceso histórico, mas también filosófico.
camente en la posesión de la verdad lección". La integración de estos elementos es
completa — verdad que debe trascen- La importancia del sentido íntimo consecuencia de una visión del alma
der todas las verdades particulares, no consiste solamente en su función como algo a la vez íntimo y racional,
pues de lo contrario no sería, propia- unificadora. Por medio de él se puede es decir, como experiencia y razón.
mente hablando, una verdad. La Ver- mostrar que es posible la certidumbre La doctrina agustiniana de la "ilu-
dad perseguida por San Agustín es la y, por lo tanto, que debe rechazarse el minación (VÉASE) divina" como "ilu-
medida (absoluta) de todas las ver- escepticismo. San Agustín tenía muy minación interior" es la formulación
dades posibles. Esta Suprema Medida presentes los argumentos contra la de esta integración de dos verdades:
es, y sólo puede ser, Dios. posibilidad de una certidumbre la que viene del alma, y la que le llega
La busca agustiniana de la Ver- completa formulados por los al alma desde Dios.
dad no es, así, sólo contemplativa, escépticos y en particular por los Es posible hablar de una "fenome-
sino también eminentemente "acti- "académicos" (v. ACADEMIA PLATÓ- nología del conocimiento" en San
va"; no implica sólo conocimiento, si- NICA). De haberse aceptado tales ar- Agustín, de un proceso que va de la
no, como veremos luego, fe y amor. gumentos no se habría podido obte- sensación a la razón. Pero no se trata
La verdad debe conocerse no sim- ner la certidumbre, y la felicidad del ni de una descripción pura ni de una
plemente para saber lo que es "Lo alma que proporciona. De ahí que dialéctica del conocimiento, sino del
que Es"; debe conocerse para conse- San Agustín se esfuerce por probar ya mencionado "itinerario espiritual".
guir el reposo completo y la completa que, dentro de la propia actitud es- Como conclusión de tal "fenomenolo-
tranquilidad que el alma necesita. La céptica, existe la posibilidad de supe- gía" tenemos las dos proposiciones si-
posesión de la Verdad, antes que ser rarla. En efecto, si fallor, sum (véa- guientes: (1) En el interior del hom-
objeto de ciencia, lo es de sapiencia se COGIT O , ERGO SUM ), esto es, el bre habita la verdad (De vera reli-
o sabiduría (VÉASE). Y la busca de la que todos los enunciados que formu- gione, 72); (2) La verdad es inde-
verdad no es un método, sino un "ca- lo puedan ser falsos, no quita que pendiente del alma y trasciende a ésta
mino espiritual" — un peregrinaje, un sea cierto el que los formule. La fa- (De lib. arb., II 14). Estas propo-
"itinerario". libilidad es prueba de que se es fali- siciones entran en conflicto sólo cuan-
Dentro de este itinerario se desa- ble. Pero San Agustín no se detiene do no se tiene presente que el alma
rrolla lo que podría llamarse la "teoría aquí. La certidumbre del propio errar se trasciende a sí misma en la Ver-
del conocimiento" de San Agustín — y del propio vivir son insuficientes. dad, esto es, en la Vida primera, en
siempre que no tomemos la citada Es menester alcanzar una certidum- la Sabiduría primera y en la Realidad
expresión como designando simple- bre de algo que no sea mudable, de eterna e inmutable de Dios. En uno
mente una particular disciplina filo- la plena verdad. Y verdad significa de los pasajes de San Agustín más
sófica. Dicha teoría del conocimiento para San Agustín, como lo significó frecuentemente citados se lee que so-
se halla orientada en la noción de para Platón, lo que no muda ni se al- lamente le interesan dos cosas: el al-
certidumbre. Como ésta tiene que ser tera. Sólo el alma racional puede al- ma y Dios (Sol., I 2). La integración
absoluta, no basta apoyarse en los canzar la posesión de verdades eter- de referencia o, como ha escrito Gil-
sentidos. San Agustín se manifiesta nas referidas a objetos eternos, es de- son (op. cit. infra, 3a ed., 1949, pág.
en este y otros respectos un platóni- cir, verdaderamente existentes. Di- 23, nota 1), el haber repensado en
co. Mas, a diferencia de Platón (cuando chas verdades constituyen un "tesoro cristiano el itinerario plotoniano del
menos del Platón dualista ofrecido por interior"; se hallan en el alma. Pero no alma hacia Dios, es asimismo conse-
la imagen tradicional), San Agustín no corno meros entes de razón u objetos cuencia de ese interés.
establece ninguna distinción tajante de la imaginación, ya que de lo La Verdad, sin embargo, no podría
entre experiencia sensible y saber; contrario sería ilusión y engaño. alcanzarse sin la fe, en tanto que fe
hay que ascender de la primera al La "teoría del conocimiento" de iluminada. A diferencia de los "em-
segundo, para luego justificar por el San Agustín representa, con ello, la piristas", San Agustín piensa que no
segundo la primera. Al examinar los mezcla de dos ingredientes aparente- puede conocerse sin la razón. Pero a
objetos sensibles, descubrimos que mente en conflicto: por un lado, la diferencia de los "racionalistas", está
éstos poseen propiedades comunes a afirmación de la realidad del alma convencido de que no puede cono-
varios: son los llamados "sensibles como sed de las verdades; por el otro, cerse sin la fe. Ésta no es una fe cie-
comunes", en cuya percepción hay ya la afirmación de la realidad de la ga, sino iluminada e iluminadora; la
conocimiento. Como estos "sensibles Verdad suprema como foco y origen misma de la cual se ha dicho que no
comunes" no son directamente de estas verdades. Esos dos ingredien- se comprendería si no se creyera
accesibles a los órganos de los tes corresponden, en gran parte, a los (véanse CREENCIA, FE ). La fe a que
sentidos, San Agustín supone que hay dos principales elementos con los cua- se refiere San Agustín no tiene nada
un órgano de percepción de ellos que les San Agustín ha elaborado su pen- de irracional o de "absurdo". No es
no es exterior, sino interior — una es- samiento filosófico: el cristianismo y tampoco fe en algo particular: en los
57
AGU AGU AGU
sentidos, en la razón, en una autori- neoplatónico y el cristiano a causa del hombre se halle salvado o condenado,
dad temporal y efímera. La fe es ilu- rechazo por este último de la noción haga lo que haga. El hombre es libre,
minadora porque es fe en Dios y en de emanación ( VÉASE ) y su admisión pero es libre de hacer libremente lo
Jesucristo; por lo tanto, en algo que de la de creación (VÉASE ). que Dios sabe que hará libremente.
trasciende toda inteligencia y que hace Aunque San Agustín prestó menos De este modo pueden acordarse va-
posible, a la vez, la inteligencia. Aquí atención al problema de la estructura rias cosas que parecían incompati-
nos hallamos, empero, con algo muy del mundo que a los del conocimiento, bles: el absoluto ser y poder de Dios,
distinto a una "solución" dada al la felicidad, el alma y Dios, se hallan y la existencia del mal; este absoluto
"problema" de "la relación entre fe en sus obras numerosas referencias al ser y poder y el libre albedrío huma-
y razón". De hecho, no se trata de modo de creación del cosmos y a la no; la gracia y la predestinación. Ni
un "problema" en el que se procure estructura de éste. Importante al que decir tiene que estas cuestiones,
acordar dos cosas en principio respecto es su insistencia en que no extremadamente difíciles, han sido
distintas. La fe agustiniana no es hay nada independiente de Dios, ni abundantemente discutidas, y que
una cuestión filosófica, sino aquello siquiera una supuesta materia sin puede hallarse en textos de San Agus-
dentro de lo cual se hacen inteli- forma, pues Dios creó todo de la na- tín materia para diversas opiniones,
gibles las cuestiones filosóficas. Por da. También es importante, aunque como lo prueban los debates teológi-
lo demás, la fe está ligada no sólo a menos influyente, su doctrina, a la cos y filosóficos de los siglo XVI y
la razón, sino también, y sobre todo, vez neoplatónica y estoica, de las ra- XVII. Sin embargo, en ninguna oca-
a la caridad (véase AMOR). La fe hace tiones seminales, "razones seminales" sión cede San Agustín en la impor-
posible el entendimiento; no se entra o gérmenes de las cosas a venir. tancia concedida al ser, poder y amor
en la verdad sino por la caridad. La Gran atención prestó San Agustín infinitos de Dios y a la vez en la afir-
razón dejada a su propio albedrío es a las cuestiones relativas al mal y a la mación de la posesión por el hombre
ciega; la luz que tiene, la recibe de la libertad, ambas, por lo demás, íntima- de libre albedrío. Lo que sucede es
fe. Por eso no se puede probar la fe; mente relacionadas entre sí, así como que este libre albedrío es impotente
sólo se puede probar en la fe. La fe al problema del proceso histórico del para elegir el bien sin el auxilio de
es una creencia amante, descubridora hombre en cuanto proceso teológico. la gracia, de modo que, en último
de valores, una creencia de la cual Habiéndonos extendido en los artícu- término, todo bien viene de Dios.
brota, como una luz, la inteligencia. los ya citados al principio sobre estas Las anteriores nociones —libre al-
Consideraciones similares podrían cuestiones, nos limitaremos a tocar al- bedrío, mal, pecado, salvación, con-
hacerse respecto al "problema de gunos puntos esenciales. denación— y otras relacionadas con
Dios". La existencia de Dios no viene San Agustín no puede admitir que ellas —redención, justicia, etc.— cons-
probada por un razonamiento, pero Dios sea el autor del mal. Por otro tituyen los elementos principales con
tampoco es asunto de fe ciega. Dios lado, no puede admitir que haya nin- los cuales San Agustín ha desarrollado
aparece "demostrado" en la misma es- gún poder capaz de socavar el poder su filosofía de la historia, que es a la
tructura del alma poseedora de fe de Dios. Su lucha contra los mani- vez una teología de la historia y una
amante. Pero Dios no es una idea pu- queos, después de haber luchado con- teodicea. La historia no es para San
ramente inmanente en el alma. El alma tra el maniqueísmo en su alma, lo lle- Agustín la descripción de ciertos
aprehende a Dios como verdad va, además, a excluir por completo acontecimientos políticos, sino el modo
necesaria e inmutable, mas dicha toda realidad que no dependa de como todos los acontecimientos
aprehensión sería imposible sin Su Dios. Pero como hay el mal, debe ex- políticos —las "historias de los Impe-
existencia. Cierto que este Dios no es plicarse de modo que ni tenga origen rios"— se organizan en torno al pro-
cualquier Dios o cualquier divinidad divino ni tampoco origen en algún ceso teológico. La idea de la Ciudad
o cualquier principio filosófico. Es el poder capaz de oponer su propia rea- de Dios (VÉASE) es aquí fundamental;
Dios cristiano revelado — Dios a la lidad a la de Dios. Simplificando, di- el significado de esta expresión, las
vez personal, eterno e incorruptible. remos que San Agustín considera que principales interpretaciones que se han
Sobre todo, incorruptible, que es como el mal se origina en el apartamiento dado a ella y al modo como fue usada
San Agustín lo buscó —"ideo te, de Dios, que es a la vez el aparta- por San Agustín se han discutido en
quidquid esses, esse incorruptibilem miento del ser y de la realidad. El el artículo correspondiente.
confitebar" (Conf., VII 4)—, pues de mal no es una substancia, sino una El primer escrito de San Agustín,
lo contrario no sería Verdad suprema, privación o, si se quiere, un movi- De pulchro et apto, redactado du-
sino cosa en último término transito- miento — el movimiento hacia el no rante su período maniqueo, se ha
ria, por muy duradera que fuese. Este ser. Por gozar de libre albedrío, la vo- perdido. El plan de redacción de una
Dios infinitamente perfecto posee en luntad humana puede elegir el mal, enciclopedia sobre todas las Artes li-
sí mismo las rationes de las cosas berales quedó sin ejecutar; los Prin-
esto es, pecar. Con ello hace un mal cipia dialectices, que se ha afirmado
creadas, al modo de "ideas divinas", uso del libre albedrío ( VÉASE). Por el pertenecen a tal obra de conjunto, no
arquetipos según los cuales las cosas pecado original, además, el hombre se pueden ser atribuidos a San Agustín;
creadas han sido formadas. Eso es lo ha colocado en tal situación, que con o, en todo caso, su paternidad es aún
que se ha llamado el "ejemplarismo" el fin de salvarse necesita la gracia discutida. La parte de la enciclope-
agustiniano, de raíz neoplatónica, y ( VÉASE). La salvación del hombre no dia sobre la música, sin embargo, fue
de tan grande influencia en la filosofía es, pues, cosa que se halle enteramente terminada por San Agustín en Ta-
de la Edad Media, pero hay notorias en manos del hombre. Pero al mismo gaste, poco después de 388. A con-
diferencias entre el ejemplarismo tiempo no puede decirse que el tinuación damos una lista de obras
de San Agustín, que constituye una
58
AGU AGU AGU
selección de las mencionadas, con fe- Migne, PL, XXXII-XLVII (1844- la doctrine de S. A., 1932. — Etienne
cha o fechas de composición, por M. 1866); la llamada "edición Vives", Gilson, Introduction à l'étude de S.
F. Sciacca en el folleto bibliográfico con texto latino, trad. francesa y las A., 1929, 2a ed., 1943, 3a ed. 1949.
citado infra, a su vez extraída de S. notas de la edición de los Benedicti- — Jacques Maritain, "De la sagesse
Zarb, "Chronologia operum S. Augus- nos de la Congregación de San Mauro augustinienne", en Mélanges
tinii", Angelicum, X (1933), XI (París, 33 vols., 1869-1878); la augustiniens, 1931, págs. 385-411. —
(1934), ed. aparte, 1934: Contra edición crítica en el Corpus scripto- J. Hessen, Augustins Metaphysik der
Académicos, 386. — De beata vita, rum ecclesiasticorum latinorum (Vie- Erkenntnis, 1931, 2a ed., 1960. —
386. — De ordine, 386. — Soliloquia, na, 1896 y sigs.), todavía incompleta; Fulbert Cayré, Les sources de l'amour
386/7. — De inmortalitate animae, la edición del Monasterio del Esco- divin. La divine présence d'après
387. — De animae quantitate, 387/8. rial, ed. V. Capánaga, A. Custodio S. A., 1933. — R. Jolivet, S. A. et le
— De moribus Ecclesiae Catholicae Vega et al., con texto latino y trad. neoplatonismo chrétien, 1932 (trad.
et de moribus Manichaeorum, 387/9. esp. (Madrid, 18 vols., 1946-1959); esp.: S. A. y el neoplatonismo cristia-
— De Genesi contra Manichaeos, la edición de la "Bibliothèque au- no, 1941). — Íd., íd., Dieu. Soleil
388/9. — De libero arbitrio, 388/95. gustinienne", ed. G. Combes, R. Jo- des esprits, 1934. — Íd., íd., Le pro-
— De vera religione, 391. — De uti- livet, L. Labriolle, et al. (París-Bru- blème du mal d'après S. A., 1936. —
litate credendi, 392. — De duabus jas, 1936 y sigs.), todavía incompleta. Erich Przywara, A Die Gestalt als
animabus, 392/3. — De Genesi ad — Index Verborum de De Civita-te Gefüge, 1934 (trad. esp.: S. A.,
litteram imperfectus liber, 393/426. Dei, por M. Maguire, B. H. Skahill y 1940). — H. Marrou, S. A. et la fin
— De mendacio, ca. 395. — Quaes- F. O'Connell, según la edición de de la culture antique, 1938. — ld.,
tiones Evangeliorum, 393/9. — Con Dombart-Kalb [en preparación]. — íd., S. A. et l'augustinisme, 1955
tra partem Donati, 396. — De doctri Otro Index de Confessíones, por el P. (trad. esp.: S. A. y el agustinismo,
na christiana, 396/7. — Contra Faus- C. Hrdlicka, según el texto de la edi- 1960). — Gustave Bardy, S. A.,
tum Manichaem, 397/8. — Confes- ción de De Labriolle, se halla en forma l'homme et l'oeuvre, 1940, 6a ed.,
siones, 397/401. — Contra Felicem de fichero en la Universidad Católica 1946. _ F. J. A. Belgodere, S. A. y
Manichaeum, 398. — De Trinitate, de Washington. — Bibliografía: E. su obra, 1945. — P. Muñoz Vega,
399/401. — De fide rerum quae non Nebreda, Bibliographia augustinia-na, Introducción a la síntesis de S. A.,
videntur, ca. 399. — De sancta vir- 1928; reimp. en 1962. — M. F. 1945. — Amato Masnovo, S. Agosti-
ginitate, 401. — De Genesi ad litte Sciacca, Augustinus, 1948 (Biblio- no, I, 1946. — B. Switalski, Neopla-
ram, 401/14. — Contra Donatistam graphische Einführungen in das Stu- tonism and the Ethice of S. A., 1946.
nescio quem, 406/8. — De peccato- dium der Philosophie, 10, ed. I. M. — J. Burger, S. A., 1948. — J. M. Le
rum meritis et remissione, 411. — De Bochenski). — Bibliografía de obras Blond, Les conversions de S. A., 1948.
spiritu et littera, 412. — De fide et de S. A. y sobre S. A. en la "Introduc- — Th. Philipps, Das Weltbild des
operibus, 413. — De videndo Deo, ción general a las Obras de S. A." pu- heiligen a., 1949. — M. F. Sciacca, S.
413. — Commonitorium ad Fortuna- blicadas por la Biblioteca de Autores A. I: La vita e l'opera. L'iti-nerario
tianum, 413. — De natura et gratia, Cristianos, tomo I (1946), págs. 1- della mente, 1949. — Félix García, S.
413/5. — De civitate Dei, 413/26. 327 (2a ed., aumentada, 1950). — A., 1953. — V. Capánaga, S. A.,
— Tractatus CXXIV in Ioannem, Tarsicius van Bavel, "Répertoire bi- 1954. — J. Chaix-Ruy, S. A. Temps et
416/7. — De correctione Donatista- bliographique de Saint Augustin", histoire, 1956. — G. Vaca, La vida
rum, 417. — De gratia Christi et de Augustiniana, VI (1956), 906-58; VII religiosa en S. A., 2 vols., 1956. —
peccato originali, 418. — Enarratio- (1957), 597-661. — Hay bibliografía Mary T. Clark, R. S. C. J., A
nes XXXII in Psalmum CXVIII, 418. agustiniana en fichas en la revista es- Philosopher of Freedom: A Study in
Contra sermonem Arianorum, 419. — pañola Augustinus. — La bibliografía Comparative Philosophy, 1959. —
Quaestiones in Heptateuchum, 420. agustiniana debe ser completada con Paul Henry, S. J., S. A. on Persona-
De anima et eius origine, 420/1. — las referencias bibliográficas en publi- lity, 1960 (The S. A. Lecture Series,
Contra mendacium, 422. — Contra caciones periódicas total o parcialmente 1). — A. Muñoz Alonso, Presencia
duas epistolas Pelagianorum, 422/3. consagradas al estudio de San Agustín intelectual de S. Α., 1961. — Ragnar
— Contra lulianum, 423. — Enchi- y del augustinismo. Citamos al Holte, Béatitude et Sagesse. Saint
ridion ad Laurentium, 423/4. — De respecto Augustinus (Madrid) y el Augustin et le problème de la fin de
cura pro mortis gerenda, 424/5. — Bulletin augustinien, de la Revue des l'homme dans la philosophie ancienne,
De gratia et libero arbitrio, 426. — Études augustiniennes ( París ). — So- 1962. — R. Berlinger, Augustins dia-
Retractationes, 426/7. — Contra Ma- bre San Agustín y diversos aspectos logische Metaphysik, 1962. — Entre
ximinum, 428. — De praedestinatio- de su vida y de su pensamiento, véa- las publicaciones lanzadas con motivo
ne Sanctorum, 429. — De dono per- se: David Lenfant, Concordantiae del decimoquinto centenario de S.
severantiae, 429. — Tractatus adver- Augustinianae sive collectio onmium A., destacamos: Mélanges augustiniens
sus Iudaeos, 429/30. — Contra se- sententiarum quae sparsim reperiuntur (París, 1930); Miscellanea agos-
cundum Iuliani responsionem opus in ómnibus S. Augustini operibus, tiniana, 2 vols. (Roma, 1930-1931);
imperfectum, 429/30. — Entre las 1656-1665; reimp. en 2 vols., 1963. Religión y Cultura (Madrid, 1931);
ediciones de obras de San Agustín, — Jean-Félix Nourrison, La philo- Aurelius Augustinus (Colonia, 1930).
mencionamos: J. Amerbach (Basilea, sophie de S. A., 2 vols., 1865. — Jules AGUSTINISMO. La influencia de San
1506); Erasmo (Basilea, 1528-1529); Martin, S.A., 1901, 2a ed., 1923. — E. Agustín ha sido considerable; una
la de los teólogos de Lovaina, bajo Portalié, art. "Saint Augustin", en el historia detallada del agustinismo
la dirección de Th. Cozee y J. van Dictionnaire de Théologie Catholique, ofrecería dificultades casi tan gran-
der Meulen (Amberes, 1571); la de ed. Vacant-Mangenot, I (1902), col. des como una historia del platonis-
los Benedictinos de la Congregación 2268-2472. — Ch. Boyer, Chris- mo (VÉASE). Nos limitaremos en el
de San Mauro, con introducciones, su tianisme et néo-platonisme dans la presente artículo a destacar algunas
marios e índices (París, 11 vols., formation de S. A., 1920. — Íd., íd., de las ideas agustinianas más influ-
1679-1700), considerada la primera L'idée de vérité dans la philosophie yentes en la Edad Media y a señalar
edición importante y reproducida en de S. A., 1920. — Íd., íd., Essais sur
59
AGU AGU AGU
algunos hitos en el desarrollo del cían muchos dominicos a la penetra- biduría (VÉASE). Algunas de estas
agustinismo en dicha época. Esto no ción de las doctrinas tomistas y, en doctrinas, escribe de Wulf, proceden
significa que el agustinismo se haya general, a la creciente influencia del efectivamente de San Agustín: es el
confinado a la época medieval. En aristotelismo y a la absorción de al- caso de la idea de sabiduría o sa-
las grandes discusiones teológicas y gunas tesis averroístas. Nos hemos re- pientia christiana (muy característica
filosóficas de los siglos XVI y XVII ferido a este punto con más detalle del temple de ánimo o talante agus-
sobre problemas tales corno los del en el artículo Tomismo (VÉASE). Al- tiniano contra la excesiva atención
libre albedrío, la gracia y la gunos autores indican inclusive que hacia la "sabiduría del mundo"), del
predestinación ( VÉANSE), las el término 'agustinismo' solamente co- primado de la voluntad y de la ilu-
posiciones agus-tinianas y las bra un significado preciso cuando se minación del alma. Otras doctrinas
diversas interpretaciones de las emplea como designación de las po- tienen su base en San Agustín, pero
mismas fueron casi siempre decisivas. siciones adoptadas por varios teólo- son interpretadas en formas muy di-
El agustinismo es también un gos y filósofos en el período de las versas y con gran independencia del
elemento importante en varias de grandes polémicas entre agustinianos modo como aparecieron, en la letra
las direcciones de la filosofía cristiana y tomistas durante la segunda mitad o en el espíritu, en los escritos del
contemporánea. Sin oponerlo del siglo XIII. Aunque este uso es Santo: es el caso del modo como es
forzosamente al neotomismo, algunos asimismo recomendable, debe adver- concebida a veces la iluminación di-
autores intentan, en efecto, destacar tirse que es corriente emplear 'agus- vina, modo que exige, al parecer, la
los problemas, soluciones y, sobre to- tinismo' en un sentido más general noción de un entendimiento activo.
do, el temple de ánimo o talante agus- — el que ha sido mencionado al co- El avicenismo puede explicar estos
tinianos; otros autores procuran acor- mienzo del presente artículo. Desde nuevos aspectos del agustinismo, que
dar las dos tendencias. este último punto de vista puede ha- ha sido llamado por Gilson agustinis-
Aunque no puede decirse que haya blarse de agustinismo en autores que, mo avicenizante. Otras doctrinas, fi-
habido una completa identificación stricto sensu, no pueden ser conside- nalmente, concluye de Wulf, son aje-
entre el agustinismo y las tendencias rados como agustinianos, pero que nas a San Agustín: es el caso de las
filosóficas y teológicas defendidas y han sido incluidos en la tendencia a teorías sobre la materia y la forma,
desarrolladas por los franciscanos, es consecuencia de su adhesión a va- procedentes del aristotelismo árabe
sabido que muchos de éstos han sido rios aspectos del mencionado "com- y judío. Es curioso comprobar que
agustinianos. Ejemplos eminentes al plejo doctrinal": es el caso de muchos cada vez en mayor proporción fue-
respecto son Alejandro de Hales, Juan escotistas y occamistas. Autores como ron consideradas como agustinianas
de la Rochela, San Buenaventura y Gilson consideran inclusive a Enrique las doctrinas que menor relación te-
Tomás de York —pertenecientes a de Gante, a Juan Duns Escoto y a los nían con las posiciones del propio
lo que algunos autores han llamado primeros escotistas como pertenecien- San Agustín; así, por ejemplo, la doc-
"la antigua escuela franciscana"—, y tes a una "segunda escuela agusti- trina del hilemorfismo universal y la
Juan Pecham, Mateo de Aquasparta, niana". de la pluralidad de formas en el hom-
Ricardo de Mediavilla y Pedro Juan En lo que toca a las doctrinas co- bre, que fueron las tesis más deba-
Olivi — pertenecientes a lo que se nocidas bajo el nombre de "agustinis- tidas por los filósofos y teólogos me-
ha llamado a veces "la escuela fran- mo", las discusiones al respecto son dievales de las épocas referidas, son
ciscana posterior". Hay que tener en muchas. Resumiremos aquí las ideas originariamente menos agustinianas
cuenta, sin embargo, que el agusti- presentadas por M. de Wulf sobre el que otras ciertas posiciones que pa-
nismo de dichos autores está muy le- agustinismo medieval y que nos pa- saron a un segundo plano y que es-
jos de ser un acatamiento estricto de recen muy plausibles. Según el men- taban más próximas a la letra y al
las doctrinas de San Agustín; como cionado historiador, pertenecen al espíritu de San Agustín.
veremos luego, el "agustinismo" es un complejo doctrinal del agustinismo Las historias de la filosofía (espe-
nombre que designa un conjunto de doctrinas como las siguientes: primado cialmente de la filosofía medieval) a
muy varias doctrinas —lo que los his- de la voluntad sobre la inteligencia en que nos hemos referido son: Ueber-
toriadores de la filosofía medieval Dios y en el hombre, producción de weg-Heinze, Geyer, t. III. — M. de
Wulf, Histoire de la philosophie mé-
suelen llamar "un complejo doctri- ciertos conocimientos sin presencia diévale, 6a ed., 1934-1936-1947, 3
nal"—, algunas de las cuales tienen de objetos del mundo externo que vols. (trad, esp.: Historia de la filo-
un aire agustiniano aunque no pro- habitualmente se consideran como su sofía medieval, vol. II, 1947, § 349).
ceden de San Agustín y otras son causa u origen, concepción del cono- — É. Gilson, History of the Chris-
ajenas a éste. Lo último es cierto so- cimiento como situado dentro de la tian Philosophy in the Middle Ages,
bre todo cuando se trata de varias zona alumbrada por la luz divina, ac- 1955. — Además: F. Ehrle, "Der
posiciones procedentes del aristotelis- tualidad de la materia prima con in- Augustinismus und Aristotelismus ge-
gen Ende der XIII Jahrhunderts", Ar-
mo y de algunos filósofos árabes y dependencia de la forma, depósito chiv für Literatur und Kirchenge-
judíos. Ahora bien, junto con los de razones seminales en la materia, schichte des Mittelalters, V (1889),
franciscanos el agustinismo fue de- hilemorfismo universal en las substan- 614-32. — E. Portalié, en Dictionnaire
fendido y elaborado hasta lo que se cias creadas, pluralidad de formas en de Théologie Catholique, I, 2506-
ha llamado "el triunfo del tomismo" las mismas y particularmente en el 14. — R. M. Martin, "Quelques
por muchos dominicos. La oposición hombre, identidad del alma y de sus premiers maîtres dominicains de Paris
al albertismo y al tomismo por parte facultades, estrecha unión de filoso- et d'Oxford et la soi-disant école do-
minicaine augustinienne (1229-1279)",
de Roberto Kildwarby es un ejemplo fía y teología en el marco de la sa-
eminente de la resistencia que ofre- 60
60
AHO ALA ALB
Revue des Sciences philosophiques mo en el sentido puramente científico- ción en Migne, PL, CCX. — Edición
et théologiques, IX (1920), 163-84. positivista en nombre del materialismo crítica del Anticlaudianus, por R.
— J. Hessen, "Augustinismus und dialéctivo, su oposición a Debo-rin Bosuat, 1955 (Textes philosophiques
Aristotelismus im Mittelalter", Fran- (VÉASE) y a los representantes del du moyen âg e, I). — M. Baum-
ziskanische Studien, VII (1920), 1- gartner, Die Philosophie des
llamado "idealismo menchevizante" la Alanus de Insulis im
13. — C. Michalski, Les courants llevó a acentuar el aspecto materia-
philosophiques à Oxford et à Paris Zusammenhang mit den
pendant le XlVè siècle, 1922. — A. lista más bien que el dialéctico del Anschauungen des 12. Jahrhunderts
G. Little, "The Franciscan School at marxismo. Por tal razón fue denuncia- dargestellt, 1896. — S. Nierenstein,
Oxford in the 13th. Century", Archi- da como mecanicista y se vio obliga- The Problem of the Existence et God
vum Franciscanum Historicum, XIX da, en 1929, a retractarse de varias in Maimonides, Alanus and Averroes,
(1926), 803-74. — E. Gilson, "Les de sus tesis en nombre de la "línea 1924. — J. Huizinga, Ueber die Verk-
sources gréco-arabes de l'augustinis- general". nüpfung des Poetischen mit dem
me avicennisant", Archives a histoire Obras principales: Filosofiskié ot- Theologischen bei Alanus de Insulis
doctrinale et littéraire du moyen âge, chérki, 1906 (Estudios filosóficos). — (Mémoires de l'Académie royale des
IV (1930), 5-149. — G. Théry, Protiv idéalizma, 1922 (Contra el Sciences de Hollande, t. 74, serie B,
"L'augustinisme et le problème de idealismo). — V zachtchitu dialéktit- n° 6), 1932. — G. Raynaud de Lage,
la forme substantielle", Acta hebdo- chéskovo matérializma. Protiv sjolasti- A. de Lille, Poète du XIIe siècle,
madae augustinianae-thomisticae ab ki, 1928 (En defensa del materialis- 1951 (estudia también el pensamiento
Academia romana sancti Thomae mo dialéctico. Contra la escolástica). filosófico). — V. Cuento, Alano di
Aquinatis indictae, 1931, págs. 140- — Idéalisttíchéskaá dialéktika Gégéliá Lilla, poeta e teólogo del secólo XII,
200. — F. P. Cassidy, Molders of the i matéridistitchéskaá dialéktika Mark- 1958.
Medieval Mind. The Influence of the sa, 1934 (La dialéctica idealista de ALBEDRÍO (LIBRE). La expre-
Fathers of the Church on the Medie- Hégel y el materialismo dialéctico de sión liberum arbitrium, muy usada por
val Schoolmen, 1944. Marx ). teólogos y filósofos cristianos, tiene a
AHORA. Véase INSTANTE. ALANO DE LILLE, Alain de Lille, veces el mismo significado que la
AKSELROD [en nuestra transcrip- Alanus de insulis, el doctor universa-expresión libertas (véase LIBERTAD ).
ción: AKSEL'ROD] (LÚBOV ISAÁKOV - lis (ca. 1128-1202), nació en Lille, ySin embargo, en muchos casos se
NA) (pseudónimo: ORTODOKS) (1868- después de ser maestro de teología distingue entre ambos. Esta distinción
1946), nació en Varsovia, participó ingresó en el monasterio cistercien- aparece claramente en San Agustín
desde muy joven en actividades revo- se de Citeaux, cerca de Nicolas-les- (Enchiridion, XXXII; Op. imperf.
lucionarias en Rusia, pasó (1887) a Citeaux ((Côte-d'Or). Alano es con- contra Julian., VI, 11) según ha puesto
Suiza, donde estudió filosofía, regre- siderado como un filósofo y teólo- de relieve Gilson (Introduction à
só (1906) a Rusia, continuando sus go "relacionado" con las Escuelas de l'étude de Saint Augustin [1931], 3a
actividades revolucionarias como Chartres ( VÉASE ) y ello sobre todo ed., 1949, págs. 212 y sigs.). La li-
miembro de la fracción menchevique por haber acogido las tendencias bertas (libertad) designa el estado de
del Partido Social Democrático. Con platonizantes de las mismas, pero, bienaventuranza eterna (sempiterna)
el triunfo de la revolución, profesó en en rigor, debe ser considerado como en la cual no puede pecarse. Se puede
la Universidad Tambov (19I7-1920) un pensador "independiente". Su
entonces decir inclusive que Dios no
y en la de Moscú (desde 1920). principal preocupación fue la lucha
contra las herejías más bien que la goza, de libertad. El liberum arbitrium
Akselrov se ocupó de problemas designa la posibilidad de elegir entre
elaboración y la disputa teológicas.
éticos y sociales, pero su más conoci- Una intención metodológica y enci- el bien y el mal; es "la facultad de la
da contribución fue en el terreno de clopédica, basada principalmente en razón y de la voluntad por medio de
la epistemología y de la interpreta- la tradición de Boecio, constituye la la cual es elegido el bien, mediante
ción del marxismo. Adherido al ma- parte fundamental de su obra filosó- auxilio de la gracia, y el mal, por la
terialismo dialéctico, lo defendió con- fico-teológica, penetrada no sólo de ausencia de ella (De lib. orb., 1).
tra las corrientes científicopositivistas elementos platónicos y neoplatónicos, "La oposición es, pues, clara entre el
que se abrían paso después de la re- sino también aristotélicos. La inten- libre albedrío del hombre, cuyo mal
volución y contra cualquier forma de ción enciclopédica se muestra sobre uso no destruye la naturaleza, y la
"infiltración" idealista. Sostuvo, sin todo en su poema Anti-Claudianus o libertad, que es justamente el buen
embargo, bajo la influencia de Pleja- Antirufinus (1182 ó 1183). La in- uso del libre albedrío" (Gilson, op.
nov (VÉASE), la tesis de que el conoci- tención metodológica del autor se cit., pág. 212, nota 2). "Debe
miento tiene un carácter funcional y hace patente sobre todo en su escrito confesarse que hay en nosotros libre
en gran medida simbólico (o mejor, albedrío para hacer el mal y para
sobre la fe católica, y en su obra sobre
"jeroglífico"). Se opuso con ello a las máximas teológicas, en la cual hacer el bien" (De corruptione et
Lenín y a la teoría fotográfica o cua-si- utiliza un procedimiento matemático- gratta, I, 2; cit. Gilson). Si se tiene en
fotográfica del conocimiento por deductivo, ya defendido por Boecio cuenta esta distinción se puede en-
Lenín propugnada. En los debates fi- en su Liber de hebdomadibus. Alano tender lo que de otra suerte sería una
losóficos que tuvieron lugar en la de Lille fue el primero en referirse al
paradoja: que el hombre pueda ser
Unión Soviética entre 1926 y 1929 Liber de causis ( VÉASE ). libre (liber) —en el sentido de poseer
(véase MARXISMO), Akselrod fue uno Obras: Regulae de sacra iheologia. libertas— y pueda no ser libre — en
de los representantes capitales de la haereticos. — De fide catholica con- el sentido del libre albedrío. El hom-
dirección llamada "mecanicista". Aun- tra haereticos sui temporis. — Ars bre, pues, no es siempre "libre" cuando
que ella misma se opuso al mecanicis- predicatorio. — Opera 1564. — Edi- goza del libre albedrío; depende del
61 uso que haga de él.
61
ALB ALB ALB
En vista de lo anterior, puede a posibilidad de obrar o no obrar, o de día usar de ella sin necesidad de
veces equipararse libre albedrío con obrar en un sentido más bien que en ninguna intervención divina. Por lo
volunlad. Es lo que ha hecho Sanio otro. Contra esta idea se ha declarado menos en lo que toca a lo sobre-
Tomás al declarar que son una sola que no puede haber entonces ninguna natural, parecía imposible excluir la
potencia y que el libre albedrío es decisión, de suerte que el liberum acción de la gracia. Así, todas las
ipsa voluntas. La distinción entre vo- arbitrium indifferentiae designa la soluciones ofrecidas para resolver
lunlad y libre albedrío se impone, sin pura suspensión de toda acción y de la cuestión eludían la supresión de
embargo, cada vez que se plantea la toda decisión. Como ejemplo de la uno de los términos. Y tal vez sólo
cuestión de la relación entre cada uno dificultad apuntada se menciona la en dos posiciones extremas se pos-
de ellos y los actos o las facultades del paradoja del Asno de Buridán (véa- tulaba esta supresión: en la concep-
alma. Así, mientras la libertad sería se ASNO DE BURIDÁN ). El problema ción luterana expresada en el De
un acto o acción, el libre albedrío se- del libre albedrío se relaciona en tal servo arbitrio por un lado y en la
ría una facultad propia del hombre caso con la cuestión de la función idea de la autonomía radical y ab-
que, por el hecho de poseer la razón ejercida por los motivos en toda elec- soluta del hombre, por el otro.
o, mejor dicho, de ser razonable, es ción. Muchos escolásticos rechazaron En su tratado De Servo arbitrio
capaz de elegir entre diversos objetos. que el liberum arbitrium indifferen- (1525) Lutero polemizó contra las
El propio Sanio Tomás indica que aun tiae conduzca necesariamente a tales ideas desarrolladas por Erasmo en su
cuando en su sentido etimológico la paradojas y manifestaron que es la De Libero Arbitrio ΔΙΑΤRΙΒΗ (1524).
expresión 'libre albedrío' parezca de- condición para que todo acto pueda En verdad, Erasmo no consideraba
signar un acto, se suele dar este llamarse auténticamente libre. La que la cuestión del libre albedrío tu-
nombre más bien a la potencia o mayor parte de autores modernos viera la importancia que le atribuían
facultad por la cual juzgamos libre- —por lo menos del siglo XVII (Des- los teólogos. Además, su opinión al
mente. Esta potencia, dice Santo To- cartes, Spinoza y Leibniz entre ellos)— respecto era moderada: "Concibo
más, no puede confundirse con el rechazaron la idea de la "libertad de aquí el libre albedrío como un poder
hábito ni con ninguna fuerza enca- equilibrio" (que llamaron a veces li- de la voluntad humana por medio del
denada o sometida al hábito. No hay, bertas indifferentiae) como concep- cual el hombre puede consagrarse a
en efecto, inclinación natural que ción meramente negativa de la li- las cosas que conducen a la salvación
lleve al hombre como ser razonable bertad. eterna o puede apartarse de ellas."
a algunos objetos; por el contrario, La noción del libre albedrío fue Así, Erasmo no negaba en principio
la voluntad puede ir hacia el bien objeto de apasionados debates durante el poder y la necesidad de la gracia.
o hacia el mal. De ahí que el libre parte de la Edad Media y durante los Menos todavía sostenía —como ha-
albedrío no sea acto ni hábito, sino siglos XVI y XVII, especialmente por cía el pelagianismo ( VÉASE ) extre-
facultad del alma. Y de ahí también cuanto se suscitaba con ella la famosa mo— que el libre albedrío fuese ab-
que la relación existente entre el cuestión de la declarada incompatibi- solutamente autónomo y decisivo. Pe-
Ubre albedrío y la voluntad sea igual lidad entre la omnipotencia divina y ro como ponía de relieve "el poder
a la que existe entre la razón y la la libertad humana. Hemos examina- de la voluntad humana", Lutero con-
inteligencia. La inteligencia acepta do parte de esta cuestión en los ar- sideró que la doctrina de Erasmo
simplemente los primeros principios, tículos consagrados al problema de equivalía a una negación de la gracia
así como la voluntad quiere el fin Dios (especialmente II. Naturaleza de y constituía una peligrosa forma de
último. La razón se aplica a las con- Dios), a la gracia, a la libertad, al pelagianismo. Según Lutero, la defi-
clusiones que proceden de los prime- ocasionalismo, a la predestinación, a nición del libre albedrío proporcionada
ros principios, así como el libre albe- la voluntad y al voluntarismo. Agre- por Erasmo era independiente de las
drío elige los medios que conducen guemos ahora que los debates giraron Escrituras y, por lo tanto, contraria a
al fin. La voluntad es, pues, al libre sobre todo en torno al problema tal éstas. Fundándose en las Escrituras,
albedrío lo que la inteligencia es a como quedó planteado en el agusti- Lutero mantenía que nadie puede
la razón. Ahora bien, comprender nismo. Una "solución" que anule uno ser salvado si confía sólo en el libre
y razonar son operaciones de la misma de los dos términos no parece ser albedrío, pues un demonio es más
facultad. Así, querer y elegir son una buena solución. Ya San Agustín fuerte que lodos los hombres junios;
también operaciones pertenecientes a había subrayado que la dependencia no sólo la gracia es necesaria, sino
la misma potencia. Y voluntad y libre en que se hallan el ser y la obra hu- que lo es absolutamente. Ahora bien,
albedrío no son dos, sino una sola mana respecto a Dios no significa ello no significa para Lulero que el
facultad (S. theol, I, q. LXXXIII, a 4). que el pecado sea obra de Dios. Ahora hombre se halle dominado por la
A veces se ha fundado la mencio- bien, si consideramos el mal como algo necesidad, pues el poder de Dios no
nada distinción entre libre albedrío y ontológicamente negativo, resultará es una necesidad natural; es un don.
libertad declarándose que mientras la que el ser y la acción que se refiere a Entre los pensadores católicos los
primera es ausencia de coacción ex- él carecen de existencia. Y si lo debales acerca de la noción de libre
terna, la segunda implica también au- consideramos como algo ontológi- albedrío se mantuvieron dentro de
sencia de coacción interna. En este camente positivo, habrá la posibilidad un cauce que eliminaba toda solución
último sentido el libre albedrío es el de deslizamos hacia un maniqueís- radical: ni luteranismo ni pelagianis-
llamado liberum arbitrium indifferen- mo. A la vez, no se trataba simple- mo. Sin embargo, en ciertas ocasiones
tiae, y también libertas aequilibri. mente de suponer que, una vez otor- las posiciones adoptadas se extrema-
Significa entonces la pura y simple gada la libertad al hombre, éste po-
62
ALB ALB ALB
ron. Por un lado, tenemos la teoría cia la introducción y difusión de crítica del averroísmo y especialmente
tomista de la premoción física ( VÉA- aquellos pensadores europeos que re- de las tesis de la eternidad del mundo
SE). Por el otro, la doctrina molinista presentaban una mayor contribución y de la unidad del entendimiento
del concurso simultáneo basado en la a la reacción contra dichas tenden- agente, que habían llegado envueltas
noción de ciencia media (véase CIEN- cias. De este modo ha introducido en en la doctrina aristotélica, son una
CIA MEDIA, FUTURIBLE, MOLINA [Luis
la Argentina a filósofos antipositivis- de las manifestaciones de esta nece-
tas de distinta orientación (Bergson, sidad doble, que no significa, por
DE], PREDESTINACIÓN). Aunque todas
Meyerson, Croce, Gentile, Royce, etc.) otro lado, la subordinación de la
estas doctrinas son primariamente teo- sin dejar por ello de efectuar una
lógicas, los conceptos elaborados en filosofía a la teología, sino la pre-
elaboración personal de sus doctri- cisa delimitación de ambos dominios.
ellas son con frecuencia filosóficos y nas. Correspondiendo a esta labor
pueden ser utilizados en el tratamien- Para San Alberto Magno, como para
y acentuando su paralelismo, ha tra-
to de los problemas de la causa ( VÉA- bajado en la difusión del pensamiento Santo Tomás, a diferencia de las
SE ) y de la libertad ( VÉASE ). argentino en Europa y en los direcciones platónico-agustinianas, la
Estados Unidos mediante cursos en razón debe comenzar por limitarse,
Sobre el problema del libre albe- pero esta limitación no es negación
drío: C. L. Fonsegrive, Essai sur le las universidades de París, Hamburgo,
libre arbitre, sa théorie et son histoire, Leipzig, Berlín, Harvard y Columbia. de la razón, sino justamente aquello
1887. — E. Naville, Le libre arbitre, Escritos: "El amoralismo subjetivo" que permitirá prestar una confianza
1894. — Rudolf Kreussen, Die Wi- (1908). — "La pedagogía de Wi- completa en lo que la razón establez-
llensfreiheit als religiöses und philo- lliam james" (1910). — "La teoría ca. La limitación del poder racional es
sophisches Grundproblem·, 1935. — kantiana del juicio sintético a priori" simultáneamente una reafirmación de
Augustin Jakubisiak, La pensée et le (1911). — "El arianismo histórico y su poder dentro de sus límites. Allí
libre arbitre, 1936. — Déterminisme la economía social" (1911). — "So- donde la razón carece de poder de-
et libre arbitre. Entretiens présidés bre la pedagogía de Ardigo" ( 1914 ). mostrativo tiene la fe la última pala-
par F. Gonseth et rédigés par Gagne- — "Determinismo y responsabilidad" bra, pero dentro de la esfera de la
bin, 1944. — Yves Simon, Traité du (1916). — "Introducción a la axio- filosofía estricta la razón es determi-
libre arbitre, 1951. — Austin Farrer, genia" ( 1921 ). — "El problema ético nante y constituye el criterio supre-
The Freedom of the Will, 1957 (Gif- en la filosofía de Bergson" ( 1925 ). — mo. En el curso de sus paráfrasis
ford Lectures). — Joseph Lebacqz, "La reforma epistemológica de Eins
S. J., Libre arbitre et jugement, 1960 a Aristóteles y a los comentaristas,
tein" (1925). — "Die deutsche Phi siguiendo el orden mismo de los te-
(Museum lessianum. Sect. Fil., 47). losophie in Argentinien" (1930). —
— Allan M. Munn, Free Will and mas aristotélicos, San Alberto Magno
"La metafísica de Alberdi" (1934). establece una serie de proposiciones
Determinism, 1960. — A. I. Melden, — "English Influence in Culture and
Free Action, 1961. — Véase también Thought" (1937). — "Croce y la que Santo Tomás desarrolló poste-
bibliografía de DETERMINISMO, LI metafísica de la libertad histórica" riormente y, sobre todo, ordenó so-
BERTAD, VOLUNTAD. — Sobre el con bre el conjunto de los materiales
(1955). — Véase Juan José Arévalo,
cepto de libre albedrío en varios au "C. A.", Boletín de la Biblioteca Na preparados por su maestro. Estas te-
tores: G. Venuta, Libero arbitrio e cional, Guatemala, N° 16 (Enero, sis, que son, aparte la distinción
liberta délia grazia nel pensiero di San 1936). — Diego F. Pró, C. A., 1960. rigurosa entre las esferas filosófica
Bernardo, 1953. — J. Muñoz, Esen y teológica y la posibilidad de su
cia del libre albedrío y proceso del ALBERTO (SAN) de Bollstädt o
de Colonia, llamado el Grande o mutua armonía, la doctrina de los
acto libre según F. Romeo, O. P., universales como algo que está ante
Santo Tomás y F. Suárez, S. J., 1948. Magno y el doctor universalis ( 1206-
— Jean Boisset, Érasme et Luther. 1280) nació en Lauingen (Suabia). y en las cosas, y la teoría de la
Libre ou serf-arbitre?, 1962. — So Ingresó hacia 1223 en la Orden de los libertad de la voluntad, confirman,
bre el libre albedrío en San Agus Dominicos y profesó, entre otras ciu- al mismo tiempo, el propósito fun-
tín: K. Kolb, Menschliche Freiheit damental de su obra de transmitir
dades, en Friburgo, Colonia y París
und göttliches Vorherwissen nach A., a los latinos y hacerles comprensibles
(en esta última fue magister de teo- los saberes de la tradición griega.
1908 (Dis. inaug.). — C. Zimarra,
"Die Eigenart des göttlichen Vor logía [ca. 1242-1248] en el Studium Pero en la obra de San Alberto Mag-
herwissens nach A.", Freiburger Zeit genérale dominico de Saint-Jacques, no no se halla tampoco ausente la
schrift für Philosophie und Theologie, incorporado a la Universidad). La in- influencia platónica y neoplatónica,
I (1954), 359-93. — J. Van Gerven, vasión del aristotelismo, que había ya sobre todo a través de los escritos
"Liberté humaine et prescience divi alcanzado gran predicamento con la pseudo-aristotélicos de contenido neo-
ne d'après S. Α.", Revue philosophi- obra de San Buenaventura, culmina platónico y del Pseudo-Dionisio. Su
que de Louvain, LV [3a serie, XLVII] en San Alberto Magno, pero tal inva-
(1957), 317-30 (parte de una tesis, labor se extendió también a las cien-
sión es al mismo tiempo contenida cias de la Naturaleza en donde, si-
todavía inédita, titulada Liberté hu por la necesidad de encuadrarla en
maine et providence divine d'après guiendo los precedentes del empiris-
S. A.). el marco de la ortodoxia. La obra mo aristotélico, trabajó especialmente
ALBERINI (CORIOLANO) ( 1886- de San Alberto Magno es así al mis- en la esfera de la biología y consideró
1960), profesor en las universidades mo tiempo una aristotelización de la la experiencia como criterio de
de Buenos Aires y La Plata y adver- filosofía y de la teología, y una dis- verdad de todo aserto concerniente a
sario desde muy pronto del positi- criminación de Aristóteles y de sus lo contingente y particular.
vismo, en particular de la forma que comentaristas árabes y judíos con vis- Las obras de San Alberto Magno
había asumido en la Argentina, ha tas a rechazar aquello que sea incom- suelen dividirse en una serie filosó-
orientado principalmente su labor ha- patible con las verdades de fe. La fica —que abarca escritos de lógica
63
63
ALB ALB ALB
y de filosofía real (matemática, fí- man, Introductio in opera omnia B. A. temas y formalización superior al pri-
sica, metafísica) —y una serie teoló- Magni, O. P., 1931. — M. Grahmann. mero.
gica — que comprende comentarios a Der hl. A. dei G., 1932. — D. Siedler Obras: Quaestiones super artem ve-
las Sentencias de Pedro Lombardo y Intettegtualismus und Voluntarismus terem (impreso con la Expositio aurea
a los escritos del Pseudo-Dionisio, de Occam en 1496). — Quaestiones
una Summa de creaturis, una Summa bei A. Magnus, 1941 [Beiträge zur
Geschichte der Philosophie und subtilissimae super libros posteriorum
theologiae y varios escritos místicos (impreso en 1497). — Logica Alber-
y ascéticos. — La edición compleja Theologie des Mittelalters, XXXVI, tutii. Perutilis logica (id. en 1522
(Opera omnia) más manejada ha sido 2]. — E. Gilson, "L'âme raisonable [es la obra a la cual se refiere Boeh-
la de Jammy, 21 vols., Lyon, 1651. chez Albert le Grand", en Archives ner] ). — Sophismata A. de Saxonia
Esta edición ha sido reimpresa por d'Histoire doctrinale et littéraire du nuper emendata (id. en 1480). —
A. Borgnet, 38 vols., París, 1890-99. Moyen Âge·, t. XIV, 1945. — A. Pom- Tractatus obligationum (id. en 1498).
Edición crítica, llamada Editio Colo- pei, La dottrina trinitaria di S. A. — El mismo tratado con los Sophis-
niensis, publicada por el Albertus- Magno, 1953. — H. Ch. Scheeben, nata y los Insolubilia aparecieron
Magnus-Institut bajo la presidencia de juntos en 1490 y 1495. — Subtilis-
B. Geyer (y, tras la muerte de éste, Albertus Magnus, 2a ed., 1955. — H.
Ostlender, Albertus Magnus, 1956, simae quaestiones super ocio libros
de H. Ostlender): Alberti Magni physicorum (id. en 1493, 1504, 1516).
Opera Omnia, 40 vols., 1951 y si 2a ed. de Der hl. Albert der Grosse. — Quaestiones in libros de caelo et
guientes. Publicados: XXVIII: De ALBERTO DE SAJONIA o de Sa- mundo (id. en 1481, 1492, 1497,
bono, ed. H. Kühle, C. Fecker, B. xonia, Alberto de Helmstadt, Alberto 1520). — Quaestiones in libros de
Geyer, W. Kübel y colaboración de de Ricmestorp, Albertutius, Albertus generations (id. en 1504, 1505 y
F. Heyer, 1951; XIX: Postilla super parvus (ca. 1316-1390), nac. en Rick- 1518 [con los comentarios a la mis
Isaiam, ed. F. Siepmann [con frag mersdorf (Baja Sajonia) y profesó en ma obra aristotélica por Egidio Ro
mentos sobre Jeremías y Ezequiel, ed. París (1351-1362) siendo desde 1353 mano y Marsilio de Inghen]. —
H. Ostlender], 1952; XII: Liber de Rector de la Universidad de París. En Quaestiones et decisiones physicales
natura et origine animae, ed. B. Ge 1365, año de la fundación de la Uni- (id. en 1516, 1518 [juntamente con
yer; Liber de principiis motus pro- versidad de Viena, fue nombrado su otras sobre el mismo tema de Themo
cessivi, ed. Geyer; Quaestiones super primer Rector. Desde 1366 hasta su y Juan Buridan] ). — De proportioni-
de animalibus, ed. F. Filthaut, O. P., bus o Tractatus proportionum ( id. en
1955; XXVI: De sacramentis, ed. A. muerte fue Obispo de Halberstadt.
Considerado como uno de los miem- 1496 entre otras fechas ). — Quaestio
Ohlmeyer, O. S. B., con col. de F. nes super sphaeram Johannis de Sa-
Anders y F. Heyer; De incarnatione, bros de la escuela de París ( VÉASE ), crobosco (sin publicar). — Quaestio
ed. I. Backer; De resurrectione, ed. trabajó en varias disciplinas, principal- nes meteororum (sin publicar). —
W. Kübel, 1958; XVI, 1: Metaphysi- mente científicas (matemáticas, física, Expositio decem librorum Ethicorum
ca, Libri quinque priores, ed. B. Ge meteorología), así como en lógica y Aristotelis (sin publicar). — Véase
yer, 1960. Hay trad, esp.: del tratado ética. Siguiendo a Juan Buridan y a Prantl, IV, 60-48. — P. Duhem, Étu
titulado: La unión con Dios (1948). Nicolás de Oresme, Alberto de Sa- des, I, 302; II, 379-84, 420-23, 431-
— Biografía de Alberto Magno: G. jonia desarrolló la teoría del ímpetu 41; III, 1-259, 279-86, 350-60. —
J, Albertus Magnus. Sein Leen (v.) y en particular la llamada Íd., íd., Le système du monde, IV,
und seine Wissenschaft, 1862. — P. "doctrina de los pesos", lo cual le con- 124-42. — A. Dyroff, "Ueber Al
de Loe, "De vita et scriptis beati dujo a una investigación del proble- bertus von Sachsen", Baeumker-Fe-
Alberti Magni, Analecta Bollandiana, stgabe, 1913, págs. 330-42. — G.
XIX (1900), 257-84; XX (1901), 273- ma de la gravedad —distinguiendo
entre el centro de magnitud de la tie- Heidingsfelder, Albert von Sachsen.
316; XXI (1902), 361-71. — F. Pels- Sein Lebensgang und sein Kommen
ter, Kritische Studien zum Leben und rra y su centro de gravedad— que se tar zur Nikomachäischen Ethik des
su den Schriften Alberts des Grossen, hallaba en el camino hacia la for- Aristoteles, 1926 [Beiträge zur Ge
1920. — A. G. Menéndez-Reigada, mación de la moderna estática en el schichte der Philosophie des Mitte
Vida de S. A. M., 1932. — A. Ga- siglo XVII. Se ocupó asimismo del pro- lalters, XXII, 3-4]. — Ph. Boehner,
rreau, S. A. le Grand, 1932 (trad. blema de la relación entre espacio Medieval Logic, 1952, especialmente
esp.: 1944). — Bibliografía. M. M. recorrido, tiempo y velocidad, esta- Parte III y Apéndice i.
Laurent y M.-J. Congar, O. P., "Essai bleciendo que esta última es propor- ALBINO (fl 180) fue principal
de bibliographie albertienne", Revue cional al espacio recorrido. Especial filósofo de la llamada escuela de
Thomiste, XIV (1936), 422-68. — mención merecen sus estudios lógi-
Correcciones y ampliaciones a la bi- Gaio, a la cual perteneció también
cos; como señala Boehner, fue uno Apuleyo. Gaio (fl 150) había des-
bliografía albertina de F. J. Catania
(The Modem Schoolman, 1959) por de los que más contribuyó a los lla- arrollado el platonismo llamado ecléc-
Roland Houde, "A Bibliography of mados "nuevos elementos de la ló- tico mediante una síntesis de doctri-
Albert the Great: Some Addenda", The gica escolástica", discutiendo con de- nas platónicas y estoicas en las lec-
Modern Schoolman, XXXIX (1961), talle y notable tendencia formaliza- ciones luego publicadas por Albino
61-63. — Sobre la obra de San Alberto dora problemas como los de los tér- en nueve libros con el título de
Magno véase: Van Weddingen, A. le minos sincategoremáticos, teoría de Bosquejo de las doctrinas platónicas.
Grand, le maître de St. Thomas las suposiciones y teoría de las con- Peri\ tw=n Pla/twni a)resko/ntwn, una
d"Aquin, 1881. — J. Bach, Al. Magnus, secuencias. Según el citado Boehner,
1888. — A. Schneider, Die obra que influyó luego sobre el neo-
el sistema de lógica de Alberto de
Phychologie A. der Grossen, I, 1903; platonismo, especialmente el de Pro-
Sajonia (el presentado en su "muy
II, 1906. — H. Fronober, Die Lehre útil lógica") es una combinación de clo y Prisciano. Como Eudoro de
von der Materie und Form nach A. los sistemas de Occam y de Gualterio Alejandría, Gaio interpretó el plato-
dem Grossen, 1909. — A. Grünbaum, Burleigh, siendo en disposición de los nismo (y especialmente, dentro de
A. der Grosse, 1925. — G. Meersse-
64

64
ALB ALC ALE
éste, el concepto de fin) en un senti- a/twnoj dogma/twn también Para San Agustín se trata de un estado
do filosófico-religioso y hasta místi- Ei)sagwgh\ ei)j th\n filosofi/an de alma en la cual ésta se halla, por
co. En un Prólogo (a los diálogos Pla/twnoj o )Epitomh\ tw=n así decirlo, "colmada". Al referirse en
platónicos) y especialmente en un Pla/twnoj dogma/twn ) en ibíd., las Confesiones a su madre, Santa
Epítome (el llamado Didascálico), 152-89. Otra edición del Epítome por Mónica, cuando ésta tiene noticia de la
Albino elaboró y sistematizó las doc- P. Louis (1945). — Otras edicio- definitiva conversión de su hijo,
trinas de su maestro, recabando con nes del Prólogo por J. Freudenthal, indica que la alegría y goce que
frecuencia el auxilio de ideas de Aris- "Der Platoniker Albinos und der fal- experimenta es como una exaltación y
tóteles, Teofrasto y los estoicos (no sche Alkinos", Hellenistische Stttdien, un triunfo — gaudet — exaltât et
obstante rechazar la concepción que Helf 3 (1879), y por J. B. Sturm triumphat. La alegría no es, pues, aquí
éstos se hacían de la filosofía). Ca- ( 1901). — Véase R. E. Witt, Albinus mera satisfacción: es lo que más se
and the History of Mddle Platonism, parece a un talante o temple ( VÉASE)
racterístico del pensamiento de Al- 1937. — E. Pelosi, "Een platoonse de ánimo. Muchos filósofos han rela-
bino es, por un lado, su tendencia a Gedachte bij Gaios, Albinos en Apu-
la sistematización y, por el otro, su leius van Madaura", Studia Catholica, cionado la alegría con la posesión de
elaboración de ideas que —prosi- XV (1939), 375-94 y XVI (1940), un cierto bien, o con la representación
guiendo ciertas indicaciones halladas 226-42. — Hay una memoria (aún de su posesión efectiva o posible. Así,
en el Timeo de Platón y en la Me- inédita) de R. Le Corre, Le role d'Al- Descartes: "La consideración del bien
tafísica de Aristóteles— le conduje- binus dans l'évolution du platonisme presente suscita en nosotros la ale-
ron a posiciones muy próximas a las (Cfr. Revue Philosophique de la Fran- gría, y la del mal la tristeza, cuando
del neoplatonismo. En lo que toca ce et de l'Étranger, año LXXXI se trata de un bien o de un mal que
a lo primero, mencionaremos el he- [1956] 28-38). — J. H. Loenen, "Al- nos es representado como pertenecién-
cho de que, siguiendo ante todo a binus' Metaphysics. An Attempt at donos" (Les passions de l'âme, art.
Aristóteles, Albino distinguió entre Rehabilitation", Mnemosyne, IX 61). Spinoza define la alegría (laeti-
la parte teórica y la parte práctica (1956), 296-319; íd., X (1957), 35- tia) como "la pasión mediante la cual
de la filosofía — con la dialéctica 56. la mente pasa a una perfección ma-
(dividida en dierética, horística, epa- ALCMEÓN, de Cretona (siglo VI yor" (Eth., III prop. xi, esc.), siendo
gógica y silogística) como "instru- antes de J. C.), discípulo de Pitágo- la tristeza "la pasión por la cual pasa
mentó". La parte teórica abarcaba ras, según Diógenes Laercio (VIII, a una perfección menor" (loc. cit.).
la teología, la física y la matemática; 5), se dedicó a la medicina y a la El sentimiento de alegría en cuanto
ciencia natural, investigando espe- afecta a la vez al cuerpo y al espíritu
la parte práctica, la ética, la econo- cialmente el origen y proceso fisioló- constituye el placer inmediato (titila-
mía y la política. Sin embargo, la gico de las sensaciones. Su principal tio) o jovialidad (hilaritas), y el de
matemática era presentada por Al- contribución a la filosofía se mani- la tristeza en el mismo respecto el
bino como un saber de naturaleza festó en dos doctrinas. Una fue la
catártica, en un sentido muy seme- elaboración de una tabla pitagórica dolor ( dolor) o mal humor {melancho-
jante al de Teón de Esmirna. En lo de las oposiciones, que incluía las lia). No hay que confundir la alegría
que toca a lo segundo, mencionare- sensaciones (dulce y amargo), los con el contento (gaudium), el cual es
mos algunas de las ideas del filósofo. colores (blanco y negro) y las mag- "la alegría surgida de la imagen de
En su teología, Albino elaboró ideas nitudes (grande y pequeño). La otra algo pasado cuyo resultado nos ha pa-
luego muy debatidas dentro del fue una teoría del alma inmortal recido dudoso" (ibíd., III, prop. xviii,
neoplatonismo: división de lo real como entidad que está en continuo esc. 2).
en forma pura, en ideas (según las movimiento (en perfecto movimiento Las opiniones anteriores, aunque
circular) y que se encuentra no expresadas en lenguaje psicológico, no
cuales el mundo ha sido formado) y solamente en el hombre, sino tam- son propiamente psicológicas en el
materia; separación entre labién en los astros. Alcmeón insistió sentido actual de este vocablo; son
Inteligencia y el Alma; división de asimismo en la idea de la armonía más bien antropológico-filosóficas. En
la divinidad en tres dioses, uno prin- como ley universal de todos los fe- buena parte del pensamiento contem-
cipal —que mueve sin ser movido— nómenos y de todos los seres, apli- poráneo el problema de la alegría ha
y otros dos subordinados —que cándola al mundo natural y al mundo sido asimismo tratado antropológica-mente,
pueden ser considerados como hipós- humano (por ejemplo, a las sociedades con frecuentes -conscientes o
tasis suyas—, etc. Albino elaboró tam- ). inconscientes bases existenciales. Así,
bién la física —bajo la influencia del Diels-Kranz, 24 (14). Ángel J.
Timeo y de la doctrina estoica de la Cappelletti, "La inmortali-dad del alma ocurre por ejemplo, cuando en Las dos
Providencia—, la psicología—con en A. de Crotona", Cua-dernos fuentes de la moral y de la religión
mezcla de platonismo y filosóficos (Rosario), n°1 (1960), (Cap, IV ), Bergson describe la alegría como
aristotelismo y oposición a la idea 23, 34. ALEGRÍA. La alegría ha sido una especie de alige-ramiento total del
con-siderada por muchos filósofos como alma por medio del cual se suprime el
estoica de apatía - y la política - una de las "pasiones del alma". La alegría esfuerzo y el con-tenido total de la conciencia
con predomi-nante influencia se contrapone a la tristeza, pe-ro no se hace casi extraño a sí mismo. La alegría
aristotélica. necesariamente al dolor - del mismo modo - escribe Bergson- anuncia siempre que la
Edición del Prólogo (llamado a ve- que la tristeza se con-trapone a la alegría., vida ha logrado su propósito ha ganado
ces Ei)sgogh es)s th\n tou pero no necesa-riamente al placer . La terreno ha alcanzado una victoria: toda
Pla/twnoj biblon y a veces alegría ha sido alegría tiene acento
) A lbi/ n ou pro/ l ogoj en la edición concebida de muy distintas maneras.
de Platón por K. F. Herr mann, VI,
147-151. Edición del Epí-tome (llamada
Didaskaliko/j tw=n Pl-

65
ALE ALE ALE
triunfal." En el apéndice titulado "De de que una Buena Voluntad es la de ideas filosóficas desarrolladas en
la alegría", en su obra sobre "La mala única cosa que tiene mérito intrínse- Alejandría durante los tres primeros
conciencia" ( La mauvaise conscience, co. Ciertamente, no nos permite acu- siglos de nuestra era por pensadores
1933, págs. 184-98), Vladimir sar a Kant, como se hace a menudo, judíos o cristianos, entre los cuales
Jankélévith considera que la alegría de que es inconsistentemente un eu- destacan Filón, San Clemente y Orí-
surge cuando el alma desolada puede demonista o un hedonista, pues no genes; a veces se reduce la escuela
enfrentarse de nuevo con un futuro, implica que la felicidad sea el único a los pensadores cristianos y al si-
es decir, cuando se le abre el hori- bien. Pero implica que la Buena Vo- glo III.
zonte (que podemos muy bien califi- luntad no es el único bien; que una La opinión (1) estuvo en vigor
car de "existencial" ). La alegría no situación en la cual seamos a la vez durante muchos años hasta comien-
pone límites; parecida al amor, quiere virtuosos y felices es mejor en sí mis- zos del siglo XIX. Según ella, los ale-
siempre ir más allá, a diferencia del ma que una en la cual no haya felici- jandrinos comprenden tanto los grie-
goce o del placer [gaudium], el cual dad" (Principia Ethica, § 105). Hay gos como los judíos y los cristianos,
dice: "¡Basta! Hasta aquí y no más." mucho que hablar, pues, acerca del con sus distintas opiniones religiosas
Se ha debatido a veces la función rigorismo ( VÉASE) kantiano. Verdad es y sus frecuentemente comunes pun-
que aun si se admite que el cumpli- tos de vista filosóficos. A estas activi-
(o ausencia de función) de la alegría
miento del deber no es siempre nece- dades filosóficas se agregarían enton-
en la vida moral. Una opinión tajante sariamente equivalente a la felicidad,
al respecto es la de Max Scheler. Se- ces multitud de trabajos científicos
puede sostenerse que la felicidad no
gún este autor, ha habido en el espí- es necesariamente acompañada de la desarrollados en escuelas alejandrinas
ritu moderno, y en particular en el alegría. Pero es injusto acusar a Kant de gramática, crítica, medicina, as-
espíritu alemán del siglo XIX, una sobre una cuestión en la que, sobre tronomía, geometría, geografía. Desde
"traición a la alegría", consecuencia no expresarse del todo con la apete- este punto de vista autores tan
de la entrega a un "falso heroísmo" cible claridad, no trató tampoco con diversos como Aristarco, Hiparco, Pto-
o a una inhumana "idea del deber". el suficiente detalle. En un sentido lomeo, Diofanto, Eratóstenes, Estra-
La "historia de esta traición" comen- existencial de 'alegría' cuando menos, bón, Ammonio Saccas, Filón y San
zó, indica Scheler, con Kant, el cual podría argüirse que Kant hubiese ac- Clemente de Alejandría pertenecerían
traicionó "las alegrías más profundas, cedido a una fuerte posibilidad de a la Escuela o, mejor dicho, a las
espontáneas, aquellas que podemos que la obediencia a la ley por un su- escuelas de Alejandría.
llamar "'brotantes'" (M. Scheler, "La jeto moral comporta una "plenitud" La opinión (2) fue defendida por
traición a la alegría" [1921], en el que se parece mucho a la alegría en varios historiadores durante el si-
tomo Amor y Conocimiento [trad. alguno de los sentidos antes introdu- glo XIX (J. Simón, E. Vacherot, J.
esp., 1960], pág. 103). Esto dio origen cidos. Matter). Según estos autores, la Es-
a un "movimiento ético-filosófico" de Además de las obras citadas en el cuela de Alejandría representa un
índole anti-eudemonista y heroicista, texto: Wladislaw Tatarkiewicz, O movimiento filosófico que en varios
movimiento que es la expresión racio- szczessiu, 1947 (De la alegría). — puntos se aproxima al cristianismo
nal de cierto tipo humano "estricto" Cazaneuve, Psychologie de la joie, (tendencia teológica, afirmación de
— el tipo "burgués" y "prusiano". Pa- 1952. — Godo Lieberg, Die Lehre una Trinidad, etc.) y en otros diverge
ra Scheler, la alegría es "fuente y ne- von der Lust in den Ethiken des Aris- de él (idea de la emanación contra
cesario movimiento concomitante"·, no tóteles, 1959 [Zetemata, 19]. la de creación), que en ocasiones se
es un fin en sí mismo, pero acompaña ALEJANDRÍA (ESCUELA DE). hace racionalista y en otras teúrgica,
necesariamente a la acción moral. En cuatro sentidos se entiende la ex- pero que en todos los casos conserva
Observaremos al respecto que si presión 'Escuela de Alejandría': (1) un espíritu a la vez ecléctico y siste-
bien Kant considera que el obrar por Como el conjunto de las escuelas fi- mático.
amor del deber y, en consecuencia, losóficas y eruditas que surgieron y La opinión (3) es la común hoy
por puro respeto a la ley prima sobre se desarrollaron principalmente en la en muchas historias de la filosofía.
cualquier otra consideración, incluyen- ciudad de Alejandría y que influye- De este modo se puede distinguir
do la felicidad y, con ésta, la posible ron sobre las escuelas de otras ciu- entre la Escuela de Alejandría y las
alegría, no es menester eliminar total- dades; (2) Como el conjunto de la otras ramas del neoplatonismo ( VÉA-
mente a estas últimas. La virtud y la tendencia filosófica del neoplatonis- SE ). La Escuela de Alejandría en
felicidad —y puede agregarse: la ale- mo desde Ammonio Saccas hasta los este sentido se caracteriza por los
gría— se hallan incluidas en el sumo últimos filósofos de la Escuela de contactos cada vez más frecuentes
bien, aunque en forma de subordina- Atenas; (3) Como una rama del neo- con ,el cristianismo (no sin algunas
ción. Además, hay en Kant una cierta platonismo, formado por Hipatía, violentas luchas, testimoniadas por
vacilación al respecto, y hasta una Sinesio de Cirene, Hieracles de Ale- la muerte de Hipatía a manos de la
cierta contradicción en sus concepcio- jandría, Hermeia de Alejandría, Am- muchedumbre), y por la tendencia
nes éticas. Ello ha hecho escribir a monio hijo de Hermeias o Ammo- a la erudición y al sincretismo filo-
G. E. Moore: "La opinión kantiana nio Hermeiu, Juan Filopón, Ascle- sófico-religioso. También se caracte-
de que la virtud nos hace dignos de pio el joven, Olimpiodoro, Alejandro riza por las estrechas relaciones que
ser felices se halla en contradicción de Licópolis, Esteban de Alejandría, mantuvo con la Escuela de Atenas
flagrante con la opinión, implicada en Asclepiodoto de Alejandría, Nemesio, (VÉASE) —razón por la cual los que
su teoría y asociada con su nombre, Juan Lidos; (4) Como el conjunto mantienen la opinión (2) suelen pre-
sentarlas juntas— y por el hecho de
66
ALE ALE ALE
que de Alejandría surgieron muchas Afrodisia y otros filósofos sobre el tual griega y en particular con la
tesis influyentes sobre otras ramas del concepto de destino (Zurich, 1824). platónica.
neoplatonismo. — Asclepio el joven: Asclepii in Aris- Como en todos los casos hubo entre
La opinión (4) es la adoptada por totelis Metaphysicorum libros A-Z los "alejandrinos" una tendencia inne-
la mayor parte de los historiadores commentaria, ed. M. Hayduck, en los gable a los comentarios, exégesis, acla-
Commentaria in Aristotelem Graeca,
de la filosofía medieval cuando in- VI 2, citados en ARISTOTELISMO. — raciones y trabajos de erudición, clasi-
cluyen en ésta sus precedentes pa- Elias: Eliae in Porphyrii Isagogen ficación y ordenación, y como ello es
trísticos y cristiano-helénicos. et Aristotelis Categoriae Commenta- considerado inferior y subordinado a
Aquí consideraremos como las más ria, ed. A. Busee ( en los citados Com- las grandes creaciones culturales y es-
plausibles las opiniones (3) y (4). mentaria, XVIII 1). — David: Da- pirituales, se ha equiparado a veces el
Habiendo tratado, sin embargo, de vidis Prolegomena et in Porphyrii Isa- alejandrinismo con el espíritu de deta-
los autores principales señalados en gogen Commentarium, ed. A. Busse lle, ligado al espíritu sectario. Sin em-
(4) en los artículos a ellos dedicados, (citados Commentaria, XVIII 2). — bargo, no debe confundirse el alejan-
procederemos a referirnos a varios Esteban: Stephani in librum Aristote- drinismo, en ninguno de los sentidos
lis de interpretatione commentarium, indicados, con el llamado "bizantinis-
autores que corresponden a (3) y a ed. M. Hayduck (citados Commenta-
los que no hemos dedicado artículos. ria, XVIII 3). — Juan Lido: Liber mo". Aunque la filosofía bizantina
La bibliografía se referirá a estos de ostentis (Peri\ diosmeiw=n), ed. C. (v.) no es tan desdeñable como algu-
autores. Wachsmuth, 1897; Liber de mensi- nos suponen, es cierto que durante
Se sabe de Hipatía (por Suidas bus (Peri\ mhnw=n) ed. R. Wuensch, algunos de sus períodos se caracterizó
y otros autores) que se ocupó de ex- 1898; De magistratibus populi Romani por el predominio de los comentarios
plicar las doctrinas de varios filó- ( Peri\ arxw=n th=j )rwmai/wn politei/aj de comentarios y por las disputas in-
sofos griegos, especialmente de Pla- ed. R. Wensch, 1903. terminables sobre problemas secunda-
tón y Aristóteles, y que pereció la- ALEJANDRINISMO. Se da a veces rios o cuestiones de detalle, por lo
pidada por la muchedumbre en Ale- este nombre al movimiento intelectual cual el nombre 'bizantinismo' ha ad-
jandría, sin que pueda asegurarse que tuvo lugar en varios países de quirido un sentido peyorativo. Pero el
que el Obispo Cirilo fuera respon- lengua griega después de la muerte alejandrinismo no es —o no es siem-
sable de excitar a la multitud en tal de Alejandro Magno (323 antes de pre necesariamente— un "bizanti-
sentido. Sinesio de Cirene (ca. 370- J. C.) y que se centró en Egipto y en nismo".
415), obispo de Ptolemais, mezcló la ciudad de Alejandría. La llamada Hemos distinguido entre alejandri-
el neoplatonismo con el cristianismo "cultura alejandrina" se caracteriza nismo y alejandrismo ( v. ) como la
y desarrolló especulaciones filosófico- por la importancia dada a las ciencias corriente filosófica que se basa en la
teológicas que giraron en torno a la y a la erudición — esta última basada interpretación aristotélica dada por
Unidad y a la Trinidad, así como con- en gran parte en las investigaciones Alejandro de Afrodisia (v.).
sideraciones políticas en torno al ideal realizadas en la famosa Biblioteca del
ALEJANDRISMO. Por haber usa-
del rey-filósofo. Hermeia de Alejan- Museo de Alejandría. Desde el punto
do el nombre 'alejandrinismo' (v.)
dría comentó el Fedro utilizando las de vista filosófico, el alejandrinismo es
para referirnos al movimiento cultural
ideas dialécticas de Jámblico. Am- una cultura de epígonos; en vez de
de los "alejandrinos", reservamos 'ale-
monio Hermeiu, así llamado por ser grandes creaciones filosóficas hay
jandrismo' para referirnos a la inter-
hijo de Hermeias, escribió sobre la "sectas" y "escuelas" — epicureismo,
pretación que dio de Aristóteles
noción del destino. Asclepio el joven estoicismo, eclecticismo y luego neo-
Alejandro de Afrodisia ( v. ), y en par-
comentó la Metafísica; Elias, el Isa- platonismo o pre-neoplatonismo. Des-
ticular al movimiento filosófico susci-
goge de Porfirio y las Categorías; de el punto de vista científico, en
tado durante el siglo XVI por dicha
David, el Isagoge. Esteban de Ale- cambio, la contribución de los "ale-
interpretación. En este sentido el ale-
jandría comentó el De interpretatione jandrinos" fue importante; basta citar
jandrismo es una de las variantes del
y efectuó investigaciones sobre as- los nombres de Euclides, Arquímedes,
aristotelismo (v.).
tronomía y cronología. Alejandro de Apolonio y Galeno.
De un modo más restringido se El aspecto más importante del ale-
Licópoli se opuso al maniqueísmo jandrismo en el asunto que nos ocupa
en defensa de las doctrinas neopla- llama también a veces "alejandrinis-
mo" al conjunto de trabajos y especu- es el que se halla en la interpretación
tónicas. Juan Lido siguió las huellas del intelecto ( VÉASE ). En su De ani-
de Nemesio, y combinó las concep- laciones filosóficas de la "Escuela de
Alejandría" (véase ALEJANDRÍA [ES- ma Alejandro de Afrondisia dio una
ciones cristianas con las neoplatóni- interpretación trascendentista del inte-
cas o, mejor dicho, platónico-ecléc- CUELA DE ]. En este sentido, el alejan-
drinismo coincide con una de las lecto activo (también llamado "enten-
ticas. dimiento agente") — interpretación,
Véanse las bibliografías de NEO- ramas o manifestaciones del neoplato-
nismo (v. ). El término 'alejandrino' por lo demás, que el autor cohonesta-
PLATONISMO y de los filósofos de la ba con una visión más bien "natura-
Escuela a quienes se han dedicado es usado todavía como sinónimo de
artículos. Obras de Sinesio en Mig- 'neoplatónico'. Debe tenerse en cuenta lista" del pensamiento de Aristóte-
ne, P. L., LXVI. — Hermeias de Ale- que en este neoplatonismo suelen les. Según Alejandro, sólo el inte-
jandría: Hermiae Alexandrini in Pla- incluirse buen número de exégesis y lecto activo es separado; el intelecto
tonis Phaedmm scholia, ed. P. Cou- especulaciones teológico-fílosóficas ju- pasivo, en cambio, es un intelecto
vreur, 1901. — Ammonio Hermeiu: días y cristianas en cuanto se hallaban material que llega a convertirse en
De jato, ed. J. C. Orellius en su edi-
relacionadas con la tradición intelec- intelecto adquirido (e)pikthtoj,
ción de los escritos de Alejandro de adep-tus) por la acción del intelecto
67 activo.
ALE ALE ALE
De este modo las almas humanas in- de vista filosófico es importante sobre mente a la física, del Estagirita, en
dividuales no poseen su propia forma todo la discusión entre el averroísta los cuales revelaba también tenden-
separada, sino que participan del in- Nifo (v.), el Cardenal Cayetano (v.) cias platónicas; el segundo, autor de
telecto activo. [Tomás de Vío] y el más ilustre de una obra sobre la historia de la filo-
. El interés por el "alejandrismo" en los alejandristas, Pierro Pomponazzi sofía, en donde expresaba asimismo,
los comienzos de la época moderna (v.). Este último no negaba la inmor- junto a opiniones aristotélicas, otras
se despertó con ocasión de la traduc- talidad del alma humana individual, platónicas y aun estoicas). Alejandro
ción al latín por Girolamo Donato pero consideraba que era cuestión de ocupó de 198 a 211, en la época de
[Hieronimus Donatus] (nac. en Ve- fe y no de prueba racional — una po- Septimio Severo, la cátedra peripa-
necia: ca. 1457-1511) del Libro I del sición que, no obstante su previa de- tética en Atenas — una de las cua-
De anima, de Alejandro de Afrodisia. fensa del tomismo, había adoptado en tro grandes cátedras, junto a la pla-
Donato se opuso a los intérpretes de parte el Cardenal Cayetano, razón por tónica, la estoica y la epicúrea. Los
Aristóteles que, a su entender, se in- la cual se supone que éste influyó comentarios de Alejandro de Afro-
teresaban sólo por "aprovechar" las sobre Pomponazzi. Parecía entonces disia a Aristóteles han sido tan influ-
enseñanzas del Estagirita con vistas a que había dos posiciones claramente yentes hasta la época del Renacimien-
sus propias convicciones teológicas y definidas: la averroísta y la alejandris- to, que han dado origen a toda una
filosóficas, y proclamó que había que ta (la última incluyendo, por tanto, dirección —la llamada dirección ale-
restablecer tales enseñanzas en su pu- la interpretación tomista del Cardenal jandrina— dentro del aristotelismo.
reza (in Interpretatione Alexandri Cayetano). Sin embargo, Francisco De los comentarios que nos han sido
Afrodisei praefatio, 1495), para lo Silvestre de Ferrara (v.) se opuso a transmitidos atribuidos a Alejandro
cual era adecuada justamente la in- la interpretación del Cardenal Cayeta- son auténticos los que poseemos so-
terpretación de Alejandro. Esta inter- no en nombre del tomismo. Lo mismo bre el libro A de los Primeros Ana-
pretación "purificaba" a Aristóteles de hizo el discípulo de Pomponazzi, el líticos, sobre los Tópicos, sobre la
las doctrinas espurias introducidas por Cardenal Gaspar Contarini (nac. Ve- Meteorología, sobre el tratado Acer-
escolásticos y averroístas paduanos. A necia: 1483-1542). Por su lado, Nifo ca de la sensación, y sobre los li-
tal efecto podían usarse asimismo, se- siguió oponiéndose al alejandrismo de bros A a Λ de la Metafísica. Ale-
gún Donato, las interpretaciones de Pomponazzi en defensa de un ave- jandro escribió también comentarios
Temistio y Simplicio. El amigo de rroísmo que se iba acercando al to- —hoy perdidos— sobre otros textos
Donato, Ermolao Barbaro [Hermolaus mismo. Pomponazzi respondió a estas del Estagirita, tales como sobre gran
Barbarus] (nac. en Venecia: 1453- críticas con su Apología (1518) y su parte de las demás obras lógicas, la
1493; véanse sus Epistulae, orationes Defensorium (1519), acentuando la física y la psicología. En los comen-
et carmina, 1943, ed. V. Branca), posición alejandrista y la interpreta- tarios conservados antes citados y en
grandemente influido por el bizantino ción llamada "naturalista" de Aristó- varios otros libros (Sobre el alma,
Teodoro Gaza (nac. en Salónica: ca. teles. A los alejandristas se allegaron Peri\ yuxh=j ; Sobre el destino, Peri\
1400-ca. 1475), traductor de Aristó- Zabarella (v.) y Cremonini (ν.). Α ei)marme/nhj), Alejandro pretendió or-
teles, de Teofrasto y de Alejandro de los averroístas se allegaron, entre denar y sistematizar la doctrina de
Afrodisia y adversario de Gemisto otros, Bernardo della Mirandola (1502- Aristóteles, defendiéndola, además,
Plethon (v.), siguió en la misma di- 1565: Institutio in universam logi- contra otras tendencias, en particular
rección que Donato, e insistió en el cam..., 1545; Eversiones singularis contra el estoicismo. Entre las doctri-
valor de las interpretaciones aristoté- certaminis libri XI, 1562), Ludovico nas características de Alejandro fi-
licas de Alejandro, Temistio y Sim- Boccadiferro (nac. en Bolonia: 1482- guran: (1) su defensa de la libertad
plicio. Aunque tanto Donato como 1545: comentarios a la Fisica, a los de la voluntad contra el determinismo
Ermolao Barbaro se proponían, ante Meteoros, a los Parva Naturalia y al absoluto; (2) su tesis acerca de la
todo, "purificar" el pensamiento de De anima aristotélicos) y Francesco existencia de los conceptos genera-
Aristóteles desde el punto de vista Piccolomini (nac. Siena: 1520-1604: les sólo en el entendimiento (lo cual
"filológico", sus trabajos, comentarios Universa philosophia de moribus quin- lo aproximó al conceptualismo y, se-
y polémicas tenían un alcance filosó- que partibus, 1583; De rerum defini- gún algunos autores, hasta al nomina-
fico por cuanto conducían a una de tionibus liber unus, 1599; Discursus lismo); (3) sus tendencias natura-
las grandes interpretaciones del Esta- ad universam logicam attinens..., listas; (4) su división del nou=j en tres:
girita. 1600. — Opera philosophica, 4 vols., el físico o material, fu/siko/j ο u(liko/j, el
El alejandrismo se centró en Bolo- 1600). "habitual", )e)p ikthtoj , y el formador
nia, razón por la cual se ha hablado Muchas de las obras sobre la filo- o activo, poihtiko/j, que hace pasar el
de una "Escuela de Bolonia", en opo- sofía en el Renacimiento ( VÉASE ) primero al segundo. La famosa doc-
sición al averroísmo, que se centró en tratan del alejandrismo. Véase espe- trina de la unidad del entendimiento,
Padua, formando la llamada "Escuela cialmente G. Saitta, Il pensiero italia- tan influyente en varias direcciones
de Padua". Durante los dos primeros no nell'Umanesimo e nel Rinascimen- del pensamiento medieval (especial-
to, Vol. III, 1951. mente en la averroísta) se halla ya
decenios del siglo XVI arreció la polé-
mica entre alejandristas y averroístas, ALEJANDRO DE AFRODISIA —bien que en un sentido distinto del
especialmente en lo que toca a la (Caria, Asia Menor) fue discípulo de de Averroes, quien consideraba tal
cuestión de la naturaleza del alma Herminio y de Aristocles de Mesina unidad como el aspecto que ofrece
humana y de las pruebas de su inmor- (el primero autor de varios comenta- el entendimiento a la razón— en
talidad o mortalidad. Desde el punto rios a las obras lógicas, y posible- Alejandro de Afrodisia, para quien el
68
ALE ALE ALE
alma individual se halla enteramente de los grandes compiladores y siste- Véase F. Picavet, Abélard et Ά
en el estado pasivo. matizadores de la Edad Media y que de Hales, créateurs de la méthode
Varias obras de Alejandro fueron su forma de tratar los problemas teo- scolastique, 1896. — K. Heim, Das
ya editadas desde el siglo xv (Ve- lógicos constituyó un claro precedente Wesen der Gnade und ihr Verhältnis
netiis, 1495-98, en edición de obras zu den natürlichen Funktionen des
de la quaestio escolástica y un Menschen bei A. Haies, 1907. — J,
de Aristóteles; ibíd., 1534, en edi- esquema de las posteriores Sumas,
ción de obras de Temistio). — De Fuchs, Die Proprietäten des Seins bei
con el planteamiento del problema, A. von Hales, 1930 (Dis.). — Ph.
fato, ed. Orellius, 1824. — Quaestio- indicación de objeciones, respuestas
nes nat. et mor. ed. L. Spengel, 1842. Boehner, O. F. M., "The System of
— La edición de Alejandro hoy más a las objeciones, solución y justifica- Metaphysics of A. of Hales", Fran-
importante es la que figura en la ción de ésta. No se trata de una ciscan Studies, V (1945), 366-414.
serie de los Commentaria in Aristo- conciliación de doctrinas aristotélicas — E. Bettoni, Il problema della co-
telem Graeca (véase bibliografía de con platónico-agustinianas, sino de noscibilità di Dio nella scuola fran-
ARISTOTELISMO). Cfr. también P. Wil- un deseo de utilizar todas las di- cescana. 1950 (sobre A. de Haies, S,
pert, "Reste verlorener Aristoteles- recciones filosóficas posibles admitidas Buenaventura, Duns Escoto).
Schriften bei A. von A", Hermès, por la ortodoxia para la constitución ALEMBERT (JEAN LE ROND D')
LXXXV (1940), 369-396. — Véase de una amplia y sólida teología. Entre (1717-1783) nac. en París. Estudió
G. Volait, Die Stellung des Alexm- las doctrinas más destacadas aceptadas leyes, medicina, matemáticas y física
der von Aphrodisias sur aristotelis- y se consagró especialmente a estas
chen Schlusslehre, 1907 [Abh. zur por Alejandro de Hales que tienen
alcance a la vez teológico y filosófico dos últimas, a las que contribuyó con
Phil. und ihrer Ges., XXVII]. — P. diversas publicaciones a partir de su
Moraus, A. d'Afrodisie, exégète de figuran la teoría de la composición
la poétique d'Aristote, 1942. — Entre hilemórfica de todas las criaturas, la "Mémoire sur le calcul intégral" de
los numerosos trabajos —casi todos teoría creacionista del alma y la 1739. Su más conocido trabajo cientí-
ellos artículos— sobre Alejandro de posición fundamentalmente realista fico es el Traité de dynamique, de
Afrodisia destacamos los de J. en la cuestión de los universales. Se 1743. A él siguieron, entre otros tra-
Freudenthal (1885), Th. H. Martin atribuye a Alejandro de Hales la bajos, el Traité de l'équilibre et du
(1879), O. Apelt (1886, 1894, 1906), extensa Summa theologiae llamada mouvement des fluides (1744), el
I. Bruns (1889, 1890), C. Ruelle Essai d'une nouvelle théorie sur la ré-
(1892), H. von Arnim (1900), Κ. también Summa fratris Ale-xandri,
pero aunque esta obra contiene sistance des fluides ( 1752 ) y las Re-
Radermacher (1900), A. Brinkmann cherches sur différents points impor-
(1902), E. Thouverez (1902), H. doctrinas del autor, procedentes
Diels (1905), K. Praechter (1906, probablemente de las enseñanzas de tants du système du monde ( 1754-6).
1907), W. Capelle (1911). — Ar- sus últimos años, se trata de una Junto a estos trabajos científicos pu-
tículo por A. Gercke sobre Alejan- compilación que fue quizás iniciada blicó buen número de ensayos críti-
dro (Alexander, 94, von Aphrodi- por el discípulo de Alejandro, Juan cos, históricos y filosóficos, agrupados
sias) en Pauly-Wissowa. Sobre la in- de la Rochela, y continuada por en los Mélanges de littérature, d'his-
fluencia de Alejandro de Afrodisia: otros autores franciscanos. toire et de philosophie (1752), un
G. Théry, O. P., Autour du Décret de Essai sur les éléments de la philoso-
1210 (IL A. d'Aphrodise, aperçu La Summa [Summa universae theo-
logiae) fue publicada por vez primera phie (1759) y el "Discours prélimi-
sur l'influence de sa noétique] , naire de l'Encyclopédie" (1751), su
1926. en el siglo xv (Venetiis, 1475). Ed.
crítica por los Padres del Colegio de más conocida obra. Escribió, además,
ALEJANDRO DE HALES (ca. 1185 San Buenaventura (Ad Claras Aquas, para la Enciclopedia ( VÉASE ) diver-
-1245), llamado el doctor irrefragabi- Quaracchi) en la Bibliotheca Francis- sos artículos, y dirigió con Diderot la
lis, nació en Hales Owen (Shropshi- cana Scholasticae Medii Aevi: Alexan- publicación de dicha vasta obra.
re) y enseñó durante largo tiempo dri de Hales, O. F. M., Summa theo-
(desde 1221 hasta 1229 y desde 1231 logica, 4 vols.: I, I, 1924; II, 1928; D'Alembert reflejó en sus ideas filo-
probablemente hasta su muerte) en III, 1930; IV, 1948. — Edición crí- sóficas muchas de las corrientes a la
la Universidad de París, donde tuvo tica de los comentarios a Pedro Lom- vez racionalistas y empiristas de la
como discípulo a San Buenaventura. bardo en la citada Bibliotheca: Glossa Ilustración ( VÉASE ). El racionalismo
En 1236 ingresó en la Orden de los in quatuor Libros Sententiarum Petri de d'Alembert se manifiesta en la lu-
Franciscanos. En sus comentarios a Lombardi: I (In librum primum), cha contra lo que consideraba el os-
1951; II (In librum secundum), 1952; curantismo de toda creencia en mitos
las Sentencias de Pedro Lombardo III (In librum tertium), 1954; IV (In
incorporó Alejandro de Hales gran y, en general, en una realidad tras-
librum quartum), 1957. — Ed. en la cendente. Su empirismo se revela en
cantidad de autores: San Agustín, el misma Bibliotheca: Quaestiones dispu-
Pseudo-Dionisio, Boecio, San Juan su oposición a principios metafísicos
tatae "antequam esset frater', 3 vols.:
Damasceno, San Anselmo, San Ber- I: Quaestiones, 1-33; II° Íd., 34-59; incomprobados e incomprobables por
nardo, Alano de Lille, Gilberto de III: Íd., 60-68, 3 vols., 1960 [Biblio- medio de la experiencia. Consideran-
la Porree, Ricardo de San Victor y theca franciscana scholastica Medii do a Locke como modelo de filósofo
otros. Ahora bien, sus fuentes no se aevi, 19-21], — Bibliografía y proble- y a Newton como modelo de científi-
limitaron al agustinismo y al plato- mas bibliográficos: I. Herscher, "A Bi- co, d'Alembert fundamentó y divulgó
bliography of A. of Hales", Franciscan la idea de la unidad del saber a base
nismo o al neoplatonismo; nuestro au- Studies, V (1945), 435-54. — V.
tor fue uno de los primeros que tuvo de la formación de una serie de prin-
Kempf, "Problemas bibliográficos en cipios procedentes de la observación y
a su disposición casi todos los escri- torno das obras de A. de Hales", Re-
tos de Aristóteles. Puede decirse, que a la vez sirviesen de guías para
vista Ecclesiastica Brasileira, VI
pues, que Alejandro de Hales fue uno (1946), 93-105. ulteriores observaciones. La relación
69
ALE ALE ALE
entre principios y hechos era para ALETIOLOGÍA. Tomando como co-social: los juicios éticos no son
d'Alembert equivalente a la relación base el término griego a)lh/qeia, que jamás rígidos y eternos; por el con-
entre leyes y fenómenos. En esta re- usualmente se traduce por 'verdad', trario, cambian de continuo. Mas este
lación subrayaba constantemente el J. H. Lambert forjó el vocablo 'ale- cambio está sometido a su vez a
elemento empírico, más allá del cual tiología' y llamó Aletiología o doctri- ciertos modelos: los modelos de la
no puede ir la razón. La filosofía es na de la verdad (Alethiologie oder evolución.
la unificadora de los saberes, pero no Lehre von der Wahrheit) a la segun- Ahora bien, el pensamiento más
al modo de la metafísica tradicional, da parte de su Neues Organon (1764). importante e influyente de Alexander
sino como sistema racional y demos- La aletiología de Lambert examina es el que se expresa en la amplia y
trable de todas las relaciones entre los conceptos simples o conceptos detallada concepción metafísica de
principios y fenómenos. En último pensables por sí mismos; los princi- su obra de 1920 sobre el espacio, el
término, son éstos el fundamento de pios de los conceptos (los cuales son tiempo y la divinidad. Alexander ma-
todo conocimiento. Y ello también en diez: la conciencia, la existencia, la nifiesta que su obra constituye una
la propia matemática, la cual interpre- unidad, la duración, la sucesión, el parte "del amplio movimiento hacia
tó empíricamente como ciencia de las querer, la solidez, la extensión, el alguna forma de realismo en filoso-
propiedades generales de todas las co- movimiento y la fuerza); los concep- fía que comenzó en Inglaterra con
sas, hecha abstracción de sus cualida- tos compuestos (formados a base de Moore y Russell, y en América con
des sensibles. conceptos simples); y la diferencia los autores de Él nuevo realismo"
La unidad del saber se manifiesta, entre lo verdadero y lo falso (que (véase ΝΕΟ-REALISMO). Se trata, así,
según d'Alembert, no sólo en la or- trata de todos los conceptos, propo- de una crítica del idealismo de Brad-
ganización actual de las ciencias, sino siciones y relaciones en tanto que ley y Bosanquet y de una decidida
también en el progreso científico a sometidos a leyes, incluyendo las le- adhesión a un "método empírico"
través de la historia. En su "Discurso yes lógicas de contradicción). Esta fundado en la "experiencia". A dife-
preliminar", d'Alembert indicó que las última sección de la aletiología es rencia de Moore y Russell, sin embar-
"ciencias" pueden clasificarse según la más fundamental, puesto que trata go, Alexander no reduce el pensa-
las facultades: la memoria (Historia: de las combinaciones de conceptos y miento filosófico a un análisis, y me-
sagrada, civil y natural ) ; razón (filoso- examina cuáles son permisibles y nos todavía a una aclaración del len-
fía y ciencia: de Dios, del hombre y cuáles no, esto es, cuáles son los guaje. Por el contrario, subraya desde
de la Naturaleza); imaginación (poe- conceptos y las combinaciones de el comienzo de su obra la necesidad
sía: narrativa, dramática y parabóli- conceptos posibles. Lambert desarro- de edificar un sistema filosófico
ca). Como se ve, las "ciencias" son to- lló algo más esta concepción de la completo que es, literalmente ha-
das las actividades culturales huma- aletiología en la primera parte de su blando, una metafísica evolucionista
nas, las cuales evolucionan y progresan Anlage zur Architechtonik ( 1771) y emergentista (véase EMERGENTE ,
históricamente, de tal suerte que la (véase ARQUITECTÓNICA). EVOLU CIÓN ), y que, al modo de
historia de la cultura humana puede El término 'aletiología' ha sido Bergson —de quien Alexander re-
ser comparada con la historia del pro- usado también por H. Gomperz para cibió más de una incitación impor-
ceso de la mente humana en su es- designar una de las dos partes de la tante—, contiene la teoría del cono-
fuerzo por conocer los fenómenos, or- noología (véase NOOLÓGICO): la que cimiento como uno de sus elementos.
ganizarlos y explicarlos. El estudio de se ocupa de los valores de verdad, a Pues la teoría del conocimiento no
la historia no es, pues, una mera cu- diferencia de la semasiología, que se es un prolegómeno a la metafísica,
riosidad: es el único modo que tiene ocupa de los contenidos del pensa- sino que se constituye "sobre la mar-
el hombre de conocerse a sí mismo y miento. cha" de esta última. Realismo (realis-
de poder orientarse en el futuro no ALEXANDER (SAMUEL) (1859- mo del sentido común), función pri-
sólo en su saber, sino en su acción so- 1938) nac. en Sidney (Australia), maria de la experiencia, uso del mé-
bre la Naturaleza y la sociedad. profesor desde 1893 a 1923 en Man- todo empírico, tendencia a lo siste-
Nueva edición de los citados Mé- chester, comenzó sus investigaciones mático y, finalmente, empleo de una
langes, 5 vols., 1770, y de los Essai, filosóficas con el desarrollo de una cierta dialéctica pueden ser conside-
1963. — Ediciones de obras: Oeuvres rados como los principales elementos
philosophiques, historiques et littérai- doctrina ética de tendencia evolucio-
nista. Aunque este evolucionismo te- con los cuales construye Alexander
res, 18 vols., 1805, éd. Bastien; Oeu-
vres, 5 vols., 1821, ed. Didot; Oeuvres nía al principio una fuerte tendencia su doctrina.
et correspondance inédites, 1887, ed. voluntarista, es patente que los jui- Esta última se basa en la idea de
C. Henry. — Hay varias trad. del cios de valor moral no podían fun- que la substancia primordial del Uni-
"Discours"; entre las últimas, citamos: darse, según Alexander, en aprecia- verso es el Espacio-Tiempo y de que
Discurso preliminar a la Enciclopedia, ciones meramente subjetivo-indivi- todas las demás entidades surgen de
a dos siglos de su publicación, 1954, esta substancia primordial o, mejor
por A. A. Barbagelata. — Véase J. duales. En efecto, Alexander estable-
cía como condición para tales jui- dicho, emergen de ella, adquiriendo
Bertrand, D'A., 1889. — Maurice Mu-
ller, Essai sur la philosophie de J. d'A. cios que fuesen no solamente com- en el curso de tal emergencia nue-
— John N. Pappas, Voltaire and d'A., posibles con otros juicios formulados vas cualidades. El Espacio-Tiempo
1962. — Ronald Grimsley, Jean d'A por la misma persona, sino también forma una unidad indisoluble ( si bien
(1717-83), 1963. — Véase también composibles con juicios de alcance se advierte un cierto predominio,
bibliografía de los artículos ENCICLO- social. El evolucionismo ético de Ale- cuando menos metafísico, del Tiempo
PEDIA e ILUSTRACIÓN. sobre el Espacio). En efecto, si
xander era, pues, de carácter históri-
70
ALE ALE ALF
el Tiempo fuera puramente tempo- más simple que las teorías análogas tique d'une théorie néo-réaliste du
ral no sería continuo; el Tiempo es, sostenidas por los neo-realistas. En changement, 1929. — G. van Hall,
así, un continuum de momentos que efecto, como la mente o el espíritu The Theory of Knowledge of S. Ale-
necesita para constituirse otro ele- es, como todo, una realidad que surge xander, 1936 (Dis.). — M. R. Kon-
mento: el Espacio, el cual soluciona
vitz, On the Nature of Value, The
en el proceso emergente, la relación Philosophy of S. Alexander, 1945. —
la contradicción entre la mera suce- entre la mente y la realidad no puede J. W. McCarthy, The Naturalism of S.
sión y la continuidad. Por lo tanto, ser concebida como un contraste, ni Alexander, 1948. — A. P. Stier-notte,
el Tiempo implica el Espacio. A la siquiera como un reflejo, sino como God and Space-Time: Deity in the
vez, si el Espacio fuera puramente un puro estar una al lado de otra. Philosophy of S. Alexander, 1954.
coexistente y continuo, la espaciali- Alexander expresa esta concepción ALFABARI (Abu Nasr Muham-
dad equivaldría al puro vacío. El Es- por medio de su concepto de la to- mad bn Tarjan bn Uslag al-Farabi
pacio es ciertamente continuo, pero gertheness, la cual es una relación (t 950), nac. en Bala (Turquestán),
posee al mismo tiempo distinción en- puramente empírica y no una cons- fue maestro en Bagdad. Traductor y
tre sus partes. Como esta distinción trucción metafísica. comentarista de Aristóteles, así como
no la proporciona el propio Espacio, Un aspecto de la doctrina de Ale- de obras neoplatónicas, intentó en
requiere otro elemento: el Tiempo, xander se adapta con cierta dificul- principio una conciliación del aristote-
el cual hace posible que los dife- tad a sus esquemas: es el problema de lismo con el platonismo. Esta concilia-
rentes puntos del Espacio se hallen vincular entre sí la serie de niveles ción no debe ser entendida, empero,
ligados entre sí. Por lo tanto, el Es- de la realidad. Esta dificultad es en el sentido de un ecleticismo; la
pacio implica el Tiempo. Este Espa- afrontada por Alexander mediante combinación de los elementos aristoté-
cio-Tiempo tiene una primera cuali- una ampliación del concepto de va- licos, platónicos y, luego, neoplatóni-
dad: el movimiento, que es anterior a lor a todos los niveles; así, los va- cos es, por un lado, la reunión de
las cosas materiales. Del movimiento lores son relaciones universales tan todas las especulaciones que puedan
surgen las cosas materiales con pro- omnipresentes como las categorías. dar una fundamentación filosófica al
piedades físicas; de éstas las cosas Por este motivo Alexander distin- dogma y, por otra, la recapitulación
materiales con propiedades químicas; gue entre diversos tipos de valores: del pensamiento antiguo en una uni-
de éstas las cosas materiales con pro- valores atómicos, valores físico-quí- dad que pretende eliminar todas
piedades fisiológicas. Este impulso o micos, valores humanos y valores de las accidentales divergencias. En este
nisus que lleva a la producción de la divinidad (que son, en último tér- sentido, Alfarabi es un precursor no
entidades cada vez más complejas mino, la manifestación del impulso sólo de la posterior especulación árabe,
desemboca en el mundo espiritual, del universo hacia lo divino). Lo que sino asimismo de muchos de los rasgos
el mundo de los valores, cuya cima otros filósofos llaman valores —los va- que luego van a desarrollarse con
es Dios o, mejor dicho, la divinidad. lores "humanos"— es, pues, sólo una todo vigor en el pensamiento
Se trata de una divinidad que se clase de valores: los valores en tanto cristiano de la Edad Media. Los pro-
hace continuamente y que no tiene que "cualidades terciarias". Esto blemas referentes a lo singular y a
caracteres fijos, pues la divinidad es permite a Alexander —cuya teoría de lo universal, y a los modos peculiares
siempre el "próximo nivel" en la evo- los valores fue influida por las in- del conocimiento de ambos se hallan
lución, el momento siempre "supe- vestigaciones de Meinong y Ehren- asimismo implicados en los análisis
rior" de una continua marcha de la fels— escapar a la concepción subje- filosóficos de Alfarabi. Éste traslada,
realidad hacia formas cualitativamente tívista de los valores y hacer de ellos además, a la noción de Dios los ele-
más ricas. propiedades a la vez objetivas y mentos especulativos del pensamiento
Alexander distingue entre cualida- mentales. Son objetivas, porque son clásico. Dios es la causa de sí mismo,
des, las cuales cambian de acuerdo propiedades de las realidades; son la entidad cuya esencia implica su
con las cosas, y categorías, las cuales mentales (y en el caso de las cua- existencia; es inteligencia pura y su-
son los elementos omnipresentes y lidades terciarias, mental-humanas), prema unidad incausada. Este Dios
omnipenetrantes en la realidad. En porque "pertenecen al objeto en tan- trascendente y eterno es análogo,
algunos casos, empero —como ocu- to que es poseído por la mente y no por lo demás, a la suprema unidad
rre con el movimiento—, parece di- fuera de la relación". de los neoplatónicos, hasta el punto
fícil distinguir entre cualidades y ca- Obras: Moral Order and Progress; de que de él emana la Inteligencia,
tegorías. En efecto, el movimiento es An Analyste of Ethical Conceptions, y de ésta el Alma.
una cualidad que surge del Espacio- 1889. — Locke, 1908. — Space, Ti- No obstante, un dato esencial,
Tiempo. Es también una categoría me and Deity, 2 vols., 1920 ( Gifford comprensible desde el punto de vista
unida a las demás admitidas por Ale- Lectures). La primera reimpresión
de esta obra (1927) contiene un específicamente religioso, distingue la
xander: sustancia, cantidad, número, "Preface to New Impression" con al- especulación de Alfarabi de la neo-
existencia, universalidad, relación y gunas importantes aclaraciones sobre platónica. Mientras en ésta la supre-
orden. Este conflicto puede expli- el sistema. — Spinoza and Time, ma unidad se mantiene, por así de-
carse en parte por el hecho de que, 1921. — Art and Instinct, 1927. — cirlo, dentro del terreno puramente
según dicho autor, la doctrina de las Beauty and Other Forms of Value, filosófico y carece de toda predica-
categorías es una doctrina metafísica 1933.— Philosophical and Literary ción positiva, la unidad de Alfarabi,
y no solamente epistemológica. En Pièces, 1939 (ed. J. Laird). — Véase
A. F. Liddell, Alexander's Space, Ti- que es equivalente al Dios supre-
lo que toca a este último respecto, me and Deity, 1925. — Ph. Devaux, mo, es al mismo tiempo el conjunto
la doctrina de Alexander es todavía Le système a Alexander. Exposé cri- de todas las predicaciones positivas
71
ALF ALG ALG
elevadas a infinitud; en suma, es Dieterici, op. cit. supra. Ed. árabe, tóteles —o de los neoplatónicos—
Sabiduría, Bondad, Belleza e Inteli- Kitab al-Maymu. — Risala fi yawabi con el fin de racionalizar las creen-
gencia. De todos modos, la jerarquía masa'il su'il 'anha (Respuestas a las cias religiosas, Algazali no dejó, sin
de seres que Alfarabi establece no se cuestiones que se le preguntaran). Ed. embargo, de utilizar argumentos ra-
diferencia esencialmente de la neo- y trad. Dieterici, op. cit. supra. Ed. cionales contra los argumentos ra-
platónica; la serie de las emanaciones árabe, Kitab al-Maymu; otra ed. Hay-
darabad, 1344/1931. — 'Uyun al-Ma- cionales. Sus tendencias religiosas
alcanza hasta las formas terrestres sa'il (Los problemas fundamentales). místicas, de carácter sufí, fueron, en
o, mejor dicho, hasta el entendimien- Ed. y trad. Dieterici, op. cit. supra. efecto, expresadas con frecuencia me-
to paciente, convertido en activo por Ed. árabe, Kitdb al-Maymu. Ed. ára- diante los conceptos de la filosofía
su participación en el entendimiento be, Tayrid Risalat al-Da 'awa-l-Qal- griega. Ello se muestra especialmente
agente. El pensamiento de Alfarabi biyya, Hayderabad, 1349/1936. Hay en sus obras Maqasid al falasifa o
se completaba con una doctrina so- trad. latina por Domingo Gundisalvo Intenciones de los filósofos, Tahafut
cial y religiosa que aspiraba a la con el título Flos Alpharabi, Ed. al falasifa o Destrucción (Contradic-
mayor perfección posible de la orga- por Miguel Cruz Hernández, "El ción) de los filósofos y Ihyaa 'ulum
nización terrenal como grado preli- 'Fontes Quaestionum' ( 'Uyun-al-Ma-
sa'il) de Abu Nasr al-Farabi", Archi- al-Din o Restauración de los saberes
minar de una superior y perfecta religiosos. Según Algazali, todos los
Ciudad de Dios. ves d'histoire doctrinale, etc., XVIII
(1951), 303-23. — Kitab al-tanbih 'ala principios últimos, tanto los que se
Entre las obras filosóficas más im-
portantes de Alfarabi figuran las si- al-sa'ada (Libro de la advertencia refieren al mundo sensible como al
guientes: Ihsa al-'Ulum (Catálogo de sobre la salvación). Ed. Hayderabad, mundo inteligible, no son suscepti-
las ciencias). Ed. crítica del texto ára- 1346/1933. Hay trad. latina medieval bles de demostración racional. Esto
be: al-Irfan, Saida, 1921; otra ed. crí- con el título Liber exercitatio-nes ad es lo que ha sido llamado el escepti-
tica: El Cairo, 1931. De esta obra hay viam felicitatis, ed. en Recherches de cismo de Algazali, si bien hay que
dos traducciones latinas medievales théologie ancienne et Médiévale, XII tener presente que el vocablo 'escep-
con el título De Scientiis; una de ellas (1940), 33-48. — Risala fi araahl al-
Madinat al-fàdila (Compendio sobre ticismo' tiene en dicho pensador una
fue publicada junto con el tratado De
intellectu citado infra en Alpharabii las opiniones de los miembros de la función distinta de la que aparece
vetustissimi Aristotelis interpretis ope- ciudad ideal). Ed. Dieterici en Al en los escépticos griegos. Con esta
ra omnia quae latina lingua conscripta Farabis Abhandlung der Mus-terstadt, restricción podemos decir que el es-
reperiri potuerunt (París, 1638). Ed. 1895 [trad. alemana por el mismo cepticismo racional de Algazabi lo
crítica de los dos textos latinos por Dieterici, 1900]. — Otros escritos de lleva no sólo a una crítica de las no-
Clemens Baeumker en Alfarabi, über Alfabari están incluidos en Dieterici, Al ciones de la eternidad de la materia,
den Ursprung der Wissenschaf-ten (de Farabis philosophische Abhandlungen infinitud del mundo y del tiempo
ortu scientiamm), 1916 [Bei-träge zur [Cfr. supra] y en eds. separadas
Geschichte der Philosophie des (Hayderabad). Algunas versiones como contrarias a la ortodoxia mu-
Mittelalters, XIX, 3]. Ed. del texto latinas se hallan incluidas en el sulmana, sino también a una crítica
árabe, con las dos traducciones latinas Corpus Platonicum Medii Aevi (tomos de la noción de causa y a una afir-
y una trad. española por Ángel II y III). — Bibliografía en K. Djorr, mación de la imposibilidad de hallar
González Palencia, 1932. — Maqala Bibliographie d'al-Farabi, 1946 (Dis.). una explicación racional de la rela-
fi ma 'ani al-'aql (Disertación sobre — Sobre Alfarabi: M. Steinsch-neider, ción causa-efecto que pueden consi-
los significados del término "intelec- Al Farabi, des aranischen Phi-losophen derarse como un precedente de ar-
to"). Eds. críticas del texto árabe: F. Leben und Schriften (Mémoires de
Dieterici, en el tomo Al Farabis phi- gumentaciones análogas presentadas
l'Académie impériale des Sciences, en la época moderna por el ocasio-
losophische Abhandlungen, 1890 Saint Petersbourg, Ser. 7, v. 13, 1869).
[trad. alemana por el mismo Dieterici, — F. Dieterici, Alfarabi, der nalismo y por Hume. Las argumen-
1892]; M. Bouyges, París, 1932. Hay Musterstaat, 1900. — Íd., íd., Die taciones de Algazali son, pues, típi-
trad. latina medieval por Domingo Staatsleitung, 1904 (ed. Bronnle de los cas de todo pensamiento que pre-
Gundisalvo con el título De intellectu papeles postumos de Dieterici). — tende salvar el contenido religioso
et intellecto; ed. por É. Gilson en el Entre lo más reciente: R. Hamui, de una doctrina en peligro de desem-
"Apéndice I" de su trabajo "Les O.F.M., Alfarabi's Philosophy and
sources gréco-arabes de l'augustinisme bocar en una visión puramente racio-
avicennisant", Archives d'histoire doc- Its Influence on Scholasticism, 1928. nal del dogma. Así, el Dios que de-
trinale et littéraire du moyen âge, IV — Ibrahim Makdour, La place d'Al fiende Algazali es sobre todo el Dios
(1930), 115-26. Esta obra fue cono- Farabi dans l'école philosophique mu- del hombre religioso, opuesto en cierto
cida asimismo por una traducción al sulmane, 1934. — R. Hammond, The modo a un Dios que ejerce pri-
hebreo con el título: Sefer ha-sekel Philosophy of Alfarabi and Its In-
fluence on Medieval Thought, 1947. mariamente la función de primer mo-
u hamuskalot. — Kitab fi-1-yam 'bayn tor de la Naturaleza. A la eternidad
rai al-haqimayn Aflatun al-Ilahi wa Bibliografía: Ν. Rescher, Al-Farabi:
Aristutalis (Libro de la concordancia An Annotated Bibliography, 1962. de la materia Algazali opuso, en efec-
entre la filosofía de los dos sabios, el ALGAZALI o ALGAZEL (Abu to, la creación del mundo a partir
divino Platón y Aristóteles). Ed. por Hamid Muhamad ibn Muhammad al- de la nada; a la infinitud del mundo
Dieterici, op. cit. supra [y trad. cit. Gazali (1058-1111) nació en Gazai, y del tiempo, el comienzo temporal
supra, 1892]. Ed. árabe, Kitab al- en la provincia de Tus, en el Jura- de un ser creado; a la inteligibilidad
Maymu', El Cairo 1325/1907. — Ri- del nexo causal, la intervención cons-
sala fi ma yanbagi an yuqaddam qabl san (Persia), profesó en Bagdad, se
trasladó luego a Siria y falleció en tante de Dios como causa única. Es
ta'allum al-falsafa (Compendio acerca
de lo que conviene saber antes de su ciudad natal. Adversario de los cierto que algunos de los argumentos
aprender filosofía). Ed. y trad, por "filósofos", por los que entendía los de Algazali se parecen a los argumen-
que utilizaban las doctrinas de Aris- tos de los escépticos antiguos — in-
72
ALG ALG ALI
estabilidad de los sentidos, oposición Vaux, Gazzali, 1902. — H. K. Sherwa- tome en un sentido bastante amplio,
de los sistemas filosóficos entre sí, ni, El Ghazzali on the Theory and como un programa de acción total
etc. Pero ya hemos visto que este es- Practice of Politics, 1935. — A. T. que afecte tanto a lo práctico como
cepticismo no era en su pensamiento Wensinck, La pensée de Ghazzali, a lo teórico. Según Aliotta, sólo así
1940. — M. A. H. Abu Rida, Ghazza-
más que uno de los principales pi- lis Streitschrift gegen die griechische podrá darse una solución a uno de
lares con el fin de volver a dar un Philosophie, 1945 (Dis.). — H. Ha- los problemas que este filósofo ha
firme fundamento a la fe. chem, La critique du péripatétisme et considerado como capitales: el pro-
El Maqasid al-falasifa fue trad. al du néoplatonisme dans Al-G., 1946. blema del mal. Este problema es de
latín por Domingo Gundisalvo y ed. en — Farid Jabre, La notion de certitude tal gravedad que la metafísica no
Logica et philosophia Algazelis Arabi selon Ghazali dans ses origines debe limitarse a explicarlo; debe jus-
(Venecia, 1506). Ed. por J. T. psychologiques et historiques, 1958 tificarlo. De ahí una teoría del "sa-
Muckle, Algazel's Metaphysics: a [índice lexicográfico en págs. 459-70] crificio como significado del mun-
Medieval Translation, 1933. Ed. árabe: (Études musulmanes, 6). — Montgo-
El Cairo, 1331/1912. Trad. parcial do" que constituye la culminación
mery Watt, Muslim Intellectual: A
por M. Asín Palacios, La espi- Study of Al-Ghazali, 1963 (trad. esp.: del pensamiento de Aliotta, y que
ritualidad, etc. (Cfr. infra), IV, La je y la práctica de al-Ghazali, estima el sacrificio no como disminu-
págs. 184-92. — El Tahafut-al-fala- en prep. ). ción del ser, sino como su enriqueci-
sifa fue trad. al latín por Calo Calony- ALGEBRA. Véase CLASE, LÓGICA, miento. Esto hace posible el paso
mus a base de una traducción hebrea LOGÍSTICA, RELACIÓN . de lo infinito a lo finito. Esto hace
(Venecia, 1527, 1562) y del árabe al posible, además, dar un fundamento
latín por Augustinus Niphus [Agosti- ALIENACIÓN. Véase ALTERACIÓN,
MARXISMO. racional a los factores irracionales, y
no Nifo] (Padua, 1497). Ed. crítica considerar "la lógica del amor y del
por M. Bouyges (Beirut, 1927). Trad. ALIENATIO. Véase PROPIEDADES
esp. de las cuestiones VI, XVII y DE LOS TÉRMINOS. sacrificio" como la única posibilidad
XVIII en Asín, op. cit. infra, IV, ALIOTTA (ANTONIO) (1881- de dar forma concreta a la racio-
303072. — El Ihya 'ulum al-Din ha 1964) nació en Palermo, profesor de nalidad.
sido ed. en El Cairo 1312/1894. Trad.
filosofía en la Universidad de Padua Según Aliotta, el experimentalismo
parcial en Asín, op. cit. infra. — Al-
(1913-1919) y en la de Ñapóles radical permite superar una serie de
gazali escribió muchas otras obras;
(1919-1951), defiende un "experimen- dualismos (empirismo-racionalismo;
citamos entre ellas las siguientes:Iqti- positivismo-idealismo; realismo-idealis-
talismo radical", al cual llegó a través
sad fi-l-i 'tiqat (El justo medio en la
de una crítica del positivismo y del
creencia). Ed. árabe: El Cairo, 1327/ mo) y evitar los pseudo-problemas
1909. Trad. esp. por M. Asín Pala-actualismo, ambos insuficientes, a su que ellos engendran. Permite asimis-
entender, para justificar y dar valor
cios, El justo medio en la creencia. mo "ensamblar (desde un punto de
Compendio de teología dogmática, a la obra humana. Tampoco las tesis vista metodológico) la filosofía con
1929 [con trad. de otros textos decontingentistas, intuicionistas y prag- la ciencia". Puede decirse que los ele-
Algazali]. — Munqid min al-dalal matistas son suficientes, si bien ellas mentos pragmatistas, bergsonianos,
(Preservativo contra el error). Ed. ára-
señalan más claramente el camino empiriocriticistas e instrumentalistas
be: El Cairo, 1309/1892. Trad. par-
que debe seguirse para alcanzar la que se hallan en la filosofía de Aliotta
cial por Asín, op. cit. infra, IV, 264- son a la vez consecuencia de un in-
72. — Mi 'yar al-'ilm fi-l-Mantiq finalidad mencionada. Pues tal fina-
lidad no es tampoco un modo de
(Fiel contraste del conocimiento). Ed. tento de superación de las respectivas
árabe: El Cairo, 1329/1911. Trad. subordinación del mundo a las exi- filosofías.
gencias del yo, sino una manera de
parcial por Asín, El justo medio, etc. Obras principales: La conoscenza
— Ayyuha-l-Walad (¡Oh, hijo!) Ed. justificar la máxima objetividad posi- intuitiva nell'Estetica del Croce, 1903.
árabe y trad. alemana (Viena, 1838).
ble del mundo, la consideración de — La misura nella psicologia speri-
Trad. parcial Asín, op. cit. infra, IV,
lo real, sin arbitrarias mutilaciones, mentale, 1905. — La reazione idea-
25-47. Trad. esp. completa por E. listica contra la scienza, 1912 (en la
como el acto mismo de la total expe- trad. inglesa de esta obra, publicada
Lator, S. J. (Beirut, 1955). — Otras
riencia, que une lo subjetivo y lo
obras de Algazali, mencionadas en en 1914, se incluyó el trabajo "Linee
Miguel Cruz Hernández, Historia deobjetivo. Las fases por las cuales ha d'una concezione spiritualistica del
pasado el pensamiento de Aliotta son
la filosofía española. Filosofía hispa- mondo"). — La guerra eterna e il
no-musulmana, tomo I (1957), págs.momentos de este proceso único. Al drama dell'esistenza, 1917. — La
155 y sigs. principio se negaba Aliotta a recha- teoría di Einstein e le mutevoli pros-
zar totalmente el concepto, en el
Fundamental para el conocimiento pettive del mondo, 1922. — Relati
de la obra y pensamiento de Algazel
cual vio una posibilidad de enrique- vismo e idealismo, 1922. — Il pro
son el libro de Miguel Asín Palacios,
cer lo real y de sintetizar la expe- blema di Dio e il nuovo pluralismo,
Algazel: Dogmática, Moral, Ascética, 1924. — L'esperimento nella scien
riencia concreta. Esto le condujo a za, nella filosofía, nella religione,
1901, y especialmente la gran obraun idealismo crítico en sentido am-
del mismo autor: La espiritualidad de 1936. — L'Estetica di Kant e degl'
plio que, sin embargo, pronto tuvo
Algazel y su sentido cristiano, 4 vols. idealisti romantici, 1942. — Scetti-
que desembocar en un pluralismo
(1,1934; II, 1935; III, 1940; IV [Cres- cismo, misticismo e pessimisme, 1947.
más radical que el de James, en un
tomatía], 1941). — Véase también A. — Evoluzionismo e spiritualisme,
neoevolucionismo y, finalmente, en
Schmolders, Essai sur les écoles philo- 1948 (serie de artículos). — Le ori-
el experimentalismo. Este experimen-
sophiques chez les Arabes et notam- gini dell'irrazionalismo contemporá
ment sur la doctrine d'Algazzali, 1842.
talismo considera el "experimento" neo, 1950. — L'Estetica del Croce
— R. Gosche, Ueber Ghazalis Leben como criterio de verdad, pero siem- e la crisi del liberalismo italiano,
und Werke, 1858. — B. Carra de pre que el término 'experimento' se 1951. — Il nuovo positivismo e lo

73
ALI ALK ALM
sperimentalismo, 1954. — Hay edi- labor filosófica y científica, Alkindi Scholasticism, XXXVII (1963), 44-58.
ción de obras completas: Opere com- era un puro pensador y hombre de ALMA. Consideraremos aquí (I)
plete, Roma, 1942 y sigs. Entre los ciencia: los motivos religiosos actua- varias concepciones de la noción de
artículos publicados por Aliotta me- ban, al parecer, poderosamente en sus alma en los llamados "primitivos";
rece destacarse el titulado: "El sa-
crifizio come significato del mondo", intentos de construcción filosófica. En (II) la historia de la idea del alma
Logos, fasc. IV, reeditado en un vo- particular la defensa de la doctrina en la filosofía occidental desde Gre-
lumen del mismo título en 1948. — del libre albedrío contra el fatalismo cia; (III) el intento de distinguir en-
Véase J. Grenier, "Trois penseurs ita- de muchos musulmanes constituía tre alma y espíritu en varios autores
liens: Aliotta, Rensi, Manacorda", una de las preocupaciones centrales contemporáneos. La distinción entre
Revue philosophique, II (1936). — de su obra. algunas de las concepciones presenta-
M. F. Sciacca, 'Il pensiero di A. Obras: Risalat al-'Aql (Sobre el in- das en (I) y cuando menos ciertas
Aliotta", Archivio di storia della filo- telecto). Ed. por Abu Rida, Rasa'il al- ideas a que nos referimos en (II) no
sofía italiana, II (1936). — Carbo- Kindi al-falsafiyya, 1369/1372/1950/ es siempre muy clara, pero en esta
nara, Filiasi-Carcano, Lazzarini et al., 1953, 2 vols. Hay dos traducciones la- última sección —que constituye la
Lo sperimentalismo di A. A., 1951. — tinas ( De intellectu ), una de ellas por
Autoexposición titulada "Il mio spe- más fundamental en el presente ar-
Gerardo de Cremona; ed. en A. Nagy,
rimentalismo" en el volumen de M. Die philosophische Abhandlungen des tículo— tratamos en particular los as-
F. Sciacca titulado Filosofi italiani Ya 'qub bn Ishaq al-Kindi, 1897 [Bei- pectos religiosos susceptibles de dar
contemporanei, 1944, págs. 27-46. trage zur Geschichte der Philosophie origen a especulaciones y análisis fi-
ALIQUID. Véase TRASCENDENTAL. des Mittelalters, II, 5]. — Risala fï-l- losóficos. La información proporciona-
ALKINDI (Abu Yusuf Ya 'qub ibn nafs (Sobre el alma). Ed. Abu Rida, da en este artículo debe completarse
Ishaq al-Kindi) (800-873) nac. en op. cit. supra, págs. 281-2. — Risala con la que se halla en los artículos
Kufa (Persia) y fue comisionado por fi hudud al-asya wa rusumi-ha (So- ALMA DEL MUNDO , ALMA DE LOS
al-Ma'mun para corregir las traduc- bre las definiciones de las cosas y sus BRUTOS , ALMA ( ORIGEN DEL) e IN -
descripciones). Ed. Abu Rida, op. cit. MORTALIDAD. Algunos de los aspectos
ciones de Aristóteles y otros autores supra, págs. 165-79. — Kitab fï-l-fal-
griegos. Junto a esta labor se distin- safat al-ula (Libro de la filosofía pri- destacados aquí se hallan asimismo
guió por sus numerosos comentarios mera). Ed. Ahmad Fu'ad al-Ahwani, en el artículo ESPÍRITU, especialmente
al Estagirita y por la redacción de 1367/1948 y Abu Rida, op. cit. supra, al comienzo del mismo. Observemos
muchos tratados en los cuales, si- págs. 97-162. — Risala fï kamiyua que aunque el término 'alma' resulta
guiendo las inspiraciones racionalis- Kutub Aristu (Sobre el número de los sumamente ambiguo, pues con él nos
tas de la secta de los mutacilitas, a libros de Aristóteles). Ed. Abu Rida, referimos a veces a ideas muy diver-
la que pertenecía, trató de organizar op. cit. supra, págs. 363-84. — Trad. sas que cabría expresar mediante otros
un cuerpo de doctrina filosófica co-
anotada por M. Guidi y R. Walzer en vocablos, hay una cierta unidad de
Studi su al-Kindi. 1. Uno scritto intro- supuestos por lo menos en la mayor
herente a la cual se incorporaron mul- duttivo allo studio di Aristotele, 1940
titud de investigaciones científicas [Memorie R. Ace. dei Lincei, serie parte de las ideas filosóficas sobre la
que abarcaron prácticamente todos 7, vol. IV, fasc. 5]. — Risala fï hila li- noción de alma. El alma es concebida
los saberes de su tiempo: medicina, daf al-ahzan (Sobre el modo de ale-jar con frecuencia como un tipo de reali-
psicología, meteorología, óptica, geo- la tristeza). Ed. y trad. italiana por dad que engloba algunas de las ope-
metría, aritmética, música. Las ideas Ritter y Walzer en Studi cit. supra. raciones psíquicas —como cuando en
fundamentales de Alkindi eran de ori- Memorie, etc., 1938, serie 6, vol. ciertas concepciones tradicionales se
gen aristotélico, y ello ha hecho que VIII, fasc. 1 [Il. Uno scritto mora-e habla del alma como inteligencia, co-
se le considere como el primer gran inedito di al-Kindi (Temistio per mo voluntad, como sentimiento, etc.,
lopi/as], — De quinqué essentiis y hasta como todas estas llamadas "fa-
aristotélico árabe. Se destacan en par- [sólo queda la trad. latina; ed. en Na-
ticular entre ellas su doctrina, ulte- gy, op. cit. supra, págs. 28-40]. — cultades" en conjunto—, pero como
riormente muy elaborada por Ave- Kitab fï 'illat al-kawn wa-l-fasad (Li- el problema de la naturaleza de lo
rroes, del entendimiento activo y úni- bro sobre la causa de la generación (y psíquico suscita diversas cuestiones no
co, del cual recibe su actividad. A to- la corrupción), ed. Abu Rida, op. cit. siempre necesariamente relacionadas
do ello se agrega una teoría de las ca- supra, págs. 214-37. — Otros escri- con las ideas más tradicionales del al-
tegorías, de las que Alkindi enumera tos de al-Kindi, citados en Miguel ma, consagramos un artículo especial
cinco: materia, forma, movimiento, lu- Cruz Hernández, Historia de la filo- a dicho concepto (véase PSÍQUICO).
gar y tiempo. Ahora bien, el aristote- sofía española. Filosofía hispano-mu- Ciertos términos agrupados en el
sulmana, tomo I (1957), págs. 67-8. "Cuadro sipnótico" al final del Dic-
lismo de Alkindi no era puro: nume- Véase G. Flügel, "Al-Kindi: Ge-
rosos elementos neoplatónicos estaban nannt 'Der Philosopher der Araber'", cionario bajo la rúbrica "Psicología"
mezclados con él. Entre estos últimos Abhandlungen für die Kunde des se refieren a veces a cuestiones rela-
destaca no solamente su gran estima- Morgenlandes, I (1957), 1-54. — T. tivas al alma y a veces a cuestiones
ción por la matemática como funda- T . J. de Boer, "Zu Kindi und seiner relativas a lo psíquico (o a ambas a
mento de todas las ciencias sino tam- Schule", Archiv für Geschichte der un tiempo); remitimos asimismo a di-
bién su idea de que los elementos Philosophie, XIII (1900), 153-78. — chos términos, dejando al lector la se-
matemáticos son la medida de las co- F. Rosenthal, "Al-Kindi als Literat", lección pertinente. Como ejemplos de
sas y la expresión de los elementos Orientalia, II (1942). — Muñoz Sen- artículos cuando menos parcialmente
dino, "Apología de al-Kindi", Miscelá- relativos a la idea del alma mencio-
últimos de que está compuesta la nea Comillas, XI y XII (1949), 339-
realidad. Sería erróneo, sin embargo, 460. — N. Rescher, "Al-Kindi's Sketch namos ANIMISMO, CONCIENCIA, EMO-
considerar que, en vista de la anterior of Aristotle's Organon", The New CIÓN , ENTELEQUIA , ΗΑΒΓΓΟ , ΙΝTΜΙ -

74
ALM ALM ALM
DAD, MEMORIA, PALINGENESIA, PAM - vida" (la vida como "aliento") y la átomos, bien que de materia muy fina
PSIQUISMO, PARALELISMO, PERSONA, sombra incorpórea o imagen (a ve- y sutil (probablemente de la misma
TEMPLE , VOLUNTAD , Yo. ces, sin embargo, designada median- materia con que está formado el
I. Las representaciones primitivas te el vocablo eidolón). Puede decirse fuego). Sin embargo, antes de Platón
del "alma" son muy varias, pero se que la idea del "alma" se va preci- se constituyó un complejo de especu-
destacan tres rasgos comunes a mu- sando —y, si se quiere, purificando— laciones sobre la idea del alma que
chas de ellas. El alma es concebida a medida que los términos empleados luego fue absorbido y, por así decirlo,
a veces como un soplo, aliento o há- para referirse a ella tienden a descri- "purificado" por dicho filósofo. En
lito, equivalente a la respiración; cuan- bir menos un principio vital general substancia consiste en sustituir la idea
do falta tal aliento, el individuo muere. que una especie de "doble" propio de del alma como semivida, como sombra
A veces es concebida como una cada uno de los hombres. Por este mo- y aun como principio de vida orgánica
especie de fuego; al morir el indivi- tivo, las primeras especulaciones filo- por una idea del alma como realidad
duo, este "fuego" —que es el "calor sóficas acerca del alma se conjuran "desterrada". Parece que esta última
vital"— se apaga. A veces, finalmente, principalmente en torno a la idea del idea comenzó a surgir hacia el siglo
se concibe como una sombra, pre- "simulacro" o "fantasma" del viviente, IX antes de J. C. y se desarrolló hasta
sentida o principalmente "vista" du- "simulacro" o "fantasma" que puede el siglo ν antes de J. C. Varios
rante el sueño. En los dos primeros salir o alejarse del viviente (y aparecer motivos se conjuraron al efecto. Uno
casos, el alma es más bien como un en sueños) inclusive durante el curso de ellos ha sido puesto de relieve por
principio de vida; en el último caso, de la vida. E. R. Dodds (Cfr. infra, bibliografía):
más bien como una "sombra o un si- Las anteriores indicaciones son lo las influencias chamanís-ticas
mulacro". La idea del alma como suficientemente generales como para procedentes de Tacia y Escitia y
aliento, hálito, exhalación, soplo, etc., aplicarse a la mayor parte de las lla- prontamente difundidas no sólo por el
es acaso la más común. E. B. Tylor madas "representaciones primitivas". Asia Menor y Creta, sino también por
ha indicado que puede hallarse en No son, sin embargo, ni siquiera un el Sur de Italia ( especialmente Sicilia).
"las principales corrientes de la filo- bosquejo muy general de tales repre- Se comenzó a creer que hay en cada
sofía universal". Los términos usados sentaciones. Algunas de éstas no en- hombre una realidad de orden divino,
para designar tal "alma" en diversas cajan fácilmente en las concepciones la cual ha preexistido al cuerpo y
culturas muestran cuán difundida se reseñadas. Como ejemplo menciona- perdurará tras la muerte y corrupción
halla esta idea. Así, en los vocablos mos que en el pensamiento chino ar- del cuerpo. Representantes filosóficos
nefesh (hebreo), nefs (árabe), atman caico no se suponía que todos los in- o semifilosóficos de esta nueva
(sánscrito), pneuma (griego), animus y dividuos tuviesen necesariamente al- tendencia son el orfismo ( VÉASE),
anima (latín), todos los cuales sig- ma, ni siquiera en tanto que un "do- Pitágoras y Empédocles. El alma
nifican de un modo o de otro "alien- ble". El "alma" era vista como un puede, pues, entrar en el cuerpo y
to", aun cuando luego vayan adqui- dios o espíritu que, procedente del salir de él, sin identificarse nunca
riendo el significado de un cierto prin- Cielo, podía ingresar en el cuerpo de completamente con el cuerpo. En cier-
cipio o de una cierta realidad distintos un hombre. Si se hallaba, por así de- to modo se trata de una nueva ver-
del cuerpo. En algunos casos los cirlo, "a gusto" en tal cuerpo, podía sión del primitivo "doble", pero con
términos usados para designar el "al- decidir permanecer en él de modo un origen luminoso y divino. El cuerpo
ma" son distintos de los empleados permanente. puede ser concebido entonces como
para referirse al "aliento". Así ocurre II. No pocas de las primeras repre- una especie de cárcel, o sepulcro, del
con el sánscrito prana —a diferencia sentaciones griegas del alma de que alma. La misión del hombre es liberar
de atman—, con el hebreo neshmah habernos noticia son, en el sentido an- su alma por medio de la purificación y
—a diferencia de nefesh—, con el terior, "primitivas". Por lo demás, hasta al final, más filosóficamente, por
árabe ruh —a diferencia de nefs—, el final de la cultura antigua —y en medio de la contemplación. El alma no
etc. Un origen "material" puede ha- muchas concepciones "populares" es un principio que informa el cuerpo
llarse, sin embargo, en los citados vo- dentro del Occidente hasta nuestros y le da vida; es algo de naturaleza
cablos, lo mismo que en los términos días— dominaron representaciones del esencialmente no sensible y no
psyche (griego), duja (ruso), Geist "alma" formadas de muy diversas ca- material.
(alemán) — este último, usualmente pas: el alma corno un muerto-sombra Platón acogió estas ideas y las refi-
traducido por 'espíritu', tiene la misma que desciende al seno de la tierra; el no considerablemente. Al principio,
raíz que el inglés ghost, comunmente alma como un "aliento" o principio especialmente en el Fedón, defendió
vertido por 'fantasma'. A veces se de vida; el alma como "realidad aé- un dualismo casi radical del cuerpo y
distingue entre el "alma" como rea" que vaga alrededor de los vivos el alma; el alma era para él una rea-
"principio de vida" y el "alma" como y se manifiesta en forma de fuerzas lidad esencialmente inmortal (véase
"doble" por medio de dos distintos y acciones, etc. etc. Estas representa- INMORTALIDAD) y "separable". El al-
vocablos. Ejemplos son kra y chraman ciones influyeron, además, sobre las ma aspira a liberarse del cuerpo para
(antiguo egipcio), zymos [thymos] y ideas que no pocos filósofos se forma- regresar a su origen divino y vivir, por
psyché (en griego). Esta última dis- ron del alma. Algunos presocrátícos decirlo así, entre las ideas, en el
tinción es sobremanera importante, concibieron como "almas" todos los mundo inteligible. Aun dentro del
aunque no siempre se expresa mediante "principios de las cosas" en cuanto cuerpo, el alma puede recordar (véa-
uso de distintos términos. Así, psy-che "cosas vivientes". Los atomistas des- se REMINISCENCIA) las ideas que
designa en Homero por igual "la cribieron el alma como compuesta de. había contemplado puramente en su
75
ALM ALM ALM
vida anterior. La teoría del alma pura sar en las cosas inmortales y divinas" Las doctrinas aristotélicas sobre el
es en Platón el fundamento de su (Tim., 89 B). En suma, el alma re- alma son muy complejas. En parte se
teoría del conocimiento verdadero, y side por lo pronto en lo sensible, pe- apoyan en ciertas ideas de Platón y,
a la vez éste constituye una prueba ro puede orientarse hacia lo inteligi- desde luego, en la idea de que lo
de la existencia del alma pura. Sin ble, encaminarse hacia su "verdadera inteligible tiene que predominar so-
embargo, Platón se dio cuenta pronto patria". El alma no deja de ser alma bre lo sensible, y la contemplación
de que el dualismo cuerpo-alma plan- por quedar encerrada en lo sensible, sobre la acción. Aristóteles, por lo
teaba no pocas dificultades, no sólo pero sólo cuando actúa según lo inte- demás, habla a veces del alma como
epistemológicas y metafísicas, sino ligible puede decirse que ha sido pu- un principio general (de vida) y a
también morales. Su filosofía es en rificada. veces como un principio individual
gran parte un esfuerzo por solucionar Los neoplatónicos, y especialmente propio de cada uno de los hombres.
tales dificultades, y hasta puede ha- Plotino, desarrollaron con gran deta- En ambos casos es característico del
blarse de una "dialéctica del alma" lle esta "dialéctica" platónica del al- Estagirita hacer con el alma lo que
en Platón a través de la cual se afir- ma. Plotino usó no sólo los conceptos hizo con las ideas: traerla, por así de-
ma, para luego negarla, la separabili- elaborados por Platón, sino también cirlo, del cielo a la tierra. Las teorías
dad del alma con respecto al cuerpo. los tratados por Aristóteles; se pregun- más características de este autor sobre
Por lo pronto, debía de haber algún tó, pues, en qué forma el alma se el alma se hallan formuladas, en todo
"punto" o "lugar" por donde el alma halla unida al cuerpo, si siendo ins- caso, desde un punto de vista "bio-
quedase insertada en el cuerpo; de lo trumento de él, constituyendo una lógico" (o, mejor dicho, "orgánico").
contrario, no se entendería cómo hay mezcla o siendo forma del cuerpo El alma, declara Aristóteles, es en al-
relación entre las operaciones de una y (Enn., I i 3). Lo segundo se halla gún sentido el "principio de la vida
del otro. Las distinciones entre varios excluido; sólo lo primero y lo tercero animal" (De an., 1 1, 402 a 6) en
órdenes (o tipos de actividades) del son admisibles. El alma es por sí mis- tanto que vida que se mueve a sí
alma es uno de los modos de ma, en cuanto separada del cuerpo, misma espontáneamente. Pero ello no
afrontar la cuestión citada. Platón una realidad impasible (I ii 5), pero significa que el alma se mueva a sí
distinguió, por ejemplo, entre la parte puede decirse que tiene dos "partes": misma; ser principio de movimiento
sensitiva (sede del apetito o deseo), la la separada o separable y la que no significa ser movimiento. Ahora
parte irascible (sede del valor) y la constituye una forma del cuerpo (I i bien, puesto que todo cuerpo natural
parte inteligible (sede de la razón). 3; II iii 15; II ν 3). Hasta puede ha- poseedor de vida es una substancia
Parece "obvio" que mientras esta blarse de una "parte" media o media- (en tanto que realidad compuesta),
última "parte" es "separable" del dora entre las dos partes fundamen- y posee un cuerpo, no puede decirse
cuerpo, ninguna de las otras dos lo tales (II ix 2). Plotino se interesa que el cuerpo sea el alma. El cuerpo
son. Pero entonces se plantea el pro- particularmente por la parte superior es la materia; el alma es una cierta
blema de la relación entre los diver- e inteligible, la cual no sufre altera- forma. He aquí las dos célebres de-
sos órdenes o tipos de actividad del ción (III vi 1) y es incorruptible finiciones dadas por el Estagirita: "el
alma. Platón creyó hallar una solu- (III vi 1). El alma se divide cuando alma es la primera entelequia del
ción al problema estableciendo que se orienta hacia lo sensible (IV i 1); cuerpo físico orgánico", e/ntele/xeia h(
los órdenes en cuestión son órdenes se unifica, en cambio cuando se prw/th sw/matoj fusikou= o)rganikou=
fundamentales no sólo del alma indi- orienta hacia lo inteligible, hasta el (ibíd., II, 1 412 b 25 sigs.); es "la
vidual, sino también de la sociedad punto de adquirir un rango divino primera entelequia del cuerpo físico
y hasta de la naturaleza entera. Estos (IV ii 1). En último término, cuando que posee la vida en potencia,
órdenes se hallan en una relación de el alma se purifica puede inclusive entele/xeia h( prw/th sw/matoj
subordinación: las partes inferiores transfigurar el cuerpo, es decir, hacer fusikou= duna/mei zw/hn e(/xontoj, (II 1
deben subordinarse a la parte supe- que habite en este mundo como si 412 a 27 sigs.). No tiene sentido,
rior; el alma como razón debe conducir viviera en el universo inteligible. En pues, preguntar si el cuerpo y el alma
y guiar el alma como valor y como su ser propio, el alma es una, inco- son una sola realidad; ello sería
apetito. Así, el alma puede tener algo rruptible, racional, inteligible, contem- como preguntar por qué la cera y la
así como una historia en el curso de plativa e inmortal. Debe tenerse en forma de la cera son una realidad. El
la cual se va purificando, es decir, va cuenta, para el cabal entendimiento sentido de la unidad del cuerpo y del
formando y ordenando todas sus ac- de las ideas de Plotino sobre el alma, alma es la relación de una actualidad
tividades de acuerdo con la razón que en ocasiones se refiere al alma con una potencialidad.
contemplativa. De lo que el hombre en general, a veces al alma individual El alma es, pues, una substancia;
haga en su vida dependerá que se y a veces al alma universal o Alma es el quid esencial del cuerpo. Como
salve, es decir, se haga inmortal, esto del Mundo (VÉASE ). Pero ciertas escribe Aristóteles: "si el ojo fuera un
es, se haga entera y cabalmente "al- propiedades son comunes a todas las animal, la vista sería su alma, pues
ma pura". Pues el hombre, escribió especies de almas en cuanto por lo la vista es la substancia o forma del
Platón, puede "convertirse enteramen- menos son los habitantes del mundo ojo". El alma es, pues, la forma del
te en algo mortal" cuando se abandona inteligible. De hecho, todas las almas cuerpo en tanto que constituye el con-
a la concupiscencia, pero se hace individuales forman una sola alma (VI junto de posibles operaciones del cuer-
inmortal y contemplativo cuando "en- ν 9), si bien ello no significa una po. Así como lo propio del martillo
tre todas sus facultades ha ejercido fusión, sino una organización jerárqui- es dar martillazos, lo propio del alma
principalmente la capacidad de pen- ca en lo inteligible único (VI vii 6). es hacer que el cuerpo tenga la forma
76
ALM ALM ALM
que le corresponde como cuerpo y, tes individuales, sino una sola alma ciones entre partes del alma y modos
por lo tanto, hacer que el cuerpo sea (pensante). Este problema ha sido de unificación propuestas entre tales
realmente cuerpo. El alma es la causa tratado tradicionalmente bajo la cues- partes en el pensamiento antiguo en
o fuente del cuerpo viviente (II 4 415 tión de la naturaleza del entendimien- relación con el pensamiento cristiano.
b 9). Ahora bien, si el alma es el to ( VÉASE ), o del intelecto. Aristó- No podemos aquí ni siquiera resumir
principio de las operaciones del teles no se inclinó por una rigurosa las numerosas doctrinas forjadas al
cuerpo natural orgánico, puede dis- "unidad del entendimiento". Pero al- respecto. Nos limitaremos a indicar
tinguirse entre varios tipos de opera- gunos de sus seguidores, como Ale- que, a consecuencia sobre todo de las
ciones. A ello corresponde la división jandro de Afrodisia, mantuvieron una influencias platónicas y neoplatónicas,
entre varias "partes" del alma — que, opinión radical a este respecto. Lo se tendió cada vez más por parte de
por lo indicado, no destruye en ma- mismo parece haber sido el caso de los autores cristianos a una "espiritua-
nera alguna su unidad como forma. Averroes. La doctrina de la unidad lización" y, sobre todo, a una "perso-
El alma es el ser y principio de los del intelecto acentúa la racionalidad nalización" del alma. Muchas de las
seres vivientes, por cuanto esos ser y y espiritualidad del alma humana, pero ideas debatidas sobre los citados puntos
principio consisten en vivir. Las doc- con detrimento de su individualidad. se hallan en San Agustín. Éste rechaza
trinas aristotélicas sobre el alma no A partir de Aristóteles —con los enérgicamente toda concepción del
son, pues, sólo de carácter biológico estoicos, neoplatónicos y luego los alma como entidad material y subraya
o de carácter psicológico —aun cristianos— se multiplicaron las cues- el carácter "pensante" del alma. Pero
cuando ofrezcan asimismo, y muy tiones relativas a la existencia del al- semejante carácter no es el de una
acentuadamente, estos dos caracte- ma, a su naturaleza, a sus partes y pura razón impersonal. El alma es un
res—; constituyen el más importante a su relación con el cuerpo y con el pensamiento en tanto que vive, o,
fragmento de una "ontología de lo vi- cosmos. Prácticamente todos los filó- mejor dicho, se siente vivir. El alma
viente". Un rasgo básico de esta on- sofos admitieron alguna especie de es el pensar en tanto que se conoce a sí
tología es el análisis del concepto de "alma", pero la definieron de muy mismo como dudando y existiendo — y
función y de las diversas funciones diversas maneras. Algunos —como los existiendo, además, como entidad
posibles. Los diversos tipos de almas epicúreos y en parte los estoicos— espiritual y no como una parte del
—vegetativa, animal, humana— son, consideraron que el alma es una rea- cuerpo, o siquiera como un mero
pues, diversos tipos de función. Y las lidad de alguna manera "material", principio del cuerpo. El alma es, en
"partes" del alma en cada uno de si bien de una materia más "fina" y rigor, para San Agustín, una intimidad
estos tipos de función constituyen "sutil" que todas las otras. Los temas — y una intimidad personal. Cierto que
otros tantos modos de operación. En del alma como "aliento" y como "fue- el alma es una "parte" del hombre, el
el caso del alma humana, el modo de go" (o algo "semejante al fuego") cual se compone de cuerpo y alma, por
operación principal es la racional, que desempeñaron un papel importante en cuanto es un conjunc-tum. Pero como
distingue esta alma de otras en el estas especulaciones. Otros filósofos, el hombre es el modo como el alma
reino orgánico. Ello no significa que seguidores de Aristóteles, subrayaron adhiere al cuerpo, la existencia del
no haya en dicha alma otras opera- la realidad del alma como una forma o alma y su modo de "adhesión" son
ciones. Puede hablarse de la parte nu- un principio de lo viviente. Otros, fi- fundamentales para el hombre. El alma
tritiva, sensitiva, imaginativa y apeti- nalmente, inclinados hacia Platón, está por entero en cada una de las
tiva del alma (véase APETI T O ) o destacaron la naturaleza espiritual e partes del cuerpo. Ello no significa
sea de otras tantas operaciones. Me- inteligible del alma. Estas especula- que no pueda distinguirse entre las
diante las operaciones del alma, espe- ciones influyeron sobre las ideas que diversas funciones del alma, tales como
cialmente de la sensible y de la pen- se formaron del alma no pocos autores la voluntad, la memoria, etc. Pero
sante, el alma puede reflejar todas las cristianos, si bien éstos partieron de todas estas funciones lo son de una
cosas, ya que todas son sensibles o una idea del alma que no tenía función principal, de una realidad
pensables, y ello hace que, como dice necesariamente rasgos filosóficos. Los espiritual indivisa que se manifiesta
Aristóteles en una muy comentada autores que más influyeron a este res- por medio de lo que San Agustín llama
fórmula, el alma sea de algún modo pecto sobre los primitivos autores cris- "la atención vital". En este sentido, el
todas las cosas, h) Yuxh\ ta o)/nta tianos fueron los de confesión plató- alma es también un principio
pw/j e)sti (III 8, 431 b 21). nica y neoplatónica. Pero como en la animador del cuerpo. Pero como es una
Varios problemas se plantearon den- tradición cristiana desempeñaba un substancia espiritual, no depende del
tro del aristotelismo, especialmente en papel fundamental "el hombre ente- cuerpo, como si fuese un mero
lo que toca a la naturaleza de la parte ro" —el cual aparece existiendo con epifenómeno de éste. El alma ha
pensante del alma, la cual puede su cuerpo— se hicieron muy agudas surgido de la nada por la voluntad
llamarse πνεύμα más bien que Yuxh/. las cuestiones relativas a la unión del creadora de Dios; es una esencia
Como pensar es reconocer racional- alma con el cuerpo, a la naturaleza inmortal.
mente lo que hay y lo que hace que de la inmortalidad ( VÉASE) y a las Puede decirse que dentro del pen-
lo haya, y sobre todo los principios llamadas "partes" del alma. Tanto samiento cristiano, e independiente-
supremos de lo que hay, se puede Windelband (en su Historia de la fi- mente de las diversas interpretaciones
suponer que todas las operaciones ra- losofía) como E. Schindler (Cfr. bi- y explicaciones de la naturaleza del
cionales son iguales en todas las al- bliografía infra) han tratado con deta- alma proporcionadas por los filósofos
mas dotadas de la facultad de pensar. lle el problema de las muchas distin- cristianos, el alma es vista no sólo co-
En tal caso, no habría almas pensan- mo algo de índole inmaterial, sino
77
ALM ALM ALM
también, y en particular, "espiritual- sensificans seu irrationalis; intellectiva relieve el estrecho enlace que hay en
personal". El alma es una vida, pero seu intellectualis seu rationalis). Dis- este y otros muchos respectos entre
una vida superior a la biológica. No tingue asimismo —siguiendo a auto- el agustinismo y el idealismo moder-
sólo importa, pues, la aspiración a lo res antiguos— entre el concepto de no, y entre este último y la llamada
inteligible, sino todas las experiencias anima como principio vital y el con- "decadencia de la escolástica". Ha in-
que "llenan" la vida del alma — por cepto de animus en tanto que enten- dicado, además, que en el pensa-
ejemplo, la esperanza. Desde este án- dimiento. Debe observarse, sin embar- miento moderno se reanuda el hilo de
gulo hay distinciones muy marcadas go, que Santo Tomás no se limita a la meditación agustiniana. Hay, por
entre las concepciones neoplatónicas repetir las fórmulas aristotélicas y al- ejemplo, afirma dicho autor, una di-
y las cristianas. Para los neoplatóni- gunas de las antiguas distinciones. De rección de raigambre agustiniana, ela-
cos, el alma es, a lo sumo, una enti- hecho, parece preocupado sobre todo borada por la "última escolástica"
dad intermedia entre lo sensible y lo por solucionar ciertos conflictos que (presumiblemente la de los siglos XIV
puramente inteligible. De ahí las cons- se habían abierto al seguirse las ins- y XV ), recogida por Descartes y que
tantes discusiones acerca del "lugar" piraciones agustinianas sin un debido culmina en Malebranche. Según ella,
(metafísico) en que se halla o puede análisis filosófico de sus implicacio- el alma aprehende directamente a
hallarse el alma y sobre su divisibi- nes. Por ejemplo, hay en Santo To- Dios, y al mundo sólo a través de
lidad o indivisibilidad de acuerdo con más un esfuerzo constante para ten- Dios. Esto permite comprender la
el grado menor o mayor de acerca- der un puente entre la idea del alma fórmula malebranchiana: nous voyons
miento a lo inteligible. Para los cris- como subjetividad e intimidad y la toutes choses en Dieu. Esta dirección
tianos, el alma es el aspecto espiri- idea del alma como entelequia. Santo prosigue con Leibniz y su concepción
tual de la persona. Como tal, tiene Tomás acentuó la noción de la unidad monadológica (véase MÓNADA y MO-
una relación filial —y no sólo inte- substancial del hombre, la cual no po- NADOLOGÍA). Según todos estos auto-
lectual— con la Persona divina. Para día afirmarse sin tenerse en cuenta res, consciente o inconscientemente
los neoplatónicos, el alma es aquello que el alma es una forma unificante. seguidores de San Agustín, el alma
que puede ascender al mundo de las No se trata, pues, de establecer dis- tiene sobre todo espontaneidad e in-
ideas. Para los cristianos, es lo que tinciones entre el alma como princi- timidad, de modo que la relación en-
puede salvarse en la contemplación de pio del ser vivo y el alma como prin- tre ella y el mundo es distinta de la
Dios, Su creador. Añádase a ello que cipio del ser racional; se trata más que se advierte en el tomismo. Mien-
para los cristianos el cuerpo puede bien de ver cómo pueden articularse tras la concepción antigua tradicional,
salvarse de su corruptibilidad para estas distintas operaciones. En la me- cristianizada por algunos autores es-
convertirse en "cuerpo glorioso". Por dida de lo posible Santo Tomás pro- colásticos, es una especie de realismo
si fuese poco, mientras los neoplató- cura salvar y justificar varios "aspec- según el cual en última instancia el
nicos siguen viendo el alma desde el tos" del alma: la intimidad "experien- alma está en el mundo, la concep-
"mundo" —sin que importe que tal cial", la individualidad, la referencia ción agustiniana y moderna es un
"mundo" sea más bien una jerarquía corporal, etc. Si algunas veces parece idealismo para el cual el mundo está
de seres y de valores que un conjunto que se rompe la unidad —como cuan- en el alma. Se puede decir que algu-
de "cosas"—, para los cristianos el do se sostiene la doctrina de las for- nos escritores escolásticos (Santo To-
mundo es visto desde el alma. El al- mas subsistentes o separadas—, ello más) y modernos (Leibniz) no enca-
ma no es, pues, para los cristianos una es sólo las más de las veces para res- jan dentro de ninguna de estas dos
"cosa", ni siquiera esa "cosa" que pue- tablecer un equilibrio perdido. concepciones, y representan más bien
de llamarse "espíritu". Es una expe- Algunos autores piensan que el intentos de mediación. Pero sólo sub-
riencia, o conjunto de experiencias, equilibrio establecido por Santo To- rayando hasta el extremo las implica-
que incluyen la subjetividad, la per- más es inestable. Varios escolásticos ciones de dichas concepciones se puede
sonalidad, la conciencia de sí (o de después de Santo Tomás atacaron de comprender, según Heimsoeth, el
sentirse vivir) y, desde luego, la tras- nuevo el problema —o, mejor dicho, supuesto último de ciertas nociones
cendencia. los problemas— del alma, y lo hicie- acerca de la naturaleza del alma y de
Se puede alegar que desde el mo- ron mediante nuevas y más numero- su relación con el mundo y Dios. He
mento en que, sobre todo con Santo sas distinciones y subdistinciones. aquí cómo se expresa Heimsoeth so-
Tomás, se introdujeron sistemática- Mencionemos a este respecto la teo- bre este punto: "La idea de Platón es
mente los temas y los términos aristo- ría de la "dualidad" de materia y for- el 'ser que es', que se opone y ayuda
télicos dentro del pensamiento cristia- ma en el alma, y la concepción de la a ser, por así decirlo, a lo subjetivo
no, algunas de las afirmaciones ante- forma corporeitas en cuanto radical- psíquico, cuya peculiar índole Platón
riores perdieron su validez. Santo To- mente distinta de la forma propia de no conoce propiamente todavía. Este
más se apropia no pocas de las fór- lo anímico. La "unidad substancial" idealismo es independiente por com-
mulas aristotélicas — el alma es actus se escindió en varios tipos de unida- pleto del concepto de sujeto. Pero la
primus physici corporis organici des, que era muy difícil armonizar. Edad Moderna, a la que se ha hecho
potentia vitam habentes; y hasta es Los modos como San Agustín había patente el gran contraste del sujeto
quodammodo omnia ( Cfr. supra ). Di- tratado las cuestiones relativas al al- que conoce y quiere y el ser objetivo,
cho filósofo distingue, además, entre ma se pusieron de nuevo en circula- trata, o de sumir el alma en el ser,
el alma vegetativa, la animal y la ción e influyeron decisivamente sobre continuando la antigua tendencia ob-
humana (vegetabilis, vegetativa seu algunas concepciones modernas. Heinz jetivista, como el materialismo, o de
civificans; sensibilis seu sensitiva seu Heimsoeth (Cfr. infra) ha puesto de incluir el ser, el mundo exterior, en el
78
ALM ALM ALM
sujeto, haciendo de él una 'idea' en el más bien en el alma en tanto que ello, subjetividad, en tanto que el es-
nuevo sentido consciencialista, un fe- "substancia psíquica". En su presen- píritu es objetividad. El alma es in-
nómeno del sujeto. La preeminencia tación de los paralogismos (véase manencia, mientras que el espíritu es
de lo espiritual y psíquico sobre la PARALOGISMO) de la Psychologia ra- trascendencia. En ciertos casos se han
Naturaleza, de la persona de Dios y tionalis, y en otras muchas partes de adscrito al concepto de espíritu ( VÉA-
del alma sobre lo objetivo, se extrema su obra, Kant distinguió entre el yo SE) ciertos caracteres que correspon-
aquí hasta la afirmación de la reali- como fenómeno y el yo como noúme- den a algunas de las propiedades tra-
dad exclusiva de lo subjetivo" (Los no. El primero parece designar lo psí- dicionalmente pertenecientes a la no-
seis grandes temas de la metafísica quico en general; el segundo, el alma. ción de alma. Ello ha sucedido espe-
occidental, trad. José Gaos, 2a ed., En vista de estas dificultades, sólo en cialmente cuando el concepto de es-
1946, pág. 157). apariencia de carácter terminológico, píritu ha sido explicado en tal forma
Esta "visión del mundo desde el puede preguntarse si no sería mejor que ha dado origen a tesis similares a
alma" constituye, sin embargo, sólo establecer distinciones entre la noción las del entendimiento ( VÉASE ) activo
uno de los motivos del pensamiento de alma y las nociones del yo, de la y a la unidad del entendimiento o in-
moderno idealista. Además, es un su- conciencia, del pensamiento, de lo telecto. Algunos autores han propues-
puesto metafísico más bien que un psíquico, etc. En la medida en que to una especie de jerarquía ontológi-
problema filosófico. En tanto que estas distinciones aclaren el pensa- ca Vida-Alma-Espíritu, considerando
cuestión filosófica, la del alma es de miento de un autor determinado, es el último como "superior", aunque po-
muy difícil aclaración dentro del pen- conveniente introducirlas. Así, por siblemente originado en los otros tér-
samiento moderno. Cierto que muchos ejemplo, es perfectamente admisible minos. Otros autores (Klages) han es-
autores modernos, y especialmente los decir que muchas de las teorías sobre timado que el espíritu es capaz de
filósofos del siglo XVII, se han la relación e interacción entre lo psí- "matar" el alma.
ocupado persistentemente del quico y lo físico desarrolladas durante Se ha afirmado asimismo que pue-
problema del alma, y de la relación los últimos ciento cincuenta años (teo- de haber una contraposición entre la
alma-cuerpo. Muchas teorías se han rías como las de Mach, Bergson y, noción de alma y la de conciencia.
propuesto al respecto. Se ha más recientemente, Gilbert Ryle y M. Mientras esta última sería de naturale-
examinado si el alma se reduce al Merleau-Ponty) no se refieren, sino in- za "histórica" y, en general, contin-
cuerpo, o el cuerpo al alma, o si cidentalmente, a la cuestión del alma, gente, la primera sería de índole
ambos son manifestaciones de una cuando menos del modo como esta "transhistórica" y, en general, "eter-
substancia única, o si la co- cuestión fue tratada por los filósofos na". Esta doctrina se halla fundada
rrespondencia entre las operaciones "tradicionales". A la vez, puede soste- en una concepción casi exclusivamente
del alma y las del cuerpo pueden ex- nerse que las ideas de los escolásticos, religiosa del concepto de alma y
plicarse mediante acción causal recí- y de muchos de los llamados "espiri- deja sin solucionar la cuestión de las
proca, conjunción, armonía preesta- tualistas", abarcan el problema del al- posibles relaciones entre el alma y la
blecida, etc., etc. A estos problemas ma en sentido tradicional. Sin embar- conciencia, y no digamos entre el al-
nos hemos referido en varios artícu- go, tal distinción no es siempre fácil. ma y la vida, que tanto habían pre-
los, algunos sobre filósofos (por ejem- En ciertos casos, la noción de "alma" ocupado a filósofos de confesión más
plo, DESCARTES, SPINOZA) y otros so- es lo suficientemente vaga para abar- "tradicional".
bre conceptos (por ejemplo, OCASIO- car muchas nociones distintas. En Sobre el concepto de alma, espe-
NALISMO, PARALELISMO). Pero puede otros casos, los conceptos del yo, del cialmente en sentido psicológico: Paul
preguntarse si al usar el concepto de pensamiento, de la conciencia, etc., Kronthal, Über den Seelenbegriff,
alma muchos autores modernos tenían aluden a ciertos caracteres tradicional- 1905. — Joseph Geyser, Die Seele; ihr
mente adscritos al alma. La única re- Verhältnis zum Bewusstsein und zum
presentes las ideas desarrolladas por Leibe, 1914. — G. Faggin, C. Fabro,
filósofos como Platón, Aristóteles, San comendación razonable al respecto es, S. Lator, S. Caramella, A. Guzzo, F.
Agustín, Santo Tomás y otros. Estos pues, la siguiente: no hacer distinción Barone, E. Balducci, C. Casella, A.
filósofos solían incluir dentro del con- sin aclaración. Stocker, M. F. Sciacca, L'anima, 1954,
cepto del alma los conceptos de lo III. El vocablo 'alma' ha sido usa- ed. M. F. Sciacca. — Charles
psíquico, de la conciencia, del pensa- do de nuevo por varios autores con- Vaudouin, Y a-t-il une science de
miento, etc. No es seguro, en cambio, temporáneos (Jaspers, Scheler, Ortega l'âme?, 1957. — N. Petruzze-lis, G.
que al hablar del alma ciertos autores y Gasset, F. Noltenius, etc.) en un Giannini, Ch. Boyer et al., L'anima
modernos se refieran a algo más que sentido algo distinto de cualquiera de umana, 1958 (Doctor com-munis, XI,
los tradicionales. Tales autores han Nos. 2-3). — Véase también
al conjunto de las operaciones psíqui- bibliografía de PSÍQUICO. — Sobre
cas o, como se ha dicho, al "pensa- distinguido entre la vida, el alma y el el origen del concepto: H.
miento". En algunos casos, la idea del espíritu, y especialmente entre el al- Schmalenbach, "Die Entstehung des
alma y de lo psíquico se hallan uni- ma y el espíritu. Mientras el alma es Seelenbegriffs", Logos, XVI, 3 (1927).
das. Tal ocurre con el tratamiento del concebida como la "sede" de los ac- — Sobre los orígenes de la investiga
alma en la llamada Psychologia ratio- tos emotivos, de los afectos, sentimien- ción anímica: Dudwig Klages, Ur-
nalis, especialmente tal como fue des- tos, etc., el espíritu es definido como sprünge der Seelenforschung, 1942.
arrollada por Wolff y su escuela, y la "sede" de ciertos actos "racionales" — Sobre la historia del concepto de
luego por los neoescolásticos — en (actos por medio de los cuales se for- alma en relación con la cuestión de
mulan juicios objetivos o pretendida- la llamada "localización" (véase Lo-
parte influidos por esquemas wolffia- CALIZACIÓN ) : B. Révesz, Geschichte
nos. Pero Hume, al someter a aná- mente objetivos). El alma es, según des Seelenbegriffs und der Seelenlo-
lisis la noción del yo, parece pensar 79
ALM ALM ALM
kalisation, 1917. — Un examen sis- Doctrine of the Soul, 1916. — G. ca; (II) la concepción cartesiana y
temático, a la vez psicológico y filo- von Hertling, Materie und Form und las discusiones sobre ella, y (III) el
sófico, del problema del alma se halla die Definition der Seele bei Aristote- problema de si Descartes recibió o
en muchos libros mencionados en la les, 1871. — E. Rolfes, Die substan- no la influencia directa de Gómez
bibliografía del artículo Psicología; tielle Form und der Begriff der Seele Pereira. La importancia dada a la
especialmente son significativos al bei Aristoteles, 1896. — F. Brentano,
respect o el de A. Pfänder, Di e Aristóteles Lehre vom Ursprung des cuestión en dicha época se manifiesta
Seele des Menschen, 1933, el de menschlichen Geistes, 1911. — H. no sólo en el número crecido de
Maximilian Beck, Psychologie: We-sen Cassirer, Aristoteles' Schrift "Von der escritos en torno a ella, sino tam-
und Wirklichkeit der Seele, 1934 Seele", 1932. — E. E. Spicer, Aris- bién en la atención que le presta-
(trad. esp. Psicología, 1948) y el de C. totle's Conception of the Soul, 1934. ron los repertorios enciclopédicos
G. Jung, Wirklichkeit der Seele. — F. Nuyens, Ontwikkelingsmomen- que reflejaban los intereses intelec-
Anwendung und Fortschritte der ten in de zielkunde van Aristóteles, tuales del tiempo: el Dictionnaire
neueren Psychologie, 1934 (trad. esp., 1939 (trad. francesa: L'Évolution de historique et critique, de Bayle (desde
Realidad del alma, 1934). — S. la psychologie d'Aristote, 1948). — la primera edición de 1695-97), con
Strasser, Le problème de L'âme, 1953. Ernst Topitsch, Die platonisch-aristo- sus artículos sobre Gomesius Pereira
— Para la metafísica del alma, véase: telischen Seelenlehren in weltanschau-
B. Rosenmüller, Metaphysik der ungskritischer Beleuchtung, 1959 y Rorarius (en este último también
Seele, 1947. — L. Lavelle, L'âme [Öst. Ak. der Wiss. Phil.-Hist. Kl. sobre la cuestión de si los brutos
humaine, 1951. — La relación entre Sitzungsber. 233, Vol. 4, Abh.]. — usan de la razón mejor que el
alma y espíritu (a favor de la Ph. Merlan, Monopsychism, Meta- hombre, un tema tratado por Anselmo
primera) según Klages, figura sobre consciousness, Mysticism. Problems of Turmeda); y la Encyclopédie (desde
todo en la obra capital de este autor: the Soul in the Neoaristotelian and la primera edición de 1751; véase
Der Geist als Wider-sacher der Neoplatonic Tradition, 1963. — E. ENCICLOPEDIA), cuyo largo artículo
Seele, 1929. — La relación entre Schindler, Die stoische Lehre von Âme des Bêtes comienza diciendo:
alma, materia y espíritu en F. den Seelenteilen und Seelenvermö- "La cuestión que concierne al Alma
Noltenius: Materia, Psyché, Geist, gen, insbesondere bei Panaitios und
1934. — I. Gindl, Seele und Geist. Poseidonios, und ihre Verwendung de los brutos era un tema digno de
Versuch einer Unterscheidung, 1955. bei Cicero, 1934. — E. Holler, Se- inquietar a los antiguos filósofos; sin
— Sobre alma y experiencia mística: neca und die Seelenteilungslehre embargo, no parece que se hayan
A. Gardeil, O. P., La structure de und die Affektenpsychologie der mit- atormentado por esta materia, ni
l'âme et l'expérience mystique, 2 tleren Stoa, 1934. — P. O. Kristeller, que, divididos entre sí por tan
vols., 1927. — Examen del problema Der Begriff der Seele in der Ethik diferentes opiniones, hayan con-
del alma frente a las negaciones de la des Plotins, 1929. — P. Künzle, Das vertido la cuestión de la naturaleza
psicología experimental en Juan Verhältnis der Seele zu ihren Poten- de esta alma en pretexto de quere-
Zaragüeta, El problema del alma ante la zen. Problemgeschichtliche Untersu- llas." Después del siglo XVIII la cues-
psicología experimental, 1910. — Las chungen von Augustin bis und mit
obras históricas sobre el desarrollo de Thomas von Aquin, 1956 [Studia tión no ha sido totalmente abando-
la noción del alma son numerosas; Friburgensia, N. F., 12]. — Th. nada, pero se ha tratado con dife-
citamos: G. H. von Schubert, Die Crowley, R. Bacon, The Problem of rentes supuestos y propósitos. No
Geschichte der Seele, 1839, 2 vols., the Soul in his Philosophical Com- podemos, pues, referirnos a ella bajo
reimp., 1960. — A. E. Crowley, The mentaries, 1950. — S. Strasser, Seele el mismo epígrafe. En la actuali-
Idea of the Soul, 1909. — J. Laird, und Beseeltes, Phänomenologische dad, la determinación de la diferen-
The Idea of the Soul, 1924. — W. Untersuchungen über das Problem der cia entre el hombre y el animal es
Ellie, The Idea of the Soul: Western Seele in der metaphysischen und em- —en filosofía— un problema de an-
Philosophy and Science, 1940. — Para pirischen Psychologie, 1955. tropología filosófica, auxiliada no sólo
la historia del alma en la Edad Media: ALMA DE LOS BRUTOS. El pro-
B. Echeverría, O. F. M., El problema por la biología, por la psicología y
blema de la naturaleza de los ani- por todas las ciencias del hombre,
del alma humana en la Edad Media,
1941. — Ph. D. Bookstaber, The Idea males y de la diferencia (esencial o sino también por lo que se llama
of Development of the Soul in Medieval de grado) entre el animal y el hombre, la teoría analítica de la vida huma-
Jewish Philosophy, 1950. — Un ha ocupado con frecuencia a los na. Observemos, además, que en
examen de la historia del alma en el filósofos; referencias al mismo se ha- época reciente las investigaciones ci-
sentido de una biometafísica, en E. llan en Alma, Antropología y Hombre bernéticas (véase COMUNICACIÓN)
Dacqué, Das verlorene Parodies. Zur ( VÉANSE ). En el presente artículo nos han vuelto a plantear con gran ra-
See-lengeschichte des Menschen, ocuparemos de un aspecto de tal dicalismo el problema: "¿Qué signi-
1938. — Para la concepción griega problema: el conocido con el
del alma es todavía clásica la obra fica propiamente pensar?", cuestión
nombre de problema del alma de los que no puede desligarse de las antes
de E. Rohde, Psyche, Seelenkult und brutos. Nos referiremos principal-
Unsterblichkeitsglaube der Griechen, señaladas y que inclusive constituye
1894 (trad. esp.: Psique. La idea del mente a las discusiones habidas sobre su mejor acceso a ellas.
alma y la inmortalidad entre los grie- el particular entre cartesianos y an- I. Las concepciones aristotélicas y
gos, 1948). — La obra de E. R. ticartesianos durante el siglo XVII y escolásticas. Aristóteles parecía a la vez
Dodds aludida en el texto es: The buena parte del siglo XVIII, cuando afirmar (De an. 423 a 15) y negar (ibíd.,
Greeks and the Irrational, 1951 (trad. la cuestión pareció afectar a la to-talidad 434 b 12) que hu-biese un alma en los
esp.: Los griegos y lo irracional, 1960). de la filosofía. Trataremos (I) : la
Para el concepto de alma en diver- animales. Sin embargo, no debemos
concepción aristotélico-escolás-tica más considerar sus ideas al respecto como
sos autores: J. Burnet,, The Socratic difundida en aquella épo- contradicto-
80
ALM ALM ALM
rias. En primer lugar, tenemos va- segundo, a los que no solamente per- de la presencia de pensamiento en
rias definiciones aristotélicas del al- ciben, sino también sienten; en el el cuerpo". Así, los animales son au-
ma, entre ellas la que figura en De último, a los que no sólo perciben tómatas, es decir, sus movimientos
an., II 1, 412 a 27-b 5 —"el alma es y sienten, sino también piensan, es pueden explicarse mediante princi-
el acto primero del cuerpo físico or- decir, poseen la facultad de razonar pios mecánicos. Sin embargo, es in-
gánico"— y la que consta en De an., sobre verdades universales. Sólo en justo atribuir a Descartes la idea de
II 1, 414 a 12 —"el alma es aquello el último sentido puede hablarse de que los animales son insensibles; el
por lo cual vivimos, sentimos y enten- alma humana (Carta a Wagner, filósofo no negaba la sensibilidad "en
demos". Aun cuando ambas definicio- 1710; Erdmann, págs. 279-84). tanto que depende sólo de los órga-
nes se aplican a todos los vivientes II. La concepción cartesiana y las nos corporales" y, por consiguiente,
(los escolásticos interpretan la segunda discusiones sobre ella. Contra lo an- rechazaba que se le acusase de cruel-
no como algo que se refiere a "nos- terior, Descartes afirmó el automa- dad para con los animales. Su opi-
otros, los hombres", sino como algo tismo de los brutos. Tal afirmación nión —según confesión propia— no
que concierne a "nosotros, cuerpos vi- se halla en varios textos. El más fa- era tanto menospreciar al animal co-
vientes"), es obvio que en la segunda moso de ellos es la Parte V del Dis- mo enaltecer al hombre. Pues se tra-
se apunta a la clasificación que, pro- curso del método. Aquí nos referi- taba de subrayar la naturaleza pen-
puesta por Aristóteles, fue elaborada remos, sin embargo, a otro texto que, sante de éste y el hecho de que
por muchos escolásticos. Hay, según aunque menos conocido, es, a nues- solamente tal naturaleza pensante
ella, tres almas correspondientes a tres tro entender, más explícito: una car- equivalía al alma inmortal.
géneros de seres vivientes: el alma ve- ta a Henry More (1649), en la cual Se ha hecho observar que la tesis
getativa, qreptikh/ , sensitiva, ai)sqhtikh/ el filósofo francés indicó que el cartesiana puede tener dos motivos
e intelectiva, nohtikh/ . Con esto pue- creer que los brutos piensan es el íntimamente emparentados: (1) el
de definirse al hombre como ente mayor de los prejuicios que hemos dualismo de pensamiento y exten-
que posee alma intelectiva (y, de retenido de la infancia. Es un pre- sión; (2) el extremo mecanicismo
un modo formal-eminente, alma sen- juicio originado en una compara- con que es concebido cuanto no es
sitiva y alma vegetativa), a dife- ción meramente superficial de los pensamiento. A ello se ha agregado
rencia de las plantas (que poseen movimientos de los animales con un propósito: el de salvar la tesis
sólo "alma" vegetativa) y de los los de nuestro cuerpo. Como se su- de la inmortalidad del alma. Lo úl-
animales con exclusión del hombre pone que nuestro espíritu es el prin- timo es lo que ha sido más destaca-
(que poseen "alma" sensitiva y, de cipio de nuestros movimientos, se do por los autores de la época. Ahora
un modo formal-eminente, "alma" ve- imagina a la vez —dice Descartes— bien, la oposición a Descartes no
getativa). Así, ciertas cuestiones afec- que los brutos deben de poseer un significaba, por lo común, negación
tan unívocamente a toda alma, mien- espíritu similar al nuestro. Ahora de la tesis de la inmortalidad, sino
tras otras (como la llamada extensión bien, como hay dos realidades irre- adopción de otros argumentos, con-
y divisibilidad del alma) conciernen ductibles —el pensamiento y la ex- siderados mejores. Por tal motivo, el
sólo al alma humana. La división de tensión—, hay también dos distintos propósito cartesiano, si bien impor-
los animales en racionales y en bru- principios de nuestros movimientos: tante históricamente, es menos deci-
tos coincide con la división de los el uno, enteramente mecánico y sivo sistemáticamente. Albert G. Balz
seres vivientes entre los que poseen corpóreo, que depende sólo de la ha indicado que, de acuerdo con los
y los que carecen de intelecto. O, fuerza de los "espíritus animales" textos de la época, la adhesión a la
como dicen los escolásticos, las almas y de la configuración de las partes doctrina del automatismo de los bru-
de los brutos no son subsistentes por corporales (espíritu que podemos tos constituía una prueba de la fi-
sí mismas. Con esto parecía afirmarse llamar alma corporal); el otro, com- delidad al cartesianismo: "se era un
que puede aplicarse el concepto de pletamente incorpóreo, que es espí- cartesiano auténtico si se proclama-
alma, en tanto que concepto unívoco, ritu o alma propiamente dicha y que ba que los anímales son máquinas"
al hombre y al animal, sin que se consiste en una substancia que pien- y, a la vez, si se afirmaba ser discí-
olvidaran las diferencias señaladas. sa. Los movimientos de los anima- pulo de Descartes y se negaba el
Análogamente, Leibniz pensaba que les proceden sólo del primer prin- automatismo, tal discipulado era una
hay tres conceptos del alma: uno, muy cipio. Cierto, dice Descartes, que burla (Dilly, Traité de l'âme et de
amplio, según el cual el alma es lo no podemos demostrar que los bru- la connoissance des bêtes, Amster-
mismo que la vida o el principio tos piensan. Pero tampoco se puede dam, 1691, apud. Balz, op. cit., en
vital, es decir, el principio de ac- demostrar que no piensan. Por lo la bibliografía, pág. 107). Esto explica
ción interna existente en la mónada tanto, la tesis de que los brutos ca- por qué la negación de alma a los
y al que corresponde la acción ex- recen de alma es sólo una tesis plau- brutos era en el cartesianismo una
tema; otro, más estricto, según el sible. Ahora bien, la plausibilidad posición metafísica, y por qué fue tan
cual 'alma' designa una especie noble aumenta cuando tenemos presente abundantemente discutida desde 1650
de vida; otro, más estricto aun, según no sólo la separación entre la subs- a 1780 aproximadamente. El número
el cual 'alma' designa una especie de tancia pensante y la substancia ex- de tratados publicados al respecto es
vida más noble. En el primer tensa, sino también el hecho de que muy crecido. Algunos de ellos son
concepto el alma es atribuida a los animales carecen de lenguaje ar- mencionados en la bibliografía de
todos los seres percipientes; en el ticulado, pues "la palabra es el úni- este artículo. Pero, además, debe
co signo y la única marca verdadera tenerse en cuenta que todos los au-
81
ALM ALM ALM
tores significados de la época se ocu- deraba que la teoría cartesiana era Plutarco; Macrobio); cuando se exa-
paron del asunto; así, entre otros, una consecuencia de su metafísica minan los textos no se ve de qué
Leibniz, Locke, Cudworth, More, general, en tanto que la de Gómez modo pueden relacionarse con la te-
Shaftesbury, Régis, La Forge, Cor- Pereira no dependía de ningún prin- sis de referencia. En cambio, hay
demoy, Fontenelle y, desde luego, cipio filosófico previo. Hasta se in- dos textos de Aristóteles a los que
Bayle. Toda clase de argumentos se dicó (ejemplos: el biógrafo de Des- no parece haberse prestado atención
utilizaron. Algunos eran de índole cartes, Adrien Baillet, en su Vie de suficiente: el que se halla en De an,
metafísica (naturaleza del alma y de Descartes; Bayle, en los artículos 434 b 12, al decir que "un animal
la relación alma-cuerpo, con las dis- mencionados del Dictionnaire; Fei- es un cuerpo sin un alma en él", y
tintas soluciones bien conocidas: dua- joo, en el Teatro Crítico, Disc. IX; el que se encuentra en De motu ani-
lismo, ocasionalismo, monismo, plu- el historiador del cartesianismo, Fran- malium, 701 b 1-14, según el cual
ralismo). Otros, de índole empírica cisque Bouillier, I, 1868, 3a ed., los movimientos animales pueden ser
(existencia de movimientos naturales pág. 153) que esto mostraba claramen- comparados con los de los muñecos
involuntarios —lo que probaría el au- te la superioridad de la tesis carte- animados o autómatas, stre/blai. Cier-
tomatismo del cuerpo y la superflui- siana y la incomprensión por Gómez to que cuando se piensa que la ci-
dad de un "alma"—; negación de Pereira del alcance de su propia doc- tada comparación es un método uti-
tales movimientos, o afirmación de trina — una opinión harto curiosa, lizado para comprender la naturaleza
que el argumento anterior ignora la pues no se ve por qué una tesis es del movimiento de los animales es
distinción tradicional entre el alma superior a otra cuando es una deriva- menester emplear mayores cautelas
vegetativa, el alma sensitiva y el alma ción directa de un principio meta- antes de establecer una relación
intelectual). Decenas de pruebas y físico. Entre los autores españoles demasiado directa entre la tesis del
contrapruebas fueron aducidas. Aquí que se han ocupado del asunto, al- Estagirita y las de Gómez Pereira y
nos interesa sólo, sin embargo, des- gunos (Francisco Alvarado, Eloy Descartes. En efecto, mientras en los
tacar que el sentido último de la Bullón, José María Guardia) afir- autómatas no hay —dice Aristóte-
doctrina cartesiana dentro de su sis- man que ha habido influencia directa; les— cambio de cualidad, en el ani-
tema era el apoyo de la metafísica otros (el citado Feijoo, José del mal pueden aumentar o disminuir de
dualista, y fuera de su sistema el Perojo, Narciso Alonso Cortés) la tamaño o cambiar de forma los órga-
deseo de hallar una nueva prueba de niegan; otros (Marcial Solana) sos- nos de que se sirve para ejecutar los
la naturaleza irreductible y, por lo tienen que hay una analogía. La movimientos. En suma, la conclusión
tanto, inmortal del alma humana. opinión de Menéndez y Pelayo al más plausible sobre el asunto es la
III. Descartes y Gómez Pereira. La respecto es ambigua. Por un lado de que ni ha habido precedentes
doctrina cartesiana sobre el automa- afirma que Descartes "glosó" la tesis claros de la doctrina en cuestión ni
tismo animal se parece mucho a la de Gómez Pereira, aunque expresán- han existido de hecho relaciones entre
de Gómez Pereira. Si acaso, la del dola de manera menos ingeniosa que el filósofo español y el francés. Ahora
último es aun más radical que la del el filósofo español. Por otro consi- bien, no puede ignorarse que hay un
primero, pues deniega inclusive la dera incierta una influencia directa aspecto en el cual coinciden los dos
sensibilidad a los brutos. Parece, pues, y se inclina por otra indirecta (a filósofos: el aspecto extra-sistemático,
natural que se haya planteado el pro- través de la Philosophia sacra, de F. según el cual la tesis del automatismo
blema (muy discutido en el siglo Valles). Ahora bien, la cuestión de animal es especialmente adecuada,
XVII y parte del XVIII) de si la las relaciones entre Gómez Pereira y como lo ha advertido B. A. G. Fuller
teoría del filosofo francés al respecto Descartes es sólo una parte de la (Cfr. infra), para evitar ciertas
había sido influida por la Antoniana cuestión más general acerca de los dificultades que creaba "la existencia
Margarita; (1a edición en Madrid, precedentes que pudiera haber para de los animales inferiores en los
1554; 2a edición en Frankfurt, 1610), uno y otro en los filósofos antiguos. problemas del alma y de la inmor-
del filósofo español. Ahora bien, Ya a fines del siglo XVII se opinaba talidad humana".
cuando se llamó la atención de que había precedentes de "la Referencias al problema en los his-
Descartes sobre este punto, el autor paradoja". Huet, por ejemplo, toriadores del cartesianismo ( VÉASE),
del Discurso del método (véase indicaba en su Censura philosophiae especialmente en el libro de Fran-
Carta a Mersenne del 23 de junio de cartesianae (1689) que hay un pre- cisque Bouillier. El trabajo aludido
cedente en el tratado De abstinen- de Balz es "Cartesian Doctrine and
1641; A. T., III, 386) negó haber the Animal Soul. An Incident in the
recibido tal influencia y hasta haber tia, de Proclo. Lo cual es dudoso, Formation of the Modem Philoso-
leído a Gómez Pereira. Más aun: pues si bien hay en Proclo (In Pla- phical Tradition", en sus Cartesian
indicó que no consideraba necesario tonis Theologiam, III, i) la afirma- Studies, 1951, 106-157. Entre los li-
ver el libro (una indicación ción de que las almas animales son bros de los siglos XVII y XVIII que
ciertamente "muy cartesiana"). La "simulacros" o "imágenes" de las al- trataron extensamente el problema
mayor parte de los autores de los mas humanas, ello debe entenderse (además de los textos referidos en
siglos citados se atuvieron a ella; en en el sentido de la relación entre la el capítulo presente) mencionaremos
todo caso, destacaron que la conexión copia y su original. Lo mismo cabe algunos de los más destacados: De
entre las dos doctrinas era muy decir de otros textos mencionados la Chambre, Traité de la connaissan-
ce des animaux, où tout ce qui a
problemática. Y ello por dos causas: por Bayle (Séneca, De ira, I, ii: De esté dit pour, & contre le raisonne-
(1), porque, de hecho, no parecía brecitate vitae, XIV) o Baillet (San ment des bestes est examiné, Paris,
haber habido tal influencia; (2), Agustín, De quantitate animae, c. 30;
porque se consi- 82
ALM ALM ALM
1664. — Padre Posson, Commentai- losofía, II, 1 (1951), 46-64. — El mantienen Crisipo en el Libro I de su
res ou Remarques sur la Méthode de artículo aludido de Fuller es "The tratado De la Providencia, Apolo-doro
M. Descartes, Paris, 1671 (favorable Messes Animais Make in Metaphy- en su Física y Posidonio en numerosos
a la tesis cartesiana). — J. Β. du sics", Journal of Philosophy, XLVI lugares de sus obras, es viviente, zw|=n,
Hamel, De corpore animaio, libri (1949), 829-38. — Además del li- "en el sentido de una substancia
quatuor, seu promotae per experi- bro de Balz citado al principio de
menta philosophiae, specimen alter- esta bibliografía, véase: H. Hastings, animada dotada de sensación". Otros,
rum, Paris, 1673 (du Hamel es el au- Man and Beast in French Thought en cambio, identificaban esta alma
tor, referido en Ontología [VÉASE], of the Eighteenth Century, 1936. — del mundo con la razón o bien
que quería conciliar la filosofía tradi- L. C. Rosenfield, From Beast-Ma- hacían de ella, como los
cional con la cartesiana). — Padre chine to Man-Machine, 1940. — M. neoplatónicos, una de las hi-
Pardies, Discours de la connaissance Chastaing, "Le 'Traité' de l'abbé Ma- póstasis de la unidad suprema. El
des bêtes, Paris, 1696 (si Descartes cy et la Vieille réponse' cartésienne alma del mundo quedaba entonces
tiene razón, quizá los hombres sean du problème de la connaissance desligada de esta unidad; aunque
también máquinas). — Essai philo- d'autrui", Revue philosophique de estrictamente subordinada a ella, no
sophique sur l'âme des bêtes, où l'on la France et de l'Etranger, Año
traite de son existence & de sa nature LXXVIII (1953), 76-86. podía tampoco confundirse con la
et où l'on mêle par occasion diverses ALMA DEL MUNDO. La expre- unidad primera. La confusión del
réflexions sur la nature de la liberté, sión 'alma del mundo' designa la to- alma del universo con el primer
sur celle de nos sensations, sur talidad del universo concebido como principio es, en cambio, propia de
l'union de l'âme & du corps, sur organismo o, mejor dicho, la forma las tendencias que podrían calificarse
fimmortalité de l'âme, & et où l'on de este universo. La idea de un alma de "panteísmo organológico". Desde
réfute diverses objections de Mon- el momento en que se niega, cons-
sieur Bayle, Amsterdam, 1728 (obra del mundo nace en el mismo momento
en que surge el pensar filosófico. La ciente o inconscientemente, la tras-
atribuida por Francisque Bouillier a cendencia del primer principio, apa-
un tal Boullier y en la cual se de- reducción de la totalidad a la unidad, la
fiende el principio inmaterial en los suposición de que todo está rece el alma del mundo como lo que
brutos). — M. l'abbé Macy, Traité de entrelazado representa, en efecto, la religa la totalidad del universo, como
l´âme des bêtes, 1737 (a favor de admisión de un alma del mundo siem- lo que expresa esta misma totalidad,
Descartes). — G. Daniel, Voyage du pre que, rechazándose el mecanicismo o como la propia totalidad en cuanto
Monde de M. Descartes, La Haye, ciego, se admite que el todo tiene un única realidad existente. Aquí vemos
1739 (contra los cartesianos). — sentido. La explicación platónica del una distinción fundamental entre dos
Amusement philosophique sur le lan- nociones del alma cósmica: la que
gage des bestes, Paris, 1739 (atri- origen del alma del mundo como la
mezcla armónica por el demiurgo de la convierte en mera expresión de
buido al abbé Bougeant; reed. por un organismo que es el universo
H. Hastings, Genève, 1954). — M. las ideas y de la materia, de la esencia
Guer, Histoire critique de l'âme des de lo Mismo y de lo Otro, puede ser entero, a la vez subordinado a un
bêtes, contenant les sentiments des la transcripción mítica de un supuesto primer principio, y la que la identi-
philosophes anciens & ceux des mo- metafísico que parece inextirpable en fica con este mismo principio, es de-
dernes sur cette matière, Amsterdam, la especulación antigua. Así el cir, la que convierte en Dios el alma
1749 (se mantiene neutral frente a cuerpo del mundo está envuelto por del mundo. Distinción que casi nunca
las tesis opuestas). — Los textos de su alma; pero, a la vez, el alma del se hace, cuando menos explícitamente,
comentaristas referidos en el aparta- en los sistemas de la filosofía, donde
do III y no detallados en el texto del universo se halla en cada una de
las cosas de éste, no parcial y justamente suele abundar la
artículo son: Francisco Alvarado, transposición de uno de dichos con-
Cartas, 1825. — Eloy Bullón, Los fragmentariamente, sino de un modo
precursores españoles de Bacon y total y completo. En otros térmi- ceptos al otro. Así ocurre, por ejemplo,
Descartes, 1905. — José María Guar- nos, el alma del mundo es aquella con la especulación sobre el alma del
dia, en Revue philosophique, XXVIII realidad que hace que todo micro- mundo en los pensadores del Re-
(1889), 270-9-, 382-407, 607-34, cosmo sea un macrocosmo. Los debates nacimiento (Agrippa, Paracelso, algu-
apud Joaquín Iriarte, S. J., Menéndez y habidos en las escuelas filosóficas nos místicos, sobre todo Bruno) y en
Pelayo y la filosofía española, 1947, antiguas, debates que, bajo distinta románticos como Schelling. Bruno
pág. 249. — José del Perojo, Ensayos tiene, ciertamente, conciencia de esta
sobre el movimiento intelectual en forma, se reproducen en todos aque-
llos momentos de la historia del pen- oposición y en ocasiones la declara,
Alemania, apud Iriarte, op. cit., pág. pero con el fin de eludir el panteís-
153. — Narciso Alonso Cortés, samiento en que —como en el Rena-
"Gómez Pereira y Alonso de Merca- cimiento y en el Romanticismo— lo mo funde a veces las dos nociones
do: datos para su biografía", Revue orgánico sustituye a lo mecánico, se en un solo concepto del alma del
Hispanique, XXXI (1914), 1-62, es- centraron particularmente en los estoi- mundo que es a la vez la divinidad
pecialmente 1-29. — Marcial Solana, cos y los neoplatónicos. Unos conce- y el principio orgánico del universo.
Historie de la filosofía española. Épo- bían, en efecto, esta alma del mundo Análogamente, Schelling, que procura
ca del Renacimiento. Siglo XVI, 1941, de un modo muy cercano a lo mate- eludir las acusaciones de panteísmo
I, 266 sigs. — M. Menéndez y Pelayo, señalando que entiende a Dios a la
La Ciencia española, ed. M. Artigas, rial; el corporalismo de los estoicos
no podía dejar de influir sobre su vez como persona y como indiferencia
1933, I. — Íd., íd., Heterodoxos, Li- de opuestos, indica que el alma del
bro V, cap. ii. — Informaciones com- idea del alma cósmica. En efecto,
plementarias sobre estas opiniones si el mundo es un ser viviente, racio- mundo es lo que religa en una
en José Ferrater Mora, "¿Existe una nal, animado e inteligente, como se- unidad orgánica elementos del
filosofía española?", Revista de fi- gún Diógenes Laercio (VII, 142) lo universo que, vistos desde fuera
83
ALM ALO ALQ
y fragmentariamente, pertenecen al ción de una hipóstasis ( VÉASE ). trina silogística. En la filosofía na-
reino de lo mecánico e inorgánico, Usualmente se sostiene que las almas tural se atuvo a las cuestiones de on-
pero señala también que es última humanas son emanaciones del Alma tología del ser corpóreo, discutiendo
expresión y aun realidad última de del Mundo (véase ALMA DEL MUN- las principales doctrinas de los esco-
dicho universo. El alma del mundo DO). lásticos y tomando como base la
se convierte entonces en un concepto (5) La teoría de la eternidad y interpretación tomista del aristote-
que tiende a unificar el perso-
preexistencia de las almas afirma que lismo.
nalismo y el impersonalismo en la Obras filosóficas principales: Re-
idea de lo divino, que procura ten- las almas han existido siempre —po
siblemente en un "mundo inteligi cognitio Summularum, 1554. — Dia-
der un puente entre el teísmo reli- léctica Resolutio, 1554. (Hay una
gioso y el panteísmo filosófico, y por ble"— y se han "incorporado", pu-
edición facsímil de esta obra: Madrid,
eso el alma del mundo puede ser diendo, pues, abandonar el cuerpo, el 1945.) — Physica Speculatio, 1557.
simultáneamente, no obstante la fre- cual es como su prisión o tumba. Pla — Hay trad. esp. de: Investigación
cuente distinción que se establece tón en el Fedón y algunos de los lla filosófica natural. Los libros del alma.
entre ella y la persona divina, princi- mados "platónicos eclécticos" han si Libros I y II, por O. Robles, 1942. —
pio, sentido y finalidad de un uni- do los más ardientes defensores de es Véase A. Bolaño e Isla, Contribución al
verso que es concebido siempre como ta teoría. estudio biobibliográfico de Fray Alon-
so de la Veracruz, 1947. — O. Robles,
un organismo. (6) El evolucionismo emergentis- Filósofos mexicanos del siglo XVI,
E. Hoffmann, "Platons Lehre von ta sostiene que las almas —o, en ge 1950, Cap. I. — A. Ennis, "Fray
der Weltseele", Jahr. d. phil. Vereins neral, las conciencias— surgen en vir Alonso de la Vera Cruz, O. S.A.
zu Berlin (1919), 48 y sigs. — P. tud de un proceso evolutivo, como (1507-1584). A Study of His Life
Thévenaz, L'âme du monde, le de- and His Contribution to the Religious
venir et la matière chez Plutarque, resultado (resultado "emergente";
véase EMERGENTE ) de la complicación and Intellectual Affairs of Early Me-
1938. — J. Moreau, L'âme du monde xico", Augustiniana V (1955), 52-124.
de Platon aux stoïciens, 1939. y perfeccionamiento de los organis
mos biológicos. ALQUIÉ (FERDINAND) nac.
ALMA (ORIGEN DEL). Muy de- (1906) en Carcasona (Aude), fue
batida ha sido la cuestión del origen ALONSO DE LA VERACRUZ profesor en la Facultad de Letras de
de las almas humanas por los teólo- (FRAY) (1507-1584) nac. en Cas- Montpellier y desde 1952 lo es en la
gos, por muchos filósofos de confe- pueñas (Toledo), estudió en la Uni- Sorbona. Según Alquié, la filosofía
sión cristiana y, desde luego, por los versidad de Alcalá de Henares y en no evoluciona de un modo progresivo,
Padres de la Iglesia. Nos limitaremos la de Salamanca, donde tuvo como pero ello no significa que las diferen-
aquí a señalar algunas de las posicio- maestro a Francisco de Vitoria. En tes tentativas filosóficas que se des-
nes mantenidas al respecto. Algunas 1536 se trasladó a México, donde pliegan en la historia sean inútiles.
de estas posiciones han sido examina- terminó su noviciado como agustino. Cada una de ellas es el modo como
das con mayor detalle en otros artícu- En 1553" fue nombrado catedrático en un conjunto de circunstancias con-
los (véase CREACIONISMO, TRADUCIA- en la Universidad Real y Pontificia cretas se opera el retorno al ser, por
NISMO). de la Nueva España. En sus obras el que el filósofo —y el hombre—
( 1 ) El creacionismo afirma que filosóficas, Fray Alonso de la Ve- siente constante nostalgia a causa de
cada una de las almas humanas ha racruz se mantuvo fiel a los grandes constituir, en el fondo, un retorno
sido objeto de un acto especial de maestros tomistas y se opuso tanto hacia sí mismo. Esta vinculación fun-
creación divina. Esta doctrina puede a la retórica como a las falsas y ex- damental con el ser es posible, por
entenderse de dos maneras: cesivas sutilezas. Adversario de la lo demás, porque tal ser no es un
(la) Prescindiendo de las llamadas interpretación nominalista, Fray Alon- mero concepto ni una simple abstrac-
"causas segundas", en cuyo caso pue- so no desdeñaba, empero, lo que pu- ción, sino la suma de todo lo con-
de hablarse de creacionismo ocasiona- diera haber de valioso en algunas creto y viviente — la presencia y la
lista. ideas que no estuvieran dentro de ausencia. Junto a la vinculación de
( 1b ) Teniendo en cuenta las cau- la tradición por él aceptada; es ca- referencia ha investigado Alquié el
sas segundas y admitiendo que Dios racterístico de sus escritos, en efec- retomo a la eternidad que se mani-
crea el alma cuando se dan las condi- to, la erudición filosófica escolástica fiesta en el deseo de ella; nos hemos
ciones vitales necesarias. Esta última y el constante deseo de mantener una extendido sobre este punto en el ar-
posición es la de Santo Tomás. línea segura dentro de la mayor di- tículo sobre Eternidad ( VÉASE). Co-
(2) El traducianismo afirma que versidad de opiniones. Sus contribu- rrespondiendo a estas fundamentales
hay una transmisión —no explicada y ciones principales se encuentran en concepciones metafísicas, Alquié ha
acaso inexplicable— del alma por los la lógica y en la filosofía natural, y examinado desde el punto de vista
padres en el proceso de la genera todo ello con la principal intención del retorno último al ser diversos
ción. Se subraya aquí, pues, "lo cor de "guiar a los discípulos como por sistemas filosóficos, en particular el
poral" en la formación del alma. la mano en el camino de la Sagrada pensamiento de Descartes, cuyo Co-
(3) El generacionismo sostiene lo Teología". En la primera de sus gito ergo sum ( VÉASE ) no es para
mismo que el traducianismo, pero obras lógicas siguió el modelo de las Alquié una evidencia o un razona-
subraya los motivos espirituales más Summulae de Pedro Hispano; en las miento, sino una verdadera "expe-
bien que los corporales. demás, trató los problemas funda- riencia ontológica".
(4) El emanatismo afirma que las mentales de la Dialéctica, tales como Obras principales: Notes sur les
almas se producen mediante emana- los predicables universales y doc- principes de la philosophie de Des-
84
ALT ALT ALU
cartes, 1933. — Leçons de philoso- pre, en efecto, a la alteración "his- beneficioso para todos que cualquier
phie, 2 vols., 1939, nueva edición tórica" y no simplemente "física". forma de malevolencia. En todo caso,
revisada, 1950. — Le désir d'éter- Con todo, hay ciertos equívocos que el altruismo es defendido como un
nité, 1943. — La découverte méta- conviene evitar en toda dilucidación
physique de l'homme chez Descartes, principio que puede, y suele, resultar
1950. — La nostalgie de l'Être, 1950. de las nociones de alteración y de beneficioso para la comunidad; el uti-
— Philosophie du surréalisme, 1955. ensimismamiento. Encerrarse puede litarismo se deriva del altruismo y no
1956. — L'expérience, 1957. — La significar: (A) tener conciencia clara, a la inversa. Puede preguntarse en-
morale de Kant, 1957. no estar fuera de sí o enajenado; tonces si la moral del altruismo es una
ALTERACIÓN puede entenderse retirarse a lo íntimo; por lo tanto, forma moderna o laica del amor al
en dos sentidos: (1) como transfor- desatender lo externo en cuanto es lo prójimo cristiano. Max Scheler niega
mación de la cualidad actual de mostrenco y falsea el propio ser; esta rotundamente que tal suceda. Según
una cosa; (2) como transformación retirada es necesaria como paso pre- Scheler, el altruismo de Spencer (y
de una cosa en algo diferente. Por vio a una espiritualización del ser de Comte) representa la culminación
consiguiente, el término 'alteración' que sólo se consigue mediante la de la moral moderna de la filantro-
puede aplicarse indistintamente a to- abertura del auna al valor; (B) la ac- pía. Éste se basa en el resentimien-
das las existencias, aun cuando de ción mecánica de la obsesión, en la to, y opone al "simple entregarse a
un modo propio sólo convenga a la cual se desatiende lo externo, mas otro por ser otro" el amor cristiano
existencia humana. Empleando la ter- para volcarse en la selva interna de dirigido a la persona espiritual, y
minología hegeliana, puede decirse los apetitos y del egoísmo. Análoga- contrario al sacrificio de la propia
entonces que la alteración es la acción mente, la alteración o salida de sí salvación, que tiene para el cristiano
y efecto de un alterarse (Anderswer- puede significar: (a) sumisión a lo un valor tan alto como el amor al
den) por el cual un ser en sí se externo como la corriente ciega que prójimo. El "amar al prójimo como
transforma en su ser en otro (An- destruye lo entrañable; (b) abandono a sí mismo" se contrapone, pues,
derssein). Esta particular significa- a lo externo considerado como lo según Scheler, al "amar al prójimo
ción de la alteración indica ya que, valioso, sumisión a lo que trasciende más que a sí mismo", que a su en-
aun concebida como transformación del propio ser, no sólo porque cons- tender representa una manifestación
radical de un ser, el resultado de tituye un reino de esencias y de del resentimiento, una forma del
la alteración no anula jamás lo que valores que deben reconocerse y odio a sí mismo. En la intención de
había antes de alterarse. En otros realizarse, mas también porque hay Comte, el altruismo significa el mo-
términos, la alteración puede enten- un fundamento último que religa vimiento de proyección al yo ajeno
derse, como el devenir, en el sentido este ser. que detiene los impulsos naturales
de un cambio en la realidad física ALTERIDAD. Véase ALTERACIÓN del amor propio y que debe ven-
y en el sentido de un cambio en y OT R O ( E L ). cer forzosamente, en una sociedad
la realidad psico-espiritual. En el pri- positiva, a esos impulsos, constitu-
ALTRUISMO. El término altruisme
mer caso la alteración excluye toda yendo de tal modo el fundamento
('altruismo') fue introducido por Au-
forma anterior, tal como ocurre en moral de la nueva sociedad. Análo-
la noción plotiniana de la alteridad guste Comte. En su opinión, el al-
truismo —que implica, entre otros gamente, Simmel estima, en su Intro-
(e(tero/thj), la cual "no consiste —es- ducción a la ciencia moral, que el
cribe Plotino— para una cosa en con- efectos, la benevolencia, pero que no
se reduce a ella— se opone al egoís- altruismo representa la expresión del
vertirse en otra de lo que era y des- egoísmo del grupo social, pero esto
pués persistir en ese otro estado, sino mo — el cual supone el amor exclusi-
ocurre solamente en el caso de que
en ser incesantemente otra de lo que vo a sí mismo en detrimento de los
este grupo esté, como diría Bergson,
era. Así, el tiempo es siempre otro de demás. Según Comte, el altruismo
cerrado. Cuando el grupo se abre
lo que era, porque es producido por "cuando es enérgico, es siempre más o se trasciende a sí propio, puede
el movimiento; es el movimiento al apropiado que el egoísmo para dirigir haber ya entonces en el altruismo,
ser medido, es decir, el movimiento y estimular la inteligencia, inclusive aun adoptando sociológicamente la
sin reposo" (Enn., VI iii, 22). En el en los animales" (Système de politi- forma del egoísmo del grupo, la ten-
segundo, la alteración es, en última que positive, I [1851], pág. 693). El dencia a basarse en una instancia
instancia, la consecuencia de una his- altruismo no es, pues, un vago senti- objetiva.
toricidad. Este último sentido es el miento de afecto; constituye la base
ALUCINACIÓN se llama a la per-
que se da habitualmente a la altera- para una moral sistemática (ibíd.,
cepción de algo que no existe, o bien,
ción. Cuando se habla, como lo hace IV, pág. 289). Debe defenderse y des- aunque menos frecuentemente, a la no
Ortega y Gasset, de un alterarse que arrollarse, pues, un "régimen altruis- percepción de algo existente. La alu-
es un no vivir desde sí mismo, sino ta" en oposición al "régimen egoísta". cinación suele distinguirse de la falsa
desde "lo otro", cuando se indica que El término en cuestión fue acogido y representación de una imagen por el
la alteración como enajenación de la popularizado por Spencer en sus Prin- hecho de que mientras en este último
propia vida es sólo el primer momento cipios de psicología. caso la percepción es imprecisa y hay
de la pérdida en las cosas, cuyos dos La moral del altruismo no está ne- siempre alguna conciencia de la no
momentos sucesivos son la retirada en cesariamente basada en el utilitarismo existencia del objeto correspondiente,
la propia intimidad o ensi- (VÉASE). En éste todo altruismo está en el primero coexiste la conciencia de
mismamiento y la nueva sumersión dirigido por la idea de que el afecto la existencia con la percepción clara y
en el mundo o acción, se alude siem- hacia otros es, en último término, más terminante. Los casos puros
85
AMA AMA AMO
de alucinación son raros; por lo ge- Véase Clemens Baeumker, Contra bien sobre muchos otros filósofos de
neral, las alucinaciones se presentan Amaurianos. Ein anonymer, wahrs- la época (por ejemplo, Longino y los
mezcladas con la representación cons- scheinlich dem Garnerius von Roche- abajo citados). A causa de ello es
ciente de imágenes que no respon- fort zugehöriger Traktat gegen die considerado por algunos autores como
Amalrikaner aus dem Anfang des
den a situaciones objetivas externas. ΧΙΠ Jahrhunderts, 1926 [Beiträge zur el padre del neoplatonismo (título que
En algunos casos, las alucinaciones Geschichte der Philosophie des Mit- otros reservan para Numenio de Apa-
se refieren a estados internos, está- telalters, XXIV, 5-6). — C. Capelle, mea y que la mayor parte de los his-
ticos o cinestésicos, por los cuales Autour du décret de 1210: III. Amaury toriadores dan solamente a Plotino).
el propio yo y el mismo cuerpo del de Bène, étude sur son panthéisme Según cuenta Porfirio (Vit. Plot., 3)
que sufre la alucinación se ofrecen formel, 1932 [Bibliothèque thomiste, Plotino estudió once años con Am-
a él de una forma totalmente alu- 16]. — M. Th. d'Alverny, "Un frag- monio, el cual fue maestro asimismo
ment du procès des Amauriciens",
cinatoria: fenómenos de cambio de Archives d'histoire doctrinale et lit- de Orígenes y Herenio. Los tres pro-
personalidad, sensaciones de aleja- téraire du moyen âge, XXV-XXVI metieron guardar en secreto las doc-
miento de sí mismo, etc. (1950-1951), 325-36. — Mario del trinas de su maestro, pero, según Por-
W. Specht, "Zur Phänomenologie Pra, Amalrico di Bène, 1951. firio, sólo Plotino cumplió la promesa.
und Morphologie der Halluzination", AMANUAL. Véase HEIDEGGER La enseñanza de Ammonio —desarro-
Zeitschrift für Pathopsychologie, (IV). ( MARTIN). llada en forma oral— parecía tender
— P. Quercy, Les hallucinations, 2 a un sistema ecléctico en el cual se
vols., 1930 (I. Philosophes et mysti- AMBIGÜEDAD. SOFISMA , VA-
ques. II. Études cliniques). — Ger- GUEDAD. combinaban armónicamente elementos
hard Schorsch, Zur Theorie der Hallu- AMELIO tenía como verdadero platónicos y aristotélicos — una muy
zinationen, 1934. — J. Paulus, Le nombre, según Porfirio (Vit. Plot., 7), acusada característica de la mayor
problème de l'hallucination et l'évolu- el de Gentiliano. Fue uno de los más parte de los sistemas neoplatónicos,
tion de la Psychologie d'Esquirol à fieles discípulos de Plotino (v.), quien pero correspondiente también a las
Pierre Janet, 1941. prefería llamarle Amerio, porque me- opiniones de los llamados platónicos
AMALRICO DE BÈNE, Amaury jor le cuadraba que se derivara su eclécticos. Según Nemesio, Ammonio
de Bène (t 1206/07) nac. en Bène nombre de 'a)merei/a ', indivisibilidad, se ocupó especialmente del problema
(diócesis de Chartres), profesor en que de 'a)melei/a', descuido. Nacido en de la naturaleza del alma y de su
París, mantuvo una doctrina sobre la Etruria, Amelio estuvo con Plotino relación con la Inteligencia, en un
naturaleza de Dios que fue conside- en Roma a partir del año 246. Proclo sentido muy parecido al posterior-
rada como peligrosamente cercana al le atribuyó comentarios al Timeo y mente desarrollado por Plotino.
panteísmo y condenada en el Sínodo a la República. También escribió un G. V. Lyng, "Die Lehre des Am-
de París de 1210. Esta doctrina pa- tratado titulado Sobre la diferencia monios Sakkas", Abhandlungen der
rece haber sostenido que Dios cons- entre las opiniones de Plotino y las de Gesellschaft der Wissenschaften zu
tituye la esencia de todas las cosas Numenio, peri\ th=j kata\ ta\ do/gmata Christiania, 1874. — F. Heinemann,
y, por consiguiente, que no hay di- tou= Plwti/nou pro\j to\n Noumh/ni/on "A. Sakkas und der Ursprung des
Neuplatonismus", Hermes, LXI
ferencia esencial entre Dios y las diafopa=j,, dedicado a Porfirio y (1926), 1-27. — K. H. S. Jong, Plo-
criaturas, que son entonces manifes- redactado para destruir los rumores tinus of A. Saccas, 1941 (monogra-
taciones visibles de Dios. Entre las que corrían en Grecia según los fía). — E. Seeberg, "A. Sakkas",
consecuencias de esta doctrina se halla cuales Plotino era un plagiario de Zeitschrift für Kirchengeschichte,
la de la inseparabilidad del mal y del Numenio de Apa-mea. Según LXI (1942), 136-170. — Eleuterio
bien, por cuanto ambos proceden de Porfirio (op. cit., 20), Amelio siguió Elorduy, S. I., Ammonio Sakkas. I:
Dios, así como la supresión de toda en general la doctrina de Plotino, La doctrina de la creación y del mal
culpa o recompensa. Hay que advertir pero por su composición y estilo sus en Proclo y el Pseudo-Àreopagita,
que el panteísmo citado constituye una opiniones aparecen distintas, y a veces 1959 [Estudios Onienses. Série I,
vol. 7]. — Véase también Klaus Kre-
de las interpretaciones posibles de la inclusive opuestas, a las de su mer, Der Metaphysikbegriff in den
tesis de que Dios es el supremo ser maestro. Sin embar-go según la Aristoteles-Kommentaren der Ammo-
causal. Algunos autores, ya en la época reseña dada por Proclo, las nius-Schule, 1961 [Beiträge zur Ge-
de Amalrico de Bène, mantuvieron que diferencias no parecen ir más allá de schichte der Philosophie und Theolo-
la doctrina del filósofo no una elaboración del método tri- gie der Mittelalters, 39, Heft 1).
desembocaba en el panteísmo, sino cotómico, aplicándolo a la inteligen- AMOR. Se usa el término 'amor'
que constituía una elaboración de la cia, la cual no es, a su entender, una para designar actividades, o el efecto
concepción dionisiana de Dios como unidad, sino que está dividida en tres de actividades, muy diversas; el amor
causa de todas las cosas y de la partes: la que es, la que posee y la es visto, según los casos, como una
concepción paulina de Dios como el que contempla. inclinación, como un afecto, un apeti-
que es todo en todo. Las autoridades Art. de J. Freudenthal sobre Ame- to, una pasión, una aspiración, etc. Es
eclesiásticas consideraron, sin embar- lio (Amelius) en Pauly-Wissowa. visto también como una cualidad, una
go, que aun apoyándose en tales con- AMIDISMO. Véase BUDISMO. propiedad, una relación. Se habla de
cepciones, Amalrico y sus partidarios, AMMONIO SACCAS (del sobre- muy diversas formas del amor: amor
los amalricianos (amauriciani), las en- nombre Sakka=j, "el que lleva alfor- físico, o sexual; amor maternal, amor
tendían únicamente en un sentido jas") (ca. 175-242) fue maestro de como amistad; amor al mundo; amor
panteísta. (Véase también DAVID DE Plotino y ejerció una gran influencia a Dios, etc. Inclusive dentro de una
DINANT. ) no solamente sobre éste, sino tam- especie determinada de amor se in-
86
AMO AMO AMO
troducen variantes; así, Stendhal, al rió una significación a la vez central queza; es una oscilación entre el po-
referirse al amor del hombre por la y c omp le ja s ol amen te e n Plat ón seer y el no poseer, el tener y el no
mujer, y de la mujer por el hombre, —quien hace decir a Sócrates (Symp., tener. En su aspiración hacia lo ama-
distingue entre el amor-pasión, el 177 E ) que el amor, el e)/rwj, es el do, el acto del amor por el amante
amor-gusto, el amor físico, y el amor único tema de que puede disertar con engendra; y engendra, como dice Pla-
de vanidad ( De l'amour, I, 1 ). Abun- conocimiento de causa. Muchas son tón, en la belleza. Aquí se inserta el
dan los intentos de clasificar, y ordenar las referencias al amor, las descripcio- motivo metafísico dentro del motivo
jerárquicamente, las diversas clases de nes del amor, y las clasificaciones del humano y personal. Pues, en último
amor; como ejemplo reciente amor, que hallamos en Platón. Nos término, los amores a las cosas parti-
mencionamos la obra sobre "los cua- limitamos a algunas. El amor es com- culares y a los seres humanos particu-
tro amores" (The Four Loves [1960], parado con una forma de caza ( Soph., lares no pueden ser sino reflejos, par-
passim), de C. S. Lewis, en la cual el 222 E) — comparación, por lo demás, ticipaciones, del amor a la belleza
autor describe y analiza: el amor ha- frecuente en dicho filósofo (véase absoluta (Symp., 211 C), que es la
cia lo subhumano (ciertos animales), METÁFORA) y que aplica a otras acti- Idea de lo Bello en sí. Bajo la in-
considerado como un "gusto por" vidades; por ejemplo, al conocimien- fluencia del verdadero y puro amor,
(liking); el afecto; la amistad; el eros, to. El amor es como una locura el alma asciende hacia la contempla-
y la caridad. Muchas de las distincio- (Phaed., 231 E); es un dios poderoso ción de lo ideal y eterno. Las diver-
nes propuestas recomiendan el uso de (ibíd., 242 A). Pero no hay sólo sas bellezas —o reflejos de lo Bello—
varios términos ('agrado', 'gusto', 'afec- una, sino varias clases de amor, y no que se hallan en el mundo son usadas
to', 'atracción', 'deseo', 'amistad', 'pa- todas son igualmente dignas. Puede como peldaños en una escalera que
sión', 'caridad', etc., etc. ), pero per- hablarse, por ejemplo, de un amor te- lleva a la cumbre, la cual es el cono-
sisten en agrupar sus significados bajo rrenal y de un amor celeste (Symp., cimiento puro y desinteresado de la
el concepto común de "amor". Las di- 180 A-C) — como hay una Venus esencia de la belleza. Como el foras-
ficultades que ofrece la variedad del demótica y una Venus olímpica. El tero de Mantinea "revela" a Sócrates
vocabulario, junto con la supuesta amor terrenal es el amor común; el al final de El Banquete, el amor es la
unidad significativa del concepto prin- amor celeste es el que produce el co- contemplación pura de la belleza pura
cipal, se encuentran no sólo en las nocimiento y lleva al conocimiento. y absoluta — de la belleza divina, no
lenguas modernas, sino también en la- Puede haber tres clases de amor: el contaminada con nada impuro y
tín y en griego. En latín hay los voca- del cuerpo, el del alma, y una mezcla trascendiendo todo lo particular.
blos amor, dilectio, charitas (y tam- de ambos (Leg., II 837 A C). En ge- En casi todos los filósofos griegos
bién Eros, en tanto que designa el neral, el amor puede ser malo o ilegí- hay referencias al tema del amor, ya
amor personificado en una deidad). timo, y bueno o legítimo: el amor sea como principio de unión de los
En griego hay los vocablos e)/roj, a)ga/ malo no es propiamente el amor del elementos naturales, ya como princi-
ph, fili/a. En consecuencia, la tarea de cuerpo por el cuerpo, sino aquel que pio de relación entre seres humanos.
escribir un breve artículo sobre la no- no está iluminado por el amor del al- Pero, después de Platón, sólo en los
ción de amor en general es harto com- ma y no tiene en cuenta la irradia- pensadores platónicos y neoplatónicos
pleja, inclusive limitándose a los as- ción sobre el cuerpo que producen las es considerado el amor como un con-
pectos más usualmente destacados por ideas. Sería precipitado, pues, hablar cepto fundamental. Entre los muchos
los filósofos —tales como el amor en en el caso de Platón de un desprecio ejemplos que pueden aducirse al res-
sentido metafísico y cósmico-metafísi- del cuerpo simpliciter; lo que sucede pecto, mencionaremos tres.
co, y el amor como relación perso- es que el cuerpo debe amar, por así En Plutarco (De Iside et Osiride,
nal, por lo demás frecuentemente en- decirlo, por amor del alma. El cuerpo cap. 53), el amor, e)/rwj, es un
trelazados. Intentaremos sortear estas puede ser de este modo aquello en impulso que orienta la materia hacia el
dificultades presentando un rápido que un alma bella y buena resplan- primer principio (inteligible). El
bosquejo histórico de la noción de dece, transfigurándose a los ojos del amor es una aspiración de lo que
amor dentro de las especulaciones fi- amante, que así descubre en el amado carece de forma (o tiene sólo
losóficas más conocidas, con sólo oca- nuevos valores por acaso invisibles a mínimamente forma) hacia las formas
sionales distinciones terminológicas. Al los que no aman. Tras las numerosas puras y, en último término, hacia la
final del artículo proporcionaremos difiniciones y elogios del amor que Forma Pura del Bien. En Plotino (Cfr.
una idea de varias concepciones filo- figuran en El Banquete —a los que especialmente Enn., VI vii 21) el
sóficas actuales, elegidas —por des- deben agregarse los contenidos en el amor es asimismo lo que hace que
gracia, un tanto arbitariamente— entre Fedro—, Platón se esfuerza por probar una realidad vuelva su rostro, por así
las muchas existentes. que el amor perfecto —principio de decirlo, hacia la realidad de la cual ha
Empédocles (VÉASE) fue el primer todos los demás amores— es el que emanado, pero Plotino habla muy
filósofo que utilizó la idea del amor se manifiesta en el deseo del bien. El particularmente del amor del alma a
en sentido cósmico-metafísico, al con- amor es para Platón siempre amor a la inteligencia, nou=j . La noción de
siderar el amor, filo/thj, y el conflic- algo. El amante no posee este algo que amor parece ocupar el más importante
to o lucha, nei/koj, como principios de ama, porque entonces no habría ya lugar en el pensamiento de Porfirio. En
unión y separación respectivamente amor. Tampoco se halla com- su Epistola ad Marcellam ( § 24, ed.
de los elementos que constituyen el pletamente desposeído de él, pues en- Nauck, p. 189 ), Porfirio habla de
universo (Cfr. sobre todo Diels Β 17, tonces ni siquiera lo amaría. El amor cuatro principios de Dios: la fe,
7-8). Pero la noción de amor adqui- es el hijo de la Pobreza y de la Ri- pi/stij, la verdad, lh/qeio, la
87
esperanza, elpi/j , y el
AMO AMO AMO
amor, e)/rwj (el amor es mencionado, (como en la expresión amor seu Leibniz y Fénelon. No nos es posible
en rigor, en tercer lugar dentro de dilec- tio); a veces establece tratarla aquí; tampoco podemos ex-
esa enumeración, pero no creemos distinciones entre ellos. San Agustín tendernos sobre el contenido de los
que el orden exprese prioridad de un considera con frecuencia la caridad numerosos "Tratados del amor de
principio; es más probable que todos como un amor personal (divino y Dios" (el título, dicho sea de paso,
esos principios sean para Porfirio humano). La cari- dad es siempre que al principio pensó dar Unamuno a
igualmente "constituyentes" de la di- buena (o "lícita"); en cambio, el su obra, Del sentimiento trágico de la
vinidad). amor puede ser bueno o malo vida), con el frecuente título De di-
En las especulaciones neoplatónicas el según sea respectivamente amor al ligendo Deo. Filosóficamente, dentro
concepto de amor tiene un sentido bien o amor al mal. El amor del del pensamiento cristiano, nos importa
predominantemente metafísico o, si hombre a Dios y de Dios al hombre más referirnos brevemente a Santo
se quiere, metafísico-religioso. En la es siempre un bien. En este sentido Tomás. Éste define la chantas como
concepción cristiana el motivo religio- cabe entender la famosa frase agusti- una virtud sobrenatural; como tal,
so se expresa con frecuencia en tér- niana: Dilige et quod vis fac (que hace posible que las virtudes naturales
minos "personales". No sucede esto, muchas veces se cita como: Ama et sean plenarias y verdaderas, ya que,
por supuesto, con todo amor, sino fac quod vis y que escribió precisa- como en S. theol., II - IIa 9. XXIII,
con ese amor llamado "caridad" mente en su comentario a Juan a. 7 ad 3, ninguna virtud es
(a)ga/p h, charitas). La caridad es una [VII]). El amor del hombre por su verdadera (vera) sin la caridad. Sin
de las tres virtudes llamadas "teóloga- prójimo puede ser un bien ella, además, el hombre no puede al-
les" (junto con la fe y la esperanza), (cuando es por amor de Dios ) o un canzar la bienaventuranza. Pero Santo
Parece tener, además, el primado sobre mal ( cuando se basa en una Tomás no niega por ello la "auto-
las otras dos. Así, en las famosas inclinación (dilec-tio] puramente nomía" de las "virtudes naturales",
palabras de San Pablo — a que nos humana, es decir, desarraigada del De hecho, éstas pueden existir sin la
hemos referido ya en el artículo de- amor a Dios y por Dios). En tanto caridad, ya que de suponerse lo con-
dicado al Apóstol, pero que conviene que amor al bien —que es una trario tendría que concluirse que nin-
tener aquí de nuevo presentes: manifestación del amor a Dios—, el guno de los hombres que han care-
"Cuando tenga el don de profecía, la amor mueve la voluntad. Por este cido, o carecen, de la revelación cris-
ciencia de todos los misterios y todo el movimiento el alma es llevada a tiana, han podido, o pueden, ser bue-
conocimiento; cuando tenga inclusive su bienaventuranza, la cual nos. Como en muchos otros puntos,
toda la fe necesaria para trasladar las solamente puede hallarse en el seno Santo Tomás se esfuerza aquí tam-
montañas, nada tendré si no tengo ca- de Dios. El amor en tanto que amor bién en delimitar esferas sin perjuicio
ridad" (I Cor., XIII, 2). Todo desapa- al bien carece de medida (ipse ibi de concluir a su subordinación
rece —las profecías, la ciencia—, pero modus est sine modo amare, como jerárquica. Además, Santo Tomás trata
la caridad permanece. "La fe, la escribió Se-verino, amigo de San del amor como una inclinación, y
esperanza y la caridad permanecen, Agustín, al resumir su pensamiento habla del amor natural como de una
pero la más grande de todas es la ca- al respecto). Pero ni siquiera se actividad que lleva a cada ser hacia
ridad" (I Cor., XIII, 13). Fundamen- puede decir que amar un bien es su bien. En este sentido puede de-
tales al respecto son también esas pa- suficiente; el amor a un bien (por cirse, con toda generalidad, que el
labras ( en I Juan, IV, 7 y siguientes ) : lo tanto, a algo particular) sólo es amor mueve. El amor puede ser sen-
"el amor [la caridad, a)ga/p e] viene de "lícito" cuando tiene lugar por sitivo e intelectual ( VÉASE APETITO).
Dios y todo el que ama ha nacido de amor al Bien, esto es, a Dios. En El amor que consiste en elegir libre-
Dios y conoce Dios". El que no ama, este sentido se entiende la frase de mente el bien es el que constituye el
no ha conocido Dios, pues "Dios es San Agustín según la cual la caridad fundamento de la caridad. Por su-
Amor" [o( qeo/j a)ga/ph e)sti/n ; es aquella virtud mediante la cual puesto, el fundamento último del ver-
podría aquí emplearse asimismo el se ama lo que debe amarse (virtus dadero amor es también, para Santo
término 'caridad', pero es usual en est charitas, qua in quod dili- Tomás, Dios, y es Él el que mueve
este caso emplear 'Amor']. Podemos gendum est diligitur [Ep. por amor a las criaturas que aspiran
amar a Dios, porque el amor viene de CLXVII]). Y por eso el amor no es al Sumo Bien. Este es el Amor che
Dios: "el amor de Dios es perfecto en ciego, sino lúcido, pues abre el muove il Sol e l'altre stelle, con que
nosotros". Y este amor de Dios que alma al Bien y al Ser — o, como concluye Dante (tomista y a la vez
hace posible amar a Dios es asimismo diría Max Scheler, apoyándose en aristotélicamente) la Divina Comedia.
el fundamento del amor del hombre a las ideas agustinianas, al Aunque arraigado en la esfera perso-
su prójimo y al mundo. En sentido reconocimiento de los valores en nal (de la Persona divina), el con-
originario y auténtico, pues, todo tanto que objetivos. cepto de amor tiene también aquí un
amor se halla dentro del horizonte de Insistir demasiadamente sobre el sentido cósmico-metafísico. Posible-
Dios: amar es, en rigor, "amar a Dios y amor puede llevar al pensamiento mente depende del lenguaje que se
por Dios". cris- tiano a ciertas dificultades. emplee —el teológico o el filosófico—
Muchas son las referencias que ha- Algunas de éstas aparecen en San el que se subraye uno u otro aspecto
ce San Agustín a la noción de amor. Clemente (Strom., IV 22), el cual del amor.
Los términos empleados por San parece reducir la vida divina y, Nos hemos referido grosso modo a
Agustín son charitas, amor y dilectio. en general, todo ser y perfección, a dos visiones del amor: la griega (par-
A veces tienen el mismo significado amor, desembocando en la "gnosis ticularmente la platónica) y la cristia-
del amor".
Aquí se encuentra el origen de lo
que se ha llamado "la disputa sobre
el amor puro", en la que participaron,
entre otros, en la época moderna,
88
AMO AMO AMO
na. En diversas ocasiones se ha in- a comprender no pocos rasgos distin- del propio ser por liberalidad. Así,
tentado establecer una distinción ta- tivos de las concepciones expuestas. "en la medida en que la naturaleza y
jante entre ellas. La más conocida Sin embargo, el asunto es más com- persona son dos dimensiones metafí-
(expresada por Scheler en El resen- plejo. Por ejemplo, se ha discutido a sicas de la realidad, el amor, tanto-
timiento en la moral) puede resumirse veces (Nygren; op. cit. infra) si el natural como personal, es también al-
del siguiente modo. amor (agápe) en sentido paulino se go ontológico y metafísico." Y así tam-
En la concepción griega el amor refiere efectivamente al amor a Dios. bién "la caridad, como virtud moral,
es aspiración de lo menos perfecto a Lo más seguro es que tenga tal sen- nos mueve porque estamos ya previa-
lo más perfecto. Supone, pues, la im- tido (como se ve en Rom., VIII, 28 mente instalados en la situación me-
perfección del amante y la (supuesta y en I Cor., II 9, entre otros lugares). tafísica del amor".
o efectiva) perfección (o mayor per- Pero esta y otras muchas cuestiones En cualquier trabajo relativamente
fección) del amado — o de lo amado. relativas al significado del amor como completo sobre el problema del amor
Cuando la perfección de lo amado agápe están lejos de ser resueltas. Por y de su historia habría que tener en
es absoluto, nada importa últimamente otro lado, es precipitado afirmar que cuenta, junto a los rasgos generales
sino él. Lo amado es la perfección en la diferencia entre las concepciones antes mencionados, importantes va-
sí, el sumo bien — o lo bello y griega y cristiana se revela a través riantes introducidas por diversos auto-
bueno en sí conjuntamente. Lo ama- del uso respectivo de los términos res. El problema del amor como amor
do mueve al amante —o lo más per- éros y agápe (o caritas). Finalmente, a Dios fue tratado, por ejemplo, exten-
fecto a lo menos perfecto— ejerciendo no puede olvidarse que los motivos samente por varios autores medievales.
sobre él una atracción. Lo amado no que hemos llamado cósmico-metafísi- Entre ellos mencionamos a Guillermo
necesita a su vez amar; su ser con- cos ( o por lo menos metafísicos ) ejer- de Saint-Thierry (De natura et digni-
siste en ser apetecible y deseable. El cen una impronta considerable en tate amoris), San Bernardo (De dili-
"movimiento real" parte del amante, ciertas ramas de la tradición cristiana, gendo Deo), Aelredo de Rievaulx
pero el "movimiento final" parte de especialmente en la teología cristiana (Speculum caritatis), Pedro Abelardo
lo amado. La relación entre amante de inspiración griega. Este último (Introductio ad theologiam) y los lla-
y amado puede ejemplificarse en los punto ha sido tratado por Xavier Zu- mados Victorinos: Hugo de Saint Vic-
individuos humanos, pero lo que su- biri (Naturaleza, Historia, Dios [1944], tor y Ricardo de Saint Victor. San Ber-
cede en éstos es un caso particular págs. 480 y sigs.). Procederemos a ci- nardo y los Victorinos (especialmente
—bien que muy importante— de una tar varios pasajes significativos. Según Ricardo de San Victor) se ocuparon del
relación cósmico-metafísica. El amor Zubiri, si en la teología cristiana de problema del amor intensamente. Para
puede ser descrito como la marcha de inspiración griega se toma la a)ga/ph San Bernardo el amor en cuanto amor
cada cosa hacia su perfección o bien en su primaria dimensión ontológica y puro (a Dios) es, en el fondo, una ex-
hacia el ser lo que cada cosa es en real, a lo que más se parece es al periencia mística, un "éxtasis". El
su perfección o idea y dentro de un e) / r wj del clasicismo. Por eso la indu- amor se basta a sí mismo. Ello no
orden ontológico. dable diferencia, y aun oposición, entre significa que San Bernardo abogue
En la concepción cristiana el amor e)/rwj y a)ga/ph se da "dentro de una por el quietismo ( VÉASE ). El amor
parte de lo amado también, y no sólo raíz común". Es "una oposición de del hombre a Dios es consecuencia
como causa final (aunque puede asi- dirección dentro de una misma línea: del amor de Dios al hombre y a las
mismo tener este sentido), sino como la estructura ontológica de la reali- criaturas. Por otro lado, San Bernardo
"movimiento real". En rigor, hay más dad". Aun cuando los latinos han ver- distingue entre varias especies de
amor en lo amado que en el amante, tido casi siempre a)gaph por charitas, amor, tales como —para dar un solo
pues el amor auténtico —el modelo debe tenerse en cuenta que en la Pa- ejemplo— el amor carnal, el racional
de todo amor— es la tendencia que trística griega se empleó el vocablo y el espiritual. El predominio de la
tiene lo superior y perfecto de "des- e)/rwj. Así sucede con Dionisio el idea del amor espiritual sobre otras
cender", por así decirlo, hacia lo in- Areopagita ( De div. nom. ). La distin- especies de amor en místicos y teólo-
ferior e imperfecto con el fin de ción entre e)/rwj y a)ga/ph no suprime gos medievales no significa, por lo de-
atraerlo hacia él y salvarlo. El amor la posibilidad de entender el más, que no se escribiera en la época
no es, así, apetencia, sino superabun- concepto de charitas metafísicamente, sobre el amor humano; no debe olvi-
dancia. Por eso mientras para los grie- y de utilizar en consecuencia el darse que en el siglo ΧΙI, en el mismo
gos el Sumo Bien no necesita amar, término clásico e)/rwj en sentido momento en que se desarrollan todas
para los cristianos puede inclusive ser ontológico. Zubiri apunta que por la las implicaciones del amor divino de
identificado con el amor. La propia común dimensión por la que carácter místico, florece la literatura
justicia queda disuelta en el amor. Lo envuelven un "fuera de sí", el éros y del llamado "amor cortés". En un ar-
cual no significa que para el cristiano la agápe no se excluyen entre sí, tículo como el presente no hay más
el amor sea meramente compasión cuando menos en los seres finitos. De remedio que excluir este complejo ma-
( VÉASE). Lo compadecido es estima- ahí que los latinos de inspiración terial. Lo mismo sucede con las nu-
do como algo que merece justicia o griega distinguieran entre ambas con merosas ideas sobre el amor y sus es-
piedad; lo amado es amado por sí gran precisión. "El éros es el amor pecies en autores renacentistas y mo-
mismo, en virtud de una exuberancia natural", en tanto que la ágape es el dernos. Aun limitándose a considera-
de la cual Dios constituye el modelo amor personal. En el primero hay ciones de naturaleza propiamente fi-
supremo. inclinación por naturaleza hacia los losófica, la literatura renacentista y
Las distinciones anteriores ayudan actos para los cuales está capacitado; moderna sobre la cuestión es abun-
en el segundo hay entrega
89
AMO AMO AMO
dantísima. Piénsese sólo en Marsilio cionistas y naturalistas; luego —espe- apoya en Scheler para edificar una fe-
Ficino, en León Hebreo, en Giordano cialmente con la fenomenología— se nomenología de la conciencia amoro-
Bruno — o, más tarde, en la concep- ha tendido a tratar el amor de un sa. De esta fenomenología resultan
ción spinoziana del "amor intelectual modo "objetivista", no reduccionista y cuatro notas esenciales: abundancia
a Dios" al final de la Ética, o en las no naturalista (lo último no significa de la vida interior; potenciación a lo
ideas contenidas en el breve tratado necesariamente "espiritualista", sino máximo del sentido y valor de perso-
supuestamente pascaliano titulado que puede significar "historicista" ). nas y cosas; ilusión y transfiguración;
"Discurso sobre las pasiones del Es primeramente en relación con es- reciprocidad y fusión. Ellas dan ori-
amor". Tendremos que prescindir tos problemas (especialmente con [1] gen a las manifestaciones del amor:
aquí de estas ideas en parte por razones y [2] que terminaremos presentando generosidad, espontaneidad, vitalidad,
de espacio, en parte porque cuando son tres concepciones contemporáneas so- plenitud. El amor es, así, una posibi-
lo suficientemente importantes se bre la noción de amor: la de Max lidad creadora. Mas el amor no se li-
hallan expuestas en los artículos de- Scheler —ligada a una teoría de los mita a crear; destaca a la vez los va-
dicados a los filósofos que las cultiva- valores—; la de Joaquín Xirau —que, lores superiores de lo creado, ilumina
ron, y en parte también porque en apoyado en Scheler, ha edificado una a la par que vivifica. En esta ilumi-
lo fundamental, y en el sentido en metafísica a base de una fenomeno- nación por el amor se lleva a cabo
que liemos tratado aquí el problema, logía de la "conciencia amorosa"— la transfiguración del objeto amado,
no pocas de las nociones desarrolla- y la de Jean-Paul Sartre — donde el la cual es reducida por el naturalismo
das en los citados períodos tienen raí- amor aparece dentro del análisis de a pura fantasmagoría. Al transfigurar-
ces neoplatónicas o cristianas (o ambas la estructura del "Ser-para sí-para se, el objeto revela al que lo ama va-
a un tiempo) y pueden entenderse a otro". lores que la indiferencia había dejado
partir de algunas de nuestras di- La ideas de Scheler —expresadas encubiertos. Xirau establece, además,
lucidaciones. Observaremos solamente principalmente en su Ética, en Natu- un orden del amor que constituye el
que, además de seguirse tratando el raleza y formas de la simpatía, y en fundamento de una nueva metafísica.
amor en sentidos teológico y metafí- sus estudios sobre "El pudor" y "Or- En vez de concebir el ser como subs-
sico de acuerdo con vías tradicionales, do amoris" (Cfr. bibliografía en el ar- tancia, como entidad estática que
muchos autores de la época moderna tículo sobre el citado filósofo)— tie- es irrevocablemente en sí (ser absolu-
han prestado gran atención al fenóme- nen raigambre agustiniana y pascalia- to) o en otro (ser relativo), Xirau
no del amor desde el punto de vista na, pero se apoyan filosóficamente en estima que no hay ser exclusivamente
psicológico y sociológico —- como una la axiología objetivista por él elabora- en sí ni ser exclusivamente en otro. El
de las "pasiones del alma", como una da en detalle. Scheler rechaza que el vocablo 'ser' no designa un momento
emoción, como uno de los posibles amor sea una idea innata que se de- estático de lo real, sino un punto de
modos de relación de los seres huma- rive exclusivamente de la experiencia, confluencia de proyecciones, relacio-
nos en la sociedad, etc. Tres cues- o que sea un impulso elemental (aca- nes y referencias. Ahora bien, sólo el
tiones se han discutido con gran fre- so procedente de la libido). Se trata amor puede poner de relieve la reali-
cuencia: (1) Si el amor humano es como en Brentano ( VÉASE ) de un pro- dad de un ser "esencialmente" diná-
un fenómeno de índole puramente ceso intencional (véase INTENCIÓN, mico — de un ser que es pura tras-
subjetiva —si es, como pretendía INTENCIONAL, INTENCIONALIDAD ) que cendencia y "agilidad". El complejo
Stendhal, el resultado de un proceso trasciende hacia lo amado, lo cual es de relaciones que constituyen la reali-
(en rigor, dos procesos) de "cristali- amado porque es valorado, esto es, va- dad forma varias capas; sobre ellas,
zación" en el ánimo del amante— o lorado positivamente — como el odio como una cima última, se encuentra
si es una emoción reveladora de cua- trasciende hacia lo odiado en cuanto el amor. En la concepción metafísica
lidades y valores en el ser amado; (2) desvalorado, o "valorado" negativa- de Xirau el amor es la clave que sos-
Si tal amor está fundado en una es- mente. El amor no puede confun- tiene la arquitectura del mundo. En
tructura psicofisiológica, o simplemente dirse, pues, tampoco con la simpatía, oposición radical al naturalismo, el au-
fisiológica (sobre todo, si está fundado la compasión o la piedad. En cuanto tor presenta el amor como género su-
en el deseo sexual exclusivamente, acto intencional, o conjunto de actos premo, y las demás realidades como
apareciendo como un epifenómeno de intencionales, posee sus leyes propias, especies que aspiran a tal género.
éste), o si tiene una autonomía con las cuales no son psicológicas, sino Jean-Paul Sartre examina el amor
respecto a los procesos orgánicos, esto axiológicas. El amor (y el odio) no en su análisis del "Para-otro", es de-
es, si es en principio irreductible a son tendencias o impulsos del sujeto cir, de las relaciones concretas del
ellos; (3) Si el amor humano es un psicofísico; son actos personales que "Para-sí" con el "otro" (L'Être et le
proceso o una serie de procesos se revelan en el elegir y rechazar va- Néant, 1943, III iii 1, págs. 431-40).
inalterables, fundados en una "natu- lorativamente. El amor (y el odio) no Como todas estas relaciones, el amor
raleza humana" permanente, o si tiene se definen, sino que se intuyen — es un conflicto que enfrenta y a la
una historia — si, como sostiene Ortega emotivamente a priori. Por eso puede vez liga a los seres humanos. Median-
y Gasset, es una "invención humana" haber para Scheler ( como para San te el amor se establece una relación
surgida en un momento de la historia, y Agustín y Pascal) un ordo amoris, directa con la libertad del "otro". Pe-
hasta una "creación literaria". A finales un ordre du coeur; el amor no es, en ro como cada ser humano existe por
del siglo xix y a principios de nuestro suma, arbitrario, sino selectivo. la libertad del "otro", la libertad de
siglo ha habido gran copia de teorías Joaquín Xirau ( véase Amor y Mun- cada uno queda comprometida en el
subjetivistas, reduc- do, 1940, especialmente cap. II) se amor. En el amor se quiere cautivar,
90
AMO AMO AMO
esclavizar, la conciencia del "otro". amour, 1959. — A. Chérel, Fénelon G. Dumeige, R. de Saint-Victor et
Pero no para transformar al "otro" en et la religion du pur amour, 1934. — l'idée chrétienne de l'amour, 1952. —
un autómata, sino para apropiarse su G. Joppin, Fénelon et la mistique du Z. Alszeghy, Grundformen der Liebe.
libertad como libertad. Ello significa pur amour, 1935. — Amor griego y Die Théorie der Gottesliebe bei dem
que no se pretende propiamente ac- amor cristiano, en particular este últi- M. Bonaventura, 1946 [Analecta Gre-
tuar sobre la libertad del "otro", sino mo: Heinrich Scholz, Eros und Cari- goriana, 38]. — R. P. Prentice, O.
"existir a priori como límite objetivo tas, 1929. — A. Nygren, Den Kristna F. M., The Psychology of Love ac-
de esa libertad". El amante exige la Karlekstankengenom Tiderna, 1930-36 cording to S. Bonaventura, 1951. —
libertad del amado, esto es, exige ser (trad. francesa de Parte I: Eros et B. J. Diggs, Love and Being. An In-
libremente amado por él. Pero como Ágape. La notion chrétienne de l'a- vestigation into the Metaphysics of St.
pretende a la vez no ser amado con- mour et ses transformations, 1944; Thomas Aquinas, 1947. — L. B. Gei-
tingentemente, sino necesariamente, trad. inglesa: Agape and Eros. A ger, O. P., Le problème de l'amour
destruye esa misma libertad que ha- Study of the Christian Doctrine of chez S. Thomas d'A., 1952. — R. M.
bía postulado. El conflicto que revela Lové, 1932). — M. Fuerth, Caritas McGinnis, The Wisdom of Love, 1951
el amor es un conflicto de la libertad. und Humanitas. Zur Form und Wand- (sobre S. T. de A.). — M. J. Faraón,
Obras principalmente filosóficas: V. lung des christlichen Liebesgedankens, O. P., The Metaphysical and Psycho-
Soloviev, "O sm'slé lúbvi", Voprosi 1933. — M. C. D'Arcy, The Mind logical Principies of Love, 1952 (sobre
filosofii i psijologii (1892-4) ("El and Heart of Love. Lion and Unicorn. S. T. de A.). — A. Malet, Personne et
sentido del amor"). — A. Grünnbaum, A Study in Eros and Agape, s/f. — amour dans la théologie tri-nitaire de
Herrschen und Lieben als Grundmo- V. Warnarch, O. S. B., Agape. Die S. Th. d'A., 1956 [Bibliothèque
tiven der philosophischen Weltan- thomiste, 32]. — Richard Völkl, Die
Liebe als Grundmotiv der neutesta- Selbstliebe in der Heiligen Schrift und
schauung, 1925. — E. Boldt, Die mentlichen Theologie, 1951. — His- bei Thomas von A., 1956 [Munchener
Philosophie der Liebe im Lichte der toria de la idea del amor: J. Volkelt, theologische Studien, II, 12]. —
Natur- und Geisteswissenschaften auf Zur Geschichte der Philosophie der Tomás de la Cruz, O.C.D., El amor
entuticklungsgeschichtlicher Grundla- Liebe, 1873. — D. de Rougemont, y su fundamento ontológico según
ge, I, 1928. — E. Raitz von Frentz, L'Amour et l'Occident, 1939, 2a ed., Santo Tomás. Estudio previo a la
"Drei Typen der Liebe. Eine psycho- 1956. — Amor platónico: L. Robin, teología de la caridad, 1956. — H.
logische Analyse", Scholastik (1931), La théorie platonicienne de l'amour, Pflaum, Die Idee der Liebe: Leone
1-41. — Max Scheler, op. cit. supra. 1908. — R. Lagerborg, Die platoni- Ebreo, 1926. — G. Fontanesi, Il pro-
— G. Madinier, Conscience et amour. sche Liebe, 1926. — L. Grunhut, blema dell'amore nell´ opera di L.
Essai sur le "Nous", 1932; 3a ed., Eros und Agape. Eine metaphysisch- Ebreo, 1934. — A.-J. Festugiere, O.
1962. — J. Xirau, op. cit. supra. — J. religionsphilosophische Untersuchung, P., La philosophie de l'amour de M.
Ortega y Gasset, Estudios sobre el 1931. — A. Correia Pacheco, Plato's Ficin et son influence sur la littérature
amor, 1940. — J.-P. Sartre, op. cit. su Conception of Love, 1942 (tesis). — française au XVIe siècle, 1941. —
pra. — Roger du Teil, Amour et pu Amor cristiano (además de varias John Ch. Nelson, op. cit. supra (sobre
reté. Essai sur une morale de la signi obras citadas antes ) : R. Guardini, G. Bruno especialmente). — L.
fication, 1945. — M. Nédoncelle, Vers Die christliche Liebe (I Kor. 13), Fremgen, Metaphysik der Liebe. Eine
une philosophie de l'amour, 1946 (Íd., 1946. — H. Petre, Caritas. Études Auseinandersetzung mit Schopen-
íd., Vers une philosophie de l'amour sur le vocabulaire latin de la charité hauer, 1936. — H. Ottensmeyer, Le
et de la personne, 1957). — J. Guit- chrétienne, 1948. — Amor en la Edad thème de l'amour dans l'oeuvre de
ton, Essai sur l'amour humain, 1948 Media: P. Rousselot, Pour l'histoire du Simone Weil, 1958. — Joseph Arntz,
(trad. esp. : Ensayos sobre el amor hu problème de l'amour au moyen âge, O. P., De liefde in de ontologie van
mano, 1957). — U. Spirito, La vita 1908 [Beiträge zur Geschichte der J.-P. Sartre, 1960. — En Ortega y
corne amore, 1953. — R. O. Johann, Philosophie des Mittelalters, VI, 6], Gasset, X. Zubiri y P. Tillich: Fre-
S. J., The Meaning of Love. An Essay reed., 1933. — H.-D. Simonin, "Au- derick D. Wilhelmsen, The Metaphy-
towards a Metaphysics of Intersubjec- tour de la solution du problème de sics of Love, 1962.
tivity, 1955. — J. Lacroix, Personne et l'amour", Archives d'histoire doctrinale AMOR RUIBAL (ÁNGEL) ( 1870-
amour, 1956. — M. C. D'Arcy, The et littéraire du moyen âge, VI (1941), 1930) nac. en San Verísimo del Ba-
Meeting of Love and Knowledge, 174-276. (Véanse también obras de rro (Pontevedra), sacerdote católico,
1958. — André Mercier, De l'amour Pètre, d'Arcy, Fuerth, Nygren y estudió en su obra monumental, titu-
et de l'être. Essai sur la connaissance, Scholz supra.) — Georges Vajda, lada Los problemas fundamentales de
1960 (especialmente Caps. III y V). L'amour de Dieu dans la théologie
— C. S. Lewis, op. cit. supra. — juive du moyen âge, 1957 [Études de la filosofía y del dogma (10 vols.,
Karol Wojtyla, Milosc i Odpowied- philosophie médiévale, 46). — Amor 1900-1945) las relaciones entre las
zialnosc, 1960 [con resumen en fran en el Renacimiento: John Ch. Nelson, ideas filosóficas y los dogmas de la
cés] (Amor y responsabilidad) [en par Renaissance Theory of Love, 1958 Iglesia católica a través de la historia,
te influido por Scheler]. — Barry Mi (especialmente sobre los Eroici Furori, destacando los diversos modos como
ller, The Range of Intellect, 1963. — de Giordano Bruno). — Amor cortés: la dogmática ha moldeado la evolu-
Psicoanálisis del amor: I. Lepp, Psy O. H. Green, "Courtly Love in the ción del pensamiento filosófico. Amor
chanalyse de l'amour, 1959. — El Spanish Cancioneros", PMLA, LXIV Ruibal estudió asimismo en dicha obra
amor en las religiones no cristianas: (1949), 247-301. — Amor platónico en la influencia de ciertas concepciones
Th. Ohm, O. S. B., Die Liebe zu su tradición literaria: C. S. Lewis, The
Gott in den nichtchristlichen Religio- Allegory of Love. A Study in de índole filosófico-religiosa —por
nen, 1952. — El amor en el budismo Mediaeval Tradition, 1936. — ejemplo, el panteísmo— sobre la for-
y en el cristianismo: F. Weinrich, Die Amor en varios autores a partir del mación de los sistemas de filosofía.
Liebe im Buddhismus und Christen- siglo v: F. Cayré, Les sources de La influencia de las ideas filosóficas
tum, 1935. — Amor puro: Émilienne l'amour divin. La divine présence sobre la evolución de los dogmas —
Naert, Leibniz et la querelle du pur d'après S. A., 1933. — G. Combes, lo que no implicaba en su caso ten-
La charité d'après S. Augustin, 1934.
91
AMO AMP ANA
dencia al modernismo o al historicis- piado entonces como el término 'mo- ble, causal, lógica e intuitiva. Ampère
mo— fue asimismo estudiada por el ral' para calificar los designios o los se niega de este modo a establecer
autor en dicha obra, como lo había si- mandatos divinos, no parece haber una separación radical y arbitraria
do en su trabajo latino De platonis- inconveniente en suponerlos amorales entre un supuesto conocimiento sen-
mo et aristotelismo in evolutione dog- en el sentido apuntado. En algunos sible y un hipotético único conoci-
matum. sistemas — como, según vimos, es el miento racional; admitir lo contrario
Véase S. Casas Blanco, La existen- caso de Nietzsche— la amoralidad es equivaldría a negar la posibilidad
cia de Dios en A. R., 1949. — Íd., lo que debe ser predicado del hom- de una efectiva ciencia de la Natura-
íd., "Don A. A. R. Su vida y su obra leza y de la efectividad de ciertos
filosófica", Crisis, Año I (1954), bre o, mejor dicho, del Superhombre,
el cual no puede atenerse a las saberes. Ahora bien, en la intuición
13-32. — Íd., íd., Los problemas fun- de relaciones sin la dependencia de
damentales de la filosofía y del dog- normas convencionales de la mora-
lo relacionado se halla el conocimiento
ma de A. R., 1963. lidad. superior y a priori de los fenómenos.
AMORAL es definido como lo que Alfred Fouillée, La morale de Kant De acuerdo con ello, las ciencias se
es indiferente a la moral. Ello signi- et l'amoralisme contemporain, 1905 dividen en cosmológicas y nooló-gicas,
fica que lo amoral está tan alejado (hay trad. esp.: La moral de Kant y
el amoralismo contemporáneo). según estudien lo externo o lo interno.
de lo moral como de lo inmoral. Lo Las primeras se dividen en
moral y lo inmoral se rigen por las AMPÈRE (ANDRÉ MARIE) (1775- cosmológicas en sentido estricto (ma-
mismas categorías o, si se quiere, por 1836) nac. en Poleymieux, en las cer- temáticas y física) y en fisiológicas
las mismas tablas de valores: desde canías de Lyon, fue profesor de física (ciencia natural, medicina). Las se-
el punto de vista de las categorías en la Escuela Politécnica y en el gundas, en noológicas en sentido
lo moral y lo inmoral se distinguen Collège de France. Influido a la vez estricto (filosóficas: psicología, on-
entre sí sólo porque el uno es la por Maine de Biran y por Kant, esta- tología, ética; nootécnicas: artes, lite-
negación del otro; desde el punto bleció una clasificación de las ciencias ratura) y sociales (etnológicas: etno-
de vista de una tabla de valores, se fundada en un análisis psicológico en logía, arqueología, Historia; políticas).
distinguen entre sí porque se hallan el cual se descubren diversos modos Obra capital: Essai sur la philoso-
situados en extremos y contrapues- de conocimiento. Ampère no llega de phie des sciences ou exposition analy-
tos polos. Lo moral y lo inmoral se una vez ni establece con plena se- tique d'une classification naturelle de
rigen asimismo por el mismo len- guridad los resultados de su análisis toutes les connaissances humaines,
guaje. En cambio, lo amoral está fue- y los correspondientes "sistemas". 1834. — Barthélémy Saint-Hilaire,
ra de dichas categorías, de dichas De un lado, por ejemplo, señala tres Philosophie des deux Ampère, 2 vols.,
tablas de valores o de dicho lenguaje; sistemas de conocimientos primitivos: 1866. — B. Lorenz, Die Philosophie
para emplear el vocabulario de uno intuitivo, con los materiales ex- Ampères, 1908.
Nietzsche —el cual designó a su pro- ternos que no pueden cambiarse; AMPLIACIÓN (AMPLIATIO).
pia filosofía como un amoralismo— otro, el sistema de eméstesis, que Véase PROPIEDADES DE LOS TÉRMI -
puede decirse que lo amoral está reúne en una unidad cognoscitiva el NOS.
"más allá del bien y del mal". caos de las sensaciones; otro, el sis- AMPLIATO. Véase PROPIEDADES
En muchos sistemas se designa a tema objetivo, que se desliga de DE LOS TÉRMINOS.
la Naturaleza como amoral. Ello ocu- todo elemento "subjetivo" y pertenece ANAGOGÍA, ANAGÓGICO. El
rre sobre todo cuando lo natural es a la esfera noumenal; y tres sistemas término griego a)nagwgh/ significa la
definido como lo necesario. En ge- de conocimientos racionales: el acción o efecto de "conducir algo ha-
neral, todo lo que pertenece al mun- comparativo o de recepción de cia un lugar superior o más elevado";
do de los puros hechos está afectado, materiales que no pueden cambiarse; de ahí también la acción y efecto de
según dichos sistemas, por la cuali- el lógico, que proporciona un centro "elevar" y "educar". Cuando se trata
dad de la amoralidad. Esto se expresa común para la relación, y el apo- de una idea, de un principio o de una
ya, por lo demás, en el lenguaje díctico, que es propiamente intuitivo. causa se llama "anagógico" a lo que
ordinario con frases tales como "los Por otro lado, y fundado en lo an- conduce la idea, el principio o la cau-
hechos son los hechos", lo que impli- terior, Ampère señala cuatro sistemas sa a una idea, principio o causa supe-
ca renuncia a juzgarlos, y sobre todo o modos de conocimiento: el pasivo, riores o más elevados — lo que equi-
a juzgarlos moralmente. En algunas el activo, el comparativo y el intui- vale a decir a la vez a una idea,
ocasiones inclusive, como entre los tivo. Cada uno de ellos trata con el principio o causa más "originarios",
estoicos, se destaca formalmente la objeto en una relación distinta: sen- "primarios" o "profundos". En su es-
indiferencia de la Naturaleza. En sibilidad en el primer caso; concien- crito Τentament anagogicum (Ger-
otros sistemas Dios aparece como cia de la resistencia y determinación hardt, VII, 270), Leibniz escribe que
amoral. Ello significa que hay un de lo externo en el segundo; forma- "lo que conduce a la suprema causa
abismo insalvable entre las categorías ción de relaciones en el tercero, e es llamado anagógico tanto por los
morales, que pertenecen al hombre, y intuición de esas relaciones con ab- filósofos como por los teólogos".
las categorías divinas. Como sucede soluta independencia de lo relaciona- En teología se ha llamado con fre-
en Kierkegaard, Dios puede ordenar do en el último. Al mismo tiempo, cuencia "analogía" a la elevación del
inclusive ciertos actos que, de acuerdo cada modo de conocimiento posee alma hacia el reino de Dios. Esta ele-
con la concepción más tradicional, son proposiciones ciertas, descubiertas con vación puede tener lugar por medio
designados como inmorales. Mas como entera y plena evidencia, y relativas del éxtasis (v. ) místico.
el término 'inmoral' es tan poco apro- respectivamente a las esferas sensi-
92
AMP ANA ANA
En la lectura y, sobre todo, inter- proposición que se pretende demos- manidad de los suecos). En un
pretación (exégesis o hermenéutica trar y que se admite como verdadera. método analítico o resolutivo habría
[v.] ) de las Escrituras se suele distin- Por este motivo el método de análisis que comenzar por admitir que los
guir entre varios sentidos de un texto: fue llamado por los filósofos de la hombres son mortales y habría que
literal, principal, sacramental, moral, "Escuela de Padua" y por Galileo mé- descubrir si "Los hombres son mor-
figurativo, formal, material, místico, todo de resolución o método resolutivo. tales" es o no una proposición ver-
alegórico, anagógico. La interpreta- Tal método fue desarrollado por varios dadera.
ción anagógica es la que atiende al matemáticos y filósofos modernos (Ga- El sentido anterior del término
sentido espiritual, el cual eleva el lileo, Viète, Descartes, Hobbes, entre 'análisis' no coincide con el que se
alma. La interpretación anagógica se otros). Descartes utilizó, por ejemplo, usa a menudo hoy día en la litera-
distingue de la alegórica, la cual per- los procedimientos establecidos por tura filosófica y aun en buena parte
mite un conocimiento (metafórico) de Pappus, cuya definición conocía a tra- de la científica. En efecto, suele en-
la verdad revelada, pero puede de- vés de la versión de Commandino y a tenderse muy frecuentemente hoy el
cirse que la interpretación alegórica través de los tratados geométricos del análisis como la descomposición de
se convierte asimismo en anagógica Padre Clavius. Por este motivo es un todo en sus partes. A veces se
cuando produce los efectos indi- frecuente ver el término 'análisis' usado quiere indicar con ello una descom-
cados. en Descartes como método destinado a posición de un todo real en sus par-
Si "anagógico" significa, en gene- solucionar un problema mediante tes reales componentes, tal como ocu-
ral, "lo que eleva", "catagógico" sig- ecuaciones, tal como ocurre en la rre en los análisis químicos. Pero
nifica "lo que rebaja". En psicología geometría analítica. El método casi siempre la descomposición en
se ha usado a veces el término 'ana- analítico se distingue entonces del cuestión es entendida en un sentido
gógico' para designar los estados psí- método sintético, que consiste en el o lógico o mental. Se habla en este
quicos que producen por su sola pre- conjunto de operaciones ejecutadas último caso de análisis de un con-
sencia una elevación del temple vital sobre las propias figuras mediante la cepto en tanto que investigación de
ajeno. El término 'catagógico' se em- intuición. Así, en la Géométrie (I, los subconceptos con los cuales el
plea para designar los estados psíqui- A.T. VIII), Descartes declara que "si concepto en cuestión ha sido cons-
cos que producen por su sola presen- se quiere resolver cualquier problema truido, o de análisis de una propo-
cia una disminución del tono vital hay que considerarlo ante todo como sición en tanto que investigación de
ajeno, una depresión. Los estados ana- ya resuelto y dar nombres a todas los elementos que la componen. En
gógico y catagógico pueden ser cir- las líneas que parecen ser necesarias todos estos casos el análisis se con-
cunstanciales o permanentes. En este para construirlo, tanto a las que son trapone a la síntesis, la cual es una
último caso puede hablarse de "espí- desconocidas como a las demás". En composición de lo previamente des-
ritu anagógico" o "temple anagógico" un sentido parecido habla Descartes compuesto. Hay que advertir, sin
y "espíritu catagógico" o "temple en el Discours (II, ed. Gilson, pág. 17, embargo, que tal contraposición no
catagógico" para referirse respectiva- lín. 18-9) del "análisis de los geó- impide usar los dos métodos: el ana-
mente a aquellos sujetos que "ani- metras", que puede relacionarse con lítico y el sintético, tanto en la cien-
man" a los demás o "deprimen" a los el "análisis de los antiguos y el álgebra cia como en la filosofía. En efecto,
demás. de los modernos" (ibíd., pág. 17, lín. es opinión muy común que los dos
ANÁLISIS. En la Edad antigua y 27). Ahora bien, Descartes no se limitó métodos tienen que ser complemen-
buena parte de la moderna el término al uso matemático, sino que lo tarios: una vez analizado un todo
'análisis' fue entendido casi exclu- generalizó. Por ejemplo, en las Re- en sus partes componentes, la recom-
sivamente en el sentido que le daban gulae (X) y en otros textos el mé- posición sintética de estas partes tiene
los matemáticos. Un claro ejemplo todo analítico en el sentido apuntado que dar por resultado el todo del cual
de ello lo encontramos en la defini- aparece como un método de razona- se había partido.
ción de Euclides (Elementos, XIII) miento susceptible de convertirse en Este segundo concepto del análisis
— definición que suele atribuirse a una mathesis universalis más general fue usado también por muchos filó-
una interpolación del geómetra ale- y rigurosa que el método "dialéctico" sofos y científicos modernos, espe-
jandrino Pappus (fl. ca. 300), por lo de los lógicos partidarios de la cialmente en el siglo XVII. El análi-
cual se enlaza casi siempre con el silogística. En efecto, Descartes re- sis, por ejemplo, fue usado en el es-
nombre de este último: "El aná- chaza el método silogístico por con- tudio de la descomposición de fuer-
lisis parte de lo que se busca como siderarlo un método incapaz de cum- zas. En el diagrama siguiente:
algo admitido y pasa de ello mediante plir con los requerimientos antes
varias consecuencias a algo que es enunciados, pues si bien permite es-
aceptado como su resultado." El aná- tablecer una cadena de proposicio-
lisis en este sentido es, pues, una re- nes, no permite obtener ninguna pro-
solución (resolutio) —se resuelve lo posición que sea más verdadera que
complejo en lo simple— o una regre- la premisa mayor. En el silogismo:
sión (regressio) — se regresa me- "Todos los hombres son mortales; Los
diante una secuencia lógica de pro- suecos son hombres; Los suecos son aparece el ejemplo de una fuerza A
posiciones a una proposición que se mortales" se afirma la mortalidad de que es descompuesta o resuelta en
declara evidente partiendo de otra los suecos por haberse afirmado la las fuerzas a, b, c. En el diagrama
mortalidad de los hombres (y la hu- siguiente:
93
ANA ANA ANA
1952, 157 sigs. ) que hay en Descartes examen de todas las proposiciones
un uso más bien impreciso del voca- con el fin de averiguar si poseen o
blo 'análisis' y que para entender qué no significación: si son reglas lógicas
sentido tiene éste en cada caso hay (o lingüísticas), proposiciones sobre
que examinar cuidadosamente en qué hechos o meras expresiones de
contexto es usado. En todo caso, el emociones. Las tendencias analíticas
sentido que aparece en el precepto se oponen de este modo casi siempre
aparece el ejemplo de las fuerzas a, segundo del Discours y que hemos a las llamadas tendencias especula-
b, c, que concurren en la producción definido como el segundo concepto tivas. Ahora bien, esas bases comu-
de la fuerza A. El primer diagrama en el presente artículo es el que ha nes no son suficientes para caracte-
muestra un análisis de fuerza; el se- tenido más fecundas y abundantes rizar ninguna de las tendencias ca-
gundo, una síntesis de fuerzas. Ahora consecuencias en la posterior litera- lificadas de analíticas; cada una de
bien, este concepto del análisis tura filosófica. El mismo sentido que éstas posee, además, caracteres pro-
aparece asimismo en Descartes y aun a tiene hoy día el "análisis lógico" y pios, y a veces difícilmente compa-
veces parece lograr el predominio el llamado "movimiento analítico" rables con las de otras tendencias.
sobre el primer concepto. En el se- puede considerarse como un refina- Es menester, pues, proceder a una
gundo de los preceptos del Discurso miento de la significación apuntada. clasificación de las corrientes de refe-
(II, ed. Gilson, pág. 18, 24-5) se pro- Desde este último punto de vista po- rencia. Ello puede hacerse de varios
pone "dividir cada una de las difi- demos inclusive clasificar las filoso- modos. Por ejemplo, puede precederse
cultades que se examinan en tantas fías en analíticas y sintéticas. Las pri- a una clasificación que siga un orden
partes como se pueda y como sea meras suponen de un modo general más o menos cronológico. Desde este
necesario para mejor resolverlas". Este que la realidad de un todo (cual- punto de vista, se dividen las
precepto ha sido llamado por algunos quiera que éste sea) está dado en tendencias analíticas en las siguien-
autores (por ejemplo, L. J. Beck) la la descomposición de sus partes. Las tes: (1) Primera fase, desarrollada
regla del análisis. En cambio, el ter- segundas afirman que el todo es por G. E. Moore y sus discípulos.
cer precepto: "Conducir por orden irreductible a sus partes; por este Esta fase está muy próxima al neo-
mis pensamientos, comenzando por motivo la concepción analítica se realismo y consiste en un examen del
los objetos más simples y más fáciles contrapone con frecuencia no sola- lenguaje ordinario, con escasa o nin-
de conocer, para remontar poco a mente a la concepción sintética, sino guna atención a los lenguajes forma-
poco, como gradualmente, al conoci- también a la concepción sinóptica lizados. Las concepciones más desta-
miento de los más compuestos" es (denominada a veces también holo- cadas de esta fase han sido expresadas
llamado la regla de la síntesis. Es lógica). claramente por John Wisdom en su
cierto que algunos autores (por ejem- Por medio del término 'análisis' libro sobre interpretación y análi-lisis.
plo, Gilson) llaman regla del análisis —o también por medio de la expre- Por la influencia ejercida sobre
al tercer precepto, porque entienden sión 'análisis lógico'— se designa hoy desarrollos posteriores, nos extendere-
el término 'análisis' en el sentido des- un amplio movimiento filosófico de mos brevemente sobre ella. Según
crito al principio de este artículo, es carácter antimetafísico que abarca John Wisdom, una definición de un
decir, como el procedimiento que con- muy diversas tendencias: positivismo término mediante otro término o serie
duce a la mathesis universalis. Ello lógico, empirismo lógico o científico, de ellos (como en las definiciones
es tanto más sorprendente en el caso Escuela (analítica) de Cambridge, lingüísticas) o una definición de un
del citado comentarista, por cuanto Grupo de Oxford, ciertos segmentos término mediante mostración del
distingue cuidadosamente en Descar- del neo-realismo, círculo de Wittg- objeto al cual corresponda o repro-
tes no solamente entre "la regla de enstein y positivismo terapéutico, ducción de un comportamiento que
método llamada análisis" y "el aná- etc. A este movimiento se incorporan permita entender de qué se trata, no
lisis en sentido geométrico", sino muchos de los que trabajan en temas es el análisis del término: es una in-
también entre estos dos y "la geome- de lógica simbólica y de semiótica terpretación. Análisis es sólo una de-
tría analítica". Podríamos, sin duda, cuando tal trabajo no es entendido finición en la cual se aclara (no sólo
encontrar un fundamento común de en un sentido "neutral" y pretende se indica) el significado de un tér-
los diversos sentidos dados por Des- ofrecer una cierta idea de la activi- mino. Así, de las dos proposiciones:
cartes al término 'análisis'. Este fun- dad filosófica. Muy común en estas Las palabras 'x es hermano de y'
damento se hallaría en el supuesto tendencias es el rechazo de los ras- significan lo que significan las pa-
de que el "análisis geométrico" es gos especulativos del pensamiento fi- labras ' x e y tienen los mismos pa-
un caso particular del "análisis uni- losófico y la reducción de éste a un dres y x es hombre' y significado de
versal" dado en el tercer precepto, pensar crítico y analítico, con el con- 'x es hermano de y' puede ser analizado
y en el supuesto de que el método siguiente "desenmascaramiento" de en lo que es significado por 'x e y
de la geometría analítica no es sino los problemas tradicionales como "em- tienen los mismos padres y x es hom-
una aplicación del precepto del aná- brollos causados por las complejida- bre'. La primera proposición es, según
lisis al estudio de las curvas geo- des del lenguaje ordinario". Junto a Wisdom, una interpretación, mientras
métricas. Nosotros consideramos, sin ello es común, pero no exclusivo, de que la segunda proposición es un aná-
embargo, más plausible admitir, con las tendencias analíticas, negar que lisis. El análisis permite, según Wis-
el citado Beck (The Method of la filosofía tenga un objeto propio; dom, no sólo aclarar los términos
Descartes. A Study of the Regulae, con ello la filosofía se reduce a un usados, sino resolver ciertos proble-
94
ANA ANA ANA
mas filosóficos tradicionales, a veces analítica de los conceptos (cuyo más ensteinianos de tendencia lingüísti-
mostrando que carecen de significa- ilustre ejemplo es el análisis einstei- ca; G. Ryle y los filósofos del grupo
ción y a veces indicando en qué sen- niano de la significación de 'es si- de Oxford. Para la posición (b), los
tido tienen que solucionarse. Así, G. multáneo'; (III) El análisis postula- wittgensteinianos adheridos al posi-
E. Moore indica en Principia ethica tivo, usado en la construcción de un tivismo terapéutico: Norman Mal-
(I, 6-13) que un análisis de la expre- sistema logístico, y (IV) El análisis colm, en parte John Wisdom, etc.
sión 'x es bueno' muestra que la bon- "directivo", que desemboca en enun- Para la posición (c), los antiguos
dad no puede reducirse a preferencia ciados ostensivos cuyos símbolos co- positivistas lógicos de tendencia for-
personal. En efecto, cuando una per- rresponden a hechos atómicos. Otra malista —Carnap— y muchos de los
sona dice 'x no es bueno' se enuncian clasificación es la que proponemos a que trabajan en campo de la lógica
dos expresiones contradictorias. Pero continuación y que nos parece más matemática con el fin de encontrar
esto no ocurre cuando una persona completa. Consiste en declarar que lenguajes en el sentido indicado.
dice 'Me gusta x' y otra dice: 'No me dentro del movimiento analítico se Algunos autores han planteado el
gusta x'. El análisis de 'x es bueno' en han manifestado las siguientes ten- problema de la posible relación en-
términos de 'Me gusta x' es, así, inco- dencias: (a) el analitismo antiforma- tre el análisis y la especulación. Es
rrecto, y la mostración de su incorrec- lista lingüístico, preocupado por el el caso de C. D. Broad, el cual, aun-
ción revela a la vez la incorrección de examen de sentencias formuladas en que inclinado en principio hacia los
toda una teoría ética. (2) Segunda fa- lenguaje ordinario, con el fin de postulados del movimiento analítico
se, desarrollo parcial de la anterior y (1) ver si poseen o no sentido o en un sentido general, considera que
representada por los miembros de la (2) de demostrar que todas las cues la filosofía analítica puede ser una
llamada Escuela de Cambridge (VÉA- tiones filosóficas son pseudo-proble- preparación para la filosofía especu-
SE ). A la influencia de Moore hay mas; (b) El analitismo antiformalis- lativa. En tal caso el "análisis" de-
que agregar pronto la de Russell y ta psicológico, que se adhiere a la signa uno de los momentos esencia-
pronto también la del positivismo ló- posición (a2), pero que resuelve los les de todo pensar filosófico, que no
gico. Nos hemos extendido sobre ello problemas considerando el lenguaje ha estado ausente en prácticamente
en el artículo últimamente referido. como uno de los modos del compor ninguna de las filosofías llamadas tra-
(3) Tercera fase, representada espe- tamiento humano y no mediante pu dicionales, pues en casi todas ellas
cialmente por el positivismo terapéu- ros análisis lingüísticos; (c) El ana la especulación se ha basado en una
tico de Wittgenstein y sus discípulos, litismo formalista, más interesado en previa aclaración de significaciones.
de que hemos hablado en varios ar- los problemas lógicos, y preferente Y ello hasta tal punto que podría
tículos (Positivismo, Psicoanálisis, mente ocupado en construir lengua inclusive establecerse una clasifica-
Wittgenstein [VÉANSE ]). (4) Cuarta jes precisos dentro de los cuales que ción de las filosofías de acuerdo con
fase, representada principalmente por den eliminadas las paradojas y a los el mayor o menor predominio en
el grupo de Oxford (v.) y que se cuales puedan traducirse las partes no ellas del aspecto analítico o del as-
caracteriza por el examen del uso contradictorias del lenguaje hablado. pecto sintético, desde aquellas en las
(v.) de los términos. Hay que ob- Paradójicamente, los partidarios de cuales el análisis ocupa una parte
servar que algunas de estas fases se la posición (c), que es más técnica importante del trabajo filosófico (co-
entrecruzan en el tiempo y también que las posiciones (a) y (b) y pa mo en Aristóteles) hasta aquellas en
que una parte del movimiento ana- rece más alejada en la superficie de las cuales representa solamente una
lítico está representado por una cierta las tareas tradicionales de filosóficas, parte mínima de él ( como en Hegel).
cantidad de trabajos efectuados en es la que más se acerca a ellas. En Indicaremos aquí solamente algu-
las esferas de la logística y de la efecto, el analitismo en el sentido (c) nos trabajos relativos al concepto de
semiótica, de modo que la ordena- pretende últimamente forjar lengua análisis entendido en el sentido del
ción cronológica es siempre insufi- jes en los cuales pueda describirse "movimiento analítico": L. S. Steb-
ciente. con rigor la experiencia. Por lo tanto, bing, "The Method of Analysis in Me-
Para corregir sus inconvenientes se tales lenguajes, aun cuando son for taphysics", Proceedings of the Aris-
totelian Society, 1932-33. — Íd., íd.,
han propuesto clasificaciones más sis- males, deben utilizarse con vistas a "Logical Positivism and Analysis",
temáticas. Una es la que se halla en describir la realidad, al revés de lo Ibíd., 1933. — Max Black y J. T.
el trabajo de L. S. Stebbing sobre el que acontece con el analitismo en los Wisdom, "Is Analysis a Useful Me-
análisis y el positivismo lógico ( 1933) sentidos (a) y (b), que es más bien thod in Philosophy?", Ibíd., Suppl.
y que, aunque hoy día insuficiente un modo de eludir los problemas de XIII, 1934. — John Wisdom, Pro-
(en parte a causa de la fecha ya algo la descripción de lo real. blems of Mind and Matter, 1934 (so-
lejana en que fue formulada), ayu- Las tres posiciones antes citadas bre todo la introducción). — Íd., íd.,
da a comprender varias caracterís- están implícitas en Wittgenstein, pero Interprétation and Analysis, 1931. —·
ticas de los movimientos analíticos. han sido desarrolladas con frecuen- J. W. Reeves, Empiricism and
Ana-lysis, 1935 (tesis). — A, J.
Consiste en afirmar la existencia de cia independientemente de él. Como Ayer, Language, Truth and Logic,
cuatro tipos de análisis: (I) El aná- representantes destacados de las mis- 1936, 2a ed., 1946. — Varios autores,
lisis como definición analítica de ex- mas podemos considerar los siguien- Analysis and Metaphysics (Arist
presiones simbólicas —tal como es tes. Para la posición (a), los llamados Soc. Suppl XIX, 1945). — J. O.
usado por Russell, en particular en analistas de Cambridge, tales como Wisdom, The Metamorphosis of
su teoría de las descripciones (véase Moore, John Wisdom, y, en general, Philosophy, 1949. — M. Weitz,
DESCRIPCIÓN )—; (II) La aclaración antiguos discípulos de Moore; wittg- "Analysis and Real Définition",
Philosophical Stu-
95
ANA ANA ANA
dies, I, 1 (1950). — Max Black, se debe también el libro Toward que contienen la condición que les
Problems of Analysis. Philosophical Reunión in Philosophy, 1956, un in- permite convertirse en reglas a prio-
Essays, 1954 (aplicación del método tento de integrar el movimiento ana- ri a los fenómenos.
de análisis a varios problemas). — lítico con otros para evitar la "com-
R. M. Haré, P. Henle, S. Körner, partimentación" excesiva de los sabe- Kant ha empleado también el tér-
"Symposium: The Nature of Analy- res filosóficos. mino 'analítica' en la Crítica de la
sis", The Journal of Philosophy, LIV ANALÍTICA. Como hemos visto razón práctica en el sentido de la
(1957), 741-66. — Arthur Pap, Se- en el artículo ANALÍTICOS , se da el Analítica de la razón pura práctica.
mantics and Necessary Truth. An nombre latino de Analytica, )Analu- A diferencia de la Analítica de la
Inquiry into the Foundations of Ana- tika/ a los Primeros y Segundos Ana- razón pura o teórica que va de la
lytic Philosophy, 1958. — Véase tam- sensibilidad a los conceptos y pasa
bién la bibliografía de OXFORD. Exá- líticos de Aristóteles. Por lo demás,
el Estagirita usó el nombre de arte luego a los principios, la Analítica
menes críticos: J. K. Feibleman, de la razón pura práctica se refiere a
Inside the Great Mirror; a Critical analítico, a)nalutikh\ te/xnh, para de-
Examination of the Philosophy of signar el análisis que se remonta a una voluntad que es una causalidad.
Russell, Wittgenstein, and Their Follo- los principios (Rhet., I, 4, 1359 b 10). Por eso tal Analítica debe comenzar
wers, 1958. — M. J. Charlesworth, Analítica es también el nombre gene- con la posibilidad de principios
Philosophy and Linguistic Analysis, ral que se da a todo análisis (v. ). prácticos a priori; de ellos pasa a los
1959 [Duquesne Studies. Philosophical Nosotros reservamos el vocablo para conceptos de los objetos de una
Series, 9]. — Ernest Gellner, Words el sentido que tiene en Kant y Hei- razón práctica, y sólo entonces puede
and Things. A Critical Account of analizar el papel que desempeña el
Linguistic Philosophy and a Study in degger.
Kant usa el término 'analítica' para sentido moral frente a la sensibilidad.
Ideology, 1959 (especialmente sobre El camino que sigue la Analítica de
el llamado "grupo de Oxford" [véase designar la primera parte de la
OXFOBD] ). — Alberto Gian-quinto, La lógica general, "que resuelve todas la razón pura práctica es, así,
filosofía analítica: l'invo-luzione dalla las operaciones del entendimiento y inverso al que sigue la Ana-lítica de
riflessione sulla scienza, 1961. — J. de la razón en sus elementos y los la razón pura teórica: no va de la
Wahl, J. O. Urmson, G. Ryle, P. F. presenta como principios de todo sensibilidad al entendimiento, sino
Strawson, J. L. Austin et al., La enjuiciamiento lógico de nuestro en- de la lógica a la estética (usados
philosophie analytique, 1962 [Cahiers tendimiento". En la Crítica de la ra- estos términos en el sentido
de Royaumont. Philosophie. N°4]. — kantiano). La Analítica es asimismo
U. Scarpelli, Filosofía analítica: norme zón pura, la Analítica trascendental
es la parte que sigue a la Estética introducida en la Crítica del juicio
et valori, 1962. — Brand Blanshard, como una Analítica de la facultad
Reason and Analysis, 1962 [Paul Carus trascendental y precede a la Dialéc-
Lectures, série 12]. — Libros de texto tica trascendental, teniendo por objeto teleológica de juzgar y como una
con exposición de problemas "la descomposición de todo nuestro Analítica de la sublime.
filosóficos desde el punto de vista del conocimiento a priori en los elementos Heidegger usa también el térmi-
"análisis": A. Pap, Elements of del conocimiento puro del no 'Analítica' (Analytik) al propo-
Analytic Philosophy, 1953. — íd., íd., entendimiento". La Analítica tras- ner una analítica ontología de la
Analytische Erkenntnislehre, 1955 (no cendental es —como parte de la Existencia (VÉASE), la cual permite, a
es simple trad. de los Elements). su entender, despejar el horizonte
— J. Hospers, Introduction to Philoso Lógica trascendental— una "lógica
de la verdad". Los conceptos a que para interpretar el sentido del ser en
phical Analysis, 1953. — P. C. Chat- general (Sein und Zeit, §5 ) . Según
terji, An Introduction to Philosophical ella se refiere deben cumplir las
Analysis, 1957. — Detallada historia cuatro condiciones siguientes: (1) Heidegger, la analítica de la Exis-
del movimiento analítico: J. O. Urm Ser conceptos puros y no empíricos; tencia constituye el primer estadio
son, Philosophical Analysis. Its Deve (2) Pertenecer al pensamiento y al y la primera incitación para el des-
lopment Between the two World entendimiento, no a la intuición y a arrollo de la pregunta acerca del ser,
Wars, 1956. — Antologías: H. Feigl la sensibilidad; (3) Ser conceptos pregunta que determina la dirección
y W. Sellars, Readings in Philosophi elementales, distintos de los conceptos de semejante analítica. Se trata, por
cal Analysis, 1949. — Max Black, Phi consiguiente, de una analítica exis-
losophical Analysis. A Collection of deducidos o compuestos; (4)
Abarcar el campo completo del puro tenciaria (véase EXISTENCIARIO) previa
Essays, 1950. M. MacDonald, Analysis a toda psicología, antropología y
(1933-1940: 1947-1953), 1954.—Mor- entendimiento. Esta última condición
ton White, The Age of Analysis, 1955. se cumple sólo cuando se considera el biología. El deslinde de la analítica
— R. J. Butler, ed., Analytical Philo conocimiento a priori del de la Existencia con respecto a las
sophy, 1963. La primera antología entendimiento como un todo. La mencionadas ciencias es, para Hei-
contiene varios estudios ya clásicos; la Analítica trascendental se divide en degger, absolutamente indispensable
segunda, ejemplos de "análisis filosó una Analítica de los conceptos y una (ibíd., § 10); solamente él per-
fico"; la tercera, una selección de ar Analítica de los principios. La pri- mitirá iniciar el análisis de la Exis-
tículos publicados en la revista ingle tencia como el estar-en-el-mundo y,
sa Analysis en las fechas citadas; la mera consiste en la descomposición
de la facultad del entendimiento con en general, captar la Existencia en
cuarta, selecciones de Peirce, James, lo que puede llamarse su existencia-
Dewey, Moore, Russell, Carnap, Witt- el fin de investigar la posibilidad de
genstein, con introducciones y comen los conceptos a priori en tal forma riedad.
tarios (se completa con textos de au que se hallen sólo en el entendimien- A. De Coninck, L'Analytique trans-
tores "no analíticos", como Croce, to. La segunda es un canon de la cendentale de Kant, I, 1955. — Íd.,
Santayana, Bergson, Whitehead, Hus íd., L'analytique transcendental de
facultad de juzgar que enseña a apli- Kant, est-elle cohérente?, 1956 (com-
serl, Sartre). Al mencionado M. White car los conceptos del entendimiento
96
ANA ANA ANA
plemento al volumen anterior). — ción en una categoría) y se opone, ticas no responde a una "verdad um-
Giorgio Tonelli, "Der historische Ur- de consiguiente, al supuesto último de versalmente necesaria", sino a "un
sprung der kantischen Termini 'Ana- la filosofía trascendental, es decir, al modo de uso del lenguaje". Las pro-
lytik' und 'Dialektik'", Archiv für Be- supuesto de que el ser es un con- posiciones analíticas serán en este
griffsgeschichte, VII (1962), 120-39. junto de hechos y de que la signifi- caso proposiciones "verbales". Nor-
— Paul Wolff, Kant's Theory of Men-
tal Activity. A Commentary on the cación "se pone" o inclusive "existe" man Malcolm, que ha examinado este
Transcendental Analytic of the Criti- como noúmeno. Se opone asimismo problema procurando ver hasta qué
que of Pure Reason, 1963. — Véase a la solución dada por Husserl a punto se puede decir que las pro-
también bibliografía de TRASCENDEN- la concepción de los juicios analí- posiciones analíticas sean realmente
TAL y comentarios a la Crítica de la ticos y sintéticos. Husserl admite verbales, ha manifestado que si se
razón pura, mencionados en la biblio- la posibilidad del pensar sintético lleva tal tesis a sus últimas conse-
grafía de KANT, y obras citadas en la sin necesidad de reconocer un plano cuencias, resultará de ella lo que
bibliografía de TRASCENDENTAL. trascendental, porque refiere tal Broad había puesto de relieve: que
ANALÍTICA TRASCENDENTAL. pensar al mundo de esencias dis- si una proposición analítica señala
Véase ANALÍTICA. tintas de las categorías, de los me- que la persona que la registra intenta
ANALÍTICO y SINTÉTICO. Des- ros nomina y de las realidades sim- usar ciertas palabras de cierto modo,
de Kant se llama analítico al juicio pliciter. Así, para Husserl hay juicios las proposiciones analíticas serán
cuyo predicado está contenido en el a priori que no son puramente for- enunciados acerca de las actuales
sujeto. Los juicios analíticos, dice males o vacíos y que tampoco nece- presencias de la persona que habla
Kant, "son aquellos en que el enlace sitan ser trascendentales. En verdad, y acerca de su conducta futura, de
del sujeto con el predicado se con- Husserl reconoce una aprioridad eidé- modo que, en último término, se tra-
cibe por identidad", contrariamente tica formal y otra aprioridad eidétíca tará de proposiciones sintéticas. Y
a los sintéticos, en donde el predi- material, con lo cual los llamados jui- Ayer ha llegado a la conclusión de
cado es ajeno al sujeto y el enlace cios sintéticos a priori —correspon- que para evitar la conversión de la
es, por lo tanto, sin identidad. Kant dientes a la síntesis material a prio- proposición necesaria en su contra-
los llama también juicios explicativos ri— expresarían, según dice A. Sán- ria —en una proposición contingente,
por cuanto nada añaden al sujeto chez Reulet, relaciones que se fun- empírica y no necesaria—, no hay más
por el atributo, sino que solamente dan en la peculiaridad esencial de remedio que decir que las pro-
lo descomponen en conceptos par- los relata o elementos relacionados posiciones analíticas y necesarias no
ciales comprendidos en el mismo. por medio de la actividad sintética son propiamente proposiciones, sino
Ejemplos de juicios analíticos son: del juicio. tan sólo "reglas", "usos", modos de
'Todos los cuerpos son extensos'; Έ1 Algunos autores, como Boutroux, operación, de distribución proposi-
triángulo es una figura de tres án- habían señalado ya que el puro jui- cional y de cálculo.
gulos', etc. Estos juicios son todos cio analítico sólo es pensable como Durante las primeras décadas de
a priori ( VÉASE ), es decir, válidos una absoluta identidad que ni siquiera este siglo la cuestión de si puede ha-
con independencia de la experiencia, puede ser desplegada en sus partes, ber o no juicios sintéticos a priori
a diferencia de los juicios sintéticos, ya que la relación de las partes con (VÉASE), dependiente de la cuestión
que pueden ser o exclusivamente a el todo es ya de carácter sintético. acerca de si no hay o hay una dis-
posteriori o bien, como Kant admite, Dentro de los lógicos contem- tinción rigurosa entre las proposicio-
también a priori. En rigor, la discu- poráneos, la tendencia más fuerte ha nes analíticas y las sintéticas, ha dado
sión ha versado casi siempre acerca sido durante mucho tiempo la de lugar, pues, a dos opiniones al pare-
de la naturaleza de los juicios sinté- sostener la imposibilidad de los jui- cer inconciliables: (1) la que ha sos-
ticos. Muchos autores no reconocen cios sintéticos a priori. Cada vez tenido la separación y (2) la que la
la posibilidad de hablar de juicios parece haberse acentuado más, en ha negado. La opinión (1) está den-
sintéticos a priori y afirman —como efecto, el carácter exclusivamente tro de la tradición de Leibniz (en
se hacía antes de Kant o como hacen analítico de las proposiciones nece- parte), Hume, John Stuart Mill y
gran parte de las tendencias neopo- sarias. De este modo se ha tendido otros, aunque no siempre se ha re-
sitivistas contemporáneas— que todo a excluir toda "referencia" de la pro- ferido a sus predecesores y ha pre-
juicio sintético es a posteriori. En este posición analítico-necesaria a la "rea- ferido presentar sus argumentos como
caso no se reconoce ningún plano lidad" y, por lo tanto, la posibilidad resultado de una reflexión sobre la
trascendental, único que, al parecer, de que pudiese haber ninguna pro- índole de las expresiones lógicas. La
puede servir de lazo de unión entre posición analítica acerca de caracte- opinión (2) ha sido defendida por
lo a priori y lo sintético. En otros rísticas generales residentes en el varios grupos de pensadores, cada
términos, los juicios sintéticos serían mundo o ni siquiera acerca de una uno de los cuales se ha apoyado en
todos derivados de experiencias y los clase especial de objetos abstractos varios supuestos. Son: (a) los idea-
analíticos podrían ser reducidos a que serían los universales. Poco a po- listas; (b) los fenomenólogos, y
tautologías. El juicio analítico no di- co se ha considerado inclusive que lo (c) los pragmatistas. Tan inconcilia-
ría, en rigor, nada acerca de lo real. que se llama proposición analítica no bles llegaron a ser en un cierto mo-
Esta concepción se opone, pues, re- es sino una "regla de gramática". mento dichas opiniones que poco a
sueltamente a la kantiana (que ad- Como lo han manifestado Carnap, poco desapareció inclusive toda polé-
mite la posibilidad de concebir un Ayer y Wittgenstein, lo que se llama mica, atrincherándose cada grupo en
juicio como subsunción de una intuí- analítico en las proposiciones analí- sus posiciones respectivas. La cues-
97
ANA ANA ANA
tión pareció inclusive olvidada. Pero nan la opinión (2) pueden verse al- sintéticos a priori desde el punto de
en los últimos años ha sido reavivada gunos ejemplos en el resumen de los vista lógico, 1916. — Walter Dubis-
por varios de los que fueron durante análisis de A. Pap, C. H. Langdorf lav, Ueber die sogenannten analytis-
chen und synthetischen Urteile, 1926.
un tiempo partidarios de la opinión e I. M. Copi que figuran al final — C. I. Lewis, Mind and the World
(1). En efecto, autores como v. Qui- del artículo Analítico y Sintético Order, 1929. — Íd., íd., An Analysis
ne, M. G. White, A. Pap, C. H. ( VÉASE ) en la precedente edición de of Knowledge and Valuation, 1946.
Langdorf, I. M. Copi, F. Waismann, esta obra (pág. 52, cols., 1-3). Otros — El artículo de A. Sánchez Reulet
J. L. Coblitz, J. Wild y otros han muchos ejemplos podrían darse, entre citado en el texto se encuentra en:
observado que la diferencia entre las los cuales destaca por su amplitud y 'Sobre juicios analíticos y sintéti
proposiciones analíticas y las sintéti- por los debates que ha suscitado el cos", Humanidades, La Plata, XXVI,
cas no es completa, sino gradual. En de Quine, cuando ha apuntado, en págs. 407-15. — El texto de Nor
cambio, autores como R. Carnap, defensa de la tesis gradualista, que man Malcolm es: "Are Necessary
Propositions really Verbal?" Mind, N.
R. M. Martin, B. Mates, L. W. Beck, las usuales definiciones de la ex- S., XLIX, (1940), 189-203. — Las
R. Hartmann, Β. Lake, M. Perkins, presión 'proposición analítica' tienen observaciones de Ayer figuran en:
I. Singer, H. P. Grice, P. F. Straw- varios defectos, entre ellos la impre- Language, Truth and Logic, 1936, y
son y otros han seguido manteniendo cisión del término 'contener'. Nos li- en el artículo "Truth by Convention"
la distinción rigurosa. En general, los mitaremos aquí a apuntar que para Analysis, IV, Nros. 2 y 3. Las de
que siguen manteniendo la opi- aclarar las dificultades antes señala- Broad constan en el trabajo: "Are
nión (1) presentan, bien que consi- das nos parece necesario adoptar un there Synthetic A priori Truths?"
derablemente refinados, argumentos procedimiento que cada vez está más (Arist. Soc. Supp. Vol. XV). Hay que
análogos a los ya familiares, pero extendido entre los lógicos y semióti- tener en cuenta, además, que en la
mayor parte de los libros y artículos
abandonando la tesis del carácter tau- cos contemporáneos. Consiste en pre- sobre problemas lógicos publicados en
tológico de las expresiones lógicas. cisar en cada caso lo que se quiere los últimos decenios hay abundantes
Los que se han acercado a la posi- decir por 'es analítico'. Pues cuando referencias a la cuestión. Véase asi
ción (2) pueden ser distribuidos, a se indica 'S es analítico' se pueden mismo la bibliografía del artículo A
su vez, como ha mostrado A. Ge- significar varias cosas: que la nega- PRIORI. Los trabajos de los autores ci
wirth, en dos subgrupos. (I) Unos ción de S es contradictoria consigo tados en la última parte del artículo
(los menos) que usan argumentos misma; que S es verdadero por su han aparecido en las siguientes pu
ontológicos; (II) otros (los más) que significado exclusivamente y con in- blicaciones: A. Pap (Mind., LV
usan argumentos metodológicos. Los dependencia de los hechos; que S [1946] 234-46, C. H. Langford
(The Journal of Philosophy, XLVI
del subgrupo (I) arguyen que las es verdadero en todos los modos [1949] 20-4, I. M. Copi [Copilo-
formas lógicas reflejan la estructura posibles, etc. Con el fin de alcanzar wish] (The Journal of Philosophy,
de la realidad y que no puede ne- tal precisión es necesario especificar XLVI [1949], 243-5), J. Wild y
garse esta correspondencia sin destruir en qué lenguaje una proposición dada J. L. Coblitz (Philosophy and Phe-
la posibilidad de conocimiento. Los es declarada analítica. Así, no con- nomenological Research, VIII [1948],
del subgrupo (II) arguyen que las viene decir simplemente 'S es analíti- 651-7), R. Rudner (Philosophy of
formas lógicas reflejan la estructura co', sino 'S es analítico en L', 'S es Science, XVI [1949], 41-8), W. v.
de la investigación científica y que analítico en L1' y así sucesivamente. Quine (The Philosophical Review,
sin ello no habría posibilidad de cien- Cierto que 'S es analítico en L' es LX [1951], 20-41 y Philosophical
Studies, II [1951], 71-2), M. G.
cia. El citado Gewirth propone llamar equivalente a 'S es analítico dentro White (John Dewey, Philosopher of
a (I) ya (II) por igual gradualistas, de las reglas semánticas de L' y, por Science and Freedom, ed. S. Hook
en oposición a (2) que reciben el lo tanto, la solución propuesta parece [1950], 316-30), F. Waismann (Ana-
nombre de genericistas. En cuanto a caer en las mismas dificultades que lysis, X-XI, 1949-50 y 1950-51), M.
(I) son llamados idealistas, mientras se han planteado a todo tratamiento Perkins e I. Singer (Journal of Phi
(II) son calificados de pragmatistas, lingüístico de la expresión 'es losophy, XLVIII [1951], 485-97), B.
si bien hay que tener presente que analítico'. Sin embargo, no alcanza- Mates (The Philosophical Review,
estos nombres no coinciden exacta mos a ver mejor procedimiento para LX [1951], 525-34), R. M. Martin
mente con las posiciones filosóficas salir del impasse a que nos arrojan (Philosophical Studies, III [1952],
las posiciones mencionadas; por lo 42-7), B. Lake (Analysis, XII [1951-
generales así también llamadas. Hay 52], 115-22, L. W. Beck y R. Hart
que advertir, con todo, que la sepa demás, la posibilidad de diversos mann (Philosophy and Phenomeno-
ración entre ( I ) y (II) no es fácil, sistemas semánticos hace más sopor- logical Research, IX [1949] 720-40,
pues algunos autores adoptan supues table el tratamiento lingüístico de 'es R. Carnap (Revue Internationale de
tos ontológicos para apoyar sus argu analítico', pues no obliga ya a supo- Philosophie, IV, [1950]), A. Gewirth
mentos metodológicos. ner que hay un solo sentido de esta (The Journal of Philosophy, L [1952],
No expondremos con detalle los expresión. 397-425), D. Pears (Mind, LIX
argumentos dados por cada uno de Además de las obras a que se hace [1950], 199-208), A. R. Turquette
los grupos en cuestión con el fin de referencia en el texto, véase: Got- (The Journal of Philosophy, XLVII
lieb Söhngen, Ueber analytische und [1950], 125-29), Hao Wang (Theo-
no alargar excesivamente este artícu- ria, XXXI [1955], 158-78, H. P. Gri
lo. Para los que sostienen la opinión synthetische Urteile. Eine historisch-
kritische Untersuchung zur Logik des ce y P. F. Strawson, (The Philosophi
(1) pueden considerarse como mo- Urteils, 1915 (Dis.). — Hermann cal Review, LXV [1956], 141-58).
delos los argumentos lingüísticos Ritzel, Ueber analytische Urteile, — Véanse, además: Hilary Putnam,
apuntados antes. Para los que sostie- 1916. — Julián Besteiro, Los juicios "The Analytic and the Synthetic", en
98
ANA ANA ANA
el volumen Scientific Explanation, sin embargo, que el propio Aristó- riora Commentaria cum Anonymo in
Space, and Time, 1962, ed. H. Feigl teles tenía una clara idea de la a)na librum II, Berolini, 1919 (ibíd., XIII,
y G. Maxwell [Minnesota Studies in litikh\ e) pisth/mh como ciencia que 3). En la Edad Media se destaca
the Philosophy of Science, 3]. — Nor- conduce a las causas por medio de la el comentario de Santo Tomás: In
wood Russell Hanson, "The Very Idea Aristotelis Stagiritae libros nonnu-
demostración. Los Segundos Analí- llos commentaria Analyticorum poste-
of a Synthetic-Apriori", Mind, N. S.,
LXXI (1962), 521-24. No pretende- ticos fueron llamados por los comen- riorum (tomo I, ed. por I. B. de Ru-
mos ser exhaustivos en una cuestión taristas de diversas maneras: ta\ a)pod beis [de Rossi], Romae, 1882, de la
que ha producido ya una larga lite- eiktika/, a)podeiktikh\, pragmatei/a Editio Leonina: Opera omnia iussu
ratura filosófica; no damos tampoco a)podeik tikh/ , es decir, ciencia Leonis XIII edita cura et studio Fra-
los datos anteriores con pretensión de demostrativa. trum Praedicatorum). Entre los co-
orden ideológico o cronológico, pues Si exceptuamos las revolucionarias mentarios modernos, citamos: Julius
sirven solamente a modo de ejemplos. conclusiones de Joseph Zürcher so- Pacius, Aristotelis Stagiritae... Or-
Además, véanse: Alan Pasch, Expe- bre la autenticidad del Corpus aris- ganum, Morgiis, 1584 e In Porphy-
rience and the Analytic, 1958. — R. rii Isagogen et Aristotelis Organum
M. Martin, The Notion of Analytic totelicum (véase ARISTÓTELES ), no commentarium, Aureliae Allobrogum,
Truth, 1959 (análisis semántico). — hay muchas dudas hoy sobre la au- 1605. — Sylvester Maurus, Aristote-
Mario Bunge, "Análisis de la analiti- tenticidad de los dos escritos ni tam- lis Opera quae extant omnia, brevi
cidad", en Antología semántica, 1960, poco sobre el hecho de que los Pri- paraphrasi, tomus I, continens phi-
ed. Mario Bunge. — Para una escla- meros Analíticos (con excepción de losophiam rationalem, hoc est logi-
recedora referencia al planteamiento 46 a - 47 a y 51 b - 53 a) fueron cam, rethoricam et poeticam, Romae,
clásico del problema, Cfr. E. Cassirer, redactados con anterioridad a los 1688. — Entre los comentarios del
Descartes, 1939, págs. 42 y 283. Segundos. Los Analíticos contienen XIX destaca el ya citado de Waitz
Cassirer se refiere al apoyo que Kant aspectos todavía no explorados sufi- a su edición del Organon (2 vols.,
encontró en Leibniz, Nouveaux Essais, Lipsiae, 1884-46) y la selección, con
cientemente (como la teoría del si- traducción latina y notas, de A. Tren-
Lib. II, cap. XVI, Gerhardt, V, 143.
Otro apoyo podría hallarse en Locke, logismo modal), y los historiadores delenburg, Elementa logices Aristo-
Essay, Libro II, xvi. (Solmsen) y lógicos ( Lukasiewicz, telae, Berolini, 1892. — Entre los
ANALÍTICOS. Los dos principales Bochenski) contemporáneos han re- del XX destacamos las notas puestas
escritos del Organon aristotélico son parado en varios puntos que subrayan por J. Tricot a su traducción del Or-
los llamados Analíticos: los Primeros el extremo carácter formal de la doc- ganon (Paris, nueva edición, 2 vols.,
trina lógica aristotélica, incluyendo el 1947) y, sobre todo, las puestas por
Analíticos ( )Analutika\ pro/tera, W. D. Ross a su edición de Prior and
Αna- uso de variables (véase VARIABLE).
Tanto Eudemo como Teofrasto Posterior Analytics, Oxford, 1949.
lytica Priora; abreviado: An. Pr.) y los ANALOGÍA es, en términos gene-
Segundos Analíticos ()Analutika\ (según el testimonio de Galeno y
Alejandro) escribieron también "Ana- rales, la correlación entre los términos
u(/ste-ar, Analytica Posteriora; de dos o varios sistemas u órdenes,
abreviado: An. Post.), y hasta algunos líticos" (Hamelin, op. cit., señala que
el comentarista Adraste de Afrodisia es decir, la existencia de una rela-
autores (siguiendo a Alejandro de ción entre cada uno de los términos
Afrodisia y a Juan Filopón) [siglo II] conocía cuarenta libros de
Analíticos, de los cuales sólo los cua- de un sistema y cada uno de los
consideran que sólo tales Analíticos términos de otro. La analogía equivale
constituyen propiamente el Organon. tro citados son considerados como
auténticos). Es probable que algu- entonces a la proporción, la cual
El objeto de los dos primeros libros puede ser entendida cuantitativa o to-
de que se componen los Primeros nas de las correcciones introducidas
por los dos autores primeramente ci- pológicamente. Se ha hablado también
Analíticos es la teoría formal del de analogía como semejanza de una
silogismo y las condiciones formales tados se incorporaran al texto hoy
canónico de Aristóteles. cosa con otra, de la similitud de
de toda prueba. Constituyen la unos caracteres o funciones con otros.
introducción a los dos libros de los Los comentarios antiguos sobre los
Analíticos son los de Alejandro de En este último caso la analogía con-
Segundos Analíticos, que estudian la siste en la atribución de los mismos
Afrosidia, y de Ammonio, hijo de
demostración. Los comentaristas Hermeia (siglo I), Temistio (siglo IV) predicados a diversos objetos, pero
dieron a los Primeros Analíticos el título y Juan Filopón (siglo VI). Han sido esta atribución no debe ser entendida
de )Analutika\ (término usado por el editados por M. Wallies en los si- como una determinación unívoca de
Estagirita en sus referencias al guientes textos. De Alejandro: In estos objetos, sino como la expresión
texto), pero algunos autores (F. Th. Aristotelis Analyticorum priorum li- de una correspondencia, semejanza o
Waitz) consideran que su nombre brum I commentarium, Berolini, 1883 correlación establecida entre ellos.
propio es Sobre el silogismo, Peri\ (Coll. Acad. Berol., II, 1). De Am-
monio: In Aristotelis Analyticorum Justamente en virtud de las di-
sullogismou= (empleado por algunos ficultades que ofrece este último tipo
comentaristas y probablemente usado priorum librum I commentarium, Be-
rolini, 1889 o 1899 (ibíd., IV, 6). de analogía se ha tendido con fre-
por Aristóteles y el Liceo como De Temistio: Quo fertur in Aristote- cuencia a subrayar la exclusiva refe-
frecuente designación del texto [Cfr. lis Analyticorum priorum librum I rencia de la analogía a las relaciones
Hamelin, Le système d'Aristote, 29, paraphrasis, Berolini, 1884 (ibíd., entre términos, es decir, a la expre-
donde se menciona también como XXIII, 3) y Analyticorum Posterio- sión de una similaridad de relaciones.
título Peri\ a)podeicewj]). En efecto, rum paraphrasis, Berolini, 1900 (ibíd., Aun aplicada a cosas, y no a relacio-
escribe Waitz (Organon, I, 367), este V, 1). De Juan Filopón: In Aristotelis
Analytica Priora Commen-taria, nes, la analogía parece referirse, por
último título es más inteligible y lo demás, siempre a las proporciones
menos oscuro que el primero. Con Berolini, 1905 (ibíd., XIII, 2) e In
ello se olvida, Aristotelis Analytica Poste-
99
ANA ANA ANA
y jamás a las semejanzas en sentido unívocamente. San Buenaventura dis- unívocos universales, o pueden no
estricto. tinguía entre la analogía y la univo- prescindir de ellas, en cuyo caso son
Los matemáticos griegos entendie- cidad (univocatio). La primera se fun- llamados —como ocurre con el térmi-
ron la analogía como una proporción, da en la posibilidad de establecer re- no 'ser' respecto a todos los seres de
o razón de proporcionalidad en el sen- laciones entre seres substancialmente una cierta especie o aun con respecto
tido hoy todavía usual cuando habla- distintos — posibilidad a su vez basada a todas las substancias creadas—
mos de "proporciones" o "razones" en en cierta comunidad entre tales seres. unívocos trascendentales. En lo que
matemática. Este tipo de analogía se La segunda se funda en la posesión toca a los propios términos análogos
refiere a cantidades, a magnitudes y indivisa por varios seres de un la división es algo más compleja. Lo
a relaciones entre puntos en el espa- elemento común. La analogía es un más corriente es distinguir entre la
cio. Fundándose en la misma idea, modo de concebir la proporción analogía de atribución y la analogía
pero aplicándola a ciertas realidades (proportio). Según É. Gilson, (La phi- de proporcionalidad. Se llama analo-
con el propósito de establecer compa- losophie de Saint Bonaventure, 3a ed., gía de atribución a aquella en la
raciones, Platón presentó la idea de 1953, pág. 168 y nota 1), San Buena- cual el término se atribuye a varios
analogía en Rep., VI 508 (y también ventura —que deriva el significado de entes por su relación con otros (el
en Tim., 31 Β - 32 A). Platón com- proportio, de Boecio (De arithmetica, II llamado primer analogado), como
paró el Bien con el Sol e indicó que 40; PL., LXIII, col. 1145), y trata el ocurre cuando se llama 'sano' a un
el primero desempeña en el mundo problema de la analogía especialmente alimento, a un rostro, etc. Se llama
inteligible el mismo papel que el se- en sus Comentarios a las Sentencias de analogía de proporcionalidad a aquella
gundo desempeña en el mundo sen- Pedro Lombardo (por ej., I Sent., 3 y en la cual el término se atribuye, desde
sible. Esta analogía se refuerza con 48)—, admite también una "semejanza luego, a varios sujetos o entes en una
la relación establecida por Platón entre de univocidad" o si-militudo relación semejante. Esta relación
el Bien y el Sol, la cual es, a su univocationis (I Sent., 48), en cuyo puede ser metafórica —cuando
entender, comparable con la existente caso puede considerarse la semejanza expresa algo simbólico— o propia
entre un padre y el hijo, pues el como un "género del cual la — cuando expresa algo real. La re-
Bien ha engendrado el Sol a semejanza univocidad y la analogía son especias" lación análoga puede ser, por lo tanto,
suya. Varios miembros de la Academia (Gilson, loe. cit.). Gran número de como dicen los escolásticos, sim-
media (véase ACADEMIA PLATÓNICA — escolásticos, siguiendo las nociones y pliciter diversa o bien secundum
especialmente Albino (VÉASE)— aclaraciones al respecto contenidas en quid eadem. En otras palabras, el
adoptaron y desarrollaron estas varios lugares del Corpus aristote-licum término análogo es el que significa
concepciones de Platón. Lo mismo hi- (Cfr. infra y además Cat., I 1a ; Met, una forma o propiedad que se halla
cieron Plotino, Proclo y Dionisio el 1048 a 37; Θ 6, 1093 b 19), han intrínsecamente en uno de los tér-
Areopagita (VÉANSE). Este último in- distinguido, al referirse a los nombres o minos (el analogado principal), ha-
trodujo la noción de analogía en rela- términos, entre un modo de hablar llándose, en cambio, en los otros tér-
ción con el problema del acceso inte- unívoco ( VÉASE), un modo de hablar minos (analogados secundarios) por
ligible a Dios o la Bondad Perfecta. equívoco y un modo de hablar cierto orden a la forma principal.
La llamada i)so/thj tou= lo/gou ο doc- análogo. El término o nombre común, Partiendo de esta base puede decirse
trina de "la igualdad de razón" fue predicado de varios seres, llamados también que la analogía es extrín-
aplicada por Aristóteles a los proble- inferiores, es unívoco cuando se aplica seca (como lo muestra el ejemplo
mas ontológicos por medio de lo que a todos ellos en un sentido totalmente 'sano') o intrínseca (como lo muestra
se ha llamado "la analogía del ente" semejante o perfectamente idéntico. Es el ejemplo de 'ser', que conviene a
(Cfr. infra). El ser (VÉASE), declaró equívoco cuando se aplica a todos y a todos los entes, increados o creados,
Aristóteles, "se dice de muchas ma- cada uno de los términos en sentido substanciales o accidentales). En este
neras" — bien que se diga primera- completamente distinto (así, 'toro' último caso la analogía es llamada
mente de una manera: como subs- corno animal o constelación; 'cáncer', también metafísica. La analogía ex-
tancia ( VÉASE). La doctrina aristo- como enfermedad o como signo del trínseca, a su vez, puede ser analogía
tétilica fue aceptada y elaborada por Zodíaco). Es análogo cuando se aplica de proporcionalidad extrínseca o
un gran número de escolásticos bajo a los términos comunes en sentido no metafórica —de muchos a muchos—
la conocida rúbrica analogía entis. Nos entera y perfectamente idéntico o, o analogía extrínseca de atribución.
extenderemos acerca de las varias sen- mejor aun, en sentido distinto, pero Y la analogía intrínseca puede ser a
tencias al respecto y las precederemos semejante desde un punto de vista la vez de atribución o de proporciona-
con algunas consideraciones genera- determinado o desde una determinada lidad. Estas distinciones fueron ob-
les. y cierta proporción (como 'despierto' jeto de muy vivas discusiones dentro
La analogía (analogía) puede refe- aplicado a un ser que no duerme y a de la escolástica, sobre todo en la
rirse a cosas, hablándose de cosas si- un ser que tiene una inteligencia viva medida en que, bajo su aspecto
nónimas y de cosas unívocas (véase y no apagada, dormida o mortecina). estrictamente técnico, afectaban a las
UNÍVOCO). Es usual entre los escolás- Ahora bien, dentro de esta división cuestiones últimas de la metafísica.
ticos referir la analogía ante todo a se distingue a su vez entre varias Así, aunque se coincidía casi siem-
nombres o términos y discutir cuándo acepciones. Así, los términos unívocos pre en que el ente análogo consti-
se usa o no un nombre o término ana- pueden prescindir de sus diferencias, tuye el objeto más propio de la filo-
lógicamente a diferencia de cuándo en cuyo caso son —como los géneros sofía primera, comprendiendo tam-
se usa o no un nombre o término y especies— bién los entes de razón y aun toda
100
ANA ANA ANA
privación del ente en cuanto inteli- vez, sostiene una analogía de atribu- lógica formal simbólica a algunos pro-
gible, se formaron principalmente ción entre el Creador y los seres crea- blemas de la filosofía tomista), I. M.
tres escuelas. Mientras la escuela de dos, y entre la substancia y los acci- Bochenski ha tratado la cuestión clá-
Suárez indicaba que el ente es for- dentes, pues el ser de los últimos de- sica de la analogía en sentido tomista
malmente trascendente y que la ana- pende del de los primeros. En todo desde el punto de vista de la logística
logía ha de entenderse en el sentido caso, la noción analógica del ser as- contemporánea, considerando,
de la analogía intrínseca o metafísica pira a resolver un problema capital primero, que la noción de analogía
de atribución, y no en el sentido de de la teología escolástica: el de la es importante y susceptible de ulte-
la analogía intrínseca de proporciona- relación entre Dios y las criaturas, riores desarrollos, y, segundo, que
lidad, la escuela de Escoto propendía por cuanto si bien en el orden del para tal fin puede usarse con ventaja
a defender la univocidad del ente, el ser Dios excede a todo lo creado, la herramienta de la actual lógica
cual se contrae a las nociones infe- como causa suficiente de los entes matemática. Bochenski examina, a este
riores mediante diferencias intrínsecas, creados y de todo ser contiene ac- efecto, la analogía desde un punto de
y la escuela de Cayetano abogaba por tualmente sus perfecciones. vista semántico (no el único posible,
una analogía de proporcionalidad. En En la filosofía moderna el proble- pero sí el más conveniente y aun el
efecto, de los tres modos de analogía ma de la analogía no ha aparecido más tradicional, pues de lo contrario
a que, según Cayetano, pueden en la superficie de un modo explí- no se comprendería cómo puede ser
reducirse todos los términos análogos cito, pero no ha dejado jamás de tratada la equivocidad, que es una
—la analogía de desigualdad, la estar latente. Sin embargo, la tenden- relación del mismo tipo que la
analogía de atribución y la de cia general de esta filosofía ha sido analogía). En su artículo "On
proporcionalidad, mencionados por casi siempre la de referirse a la ana- Analogy" (The Thomist, Vol. XI,
Aristóteles, aunque con distinta termi- logía o bien en el sentido de una [1948], 424-47; texto inglés de su
nología en Phys., VII 4, 249 a 22; similaridad de relaciones en los tér- trabajo en polaco "Wstep do teorii
Eth. Nic., I 6, 1096 b 26 y Top., I 17, minos abstractos o bien en el sentido analogii", publicado en Roczniki filo-
108 a 6, respectivamente—, solamente de una semejanza en las cosas, dan- zoficzne, t. I [1948], págs. 64-82), Bo-
el último constituye, a su entender, do, por lo tanto, en este último caso chenski declara, en efecto, que esto
la analogía, definiéndose la expresión a la analogía un sentido claramente tiene antecedentes en el examen por
'cosas análogas por proporcionalidad' metafórico. La referencia propiamente Santo Tomás de la analogía en rela-
mediante "aquellas cosas que tienen metafísica ha quedado de este modo ción con los nombres divinos, y en el
un nombre común y la noción cortada, especialmente en las di- De Nominum Analogia, de Cayetano.
expresada por este nombre es recciones fenomenistas y funciona- A tal fin, asume como noción funda-
proporcionalmente la misma", es de- listas que han abandonado formal- mental la de significación, descrita
cir, "aquellas cosas que tienen un mente la noción de substancia. Así, en la fórmula "la expresión α signi-
nombre común y la noción expresada Ernst Mach define la analogía como fica en el lenguaje l el contenido f
por este nombre es similar de acuerdo relación entre sistemas de conceptos del objeto x" o, simbólicamente,
con una proporción" (De Nomi-num homólogos que puede dar lugar a "S (a, l, f, x)" (la situación simbo-
Analogía, cap. III). A su vez, como una diferencia o a una coincidencia. lizada es llamada complejo semánti-
ya vimos, tal analogía puede tener Y las nuevas direcciones lógicas, es- co). Expresión se refiere a una pala-
lugar o de un modo metafórico o de pecialmente bajo su interpretación ló- bra escrita u otro símbolo escrito (ob-
un modo propio. Cayetano se basaba gico-positivista, aplican el concepto jeto físico que ocupa una posición
principalmente en la doctrina tomista, de analogía cuando hay correlación dada en el espacio y en el tiempo).
pues se hallan en Santo Tomás entre el término que designa un he- Contenido designa la clásica ratio to-
numerosos pasajes en tal sentido — cho observable y verificable, y el mista. Objeto o cosa designan la res
por ejemplo: 1 Eth., lect. 7, I Sent., término que designa un hecho no en el sentido tomista clásico (un "in-
19, 5 2 ad 1, de Potentia, 7,7 y de observable, pero deducible por me- dividuo"). Se aplican a la citada
Veritate, 21, 4 c ad 30—, pero es dio de términos forjados dentro de relación las operaciones elementales
obvio que refino la noción un sistema de correlaciones signifi- de la teoría de las relaciones, y se
considerablemente, en particular en cativas. En cambio, en la medida en obtienen una serie de términos. Entre
lo que toca a la distinción entre el que ha vuelto a dominar la preocu- dos complejos semánticos hay 16 y
análogo y sus analogados, la pre- pación ontológica, la analogía ha sido sólo 16 relaciones en una tabla que
dicación de los analogados al aná- empleada de nuevo en el sentido de puede substituir la división tradicional
logo y la comparación entre el análogo la filosofía primera. Es el caso de de los términos en unívocos, equívocos
y los analogados. En general, Nicolai Hartmann, quien se aproxima y sinónimos (véase SINÓNIMO,
podemos decir que el tomismo en en este punto a la posición escotista UNÍVOCO). Bochenski analiza particu-
general se inclina fuertemente por de la casi univocidad del ente, el larmente la univocidad y la equivoci-
la analogía de proporcionalidad, de cual se entiende, como diría Suárez, dad a base de las primeras cuatro
tal suerte que, según él, compete exis- "prescindido" de la substancia, del de las 16 relaciones (las más impor-
tir a todos los entes en una relación accidente, del ser por esencia, etc. tantes desde el punto de vista clásico)
semejante de un modo intrínsecamente Siguiendo investigaciones de Jan y muestra que ya en los Principia
vario, pues, sin duda, el ser no es Salamucha y de J. Fr. Drewsnowski Mathematica se examinaba el proble-
jamás un género que se determine (quienes, como lo hace también ac- ma de la analogía al tratar la cuestión
por diferencias extrínsecas, pero, a la tualmente Ivo Thomas, aplicaron la de la "ambigüedad sistemática" (equi-
101
ANA ANA ANA
valente a la clásica aequivocatio a razonamiento en cuestión se deduce Hoppe, Die Analogie, 1873. — Ha-
consilio). La analogía resulta ser en- de la semejanza de unos objetos, en rald H¨pffding, Eegrebet Analogi,
determinadas notas, su semejanza en 1923 (trad. francesa: Le concept
tonces una relación heptádica entre d'analogie, 1931; trad. alemana: Der
dos expresiones (nombres, términos), otra nota. El esquema del razona- Begriff der Analogie, 1924). — Erich
un lenguaje, dos contenidos (senti- miento analógico cualitativo es: "S Przywara, Analogia entis, 1932. —
dos, rationes) y dos cosas (objetos, tiene la nota p; S y S' tienen las no- (Sobre Przywara: G. Copers. De ana-
res), teniendo los nombres la misma tas a, b, c; por lo tanto, S' tiene pro- logieleer van E. Przywara. 1952). —
forma y siendo las cosas diferentes. bablemente la nota p". El razona- Alfred Eggenspieler, Durée et ins-
El autor reconoce que tiene que miento por analogía va de lo particu- tant. Essai sur le caractère analogi-
lar a lo particular, y no posee nunca, que de l'être, 1933. — Nicolas Bal-
afrontar una situación más compleja thasar, L'abstraction métaphysique et
que la que aparece en la lógica for- desde el punto de vista lógico-formal, l'analogie des êtres dans l'être, 1955.
mal clásica, pues hay que usar sím- una fuerza probatoria concluyente, — W. J. Anders, De analogía entis
bolos que son expresiones de expre- sino únicamente verosímil o probable. in het heding, 1937. — R. Kwant,
siones, es decir, símbolos de símbo- Clásicamente se distinguía entre va- De gradibus entis, 1946. — Deltheil,
los. Lo interesante aquí es mostrar rios modos o especies de razonamien- Dupsuy, Vandel, Calmette, B. de So-
que la noción de expresión analógica to por analogía: 1° El que va del lages, Dialogue sur l'analogie, 1946.
efecto a la causa o viceversa. 2° El — E. L. Mascall, Existence and Ana
constituye un género de las expre- logy, 1949. — A. C. Gigon, Analogia,
siones equívocas. Ello confirma la tra- que va de los medios a los fines y a 1949 (monografía). — W. Veauthier,
dición, pues el instrumento lógico la inversa. 3° El que procede por se- "Analogie des Seins und ontologische
empleado permite examinar metalógi- mejanza. Este razonamiento por ana- Differenz", Symposion IV (1955),
camente y traducir exactamente la logía se clasifica asimismo según su 9-89. — Austin Farrer, Finite and In
fórmula clásica: 'la propia analogía materia o su forma. Por la materia finite. A Philosophical Essay, 2° éd.,
es analógica'. Las dificultades que se distinguen los casos arriba cita- 1959. — J. D. Garcia Bacca, "La
dos; por la forma, en cambio, se en- analogía del ser y sus relaciones con
puede hallar el teólogo en tal cons- la metafísica", Episteme [Caracas],
trucción, y el reconocimiento de que tiende el razonamiento en cuestión 1959-1960, págs. 1-64. — Gottlieb
la analogía de proporcionalidad, una según vaya de lo semejante a lo se- Söhngen, Analogie und Metapher.
vez traducida al lenguaje formal, da mejante, de lo menos a lo más y de Kleine Philosophie und Theologie der
por resultado un significado muy po- lo contrario a lo contrario. Sprache, 1962. — Sobre analogía en
bre de las proposiciones acerca de Kant llama analogías de la expe- teología: M. T-L. Penido, Le rôle de
Dios o del espíritu (que se limitan a riencia a los principios puros del en- l'analogie en théologie dogmatique,
1931. Sobre el llamado estudio ex
unas escasas relaciones formales tra- tendimiento correspondientes a la ca- perimental de la analogía: E. A.
tadas en los Principia Mathematica) tegoría de relación. Su fórmula gene- Esper, "A Contribution to the Expe
son resueltas, según Bochenski, me- ral enuncia que "la experiencia es rimental Study of Analogy", Psycho-
diante el descubrimiento de que si sólo posible por la representación de logical Review, XXV (1918). — So
no podemos dar formulaciones exac- un enlace necesario de percepciones" bre analogía y simbolismo: S. Bucha-
tas de muchas propiedades formales (2° ed. de la Crítica de la razón pu- nan, Symbolic Distance in Relation to
implicadas en relaciones usadas por ra) o bien "todos los fenómenos están Analogy and Fiction, 1932. — S. T.
Cargill, The Philosophy of Analogy
la metafísica y la teología, ello se sujetos, en cuanto a su existencia, a and Symbolism, 1947. — Sobre el
debe no a la falta de tales propieda- reglas a priori que determinan sus concepto de analogía en la física:
des formales, sino al estado poco relaciones respectivas en un tiempo" Lothar von Strauss y Torney, "Der
desarrollado de la biología y de otras (1a ed.). Las analogías de la expe- Analogiebegriff in der modernen Phy-
ciencias, de las cuales el metafísico riencia demuestran: 1° La substancia sik", Erkenntnis, VI (1936). — Sobre
y el teólogo deben extraer sus expre- es permanente en todos los cambios el razonamiento por analogía: Mau
siones analógicas (y los contenidos de los fenómenos y su cantidad no rice Dorolle, Le raisonnement par
analogie, 1949. — Ch. Perelman y L.
de ellas). Así, "un progreso inmenso aumenta ni disminuye en la Natura- Olbrechts-Tyteca, Traité de l'argu
en las ciencias especulativas sería el leza (principio de permanencia de la mentation, t. II, 1958, § 82-6, págs.
resultado de la formalización de esas substancia). 2° Todos los cambios 499-534. — Sobre el concepto kan
disciplinas". Y aun en su estado actual acontecen según la ley de enlace de tiano de las analogías de la expe
puede advertirse, por ejemplo, la causa y efecto (principio de la su- riencia: E. Laas, Kants Analogien
diferencia entre Principio y Padre por cesión en el tiempo según la ley de der Erfahrung. Eine kritische Studie
medios puramente formales: el causalidad). 3° Todas las substancias über die Grundlagen der theoreti-
schen Philosophie, 1876. — Sobre el
primero es transitivo, el segundo, in- en tanto que pueden ser percibidas concepto de analogía en la lógica
transitivo (op. cit., pág. 443). como simultáneas en el espacio, es- griega: E.-W. Platzeck, La evolución
Se llama razonamiento por analo- tán en una acción recíproca general de la lógica griega en el aspecto es
gía al que se efectúa no sólo cuanti- (principio de la simultaneidad según pecial de la analogía, 1954. — Sobre
tativamente como determinación nu- la ley de la acción y reacción o reci- el concepto de analogía en Platón,
mérica de un cuarto término, cono- procidad ). Paul Grenet, Les origines de l'analogie
cidos los tres términos de una pro- Sobre el concepto general de ana- philosophique dans les dialogues de
logía, especialmente el concepto de la Platon, 1948. (Metáfora y analogía)
porción, sino también cualitativamen- — Sobre el concepto de analogía en
te como atribución de un carácter múltiple significación y sus grados:
Franz Brentano, Von der mannig- el Pseudo-Dionisio: Vladimir Losski,
a un objeto por la presencia de este fachen Bedeutung des Seins nach La notion des analogies chez le Pseu-
carácter en objetos semejantes. En el Aristóteles, 1862, reimp., 1960. — J.
102
ANA ANA ANA
do-Denys l'Aréopagite (Archives d'his- cartes a Hegel]. — Un estudio semán- y sin orden; estaban "todas juntas"
toire littéraire et doctrinale du mo- tico de ciertos problemas que pueden en un primitivo caos que sólo ha po-
yen âge), 1939. — Sobre el concepto relacionarse con el tema clásico de la dido ser ordenado por el espíritu, la
de analogía en varios autores es- analogía se halla en la siguiente serie inteligencia, la mente, nou=j. La masa
colásticos: General: T. Barth, "Zur de monografías de Arne Naess: Inter-
prétation and Preciseness (I. Survey originaria de las homeomerías fue
Geschichte der Analogie", Franziska- sometida a un torbellino impulsado
nische Studien, XXXVII (1955), 81- of Basic Concepts, 1947; IL, 1948;
98. Para el concepto escotista: S. III. "Το define" and to make preci- por el espíritu, por "la más fina y
Belmond, O. M., "L'univocité scotis- se, 1948; IV. Misinterpretation and pura de todas las cosas". El Nous es
te" Revue de Philosophie XXI, Pseudoagreement, 1948; V. Principies así el principio del orden, pero tam-
(1912); ibíd., XXII (1913). — Para of Elementary Ánalysis, 1949), que bién el principio de animación y
el concepto tomista y cayeta-nista: incluyen un análisis de la sinoni- de individuación de las cosas que
Petazzi, S. J., "Univocita ed analogia" mia, todo ello desde un punto de vista
empírico, aunque con uso del sim- constituyen el orden armónico del
(Rivista di Filosofía neo-scolastica bolismo lógico. Naess propugna un universo. Mas el Nous produce el
(1911 y 1912). — J. Ramírez, O. P., método experimental, a base de cues- orden no de un modo previsto des-
De analogia secun-dum doctrinan tionarios, con el fin de llegar a de- de siempre, no como un destino,
Aristotelico-thomis-thicam, 1922. — finiciones operativas, y sus estudios
R. Blanche, O. P., "La notion sino como una fuerza mecánica, que
tratan asimismo el problema de la se desarrolla a partir de su propio
d'analogie dans la philosophie de Saint precisión y la vaguedad (VÉASE ).
Thomas" Revue des Sciences - centro, esto es, del centro de su mo-
philosophiques et théologiques (1941). ANALOGÍAS DE LA EXPERIEN- vimiento en torbellino. El Nous es,
— G. B. Phelan, St. Thomas and CIA. Véase ANALOGÍA, ad finem. por lo tanto, principio del movimien-
Analogy, 1941 [The Aquinas Lecture ANAMNESIS. Véase PLATÓN y RE- to, pero de un movimiento que se
of Marquette Uni-versity]. — J. F. MINISCENCIA.
extiende casi ciegamente, porque es
Anderson, The Bond of Being, 1949. ANAPODÍCTICOS. Véase INDE- animación más bien que cumplimiento
— A. Goergen, Die Lehre von der MOSTRABLES. de una necesaria justicia. Por eso
Analogie nach Kard. Cajetan und ihr ANARQUISMO. Véase BAKUNIN
Verhältnis zu T. v. Aquin, 1938 ( Dis. afirma Aristóteles que el pensamiento
(Μ. Α.). de Anaxágoras carece de claridad,
). — Hampus Lytt-kens, The Analogy ANAXÁGORAS (ca. 499-428 an-
Between God and the World. An porque si bien explica el tránsito del
Investigation of Its Background and tes de J. C.) nació en Clazomene caos al orden como intervención en
Interpretation of Its Use by Thomas of (Asia Menor) y se dirigió a Atenas lo confuso y mezclado de lo puro y
Aquino, 1952. — O. A. Varangot, en 453. Ligado por amistad y por sin mezcla, lo explica sin justificar
Analogía de atribución intrínseca y adhesión política a Pericles, fue acu- a su vez la finalidad de este espíritu
analogía del ente según Santo Tomás, sado de impiedad por los enemigos puro y universal.
1957. — B. Kelly, The Metaphysical de éste y se vio obligado a abando-
Background of Analogy, 1958 (folleto; La percepción de las cosas tiene
nar la ciudad en 434, falleciendo en lugar, según Anaxágoras, mediante la
principalmente basado en Santo Lámpsaco. Anaxágoras fue, según di-
Tomás y en parte en Cayetano). — sensación de las diferencias entre
Albert Krapiec, Teoria analogii bytu, ce Diógenes Laercio, "el primero que nuestros sentidos y los objetos exter-
1959 ( Teoría de la analogía del ser) a la materia ( u(/lh ) añadió la inteli- nos. Las cosas son percibidas por sus
[en Aristóteles, Santo Tomás, gencia (nou=j)". La "tradición jónica" contrarios; si hay una imposibilidad
Brentano y otros]. — George P. se renueva en este pensador, para de captar la realidad en sus partes
Klubertanz, Sí. Thomas Aquinas on quien nada se engendra ni se destru- mínimas, ello es debido únicamente
Analogy, 1960. — Yves Simon, "Order ye, sino que hay simple mezcla y se- a la insuficiencia de los órganos sen-
in Analogical Sets", The New paración. La cuestión fundamental soriales que, por otro lado, reflejan
Scholasticism, XXIV (1960), 1-42. — de la filosofía presocrática, la inte-
Bruno M. Bellerate, S. D. B., con toda exactitud lo que se pone
rrogación por el ser permanente con en contacto con ellos.
L'analogia tomista nei grandi Com- vistas a la explicación de lo que
mentatori di S. Tomasso, 1960. — R. Continuadores de la filosofía de
M. Mclnerny, The Logic of Analogy. acontece y cambia, es resuelta por Anaxágoras fueron Arquelao de Ate-
An Interpretation of St. Thomas, 1961 Anaxágoras no mediante la suposi- nas o de Mileto (fl. ca. 400 antes de
[comparación entre Santo Tomás y ción de un principio único ni me- J. C.) y Metrodoro de Lámpsaco (fl.
Cayetano]. — Bernard Montagnes, O. diante la afirmación de que sólo el ca. 420 antes de J. C.). Se atribuye
P., La doctrine de l'analogie de l'être ser es, al modo de Parménides, sino al primero un escrito titulado Peri\
d'après Saint Thomas d'Aquin, 1963 por la hipótesis de un número infi-
[Philosophes médiévaux, 6]. — Para fu\sewj, Sobre la Naturaleza, en el cual
nito de elementos, de gérmenes o se- afirmaba que el caos primitivo, la
el concepto suareziano: Limbourg, S. millas, que se diferencian entre sí
J. "Analogie des Seinsbegriffess, Zeit- masa originaria de todas las subs-
schrift für katholische Theologie cualitativamente, que poseen propie- tancias, estaba formada por el aire,
(1893). — J. Hellin, S. J., La analogía dades irreductibles y por cuya mez- siendo el Nous su principio ordena-
del ser y el conocimiento de Dios cla y combinación nacen las cosas vi- dor. La filosofía natural de Arque-
en Suárez, 1947. — La analogía en sibles. Confusión, separación y mez- lao de Atenas parecía ser, pues, una
Kant y Hegel: E. K. Specht, Der cla son lo que determina la forma- combinación de las especulaciones de
Analogiebegriff bei Kant und Hegel, ción de las cosas sobre la base de Anaxágoras y Anaxímenes. En cuanto
1952 ( Kantstudien. Ergänzungshefte estas semillas a las cuales llamó Aris-
66). — E. Heintze, Hegel und die a Metrodoro, aplicó los conceptos de
tóteles homeomerías. Estas semillas la filosofía natural de Anaxágoras a
Analogie, 1958 [Akademische Vorträ- estaban en un principio confundidas
ge und Abhandlungen, 20] [De Des- la interpretación de Homero, equi-
103
ANA ANA AND
parando, por ejemplo, Zeus al Nous, ción y trasparencia del "principio" del aire, al ser dilatado o comprimido,
Aquiles al Sol, Agamemnon al éter, de Tales, el agua, puede ser tanto el fuego, el agua, la tierra. El aire
etc. debido a la indiferencia cualitativa recubre todo el orden del universo
Una doctrina en algunos respectos que corresponde a las cosas antes al modo como lo ilimitado contiene
análoga a la de Anaxágoras es la de de ser formadas individualmente, lo limitado, pero este recubrimiento
Diógenes de Apolonia ( VÉASE ). como al hecho de que lo infinito, es no se efectúa, según Anaxímenes, co-
Suele atribuirse a Anaxágoras un decir, lo indeterminado, recubra lo mo lo estático cubre lo dinámico. Por
escrito Peri\ fu/sewj, Sobre la Natura- determinado, el orden del mundo. el contrario, el aire es el elemento
leza. Fragmentos y testimonios en Los mundos nacen y perecen en el vivo y dinámico; es, como el alma
Diels-Kranz, 59 (46). Testimonios de seno de este infinito, de este princi- humana, un aliento o un hálito, que
Arquelao de Atenas o de Mileto y de pio y substancia universal que hace se opone a la pasividad de la materia
Metrodoro de Lámpsaco en ibíd., que lo diverso sea, en el fondo, lo y que, al mismo tiempo, la informa.
69 (47) y 61 (48) respectivamente. — mismo. El retorno de toda forma- La indeterminación e indiferenciación
Véase la bibliografía de los artículos ción a lo informe no es así sino el del principio o substancia primordial
FILOSOFÍA GRIEGA y PHESOCRÁTICOS. cumplimiento de una justicia contra del universo es así una posibilidad,
Además: F. Krohn, Der nou=j bei A., esa injusticia que representa el que pero una posibilidad que es a la vez
1907. — D. Ciurnelli, La filosofía di las cosas pretendan ser subsistentes la máxima realidad, pues de ella de-
Anassagora, 1947. — F. M. Cleve, The por sí mismas, pues la justicia es, en rivan las realidades individuales, las
Philosophy of A. An Attempt at Re- última instancia, la igualdad de todo cosas. La identidad del aire y del
construction, 1948. — J. Zafiropoulo, en la substancia única, la inmersión, hálito o el espíritu, significa así la
Anaxagore de Clazomène (I. Le my- sin diferencias, en el seno de una in- identidad de todo lo dinámico frente
the grec traditionnel de Thales à PZo- determinada infinitud. a lo estático; como en el apeiron,
ton. II. Théorie et fragments), 1948. Fragmentos y testimonios en también hay en el aire el fundamen-
— Artículos sobre Anaxágoras de M. Diels-Kranz, 12 (2). Véase F. Lüt-ze, to de la igualdad de todas las cosas,
Heinze (Ber. der Ges. der Wiss. phil- Ueber den a) /p eiron Anaximan-ders, de su justicia, contra la injusticia de
hist. Klasse [1890], 1-45), H. Diels ein Beitrag zur richtigen Auf-fassung
(Archiv für Ges. der Phil. X [1897], su individuación.
desselben als materiellen Prinzips, Fragmentos y testimonios en Diels-
228-37 y Zeitschr. für Phil. und. 1878. — J. Neuhäuser, Dis-sertatio de
phil. Kritik, CXIV 201-13), W. Ca- A. Milesi natura infinita, 1879. — Kranz, 13 (3). — Véase J. Dörfler,
pelle (Neue Jahrb. XLIII [1919], L. Otten, A. aus Milet, 1912 (Dis.). Zur Urstoffslehre des Anaximenes,
81-102, 169-98), O. Gigon (Philolo- — Charles H. Kahn, Anaximander 1912. — Artículos de P. Tannery
gus, XCI [1936], 1-41), W. Broecker and the Origins of Greek (Revue philosophique, VI [1883] y
(Kantstudien, 1942-43). — Art. de Cosmology, 1960. — Artículos de F. Archio für Ges. der Phil. I [1888],
E. Wellmann sobre Anaxágoras (Ana- D. E. Schleiermacher (Werke, II, 314-21), A. Chapelli (Archiv, etc.,
xágoras, 4) en Pauly-Wissowa. 171-296), P. Natorp (Phil. Mo- I [1888], 582-94), R. Mondolfo (Ri-
ANAXIMANDRO (ca. 610-547 an- natshefte, XX [1884], 367-98), P. vista Filologia Classica, [1936], 15-
tes de J. C.) de Mileto, perteneciente Tannery (Revue philosophique [1886], 26), A. Maddalena (Atti Reale Isti-
a los llamados "fisiólogos jónicos", 225-71, y Archiv fur Ges. der Philo- tuto Véneto di Scienze. Lettere ed
dijo, según Diógenes Laercio, que sophie, VIII [1895], 443-48), H. Arti [1937-1938], 515-45), G. B.
"el infinito es el principio". Este Diels (ibíd., X [1897], 288-337), Kerfeld (Museion Helveticum [1954],
principio, a)rxh/, es el fundamento de J. Dörfler (Wien. Stud. XXXVIII 117-21). — Véase también bibliogra-
[1916], 189 y sigs.), R. Mondolfo fía de PRESOCRÁTICOS. — Artículo
la generación de las cosas, aquello sobre Anaxímenes (Anaximenes) por
que las abarca ( perie/xei ) y domina (Logos, XX, 1 14-30), G. B. Burch
(The Review of Metaphysics), I, 3, E. Wellmann en Pauly-Wissowa.
(kuberna= ), pero un fundamento cons- 1949), M. Heidegger (en Holzwege, ANDRÓNICO DE RODAS (fl. 70
tituido por algo inmortal e impere- 1950, págs. 296-343 [trad. esp.: Sen- antes de J. C.) es conocido sobre
cedero, por lo indeterminado, lo in- das perdidas, 1960, págs. 269-312]. todo como el compilador y ordenador
diferenciado, to\ a)/peiron. Del apei- — Paul Seligman, The 'Apeiron' of de las obras de Aristóteles y de Teo-
ron (v.) surgen lo frío y lo cálido co- Anaximander: A Study in the Origin frasto, las que, además, comentó ex-
mo separaciones de la substancia pri- and Function of Metaphysical Ideas, tensamente. De hecho, se debe a
mordial, y se constituyen lo fluido, la 1962. Véase también bibliografía de
PRESOCRÁTICOS.
Andrónico la conservación del Cor-
tierra, el aire, los astros. La disposi-
ANAXÍMENES (ca. 588-524 antes pus Aristotelicum (véase ARISTÓTE-
ción de los elementos del universo
LES ), el cual pasó, desde que fue
en el espacio que ocupan está hecha de J. C.) de Mileto fue probable-
confiado por Teofrasto a Neleo de
así de acuerdo con el mayor o menor mente discípulo de Anaximandro, se-
Scepsis, por una serie de vicisitudes
peso de los elementos componentes: gún cuenta Diógenes Laercio, y con-
que pusieron en peligro su conserva-
en el centro, la tierra; cubriéndola, el sideró, al decir de Aristóteles, el aire
ción. Depositados durante mucho
agua, y recubriéndolo todo, el aire y como anterior al agua, prefiriéndolo
tiempo en un sótano, los manuscritos
el fuego. Este orden que ha surgido como principio entre los cuerpos sim-
de Aristóteles fueron recobradas por
del caos ha nacido en virtud de un ples. Pero este "aire" que responde
Apelicón, un funcionario de Mitrída-
principio, de una substancia única, a la pregunta por el principio de las
tes, tomados por Sila como botín de
mas de una substancia que no es cosas es también, como el "princi-
guerra y, finalmente, recogidos por
determinada sino indeterminada. La pio" de Anaximandro, algo infinito;
Andrónico. A éste se debe asimismo
indeterminación del "principio" de las cosas nacen por sus condensacio-
el título Metafísica dado a la filoso-
Anaximandro, a diferencia de la nes y rarefacciones, esto es, surgen
fía primera del Estagirita (véase
precisa determina- 104
ANF ANG ANG
METAFÍSICA). Aunque principalmente ceptos en función de los datos de la ángeles, sino también en lo que se
de índole filológica y exegética, el sensibilidad sean aplicados a ésta refiere a su organización (en nueve
trabajo filosófico de Andrónico tiene sus predicados puros y, por consi- coros y tres jerarquías). Filosófica-
una importancia considerable. Por guiente, sea forzada constructivamen- mente, la doctrina más completa al
otro lado, entre sus comentarios a las te la propia experiencia como resul- respecto es seguramente la de Santo
obras de Aristóteles y Teofrasto pa- tado de tal uso. Tomás (Cfr. especialmente, S. theol.
rece haber valiosos elementos lógi- ÁNGEL significa literalmente men- I, qq. L-LVI y Cont. Gent., II, 72 y
cos, que están siendo actualmente sajero (a)gge/llei=n, anunciar, a)ggeli/a, 98), el cual ha usado para la edifi-
investigados a la luz de la nueva anuncio, misión, mensaje). Doctrinas cación de la angelología concepciones
lógica. angelológicas se encuentran en va- proporcionadas por el pensamiento
Véase F. Littig, Andronikos von rias concepciones religiosas y cosmo- aristotélico. Especialmente importante
Rhodos, I, 1890, II, 1894, III, 1895. gónicas (por ejemplo, entre los anti- al respecto ha sido el interpretar los
Art. de A. Gercke sobre Andrónico guos persas), pero sólo en el judaismo ángeles filosóficamente como substan-
(Andronikos, 25) en Pauly-Wissowa. y luego, sobre todo, en el cristianismo cias separadas e intelectuales. Estas
ANFIBOLÍA. En el artículo Sofis- alcanza la doctrina sobre los ángeles substancias son inmutables e inmor-
ma (VÉASE) nos hemos referido a la precisiones teológicas que suscitan in- tales; aunque individuos, son a la vez
anfibolía como uno de los razona- terés filosófico. especies, de modo que cada ángel
mientos sofísticos in dictione. La an- En el Antiguo Testamento los án- constituye por sí mismo un universo
fibolía consiste en la ambigüedad en geles son enviados de Dios y en oca- completo y sobremanera rico. Aun-
una proposición. Esta ambigüedad siones —como en el caso del "Ángel que creados por Dios y situados en
puede existir en todas las lenguas, de Jehová"— parecen ser una antici- la jerarquía del ser entre Dios y los
pero a consecuencia de su mayor li- pación del Verbo de Dios. En el hombres, los ángeles son espíritus pu-
bertad de ordenación sintáctica, se Nuevo Testamento se habla de la in- ros, puras inteligencias, auxiliares de
acentúa sobre todo en las lenguas tervención de ángeles en diversas Dios en el gobierno divino, poseedo-
clásicas. Así, la anfibolía citada por ocasiones (Anunciación, consuelo de res de una ciencia superior a la hu-
Aristóteles: "¿No debe haber cono- Jesús por un ángel durante la pa- mana, pero inferior a la divina, pues
cimiento de lo que conoce?" muestra sión, etc.). En todos los casos los án- los ángeles no pueden penetrar por
tal carácter mucho mejor en el ori- geles son considerados como seres sus propias fuerzas ni el secreto del
ginal griego, a base del cual resulta creados por Dios, pero muchas discu- corazón humano ni el del porvenir:
impreciso si el conocimiento se re- siones se han suscitado en torno a su sus observaciones sobre los seres hu-
fiere al sujeto o al objeto conocido. verdadera naturaleza y destino. To- manos son más completas que las eje-
Ejemplo de anfibolía en español son dos los Padres de la Iglesia y teólo- cutadas por ningún otro ser (excepto
los versos de Lope de Vega en La gos han admitido que se trata de Dios), y sus previsiones más perfec-
boba para los otros y discreta para sí espíritus, pero mientras algunos han tas que las de ningún otro ser (excep-
(Acto I, esc. 1): insistido en su pura espiritualidad, to Dios), pero no hay ni conocimiento
amor fue el hijo primero que tuvo otros les han atribuido un cuerpo completo de la entraña del hombre
naturaleza ya que puede suponerse (etéreo y luminoso). En cuanto a su ni previsión infalible del porvenir.
que el amor fue el primer hijo que la destino se admite la narración de la Terminemos observando que Euge-
Naturaleza tuvo, y también que el rebelión de algunos de los ángeles nio d'Ors ha interpretado el concep-
amor fue el primer hijo (de quien contra Dios (véase DEMONIO), pero to de ángel en un sentido muy es-
fuese) que poseyó una naturaleza. Por mientras varios autores ( Orígenes, De pecial dentro de su doctrina filosófica;
lo demás, aparte de que la anfibolía principiis, II, 9 y III, 5-6) declaran el ángel puede ser comparado, a su
anterior puede resolverse ( como la que todos los espíritus creados por entender, con una especie de "sobre-
mayor parte de sus análogos) Dios (ángeles y demonios) se salvan conciencia", de tal suerte que la an-
mediante el buen sentido, puede en la apocatástasis final, la mayoría gelología se convierte en una doctri-
alegarse que depende menos de la de los Padres, especialmente desde na —más metafísica que psicológi-
estructura lingüística que de falta de San Agustín (Cfr. especialmente De ca— de la personalidad.
precisión tipográfica; si escribimos Civ. Dei, XI y XII; Comm. litt. en., ANGUSTIA. En su dilucidación del
'Naturaleza' con inicial mayúscula ( I, 1-5), se inclinan en favor de admi- concepto de la angustia, Kierkegaard
significando la Naturaleza), la tir la condenación eterna de los án- parte del abismo irreconciliable que
anfibolía desaparece. geles malos y la eterna beatitud de existe entre lo finito y lo infinito,
En suma, se habla de anfibolía los ángeles buenos. abismo sentido por la existencia hu-
de una proposición o de un juicio Las precisiones anteriores no resul- mana como una angustia radical,
cuando posee un doble sentido, cuan- taron, empero, suficientes ni desde el como un desamparo donde la subje-
do revela una ambigüedad y es sus- ángulo teológico ni desde el filosófi- tividad limitada del hombre se halla
ceptible de equívoco. Kant llama co. Teológicamente, sólo con Dioni- suspendida en la nada de su angus-
anfibolía de los conceptos de refle- sio el Areopagita ( Hier. cael. passim; tiarse, gracias al cual puede la misma
xión al hecho por el cual el uso Cfr. especialmente IV-X) se desarrolló ser enteramente concreta, huir del en-
empírico y legítimo del entendimiento una doctrina angelológica que, basada gaño de la razón unificadora e iden-
puede ser sustituido por el uso en la Escritura, ofrecía un aspecto tificadora y sumergirse en el torbe-
trascendental, esto es, al hecho de sistemático, no sólo en lo que toca llino del existir. La angustia es, por
que en vez de emplear dichos con- al examen de la naturaleza de los lo tanto, algo enteramente distinto
105
ANG ANG ANG
del miedo y de otros estados aními- el hombre encuentra la angustia, mas nombre de angustia objetiva. Ésta se
cos semejantes: "éstos refiérense siem- cabe preguntarse si ésta es solamente distingue de la angustia neurótica, la
pre a algo determinado, mientras una de las raíces de la existencia; cual tiene causas puramente psicoló-
que la angustia es la realidad de la más allá o al lado de la angustia po- gicas. La causa de la angustia objetiva
libertad como posibilidad antes de dría hallarse la esperanza, un estado es la perspectiva de un peligro
la posibilidad". "Por eso —sigue di- de expectación que se encamina, no externo que se supone indominable y
ciendo Kierkegaard—, no se encuen- simplemente a las cosas entre las cuales que paraliza la acción, resultando en
tra ninguna angustia en el animal, se mueve la existencia en sus mo- ese estado de detención de la respira-
justamente porque éste, en su natu- mentos de "distracción", sino a una ción y de contracción a que alude el
ralidad, no está determinado como plenitud que puede colmar el supuesto término 'angustia' (angustia = 'estre-
espíritu" ( El concepto de la angustia, vacío o crisis de la vida. Acaso pueda chez'). La angustia objetiva puede
I, 5). No tiene, pues, nada de sor- decirse que la angustia y la esperanza conducir a la angustia neurótica. Pero
prendente que para Kierkegaard la se nutren una de otra: sin angustia, la éste suele tener causas que permane-
investigación de la angustia tenga existencia correría, en efecto, el peligro cen ocultas a la persona angustiada.
que salir del marco de lo psicológico de perderse en lo cotidiano, o de Así, Freud indica que el nacimiento
para entrar en el marco de lo exis- anquilosarse en lo satisfecho; sin es causa y aun prototipo de la angustia
tencial. La angustia es, ciertamente, esperanza, en cambio, la existencia neurótica, porque arroja al individuo al
un modo de hundirse en una nada, podría desmoronarse, víctima de su mundo, fuera de la protección que le
pero es a la vez la manera de sal- propio interminable hundimiento. Po- proporcionaba el seno materno. Las
varse de esa misma nada que ame- dría concebirse la vida como un con- causas de la angustia neurótica son
naza con aniquilar al hombre an- tinuo tránsito de la una a la otra, sin más "vagas" que las de la angustia
gustiado, es decir, una manera de jamás detenerse en ninguna; esperanza objetiva. Tres tipos de causa son
salvarle de lo finito y de todos sus y angustia parecen igualmente ne- importantes. Por un lado, causas
engaños. De ahí la posibilidad, sub- cesarias para que la existencia humana ligadas a ciertas fobias de localiza-
rayada por el citado autor, de una mantenga su modo de ser esencial- ción difícil. Por otro lado, "causas
educación por la angustia o, mejor mente "contradictorio". disponibles", indeterminadas, que ha-
dicho, de una educación en la fe por Los anteriores conceptos son, para cen que la angustia "flote" sin encon-
la angustia. Tal dilucidación de la usar el vocabulario consagrado, pre- trar objetos específicos en los cuales
angustia es proseguida, aunque con dominantemente "existenciales" (y, en fijarse — una forma de angustia bien
distinto propósito, por Heidegger. Heidegger, "existenciarios" ). Han si- descrita por Proust al escribir de ella
Este pensador hace de la angustia do elaborados por filósofos y han te- que "flota. .. vaga y libre, sin estar
el temple de ánimo peculiar median- nido escasa resonancia en la psicolo- afectada a nada determinado, al ser-
te el cual se revela la nada y se gía contemporánea — con excepción vicio un día de un sentimiento, otro
descubre la existencia como un estar de la llamada "psiquiatría existen- día de otro, ora de la ternura filial,
sosteniéndose en ella. La angustia no cial" a que nos referimos en el artículo ora de la amistad hacia un camara-
es según ello un mero estado psicoló- Psicoanálisis (VÉASE). Los psicólogos, da" (A la recherche du temps perdu,
gico ni un "angustiarse por" algo especialmente los de tendencia ed. P. Clarac y A. Ferré, tomo I, pág.
determinado; en la angustia revela- llamada "científica" y "experimental", 30). Finalmente, causas que ya no
dora hay una indeterminación ab- se han ocupado sobre todo de describir pueden llamarse causas, pues no hay
soluta, que la distingue completamen- objetivamente los estados de angustia en esta forma de angustia relación
te del miedo. La angustia no es así o bien de buscar el enlace de tales perceptible entre la angustia y lo te-
una aniquilación del ente, sino un estados con fenómenos fisiológicos y mido en ella. Este último tipo de an-
derrumbamiento del ente, un hundi- bioquímicos. Ahora bien, dentro del gustia se manifiesta en la historia. En
miento. La confirmación de este ca- psicoanálisis freudiano se ha sus obras Introducción general al psi-
rácter revelador de la angustia se desarrollado la investigación de los coanálisis e Inhibición, Síntoma y An-
demuestra por la visión de aquello estados de angustia en una forma que gustia (Cfr. bibliografía en Freud
ante lo cual la existencia se había por un lado es estrictamente psicoló- [Sigmund]), Freud destaca el compo-
angustiado una vez que la angustia gica o psicofisiológica y por el otro nente sexual —los "modos de uso de
ha desaparecido: esta visión remite lado parece rozar temas sensiblemente la libido""— de las angustias histéri-
justamente al hecho de que el objeto análogos a los del pensamiento fi- cas; los impulsos sexuales no satisfe-
de la angustia no había sido nada, al losófico existencial y existencialista. chos o no sublimados son reprimidos
hecho por el cual la nada misma, en Describiremos brevemente las opinio- y engendran estados histéricos. Pero
su presencia pura, se había revelado nes de Freud al respecto. en otras obras el concepto de angustia
allí (¿Qué es metafísica?). La an- Las causas de los estados de angus- se libera de connotaciones exclu-
gustia es, según esto, la condición tia (y de los estados, menos oprimen- sivamente sexuales y hasta parece al-
misma de una existencia temporal y tes por lo común, de ansiedad) ha- canzar las formas que hemos descrito
finita; no es sólo la agudización de bían sido buscadas antes de Freud en como "existenciales". En Más allá del
una mera inquietud y zozobra, sino perturbaciones fisiológicas — por principio del placer, Freud distingue
lo que se encuentra siempre en el ejemplo, en la actividad de las glándu- entre la angustia (Angst), el temor
fondo del hombre cuando no se halla las suprarrenales. Freud resumió esos (Furcht) y el pavor {Schreck). La an-
"distraído" entre las cosas. Al des- estados de angustia producidos por gustia corresponde a un cierto estado
cender al abismo de su profundidad, una o varias causas fisiológicas con el de expectación del peligro (incluyen-
106
ANG ANI ANO
do un peligro desconocido); el temor tología de K. Jaspers, 1958 (tesis). vinidades poderosas (Cfr. Primitive
requiere un objeto del que el sujeto — Sobre la angustia en sentido his- Culture, 1873). Sin embargo, el he-
se siente temeroso; el pavor es el es- tórico-psicológico: O. Pfister, Das cho de que el animismo equivalga en
tado en que se encuentra un sujeto Christentum und die Angst. Eine re- gran parte a la doctrina de que el
ligionspshychologischehistorische und
cuando afronta un peligro para el religionshygienische Untersuchung, alma es, en todos los sentidos, el ver-
cual no estaba preparado. 1914. dadero principio vital, no quiere de-
De la obra de Kierkegaard, El con- cir que sea enteramente identificable
cepto de la angustia, hay traducción ANICERIS (siglo III), uno de los
cirenaicos ( VÉASE ), fue menos ra- con tal doctrina. Pues el animismo
española (1930). También la hay de puede entenderse también en otros
la conferencia de Heidegger: "¿Qué dical en sus opiniones que Heguesías,
es metafísica?" (en Cruz y Raya y se aproximó más a Arístipo. En dos sentidos: o lo anímico es princi-
N° 6). — El libro de Sigmund Freud: efecto, para Aniceris, placer y dolor pio de lo orgánico en tanto que sujeto
Hemmung, Symptom und Angst (In- vuelven a ser respectivamente los material, o representa su principio
hibición, síntoma y angustia) está sumos bien y mal. Pero mientras bajo la forma de la causa final de to-
traducido en la edición de Obras dos los movimientos corporales. En
completas (tomo II). Obras psicoló- Arístipo consideró tales principios co-
mo de naturaleza estrictamente in- este último sentido el animismo equi-
gicas y psicopatológicas sobre la an- vale al vitalismo, tal como ha sido
gustia: W. Stekel, Nervöse Angst- dividual, Aniceris los examinó a la
zustände, 4° edición, 1924. — Pierre luz de las formas de relación social. defendido por Hans Driesch en su
Janet, De l'angoisse à l'extase. Études Así, para este filósofo la amistad y teoría de la "causalidad entelequial"
sur les croyances et les sentiments, la gratitud son realidades positivas y en su doctrina de la entelequia or-
2 vols., 1926. — O. Liebeck, Das que el sabio debe admitir. Ahora gánica, así como a la psicología "hór-
Unbekannte und die Angst, 1928. — mica" y teleológica de William Mc-
A. Rado, Zwangserscheinungen und bien, amistad, gratitud y otras virtu-
des son experimentadas por cada uno Dougall, quien llama precisamente
Angstzustände bei Nervösen, 1933. animismo a su propia teoría psicoló-
— G. Stôrring, Zur Psychopathologie y no tienen valor fuera de la expe-
und Klinik der Angstzustiinde, 1934. riencia individual, no son deseables gica. Mas esta causa final tiende en-
— R. Lacroze, L'angoisse et l'émo por sí mismas, sino en cuanto afectan tonces a dejar de ser meramente una
tion, s/f. ( 1938). — Juliette Bouton- a la persona. Sin embargo, estas instancia ejemplar, una atracción,
nier, L'Angoisse, 1945. — M. Neu- opiniones de Aniceris le obligaban a para convertirse en un verdadero y
mann, Ueber die Angst, 1947. — reconocer que, siendo, por ejemplo, real principio activo. Es obvio, de to-
E. Froeschels, Angst, Eine Philoso- dos modos, que el término 'animismo'
phisch-medizinische Betrachtung, la amistad algo bueno, es posible, y
hasta recomendable, que por amor de resulta para esta concepción demasia-
1950. — R. May, The Meaning of do vago y convendría evitarlo, ya sea
Anxiety, 1950. — J. J- López Ibor, ella suframos algunos dolores.
La angustia vital, 1950. — F. Panse, para concentrarlo en su primera sig-
ANIMAL. Véase ALMA DE LOS BRU- nificación antropológica, ya fuese para
Angst und Schreck, 1952. — A. Silva TOS , ANTROPOLOGÍA, HOMBRE .
Tarouca, Die Logik der Angst, aplicarlo a toda doctrina según la
1953. — Paul Diel, La peur et (an ANIMISMO significa, en general, cual el alma, o una realidad análoga
goisse, 1956 (psicología profunda, la creencia de que todo está animado a ella, constituye el principio de la
intrapsíquica"). — Hediger, Zulli- y vivificado, de que los objetos de la actividad de todos los seres, y no so-
ger, Neumann, Schwarz, Benedetti, Naturaleza son, en su singularidad y lamente de todos los cuerpos orgáni-
Jores, Benz, Ueberwasser, La angus- en su totalidad, seres animados. cos, sino también, por ejemplo, de los
tia (trad. esp., 1960). — Sobre la Este animismo coexiste en los pueblos
angustia y el pensamiento mágico: propios astros, y aun del universo
Ch. Odier, L'angoisse et la pensée primitivos con el antropomorfismo, concebido como unidad. En este sen-
magique, 1947. — Angustia y reli- por el cual la animación de todos los tido pueden calificarse de animistas
gión: E. Rochedieu, Angoisse et reli- seres es concebida en analogía con las doctrinas antiguas y renacentistas
gion, 1952. — Sobre la angustia me- la del hombre. Según Edward Bur- que sostienen la existencia de un
tafísica: Henri Edouard Pirenne, Sur nett Tylor (1832-1917), el animismo Alma del Mundo ( VÉASE ).
l'angoisse métaphysique. Essai de es, en términos generales, la doctrina E. Saisset, L'âme et la vie; étude
philosophie de la philosophie, 1934. de los seres espirituales en tanto que sur la renaissance de l'animisme,
— Sobre la angustia del hombre mo abarca la misma esencia de una filo- 1864. — Borchert, Der Animismus,
derno, y en varios autores: A. Künz- sofía espiritualista opuesta a toda fi- 1900. — Clodd, Animisme, 1918.
li, Die Angst des modernen Men- losofía materialista. 'Animismo' sería ANONYMUS IAMBLICHI. El Ano-
schen. Dargestellt am Leben und nymus Iamblichi (Anónimo de Jam-
Denken S. Kierkegaards, 1947 ( Dis. ). entonces un término con el cual se
— P. Lain Entralgo, La espéra y la designaría toda doctrina de índole blico), así llamado por haberse conser-
esperanza, 1957, 2a ed., 1958 (con espiritualista. Ahora bien, el animis- vado fragmentos del mismo en el ca-
tiene un análisis de las "filosofías de mo se divide, según Tylor, en dos pítulo 20 del Protréptico o Exhorta-
la angustia" al hilo de una antropo grandes dogmas, que forman parte ción (a la filosofía), de Jámblico, es
logía de la esperanza"). — F. Ber- de una sola doctrina consistente: el un escrito redactado al parecer por
thold, Jr., The Fear of God: The Role primero se refiere a las almas de cria- uno de los sofistas (por Hippias, se-
of Anxiety in Contemporary Thought, turas individuales, capaces de poseer gún M. Untersteiner, I Sofisti, 1949)
1959 (fenomenología de la angustia una existencia continuada después de de la segunda mitad del siglo V antes
al hilo del estudio de Santa Teresa, de J. C., en el cual se expresan opinio-
Lutero, Freud, Heidegger y Karl la muerte o de la destrucción del
Barth). — Oswaldo Robles, El pro cuerpo; el segundo concierne a los nes derivadas de Protágoras y de Pró-
blema de la angustia en la psicopa- espíritus que poseen el rango de di- dico y se contienen valiosos comen-
107
ANS ANS ANS
tarios sobre uno de los problemas más una teoría de la jerarquía de las fa- logium y el Proslogion, de la existencia
debatidos por los sofistas: la relación cultades —sensibilidad, razón, intui- y naturaleza de Dios. En la primera
entre la virtud y sus fines. El Ano- ción—, y una doctrina de la visión de dichas obras determina el saber
nymus lamblichi adopta una actitud de Dios y de la vuelta del universo que la razón posee de Dios mediante
polémica contra los sofistas que po- a Dios fuertemente influida por Juan la teoría platónica de la participación
dríamos llamar radicales, es decir, Escoto Erigena. de toda cosa en un arquetipo que la
contra las más jóvenes generaciones S e deb en a An sel mo d e La on comprende y fundamenta. De este
de los sofistas. Uno de los problemas la recopilación llamada Sententiae y
otra llamada Sententiae divinae pa- modo se puede, partiendo de
que más insistentemente subraya es cualquier objeto, llegar hasta la
la necesidad del entrenamiento de la ginae (según F. Bliemetzrieder: An-
selm con Laons systematische Sen- existencia de un Ser supremo y
virtud, con el fin de aplicarla a fines tenzen, en Beiträge zur Gesch. der absoluto, infinitamente justo, por el
útiles y buenos. Junto a ello, predica Phil. und Theol. des Mittelalters, cual se posibilita, mediante parti-
que el hombre debe ser dueño de XVIII, 2-3, 1919). Las Sententiae cipación, la existencia de las cosas
sí mismo — tesis que se aproxima al son llamadas a veces Quaestiones. justas. Sólo porque existe este Ser
tema capital de la meditación de las Edición de la Glossa interlinearis : absoluto y subsistente por sí mismo
escuelas socráticas: la autonomía del Basilea, 1502, 1508; Amberes, 1634. pueden existir las demás cosas. El
hombre. Interesante es comprobar Obras en Migne, P.L. CLXII, y ex- supremo Ser es, por otro lado, in-
hasta qué punto en el Anonymus tractos en G. Lefèvre, Anselmo Lau- causado, pues de tener una causa
lamblichi parece haber conciencia de dunensis et Radulfi fratris eius senten- sería, cosa imposible, inferior a ella.
que se avecina una época ruda, do- tias excerptas nunc primum in lucem En el Proslogion desarrolla San An-
minada por el relajamiento de las edidit, Mediolano Alercorum, 1894.—
Véase M. Grabmann, Ges. der scho- selmo la prueba llamada ontológica
costumbres en la ética y por la anar- ( VÉASE ), la cual no parte de la rea-
quía en la política. Lo último, sobre lastischen Methode, t. II, 1911, 136-
68. — H. Weisweiler, Das Schriftum lidad dada, sino de la idea de Dios
todo, es el origen de muchos males, der Schule Anselms von Laon und que posee el pensamiento. Dios es,
especialmente de la tiranía. El tirano Wilhelm von Champeaux in deuts- afirma San Anselmo, lo más grande
surge en la sociedad cuando los hom- chen Bibliotheken, 1936 (Beitrdge, que puede pensarse. Este ser infini-
bres se han abandonado a la falta de 1-2). — Sobre la llamada "escuela tamente grande no puede estar sólo
ley y a la injusticia. No se puede, de A. de Laon y de Guillermo de en la inteligencia, es decir, no puede
pues, falsear la virtud ni disolver la Champeaux", véanse artículos de O. ser simplemente concebido y pensa-
ley. El Anonymus lamblichi ofrece Lottin en Recherches de théologie do. Si así fuera, cabría pensar otro
en este punto un aspecto exhortativo ancienne et médiévale (1938), 101- ser tan grande como él y, además,
y no solamente polémico. 22; (1939), 252-59, 309-23; (1940), existente, esto es, mayor y más per-
El Anonymus lamblichi recibe tam- 53-77; (1946), 185-221, 162-81;
(1947), 8-31. fecto que él. No puede estar, por
bién el nombre de Dissoi\ lo/goi (a lo tanto, sólo en el pensamiento el
causa de sus palabras iniciales: ANSELMO (SAN) (1035-1109),
Dissoi\ lo/goi le/gontai e)n th= ser más grande posible, pues si estu-
nacido en Aosta, peregrinó por Fran-
Ella/di, etc.) o Dialexis. Edición viera sólo en el pensamiento, sin que
cia y estudió en la abadía de Bece
por E. Weber, 1897, y por Diels- poseyera una realidad, no sería ya el
(Normandía), en la que fue prior
Kranz, 89 (82). — Véase F. Blass, ser más grande posible. El argumento
(1062-72). En 1093 fue elegido arzo-
Comm. de Antiph. sophista Jamblichi ontológico no es, propiamente, a
auctore, 1889. — H. Gomperz, bispo de Canterbury, de cuya sede
pesar del aspecto externo de su for-
Sophistik und Rhetorik, 1921. — permaneció ausente durante varios
mulación, un simple paso de toda
Roller, Untersuchungen zum años por motivos políticos, pero en
esencia a su existencia, pues se funda
Anonymus lamblichi, 1932. donde falleció tres años después de su
tanto en la esencia de Dios —en su
ANSELMO DE LAON (t 1117), regreso de un exilio. San Anselmo
calidad de ente infinitamente real—
llamado el magister divinitatis, fue el representa en el siglo XI el máximo
como en la noción que de Dios se
primero de los llamados sentencia- esfuerzo para la conciliación de la fe
forma la inteligencia humana, la cual
rios y, por lo tanto, uno de los pre- con la dialéctica. El principio Credo
puede ir pensando siempre seres más
cedesores de los sumistas en el sen- ut intelligam, Creo para comprender,
perfectos cuando cercena de su pen-
tido en que tiene este término al procedente de San Agustín, es adop-
sar la existencia real. La prueba ha
aplicarse a los compiladores de sen- tado por San Anselmo como principio
sido empleada con diversas variantes
tencias (véase SUMAS). Anselmo pre- capital por el que debe regirse toda
en el curso de la historia de la filo-
sentó, en efecto, un sistema de te- especulación filosófica, pues si los
sofía; uno de sus fundamentos de
mas teológicos que fue tomado pos- dogmas exigen la fe, ésta busca cons-
halla en la imposibilidad de que un
teriormente como base de los trata- tantemente la comprensión. Dios per-
ser finito piense un ser infinito actual
dos de teología. El esquema prin- mite a quien posee la fe la visión
sin el auxilio de éste, es decir, tal
cipal es, según la descripción de M. intelectual que conduce de ella a su
como sostenía Descartes, en la idea
de Wulf, el siguiente: Dios en sí conocimiento; sólo por la fe puede
de Dios como efecto de la existencia
mismo; la Trinidad; Dios creador y el saber ser plena evidencia y verdad.
de Dios. Su validez fue impugnada
su obra, y Dios redentor. A ello se La obra de San Anselmo, encaminada
ya en tiempo de San Anselmo por
agrega un tratamiento del problema a la demostración racional de la re-
Gaunilo, quien objetaba que la
de la creación y del hombre dentro velación, alcanza su punto culminante
realidad de Dios no puede ser de-
de ella. Entre otras contribuciones en las pruebas dadas en el Mono-
ducida de nada que le sea parecido,
filosóficas hay en Anselmo de Laon 108
ANS ANT ANT
pues nada puede afirmarse ni negarse floridus, de Lamberto de San Aude- yecciones" de conocimientos futuros
de su esencia. El paso de la idea a mas, compilación descrita por L. De- — conocimientos de carácter general
la existencia puede conducir, según lisle en Notices et Extraits, XXXVIII, y no particular. Los estoicos subraya-
Gaunilo, a la afirmación de la reali- Paris, 1816. — Traducción castellana ban el carácter racional de las antici-
dad de cualquier ser pensado. A del Proslogion por Roger P. Labrousse paciones; los epicúreos, en cambio,
en el volumen La razón y la fe (1945),
estas objeciones opuso San Anselmo con el Liber pro insipiente de Gaunilo, destacaban su carácter empírico si
que la prueba de la existencia se la respuesta de San Anselmo, y textos bien señalaban que, a diferencia de
refiere sólo al ser infinito, pero no relativos al argumento ontoló-gico de las observaciones empíricas, las anti-
a ningún ser finito y, por lo tan- Santo Tomás, Duns Escoto, Descartes, cipaciones proporcionan un tipo de
to, que únicamente es válida para Gassendi, Malebranche, Locke, información sin la cual no se puede
Dios. Leibniz, Hume, Kant y Hegel. Otra entender ninguna observación empí-
En su tratado De vertíate deduce trad. esp. del Proslogion por M. rica (véase Cicerón, De natura deo-
San Anselmo la verdad o falsedad Fuentes Benot, 1957. — Texto y rum, I 16). Los estoicos concebían las
de los juicios de la existencia o no trad. esp. por B. Maas, con prólogo de anticipaciones como esquemas racio-
G. Blanco, 1950. — Véase Fr. R.
existencia de lo enunciado en ellos. Hasse, Anselm von Canterbury, 2 vols., nales previos a las percepciones. Los
En rigor, hay verdades únicamente 1843-1857. — Charles Rémusat, Saint epicúreos mantenían que, aunque en
porque existe una verdad suprema y A. de C.; tableau de la vie sí mismas indisputables, las anticipa-
absoluta que las fundamenta. En el monastique et de la lutte du pouvoir ciones habían sido formadas en el
plano exclusivamente teológico, San spiritual avec le pouvoir temporel au curso de percepciones anteriores, con-
Anselmo ha proseguido su labor de XIe siècle, 1853. — Comte Domet de servándose en la memoria y usándose
explicación racional de los misterios Vorges, Saint Anselme, 1901. — G. como modelos para comprender la na-
especialmente en su obra Cur deus Wendschuch, Das Ver-hältnis des turaleza de nuevas posibles percep-
homo? (¿Por qué Dios se hizo hom- Glaubens zum Wissen bei Anselm von ciones.
Canterbury 1909. — J. Fischer, Die
bre?), donde se sostiene que el Ver- Erkenntnislehre Anselms von Según Francis Bacon, las "antici-
bo se ha hecho carne porque el Canterbury, 1911. — G. Baeum-ker, paciones de la Naturaleza" (anticipa-
hombre no puede, en cuanto ser finito Die Lehre A. von Cantorbery über tiones naturae) son las "conclusiones
y limitado, borrar la ofensa infinita den Willen und seine Wahlfrei-heit de la razón humana tal como se apli-
inferida a Dios por el pecado. El nach seinen Quellen dargestellt, 1912. can ordinariamente al conocimiento
método y los propósitos de San — E. Lohmeyer, Die Lehre vom de las cosas naturales". Estas antici-
Anselmo fueron proseguidos por mu- Willen bei Anselm von Canterbury, paciones son "cosa precipitada y pre-
chos autores escolásticos medievales; 1914. — Charles Filliâtre, La phi- matura", a diferencia de la "interpre-
su prueba de la existencia de Dios losophie de Saint Anselme, ses princi-
pes, sa nature, son influence, 1920. tación de la Naturaleza" (interpreta-
en el Proslogion ha ejercido, como — A. Koyré, L'idée de Dieu dans la tio naturae), la cual se obtiene por
hemos visto en el artículo dedicado philosophie de Saint Anselme, 1923. medio de la razón de acuerdo con
a ella, una influencia considerable — A. Levasti, Sant'Anselmo, vita e procedimientos metódicos (Novum
hasta nuestros días, estimándose con pensiero, 1929. — Karl Barth, Fides Organum, I xxvi). Pero las anticipa-
frecuencia que su admisión o rechazo quaerens intellectum. Anselms ciones en cuestión son necesarias para
determina con entera claridad las úl- Beweis Existenz Gottes, 1931, 2a que haya consentimiento general de
timas posiciones ontológicas y meta- ed., 1958. — A. Stolz, A von C. todos los hombres en la medida en
físicas de su autor. Sein Leben, seine Bedeutung und que hacen uso sano y sensato de la
Ediciones de obras: Nuremberg, seine Hauptwerke, 1941. — L. de
Simone, S. A. d'Aosta e la razón (ibíd., I xxvii), de modo que
1491; París, 1544; Colonia, 1573; pueden ser equiparadas al sentido
París, 1675, 1721; Venecia, 1744. formazione délia scolastica, 1941. —
Edición en la Patrologia latina de Julián Marías, San Anselmo y el común. Desde el punto de vista del
Migne, t. CLVIII-CLIX. Edición crí- insensato y otros estudios de asentimiento, las anticipaciones tienen
tica del Monologium y el Proslogion filosofía, 1944. — Sofia Vanni inclusive más peso que las in-
por Carl Haas, 1863. Otras ediciones Rovighi, S. Anselmo e la filosofia terpretaciones, porque "habiendo sido
por A. Daniels, 1909, y por F. C. del secolo XI, 1949. — J. obtenidas a base de unos cuantos
Schmitt, 1929. — Edición reciente de McIntyre, St. Anselm and His ejemplos, y éstos de índole muy co-
obras completas (S. Anselmi Cantua- Critics. A Reinterpretation of the Cur rriente, afectan inmediatamente el en-
riensis Archiepiscopi Opera Omnia) Deus Homo, 1954. — Eadmer [monje
por F. S. Schmitt, O. S. B. en 6 vols. de Canterbury, coetáneo de S. A.]: The tendimiento y llenan la imaginación"
(I. 1938, edición distribuida en 1942; Life of Anselm, 1962, ed. R. W. (ibíd., I xxvii).
fotoimpresa en 1946; II, III, 1946; Southern. — Véase también bibliogra- El vocablo 'anticipación' designa
IV, 1949; V, 1951; VI, 1961. Edición fía de ONTOLÓGICA (PRUEBA). según Kant el conocimiento "por me-
de parte del texto latino de Schmitt y ANTICIPACIÓN (pro/lhyij) lla- dio del cual puedo conocer y deter-
trad. esp. en la Biblioteca de Autores maban los estoicos ( Diog. L., VII 54; minar a priori lo que pertenece al co-
Cristianos, 2 vols., 1952-1953. — Véa- nocimiento empírico" (K.r.V., A
se también P. Druwé, Libri Sancti Séneca, Ep., CXVII: praesumptiones)
Anselmi "Cur Deus Homo" prima y especialmente los epicúreos (Diog. 166-7; B 208). Kant estima que este
forma medita, 1933 [Analecta Grego- L. X 33) a la imagen o conocimiento es el sentido en que Epicuro empleó
riana 3]. — Este texto se ha publi- general que el espíritu se forma antici- el término pro/lhyij. En cierto
cado por vez primera en la época padamente del objeto como reacción sentido pueden considerarse el
moderna; estaba ya incluido en una a su percepción inmediata y que posi- espacio y el tiempo como
compilación del siglo XII, el Liber bilita su más adecuado conocimiento. "anticipaciones de las apariencias",
Las anticipaciones eran como "pro- por cuanto "representan
109
ANT ANT ANT
a priori aquello que puede ser siempre De Antiphonte sophista, 1889. — E. acontecer en el universo, acontecer
dado en la experiencia a posteriori" Bignone, Study sul pensiero antico, que requiere un comienzo y un fin.
(ibíd., A 167; Β 209). Sin embargo, 1938. — También H. Gomperz, So- En cambio, si fuera verdadera la
en un sentido más propio puede lla- phistik und Rhetorik, 1912. — Véase tesis tendría que admitirse una nada
marse "anticipación" a cuanto pueda bibliografía de SOFISTAS y obra de M. anterior, de la cual nada puede ad-
Untersteiner (págs. 278-325). venir. Lo mismo ocurre con el espa-
ser conocido a priori en toda sensa-
ción en cuanto sensación en general. ANTINOMIA. Se dice que hay an- cio: debe haber un límite porque si
Kant trata de las "anticipaciones de tinomia cuando una proposición resulta no lo hubiera tendría que pensarse
la percepción" en la sección de la Crí- a la vez verdadera y falsa. Se dice el mundo como algo infinito y, por
tica de la razón pura que bosqueja el asimismo que hay antinomia cuando tanto, no acabado; no puede haber
sistema de los principios del entendi- dos consecuencias de la misma pre- límite porque si lo hubiera se pensaría
miento puro. La tabla de categorías misa son contradictorias. La antino- algo espacial rodeado de algo in-
sirve de guía para determinar tales mia es también por ello llamada espacial. En la segunda antinomia se
principios. Las anticipaciones de la paradoja. Ahora bien, reservaremos el afirma la imposibilidad de una divi-
percepción son —junto con los axio- artículo acerca de la noción de pa- sibilidad infinita de lo simple, pues
mas de la intuición— "principios ma- radoja ( VÉASE ) para el examen de de lo contrario lo existente quedaría
temáticos", esto es, principios que las diversas antinomias lógicas y se- disuelto en la nada; pero también
permiten poseer certidumbre intuitiva mánticas que han sido discutidas se sostiene la infinita divisibilidad de
y no sólo discursiva. La fórmula ge- especialmente en la actual lógica y cualquier parte, que si no fuera siem-
neral de las anticipaciones de la per- filosofía matemática, y considerare- pre divisible no podría ser extensa,
cepción es enunciada de los modos mos aquí el concepto de antinomia pues toda extensión es divisible. En
siguientes: "En todas las apariencias, sólo en dos respectos: en el sentido la tercera antinomia se demuestra
la sensación, y lo real que correspon- (o sentidos) kantiano, y en el sentido que no puede haber una causalidad
da a ella en el objeto (realitas phaeno- de las llamadas antinomias entre la rigurosa y absoluta, porque ello equi-
menon), posee una magnitud intensi- ética (o la moral) y la religión. valdría a la regresión al infinito de
va, esto es, un grado" (ibíd., A Kant llama antinomias de la razón las causas; mas tampoco puede haber
166) y "En todas las apariencias, lo a las que se descubren en las ideas un comienzo incausado, por cuanto no
real que constituye un objeto de sen- de la razón pura aplicadas a la cos- podría pensarse como objeto de la
sación posee magnitud intensiva, esto mología. Estas antinomias son las ma- experiencia. Finalmente, para la
es, un grado" (ibíd., Β 207). temáticas (referentes a la cantidad cuarta antinomia se efectúan las
ANTICIPACIONES DE LA NA- y cualidad) y las dinámicas (refe- mismas demostraciones que para la
TURALEZA, DE LA PERCEPCIÓN. rentes a la causalidad y modalidad). tercera. Según Kant, estas contradic-
Véase ANTICIPACIÓN. Kant las enuncia del siguiente modo: ciones son debidas a que en las dos
1a Tesis: El mundo tiene un comienzo primeras antinomias el espacio, el
ANTIFÓN, de la llamada segunda en el tiempo y límites en el espacio.
generación de los sofistas (VÉASE) tiempo y la simplicidad son conside-
Antítesis: Él mundo no tiene ningún radas como cosas en sí en tanto que
fue influido por los eleatas y expuso comienzo en el tiempo ni límites en
en su obra )Alh/qeia (La Verdad) sólo poseen idealidad trascendental.
el espacio. 2a Tesis: Toda substancia El mundo como tal queda convertido
una doctrina según la cual todo es compuesta consta de partes simples,
uno para el Logos, de modo que no en objeto del conocimiento, cosa im-
no existiendo más que lo simple o lo posible y que hace igualmente falsas
existe nada que sea individual ni para compuesto de lo simple. Antítesis:
los sentidos ni para el entendimiento. las tesis y las antítesis. En las dos
Nada se compone en el mundo de últimas, en cambio, las tesis y las
Es plausible formularse al respecto, sin partes simples. 3 a Tesis: Existe
embargo, la misma pregunta que suele antítesis son todas verdaderas, pero
libertad en el sentido trascendental mientras las antítesis se refieren a los
hacerse con respecto a Gorgias: la de como posibilidad de un comienzo
si tal tesis es la expresión de una teoría fenómenos, las tesis hacen relación a
absoluto e incausado de una serie de los noúmenos o cosas en sí; su apa-
filosófica o un ejercicio retórico. En efectos. Antítesis: Todo acontece en el
favor de lo segundo parece abonar el rente incompatibilidad no es, pues,
mundo según leyes naturales. 4 a más que la incompatibilidad de dos
hecho de que Antifón se consagró a Tesis: Existe en el mundo, como su
estudios de ciencia natural y de aserciones que se refieren a esferas
parte o como su causa, un ser distintas.
matemática. En favor de lo primero necesario. Antítesis: No existe ni
está el hecho de que Antifón pareció Las antinomias kantianas han sido
como parte ni como causa, en el acogidas en forma muy diferente por
inclinarse a distinguir entre el mundo mundo o fuera de él, ningún ser
de la verdad (o de la Naturaleza) y el sus sucesores, de acuerdo con el des-
necesario ( K. r. V., A 426-7 Β 454-5 y tino que haya tenido la concepción
de la apariencia (o de lo humano). sigs.).
En la famosa discusión entre lo que es de la cosa en sí. Pero un análisis
Las tesis son probadas por la refu- explícito y atento de ellas se encuen-
por naturaleza y lo que es por ley o tación de las antítesis y viceversa.
convención, que los sofistas aplicaron tra únicamente en algunos pensado-
Así, la demostración de la tesis de la res. Schopenhauer declara que sólo
al lenguaje y a la política, Antifón se primera antinomia se efectúa, en lo
declaró en favor de la naturaleza las antítesis son verdaderas, pues las
que se refiere al tiempo, compro- tesis representan a lo sumo posiciones
fu/ s ij, contra la ley, no/moj. bando que si la antítesis fuera ver-
Diels-Kranz, 87. — Véase F. Blass, sobre una realidad puramente repre-.
dadera no podría hablarse de un sentativa. Para Renouvier, en cambio,
110
ANT ANT ANT
la "ley del número", que sostiene el llamada "antinomia del juicio reflexi- Hans Rathschlag, Die Bedeutung der
edificio finitista de su pensamiento, vo". Puede expresarse en las dos si- Antinornien für den Kritizismus, 1934.
anuncia y demuestra que las antino- guientes máximas: (1) Toda produc- — Morris Stockhammer, "Kurzes dua-
mias kantianas tienen una única solu- ción de cosas materiales y de sus for- listisches Wörterverzeichnis", Archiv
ción: la expresada en las tesis, pues mas debe ser juzgada como posible für Begriffsgeschichte, ed. E. Rothac-
ker, Bd. 4, 1959, págs. 158-81. —
de lo contrario habría que admitir el según leyes puramente mecánicas; Sobre la contradicción antinómica:
realismo contradictorio del infinito. (2) Algunos productos de la naturale- Siegfried Behn, Romantische oder
Lo mismo afirmó François Evellin za material no pueden juzgarse como klassische Dialektik? Vergleichende
(1885-1910), quien dedicó a este posibles según leyes puramente mecá- Dialektik des antinomischen Wider-
problema una obra especial: La raison nicas. Cuando estas máximas (que spruchs, 1925. — Sobre las antino
et les antinomies. Essai critique sur la son principios regulativos de la inves- mias cosmológicas: Edgar Wind, Das
philosophie kantienne (1907). Evellin tigación) se convierten en principios Experiment und die Metaphysik. Zur
señala que las tesis se refieren a lo constitutivos de la posibilidad de ob- Auflösung der kosmologischen Anti-
real: finitud, simplicidad, libertad jetos, tenemos las dos siguientes pro- nomien, 1934. — Heinz Heimsoeth,
Atom, Seele, Monade. Historische
son resultados de una afirmación de posiciones, en radical conflicto una Ursprünge und Hintergründe υon
lo real que se opone a la afirma- con otra: (A) Toda producción de co- Kants Antinornien der Teilung, 1960.
ción de lo sensible realizada en las sas materiales es posible según leyes — Una obra sobre el problema críti
antítesis. También Lionel Dauriac puramente mecánicas; (B) Alguna co de las antinomias es el t. III de
(1847-1923) se decidió por la verdad producción de cosas materiales no es Le Ragione del Fenomenismo, 1921-
de las tesis. Las consecuencias feno- posible según leyes puramente mecá- 23, de C. Guastella, titulado justa
menistas de esta decisión no eran fá- nicas. mente Le Antinomie. — El libro de
ciles de eludir, y por eso algunos En cuanto a la antinomia entre la Evellin sobre la razón y las antino
neocriticistas rechazaban la solución ética (o moral) y la religión, se ha mias consta en el texto del artículo.
— Para las antinomias en el sentido
unilateral de que sólo las tesis fueran puesto de relieve numerosas veces, ya de las paradojas lógicas y semánticas,
válidas. Así ocurre con Gastón Mil- sea para considerarla como insoluble, véase el artículo PARADOJA y la co
haud ( VÉASE ), quien supone que te- ya sea para declararla falsa o, cuando rrespondiente bibliografía. — Para las
sis y antítesis son manifestaciones de menos, atenuable. Tal antinomia fue llamadas "antinomias" entre ética y
una tercera posición en la cual las co- expresada por Kierkegaard ( VÉASE) y religión, Cfr. obras cit. supra.
sas van apareciendo como noveda- otros autores según los cuales los ANTÍOCO de Ascalón, discípulo
des radicales. Louis Couturat (VÉA- enunciados de orden religioso sobre- de Filón de Larisa, sucedió a su
SE) señala, contra Renouvier, y en pasan infinitamente los de orden mo- maestro como escolarca de la Aca-
desacuerdo con su propia filosofía ral. Bajo otros supuestos ha sido pre- demia platónica desde ca. 88 hasta
infinitista, que sólo las antítesis co- sentada y examinada por Νicolai 68 antes de J. C. Las tendencias es-
rresponden a la razón y son por Hartmann (Ethik, § 85, págs. 735 y cépticas que habían predominado en
ello válidas; las tesis, en cambio, co- sigs. ), el cual declara que hay, en ri- la Academia durante la época de Ar-
rresponden al entendimiento. Infi- gor, cinco antinomias de esta clase: cesilao, Carnéades y Clitómaco y que
nitud del tiempo y del espacio, con- (1) la manifestada en la orientación ya sufrieron un primer revés con Fi-
tinuidad e infinita divisibilidad del práctica o tendencia al "más acá" lón de Larisa, desaparecieron casi en-
espacio son afirmaciones válidas; la (ética) frente al "más allá" ( religión ) ; teramente con Antíoco. Este filósofo
necesidad es cuando menos probable. (2) la revelada en el conflicto de las representó, en efecto, un punto de
Wundt, por su lado, señala que las relaciones entre Dios y el hombre; (3) vista dogmático y a la vez ecléctico,
tesis y las antítesis de las antinomias la que resulta de la contraposición en pues consideró que había que
no pueden ser rechazadas la una por tre los mandamientos divinos y la au regresar a las fuentes de Platón y de
la otra, pues al justificarse ambas se tonomía moral; (4) la que se refiere Aristóteles. Como Antíoco consideró
apoyan también mutuamente. a la Providencia, o antinomia de la que el estoicismo —tan combatido
En KdU (§§69-70) Kant indica libertad, y (5) la que se refiere a la por la Academia Media— represen-
que el juicio determinante no tiene redención y al concepto de culpa. Se taba muy fielmente este punto de
por sí mismo principios que constitu- gún José Luis L. Aranguren (Ética, vista ecléctico, su pensamiento se fue
yan el fundamento de conceptos de 1958, págs. 156-7), las dos últimas aproximando cada vez más al estoico.
objetos. Tal juicio se limita a "subsu- antinomias son insuperables sólo den Ahora bien, el estoicismo platonizante
mir" bajo ciertas leyes o conceptos en tro de una ética cerrada a la religión, y aristotelizante de Antíoco no era
tanto que principios. Por eso no corre pero no dentro de una ética abierta a ya el que habían combatido Arcesi-
el riesgo de engendrar por sí mismo la religión. lao y Carnéades —el viejo estoicis-
antinomias. En cambio, el juicio refle- Las tesis de Renouvier sobre las mo—, sino el llamado estoicismo me-
xivo ( véase Juicio [FACULTAD DEL] ), antinomias se hallan en casi todas sus dio de Panecio y, sobre todo, de
que debe "subsumir" bajo una ley obras (véase especialmente: Los di- Posidonio. Como indica Cicerón
todavía no dada, es sólo un principio lemas de la metafísica pura, trad. esp., —que había oído al filósofo— en
de reflexión sobre objetos para los 1945). Las obras de Milhaud han
sido mencionadas en el artículo sobre Académica priora (II, 43, 132), An-
cuales necesitamos una ley o el con- este filósofo; las de Dauriac constan tíoco era platónico sólo de nombre:
cepto de un objeto. Tal juicio posee al final del artículo sobre Renouvier. en rigor, era un estoico y en particular
sus propias máximas, y entre éstas Sobre la significación de las antino- un estoico ecléctico.
puede surgir un conflicto. He aquí la mias para Kant y el criticismo, véase: H. Diels, Doxographi Graeci, 1879.-
111
ANT ANT ANT
La mayor parte de lo que conocemos J. Dahmen, Quaestiones Xenophontae cuanto entidad biológica dentro de
de las opiniones de Antíoco procede et Antisthenea, 1898 (Dis.). — los demás seres animados y, en últi-
de Cicerón, especialmente en la obra Κ. Joël, Der echte und der xe- ma instancia, dentro de la Naturale-
citada. Véase C. Chappuis, De An- nophontische Sokrates, especialmente za. La antropología científica es así,
tiochi Ascalonensis vita et scriptis, t. I (1893). — H. J. Lulolfs, De por una parte, un capítulo de la bio-
1854. — A. Lueder, Die philosophi- Antisthenis studiis rethoricis, 1900.
sche Persönlichkeit des Antiochos von — L. A. Rostagno, Le idee pedago- logía o, por lo menos, un capítulo
Askalon, 1940. — G. Luck, Der Aka- giche nella filosofía cinica e special- de la ciencia natural, y, por otra,
demiker Antiochos, 1953 [Noctae Ro- mente in Antistene, I, 1904. — C. M. una ciencia que requiere el concurso
manae, 7]. Gillespie, "The Logic of Antisthenes", de múltiples disciplinas, que no sola-
ANTÍSTENES (ca. 444-365 antes Archiv für Geschichte der Philoso- mente se sirve de la biología, sino
de J. C. ) de Atenas fue, en un co- phie, XXVI. Ν. F. XIX (1913), 479- también de la psicología, de la socio-
mienzo, discípulo del sofista Gorgias 500 y XXVII. Ν. F. XX (1914), 17- logía, de cuanto contribuya al escla-
y más tarde de Sócrates. Esta doble
38. — A.-J. Festugière, "Antistheni- recimiento de la naturaleza del hom-
ca", Revue des sciences philosophiques bre. Sin embargo, en este último caso,
influencia parece caracterizar de un et théologiques (1932). — H. Kesten,
modo preciso (por lo menos esta es Antisthène. De la Dialectique. Étude la antropología, sin dejar de ser, por
la opinión "clásica") los rasgos fun- critique et exégétique sur le XXVIe supuesto, "científica", es menos cien-
damentales de la escuela cínica en la Discours de Thémistius, 1935. — tífico-natural que científico-cultural,
medida en que se suponga "funda- Véase también la bibliografía del ar- e inclusive es llamada a veces an-
da" por Antístenes; el desprecio hacia tículo CÍNICOS. tropología cultural para distinguirla
todo saber que no conduzca a la fe- ΑΝΤIΤESΙS. Véase DIALÉCTICA, de la antropología clásica. En cam-
licidad se une, en efecto, a la inclina- HE GEL , MARX , MARXISMO , OPOSI - bio, la antropología filosófica, pese
ción por la erística, por la disputa CIÓN , TESIS. a la identidad formal de su pregunta
filosófica tal como era practicada por ANTITÉTICA. Véase TESIS. —¿Qué es el hombre y cuál su
algunos sofistas y por los megáricos. ANTITIPIA. El vocablo griego puesto en el cosmos?— con respecto
En su escuela daba Antístenes las a)ntitupi/a significa "resistencia", "fir- a la pregunta científica, sobrepasa a
enseñanzas habituales de los sofistas, meza", "dureza". Fue empleado por ésta por considerar al hombre no sólo
pero, a diferencia de éstos, no consi- los estoicos en la definición de los en su ser natural, sino también en su
deraba la erística como el paso a la cuerpos; según dichos filósofos, la an- ser esencial, no sólo en su puesto
formación intelectual, sino como una titipía es una propiedad del cuerpo dentro de la Naturaleza, sino también
preparación para la vida tranquila. distinta del lugar (véase J. von Ar- dentro del espíritu. La antropología
Esta vida sólo puede conseguirse, a nim, Stoicorum veterum fragmenta, científica y la filosófica son, consi-
su entender, cuando se tiene un do- II, 127 [texto sacado de Galeno, guientemente, dos disciplinas cuya
minio suficiente sobre sí mismo, es de qualitatibus incorporeis, 10]). Los coincidencia en la preocupación acer-
decir, cuando se alcanza la autosu- estoicos hablaban también de "ma- ca del hombre no suprime su radical
ficiencia o la autarquía. De ahí el teria resistente" (ibíd., II, 115). diferencia en el sentido de la pregunta
desprecio del placer que es, para El término antitypia fue empleado que les da origen. Tampoco cabe
Antístenes, el productor de la infe- por Leibniz para designar aquel atri- confundir la antropología filosófica
licidad, el que perturba la quietud buto por el cual la materia se halla con el llamado conocimiento del
del sabio. La regla del sabio es la en el espacio; se trata de una resis- hombre. Este último tiene en cuenta,
prudencia, la "sabiduría" por la cual tencia que funda la impenetrabilidad ciertamente, el conjunto de saberes,
se eliminan todas las necesidades, por y que hace posible que el lugar de entre ellos los psicológicos, que per-
así decirlo, innecesarias, pues sólo es un cuerpo dado no pueda ser ocu- miten aproximarnos a un conocimiento
necesaria la virtud. Esta virtud pue- pado por otro cuerpo. Por eso la mo- del ser humano que no sea única-
de, desde luego, ser enseñada, y esta dificación de la antitipia, es decir, su mente un conocimiento de su ser
enseñanza es la única que hay que variedad consiste en la variedad del natural o de su constitución psíquica,
dar al hombre, porque lo pone en el lugar (Cfr. Leibniz, Gerhardt, VII, sino un saber de conjunto anterior
camino de saber lo que le conviene. 328). muchas veces al saber especializado.
En la escuela de Antístenes se co- El vocablo relacionado El conocimiento del hombre recurre
mentaban principalmente las obras antitupoj fue usado por Plotino en a la psicología, pero sólo en tanto que
homéricas y los mitos helénicos, con- su tratado contra los gnósticos (Enn., ésta puede ofrecerle un saber de lo
siderándose a Hércules como el ver- II, ix, 6) para referirse a las que el hombre es en uno de sus as-
dadero prototipo del sabio. impresiones o "huellas" que los pectos fundamentales; más allá o más
De las numerosas obras escritas gnósticos admiten en el alma. Tanto acá de la psicología, el conocimiento
por Antístenes se conservan sólo frag- estas huellas como otras del hombre recurre a las experiencias
mentos. — Véase M. Chappuis, An- características (tales, los "arre- de la vida cotidiana y es aquel saber
tisthene, 1854. — Ad. Müller, De pentimientos") son rechazadas por de que, según Rickert, se vale el his-
Antisthenis Cynici vita et scriptis, Plotino por considerarlas ideas poco toriador para comprender los actos
1860 (Dis.). — Κ. Barlen, Antisthe- humanos aun sin tener ninguna no-
nes und Platón, I, 1881. — K. Urban, claras.
Ueber die Erwähnungen der Philoso- ANTITIPO. Véase ΤIΡΟ. ción de la psicología científica, aque-
phie des Antisthenes in den platoni- ANTROPOLOGÍA. Desde el punto llo que le permite establecer el perfil
schen Schriften, 1882. — F. Dümm- de vista científico, la antropología biográfico y no simplemente bioló-
ler, Antisthenica, 1882 (Dis.). — es la ciencia del hombre en cuanto gico y psicobiológico de cada ser
ser psicofísico o simplemente en
112
ANT ANT ANT
humano. En cambio, la antropología da a entender: primero, que la an- humanismo: programa de una antro-
filosófica limita y a la vez extiende tropología filosófica es una antropo- pología filosófica, 1940. — Paul Hä-
su problema a la cuestión de la esen- logía de la esencia y no una antro- berlin, Der Mensch, Eine philoso-
cia del hombre, de su puesto en el pología de las características huma- phische Anthropologie, 1941. — Os-
cosmos y de su destino, y constituye, nas; segundo, que la antropología waldo Robles, Esquema de antropo-
logía filosófica. Ensayo acerca de las
por tanto, según Scheler, el puente filosófica se distingue de la antropo- relaciones entre el espíritu y el cuer-
que une las ciencias positivas con la logía mítica, poética, teológica y po, 1942. — Martin Buber, ¿Qué es
metafísica. Aunque esta antropolo- científico-natural o evolucionista (op. el hombre?, 1 a ed. (hebreo), 1942
gía es de creación reciente se hallan cit., I, 4), y aun —podríamos agre- ( ed. inglesa, 1948; ed. alemana, 1948;
ya atisbos de ella en el pasado filo- gar— de la antropología de corte trad. esp., 1949, 2a ed., 1950). —
sófico: la meditación de Pascal, por diltheyano, demasiado próxima a la Erich Rothacker, Problème der Kul-
ejemplo, es de índole claramente fi- "comprensión del hombre" y que B. turanthropologie, 1942 (trad. esp.:
losófico-antropológica, y el propio Groethuysen, por ejemplo, ha definido Antropología cultural, 1957 ). — Lud-
Kant ha entendido con el nombre de como "la reflexión de sí mismo para wig Binswanger, "Grundformen und
Erkenntnis des menschlichen Daseins,
antropología no solamente ese cono- comprenderse a sí mismo desde el 1942. — Íd., íd., Ausgewählte Vor-
cimiento científico del hombre como punto de vista de la vida" (Phil. träge und Aufsätze. I. Zur phänome-
ser psicofísico, sino también el cono- Anthr., pág. 1; usamos la trad. esp. de nologischen Anthropologie, 1947. —
cimiento en general del hombre y de J. Rovira Armengol, sobre texto corre- Jesús Iturrioz, El hombre y su meta-
sus facultades (antropología teóri- gido y revisado por el autor). Según física: ensayo escolástico de antropo-
ca), del hombre y de sus habilidades Landsberg, la antropología filosófica logía metafísica, 1943. — E. Cassi-
(antropología pragmática), del hom- se sirve de los datos proporcionados rer, An Essay on Man, 1944 (trad.
bre y de su conducta en la vida por las otras formas de antropología esp., Antropología filosófica, 1945). —
(antropología moral). Mas la antro- — por ejemplo, los proporcionados Béla von Brandenstein, Der Mensch
und seine Stellung im All. Philosophi-
pología filosófica no puede ser tam- por la "antropología de las caracte sche Anthropologie, 1947. — A.
poco un saber último y definitivo del rísticas humanas". A diferencia de Dempf, Theoretische Anthropologie,
hombre: requiere, por una parte, el ellas, sin embargo, debe buscar la 1950. — F. E. von Gagern, Der
concurso de los demás saberes (an- esencia "hombre", entendiendo 'esen Mench als Bild. Beiträge zur Anthro-
tropología científica, psicología, so- cia' en el sentido de la fenomenología pologie, 1954. — H. Muckermann,
ciología, conocimiento del hombre, de Husserl y no en el sentido tradi Vom Sein und Sollen des Menschen,
filosofía de la historia, etc.) y, por cional. Por ejemplo, mientras la an 1954. — M. Mandmann, Philosophi-
otra, depende de la pregunta sobre tropología de las características hu sche Anthropologie, 1955. — Η. Ε.
la estructura metafísica del hombre. manas, que es una ciencia empírica, Hengstenberg, Philosophische Anthro-
pologie, 1957, 2a ed., 1960. — E.
Por eso la inclusión por Scheler de afirma 'el hombre tiene cuerpo', la Przywara, Mensch. Typologische An-
la antropología filosófica entre el sa- antropología filosófica o antropolo thropologie, I, 1959. — José Ferrater
ber positivo y el metafísico responde gía esencial debe responder a la pre Mora, The Idea of Man. An Outline
al papel con frecuencia intermedio gunta: "¿Qué significa para el hom of Philosophical Anthropology, 1961
—y mediador— de tal antropología. bre 'tener cuerpo'?" Así, el método (folleto; basado en la obra del autor:
Pues "la misión de una antropología de la determinación de la esencia El Ser y la Muerte. Bosquejo de fi-
filosófica", escribe, es mostrar exacta- por medio de la descripción fenome- losofía integracionalista, 1962, esp.
mente cómo la estructura fundamental nológica constituye para dicho autor Cap. III ). — Para información acerca
del ser humano, entendida en la —como para Scheler— la piedra an de la antropología filosófica en el pa-
sado o acerca de las tendencias ac-
forma en que la hemos descrito bre- gular de la "antropología esencial". tuales, véase: H. Karpp, Problème
vemente (véase ESPÍRITU Y HOM - Michael Landmann, Creatura crea- altchristliche Anthropologie. Biblische
BRE), "explica todos los monopolios, trix. Ursprünge und Zielsetzungen der Anthropologie und philosophische
todas las funciones y obras especi- philosophischen Anthropologie, 1862 Psychologie bei den Kirchenvätem
ficas del hombre: el lenguaje, la [Erkenntnisse und Glaube, 22]. — dés 3. Jahrhunderts, 1957. — Josef
conciencia moral, las herramientas, Marx Scheler, Die Stellung des Pieper, Wahrheit der Dinge. Eine Un-
las armas, las ideas de justicia y de Menschen im Kosmos, 1928 (trad. tersuchung der Anthropologie in der
esp., El puesto del hombre en el Kultur des 16. und 17. Jahr. (Ges.
injusticia, el Estado, la administra- cosmos, 1929 ). — Íd., íd., Philoso-
ción, las funciones representativas de Schriften, t. II). — Nicolai Hartmann,
phische Weltanschauung, 1929 ( es- "Neue Anthropologie in Deutschland",
las artes, el mito, la religión y la pecialmente el primer trabajo de esta Blätter für deutsche Philosophie XV
ciencia, la historicidad y la socia- serie). — H. Plessner, Die Stufen (1941). — Hans Kunz, Die gegen-
bilidad" (Die Stellung, etc., VI; usa- des Organischen und der Mensch, wärtigen philosophischen Anthropolo-
mos trad. esp. por J. Gaos). En un 1928. — B. Groethuysen, gien, 1947. — Walter Brüning, Los
sentido análogo al de Scheler, P. L. Philosophis-che Anthropologie, 1931 rasgos fundamentales de la antropo-
Landsberg ha definido la antropolo- (trad. esp.: Antropología filosófica, logía filosófica actual y sus presupo-
gía filosófica como la "explicación 1951, con correcciones del autor para siciones históricas, 1957. — Juan Da-
esta versión). — P. L. Landsberg, vid García Bacca, Antropología filo-
conceptual de la idea del hombre a Einleitung in die philosophische
partir de la concepción que éste tiene sófica contemporánea, 1957 (Publica-
Anthropologie, 1934. — Werner ciones de la Fac. de Humanidades
de sí mismo en una fase determinada Sombart, Vom Menschen. Versuch y Educación Caracas [Filosofía, 5] ).
de su existencia" (Einlei-tung, etc., einer geisteswis-senschaftlichen — M. A. Virasoro, C. Astrada, R. M.
I, 1). Con ello Landsberg Anthropologie, 1938. Agoglia, Filosofía de la existencia y
— Samuel Ramos, Hacia un nuevo
113
ANT ANT APA
antropología filosófica, 1960. — M. presente siglo), o bajo una forma pecto ocultador del ser verdadero;
Bueno, Introducción a la antropología ontológica-fenomenológica (muy di- la apariencia tiene entonces un sen-
formal, 19Θ3. — Véase también la bi- fundida en los últimos decenios, como tido análogo al de fenómeno y puede
bliografía del artículo HOMBRE . hemos visto en el artículo Cuerpo). ofrecer, como éste, tres aspectos di-
ANTROPOMORFISMO. No es in- Algunos autores han preferido, sin ferentes: el de verdad de la cosa,
frecuente denunciar ciertas concep- embargo, otro tipo de argumento: el en cuanto que ésta se identifica con
ciones como antropomorfistas. El fon- que consiste en mostrar que tan ile- el aspecto que ofrece; el de oculta-
do de la denuncia es el siguiente: gítimo es el antropomorfismo en cual- ción de esta verdad y el de camino
una concepción antropomorfista se quiera de las formas antes indicadas, para llegar a ella. En el primer caso
basa en una inadmisible analogía en- como lo que puede calificarse de se dice que la cosa no es sino el
tre procesos físicos y procesos hu- fisicomorfismo, es decir, la teoría que conjunto de sus apariencias o aspec-
manos. La idea de que el macrocos- formula enunciados relativos a ex- tos; en el segundo, que es algo si-
mo ( VÉASE ) se comprende por ana- periencias humanas en términos que tuado más allá de la apariencia, la
logía con el microcosmo es, pues, un designan acontecimientos físicos. Es cual debe ser atravesada con el fin
ejemplo de concepción antropomor- la opinión mantenida por Walter de alcanzar la esencia del ser; en el
fista. Muchas veces tales procesos Cerf. Según este autor, ambas teo- tercero, que sólo mediante la com-
humanos son reducidos a procesos rías son inadmisibles, pues si se prensión del aspecto o aspectos que
psicológicos; en tal caso, el antropo- pretende tomarlas como principios re- ofrece una cosa podremos saber lo
morfismo es estimado como una ela- sultan dogmáticas. En cambio, pue- que verdaderamente es. De ahí que
boración intelectual del animismo den aceptarse en tanto que decisio- no siempre sea posible confundir la
( VÉASE ). Así, una concepción como nes meta-racionales no susceptibles apariencia con una falsa realidad; su
la de las naturalezas plásticas (véase de ser razonadas, pues las razones significación más generalmente acep-
PLÁSTICO) y, en general, muchas se hacen en cada caso posibles me- tada es la de realidad aparente, es
teorías antiguas y renacentistas que diante la previa decisión. decir, empleando una expresión pa-
admiten la existencia en la Natura- Otro sentido de 'antropomorfismo', radójica, la de apariencia verdadera,
leza de ciertos principios animados usualmente empleado en filosofía de aspecto que encubre y a la vez per-
y de ciertas "almas", podrían ser ca- la religión, es la por lo común denun- mite descubrir la verdad de un ser.
lificadas —siempre que no fuesen ciada proyección de formas humanas, En rigor, los distintos grados y signi-
interpretadas sólo metafóricamente— y también de sentimientos humanos, ficaciones de la apariencia pueden
de antropomorfistas. En otro sentido a lo divino, la concepción de lo sobre- entenderse según el plano buscado:
se ha tendido a considerar como an- natural a base de lo humano. Esto no en el plano vulgar, la apariencia
tropomorfistas todas las concepciones significa que no se admitan descrip- —siempre que sea, según se ha apun-
que han aplicado (sobre todo si ha ciones de lo divino por medio de ex- tado, verdadera— es suficiente; en
sido conscientemente) al lenguaje presiones que se aplican originaria- el plano de la reflexión y del saber, la
que se refiere a la realidad física mente a lo humano, pero se supone apariencia es más bien lo que indica
—o a la realidad en general— el len- que tales descripciones son meramente la dirección en que se encuentra el
guaje humano o el lenguaje psicoló- comparativas, metafóricas o analó- ser verdadero y último de la cosa,
gico. La monadología de Leibniz sería gicas. pues, como dice Husserl, "para una
(a la luz de semejante interpretación) W. Cerf, "The Physicomorphic fenomenología de la Verdadera rea-
antropomorfista, o cuando menos Conception of Man", The Journal of lidad' es completamente indispensable
psicologista. Philosophy, XLVIII (1951), 345-56. la fenomenología de la 'fútil apa-
La acusación de antropomorfismo ANTROPOSOFÍA. Véase TEOSO- riencia'" (Ideen, § 152); en el plano
supone en el acusador o la adhesión FÍA. metafísico, la apariencia es el camino
a un dualismo estricto entre lo hu- APARICIÓN. Véase APARIENCIA, que puede conducir al sentido del
mano y lo no humano o la adhesión IBÉRICO RODRÍGUEZ ( MARIANO). ser examinado, es decir, al descubri-
a un monismo fisicalista. Para des- APARIENCIA es, de un modo ge- miento del puesto esencial de este
hacerla se han empleado varios pro- neral, el aspecto que ofrece una cosa, ser dentro de la totalidad.
cedimientos: o afirmar que el lengua- a diferencia y aun en oposición a Kant discutió con frecuencia la no-
je antropomórfico usado sólo tiene su ser verdadero. Pero el aspecto de ción de apariencia (Erscheinung) en
validez analógica, o sostener que no la cosa puede ser también su verdad la Crítica de la razón pura. "Aparien-
hay otro modo de entender metafí- y la evidencia de ella. Entonces lo cia —escribió (A 20, Β 34)— es el
sicamente la realidad que por ana- aparente tiene, como en el vocablo nombre que recibe el objeto no deter-
logía con lo humano (y, sobre todo, inglés apparent, los dos sentidos de minado de una intuición empírica."
con lo psíquico humano), o procla- aparente y evidente. Mejor aun: jus- Puede distinguirse entre la materia y
mar que por debajo de la supuesta tamente porque hay apariencia hay la forma de la apariencia; la primera
distinción entre lo humano y lo no en tal caso evidencia. Lo aparente es lo que en la apariencia corresponde
humano se mantiene una concepción revela así la verdad de la cosa, por- a la sensación; la forma es lo que de-
que no es ni monista fisicalista ni que se supone que tras esta apa- termina la diversidad de las aparien-
monista psicologista ni dualista, sino riencia no hay un ser verdadero que cias a disponerse en un orden según
atenta a lo concreto. Éste puede ser se sirve de ella para ocultarse. En la ciertas relaciones. Las apariencias se
concebido bajo una forma neutralista mayoría de los casos, sin embargo, contraponen a las cosas en sí. Es cierto
(muy difundida a comienzos del el vocablo 'apariencia' alude al as- que "las apariencias no son sola-
114
APA APA APA
mente representaciones de cosas cuyo tras la realidad es un ser en el cual intemporales (ejemplo: las proposicio-
ser en sí es desconocido" (B 164) "no hay ninguna división entre el nes de la geometría) como las tem-
—lo que parece indicar por un mo- contenido y la existencia, ningún aflo- porales (ejemplo: las "apariencias
mento (aunque ésta es la doctrina de jamiento (loosening) o distensión entre verdaderamente cambiantes") exis-
Leibniz, que Kant rechaza) que las el qué y el que?' (Appearance and ten. El conflicto entre el ser y el apa-
apariencias lo son de realidades tras- Reality, p. 225 — Apariencia y reali- recer es negado asimismo por los
cendentes. Pero las apariencias son, dad, trad. esp., 3 vols., 1961), la apa- fenomenólogos, para quienes el ser
en verdad, únicamente aquello a que riencia es el aflojamiento o distensión se da en las "presentaciones" o Ab-
se aplican las formas a priori de la del carácter de ser, "la distinción de la schattungen de las "apariencias", de
sensibilidad primero y luego, mediante unidad inmediata en dos aspectos, un modo que, como señala Jean-Paul
nueva síntesis, los conceptos del que y un qué" (ibíd., págs. 187-8). Sartre al adoptar este supuesto, el
entendimiento. Las apariencias no son La apariencia ofrece una forma de fenómeno es un "relativo-absoluto"
distintas de sus aprehensiones (de su "ser" en el cual el "es" implica una (L'Être et le Néant, 5a ed. 1943, pág.
recepción en la síntesis de la imagina- distinción real entre la esencia y la 12 ), que puede ser estudiado como tal
ción), pues "si las apariencias fuesen existencia, pues la apariencia es lo con- en tanto que "absolutamente
cosas en sí, y puesto que podemos re- tradictorio y representa en el juicio indicativo de sí mismo". Otros,
ferirnos únicamente a nuestras repre- la máxima desviación entre el sujeto como Dewey (Expérience and Natu-
sentaciones, nunca podríamos dejar y el predicado. Sin embargo, esta re, 1925, pág. 137), declaran explíci-
establecido, a base de la sucesión de desviación no anula la apariencia; tamente que la apariencia no es un
las representaciones, de qué modo la teoría de Bradley sup one así modo de ser o un modo de existen-
puede conectarse en el objeto su di- una ontología de lo real en la cual cia, sino un "estado funcional". La
versidad" (A 190, Β 235). Los con- la apariencia queda salvada en su diferencia admitida en tal caso no se
ceptos del entendimiento son (ilegíti- "ser". refiere a la apariencia y a la realidad,
mamente) empleados de modo tras- La teoría de la apariencia como sino al aparecer y al no aparecer; la
cendental (en el sentido "clásico" de una forma de ser no es admitida por distinción es, en suma, de carácter
'trascendental') a las cosas en general todos los filósofos. Para algunos, co- "físico" o "empírico", de suerte que
y en sí, pero son (legítimamente) mo Whitehead (Adventures of Ideas, "vincular entre sí las cosas que son
aplicados de modo empírico sólo a las 1933, pág. 309), no tiene sentido pre- inmediata y aparencialmente, por
apariencias, o a los objetos de la expe- guntar si una realidad es verda- medio de lo que no es inmediata-
riencia posible (A 238, Β 298). Cuan- dera o falsa, auténtica o aparente, mente aparente, creando así nuevas
do son pensadas como objetos de pues la realidad es lo que es, y ello sucesiones históricas con nuevas ini-
acuerdo con la unidad de las catego- de tal modo que la verdad es jus- ciaciones y terminaciones, es algo que
rías, las apariencias reciben el nombre tamente la conformidad de la reali- depende, a su vez, del sistema de sis-
de fenómenos (A 249; véase FENÓ- dad con la apariencia o, en otros temas matemático-mecánicos que for-
MENO). Kant llamó a su doctrina se- términos, la manera de manifestarse man los objetos propios de la ciencia
gún la cual las apariencias son consi- la realidad a sí misma. Para otros, como tal" (op. cit., pág. 138).
deradas solamente como representa- como C. D. Broad, aun si el cambio Una doctrina filosófica donde la
ciones y no como cosas en sí idealismo se contradice consigo mismo (cuan- noción de apariencia —en cuanto
trascendental (en el sentido más es- do menos para aquellos filósofos que apariencia del ser, es decir, en cuanto
pecíficamente kantiano de 'trascen- creen que sólo lo inmutable es real aparición— ha sido desarrollada por
dental' [A 369], a diferencia del rea- y que identifican la realidad con Mariano Ibérico ( VÉASE). Nos hemos
lismo trascendental y del idealismo la existencia), de tal modo que to- referido a ella más extensamente en
empírico — que interpretan las apa- dos los cambios son declarados apa- el artículo sobre este filósofo. Apun-
riencias externas como cosas en sí. rentes, resultará que "las mismas temos aquí sólo que en la citada doc-
La apariencia debe distinguirse, se- cosas que son condenadas como trina de la aparición, ésta es la forma
gún Kant, de la ilusión. Esta última apariencias, porque cambian, deben como el ser se manifiesta o refleja en
surge cuando, contraviniendo a la idea cambiar verdaderamente si se pre- el yo o la conciencia. El ser deja en-
kantiana de la idealidad de las intui- tende que el argumento contra su tonces de permanecer en sí mismo,
ciones sensibles, se adscribe realidad realidad sea válido" (Perception, pero a la vez la aparición no es una
objetiva a las formas de representa- Physics, and Reality, 1914, cap. II, "mera apariencia", sino que también
ción (espacio y tiempo) [B 70]. págs. 73-4). Así, la apariencia del se puede decir que es.
Para Bradley, la apariencia "existe", cambio implica la realidad del cam- Además de las obras mencionadas
pero es contradictoria consigo misma bio, aun cuando es obvio que en este en el texto: Ilse Tönnies, Kants Dia-
por el hecho de no ser absolutamente contexto 'apariencia' designa algo dis- lektik des Scheins, 1933. — Karl Lug-
subsistente. Sólo lo absolutamente in- tinto de lo que significa cuando se mayer, Sein und Erscheinung, 1947.
dependiente puede eludir las contra- contrapone a "realidad verdadera". — M. Vincent, De l'apparence vers
dicciones de la apariencia, pero ello En este último caso, el propio movi- l'absolu. Essai sur la connaisance,
no significa que la apariencia no sea. miento es declarado irreal; en el 1955. — Véase también bibliografía
En cierto modo, de ella se puede de- primero, en cambio, se identifica la de FENÓMENO.
cir que es. Mas este "ser" de la apa- realidad con el cambio. Broad in- APATÍA. Véase ATARAXIA, EPO-
riencia tiene distinto sentido que el tenta solucionar estas dificultades CHÉ , E SCEPTI CI SMO, E STOI COS ,
ser de la realidad. En efecto, mien- PIRRÓN.
declarando que tanto las realidades
115
ΑΡΕ ΑΡΕ ΑΡΕ
APEIRÓN. El adjetivo a)/peiroj embargo, no sólo de Anaximandro, si- mente dicha, sino aquello que hace
puede significar: ( 1 ) "sin experien- no también de Demócrito, de los pi- posible la realidad en cuanto realidad
cia (de algo)", "ignorante (de al- tagóricos y de Platón (Filebo). Ello para un sujeto. Los mismos conceptos
go)"; (2) "sin fin", "sin límite" (co- es comprensible si se tiene en cuenta a priori son posibles mediante la refe-
mo, en Homero, para describir la que los pitagóricos habían usado el rencia de las intuiciones a la unidad
tierra o el mar — vastos y sin con- concepto de lo indeterminado como de la conciencia trascendental, de
fines). Este segundo sentido es el uno de los principios (negativos) (Cfr. suerte que "la unidad numérica de es-
que filosóficamente importa. Como Aristóteles, Met., A 5, 986 a: pe/raj- ta apercepción es el fundamento a
sustantivo, to/ a)/peiron (que llamare- a)/peiron ) y Parménides había definido priori de todos los conceptos, lo mis-
mos desde ahora, usando el artículo el Ser como ilimitado o sin fin (Diels mo que la diversidad del espacio y el
masculino, "el apeirón") parece ha- Β 8, 61). Aristóteles afirma que lo tiempo es el fundamento a priori de
ber sido usado por Anaximandro ( VÉA- infinito (o ilimitado) es incognoscible. las intuiciones de la sensibilidad"
SE). No disponemos del texto de este Siguiendo a Demócrito, Epicuro man- (loc. cit.).
filósofo. Tampoco se ha conservado el tuvo que el universo es a)/peiroj y que Por medio de la unidad trascenden-
testo de las Opiniones de los físicos, los átomos son a)peroi, pero en este tal de la apercepción es posible, se-
Fusikw=n Lucai/ , de Teofrasto, donde último caso el vocablo a)/peiroj no es gún Kant, la misma idea de objeto en
se daba cuenta de las doctrinas de usado en el sentido de "lo indefinido" general, la cual no había sido todavía
Anaximandro, y se citaba la parte re- en tanto que principio de cosmos. posible a través de las intuiciones del
lativa a la naturaleza y función del Paul Seligman, The 'Apeiron' of espacio y el tiempo y de las unifica-
apeirón. Pero se conserva un texto de Anaximander: A Study in the Origin ciones introducidas por los conceptos
and Function of Metaphysical Ideas, puros del entendimiento o categorías.
Simplicio (Phys., 24, 13; Diels, 12 A 1962. — Friedrich Solmsen, "Anaxi-
9, Β 1 ) donde se cita el de Teofrasto Resulta, así, que la unidad trascen-
mander's Infinite: Traces and Influen-
(otras versiones del mismo pasaje se ces", Archiv für Geschichte der Philo- dental de la apercepción que se ma-
hallan en Hipólito, Philosophoumena; sophie, XLIV (1962), 109-28. nifiesta en la apercepción trascenden-
Eusebio, Praep. ev.· Estobeo, Ecc. APELACIÓN ( APPELATIO). tal constituye el fundamento último
phys. ). Véase PROPIEDADES DE LOS TÉRMINOS. del objeto en cuanto objeto de cono-
En vista del estado de los textos cimiento (no en cuanto cosa en sí).
APELATIVO. Véase CONNOTA-
es difícil hacerse una idea del signifi- Pues "la unidad de la síntesis de
CIÓN.
cado exacto del apeirón de Anaximan- acuerdo con conceptos empíricos sería
APERCEPCIÓN es el nombre que completamente fortuita si no estuviese
dro. Según Teofrasto (apud Simpli- recibe la percepción atenta, la percep-
cio), el apeirón no es ninguno de los basada en el fundamento tras-
ción acompañada de conciencia. Des- cendental de la unidad" (ibíd., A
(cuatro) elementos; no es, pues, ni tie- cartes escribía que "es cierto que no
rra ni agua ni aire ni fuego. Para al- 111). Esto explica el sentido de la fa-
podemos querer otra cosa sin aperci- mosa frase kantiana: "Las condicio-
gunos autores (por ejemplo, G. Teich- birla [que nous n'apercevions] por el
müller, en sus Studien zur Geschichte nes a priori de una experiencia posi-
mismo medio que la queremos" (Les ble en general son al mismo tiempo
der Begriffe [1874], el concepto de passions de l'âme, I 19). Leibniz dis-
apeirón designa sólo la indeterminabi- las condiciones de la posibilidad de
tinguía entre percepción —la cual re- los objetos de la experiencia" (loc.
lidad de la materia primordial, o del presenta una multitud en la unidad o
principio, a)rx/. Otros autores (por cit.). No se trata de sostener que la
en la substancia simple— y apercep- unidad trascendental de la apercep-
ejemplo, Eduard Zeller, en Die Philo- ción — equivalente a la conciencia
sophie der Griechen, I, 1, 5) mani- ción, como síntesis última y a la vez
(Monadologie, § 14). Los cartesianos, fundamentante, haga posibles los ob-
fiestan que designa una cierta masa alega Leibniz, solamente han tenido
material infinitamente extensa (Cfr. jetos como tales; se trata de sostener
en cuenta las percepciones de las que que hace posibles los objetos como
Joñas Cohn, Geschichte des Vnen- hay conciencia, es decir, las apercep-
dlichkeitsproblems in abendlandischen objetos de conocimiento, es decir,
ciones. Pero hay asimismo percepcio- constituye —como se diría hoy— el
Denken bis Kant [1896, reimp., 1960], nes confusas y oscuras, como las pro-
págs. 13-4). Para Charles H. Kahn horizonte epistemológico para la no-
pias de ciertas mónadas "en estado de ción de objetividad y, por lo tanto, la
(Anaximander and the Origins of aturdimiento". Hay que distinguir,
Greek Cosmology [1960], págs. 33 y condición de todo conocimiento.
pues, entre percepción y apercepción, Según Kant, la unidad sintética de
sigs., y especialmente págs. 231-9), el si bien esta última, siéndolo de la pri-
apeirón es una "enorme e inagotable la apercepción presupone una sínte-
mera, es continua con ella. sis, la cual es a priori. "La unidad
masa que se extiende en todas direc- Kant distinguió entre la apercepción
ciones", pudiendo ser identificada con trascendental de la apercepción se re-
empírica y la apercepción pura o tras- fiere así a la síntesis pura de la ima-
el "espacio infinito" y constituyendo cendental. La primera es la propia del
un antecedente de la noción de "va- ginación, como condición a priori de
sujeto que posee un sentido interno la posibilidad de toda combinación de
cío" en los atomistas y del concepto del flujo de las apariencias. La segun-
de "receptáculo" en Platón. El apeirón la diversidad en un conocimiento. Pero
da es la condición de toda conciencia, sólo la síntesis productiva de la
circunda el mundo y ha sido el princi- incluyendo la conciencia empírica
pio de la formación de éste. imaginación puede tener lugar a prio-
(K.r.V. A 107. La apercepción trascen- ri; la síntesis reproductiva se basa en
Aristóteles se refiere al apeirón co- dental es la pura conciencia original e
mo ilimitación e infinitud en Phys., condiciones empíricas. Así, el princi-
inalterable; no es una realidad propia- pio de la unidad necesaria de la sín-
III 4, 203 sigs. Trata al respecto, sin
116
ΑΡΕ ΑΡΕ ΑΡΕ
tesis pura (productiva) de la imagi- ción es, según ello, la síntesis activa mentalmente metafísica expresado en
nación, anterior a la apercepción, es opuesta a la síntesis pasiva o mecánica lenguaje psicológico. La solución a es-
el fundamento de la posibilidad de que tiene lugar en las esferas no te problema depende en gran parte
todo conocimiento, especialmente de conscientes o menos conscientes. Así de la interpretación general dada a la
la experiencia." (Ibíd., A 118). fue ya considerada la apercepción por filosofía de Leibniz. A su vez, el pro-
La apercepción original o pura es, Wundt, quien la vinculaba con el blema citado plantea la cuestión, más
por lo tanto, la condición necesaria de proceso volitivo. general, del sentido del vocabulario
toda posible percepción (ibíd., A G. Dwelshauvers, Psychologie de filosófico. Es muy posible, por lo de-
123). La unidad sintética original de l'apperception, 1890. — J. Kodis, más, que en Leibniz mismo el proble-
la apercepción es, en último término, Zur Analyse des Apperzeptionsbe- ma fuera menos agudo, porque no ha-
el "Yo pienso" que acompaña a todas griffes, 1893. — L. Salomon, Zu bía en su espíritu —y posiblemente
den Begriffen der Perzeption und en el espíritu de su tiempo— ciertas
las representaciones, pues "de lo con- Apperzeptíon von Leibniz bis Kant,
trario algo sería representado en mí 1902. — Juno Mittenzwey, Ueber distinciones entre formas de conoci-
que no podría ser pensado, y ello abstra-hierende Apperzeption, 1907. miento que más tarde se subrayaron
equivale a decir que la representa- — Au-gust Messer, Die — lo que no significa que no hubiese
ción sería imposible o cuando menos Apperzeptíon, 2a ed. 1921. — Sobre distinciones, sino simplemente que
que no sería nada para mí" (ibíd., el concepto de apercepción en eran de distinto carácter.
Β 131-32). La apercepción trascen- Leibniz: J. Capesius, Der
Apperzeptionsbegriff bei Leibniz una APETITO. En De an., III, 10 433 a-
dental es, pues, el pensar el objeto, dessen Nachfolgem, 1894. — A. b, Aristóteles distinguió entre nou=j y
pensar distinto del conocer y que fun- Sicker, Die leibnizschen Begriffe der o)/pecij. El término nou=j se traduce
damenta la posibilidad de este último. Perzeption und Apperzeption, 1900. habitualmente por 'entendimiento' y
Que este pensar sea —como sugiere a — En Kant: André De Murait, La también por 'inteligencia'. El término
menudo Kant— un pensar de un sujeto conscience transcendentale dans le o)/recij puede traducirse por 'deseo' y
("de mí mismo") o las condiciones criticisme kantien. Essai sur l'unité también por 'apetito'. Preferimos aquí
puras de todo pensamiento en general, d'apperception, 1958. — Wilhelm F.
Schoeler, Die transzendentale Einheit este último vocablo por dos razones:
es cuestión muy debatible (y que ha der Apperzeption von I. K., 1959. — (1) porque es más cercano al latín
sido debatida a menudo por los J. Capesius, op. cit. supra. — Véase appetitus, que los escolásticos usaron
neokantianos ). Los resultados de la también bibliografía de DEDUCCIÓN con conciencia de que estaba relacio-
discusión no son ociosos; no sólo TRASCENDENTAL, TRASCENDENTAL y nado con la o)/recij aristotélica; (2)
puede cambiarse grandemente la Comentarios a la Crítica de la Razón porque 'deseo', sobre todo cuando es
interpretación de la filosofía de Kant Pura mencionados en la bibliografía empleado como traducción del voca-
—haciendo de ella, según los casos, de KAN T ( I MM AN UE L ).
blo latino cupiditas, expresa la idea
un subjetivismo trascendental o un APETICIÓN. Puede considerarse la de un movimiento más violento y apa-
objetivismo trascendental—, sino tam- apetición como la acción del apetito sionado (como se ve en cupiditas glo-
bién la del sentido mismo del problema (VÉASE) en el sentido escolástico, y riae y en cupiditas praedae). En todo
expresado en la pregunta: "¿Qué es especialmente tomista, de este térmi- caso, 'apetito' tiene un aspecto, por
propiamente pensar?" no. Pero como el propio concepto de así decirlo, más "técnico" a la vez que
La cuestión de la naturaleza del apetito envuelve el de su acción, el más general, de suerte que mientras
pensar como pensar productivo del término 'apetición' no es fundamental el deseo puede describirse como una
objeto (o de sus condiciones) consti- en la citada tendencia filosófica. Tie- forma de apetito, el apetito no puede
tuyó uno de los grandes temas de los ne, en cambio, un sentido importante describirse, en cambio, como una for-
idealistas alemanes postkantianos. Pero y preciso en Leibniz: "La acción del ma de deseo.
como se abandonó con frecuencia el principio interno que produce el cam- La mencionada distinción aristoté-
término 'apercepción' en el sentido bio o el paso de una percepción a la lica se halla precedida por una doc-
antes apuntado, no creemos necesario otra puede llamarse apetición [appeti- trina de las partes del "alma" (véase,
hacer aquí estado de las especulacio- tion). Aunque el deseo no puede ob- entre otros pasaje, De an., III 9 432 a-
nes pertinentes. Nos limitaremos a in- tener completamente la entera per- b). Estas partes son: la nutritiva,
dicar que el vocablo en cuestión fue cepción a la cual tiende, obtiene siem- Qreptixo/n ; la sensitiva,
empleado de nuevo por Herbart den- pre algo de ella y alcanza nuevas per- ai)sqhtiko/n ; la imaginativa,
tro del marco de una epistemología cepciones" (Monadologie, § 15 [Véase fantastixo/n y la apetitiva,
realista. Para Herbart, la apercepción MÓNADA Y MONADOLOGÍA] ). El o)rektixo/n. Esta última parece
es la asimilación, por la masa de las apetito (appetit) "no es sino la ten- distinguirse de las otras, pero es inse-
representaciones existentes y que dencia de una percepción a otra", lla- parable de ellas, de modo que "si el
constituyen el yo, de las nuevas repre- mándose "pasión" en los animales y alma tiene tres partes, en cada una
sentaciones, existiendo, por lo tanto, "voluntad" cuando la percepción "es de ellas habrá apetición" (trad. de
una masa de representaciones que un entendimiento" ("Leibniz a Re- Antonio Ennis, S. I.: Tratado del al-
apercibe y otra ya apercibida. En la mond", 1714; Gerhardt, III, 622). ma, 1944; usamos la misma traduc-
psicología actual, el término 'apercep- Puede discutirse si el vocablo 'ape- ción infra). La apetición y el enten-
ción' se usa casi siempre para designar tición' en Leibniz tiene un sentido dimiento (práctico) parecen ser las
los actos superiores en los cuales se primariamente psicológico que se dos únicas facultades capaces de mo-
toma conciencia sintética de las repre- ver (localmente) el alma. Pero como
transforma luego en metafísico, o bien
sentaciones no conscientes; la apercep- "en realidad el objeto apetecible es el
si es un concepto de índole funda-
117
ΑΡΕ APO APO
que mueve" resulta que "una sola co- más, ha sido aceptada casi íntegra- posición y el juicio ha sido usado
sa es la que mueve: la facultad apeti- mente por muchos autores neoescolás- sobre todo a partir de Kant. El em-
tiva" [o potencia apetitiva] (loc. cit.). ticos contemporáneos. Las ideas to- pleo más conocido es el que se halla
El apetito puede mover inclusive en mistas al respecto fueron adoptadas en la tabla de los juicios como
sentido contrario a la deliberación, asimismo por varios filósofos del siglo fundamento de la tabla de las cate-
pues "la concupiscencia [e)p iqumi/ a XVII, los cuales consideraron el apeti- gorías. Según la primera, los jui-
en cuanto "deseo"] es una de las cla- to como una de las "pasiones del al- cios apodícticos son una de las tres
ses de apetito" (loc. cit.). El apetito ma". Pero al romper en muchos res- especies de juicios de modalidad. Los
es, en suma, lo que produce el movi- pectos el cuadro de ideas escolásticas, juicios apodícticos son juicios lógica-
miento. los autores aludidos dieron otros signi- mente necesarios, expresados en la
Santo Tomás definió el apetito co- ficados al apetito. Preferimos reservar forma 'S es necesariamente P', a di-
mo una inclinación hacia algo y como el término 'deseo' ( VÉASE) para refe- ferencia de los juicios asertóricos o
el orden que conviene a la cosa ape- rirnos a los modos como el problema de realidad y de los juicios proble-
tecida. Esta definición es de carácter del apetito fue tratado por algunos máticos o de contingencia (Κ. r. V.,
muy general, por lo que conviene pre- autores modernos — así como por va- A 75, Β 100). Un empleo menos co-
cisar la noción de apetito. Esto sucede rios pensadores antiguos y contempo- nocido de 'apodíctico' en Kant es el
cuando se aplica al alma y se estable- ráneos. que aplica dicho término a propo-
cen sus potencias. Para Santo Tomás, APOCATASTASIS. Véase ETERNO siciones (Sätze) que estén "unidas
estas potencias son, como para Aris- RETORNO, ORÍGENES. a la conciencia de su necesidad". Los
tóteles, la vegetativa, la sensitiva, la APODÍCTICA. Véase BOUTERWERK principios (Grundsätze) de la mate-
apetitiva, la locomotiva y la intelec- (FRIEDRICH). mática (geometría) son, según Kant,
tual. La potencia apetitiva —o apeti- APODICTICO se llama a lo que apodícticos (ibíd., Β 41). Las pro-
to— no es común a todas las cosas, vale de un modo necesario e incon- posiciones apodícticas son en parte
sino propia solamente de aquellas rea- dicionado. El término 'apodíctico' se "demostrables" y en parte "inme-
lidades que poseen el conocimiento y emplea en la lógica en dos respectos. diatamente ciertas". Todas las pro-
están por encima de las formas natu- Por un lado se refiere al silogismo. posiciones apodícticas se dividen o
rales (S. theol, q. LXXX, a. 1). Hay Por el otro, a la proposición y al en Dogmata o en Mathemata. Los
en estas realidades una inclinación juicio. Dogmata son proposiciones sintético-
que sobrepasa la inclinación natural I. Lo apodíctico en el silogismo. directas formadas con conceptos. Los
y es la que hace que el alma tenga En Top., 100 a 27 sigs., Aristóteles Mathemata son proposiciones sinté-
una potencia específica apetitiva. dividió los silogismos (véase SILO tico-directas formadas mediante cons-
Hay, según Santo Tomás, un apetito GISMO) en tres especies: los apodíc- trucción de conceptos (ibíd., A 713,
intelectual y un apetito sensible, los ticos, los dialécticos y los sofísticos o Β 713, Β 741 y ss.). Los Dogmata no
cuales no deben confundirse. El nom- erísticos. El silogismo apodíctico, aparecen en el uso especulativo de la
bre del apetito sensible es la sensua- a)podeiktiko/j, es, según el Estagirita, razón (VÉASE ), pues todos los
lidad —la cual es una sola potencia el silogismo cuyas premisas son ver principios de la razón, según Kant,
genérica (ibíd., q. LXXXI, a 2). daderas, y tales que "el conocimiento son condicionados por la posibilidad
bien que se divida en dos potencias que tenemos de ellas tiene su origen de la experiencia.
que son especies del apetito sensible: en premisas primeras y verdaderas". En el sentido usado por Kant en
la irascible y la concupiscible. La po- Tal silogismo es llamado también co su tabla de los juicios, la noción de
tencia irascible es una emoción; la munmente demostrativo. juicio apodíctico ha sido empleada
concupiscible, una inclinación. Por II. Lo apodíctico en la proposi por muchos lógicos del siglo XIX y
otro lado, la voluntad puede conside- ción y el juicio. Como una de las es todavía aparece en la Lógica de Pfán-
rarse como un apetito intelectual en pecies de las proposiciones modales, der. Este último dilucida los signifi-
tanto que es movida por el entendi- las proposiciones apodícticas expre cados psicológico, lógico y ontológi-
miento que le propone el bien co- san la necesidad (a lo cual puede re co de los juicios apodícticos afirmati-
mo fin — siendo el bien racional- ducirse la imposibilidad de que no). vos ('S es necesariamente P') y ne-
mente aprehendido como tal el ob- Se refiere a la necesidad de que S gativos ('S no es necesariamente P').
jeto de la voluntad (ibíd., q. LXXXII, sea Ρ o a la imposibilidad de que Según Pfánder, como la modalidad
a 4). S no sea P. Hemos estudiado este en el juicio depende de lo que llama
Un sentido más general de appeti- modo en Modalidad y Necesario "el peso lógico de la enunciación",
tus es el ofrecido por Guillermo de ( VÉANSE ), y la forma como tales pro lo apodíctico se caracteriza por una
Occam al definirlo como una disposi- posiciones modales se oponen a otras "exaltación" del "peso lógico" expre-
ción que se opone a la pura potencia en Oposición (v. ). Agreguemos aquí sado en el enunciado mediante "un
(neutral y violenta) o a la potencia que el término 'apodíctico' no es usa sobrante de ímpetu". Ahora bien, ni
(natural y violenta) (III Sententiae do generalmente en el sentido (II) la doctrina kantiana ni la de Pfánder
q. 3 R, apud Léon Baudry, Lexique por los lógicos de tendencia tradi son aceptables: la primera, por no
philosophique de Guillaume d'Ock- cional, y que tanto ellos como los ser propiamente una doctrina lógica
ham [1958], pág. 27, s.v. Appetitus). lógicos contemporáneos tratan el y acentuar demasiado (como era, por
La doctrina sobre la noción de ape- asunto en su análisis de la moda lo demás, la intención de Kant) lo
tito más influyente sobre la escolásti- lidad. epistemológico; la segunda, a causa
ca ha sido la de Santo Tomás. Ade- El término 'apodíctico' en la pro- de la vaguedad de expresiones tales
118
APO APO APO
como 'peso lógico', 'exaltación del va lógica. Ciertos autores han llegado liza algunas de sus concepciones "sin
peso lógico', etc. Lo único que con- inclusive a sostener que los cálculos adoptar su modo de considerar la di-
sideramos válido en el análisis de de la lógica simbólica no son, en ferenciación progresiva de las diversas
Pfänder es la atención que en él se último término, más que derivacio- partes de la lógica", ya que, al enten-
presta a la diferencia entre forma nes de la forma apofántica. La der de Greenwood, García Bacca
lingüística natural y forma lógica. inclusión del sujeto en el atributo; considera los mencionados cálculos
Pero debe tenerse presente que cuan- la inclusión del atributo en el sujeto como los "estados sucesivos de esta
do la lógica es formalizada el len- y la sustitución de sujeto y atributo diferenciación". En efecto, García
guaje artificial simbólico usado por serían, en tal caso, las formas gene- Bacca había señalado en la citada
ella deshace las ambigüedades que rales de derivación del primitivo obra varias leyes que permitían ca-
hubiera podido introducir el lenguaje lo/g oj a)p ofantiko/j. Thomas racterizar las funciones fundamenta-
natural. APOFÁNTICA. Aristóteles Green-wood (Les fondements de la les del sujeto, del predicado y de la
llamaba logique symbolique, 1938, t. II, págs. cópula, con lo cual se ponía de relieve
a)po/fansij o también lo/goj 9-10) señala, por ejemplo, que si el carácter ontológico de los fun-
a)pofantikoj a la proposición en consideramos la forma S-es-P como damentos del simbolismo. M. Granell
general, es decir, al discurso, lo/goj, un todo y nos elevamos de la hace observar (Lógica, 1949, pág. 2)
de índole atributiva. Esta concepción de esta expresión que, en todo caso, la teoría de García
proposición podía ser una afirmación, compuesta de partes hasta su unidad Bacca es más compleja que la de
kata/fasij, ο una negación, lógica, podremos establecer entonces Greenwood y no permite la excesiva
a)po/fasij. En todo caso, la apófansis entre proposiciones tomadas como simplificación de la tesis de este últi-
o el discurso apofántico se distinguía unidades "relaciones formales y mo. Estas opiniones, sin embargo,
rigurosamente de otras formas de operativas por medio de cópulas no han sido muy generalmente acep-
discurso; por eso decía Aristóteles distintas del verbo y que no se tadas entre los lógicos; Russell, desde
que no todo discurso es una aplican siempre a sus constitutivos luego, las rechaza enérgicamente, y
proposición: lo es solamente aquel tomados individual o inclusive las investigaciones de la lógica más
tipo de discurso en el cual reside lo funcionalmente". Esto justificaría el reciente consideran inclusive difícil
verdadero o lo falso (De int. V, estudio de tales relaciones por medio plantearse la cuestión. No hay ne-
17 a 8). Y por eso la apófansis es, de un simbolismo apropiado, que cesidad de declarar que en muchos
propiamente hablando una declaración sería el cálculo de proposiciones. En casos la actitud asumida en este
y no, por ejemplo, una petición, una segundo lugar, si analizamos la doble problema obedece a previos supues-
exclamación o un ruego. operación de selección de sujetos y tos filosóficos. Es evidente, por lo
La doctrina de la apófansis ha sido predicados que comporta la forma menos, que una filosofía substan-
hasta hace poco tiempo el funda- apofántica S-es-P y generalizamos cialista tenderá siempre a defender
mento de la lógica, y ello hasta tal esta operación, desembocaremos en el pensamiento apofántico como pen-
punto que podría enunciarse que gran la noción de función proposicional y samiento lógico fundamental.
gran parte de la lógica "clásica" gira en la descripción, fundando en ello el Husserl ha utilizado el término
en torno al lo/goj a)pofantiko/j, es cálculo de funciones preposicionales. 'apofántica' en el curso de su investi-
decir, en tomo al supuesto de que el En tercer lugar, si consideramos cier- gación sobre la lógica formal y la
pensamiento se basa en las distintas tas relaciones mutuas de S y de P lógica trascendental. Ya en las Ideas
formas del juicio "S es P'. La "nueva según la doctrina clásica de los pre- se había bosquejado la noción de
lógica" (véase CÓPULA, LOGÍSTICA) dicados (los cuales se explicitan me- una doctrina formal de las proposi-
se ha dirigido por lo general contra diante las relaciones de pertenencia ciones apofánticas, a la cual llamaba
este predominio de la apofántica, y y de inclusión, base del cálculo de también Sintáctica (Ideen, § 134). Pe-
a veces ha considerado que esta úl- clases), podremos interpretar tales ro la "lógica formal como analítica
tima está vinculada indisolublemente relaciones mediante la teoría de las apofántica" requiere, a su entender,
a una cierta especie de metafísica: clases. Y en cuarto lugar, "podemos una más completa descripción de la
la metafísica de la substancia-acci- hacer intervenir la categoría de re- estructura de la apofántica. Ésta se
dente, a la cual correspondería ló- lación en general en la forma apofán- presenta dividida en tres ramas o,
gicamente la relación sujeto-predica- tica S-es-P, lo que nos permitirá des- mejor dicho, en tres grados. El pri-
do. No nos importa ahora averiguar doblar el predicado Ρ en un objeto í mer grado es la doctrina pura de las
cómo se ha concebido tal vinculación; ligado al sujeto S mediante la rela- formas del juicio. Se trata de una
algunos han estimado que la lógica ción R. Al transformar entonces la primera disciplina lógico-formal en
basada en la apofántica ha surgido forma S-es-P en esa otra: S-es-Rt, y la que se subsumen todos los juicios
como una traducción conceptual de al elevarnos de aquí a la forma xRy, bajo los conceptos puros de estruc-
la metafísica substancialista; otros, en estableceremos las nociones y las tura o forma, es decir, de algo muy
cambio, han estimado que la meta- operaciones que convienen más parti- parecido, si no igual, a esa doctrina
física de la substancia-accidente no cularmente a esta nueva forma, lo pura formal de las significaciones o
es sino la consecuencia de haber to- que da el cálculo de relaciones". gramática puramente lógica que ha-
mado como punto de partida la apó- Esta tesis había sido defendida ya bía sido ya bosquejada en las Inves-
fansis. Ahora bien, tal rechazo del por J. D. García Bacca (Introduc- tigaciones lógicas. La doctrina pura
predominio de la apofántica no ha ción a la lógica moderna, 1936), a de las formas se refiere a la mera
sido completamente general en la nue- quien Greenwood se refiere al res- posibilidad de los juicios como jui-
pecto, señalando que justamente uti-
119
APO APO APO
cios, sin preocuparse de si son verda- jetividad en general, y proporcionan las soluciones ofrecidas. Aquí nos li-
deros o falsos, de si son o no contra- el material conceptual fundamental mitaremos a dar un resumen general
dictorios. Nada extraño, pues, que de la ontología formal, así como de de la tendencia apologética y a men-
esta doctrina incluya el concepto de todas las disciplinas formales mate- cionar algunos otros autores pertene-
operación —y de las leyes operativas máticas (Ideen, § 119). De no ocu- cientes a ella a quienes no se han de-
u operacionales— como concepto di- rrir así, en efecto, no podría enten- dicado artículos especiales.
rector de la investigación formal derse la relación existente entre la El motivo principal de la tendencia
(Formale und transzendentale Logik, lógica formal como lógica apofántica en cuestión no era tanto defender el
1929, § 13). El segundo grado está y la ontología formal en su forma cristianismo contra las corrientes fi-
formado por la llamada "lógica de universal. En todo caso, la doctrina losóficas opuestas a él o contra las
la consecuencia" o también "lógica apofántica formal trata siempre de otras religiones, como convencer al
de la ausencia de contradicción" (o de establecer una doctrina formal "ana- Emperador del derecho de los cris-
la consistencia). Esta lógica trata de lítica" de significados "lógicos" o sig- tianos a una existencia legal dentro
las formas posibles de los juicios ver- nificados predicativos "puestos", to- del Imperio. Para ello había que usar
daderos y, por lo tanto, estudia las mando en consideración pura y sim- el vocabulario más familiar a las
leyes esenciales que determinan las plemente las formas de síntesis analí- clases ilustradas del Imperio y este
relaciones de inclusión o no inclusión tica o predicativa y dejando, por lo vocabulario coincidía en buena parte
analíticas de los juicios. A los con- tanto, indeterminados los términos con el filosófico de la época helenís-.
ceptos fundamentales de esta lógica, significantes que entran en estas for- tico-romana. El uso de tal vocabu-
o segunda fase de la apofántica, per- mas (op. cit., § 134). Una primera lario y el manejo de las correspon-
tenecen, ante todo, según Husserl, distinción rigurosa conduce, así, a de- dientes doctrinas ofrecía, cuando me-
los conceptos básicos de validez, en- clarar que "la idea de la lógica for- nos en los comienzos, un sesgo más
tendidos como conceptos normativos mal y hasta de 'lο formal' está fir- ético-práctico que metafísico-especu-
(op. cit., § 14). Un tercer grado memente delimitada por las sintaxis lativo. Pero como la formación cul-
—más elevado— de la analítica apo- doxales, que pueden entrar, y que tural helénica de casi todos los apo-
fántica comprende las leyes formales lógicamente tienen que entrar, en la logistas y las necesidades de la apo-
o leyes de las verdades posibles y de unidad sintáctica de una apofántica, logética exigieron ampliar esos cua-
sus modalidades, pudiendo definirse, de un juicio en el sentido usual de la dros, se pasó bien pronto al examen
por consiguiente, como una "lógica lógica" (Formale, etc., § 41). El he- de cuestiones más propiamente filo-
formal de la verdad" (op. cit., § 15). cho de que la lógica formal deter- sóficas, en particular la cuestión de
Como señala Jean Cavaillès, este es- mine los objetos en su pura genera- si y hasta qué punto la tradición filo-
tadio de la analítica apofántica es lidad mediante las formas no signi- sófica griega era compatible con la
una teoría de los sistemas o una teo- fica en ningún caso que no haya di- revelación cristiana. La respuesta fue
ría de las teorías que se reduce, en ferencia entre lógica apofántica y on- casi siempre afirmativa, especialmente
el fondo, a una nomología "en tanto tología formal. Más aun: sólo así a base del uso de ideas platónicas y
que determinación de tipos de teo- será posible realizar, al entender de estoicas, que se prestaban particu-
rías para las cuales se ha podido de Husserl, la idea de una mathesis uni- larmente al apoyo de las tendencias
antemano decidir si estaban defini- versalis como ciencia de las signifi- armonizadoras. Consecuencia de ello
das, es decir, si eran de tal forma caciones apofánticas de todos los gra- fue la acentuación de la intelegibili-
que todo juicio (forma de juicio) dos categoriales, no sólo distinta de dad y comunicabilidad de las verdades
construido de un modo puramente la ontología formal, sino de la propia cristianas, con la correspondiente
lógico-gramatical a partir de concep- lógica, cuando menos en el sentido universalización de éstas. La diferencia
tos (formas de conceptos) que apa- usual. entre el cristianismo y la filosofía
recen en él, es o verdadero —esto APOLOGISTAS. Dentro de la Pa- fue concebida a menudo, como se
es, una consecuencia analítica de los trística ( VÉASE ) reciben el nombre ve claramente en San Justino, co- mo
axiomas— o falso — esto es, una con- de apologistas una serie de Padres de la diferencia entre una verdad total y
tradición analítica" (Sur la logique la Iglesia que (principalmente en el una verdad parcial. Es impor-, tante
et la théorie de la science, 1947, curso del siglo II) se consagraron a también desde el punto de vista
pág. 47). De ahí que Husserl procure escribir apologías del cristianismo. filosófico o, mejor dicho, filosófi-co-
establecer una distinción entre la Como para tales fines apologéticos teológico, el hecho de que a través de
apofántica (considerada todavía co- se usaron abundantemente temas y sus escritos apologéticos se cons-
mo una doctrina formal de las sig- argumentos filosóficos, los apologistas tituyeron las bases para una ulterior
nificaciones lógicas, es decir, de las pertenecen no solamente a la histo- precisión de los dogmas teológicos y,
proposiciones predicativas de los jui- ria de la religión, del cristianismo, consiguientemente, para la posterior
cios lógico-formales) y la ontología de la teología y de la Iglesia, sino aclaración de los conceptos funda-
formal. Cabe advertir, al respecto, también a la de la filosofía. En va- mentales filosóficos usados para la
que, según Husserl, los conceptos rios artículos dedicados a los apolo- teología.
surgidos de "reducciones denomina- gistas principales (Arístides, Justino Entre los autores que no tienen
tivas", concebidos como exclusiva- [San], Minucio Félix, Tertuliano; Cfr. artículos especiales mencionaremos,
mente determinados por puras for- también, para el siglo IV, Eusebio de por lo pronto, los escritores en len-
mas, introducen modificaciones for- Cesárea) pueden verse los temas más gua griega: Codrato (Kodra/toj, Qua-
mal-categoriales de la idea de ob- frecuentemente tratados por ellos y dratus), Hermas, Hermias "el filoso-
120
APO APO APO
fo", Melito, y Aristón de Pella. Codra- precedente de una de las ideas cen- —principalmente el De opificio Dei,
to puede apenas ser considerado como trales de la Ciudad de Dios agusti- las Institutiones divinae (dirigidas a
un apologista si prestamos exclusiva niana: la idea de que los cristianos Constantino) y el De ira Dei— de-
atención a la filosofía, ya que los as- no se distinguen de los no cristianos fendió la sabiduría cristiana contra
pectos filosóficos en su obra son prác- por el lugar que habitan, por sus la "orgullosa sabiduría" de los filóso-
ticamente inexistentes; por las noticias ocupaciones o por sus talentos, sino fos paganos, pero su insistencia en
que se han transmitido acerca de la por poder habitar en cualquier pa- que el cristianismo era también una
perdida apología dirigida hacia el año tria y serles a la vez extranjera cual- sabiduría lo aproximó a la actitud
125 al Emperador Adriano, Codrato quier patria (véase CIVIT AS DEI , y de algunos filósofos, aun sin emplear
se limitó a destacar los derechos lega- la obra de Gilson sobre las meta- para ello argumentos técnicos de fi-
les de los cristianos como practicantes morfosis de la Ciudad de Dios allí losofía y aun complaciéndose en re-
de una religión que no estaba incluida referida). Los cristianos, dice la Car- chazarlos.
en ninguna de las aceptadas oficial ta, residen en este mundo de un mo- Véase la bibliografía de CRISTIA-
o semi-oficialmente por el Imperio. do parecido a como el alma habita NISMO, FILOSOFÍA MEDIEVAL, PATRÍS-
El Pastor de Hermas, redactado pro- en el cuerpo. Lo que los caracteriza TICA. Ediciones de los apologistas en
bablemente hacia el año 145 (aun- es, pues, su modo de ser, el cual general: P. Maranus, Venetiis, 1747
que según algunos autores es de produce su modo de actuar. (reimpresa en Migne, P. G., VI); J.
C. Th. de Otto, Corpus apologetarum
época bastante posterior), no tiene Los apologistas anteriores escribie- saec, II, 9 vols., lenae, 1847-1872
tampoco carácter filosófico —es un ron en lengua griega. También usa- (reedición de Vols. I-V [San Justino],
escrito en donde la Iglesia personifi- ron esta lengua los apologistas Atená- 1876-1881). — Ediciones de apologis-
cada presenta cinco visiones, doce goras (siglo II), autor de una Legatio tas mencionados en el artículo y que
mandamientos y diez semejanzas— y Presbei/a ) dirigida, hacia 177, a no tienen artículos especiales en este
aun se opone a la filosofía como ne- Marco Aurelio; Teófilo de Antioquía Diccionario: Hermas: Diels, Doxo-
gadora de los principios fundamen- (t 181), que admitió la verdad de al- graphi Graeci, 1879, 649-656, 2a ed.,
tales cristianos o judeo-cristianos (ta- gunas ideas filosóficas griegas, y Ta- 1929, 651 y sigs. — Hermias "el fi-
les como la existencia de un solo ciano. Junto a ellos hay que mencio- lósofo": A. von di Pauli, Die 'Irri-
sio' des Hermias, 1907. — Melito:
Dios creador que hizo el mundo de nar una serie de apologistas que escri- Routh, Reliquiae sacrae, I, y el ci-
la nada ). Más pertinente aquí —bien bieron en latín: los principales son tado Corpus de Otto, IX, 374-478,
que dirigido contra los filósofos— es Arnobio, Lactancio, Minucio Félix y 497-512; otros textos en Pitra, Spici-
el escrito de Hermias: Diasurmo\j Tertuliano. Daremos alguna informa- legium Solesmense, I, 1855, y Ana-
tw=n e)/cw filoso/fwn. Irrisio gentilium ción acerca de los dos primeros, a lecta sacra, II, 1884. — Aristón de
phi-losophorum; El escarnio de los quienes no hemos dedicado artículos Pella: Routh, Reliquiae, I, 91-109. —
filósofos paganos, posiblemente especiales. Arnobio (Arnobios) (260- Carta a Diogneto: varias ediciones,
redactado entre los siglos II y III. En 327), nacido en Sicca (Numidia) es- entre ellas K. Bihlmeyer, Die Apos-
este escrito se hace burla de las cribió, después de su conversión al tolischen Väter, 1924, 141-149. —
Arnobio; Migne, P.L., V; A. Reif-
opiniones de los filósofos, cristianismo (ca. 296), una apología ferscheid, Corpus scriptorum eccle-
subrayándose sus contradicciones, titulada Adversus gentes o Adversus siastorum latinorum, IV, 1875; G.
pero tanto los argumentos como el nationes (Contra los paganos), en la Marchesi, Corpus scriptorum latino-
estilo de Hermias son más retóricos cual no solamente defendió el cristia- rum Paravianum, 1934. — Lactancio:
que propiamente filosóficos. Un nismo, sino que también argumentó Migne, P. L., VI y VII; S. Brandt y
carácter filosófico más serio tiene la en favor de varias tesis filosófico-teo- G. Laubmann, en Corpus sc. ecc. la-
obra de Melito, obispo de Sardes; en lógicas, tales como la inmaterialidad ti., XIX y XXVII, 1890-97 (véase
su "Apología", dirigida, hacia el año de Dios (contra Tertuliano) y la doc- R. Pichón, Lactance, Étude sur les
172, al Emperador Marco Aurelio, trina del creacionismo ( VÉASE) del al- mouvements philosophiques et reli-
gieux sous le règne de Constantin,
describe ya la religión cristiana como ma (contra la tesis platónica de su 1903; J. Sigert, Die Théologie des
una especie de "filosofía" — una preexistencia). Parte de su apología es Apologeten L. in ihren Verhältnis zur
"filosofía" verdadera y completa. Lo una polémica contra el politeísmo y Stoa, 1919; K. Vilhelmson Laktanz
mismo ocurre con la apología escrita contra los filósofos paganos (especial- und die Kosmogonie des spätantiken
un poco antes por Aristón de Pella, en mente los platónicos dogmáticos y Synkretismus, 1940). — Ed. bilingüe
Palestina, si bien este autor parece ser platónicos eclécticos, como Numenio de Padres Apologistas griegos en la
más "judeo-cristiano" que los otros de Apamea), a quienes acusa de que- Biblioteca de Autores Cristianos, trad.
apologistas. Hay que agregar a las rer resolver problemas que solamente esp. de Daniel Ruiz Bueno, 1954
apologías de los citados autores un es- están en la mano de Dios. Se ha (contenido: Arístides, Apología; San
Justino, Apología I, Apología II, Diá-
crito de autor desconocido, y de con- dicho por ello que hay en Arnobio logo con Trifón; Taciano, Discurso
siderable influencia: la llamada Carta rasgos de escepticismo filosófico, cer- contra los griegos; Atenágoras, Lega-
a Diogneto, escrita probablemente en cano al de los filósofos de la Nueva ción en favor de los cristianos, Sobre
la década entre 160 y 170 (aunque Academia. Lactancio (Lucius Caeci- la resurrección de los muertos; Teófi-
algunos dan fechas posteriores y lius Firmianus Lactantius), conver- lo de Antioquía, Los tres libros a Au-
varios han supuesto que procede de tido también al cristianismo (ca. 300), tólico; Hermias, el filósofo, El escar-
la alta Edad Media e inclusive del enseñó la retórica en Nicomedia (Bi- nio de los filósofos paganos ). — Trad.
Renacimiento). Es importante en esta tinia) y fue nombrado preceptor del esp. del Pastor de Hermas y de la
Carta, como lo ha mostrado Gil-son, hijo de Constantino. En sus obras Carta a Diogneto en Sigfrido Huber,
Los Padres Apostólicos, 1949, págs.
el hecho de que constituye un
121
APO APO APO
384-496 y 526-41 respectivamente. — J. Göttsching, A. v. T., 1889 ja y aporía. Usamos el término 'anti-
— índice: E. J. Goodspeed, Index (Dis.). — E. Strazzeri, A. di T. e la nomia' ( VÉASE ) principalmente en el
apologeticus. Justini mart, aliorum- cronologia dei suoi viaggi, 1901. — sentido kantiano, como algo derivado
que sive clavis operum apologeta- T. Whittaker, A. of T., and Other de la aplicación de la razón pura a la
rum pristinorum, 1912 (Cfr. del mis- Essays, 1906. — M. Wundt, "A. v.
mo autor: Die ältesten Apologeten, T., Prophetie und Mythenbildung", realidad y especialmente a las
1915). — Sobre los apologistas: J. Zeit. für wiss. Theologie, XLI, N. F. proposiciones cosmológicas. Emplea-
Zahn, Die apologetischen Grundge- XIV (1906), 309-66. — F. W. G. mos el vocablo 'paradoja' ( VÉASE ) en
danken in der Literatur der drei Campbell, A. of T., a Study of His el sentido de las dificultades —lógi-
ersten Jahrhunderte systematisch dar- Life and Times, 1908. — J.'Hempel, cas y semánticas— que surgen tan
gestellt, 1890. — O. Zöckler, Ge- Untersuchungen zweier Ueberlegun- pronto como una proposición, des-
schichte der Apologie des Christen- gen von A. v. T., 1921. — F. Kliem, pués de haberse afirmado a sí mis-
tums, 1907, — J. Rivière, S. Justin Appolonios, 1927. — Arts, de B. ma, se contradice a sí misma; las
et les apologistes du IIe siècle, 1907. Latzarus con el título de "Un pytha- paradojas equivalen, en buena parte,
— T. Geffcken, Zwei griechischen goricien thaumaturge, A. de Tyane",
Apologeten, 1907. — W. Baldensper- en Revue de Cours et Conféren- a los tradicionales insolubilia. Ejem-
ger, Urchristliche Apologie, 1909. — ces (1939-1940), págs 51-64, 267-80, plos típicos de las antinomias son,
A. Puech, Les apologistes grecs du 420-34. por ello, las antinomias cosmológicas
IIe siècle de notre ère, 1912. — A. APORÍA, a)pori/a, significa literal- kantianas — matemáticas y dinámi-
Hauck, Apologetik in der alten Kir- mente sin camino; mejor dicho, cami- cas. Ejemplo típico de la paradoja
che, 1918. — M. Pellegrino, Studi su no sin salida, dificultad. En sentido (semántica) es la de "El Mentiro-
l'antica apologetica, 1947. — A. Ri- so". Ejemplos típicos de las aporías en
chardson, Christian Apologetics, figurado, la aporía es entendida casi
siempre como una proposición sin sa- nuestro sentido, son, en cambio, las
1948. — J. Laurin, Orientations argumentaciones de Zenón de Elea
maïtresses des apologistes chrétiens lida lógica, como una dificultad lógica
de 270 à 361, 1954 [Analecta Gre- insuperable. La aporía podría, pues, contra el movimiento. Entre ellas se
goriana, 61]. ser también llamada —y así efectiva- destaca la aporía o paradoja de Aqui-
APOLONIO DE TIANA (fl. fines mente lo ha sido— antinomia o para- les y la tortuga a que hemos hecho
del siglo I) es conocido sobre todo doja. Así ocurre con las paradojas, referencia en el artículo sobre Ze-
como mago y profeta, pero la infor- aporías o "dificultades" de Zenón de nón de Elea y que aquí reseñaremos
mación acerca de su vida, procedente Elea (VÉASE), lo mismo que con las de nuevo, junto con las soluciones
casi enteramente de su biógrafo aporías y paradojas de los sofistas y más significadas que ha recibido en
Filostrato (quien escribió sobre Apo- de los escépticos. El estudio de las el curso de la historia de la filosofía.
lonio a instancias de la emperatriz aporías puede dar lugar a una aporé- La aporía de Aquiles y la tortuga
Julia Domna), está demasiado envuelta tica, la cual sería, en último término, puede enunciarse de varios modos.
en motivos legendarios para que la descripción e investigación de to- La fórmula más intuitiva, aunque
constituya una fuente segura. Al pa- dos los elementos aporéticos descu- también menos precisa, consiste subs-
recer, Apolonio viajó mucho por los biertos en el proceso del conocimiento tancialmente en lo que sigue. Supon-
países orientales, predicando el pi- de lo real. Nicolai Hartmann, por gamos que Aquiles y la tortuga par-
tagorismo —por lo que es conside- ejemplo, llama aporética al estudio ten simultáneamente para una ca-
rado como uno de los neopitagóricos de las antinomias planteadas por el rrera de velocidad en la misma direc-
de la época—, pero más bien como análisis de los resultados obtenidos ción, y supongamos que Aquiles co-
religión que como filosofía. Según en la descripción fenomenológica del rre diez veces más aprisa que la
dice Jámblico en la Vida de Porfi- conocimiento. Las aporías —que se tortuga. Si en el instante inicial de la
rio, Apolonio presentó en una Vida refieren aquí principalmente a los carrera se da a la tortuga un metro
de Pitágoras, Puqago/rou Bi/oj, a este problemas relativos a la trascendencia de ventaja sobre Aquiles, resultará
sabio como ideal supremo de vida. y a la implicación de elementos onto- que cuando Aquiles haya recorrido
Junto a ello difundió la idea de que lógicos dentro de los elementos gno- dicho metro, la tortuga habrá reco-
el hombre es ciudadano del universo seológicos— no pueden resolverse, a rrido ya un decímetro. Cuando Aqui-
y de que hay un Dios —innaccesi- su entender, en sentido propio, y cabe les haya recorrido este decímetro, la
ble a la razón— que predomina por únicamente incluirlas en una totali- tortuga habrá recorrido un centíme-
encima de los otros dioses de tal for- dad superior que "reduzca" su perfil tro; cuando Aquiles haya recorrido
ma que, a diferencia de éstos, no problemático. En buena parte, dice este centímetro, la tortuga habrá re-
solamente no necesita sacrificios, Hartmann, el pensamiento filosófico corrido un milímetro, y así sucesiva-
mas ni siquiera requiere ser nom- es de carácter aporético o, mejor di- mente, de tal modo que Aquiles no
brado. cho, el pensamiento aporético es una podrá alcanzar jamás a la tortuga
Además de Jámblico, véanse los de las formas fundamentales —y para aun cuando, evidentemente, se vaya
fragmentos atribuidos a Apolonio por dicho autor la más legítima— de aproximando infinitamente a ella.
Eusebio (Praep. ev, IV, 13) y De- pensamiento frente al pensamiento Un enunciado más preciso redu-
monst. ev., III, 3 de una obra titu- filosófico orientado hacia el sistema ciría a Aquiles y la tortuga a dos
lada Peri\qusiw=n. — J. Jessen, A. con (VÉASE ). puntos que se desplazan a lo largo
Tiana und sein Biog. Philostratos, Siguiendo la terminología usada en de una línea con una ventaja inicial
1885. — J. Guiraud, La vie d'A. de el curso de esta obra, nosotros dis- por parte del punto más lento y una
Tiane, 1886. — D. M. Tredwell, A. tinguiremos entre antinomia, parado- velocidad superior uniforme por parte
Sketch of the Lije of A. of T., 1886. del punto más rápido. La distan-
122
APO APO APU
cia entre los dos puntos dados, aun en la aporía— no queda solucionado dido que algunos autores hayan se-
cuando se vaya acercando progresi- ni siquiera cuando se afirma que guido proponiendo refutaciones de
vamente a cero, no podrá nunca al- Aquiles tiene una infinidad de inter- carácter propiamente filosófico. Es
canzar cero. valos temporales que le permiten el caso de Bergson. Su refutación
El propósito de Zenón de Elea era atravesar una serie infinita de dis- consiste esencialmente en considerar
defender la doctrina de Parménides tancias. que los argumentos de Zenón de
( VÉASE ), la cual exigía la negación La refutación físico-matemática es, Elea se basan en una concepción es-
del movimiento real y la afirmación según Ushenko, la propia de Bertrand pacial del tiempo. Si el tiempo fuera
de que todo movimiento es ilusorio. Russell. Este autor afirma que tanto reductible al espacio —o entendido
El hecho de que Aquiles alcance la serie de momentos temporales como por analogía con el espacio—, la
efectivamente a la tortuga no repre- la serie de puntos de la línea son aporía sería insoluble. Pero si, con
sentaría, pues, para Zenón una de- continuos matemáticos, no habiendo, Bergson, consideramos el tiempo co-
mostración de la falsedad de la apo- por consiguiente, momentos conse- mo una fluencia indivisible, por
ría, pues tal hecho, siendo fenomé- cutivos o, mejor dicho, no habiendo principio indescomponible en "mo-
nico, no es real. Por consiguiente, la terceros momentos que se vayan in- mentos" concebidos por analogía con
aporía no queda refutada, como entre terponiendo hasta el infinito entre los "puntos espaciales", Aquiles po-
varios filósofos antiguos era corriente dos momentos dados. drá alcanzar a la tortuga. La difi-
creer, mediante la mostración de la Las refutaciones físicas son a ve- cultad consistiría, pues, en haber
efectividad del movimiento y del he- ces una combinación de las mate- aplicado al tiempo, y al movimiento,
cho de que Aquiles alcanzara a la mático-físicas y de las filosóficas, es- los conceptos de ser y de cosa, en
tortuga. Se ha desechado, pues, como pecialmente cuando, como el citado vez de aplicarles los conceptos de
inoperante una primera refutación de Ushenko ha propuesto, consisten en fluencia y de acto. Whitehead se ha
la aporía, que consistiría, en el fon- un análisis de los conceptos físicos adherido a esta refutación, comple-
do, en sostener que "el movimiento fundamentales, en particular del tándola por medio de una distinción
se demuestra andando". Otras refu- concepto de simultaneidad. Una re- entre lo actual y lo potencial en el
taciones han tenido lugar desde en- futación que parece proponerse hoy movimiento, y considerando que Berg-
tonces. Siguiendo la descripción que día en algunos círculos es la basada son se refiere únicamente al movi-
hace A. P. Ushenko en su artículo en la idea de la posibilidad de "lon- miento desde el punto de vista de
sobre las paradojas de Zenón (Mind, gitudes mínimas" y de "partículas la actualidad. En todo caso, la me-
LV, 218 [1946]), dividiremos aquí mínimas" de espacio-tiempo a que tafísica dinamicista de Bergson, lo
las refutaciones en cinco tipos: 1° ló- nos hemos referido en el artículo mismo que la de Whitehead y de
gicas; 2° matemáticas; 3° físico-mate- sobre la noción de lo continuo ( VÉA- Ushenko (véase POTENCIA) coinciden
máticas; 4° físicas, y 5° filosóficas. SE). Sin embargo, estas ideas no han en rechazar toda refutación de la
Las refutaciones lógicas insisten sido hasta ahora suficientemente des- aporía que no se decida a analizar
en mostrar que la aporía de Aquiles arrolladas y no puede todavía anti- las implicaciones filosóficas de los
y la tortuga constituye una petición ciparse en qué medida pueden con- conceptos de movimiento y de tiempo
de principio, en la cual se supone lo tribuir a la solución de la citada y, por lo tanto, que no ataquen los
que se niega —el movimiento—, sien- aporía. problemas metafísicos fundamentales
do, pues, lógicamente imposible su Las refutaciones filosóficas son de de los mismos.
formulación. Esta refutación olvida varios tipos. Mencionaremos solamen- Véase la bibliografía del artículo
no sólo el otro supuesto más último te algunas de ellas. Ante todo, la ZENÓN DE E LEA.
y radical de Zenón —la negación del de Aristóteles basada principalmente APPELATIO. Véase PROPIEDADES
movimiento en cuanto proceso real—, en la diferencia entre lo infinito DE LOS TÉRMINOS.
sino la posibilidad de probar algo ( VÉASE) en potencia y lo infinito en APREHENSIÓN. Véase ASENTI -
por lo absurdo. acto. Potencialmente la línea o el MIENTO, PERCEPCIÓN.
Las refutaciones matemáticas, usua- segmento de tiempo son infinitamente APRIORISMO. Véase A PRIORI,
les desde la creación del cálculo in- divisibles; actualmente en cambio, son MATEMÁTICA.
finitesimal, consisten esencialmente indivisibles, es decir, pueden ser APUESTA. Uno de los pasajes en
en sostener que, siendo posible la "actuados". Muchas objeciones se han los Pensamientos de Pascal (VÉASE )
suma de una progresión geométrica opuesto a la solución aristotélica (ex- que suscitan mayor interés entre los
infinita, no hay ningún motivo para puesta principalmente en Phys., VI, filósofos, es el que plantea el pro-
no suponer la posibilidad de que la 2, 233 a 22 sigs.). La más común blema de la apuesta (pari): se tra-
distancia entre los dos puntos que es la que consiste en afirmar que ta en él de la necesidad de apostar
se desplazan llegue a ser igual a 0. la infinita divisibilidad de la línea
La dificultad de esta refutación con- (parier) sobre la existencia de Dios.
implica que posee actualmente un Necesidad, decimos, pues por un
siste en la aplicación de la solución número infinito de puntos (Cfr. M.
matemática a un acontecimiento fí- lado la razón no puede por sí sola
Black, "Achules and the Tortoise", pronunciarse en favor de uno de los
sico, es decir, se basa últimamente Analysis [1951], 91-101). Otros ale-
en la superposición de los dos ór- dos términos de la siguiente alterna-
gan que no es necesaria una solu-
denes, superposición que por sí mis- tiva: "Dios es [existe] o no es [no
ción filosófica, puesto que la aporía
ma queda inexplicada. Por otro lado, existe]", y por otro lado no se puede
se basa en una falacia matemática
el problema del tiempo —esencial (Peirce, Russell). Ello no ha impe- simplemente rehuir una elección.

123
APU APU APU
La apuesta puede reducirse a los tadas tablas, llamando la atención del de sus Lettres philosophiques. Según
términos siguientes. (1) El que apues- lector sobre el caso definitivo, el cual Voltaire, el modo de argumentar de
ta, apuesta lo que tiene: una vida, corresponde a la formulación de los Pascal es demasiado frivolo por la
su propia vida. (2) Si apuesta esta términos de la apuesta señalada an- gravedad del tema; por lo demás, no
vida para ganar dos, la apuesta vale tes en el punto (6).
ya la pena. (3) Si hay tres vidas
para ganar, es ya imprudente no
apostar la vida que se tiene. (4) Si
el número de vidas que pueden ga-
narse es infinito, no hay más reme-
dio que apostar. (5) El número in-
finito de vidas que se pretenden ga-
nar en nuestro caso es la beatitud,
es decir, una infinidad de dicha.
(6) Apostemos ahora en favor de que
Dios existe. Si se gana, se gana todo.
Si se pierde, no se pierde nada.
Se puede alegar, observa Pascal,
que es incierto que se gane y que,
en cambio, es cierto que se arriesga
algo, de modo que la distancia infi-
nita que hay entre la certidumbre
de lo que se expone y la incertidum-
bre de lo que se puede ganar, hace
que el bien finito que se expone de
modo cierto iguale el infinito que es
incierto. Pero a ello hay que contes- Se ha discutido mucho sobre la parece justo arriesgar nada por una
tar que todo jugador arriesga algo apuesta de Pascal. Dos tipos de dis- dicha infinita que, según el propio
con certidumbre con el fin de ganar cusión merecen ser mencionados. Pascal, corresponderá sólo a una mi-
algo con incertidumbre, y que no Una se refiere al propósito de Pas- noría de hombres. Menos conocida,
hay una infinidad de distancia entre cal. Lo más corriente es suponerle pero más sólida, es la crítica de La-
esta certidumbre de lo que se arries- un propósito apologético; según ello, chelier, el cual establece que la "in-
ga y la incertidumbre de la ganan- Pascal se propuso convencer al in- certidumbre difiere toto genere de
cia. En rigor, hay infinidad entre la crédulo obligándolo a apostar — y, la certidumbre y vale infinitamente
certidumbre de ganar y la incertidum- por lo tanto, a aceptar los resultados menos que ella", y quien arguye que
bre de perder, pero la certidumbre de de la apuesta. Pero pueden suponér- el cálculo de las probabilidades tal
ganar guarda proporción con la cer- sele asimismo otros propósitos. Por como la toma Pascal no es aplicable
tidumbre de lo que se arriesga según ejemplo, en su obra Le Dieu caché, a todos los casos, sino sólo a algunos
la proporción de los riesgos de ganan- étude sur la vision tragique dans les en los cuales hay "posibilidad real".
cia y de pérdida. Si, pues, hay tantos Pensées de Pascal et dans le théâtre "Del hecho de que no estamos más
riesgos de un lado como del otro, la de Racine (1956) Lucien Goldmann autorizados a negar la existencia de
partida se juega de igual a igual, de estima que la apuesta no es un ar- una cosa que a afirmarla —escribe
modo que la certidumbre de lo que gumento, sino la expresión de la acti- Lachelier— no hay que concluir,
se arriesga iguala la incertidumbre de tud de Pascal frente a un Dios —el como parece haberlo hecho Pascal,
la ganancia sin que importe que se Deus absconditus— tan celado a la que hay una probabilidad sobre dos
halle a infinita distancia de aquélla mirada del hombre, que el filósofo, para que tal cosa exista." Lo cual no
(Pensées, ed. Brunschvieg, 233, tomo no estando seguro de su existencia, significa, al entender de Lachelier,
II, 145-155). decide apostar en favor de ella. Por que la apuesta pascaliana carezca de
Al comentar los términos en los lo demás, ya Julien Green había es- todo valor; tiene un valor de "deci-
cuales presenta Pascal la apuesta, crito (Journal 1935-1939, III, pág. sión" al cual nos hemos referido al
Brunschvicg se refiere a un trabajo 100: 10 febrero de 1939) que el an- final del artículo sobre el autor de
inédito de L. Couturat en el cual se sia que tiene Pascal de tener razón lo Del fundamento de la inducción.
establecen en forma tabular todos los empuja tan lejos que "puede pregun- En favor del argumento de Pascal
casos considerados por el filósofo. tarse si el hombre que quiere con- parecen, en cambio, militar ciertas
Las tablas presentadas consideran, por vencer de estar en un error no es consecuencias de la reciente teoría de
un lado, las probabilidades de ganan- Biaise Pascal". los juegos (véase JUEGO). En efecto,
cia y por el otro lo que se arriesga; El otro tipo de discusión concierne la suma de los premios en una lotería
el producto de la ganancia esperada a la validez del argumento. Particu- es inferior a la suma de las cantidades
por las probabilidades que se tienen larmente conocida al respecto —aun- apostadas, pero ello no impide apostar
de obtenerla define entonces la ven- que no particularmente convincente— a cada jugador, pues aunque lo
taja o la esperanza matemática del es la opinión de Voltaire en la Carta probable es que pierda, si tal acontece
jugador. Reproduciremos aquí las ci- XXV (Sur les Pensées de Pascal) la pérdida será escasa, mientras que si
gana será considerable. Aná-
124
APU APU ARA
logamente, la posibilidad de que se ü no ha sido conservada, pero se la confluencia de ambas se da más
pierda la apuesta en el argumento de tiene noticia de lo que hubiera po- en el punto de llegada que en el de
Pascal no debería desanimar al ju- dido contener por el escrit o de partida.
gador cuya "expectación" se refiere Peri\ e(pmhnei/aj erróneamente Obras: La filosofía de Eugenio
a un valor infinitamente mayor que atribuido a Apuleyo. El De mundo, un d'Ors, 1945. — Catolicismo y protes-
el apostado. Hay que observar al res- comentario al tratado pseudo- tantismo como formas de existencia,
pecto, empero, que a diferencia de aristotélico Peri\ ko/smou (v. DE 1952. — El protestantismo y la mo-
lo que se arriesga en una lotería o MUNDO), es también erróneamente ral, 1954. — Catolicismo día tras
en un juego de azar, en la apuesta de atribuido a Apuleyo. día, 1955. — Crítica y meditación,
Ediciones: Apulei Madaurensis 1957. — Ética, 1958. — La ética de
Pascal se arriesga todo lo que se tie- Ortega, 1958. — La juventud euro-
ne. Puede, pues, perderse sólo "una opuscula quae sunt de philosophia,
rec. A. Goldbacher, Wien, 1876. — pea y otros ensayos, 1961. — Impli-
vida finita de placer", mas para el Peri\ e(rmhnei/aj, ed. A. Goldbacher, caciones de la filosofía en la vida con-
jugador no convencido de la existen- 1885 y Ph. Meiss, 1886. — L. Apulei temporánea, 1962 [Cuadernos Tau-
cia de lo que puede ganar lo que Madaurensis scripta quae sunt de rus]. — Ética y Política, 1963.
pierde es una cantidad que Pascal philosophia, rec. P. Thomas, Lip-siae, ÁRBOL DE PORFIRIO (ARBOR
estimaba ciertamente nula, pero que 1908 (con inclusión de la obra latina PORPHYRIANA). Se da este nom-
el jugador puede considerar absoluta. Peri Hermeneias, que parece deberse bre al cuadro en el cual se presenta
Se ha preguntado a veces si hay efectivamente a Apuleyo, según el la relación de subordinación (sólo ló-
antecedentes del argumento de Pas- testimonio de Casiodoro: "Has gica, según unos; lógica y ontológica,
cal. Según Bayle, tales antecedentes formulas categoricum syllogismorum según otros) de la substancia consi-
se encuentran en la obra de Arno- qui plene nosse desiderat, librum le- derada como género ( VÉASE) supremo
gat, qui inscribitur Apulei [Migne
bio, Adversus gentes, II. Un argu- PL. LXX, 1173 A]). Entre lo más a los géneros y especies inferiores
mento similar al de Pascal se lee en reciente véase S. Müller, "Das Ver- hasta llegar al individuo. Porfirio
la Theologia naturalis de Sabunde, hälmis von Apuleius De Mundo zu trata este asunto en el capítulo de
cap. LXVIII. seiner Vorlage", Philologus, Supp. la Isagoge sobre la especie ( VÉASE ).
Además de los textos citados, véa- Bd. XXXII, H. 2. W. Wittmann, Das Dice en él que "en cada categoría
se: E. Souriau, "Valeur actuelle du Isisbuch des Apuleius, 1940. Entre hay ciertos términos que son los gé-
pari de Pascal", en L'ombre de Dieu, los numerosos escritos sobre la obra neros más generales; otros que son
1955, cap. II. — Georges Brunet, Le filosófica de Apuleyo destacamos los las especies más especiales; y otros
pari de Pascal, 1956 (texto y co- de A. Goldbacher (1871), J. Bernays que son los intermediarios entre los
mentarios). (1871), E. Rohde (1885), W. Kroll
(1898), P. Thomas (1900 y 1908), géneros más generales y las especies
APULEYO (Lucius Apuleius), nac. especialísimas" (ínfimas). El término
125 en Hippo (actualmente Bône, R. Helm (1900), Th. Sinko (1905).
Artículo de Schwabe sobre Apuleyo más general es definido como aquel
Argel), es conocido en la historia por encima del cual no puede haber
de la literatura sobre todo por su cé- (Apuleius, 9) en Pauly-Wissowa.
ARANGUREN (JOSÉ LUIS L.) otro género más elevado; el más es-
lebre novela El asno de oro. Como pecial, aquel debajo del cual no puede
filósofo, era uno de los miembros de nac. (1909) en Ávila, profesor de
ética en la Universidad Central (Ma- haber otra especie subordinada; los
la llamada escuela platónica ecléctica términos intermediarios, los que están
de Gaio, aun cuando es dudoso que drid) desde 1955, ha trabajado hasta
ahora sobre todo en cuestiones de situados entre ambos y son a la vez
hubiera tenido relación directa con géneros y especies. Tomando como
este pensador y es más probable —a ética y de filosofía de la religión.
Nos hemos referido con algún de- ejemplo una sola categoría —la
juzgar por su obra sobre Platón— substancia— Porfirio procede a mos-
que hubiese recibido la influencia de talle a su doctrina del talante —tanto
en sentido general como en el sen- trar cuáles son los géneros y especies
Albino. En sus obras filosóficas: intermediarios y, al final, los indivi-
Sobre él Dios de Sócrates (De deo tido específico de "talante religioso"—
en el artículo sobre la noción de duos — o ejemplos de individuos.
Socratis), Sobre las opiniones de Encuentra entonces una serie que da
Platón (De Platone et eius dogmata) Temple (v.), y a algunas de sus ideas
acerca de la relación entre religión y origen al esquema de la página si-
y Sobre el mundo (De mundo) Apu- guiente, en lo esencial empleado por
leyó desarrolló un sincretismo plato- ética en el artículo sobre Religión
(v.). Agregaremos aquí que en el Boecio, y popular desde la exposición
nizante en el cual destacan especial- de Julius Pacius, en su Aristotelis Or-
mente las tendencias místicas y una curso de sus investigaciones sobre la
ética del protestantismo Aranguren ganum (1584).
demonología que tiene su base en la
ha mostrado que éste se desliza muy La substancia, dice Porfirio, es sólo
concepción socrática del daimo/nion
fácilmente hacia una ruptura excesiva género; el hombre es la especie espe-
pero que Apuleyo elaboró en un sen-
de lo ético y lo religioso. Tal rup- cialísima o ínfima y es sólo especie;
tido místico-religioso, análogo al de
tura debe ser rechazada. Pero debe el cuerpo es especie de la substan-
Plutarco y que se fue haciendo cada
serlo también la identificación, pro- cia y género del cuerpo animado; el
vez más común en las direcciones
pugnada consciente o inconsciente- cuerpo animado es especie del cuer-
platónicas y neo-platónicas.
mente por algunas tendencias filosó- po y género del animal; el animal es
La obra sobre las opiniones de Pla-
ficas, entre lo religioso y lo ético, especie del cuerpo animado y género
tón tiene dos libros: uno sobre la
con frecuencia basada en la subordi- del animal racional; el animal racio-
física y otro sobre la ética. Una obra
nación del primero al segundo. Se- nal es especie del animal y género
sobre una tercera parte —la lógi-
gún Aranguren, la ética está abierta del hombre; el hombre es especie del
ca— no fue completada por Apuleyo,
a la religión, y ello en tal forma que
125
ARC ARC ARD
toicos, y en particular a la teoría del
conocimiento de Zenón. El concepto
de evidencia directa, kata/lhyij, es,
según Arcesilao —como según todos
los escépticos y los empíricos—, una
mera invención de la cual no pode-
mos hallar ejemplos.
Información sobre las doctrinas de
Arcesilao se halla en Diógenes Laer-
cio (IV, 28-45), en Fifodemo de
Gadara, Cicerón (Acad. post., I, xii,
45), en Sexto el Empírico (Hyp,
Pyrr., I, 234; adv. Math., VII, 153)
y en Suidas. — Véase R. Brodersen,
De Arcesilao philosopho académico,
1821. — A. Geffers, De Arcesilao,
1841. — Ch. Huit, "Polémique d'Ar-
césilas contre les Stoïciens , L'Ins-
truction publique, XIV (1885), 414-
16, 430-32, 448-50. — Art. de H.
von Arnim sobre Arcesilao (Arkesi-
laos, 19) en Pauly-Wissowa.
ARCHE (ARJE). Véase PRINCIPIO.
ARDIGÔ (ROBERTO) (1828-
1920) nac. en Casteldidone (Cremo-
na, Italia), fue profesor en la Univer-
sidad de Padua (1881-1909). Después
de haberse ordenado de sacerdote,
abandonó la Iglesia (1871) y se adscri-
bió al movimiento positivista italiano,
defendido contemporáneamente por
Pasquale Villari (1827-1927), Nico-lo
Marselli (1822-1899) y Andrea
Angiulli (1837-1890). Este movi-
miento había sido impulsado asimismo
por autores como Cario Cattaneo
(1801-1869) y Giuseppe Ferrari
(1812-1876), así como, y sobre todo,
por los juristas y criminólogos Enri-
co Ferri (1856-1929), Enrico de
animal racional, pero no género de de los principales representantes de Marinis (1868-1919) y Cesare Lom-
los individuos, pues —como se dijo— la llamada Academia media y, por broso (1835-1909). Órganos de estas
es sólo especie. Los términos inter- lo tanto, del escepticismo moderado tendencias fueron la Rivista di filoso-
mediarios tienen así dos caras o as- característico de este período. Va- fía scientifica, la Rivista di filosofía e
pectos; los términos extremos sólo tie- rios autores antiguos consideraron a scienze affini y la Rivista di filosofia,
nen un aspecto o cara. Y la especie Arcesilao como un filósofo casi ente- que combatían tanto al idealismo de
especialísima o ínfima tiene también ramente pirrónico y, por consiguien- ascendencia hegeliana como a la tra-
sólo un aspecto o cara. Es especie te, como muy poco o nada platóni- dición ontologista. Ahora bien, Ardigo
de los individuos, por contenerlos, y co. Sin embargo, parece ser un he- fundamentó, articuló y prolongó estas
especie de los términos anteriores cho que Arcesilao buscó en Platón tendencias y representó, por así decir-
—superiores— por estar contenido argumentos en favor de su escepti- lo, el máximo nivel en Italia del posi-
por ellos. Se concluye, pues, diciendo cismo y que, por otro lado, combatió tivismo de la época. Esto permite ex-
que el género más general es el que, el escepticismo extremo alegando que plicar tanto su positivismo metaempí-
siendo género, no es especie; la es- hay un criterio de verdad que nos rico como su "metafísica positivista".
pecie especialísima, lo que, siendo permite conocer las cosas. Este En efecto, el positivismo de Ardigo no
especie, no puede ser dividido en criterio fue encontrado por Arcesilao era un naturalismo dogmático. En la
especies; el individuo, lo que no en "lo razonable", utilizable tanto división del positivismo establecida
puede ser subdividido en otros tér- para el conocimiento teórico como por Rodolfo Mondolfo, según el cual
minos. para el saber práctico. Lo que no no es legítimo confundir la dirección
ARCESILAO (ca. 315/14-ca. 2417 puede hallarse en parte alguna, se- objetivista, común a Spencer, a Dar-
40) nac. en Pitane (Eolia), fue discí- gún Arcesilao, es un criterio de evi- win, a Littré o a Comte, con la direc-
pulo primero de Teofrasto y luego de dencia absoluta e indiscutible. Por ción subjetivista, propia de John
Polemón, Crates y Crantor. Escolar- este motivo Arcesilao se opuso a la Stuart Mill, de Avenarius, Mach y
ca de la Academia platónica, fue uno teoría del conocimiento de los es-
126
ARD ARD ARG
Vaihinger, Ardigo représenta esta úl- 1930; La ricerca filosofica, 1936; La d'una rosa" incluido en el Vol. 10.
tima tendencia. Esto se debía tanto liberta umana e la critica del determi- Edición de Scritti vari, 1922, ed. G.
a las condiciones en que había surgido nismo, 1936; Sulla razionalità del reale Marchesini. — Bibliografía: A. P.
el positivismo italiano como a la cósmico, 1939; L'infinito e il divino, Levi y L. Limentami, "Bibliografia di
evolución personal de Ardigo. Por 1951 [Sobre G. T.: Elide Guastalla, R. A. , Rivista di Filosofia, IV ( 1928-
G. T., 1952, con bibliografía] que 29). — Véase G. Marchesini, La vita
eso la filosofía no era para Ardigo un e U pensiero di R. A., 1907. — Íd.,
mero compendio de las ciencias, sino aborda el problema de lo Absoluto íd., Lo spirito evangelico di R. A.,
la fuente de ellas. Ardigo sostiene, desde la crítica del conocimiento y 1910. — Íd., íd., R. A. L'uomo e
ciertamente, la identidad de lo físico afirma la incondicionalidad del ob- l'umanista, 1922. — E. Ferri, Sul po-
y de lo psíquico. Pero su acentua- jeto; de Giovanni Marchesini ( VÉASE), sitivismo di R. A., 1908. — R. Mon-
ción del valor de la idea frente a las de Erminio Troilo (nac. 1875: Lo spi- dolfo, Il pensiero di R. A., 1908. —
circunstancias materiales que concu- rito della filosofia. Realismo assoluto, C. Berardi, Il pensiero filosofico di
rren a la formación de la evolución 1926; Le forme dell'esperienza, 1934), R. A., 1908. — J. Blunstein, Der Po-
histórica, su identificación de la idea historiador de la filosofía italiana y de- sitivismus Ardigos, 1910. — Íd., íd.,
fensor de un realismo influido por Die Weltanschauung Ardigos, 1911.
y de la inteligencia con la voluntad, — P. Grano, R. A., 1910. — E. Troi-
su reconocimiento de un haz de "con- Bruno. Algunos discípulos de Ardigo
se consagraron con gran fecundidad a lo, Il maestro del positivismo italiano,
diciones internas" distintas de las 1921. — G. Tarozzi, R. A. Profilo,
"condiciones externas" le permite su- la investigación histórica, como Ro-
dolfo Mondolfo (VÉASE). Otros posi- 1928. — F. Amerio, A., 1948. — R.
perar desde dentro el determinismo Cavallaro, Il presupposto razionalisti-
tivistas, como los mencionados Cesare co della filosofía dell'Ardigo, 1959 [de
objetivista. Ardigo consideraba el Lombroso (Genio e folia, 1864) y
"hecho" como divino, pero este hecho "Studia Patavina". Quaderni di Sto-
Enrico Ferri (Teoria dell'imputabilita ria della Filosofia, 8).
eran "todos los hechos". De ahí la e negazione del libero arbitrio, 1878;
imposibilidad de elegir un hecho para ARGUMENTO. Nos hemos referi-
Sozialismo e criminalita, 1883) se de- do a un sentido especial del término
convertirlo en lo Absoluto. El "In- cidieron, en cambio, por el aspecto
distinto" de Ardigo es, en este sen- 'argumento' en el artículo CUANTIFI -
más objetivista de la doctrina y por CACIÓN, CUANTIFICACIONAL y CUAN-
tido, diferente del "Incognoscible" de eso llegaron a conclusiones diametral-
Spencer. "Pues mientras Spencer TIFICADOR. Aquí trataremos del senti-
mente opuestas en lo que toca al fun-
—dice Mondolfo— colocaba ese ab- damental problema de la contingen- do más general de dicho término: el
soluto en la raíz de toda realidad, de- cia y la libertad. que tiene como razonamiento median-
clarándolo incognoscible en el mismo Obras principales: Discorso su Pie- te el cual se intenta probar o refutar
momento que afirmaba su existencia tro Pomponazzi, 1869. — Psicologia una tesis, convenciendo a alguien de
real como objeto de intuición", Ardigo come scienza positiva, 1870. — La la verdad o falsedad de la misma. Se
sostiene que "el camino de nuestra formazione naturale nel fatto del si- emplea también a este respecto el vo-
investigación explicativa nos lleva stema solare, 1877. — La morale del cablo 'argumentación'. La diferencia
siempre de un hecho a otros y a su positivisti, 1885. — Sociologia, 1886. a veces establecida entre el argumento
relación recíproca, es decir, hacia la — Il vero, 1891. — La scienza della y la argumentación —que esta última
unidad y solidaridad de los múlti- educazione, 1893. — La ragione, es la acción en la cual se emplea un
ples, hacia una totalidad que ante- 1894.—L'unità della coscienza, 1898. argumento— es para nuestro caso
cede a toda distinción recíproca" — Entre otras obras citamos: L'in- poco pertinente.
(R. Ardigo y el positivismo italiano, conoscibile di H. Spencer e il positi Los antiguos —sofistas, Platón,
1943, pág. 5 [monografía]. El "Indis- vismo. — La coscienza vecchia e le Aristóteles, escépticos, etc.— habían
tinto" se aproxima, así, a una idea idea nuove. — Empirismo e scienza. prestado considerable atención a la
regulativa. Pero lo que regula es lo — L'Inconoscibile di Spencer e il cuestión de la naturaleza de los argu-
metaempírico y no sólo la inmediata Noúmeno di Kant. — L'idealismo del mentos y de su validez o falta de va-
experiencia. De ahí la moral de Ar- ia vecchia speculazione e il realismo lidez. Algunos de los argumentos
digo, que si bien rechaza todo sobre-
della filosofía positiva. — La peren- estudiados eran de carácter lógico-for-
nità del positivismo. — Il monismo mal, pero muchos no encajaban ple-
naturalismo, rechaza asimismo todo metafisico e il monismo scientifico. —
dogmatismo, incluyendo el naturalista, Atto riflesso e atto voluntario. — Te- namente dentro de la lógica. Esto fue
y acaba por justificar filosóficamente si metafísica, ipotesi scientifica, fatto reconocido por Aristóteles; mientras
la contingencia, sin la cual ninguna accertato. — L'Inconscio. — I pre- en los Analíticos trató primariamente
moralidad auténtica es posible. La suppusti massimi problemi. — Le for de argumentos de tipo estrictamente
mayor parte de los discípulos de me ascendenti della realta come cosa lógico, en los Tópicos y en la Retórica
Ardigo siguieron por este camino. Es e come azione e il diritto vero dello trató de los argumentos llamados "dia-
el caso de Giuseppe Tarozzi (1868- spirito. — Lo spirito, aspetto specifi- lécticos" o argumentos meramente
1958: Lezioni di filosofia. Ricerche
co culminante dell'Energia in funzio- probables, o razonamientos a partir de
ne dell'organismo animale. — Filoso opiniones generalmente aceptadas.
intorno ai fondamenti della certezza fia e positivismo. — La filosofia va
razionale, 3 vols., 1898; La verita gabonda. — Edición de obras: Ope Muchos autores modernos han acepta-
infinita dei fatti e la liberta morale, re filosofiche, 11 vols. (Padova, 1882- do esta división u otra similar. Así,
1906; Idea di una scienza del bene, 1912; Vol. Π, 2a ed., 1918). Es im Kant ha distinguido entre el funda-
1901; Problemi filosofici, 1924; Apo- portante para la comprensión del ori mento de la prueba (Reweisgrund) y
logia del positivismo, 1928; R. Ardigo. gen del pensamiento de Ardigo el es la demostración (Demonstration). El
Profilo, 1928; L'esistenza e l'anima, crito titulado "Guardando il rosso fundamento de la prueba es riguroso,
127
ARG ARG ARG
mientras la demostración no lo es. indicado que el hecho de subrayar opinión a la cual se refiere se supone
Puede distinguirse asimismo entre que la "lógica" tiene un aspecto prác- ser la de la humanidad entera); am-
prueba (VÉASE) o demostración —en tico, no debe conducir a descuidar su bos tienen en común el poner en tela
cuanto son lógicamente rigurosos— y predominante aspecto teórico (Abel- de juicio los intereses de la persona o
argumento — que no lo es, o no re- son, Cfr. supra, pág. 338) o que es me- personas consideradas. — Argumento
quiere serlo. A la vez, cuando se jor atenerse a la norma de que "se por consecuencias (cuando se derivan
habla de argumento, se puede consi- critica un argumento porque no es consecuencias que se suponen inadmi-
derar: (1) como lo que Aristóteles formalmente válido o bien porque tie- sibles, particularmente en la esfera
llamaba "pruebas dialécticas" —por ne cuando menos una premisa falsa" moral, pues de lo contrario tenemos el
medio de las cuales se intenta refutar (Neri Castañeda, Cfr. supra, pág. 292). tipo lógico-formal de la reductio ad
a un adversario o convencerlo de la En no pocas ocasiones es difícil absurdum). — Argumento a pari (por
verdad de la opinión mantenida por distinguir entre prueba estricta o de- el cual se procura aplicar una opinión
el argumentador— y (2) como razo- mostración y argumento en el sentido o disposición a otra especie del mis-
namiento o pseudo-razonamiento en- aquí tratado. Con frecuencia se usan mo género). — Argumento a contra-
caminado ante todo al convencimiento indistintamente los mismos términos. rio (por el cual se procura no aplicar
o la persuasión. Los límites entre Se dice, por ejemplo, "argumento on- una opinión o disposición a otra espe-
estas dos formas de argumento son tológico" y "prueba ontológica" (nos- cie del mismo género). — Argumento
imprecisos, pero puede considerarse otros preferimos esta última expre- del dilema (véase DILEMA). —
que la persuasión es demostrativamente sión). También es difícil distinguir en- Argumento etimológico (en el cual el
más "débil" que el convencimiento. tre argumento y sofisma, puesto que sentido de un término o expresión su-
En la mayor parte de los estudios algunos de los argumentos empleados puesto más originario es considerado
de los argumentos a diferencia de las habitualmente son de carácter clara- como el sentido capital o verdadero).
pruebas estrictas se ha subrayado la mente sofístico. Así ocurre, por ejem- — Argumento a fortiori (véase A
importancia que tiene el que se con- plo, con el llamado argumentum ad FORTIORI ). — Argumento por el ri-
siga asentimiento a lo argumentado. hominem: algunos estiman que es un dículo (donde se supone que ridiculi-
Santo Tomás expresa este rasgo defi- sofisma; otros, que es un argumento zar la opinión de un interlocutor cons-
niendo el argumento como sigue: "di- perfectamente lícito. En el artículo tituye un argumento contra ella). —
citur, quod arguit mentem ad assen- SOFISMA hemos dado una lista de los Argumento por lo superfetatorio (don-
tiendum alicui" (Quaestiones disputa- llamados "argumentos aparentes" más de se rechaza una opinión por consi-
tae de veritate, q. XIV a. 2 ob. 14). conocidos. Sería largo dar una lista derar que las consecuencias implícitas
La persona ·—el aliquis— ante quien razonablemente completa de los que o explícitas de lo afirmado son inne-
se desarrolla el argumento, el lector y podrían calificarse de tipos de "argu- cesarias ).
especialmente el oyente u oyentes de- mentos lícitos" de carácter más o me- Hay muchos otros argumentos del
ben tenerse en cuenta, así como las nos "retórico"; nos limitaremos a men- tipo señalado; en el tratado de Pe-
diversas circunstancias que rodean la cionar algunos de los registrados por relman y Olbrechts-Tyteca se pueden
argumentación. Ch. Perelman y L, Olbrechts-Tyteca encontrar no sólo descripciones deta-
En el artículo sobre Retórica nos en su Traité de l'argumentation. lladas de la mayor parte de esta clase
hemos referido a las vicisitudes que Argumento mediante analogía (no de argumentos, sino asimismo ejem-
ha experimentado esta noción en el un concepto riguroso de analogía plos de ellos y variedades de tales
curso de los siglos. Recordemos aquí [VÉASE], sino un concepto laxo, como ejemplos.
que durante algún tiempo en el inme- el ejemplificado en Joseph Butler Como indicamos antes, se ha discu-
diato pasado se solía desdeñar todo [VÉASE]. — Argumento basado en la tido asimismo la cuestión de la natu-
argumento "meramente retórico", pero "autofagia" (consistente en indicar raleza de los argumentos filosóficos.
que en los últimos años se ha ma- que lo que se dice acerca de una doc- Muchas son las tesis propuestas al res-
nifestado de nuevo cierto interés por trina no se aplica a la doctrina — co- pecto: los argumentos filosóficos de-
los problemas de la retórica y, de con- mo uno de los argumentos dirigidos ben ser (o tender a ser) de naturaleza
siguiente, de los argumentos no estric- contra la noción positivista de verifica- estrictamente lógico-formal; deben ser
tamente rigurosos. Entre otros ejem- ción [v.] ). — Argumento de autori- principalmente (o exclusivamente)
plos de tal interés mencionamos las dad (especialmente efectivo cuando "retóricos" en el sentido antes in-
obras de Ch. Perelman y L. Olbrechts- la autoridad invocada mantiene en dicado; deben "usar" los procedimien-
Tyteca, y S. Toulmin, así como el li- otros respectos opiniones opuestas a tos establecidos por la lógica formal,
bro de Henry W. Johnstone, Jr. rela- las del argumentador). — Argumento pero no estar determinados por ellos
tivos a la argumentación en filosofía. fundado en un caso particular (que (salvo en lo que toca a su validez o
Ello no ha sucedido sin protestas (Cfr., se supone típico, aunque a veces no no validez lógica), sino por conside-
por ejemplo, Raziel Abelson, "In Dé- lo sea, o sea difícil determinar si lo raciones de tipo "material" o relativas
fense of Formal Logic", Philosophy and es ). — Argumento ad hominem, tam- al "contenido" de los problemas tra-
Phenomenological Research, XXI bién llamado ex concessis (que se re- tados. Se ha indicado asimismo que
[1960-1961], 334-45; Héctor Neri Cas- fiere a la opinión mantenida por el los argumentos filosóficos se basan
tañeda, "On a Proposed Révolution in interlocutor, a diferencia del argumen- siempre en ciertos supuestos última-
Logic", Philosophy of Science, XXVII to ad rem, que se refiere al asunto mente indemostrables, de modo que,
[1960], 279-92 [ambos relativos a la mismo), una forma del cual es el ar- como indica Henry W. Johnstone, Jr.
obra de Stephen Toulmin]). Se ha gumento ad humanitatem (cuando la (Cfr. infra, pág. 117) "las consideracio-
128
ARI ARI ARI
nes lógicas no ejercen más peso en la luego vienen los judíos; luego, los allo studio di Aristippo di Cirene",
crítica o defensa de un sistema onto- griegos; por último, los bárbaros, en págs. 11-169; textos, págs. 171-432)
lógico que las consideraciones funda- cuya cima están los egipcios. [Pubblicazioni dell'Istituto di Filosofia
Ediciones: R. Seeberg, Der Apolo- della Universita di Roma, 5]. — Erich
das en hechos". Por eso "un argumento Mannebach, ed., Aristippi et
filosófico constructivo, cuando es get Aristides, 1894; J. Geffcken, Zwei Cyrenaicorum fragmenta, 1961. —
válido, se parece mucho a un argu- griechischen Apologeten, 1907 (Aris- C. M. Wieland, Aristipp und einige
mentum ad hominem válido. La úni- tides y Atenágoras). — Edición de seiner Zeitgenossen, 4 vols., 1800-
texto sirio y griego por R. B. Harris 1801. — E. Antoniadus, Aristipp und
ca diferencia importante es que el fi- y J. A. Robinson, 1891, 2a ed., 1893.
lósofo que usa un argumento cons- — Texto griego y trad. esp. de la die Kyrenaiker, 1916 (Dis.). — Lo-
tructivo considera lo que él mismo "Apología" en Padres Apostólicos grie- renzo Colosio, Aristippo di Cirene,
gos, 1954, ed. y trad. de Daniel Ruiz 1925. — Artículo sobre los cirenaicos
tiene que admitir, de conformidad (Kyrenaiker), por J. Stenzel, en
con sus propios principios de razona- Bueno (Biblioteca de Autores Cristia- Pauly-Wissowa.
miento o en consistencia con su pro- nos). — Véase M. Picard, L'Apologie
d'Aristide, 1892.—A. d'Alès, "L'Apo- ARISTÓBULO (fl. 165 antes de
pia conducta o actuación más bien logie d'Aristide et le roman de Bar- J. C.) es considerado como uno de
que considerar lo que otra persona laam et de Josaphat", Revue des los llamados filósofos helénico-judai-
tiene que admitir" (op. cit., pág. 79). questiones historiques (1924). — G. cos que desarrollaron en Alejandría
Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyte-ca, Lazzati, "Ellenismo e cristianesimo. sistemas de interpretación alegórica
Rhétorique et Philosophie, 1952. Il primo capitolo dell'Apologia di
Aristide", La Scuola Cattolica, LXVI del Antiguo Testamento a base de los
— Íd., íd., Traité de l'argumentation.
La nouvelle rhétorique, 2 vols., 1958 (1938), 35-51. conceptos de la filosofía griega, con-
(trad. esp. de la "Introducción" en: ARISTIPO (nac. ca. 435 antes de siderada como precursora de la tra-
Retórica y Lógica, 1959 [Suplementos J. C.) de Cirene, discípulo de los dición judaica. En este sentido, el
del Seminario de Problemas Científi sofistas y de Sócrates, fundó la lla- trabajo exegético de Aristóbulo es
cos y Filosóficos. Univ. de México, mada escuela cirenaica, que se carac- estimado como un precedente de la
N° 20, Segunda Serie). — Stephen teriza, en su aspecto moral, por re- obra de Filón. Ahora bien, a diferen-
E. Toulmin, The Uses of Argument, ducir la virtud al placer, mas a un cia de este último, Aristóbulo no eri-
1958. — Henry W. Johnstone, Jr., placer que no comprende solamente gió un sistema filosófico-teológico sin-
Philosophy and Argument, 1959. — el goce reposado del cuerpo, sino cretista; se limitó a usar para sus
Argumento en Cicerón: Alain Michel, propios fines conceptos filosóficos
Rhétorique et philosophie chez Cice también y muy especialmente el del
rón. Essai sur les fondements philoso espíritu. El placer es en todos los procedentes de Pitágoras, Platón, los
phiques de fart de persuader, 1961. casos para Arístipo "un movimiento peripatéticos y los estoicos. Una de
— John Passmore, Philosophical Rea- suave", a diferencia del dolor, que las preocupaciones principales de
soning, 1961. — Ch. Perelman, I. Be- es "un movimiento áspero"; conse- Aristóbulo fue el precisar filosófica-
laval, H. W. Johnstone et al., artícu guir este placer, que es reposo y mente el concepto de Dios, con el fin
los sobre "L'Argumentation" en Re tranquilidad, es cosa de la sabiduría de subrayar su espiritualidad, la cual
vue Internationale de Philosophie, año y de la prudencia, las cuales indican no quedaba siempre bien clara con
XV, Ν° 58 (1961), 327-432. — Véa al hombre lo que debe hacer para una interpretación literal de los tex-
se también bibliografía de RETÓRICA. evitar el dolor, esto es, "lo conve- tos hebreos.
ARISTIDES (MARCIANO ARÍS- niente". Tal eliminación comprende Sobre los fragmentos véase O.
TIDES), uno de los apologistas tanto los dolores como los placeres Stählin, en Christ-Shmid-Stählin, Ge-
(VÉASE) cristianos, del siglo II, desta- que puedan ser causa del dolor, que schichte der griechischen Litera-
có, contra las religiones paganas po- puedan llegar a dominar al hombre. tur, II. — Artículo sobre Aristóbulo
liteístas, la verdad del monoteísmo El placer es individual, pero el hecho (Aristobolos), por A. Gercke, en Pau-
cristiano. La existencia de un supre- de que haya placer en la relación con ly-Wissowa.
mo y único Dios que deben adorar el prójimo explica la existencia de la ARISTÓN DE ALEJANDRÍA (Si-
todos los pueblos resulta para Aristi- sociedad, la cual se funda así en glo I antes de J. C.), perteneció pri-
des patente no sólo como verdad re- el placer que recibe cada individuo al mero a la Academia ( VÉASE), cuando
velada, sino también como conse- relacionarse con sus semejantes. Esta era regida por Antíoco de Escalón,
cuencia de la armonía del cosmos. relación no destruye, por lo tanto, el y se inclinó luego a la escuela pe-
Así, al motivo apologético se sobre- radical individualismo de Arístipo, ripatética, cuyo escolarca era a la
pone, o yuxtapone, un argumento ra- fundado en la independencia de 3o sazón Andrónico de Rodas. La prin-
cional, susceptible de ser comprendi- externo, en el dominio sobre todo cipal contribución de Aristón de Ale-
do por todos. La racionalidad de esta lo que pueda producir al ánimo in- jandría a los numerosos comentarios
relación mundo-Dios no significa, em- quietud y desasosiego. Arístipo redu- a Aristóteles que se iniciaron en esta
pero, en Aristides, que Dios sea ra- ce, además, el conocer a la impresión época fue un trabajo sobre las Ca-
cionalmente cognoscible; los predica- sensible y sostiene que no hay más tegorías, estudiado por Simplicio.
dos de Dios no son positivos, sino saber que el individual, pues el saber Aristón fue uno de los primeros pe-
negativos. Hay que observar que intelectual común manifestado en el ripatéticos de la época alejandrina
Aristides admite un mayor o menor lenguaje tiene para cada cual dife- que no solamente difundieron el co-
conocimiento de la verdad según el rente significación. nocimiento del aristotelismo, sino que
pueblo (o "pueblo-religión") que se Textos: I Cirenaici. Raccolta delle trabajaron también en la impulsión
fonti antiche, 1958, trad. e int. por de la erudición y la investigación tan
considere: los que poseen la verdad Gabriele Giannantoni ( "Introduzione
absolutamente son sólo los cristianos; características de la escuela peripa-
129
ARI ARI ARI
tética desde los tiempos de su fun- mas del mal único. De ahí que el tiene un cariz estrictamente crítico
dador. verdadero "sabio" deba desasirse de que no basta para un conocimiento
K. Müller, Fragmenta historicorum las cosas y de su pretendido conoci- positivo. En vez de ella debe ela-
Graecorum, III, 324 sigs. miento, adoptar la absoluta indiferen- borarse un instrumento para el saber
ARISTÓN DE QUEOS (Keos) su- cia ante todo lo que no conduzca a que muestre su eficacia en todos
cedió a Licón como escolarca del Li- la realización del bien. los aspectos y no sólo en el crítico;
ceo y ocupó probablemente el cargo I. von Arnim, Stoicorum veterum este instrumento u Organon (VÉASE)
desde 228/5 antes de J. C. No pa- fragmenta, 1921, I, 351-403. — Ar- es precisamente la lógica. Ahora
rece haber contribuido a la escuela tículos por A. Giesecke (Jahrbuch bien, la lógica aristotélica puede en-
peripatética con investigaciones filo- für klassische Philologie, 1892) y H. tenderse en dos sentidos: uno, es-
sóficas originales; se le atribuye más Weber (Rheinisches Museum, 1896).
Véase también August Mayer, "Aris- tricto, según el cual se trata, como
bien una actividad popularizadora. tonstudien", Phil. Supp. XI (1910), indica W. Jaeger, de una facultad
Por la semejanza de nombres entre 483-610. o de una técnica, y otro, más amplio,
Aristón de Queos ( )Aristwn o( ARISTÓTELES (ca. 384/3-322 an- según el cual es primariamente —o,
Ke-i=oj) y Aristón de Quios o Jios ( tes J. C.) nació en Estagira ( Mace- si se quiere, también— una vía de
)Aris-twn o( Xi=oj, se ha producido donia), siendo llamado por ello a acceso a la realidad. La lógica en
confusión en cuanto a las obras veces el Estagirita. Discípulo de Pla- sentido técnico equivale a la lógica
atribuidas a uno y a otro filósofo. tón en Atenas durante cerca de veinte formal; la lógica en sentido amplio,
La mayor parte de los fragmentos años, pasó, al morir su maestro en a lo que se ha llamado posterior-
que quedan y que podrían prestarse a 348, a Asia Menor (Assos), luego a mente lógica material o también gran
debate se atribuyen al filósofo estoico Mitilene y, finalmente, a la corte del lógica. La lógica formal constituye
casi homónimo. Los que pueden rey Filipo de Macedonia, donde fue una de las piezas maestras del pen-
adscribirse con casi entera seguridad preceptor de Alejandro Magno. Ha- samiento del Estagirita y puede ser
al filósofo peripatético tratan cia el año 335 regresó a Atenas, don- examinada, como lo han hecho Lu-
principalmente de ética y de fundó su escuela en el Liceo (VÉA- kasiewicz, Bochenski y otros auto-
caracterología. SE); pero el movimiento antimacedó- res, desde el punto de vista de la
Edición de texto y comentario por nico que resurgió al fallecer Alejan- moderna lógica matemática con muy
F. Wehrli en el cuaderno VI de Die dro Magno y una acusación de notables resultados. En efecto, aun-
Schule des Aristoteles: Lykon und que la lógica de Aristóteles es sim-
Aristón con Keos, 1952. Véase J. G. impiedad lo obligaron a abandonar
Hubmann, Aristón von Keos der Pe- la ciudad (323) y a retirarse a Cal- plemente formal y no, como la de
ripatetiker, eine historisch-kritische cis de Eubea. los estoicos, formalista, es decir, aun-
Zusammenstellung aus Bruchstücken La extensa obra de Aristóteles, edi- que en ella se presta atención so-
des Altertums (Jahns Jahrbürcher für ficada sobre la platónica, discrepa de bre todo a las fórmulas lógicas y
Philologie und Padagogik, III Sup- ésta tanto, por lo menos, como coin- no a las reglas de inferencia, la pre-
plementband, 1835). — Artículos por cide; la frecuente tensión entre los cisión y detalle con que han sido
A. Gercke (autor también del artículo elaboradas las primeras la convierte
sobre Aristón en Pauly-Wissowa) en platónicos y los aristotélicos, así como
el Archiv für Geschichte der Philoso- los numerosos intentos de conciliación en un modelo para toda ulterior in-
phie, V (1892), 198-216; de Ch. Jen- entre ambos pensadores señalan ya vestigación lógica. No es aquí el
sen sobre "A. von K. bei Philodemos", claramente el hecho de la coexisten- lugar de exponer esta lógica in ex-
Hermes, XLVI (1911), 393-406; de cia de una raíz común y de una con- tenso, puesto que numerosas referen-
W. Knögel sobre el mismo tema en siderable divergencia. Ante todo, cias a ella se encuentran en la ma-
Klassisch-philologische Studien ed. Aristóteles desarrolla su pensamiento yor parte de los artículos sobre ló-
Bickel y Jensen, Helft 5 (1933) y gica formal que contiene la presente
de K. O. Brink en el vol. VII Supp. en extensión, no sólo por su afán de
de Pauly-Wissowa, s.v. Peripatos. — abarcar todos los saberes, sino por- obra. Pero conviene declarar que,
Véase también trabajo de A. Mayer que, a diferencia de su maestro, atien-de aunque la parte principal de ella es
citado en bib. de Aristón de Quios, ad particularmente a las dificultades que la silogística asertórica (véase SILO-
finem. plantea en la explicación del mundo GISMO ), no es justo indicar, como
ARISTÓN DE QUÍOS (ca. 320-250 la contradicción entre la ne-cesidad se ha hecho con frecuencia, que to-
antes de J. C. ), discípulo de Zenón "de estudiar lo individual y da la lógica de Aristóteles puede
de Citio, representa dentro del estoi- contingente y el hecho de que sola- reducirse a un limitado fragmento
cismo una de las más radicales ac- mente un saber de lo universal puede de la lógica cuantificacional elemen-
titudes de oposición al saber, en- ser un saber verdadero. Tal es el tema tal. En efecto, aunque de un modo
tendiendo por éste la investigación alrededor del cual gira todo el pen- menos sistemático se hallan en Aris-
de la Naturaleza y el análisis de la samiento aristotélico, que quiere ser tóteles contribuciones importantes a
lógica. Tales saberes son para Aris- ciencia de lo que es en verdad sin la lógica modal y también varias
tón inciertos e inútiles frente al único sacrificar en ningún momento lo con- leyes que pertenecen a la lógica
conocimiento verdadero: el conoci- creto y cambiante. Mas una ciencia sentencial, a la lógica de las clases
miento de la virtud y del vicio, del de esta índole no puede satisfacerse, y a la lógica de las relaciones. Junto
bien y del mal. Todo se reduce para a las investigaciones lógico-forma-
Aristón a estos dos opuestos, pues las como la platónica, con la dialéctica
(VÉASE). La dialéctica que es, según les se encuentran, además, en el Es-
llamadas virtudes no son, a su en- tagirita abundantes análisis semióti-
tender, más que manifestaciones del Aristóteles, lo mismo que la sofísti-
ca, una apariencia de la filosofía, cos, en particular semánticos. En
bien único, y los distintos vicios for-
130
ARI ARI ARI
cuanto a la lógica material, se basa ción, como porque desde entonces debe eliminar a sabiendas. Si es cierto
principalmente en un examen deta- el lenguaje propio ha quedado gra- que Platón pretende, en última
llado de los problemas que plantea maticalmente articulado según las instancia, salvar el mundo de los
la definición y la demostración, exa- categorías aristotélicas. En el proble- fenómenos por la participación de lo
men que conduce a una corrección ma y la solución de las categorías se sensible en lo inteligible, no es menos
fundamental de las tendencias mera- expresa, pues, del modo más preciso evidente que esta salvación se hace
mente clasificatorias y divisorias del lo que puede observarse en muchos mediante una relación cuya naturaleza
platonismo, y que incluye un extenso aspectos de las formas del saber en —no obstante los esfuerzos últimos
tratamiento de cuestiones que rozan la Occidente: que ha venido a conver- de la dialéctica platónica— es dejada
ontología. Este último aspecto se tirse en dominio vulgar, y como tal en suspenso. La crítica a Platón,
advierte particularmente en el alejado de las cosas y de los princi- como culminación de la crítica de
análisis aristotélico del principio o pios mismos de que había brotado, los anteriores sistemas filosóficos,
ley de la no contradicción, la cual lo que fue en un tiempo esfuerzo comprende así, sobre todo, una crítica
es formulada, ciertamente, en un sen- penoso y directa contemplación de de la oscura noción de participación
tido lógico y también metalógico, las cosas. En el caso de Aristóteles (VÉASE), idéntica, según Aristóteles, a
pero sin olvidar, cuando menos en esto es sobremanera evidente, porque la imitación pitagórica; una acusación
algunos pasajes, su alcance ontoló- gran parte del saber occidental se ha de introducir innecesariamente un
gico. Ello hace posible, como antes constituido, consciente o inconscien- número infinito de conceptos para la
indicábamos, ver la lógica del Esta- temente, siguiendo las rutas marcadas explicación de las semejanzas entre
girita también como una vía de acce- por el aristotelismo. Sin embargo, la las cosas y sus ideas; la indicación
so a la realidad. Sin hacer de tal ampliación del marco de la dialéctica de que d ebe de haber ta mbié n
lógica, como Hegel, una disciplina platónica tiene lugar propiamente, ideas de lo negativo y, ante todo,
metafísica, es obvio que algunas de más bien que en el Organon, en la una interrogación acerca de cómo las
sus partes no podrían ser entendidas ciencia del ser en cuanto ser, en ideas, situadas en un lugar suprace-
a menos que admitiéramos un su- la metafísica o, en los términos de leste, trascendentes al mundo, pueden
puesto de Aristóteles: el de que hay Aristóteles, la filosofía primera. La explicar el mundo. Esta última obje-
una correspondencia entre el pensar necesidad de una ciencia de esta ín- ción, enlazada con la crítica de la
lógico y la estructura ontológica. dole viene determinada por la nece- participación y de la imitación, es
Ello acontece inclusive en partes de sidad de estudiar, no una parte del el verdadero punto de partida de la
la lógica tan formales como la silo- ser, sino todo el ser, pero, bien enten- solución aristotélica, que si bien acepta
gística; el silogismo expresa, en efec- dido, el ser como ser, el ser en ge- las ideas platónicas, las trae, como se
to, a menudo, en Aristóteles, el mis- neral. Este ser conviene analógica- dice comunmente, del cielo a la
mo encadenamiento que existe en la mente a todas las cosas que son e tierra. La brusca y radical separación
realidad. Pero acontece todavía más inclusive al no ser, pero justamente entre los individuos y las ideas, entre
en la teoría del concepto (VÉASE ) y por esta universal conveniencia deben las existencias y las esencias o, si se
en la busca de los principios. Esto distinguirse rigurosamente sus espe- quiere, entre las existencias y unas
explica por qué dentro del marco del cies a fin de no convertir la filosofía supuestas esencias existentes, es para
Organon existen tan múltiples inves- primera en la ciencia única, al modo Aristóteles una falsa salvación de los
tigaciones, incluyendo la doctrina de de la ciencia de Parménides; la me- fenómenos; los fenómenos no quedan
las categorías (véase CATEGORÍA). tafísica no es la ciencia única, sino salvados y entendidos por la partici-
Al proponer esta doctrina, Aristóte- la primera, la ciencia de las primeras pación, sino por la radicación de la
les completa ese cerco o rodeo del causas y principios o, en otras pa- idea ( VÉASE ), de lo universal, en la
objeto que se había primitivamente labras, la ciencia de lo que verda- cosa misma. Entender las cosas es,
propuesto y que tendía sobre todo a deramente es en todo ser. Por eso la así, ver lo que las cosas son. Este ser,
evitar que escapara por las amplias filosofía primera es el saber de aque- que para Platón es mero reflejo, es, en
mallas de la dialéctica y de la llo a partir de lo cual toda cosa cambio, para Aristóteles, una reali-
definición al uso: el objeto queda, en recibe su ser y el saber del último fin dad; la cosa es, por lo pronto, sujeto,
efecto, apresado, primero por el a que el ser tiende. Ahora bien, el substancia de la que se enuncian las
acotamiento de los atributos y prin- marco de las investigaciones de la fi- propiedades. La substancia ( VÉASE )
cipalmente por la desde entonces clá- losofía primera rebasa el de la dia- es en este caso, no la esencia (VÉA-
sica definición por el género próximo léctica platónica, porque ésta muestra, SE) ni lo universal ni el género, que
y la diferencia específica. Mas queda al entender de Aristóteles, una radi- Aristóteles llama asimismo indistinta-
también apresado porque la catego- cal insuficiencia cuando pasa de la mente substancias, sino el sujeto, la
ría sitúa al objeto y lo hace entrar parte crítica a la parte realmente substancia primera, lo individual, la
en una red conceptual que va apro- constructiva y positiva. La teoría pla- auténtica existencia. La substancia es
ximándose cada vez más a sus prin- tónica de las ideas, de la cual cier- primordialmente aquello que existe,
cipios últimos. Estas categorías ex- tamente parte Aristóteles, corresponde mas lo que existe lo hace en virtud
presan en gran parte, como es notorio, acaso a una realidad del ser, pero no a de algo que constituye su esencia.
la estructura gramatical de las pro- toda la realidad. En las ideas se Decir algo de la substancia, del subs-
posiciones, pero las expresan no tanto alcanza una visión de la verdad a trato, es definirlo; de la substancia se
porque Aristóteles haya tenido en condición de sacrificar una porción predica, empero, la esencia, aquello
cuenta el lenguaje para su formula- de esta verdad que ninguna ciencia que la existencia es, aquello en que
131
ARI ARI ARI
consiste, su "qué" o quiddidad (VÉASE ) al ser potencial o posible de la materia. mente primera, del primer motor
o bien el accidente (v. ), lo que es, Forma es aquello hacia lo cual tiende lo (VÉASE), culmina en la afirmación de
pero de modo contingente. La esencia indeterminado, su finalidad, y por eso la forma pura, de aquello que es ne-
se halla en la substancia, porque es la forma ejerce sobre la materia una cesario por sí mismo y no, como en
aquello que hace de la substancia un atracción en virtud de la cual lo las demás cosas, dependiente y con-
"qué", un "algo que es", un objeto posible se convierte en real o formado. tingente. Lo absolutamente necesario
susceptible de ser conocido, pues sólo Más todavía; el ser de lo potencial es, es justamente aquello que no cambia,
la definición (VÉASE), la indagación de en rigor, ser actual; sólo por la lo inmóvil, lo que mueve sin ser mo-
la esencia, es conocimiento. La ciencia actualidad puede ser entendida la vido, lo que encuentra en sí mismo
es de este modo saber de lo esencial y existencia de la posibilidad. Pues, como su razón de ser. Esta absoluta exis-
universal, mas de lo universal el propio Aristóteles señala claramente, tencia es el acto puro, la forma de
predicado del sujeto; ciencia es, ante "es evidente que, según la noción, es las formas, el pensar del pensar, o,
todo, ciencia del ser (VÉASE). De todos anterior el acto: sólo porque puede como Aristóteles dice, la vida teóri-
modos, no debe en ningún caso actuar es la potencia una potencia. ca, el ser que no se mueve ni desea
suponerse que la metafísica es el Llamo, por ejemplo, capaz de construir o aspira como las cosas imperfectas,
unilateral fundamento de todo saber; al que quiere construir; dotado de la sino que permanece siempre constan-
precisamente lo que en gran parte vista, al que puede ver; visible a lo temente igual a sí mismo. El ensimis-
caracteriza a Aristóteles es su escasa que puede ser visto. El mismo mamiento del Dios aristotélico, el
inclinación a remontarse a los primeros razonamiento se aplica a todo lo demás, pensar sólo en sí mismo no es para
principios más de lo necesario. La de suerte que necesariamente la noción Aristóteles, empero, una manifesta-
metafísica es, en rigor, no la ciencia y el conocimiento del acto son ción de un egoísmo, sino de su abso-
del ser, sino la ciencia de aquello que anteriores al conocimiento de la luta subsistencia; Dios piensa sólo en
hace que las cosas sean; el ser o potencia". (Met., θ, VIII, 1049 b 10- sí mismo, porque no puede tener
esencia de las cosas, lo que hay en 20). Esta anterioridad se refiere, otro objeto superior en qué pensar.
ellas de universal, es al propio tiempo empero, a la noción, no al tiempo. Lo La filosofía de Aristóteles, que se
la forma y el acto. De ahí que, a que es, es propiamente el acto y la. inicia con el hallazgo de un instru-
diferencia de la dialéctica platónica, la forma, hasta tal punto que ella sirve mento para la ciencia y que culmina
metafísica aristotélica no sea una mera para determinar la realidad. Si hay en una metafísica a la cual se subor-
división del ser —concebido como usualmente acto y potencia, forma y dina la teología, la teoría del mundo
género— en especies — entendidas materia, es porque lo real oscila entre físico y la doctrina del alma ( VÉASE)
como flexiones del ente. Si hay, una pura potencia que es un no ser y como entelequia del cuerpo, se re-
ciertamente, en el aristotelismo, como una forma pura que es la única que dondea con una doctrina ética y polí-
en todo el pensamiento antiguo, una nada tiene recibido. De ahí tam-bién la tica cuyo intelectualismo no represen-
posición del ser —y del ser indisoluble unidad de la física, de la ta, sin embargo, el imperio de la
inmutable— como algo de lo cual en metafísica y de la teología aristotélicas. razón, sino de lo razonable. El ideal
cierto modo se desprende lo La física, como ciencia de las causas griego de la mesura se manifiesta de
existente, hay que tener en cuenta segundas, se apoya en los primeros modo ejemplar en una moral que es,
que tal posición es mucho menos principios de la metafísica, en la teoría ciertamente, enseñable, pero cuyo sa-
declarada, por diversos motivos, en de las causas, en la idea de la ber es insuficiente si no va acompa-
este último pensamiento. Justamente lo organización teleológica y organológica ñado de su práctica. Tal práctica se
que Aristóteles reprochará a Platón será del mundo. En ella se inserta el análisis sigue inmediatamente para el sabio
siempre la innecesaria duplicación de aristotélico del movimiento y del del reconocimiento de la felicidad a
las cosas y la tendencia a mantener devenir ( VÉANSE ), de tan decisiva que conduce el simple desarrollo de
alejadas las cosas de las ideas. influencia en la filosofía. Eternidad de la actividad racional humana, pues la
Aristóteles se enfrenta radicalmente la materia; infinita extensión del vida feliz es por excelencia la vida
con Platón en tanto que procura de pasado y del futuro; limitación espacial; contemplativa. Sin embargo, seria
veras entender y no sólo vagamente creación, por el movimiento circular equivocado concebir esta vida con-
explicar la génesis ontológica del esférico, del lugar ( VÉASE ) y de la templativa por mera analogía con
objeto. Tal génesis ya comenzaba a ser medida de lo temporal; incorporación la razón moderna. Por un lado, la
desarrollada en las últimas fases del como elementos de la concepción física vida contemplativa no es propiamente
platonismo, mas para que pudiera ser del mundo, de los resultados del exclusión de la acción, sino la
llevada a sus últimas consecuencias se examen científico, dado tanto por la propia acción purificada. Por otro
necesitaba la subordinación de lo que reflexión natural como por la natural lado, la vida contemplativa designa
era para Platón el pensamiento su- interpretación de los datos de los sobre todo la aspiración a un sosiego
perior: la dialéctica. De ahí la teoría sentidos: todo ello compone una física que sólo puede dar, no la absorción
del ser en potencia, del ser en acto, de en la cual se inserta la teología, no de todo en uno, sino la aniquila-
la forma y de la materia (véanse todos como saber de algo absolutamente ción de lo perturbador, de lo que
estos términos). La forma es lo que trascendente al ser, sino como la puede alterar esa inmovilidad y au-
determina la materia, lo que convierte culminación misma del ser. La tarquía que es la aspiración suprema
su indeterminación en realidad; es teología, que es la ciencia de la del sabio. El carácter aristocrático de
actualidad, ser actual frente causa absoluta- la ética y de la política aristotélicas
132
es la expresión de un ideal que, con
ARI ARI ARI
todo, no desdeña las realidades y las que los escritos exotéricos expresaban clasificación de Jaeger, pues se basa
pasiones humanas, que existen de un las opiniones falsas de los enemigos en el desarrollo de la doctrina del
modo efectivo y que deben ser objeto de Aristóteles, mientras que los es- alma del Estagirita desde la tesis del
de consideración moral y política. En critos esotéricos expresaban las opi- dualismo cuerpo-alma hasta la doc-
ellas se revela la característica niones verdaderas del propio Esta- trina del alma como entelequia del
fundamental del pensamiento aristo- girita). Varias teorías se han pro- cuerpo pasando por la teoría de la
télico: la gradación de las realidades puesto. Por ejemplo: (1) estaba des- colaboración entre cuerpo y alma.
y de los actos, la ordenación jerár- tinado al público y expresaba las Una tesis revolucionaria sobre la
quica de las diversas esferas, la su- ideas de Aristóteles de un modo in- obra de Aristóteles y, por consiguien-
bordinación de todo cuanto hay a exacto, mientras (3) estaba destina- te, sobre la imagen del Estagirita,
fines, pero siempre que tal subordi- do únicamente a los iniciados; (1) ha sido proporcionada en el no me-
dinación no exija la anulación de no fue escrito por Aristóteles; (1) ex- nos resonante libro de Joseph Zür-
aquello mismo que tiende a un fin presa la tendencia lírica y (3) la cher, S. J., Aristoteles' Werk und
a favor del fin mismo. En el mundo tendencia científica del Estagirita. Geist ( 1950), aunque conviene ad-
aristotélico aparece siempre la diver- En su resonante obra Aristóteles. vertir que algunas de sus tesis se ha-
sidad unida de raíz por una perfecta Grundlegung einer Geschichte seiner llan anticipadas en obras anteriores,
continuidad. Entwicklung (1923, trad. esp.: 1946), tales como los libros de L. Robin,
La exposición anterior de la doc- Werner Jaeger mostró que todas las J. Stenzel y M. Gentile sobre la con-
trina de Aristóteles ha sido de índole dificultades apuntadas obedecen a cepción de las ideas y números en
sistemática; deliberadamente hemos no haberse tenido en cuenta que el Platón y Aristóteles, el libro de E.
prescindido de tales cuestiones como pensamiento de Aristóteles experi- Frank sobre Platón y los llamados
(a) las distintas imágenes habidas en mentó una evolución articulada en pitagóricos y las obras de Harold
varias épocas de Aristóteles y su tres períodos: Atenas (368-348); Cherniss acerca del enigma de la an-
obra; (b) el problema del desarrollo Assos, Lesbos, Mitilene y la Corte de tigua Academia y la crítica de Aris-
de sus ideas y (c) la cuestión de la Macedonia (348-335, del cual es im- tóteles a Platón y a la Academia (re-
autenticidad de sus escritos. Diremos portante especialmente el de Assos, ferencias a estas obras en ACADEMIA,
para concluir algunas palabras sobre 348-345), y de nuevo Atenas (335- NÚMERO, PITAGÓRICOS ). Zürcher se-
estos puntos. Centraremos el 321). Cada período está caracteri- ñala que Aristóteles es autor solamente
problema en torno a la relación zado por cierto número de escritos. de un 20 o un 30 % del Corpus
entre los llamados escritos exotéricos Así, por ejemplo, Aristóteles escri- Aristotelicum o (3), que el resto es
(diálogos y Protréptico) y los llama- bió en el primer período los diálo- obra de Teofrasto, el cual trabajó
dos escritos esotéricos (tratados o gos (excepto el De philosophia) y el durante treinta años sobre materiales
Corpus Aristotelicum) y abreviare- Protrepticus, probablemente los li- dejados por el Estagirita, y que (1)
mos los mismos respectivamente con bros I y II de la Físico, partes de no es obra de juventud, sino de
las expresiones '(1)' y '(3)' de acuer- la Política, el libro III del tratado madurez, contrariamente a lo que
do con la clasificación seguida en la Sobre el alma; en el segundo perío- afirmó E. Bignone en su obra L'Aris-
bibliografía, a la que remitimos al do, ciertas partes de la Metafísica (A, totele perduto e la formazione filoso-
lector antes de proceder a leer lo Δ, K, 1-8, L excepto c. 8, M, 9-10, fica del Epicuro, 1936. Ello permite,
que sigue. N), el De philosophia, la Ética a Eu- según Zürcher, solucionar muchos
Desde los grandes escolásticos aris- demo, Libros III, IV, V, VIII de la problemas, de los cuales menciona-
totélicos del siglo XIII hasta bien en- Física, el tratado Sobre la genera- remos solamente los siguientes: el
trado el siglo XIX Aristóteles apa- ción y la corrupción; en el tercer pe- problema que presentaba el hecho
reció sobre todo como el autor de ríodo, la Meteorología, Sobre las par- de que ( 1 ) pareciera ser la obra de
(3). En cambio, se ha supuesto que tes de los animales, Libros I y II de un espíritu maduro; el problema de la
en la antigüedad, desde la muerte Sobre el alma, el c. 8 del libro Λ de frecuente referencia en (3) a (1);
del filósofo hasta la edición de (3) la Metafísica. En general, la tenden- el problema del famoso doble aspecto
por Andrónico de Rodas la imagen cia del desarrollo es, según Jaeger, o Doppelseitigkeit de (3); la exis-
del Estagirita estaba determinada por el paso de un platonismo fiel, a un tencia en (3) de términos estoicas
(1). Entre otras razones en favor de "platonismo reformado", a una ten- y de expresiones que asimismo se
esta última opinión se han mencio- dencia fuertemente especulativa y, hallan en Euclides; el hecho de que
nado los hechos de que Cicerón pa- finalmente, a una etapa empírica y los escritos atribuidos a Teofrasto
rece atenerse especialmente a (1) y naturalista. Análogos trabajos reali- tengan el mismo estilo que los escritos
de que (1) fue asimismo (como ha zados en favor de la tesis de la evo- atribuidos a Aristóteles. A ello po-
indicado E. Bignone) el aristotelis- lución del pensamiento de Aristóteles dríamos agregar el problema plantea-
mo absorbido y criticado por Epi- han sido realizados por el discípulo do por "la lógica de Teofrasto" tal
curo. Esto parece hoy mucho más de Jaeger, Friedrich Solmsen, en lo como ha sido tratada por I. M. Bo-
dudoso, pero el problema de la re- que toca a la lógica y a la retórica chenski y a que nos hemos referido
lación entre ( 1 ) y ( 3 ) ha preocupado (Die Entwicklung der aristotelischen en el artículo sobre el discípulo del
mucho a los eruditos durante los úl- Logik und Rhetorik, 1929) y por F. Estagirita. Las tesis de Zürcher no
timos cien años (como ya había Nuyens (L'évolution de la psycholo- dejan de ofrecer graves dificultades,
preocupado a Alejandro de Afrodi- gie d'Aristote, 1948), si bien este algunas de las cuales han sido su-
sia, quien llegó a la conclusión de último cambia en muchos puntos la brayadas ya por varios investigado-
133
ARI ARI ARI
res de Aristóteles. No obstante, su b) Filosofía natural: 1. Fusika/ frecuentemente reimpresa; la edición
obra representa, después de la de Fusikh\ a)xro/asij;Physica, en 8 li- griega editada en Venecia por vez
Jaeger, la más grande contribución bros. 2. Peri\ ou)ranou=. De caelo, en 4 primera en 1495-98 y luego reela-
durante este siglo a la investigación libros. 3 Peri\ gene/sewj kai\ fqora =j, De borada por Erasmo y Simon Gry-
de las cuestiones aristotélicas. Las generatione et corruptione, en 2 li- naeus, 1531 (la misma edición, en
bros. 4. Metewrologika/ , Meteorologi- su tercera impresión de 1550, en
tesis de Zürcher, dicho sea de paso, ca, en 4 libros. Se suele incluir en Basilea, es llamada la Isengriniana
aunque parezcan más revoluciona- este apartado el libro Peri\ ko/smou, De por el nombre del coeditor, Isen-
rias que las de Jaeger, resultan en mundo, un tratado pseudo-aristotélico grin); la edición de Camotius, de
el fondo más conservadoras, pues al que nos hemos referido separa- 1551-53, reeditada por Sylburg en
coinciden en parte con más anti- damente. Véase DE MUNDO. 1584, y por Casaubonus con texto
guas tradiciones, especialmente las (c) Psicología: 1. Peri\ yuxh=j, griego y latino en 1590.
que subrayaban que el Estagirita era De anima, en 3 libros. 2. Los Parva La edición que hoy sirve de base
principalmente el autor de (1) y naturalia, que comprenden: Ι. Peri\ a todas las impresiones de Aristóte-
que, por lo tanto, debía de haber ai)sqh/sewj kai\ ai)sqhtw=n, De sensu et les y por la cual se cita el Estagirita
habido poca evolución en su pensa- sensibili. — II. Peri\ mnh/mhj kai\ (número de la página, columnas —a
a)namnh/sewoj o b— y línea) es la gran edición de
miento. De memoria et reminiscentia. — I. Bekker, publicada por la Academia
Según W. D. Ross, las obras de III. Peri\ u)/pnou, De somno. — IV. de Ciencias de Berlín: Aristotelis
Aristóteles pueden ser clasificadas Peri\ e)nupi/nwn, De insomniis. — V. Opera, Berolini, 1831-70 en 5 vols.
en tres secciones: (1) Obras desti- Peri\ th=j kaq) u(/p nou mantikh=j , De Los vols. I y II contienen el texto,
nadas a un público relativamente ex- divinatione per somunm. — VI, editado por Bekker; el vol. III
tenso; (2) Colecciones de materia- Peri\ makrobio/thtoj kai\ contiene traducciones latinas del
les, probablemente compilados por braxubio/thtoj, De lon- Renacimiento (Pacius, Argyropoulo,
los discípulos del Estagirita bajo su gitudine et brevitate vitae. — Vatable, Bessarion, etc.; el vol. IV
dirección; (3) Obras filosóficas y VII. Peri\ zwh=j kai\ qana/tou, De contiene una serie de Scholia, edi-
científicas redactadas por él mismo. vita et morte. — VIII. Peri\ a)napnoh=j, tados por Ch. A. Brandis e incorpo-
Procedemos a dar una lista de estas De respiratione. Se suele incluir en el rados luego a los Commentaria ci-
producciones, pero llamamos la aten- Corpus el tratado Peri\ tados en Aristotelismo ( VÉASE ); el
ción del lector sobre lo que hemos pneu/ m atoj, De spiritu, que se vol. V (1870) contiene los Frag-
escrito al final del presente artículo considéra pseudo-aristotélico. mentos recogidos por V. Rose y el
respecto a las cuestiones de crono- (d) Biología: 1. Peri\ Index Aristotelicus, de II. Bonitz. —
logía y autenticidad. zw|= a i(s tori/a i Reed. de esta edición: Editio altera
( 1 ) A esta sección pertenecen los Historia animalium, en 10 libros addendis instruxit, fragmentorum co-
diálogos Peri\ filosofi/aj, De philoso- (parte de ellos es probablemente llectioncem retractavit O. Gigon, I-II,
phia; Eu)/dhmoj, o Peri\ yuxh=j , Eude- pseudo-aristotélica). — 2. Peri\ 1959; IV-V, 1960; III, 1961. —
mus o de anima; Politiko/j , Politi- zw|=wn mori/wn De partibus Otra edición de Aristóteles es la de
cus; los dos escritos sobre las ideas animalium, en Firmin Didot (Paris), 4 vols., 1848-
platónicas Peri\ i)dew=n, De ideis, y Peri\ 4 libros. — 3. Peri\ zw|=wn kinh/sewh, 69, con un quinto volumen (1874)
ta/gaqou=.. De bono, y el Protrepti-cus o De motu animalium. — 4. Peri\ de índices. Muchos de los textos están
Exhortación (a la filosofía), dirigida porei/ aj zw|=wn, De incessu en ediciones de Teubner, y Loeb y la
a Temisón, príncipe de Chipre. animalium. — 5. serie de Guillaume Budé. Ediciones
(2) A esta sección pertenece la Peri\ zw| /wn gene/ sewj, De en español de varios textos en la
colección de las 158 constituciones, generatione animalium, en 5 libros. Biblioteca Mexicana Scriptorum
de las que nos queda la de Atenas, (e) Metafísica: Ta\ meta\ latinorum et romanorum y en la serie
) A qhnai/ wn politei/ a , el libro K ta\fusika/ Metaphysica, (véanse del Instituto de Estudios Políticos
de la ANDRÓNICO DE RODAS y METAFÍSICA). (Madrid). Entre ediciones especiales
Metafísica. Hubo probablemente (f) Ética: 1. (Hquka\ Nikoma/xeia de textos destacan las siguientes
otras compilaciones científicas e his Ethica Nicomachea, en 10 libros. — (algunas de ellas con traducciones y
tóricas hoy perdidas. 2. (Hqika\ mega/la ', Magna Moralia, otras con comentarios): (1) Lógica:
(3) A esta sección pertenece lo en 2 libros. — 3. (Hqika\ Eu)dh/mia. Organon ( J. Pacius, 1597), Th. Waitz
que se llama propiamente el Corpus Ethica Eudemia, en 4 libros. De (Leipzig, 1844-1846; reimp. 1962;
Aristotelicum, en el cual se basan hecho, hay 7 libros, pero 3 de Prior and Posterior Analytics (W. D.
casi todas las exposiciones de la obra ellos coinciden con otros 3 de [1]. Ross, 1949, 2 vols.); Categoriae et Liber
de Aristóteles, y al cual hay que ate Como auténticamente aristotélico de interpretatione (L. Minio-Paluello,
nerse aun admitiendo que hay parte puede asegurar se sólo [1]. 1949); Topica et Sophistici Elenchi (W.
de verdad en las tesis recientes de (g) Política y Economía: 1. D. Ross, 1958). 2. Filosofía natural,
Zürcher sobre la paternidad de Teo- Politika/ , Politica, en 8 libros. Oiko biología y psicología: Phy-sica (J.
frasto para buena parte del Corpus. nomika/ Oeconomica, en 3 libros. Pacius, 1596); Physics (W. D. Ross,
Siguiendo la habitual clasificación (h) Retórica y Poética: 1. Te/knh 1936); De caelo, De gen, et corr.,
por materias, el Corpus comprende (rhtorkih/, Rhetorica, en 3 libros. Meter., De mundo, Parva Natu-ralia
las siguientes obras: Peri\ poihtikh=j, Poetica. La (J. Pacius, 1601); De cáelo (D. J. Alian,
(a) Obras lógicas, que constitu- Retórica a Alejandro (Rhtorikh\ pro\j 1936); De generatione et co-rruptione
yen el llamado Organon: 1 )Ale/can-dron, ha sido (H. H. Joachim, 1922); Historia
Kathgori/ai Categoriae. 2. Peri\ considerada durante mucho animalium (H. Aubert, F. Wimmer,
e(rmhnei/aj, De in-terpretatione. 3. tiempo como apócrifa, pero 1868, 2 vols.); De genera-tione
)Analitika\ protera y u(/stera, Zürcher la admite como uno de los animalium (íd., íd., 1860); De anima
Analytica priora y posteriora (véase pocos escritos auténticos de Aris- (J. Pacius, 1596; F. A. Tren-
ANALÍTICOS ). 5. Topika/, Topica. 6. tóteles. delenburg, 1877; G. Rodier, 1900;
Peri\ sofistikw=n, De las muchas ediciones de Aristó-
teles antes de la de Bekker a que
nos referiremos luego, mencionare-
ros las principales: la traducción la-
tina, con comentarios de Averroes,
editada en 1489 por vez primera y
134
ARI ARI ARI
Ed. (con detallado comentario) del employés par les docteurs scolasti- tiene exposiciones y análisis de inte-
De anima, por David Ross, 1961. ques, revue et augmentée par Char- rés general). — M. D. Philippe, O. P.,
(3) Metafísica: Metaphysica (A. les Jourdain, 1843. — J. Moraux, Les Initiation à la philosophie d'A., 1956.
Schwegler, 1874-8, 4 vols.; H. Bonitz, listes anciennes des ouvrages d'Aris- — George Boas, "Some Assump-tions
1848-9, 2 vols., reimp., 1960; W. D. tote, 1951. of Aristotle", Transactions of the
Ross, 1924, 2 vols.; W. Jaeger, Sobre la vida (textos, comentarios, American Philosophical Society, N. S.
1957). (4) Ética, política, retórica notas ) : Ingemar Düring, Aristotle in XLIX ( 1959), 5-92; hay ed. separada,
y poética: Eth. Nico. (A. Grant, the Ancient Phïlosophical Tradition, 1959. — John Hermán Randall, Jr.,
1885, 2 vols.; I. Bywater, 1890; J. 1957 (Studia Graeca et Latina Go- Aristotle, 1960. — Friedrich Solmsen,
Burnet, 1900); Eth. Eud. (A. T. H. thoburgensia). Aristotle's System of the Physical
Fritzsche, 1851); Pol. (F. Susemihl, Sobre los fragmentos: E. Bignone, World. A Comparison with His Pre-
1879); W. L. Newman, 1887-1902, op. cit. de 1936. — J. Bidez, un sin- decessors, 1960 [Cornell Studies in
4 vols.); Rhet. (L. Spengel, 1867, gulier naufrage littéraire dans l'Anti- Classical Philology, 33].
2 vols.; E. M. Cope y J. E. Sandys, quité. A la decherche des épaves de ARISTOTELISMO. En el artículo
1877, 3 vols.; W. D. Ross, 1959); l'Aristote perdu, 1934. — P. Wilpert, Peripatéticos ( VÉASE) hemos mencio-
Poet. (J. Vahlen, 1885; I. Bywater, Zwei aristotelische Frühschriften über
1909; A. Rostagni, 1927; A. Gude- die Ideenlehre, 1949. — Paul Mo- nado los principales filósofos de la
man, 1934). — Para los fragmentos, raux, la recherce de l' Aristote perdu. época helenística que pueden ser
además de la citada edición de V. Le dialogue "Sur la justice", 1957. — considerados como aristotélicos en
Rose, véase la edición de fragmentos W. Gerson Rabinowitz, "Aristotle's sentido estricto. En modo alguno agota
de los diálogos: Dialogorum Frag- Protrepticus and the Sources of Its esto la mención de la influencia
menta, por R. Walzer, 1964; reimp. Reconstruction", I (1957) (Univer- ejercida por Aristóteles, ni siquiera
1962. sity of California Pub. in Classical en la Antigüedad. Esta influencia ha
Las traducciones son muy nume- Philology, XVI, 1, pags. 1-96). — sido constante en el pensamiento
rosas; mencionamos solamente las de Ingemar Düring, Aristotle's Protrepti- de Occidente, inclusive en filósofos
E. Rolfes (al alemán), H. Bonitz cus. An Attempt at Reconstruction,
(Metafísica, al alemán), W. D. Ross 1961. — Además, las obras de Jaeger que la tradición posterior ha consi-
y otros autores (toda la obra, al in- y Zürcher mencionadas. derado adversarios en principio del
glés), O. Hamelin (la Física, al Muy numerosas son las obras so- aristotelismo. Es lo que ocurre, por
francés), J. Tricot (el Organon, Me- bre Aristóteles. En el artículo nos he- ejemplo, con Plotino. Aunque sería
tafísica, Ética a Nicómaco y otras mos referido ya a los trabajos prin- erróneo considerarlo simplemente
obras, al francés, las de J. D. García cipales de los últimos decenios sobre como un aristotélico —en cierto modo,
Bacca, A. Tovar, J. Marías y M. Arau- la evolución de las ideas del Estagi- y si nos atenemos a lo más original
jo (varias obras, al español). Eds. rita, autenticidad de sus escritos y de su doctrina, es tan poco un aristo-
bilingües de varios vols. pub. por el temas relacionados con ellos. En
Instituto de Estudios Políticos (Ma- otros artículos hemos mencionado télico como un platónico—, es fácil
drid): La Constitución de Atenas; obras sobre distintos aspectos de Aris- comprobar que la elaboración de los
La Política; La Retórica; Ética a Ni- tóteles (v. gr. en Silogismo [VÉASE ]). elementos aristotélicos en las Enéadas
cómaco. Varios artículos se refieren a obras alcanza a veces proporciones consi-
Para índices, además del citado de de Aristóteles (v. gr. Analíticos, Or- derables, y que con frecuencia se in-
H. Bonitz, ver: M. Kappes, Aristó- ganon [VÉANSE ]). Aquí nos limitare- clina más bien a la solución aristo-
teles Lexikon, 1894; T. W. Organ, mos a mencionar algunas obras sobre télica que propiamente platónica de
An Index to Arístotle, 1946. Hay ín- el Estagirita que pueden considerarse algunos problemas. Si tomamos el
dices más antiguos: por ejemplo, ya como exposiciones generales de su fi- término 'aristotelismo' en el sentido
Fray Francisco Ruiz (siglo XVI) ha- losofía. Hay que agregar a ellas las
bía publicado un Index locupletissi- obras de los investigadores aristoté- más amplio posible, nos veremos obli-
mus (duobus tomis digestus, in Aris- licos del siglo pasado (F. Trendelen- gados a reconocer que su huella está
totelis Stagiritae Opera), 1540, con burg, H. Bonitz, F. Ravaisson, K. L. patente dondequiera. Ahora bien,
conceptos no sólo de Aristóteles, sino Michelet). conviene tomar el término en una
también de intérpretes y comentaris- Dichas obras son: C. Piat, A., 1903. significación más restringida si se
tas, especialmente del Renacimiento. — F. Brentano, A. und seine Wel- quiere por lo menos tener una idea
También hay un Index locupletissi- tanschauung, 1911. — A. Goede- de lo que significa el aristotelismo en
mus in Metaphysicam Aristolelis, en ckenmeyer, Die Gliederung der aris- Occidente. Esto se advierte, por lo
las Disputationes metaphysicae, de totelischen Philosophie, 1912. — Íd., pronto, en la importancia de los co-
Suárez. — Para bibliografía: M. íd., Aristoteles, 1922. — O. Hame
Schwab, Bibliographie d Aristote, lin, Le système d'A. (t. esp.: El mentarios griegos a Aristóteles que,
1896; M.-D. Philippe, O.P., Aristo- sistema de Aristóteles, 1943). — aunque no realizados siempre, ni
teles (Bibliographische Einführungen W. D. Ross, Arístotle, 1923, 5a ed., mucho menos, por aristotélicos en
in das Studium der Philosophie, ed. 1953 (trad. esp., Aristóteles, 1957). sentido estricto, representan forzosa-
I. M. Bochenski, vol. 8, 1948). — E. Rolfes, Die Philosophie des mente una elaboración y difusión del
Sobre trasmisión de escritos, tra- A. als Naturerklärung und Weltan- aristotelismo. Señalamos en la biblio-
ducciones latinas y catálogos de schauung, 1923. — M. D. Roland- grafía de este artículo los autores
obras: R. Shute, On the History of Gosselin, A., 1928. — A. von Pauler,
A., 1933. — W. Broecker, A., 1935. principales tal como constan en la
the Process by which the Aristotelian edición de los Commentaria in Aris-
Writings arrived at their Present — A. E. Taylor, A., 1943. — L. Ro
bin, A., 1944. — D. J. Alian, The totelem Graeca, decisiva para cono-
Form, 1888. — A. Jourdain, Recher- Philosophy of A., 1952. — Varios
ches critiques sur l'âge et l'origine des cer no sólo el destino del aristote-
traductions latines a Aristote et sur autores, Autour d'Aristote, 1955 (tra lismo, sino también el destino de
des Commentaires Grecs ou Arabes bajos en honor de A. Mansión; con- varias ideas que permanecieron sote-
135
ARI ARI ARI
iradas hasta fines de la Edad Media. la llamada Escuela de Oxford ( VÉA- fecha. Respecto a este último punto
Es lo que ocurre, para mencionar SE), comentarios que se basaban en nos limitaremos a llamar la atención
sólo un caso significativo, con el con- parte en la interpretación aristoté- sobre el hecho de que la producción
cepto del impetus, tal como lo ela- lica de Avicena. Finalmente, y sobre aristotélico-escolástica no quedó de-
boró Juan Buridán a base de los todo, la interpretación de San Al- tenida en el siglo XVIII, sobre el
comentarios aristotélicos de Juan Fi- berto el Grande y Santo Tomás. La resurgimiento de la neoescolástica,
lopón. Pero lo que se ha llamado condena, en 1277, por el Arzobispo sobre algunos rasgos aristotélicos en
el aristotelismo en Occidente apa- de París, Esteban Tempier, de una ciertos momentos del idealismo (así,
rece más bien de manera explícita serie de proposiciones, condena desti- en Hegel), y en varios pensadores
cuando, por el rodeo de varios pen- nada a detener la difusión del aristo- contemporáneos (Whitehead, Nico-
sadores árabes y judíos y por las telismo, es, desde luego, un momento lai Hartmann), y sobre las investiga-
traducciones hechas en Toledo, co- central en esta disputa, aunque ciones aristotélicas en el curso de los
menzaron a conocerse de nuevo los debe tenerse presente que lo que se siglos pasado y actual (Trendelen-
escritos completos del Estagirita. La condenaba no era propiamente el aris- burg, Michelet, Ravaisson, Brentano,
historia de este conocimiento es muy totelismo, sino el averroísmo. Lo mis- H. Bonitz, O. Hamelin, H. Maier,
compleja y no ha sido todavía ente- mo ocurre con las proposiciones pro- W. D. Ross, J. Lukasiewicz, W. Jae-
ramente dilucidada. Mientras unos hibidas, el mismo año, por el Arzo- ger, F. Nuyens, J. Zürcher, etc., etc.)
sostienen que sólo en París comen- bispo de Canterbury, Ricardo Kil- — si bien este último aspecto no
zaron a comentarse ampliamente los wardby, prohibición renovada en puede ya considerarse como una parte
escritos completos de Aristóteles, con 1284 por Juan Pecham. Ahora bien, del aristotelismo a menos que in-
inclusión de la lógica y la física, otros el aristotelismo —en el amplio sen- cluyamos en él la investigación eru-
mantienen que fue en Oxford donde tido que tiene aquí este término— dita y la interpretación histórica
se inició este más completo conoci- no fue detenido por ello. Por el sobre el Estagirita.
miento y comentario. En todo caso, contrario, solamente a medida que De los siglos XVI y XVII
puede decirse que desde comienzos su asimilación se hizo más completa mencionaremos dos importantes
del siglo XIII se desarrolla una espe- se creyó haber podido eliminar grupos de corrientes aristotélicas. El
cie de batalla en torno a Aristóteles. mejor los aspectos averroístas del primero es el de los llamados
Es conocida la resistencia que se mismo. La llamada fusión aristoté- aristotélicos italianos, principalmente
opuso al principio a la propagación lico-escolástica —que a través de los centrados en la Universidad de
de la obra aristotélica, particular- muy complejas vicisitudes ha llegado Padua, y que se diversificaron en
mente de los escritos físicos y meta- hasta nuestros días— alcanzó por alejandrinistas o partidarios de la
físicos. No hay que sorprenderse de ello muy señalados triunfos; como interpretación de Alejandro de
ello si se tiene en cuenta que, como lo ha señalado de Wulf, el peripa- Afrodisia y averroístas o partidarios
señala Gilson, "la adopción del peri- tetismo penetró inclusive en medios de la interpretación de Averroes. Los
patetismo por los teólogos fue una agustinianos que antes habían sido más significados aristotélicos de este
verdadera revolución en la historia enteramente refractarios a él. Ello grupo son Augusti-nus Niphus
del pensamiento occidental". Es in- no significa, por lo tanto, que hubiera (Agostino Nifo, 1473-1546),
necesario para ello admitir, como hace elementos aristotélicos sólo en el Alexandrus Achilinus (Ales-sandro
Matthias Baumgartner, que San tomismo: a muchas otras corrientes Achilini, "t 1518), el célebre
Alberto el Grande y Santo Tomás, (por ejemplo, el escotismo) alcanzó alejandrinista Pomponazzi, su discí-
en quienes culmina este movimiento, la influencia del Estagirita. Lo mis- pulo Simón Porta (t 1555), el discí-
realizaran, como dice, "la aristoteli- mo cabe decir, claro está, del ave- pulo de éste Andrea Caesalpinus o
zación fundamental y metódica de rroísmo ( VÉ ASE ) latino. Por otro Cesalpino, el gran comentarista de
la filosofía y la teología". Así como lado, tampoco el aristotelismo quedó Aristóteles Jacobo Zabarella (1532-
se reconoce hoy que el aristotelismo detenido en el Renacimiento no obs- 1589) —cuyas Opera logica, 1a ed.,
tuvo un más amplio campo y más tante las notorias reacciones contra ¿1578?, ed. posterior, 1623, consti-
numerosas vías de introducción que el abuso del philosophus en que fue- tuyen una importante contribución
las citadas, se admite a la vez que ron pródigos muchos humanistas, es- a la interpretación de Aristóteles en
la citada "aristotelización" no con- cépticos, místicos, etc. Nos referi- sentido clásico, y a quien se deben
sistió en una mera adopción universal remos someramente sólo a algunas de asimismo notables comentarios a la
y sistemática de Aristóteles. Para las más notables influencias durante física, a los libros sobre el alma y
mencionar sólo los aspectos más im- los siglos XVI y XVII, a los escritos naturales—, el discí-
portantes del destino de Aristóteles prescindiendo, por la complejidad del pulo de Zabarella, Caesar Cremoni-
en Occidente en la época que nos asunto, de la persistencia de temas nus (Cesare Cremoni, 1550-1631) y
ocupa, señalaremos los siguientes as- aristotélicos en varios pensadores en parte Lucilio Vanini (1585-1619).
pectos. En primer lugar, la impor- considerados como específicamente El segundo grupo está constituido
tancia que adquirió uno de los más modernos (el caso de Leibniz sería por el florecimiento de la escolástica
grandes comentaristas de Aristóte- aquí, naturalmente, el más a fines del XVI y siglo XVII, floreci-
les, Averroes, "che'l gran commenta significado, aunque no habría que miento en el cual intervinieron de
feo", según la conocida expresión de olvidar el de Spinoza o el de la un modo decisivo los escolásticos es-
Dante. En segundo lugar, los comen- relación entre Descartes y la pañoles y portugueses (Francisco
tarios de los maestros franciscanos de escolástica), y de la influencia del Toledo, Benito Pereira, Gabriel Váz-
aristotelismo desde el siglo XVIII a quez, Rodrigo de Arriaga, Pedro
la
136
ARI ARI ARI
Hurtado de Mendoza, Gregorio de Grabmann, I Papi del Duecento e X. Simpl. in Physicorum, libros V-VIII,
Valencia, Luis de Molina, entre los l'Aristotelismo, I, 1941; II, 1946. — ed. H. Diels, 1895. XI Simpl de
jesuítas, pronto conocidos por la in- Bruno Nardi, Saggi sull'aristotelis-mo anima, ed. M. Hayduck, 1882.
clinación al "suarismo", que repre- padovano del secolo XIV al XVI, 1958 XII, 1 Olympiodori Prolegomena et
sentaría el momento de la recapitu- [Studi sulla tradizione aristotelica in Categorias commentaria, ed. A.
lación, y otros filósofos, tanto domi- nel Veneto, I] (se estudian, entre Busse, 1902. XII, 2 Olymp. in Me-
otros, Pietro d'Abano, Paolo Ve-neto, teora, ed. W. Stüve, 1900. XIII, 1
nicos como agustinos, tales como Nicoletto Vernia, Pico della Mirandola, Ioannes Philoponus (olim Ammonius)
Francisco de Vitoria, Domingo de Alessandro Achillini).— John Hermán in Categorías, ed. A. Busse, 1898.
Soto, Melchor Cano, Domingo Bá- Randall, Jr., The School de Padua XIII, 2 Ioan. Philop. in Analytica
ñez, Tomás de Mercado, Diego de and the Emergence of Modern Priora, ed. M. Wallies, 1905. XIII 3
Zúñiga, Francisco Zumel, Pedro de Science, 1961 (Pietro d'Abano, Ja- Ioan. Philop. in Analytica Posteriora
Oña, etc., etc.). La influencia de copo da Forli, Ugo Benzi, Agostino cum Anonymo in librum II, ed. M.
esta escolástica, particularmente por Nifo et al.). — Para la evolución de Wallies, 1909. XIV, 1 Ioan. Philop.
intermedio de las obras que mencio- las obras lógicas de Aristóteles en el in Meteoro, ed. M. Hayduck, 1901.
naremos luego, sobre la filosofía mo- mundo árabe, véase Ibrahim Madkour, XIV, 2 Ioan. Philop. de generatione
derna, y especialmente sobre Leibniz, L'Organon d'Aristote dans le monde et corruptione, ed. H. Vitelli, 1897.
ha sido ya repetidamente reconocida. arabe, 1934. — Los Commentaria in XIV, 3 Ioan. Philop (Michael Ephe
Así, la evolución del aristotelismo Aristotelem Graeca mencionados en el sius) de generatione animalium, ed.
texto han sido publicados por la Aca- M. Hayduck, 1903. XV Ioan. Philop.
—sobre todo el derivado de los Co- demia de Ciencias de Berlín desde de anima, ed. M. Hayduck, 1897.
nimbricenses ( VÉASE), Curso com- 1882, y el llamado Supplementum XVI Ioan. Philop. in Physicorum li
plutense (v.), Collegium salmanticen- Aristotelicum por la misma Academia bros I-III, ed. H. Vitelli, 1887. XVII
se (véase SALAMANCA [ESCUELA DE ]), desde 1885. Damos a continuación los Ioan. Philop. in Physicorum libros
las Disputationes de Suárez, 1597, y títulos de los tomos, conservando los IV-VIII, ed. H. Vitelli, 1888. XVIII,
el Cursus philosophicus de Rodrigo nombres latinos, aunque debe tenerse 1 Elias (olim David) in Porphyrii
de Arriaga, 1632— a lo largo de la presente que en los artículos dedica- Isagogen et Aristotelis Categorias, ed.
época moderna mostraría probable- dos a varios de los filósofos citados he- A. Busse, 1900. XVIII, 2 Davidis
mente de ésta una imagen menos mos dado los nombres transcritos en Prolegomena et in Porphyrii Isago
"rupturista" y más continua que la español (así, por ejemplo, Juan Fi- gen comment., ed. A. Busse, 1904.
habitual. No menos cabría mencionar lopón para Ioannes Philoponus, Sim- XVIII, 3 Stephanus de interpreta
bajo este respecto la producción filo- plicio para Simplicius, etc.). I Ale- tione, ed. M. Hayduck, 1885. XIX,
xandrus in Metaphysica, ed. M. Hay- 1 Aispasius in Ethica, ed. G. Heylbut,
sófica escolástico-aristotélica en el duck, 1891. II, 1 Alex, in Priora Ana- 1889. XIX, 2 Heliodorus in Ethica,
curso del siglo XVIII, por no decir lytica, ed. M. Wallies, 1883. II, 2 ed. G. Heylbut, 1889. XX, Michael,
nada del resurgimiento escolástico del Alex, in Topica, ed. M. Wallies, 1891. Eustratius, Anonymus in Ethica, ed.
siglo XIX, al cual nos hemos referido II, 3 Alex. (Michael Ephesius) in G. Heylbut, 1892. XXI, 1 Eustratius
en otros artículos (véase NEO-ESCO- Sophisticos elenchos, ed. M. Wallies, in Analyticorum Posteriorum lib. II,
LÁSTICA, NEOTOMISMO). En cuanto al 1898. III, 1 Alex, de sensu, ed. P. ed. M. Hayduck, 1907. XXI, 2 Ano
segundo de los aspectos antes men- Wendïand, 1901. III, 2 Alex, in Me- nymus et Stephanus in Artem rhe-
cionados, y aparte las influencias de teora, ed. M. Hayduck, 1899. IV, 1 toricam, ed. H. Rabe, 1896. XXII,
los temas aristotélicos en varios pen- Porphyrii Isagoge et in Aristotelis 1 Michael Ephesius in Parva Natu-
sadores, se podrían mencionar como Categorias comm., ed. A. Busse, 1887. ralia, ed. P. Wendïand, 1903. XXII, 2
ejemplo lo que hay de aristotelismo IV, 2 Dexippus in Categorias, ed. A. Mich. Eph. in libros de partibus ani
en ciertos momentos del idealismo y Busse, 1888. IV, 3 Ammonius in malium, de animalium motione, de
Porphyrii quinque voces, ed. A. Bus animalium incessu, ed. M. Hayduck,
los explícitos "retornos a Aristóteles", se, 1891. IV, 4 Ammonius in Cate 1904. XXII, 3 Mich. Eph. in Ethic.
no sólo por parte de las comentes gorias, ed. A. Busse, 1895. IV, 5 lib. V, ed. M. Hayduck, 1901. XXIII,
neoescolástícas, sino también por parte Amm. de interpretatione, ed. A. Bus 1 Sophoniae in libros de anima para-
de algunos de los principales inves- se, 1897. IV, 6 Amm. in phrasis, ed. M. Hayduck, 1883. XXIII,
tigadores de la doctrina del Estagirita. Analytica 2 Anonymi Categoriarum paraphra-
Véase S. Tálamo, L'Arístotelismo Priora, ed. M. Wallies, 1899. V, 1 sis, ed. M. Hayduck, 1883. XXIII,
nella storia della filosofía, 1873, 3a Themistius in Analytica posteriora, 3 (Themistii) paraphrasis in Analy
ed. 1900. — W. Turner, Aristotle in ed. M. Wallies, 1900. V, 2 Themistius tica Priora, ed. M. Wallies, 1884.
Relation to Medieval Christianity, in Physica, ed. H. Schenkl, 1900. XXIII, 4 Anonymi in Sophisticos
1911. — John L. Stocks, Aristotelia- V, 3 Them. de anima, ed. R. Heinze, elenchos paraphrasis, ed. M. Hay
nism, 1925 (trad. esp.: El aristotelis- 1899. V, 4 Them. de caelo Hebraice duck, 1884. — El citado Supplemen
mo y su influencia, 1947. — F. van et Latine, ed. S. Landauer, 1902. tum Arístotelicum consta de los si
Steenberghen, Aristote en Occident. V. 5 Them. in Metaphs. libr. A para- guientes volúmenes: I, 1 Excerptorum
phrasis Hebraice et Latine, ed. S. Constantini de natura animalium li-
Les origines de l'aristotélisme parisien, Landauer, 1903. V, 6 Them. (So- bri duo. Aristophanis historiae ani
1946 (reimpresión, con pocos cambios, phonias) in Parva Naturalia, ed. P. malium epitome subiunctis Aeliani
del cap. II de la obra del mismo autor Wendïand, 1903. VI, 1 Syrianus in Timothei aliorumque eclogis, ed.
sobre Siger de Brabante, citada en la Metaphysica, ed. G. Kroll, 1902. VI, Spyridon P. Lambros, 1885. I, 2
bibliografía de este filósofo. Hay trad. 2 Asclepius in Metaphysica, ed. M. Prisciani Lydi quae extant, Meta-
inglesa: Aristotle in the West. The Ori- Hayduck, 1888. VII Simplicius de phrasis in Theophrastum et Solutio-
gines of Latin Aristotelianism, 1955, caelo, ed. J. L. Heiberg, 1894. VIII num ad Chosroem liber, ed. I. Bywa-
que contiene algunas importantes mo- Simpl. in Categorias, ed. C. Kalb- ter, 1886. II Alexandri Aphrodisien-
dificaciones y agregados). — Martin fleisch, 1907. IX Simpl. in Physico- sis praeter commentaria scripta mi-
rum libros I-IV, ed. H. Diels, 1882.
137
ARI ARI ARM
nora, ed. I Bruns: 1 De anima liber y proporcionan importante luz sobre pecialmente las de Alcmeón de Cro-
cum mantissa, 1887. 2 Quaestiones. el método de investigación usado en tona— en las comentes del neopi-
De fato. De mixtione, 1892. III, 1 la escuela de los peripatéticos. tagorismo (VÉASE), sino también en
Anonymi Londinensis ex Aristotelis Texto griego y trad. alemana de filósofos de las escuelas de Platón
Iatricis Menoniis et aliis medicis eclo- la obra de Aristoxeno sobre rítmica:
gae, ed. H. Diels, 1893. III, 2 Aris- y Aristóteles, como es el caso en Es-
totelis res publica Atheniensium, ed. Grundzüge der Rhytmïk, ed. H. peusipo y Jenócrates y en particular
F. G. Kenyon, 1903. — Las tra- Feussner, 1840. — Elementa rhytmi- en el aristotélico Aristoxeno de Ta-
ducciones medievales (a veces con cae fragment., ed. J. Bartels, 1854.— rento. También encontramos ejem-
comentario) de Aristóteles son pu- (Aristoce/nou a(rmonikw=n ta\ plos de la influencia de la idea de
blicadas en la colección llamada Aris- sw|zo/mena (con trad. alemana y ι armonía cósmica en varias de las
tóteles latinus (del Corpus Philoso- comentario) por P. Marquand, 1868. — tendencias neopitagorizantes del Re-
phorum Medii Aevi), publicada a (Aristoce/nou Melik und Rhytmik des
Classischen Hellenentums, ed R. nacimiento. En cambio, Platón y
partir de 1951 (Catálogos de manus- Aristóteles atacaron estas opiniones
critos de traducciones medievales la- Westphal, 2 vols., 1883-1893. —
tinas: Parte I [1939], a cargo de G. (Armonikw=n st oixei=a. The pitagóricas, especialmente en su apli-
Lacombe, A. Birkenmajer, M. Dulong, Harmonies of Aristoxe-nos, ed. con cación a la idea del alma. Al pre-
E. Franceschini; Parte II [1955], a trad. inglesa por H. S. Macran, 1903. sentar sus pruebas en favor de la
cargo de L. Minio-Paluello ). Para los —Aristoxeni elementa harmónica, inmortalidad del alma, Platón indi-
grandes comentaristas medievales, ára- Rosetta da Rios recensuit, 1954 (con caba que ésta no puede definirse
bes, judíos y cristianos (Averroes, San traducción italiana). — Nueva como una armonía de los elementos
Alberto el Grande, Santo Tomas, etc.), edición de fragmentos de Aristoxeno: del cuerpo; si lo fuese, cuando se
véanse los artículos correspondientes. Fritz Wehrli, Die Schule des
Aristóteles: Ansíatenos, 1945 (Heft relajara la tensión entre tales elemen-
Lista de comentarios: Lyman W. tos el alma perecería no menos que
Riley, Aristotle, Texts and Commen- 2). — Véase W. L. Mahne, Diatriba
taries to 1700. A Catalogue, 1961. de Aristoxeno philosopho, 1793. — L. el cuerpo (Phaidon, 86 Β 7-C 5).
— Véase también A. Jourdain, Re- Laloy, Aristoxène de Tarente, disciple En cuanto a Aristóteles, después de
cherches critiques sur l'âge et l'origine d'Aristote et la musique de l'antiqui- presentar la doctrina pitagórica del
des traductions latines d'Aristote et té, 1904. — C. F. Williams, The Aris- alma como armonía y ésta como una
sur des commentaires grecs ou arabes toxenos' Theory of Musical Rythm, mezcla y combinación de opuestos,
employés par les docteurs scolasti- 1911. — Arts. de Ch.-M. Ruelle en señaló que la dificultad principal
ques, 2a ed. 1843. — A. Mansión, Revue Archéologique (1858). consiste en que se adscriben movi-
Het Aristotelisme in het historisch ARITMETIZACIÓN DE LA SIN- mientos al alma cuando "el movi-
perspectief, 1954. — Sobre el aristote- TAXIS. Véase GÖDEL (PRUEBA DE), miento no es un atributo de la armo-
lismo en Oxford y en la Escuela de SINTAXIS.
Padua véanse las bibliografías de nía" (De an., I 4, 407 b 26 sigs.).
ARMONÍA (a(rmoni/a ) significó ori- Cierto, declara el Estagirita, que 'ar-
MERTONIANOS y PADUA (ESCUELA DE).
ginariamente "conexión" (de elemen- monía' puede significar dos cosas:
Sobre el aristotelismo en Alemania:
Peter Petersen, Geschichte der aristo- tos diversos) y también "orden". El composición de magnitudes en obje-
telischen Philosophie im protestan- término se aplicó luego a la octava tos que poseen movimiento y posi-
tischen Deutschland, 1920; hay en una escala musical. El descubri- ción y que se mezclan sin admitir
reimp., 1962. — íd., íd., Die Philoso- miento de que hay una relación nu- nada que sea homogéneo, y propor-
phie F. A. Trendelenburgs. Ein mérica entre los sonidos de esta es- ción en los elementos mezclados. Pero
Beitrag zur Geschichte des Aristote- cala y las longitudes de las cuerdas en ninguno de los dos sentidos la
lismus im 19. Jahrundert, 1913. — de la lira indujo a los pitagóricos a
La obra de Petersen de 1920 pro- noción de armonía se aplica al alma
desarrollar la idea de que el con- (op. cit., I 4, 408 a 5-10).
porciona mucha información sobre la cepto de armonía es aplicable al uni-
influencia del aristotelismo de Suárez Leibniz llamó armonía preestable-
y de los jesuitas sobre la teología y verso entero. Pues la armonía repre- cida a la forma como tiene lugar la
la filosofía protestantes alemanes del sentaba para "los llamados pitagóri- relación entre las mónadas que, por
XVII y XVIII. Para información com- cos" un sistema de relaciones que po- no tener "ventanas", no están some-
plementaria sobre este aspecto, véase día perseguirse dondequiera y que tidas a una interacción directa e in-
también la bibliografía del artículo permitía, además, como describe Aris- mediata por efecto de la influencia
SUÁREZ ( FRANCISCO). tóteles (Met., A 5, 986 a 1 sigs.), re- mutua, ni a una intervención cons-
ARISTOXENO, de Tarento (nac. conciliar los opuestos, especialmente tante de Dios, como sostienen los
ca. 354 antes de J. C.), discípulo de lo Limitado y lo Ilimitado. Según ocasionalistas, sino que "Dios ha he-
Aristóteles, y uno de los primeros muchos pitagóricos, los movimientos cho desde el principio a cada una de
peripatéticos, readaptó la doctrina pi- de las esferas celestes se hallan ar- estas dos substancias (alma y cuer-
tagórica de la armonía ( VÉASE ) con mónicamente conjugados y se mani- po) de una naturaleza tal, que, si-
el fin de explicar la doctrina del alma fiestan no solamente en las relaciones guiendo sólo sus propias leyes, que
y de su relación con el cuerpo. Junto entre las distancias, sino también en han recibido con su ser, concuerda,
a ello contribuyó a la investigación la producción de sonidos correspon- sin embargo, con la otra, lo mismo
científica con obras sobre música — dientes a dichas esferas — la lla- que si hubiera recibido influjo mutuo
su teoría y su historia— y con mada "armonía de las esferas". Esta o como si Dios pusiera continuamente
biografías de filósofos — de Pitágo- idea de la armonía ejerció considerable su mano, además de su concurso
ras y Platón. Sus escritos sobre mú- influencia en varias tendencias general". De un modo más lato, la
sica se han conservado en gran parte filosóficas. No solamente hallamos ex- armonía puede definirse como aque-
presadas las ideas pitagóricas —es-
138
ARM ARN ARQ
lla forma de relación entre objetos de Arnauld son, en efecto, menos los
embargo, fue protegido por el Papa
de un conjunto que no excluye nin- temas lógicos y metodológicos que
Bonifacio VIII y también por el Papa
guno de los componentes, sino que los teológicos, y entre ellos en par-
Clemente V. Hacia 1309 Arnau estu-
supone una perfecta adecuación in- ticular el de la predestinación y li-
vo en Aviñón, donde escribió un
terna de cada uno con los restantes. bre albedrío. A ello se refieren mu-
Rahonament para interpretar las vi-
La armonía se opone, así, formal- chas de las controversias de Arnauld
siones que manifestaban haber tenido
mente a la identidad, que se realiza con Malebranche, y en parte también
Jaime II y Federico de Sicilia y en
por exclusiones o por una fusión que con Leibniz. Podemos decir, pues,
donde reiteró sus ideas apocalípticas.
sacrifica el ser propio de cada ele- Arnau de Vilanova escribió nume- que el cartesianismo representaba
mento del conjunto. rosas obras de medicina, alquimia y para Arnauld un auxilio en favor del
Rudolf Eisler, Kritische Untersu- astrología. Mencionamos: Speculum agustinismo y no a la inversa.
chung des Begriffs der Weltharmonie introductionum medicinalium. — De Edición de obras completas: Oeu-
bei Leibniz, 1895. — M. Zigmal- gradationibus medicinarum per artem vres complètes, 45 vols., Lausanne,
kowski, Die Bedeutung der prästa- compositarum. — Regimen sanitatis. 1775-83. — Hay trad. esp. de Co-
bilierten Harmonie im leibnizschen — De conservanda juventute et re- rrespondencia entre Leibniz y A.
System, 1905 (Dis.). — Heinrich tardanda senectute. — Breviarium (1946). — Véase F. R. Vijacee, A.
Schmidt, Harmonie. Versuch einer practicae. — Commentum super "Re- A., his Place in the History of Lo-
monistischen Ethik, 1931. — E-W. gimine Salernitanum". — Thésaurus gic, 1882. — H. Schulz, A. A. als Phi-
Platzeck, O. F. M., El pensar armó- Thesaurorum et Rosarius philosopha- losoph, 1897 (Dis.). — E. Moog,
nico como problema de la filosofía rum. — Flos Florum. — Novum lu- A. A. Stellung zu den kirchlichen
cristiana, 1945. — F. K. Bock, Das men. — Exposiciones visionum, quae
Gesetz der Harmonie. Das Urgeheim- Verfassungsfragen im Kampf mir den
fiunt in somniis. Hay edición de Jesuiten, 1904. — J. Laporte, La
nis der Natur, 1948. — Ignazio Vita- obras en Lyon ( 1504 ), reimpresas va-
le, L'armonia prestabilita in Leibniz, doctrine de la grâce chez Arnauld,
rias veces (París, 1509; Venecia, 1514; 1922. — Íd., íd., La doctrine de Port-
1959 [Pubb. dell'Istituto universitario Lyon, 1520, 1532; Basilea, 1585). Sin
di Magisterio di Catania. Serie fil. Royal. La morale (d'après Arnauld),
embargo, hay dudas acerca de si la t. 1: La loi morale, 1951. T. II: La
Monog., 12]. mayor parte de los escritos atribuidos
ARMONÍA PREESTABLECIDA. pratique des sacrements. L'Eglise,
.1 Arnau son auténticos. Entre los es- 1952. Véase también bibliografía de
Véase ARMONÍA, LEIBNIZ ( GOTTFRIED critos teológicos atribuidos a Arnau fi- PORT-ROYAL.
WILHELM ), PARALELISMO . guran una introducción al De semine ARQUETIPO. Véase PLATÓN, TIPO.
ARNAU DE VILANOVA (Arnal- scripturarum, de Joaquín de Fiori; un
tratado De mysterio cymbalonum Ec- ARQUITAS de Tarento (Siglo IV
dus de Villa Nova, Arnaldus Villano-
clesiae; un tratado cuyo incipit es: antes de J. C.), uno de los primeros
vanus) (ca. 1235-1313) fue según
"Philosophia catholica et divina"; pitagóricos fue, según indica Dióge-
algunos provenzal, y según otros, ca-
talán (Milá y Fontanals lo supone
otro tratado cuyo incipit es "Apolo- nes Laercio (VIII, 83), el que por vez
gia de versutis atque perversitate primera aplicó las matemáticas a las
nacido en Vilanova la Geltrù), opi- pseudo-theologorum" ; la llamada Con- cosas mecánicas, y el primero tam-
nión esta última que parece mejor fessio de Spurcitiis pseudo-religioso- bién que empleó el cubo en geome-
fundada. Arnau de Vilanova fue muy rum; el libro De adventu Antichristi·, tría (Cfr. Platón, Rep., 528 B). Se ocu-
celebrado en su tiempo como médico y el aludido Rahonament fet en Avin-
yo ( escrito primero en latín ). — Véase pó sobre todo de cuestiones acústicas
y alquimista, pero se ocupó también
E. Lalande, Arnaud de Villeneuve; sa y musicales en el espíritu del pita-
de cuestiones teológicas, considerando
vie et ses oeuvres, 1896. — Paul gorismo, es decir, subrayando don-
la teología como la ciencia suprema
Diepgen, Arnald von Villanova als Po- dequiera la reducción de las realida-
y estimando que el estudio de la filo-
litiker und Laientheologe, 1909. — des a números y las combinaciones
sofía —en particular de la escolásti- M. Menéndez y Pelayo, Historia de de éstos a leyes armónicas. Número
ca— es sumamente pernicioso. En los heterodoxos españoles, Libro III, y magnitud son, según Arquitas, los
cambio, el estudio de la Naturaleza Cap. 3 [publicado antes separadamen- principios de la realidad.
lleva, según Arnau, a Dios. Los teólo- te con el título: Arnoldo de Vilanova,
gos que se fían de la mera especula- médico catalán del siglo XIII (1879)]. Diels-Kranz, 47 (35). — E. Frank,
ción son, proclama Arnau, "falsos Plato und die sogenannten Pythago-
ARNAULD (ANTOINE) ( 1612-
teólogos". Arnau acusó a los frailes, reer, 1923, II Teil. 2 (b).
1694) nac. en París, profesor en la
a los inquisidores y a los predicado- Sorbona, fue uno de los más cono- ARQUITECTÓNICA. Aristóteles
res de olvidar el espíritu evangélico. cidos jansenistas y uno de los auto- emplea el término a)rxitektonika/i al
Manifestó también ideas apocalípti- res de la llamada Lógica de Port- comienzo de la Ética a Nicómaco (I
cas, anunciando la llegada del Anti- Royal. Esta lógica estaba fuertemente 1, 1094 a 14) cuando después de
Cristo. influida por la metodología cartesiana, haber proclamado que ciertas artes
Arnau de Vilanova fue nombrado y el propio Arnauld es considerado están subordinadas a otras de acuerdo
consejero real por Jaime II de Ara- como uno de los cartesianos de la con la relación de medios a fines —
gón. Fue asimismo embajador en época no obstante las críticas así, por ejemplo, el arte de equipar
Francia del Rey y, al parecer, pasó formuladas a Descartes en las Cuartas los caballos está subordinado al arte
un tiempo en el reino de Sicilia al objeciones a las Meditaciones de la hípica en general—, indica
amparo de Federico. Durante una es- metafísicas. Ahora bien, el car- que los fines de las artes principales,
tancia en París, hacia 1299, fue con- tesianismo de Arnauld era, en reali- ta\ tw=n a)rxitektonikw=n, deben ser
denado por los teólogos de la Sorbona dad, una manifestación de un más preferidos a todos los fines subor-
por varias opiniones heterodoxas. Sin fundamental agustinismo; los temas dinados. Un poco después (I 1, 1094

139
ARQ ARQ ARQ
a 25) usa el término a)rxitektonikh/, architectoniques que se halla en Mo- des). Ahora bien, la unidad arqui-
al decir que el bien parece pertene- nadologie § 83. tectónica es la unidad de la razón
necer al arte principal y verdade- Johann Heinrich Lambert edificó que reside como una simiente en to-
ramente maestro o arquitectónico, en detalle una arquitectónica o "teoría dos los hombres. Por eso la doctrina
μάλιστα αρχιτεκτονικής. El mismo tér- de lo simple y primero en el co- de la arquitectónica permite a Kant
mino es usado en VI 8, 1141 b 22 al nocimiento filosófico y matemático" examinar el problema del hombre
indicar que conviene que haya un (Anlage zur Architcktonik oder Theo- como legislador de la realidad y su-
saber organizador o arquitectónico, rie des Einfachen und Ersten in der brayar que solamente la concepción
αρχιτεκτονική , tanto del saber práctico philosophischen und mathematischen cósmica de la filosofía, a diferencia
como del filosófico, y en ibíd., 25 Erkenntnis, 2 vols., 1771). Se trataba de la concepción escolástica, es ver-
al señalar que en lo que toca a la de una continuación del Neues daderamente completa. La arquitec-
Ciudad la legislación desempeña un Organon y se proponía desarrollar la tónica es una de las cuatro partes
papel directivo. Relacionado con estos "doctrina de la verdad" (véase ALE - (la tercera) en las cuales divide Kant
conceptos, finalmente, habla en VII 11, TIOLOGÍA), la "doctrina de la reali- el estudio de las condiciones formales
1152 b 2 del filósofo de la ciencia dad" (ontología) y la "doctrina del de un sistema completo de la razón
política como el arquitecto del fin, pensamiento" (metodología). En opo- pura. Las otras son (1) la disciplina
tou= te/louj a) rxit/ektwn, por el sición a la doctrina de la escuela de de la razón pura, disciplina negativa
cual una cosa es llamada simplemente Leibniz-Wolff, Lambert consideraba que limita la razón en su uso
mala, es decir, buena y mala de un que el pensamiento no se reduce a dogmático; (2) el canon de la razón
modo absoluto y no sólo relativo. En posibilidades y que, por consiguiente, pura —destinado a proporcionar to-
su comentario a la Ética a Nicó-maco una ontología debe presentar un dos los principios a priori para un
(Notes on the Nichomachean Ethics cuadro que pueda ser "llenado" con recto uso de la razón pura, pero obli-
of Aristotle, 2 vols., 1892), J. A. la realidad de las existencias. Lam- gado a anular sus pretensiones en
Stewart interpreta estas expresiones en bert proclamó, en efecto, que los con- vista de la demostración de la im-
el sentido de que aun cuando se posea ceptos metafísicos deben correlacio- posibilidad de su uso especulativo
un íntimo conocimiento del asunto narse con los conceptos lógicos y que de la razón y a adquirir su validez
de que se trata es necesaria la las verdades de razón no pueden se- en el terreno de la razón práctica—
dirección de una facultad maestra, pararse por entero de las verdades y (4) la historia de la razón pura.
pues el hombre que conoce los de hecho. La arquitectónica equivale, W. T. Krug (VÉASE) dividió su "fi-
detalles no puede tratar de ellos sin así, a un sistema ontológico o, mejor losofía fundamental" en una doctrina
poseer previamente un plan de vida dicho, lógico-ontológico constituido filosófica elemental y en una doctrina
(op. cit., II, 61). Una noción análoga por todos los conceptos pensables metódica elemental. Esta última la
a la aristotélica sobre la arquitectónica susceptibles de enmarcar la totalidad subdividió en didáctica filosófica y en
se encuentra en Santo Tomás (por ej.: de las existencias. Estos conceptos se arquitectónica filosófica. La misión de
Cont. Gent., III, 25). Aunque con hallaban, a su entender, articulados la arquitectónica filosófica es el estu-
propósitos distintos y sobre distintas en diferentes reinos, culminando en dio de las formas y métodos de la
bases, Leibniz empleó la expresión el concepto metafísico capital: Dios. propia filosofía, así como el estudio
'arquitectónicamente' en tanto que Kant introdujo el concepto de la de las partes o ramas en que puede
relacionada con causas finales. Según arquitectónica de la razón pura en dividirse la filosofía. La arquitectóni-
Leibniz, hay dos reinos en la la doctrina trascendental del método ca filosófica considera la filosofía co-
naturaleza corporal que se penetran (K. r. V., A 832-A 815, Β 860-Β 879). mo un todo sistemático o científico
sin confundirse y sin obstaculizarse: el Según Kant, la arquitectónica es el que debe articularse arquitectónica-
reino de la potencia, según el cual arte de construir un sistema. Es un mente. La arquitectónica filosófica o
todo puede explicarse mecanicamente, arte indispensable, porque el conoci- doctrina metodológica arquitectónica
mediante causas eficientes, tan pronto miento es científico solamente cuan- se subdivide en doctrina de los con-
como penetramos suficientemente en do en vez de ser una mera "rapso- ceptos de la filosofía y en doctrina de
su interior, y el reino de la sabiduría, dia" posee unidad sistemática. He- las partes de la filosofía (Fundamen-
según el cual todo puede explicarse mos indicado en Sistema ( VÉASE ) la talphilosophie, § 120).
arquitectónicamente, mediante causas idea que tenía Kant acerca de este C. S. Peirce acogió con entusias-
finales cuando conocemos concepto. Por otro lado, en el artículo mo el paralelo kantiano entre la fi-
suficientemente sus usos (Tentamen Fisiología (VÉASE) hemos presentado losofía y la arquitectura (Cfr., entre
anagogicum, Gerhardt, VII, 273). De el sistema kantiano como conoci- otros, los siguientes fragmentos de
este modo habría que decir, según miento de la Naturaleza. Agreguemos Collected Papers: 1.1, 1.2, 1.3, 4.27,
Leibniz, no sólo que los animales aquí que al proclamar la necesidad 4.28, 4.29) y aun intentó presentar
ven porque tienen ojos, sino también de la unidad sistemática como uni- algunos de sus pensamientos como
que los ojos les han sido dados para dad proporcionada por el más alto un "borrador" destinado a servir de
ver, aun cuando algunos, para hacer objetivo de la razón, Kant observó esquema arquitectónico general para
los esprits forts, no admitan sino lo que tal unidad debe ser arquitectónica todas las ciencias, análogo en inten-
primero. Leibniz usa también (obtenida por una idea que ción a lo que había sido la filosofía
'arquitectónico' en la expresión proporcione la posibilidad del todo de Aristóteles. Al entender de Peir-
échantillons científico) y no sólo técnica (obteni- ce, por consiguiente, el filósofo debe
da por observación de similarida- cavar sólidos cimientos y dar un plan
140
ARQ ARR ARS
a la vez consistente y flexible para el desde el punto de vista de la metafí- leza del ars combinatoria, pero hay en
ulterior trabajo filosófico y científi- sica y de las categorías. él varias aplicaciones del arte, así como
co. Se ha hecho observar que la ar- José Ferrater Mora, "Filosofía y de su characteristica universales
quitectónica de Peirce se debe a las arquitectura", La Torre, 9 (1925), (VÉASE). Entre otras aplicaciones hay
tendencias transcendentalistas que recogido en Cuestiones disputadas, una relativa a la existencia de Dios,
contrastaban en su pensamiento con 1955 págs. 43-59. — Íd., íd., "Peir- otra relativa a la noción de justicia y
las tendencias naturalistas y empiris- ce's Conception of Architechtonic and varias relativas a problemas aritméti-
Related Views", Philosophy and Phe-
tas. Sin embargo, es claro que el pa- nomenological Research, XV (1955), cos. En muchas otras partes de sus
ralelo que establece Peirce entre su 351-59. escritos, sin embargo, Leibniz se ha
arquitectónica y la kantiana no va ARRUGA (RODRIGO DE) (1592- referido al ars combinatoria, conside-
más allá de una superficial concor- 1667) nac. en Logroño, profesor en rándolo como un método universal,
dancia. De hecho, Peirce tuvo siem- Valladolid, Salamanca y Praga —don- fundamento de todas las ciencias. Este
pre en su mente la idea de un sistema de vivió los últimos 44 años de su método había sido ya anticipado por
—y, por lo tanto, de una "arquitec- vida y en cuya Universidad profesó Llull en su ars magna ( VÉASE ), si
tura"— abierto: la filosofía como pro- y fue luego nombrado Canciller—, bien, como señaló Leibniz frecuen-
grama no puede ser incompatible con acentuó el espíritu "ecléctico" y mo- temente, de un modo harto imperfec-
el falibilismo (VÉASE) y la necesidad derno manifestado por algunos teó- to. Es similar, además, a los esfuer-
de mantener siempre despejado el ca- logos y filósofos escolásticos españo- zos llevados a cabo en este terreno
mino del investigador. les de la época, llegando a diferir en por Caramuel de Lobkowitz (en sus
El término 'arquitectónica' se ha algunos puntos —por ejemplo, en Mathesis audax y Grammatica audax),
usado también para caracterizar una cosmología— de doctrinas tradiciona- Anasthasius Kircher (en su Poligraphia
de las doctrinas de Wronski. El sis- les muy arraigadas. En sus trabajos nova et universales ex combinatoria
tema cosmológico del filósofo mesia- teológicos Rodrigo de Arriaga parece arte detecta), Izquierdo (en su Pharos
nista polaco fue expuesto en el tomo haberse apoyado en muy considera- scientiarum) y otros autores (véase
titulado Arquitechtonique de l'uni- ble proporción en la razón natural, GRAMÁTICA ESPECULATIVA). Según
vers (1936), de la serie de obras habiendo sido criticado justamente Leibniz, el álgebra misma es una
publicadas por Francis Warrain, el por no atender suficientemente a los "aplicación a las cantidades del ars
cual desarrolló análogas tesis en su li- datos proporcionados por las Sagra- combinatoria, o de la ciencia de las
bro L'Armature métaphysique (1925), das Escrituras. formas abstractas" (Math. Schriften,
donde identifica la "armadura me- Obras: Cursus philosophicus, 1632. VII, 20). A veces Leibniz parece con-
tafísica" con la "arquitectónica" de — Disputationes theolosicae, 8 vols., siderar el ars combinatoria como un
los conceptos metafísicos fundamen- 1643-1655. El tomo 9 (que debía ti- "diccionario formado del alfabeto de
tales. La base de tal arquitectónica tularse De justitia et jure) no fue las ideas humanas" (Opuscules et
(tanto la de Wronski como la de Wa- terminado por el autor. — Véase K. fragments inédits de Leibniz, 1903,
rrain) se halla en la llamada "ley Eschweiler, "Roderigo de Arriaga, S. ed. L. Couturat, pág. 165). Otras ve-
de creación" del filósofo polaco, con J. Ein Beitrag zur Geschichte der ces semejante alfabeto parece consti-
Barockscholastik, en Spanische For-
la cual se pretende resolver toda clase schungen der Görresgeselkchaft. 1 tuir lo propio de la characteristica uni-
de antinomias. Reihe. Gesammelte Aufsätze zur versalis (Phil. Schriften, VII, 186).
En su obra sobre la "arquitectura Kulturgeschichte Spaniens, 3 vols. En una ocasión Leibniz indica que
del universo" (1934), B. Bomstein (1931). hay un ars inveniendi general o arte
utiliza también el término en cues- ARS COMBINATORIA (arte com- general del descubrimiento, el cual
tión, pero quiere basar la metafísica binatoria) llamó Leibniz a la ciencia puede ser dividido en combinatorio y
como ciencia de las estructuras uni- general de las formas o de la simila- en analítico. El primero se ocupa en
versales del mundo en una lógica ridad y disimilaridad (Mathematische descubrir cuestiones; el segundo, en
(VÍASE) de carácter arquitectónico, no Schriften, ed Gerhardt, IV, 451). El solucionarlas (Opuscules, etc., pág.
puramente formal, sino real-estruc- ars combinatoria se distingue con ello 167; otras referencias al ars combina-
tural. Se trata de una lógica topoló- del álgebra, que es la ciencia de la toria en este volumen se hallan en
gica, o geométrico-arquitectónica. Co- magnitud o de la igualdad y desigual- págs. 159, 162-4, 166, 168-71, 177,
mo dice el propio autor, en un resu- dad (loc. cit.). Leibniz escribió a los 336, 338, 348, 349, 415, 429, 511,
men de la primera parte de su obra veinte años una disertación sobre el 525, 528, 531, 544, 556, 557, 560-62,
(Cfr. Studia philosophia, I, 1935, ors combinatoria, cuyo título completo 572, 573, 582). El ars combinatoria
pág. 446), "al encontrar una represen- es Dissertatio de arte combinatoria in es concebido asimismo como una ma-
tación en el espacio, la lógica pone qua ex Arthmeticae fundamentis thesis universalis.
en evidencia el aspecto cualitativo Complicationum ac Transpositionum ARS MAGNA. Suele darse este
de éste y se convierte, bajo la forma Doctrina novis praeceptis exstruitur, nombre al arte de descubrimiento de
de una lógica geométrica, en proto- et usus embarum per universum scien- verdades propuesto por Ramón Llull,
tipo de la arquitectónica de todas las tiarum orbem ostenditur; nova etiam pero, como han indicado T. y J. Ca-
cualidades, que manifiestan así su Artis Meditandi seu Logicae spargun- rreras y Artau (Cfr. Historia de la
naturaleza puramente racional". La tur (1666, Philosophische Schriften, Filosofía española, I, 1939, 345 y
lógica arquitectónica ha de cons- ed. Gerhardt, IV, 27-102, más apén- sigs.), la citada expresión abarca una
tituir, así, el prolegómeno a una in- dice, 103-4). En este trabajo Leibniz gran cantidad de intentos realizados
vestigación de las estructuras lógicas da pocas precisiones sobre la natura- por Llull en el mismo sentido. De
141
ARS ARS ART
éstos intentos cabe destacar dos: el quando, ubi, quo modo y cum quo), 9 tido representa una muy notable anti-
dado en el Art abreujada d'atrobar sujetos (Dios, ángel, cielo, hombre, cipación a ciertas ideas modernas so-
veritat o Ars compendiosa inveniendi imaginación, sensitiva, vegetativa, bre los cálculos formalizados. Pero
veritatem (también Art major o Ars elementativa, instrumentativa ) y 9 la separan de éstos considerables di-
magna et maior) escrita hacia 1271 virtudes y vicios. Todo ello constituye ferencias. En primer lugar, la sinta-
y el Ars generalis ultima, que es la — el alfabeto o elementos básicos del xis del cálculo aparece poco clara; en
erróneamente— calificada de Ars cálculo. A base de los mismos se segundo, las reglas del cálculo equi-
magna. Los citados autores proponen forman cuatro figuras. La primera valen a cuestiones; al fin, el cálculo
calificar a la primera de Ars magna figura es un círculo dividido en 9 se refiere a conceptos, lo que en un
primitiva y a la segunda (terminada cámaras con los principios o predica- cálculo formalizado es inadmisible.
en 1308) de Ars magna, con el fin dos absolutos mencionados. El sujeto Advirtamos que el propósito que
de adaptarse a la tradición. Entre la y predicado en esta figura se con- movió primeramente a Llull fue el
primera y la segunda de tales artes vierten recíprocamente. La segunda de la demostración rigurosa de las
Llull compuso gran número de es- figura consta de tres triángulos: el verdades de la fe y que este propó-
critos de carácter lógico y enciclopé- primero, el de la diferencia, concor- sito no lo abandonó nunca, pero que
dico destinados a perfeccionar y a dancia y contrariedad; el segundo, al introducir, según advierten T. y J.
simplificar sus reglas y a introducir el del principio, el medio y el fin; Carreras y Artau, las sistematizacio-
en ellas nuevo material y varios refi- el tercero, el de la mayoridad, igual- nes presentadas en el Arbre de Scien-
namientos lógicos. dad y minoridad. La tercera figura cia (1298) y en la Logica nova
Según la descripción de T. y J. se compone de las dos anteriores fi- (1303), la intención de Llull se am-
Carreras Artau el Ars Magna primi- guras, de tal suerte que una misma plió considerablemente hasta abarcar
tiva consiste en la presentación de letra puede representar dos conceptos el conjunto de las ciencias.
siete figuras, designadas con las le- de las figuras en cuestión (como bon- Además de la obra citada, véase
tras A (que representa a Dios y los dad y concordancia). La cuarta fi- J. Carreras y Artau, De Ramón Llull
atributos divinos), S (el alma racio- gura tiene tres círculos concéntricos: a los modernos ensayos de formación
nal y sus potencias), Τ (los princi- uno —el mayor— fijo, y los otros de una lengua universal, 1946. —
pios y los significados), V (las vir- dos giratorios. Esta figura abarca las E.-W. Platzeck, O. F. M., "La com-
binatoria luliana", Revista de filoso-
tudes y los vicios), X (los opuestos tres anteriores, de modo que pueden fía, XII ( 1945), 575-609; XIII (1955),
o la predestinación), Y (la verdad) y establecerse las combinaciones me- 125-65 (trad. esp. por J. Carreras
Ζ (la falsedad). Las dos figuras úl- cánicas deseadas. Esta última figura Artau del trabajo publicado origina-
timas operan al modo de predicados puede considerarse como un ejem- riamente por el autor en Franziska-
metalógicos y no tienen, como las plo primitivo de máquina lógica. Nos nische Studien, [1952], 32-60, 377-
cinco primeras figuras, número ni hemos referido a este punto en el 407. — Martin Gardner, Logic Ma-
gráfico. Cada una de las cinco figu- artículo sobre las máquinas ( VÉASE) chines and Diagrams, 1958, Cap. I.
ras citadas da lugar a un círculo di- lógicas, en el cual hemos mencionado ARS NOVA, ARS VETUS. Véase
vidido en un cierto número de cá- asimismo la conocida crítica de Leib- LÓGICA.
maras situadas alrededor de la letra. niz, el cual —contrariamente a lo ARTE. Todavía hoy puede usarse
Así, la figura que corresponde a A que proponía Llull, para quien su el término 'arte' en español (y otros
está dividida en 16 cámaras repre- arte era un arte inventivo— señala idiomas modernos) en varios sentidos.
sentando las virtudes o atributos di- que se trata de un simple método Se habla del arte de vivir, del arte
vinos a cada uno de los cuales está mecánico de exposición. de escribir, del arte de pensar; 'arte'
asimismo adscrita una letra (B: Bon- Llull introduce en su sistema una significa en este sentido una cierta
dad; C. Grandeza; D: Eternidad, serie de definiciones y considera las virtud o habilidad para hacer o pro-
etc.). Las combinaciones binarias de cuestiones generales (cada una con ducir algo. Se habla de arte mecánica
estos atributos dan lugar a 120 cá- varias especies) como reglas. Ello y de arte liberal. Se habla asimismo
maras por medio de las cuales se pro- permite formar una tabla de 84 co- de bella arte y de bellas artes — en
ducen múltiples combinaciones que lumnas; la cuarta figura se obtiene cuyo caso 'arte' es tomado, en sentido
engendran mecánicamente definicio- haciendo girar los círculos segundo y estético, como "el Arte". Estos signifi-
nes. El Ars magna última o definitiva tercero. Se obtienen así 84 combina- cados no son totalmente independien-
consiste en la presentación de 9 prin- ciones ternarias encabezadas por tes; los religa entre sí la idea de ha-
cipios (B, C, D, E, F, G, H, I, K) lla- igual número de columnas. En total, cer, y especialmente de producir, al-
mados principios absolutos (Bondad, la tabla comprende 1.680 cámaras, go de acuerdo con ciertos métodos o
Grandeza, Eternidad, Poder, Sabidu- cada una de las cuales responde ciertos modelos — métodos y modelos
ría, Voluntad, Virtud, Verdad, Gloria) —afirmativa o negativamente— a una que pueden, a su vez, descubrirse me-
y 9 principios (representados con las cuestión. Se trata de cuestiones ge- diante arte. Esta simultánea multi-
mismas letras y reducibles a los an- nerales, pero el método de Llull pue- plicidad y unidad de significado apa-
teriores) llamados principios relativos de extenderse también a las otras reció ya en Grecia con el término
(diferencia, concordancia, contrarie- cuestiones, es decir, las que afectan τέχνη (usualmente traducido por "ar-
dad, principio, medio, fin, mayoridad, a los sujetos, a las virtudes y a los te"), y existe en el vocablo latino ars.
igualdad, minoridad). Hay también vicios. Puede, pues, designarse este ar- En el presente artículo describiremos
9 cuestiones generales (utrum, quid, te como un ars combinatoria ( VÉASE) algunas de las significaciones princi-
de quo, quare, quantum, quale, y un calculus universalis. En este sen- pales de 'arte' tomado por lo pronto
142
ART ART ART
en el sentido más general, y nos refe- diante los cuales el alma posee la tónica de la obra de arte como imi-
riremos luego al modo como en filoso- verdad por afirmación o negación. tación de una imitación. Pero era co-
fía se trata la cuestión del arte con- Son los siguientes: arte, ciencia, saber mún considerar la Naturaleza como
cebido como designación general para práctico, filosofía y razón intuitiva. El "lo real" en tanto que el arte era
las obras producidas en las llamadas arte se distingue de los otros cuatro siempre algo artificial y artificioso,
"bellas artes". en que es "un estado de capacidad bien que de un artificio "racional" en
El término te/xnh significó "arte" (en para hacer algo", siempre que impli- el sentido amplio de este término.
particular "arte manual"), "industria", que un curso verdadero de razona- Durante la época del helenismo
"oficio". Se decía, así, de alguien que miento, esto es, un método. El arte y en la Edad Media se tendió a
"sabía su arte" —su "oficio"—, por trata de algo que llega a ser. El arte entender el concepto de arte de
tener una habilidad particular y no- no trata de lo que es necesario o de nuevo en un sentido muy general.
toria. Platón habla, por ejemplo, de lo que no puede ser distinto de como Un ejemplo lo tenemos en la
hacer algo con arte, meta\ te/xnhj, ο sin es. Tampoco trata de la acción; sola- concepción de las llamadas artes
arte, a)/neu te/xnhj (Phaed., 89 D). Pero mente de la "producción". En cierto liberales en el Trivium y
los ejemplos dados por Platón —si- modo, claro está, todas las actividades Quadrivium (v.), y en la distinción
guiendo a Sócrates— relativos a la en las que está implicada alguna pro- entre artes liberales y serviles (o
necesidad de hacer las cosas "con ar- ducción son artes; por lo tanto, podría manuales). En el Renacimiento y par-
te" se aplicaron bien pronto a un hablarse en principio del arte del es- te de la época moderna la distinción
arte no manual, sino intelectual, al tadista, porque se trata de producir entre las artes como oficios y las ar-
arte de la palabra o del razonamiento: una sociedad, y aun una "buena so- tes como bellas artes no quedó siem-
h) peri\ tou\j lo/gouj te/xnh (Phaed., ciedad". Pero en sentido estricto sólo pre clara. De hecho, ha sido en época
90 A). El más alto era, pues, la puede llamarse arte a un hacer tal relativamente reciente cuando los fi-
ciencia, la filosofía, el saber y, en como (y es ejemplo del propio Aris- lósofos han comenzado a usar el tér-
último término, la dialéctica. Pero tóteles) la arquitectura. El arte trata, mino 'arte' para referirse al Arte y
como las otras actividades eran según Aristóteles, de lo mismo de que han iniciado esfuerzos para desarro-
también artes, y como era arte trata el azar, pero hay que entender llar una filosofía del arte.
asimismo la creación artística, la este último solamente en cuanto se Actualmente se tiende en
poesía, el término τέχνη estaba lleno distingue de lo necesario. Por lo de- filosofía a usar nuestro vocablo casi
de ambigüedad y sólo podía ser más, no debe suponerse que el arte exclusivamente en el último sentido.
entendido a derechas dentro de un en cuanto hacer excluya la sabiduría; Diremos por ello algunas palabras
determinado contexto. Sin embargo, en rigor, los más grandes artistas ( co- acerca del problema del arte desde el
puede concluirse que τέχνη designaba mo Fidias) poseen la sabiduría como punto de vista filosófico.
un "modo de hacer [incluyendo en el forma más acabada del conocimiento En lo que toca a la disciplina filo-
hacer, el pensar] algo". Como tal (ibíd., 1141 a 10). sófica misma, la "filosofía del arte",
"modo", implicaba la idea de un Puede, claro está, seguir hablándose se ha discutido sobre si ella tiene mé-
método o conjunto de reglas, de arte mecánica o manual, de arte todos y objetos propios distintos de
habiendo tantas artes como tipos de médica, de arte arquitectónica, etc. otra disciplina filosófica que se ocupa
objetos o de actividades y organizán- En cierto modo, además, lo que hoy asimismo del arte: la estética. Hay
dose estas artes de una manera je- día llamamos las artes (en cuanto que confesar que los límites son im-
rárquica, desde el arte manual u ofi- bellas artes) tienen un componente precisos. Muchos de los libros que lle-
cio hasta el supremo arte intelectual manual que los griegos solían poner van títulos tales como "Estética" γ
del pensar para alcanzar la verdad ( y, grandemente de relieve. Pero en los "Filosofía del arte" tratan, en rigor,
de paso, regir la sociedad según esta citados análisis aristotélicos hallamos de los mismos problemas. Puede, sin
verdad). ya la base para entender el término embargo, establecerse una distinción
En Aristóteles hallamos similares 'arte' como designando "el Arte" o razonable. Mientras la estética trata
maneras de entender nuestro término. conjunto de las bellas artes: pintura, de cuestiones relativas a ciertos valo-
Pero este autor intenta repetidas ve- escultura, poesía, arquitectura, músi- res (clásicamente, de lo bello; luego,
ces definir de modo más estricto el ca, para mencionar las cinco activida- de otros) y a ciertos lenguajes, dando
sentido de arte. Por lo pronto, en la des artísticas clásicas. Fue en este como ejemplos habitualmente las lla-
Metafísica (A 1, 980 b 25) escribe sentido en que se debatió con fre- madas "obras de arte", la filosofía del
que mientras los animales sólo tienen cuencia las relaciones entre el arte y arte trata de estas obras desde un
imágenes, fantasiai/, y apenas expe- la Naturaleza. Lo común en la mayor punto de vista filosófico apoyándose
riencia, e(mpeiri/a, los hombres se ele- parte de los autores griegos —y, en en investigaciones estéticas. En otros
van hasta el arte, te/xnh| , y hasta el rigor, hasta entrada la época moder- términos, puede decirse que mientras
razonamiento, logismo/j. Arte, te/xnh, y na— era poner de relieve que el arte la estética es siempre más "formal",
ciencia o saber, e)pisth/mh, proceden de imita de algún modo la Naturaleza: la filosofía.del arte es incomparable-
la experiencia, y no del azar, τύχη, pe- h( te/xnh mimei=tai th\n fu/sin mente más "material". La filosofía del
ro hay arte y ciencia solamente cuan- (Aristóteles, Phys., II 2, 194 a 21) — arte se halla situada, pues, entre la es-
do hay juicio sobre algo universal. No ars imi-tatur naturam, inquantum tética y la crítica del arte. La distin-
parece haber aquí distinción entre arte potest (Santo Tomás, 1 anal. 1 a). Ello ción aquí propuesta no pretente, claro
y ciencia. Pero en la Eth. Nic. ( VI 3, no significaba que todos los autores está, agotar las diferencias, a veces
1139 b 15 sigs.) Aristóteles establece estuvieran de acuerdo en la muy sutiles, que existen entre varias
una distinción entre varios estados me- concepción pla- disciplinas que de algún modo o de
143
ART ART ART
otro se ocupan del arte. J.-P. Weber guidas estas disciplinas—, es legítimo idea según la cual el arte es una "ne-
(La psychologie de fart, 1958, Intro- incluirlos aquí, por cuanto todos ellos cesidad" de la vida humana. En todas
ducción) ha indicado, por ejemplo, que se refieren al modo como puede en- estas "explicaciones", además, lo que
hay que distinguir no solamente entre tenderse el arte. El artículo presente se explica —o intenta explicar— es la
estética y filosofía del arte, sino entre se titula, en efecto, "Arte" y no "Fi- vida humana y no el arte. Más ade-
cualquiera de ellas, la psicología del losofía del arte". Ademas, por razo- cuada es la definición del arte como
arte y la ciencia del arte. Según dicho nes de comodidad nos hemos limita- creación de valores — valores tales
autor, la estética se ocupa de ciertos do en el artículo "Estética" a tratar como lo bello (o, según los casos, lo
juicios de apreciación en tanto que se de los sentidos del término y de di- feo), lo sublime, lo cómico, etc.,
aplican a ciertos valores (lo feo y lo versas tendencias en estética. Puede, etc. También nos parece más ade-
bello); la filosofía del arte es una así, reservarse para el presente artícu- cuada —y no necesariamente incom-
reflexión filosófica sobre el arte y no lo el análisis de ciertos problemas que patible con la anterior— la tesis se-
sobre los objetos artísticos como tales; no es hacedero incluir en otros luga- gún la cual el arte es una forma de
la ciencia del arte se ocupa de las res de este Diccionario. simbolización. Es menester, sin em-
reglas (variables) que presiden a la Muchas son las respuestas que se bargo, precisar cómo se entiende esta
elaboración de las obras de arte; la han dado a la pregunta sobre lo que simbolización, e intentar ligarla con
psicología del arte es el estudio de los es el arte. Cada una de las tendencias ciertos procesos emotivos. Las teorías
estados de conciencia y de los en estética suele dar a dicha pregunta puramente axiológicas, o puramente
fenómenos inconscientes que con- una determinada respuesta. Aquí nos simbolistas, o puramente "emotivas"
curren a la creación y contemplación confinaremos a algunas tesis que han del arte dejan siempre escapar algu-
de la obra artística. Todas y cada una relacionado de algún modo la nos elementos esenciales de éste. Es
de estas disciplinas se distinguen, fi- cuestión de la naturaleza del arte a posible que la conjunción de estas teo-
nalmente, de la crítica de arte, que la de la función que ejerce, o puede rías, en cambio, permita dar cuenta
estudia obras de arte en relación con ejercer, el arte en la vida humana. de la gran riqueza de manifestacio-
principios establecidos por la estética Algunos autores han declarado que nes del arte, tanto de la producción
(o por una determinada estética). el arte no proporciona ningún conoci- artística como del goce e interpreta-
Aunque el modo como aquí concebi- miento de la realidad, a diferencia de ción de ésta.
mos la filosofía del arte incluye par- la filosofía, y especialmente de la La segunda cuestión aquí referida
tes de lo que el citado autor califica ciencia, que se consagran al conoci- —la de la relación entre intuición y
de psicología del arte, resulta de sus miento. Para apoyar esta tesis se suele expresión— ha sido tratada desde di-
distinciones que la filosofía del arte indicar que el arte no es un "con- versos puntos de vista. Ciertos auto-
se halla situada, de todos modos, en- templar" (en el sentido general de res sostienen que el arte es esencial-
tre la estética y la crítica. "teoría"), sino un "hacer". El arte no mente intuición y que, en último tér-
Es posible, por supuesto, tratar bajo pretende decir lo que es, o cómo es, mino, esta intuición es "inefable" o
el epígrafe "filosofía del arte" ciertos o por qué es, sino hacer que algo sea. por lo menos "intraducibie". Los sím-
problemas de carácter más general. Esta tesis tiene mucho en su favor, bolos usados son entonces considera-
En muchas ocasiones es indudable pero topa con varias dificultades. Por dos como algo humanamente necesa-
que los mismos problemas que se un lado, aunque el arte no es, estric- rio, pero de alguna manera impuro.
encuentran en las investigaciones es- tamente hablando, conocimiento, pue- La intuición es aquí una especie de
téticas son llevadas a cabo asimismo de proporcionar una cierta "imagen "forma pura" que usaría la expresión
bajo el epígrafe "filosofía del arte". del mundo". Se puede, en efecto, como una materia siempre inadecua-
Lo común, empero, es que mientras "ver" el mundo de muy distintas ma- da. Otros mantienen que el arte es
la estética adopta un punto de vista neras; verlo desde el punto de vista esencialmente expresión y que lo que
más "teórico" (aunque nunca exclu- artístico o como materia para elabo- importa son los medios expresivos y
sivamente teórico), la filosofía del arte rar obras de arte es una de ellas. Se lo que puede hacerse con ellos. Fi-
adopta un punto de vista más tiene, pues, un cierto conocimiento nalmente, otros declaran que intui-
"empírico" (aunque nunca totalmente del mundo por medio del arte — y es ción y expresión son igualmente nece-
empírico). A modo de ejemplo, y lo que significa decir que el arte es sarias. Nos hemos referido a este punto
complemento, discutiremos ahora bre- una cierta "revelación" del mundo. con más detalle en el artículo sobre
vemente tres cuestiones: la naturaleza Por otro lado, decir que el arte no es Obra literaria (v.).
del arte; la relación entre intuición y conocimiento es insuficiente, pues El último problema es el de la es-
expresión, y la estructura de la obra de tampoco la religión es, estrictamente tructura de la obra de arte como
arte. Como los trataremos en forma hablando, conocimiento (en el senti- objeto del juicio estético. Varias sen-
predominantemente teórica, puede do filosófico y científico de este tér- tencias se han manifestado al respecto,
alegarse que sería mejor reservarlos mino) y, sin embargo, no es arte. Y de las cuales tres son especialmente
para el artículo "Estética". Sin em- decir que es un hacer es asimismo corrientes: la que considera la obra de
bargo, aun si se considera que los insuficiente, pues hay muchos tipos arte como algo hecho o como el
problemas en cuestión y la forma de de hacer que no son arte. producto de un hacer; la que la consi-
tratarlos aquí pertenecen más bien a Otros autores señalan que el arte es dera como el resultado de un proceso
la estética que a la filosofía del arte una forma de "evasión". Esta explica- de simbolización y la que la concibe:
—por lo menos si se tiene en cuenta ción es más psicológico-genética que como el término de una actividad ex-
el modo como han sido antes distin- filosófica. Lo mismo sucede con la presiva. Cada una de estas tesis posee,
144
ART ART ASC
sin duda, sus particulares razones y Witt Parker, The Principies of Art, GRAMÁTICA ESPECULATIVA, TRIVIUM
hechos que la apoyan, pero a la vez 1926. — C. J. Ducasse, The Philoso- Y QUADRIVIUM .
cada una de ellas parece necesitar ser phy of Art, 1930. — Giovanni Gentile, ARRIANO de Nicomedia (Bitinia),
complementada por las otras. Es lo La filosofía dell'Arte, 1931. — Hein- vivió hacia fines del siglo I. Discípulo
que ha visto Milton C. Nahm al se- rich Lützeler, Einführung in die Philo-
sophie der Kunst, 1934. — Kurt Riez- de Epicteto, ha sido llamado a veces
ñalar (art. y op. cit. infra) la necesi- ler, Traktat vom Schönen. Zur Ontolo- "el segundo Jenofonte" no sólo por
dad de formular una teoría que, te- gie der Kunst, 1935. — Rudolf Jancke, haber combinado su actividad
niendo en cuenta las doctrinas ante- Grundlegung zu einer Philosophie práctica de funcionario con la refle-
riores en tanto que complementarias, der Kunst, 1936. — Georges Mot- xión filosófica, sino también porque
no sea tampoco una mera composición tier, Le phénomène de l'art, 1936. tuvo con respecto a su maestro la
ecléctica de ellas. Al respecto, Nahm — J. W. R. Purser, Art and Truth, misma relación que Jenofonte con
ha señalado las siguientes seis caracte- 1937. — R. M. Ogden, The Psycho- respecto a Sócrates: a Arriano se
rísticas de la obra de arte, previas a logy of Art, 1938. — R. G. Colling- debe, en efecto, el haber trasmitido
toda ulterior interpretación: 1 a La wood, The Principies of Art, 1938 las doctrinas de Epicteto manifesta-
(trad. esp.: Los principios del arte,
obra de arte es, morfológicamente, 1960). — Othmar Sterzinger, Grund- das en sus Diatribas o Disertaciones.
una "forma significativa concreta": linien der Kunstpsychologie, 2 vols. (I: Arriano se ocupó principalmente de
concreta en tanto que material; signi- Die Sinnenwelt, 1938. II: Die innere desarrollar el aspecto ético-práctico
ficativa en tanto que implicando sig- Welt, 1939). — G. Mottier, Art et del nuevo estoicismo, con fuerte ten-
nos; forma en tanto que expresada. 2 a conscience. Essai sur la nature et la dencia a los rasgos protrépticos o
La obra de arte es un "acontecimien- portée de l'acte esthétique, 1944. — exhortativos, pero no descuidó ente-
to" realizado o actualizado por los po- Luigi Stefanini, Metafísica dell'Arte ramente la parte física de la doctrina
deres creadores del contemplador es- e altri saggi, 1948. — E. de Bruyne, estoica, como lo muestra un fragmento
tético, una estructura que relaciona el Philosophie van de kunst, 1948. — conservado de una obra sobre me-
Th. Munro, The Arts and Their In-
artista y el contemplador de su obra. tenelations, 1949. — S. K. Langer, teorología.
3a Las diferencias para los juicios de Feeling and Form. A. Theory of Art, Véase la bibliografía de EPICTETO.
hecho (correspondientes a la obra de 1953. — A. P. Uskenko, Dinamics of El fragmento meteorológico ha sido
arte o artefacto en contraste con la Art, 1953. — E. Vivas, Creation and conservado en el Florilegio de Esto-
obra de arte como "obra bella") son Discovery, 1955. — S. K. Langer, beo. Véase E. Bolla, Arriano di Ni-
proporcionadas por las tres funciones Problems of Art, 1957. — Milton C. comedia, 1890. — K. Hartmann,
Nahm, "Structure and the Judgment "Arrianos und Epiktet", Neue Jahr-
de la estructura del arte: el hacer, el bücher, XV (195), 248-75.
expresar y el simbolizar. 4 a Hay una of Art", Journal of Philosophy, XLV
"dirección" que va del mero artefacto (1948), reimp. en The Artist as Crea ASCETISMO. El significado prima-
a la obra de arte propiamente dicha,
tor. An Esay of Human Freedom, rio del término a)/skhsij, a base del
1946, págs. 241-69. — Helmut Kuhn, cual se ha formado el vocablo 'asce-
paralela a la dirección que va de los Die Kulturfunktion der Kunst, 2 vols.,
juicios de hecho a los juicios de va- tismo', es el de entrenamiento con
1931. — Íd., íd., Wesen und Wirken vistas a estar en forma para determi-
lor. 5 a La característica anterior per- des Kunstwerks, 1960. — Paul Weiss,
mite introducir las correcciones nece- The World of Art, 1961. — Véa nados ejercicios atleticos. Este sen-
sarias para evitar el nominalismo pro- se también bibliografía de ESTÉTICA. tido corporal se extendió hasta abarcar
pio de los que sostienen el carácter — Sobre filosofía y poesía, véase un significado espiritual: el ascetismo
"no significativo" de toda obra de Jacques Maritain (en colaboración fue entendido como un entrenamiento
arte como tal. 6a Es preciso determi- con Raïssa Maritain), Situation de la para fines espirituales. Ello ocurrió no
poésie, 1938 (trad. esp.: Situación solamente dentro del cristianismo,
nar siempre los "niveles" mediante de la poesía, 1946). — María Zam-
los cuales la expresión genérica, el sino ya dentro de la cultura pagana
brano, Filosofía y poesía, 1939. — helénica o, mejor, helenística (Cfr.
símbolo genérico y la acción gené- Roger Caillois, Les Impostures de la
rica se dirigen hacia la individuali- poésie, 1943. — Sobre la relación por ejemplo lo que dice acerca del
zación en lo que toca a los juicios de entre la ciencia y la poesía: I. A. Ri ascetismo Epicteto en los Discursos,
hechos. chards, Science and Poetry, 1926. — III xii). Ahora bien, es necesario
Konrad Lang, Das Wesen der Kunst, Pius Servien, Science et Poesie, 1947. aclarar en qué consiste esta forma
1901. — Richard Müller-Freien- — Martin Christopher Johnson, Art segunda de ascetismo. Como la
and Scientific Thought. Historical misma se extendió sobre todo dentro
fels, Psychologie der Kunst, 1912 Studies Towards a Modem Revision
(I. Allgemeine Grundlegung und of Their Antagonism, 1949. — M. del cristianismo, las discusiones sobre
Phychofogie des Kunstgeniessens; II. Rieser, Analyse des poetischen Den- el ascetismo suelen referirse al
Psychologie des Kunstschaffens, des kens, 1954. — V. Fatone, Filosofía y ascetismo cristiano o a formas deri-
Stils and der Wertung; III. System poesía, 1955. — J. Ferrater Mora, vadas de él. Así lo haremos en lo
der Künste. Die psychologischen "Reflexiones sobre la poesía", en sucesivo, aun cuando hay que reco-
Grundlagen der einzetnen Kunstzwei- Cuestiones disputadas, 1955, págs. 93- nocer que puede hablarse de distintos
ge). — Emil Utitz, Grundlegung der 102. — Respecto al concepto de lo
allgemeinen Kunstunssenschaft, 1914- tipos de ascetismo: budista, judío,
bello véase bibliografía del artículo pagano, cristiano, etc.
1920. — Íd., íd., Die Gegenständlich- BELLO.
keit des Kunstwerkes, 1917. — Jac- Ante todo, conviene distinguir en-
ques Maritain, Art et scolastique, 1919 ARTES LIBERALES. Véase RE - tre el ascetismo y otras manifestacio-
(trad. esp.: Arte y escolástica, 1945; TÓRICA, TRIVIUM Y QUADRIVIUM.
nes usualmente confundidas con él:
otra trad., 1948). — G. Simmel, Zur ARTES SERMOCINALES. Véase por ejemplo, la austeridad y el misti-
Philosophie der Kunst, 1922. — De 145
ASC ASC ASC
cismo. El ascetismo no es propiamente dad de goce por constituir la aspira- última forma suprime el monacato
hablando la austeridad en el sentido ción a "conseguir el máximo goce de y el apartamiento efectivo del mun-
de que con la sola austeridad no se lo agradable con el menor número po- do, se convierte en lo que Weber
consiguen los fines de santidad que sible de cosas agradables y, sobre llamaba el ascetismo ultramundano.
el ascetismo se propone. No es todo, de cosas útiles", el segundo Pero el vocablo 'ultramundano' de-
tampoco el misticismo, pues aunque reduce dicha capacidad por efectuar signa sólo imperfectamente esta for-
se reconoce que el misticismo implica la aspiración en sentido inverso. Se- ma de ascetismo si tenemos en cuenta
el ascetismo, se rechaza la impli- gún esto, el ascetismo antiguo y cris- que en las iglesias protestantes en las
cación contraria. Por este motivo el tiano subordinan el valor vital al cuales se desenvolvió —luteranos y
ascetismo rechaza la mortificación valor espiritual, en tanto que el as- calvinistas— el propósito explícito en
por la mortificación y la acepta so- cetismo moderno subordina el valor los comienzos no fue el subrayar los
lamente cuando puede considerarse vital al de utilidad. valores de este mundo, sino, por el
como una subordinación de los ape- Las definiciones de Scheler impli- contrario, el intentar suprimir todo
titos inferiores a la voluntad de Dios. can no solamente una distinción, sino compromiso entre los valores de este
El ascetismo puede así definirse co- también una contraposición entre los mundo y los del otro. La in-
mo una práctica de lo espiritual, co- dos tipos citados de ascetismo. La tramundanidad sería, pues, una con-
mo una serie de ejercicios espiritua- base para ello se encuentra en la in- secuencia de la mencionada acción
les destinados a adquirir un cierto vestigación efectuada por Max We- ascética metódica, pero no el punto
hábito que puede colocar al hombre ber sobre el ascetismo y en la oposi- de partida de ella.
en el camino de la santidad. ción por dicho autor presentada entre Además de las obras citadas en el
Las definiciones anteriores mues- el ascetismo extramundano (ausserwel- texto véase: A. Auer, Die philoso-
tran que la insistencia sobre k exa- tlíche Askese), consistente en retirarse phischen Grundlagen der Askese, s/f.
geración de los sacrificios corporales del mundo, y el ascetismo intra- (1946). — J. Lindworsky, Psycholo-
gie der Ascèse, Denken voor eein
constituye una errada interpretación mundano (innerweltliche Askese), con- psychologischejuiste Ascese, 1948. —
del ascetismo. Para entender éste hay sistente en practicar la abstención H. Fichtenau, Askese und Laster in
que averiguar, además, su función en dentro de este mundo. Tal oposición der Anschauung des Mtttelalters,
la vida humana y el tipo de vida a es estudiada sobre todo en el trabajo 1948. — F. D. Duffey, Psychiatry
que el ascetismo se aplica o puede de M. Weber titulado "Die protestan- and Asceticism, 1950. — Renzo Ti-
aplicarse. Esta última cuestión fue de- tische Ethik und der Geist des Kapi- tone, Ascesi e personalità, 1957 (in-
batida por Nietzsche, especialmente talismus" (Archiv für Sozialwissens- fluencia de la actitud ascética sobre
en la parte III ("¿Qué significan los chaft und Sozialpolitik, XX y XXI, el desarrollo, psicológico). — B. L,
ideales ascéticos?") de su Genealogía 1904-5; reimp. en Gesammelte Auf- Hijmans ΆΣΚΗΣΙΣ. Notes on Epic-
tetus Educational System, 1959 [Wijs-
de la moral. Nietzsche manifiesta que sätze zur Religionssoziologie, I, 1920). gerigen Teksten en Studies, 2].
los ideales ascéticos —sobre todo si El ascetismo ultramundano corres- ASCLEPIADES de Prusa o de
son ideales tales como los "clásicos" ponde a una ética a la vez anti-eude- Quios (Bitinia) (siglo I antes de J. C.)
de pobreza, humildad y castidad— monista, anti-hedonista y fuertemente se consagró, como discípulo de Epi-
tienen escasa significación para un pro-adquisitiva: es la ética del ca- curo, a la medicina y desarrolló las
artista. Los ideales ascéticos tienen su pitalismo moderno en tanto que sur- doctrinas de su maestro especialmente
origen en los "instintos de autoconser- gió impulsado por varios grupos pro- en la psicología y en la física. En lo
vación" y de profilaxis que caracteri- testantes. Max Weber distingue, en primero acentuó la importancia de
zan la "vida decadente". Son, pues, efecto, entre varias formas de asce- los sentidos frente a la actividad
ideales de conservación y no de abun- tismo ultramundano correspondiendo llamada racional, con lo cual llevó a
dancia de vida. El ideal ascético quie- a varias formas de protestantismo as- un extremo el empirismo radical ca-
re reducir a él todos los demás idea- cético: calvinista, pietista, metodista racterístico de la escuela epicúrea.
les. En este sentido debe ser evitado y sectas surgidas del movimiento bap- En lo segundo, desarrolló la doctrina
como cercenador y castrador de la tista (por ejemplo, cuáqueros). E. de los a)/narmoi o)/gkoi (el mismo
voluntad. Sin embargo, puede ocurrir Troeltsch acepta en su libro Die concepto que hemos encontrado en
que el ideal ascético requiera esfuer- Bedeutung des Protestantismus für el académico Heráclides Póntico) se-
zo, en cuyo caso resulta "honorable". die Entstehung der modernen Welt parados por los espacios vacíos o po-
En todo caso, revela el "vacío" del (1906, 4 a ed., 1925; trad. esp.: El ros, po/roi, pero manteniendo, con-
hombre. protestantismo y el mundo moderno, trariamente a Heráclides, la concep-
Como en otros puntos capitales de 1951) las ideas fundamentales de ción puramente mecánico-causal de
índole psicológico-moral, Max Scheler Weber al respecto, pero divide a su su interacción.
aprovecha ciertas intuiciones de Nietz- vez el ascetismo que se manifiesta Fragmentos de Asclepiades en
sche a la vez que combate sus desvia- en lo que llama la cultura autoritaria Fragmenta digestae et cur. Ch. G.
ciones. Lo que Nietzsche supone acer- eclesiástica cristiano-medieval en dos Gumpert, praefatus est Ch. G. Gru-
ca del ascetismo no corresponde, formas: el ascetismo místico-quietista ner, Wimariae, 1794. — G. M. Ray-
según Scheler, a todo ascetismo. En que disuelve todo lo sensible finito naud, De Asclepiade Bithyno medico
El resentimiento en la moral Scheler en lo eterno supraterrenal, y el as- ac philosopha 1862 (tesis). — H. v.
distingue, en efecto, entre dos tipos cetismo metódico-disciplinario que Vilas, Der Arzt und Philosoph A. von
de ascetismo: el cristiano y el griego. encauza el obrar hacia los fines ul- Bithynien, 1893. — Artículos por R.
Mientras el primero eleva la capaci- traterrenos de la vida. Cuando esta A. Fritzsche (Rheinisches Museum,
146
ASC ASE ASE
1902), W. A. Heidel (Transactions judicativa. A diferencia de los escép- lo que Newman llama el asentimiento
of the American Philological Asso- ticos, que dejaban indeterminado el religioso es el acto de asentir a un
ciation, 1910), y M. Wellmann (Neue asentimiento, los estoicos acentuaban dogma de fe, es decir, el acto de
Jahrbücher, 1908 y Philologische Un- su carácter activo y aun su necesidad asentir realmente a él, a diferencia
tersuchungen, 1913). Artículo de M. del asentimiento teológico, que es
Wellmann sobre Asclepiades (Askle- para completar el juicio. Santo To-
piades, 39) en Pauly-Wissowa. más distinguió entre el asentimiento sólo de carácter nocional (op. cit.,
de una evidencia en sí y el asenti- pág. 95).
ASCLEPIODOTO DE ALEJAN- Véase Francis M. Tyrrell, The
DRÍA (fl. 450), miembro de la es- miento de una proposición evidente
en su conexión con otra. Este último Rôle of Assent in Judgment: A Tho-
cuela de Alejandría del neoplatonis- mistic Study, 1948.
mo (VÉASE), fue discípulo de Proclo. tipo de asentimiento es el propio
tanto de las ciencias como de las ASERCIÓN. En algunos textos ló-
Como Marino, Asclepiodoto manifestó gicos se ha introducido un signo
por un lado un interés metafísico- verdades de la fe (S. theol, II-IIa, q. I,
art. 4). Ahora bien, el asentimiento —propuesto por Frege— que se lla-
especulativo y por el otro un interés ma signo de aserción: es el signo
científico. A diferencia de Marino, es para Santo Tomás un acto del
intelecto, a diferencia del consenti- '|— '. Este signo se lee 'Es el caso
sin embargo, este último interés no que', 'Se afirma que", 'Se establece
se limitaba en Asclepiodoto a la ma- miento, que es un acto de la voluntad.
Sin embargo, puede decirse con toda que'. En muchos casos el signo no
temática, sino que tenía carácter en- es usado por suponerse implícitamente
ciclopédico, incluyendo la música, la propiedad que el intelecto asiente de
un modo necesario a los principios que todas las fórmulas introducidas
astronomía y diversas ciencias natu- son objeto de aserción. El signo con-
rales, especialmente la medicina. De evidentes por sí mismos y al rechazo
de la contradicción en sí misma. De trario a '|— ' es el signo ' —| ', usado
hecho, Asclepiodoto fue un típico re- por Lukasiewicz, siguiendo una
presentante de lo que se llamaba la un modo más explícito y detallado
ha elaborado Newman ( VÉASE) una sugerencia de Ivo Thomas, como sig-
tendencia erudita alejandrina. En no de rechazo. ' — |' s e lee 'Se re-
cuanto al interés metafísico-especu- doctrina del asentimiento. Éste es
considerado primariamente por chaza que'.
lativo, era al parecer de naturaleza En su obra La logique de l'assertion
más sobria que la usual en otros Newman como el acto de asentir a
proposiciones, como la "aprehensión" pure (1950), Jean de la Harpe ha
miembros de la escuela. La propia presentado un cálculo basado en los
tendencia a la magia aparecía en As- de proposiciones. No puede decirse,
con todo, que los dos modos de acción dos símbolos Ά' y 'E', los cuales se
clepiodoto como la manifestación de leen respectivamente 'queda estable-
una creencia en la posibilidad de mental implicados en el acto de
asentir sean equivalentes. Como cido que' y 'queda excluido que'. El
manipular y dominar los fenómenos fundamento de tal cálculo radica en
de la Naturaleza más bien que como Newman dice, usan las mismas
palabras y tienen el mismo origen, la distinción entre aserción de una
un subproducto de ciertas concepcio- proposición y su contenido (o lexis).
nes religiosas. Algunos autores supo- pero desembocan en resultados muy
diferentes (Cfr. An Essay in Aid of a Así, la expresión 'Ap' designa la
nen, sin embargo, que la corriente aserción de P, y la expresión 'AAp'
erudita y la especulativa en Ascle- Grammar of Assent, 1870, págs. 34 y
sigs.) De ahí la distinción precisa designa la aserción de la aserción de
piodoto no se mezclaron. Se atribuye Ρ (o 'queda establecido que p queda
a Asclepiodoto un comentario al establecida por Newman entre un
asentimiento nocional o (asentimiento establecido').
Timeo.
a nociones) y un asentimiento real ASERTÓRICO. El uso actual en
Véase A. Dain, "Les Manuscrits
d'Asclepiodote le philosophe", Revue (o asentimiento a cosas), asentimiento la literatura filosófica del término
de Philologie, de Littérature et d'His- de carácter "más fuerte" que el 'asertórico' procede principalmente de
toire ancienne, LX (1943), 341-360. anterior, aunque sin garantizar por la expresión kantiana 'juicio asertóri-
— Artículo de J. Freudenthal sobre ello la existencia de las cosas a las co'. Éste juicio es uno de los tres ti-
Asclepiodoto (Asklepiodotos, 11) en cuales se asiente. El asentimiento pos de juicios en que, según Kant,
Pauly-Wissowa. nocional puede ser considerado, a se expresa la Modalidad ( VÉASE), y
ASEIDAD. Véase A SE. su vez, bajo cinco respectos: como consiste en la afirmación simple 'S es
ASENTIMIENTO. El asentimiento profesión —asentimiento débil y su- P', "acompañada de la conciencia de
es considerado en general como cl perficial—, como creencia —afirma- la realidad". Los textos lógicos más
acto de aceptación de cualquier pro- ción de que no hay duda de que difundidos del siglo XIX han emplea-
posición o percepción. De un modo algo es así—, opinión —aceptación do el citado término en la misma
más preciso, se define como la acep- espontánea de una proposición—, acepción. Lo emplea también Pfán-
tación de una proposición que perte- presunción —asentimiento a primeros der en su Lógica, definiéndolo como
nece al orden de la fe. En todo principios— y especulación —enten- la forma de un juicio en el cual se
caso, el asentimiento es estimado dida como aceptación consciente de afirma o niega que S es efectivamente
generalmente como un acto que for- una proposición como verdadera— P. En el vocabulario de Pfänder a
ma parte del juicio. Los estoicos, (op. cit., págs. 40 y siguientes). El que nos hemos referido en Modalidad,
sobre todo, consideraban la llamada asentimiento real —centro de la filo- "el peso lógico" del juicio asertórico es
sugkata/qesij, adsensio, como el acto sofía de Newman— es de tal tipo "pleno y sin atenuación alguna".
de reconocimiento de algo en tanto que, aunque no intrínsecamente ope- El término 'asertórico' no es usado,
que verdadero; por lo tanto, el asen- rativo, afecta incidentalmente a la en cambio, ni por los lógicos simbó-
tir era una acción de la voluntad práctica (op. cit., pág. 86). Por eso
147
ASI ASN ASN
lieos contemporáneos ni por los lógi- prensas y en el año siguiente por con- que la paradoja del asno de Buridán
cos afectos a la lógica tradicional. tener, según el Ministro de Educación es sumamente instructiva: analizarla
Estos últimos arguyen que la clasifi- de la época, Kaftanov, material "for- como es debido requiere revisar por
cación kantiana de los juicios de mo- mal y apolítico". La lógica de Asmus, entero las difíciles nociones de elec-
dalidad en asertóricos, problemáticos en efecto, aunque sumamente "mo- ción, preferencia, razón, voluntad y
y apodícticos destruye la división derada", constituía una novedad por libertad.
tradicional de las proposiciones (véase la importancia dada al carácter for- Nicholas Rescher (art. cit. infra),
PROPOSICIÓN) en simples o absolutas mal de la lógica y la escasa referencia que ha estudiado más a fondo que
y de messe. En efecto, la proposición a la dialéctica y sus leyes. La situa- nadie la historia y la lógica de la citada
asertórica es una proposición de inesse ción de Asmus cambió al respecto, paradoja, ha puesto de relieve que ésta
en la cual no hay ningún modo que con motivo de los artículos de Stalin tiene una antigua historia. Ésta puede
afecte a la cópula. Por lo tanto, las (1950) sobre la lingüística (véase FI- resumirse en tres fases: el período
proposiciones asertóricas deberían LOSOFÍA SOVIÉTICA ). Aunque crítico griego, el árabe y el cristiano-
excluirse de lo modal. Ahora bien, del "idealismo burgués contemporá- medieval-escolástico. En la primera
Kant podría argüir que habla de neo" —en el cual incluye práctica- fase la paradoja tiene una forma cos-
juicios y no de proposiciones y aun mente todas las filosofías contempo- mológica y se halla fundada en el
que los juicios en su sentido no son ráneas—, Asmus ha expuesto con más problema del equilibrio — del supuesto
exclusivamente objetos de la lógica, objetividad que la mayor parte de los equilibrio físico de la Tierra entre
sino en gran parte de la teoría del filósofos soviéticos los desarrollos mo- elementos iguales. Esta cuestión fue
conocimiento. En tal caso, lo dernos de la lógica (Voprosiy Filosofii tratada por varios autores, tales como
asertórico sería un modo de afirma- [1955], págs. 192-284; Cfr. también Anaximandro y Aristóteles (De cáelo,
ción, aunque es obvio que habría en- su libro sobre la doctrina de la prue- II 13 ) — quien discute asimismo, por
tonces, como sugiere Maritain, "un ba, infra). similitud, el problema de las motiva-
abuso de lenguaje" en su empleo de Obras principales: Dialéktitchéskly ciones iguales. Posiblemente a tra-
tal término. matérializm i logika, 1924 (Materia- vés de los comentaristas del Estagirita
La concepción hegeliana de los jui- lismo dialéctico y lógica). — Marks i el problema pasó a los árabes. Algazel
cios asertóricos sigue la inspiración burguazníy istorizm, 1933 (Marx y él lo trató desde un punto de vista teo-
historicismo burgués). — Logika, lógico, planteándose el problema de
kantiana, pero se sale aun más que 1947. — Utchénié logiki o dokaza-
ella del campo de la lógica. Lo mis- téllstvé i oprovérgénii, 1954 (La doc- la Voluntad divina y de la razón ( caso
mo ocurre con su concepción de los trina lógica de la prueba y la refuta- de haberla) de haber preferido un
otros tipos de juicio. Hegel define, en ción). — Dékart, 1956 (Descartes). mundo más bien que otro. Al critizar
efecto, todos los juicios desde su es- ASNO DE BURIDÁN. Con este a Algazel, Averroes se ocupó asimis-
pecial punto de vista metafísico; así, nombre se atribuye a Juan Buridán mo del problema y lo mismo Santo
el juicio asertórico es para dicho fi- (v.) la formulación del siguiente pro- Tomás (S. theol, I-II, q. XIII). Sin
lósofo un juicio inmediato cuyo sujeto blema — o paradoja: "Un asno que embargo, los escolásticos dieron a la
es un individuo concreto y cuyo pre- tuviese ante sí, y exactamente a la discusión un giro ético — el mismo
dicado expresa la relación con su rea- misma distancia, dos haces de heno que aparece en la formulación que
lidad o determinabilidad de su con- exactamente iguales, no podría mani- hoy se considera clásica. Buridán
cepto (Logik, I Abs. II Kap. D.a; festar preferencia por uno más que mismo se ocupó del asunto en este
Glockner, 5, 112-12); el juicio apo- por otro y, por lo tanto, moriría de sentido, justamente al comentar el tra-
díctico es un juicio inmediato cuyo hambre." La paradoja ha sido formu- tado aristolélico De caelo, pero no ha-
sujeto es lo general (ibíd., D.a.; lada para mostrar la dificultad del bló de un asno, sino de un perro, por
Glöckner, 5. 116-18), etc., etc. No problema del libre albedrío (VÉASE) lo que, si se quiere seguir atribuyendo
creemos, pues, necesario referirnos cuando éste se reduce a un liberum a Buridán el origen de la paradoja
más extensamente a tales concepcio- arbitrium indifferentiae. De no haber habría que hablar del "Perro de Bu-
nes, pues ni son necesarias para la una preferencia, no puede haber elec- ridán". En la época moderna, todos
comprensión del problema lógico ni ción. los que se han ocupado de la para-
tampoco son bastante iluminadores Una discusión adecuada de la pa- doja lo han hecho en sentido ético
para entender la propia metafísica he- radoja llevaría muy lejos. Por lo pron- — y también, de un modo más ge-
geliana. to, se puede preguntar si es legítimo neral, antropológico-filosófico. Se
ASIMETRÍA. Véase RELACIÓN . tomar como base un hecho empírica- puede decir que todos los que han
ASMUS (VALENTÍN FÉRDINAN- mente imposible. Luego, se puede ar- tratado la cuestión de la libertad
DOVITCH) nac. (1894), estudió en güir que pueden existir ciertas prefe- —prácticamente, todos los autores mo-
la Universidad de Kiev; desde 1939 rencias no manifestadas en la situa- dernos— han introducido, más o me-
es profesor de filosofía en la Univer- ción tal como ha sido descrita: por nos explícitamente, la paradoja del
sidad de Moscú. En 1943 recibió el ejemplo, la preferencia a no morirse asno de Buridán. Esta paradoja está
Premio Stalin por su contribución a la de hambre, lo cual induciría al asno a implícita en la mayor parte de los de-
Historia soviética de la filosofía comer cualquiera de los dos haces de bates entre los deterministas y los an-
(1940 y sigs.). Sus principales trabajos heno. Finalmente, se puede alegar tideterministas. Era inevitable que en
filosóficos versan sobre la lógica. Su que las elecciones no necesitan ser el curso de estos debates se reintro-
Lógica ( 1947 ) fue violentamente ata- siempre razonables. En cualquier ca- dujeran cuestiones cosmológicas y teo-
cada tan pronto como salió de las so, sin embargo, hay que reconocer lógicas, pero en un sentido y una for-
148
ASO ASO AST
ma distintos de las tratadas por los conexión, de los cuales tres son pre- etc.) han aducido experiencias en
filósofos antiguos y árabes. En la épo- dominantes: la semejanza, la conti- las cuales se ha mostrado que los
ca actual, la paradoja puede ser exa- güidad (en el tiempo o espacio) y la hábitos no producen acción, que la
minada —como lo ha hecho el citado causa y efecto. El principio de con- conducta tiene un propósito o que
Rescher— en estrecha relación con la traste o contrariedad es considerado hay reacciones a relaciones, cosa que
cuestión de "la distribución azarosa" por Hume como una mezcla de los no tiene en cuenta ni puede expli-
y, por lo tanto, en conexión con cues- principios de causación y semejanza. car el asociacionismo. Ello no quiere
tiones suscitadas por la probabilidad Esta doctrina es elaborada con más decir, sin embargo, que el asociacio-
(VÉASE). detalle en el Libro I del Treatise ( es- nismo haya sido enteramente aban-
Nicholas Rescher "Choice Without pecialmente Parte I, sec. iv), pero donado en psicología. Por un lado,
Préférence. A Study of the History los tipos de conexión siguen siendo el behaviorismo y la llamada psico-
and of the Logic of the Problem of los mismos. Ahora bien, aunque la logía objetiva han adoptado muchas
'Buridan's Ass , Kant-Studien, LI base de la teoría de Hume era psi- conclusiones del asociacionismo, aun
(1959-1960), 142-75 (también en se- cológica, su interés era predominan- cuando refinando esta doctrina me-
parata). temente epistemológico. El giro ha- diante experimentos y críticas ana-
ASOCIACIÓN y ASOCIACIONIS- cia lo psicológico y el intento de líticas. Por otro lado, el propio es-
MO. El uso del concepto de asocia- fundamentar un asociacionismo en tructuralismo no niega totalmente el
ción en psicología es muy antiguo. la psicología es, en cambio, evidente proceso asociativo, sino que rechaza
Claros precedentes del mismo se en- en Hartley ( Observations on Man, los fundamentos atomistas atribuidos
cuentran en Aristóteles, cuando en 1749, Parte I), a quien siguió Ja- al mismo y especialmente la tenden-
su tratado De memoria et reminis- mes Mill (Analysis of the Phenomena cia manifestada por los asociacionistas
centia, II 451 b 10 sigs.) presentó un of the Human Mind, 1829, passim; clásicos a basar sus explicaciones en
principio de asociación en las dos Cfr. sobre todo la ed. de 1869 en 2 puras combinaciones mecánicas sin
formas principales de la asociación vols., ed. J. S. Mill) y —en parte— hacer intervenir tendencias o propó-
por semejanza y asociación por con- John Stuart Mill y A. Bain. Los tipos sitos.
tigüidad. Esta tesis fue aceptada y de conexión establecidos por Hume Además de las obras clásicas de
desarrollada por los comentaristas del y Hartley fueron transformados en los autores citados en el texto del ar-
Estagirita y por muchos escolásti- las leyes clásicas del asociacionismo tículo, véanse Ch. G. Bardili, Ueber
cos medievales. El asunto fue dilu- psicológico ( contigüidad, semejanza, die Gesetze der Ideenassoziation,
cidado, además, con considerable de- contraste) y ampliadas con otras le- 1796. — Luigi Ferri, La psycholo-
talle por Juan Luis Vives en su De gie de l'association depuis Hobbes
yes complementarias (frecuencia, si- jusqu'à nos jours, 1883. — G.
anima et vita. Por lo tanto, no puede multaneidad, intensidad, etc.). Hay Ascnaffenburg, Experimentelle Stu-
decirse que solamente con los fi- que distinguir entre el asociacionis- dien über Assoziation, 1896-97. —
lósofos modernos y especialmente con mo psicológico, que pretende limi- D. F. Markus, Die Assoziationstheo-
los filósofos y psicólogos de fines del tarse a una descripción de las cone- rien im XVIII Jahrhundert, 1901
siglo XVIII y del XIX haya xiones entre procesos mentales, y el [Abhandlungen zur Philosophie und
aparecido un concepto de asociación. asociacionismo filosófico, que está re- ihrer Geschichte, XV]. — E. Clapa-
Entre los filósofos modernos trataron rède, L'association des idées, 1902.
lacionado con el atomismo (en sen- — M. Bork, Ueber neuere Assozia-
el problema Hobbes, y especialmente tido amplio) y se ha contrapuesto tionstheorien, 1917. — Howard C.
Locke (con su concepción de la con frecuencia al estructuralismo (véa- Warren, A History of the Association
"asociación de las ideas") y se ESTRUCTURA.) y al totalismo. Aun- Psychology, 192l. — G. Lunk, Die
Berkeley. Ahora bien, es ya que algunos asociacionistas psicoló- Stellung der Assoziation im Seelen-
tradicional admitir que solamente gicos tendieron a ampliar sus teorías leben, 1929. — Sobre el concepto de
con Hume, por un lado, y con el al conjunto de la filosofía, cuando asociación en Leibniz, B. Franzel,
trabajo de análisis filosófico y Der Assoziationsbegriff bei Leibniz,
menos de la filosofía natural, el pri- 1898.
psicológico de Hartley, Priestley, mer tipo de asociacionismo no ha
James Mili, John Stuart Mill y A. ASTRADA (CARLOS), nacido en
implicado forzosamente el segundo. Córdoba (Argentina) en 1894, es
Bain por el otro, el concepto La doctrina asociacionista ha sido
psicológico de asociación ha alcanzado profesor en las Universidades de La
criticada por varios autores. Algunos Plata y Buenos Aires. Influido en sus
una madurez suficiente y, además, ha (como Bradley, Adamson, Stout, Ja-
permitido construir a base de él toda primeros tiempos por la escuela de
mes, los miembros de la Escuela de Marburgo, se orientó luego, tras ha-
una teoría de contenido primariamente Würzburgo [ VÉASE ] etc.), han adu-
psicológico, pero de intención ber recibido en Colonia y Friburgo
cido razones basadas en una crítica las enseñanzas de Scheler, Husserl y
filosófica: el asociacionismo. analítica de los procesos psíquicos.
En su Enquiry (III), por ejem- Heidegger, hacia la filosofía existen-
El argumento principal lanzado a este cial. Astrada trabaja dentro del marco
plo, Hume manifiesta que "es evidente respecto contra el asociacionismo ha
que hay un principio de conexión de las posibilidades de la pro-
sido la advertencia de que en los
entre los diferentes pensamientos o blemática de Heidegger, sobre todo
procesos psíquicos hay una dirección,
ideas de la mente, y que en su apa- en la idea del papel fundamental que
llevada a cabo por el pensamiento o
rición a la memoria o imaginación desempeña el riesgo existencial, cen-
regida por otras "tendencias deter-
se introducen unos a otros con cierto trado en el concepto del juego como
minantes". Otros (como los psicólo-
método y regularidad". De hecho, resorte decisivo en la especulación
gos estructuralistas: Köhler, Lewin,
hay no uno, sino varios principios de
149
ATA ATE ATE
metafísica. Este juego debe, sin em- dad, a la ataraxia, pero también a la por su fuerte tendencia teológica y
bargo, ser entendido como un juego a)lupi/a ( ausencia de pena), a la sistemática, por su aplicación de la
total, es decir, como un juego exis- a) f obi/ a (ausencia de temor) y a la lógica —o, mejor dicho, de la dia-
tencial que crea su propio ámbito y a)pa/qeia, apatía, ausencia de léctica— a las especulaciones meta-
desencadena un proceso propio. pasiones); todas ellas constituyen físicas, por su tendencia a desarro-
Dentro de la ontología de signo simplemente la libertad, a)plw=j llar varios aspectos de la teología
heideggeriano, Astrada se interesa e)leuteri/a (Diat., IV 3, 1-8). La dialéctica y por la atención prestada
por la constitución concreta —espe- ataraxia es para Pirrón la culminación a la idea de emanación, especialmente
cialmente histórica— de la Existen- de la suspensión del juicio (véase mediante el uso del sistema triádi-co.
cia (Dasein, véase EXISTENCIA) y de EPOCHÉ ); hay que practicar éste para Junto a ello se destacaron los neo-
la relación de ésta con las cosas; con alcanzar aquélla (Diog. L. X 66), platónicos atenienses por sus comen-
ello se manifiesta una preocupación cosa que sólo puede hacer un hombre tarios a obras de Platón y Aristóteles
por ciertas estructuras que Heidegger capaz de vivir sin preferencias. En (y Simplicio por su comentario al
había descuidado, atento sólo a la cambio, Arcesilao (apud Sexto, Hyp., Encheiridion de Epicteto). No todos
descripción de los caracteres funda- 1 232) consideró la ataraxia como los filósofos de la escuela de Atenas
mentales de la Existencia y de su pre- síntoma de la suspensión del juicio y nacieron en esta ciudad. Domnino
paración para una ontología funda- no como su coronamiento. nació en Siria; Proclo, en Constanti-
mental. La noción de ataraxia se funda en nopla; Marino, en Neápolis (Sichem,
Obras principales: El problema los mismos supuestos y suscita los Samaria). Hemos expuesto las doctri-
epistemológico en la filosofía actual, mismos problemas que las nociones nas particulares de varios de los fi-
1927. — El juego existencial, 1933. — afines empleadas por los filósofos lósofos citados en los artículos sobre
Idealismo fenomenológico y metafísica mencionados. Se funda en (1) la di-
existencial, 1936. — Là ética formal y Siriano, Marino, Proclo, Damascio y
los valores, 1938. — El juego visión, sobre todo elaborada por los Simplicio, y las tendencias generales
metafísico, 1942. — Temporalidad, estoicos, entre lo que está en nuestra en el artículo sobre neoplatonismo.
1943. — Sociología de la guerra y mano y lo exterior a nosotros, y en la Agreguemos aquí que Plutarco de
filosofía de la paz, 1948. — Ser, suposición de que lo último incluye Atenas influyó principalmente por
humanismo, "existencialismo". Una las "pasiones"; (2) en la confianza de sus comentarios a diálogos platónicos
aproximación a Heidegger, 1949. — que el hombre como ser racional (o y al tratado aristotélico De anima;
Destino de la libertad, 1951. — La cuando menos los filósofos como seres
revolución existencialista, 1952. — que Domnino escribió tratados ma-
Marx y Hegel, Trabajo y alineación en eminentemente racionales) son capa- temáticos (y no siempre mostró com-
la "Fenomenología" y en los "manus- ces de conseguir la eliminación de las pleta fidelidad a los principios neo-
critos", 1958. — Humanismo y dia- perturbaciones; y (3) en la idea de platónicos); que Isidoro (biografiado
léctica de la libertad, 1960. — Dia- que la tranquilidad es (cuando me- por Damascio) siguió las huellas de
léctica y positivismo lógico, 1961 nos moralmente) mejor que la expe- Jámblico, y que Prisciano escribió
[Cuadernos de "Humanitas", 9]. riencia. Los problemas que suscita una compilación (de la cual tenemos
ATARAXIA, a)taraci/a, se traduce son principalmente los de si tales su- la versión latina con el nombre So-
por 'ausencia de inquietud', 'tranquili- puestos son tan aceptables, tan claros lutiones eorum de quibus dubitavit
dad de ánimo', 'imperturbabilidad'. o, en último término, tan deseables Chosroes Persarum rex) por encargo
Demócrito usó el término a)taraci/a al como se imagina. Además, suscita el del rey persa Cosroes, en cuya corte
declarar que "la felicidad es placer, problema de si una definición de la se alojó —junto con Simplicio y Da-
bienestar, armonía, simetría y atara- "libertad" como la apuntada por Epi- mascio— cuando se cerró la escuela
xia" (Diels A 167, 15-8). Pero fue- curo no es excesivamente "negativa". ateniense en 529 por orden de Jus-
ron los epicúreos, los estoicos y los ATENAS (ESCUELA DE). En la tiniano.
escépticos quienes colocaron la noción historia de la filosofía griega se llama Véase bibliografía de NEOPLATO-
de ataraxia en el centro de su pensa- a veces período ateniense o también NISMO. Para los comentarios a Aristó-
miento. Según el índice proporcionado ático al que abarcó desde mediados teles de algunos de los autores men-
por C. J. de Vogel (Greek Philo-sophy, cionados, véase Commentaria in Aris-
del siglo ν hasta fines del siglo IV totelem Graeca señalados en ARISTO-
III, 1959), la noción en cuestión fue antes de J. C. En tal período se TELISMO. Para Domnino: ) Egxeiri/ dion
tratada especialmente por Epicuro, incluyen los sofistas, Sócrates, algunos a)riqmhtikh=j ei)sagwgh=j, ed.
Epicteto, Pirrón y Arcesilao ( VÉANSE). socráticos, Platón, Aristóteles y varios Boissonade, Abec. Graeca, IV, 413-29;
Según Epicuro, la felicidad se obtiene antiguos académicos y peripatéticos. Pw=j e)/sti lo/gon e)k lo/gou a)felei=n ,
mediante la a)poni/a (ausencia de pena De un modo más propio se llama ed. C. Ε. Ruelle, Revue de philologie,
o dolor) y por la ataraxia. De ellas Escuela de Atenas a una de las VII (1883), 82-94. — Las Solutiones
gozan los dioses, los cuales no se ramas del neoplatonismo ( VÉASE). Se y la Meta/ f r-asij tw= n
ocupan ni del gobierno del cosmos ni trata de la dirección neoplatónica Qeofa/ s tou peri\ ai) s qh/ s ewj de
de los asuntos humanos (Diog. L. X Prisciano, han sido editados por I.
representada por Plutarco de Atenas Bywater en Supp. Aristotelicum, I,
139; también, "Carta a Mene-ceo", (que debe distinguirse de Plutarco de
apud ibíd., X 128). La ataraxia es 2, 1886.
Queronea), Siriano, Domnino, Mari- ATENCIÓN. La noción de aten-
para Epicuro un equilibrio permanente no, Isidoro y, sobre todo, Proclo, Da-
en el alma y en el cuerpo (ibíd., X ción ha sido tratada por la mayoría
mascio, Simplicio y Prisciano. Esta de los filósofos desde el punto de vista
136). Para Epicuro hay que escuela pertenece, a su vez, a la lla-
atenerse, para obtener la felici- psicológico. Se ha definido muchas
mada dirección metafísico-especulati- veces como una cierta capacidad de
va del neoplatonismo. Se caracteriza
150
ATE ATE ATE
la mente —fundada en procesos or- nota un interés decididamente episte- mismo acto, que sólo se distingue por
gánicos, o cuando menos relacionada mológico, pues mediante el estudio los objetos a que se dirige, resulta que
con ellos— para canalizar los proce- del fenómeno de la atención se trata no hay especies para nuestra concien-
sos psíquicos, y en particular el pen- de determinar no sólo los modos de cia, para nuestro saber, para nuestro
samiento, dentro de ciertas vías. De aprehensión de las "ideas", sino tam- enunciar". Por lo tanto, "el sentido
modo muy general puede definirse bién la naturaleza —"psicológica" o unitario del término 'atender' no exi-
como concentración de energías psí- "trascendental"— de éstas. ge, ni mucho menos, 'contenidos' en
quicas. La atención puede considerarse La atención como fenómeno pri- el sentido psicológico —como objetos
como un proceso potencial o como un mordial, capaz de aclarar no sólo los a los cuales atendemos—; y aun reba-
proceso actual — según la distinción modos de operación psíquicos, sino sa toda la esfera del pensar". La aten-
escolástica entre una atención también ciertas actitudes humanas bá- ción recae sobre "los objetos mentales
secundum virtutem y una atención sicas, ha sido objeto de reiterado exa- que adquieren evidencia 'intelectiva'
actualis. Se ha distinguido entre la men desde fines del siglo XIX. James en la ejecución de los actos sobre esta
atención espontánea y la atención vo- Ward ( VÉASE) afirmó —contra Brad- base", sobre "los objetos y situaciones
luntaria. Esta última ha sido conside- ley— que no se puede identificar la objetivas aprehendidos mentalmente
rada como una atención consciente. vida psíquica con una masa indiferen- de esta o de aquella manera". Así, la
Pero como la conciencia de la aten- ciada, ya sea de sensaciones, o de un atención llega hasta donde llega el
ción puede, y suele, distraer la aten- "sentimiento primario" o "experiencia concepto de "conciencia de algo"
ción, el concepto de atención volun- inmediata". Las actividades psíquicas (Cfr. Investigaciones lógicas, trad. Mo-
taria y consciente ha sido objeto de lo son de un yo —de un "yo puro"— rente-Gaos, tomo II, cap. ii). Debe
muchos debates entre filósofos y psi- y este yo es primariamente la aten- advertirse que, no obstante el lenguaje
cólogos. Algunos han indicado que la ción. La atención es para Ward la empleado por Husserl, su idea de la
voluntad y la conciencia se hallan so- conciencia; mejor todavía, es lo que atención como conciencia es distinta
lamente en el proceso inicial de la dirige toda conciencia en su activi- de la de James Ward antes reseñada;
atención; otros, que hay siempre en dad. La atención puede ser mayor o no es una idea psicológica, sino feno-
la atención, si no una conciencia, menor, pero no hay posibilidad de vida menológica (o, si se quiere, pre-feno-
cuando menos un acto voluntario. psíquica ·—y de presentación de menológica). Husserl ha tratado en
Aquí nos interesan sobre todo las ningún contenido al yo— sin una cierta varias ocasiones la noción de atención
explicaciones del concepto de aten- dosis de atención. La atención no se de acuerdo con la correspondiente
ción que, si bien basados en datos disuelve en las presentaciones, ni en concepción de la conciencia (VÉASE),
psicológicos, tienen implicaciones epis- la experiencia indiferenciada: pero ha destacado dicha noción sobre
temológicas y, en algunos casos, onto- acompaña a todas las presentaciones todo al hablar de los diversos modos
lógicas — o cuando menos ontológico- y a toda experiencia. Si se llevan las de conciencia. Ha afirmado, por ejem-
antropológicas. El examen psicológico- ideas de James Ward a sus conse- plo, que hay tres posibles modos de
epistemológico de la atención ha sido cuencias últimas, y se admite que hay conciencia: el actual, en el cual el
llevado a cabo especialmente por fi- en el hombre un máximo desarrollo "objeto intencional" está presente a
lósofos del sentido común, ideólogos psíquico, se puede concluir que el ser la conciencia; el potencial, donde hay
y "sensacionistas". Así, por ejemplo, humano es definible como "un sujeto mera posibilidad de presencia; y el
Destutt de Tracy suponía que la aten- en atención". Santayana ha llegado a atencional, que resulta de la "aten-
ción es un estado de ánimo más bien considerar la atención como la princi- ción" de la conciencia al objeto. Sub-
que una facultad, de tal modo que pal, y acaso la única, vía de acceso al rayar este modo de atención significa
podría eliminarse en principio la vo- reino de las esencias (Cfr. The Realm a la vez destacar los aspectos "activos"
luntad de la atención. Reid (Intellec- of Essence, Cap. I, en The Realms of de la conciencia. Y cuando en vez de
tual Powers. Essay I, c. 5 ) señaló, en Being, 1942, pág. 15). Pues aunque hablarse de conciencia como conjun-
cambio, que la atención es un acto tal atención sea una "facultad animal" tos de actos que constituyen el puro
voluntario, siendo, en cambio, invo- suscitada por la pasión, puede alcan- flujo de lo vivido, se habla de la con-
luntaria la conciencia. Condillac zar en el hombre categoría de "apre- ciencia como foco de los actos, el
(Essai sur l'origine des connaissances hensión ontológica" (Santayana no modo atencional de la conciencia ad-
humaines, c. III) distinguió entre usa, empero, esta última expresión). quiere creciente importancia. Puede
atención activa y atención pasiva; en En sentido distinto de los anterio- inclusive identificarse con el yo puro
una hay voluntad, no así en la otra. res ha examinado Husserl la noción y ayudar a aclarar la cuestión de la
Laromiguière (VÉASE) consideró que de atención. Criticando las teorías psi- constitución trascendental de la con-
la atención es "la primera facultad"; cologistas y a la vez nominalistas de ciencia por medio de la "atención".
de ella se derivan todas las restantes. la abstracción formuladas, entre otros Parece que hay en Husserl una idea
Hamilton comparó la atención con la autores, por Hamilton y John Stuart de la atención de carácter "ontológi-
abstracción (véase ABSTRACCIÓN y Mill, Husserl ha señalado que "si la co" más bien que psicológico o inclu-
ABSTRACTO). Aunque las definiciones teoría que basa la abstracción en la sive epistemológico. Y hasta parece
y concepciones anteriores se hallan ex- atención (considerada entonces como dibujarse en las citadas ideas una no-
presadas en lenguaje filosófico, están una mera operación) es exacta; si la ción de la atención como "modo exis-
condicionadas las más de las veces atención a todo objeto y la atención tencial" propio del hombre en tanto
por cuestiones de naturaleza episte- a las partes y notas del objeto son, en que su ser consiste primariamente en
mológica. En Hamilton sobre todo se el sentido de dicha teoría, uno y el un "estar en el mundo".
151
ΑΤΗ ATM ATO
Si seguimos esta argumentación do la tesis —característica de muchos dar la teoría con la percepción sensi-
consecuentemente podremos afirmar platónicos de la época— de que las ble, dentro de la cual se dan los
lo siguiente. Mientras el animal no ideas son pensamientos de Dios. Para fenómenos de la multiplicidad e indi-
posee atención —o la que posee tiene llevar a cabo estos ataques contra el vidualidad que Demócrito se proponía
sólo carácter psicológico—, el hombre aristotelismo y la consiguiente de- explicar. Pero la actitud opuesta, acaso
se constituye como tal en virtud pre- fensa del platonismo, Ático mezcló no menos habitual hoy entre los
cisamente de que el "estar atento" le —conscientemente o no— las doctri- científicos —la que sostiene la com-
permite abrirse al mundo como tal nas platónicas con otras estoicas, es- pleta independencia del atomismo
mundo, es decir, no sólo como un pecialmente en ética y en cosmolo- antiguo y el moderno atomismo cien-
ámbito dentro del cual se dan los gía, por lo que ya en la antigüedad tífico—, peca por defecto. Hay di-
estímulos y sobre el cual operan fue descrito no sólo como un plató- recciones atomistas que no pueden
nico sino también como un estoico. vincularse históricamente con la de-
las reacciones, sino, además, como la
Fragmentos de las obras de Ático mocriteana y que no responden menos
zona en la cual se da la posibilidad de han sido conservados en Eusebio,
las objetivaciones. El estar en el mundo a ciertas exigencias de racionalidad y
Praep. Ev., y en comentarios a las "salvación de los fenómenos". De ahí
y la atención a él son condiciones Categorías, de Porfirio y Simplicio.
primarias de la existencia del hombre, que las dificultades que se han
Véase J. Baudry, Atticos. Fragments planteado respecto al atomismo
y la atención cobra con ello sentido de son oeuvre, 1931. Artículo de J. democriteano valgan, en cierta ma-
existencial. Así lo han reconocido al- Freudenthal sobre Ático (Attikos, 18) nera, para todo atomismo, por lo
gunos existencialistas o "fenomenólo- en Pauly-Wissowa. menos en la medida en que éste se
gos" ( especialmente Merleau-Ponty) ATMAN. Véase BRAHMAN-ATMAN. convierte, conscientemente o no, en
al indicar que la atención no es un ATOMISMO. La solución atomista fundamento metafísico de lo real. Se-
simple enfocar los objetos para ilumi- es, como se indicará en otros lugares ñalaremos las principales. En primer
narlos. El conocimiento derivado de (véanse DEVENIR, FENÓMENO, MOVI- lugar, se dice, si el átomo posee ex-
la atención, sin ser una creación de la MIENTO), una multiplicación o pul- tensión debe ser infinitamente divi-
realidad, es algo que no se da por la verización del "ser único" de Par- sible, porque lo extenso se caracteriza
mera yuxtaposición de lo real y de la ménides, por medio de la cual se por la absoluta exterioridad de sus
conciencia atenta. La atención precisa conservan algunas de sus ventajas sin partes, y mientras tal exterioridad
el horizonte de la "visión". participar de todos sus inconvenien- no esté cumplida o manifiesta, habrá
Además de las obras de los auto- tes. La esfera eleática respondía a las siempre posibilidad de división.
res citados en el artículo, véanse: exigencias de la cabal racionalidad, Cuando ya no la haya, la propia rea-
Théodule Ribot, Psychologie de l'at- pero permanecía inerme frente al fe- lidad habrá desaparecido. En segundo
tention, 1885. — Harry E. Kohn, Zur nómeno que se veía obligada teórica-
Theorie der Aufmerksamkeit, 1895 término, y si se quiere evitar el
[Abhandlungen zur Philosophie und mente a excluir si quería conservar sin inconveniente anterior, será necesario
ihrer Geschichte, V]. — W. B. Pills- merma sus caracteres esenciales. Leu- suponer que el átomo no se compone
burg, L'attention, 1906. — E. Düpp, cipo, Demócrito, los epicúreos, man- meramente de extensión, sino que
Die Lehre von der Aufmerksamkeit, tuvieron, en cambio, la racionalidad posee alguna "interioridad". Si no se
1907. — Nicolás Apostolescu, Emo- del ente al atribuir a cada uno de los quiere admitir que esta interioridad es
tivitate si atentie, 1938. — A. Bal, átomos las notas del ser eleático y completamente de la misma
L'attention et ses maladies, 1952. al reducir la cualidad a cantidad y el naturaleza que lo íntimo, habrá que
ATHARVΑ-VEDA. Véase VEDA. cambio pleno a movimiento. Como suponer, de todos modos, que consiste
ÁTICO (fl. 170) coincidió con ocurre en tantos otros casos de la en una "fuerza", en una "tensión", en
Nicóstrato en defender la ortodoxia filosofía griega, llevaron así a sus una dynamis (atomismo de Boscovich,
platónica de toda mezcla con otras últimas consecuencias una posición teoría de Leibniz, mona-dologia
doctrinas y en particular en separar teórica; nada tiene, pues, de extraño physica de Kant). Con lo cual la
el platonismo del aristotelismo. Como que todo atomismo posterior haya existencia del átomo implicará
sucedió con Nicóstrato, los trabajos sido estimado por algunos como des- supuestos exactamente contrarios a
de Ático en defensa del platonismo arrollo y aun como mera copia del los propios del racionalismo meca-
fueron utilizados por varios neopla- atomismo antiguo. Esta actitud peca nicista de Demócrito. Resulta así que
tónicos (por ejemplo, Proclo). Ático por exceso; hay en el atomismo de para mantener el atomismo en sen-
combatió el aristotelismo en varios Demócrito propósitos y supuestos que tido metafísico habrá que partir de
puntos capitales: en metafísica, afir- no se revelan en el atomismo poste- una base opuesta a la que, cuando
mando la separación entre lo sensi- rior. Así Vittorio Enzo Alfieri (Cfr. menos históricamente, produjo su
ble y lo inteligible; en teología, de- op. cit. bibliografía, págs. 4 y sigs.) auge. Estas dificultades del atomismo
clarando que la divinidad no es un indica que la noción democriteana del fueron ya comprendidas por algunos
puro pensar en sí mismo, sino que átomo constituía no sólo una contri- escolásticos, los cuales trataron el
interviene en el mundo como provi- bución a la "visión física de la Natu- problema de la constitución atómica
dencia; en física y cosmología, ne- raleza", sino también un aporte a la de lo real desde el punto de vista de
gando la eternidad del mundo; en metafísica de la individualidad que un examen metafísico de la
psicología, sosteniendo la inmortali- fue recogido, entre otros, por Aristó- individualidad. Lo usual era rechazar
dad del alma en sentido platónico; teles. En todo caso, el citado atomis- el atomismo, pero algunos filósofos
en la teoría de las ideas, mantenien- mo representa un esfuerzo por acor- admitían como metafísicamente com-
152
ATO ATO ATO
probable la indivisibilidad del átomo. sobre todo a través de Epicuro y Europa durante la segunda mitad del
En efecto, decían, los átomos resul- Lucrecio, ha estado continuamente siglo XVII y todo el siglo XVIII, y
tan divisibles por su materia, pero in- presente en toda la historia del pen- fueron objeto de muy variadas contro-
divisibles por su forma. Otros, en samiento occidental. No menos no- versias. Muchos nombres podrían ci-
cambio, como Roger Bacon y Duns table es el atomismo árabe y judío, tarse de gassendistas y anti-gassendis-
Escoto, alegaban que como la forma cuyos orígenes históricos y sistemá- tas, maignanianos y anti-maignania-
del átomo exige una materia dotada ticos permanecen aún en considerable nos. En general, puede decirse que
de cantidad, exige también lo im- penumbra: lo más conocido y mani- la lucha en torno al atomismo fue
plicado en la cantidad: la divisi- fiesto de él es el atomismo de los sostenida por un lado por gassendistas
bilidad. mutacilitas, en muchos puntos pare- y maignanianos, y por el otro
La historia del atomismo es suma- cido al atomismo dinámico, pues sus (oponiéndose a él) por cartesianos
mente compleja. Ateniéndose sola- átomos no poseen extensión y son, y jesuitas, si bien hay que observar
mente a sus momentos principales, en rigor, fuerzas o, cuando menos, que no todos los filósofos de la citada
puede hablarse ya de una dirección formas. La filosofía medieval no ha tendencia y no todos los pensadores
atomista en la filosofía india, direc- rechazado siempre, como ya vimos, el de la mencionada Orden se opusieron
ción asombrosamente parecida a la atomismo; especialmente entre los al- al atomismo. Éste tuvo asimismo
griega si no hubiera que tener pre- quimistas fue frecuente la doctrina influencia en España. Como indica
sentes ciertos caracteres inherentes a corpuscular, pero ésta fue mantenida O. V. Quiroz-Martínez en su libro
la filosofía oriental ( VÉASE). El ato- también por filósofos, tales como La introducción de la filosofía mo-
mismo de Kanada (véase VAISESIKA] Guillermo de Conches, quien defen- derna en España ( 1949, especialmente
y el del jainismo (VÉASE ) son dos dió un atomismo basado en una teo- Cap. VII) autores como Alexandro de
ejemplos de tal tendencia. Puede ría de los elementa minima. En un Avendaño, pseudónimo de Juan de
asimismo rastrearse en la filosofía sentido parecido se movieron algu- Nájera (Diálogos philosophicos en
griega un atomismo que no corres- nas de las doctrinas físicas de Nicolás defensa del atomismo y respuestas a
ponde al tipo de Demócrito, pero de Autrecourt. Durante el Rena- las impugnaciones aristotélicas del
que no tiende menos que él a so- cimiento, y coincidiendo a veces con R. P. M. Fr. Francisco Palanco, 1716;
lucionar el gran problema eleático: doctrinas organológicas, el atomismo Maignanus redivivus, sive de vera
las homeomerías de Anaximandro y se perfiló y proliferó junto con el quidditate accidentium manentium in
toda doctrina que afirma la existen- aparente desplazamiento del aristo- Eucharistia, iuxta novoantiquam
cia de corpúsculos cualitativamente telismo. Nos limitaremos aquí a los Maignani doctrinam, dissertatio Phy-
distintos pertenece a esta esfera. Hay momentos más destacados. Ante todo, sico-Theologica in tres partes divisa,
así, por consiguiente, una historia del mencionaremos el atomismo monado- 1720; Desengaños Philosophicos, 1737
atomismo que difiere considerable- lógico de Nicolás de Cusa y el de [una retractación]), Diego Matheo de
mente en las diversas doctrinas —bien Giordano Bruno. También Descartes Zapata (Ocaso de las formas aristoté-
que puedan reducirse, en uno de sus sostiene en algunos puntos —princi- licas, que pretende ilustrar a la luz
extremos, a las concepciones cualita- palmente en la teoría de la luz— de la razón, el Doctor D. Juan Martín
tivas y cuantitativas de los átomos y una mecánica corpuscular, mas el de Lesaca, 1745) y Tomás Vicente
tal vez a las concepciones mecanicis- primado de lo continuo ( VÉASE ) en Tosca (VÉASE) siguieron el atomismo
ta y monadológica—, que posee in- el pensamiento de este filósofo hace de Maignan, en tanto que otros
fluencias todavía no bien precisadas que las afirmaciones atomistas deban como Martín Martínez (Philo-sophia
y que, en todo caso, responde a su- siempre ser acogidas con reservas. No sceptica extracto de la physica antigua,
puestos muy parecidos y constituye hay necesidad apenas de hablar del y moderna, recopilada en diálogos,
una de las respuestas esenciales al atomismo manifestado en los Princi- entre un Aristotélico, Cartesiano,
problema del ser metafísico y, a piorum philosophiae Cartesii (espe- Gassendista, y Sceptico, para
través de éste, al problema del ser cialmente Parte II, prop. V, sch. ), de instruccion de la curiosidad española,
físico. Sin duda, a lo largo de la Spinoza, y menos todavía de la teoría 1730 ) se inclinaron al atomismo de
Antigüedad, de la Edad Media y monadológica de Leibniz. Menos co- Gassendi. Según Ramón Ceñal, S. J.
de la Edad Moderna, el atomismo nocidos son los intentos de una serie (Cuadernos Hispanoamericanos, 1952,
ha persistido, ya de un modo patente de filósofos de la época: la atomística N° 35), hay un precursor de Tosca (y
o bien, como ha ocurrido con más antiaristotélica de Sebastián Basso Berni): es Juan Bautista Corachán en
frecuencia, de una manera velada, (Philosophia naturalis adversus Aristo- sus Avisos de Parnaso (compuestos
en ocasiones inadvertidamente mez- telem [1621]); el antiaristotelismo de en 1690) y en sus Rudimentos filosó-
clado con concepciones opuestas. No Claude Guillermet de Bérigard ( VÉA- ficos, o idea de una filosofía muy
ha sido infrecuente —y esto ha po- SE), quien aboga por un atomismo fácil de aprender (editados en 1747,
dido conducir en la época moderna cualitativo; la renovación epicúrea de con los Avisos, por Gregorio Mayáns).
a la opinión de la estricta separa- Jean Magnien o Magnenus (Demo- Esto no significa que los atomistas
ción entre el atomismo como solución critus reviviscens, 1646), la de Maig- españoles hubieran sido solamente
metafísica y el atomismo como solu- nan (VÉASE) y, finalmente, la culmi- los seguidores de los citados filósofos
ción física— la adopción de un aris- nación de la tendencia atomista en europeos. Menéndez y Pelayo (He-
totelismo junto al de un subyacente Pierre Gassendi. Todas estas doctri- terodoxos, Libro V, cap. 2) ha indi-
atomismo en la explicación física. En nas, especialmente las de Gassendi y cado que hay un atomismo español
todo caso, la física de Demócrito, Maignan ejercieron gran influencia en —que no tuvieron en cuenta suficien-
153
ATO ATO ATO
temente ni Mabilleau ni Lasswitz— teoría que corresponde enteramente acelerado de la física atómica a partir
representado sobre todo, en el si- a la realidad; para otros, de una hi- de estas fechas, con algunos de los
glo XVI, por el médico valenciano pótesis de trabajo; para otros, final- acontecimientos físico-teóricos más re-
Pedro Dolese en su Summa philoso- mente, de algo que corresponde sólo sonantes de los últimos tiempos —el
phiae et medicinae. Según Menéndez a la realidad "exterior", en tanto que principio de indeterminación de Hei-
y Pelayo, a este atomismo se acogie- la interior o "verdadera realidad" senberg, la mecánica ondulatoria de
ron "el Descartes español, Gómez sería, como dice Fechner, defensor Schrödinger y de Broglie, la aplica-
Pereira, que difiere de Cardoso en de esta posición, de carácter no ató- ción de la relatividad al átomo y las
sostener la corruptibilidad de los ele- mico. Huelga decir que las cuestio- leyes de Dirac, la confirmación en
mentos, y el Divino Valles, seguido nes sobre la constitución atómica de 1948 de la mecánica de Dirac, tras
por varios médicos y teólogos com- lo real fueron discutidas principalmen- algunos aparentes tropiezos experi-
plutenses, como Torrejón y Barreda". te, cuando se adoptaron puntos de mentales, por el instrumental ma-
Al atomismo de Dolese se habría vista filosóficos, al hilo de los proble- temático de Julián Schwinger, y la
vinculado el de Isaac Cardoso ( VÉA- mas suscitados por la naturaleza de nueva teoría del propio Schwinger
SE), pudiendo, pues, decirse que hay lo continuo ( VÉASE ). En la ciencia sobre el "cimiento cósmico" de la
dos fuentes para el atomismo espa- parece haber triunfado definitivamente materia y la energía— están, como
ñol: una vernácula y otra extranjera, el atomismo cuando, después de la es sabido, vinculados a los proble-
fuentes que posiblemente se mezcla- elaboración de las teorías químicas, mas de la constitución atómica de
ron en algunos autores. Sea como y sobre todo después de la crisis la realidad física. Desde entonces,
fuere, el atomismo fue durante toda de la física experimentada con la apa- además, giró el interés hacia la "fí-
esta época una cuestión candente en rición de las leyes del electromagne- sica del núcleo", una física que se
muchos países. Desde un punto de tismo y del desvío entre leyes electro- ha ido complicando progresivamente-
vista menos polémico y más atento a magnéticas y principios puramente te, hasta el punto de que resulta di-
los resultados científicos se destacó mecánicos, comenzó a desarrollarse fícil presentar un cuadro breve de
asimismo Robert Boyle, quien intentó la física del átomo propiamente di- su evolución en los últimos treinta
solucionar las mayores objeciones for- cha. Cierto que, aun en el instante años. Es posible, sin embargo, acla-
muladas contra el atomismo antiguo en que las teorías "corpusculares" se rar algo este complejo cuadro histó-
—derivación, a partir de un universo introducían con gran vigor en la fí- rico adoptando una división en tres
orgánico, de la ciega conjunción de sica, se negaba por algunos el ato- períodos de la teoría atómica contem-
corpúsculos y consiguiente pregunta mismo. El caso de Ostwald, que poránea que es ya común entre los
de por qué lo hecho por el hombre no todavía en 1895 publicaba su estudio historiadores de la física. El primer
resulta también de las fortuitas com- sobre La derrota del atomismo, es el período, que va de 1917 a 1932, es
binaciones de los átomos; negación de más claro y significativo, si bien no aquel en el cual se consideraba toda-
la imposibilidad de un átomo extenso hay que olvidar que para Ostwald vía posible obtener una imagen rela-
y no infinitamente divisible, etc.— la energética no se opone a la ato- tivamente simple de la estructura del
por la afirmación de un providencia- mística (Cfr. Die Philosophie der Ge- átomo. El segundo período, de 1932 a
lismo en las combinaciones atómicas genwart in Selbstdarstellungen, TV, 1951, es aquel en el cual aumentaron
y una indivisibilidad práctica unida a pág. 142); lo que Ostwald combate las complejidades citadas a medida
una divisibilidad teórica. Es sabido es la exclusiva preponderancia del que se iban descubriendo nuevas par-
hasta qué punto la teoría del átomo- punto de vista emético-mecánico, in- tículas. El tercer período, de 1951
fuerza de Boscovich ( VÉASE) ha in- fecundo, a su entender, para la elec- hasta la fecha, es aquel en el cual
fluido sobre algunas de las más sig- troquímica. Y, por lo demás, la física algunos físicos han estimado posible
nificadas doctrinas de orientación cuántica, que habitualmente se supo- lograr una unificación, aun cuando
atomista-monadológica, entre las cua- ne expresa la estructura "atomística" no se vea aún claramente en qué
les la de Kant debe ser contada entre de la energía, confirma, según puede consistir. Por ejemplo, todavía
las principales. Si nos limitamos ahora Ostwald, la energética, porque supone en 1932 se explicaba la estructura
al aspecto más propiamente científico que los últimos elementos son del átomo mediante dos partículas
del desarrollo histórico del atomismo, grupos energéticos invariables, en tan- elementales —el electrón y el neu-
veremos que en esta misma época to que la masa, el peso atómico, etc., trón— junto a una partícula de ener-
comienza a imponerse la teoría de serían variables (ibíd., pág. 143). Sea gía —el fotón o unidad de luz, pos-
una constitución atómica de lo real como fuese, el caso es que a partir tulado por Einstein en 1905— y una
físico por parte de ciertas direcciones aproximadamente de dicha fecha de gravitación — el gravitón. Se
predominantes de la ciencia natural. hubo un cambio decisivo (y favora- describía el átomo como compuesto
La teoría corpuscular de la luz, ble) en todo lo que concierne a la de protones (cargados positivamente)
defendida por Newton y no física del átomo. Desde entonces el alrededor del cual giraban los elec-
enteramente anulada a pesar del atomismo forma un capítulo esencial trones (de masa inferior a los pro-
triunfo casi inmediato de la teoría de la historia de la física contemporá- tones y cargados negativamente). En
ondulatoria de Huyghens, pertenece nea. La idea del átomo establecido 1932 Chadwick descubrió el neu-
a esta historia; lo mismo, naturalmente, por Lord Kelvin a fines del siglo XIX, trón, de aproximadamente la misma
la teoría de Dalton. El atomismo es, los sucesivos "modelos atómicos" masa que el protón y de carga neutra.
en todo caso, acerbamente discutido: (principalmente los de Rutherford, Así, el átomo se consideró compuesto
para algunos se trata de una 1911, y Bohr, 1913), el desarrollo de protones y neutrones, al-
154
ATO ATO ATO
rededor de los cuales giraban los eléctrica negativa. El efecto de la co- por un lado parece que se descubren
electrones. También en 1932 C. A. lisión entre el antiprotón y el protón incesantemente nuevas partículas, por
Anderson descubrió el positrón (pos- fue comprobado en el examen de el otro parece que algunos tipos de
tulado el mismo año por Dirac), placas fotográficas bombardeadas por partículas pueden reducirse a otros
partícula que tiene la misma masa rayos cósmicos a 30 kilómetros de al- (como ha ocurrido recientemente con
del electrón y carga positiva. El estu- tura, pero en 1955 se abrieron gran- ciertos tipos de mesones, incluyendo
dio de las partículas β emitidas por des perspectivas para el conocimiento el más reciente en el momento de
núcleos radiactivos condujo a un de dicha nueva partícula al ser pro- revisar este artículo [Setiembre,
problema de solución difícil. Las ducida en el "Bevatrón" de la Univer- 1961]: el llamado "mesón ω"). Los
leyes de la mecánica cuántica indi- sidad de California. Por fin, nuevas físicos prefieren por ello hablar de
caban que el núcleo puede solamente partículas, tales como el antineutrón, "familias de partículas elementales",
tener ciertos estados de energía complicaron extraordinariamente el y se refieren a unas 40 partículas dis-
discretos, de suerte que al pasar de cuadro. Si se tiene en cuenta, además, tribuidas en 20 familias. En conse-
un estado de energía al otro se emitía la doble estadística a que obedecen cuencia, no se sabe todavía si el es-
una partícula con la misma cantidad tales partículas (la estadística Bose- tudio de las partículas conducirá a
de energía determinada por la dife- Einstein para el fotón, el gravitón y una indefinida multiplicidad o a una
rencia entre tales estados. Como las los diferentes mesones τ, y la estadís- creciente simplificación. En tercer lu-
partículas β mostraban diversas me- tica Fermi-Dirac para el resto de las gar, se debate todavía mucho la na-
didas de energía no discretas, se plan- partículas) se comprenderá que haya turaleza y aun la existencia de ciertas
teó la necesidad o de introducir nue- habido en tiempos recientes intentos partículas. Ello ocurre especialmente
vas partículas o de modificar la me- de "reducción" de unas partículas a con los llamados "gravitones". Muchos
cánica cuántica. Siendo lo último in- combinaciones de otras: ejemplo de físicos se niegan a admitirlos, siquiera
aceptable, E. Fermi y Wolfgang ello es la tesis de Fermi según la como postulados. Otros (como
Pauli postularon en 1933 la existen- cual los mesones τ pueden ser con- Burkhard Heim), los han incluido en
cia de una partícula, llamada neutri- siderados como combinaciones de nu- sus ecuaciones. Además, se ignoran
no, emitida por el núcleo, además de cleones (protones y antiprotones) y aun muchos rasgos que pueden resultar
la partícula β. El neutrino (compro- antinucleones, o la tesis de Wentzel, básicos de las partículas. Así, por
bado experimentalmente en el Labo- según la cual los mesones τ pueden ejemplo, no se sabe nada acerca de si
ratorio de Los Álamos en 1956 por ser considerados como combinaciones la masa gravitatoria de las an-
un grupo de físicos bajo la dirección de mesones μ. Entre otros des- tipartículas es de signo positivo o de
de F. Reines y C. Cowan, Jr. ), no cubrimientos sobre la estructura del signo negativo. Finalmente, las que
solamente restablecía el equilibrio núcleo merece ser mencionado el de han solido llamarse "partículas ele-
perdido en las diferencias de energía, R. Hofstadter, H. R. Fechter y J. mentales" —tales como protones y
sino también otro equilibrio perdido A. McIntyre, en la Universidad de neutrones— empiezan a revelarse
en el spin o movimiento de rotación Stanford (California) en 1953. Según (con ayuda de los poderosos acelera-
de las partículas. Tenía una masa in- estos físicos, el núcleo del átomo no dores actuales, como el de Stanford,
ferior a la del electrón. En 1935 contiene las partículas (protones y con un poder de mil millones de vol-
Hideki Yukawa postuló la existencia neutrones) uniformemente distribui- tios) como sistemas complejos, com-
de otra partícula, el mesón, para ex- das, sino en tal forma que el centro puestos de núcleo y de dos "nubes"
plicar lo que hemos llamado el "ci- del núcleo es muchísimo más denso de mesones con carga positiva (en el
miento" que une las partículas del que la periferia. El núcleo puede ser protón) y con carga positiva el núcleo
núcleo. Los mesones eran de tres comparado a una masa tanto más y una de las "nubes" y carga nega-
tipos según las partículas "cimenta- "algodonosa" cuanto más alejada está tiva la otra "nube" (en el neutrón).
das". En 1934 se comprobaron en el del centro. Si nos atenemos a los resultados de
laboratorio la presencia de mesones Resumiendo, he aquí los nombres la física, podemos decir que el
de masa superior a la del electrón. de las principales partículas hoy día atomismo se ha impuesto definitiva-
A su vez, se comprobó la existencia admitidas, la mayor parte de ellas mente. Pero la cuestión es más com-
de mesones en abundancia en las identificadas mediante huellas produ- pleja cuando se plantea el problema
radiaciones cósmicas en la parte su- cidas en emulsiones nucleares. 1. Fo- de la interpretación de tales resulta-
perior de la atmósfera. Pero como tón. 2. Gravitón. 3. Nucleones (pro- dos o, mejor dicho, la interpretación
tales mesones eran sólo excepcional- tón, neutrón, antiprotón). 4. Lepto- de la teoría física. De hecho, como
mente absorbidos por núcleos de áto- nes (electrón, positrón, neutrino). las fórmulas de la física actual no
mos, Yukawa sugirió que había dos 5. Mesones (ligeros: p positivo, p ne- corresponden enteramente a repre-
tipos de mesones: el mesón pesado gativo, p neutral, μ positivo, μ nega- sentaciones intuitivas o a modelos
neutral (mesón τ) y el mesón ligero tivo; pesados: τ, θ, Χ, χ. 6. Hypero- mecánicos, toda conclusión filosófica
(mesón μ). El proceso de desin- nes (partículas Λ, Σ positiva y S ne- respecto a la constitución atómica
tegración del mesón neutral τ al dar gativa). de lo real resulta precipitada. Por
origen a dos fotones, sugirió ya en La tabla anterior es muy provisio- eso muchas discusiones acerca de la
1931 (P. A. M. Dirac) la introduc- nal. En primer lugar, deben añadir- constitución "corpuscular" u "ondu-
ción de una nueva partícula, un pro- se a las partículas descritas las anti- latoria" de la materia, acerca de si
tón negativo o antiprotón, de la misma partículas a que nos hemos referido lo que "realmente hay" son "partícu-
masa que el protón, pero de carga antes. En segundo lugar, mientras las", "complexos de ondas", "cor-
155
ATO ATO ATO
púsculos asociados con ondas-pilotos", que de carácter "ingenuo"; éste res- ción del lenguaje como compuesto
"nubes de probabilidad", etc., suelen ponde inevitablemente a ciertos su- de elementos verbales autónomos; en
estar viciadas por cierta forzada in- puestos de la mente y no puede elu- la didáctica, por el aprendizaje
terpretación pretendidamente, o so- dir totalmente los problemas de ín- analítico opuesto a la noción actual
lapadamente, "intuitiva" de las ecua- dole "especulativa". De todos mo- de globalización; en la propia grafo-
ciones físico-matemáticas. De modo dos, cierta distinción entre las for- logía, por la clásica interpretación
que la "equivalencia" de la mecánica mas del atomismo resulta ilumi- asociacionista-atomista, basada en for-
corpuscular con la ondulatoria no dice nadora si quieren evitarse precipi- mas de letras, formas de partes de
todo lo que se ha querido derivar de tadas identificaciones. Gaston Bache- letras, etc., que, según algunos (como
ella en orden a una "representación" lard ha establecido una de estas Ludwig Klages), debe ser sustituida
de los procesos físicos. Lo que, no distinciones en la cual el carácter por un análisis total-estructural que
obstante, puede ya enunciarse con histórico coincide con el sistemático. permite inclusive interpretar de
relativa seguridad es que las afirma- Habría, así, según dicho autor, un diversas maneras las mismas propie-
ciones atomistas no son enteramente atomismo o grupo de teorías atomistas dades de los signos. El atomismo es,
incompatibles con las tesis acerca del próximo al "realismo", un atomismo por consiguiente, un supuesto ge-
carácter "estructural" de la realidad positivista y un atomismo criti-cista. neral no advertido por el hombre
atómica, con las posiciones que de- El primero sería un atomismo ingenuo moderno. A este punto de vista se
fienden el predominio de los "cam- y de índole substancialista. El agregan en la actualidad las concep-
pos", de los "estados finales", etc., segundo podría en ocasiones llegar a ciones estructurales y totalistas, que
etc. Con lo cual puede decirse que una conciliación con el "realismo", pero pasan asimismo a fundamentar una
el atomismo actual no tiene por lo sus supuestos últimos serían casi parte de las investigaciones contem-
menos la misma significación que siempre de naturaleza idealista. El poráneas en todas las ramas de la
el antiguo. Éste implica un discon- tercero, en cambio, sería el atomismo filosofía y de la ciencia. Sin embar-
tinuismo por así decirlo arbitrario; propio de las últimas teorías científi- go, la aceptación de las ideas de to-
aquél no rechaza totalmente lo con- cas. Dentro de él surge, como especie talidad, estructura y otras similares no
tinuo. El atomismo antiguo distingue suya a veces y a veces como una forma significa que las concepciones atomistas
los átomos por caracteres externos, distinta de atomismo, el atomismo —inclusive en el sentido general del
tales como la posición o la figura; axiomático, que no se refiere sola- término 'atomismo' a que nos referimos
el atomismo de la física moderna y mente a los hechos, sino a las pro- aquí— hayan de descartarse por
sobre todo de la actual reconoce que posiciones que lo expresan (Les entero. Es muy posible que el
la "posición" del átomo en cada tipo intuitions atomistiques. Essai de clas- "método atomista" y el "método es-
de realidad puede hacer cambiar ra- sification, 1933, págs. 13-4). tructural" sean complementarios más
dicalmente el "comportamiento" de En sentido traslaticio, puede darse bien que contrapuestos y que cada
las partículas. Finalmente, como ha el nombre de atomista a todo un uno de ellos funcione como un "len-
hecho observar Cassirer (Zur Rela- período que comprende las concep- guaje" apropiado para describir ciertas
tivitätstheorie. Erkenntnistheoretische ciones científicas y filosóficas desde estructuras de lo real.
Betrachtungen, 1921, capítulo I), el el Renacimiento hasta el siglo XIX. Historia del atomismo: K. Lass-
átomo de la física moderna y con- Junto con el atomismo predominan witz, Geschichte der Atomistik, 1890,
temporánea (aun no pudiendo redu- en la filosofía moderna las nociones 2 vols. — L. Mabilleau, Histoire de la
cirse fácilmente a una idea unitaria philosophie atomistique, 1895. — O.
de racionalismo y mecanicismo. Estos A. Ghirardi, La individualidad del
las distintas imágenes proporciona- tres supuestos constituyen en cierto corpúsculo, 1950. — A. G. van Mel-
das por la química, por la teoría ci- modo el horizonte de la ciencia mo- sen, Het wijsgerig vorleden der atoom-
nética de los gases, por la doctrina derna. En la física se manifiesta el theoríe, 1941 ( El pasado filosófico de
de la radiación discontinua de la luz atomismo por la teoría atómica pro- la teoría atómica); trad. ing.: From
y del calor, etc.) se distingue del de piamente dicha; en la biología (o Atomos to Atom. The History of the
la filosofía natural antigua por un cuando menos en la genética) por la Concept Atom, (trad. esp.: Ayer y
carácter preciso: éste era —como ya hoy del átomo, 1957). — P. Rousseau,
teoría mendeliana según la cual cada Historia del átomo (trad. esp., 1952).
señaló Nicolás de Cusa— un mínimo gene representa un rasgo hereditario, — Atomismo antiguo: J. Masson, The
absoluto de ser; aquél es más bien de modo que los rasgos se transmi- Atomic Theory of Lucretius contrasted
un mínimo relativo de medida. Si al- ten como "unidades separadas" sin with Modem Doctrines of Atoms and
guna semejanza existe, por consiguien- quedar "mezclados" en el descen- Evolution, 1884. — V. Fazio-Almayer,
te, entre los dos atomismos, ella de- diente; en la psicología, por la des- Studi sull'atomismo greco, 1911. —
be buscarse más bien en el "modo composición de la vida anímica en C. Bailey, The Greek Atomists and
de conocimiento". En este sentido Epicurus, 1928 (véase también bi-
elementos últimos cuya reconstruc- bliografía en DEMÓCRITO, EPICURO,
puede declararse que ni el atomismo ción permite comprender los procesos EPICUREÍSMO). — Per. Collinder, "On
antiguo es tan poco experimental o, psíquicos de acuerdo con las leyes the Historical Origins of Atomism",
mejor dicho, empírico como se su- de asociación; en la metafísica, por Meddelande fran Lunds Astronomis-
pone, ni el moderno y contemporá- el predominio de las "naturalezas ka Observatorium, serie II, N° 91
neo es tan poco especulativo como simples" en sentido cartesiano; en (1938) — Collinder indica como pro-
se pretende. Aquél se basa, si no en las teorías sociales y políticas, por bable que los primeros atomistas
experimentaciones sensu stricto, por lo griegos hubiesen elaborado sus cos-
la constancia del individualismo; mogonías bajo la influencia de las
menos en ciertas experiencias, bien en la filología, por la considera-
156
ATO ATO ATO
más antiguas concepciones de la ciertas meditaciones sobre la matemá- que "x existe", puede todavía anali-
creación, de origen fenicio—. V. E. tica y del intento de embeber el len- zarse lógicamente en elementos más
Alfieri, Atomos idea. L'origine del guaje matemático en el lenguaje ló- simples ). Hay hechos que pueden lla-
concetto dell'atomo nel pensiero gre- gico. Ello correspondía a su idea de marse propiamente particulares, tales
co, 1953. — Atomismo árabe: S. Pi- que lo importante en el pensamiento
nes, Beiträge zur islamischen Ato- como los simbolizados en "Esto es
menlehre, 1936. — Atomismo hindú: filosófico es la lógica en la cual se blanco" y hechos que pueden ser lla-
A. B. Keith, Indian Logic and Ato- funda. La filosofía de Hegel y de sus mados generales, como los simboliza-
mism. An Exposition of Nyaya and seguidores tiene como base una lógi- dos en "Todos los hombres son mor-
Vaicesika Systems, 1921. — Atomismo ca monística, dentro de cuyo marco tales".
en el siglo XVIII: J. Fejér, Theo-riae "la aparente multiplicidad del mundo El lenguaje propuesto por el ato-
corpusculares typicae in Univer- consiste meramente en fases y divisio- mismo lógico es en intención un "len-
sitatibus Societatis Jesu saec. XVIII nes irreales de una sola Realidad in- guaje perfecto", es decir, uno que
et Monadologia Kantiana, 1951. — divisible" (Logic and Knowledge [Cfr. muestra de inmediato la estructura
Atomismo moderno (además de las infra], pág. 178). En el atomismo lógi-
obras generales supra ) : A. Wurtz, The lógica de lo que es afirmado o nega-
Atomic Theory, 1880. — F. H. co, en cambio, el mundo aparece co- do. El atomismo lógico es equivalente,
Loring, Atomic Theories, 1921 — mo una multiplicidad infinita de ele- pues, a un isomorfismo (VÉASE)
Para el atomismo contemporáneo, mentos separados. Estos elementos lógico. Aunque el atomismo lógico es,
además de las obras citadas en el son los átomos, pero se trata de áto- pues, una metafísica —y, como ha
texto y las mencionadas en FÍSICA, mos lógicos y no de átomos físicos. señalado J. O. Urmson, una metafí-
véase a modo de ejemplos: N. Bohr, Los átomos lógicos son lo que queda sica muy semejante a la de Leibniz,
Abhandlungen über Atombau, 1921. como último residuo del análisis ló- donde las mónadas corresponderían a
— M. Born, Vorlesungen über Atom- gico. los hechos básicos, y lo mismo que
mechanik, I, 1925. — H. Reichen- La lógica del atomismo lógico es
bach, Atom una Kosmos, 1930 (trad. las mónadas carecen de ventanas, los
esp.: Atomo y Cosmos, 1931). — W. esencialmente la desarrollada en los hechos atómicos existirían aisladamente
Heisenberg, Philosophie Problems of Principia Mathematica. En ella tene- unos respecto a otros—, se trata de una
Nuclear Science, 1952 (contiene, ade- mos un esqueleto lingüístico capaz de metafísica en la que, como señala
más, otras cuestiones sobre filosofía alojar todos los enunciados y combi- Russell (op. cit., págs. 270-1), se
de la física). — William Law Whyte, naciones de enunciados sobre lo que cumplen dos finalidades. Una, la de
Essay on Atomism. From Democritus to haya. Cada enunciado, simbolizado llegar teóricamente a las entidades
1960, 1962. — Yang Chen-ning, mediante una letra proposicional, des- simples de que está compuesto el
Elementary Particles: A Short History cribe un hecho, esto es, un hecho ató- mundo. Otra, la de seguir la máxima
of Some Discovertes in Atomic Phy- mico. Del mismo modo que los enun-
sics. — Véase también bibliografía de de Occam (o atribuida a Occam) de
INCERTIDUMBRE ( RELACIONES DE ). —
ciados se combinan por medio de co- no multiplicar los entes más de lo ne-
Varios autores, L' homme devant la nectivas (véase CONECTIVA), los he- cesario. Las entidades simples en
science, 1953 (especialmente la cola- chos atómicos se combinan formando cuestión no son propiamente hechos,
boración de E. Schrödinger). — Jo- hechos moleculares. Las combinacio- pues los hechos son "aquellas cosas
seph Mudry, Philosophy of Atomic nes de enunciados pueden dar origen que son afirmadas o negadas mediante
Physics, 1958. — El número de obras a tautologías, a contradicciones o a proposiciones, y no son propiamente
con exposiciones de la física atómica enunciados indeterminados. El len- de ningún modo entidades en el
contemporánea es muy numeroso; bi- guaje en cuestión se halla basado, mismo sentido en que lo son sus ele-
bliografías se encuentran en obras es- pues, en la noción de función de ver-
pecializadas o en libros de vulgariza- mentos constituyentes". Pues los he-
ción. — La obra de Fechner a que se dad ( VÉASE ). chos no pueden nombrarse; sólo pue-
alude en el texto es: Ueber die physi- Mediante esta lógica puede descri- den negarse, afirmarse o considerarse,
kalische und philosophische Atomleh- birse el mundo en cuanto compuesto si bien "en otro sentido es cierto que
re, 1855. — Cfr. también A. Hanne- de hechos atómicos. La naturaleza de no se puede conocer el mundo a me-
quin, Essai sur l'hypothèse des atomes estos hechos atómicos fue debatida nos que se conozcan los hechos que
dans la science contemporaine, 1895. con gran detalle por el propio Russell. constituyen las verdades del mundo;
ATOMISMO LÓGICO. La filosofía Lo común a todo hecho atómico es pero el conocimiento de los hechos
del atomismo lógico fue elaborada y el no ser ya analizable. Pero no to- es algo distinto del conocimiento de
expuesta por Bertrand Russell en una dos los hechos atómicos son iguales. los elementos simples".
serie de conferencias de 1918. Mu- Algunos se basan en entidades parti- Bertrand Russell, "The Philosophy
chas de las ideas de Russell al res- culares simbolizables mediante nom- of Logical Atomism", The Monist
pecto fueron resultado de sus discu- bres propios; otros, en hechos consis- XXVIII (1918), 495-527 y XXIX
siones con Ludwig Wittgenstein du- tentes en la posesión de una cualidad (1919), 32-63; 190-222; 345-80 (8
rante los años 1912-14, cuando éste por una entidad particular; otros, en conferencias dadas en Londres a co-
rumiaba algunas de las tesis que iban relaciones entre hechos (las cuales mienzos de 1918); reimp. en Logic
and Knowledge. Essays 1901-1950,
a aparecer en el Tractatus logico-phi- pueden ser diádicas, triádicas, etc.). 1956, ed. Robert Charles Marsh, págs.
losophicus y que pueden considerarse Los hechos atómicos no son, pues, ne- 177-281 (trad. esp.: Lógica y conoci-
como contribuciones decisivas a la cesariamente cosas particulares exis- miento, 1961). — Íd., íd., "Logical
tendencia aquí reseñada. tentes, pues éstas no hacen un enun- Atomism", en Contemporary British
Russell declaró que la filosofía del ciado verdadero o falso (supuesto Philosophy, I, 1935, ed. J. H. Muir-
atomismo lógico era consecuencia de head [véase cita de este texto en
157
ATR ATR AUR
RUSSELL ( BERTRAND)]; reimp. en una distinctio rationis, y aun, como AUROBINDO (GNOS H S R I)
Logic and Knowledge, págs. 323-43. Santo Tomás señala, una distinctio (1872-1926) recibió su educación en
— Ludwig Wittgenstein, Tractatus, rationis ratiotinatae. Para Duns Es- Inglaterra —en Londres y en Cam-
especialmente 1; 1.1; 1.11; 1.2; 2; coto, en cambio, la distinción no se
2.01; 2.011; 2.012; 2.0124; 2.013; bridge (King's College)— y, después
produce por el modo antes dicho, de participar en las luchas políticas
2.021; 2.0231; 2.032; 2.0272. — La sino que es una distinción actual for-
referencia a Urmson procede de su li- como uno de los adalides del ala na-
bro Philosophical Analysis. Its Deve- mal procedente de la naturaleza de la cionalista radical del Congress Party
lopment Between the Two World cosa; por lo tanto es una distinción indio, se trasladó a Pondichéry, don-
Wars, 1956, pág. 16. triple referida, primero, a las nocio-
nes pertenecientes a la cosa; segun- de se consagró a la vida espiritual,
ATRIBUTO es en lógica algo que formando numerosos discípulos y se-
se afirma o niega del sujeto. El atri- do, a la cosa misma independiente-
mente del pensamiento de un sujeto; guidores.
buto se confunde, pues, a veces con Aurobindo desarrolló una doctrina
el predicado y es el efecto de atri- tercero, a la independencia de las
formalidades entre sí. metafísico-teológica a la vez emana-
buir, kathgorei=n, algo al Sujeto, de tista y evolucionista, incorporando a
Otro fue el uso inaugurado por
darle una atribución, predicamento o Descartes y continuado por Spinoza. ella elementos procedentes de las
categoría. El término 'atributo' se Descartes señala (Princ. phil, I, 56) Upanisad ( VÉASE), de la escuela Yo-
emplea a veces también en sentido que el atributo es algo inamovible e ga ( VÉASE ) y de la tradición idealista
metafísico para distinguirlo del pre- inseparable de la esencia de su sujeto, de Occidente. Ante todo subrayó la
dicado lógico; en este caso, el atri- oponiéndose entonces el atributo al unidad de Brahma, el cual concibió
buto es un carácter o cualidad de modo ( VÉASE). El atributo, escribe como un Absoluto reclamado por la
la substancia. Según Aristóteles, hay Spinoza, es "lo que el intelecto razón si ésta quiere salir de sí
ciertos accidentes que, sin pertenecer conoce de la substancia como cons- misma y de su propia insuficiencia.
a la esencia de un sujeto, están fun- tituyendo su esencia" (Eth., I, def.
dados en tal esencia; así, el hecho de Brahma es la unidad que se derrama
IV ). En cambio, el modo es el ca- evolutivamente en la multiplicidad y
que un triángulo tenga sus tres án- rácter accidental y constituye las di-
gulos iguales a dos ángulos rectos que tiene las tres propiedades del Ser,
ferentes formas en que se manifiestan de la Fuerza-Conciencia y de la Bea-
(Met., Δ 30. 1025 a 30). Este tipo las cosas extensas y pensantes como
de "accidente esencial" puede lla- titud. La realidad es producto de la
individualidades que deben su ser a
marse "atributo". Se trata de "predi- la extensión y al pensamiento, es de- emanación y diferenciación de lo Ab-
cados por sí mismos", como dice Aris- cir, a los atributos de la substancia soluto; de éste surge, como de una
tóteles en otro lugar (An. post., I. 22, (ibid. def. V). Extensión y pen- fuente inagotable, el mundo todo, que
83 b 19). Un mismo predicado puede samiento son, pues, atributos o ca- se despliega en una serie de formas
ser esencial o en sí mismo en unos racteres esenciales de la realidad. hasta llegar a la materia. A la vez la
casos y accidental en otros, como ocu- Para Spinoza, la substancia infinita materia contiene en potencia las for-
rre con el predicado "color", el cual comprende un número infinito de mas superiores, hacia las cuales va
pertenece al blanco por sí mismo, pero atributos, de los cuales el intelecto evolucionando. El hombre representa
sólo accidentalmente a Sócrates conoce solamente los citados. Los el momento principal del proceso de
(Filopón, 252.10, cit. por J. Tricot, modos son, en cambio, las limitacio- reabsorción del mundo en "la Vida
en trad. de Organon, IV, 1947, pág. nes de los atributos, las afecciones Divina", pero con el fin de que se
113, nota 6). de la substancia. lleve a cabo plenamente tal reabsor-
Entre los escolásicos el término Para el concepto de atributo en la ción es menester que el hombre su-
'atributo', attributum, se usaba pri- filosofía judía medieval: D. Kauf- pere su deseo de lo múltiple y par-
mann, Geschichte der Attributenlehre
mariamente para referirse a Jos atri- in der jüdischen Religionsphilosophie ticular. El instrumento capital de esta
butos de Dios, reservándose los otros des Mittelalters von Saadja bis Mai- superación es la práctica del Yoga in-
términos ( predicado, predicamento, muni, 1877. — Para el concepto de tegral (Hatha Yoga), serie de ejerci-
etc.) para los conceptos de orden atributo en Spinoza: E. Bêcher, cios espirituales que llevan al hombre
lógico u ontológico. Sin embargo, el Der Begriff des Attributes bei Spi- a la pura vida contemplativa y a su
atributo comenzaba por ser definido, noza in seiner Entwicklung und inmersión en la Vida Divina. El pri-
en general, dentro del orden metafí- seinen Beziehungen zu den Begriffen
der Substanz und des Modus, 1905 mer estadio en este proceso de divi-
sico, como la propiedad necesaria a [Abhandlungen zur Philosophie und nización es la formación de un hombre
la esencia de la cosa y, por consi- ihrer Geschichte, XIX]. — David superior, de un nuevo "primer
guiente, parecía establecerse una Neumark, Geschichte der jüdischen hombre", germen de la transforma-
equiparación entre la esencia y Philosophie des Mittelalters nach ción y divinización del mundo.
los atributos. En verdad, lo que Problemen dargestellt. Bd. II. (Attri- Obras principales: Basis of Yoga,
ocurría es que en las cosas creadas butenlehre), 1910. Se refiere a la
teoría de los atributos no sólo en los 1936. — The Life Divine. The Philo-
había, efectivamente, distinción real filósofos judíos medievales, sino tam- sophy of Sri Aurobindo, 3 vols., 1942.
entre esencia y atributos. Pero en la bién en Grecia, especialmente Platón, — The Human Cycle, 1949. — Lights
realidad divina no había tal distinción así como en la Biblia con relación a on Life-Problems, 1950. — On Yoga.
real entre atributos y esencia, ni tam- "los nombres de Dios", etc. I: The Synthesis of Yoga, 1950. —
poco entre los atributos dentro de sí AURIOL (PEDRO). Véase PEDRO The Foundation of Indian Culture,
mismos. La distinción ( VÉASE ) era AURIOL.
1954. _ Biografía: A. B. Purani, Life
of S. A. (1872-1962), 2a ed., 1960. —
158 Véase S. K. Maitra, An Introduction to
AUS AUT AUT
the Philosophy of S. A., 1942. — Íd., je constativo", y la elaboración de métodos usados para producir la au-
íd., The Meeting of East and West in esta distinción hasta llegar a la for- tarquía eran también diferentes en
S. Aurobindo's Philosophy, 1956.—N. mulación de una teoría de las que cada escuela. Así, los cínicos se va-
K. Gupta, The Yoga of S. A., 2 vols., llamó "fuerzas elocucionarias" de cier- lían sobre todo del desprecio a las
1948-50. — S. Bahrati, The Integral tas expresiones. Nos hemos extendido convenciones; los epicúreos, del re-
Yogi of S. A., 1949. — H. Chaudhuri, sobre estos puntos en el artículo Eje- traimiento en el círculo de los ver-
The Philosophy of Integralism, or the
Metaphysical Synthesis inherent in the cutivo ( VÉASE ), que puede conside- daderos amigos y la satisfacción de
Teaching of S. A., 1954. — A. C. Das, rarse un complemento del presente. las necesidades corporales indispen-
S. A. and some Modem Problems, Trabajos: "Are There A Priori Con- sables; los estoicos, de la resistencia
1958. — H. Chaudhuri y F. Spiegel- cepts?" Proceedings of the Aristotelian y endurecimiento frente a las adver-
berg, eds., The Integral Philosophy of Society. Sup. Vol. XVIII (1939), sidades. Análoga variedad existía res-
S. A., 1960 (con colaboraciones de 83-105. — "Other Minds", Ibíd., XX pecto a lo que se suponía que cau-
Ch. A. Moore, P. A. Sorokin, N. Smart (1946), 148-87. — "Truth", Ibíd., saba y no causaba desasosiego y res-
et al). — V. P. Varma, The Poli- XXIV (1950), 111-28. — "How To pecto a lo que el sabio necesitaba
tical Philosophy of S. A., 1961. Talk", Proceedings of the Aristotelian
Society. Ν. S. LIII (1952-53), 227- en el ejercicio de su virtud. Así,
AUSENCIA. Véase NEGACIÓN, PRI- mientras algunos filósofos acentuaban
VACIÓN.
46. — Ifs and Cans, 1956 [British
Academy Annual Philosophical Lec- de un modo radical el ideal de la
AUSTIN (J[OHN] L[ANGSHAW]) ture], — "A Plea for Excuses", Proc, autosuficiencia, otros manifestaban
(1911-1960), profesor de Filosofía of the Arist. Soc. N. S. LVII ( 1956- que algunas otras condiciones eran
Moral en la Universidad de Oxford, 57). — "Pretending", Proc, of the necesarias para lograr la eudemonía.
fue uno de los más influyentes repre- Arist. Soc. Sup. Vol. XXXII (1958), Entre estos últimos podemos mencio-
sentantes del "análisis del lenguaje 261-78. — Colección de trabajos en el nar a Panecio, el cual indicaba que
corriente" practicado en Oxford ( VÉA- volumen Philosophical Papers, 1961, sin salud y aun sin la posesión de
SE ) bajo la inspiración en gran parte ed. J. O. Urmson y G. J. Warnock, —
Sensé and Sensibiha, 1962 [recons- unas ciertas riquezas no puede exis-
del último Wittgenstein. A diferencia tir la felicidad y, por consiguiente,
de Wittgenstein, sin embargo, Austin trucción por G. J. Warnock a base de
notas manuscritas]. — How to Do implicaba que la pura y simple auto-
consideró que el examen detallado del Things with Words, 1962, ed. J. O. suficiencia podía engendrar la inquie-
uso ( VÉASE) de ciertas expresiones Urmson [The. W. James Lectures. tud que el filósofo se proponía eli-
nos proporciona luz sobre diversos Harvard University, 1955]. minar.
modos como son las cosas o las situa- A. Ambrose, M. Black et al., artícu-
ciones a que tales expresiones se re- los en Philosophy, XXXVIII (1963), AUTENTICIDAD, AUTÉNTICO.
fieren. Los enunciados pueden, y de- 201-63. — Mats Furberg, Locutionary Se dice de algo que es auténtico cuan-
ben, clasificarse en "modos de decir" and Illocutionary Acts: A Main Theme do se establece sin lugar a dudas su
y los varios modos de decir indican in }. L. Austin's Philosophy, 1963. identidad, es decir, cuando se esta-
algo sobre la variedad de cosas y fe- AUTARQUÍA. Una de las condi- blece de modo definitivo que es cierta
nómenos de que dicen algo. El len- ciones para conseguir el estado de y positivamente lo que se supone ser.
guaje corriente ha ido fijando, en el eudemonía (VÉASE) —felicidad, tran- Se habla entonces de "un cuadro au-
curso del tiempo, ciertos matices que quilidad o paz del espíritu— era, se- téntico de Rubens", de un "diamante
corresponden a otros tantos fenóme- gún algunas escuelas socráticas y he- auténtico", etc. En filosofía, los tér-
nos, y el análisis de tales matices es lenísticas, la liberación de toda in- minos 'autenticidad' y 'auténtico' son
necesario para comprender la diver- quietud. Como se suponía que ésta aplicados por algunos pensadores es-
sidad de los fenómenos. Austin dis- era producida por el deseo de las co- pecialmente, no exclusivamente, a la
tinguió, además, entre modos de decir sas externas que no pueden alcanzarse existencia humana, y a otras realida-
tales como "describir algo como algo", sin esfuerzo y sinsabor, se recomen- des solamente en cuanto son función
"llamar algo a algo", "indicar que daba, en la medida de lo posible, el de tal existencia. Se dice entonces que
algo es algo". Particular atención desasimiento de los bienes extemos un determinado ser humano es autén-
prestó a lo que llamó "enunciados y el atenerse únicamente a lo que tico cuando es, o llega a ser, lo que
ejecutivos" (performative utterances) y estuviera en manos del sujeto. De verdadera y radicalmente es, cuando
a sus variedades. Tales enunciados lo este modo se conseguía el gobierno no está enajenado. Sin embargo, en
son de acciones más bien que ser de sí mismo o autosuficiencia que ciertas ocasiones puede considerarse
enunciados acerca de acciones. Ejem- recibieron el nombre de autarquía. que la enajenación (v.) es uno de los
plos de los mismos son "Prometo". La autarquía fue, pues, identificada rasgos esenciales de la existencia hu-
Es un error considerar que el lenguaje con la felicidad y con la virtud. mana, de modo que en tal caso el
—cuando menos el lenguaje cog- El ideal autárquico se hallaba ya estar enajenado, y aun de modo más
noscitivo— es solamente descriptivo. implicado en muchas de las recomen- radical el no ser sí mismo, es uno de
En ciertas formas de lenguaje cog- daciones de Sócrates. Fue propugna- los caracteres del auténtico ser.
noscitivo hay afirmaciones de creen- do y elaborado sobre todo por los Ortega y Gasset ha hablado con
cia más bien que afirmaciones de co- cínicos, los epicúreos y los estoicos, frecuencia de autenticidad e inauten-
nocimiento. pero con distintos grados y propósi- ticidad en el hombre como caracteres
Entre las más conocidas contribu- tos. Hemos descrito estos últimos en ontológicos de la realidad humana.
ciones de Austin figura su distinción los artículos consagrados a las men-
En 1916 (Obras, II, 84-85) describía
entre "lenguaje ejecutivo" y "lengua- cionadas escuelas. En cuanto a los
un "yo auténtico" como la "base in-
159
AUT AUT AUT
sobomable" de una vida humana; el sein existe, por tanto, o auténtica o impulsión determinada responde un
"yo auténtico" es, en rigor el "yo inauténticamente, bien que para los número determinado de movimientos.
insobornable", esto es, el yo que, en efectos de su descripción y análisis Según Descartes, los animales son
el fondo y radicalmente, no puede de- pueda ser concebido como si estuviera autómatas, es decir, reaccionan de
jar de ser lo que es. Pero justamente en un "modo indiferenciado" (op. una forma mecánica a las excitacio-
porque el hombre puede ser auténti- cit., $ 12). nes externas, a diferencia del hom-
co, puede ser también inauténtico; en Muchos otros filósofos contemporá- bre, que posee alma y voluntad (véase
otras palabras, la inautenticidad es neos (por ejemplo, Jaspers y, en ge- ALMA DE LOS BRUTOS). El auto-
uno de los caracteres fundamentales neral, muchos de los llamados "exis- matismo constituye un problema de
de la realidad humana, junto a la au- tencialistas" ) han hecho uso de los la psicología dentro del cual se con-
tenticidad —y hasta puede decirse, términos 'autenticidad' y 'auténtico' o sideran los llamados movimientos re-
reiterando de otro modo lo que indi- de variantes suyas. En algunos casos, flejos. El automatismo de los actos
camos antes— que la inautenticidad estos usos derivan de alguno de los psicológicos no es idéntico en todos
es una de las formas —bien que de- autores antes mencionados. En otros sus grados; por el contrario, ofrece
fectiva— de ser "sí mismo". En efec- casos deben cuando menos algo a gran número de variantes y suele
to, las cosas no pueden dejar de ser ciertas tradiciones de pensamiento, abandonar su carácter aparentemente
sí mismas, de ser lo que son. En cam- por lo demás muy diversas entre sí, mecánico a medida que va penetrando
bio, el hombre puede dejar de ser lo cual ocurre, por ejemplo, con la idea en la esfera de la conciencia. La
que es. pascaliana de "distracción" (que ex- intervención de la voluntad puede
Cuando el hombre llega a ser lo presa la realidad humana en su inau- desviar el automatismo de los actos
que es, entonces su vida es propia. El tenticidad) con la idea hegeliana (y o puede ser también una de las causas
hombre cumple entonces con su voca- también marxista) de la enajenación productoras de un número
ción radical y con su "destino". Orte- (que expresa una fase en cierto pro- determinado de movimientos automá-
ga y Gasset equipara a veces 'autenti- ceso "dialéctico" de la realidad hu- ticos. Por la gradación del automa-
cidad' con 'realidad' (Obras, VI, 400); mana). No siempre, sin embargo, se tismo se tiende a considerar como
en tal caso, el ser auténtico equivale ha intentado precisar el significado de mecánicos a los movimientos inferio-
al ser más real — pues el sentido de 'autenticidad' y 'auténtico' desde el res más alejados de la conciencia,
'es real' es entonces distinto del que punto de vista de una ontología sufi- y como propiamente automáticos a
tiene este predicado cuando se aplica cientemente desarrollada y, junto a aquellos que tienen su desenvolvi-
a una realidad no humana. ello, de una ontología en la cual des- miento ya dentro de la concien-
Heidegger ha hablado de autenti- empeñen asimismo una función im- cia, aun cuando casi siempre en su
cidad ( Eigentlichkeit ) e inautentici- portante términos tales como los de umbral.
dad (Üneigentlichkeit) como modos 'identidad', 'mismidad', 'ipseidad', etc. Nos hemos referido principalmente
de ser básicos del Dasein ( VÉASE ). Nos hemos referido con más detalle a al sentido psicológico de 'automáti-
(Se han empleado también a este este punto en el libro El ser y la muerte co' y 'automatismo', pero al comienzo
efecto los términos 'propiedad' e 'im- (1962), especialmente §§ 23 y 24, hemos tocado ya brevemente el pro-
propiedad', asimismo perfectamente donde, por un lado, la autenticidad blema de una definición más amplia
aceptables; sin embargo, nos hemos (allí llamada "propiedad" o, mejor, de estos términos. Los desarrollos
decidido aquí en favor de los vocablos "apropiación") es vista como un "irse científicos y técnicos de los últimos
'autenticidad' —y 'auténtico'— e 'in- haciendo" (a sí mismo), pero donde, años confirman la necesidad de explo-
autenticidad' —e 'inauténtico'— sim- por otro lado, es considerada como rar semejante ampliación. Se habla
plemente por haber reservado los tér- modo de ser (ontológico) de un cuer- mucho, en efecto, en la ciencia y en
minos 'propiedad' y 'propio' para po, el cual puede ser también como la técnica, no sólo de automatismo,
referirnos a uno de los Predicables ipseidad, identidad, etc. sino también de automación o auto-
(véase PREDICABLES; PROPIEDAD, PRO- AUTOGNOSIS. Véase DILTHEY matización (automation). El automa-
PIO)]. El Dasein puede, en efecto, ( WI LHE LM ). tismo es la característica de las má-
"elegirse a sí mismo", es decir, "ga- AUTOMATISMO. Se llaman auto- quinas capaces de llevar a cabo una
narse", en cuyo caso se apropia a sí máticos los movimientos que tienen serie de operaciones sin más inter-
mismo y se hace "auténtico". Puede lugar en un objeto sin aparente im- vención humana que la de la cons-
también "no elegirse a sí mismo", es pulsión externa y, por consiguiente, trucción de la máquina y su puesta
decir, "perderse", en cuyo caso deja los movimientos que parecen tener en funcionamiento. La automación o
de apropiarse a sí mismo y se hace su origen en el interior propio del automatización es la característica de
"inauténtico" — no llega a ser lo que objeto considerado. Por extensión se las máquinas capaces de conducirse
es. Heidegger advierte al respecto califican de automáticos aquellos mo- a sí mismas según ciertas normas da-
que la inautenticidad [impropiedad] vimientos que se repiten en formas das más variadas y flexibles que las
no es un modo de "ser menos" o un limitadas y determinadas aun cuando que corresponden al mero automa-
grado de "ser inferior" con respecto a haya un acto de excitación o impul- tismo. Así, una máquina automática
la autenticidad [propiedad] ( Sein und sión externa; así se habla de los puede fabricar planchas de metal eje-
Zeit, 5 9). Al Dasein le es inherente movimientos automáticos psicológicos cutando todas las operaciones que
el ser "suyo" —a cada Dasein, pues, ajenos a la voluntad o de los movi- llevan a este fin, de modo que no
el ser "mío"— como condición de mientos automáticos de un mecanis- haya intervención humana desde el
autenticidad e inautenticidad. El Da- mo regulado de tal forma que a cada momento en que recibe el material
160
AUT AUT AVE
y la entrega del producto terminado. constituye, según Kant, la autonomía el formalismo de todo imperativo va-
Una máquina automatizada, en cam- de la voluntad (véase BUENA VOLUN- cío por medio de la fundamentación
bio, puede no solamente fabricar au- T AD ), por la cual se hace posible del conocimiento moral en instancias
tomáticamente tales planchas, sino el imperativo ( VÉASE) categórico. En superiores a la propia persona o en
también regular por sí misma el espe- su Fundamentación de la metafísica personas a quienes se juzgue dignas
sor y otras características de ellas, de las costumbres, por ejemplo, indica de alcanzar un mayor conocimiento
modificando sus operaciones de acuer- Kant que la autonomía de la voluntad moral.
do con los resultados previstos (es es la propiedad mediante la cual la AUTRECOURT (NICOLÁS DE).
decir, de los modelos propuestos). voluntad constituye una ley por sí Véase NICOLÁS DE AUTRECOURT.
La máquina automatizada comprueba, misma (independientemente de cual- AVEMPACE (Abu Bakr Muham-mad
pues, por sí misma las condiciones de quier propiedad de los objetos del bn Yahya bn al-Sa 'ig Ibn Bayya),
su trabajo. De este modo, la auto- querer). El principio de autonomía nació en Zaragoza a fines del siglo
matización en la esfera técnica pone reza, pues: "Elegir siempre de tal XI, vivió un tiempo en Sevilla, luego
en juego los resultados de la ciber- modo, que la misma volición abarque en Granada y, finalmente, en Fez
nética a que nos hemos referido en las máximas de nuestra elección como (Marruecos), donde falleció en 1138.
Comunicación ( VÉASE ). ley universal." Si un acto es Autor de varios tratados de lógica,
P. Janet, L'automatisme psycholo- determinado por algo ajeno a la vo- matemática, astronomía, medicina y
gique, 1888. — J. von Neumann, E. luntad, es atribuido, consiguientemente, filosofía —casi todos ellos perdidos—
F. Moore, J. T. Culbertson, A. Ashby a una coacción externa y no es , es conocido sobre todo por su obra
y otros autores, Autómata Studies, titulada Guía del solitario o también
concebido como moral. En cambio, Régimen del solitario (Tadbir al-
1956, ed. C. E. Shannon y J. McCar- la heteronomía de la voluntad cons-
thy. Para la cuestión del automa- Mutawahhid) en la cual se exponen los
tituye, al entender de dicho autor, el diversos grados de conocimiento que
tismo en el sentido del último párrafo, origen de los principios inauténticos
véase la bibliografía de COMUNI - va alcanzando el hombre desde el
de la moral. Mientras los defensores conocimiento de las cosas hasta la
CACIÓN (I).
de la heteronomia creen que no hay substancia separada de toda materia,
AUTOMATISMO DE LAS BES- posibilidad de moral efectiva sin un substancia una y común a los diversos
TIAS. Véase ALMA DE LOS BRUTOS. fundamento ajeno a la voluntad (ya entendimientos posibles. Este ascenso
AUTONOMÍA se llama el hecho sea en la Naturaleza, ya sea en el del conocimiento corresponde al
de que una realidad esté regida por reino inteligible, ya sea en el reino de ascenso desde la vida instintiva a la
una ley propia, distinta de otras le- los valores absolutos, ya sea en vida intelectiva, liberada de toda
yes, pero no forzosamente incompa- Dios), Kant estima que todos los materia y que es una directa
tible con ellas. En el vocabulario fi- principios de la heteronomia, sean emanación del entendimiento activo.
losófico el término 'autonomía' suele empíricos (o derivados del principio La culminación de este movimiento
emplearse en dos sentidos. de felicidad y basados en sentimientos de ascenso parece ser de carácter
1. Sentido ontológico. Según el físicos o morales) o racionales (o místico, pues al llegar a la
mismo, se supone que ciertas esferas derivados del principio de perfec- contemplación de la substancia
de la realidad son autónomas respec ción, que puede ser ontológico o teo- separada se alcanza al mismo tiempo
to de otras. Así, cuando se postula una especie de identificación con la
lógico), enmascaran el problema de fuente superior de la cual deriva todo
que la esfera de la realidad orgánica la libertad de la voluntad y, por lo
se rige por leyes distintas que la es conocimiento, fuente en la cual ya no
tanto, de la moralidad auténtica de hay contraposición entre materia y
fera de la realidad inorgánica, se dice los propios actos. Algunas de estas forma o entre ser y pensar. El
que la primera es autónoma respecto concepciones, dice Kant, son mejores Régimen del solitario se conservó en
de la segunda. Tal autonomía no im que otras — por ejemplo, la con- un compendio dado a conocer por S.
plica que una esfera determinada no cepción ontológica de la perfección Munk, Mélanges, de philosophie juive
se rija también por las leyes de otra que se da dentro de los principios et arabe, 1859, reimp. 1927, 1955. —
esfera considerada como más funda racionales es, a su entender, mejor Hay tratados inéditos de Avempace en
mental. Así, en la llamada ley de que la concepción teológica, que de- la Biblioteca del Escorial y en la de
autonomía propuesta por Nicolai riva la moralidad de una voluntad Berlín. Ediciones y traducciones de
Hartmann, los reinos superiores del divina absolutamente perfecta. Los textos del filósofo por M. Asín
ser se rigen por las mismas leyes que partidarios de esta última derivación Palacios. "Tratado de Avempace sobre
los reinos inferiores y, además, por suelen llamarse adhérentes a una la unión del intelecto con el hombre
otras leyes propias consideradas como moral teónoma. (Kalama fi ittisal al-'agl bi-l-insan) y
autónomas. En igual oposición a las tenden- la 'Carta de Adiós' ( Risalat al-wida ) de
2. Sentido ético. Según el mismo cias autónomas y a las heterónomas, Avempace", Al-Andalús (1942), 1-47
se afirma que una ley moral es autó Scheler defiende en su apriorismo (1943), 1-87). En 1946 Asín Palacios
noma cuando tiene en sí misma su publicó el texto árabe y la trad.
moral material una actitud interme- española del filósofo zaragozano
fundamento y la razón propia de su dia por la cual se otorga autonomía
legalidad. Este sentido ha sido ela Avempace", Re-Régimen. Véase M.
a la personalidad en cuanto soporte Asín Palacios, "El vista de Aragón, I
borado especialmente por Kant y ha de los valores morales y entidad en- (1900), 193-7, 234-8, 278-81, 300-302,
sido admitido por otros autores como cargada de la realización de la con- 338-40; II (1901), 241-6, 301-303,
Cohen, Natorp y Renouvier. El eje ducta moral, pero se intenta evitar 348-50. — U. A.
de la autonomía de la ley moral lo
161
AVE AVE AVE
Farrukh, Ibn Bajja and the Philoso- de Avenarius figuran Joseph Petzoldt doba, discípulo de Abentofail, es el
phy in the Moslem West, 1945. (VÉASE), así como Rudolf Willy (na- más eminente de los filósofos árabes.
AVENARIUS (RICHARD) ( 1843- cido en 1855), también influido por Ejerció de juez en Sevilla y Córdoba
1896), nacido en París, fue profesor Mach y por el inmanentismo. Willy y si bien durante muchos años estuvo
desde 1877 en la Universidad de sostiene un "monismo primario" según en buenas relaciones con el trono, al
Zurich. Su punto de vista, designado el cual hay una "experiencia total" de sobrevenir una reacción contra las in-
con los nombres de "empiriocriticis- todas las conciencias que actúa como terpretaciones filosóficas del dogma
mo" (VÉASE) o "filosofía de la expe- una global sensibilidad espacio-tem- fue acusado de herejía y deportado,
poral y que convierte lo real en un falleciendo en Marruecos. La tradición
riencia pura", pertenece a la corriente fluir continuo de sensaciones dentro
general del positivismo científico, tal del cual actúan los complexos parti- aristotélica árabe llega a culminación
como era defendido especialmente por culares, dinámicamente conjugados y madurez en Averroes, autor de nu-
los partidarios de la física descriptiva con el todo ( Gegen die Schulweisheit, merosos comentarios a los textos del
y por algunos representantes de la eine Kritik der Philosophie, 1905. — Estagirita que influyeron de modo
filosofía de la inmanencia. Según Die Gesamterfahrung vom Gesicht- considerable sobre la escolástica. Ade-
Avenarius, la experiencia debe ser spunkt des Primärmonismus, 1908. — más de sus paráfrasis y comentarios a
depurada de todo supuesto me- Idéal und Leben, 1909, así como va- Aristóteles escribió una refutación de
tafísico; lo que conduce a la meta- rios trabajos en la Vierteljahrschrift Algazel titulada Destrucción de la des-
física es pura y simplemente la in- für wissenschaftliche Psychologie so- trucción (Tahafut al-Tahafut), una
troyección, la proyección a lo externo bre el empiriocriticismo y el "con- obra sobre la concordancia de la reli-
de los elementos pertenecientes a las cepto natural del mundo"). También gión con la filosofía, un tratado sobre
representaciones internas. Para evitar Karl Hauptmann (1858-1921: Die el entendimiento potencial y material,
Metaphysik in der modernen Physio-
esta deformación de lo natural y de logie, 1893; Unsere Wirklichkeit, otros sobre la unión del entendimiento
lo real es preciso situarse en un te- 1899) defiende un punto de vista separado con el hombre y varias obras
rritorio anterior a esta proyección, muy semejante al de Avenarius. acerca de lógica, física, medicina y
en el terreno de la experiencia pura, Obras: Ueber die beiden ersten astronomía. Como la mayor parte de
lo cual exige la eliminación de los Phasen des Spinozischen Pantheis- sus predecesores, Averroes aspiró a
elementos extraños a ella. Avenarius mus und das Verhaltnis der zweiten conciliar la filosofía con el dogma.
llega a una solución de esta dificul- zur dritten Phase, 1868. (Sobre las Ahora bien, una conciliación no
tad por medio de un análisis crítico dos primeras fases del panteísmo parecía posible de no tenerse en
del hecho de la experiencia, consis- spinoziano y la relación entre las cuenta que mientras la filosofía es
tente, a su entender, en el examen fases segunda y tercera.). — Philo- sólo para los pocos elegidos que quie-
de la dependencia en que se en- sophie als Denken der Welt gemäss ren y pueden comprender las ar-
cuentran los juicios del sujeto (E), dem Prinzip des kleinsten Kraftmas- gumentaciones racionales, la religión,
de las variaciones del sistema ner- ses, 1876 (trad. esp.: La filosofía tal como se da en los textos sagrados,
como el pensar del mundo según el
vioso central (C), condicionados a principio del menor gasto de energía, es apta para las multitudes incapaces
su vez por los excitantes del medio 1947). — Kritik der reinen Erfah- de comprender las verdades racionales
físico (R) y por los medios de la rung, 1888-90 (Crítica de la expe- y las demostraciones realizadas a base
asimilación nutritiva (S). Todo jui- riencia pura). — Der menschliche de ellas.
cio, desde el vulgar hasta el científi- Weltbegriff, 1891 (El concepto hu- Entre los filósofos y los creyentes
co, es una función de las variaciones mano del mundo). — Se prepara edi- se insertan aquellos que entienden los
de C; la crítica de la experiencia ción de manuscritos de A. actualmente argumentos, pero que solamente pre-
debe, a partir de este hecho, exami- en posesión de Georg Lüttke (Ber-lin- tenden alcanzar lo probable y no la
nar las excitaciones constantes que Wilmesdorf). absoluta evidencia racional. Las pro-
se producen sobre C y que, por con- F. Carstanjen, R. Avenarius' biome- posiciones admitidas por cada uno de
siguiente, influyen sobre la constancia chanische Grundlegung der reinen all- estos grupos son, en rigor, verdades.
de los enunciados correspondientes gemeinen Erkenntnistheorie, 1894. — Pero cada una de ellas tiene un as-
a E. Cuando la constancia es re- Ó. Ewald, R. Avenarius als Begründer pecto distinto que, con todo, recibe
des Empiriokritizismus. Eine crkennt-
gular desaparecen todos los elemen- niskritische Untersuchung über das su fundamento en la verdad del dog-
tos extraños y se produce una expe- Verhaltnis von Wert und Wirklichkeit, ma tal como se halla expresada en el
riencia despojada de todo "problema 1905. — Bush, Avenarius and the Corán. De este modo no hay peligro
aparente", exenta del dualismo entre Standpoint of Pure Experience, 1906. de interpretar filosóficamente los dog-
el sujeto y el objeto, origen, según — J. Suter, Die Philosophie von R. mas excepto para aquellos que no
Avenarius, de las representaciones Avenarius, 1910. — F. Raab, Die pueden comprender ni usar de la ra-
metafísicas. La constancia en la ex- Philosophie von R. Avenarius. Syste- zón rectamente, es decir, para los in-
citación es, por otro lado, la natural matische Darstellung und immanente genuos y simples creyentes.
consecuencia de la tendencia al mí- Kritik, 1912. — Alf Numan, Kuns- Averroes sostiene, en cuanto filóso-
nimo esfuerzo; la tesis de la "econo- kapsbiologie och Deskriptionsteori hos fo, la eternidad del mundo, lo cual
mía ( VÉASE) del pensamiento", de- R. Avenarius, 1914. no es, a su entender, contradictorio
fendida asimismo por Mach, desempe- AVENCEBROL. Véase AVICEBRÓN. con el hecho de su producción por
ña en el empiriocriticismo un papel AVERROES. (Abu-l-Walid Muham- Dios. El mundo ha sido creado por
fundamental. mad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Dios, pero lo ha sido desde toda la
Entre los discípulos y partidarios Rusd) (1126-1198), nacido en Cór- eternidad. La relación entre el Crea-
162
AVE AVE AVE
dor y lo creado es, por así decirlo, la hebrea en Hebraica... Aristotelis ex destacamos en particular la obra cita-
relación entre el fundamento y la con- compendiis Averrois (1560) y ed. la- da de M. Alonso. Además: Lasinio,
secuencia, pero no la que existe entre tina en Opera omnia Aristotelis... Studi sopra Averroe, 1874. — T. J. de
la causa y el efecto. Lo creado ha sur- Averrois Cordubensis in ea Opera Boer, Die Widersprüche der Philoso-
gido por emanación del primer prin- Omnes, qui ad nos pervenere, Com- phie nach Al-Gazali und ihr Ausgleich
mentarii (Venecia, 9 vols., 1562-1574), durch Ibn Roschd, 1894. — A. Fa-
cipio creador. La eternidad de lo crea- rah, Averroes und seine Philosophie,
do exige, por lo demás, la eternidad reimp. en II vols, y 3 suplementos,
1962. Ed. del texto árabe de un co- 1903. — L. Gauthier, La théorie
de la materia, en la cual existen desde mentario a la Metafísica con trad. esp. d'lbn Roch (Averroes) sur les rap-
siempre en posibilidad las formas que por Carlos Quirós Rodríguez en Ave- ports de la religion et de la philo-
son extraídas de la materia por Dios rroes. "Compendio de Metafísica", sophie, 1909 (tesis). — G. Manser,
para formar las cosas y no intro- 1919. De los Comentarios medios hay "Das Verhàltnis von Glaube und
ducidas en ella desde fuera. Al laclo ed. latina en Opera, cit. supra, y ed. Wissen bei Averroes (Jahrbuch für
de varios textos árabes: comentario a Philosophie und speculative Theologie
de ello, Averroes sostiene que las di- XXIV (1910), XXV (1911). — S.
ficultades que suscita la identificación las Categorías (Averroes Talkhic Ki-
tab al-Maqoulat, por M. Bouyges, Nirenstein, The Problem of the Exis-
de la inteligencia en acto con lo in- tence of God in Maimonides, Alanus
teligible pensado por ella pueden re- 1932; a la Poética, por Lasinio, 1877; and Averroes, 1924. — P. S. Christ,
a la Retórica, íd., íd., 1873. De los The Psychology of the Active Intellect
solverse mediante la suposición de Comentarios mayores hay ed. latina y
que toda intelección humana es mera of Averroes, Í926. — Véase Alvaro
ed. árabe por M. Bouyges, 4 vols., de Toledo, Comentario al "De subs-
participación en un solo y único 1938-1948. Respecto a las obras ori- tantia orbis" de Averroes (Aristotelis-
entendimiento agente. Sólo la idea de ginales hay ed. crítica del Tahafut al- mo y Averroísmo), ed. Manuel Alon-
este entendimiento y su radical uni- Tahafut por M. Bouyges, 1930 y ed. so, S. I., 1940. — León Gauthier, Ibn
dad permite comprender que el en- latina en Opera, cit. supra. De las Roch (Averroes), 1948. — Véanse
tendimiento pasivo pueda superar su obras teológicas hay ed. del Fasl al- también las obras en la bibliografía
condición temporal y limitada eleván- Maqal (Doctrina decisiva [y funda- de los artículos AVERROÍSMO y SI-
dose hasta aquél. No hay, por lo mento de la concordia entre la reve- GERIO de BRABANTE .
lación y la ciencia]), 1859, 1313/1895 AVERROÍSMO. En sentido estricto
tanto, inmortalidad personal en la y 1319/1901, 1942 [3a ed., 1948].
cual cada entendimiento llegue indi- Trad. esp. por M. Alonso en La teolo- se llama averroísmo a la filosofía de
vidualmente a la contemplación del gía de Averroes, 1947, págs. 149-200. Averroes y de sus partidarios. En un
entendimiento agente, sino fusión Del Kasf 'an-Manahiy (Libro de la ex- sentido más amplio —y también más
de cada entendimiento individual con posición de los caminos que conducen usado por los historiadores— se llama
el entendimiento activo único. Esta a la demostración de los artículos de fe) averroísmo a ciertas tendencias
teoría, lo mismo que la doctrina de hay ed. en 1859, 1313/1895, surgidas en tres momentos entre el
la eternidad de la materia, fueron 1319/1901. Trad. esp. por M. Alonso, siglo XIII y el siglo XVI, basadas es-
combatidas, entre otros pensadores op. cit. supra, págs. 203-353. pecialmente en tres doctrinas proce-
La ed. latina antes citada ha sido dentes de la interpretación que Ave-
cristianos, por Santo Tomás y han reimpresa varias veces. Para una ed.
constituido la parte más conocida de más reciente véase G. Lacombe, A. rroes dio —o que se le atribuyó dar—
la interpretación averroísta de Aris- Birkenmajer, M. Dulong, E. Frances- a la obra del Estagirita: la doctrina
tóteles y a la cual se ha referido chini, Aristóteles Latinus, del Corpus del entendimiento agente único —con
casi siempre la oposición entre los ave- Philosophorum Medii Aevi (desde la consiguiente posible negación de la
rroístas y los antiaverroístas. (Véase 1939). Hay ed. separada de varios inmortalidad personal—; la doctrina
AVERROÍSMO. ) textos latinos (como, por ejemplo, ed. de la eternidad de la materia —con
En su Historia de la filosofía espa- del comentario al De anima por F. la consiguiente posible negación, o
ñola. Filosofía hispanomusulmana, to- Stuart Crawford, 1953). De las eds. por lo menos reconocimiento de la
mo II (1957), págs. 48-59, Miguel de textos árabes, además de las an- imposibilidad de demostración, de
Cruz Hernández ha distribuido las tes citadas, ver N. Morata, El Com- la tesis de la creación a partir de la
obras de Averroes en las siguientes pendio de anima, de Averroes, 1934.
— El libro citado de M. Alonso con- nada—, y la doctrina de la doble
secciones: 1. Obras filosóficas. A. Co- verdad (véase VE RD AD D OBLE ) —
mentarios al Corpus aristotelicum, di- tiene asimismo trad. de varios otros
vididos en: Yawami' o Comentarios textos además de los indicados supra. con la consiguiente posible afirmación
menores: Taljís o Comentarios medios; Para más recientes eds. de textos de que lo que es verdadero en teo-
Tafsirat o Comentarios mayores. B. hebreos, véase la ed. de comen- logía puede no serlo en filosofía y vi-
Comentarios diversos. C. Obras origi- tarios al De generatione et corruptio- ceversa. Describiremos someramente
nales. 2. Obras teológicas. 3. Obras ne, por Samuel Kurland, 1958 [Cor- cada uno de estos tres momentos.
jurídicas. 4. Obras astronómicas. 5. pus Philosophorum Medii Aevi, 66]. El primero comenzó en el Occi-
Obras filológicas. 6. Obras médicas, Sobre problemas planteados por es- dente latino con las traducciones he-
divididas en A. Comentarilos y B. critos de Averroes véase sobre todo
M. Alonso, "La cronología en las chas a principios del siglo XIII por
Obras originales. 7. Obras atribuidas Miguel Escoto de los comentarios
a Averroes. 8. Obras apócrifas. De al- obras de Averroes" Miscelánea Co-
gunas de estas obras quedan manus- millas, I (1943), 441-60 [incluido en averroístas al De caelo y al De ani-
critos árabes; la mayor parte de los Teología de Averroes, 1947, cit. su- ma. Junto a ello pueden citarse las
escritos de Averroes, sin embargo, se pra]. obras de Amalrico de Bène y de Da-
conservan en traducciones hebreas y La bibliografía sobre Averroes es vid de Dinant, si bien hay que tener
latinas. muy extensa. En las ediciones críti- en cuenta que estas obras no son
De los Comentarios menores hay ed. cas antes mencionadas se hallan es- propiamente averroístas, sino más
tudios importantes sobre el filósofo;
163
AVE AVE AVI
bien alejandrinistas; ello no obstante, dos autores: Sigerio de Brabante y cobo Zabarella (VÉASE) es considera-
algunas de sus tesis estuvieron in- Boecio de Dacia, cuyas doctrinas do a veces como inclinándose a in-
cluidas en las condenaciones que eran afectadas por las dos mencio- terpretaciones averroístas y a veces a
abundaron en el siglo XIII ( 1210, nadas últimas condenaciones parisien- interpretaciones alejandrinistas. Este
1215, 1231, 1263) antes de la absor- ses. Especialmente la condenación de averroísmo persistió hasta el siglo
ción del aristotelismo por San Al- 1277 se refirió a las principales doc- XVII y consistió por una de sus
berto Magno y especialmente Santo trinas de Sigerio de Brabante — de esenciales dimensiones en una
Tomás de Aquino. Algunas de las las cuales la tesis de la unidad del defensa de la física aristotélica contra
tesis averroístas parecieron influir sobre entendimiento era la más destacada. los innovadores en la ciencia
varios filósofos, por lo cual se natural.
El segundo momento importante E. Renan, Averroès et l'averroïsme,
consideró necesario condenar especial- del averroísmo latino tuvo lugar des- 1852. — P. Mandonnet, Siger de
mente varias de estas tesis en dos de fines del siglo XIII hasta comien- Brabant et l'averroïsme latin au XIII
ocasiones ( 15 tesis fueron condenadas zos del siglo XV, pero hay que ob- siècle. Étude critique et documents
en 1270 y 219 tesis fueron condenadas servar que este averroísmo no es una inédits, 1899, 2a ed., 1 vols., I, 1908;
en 1277 por el Arzobispo de París, irrupción nueva y enteramente in- II, 1911. — Miguel Asín Palacios,
Esteban Tempier). Entre tales tesis dependiente de ciertas doctrinas del El averroísmo teológico de Santo To-
figuraban la doctrina de la eternidad filósofo árabe, sino que está ligado más de Aquino, 1904. — M. Grab-
del mundo, la doctrina de que Dios no a través de una compleja tradición mann, Der lateinische Averroismus
conoce las entidades singulares, la al anterior momento. Uno de sus es- des 13. Jahrhunderts und seine
doctrina de que el libre albedrío es una labones lo constituye la obra de Pie- Stellung zur christlichen Weltan-
potencia pasiva y no activa, etc. En tro de Abano o Petrus Patavinus (nac. schauung, 1931. — R. de Vaux, "La
la condenación de 1277 se 1257), que defendió especialmente première entrée d'Averroès chez les
especificó claramente que no se las doctrinas de la unidad del enten- Latins", Revue des Sciences philo-
admitiría la defensa de ninguna de dimiento y de la eternidad de la ma- sophiques et théologiques, XXII
las tesis de referencia con la excusa teria y del mundo, pero que en mu- (1933), 193-242. — Bruno Nardi,
de que podían ser verdaderas en chos otros respectos no puede ser Saggi sull'aristotelismo padovano del
filosofía aunque se reconocieran considerado como un autor averroísta. secólo XIV al XVI, 1958 [Studi sulla
como falsas en teología, lo que tradizione aristotélica nel Veneto, 1]
Los principales representantes del (se estudian, entre otros, a Pietro
significaba el rechazo de la an- segundo averroísmo son Juan de Jan- d'Abano, Paolo Veneto, Nicoletto Ver-
teriormente mentada doctrina de la dún y, en el aspecto político, Mar- nia, Pico délia Mirándola, Alessandro
doble verdad, por muchos considerada silio de Padua. También es consi- Achilini). — John Hermán Randall,
como una de las características derado como un averroísta Juan de Jr., The School of Padua and the
principales del averroísmo. Es sabido Baconthorp, pero, según parece, sin Emergence of Modem Science, 1961.
que la difusión del tomismo estuvo justificación. — Para la teoría de la doble verdad
envuelta en las discusiones en torno al El tercer momento en la historia véase bibliografía de VERDAD DOBLE.
averroísmo y que el sistema de Santo del averroísmo es el representado por AVICEBRÓN, AVENCEBROL o
Tomás ha sido considerado por algunos los llamados averroístas de la Uni- ABENGABIROL son los diversos
como un averroísmo teológico (M. Asín versidad de Padua, desde fines del nombres que desde la Edad Media se
Palacios), por otros como enteramente siglo xv hasta comienzos del siglo han dado al filósofo, teólogo, gramá-
opuesto al averroísmo y por la mayor XVII. El averroísmo en este instante tico y poeta de linaje judío Selomó ben
parte como una filtración, selección y, aparece casi exclusivamente como Yehuda Abu Ayyub ibn Gabirol) (ca.
en último término, absorción de una de las posibles interpretaciones 1020-1059, aunque según algunos au-
ciertas tesis que son consideradas del aristotelismo. En calidad de tal tores murió en 1070), el cual na-
como averroístas (por ejemplo, la su elaboración y difusión estuvieron ció en Málaga, de familia cordobesa,
afirmación de que la doctrina de la mucho menos relacionadas que en y se formó en Zaragoza. Es conocido
eternidad del mundo no puede ser sobre todo por su obra La fuente de
los períodos anteriores con las cues- la vida, escrita en árabe con el título
rechazada por la razón, aun cuando tiones relativas a la ortodoxia o a la de Yanbu' al-Hayya, resumida en
hay que descartarla por no ser heterodoxia de las tesis defendidas; hebreo por Sem Tob ibn Fala-quera
compatible con una verdad de fe), era inclusive posible encontrar quie- (siglo XIII) con el título de Me-qor
pero que pierden todo su carácter nes considerasen el averroísmo en Hayyim y vertida al latín (Fons Vitae)
heterodoxo una vez colocadas en el este sentido como perfectamente con- por Juan Hispalense y Domingo
contexto de la construcción teológica ciliable con la ortodoxia. Entre los Gundisalvo. Sólo la versión latina y el
del tomismo y una vez habida cuenta, averroístas más conocidos de la es- resumen hebreo se conservan. La
además, de que Santo Tomás —como cuela de Padua se hallan Nicoletto Fuente de la Vida formaba parte de
San Alberto Magno, Egidio Romano y Vemias (profesor en Padua de 1471 un completo sistema filosó-fico-
Ramón Llull— se caracterizaron por a 1499), su discípulo Agostino Nifo teológico al cual pertenecían otros
una de las esenciales dimensiones de o Augustinus Niphus (1473-1546), escritos —perdidos— sobre el ser y
su actividad intelectual por la lucha Alessando Achillini o Alexandrus Achi- sobre la voluntad. Se trata de un
contra el llamado averroísmo latino. linus (profesor en Padua y desde diálogo, entre maestro y discípulo,
Este último fue representado en la 1509 en Bolonia) y Marco Antonio dividido en cinco partes, en el curso
época del modo más destacado por Zimara (t en Padua en 1532). El de las cuales se discute el problema de
gran comentarista de Aristóteles Ja- la composición de las substancias
sensibles, de la composición de
164
AVI AVI AVI
las substancias simples y de la exis- el Alma, de ésta la Naturaleza, y de tar al-yawahir y asimismo traducido
tencia de la materia y forma univer- ésta los cuerpos que se hallan en los al hebreo por Yehudá ibn Tibbón
sales. Las tesis más características de mundos translunar y sublunar. Esta con el título de Mibhar ha-peninim.
Avicebrón en dicha obra son: doctrina, que parece tener antece- El texto hebreo de la Selección se ha
dentes en la escuela de Abenmasarra conservado, pero el texto árabe se
(1) La teoría de la universidad ha perdido, salvo algunos folios pu-
de la materia —en el sentido aristo (Cfr. M. Asín Palacios, Abenmasarra blicados por M. N. Sokoloff en 1929.
télico del término—, según la cual y su escuela, 1914), influyó sobre Entre los poemas de Avicebrón des-
la materia no es el último eslabón todo en los círculos iluministas ju- taca su Keter Malkut o Corona Real.
en la cadena de las emanaciones, daicos. Como indica Millas Vallicro- Edición de la Fons Vitae según el
sino que se halla siempre allí don sa, se encuentran sus huellas en Ishaq texto hebreo, con trad. francesa por
de hay forma, es decir, en todos los ibn Latif, en el Libro del Zóhar (si- S. Munk en Mélanges de philosophie
peldaños de la escala ontológica (sal glo XVII ), en 'Semuel ibn Zarza, au- juive et arabe, 1859 (reed. 1927,
vo el que representa el Ser Esencial) tor también de una Fuente de la Vi- 1955). Ed. de la traducción latina por
da (Meqor Hayyim) y hasta en Ye- Clemens Baeumker en los Beiträge
si bien en distintos grados de unidad zur Geschichte der Philosophie des
y perfección. Corolario de esta teo hudá Abarbanel (León Hebreo). Mittelalters, I, Hefte 2-4, 1892-1895
ría es la tesis de que la materia, Además, algunas de sus tesis pasa- (se trata de la versión de Domingo
siendo común a todas las substancias, ron a la escolástica cristiana, varias Gundisalvo y Juan Hispalense). —
no puede constituir el principio de veces para ser rechazadas, pero otras Traducción castellana de Federico de
individuación. Por lo tanto, las cosas (David de Dinant) para ser admiti- Castro y Fernández, 2 vols., 1901. —
son distintas unas de otras en virtud das. Véase Abraham Geiger, Selomo Ga-
de la forma. Por el intermedio de Uno de los problemas que plan- birol und seine Dichtungen, 1867.
la traducción de Juan Hispalense y tea la concepción de la "Fuente" de — D. Stössel, Salomon ben Gebi-
Domingo Gundisalvo, así como por Avicebrón es si hay que considerarla rol als Philosoph und Förderer der
Kabbala, 1881. — J. Guttmann, Die
los tratados del primero sobre el al como inmanente o como trascendente Philosophie des Salomón Ibn Gabirol
ma y del segundo sobre la "proce al mundo. La interpretación usual es dargestellt und erläutert, 1889. —
sión del mundo" y sobre la unidad, la trascendente, aunque algunos íd., íd., Die Scholastik des 13. Jahrh.
la citada doctrina pasó, según indi autores (como Bonafede en sus in ihren Beziehungen zum Judentum,
ca J. M. Millas Vallicrosa, a varios Saggi sulla filosofía medioevale, 1951) 1902. — D. Kaufmann, Studien über
autores cristianos, especialmente a consideran que la "virtud" o "fuerza" Salomón ibn Gebirol, 1899. — M.
Guillermo de Auvernia y a Alejandro de la Fuente está repartida en todas Wittman, Zur Stellung Avencebrols
de Hales, así como al autor del es las cosas. Consideramos que lo más im Entwicklungsgange der arabi-
crito antes atribuido a Juan Duns razonable es atribuir a Avicebrón la schen Philosophie, 1905 [Beiträge zur
Ges. der Phil. des Mittelalters, V].
Escoto, De rerum principio, a San intención de solucionar el dilema — Dreyer, Die religiöse Gedanken-
Buenaventura y, en general, a los fi inmanencia-trascendencia mediante la welt des Salomo ibn Gebirol, 1930.
lósofos franciscanos. En cambio, San acentuación de los "intermediarios", — José Ma. Millas Vallicrosa, Selomó
Alberto Magno, Santo Tomás de los cuales sitúan a cada realidad Ibn Gabirol como poeta y filósofo,
Aquino y, en general, los dominicos, "más allá" de la capa inferior, pero 1945. — León Dujovne, Introducción
se opusieron a esta teoria. a la vez relacionada con ella. a la historia de la filosofía judía, 1949,
(2) La teoría de la Voluntad co Otro problema en el sistema de Cap. VII. — E. Bertola, Salomon Ibn
mo fuente de vida, primera emana Avicebrón es el que plantea el papel Gabirol (Avicebron). Vita, opere e
ción de Dios y fuerza impulsora del desempeñado por la Voluntad como
pensiero, 1953.
universo. Según Avicebrón, la serie Fuente de Vida. Aunque se declara AVICENA (Abu 'Ali al-Husayn
de hipóstasis procedentes de la pri que esta Voluntad es idéntica a Dios bn 'Abd Allah bn al-Hasan bn 'Ali
mitiva unidad divina constituye la o la Esencia Primera, se suscita la Ibn Sïna (980-1037) nac. en Afsana,
jerarquía de los seres. De la Volun cuestión de por qué es necesaria la cerca de Bojara, Persia), continua-
tad emana la Forma, la cual está, hipóstasis de una Voluntad divina dor de la tradición aristotélico-pla-
como antes señalamos, inseparable poseedora de un grado menor de tónica de Alkindi y, sobre todo, de
mente unida a la Materia, pues sólo simplicidad que la Esencia Primera Alfarabi, siguió a este último en
Dios es Forma pura. Lo que mar cuando se declara a la vez la iden- su explicación del origen y jerar-
ca el grado de elevación y perfec tidad de ambas. quía de las inteligencias. Avicena
ción de los seres es su mayor o me Además de la obra citada se de- establece, en efecto, que el conoci-
nor alejamiento del principio supre ben a Avicebrón un Libro de la co- miento depende de la realidad de los
mo, es decir, su mayor o menor uni rrección de los caracteres (de índole objetos conocidos, desde el saber de
dad esencial. Ésta es perfecta en ético-práctica, educativa y antro- los principios primeros hasta el cono-
Dios. En cambio, en el mundo hay pológico-filosófica), escrito asimismo cimiento obtenido por revelación, pa-
en árabe, hacia 1045, con el título de sando por el de los universales o
una multiplicidad de formas sepa Kitab islah al-ajlaq y traducido al
radas. Siguiendo tendencias neopla- ideas. A cada una de estas formas
hebreo con el título de Tikkún mid- corresponde, a su entender, una forma
tónicas, Avicebrón hace derivar las dot ha-néfes por Yehudá ibn Tibbón
substancias inferiores de las supe en 1167; y una Selección de perlas y modo de intelecto. Sólo mediante
riores por emanación, al modo de la o colección de proverbios y refranes un proceso de abstracción progresiva
luz que se derrama sobre las cosas. escrita en árabe con el título de Muj- es posible conocer las formas
De la Inteligencia universal emana generales, sobre todo cuando,
165
AVI AVI AVI
desvinculada el alma de lo mate- cena el motivo neoplatónico, pues te del manuscrito árabe de Al-Sifa.
rial, recibe directamente la influencia como consecuencia de la interpreta- El manuscrito árabe completo de la
del entendimiento agente. Sin ción dada a aquella noción, Avicena lógica de Al-Sifa está aún inédito (Cfr.
embargo, la importancia de Avicena hace engendrar los entes inferiores Ibrahim Makdour, L'Organon d'
Alistóte dans le monde árabe, 1934).
no consiste meramente en su sistema- por medio de un proceso muy seme- — Traducción latina de Metaphysi-
tización de la especulación anterior; jante al de la emanación plotiniana. ces compendium, por N. Carama, Ro
la profundización en algunas de las La doctrina de Avicena ejerció ma, 1926. — Transcripción, revisa
nociones fundamentales de Alfarabi una considerable influencia sobre al- da, de De anima, por G. P. Kluber-
es precisamente lo que ha dado la gunos escolásticos medievales. A ella tanz, S. J., de la ed. de Venecia de
mayor significación a la obra de nos referimos en el artículo sobre el 1508 (1949, mimeog.). — Bibliogra
Avicena para la filosofía escolástica. avicenismo. Observemos aquí que la fía: Osman Ergin, Ibín Sina biblio-
Así ocurre sobre todo con tres nocio- mencionada doctrina no solamente in- grafyasi, 1956 [Istanbul Universitesi
nes capitales. En primer lugar, la trodujo importantes cambios en las Tip Fakultesi yayinlarindan, 20]. —
Yahya Mahdavi (bibliografía en per
noción de existencia (esse), la cual concepciones metafísicas, sino tam- sa, 1954). — Véase B. Carra de Vaux,
es considerada por Avicena como un bién en las lógicas. En efecto, Avi- Avicenne, 1900. — C. Sauter, Avicen
accidente que se agrega a la esencia cena no siguió por entero en la ló- nas Bearbeitung der aristotelischen
(quidditas). En segundo término, la gica el modelo aristotélico (o, me- Metaphysik, 1912. — Djémil Saliba,
noción que se refiere al concepto de jor, peripatético) y admitió muchos Étude sur la métaphysique d'A., 1926.
la unidad del intelecto agente, hecha aspectos que habían sido ya tratados — A.-M. Goichon, La distinction de
posible por medio de la ascensión de por los estoicos. Tal ocurre sobre l'essence et de l'existence d'après Ibn
la potencia en el entendimiento al todo con la atención prestada por el Sina, 1937. — Íd., íd., Lexique de la
acto, con el cual la noción metafísica filósofo árabe a la lógica de las pro- langue philosophique d'Ibn Sina, 1938
(suplemento: 1939). — Íd., íd., La
del ser se hace directamente accesible, posiciones y a la doctrina de los si- philosophie d'A. et son influence en
ya que es el objeto formal propio de logismos hipotéticos. Europe médiévale, 1944 (2a ed., au
tal entendimiento. Finalmente, la que Las obras de Avicena son nume- mentada, 1951). — También el libro
concierne a la distinción entre la rosas. Bibliografía muy completa en citado al principio de la bibliografía.
esencia y la existencia en los seres A.-M. Goichon, Introduction à Avi- — M. Amid, Essai sur la psychologie
creados, correspondiente a su unión en cenne. Son Êpitre des Définitions, d'A., 1940 (Dis.). — M. Cruz Her
Dios. A diferencia de autores como 1933, págs. xxvi-xxxvii (correcciones nández, La metafísica de Avicena,
Gorce, que han considerado su mística en Distinction, pág. xiv y 505), ν en 1949 (tesis) y la selección de textos
M. Cruz Hernández, La metafísica titulada Sobre Metafísica (1950),
como la culminación y a la vez el de Avicena, 1949. De esta última bi- con introducción y notas. — L. Gar-
motor de la especulación filosófica de bliografía entresacamos las siguientes det, La pensée religieuse d'A., 1951.
Avicena, y a diferencia de T. J. de Al-Sifa (La Curación), Teherán, 2 — Varios autores, Avicenna: Scien-
Boer, que ha centrado su sistema en vols., 1303/1886; otra ed., El Cairo, tist and Philosopher. Millenary Sym
la doctrina del alma, la diferencia 1952. — Al-Nayat (La Salvación), El posium, 1952, ed. G. M. Wickens.
entre esencia y existencia en los seres Cairo, 1331/1913, ed. Muhyi al-Din — E. Bloch, Avicenna und die aris-
creados es considerada por A.-M. Sabri al-Kurdi, 1913, 2a ed., 1938. — totelische Linke, 1952. — Soheil M.
Goi-chon como la verdadera clave del Kitab al-Isarat wal Tanbihat (Li- Afnan, Ávicenna. His Life and Works,
pensamiento del filósofo. Esta distin- bro de teoremas y avisos para lógica 1958.
y sabiduría), ed. Forget, Leyden, 1892. AVICENISMO. La filosofía de Avi-
ción, ya sustentada en principio por — Risalat al-Hudud (Compendio de
Alfarabi, permite entender, en efecto, las definiciones), El Cairo, 1326/1908, cena ejerció gran influencia durante
de qué manera el entendimiento en la colección Tis' rasa, il'fï-l Hikma el siglo XIII y parte del siglo XIV.
agente en tanto que unidad puede wa-l-Tabi 'iyyat. Hay otras obras Fue, ciertamente, muy combatida por
llegar a su comprensión de una reali- menores en la misma colección de las varios filósofos escolásticos. Pero ello
dad donde tales elementos o principios cuales es importante filosóficamente muestra que sus tesis estaban bien
no están separados, sino esencialmente el escrito titulado Aqsâm al-'Ulum vivas en la mente de los pensadores
unidos, de tal modo que "en la al-'aqliyya (Divisiones de las de dichas épocas. Por lo demás, el
filosofía de Avicena los conceptos de ciencias intelectuales). — Mantiq al- combate no fue posible sin acoger
Masriqiyyin (Lógica de los orientales), una parte importante de las tesis del
esencia y de existencia culminan, en El Cairo, 1328/1910. — La Curación
último análisis, en la distinción entre fue (erróneamente) llamada en la filósofo. Se ha hablado por este mo-
el ser creado y el ser increado, entre Edad Media Suffi-cientia y tivo de un avicenismo latino. Gilson
la esencia que no es y la Esencia que comprende una lógica, una física, una se ha referido a un agustinismo avi-
es" (La distinction, etc.,pág. 151). La psicología, una cosmología y una cenizante, patente en diversos auto-
división entre Esencia necesaria y metafísica. — Traducciones latinas: res (por ejemplo, en Enrique de Gan-
esencia posible coloca entonces a la Opera in licem redacta ac nuper te). Según A.-M. Goichon, pueden
realidad en que la mencionada quantum ars niti potuit per canónicos distinguirse tres fases en la influencia
distinción se establece como algo emendata. Logyca. Suffi-cientia. De ejercida por Avicena: (1) Desde la
coelo et mundo. De anima. De época de las primeras traducciones
cuyo constitutivo formal depende úl- animalibus. Philosophia prima,
timamente de la Esencia primera y de Aristóteles (ca. 1130) hasta la
Venetiis, 1495 (reimp., 1960), 1508
necesaria. En este punto precisamente (reimp., 1960), 1546. Hay que reacción de Guillermo de Auvernia
se inserta en la filosofía de Avi- advertir que esta edición comprende (alrededor de 1230); (2) Desde el
solamente una pequeña par- decreto pontifical de 1231 que per-
166
AVI AXI AXI
mitió el estudio de Aristóteles (y, ne todavía este significado: los axio- lógica contemporáneas. Éstas distin-
por ende, de sus comentaristas) hasta mas son para el Estagirita principios guen entre axiomas y teoremas. Los
las compilaciones de Alberto el evidentes que constituyen el funda- primeros son enunciados primitivos (a
Grande (hacia 1250); (3) Desde mento de toda ciencia. En tal caso veces llamados también postulados)
1253 —fecha de la aparición de De los axiomas son proposiciones irreduc- aceptados como verdaderos sin pro-
ente et essentia, de Santo Tomás— tibles, principios generales a los cua- bar su validez; los segundos son enun-
hasta la terminación de la síntesis les se reducen todas las demás pro- ciados cuya validez se somete a prue-
tomista. A partir de estas últimas posiciones y en los cuales éstas nece- ba. Axiomas y teoremas son, por lo
fechas la influencia de Avicena se sariamente se apoyan. El axioma po- tanto, elementos integrantes de todo
ejerció sobre todo por medio de los see, por así decirlo, un imperativo sistema deductivo. Por lo usual, la
comentaristas del Aquinate. No po- que obliga al asentimiento una vez definición del concepto de teorema
demos extendernos aquí acerca de es enunciado y entendido. En suma, requiere el uso del concepto de axio-
los puntos detallados en los cuales Aristóteles define el αξίωμα como una ma —así como el uso de los concep-
se refleja mejor la influencia del fi- proposición que se impone inmedia- tos de regla de inferencia y de prue-
lósofo árabe. Recordaremos sólo que tamente al espíritu y que es indis- ba—, en tanto que el concepto de
uno de los aspectos capitales de su pensable, a diferencia de la tesis, que axioma es definido por enumeración.
doctrina más debatidos fue la teoría no puede demostrarse y que no es Así, los axiomas del cálculo senten-
de la esencia (VÉASE) y la posición indispensable. Los axiomas pueden cial se definen dando la lista de tales
adoptada en la cuestión de la distin- ser llamados, pues, también nociones axiomas; los del cálculo cuantifica-
ción entre la esencia y la existen- comunes, communes animi concep- cional elemental, dando la lista de
cia (v.). Como hemos visto en el ar- tiones (según la traducción que da sus axiomas, y así sucesivamente.
tículo dedicado a esta última noción, Boecio de la expresión griega koi Podemos decir, pues, que ha habi-
autores como Guillermo de Auver- nai\ e)/ n noiai/ ) cuando presentó como do dos distintas orientaciones en la
nia, San Buenaventura, Santo Tomás axiomas enunciados del tipo siguiente: concepción de los axiomas. Una de
y otros estaban muy próximos a Avi- "Dos cosas iguales a una tercera son estas orientaciones destaca la intui-
cena al respecto. Y, como lo ha mos- iguales entre sí", "El todo es mayor tividad y autoevidencia de los axio-
trado Gilson, aun la doctrina de Juan que la parte". (Elementos, I). Autores mas; la otra destaca su formalidad e
Duns Escoto, si bien no admite tal como Apolonio de Perga, apud Proclo) inclusive elude adscribir a ningún
distinción, no puede ser entendida intentaron, sin éxito, probar esos axioma el predicado 'es verdadero'.
adecuadamente —cuando menos en axiomas de Euclides. Al no Esta última orientación, usualmente
lo que toca a la cuestión del carácter conseguirlo se tendió cada vez más llamada formalista (en sentido am-
unívoco (VÉASE) del ser— sin con- a definir los axiomas mediante las plio), es la que más se ha impuesto
siderar la doctrina avicenista sobre dos notas ya antes apuntadas: pri- hoy día. En esta conexión se ha
la esencia como latiendo en su tras- mero, indemostrabilidad; segundo, hablado, especialmente desde Hubert,
fondo. evidencia. Las proposiciones que po- de la axiomatización de la matemática,
É. Gilson, "Les sources gréco-ara- dían ser demostradas y no eran evi- y en general de la axiomatización de
bes de l'augustinisme avicennisant", dentes se llamaron teoremas. Y las las ciencias. La axiomatización es
Archives d'histoire doctrinale et lit- que ni podían ser demostradas ni equivalente a la formalización y lo
téraire du moyen âge, IV (1930), 74- eran evidentes por sí mismas recibie- que hemos dicho sobre ésta puede,
107. — Íd., íd., Jean Duns Scot,
Introduction à ses positions fonda- ron el nombre de postulados (como por consiguiente, aplicarse a aquélla.
mentales, 1952. — R. de Vaux, O. P., el postulado de las paralelas). Esta Ahora bien, dentro de la misma con-
Notes et textes sur l'avicenisme latin terminología tradicional no ha perma- cepción formalista se han sostenido
aux confins des XIIe-XIIIe siècles, necido sin modificaciones. En efecto, diferentes puntos de vista. Algunos
1934 [Bibliothèque Thomiste, XX]. está basada en gran parte en una con- autores han interpretado los axiomas
— A.-M. Goichon, La philosophie cepción del axioma como una propo- en un sentido convencionalista o bien
d'Avicenne et son influence en Europe sición "evidente" y, por lo tanto, está pragmatista. Otros han usado para
médiévale, 1944, 2a ed., 1951,
págs. 92-3. teñida de un cierto "intuicionismo" su interpretación conceptos de ín-
AVIDYÀ. Véase MAYA. (en sentido psicológico) que no to- dole más "intuitiva", aunque sin re-
AXIOLOGÍA. Véase VALOR. dos los autores admiten. El cambio currir a la evidencia en sentido clá-
AXIOMA. Un significado origina- en la terminología se ha impuesto des- sico. Otros han tomado posiciones
rio del término "axioma" (a)ci)/wma) es de el momento en que se ha re- intermedias, según las cuales los axio-
dignidad. Por derivación 'axioma' sig- chazado que los axiomas fuesen no- mas tienen un carácter ideal-formal
nifica "lo que es digno de ser esti- ciones comunes y en que se ha visto que permite superponerlos a propo-
mado, creído o valorado". Así, en su que pueden elegirse diversos postu- siciones reales, pero sin que expresen
acepción más clásica el axioma equi- lados, cada uno de los cuales da el aspecto conceptual ( en sentido clá-
vale al principio que, por su dignidad origen a un distinto sistema deduc- sico) de estas proposiciones. Una
misma, es decir, por ocupar un cierto tivo. Ello ha producido un primer tesis sostenida con mucha frecuencia
lugar en un sistema de proposiciones, efecto: atenuar y hasta borrar por ha sido la que ha consistido en con-
debe ser estimado como verdadero. entero la distinción entre axioma y siderar los axiomas como cercanos a
En los An. post. (I, 2, 72 a 19 ss.), postulado ( VÉASE ). las hipótesis. Como señala Ferdinand
de Aristóteles, el término 'axioma' tie- A estos cambios han contribuido Gonseth, defensor de esta opinión,
sobre todo la matemática y la meta-
167
AXI AXI AYE
"el axioma de geometría, lo mismo las anticipaciones de la percepción ficación (v.), la separación completa
que el de lógica, eran considerados (véase ANTICIPACIÓN), analogías de entre enunciados lógicos (tautológi-
antaño como una verdad a la vez la experiencia (véase ANALOGÍA) y cos) y enunciados empíricos, la im-
indemostrable y necesaria. Hoy día postulados del pensamiento empíri- posibilidad de la metafísica (v.) por
no se vacila en tratar a los axiomas co en general (véase POSTULAD O ), constituir un conjunto de pseudo-pro-
de enunciados hipotéticos. Los pro- de acuerdo con la referencia de Kant posiciones, es decir, de enunciados
pios sistemas axiomáticos son defini- a la tabla de categorías y, en últi- que no pueden ser ni verificados
dos a veces como sistemas hipotéti-co- ma instancia, a la clasificación de los empíricamente ni incluidos dentro del
deductivos. Sin intentar hacer del juicios para toda dilucidación de la cálculo lógico y, finalmente, la nece-
axioma un enunciado arbitrario —lo analítica de los principios. sidad de reducir la filosofía al análi-
que sería llevar las cosas al absurdo— Referencias al concepto de axioma sis (v.). En la segunda edición de
a la axiomática se encuentran en
hay que admitir que el método axio-
mático nos ha restituido una cierta
L mayor parte de textos lógicos ci-
la mencionada obra, Ayer sometió al-
gunas de las citadas tesis a revisión.
tados en la bibliografía de LOGÍS - En particular sucedió esto con el prin-
libertad respecto al axioma: la liber- TICA. Además: D. Hubert, "Axioma-
tad de admitirlo, de rechazarlo, de cipio de verificación, que admitió no
tisches Denken", Mathematische An- solamente en un sentido "fuerte", si-
sustituirlo por otro enunciado, etc.". nalen, LXXVIII (trad. esp.: "El pen-
Con lo cual "si el axioma ha perdi- samiento axiomático", Revista mate- no también, y sobre todo, en un sen-
do algo de su necesidad respecto a mática hispanoamericana, I [1919], tido "débil", proporcionando, por con-
la hipótesis, ésta ha adquirido una 14-24). — F. Gonseth, Les mathèma- siguiente, un criterio más "liberal"
tiques et la réalité. Essai sur la mé- del mismo. Sometió asimismo a revi-
cierta realidad frente al axioma". thode axiomatique, 1936. — Íd., íd., sión su tesis de lo a priori (v.) como
Algunos pocos autores han distin- L'Edification axiomatique (t. III de puramente analítico-tautológico y, fi-
guido entre un aspecto analítico y La géométrie et le problème de l'es- nalmente, insistió en los problemas
un aspecto sintético de los axiomas. pace, 1937). — J. H. Woodger, The que plantea el conocimiento empíri-
En este último caso se ha declarado Axiomatic Method in Biology, 1937.
— J. Cavaillès, Méthode axiomati co. Estos últimos problemas le condu-
que los axiomas no tienen una pura jeron en su obra sobre las bases del
forma; poseen una cierta "materia" que et formalisme, 1938. — Hao
Wang, "Quelques notions d'axioma- conocimiento empírico a un examen a
y son llamados por ello "axiomas re- tique", Revue Philosophique de Lou- fondo de los datos de los sentidos
gionales". Esta concepción, de origen vain, LI (1953), 409-443. — R. (sense-data; véase PERCEPCIÓN ) con la
fenomenología), no es aceptada, sin Blanche, L'axiomatique, 1955. — J. conclusión de que no se trata de es-
embargo, por los que han seguido Hadamard y A. D. Alexandrov, Las tados mentales, pero tampoco de mo-
considerando la noción de axioma definiciones axiomáticas en las mate dificaciones de ninguna substancia, fí-
desde un punto de vista estrictamente máticas, 1956 (Suplementos del Se sica o biológica. Por el contrario, tales
lógico-formal. minario de problemas científicos y fi substancias —cosas materiales, con-
Kant ha llamado axiomas de la in- losóficos, N° 6, México). — Leon
Henkin y Patrick Suppes, eds., The ceptos mentales, etc.— deben ser en-
tuición a aquellos principios sintéti- Axiomatic Method, with Special Refe tendidas en función de los menciona-
cos del entendimiento puro corres- rence to Geometry and Physics, 1959 dos datos. Esto desemboca en una con-
pondientes a la categoría de canti- (Proceed. of Int. Symp. Univ. of Ca- cepción fenomenista (véase FENOME -
dad, y cuya fórmula general es la lif. Berkeley, 26-XII-1957-4-1-1958). NISMO) análoga a las posiciones neu-
siguiente: "Todas las intuiciones son — Arpad Szabó, "Was heisst der ma- tralistas de la filosofía a comienzos del
cantidades extensivas" (2 a ed. de la thematische Terminus aci)/wma ,Mai, siglo xx, pero apoyada en el análisis
Crítica de la razón pura) o "Todos XII (1960), 89-105. — Heinrich lógico y evitando tanto el realismo
Scholz, "Die Axiomatik der Alten", como el idealismo. Las influencias de
los fenómenos son, por su intuición, Blätter für deutsche Philosophie, IV
cantidades extensivas" (1 a ed.). Kant (1930-1931), 259-78, reimp. en la Hume se hacen patentes en el análisis
entiende por cantidad extensiva obra de Scholz, Mathesis universalis, en cuestión, especialmente en lo que
"aquella en la cual la representación Abhandlungen zur Philosophie als toca al problema de la causa ( VÉASE ).
de las partes hace posible la del to- strenger Wissenschaft, 1961, ed. H. Este problema es uno de los más con-
do". Tal condición de la representa- Hermès, F. Kambartel y J. Ritter, siderables para una teoría fenomenis-
ción se aplica tanto al espacio como págs. 27-44. — Evandro Agazzi, In- ta, pero Ayer señala que, no obstante
troduzione ai problemi dell'assiomati- las dificultades planteadas al respecto,
al tiempo, pues ninguna parte de un ca, 1962.
momento o de otro puede represen- el fenomenismo puede afrontarlo
AXIOMATISMO. Véase AXIOMA, mejor que ninguna otra doctrina. En su
tarse sin trazarse en el pensamiento MATEMÁTICA.
o reproducirse sucesivamente. El lección inaugural en Oxford sobre
AYER (ALFRED JULIUS) nac. "filosofía y lenguaje" Ayer considera
principio mencionado es un principio (1910) en Londres, profesor en la
trascendental de la ciencia matemá- que la filosofía oxoniense del "lenguaje
Universidad de Londres (1946-59) y corriente" no es, ni es deseable que
tica y mediante el mismo —dice en la de Oxford (desde 1960), de-
Kant— pueden aplicarse las mate- sea, una pura "filosofía lingüística",
fendió en su primera obra sobre el sino un análisis del lenguaje en tanto
máticas puras con toda precisión a lenguaje, la verdad y la lógica, las
los objetos de la experiencia. Los axio- que describe hechos. De no ser tal, la
tesis capitales del positivismo ( VÉASE) filosofía lingüística se convertiría en
mas de la intuición constituyen el o empirismo (v. ) lógicos, en parti- un fin en sí misma o, mejor, en un
primer grupo de principios del en- cular la doctrina estricta de la veri- medio que pretende-
tendimiento puro, a los que siguen
168
AZA AZA AZA
ría pasar por fin. Pues la filosofía se tar la noción democrítea de azar con la cable. Común al azar y a la suerte es
debe interesar en las "fotografías" y de ausencia de una causa eficiente el hecho de designar acontecimientos
no sólo en "el mecanismo de la cá- definida. (excepcionales) que tienen lugar
mara fotográfica". Por otro lado, la Esta última noción se debe a Aris- cuando se entrecruzan series causales
filosofía no debe ni tratar sólo de he- tóteles (Phys., II 5, 197 a 8: "Menes- independientes. Cuando una ardilla
chos, ni sólo de teorías, sino de los ter es que sean indefinidas las causas se come una mazorca se han cruzado
"rasgos arquitectónicos de nuestro sis- de lo que sucede por azar"). Pero dos series causales: la serie "vida y
tema conceptual" en tanto que este el Estagirita no se adhirió por ello a movimiento de la ardilla" y la serie
sistema pretende describir o explicar las ideas de Demócrito. Por el con- "crecimiento de la mazorca", produ-
hechos. Lo cual marca, como Ayer trario, las criticó por cuanto declaró ciéndose el acontecimiento excepcional
reconoce, un cierto "retorno a Kant", absurdo que el cielo —que obedece e inesperado (pero no inexplicable)
bien que a un Kant sin ninguna "an- a movimientos más regulares que nin- llamado azar. Cuando alguien se dirige
tropología a priori". guna de las cosas de la tierra— hu- al agora para marcar aceite y encuentra
Obras: Language, Truth, and Lo- biese sido producido por azar o fuese allí a alguien que le debía dinero y que
gic, 1936, 2a ed., 1946. — The Foun- algo en que suceden acontecimientos le paga, el dirigirse al agora es la causa
dations of Empirical Knowledge, 1940. azarosos. El azar es algo que tiene per accidens de la cancelación de la
— Philosophical Essays, 1954. — The lugar —cuando tiene lugar— en "las deuda. Dos series causales
Problem of Knowledge, 1956 (trad. cosas terrestres" y especialmente en independientes —A, que va al agora
esp.: El problema del conocimiento, los acontecimientos humanos. con un propósito, x; B, que va al
1962. — Privacy, 1960 (separata Bri- agora con un propósito, y, pero no
tish-Academy). — Philosophy and Aristóteles proporcionó el primer
análisis detallado del concepto de siendo ni χ ni y "cobrar una deuda" y
Language, 1961 (lección inaugural en
Oxford, 1960). — The Concept of a azar en la historia de la filosofía oc- "pagar una deuda" respectivamente—
Person and Other Essays, 1963. cidental. Después de examinar los se encuentran, produciéndose el
cuatro diferentes tipos de causas (ma- acontecimiento excepcional e
AZAR. Vincent Cioffari (op. cit. inesperado (pero no inexplicable) lla-
terial, formal, eficiente, final [véase
infra, págs. 1-5) hace observar que mado suerte o fortuna: el pago de la
CAUSA ], el Estagirita se pregunta
el verso de Dante: Demócrito che il deuda. Sin duda, hay mucho que de-
(Phys., II 4. 195 b 30 sigs.) si hay
mondo a caso pone (Inferno IV 136) batir en ambos casos. Del primer
otro tipo de "causa". Por lo pronto,
ha sido considerado por muchos ejemplo puede decirse que podría
parece haber otros dos tipos: el azar
autores como una errónea
(au(tomaton, traducido al latín por muy bien ocurrir que las ardillas co-
interpretación que el poeta dio a las
casus] y la suerte o fortuna ( tu/xh miesen normalmente mazorcas, por lo
doctrinas cosmológicas del ato-mista cual, de modo corriente, y no sólo
traducido al latín por fortuna). Ambos
griego. Apoyándose en la autoridad excepcional, se produciría la destruc-
tipos de "causas" se refieren a clases
de Eduard Zeller (Phil der ción de las mazorcas por las ardillas,
de acontecimientos que se distinguen
Griechen, 12a ed., I 789), algunos en cuyo caso faltaría el elemento de
de los ordinarios por un rasgo preemi-
historiadores de la filosofía han pues- excepcionalidad requerido. Del se-
nente: la excepcionalidad. Ni el azar
to de relieve que en la cosmología gundo ejemplo podría decirse que
ni la suerte tienen que ver con cosas
democriteana se afirma que el uni- aunque el propósito χ fuese "cobrar
que acontecen "siempre" o siquiera "la
verso se halla regido por el principio la deuda", podría haber un mucho
mayor parte de las veces". Pero el azar
de necesidad. Ahora bien, puede ver- de suerte en el haberla cobrado efec-
y la suerte son causas "reales", si
se en los autores antiguos (Aristóte- tivamente si B tuviese la tendencia a
bien expresan un tipo de causalidad
les, Phys., II 4; Cicerón, De natura no cancelar las deudas.
por accidente (causa per accidens).
deorum, I 24,66) que Demócrito ha-
Cuando un arquitecto de tez pálida El acontecimiento por suerte o for-
bía mantenido que la formación del
o con dotes musicales construye una tuna tiene una característica que no
cielo y de la tierra tiene lugar por un
casa, el arquitecto es la causa directa posee el acontecimiento por azar: el
azar o, como escribió Cicerón, "con-
(o una de las causas directas) de la que pudiendo ser el acontecimiento
cursu quodam fortuito". Puede, pues,
Construcción de la casa. Pero el tener objeto de un propósito, tenga lugar,
hacerse remontar la idea filosófica de
la tez pálida o el poseer dotes musi- cuando menos en una de las dos series
azar a los presocráticos. Algunos ma-
cales son sólo causas accidentales de causales, sin propósito. La suerte es
nifiestan que en Demócrito tal azar
tal construcción. El arquitecto es ne- mayor cuando el que va al agora para
se refiere únicamente a la "necesidad
cesario para la construcción de la casa, mercar aceite no tiene en aquel mo-
ciega", con lo cual terminan por iden-
pero no es menester a tal fin que mento el propósito de cobrar su deu-
tificar el concepto de azar con el de
tenga la tez pálida o posea dotes mu- da. Pero, una vez más, el hecho de
fortuna (por lo menos en tanto que
sicales. haberla cobrado no es inexplicable ni
este último es equiparado a las no-
La distinción entre azar y suerte co- misterioso. La suerte o fortuna —lo
ciones de hado o destino [ VÉASE ] ).
rresponde grosso modo a la distinción mismo que el azar— no son funda-
Esto equivale, además, a identificar
entre lo que sucede "accidentalmen- mentos irracionales de los aconteci-
el concepto de azar con el de com-
te" en los fenómenos naturales y lo mientos, sino, como ha escrito Aris-
pleta ausencia de finalidad. Cioffari,
que sucede "accidentalmente" en los tóteles, "privaciones": la suerte es una
por su lado, prefiere (apoyándose en
asuntos humanos. El que sea acciden- privación del arte, y el azar es una
el Estagirita y en varios comentaris-
tal excluye que sea necesario. Pero privación de la naturaleza (Met., Λ
tas: Simplicio, Proclo, etc.) interpre-
no implica que sea absurdo o inexpli- 3.1070 a 8). Es lo que expresa Santo
169
AZA AZA AZA
Tomás en su comentario al Estagiri- por el hado (véase CIOFFARI, op. cit. lógicas, junto al synechismo (afirma-
ta: "Fortuna et casus sunt quasi de- infra, pág. 45 [las expresiones entre ción de la continuidad) y el agapismo
fectus et privationes naturae et artis" corchetes son nuestras]). Nos hemos (afirmación de la evolución). Cournot
(In Met. Aristotelis comm.). referido a varias ideas sobre el Desti- ha mantenido una doctrina sobre el
Las ideas de Aristóteles antes des- no como fundamento de la fortuna o azar semejante a la aristotélica. Según
critas fueron discutidas (y, en su ma- suerte en el artículo sobre el primero Cournot, hay dos tipos de series
yor parte, aceptadas) por varios co- de dichos conceptos (véase también causales: las solidarias —que expresan
mentaristas antiguos (en particular PREDESTINACIÓN). Señalemos ahora el orden— y las independientes entre
por Simplicio). Pero un cierto número únicamente que con la introducción sí — que expresan el azar. — "Los
de autores tendieron a tratar la del aristotelismo en Occidente, las dis- acontecimientos producidos por la
cuestión del azar —y especialmente tinciones propuestas por el Estagirita combinación o la coincidencia de otros
de la suerte o fortuna— como idéntica, fueron nuevamente admitidas y ela- acontecimientos pertenecientes a series
o cuando menos similar, a la del boradas (por Alberto Magno y en independientes son los que se llaman
destino ( VÉASE ). Desde el punto de particular por Santo Tomás de Aqui- acontecimientos fortuitos o resultados
vista aristotélico, los conceptos de no, quienes emplearon las expresiones del azar" (Essai [Cfr. infra], t. I, pág.
azar, suerte y fortuna son no sólo dis- casus y fortuna antes introducidas). 51). Boutroux ha examinado el proble-
tintos del concepto de destino (o ha- Santo Tomás trató con detalle estas ma del azar en relación estrecha con
do), sino hasta opuestos a él: los pri- cuestiones en varios escritos; impor- la cuestión de la contingencia (VÉASE).
meros conceptos describen aconteci- tantes al respecto son los siguientes Según Borel, la necesidad y el deter-
mientos contingentes; el último (o úl- textos: Cont. Gent., I, 72, II, 92; III, minismo pueden ser afirmados de la
timos), acontecimientos supuestamente 72, 74, 86, 92; S. theol, I. CIII; II. realidad globalmente, pero no de las
predeterminados. Si se imagina que los II, XCV; In Met. Arist. comm., lec. realidades en particular; cuanto más
acontecimientos llamados "azarosos" iii; In Phys. Arist., comm. II. lect. 7. particular es una realidad, tanto más
son, en rigor, consecuencia de una El problema del azar, especialmente azarosa es. El azar puede tratarse me-
necesidad, a(na/gkh , pero de una en tanto que suerte o fortuna, fue diante leyes estadísticas que tienden
necesidad "pre-dicha" o "pre-estable- ampliamente tratado durante el Re- a convertirse, pero sin jamás lograrlo,
cida" mediante una cierta fuerza (per- nacimiento (por ejemplo, por Marsilio en "leyes absolutas". Borel indica que
sonal o impersonal), el azar (o, me- Ficino) tanto en textos filosóficos co- las leyes deterministas expresan "el
jor, la suerte o fortuna) será equiva- mo literarios. Una nueva identifica- estado más probable". Para François
lente al destino, ei(marme/nh, fatum. El ción de los conceptos de suerte o for- Meyer (Cfr. infra), el universo en esta-
destino será la "suerte" que le toque tuna y destino se abrió paso, apoyán- do corpuscular, que obedece a leyes
a cada cual (y hasta a cada "cosa") dose en "tradiciones populares", en estadísticas de la mecánica cuántica,
en un encadenamiento universal pre- los estoicos y en ciertas especulacio- representa "el estado de menor pro-
sentado con frecuencia popularmente nes antropológico-cosmológicas. En la babilidad"; el universo "formado" re-
en la imagen de la rueda cósmica ("la medida en que dominó, durante la presenta "el estado de mayor pro-
rueda de la Fortuna"). Estas ideas úl- época moderna, la idea de un enca- babilidad".
timas coincidían con ciertas concep- denamiento causal estricto (cuando Actualmente se tiende a examinar la
ciones "populares" y a la vez se ha- menos en los procesos naturales), los cuestión del azar en términos de pro-
llaban vinculadas a diversas represen- filósofos modernos mostraron escasa babilidad. Nos hemos referido al asun-
taciones metafísico-cosmológicas de inclinación a ocuparse del problema to en diversos artículos (véase espe-
las que hallamos ejemplos en los ór- nuevamente. Mas a partir del siglo cialmente INCERTIDUMBRE [PRINCIPIO
ficos y en Platón (donde la suerte o XIX abundaron los análisis sobre el DE ] y PROBABILIDAD). El problema de
fortuna, ty/xh aparece a veces ligada a concepto de azar. Opiniones manteni- la intención o falta de intención en
la "oportunidad", kairo/j [Leg.,709 das al respecto han sido las siguientes: el azar —que había desempeñado un
B], y en parte en los estoicos. "La (2) Hay efectivamente azar en toda la papel tan importante en el pensamiento
confusión de la Fortuna con el Des- realidad, tanto la natural como la so- antiguo y en el medieval— no ocupa
tino [Hado], siempre a punto de emer- cial o histórica; (2) No hay azar en la hoy día por lo común la atención de
ger no bien establecida la oposición Naturaleza, pero lo hay en la histo- los filósofos. Sin embargo, el análisis
entre ambas, debía de ser destacada ria; (3) El azar no existe más que de la noción de azar por Bergson tiene
por los estoicos como algo de hecho, como un concepto; se mantiene que muy en cuenta el citado problema.
si no de derecho. La [idea de] tras- hay azar sólo porque se desconocen Según Bergson, la idea de azar
cendencia [defendida, entre otros au- algunos elementos en el encadena- oscila entre la idea de causa eficiente y
tores, por Platón] había conseguido miento riguroso y universal de todos la de causa final sin detenerse nunca
mantener las ideas aparte, si no para los fenómenos. en ninguna de ellas. El azar no es un
Dios, cuando menos para el hombre. Entre los que han defendido la teo- orden, sino la idea que tenemos de
Pero en la concepción estoica de la ría de que hay realmente azar men- una situación y, por lo tanto, no
causalidad como algo inmanente y ne- cionamos a Peirce, Cournot, Boutroux, puede entenderse sin mezclar a la
cesario ello no era ya posible. La Emile Borel y François Meyer. Se- idea de lo azaroso nuestra actitud
Fortuna podía ser para los estoicos a gún Peirce, el azar (chance) es un expectante. De ahí ciertas confusiones
lo sumo un elemento subjetivo, una principio real. Peirce considera el en el examen de la noción de azar.
comprensión deficiente o incompleta tychismo (afirmación del azar) como Algunos califican de azaroso a lo que
de la concatenación causal producida una de las grandes categorías cosmo- se opone a la intención cuan-
170
AZA AZA AZA
do la idea de azar es sólo "una inten- and Fate from Democritus to Thomas Lasson, Über den Zufall, 2a ed., 1918.
ción vaciada de su contenido", un he- Equinas, 1935 (tesis) [otras obras del — G. Just, Begriff und Bedeutung des
cho que solamente adquiere sentido mismo autor: The conception of For- Zufalls im organischen Geschehen,
tune and Fate in the Works of Dante, 1925. — E. Stern, Zufall und Schick-
por su referencia al hombre. El azar 1940; Fortune in Dante's Fourteenth sal, 1926. — G. E. Spaulding, A
no se opone a la intención, sino a la Century Commentators, 1944 — am- World of Chance, or Whence, Whi-
inversa: azar e intención son dos as- bas, monografías]. — Para Peirce; ther, and Why, 1936. — J. Segond,
pectos de una misma realidad, opuesta "The Doctrine of Chances", Popular Hasard et contingence, 1938. — Ri
a lo mecánico. Si se cree, por ejemplo, Science Monthly (Marzo, 1878), chard Hertz, Chance and Symbol,
reimp. en Chance, Love, and Logic, 1948. — Max Born, Natural Philoso-
que todos los hechos abrigan una phy of Cause and Chanc e, 1949
intención, el azar queda aparentemen- 1923, ed. M. R. Cohén, págs. 61-81.
— Para Augustin Cournot: Essai sur [Waynflete Lectures. Oxford, 1948].
te eliminado. Pero cuando se exami- les fondements de la connaissance et — Pius Servien, Hasard et probabi
na la cuestión con cuidado se descu- sur les caractères de la critique philo- lités, 1949. — Íd., íd., Science et
bre que el azar es la intención pura- sophique, 2 vols., 1951 (también: hasard, 1952. — Wilhelm von Scholz,
mente formal. Si así no ocurriese, todo Exposition de la théorie des chances Der Zufall und das Schicksal, 1959.
podría explicarse mecánicamente. La et des probabilités, 1843). Sobre — Las obras anteriores tratan de la
cuestión del azar usualmente desde un
paradójica identificación de lo inten- Cournot: A. Darbon, Le concept du punto de vista filosófico general, pero
cional con lo azaroso se debe a que hasard dans la philosophie de C., algunas de ellas tienen en cuenta di
ambos son resultado de una expecta- 1911, y Jean de la Harpe, Du ordre cha cuestión desde el punto de vista
et du hasard. Le réalisme critique científico, y en particular consideran
ción. d'A. C., 1936. — Para E. Borel: Le
D. Sztejnbarg (op. cit. infra) indi- do la noción de probabilidad. La
hasard, 1932 (trad. esp.: El azar, obra de A. W. Bankin, Choice and
ca que hay cuatro grupos de signifi- 1948). — Para F. Meyer: L'accéléra Chance. A Libertarian Analysis, 1960,
cación del término "azar": (1) Sig- tion évolutive, 1947 y Problématique tiene presente sobre todo la cuestión
nificaciones relacionadas directa o in- de l'évolution, 1954. — Para Bergson: del azar en relación con la elección en
directamente con el concepto de causa L'évolution créatrice, 1907, Cap. III. tre varias decisiones posibles. Hay que
o el de ley natural; (2) Significaciones — Para D. Sztejnbarg: "Analiza pro- completar la bibliografía indicada con
jccia przypadku. Przyczinek do stow- varias de las obras mencionadas en
definidas en función del concepto de nika filozoficznego", en Fragmenty fi- otros artículos, tales como CAUSA,
probabilidad o de dependencia lozoficzne, 1934, págs. 167-79; resu CONTINGENCIA, DETERMINISMO , IN -
estadística; (3) Significaciones que men por el autor en Studia philoso- CERTIDUMBRE ( PRINCIPIO DE), INDUC-
oponen el azar a la finalidad — phica, I (1935), 486-7. — Otras obras CIÓN, LIBERTAD, PROBABILIDAD). —
siendo también variable la signifi- sobre el problema: W. Wildelband, Para obras históricas (además de V.
cación de este último concepto; (4) Die Lehre vom Zufall, 1870. — John Cioffari, supra), véase Curt Leo von
Significaciones que oponen lo fortuito Venn, The Logic of Chance, 1876. — Peter, Das Problem de Zufalls in der
Léon Olle-Laprune, Le hasard, sa loi griechischen Philosophie, 1910. — M.
a lo "esencial". et ses conséquences dans les sciences Julienne Junkersfeld, The Aristotelian-
Las referencias a Aristóteles, Pla- et la philosophie, 1906. — Timerding, Thomistic Concept of Chance, 1945.
tón, Santo Tomás, etc., en el texto. — Die Analyse des Zufalls, 1915. — A.
El libro de V. Cioffari es: Fortune

171
Β
Β. Véase A. (5.) idealismo romántico—, Baader sub- cluida en el vol. XV, así como de un
BAADER (FRANZ XAVER VON) raya siempre la diferencia entre el escrito titulado Spekulative Entwick-
(1765-1841), nacido en Munich, fue Creador y lo creado. El saber es una lung der ewigen Selbsterzeugung Got-
profesor de Dogmática católica en la con-sapiencia, porque toda razón hu- tes (Evolución especulativa de la eter-
misma ciudad (1826-1840). Influido mana es una participación en la razón na auto generación de Dios), 1835. —
principalmente por la mística de Böh- divina, pero no porque el hombre y Para la vida de B.: Josef Siegl, F. υ.
me, así como por el idealismo románti- el mundo sean formas en la evolución Β. Ein Bild seines Lebens und Wir-
co —a algunos de cuyos resultados dio de la divinidad. Baader intenta so- kens, 1957. — Para la obra: Hamber-
un giro "teosófico"—, Baader desarro- lucionar el conflicto que plantea la ger, Die Kardinalpunkte der Baader-
lló una metafísica en la cual el alma, doctrina de lo creado como desen- schen Philosophie, 1855. — Baumann,
espejo de la divinidad, era considerada volvimiento de Dios y la doctrina que Kurke Darstellung der Philosophie
como el camino que conduce directa- admite una creación libre; contra toda Franz Baaders, 1878. — Para las obras
mente hasta la contemplación de ésta. afirmación de un mundo "des- más recientes véase sobre todo: David
Relacionado con Schelling, sobre cu- arrollado" al modo hegeliano, Baa- Baumgardt, Franz von Baader und
ya filosofía natural ejerció a su vez der sostiene enérgicamente la liber- die philosophische Romantik, 1927, y
no poca influencia, vio en la filosofía tad de la creación, libertad a la cual Eugène Susini, Franz von Baader ct le
natural especulativa la expresión más se llega sólo cuando, situándose más romantisme mystique, 2 vols., 1942. —
perfecta de una imagen orgánica del allá de todo intelectualismo, se des- Edición de Lettres inédites de Franz
universo, opuesta al mecanicismo ato- cubre el primado en lo divino de la von Baader, por E. Susini, I, 1942;
mista. Esta misma tendencia se re- II, III, 1951. — Para el diario de
voluntad — de una voluntad "espiri-
vela en sus obras sobre la filosofía Baader, V.: Seele und Welt. Franz
tual", porque debe distinguirse de Baaders Jugendtagebücher 1786-
del Derecho y del Estado. Baader toda materia, que no es sino caída 1792, ed. por D. Baumgardt, 1927.
defiende el Estado cristiano como el y degeneración de la criatura. La rea- BACON (FRANCIS) (1561-1626),
único Estado universal que hace po- lidad propiamente dicha es para Baa- nac. en Londres, estudió en Cam-
sible la conciliación de todos los con- der sólo el reino de los espíritus; tiem- bridge, ejerció varios cargos (como
trarios y anula la degeneración del po y materia han de ser negados el de abogado de la Corona y el de
Estado moderno, que al pretender para dar lugar a la sola existencia del Fiscal general), fue nombrado Lord
desvincularse de su relación con Dios, reino espiritual. Canciller y Barón de Verulamio en
conduce a que cada uno de sus com- Obras: Beiträge zur Elementarphy- 1618 y Vizconde de St. Albans en
ponentes se crea a su vez un miembro siologie, 1796 (Contribuciones a la 1621. Acusado de concusión, fue juz-
absoluto e independiente de la fisiología elemental). — Ueber das gado y encarcelado por un tiempo
sociedad. Pero este combate de Baader phythagorische Quadrat in der Na-
tur, 1798 (Sobre el cuadrado pitagó- hasta que se le rehabilitó. Conside-
contra el estado "autónomo" es una rado por algunos como el fundador
consecuencia de su oposición a toda rico en la Naturaleza). — Beitrage
zur dynamischen Philosophie, 1809 de la filosofía moderna, es visto por
"autonomía" del hombre, especialmen- (Contribuciones a la filosofía diná- otros como un pensador esencial-
te en el sentido de la autonomía moral mica). — Ueber den Blitz als Vater mente "renacentista" y aun en algu-
kantiana. El hombre es fundamen- des Lichts, 1815 (Sobre el rayo co- nos respectos inmerso en formas de
talmente un ser dependiente, mas de mo origen de la luz). — Ueber den pensar medievales. La primera opi-
una dependencia que no anula total- Urternar, 1816 (Sobre el prototerna- nión se basa en su propuesta de re-
mente su voluntad, sino que la hace rio). — Ueber den Begriff der Zeit, forma de las ciencias; la segunda, en
en cierto modo partícipe de la volun- 1818 (Sobre el concepto de tiempo). su uso de ciertas nociones —como
tad divina. Tal participación no es, —Fermenta cognitionis, 4 vols., 1822- la de forma— que, aunque en sen-
por otro lado, sólo una participación 1824. — Vorlesungen über Societäts- tido distinto del aristotélico, pertene-
philosophie, 1832 (Lecciones sobre la cen más bien a la tradición que al
en el querer, sino asimismo una par- filosofía de la sociedad). — Vorlesun-
ticipación en el saber. El saber es así, gen über spekulative Dogmatik, 5 pensamiento "moderno". Esta última
como Baader afirma explícitamente, fasc., 1827-1838 (Lecciones sobre la opinión es reforzada con la adverten-
con-sapiencia. Lo cual no significa ni dogmática especulativa). — Edición cia de que, no obstante sus pretensio-
mucho menos que pensar y querer di- de obras: Samtliche Werke, 16 vols., nes de modernidad, el pensamiento
vino y humano sean lo mismo; contra 1851-1860, editadas por J. Hoffmann de Bacon se desarrolló con indepen-
toda forma posible de panteísmo — (discípulo del filósofo), Hamberger et dencia de las corrientes que daban
tan frecuentemente insinuada en el al.; reimp. en 1962; Hoffmann es au- origen en la misma época a la cien-
tor de una biografía de Baader, in- cia natural matemática.
172
BAC BAC BAC
En todo caso, había en Bacon la transforman mediante un poder pro- se aplica a tales fenómenos y, en caso
pretensión de proporcionar un nue- pio. Solamente de este modo se con- afirmativo, se convierte en un prin-
vo Organon ( VÉASE ) o instrumento seguirá una filosofía natural pura, li- cipio que explica lo que los fenóme-
que sustituyera al viejo Organon bre de las corrupciones de la lógica nos particulares son en su esencia. La
aristotélico, incapaz, a su entender, aristotélica y de la teología natural inducción baconiana, en cambio, se
de servir de fundamento a las cien- platónica. El método adecuado para basa en una exclusión, es decir, en
cias y en particular incapaz de servir obtenerla es el paso de los particula- una generalización, por la cual se
de método de descubrimiento. A tal res a los "axiomas menores", de ellos establecen afirmaciones sobre todas
fin Bacon procedió a criticar la a los "axiomas medios" y, finalmente, las entidades de una clase a base
sabiduría antigua y tradicional —que de éstos a las proposiciones más ge- de un número de ejemplos previa-
consideró como expresando la juven- nerales. Debe ser un paso sucesivo y mente cribados. Ejemplo del método
tud y no la madurez del saber hu- no interrumpido, para que no se in- de Bacon es la determinación de la
mano—; tal sabiduría, argüyó Ba- terponga en él ningún razonamiento esencia o forma del calor; después
con, conduce a una vana especula- vacío y para que haya siempre en de señalar un cierto número de ca-
ción sobre cosas invisibles en vez de el proceder científico una suficiente sos en los que aparece el calor, otros
proporcionar verdades basadas en he- cautela. Se trata de una cautela que en los cuales no aparece y otros en
chos. Estas verdades solamente pue- se aproxima al escepticismo, pero que los cuales varía, Bacon llega a defi-
den conseguirse cuando el hombre no se confunde con él, pues mien- nirlo como un movimiento expansivo
se reconoce como un sirviente e in- tras los escépticos proponían una que surge de abajo hacia arriba y
térprete de la Naturaleza, cuando el suspensión o acatalepsia, Bacon pro- afecta a las más pequeñas partículas
poder humano es identificado con el pone una eucatalepsia o acopio de de los cuerpos. Con esto Bacon pre-
conocimiento humano y cuando las medios para entender verdaderamente tendió establecer los fundamentos de
artes mecánicas son aceptadas como la realidad, es decir, para propor- un nuevo método y aun de una nue-
el fundamento de la nueva filosofía. cionar a los sentidos la guía —no va filosofía —bien que no, como afir-
La verdad no depende, según Bacon, la imposición o la supresión— del en- ma, de una secta filosófica—: es lo
de ningún razonamiento silogístico, tendimiento. que se llamó durante mucho tiempo
el cual es meramente formal; depende Una vez librados de los falsos ído- la "nueva filosofía" o "filosofía ex-
del experimento y de la experiencia los (véase ÍDOLO) y comprendida la perimental".
guiada por el razonamiento inductivo. función rectora del entendimiento, es Bacon llamó a su obra capital la
Ahora bien, antes de precisar en qué necesario sentar las reglas mediante Instauratio magna. Una parte de ella
consiste tal razonamiento, Bacon las cuales se obtienen las formas. fue el Novum Organum scientiarum
considera necesario combatir los Éstas no son esencias eternas e in- (1620). Su última parte es la Sylva
falsos supuestos y en particular los mutables (de las cuales se ocupa la Sylvarum (ed. en 1627) o conjunto
ídolos, que obstruyen el camino de la metafísica): son causas eficientes, de materiales para la filosofía natu-
ral. El De dignitate et augmentis
verdadera ciencia. Así, en vez de las procesos latentes y configuraciones scientiarum (1623) se publicó an-
anticipaciones (VÉASE) de la latentes, objeto de la física. Tales re- tes (1605) en inglés con el título
Naturaleza (fundada en opiniones y en glas se reducen a dos tipos: la cons- The Two Books on the Proficience
dogmas), Bacon propone la titución o "educción" de axiomas a and Advancement of Learning. Ade-
interpretación de la Naturaleza, la base de la experiencia, y la deriva- más de estos escritos se deben a Bacon
cual es "una razón obtenida de los he- ción de nuevos experimentos a base los Essays Moral, Economical and
chos por medio de procedimientos me- de axiomas. Bacon trata con detalle Political (1597) y la New Atlan-tis
tódicos" (Novum Organum, I, xxvi). sobre todo el primer tipo de reglas. (ed. 1627), una utopía científica en
El hombre de ciencia verdadero debe Tres distintas actividades, correspon- la cual se profetizaban inventos.
Escritos diversos fueron editados des-
ser un guía, y no un juez. Bacon dientes a tres facultades, concurren pués de la muerte de Bacon; tales
reconoce que sus proposiciones no al mismo propósito: la formación de Certain Miscellany Works (1629),
son de fácil comprensión, pues los una historia natural y experimental, Scripta in philosophia naturali et uni·
hombres suelen comprender lo nuevo realizada por los sentidos; la forma- versali (1653), Resuscitatio (1657),
sólo por referencia a lo viejo (ibíd., ción de tablas (de esencia y presen- Opusculo philosophica (1658). Edicio-
I, xxxiv). Por este motivo, hay que cia, de desviación o de ausencia en nes de obras: William Rawley (Ams-
usar a veces de comparaciones que proximidad, de grados o de compara- terdam, 1663, reimp. Frankfurt a. M.,
permitan hacerse una idea aproximada ción) y disposición de ejemplos, rea- 1665); Mallet (London, 1740, 1765);
del nuevo método. Una de tales lizada por la memoria, y el uso de Montague (London, 1825-1834), H.
G. Bohn (London, 1846). La ed.
comparaciones —la más célebre de la inducción (verdadera y legítima) más completa es la de James Spedding,
ellas— es la que Bacon introduce en mediante el entendimiento o razón. R. L. Ellis y D. D. Heath: Works, 14
el aforismo xcv del libro I del citado Esta última actividad es especialmen- vols. (London, 1857-74; reimp., 1962;
Novum Organum: los hombres de te importante; como dice Bacon, es Vols. I-VII contienen las obras en
experimento son como hormigas que "la llave de la interpretación". Mas idioma original y en trad. ingl.; Vols.
solamente recogen; los razonadores para ejercerla propiamente es menes- VIII-XIV contienen The Letters and
son como arañas que lo extraen todo ter no confundirla con la inducción the Life of Francis Bacon, por James
de su propia substancia; los verdade- clásica, en la cual se empieza con el Spedding). Reimp., 1961 y sigs. Ed.
ros filósofos deben ser como las abe- examen de fenómenos particulares, se de obras filosóficas a base de la ed.
anterior: Philosophical Works, por J.
jas, que recogen materiales, pero los busca una hipótesis, se comprueba si M. Robertson (London, 1905; incluye
173
BAC BAC BAC
la primera biografía de F. B., por Wi- las causas d e los errores, d e las superioridad d e la fe y del saber de
lliam Rawley). — Ediciones de obras relaciones entre filosofía y teología, las cosas divinas, conseguido por la
latinas: 1666, 1684, 1Θ94, 1765. — del len guaje, matemáticas, teoría de influencia del entendimiento agente,
Trad. esp. del Novum Organum, por la perspectiva, conocimiento experi- que derrama sobre nuestras almas un
C. H. Balmori, con estudio preliminar
("Significación y contenido del No- mental y ética. Le sigu ió el Opus conocimiento que ellas son incapaces
vum Organum") y notas por R. Fron- minus, que es un comp lemento del de conseguir por sí mismas, semejante
dizi, 1949. — Trad. esp. de Ensayos Opus maius y que contiene, además superioridad significa una eliminación
sobre moral y política (1946). — Bio- de n uevas id eas sobre la teología y de la excesiva autoridad humana.
grafías: Fulton H. Anderson, F. B.: su relación con la filosofía y la cien- Aprender por la propia experien cia
His Career and His Thought, 1962. — cia, una exposición de la alquimia. n o es n egar la fe, sin o tod o lo
Catherine D. Bowen, F. B.: The Tem- Finalmente, el Opus tertium, dirigido contrario: destruir el velo que se
per of a Man, 1963. — Bibliografía:
R. W. Gibson, F. B. A Bibliography asimismo a Clemente IV para interpone entre lo que el alma, auxi-
of His Works and of Baconiana to the con ven cerlo d e sus id eas e impu l- liada por la gracia divina, es capaz de
Year 1750, 1950; Suplement, 1959. — sarlo a imponerlas, resume el con- hacer y lo qu e efectivamente hace
Vida: J. G. Crowther, F. B., 1960.— tenid o d e los dos anteriores y agrega bajo la superstición de las autorida-
Obra: K. Fischer, F. Baco von Veru- nuevas consideraciones. Aun qu e es des. De ahí el tránsito a la experien-
lam und seine Nachfolger, 1856. — fundamental en Rogelio Bacon la idea cia en el conocimiento de la Natura-
Ch. de Rémusat, B., sa vie, son temps, que se hace del conocimiento y de leza, a la explicación matemática de
sa philosophie et son influence jusqu'à
nos jours, 1857 (trad. esp.: Bacon, los métodos de conseguirlo, así como los fenómenos: Roberto Grosseteste
1944). — J. Spedding, Account of the la insistencia en la experiencia y en la ( VÉ ASE ) y Pedro d e Maricourt (Pe-
Life and Times of F. B., 2 vols., 1879. man ipu lación de la Naturaleza a qu e tras Peregrinus: fl. 1269) le enseñaron
— F. Heussler, F. B. und seine ge- n os referiremos lu ego, deb e ten erse a valerse de la una y de la otra. Expe-
schichtliche Stellung, 1889. — Ch. en cuenta qu e la intención prin cipal riencia que hay que entender en un
Adam, La philosophie de F. B., 1890. de las men cionadas obras y de la sentido amplio: internamente, como
— G. L. Fonsegrive, F. B., 18 93. — mayor parte de las otras redactadas paso a la mística; externamente, co-
E. Liljequist, Om F. Bacons filosofi, mo método de conocimiento de la
1893-1894. — C. W. Steeves, F. B. A por el autor ( VÉ ASE la bibliografía)
Sketch of His Life, Works, 1909. — consiste en una propuesta de realidad natural. Este conocimiento es
A. Levi, Il pensiero di F. Bacone reorganización de la sociedad a base el único que puede proporcionar re-
considerato in relazione con la filo de colocar como fundamento de ella sultados positivos en el trato directo
sofía della natura del Rinascimento la sabiduría cristiana. Las dificultades con la Naturaleza. "La autoridad no
e col razionalismo cartesiano, 1925. principales que se oponen a tal da el saber, sino sólo la credulidad...
— C. D. Broad, The Philosophy of reorganización —la secularización de el razonamiento no puede distinguir
F. B., 1926. — W. Frost, B. und die la sociedad cristiana y la existencia entre el sofisma y la demostración, a
Naturphilosophie, 1927. — M. Heitz- de los infieles— pueden solucionarse menos que efectúe la conclusión por
mann, Geneza i rozwój filosofii F.
Bacona, 1929. — F. H. Anderson, de varios modos. Ante todo, con el medio de la experiencia... Hay dos
The Philosophy of F. B., 1948 (an restablecimiento del Derecho modos de conocer: por argumento y
tología con notas y comentarios). — canónico y la orientación hacia los por experimento; el argumento con-
P. M. Schuhl, Pour connaître la pen bienes espirituales; luego, con el cluye y nos hace concluir la cuestión,
sée de B., 1949. — B. Farrington, empleo de la filosofía para conven cer pero no elimina la duda." Sin embar-
F. B.: Philosopher of Industrial a los fieles d e otras religiones, de la go, la noción de la experiencia en Ro-
Science, 1951. — Paolo Rossi, Fran verdad cristiana; finalmente, con el gelio Bacon no es idéntica a la susten-
cesco Bacone. Dalla magia alla scien-
za, 1957. uso de la fuerza para exterminar a los tada por la modernidad, no sólo en
irreductibles (principalmente, los virtud de los motivos apuntados, sino
BACON (ROGELIO) (1214-1294),
musulmanes). Para conseguir lo último también porque experimentar es para
llamado doctor mirabilis, nac. en los
es necesario el estudio de la el maestro de Oxford poseer la
alrededores de Ilchester, en el Dor-
Naturaleza y el desarrollo hasta lo técnica que permita utilizar las fuer-
setshire, estudió en Oxford bajo el
máximo de las técnicas, que se zas de la Naturaleza. De ahí la ima-
magisterio de Roberto Grosseteste, cu-
convierten para Rogelio Bacon no en gen del universo concebido como un
yas investigaciones sobre la luz re-
un fin en sí —como algunos intérpretes conjunto de fuerzas ocultas y mági-
presentaban una primera aplicación
suponen—, sino en un medio, entre cas, que el sabio debe estudiar y po-
del método matemático a toda cien-
otros, para el restablecimiento y der desencadenar voluntariamente.
cia d e la Natu raleza. Tras amp liar
expansión de una verdadera Bacon se ocupó también de proble-
sus estudios en París regresó a Ox-
república cristiana. mas de ingeniería y construcción, e
ford, donde profesó. Perteneciente a
La obra filosófica de Rogelio Ba- imaginó en su tratado De mirabili
la Orden de los franciscanos, fue per-
con no es, por lo demás, como a ve- potestate artis et naturae maravillo-
seguido en varias ocasiones y con-
ces se sostiene, opuesta a la escolás- sos artefactos mecánicos que profe-
denado en 1278 a ser enclaustrado.
tica; representa más bien un giro tizaba para el porvenir o que inclu-
An t es d e ello y bajo el p ontificad o
d istinto d ad o a ella, p ero u n giro sive afirmaba haber visto o ser capaz
de su amigo Gu y le Gros (Clemente
qu e, p or d ivers os m ot ivo s, coin- de construir.
IV, 1265-1268) redactó a su intención Edición del Opus maius por Brid-
el Opus maius (1267), comp u esto d e cide con la posterior exigencia mo-
derna de la experiencia en el trata- ges, 2 vols., Oxford, 1897 (hay un
siete partes, qu e tratan de vol. III con revision es y correccio-
miento de la Naturaleza. Si hay una
174
BAC BAC BAC
nes, Londres, 1900). Edición del dell'"Opus maius", 1955. — Erich quatuor libros Sententiarum, ed. en
Opus minus y del Opus tertium por J Heck, fi. B. Ein mittelalterlicher Ver- Milán (1510), París (1518), Vene-
S. Brewer en R. Bacon, Opera inedita, such einer historischen und systemati- cia (1527), Madrid (1754). Escribió
1859. Se deben, ademas, a Rogelio schen Religionswissenschaft, 1957 también varias Quaestiones quodlibe-
Bacon un Speculum astronomiae, un [Abhandlungen zur Philosophie, Psy- tales (ed. con los Commentaria, Cre-
Compendium studii philosophiae chologie und Pädagogik, 13]. — Fran- mona, 1618), un Compendium legis
(editado en las Opera inédita, de T. S. co Alessio, Mito e scienza in R. B., Christi cum quodlibetis (Venecia,
Brewer, 1859; se trata de un frag- 1957. 1527) y algunos comentarios a Aris-
mento de la parte I del Scriptum BACONTHORP (JUAN) (Johan- tóteles. — Véase B. M. Xiberta, O.
principale, que Bacon se proponía C., "Le thomisme de l'École Carmé-
nes Baco) (t ca. 1348), nacido en el litaine", Mélanges Mandonnet, vol. I
redactar como texto que comprendía Condado de Norfolk (Inglaterra), es-
el conjunto de las tres Opera), un (1930), págs. 441-48. — Íd., íd., De
escrito titulado Communia Natura- tudió en Oxford y en París (con Gui- scriptoribus scholasticis saeculi XIV ex
lium (fragmento de la parte IV del do de Terrena). Miembro de la Orden Ordine Carmelitarum, 1931, págs.
citado Scriptum principale), un tra- carmelitana, fue provincial de la Or- 167-240 [Bibliothèque de la Revue
tado De multiplicatione Specierum, den en Inglaterra desde 1327 hasta d'Histoire ecclésiastique, 6). — P. Cri-
un Compendium studii theologiae aproximadamente 1333. Juan Bacon- sógono de Jesús Sacramentado, "Maî-
(editado por Rashdall, en Brit. Soc. tre Jean Baconthorp. Les sources, la
thorp enseñó en Cambridge y en Ox- doctrine, les disciples", Revue neo-
of Franciscan Studies, vol. III, 1911), ford, siendo llamado doctor resolutus. scolastique de philosophie, XXXIV
un Secretum secretorum (cum glossis Durante un tiempo se llamó a (1932), 341-65. — Κ. Lynch, "De
et notulis Fratris Rogeri), las Quaes- Juan Baconthorp Princeps Averroïsta- distinctione intentionali apud Ioan.
tiones super libros I-V Physicorum Bac.", Analecta Ord. Carm., 1932,
Aristotelis y las Quaestiones supra rum, considerándosele como uno de
los más eminentes representantes del págs. 351-404. — Nilo di S. Bricardo,
undecimum primae philosophiae Aris- "Il profilo storico di G.B.", Epheme-
totelis (Met., Λ). — En la edición llamado "segundo averroísmo". Esta rides Carmeliticae, 1948, págs. 431-
de obras ( Opera hactenus inedita fra- opinión es infundada o, mejor dicho, 543.
tris Rogeri Baconis, 16 vols., 1905- se funda sólo en el hecho de que Juan BACHELARD (GASTON) (1884-
1940, por Robert Steele, F. M. Delor- Baconthorp citó e interpretó abun-
me et al. se incluye el llamado Com- 1962) nac. en Bar-sur-Aube (Cham-
dantemente textos de Averroes. En ri- pagne, Francia), profesor en la Sorbo-
potus Fratris Rogeris (vol. VI ), redac- gor, Juan Baconthorp se opuso a
tado por Egidio de Lessines. — Ed. de na, ha trabajado especialmente en el
Àverroes y a los averroístas latinos en campo de la filosofía de las ciencias
Philosophia moralis, por E. Massa, todas las doctrinas fundamentales, y
1953. — Véase E. Charles, H. Bacon: naturales — sobre todo de la física. En
sa vie, ses ouvrages, ses doctrines, especialmente en la tesis del intelecto oposición al sustancialismo de muchas
1861. — Robert Adamson, Roger Ba- activo. Filosóficamente, Juan Bacon- teorías contemporáneas, Bachelard
con: the Philosophy of Science in the thorp se caracterizó por la adopción insiste en el carácter extraordinaria-
XIIIth Century, 1876. — C. Pohl, Das de ciertas posiciones intermedias. Así, mente complejo de las teorías cien-
Verhaltnis der Philosophie zur Theolo- por ejemplo, en la cuestión de la dis-
gie bei R. Bacon, 1893. — H. Long- tíficas. Este carácter se advierte tan
tinción entre la esencia y la existencia pronto como examinamos algunas de
well, The Theory of Mind in R. Ba- intentó mediar entre Santo Tomás y
con, 1908. — H. Hôver, Roger Ba- las grandes tendencias; por ejemplo,
los nominalistas manifestando que la el atomismo o el determinismo
cons Hylemorphismus als Grundlage
seiner philosophischen Anschauung, diferencia entre esencia y existencia ( VÉANSE) . Esta complejidad refleja
1912. — Otto Keicher, Der Intellec- es no de las cosas, sino real, es decir, el reconocimiento de la complejidad
tus Agens bei fi. Bacon., 1913. — "según diversos grados de ser", se- de lo real y obliga al filósofo de la
A. G. Little, Roger Bacon, Essays cundum diversos grados essendi. En ciencia a rechazar las simplificaciones
contributed bu Various Writers, 1914. la cuestión de los universales adoptó introducidas por las interpretaciones
— C. Baeuniker, Roger Bacons Na- una posición que puede considerarse
turphilosophie, insbesondere seine racionalistas. Según Bachelard, hay un
como una modificación de la propug- nuevo espíritu científico que se
Lehren von Materie und Form, Indi- nada por Enrique de Gante: los uni-
riduation und Universalität, 1916. — opone tanto al predominio antiguo y
versales se fundan en la capacidad o medieval de la imagen como al pre-
R. Carton, L'espérience mystique de
l'illumination intérieure chez R. B., disposición del individuo para ser dominio moderno del esquema geo-
1924. — íd., íd., L'expérience physi- aprehendido mediante varios concep- métrico. Este nuevo espíritu tiende
que chez R. B., 1924. — Íd., íd., La tos. En teología, Juan Baconthorp hacia lo concreto, mas no a causa de
synthèse doctrinale de R. B., 1924. — afirmó que en el conocimiento que su entrega a lo irracional, sino como
R. Walz, Das Verhaltnis von Glaube Dios posee de sí mismo conoce todo consecuencia de un intento de am-
und Wissen bei R. Bacon, 1927. — I. lo que no es Él mismo. pliar el marco y la estructura de la
A. Sheridan, Expositio plenior hyle- Juan Baconthorp ha sido conside-
morphismi Fr. Rogeri Baconis, 1936 razón. Frente a la pretensión de sa-
rado como el maestro escolástico ca- beres absolutos, Bachelard destaca la
[Analecta Gregoriana, 17]. — A. pital de la Orden carmelitana; algu-
Aguirre, H. Bacon, 1936. — Th. necesidad de atenerse a conocimien-
Crowley, R. B. The Problem of the nos miembros de esta Orden han tos dominados por el "aproximativis-
Soul in His Philosophical Commen- desarrollado la filosofía ad mentem mo" y el probabilismo ( VÉASE ). Jun-
taries, 1950. — S. C. Easton, R. B. Baconis o según las enseñanzas de to a las investigaciones de las estruc-
and His Search for a Universal Scien- Juan Baconthorp. turas de la razón, se deben a Ba-
ce, 1952. — E. Westacott, fi. B. in Juan Baconthorp escribió Comenta-
rios a las Sentencias: Joannis Baconis chelard estudios de interpretación psi-
Life and Legend, 1953. — Eugenio
Massa Etica e poetica nella storia Commentaria seu Quaestiones super cológico-literaria de los "elementos
175
BAD BAD BAD
fundamentales" (tierra, agua, fuego, ñalamos también que la de Badén lo real por medio de la referencia a
aire). reprochaba a la de Marburgo su ex- los valores. Estos valores son consi-
Obras: Étude sur l'évolution d'un cesivo racionalismo, naturalismo, for- derados por lo general como reali-
problème de physique. La propaga- malismo e inclinación a las ciencias dades trascendentales. De este modo,
tion thermique dans les solides, 1928. físico-matemáticas, con la consiguiente la Escuela de Badén intenta mediar
— La valeur inductive de la relati interpretación unilateral del kantismo entre la concepción completamente
vité, 1929. — Essai sur la connaissan y de las implicaciones del análisis
ce approchée, 1929. — Le pluralisme subjetivista y la concepción entera-
cohérent de la chimie moderne, 1932. trascendental de los contenidos mente absolutista de los valores, si
— Les intuitions atomistiques. Essai propuestos a la reflexión. Ello muestra bien inclinándose con frecuencia ha-
de classification, 1933. — Le nouvel ya que la Escuela de Badén se cia esta última dirección, por lo me-
esprit scientifique, 1935 (hay trad. inclinaba hacia otro aspecto del glo- nos en la medida en que procura
esp. ). — La dialectique de la durée, bus intellectualis: el campo principa] sostener el carácter objetivo de los
1936.—L'expérience de l'espace dans de su reflexión fue, en efecto, el de valores, estimados, hasta cierto punto,
la physique contemporaine, 1937. — las ciencias de la cultura y el de la como los verdaderos invariantes en
La formation de l'esprit scientifique. Historia. Cierto que esto no significa, todo examen de los contenidos
Contribution à une psychanalyse de en principio, la eliminación de las históricos y culturales. La considera-
la connaissance objective, 1938 (trad.
esp.: La formación del espíritu cien ciencias naturales. En verdad, unas ción del valor como una ley ideal se
tífico. Contribución a un psicoanáli- y otras eran tomadas como manifes- aproxima de este modo a los resulta-
lisis del conocimiento objetivo, 1945). taciones de la actividad total de la dos de la axiología de raíz fenómeno-
— La philosophie du Non. Essai cultura humana. Pero estas diversas lógica. Sin embargo, la ley ideal del
d'une philosophie du nouvel esprit manifestaciones tenían precisamente valor tiene siempre un carácter más o
scientifique, 1949. — Le rationalisme como principio unificante el de la menos trascendental: constituye la
applique, 1949. — L'activité rationa cultura misma, sobre todo tal como posibilidad de toda valoración, que es
liste de la physique contemporaine, era revelada a través del proceso his- a su vez la posibilidad de toda deter-
1951. — Le matérialisme rationnel,
1953. — Las obras no estrictamente tórico. Así, aunque en principio se minación de un deber ser, pero no se
científico-filosóficas a que nos hemos seguía utilizando el método trascen- prejuzga aún con entera consecuencia
referido en el texto del artículo son: dental, y reinaba también el primado si esta posibilidad de determinación
La psychanalyse du feu, 1938 (trad. de la consideración gnoseológica, uno es, a su vez, lo que determina la cons-
esp.: El psicoanálisis del juego, 1953). y otro no asumían el aspecto gnoseo- titución misma de los objetos de la
— L'eau et les rêves: essai sur l'imagi lógico-formal y racional-conceptualis- cultura. En todo caso, la insistencia
nation de la matière, 1942. — L'air ta que eran propios de los adhérentes en la diferencia entre el reino del
et les songes: essai sur l'imagination a la Escuela de Marburgo. El punto ser y el del deber ser, entre el mé-
du mouvement, 1943 (trad. esp.: El de vista idealista seguía siendo pre- todo generalizador y el método des-
aire y los sueños, 1958). — La terre dominante, pero se trataba de un criptivo, entre Naturaleza y cultura
et les rêveries du repos: essai sur les
images de l´intimité, 1948. — La poé idealismo orientado hacia los valores. obligaba a realizar un esfuerzo para
tique de l'espace, 1957. — La poéti Podría, pues, decirse que se trataba encontrar un principio de unificación
que de la rêverie, 1960. — La flamme no de un idealismo gnoseológico, sino o, cuando menos, un territorio de
d'une chandelle, 1962. — También: de un idealismo axiológico. De ahí coincidencia. Rickert, Bruno Bauch
Lautréamont, 1939, nueva ed., 1956. que la filosofía de la cultura primero, y Emil Lask se ocuparon con par-
— Véase G. Bouligand, G. Cangui- y la de los valores después, cons- ticular atención de este problema.
lehm, P. Costadel, F. Courtes, F. Da- tituyeran el centro de la reflexión Y ello hasta tal punto que tanto las
gognet, M. Daumas, G. Granger, J. de la Escuela. El problema de la dis- últimas conclusiones de Rickert como,
Hyppolite, R. Martin, R. Poirier, R. tinción entre ciencias de la Naturaleza y sobre todo, el pensamiento de
Taton, Hommage a G. B., 1957. — A.
Salazar Bondy, La epistemología de y ciencias de la cultura, tal como fue Bauch y de Lask pueden ser con-
G. B., 1958 (monog.). — François desarrollado por los principales siderados ya como muy apartados
Dagognet, "M. G.B., philosophe de representantes de Baden, Wilhelm de los primeros principios de la Es-
l'imagination", Revue Internationale Windelband y Heinrich Rickert cuela. El mundo de las relaciones
de Philosophie, Año XIV, Ν° 51 (VÉANSE), la cuestión del conocimiento y del sentido, descrito por Rickert,
(1960), 32-42. de lo individual a diferencia del cono- corresponde a esta última tendencia.
BADÉN (ESCUELA DE). La Es- cimiento de lo universal, la elabora- Tanto más ocurre esto con los des-
cuela de Badén, llamada también ción de los métodos descriptivos y arrollos muy independientes de Bauch
Escuela sudalemana (Süddeutsche otros problemas análogos ocuparon, y Lask. La misma cuestión agitó,
Schule) fue, junto con la Escuela de pues, gran parte de la actividad y de aunque en proporción menor, a otros
Marburgo (VÉASE), la dirección pre- la producción filosófica de la Escuela representantes de la Escuela; así
dominante del neokantismo alemán de Badén, la cual se centró también, ocurrió con Georg Mehlis (1878-
desde principios del siglo hasta 1914 como la de Marburgo, sobre el aná- 1942) y con Richard Kroner (nac.
aproximadamente. Ya hemos indica- lisis de la facultad del juzgar, pero 1884). Otros pensadores recibieron
do, al referirnos a la Escuela de Mar- no como un relacionar conceptos por asimismo influencias de Badén sin
burgo, así como en el artículo sobre medio de un sistema categorial tras- que puedan ser considerados como
el Neokantismo (VÉASE), cuáles eran cendental a fin de salvar la objeti- pertenecientes a la Escuela, y aun en
los caracteres que pueden conside- vidad de los conocimientos, sino como algunos casos sin que puedan des-
rarse comunes a ambas Escuelas. Se- una determinación del deber ser de cubrirse más que muy escasas co-
176
BAE BAH BAH
nexiones con ella. Es el caso de E. tudios Baeumker contribuyó al des- fundamento de lo real es para Bahn-
Tröltsch, Max Weber y de Joñas arrollo de la historia de los conceptos, sen la Voluntad ciega, pero una Vo-
Cohn ( VÉANSE ), así como de mu- mostrando la continuidad de tal his- luntad que se pierde, por así decirlo,
chos de los filósofos alemanes que torria desde los griegos hasta la época a sí misma sin poder transformarse
coetáneamente se ocuparon de pro- moderna. nunca en conocimiento. La Voluntad
blemas axiológicos y que procedían Aparte de las ediciones de textos, es, pues, incapaz de aprehender la
de distintas tendencias, diltheyanis- mencionadas en los artículos corres- realidad del universo. De ahí la impo-
mo, fenomenología, filosofía de la pondientes de este Diccionario, men- sibilidad fundamental de ninguna sal-
vida, irracionalismo, etc. En todo ca- cionamos: Das Problem der Materie in vación, ni para la Voluntad ni para
so, el intuitivismo —referido por lo der grieghischen Philosophie. Eine his- las voluntades y, por consiguiente, la
menos al valor— pareció abrirse paso torischkritische Untersuchung, 1890; tesis de un pesimismo radical, que
reimp., 1963 (El problema de la materia
cada vez más enérgicamente, des- en la filosofía griega. Investigación solamente puede ser apaciguado por
bordando con ello ampliamente los histórico-crítica). — Dominicus Gun- medio del reconocimiento de lo con-
marcos de la Escuela de Badén y, en dissalinus als philosophischer Schrif- tradictorio y de la imposibilidad com-
general, del neokantismo y del in- steller, 1900 ( D. G. cómo escritor filo- pleta de que lo contradictorio sea
manentismo. sófico. — Witelo. Ein Philosoph und "solucionado". La dialéctica es, pues,
P. Goedeke, Wahrheit und Wert Naturforscher des 13. Jahrhunderts, al mismo tiempo necesaria e inútil,
1928 (Dis.). — Β. V. Sesie, Die Ka- 1909, en Kultur ader Gegenwart, ed. pues no consigue llegar jamás al lugar
tegorienlehre der badischen philoso- Hinneberg, I v; 2 ed., 1913 (W. Un donde se propone, pero a la vez no
phischen Schule, 1938. filósofo e investigador de la Naturaleza puede tampoco nunca dejar de mar-
BAEUMKER (CLEMENS) (1853- del siglo XIII). — Anschauung und
Denken, 1913 (Intuición y pensamien- char incesantemente. Por eso la ley
1924) nac. en Paderborn, profesó en to). — Die patristische Philosophie, del mundo no es sólo la contradic-
el Gimnasio de Paderborn ( 1877- 1913, en Kultur der Gegenwart, I v, ción, sino la tragedia — una trage-
1883) y en las Universidades de Bre- 1913. — Roger Bacons Naturphiloso- dia sin la cual nada podría existir
slau (1883-1900), Bonn (1900-1902) phie, insbesondere seine Lehren von ni subsistir.
y Munich (1912-1924). Baeumker ca- Materie und Form, Individuation und Obras: Beitrage zur Charakterolo-gie
racterizó su posición filosófica del mo- Universalität, 1916 ( La filosofía de la mit besonderer Berücksichtigung
do siguiente: un idealismo metafísico- Naturaleza de R. B., especialmente sus pädagogischer Fragen, 2 vols., 1867
ético, unido a un realismo epistemo- doctrinas sobre la materia y la forma, (Contribuciones a la caracterología,
lógico y a una concepción de la filo- la individuación y la universalidad).— con especial consideración de las
sofía primariamente como idea, racio- Der Platonismus im Mittelater, 1916. cuestiones pedagógicas). — Zum Ver-
— Petrus de Hibernia, der Jugendleh- hältnis zwischen Wille und Motiv, ei-
nalmente elaborada, del mundo y de rer des Thomas von Aquino, 1920 ( P. ne metaphysische Voruntersuchung
la vida. Baeumker se distinguió, sin de H., el maestro de juventud de Santo zur Charakterologie, 1870 (Para la re-
embargo, menos como filósofo siste- T. de Α.). — Gesammelte Aufsät-ze, lación entre voluntad y motivo. Una
mático que como historiador de la fi- 1928 ( Artículos reunidos ) [con un investigación metafísica previa acerca
losofía. Se ocupó de filosofía antigua, Lebensbild por M. Grahmann]. — de la caracterología). — Zur Phi-
en particular con una obra todavía Para las ideas de B. sobre la filosofía, losophie der Geschichte, eine kritis-
capital sobre el problema de la materia véanse: "Philosophische Welt- und che Besprechung des Hegel-Hart-
en el pensamiento griego, y de filosofía Lebensanschauung", en Deutschland mannsschen Evolutionismus aus Scho-
moderna en trabajos consagrados a und der Katholizismus, ed. M. Mei- penhauerschen Prinzipien, 1871 (Para
nertz y H. Sacher, 1918, y Die Philo- la filosofía de la historia. Examen
varios pensadores (Bruno, Descartes, sophie der Gegenwart in Selbstdar- crítico del evolucionismo de Hegel y
Locke, Spinoza, Kant, Fichte, Spencer, stellungen, ed. R. Schmidt, vol. II, Hartmann según principios schopen-
Schopenhauer, Bergson, etc.), pero es 1922, págs. 31-60. — Escritos en honor hauerianos). — Das Tragische als
conocido especialmente como de Β.: Studien zur Geschichte der Weltgesetz und der Humor als asthe-
investigador de la filosofía medieval. Philosophie. Festschrift zum 60. Ge- tische Gestalt der Metaphysik. Mono-
Fundó la serie de los Beiträge zur burtstag Cl. Baeumkers, 1913, y Stu- graphien aus den Grenzgebieten der
Geschichte der Philosophie des Mit- dien zur Geschichte der Philosophie. Realdiakktik, 1877 (ed. A. Ruest,
telalters. Texte und Untersuchungen Festgabe zum 70. Geb. C. Baeumkers, 1931) (Lo trágico como ley del mun-
(1891 y siguientes) —uno de los gran- 1923. do, y el humor como forma estética
des repertorios para el estudio de di- BAHNSEN (JULIUS) (1830-1881), de la metafísica. Monografías de los
nac. en Tondern (Schleswig-Holstein), territorios fronterizos de la dialéctica
cha filosofía a base de ediciones crí- real). — Der Widerspruch im Wis-
ticas y comentarios— y editó varios profesor en Lauenburg (Pomerania),
influido por Hegel y, sobre todo, por sen und Wesen der Welt. Prinzip
textos (entre otros, la versión por Do- und Einzelbewährung der Realdialek-
mingo Gundisalvo de la Fons vitae, Schopenhauer, de quien puede con- tik, 2 vols., 1880-81 (La contradicción
de Abengabirol; el De ortu scientia- siderarse discípulo, ha sido, además, en el saber y esencia del mundo.
rum, de Alfarabi; los Impossibilia, de uno de los fundadores de la caracte- Principio y prueba singular de la dia-
Sigerio de Brabante). Se deben asi- rología moderna. Su filosofía es, en léctica real). — Aphorismen zur
mismo a Baeumker estudios sobre realidad, una concepción del mundo, Sprachphilosophie, 1881 (Aforismos
Witelo, sobre Gundisalvo, sobre Ro- mundo contradictorio en sí mismo; para la filosofía del lenguaje). —
gelio Bacon, sobre Dante y sobre la no solamente, pues, falto de lógica en Véase Heinrich Leiste, Die Charak-
su fundamento, sino inclusive antiló- terologie von J. Bahnsen, 1928. —
tradición platónica en la Edad Me- H. Schopf, /. Bahnsen, 1930. — H.
dia. A través de sus ediciones y es- gico. Como para Schopenhauer, el
J. Heydorn, /. Eine Untersuchung
177
BAI BAK BAK
zuf Vorgeschichte der neueren Exi- Obras: The Senses and the Intellect, principio capital fue el que conside-
stenz, 1952. 1855. — The Emotions and the Will, raba una renovación del "gran princi-
BAIN (ALEXANDER) (1818-1903) 1859 (ambas obras reunidas con el pio" de la Revolución Francesa: "que
nac. en Aberdeen (Escocia), frecuen- título: Mental and Moral Science, cada ser humano debe disponer de
tó en Londres el círculo capitaneado 1868). — Logic, Deductive and In- los medios materiales y morales para
ductive, 1870. — Mind and Body, the desarrollar toda su humanidad". La
por John Stuart Mill; más tarde fue Theories of Their Relation, 1872. —
profesor de filosofía natural en Glas- sociedad debe organizarse, pues, se-
John Stuart Mill, 1882. — Autobio- gún Bakunín, de forma que sea posible
gow (1845-1860) y de lógica en graphy, 1904 (postuma).
Aberdeen (1860-1880). Contribuyó la realización de dicho principio: debe
BAKUNÍN (MIJAIL ALÉKSAN- ser una sociedad "socialista", pues de
grandemente a la fundación de Mind DROVITCH) (1814-1876) nació en
(1876), dirigida en los primeros años lo contrario dominarán los privilegios,
la propiedad de Priamuchino (distri- la injusticia y la esclavitud, pero este
por su discípulo, Croom Robertson to de Novotorstchok, provincia de socialismo no es el del poder político,
(1842-1892: Hobbes, 1886; Philoso- Tvér). En 1828 ingresó en la Escuela sino el de "la organización de las
phichal Remains, 1894). de Artillería de San Petersburgo fuerzas productoras" en
Bain siguió las orientaciones de recibiendo el grado de oficial en 1833. confederaciones. Por eso defendió "la
John Stuart Mill y desarrolló en par- Muy pronto se despertó en Bakunín revolución libertaria" contra "la revo-
ticular las teorías asociacionistas en la pasión por la justicia social y la lución autoritaria" y los métodos de
psicología (véase ASOCIACIÓN y Aso- libertad y desde 1835 (cuando entró los anarquistas, o socialistas revolucio-
CIACIONISMO). La psicología asocia- en contacto con Stankévitch y su narios, fundados en la libertad, contra
cionista era, además, en su opinión, círculo, que lo introdujeron al estudio los métodos de los comunistas, basa-
la base de la mayor parte de las dis- de la filosofía alemana, y especial- dos en la autoridad. Hay que pedir,
ciplinas filosóficas, todas ellas, inclu- mente de Kant) hasta su muerte, en pues, la igualdad política, económica
yendo la lógica, tratadas desde un Berna, su vida fue una constante lu- y social de todas las clases, la aboli-
punto de vista empirista. Bain prestó cha por los ideales del anarquismo, ción del Estado, de la propiedad y de
gran atención al examen de las sen- del que es considerado como uno de la "familia patriarcal" y la apropia-
saciones musculares como base para los principales representantes. Desde ción de la tierra por asociaciones agrí-
una mejor comprensión de muchos fe- 1840, cuando se trasladó a Berlín, colas, y del capital y medios de pro-
nómenos psíquicos. En numerosas oca- hasta su muerte, la vida de Bakunín ducción por asociaciones industriales.
siones Bain subrayó que los fenó- fue sumamente agitada por la propa- La mejor forma de unión es la confe-
ganda y las conspiraciones. Estuvo deración. Desde el punto de vista fi-
menos psíquicos se distinguen de los losófico, el pensamiento de Bakunín
fenómenos físicos por el grado, pe- constantemente en movimiento (Dres-
den: 1842; Zurich: 1843; luego, Bru- se funda en un completo materialismo
ro no por la esencia; por lo tanto, ( que él llama "el verdadero idea-
las leyes que rigen los fenómenos se- selas, París, Praga, Leipzig; Dresden;
Londres, Italia, etc., incluyendo diez lismo"), en un ateísmo y en la tesis
gundos o cuando menos las leyes de de la unidad de los mundos físico y
años en Siberia: 1851-1861, de donde
la psicología deben ser continuas con social. Bakunín afirmó la existencia
se fugó, cruzando el Pacífico y los
las leyes de las ciencias naturales. Estados Unidos, hasta Inglaterra). En de la libertad de la voluntad, aunque
Las leyes fundamentales de la aso- 1868 se adhirió a la I Internacional, estimándola relativa y cualificada y
ciación son la contigüidad y la se- pero después se separó de ella orga- no incondicional, y definió la libertad
mejanza. Una no puede simplemente niando una "Alianza Revolucionaria como "el dominio sobre las cosas ex-
reducirse a la otra, pero ambas pue- Socialista" propia, que se difundió so- teriores, basado en observación respe-
den explicar varias leyes de asocia- bre todo por Italia y España. tuosa de las leyes de la Naturaleza".
ción derivadas. Cierta desviación del Desde el punto de vista filosófico Importante filosóficamente en la doc-
asociacionismo estricto parece, sin em- trina de Bakunín es la parte ética: la
es interesante notar que Bakunín pasó
bargo, revelarse en la teoría de Bain "moralidad anarquista" es para él "la
del estudio de Kant, al de Fichte y moralidad verdaderamente humana".
sobre los fenómenos volitivos. La re- luego al de Hegel y que se relacionó
lación entre los movimientos espon- Bakunín escribió abundantemente,
estrechamente con Belinsky, Tschaa- pero no dejó ningún libro con expo-
táneos e involuntarios y los actos es- daév, Herzen, y luego Arnold Ruge
pontáneos se halla sometida a una ley sición completa de sus ideas; los dos
(y los "hegelianos de izquierda"), libros más sistemáticos escritos por B.
llamada de la "autoconservación". La Marx, Proudhon, Elisée Reclus, Gari- —Dios y el Estado y El Estado y la
tendencia a la autoconservación se re- baldi y muchos otros. Sin embargo, anarquía (usualmente citado como:
vela cuando los movimientos espontá- en muchos casos estos estudios y estas El Estado y el anarquismo)— queda-
neos producen una sensación de agra- relaciones sirvieron para reforzar ten- ron sin terminar. — De las ediciones
do. Esta sensación aumenta la ener- dencias opuestas. El caso más citado de obras de B. mencionamos la rusa
gía vital, la cual disminuye cuando es el de Marx y los socialistas de la (con Cartas) ed. por Y. M. Steklov,
se produce una sensación de desagrado época, contra los cuales erigió sus 4 vols., 1934-1936 (de 12 proyecta-
y dolor. De todos modos, aun aquí ideas de anarquismo colectivista y so- dos); la alemana, 3 vols. (I, 1921;
Bain destaca el origen fisiológico de cialista antiautoritario. Bakunín se II, 1923; III, 1924); la francesa, 6
los procesos psíquicos, pues el que- opuso tenazmente a toda limitación de vols.: vol. I ed. Max Nettlau; vols. II-
rer se halla fundado en una sensa- la libertad del individuo; combatió VI, ed. James Guillaume, 1895-1913;
ción de placer, y ésta en ciertos mo- por ello constantemente contra el Es- la española preparada por Die-
vimientos musculares. tado (o, mejor, el "estatismo"). Su
178
BAL BAL BAL
go Abad de Santillán con la colabo- Outcome of Genetic Logic, as issuing — Lord Raleigh, Lord Balfour and his
ración de M. Nettlau, 5 vols., 1933- in the aesthetic Theory of Reality Relation to Science, 1930. — E. Dug-
1939 (el vol. V contiene la única tra- called Pancalism, 1915. — Véase A. dale, Balfour, 2 volúmenes, 1936.
ducción completa hecha a otra lengua Lalande, "Le Pancalisme", Revue phi- BALMES (JAIME LUCIANO)
de Estatismo y anarquismo). Todas losophique, LXXX (1915), 481-512.
estas ediciones de obras son incom- — U. D. Sewny, The Social Theory (1810-1848) nac. en Vic, y llamado
pletas. Se encuentran materiales sobre of. J. M. B., 1945. con frecuencia doctor humanus, repre-
B., notas de B. y correspondencia en BALFOUR (ARTHUR JAMES, senta en parte la corriente que contri-
varias otras colecciones y obras (por Conde de) (1848-1930), nac. en buyó a la reafirmación y florecimiento
ejemplo, en los dos libros de A. N. de la neoescolástica, y ello hasta el
Korlilov [en ruso] de 1917 y 1925), Whittingehame (Inglaterra), desarro-
lló su pensamiento filosófico simultá- punto de que su influencia se ha
así como en los "Archives Bakouni- ejercido de un modo muy principal
ne". — Sobre B. véase: Max Nettlau, neamente con su labor de estadista, y
M. B., eine Biographie, 3 vols., 1896- posiblemente el sentido de la reali- sobre el Cardenal Mercier y la Es-
1900. — Y. M. Steklov, B., 4 vols, dad humana proporcionado por esta cuela de Lovaina, pero desde otro
[en ruso], 1920-1927. — Josef Pfitz- última ejerció una constante influen- punto de vista significa la reacción
ner, Bakuninstudien, 1932. — E. H. cia sobre el primero. La insistencia particular experimentada por un pen-
Carr, M. B., 1937. — B. Kaminski, sador católico de la época frente a
B., 1945. — Benoit P. Hepner, Ba- sobre el tema de la creencia como
factor social sin el cual los actos hu- las corrientes del pensamiento mo-
kounine et le panslavisme révolu- derno. Estas últimas no influyeron en
tionnaire, cinq essais sur l'histoire manos serían ininteligibles se debe
des idées en Russie et en Europe, indudablemente a la relación men- su obra en el sentido de que ésta
1950. cionada. Balfour ataca el naturalismo pudiese definirse como mera con-
BALDWIN (J. MARK) (1861- en tanto que pretende constituir el junción de filosofía moderna y tradi-
1934) nac. en Columbia (South Ca- principio de todo conocimiento. Pues ción escolástica, pero quedaron in-
rolina, EE.UU.), profesó en la Uni- aun el conocimiento natural, señala corporadas a su pensamiento por lo
versidad de Toronto (1889-93), en la Balfour, está edificado sobre creen- menos en los temas y aun en el sen-
de Princeton (1893-1903), en Johns cias sin las cuales ninguna proposi- tido de propugnar lo que luego será
Hopkins University (1903-09) y en ción de la ciencia podría tener sen- conocido bajo el lema de vetera novis
la Universidad de México ( 1909-13). tido. La uniformidad de los procesos augere. En este sentido puede en-
Situado en la corriente del evolucio- de la Naturaleza y la idea misma de tenderse principalmente la parte más
nismo filosófico, J. M. Baldwin tra- Naturaleza pertenecen a ellas. Pero, crítica de su obra, enderezada a una
bajó sobre todo en el campo de la además, el tejido de la ciencia no sería comprensión, análisis y refutación del
psicología, de la epistemología y de posible sin el hilo de la autoridad que, empirismo inglés, del kantismo y de
la metafísica. Según Baldwin, hay al darle consistencia social, le da al la filosofía del idealismo alemán, es-
dos modos de concebir la realidad: mismo tiempo existencia. Tanto más, pecialmente de Hegel. Mayor afini-
el modo agenético, propio de la me- pues, ocurrirá esto en el campo de las dad, en cambio, manifestó, sin apar-
cánica y adecuado para las ciencias ciencias de la sociedad y es- tarse del cauce tradicional, con Reid
físicas, y el modo genético, que se pecialmente en el estudio de la teolo- y la escuela escocesa, así como con
aplica especialmente a la vida y a gía. Así, el sistema de las creencias algunas manifestaciones del esplritua-
la cultura. Sin embargo, como no constituye el plinto sin el cual nin- lismo francés coetáneo. Ello se mani-
puede existir una completa dualidad gún conocimiento puede ser formu- fiesta sobre todo en uno de los pro-
de métodos es necesario sobreponer lado. Ahora bien, si de los datos de blemas centrales tratados por Balmes:
a los diferentes puntos de vista una la ciencia natural no puede extraerse en la cuestión de la evidencia de la
concepción unitaria. Ésta es, en últi- una creencia particular que decida verdad. Por otro lado, la aproxima-
mo término, de índole estética y ha sobre los fundamentos de la vida hu- ción balmesiana a Descartes se revela
recibido el nombre de pancalismo mana, de ésta, en cambio, puede de- más en la preocupación por el tema
(VÉASE). Nos hemos referido con más rivarse una creencia que, como la del que en la aceptación del principio
detalle a ella en el artículo mencio- teísmo basado en la autoridad histó- del Cogito o, si se quiere, aun admi-
nado. rica, permite, según Balfour, apaci- tiéndose con frecuencia el Cogito se
Obras: Handbook of Psychology (I. guar las contradicciones que ofrece da a este último un distinto sentido.
Sensé and Intellect, 1890; II. Feèling una visión meramente naturalista de Por eso la evidencia del yo no tie-
and Will, 1892). — Elements of Psy- la realidad. ne para Balmes ninguna significación
chology, 1893. — Mental Develop- Obras: A Defence of Philosophie propiamente idealista, no sólo por el
ment in the Child and the Race, Doubt, being an Essay on the Foun- realismo gnoseológico tradicional que
1896. — Story of the Mind, 1898. — dations of Belief, 1879. — Essays defiende, sino también porque el "sen-
Development and Evolution, 1902. and Addresses, 1893. — The Founda- tido común" en el cual se apoya par-
— Fragments in Philosophy and tions of Belief, Being Notes Introduc- cialmente la evidencia intenta admi-
Science, 1902. — Thought and tory to the Study of Theology, 1895. tir más elementos que los aceptados
Things, or Genetic Logic (I. Func- —Reflections suggested by the New
tional Logic, or Genetic Theory of por el pensamiento cartesiano. Para
Theory of Matter, 1904.—theism and ello sirve una distinción fundamental
Knowledge, 1906; II. Experimental Humanism, 1915 (Gifford Lectures,
Logic, or Genetic Theory of Thought, 1914). — Essays Speculative and Po- entre dos grupos irreductibles de
1908; III. Interest and Art, 1911). — litical, 1920. — Theism and Thought, verdades: las ideales y las reales.
The Individual and Society, 1911. — a Study in familiar Beliefs, 1923. — Cada verdad se justifica por medio
Genetic Theory of Reality, Being the Véase E. O. Raymond, Balfour, 1928. de un criterio distinto, que puede ser
179
BAL BAL BAM
el del Cogito —si bien concebido tre el razonamiento teórico y la ac- personalidad y obras de B., 1910. — A.
como un hecho primitivo— en las ción práctica. Lugan, B., 1911. — M. Schlüter-
cosas reales, y el principio de con- Dos aspectos importantes en la Hermkes, Die Fundamentalphiloso-
tradicción en los objetos ideales. En labor de Balmes que aquí no pode- phie des J. B., 1919. — Id., id., "Die
el primer caso tenemos la relación Philosophie des J. B. und ihr Zusam-
mos sino mencionar son sus contri- menhang mit der übrigen europäis-
de la cosa con una conciencia; en el buciones a la filosofía política, es-
segundo tenemos una evidencia pro- chen Philosophie", Spanische For-
pecialmente con vistas a situaciones schungen der Görresgesellschaft, se-
piamente dicha. Mas la separación concretas planteadas en la España r ie I, vol . 2 (1 9 3 1), 2 2 9 -7 5. —
mencionada no puede ser considerada de su tiempo, y su trabajo apologético P. I. Casanovas, S. J., B., la seva vi-
como tajante; en realidad, uno de los en favor del catolicismo como ele- da, el seu temps, les seves obres,
propósitos de Balmes consiste en bus- mento civilizador de Occidente. A 1932, 3 vols. (trad, esp.: B., su vida,
car un enlace entre las exigencias em- sus obras, su tiempo, 1942). — J.
esta última sección de su actividad Ríos Sarmiento, J. B., pbro,, 1941. —
piristas y las racionalistas, y por ello pertenece su obra sobre la compara-
rechaza tanto la mera conversión de Joan Manya, L'estil de B., 1936 (en
ción del protestantismo con el cato- trad, esp.: Balmes, filósofo: su estilo,
las ideas en entidades puramente for-
licismo, que es en gran parte una 1944). — J. Zaragüeta, I. González, S.
males, como la consideración de las Minguijón, J. Cortes Grau, B., filósofo
cosas desde el punto de vista de su crítica de la Historia de la civiliza-
ción europea, de Guizot. Balmes ex- social, apologista y político, 1945 (pró-
reducción a un material empírico, que logo de C. Viñas y Mey). — G. van
solamente las sensaciones podrían presó en dicha obra opiniones a la
Riet, L'Êpistémologie thomiste, 1946.
aprehender y someter a un orden. La vez conservadoras y moderadas como Parte I. — V. Félix Egidio, El pen-
exigencia de un instinto intelectual lo muestra su análisis de la noción samiento de B. en orden a la filosofía
significa precisamente, en el orden de tolerancia ( VÉASE). de la historia, 1952. — P. Font y Puig,
del conocimiento, un nuevo intento de Obras principales de interés filo- La teoría de conocimiento de B.,
unión de la idealidad con la realidad, sófico: Cartas a un escéptico en ma- 1955 (monog.). — Manuel Fraga
teria de religión, 1841 (publicadas Iribarne, B., fundador de la sociolo-
de lo racional con lo empírico. Y la antes en el periódico La Sociedad, gía positiva en España, 1955 [monog.].
aproximación al sentido común es el fundado por Balmes). — El protes- Francisco González Cordero, C. M. F.,
esfuerzo de evitar tanto el problema tantismo comparado con el catolicis- El instinto intelectual, fuente de cono-
del paso de la conciencia al mundo mo en sus relaciones con la civiliza- cimiento. Doctrina de Balmes sobre el
externo como el constructivismo idea- ción europea, 4 vols., I, II, 1842; III, instinto ciego, su crítica y valoración
lista. Podemos resumir diciendo que, 1843; IV, 1844. — El Criterio, 1845. en el orden ético, 1956. — Herbert
como otros autores de su época, Bal- — Filosofía fundamental, 4 vols., Auhofer, La sociología de J. B., 1959.
mes se propuso salvar los fundamen- 1846. — Curso de filosofía elemental, — Números especiales dedicados a
tos de la ontología tradicional esco- 1847. — Algunas obras de interés Balmes de Pensamiento, 3 (1947), con
lástica de los embates a que lo so- político-social: Observaciones socia bibliografía balmesiana por M. Flori y
les, políticas y económicas sobre los de Ciencia y Fe, 16 (1948). Véanse
metió la crítica kantiana y que, por también vols., I, II, III de las Actas
lo tanto, no pudo admitir que el bienes del clero, 1840. — Conside
raciones políticas sobre la situación del Congreso Internacional de
agnosticismo teórico quedara asegu- de España, 1840. — Escritos políti Filosofía de Barcelona (1948). En
rado solamente por la razón práctica, cos, 1847. — Pío IX, 1847. Algunos 1949 se fundó en Barcelona un Ins-
pues ésta necesita justamente un fun- importantes escritos políticos de Bal tituto Filosófico Balmesiano bajo la
damento teórico. Este fundamento mes aparecieron en el periódico El dirección del P. Fernando Pal-
reside en la existencia de verdades pensamiento de la Nación, fundado més, S. J.
inconmovibles, pero no dadas a un por el filósofo en 1844 y publicado BAMALIP ( Baralipton ) es el nom-
conocimiento directo por medio de hasta 1846. — Ediciones de Obras bre que designa uno de los modos
una razón trascendental especulativa, completas: P. I. Casanovas, S. J., (véase MODO), por muchos autores
sino conseguidas por una especie de Barcelona, 33 vols., 1925-27 (vol. considerados como válido, de la cuar-
33 con Efemérides e Índices). Reedi ta figura (VÉASE). Un ejemplo de Bo-
hábito intelectual que a veces es in- ción en la Biblioteca de Autores
terpretado desde un punto de vista malip (Baralipton) puede ser:
Cristianos, 8 vols.: I, II, III, 1948;
psicológico, pero que tiene, al enten- IV, V, 1949; VI, VII, VIII, 1950. P. Si todas las frutas son comestibles
der de Balmes, un fundamento más Basilio de Rubí, O. F. M., 2 vols., y todas las cosas comestibles son
seguro y permanente que la psicolo- Barcelona, 1948 (Obras filosóficas apetecibles,
gía. En efecto, aunque caracteriza a en el vol. I). Edición de El Criterio Entonces algunas cosas apetecibles
Balmes una fuerte tendencia psicolo- por E. Ovejero y Maury, Madrid, son frutas,
gista en la lógica según la cual la 1929. — Véase A. De Blanche-Raffin,
J. Balmes. Sa vie et ses oeuvres, ejemplo que corresponde a la siguiente
verdad o falsedad de las proposicio- 1849. — J. Riera y Bertrán, B., su ley de la lógica cuatificacional ele-
nes es "producida" en parte por fac- vida y sus obras, 1879. — A. Leclerc,
tores de índole subjetiva, hay que ad- De facúltate verum assequendi se-
vertir que esta tendencia se nota más cundum Balmesium, 1900. — Gon
en las obras de divulgación —como zález Herrero, Estudio histórico-crí- y que, usando las letras 'S' , 'Ρ' y
El Criterio— que en las obras filo- tico sobre las doctrinas de B., 1905. 'M' de la lógica tradicional, puede
sóficas fundamentales, en las cuales — J. Elias de Molins, B. y su tiempo, expresarse mediante el siguiente
el autor no ignora las dificultades 1906. — N. Roure, La vida y las
obras de B., 1910. — J. Liado, Nota esquema:
que plantea la excesiva conexión en-
biográfica y crítica general sobre la donde aparece claramente la secuen-
180 mental:
ΒΑΝ BAÑ BAR
cia de las letras Ά', Ά', 'I', origen del especialmente durante los últimos no sólo en el articulo citado, sino
término Bamalip ( Baralipton ), e n e l años de su vida, Banfi fue marxista, también en otros de la presente obra
or d e n PM -M S - S P . siendo Senador del Partido Comunis- (por ejemplo, Gracia). El bañecismo
BANFI (ANTONIO) (1886-1957), ta italiano. se opuso en este respecto al mo-
nac. en Vimercate (Milán), profesor Obras principales: La filosofía e la linismo en las controversias de au-
vita spirituale, 1922. — Immanen-za xiliis que se desarrollaron en el si-
en la Universidad de Milán (desde e trascendenza come antinomia
1931), ha defendido lo que él mismo glo XVI y que persistieron durante
filosófica, 1924. — Principí di una
llama un racionalismo crítico, es decir, teoria della ragione, 1926. — Pesta- el siglo XVII.
un racionalismo apoyado en un lozzi, 1929. — Vita di G. Galilei, Obras. Comentarios a Santo To-
punto de vista trascendental fe- 1930, reed. con el título: G. Galilei,
más: Scholastica commentaria in pri-
mam partem Angelici Doctorts D. Tho-
nomenológico (en el sentido gnoseo- 1949. — Nietzsche, 1934. — Socrate, mae, 2 vols., 1584-1588. — De fide,
lógico-descriptivo ). Tal racionalismo 1942. _ Vita dell'arte, 1947. — L'u- spe, et charitate, 1584 (comentarios
intenta acoger en su seno toda la ex- omo copernicano, 1950. — Storia del a la Secunda secundae). — De iure
periencia posible y, por lo tanto, es materialismo: I. Spinoza, 2 vols., 1952- et justifia decisiones, 1594 (ibid.).
todo lo contrario de un esquematismo 53. — La filosofía del Settecento, —Tratados teológicos: Apologia fra-
lógico. En efecto, Banfi aspira a superar 1954 (Curso de 1953-1954; lit.). — trum Praedicatorum in provincia His-
La filosofía di C. G. F. Hegel, 1956. paniae sacrae Theologiae professorum,
las antítesis entre el racionalismo y el adversus quasdam novas assertiones
— La filosofía degli ultimi cinquan-
empirismo, entre el racionalismo t'anni, 1957. — La ricerca della real- cuiusdam Doctoris Ludovici Molinae
clásico y el irracionalis-mo tà, 2 vols., 1959. — Entre sus artícu- nuncupati, theologi de Societate Jesu,
contemporáneo, por medio de una los y comunicaciones publicados en quas defendit in suo libello cui titu-
acentuación del carácter teórico puro lum inscripsit "Concordia liberi arbi-
anales y revistas, pueden mencionar- trii cum gratiae donis divina praes-
(de la teorecità) de la filosofía. Ahora se: "Sui principí di una filosofía della cientia, providentia, praedestinatione
bien, este carácter teórico puro del morale" (Rendiconti del R. Instituto et reprobatione", et adversus alios
filosofar quiere decir, a su entender, la Lombardo di Scienze e Lettere, eiusdem novae doctrinae sectatores ac
entera sumisión de lo dado a una 1934); "Venta ed umanita nella filo- defensores eadem Societate, 3 partes,
descripción pura, hecha posible por sofía contemporanea" (Studi filosofi- 1595 (en colaboración con otros au-
medio del análisis fenomenológico del ci, I, 1948). — Edición de obras: tores de la Orden). — Relectio de
Opere, desde 1960 (Vol. I: Principi mérito et augmento charitatis, 1590.
acto del conocimiento y, por lo tanto, — Comentarios a Aristóteles: Com-
por medio de una actividad igualmente di una teoría della ragione). — Au-
toexposición en el artículo titulado mentaria et quaestiones in duos Aris-
alejada de la construcción de lo dado "Per un razionalismo critico" inserta- totelis Stagyritae de generatione et
y de la disolución —en la vida o en do en el volumen de M. F. Sciacca, corruptione libros, 1585. — Obra ló-
la acción— de lo dado. Sólo de este gica: Institutionis minoris Dialecticae
Filosofi italiani contemporanei, 1944, quas Summulas vocant, 1599. — Edi-
modo será posible, según Banfi, no págs. 59-104. — Véase G. M. Bertini, ciones actuales de los comentarios a
sacrificar los aspectos intuitivos de la A. Banfi, 1943 (con bibliografía). — Santo Tomás: Scholastica commen-
experiencia, sin tener por ello que Fulvio Papi, Il pensiero di A. B., 1961. taria, etc. por L. Urbano, Madrid,
adherirse a un relativismo completo. BÁÑEZ (DOMINGO) (1528-1604) 1934 y sigs. (Biblioteca de Tomistas
Una ontología crítica debería nac. en Medina del Campo (o en Españoles, VIII). — Comentarios
constituir, naturalmente, el fundamento Valladolid), estudió en la Universidad inéditos a la Prima Secundae de Santo
de estos análisis. Pero semejante de Salamanca, ingresó en la Orden de Tomás, por V. Beltrán de Here-dia,
los Predicadores en 1547 y fue pro- Madrid, 3 vols., 1942-1948 (Biblioteca
ontología debe eludir todo dogmatismo, de Teólogos Españoles, IX, XI y
especialmente el dogmatismo fesor de prima de teología en la ci-
tada Universidad desde 1581 hasta XIV). — Véase Alberto Bonet, La
substancialista y teológico. En otros su jubilación en 1599. Báñez es au- filosofía de la libertad en las con-
términos, la ontología crítica del troversias teológicas del siglo XVI y
tor de comentarios a la Summa Theo- primera mitad del XVII, 1932, págs.
racionalismo de Banfi postula un logica de Santo Tomás de Aquino, de
sistema abierto de categorías, dispuesto 95 y sigs. — M. Solana, Historia de la
comentarios a Aristóteles y de varios filosofía española. Época del Rena-
a una reinterpretación de los conceptos tratados teológicos y filosóficos. La cimiento (Siglo XIV), vol. III, 1941,
del pensamiento clásico, los cuales orientación general es la tomista, pero págs. 173-202.
conviene, según el autor, vaciar de dentro de ella defendió Báñez varias BARALIPTON. Véase BAMALIP.
todo absolutismo, tal como lo opiniones propias, en particular rela- BARBARA es el nombre que designa
postula, consciente o inconsciente- tivas a la naturaleza de la causaci ón uno de los modos (véase MODO)
mente, el actualismo italiano. Pues propia (a su entender, sólo material) válidos de los silogismos de la primera
el absolutismo corre el peligro de de las formas creadas. El teólogo y figura (v.). Un ejemplo de Barbara
empobrecer grandemente la vida espi- filósofo español es conocido, empero, puede ser:
sobre todo por su defensa de la no-
ritual al cercenar algunas de sus di- ción de premoción ( VÉASE ) física, Si todos los hombres son mortales
recciones y actividades esenciales. Por hasta el punto de que algunos auto- y todos los abisinios son hombres,
eso el racionalismo crítico es a la vez res lo consideran como el verdadero entonces todos los abisinios son
una "teoría de la vida en sus infinitas autor de la misma y, en todo caso, mortales,
líneas de tensión": un conocimiento es usual identificar 'sistema de la pre- ejemplo que corresponde a la siguien-
puro de lo real tanto como una norma moción física', con 'sistema bañecia- te ley de la lógica cuantificacional
de acción siempre abierta al no'. Nos hemos referido a este punto elemental:
porvenir. En filosofía política y ética,
181
BAR BAR BAR
sofar, pertenecen a ella autores como lugar respectivamente en la represen-
Joaquín Llaró Vidal (profesor en la tación y en el sentido del tacto. Se-
y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M' Universidad de Cervera y fundador en mejante fundamentación psicológica
de la lógica tradicional, puede expre- 1815 de la Sociedad Filosófica), pasa, no obstante, bien pronto a trans-
sarse mediante el siguiente esquema: Antonio Llobet Vallosera, Jaime Bal- formarse en una especulación pura-
ines, Martí de Eixalà, F. X. Llorens mente lógica, la cual, de modo seme-
i Barba, Ramón Turró, J. Serra Hun- jante a Hegel, es identificada con el
donde aparece claramente la secuen- ter, F. Mirabent, Tomás Carreras Ar- proceso de la propia realidad y con-
tau, Joaquín Carreras Artau, Joaquín vertida, por lo tanto, en una descrip-
cia de las letras 'A', 'A', 'A', origen
Xirau. Este último, además, formó un ción ontológica. Según Bardili, la cosa
del término Barbara en el orden M P - grupo de discípulos (véase XIRAU en sí es dada en el puro proceso pen-
SM-SP. [JOAQUÍN] que no sólo tienen concien- sante que relaciona los objetos; no
Aristóteles consideró los modos de cia de seguir las orientaciones —en se trata, por lo tanto, de ninguna
la primera figura como silogismos sentido amplio— de la Escuela, sino substancia, sino de algo dinámico, de
perfectos, pero redujo los dos últi- que han procurado difundir su espíri- una constante repetición. Determi-
mos —Darii, Ferio— a los dos pri- tu. Observemos que la pertenencia a nante como criterio de verdad y aun
meros: Barbara y Celarent. Lukasie- la Escuela de Barcelona no significa como fundamento de toda deduc-
wicz observa al respecto que el uso desvinculación con otras orientaciones ción es para Bardili el principio ló-
de sólo dos silogismos (considerados o tendencias; ya hemos mencionado gico-ontológico de identidad, el cual
como axiomas) para construir la teoría en el artículo sobre la Escuela de "pone" sucesivamente el yo y el
silogística corresponde a la tendencia Madrid que hay, por ejemplo, en objeto, desarrollando así toda la rea-
que tiene la lógica formal moderna a Joaquín Xirau una filiación en ésta lidad hasta llegar al ser supremo,
reducir a un mínimo el número de junto con la de Barcelona. Observe- que es a la vez la divinidad y el
axiomas en una teoría deductiva, pero mos, finalmente, que aunque centrada pensamiento. La lógica metafísica o
que las leyes de conversión utilizadas principalmente en la Facultad de Fi- "primera lógica" llega así a ser para
por el Estagirita para reducir los losofía y Letras de la Universidad de él no sólo el fundamento de una
modos imperfectos a los modos Barcelona, la Escuela de Barcelona comprensión de la realidad, sino in-
perfectos no pueden ser probadas por tiene más amplio radio que el de una clusive la posibilidad de esta realidad.
medio de los silogismos. Por otro lado, determinada Facultad universitaria. La filosofía de Bardili influyó en sus
como es posible, según indica Luka- En la lista de nombres indicada figuran primeros tiempos sobre Reinhold.
siewicz, deducir veinte modos silo- varios que no fueron profesores en Obras principales: Epochen der
gísticos sin emplear el modo Barbara, dicha Facultad. A ellos puede vorzüglichsten philosophischen Be-
resulta que mientras el axioma Bar- agregarse el nombre de Eugenio griffe, I, 1788 (Las épocas de los
bara es el más importante del sistema d'Ors. Algunos lo excluirían de la supremos conceptos filosóficos). —
Escuela; otros lo considerarían como Allgemeine praktische Philosophie,
en tanto que es el único silogismo 1795 (Filosofía práctica general). —
que proporciona una conclusión afir- su principal representante. En todo Ueber die Gesetze der Ideenassozia-
mativa universal, ocupa, en cambio, caso, es innegable que en su pen- tion, 1796 (Sobre las leyes de la aso-
un rango inferior en el sistema de los samiento se destacan algunas de las ciación de ideas). — Briefe über den
silogismos simples. características —especialmente la pri- Ursprung der Metaphysik, 1798 (Car-
mera y la última— que hemos enu- tas sobre el origen de la metafísica).
BARBELO-GNÓSTICOS. Véase Grundriss der ersten Logik, 1800
merado.
GNOSTICISMO. (Bosquejo de la lógica primera).
BARCELONA (ESCUELA DE). Eduardo Nicol, "La Escuela de
Puede darse este nombre a una tra- Barcelona", en El problema de la fi- BAROCO es el nombre que desig-
dición filosófica desarrollada en Bar- losofía hispánica, 1961, págs. 164-205. na uno de los modos (véase MODO)
celona y que, de modo análogo a la BARDILI (CHRISTOPH GOTT- válidos de los silogismos de la se-
Escuela de Madrid ( VÉASE) consiste FRIED) (1761-1808), nac. en Blau- gunda figura (v. ). Un ejemplo de
menos en la adhesión a unas ciertas beuren, fue profesor en Stuttgart Baroco puede ser:
tesis filosóficas que en la participación (1790-1808). Influido en parte por Si todas las bebidas alcohólicas son
en un cierto espíritu o modo de filo- Kant y Fichte, desarrolló Bardili una nocivas y algunas aguas
sofar. Este modo está caracterizado en filosofía indisolublemente ligada a la minerales no son
la Escuela de Barcelona por los si- metafísica, pues, según él, la metafísica nocivas, entonces algunas aguas
guientes rasgos: sentido de la realidad radica en la propia naturaleza del minerales
e igual oposición a la reducción de la hombre. Sin embargo, tal metafísica no son bebidas alcohólicas,
filosofía a mera teoría abstracta o a no consiste en una pura deducción ra- ejemplo que corresponde a la siguiente
simple forma de vida; oposición al cional sino que, íntimamente afín a la ley de la lógica cuantificacional
verbalismo; cierta inclinación por el poesía, se basa en la imaginación. Las
sentido común (en un sentido muy tendencias psicológicas de Bardili se
amplio); desconfianza por la mera manifiestan en un estudio analógico
brillantez en filosofía; sentido de la sobre el carácter empírico y el carácter
y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
continuidad histórica. Considerada la metafísico tanto de la separación como de la lógica tradicional, puede expre-
Escuela en cuestión, según se apunta, de la unión, las cuales tienen sarse mediante el siguiente esquema:
sobre todo como un modo de filo-
182 elemental:
BAR BAR BAR
oponerse a toda oscuridad y a toda sis. En oposición a toda doctrina de
ignorancia. Pero, encontrando el po- la unión del hombre con Dios, de lo
donde aparece claramente la secuen- sitivismo insuficiente, Tobías Bárreto imperfecto con lo perfecto, de lo rela-
cia de las letras 'A', 'O', 'O', defendió finalmente un monismo. In- tivo con lo absoluto, Barth sostiene,
origen del término Baroco, en el fluido sobre todo por la filosofía en efecto, la tesis de la radical sepa-
orden P M - S M - S P. alemana, a la que vindicó continua- ración entre ambas realidades. La te-
BARREDA (GABINO) (1820- mente contra las profundas huellas sis procede en parte de Kierkegaard,
1881), nació en Puebla (México), ejercidas por el pensamiento francés pero no es posible situar a todo el mo-
viajó por Europa y fue en París dis- en su país, Bárreto parecía querer vimiento dialéctico-crítico dentro del
cípulo de Auguste Comte, en sus establecer una especie de síntesis de ámbito de la filosofía kierkegaardia-
famosos cursos dominicales. La im- la tesis capitales del pensamiento na. Lo que hay en todo caso de ella
portancia de Barreda en la evolución germánico moderno; la justificación es la acentuación de la "paradoja
del pensamiento mexicano radica sobre de Kant y de Schopenhauer, así absoluta", paradoja que se revela
todo en la introducción y propagación como de algunas de las orientaciones desde el momento en que intentamos
del positivismo, el cual no entiende, del idealismo romántico, llevaba a comprender nuestra existencia y su
sin embargo, como una doctrina total Tobías Bárreto a una síntesis meta- relación con Dios. No sólo lo racional
sobre la realidad, sino como el único física tanto más sorprendente cuanto y lo lógico pierden en esta dirección
medio para el conocimiento científico que en ocasiones se oponía a la me- todo primado, sino que inclusive pier-
de la Naturaleza. Lo que no tafísica de tenaz manera. Las llamadas den la significación que les es pro-
permanece dentro de los límites de la contradicciones del pensamiento de pia. La esencial irracionalidad de la
experiencia positiva no puede ser para Bárreto se hacen notorias, sobre lodo, fe —dada sólo por medio de la re-
Barreda afirmado ni negado, sino en virtud de ese pasar de una velación—, la contradicción y la pa-
que debe ser puesto entre paréntesis oposición a la otra buscando el fondo radoja no deben ser consideradas,
como inaccesible. La influencia de común de todas ellas, como si sin embargo, como una mera teoría,
Barreda se manifestó en múltiples quisiera resucitar en los últimos mo- sino como un hecho. La completa
aspectos, particularmente en la mentos otra especie de eclecticismo separación existente entre lo finito y
reforma de la enseñanza, siendo que el que había constituido su fi- lo infinito hace, por otro lado, in-
redactor de la Ley de Instrucción losofía juvenil. Su última posición necesario e inútil todo esfuerzo ten-
Pública de 1867. Dentro del puede ser calificada de monismo ma- diente a una aproximación que no
positivismo despertado por Barreda terialista, pero este monismo intenta-ba sea la procurada por lo infinito mis-
se hallan Porfirio Parra —afecto tam- encontrar, como por otro lado podía mo. Pues lo finito no puede ser más
bién al asociacionismo psicológico hacerlo Haeckel, el fundamento de que culpa y pecado, orgullo y falso
y al empirismo de Stuart Mill— y una posición religiosa y las bases endiosamiento. Sólo lo infinito, lo
Agustín Aragón, que defendió en para una auténtica metafísica. De ahí eterno y absoluto puede, por su propia
toda su pureza la doctrina de Comte, el irracionalismo con que estaba tejido voluntad y liberalidad, llegar hasta lo
inclusive en su fase final. el aparente racionalismo de su finito y atraerlo a Él, convir-tiendo
Obras principales: De la educación pensar y de ahí la justificación de su constitutiva imperfección en
moral, 1863.—Opúsculos (publicados todo pensamiento religioso, manifestación de lo divino. La
por la sociedad Metodófila Gabino justificación que emparejaba con una anulación de la espontaneidad del
Barreda, constituida por sus discí- crítica de toda religión positiva. En hombre y aun de toda autonomía
pulos en 1871). — Véase Estudio
de Barreda (selección de textos rigor, lo que parecía pretender Ba- existencial parece ser una consecuen-
por José Fuentes Mares), 1941. — rreto era un sentimiento religioso dis- cia inmediata de esta doctrina, la cual
Leopoldo Zea, El positivismo en Mé- tinto de todo formulismo y superador acentúa en todas sus partes el "des-
xico, 1943. de todo rito. garramiento", la "perplejidad", la
BARRETO (TOBÍAS) (1839- Entre los pensadores influidos por "contradicción" y, desde luego, la
1889), nacido en Sergipe (Brasil), Tobías Barreto figuró José da Perei- "paradoja". Por eso la afirmación de
ejerció de abogado en Escala y pro- ra Graça Aranha, el cual unió a las la autonomía de la moral es conside-
fesó Derecho en Recife. Entusiasta ideas de Barreto influencias bergso- rada como el mayor pecado de la filo-
primeramente de las tendencias ecléc- nianas y tendió a una interpretación sofía moderna, como un fracasado
ticas de Cousin, pasó luego a una estético-dinamicisla de lo real. intento de hacer del hombre algo
negación radical de las mismas, cuan- Obras principales: Estudios de De- semejante a aquello que está separado
do se adhirió a las tesis positivistas, recho; Cuestiones vigentes; Estudios de él por un abismo en principio
las cuales estaban siendo contempo- alemanes. — Hermes Lima, Tobias infranqueable. Así, la escuela suiza
Barreto, 1939. — Guillermo Franco- de Barth rechaza, por motivos aná-
ráneamente desarrolladas por Luis vich, Filósofos brasileños, 1943. —
Pereira Barreto (nac. Río de Janeiro, P. Leonel Franca, Historia da Filo- logos, lanío lo lógico-racional como
1840-1923: La filosofía teológica, sofia. lo místico; en verdad, lo único nece-
1874; La filosofía metafísica), el cual BARTH (KARL) nac. (1886) en sario y existente, la condición misma
se ciñó, sin embargo, al aspecto fi- Basilea, profesor en Gottinga, Müns- de lodo pensamiento de la existencia
losófico del comtismo, siendo recha- ter y Bonn, y desde 1935 en Basi- es la revelación, revelación que hiende
zado por la Iglesia oficial positivista lea, es el principal representante de el proceso de la historia en vez de
por su no aceptación del culto a la la llamada "escuela suiza" de la teo- ser, como el "protestantismo cultural"
Humanidad; su positivismo era, pues, logía dialéctica o teología de la cri- suponía, la consecuencia
más bien un cientificismo destinado a
183
BAR BAR BAR
última de ella. Frente a la historia Obras principales de Karl Barth: Problem der Ethik in der dialekti-
y a los valores culturales predomina Die protestantische Theologie im 19. schen Théologie, 1937. — P. Hal-
entonces la revelación y la escatolo- Jahrhundert, 1917 (La teología pro- mann Monsma, Karl Barth's Idea of
gía: el hombre no es lo que piensa, testante en el siglo XIX). — Der Rö- Révélation, 1937. — Hermann Volk,
ni lo que hace, sino lo que está de- merbrief, 1919 (La Epístola a los Die Kreaturauffassung bei K. Barth
terminado por sus fines, es decir, por Romanos). — Biblische Fragen, 1920 1938 (Dis.). — L. Leuba, Resumé
(Cuestiones bíblicas). — Zur inneren analytique de la dogmatique ecclé-
sus fines últimos, por sus "postrime- Lage des Christentums, 1920 (Sobre siastique de K. Barth, I. La doctrine
rías". La escuela de Barth podría la situación interna del cristianismo). de la parole de Dieu, 1945. — S.
llamarse también, por consiguiente, — Die Auferstehung der Toten, 1924 Navarria, S. Kierkegaard e l'irraziona-
una teología existencial, siempre que (La resurrección de los muertos; es lismo di K. Barth, 1946. — J. C.
los conceptos existenciales relaciona- un comentario a I Cor.). — Der Groot, Karl Barths theologische Be-
dos con la revelación —tales como Christ in der Geschichte, 1926 (Cris kenntnis, 1948. — J. Hamer, O. P.,
la confesión y el testimonio— sean to en la historia). — Die christliche K. Barth. L'occasionalisme théologi-
tomados como modos de la revelación Dogmatik im Entwurf. I. Prolegome que de K. Barth. Étude sur sa mé-
y no como principios de ella. no, 1927 (La dogmática cristiana en thode dogmatique, 1949. — H. U.
bosquejo. I. Prolegómenos). — Die von Balthasar, Κ. Β. Darstellung und
Ahora bien, esta teología dialéctica Théologie und die Kirche, 1928 (La Deutung seiner Théologie, 1951. —
y teología "existencial" representa teología y la Iglesia). — Erklärung E. Rivero, La teologia esistenzialisti-
sólo la primera fase en una compleja des Philipperbriefes, 1928 (Explica ca di K. Barth, 1955. — C. G. Ber-
evolución filosófica y teológica, que ción de la Epístola a los Filipenses). kouwer, The Triumph of Grace in the
va desde las primeras obras de K. — Fidens quaerens intellectum. An- Theology of Κ. Β., 1956. — Henri
Barth —los Comentarios—, de selms Beweis der Existenz Gottes, Bouillard, Κ. Β., 3 vols., 1957 (I: Ge-
índole escatológica y en las cuales 1931, 2a ed., 1958 (F. q. i. La prueba nèse et évolution de la théologie dia-
Dios aparece como la única realidad, anselmiana de la existencia de Dios). lectique·, II-II : Parole de Dieu et exis-
hasta la Dogmática. La filosofía es- — Die kirchliche Dogmatik (Dogmá tence humaine). — Obras principales
tica eclesiástica). De esta obra se han de Emil Brunner: Das Symbolische
catológica de los comienzos condujo publicado los tomos: I/1, 1932; I/2, in der religiösen Erkenntnis, 1914
a Barth a las posiciones de la teolo- 3a ed., 1945; II / 1, 2a ed., (Lo simbólico en el conocimiento re-
gía dialéctica. Pero el abismo abierto 1946; ligioso). — Erlebnis, Erkenntnis und
entre Dios y la criatura ha sido col- Π/2, 1942; ΠΙ/1, 1945; ΠΙ/2, 1948; Glaube, 1921 (Vivencia, conocimien-
mado cada vez más, en la última ΠΙ/3, 1950; ΠΙ/4, 1951; IV/1, 1953. to y je). — Die Mystik und das
doctrina de Barth, por la persona de I se titula Die Lehre vom Worte Wort, 1924 (La mística y la Pala-
Cristo. Podríamos, pues, siguiendo a Gottes·, II, Die Lehre von Gott; III, bra). — Philosophie und Offenba-
algunos de sus intérpretes, esquema- Die Lehre von der Schopfung; IV, rung. Reformation und Romantik,
tizar del siguiente modo las posicio- Die Lehre von der Versöhnung. — 1925 (Filosofía y Revelación. Refor-
Credo, 1935. — Die grosse Barm- ma y Romanticismo). — Religions-
nes sucesivas de Barth: (1) Sola- herzigkeit, 1935 (La gran miseri philosophie evangelischer Théologie
mente hay una realidad verdadera: cordia). — Gotteserkenntnis und Got- (en el Handbuch der Philosophie,
Dios. (2) Hay Dios y la criatura, tesdienst nach reformatorischer Lehre, ed. A. Baumler y M. Schröter, Abt.
separados por un abismo. (3) Hay 1938 (Conocimiento de Dios y servi II), 1927 (Filosofía de la religión
Dios y la criatura, entre los cuales cio de Dios según la doctrina refor según la teología evangélica). — The
se establece un diálogo. (4) Hay mada). — Rechtfertigung und Recht, Theology of Crisis, 1929. — Gott
un puente sobre este abismo y una 1938 (Justificación y Derecho). — und Mensch, 1930 (Dios y el
posibilidad de "entendimiento" me- Die christliche Lehre von der Taufe, hombre). — The Word and the
diante el mensaje de Cristo. En el 1943 (La doctrina cristiana del bau World, 1931. — Das Gebot und die
tismo). — Eine Schweizer-Stimme Ordnungen. Entwurf einer protestan-
presente artículo hemos desarrollado (1938-1945), 1945 (Una voz suiza). tisch-theologischen Ethik, 1933 (El
especialmente las posiciones (1) y — Dogmatik im Grundriss, 1947 mandamiento y las órdenes. Bosquejo
(2), que son las que más influencia (trad. esp.: Bosquejo de Dogmática, de una ética teológico-protestante).
han ejercido. Entre los discípulos de 1947). — Christliche Gemeinde im — Unser Glauben, 1935 (Nuestra fe).
Barth o entre quienes han coincidi- Wechsel der Staatsordnung, 1948 (La — Die Wahrheit als Begegnung, 1938
do más en las citadas posiciones comunidad cristiana a través de los (La verdad como cuasi-revelación).
—aunque en frecuente polémica con cambios del régimen del Estado). — — Der Mensch im Widerspruch. Die
su maestro— figuran Emil Brunner, Mensch und Mitmensch, 1954. (El christliche Lehre vom wahren und
nac. (1889) en Winterthur (Suiza), hombre y su prójimo). — Véase Mar vom wirklichen Menschen, 1937 (El
tin Werner, Das Weltanschauungs- hombre en la contradicción. La doc
profesor desde 1924 en Zurich, y problem bei K. Barth und Albert trina cristiana del hombre verdadero
Friedrich Gogarten (nac. 1887). Schweitzer, 1924. — M. Strauch, y real). — Offenbarung und Ver-
Brunner ha utilizado en su plena sig- Die Theologie K. Barths, 3a ed., 1926. nunft. Die Lehre von der christlichen
nificación teológico-dialéctíca los con- — Emil Brunner, Natur und Gnade. Glaubenserkenntnis, 1941 (Revela-
ceptos kierkegaardianos del "salto" y Zum Gespräch mit K. Barth, 1934. lación y razón. La doctrina del co
de la "repetición". Por su lado, Go- — Hans Ullrich, Das Transzendenz- nocimiento cristiano de la fe). — Ge-
garten ha insistido en la oposición en- problem bei Karl Barth, 1936 (Dis.). rechtigkeit. Eine Lehre von den
tre tiempo y eternidad como proceso — Gerhard Rabes, Christentum und Grundgesetzen der Gesellschafísord-
dialéctico y que puede conducir a la Kultur, in besonderer Auseinander- nung, 1943 (Justicia. Una teoría acer
setzung mit Barth und Gogarten, ca de las leyes fundamentales del or
comprensión de la revelación y a 1937. — F. Gogarten, Gericht oder den social.). — Die christliche Lehre
la certidumbre de la fe. Skepsis. Eine Streitschrift gegen K. von Gott. Dogmatik, I, 1946 (La doc-
Barth, 1937. — J. Cullberg, Das
184
BAS BAS BAT
trina cristiana de Dios. Dogmática. I.) des características del gnosticismo es- Trinidad y a la forma del cosmos)
— Die christliche Lehre von Schöp- peculativo: Nous, Logos, Sofía y que ejercieron una considerable in-
fung und Erlösung, 1950 (La doctri Dynamis (Fuerza). Otras emanacio- fluencia. La cosmología de San Basi-
na cristiana de la creación y la salva lio en particular, basada en una des-
ción) . — Sobre Brunner: K. Barth: nes producen otros seres que ocupan
Nein! Antwort an E. Brunner, 1934. 365 cielos. En el último cielo hay cripción e interpretación del Génesis,
— Hermann Volk, E. Brunners Leh el demiurgo, Dios de los judíos. El fue determinante para la concepción
re von der ursprünglichen Gott- proceso dramático se desencadena medieval del mundo.
ebenbildlichkeit des Menschen, 1939. cuando el Primer Arconte cae de su Obras en Migne, P.G., XXIX a
— Id. id, E. Brunners Lehre von der estado y debe redimirse por la gnosis XXXII (reimpresión de la edición de
Sünde. Eine Auseinandersetzung mit M. J. Garnier y Pr. Maran, 3 vols.,
dem Schweizer Theologen, 1943. — y por la aparición de Jesús el Re- 1721-1730). — Edición de Cartas
Obras principales de Friedrich Go dentor. En la trascripción de San por R. J. Deferrari y McGuire, 4
garten: Fichte als religiöser Denker, Hipólito, el sistema de Basílides, aun- vols., 1926-1934. Edición de De Spi-
1914 (Fichte como pensador religio que sustancialmente basado en aná- ritu Sancto por C. F. H. Johnston,
so). — Religion una Volkstum, 1915 logas series de emanaciones, aparece 1892. Ediciones del sermón Lo/goj di-
(Religión y comunidad nacional). — algo modificado: el Dios absoluto e rigido a los jóvenes sobre el modo
Die religiöse Entscheidung, 1921 (La de aprovechar las letras helénicas:
decisión religiosa). — Von Glauben innominado produce por emanación
Nous, Logos, Fronesis, Sofía y Dy- (Ad adolescentes): J. Bach, 1900; A.
und Offenbarung, 1923 (De la fe Dirking, 1934; F. Boulenger, 1935.
y de la revelación). — Illusionen, namis. Véase bibliografía de — Véase A. Dirking, S. Basilii M. de
1924. — Ich glaube an den dreieini- GNOSTICISMO. divitiis et paupertate sententiae quam
gen Gott, 1926 (Creo en el Dios Uno — Además: G. Uhlhorn, Das basili- habent rationem cum veterum philo-
y Trino). — Theologische Tradition dianische System, 1855. — J. Ken sophorum doctrina, 1911 (Dis). —
und theologische Arbeit, 1927 (Tra nedy, "Buddhist Gnosticism, the Sys Y. Courtonne, S. Basile et l'hellé-
dición teológica y trabajo teológico). tem of Basílides", Journal of the Ro nisme, 1934. — S. Giet, Les idées
— Glaube und Wirklichkeit, 1928 yal Asiatic Society (1902), 377-415. et l'action sociales de Saint Basile,
(Fe y realidad). — Politische Ethik, — Exposición muy completa en Hans 1941. — B. Scheve, Basilius der Gros-
1932 (Etica política). — Ist Volks- Leisegang, Die Gnosis, 1924, 195- se als Theologe, 1934 (Dis.). — A.
gesetz Gottesgesetz?, 1934 (¿Es la 256. Cavallin, Studien zu den Briefen des
ley del pueblo la ley de Dios?). — BAS ILIO (SAN) o Basilio el heiligen Basilius, 1944. — B. Pruche,
Sobre Gogarten, véase: G. Wieser, O. P., Introducción a su versión del
F. Gogarten, 1930. — Theodor Sieg Grande (ca. 330-379), nac. en Cesá-
fried, Die Theologie der Existent rea (Capadocia), obispo de la misma De sancto Spirito: Traité du Saint-
bei F. Gogarten und Rudolf Bult- ciudad desde 370, estudió en Cesá- Esprit, 1947 [Sources Chrétiennes,
mann, 1933. — Véase asimismo la rea, Constantinopla y Atenas, donde XVII). — Dom Amand, L'ascèse
revista Zwischen den Zeiten, y la co hizo amistad con Gregorio de Na- monastique de Saint Basile, Essai
historique, 1949. — L. Vischer, Ba-
lección de panfletos titulada Theo cianza, también como él uno de los silius der Grosse, 1953. — T. Spidlik,
logische Existenz heute, editada por grandes Capadocios ( VÉASE). Bauti- La sophiologie de Saint Basile, 1961
K. Barth y Eduard Thurneysen. zado al regresar a su ciudad natal, [Orientalia Christiana Analecta].
BASÍLIDES (fl. 130) nac. en An- viajó luego por el Cercano Oriente BATTAGLIA (FELICE) nac.
tioquía y profesó en Alejandría. Ba- y en 370 fue nombrado Obispo de (1902) en Palmi (Reggio Calabria),
sílides fue uno de los principales re- la citada ciudad, como sucesor de profesó en la Universidad de Siena y
presentantes del gnosticismo ( VÉASE) Eusebio. San Basilio no rechazó el luego en la de Bolonia. Ha sido uno
especulativo y, como Valentino, mez- saber pagano, pero advirtió que de- de los promotores del "Centro de Es-
cló muchos elementos filosóficos bía estar enteramente impregnado tudios filosóficos de Gallarate" (véase
—platónico-eclécticos y estoicos— por el espíritu cristiano si se quería GALLÁRATE [ESCUELA DE ] ) y se ha
con rasgos mitológicos. También como que fuera útil para la formación del consagrado especialmente a la filosofía
Valentino, Basílides predicó —según hombre. Tal espíritu cristiano no era del Derecho, filosofía moral y teoría
expone San Ireneo— la existencia de para él una abstracción: era algo con- de los valores. Partiendo de un
un Dios supremo, uno e innomina- creto, nutrido por la fe, y superior a análisis y crítica del idealismo de Gen-
ble que contiene dentro de sí las se- cualquier idea filosófica. San Basilio tile (que fue su maestro en Roma) y
millas de las demás realidades — se- combatió, en efecto, el predominio de de Croce, Battaglia ha intentado su-
millas comparables, por un lado, con lo filosófico que parecía manifestarse perar las dificultades planteadas por
las ideas de Platón y por el otro en el pensamiento de algunos teólo- un historicismo radical, orientándose
con los logoi\ spermatikoi/ los gos, como el arriano Eunomio, contra hacia un esplritualismo en el cual
es- cuyo antitrinitarismo dirigió San Basi- queden absorbidas y sintetizadas las
toicos. De ellas extrajo Dios una serie lio sus tres libros Adversus Euno- posiciones principales del historicismo
de entidades que siguen permanecien- mium. Pero los argumentos de San y del problematismo (VÉASE). En sus
do en la esfera divina, en el Este- Basilio no estaban fuera de la filoso- trabajos sobre ética y estética Batta-
reoma celeste. De esta esfera surge fía; tanto en dichos libros como en glia ha sometido a crítica el raciona-
finalmente un Primer Arconte de na- el tratado De Spiritu sancto y espe- lismo y criticismo de carácter inma-
turaleza inferior a las series encerra- cialmente en sus Homiliae novem in nentista y ha intentado desarrollar una
das en el Estereoma, pero que en- Hexaemeron, San Basilio desarrolló axiología en la cual se reconoce la ín-
gendra el universo supralunar. Asi conceptos filosóficos (relativos a la dole absoluta de los valores cuando
aparece la Ogdoada, hijo del Primer naturaleza de Dios, al misterio de la menos como términos límites. De este
Arconte, del cual nacen las entida-
185
BAU BAU BAU
modo ha considerado que puede supe- concepción crecientemente relacional yo y de la persona que permite cons-
rarse el subjetivismo a que conduciría del pensar, de lo real y de las cate- tituir y no solamente regular la rea-
una teoría puramente historicista y gorías parece, así, imponerse. En lidad; sólo en la referencia a la idea
perspectivista. efecto, el pensar es, sobre todo, para —que tiene una realidad unificante
Obras sistemáticas principales: Bauch, la actividad judicativa; la y fundamentante— podrá crearse el
Scritti di teoria dello Stato, 1939. — realidad es primordialmente el hallar- ámbito dentro del cual se den lo ló-
Corso di filosofía del diritto, 3 vols., se determinado por las relaciones, y gico, la existencia y el valor.
1940-47. — Il valore nella storia, las categorías mismas son un conjun- Obras principales: Glückseligkeit
1948. — 1l problema morale nell'esi- und Persönlichkeit in der kritischen
stenzialismo, 1949. — Filosofía del la- to de relaciones de valoración. De
modo que la noción de realidad parece Ethik, 1902 (Dis.) (Felicidad y per-
voro, 1951 (trad. esp.: Filosofía del sonalidad en la ética crítica). —
trabajo, 1955). — Moralita e storia disolverse en haces de relaciones.
Ahora bien, esta concepción relacional Luther und Kant, 1904. — Das Subs-
nella prospettiva spiritualistica, 1953. tanzproblem in der griechischen Phi-
—I valori fra la metafísica e la storia, y funcional no puede ser interpretada losophie bis zur Blütezeit, 1910 (El
1957. — Entre las obras históricas desde un punto de vista puramente problema de la substancia en la
mencionamos: Marsilio da Padova e formalista. Por lo pronto, Bauch filosofía griega hasta la época de flo-
la filosofía politica del medioevo, muestra que el propio juicio puede recimiento). — Studien zur Philo-
1928. — E. S. Piccolomini e F, Patri- inclusive trascender de su carácter sophie der exakten Wissenschaften,
zi, 1936. — Cristiano Thomasio filo- 1911 (Estudios para la filosofía de
sofo e giurista, 1936. — Lineamenti relacional y atender a lo que haya de
propiamente ontológico en el objeto, las ciencias exactas). — Geschichte
di storia della dottrina politica, 1936, der neueren Philosophie bis Kant,
2a ed., 1953. — Véase G. Marchello, lo que equivale a decir lo que hay de
propiamente válido-valo-rativo. De 1908 (Historia de la filosofía moderna
F. B., 1953. — Francesco Gualdrini, Il hasta Kant). — I. Kant, 1917. —
pensiero filosofico di F. B., 1957 ahí la estrecha relación entre lógica Fichte und der deutsche Gedanke,
(Resumen de una disertación). y ética y, en general, entre teoría del 1917 (Fichte y la idea alemana). —
BAUCH (BRUNO) (1877-1942) conocimiento y teoría de los valores. Anfangsgründe der Philosophie, 1920
nac. en Gross-Nossen (Silesia), profe- Así, el juzgar puede ser, además de (Principios de filosofía). — Wahrheit,
sor en Halle y, desde 1911, en Jena, una relación, y aun por encima de Wert und Wirklichkeit, 1923 (Ver-
ha pertenecido a la llamada Escuela ella, una aprehensión casi directa dad, valor y realidad). — Das No-
de Badén ( VÉASE ) sin por ello tener de la realidad como tal, la cual al turgesetz, 1924 (La ley natural). —
que ser considerado como un discí- mismo tiempo vale y es. En Die Idee, 1926 (La idea). — Philo-
pulo estricto de Windelband y Ric- verdad, sólo en esta última sophie des Lebens und Philosophie
der Werte, 1927 (Filosofía de la vida
kert. Esto se manifiesta, por lo pron- aprehensión puede darse la relación y filosofía de los calores). — Goethe
to, en su interpretación de Kant, "verdad", que escapa a lo meramente und die Philosophie, 1928. — Die
interpretación de sesgo terminante- lógico, porque se refiere siempre a lo erzieherische Bedeutung der Kultur-
mente objetivista y trascendental. Pe- "ideal". Por eso la "idea" no es ya, güter, 1930 (La significación educa-
ro la interpretación y estudio de Kant vista en su última realidad, una forma tiva de los bienes culturales). —
—dentro de la cual hay que contar, abstracta, sino que lo que ella tiene Grundzüge der Ethik, 1935 (Rasgos
además, su actividad en pro de la de ser es, por lo menos en cuanto fundamentales de la ética). — Auto-
difusión del kantismo desde la direc- participa en lo concreto, una especie exposiciones de su pensamiento en
ción, a partir de 1904, de los Kantstu- de particular "con-crecencia". El Die Philosophie der Gegenwart in
Selbstdarstellungen, II, 1929, y en
dien, fundados en 1896 por Vaihin- primitivo objetivismo casi formalista Deutsche systematische Philosophie
ger ( VÉASE )— es sólo una primera se transforma aquí en un logismo nach ihren Gestaltern, I, 1931. —
etapa en la elaboración de su pen- concreto. La idea no es para Bauch E. Keller, B. Bauch als Philosoph
samiento. A ella sigue la investiga- algo simplemente conceptual; más des vaterländischen Gedankens, 1928.
ción de los problemas filosóficos o, bien se trata de una entidad — Íd., íd., Die Philosophie B. Bauchs
más exactamente, gnoseológicos de unificante, dentro de cuyo ámbito se als Ausdruck germanischer Geistes-
las ciencias naturales y sobre todo el dan tanto la verdad como el valor. El haltung, 1935. — R. Fäh, Der Be-
análisis del problema mismo de la carácter metafísico de lo que Bauch griff der Konkreszens bei B. B.,
realidad en su relación con la verdad llama la idea se acentúa de este modo 1940.
y el valor. Esta investigación y este considerablemente. Mas la idea no BAUER (BRUNO) (1809-1882)
análisis parecen centrarse, en su pri- está completamente desligada ni de lo nac. en Eisenberg, se habilitó para la
mera fase, en torno a la cuestión conceptual en tanto que lógico ni enseñanza de la teología en Berlín
de la objetivación o, mejor dicho, en tampoco de lo existencial. Por el (1834) y en Bonn (1839), pero le
tomo al problema de la relación entre contrario, éstos adquieren su peculiar fue retirado el permiso de docencia
la validez y la valoración. La in- realidad y aun, en el caso de las (la venia legendi) a causa de sus opi-
fluencia de Lotze se hace desde en- existencias, su peculiar individualidad, niones radicales en materia teológica.
tonces cada vez más patente en el en la medida en que son sustentados Miembro primero de la derecha hege-
pensamiento de Bauch, sobre todo por la idea, la cual se acerca liana, y acerbo crítico de David
desde el instante en que la relación entonces más a lo personal que a lo Friedrich Strauss, pasó luego al ala
y contraposición entre verdad y rea- impersonal, más a lo trascendental radical de la izquierda hegeliana, con-
lidad solamente parecen poder supe- que a lo conceptual. En último sagrándose a la crítica —la llamada
rarse por medio de una actividad a término, pues, aparece en Bruno "crítica pura"— del Evangelio de San
la vez objetivadora y valorativa. Una Bauch un activismo puro del Juan y de los Evangelios sinópticos.
186
BAU BAU BAU
Ello lo llevó al rechazo del cristia- sión). Tanto las definiciones como, y posterior autonomía de la estética
nismo y a la crítica de toda teología. sobre todo, el vocabulario de Baum- como disciplina filosófica que trata
El sentido de la historia no se halla garten ejercieron considerable influen- de los fenómenos artísticos y en par-
para Bauer en ninguna realidad tras- cia sobre la filosofía alemana acadé- ticular de lo bello.
cendente al hombre, sino en el hom- mica; Kant, por ejemplo, utilizó co- Discípulo de Baumgarten fue G. F.
bre mismo, en el curso de cuya evo- mo manual para la enseñanza la Me- Meier ( VÉASE ).
lución se realizan los únicos valores taphysica de Baumgarten. Ahora bien, Obras principales: Meditationes
que pueden existir: los valores hu- philosophicae de nonnullis ad Poema
manos, puramente inmanentes. Bauer este filósofo es conocido en particu-
lar por su elaboración de la estética, pertinentibus (tesis doctoral, 1735;
dedicó asimismo diversos estudios a la reimpresa por aB. Croce, 1890). —
interpretación de la cultura moderna, hasta el punto de que suele conside- Metaphysica, 7 ed., 1779, reimp. de
especialmente de los siglos XVIII y rársele como el fundador de la moderna esta ed., 1962. — Ethica philosophica,
XIX; su negación del cristianismo y, estética como disciplina filosófica. Esto 1740. — Aesthetica, 2 vols., 1750-58;
en general, de toda "allendidad"' tiene su justificación si consideramos reimp. en 1 vol., 1961. — Initia phi-
(Jenseitigkeit) no le impidieron, sin que una de las consecuencias de las losophiae practicae primae, 1760. —
embargo, defender en política la tra- definiciones dadas de la estética Jus naturae, 1765. — Philosophia ge-
dición del conservadurismo prusiano. (VÉASE) por Baumgarten son la for- neralis, 1770. — E. Bergmann, Die
Obras principales: Kritische Dar- mación de dicha disciplina en un Begründung der deutschen Aesthetik
stellung der Religion des Alten Testa- durch A. Baumgarten und G. F.
sentido actual. Pero el propio Baum- Meter, 1911. — A. Riemann, Die
ments, 2 vols., 1938 (Exposición crí- garten concebía a la estética en un
tica de la religión del Antiguo Testa- Asthetik A. G. Baumgartens, 1928. —
mento). — Kritik der evangelischen sentido más amplio. Baumgarten divi- Hans Georg Peters, Die Asthetik A.
Geschichte des Johannes, 1840. — día la gnoseología, o doctrina del sa- G. Baumgartens und ihre Bezichungen
ber, en dos partes: la gnoseología in- zum Ethischen, 1934.
Kritik der evangelischen Geschichte
der Synoptiker, 2 vols., 1841-42; nueva ferior o estética —que se ocupa del BAUMGARTNER (MATTHIAS)
ed., 1850-51, y con nuevo vol. ti- saber sensible— y la gnoseología su- (1865-1933) nac. en Schretzbeim, en
tulado: Die theologische Erklärung perior o lógica — que se ocupa del sa- Dillingen, profesor desde 1901 en Fri-
der Evangelien, 1852 ( La explicación ber intelectual. La gnoseología infe- burgo i. B., fue uno de los neoesco-
teológica de los Evangelios). — He- rior o aesthetica es la scientia pulchre lásticos de orientación tomista que se
gels Lehre von Religion und Kunst, cogitandi, es decir, la ciencia del distinguió por sus investigaciones so-
1842 [publicado anónimamente] (La pensar ajustado (no, como parece, del bre la filosofía medieval. Además de
doctrina hegeliana de la religión y del pensar "bellamente"). [Véase ESTÉ - sus estudios sobre Santo Tomás se
arte). — Das entdeckte Christentum, TICA para más detalles.] Su objeto es deben a Baumgartner investigaciones
1843 (El cristianismo descubierto). la actividad del pensamiento en cuanto acerca de Guillermo de Auvergne y
— Geschichte der Politik, Kultur und sobre Alain de Lille. Baumgartner fue
Aufklärung des 18. Jahrh., 4 vols., se propone poseer un "conocimiento
1843-45 (Historia de la política, cul sensitivo" que sea un analogon al uno de los principales colaboradores
tura e Ilustración del siglo XVIII). — conocimiento por razón. La estética se en los Beitrage zur Geschichte der
Die Apostelgeschichte, 1850 (Historia divide en tres partes: la heurística, la Philosophie des Mittelalters, fundados
de los Apóstoles). — Kritik der pauli- metodología y la semiótica. por Clamens Baeumker ( VÉASE ).
nischen Briefe, 3 vols., 1850-52. — Debe advertirse, con todo, que los Obras: Die Erkenntnislehre des
Philo, Strauss und Renan über den dos tipos de saber antes indicados se Wilhelm von Auvergne, 1893 [Beitra-
Urchristentum, 1874 (Filón, S. y R. hallan organizados, según Baumgarten ge, II, 1]. — Die Philosophie des
sobre el cristianismo primitivo). — (siguiendo en ello los supuestos de la Alanus de Insulis, im Zusammenhang
Christus und den Casaren. Der Ur- llamada "escuela de Leibniz-Wolff ), mit den Anschauungen des 12. Jahrh-
sprung des Christentums aus dem rö- underts dargestellt, 1896 [Beiträge,
en una jerarquía continua. Así, el co- II, 4], — "Augustinus und Thomas
mischen Griechentum, 1877 ( Cristo y nocimiento sensible es una percepción
los Césares. El origen del cristianismo von Aquin", en Grosse Denker, 1911.
a partir del helenismo romano). — oscura del conocimiento intelectual, y — M. Baumgartner preparó una de
Das Urevangelium, 1880 (El Evange el conocimiento sensible de lo bello, las ediciones (1914-15) del tomo II
lio primitivo). — Véase M. Kegel, aunque "perfecto" en su género, cons- (Die patrtstische und scholastische
B. B. und seine Théorie über die tituye una aprehensión menos clara Zeit) del Grundriss, de Ueberweg
Enstehung des Christentums, 1908. — del tipo superior de conocimiento. Po- (véase FILOSOFÍA [ HISTORIA DE LA] ).
Georg Runze, B. B., der Meister der dríamos, pues, concluir que la estética BAUR (FERDINAND CHRIS-
theologischen Kritik, 1931. de Baumgarten es enteramente inte- TIAN) (1792-1860) nac. en Schmi-
BAUMGARTEN (ALEXANDER) lectualista. Y así ocurre, en efecto, den, cerca de Kannstatt. Después de
(1714-1762) nac. en Berlín, profesor cuando nos atenemos a sus supuestos. estudiar en Tubinga para pastor lute-
en Frankfurt a. O., discípulo de Pero como Baumgarten elaboró los te- rano, se consagró al estudio de histo-
Wolff, desarrolló en el espíritu de su mas estéticos con mayor amplitud y ria de la religión y en 1826 fue nom-
maestro un sistema de filosofía divi- sistematismo que sus precedesores, brado profesor de Historia de la Igle-
dido en una parte propedéutica ( gno- tratando y definiendo las nociones sia y de los dogmas en la Universidad
seología), una parte teórica (meta- de disposición artística, genio, entu- de Tubinga. Fundó en esta ciudad la
física y física) y una parte práctica siasmo, etc., tales temas —y el "co- llamada "escuela crítico-teológica"
(ética, filosofía del Derecho, prepo- nocimiento" implicado en ellos— lle- (también conocida con el nombre de
logía —o teoría de la conducta— y garon a adquirir, a su pesar, una "Escuela de Tubinga") y aplicó al es-
enfaseología — o teoría de la expre- cierta independencia que explica la tudio de la historia del cristianismo
187
BAU BAY BAY
y de la teología cristiana ideas deri- Kirchengeschichte des 19. Jahrh., una verdad abstracta y una verdad
vadas de Schelling y de Scheierma- 1862. — Edición de Obras selectas concreta que fuese prueba de la pri-
cher y luego, muy en particular, de (Ausgewählte Werke in-Einzelausga- mera; el espíritu de Bayle era, indica
Hegel — formando parte del llamado ben), 5 vols., 1961 y sigs., ed. Klaus Hazard, un espíritu esencialmente to-
"centro hegeliano". Sus estudios his- Scholder. — Véase L. Perriraz, F. C. lerante y moderado: "nunca quiso per-
B., son influence sur la critique et
tóricos, especialmente los consagrados l'historié au XIXe siècle, 1908. — C. der la idea de un cierto bien moral
al cristianismo primitivo, a los Evan- Fraedrich, F. C. Β., der Begründer que hay que realizar, de un progreso
gelios, al maniqueísmo, al gnosticismo der Tübinger Schule, als Theologe, que hay que favorecer".
y. a la evolución de los dogmas, lo Schriftsteller und Charakter, 1909. De acuerdo con otros autores, Bayle
llevaron a una posición crítica radi- BAYLE (PIERRE) (1647-1706) era un escéptico puro y simple que
cal de textos y, a través de ella, de nac. en Carla, cerca de Foix Cariège, manifestó en todo momento una gran
los dogmas. La "Escuela de Tubin- Languedoc), fue educado en el pro- cautela. Lo que el propio Bayle escri-
ga" ha sido objeto de numerosos de- testantismo, se convirtió al catolicismo bió en el "Prefacio" a la primera edi-
bates; mientras unos estiman que, si y luego regresó a la fe reformada. ción del Dictionnaire parece confirmar
no los resultados obtenidos, cuando Protestante o católico, Bayle combatió esta opinión: "De las dos leyes invio-
menos el método —depurado de su- siempre la intolerancia en materia de lables de la Historia... he observado
puestos hegelianos— es todavía váli- religión, así como lo que consideraba religiosamente la que ordena no decir
do, otros consideran que una "críti- las inútiles disputas teológicas —como nada falso. Mas en lo que toca a la
ca pura" conduce a conclusiones me- las mantenidas en torno al problema otra, que ordena decir cuanto es ver-
ramente negativas. Bauer influyó so- de la gracia y del libre albedrío por dadero, no podría jactarme de haberla
bre varios historiadores de la filosofía, calvinistas, jansenistas, tomistas y mo- seguido siempre. La considero a veces
entre ellos A. Hilgenfeld, Λ. Schwegler linistas— y filosóficas. Su obra más contraria no sólo a la Prudencia, más
y Eduard Zeller ( VÉASE ). famosa, el Dictionnaire historique et también a la razón."
Obras principales: Symbolik und critique (primera edición, 2 vols., 1695- Otros autores (como Richard H.
Mythologie oder die Naturreligion des 1697), constituye un examen de Popkin en sus diversos trabajos acerca
Aliertums, 3 vols., 1824-25 (Simbólica múltiples problemas —teológicos, me- del escepticismo en el siglo XVII y en
y mitología o la religión natural de la particular en el artículo "Pierre Bayle's
Antigüedad). — Das Manichäische tafísicos, morales, políticos, históri-
Religionssystem, 1831 (El sistema re- cos— cuya comprensión quedaba os- Place in Seventeenth Century Scepti-
ligioso maniqueo). — Der Gegensatz curecida, según Bayle, a causa de fal- cism", en Pierre Bayle, 1959, P. Di-
des Katholizismus und Protestantismus, sedades y, sobre todo, de prejuicios. bon, ed. ) han destacado dos aspectos
1833, 2a ed., 1836 (La oposición Había que cribar, pues, lo verdadero a la vez conflictivos y complementa-
entre el catolicismo y el protestantismo). de lo falso, lo plausible de lo implau- rios en la obra y en el pensamiento de
— Die christliche Gnosis, 1835. — Der sible, lo justo de lo falaz. Todos los Bayle. Por un lado, Bayle llevó el es-
christliche Platonismus oder Sokrates problemas que la época debatía con cepticismo —especialmente el escep-
und Christus, 1837. — Die christliche gran fervor —gracia y libre albedrío, ticismo epistemológico del tipo de
Lehre von der Versöh-nung, 1838 (La Pirrón y Sexto el Empírico— a sus
doctrina cristiana de la expiación ). — existencia y razón del mal, dogmas re-
Die christliche Lehre der Dreieinigkeit ligiosos y reglas morales, etc.— debían últimas consecuencias. El escepticis-
und Menschenwer-dung, 3 vols., 1841- someterse a examen crítico, fundarse mo de Bayle no es el escepticismo ele-
43 (La doctrina cristiana de la Trinidad en los hechos y en interpretaciones li- gante y aristocrático de Montaigne y
y de la Encar-nación). — Paulus, der bres de prejuicios. Había que depurar de Charron, sino el escepticismo radi-
Apostel Jesu Christi, 1845, 2a ed., la historia, pero no negándola, antes cal de quien cree descubrir que no
por E. Zeller, 2 vols., 1866-67. — bien examinándola a fondo. Si se solamente no se puede confiar en los
Lehrbuch der christlichen argüía, por ejemplo, que la creencia sentidos, mas ni siquiera en la razón.
Dogmengeschichte, 1847, 3a ed., 1867 religiosa comporta el ejercicio de una En efecto, la propia noción de evi-
(Manual de historia de los dogmas dencia no es segura, puesto que hay
cristianos). — Die Epo-chen der moral perfecta, había que ver hasta
christlichen Geschichtsschrei-bung, qué punto tal "argumento" se hallaba proposiciones que son a la vez eviden-
1852-55 (Las épocas de la his- sancionado por los hechos. Y los tes y falsas. Este escepticismo —o pi-
toriografía cristiana). — Die Tübin- hechos históricos no lo sancionaban. rronismo extremo— estaba encamina-
ger Schule und ihre Stellung zur Según ello, la obra de Bayle —y no do a destruir la confianza en la razón
Gegenwart, 1859, 2a ed., 1860 (La sólo el citado Dictionnaire— constitu- de la "nueva filosofía" para destacar
Escuela de T. y su posición ante el yó un antecedente de la crítica his- las verdades de la fe cristiana. Puesto
presente). — Vorlesungen über die tórica en que abundó la Ilustración que la razón no nos sirve, concluía
christlichen Dogmengeschichte, 4 (VÉASE). Sin embargo, las intenciones Bayle, tenemos que dejarnos guiar por
vols., 1865-67. — Las obras sobre his- la fe. Ahora bien, este "fideísmo ra-
toria de la Iglesia cristiana son: Das de Bayle eran con frecuencia más po-
lémicas que críticas. De ahí lo difí- dical" o "fideísmo pirrónico" fue sus-
Christentum und die christliche Kirchea
der drei ersten Jahrhunderte, 1853, 3 cil que es precisar las opiniones filo- tituido poco a poco por un fideísmo
ed., 1863. — Die christliche Kirche sóficas de nuestro autor. Varias inter- racional, basado en ciertas verdades
vom Anfang des 4. bis Ende des 6. pretaciones se han propuesto. de las cuales no se puede dudar y
Jahrh., 1859, 2a ed., 1863. — Die De acuerdo con ciertos autores (co- que constituyen el armazón concep-
christliche Kirche des Mittelalters, mo Paul Hazard en La crise de la tual de las creencias religiosas cristia-
1861, 2a ed., 1869. — Die Kirchen- conscience européenne, Parte I, cap. nas. "Bayle —escribe Popkin— fue
geschichte der neueren Zeit, 1863. — ν), Bayle se propuso buscar a la vez acaso el prototipo del escéptico-dog-
188
BAY BAY BEC
mático de Hume... "; las razones en BAYO (MIGUEL) [Michael Baius, simplificó y popularizó las críticas de
defensa del escepticismo "le impidie- Michel de Bay] (1513-1589) nació Reid a los filósofos cuyas doctrinas
ron saber lo bastante para ser un dog- en Melin, en el Hainault (Bélgica), se consideraban opuestas a la filosofía
mático, pero, cual el escéptico de Hu- estudió en la Universidad de Lovaina común, no sólo Berkeley, sino también
me, sabía todavía demasiado para du- y fue nombrado, en 1552, profesor de Hume, por lo menos en tanto que
dar completamente". Interpretación de las Escrituras en la este último se inclinaba al escep-
La interpretación de Popkin nos pa- misma Universidad. En 1563 asistió ticismo. Beattie subrayó al máximo el
rece la más adecuada y completa, al Congreso de Trento, y en 1579 fue carácter irrefutable del sentido común
pero estimamos que debe tenerse asi- nombrado Canciller de la Universidad en cuanto "poder del espíritu que per-
mismo en cuenta la "actitud cautelo- de Lovaina. cibe la verdad, u ordena la creencia,
sa" de Bayle según se pone de relieve El sistema de Bayo, llamado "ba- no mediante argumentación progresi-
en el citado pasaje de su "Prefacio" al yanismo" o "baianismo", versa exclu- va, sino por un impulso instantáneo,
Dictionnaire. sivamente sobre la cuestión de la instintivo e irresistible, el cual no se
La primera edición del Dictionnaire gracia y de las relaciones entre la na- deriva ni de la educación ni del hábi-
apareció en Rotterdam, en 2 vols., turaleza y la gracia. Según Bayo, la to, sino de la naturaleza, y el cual
1695 y 1697. Otra edición corregida naturaleza y la gracia estaban en re- obra independientemente de nuestra
y aumentada apareció en 1702. Edi- lación muy estrecha en el primer voluntad tan pronto como se presenta
ción de Des-Maizeaux, después de hombre, pudiendo considerarse prác- su objeto" (Essay, I, i, pág. 45; cit. S.
la muerte de Bayle, en 4 tomos, ticamente como idénticas. Por lo tan- A. Graves, op. cit. infra, pág. 112).
Amsterdam y Leiden, 1740; nueva
edición: París, 1820, 16 vols. — to, la primitiva inocencia no era para Obra capital: Essay on the Nature
Además, Bayle escribió una gran can- Bayo resultado de un don sobrenatu- and Immutability of Truth in Opposi-
tidad de artículos (Cfr. Oeuvres diver- ral, sino algo exigido por la condición tion to Sophistry and Scepticism,
ses, 4 vols., 1727-1731, reimp., 1963, de la humanidad. Así, el pecado ori- 1770, 3a ed., 1772. — Otras obras:
entre ellos las Pensées diverses écrites ginal no puede ser considerado como Essays, 1776. — Dissertations Moral
à un docteur de la Sorbonne à l'occa- and Critical, 1783. — Elément of Mo-
un rechazo de la gracia de Dios, sino ral Science, 1790. — Véase M. For-
sion de la comète qui parût au mois como un mal positivo: la concupis-
de decembre MDCLXX, 1681). — Le bes, B. and His Friends, 1904. — S.
cencia. Las ideas de Bayo influyeron A. Grave, The Scottish Philosophy of
Système de la philosophie, contenant
la logique et la métaphysique, apareció grandemente en el desarrollo del jan- Common Sense, 1960. — Véase tam-
en 1737. — Consúltese Elisabeth La- senismo ( VÉASE ). 76 tesis de Bayo bién bibliografía de ESCOCESA ( ES-
brousse, Inventaire critique de la co- fueron condenadas en 1569 por Pío CUELA ).
rrespondance de P. B., 1961. — Véase V; la condena fue renovada en 1579 BECK (JAKOB SEGISMUND)
L. Feurbach, P. Bayle nach seinen fur por Gregorio XIII. (1761-1840) nac. en Marienburg, fue
die Geschichte der Philosophie und Los escritos de Bayo son opúsculos uno de los oyentes de Kant en König-
Menschheit interessantesten Momen- sobre la gracia y la relación entre na- sberg; tras obtener la venia legendi en
ten, 1938. — A Deschamps, La genèse turaleza y gracia: Sobre el libre albe- Halle fue profesor en esta última ciu-
du scepticisme érudit chez Bayle, drío; Justicia y Justificación; Los Sa- dad (1796-1799) y luego en Rostock
1879. — F. Pillon, "L'évolution de cramentos; Sacrificio; El pecado origi- (desde 1799). Beck es considerado
l'idéalisme au XVIII siècle; nal; Los obras meritorias, etc. Fueron
l'idéalisme de Lanion et l'scepticisme como uno de los primeros más impor-
recogidas en un vol. publicado en Co- tantes representantes de la tendencia
de Bayle" L'année philosophique, VI ( lonia en 1696. — Sobre Bayo véase
1895 ). Del citado Pillon, varios kantiana (véase KANTISMO), pero aun-
Linsenmann, Michael Baius und die
artículos en la misma revista: "La Grundlegung des Jansenismus, 1867. que el punto de partida y el sistema
critique de Bayle", VII (1896). — — F.-X. Jansen, Baïus et le baïanis- de conceptos de su filosofía proceda
"La critique de Bayle: Critique du me, 1927. — F. Litt, La question des de Kant se aparta de éste en ciertos
panthéisme spinoziste", IX (1898). — rapports de la nature et de la grâce aspectos importantes. Ante todo, Beck
"Les remarques critiques de Bayle sur estima que Kant se dejó llevar dema-
le Spi-nozisme", X (1899). — Dubois, de Baïus au synode de Pistoie, 1934.
Bayle et la tolérance, 1902. — W. — H. de Lubac, S. J., Le Surnaturel, siado por las propiedades de la con-
Bolin, P. Bayle, sein Leben und seine 1946, págs. 15-37. ciencia empírica al formular su doctri-
Schrif-ten, 1905. — A. Cazes, P. BEATITUD. Véase FELICIDAD . na de la conciencia trascendental. Se-
Bayle, sa vie, ses idées, son influence, BEATTLE (JAMES) (1735-1803) gún Beck, la conciencia trascendental
son oeuvre, 1905. — T. Devolvé, nac. en Lawrencekirk (Escocia), es- debe proporcionar las condiciones
Religion critique et philosophie tudió y profesó en la Universidad de para toda conciencia empírica — una
positive chez P. Bayle, 1906. — E. Aberdeen. Miembro, con Thomas Reid actitud en algunos respectos semejante
B. Sugg, P. Bayle, 1930. — Howard y otros, del "Wise Club" de Aberdeen, a la de Fichte, quien ejerció, por lo
Robinson, Bayle the Sceptic, 1931. fue uno de los más conocidos repre- demás, alguna influencia sobre el
— P. André, La jeunesse de Bayle, pensamiento de Beck. No sólo las
tribun de la tolérance, 1953. — W. F. sentantes de la escuela escocesa ( VÉA-
Lich-tenauer, P. Dibon, R. P. Popkin, SE) del sentido común. La fama que categorías, sino las mismas formas de
A. Robinet et al., P. B. Le philosophe adquirió como poeta (The Minstrel) intuición del espacio y del tiempo son
de Rotterdam. Études et documents, contribuyó grandemente a popularizar "construidas" por Beck a partir de la
1959, ed. Paul Dibon. — Elisabeth las concepciones de dicha escuela. conciencia trascendental. Beck criticó
Labrousse, P. B. I: Du pays de Foix Beattie se atuvo en lo esencial a asimismo la idea kantiana de la cosa
à la cité d'Érasme, 1963; II: Hétéro- las ideas de Reid ( VÉASE ), las cuales en sí, o interpretó tal idea como una
doxie et rigorisme, 1964. en gran parte simplificó. También mera forma de exposición.
189
BEC BEC BEC
Obras: Erlauternder Auszug aus espíritu no significa la mera y simple Jahrbuch). — Zur Logik der Moda-
Kants kritischen Schriften, 3 vols., objetivación e impersonalización del litaten, 1930. — Griechische Philo-
1793-1796 ( Sumario aclaratorio de los yo espiritual; no sólo éste funciona sophie, 1941. — Grundlagen der
escritos críticos de Kant). El tomo III dentro del ámbito de lo anímico y Mathematik in geschichtlicher Ent-
de esta obra, básico para entender el wicklung, 1954 (Fundamentos de la
pensamiento de Beck, se titula: Ein- de la actividad relacionada con lo
anímico, sino que, además, lo aními- matemática según la evolución his-
zig moglicher Standpunkt aus wel- tórica). — Zwei Untersuchungen zur
chem die kritische Philosophie beur- co representa el comportamiento del
antiken Logik, 1957 (Dos investiga-
teilt werden muss (El único punto de yo y la fijación de su circunstancia- ciones sobre la lógica antigua) [Klas-
vista posible desde el cual debe juz- lidad, es decir, de su mundo. La psi- sischphilologische Studien, 17].— Das
garse la filosofía crítica). — Grundriss cología plantea, por lo tanto, los pro- mathematische Denken der Antike,
der kritischen Philosophie, 1796 (Bos- blemas básicos de la metafísica y 1957 (El pensamiento matemático de
quejo de la filosofía crítica). — Kom- conduce a una determinación de la los antiguos). — Grosse und Grenzen
mentar über Kants Metaphysik der esencia de la vida espiritual, la cual der mathematischen Denkweise, 1959
Sitten, 1798 (Comentario a la meta-
física de las costumbres, de Kant). — sería como el medio a través del (Grandeza y límites del modo mate-
Lehrbuch der Logik, 1820. — Lehr- cual tienen lugar las actividades mático de pensar).
buch des Naturrechts, 1820 (Manual del "representar". BECHER (ERICH) (1882-1929),
de Derecho natural). — Véase M. E. Obras: Inwiefern konnen in einem nac. en Reinshagen (Remscheid),
Meyer, Das Verhaltnis des S. B. zu Urteil andere Urteile impliziert sein? profesor en Münster y, desde 1916,
Kant, 1896. — W. Potschel, J. S. B. 1916 (Dis.). — (¿Hasta qué punto en Munich, se interesó pronto por los
und Kant, 1910. — Joseph Reiser, pueden quedar implicados en un jui- problemas de la filosofía de la Natu-
Zur Erkenntnislehre J. S. Becks, 1934 cio otros juicios?). — Wesen und
Wert. Grundlegung einer Philosophie raleza, de la teoría del conocimiento
(Dis.). — Véase también tomo III de y de la clasificación de las ciencias a
la obra de Vleerschauer mencionada des Daseins, 2 voG., 1925 (Esencia y
en DEDUCCIÓN TRASCENDENTAL. valor. Fundamentos de una filosofía base de sus investigaciones sobre las
de la existencia). — Psychologie. We- ciencias naturales orgánicas y sobre
BECK (MAXIMILIAN) (1886- sen und Wirklichkeit der Seele, 1938
1950) nac. en Pilsen (Checoslovaquia), las ciencias de la Naturaleza en gene-
(trad. esp.: Psicología. Esencia y rea- ral. Su punto de partida al respecto
profesor últimamente en Wilson Col- lidad del alma, 1947). — Philoso-
lège ( Chambersburg, Pennsylvania ), phie und Politik, 1938. — Beck ha es de carácter empírico, pero no na-
y en Central Collège (North Little publicado asimismo numerosos artícu- turalista; también en Bêcher, pues el
Rock, Arkansas), ha seguido la di- los, especialmente en la revista por realismo crítico en que desemboca en
rección fenomenológica realista de él fundada, Philosophische Hefte su teoría del conocimiento está ínti-
(Berlín, 1929-1933; Praga, 1933- mamente relacionado con el uso, por
Pfânder y ha considerado como base 1938).
fundamental de su pensamiento la lo menos implícito, de procedimien-
BECKER (ÓSCAR) nac. (1889) en tos fenomenológicos. Son éstos, por
tesis de que el principio del valor y el Leipzig, profesor en Friburgo i. B.
acto de la realización del valor coin- lo demás, los que fundamentan su
desde 1928 y en Bonn desde 1931, ha clasificación de las ciencias y la de-
ciden en un mismo ámbito. Las in- pertenecido a la escuela fenomenológi-
vestigaciones psicológicas y lógicas terminación de sus funciones. Ahora
ca y ha contribuido dentro de ella con bien, el uso de tales procedimientos
de Beck son, por lo tanto, la base de algunas investigaciones de índole lógi-
una ontología y de una axiología no significa la adhesión a las tesis
ca —especialmente de lógica modal—, explícitas de Husserl. Por el contra-
opuestas al subjetivismo y al nomina- utilizando a tal efecto los métodos
lismo, pero en modo alguno depen- rio, las ciencias ideales (que, junto
y el simbolismo de la lógica mate- a las reales, constituyen uno de los
dientes de una pura especulación, mática. Su interés por la lógica —y
antes bien estrictamente apoyadas en dos grandes apartados de la investi-
por el problema de la existencia ma- gación y de los objetos científicos),
una descripción previa. Esta tenden- temática— ha cedido luego, empe-
cia se muestra especialmente en la no tienen como referentes objetos
ro, ante la preocupación por los subsistentes ideales, sino simplemente
psicología, que Beck ha elaborado en problemas ontológicos y metafísicos,
estrecha conexión con su investiga- mentales. En cuanto a las ciencias
en cuya elaboración ha recibido prin- reales, su división en ciencias de la
ción acerca del valor y la esencia. cipalmente la influencia de Heideg-
Beck se opone no sólo al subjetivis- naturaleza y ciencias del espíritu no
ger. Becker ha trabajado sobre todo impide, según Bêcher, la existencia
mo moderno, sino también al idealis- al respecto en una doctrina de la
mo implícito en la idea de la inten- de un fundamento común que se re-
"paratrascendencia" que evita, a su fiere tanto a las condiciones de la per-
cionalidad y en la confusión de lo entender, las consecuencias "nihilis-
anímico con lo consciente. De ahí una cepción como a los factores aprióricos
tas" del pensamiento de Heidegger que intervienen en todo conocimiento
redefinición de la conciencia como y se basa, como ha dicho G. Leh-
acto de conocimiento, y de este acto de realidades. Una serie de leyes rea-
mann, en una paraontología realista les debe, pues, subyacer en el fondo
como intuición simple. Más todavía: opuesta a la ontología fundamental
el acto de conocer no es algo sobre- de todo conocimiento de lo real, sea
del idealismo. cualquiera el tipo de objeto en el
puesto a la conciencia, sino que es Obras: Phanomenologische Be-
para Beck la conciencia misma. Esto cual se cumplan. Estas leyes son de
gründung der Geometrie, 1932 (Fun- carácter apriórico, pero no lógica-
implica una filosofía del espíritu, base damentarían fenomenológica de la
a la vez de una antropología y de una geometría). — Mathematische Exis- mente necesario, determinante y no
ética. Ahora bien, esta filosofía del tent, 1927 (estas dos obras fueron condicionante. Tanto la metafísica
publicadas originariamente en el como la filosofía de la Naturaleza es-
190
BED BEH BEH
tán basadas en ellas y deben cons- thumbria, monje en Yarrow, fue uno introspección— y de hipótesis que
tituirse de un modo que posibilita de los autores de la temprana Edad estima incomprobables — como la
aunar la reflexión y la experiencia. Media que contribuyeron a la con- de la conciencia. En vez de ello, el
Esto le permite sostener su doctrina servación de la cultura antigua me- behaviorismo propone atenerse sólo
de un ser supraindividual, a la vez diante la recopilación de sus restos a la conducta (behavior) de los seres
espiritual y psíquico-anímico, en la en forma de compendios. Sin embar- estudiados, es decir, a las reacciones
naturaleza "orgánica", ser que resulta go, como tal recopilación estaba he- o, mejor dicho, modelos de reacciones
comprobado por medio de una serie cha con el propósito de insertar dicha dados a la observación externa. Esto
de experiencias acerca del finalismo cultura dentro de la concepción cris- vincula el behaviorismo a las direc-
de las agallas vegetales, pero a la tiana, no puede interpretarse a Beda ciones de la llamada psicología obje-
vez por medio de una interpretación —lo mismo que ocurre con San Isi- tiva y de la reflexología, y hasta
de tal finalismo a la luz de la citada doro— como un simple transmisor —como veremos luego en los datos
reflexión crítica. Una tendencia a la cultural. El propósito mencionado se históricos— se considera a tales di-
"visión diurna" en el sentido de Fech- advierte en las obras que se deben recciones como los precedentes de los
ner parece la conclusión de estas in- a Beda. Por un lado, hay obras de métodos behavioristas.
vestigaciones, sin que ellas signifi- carácter gramatical y retórico, desti- El behaviorismo ha sido considera-
quen, al entender del autor, otra cosa nadas a perfeccionar el instrumento do, sin embargo, desde dos puntos
que una "elevada probabilidad". con el cual se expresan y defienden de vista: o como un método psicoló-
Obras: Der Begriff des Attributes las verdades cristianas: De schema- gico atento a eliminar todo supuesto
bei Spinoza in seiner Entwicklung tibus et tropis, De arte métrica, De gratuito, o como una hipótesis, al la-
und seinen Beziehungen zu den Be- ortographia. Por otro lado, la obra do de otras, acerca de la naturaleza
griffen der Substanz und des Modus, De rerum natura, en la cual se pre- de lo psíquico. Los dos puntos de
1905 [Abhandlungen zur Phil. und senta el universo visible. Finalmente, vista han estado frecuentemente mez-
ihrer Geschichte, XIX] (El concepto las obras cronológicas, como Liber de
de atributo en Spinoza y sus relacio- clados en los psicólogos behavioris-
nes con los conceptos de substancia y temporibus, De ratione temporum, en tas, pero las críticas que se han di-
modo). — Philosophische Voraussei- las que no solamente se presenta la rigido a la mencionada tendencia des-
zungen der exakten Naturwissen- sucesión de las épocas en una única de el punto de vista filosófico se han
schaften, 1907 (Supuestos filosóficos historia universal, al modo cristiano, atenido casi únicamente al segundo.
de las ciencias naturales exactas). — sino que también se incluyen relatos y Se ha manifestado al respecto que,
Die Grundfrage der Ethik. Versuch crónicas que permiten comprenderla. cualesquiera que sean los méritos me-
einer Begründung des Prinzips der Junto a las mencionadas obras se todológicos del behaviorismo, éste
grossten allgemeinen Glückseligkeits- deben a Beda la Historia ecclesiastica tiene, en cuanto hipótesis, el incon-
forderung, s/f. (1908) (La cuestión gentis Anglorum y una serie de
fundamental de la ética. Ensayo de veniente de ser infiel a sus propias
una fundamentación del principio de Homilías con comentarios a escritos normas y de destacar ciertos hechos
la mayor exigencia de felicidad gene- bíblicos usando muchos de los en virtud de un previo e ilegítimo
ral). — Der Darwinismus und die escritos patrísticos. Las obras de Beda acotamiento de la realidad física a
soziale Ethik, 1909. — Gehirn und ejercieron gran influencia sobre la unos ciertos modelos. Como estas
Seele, 1911 (Cerebro y alma). — literatura, filosofía e historiografía críticas afectan más bien a la época
Naturphilosophie, 1914 (Die Kultur de la Edad Media. "clásica" del behaviorismo (por ejem-
der Gegenwart, III, vii 1). — Ediciones de obras de Beda el Ve- plo, el de Watson), es conveniente
Die fremddienstliche Zweckmassig- nerable: 1521, 1544, 1563, 1612, completar la información anterior con
keit der Pflanzengallen und die Hypo- 1688. A Giles, The Complete Works algunos datos históricos que mues-
thèse eines überindividuellen Seeli- of Venerable Bede in the original
schen, 1917 (La conformidad finalista tren, junto con los orígenes y difu-
Latin, 6 vols., 1843-44. En PL figura sión de la citada doctrina, los cam-
de las agallas vegetales y la hipóte- en vols. XC-XCV. — Ed. en el Cor-
sis de una realidad anímica suprain- pus Christianorum (Series latina) : Be- bios que ha sufrido últimamente y
dividual). — Geisteswissenschaften dae Venerabilis Opera, ed. D. Hurst, que no parecen ser tan afectados por
und Naturwissenschaften. Untersu- J. Fraipont et al. — Véase Κ. Wer- dichas críticas.
chungen zur Theorie und Einteilung ner, Beda der Ehrwürdige und seine Algunos consideran como el fun-
der Reahwssenschaften, 1921 (Cien- Zeit, 1875, 2a ed., 1881. — A. H. dador del behaviorismo contemporá-
cias del espíritu y ciencias de la Na- Thompson y otros autores, Bede, His neo a C. Lloyd Morgan ( VÉASE), espe-
turaleza. Investigaciones para la teo- Life, Times, and Writings, 1935. —
ría y división de las ciencias reales). cialmente por sus obras Animal Life
M. T. A. Carroll, The Venerable and Intelligence (1890-91), An Intro-
— Einführung in die Philosophie, Bede: His Spiritual Teachings, 1946.
1926 (Introducción a la filosofía). — duction to Comparative Psychology
R. Eucken und seine Philosophie, BEHAVIORISMO o conductismo (1894) y Animal Behavior (1908), en
1927. — Autoexposición en Deutsche se llama a una dirección de la psico- las cuales se hace uso de métodos y de
Philosophie der Gegenwart in Selbst- logía desarrollada especialmente en conceptos de índole estrictamente "ob-
darstellungen, I, 1921. — Véase Kurt EE. UU., pero utilizada asimismo en jetiva". Otros indican que los verda-
Huber, Erich Becher's Philosophy, muchos otros países, que pretende deros fundadores del behaviorismo
1931. — Fritz Thone, E. Becher ah evitar muchas de las dificultades pre- son los reflexólogos, es decir, los psi-
Vertreter des Eudamonismus, 1933. sentadas por otras corrientes psicol ó- cólogos que han trabajado en el pro-
BEDA, EL VENERABLE, Beda gicas mediante el rechazo de méto- blema de los reflejos ( VÉASE) condi-
Venerabilis (672/3-735), nac. en Nor- dos que considera dudosos —como la cionados (o condicionales), especial-
191
BEH BEH BEL
mente Pavlov. Puede decirse, en todo Harón de un modo original ciertos su- tórica del behaviorismo: R. Díaz
caso, que desde el momento en que puestos del pragmatismo (v.). Guerrero, "Historia del behaviorismo
comenzó a prestarse atención a la En los últimos años el behavioris- norteamericano" Filosofía y Letras,
llamada psicología animal, y espe- mo ha sido remozado y modificado. 45-6 (1952), 59-98.
cialmente desde que se estudiaron Entre los autores que más han con- BELAÚNDE (VÍCTOR ANDRÉS)
las reacciones de los seres vivientes tr ib uid o a ell o se ha lla n C. L. (1883-1955), vicerrector de la Univer-
sin introducir ninguna hipótesis de Hull (1884-1952), K. W. Spence sidad Católica del Perú, en Lima, se
tipo análogo a la de la conciencia, se (nac. 1907) y G. Bergmann, los cuales ha interesado sobre todo por proble-
establecieron las bases del behavioris- han aprovechado algunos de los mas de filosofía religiosa. El estudio
mo. Así, autores como E. L. Thom- conceptos y métodos del operaciona- de Spinoza y Pascal lo llevó a esta-
dyke, K. Lashley, Yerkes, Washburn, lismo (VÉASE ). Gracias a estos úl- blecer una contraposición entre estos
etc., a quienes se deben notables timos trabajos el behaviorismo no es autores como contraposición de dos
contribuciones a la psicología animal, ya considerado como un simple mé- concepciones últimas del mundo, pero
pueden ser calificados de behavio- todo atomista (véase ATOMISMO), luego resolvió el conflicto dentro del
ristas. Ahora bien, suele considerarse opuesto dondequiera al método tota- pensamiento católico, recibiendo so-
como el principal representante del lista de la psicología de la estructura, bre todo las influencias del tomismo.
behaviorismo al psicólogo norteame- sino como un método complementario Belaúnde se ha ocupado asimismo de
ricano John B. Watson (1878-1958). del estructuralismo. El encuentro de las filosofía de la cultura, considerando
Éste fue discípulo de James R. An- dos direcciones fundamentales de la esta última como una "síntesis vi-
gelí (1869-1949), quien junto con psicología contemporánea se ha viente", así como de problemas cen-
J. Dewey desarrolló en Chicago la hecho así posible por el abandono trados en torno a la noción de tem-
dirección llamada funcionalista, atenta de las posiciones extremas de cada ple (VÉASE) de ánimo, particular-
sobre todo a examinar los problemas uno de sus representantes. mente religioso.
del funcionamiento concreto del J. B. Watson, Animal Education. Obras: La realidad nacional, 1930.
pensar cuando éste es concebido The Psychical Development of the — La crisis presente, 1940. — Perua-
solamente en virtud de sus fines y White Rat, 1903. — Id. íd., Behavior: nidad, 1942. — La síntesis viviente,
de sus resultados. A su vez, los fun- an Introduction to Comparative Psy- 1951. — Inquietud, serenidad, ple-
chology, 1914. — íd., íd., Psychology nitud, 1951.
cionalistas se basaban en las ense- BÉLINSKIY [a veces transcrito —y
ñanzas del psicólogo inglés Edward from the Standpoint of a Behavio-
rist, 1919, 3a ed., 1929. — Íd., íd., pronunciado— Bielinsky] (BISSA·
Β. Titchener (1867-1937), que en- RION GRIGOR'ÉVITCH) (1811-
señó en Estados Unidos y que, si- The Battle of Behaviorism, 1927 (en
colaboración con W. McDougall). — 1848), nac. en Sveaborg, fue durante
guiendo una dirección estructuralista íd., íd., Behaviorism, 1925, ed. revisa- un tiempo —después de haber re-bido
(distinta de la reseñada en el artículo da, 1930. — E. B. Titchener, An Out- la influencia de Schelling y en parte
Estructura), trabajó en el sentido line of Psychology, 1897. Ésta obra de Fichte— uno de los más
de la psicología psicofisiológica y fue sustituida por A. Textbook of Psy- entusiastas hegelianos rusos, introdu-
experimental de Wundt. Puede de- chology, 1909, ed. revisada, 1938. — ciendo en los círculos filosóficos de
cirse que desde Titchener hasta íd., íd., A Primer of Psychology, 1892, su país, no solamente los conceptos,
Watson hay una línea más o menos ed. revisada, 1913. — Íd., íd., Ex- sino también una buena parte del
continua, pero hay que observar que perimental Psychology, 1901-1905, 2
vols. — Íd., íd., Lectures on Experi- vocabulario de Hegel. Sin embargo,
mientras Titchener y todavía Angelí como muchos pensadores rusos de la
daban importancia al método de in- mental Psychology of the Thought-
Processes, 1909. — Íd., íd., A. Be- época, rechazó pronto el extremo pan-
trospección, éste fue completamente logismo e impersonalismo de Hegel
inner's Psychology, 1915. — Íd., íd,.
descartado por Watson. De los fun-
cionalistas se adoptaron los métodos
f Systematic Psychology, 1929. — K. para consagrar su atención a los pro-
W. Spence, varias monografías, entre blemas que plantea el desarrollo de
de estudio de la "conducta de adap- ellas "The Solution of Múltiple Choi- la historia para la persona humana y
tación" manifestada por medio de los ce Problems in Chimpanzees" (1939), especialmente para la persona huma-
reflejos, pero se rechazaron las hi- — C. L. Hull, Principies of Beha- na en tanto que vive en sociedad.
pótesis que, al entender de Watson vior, 1943. — íd., íd., Essentials of Las cuestiones éticas y las de la ac-
y de sus seguidores, todavía introdu- Behavior, 1951. — Íd., íd., A Beha- ción social alcanzaron pronto el pri-
cían demasiado "subjetivismo" en vior's System, 1952. — J. R. Angelí, mado en el pensamiento de Bélinsky,
una investigación que debía regirse Psychology, 1908. — Obras de È. L. pero aun en el período durante el
por un objetivismo y reflexolo-gismo Thorndyke: Educational Psychology,
1903; The Original Nature of Man, cual se inclinó hacia el socialismo —a
completos. Por lo demás, el la vez utópico y liberal— procedente
behaviorismo no se limitó al estudio 1913; Human Nature and the Social
Order, 1940; Man and His Works, en parte de los pensadores sociales
del individuo, sino que fue aplicado al franceses de la época, hacia el ma-
problema de los grupos. Un autor que 1943. — Para información general:
Ch. J. Herrick, The Thinking Machi- terialismo y hacia una especie de hu-
aplicó el behaviorismo a problemas no manismo ilustrado, persistieron en su
ne, 1929. — A. F. Bentley, Behavior,
estrictamente psicoló-gico-individuales Knowledge and Fací, 1936. — A. pensamiento varios de los temas he-
y que le dio una intención más Tilquin, Le Béhaviorisme. Origine gelianos elaborados con vistas a una
general y filosófica fue G. H. Mead et développement de la psychologie doctrina en la cual predomina la
( VÉASE), conocido asimismo como de réaction en Amérique, 1942, 2a ed., acción sobre la pura reflexión inte-
uno de los que desarro- 1950 (tesis). — Sobre evolución his- lectual.
192
BEL BEL BEL
Edición de obras reunidas: Sobra- Pero Sócrates-Platón mantienen que la vida social. Por lo demás, aunque
niá Sotchinéniá, San Petersburgo, si tal equiparación podría ser acep- haya siempre la mentada diferencia
1900-1907. — Véase A. N. Pípin,a tada para el reino de lo sensible, no entre el ser verdadero y el ser bello,
Bélinskiy, évo gizn i pérépiska, 2 es admisible en el reino de lo no no se puede negar que el segundo
ed., 1908. — G. V. Plejanov, Bié-
linskiy. Sbornik statéi, 1923. — V. V. sensible: una institución puede pa- conduce al primero: la famosa "esca-
Zéñikovskiy, Istoriá ruskoy -filosofii, I, recer bella y no serlo. De ahí la con- lera de la belleza" de que habla Pla-
1948, págs. 246-76. — H. E. Bow- clusión: "Si la apariencia es lo que tón en el Banquete es la expresión
man, V. Bielinski (1811-1848). A Stu- hace a las cosas bellas, entonces es metafórica (o mítica) de esta con-
dy in the Origins of Social Criticism in la Belleza que estamos buscando; si la cepción de lo bello que lo convierte
Russia, 1954. — N. O. Lossky, His-tory apariencia da sólo la apariencia de en el "acceso al ser".
of Russian Philosophy, 1951. belleza a las cosas, entonces no es la Hemos indicado que los análisis y
BELLEZA. Véase BELLO. Belleza que buscamos." Lo bello no las polémicas de Platón sobre la no-
BELLO. En el diálogo titulado Hi- es, en suma, idéntico al predicado 'es ción de lo bello contienen muchas
pias el Mayor Platón formuló ya mu- bello'; en rigor, no es un predicado, de las líneas fundamentales visibles
chas de las cuestiones que se han sino una realidad inteligible que hace en las ulteriores filosofías de la be-
suscitado luego, en estética y en fi- posible toda predicación. A diferencia lleza. En buena parte, en efecto, estas
losofía general, acerca de la natura- de Hipias, para quien lo bello es a lo filosofías pueden clasificarse en dos
leza de lo bello (de la belleza) y sumo el nombre común que reciben grupos opuestos: el platónico y el an-
acerca de las posiciones fundamen- todas las cosas bellas, Platón mantie- tiplatónico — con las correspondien-
tales que pueden adoptarse con res- ne que lo bello es lo que hace que tes posiciones intermedias. Así ocurre
pecto a tal naturaleza. En dicho diá- haya cosas bellas. Lo bello es, así, con la mayor parte de las definicio-
logo Sócrates mantiene la actitud para Platón independiente en prin- nes tradicionales, que el lector agru-
racionalista y absolutista; Hipias, la cipio de la apariencia de lo bello: es pará fácilmente en un lado o en otro.
actitud empirista y relativista. He aquí una idea, análoga a las ideas de ser, He aquí algunas: lo bello es lo que
las etapas principales recorridas en el de verdad y de bondad. causa placer y agrado; lo bello es
curso del debate. Hemos escrito 'análoga'. Aun para un atributo inmanente en las cosas;
Se trata de saber qué es la belleza, un "absolutista" como Platón, en efec- lo bello es una apariencia; lo bello
la cual —se supone— hace que las to, no puede simplemente confun- es una realidad absoluta; lo bello es
cosas sean bellas. A esta cuestión Hi- dirse la verdad con la belleza. Platón casi una especie del bien y se funda
pias responde mediante definiciones advierte que decir de algo que es y en la perfección.. . Ahora bien, sería
ostensivas: señalando qué cosas son, que es verdadero equivale a afirmar, excesivo reducir la historia de las con-
a su entender, bellas. La belleza se en el fondo, lo mismo. En cambio, cepciones de lo bello a una discusión
reduce, pues, a lo que es bello. Por no es lo mismo exactamente decir de entre las citadas posiciones extremas.
ejemplo: lo bello es una muchacha algo que es y que es bello. Por eso En todo caso, al predominio tradi-
hermosa. A ello responde Sócrates que la idea de belleza posee, a partir cional del punto de vista metafísico
hay otras cosas bellas (por ejemplo, de Platón, ciertas propiedades que no en la investigación de lo bello se so-
un caballo hermoso); además, hay poseen otros trascendentales ( VÉASE); brepusieron, especialmente desde co-
diversas realidades no sensibles que como indica Platón en el Fedro, mien- mienzos de la época moderna, otros
pueden ser calificadas de bellas (le- tras no hay en la tierra imágenes vi- puntos de vista: el psicológico, el
yes, acciones, almas, etc.). Para no sibles de la Sabiduría, hay, en cam- gnoseológico, el axiológico, etc. Cierto
perderse en este mar de substancias bio, imágenes visibles de la Belleza. que el punto de vista metafísico tien-
bellas es menester, pues, precisar qué Puede decirse que mientras la parti- de a un absolutismo ( aunque sea con
cosas son completamente bellas y re- cipación de las cosas terrenales en frecuencia bastante moderado) y que
ferirse exclusivamente a ellas en todo el ser verdadero se halla doblemente los puntos de vista psicológico y gno-
análisis de la naturaleza de la be- alejada de éste, la participación de seológico rozan con frecuencia posi-
lleza. Ahora bien, tan pronto como las mismas cosas en lo bello en sí es ciones relativistas, pero no puede de-
se inicia esta nueva vía, se descubre directa. En suma, la Verdad no reluce cirse que haya siempre equiparación
que todas las respuestas concretas da- en las cosas terrenales, en tanto que entre el punto de vista y la opinión
das son defectuosas o insuficientes. la Belleza brilla en ellas. Ello no sig- adoptados. Sería, por ejemplo, difícil
Las respuestas dadas por Hipias son, nifica que la contemplación de la reducir a la dialéctica de las dos po-
en efecto, de la siguiente índole: lo belleza sea una operación sensible. siciones mencionadas al principio de-
bello es el oro; lo bello es lo que En el Filebo, Platón llega a la con- finiciones como las siguientes: la be-
conviene; lo bello es lo que aparece clusión de que lo que llamamos be- lleza es el resultado de una percepción
bello; lo bello es lo útil; lo bello lleza sensible debe consistir en pura de relaciones varias adecuadas a los
es lo ventajoso; lo bello es lo gra- forma; líneas, puntos, medida, sime- objetos (Diderot); la belleza es un
to... Sócrates ( esto es, Platón ) no tría y hasta "colores puros" son, se- instinto social (E. Burke); la belleza
puede aceptar ninguna de ellas. Por gún el filósofo, los elementos con los es una realidad perceptible mediante
ejemplo, que algo parezca hermoso, cuales está hecho lo bello que con- un sentido especial que no exige ra-
no quiere decir que sea. hermoso. Hi- templamos. A ello se añade, según zonamiento o explicación (Hutcheson);
pias pudo decir que lo bello es lo apunta en las Leyes, la armonía y el lo bello es lo que agrada umversal-
que parece bello, porque para él el ritmo en lo que toca a la música y mente y sin necesidad de concepto:
ser y la apariencia son la misma cosa. las buenas acciones en lo que toca a finalidad sin fin (Kant); la belleza
193
BEL BEL BEL
es el reconocimiento de lo genera] (2) Consiste en examinar el pro se han ocupado de axiología, dicha
en lo particular (Schopenhauer); la blema de la naturaleza de lo bello posición coincide con la que tienen
belleza es la unidad en la variedad de acuerdo con el análisis de los pro todos los valores estéticos. Particular-
(varios autores); lo bello es uno de cesos psicológicos por medio de los mente detalladas son al respecto las
los principios espirituales superiores cuales formulamos juicios estéticos. A doctrinas de M. Scheler y de N.
(V. Cousin), etc., etc. En rigor, el veces este examen es puramente neu Hartmann. Para el primero, los valo-
número de definiciones de lo bello tral y no prejuzga la reducción de res estéticos (y, de consiguiente, el
dadas en la época moderna ha sido tales juicios a procesos psicológicos, valor de lo bello) constituyen una de
tan considerable, que resulta necesario pero a veces el análisis está basado las grandes secciones en las cuales se
proceder a una nueva ordenación de en un supuesto psicologista y casi dividen los valores espirituales, su-
ellas. Pueden adoptarse al efecto va- siempre relativista. Agreguemos que periores a los valores vitales y a los
rios métodos; nosotros elegimos el cuando lo psicológico es entendido valores de utilidad. A su vez, los va-
que consiste en clasificar las opinio- en sentido colectivo, el modo de lores estéticos son, dentro de los valo-
nes sobre lo bello según el predomi- hablar psicológico puede convertirse res espirituales, los valores inferiores,
nio de una disciplina filosófica — o, en modo de hablar social: la natura puesto que por encima de ellos se en-
mejor dicho, de un determinado len- leza de lo bello depende entonces cuentran los valores cognoscitivos, los
guaje. Consideraremos, así, que hay de lo que por tal entienda la socie éticos (que a veces, empero, no son
los siguientes modos de hablar acerca dad — o una determinada sociedad, valores específicos, pues consisten en
de lo bello: (1) el semántico; (2) el o una sociedad en el curso de un la concordancia de los actos perso-
psicológico; (3) el metafísico; (4) el determinado período de su histo nales con los valores positivos) y los
ético y (5) el axiológico. Estos modos ria, etc. religiosos. Para el segundo, los valo-
no son siempre independientes entre (3) Nos hemos referido a este res estéticos ocupan en la jerarquía
sí; con frecuencia pueden combinar- modo varias veces en los párrafos an axiológica un lugar intermedio entre
se. Pero las definiciones más habitua- teriores; lo peculiar del mismo es que los valores de utilidad, de placer, vi-
les están determinadas en gran parte intenta reducir todas las cuestiones tales y morales, por un lado, y los
por el predominio de uno de ellos. relativas a lo bello a cuestiones acer valores cognoscitivos, por el otro. Den-
Nos limitaremos aquí a mencionar ca de la naturaleza última de la be tro de los valores estéticos, el de la
ejemplos de cada modo. lleza en sí. Belleza ocupa, además, en el sistema
( 1 ) Consiste en averiguar qué ex- (4) Este modo es poco frecuente de Hartmann, un lugar privilegiado:
presiones son sinónimas de 'x es be- en las teorías filosóficas, pero no es la Belleza es, a su entender, un valor
llo'. Numerosas sinonimias pueden es- totalmente inexistente; aparece desde estético que posee todas las caracte-
tablecerse: 'x es bello' es sinónimo de el momento en que se supone que rísticas de los valores, más algunas
'x es grato', de 'x es deseado', de 'x algo puede ser calificado de bello so de índole más específica. Estas últi-
es deseable', de 'x es perfecto', de lamente en tanto que ofrece analogías mas pueden ser las siguientes: (a) La
'x es armonioso', etc. De hecho, lo que con una acción moral. Belleza es independiente de la Bon-
calificamos de punto de vista semán- (5) El modo de hablar axiológico dad y de la Verdad, de modo que
tico puede más propiamente conce- es muy frecuente en el pensamiento algo puede ser a la vez malo, falso
birse como un previo análisis indis- contemporáneo. Se basa en las teorías y bello, no habiendo correlación entre
pensable a toda teoría acerca de lo de los valores a las cuales nos hemos los trascendentales y, de consiguiente,
bello. Las diversas interpretaciones referido en el artículo Valor (VÉASE). no habiendo posibilidad de admitir
de la significación de 'x es bello' Según el mismo, la belleza no es una que, por ejemplo, verum, bonum et
dan origen, en efecto, a otras tantas propiedad de las cosas o una realidad pulchrum convertuntur. (b) La Be-
doctrinas filosóficas. Por ejemplo, las por sí misma, sino un valor. No es lleza no es un acto o acción, pues
dos primeras sinonimias mencionadas una entidad real, ideal o metafísica, sólo metafóricamente podemos decir
conducen a una teoría relativista y porque tales entidades son, en tanto que una acción es bella. La Belleza
psicologista; la tercera, a una teoría que lo bello no es, sino que vale. es un valor de un objeto, (c) La
objetivista, pero no necesariamente Ahora bien, dentro del modo de ha- Belleza es algo que aparece, no algo
absolutista; la cuarta, a una teoría ab- blar axiológico hay diversas teorías que puede estar escondido (como
solutista; la quinta, a una teoría for- posibles; las más conocidas son las ocurre a veces con las acciones mo-
malista o esteticista, etc. Dentro de teorías subjetivista y objetivista. rales). Tiene que ser (o, mejor, que
los análisis proporcionados por ( 1 ) se Cuando la primera es llevada a un aparecer) aquí y ahora, (d) La Be-
halla, en particular, la discusión entre extremo, desemboca en un puro re- lleza manifiesta muchos tipos de re-
dos grandes posiciones: aquella según lativismo; cuando se lleva a un extre- laciones con los "valores inferiores" y
la cual los juicios de belleza (usual- mo la segunda, desemboca en un a veces puede ser confundida con
mente llamados juicios de gusto) son completo absolutismo. Se han ensa- ellos, (e) La Belleza no es el único va-
subjetivos, y aquella según la cual ta- yado por ello varias posiciones inter- lor posible (hay, por ejemplo, tam-
les juicios son objetivos. Con frecuen- medias. Además, se ha examinado bién lo sublime), pero es el valor es-
cia se ha intentado mediar entre las cuál es la posición del valor de lo tético central, (f) Los modos de ex-
dos posiciones afirmando que los jui- bello (o, mejor dicho, del par lo presar la Belleza son con probabilidad
cios de gusto ( VÉASE ), aunque en bello-lo feo) dentro de la jerarquía más numerosos y variados que los
principio subjetivos, pueden pronto de los valores. Según la mayor parte modos de expresar otros valores.
convertirse en intersubjetivos. de los autores contemporáneos que
194
BEL BEL BEN
Véanse las bibliografías de los ar- BELLO (ANDRÉS) (1781-1865) nac. Obras completas hecha en Chile por
tículos ARTE, ESTÉ TICA, GUSTO, SU- en Caracas (Venezuela), residente Miguel Luis Amunátegui (1881-1893).
BLIME y VALOR. Además —o especial- desde 1819 en Londres y desde 1829 Hay una nueva edición (México,
mente—: Ph.-G. Gauckler, Le Beau en Santiago de Chile, donde realizó 1948) con una introducción por José
et son histoire, 1873 (trad. esp.: Lo Gaos. Otra edición con introducción
bello y su historia, 1912). — M. Gri- una gran labor como profesor, por J. D. García Bacca en el t. III de
veau, Les éléments du beau, 1892. — legislador y humanista, siguió la la edición de Obras Completas por
Íd., íd., La sphère de beauté, 1901. tendencia de la filosofía como "cono- el Ministerio de Educación Nacional
— Lucien Bray, Du Beau. Essai sur cimiento del espíritu humano", en un de Venezuela (I, 1952; III, 1951;
l'origine et l'évolution du sentiment sentido próximo al de la escuela esco- IV, 1951; V, 1951). Aparte los es-
esthétique, 1901 ( trad. esp. : Lo bello, cesa y, sobre todo, a Hamilton ( VÉ ASE). tudios de Gaos y García Bacca, véase
1909). — G. Santayana, The Sense Sin embargo, como ha señalado José Miguel Luis Amunátegui, Don
of Beauty, being the Outlines of Gaos, las influencias escocesas y Andrés Bello, 1882. — Eugenio Orre-
Aesthetic Theory, 1896 (trad. esp.: hamiltonianas, así como las de la go Vicuña, Don Andrés Bello, 1935.
El sentido de la belleza, 1945).
ideología y del eclecticismo, son, en — P. Lira Urquieta, Andrés Bello,
— F. Clay, The Origin of the Sensé 1948. — Antologías de Bello: Gabriel
of Beauty; Some Suggestions upon el fondo, menores que la ejercida sobre Méndez Planearte, Bello, 1943. —
the Sources and Development of the su pensamiento por la elaboración de la Germán Arciniegas, El pensamiento
Aesthetic Feelings, 1908. — E. F. Ce- tradición "empirista" inglesa de vivo de Andrés 'Bello, 1946. BEN.
rritt, Theory of Beauty, 1918, 3a ed., Hobbes a Hume. Del conjunto de lo Véase IBN .
1962. — W. Schulze-Soelde, Das Ge- que estimaba Bello constituir el BENEKE (FRIEDRICH EDUARD)
setz der Schonheit, 1925. — W. T. conocimiento filosófico, escribió sólo la (1798-1854) nació en Berlín. Docente
Stace, The Meaning of Beauty, 1929. filosofía teórica: la Filosofía del privado en la Universidad de esta ca-
— S. Alexander, Beauty, and Other entendimiento, cuya primera parte, la pital, le fue negada la autorización
Forms of Value, 1933. — F. Mira- Psicología mental, abarca el estudio para enseñar (1822), probablemente
bent, De la bellesa, Iniciado als pro
blemas de l'estètica, disciplina filosó de la percepción, de las diversas for- por su oposición a Hegel, pasando
fica, 1936. — Theodor Hackner, mas de relación (en las que están sucesivamente a Leipzig, a Gottinga
Schonheit, Ein Versuch, 1936. — F. incluidos los problemas de la subs- y de nuevo a Berlín, donde profesó
Medicus, VOTO Wahren, Guten und tancia y de la causa), de las ideas, de después de la muerte de Hegel. Ad-
Schonen, 1943. — H. Ellsworth Cory, los actos de la memoria y de la versario del idealismo especulativo
The Significance of Beauty in Nature atención; y cuya segunda parte, la postkantiano y seguidor en parte de
and Art, 1947. — L. Krestovsky, LE Lógica, trata del juicio, del raciocinio, la filosofía inglesa, consideró la psi-
problème spirituel de la beauté et de del método y de las causas del error. cología como la ciencia filosófica
la laideur, 1948. — J. Staudinger, Das Quedó sin redactar, en cambio, la fundamental, encargada de analizar
Schone als Weltanschauung im Lichte
der platonischaugustintschen Geites- filosofía práctica, es decir, la Filosofía el fundamento y la validez de los
haltung, 1948. — A. Dyroff, Aethetik Moral, que debía comprender la conocimientos. Pero la psicología no
des tatigen Geistes, 2 vols. (Die Ob- Psicología moral y la Ética. La consiste para Beneke en una inves-
jektivitat des Schonen; IL Die Subjek- tendencia psicológico-gnoseológi-ca se tigación de las facultades, sino en un
tivitat des Schonen), 1948, ed. por W. hace patente en toda la investigación de examen de la experiencia interna con
Szylkarski de las obras postumas de A. Bello, quien no considera necesario los métodos de la ciencia natural. En
Dyroff. — R. Polin, Du mal, du laid, fundamentar ontológica-mente la la experiencia psicológica son dados
du faux, 1948. — H. Osborne, Theory doctrina, pero quien, a la vez, estima los principios que la razón utiliza
of Beauty, 1952.—E. Landmann, Die improcedente disolverla en una pura como umversalmente válidos y que
Lehre vom Schonen, 1952. — L. Qua-
trocchi, L'Idea del Bello nel pensiero "psicología". Se trata, pues, como el deben ser sometidos a su vez a ulterior
di Platone, 1953. — G. Nebel, Das mismo Gaos señala, de un "sistema inspección. Mientras el saber que se
Ereignis des Schonen, 1953. — M. psicológico-lógico" y "no plenamente tiene de la realidad externa en cuanto
Bense, Aesthetica. Metaphysische Be- filosófico", de "la manifestación más tal es incierto, la experiencia interna
trachtungen am Schonen, 1954 (trad. importante de la filosofía ofrece lo psíquico tal como es en sí,
esp.: Estética, 1957). — L. J. Guerre hispanoamericana influida por la en su totalidad. El análisis de lo
ro, ¿Qué es la belleza?, 1954. — J. L. europea anterior al idealismo alemán y psíquico muestra que en todo acontecer
Jarrett, The Quest for Beauty, 1957. contemporánea de ésta hasta la de esta índole intervienen facultades
— Richard y Gertrud Koebner, Vom positivista". La "ciencia del en- primarias y elementales cuya relación
Schonen und seiner Wahrheit. Eine
Analyse asthetischer Erlebnisse, 1957 tendimiento humano" es, en todo con los estímulos externos produce las
[fenomenología de la forma y del caso, para Bello el eje mismo de la representaciones. Éstas pueden ser
"presente" estéticos]. — Nos hemos li filosofía, y en ella se resuelven o conscientes o desaparecer bajo el
mitado a obras contemporáneas; para "diseminan" las disciplinas filosóficas umbral de la conciencia,
anteriores, véanse las de los autores tradicionales tales como la metafísica, permaneciendo allí como huellas que
referidos en el texto mencionadas en la cual sólo puede ser rigurosa y resurgen con motivo de una renovación
los correspondientes artículos o en científicamente estudiada desde el de los estímulos apropiados. La
otros diversos (por ejemplo, GUSTO, punto de vista del examen de las psicología como ciencia natural es, al
SUBLIME ). — Las ideas de Scheler,
en su Etica (Cfr. art. sobre SCHELER); facultades del entendimiento. propio tiempo, el fundamento de la
las de N. Hartmann, en su Estética La Filosofía del Entendimiento lógica como arte del pensar, y en
(Cfr. art. sobre HARTMANN [NICOLAI]). fue publicada postumamente en 1881 cierto modo, como arte de descubri-
en el tomo I (1881) de la edición de miento. En sus ideas éticas, Beneke
195
BEN BEN BER
intentó realizar una síntesis de las BENTHAM (JEREMY) (1748- nonimia de los conceptos de 'lο justo'
tendencias de la filosofía inglesa, par- 1832), nacido en Londres y principal y 'la felicidad del mayor número',
ticularmente de las direcciones de representante del utilitarismo ( VÉA- aun cuando sostuviese que ambos
Shaftesbury y Bentham, convirtiendo SE ), dio a éste un sesgo muy radical pueden aplicarse a las mismas accio-
la ley moral en el producto de una al formular como primera ley de la nes humanas.
abstracción de los juicios subjetivos ética el llamado principio de interés.
que, sin embargo, poseen una objeti- La influencia ejercida por Bentham
vidad propia por su coincidencia en Según este principio, el hombre se en su época fue más bien política que
todos los hombres una vez deducidas rige siempre por sus propios intere- filosófica. Bentham mantenía corres-
las diferencias producidas por las cir- ses, los cuales se manifiestan en la pondencia con personas de muy dis-
cunstancias particulares concurrentes busca del placer y en la evitación tintos países sobre cuestiones de De-
en cada juicio. El pensamiento de del dolor — los "dos maestros sobe- recho constitucional, y sus opiniones
Beneke influyó sobre todo por su parte ranos" que la Naturaleza ha impuesto contribuyeron a fijar las ideas de al-
psicológica y por su pedagogía, al ser humano. Por eso el principio gunos constitucionalistas europeos en
basada enteramente en la psicología. del interés es equivalente a un prin- las primeras décadas del siglo XIX.
Obras principales: Erfahrungssee- cipio de la felicidad. Ahora bien, Entre estas influencias citamos la ejer-
lenlehre als Grundlage alles Wissens, como la busca del placer por parte cida sobre algunos delegados de las
1820 (Doctrina empírica del alma del individuo puede entrar en con- Cortes de Cádiz de 1912. El Conde
como fundamento de todo saber).— flicto con la misma busca por parte
Grundlegung zur Physik der Sitten, de Toreno consultó a Bentham sobre
1822 (Bases para la física de las cos- de otros individuos, es necesario que un proyecto de Código Penal. Y en
tumbres). — Neue Grundlegung zur el aumento de placer y la evitación 1820 se publicó la obra Espíritu de
Metaphysik, 1822 (Nueva base para del dolor no se confinen al reino in- Bentham y sistema de ciencia social,
la metafísica). — Lehrbuch der Logik dividual, sino que rijan en toda la por Toribio Núñez, profesor en la
als Kunstlehre des Denkens, 1832 sociedad. El principio de la felicidad Universidad de Salamanca.
(Manual de lógica como arte del pen- debe, pues, asegurar la mayor canti- Obras principales: An Introduction
sar). — Lehrbuch der Psychologie als dad posible de esta última para la to the Principies of Morals and Legis-
Naturwissenschaft, 1883 (Manual de mayor cantidad posible de individuos. lation, 1789. — Handbook of Politi-
psicología como ciencia natural). — Si se califica a la ética de Bentham cal Fallacies, 1824 (reed. por H. A.
Erziehungs- und Unterrichtslehre, Larrabee, 1953). — Outline of a New
de hedonista, deberá, pues, agregar- System of Logic, 1827. — Deonto-
1833 (Teoría de la educación y de la se que se trata de un hedonismo so-
instrucción). — Grundlinien des na- logy, 1834 (hay una antigua trad.
cial o hedonismo colectivo. esp.: Deontología, 1839). — Véase
türlichen Systems der praktischen Por otro lado, Bentham da a los su doctrina de las ficciones en el
Philosophie, 1837 (Líneas fundamen- texto editado por C. K. Ogden,
tales del sistema natural de la filosofía conceptos de placer y el dolor un
sentido muy amplio. Aunque no dis- Bentham's Theory of Fictions, 1932.
práctica). — System der Logik als — Edición de obras: Works, por
Kunstlehre des Denkens, 1842 (Siste- tingue entre diferentes clases de pla-
ceres y de dolores, aspira con frecuen- John Bowring, Edimburgo, 11 vols.,
ma de lógica como arte del pensar). 1838-43. — Véase Leslie Stephen,
— System der Metaphysik und Reli- cia a una jerarquía de ellos que en The English Utilitarians, vol. I, 1900.
gionsphilosophie, 1840 (Sistema de ocasiones se aproxima a las jerarquías — O. Kraus, Zur Theorie des Wertes.
metafísica y de filosofía de la reli- clásicas. En particular es visible en la Eme Benthamstudie, 1901. — E. Ha-
gión). — Pragmatische Psychologie teoría de Bentham un supuesto próxi- levy, La formation du radicalisme
oder Seelenlehre in der Anwendung mo al de la mayor parte de las éticas philosophique en Angleterre, 3 vols.,
auf das Leben, 1850 (Psicología prag- puritanas, especialmente cuando con- t. I, 1901. — Ch. Milner Atkinson,
mática o teoría del alma en su aplica- cibe el mayor bien como la reducción Bentham, His Life and Work, 1905.
ción a la vida). — Véase A. Weber, — Josef Busch, Der moralische und
de la vida a lo que puede llamarse su soziale Arithmetik Benthams, 1928.
Kritik der Psychologie von Beneke, "mínimum vital".
1872. — J. Friedrich, Die Sittenlehre — T· Wisdom, Interpretation and
F. E. Benekes, 1892. — Fr. B. Brand, Lo último apunta ya a posibles Analysis, 1931. — David Baumgardt,
F. E. Beneke, the Man and his Phi- interpretaciones de la ética de Bent- Jeremy Bentham and the Ethics of
losophy, 1895. — Otto Gramzow, ham en un sentido no meramente To-Dày, 2 vols., 1952 (con manus
"utilitarista". Una de estas interpre- critos hasta entonces inéditos). —
F. E. Benekes Leben und Philoso- Mary Peter Mack, /. Β.: An Odyssey
phie, 1899. — A. Wandschneider, taciones es la que consta en el re- of Ideas, 1963.
Die Metaphysik Benekes, 1903. — ciente volumen de D. Baumgardt
Fr. David, Das Problem der Willens- BENZI (UGO). Véase HUGO DE
(véase la bibliografía) en el cual se
freiheit bei Beneke, 1904. — E. Sa- SIENA.
utilizan manuscritos inéditos del filó-
muel, Die Realitat des Psychischen sofo. Según dicho volumen, el prin- BERDIAEV [a veces transcrito
bei Benekes, 1907. — A. Kempen, cipio de utilidad es de carácter sim- Berdyaev, Berdiaef, Berdiaieff; si-
Benekes Religionsphilosophie, 1914 plemente hipotético. Ello conduce a guiendo estrictamente nuestras re-
[Archiv fur Geschichte der Philoso- una visión de Bentham menos racio- glas de transcripción debería ser:
phie, 27]. — P. Rausch, Genetische Bérdáév] (NIKOLAY ALÉKSAN-
Darstellung der ethischen Theorie nalista de lo que es usual, y a la
suposición de que la ética de Bent- DROVITCH) (1874-1948) nac. en
F. E. Benekes, 1927 (Dis.). Kiev, salió desterrado de Rusia en
BENEVOLENCIA. Véase COMPA- ham tenía una fuerte vena pragmá-
tica. De lo contrario, arguye dicho 1922, residiendo desde 1922 hasta
PASIÓN, HUTCHESON ( FRANCIS ), SlM-
intérprete no se explicaría que en al- 1925 en Berlín y a partir de esta úl-
guna ocasión Bentham negara la si- tima fecha y hasta el final de su

196
BER BER BER
vida en París. Influido al principio la creación (o, mejor dicho, el crear es necesario para sobreponerse a esta
por el marxismo, lo abandonó luego, o la "creatividad") es a la vez el amenaza; solamente cuando es lle-
aunque conservando siempre ciertas principio y el fin de la actividad hu- vado a cabo se concreta el mundo
preocupaciones procedentes de esta mana. Este impulso creador es, se- existencial y personal, al cual tene-
época. La frecuente polémica de Ber- gún Berdiaev, el único capaz de ani- mos acceso por medio de una dia-
diaev contra el marxismo no es siem- quilar el peso muerto que se cierne léctica existencial, esto es, por medio
pre, en efecto, una polémica comple- sobre la vida del hombre y que ahoga de aquella dialéctica que en vez de
tamente "exterior"; hay elementos que sus creencias y sus instituciones; es, reducir un ser al otro, descubre en
el marxismo recogió —crítica de la además, el único que puede evitar la realidad la "tensión" interna que
sociedad individualista burguesa, crí- reducir el destino humano a una mera la constituye y sin la cual no podría
tica de la "cosificación del hom- ordenación del mundo. Berdiaev existir. Esta "tensión" se había reve-
bre"— y que Berdiaev cree que de- llevó esta doctrina de la creatividad lado ya (en otras obras de Berdiaev)
ben mantenerse, si bien no para hasta tan extremas consecuencias que en el cristianismo y en la historia;
desembocar en una "nueva deshu- la propia moral cristiana aparece con ahora se revela en toda realidad. Pero
manización" en nombre de un "me- frecuencia en su obra como un aun cuando es una tensión exis-
sianismo inmanente", sino para libe- estadio que debe ser superado por el tencial, personal y, por ende, "sub-
rar realmente al hombre. Según Ber- citado impulso. En el curso del
jetiva", no es una tensión individual
diaev, el marxismo vive de lo que mismo se engendra lo que, en cierto
y solitaria. Por el contrario, Berdiaev
combate e ignora: el carácter pro- modo, puede ser considerado como el
fundamente existencial del hombre eje de la realidad —en tanto que insiste en el carácter "comunal" (no
que el cristianismo ha revelado. Ahora entidad significativa—: la historia. precisamente "social") de la existen-
bien, las ideas sociales de Berdiaev Cierto que la doctrina propugnada por cia de la persona y proclama que la
son sólo un aspecto de su pen- Berdiaev acerca de la historia parece persona es ininteligible sin la comu-
samiento. Éste se organiza en una estar dominada por una cierta forma nidad con las otras y, en último tér-
filosofía en la que se encuentran mo- de "determinismo" que en el impulso mino, sin la comunión con Dios. En
tivos procedentes de otros pensado- creador no puede nunca encontrarse: la existencia de estos tres elementos
res, tanto rusos (Soloviev, Rozanov) las frecuentes referencias del y en el juego constante entre ellos
como no rusos (Nietzsche, Bohme), pensador al Absoluto como raíz del surge lo que Berdiaev al parecer es-
pero que lleva un sello propio. Dicha desenvolvimiento histórico, la tima por encima de todo: la "autén-
filosofía ha pasado por una serie de conversión de la filosofía de la tica libertad existencial".
etapas. Según Zéñikovskiy, son cua- historia en escatología de la historia, la Obras: Subéktivizm i individua-
tro: la etapa caracterizada por el oposición entre una historia falsa y lizm υ obchchéstvénnoy filosofii,
predominio de los problemas éticos; una historia auténtica, y otras 1901 ( El subjetivismo y el individua-
la etapa de la crisis mística y reli- ideas análogas, inducen a pensar que lismo en la filosofía social). — Sub
specie aeternitatis. Opítí filosofskié
giosa; la etapa del interés historiosó- hay un conflicto interno en su sotsiallníé i literaturnie, 1907 (Sub
fico y la etapa personalista. Estas dos pensamiento. Pero tan pronto como se specie aetemitatis. Ensayos filosófi-
últimas son las más conocidas y se- ahonda en los supuestos me-tafísicos cos, sociales y literarios). — Novoé
guramente las más importantes. En del mismo se advierte que ciertos religioznoé soznanié i obchchéstvén-
el curso de ellas publicó Berdiaev sus motivos más fundamentales quiebran nost', 1907 (La nueva conciencia re-
principales obras. Sin embargo, sus de continuo los esquemas ligiosa y la sociabilidad). — Dujov-
escritos anteriores prepararon en gran conceptuales en los cuales se encierra níy krizis intelligentsii, 1910 (La
medida los nuevos desarrollos, de el filósofo. Uno de estos motivos es crisis espiritual de los intelectuales).
tal forma que la división del pensa- el que en la cuarta etapa alcanza el — Filosofía svobodí, 1911 (Filoso
miento de nuestro autor en etapas predominio casi completo: el per- fía de la libertad; en trad. alemana:
no debe ser interpretada en forma sonalista. Eje del mismo es la idea Philosophie des freien Geistes, 1927 ).
demasiado rígida; algunas de las cues- de que lo general no posee existencia — Smísl tvortchéstva (Opít opravda-
tiones por las que se interesó princi- ontológica; solamente lo personal (lo niá tchélovéka), 1916 (El sentido de
la creatividad. [Ensayo de justifica
palmente en las primeras etapas —co- "subjetivo") la tiene. De ahí resulta ción del hombre]; en trad. alemana:
mo la del papel desempeñado por una consecuencia importante: sola- Der Sinn des Schaffens, 1927 y fran
la "inteligentsia"— subsisten todavía mente el mundo personal es un mun- cesa: Le sens de la création, 1955).
en las últimas. do "auténtico". Esta autenticidad no — Dostoévskiy, 1923 (trad. esp.:
Los problemas filosóficos que ad- es, empero, el resultado de un sose- Dostoyevsky, 1935). — Filosofía né-
quieren más relieve en el pensamien- gado discurrir: la existencia personal ravénstva, 1923 (Filosofía de la des
to de Berdiaev son el del sentido de se ve de continuo amenazada por la igualdad). — O smíslé istorii, 1923
la creación, el del sentido de la his- objetivación (obéktivatsiá), la cual (trad. esp.: El sentido de la historia,
toria, el de la constitución del espí- generaliza y, por medio de la gene- 1931). — Novoé srédnéuékov'é, 1924
ritu y el de la realidad de la perso- ralización, pretende conseguir un me- (trad. esp.: Una nueva Edad Media,
1931). — Filosofía svobodnovo du
na. Todos estos problemas se inter- jor conocimiento y un completo do- ja, 2 vols., 1929 (Filosofía del espí
penetran. Consideremos ante todo la minio del mundo. La persona parece ritu libre; trad. inglesa: Freedom and
cuestión de la creación. Se trata de entonces hundirse en una forma de the Spirit, 1935). — O naznatchélnii
una afirmación de la esencial liber- ser tanto más engañosa cuanto que tchélovéka. Opít paradoksallnoy eti-
tad del espíritu por medio de la cual parece más firme. Un gran esfuerzo ki, 1931 (Sobre el destino del hom
bre. Ensayo de ética paradójica; trad.
197
BER BER BER
esp.: La destinación del hombre, BERENGARIO DE TOURS (ca. vence, y durante varios años Director
1947). — A i mir obéktov, 1934 (Yo y 998-1088) se distinguió por el papel General de la Enseñanza en Fran-
el mundo de los objetos; trad. esp.: predominante que otorgó a la razón cia, se ha ocupado sobre todo de teo-
Cinco meditaciones sobre la existencia, en el examen de los dogmas. Fue por ría del conocimiento al hilo de in-
1948). — O rabstvé i svobodé tchélo-
véka, 1939 ( trad. esp. : Libertad y es- ello considerado como uno de los "dia- vestigaciones ontológicas que han
clavitud del hombre, 1955 ). — Russ- lécticos" medievales, pero debe tener- tenido en cuenta tanto la tradición
kaá idea, 1946 (trad. ingl.: The Rus- se en cuenta que su confianza en la filosófica francesa como la fenomeno-
sian Idea, 1949). — Opít esjatologit- razón estaba ligada a una base "em- logía de Husserl, a la cual ha dedicado
chéskoy metafiziki, 1947 (trad. franc.: pirista", es decir, a la idea de que varios detallados análisis. Como
Essai de métaphysique escatologique, el fundamento de la comprensión de algunos otros pensadores contemporá-
1949). — Samosoznanié, 1949 (trad. lo real, y de las propias operaciones neos, Berger considera, en efecto,
esp.: Autobiografía espiritual, 1958). racionales, se halla en los sentidos. que el problema epistemológico com-
— Después de la muerte del filósofo Admitió, pues, como existencias sola- plica el problema ontológico — y me-
apareció su obra sobre El reino de mente las entidades particulares acce-
Dios y el reino del César, 1951 (trad. tafísico. Este problema no es, empero,
esp.: Reino del Espíritu, reino del Cé- sibles a las operaciones sensibles. Su al entender de dicho autor, de índole
sar, 1953). — Además de estas obras más resonante doctrina es la negación meramente intelectual: las cuestiones
publicó: Pravda i lox' kommunizma del dogma de la transubstanciación, planteadas por la acción y las valora-
(La verdad y la falsedad del comunis- pues, según Berengario, la razón no ciones humanas deben ser resueltas
mo). En trad. esp. hay, junto a las puede admitir que los accidentes juntamente con las cuestiones de na-
obras ya citadas: Las fuentes y el sen- inhieran fuera de la substancia. Como turaleza teórica. Berger se opone a los
tido del comunismo ruso, El cristianis- es verdad empírica que tales acciden- falsos absolutismos de muchas filoso-
mo y la lucha de clases, El cristianismo tes subsisten en el pan consagrado, fías tradicionales, pero no para adhe-
y el problema del comunismo, en varias debe de concluirse que la substancia
ediciones. — Hay numerosos artículos rirse a un relativismo epistemológico
de Berdiaev en la revista Put' (El del pan permanece. Y si el pan se u ontológico, sino para afirmar que
sendero] que el filósofo fundó en París transforma en cuerpo de Cristo, es el conocimiento de lo absoluto es a
en 1924, así como en la revista porque se ha agregado a la substan- la vez indispensable e imposible de
Sovréménníé Zapiski (Notas con- cia del pan otra substancia. Esta te- conseguir totalmente.
temporáneas). — Véase E. Dennert, sis de Berengario —expuesta sobre Obras: Le Cogito dans la phénomé-
Die Krisis der Gegenwart und die todo en oposición a Lanfranco de Pa- nologie de Husserl, 1941. — Recher-
kommende Kultur. Einfuhrung in die vía (1010-1089), arzobispo de Can- ches sur les conditions de la connais-
Berdyaevsche Geschichtsphilosophie, terbury en 1066 y maestro de San An- sance. Essai d'une théorétique pure,
1928. — B. Schultze, S. J., Die Schau selmo— fue condenada en 1050 y 1941. — Además, varias obras de
der Kirche bei Berdiajew, 1938. — caracterología: Traité pratique d'ana-
P. V. Kennedy, A Philosophical Ap- en 1051. Berengario se retractó en lyse du caractère, 1950 (trad. esp.:
praisal of the Modernist Gnosticism 1059 (Concilio lateranense) y en Tratado práctico de análisis del carác-
of N. Berdyaev, 1940. — R. Krem-ser, 1079. ter, 1956. — Caractère et personnalité,
N. Berdiaeffs metaphysische Berengarii Turonensis De Sacra 1954, 2a ed., 1956. — Questionnaire
GrundZegung der Geschichtsphiloso- Coena adversus Lanfrancum, ed. A. caractérologique pour l'analyse d'un
phie, 1943. — E. Porret, La philo- F. y F. Th. Vischer (Berlin, 1934); caractère individuel. — Véase J. Dar-
sophie chrétienne en Russie: N. Β., nueva ed. por W. H. Beekenkamp cct, J. de Bourbon-Busset, E. Morot-
1944. — Id., íd., B., prophète des (L'Aja, 1941). — Véase G. Morin, Sir, L. Delpech, G. B. Un philosophe
temps nouveaux, 1951. — Dino del "Bérenger contre Bérenger", Recher- dans le monde moderne, 1961 (con
Río, Persona e società nella filosofía ches de théologie ancienne et médié- textos de G. B.) (Prospective, 7), —
di N. Berdiaeff, 1944. — E. Lam- vale, IV (1932), 109-33; "Lettre iné- L'homme moderne et son éducation,
pert, N. Berdyaev and the New Mid- dite de B. de T. à l'archevêque Josse- 1963 [introducción por E. Morot-
dle Ages, s/f (ap. 1947). — S. Buc- lin de Bordeaux", Revue Bénédictine, Sir].
een, Berdiaev, 1949. — E. L. Alien, XLIV (1932), 220-6. — M. Matro- Bibliografía de G. B. en Revue de
Freedom in God. A Guide to the nola, Un testo inédito di B. di T. e il l'Enseignement Supérieur, N° 4
Thought of N. Berdyaev, 1950. — concilio romano del 1079, 1936. — J. (1960), 11-12.
V. V. Zéñkovskiy, Istoriá russkoy filo- R. Geiselman, "Ein neuentdecktes BERGSON (HENRI) (1859-1941)
sofii, II, 1950, págs. 298-318. — M. Werk Berengars von T. über das nac. en Auteuil (París), profesó en
Spinka, N. B., Captive of Freedom, Abendmahl?", Theologische Quartal-
1950. — G. Seaver, N. Berdyaev. An schrift, CXVIII ( 1937), 1-31, 133-72. los Liceos de Angers (1881), Cler-
Introduction to His Thought, 1950. — Véanse también Th. Heitz, Essai mond-Ferrand (1883-1885), Liceo
O. F. Clark, Introduction to Ber- historique sur les rapports entre la Henri IV de Paris (1889-1897), Es-
dyaev, 1950. — R. Rossler, Das Welt- philosophie et la foi de B. de T. à S. cuela Nacional (1897-1900) y Collè-
bild N. Berdjajews. Existenz und Ob- Thomas d'A., 1909. — A. J. McDo- ge de France (desde 1900). El pri-
jektivation, 1956. — Donald A. Low- nald, Berengar and the Reform of Sa- mer punto de apoyo de sus ideas lo
rie, Rebellious Prophet. A Life of N. cramental Doctrine, 1930. — L. C. encontró en el positivismo espiritua-
B., 1960. — Hay en París una "Asso- Ramírez, La controversia eucarística lista de Lachelier, así como en el aná-
ciation Nicolas Berdiaeff", que pu- del siglo XI: B. de T. a la luz de sus lisis de Boutroux sobre la contingen-
blica un Bulletin de l'Association Ni- contemporáneos, 1940.
colas Berdiaeff, con textos inéditos o cia. Pero estos puntos de apoyo no son
BERGER (GASTON) (1896-1960) el planteamiento del problema. Como
poco conocidos del filósofo, trabajos nac. en Saint-Louis- du Sénégal, pro-
sobre el mismo, noticias, informacio- él mismo declara, la primeriza adhe-
fesor en la Universidad de Aix-en-Pro- sión a las tesis de Spencer y el reco-
nes bibliográficas, etc.
198
BER BER BER
nocimiento de la evolución de la reali- una intuición que busca expresarse, se ofrece sucesivamente a la inteli-
dad suscitaba de inmediato la pregun- que intenta penetrar hasta la profun- gencia y a la intuición. Por la mate-
ta de por qué la realidad no ha evolu- didad de lo real y extraer de ella, por ria, la duración pura de la concien-
cionado ya; por lo tanto, la pregunta medio de imágenes, lo que los con- cia, su, por así decirlo, completa his-
acerca de la utilidad del tiempo. El ceptos son impotentes para revelar toricidad, se convierte en la memoria
tiempo no hacía nada en el sistema en su plenitud. No es una intuición efectiva de la vida psíquica; por la
de Spencer. Pero "lo que no hace romántica que pretenda hallar en sí memoria, la conciencia adquiere, en
nada no es nada", y de ahí que el misma el saber absoluto; es una in- su devenir, los rasgos que la caracte-
tiempo sea lo que impide que todo tuición metódica, una forma de acceso rizan, el hecho de que sea, en el fon-
haya sido dado de una vez. La filo- a la realidad que no desprecia la do, una pura contemplación de la
sofía de Bergson es, pues, por lo ciencia, porque la ciencia es, en fin duración transcurrida. La distinción
pronto, una continuación de las ten- de cuentas, algo justificado, algo que entre la memoria de repetición o me-
dencias que, oponiéndose al positi- la vida hace para apropiarse de al- moria-hábito y la memoria represen-
vismo, intentan su superación por gún modo la realidad y ponerla a su tativa es la misma distinción exis-
medio de una asimilación de su con- servicio. El método intuitivo, que re- tente entre la memoria lastrada por
tenido más valioso. Este rasgo de asi- presenta, como la reducción fenome- la materia del cuerpo y la memoria
milación del positivismo, única forma nológica de Husserl, "una inversión pura, que es la esencia propia de la
posible de su superación, es caracte- de la dirección habitual del pensa- conciencia. La memoria no es, por
rístico de Bergson en el mismo sentido miento", se dirige, consiguientemen- consiguiente, el producto de una ac-
que lo es el "positivismo absoluto" de te, a lo real y, por lo tanto, a lo que tividad orgánica; es aquello en qu·
Husserl; por él no se reduce la deviene y se hace, pues lo que la la conciencia consiste cuando se con-
filosofía bergsoniana a una mera re- ciencia natural y el pensamiento trae a lo esencial; es la absoluta y
petición de las fantasías románticas, pragmático consideran no es la rea- perfecta continuidad de sus actos rea-
sino que es, desde su raíz, un nuevo lidad, sino el residuo que aparece lizados en la duración; es la unidad
método y una nueva orientación. Lo después de su mecanización. de la persona y la unidad del espí-
que Bergson encuentra en la inteli- No es extraño, pues, que sean la ritu. Pues el espíritu y la persona, la
gencia, lo que el examen de los datos psicología y la biología las discipli- duración real y la continuidad, la
inmediatos de la conciencia pone de nas donde alcanza sus mejores triun- memoria y la conciencia son concep-
manifiesto con toda claridad es, más fos la aplicación del método intuitivo. tos diversos que designan una misma
bien que una incapacidad, una En la vida psíquica se encuentra, realidad fundamental y única, que
insuficiencia; la inteligencia tiene, más que en ninguna otra parte, el designan, para decirlo más propia-
ciertamente, una capacidad, pero es carácter esencialmente cambiante y men, la realidad.
simplemente la capacidad de la me- huidizo que posee lo real en su en- Sentado lo precedente, es perfec-
dida. La inteligencia opera sobre la traña; el asociacionismo, que Berg- tamente comprensible que la filosofía
realidad por medio de esquemas; hace son somete a una incisiva crítica, es de Bergson se organice hasta la cons-
de esta realidad, que es algo per- un ejemplo de la espacialización de lo titución de una metafísica. La meta-
petuamente móvil, algo real y con- psíquico, el cual se resuelve, en última física, que Bergson concibió ya tem-
creto, un conjunto de elementos in- instancia, en temporalidad y, por tanto, pranamente como "el medio de po-
móviles, espaciales, separados. Esta en duración — duración real. Bergson seer absolutamente una realidad", re-
tendencia de la inteligencia es clara- encuentra en el problema de la sulta considerablemente facilitada si
mente evidente en el caso de la cien- memoria un tema que permite con el método de la intuición encon-
cia natural, que convierte el movi- aclarar a fondo la distinción entre lo tramos un acceso a la realidad mis-
miento en una sucesión de inmovili- que se hace y lo hecho, entre el de- ma. La metafísica no debe ser una
dades, que hace del tiempo, de ese venir y lo "devenido". El método in- construcción dogmática; debe hallarse
fluir perpetuo, una serie de momentos tuitivo descubre en lo psíquico los siempre abierta a nuevas intuiciones,
distintos. La ciencia natural es, por caracteres de duración, cualidad y de acuerdo con el carácter no
consiguiente, una espacialización, pe- libertad. Estos caracteres son, natu- sistemático del método, pero es inne-
ro una espacialización que no sola- ralmente, opuestos a la yuxtaposi- gable que la consideración de la du-
mente afecta a la materia, sino tam- ción, a la cantidad y al determinis- ración real tal como anteriormente se
bién al tiempo. Ahora bien; estos ac- mo, que el naturalismo considera co- ha bosquejado proporciona el acceso
tos de la inteligencia son inoperantes mo los elementos constitutivos de lo más íntimo posible. El resultado de la
si, en vez de un esquema, se pretende real y que no son más que esquemas contribución de Bergson a la meta-
una comprensión de la realidad mis- de la inteligencia. Lo psíquico es du- física es la idea de la evolución crea-
ma. La filosofía, que tiene, según ración, porque su tiempo es el tiempo dora, en donde se hallan ampliadas
Bergson, la misión de dirigirse a lo concreto, no el tiempo espaciali-zado y sintetizadas las anteriores concep-
inmediato y originario, a los datos de la física; es cualidad, porque es ciones. Situada en el interior de la
inmediatos de la conciencia, no pue- irreductible a lo cuantitativo y realidad, que no puede expresar sino
de, por consiguiente, considerar la mecánico; es libertad, porque consiste muy imperfectamente, la intuición
conceptuación más que como un fal- en una creación perpetua. Materia y descubre la evolución del mundo en-
seamiento de la verdadera realidad. memoria, espacialización y tem- tero como la evolución de lo real
La filosofía es, desde el punto de poralización son, pues, dos ejemplos creador, que es el dato primario y
vista metódico, una intuición, pero de esta diversa forma en que lo real originario, como la evolución de la
199
BER BER BER
vida en sus infinitas posibilidades. Lo hondamente la realidad vital, ambos pletada con una filosofía de la reli-
realizado y lo mecánico son solamente son insuficientes, pues la mera com- gión y una ética. Moral y religión
los productos de lo que se realiza, de posición de lo azaroso con lo azaroso tienen, en sus propias palabras, dos
lo vital. Por medio de datos extraídos no explica el hecho de la vida. (3) Lo fuentes; una de ellas es la sociedad
de la ciencia, Bergson muestra esta que lleva la vida a una dirección natural, cerrada, la sociedad que pue-
evolución en toda su universalidad; la dada no es nunca la simple acción de compararse con las agrupaciones
inclusión de una teoría del mecánica de las causas exteriores, sino animales instintivas. En esta sociedad
conocimiento dentro de esta metafísica un empuje interno. (4) La adaptación predomina la presión como forma
es una consecuencia inevitable de la no es la imposición de unas formas moral, hasta el punto de que puede
idea bergsoniana de la necesidad de la a la vida, sino la adopción por ella enunciarse que la ley moral no es
marcha para la comprobación de si de formas que representan su solu- por el momento sino el resultado de
esta marcha es posible. De ahí su ción al problema que le plantea la la presión social. No quiere esto
denuncia de los falsos problemas del constitución de lo externo. (5). La co- decir que en tal sociedad la norma
desorden (problema del ordinación no es el resultado de una moral obligue y coaccione: por el
conocimiento) y de la nada (problema finalidad, sino de un acto simple que contrario, como Bergson ex-
del ser) y de ahí la crítica de la visto desde fuera se descompone en plícitamente reconoce, si se viviera
crítica de la razón pura, que es la una infinidad de elementos, pero que naturalmente no habría "tensión de
expresión de un pseudo problema desde dentro resulta sólo un conjunto la obligación". Las teorías se basan
desde el momento en que la intuición de obstáculos vencidos. (6) La vida es por lo común en la estructura misma
alcanza lo real sin necesidad de vol- una causa especial, sobrepuesta a la de la sociedad humana y acaban por
ver a encontrar en él lo que la con- materia, que es a la vez instrumento calificar el bien con las determina-
ciencia le había previamente dictado. y obstáculo. (7) La materia divide y ciones que corresponden a ella. Pero
Ahora bien, la inteligencia, como opone resistencia, surgiendo de ella las hay otra fuente: la sociedad abierta,
aprehensión de lo discontinuo y yux- diversas líneas de la evolución. (8) donde la impersonalidad del conjunto
tapuesto, surge naturalmente de la Instinto e inteligencia se presentan, de la obligación es sustituida por la
vida creadora, es un producto de la antes de su desdoblamiento, como una personalidad que atrae y cautiva. No
vida. La inteligencia es necesaria como realidad simple. (9) La vida es hay aquí un mero regreso del mo-
uso práctico, pues en la vida práctica imprevisible; no es regida ni por la vimiento pendular a una situación
la realidad debe ser espa-cializada y finalidad ni por el mecanicismo, que equilibrada, sino un trascender con-
mecanizada. Pero la inteligencia son teorías sustentadas por la tinuo; la moral abierta no es la moral
misma, en una original inversión de su inteligencia (Les deux sources, págs. de la sociedad común, sino la de la
dirección habitual, intenta una busca 116-20). Con ello se desvanece el sociedad creadora, del héroe, del
de la realidad por encima de todo misterio de la creación, que la profeta, del "sabio" y del santo. En
pragmatismo. Esta busca es inteligencia no puede entender si no manera alguna debe suponerse que
justamente la metafísica, esta es resolviendo el problema en la moral abierta suprime la anterior;
suprema intuición que podrá revelar, multitud de dificultades; y por eso lo que más bien ocurre es que la moral
casi de un modo inefable, el impulso el hombre debe intentar ir más allá cerrada es un momento a lo largo de
vital (élan vital) que desde su de los ojos de la inteligencia, que un proceso imprevisible: la fuerza
originaria unidad se desdobla y se aplica sobre lo hecho, para colo- social del impulso es, por así decirlo,
multiplica, se ramifica y diversifica, carse dentro de la originaria intui- una petrificación de la fuerza
pues el impulso vital es la gran fuen- ción, que nuestra acción libre nos suprasocial de la atracción, que no
te de la vida. Mas el élan vital no permite experimentar y que se aplica busca adecuación a la obligación dada,
es ni mucho menos un procedimiento sobre el hacerse o, mejor dicho, que sino creación de modelos de vida.
cómodo para denominar una realidad es el propio hacerse. O, en otros tér- Cosa análoga ocurre con la religión: la
que se deja inexplicada y a la cual minos: "Allí donde el entendimiento, religión estática surge de lo que
se exige al propio tiempo una expli- al ejercerse sobre la imagen que se Bergson llama la función fabuladora,
cación de las demás realidades. Berg- supone fija de la acción en marcha, como reacción defensiva de la
son insiste repetidamente en que el nos mostraba partes infinitamente Naturaleza contra el poder disolvente
élan vital no es una noción vacía y múltiples y un orden infinitamente de la inteligencia. En rigor, todo en
menos aun, como pudiera interpre- sabio, vislumbramos un proceso sim- ella es reacción, porque a la
tarse apresuradamente, un simple ple, una acción que se hace a través mencionada se agrega la reacción de
"querer vivir"; el élan vital puede de una acción del mismo género que la Naturaleza contra la representación
caracterizarse, entre otras, por estas se deshace, algo así como el camino intelectual de la inevitabilidad de la
notas: (1) La ciencia no puede pro- que se abre al último cohete de unos muerte que acecha al individuo desde
porcionar una explicación físico-quí- fuegos artificiales en medio de los el momento en que comienza a
mica de la vida, aun cuando su busca restos descendentes de los cohetes pensar desgajado de la especie; la
de lo físico-químico en lo vital sea extinguidos" (L'év. créatrice, pág. reacción de la Naturaleza contra la
legítima. (2) La evolución de la vida 272). Todo participa así, y no sólo el representación intelectual da un mar-
se realiza en direcciones determina- hombre, de la acción libre y continua, gen desalentador de imprevisión entre
das; aunque el transformismo deba pues la esencia del mundo es la la iniciativa tomada y el efecto
aceptarse como un hecho y el darwi- actividad y la libertad. deseado; finalmente, la reacción de-
nismo ha llegado a comprender muy La filosofía de Bergson queda com- fensiva contra lo que tiene de depri-
200
BER BER BER
mente para el individuo y de disol- función esencial es, no acaso la de BERGSONISMO (los libros de Maritain,
vente para la Naturaleza el ejercicio hacer a Dios —pues esto equival- Benda, Berthelot, Rougier), los si-
de la inteligencia. Propia de las so- dría a un panteísmo declarado—, guientes trabajos: Edouard Le Roy,
ciedades cerradas, la religión está- sino la de hacer dioses: situándose Une philosophie nouvelle: H. Bergson,
dentro de la corriente de la evolución 1912 (hay trad. española). — J. de
tica es también un momento y petri- Tonquédec, Dieu dans l'évolution
ficación de la religión dinámica, que creadora, el hombre puede ser capaz créatrice, 1912. — Paul Schrecker, H.
ya no tiende simplemente a conser- de una especie de divinización. Véase Bergsons Philosophie der Personlich-
var la sociedad, que no posee una CREACIÓN, EVOLUCIÓN, INSTINTO, IN- keit, 1912. — H. Hoffding, La philo-
mera "función social". La religión TUICIÓN, MEMORIA, NADA, ORDEN, sophie de Bergson, 1916. — M. Gar-
dinámica permite justamente romper TIEMPO, VIDA . cia Morente, La filosofía de H. Berg-
Obras: Quid Aristóteles de loco son, 1917. — W. Meckauer, Der In-
el marco que encierra a la sociedad tuitionismus und seine Elemente bei
dentro de sí misma, en un ímpetu senserit (tesis), 1889. — Essai sur
les données immédiates de la cons- Henri Bergson, 1917. — Alejandro
hacia el hontanar originario de la ciencia, 1889 (tesis) (trad. esp.: En- Korn, "Bergson" y "Bergson en la filoso-
vida, sin el cual la propia sociedad sayo sobre los datos ainmediatos de la fía contemporánea" (Obras, t. H, págs.
moriría ahogada dentro de su atmós- conciencia, 1919, 2 ed., 1925). — 111-43). — M. T.-L. Penido, La mé-
fera. La diferencia entre una moral Matière et Mémoire, 1896 (trad. esp.: thode intuitive de M. Bergson, 1918.
y una religión cerradas y una moral Materia y memoria, 1909). — Le rire, — Íd., íd., Dieu dans le bergsonisme,
y una religión abiertas permite, por 1900 (trad. esp.: La risa, 1904). — 1934. — J. A. Gunn, Bergson and His
otro lado, superar ciertas dificultades "Introduction à la métaphysique (Re- Philosophy, 1920. — Karin Stephen,
vue de Métaphysique et de Morale, The Misuse of Minci: A Study of Berg
que el pensamiento de Bergson ha- 1903; reimpreso luego, en La pensée et sons Attack on Intellectualism, 1922.
bía provisionalmente dejado de lado le mouvant) (trad. esp.: Introduc- — Roman Ingarden, Intuition und
en sus trabajos anteriores; permite lution créatrice, 1907 (trad. esp.: La Intellekt bei Henri Bergson, 1922
sobre todo eludir y rechazar el cali- evolución creadora, 2 vols., 1912). — [Jahrbuch fur Philosophie und pha-
ficativo de pandemonismo irracional L'énergie spirituelle, 1919 (trad. esp.: nomenologische Forschung, V.]—Jac
que se ha dirigido con frecuencia La energía espiritual, 1928. — Durée ques Chevalier, Bergson, 1926. — V.
et simultanéité. À propos de la théo- Jankélévitch, Bergson, 1931, 2, ed.,
contra el mismo cuando se ha con- rie d'Einstein, 1922. — Les deux sour- 1959. — A. Thibaudet, Le Bergsonis
fundido lo irracional y lo intuitivo ces de la morale et de la religion, me, 2 vols., 1933. — André Metz,
con lo demoníaco. Como el propio 1932 (trad. esp.: Las dos fuentes de Bergson et le bergsonisme, 1933. —
Bergson señala, mientras una moral la moral y de la religión, 1942). — La Raimundo Lida, "Bergson, filósofo del
y, por lo tanto, una religión, tiene su pensée et le mouvant, 1934. — Postu- lenguaje", Nosotros, B. Aires, año
base en la estructura de la sociedad mamente se han publicado tres volú- XXXVII, Ν° 292 (1933), 5-49; reimp.
humana, la otra se explica por el menes con escritos antes aparecido en en Letras hispánicas, 1958. — E. Ri
lugares diversos (prólogos, discursos, deau, Le Dieu de Bergson. — Id. íd.,
principio explicativo de semejante reseñas, etc.); Écrits et Paroles, ed. Les rapports de la matière et de
estructura. Regresar al impulso ori- Rosé-Marie Mossé-Batisde: I, 1957; II. l'esprit dans le bergsonisme. — E.
ginario del élan vital significa, pues, 1959; III, 1959. — Edición de obras Molina, Proyecciones de la intuición.
huir de esa petrificación que hace de- (Édition du Centennaire) en un vol., Nuevos estudios sobre la filosofía
generar la vida y emprender de nuevo con int. de H. Gouhier y notas de bergsoniana, 1935. — Varios auto
el camino para seguir adelante en un André Robinet, 1959. Esta edición res, Homenaje a Bergson (Universi
esfuerzo creador que jamás se de- (crítica) contiene todas las obras de dad de Córdoba, Argentina), 1936.
H. B. (con excepción de Durée et — Varios (J. Chevalier, E. Mounier,
tiene. Una ética y una filosofía de simultanéité y los antes citados Écrits L. Brunschvicg, etc.), Henri Berg
la religión tales (que García Morente et Paróles). Hay en ella diversas va- son, 1941. — Varios (J. Gaos, E. Ni-
ha considerado una traición al pro- riantes importantes. — Edición de pri- col, E. Noulet, S. Ramos, O. Robles,
pio método y como una concesión al meras redacciones de "La conscience J. Vasconcelos, J. Xirau), Homenaje
espíritu de sistema), representan, et la vie" [primero en inglés; luego, a Bergson, 1941. — Nimio de An-
pues, a la vez, una filosofía de la his- incorporado a L'énergie spirituelle]; quín, "El bergsonismo, anagogía de
toria en donde el pasado aparece "Fantômes de vivants" [luego en la experiencia", Sol y Luna, N° 6,
ibid.]; "Le rêve" [luego en ibid.]; (1941), 13-62. — À. Cresson, H.
como algo que debe ser justificado "L'effort intellectuel" [luego en ibid.]; Bergson, sa vie et son oeuvre, 1941.
ante el tribunal de la vida. En todo "Le possible et le réel" [luego en La — J. Zaragüeta, La intuición en la fi
caso, las conclusiones últimas de pensée et le mouvant]; "La percep- losofía de H. Bergson, 1941. — Va
Bergson van, como él mismo confiesa, tion du changement [luego en ibid.], rios (P. Valéry, Floris Delattre, L.
más allá de la evolución creadora: en por André Robinet en vol. VI de Les Lavelle, P. Masson-Oursel, M. Pra-
ellas se bosqueja un universo que es Études Bergsoniennes, 1961. Se apre- dines, R. Le Senne, R. Bayer, A. Mil
"aspecto visible y tangible del amor cian importantes diferencias entre las let), Études bergsoniennes. Homma
primeras redacciones y el texto "defi- ge à H. Bergson 1859-1945, 1942. —
y de la necesidad de amar", con sus nitivo". — Hay trad. española de casi Joaquín Xirau, Vida, pensamiento y
consecuencias: la aparición de seres todas las obras; además, una Abre- obra de Bergson, 1943. — Diaman
vivos donde la emoción creadora en- viatura de La evolución creadora, por tino Martins, Bergson: la intuición
cuentra su complemento y de otros F. Vela, 1947. — Obras escogidas en como método de la metafísica, 1943,
sin los cuales los primeros no existi- trad. esp.: Materia y memoria. La 2a ed., 1957. — Béguin-Thévenaz,
rían, de una materia que posibilita evolución creadora. La energía espiri- Essais et témoignages recueillis d'H.
la vida. El Universo acaba siendo tual, Pensamiento y movimiento, 1 Bergson, 1943. — José Ferrater Mora,
vol., 1959. — Véanse, además de las "Introducción a Bergson", en Cuestio
así, en el fondo, la evolución creadora obras citadas en el texto del artículo nes disputadas, 1955, págs. 111-50.—
de una especie de absoluto; su
201
BER BER BER
Lydie Adolphe, La philosophie reli- ejemplo, representa, por un lado, un ha atacado el bergsonismo (Le berg-
gieuse de Bergson, 1947. — L. Hus- impresionismo literario, mas por el sonisme ou une philosophie de la
son, L'Intellectualisme de Bergson: otro expresa una concepción de la me- mobilité, 1912. — Une philosophie
Genèse et développement de la no- moria y del tiempo muy próxima a pathétique, 1913. — Sur le succès du
tion bergssonienne d'Intuition, 1947.
— Varios (E. Le Roy, B. Romeyer, P. las fundamentadas coetáneamente por bergsonisme, 1914. — Trois idoles
Kucharski, A. Forest, P. d'Aurec, A. la filosofía de Bergson. Ahora bien, el romantiques, 1948. — La crise du ra-
Brémond, P. Ricoeur), Bergson et le bergsonismo no constituyó en ningún tionalisme, 1949. — De quelques
bergsonisme, 1947. — Narciso Pou-sa, momento una "escuela", sino que se constantes de l' esprit humain, 1950),
Bergson y el problema de la extendió en una influencia difusa, destacando sobre todo que el hecho
libertad, 1948. — Florencio Giussio, hasta el punto de que puede anun- de que una realidad sea "dinámica"
Bergson, 1949. — R. Galeffi, La fi- ciarse que la mayor parte de las no quiere decir que hayan de serlo
losofía di Β., 1949. — J. Hyppolite, principales corrientes filosóficas con- los conceptos mediante los cuales esta
F. Grégoire, W. Stark, H. Gouhier, temporáneas han tenido alguna re- realidad es aprehendida. La movili-
H. Sundén, Henri Bergson (en Re- lación con los problemas suscitados
vue Internationale de Philosophie, 10, dad de la realidad no es la del con-
1949). — A. Marietti, Les formes du por esa filosofía. En algunos casos, cepto. René Berthelot (Le pragma-
mouvement chez Bergson, 1953. — la relación ha sido directa; en otros, tisme chez Bergson; étude sur le
J. Delhomme, Vie et conscience de se ha debido al hecho de partir de mouvement pragmatiste, t. II: 1913)
vie. Essai sur Bergson, 1954. — V. una análoga "situación filosófica". señala en el bergsonismo la presen-
Mathieu, Bergson, Il profondo e la En general, puede decirse que las cia de un pragmatismo, y mani-
sua espressione, 1954. — I. Adol corrientes neoevolucionistas ( véase fiesta que lo que descubre Bergson
phe, L'univers bergsonien, 1955. — EVOLUCIONISMO) y gran parte de las bajo la invocación de la intuición es,
Ian W. Alexander, B. Philosopher of direcciones espiritualistas no intelec- en realidad, un producto de la inte-
Reflection, 1957. — François Heid-
sieck, H. B. et la notion d'espace, tualistas han sido influidas por Berg- ligencia. Esta tesis está, en último
1959. — Leonardo Van Acker, A filo son. También han recibido su in- término, de acuerdo con las direccio-
sofía bergsoniana. Genese, evoluçâo e fluencia muchos de los esfuerzos nes del idealismo objetivo o lógico,
estructura gnoseologica do bergsonis- tendientes a la constitución de una que, fieles al intelectualismo tanto de
mo, 1959. — G. Pflug, H. B. Quellen ontología dinámica del ser, así como Platón como de Descartes y en parte
und Konsequenzen einer induktiven gran parte de los que se han pro- de Kant, forzosamente tienen que
Metaphysik, 1959. — G. Bénézé, J. puesto edificar una "lógica del he- oponerse a una filosofía del tipo de
Chaix-Ruy, M. Cruz-Hernández, J. cho". Por un lado, pues, Bergson la bergsoniana. Lo que se le reprocha
Guitton et al, B. et nous, 2 vols., 1959 representa el foco desde el cual se entonces a Bergson es el haber re-
(No. especial de Bulletin Soc. Fran han extendido diversos tipos de filo-
çaise de Philosophie, LIII [1959]. — cortado previamente de la razón sus
Jean Guitton, La vocation de B., 1960. sofías procesualistas; por el otro, estas posibilidades para mostrar acto se-
— Henri Gouhier, B. et le Christ des filosofías y el bergsonismo han sur- guido la impotencia de la razón.
Évangiles, 1961. — V. Jankélévitch, gido dentro del mismo ámbito. La Otros autores, en cambio, realizan
H. B. (trad. esp., 1962). — G. Berger, difusa influencia ejercida por el berg- su crítica a Bergson no sin acoger
G. Marcel et. al., The Bergsonian He sonismo hace difícil, sin embargo, una parte fundamental de sus tesis
ritage, 1962, ed. Thomas Hanna. — precisar en qué pensadores o direc- y procurar de este modo superar sus
Véase también la revista: Les Études ciones se ha manifestado. Más hace- dificultades. Es el caso de Louis
bergsoniennes, vol. I, 1948; vol. II, dero es señalar algunos casos con- Rougier, que en su obra Les paralo-
1949, vol. III, 1952, vol. IV, 1956 (el cretos en los cuales se ha manifestado
v. II con trad. francesa de la tesis gismes du rationalisme. Essai sur la
doctoral latina: L'idée de lieu chez una oposición — a veces no sin ha- théorie de la connaissance (1920) en-
Aristote), y la "Bibliografía bergso berse producido a su vez una in- saya una síntesis del intuitivismo
niana", publicada en la revista Subs fluencia. Esta oposición ha surgido so- bergsoniano, del pragmatismo y del
tancia, de Tucumán 7-8 (1941), 394- bre todo en Francia. Por ejemplo, Jac- "convencionalismo" ( VÉASE ) de la
444. — Para las opiniones de Bergson ques Maritain (La philosophie berg- crítica de las ciencias y del condi-
sobre diversos problemas y personas, sonienne, 1914), no obstante reconocer cionismo positivista. Los partidarios
véase Jacques Chevalier, Entretiens el importante papel desempeñado por de Bergson, en cambio, han desta-
avec B., 1959 (trad. esp.: Conversa Bergson en la salvación de la au- cado sobre todo la fecundidad de su
ciones con B., 1960). tonomía del saber filosófico y en la método; es lo que ocurre con Edouard
BERGSONISMO. La filosofía de revalorización de la libertad y del Le Roy (VÉASE), con algunos in-
Bergson suscitó desde el primer espíritu, señala que el bergsonismo térpretes excesivamente activisto-
momento un gran interés y, desde yerra en su idea de la inteligencia, pragmáticos del bergsonismo, como
luego, sentimientos encontrados. Por pues tiene de ésta una noción próxi- Georges Sorel, Jacques Chevalier,
lo pronto, su influencia se hizo sentir ma, si no igual, a la del nominalismo etc.
no solamente en la filosofía, sino moderno. Por eso la crítica bergsoniana La influencia de Bergson ha sido
también en las ciencias y en la litera- de la inteligencia no afecta, según todavía más difusa, aunque mu-
tura. En este último respecto puede Maritain, a la inteligencia tal como chas veces no menos insistente, fue-
hablarse inclusive de un bergsonismo la entendió Santo Tomás y sí única- ra de Francia. No puede hablarse,
literario y aun de la transposición, mente a la inteligencia racionalizadora sin muchas reservas, de un bergso-
consciente o no, de las tesis de Berg- propia de la "metafísica de la física nismo en Max Scheler, aun cuando
son a la creación literaria. Proust, por moderna". Julien Benda (1867-1956) este autor ha reconocido frecuente-
202
BER BER BER
mente el valor del pensamiento berg- gio en Bermuda, se dirigió a Londres, por cuanto éste identificaba el me-
soniano. Más fácil es hablar de un y en 1723 partió hacia América, ins- canicismo con el ateísmo.
bergsonismo en Samuel Alexander (así talándose en Newport (Rhode Is- En su obra sobre la nueva teoría
como en varios de los evolucionistas land), donde intentó, sin conseguirlo, de la visión, su primer libro funda-
emergentistas ), aun cuando el citado llevar a cabo el mismo proyecto que mental, Berkeley intenta responder a
filósofo haya partido de bases pro- había concebido para Bermuda. De las objeciones que, al negar la reduc-
pias. En general, puede decirse que regreso a Londres y luego a Irlanda ción de toda noción a lo percibido su-
el bergsonismo ha imperado en la fue nombrado en 1734 Obispo de la ponen la existencia de realidades ex-
medida en que ha habido un antiin- diócesis de Cloyne. ternas y establecen una falsa distin-
telectualismo, pero es evidente, por Uno de los principales motivos que ción entre espíritu y materia, entre lo
otro lado (como ha mostrado L. Hus- empujaron a Berkeley a desarrollar su interno y lo externo. La teoría de la
son), que el antiintelectualismo no pensamiento filosófico fue el interés división no es una descripción del mo-
constituye una caracterización sufi- en combatir a los deístas y librepen- do como opera el ojo; es un análisis
ciente del bergsonismo, sobre todo sadores, pero no se puede reducir la de lo que hace posible estimar distan-
si se tiene presente la última fase filosofía de Berkeley al solo interés cias y tamaños. Berkeley subraya la
del pensamiento de Bergson. De ahí, religioso; hay en ella una peculiar importancia a este respecto del entre-
una vez más, la dificultad de hablar mezcla de intereses religiosos, especu- namiento y la práctica. Pero subraya,
in modo recto de un bergsonismo, lación metafísica y agudeza analítica. además, y sobre todo, el papel funda-
a pesar de que, por otro lado, la exis- Berkeley es por ello a la vez un me- mental que desempeñan en toda teo-
tencia o, mejor dicho, la presen- tafísico y un "analista", inclusive en ría de la visión las expresiones lin-
cia de éste dentro de la filosofía el sentido actual de esta palabra. Es güísticas por medio de las cuales esti-
contemporánea sea una efectiva reali- asimismo a la vez un idealista y un mamos las cosas vistas. Ya desde este
dad. empirista. Su filosofía ha sido califi- instante el pensamiento de Berkeley
BÉRIGARD (CLAUDE GILLER- cada por ello de muy diversas mane- se afina al hilo de un análisis lingüís-
MET DE) (1758-1663) nac. en Mou- ras: un idealismo sensualista (o "sen- tico. Ello es probablemente debido al
lins (Allier, Francia), estudió en sacionista"), un espiritualismo em- hecho de que Berkeley estima que
París y vivió en Pisa y Padua. Uno pirista y anti-innatista, etc., etc. Ber- todo conocimiento es conocimiento en
de los más destacados representan- keley ha sido asimismo visto como un tanto que expresa el modo como algo
tes del atomismo ( VÉASE ) moderno metafísico altamente especulativo y es conocido. Por eso la teoría de la
y uno de los principales renovadores hasta paradójico y como un defensor visión es en gran parte un examen
del epicureismo (véase EPICÚREOS), del sentido común. Todos estos as- lingüístico-epistemológico de la cues-
Bérigard no se limitó, empero, a re- pectos se hallan en el pensamiento de tión más que un examen psicológico
producir las doctrinas y argumentos nuestro autor, pero lo interesante del o inclusive epistemológico-psicológico.
epicúreos en contra de la filosofía caso es que no están disgregados y Sin embargo, solamente en sus
natural aristotélica, sino que intentó sin orden, sino formando un conjunto obras posteriores llega Berkeley a des-
combinarlos con otras doctrinas, entre bien trabado. cubrir los fundamentos y las implica-
ellas la de Anaxágoras. Según Bé- Algunas de las ideas más impor- ciones de sus primeras intuiciones y
rigard, las substancias naturales están tantes de Berkeley se hallan ya en análisis. Indicaremos a continuación
compuestas de átomos puntiformes, germen en su "diario filosófico" (véa- algunas de las conclusiones principa-
que no se mueven dentro del vacío se bibliografía para los nombres da- les de Berkeley para referirnos luego
("realidad" cuya existencia no puede dos al mismo por sus editores). Allí al modo como fueron establecidas y
ser comprobada), sino que son con- se manifiesta ya su interés por des- a las distintas interpretaciones que
tinuos unos con otros, de modo que baratar las opiniones de los ateos y han recibido.
el movimiento de la materia consiste de los escépticos y por mostrar que Berkeley rechaza, por lo pronto, to-
(y en ello debe admitir Bérigard estas opiniones están fundadas en da abstracción y, con ello, todo in-
conceptos aristotélicos) en la trans- una errónea afirmación de que hay tento de hipostasiar en realidades me-
formación de substancias. ideas innatas. Cuando nos atenemos ros conceptos abstractos. Las propias
Obras: Dubitationes in dialogum a lo dado inmediatamente a la expe- ideas geométricas no son conceptos
Galilaei pro Terrae immobilitate, 1632. riencia, podemos echar por la borda abstractos ni entidades ideales subsis-
— Circulus Pisanus seu de veteri et gratuitas hipótesis forjadas por la ra- tentes por sí mismas: se fundan en
Peripatetica philosophi Dialogi, 1643, zón. Lo dado a la experiencia es lo representaciones y percepciones, sien-
2 a ed., con modificaciones, 1661. percibido; la percepción es, pues, la do, a lo sumo, compuestos significati-
BERKELEY (GEORGE) (1685- base del conocimiento y no las ideas vos de percepciones individuales. La
1753), nac. en las cercanías de Kil- abstractas. El nominalismo y empiris- abstracción no es sólo imposible de
kenny (Irlanda), estudió en Trinity mo característicos de Berkeley son ya, hecho; es contradictoria. Cuando una
College (Dublin), recibiendo su "B. pues, patentes desde los comienzos. idea se refiere a una multiplicidad de
A." en 1704 y siendo admitido como Estas ideas fueron elaboradas prima- objetos que poseen las mismas notas,
"Fellow" en 1706. En 1707 fue orde- riamente en oposición a las de Loc- lo que representa la idea es un signo,
nado en la fe anglicana. En 1724 re- ke, el cual era, ciertamente, empiris- pero no una realidad, y menos toda-
nunció a su puesto de "Fellow" por ta, pero llegaba a una concepción me- vía una abstracción precipitadamente
haber sido nombrado Decano de cánica del universo y de la mente que identificada con una realidad. Por ha-
Derry. Interesado en fundar un Cole- repugnaba absolutamente a Berkeley, ber creído en el poder y la realidad
203
BER BER BER
de la abstracción se ha llegado a la filósofos en lo que atañe a las llama- nifiesta una regularidad independien-
mayor aberración filosófica: a la afir- das cualidades secundarias (véase te de la voluntad del espíritu per-
mación de la existencia de realidades CUALIDAD). Pero Berkeley fue más le- cipiente. El idealismo subjetivista de
externas al espíritu. Debe observarse jos: afirmó que también las cualidades Berkeley no equivale, por lo tanto,
aquí que Berkeley no niega que haya primarias —como la forma o la exten- a un solipsismo. Por un lado, la per-
objetos externos; lo que niega es una sión de los cuerpos— dependen de la manencia, por así decirlo, de las cosas
cierta interpretación dada a lo "exter- percepción. Así, por ejemplo, puede es asegurada por la mencionada re-
no". Niega, en fin de cuentas, la su- decirse que la extensión absoluta —a gularidad; por otro, su existencia no
puesta substancialidad de tales obje- diferencia de los conceptos de exten- depende solamente del espíritu per-
tos. De no tenerse esto en cuenta no sión relativa tales como 'mayor o me- cipiente que las afirma, sino de todos
se comprendería cómo Berkeley, que nor que'— no cambia. Pero la verdad los espíritus capaces de percepci ón
parece llegar a conclusiones suma- es que tampoco existe. Todo lo que y, en última instancia, del espíritu
mente paradójicas, es al mismo tiempo existe es particular, pues el espíritu no universal. La realidad es así un con-
un filósofo del sentido común. Es, en puede formar ninguna idea (es decir, junto de ideas en cuya cima se halla
efecto, el sentido común el que lleva ninguna percepción sensible) de nada Dios como espíritu productor y orde-
a pensar que los llamados "objetos abstraído de sus características par- nador, como creador de esa regulari-
externos" no son substancias, ya que ticulares. Así como no es posible con- dad que se nos aparece como una Na-
sostener lo último es sencillamente cebir un cuerpo extenso que no sea turaleza distinta de él, pero que no es
especular a base de abstracciones. De grande o pequeño, o que no tenga sino manifestación suya, signo de su
ahí que hallemos unido en Berkeley una figura determinada, no es tam- potencia. Por eso no hay posibilidad
un empirismo y sensualismo radicales poco posible concebir una extensión de conocer ninguna causa de los fenó-
con un radical esplritualismo. Decir absoluta. El triángulo como tal, por menos, sino solamente las leyes me-
que los objetos se componen de ejemplo, es inconcebible; lo que con- diante las cuales se suceden. Berkeley
"ideas" no quiere decir que no "exis- cebimos son triángulos equiláteros, combate la física moderna en su pre-
tan". Significa que el término 'exis- isósceles, escalenos, etc., pero jamás tensión de averiguar las causas y sos-
tencia' debe ser entendido en forma triángulos en general. Platón y los tiene que los resultados obtenidos por
distinta de la que, demasiado inge- realistas habían supuesto que el re- ella han de ser separados de los su-
nua, precipitada e interesadamente sultado de cierta abstracción (lo que puestos en que se apoya. Lo exige tan-
proclaman los abstraccionistas, meca- los escolásticos llamaron abstracción to la imposibilidad de alcanzar los mo-
nicistas y "ateos". El fundamento de [VÉASE ] formal) es algo más real que tivos del obrar de Dios, como el hecho
la noción de existencia se halla en la el objeto singular sobre el cual se de la inmanencia completa del espí-
noción de percepción. Berkeley llega enfoca la abstracción. Berkeley niega ritu, la negación de una distinción
con ello a formular su famosa tesis: terminantemente esta tesis; la abs- entre lo subjetivo y lo objetivo y la
Esse est percipere et percipi (VÉASE), tracción da por resultado un ser no disolución de todo proceso en un fe-
ser (existir) es percibir y ser percibi- más, sino menos real. En suma, Ber- nomenismo que, apoyado consciente-
do. En el artículo sobre esta fórmula keley niega que puedan concebirse mente en Berkeley, ha tenido en el
estudiamos con más detalle su senti- "ideas generales abstractas" y más siglo XIX sus representantes más sig-
do. Aquí nos limitaremos a destacar aun que éstas representen o definan nificados en el inmanentismo de
que esta fórmula va en distintas di- esencias de las cosas. A lo sumo ad- Schuppe, el solipsismo de Schubert-
recciones: es una afirmación del pri- mite que hay "ideas generales" si por Soldern y el sensualismo positivista
mado de la percepción y, por lo tan- ello se entienden símbolos o palabras de Avenarius y Mach.
to, un empirismo consecuente; es una con las cuales se habla acerca de lo Se ha hecho observar que la teoría
afirmación de que no existe la mate- real. Términos como 'substancia' son de Berkeley está basada en una con-
ria (en cuanto algo que subsiste por meros nombres, que no denotan na- fusión: la confusión entre la cuali-
sí mismo y, de consiguiente, que no da. Su significación se basa entera- dad percibida y el acto de percibir
puede admitirse la concepción del mente en la imaginación de cuali- la cualidad. Por este motivo, la con-
mundo como una máquina; es una dades. Y como, por otro lado, la sen- clusión de Berkeley sería espiritua-
afirmación de que la realidad es espi- sación activa no puede ser reducida lista; el sensualismo sería entonces
ritual (la de los espíritus humanos y (como algunos pretenden) a la voli- el punto de partida para demostrar
la de Dios). Con todo ello, y no obs- ción, resulta que tal sensación (o que la materia y sus cualidades no
tante su aspecto paradójico, es una percipere) es al mismo tiempo la dependen menos de la sensación que
afirmación coincidente con el "sentido sensación pasiva (o percipi). El las cualidades secundarias. Si, en
común" siempre que éste sea fundado principio de la equivalencia entre el cambio, evitamos la mencionada con-
en la experiencia y no en la percibir y el ser percibido resulta, fusión podremos decir que el siste-
abstracción. así, de un análisis de la sensación. ma de Berkeley es fenomenista. Este
Para llegar a las anteriores conclu- Por ser lo externo fundamentalmente ha sido el aspecto aceptado por Mach
siones Berkeley intenta demostrar la idea que es percibida, la distinción y otros autores a que nos hemos refe-
—especialmente en su Tratado y en entre lo imaginario y lo real se funda rido en el anterior párrafo. En vista
sus Tres diálogos— que todas las cua- para Berkeley en la distinta vivacidad de ello se podría decir que cuando
lidades dependen enteramente de la de las ideas y, sobre todo, en el hecho Lenín acusaba a Mach de "idealista"
percepción sensible. Esta dependencia de que en las ideas que componen la y de "discípulo de Berkeley" no
había sido ya reconocida por muchos Naturaleza se ma- tenía en cuenta la distinción apunta-
204
BER BER BER
da. Ahora bien, como el propio Ber- naturalista de la física matemática, ques de B., évêque de Cloyne, 1878
keley ha indicado que la no separa- con su pretensión de hacer de las cua- (tesis). — A. Campbell Fraser, B.,
ción de la cualidad y el acto de per- lidades primarias el único verdadero 1881. — Íd., íd., B. and Spiritual Rea-
cibirla se debe a. que el percibir no sostén del universo, y una consecuen- lism, 1909. — R. Bohme, Die Grund-
es una volición (algo activo separado te profundización del idealismo inma- lagen des berkeleyschen Immaterialis-
del "acto" pasivo del ser percibido), mus, 1893 (Dis.). — Th. Stier, Analyse
nentista, concordaron en parte las opi- und Kritik der berkeleyschen Erkennt-
es difícil admitir que Berkeley no sea niones de Arthur Collier ( VÉASE ). nistheorie und Metaphysik, 1893. —
a la vez fenomenista y espiritualista. El citado "diario filosófico", com- Para las obras más recientes, véase:
Ello se advierte con especial claridad puesto de cuadernos de notas, ha sido A. Joussain, Exposé critique de la phi
cuando consideramos la teología de titulado, por A. C. Fraser (Cfr. edición losophie de B., 1920. — K. Stammler,
Berkeley en la cual Dios aparece infra), Commonplace Book of Occa- Berkeleys Philosophie der Mathema-
como el único agente verdadero, la sional Metaphysical Thoughts, y por tik, 1922 (Kantstudien. Erganzung-
única actividad capaz de A. A. Luce (Cfr. edición infra), Philo- shefte 55). — G. A. Johnston, The
sophical Commentaries. — Las otras Development of Berkeley's Philosophy,
"engendrar" la materia. Pues no obras principales de Berkeley son: An
solamente es la idea lo que demuestra 1923. — A. A. Luce, B. and Male-
Essay Towards a New Theory of Vi- branche. A. Study in the Origins of
su pasividad al consistir su ser en sion, 1709. — A Treatise on the Prin- Berkeley's Thought, 1934. — Íd., íd.,
ser percibida, sino que el propio ciples of Human Knowledge, 1710. — Berkeley's Immaterialism, 1945. — G.
espíritu humano es una percepción con Three Dialogues Between Hylas and Dawes Hicks, B., 1934. — John
respecto al espíritu universal que se Philonous, 1713 ("Hylas" = "el de- Wild, G. B. A Study of His Life and
manifiesta en Dios. La filosofía de fensor del materialismo, de u(/lh, "ma- Philosophy, 1936. — Ingemar Hede-
Berkeley parece así consistir, como teria", al cual se opone "Philonous" = nius, Sensationism and Theology in
Bergson ha señalado, en cuatro tesis el defensor del espíritu, de nou=j, "es- Berkeley's Philosophy, 1936. — Na-
píritu", es decir, el propio Berkeley). guib Baladi, La pensée religieuse de
fundamentales: la que sostiene que la — De motu, 1720. — Alciphron, or
materia no es sino el conjunto de las B. et l'unité de sa philosophie, 1945.
the Minute Philosopher, 1732. — Si- — F. Bender, G. Berkeley's Philoso
ideas; la que indica que la idea ris, a Chain of Philosophical Refle- phy re-examined, 1946. A. A. Luce,
abstracta es un mero flatus vocis y, xions and Inquines Concerning the Life of G. B., 1949. — G. J. Warnock,
por consiguiente, defiende un Virtues of Tar-water and Divers Other B., 1953. — J. O. Wisdom, The Un-
nominalismo sobre el cual se apoyará Subjects, 1744. — Ediciones de obras: conscious Origin of Berkeley's Philo
el posterior inmanentismo científico; Wright, 2 vols., 1784, reed., 1820, sophy, 1953. — M. M. Rossi, Saggio
la que opone el esplritualismo y el 1837, 1843 (muy defectuosa); A. C. su B., 1955. — M. Guéroult, B. Quatre
voluntarismo a un materialismo Fraser, 4 vols. 1871, reed., 1901 (bas- études sur la perception et sur Dieu,
tante completa y aceptable); A. A. 1956. — Varios autores, G. B., 1957,
demasiado frecuentemente unido a Luce y T. E. Jessop, 9 vols., 1948-
una identificación de la materia con ed. S. C. Pepper, K. Aschenbrenner,
1958 (edición crítica, posiblemente ne B. Mates (conferencias dadas en la
la realidad racional; y la que varietur: I, 1948; II, 1949; III, 1950; Universidad de California). — A.-L.
defiende el teísmo contra toda IV, 1951; V, 1953; VI, 1953; VII, Leroy, G. B., 1959. — D. M. Arm-
doctrina que, al sostener tesis opues- 1955; VIII, 1956; IX, 1959 [con No- strong, Berkeley's Theory of Vision: A
tas a las anteriores, corre peligro de tas e índice general] ). El tomo I de Critical Examination of Bisnop Berkel-
desviarse hacia un deísmo que niega la última edición citada es reed., co- ey's Essay towards a New Theory of
la Providencia o hacia un franco rregida, de la editio diplomática de los Vision, 1960. — Números especiales
ateísmo. Pero estas cuatro tesis son, Phlosophical Commentaries, ed. A. A. sobre Berkeley en las revistas: Revue
Luce, 1944. — Entre las trad. de Internationale de Philosophie, 23-24
según indica dicho filósofo, la expre- obras de B. al español citamos la de:
sión conceptual de una intuición úni- (1953); Revue Philosophique, Año 78
Tratado sobre los principios del cono- (1953), Abril-Junio; British Journal
ca, que podría designarse como la per- cimiento humano, 1939, 2a ed., 1945, for the Philosophy of Science, IV, 13
cepción por Berkeley de la materia a con estudio preliminar y notas por Ri- (1953); Hermathena, LXXXII (1953),
modo de delgada película transparente sieri Frondizi, y la de la misma obra Noviembre.
que se interpone entre el hombre y trad. por P. Masa, 1957. — Hay trad. BERLIN (GRUPO DE). Véase
Dios y que impide al primero la esp. reciente de: Ensayo sobre una VIENA (CÍRCULO DE).
adecuada visión del segundo. La filo- nueva teoría de la visión (1948). —
Bibliografía: Th. E. Jessop, A Biblio- BERNARD (CLAUDE) (1813-
sofía de Berkeley resultaría así de su graphy of G. B. with an Inventory of 1878) nac. en Saint-Julien (Rhône),
afán de Dios; deseoso de romper las Berkeley's Manuscript Remains by A. profesor desde 1854 en París, ejerció
cadenas que la materia y lo sólido A. Luce, 1934. — Colin Murray Tur- considerable influencia en la metodo-
imponen al espíritu, Berkeley procura bayne y Robert Ware, "A Bibliogra- logía y epistemología del pasado si-
deshacerse de todo pensamiento que phy of G. B., 1933-1962", Journal of glo por su investigación sobre el mé-
por las vías más diversas acabe por Philosophy, LX (1963), 93-112. — todo experimental, así como por sus
"condensar" la materia. La abstrac- G. W. R. Ardley, Berkeley's Philo-
sophy of Nature, 1962 [folleto. Uni- estudios sobre las teorías y los méto-
ción que hipostasia las "realidades" y dos en la medicina y la biología.
la admisión de ideas innatas no son versity of Auckland Bulletin. N° 63.
Philosophy Series, 3]. — Sobre B. véa- Bernard estudió con detalle el papel
todavía un materialismo explícito, pero de la observación, de la experien-
se F. Frederichs, Ueber Berkeleys
conducen inevitablemente a éste. Con Idealismus, 1870. — Íd., íd., Der pha- cia, de la experimentación y del ra-
las doctrinas de Berkeley, que re- nomenale Idealismus Berkeleys und zonamiento en las ciencias, sobre
presentan desde un punto de vista po- Kants, 1871. — A. Penjon, Étude sur la todo en las ciencias de los seres or-
sitivo una crítica del exclusivismo vie et sur les oeuvres philosophi- gánicos. A su entender, el método
205
BER BER BER
experimental —el único admisible en cialmente— como materia de la refle- BERNARDO (SAN), Bernardo de
tales ciencias— enseña a obtener he- xión lógico-gramatical y lógico-onto- Clairvaux (1091-1153), nació en el
chos comprobados y a elaborarlos por lógica. Su realismo platónico, modi- Castillo de Fontaines, en las proximi-
medio de un "razonamiento experi- ficado por la interpretación cristiana dades de Dijon. En 1112 ingresó en
mental", el cual sirve a su vez de de las ideas como pensamientos di- el monasterio de Citeaux (cistercien-
base para descubrir las leyes que ri- vinos, se debía, pues, tanto a un es- se), y en 1115 fue nombrado abad del
gen los fenómenos. El método expe- tudio de diversas tradiciones de fondo monasterio de Clairvaux, cargo que
rimental no es, pues, simplemente la platónico, como a las consecuencias a desempeñó hasta su muerte. Extrema-
experiencia, sino la experiencia pro- que le llevaron sus análisis de damente activo en la vida de la Igle-
vocada y sistematizada. Bernard com- índole lógico-lingüística. Dentro de sia, luchó contra las herejías y predicó
batió con frecuencia las estériles dis- este cuadro Bernardo desarrolló, a la segunda Cruzada. Entre las polémi-
cusiones a que se entregan con fre- juzgar por las noticias que de sus cas mantenidas por San Bernardo se
cuencia los filósofos, pero estimó ideas nos proporciona Juan de Salis- distinguieron las dirigidas contra los
también —contra los puros empiris- bury, una ontología jerárquica for- Cluniacenses y contra Abelardo, a
tas— que los hechos brutos no son mada por Dios, por las ideas eternas quien obligó a retractarse en el Con-
suficientes para constituir la ciencia: (bien que subordinadas a Dios), por cilio de Sens (1140).
se necesita la combinación de la ex- las llamadas ideas o formas nativas San Bernardo cultivó y defendió la
perimentación y del análisis racional, —que son copias de las ideas eternas vida mística, basada en la ascética, y
especialmente el matemático. Tam- y modelos de las cosas—, y por la se opuso a cuanto pudiera empañar la
bién se necesita, a su entender, para materia, creada de la nada y unida auténtica experiencia mística. Este es
desarrollar una efectiva labor cientí- a las citadas ideas nativas para dar uno de los motivos de su constante
fica la combinación de la inducción origen a las cosas singulares. Entre oposición a los "filósofos puros", a los
y de la deducción, pues es artificioso los discípulos de Bernardo se destacó "dialécticos", que pretenden conocer
en ciencia distinguir entre dichos pro- Gilberto de la Porree, a quien suce- a Dios a través de los inteligibles y
cesos de un modo radical. ció como canciller de la Escuela el olvidan que el verdadero conocimiento
Obras: Introduction à la médecine hermano de Bernardo, Thierry de de Dios puede obtenerse únicamente
expérimentale, 1865 (trad. esp.: In- Chartres (t ca. 1155), que había pro- por medio de la humildad y del
troducción a la medicina experimen- fesado en París y tuvo como alumno amor. Estos dos últimos "temas"
tal, 1944). — Phénomènes physiques a Juan de Salisbury. Thierry prosi- desempeñan un papel capital en la
et métaphysiques de la vie, 1875. —.
Histoire des théories de la vie, 1876. guió las tendencias ecléctico-platóni- predicación y en los escritos de San
— La science expérimentale, 1878. cas y platónico-cristianas inaugura- Bernardo. Las ciencias profanas no
— Cours de physiologie générale, das por Bernardo en un sentido en- pueden compararse en dignidad y en
1879. — Philosophie. Manuscrit inédit, ciclopédico y erudito. Muy inclinado valor con las ciencias religiosas; una
1954, ed. J. Chevalier [resumen por a las matemáticas y a la interpreta- teología basada en las especulaciones
C. Β. de una historia de la filosofía, ción simbólico-pitagorizante, Thierry filosóficas y en las argucias dialécti-
de Tennemann, y del Curso de filoso trabajó por acordar el texto bíblico cas no es propiamente ciencia, sino la
fía positiva, de A. Comte, con comen con el comentario de Calcidio al Ti- manifestación del orgullo. En cambio,
tarios]. — Véase E. Dhuront, C. Ber
nard, 1939. — A.-D. Sertillanges, O. meo a base de una metafísica que cuando el hombre comienza por hu-
P., La philosophie de C. Bernard, acogió por un lado el realismo pla- millarse, comienza también a ensal-
1944. — P. Laín Entralgo, Dos bió tónico y por el otro varias ideas pi- zarse hacia el único conocimiento va-
logos: Claudio Bernard y Ramón y Ca tagóricas sobre la unidad y el predo- ledero y auténtico: el de Jesús cruci-
ja!, 1959. — R. Virtanen, C. B. and minio del número. Dentro de este ficado. Todo conocimiento digno de
His Place in the History of Ideas, marco Thierry desarrolló ciertas ideas este nombre se basa en un modo de
1960. de filosofía natural que, como la del vida que se inicia con la mortifica-
BERNARDO DE CHARTRES, ímpetu, tuvieron posteriormente un ción de sí mismo, que continúa con
Bemardus Carnotensis (t ca. 1130), considerable desarrollo. el amor ( VÉASE) puro a Dios, y que
el primero de los maestros de la lla- La doctrina de Bernardo de Char- culmina en el éxtasis místico, donde
mada Escuela de Chartres ( VÉASE) y tres es conocida especialmente por el alma se sumerge en la vida divina.
Canciller de Chartres de 1119 a 1124, los fragmentos referentes a ella que Sin embargo, no debe concluirse que
se inclinó decididamente al platonis- se encuentran en el Metalogicon y el éxtasis es el resultado del propio
mo, pero no simplemente como una en el Policraticus de Juan de Salis- esfuerzo; de no mediar la gracia divina,
reviviscencia de las doctrinas de Pla- bury. El escrito De mundi universita- el hombre no podría jamás pasar del
tón; las ideas de Bernardo procedían, te, sive Megacosmus et Microcosmus, primer estadio de la humildad.
en efecto, de muy diversas fuentes que se atribuía antes a Bernardo de Tampoco debe admitirse que el hom-
(el Timeo, Séneca, San Agustín, in- Chartres, se debe a Bernardo Silvestre bre es simplemente "arrastrado" por
clusive corrientes pitagorizantes) y (VÉASE). — Las obras principales de la gracia; sólo la cooperación de la
fueron armonizadas, además, con ten- Thierry de Chartres son el Heptauteu- voluntad y el libre albedrío con la
dencias humanistas clásicas. Ahora chon, enciclopedia de las siete artes gracia hacen posible la comunidad de
bien, estas últimas no fueron toma- liberales, y un comentario al Génesis las almas en el amor divino. El acto
das por Bernardo únicamente en el titulado De sex dierum operibus. — del amor a Dios, fundamental para
sentido de una instrucción literario- Véase la bibliografía del artículo San Bernardo, es la purificación del
gramatical, sino también —y espe- CHAJRTRES ( ESCUELA DE ). amor natural del hombre a sí mismo
206
BER BER BHA
y a Dios, paralelo y coincidente con 1929; Obras completas, por el P. Gre- mer libro (Megacosmus), Bernardo
el amor de Dios hacia el hombre. En gorio Diez Ramos, O. S. B., I, 1953; presenta a Physis (la Naturaleza) la-
la experiencia mística se realiza la II, 1955. — Bibliografía: L. Janau- mentándose de su estado caótico
perfecta unión de las voluntades den- scheck, Bíbliographia Bernardina qua (Hyle). Nous (el Espíritu) acude y
S. Bernardi.. . operum cum omnium forma el mundo a base de los cuatro
tro del amor. tum singulorum editiones ac versiones
La oposición de San Bernardo a la elementos. En el segundo libro (Mi-
vitas... usque ad finem 1890 reperire crocosmus) se presenta la creación del
filosofía como mera "ciencia profana" potuit, 1891 [Xenia Bernardina, 4],
y a la dialéctica no significa, de todos reimp.1960. — Jean de la Croix hombre.
modos, que desdeñara toda tradición Bouton, Bibliographie bernardine, Bernardo Silvestre recibió influen-
intelectual. Hay en su obra muchos 1891-1957, 1958. — Vida de S. B.: cias platónicas a través de Macrobio
elementos procedentes de la tradición E. Vacandard, Vie de S. B., abbé de y Calcidio principalmente. Aunque sus
agustiniana, de San Gregorio de Niza Clairvaux, 2 vols., 1895. — G. Go- doctrinas parecen panteístas, se ha se-
y del Pseudo-Dionisio, y hasta puede yau, S. B., 1907. — W. Williams, S. ñalado que su descripción se refiere (y
B. of C., 1935. — J. Weingartner, aun en la forma alegórica citada) prin-
considerarse tal obra como una sínte- Abëlard und Bernhard. Zwei Gestalten cipalmente al mundo y no a Dios o a
sis de las tradiciones teológicas y teo- des Mittelalters, 1937. — S. B. y Abe la relación entre éste y el mundo. Pero
lógico-filosóficas latina y griega. Pero lardo: Axel Hjelm, Den heiligen B. hay cuando menos en la obra en cues-
los elementos "intelectuales" se hallan och Abaelard, 1898. — P. Laserre, tión ciertas expresiones que la empa-
fundidos en los requerimientos de la Un conflit religieux au XIIe siècle, rentan con el emanatismo neoplató-
vida religiosa ascética y mística. 1930 (trad. esp.: Abelardo contra San
Bernardo, 1942). — Obra y pensa nico, como las que se refieren a las
Siguiendo orientaciones semejantes formas ejemplares como causas direc-
a las de San Bernardo, escribieron y miento: J. Ries, Das geistliche Leben
und seine Entwicklungsstufen nach tas de lo real.
predicaron Guillermo de Saint-Thierry der Lehre des heligen B., 1906. — R. Ed. de C. S. Barach y J. Wrobel: De
(ca. 1085-1148: Epistola ad Fratres de Linhardt, Die Mystik des M. B. von mundi universitate libri duo, 1876 [Bi-
Monde Dei; De contemplando Deo; C. 1928. — W. "Williams, The Mys- bliotheca philosophorum medii aetatis,
Meditativae Orationes; De natura et ticism of St. B. of C., 1931. —'P. I]. — Véase É. Gilson, "La cosmo-
dignitate amoris; Disputatio adversum Miterre, La doctrine de S. B., 1932. gonie de B. S.", Archives d'histoire
Abelardum [que San Bernardo utili- — Etienne Gilson, La théologie mys doctrinale et littéraire du moyen âge,
zó en su polémica contra el filósofo]); tique de S. B., 1934. — D. J. Baarslag, III (1928), 5-24. — R. B.Wolsey,
Isaac de Stella (VÉASE), Alcher de B. van C., 1941. — J. Baudry, S. B., "B. S. and the Hermetic Asclepius",
Clairvaux (ca. 1180: Liber de spiritu 1946. — Jean Leclercq, S. B., mys
tique, 1948. — B. S. James, S. B. of Tradilio VI ( 1948), 340-44. — T. Sil-
et anima, posiblemente en respuesta a C., 1953. — M. T. Antonelli, B. di verstein, "The Fabulous Cosmogony
la Epistola de Isaac de Stella). Todos Chiaravalle, 1953. — G. Venuta, Li of B. S." Modem Philology (1948), 92-
ellos suelen ser considerados como bero arbitrio e liberta della grazia nel 116. — Véase también bibliografía en
místicos agustiniano-platonizantes, pe- pensiero di S. B., 1953. — A. Dimier, CHARTRES ( ESCUELA DE ) (es-
ro esta caracterización es, sobre ser S. B., pêcheur de Dieu, I, 1953. — pecialmente las obras de A. Clerval y
demasiado vaga y general, excesiva- J. Calmette y H. David, S. B., 1953. J. M. Parent).
mente "filosófica" para describir la — Thomas Merton, Last of the Fa- BHATTACHARYYA (K. C.) nac.
obra y el pensamiento de quienes se thers: S. B. of C., 1954. — Dom Maur en 1875, profesor en la Universidad
interesaban principalmente en el enri- Stadaert, P. E. Wellens, Dom J. de Calcuta, declara que el yo no pue-
quecimiento y profundización de la Leclercq, S. Vanni-Rovighi et al., S.
B., 1954. — P. Delhaye, Le problème de ser pensado, pero que puede ser de
vida religiosa, y especialmente monás- de la conscience morale chez S. B., alguna manera conocido. Este conoci-
tica. 1957 [Analecta Mediavalia namur- miento se basa en una actividad es-
Obras principales: De gradibus hu- censia, 9]. — E. Bertola, S. B. e la piritual de tipo contemplativo por la
militatis et superbiae (escrito ca. 1121). teologia speculativa, 1959 [Pubblica- cual se llega a intuir el yo como ver-
— De diligendo Deo (ibíd., 1126). — zioni dell'Ist. Univers, di Magisterio dad. Lo que llamamos conciencia teó-
De gratia et libero arbitrio (ibíd., di Catania. Serie fil. Monog., 11]. rica es, según Bhattacharyya, sola-
1127). — Sermones in Cantica Canti- BERNARDO SILVESTRE, Bernar-
corum (ibíd., 1149). — De considera- mente la comprensión de lo que se
tione libri quinque (ibíd., 1152). — dus Silvestris (o de Sylvestris), Ber- expresa en el lenguaje, el cual, por su
Ediciones de obras: S. Bernardi, abba- nardo de Tours (fl. 1150), uno de los lado, debe estar basado en una pre-
tis primi Clarae-Vallensis, Opera om- filósofos platonizantes del siglo II, via creencia. Puede decirse, pues,
nia, ed. Joanis Mabillon (Parisiis, desarrolló ideas afines a las de los se- que los contenidos de la conciencia
1667), reimp. en Migne, P. L., guidores de la llamada "Escuela de teórica son susceptibles de enuncia-
CLXXXII-CLXXXV. — Sancti Ber- Chartres" ( VÉASE), si bien no puede ción, y que los llamados grados del
nardi Opera, ed. crítica }. Leclerq, considerarse como ligado formalmente
C.-H. Talbot, II. M. Rochais (Romae, pensamiento (empírico, puro u obje-
8 vols: I, 1957; II, 1958). — Entre a tal escuela. Es autor de una obra tivo, espiritual y trascendental) son,
las ediciones de obras separadas men- titulada De mundi universitate sive en última instancia, grados de enun-
cionamos: De diligendo Deo y De Megacosmus et Microcosmus, dedica- ciación mediante el lenguaje. En cam-
gradibus humilitatis et superbiae, ed. da a Teodorico de Chartres y duran- bio, lo que es creído, si bien puede
W. W. Williams y B. R. V. Mills, te un tiempo atribuida a Bernardo ser expresado en forma de juicio, tie-
1926; De conversione, ed. W. W. de Chartres. Esta obra, redactada en ne en cuanto tal sólo carácter sim-
Williams, 1938. — Trads. al español: prosa y verso, consta de dos libros,
Obras, por J. Pons, S. J., 5 vols., 1925- bólico: la creencia misma, que es
y es de índole alegórica. En el pri- realidad experimentada, no puede ser
207
BIB BIC ΒΙΕ
objeto de aserción. La filosofía es la be (1786-1853), que intentó unir en BIEN. El primer problema que
elaboración evidente por sí misma de un teísmo especulativo, análogo al plantea la noción de Bien es un pro-
lo que es evidente por sí mismo y que en la misma época se desarro- blema de vocabulario. Por un lado
no un conjunto de proposiciones que llaba en Alemania, las diferentes co- hay varios términos y varias expre-
se convierten en contenido de la con- rrientes idealistas de su tiempo. Lo siones cuyas significaciones son afi-
ciencia teórica. Así, la filosofía "trata mismo que Biberg, Grubbe combate nes: 'el Bien', 'la bondad, 'lο bueno'.
de contenidos que no son literalmente el panteísmo, que por un lado con- Común a todas estas expresiones es
pensables y que no son realmente co- sidera una degeneración de la verda- el hecho de que se trata de sustan-
nocidos, pero que se cree que pre- dera filosofía, y por el otro como un tivos y de que todas designan el ser
tenden ser conocidos sin ser pensa- principio que desemboca en un puro bueno. Por otro lado tenemos el tér-
dos". Tales contenidos son tres: el formalismo antirrealista. La obra de mino 'bueno', el cual es un adjetivo
objeto subsistente por sí mismo, el Grubbe no se refirió solamente a la usado en expresiones tales como 'x
sujeto real y la verdad trascendental. metafísica, sino que se aplicó tam- es bueno', las cuales designan el ser
En el primer caso tenemos una filo- bién y en particular a la filosofía bueno y pueden definirse como 'x
sofía del objeto; en el segundo, una jurídica y moral. tiene la bondad', 'x posee la propie-
del sujeto; en el tercero, una de la Obras principales de Biberg: No- dad de ser algo bueno' o 'x participa
verdad. Cada uno de estos tres ele- tionum ethicarum, quas formales di- del Bien'. Si nos atenemos al vocabu-
mentos tiene su reflejo en ciertas dis- cunt, dialexis critica, 1823-24. — lario y a las definiciones por él pro-
ciplinas filosóficas tradicionales, pero Commentationum Stoicorum. — porcionadas, concluiremos que tanto
solamente en la actividad espiritual sala,Obras: Samlade Skrifter, 3 vols., Up- los sustantivos 'Bien', 'Bondad', 'Bue-
1828, ed. Delldén. — H. Hen-
de orden superior pueden aprehen- ningsson, Nagra Frihetsproblemnos N. no (lo)' como el adjetivo 'bueno'
derse los contenidos en cuestión en lo F. Biberg, 1932. sólo pueden ser definidos de un modo
que verdaderamente son. BICONDICIONAL es el nombre puramente verbal y que, por consi-
Autoexposición en "The Concept que recibe la conectiva ( VÉASE ) bi- guiente, tales definiciones son círcu-
of Philosophy", Contemporary Indian naria 'si y sólo si', simbolizada me- los viciosos. La mera atención al vo-
Philosophy, ed. Radhakrishnan y J. cabulario no proporciona, al parecer,
H. Muirhead, 1936, pp. 63-86. — . Según ello, ningún resultado filosóficamente sa-
Alternative Standpoints in Philosophy tisfactorio. Advertimos, sin embargo,
(An Enquiry into the Fundamentals se lee:
of Philosophy), 1953. — Studies in p si y sólo si q. que ello no es enteramente cierto. En
Philosophy, 2 vols., 1956, ed. Go- Ejemplo de puede ser: efecto, la interdefinibilidad verbal de
pinath Bhattacharyya. tales términos muestra que conviene
Antonio es padre de Juan si y sólo examinarlos conjuntamente, y que el
BIBERG (NILS FREDRIK) (1776- si Juan es hijo de Antonio. El
1827), nacido en Suecia, profesó desde bicondicional equivale a un par término 'Bien' puede ser considerado
1811 en la Universidad de Upsa-la. de condicionales, de modo que: como abreviatura cómoda para desig-
Influido por Schleiermacher y, sobre nar cualesquiera de los aspectos bajo
todo, por Jacobi, concibió la razón los cuales han sido dilucidadas las
como un órgano superior de co- diante el signo cuestiones de lo bueno o del ser bueno.
nocimiento, distinto del entendimiento Esta fórmula es una de las tautolo- Procederemos a mencionar varias
y de la experiencia sensible. La razón gías del cálculo sentencial llamada actitudes posibles acerca del proble-
no es, según Biberg, algo que capta también bicondicional. El bicondicio- ma, pero previniendo que ninguna
simplemente relaciones, sino que posee nal recibe con frecuencia el nombre de ellas suele encontrarse de un modo
un conocimiento, bien que oscuro e de equivalencia (material), de modo puro en ninguno de los filósofos o
indeterminado, de su contenido, que tendencias filosóficas.
conocimiento que el entendimiento 1. Ante todo, el Bien puede estu-
debe perfeccionar y precisar en el diarse como un término —o una ex-
se lee también 'es equiva- presión—, o como una noción —o
curso de la investigación filosófica.
lente a'. Para otro sentido de 'equiva- un concepto—, o como una entidad
Ahora bien, la razón es a su vez un
lencia', véase el artículo sobre esta — o la propiedad de una entidad.
objeto de creencia y de fe, un supuesto
noción. En el primer caso, tenemos una de-
con el cual no hay todavía filosofía,
Otros signos (hoy en desuso) que finición semántica de 'el Bien', se-
pero sin el cual toda filosofía es
hay en la literatura lógica gún la cual tal expresión es reducida
imposible. Biberg defiende contra el
para simbolizar el a la definición de 'x es bueno'. A su
panteísmo del idealismo especulativo
bicondicional son: vez, la expresión 'x es bueno' puede
alemán una concepción teísta y
sostiene en su filosofía moral una doc- En la notación de Hu- definirse mediante las expresiones 'x
trina que tiende a conciliar el forma- es representa- es apetecible', 'x es deseable', 'x es
lismo ético y el eudemonismo mediante perfecto (en su género)' o simple-
una especie de racionalismo positivo. bert-Ackermann, mente 'apruebo x'. En el segundo
Influido por Biberg, así como por otros do por En la notación de Lu- caso, tenemos una definición nocio-
autores, entre ellos Boström, desarrolló kasiewicz, es representado por nal del Bien, sin que aparezca siem-
una filosofía de tipo ecléctico el la letra Έ' antepuesta pre bien claro lo que se entiende por
profesor de Upsala, Samuel Grub- a las fórmulas; noción o concepto. En el tercer caso,
se escribe tenemos una definición real del Bien.
así

Como hemos visto en el articulo


sobre las Tablas de verdad, la tabla
para 'p = q' da ves cuando 'p' es
verdadero y 'q' es verdadero, y cuan-
do 'p' es falso y 'q' es falso; en los
demás casos, obtenemos efes.
BIEL (GABRIEL). Véase GABRIEL
BIEL.

208
ΒΙΕ ΒΙΕ ΒΙΕ
2. Cuando el Bien es considerado les; según ello, hay lo bonum sim- ne un alcance teológico, está formu-
como una noción o como un concep pliciter o bonum per se, y lo bonum lada en el lenguaje de la metafísica
to es menester precisar lo que se en secundum quid, bonum cui, bonum — o, mejor dicho, de la ontología.
tiende por estos últimos. En efecto, per accidens. Consecuencia de estas En efecto, el lenguaje en el cual suele
depende de ello el adoptar una de doctrinas es la negación de que el expresarse tal convertibilidad es el
las dos grandes concepciones corrien Bien sea exclusivamente una substan- lenguaje formal, en el sentido que tie-
tes en la historia de la filosofía. Los cia o realidad absolutas. Aristóteles ne esta expresión cuando se dice, por
que entienden el concepto como un y muchos escolásticos rechazaban, por ejemplo, de Santo Tomás de Aquino
fenómeno mental tienden a defender consiguiente, la doctrina platónica (y —como decía Cayetano—, que sem-
una concepción subjetiva del Bien y, luego, a veces, plotiniana) del Bien per formaliter loquitur. Este lenguaje
por consiguiente, a proporcionar de como Idea absoluta, o Idea de las hace posible que se hable del bien
él una definición en lenguaje psico Ideas, tan elevada y magnífica que, de cada cosa como su perfección,
lógico. Los que entienden el concep en rigor, se halla, como ha dicho dándose el nombre de summum bo-
to como un "objeto formal", distinto Platón, "más allá del ser", e)pe//keina num propiamente sólo al ens realis-
tanto de la expresión como del fe th= j ou) s i/ aj, de tal modo que las cosas simum, esto es, Dios.
nómeno mental y del objeto real, buenas lo son entonces únicamente 6. La concepción del Bien como
tienden a defender una concepción en tanto que participaciones del único bien metafísico no excluye su con
objetiva —u objetivo-formal— del Bien absoluto. En efecto, en la cepción como bien moral; por el con
Bien y, por consiguiente, a propor concepción aristotélica puede decirse trario, la incluye, aun cuando el Bien
cionar de él una definición en un que el bien de cada cosa no es —o metafísico parece gozar siempre de
lenguaje que es llamado —impropia no es sólo— su participación en el una cierta preeminencia, especial
mente— lenguaje lógico. Bien absoluto y separado, sino que mente en la ontología clásica. Lo mis
3. Cuando el Bien es considerado cada cosa puede tener su bien, esto mo podemos decir de la filosofía
como algo real, conviene precisar el es, su perfección. kantiana, por más que en ésta quede
tipo de realidad al cual se adscribe. 5. El Bien en sí mismo es equipa- invenida la citada preeminencia. En
Es menester, por lo tanto, saber si se rado con frecuencia al Bien metafí- efecto, si solamente la buena volun
entiende el Bien como un ente —o sico. En tal caso se suele decir que tad puede ser llamada algo bueno sin
un ser—, como una propiedad de un el Bien y el Ser son una y la misma restricción, el Bien moral aparece
ente —o de un ser— o como un va cosa de acuerdo con las célebres fra- como el Bien sumo. El salto de la
lor. Mas tras haber aclarado este pun ses agustinianas: "Quiquid est, bo- razón teórica a la razón práctica y
to es todavía conveniente saber de num est" (Conf., VII, 12) y "Omne el hecho de que las grandes afirma
qué realidad se trata. Tres distintas ens inquantum ens est, est bonum" ciones metafísicas de Kant sean pos
opiniones se han enfrentado —y con (De vera religlone, 21), las cuales tulados de esta última razón explica
frecuencia entremezclado— al res son admitidas por la mayor parte de la peculiar relación que hay entre el
pecto: (a) el Bien es una realidad los filósofos medievales, en particular Bien metafísico y el Bien moral den
metafísica; (b) el Bien es algo físi por los de tendencia realista. Inter- tro de su sistema.
co; (c) el Bien es algo moral. pretada de un modo radical, dicha 7. Cuando el Bien moral es acen
4. Considerado como algo real, el equiparación da por resultado la ne- tuado por encima de las otras espe
Bien ha sido entendido o como Bien gación de entidad al mal, pero con cies de bienes, se plantean varios pro
en sí mismo o como Bien relativamen el fin de evitar las dificultades que blemas. He aquí dos que considera
te a otra cosa. Esta distinción se ello plantea ha sido muy frecuente mos capitales.
halla ya en Aristóteles cuando dis definir el mal ( VÉASE) como aleja- En primer lugar, se trata de saber
tingue (Eth. Nich., I 1, 1094 a 18) miento del ser y, por consiguiente, si el Bien es algo subjetivo o algo
entre el Bien puro y simple a)gaqo\ del Bien. El Bien aparece entonces que existe objetivamente. Muchas fi-
a(plw=j y el Bien para alguien o como una luz que ilumina todas las losofías admiten las dos posibilidades.
por cosas. En un sentido estricto el Bien Así, Aristóteles y gran número de es-
algo, a)gaqo\n tini, a)gaqo\n di' a)/llo. es, pues, Dios, definido como sum- colásticos definen el bien como algo
Aris mum bonum. Pero en un sentido que es apetecible y en este sentido
tóteles señala que el primero es pre menos estricto participan del Bien parecen tender al subjetivismo. Sin
ferible al segundo, pero debe tenerse las cosas creadas y en particular el embargo, debe advertirse que esto
en cuenta que el Bien puro y simple hombre, especialmente cuando alcanza representa solamente un primer esta-
no es siempre equivalente al Bien el estado de la fruición de Dios. dio en la definición del Bien. En efec-
absoluto; designa un Bien más inde Cuando esta concepción es elaborada to, acto seguido se indica que el
pendiente que el Bien relativo. Así, filosóficamente, el Bien es definido Bien es algo apetecible porque hay
Aristóteles dice que recobrar la sa como uno de los trascendentales algo apetecible. El Bien es por este
lud es mejor que sufrir una amputa (véase TRASCENDENTAL), con el motivo "lo que todas las cosas apete-
ción, pues lo primero es bueno ab conocido resultado de que el Bien cen", como dice Santo Tomás (S.
solutamente, y lo segundo lo es sola es considerado convertible con el Ser, Theol, I, q. V, 1 c), porque constitu-
mente para el que tiene necesidad con lo Verdadero y con lo Uno — ens ye el término (el "objeto formal") de
de ser amputado (Top., III, 1, 116 bonum verum unum convertuntur. la aspiración. Ello permite solucionar
b 7-10). La distinción en cuestión Hay que advertir, sin embargo, que el conflicto planteado por Aristóteles
fue adoptada por muchos escolásticos esta última proposición, aunque tie- (al comienzo de la Ética a Nicómaco)
en lo que llamaban la división de]
bien según varias razones accidenta- 209
ΒΙΕ ΒΙΕ ΒΙΕ
cuando se pregunta si hay que consi- lo religioso. En todo caso, es difícil mismo desarrollo que la Naturaleza.
derar el Bien como idea de una cierta conciliar el carácter autónomo de la El Bien en tanto que convencional
cosa separada, que subsiste por sí ais- ética kantiana con el carácter hete- es siempre estimado como relativo,
ladamente, o bien como algo que se rónomo y a veces teónomo de la ética cuando menos como relativo a una
encuentra en todo lo que existe y pue- tradicional (véase AUTONOMÍA, BUE - sociedad determinada, a un cierto
de ser llamado el Bien común y real. NA VOLUNTAD ). período histórico, a una cierta clase
Tomada en un sentido demasiado li- En segundo lugar, se trata de sa- social, etc. Sin embargo, la concep-
teral, la distinción apuntada nos da, ber qué entidades son las que se juz- ción del Bien (o de los bienes) des-
en efecto, dos formas del Bien que gan buenas. Las morales llamadas de el punto de vista convencionalis-
no parecen jamás tocarse. Pero si materiales consideran que el Bien ta no es siempre equivalente a un
el Bien es algo que apetecemos, no solamente puede hallarse incorporado historicismo; este último, en efecto,
podrá haber separación entre lo que en realidades concretas. Así ocurre puede considerar como absolutos den-
está entre nosotros y lo que está fuera cuando se dice que lo bueno es lo tro de cada período los bienes co-
de nosotros; el Bien será a la vez délectable, o lo conveniente, o lo rrespondientes.
inmanente y trascendente. En cam- honesto, o lo correcto, o lo útil (para 9. El Bien moral (y ocasionalmen
bio, autores como Spinoza (quien de- la vida), etc. Hay que advertir que te el metafísico) puede ser estimado
rivó gran parte de su concepción, de los escolásticos no rechazaban esta como objeto de la razón, de la in
los estoicos) han considerado el Bien condición del Bien cuando conside- tuición o de la voluntad. Estas tres
como algo subjetivo, no sólo por ha- raban que lo bueno se divide, con concepciones no son siempre incom
ber insistido en la idea de que lo una división casi esencial —como la patibles entre sí. Se han dado, en
bueno de cada cosa es la conserva- división del análogo en sus analoga- efecto, muchos ejemplos de combi
ción y persistencia en su ser, sino dos—, en diversas regiones determi- nación entre la tesis racionalista y la
también por haber escrito expresa- nadas por la razón de apetecibilidad, voluntarista, bien que casi siempre se
mente (Eth., III prop. ix, schol.) que de modo que se puede decir, en efec- ha tratado de subordinar una a la
"no nos movemos, queremos, apetece- to, de lo bueno que es útil, o que es otra. Así, la tesis de que el Bien es
mos o deseamos algo, porque juzga- honesto, o que es agradable, etc. Pero el objeto formal de la voluntad no
mos que es bueno, sino que juzgamos mientras entre los escolásticos esto excluye el uso de la razón, y la tesis
que es bueno porque nos movemos era el resultado de una división del de que el Bien es aprehendido me
hacia ello, lo queremos, apetecemos Bien, entre los partidarios más es- diante la razón no excluye que sea
y deseamos". Muchas de las llamadas trictos de las morales materiales, el asimismo objeto de la voluntad. Por
morales subjetivas, tanto antiguas Bien se reduce a una o varias de tales otro lado, cuando la razón ha sido
como modernas, podrían tomar como especies de bienes. Las morales lla- entendida como una posibilidad de
lema la citada frase de Spinoza. Por madas formales (especialmente la de aprehensión directa de la mente, se
el contrario, otras filosofías destacan Kant) insisten, en cambio, en que la ha podido acordar el Bien como ob
la independencia del Bien respecto a reducción del Bien a un bien o a jeto de la razón y como objeto de la
nuestras apetencias, aun cuando re- un tipo de bienes (en particular de intuición. Otro es el caso, en cambio,
conocen que el Bien es apetecible: bienes concretos) convierte la moral cuando la intuición se ha entendido
el platonismo figura entre ellas. En en algo relativo y dependiente. Hay como intuición emocional. Así, las
general, es difícil dar ejemplos de según ello, tantas morales materiales doctrinas morales de Brentano, Sche-
concepciones extremas en este proble- como géneros de bienes, pero, en cam- ler, N. Hartmann y otros autores se
ma; muchas de las doctrinas pueden bio, hay sólo una moral formal. Con- han opuesto por igual al racionalis
ser consideradas a la vez como sub- tra ello arguyen las morales materia- mo y al voluntarismo de los bienes.
jetivas y objetivas. Finalmente, otras les que la moral puramente formal Especialmente Scheler ha presentado
parecen hallarse fuera de este dile- es vacía y no puede formular ningu- esta concepción con extrema claridad
ma. Es el caso de Kant, pues por na ley que no sea una tautología y radicalismo al insistir en que hay
un lado la buena voluntad parece (véase IMPERATIVO). una posibilidad de aprehensión in-
ser un querer y, de consiguiente, una 8. Una división menos importante tuitivo-emocional de las realidades
apetencia, mas por el otro lado tal del Bien, cuando es considerado ma- que se califican de buenas y malas,
buena voluntad, cuando es pura, es terial y moralmente, es la que intro- y que tal aprehensión es a priori no
independiente de toda apetencia y dujeron los sofistas y fue presentada obstante referirse a realidades "mate
se rige únicamente por sí misma. Es por Aristóteles en el pasaje ya citado riales", esto es, concretas y no vacías.
curioso comprobar que parece haber de Top.: el Bien puede ser natural o 10. Esto nos lleva a un último pro
analogías entre la definición escolás- convencional. Usualmente se estima blema: el ya antes apuntado [3] del
tica del Bien como objeto formal de que el Bien natural es universal e tipo de realidad del Bien. Como vi
la voluntad y la buena voluntad kan- inalterable, pero en principio no está mos, puede considerarse éste como
tiana, si bien estas analogías desapa- excluido que pueda cambiar. Los un ser, como la propiedad de un ser
recen tan pronto como consideramos partidarios de la universalidad e o como un valor. Lo habitual en las
las respectivas ontologías que sub- inalterabilidad del Bien (como los ontologías llamadas clásicas es la pri
yacen en cada una de dichas teorías, estoicos) arguyen que su naturaleza mera opinión, aun cuando se reconoz
por no decir nada de las diferencias es siempre la misma; los defensores ca que cuando se habla del ser como
fundamentales en lo que toca a la del cambio (evolucionistas) mani- realidad no se enuncia de él lo mis
idea de la relación entre lo ético y fiestan que el Bien está sometido al mo que cuando se habla del ser
210
ΒΙΕ ΒΙΕ ΒΙΕ
como bondad. Lo más común en las Los anteriores análisis no preten- mentó, La definizione del Bene in re-
ontologías modernas es la segunda den agotar todos los problemas que lazione al problema dell'ottimismo,
opinión, que ha sido llevada a sus suscita la noción del Bien. Tampoco 1936. — C. E. M. Joad, Good and
últimas consecuencias en lo que he- pretenden poner de relieve todas las Evil, 1943. — A. C. Ewing, The De-
mos calificado de concepción semán- dificultades que ofrece cada una de finition of the Good, 1947. — R. B.
tica: 'bien' es entonces un término las concepciones mencionadas. Pero Rice, On the Knowledge of Good and
puede preguntarse si no hay algunos Evil, 1955. — E. Dupréel, J. Leclercq,
que puede sustituir a 'bueno' en 'x R. Schottlaender, artículos sobre la
es bueno'. Muy corriente en varias supuestos últimos de los que depen- noción de bien en Revue Interna-
éticas contemporáneas es la tercera dan las principales teorías éticas. A tionale de Philosophie, N° 38 (1956),
opinión, para entender la cual hay nuestro entender, los hay: son los 385-414. — Brand Blanshard, Reason
que ver lo que hemos indicado en supuestos que corresponden a una and Goodness, 1961 [Gifford Lectu-
el artículo sobre el valor ( VÉASE ). doctrina de los universales ( VÉASE ). res, 1952-1953]. — Eugene E. Ryab,
Según estas concepciones, el Bien es En efecto, cualesquiera que sean las The Notion of Good in Books Al-
irreductible al ser, pero hay que ad- tesis admitidas, habrá siempre que pha, Beta, Gamma, and Delta of
vertir que en este tipo de doctrinas adherirse o a una concepción nomi- the Metaphysics of Aristotle, 1961
nalista, o a una concepción realista, [monog.]. — Georg Henrik von
se habla del Bien a veces como uno Wright, The Varieties of Goodness,
de los valores morales y a veces o a una concepción intermedia entre
nominalismo y realismo del Bien o 1962 [Gifford Lectures, 1960]. —
como de la preferencia por cuales- Helmut Kuhn, Das Sein und das Gute,
quiera valores positivos. Scheler ha de los bienes. El nominalismo extre-
mo del Bien lo reduce a una expre- 1962. — Kitaro Nishida, El bien
defendido esta última posición muy (trad. esp., 1963). — Análisis lingüís-
sión lingüística; el realismo extremo tico: F. E. Sparshott, An Enquiry
claramente. "Siéndonos dada la su-
lo define como un absoluto metafí- into Goodness, 1958 y, sobre todo,
perioridad de un valor —escribe— sico. Como el nominalismo extremo
en el acto del 'preferir' y la inferio- Paul Ziff, Semantic Analysis, 1960
no permite hablar del Bien, y como (Cfr. asimismo obras de autores de la
ridad del mismo valor en el acto del el realismo extremo hace imposible escuela "emotivista" [C. L. Stenven-
'postergar' (actos que por ser cogni- considerar nada excepto el Bien en son et al] en ÉTICA). — Véase tam-
tivos y no volitivos no son buenos ni cuanto tal como bueno, lo plausible bién la bibliografía de los artículos
malos, sino éticamente neutrales), es adoptar una posición intermedia. MAL y TEODICEA. Para la significa-
quiere esto decir que es moralmente Pero es inevitable adoptar una posi- ción del término 'bien' o 'lο bue-
bueno el acto realizador de valores ción en esta controversia. Y como no' véase asimismo la bibliografía
que coincide, con arreglo a su ma- toda posición en la doctrina de los de ÉTICA y MORAL. Para la idea del
teria de valor intentada, con el valor universales es el resultado o de una bien en varios autores y tenden-
que ha sido 'preferido' y se opone al cias: J. de Munter, Studie over de
decisión previa o de una ontología zedelije Schoonheid en Goedheid bij
que ha sido 'postergado'. En cambio, previa, resulta que la definición dada Aristoteles, 1932. — E. Grumach,
es moralmente malo el acto que, con del Bien —en la medida en que se "Physis und Agathon in der alten
arreglo a la materia de valor in- efectúe en el nivel filosófico y se Stoa", Problemata, VII (1932). —
tentada, se opone al valor que ha pongan entre paréntesis tanto las H. Luckey, Die Bestimmung non
sido 'preferido' y coincide con el va- "creencias" como las conveniencias— "gut" und "bose" bei Thomas von
lor que ha sido 'postergado'." Tal es últimamente el resultado de una Aquin, 1930. — A. Kastil Die Frage
coincidencia no significa necesaria- decisión o de una ontología. Ello no nach der Erkenntnis des Guten bei
mente el bien y el mal mismos: "no significa que tal decisión o tal onto- Aristóteles und Thomas, 1900.
es que consista lo 'bueno' y 'malo' en logía tengan que ser arbitrarias; sig- BIEN COMÚN. Desde el momento
esa coincidencia o en esa oposición; nifica que son primarias y que pre- en que se planteó el problema de
pero estos son los criterios esenciales ceden en el orden de las razones a la naturaleza de la sociedad humana
y forzosos del ser de lo bueno y lo toda dilucidación acerca del Bien. agrupada en Estados que pueden, o
malo". Por eso "el valor 'bueno' es Sobre el bien, tanto en sentido mo- deben, proporcionar a sus miembros
aquel que va vinculado al acto reali- ral como metafísico: C. Stumpf, Das un bien o serie de bienes para faci-
zador que ejecuta un valor positivo, Verhaltnis des platonischen Gottes litar su subsistencia, bienestar y feli-
dentro del grado más alto de valores zur Idee des Guten, 1869. — C. Tri- cidad, se suscitó la cuestión ulterior-
(o, respectivamente, dentro del vero, Il problema del Bene, 1907. — mente llamada del "bien común".
supremo grado) a diferencia de los Hastings Rashdall, The Theory of Dentro del pensamiento filosófico
valores negativos; y el valor 'malo' Good and Evil, 1907 (inspirado en F. griego hallamos, pues, ya la cuestión
es aquel que va vinculado al acto H. Bradley). — K. B. R. Aaars, Gut del bien común en las discusiones de
realizador de un valor negativo" (Éti- und Bose, 1907. — P. Haberlin, Das los sofistas y en Platón. Sin embargo,
ca, trad. esp. H. Rodríguez Sanz, I, Gute, 1926. — H. J. Patón, The Good si se estima, con Platón (Rep., IV)
1941, págs. 55-6). Condición para la Will. A Study in the Coherence Theory que tal bien común trasciende los bie-
validez de esta doctrina es la organiza- of Goodness, 1927. — W. D. Ross, nes particulares en tanto por lo me-
ción jerárquica de los valores y, por The Right and the Good, 1930. — H. nos que la felicidad global o del Es-
supuesto, la idea de que los valores son Reiner, Der Grund der sittlichen Bild- tado debe ser superior, y hasta cierto
irreductibles a otras realidades. El ung und das sittliche Gute, 1932. — punto independiente, de la felicidad
bien, pues, aparece aquí como irreduc- W. Monod, Le problème du Bien. de los individuos, entonces la cues-
tible, aunque no necesariamente opues-
Essai de Théodicée et Journal d'un tión del bien común carece de una
Pasteur, 3 vols., 1934. — L. Nutri- dimensión esencial: la del modo de
to, a toda otra forma de "realidad".
211
ΒΙΕ ΒΙΕ BIN
participación de los miembros del Es- de una sociedad, hay que suponer la comprensión). — Wijssgeerige Stu-
tado en el bien común. que hay asimismo una cierta relación dies, 1904 (Estudios filosóficos). —
Esta última dimensión fue tratada entre el ser personal y el bien común Plato's Levensleer: logos, ethos,
por Aristóteles (Pol., III) al indicar natural del Estado. pathos, 1935 (La doctrina de la vida
que la sociedad organizada en un Es- en Platón: logos, ethos, pathos). —
Además de los textos citados supra, Het Rijk van den Geest, 1938 (El
tado tiene que proporcionar a cada véase: K. Keibach, Das Gemeinwohl reino del espíritu). Bierens de Haan
uno de los miembros lo necesario para und seine ethische Bedeutung, 1928. colaboró también en una historia de
su bienestar y felicidad como ciu- — G. Gonella, La nozione di bene las ciencias: Geschiedenis der We-
dadanos. Por ello es usual remontarse comune, 1938. — Sobre el bien co- tenschappen, 1915.
al Estagirita como el primero que for- mún en Santo Tomás: S. Michel, La
notion thomiste du bien commun. BILFINGER (o BILFFINGER)
malmente trató el problema del bien (GEORG BERNHARD) (1693-1750),
Quelques-unes de ses applications ju-
común. Este problema fue recogido ridiques, 1932. — A. P. Verpaalen, nac. en Kannstatt, profesor desde
por los escolásticos, y en particular Der Begriff des Gemeinwohls bei 1725 en San Petersburgo y desde
por Santo Tomás, quien lo dilucidó Thomas von Aquin, 1954. — Ch. de 1731 a 1735 en Tubinga, es uno de los
ampliamente (en S. theol., I Ia q. Koninck, De la primacía del bien co- miembros de la llamada escuela de
XC y en De regimine principium, I, 1, mún contra los personalistas y el prin- Wolff (o también de Leibniz-
entre otros lugares ). Siguiendo a Aris- cipio del orden nuevo (trad. esp., Wolff), aun cuando sus puntos de
tóteles, Santo Tomás afirmó que la 1952). — Luciano Pereña, Hacia una vista filosóficos son con frecuencia
sociedad humana como tal tiene fines sociología del bien común, 1955. —
Juan Zaragüeta, Problemática del bien distintos de los de sus maestros. Bil-
propios, los cuales son "fines natura- finger admite una concepción mona-
común, 1956.
les", a los cuales hay que atender, y dológica de la realidad, pero declara
los cuales hay que realizar. Los fines BIERENS DE HAAN (J. D.)
nac. 186'6, profesor en Aerdenhout, que ciertas mónadas no poseen re-
espirituales y el bien supremo no son presentación y no se mueven a sí mis-
incompatibles con el bien común de Haarlem, desarrolló una metafísica
basada principalmente en el estudio mas. Por otro lado, las mónadas que
la sociedad en cuanto tal; pertenecen poseen facultad representativa no re-
a otro orden. Hay que establecer có- y profundización del pensamiento de
Spinoza. Esta metafísica era, en ri- flejan (como pensaba Leibniz) la
mo los dos órdenes se relacionan, pero realidad entera desde su propio punto
no a base de destruir simplemente uno gor, una dialéctica de la idea desti-
nada a mostrar, de un modo sensi- de vista, sino solamente una parte de
de ellos. la realidad. Según Bilfinger, las almas
La cuestión del bien común fue blemente parecido al hegelianismo,
la génesis de la realidad y, sobre poseen representaciones y deseos, los
ampliamente dilucidada por otros es- cuales se engendran mutuamente. En
colásticos (por ejemplo, Egidio Ro- todo, las antítesis que se producen
dentro de ella. Bierens de Haan rea- la idea del mundo como una armonía
mano y Francisco Suárez) y por no preestablecida, Bilfinger se acercó
pocos autores modernos. Frente a la lizó este propósito en un sentido
especulativo-fenomenológico que le más a la concepción de Leibniz que
tendencia a subordinar demasiado ra- a la de Wolff.
dicalmente el orden natural y temporal permitió efectuar un análisis de la
vida espiritual en el cual quedan Obras: Dissertatio de harmonia
al orden divino y espiritual, ciertos
incluidos, a su entender, tanto los praestabilita, 1721 (en 2a ed. titula-
escritores modernos tomaron el punto da: Commentatio hypothetica de har-
de vista inverso, considerando el bien elementos ontológicos como los histó- monia animi et corporis humani ma-
común del Estado como el único bien rico-psicológicos. La pluralidad se ex- xime praestabilita ex mente Leibnitii,
posible. Ello ha llevado a ciertos plica entonces por la unidad. Pero la 1723). — Disputatio de triplici rerum
pensadores contemporáneos, como unidad no puede explicarse a su vez cognitione, 1722. — Commentationes
si no le suponemos, por lo menos po- philosophicae de origine et permis-
Jacques Maritain (La personne et le sione mali praecipue moralis, 1724. —
bien commun, 1946), a considerar que tencialmente, la pluralidad de mani-
festaciones. Éstas son reveladas por Dilucidationes philosophicae de deo,
el afán "reduccionista" —el que anima humana, mundo et generalibus
reduce el bien temporal al espiritual o medio del análisis e interpretación de
la experiencia, especialmente de la rerum affectionibus, 1725.
viceversa— es consecuencia de BINSWANGER (LUDWIG) nac.
haberse olvidado la distinción entre el experiencia psicológica, la cual se in-
tegra "naturalmente" en el proceso (1881) en Thurgau (Suiza), estudió
individuo y la persona. El individuo medicina en Lausana, Heidelberg y
puede, y debe frecuentemente, dialéctico y dramático de la idea,
pero sin renunciar a su propio ser y Zurich, trabajando durante un tiempo
sacrificarse por el bien común natural, bajo la dirección de Jung y de Eugen
y a la vez aprovecharse de él para los aun afirmándolo de continuo como
una contraposición. La idea de una Bleuler. De 1908 a 1910 Binswanger
fines terrenales; la persona, en trabajó, bajo la dirección de su padre,
cambio, es una entidad de naturaleza "armonía invisible y oculta" recorre,
así, de continuo la especulación de el psiquiatra Robert Binswanger, en
últimamente espiritual, que se sustrae el Sanatorio Bellevue de Kreuzlingen,
en muchos casos a los requisitos del Bierens de Haan, cuyo aspecto esté-
tico prima a veces sobre el estricta- y de 1911 a 1956 fue director del
orden natural estatal. El bien común, mismo Sanatorio.
en suma, es cosa de los individuos, pero mente metafísico.
Obras principales: De beteekens Binswanger es uno de los más des-
no necesariamente de las personas. van Shaftesbury in de Engelsche tacados representantes del llamado
Pero en la medida en que las personas Ethiek, 1891 (El conocimiento de "movimiento existencial en psicología"
se incorporan y manifiestan en S. en la ética inglesa). — De Weg — que incluye la psicoterapia existen-
individuos que son miembros tot het Inzicht, 1905 (El camino de cial, así como los llamados "análisis
212
BIN ΒΙΟ ΒΙΟ
existencial" y "fenomenología psiquiá- dos psíquicos del mundo y de "los que la investigación biológica cons-
trica". Este movimiento, aunque no otros", sino que los considera a todos tituía una parte de la investigación
derivado de Freud, y aunque hostil en un conjunto — que puede llamar- filosófica. Así ocurre patentemente en
al uso de ciertos conceptos muy bá- se "concurso existencial". algunas de las opiniones biológicas
sicos del psicoanálisis (como los con- Obras principales: Einführung in de los presocráticos, especialmente de
ceptos de "inconsciente", "libido", die Probleme der allgemeinen Psycho- Empédocles. Así sucede asimismo en
etc.). debe en parte su impulso a logie, 1922 (Introducción al proble- Aristóteles. Para este filósofo la in-
Freud —y a Jung—, pero también, ma de la psicología general). — vestigación biológica constituye una
Wandlungen in der Auffassung und
y acaso en mayor proporción, a todo Deutung des Traumes von den Grie- parte de la investigación física, la
un conjunto de tendencias filosóficas chen bis zur Gegenwart, 1928 ( Trans- cual, a su vez, se basa primariamente
y psicológicas que van desde Nietz- formaciones en la concepción e inter- en un análisis conceptual. Sin em-
sche hasta Heidegger, Jaspers, Sartre pretación del sueño de los griegos al bargo, ya en el propio Aristóteles
y otros. Dentro de este movimiento presente). — Über Ideenflucht, 1933 apunta un principio de separación
Binswanger ha elaborado sobre todo (Sobre el flujo de ideas). — Grund- fundado en el carácter para él fun-
lo que ha llamado "análisis existen- formen und Erkenntnis menschlichen damentalmente descriptivo de la in-
Daseins, 1942, 2a ed., 1953 (Formas
cial" ( Daseinsanalyse ). Este análisis básicas y conocimiento de la existen- vestigación biológica. En efecto,
usa ideas fundamentales de Heideg- cia humana). — Henrik Ibsen und mientras la llamada filosofía natural
ger —y, más específicamente, de El das Problem der Selbstrealisation in es en gran parte de índole ontológica
Ser y el Tiempo, de Heidegger—, pero der Kunst, 1949 [Schriften der Psy- (con excepción quizá de la meteoro-
se distingue de Heidegger en muy che, Heft 2] (I. y el problema de la logía), la biología es en muy consi-
importantes respectos. Ante todo, y auto-realización en el arte). — Drei derable medida "experimental". Así,
como el propio Binswanger ha puesto Formen missglückten Daseins: Ver- los trabajos de Aristóteles y de sus
stiegenheit, Verschrobenheit, Manie-
de relieve, en que se trata de "una riertheit, 1956 (Tres formas de exis- colaboradores sobre las partes, la ge-
investigación científica de tipo antro- tencia fallida: osadía, confusión, neración y el movimiento de los
pológico" y, por tanto, de una inves- afectación). — Der Mensch in der animales, así como, y especialmente,
tigación que conduce a formular Psychiatrie, 1957 (El hombre en la los de Teofrasto y sus discípulos so-
"enunciados ónticos" y no tesis onto- psiquiatría). — Schizophrénie, 1957 bre los animales y las plantas, mues-
lógicas. Los métodos que usa el análisis [antes publicado en Monatschrift für tran un carácter cada vez menos espe-
existencial son métodos científicos Psychiatrie und Neurologie ( 1945 ) y culativo. Lo mismo ocurre en varios
en Schweizer Archiv für Neurologie
empíricos, aplicados a casos particu- und Psychiatrie (1944/47, 1949,1952/ de los miembros de la escuela de los
lares — métodos empírico-fenomeno- 1953)]. — Importantes son los escritos peripatéticos y especialmente en las
lógicos, a diferencia de los métodos de B. en los que analiza "casos" investigaciones efectuadas en Alejan-
empírico-inductivos. Así, por ejem- determinados: "el caso ilse" (Monat- dría. Ello no significa que la historia
plo, el examen del hombre en su "es- schrift, etc. CX [1945], 129-60), "el de la biología pueda describirse como
tar-en-el-mundo" es un examen ónti- caso Lola Voss" (Schweizer, etc. el paso sucesivo y progresivo de lo
co, que incluye todas las realidades LXIII [1949]; "el caso Ellen West" especulativo a lo experimental, no so-
(Schweizer, etc. LIII [1944], 255-77
empíricas implicadas en tal "estar"; lo y LIV [1944], 69-117, 330-60; LV lamente porque hay en tal historia,
mismo sucede con el examen del hom- [1955], 16-40); algunos de estos es- como en todas, "avances" y "retro-
bre en su "estar-con-otros", etc., etc. critos han sido recogidos en Ausge- cesos", sino también porque, consti-
Por eso el "análisis existencial" (o, wahlte Vortrage und Aufsatze, 2 tuida como "ciencia independiente",
más propiamente, "análisis de la exis- vols., 1947-1955. Binswanger ha ex- la biología no se ha convertido pura
tencia"), de Binswanger, es distinto puesto sus ideas en "Über die da- y simplemente en una "ciencia ex-
del "psicoanálisis existencial" en el seinsanalytische Forschungsrichtung in perimental": la parte teórica de ella
der Psychiatrie", Schweizer, etc., LVII
sentido de Sartre. Sin embargo, el (1946), 209-25, reimp. en Ausgewahl- —bien que despojada de lo arbitra-
análisis en cuestión está fundado en te, etc., I (1947), págs. 190-217. riamente especulativo— ha sido siem-
supuestos filosóficos no empíricos Véase Rollo May, Ernest Ángel y pre considerable. Por otro lado, es
(bien que confirmables empíricamen- Henri F. Ellenberger, eds., Existence. sabido que aun lo más arbitrario de
te), tales como la idea de que la rea- A New Dimensión in Psychiatry and la especulación ha contribuido a veces
lidad humana es una realidad que Psychology, 1958, especialmente las a obtener notables descubrimientos
consiste en estar en situaciones deci- dos contribuciones de Rollo May en científicos; las especulaciones bioló-
págs. 3-91. Este volumen incluye gicas frecuentes durante el Renaci-
diendo lo que va a ser ella misma; la trad. de varios escritos de Binswan-
idea de que el ser humano es básica- ger, incluyendo el citado "Über die miento y aun en los primeros mo-
mente en "ser sí mismo" a diferencia daseinsanalytische, etc.". mentos de la Edad Moderna confir-
del ser de una cosa; la idea, sobre to- BIOLOGÍA. El único problema que man esta verdad conocida por todos
do, de que la realidad —y, por tanto, nos interesa aquí con respecto a la los historiadores de las ciencias.
la realidad de que se ocupa el psi- biología es el de su posible relación Desde el momento en que la bio-
quiatra (por lo demás, en cuanto otra con la filosofía. En la época ante- logía ha sido considerada como una
realidad humana)— es una existencia rior a la constitución de la biología ciencia (VÉASE) entre otras y, por lo
total y un modo de existir y de ser "sí como una ciencia independiente, la tanto, como desenvolviéndose fuera
mismo", etc. Por eso el "análisis" de relación mentada ha sido tan estre- del marco de la filosofía, se ha plan-
Binswanger no separa el paciente cha que se podía inclusive afirmar teado, sin embargo, el problema de
de sus estados psíquicos, ni los esta- la relación entre ambas disciplinas.
213
ΒΙΟ ΒΙΟ ΒΙΟ
Esto ha dado origen a varías posi- te a las antes reseñadas; múltiples mlung Goschen, 96). — Emile Callot,
ciones, de las cuales mencionamos las combinaciones han sido frecuentes, Philosophie biologique, 1957. — Paul
más típicas: (1) Biología y filosofía sobre todo en la época contemporá- Haberlin, Leben und Lebensform.
no tienen ninguna relación, pues la nea. La mayor parte de ellas han sido Prolegomeno zu einer universalen Bio-
biología es una ciencia y la filosofía logie, 1957. — Sobre historia de la bio-
suscitadas por el problema del status logía: E. Rald, Historia de las teorías
no lo es. Fundamento de esta opinión de lo orgánico en relación con otras biológicas (trad. esp., 2 vols., 1928).
es el considerar que las ciencias so- formas de realidad y la posibilidad — Erik Nordenskiold, Biologiens his-
lamente pueden relacionarse entre sí o imposibilidad de reducirlo a algu- toria, s/f. (hay trad. inglesa: The
e inclusive que solamente las cien- na de ellas. Han surgido así las co- History of Biology, 1935). — C. Sin-
cias usan un lenguaje cognosciti- nocidas posiciones a que nos hemos ger, À Short History of Biology, 1931;
vo. (2) Biología y filosofía están referido en los correspondientes ar- 2a ed.: A History of Biology, 1940
relacionadas de alguna de las siguien- tículos (véase MECANISMO, VITALIS - (trad. esp.: Historia de la biología,
tes maneras: (a) la filosofía propor- MO). Las dos posiciones fundamen-
1947). _ Th. Ballauff, Die Wissen-
ciona a la biología bases o episte- schaft vom Leben. Eine Geschichte
tales al respecto han sido: (I) los der Biologie, I, 1954. — Metafísica de
mológicas o metafísicas u ontológi- fenómenos orgánicos pueden reducir- la biología: Aloys Wenzl, Metaphysik
cas o las tres al mismo tiempo; (b) la se a los inorgánicos; (II) los fenó- der Biologie von heute, 1938.—Sobre
biología proporciona a la filosofía re- menos orgánicos son irreductibles a conocimiento biológico: Adolf Meyer,
sultados que ésta puede elaborar y, otros, de modo que hay una dife- Ideen und Idéale der biologiscnen
sobre todo, interpretar en el marco rencia esencial y óntica entre lo or- Erkenntnis, 1934. — Concepción bio-
de una ontología general, o de una gánico ( VÉASE ) y lo inorgánico. En- lógica del mundo: J. von Uexküll,
metafísica general o inclusive de una tre estas posiciones se han mani- Bausteine zu einer biologischen Wel-
concepción del mundo; (3) biología festado buen número de tesis mode- tanschauung, 1913 (trad esp.: Ideas
y filosofía no están relacionadas di- radas intermediarias, entre ellas la para una concepción biológica del
mundo, 1934). — íd., íd., Theoreti-
rectamente, sino indirectamente por de que no puede decirse si la reduc- sche Biologie, I, 1920; II, 1942. —
medio de una disciplina especial e ción o no reducción tiene carácter G. Matisse, Le rameau vivant du
intermedia que, según algunos filóso- ontológico, sino únicamente carácter monde. Philosophie biologique, 1949.
fos, es la llamada metafísica de lo metodológico o lingüístico. Otras cues- —Sobre filosofía del organismo, véan-
orgánico y según algunos otros no tiones, sin embargo, no se han refe- se los artículos ORGÁNICO y VIDA;
puede ser sino el estudio de la se- rido a los fundamentos filosóficos de además: Hans Driesch, Biologische
mántica del lenguaje biológico. la biología, sino a los fundamentos Problème hoherer Ordnung, 1941. —
Los biólogos experimentales o es- biológicos del conocimiento. Se ha R. S. Lillie, General Biology and Phi-
pecializados en alguna rama de la losophy of Organism, 1945. — Sobre
debatido mucho, en efecto, sobre todo el problema de la biología como cien-
biología se manifiestan, por lo gene- en los primeros decenios de este si- cia "independiente": Hans Driesch,
ral, en favor de la opinión (1); los glo, si el conocimiento humano es el Die Biologie ah selbstandige Grund-
biólogos teóricos, los historiadores de resultado de un proceso biológico y wissenschaft, 1893. — Oskar Hertwig,
la biologia y muchos filósofos se de su evolución y si ello impone Génesis de los organismos (trad. esp.,
adhieren a la opinión (2). Entre las o no restricciones sobre la llamada 1929, especialmente tomo I acerca
diferentes formas que tiene esta opi- validez objetiva de tal conocimiento. de la concepción "biologista", igual-
nión (a) es mantenida por muchos Aunque tal cuestión es fundamental- mente opuesta al vitalismo y al me-
epistemólogos y metafísicos y por al- mente epistemológica, constituye uno canicismo). — Sobre método en bio-
gunos biólogos (como von Uexhüll); de los ejemplos que permiten ver que logía, especialmente el llamado mé-
todo axiomático: J. H. Woodger,
(b) es defendida por muchos biólo- la posibilidad de relación entre bio- Biological Principies, 1929. — Id. íd.,
gos y algunos filósofos (tales los logía y filosofía no se agota fácil- The Axiomatic Method in Biology,
partidarios de la metafísica inductiva mente en unas cuantas posiciones, de 1937. — Íd., íd., Biology and Lan-
y de la filosofía como síntesis de las modo que las que hemos mencionado guage, 1952. — Vicent E. Smith, ed.,
ciencias); (c) es propuesta por gran antes deben considerarse, según apun- Philosophy of Biology, 1962 [St.
número de filósofos y biólogos con- tamos, como típicas, pero en modo John's Uñiversity Studies. Philosophi-
temporáneos: los de tendencia espe- alguno como las únicas existentes. cal Series, 3].
culativa, o simplemente más amplia Sobre filosofía de la biología: N. BIOLOGISMO. Véase BIOLOGÍA,
y "total", se adhieren a la tesis meta- Hartmann, Philosophische Grundfra- ORGÁNICO, PRAGMATISMO, y especial-
física, y los de tendencia positivista a gen der Biologie, 1912. — Nicolai mente VITALISMO.
la tesis semántica. Ejemplo de los pri- Hartmann, "Philosophische Grundfra- BION DE BORÍSTENES (fl. 230
meros es Maritain, con su doctrina gen der Biologie", Wege zur Philo- antes de J.C.), discípulo en Atenas
de la distinción entre lo ontológico sophie, Nr. 6 (1912), reimp. en
Kleinere Schriften, III (1958), págs. del académico Crates (cuyas doctri-
y lo empiriológico; ejemplo de los se- 79-185. — James Johnston, The Phi- nas criticó acerbamente), del cirenai-
gundos es J. H. Woodger, con sus losophy of Biology, 1914. — F. de co Teodoro y del peripatético Teo-
análisis semánticos, en especial so- Sarlo, Vita e Psiche. Saggio di filosofía frasto, se adhirió al cinismo, el cual
bre los enunciados teóricos de la bio- della Biologia. — F. Dagognet, Phi- popularizó, especialmente mediante
logía. losophie biologique, 1955. — M. Hart- la introducción de la forma literaria
Esto no quiere decir, ciertamente, mann, Einführung in die allgemeine conocida con el nombre de diatriba.
que las opiniones sobre el citado pro- Biologie und ihre philosophischen Según Diógenes Laercio (IV, 53),
blema se hayan reducido estrictamen- Grund- und Grenzfragen, 1956 ( Sam- Bion de Borístenes —que había sido
214
BLA BLA BLA
esclavo de un maestro de retórica— 1957. Además, numerosas colabora- total, capaz de dar cuenta racional y
se distinguía por su habilidad litera- ciones en varias revistas: Journal of objetivamente de la experiencia.
ria y especialmente por sus brillantes Unified Science-Erkenntnis; Philoso- Obras: The Nature of Thought,
parodias. Ahora bien, el cinismo de phy of Science; Analyste; The Philo- 2 vols., 1941. — On Philosophical
sophical Review, etc. — En trad. esp. Style, 1954. — The Impasse in
Bion fue mucho más de tipo he- el artículo: "Explicaciones del signifi-
donista (influido acaso por los ci- Ethics and a Way Out, 1955 [Uni-
cado", en Antología semántica, 1960, versity of California Publications in
renaicos) que de tipo ascético. Por ed. Mario Bunge. Philosophy, Vol. 28, N° 2] (trad. esp.:
consiguiente, Bion —como su imita- BLANSHARD (BRAND) nac. ¿Está la ética en un callejón sin sali-
dor, Teles, y como Menipo de Ga- (1892) en Fredericksburg. Ohio da?, 1959 [Centro de Estudios Filo-
dara— abandonó casi por completo (EE.UU.), profesó en Michigan sóficos. Univ. de México. Cuaderno
la vieja idea cínica del esfuerzo y (1921-1924), en Swarthmore (1924- 2] ). — Reason and Goodness, 1961
del endurecimiento del sabio para 1945) y en la Universidad de Yale [Gifford Lectures 1952-1953]. —
dar a la vida cínica ese tinte a la (desde 1945). En su obra principal Además Blanshard preparó el volu-
vez retórico, escéptico y realista que men In Commémoration of William
sobre la naturaleza del pensamiento, James, 1942, y colaboró en Philosophy
predominó durante los siglos III y Blanshard se ha propuesto proseguir in American Education, Its Tasks and
II . antes de J. C. Horacio siguió e lo que se ha llamado "la gran tradi- Opportunities, 1945.
imitó algunas de las formas literarias ción", la philosophia perpetua o pe- BLASIO DE PARMA [Biagio Pe-
desarrolladas por Bion. rennis, por la cual entiende "la doc- lacani o (Pelicani) di Parma] (t 1416),
J. P. Rossignol, Fragmenta Bionis trina de la autonomía y objetividad
Borysthenitae philosophi, Lutetiae, estudió en Pavía, y desde 1370 a 1390
de la razón". A tal efecto ha traba- aproximadamente enseñó sucesivamente
1830 y F. W. A. Mullach, Fragmenta jado para tender un puente entre la
phuosophorum Graecorum, II, 423 y en Pavía, Bolonia y Padua, regresando
sigs. — Sobre Bion: J. M. Hoogvliet, psicología y la metafísica, las cuales a Pavía hacia 1390. Médico y filósofo,
De vita, doctrina et scripsis Bionis, deben complementarse entre sí en adoptó las tendencias aristotélicas
1821. — Art. de H. von Arnim sobre vez de seguir sus investigaciones se-
características de la llamada "Escuela
Bion (Bion, 10) en Pauly-Wissowa. paradamente. En efecto, las ideas no
de Padua" (v.). Célebre en su tiempo
BLACK (MAX) nac. (1909) en pueden ser consideradas sólo como
imágenes o acontecimientos psíquicos, por su interés por la astro-logía
Rusia, estudió en Inglaterra (Cam- judiciaria, su labor principal como
bridge, Londres), profesando en la o sólo como entes lógicos (o meta-
físicos); entre la imagen psíquica y filósofo y hombre de ciencia consistió
Universidad de Londres (1936-1940) en sus estudios de perspectiva en el
y, a partir de 1946, en Cornell Uni- el universal hay una conexión que se
muestra tan pronto como se analiza sentido de Witelo y en sus estudios
versity (Ithaca, N.Y.). Black se ha sobre los pesos, las proporciones y el
ocupado de las cuestiones de funda- el pensamiento y se descubre que los
universales están ya presentes en las aumento y disminución de las
mentación de la matemática y de nu- cualidades de los cuerpos naturales
merosos problemas de carácter episte- percepciones más elementales. En la
percepción hay, pues, relación entre (véase INTENSIÓN). En este respecto
mológico, lógico y semiótico. Influido
lo dado a los sentidos y lo pensado o fue influido grandemente por la obra
al principio por los métodos analíti-
juzgado. Blanshard rechaza, además, de los mertonianos (v.), así como por
cos de Russell y de Moore, y luego
por el positivismo lógico y por el úl- tanto el behaviorismo como el puro Nicolás de Oresme y por Juan de Ca-
timo Wittgenstein, Black no se ha "mentalismo" en nombre de una po- sali. Blasio de Parma escribió un tra-
adherido por completo a ninguna de sición intermedia — el realismo críti- tado De ponderibus (texto latino y
estas tendencias, sino que las ha usado co, presentado a su vez dentro de trad. inglesa en E. A. Moody y S.
en diversa proporción con el fin de un cuadro idealista-objetivista. A la Clagett, The Medieval Science of
practicar un tipo de análisis pri- vez, el razonamiento no es una pura Weights [Scientia de ponderibus],
mariamente destinado a evitar confu- deducción lógica, pero tampoco un 1952 [The University of Madison
siones en el uso de términos, a mos- simple proceso psicológico, ya que la Publications in Medieval Science, 1];
trar el carácter espurio de ciertos lla- reflexión surge de la tensión dentro unas Cuestiones super tractatu de
mados "problemas filosóficos" y a del propio pensamiento. En lo que proportionibus (sobre Witelo); un tra-
precisar significaciones dentro de los se refiere a la verdad, Blanshard de- tado De intensione et remissione for-
contextos en que ciertas expresiones fiende la doctrina de la verdad como marum; y unas Cuestiones super trac-
son usadas. Como ejemplo del tipo coherencia, lo cual implica, a su en- tatu de latitudinibus formarum (texto
de análisis llevado a cabo por Max tender, que là verdad tiene grados y y comentario de la Quaestio III en S.
Black remitimos al resumen de algu- que se cumple en la medida en que Claget, The Science of Mechanics in
nas de sus consideraciones presentado la experiencia es edificada como un the Middle Ages, 1959 [University of
en los artículos METÁFORA, VAGUEDAD sistema coherente. Las partes de este Madison Publications, etc., 4]. Blasio
y VERDAD. sistema no están unidas entre sí ex- de Parma mostró conocer asimismo las
Obras: The Nature of Mathematics; ternamente, sino que lo están íntima- ideas físicas de Juan Buridán y parece
a Critical Survey, 1933. — Critical mente por medio de una necesidad haber estado en relación con los miem-
Thinking; An Introduction to Logic inteligible. Así se superan por igual, bros de la "Escuela de París" (v.) en
and Scientific Method, 1946, 2a ed., según el autor, el empirismo y el for- un viaje hecho a la capital francesa
1955. — Language and Philosophy; malismo — dos aspectos entre sí bien
Studies in Method, 1949. — Problems para la preparación de su escrito acerca
trabados de un sistema inteligible de los pesos.
of Analysis; Philosophical Essays,
215
BLO BLO BLO
BLONDEL (MAURICE) (1861- de la acción podrá, de consiguiente, nencia, la causa primera y las causas
1949), nac. en Dijon, fue maestro efectuar una "crítica de la vida" y segundas. Así, no hay tanto un pri-
de conferencias en la Universidad de erigir una "ciencia de la práctica". mado del fieri sobre el esse cuanto
Lille (1895-96),y en la Universidad La filosofía de la acción no es un una doble atracción entre ambos. Sin
de Aix-en-Provence (Bouches du esquematismo fundado en puras ideas embargo, puede afirmarse cierto pri-
Rhône), donde en 1897 fue nombrado abstractas. Pero no es tampoco un mado del primero sobre el segundo si
profesor. Partiendo de Léon Ollé- pragmatismo que haga de la verdad por el fieri entendemos el puro y au-
Laprune ( VÉASE ), Blondel comenzó una función de la utilidad. La filosofía téntico actuar distinto tanto de un
por fundamentar su trabajo filosófico blondeliana de la acción representa la actuar secundario como de todas las
en una meditación sobre la acción síntesis de todas las contradicciones formas "estáticas" de la actuación.
(v.). Esta no es para Blondel un entre el pensamiento y la vida, entre la Este primado no se manifiesta sólo
principio, sino algo menos y a la vez idea y la realidad en que se ha en su aspecto metafísico, sino en to-
algo más: una necesidad, una marcha debatido el pensamiento moderno. das las esferas de la ciencia y de la
inevitable que no puede ser suspendida Blondel indica que una comprensión vida, de la moral y de la religión.
como puede serlo la actividad adecuada de la acción requiere dos Por ser lo devenido comprensible des-
especulativa. La acción debe investigaciones paralelas: la primera, de el devenir, aquél pierde su carác-
entenderse, ha dicho Blondel, como un análisis al parecer meramente no- ter abstracto. Y por representar la
"lo que es a la vez principio, me- minal de la acción ( VÉASE), pero que, acción el principio de la multiplici-
dio y término final de una operación de hecho, representa el marco inteli- dad y la necesaria jerarquía de ella,
que puede permanecer inmanente gible dentro del cual se da toda po- la filosofía de la acción puede con-
en sí misma". Esto quiere decir, sible dialéctica; la segunda, la dialéc- vertirse en una filosofía de la con-
como ya reconocía en la intro- tica concreta misma de la acción, la templación activa, contemplación que
ducción a su tesis, o "primera Ac- cual es examinada por Blondel, sobre adquiere su más elevada significación
ción", que tan pronto como aborda- todo en la ampliación de su tesis, de en la visión de Dios.
mos la ciencia de la acción, "no hay un modo mucho más completo que La filosofía de Blondel, que mani-
nada que pueda darse por acordado, por medio de una dilucidación de las fiesta su conformidad con la ortodo-
nada ni en lo que toca a los hechos significaciones. La investigación de xia católica, declara que la aceptación
ni a los principios ni a los deberes" la acción —lo mismo que la investi- de la visión de Dios es consecuencia
(pág. xxi ). Esto no significa adherirse gación acerca del "pensamiento" y del necesaria de tal filosofía, pues no sólo
a un punto de vista cercano a la duda "ser y los seres"— lleva a Blondel a así se hace concreta la contemplación
metódica. Casi podría decirse que el considerar la acción teniendo presen- de Dios y se satisface la voluntad que
método es inverso: "hay que acoger tes varias acepciones contrarias y aun la acción lleva implícita, sino que tam-
—dice Blondel— todas las negaciones contradictorias. La noción de acción bién se revela la verdad de una perso-
que se destruyen entre sí"; "hay que queda inmersa por ello en una inex- na divina que penetra en el interior
entrar en todos los prejuicios como si tricable maraña de "aporías". Por eso de la persona humana. Así se cumple
fuesen legítimos; en todas las pasiones es necesario perseguir el ascenso de el "método de inmanencia" que Blon-
como si tuviesen la generosidad de la acción hasta donde ésta se mani- del ha defendido en la filosofía y en
que se jactan, en todos los sistemas fiesta del modo más pleno, rico y con- la apologética, un método que ha he-
filosóficos como si cada uno de ellos creto; desde el análisis de la actividad cho considerar su doctrina como muy
abrazara la infinita variedad que en los agentes físicos, y la observa- próxima al modernismo (VÉASE), pero
piensa acaparar". Por eso el problema ción de la insuficiencia en ellos de un que Blondel estima como el único
de la acción no puede admitir ningún "auténtico actuar", se asciende hasta procedimiento eficaz para que la tras-
determinado postulado moral, ningún el análisis del actuar en la acción hu- cendencia sea efectivamente dada y no
dato intelectual determinado que le mana, con lo cual se aclaran concre- se convierta en resultado abstracto de
sirva de punto de partida. Y por eso, tamente los distintos modos del obrar, un intelectualismo puramente esque-
dice Blandel, no es una cuestión incluyendo el contemplar. Mas el exa- matizante. En la acción se da esa pe-
particular, por importante que sea, men de los modos del obrar en las culiar trascendencia en la inmanencia
sino la cuestión, aquella sin la cual no causas segundas es sólo preparación que sólo para un punto de vista in-
puede haber ninguna otra. Lo que para la dilucidación del "misterio del telectualista aparece como un círculo
llamamos el pensamiento será, en todo puro obrar". Aquí se plantea de ma- vicioso. En efecto, lo sobrenatural
caso, algo que se encuentra en el nera radical el problema de la inma- emerge en la inmanencia y en la ac-
camino de la acción. Con lo cual el nencia de la acción, una inmanencia ción, pero éstas son posibles por la
pensamiento no queda negado o que engloba toda trascendencia posi- inserción de lo sobrenatural en noso-
disminuido, sino englobado y ble (Cfr. L'Action, 1936, I, págs. 140 tros, por la atracción que sobre lo fi-
justificado en su verdadera existencia. y sigs.; II, págs. 175 y sigs. ). Por eso nito ejerce lo infinito. Nada puede
En cierto modo, pues, el el actuar es en su esencia tan poco entrar en el hombre, sostiene Blondel,
pensamiento es lo que resulta "transitivo", que donde no hubiese que no esté en él, pero al mismo tiem-
cuando la acción se desarrolla: la idea más que devenir no subsistiría ya un po lo que entra en el hombre no es
permanece en el interior mismo de la actuar (ibíd., II, 265). Desde este producido por éste como una imagi-
acción, la cual consigue de este modo punto de vista puede comprenderse nación o una simple "especulación".
superar y unificar la teoría y la mejor la relación entre la teoría y la Obras: De vinculo substantiali et
práctica. Sólo una filosofía práctica, la trascendencia y la inma- de substantia composita apud Leibi-
216
BLO BN BOC
nitium (parte secundaria o comple- de Métaphysique, 1946. — T. Gilbert, toria de las ideas" propuestos por su
mentaria de su tesis), 1893. (Véase M. Blondel's Philosophy of Action, maestro. Ha estudiado también el
la obra francesa, de 1930, menciona- 1925. — Taymans d'Eypernon, Le problema de los supuestos en filoso-
da después.) —L'Action. Essai d'une blondélisme, 1933. — Giovanna Fe- fía en general y en varios autores
critique de la vie et d'une science de derici Ajroldi, Interpretazione del pro- ( especialmente Aristóteles ), problema
la pratique (parte principal de su blema dell'essere in M. B., 1936. — estrechamente relacionado con el de
tesis), 1893. — Histoire et dogme, Francesco Scivittaro, L'azione e il
1904. — Une énigme historique: le la protofilosofía (VÉASE). Interesado
pensiero. Saggio sulla filosofía di M. en los comienzos muy especialmente
"vinculum substantiale" d'après Leib- B., 1936. — Stefano Polakovic, Il
niz et l'ébauche d'un réalisme supé- problema del destino: l'uomo della por la filosofía francesa, se ha
rieur, 1930. — Le problème de la filosofía di B. dinnanzi alla chiesa di destacado luego en los estudios de es-
philosophie catholique, 1932. — La Dio, 1939. — Biaise Romeyer, S. J., tética y de filosofía del arte, intentan-
pensée: I: La genèse de la pensée La philosophie religieuse de M. B., do establecer las bases filosóficas de
et les paliers de son ascension spon- 1943. — Juan Roig Gironella, La fi- una nueva crítica.
tanée, 1933; II: Les responsabilités losofía de la acción, 1943. — P. Ar- Obras principales: An Analysis of
de la pensée et la possibilité de chambault, P. Bourgarel, B. Romeyer, Certain Theories of Truth, 1921 (te-
son achèvement, 1934. — L'Être A. Forest, J. Mercier, P. Lachièze- sis). — French Philosophies of the
et les Êtres. Essai d'ontologie con- Rey, G. Berger, J. Paliard, "Hom Romantic Period, 1925. — A Critical
crète et intégrale, 1955. — L'Ac- mage à M. Blondel" (La Nouvelle
tion. I: Le problème des causes se- Analysis of the Philosophy of E. Me-
condes et le pur agir, 1936. II: L'ac- Relève, N° 12. Paris, 1946). — F. yerson, 1930. — The Happy Beast in
tion humaine et les conditions de son Salvo, La lógica délia vita morale in French Thought of the Seventeenth
aboutissement, 1937 ( esta obra es dis- M. B.,, 1946. — Henry Duméry, La Century, 1933. — Primitivism and
tinta de la citada tesis de 1893, bien philosophie de "L'Action". Essai sur Related Ideas in Antiquity, 1935 ( en
que constituye en parte su desenvol- l'intellectualisme blondélien (con pre colaboración con A. O. Lovejoy). —
vimiento; la tesis de 1893 suele reci- facio de M. B. y bibliografía), 1948. Essays on Primitivism and Related
bir el nombre de "primera Acción"; — J. Paliard, M. B. ou le dépasse Ideas in the Middle Ages, 1948. —
la obra publicada en 1936-37 recibe ment chrétien, 1950. — F. di Petre- Wingless Pegasus. A Handbook por
el nombre de "segunda Acción"). — lla, Il pensiero di M. B., 1950. — Tra
bajos sobre B. en Les Études philoso Critics, 1950. — Dominant Themes
Lutte pour la civilisation et philoso- of Modern Philosophy, 1956. — "Some
phie de la paix, 1939. — La philo- phiques (Nouvelle Série, desde 1950)
sophie et l'esprit chrétien. I: Autono- y Teoresi (Nos, 1-4, 1950, en un vo Assumptions of Aristotle", Transac-
mie essentielle et connexion indécli- lumen, titulado Omaggio a B). — L. tions of the American Philosophical
nable, 1944; II: Conditions de la Sarteri, B. e il Cristianesimo, 1953. — Society, N. S. XLIX (1959), 5-92;
symbiose seule normale et salutaire, R. Crippa, Il realismo integrale di M. hay ed. separada, 1959. — The Inquir-
1946. — Exigences philosophiques du B. 1954. — H. Duméry, B. et la reli ing Mind: An Introduction to Episte-
christianisme, 1950. — Corresponden- gion. Essai critique sur la "Lettre" de mology, 1959 [Paul Cams Lectures].
cia: Correspondence [con Auguste Va- 1896, 1934. — A. Cartier, Existence — The Limits of Reason, 1961. —
lensin], 1899-1912, 2 vols., 1957. — et vérité, 1955 (sobre B. y el existen- Rationalism in Greek Philosophy,
Lettres philosophiques de M. B. [a É. cialismo). — Maria Ritz, Le problème 1961. — The Heaven of Invention,
Boutroux, V. Delbos, et. al, 1886- de l'être dans l'ontologie de M. B., 1963.
1914], ed. E. Le Roy, 1961. — Se 1958 [Studia Friburgensia, N. S., 21].
están reeditando los primeros escri- — Jean École, La métaphysique de BOCARDO es el nombre que de-
tos de Blondel por la asociación Les l'être dans la philosophie de M. B., signa uno de los modos (véase MO-
Amis de M. Blondel, fundada en 1949 1958. — Henri Bouillard, B. et le DO) válidos de los silogismos de la
(L'Action, de 1893 [1950]; Lettre sur christianisme, 1961. — Romeo Crippa, tercera figura (v.). Un ejemplo de
les exigences de la pensée contempo- Profilo délia critica bondeliana, 1962. Bocardo puede ser:
raine en matière d'apologétique, de — Con ocasión del centenario del na
1876, e Histoire et Dogme, de 1904 cimiento de M. B. se han dedicado Si algunos pisos no son pequeños y
[1956]). Documentación sobre Blon- números especiales de varias revistas todos los pisos son caros,
del en Les Études blondéliennes y en al pensamiento de B.; así Teoresi, entonces algunas cosas caras no
Le Courier des Amis de M. Blondel XVII, 4 (1962) [con bibliografía por son pequeñas,
(ambos desde 1951). — Bibliogra- Antonina Costa, págs. 295-320]; Gior-
fía: A. Haven, Bibliographie blon- nale di Metafísica, XVI, 5 (1961) ejemplo que corresponde a la siguien-
délienne, 1881-1951, 1953. — Véase [con bibliografía por Romeo Crippa, te ley de la lógica cuantificacional
Joseph de Tonquédec, Immanence. págs. 631-59]. Hay también un vol.
Essai critique sur la doctrine de M. colectivo por M. Mery, G. E. Ophrys
M. B., 1913. — Id., id., Deux études et al: Le centenaire de M. B., 1861-
sur La Pensée" de B. La doctrine de 1961, en sa Faculté des Lettres d'Aux-
la connaissance, la question du sur- Marseille, 1963.
naturel. Avec un appendice sur le BN. Véase IBN. y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
désir naturel de la vision de Dieu, de la lógica tradicional, puede ex-
1936. — Luigi Stefanini, L'azione. BOAS (GEORGE) nac. (1891) en presarse mediante el siguiente esque-
Saggio sulla filosofía di M. B., 1915. Providence, Rhode Island (EE.UU.), ma:
— F. Lefèvre, L'itinéraire philosophi ha profesado (1921-57) en la Johns
que de M. B., 1928. — P. Archam- Hopkins University, de Baltimore. Si-
bault, Vers un réalisme intégral. guiendo las orientaciones histórico- donde aparece claramente la secuen-
L'ouvre philosophique de M. B., 1928. filosóficas de Lovejoy, ha aplicado cia de las letras 'O', 'A', 'O', origen
— Id., id., Initiation à la philosophie a varios períodos de la historia de del término Bocardo, en el orden
blondélienne en forme de Court Traité M P-M S-SP.
la filosofía los principios de la "his-
elemental:
23
217
BOC BOC BOE
BOCHENSKI (JÓZEF [Padre I. actual, 1949). — Précis de logique dirige asimismo las Bibliographische
M.]) nac. (1902) en Czuszów (Po- mathématique, 1949 (el mismo texto Einführungen referidas en FILOSOFÍA.
lonia), ingresó en la O.P. en 1927. en alemán, y con ampliaciones, Grund- BOECIO (ANCIUS MANLIUS
riss der Logistik, 1954, en colabora- TORQUATUS SEVERINUS BOE-
Profesor en el Angelicum de Roma ción con A. Menne). — Der Sowje-
(1935-40), profesor extraordinario en trussische dialektische Materialismus TIUS), (ca. 480-524/5), nac. en Ro-
la Universidad de Friburgo, Suiza [Diamat], 1950 3a ed., 1960 (trad. ma, fue cónsul de Roma en 510 y
(1945-48) y titular en la misma Uni- esp.: El materialismo dialéctico, 1958). estuvo al servicio de Teodorico, rey
versidad (desde 1948), se Ka distin- — Ancient Formal Logic, 1951. — de los ostrogodos, hasta que, acusado
guido en diversos trabajos: exposicio- Der zeitgenossischen Denkmethoden, falsamente de traición y de prácticas
nes e interpretaciones de la filosofía 1954, 2a ed., 1959 (trad. esp.: Los mágicas, fue encarcelado en Pavía y
contemporánea; investigación, análisis métodos actuales del pensamiento, ejecutado. Es usual considerarlo co-
1957). — Fórmale Logik, 1956 [his mo un neoplatónico cristiano, pero se-
y crítica de la filosofía soviética tanto toria de la lógica, incluyendo la ló
por medio de diversos escritos como gica india] [trad. inglesa, con algunas ría mejor llamarlo un filósofo eclécti-
por la dirección de las publicaciones modificaciones: A History of Formal co. En efecto, no solamente Boecio
del "Ost-Europa Institut", en Logic, 1961]. — Wege zum philo- tendía a una conciliación del plato-
Friburgo, Suiza; estudio de diversas sophischen Denken. Einführung in die nismo con el aristotelismo —concilia-
nociones metafísicas con auxilio de las Grundbegriffe, 1959 ( Herder-Büche- ción frecuente en muchos autores neo-
técnicas proporcionadas por la lógica rei, 62) (trad. esp.: Introducción al platónicos— dentro del marco de la
pensamiento filosófico, 1963). — vida y el pensamiento cristianos, sino
simbólica (véase ANALOGÍ A); estu- Fórmale Logik... 2a ed., 1962 (trad.
dios de los métodos de pensamiento; esp.: Lógica formal, 1963). — Phi que pueden hallarse en su obra mu-
investigaciones de historia de la lógi- losophie der Logik [en preparación]. chos otros materiales. La amplitud de
ca, aplicando a ésta las técnicas ac- — Además, artículos en diversas pu éstos está determinada en buena parte
tuales como continuación de la labor blicaciones; destacamos: "Notiones his- por el hecho de que Boecio podía
iniciada al respecto por su maestro, toriae logicae formalis", Angelicum, ver ya con cierta perspectiva toda la
Jan Lukasiewicz. Entre los citados XIII (1936) (109-23); "Sancti Thomae tradición filosófica griega y helenísti-
Aquinatis de modalibus opusculum et co-romana y una buena parte de la
trabajos se destacan por su número y doctrina", Ibíd., XV (1939), 1-18;
por la nueva luz aportada los ejecu- "De consequentiis scholasticorum tradición cristiana; una y otra se le
tados en la esfera de la historia de earumque origine", Ibíd., XV (1938), aparecían como bien arraigadas en el
la lógica. A este respecto cabe men- 92-109; "Wstep do teorii analogii", tiempo y difícilmente eliminables.
cionar las investigaciones de Bochens- Roczniki filozoficzne. I (1948), 64- Pero al mismo tiempo que se sentía
ki sobre la lógica de Teofrasto, la ló- 82; "On Analogy", The Thomist, alojado dentro de esta amplia tradi-
gica antigua en general y luego so- XI (1948), 424-47; "On the Cate- ción, Boecio poseía conciencia de que
gorical Syllogism", Dominican Stu- toda su estructura se hallaba amena-
bre el conjunto de la historia de la dies, I (1948), 35-57; "Non-Ana-
lógica, incluyendo partes de la llama- lytical Laws and Rules in Aristotle", zada y de que vivía al final de unos
da "lógica oriental". Bochenski estima Methodos, III (1951), 70-80; "Spit- tiempos y en el comienzo de otros.
que debe revisarse por entero la cita- zfindigkeit" Festgabe an die Schwei- Por este motivo, Boecio ha sido lla-
da historia, prestando particular aten- zer Katholiken. Freiburg (Suiza), mado el último romano y el primer
ción a los periodos de florecimiento 1954, págs. 334-52 [entre los arts., escolástico. Su obra es, en efecto,
de la misma ( estoicos, escolásticos de mencionamos asimismo la trad. fran un ejemplo casi perfecto de una
cesa del título indicado antes: Ζ "obra-límite" y expresa la intención
los siglos XIII y XIV, etc.). En historii logiki..., como sigue: "Notes
oposi-sión a las pretensiones de historiques sur les propositions moda de conservar para el futuro lo que
algunos filósofos de edificar lógicas les", Revue des sciences philosophi amenazaba ruina y parecía a punto
trascendentales, dialécticas, históricas, ques et théologiques, XXVI (1937), de ser destruido. Ésto explica el do-
concretas, etc. etc., Bochenski 673-92]. Dentro de colaboraciones en ble carácter de la obra de Boecio:
proclama que las llamadas "sutilezas" volúmenes colectivos mencionamos las por un lado, un esfuerzo de compi-
de la lógica formal proporcionan más contenidas en: The Problem of Uni- lación, ordenación, aclaración e in-
enseñanzas filosóficas que las versals·. A Symposium, 1956 [con otros terpretación de segmentos considera-
trabajos de Alonzo Church y Nelson bles de la tradición griega; por otro
construcciones grandiosas embebidas Goodman] y Logischphilosophische
en metafísicas injustificadas y en la Studien, 1959. Bochenski ha fundado lado, la expresión de una serie de
mayor parte de los casos puramente en Friburgo (Suiza) el "Ost-Europa experiencias de carácter moral y re-
verbales. Las investigaciones de Institut" para el estudio de la filoso ligioso. Este último aspecto es el más
Bochenski se refieren, por lo demás, fía soviética contemporánea. Bajo los conocido de Boecio: está expresado
no sólo a la lógica, sino a muchas auspicios del citado "Institut" se edita en su célebre obra De consolatione
partes de la semiótica, especialmente la serie Soviética con trabajos sobre philosophiae (Sobre la consolación
dicha filosofía, traducciones de textos, por la filosofía) que redactó, mezclan-
de la semántica. reseñas de Congresos, etc. (Véase
Obras: Elementa logicae graecae, MARXISMO .) El vol. 3 de tal serie es
do prosa y verso, mientras estaba en
1937. — Ζ historii logiki zdán mo- del propio Bochenski: Die dogmati- la cárcel de Pavía y que ha ejercido
dalnych, 1938 (Sobre la historia de schem Grundlagen der Sowjettischen una enorme influencia como guía fi-
las proposiciones modales). — Nove Philosophie (Stand 1958). Zusamm- losófica. Boecio presentó en dicha
lezioni di logica simbolica, 1938. — enfassung der 'Osnovy Marksistjoj Fi- obra a un hombre abrumado por las
La logique de Théophraste, 1947. — losofi' mit Register, 1959. — Bochenski
Europüische Philosophie der Gegen- desdichas de la vida a quien se le
wart. 1947 (trad. esp.: La filosofía 218
BOE BOE BOE
aparece, personificada, la Filosofía, (LXIV) comprenden: Dialogi in Por- chaften, IV, 1]. — H. R. Patch, The
con la cual conversa sobre los temas phyrium a Victorino translati, Com- Tradition of Boethius. A. Study of
teológicos, metafísicos y éticos que mentaria in Porphyrium, In Catego- His Importance in Medieval Culture,
consideraba fundamentales. Al mos- rias Aristotelis libri quattuor, In librum 1935 (especialmente sobre la
trarle la Filosofía el contraste entre Aristotelis de interpretatione Com- influencia de la Consolación). — V.
mentaria minora, In eundem librum Schurr, Die Trinitatslehre des Boe-
los bienes mudables de esta tierra Commentaria maiora, Interpretatio thius im Lichte der "skythischen"
y los bienes eternos que se obtienen priorum Analyticorum Aristotelis, In- Kontroversen, 1935. — E. K. Rand,
mediante la contemplación del bien y terpretatio posteriorum Analyticorum Founders of the Middle Ages, 1938.
la práctica de las virtudes, comprende Arístotelis, Introductio ad Syllogis- — H. M. Barrett, Boethius, Some As
su interlocutor que está llegando a mos categoricos, De Syllogismo libri pects of His Times and Work, 1940.
un reino del cual se halla desterrada duo, De Syllogismo hypothetico libri — K. Dürr, The Propositional Lo
toda zozobra: es el reino de la cien- duo, Liber de divisione, Liber de gic of Boethius, 1951 (escrito, pero
cia divina, "que precede a todas las definitione, Interpretatio Topicorum no publicado, en alemán, en 1939, con
cosas", y también el reino de una Aristotelis, Interpretatio Elenchorum algunas ediciones posteriores. — E.
Sophisticorum eiusdem, Commenta- Rapisarda, Consolatío poësis in Boezio,
Providencia que tiene siempre pre- ría in Tópica Ciceronis, De differen- 1956.
sente al hombre. Con ello se engen- tiis topicis, De rhetorica cognitione, BOECIO de Dacia (Boecio de Sue-
dra un estado de espíritu que es Locorum rhetoricorum distinctio. Las
estoico por la voluntad de resisten- cia) (fl. ca. 1260) fue maestro de Ar-
obras teológicas (LXIII) comprenden: tes en la Universidad de París por lo
cia y cristiano por la fe en la Pro- De unitate Trinitatis (en la citada ed.
videncia. Ahora bien, el otro aspecto con el comentario de Gilberto de la menos hasta 1277, cuando fue con-
menos famoso de Boecio no es filosó- Porree), Utrum Pater et Filius et denado por averroísmo con Sigerio de
ficamente menos importante. Consiste Spiritus Sanctus de divini-tate Brabante, y se trasladaron ambos a
en obras sobre aritmética, geometría y substantialiter praedicantur (ibid.), Italia. Su más interesante obra filo-
Quomodo substantiae bonae sint sófica es hasta ahora la descubierta
música, en traducciones y comentarios (ibid.), Liber de persona et duabus na-
de obras de Aristóteles (Categorías, por Martin Grabmann y que lleva por
turis et una persona Christi contra título De summo bono sive de vita
Analíticos, Tópicos, Refutación de los Eutychen et Nestorium (ibid.), Brevis
sofistas) en tratados lógicos, en fidei christiana complexio. Hay edicio- philosophi. Boecio de Dacía trata en
comentarios a los Tópicos de Cicerón, nes separadas de varias obras. Des- esta obra del sumo bien en tanto que
en traducción y comentarios a la tacamos: De institutione arithmetica asequible al hombre cuando pone en
Isagoge de Porfirio, en tratados y De institutione musica, ed. G. funcionamiento el intelecto primaria-
retóricos y en un cierto número de Friedlein, 1867; Commentatio a De mente en tanto que intelecto especu-
obras teológicas. En sus obras lógicas, Interpretatione, ed. C. Meiser, 1877- lativo, pero también como intelecto
1880; Commentatio a la Isagoge, práctico. La contemplación del sumo
Boecio elaboró —a base de fuentes ed. G. Scheps y S. Brandt (en el
griegas y de los escritos lógicos de Corpus Script. Ecc. Latin., XLVIII), bien y la acción de acuerdo con él
Mario Victorino— el grueso de la 1906; Obras teológicas, ed. M. F. son el fundamento de la felicidad hu-
obra aristotélica, pero también partes Stewart y E. K. Rand, 1918-1926. Son mana. Aunque Boecio de Dacia habla
considerables de los tratados lógicos numerosas en particular las ediciones de la fe como distinta de la razón y
escritos por comentaristas del y traducciones de la Consolación; ci- superior a ella, su interés por el su-
Estagirita y por los estoicos. Ejemplo tamos la ed. de G. Weinberger en mo bien y el primer ser aprehendi-
de lo último se halla en sus escritos el citado Corpus, LXVII, 1934; la dos mediante razón especulativa han
sobre los silogismos hipotéticos. To- ed., basada en la anterior y con tabla inducido a algunos a considerar la ci-
de Varias Lectiones, por K. Büchner,
das estas obras ejercieron gran in- 1947; la ed. de L. Bieler en el Corpus tada obra como ejemplo de raciona-
fluencia en la filosofía medieval, es- Christ. Ser. lat., XCIV (1957) [con lismo radical. Boecio de Dacia escri-
pecialmente a partir del siglo XI. Hay bibliografía, índice de citas y de inci- bió asimismo un tratado De somno
que observar que la influencia de pit para las carmina]. La Consolación et vigilia y contribuyó a la literatura
Boecio no se reduce a la transmisión fue traducida al español por el poeta de los llamados Sophismata. En 1954
y elaboración de doctrinas antiguas, Manuel Esteban de Villegas. — Véase se descubrió el tratado De mundi
sino que consiste asimismo en la crea- H. Usener, Anecdoton Holderi. Ein aeternitate mundi, de Boecio ( ed. Gé-
ción de una terminología filosófica Beitrag zur Geschichte Roms in ostgo-
thischer Zeit, 1877. — Th. Hodgkin, za Sájo, 1963 [Miscellanea Medieva-
latina. Algunas de las fórmulas y vo- Italy and Her Invaders: 476-535, Vol. lia, 4]).
cablos usados por Boecio alcanzaron III, 1885 (cap. iv). — H. F. Stewart, Véase M. Granmann, "Die Opuscu-
luego decisiva importancia para el Boethius, 1891. — E. Ur-soleo, La la De summo bono sive de vita philo-
tratamiento de los problemas metafí- Teodicea di Boezio in rapporto al sophi und De somniis des Boetius von
sicos, teológicos y lógicos; ejemplos cristianesimo ed al neoplatonismo, Dacien", Archives d'histoire doctrina-
destacados son las dos famosas defi- 1910. — V. de Dominicis, Boezio, le et littéraire du moyen âge, VI
niciones de Eternidad y Persona 1911. — F. Klinger, De Boethii (1931), 287-317, reimp. en Mittelal-
(VÉANSE), así como el empleo del vo- Consolatione Philosophiae, 1921. — terliches Geistesleben, I (1936), págs.
cablo 'Essentia' (véase ESENCIA). H. J. Brosch, Der Seins-begriff bel 200-4. — Íd., íd., Die Sophismata-
Boëthius. Mit beson-derer literatur des 12. und. 13. Jahrhun-
Ediciones de Boecio, Venecia Berücksichtigung der Bezie-hung von derts, mit Textausgabe eines Sophi-
(1492, 1499), Basilea (1546, 1570), Sosein und Dasein, 1931 [Philosophie sma des Boetius von Dacien [Beitra-
Migne, P. L., LXIII y LXIV. En esta und ihre Grundwissens- ge zur Geschichte der Philosophie des
última edición las obras lógicas Mittelalters, XXXVI, 1 (1940)]. —
219
BOE BOG ΒΟΗ
Véanse también J. Nordstrom, Bidrag naturalezas, pero su elección de las mo; no sólo Lenín, empero, sino mu-
rorande Boetius de Dada, 1927 y P. tinieblas hace necesaria la interven- chos marxistas ortodoxos han comba-
Mandonnet, "Note complémentaire ción y manifestación de Dios como tido a Bogdanov, considerándolo trai-
sur Boèce de Dacie", Revue des scien- dor al marxismo y uno de los que
ces philosophiques et théologiques, salvador.
XXII (1933), 246-50. Obras principales: Aurora, oder llevaron las tendencias "revisionistas"
Morgenrothe im Aufgang, 1612. — a sus extremas consecuencias. Bogda-
BOEHME (JAKOB) (1575-1624), nov recibió al principio influencia de
De tribus principiis, oder Beschrei-
nac. en Alt-Seidenberg (Gorlitz) des- bung der Drey Principien Gottliches Marx y se declaró a sí mismo mate-
envolvió sus doctrinas en frecuente Wesens, 1618/19. — De triplici vita rialista, pero la obra de Ostwald y
oposición a la ortodoxia, dentro de hominis, oder Von dem Dreyfachen luego, sobre todo, la de Ernst Mach
una corriente a veces coincidente con Leben des Menschen, 1619/20. — lo condujeron a la formulación de
la de Eckhart y Weigel y con in- Psychologia vera, oder Vierzig Fragen una filosofía que calificó de empirio-
fluencias de la filosofía natural rena- von der Seelen, 1620. — De incama- monista y que, aunque niega depen-
centista. La influencia ejercida por tione verbi, oder Von der Menschwer- der de Mach, adopta de éste la idea
Boehme se manifiesta en dos planos: dung Jesu Christi, 1620. — Sex puncta
theosophica, oder Von sechs Theoso- fundamental de la neutralidad de los
en primer lugar, en la esfera de la elementos de la experiencia con res-
phischen Puncten, 1620.—Sex puncta
mística; en segundo término, en la de mystica, oder Kurtze Erklarung Sechs pecto a lo físico y a lo psíquico. Aun-
la filosofía, donde Boehme pareció Mystischer Puncte, 1620. — Myste- que Bogdanov negó haberse apartado
anticipar las especulaciones funda- rium pansophicum, oder Grüdllicher del marxismo, sustituyó la idea de la
mentales del idealismo alemán post- Bericht von dem Irdischen und Him- dialéctica como automovimiento de la
kantiano, algunos de cuyos mayores mlischen Mysterio, 1620. — De sig- materia por el concepto de organi-
representantes reconocían, en efecto, natura rerum, oder Von der Geburt ción creadora de la realidad. Lo ul-
en Boehme a un precursor de sus pro- und Bezeichnung aller Wesen, 1622. timo lo condujo a una doctrina que
pias doctrinas. Mística y filosofía se — De electione gratiae, oder Von der llamó tectología y que consiste fun-
hallaban, sin embargo, en Boehme Gnaden-Wahl, 1623. — De testamen- damentalmente en hacer de la filoso-
tis Christi, oder Von Christi Testa- fía una ciencia constructiva y no
unidas de raíz por una misma "expe- menten, 1623. — Mysterium mag-
riencia especulativa" y por una misma num, oder Erklarung über das Erste solamente explicativa.
busca de lo Absoluto que solucionara, Buch Mosis, 1623. — Quaestiones Obras principales: Osnovníé clé-
además, el problema de la existencia theosophicae, oder Betrachtung Got- menti istoritchéskovo vzgláda na pri-
del mal en el mundo. La concepción de tlicher Offenbarung, 1624. — Tabu- rodu, 1899 (Elementos básicos de la
Dios como una pura actualidad y una lae principiorum, oder Tafeln von concepción histórica de la naturale-
eminente energía creadora preparaba den Dreyen Principien Gottlicher Of- za). — Empiriomonizm, 1904-1906
ya el terreno para una explicación fenbarung, 1624. — Ediciones de (Empiriomonismo). — Tektologiá,
del mundo, pero ésta no era sino el obras: 1620 (4 vols.); 1730-1731 (7 1913-1915 (Tectología). — Filosofía
vols., ed. Johann Wilhelm Uberfeld xivovo opíta, 1913 (Filosofía de la
reflejo del propio proceso de la [reimp. facsímil por Will-Erich Peuc-
autogeneración de Dios, el cual no experiencia viviente).
kert, con nuevo material recopilado y BÖHM [BOEHM] (KÁROLY
es un ser estático, sino una voluntad ed. por August Faust, 11 vols.: I (1),
dinámica, que se manifiesta y 1955; II (2), 1960; III (3,4), 1960; [KARL]) (1846-1911), nac. en Bes-
autodespliega en una serie de IV (5-9), 1957; V (10-13), 1960; VI ztercebánya (Hungría), fue profesor
etapas que recuerdan la dialéctica (14-16), 1957; VII (17), 1958; VIII (desde 1896) en la Universidad de
hegeliana. Lo que podrían llamarse (17), 1958; IX (18-21), 1956; XI (Re- Kolozsvár. Influido al principio por
los "conflictos de Dios" — gister), 1960]); 1831-37 (7 vols., ed. el positivismo de A. Comte, rechazó
análogos a los "conflictos de la K. W. Schiebler, 3a ed., 1922. — Die la posibilidad de la metafísica como
Urschriften, ed. Werner Buddecke, 2 conocimiento riguroso de la realidad,
Idea"— resultan de esta misma infi- vols., 1963. — Bibliografía de eds. de
nita potencia divina, a la que no le pero la admitió como sistema de idea-
J. B.: Werner Buddecke, Die J. B.- les de naturaleza regulativa. La in-
basta el simple "ponerse" de una vez Ausgaben, 2 vols., 1937-57 (I. Die
para siempre. De ahí que en Dios Ausgaben in deutscher Sprache; II. fluencia de la filosofía kantiana se so-
aliente la negación, primero como Die Übersetzungen). — Sobre Bohme, brepuso pronto a la del positivismo
una manera de hacer despertar lo véase: Deussen, J. Bohme, 1897. — A. comtiano; tras varios intentos de com-
positivo y llevarlo a culminación, pero Wernicke, J. Boehme, 1898. — A. Bas- batir las dos direcciones, se inclinó
también para reconocer que la nega- tian, Der Gottesbegriff bei J. Boehme, hacia una filosofía trascendental en
ción no es una simple disminución del 1905. — Paul Hankamer, J. B. Gestalt algunos puntos similar al idealismo
und Gestaltung, 1924, reimp., 1960. A. de Fichte. Böhm se preocupó gran-
ser, sino una efectiva realidad. Esto Koyré, La philosophie de J. Boeh-me,
es lo único que puede explicar el mal demente del problema de la natura-
1929. — H. Martensen, J. Boeh-me, leza de los valores y de la relación
y la postrera división del ser en el 1949. — H. Grunsky, Jacob Bohme,
reino de los salvados y el de los con- 1956. entre éstos y la realidad. Consideró
denados; es también lo único que BOGDANOV (A.), seudónimo de los valores, por un lado, en cuanto lo
puede explicar al hombre, que es que se contrapone al ser, como el rei-
A. A. Malinovski (1873-1928), fue
efectivamente un compuesto de mal- no del deber ser, reino creado por el
uno de los filósofos del grupo mar-
dad y de bondad, de tinieblas y luz, espíritu humano. Por otro lado, esti-
xista ruso de comienzos del siglo ac-
de tendencia al desorden y de afán mó que esta creación del reino de los
tual contra el cual Lenín escribió su
de orden y armonía. En su libertad valores afecta únicamente al modo co-
obra Materialismo y empiriocriticis-
puede elegir entre las dos opuestas mo los valores son realizados. Los va-
220
BOL BOL BOL
lores como tales poseen, para Bohm, Por interesantes que sean las espe- presentación' no debe ser interpretado
una realidad propia, que el hombre culaciones metafísicas y teológicas de en sentido psicológico, sino lógico-
no tiene que desvirtuar y a cuyos im- Bolzano, es hoy común acuerdo que epistemológico. Las representaciones
perativos debe someter su acción. la más importante e influyente con- en sí pueden ser concretas o abstrac-
Obra capital: Az ember és világa tribución de este pensador a la filo- tas, según posean o no el carácter del
6 vols., 1883-1942 (El hombre y su sofía se halla en sus ideas sobre ló- objeto representado por ellas. Tam-
mundo); los vols. IV, V y VI ed. por gica y teoría del conocimiento. En bién examinó Bolzano las "verdades
G. Bartok. Los títulos de los volúme- sus primeras, sobre todo, Bolzano in- en sí", con independencia de su ser
nes son: I: Dialektika vagy alapfilo- fluyó grandemente sobre Husserl y, o no pensadas. Bolzano insistió en
zófia ( Dialéctica o filosofía fundamen- en general, sobre muchos de los que que la verdad no es en modo alguno
tal); II: A szellem élete (La vida del intentaron depurar la lógica de todo una "existencia".
espíritu ); III : Axiologia vagy értéktan
(Axiología o teoría de los valores); IV: psicologismo y fundarla en el análisis La despsicologización de la lógica
A logikai érték tana (Teoría del valor de proposiciones más bien que de las —o, mejor dicho, de los "objetos" de
lógico); V: Az erkolcsi érték tana supuestas "ideas" constitutivas de que se ocupa la lógica— no significa
(Teoría del valor ético); VI: Az eszté- las proposiciones. Según Bolzano, la que Bolzano se desentendiera del pro-
tikai érték tana (Teoría del valor es- lógica tiene como misión estudiar las blema de la aprehensión de las pro-
tético). — Véase I. Kajlós, Β. K. élete proposiciones como tales, es decir, posiciones. Pero si sus meditaciones
es munkássága, 3 vols., 1913. — G. las proposiciones en sí (Satze an sich). al respecto pueden llamarse "psicoló-
Bartók, Β. Κ., 1928. Debe, pues, prescindirse del sujeto gicas", lo son solamente en el sentido
BOLONIA (ESCUELA DE). Véa- pensante, real o posible, así como de en que Brentano se ocupó de psicolo-
se ALEJANDRISMO, ARISTOTELISMO , los vocablos mediante los cuales se gía. Bolzano estudió especialmente los
POMPONAZZI ( ΡIΕΤRΟ). pueden formular las proposiciones, procesos del representar y del juzgar.
BOLZANO (BERNHARD) (1781- pues éstas no son ni fenómenos psí- Estos procesos son distintos. El re-
1848) nació en Praga de padre ita- quicos ni palabras, sino enunciados presentar es el contenido de los jui-
liano. Sacerdote de la Iglesia católica, mediante los cuales se declara que cios, mientras que el juzgar es una
se ocupó de problemas teológicos y algo es o no es, con independencia afirmación cuyo término es la pro-
manifestó en este terreno opiniones de que sea verdadero o falso, de que posición en sí.
muy debatidas por los teólogos cató- sea formulado de esta o de la otra Bolzano contribuyó asimismo a los
licos centro-europeos de la época, y manera, de que sea o no efectiva- problemas de la fundamentación de la
con frecuencia muy combatidas. En mente pensado por un sujeto. Pero matemática, no solamente en su teo-
metafísica, Bolzano se opuso a Kant, decir que las proposiciones son enun- ría lógica, sino también en sus estu-
reivindicando el carácter constructivo, ciados es todavía confuso; las propo- dios de las paradojas del infinito. Casi
y no simplemente regulativo, de siciones son lo que los enunciados sig- olvidada su obra durante unas déca-
algunas ideas metafísicas, tales como nifican o, si se quiere, pretenden das, la escuela de Brentano, la feno-
las relativas a Dios y a la inmorta- enunciar. Las proposiciones no deben menología, Meinong y el desarrollo de
lidad del alma. Según Bolzano, pue- confundirse tampoco con las existen- la lógica formal durante los primeros
den formularse juicios sintéticos sobre cias a las cuales se refieren o de las años del presente siglo la han reactua-
la realidad suprasensible, pues ni Dios cuales afirman o niegan la existencia. lizado grandemente.
ni el alma son para él meros conceptos Las proposiciones, ha escrito Bolza- Obras principales: Athanasia oder
vacíos de contenido; el contenido de no, "no pertenecen en modo alguno Gründe für die Unsterblichkeit der
tales realidades desborda su a la misma especie de cosas que son Seele, 1827 (Atanasia o razones a fa-
concepto. Positivamente, Bolzano llamadas entes reales o inclusive exis- vor de la inmortalidad del alma). —
defendió una concepción metafísica tentes". "Una existencia llega a ser Lehrbuch der Religionswissenschaft,
pluralista ligada a la doctrina leibni- pensada", es decir, llega a ser objeto 1834 (Manual de ciencia de la reli-
gión). — Wissenschaftslehre, 4 vo-
ziana de las mónadas, pero negando de proposiciones (o de juicios con- lúmenes, 1837 (Teoría de la ciencia).
la falta de apertura de cada uno de siderados como verdaderos), pero las Hay reedición de esta obra a cargo
los últimos elementos constitutivos de "proposiciones en sí" son la materia de Alois Hofler, 1914. — Versuch
lo real. La realidad es plural, pero a (materia lógica) del pensamiento einer objektiven Begründung der
la vez homogénea, con lo cual no es (Wissensschaftslehre § 122). Puede Lehre von den drei Dimensionen des
menester sostener la doctrina de una decirse que las proposiciones en sí son Raumes, 1842 (Ensayo de una fun-
armonía preestablecida. La realidad como puras esencias (bien que no damentación objetiva de la teoría de
la tridimensionalidad del espacio). —
evoluciona hacia un perfeccionamiento necesariamente en sentido platónico); Paradoxien des Unendlichen, 1850
progresivo de la fuerza representativa su modo de ser es "objetivo" y hasta (Paradojas del infinito; obra postuma).
radicada en el fondo de todo ser; este puede decirse que es "un objetivo" en — Drei philosophische Abhandlun-
perfeccionamiento lleva hacia lo el sentido que dio posteriormente gen, 1851 (Tres tratados filosóficos;
espiritual, el cual no es un ser está- Meinong a este término. obra postuma). — Véase Kreibig,
tico dado de una vez para siempre, Ueber ein Paradoxon in der Logik
Junto a las proposiciones en sí Bol- Bolzanos, 1900. — L. Jacob, Ueber
sino un continuo dinamismo. El alma zano examinó las "representaciones en die Grundbegriffe der Wissenschafts-
es para Bolzano una sustancia simple sí". Éstas son el contenido de las pro- lehre Bolzanos, 1902. — Melchior
y espiritual, pero la sustancialidad del posiciones, pero no exigen tampoco en Palágyi, Kant und Bolzano, 1902. —
alma es la de una energía y no la principio la existencia de un sujeto G. Gotthardt, Bolzanos Lehre vom
de una cosa. pensante, con lo cual el vocablo 're- "Satz an sich", 1909. — H. Berg-
221
BOL BOL BOL
mann, Das philosophlsche Werk Bol- la novedad del pensamiento de Bol- de 1946 en Maguncia, ha trabajado
zanos, nebst einen Anhang: Bolzanos land debe buscarse en otra parte que en temas psicológicos, filosófico-an-
Beitrage zur philosophischen Grund- en este fundamento común con el tropológicos y metafísicos bajo la in-
legung der Mathematik, 1909. — F. "idealismo especulativo". La contri- fluencia de la fenomenología, la fi-
St. Schindler, Β. Β., sein Leben und losofía de la vida y el existencialis-
Wirken, 1912. — J. Gotthardt, Das bución principal de su pensamiento
Wahrheitsproblem und das philo- consiste, en verdad, en la nueva or- mo. Esta última tendencia es la que
sophische Lebenswerk B. Bolzanos denación introducida dentro del cam- más se destaca en sus análisis, pero
1928. — H. Fels, B. B., sein Leben po de la dialéctica lógico-ontológica, frente a la insistencia en los aspectos
und sein Werk, 1929. — Eduard Win- lo que le permitió atacar con mayor que podrían calificarse de "románti-
ter, B. und sein Kreis, 1933. — Eme- éxito algunos problemas —tales los cos" del existencialismo, Bollnow des-
rich Franzis, B. B. Der padagogische de la filosofía de la religión y de la taca elementos más "clásicos" y per-
Gehalt seiner Lehre, 1933. — H. Naturaleza— que Hegel tuvo en parte manentes. Esto se muestra inclusive
Scholz, Die Wissenschaftslehre Bolza- que desarticular con el fin de hacerlos en una de sus más importantes contri-
nos, 1937 (Abhandlungen der Fries-
schen Schule. Neue Folge, 6). — penetrar dentro de su esquema. De ahí buciones: la teoría de los estados de
Ludwig Waldschmitt, Bolzanos Be- que la importancia de la obra de ánimo (véase TEMPLE ). En efecto,
gründung des Objektivismus in der Bolland radique más bien en la el estado de ánimo no es para Bollnow
theoretischen und praktischen Philoso- particular elaboración de algunas de una mera afección pre-racional por la
phie, 1937. — E. J. Winter, Leben las disciplinas filosóficas que en una cual entramos en contacto con un
und geistige Entwicklung des Sozial- nueva dirección o impulso dado a la Urgrund metafísico, sino que se ar-
ethikers und Mathematikers B. Bolza- ontología. Fue precisamente esta ela- ticula en diversos grados de claridad
nos (1781-1848), 1949. — E. Kolman- boración la que produjo en Holanda, y, consiguientemente, en una jerar-
ne, B. B., 1955 [en ruso]. — Hein- en torno a su figura, un movimiento quía. Estas investigaciones están ín-
rich Scholz, "Die Wissenschaftslehre timamente relacionadas con un estu-
Bolzanos. Eine Jahrhundertbetracht- filosófico intenso. Lo mismo, y aun
ung", Abhandlungen der Fries'schen con mayores razones, podría decirse dio de la comprensión ( VÉASE ), por
Schule, N. F. VII (1937), 401-72, de sus discípulos más inmediatos: medio de la cual se da la realidad
reimp. en la obra de Scholz, Mathe- Ester Van Nunes, van den Berg van espiritual, mas no de un modo con-
sis universalis. Abhandlungen zur Phi- Eysínga, W. F. Staargard, Hessing, fuso, sino ordenado.
losophie als tsrenger Wissenschaft, que prosiguieron el pensamiento de Obras: Die Lebensphilosophie F.
1961, ed. H. Hernies, F. Kambartel, Bolland y editaron parte de sus ma- H. Jacobis, 1933 (La filosofía de
J. Ritter, págs. 219-67. — Gulter Buhl, nuscritos y lecciones. En 1922, el la vida de F. H. J.). — Dilthey, eine
Ableitbarkeit und Abfolge in der Wis- mismo año de la muerte del filósofo, Einführung in seine Philosophie, 1936,
senschaftstheorie Bolzanos, 1961
sus discípulos fundaron la Bolland 2a ed., 1955 (D. Introducción a su fi-
Kantstudien. Ergänzungshefte, 83]. — losofía). — Das Wesen der Stimmun-
Jan Berg, Bolzano's Logic, 1962 Genootschap voor Zuivere Rede (So- gen, 1941, 2a ed., 1943; 3a ed., revi-
[Stockholm Studies in Philosophy, 2]. ciedad Bolland para la razón pura), sada, 1956 (La naturaleza de los
—K. Rycklik, Theorie der Reellen con un órgano de difusión: De Idee. estados ade ánimo). — Die Ehrfurcht,
Zahlen in Bolzanos Handschriftlichem Obras principales: Aanschouwing 1947, 2 ed., 1958 (El temor [temor
Nachlass, 1962. en Verstand, 1897 (Intuición y en- respetuoso] ). — Einfache Sittlichkeit;
BOLLAND (G. J. P. J.). (1854- tendimiento). — Alte Vernunft und kleine philosophische Schriften, 1947
1922), nac. en Groninga (Holanda), neuerer Verstand, 1902 (Vieja razón y (Moralidad simple. Escritos filosóficos
profesor en Batavia (Java) y desde nuevo entendimiento). — Zuivere menores). — Das Verstehen, Drei Auf-
Rede en Hare Werkelijkheid. Een satze zur Theorie der Geisteswissen-
1898 en Leiden, fue el representante bock voor Vrienden a der Wijsheid, schaften, s/f. (1949) (La comprensión.
principal del neohegelianismo ho- 1901, 2a ed., 1909, 3 ed., 1912 (La Tres ensayos para la teoría de las
landés, pero su pensamiento salió con razón pura en su realidad. Una obra ciencias del espíritu). — Die Méthode
frecuencia del marco del hegelianis- para amigos de la sabiduría). — Co- der Geisteswissenschaften, 1950 (El
mo. De hecho, Bolland partió de la llegium Loglcum, 2 vols., 1905 (de método de las ciencias del espíritu).
filosofía de Eduard von Hartmann, los cursos dados en Leiden en 1904- — Existenzphilosophie, 3a ed., 1947
de quien pareció en los primeros 1905). — De Natuur, 1908 (Sobre (1° edición en Systematische Philoso-
tiempos fiel discípulo. Sólo a fines la Naturaleza). — De lógica, 1911. phie , ed. N. Ha rtmann, 1942,
del siglo se orientó su pensamiento — Lógica, 1923. Se deben también pp. 315-432) (trad. esp.: Filosofía de
a Bolland varias obras sobre los la existencia, 1954). — Rilke, 1951.
hacia una reelaboración independiente Evangelios, la Biblia y la teosofía de — Unruhe und Geborgenheit im
de los temas esenciales de la filosofía M. Blavatsky. Correspondencia con Weltbild neuerer Dichter, 1953
de Hegel. Por lo pronto, en el E. von Hartmann en Briefwechsel (Ansiedad y refugio en la visión del
sentido de un pensar dialéctico. Po- mit E. von H., 1937, editado por la mundo de poetas modernos), 2a ed.:
dría decirse inclusive que el raciona- citada Bolland Genootschap. — Véase Unruhe und Geborgenheit. Beispiele
lismo dialéctico aumentó en la misma G. A. van den Bergh van Eysinga, "Der dichterischer Weltauslegung, 1958 (A.
medida en que se hizo más intenso hollandische Philosoph Bolland", y R. Ejemplos de interpretación poética
su "misticismo". La identificación Proceed. of the Xth Int. Cong. of del mundo). — Nette Geborgenheit.
realizada por Bolland de las catego- Phil Amsterdam [1948], 1949, págs. Das Probleme iner Ueberwindung des
1198-1206. Existentialismus, 1955, 2a ed., 1960
rías del ser con las categorías del
BOLLNOW (OTTO FRIEDRICH) (Nuevo refugio. El problema de una
pensamiento no impide, en efecto, superación del existencialismo. —
que éstas sean sobre todo "puestas" nac. (1903) en Stettin, docente en
Gottinga desde 1931 y profesor des- Einfache Sittlichkeit.a Kleine philoso-
más bien que "extraídas". Cierto que phische Aufsatze, 2 ed., 1957 (Sim-
222
BON BON BON
ple moralidad. Breves ensayos filosófi- (Italia), profesor en la Universidad de facultades que Condillac derivaba ex-
cos). — Die Lebensphilosophie, 1958 Bolonia (1861-67) y en la de Padua clusivamente de la sensación. Cierto
[Verstandliche Wissenschaft. Geiste- (1867-1911), estableció una ontología es que la fuerza interna a que se re-
swissenschaftliche Abt, 70]. — We- general que, influida a la vez por el fiere Bonnet parece ser tanto el con-
sen und Wandel der Tugenden, 1958 criticismo, por el realismo herbartiano junto de las facultades innatas del
(trad. esp.: Esencia y cambio de las y por el pensamiento de Trendelen- alma como la organización psicofi-
virtudes, 1960). — Existenzphiloso- siológica que en vez de enfrentarse
phie und Padagogik. Versuch uber burg, tendía a fundamentar la distin-
ción entre lo físico y lo psíquico por con la realidad externa de un modo
unstetige Formen der Erziehung, 1959 enteramente pasivo reacciona de una
(Filosofía de la existencia y pedago- medio de los modos de ser últimos de
gía. Ensayo sobre formas mudables de estos fenómenos. A su entender, en manera activa frente a los estímulos.
la educación). — Mass und Vermess- La imprecisión en la definición de
efecto, no se trataba de una mera dis- esta actividad originaria del espíritu
enheit des Menschen. Philosophische tinción entre cosas materiales y men-
Aufsatze. Neue Folge, 1962. se debe en parte al interés mostrado
tales, sino de una diferencia en la for- por Bonnet en vincular a la creencia
BONALD (LOUIS-GABRIEL-AM- ma última de sus procesos: lo físico es cristiana en la inmortalidad las inves-
BROISE (Vizconde de) (1754-1840), un acontecer entre substancias fijas; lo tigaciones psicofisiológicas que a ve-
nac. en Le Monna, cerca de Millau psíquico es un movimiento que tiene ces tienen un marcado carácter natu-
(Aveyron, Francia), Par de Francia lugar en la conciencia y que, en vez ralista; Bonnet abogaba, en efecto, a
y uno de los principales representantes de permanecer en sí, vuelve a sí mis- base de sus experiencias, por una re-
del tradicionalismo como doctrina fi- mo. La clasificación de los fenóme- surrección del cuerpo, por una llama-
losófica y política, combatió violenta- nos psíquicos está realizada también da "palingenesia filosófica" que ten-
mente las tendencias del siglo XVIII, por medio de un fundamento ontoló- diera un puente entre la existencia
en las cuales veía una unidad que gico-descriptivo, y su irreductibilidad biológica y el ser puramente espiri-
englobaba, sin posibilidad de exclusión no es una irreductibilidad fáctica, tual. (La Palingénesis philosophique
unilateral, el ateísmo, la oposición al sino de principio y ontológica. Ahora ou Idées sur l'état passé et sur
in-natismo y la doctrina de la bien, esto no significaba, según Bo- l'état futur des êtres vivants, 1769.)
natelli, la negación de una realidad Edición de obras de Charles Bonnet
soberanía popular como fundamento en 8 vols. (Neuchâtel) con el
del orden social. Según de Bonald, substante que pudiese ser sujeto de
sus manifestaciones, pero esta reali- título Oeuvres d'histoire naturelle et
todas esas tendencias debían de philosophie, de Charles Bonnet.
desembocar forzosamente en una dad era de orden metafísico y no
A continuación se indican las obras
revolución destructora en la cual han simplemente psíquico. Una filosofía que comprende cada volumen y las
de desencadenarse las pasiones sin de lo Absoluto, para la cual el yo fechas de publicación: I (Traite d'ln-
freno, consecuencia natural de un era la realidad misma, coronaba de sectologie ou observations sur les pu-
estado de desvincula-ción de Dios y este modo el pensamiento de Bonatelli, cerons, Observations diverses sur les
con ello de la autoridad de origen donde el primado de la razón pura era insectes), 1779. — II (Mémoires d'His-
a la vez el primado del conocimiento toire Naturelle, Recherches sur l'usa-
divino. Por eso la salvación del orden y
y de la racionalidad de la idea. ge des feuilles), 1779. — III (Consi-
consiguientemente de la continuidad Obras: Dell'esperimento in psicologia,
histórica radica para de Bonald, lo dérations sur les corps organisés),
1858. — Attinenze della logica colla 1779. — iv (1: Contemplation de
mismo que para de Mais-tre, en la psicologia, 1861. — Pensiero e la nature, i-viii; 2: Contemplation
revalorización de la teocracia tal como conoscenza, 1864. — L'io e l'egois- de la nature, ix-xii), 1781. — V (1:
es representada por la Iglesia católica, mo, l'unità del pensiero, 1886. — Écrits d'histoire naturelle; 2: Let-
en donde quede destruido el La coscienza e il mecanismo interiore, tres sur divers sujets d'histoire natu-
endiosamiento del individuo como tal 1872. — La filosofía dell'incons-cio relle). — VI (Essai analytique sur les
y se refiera todo, con inclusión de las esposta ed esaminata, 1876. — La facultés de l'âme), 1782 (''L'homme
facultades espirituales (posesión innata filosofia e la sua storia, 1877. — est un être mixte; il n'a des idées
de las ideas, lenguaje, etc.) a la Psicologia e logica dei licei, 1897 y que par l'intervention des sens"). —
creación y revelación de Dios. siguientes. — Il concetto della vita, VII (La palingénésie philosophique),
Obras principales: Théorie du pouvoir 1904. — L'essere e il conoscere, 1908. 1783. — VIII (Essai de psychologie
politique et religieux dans la société — Véase B. Varisco, F. Bonatelli, et écrits divers), 1783. — Las pri-
civile, 3 vols., 1796. — Législation meras ediciones de sus obras filosó-
1912. — G. Alliney, Bonatelli, 1947. ficas fundamentales son: Essai de
primitive considérée dans les derniers BONNET (CHARLES) (1720-
temps par les seules lumières de la Psychologie (1755); Essai analytique
1793), nacido en Ginebra, desarrolló (1760); Contemplation, 2 vols. (1764);
raison, 3 vols., 1802. — Ediciones de en su Essai analytique des facultés de
Obras completas, 1817 y 1857. — Palingénésie (1769). — Véase A.
l'âme (1755) ideas semejantes a las Lemoine, Charles Bonnet, de Genève,
Chr. Maréchal, La philosophie de De de Condillac y afirmó la importancia
Bonald, 1910. — R. Man-duit, Les philosophe et naturaliste, 1850 (tesis).
conceptions politiques et sociales de de la sensación como fundamento de — M. Offner, Die Psychologie Ch.
De Bonald, 1913.—Heinz Wilhelm la vida psíquica, pero planteó el Bonnets, 1893. — E. Claparède, La
Reinerz, Bonald als Politi-ker, problema de la actividad originaria e psychologie animale de Ch. Bonnet,
Philosoph und Mensch, 1940. — L. irreductible del espíritu en la 1909. — Johannes Krüger, Der Or-
Eulogio Palacios, El platonismo transformación de las sensaciones y, ganismusbegriff bei Bonnet, 1929. —
empírico en L. de Bonald, 1954. por consiguiente, subrayó el hecho de G. Bonnet, Ch. B., 1720-1793, 1929
BONATELLI (FRANCESCO) la intervención de la fuerza espiritual (tesis). — R. Savioz, La philosophie
(1830-1911), nac. en Iseo di Brescia interna en el origen de las de Ch. Bonnet, de Genève, 1948.
223
BON BOO BOS
BONUM. Véase BIEN, TRASCEN- po refleja el ritmo de su eterna 82, se refiere a manuscritos de Boole
DENTALES. actividad. Dios, en suma, no es sólo que debían servir a este autor para
BOODIN (JOHN ELOF), (1869- "el más alto nivel de la evolu- escribir una obra que fuera la con-
1950), nac. en Pjetteryd, Smâland ción", ni depende del proceso en el tinuación de The Laws of Thought y
(Suecia) y emigrado a EE. UU. en espacio y el tiempo, sino que es en la cual no emplearía el simbo-
1887, ha profesado en las Universi- el "campo" de todo posible movi- lismo.
dades de Harvard y California (Los miento: todo el orden del ser depen- BOSANQUET (BERNARD) (1848-
Angeles). Empirista radical y realista de entonces de la estructura de este 1923), nac. en Alnwick (Inglaterra),
temporal en su primera época; enemi- "campo" divino que, por lo demás, estudió en Oxford, profesó ( 1871-
go, por lo tanto, del estatismo de los no es un campo estático, sino algo 1881) en el University Collège, de
mecanicistas y de los idealistas abso- que engendra de continuo la reali- Oxford; tras retirarse por un tiempo
lutos, se inclinó luego, según propia dad que se mueve dentro de él. para consagrarse a escribir y a la
confesión, a la filosofía de la evolu- Obras: A Theory of Time, 1899 dirección de la London Ethical So-
ción emergente, hasta que, al final, (tesis doctoral). — Time and Reality, ciety, profesó en la Universidad de
reconoció "la realidad pragmática del 1904. — Truth and Reality, 1911. — Saint Andrews (1903-1908).
mundo de los valores ideales". Con- A Realistic Universe, 1916; ed. revi- Bosanquet recibió la influencia de
vencido, finalmente, del carácter es- sada, 1931. — Cosmic Evolution, Hegel y luego la de Bradley, siendo
1925. — God and Création. I. God. considerado como uno de los princi-
tructural de la realidad cósmica des- A Cosmic Philosophy of Religion,
plegada en el espacio y en el tiempo, pales pensadores de la "Escuela (idea-
1934. — God and Création. IL Three lista) de Oxford" (véase OXFORD) y
esta intuición le condujo a la hipótesis Interpretations of the Universe, 1934.
de que hay una realidad que ejerce — The Social Mind, Foundations of también de la supuesta "escuela he-
una dirección espiritual y que intro- Social Philosophy, 1939. — Religión geliana" inglesa. Su concepción del
duce en el proceso natural un orden of Tomorrow, 1943. — A Cosmic universal como "universal concreto"
y una medida. De este modo, la Philosophy, 1947. depende grandemente de Hegel; el
cosmología evolucionista culminó en BOOLE (GEORGE) (1815-1864) universal concreto es una realidad to-
una teología. Boodin comenzó, pues, nac. en Lincoln (Inglaterra), fue tal y absoluta que contiene, en sín-
con un punto de vista heracliteano profesor de matemáticas en Queen's tesis, sus propios momentos. Bosan-
para desembocar en una posición Collège, de Cork, desde 1849 hasta quet subrayó grandemente el carác-
idealista de carácter platonizante. su muerte. Es considerado comunmen- ter concreto de tal universal, a dife-
Pero este idealismo no era de carácter te como el fundador de la lógica rencia de la supuesta universalidad
"mentalista" ni "subjetivista", como simbólica; si bien es cierto que este abstracta de que se ocupa la ciencia.
lo fue generalmente el idealismo título no es del todo justo en vista Junto a ello hay en Bosanquet fuer-
desde Hegel; era más bien de carácter de las importantes contribuciones a tes tendencias monistas; la realidad
"realista axiológico", y constituía una dicha lógica que se han descubierto puede ser sólo una, y sólo ella misma
síntesis sui generis de men-talismo y en el pasado (véase LÓGICA, LOGÍS- puede integrar las distinciones que
TICA ), la verdad es que el movi- contiene. Estas ideas metafísicas de
materialismo. A base de esto,
miento contemporáneo lógico en tanto Bosanquet se hallaban, como las de
Boodin edificó una cosmología y una que posee conciencia de su novedad e
teología en las cuales admitió la Bradley (VÉASE ), apoyadas en una
importancia suele remontarse a 1847 idea de la lógica como lógica del jui-
noción de creación como síntesis de y, más precisamente, a 1854, fecha
las ideas opuestas de la preformación cio a diferencia de la lógica del sujeto-
ésta de la publicación de la obra predicado. El juicio se refiere a una
y de la "emergencia". Esta creación es fundamental de Boole. Éste desarrolló
para Boodin un proceso eterno y totalidad, que a su vez es parte
sobre todo el álgebra de la lógica; el integrante de totalidades mayores y,
reconoce que la realidad estructural cálculo de clases (véase CLASE ) es
constituye la guía de la historia en último término, del todo. Hay, así,
llamado habitualmente álgebra en la metafísica y en la lógica de
individual. Así, "todo el proceso de booleana de clases.
evolución es un proceso de Bosanquet una fuerte tendencia tota-
Las dos obras lógicas fundamenta- lista-organológica, en contraste con
espiritualización" (Three Inter- les de Boole son: The Mathematical
prétations of the Universe, Cap. XI), cualquier tendencia "universalista"-
Analysis of Logic, being an Essay to-
pero no al modo de Samuel Alexan- ward a Calculus of Deductive Reason- abstracta. Desde estos puntos de vista
der, para quien Dios "se hace" en el ing, 1847 (trad. esp.: Análisis mate- Bosanquet sometió a crítica el meca-
ascenso de nivel de la realidad, sino mático de la lógica, 1960). — An In- nicismo y el asociacionismo. Ahora
mediante el reconocimiento de que vestigation of the Laws of Thought, bien, Bosanquet prestó gran interés
el Espíritu aparece ya en la primera on which are founded the Mathema- a la cuestión de la individualidad en
fase del ser. Por eso Dios es, en rigor, tical Théories of Logic and Probabi- todos sus aspectos, esto es, no sólo a
un "campo espiritual" en el cual todo lities, 1854. — Véase asimismo Stu- la individualidad en sentido metafí-
vive, se mueve y tiene su ser (op. dies in Logic and Probability, 1952. sico, sino también en sentido ético,
cit., Cap. I); Dios es, en suma, el (comprende las obras reunidas de humano, social, comunitario, etc. Esta
alma de todo, que insufla sentido Boole, incluyendo The Mathematical individualidad no era, empero, ni una
a toda realidad. La materia es en- Analysis of Logic y escritos inéditos). parte de un conjunto ni menos toda-
vuelta y controlada por el espíritu. — El artículo de Mary Β. Hesse, vía un elemento en principio aislable
El espacio es el campo de la in- "Boole's Philosophy of Thought", e independizable de un todo. Lo in-
finita expansividad de Dios. El tiem- Annals of Science, VIII (1952), 61- dividual es asimismo un universal con-
224
BOS BOS BOS
creto, poseedor de diferencias inter- sanquet, Β. Β., a Short Account of tal supresión, esto es, que nunca hay
nas que se sintetizan a sí mismas, y His Life, 1924. — J. H. Muirhead, contacto entre los puntos de fuerza.
capaz de incorporarse a otros univer- ed., Β. Β. and His Friends, 1935 (con Las leyes que rigen este tipo de atrac-
sales concretos y, en última instancia, correspondencia de Β.). — Sobre Β. ciones y repulsiones se aplican no so-
Β., véase: Berril Pfannenstill, B. Bo- lamente a los puntos de fuerza indi-
a la realidad como absoluto (o, me- sanquet's Philosophy of the State. A
jor dicho, al absoluto como realidad). Historical and Systematic Study, 1936. viduales, sino también a sistemas de
Las supuestas "partes" de que se com- — F. Houang, De l'humanisme à l'ab- puntos de fuerza, esto es, a los llama-
pone una individualidad son momen- solutisme, 1954. — Íd., íd., Le néo- dos "cuerpos".
tos integrantes de la totalidad. hégelianisme en Angleterre. La philo- Puesto que los puntos de fuerza no
Bosanquet se interesó especialmente sophie de B. B., 1954. poseen extensión, esta última no puede
por el modo como la individualidad BOSCOVICH (ROGER JOSEF) considerarse como una propiedad real
puede ser concebida en la comuni- [BOSKOVIC (RUDER JOSIP)] física; la extensión es un campo
dad humana y en el mundo del arte; (1711-1787) nac. en Dubrovnik (Ra- engendrado por los puntos de fuerza.
junto a su metafísica (y lógica) hay, gusa - Dalmacia). En 1726 ingresó, en Las acciones recíprocas entre estos
pues, en nuestro autor una ética y Roma, en la Compañía de Jesús. Du- puntos engendran asimismo las pro-
una estética. La ética se halla estre- rante más de veinte años (1740-1773) piedades secundarias de la materia.
chamente ligada a una teoría del Es- enseñó matemáticas y ciencias natura- Lo que sucede con la extensión sucede
tado como comunidad de personas les en varios lugares (Roma, Pavía, Mi- asimismo con el tiempo. Extensión y
que poseen, o pueden poseer, una vo- lán, Venecia ). Durante una breve per- duración son modos de ser de los
luntad general (en un sentido a ve- manencia en Inglaterra fue nombrado puntos de fuerza y solamente "existen"
ces semejante al rousseaniano ) ; cada miembro de la "Royal Society"; entre en cuanto tales puntos se hallan en
persona es una individualidad, pero 1773 y 1783 fue director del servicio relaciones recíprocas. El espacio y el
integrada o, cuando menos, "integra- de óptica para la Marina en París. tiempo de que Newton hablaba —o
ble". La estética se ocupa del examen Grandemente influido de un lado se supone que hablaba— como
de las obras de arte individuales, pero por Newton y de otro lado por Leib- "absolutos" son para Boscovich, a lo
asimismo como integrables en un con- niz, Boscovich desarrolló una filosofía sumo, posibilidades de que los puntos
junto: el del mundo del arte y de los natural en la que intentó solucionar el de fuerza se manifiesten espacial y
valores artísticos. Debe observarse, sin problema —enormemente discutido en temporalmente. Nuestra representaci ón
embargo, que, a medida que fue ca- su época— de la llamada "acción a intuitiva de tales modos de ma-
yendo bajo la influencia de Bradley, distancia", es decir, el problema de nifestarse los puntos de fuerza pro-
Bosanquet subrayó cada vez más el cómo los cuerpos y las fuerzas pueden ducen las ideas de espacio y tiempo
carácter puramente "interno" de las influirse recíprocamente sin necesidad de las que nos servimos para explicar
individualidades integrables y conside- de entrar en contacto directo. A tal el comportamiento de la realidad fí-
ró que sólo desde el punto de vista de efecto postuló la existencia de "átomos sica, pero que sólo describen muy im-
lo Absoluto puede tratarse adecuada- inmateriales" o "puntos de fuerza", en perfectamente el espacio y el tiempo
mente la cuestión de la individuali- muchos respectos parecidos a las "verdaderos", esto es, los modos de
dad. mónadas leib-nizianas, pero también a ser actuales de los puntos de fuerza
Obras: Knowledge and Reality, los "indivisibles" de Galileo y, en o átomos inmateriales.
1885. — Logic, or me Morphology of general, a los "puntos de masa" de que La obra capital de Boscovich se ti-
Knowledge, 2 vols., 1888. — Essays trata la mecánica clásica. A diferencia tula Philosophiae naturalis theoria re-
and Addresses, 1889. — A History of de las mónadas leibnizianas, los puntos dacta ad unicam legem virium in na-
Aesthetic, 1892 (trad. esp.: Historia tura existentium, 1758, 1759, 1764;
de la estética, 1949). — The Civiliza- de fuerza de Boscovich carecen de la
otra ed., 1763. La edición publicada
tion of Christendom and Other Stu- facultad de representación y, por con- en Venecia en 1763 contiene asimismo
dies, 1893. — Aspects of the Social siguiente, no son entidades psíquicas dos breves tratados de Boscovich: De
Problem, 1895. — The Essentials of o equiparables a tales entidades. Tales anima et Deo y De spatio et tempere.
Logic, 1895. — Psychology of the puntos de fuerza ocupan posiciones Ed. (texto latino y trad. inglesa) de la
Moral Life, 1897. — The Philosophi- determinadas y se atraen y repelen Philosophiae naturalis theoria por J.
cal Theory of the State, 1899. — The mutuamente de acuerdo con las dis- M. Child, con biografía de Boscovich
Principie of Individuality and Value, por Branislav Petronie-vitch
1912. — The Value and Destiny of tancias —según las leyes newtonia-
nas— y dentro de una cierta distancia. (Manchester, 1922). — Edición de
the Individual, 1913. — The Distinc obras científicas: Opera pertinen-tia
tion Between Mind and Its Objects, Cuando esta última distancia limitante
ad opticam et astronomiam, 5 vols.,
1913. — Three Lectures on Aesthetic, disminuye, se ejercen entre los puntos 1785. — Véase F. Evellin, Quid de
1915. — Social and International de fuerza atracciones y repulsiones rebus vel corporeis vel incorporéis
Ideáis, 1917. — Some Suggestions in distintas. Por ejemplo, al reducirse senserit Boscovich, 1880 (tesis docto-
Ethics, 1918. — Implication and Li indefinidamente la distancia dentro del
near Inference, 1920. — What Reli ral latina). — M. Oster, R. J. B. als
gion Is, 1920. — The Meeting of Ex límite mencionado la fuerza de Naturphilosoph, 1909. — D. Nedelko-
trêmes in Contemperary Philosophy, repulsión va aumentando también vitch, La philosophie naturelle et re-
1920. — Three Chapters on the Na indefinidamente hasta llegarse a una lativiste de R. J. B., 1922. — V. H.
ture of Mind, 1923. — Science and repulsión infinita en el caso de Gill, S. J., R. B., S. J. (1711-1787),
Philosophy, and Other Essays, 1927 supresión absoluta de distancia — lo Forerunner of Modern Physical Theo-
(postuma, ed. J. H. Muirhead y R. C. que equivale a decir que nunca hay ries, 1941. — L. L. Whyte, "R. J. B.,
Bosanquet). — Biografías: Helen Bo- S. J., F. R. S. (1711-1787), and the
225 Mathematics of Atomism", Notes and
BOS BOS BOS
Records of the Royal Society of Lon- Traité de la connaissance de Dieu et mentes. Por el otro, se ve obligado a
don, XIII, 1 (1958), 38-48. de soi-même, 1722. — Entre las mu- reconocer que de algún modo debe
BOSSUET (JACQUES-BENIGNE) chas ediciones de obras citamos: Oeu- establecerse una relación que no rom-
(1627-1704), nac. en Dijon, obispo vres complètes 12 vols. (Paris, 1836); pa la armonía del conjunto. Esta se-
Oeuvres complètes, ed. P. Guillaume,
de Meaux y preceptor del Delfín 10 vols. (Bar-le-Duc, 1877). — Véase gunda tendencia es, finalmente, la
—para quien escribió algunas de sus A. Nourisson, Essai sur la philosophie que triunfa. En último término, no
obras, entre ellas el Discurso sobre la de B., 1852. — C. de Courten, Β e il hay para Bostrom más realidad autén-
historia universal—, fue uno de los suo "Discours sur l'histoire uni- tica que la espiritual-personal y, por
grandes apologistas católicos de su verselle", 1927. — Roger Labrousse, consiguiente, sólo Dios como espíritu
tiempo y vio en la iglesia católica Introducción a la ed. (texto francesa absoluto es real. Pero esto no significa
el único depósito de las verdades, la y trad. esp. ) del Traité du libre arbitre ni la anulación de lo sensible ni
(Tucumán, 1948), págs. 7-83. — A.
verdadera maestra universal, a la cual Auneau, B., 1949. menos aun la del espíritu finito. Am-
debían acogerse todos los que (como, bos están subordinados, ciertamente,
BOSTROM (CHRISTOPHER JA-
por ejemplo, Leibniz, con quien de- a la vida divina. Mas esta subor-
COB) (1797-1866) nacido en Pitea
batió el problema) estuviesen deseo- dinación ya no ofrece dificultad cuan-
(Suecia), profesor desde 1838 a 1863
sos de unidad y de pacificación de los do se tiene en cuenta que, como he-
en Upsala, desarrolló una filosofía
espíritus. Aunque Bossuet opinó sobre mos señalado antes, lo espiritual y lo
que ha sido calificada de idealismo
casi todos los grandes problemas teo- consciente no significan siempre para
racional o personal y que en muchos
lógicos de su época —entre ellos el Bostrom la plena conciencia personal
puntos coincide con el teísmo espe-
problema de la relación entre gracia del yo; todo "representar", aun el me-
culativo de Biberg ( VÉASE ) y Grub-
y libre albedrío, que intentó solucio- nos consciente, pertenece al plano de
be. Bostrom se opone, en efecto, tanto
nar armoniosamente sin extremar nin- lo espiritual, bien que de una espi-
al empirismo como al racionalismo
guno de ambos términos—, su más ritualidad inferior, porque ella com-
abstracto, los cuales significan una
importante contribución filosófica es prende asimismo cuanto sea de algún
negación de la persona. Ahora bien,
la imagen de la historia presentada en modo substancia, principio o indivi-
la realidad de la persona es para
el citado Discurso. Renovando para dualidad. Así, las naturalezas finitas,
Bostrom la realidad verdadera, la
la época moderna lo que San Agustín que se articulan en un mundo de
única entidad realmente concreta.
había llevado a cabo en la Civitas personalidades, acaban por ser ma-
Esta realidad personal se determina
Dei, Bossuet desarrolló una teología nifestaciones de la realidad superior
principalmente por medio de la con-
de la historia destinada a mostrar la divina, ideas existentes en el seno de
ciencia o, para ser más exactos,
obra de la Providencia como guía del Dios. Estas ideas, cuya revelación
por medio de lo espiritual que en
curso de la humanidad entera. La constituye el mundo de la sensibili-
ella resida. Las cosas naturales y sen-
historia es, para Bossuet, esencialmen- dad, se entretejen y viven en cuanto
sibles son, por consiguiente, un as-
te historia del proceso de la reden- personas dentro de una jerarquía en
pecto que la realidad interior ofrece,
ción humana por el sacrificio de Cris- donde el grado de perfección co-
y precisamente aquel aspecto en el
to. Esto no significa que la historia rresponde al grado de realidad. El
cual la percepción de sí está reducida
sea exclusivamente historia religiosa, idealismo racional y personal de Bos-
a un mínimo. Si la percepción es el
pues el gobierno político es también trom, completado en la ética con
principio del ser, ello significará,
uno de los grandes ejes de la historia. un racionalismo positivo, distinto del
pues, que el ser será tanto más real
Pero aun este gobierno —es decir, la apriorismo formal y del utilitarismo
y concreto cuanto mayor sea la suma
serie de la formación, desarrollo y eudemonista, fueron proseguidos por
de las autopercepciones por medio de
caída de los imperios— puede enten- diversos pensadores, entre los cuales
las cuales se constituye. Cuando ellas
derse solamente dentro del esquema se destacaron Sigurd Ribling (1816-
alcanzan el punto máximo, nos en-
providencial de carácter esencialmente 1899), Hans Edfeldt (1836-1909),
contramos ante lo que Bostrom llama
religioso. Bossuet divide el curso de Axel Nyblaeus (1821-1899), P. J. H.
el Absoluto, el Espíritu absoluto, el
la historia en diversas fases o "épocas", Leander (1831-1907) y, sobre todo,
Dios personal en cuyo ámbito —lo
cada una de las cuales va realizando el C. Y. Sahlin (1824-1917), que des-
mismo que en Leibniz— se da la co-
gran proyecto divino, el cual es en arrolló, siguiendo los principios de
munidad de las personas. Ahora bien,
último término inescrutable, pero Bostrom, la mayor parte de las disci-
esta concepción de lo verdaderamente
del cual pueden percibirse los signos plinas filosóficas, incorporando, ade-
real introduce en el pensamiento de
en los grandes acontecimientos más, varios importantes supuestos de
Bostrom algunas dificultades que
históricos, especialmente en los que la filosofía trascendental y del idea-
habían sido atacadas ya por el idea-
se manifestaron en las relaciones entre lismo alemanes.
lismo racional clásico. La primera y
el pueblo judío y los grandes Imperios. Obras: De notionibus religionis,
Obras principales de interés filosó- principal de ellas consiste en la con- sapientiae et virtutis earumque inter
fico y teológico: Discours sur l'histoire cepción que dentro de un tal sistema se nexu, 1841. — Sátze über Gesetz
universelle, 1681, 3a ed. revisada por deba tenerse de lo espacio-temporal. und Gesetzgebung, 1845 (Proposi-
el autor, 1701. — Politique tirée des La solución de Bostrom es en este ciones sobre la ley y la legislación).—
propres paroles de l'Écriture Sainte, punto imprecisa. Por un lado, consi- Grundlineer till filosofiska Stats-
1709. — Traité du libre arbitre, 1710 dera que lo espacio-temporal se halla läran, 1859 (Líneas fundamentales
(publicado por el sobrino del autor, el enteramente fuera del ámbito del Es- de las lecciones sobre filosofía del
abate Bossuet, obispo de Troyes). — píritu absoluto y de sus ideas o mo- Estado). — Forelasningar i etik var-
teminen, 1861 (Lecciones sobre la
226
BOU BOU BOU
moral). — Otras series de lecciones así accesible en el querer más que en mente, y la "ascensión" por su grada-
publicadas de Bostrom son: Forelas- el pensar. Es posible que algunas de ción jerárquica muestra al mismo
ningar i religionsfilosofi, 5 vols., 1906- estas ideas influyeran en Schopen- tiempo una especie de "crecimiento de
1913, ed. G. J. Keijser (filosofía de la hauer, que estudió en Gottinga en la la contingencia". Con lo cual podría
religión) y Forelasningar i etiken, época en que Bouterwerk profesaba.
1897, ed. S. Ribling (ética). — Escri- decirse que la idea de valor domina
tos reunidos: Skrifter av C. J. B., 3 Obras: Ideen zu einer allgemeinen todo el pensamiento contingentista del
vols., 1883-1901, ed. H. Edfeldt y G. Apodiktik, 1799 ( Ideas para una Apo- filósofo si no fuese que esa idea es
J. Keijser. — Véase J. J. Borelius, díctica general). — Asthetik, 1806, más bien el resultado del análisis que
Kritik ofver den Bostromska filosofien, 3a ed., 1824. — Lehrbuch der philo- su principio. Pues lo que hace Bou-
1859. — H. Edfeldt, Om Bostroms sophischen Vorkenntnisse, 1810 (Ma-
nual de los preconocimientos filosófi- troux es someter a un análisis reflexivo
ideelara, 1884. — E. Zoeller, Der Got- las condiciones de inteligibilidad de
tesbegriff in der neueren schwedischen cos). — Lehrbuch der philosophi-
schen Wissenschaften, 1813 (Manual cada grado de lo real para mostrar
Philosophie, mit besonderer Beruck- que hay en cada uno de ellos un plus
sichtigung der Weltanschauung Bo- de ciencias filosóficas). — Kleine
stroms und Lotzes, 1888. — C. Land- Schriften, 1818 (Escritos breves). — contingente irreductible. Con la nece-
stroms, B. och hans filosofie, 1903. — Se debe asimismo a Bouterwerk una sidad absoluta, dice Boutroux, no po-
J. Ljunghoffs, C. J. B. Sveriges Platon, monumental historia de la poesía y demos componer ni explicar nada del
1916. — H. Larsson, Minnesteck- elocuencia modernas: Geschichte der universo; la necesidad relativa que se
ning ofver C. J. B., 1931. — S. Ed- neueren Poesie und Beredsamkeit, 12 manifiesta en las leyes naturales es ya
vard Rohde, "Bostroms Religionsfilo- vols., 1801-19 y una colección de poe-
mas y narraciones titulada Graf Do- de por sí una especie de salto: para
sofiska askarning. I. Sanning och ver- practicarlo no nos basta el análisis, si-
glighet", Goteborgs Hogskolas Ars- namar, 3 vols., 1791-92. — Véase G.
Struck, F. B., 1919 (Disc.). — A. no que necesitamos la síntesis. Como
krift, IV (1949). dice Boutroux, en una proposición
Banfi, "L'apodittica di F. B.", Archi-
BOUTERWERK (FRIEDRICH) vio di Storia della Filosofía (1933 y fundamental para la comprensión de
(1765-1828) nac. en Oker (cerca de 1934). su filosofía, ni siquiera la relación
Goslar), profesor en Gottinga (1798- BOUTROUX (ÉMILE) (1845- entre las partes y el todo es analítica,
1828), siguió las huellas de Kant y 1921), nac. en Montrouge (Sena), pro- ya que "la multiplicidad no contiene
desarrolló la filosofía crítica en un fesor en la Escuela Normal Superior la razón de la unidad" (De la con-
sentido cercano al de Jacobi ( VÉASE). (1877-85) y en la Sorbona (desde tingence, etc., 10 a edición, 1929,
Hay una ciencia fundamental filosó- 1885), siguió la tendencia a la vez po- pág. 9). Esta diferencia de extensión
fica, que Bouterwerk llamó "Apodíc- sitiva y espiritualista que se había ma- entre el sujeto y el predicado se acen-
tica" y que debe de dar razón de toda nifestado claramente en Jules Lache- túa a medida que ascendemos por la
experiencia. La "Apodíctica" es por lier ( VÉASE ), único modo de que, a su jerarquía ontológica. Pues no sólo
ello la ciencia de toda prueba y del entender, pudiese superarse el meca- la multiplicidad no contiene la razón
fundamento de todo saber. Se divide nismo naturalista triunfante en su de la unidad, sino que, además, con-
en lógica, práctica y trascendental. El tiempo. Se trataba, pues, también de tener la razón no significa contener
principio primero de la ciencia funda- llevar la consideración positiva de lo la multiplicidad misma. Lo inferior
mental es la de lo "absolutamente vir- real a sus últimas consecuencias con puede ser respecto a lo superior con-
tual"; lo real es, en efecto, anterior el fin de dar a la afirmación de la li- dición, pero no vera causa ni menos
a todo sujeto y a todo objeto, los cua- bertad y la contingencia ( VÉASE) un aun fundamento de existencia. Ex-
les se hallan contenidos virtualmen- sólido fundamento filosófico. Ahora plicar la existencia por su condición
te en el principio. El "virtualismo ab- bien, ello implicaba, según Boutroux, significa permanecer en el terreno
soluto" de Bouterwerk sostiene que en una vigilante atención a las peculiari- puramente ideal; para saltar a lo real
el principio subsisten todas las fuer- dades de lo real, una máxima fideli- es necesario admitir la novedad, la
zas y todas las resistencias a tales fuer- dad a la experiencia. Boutroux en- síntesis, la contingencia. Más aun:
zas. No se puede, además, concebir cuentra, en efecto, una insuficiencia en el rigor de los términos, no sólo
ninguna fuerza sin la resistencia co- radical en la afirmación del determi- lo posible no contiene a lo real, sino
rrespondiente. Esta idea hace de Bou- nisrno absoluto expresado en las leyes que es lo real el que contiene a lo
terwerk, como indicó Dilthey, uno de de la conservación de la substancia y posible. La aplicación de este método
los primeros pensadores que desarro- de la energía. Pues la descripción re- a toda la jerarquía real no hace, por
llaron la noción de resistencia ( VÉA- flexiva de lo real muestra la existencia lo demás, sino confirmar su carácter
SE). Pero ni la fuerza ni la resistencia de diversas capas ontológicamente 'inevitable". En efecto, Boutroux per-
son realidades absolutas; sólo lo vir- irreductibles y muestra, además, la sigue la presencia del contingentismo
tual que se halla más acá de ellas es contingencia de cada capa respecto a en los diversos grados de lo real, en
absoluto. Tal primado de lo virtual se la anterior. La conciencia es, pues, los distintos peldaños de una escalera
revela no solamente en el mundo en contingente con respecto a la vida; la jerárquica que pasa del ser a los gé-
general, sino también en el hombre. vida, con respecto a la materia; la ma- neros, de los géneros a la materia,
El mundo está fundado en una virtua- teria, con respecto a los géneros; los de ésta a los cuerpos, de ellos a los
lidad infinita; el hombre, en una vir- géneros, con respecto al ser; el ser, seres vivos y de los seres vivos al
tualidad finita, revelada en la volun- con respecto a la necesidad relativa; hombre. Por eso la distinción entre
tad. Pero a través de la virtualidad ésta, con respecto a la necesidad ab- los diversos mundos superpuestos,
finita el hombre puede buscear en lo soluta. Las diversas capas de lo real "de la pura necesidad, de la cantidad
infinitamente virtual, el cual se hace están por ello articuladas jerárquica- sin cualidad, idéntica a la nada, de
227
BOU BOW BOW
las causas, de las nociones, el mundo 1896. — Études d'Histoire de la Phi- interpretación profunda y completa
matemático, el mundo físico, el mundo losophie, 1897. — La Psychologie du de lo real, pero Bowne no prosigue
viviente y el mundo pensante", mysticisme, 1902. — Science et Re- abstractamente los principios de Lot-
equivale a la distinción entre aque- ligion dans la philosophie contempo- ze, sino que, partiendo de la situación
llas realidades que se caracterizan por raine, 1908. — William James, 1911. concreta de su tiempo y de su medio,
— Pascal, 1914. — La philosophie se propone rectificar el rumbo de una
"suscitar" cada una la inferior en de Kant (Curso dado en la Sorbona,
vez de constituir la condición o, mejor 1896-1897, publicado en la Revue des meditación filosófica que, como el
dicho, la causa propia y verdadera para Cours et Conférences, 1894-96, 1900- impersonalismo, impide la armonía de
que la superior emerja a la existencia. 1901, editado por É. Gilson), 1926, lo teórico y de lo práctico. A tal
En otros términos, aquí tenemos una reed., 1960. — La nature et l'esprit, propósito se debe la crítica de Spen-
modelación de la materia por la 1926 (serie de conferencias dadas de cer y la vinculación a una tradición
forma sin que podamos afirmar de 1902 a 1915). — Études d'histoire de que intenta siempre superar tales
qué modo concreto esta modelación se la philosophie allemande, 1926. — dificultades: a las influencias de Lot-
ha realizado. Ahora bien, lo más Véase P. Archambault, É. Boutroux, ze y de Kant deben agregarse las
choix de textes aves une étude sur de Leibniz, Berkeley, San Agustín,
plausible es considerar que algún l'oeuvre, 1910. — A. P. Lafontaine,
modo de creación es el motivo Aristóteles. La personalidad es, se-
Boutroux, Selección de textos (1920; gún Bowne, lo que explica las cate-
productor de semejante emergencia trad. esp., 1943 ). — Véase Otto Boe-
de novedades, el nervio último de la gorías de lo real y no al revés, y ello
litz, Kausalitat und Notwendigkeit in no en virtud de una huida de la
síntesis. Pues, en última instancia, E. Boutrouxs Lehre von der Kontin-
gens, 1907 (Disc.). — Íd., íd., Die realidad y de lo concreto, sino jus-
esto es lo único que permite afirmar tamente a causa de un afán de mayor
positivamente la libertad, la cual Lehre vom Zufall bei E. Boutroux,
1908. — L. S. Crawford, The Philo- atención a lo dado y a la experiencia.
existe en lo concreto y no en un Bowne sostiene, en efecto, que la
absoluto inteligible. Lo real lo es emi- sophy of E. Boutroux, 1924. — Cesare
Ranzoli, Boutroux, 1924. — M. Schyns, personalidad no es el producto de una
nentemente en la existencia libre; La philosophie d'E. Boutroux, 1924. — abstracción ni tampoco el resultado
esta existencia es como un modelo R. Roquel y Vilarrasa, La moral de una composición: "Explicamos
viviente y móvil cuya imitación hace contingentista de É. Boutroux, 1951. —dice— los objetos que están de-
surgir las realidades estables, las cua- BOWNE (BORDEN PARKER) lante del espejo por las imágenes que
les alcanzan efectiva existencia por (1845-1910), nació en Leonardsville, parecen existir tras él. Pero no hay
la tendencia de lo ideal a estabili- N. J. (EE. UU.), estudió en Nueva nada tras el espejo. Cuando hemos
zarse. Contemplados desde el ángulo York, Halle y Gottinga, profesando vivido y descrito la vida personal he-
de la metafísica, los principios supre- en la Universidad de Boston desde mos hecho ya todo lo que es posible
mos son, pues, leyes morales y es- 1876 hasta su muerte. Representante dentro de una sana y sobria especula-
téticas; a medida que se desciende destacado del personalismo ( VÉASE) ción. Si intentamos hacer algo más,
de lo supremo a lo ínfimo nos acer- norteamericano, su filosofía ha sido caemos presa de las abstracciones. Esta
camos a lo material y a lo necesario, llamada —como la de Howison— un existencia autoconsciente es el hecho
que son como atraídos por lo ideal idealismo personal, y por el propio verdaderamente último" (Perso-
con una atracción análoga a la que filósofo un empirismo trascendental. nalism, 1908, págs. 264-5). El realis-
ejerce Dios sobre sus criaturas. De Estos nombres califican, sin embargo, mo gnoseológico de Bowne se une así
este modo, como señala literalmente imperfectamente el pensamiento de a un idealismo metafísico, pero a un
Boutroux, "el triunfo completo del Bowne, cuyo tema fundamental —en idealismo personal y no abstracto o
bien y de lo bello haría desaparecer parte bajo la influencia de la refle- absoluto. Lo cual no significa la re-
las leyes de la Naturaleza propiamente xión kantiana— fue la busca de una ducción de toda realidad a la con-
dichas y las sustituiría por el libre armonía entre la razón teórica y la ciencia humana: el personalismo de
ímpetu de las voluntades hacia la razón práctica, armonía que resul- Bowne concibe esta conciencia como
perfección, por la libre jerarquía de taba aniquilada por las corrientes una persona, como un ser capaz del
las almas" (op. cit., pág. 170). El paso impersonalistas. De ahí su ataque valor, pero más acá de ella hay la
al reconocimiento de la libertad y la experiencia consciente que forma una
contra estas corrientes. Pero el im-
autonomía de la vida moral se hace jerarquía. La referencia de la parte
personalismo ( VÉASE ) ofrece para al todo y la racionalidad última del
de este modo, para Boutroux, plena- Bowne dos caras: la del naturalis-
mente comprensible, y constituye ser no son, pues, eliminados, sino más
mo, aplicación a lo real de las cate- bien salvados en una doctrina que
una necesaria introducción a la vida gorías de lo material, y la del idea-
religiosa, que la ciencia en cuanto no tiene, según Bowne, más alter-
lismo absoluto, falacia de lo abstracto, nativa que "el personalismo o nada".
tal necesariamente desconoce y que asimismo denunciada por Renouvier.
la metafísica puede señalar, pero no Obras: The Philosophy of H. Spencer,
Materialismo e idealismo absoluto, 1874. — Studies in Theism, 1879. —
satisfacer. ateísmo y acosmismo son, con todo, Metaphysics, 1882 (2 a ed., revisada,
Obras: De veritatibus aeternis apud igualmente impotentes para dar cuen- 1898). — Introduction to Psy-
Cartesium, 1874 (trad. francesa: Des ta de lo que la experiencia inme-
vérités éternelles chez Descartes, chological Theory, 1886. — Philo-
1927). — De la contingence des lois diata capta: la conciencia y la per- sophy of Theism, 1887. — Principies
de la nature, 1874. — De l'Idée de sona. La doctrina de Lotze no es of Ethics, 1892.—Theory of Thought
Loi naturelle dans les sciences et ajena a esta concepción del perso- and Knowledge, 1897. ' — Theism,
dans la philosophie, 1895. — Ques- nalismo como única posibilidad de 1902. — The Immanence of God,
tions de Morale et de Pédagogie,
228
BRA BRA BRA
1905. — Personalism, 1908. — Stu- Bradley polemizó sin descanso con- una realidad o acontecimiento "aisla-
dies in Christianity, 1909. — The Es- tra el empirismo o, más exactamente, dos"— es posible como tal juicio. De-
sence of Religión, 1910 (postuma). contra la tradición empirista inglesa cir, por ejemplo, que una flor que
— Kant and Spencer, 1912 (pós desde Locke y Hume hasta John ahora contemplo es roja, no es decir
tuma). — Véase José A. Fránquiz, Stuart Mill y los asociacionistas. El todavía mucho; tengo que determinar
B. P. Bowne's Treatment of the Pro- en qué sentido la flor de que estoy
blem of Change and Identtíy, 1942. empirismo pretende describir la es-
tructura del espíritu humano, pero lo hablando es esta flor, esto es, una rea-
BRADLEY (F(RANCIS) H[ER- lidad única. Se empiezan entonces a
que hace, según Bradley, es adoptar
BERT)) (1846-1924), nac. en Clap- acumular precisiones sobre la flor ro-
ciertos supuestos —supuestos "atomis-
ham (distrito residencial al Sudoeste ja: que es esta flor aquí, que es esta
tas" y "pluralistas"— sobre este espí-
de Londres). En 1865 ingresó en flor que veo ahora, etc. Pero el "aquí"
ritu y explicar la realidad a base de
University College, de Oxford, y en no es tal a menos que se halle en un
lo que dan de sí tales supuestos. Ade-
1870 fue nombrado "Fellow" en Mer- lugar determinado, el cual es deter-
más, los empiristas piensan que las
ton Collège, Oxford, donde vivió has- minado en relación con otros lugares.
ideas son imágenes de la realidad
ta el final de su vida salvo ocasionales Y el "ahora" no es tal a menos que
—que es a su vez descrita como
viajes al continente europeo. sea o exprese un momento del tiem-
"compuesta" de ideas— sin tener en
Se suele presentar la filosofía de po, el cual es determinado en relación
cuenta que en toda idea hay una sig-
Bradley como una de las manifesta- con otros momentos. A su vez, cuales-
nificación (o varias significaciones)
ciones del idealismo —y específica- quiera lugares o momentos a los que
que no puede reducirse a la idea. Esta
mente del idealismo hegeliano— en
última expresa a lo sumo la existencia me refiera lo serán en vista de otros
Inglaterra. Pero aunque hay aspectos lugares o momentos, y así sucesiva-
y el contenido de la realidad aprehen-
hegelianos en el pensamiento de Brad- mente. En consecuencia, todo juicio
dida, pero no expresa la generalidad
ley —por ejemplo, en su doctrina de
del conocimiento, la cual se halla ín- sobre un pretendido acontecimiento
la "experiencia inmediata"— la ca- singular o una pretendida cosa única
sita en la significación. El conoci-
racterización anterior es muy insufi- implica un juicio sobre la realidad en-
miento no consiste, pues, en ideas y
ciente. El propio Bradley confesó no tera. En suma, no se puede hablar si
combinaciones de ideas; consiste, por
ser un hegeliano y no pertenecer a no es desde el punto de vista de "la
lo pronto, en símbolos y significacio-
una, por lo demás inexistente, "escuela Realidad".
nes de símbolos.
hegeliana" en Inglaterra. En cambio, Ello equivale a rechazar de plano
La razón por la cual los empiristas
es plausible afirmar que Bradley fue todo pluralismo, y ya no sólo el de las
han errado en su explicación del co-
un filósofo idealista, monista y, sobre "ideas" en el sentido de los empiris-
nocimiento es que se han apoyado
todo, antiempirista —cuando menos tas, sino también el de los juicios. Ello
exclusivamente en los aspectos psico-
en el sentido en que se entendía el equivale asimismo a reconocer que no
lógicos del conocer sin tener en cuenta
empirismo en su época y ambiente— hay "hechos atómicos" ni "aconteci-
—o teniendo en cuenta sólo perifé-
y que en el curso de su polémica mientos atómicos"; lo que hay es "la
ricamente— los aspectos lógicos. Los
contra los empiristas utilizó ciertas Realidad". En otros términos, los
empiristas han deducido las ideas co-
ideas de los idealistas alemanes y en "objetos" o los "acontecimientos" no
mo significaciones lógicas de las ideas,
particular de Hegel. son "entidades" que posean ciertas
como imágenes psicológicas, sin pen-
Bradley expresó con frecuencia sus sar que estas últimas forman parte propiedades y que se hallen en rela-
ideas por medio de una serie de muy asimismo de la realidad. En otros tér- ción con ciertos otros objetos, y que
apretadas argumentaciones contra sus minos, los empiristas han intentado al mismo tiempo puedan cambiar sus
posibles oponentes y contra las posi- explicar el conocimiento por algo que propiedades o alterar sus relaciones
bles objeciones a su doctrina. Al final no es conocimiento, sino realidad co- con otros objetos. Lo que la "entidad"
de las argumentaciones se desemboca nocida, o cognoscible. es, lo es con sus relaciones. Por con-
en lo que a veces se estima que son Desde el punto de vista lógico el siguiente, las relaciones no son exter-
muy osadas proposiciones metafísicas conocimiento se basa no en las ideas nas a las "entidades", sino "internas"
— en todo caso, en proposiciones a o en los conceptos —que son ele- a ellas: lo que algo es, lo es también,
menudo sorprendentes para el sentido mentos del conocimiento—, sino en el si no sobre todo, "relacionalmente".
común. Dada la índole de la pre juicio. Pensar no es tener una imagen Hablar de relaciones como relacio-
sente obra tendremos que prescindir de una cosa; es afirmar o negar algo nes internas parece una "recaída" en
de las argumentaciones, no obstante acerca de una cosa. Ahora bien, tan el pluralismo; al fin y al cabo, el vo-
constituir éstas un ingrediente esencial pronto como sometemos a análisis la cablo 'relaciones' es un plural. Pero
del pensamiento de Bradley, y ate estructura del juicio advertimos que aquí sucede algo similar a lo que
nernos a las proposiciones capitales. la lógica no es suficiente. O, si se acontece con el juicio. También en el
Nos referiremos principalmente a la quiere, la lógica que hay que adoptar juicio se habla de sujeto y de predi-
metafísica de Bradley y destacaremos a tal efecto es una lógica que, aun- cado como si se tratara de dos ele-
los siguientes puntos: la crítica del que sigue las leyes formales, no con- mentos distintos y, más específica-
empirismo y la oposición al psicolo- siste en tales leyes. En efecto, un aná- mente, de un elemento ( el predicado)
gismo; la fundamentación de la lógi lisis de la estructura del juicio en que se aplica a otro elemento (el su-
ca en el juicio; la teoría de las rela cuanto juicio sobre la realidad nos jeto). Lo cierto es que no hay ni re-
ciones internas; y la concepción muestra que ningún juicio aislado laciones en plural ni sujetos y predi-
monista del Absoluto. —o, mejor dicho, ningún juicio sobre cados en plural. Un examen de la
229
BRA BRA BRA
realidad desde el punto de vista me- timo. Por eso puede decirse inclusive vols., 1935 [con bibliografía al final
tafísico, es decir, desde el punto de que "lo Absoluto es sus apariencias", del vol. I].
vista de lo que la Realidad es, arrum- siempre que se subraye debidamente Véase Hastings Rashdall, "The Me-
ba todas esas supuestas pluralidades. (como hace Bradley) el 'es'. Con lo taphysics of Mr. F. H. B.", Proceed-
ings of the British Academy, N° 2
Bradley lleva a cabo este examen me- cual Bradley no sostiene que haya (1911), 429-55. — R. Kagey, The
diante un análisis de la apariencia y una realidad especial o trascendente Growth of F. H. Bradley's Logic,
de la realidad. La apariencia, en la que sea lo Absoluto, y frente a él las 1931. — C. A. Campbell, Scepticism
cual se dan substancias y accidentes, demás realidades; lo Absoluto es pro- and Construction: Bradley's Sceptical
cualidades primarias y secundarias, piamente la medida ontológica de to- Principie on the Basis of Constructive
relaciones y cualidades, espacio y da realidad como realidad. De ahí Philosophy, 1931. — G. Watts Cun-
tiempo, relaciones causales, etc., mues- que sea posible hablar, como hace ningham, The Idealistic Argument in
tra ser contradictoria. Podría, en vista Bradley, de "grados de realidad y de Recen British and American Philoso-
de ello, adoptarse una de las dos solu- verdad". En efecto, no habría grados phy, 1933. — Adrien Chappuis, Der
theoretische Weg Bradleys. Die
ciones siguientes: el fenomenalismo o si no hubiese un término absoluto que Hauptgedanken der Wahrheits- ttnd
el dualismo de apariencia y realidad permitiera "medirlos" y "determinar- Wirklichkeislehre des englischen Phi-
(o de fenómenos y cosas en sí). Nin- los". Ninguna apariencia es lo Abso- losophen F. H. Bradleys (1846-1924),
guna de las dos funciones es aceptada luto, pero ninguna apariencia es si- 1934. — Torny T. Segerstedt, Value
por Bradley. Lo único que permite quiera posible sin lo Absoluto. and Reality in Bradley's Philosophy,
superar las contradicciones aludidas La metafísica de Bradley no es en 1934. — E. Duprat, B., 1939. — R.
es el reconocimiento de la Realidad modo alguno independiente de su éti- G. Ross, Scepticism and Dogma. A
como una y como absoluta. Si tal no ca. Visto moralmente, dice Bradley, Study in the Philosophy of F. H. B.,
aparece a primera vista es porque lo Absoluto es "bueno" — o, si se 1940. _ R. W. Church, Bradley's
Dialectic, 1942. — W. T. Lofhouse,
muy a menudo no sólo se parte de la quiere, "el bien". Ello plantea el F. H. B., 1949. — Maria Teresa An-
experiencia inmediata, sino que se problema de si lo Absoluto no es sino tonelli, La metafísica di F. H. B.,
concibe esta experiencia como el úni- el nombre que tiene metafísicamente 1952. — M. Ahmed, The Theory of
co modo de enfrentarse con lo real. Dios. Bradley responde a ello indi- Judment in the Philosophics of F. H.
En la experiencia inmediata no hay cando que en cuanto objeto pertene- B. and John Cook Wilson, 1955. —
dualidad ni pluralidad, pero no hay ciente a la conciencia práctica, Dios Jean Pucelle, L'idéalisme en Angle-
tampoco pensamiento. Éste surge, por (un Dios personal) puede ser objeto terre de Coleridge à Bradley, 1955.
lo pronto, en el nivel del juicio o de culto, pero no de especulación me- — Richard Wollheitn, F. H. B., 1959.
pensamiento relacional. Pero el pen- tafísica. Pues "si se identifica el Ab- W. H. Walsh, J. Pucelle et al, artícu
samiento relacional no es pensamiento los sobre B. en número especial de
soluto con Dios, no se tratará ya del Les Études Philosophiques, N. S. Año
de la Realidad. La doctrina de las Dios de la religión. Y si se procede a XV (1960), 29-89. — J. de Marneffe,
relaciones internas supera las dificul- separarlos, Dios se convierte en un La preuve de l'Absolu chez B., 1961.
tades del pensamiento relacional, pero factor finito dentro del conjunto". La — H.-J. Schüring, Studien zur Philo
no es tampoco suficiente: es menester metafísica "absorbe" de este modo la sophie von F. H. B., 1963.
alcanzar un pensar que trascienda to- religión no menos que la ética. Ello BRADWARDINE (TOMÁS). Véa-
das las pluralidades y todas las rela- no quiere decir que no haya posibili- se TOMÁS BRADWARDINE .
ciones. Éste pensar se parece a la ex- dad de creencias religiosas o de reglas BRAHMA-MIMAMSA. Véase Mi-
periencia inmediata en que no hay éticas. Pero el papel de tales creen- MAMSA, VEDANTA.
diferenciación, pero se distingue de cias y reglas está determinado meta-
ella en que es auténticamente pensa- físicamente. Así, en ética el imperativo BRAHMÁN. Véase BRAHMAN - ÁT -
MAN.
miento. Se traía del pensar el Abso- supremo es el de la "realización de sí
luto como pensamiento de la realidad mismo". Mas probar este imperativo BRAHMAN-ATMAN. Los términos
total y, por tanto, como pensamiento no es una cuestión ética: es una sánscritos Brahman y Atman desig-
verdadero. Debe tenerse en cuenta cuestión metafísica. Sólo hay una ma- nan dos conceptos fundamentales de
que este Absoluto del cual habla nera de probar que la finalidad moral la filosofía india (VÉASE). Brahmán
Bradley no es a su entender una abs- humana es la "auto-realización", y es significa el principio supremo ( y úni-
tracción: el Absoluto tiene como "ma- saber lo que significa 'ser uno mismo' co) del mundo, principio que puede
teria" la "experiencia". El Absoluto y 'ser real' y 'realizar' y 'finalidad', ser concebido como superior al pro-
no es tampoco una cosa en sí; es sim- "y saber esto —escribe Bradley— es pio ser. El significado etimológico de
plemente la Realidad sin contradic- poseer algo así como un sistema de Brahmán parece apuntar a la idea de
ciones. metafísica, y decirlo equivale a pre- un crecimiento espontáneo por sí mis-
Decir que lo que hay es lo Absolu- sentar tal sistema". mo y desde sí mismo; en cierto modo,
to no es para Bradley excluir la exis- Obras: The Presuppositions of Cri- el Brahmán es, pues, como la fu/sij,
tencia: es medir (metafísicamente) la tical History,a 1874. — Ethical Stu- el hontanar inagotable de lo real. A
existencia por medio del Absoluto. La dies, 1876, 2 ed., 1927. — Principies veces el Brahmán aparece como idén-
misma apariencia queda salvada como of Logic, 1883, 2a ed., 1922. — tico al mundo o a lo que es; a veces,
Appearance and Reality. A Metaphy- en cambio, aparece como algo que se
un "momento" de lo Absoluto. Pues sical Essay, 1893, 2a ed., 1897 (tra'd.
"el error fundamental" consiste en to- esp. : Apariencia y Realidad, 2 vols., encuentra en la raíz del mundo o
mar la parte por el todo y olvidar que 1961). — Essays on Truth and Rea- de lo que es — entidades ilusorias
la verdad reside únicamente en el úl- lity, 1914. — Collected Essays, 2 frente a la realidad suprema del
230
BRA BRA BRA
Brahman. En el primer caso tenemos bida como inserta en todo lo demás versidad de Saarbrücken (Alemania)
el Brahman como el todo de lo que (en cuyo caso tenemos la mencionada (desde 1948), se ha distinguido por
es o conjunto del cosmos, por lo cual concepción "positiva" y "cósmico- sus trabajos de antropología filosófica,
puede ser entendido positivamente, inmanente"), o es entendida como lo ontología y metafísica. El tema capital
acumulando sobre él toda suerte de que, siendo la raíz del resto, perma- de la filosofía es, según von Bran-
predicados. En el segundo caso te- nece separada y siempre "más allá" denstein, todo ente en cuanto que es,
nemos el Brahman como un Absoluto —lo que quiere decir también "más o algo (Etwas). Esta realidad no es
que es lo que no es, por lo cual sólo acá"— del resto (en cuyo caso tene- directamente accesible, pero puede
puede ser entendido negativamente, mos la mencionada concepción "ne- comprenderse mediante reducción de
excluyendo de él toda clase de pre- gativa" e "ideal-trascendente"). lo dado a sus premisas lógicas últimas.
dicados o negando que sea ninguna BRAHMANA. Véase UPANISAD, Desde el punto de vista de la ontolo-
de las cosas (visibles). En cuanto a VEDA. gía (o estudio del ser), el ser tiene
Atman, significa la realidad interior BRAITHWAITE (RICHARD BE- tres determinaciones básicas: el con-
o el yo íntimo del individuo humano. VAN) nac. (1900), profesor de Fi- tenido (o "esencia"), la forma (o re-
Como tal, es también una fuente losofía Moral en la Universidad de laciones, incluyendo, como mínimo, la
inagotable de la cual vive el indivi- Cambridge (desde 1953), se ha dis- de identidad) y la "formación" (o
duo. El significado etimológico de tinguido como filósofo de la ciencia unidad del ser). El estudio de cada
Atman (hálito', 'respiración' [Cfr. el especialmente por su análisis de la una de estas tres determinaciones da
verbo alemán atmen] ) parece aludir estructura de las teorías físicas y por origen a una distinta rama de la on-
a ese carácter "interno" de la reali- su examen de la relación entre las teo- tología: la "tótica" (doctrina de los
dad humana, carácter expresado fi- rías científicas y los "modelos" de ta- contenidos); la lógica (doctrina de
siológicamente, pero transferido de les teorías. Braithwaite ha examinado las formas) y la matemática. Desde
inmediato a una entidad de carácter con detalle los inconvenientes que el punto de vista de la metafísica (o
espiritual. Por eso el Atman puede ofrece considerar una teoría, o partes de la realidad propiamente dicha), lo
ser concebido como el Yo. Lo mismo de una teoría, como expresión de una que es tiene tres componentes últi-
que del Brahman, por lo demás, puede necesidad lógica. Los enunciados cien- mos: son también "contenidos", "for-
haber dos concepciones del Atman: tíficos deben poseer últimamente sig- mas" y "formaciones", pero de índole
una, positiva, según la cual el Yo es el nificación empírica, pero ello no quiere específica. Cada una de estas tres de-
individuo o, mejor dicho, la totalidad decir que haya una relación directa y terminaciones comprende un grupo de
de su ser y de sus funciones, y otra, unívoca de cada enunciado con los seis categorías, las cuales son condi-
negativa, según la cual es algo que hechos a que se refiere. El significado ciones previas de la realidad. Cada
puede aprehenderse sólo cuando he- empírico de los enunciados científi- categoría está organizada en tres es-
mos traspasado por entero la realidad cos, y en particular de los enuncia- pecies categoriales. Hay en total cin-
corporal y "aparente" del hombre. dos de probabilidad —tratados por cuenta y cuatro categorías. Bran-
Ahora bien, los dos conceptos cita- el autor con particular detalle— se denstein concibe la metafísica como
dos fueron poco a poco superponién- funda en la posibilidad de elegir entre basada en hechos —no como mera
dose; en vez del Brahman o del hipótesis estadísticas de acuerdo con especulación que procede en forma
Atman nos encontramos con la idea la teoría de los juegos (véase JUEGO). deductiva—, pero considera que tales
de Brahman-Atman o, mejor dicho, Pero debe tenerse en cuenta que los hechos deben extenderse e interpre-
con el concepto de Brahman como enunciados científicos poseen diversos tarse hasta abarcar la realidad entera.
equivalente al de Atman y viceversa. niveles de universalidad, niveles que La metafísica de Brandenstein es una
Se trata de un Absoluto que se supo- corresponden a diversas capas teóricas. especie de "metafísica inductiva",
ne hallarse en el fondo tanto del Braithwaite ha aplicado asimismo la pero no en el sentido de Wundt, sino
universo o cosmos como del yo o teoría de los juegos al problema de las en el de Aristóteles. Sin embargo, las
individuo. Fundamento de semejante decisiones morales, y ha examinado simpatías filosóficas del autor son más
identificación del Brahman con el el sentido de las creencias religiosas bien platónicas y escotistas que aris-
Atman en el seno de una realidad desde el punto de vista del empirismo. totélicas o tomistas.
suma puede hallarse en la constante Obras: Scientific Explanation. A Obras principales: Grundlegung der
y progresiva "interiorización" del Study of the Function of Theory, Pro- Philosophie, I, 1926 (Fundamentación
Brahman y en la no menos constante bability and Law in Science, 1953. — de la filosofía). — Metaphysik des
y progresiva "universalización" del An Empiricist's View of the Nature of organischen Lebens, 1930 (Metafísi-
Átman. Al hacerse interno y espiri- Religious Belief, 1955 [A. S. Edding- ca de la vida orgánica). — Müveszet-
tual, el Brahman se convirtió en una ton Memorial Lectures, 9]. — Theory fílozofia, 1930, 2a ed., 1941 (Filosofía
of Games as a Tool for the Moral Phi- del arte). — Az ember a mindenseg-
especie de Yo (cósmico); al hacerse ben, 1934-36 (ed. alemana: Der
general y universal, el Atman se con- losopher, 1955 (Lección inaugural en
Cambridge, 1951). Mensch und seine Stellung im All,
virtió en una especie de Cosmos (es- 1947 [El hombre y su puesto en el
piritual). Brahman y Atman pueden BRANDENSTEIN (BÉLA VON) Todo], — Der Aufbau des Seins. Ein-
ser considerados, así, como dos caras nac. ( 1901 ) en Budapest, profesor führung in die Metaphysik, 1955 (La
de la misma Realidad Suprema o en la Universidad Peter Pázmány, de estructura [fábrica] del ser. Sistema
Causa Suma de todo. De esta Rea- Budapest (1934-1945), como sucesor de filosofía). — Das Bild des Men-
lidad surgen las demás realidades. de Akos Pauler ( VÉASE ) y en la Uni- schen und die Idee des Humanismus.
Eine kurzgefasste philosophische An-
En cuanto a ella misma, o es conce- 231
BRE BRE BRE
thropologie und geistesgeschichtliche Obras: Les idées philosophiques et un estilo filosófico opuesto, tanto en
Darstettung des Humanismus, 1954 religieuses de Philon d'Alexandrie, el contenido como en la forma, al
(La imagen del hombre y la idea del 1907 (tesis principal), 2a ed., 1925, del idealismo alemán, criticando acer-
humanismo. Antropología filosófica y 3a ed., 1950 [La tesis comprendía asi- bamente a Hegel y a Fichte por sus
exposición histórico-espiritual abrevia- mismo una edición, con trad., de Fi- tendencias especulativas, y a Kant por
das del humanismo). — Vom Werde- lón: Commentaire allégorique des
gang des Geistes in der Seele, 1954 Saintes Lois, 1909]. — La théorie des haber sido, conscientemente o no, el
(El devenir del espíritu en el alma). Incorporels dans l'Ancien Stoïcisme, iniciador de tales tendencias. El es-
— Die Quellen des Seins. Einführung 1907 (tesis complementaria), 2 a ed., tilo filosófico de Brentano se carac-
in die Metaphysik, 1955 (Las fuentes 1925 [reimpreso en Études, cf. infra]. teriza por la sobriedad y por el aná-
a
del ser. Introducción a la metafísica). — Chrysippe, 1910, 2 ed. con el tí lisis conceptual. En este sentido puede
— Vom Sinn der Philosophie und tulo: Chrysippe et l'Ancien Stoïcisme, decirse que su modo de pensar es
ihrer Geschichte, 1957 (Del sentido 1951. —Schelling, 1912. — Histoire aristotélico y se aproxima al de otro
de la filosofía y de su historia). — de la philosophie allemande, 1921. — gran investigador de Aristóteles del
Teleologisches Denken. Betrachtungen Histoire de la philosophie, 2 vols., siglo XIX: Trendelenburg (VÉASE).
zu dem gleinamigen Buche N. Hart- 1926-30, varias ediciones posteriores,
manns, 1960 (Pensamiento teleológi- rev. y aum. (trad. esp.: Historia de la Brentano consideró que la filosofía
co. Consideraciones sobre el libro del filosofía, 2 vols., 1942; 4a ed., rev. y no debe apartarse de la ciencia na-
mismo título, de Ν. Η.). — Véase puesta al día, 3 vols., 1956). — La tural y hasta afirmó que "el verda-
Francis J. Kovach, "The Philosophy philosophie du moyen âge, 1937, nue dero método de la filosofía es la cien-
of B. von B.", The Review of Meta- va ed., 1949 (trad. esp.: La filosofía cia natural, y el verdadero método de
physics, XI (1957), 315-36. en la Edad Media, 1959). — La phi la ciencia natural es la filosofía"
BRÉHIER (ÉMILE) (1876-1952) losophie de Plotin, 1928, nueva ed., ("Abajo los prejuicios", en El porve-
nac. en Bar-le-Duc (Meuse), profe- 1961 (trad. esp.: La filosofía de Plo nir de la filosofía [trad. esp., 1936]).
sor de filosofía en varios Liceos (1900- tino, 1953). — La notion de Renais Esto no significa que Brentano fuese
1909) y en las Universidades de Ren- sance dans l'Histoire de la Philosophie, un "naturalista" en el sentido que ha
1934 (The Zaharoff Lecture for 1933).
nes (1909-1911), Burdeos (1912- —a La philosophie et son passé, 1940, adquirido luego este término. Su pro-
1919) y la Sorbona, de París (1920- 2 ed., 1950. — Science et humanis pósito era rescatar a la filosofía de
1946), se distinguió como historiador me, 1947. — Transformation de la manos de quienes habían sido res-
de la filosofía —historia general de la philosophie française, 1950. — Les ponsables de su "decadencia" (véase
filosofía, filosofía griega y en particu- thèmes actuels de la philosophie, 1951 a este respecto FILOSOFÍA [ HISTORIA
lar helenística, filosofía del idealismo (trad. esp.: Los temas actuales de la DE LA] ) y la habían imbuido de "pre-
alemán—, y como investigador de filosofía, 1958). — Études de philo juicios" de toda clase. En el fondo
conceptos filosóficos. Sus reflexiones sophie antique, 1955 ( colección de es del idealismo especulativo latía un
teóricas se centraron sobre las cuestio- tudios). — Se debe asimismo a Bré peligroso relativismo, el cual se ha-
hier una ed. y trad. de las Enneadas,
nes suscitadas por la filosofía en su de Plotino, 1924-1938. — Interesante llaba ya inclusive en los propios es-
historia. Entre los temas que preocu- en particular es el artículo "Comment fuerzos realizados por Kant para sal-
paron a este autor nos limitamos a je comprend l'histoire de la philoso var a la filosofía del escepticismo de
mencionar los siguientes: la cuestión phie", Les Études philosophiques Hume. Brentano escribía a este res-
de si existe una filosofía cristiana (Abril-Junio, 1947), 105-13 [reimp. pecto: "En el campo de la filosofía
—que negó, por razones similares a en Études, cf. supra]. — Véase G. ya no se piensa en pedir luz y ver-
las que hacen imposible hablar de una Marcel, Notice sur la vie et les tra dad, sino solamente un entretenimiento
física cristiana—; el problema de la vaux d'É. B. 1876-1952, 1954 (fo con novedades sorprendentes. Por
causalidad en historia de la filosofía lleto). estos frutos, que han madurado en el
—en cuyo tratamiento procuró esta- BRENTANO (FRANZ) (1838- árbol de los conocimientos sintéticos
blecer de qué manera el pensamiento 1917) nació en Merienberg, en la re- a priori, puede revelársenos más que
filosófico tiene una "historia interna" gión del Rin. Se ordenó de sacerdote suficientemente lo que éstos son"
y de qué otros modos está condicio- en la Iglesia católica (1864), pero (op. cit.).
nado por acontecimientos externos a abandonó el sacerdocio y la Iglesia Ello no significa que Brentano se
los razonamientos filosóficos—; la (1873). Durante un año (1872-1873) opusiera a la metafísica, de la que se
cuestión de la periodización en la his- profesó en la Universidad católica de ocupó constantemente. Significa so-
toria de la filosofía — en la que in- Würzburgo, pero tuvo que renunciar lamente que rechazaba la metafísica
trodujo la noción de renacimiento a la cátedra a causa de las dificultades puramente especulativa y espectacu-
( VÉASE) en un sentido distinto del suscitadas por su situación religiosa. lar, y que quería fundarla en el aná-
usual. Según Bréhier, en el proceso de En 1874 pasó a Viena, donde fue nom- lisis riguroso de los conceptos emplea-
la filosofía hay primariamente una brado profesor, pero en 1880 abando- dos y en el estudio de las diversas
historia de las "iniciativas espirituales" nó la cátedra por las mismas dificulta- categorías del lenguaje. Brentano se
y secundariamente una historia de las des citadas y por su deseo de contraer oponía, además, a confusiones entre
"tradiciones". El historiador debe te- matrimonio, por lo que se dirigió a conceptos lógicos y conceptos psico-
nerlas a ambas en cuenta si no se Leipzig y regresó a Viena, pero sólo lógicos; tales confusiones conducían,
quiere que la filosofía aparezca o co- como "Privatdozent". En 1896 se tras- a su entender, al relativismo contra
mo algo completamente independiente ladó a Florencia y en 1915 a Zurich. el cual luchó toda su vida. Su pro-
de la historia de la cultura o como Brentano, gran estudioso de Aris- pósito capital fue fundar en bases só-
un mero epifenómeno de ésta. tóteles y de la escolástica, desarrolló lidas la filosofía. En cierto sentido
232
BRE BRE BRE
tiene razón su discípulo Alfred Kastil no genético. Su tarea es estudiar la dirige hacia algo en virtud del carác-
(1874-1950) cuando indica que Bren- naturaleza de los fenómenos psíqui- ter intencional del acto.
tano inauguró un modo de filosofar cos y clasificar tales fenómenos. Lo Las relaciones entre los diversos
análogo en sus intenciones al de los característico de los fenómenos psí- actos intencionales y entre los actos
miembros del Círculo de Viena (VÉA- quicos, a diferencia de los físicos, es y los objetos intencionales son cono-
SE). Esto puede explicarse histórica- la intencionalidad, el "hallarse dirigi- cidas a priori. Se puede establecer,
mente cuando se tiene en cuenta que dos hacia" un objeto en tanto que dado por ejemplo, a priori que no hay re-
Brentano estaba situado dentro de un interiormente (véase INTENCIÓN, presentaciones sin modos temporales
área filosófica (la de la zona com- INTENCIONAL, INTENCIONALIDAD ). La ni juicios sin representaciones, ni afec-
prendida en el antiguo Imperio austro- conciencia, como conjunto de relacio- tos sin amor u odio (o preferencia o
húngaro, y que se extendía por nes intencionales, es, pues, siempre repugnancia). Estos son ejemplos de
algunos otros países, como Polonia) "conciencia de". Hay tres clases de verdades apodícticas, o evidentes a
que, aunque usaba el alemán como fenómenos psíquicos o tres tipos de priori, las cuales no deben ser con-
lenguaje cultural, era en muchos res- relaciones intencionales: las represen- fundidas con las evidencias de la ex-
pectos distinta de otra área que em- taciones (Vorstellungen), los juicios periencia interna. El apriorismo de
pleaba la misma lengua (el área ale- (Urteile) y los afectos — actividades Brentano no es, pues, comparable al
mana propiamente dicha). Muchos afectivas o movimientos afectivos (Ge- apriorismo trascendental; es más bien
filósofos "austro-húngaros" y polacos mutstatigkeiten, Gemütsbewegungen), el resultado de una intuición derivada
en el siglo XIX siguieron tendencias tales como el amor y el odio. Lo de un previo examen de la naturaleza
a la vez empiristas y analíticas, mos- que caracteriza cada tipo de fenómeno de los actos intencionales.
trando escasa simpatía hacia las ten- psíquico es el modo de "estar dirigido Dentro de la metafísica de Brenta-
dencias especulativas de muchos filó- a" y no, por lo tanto, como los no puede incluirse su doctrina del es-
sofos alemanes en la primera mitad fenómenos físicos, el ser dado. pacio y del tiempo, y su teoría del
del siglo XIX. Brentano fue uno de La psicología desempeña en Bren- ser. Brentano concibe la espacialidad
los adalides de la inclinación hacia tano el papel de una ciencia funda- y la temporalidad como continuos
un pensamiento sólido y sobrio, ana- mental en un sentido similar a lo que unidos a los objetos corpóreos; no
lítico y riguroso, de una de las "fa- será luego la teoría de los objetos y son, pues, substancias absolutas, pero
ses" de la filosofía: la fase de la cui- la fenomenología, y por razones afi- tampoco meras condiciones del cono-
dadosa elaboración de los conceptos. nes. El estudio de las representacio- cimiento de los objetos. En su teoría
Sus escritos y sus enseñanzas ejercie- nes es la estética (en el sentido de del ser, Brentano defiende la idea de
ron gran influencia sobre sus dos dis- una teoría de las "ideas", tanto sen- que todo lo real es necesario de modo
cípulos inmediatos: el mencionado A. sibles como no). El estudio de los mediato o inmediato. Lo necesario de
Kastil y Osear Kraus (1872-1942). juicios es la lógica. Ésta se ocupa del un modo mediato es todo lo
Ejercieron asimismo influencia sobre hecho del reconocimiento o rechazo susceptible de experiencia. Lo nece-
una serie de pensadores que se sepa- de las representaciones en el juicio. sario de un modo inmediato es una
raron de él en puntos capitales, pero Los juicios son afirmaciones y nega- realidad trascendental. Esta última
que fueron fieles al estilo de pensar ciones de los objetos intencionales. realidad es condición de todas las rea-
brentaniano. Mencionamos entre ellos Los juicios básicos son los de carácter lidades. Pero lo trascendental no es
a C. Stumpf, Ch. Ehrenfels, A. von existencial — dentro de los cuales se necesariamente una substancia infinita
Meinong, Antón Marty y A. Hofler hallan muchos juicios usualmente e inmóvil, absolutamente distinta de
(VÉANSE). Hoy día se habla especial- considerados como categóricos. Junto lo que es accesible a la experiencia:
mente de la influencia ejercida por a ellos, hay los juicios predicativos. es la condición real de la experiencia
Brentano sobre Husserl (quien estu- El estudio de los afectos (inten- en tanto que se halla en evolución
dió con Brentano en 1881 y de 1884 cionales) es el tema de la ética. Ésta continua.
a 1886); de hecho, ha sido el gran se halla fundada en una concepción Obras: Von der mannigfachen Be-
predicamento alcanzado por la feno- de los valores como actos de prefe- deutung des Seienden nach Aristo-
menología husserliana lo que ha he- rencia y repugnancia. Estos valores teles, 1862; reimp., 1960 (De la múl-
cho revalorizar la filosofía de Bren- no son simplemente representaciones tiple significación del ser según Aris-
tóteles). — Die Psychologie des Aris-
tano en nuestra época. subjetivas; como actos de preferir y toteles, 1867. — Phychologie vom em-
De las numerosas contribuciones de rechazar, se refieren necesariamente pirischen Standpunkt, I, 1874 (trad.
de Brentano destacaremos algunas de a lo valorado o desvalorado. Brentano, esp. parcial: Psicología, 1935). — Ue-
las más capitales realizadas en la psi- es posible establecer leyes ri-jetivismo ber die Gründe der Entmutigung auf
cología, la lógica, la teoría del cono- ético y funda una teoría objetiva de philosophischem Gebiete, 1874 (Sobre
cimiento, la teoría de los valores y los valores. Según Brentano, es posible las razones del desaliento en la filoso-
la metafísica. La psicología y la teo- establecer leyes rigurosamente fía; trad. esp. en el tomo: El porvenir
universales de carácter axiológico (las de la filosofía. Las cuatro fases de la
ría de los valores de Brentano —por filosofía y su estado actual, 1936). —
lo demás, estrechamente relacionadas mismas leyes que Max Scheler usó Was für ein Philosoph manchmal
entre sí— han sido usualmente desta- como una de las bases de su Ética). Epoche macht, 1876) (Qué clase de
cadas como las partes más importan- Afirmar, por ejemplo, que algo es filósofos a veces hacen época). —
tes de su pensamiento. bueno no es tener sólo una Neue Ratsel von Aenigmatias, 1879
La psicología de Brentano es de experiencia subjetiva de algo bueno; (Nuevos enigmas de E.). — Ueber
carácter descriptivo (psicognosia) y es un acto de preferencia que se den Creationismus des Aristoteles,
233
BRE BRI BRO
1882. — Vom Ursprung sittlicher ziska Mayer-Hillebrand. — M. Cruz sentido —o, mejor dicho, de una
Erkenntnis, 1889 (trad. esp.: El Hernández, F. Brentano (Acta Salman- multiplicidad y riqueza de sentidos—
origen del conocimiento moral, ticensia. Filosofía y Letras, t. VI, 2, que el hombre se debe esforzar por
1927). — Ueber die Zukunft der 1953). — J. A. L. Taljaard, Β. Β. as describir, comprender y explicar en
Philosophie. Mit apologetisch-kritis- wysgeer 'n Bydrae tot die kennis van vez de intentar "reducirlo" como se
cher Berucksichtigung der Inaugura- die neo-positiwisme, 1955 (tesis). —
tionsrede von A. Exner "Ueber poli- É. Gilson, Méthode et métaphysique hace en las direcciones exclusivamente
tische Bildung", 1893. — Die vier selon F. Brentano, 1955. — Íd., íd., cientificistas. Brightman ha admitido
Phasen der Philosophie und ihr au- La psychologie descriptive selon F. dentro de la corriente central
genblicklicher Stand, 1895 (trad esp. Brentano, 1955. — A. Satué Álvarez, personalista que representa, algunos
de las dos últimas obras en el citado La doctrina de la intencionalidad en F. resultados de otras tendencias con-
tomo: El porvenir, etc., 1936). — B., 1961. temporáneas — incluyendo la feno-
Untersuchung zur Sinnespsychologie, BRIDGMAN (PERCY WILLIAMS), menología, la teoría de los valores,
1907 (Investigación sobre psicología (1882-1961), nac. en Cambridge, la filosofía del espíritu y de la cul-
de los sentidos). — Aristóteles und Massachusetts (EE.UU.), ha enseña- tura, y el existencialismo. Caracterís-
seine Weltanschauung, 1911 (trad. do en la Universidad de Harvard des-
esp.: Aristóteles, 1930). — Edición tico de su posición filosófica es la
de obras completas: Gesammelte de 1908 hasta 1954 ( 1926-1950: pro- afirmación de que la verdad tiene
Schriften, por Alfred Kastil y Oskar fesor de la cátedra Hollis de matemá- una forma total y orgánica y de que
Kraus, incluyendo escritos posturnos. tica y filosofía natural; 1950-1954: las verdades "atómicas" o parciales
Citamos de esta edición los tomos: recibió el premio Nobel de física por son insuficientes para explicar nin-
Die Lehre Jesu und ihre bleibende sus trabajos sobre la física de altas gún tipo de realidad. También es
Bedeutung (1922); Psychologie vom presiones. Su más importante contri- típico de la posición de Brightman
empirischen Standpunkt (I, 1924; II, bución filosófica ha sido la teoría la afirmación de la finitud de Dios
1925; III, 1928; reed., 2 vols., 1955- operacionalista del conocimiento, en (VÉASE), con el fin de resolver el pro-
59); Versuch über die Erkenntnis particular la teoría operacionalista del
(1925); Die vier Phasen, etc. (1926); blema de la existencia del mal.
Vom Dasein Gottes (1929); Ueber die conocimiento físico. Nos hemos refe- Obras: The Sources of the Hexa-
Zukunft der Philosophie (1929); rido a ella con más detalle en el teuch, 1918. — An Introduction to
Wahrheit und Evidenz (1930); Kate- artículo Operacionalismo ( VÉASE ). Philosophy, 1925, 3a ed., 1963, rev. por
gorienlehre (1955); Religion und Philo- Agreguemos aquí que Bridgman se Robert Ν. Beck (trad. esp.: Intro-
sophie (1955). — Geschichte der grie- ha ocupado asimismo de problemas ducción a la filosofía, 1946). — Im-
chifschen Philosophie, 1963, ed. Fran- de filosofía humana y social a la mortality in Post-Kantian Idealism,
ziska Mayer-Hillebrand [de lecciones luz de su "análisis operacional". 1925 (Ingersoll Lecture). — Religious
sobre "Historia de la filosofía" dadas Valúes, 1925. — A Philosophy of
Obras: The Logic of Modem Phy- Ideáis, 1928 (trad. esp.: Una filosofía
por B.]. — Véase también Grund- síes, 1927. — The Nature of Physical
legung und Aufbau der Ethik (1952, de los ideales). — The Problem of
Theory, 1936. — The Intelligent In- God, 1930. — Moral Laws, 1933. —
ed. Mayer-Hildebrand, de las leccio- dividual and Society, 1938. — Re-
nes de Brentano sobre filosofía prácti- Personality and Religión, 1934. — The
flections of a Physicist, 1950, nueva Future of Christianity, 1937. — A
ca) y Grundzüge der Asthetik, 1959, edición, 1955. — The Nature of Some
ed. Franziska Mayer-Hillebrand. Parte Philosophy of Religion, 1940. — The
of Our Physical Concepts, 1952. — Spiritual Life, 1942. — Nature and
de los manuscritos de Brentano The Way Things Are, 1959. — Véase
fueron destruidos en un bombardeo Valúes, 1945. — Person and Reality.
A. Cornélius Benjamin, Operationism, An Introduction to Metaphysics, 1958
de Leipzig (1942). Massaryk fundó en 1955 ( especialmente Caps. II y III ).
Praga una Brentano-Gesellschaft, pre- (postuma, ed. Peter A. Bertocci en
A Sophisticate's Primer of Relativity, col. con Jeanette E. Newhall y Ro-
sidida durante largo tiempo por O. 1962 [con prólogo de A. W. Grun-
Kraus. — Véase O. Kraus, F. Bren- bert S. Brightman).
baum].
tano, Zur Kentnnis seines Lebens und BROAD (CHARLIE DUNBAR)
seiner Lehre, 1919. — O. Most, Die BRIGHTMAN (EDGAR SHEF- nac. (1887) en Harlesden (Middle-
Ethik F. Brentanos und ihre ges- FIELD) (1884-1952) nac. en Hol- sex), estudió en Trinity College, fue
chicthliche Grundlagen, 1931. — A. brook, Mass. (EE.UU.), profesor en profesor ayudante en St. Andrews,
Werner, Die psychologisch-erkennt- la Universidad de Boston como su- profesor en la Universidad de Bris-
nistheoretischen Grundlagen der Me- cesor de Bowne, ha proseguido las
taphysik F. Brentanos, 1931. — M. tol, "Fellow" y "Lecturer" en Trinity
enseñanzas de su maestro, defendien- Collège y desde 1933 a 1953 "Knight-
Brück, Ueber das Verhaltnis E. Hus- do el personalismo ( VÉASE). Sin em-
serl zu F. B., 1933 (Dis.). — E. bridge Professer" de Filosofía Moral
bargo, a diferencia de Bowne, en Cambridge. En el curso de sus en-
Rogge, Das Kausalproblem bei F. B., Brightman ha reconocido aspectos de
1935. _ V. Hauber, Wahrheit und señanzas preparó sus libros, casi to-
Evidenz bei F. B., 1936 (Dis.). — lo real que habían sido descuidados dos, según confiesa, resultado de sus
E. Seiterich, Die Gottesbeweise bei por los personalistas de las genera- cursos. Estrechamente asociado con
F. B., 1936. — I. Fisch F. Brentanos ciones anteriores y que han ampliado McTaggart ( VÉASE), bien que no se-
Lehre vom Urteil, 1941 (Dis.). — considerablemente el marco de la ex- cuaz de su filosofía, editó sus escri-
H. Rodríguez Sanz, El problema de periencia. En rigor, Brightman ha in- tos postumos y expuso y criticó en
los valores en la teoría del conoci sistido —especialmente en sus últi- detalle su pensamiento. Broad ha tra-
miento moral de F. B. (Acta Salman- mas obras— en la riqueza de las ex-
ticensia. Filosofía y Letras, t. IV, I, bajado sobre todo en los problemas
periencias humanas, riqueza debida a epistemológicos, tanto en el sentido
1948). — A. Kastil, Die Philosophie que la propia realidad es una "rea-
F. Brentanos. Eine Einführung in del neo-realismo ( VÉASE) como del
seine Lehre, nueva ed., 1951, ed. Fran- lidad reluciente", poseedora de un extremo analitismo del llamado grupo
234
BRO BRO BRU
de Cambridge, al cual, sin embargo, lar detalle. Pero la fenomenología de CUELA ]) y usó su terminología, se
no perteneció formalmente y del que la percepción no queda detenida en apartó de ellos en muchos puntos de-
en varios puntos importantes estuvo esta fase, sino que se prolonga con cisivos, siendo uno de sus más seve-
alejado. Para Broad, el realismo no es un análisis de los distintos campos de ros críticos. El punto de vista de
lo sensorial, que únicamente quedan Brown se hallaba muy cercano al de
una posición de la cual haya que par- unificados cuando los diversos ele-
tir en la teoría del conocimiento, sino Hume, cuyo empirismo intentó fun-
mentos se insertan en la realidad damentar por medio de un análisis
el resultado de una mayor atención a casi orgánica del "acontecimiento".
los datos empíricos tal como son pre- El realismo fenomenista de Broad lo detallado de los procesos psicológicos
sentados por el fenómeno de la per- conduce, así, a una ontología dina- y psicofisiológicos. Brown examinó el
cepción ( VÉASE ). Ahora bien, con el micista y aun temporalista para la origen de las "ideas" estableciendo de
realismo se abre un campo de posibi- cual acaba por quedar desvanecida qué modo las percepciones de los ob-
lidades para un análisis exhaustivo toda diferencia entre lo mental y lo jetos son determinadas por la relación
de la relación sujeto-objeto y, a tra- físico, el espacio y el tiempo, y en entre sensaciones y causas externas de
vés de ello, de la constitución de la cual la realidad estable no es sino las sensaciones. Se opuso a la multi-
los objetos mismos. Una fenomenolo- la continuación temporal de una plicación innecesaria de las faculta-
gía de la percepción, análoga a las "eventualidad", ya que el "aconteci- des y operaciones psíquicas, tales
elaboradas por otros representantes miento" (event) es una realidad fun- como las postuladas entre deseo y
damental que tiene como primordial voluntad.
de la misma tendencia (T. Percy característica una multiplicidad infini-
Nunn, Norman Kemp Smith, Cyril Obras: Observations on the Nature
tamente rica de contenidos concretos. and Tendency of the Doctrine of Mr.
E. M. Joad, Henry H. Price, etc.) Obras: Perception, Physics and Hume concerning the Relation of Cause
muestra, en efecto, que entre las ope- Reality, an Inquiry into the Infor- and Effect, 1804, 3a ed. con el título:
raciones psíquicas del conocer y el mation that Physical Science can An Inquiry info the Relation of Cause
objeto "físico" conocido hay un reino supply about the Real, 1914.—Scien- and Effect, 1818. — Lectures on the
intermediario: los llamados, con un tific Thought, 1923. — The Mind Philosophy of the Human Mind,
término muy usado en el pensamiento and Its Place in Nature, 192S. — 1822. — Véase W. Schonack, Sir
inglés actual, sensa. El problema de The Philosophy of Francis Bacon, Thomas Brown's Religio Medid. Ein
la forma de la relaci ón de los sensa 1926. — Five Types of Ethical verschollenes Denkmal des engli-schen
Theory, 1930. — Determinism, Inde- Deismus, 1911. — Véase también
con lo psíquico o lo físico ha sido, bibliografía de ESCOCESA ( ESCUELA ).
por lo tanto, el caballo de bata- terminism, and Libertarianism, 1934
lla del pensamiento neo-realista inglés, (Lección inaug. en Cambrige). — BRUNO (GIORDANO) (1548-
Examination of McTaggart's Philoso- 1600), nacido en Nola (Nápoles), dis-
pues de la decisión respecto a la na- phy, I, 1933; II (en 2 partes), 1938.
turaleza de esta realidad depende la cípulo de Francesco Patrizzi, maestro
— Ethics and the History of Philo de la Academia Florentina ( VÉASE ),
mayor o menor inclinación hacia el sophy, Selected Essays, 1952. — Reli
realismo o hacia el idealismo. Ahora ingresó en la Orden de los Domini-
gion, Philosophy and Psychical Re cos, pero la abandonó después de
bien, estas species que son los sensa search, 1953. — Human Personality
han replanteado no sólo el problema of Its Survival, 1955 [The Agnes Ë. haber sido acusado de herejía, y viajó
de su relación con lo existente, men- and Constantine E. A. Foerster Lec por Francia, Inglaterra y Alemania,
tal o físico, sino también el proble- ture, 1954]. — Personal Identity and regresando a Italia (Roma), en donde
ma de la propia naturaleza de lo Survival, 1958 [The Thirteenth Fre fue encarcelado por la Inquisición y
existente. Este problema ha sido re- deric W. H. Myers Memorial Lecture, quemado vivo en la hoguera al
suelto por Broad en un sentido que 1958]. — Lectures on Psychical Re negarse a la abjuración de su doc-
se orienta hacia territorios muy cer- search, 1962 [The Perrott Lectures. trinas. Influido muy poderosamente
Cambridge University, 1959-1960]. por el neoplatonismo y por la admi-
canos al fenomenismo. En efecto, aun — Véase M. Lean, Sensé-Percep
la ontología de los elementos de la sión de la teoría copernicana, pero
tion and Matter. A Critical Analy- acogiendo asimismo otros múltiples
percepción está basada en una des- sis of C. D. Broad's Theory of Percep
cripción de sesgo fenoménico. Pero de elementos —estoicismo, mística, mo-
tion, 1953. — Paul Arthur Schilpp, nadismo—, Bruno defendió con exal-
un fenomenismo "anclado", por así The Philosophy of C. D. Broad, 1959
decirlo, en los objetos mismos, los (con colaboraciones de E. J. Nelson, tación poética la doctrina de la infi-
cuales se producen continuamente S. Korner, B. Blanshard, G. H. von nitud del universo, el cual es conce-
con nuevas cualidades en virtud de Wright, H. H. Price et al, y con una bido, por otro lado, no como un sistema
la evolución emergente que, al igual "Autobiography" [págs. 3-68] y un de seres rígidos, articulados en un
"A Reply to my Critics" [págs. 711- orden dado desde la eternidad, sino
que gran parte de sus colegas neo- 830], más Bibliografía de 1953 a 1958
realistas, Broad ha admitido y des- como un conjunto que se transforma
[págs. 833-52]. continuamente, que pasa de lo
arrollado. De ahí la tendencia de BROWN (THOMAS) (1778-1820),
Broad a considerar los sensa como inferior a lo superior y de éste a
nac. en Kirkmabreck (Escocia), pro- aquél, por ser, en el fondo, todo una
algo que depende por su cualidad de fesó desde 1810 en la Universidad de
la operación mental, y por su existen- y la misma cosa, la vida infinita e
Edimburgo, como sucesor de Dugald inagotable. En esta vida quedan di-
cia, del "mundo externo". Un análisis Stewart, pero aunque tomó como pun-
de la relación en este último sentido sueltas todas las diferencias, las cuales
to de partida para sus estudios los son propias únicamente de lo super-
conduce, por lo demás, a una aclara- escritos de los filósofos escoceses del
ción del método de la ciencia natural ficial, de lo finito y limitado. La in-
sentido común (véase ESCOCESA [Es-
que Broad ha elaborado con particu-
235
BRU BRU BRU
finitud espacial y temporal del uni- tencia y el acto absoluto"; y de ahí del Processo di Giordano Bruno, con
verso astronómico corresponde a la in- también la tesis de que "en defini- appendice di documenti sull'eresia e
finitud de Dios, que se halla a la vez tiva, bien que haya individuos in- (inquisizione a Modena nel secolo
en el mundo y fuera del mundo, que numerables, todo es uno, y conocer XVI (Studi e Testi, vol. 101. C. del
esta unidad es el objeto y término Vaticano, 1942). — R. Honigswald,
es causa inmanente del mundo y está de toda filosofía y contemplación G. Bruno (trad. esp. en la colección:
infinitamente por encima de él, oposi- natural" (Causa, principio y uno, IV). Los grandes pensadores, 1935). —
ciones que sólo son paradójicas para Obras italianas: Délia causa, principio R. Mondolfo, Tres filósofos del Rena-
Bruno cuando no se comprenden desde e uno, 1584. — De l'infinito, universo cimiento, 1947 (Bruno, Galileo, Cam-
el mismo punto de vista que Nicolás e mondi, 1584 (Gentíle propone coma panella). — L. Cicuttini, G. B.,
de Cusa atribuye a la razón es- después de 'infinito'; otros escriben 1950. — D. W. Singer. G. B., 1950.
peculativa: el punto de vista de la sin coma, significando entonces "el — G. Fraccari, G. B., 1951. — I. L.
infinito universo"). — De-gli eroici Horowitz, The Renaissance Philoso-
coincidencia de los opuestos en lo in- furori, 1585. — Obras latinas: De phy of G. B., 1952. — John Charles
finito. El Universo está penetrado de compendiosa architectura et Nelson, The Renaissance Theory of
vida y es él mismo vida, esto es, or- complemento artis, 1580. — De um- Love, 1958 (especialmente sobre los
ganismo infinito en el cual se hallan bris idearum et arte memoriae, 1582. Eroici furori). — P. H. Michel, La
los organismos de los mundos par- — De triplici minimo et mensura ad cosmologie de G. B., 1962.
ticulares, de los infinitos sistemas so- trium speculativarum scientiarum et BRUNSCHVICG (LÉON) (1869-
lares análogos al nuestro. Lo que rige multarum artium principia libri quin 1944), nac. en París, profesor en la
qué, 1591. — De monade, numero Escuela Normal Superior, pertenece
esta infinitud de mundos es la misma et figura liber, item de innumerabi-
ley, porque es la misma vida, el mismo libus, immenso et infigurabili seu de a la dirección francesa del criticismo,
espíritu y orden y, en última instancia, universo et mundis libro octo, 1591. pero ha intentado ampliar el marco
el mismo Dios. Dios está presente en Ediciones: Opere italiane, ed. G. Gen- de una simple crítica del conoci-
todas las cosas, con su infinito poder, tile, 3 vols., 1907-1909 (Classici della miento y aun de un racionalismo
sabiduría y amor, porque es todas las filosofía moderna). — Opera latine fundado en ella por medio de un de-
cosas, el máximo y el mínimo o, como conscripta, ed. Florentino, continuada tallado análisis de las condiciones del
dice Bruno, la mónada de las mónadas. por Imbriani y Tallarigo y terminada espíritu. La doble oposición al empi-
por F. Tocco y G. Vitelli, 3 tomos, rismo positivista y al esplritualismo
La concepción monadológica es el 1879-1891 (reimp.,8 vols., 1961-1963).
complemento de esta visión de un acrítico se manifiestan sin desmayo,
— Ed. de dos diálogos de G. B. hasta a lo largo de toda su obra. La inte-
universo-vida infinito; las mónadas ahora desconocidos (Idiota triumphans
son los componentes del organismo seu de Mordentio inter geometras deo rioridad que Brunschvicg defiende es,
del mundo y no los átomos, que son dialogus y Dialogus qui de somnii in- en efecto, la interioridad de un es-
disolución y muerte. La misión del terpretatione seu geometrica sylva in- píritu racional y no la de un com-
scribitur) por Giovanni Aquilecchia plexo de fenómenos psíquicos o de
hombre es el entusiasmo ante la
(Roma, 1957). En esta ed. se incluyen un núcleo metafísico. De ahí que el
contemplación de esta infinitud, la asimismo los dos diálogos siguientes: verdadero conocimiento sea para él
adoración del infinito, que es Dios, Mordentius sive de geometricis frac- tanto el saber del objeto como el que
adoración en la cual puede hallarse la tionibus ad exactam cosmimetriae pra- el espíritu posee de sí mismo en el
verdadera unidad de las creencias xim conducentibus y De Mordentii acto del conocimiento. Puede hablar-
religiosas más allá de todo dogma Salernitani circino. — Bibliografía:
Virgilio Salvestrini, Bibliografía di G. se, pues, de un racionalismo concreto
positivo. Tal entusiasmo es, al mismo siempre que por él se entienda la
tiempo, una heroicidad, un B. 1582-1950, 2a ed., por Luigi Firpo,
1958. — En trads. esp.: De la causa, única doctrina capaz de explicar el
"entusiasmo heroico" que Bruno debió principio y uno, 1941. — Del univer- funcionamiento integral del espíritu
experimentar del modo más completo so, infinito y mundos, 1941. — Véase en cada uno de sus actos. Pero la
al morir justamente por haberlo Domenico Berti, Giordano Bruno da concepción del espíritu se revela so-
defendido hasta el fin. La filosofía de Nola, sua vita e sue dottrine, 1889. bre todo en la función del conoci-
Bruno manifestaba así, de manera — f. Lewis Mclntyre, G. Bruno, miento y en la pretensión de alcanzar
eminente, esta peculiar condición del 1903. — Giovanni Gentile, G. Bru una verdad sobre el objeto; por eso
pensamiento renacentista: la aspiración no nella storia della cultura, 1907
(2 a ed., aumentada, con el título: Brunschvicg declara, ya en su primera
a una filosofía dinámica construida con G. Bruno e il pensiero del Rinasci- obra sobre la modalidad del juicio,
los materiales clásicos y, sobre todo, mento, 1920). — Erminio Troilo, La que el ser es una función del pensa-
con aquellos materiales que eran con filosofía di Giordano Bruno, I. La miento. Así, el ser surge por un acto
frecuencia formalmente rechazados, los filosofía oggetiva; II. La filosofía de interiorización del espíritu, pero un
aristotélicos. Condición que se revela soggetiva, 1907. — L. Kuhlenbeck, acto en el cual se dan las condicio-
particularmente en la doctrina de la G. Bruno, Seine Lehre von Gott, von nes objetivas para que el ser sea. Por
materia, sometida en el pensamiento der Unsterblichkeit der Seele und von lo tanto, la realidad es, en el fondo,
de Bruno a un proceso de disolución der Wilknsfreiheit, 1913. — Max inteligible, y por eso el proceso del
Bergfeld, G. Bruno, 1929. — Augus
que la lleva al ser pleno, del mismo to Guzzo, I Dialoghi del B., 1932, espíritu es, en último término, la mar-
modo que el ser pleno es nueva ed. con el título: G. B., 1960. cha hacia la constitución de sí mismo.
dialécticamente transformado en — Corrano, Il pensiero di Giordano Brunschvicg declara que su filosofía
materia y en nada. De ahí la Bruno nel suo svolgimento storico, es un intelectualismo; más aun, un in-
afirmación de que "en nada se 1940. — Angela Mercati, Il Sommario telectualismo matemático, pero ello
diferencian la absoluta po- 236
BRU BUB BUB
obedece a que en el juicio matemá- — Héritage de mots, héritage d'idées, mundo del tu está ejemplificado en
tico se ha introducido previamente 1945. — L'Esprit européen, 1947. la relación yo-tu, una relación que
una síntesis. De ahí la oposición a — Agenda retrouvé 1892-1942 (con solamente puede ser enunciada con
toda teoría empirista, intuicionista o introducción por Jean Wahl), 1948. el ser entero, a diferencia de la re-
positivista, ya sea de carácter natura-
—De la vraie et de la fausse con
version, suivi de La querelle de lación yo-ello. Ahora bien, según
lista o bien tienda hacia el espiritua- l'athéisme, 1950. — Écrits philosophi Buber la autenticidad de cada hom-
lismo. El espíritu y la vida espiritual, ques [postumos], ed. A.-R. Weill- bre reside en su inserción en la re-
en suma, son para Brunschvicg reali- Brunschvicg y Claude Lehec. Vol. I lación yo-tu, hasta el punto de que
dades esencialmente creadoras, y en el (L'humanisme de l'Occident: Descar cada uno de los hombres pueda ser
proceso de esta creación, que se ma- tes - Spinoza - Kant), 1951; Vol. II "tu en su autenticidad". Por eso la
nifiesta a lo largo del "progreso de (L'orientation du rationalisme), 1954; vida verdadera se halla en el "en-
la conciencia en la filosofía occi- Vol. III (Science - Religion), 1958
[con bibliografía de L. B., págs. 252- cuentro" de los sujetos, encuentro que
dental", el espíritu marcha hacia sí es directo y en el que no se inter-
mismo y se crea, por decirlo así, su 84]. — Véase M. A. Cochet, Commen
taire sur la conversion spirituelle dans pone entre el yo y el tu ningún sis-
propio ámbito de racionalidad e inte- la philosophie de Léon Brunschvicg, tema de ideas. Ahora bien, aunque
ligibilidad. El error de todas las fi- 1937. — J. Messaut, La philosophie de la autenticidad del hombre consista
losofías parcialmente vitalistas o irra- L. Brunschvicg, 1938 (Dis.). — Sa en su inserción en el mundo del tu,
cionalistas consiste entonces, según muel Berthoud, Trois doctrines: Char ello no es fácil ni menos todavía
Brunschvicg, en la ignorancia del les Secretan, Jean-Jacques Gourd,
Léon Brunschvicg, 1939. — Marcel automático. Pues cada ser humano
elemento creador de la actividad es-
Deschoux, La philosophie de Léon acarrea consigo una tragedia: la de
piritual, elemento que, a pesar de
haber actuado desde la antigüedad Brunschvicg, 1949. — F. Centineo, tener que convertirse —en este mun-
en la formación de la ciencia y de la
La filosofía dello spirito di Leone do cuando menos— en un ello. Lo
Brunschvicg, 1950. — Véanse tam que puede hacerse es evitar que la
filosofía, es desconocido en muchas bién las obras de A. Etchéverry,
ocasiones por la errónea interpreta- relación yo-ello (que en principio no
L'idéalisme francais contemporain, es mala) no llegue jamás a absorber
ción del concepto como algo esque- 1934, y de H.-D. Gardeil, Les étapes
mático y rígido. La mostración de de la philosophie idéaliste, 1935, así la relación yo-tu. Ello se consigue
la esencia activa del espíritu-inteli- como el tomo de la Revue de Méta comprendiendo que el yo-tu no se
gencia-razón, es decir, de la "vida physique et de Morale (año L. Enero- encuentra, como el yo-ello, en el con-
espiritual", hace posible a su vez una Abril, 1945) dedicado a L. Brun texto del espacio y del tiempo, sino
comprensión del mecanismo del des- schvicg. en otro contexto último, el del tu
cubrimiento científico y del hallazgo BUBER (MARTIN) nac. (1878) eterno, el cual no puede jamás lle-
filosófico. La filosofía del espíritu, de en Viena, y desde 1938 profesor en gar a ser ello. Pero este tu eterno
Brunschvicg, representa, por lo tanto, Jerusalén, ha recibido la influencia de es el nombre que puede recibir Dios,
un intento de superación de los dos varios pensadores contemporáneos de quien es, por así decirlo, el tu esen-
extremos a que lleva la unilateral tendencia existencialista —en el sen- cial, carente de límites y de medidas
acentuación del concepto muerto o tido amplio de Existencialismo (VÉA- y completamente extraño al ello.
SE )—, pero sobre todo se ha orienta- Obras: Ekstatische Konfessionen,
de la pura vitalidad irracional.
Obras: Spinoza, sa philosophie, do filosóficamente hacia los temas de 1908. — Daniel, 1913. — Die Rede,
1894 (3a ed. muy aumentada: Spinoza la mística judía, en particular hacia die Lehre und das Lied, 1917 (La
et ses contemporains, 1923). — Qua ciertos movimientos modernos judíos palabra, la doctrina y la canción). —
ratione Aristóteles metaphysicam vim del tipo de los Jasidim. Desde el punto Ich und Du, 1922 (trad. esp.: Yo y
syllogisme inesse demonstraverit 1897 de vista filosófico —que en Buber es Tu, 1956). — Reden über das Ju-
(tesis). — La modalité du jugement, siempre filosófico-religioso— son dentum, 1923 ( Discursos sobre el ju-
1897 (tesis). — Introduction à la vie importantes especialmente dos temas. daísmo). — Die chassidischen Bu-
de l'esprit, 1900. — L'idéalisme cher, 1928 ( Los libros de los Jasidim).
contemporain, 1905. — Les étapes de Uno de ellos es el de la fe y sus — Religion und Philosophie, 1931. —
la philosophie mathématique, 1913 formas. Según Buber, debe distin- Zwiesprache. Ein Traktat vom dia-
(trad. esp.: Las etapas de la filosofía guirse entre la fe como confianza en logischen Leben, 1932 (Conversación.
matemática, 1945 ). — Nature et alguien y la fe como reconocimiento Tratado de la vida del diálogo). —
liberté, 1921. — L'Expérience de la verdad de algo. La primera es, Kampf um Israel, 1933 (La lucha por
humaine et la Causalité physique, a su entender, el sentido primario Israel). — Deutung des Chassidimus,
1922. — Le génie de Pascal, 1924. — de la verdad ( VÉASE ) y lo que per- 1935 (Interpretación del Jasidismo).
Le progrès de la conscience dans la — Koningtum Gottes, 1936 (El rei
philosophie occidentale, 2 vols., mite al hombre descubrirse a sí mis-
mo. Otro de ellos —relacionado, por no de Dios). — ¿Qué es el hombre?,
1927. — De la connaissance de soi, 1a ed. [hebreo], 1942 (ed. inglesa,
1931. — Les âges de l'intelligen-ce, lo demás con el tema anterior— es 1948; ed. alemana, 1948; trad. esp.,
1934 (trad. esp.: Las edades de la la cuestión de los diversos tipos de 1949, 2a ed., 1950). — Moses, 1948
inteligencia, 1955). — La physique relación entre hombres y hombres, (trad. esp.: Moisés, 1950). — Zwei
du XXe siècle et la philosophie, y hombres y cosas. Dos de estos tipos Glaubensweisen, 1950 (Dos formas
1937. — Descartes, 1937. — Rôle son fundamentales: la relación sujeto-
du pythagorisme dans l'évolution des de la fe). — Urdistanz und Bezie-
idées, 1937. — La raison et la sujeto, que constituye el mundo del hung, 1951 (Protodistancia y rela
religion, 1939. — Descartes et Pascal, "tu", y la relación sujeto-objeto, que ción). — Bilder von Gut und Bose,
lecteurs de Montaigne, 1944. constituye el mundo del "ello". El 1952 (Imagenes del Bien y del mal).
— Gottesfinsternis, 1953 (trad. esp.:
237
BUC BUC BUD
Eclipse de Dios, 1955). — Hinweise. hasta constituir una realidad (la cul- Buckingham escribió comentarios a
Gesammelte Essays, 1953 (Indicacio- tura) que, sin dejar de ser resultado las cuestiones sobre las Sentencias:
nes. Colección de ensayos). — Der del movimiento de la Substancia úni- Cuestiones solertissimi viri Johannes
Mensch und sein Gebild, 1955 (El ca, alcanza un estadio que puede Bokinkam genere anglici in quattuot
hombre y su estructura). — Begegn- libros sententiarum (París, 1505). Se
calificarse de superior. le deben asimismo varios escritos aún
ung. Autobiographische Fragmente, Obras: Kraft und Stoff, 1855 (mu-
1960. — Logos. 2 Reden, 1962. — inéditos: 85 Quaestiones disputatae
chas ediciones; hay trad. esp.: Fuer- divididas en varias series (De contin-
Gesamtausgabe der Schriften, 3 vols., za y materia, también en numerosas
1962-1963. — Lo anterior es una se- ediciones). — Natur und Geist, 1857 gentia futurorum; De causalitate divi-
lección de las obras de Buber, con (La naturaleza y el espíritu). — Sechs na; De augmento grade et de mérito
particular atención a las que ofre- Vorlesungen über die Darwinsche créature; De originali peccato; De
cen mayor interés para el filósofo. Theorie, 1868 (Seis lecciones sobre la limbo ante adventum Christi; De cir-
— Véase A. Paquet, M. Buber, 1918. teoría darwiniana). — Die Stellung cunstantiis meriti et démenti; De pec-
— W. Michel, M. Buber. Sein Gang des Menschen in der Natur, 1869 cato et de pena peccati) γ un Tracta-
in die Wirklichkeit, 1926. — H. (El puesto del hombre en la Natura- tus de infinito. — Véase C. Michalski,
Kohn, M. Buber. Sein Werk und leza)—Aus Natur und Wissenschaft, "Les courants philosophiques à Ox-
seine Zeit, 1930. — S. Maringer, M. 1884 (De la Naturaleza y la ciencia). ford et à Paris pendant le XIVe siè-
Bubers Metaphysik der Dialogik, — Das künftige Leben und die mo- cle", Bulletin international de L'Aca-
1936. — W. Nigg, M. Bubers Weg in derne Wissenschaft, 1889 (La vida démie polonaise des sciences et des
unserer Zeit, 1940. — W. Blumen- futura y la ciencia moderna). — Die lettres. Classe d'histoire et de philo-
feld, La antropología filosófica de M. Darwinsche Théorie, 1890 (La teoría sophie, et de philologie. Les Années
Buber y la filosofía antropológica, darwiniana). — Darwinismus und 1919, 1920 (Cracovia, 1922), págs.
1951. — Paul E. Pfuetze, The Social Sozialismus, 1894. — Gott und die 59-88. — Íd., íd., "Le problème de la
Self, 1954 (especialmente págs. 117- Wissenschaft, 1897 (Dios y la cien- volonté à Oxford et à Paris au XIVe
299). — Nelson Pilosof, M. Β. ο una cia). — Im Dienst der Wahrheit, siècle", Studio Philosophica [Lem-
filosofía del suceso y la eternidad, 1899 (Al servicio de la verdad). berg], II (1936), 233-365. — M. D.
1956 ( el "jasidismo" "de B. ). — M. BUCKINGHAM (TOMAS) (ca. Chenu, "Les Quaestiones de Th. de
S. Friedman, M. B. The Life of Dia 1300-poco después de 1356) fue "Fel- B.", Studia medievalia. . . in honorem
logue, 1956. — Arthur A. Cohen, M. R. J. Martin, 1928, págs. 229-41. —
low" en Merton (1324-1340). Aun- J. A. Robson, Wyclif and the Oxford
B., 1958 (especialmente sobre la idea
de lo santo en B.). — Malcolm M. que se interesó por cuestiones de físi- Schools, 1961, págs. 40-69.
Diamond, M. B., Jewish Existentialist, ca y matemáticas en el sentido de los BUDISMO. Aunque el budismo no
1960. — Gerhard Huber, Menschen- "Calculatores" (véase MERTONIANOS), es, propiamente hablando, una filoso-
bild und Erziehung bei M. B., 1960. su principal preocupación fueron las fía, sino una religión, ha suscitado
BÜCHNER (LUDWIG) (1824- cuestiones teológicas. Buckingham se con frecuencia gran interés entre los
1899) nac. en Darmstadt, es escasa- ocupó sobre todo de la cuestión de la filósofos. Por lo pronto, puede ser
mente importante como filósofo. Sin naturaleza de la voluntad divina y de presentado como uno de los sistemas
embargo, sus obras, y en particular la relación entre causalidad divina y heterodoxos (nastika) de la filosofía
su libro sobre fuerza y materia, fue- libre albedrío humano. Se opuso en india ( VÉASE ). Pero, además, contie-
ron tan discutidos en los círculos fi- este respecto a Tomás Bradwardine ne —como luego veremos— ense-
losóficos y científicos de Alemania y (v.) y trató de mostrar que aunque la ñanzas susceptibles de ser vertidas
otros países durante la segunda mi- voluntad de Dios es ilimitada, no de- a un lenguaje filosófico o de ser dis-
tad del siglo XIX, que resulta difícil termina el libre albedrío humano. El cutidas filosóficamente. Aunque no
entender la historia filosófica del ci- hombre recibe de Dios el poder de debe exagerarse a este respecto y
tado período sin tener en cuenta los querer, pero este querer no es "nece- considerarlo como un sistema de fi-
debates en pro y en contra de la sitado". Por otro lado, la voluntad de losofía stricto sensu, no conviene tam-
doctrina de Büchner. Desde el punto Dios, al referirse a los futuros con- poco vaciarlo de toda doctrina y de
de vista filosófico ésta se reduce a tingentes, actúa asimismo contingen- toda conceptuación y definirlo como
una serie de simples y tajantes afir- temente. La contingencia es subrayada un mero conjunto de recomendacio-
maciones: no hay otra realidad que enérgicamente por Buckingham nes sobre la mejor forma de vida hu-
la realidad material; lo que se llama tanto en Dios como en el hombre, mana.
alma, espíritu, mente, etc., es el con- pero ello no le lleva a limitar la vo- El budismo fue fundado por Sid-
junto de las funciones cerebrales; la luntad divina, sino todo lo contrario: dharta o Gautama Buddha [Buda]
existencia de Dios es negada por contingencia y plenitud de tal volun- es decir, "el Iluminado", nacido en
la ciencia. Observemos que no se trata tad son para Buckingham práctica- Kapilavastu (Norte de la India) y
tanto de un conjunto de resultados mente lo mismo. En efecto, es a causa fallecido ca. 483 antes de J. C. Las
científicos como de una metafísica de la absoluta voluntad y potencia de enseñanzas de Gautama fueron reco-
monista materialista (véase MA- Dios que Su querer no es determi- gidas por su discípulo Ananda. Las
TERIALISMO ) basada en la ciencia. nante del futuro de las acciones hu- escrituras budistas se han dividido en
En efecto, Büchner sostiene que la manas. Pues aunque todo futuro viene Dharma (o Sutra), Vinaya y
realidad material es, en rigor, la fuerza de Dios y de su voluntad, ningún fu- Abhidharma, formando el llamado
y la materia, las cuales son aspectos turo está determinado. Si lo estuviera, Tipitaka (tres cestos): el Dharma y
de un mismo único ser, y que este ser la voluntad divina no sería absoluta, el Abhidharma contienen la doctrina
evoluciona (en el reino biológico, sino que estaría determinada por algo ("elemental" y "superior"); el Vinaya
según principios darwinistas) superior a ella. contiene las reglas de conducta, en
238
BUD BUD BUD
particular las reglas monásticas. Hay primeras pertenecen al Hïnayana; las No se trata, pues, de una desapari-
muchas escuelas budistas. Estas es- dos últimas, al Mahayana. Varios epí- ción de la individualidad, sino del
cuelas pueden clasificarse de diversas tetos de índole filosófica se adscri- reconocimiento de que ésta es un
maneras. Una clasificación posible es ben a estas escuelas: realismo plu- engaño; lo que llamamos un indivi-
de índole geográfico-cultural; según ralista o realismo directo (Vaibhasika), duo o un alma no es una realidad
ella, hay el budismo indio, el budis- fenomenismo o realismo crítico (Sau- permanente: es una creencia (falsa),
mo chino, el budismo tibetano, el trantika), nihilismo (Madhyamika), pues la individualidad carece de exis-
budismo japonés, etc. Esta clasifica- idealismo (Vijñanavada), etc. Tales tencia auténtica. Lo que hay son un
ción ofrece varios inconvenientes, en- epítetos son aceptables siempre que conjunto de cinco elementos (skan-
tre ellos el de no tener presente que se tenga presente que no deben en- dhas): cuerpo (o formas corporales),
ciertas escuelas budistas ( como el bu- tenderse de un modo demasiadamente sensaciones, percepciones, impulsos,
dismo Zen o el amidismo) son co- "occidental". A las escuelas anterio- conciencia. Esta transitoriedad y en-
munes a varios países (China, Ja- res hay que agregar otras manifesta- gaño del individuo es, por lo demás,
pón); se ha propuesto por ello a ve- ciones del budismo: el budismo Tan- paralela a la transitoriedad de toda
ces una clasificación geográfico-cul- tra o budismo mágico (extendido so- existencia; todo es efímero, y según
tural más simple entre el budismo bre todo en el Tibet), el ya men- algunos budistas (los de la escuela
indio y el no indio (principalmente cionado budismo Zen, el amidismo, Sautrantika) hasta momentáneo. Lo
el chino). Otra clasificación —más etc. Nosotros prescindiremos de las único que permanece es la ley uni-
corriente y mejor fundada— es la que diferencias entre estas direcciones y versal del cambio, a la cual nada
se atiene a los aspectos doctrinales, nos atendremos únicamente a algu- puede sustraerse.
religiosos o filosóficos. Desde el punto nos aspectos fundamentales de la doc- Ahora bien, la insistencia del bu-
de vista religioso, hay dos grandes trina budista, particularmente los que dismo (cuando menos de sus primeras
escuelas: la escuela Hïnayana (o puedan suscitar interés filosófico. manifestaciones) en eludir toda
Pequeño Vehículo) y la escuela Ma- La finalidad primaria del budismo especulación vana, y sus incesantes
hayana (o Gran Vehículo). El Hina- es la salvación. En principio debe recomendaciones para que el hombre
yana, o budismo pali (canónico), se descartarse toda cuestión que no sirva se limite a una meditación sobre las
mantuvo principalmente en el Sur para llevarla a cabo. Así, cuestiones cuatro grandes verdades y sobre el
(por lo que se califica también de tales como las de si el mundo es mejor camino para alcanzar la li-
budismo meridional), siendo todavía finito o infinito, si el alma es o beración, no impidió el cultivo de
muy influyente en Ceylán, Birmania no lo mismo que el cuerpo, si so- problemas filosóficos. Ya la mencio-.
y Siam. Sus partidarios se proclaman brevive a la muerte de éste, etc., son nada limitación apunta a un rasgo
más ortodoxos y estrictos que los cuestiones inútiles — además de in- del budismo que los occidentales ca-
miembros del Mahayana, es decir, ciertas. Las únicas cuestiones útiles lificarían de pragmática. La idea del
más cercanos a la "doctrina original" son cuestiones tales como el mejor Nirvana supone (en algunos autores)
del Buda. El Mahayana, o budismo medio de evitar el continuo sufri- una tendencia nihilista. La afirma-
sánscrito, se extendió por el Norte miento provocado por la sed de exis- ción de un sufrimiento universal im-
(por lo que se califica también de tencia, el descubrimiento de las re- plica el pesimismo, y la posibilidad
budismo septentrional), traspasando glas necesarias para liberarse de se- de librarse de él un optimismo. La
las fronteras de la India y difundién- mejante servidumbre, etc. De ahí las doctrina del cambio permanente des-
dose por el Tibet, la China y el Ja- cuatro verdades sagradas o verdades encadena un tipo de pensamiento dia-
pón. Sus partidarios se proclaman más nobles de Buda : ( 1 ) La vida es su- léctico. La explicación del engaño
abiertos que los miembros del Hina- frimiento y dolencia; nacimiento, en- producido por la creencia en la in-
yana, al cual califican de Vehículo fermedad, muerte, carencia de lo que dividualidad tiende a convertirse en
Inferior. Muchos de los escritos del se desea y posesión de lo que no se un fenomenismo. Etc., etc. Las dife-
budismo sánscrito fueron traducidos desea tienen un nombre común: el rentes escuelas budistas antes indicadas
al chino (formando el llamado Ti- dolor. (2) La causa del sufrimiento desarrollaron estos rasgos teóricos.
pitaka chino); de hecho, ciertos es- es la sed de existir, el perpetuo re- Ante todo, se planteó el problema de
critos, perdidos en sánscrito, se con- nacer y la eterna rueda del ser. si hay realidad y de qué distintos
servan solamente en chino, habiendo (3) Sólo la cesación del sufrimiento, modos puede hablarse de lo real (lo
sido retraducidos a lo que se consi- o extinción completa de esa sed, puede real es sólo lo mental, lo real es a la
dera su idioma original. Muchos de producir la salvación. (4) Hay un vez mental y no mental, etc.). Luego,
los desarrollos del Mahayana son ex- camino para salvarse — un camino el problema de cómo puede conocerse
clusivamente tibetanos, chinos o ja- que tiene ocho estadios: conocimiento la realidad. Finalmente, el problema
poneses. Desde el punto de vista más recto, intención recta, habla recta, de si hay relación, y en tal caso cuál
propiamente filosófico, se habla de conducta recta, vida recta, esfuerzo es, entre lo que aparece como real y lo
las escuelas Sautrantika (fundada por recto, pensamiento recto y concen- que es verdaderamente real. A ello se
Kumaralabdha en el siglo II después tración recta. Liberarse es hundirse agregan cuestiones éticas, tales como
de J. C. y llamada también Sautran- en el Nirvana ( VÉASE ), que no es la de si hay que seguir un camino es-
tika-Darstantika), Vaibhasika, Madh- supresión del ser (o inactividad), sino forzado o un camino más llano; la
yamika (fundada por Nagarjuna, del cesación del sufrimiento, de la mise- de si cada uno debe limitarse a
siglo II después de J. C. ) y Vij- ria y de la continua cadena de la conseguir su propia salvación o si
nanavada o de Yogacara. Las dos reencarnación (o del temor a ella).
239
BUD BUE BUE
hay que ocuparse de la salvación de ne Lamotte, Histoire du bouddhisme averiguar en qué medida la buena
otros; la de si es o no posible con- indien. Des origines à l'ère Saka [VI voluntad se relaciona con los otros
seguir el ideal de santidad (o ideal antes de J. C. - I después de J. C.], bienes. A este respecto han planteado
del Bodhisattva ). Hay asimismo cues- 1958 (Bibliothèque du Muséon, 43). sobre todo el problema de si otros
tiones teológicas y filosófico-religio- — Vida y doctrina de Buda: R. Pis-
chel, Leben und Lehre des Buddha, bienes no pueden ser concebidos tam-
sas, tales como la de la realidad pro- 4a ed., 1926 (trad. esp.: Vida y doctri- bién como buenos sin limitación.
pia del Buda (que puede ser con- na de Buda, 1927). — H. Beckh, Bud- Ahora bien, siguiendo la intención
cebido como Dios, como un profeta, dhismus (Buddha und seine Lehre), 2 de Kant, han mostrado que mientras
como una Luz encarnada, como una vols., 3a ed., 1928. — Obras sobre los bienes que no son la buena vo-
realidad trascendental, etc.). Estas filosofía budista (además de los ca- luntad dependen para su bondad de
cuestiones han suscitado particular pítulos correspondientes en la biblio- una situación determinada —el saber
interés entre los filósofos occidenta- grafía mencionada en FILOSOFÍA INDIA es bueno si es usado para un buen
les, especialmente desde que Scho- y FILOSOFÍA ORIENTAL): M. Walleser, fin, el placer es bueno si contribuye
penhauer ligó sus propias concepcio- Die buddhistische Philosophie in ihrer
geschichtlichen Entwicldung, 4 vols., al valor moral, etc.—, la buena vo-
nes con ideas budistas (y otras ma- 1904-1927. — S. Yamakani, Systems luntad no depende de ninguna si-
nifestaciones de la filosofía india). of Buddhist Thought, 1912. — A. B. tuación determinada. Los defensores
El budismo influyó asimismo en la Keith, Buddhist Philosophy in India de la posición de Kant han subraya-
formación del movimiento teosófico and Ceylon, 1923. — O. Rosenberg, do que este filósofo no ha negado
(véase TEOSOFÍA). Die Problème der buddhistischen el hecho de que hay también otros
Bibliografías: H. L. Heldt, Deut- Philosophie, 1924. — Th. Stcherbat- bienes valiosos, pero que siendo siem-
sche Bibliographie des Buddhismus, sky, "Die drei Richtungen in der Phi- pre la situación un límite para ellos
1916. — M. Lalou y J. Przyluski, losophie des Buddhismus", Rocznik no pueden ser considerados como el
con la colaboración de otros autores, Orjentalistyczny, X (1934). 1-37. — sumo bien.
Bibliographie bouddhique, 1928 y T. R. V. Murti, The Central Philosophy
sigs. — A. C. March, Buddhist Bi- of Buddhism. A Study of the Entre los segundos figuran quienes,
bliography, 1935. — C. Regamey, Madhyamika System, 1955.— Bhikshu como Scheler, han intentado demos-
Buddhistische Philosophie, 1950 (en Sangharakshita, A. Survey on Bud- trar que sin los valores y su jerar-
Bibliagraphische Einführungen in das dhism, 1958. — A. J. Bahm, Philo- quía es incomprensible la noción de
Studium der Philosophie, ed. I. M. sophy of the Buddha, 1958. — Budis- buena voluntad o quienes, como N.
Boclienski, 20-21). — Obras genera- mo Zen: Alan W. Watts, The Spirit Hartmann, han señalado que puesto
les: T. W. Rhys Davids, Buddhism, of Zen, 1936 (trad. esp.: El camino que un valor no puede ser o abstraído
1880. — L. de la Vallée Poussin, del zen, 1961). — D. T. Suzuki, An de tendencias naturales o dictado
Bouddhisme, Études et Matériaux, Introduction to Zen Buddhism, 1949
por un sujeto volitivo, la buena vo-
1898. — Íd., íd., Bouddhisme. Opi- (trad. esp.: Introducción al budismo
nions sura l'histoire de la dogmatique Zen, 1960). — Íd., íd., Studies in Zen, luntad no facilita ninguna ayuda en
1909, 4 ed., 1925. — Íd., íd., Le 1955. — H. Benoit, La doctrine suprê- las decisiones. Relacionada con estas
dogme et la philosophie du boud- me, 1955. — Budismo e induismo: Ch. críticas se halla la noción de que la
dhisme, 1930. — Th. Stcherbatsky, Eliot, Hiduism and Buddhism. An His- buena voluntad como tal es vacía y
The Central Conception of Buddhism torical Study, 3 vols., 1921. — Budis- puede inclusive dar origen a valores
and the Meaning of the Word mo y cristianismo: H. de Lubac, La negativos. Contra esto se ha argüido
'Dharma', 1923. — H. Oldenberg, rencontre du bouddhisme et de l'Oc- que la noción kantiana de buena vo-
Buddha, sein Leben, sein Lehre, seine cident, 1952. — Sobre lógica budista, luntad no es equivalente a la noción
Gemeinde, 12a ed., 1923, nueva ed. véase bibliografía de Lógica (Da). de buena intención. Otros, como los
H. von Glasenapp, 1958. — G. Tuc- BUENA VOLUNTAD. En la Fun-
ci, Il Buddhismo, 1926. — J. Przy- utilitaristas, han indicado que el tér-
damentación de la Metafísica de las mino "bueno" solamente puede cobrar
luski, Le Bouddhisme, 1932. — C. A. costumbres Kant escribió: "Ni en el
F. Rhys Davids, A Manual of Bud- significación cuando está ligado a un
dhism for Advanced Students, 1932. mundo ni fuera del mundo es posible sentimiento de "placer" en el indivi-
— Íd., íd., Outlines of Buddhism, concebir algo que pueda ser consi- duo que no sea incompatible con el
1934. — A. David-Neel, Buddhism, derado como bueno sin restricción, de la comunidad. Otros, como los
1939. — Edward Conze, Buddhism, excepto una buena voluntad." Esta neopositivistas, han proclamado que
s/f. (1951). — A. Gallego, Buda y frase ha suscitado muchos comen- el vocablo 'bueno' no posee por sí
budismo, 1954. — H. de Lubac, tarios. Unos son de carácter explica- mismo significación y, por consiguien-
Aspects du bouddhisme, tomo II
(Amida), 1955. — Obras sobre histo
tivo y tienen por fin buscar el sen- te, no puede fundarse una ética so-
ria y expansión del budismo: F. Kop- tido de la expresión "buena voluntad'. bre la noción de buena voluntad.
pen, Die Religion des Buddha, 2 vols. Otros son de carácter crítico y se Todas estas críticas pueden reducirse
(I, 1857; II, 1859). — H. Kern, Ge- proponen mostrar o que la doctrina a tres: la fundada en una ética
schiedenis van het Buddhisme, 1882. kantiana de la buena voluntad es un eudemonista, la fundada en una ética
— L. Wieger, Bouddhisme chinois ejemplo extremo de rigorismo o que axiológica, y la fundada en un aná-
2 vols. (I, 1910; II, 1913). — K. J. es un ejemplo extremo de formalis- lisis semántico. Las dos últimas eran
Saunders, Epochs in Buddhist His- mo o que adolece de una insuficiente desconocidas por Kant. La primera,
tory, 1924. — Bu-Ston, History of aclaración del significado de "bueno'. en cambio, constituye el blanco prin-
Buddhism, trad. del tibetano por E.
Obermiller, 2 vols. (I, 1931; II Entre los primeros figuran los de cipal contra el cual se dirige la ética
1932). — E. J. Thomas, The History quienes han buscado una explicación kantiana. Podemos considerar, pues,
of Buddhist Thought, 1933. — Étien- de la doctrina kantiana a base de las dos últimas como las uni-
240
BUE BUE BUE
cas válidas hoy día. Para contrarres- por lo demás, filosóficamente modifi- segundo. Pero la citada diferencia no
tarlas desde un punto de vista kantia- cado por el hecho de que en la época debe ser exagerada, pues el marco
no solamente hay dos soluciones: de nuestro pensador se había ya des- de los credibilia es el mismo en am-
mostrar que la ética de Kant no es arrollado considerablemente el méto- bos. Se trata, por consiguiente, de
incompatible con una ética axiológica do escolástico y se había adelantado dos vías distintas (o de dos itine-
en la cual la buena voluntad tenga grandemente en la vía de una in- rarios distintos) que conducen a lo
la función de un valor de santidad, terpretación y asimilación de las doc- mismo. El itinerario propugnado por
y señalar que un análisis semántico trinas de Aristóteles. Puede, pues, San Buenaventura está fundado en
del término 'bueno' no dice nada decirse que la teología —y aun la una fe que pasa, cuando es necesa-
todavía sobre el fundamento de las teología mística— de San Buenaven- rio, a la razón, pero que dirige a
decisiones morales. Como la mayor tura está penetrada de elementos es- ésta incesantemente hacia la con-
parte de las grandes cuestiones mo- colásticos. Para San Buenaventura templación.
rales, la que aquí presentamos es una existe, sin embargo, una diferencia La parte más conocida, y más fre-
cuestión abierta y su solución depende fundamental entre teología y filoso- cuentemente tratada, de la doctrina
principalmente de los supuestos fía: la primera empieza con aquella de San Buenaventura es la que se llama
últimos adoptados. Para admitir la Realidad con que la filosofía a lo su- "doctrina de la iluminación" y
doctrina kantiana de la buena vo- mo termina. Ahora bien, esta dife-
luntad hay que aceptar al mismo también "doctrina de la iluminación
rencia no significa incompatibilidad; divina". Nos hemos referido con más
tiempo la idea de un sujeto moral
racional. Algunos autores se han in- quiere decir únicamente que hay que detalle a ella en el artículo ILUMINA-
clinado a aceptar esta idea, pero so- atender al orden propio de los sa- CIÓN ; aquí nos limitaremos a destacar
lamente como una idea regulativa. beres y de las actividades humanas. que esta doctrina, de inspiración agus-
Hay que tener presente, sin embargo, El saber y la actividad más elevada tiniana (y últimamente platónica),
que ello está contra el espíritu de es la contemplativa; a esta suprema afirma que hay en el hombre una luz
Kant, quien trata las cuestiones mo- luz están subordinadas las luces de intelectual —distinta de la luz de la
rales en un sentido distinto de co- las demás artes, la ínfima de las gracia— que hace posible la intelec-
mo trató las cuestiones cognoscitivas. cuales —mas no enteramente des- ción natural. Esta luz procede de
Véase también IMPERATIVO. preciable— es la mecánica, que trata Dios y en ella se funda la compren-
H. J. Paton, The Good Will. A de lo más bajo y de lo más externo. sión del ser. Por lo tanto, la intelec-
Study in the Coherence Theory of La filosofía ocupa un lugar interme- ción de lo real no es, como en Santo
Goodness, 1927. — Además, comen- dio; el conocimiento que propor- Tomás, el resultado de una abstrac-
tarios a la Crítica de la razón práctica, ciona es considerable, pero termina ción fundada en la experiencia, sino
de Kant, mencionados en KANT (IN - por ser impotente y oscuro si no es consecuencia de una previa ilumina-
MANUEL). Muchas de las obras referi- iluminado por la luz de la fe. Den- ción. Esta doctrina bonaventuriana
das en la bibliografía de ÉTICA tratan tro de este marco hay que entender ejerció gran influencia sobre muchos
del problema de la buena voluntad. las doctrinas propiamente filosóficas pensadores medievales; pueden men-
BUENAVENTURA (SAN) (1221- de San Buenaventura, tales como la cionarse a este respecto Mateo de
1274), llamado el doctor seraphicus, concepción realista en la cuestión de Aquasparta, Juan Pecham, Pedro Juan
nació en Bagnoregio (Balneoregium), los universales; se trata, en efecto, Olivi, Enrique de Gante y en cierta
cerca de Viterbo, en la Toscana, sien- de una doctrina destinada a resolver medida Juan Duns Escoto. A veces
do su nombre privado Juan Fidanza. un problema de más elevada natura- se considera que el llamado "bona-
En 1238 ingresó en la Orden de los leza que las cuestiones epistemoló- venturismo" coincide con la historia
Franciscanos, de la que fue nombra- gicas o inclusive metafísicas. Por eso, de la doctrina de la iluminación.
do, hacia 1257, Vicario general. Es- por ejemplo, conocer a Dios no es Entre las obras de San Buenaven-
tudió en París bajo el magisterio de para San Buenaventura llegar hasta tura de interés filosófico y teológico,
Alejandro de Hales y enseñó en la el límite de la razón y el misterio y destacamos: Commentarii in quatuor
misma Universidad desde 1248 hasta aceptar desde entonces el dogma por libros Sententiarum Petri Lombardi,
1255. En 1273 fue nombrado Car- la fe; es partir de la luz divina sin la redactados entre 1248 y 1255. —
denal. cual ni siquiera la razón podría ser Breviloquium, id. ca. 1255. — Itine-
San Buenaventura es principalmente entendida. A causa de esto se ha des- rarium mentis in Deum, id. 1259. —
un teólogo, cuya principal intención Opusculum de reductione artium ad
tacado con frecuencia la diferencia iheologiam. — Collationes in Hexaê-
es mostrar el camino que conduce el entre San Buenaventura y Santo To-
alma a Dios; como su principal meron, id. 1273. — Sermones selecti
más. Esta diferencia es innegable, de rebus theologicis. — San Buenaven-
maestro y modelo, San Agustín, se no solamente a causa de la actitud tura es asimismo autor de diversos
interesa fundamentalmente sólo por que ambos adoptan respecto al Esta- comentarios a las Escrituras (al Ecle-
Dios y por el alma. Sin embargo, este siastés, Evangelios de San Juan y San
girita y la filosofía en general, sino
interés no excluye en San Buenaven- Lucas), de diversos opúsculos místi-
tura, como no lo había excluido tam- también por el lenguaje que uno y
otro emplean: el lenguaje con fre- cos (como De triplici via —llamado
poco en San Agustín, la investigación asimismo Incendium amoris—; Trac-
de naturaleza filosófica, siempre que cuencia simbólico del primero, co- tatus de praeparatione ad Missam; De
ésta sea concebida como un auxilio rrespondiente a la concepción de que regimine animae; Vítis mystica) y de
en el mencionado camino. El agusti- lo sensible es signo destinado a ser numerosos Sermones. — Ediciones:
nismo de San Buenaventura se halla, de continuo trascendido y traspasado, Opera omnia (Venecia, 14 vols., 1753-
y el lenguaje casi siempre formal del 56). — Opera omnia (ed. crítica, lla-
241
BUE BUE BUJ
mada "edición de Quaracchi", prepa- Bonaventurianism, 1957. — J.-C. Bou- La filosofía de Buffier es precur-
rada por los franciscanos del Colegio gerol, Introduction à l'étude de sora de la filosofía escocesa (véase
San Buenaventura: 10 vols., 1882- Saint Bonaventure, 1962. BUENO. ESCOCESA [ESCUELA] ) del sentido co-
1902 [I-IX, 1882-1901; X, 1902]). Véase BIEN. BUFFIER mún y en muchos aspectos es simi-
Los mismos franciscanos han editado lar a la doctrina de Thomas Reíd
separadamente: Decem opuscula ad (CLAUDE) (1661-1737) nac. en
theologiam mysticam spectantia, 1900 Varsovia, se trasladó a Francia, (v.), quien reconoció tales similitudes,
(incluyen los opúsculos místicos men- profesando durante un tiempo en aun cuando conoció las tesis de Buf-
cionados supra más los siguientes: So- Rouen y estableciéndose luego en fier solamente después de haber ela-
liloquium de quatuor mentalibus exer- París. Miembro de la Sociedad de borado las propias. Sin embargo, hay
cittis; Lignum vitae; De quinque fes- Jesús, colaboró en el Journal de que tener en cuenta que históricamen-
tivitatibus pueri Jesu; De perfectione Trévoux, que publicaban los jesuitas. te las tesis de Buffier intentan res-
vitae ad sorores; De sex alis Sera- Influido por varias corrientes ponder a ciertas dificultades halladas
phim; Officium de Passione Domini) filosóficas modernas, especialmente en Descartes, mientras que las de
y Tria opuscula (incluye: Brevilo- Reid intentan responder a dificulta-
quim; Itinerarium mentis in Deum; por el cartesianismo y el empirismo
De reductione artium ad theologiam). de Locke, elaboró en su obra princi- des halladas en Hume.
— Reimpresión de comentarios a las pal, el Traité des premières vérités, El título completo del tratado cita-
Sentencias, 4 vols., 1934 y sigs. — una doctrina del conocimiento en la do es: Traité des premières vérités et
Edición con texto latino de Quaracchi cual se proponía examinar las propo- de la nature de nos jugements, où
y trad. esp.: Madrid, 6 vols., 1943- siciones que pueden probarse para re- fon examine le sentiment des philo-
1949 (el vol. I con bibliografía). — sophes de ce temps sur les premières
montarse desde ellas a las que no son notions des choses, 1724; nueva ed.
Véase F. Zigliara, Della luce intelet- ya susceptibles de prueba, pero que
tuale e dell'ontologismo secondo la con el título: Traité des premières vé-
dottrina di S. B. et Tommaso d'Aqui- constituyen la base de todas las cien- rités et de la source de nos jugements,
no, 1874. — K. Werner, Die Psycho- cias y de todo recto juicio. Estas ver- 1843 ("augmentée d'une notice et de
logie und Erkenntnislehre des hl. Bo- dades primeras, aunque no pueden notes critiques" ). — Se debe también
naventuras, 1876. — E. Lutz, Die ser probadas, pueden ser discernidas. a Buffier la serie de trabajos recogi-
Psychologie Bonaventuras, 1909. — G. Buffier se propuso examinar ( 1 ) las dos en el volumen titulado: Cours de
Palohriès, S. Β., 1913. — Β. Luyckx, diversas clases de verdades primeras, sciences sur des principes nouveaux et
Die Erkenntnislehre Bonaventuras. su origen y lo que tienen de común; simples, pour former le langage,
1923. — É. Gilson, La philosophie l'esprit et le coeur, dans l'usage ordi-
(2) las verdades primeras que pue- naire de la vie, 1732. — Véase G.
de S. B., 1924, 3a ed., 1953 (trad. den descubrirse con relación a todos
esp.: La filosofía de S. B., 1948). — Sortais, Le cartésianisme chez les Jé-
J. M. Bissen, L'exemplarisme divin los seres considerados en general; (3) suites français au XVIIe et au XVIIIe
selon S. B., 1929 [Études de philo- las que son verdades primeras con siècles, 1929. — F. R. Montgomery,
sophie médiévale, IX]. — F. Im- relación a los seres espirituales y (4) La vie et l'oeuvre du Père Buffier,
mle, Gott und Geist. Zusammenwir- las que son verdades primeras con re- 1930. — Juan A. Ventosa Aguilar, El
ken des geschaffenen und des un- lación a los seres materiales y corpo- sentido común en las obras filosófi-
geschaffenen Geistes im hoheren Er- rales — a las que se agregan las que cas del P. Claude Buffier, S. J. Con-
kenntnisakte nach Bonaventura, 1934. sirven de base a las diversas cien- tribución a la historia del sentido co-
— F. Hohmann, B. und das existen cias. La verdad primerísima es, se- mún, 1957 (estudia la influencia de
zielle Sein des Menschen, 1935. — Buffier no sólo sobre los pensadores
gún Buffier, la del sentimiento íntimo escoceses, sino también sobre varios
P. Robert, O. F. M., Hylémorphisme de la propia existencia; la proposición
et devenir chez S. B., 1936. — H. Le- autores católicos de los siglos XV
gowicz, Essai sur la philosophie sociale "pienso, siento, existo" es de una III y XIX; según Ventosa, tales
au docteur Séraphique, 1937. — L. "evidencia invencible". Pero mientras autores, algunos de los cuales
Venthey, S. Bonaventurae philosophia algunos filósofos estiman que no se figuraron a la vanguardia del
christiana, 1943. — M. M. de Bene- puede alcanzar evidencia de ninguna movimiento neotomis-ta, fueron
dictis, The Social Thought of S. B., otra verdad, Buffier intenta demos- influidos en sus tesis sobre el sentido
1946. — R. Lazzarini, S. B. filosofo e trar que hay otras reglas de verdad común por Buffier y no por los
mistico del Cristianesimo, 1946. — Ζ. escoceses).
y evidencia además del sentido ínti-
Alszeghy, Grundformen der Liebe. mo de la propia percepción. El fondo BUJARIN (NIKOLAY IVANO-
Die Theorie der Gottesliebe bein dem de estas verdades es el sentido común VITCH) (1888-1937) se unió al ala
hl. B., 1946. — A. Sépinski, La psy bolchevique del Partido Social De-
chologie du Christ chez S. B., 1948. o "disposición que la naturaleza ha
puesto en todos los hombres o mani- mócrata ruso en 1905. Desterrado du-
— P. Robert, O. F. M., "Le problê rante varios años en varios países de
me de la philosophie bonaventurien- fiestamente en la mayoría de ellos
para hacerles mantener, cuando al- Europa (entre ellos Austria y Suiza),
ne", Laval theologique et philosophi pasó un tiempo en Estados Unidos,
que, VI (1950), 146-62; VII (1951), canzan uso de razón, un juicio común
9-58. — R. P. Prentice, The Psycho- y uniforme sobre objetos distintos del donde entró ilegalmente, y regresó a
logy of Love according to S. B., 1951. sentido íntimo de su propia percep- Rusia en 1917. Después de ocupar
— E. T. M. Spargo, The Category ción; juicio que no es la consecuen- varios puestos importantes en el Go-
of Theology according to S. B., 1955. cia de ningún principio anterior" bierno soviético, se opuso a Stalin y
S. B., 1953. — G. H. Tavard, Tran- murió ejecutado.
siency and Permanence. The Nature (Traité, Parte I, cap. v). La existen-
cia del mundo extemo y de otros se- Bujarin recibió la influencia de
of Theology according to S. B., 1955. varias corrientes luego consideradas
— Véase también Colman J. Majchr- res humanos es una de tales verdades
de sentido común. "idealistas" (como el empiriocriticis-
zak, O. F. M., A Brief History of mo de Avenarius y el empirio-monis-
242
BUN BUR BUZ
mo de Bogdanov), influencia que se Obras: Temas de educación popu- cia y el amor a sí mismo son incom-
manifestó inclusive en sus críticas a lar, 1943. — La edad del universo, patibles; ello sucede únicamente cuan-
tales doctrinas en nombre del mar- 1955. — Causality. The Place of the do el último no es lo bastante "razo-
xismo ortodoxo. En el curso de las Causal Principie in Modem Science, nable". En verdad, tanto la benevo-
discusiones filosóficas que tuvieron 1959 (en español: La causalidad, lencia como el amor a sí mismo con-
1961). — Metascientific Queries, 1959.
lugar en la Unión Soviética durante — Cinemática del electrón relativista, tribuyen a dominar las pasiones infe-
varios años después de la Revolución, 1960. — La ciencia, 1960. — Ética riores. Si tal no ocurre, es porque el
Bujarin, aunque manifestándose celoso y ciencia, 1960. — Intuition and hombre sigue únicamente estas pa-
partidario del materialismo dialéctico Science, 1962. — The Myth of Sim- siones, olvidando la jerarquía y a la
y seguidor en muchos puntos plicitu, 1962. — Además, colabora- vez entrelazamiento de los sentimien-
capitales de Lenin, interpretó la dia- ciones en revistas científicas y filosó- tos, y olvidando, además, que es una
léctica en el sentido llamado "meca- ficas europeas y americanas, y edición compleja unidad guiada por la con-
nicista" y consideró que el movi- de una Antología semántica, 1960 ciencia. Esta conciencia es el princi-
miento es perturbación del equilibrio (con traducciones de trabajos de Rus- pio racional y razonable del ser hu-
sell, Carnap, Quine, M. Black et al.).
entre fuerzas opuestas. Esta pertur- Bunge dirigió la revista argentina Mi- mano, y es el que hace posible dis-
bación tiene lugar cuando se modi- nerva (1944-55) y preside la Agru- tribuir razonablemente los deberes.
fica la relación entre un sistema y su pación Rioplatense de Lógica y Filo- En el curso de su examen de los sen-
medio (por ejemplo, el individuo y sofía científica. timientos, las pasiones y los deberes,
la sociedad, o la sociedad y la Na- BURIDAN (ASNO DE). Véase Joseph Butler se opuso a todos los
turaleza). El proceso dialéctico de la ASNO DE BURIDÁN. que pretendían reducir el hombre a
realidad entera sigue el esquema: BURIDAN (JOAN). Véase JUAN una sola característica —fuese el
equilibrio, perturbación de equilibrio BURIDÁN. egoísmo completo o bien la pura y
y restablecimiento de equilibrio (o, BURLEIGH (GUALTERIO). Vea- simple benevolencia—; Butler no ol-
mejor, nuevo equilibrio), que es una se GUALTERIO BURLEIGH. vidó nunca la compleja unidad del
síntesis de los dos anteriores. Este BUTLER (JOSEPH) (1692-1752) ser humano a que antes nos referi-
esquema no era para Bujarin pura- nac. en Wantage (Berkshire), obispo mos, pues subrayar uno solo de sus
mente conceptual, sino real. de Durham, se opuso al deísmo in- aspectos es tan poco "razonable" co-
Obras principales: Azbuka komm- glés de su época, el cual consideraba mo afirmar la existencia de una dis-
unizma, 1919 (El ABC del comunis- como una de las manifestaciones de la persa multiplicidad.
mo) (en colaboración con Préoba- Obras: Fifteen Sermons upon Hu-
chénskiy). — Teoría istoritchéskovo creciente falta de religiosidad. Según
Joseph Butler, las creencias reveladas man Nature, or Man considered as a
matérializma, 1921 ( Teoría del mate- Moral Agent, 1726. — The Analogy
rialismo histórico). — Ataka, 1928 en el cristianismo —la existencia de of Religión, Natural and Revealed, to
(Ataque). — V. zatchtchitu prolé- Dios, la vida futura y otras— son the Constitution and Course of Natu-
tarskoy diktaturí, 1928 (En defensa "razonables" (uno de los conceptos re, 1736 (con el apéndice titulado:
de la dictadura proletaria). capitales en sus argumentaciones) o, Dissertation of the Nature of Virtue).
BUNGE (MARIO) nac. (1919) en en todo caso, no son menos razona- — Entre las ediciones de obras men-
Buenos Aires, profesor de física teó- cionamos: Works, ed. W. E. Glad-
bles que el conocimiento y la expe- stone, 2 vols., 1896, 2a ed., 1910. —
rica (1956-1958) y de filosofía (des- riencia de las cosas naturales. Hay,
de 1957) en la Universidad de Bue- Ed. de Fifteen Sermons (y de Disser-
en verdad, una "analogía" entre el tation on Virtue) por W. R. Matthews,
nos Aires, se ha dedicado a filosofía conocimiento natural y la verdad re- 1949. — Véase E. C. Moessner, Bishop
de la ciencia. Sus principales contri- velada; las dificultades que suscita el B. and the Age of Reason, 1936. —
buciones hasta el presente son: un primero son similares a las que se W. J. Norton, Bishop B., Moralist and
examen detallado del principio de Divine, 1940.
alega que provoca la segunda. Ade-
causalidad y de su función en la cien- más, la observación de las cosas na- BUZZETTI (VINCENZO) (1777-
cia moderna, con una defensa del de- turales permite inferir "razonablemen- 1824 ), nac. en Piacenza, estudió en el
terninismo generalizado en sustitu- te" la verdad de las creencias cristia- Collegio Alberoni (1793-1798) y pro-
ción de modos no causales de de- nas. Esto no significa que estas últi- fesó en el Seminario de Piacenza, en-
terminación (véase CAUSA); la ex- mas sean simplemente derivadas de la señando primero filosofía (1806-
posición de diversos principios de primera, ni que la religión revelada 1808) y luego teología (1808-1824).
metodología científica, con una dis- sea una especie de religión natural. Sus enseñanzas, de base tomista, se
cusión de varios problemas capitales Pero es poco razonable cortar los hallan resumidas en los tres volúmenes
de filosofía de la física contemporá- puentes entre ambas. Sobre todo cuan- de las Institutiones sanae philoso-phiae
nea en defensa de un realismo crí- do se considera en conjunto todo lo (Cfr. bibliografía): el primero sobre
tico; un análisis de los conceptos de plausible que se puede decir acerca lógica y metafísica general; el segundo
ley, analiticidad, simplicidad, grado de las verdades cristianas, tiene que sobre psicología; y el tercero sobre
de verdad y valor, con una discusión admitirse que estas últimas no son cosmología y ética. Buzzetti expuso y
de la posibilidad de una ética cien- más irrazonables o inadmisibles que aclaró las tesis fundamentales de
tífica; una crítica del intuicionismo y las otras verdades. Santo Tomás, adoptando el hile-
un estudio de las variedades de in- En su examen de la naturaleza de morfismo y la tesis de la distinción
tuición que se dan en la investiga- la virtud, Joseph Butler se opuso a real entre esencia y existencia, contra
ción científica. quienes estimaban que la benevolen- las doctrinas de diversos filósofos mo-
243
BUZ BUZ BUZ
demos, tanto racionalistas (Descartes, cibió en el Collegio Alberoni, donde doctore adauctae et traditae. Hay
Leibniz) como empiristas (Locke, tanto Buzzetti como su discípulo Al- edición de las Institutiones por Ama-
Condillac). Buzzetti se opuso en par- fonso Testa usaron las Institutiones to Masnovo (2 vols., 1940-1941), pero
ticular a la teoría sensualista del co- debe tenerse en cuenta que, según G.
Philosophicae, del jesuita Gaspar e F. Rossi, este texto "es apenas inicial-
nocimiento. En materias de fe, se Sagner (edición de 1767-1768), en las
opuso a Lamennais y al tradiciona- mente y parcialmente de Buzzetti" y
cuales abundaban las citas de Santo merecería llamarse más bien las Insti-
lismo. Tomás; y donde, además, y sobre to-
Durante un tiempo se consideró a tutiones de Buzzetti-Testa. — Véase
do, fueron encaminados hacia el to- Alfonso Fermi, Vicenzo Benedetto
Buzzetti como el renovador del tomis- mismo por Bartolomeo Bianchi, C. M. Buzzetti e la filosofía a Piacenza du-
mo en Italia (Amato Masnovo). Se- (nac. 1761 en Basaluzzo) (véase rante i decenni del suo sviluppo filo-
gún ello, Buzzetti recibió las influen- NEOTOMISMO ). sofico (1793-1824), 1923. — Amato
cias del jesuita español Baltasar Mas- Masnovo, Il neo-tomismo in Italia.
El título completo de las Institutio-
deu (1741-1820), que en el Cole- nes de B. es: Institutiones sanae phi- Origini e prime vicende, 1923. — P.
gio San Pedro puso a Buzzetti en con- losophiae iuxta divi Thomae atque Dezza, Alle origine nel neotomismo,
tacto con las doctrinas escolásticas, Aristotelis inconcussa dogmata a V. B. 1940. — G. F. Rossi, "La formazione
principalmente suarecianas. Hoy día cathedralis nostrae placentinae theolo- tomistica di V. B. nel Collegio Albe-
se estima (Giovanni Felice Rossi) que go et in eiusdem urbis Seminario roni", Divus Thomae (1957), 314-32
el tomismo de Buzzetti procede di- theologiae dogmaticae lectore compa- y, sobre todo, La filosofia nel Collegio
rectamente de las enseñanzas que re- ratae necnon a D. A. Testa theologiae Alberoni e il neotomismo, 1959.

244
c
mo similar, una especie de precaba- De la abundante literatura sobre la
lismo y que se fundara en doctrinas Cabala nos limitaremos a mencionar:
muy antiguas; las expuestas en el Sé- G. Scholem, artículo "Kabbala', en
Encyclopaedia Judaica, IX (1932), col.
fer Yesirah (véase FILOSOFÍA JUDÍA), 630-732. — íd., id., Major Trends in
a las cuales vinieron a agregarse mu- Jewish Mysticism, 1941, 2a ed., 1946.
chas especulaciones gnósticas, los es- — Íd., id., Zur Kabbala und ihrer
critos talmúdicos y buena parte de Symbolik, 1960. — Georges Vajda,
especulaciones producidas durante el Introduction à la pensée juive du
período judío-árabe (Vajda). En la moyen âge, 1947, págs. 197-210, 238-
40. — Henri Sérouya La Kabbale. Ses
CÁBALA. El término 'Cábala', Cabala propiamente dicha se distin- origines, sa psychologie, sa mystique,
qabbalah, significa, en hebreo, "tra- guen dos corrientes: la contemplativa sa métaphysique, nueva ed., 1957.
dición". Con este término se designa (Abraham Abul-Afiy [nac. en Zaragoza — Leo Schaya, L'homme et l'absolu
una serie de especulaciones que es en 1240]), y la teosófica, expuesta en selon la Kabbale, 1958. — Alexandre
común considerar como parte de "la el llamado Zohar (o "Esplendor"), Safran, La Cabale, 1960.
filosofía judia", aunque se reconocen presumiblemente redactado, o CABANIS (PIERRE-JEAN-GEOR-
en la Cabala elementos muy diver- rehecho, por Moisés de León y GES) (1757-1808), nac. en Salag-
sos; como indica Georges Vajda, la publicado en España hacia fines del nac, parroquia de Cosnac, cerca de
Cabala incluye la meditación de la siglo XIII. Esta última corriente es la Brive (Limosín, Francia), médico y
Escritura y de toda la tradición oral, más interesante desde el punto de vista profesor en la Escuela Central de
de la liturgia, de la práctica, de la filosófico especulativo. La doctrina Medicina, de París, perteneció a la
teurgia, de las supersticiones popula- expuesta en el Zohar —que contiene corriente de los llamados "ideólogos"
res, etc. etc. En el curso de estas me- un comentario al Pentateuco— es en (VÉASE). Cabanis se interesó especial-
ditaciones se llegan a interpretaciones gran parte emanatista (véase EMA- mente en el problema de las relacio-
sutiles de textos, de letras, de anagra- NACIÓN ). Dios es considerado en el nes entre "lo físico" y "lo moral", en-
mas, a interpretaciones de estas in- Zohar como una realidad "sin límite" tre los procesos fisiológicos y las ac-
terpretaciones y de los textos, letras (en sof) cuyas manifestaciones o atri- tividades psicológicas. Como manifes-
y anagramas que contienen, y así su- tó con frecuencia que el pensamiento
butos son los sefiroth. Estos sefiroth
cesivamente, hasta alcanzarse un re- es función de la actividad cerebral,
están representados como círculos al-
finamiento increíble que ha hecho parece que se inclinaba hacia un "re-
identificar el cabalismo con un arte redor de un centro en el orden si-
guiente a partir del centro: Corona duccionismo" fisiologista o materia-
supersticioso o cálculo supersticioso lista. Pero lo que Cabanis pretendía
con el fin de encontrar sentidos tex- Suprema de Dios; Sabiduría o Idea
de Dios; Inteligencia o principio de más bien mostrar es que no hay dos
tuales. De ahí también el sentido or-
organización del mundo; Amor o Mi- series de procesos —lo físico y lo psí-
dinario de "cabalas" como reflexiones
sericordia; Poder o Juicio; Compasión quico— enteramente separados y que
complejas y por lo común carentes de
fundamento — o cuyo fundamento es o Belleza; Duración (eterna); Majes- se conjugan por medio de una oculta
tan remoto que ha sido ya olvidado. tad; Fundamento (de las fuerzas ac- e incomprobable armonía preestable-
Pero al prolongar casi indefinidamente tivas en Dios); Realeza o Presencia cida. Cabanis afirmó que lo físico y
sus meditaciones y las meditaciones divina, arquetipo de Israel. La lista lo psíquico se conjugan en la unidad
sobre las meditaciones, los cabalistas de los sefiroth varía, pero en todos del sistema nervioso, y especialmente
judíos desarrollan muchos temas los casos se hace corresponder los se- del cerebro, que constituye su prin-
filosóficos —o, si se quiere, metafísi- firoth con varias series de diez: los cipio. Puede comprobarse una "in-
co-especulativos—, en el mismo sen- diez mandamientos, las diez palabras fluencia del sistema cerebral, como
tido en que tal ocurrió con la gnosis con las cuales Dios creó el mundo, órgano del pensamiento y de la vo-
mágica (véase GNOSTICISMO), que etcétera. luntad, sobre los demás órganos, cu-
constituye, por lo demás, uno de los Entre los pensadores que se ocu- yas funciones todas puede excitar,
elementos de la Cabala. paron de la Cabala destacamos Pi- suspender y hasta desnaturalizar su
La Cabala surgió hacia el siglo co de la Mirándola (v), Johannes acción simpática" (Rapports, etc. XI,
XIII, en España y en Provenza, como Reuchlin (1455-1522: De verbo mi- § X, ed. Lehec y Cazaneuve, pág. 616).
una doctrina esotérica. Es probable rifico, 1494; De arte cabbalistica, Al actuar como sistema de regulación,
que la hubiese precedido un esoteris- 1517) y Jacob Bohme (v.). el cerebro permite que lo físico "in-
245
CAD CAL CAL
fluya" sobre lo psíquico y viceversa. su Comentario son: el origen del mun- das o fórmulas bien formadas del
He aquí, por lo demás, todo lo que do; el lugar que ocupa el alma en el cálculo obtenidas por medio de re-
puede decirse sobre la cuestión. El cuerpo; el cielo y la materia. Calcidio glas de formación.
materialismo y el esplritualismo son discute con sumo detalle diversas opi- Entre las expresiones bien forma-
interpretaciones metafísicas que no niones sobre cada uno de estos temas, das del cálculo figuran:
pueden confirmarse nunca mediante en particular las de Platón, Aristóte- (4) Los teoremas del cálculo. Un
los hechos. les, Heráclito, Albino, Numenio, Fi- teorema de un cálculo es definido
Obras filosóficas principales: Rap- lón, Orígenes, "los hebreos", los pi- como la última fórmula bien formada
ports du physique et du moral de tagóricos y "los estoicos", inclinándose de una prueba en un determinado
l'homme, 2 vols. 1802, 2a ed., 1805, en cada caso por lo que considera la cálculo. Para definir en general la
3a ed., 1844 (el tomo I contiene 6 correcta opinión de Platón en el
Memorias leídas en 1796; el tomo II noción de teorema de un cálculo es
contiene 6 Memorias presentadas pos- Timeo, y usando varias interpretacio- necesario introducir las nociones de
teriormente). — Lettre sur les causes nes de otros autores cuando estima axioma ( VÉASE ), regla de inferencia
premieres (ed. por G. de Montpellier, que éstas ayudan a comprender me- (v.) y prueba (v.) en el cálculo.
1824. — Edición de obras en el Corpus jor el texto platónico. Entre los conceptos fundamentales
general des philosophes français: Ediciones: F. W. A. Mullach, Frag- del cálculo se hallan los de consisten-
XLIV, 1. Vol. I (Du degré de certi- menta philosophorum Graecorum, II, cia, completitud, decidibilidad e in-
tude de la médecine; Rapport du phy-
sique et du moral), 1956; Vol. II (Ré- 147-258; J. Wrobel, Platonis Timaeus dependencia. Nos hemos referido a
volutions et réforme de la médecine), interprete Chalcidio cura eisdeum los tres primeros en los artículos so-
1956, a cargo de C. Lehec y J. Caze- commentario, 1876. — Timaeus (a bre las expresiones 'Consistente',
neuve. — C. Roger, Cabanis. — F. Calcidio) translatus commentarioque 'Completo' y 'Decidible'.
Picavet, Les idéologues, 1891. — F. instructus, in societatem operis co-
niuncto P. P. Jensen edidit J. H. Was- El cálculo es el resultado de la
C. d'Istria, "Cabanis et les origines de formalización ( VÉASE) de una deter-
la vie psychologique" (Rev. Met. et zink, 1962 [Corpus Platonicum Medii
de Morale, Año XIX (1911), 177-98. Aevi. Plato Latinus, vol. IV, ed. R. minada parte de la lógica. Los cálcu-
— Íd., L'influence du physique sur le Klibamsky]. — Véase B. W. Swi- los que suelen presentarse en ésta
morale d'après Cabanis et Maine de talski, Des Chalcidius Kommentar son:
Biran", ibid., Año XII (1913), 451- zu Platons Timaeus, 1902 [Beitrage zur (a) El calculo sentencial, cuyos
61. — M. Tencer, La psychophysique Geschichte der Philosophie des signos son letras (véase LETRA) sen
de C. d'après son livre "Rapports, Mittelalters, III, 6]. — E. Stein- tenciales, conectivas (véase CONEC
etc.", 1931 (tesis). heimer, Untersuchungen über die TIVA) y paréntesis ( VÉASE ). En parte
CADENA. Véase ORDEN. Quellen des Chalcidius, 1912 (Dis.).
— J. H. Waszink, "Die sogenannten de la literatura lógica este cálculo
CALCIDIO (fl. 350) es conocido Fünfteilung der Traume bei Chalci- es edificado a base de proposiciones,
sobre todo por un Comentario latino dius und ihre Quellen", Mnemosine en cuyo caso recibe el nombre de
al Timeo platónico que tuvo gran in- (1941). —A. C. Vega, "Calcidio, es- cálculo preposicional.
fluencia durante la Edad Media y critor platónico español del siglo IV. (b) El cálculo cuantificacional,
que representa un punto culminante Valor fundamental del comentario al cuyos signos son letras sentenciales,
en una serie de comentarios a este Timeo", La Ciudad de Dios, CLX letras predicados, letras argumentos,
diálogo redactados por varios filóso- (1943), 219-41, y CLXII (1952), conectivas, paréntesis y cuantificado-
fos, entre los cuales hay que men- 145-64. — J. C. M. Van Winden, res (véanse CUANTIFICACIÓN , CUAN
cionar a Posidonio —cuyo comen- Calcidius on Matter His Doctrines and
TIFICACIONAL y CUANTIFICADOR). Este
Sources. A Chapter in the History
tario sirvió de base a casi todos los of Platonism, 1959 [Philosophia anti- cálculo puede ser (b1) cálculo cuan
posteriores—, Adrasto de Afrodisia, qua, 10]. — Artículo sobre Calcidio tificacional elemental, en el cual se
Teón de Esmirna y Proclo. Las ideas (Chalcidius) por W. Kroll en Pauly- cuantifican solamente las letras argu
de que se sirvió Calcidio para su Wissowa. mentos y (b2) cálculo cuantificacio
comentario son fundamentalmente CALCULO. El cálculo es definido nal superior, en el cual se cuantifican
platónicas y no neoplatónicas, por lo en la lógica como un sistema de sig- también las letras predicados. En la
que no es adecuado incluirlo, como nos no interpretados, a diferencia del literatura lógica se ha llamado tam
se hace comunmente, dentro de la lenguaje (lógico), el cual es definido bién a (bl) cálculo funcional y a
dirección del neoplatonismo. Además, como un sistema de signos interpre- (bl) y (b2) respectivamente cálculo
el uso que Calcidio hizo de concep- tados. El estudio del cálculo pertenece funcional elemental y cálculo funcio
ciones judías y, sobre todo, cristianas a la rama de la metalógica ( VÉASE ) nal superior.
permite considerarlo como un cris- llamada sintaxis (v.). Los elementos Observemos que (bl) es una parte
tiano platónico ecléctico. Según la con los cuales se edifica un cálculo de (b2). (bl) es usualmente llamado
tradición medieval, el comentario de son los siguientes: cálculo cuantificacional monádico de
Calcidio fue dedicado al Obispo Osio, (1) Los signos del cálculo, los primer orden. Hay un número infinito
de Córdoba, de acuerdo con el tí- cuales pueden ser primitivos (véase de cálculos cuantificacionales
tulo de uno de los códices calcidia-nos monádicos que reciben los nombres
SIGNOS PRIMITIVOS) o definidos.
—el codex Excorialensis—: "Osio de cálculo cuantificacional monádi-
(2) Las expresiones o fórmulas de] co de primer orden, de segundo or-
episcopo Calcidius archidiaconus."
cálculo. den, de tercer orden y, en general,
Los principales temas filosóficos y
Entre tales expresiones figuran: de n orden.
teológicos discutidos por Calcidio en
(3) Las expresiones bien forma- (c) El cálculo de identidad, cu-
246
CAL CAL CAL
yos signos son los de cálculo cuanti- sulta inevitable. Sólo de este modo religiosa. Las severas medidas dicta-
ficacional más el signo de identidad podrá cumplirse con las exigencias das por Calvino suscitaron la oposi-
(VÉASE). que plantea el actualismo de la con- ción de los llamados "libertinos", los
(d) El cálculo de clases, cuyos ciencia en vez de dejarse llevar por cuales consiguieron la expulsión de
signos son las conectivas sentencia falsas objetivaciones. Pero dicho ac- Calvino y sus seguidores. Calvino pasó
les, los símbolos booleanos (véase tualismo significa que la conciencia, a Basilea y luego a Estrasburgo; en
CLASE ) y los símbolos de clases. al no poder objetivarse, no puede 1541 regresó a Ginebra y logró impo-
(e) El cálculo de relaciones, cu tampoco convertirse en objeto de re- ner en esta ciudad un gobierno teo-
yos signos son las conectivas senten flexión teórica. Por lo tanto, lo teórico crático fundado en la Biblia y en sus
acaba cediendo el terreno a lo prác-
ciales, los símbolos booleanos y los tico; un autonomismo práctico abso- propios principios de interpretación y
símbolos de relaciones. luto, que es en ocasiones un "mora- conducta. La oposición de Calvino a
CALEMES es el nombre que de- lismo absoluto" y en otras un "peda- las opiniones antitrinitarias de Miguel
signa uno de los modos (véase gogismo absoluto", representa la Servet (VÉASE) llevaron a éste al jui-
MODO) válidos de los silogismos de culminación de esta filosofía del acto cio y a la hoguera (1553). Calvino
la cuarta figura (VÉASE ). Un ejem- puramente vivido, pero debe adver- se opuso en ciertos puntos a los lute-
plo de Calemes puede ser: Si todas tirse que ello no desemboca en la ranos. A consecuencia de ello se pro-
las nubes son efímeras y ninguna desaparición de la filosofía en tanto dujo una escisión en la "Iglesia evan-
cosa efímera es vulgar, entonces que conjunto sistemático, pues Calo- gélica", la cual se dividió en "lutera-
gero ha intentado justamente rehacer nos" y "reformados". Estos últimos
ninguna cosa vulgar es una nube, tal conjunto, si bien sobre nuevas
ejemplo que corresponde a la si- constituyeron la base del presbiteria-
bases. nismo, el cual trató de situarse a igual
guiente ley de la lógica cuatifica- Obras: I fondamenti della logica distancia del episcopalismo y el con-
cional elemental: aristotelica, 1927. — I primordi della gregacionalismo. Las doctrinas de Cal-
logica antica, 1930. — Studi sull'elea- vino son el fundamento teológico,
tismo, 1932. — Compendio di storia ritual y administrativo de muy diver-
della filosofia, 3 vols., 1933, 2a ed., sos grupos religiosos: los presbiteria-
1936. — La filosofia e la vita, s/f. nos — en particular los que siguieron
y que, usando las letras ‘S’, ‘P’ y (1936). — La logica del giudizio e las opiniones teológicas del reforma-
il suo controtto in Casazione, 1937. —
‘M’ de la lógica tradicional, puede La conclusione della filosofia del co- dor escocés John Know (ca. 1505-
expresarse mediante el siguiente noscere, 1938, nueva ed., 1960. — La 1572), fundador del llamado "presbi-
esquema: scuela dell'uomo, 1939, nueva ed., terianismo escocés"; los hugonotes
1956. — Il metodo dell'economia e il franceses; los puritanos ingleses (de
marxismo, 1944. — Difesa del liberal- la Iglesia anglicana); etc. Entre
donde aparece claramente la secuen- socialismo; con alcuni documenti ine- los filósofos que integraron el calvi-
cia de las letras 'A', 'E', 'E', origen diti, 1945. — Lo democrazia al bivio nismo en su doctrina figura Jonathan
del término Calemes, en el orden e la terza via, 1945 (monografia). — Edwards (VÉASE), con su peculiar
P M - S M - S P. L'abbicci della democrazia, 1946. — combinación de "calvinismo" y "em-
Lezioni di filosofia, 3 vols. (I. Logi- pirismo".
CALOGERO (GUIDO) nac. (1904) ca, gnoseologia, ontologia, 1948; IL
en Roma, profesor en Florencia, Pisa Etica, giuridica, politica, 1946; III.
y (desde 1951) en Roma, se ha dis- Estetica, semantica, istorica, 1947). La doctrina de Calvino ofrece as-
tinguido por sus estudios de historia — Soggi di etica e di teoria del di- pectos extremos y radicales tanto en
de la filosofía —y especialmente de ritto, 1947. — La filosofia di Bernar- la creencia como en la conducta. Cal-
historia de la lógica—; merece desta- dino Varisco, 1950. — Logo e dialo- vino acentuó la absoluta soberanía de
carse al respecto su interpretación del go, 1950. — Ecuoia sotto inchiesta, Dios en la elección y reprobación de
eleatismo como una transposición a la 1957. los salvados y condenados; la "gloria
ontología del plano lógico. Desde el de Dios" predomina absolutamente.
punto de vista sistemático, Calogero Para Calvino el hombre después del
es uno de los principales represen- CALVINO (JUAN [JEAN CAL- pecado original está corrompido por
tantes del grupo de filósofos italianos VIN, originariamente JEAN CHAU- el vicio y la concupiscencia. Pero la
que, partiendo del actualismo, mar- VIN o CAULVIN] (1509-1564), nac. "predestinación (VÉASE) absoluta" que
chó hacia la disolución del mismo en Noyon (Picardía), estudió teología Calvino predicó no se refiere solamen-
por el desarrollo consecuente de sus e ingresó en la carrera eclesiástica. te al hombre después de la Caída; el
propias exigencias internas. En efec- Tras estudiar en París (1531-1533) hombre está para Calvino "preorde-
to, el actualismo "clásico" ha sido in- hebreo y profundizar en los escritos nado" desde siempre por la voluntad
fiel, según Calogero, a su propia ley, de los Padres de la Iglesia, abrazó la de Dios. De la voluntad absoluta de
confiando más de lo debido en con- causa de la Reforma. En 1534 se tras- Dios depende la gracia (VÉASE); más
ceptos que no le correspondían. Por ladó a Angoulème (Angoumois), don- todavía que en Lutero (v.), el albe-
lo pronto, ha operado con conceptos de empezó la redacción de su Institu- drío (véase ALBEDRÍO [LIBRE]) es
(gnoseologias) que no eran realmente tio (véase bibliografía), que terminó para Calvino "siervo". La fe es obra
actualistas por la simple razón de que, en 1536, introduciendo luego revisio- del Espíritu Santo; por ella se puede
según nuestro filósofo, la gnoseologia nes y ampliaciones. En el mismo año alcanzar el estado de "renacimiento"
depende de la ontología y la de 1536 se trasladó a Ginebra, donde que hace posible el vivir sólo por Dios
metafísica. Disueltas estas dos últi- fue llamado para aplicar su reforma y por su gloria. Los hombres se unen
mas, la disolución de la primera re-
247
CAL CAM CAM
en la comunidad de Jesucristo por me- — C. Calvetti, La filosofia di G. C., subrayan dondequiera el aspecto es-
dio de los sacramentos (bautismo y 1955. — Para la tesis (por lo demás piritual de lo orgánico y hacen del
eucaristía). El principio de interpre- discutida) de la "relación estrecha en- gran organismo de la Naturaleza un
tación de la Biblia es el "testimonio tre protestantismo [especialmente cal- espíritu y un alma del mundo. El
del Espíritu Santo"; sin embargo, no vinismo] y capitalismo [moderno o
'racionalizado'], véanse: Max Weber, sesgo religioso del platonismo es des-
debe confundirse la "inspiración per- "Das protestantische Ethik und der tacado por ellos vigorosamente, hasta
sonal" con la mera "opinión"; no hay Geist des Kapitalismus", Archiv für el punto de que acaba por imperar,
interpretación posible sin el citado Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, especialmente en los platónicos "me-
"testimonio". XX y XXI (1904-1905), luego reco- nores", sobre el aspecto puramente
Uno de los problemas capitales que gido en el tomo I de los Gesammelte filosófico. No porque la Escuela de
se plantearon dentro del calvinismo es Aufsätze zur Religionssoziologie Cambridge sea simplemente, como
(1920), de Weber. — Ernst Troeltsch,
el de conocer los "signos de Dios", Die Soziallehren der christlichen Kir- alguna vez se ha dicho, una mez-
esto es, lo que hace posible saber a chen und Gruppen, 1912. — R. H. cla del cabalismo con la especulación
qué está uno "predestinado". Según Tawney, Religion and the Rise of Ca- platonizante. En rigor, lo que buscan
Calvino, y más todavía algunos calvi- pitalism, 1922. — F. Wendel, Calvin. los platónicos de Cambridge es sal-
nistas, estos signos se manifiestan en Sources et évolution de sa pensée reli- var todo abismo entre las diferentes
la "recompensa económica", que "se- gieuse, 1950 [con bibliografía]. — naturalezas, solucionar la separación
ñala" a los "elegidos". Los calvinistas Jean Boisset, Sagesse et sainteté dans cartesiana entre lo pensante y lo ex-
la pensée de J. Calvin. Essai sur l'hu-
acentuaron por ello las virtudes de la manisme du reformateur francais, tenso, y por ello estos pensadores re-
sobriedad, el ahorro, el trabajo esfor- 1959. presentan, como Cassirer ha señala-
zado e intenso, la responsabilidad y el CAMBIO. Véase DEVENIR, MOVI- do, la primera síntesis de un grupo
valor de la palabra empeñada. En las MIENTO. de tendencias que se basan en una
regiones donde imperaron los princi- CAMBRIDGE (ESCUELA DE). filosofía natural vinculada con el di-
pios calvinistas se tendió al desarrollo I. El platonismo e innatismo de la namismo renacentista y ansiosas de
de la industria y del comercio, a dife- Escuela de Cambridge, contra el remontarse a las fuentes platónicas
rencia del "primitivismo agrario" que cual dirigió en parte Locke su En- y neoplatónicas. En todo caso, la Es-
predicaban muchos luteranos. El lla- sayo, tuvo en el siglo XVII diversos cuela de Cambridge se mantuvo en
mado "espíritu de empresa capitalis- notables representantes. Entre ellos el vivo centro de la especulación
ta" se ha asociado por ello con fre- figuran Nathaniel Culverwel ( 1615- filosófica y estuvo relacionada con
cuencia con el calvinismo, el cual 1650): Discourse of theLight of Na- corrientes —coincidentes o contra-
figura en parte prominente en la fa- ture, 1652), Richard Cumberland rias— de la filosofía inglesa del si-
mosa tesis de Max Weber (v.) sobre (1631-1718: De legibus nature disqui- glo XVII : deísmo, antimaterialismo
la estrecha relación entre "protestan- sitio philosophica, 1672), John Smith de Clarke, moral del sentimiento de
tismo" y "capitalismo". (1618-1652: Select Discourses, 1660), Shaftesbury, etc.
La obra capital de Calvino es la Edward Stillingfleet (1635-1699: Ori- El platonismo de Cambridge ejer-
Christianae Religionis Institutio, pu- gines Sacrae, or a Rattional Account ció una influencia notable sobre el
blicada en 1536; la edición definitiva, desenvolvimiento de la filosofía en
de 1559, lleva el título De institutione of the Christian Faith, 1662), Ben-
jamin Whichcote (1609-1683: Ser- la Nueva Inglaterra, especialmente a
christianae. Mencionamos, además: De través de la introducción, por Wil-
necessitate reformandae Ecclesiae, mons and Aphorisms, 1712), pero so-
1544. — Commentaires sur la Con- bre todo Ralph Cudworth y Henry liam Temple, en 1750, del sistema
cordance ou Harmonie des Evangé- More. El artículo consagrado a de Pierre de la Ramee en Cambridge.
listes, 1561, y numerosos Commentarii Cudworth (y en el cual nos referimos Los platónicos de Cambridge o, me-
al Viejo y Nuevo Testamentos. — asimismo a More) permite compren- jor dicho, los puritanos de la Escuela,
Edición de obras: G. Baum, E. Cu- der algunas de las ideas de este movi- constituyeron la base intelectual de
nitz, E. Reuss, J. C. Opera quae su- miento. Una de las características del los estudios filosóficos en la Nueva
persunt omnia, 59 vols., 1863-1900 Inglaterra, donde el ramismo, el pla-
(Corpus Reformatorum, vols. 29 a 87). mismo es que, siguiendo el neoplato-
nismo plotiniano, los platonistas de tonismo de Cambridge y la teología
Ed. del texto francés (de 1541) de la congregacionalista del pacto (Cove-
Institutio por J. Pannier, 4 vols., 1936. Cambridge defienden los distintos
— Biografía: F. Doumergue, J. C. Les grados de espiritualidad creadora del nant Theology) se fundieron en una
hommes et les choses de son temps, mundo corporal y suponen la exis- especulación que formó los cimientos
7 vols., 1899-1927. — R. Freschi, G. tencia de "naturalezas plásticas" (véa- del espíritu filosófico puritano y que
C., 2 vols., 1934. — De las numerosas se PLÁSTICO) que todo lo penetran. sentó los fundamentos de una Tech-
obras sobre C., y en particular sobre los Estas naturalezas son, en realidad, nologia práctico-especulativa no aje-
aspectos más filosóficos de su teología, para los platónicos de Cambridge, na a la ulterior evolución filosófica,
nos limitamos a mencionar: H. Bois, La religiosa y social de Norteamérica.
philosophie de C., 1919. — F. Wendel, las fuerzas formadoras de la Natura-
leza, la cual es concebida como un H. En otro sentido se ha hablado
C.: sources et évolution de sa pensée de una Escuela de Cambridge o, me-
religieuse, 1950. — T. F. Torrance, organismo. Sin embargo, en modo
Calvins Lehre vom Menschen, 1951. — alguno significa esto que el plato- jor dicho, de la Escuela analítica de
M. Marlet, Grundlinien der nismo en cuestión tenga una ten- Cambridge (Cambridge School of
kalvinistischen "Philosophie der dencia "naturalista"; por el contra- Analysis). Ésta no es, en rigor, tanto
Gesetzidee" als christlicher rio, los platónicos de Cambridge una "escuela" con un conjunto de
Transzendentalphilosophie, 1954, tesis comunes como una cierta actitud
248
CAM CAM CAM
filosófica; según indica Max Black, Escuela de Cambridge a otros grupos pulsado desde Cambridge y ha influi-
así como el positivismo lógico no con- —principalmente al del positivismo do sobre autores de otros lugares, hay
siste —por lo menos según declara lógico— se refiere, pues, al aspecto razón en estimar que la "Escuela de
Carnap— en un conjunto de doctri- metódico y, sobre todo, al propósito Cambridge" no se ha limitado siem-
nas o en un programa determinado, del análisis. Así, es característico de pre a Cambridge. Históricamente, la
tampoco ha habido "un grupo de la Escuela de Cambridge la tenden- "Escuela de Cambridge" puede con-
analistas en Inglaterra suficientemente cia a la "aclaración" (de modo que siderarse como la parte del movimien-
conscientes de un programa común sus componentes pueden ser llamados to de Análisis que ha seguido a Moo-
para que pudiesen constituir una 'es- efectivamente clarificatory philoso- re, a Russell y luego a Wittgenstein
cuela' ". Sin embargo, la actitud co- phers) y el desarrollo del análisis del antes de la aparición de la "Escuela"
mún de los pensadores analíticos de lenguaje en un sentido análogo al de Oxford.
Cambridge parece comportar ciertas propugnado por Wittgenstein, que Sobre la escuela platónica de Cam-
características que de algún modo ha ejercido sobre la Escuela una in- bridge, véase: G. von Hertling: Locke
cabe considerar como "principios": la fluencia considerable. De ahí la in- und die Schule von Cambridge, 1892.
actitud antimetafísica, el propósito clinación cada vez mayor de la Es- — Frederick J. Powicke, The Cam-
bridge Platonists. A Study, 1926. —
de someter cualquier problema al cuela de Cambridge, especialmente G. P. R. Pawson, The ' Cambridge
análisis (VÉASE), el consiguiente re- de los discípulos comunes de Moore Platonists and Their Place in Religious
chazo de toda posición sintetizante o y Wittgenstein, hacia la considera- Thought, 1930. — J. H. Muirhead,
intuitiva, la aplicación del análisis no ción de la filosofía como una acti- The Platonic Tradition in Anglo-Sa-
a un examen conducente a la admi- vidad. Así, los "resultados" del tra- xon Philosophy, 1931. — E. Cassirer,
sión o rechazo de un hecho o de una bajo filosófico de Cambridge son prin- Die platonische Renaissance in En-
tesis filosófica, sino a una fundamen- cipalmente "inconclusivos" y en la gland und die Schule von Cambridge,
1932. — Eugene Munger Austin, The
tal "aclaración" del hecho o tesis pro- distinción establecida por Broad entre Ethics of the Cambridge Platonists
puestos. Por parte de algunos de los filosofía crítica y filosofía especula- 1935 (Dis.). — W. C. De Pauley,
filósofos pertenecientes a la Escuela tiva la tendencia ha sido cada vez The Candle of the Lord. Studies in
de Cambridge se ha examinado el mayor hacia la primera. the Cambridge Platonists, 1937. —
problema de la "verificabilidad", pe- Puesto que la "Escuela de Cam- Rosalie L. Colie, Light and Enlighten-
ro éste pertenece más bien al posi- bridge" no es una "Escuela" en sen- ment; a Study of the Cambridge Pla-
tivismo lógico que al analitismo de tido propio, y puesto que, además, tonists and the Dutch Arminians, 1957.
Cambridge. Aun cuando hay entre Sobre la escuela analítica de Cam-
los simpatizantes con las tendencias en bridge, véase: Max Black: "Relations
ambos grupos tendencias comunes v ella manifestadas no proceden siem- Between Logicai Positivism and the
ambos parecen surgidos de un común pre necesariamente de Cambridge, es Cambridge School of Analysis". The
clima de opinión, las diferencias son, muy difícil indicar cuáles son propia- Journal of Unified Science-Erkennt-
desde muchos puntos, bien marcadas. mente sus "miembros". A veces se in- nis, vol. III, 1-3, págs. 24-35. —
La Escuela de Cambridge fue sobre dica que los "miembros" de la "Es- L. S. Stebbing, Logical Positivism
todo impulsada por los trabajos ana- cuela" son simplemente todos los filó- and Analysis, 1933. — Véanse tam-
líticos de G. E. Moore ( VÉASE ) y, bién obras mencionadas en ANÁLISIS
sofos que se han puesto al lado del (especialmente la historia del movi-
en cierta medida, un "realismo del "Análisis" (VÉASE), y se menciona al miento analítico, de Urmson).
sentido común" parece estar en la respecto, junto a Moore, a Ayer, R. CAMESTRES es el nombre que de-
base de los desarrollos ulteriores. Pero B. Braithwaite, K. Britton, A. E. Dun- signa uno de los modos (véase MODO)
lo característico del grupo de Cam- can-Jones, Margaret MacDonald, C. válidos de los silogismos de la se-
bridge no es, repetimos, una deter- A. Mace, John Wisdom y muchos gunda figura (v.). Un ejemplo de
minada posición filosófica, sino una otros. Algunos incluyen asimismo den- Camestres puede ser: Si todos los
actitud metódica. Esta actitud es dis- tro de la "Escuela de Cambridge" a estoicos son filósofos y ningún
tinta de la que corresponde al método filósofos que, como Gilbert Ryle, si jugador de pelota vasca es
de los Principia Mathematica de bien "analíticos", pertenecen al "gru- filósofo, entonces ningún jugador
Whitehead-Russell, pero al mismo po de Oxford" (VÉASE ). Otros inclu- de pelota vasca es estoico,
tiempo hay entre los dos una continua yen en la "Escuela de Cambridge" ejemplo que corresponde a la si-
anastomosis. Moore ha influido sobre a autores como C. D. Broad y a L. guiente ley de la lógica cuantificacio-
Russell, y a la vez los Principia S. Stebbing. En vista de los proble- nal elemental:
Mathematica han constituido un centro mas que plantean las correspondien-
de atracción para las investigaciones tes inclusiones y exclusiones, es me-
metódicas de la Escuela de jor abstenerse de indicar nombres pre-
Cambridge. Esta última atiende pre- cisos. Sólo podrían considerarse como
ponderantemente al análisis de los cantabrigianos en sentido estricto los y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
sense data en las diversas relaciones filósofos que han vivido y enseñado de la lógica tradicional, puede expre-
posibles de éstos con el objeto y el en Cambridge, influidos en parte por sarse mediante el siguiente esquema:
sujeto, pero, al mismo tiempo, el exa- Moore, en parte por Wittgenstein (o
men analítico de estos sense data es por cierta fase del pensamiento de
sólo un marco dentro del cual caben Wittgenstein). Pero como, por otro donde aparece claramente la secuencia
los análisis lógicos de los lenguajes lado, una porción considerable del de las letras 'A', 'E', 'E', origen del
de la ciencia. La aproximación de la "movimiento analítico" ha sido im- término Camestres en el orden P M
- S M - S P.

249
CAM CAM CAM
CAMPANELLA (TOMMASO) panella había propuesto una monar- 1950. — Philosophia sensibus de-
(1568-1639) nac. en Stilo (Calabria), quía universal regida por el Papa. monstrata, 1591. — De monarchia
ingresó en el Convento dominico de En 1625, en su De Monarchia. His- christianorum, 1593. — De regimine
Placanica en 1582. En 1591/92 fue pánica, ofreció al Rey de España, Ecclesiae, 1593. — Discorsi ai prin-
cipi d'Italia, 1594. — Città del Sole,
procesado por herejía, como conse- bajo la tutela espiritual del Papa, la Cfr. sapra. — De sensu rerum et ma-
cuencia de un escrito muy laudatorio organización del imperio mundial. gia libri quatuor, 1620. — Theologia,
sobre la filosofía de Telesio. De 1599 En 1635 hizo una proposición análo- 1613-1624. — Metaphysica (termina-
a 1626 estuvo encarcelado, acusado ga al Rey de Francia en su Monar- da en 1623) y Philosophia rationalis
de participar en una conspiración chie delle Nazioni. Todos estos escri- (1613), ambas publicadas en 1638:
contra la dominación española en tos —y las actividades del autor para Universalis philosophia seu Metaphy-
Calabria. Poco después fue condenado apoyar sus tesis— muestran su pre- sicartim rerum iuxta propria dogmata
por la Inquisición a prisión perpetua, ocupación y hasta obsesión por la partes tres. — Philosophia realis (1619,
pero salió libre en 1829 por ser cuestión de una monarquía univer- publicada en 1623 y luego en 1637;
esta última edición incluye Quaestio-
declarado loco. Tras una estancia de sal, por una "Ciudad" capaz de abar- nes). — De praedestinatione, 1636.
unos años en Roma pasó en 1634 a car a todos los hombres y de solu- — Atheismus triumphatus seu reduc-
Francia y falleció cinco años después cionar de un modo radical el pro- tio ad religionem per scientiarum ve-
en París. blema de la concordia entre sus sub- ritates, 1621 (originariamente: Reccg-
Las tendencias filosóficas de Cam- nitio verae religionis, 1607). — La ed.
ditos. El escrito de Campanella más de la Realis philosophia, de 1623 (tí
panella, de ascendencia a la vez pla- importante en este sentido es, sin
tónica, naturalista y animista, se ma- tulo completo: Realis philosophiae
embargo, la Ciudad del Sol (redac- epilogisticae partes IV, h. e. de rerum
nifiestan sobre todo en su metafí-
tado en italiano, con el nombre de natura, hominum, moribus, politica)
sica del conocimiento y en su idea lleva como apéndice el texto latino
de la doble revelación, positiva y Città del Sole, en 1602, revisado en
1613 y publicado, en latín, con el de la Città del Sole: Civitas Solis. —
natural, que permite un saber unita- Como hemos visto en el artículo CO
rio y un tránsito continuo de la Na- nombre de Civitas solis, appendix
GITO, ERGO SUM , León Blanchet (Les
turaleza a la divinidad y de ésta a Politiae, Idea reipublicae philosophi- antécédents historiques du 'Je pense,
aquélla. El conocimiento sensible es cae, en 1623, como apéndice a la donc je sais'", 1920, págs., 171-28)
para Campanella una relación entre Realis philosophiae epilogisticae, etc., ha indicado que hay en la Universalis
el mundo externo y el sujeto, rela- mencionada infra). Se trata de una philosophia (Cfr. supra) —así como
ción en la que ambos términos aca- utopía (VÉASE ) que tiene por fondo en el mencionado De sensu rerum et
ban por ser identificados, de modo una parte ignota de Ceilán. Se des- magia— claros precedentes del Co
cribe en ella una ciudad perfecta gito cartesiano. Por lo demás, aunque
que entonces cada sujeto posee distin- publicada en 1638, la Universalis
to saber de acuerdo con las impre- regida por el Sol, es decir, "el Me- Philosophia (o Metafísica) fue, se
siones recibidas por sus sentidos. La tafísico", con la colaboración de Po- gún Blanchet, escrita en italiano a
identificación, por lo demás, resulta der, Sabiduría y Amor. La organi- fines de 1602 y en 1605; fue reco
posible a causa del carácter "sensible" zación de la Ciudad del Sol sigue, menzada en latín a fines de 1609
del mundo mismo, realidad animada pues, el mismo esquema de la teolo- y en 1610, confiscada en mayo de
y vivificada por la "sensación". En gía y la metafísica de Campanella, 1610, recomenzada de nuevo a fines
cambio, el conocimiento intelectual por lo que el Sol debe interpretarse de 1610 y terminada en 1611. —
tiene su fundamento en el saber que el como un símbolo y no como un ob- Ediciones de obras: Paris, 1637 sigs.;
obras italianas por A. d'Ancona, Tori
alma posee de sí misma, pues el jeto de idolatría. En esta Ciudad rei- no, 1854. — Edición crítica de obras
alma conoce su propio ser y puede na la comunidad de bienes (y hasta en la Edizione Nacionale dei Classici
elevarse desde él hacia la de mujeres), único modo de evitar, del Pensiero Italiano, por Romano
contemplación de las ideas y, final- según Campanella, el instinto de ad- Amerio, y otros, 1949 y siguientes. —
mente, hacia la contemplación de quisición y de rapiña, origen de tan- Trad, esp.: La ciudad del sol, 1954
Dios. Pero el conocimiento de lo di- tas guerras. La ciudad es regida por (también, 1959). — Aforismos políti
vino no es solamente un ascenso del una red de funcionarios cuya prin- cos, 1956. — Bibliografía: L. Firpo,
alma hacia la divinidad, sino también Bibliografía degli scritti di T. C., 1940
cipal misión es la organización y y Ricerche campanelliane, 1947. —
un descenso de la divinidad hacia transmisión del saber y de las técni- Véase Léon Blanchet, Campanella,
el alma, pues las categorías de la cas. Estos funcionarios son a la vez 1920. — C. D. di Arcadia, T. C., 1921.
Sabiduría, el Amor y el Poder, per- sabios y sacerdotes. Hay que obser-
tenecientes a Dios, se proyectan so- — M. Rossi, Campanella, metafisico,
var que esta Ciudad no es cristiana, 1921. — R. de Mattei, Studi Campa-
bre todo ser como el modelo de las pero se halla, según Campanella, na- nelliani con l'aggiunta del testo inedito
cosas. turalmente tan próxima al cristianis- del Discorso dette Fiandre e degli
Esta metafísica y teoría del cono- mo que basta, para que sea plena- Antiveneti di T. C., 1934. — L. Fir
cimiento están en directa relación con mente cristiana, agregarle los sacra- po, Ricerche companelliane, 1947. —
los planes de reforma política y re- mentos. Así, Campanella propuso con R. Amerio, Campanella, 1947. — Id.,
ligiosa forjados por Campanella. En su Ciudad una base de organización id., Introduzione alla teologia di T.
varios escritos, sobre la monarquía C., 1948. — G. di Napoli, T. C.,
regida por la ley natural y por la fe filosofo della restaurazione cattolica,
cristiana y el gobierno eclesiástico, cristiana, las cuales deben, a su en-
redactados entre 1593 y 1595, Cam- 1947. — R. Mondolfo, Tres filósofos
tender, coincidir necesariamente. del Renacimiento, 1947 (Bruno, Gali
Obras: De sensitiva rerum facultate, leo, Campanella). — A. M. Jaco-
250
CAM CAN CAN
belli Isoldi, T. C. La crisi della cos- interpretación del enunciado condi- apostólicas; las decisiones de la Igle-
cienza di sé, 1953. cional en tanto que distinto de la sia; las definiciones conciliares; las
CAMPO. Véase CONTINUO, ESTRUC- relación lógica de implicación, el tra- declaraciones de la Iglesia; las ense-
TURA. tamiento lógico de la relación de ñanzas de los Santos Padres; las doc-
CANNABRAVA (EURYALO), inferencia deductiva, el estudio de la trinas de los doctores escolásticos;
nac. (1908) en Cataguares (Minas función de la hipótesis en el con- las doctrinas de los canonistas; la ra-
Geràes, Brasil), profesa en el Colegio texto de la teoría de nivel superior zón natural; las enseñanzas de la his-
Pedro II de Río de Janeiro. Después (deductiva) y de nivel inferior (in- toria. No todas estas fuentes poseen
de una primera fase que el propio ductiva), y el establecimiento de un el mismo valor demostrativo; ade-
autor califica de dogmática y en la campo común de estudio en el cual más, conviene saber emplearlas. El
que se inclinó hacia una "filosofía ingresan tanto las ciencias naturales examen de su recto uso constituye
concreta" situada entre la fenomeno- como las políticas y sociales. justamente el eje del tratado de
logía y el existencialismo alemán, ha A la fase dogmática pertenecen: Cano, el cual desarrolló así una ló-
pasado a una fase crítica que culmina Seis temas de espíritu moderno, 1941. gica, una metodología y una episte-
en otra sistemática. En la fase — Descartes e Bergson, 1943. — A mología del conocimiento teológico.
crítica —impulsada por el estudio de la fase crítica: Elementos de meto- Véase Fermín Caballero, Vida del
la ciencia contemporánea y por las dologia filosófica, 1956 (ya termina- Ilmo. Melchor Cano, 1871. — A.-M.
do en 1949 y luego revisado). — A Jacquin, O. P., "Melchior Cano et
corrientes actuales de filosofía cien- la fase sistemática: Introduçao a fi-
tífica, pero precedida ya por ciertas losofia cientifica, 1956. — Ensaios fi- la théologie moderne", Revue des
orientaciones presentes en la fase dog- losóficos, 1957. sciences philosophiques et théologi-
mática—, Cannabrava ha intentado ques, IX (1920), 121-41. — A. Lan-
CANO (MELCHOR) (ca. 1509- ge, Die Loci theologici des Melchior
reducir la filosofía al método y el 1560) nac. en Tarancón, estudió en Cano und die Methode des dogma-
método al lenguaje. Partiendo de la la Universidad de Salamanca y en el tischen Beweises, 1925. — M. Sola-
distinción deweyana entre método ma- Colegio de San Gregorio de Vallado- na, Historia de la filosofía española.
temático-formal y método genético- lid, donde, además, profesó desde Època del Renacimiento (Siglo XVI), t.
funcional, el pensador brasileño ha 1536 hasta 1542. En 1542 ganó la III, 1941, págs. 131-50. — E. Mar-
mostrado que el primero (consubs- cotte, La nature de la théologie
cátedra de prima de teología en d'apres M. C., 1949. — Véase tam-
tancial con la axiomática) puede tam-
bién aplicarse a contenidos empíricos, la Universidad de Alcalá, y en 1546 la bién bibliografía de LUGAR.
en tanto que el segundo (reducible de la misma disciplina en la Uni- CANON. En el artículo Canónica
a la técnica inductiva de las cien- versidad de Salamanca. Durante los (v.) nos referimos a la obra que Dio-
cias empíricas) puede ser utilizado años 1551 y 1552 intervino en las genes Laercio atribuyó a Epicuro: El
asimismo por las disciplinas deducti- deliberaciones del Concilio de Tren- Canon. El término 'canon' ha sido
vas, cuando menos en el estadio de to. En 1523 había ingresado en la usado en filosofía en otras ocasiones.
la formación de los conceptos analí- Orden de los Predicadores, de la que Destacaremos cuatro de ellas.
ticos. Pero ello significa que los dos fue Provincial. Se deben a Cano, ade- 1. Según indica C. Prantl (Ge
métodos —que son dos reglas de pro- más de una obra ascética titulada schichte, II, 275), el filósofo bizan
cedimiento— no se hallan enteramen- Tratado de la victoria de sí mismo tino Miguel Psellos empleó el voca
te separados entre sí. De hecho, am- e impresa en 1550, varios escritos blo 'cánones' (kano/nej) en su Sinopsis
bos están íntimamente asociados en procedentes de conferencias o relec- del Organon de Aristóteles (Mich.
el método de la síntesis reflexiva, tiones: De sacramentis in genere, De Pselli Synopsis Org. Arist., ed. Ehin-
propio del objetivismo crítico, el cual poenitentiae sacramento. Su obra ca- ger, I, 8, p. 33) para designar cuatro
permite unificar los conceptos de ver- pital y más influyente es, sin em- reglas que rigen la equipolencia de
dad formal y de verdad empírica sin bargo, el tratado titulado De locis las proposiciones categóricas,
por ello recurrir ni a la esfera tras- theologicis, publicado por vez pri- i(sodunam-
cendental ni a las esencias materiales mera en Salamanca el año 1563. Se ou=sai prota/seij.
ni a ningún supuesto metafísico trata de hacer con la teología lo mis- 2. Kant introdujo el término 'ca
incomprobado. Permite asimismo es- mo que Aristóteles hizo en los Tó- non' en el Cap. II de la Metodología
clarecer la cuestión de la reversibilidad picos con la filosofía o el pensamiento trascendental que figura en la Crítica
en relación con las operaciones lógico- en general: exponer los "lugares" de la razón pura. Por 'canon' entiende
matemáticas y mantener la objetividad (loci) en los cuales se hallan los ar- Kant los principios a priori, del recto
de las formas lógicas sin recaer ni en gumentos más apropiados para de- entendimiento de ciertas facultades
un realismo platónico ni en un mero mostrar las verdades reveladas. El de conocimiento. Por ejemplo, la ló
convencionalismo lingüístico. A base tratado de Cano se divide en catorce gica general es, en tanto que analí
del mencionado método y del citado libros; desde el punto de vista filo- tica, un "canon formal" para las fa
objetivismo puede constituirse, según sófico son especialmente importantes cultades del entendimiento y de la
el autor, una filosofía científica los once primeros. En el curso de los razón. En el mismo sentido la Ana
aplicable a los más diversos dominios, mismos Cano examina diez fuentes lítica trascendental se propone ser un
desde la mecánica cuántica hasta la canon del entendimiento puro, ya que
de autoridad para desarrollar los ar- sólo éste es considerado capaz de
cuestión de la legitimidad del poder gumentos antes indicados. Son las si-
político. Elementos esenciales de tal enunciar conocimientos sintéticos ver
guientes: las Sagradas Escrituras en daderos a priori. Kant señala que no
filosofía son la los libros canónicos; las tradiciones puede existir ningún canon cuando
251
CAN CAN CAN
no es posible emplear de un modo vias, constituye el efecto de ciertos dicaron bastante más atención que
recto la facultad del conocimiento. antecedentes, y resultará que el resi- los de tendencias racionalistas a los
Y como se ha mostrado en la parte duo del fenómeno es el efecto de los problemas de carácter propiamente
anterior de dicha Crítica que el co- restantes antecedentes." El quinto epistemológico (unidos con otros pro-
nocimiento sintético de la razón pura canon (para el método de variacio- blemas de carácter lógico), de modo
especulativa es imposible, hay que de- nes concomitantes) dice así: "El fe- que la canónica debía de aparecer
clarar que no puede existir ningún nómeno que varía de algún modo entre ellos como un estudio especial
canon para el ejercicio especulativo mientras otro fenómeno varía en al- y desempeñar, por lo tanto, un pa-
de esta facultad — un ejercicio es- gún respecto particular es o la causa pel más fundamental que el que ha-
peculativo que es meramente dialéc- o el efecto de ese fenómeno, o está bía tenido en Epicuro.
tico. La conclusión es que la lógica relacionado con él mediante algún Para la Canónica en el sentido de
trascendental es solamente una dis- hecho de índole causal." Adrien Naville, véase CIENCIAS ( CLA-
ciplina y no un canon, y que el único 4. Ogden y Richards han propues- SIFICACIÓN DE LAS ).
modo recto de usar la facultad de la to seis cánones del simbolismo para CANTIDAD. Cantidad se dice, se-
razón pura y tener un canon de tal resolver los problemas que plantea gún Aristóteles, de "lo que es divi-
facultad es el uso práctico de la ra- la relación entre los símbolos y los sible en dos o varios elementos in-
zón y no el especulativo. referentes; hemos resumido dichos tegrantes, cada uno de los cuales es,
3. En el Libro II (Sobre la induc- cánones en el artículo Símbolo y por naturaleza, una cosa única y
ción), capítulo viii, de su Lógica, J. Simbolismo (VÉASE ). determinada". Según ello, una mul-
Stuart Mill propone cinco métodos CANÓNICA. Como hemos visto en tiplicidad es una cantidad si es
para la investigación experimental: el artículo sobre Epicuro, este filó- numerable, y una magnitud si es men-
el método de concordancia, el de di- sofo dividía la filosofía en tres par- surable. La cantidad es lo que respon-
ferencia, el de combinación de con- tes: canónica, física y ética: to\ t de a la pregunta ¿cuánto? (quantum,
cordancia y diferencia, el de residuos y kanoniko\ kai\ fu/siko\n kai\ h)qikon po/son) y constituye, en la concepción
el de variaciones concomitantes. (Diog. Laerc., X, 29-30). La canónica aristotélica, una de las categorías
Cada método tiene un canon que constituía, según Diogenes Laercio, la (Cat., VI 4 b 20 sigs.; Met., D 13,
constituye su principio regulador. El introducción a la filosofía y estaba 1020 a 7 sigs.). El neoplatonismo y
primer canon (para el método de contenida en una obra especial de especialmente Plotino consideran tam-
concordancia) dice así: "Si dos o Epicuro llamada El Canon. Al parecer bién la cantidad como una categoría,
más casos del fenómeno que se in- esta obra se ocupaba sobre todo de pero como una categoría del mundo
vestiga, poseen solamente una cir- las cuestiones de teoría del conoci- sensible (En., VI, i, 4). El análisis
cunstancia en común, la circunstancia miento —origen de nuestras sensa- de las diversas formas de la cantidad
única en la cual concuerdan es la ciones por las imágenes (véase IMA- ha sido llevado a cabo con gran
causa (o el efecto) del fenómeno GEN), diferentes tipos de conocimien- lujo de detalles dentro de la es-
dado." El segundo canon (para el to, etc.— a que nos hemos referido colástica y sobre todo dentro del
método de diferencias) dice así: "Si en el artículo sobre Epicuro tomando tomismo. La cantidad es aquí, por
un caso en el cual tiene lugar el fe- como base la Carta del filósofo sobre lo pronto, medida de la substan-
nómeno que se investiga y un caso la física a su amigo Herodoto, carta cia, extensión de las partes en la
en el cual no tiene lugar el fenómeno contenida en D. Laercio, X, 34-82 misma substancia, o, con mayor ri-
que se investiga poseen todas las (Cfr. H. Usener, Epicúrea, págs. 1- gor, accidente extensivo de la subs-
circunstancias en común excepto una 32). Como hemos visto, casi toda la tancia. Lo que existe propiamente no
que tiene lugar únicamente en el teoría del conocimiento se basaba en es la cantidad sino la substancia en su
primero, la circunstancia única en la consideraciones de carácter quantum o substantìa quanta. Así,
cual difieren los dos casos es el efecto, psicológico. Pero como el estudio del la cantidad no es, en esta concepción,
o la causa, o una parte indispensable organismo fisiológico era a su vez realmente distinta de la esencia de
de la causa del fenómeno." El tercer una parte de la física, no es la substancia. Precisamente en las di-
canon (para el método combinado, de sorprendente leer en Diogenes Laer- ferentes posiciones asumidas al res-
concordancia y diferencias) dice así: cio (X, 37-38) que las doctrinas de pecto se marcarán las diferentes ac-
"Si dos o más casos en los cuales Epicuro se disponían en forma que titudes radicales filosóficas en la baja
tiene lugar el fenómeno poseen la canónica era combinada con la Edad Media y alta Edad Moderna.
solamente una circunstancia en común, física. Por eso algunos autores (Ci- No será ocioso, en efecto, para la
mientras dos o más casos en los cerón, de fin., I, vii, 22) hablan de determinación de tales posiciones, sa-
cuales no tiene lugar no poseen nada que las partes en que los epicúreos ber si la cantidad es o no realmente
en común excepto la ausencia de tal dividen la filosofía son solamente dos: distinta de la esencia de la substan-
circunstancia, la circunstancia única la física (incluyendo, pues, la canó- cia, saber si se trata o no de una
en la cual los dos grupos de casos nica) y la ética. Esta opinión, sin medida predominantemente ontoló-
difieren es el efecto, o la causa, o una embargo, parece describir mejor las gica o matemática, saber cuál es la
parte indispensable de la causa del tendencias racionalistas (el propio relación propia establecida entre can-
fenómeno." El cuarto canon (para el Epicuro, Lucrecio) que las tenden- tidad y cualidad ( VÉASE ). Por lo
método de residuo) dice así: cias empiristas (Filodemo de Gadara) demás, un análisis extenso de la no-
"Sustráigase de cualquier fenómeno dentro de la escuela. En efecto, los ción de cantidad obliga a efectuar
la parte que, según inducciones pre- epicúreos de inclinación empírica de- una serie de distinciones. Así, como
252
CAN CAN CAN
señala Ludwig Schütz (Thomas-Le- quantum, el cual puede ser entendido ción que el concepto-sujeto hace de
xikon, 1881, págs. 284-5), Santo To- de dos modos: (a) como quantum en los objetos en él comprendidos. En la
más sólo distinguía entre las acep- general (distinto de la cantidad y lógica clásica, los juicios se dividen,
ciones siguientes: 1, Quantitas abso- equivalente a magnitud extensiva) y según la cantidad, en universales,
luta y quantitas proportionis (S. (b ) como el espacio y tiempo en tanto particulares y singulares. Los
theol., I, II, q. CXIII, 9c). 2. Quan- que quanta. De ahí que mientras el primeros son aquellos en los cuales el
titas continua y quantitas discretas ( I, quantum sirve no sólo para la mag- concepto-sujeto contiene en toda su
q. III, 5c y I, q. XLIII). 3. Quantitas nitud real, sino también para la ma- extensión su concepto objetivo (todos
continua intrinseca y quantitas temática, la quantitas es un puro los S son P) ; los segundos son los
continua extrínseca (I, q. XLII, l ob. concepto del entendimiento. Desde juicios en donde el concepto-sujeto se
1 ). 4. Quantitas dimensiva y luego, el primado en la significación refiere sólo a una pluralidad parcial de
quantitas pertenece a la cantidad como cate- sus objetos (algunos S son P); los
numerata (I, q. XLII, 3. 2 q). 5. goría, Y, por lo tanto, es el plano últimos son aquellos en que el
Quantitas durationis (III, q. LXXXI, trascendental el que permite un acce- concepto-sujeto toma un solo objeto
2 ob. l). 6. Quantitas habitus (II, so inteligible a su concepto. En cam- (un S es P; este S es P). Véase
II, q. V, 4 c). 7. Quantitas mathema- bio, el concepto de cantidad tiene para cualidad, cuantificación, cuanti-
tica y quantitas naturalis ( III, q. VII, Hegel una clara resonancia me- ficacional y cuantificador, pre-
12 ad l y otros lugares). 8. Quantitas tafísica. No sólo en virtud del co- DICADO.
moles y quantitas virtutis seu vir- nocido principio de que el cambio de O. Sickenberger, Ueber die soge-
tualis ( I, q. XLII, 1 ad 1). 9. Quan cantidad produce un cambio de nannte Quantität des Urteils, 1876.—
titas scientiae (III, q. X, 2 ad 3). cualidad, sino también porque la pro- John M. O'Sullivan, Vergleich der
El predominio de la noción de can- pia cantidad puede ser una caracte- Methoden Kants und Hegels auf
tidad se ha impuesto en varias direc- rística del Absoluto como cantidad Grund ihrer Behandhing der Katego-
ciones filosóficas modernas, donde, pura. Pues la cantidad, dice Hegel, es rie der Quantität (Kantstudien, Er-
por otro lado, se va desvaneciendo la ser puro no determinado, a diferencia gänzungshefte 8), 1908. — Albert
noción de medida ontológica y, de de la magnitud, que es una cantidad Spaier, La Pensée et la Quantité. Essai
consiguiente, la posibilidad misma de determinada (Enz., §§ 99, 100). sur la signification et la realité des
que la cantidad sea mensura Determinabilidad o indeter- grandeurs, 1927. — Anneliese Maier,
substantiae. De no ser realmente minabilidad que no son, por lo tanto, Die Vorläufer Galileis im 14.
distinta de la substancia, la cantidad ajenas a lo cuantitativo, sino, por el Jahrhundert, 1949, págs. 9-215. —
pasa, pues, a ser expresión contrario, aquello que hace o no de la Id., id., Metaphysische Hintergründe
matemática de las relaciones. cantidad un verdadero quantum. der spätscholastischen Naturphiloso-
Todavía Descartes hace de la canti- Las discusiones filosóficas en torno al phie, 1955, págs. 141-223. — Análisis
dad algo realmente igual, aunque concepto de cantidad se han referido sobre el problema de la cantidad en el
conceptualmente distinto, de un tipo sobre todo a los problemas de su juicio se encuentran en la mayor parte
de substancia: la substancia extensa. relación con la determinación, de su de los textos mencionados en los
Pero a medida que la substancia se origen subjetivo, objetivo o artículos sobre lógica y logística.
disuelve, la cantidad permanece trascendental y de su relación con la CANTOR (GEORG) (1845-1918)
como lo que rellena el hueco dejado cualidad. Ahora bien, estas discu- nac. en San Petersburgo, estudió en
por aquélla. Una cuantificación de la siones no han sido ajenas a los pro- Alemania y fue profesor desde 1872
realidad surge entonces como una im- blemas planteados por la matemática hasta 1913 en la Universidad de
posición inevitable. Sin embargo, y por la situación que ha ocupado en Halle. Su más importante e influyente
desde el momento en que se necesita, ella la cantidad. En efecto, la forma- contribución es su teoría de los
a causa de la más radical disolución lización del concepto de cantidad ha números transfinitos a que nos hemos
empirista, una fundamentación filo- podido conducir no sólo a deslindar la referido en el artículo Infinito (véase);
sófica de la cantidad misma, se hace cantidad de la substancia, mas suele ser conocida con el número de
indispensable regresar a la conside- también a deslindarla de toda deter- teoría de los conjuntos. Esta teoría ha
ración de la cantidad como categoría. minación de relaciones. Y, por otro sido objeto de muchos debates entre
Esta categoría no es, empero, ya una lado, se ha llegado a reconocer que la matemáticos y lógicos; después de
categoría de lo real, sino una forma cantidad no puede constituir un objeto haber recibido muy violenta oposición
de la mente. Es lo que sucede en suficientemente preciso de la ha sido aceptada, mas no todavía por
Kant. En este filósofo hay, ciertamen- matemática en virtud de la vaguedad todos los matemáticos. Véase también
te, significados diversos de la canti- del concepto y del hecho de que, continuo.
dad. Heinrich Ratke (Systematisches como dice Russell, la noción principal Obras: Grundlage einer Mannig-
Handlexikon zu Kants Kritik der de la matemática no es la cantidad, faltigkeitslehre, 1883. — Beiträge zur
reinen Vernunft, 1929) señala, por sino el orden. Véase número. Begründung der transfiniten Men-
ejemplo, que la cantidad puede en- genlehre, 2 vols., 1885-1892. — Es-
tenderse ( 1) como cantidad de los En la lógica formal se llama cantidad critos matemáticos y filosóficos re-
juicios; (2) como categoría y (3) co- del juicio al hecho de que, como unidos: Gesammelte Abhandlungen
mo cantidad intensiva o magnitud. señala Pfänder, "el concepto-sujeto mathematischen und philosophischen
Pero, además, hay que agregar el con- del juicio pueda referirse a uno o a Inhalts. Mit erlänternde Anmerkungen
cepto de quantitas como puro esque- varios objetos y someterlos a juicio". sowie mit Ergänzungen aus dem Brie-
ma de la magnitud y el concepto de La cantidad es sólo la men- fwechsel Cantor-Dedekind, 1932, ed.
E. Zermelo, reimp., 1961.

253
CAP CAP CAR
CAPADOCIOS. Se da este nombre CAPREOLO (JUAN). Véase JUAN filosofia di Kant, I, 1927. — Il pro-
a los tres teólogos San Basilio el CAPREOLO. blema della filosofia da Kant a Fich-
Grande, San Gregorio de Nisa y San CARABELLESE (PANTALEO). te, 1929. — 1l problema teologico
Gregorio Nacianceno. En los artículos (1877-1948), nac. en Molfetta (Bari), come filosofia, 1931. — "Il mio onto-
dedicados a los mismos hemos men- discípulo de Varisco, ha centrado su logismo" (en el Giornale critico della
cionado sus principales doctrinas filo- pensamiento filosófico sobre el pro- filosofia italiana, 1936). — L'idealis-
sóficas y teológicas. Nos limitaremos mo italiano, 1938. — 1l circolo vizioso
blema de lo concreto, es decir, de di Cartesio, 1938. — Il diritto natu-
a destacar aquí que la importancia la conciencia concreta, lo que lo ha rale, 1941. — Che cosa è la filosofia?
de los Capadocios —los "tres grandes conducido a transformar el idealismo 1942. — Ontologismo critico, 1942.
Capadocios"— en la historia de la crítico de Varisco en un ontologismo — L'essere e la sua manifestazione,
filosofía consiste esencialmente en su crítico. Carabellese partió de un aná- I, 1944; II, 1947. — Le obiezioni
labor de aclaración y purificación lisis de la conciencia, según el cual al cartesianesimo, 1946-1947. — Da
de la dogmática teológica dentro de el ambiente de la conciencia no es el Cartesio a Rosmini. Fondazione sto
la cual se insertó posteriormente el "mundo", sino la propia concienca. rica dell' ontologismo critico, 1946.
pensamiento cristiano católico. Contra Pero esta conciencia no debe ser —
el excesivo racionalismo que se entendida como una realidad que Edición de obras: Opere complete
infiltraba en algunas de las sectas absorbe a las demás y las transforma (Firenze, 1946 y siguientes ). — Auto-
(tales, el arrianismo), y que reducía a su imagen y semejanza; la concien- exposición en el artículo "La coscien
el valor de la fe en favor de una cia se mueve dentro de un ambiente za" publicado en el volumen de M. F.
Sciacca, Filosofi italiani contempora
comprensión metafísica de los dog- común a todas las conciencias, situado nei, 1944, págs. 165-82. — Véase G.
mas, y contra la acentuación exclu- más acá de sus particulares determi- Fano, "La metafisica ontologica di P.
siva de la pura creencia, que descar- naciones individuales o históricas. El Carabellese", Giornale critico della
taba toda explicación racional, los ambiente común, por otro lado, es fi
Capadocios se propusieron tomar un esencialmente concreto, y por eso una losofia italiana, 2-3 (1937). — G.
camino medio que hiciese justicia a dialéctica de la conciencia y una Tarozzi, "L'ontologismo di P. Carabe
la fe y a la comprensión por razón dialéctica de la realidad pueden coin- llese", Archivio di filosofia, I (1940).
dentro de las posibilidades del hom- cidir bajo la forma de una dilucida- — G. Mattai, Il pensiero filosófico di
bre. Junto a ello, los Capadocios, ción de la acción de la conciencia. P. Carabellese, 1944 (con bibliogra
particularmente San Gregorio de Nisa, El problema de la acción ( VÉASE ), fia). — U. Spirito, R. Assunto, T.
desarrollaron motivos místicos que en un sentido parecido al de Blon- Moretti-Costanzi, artículos en Gior
ejercieron gran influencia sobre la del se insinúa de este modo en la es- nale critico della filosofia italiana,
mística medieval. Especialmente im- peculación de Carabellese, el cual in- 1949. — A. Cioccetti, L' ontologismo
critico di P. C., 1951 (monografia).
portantes, en cuanto a la influencia tenta por todos lados y en todas sus — I. Tebaldeschi, Il problema della
ejercida sobre la Edad Media, son las dimensiones describir el proceso con- natura del pensiero di P. C., 1955
ideas de los Capadocios acerca de creto de la conciencia en su ambien- (monografia). — Roberto Tozzi, P.
la Naturaleza como obra armónica te, único modo de justificar su acción C., 1955.
creada por Dios. El nombre 'Capa- y de eliminar todos los pseudo-proble- CARÁCTER. El término 'carácter'
docios' se debe al lugar de naci- mas producidos por el constructivis- significa marca o nota que señala
miento de San Basilio el Grande y mo autocentralista. El ambiente de la un ser y que por ello lo caracteriza
San Gregorio de Nisa (Cesárea, Ca- conciencia o la conciencia como am- frente a todos los otros. En principio,
padocia) y al lugar de nacimiento de biente puede identificarse con el ser; el carácter conviene, pues, a todo
San Gregorio Nacianceno (Alianza, en cambio, el ambiente determi- ente, pero desde muy pronto, espe-
en Nacianza, Capadocia). nado representa el devenir, así como cialmente con Teofrasto, se aplicó el
Además de la bibliografía de los la individualidad (no finita) de término a los seres humanos. En
tres Capadocios, véase: H. Weiss, Die las conciencias llamadas particulares. el mismo sentido fue tomado por mu-
grossen Kappadozier Basilius, La conciencia no es, pues, ni un foco chos escritores, especialmente por
Gregor von Nazianz und Gregor von creador de toda realidad, ni un mero
Nyssa als Exegeten, 1872. — Id., id., aquellos que, desde la situación de
epifenómeno de lo real; es la propia su época, quisieron revalorizar la
Die Erziehungslehre der drei Kappa-
dozier, 1903 [Strassburger Theolo- realidad en la cual vivimos y por la doctrina de los caracteres de Teo-
gische Studien, V, 3-4]. — K. Un- cual vivimos, y ello hasta tal punto, frasto: La Bruyère (1636-1696) es,
terstein, Die natürliche Gotteserken- que podría inclusive hablarse de una con su obra Les Caracteres, el ejem-
ntnis nach der Lehre der kappado- inmortalidad de la conciencia, plo más notorio de esta tendencia. A
zischen Kirchenväter Basilius, Gregor inmortalidad que no es la eternidad veces se identifica 'carácter' con 'tem-
von Nazianz und Gregor von Nyssa, intemporal ni tampoco la persisten- peramento', pero con más frecuencia
1902-3. — C. Gronau, De Basilio, cia individual, sino la sumersión den- se establece una distinción entre ellos.
Gregorio Nazianzano Nyssenoque Pla- tro de lo viviente.
tonis imitatoribus, 1908. — T. Maier, En este último caso se suele indicar
Die Eucharistienlehre der drei gros- que mientras el primero se refiere
ten Kappadozíer, 1915. — C. Gro- a todas las notas distintivas, el se-
nau. Das Theodizeeproblem in der Obras principales: La teoría della gundo es lo que resulta de alguna
altchristlichen Auffassung, 1922. percezione intellettiva di A. Rosmini, forma de "mezcla". Esta "mezcla"
1907. — L'essere e il problema re- era considerada clásicamente como
ligioso, 1914. — La coscienza morale,
1915. — Critica del concreto, 1921 la que se da en los humores del
CAPELLA. Véase MARCIANO CA- cuerpo dentro de cada individuo. Así,
PELLA. (2a edición, ampliada, 1940). — La
desde Hipócrates se distinguían los

254
CAR CAR
individuos de acuerdo con el predo- Kerschensteiner, Charakter und Cha-
minio de uno de los cuatro humores: rakterbildung, 1915. — Sobre natura-
sangre, flema, büis y atrabilis, que leza y teoría del carácter: Paul Hä-
daba origen a los temperamentos berlin, Der Charakter, 1925. — Hart-
shorne y May, Studies in the Nature
sanguíneos, flemáticos, biliosos y me- of Character, I, 1928. — G. Thibon,
lancólicos. La doctrina de los tem- La théorie du caractère, 1933. — W.
peramentos es considerada hoy desde Boven, Introduction a la caractérolo-
el punto de vista del análisis y gie, 1941. — S. Mounier, Traite du
descripción del tipo (VÉASE) psico- caractère, 1947 (trad. esp. : Tratado del
lógico. A la vez, ha quedado inser- carácter, 1957). — Josef Becker,
tada como uno de los elementos de Einführung in die Charakterkunde,
1947. — Sobre el carácter empírico:
la ciencia de los caracteres o carac- C. Prat, Le caractère empirique et la
terología. Esta última procede sobre personne, 1906. — Sobre tipología
todo de Julius Bahnsen (VÉASE ), caracterológica, véase la bibliografía
quien tomó su doctrina caracteroló- en el artículo TIPO; además: Ph.
gica principalmente de Schopenhauer, Lersch, Charakterologische Typolo-
y F. Paulhan. Sin embargo, ya Ribot gie, 1934.
y John Stuart Mill, y aun antes Her- C AR AMU EL LO BKO W ITZ
bart, habían investigado el problema (JUAN) (1606-1682) nac. en Ma-
desde un punto de vista muy seme- drid, estudió en Madrid y Salaman-
jante. En la actualidad la caracte- ca, ingresó en la Orden cisterciense,
rología no se Umita por lo común a y profesó en Alcalá y en los Países
la descripción de los diferentes ca- Bajos (Lovaina), donde polemizó
racteres individuales, sino que pro- contra Jansenio. Fue asimismo durante
cura establecer, junto a una clasi- un tiempo Vicario general en Praga.
ficación sistemática de los caracte- Caramuel se distinguió por su
res desde un ángulo psicofisiològi- espíritu curioso de todo, aficionado
co, un estudio de las influencias que a los descubrimientos modernos y
los determinan, desde la constitución muy inclinado a la aplicación a todas
orgánica hasta la tradición histórica. las cuestiones de métodos aritméticos
La caracterología utiliza, pues, un y geométricos. El autor tenía concien-
grupo de ciencias, y si por un lado cia de su enciclopedismo al estampar
parece ser un mero capítulo de la en uno de sus libros latinos —la Ma-
psicología general, por el otro —espe- thesis biceps— dos sonetos sobre sí
cialmente cuando tiene en cuenta el mismo en los que se leen los siguien-
conjunto de influencias efectivas y tes versos: "Tu Caramuel, en cien-
posibles— rebasa el marco de la psi- cias prodigioso" y "O Caramuel! que
cología. bien a tus quadrantes / Reduces de
Para Kant, el carácter es una ley las causas los momentos / sin que sus
de causalidad de la causa eficiente. exercicios les estorbes".
Puede distinguirse entre un carácter En su filosofía Caramuel se mos-
empírico y un carácter inteligible. El tró ecléctico. Citando a un antiguo
primero es una manifestación del úl- autor, indicó que no es necesario ele-
timo y por eso el carácter empírico gir entre ninguna de las "sectas" (es-
es designado también como carácter cuelas filosóficas) existentes, sino más
fenomenal, es decir, como carácter bien admitir lo que es verdadero en
cuyas acciones son enteramente de- todas ellas: en "estoicos, platónicos,
pendientes de otros fenómenos de epicúreos, aristotélicos" (Rationalis et
acuerdo con leyes naturales constan- realis philosophia). Deseoso de reno-
tes. El carácter inteligible, en cam- var las ciencias y las artes todas, usó
bio, es aquel por el cual el ser con- con frecuencia términos nuevos y cu-
siderado es causa de sus propias riosos, la mayor parte de ellos pronto
acciones sin que pueda ser estimado caídos en desuso. Fue uno de los pri-
como fenómeno. Una doctrina análoga meros en adoptar el nombre "Onto-
sostiene Schopenhauer, quien con- sofía" (véase ONTOLOGÍA), como de-
sidera que el carácter inteligible es signando una ciencia que se ocupa
un acto voluntario enteramente libre, del ente como tal, a diferencia del
situado más allá de toda fenomena- modo como de él se ocupan otras
lidad de tiempo y de espacio, más ciencias, incluyendo la metafísica, si
allá de todo mero obrar, por cuan- bien la ontosofía es propiamente la
to se trata, en último término, de metafísica en cuanto filosofía primera.
un ser. Trató con detalle de los principios
CAR CAR CAR
de esta filosofía primera, incluyendo epistolario con Atanasio Kircher, S. J.", Villalpando se distinguió por sus ex-
entre ellos, por lo demás, no sólo prin- Revista de filosofía, XII [1953], 102- posiciones y minuciosos comentarios
cipios ontológicos, sino también me- 47). — La observación de A. de obras de Aristóteles, especialmente
todológicos. En ética expuso doctri- Pastore, en: "G. G. di L. e la teoría de las obras sobre cuestiones lógicas,
nas considerablemente anti-rigoristas della quantificazione del predicato". dialécticas y físicas. En sus comenta-
Rivista Classici e Neolatini (1905).
y hasta relativistas; en todo caso, muy rios a las Categorías Cardillo defendió
próximas a un probabilismo criticado CARDANO (GIROLAMO) [Hye- una concepción del ente como equí-
por Pascal. ronimus Cardanus] (ca. 1501-1576),
voco y no equívoco o analógico, pero
nac. en Pavía, se distinguió por sus
Caramuel ha sido atacado a veces trabajos matemáticos. En filosofía de- ello no impide, a su entender, que el
por falta de discernimiento y de ma- fendió una concepción organológica, ente sea objeto de la filosofía prime-
duro juicio. Sin embargo, un examen hilozoísta y panteísta del mundo, in- ra. "El ente es equívoco —comenta
cuidadoso de sus obras revelaría po- fluida por diversas corrientes del Re- Marcial Solana (Cfr. infra)— ab uno
siblemente anticipaciones nada desde- nacimiento ( principalmente Nicolás atque ad unum, es decir, refiriéndose
ñables. Una es la que hemos mencio- de Cusa), así como por el neoplato- a todos los predicamentos a uno de
nado antes a propósito de la filosofía nismo y el neopitagorismo. Cardano ellos: los accidentes a la substancia."
primera. Otra es la que ha subrayado unía a esta concepción, que suponía Cardillo se ocupó asimismo largamente
A. Pastore al mostrar que se halla en la existencia de un alma del mundo, de la cuestión de la inmortalidad del
Caramuel una idea ya bastante clara un mecanicismo panmatemático y una alma, recurriendo a argumentos
de lo que fue luego la doctrina ha- teoría del saber, según la cual éste sacados de Aristóteles para demos-
miltoniana de la cuantificación del es propio solamente de una minoría trarla.
predicado. ilustrada, escéptica y crítica, frente a Obras: Commentarii in quinqué vo-
La lista de obras de Caramuel figura la cual una mayoría debe ser mante- ces Porphirii, 1557. — Summula Sum-
en su Mathesis biceps vetus et nova nida, por conveniencia social y política, mularum, 1557. — Isagoge sive In-
(1670), clasificadas en libri hispanici en la credulidad y en la ignorancia. troductio in Aristotelis Dialecticam,
(como la Declaración mística de las 1557. — Commentanrius in libros de
Como Taurellus, y por motivos Priori Resolutione Aristotelis, 1557. —
armas de España, 1619 y el Arte nueva análogos, Cardano suponía que el co-
de Música, 1669 ) y libri latini. Estos Commentarius in libros Aristotelis de
nocimiento verdadero de las cosas Posteriori Resolutione, 1558. — Com-
últimos incluyen libri critici & eruditi,
que tratan de filosofía, teología, puede darse, en última instancia, me- mentarius in Categorias Aristotelis una
astronomía, matemática, etc. Entre los diante la unión extática con Dios y cum questionibus in easdem, 1558. —
libros más propiamente filosóficos (y el mundo inteligible, pero esta unión Commentarius in librum Periherme-
teológicos) mencionamos: Rationalis no suprimía, sino que implicaba, un neias Aristotelis, 1558. — Summa
et realis philosophia (1642). — Theo- dominio de la Naturaleza y de las Dialecticae Aristoteleae, 1558. —
logia moralis (1643). — Mathesis cosas, demostración del puesto singular Commentarius in Aristotelis Tópica,
audax rationalem, naturalem, superna- y elevado que el hombre, algunos 1559. — Apologia Aristotelis adversus
turalem, divinamque sapientiam, arith- hombres, ocupaban en la jerarquía eus qui aiunt sensisse animam cum
meticis, geometrías, catoptricis. . . del mundo. corpore extingui, 1560. — Commen-
fundamentis substruens exponensque tarius in octo libros Psysicorum Aris-
Obras: De vita propria, 1542. — totelis, 2 vols., 1566-1560. — Dispu-
(1644). — Theologia fundamentalis De subtilitate rerum, 1552. — De
(1651, 1656 & 1657). — Severa ar- tationes adversus Protestationem tri-
varietate rerum, 1556. — Edición ginta quatuor haereticorum Augustae
gumentandi Methodus ( 1643, 1644 &
1654). — Metalogica [Progreditur ul- de Opera Omnia: Lyon, 10 vols,, Confessionis, 1568. — Commentarius
tra Logicae metas, & ex Parallelismis 1663. — Salvatore Fimiani, Note ed in quatuor libros Aristotelis de coelo,
ad res Physicas resolvit Quaestiones appunti su la cultura filosófica del ri- 1568 (1576). — Commentarius in
de Formalitatibus] (1654). — Gram- nascimento. G. Cardano, la vita e le duos libros Aristotelis de ortu atque
matica audax ( 1651). — Herculis Lo- opere, 1904. — E. Rivari, La mente interitu. . ., 1569. — Interrogationes
gici labores tres ( 1654 ). — Apparatus di Girolamo Cardano, 1906. — A. Si- naturales, morales et mathematicae,
philosophicus (1657 & 1665). — Theo- mili, G. Cardano nella luce e nell'om- 1573. — La obra de M. Solana referida
logia (lege, Philosophia) rationalis; cu- bra del suo tempo, 1941 (con biblio- supra es Historia de la Filosofía
jus partes sunt Logica Vocalis, Scripta, grafia ). — Ore Oystein, Cardano, the Española. Época del Renacimiento.
Mentalis: Recta, Obliqua (1654). — Siglo XVI, tomo II (1941), págs. 81-
Gambling Scholar, 1953 (trad, del tra- 123, y especialmente pág. 118.
Theologia fundamentalis ( 1651, 1656 tado sobre los juegos, con introduc-
& 1657). — Teologia intentionalis CARDOSO (ISAAC) (1615-ca.
ción y notas informativas).
(1654). — Paradoxium Physico-Ethi- 1680), nacido en Lisboa (o en Ce-
cum, cujus Tomj sunt tres: Primus. CARDENAL CAYETANO. Véase lorico), estudió medicina en Sala-
Logican realiter, & moraliter examinat CAYETANO ( CARDENAL).
manca y vivió en Valladolid, Madrid
(1668); Secundus. Philosophiam, Ju- CARDILLO DE VILLALPANDO y Valencia. Luego emigró a Vene-
risprudentiam, Astronomian, Medici- (GASPAR) (1527-1581) nac. en Se- eia, donde hizo profesión pública de
nam, & c. realiter et moraliter, discu- govia, estudió teología en la Univer-
tit (s/f.); Tertius. Theologiam analogia judaismo. Es considerado como uno
sidad de Alcalá de Henares. Después de los filósofos eclécticos de la época,
servata realiter, ir moraliter exhi-bet de participar activamente en el Con-
(s/f.). — Mathesis biceps vetus et partidario del atomismo y enemigo
cilio de Trento (años 1562 y siguien- de la física hilemórfica aristotélico-
nova, 2 vols. (1670) (I. Vetus. II.
Nova). — Caramuel sostuvo corres- tes ), fue nombrado ( 1575 ) Canónigo escolástica. Cardoso acusó a esta fí-
pondencia con sabios y filósofos (Cfr. de la Colegial Complutense de los sica de no dar cuenta de la realidad,
al respecto: R. Cenai, S. J., "J. C. Su Santos Justo y Pastor. Cardillo de sino de crear engañosos entes de ra-
256
CAR CAR CAR
zón; el atomismo, en cambio, permite, ciales, según normas tales como "Pro- romanticismo, combatió las tenden-
a su entender, explicar completamente mueve con tu acción la socialidad cias materialistas y naturalistas que
los fenómenos naturales. Este del mundo histórico" o "Promueve se manifestaban sobre todo en el utili-
atomismo estaba basado en una teoría con tu acción la unidad-totalidad de tarismo inglés. Representante de una
del conocimiento sensualista que los valores de la personalidad humana concepción individualista de la his-
reflejaba una completa confianza en en el mundo social" (Cfr. el ar-tículo- toria, atribuyó su proceso y su pro-
la información proporcionada por los autoexposición citado en la bi- greso a la acción e influencia de las
sentidos, siempre que fuera confir- bliografía; Sciacca, p. 195). personalidades geniales, dotadas de
mada por la reflexión. Cardoso admi- Obras: Del sistema filosófico dan- enérgico carácter y de gran voluntad
tió dentro de su atomismo la doctrina tesco nella Divina Commedia, 1902. moral. Estas personalidades son los
de los cuatro elementos fundamentales — Il pensiero filosojico-religioso in
y de los cuatro temperamentos. Obra Francesco Petrarca, 1940. — Le for "héroes" con cuyo tejido se forma la
fundamental: Philosophia libera, in me di governo nello Stato presso i historia. Más que una interpretación
septem libros distributa, in quibus Greci, 1905. — Del carattere come filosófica de la historia, pretendía
omnia, quae ad Philosophum formazione psicologica, 1910. — Fra Carlyle, sin embargo, con su indivi-
naturalem spectant, methodice colli- Michelino e la sua eresia, 1912. — dualismo idealista, apoyar su oposi-
guntur, & accurate disputantur, Opus La mente di G. Bovio, 1914. — Avvia ción al utilitarismo y proporcionar a
non solum Medicis & Philosophis, sed mento allo studio della filosofia, 1914. la juventud inglesa de su tiempo un
omnium disciplinarum studiosis uti- — La filosofia di G. Locke, 2 vols., ejemplario moral.
lissimum, Venetiis, 1763. — Véase dello 1920-1921, 2a ed., 1928. — La vita Las principales obras de interés
O. V. Quiroz-Martinez, La introduc- La nostra spirito, 1921, 2a ed., 1940. — filosófico son: Sartor resartus, 1834,
scuola, 1927, 5a ed., 1946.
ción de la filosofía moderna en Es- — Neoscolastica, idealismo e spiritua y On Heroes, Heroeship and the He-
paña 1949, passim. lismo, 1933 (en colaboración con F. roic in History, 1841. — Edición de
CARIDAD. V. AMOR, COMPASIÓN. Olgiati). — La religiosità dell'arte e obras: Works, 34 vols., Londres,
CARLINI (ARMANDO) ( 1878-, detta filosofia, 1934. — Filosofia e 1870 y siguientes (frecuentemente
reimpresa). — Véase asimismo The
1959) nació en Ñapóles. Profesor religione nel pensiero di Mussolini, Correspondence of Thomas Carlyle
1934. — Il mito del realismo, 1936.
desde 1922 en la Universidad de Pisa, — Introduzione alla pedagogia, 1936, and Ralph Emerson, 1834-1872, 2
fue primeramente un adepto del 4a ed., 1946. — Verso la nuova scuo vols., 1894. — Sobre Carlyle, véase:
actualismo de Gentile (VÉASE), de la, 1941. — Saggio sul pensiero fi J. A. Froude, Th. Carlyle, 1882. —
quien partió para desarrollar un espi- losófico e religioso del fascismo, Wilhelm Dilthey, Th. Carlyle [Archiv
ritualismo realista que concordara con 1942. — Principi metafisichi del mon für Geschichte der Philosophie, IV),
el pensamiento católico. El realismo do storico, 1942. — Il problema di 1891 (reimpreso en Ges. Werke, IV).
Cartesio, 1948. — Perché credo, 1950, — W. J. Johnson, TH. Carlyle,
de Carlini no es, pues, totalmente ajeno 2a ed., 1952. — Atta ricerca di me
a algunos supuestos del idealismo stesso. Esame critico del mio pensie 1912. — Louis Cazamican, Th. Car
hegeliano. Esto se manifiesta de ma- ro, 1951. — Filosofia e storia della lyle, 1913. — F. W. Roe, The Social
Philosophy of Carlyle and Ruskin,
nera muy especial en su concep- filosofia, 1951. — Cattolicesimo e pen 1921. — Wilhelm Vollrath, Th. Car
ción de la religiosidad del arte y de siero moderno, 1953 (trad, esp.: Ca lyle und H. St. Chamberlain, 1985.
tolicismo y mundo moderno, 2 vols.,
la filosofía. En efecto, el arte une, 1960-1961). — Breve storia della — L. Marvin Young, Th. Carlyle
en el plano sensible, al mundo con filosofia, 1957. — Che cos'è la me and the Art of History, 1939. — Er-
Dios. Por eso el artista descubre, en tafisica? Polemiche e ricostruzione, nest Seillière, Un précurseur du Na-
la autoconciencia que sobrepasa a lo 1957. — Studi gentiliani, 1958. — Le tiomal-Socialisme. L'actualité de Car
histórico y determinado, lo trascen- ragioni della fede, 1959. — Autoexpo- lyle, 1939. — Hill Shine, Carlyle and
dente. Lo mismo ocurre con la filo- sición en el artículo "Lineamenti di the Saint-Simonians, 1941. — Una-
sofía; en ella se manifiesta claramente una concezione realistica dello spirito
umano", en Filosofi italiani contem
muno dedicó a Carlyle un ensayo
(Maese Pedro. Notas sobre Carlyle),
la naturaleza de los actos trascendentes poranei, 1944, ed. M. F. Sciacca, págs. del año 1902, recogido en Ensayos,
que conducen hacia lo absoluto y 183-97. — Véase M. F. Sciacca, "Il tomo III, 1916. Sobre Unamuno y
unen el pensamiento filosófico con la pensiero filosófico di A. C.", Archivio Carlyle véase el estudio del mismo
vida religiosa. Todo el esfuerzo de di storia della filosofia italiana, 3 título, de Carlos Clavería (Cuader
Carlini parece dirigido, así, a un re- (1937). —Id., id., Il Secolo XX, 1942, nos Hispanoamericanos, N° 10, 1949,
conocimiento de la trascendencia, sin col. II. — L. Pareyson, "Presisten-
zialismo di A. C.", Giornale critico recogido en Temas de Unamuno,
verse obligado por ello a adherirse a detta filosofia italiana, V-VI (1941), 1953). A la relación entre los dos
un realismo completo. La metafísica 1-2 (1942). — George Uscatescu, escritores se refiere también Alan
critica como metafísica de la "Filosofia italiana contemporànea: A. Carey Taylor en Carlyle et la pensée
problematicidad es la única que per- C.", Revista de Filosofía, XVI (1957), latine, 1937 (tesis).
CARNAP (RUDOLF) nac. (1891)
mite acoger dentro del reino de la 303-19. — M. T. Antonelli, G. Chia en Runsdorf, cerca de Barmen
fe ciertos "mitos" filosóficos. Por eso la vacci, M. Gentile, A. Guzzo et al., nù
mero especial sobre A. C. en Giornale (hoy Wuppertal, Westfalia), ha sido
metafísica crítica es, en el fondo, una di Metafisica, XV, 6 (Nov.-Dic., 1960). profesor en Viena (1926-1931), Pra-
descripción inteligible de los actos de CARLYLE (THOMAS) (1795- ga (1931-1935), Chicago (1938-
trascendencia, inclusive de la 1881) nació en Ecclefechan (Esco- 1954) y Los Angeles (desde 1954).
trascendencia del alma por si misma. cia). Muy influido por la filosofía Cinco aspectos pueden ser subrayados
La idea metafísica puede inclusive idealista alemana y por la poesía del en su trabajo filosófico, lógico y se-
formularse en términos histórico-so- miótico, correspondientes aproximada-
257
CAR CAR CAR
mente a cinco fases: el aspecto crí- La insistencia en el aspecto sintácti- 1934 (El tema de la lògica de la cien-
tico-filosófico, el aspecto del análisis co conducía, sin embargo, a dificulta- cia). — Logische Syntax der Sprache,
de la constitución, el de la sintaxis des que obligaron a Carnap a prestar 1934 (Sintaxis lógica del lenguaje; am-
lógica del lenguaje, el semántico, y el considerable atención a la semántica. pliada en trad, inglesa: The Logicai
del examen de la inducción. Daremos Syntax of Language, 1937 ). — Foun-
Los detallados estudios semánticos de dations of Logic and Mathematics,
breve noticia de ellos, advirtiendo que Carnap han abarcado tanto los pro- 1939 (International Encyclopedia of
se encontrarán informaciones comple- blemas semánticos en general como Unified Science, vol. I, N° 3). — Stu-
mentarias en varios otros artículos, los de la formalización de la lógica. dies in Semantics (I. Introduction to
entre los cuales mencionamos ANALÍ- Importantes son también al respecto Semantics, 1942; II. Formalization of
TICO Y SINTÉTICO, CONSTITUCIÓN , FI- sus estudios acerca de la modalidad. Logic, 1943). Se considera como to-
SICALISMO, INDUCCIÓN, METALENGUA- Durante los útlimos años Carnap se mo III el libro Meaning and Neces-
JE , MODALIDAD , NOMBRE , ONTOLO- ha ocupado intensamente de la ela- sity. A Study in Semantics and Modal
GÍA, PROBABILIDAD, SEMÁNTICA, SIN- boración de un sistema de lógica in- Logic, 1947, 2a ed., 1958. — Logicai
TAXIS, SIGNIFICACIÓN, SIGNO. ductiva a base de un examen de la
Foundations of Probability, I, 1950; 2a
ed., rev., 1962. Se anuncia t. II, del
El aspecto crítico-filosófico se con- probabilidad como grado de confir- cual hay anticipación en el folleto The
centra en su primer análisis del pro- mación y del supuesto de que todo Continuum of Inductive Methods,
blema del espacio. Resuenan en él razonamiento inductivo es un razona- 1932. Los dos tomos tendrán como tí-
las influencias kantianas, si bien de miento en términos de probabilidad. tulo común Probability and Induction.
un Kant interpretado en sentido crí- La lógica inductiva de Carnap es an- El contenido del tomo I fue anticipado
tico-fenomenista y lógico-regulativo. tipsicologista y no presupone ninguna en los artículos "Testability and Mean-
El análisis de la constitución se de las doctrinas que las lógicas induc- ing", Philosophy of Science, III (1936),
basa en una teoría en la cual se or- tivas clásicas estimaban indispensa- 419-71, IV (1937), 1-40, y "On
denan los diferentes sistemas de ob- bles, tales como, por ejemplo, la de
the Application of Inductive Logic",
Philosophy and Phenomenological
jetos o conceptos según grados. 'Cons- la regularidad de los fenómenos natu- Research, III (1947). — Resumen y
tituir' equivale para Carnap a 'redu- rales. Advertiremos que la preponde- refundición por Wolfgang Stegmüller,
cir', pero esta reducción ha de en- rante atención a la elaboración de Induktive Logik und Wahrscheinlich-
tenderse en sentido lógico-sistemático dicha lógica no ha impedido a Carnap keit, 1959. — Einführung in die sym-
y no metafísico. La teoría carnapiana ocuparse asimismo con frecuencia de bolische Logik, 1954, nueva ed., 1960.
de la constitución puede ser consi- problemas lógicos y semánticos y — Sobre la teoría de la constitución
derada como una ontología de base de reiterar ciertos puntos de vista de Carnap: Josef Burg, Konstitution
lógica en el curso de la cual se carac- —tales, la oposición a la ontología; und Gegenstand im logistischen Neu
positivismus R. Carnaps 1935 (Dis.).
terizan los objetos mediante "meras la estricta separación de expresiones — Sobre su teoría de la verdad: D.
propiedades estructurales" o por en analíticas y sintéticas, etc.— que R. Cousin, "Camap's Theories of
"ciertas propiedades lógico-formales se habían ya manifestado en las fa- Truth" (Mind., LXIV, N° 233, 1950,
de relaciones o tramas de relaciones". ses anteriores. págs. 1-22). — Sobre lógica inductiva:
La teoría de la constitución se halla Obras principales: Der Raum. Ein E. H. del Busto, Las teorías moder
dentro de las orientaciones del Círculo Beitrag zur Wissenschaftslehre, 1922 nas de la probabilidad. La probabili
de Viena ( VÉASE ) del que Carnap (El espacio. Contribución a la teoría dad y la lógica inductiva de C., 1955
fue uno de los principales represen- de la ciencia). — Physikalische Be- (monografía). — P. Filiasi Carcano,
tantes. Ligada a la misma se encuen- griffsbildung, 1926 (Conceptuación L. Apostel, G. Petri, L. Geymonat,
fisicalista). — Der logische Aufbau artículos en número especial de Rivis-
tra su elaboración del fisicalismo, su der Welt. Versuch einer Konstitu- ta critica di storia della filosofia,
crítica de la metafísica y la elabora- tionstheorie der Begriffe, 1928 (La Año X, fase, v-vi (1955), dedicada
ción de la sintaxis lógica del lenguaje. estructura lógica del mundo. Ensayo a R. Carnap (bibliografía de y so
Según Carnap, hay que distinguir en- de una teoría de la constitución de bre Carnap por A. Pasquinelli ). —
tre el modo formal y el modo material los conceptos). — Scheinprobleme in Wolfgang Stegmüller, Das Wahrheit
de hablar. Cuando se olvida tal dis- der Philosophie. Das Fremdpsychi- sproblem und die Idee der Semantik.
tinción se recae en la metafísica y, sche und der Realismusstreit, 1928 Eine Einführung in die Theorie von
por lo tanto, en la confusión entre las (Problemas aparentes en la filosofía. A. Tarski und R. Carnap, 1957. —
proposiciones y las pseudo-proposicio- Lo psíquico ajeno y la discusión en Jerzy Pelc, Poglady Rudolfa Carnapa
nes. Las proposiciones metafísicas son,
torno al realismo). — Abriss der 'Lo- na kwestie znazcenia i oznaczania,
gistik, mit besonderer Berücksichti- 1960 (Las ideas de R. C. sobre los
en efecto, a su entender pseudo-pro- gung der Relationstheorie und ihrer problemas del sentido y de la denota
posiciones que parecen tener referen- Anwendungen, 1929 (Compendio de ción). — Nùmero de Synthese, Vol.
tes objetivos, pero no los tienen. Hay logística, con especial consideración XII, N° 4 (Diciembre 1960) dedica
que ver, por consiguiente, de qué de la teoría de la relación y de sus do a R. C. con motivo de su 70°'
modos pueden formularse correcta- aplicaciones). — "Ueberwindung der ani
mente proposiciones, esto es, hay que Metaphysik durch logische Analyse versario [véanse especialmente artícu
examinar en cada caso si las "propo- der Sprache", Erkenntnis, II (1931), los de W. v. Quine, "C. and Logicai
siciones" formuladas obedecen o no 219-41 (trad, esp.: La superación de Truth", y Karl Dürr, "Beleuchtung
a las reglas sintácticas del lenguaje.
la metafísica por medio del análisis von Anwendungen der Logistik in
lògico del lenguaje [Centro de Estu- Werken von R. C."].
La filosofía acaba siendo definida dios filosóficos. Univ. de México,
inclusive como un "análisis lógico del CARNÉADES (ca. 214-129 antes
Cuad. 10; con notas del autor]). — de J. C.) de Cirene fue escolarca de
lenguaje". Die Aufgabe der Wissenschaftslokig, la Academia Nueva, desde 156 hasta

258
CAR CAR CAR
su muerte. Enviado con el estoico Estas últimas tienen que transmigrar niones tanto metafísicas como físicas
Diogenes y el peripatético Critolao hasta purificarse. Junto a estas doc- del filósofo fueron objeto de apasio-
a Roma por los atenienses para de- trinas, Carpócrates mantuvo la tesis nados debates. Éstos no se confinaron
fender ante el Senado la resistencia de que Jesús es el Hombre Per- a los círculos filosóficos, científicos
de Atenas a cumplir un castigo im- fecto, de alma absolutamente pura; o teológicos, sino que penetraron
puesto a la ciudad, la estancia de los por ello es el Redentor de las almas profundamente en los artísticos y li-
tres filósofos en la metrópolis domina- caídas. terarios y hasta en "la sociedad", co-
dora representa uno de los hechos Véase bibliografía de GNOSTICISMO. mo lo muestran los tan frecuentemente
decisivos en la historia de la influen- CARR (HERBERT WILDON) citados versos de Moliere en Les
cia del pensamiento griego sobre el (1857-1931), profesor en King's Colle- femmes savantes (Act. III, esc. ii):
mundo romano. Continuador de Ar- Bélise: Je m'acommode assez pour
cesilao y adversario de todo dogma- ge, de Londres, a partir de 1918, y
de la Universidad de Southern Cali- moi des petits corps / Mais le vide a
tismo, Carnéades sostiene que no hay souffrir me semble difficile, / Et je
posibilidad de distinguir de un modo fornia, desde 1925, se opuso al meca-
nicismo materialista y defendió una goute bien mieux la matiere subtile.
absoluto entre las representaciones — Trissotin: Descartes pour l'aimant
verdaderas y las falsas, por lo cual filosofía neoevolucionista influida
precisa establecer un criterio de ver- por el bergsonismo, por el actualis- donne fort dans mon sens. — Arman-
dad teórica y práctica, que encuentra mo italiano, por ciertas formas de he- de: J'aime ses tourbillons. — Phila-
en las nociones de lo verosímil, lo gelianismo, por el neovitalismo y por minte: Moi, ses mondes tombants,
probable y lo persuasivo. Las ense- ciertas interpretaciones de la ciencia a los cuales podrían agregarse otros
ñanzas de Carnéades —el cual com- moderna, en particular de la teoría testimonios literarios y de descripción
batió sobre todo la doctrina estoica de la relatividad. Muchas de las ideas y crítica de costumbres. El propio
del destino— fueron difundidas por de Carr muestran afinidad con el Descartes dedicó parte de sus escritos
su discípulo Clitómaco. pragmatismo contemporáneo; otras, —públicos, como las Respuestas a
C. Vick, Quaestiones Carneadeae, con las concepciones que defienden las Objeciones a las Meditaciones
1901. — B. Detmer, Kameades und la evolución emergente (VÉASE). El metafísicas, y privados, como las nu-
Hume, ihre Wahrscheinlichkeistheo- desarrollo de todas estas tendencias merosas referencias que hallamos en
rien, 1910. — Véase también V. Bro- y el interés por unir los resultados de la correspondencia— a contestar a
chard, Les sceptiques grecs, 1887 la física con reflexiones metafísicas sus críticos, tanto a los que se opo-
(trad, esp.: Los escépticos griegos, lo condujo a la formulación de una nían a sus tesis (físicas, metafísicas
1944. Libro II, caps, iv y v) y D. teoría monadológica, afín a la leibni- y teológicas) como a los que discu-
Armand, Fatalisme et liberté dans. ziana, pero de carácter más fuerte- tían su originalidad. (Sobre este úl-
l'antiquíté grecque, 1948. — Artículo mente idealista que ésta. timo punto véase ALMA DE LOS BRU-
de H. von Arnim sobre Carnéades Obras principales: The Problem TOS, COGITO ERGO SUM. ) Las referen-
(Karneades) en Pauly-Wissowa. of Truth, 1913. — The General Prin- cias a favor y en contra de Descartes
CARPÓCRATES de Alejandría (fl. cipie of Relativity in Its Philosophi- fueron tan numerosas durante el si-
co. 130) fue uno de los representan- cal and Historical Aspects, 1920. — glo XVII y primera mitad del siglo
tes del gnosticismo (VÉASE) especu- A Theory of Monads. Outlines of the XVIII, que, como lo ha mostrado F,
lativo, aun cuando sus tendencias al Philosophy of the Principie of Re- Bouillier, la historia de la filosofía
lativity, 1922. — The Scientific en esta época coincide en parte con
respecto fueron considerablemente Approach to Philosophy: Selected
más sobrias que las de Valentino o Essays and Reviews, 1924. — Chan- la historia del cartesianismo. Nos li-
Basílides. Se trataba de un gnosticis- ging Backgrounds in Religion and mitaremos a algunos datos esenciales.
mo fuertemente influido por el pla- Ethics, 1927. — The Unique Status Entre los partidarios de Descartes
tonismo ecléctico. Había en él dos of Man, 1928. — The Freewill Pro- figuran ante todo el Padre Mersenne
tesis capitales. Por un lado, Carpó- blem, 1928. — Cogitans Cogitata, y el llamado círculo de Mersenne,
crates afirmaba que el Dios supre- 1930 (obra capital sintética). que veía en el mecanicismo carte-
mo e increado, la máxima Unidad, CARTESIANISMO. La influencia siano una posibilidad de combatir al
había producido los espíritus inferio- ejercida por Descartes (Cartesius) ateísmo. También defendieron mu-
res, los cuales a su vez habían produ- ha sido considerable en toda la época chas tesis cartesianas algunos janse-
cido el mundo. Esta producción se moderna y a ella sobre todo suele nistas —la llamada lógica de Port-
aproxima, según Carpócrates, más a la darse el nombre de cartesianismo. Royal (VÉASE), por ejemplo, es esen-
emanación que a la creación. Por otro Sin embargo, el cartesianismo como cialmente cartesiana—, y especial-
lado, Carpócrates mantenía que las concepto usado en la historia de la mente los oratorianos, quienes, si-
almas humanas han existido con an- filosofía abarca tanto la adhesión a guiendo una tendencia que culminó
terioridad a la producción del mundo las doctrinas de Descartes o el des- en Malebranche, vieron en el carte-
y que han vivido en el seno de la arrollo de alguno de sus pensamien- sianismo una especie de renovación
Unidad Máxima. Desde el mismo han tos fundamentales como las diversas del agustinismo. En los problemas
descendido (o caído) a la existencia manifestaciones de oposición al filó- planteados por Descartes se basaron
terrestre y se esfuerzan por regresar sofo o a sus partidarios, En este se- los filósofos que se reúnen bajo el
a su fuente originaria. Las almas gundo sentido más amplio tomamos nombre de Ocasionalismo y también
más puras poseen el recuerdo de su el término 'cartesianismo' en el pre- —aunque solamente en cierta medi-
existencia anterior; las más impuras sente artículo. da— Spinoza. A fines del siglo XVII
se hallan sumergidas en el olvido. Ya en vida de Descartes las opi- el cartesianismo fue ardientemente
259
CAR CAR CAR
defendido por Sylvain Régis (1632- asimismo a Descartes. Aquí también, los pensadores que de un modo más
1707) en sus obras Systeme de phi- no obstante, se experimentaron cam- explícito han tomado una actitud de-
losophie contenant la logique, la mé- bios notables; después de al parecer finida frente al cartesianismo en la
taphysique, la physique et la morale irreductibles conflictos entre atomis- época actual mencionaremos aquí a
(1690) y Réponte a la Censure (1691), tas y cartesianos, el siglo XVIII vio cuatro: E. Husserl, G. Ryle, Franz
esta última contra D. Huet (1630- varios intentos de conciliar las dos co- Böhm y J. Maritain. Respecto a
1721), el cual fue primero un entu- rrientes, y de encontrar puntos comu- Husserl, se ha hablado inclusive de
siasta cartesiano, pero combatió luego nes entre Descartes y Gassendi. Otra un neo-cartesianismo, aun cuando es
violentamente el cartesianismo, entre oposición a Descartes vino de parte obvio que lo que hay de cartesiano
otros motivos por la oposición de éste de Vico y de quienes rechazaban que en el citado filósofo es casi única-
a la erudición (Censura phi-losophiae el conocimiento de los hechos y de mente el problema y en modo alguno
cartesianae, 1689, y Traite "lo hecho" no tuviera importancia en el método o las soluciones ofrecidas.
philosophique de la faiblesse de l'es- filosofía. Finalmente, hay que contar De todos modos, es significativo el
prit humain, 1723). Es sabido hasta hecho de que una de las obras de
la oposición que en el siglo xvm se
qué punto los problemas dilucidados Husserl haya sido titulada Medita-
manifestó contra el cartesianismo
por Hobbes, Locke, Leibniz y otros ciones cartesianas. Respecto a Ryle
no podrían ser entendidos sin referen- —particularmente contra el sistema
del mundo cartesiano— por parte de y Böhm, se han manifestado en opo-
cia al cartesianismo. Éste se difundió sición a Descartes: Ryle, por motivos
mucho no solamente en Francia, sino los filósofos defensores de la nueva
filosofía natural, centrada en torno a filosófico-psicológicos, tal como lo he-
también en los Países Bajos (Hee- mos visto en los artículos CUERPO y
reboord —"aristotélico-cartesiano"—, la física newtoniana, y del nuevo
empirismo, agrupado principalmente RYLE ( GILBERT); Böhm, por motivos
Lambert Welthuysen, Heidanus, Vol- más bien filosófico-políticos. El anti-
der, Tobie Andre, Ruardus Andala), alrededor de Locke. El antiinnatismo
cartesianismo político de Böhm (Anti-
Inglaterra (Antoine Le Grand), Ale- (véase INNATISMO) desempeñó en
Cartesianismus. Deutsche Philosophie
mania (J. Clauberg), Italia (con el estas últimas tendencias un papel ca- im Widerstand, 1938) se manifiesta,
gran cartesiano Michele Angelo Far- pital. Como señala Bouillier (His- en efecto, en su declaración de que
della [1650-1718], que fue asimismo toire, II, 560), "todo el siglo XVIII "Descartes es nuestro más inmediato
agustiniano y malebranchista, y G. S. repetirá lo que dijo [Voltaire] ) : que enemigo filosófico" cuando lo exa-
Gerdil [1718-1802]). La oposición no la filosofía de Locke es respecto a la minamos desde el punto de vista "his-
fue menos viva que la adhesión: no de Descartes y Malebranche lo que tórico-real" y no simplemente filosó-
solamente hubo numerosas críticas la historia es a las novelas". "Todo fico. Para Böhm, toda la "verdadera"
filosóficas, teológicas, físicas y hasta el siglo xvm" es, con todo, una exa- filosofía alemana es anti-cartesiana y
morales, sino que hubo varias geración notoria; no solamente hay anti-racionalista, opuesta, por lo tanto,
condenaciones públicas, como un todavía cartesianismo en las tenden- al "universalismo vacío" y a la
Decreto de la Congregación del ín- cias eclécticas antes aludidas y en la tendencia a la "desrealización" ca-
dice (como consecuencia de indica- persistencia del "espíritu cartesiano", racterísticos del filósofo francés. La
ciones hostiles sobre el cartesianismo sino también en defensas explícitas filosofía alemana está atenta a la
dadas por la Universidad de Lovai- de la física de Descartes, como las "realidad", lo que significa, al enten-
na), una prohibición verbal del Rey de Bernard Le Bovier de Fontanelle der de Böhm, a la realidad de la
de Francia enviada a la Universidad (1657-1757: Entretiens sur la plura- tradición germánica, único funda-
de París por el Arzobispo de la lité des mondes, 1686; Èloge de New- mento de la filosofía alemana del fu-
misma ciudad en 1671, etc. Todas ton, 1727 y, sobre todo, Theorie des turo. Las implicaciones políticas de
estas prohibiciones, sin embargo, tourbillons cartésiens avec des réfle- este anti-cartesianismo no necesitan
toparon con grandes dificultades a xions sur l'attraction, 1752) y Jean ser demostradas ni han sido, por lo
consecuencia de la difusión no so- Terrasson (1670-1750: Philosophie demás, ocultadas por su propio au-
lamente del cartesianismo, sino tam- applicable a tous les objets de l'esprit tor. En cuanto a Maritain, su oposi-
bién, y hasta podríamos decir es- et de la raison, 1751). ción a Descartes se debe a que este
pecialmente, del espíritu cartesiano, Por otro lado, es comprensible que filósofo cometió, a su entender, el
como se advierte, por ejemplo, en en virtud del carácter fundamental "pecado" específicamente moderno:
Bossuet, cuya oposición a muchas del pensamiento cartesiano y del pa- el endiosamiento del hombre. Esto
de las doctrinas de Descartes no pa- pel desempeñado por él en la histo- puede parecer sorprendente si se tiene
rece incompatible con la aceptación ria de la filosofía moderna, inclusi- en cuenta el papel que desempeña
de tal espíritu. Se opusieron también ve muchos de los pensadores con- Dios en el pensamiento de Descartes.
al cartesianismo muchos aristotélicos Maritain concluye, sin embargo, que
temporáneos hayan manifestado una
y la mayor parte de los jesuítas, si tal endiosamiento es una consecuencia
bien en este último caso la oposición determinada actitud frente al car-
tesianismo de acuerdo con las ten- de la concepción angélica que
no se mantuvo de un modo cons- Descartes se hizo del entendimiento
tante y firme a lo largo de toda la dencias básicas de sus propias filo-
sofías. Esto significa que el carte- del hombre.
época moderna, ya que desde el siglo Véase la bibliografía del artículo
XVIII vemos intentos de conciliar sianismo —como toda gran filosofía
DESCARTES. Además, sobre el carte-
cartesianismo y otras tendencias. Los del pasado, por lo demás— no es sianismo en general y especialmente
empíricos y escépticos se opusieron algo muerto, sino que sigue vigente sobre el cartesianismo en Francia:
aun en quienes lo rechazan. Entre
260
CAR CAR CAS
Bordas-Demoulin, Le Cartésianisme, 1887. — E. J. Dijksterhuis y otros pecto es menor que la de Boecio.
1843. — F. Bouillier, Histoire de la autores, Descartes et le cartésianis- Sus principales obras de interés fi-
Philosophie cartésienne, 2 vols., 1854; me hollandais, 1951 (solamente los losófico y teológico son las Institu-
3a ed., 1868. — E. Saisset, últimos capítulos del libro se refie- tiones theologiae, cuyo libro II, titu-
Précurseurs et disciples de Descartes, ren al asunto anunciado. En la citada lado De artibus ac disciplinis libera-
1862 (trad, esp.: Descartes, sus Histoire de F. Bouillier hay dos
precursores y sus discípulos). — A. capítulos sobre el cartesianismo en lium litterarum es una enciclopedia
Espinas, ''Pour l'histoire du los Países Bajos). — C. Louise de las artes liberales muy usada en
cartésianisme", Revue de Thijssen-Schoute, Nederlands Carté- las escuelas monásticas; el Liber de
Métaphysique et de Morale, XIV sianisme, 1954. — Paul Dibon, La anima, influido por el De statu ani-
(1906), 265-93. — Varios autores, philosophie néerlandaise au siede mae de Claudiano Mamerto y por los
Travaux de Xe Congrès Internatio- d'Or, t. I, 1954. — L. Chmaj, "Kar- tratados sobre el alma de San Agus-
nal de Philosophie (Ètudes carte- tezjanism e Polsce w XVII i XVIII tín, especialmente en lo que toca a
siennes, VII, VIII), 1937. — Véase w." Mys filozoficzna, V (1956), 67- la doctrina de la inmaterialidad del
asimismo la parte sobre el cartesia- 102 (''El cartesianismo en Polonia en alma y a la solución dada a esa cues-
nismo en las historias de la filosofía los siglos XVII y XVIII"). — L. C.
citadas en el artículo FILOSOFÍA Rosenfield, Peripatetic Adversaries of tión tan debatida por los neoplatóni-
(HISTORIA DE LA), especialmente la Cartesianism in Seventeenth Century cos y los Padres de la Iglesia. Ejer-
de Ueberweg (tomo III) y la parte France, 1957. — Sobre las objeciones cieron también considerable influencia
titulada L'età cartesiana, en la Storia al cartesianismo: P. Carabellese: Le sus escritos lógicos gramaticales y
detta filosofia de Guido de Ruggiero. obiezioni al cartesianesimo (vol. II. retóricos.
Además: C. Carbonara, Cartesio e La dualità, 1947). Obras de Casiodoro en Migne,
la tradizione ontologica, 1945 (más CARVALHO (JOAQUIM DE) P. L. LXIX-LXX. Edición de escri-
bien sistemático que histórico: defen- (1892-1958), nac. en Figueira de Foz tos retóricos por C. Hahn, Rhetores
sa de la "metafísica clásica"). — G. (Portugal), profesó en la Universidad latini minores, Lipsiae, 1863. — Véase
Bontadini, Studi su la filosofia dell' A. Franz, M. A. Cassiodorus Senator,
età cartesiana, 1947 (lo mismo que de Coimbra y en la Escuela Normal ein Beitrag zur Geschichte der theo-
el anterior). — A. G. A. Balz, Car- Superior portuguesa. Sus más impor- logischen Literatur, 1872. — G. Mi-
testen Studies, 1951 (sobre Courde- tantes contribuciones lo fueron en his- nasi, M. A. Cassiodoro, Senatore,
moy, Clerslier, Rouhault, L. de la toria de la filosofía a partir de su tra- 1895. — Ph. Lehmann, "Cassiodor-
Chambre, S. Sorbiere, L. de la For- bajo sobre León Hebreo: "Leáo He- studien", Philologus, 1917, págs. 351-
ge, J. Clauberg y varios temas: oca- breu, Filósofo" (1919). 83. — A. Van de Vyver, "Cassiodo-
sionalismo, alma de los brutos, para- Tuvo a su cargo la publicación de re et son oeuvre", Speculum, 1931,
lelismo alma-cuerpo, etc.). — Émile obras de Pedro Nunes (Núñez) y de págs. 244-92. — G. Bardy, "Cassiodo-
Callot, Problèmes du cartésianisme, re et la fin du monde ancien", Année
1956 (especialmente sobre D. Male- Francisco Sanches (Sánchez); de este
último editó las Opera philosophi-ca théologique (1945), págs. 383-425.
branche, Spinoza). — Sobre la in- — L. W. Jones, C. Senator, 1946.
fluencia del cartesianismo en los je- ( 1955 ) con extensa introducción a su
pensamiento. La mayor parte de los CASO (ANTONIO) (1883-1946)
suitas franceses: G. Sortais, "Le car- nac. en la ciudad de México, desta-
tésianisme chez les Jésuites français trabajos de Joaquim de Carvalho
au XVIIe et au XVIIIe siècles, Ar- estuvieron encaminados a preparar cóse filosóficamente en sus confe-
chives de philosophie, IV 3 (1929), los materiales para una historia de la rencias de 1909, en el curso de las
253-61, — Sobre cartesianismo y filosofía en Portugal que incluyera la cuales se enfrentó con el positivismo
jansenismo: J. Kohler, Jansenismus historia de la ciencia. tan arraigado en México desde la
und Cartesianismus, 1905. — Sobre Cruz Malpique, en Miscelanea de época de Barreda. A dicha tendencia
la escolástica cartesiana: J. Bohatec, opuso Caso las nuevas corrientes, par-
Die cartesische Scholastik, 1921. — Estudos a Joachim de Carvalho, N° 2
(1959), 100-43. ticularmente las que, postulando una
Sobre el cartesianismo en diversos ampliación de la experiencia, permi-
países: Ramón Cenai, S. J. "Carte- CASIODORO (FLAVIUS MAG-
sianismo en España. Notas para su NUS AURELIUS CASSIODORUS) tían superar el positivismo sin re-
historia (1650-1750)", Revista de la (ca. 490-ca. 570), nac. en Sylacium trotraerse a posiciones anteriores a
Universidad de Oviedo. Serie de Fi- [Squillare] (Calabria), amigo y discí- él. Tanto en la citada fecha como pos-
losofía y Letras, 1945, págs. 5-97 (hay pulo de Boecio y servidor como él de teriormente Caso procuró dar a co-
tirada aparte). Cenai menciona como Teodorico, fundó el monasterio de Vi- nocer a los interesados en filosofía
cartesianos españoles: Diego Matheo varium, en el sur de Italia, y desarro- de su país y de Hispanoamérica en
de Zapata, Gabriel Álvarez de Tole- lló allí una intensa actividad filosófica general las tendencias que contribu-
do, Miguel Jiménez Melero, Juan yeron a formar el nuevo ambiente
Bautista Corachán, Jaime Serverà, y teológica. La importancia de Casio-
doro consiste principalmente en su filosófico: Boutroux, Meyerson, el
hasta cierto punto Tomás Vicente bergsonismo, la fenomenología de
Tosca, Alejandro de Avendaño, si transmisión a la Edad Media de con-
bien precisando que la mayor parte ceptos procedentes de la cultura an- Husserl, etc. Ahora bien, Caso no se
de ellos fueron maignanistas más bien tigua y en su esfuerzo por armonizar limitó a una labor de difusión, sino
que cartesianos (véase ATOMISMO). — tales conceptos con la teología cris- que trabajó en la elaboración de su
Werner, Die Cartesisch-Malebranchis- tiana. También se le debe la acuña- propio pensamiento. Éste no tiene
che Philosophie in Italien, 1883. — ción de algunos vocablos que luego una forma sistemática, pero sí, en
L. Berthe de Besaucèle, Les Carté- pasaron al vocabulario filosófico es- cambio, un núcleo de motivos e ideas
siens d'Italie, 1920 (tesis). — Scer- relativamente invariables. Lo más im-
bo, G. B. Vico e il cartesianismo a colástico. Sin embargo, la amplitud
de la obra de Casiodoro en este res- portantes son las tendencias plura-
Napoli, 1933. — G. Monchamp, His-
toire du cartésianisme en Belgique,
261
CAS CAS CAS
listas en la concepción de la realidad, y la filosofía de los valores, 1933. — en efecto, ha dejado Cassirer de de-
la preocupación por los impulsos des- La filosofía de Husserl, 1934. — El fender lo que llama la gran tradición,
interesados (frente a la exclusiva in- acto ideatorio, 1934. — Meyerson y del idealismo, de Platón a Kant, pa-
sistencia en el rendimiento), la con- la física moderna, 1940. — La perso- sando por Descartes y Leibniz. El
na humana y el Estado totalitario, interés por la conceptuación, primero
fianza en el poder de la intuición 1941. — Positivismo, neopositivismo
—tanto de las esencias como de las y fenomenología, 1941. — El peli- en las ciencias de la Naturaleza, y
existencias— en la filosofía, la idea gro del hombre, 1942. — Filósofos luego en las ciencias del espíritu, ha
de esta última como una síntesis de y moralistas franceses, 1943. — Mé- de ser entendido desde el citado án-
los resultados, aparentemente opues- xico: apuntamientos de cultura pa- gulo. Cassirer averigua, en efecto, los
tos, de la ciencia, la moral y el arte, tria, 1943. — Ensayos polémicos so- diversos modos de la conceptuación,
así como del mundo físico y el mundo bre la escuela filosófica de Marbur- pero no por medio de una jerarquía
cultural. La síntesis se opera es- go, 1945 (con Guillermo Héctor Ro- platónico-aristotélica de los conceptos,
pecialmente en el mundo concebido dríguez). — Véase A. Gómez Ro- sino mediante el supuesto de la es-
bledo, José Gaos, Oswaldo Robles, tructura funcional de éstos. Los con-
como caridad, pues en ésta llega a L. Zea, R. Moreno, J. Hernández
culminación lo real. Pero la síntesis Luna, E. S. Brightman, D. García ceptos utilizados en la conceptuación
no significa para Caso absorción de Bacca, E. Uranga, S. Ramos, J. M. científica no son, desde luego, "rea-
los otros momentos, los cuales que- Terán, L. Recasens Siches, Homena- les". Pero no son tampoco puras for-
dan justificados en las respectivas es- je a Antonio Caso, 1947. malidades vacías; son conceptos fun-
feras de la realidad. CASSIRER (ERNST) (1874-1945), cionales articulados en series, no co-
Caso ejerció sobre todo influencia nac. en Breslau, profesor en Berlín locados por encima o por debajo de
a través de sus enseñanzas orales; (1906-1919), Hamburgo (1919-1933) los experimentos u observaciones, sino
con razón ha sido considerado como y, desde su exilio (1933), en Göte- formando desde el comienzo la trama
el animador del movimiento filosófi- borg (Suecia) y en EE. UU. (Yale, conceptual de éstos. La conceptua-
co mexicano durante las últimas dé- Columbia), perteneció formalmente a ción científica es por ello la forma-
cadas. Entre los representantes del la dirección neokantiana de la Escuela ción de una serie de instrumentos o
mismo citamos a Samuel Ramos, de Marburgo (VÉASE ), aun cuando la medios —tales como las "entidades'' y
Eduardo García Máynez, Francisco amplitud de sus temas y la las leyes de la física— por medio de
Larroyo, Guillermo Héctor Rodríguez, multiplicidad de sus intereses le hi- los cuales la realidad queda arti-
Adolfo Menéndez Samará, Miguel cieran ensanchar el cauce de dicha culada y aprehendida. Estos instru-
Ángel Cevallos, Leopoldo Zea, Os- Escuela. En todo caso, su filiación mentos, repetimos, no son realidades,
waldo Robles, Antonio Gómez Roble- marburgiana se muestra en su cons- pero tampoco ficciones cómodas; hay
do (Política de Vitoria, 1940. Cris- tante interés por los problemas epis- en ellos por lo menos la objetividad
tianismo y filosofía en la experiencia temológicos, y en particular por su de las referencias y la posibilidad de
agustiniana, 1942. La filosofía en el extenso análisis histórico y sistemático concebir los modos de la conceptua-
Brasil; 1946), E. Uranga. A casi todos del problema del conocimiento en la ción como elementos formales univer-
los mencionados filósofos han sido época moderna. Cassirer estudia, en sales, de acuerdo con los supuestos de
dedicados artículos especiales. A ellos efecto, la cuestión de la conceptua- una filosofía trascendental. De lo con-
hay que agregar otros pensadores —la ción en las ciencias de la Naturaleza trario, no podría predicarse ni su uni-
mayor parte de más recientes gene- (física y química), así como en la ma- versalidad ni su invariabilidad, ni me-
raciones— cuyos nombres han sido temática en tanto sobre todo que re- nos todavía su aprioridad. La objeti-
citados en Filosofía americana ( VÉA- lacionada con dichas ciencias. Ahora vidad de las formas universales no es
SE), así como algunos escritores que, bien, los supuestos idealistas que ya- por ello su realidad, pero tampoco su
aunque no propiamente filósofos, han cen en el fondo de este análisis no arbitrariedad. Con mayor motivo puede
desarrollado temas de filosofía en re- son de un modo estricto los del idea- advertirse esto en los estudios rea-
lación con su disciplina especial; así, lismo de tendencia subjetivista; como lizados por Cassirer sobre conceptua-
Edmundo O'Gorman ( Fundamentos había acontecido ya, por lo demás, en ción en las ciencias del espíritu, y es-
de la historia de América, 1942, y, Cohén, el idealismo subjetivo se pecialmente su investigación de las
sobre todo, Crisis y porvenir de la transforma bien pronto en un idealismo formas simbólicas, complementada
ciencia histórica, 1947). crítico y éste en un idealismo por diversos estudios históricos. Por
Obras principales: La filosofía de objetivo y aun en un radical "obje- un lado, al incluir en sus análisis (y
la intuición, 1914. — Problemas filo- tivismo". No sólo por la afirmación en el concepto de conciencia) el mundo
sóficos, 1915. — Filósofos y doctri- de que sujeto y objeto pueden quedar del arte, del mito, de la religión, del
nas morales, 1915. — La filosofía ligados en la unidad de la experiencia, lenguaje, etc., Cassirer transforma la
francesa contemporánea, 1917. — El sino asimismo por la aceptación de la "crítica de la razón" (que, en prin-
concepto de la historia universal, "objetividad de las formas", cipio, se suele atener sólo a la cien-
1918. — La existencia como econo cia) en "crítica de la cultura" (que
mía, como desinterés y como caridad, objetividad que permite inclusive
1919. — Discursos a la nación me hablar de un realismo de aspecto comprende todas las, manifestaciones y
xicana, 1922. — Ensayos críticos y idealista. Sin embargo, esta tendencia actividades del espíritu humano, in-
polémicos, 1922. — Doctrinas e ideas, no lo confunde con otras direcciones cluyendo la científica). Por otro lado,
1924. — Principios de estética, 1925. contemporáneas, tales como el feno- Cassirer ha llegado a concebir inclu-
— Sociología genética y sistemática, menismo, el positivismo o siquiera sive al hombre como un "animal sim-
1927. — El concepto de la historia el neo-realismo; en ningún instante, bólico" y a incluir todos los modos"de
262
CAS CAS CAS
conocimiento como aspectos de las di- men, 1925 (trad, esp.: Mito u lengua- (Montevideo. Fac. de Humanidades y
ferentes maneras de simbolizar. El je, 1959). — Individuum und Kosmos Ciencias. Cuad. de filosofía del len-
signo y la significación cobran desde in der Philosophie der Renaissance, guaje, 2).
este momento una importancia consi- 1927, reimp., 1962; (trad, esp.: Indi- CASTELLI (ENRICO) nac. (1900)
derable, sobre todo si se tiene presente viduo y cosmos en la filosofía del Re- en Turin, fue en Roma discípulo de
nacimiento, 1951). — Die platonische Varisco (v.) y profesa en la Univer-
que dentro de su órbita está incluso Renaissance in England und die Schule
asimismo el problema del lenguaje. Al von Cambridge, 1932 (El renaci- sidad de Roma. Castelli se ha ocu-
entender de Cassirer, ello permite, en miento platónico en Inglaterra y la pado sobre todo del problema del su-
efecto, no sólo erigir una antropología escuela de Cambridge) — Goethe und jeto gnoseológico con vistas a superar
filosófica, sino también resolver el die geschichtliche Welt. Drei Aufsät- el solipsismo a que conduciría un
espinoso problema del fundamento de ze, 1932 (Goethe y el mundo histórico. idealismo consecuente, pero a la vez
los objetos culturales. El tratamien-to Tres ensayos). — Die Philosophie der el "cosismo" u "objeticismo puro" que
mediante la forma ( VÉASE ) a que nos Aufklärung, 1932 (trad, esp.: Filosofía resultaría de un extremo realismo.
hemos referido en el artículo sobre este de la Ilustración, 1943).—Determinis- Ello lo ha conducido a subrayar la
mus und Indeterminismus in der mo- importancia del sentido común, pero
concepto, representa la respuesta a la dernen Physik. Historische und syste-
cuestión del "origen de la función matische Studien zum Kausalproblem, de un sentido común fundado en una
simbólica". La lógica y la epis- 1936 [Göteborgs Högskolas Arskrift, amplia experiencia y no solamente en
temología de Cassirer, embebidas en XLII] (Determinismo e indeterminis- el reconocimiento de un número limi-
una amplia "fenomenología", rozan mo en la física moderna. Estudios tado de principios supuestamente irre-
de este modo algunos de los proble- históricos y sistemáticos en torno al batibles. El sentido común es para
mas ontológicos fundamentales, si por problema de la causa). El vol. citado Castelli la manifestación de la exis-
ontología' entendemos aquí no una supra Zur Kritik der Einsteinschen R. tencia en cuanto que ésta trasciende
metaphysica generalis, sino la ciencia y Determinismus und Indetermini- de una limitada subjetividad y se hace
smus, en un vol.: Zur modern Physik, consciente no sólo de su ser histórico,
de la estructura teórica última y del 1957. — Descartes. Lehre, Persönlich-
último complejo significativo de todos keit, Wirkung, 1929 (Descartes. Doc- sino también de los fundamentos
los modos de conocimiento y de trato trina, personalidad, influencia). — "teológicos" de este ser. De ahí el
con la realidad. Logos, Dike, Kosmos in der Entwick- "existencialismo teológico" que Cas-
Obras: Leibniz' System in seinen lung der griechischen Philosophie, telli ha desarrollado, juntamente con
wissenschaftlichen Grundlagen, 1902 1941 [Göteborgs Högskolas Arskrift, un análisis y crítica de las épocas mo-
(El sistema de Leibniz en sus funda- XLVII] (Logos, Dike, Cosmos en la derna y contemporánea. La crisis pro-
mentos científicos). — Das Erkennt- evolución de la filosofía griega). — pia de estas épocas no puede supe-
nisproblem in der Philosophie und Zur Logik der Kulturwissenschaften, rarse, según el autor, mediante una
Wissenschaft der neuren Zeit, 4 vols. 1942 (ibid., XLVIII), (trad, esp.: acentuación de la historicidad, sino
(I, 1906; II, 1907; III, 1920; IV, Las ciencias de la cultura, 1951). —
1957) (trad, esp.: El problema del sólo por medio de una completa "ab-
An Essay on Man, 1945 (trad, esp.: sorción" de ésta.
conocimiento, 4 vols.: I, 1953; II, Antropología filosófica, 1945). — The
1956; III, 1957; IV, 1948 [la trad. Myth of the State, 1947 (trad, esp.: Obras principales: Filosofia e apo-
esp. del vol. IV apareció antes que la El mito del Estado, 1947; en ed. ale logetica (Saggi critici di filosofia della
edición alemana]. — Der kritische mana: Der Staatsmythos, 1949). — religione), 1929. — Idealismo e solip-
Idealismus und die Philosophie des Véase Phüosophy and History. Essays sismo e saggi critici, 1933. — Com-
"gesunden Menschenverstandes", presented to Ernest Cassirer, 1926, mentario al senso comune, 1939. —
1906 (Ei idealismo crítico y la filosofía ed. R. Klibansky y H. J. Paton, con Preludio alla vita di un uomo qualun-
del "sano entendimiento humano"). bibliografía. — Alfred Jospe, Die Un que, 1941 (con el pseudónimo "Da-
— Substanzbegriff und Funktionsbe- terscheidung von Mythos und Religion rio Reiter"). — L'esperienza común«,
griff, 1910 (Concepto de substancia y bei H. Cohen und E. Cassirer, 1932. 1942. — Pensieri e giornate, 1945. —
concepto de función). — Kants Leben — Varios autores (D. Gawronsky, Carl Il tempo esaurito, 1947, 2a ed., 1954.
und Lehre, 1918 (trad, esp.: Kant. H. Hamburg, W. C. Swabey, I. K. — Introduzione ad una fenomenologia
Vida y doctrina, 1948). Se trata del Stephens, Felix Kaufmann, H. R. della nostra epoca, 1948. — Existen-
tomo dedicado a Kant en la edición Smart, Kurt Lewin, Robert S. Hart- tialisme théologique, 1948. — Filoso-
de obras del filòsofo a que se ha he- man, Folke Leander, M. F. Ashley fia e dramma, 1949. — II demoniaco
cho referencia en la correspondiente Montagu, S. K. Langer, W. M. Ur- nel arte, 1952. — I presupposti di una
bibliografía. — Zur Kritik der Ein- ban, J. Gutmann, David Bidney, teologia della stona, 1952. — L'inda-
steinschen Relativitätstheorie, 1921 H. Kuhn, D. Baumgardt, K. Gilbert, gine quotidiana, 1956. — Demitizza-
(Para la crítica de la teoría einsteinia- H. Slochower, K. Reichardt, J. H. zione e immagine, 1962. — Autoexpo-
na de la relatividad). — Idee und Ges- Randall Jr., W. M. Solmitz, W. H. sición en el artículo "L'orientamento
talt, 1921, 2» ed., 1924 (Idea y Forma Werkmeister, Fritz Kaufmann), The
[Estructura] ). — Philosophie der Philosophy of Ernst Cassirer, ed. filosófico e il problema del male", en
symbolischen Formen, 3 vols. (I. Die Paul Arthur Schilpp, 1949 ( contiene, el volumen de M. F. Sciacca, Filosofi
Sprache, 1923; II. Das mythische además, recordatorios de Hajo Hol- italiani contemporanei, 1944, págs.
Denken, 1925; III. Phänomenologie born, F. Saxl, E. Case, Charles W. 199-206. — Véase A. Del Noce, Sen-
der Erkenntnis, 1929) (Filosofía de Hendel y bibliografía completa por so comune e teologia della storia nel
las formas simbólicas. I. El lenguaje. Carl H. Hamburg y W. M. Solmitz. pensiero di E. C., 1954. — A. Masto-
H. El pensamiento mítico. III. Feno- — Carl H. Hamburg, Symbol and re, La morte del tempo nel pensiero
menología del conocimiento); 2a ed., Reality. Studies in the Philosophy of filosófico di E. C., 1956 (monog.).
1954, — Sprache und Mythos. Ein E. C., 1956. — Mercedes Rein, La CASUISMO. Véase SENTIDO MO-
Beitrag zum Problem der filosofía del lenguaje de E. C., 1959 RAL.
Götterna- 263
CAT CAT CAT
CATALÉPTICO. Los estoicos grie- katalhptixo/j es como una fuerza física varias listas de éstas. La más cono-
gos emplearon la expresión katalhp- irresistible. " 'Fantasía' significa para cida es la que aparece en Cat., IV 1 b
tikh\ fantasi/a en su "lógica" ( en la ellos [los estoicos] igualmente 26 sigs.: 1. Substancia, ou)si/a,
parte de la "lógica" que correspon- sensación, noción y proposición. Cice- como 'el hombre' o 'el caballo'; 2.
dería hoy a la teoría del conocimien- rón tradujo la catalepsia por compre- Cantidad, poso/n, como 'dos o tres
to). Se trata de un concepto funda- hendibile; pero los filólogos contem- varas'; 3. Cualidad, poio/n, "blanco"; 4.
mental en el pensamiento estoico. poráneos han solido entender este tér- Relación, pro/j ti como 'doble', 'me-
Traducimos la citada expresión grie- mino, a mi juicio erróneamente, como dio', 'mayor'; 5. Lugar, pou=, como
ga simplemente por 'fantasía catalép- 'comprensión', esto es, intelección, 'en el Liceo', 'en el mercado'; 6.
tica', siguiendo a Ortega y Gasset (Cfr. cuando es lo contrario: no el hom- Tiempo o fecha, po te/, como 'ayer'; 7.
op. cit. infra), pero hay otras traduc- bre que 'comprende la cosa', sino la Situación o postura, kei=sqai, como
ciones posibles; por ejemplo, repre- cosa que 'comprime' al hombre, se 'echado', 'sentado'; 8. Posesión o con-
sentación comprensiva, aprehensión 'graba' en él, lo 'sella'" (op. cit., pág. dición, e)/xein, como 'armado'; 9. Ac-
directa, evidencia inmediata, etc. El 295). La catalepsia no es, pues, según ción, poiei=n, como 'corta', 'habla'; 10.
verbo katalamqa/nei puede traducir- ello una facultad inteligente, es una Pasión, pa/sxein, como 'cortado'. Otra
se por 'apoderarse de algo', 'aprehen- "evidencia" que opera por igual en lista, también de 10 categorías, pero
der algo', 'ocupar algo', 'comprimir'. la percepción y en los axiomas; a lo en la cual la expresión ou)si/a es sus-
El nombre kata/lhyij designa la ac- más que se parece es a una "fe" (op. tituida por ti/ e) s ti aparece en Top.,
ción de aprehender, o tomar pose- cit., pág. 298). IX 103 b 23. Y otra lista, de 8 ca-
sión de algo. La katalhptikh\ fantasi/a CATEGOREMÁTICO. Véase SIN tegorías (las antes mencionadas, me-
significa, pues, la fantasía —en el CATEGOREMÁTICO. nos situación y posesión), es presen-
sentido de "aparición", "imagen", "re- tada en Phys., V 225 b 5-9. Esto pa-
CATEGORÍ A. Segú n L. M. de Rijk
presentación"— mediante la cual se rece dar a entender que el Estagirita
(op. cit. infra, pá gs. 89 y si gs.), el
aprehende firmemente algo real. no consideraba la lista de las cate-
sentido de vocablos tales como kath-
Los estoicos (y especialmente Cri- gorías como fijada de una vez para
gori/ a, kath/ g oroj, kathgore/w antes de
sipo) distinguían entre apariencias o siempre y que en principio podía
Aristóteles fue no filosó fico. En Es-
representaciones verdaderas y falsas descubrirse que una categoría era re-
quilo (Siete contra Tebas, 439) y en
(Cfr. Sexto, Adv. math., 1.245 sigs.). ductible a la otra, pero algunos auto-
Hipócrates (De arte, 12) kath/goroj
Hay dos tipos de representaciones ver- res no admiten esta interpretación
significa 'que revela'. En Herodoto
daderas: las causadas por objetos exis- y suponen que las categorías son y
(III.71) el mismo término signifi-
tentes produciendo una imagen co- deben ser precisamente las diez in-
ca 'acusador'. También en Herodoto
rrespondiente al objeto, y las causa- dicadas.
(III. 113), el verbo kathgore/w
das por objetos de un modo externo Mencionaremos a continuación va-
significa "muestro" o "afirmo".
y fortuito. Las primeras representa- rios problemas planteados por la doc-
Con gran frecuencia kathgori/a
ciones llevan en sí la señal de la ver- trina aristotélica de las categorías,
significó "acusación" o "reproche".
dad y el criterio de verdad, dando pero antes advertiremos que es ne-
En este sentido el término kathgori/a
origen a las fantasías catalépticas. Las cesario no confundir las categorías o
se contraponía al vocablo a)pologi/a,
segundas representaciones no llevan praedicamenta (praedicamentum fue
'defensa' o 'alabanza'. Aristóteles fue
en sí tal señal ni constituyen tal cri- el término propuesto por Boecio para
el primero que usó kathgori/a en sen-
terio, dando origen a las fantasías no
tido técnico. A veces puede traducir- traducir kathgori/a y kathgo/rhma ) ni
catalépticas. Las fantasías catalépticas con los predicables ( VÉASE ) ni
se por 'denominación' ( Cfr. Top., 107
constituyen la base del asentimiento tampoco con expresiones tales como
a 3 y 18); a veces (y con mayor fre-
reflexivo y del conocimiento en sen- 'el ser' o 'lo uno', los cuales son tras-
cuencia), por 'predicación' y 'atribu-
tido propio; las fantasías no catalép- cendentales (VÉASE).
ción' (Cfr. Top., 141 a 4: Met., Z,
ticas no desembocan en conocimiento, El primer problema es el de la na-
1.1028 a 28; An. Pr., I 41 b 31).
sino sólo en opinión. turaleza de las categorías. Se han pro-
Lo más corriente es usar simplemen-
Varias son las interpretaciones que puesto varias interpretaciones de las
te el vocablo 'categoría' — que es el
se han dado de la fantasía catalépti- cuales mencionamos: (1) Las cate-
que aquí hemos adoptado.
ca estoica. Algunos suponen que tal gorías son equivalentes a partes de
En el tratado sobre las categorías
fantasía es idéntica a la percepción, la oración y, por lo tanto, deben ser
kata/lhyij. Otros indican que no in- (Cat., I.16 a 15 y sigs.) el Estagirita
interpretadas gramaticalmente (Tren-
cluye todavía el asentimiento. Otros, divide las expresiones en expresiones
delenburg). Esta opinión olvida que
que es el asentimiento expresado por sin enlace —como 'hombre', 'es ven-
unos y otros elementos no son exac-
medio del juicio. Bréhier (Chrysippe, cedor'— y expresiones con enlace
tamente superponibles y que Aristó-
1951, pág. 94) se inclina en favor del — como 'el hombre corre', 'el hom-
teles trata de las partes de la ora-
carácter pasivo de la fantasía cata- bre es vencedor'. Las expresiones
ción —como el nombre y el verbo
léptica, de suerte que no es el sujeto sin enlace no afirman ni niegan nada
( VÉANSE)— separadamente (Cfr. De
que obra sobre el objeto, sino a la por sí mismas, sino solamente
int., I 16 a sigs.). (2) Las categorías
inversa. Ortega y Gasset (La idea de ligadas a otras expresiones. Pero
designan expresiones o términos sin
principio en Leibniz, 1958) subraya las expresiones sin enlace o tér-
enlace que, como el propio Aristóte-
el carácter "sobrecogedor" y "arreba- minos últimos y no analizables se
les señala, significan la substancia, la
tador" de la fantasía cataléptica; lo agrupan en categorías. Aristóteles da
cantidad, la cualidad, etc. Esta opi-
264
CAT CAT CAT
nión (W. D. ROSS ) es basada en la interpretación semántica. Pero al (Ross, Stout) declarando que si bien
una interpretación lingüística o, me- parecer Aristóteles fue muy pronto todas las categorías que no son la
jor dicho, semántica de las categorías más allá de esta fase, y sin llegar a substancia están presentes en un su-
y tiene un muy firme fundamento la concepción puramente ontológica jeto, hay algunas cosas en tales ca-
en muchos textos del Estagirita. (3) que caracteriza la doctrina platónica tegorías —por ejemplo, el conoci-
Las categorías designan posibles gru- de los géneros del ser, advirtió la miento— que son también afirmadas
pos de respuestas a ciertos tipos de necesidad de articular éste por lo de un sujeto, y otras cosas —por ejem-
preguntas: "¿Qué es x?", "¿Cómo pronto en los modos como el ser se plo, una determinada parte de conoci-
es x?", "¿Dónde está x?", etc. Cada dice y luego en las formas como el miento gramatical— que no lo son.
tipo de pregunta "recoge" (como ser aparece. De ahí su estudio de las El tercer problema es el del cono-
señala G. Ryle) ciertos tipos de pre- divisiones del ser como tal, kat' au(to/, cimiento de las categorías. Puede
dicados, de tal suerte que "cuales- y el ser por accidente, kata\ sumbebhko/j. preguntarse, en efecto, si su conoci-
quiera dos predicados que satisfacen Sobre las primeras divisiones del ser miento es empírico o no empírico.
la misma forma interrogativa son de como tal se montaron entonces una La solución de Aristóteles es inter-
la misma categoría". Esta opinión serie de modos que constituyeron media: las categorías son obtenidas
puede ser designada también como predicaciones. De esta forma, los mo- mediante una especie de percepción
semántica, pero como tiene el incon- tivos lingüísticos o lingüístico-lógicos intelectual, distinta de la que descu-
bre el principio de no contradicción,
veniente de no explicar la diferencia se combinaron con los ontológicos. pero distinta también de la que pro-
entre la substancia y el resto de las Es difícil decidirse por una de las porciona el conocimiento sensible.
categorías debe completarse indican- interpretaciones anteriores. A nues- El cuarto problema es el ya men-
do que las categorías no solamente tro entender, la interpretación semán- cionado sobre el número de catego-
expresan grupos de predicados, sino tica y la interpretación ontológica rías. Las soluciones son: (a) Un nú-
también grupos de sujetos. (4) Las tradicional son igualmente válidas, mero indeterminado; (b) Un núme-
categorías expresan flexiones o casos pues las categorías no son solamente ro determinado. Esta última opinión,
del ser y pueden, por consiguiente, para Aristóteles términos sin enlace no que es la tradicional, se atiene a la
ser definidas como géneros supremos ulteriormente analizables, sino tam- lista de diez categorías. Pero a su
de las cosas, suprema re-rum bién diversos modos de hablar del vez esta opinión puede manifestarse
genera. Es la opinión tradicional, la ser como substancia, cualidad, can- de dos modos: (I) Las categorías
cual es admitida no solamente por los tidad, etc., lo cual sería imposible son derivables sistemáticamente; (II).
escolásticos, sino por muchos si el ser no estuviera articulado de Las categorías no son derivables sis-
historiadores modernos (Bréhier, Ha- acuerdo con tales modos de predica- temáticamente. Los partidarios de (I)
melin, etc.). (5) Cualquier interpre- ción. Ello está de acuerdo con otras intentan con su respuesta contestar a
tación dada a las categorías debe te- formas de tratar el Estagirita los pro- la objeción de Kant a que nos refe-
ner en cuenta la evolución del pen- blemas filosóficos: se trata por igual riremos luego, pero sin tener bas-
samiento de Aristóteles al respecto. de hablar del ser y de analizar los tante en cuenta el distinto sentido
Puede suponerse, en efecto, que hay modos como es posible hablar acer- que tienen las categorías kantianas.
una evolución cuyas etapas principa- ca de lo que es. La opinión aquí Para su tesis se basan en el hecho
les y sucesivas están expuestas en los adoptada es también la que propo- de que: (1) El predicado denota el
Tópicos, en la Metafísica y en las nen L. M. de Rijk y J. Owens (art. quid del sujeto (substancia). (2) El
Categorías. K. von Fritz, defensor de cit. infra), si bien estos autores ha- predicado puede estar en el sujeto
esta opinión (art. infra), indica en blan de una doble interpretación ló- en sí mismo invariablemente (can-
su apoyo que el sentido primario de gica y ontológica, y lógica y metafí- tidad) o (3) en sí mismo variable-
kathgorei=sqai se transformó bien sica respectivamente, en vez de la mente (cualidad). (4) El predica-
pronto en Aristóteles: de acusar pasó a semántica y ontológica que propo- do puede estar en el sujeto con res-
significar enunciar (de donde, kath- nemos. pecto a otra cosa (relación). (5 y 6)
gorou/menon , enunciado). Por eso Aris- El segundo problema es el de la El predicado puede estar fuera del
tóteles comenzó por concebir la ca- relación entre la substancia y las de- sujeto como una medida (lugar, tiem-
tegoría como "esquema de la cate- más categorías. Aunque es cierto que po) o (8) de un modo absoluto
goría", sxh/ma th=j kathgori/aj, o "gé- puede contestarse 'Sócrates es una (posesión). (7) El predicado puede
neros de las categorías", ge/nh kathgo- substancia? a la pregunta '¿Qué es referirse al sujeto sin necesidad de
riw=n , según dice en los Tópicos. Ello Sócrates?', siempre resulta que la ca- cópula (situación). (9) El predicado
significa que en los estadios iniciales tegoría de substancia es concebida puede estar en el sujeto en algunos
de su meditación sobre este proble- como más fundamental que las otras, respectos y fuera de él en otros res-
ma el Estagirita no concebía las ca- en virtud de conocidos supuestos fi- pectos: en el sujeto como su princi-
tegorías como "géneros de las cosas" losóficos del Estagirita (véase ARISTÓ- pio (acción) y (10) en el sujeto co-
y mucho menos aun como lo que TELES, SUBSTANCIA). Por otro lado,
mo su fin (pasión). Esta doctrina
serán luego en Kant —categorías del tiene el inconveniente de basarse ex-
mientras la substancia se divide en cesivamente en la relación sujeto-pre-
entendimiento—, sino simplemente substancia primera y substancia se- dicado, que no parece entrar sino
como tipos de enunciados que indi- gunda, en las demás categorías no muy forzadamente dentro de la doc-
can los distintos modos de decir, aparece tal división. Esta dificultad trina de las categorías.
pollaxw=j lego/mena. En ello se es solucionada por algunos autores
basa 265
CAT CAT CAT
Puede preguntarse ahora si hay pre- esta exclusión de lo Uno absoluto o cuando Occam definió los predica-
cedentes para la doctrina aristotélica. primero no implica la exclusión de mentos como términos de la primera
Usualmente se considera que los más la unidad en los géneros; la cosa, intención, incluyendo en ellos prin-
importantes se encuentran en Pla- dice Plotino, debe ser sin necesidad cipalmente la substancia, la cualidad
tón, quien consideró el ser, la igual- de ser lo Uno (Enn., VI, ii). Los gé- y la relación.
dad, la alteridad, el reposo y el movi- neros son distintos entre sí y a veces En la época moderna la doctrina
miento como los géneros supremos —como movimiento y estabilidad, de las categorías siguió, por lo pronto,
(Soph., 254 D) y la igualdad y des- identidad y diferencia— parecen el destino de las sucesivas reelabora-
igualdad, el ser y el no ser, el impar opuestos, pero en rigor pertenecen ciones metafísicas, pues dependía de
y él par, la unidad y el número co- a la unidad suprema y son como par- la con cep ción del ente el hecho
mo propiedades comunes del ser tes y elementos de ella. Cierto que de que éste se articulara o flexiona-
(Theait., 185 A.). Muchos autores, esto ocurre sobre todo con las cate- ra de una determinada manera. De
sin embargo, se niegan a admitir que gorías del mundo inteligible, con las más está decir que en el "raciona-
haya equivalencia entre dichas nocio- prw=ta ge/ nh tw=n nohtw=n. Las lismo" las categorías comprendían
nes y las categorías aristotélicas, aun catego-rías del mundo sensible — generalmente la substancia y sus mo-
cuando es muy posible que el aná- substancia, relación, cantidad, dos. Así, en Leibniz, las categorías
lisis del Estagirita debiera mucho al cualidad y movimiento— pueden ser admitidas son substancia, cantidad,
platónico. El mismo problema puede consideradas hasta cierto punto en sí cualidad, acción o pasión y relación.
plantearse con respecto a las doctri- mismas sin que ello signifique cortar Pero ya en la medida en que el pen-
nas que siguieron a la de Aristóteles sus raíces con lo inteligible, ya que, samiento moderno —racionalista o
en el curso de la filosofía griega. en último término, el ser de éste empirista— se mueve en la dirección
Parece probable que las nociones de explica el de aquél y no a la que habrá de desembocar en Kant,
substancia, cualidad, modo y relación inversa. la categoría se va convirtiendo, como
propuestas por los estoicos fueran El problema de las categorías pasó, en Locke, en "función del pensamien-
una derivación de las categorías aris- desde luego, a la filosofía medieval, to". El intento de salvación de la
totélicas, aun cuando dichos filósofos donde fue amplia e insistentemente validez objetiva de la categoría, ame-
las consideraban como formas de un tratado en tanto que doctrina de lo nazada por la creciente concepción
solo género del ser, pues todo ser que desde Boecio se llamaron los psicologista (y relativista) del pen-
tenía para ellos algo de común, y praedicamenta. Éstos eran también sar, incitó a la escuela escocesa del
toda forma podía ser comprendida géneros supremos de las cosas, su- sentido común a suponer que las ca-
en un común género. Esto era conse- prema rerum genera, por lo cual, co- tegorías son, como las notiones com-
cuencia de su doctrina de la materia mo en Aristóteles, se distinguió entre munes de los estoicos, "principios ra-
o del cuerpo como principio primero, los predicamentos o categorías y los cionales comunes", no sometidos a
doctrina que producía gran asombro predicables o categoremas. En efecto, discusión por constituir los principios
entre los neoplatónicos, los cuales no los predicables ( VÉASE) son las cosas mismos de la mente, a su vez adecua-
podían concebir que fuese primero lo atribuidas al sujeto según la razón dos a la naturaleza de las cosas.
que es en potencia, in-virtiendo así la del género, de la especie, de la dife- Pero la transformación radical apa-
jerarquía de lo en potencia y en acto. rencia, etc., en tanto que los predica- reció solamente con la doctrina kan-
En cambio, es menos probable que la mentos consideran la cosa en sí mis- tiana. Kant formuló en la Analitica
doctrina cate-gorial de los ma, en su ser y no en lo que hay de trascendental una doctrina sistemá-
neoplatónicos sea super-ponible a la ella en la mente y en la intención tica de las categorías en cuanto con-
aristotélica, aun cuando el hecho de de la mente. De ahí que los predica- ceptos puros del entendimiento "que
que criticaran la doctrina estoica y bles sean principalmente objeto de la se refieren a priori a los objetos de
admitieran tantos elementos lógica —aun cuando sus implicacio- la intuición en general como funcio-
aristotélicos en sus doctrinas puede nes ontológicas no puedan ser descui- nes lógicas". Siguiendo algunos pre-
permitir suponer que la relación entre dadas—, en tanto que los predicamen- cedentes modernos, especialmente de
Aristóteles y los neoplatónicos en este tos pueden ser considerados —según origen cartesiano, Kant alega que la
respecto fue bastante grande. Daremos la razón en que se les tome— como enumeración aristotélica carece de
como ejemplo la teoría de las objetos de la lógica o de la metafí- principio, lo que, por lo demás, ha
categorías de Plotino, pero ad- sica. En tanto que géneros, deberán sido siempre rechazado por la tradi-
virtiendo que el aspecto ontológico ser, además, según vimos, distingui- ción escolástica, que insiste en el he-
de la teoría prima casi por entero dos de los trascendentales del ser, cho de que los praedicamenta aristo-
sobre el aspecto semántico. Siguiendo los cuales, como es sabido, se hallan télicos están fundados en la propia
en gran parte a Platón (Cfr. supra), en la filosofía escolástica y en toda naturaleza de las cosas. Pero el au-
Plotino admite, como géneros del ser la ontología "tradicional" más allá tor de las Críticas señala que, ade-
los siguientes: el ser, el movimiento de todo género. Partiendo de esta más de incluir en su enumeración
inteligible, el reposo o estabilidad, la base, los predicamentos eran divididos modos de la sensibilidad pura, Aris-
identidad o lo mismo, y la diferencia o en la escolástica de acuerdo con la tóteles cuenta como conceptos origi-
lo otro. Lo Uno no queda incluido en tabla aristotélica (con algunas varian- narios algunos conceptos derivados.
los géneros, porque se halla por tes, tal como la de Gilberto de la Para remediarlo, establece una tabla
encima de ellos y constituye su co- Porree). Esta teoría de las catego- de categorías deducida del único
mún fundamento y principio. Mas rías experimentó diversas transfor- principio común de la facultad del
maciones ya a partir del siglo
XIV,
266
CAT CAT CAT
juicio; así, llega a un sistema de ca- tivae] - reglas prácticas de excepción Podemos considerar como categorías
tegorías que comprende: las catego- [exceptivae]); relación (con la per- el ser (cualidad, cantidad, medida),
rías de la cantidad (unidad, plurali- sonalidad - con el estado o condi- la esencia (fundamento, fenómeno,
dad, totalidad); las de la cualidad ción de la persona - recíproca, de realidad) y el concepto (concepto
(realidad, negación, limitación); las una persona con el estado o condición subjetivo, concepto objetivo, idea); en
de la relación (substancia y accidente; de otras); modalidad (lo permitido todos los casos se trata de formas de
causalidad y dependencia; comunidad y lo prohibido - el deber y lo con- ser correlacionadas con formas de
o reciprocidad entre agente y trario al deber - deber perfecto y pensar. Schopenhauer reduce las ca-
paciente); las de modalidad (po- deber imperfecto). En esta tabla, tegorías kantianas a la sola categoría
sibilidad-imposibilidad ; existencia-no agrega Kant (K. p. V., 118), la li- de causalidad, única forma verdade-
existencia; necesidad-contingencia ). bertad es considerada como una for- ramente a priori; también aquí hay
Estas son las categorías originarias, ma de causalidad no sometida a los una mezcla de aspectos metafísi-
junto a las cuales cabe mencionar las principios empíricos de determina- cos y epistemológicos. Eduard von
derivadas, llamadas por Kant predi- ción. Hartmann (v.) trata de las catego-
cables del entendimiento puro en La doctrina kantiana de las cate- rías ( l ) en la esfera subjetivamente
oposición a los predicamentos. Las gorías colocó la cuestión en un plano ideal, (2) en la esfera objetivamente
categorías son constitutivas, esto es, distinto del hasta entonces habitual: real y (3) en la esfera metafísica.
constituyen el objeto del conocimiento el plano que puede llamarse "episte- Distingue, además, entre categorías (o
y permiten, por lo tanto, un saber de mológico-trascendental". Hasta Kant funciones intelectuales inconscientes)
la Naturaleza y una verificación de el problema de las categorías había y conceptos de las categorías (o re-
la verdad como verdad trascendental. sido, según los casos, un problema presentaciones conscientes de las fun-
El problema de las categorías como semántico, u ontológico, o metafísico, ciones categoriales inconscientes in-
problema fundamental de la crítica o psicológico, o todos a un tiempo. ductivamente establecidas). En todos
de la razón conduce al problema de la Las categorías habían sido entendidas estos autores tenemos una idea de la
verdad como cuestión fundamental de o lingüística, o subjetivamente u ob- categoría que no es solamente real o
la filosofía. La deducción jetivamente. El plano trascendental solamente conceptual, que no es so-
trascendental (v. ) de las categorías es kantiano no es ni exclusivamente lin- lamente objetiva o solamente subjeti-
"la explicación del modo como se güístico, ni exclusivamente subjetivo va. Sin embargo, en el curso de la
refieren a objetos conceptos a priori, u objetivo, pero es el que, en la in- evolución de las doctrinas categoria-
y se distingue de la deducción tención del autor, puede dar unidad les durante el siglo XIX ha habido
empírica, que indica la manera como y sentido a todos los demás planos. una fuerte tendencia a acentuar el
un concepto se ha adquirido por Las categorías en sentido kantiano carácter "objetivo" de las catego-
medio de la experiencia y de su —en particular las presentadas y "de- rías, inclusive en quienes, como al-
reflexión". El sentido constructivo de ducidas" (o "justificadas") en la Crí- gunos neokantianos, subrayaron su
los conceptos puros del entendimiento tica de la Razón Pura— son conceptos condición "trascendental". Veamos al-
tiene su justificación en que sólo por fundamentales mediante los cuales se gunos ejemplos.
ellos puede el sujeto trascendental hace posible el conocimiento de la Trendeleburg define las categorías
pensar los objetos de la Naturaleza y realidad fenoménica. No se refieren a como conceptos que se originan en
concebir a ésta como una unidad las cosas en sí, puesto que de ellas la reflexión sobre las formas del mo-
sometida a leyes. Pero, a la vez, este no podemos saber (racionalmente) vimiento, concebidas como fuentes de
pensamiento de las intuiciones sen- nada. Después de Kant, y en gran los predicamentos. Pero al distinguir
sibles por medio de las categorías es parte a consecuencia de haberse entre categorías reales y categorías
posible porque hay sujeto trascen- echado por la borda la noción de la modales (estas últimas originadas en
dental, conciencia unitaria o unidad cosa en sí ( VÉASE ), el problema de el pensar) intenta establecer un puente
trascendental de la apercepción. las categorías vuelve a adquirir un as- entre lo objetivo y lo "subjetivo".
Además de la antes citada tabla pecto metafísico, pero debe tenerse Hermann Cohen admite que las ca-
de categorías que figura en la Crítica presente que aun este aspecto se halla tegorías son condiciones del pensar,
de la razón pura, Kant presentó una fundado en una concepción tras- pero condiciones lógicas necesarias,
tabla de categorías de la voluntad cendental de la noción de categoría. de tal suerte que, en último tér-
en relación con las nociones de bien Así sucede en varios autores como mino, no se sabe si pertenecen o no
y de mal en la Crítica de la razón Fichte, Hegel y Schopenhauer. Para realmente al objeto. Todo depen-
práctica. Esta tabla está construida Fichte las categorías son engendradas d e , e n e fe c t o, d e q u e e l m o -
asimismo a base de las formas del por el Yo en el curso de sus activi- mento constitutivo de la categoría
juicio (VÉASE). Tenemos, así, las ca- dades o Handlungen; son, pues, toda- predomine sobre el regulativo, y aun
tegorías siguientes: cantidad (sub- vía trascendentales, pero "trascenden- de que por encima de ellos predo-
jetiva, según máximas [opiniones del tal-metafisicas" y no sólo, o exclusi- mine la instancia reflexiva. Análogos
individuo]) — objetiva, según princi- vamente, "trascendental-epistemológi- caminos hacia intentos de mediación
pios [preceptos] - a priori, principios cas". Hegel distingue entre formas y busca de un nuevo fundamento
de la libertad a la vez objetivos y del ser y formas del pensar: las pri- ontológico pueden rastrearse en las
subjetivos [leyes]); cualidad (reglas meras son ontológicas (o metafísicas) doctrinas categoriales, aparentemente
prácticas de acción [praeceptivae] - ambas quedan arraigadas en un Ab- sólo fenomenistas y relativistas, de
reglas prácticas de omisión [prohibi- soluto y son "momentos" del mismo. Renouvier y Hamelin. Renouvier par-
267
CAT CAT CAT
te de un cuadro de nueve categorías yacente en el espacio y distancia tualidad, idealidad, existencia y Dios.
(relación, número, posición, sucesión, —similaridad y diferencia—, activi- También han presentado sistemas ca-
cualidad, porvenir, causalidad, finali- dad —cambio, tendencia, resisten- tegoriales B. Petronievitch, S. Alexan-
dad y personalidad), a cada una de cia—, causalidad — sistema continuo der y B. von Brandenstein (VÉANSE).
las cuales corresponde una tesis, una del yo. Heinrich Meier presenta una Varios de los sistemas categoriales
antítesis y una síntesis. El propósito tabla categorial de tendencia fuerte- últimamente mencionados son de ca-
de este cuadro no es tanto el de mente objetivista y en la cual se ana- rácter "realista". Las categorías son
establecer el conjunto de las deter- lizan sucesivamente las categorías pre- en tales sistemas modos de ser y no
minaciones por las cuales se rige el sentativas (de la aprehensión y de la formas "subjetivas" (o siquiera "tras-
conocimiento como el de solucionar intuición), noéticas (de la compren- cendentales") impuestas a lo real, co-
los dilemas metafísicos capitales y sión y de la cantidad), abstractivas, mo ocurre en los sistemas categoriales
hacer planear, por encima de todas, la objetivas y modales. Peirce admite de inclinación "idealista" (por ejem-
categoría de la persona, que de forma varios tipos de categorías. Ante to- plo, en los de la mayor parte de au-
del juicio se convierte así en suprema tores neokantianos). Tendencia realis-
do, las categorías fenomenológicas
entidad metafísica. La tendencia al ta manifiestan asimismo varios auto-
o faneroscópicas, que Peirce llama
primado de la noción ontológica de res a los que vamos a referimos de
la categoría se afirma en los trabajos Categoría Lo Primero, Categoría Lo
Segundo y Categoría Lo Tercero. inmediato.
posteriores de este autor, sobre todo Uno de ellos es Husserl — cuando
al reducir el cuadro a las categorías La Categoría Lo Primero o cualidad
menos en una fase de su pensamien-
de relación, lógicas, de posición y de de sensibilidad es "la idea de lo que
to. Husserl y muchos fenomenólo-
personalidad. De un modo semejante, es tal cual es, independientemente
gos admiten la posibilidad de intui-
Hamelin (VÉASE) concibe las catego- de cualquier otra cosa". La Categoría ciones categoriales. Puede distinguir-
rías como "elementos principales de la Lo Segundo o reacción es "la idea se, pues, entre categorías como con-
representación", pero se propone asi- de lo que es tal cual es, siendo Se- ceptos y categorías como contenidos
mismo mostrar cómo el conjunto de gundo respecto a algún Primero, in- de la intuición. Aunque Bergson no
las relaciones categoriales es no sólo dependientemente de cualquier otra ha elaborado ningún sistema catego-
una manera de pensar el mundo, sino cosa". La Categoría Lo Tercero es rial propiamente dicho ( véase, sin em-
lo que el pensamiento descubre sobre "la idea de lo que es tal cual es, bargo, su clasificación de las "ideas"
la constitución última de lo real. siendo un Tercero o medio entre un en el artículo IDEA, clasificación que
Los "elementos" parecen situados Segundo y un Primero". Estas cate- puede tomarse como base de una teo-
también entre las categorías y los gorías son llamadas también Prime- ría de las categorías), puede afirmar-
datos inmediatos, entre lo trascen- ridad (Firstness), Segundidad (Se- se que en su filosofía la articulación
dental y lo fenoménico, pero la sín- condness) y Terceridad (Thirdness). de lo real, en la medida en que la ha-
tesis, que trabaja sobre los dos tér- La Primeridad es el quale o ser tal ya, tiene que brotar del movimiento
minos, tiende a acentuar el momento cual es. La Segundidad es el hecho. de la realidad misma. Un detallado sis-
primero sobre el segundo y, por lo La Terceridad es la ley. También tema categorial se halla en Whitehead.
tanto, a devolver al "elemento" el puede decirse que la Primeridad es Este filósofo admite cuatro tipos de
carácter predicamental que le faltaba la originalidad; la Segundidad, la categorías: 1° Las categorías de lo
en sus comienzos. existencia o actualidad; la Terceridad, último, como la creatividad, la mul-
Los sistemas de categorías han la continuidad. La articulación en tiplicidad y lo uno. 2° Las categorías
abundado a partir de las últimas dé- tres capas se presenta asimismo de existencia, a su vez subdivididas
cadas del siglo pasado y comienzos respectivamente como sensibilidad, en ocho especies: a) entidades ac-
del siglo actual. Según Paul Natorp, esfuerzo y hábito. Junto a las cate- tuales, es decir, realidades finales o
hay tres tipos de categorías básicas gorías faneroscópicas hay las categorías res verae; b) prehensiones o he-
(Grundkategorien): (l) Categorías de metafísicas. Éstas pueden clasificarse chos concretos de la relacionabilidad;
la modalidad (reposo, movimiento, en modos de ser (posibilidad, c) nexos; d) formas objetivas; e) ob-
posibilidad, contradicción, necesidad, actualidad, destino), y en modos de jetos eternos o potenciales puros para
creación, etc.); (2) Categorías de la existencia (azar, ley, hábito). Final- la determinación específica del hecho;
relación (cantidad, cualidad, "figura- mente, hay las categorías cosmoló- f) proposiciones o potenciales impu-
ción", concentración, autoconserva- gicas, que son: azar (lo cual da ros, esto es, teorías; g) multiplicida-
ción, etc.); (3) Categorías de la in- origen al tychismo), evolución (al des o disyunciones puras de entidades
dividuación (propiedad, cuantifica- agapismo) y continuidad (al syne- diversas y h) contrastes o modos de
ción, continuidad, espacio, tiempo, chismo). Estos sistemas categoriales síntesis de entidades en una prehen-
etc.). Estas categorías son "funciones se entrelazan a veces (como se ad- sión. 3° Las categorías de explicación,
productivas de la constitución del vierte, por ejemplo, en las nociones en número de veintisiete, que expre-
ser". William James bosquejó una san, en última instancia, la constitu-
de azar, ley y continuidad, que apa-
trama categorial basada en la rela- ción de lo real bajo la forma de la
ción ( VÉASE) como algo pertenecien- recen en diversos modos categoriales.
Paul Weiss ha formulado una teoría de relación entre las entidades actua-
te a la cosa misma. Así, de menor a les, los objetos eternos, las potencia-
mayor "intimidad", las relaciones o los "modos de ser" que puede
lidades, las prehensiones, los nexos,
categorías son: estar con —simulta- considerarse como una teoría general
las "sensibilidades" y la concreción.
neidad e intervalo temporal—-, ser ad- de las categorías; según este autor, 4° Las obligaciones categoriales, en
hay los cuatro modos siguientes: ac-
268
CAT CAT CAT
nueve tipos: la categoría de unidad ción de las difíciles cuestiones rela- ría', ciertos análisis filosóficos pueden
subjetiva, de identidad objetiva, de tivas a las oposiciones fundamentales, considerarse como de naturaleza ca-
diversidad objetiva, de valoración tales como la forma y la materia, lo tegorial. Así sucede con la teoría de
conceptual, de reversión conceptual, interno y lo externo, la determinación los "modos de ser" de Paul Weiss a
de transmutación, de armonía subjeti- y lo determinado, la cualidad y la que antes nos referimos. Ocurre asi-
va, de intensidad subjetiva, y de li- cantidad; en el segundo se examinan mismo en el estudio de "metafísica
bertad y determinación. lo uno y lo diverso, lo discreto y lo ( VÉASE ) descriptiva" llevada a cabo
Fundamental es la cuestión de las continuo, lo elemental y lo estructu- por P. F. Strawson. Este autor se pro-
categorías en muchas investigaciones ral. Finalmente, las leyes categoriales pone clasificar los entes particulares
de Nicolai Hartmann, quien, por otro son como un resumen de las investi- observables o perceptibles, y propone
lado, no se limita a una simple teoría gaciones ontológicas que, aprovechan- dividirlos en dos grupos: por un lado,
del pensar categorial, sino que intenta do los elementos de la especulación acontecimientos, procesos, estados y
establecer un sistema efectivo de cate- aristotélico-escolástica, aspiran a la condiciones; por el otro, cuerpos ma-
gorías no sólo para el objeto real, mas constitución de una ontología funda- teriales o cosas que posean cuerpos
también, y muy especialmente, para el mental rigurosa. Estos principios son materiales (op. cit. infra., especial-
objeto ideal. Como es típico en los cuatro: el principio de validez, según mente págs. 46 y 167). Desde el pun-
análisis de este filósofo, N. Hartmann el cual las categorías determinan to de vista lógico-gramatical, Straw-
se propone ante todo eliminar las con- incondicionahnente a sus elementos son indica que el modo como puede
fusiones que, no obstante su aparien- concretos; el principio de coherencia, aplicarse el criterio categorial a los
cia formal, imposibilitan una clara según el cual las categorías se en- términos del lenguaje es (Cfr. la inter-
comprensión del problema. Así, en su cuentran sólo en la estructura del pretación de G. Ryle de las categorías
opinión, conviene distinguir, en primer estrato categorial; el principio de la aristotélicas, supra) el modo como un
término, como ya anteriormente se estratificación, que afirma que las término puede convertirse en princi-
había advertido, entre la categoría categorías del estrato inferior se ha- pio de "colección" (o "recolección")
y la esencia, y la categoría y la cosa. llan siempre contenidas en las del de ciertos otros términos.
Urge asimismo evitar la generaliza- estrato superior y no a la inversa, y
ción de las categorías particulares a el principio de la dependencia, para
zonas más amplias de lo real. Si bien el cual las categorías superiores de-
no puede admitirse, como Hartmann penden de las inferiores. Este último
supone frecuentemente, que cuestio- principio, acaso el más importante,
nes de carácter puramente formal trasciende de su apariencia formal,
hayan podido influir de tal manera porque su admisión equivale a la
en cuestiones que, como la formación toma de posición ante las más decisi-
de concepciones del mundo, implican vas cuestiones metafísicas. La teoría
la presencia y aun el predominio de categorial ha recibido también una
otros supuestos, lo cierto es que un original dirección en Emil Lask cuan-
análisis de los problemas formales do, al plantear el problema de las
planteados por las categorías no es categorías, trasciende la meditación
nunca ocioso para el cabal entendi- kantiana mediante una indagación de
miento de la mayor parte de las los mismos supuestos de toda tabla
cuestiones metafísicas. La teoría ca- categorial y de toda deducción a partir
tegorial de N. Hartmann se propone de un principio único. A través de
particularmente eliminar ciertos pre- todas estas teorías se advierte, sin
juicios que obran inconscientemente embargo, la unidad del problema,
en el fondo de casi todos los sistemas que engloba por igual las partes ló-
categoriales y en particular la gratuita gica, ontológica y metafísica y que
suposición de que los principios de- no desvirtúa, a pesar de sus mutuas
ben converger siempre en un prin- diferencias, la primitiva significación
cipio único o de que debe existir aristotélica de los praedicamenta. La
forzosamente un dualismo ontológico. discriminación entre dichas partes
N. Hartmann propone su propio sis- compete sin duda a las esferas a que
tema categorial que, coincidiendo con las categorías se aplican y al punto
la mayor parte de las direcciones de vista desde el cual son investiga-
contemporáneas (véase ORESTANO), das, pero la cuestión principal radica
es, por lo menos en la intención, un todavía en el plano ontológico, pues
"sistema abierto". Así, por ejemplo, entre todas las formas categoriales
hay un grupo de categorías comunes existentes o posibles corresponde, se-
al ser real y al ser ideal y que pueden gún dichos autores, la primacía a las
subdividirse en tres esferas: catego- categorías originarias e irreductibles
rías de la modalidad, de la oposición del ser.
y leyes categoriales. El examen de Debe observarse que aun cuando
las primeras es a la vez la averigua- no se use a veces el término 'catego-
269
CAT CAU
tivar tres términos: 'proposición' (o, CAUSA. El término griego a)iti/a
según los casos, 'juicio'), 'silogismo' traducido por "causa" tuvo origina-
e 'imperativo' (moral). Nos referi- riamente un sentido jurídico y significó
mos a este último en Imperativo "acusación" o "imputación". Ai)t w
(VÉASE); el segundo es analizado en significa "acuso"; y ai)tia/omai., "pido".
Silogismo (VÉASE ). En el presente Algunos autores suponen que el tér-
artículo definimos el significado de mino latino causa procede del verbo
'juicio' y 'proposición' categóricos. caveo, "me defiendo", "paro el gol-
Las proposiciones categóricas son pe", "tomo precauciones" (contra al-
las proposiciones simples de índole guien o algo)", y hasta "no me fío
atributiva o predicativa a las que nos (de alguien)". Parece, pues, que tam-
hemos referido en Proposición (VÉASE). bién el vocablo causa tiene un previo
Las proposiciones categóricas son del sentido jurídico, si bien inverso al del
tipo 'S es P' (proposición categórica griego; en éste se subraya la imputa-
afirmativa) o 'S no es P' (proposición ción mientras que en aquél se destaca
categórica negativa). En la lógica la defensa. En estas acepciones se per-
actual no se hace gran uso del tér- cibe ya —siquiera vagamente— un
mino 'categórico' para designar un significado que luego será considerado
tipo de proposición. Se tiende más como característico de la relación
bien a usar el término en otros sen- causal: el pasar de algo a algo. Sin
tidos, por ejemplo el que propone embargo, el significado de 'causa' tal
Lukasiewicz al llamar categórico a como se ha entendido luego no puede
un sistema en el cual todas las in- derivarse simplemente de las mencio-
terpretaciones verifican y falsifican nadas acepciones jurídicas. Desde el
las mismas fórmulas o son isomorfas. momento en que se empleó la noción
El uso más habitual de 'categórico' de causa filosóficamente se supuso
es el que se da desde Kant al juicio. que no hay sólo "imputación" a al-
Según Kant, los juicios categóricos guien (o a algo) de algo, sino tam-
forman parte de los juicios de rela- bién, y especialmente, producción de
ción (VÉASE). El juicio categórico afir- algo de acuerdo con una cierta nor-
ma o niega simplemente un predi- ma, o el acontener algo según una
cado de un sujeto. Según Pfänder, cierta ley que rige para todos los
el juicio categórico es aquel en el acontecimientos de la misma especie,
cual . "desaparece todo condiciona- o transmisión de propiedades de una
miento de la enunciación, y la fun- cosa a otra según cierto principio, o
ción enunciativa se verifica sin con- todas estas cosas a un tiempo. Como
dición alguna sobre cuyo cumplimien- la causa permite explicar por qué un
to haya incertidumbre". La fórmula cierto efecto se ha producido, se su-
del juicio categórico coincide con la puso muy pronto que la causa era, o
fórmula general del juicio, pero no podía ser, asimismo una razón o mo-
significa lo mismo. Mientras en la tivo de la producción del efecto. Las
última la enunciación permanece in- ideas de causa, finalidad, principio,
diferenciada, en la primera se afirma fundamento, razón, explicación y otras
o no se niega algo: la forma de esta similares se han relacionado entre sí
afirmación es categórica y por eso con mucha frecuencia, y en ocasiones
recibe el mismo nombre todo juicio se han confundido. Además, al tratar
que siga tal esquema. las cuestiones relativas a la causa y a
CATOLICISMO. Véase CRISTIANIS- la acción y efecto de causar algo —la
MO (especialmente ad finem). Véanse causalidad— se ha indicado no pocas
asimismo artículos sobre Padres de la veces qué cosas o acontecimientos, y
Iglesia y Doctores de la Iglesia, fi- hasta qué principio último, podían
lósofos (escolásticos y no escolásticos) ser considerados como propiamente
medievales, y pensadores que se han causas. En todo caso, las nociones de
ocupado de cuestiones religiosas, teo- causa, causalidad, relación causal,
lógicas y filosóficas relacionadas con principio causal, etc. han sido funda-
los dogmas católicos (lista en Cuadro mentales en la filosofía desde los co-
cronológico al final de esta obra), así mienzos.
como sobre diversos conceptos de al- Describiremos en el presente ar-
cance filosófico-teológico, tales como tículo, en orden aproximadamente his-
tórico, diversas nociones de causali-
ALBEDRÍO ( LIBRE), CONCURSO, CON-
dad, así como varias doctrinas sobre-
CATEGÓRICO. El término 'cate- GRUISMO, CREACIÓN, etc.
górico' se usa en filosofía para adje- 270
CAU CAU CAU
realidades o acontecimientos O princi- las causas en cuatro tipos: la causa No pocos pensadores griegos des-
pios que han sido considerados como eficiente, que es el principio del cam- pués de Aristóteles hubieran fácilmente
causas. Veremos de qué modos se ha bio, h( a)rxh\ th=j metabolh=j; ; la causa sido blanco de las mismas críticas que
ido transformando la noción de rela- material, o aquello de lo cual algo sur- el Estagirita dirigió contra sus
ción causal y cómo en diversos perío- ge o mediante lo cual llega a ser, predecesores. Algunos filósofos desta-
dos —entre ellos el contemporáneo— to\ e) c ou= gi/ g netai/ ; la causa caron, en efecto, el papel de la causa
se ha tendido a analizar con la mayor formal, que es la idea o el paradigma, eficiente. Tales fueron los escépticos
precisión posible la naturaleza, impli- to\ ei)/doj kai\ to\ para/deigma y es de tendencia empirista (como, por
caciones y formas de la causalidad. como la esencia en que "es antes de ejemplo, Filodemo de Gadara y, en
Los presocráticos no analizaron a haber sido", to\ ti\ h( =n ai) =n ai; la general, los "médicos-filósofos"). Otros
fondo la idea de causa —el primer causa final o el fin, to\ te/loj, to\ zu)= manifestaron que el efecto es en prin-
análisis detallado se debe a Aristóte- e)/neka, la realidad hacia la cual algo cipio heterogéneo a la causa, y ello de
les—, pero usaron esta idea en sus tiende a ser. Hay, pues, en la un modo radical, de modo que la re-
explicaciones del origen, principio y producción de algo el concurso de lación causal (concebida desde el
razón del mundo físico. Aristóteles varias causas y no sólo de una. Por punto de vista de la causa eficiente)
hizo notar ya ( Met., A. 3.983 b sigs.) otro lado, las causas pueden ser no es en modo alguno racional o,
que los presocráticos hicieron uso de recíprocas, kai\ a)llh/lwn ai)/tia , como cuando menos, no es completamente
todas las concepciones de la causali- ocurre con la fatiga que es causa de racional. Tal sostuvieron algunos es-
dad, pero cada uno de ellos lo hizo la buena salud y ésta lo es de la fatiga, cépticos de tendencia "dialéctica"
de un modo parcial. Por ejemplo, los si bien no del mismo modo, pues "una — lo que aproximó su crítica a la pos-
pitagóricos consideraron los números es fin y la otra principio del mo- terior de Algazel, de Nicolás de Au-
y las figuras geométricas como cau- vimiento". Ahora bien, aunque todas trecourt, de Hume y otros autores
sas. Pero eran sólo causas formales las causas concurren a la producción (véase OCASIONALISMO). Los estoicos
— o mejor, modelos. Empédocles con- de algo —la producción del afecto— desarrollaron una compleja doctrina
sideró el Amor y la Discordia (la la causa final parece tener un cierto causal. Por un lado, defendieron teo-
Unión y la Separación) como causas, predominio, ya que es el "bien" de la rías similares a las antes citadas. Por
pero sólo como causas eficientes. Ana- cosa, y la causa final como tal puede otro lado, hablaron de causas como
xágoras hizo del Nous ( VÉASE) una considerarse como el bien por exce- si fuesen exclusivamente causas cor-
causa, pero sólo una causa final. Los lencia. Cuando Aristóteles afirma que porales. Finalmente, concibieron la
atomistas consideraron que todos los "todo lo que ocurre tiene lugar a partir causa como un proceso originado en
acontecimientos (véase, sin embargo, de algo", pa=n to\ gigno/menon gi/gnetai un cuerpo y que produce una trans-
AZAR) suceden necesariamente, y con ...u(po tinoj (Met., q 8.1049 b 28) y que formación o cambio en otro cuerpo.
ello que hay un principio de necesi- "es menester que todo lo movido se Además, introdujeron la noción de
dad que es la universalidad del nexo mueva a partir de algo",a(\pan to\ kino\- causa mutua (en cuanto que aplicable
causal. Decir que nada procede de la umenon a)na/gkh u(po\ tinoj kikei=sqai por lo menos a individuos per-
nada equivale a decir que todo tiene (Phys.., VII 1.241 b 24) sostiene, en tenecientes a la misma clase de en-
una causa — si bien esta causa puede efecto, que no hay movimiento sin tidades). La doctrina cosmológica es-
interpretarse asimismo como una ra- causa, pero ello no equivale a afirmar toica del mundo como un conjunto
zón. Platón estimó asimismo que un determinismo de tipo mecánico o bien trabado y, en último término,
cuanto llega a ser tiene una causa, puramente eficiente. Por otro lado, al perfectamente continuo llevó asimismo
mas la primera causa no es puramente afirmar que cuanto ocurre, ocurre por a estos filósofos a no admitir que
mecánica, sino inteligible. Platón algo, Aristóteles se refiere explícita- pudiera acontecer ningún cambio en
establece, pues, ya una distinción que mente a la noción de substancia ninguna cosa sin afectar a todas las
luego hizo fortuna: la de la distinción (Met., q 8.1049 b 57). Los supuestos demás cosas. Muchos pensadores se
entre causas primeras, aiti/ai prw=tai del pensamiento causal aristotélico y, inclinaron a afirmar que la causa es
o causas inteligibles (las ideas) y cau- en general, del pensamiento griego no comparable a la generación — no ne-
sas segundas, ai)ti/ai deute/rai o causas son en modo alguno identificables con cesariamente de índole biológica, pero
sensibles y eficaces (las de las reali- los supuestos del pensamiento causal de algún modo análoga a ella: en
dades materiales y sensibles) (Tim., moderno. Xavier Zubiri ha indicado el acto de la generación se produce
46 C). Además, subordinó las últi- que la relación causa-efecto no es en una imitación, la cual tiene que ser
mas a las primeras. Las causas pri- el pensamiento antiguo una mera re- distinta del objeto imitado, pero
meras son modelos o atracciones; cau- lación. Lo que hace que una cosa ten- concebible por analogía con este ob-
san no por su acción, sino por su ga la posibilidad de producir otras no jeto. En sentido eminente la causa
perfección. es en tal pensamiento tanto el hecho es, pues, para estos pensadores causa
Aristóteles trató el problema de la de ser causa como el hecho de ser ejemplar.
causa, de su naturaleza y de sus espe- substancia. Ser substancia significa Plotino siguió esta última doctrina,
cies en varias partes de su obra, pero ser principio de las modificaciones, pues aunque admitía la existencia de
principalmente en Met., A 3.983 b — tanto de las propias como de las eje- diversas clases de causa (Enn., III i
993 a 10; A, 2.1013 a 24 - 1014 a 25; cutadas sobre otras substancias. Las 10) y criticada la noción de causa fi-
y en Phys., II. 3.194 b 29 sigs. La más cuatro causas aristotélicas pueden ser nal, por lo menos en la forma en que
célebre e influyente doctrina aristoté- consideradas como los diversos modos había sido defendida por algunos fi-
lica al respecto es la clasificación de en que se manifiestan las substancias lósofos (Enn., V viii 7), el modo co-
en cuanto substancias.
271
CAU CAU CAU
mo se produce el proceso de emana- como limitada en virtud de cierta consecuencia y causa-efecto, de tan
ción ( VÉASE ) de Io Uno es de ín- "insuficiencia" ontológica de la Na- fundamental importancia en el trata-
dole predominantemente "ejemplaris- turaleza. Causa en sentido propio es miento de la noción de causa y que
ta". Más radicales que Plotino fueron sólo la Causa creadora, la cual opera ha sido obliterada a veces por el ra-
en este respecto algunos autores neo- según las rationes aeternae. Ello no cionalismo extremado. A partir de es-
platónicos (Porfirio, Proclo) al inten- significa que la Causa creadora sea tas definiciones, Santo Tomás —y au-
tar reducir a un mínimo los instru- únicamente como un artífice o de- tores tomistas diversos— han introdu-
mentos necesarios para producir un miurgo que se limita a organizar lo cido numerosas distinciones, algunas
efecto, y al prescindir casi por com- real. La Causa creadora saca la rea- basadas en Aristóteles y otras propias.
pleto de la noción de causa eficiente. lidad de la nada, sin que quepa pre- Desde luego, se ha distinguido entre
Émile Bréhier ("Les analogies de la guntarse por la "razón" de su pro- causas primeras y causas segundas,
création chez Çankara et chez Pro- ducción. Es de advertir a este res- como Platón había ya hecho ( Cfr. su-
clus", Revue philosophique, año pecto que el término causa en San pra). Se ha hablado también de las
LXXVIII [1953], 329-33; reimp. en Agustín (y posiblemente también en siguientes especies de causa: causas
Études de philosophie antique [1955], San Buenaventura) es usado con fre- constituyentes (materia y forma);
págs. 284-88) ha descubierto una cuencia en el mismo sentido que "ra- causas extrínsecas (eficiente, final,
analogía entre la concepción anterior- zón" o "motivo" (como en causa... ejemplar); causas intrínsecas (materia
mente citada y la que, según Olivier voluntatis Dei). Debe también adver- y forma); causas accidentales (véase
Lacombe (L'absolu selon le Védanta tirse que San Agustín usa a veces el AZAR); causas cooperantes o
[tesis, cit. por Bréhier]), hay en el término efficiens en un sentido no concomitantes (concausas); causas
sistema hindú de Sankara. Bréhier exactamente igual al que tiene cuan- instrumentales (subordinadas); cau-
se ha referido al respecto a varios do se habla de "causa eficiente" na- sas ocasionales (véase OCASIONALIS-
textos de Proclo ( especialmente, co- tural en sentido aproximado al aris- MO); causas inmediatas (que produ-
mentario al Timeo) en los cuales, a totélico. cen directa e inmediatamente el efec-
semejanza de otros textos de Sankara, En el pensamiento escolástico, y to). Expresiones en que interviene el
se establecen diferencias entre la especialmente en el tomismo, la doc- término causa en otros sentidos dis-
producción de efectos por parte de trina aristotélica sobre la naturaleza tintos (aunque a veces próximos) a
los artesanos (quienes necesitan ope- de la causa y las especies de ésta se los apuntados y que pueden enten-
rar sobre una materia por medio de precisa y refina considerablemente, y derse claramente en su enunciado son:
instrumentos) y la producción por esta precisión adquiere carácter casi causa adaequata, causa inadaequata,
parte de las potencias creadoras (las infinitesimal en los autores tomistas causa essendi; causa fiendi; causa cog-
que imponen las formas por mera posteriores (y en muchos neotomis- noscendi, causa transiens, causa per se.
"presencia"). Llevado este último caso tas). Cierto número de afirmaciones Cada uno de los cuatro tipos de
a un extremo, puede admitirse que la de Santo Tomás corresponden casi causas ha sido, además, clasificada
actividad del pensamiento puede ser exactamente a las de Aristóteles. Así, por los autores tomistas. Así, tenemos
suficiente para producir lo pensado. por ejemplo: Omne quod fit, habet en la causa eficiente, entre otras, las
La diferencia aludida entre las dos causam (S. theol, I-II.q.LXXV.l sed siguientes especies de causa: primera
formas de producción se encuentra ya contra); Omne quod movetur, ab alio y segunda; principal y subordinada;
destacada en textos de Platón y de movetur (ibid., 1.2,3). En el mis- unívoca y análoga (o "equívo-ca");
Aristóteles, y ha proporcionado materia mo caso está la clasificación de los esencial y accidental; inmanente y
para las distintas interpretaciones tipos de causas (species causarum) en transitiva; inmediata, mediata, remota
dadas a las nociones de creación y de cuatro: causa per modum materiae; y última; total y parcial; universal y
emanación ( VÉANSE ). causa formalis; causa movens, vel ef- particular.
Muchos filósofos de final del mun- ficiens; causa finis (véase in 1.c. lect. En general, los filósofos antiguos y
do antiguo y de la Edad Media tra- 2 e in Phys., II lect. 10). La causa medievales tendieron a considerar la
taron extensamente de la noción de es, para Santo Tomás, aquello a lo relación causa-efecto desde un punto
causa. Destacaremos aquí, por lo cual algo sigue necesariamente. Se de vista predominantemente ontológi-
pronto, dos tendencias. Por una par- trata de un principio, pero de un co. Además, se inclinaron con fre-
te, hallamos el llamado "ejemplaris- principio de carácter positivo que cuencia a considerar la noción de cau-
mo" agustiniano y bonaventuriano. afecta realmente a algo. La causa se sa en estrecha relación con la de subs-
Por otra parte, hallamos una parte distingue en este sentido del princi- tancia (VÉASE). Ello no significa que
considerable del pensamiento escolás- pio en general. El principio es aque- todos los filósofos aludidos estuviesen
tico, en el cual se destaca el tomismo. llo de que procede algo (lo princi- de acuerdo al respecto. Dentro del
En el "ejemplarismo" agustiniano y piado) de "un modo cualquiera"; la estoicismo y del escepticismo se ha-
bonaventuriano no se descarta por en- causa es aquello de que procede algo llan ideas sobre la causa en las que
tero la acción de las llamadas "cau- (lo causado) de un modo específico. se subraya mucho menos los aspectos
sas segundas" — las causas tales como Principio y causa son ambos de al- ontológicos de la relación causal. Por
se supone que operan en la Natura- gún modo "principios", pero mien- un lado, en varios pensadores me-
leza y que son a la vez de tipo efi- tras el primero lo es según el inte- dievales se encuentran análisis de la
ciente y final. Estas causas son ad- lecto, la segunda lo es según la cosa noción de causa distintas tanto de
mitidas al lado de las causas prime- (o la realidad). Así se establece la la concepción "ejemplarista" como
ras, pero su eficacia es considerada diferencia entre la relación principio- de la tomista. En los nominalistas, por
272
CAU CAU CAÜ
ejemplo (especialmente en Guillermo lógica del cambio; se limita a dar una de la relación causa-efecto con la
de Occam), los universales no son razón mensurable del movimiento. Se- identidad de sus términos, de tal
concebidos como causas; la relación gún Xavier Zubiri, "no solamente no suerte que, según el propio Leibniz,
de causa a principio como relación de es la idea de causa la que dio origen la negación de esta identidad es una
especie a género no es admitida. Por a la ciencia moderna, sino que ésta verdadera y auténtica negación de la
otro lado, se reduce (y a veces se su- tuvo su origen en el exquisito cuida- naturaleza de la verdad. Aquí se
prime) el papel desempeñado por las do con que eliminó aquélla". muestra hasta qué punto la concep-
causas finales a favor del de las cau- Durante los siglos XVII y XVIII se ción racionalista de la causa acaba
sas eficientes en los procesos natura- debatió ampliamente la cuestión de por negar la propia naturaleza de la
les. Cierto es que dentro del aristote- la naturaleza de la causa. Dos gran- realidad afirmada. En efecto, el ra-
lismo no se admite tampoco que la des teorías se enfrentaron. Una de cionalismo sostiene que para enten-
explicación de los procesos naturales ellas puede ser calificada de "racio- der el efecto éste ha de estar "inclui-
sea posible sólo por medio de causas nalista" y ha sido representada por do" en la causa. Pero como no distin-
finales; es necesaria asimismo la iner- Descartes, Spinoza y Leibniz (para gue entre diversos modos de quedar
vención de las causas eficientes. Ade- Descartes, véase Princ. phil., II; para "incluido", resulta que si hay algo
más, como indica Anneliese Maier Spinoza, Eth., I viii schol. 2; para distinto no puede entenderse cómo
("Ursache und Kräfte", en Die Vor- Leibniz, Discours de métaphysique, ha sido posible. Lo que haya de no-
läufer Galileis im 14, Jahrhundert, especialmente XIX, XXII [entre otros vedad en el efecto tendrá que ser
1949, pág. 53 [véanse también págs. muchos textos de estos filósofos, pues forzosamente ininteligible, y de ahí
54-78]), las causas formales no tienen de algún modo o de otro la cuestión que el principio según el cual causa
en dicha doctrina importancia para la de la causa se halla entretejida en to- aequat effectum, el principio según
explicación físico-dinámica de los pro- dos sus pensamientos]). Es imposible el cual causa sive ratio y el
cesos naturales, sino sólo para la in- en un artículo como el presente tra- principio de razón suficiente sean
terpretación metafisico-ontològica del tar debidamente el problema de la tres aspectos de una misma frecuente
mundo. Sin embargo, esta interpreta- causa en el racionalismo, y menos to- negación de la distinctio realis entre
ción es siempre de algún modo pre- davía hacer justicia a las diferencias el efecto y la causa. La comprensión
via a la citada explicación. En varios existentes en los citados filósofos (el perfecta y absoluta de la relación
autores medievales, en cambio, espe- hecho, por ejemplo, de que Spinoza causal destruye entonces la posibili-
cialmente en los que elaboraron la distinguiera entre diversos tipos de dad de la propia relación, a menos
noción de ímpetu ( VÉASE), hay un causa; de que Leibniz acogiera en su que ella implique de nuevo —como
decidido interés por averiguar la na- sistema las causas finales no menos ocurre, por lo demás, en Leibniz—
turaleza y el modo de producción de qvie las eficientes y en cierto modo aquellos supuestos ontológicos que
las causas eficientes —y mecánicas— como si las primeras fuesen previas quedan eliminados cuando la noción
con respecto a las otras formas de a las segundas). Nos limitaremos a causal se atiene al puro mundo de
causa. indicar la tendencia capital del tra- los fenómenos. O, dicho de otro modo,
En lo que toca a la investigación tamiento racionalista de la causa: el la comprensión racional de la relación
sobre la causa durante el Renacimien- que ésta fuese identificada con la ra- causal destruye la posibilidad de esta
to y comienzos de la época moderna, zón según la fórmula causa sive ra- relación en sentido fenoménico. La
debe advertirse que hay en diversos tio. Esta identificación —paralela a la identidad de la causa y el efecto
pensadores un gran interés por los reducción de los procesos reales a re- postulada por el racionalismo implica
modos de operación de las causas fi- laciones ideales y matemáticas— es la negación del acontecer y la sumi-
nales. Tal ocurre en las concepciones radical en Spinoza. Es menos acen- sión del acontecimiento a sus rationes
de carácter organológico, como en J. tuada en Leibniz. Sin embargo, a pe- o proporciones matemáticas. Y es
B. van Helmont, Agrippa de Nettes- sar de que Leibniz distingue entre la precisamente esta matematización del
heim y otros autores. Pero puede de- razón como principio y la razón como concepto de causa, ya surgido en Ga-
cirse grosso modo que hay una dife- causa real, aproxima la noción de lileo, lo que ha planteado a la filoso-
rencia de principio entre la mayor causalidad al principio de razón su- fía moderna los mayores problemas
parte de las concepciones antiguas y ficiente o determinante, según el cual en la relación causa-efecto precisa-
medievales, y la mayor parte de las nada acontece sin razón, siendo lo mente porque ha intentado solucionar-
concepciones modernas con respecto acontecido la consecuencia de un es- los pasando de continuo de la esfera
a la idea de causa. El modo de cau- tado anterior al que conviene cabal- de la producción a la de la relación.
salidad que se expresa en la nueva mente el término 'causa'. El su- Junto a esta dirección racionalista,
física (Galileo) constituye una línea puesto que domina esta interpretación las tendencias ocasionalistas y em-
divisoria bien marcada. Antes de Ga- es, aparte la identificación apuntada piristas atacan desde otro ángulo el
lileo la noción de causa tiene por mo- entre la causa y el principio, la tesis problema de la causación. Estas ten-
tivo principal dar razón de las cosas característica de cierta parte de la dencias no son, por lo demás, espe-
mismas; desde Galileo la noción de filosofía moderna que, en oposición a cíficamente modernas ni obedecen
causa de razón de variaciones y des- la cristiana y como continuación de tampoco, en sus primeras formula-
plazamientos en tanto que suscepti- la griega, niega el ex nihilo fit ens ciones, a supuestos empiristas. Es e]
bles de medida y expresables mate- creatimi o lo relega a una forma es- caso de Algazel, en quien se viene
máticamente. La física moderna re- pecial e irracional de producción. Con- reconociendo el primer claro antece-
nuncia a explicar la naturaleza onto- secuencia de ello es la equiparación dente de la crítica de la noción de
273
CAU CAU CAU
causa en el sentido moderno. La distinción entre el mundo real y el nión de Kant) a dejar sin fundamento
oposición al racionalismo de los teó- fenoménico, entre las verdades de la ciencia, y en particular la mecánica
logos y filósofos árabes conducía a razón y las de hecho. newtoniana. Con el fin de sentar las
Algazel a mostrar la contradicción El racionalismo fue restablecido por bases filosóficas de ésta, y de este
de la noción racional de la causa o, Wolff, el cual en su Philosophia pri- modo asegurar la posibilidad de un
mejor dicho, a señalar que tal no- ma sive Ontologia (§ 881) hizo de conocimiento seguro y sólido de los
ción anulaba lo mismo la causa que la causa un principio (principium) y procesos naturales, Kant (VÉASE) hace
el efecto. De hecho, lo que los filó- de lo causado algo principiado (prin- de la noción de causa uno de los
sofos llaman causas son para Algazel cipiatum). Así, en vista de que el conceptos del entendimiento o ca-
meras ocasiones, pues solamente Dios racionalismo volvía siempre, de al- tegorías (véase CATEGORÍA). La cau-
puede ser considerado como gún modo, a la identificación de la salidad no puede derivarse empírica-
verdadera causa eficiente. En un causa con el efecto y de la causa mente, pero no es tampoco una pura
análogo sentido se movieron las es- con la razón, y como el ocasionalis- idea de la razón; tiene un carácter
peculaciones de algunos escolásticos. mo postulaba algo irracional para sintético y a la vez a priori. La ca-
Nicolás de Autrecourt, considerado explicar lo que se suponía necesitar tegoría de causalidad (causalidad y
por varios autores como un "pre- una explicación inteligible, la crítica dependencia; causa y efecto) corres-
cursor" de Hume, realiza una crítica de Hume procedió a una disolución ponde a los juicios de relación llama-
de la noción de causa basada sobre radical de la conexión causal y de dos "hipotéticos". Pero no es el es-
todo en el hecho de haber llevado sus implicaciones ontológicas. Ya Loc- quema "vacío" de un juicio condicio-
a sus últimas consecuencias lo que ke había señalado que la causa es "lo nal. No es tampoco un principio (on-
había de racionalismo en la concep- que produce cualquier idea simple tológico) que se baste a sí mismo, y
ción aristotélico-escolástica. La impo- o compleja" (Essay, XXVI, i), redu- cuya evidencia sea radical. La noción
sibilidad de deducir o derivar el co- ciendo el ámbito dentro del cual se da de causalidad permanece así inataca-
nocimiento de una existencia, del la causalidad al horizonte en el que ble, pues su aceptación no depende
conocimiento de otra a base del puro se producen y originan las "ideas". ni de una supuesta evidencia ontoló-
principio de contradicción, lo obliga Hume llega más lejos: a reducir la gica (que, por lo demás, es vacía de
a romper el vínculo analítico de la causa a la sucesión y a destruir el contenido) ni de la mostración empí-
relación causal y, por consiguiente, nexo ontológico e inclusive meramen- rica (que no llega nunca a resulta-
a negar su racionalidad y a basar la te racional de la relación causa-efecto. dos universales y necesarios). Por su-
relación simplemente en la sucesión. Sólo se descubre, dice, que un acon- puesto, la causalidad en este sentido
Análogamente, Malebranche y los tecimiento sucede a otro, sin poder se restringe al mundo fenoménico; no
ocasionalistas se ven precisados a re- comprenderse ninguna fuerza o poder se puede decir si afecta a las cosas
solver el dualismo entre la substancia por el cual opera la causa o cualquier en sí, porque no se puede tener ac-
pensante y la extensa planteado por conexión entre ella y su supuesto efec- ceso a tales cosas. Toda la "Analítica
Descartes, mediante la suposición de to, de tal modo que los dos términos trascendental" en la Crítica de la ra-
que las causas, cuando menos las se- están unidos, pero no relacionados zón pura, de Kant, es pertinente para
gundas, son ocasiones, y que, por lo — conjoined, but neuer connected. entender la crítica kantiana del
tanto, sólo Dios puede ser verdadera De ahí que pueda definirse la causa racionalismo y del empirismo y la so-
causa eficiente. Pues, evidentemente, como un objeto seguido por otro y lución kantiana al problema. Nos li-
si ya era difícil entender el nexo cau- cuya apariencia implica siempre el mitaremos a citar algunos pasajes que
sal entre substancias homogéneas, la pensamiento de aquel otro (Enquiry, expresan, en el propio vocabulario kan-
dificultad subía al punto al haber VII. 2). tiano, el modo como Kant ha afron-
heterogeneidad entre las substancias. Como en otros puntos, el pensa- tado la cuestión. Estos pasajes pro-
Ahora bien, esto podía solucionarse miento de Kant sobre la noción de ceden de la sección sobre la segun-
de varios modos: (a) o Dios interviene causa y sobre la relación causal cons- da "analogía de la experiencia" en
continua y directamente; (b) o bien tituye un intento de superar las difi- la que se trata del principio de su-
las substancias han quedado de tal cultades suscitadas por el racionalis- cesión en el tiempo según la ley de
modo reguladas que la "interven- mo y por el empirismo. Ambos tie- causalidad: "Percibo que las apa-
ción" ha existido en los comienzos; nen de común suponer que para que riencias se siguen una a la otra, esto
(c) o hay en las substancias algo que pueda afirmarse la relación causal, es, que en un cierto momento del
permite referir sus "movimientos" a ésta debe hallarse "en lo real". Si no tiempo hay un estado de cosas que
manifestaciones de una sola, absoluta se descubre allí, solamente podrá "ha- es opuesto al que fue en el momento
y única substancia. La primera so- llarse" en la "mente". Hasta aquí te- precedente. Así, estoy poniendo en
lución es la de Malebranche; la se- nía razón Hume. Pero el modo como re-lación dentro del tiempo dos
gunda, la de Leibniz; la tercera, la Hume resolvió el problema era para percepciones. Pero la relación no
de Spinoza. Y es curioso comprobar Kant insatisfactorio. En efecto, si la resulta del mero sentido y de la
hasta qué punto Leibniz, que parece relación causal es resultado de "con- intuición, sino que es el producto de
representar, como vimos, uno de los junciones" y no de "conexiones", si una facultad sintética de la
extremos de la tendencia racionalista, es asunto de "hábito" y de "creen- imaginación, la cual determina el
es también tributario del problema cia", entonces no puede concebirse la sentido interno con respecto a la
suscitado por los ocasionistas al ha- causalidad como algo universal y ne- relación temporal" (K. r. V., A 189,
ber establecido una demasiado tajante cesario, y ello equivale (en la opi- B 233). "El concepto que acarrea
consigo la necesidad de la
274
CAU CAU CAU
unidad sintética puede ser solamente en las que han desembocado en un mún había sostenido algo parecido al
un concepto puro radicado en el convencionalismo y ficcionalismo co- suponer, como Reid, que la causa es
entendimiento, no en la percepción, mo en las que han intentado una rein- derivada del poder que sentimos
y en este caso se halla el concepto terpretación real del principio. Así ha de producir ciertos efectos, pero tal
relación de causa a efecto" (Ibid., ocurrido en las direcciones empiristas, filosofía dejaba este concepto dema-
A 189, B 234). No se trata de una como la representada por John Stuart siado a cargo de un principio común
sucesión subjetiva, sino de una suce- Mill, quien hace de la causa un con- no necesitado de explicación en vez
sión objetiva (pero fenoménica). En junto o suma de condiciones negativas de atender, como Maine de Biran,
suma: el entendimiento contiene la y positivas, un "antecedente in- a una radicalización de la experien-
condición a priori de la posibilidad variable", pero quien da a la vez un cia del esfuerzo que produjera el
de determinación de todos los instan- sentido efectivamente real a la con- doble efecto de la disolución y afir-
tes de los fenómenos en el tiempo dición. Así ocurre también en las mación de la causa.
— tal como se expresa por medio de diversas formas del "impresionismo Por su parte, los científicos y fi-
la ley de causalidad en tanto que ley filosófico": la causa queda, como la lósofos que han prestado mayor aten-
universal y necesaria. substancia, pulverizada, ya sea en un ción a la crítica de las ciencias han
Después de Kant han abundado conjunto de condiciones, ya en una intentado aproximar la causa a las
las doctrinas sobre la causalidad. Los simple función, ya en un invariante nociones de condición, relación, ley
idealistas alemanes volvieron a subra- funcional cualquiera. Esto había ocu- y función. Así, por ejemplo, John
yar el carácter metafísico de la causa, rrido ya en una teoría de la causa Stuart Mill, quien, como dijimos, esti-
pero en un sentido distinto del que subrayaba al principio todos los ma la causa como el antecedente
racionalismo pre-kantiano. Schelling momentos condicionistas y fenome- invariable, dando a la causalidad un
emparentó la noción de causa con la nistas. Es el caso de Hamilton. Supone sentido netamente condicionista, que
de fundamento (VÉASE) absoluto. Co- éste (Lec. Met., XXXIX) que hay ha sido recogido por diversos auto-
mo tal fundamento es también libertad ocho teorías posibles acerca de la res neopositivistas. Mach sustituye la
absoluta, se concluye que el problema causa como fenómeno subjetivo, es causalidad por la relación, reducien-
de la libertad y el de la causa se decir, como origen del juicio causal. do con ello la noción de la causa a
hallan estrechamente relacionados — Cuatro de ellas afirman que este juicio un concepto considerado más inteli-
a diferencia de Kant, para quien se es a posteriori, y cuatro que es a priori. gible. Siguiendo estas tendencias, el
hallaban estrictamente separados, El juicio causal a posteriori puede ser positivismo ha ejercido una decidida
correspondiendo cada uno de ellos a original o derivado. El original puede crítica de toda acepción metafísica
un mundo distinto: el inteligible y el ser objetivo-objetivo, con percepción de la causalidad y, de acuerdo con
sensible respectivamente. En Fichte de eficacia causal, extema e interna, y sus principios generales, ha tendido a
la relación entre la causa y el efecto objetivo-subjetivo, con percepción de prescindir de ella y a atenerse a otras
fue vista con frecuencia como rela- eficacia causal interna. El derivado nociones que, como las de función
ción entre la actividad y la pasividad. puede ser objetivo, basado en la o ley, permiten eludir los problemas
En la filosofía de Hegel, la causa inducción y la generalización, o ontológicos que la causalidad plantea.
fue presentada como aquello por lo subjetivo, montado sobre la Sin embargo, otras diversas in-
cual un ser puede producirse a sí mis- asociación, la costumbre, el hábito. El vestigaciones sobre el principio causal
mo (véase CAUSA SUI), producien- juicio causal a priori puede ser han mitigado estas radicales sustitu-
do de este modo todo su interno y también original y derivado. El ori- ciones, llegándose, por un lado, como
propio desenvolvimiento. En una di- ginal puede ser necesario o basado Meyerson, a admitir la causalidad
rección análoga se mueve Schopen- en un principio especial de la inteli- como una tendencia natural de la
hauer al hacer de la causalidad la gencia, o contingente, montado sobre razón a la identificación del ante-
única categoría originaria y al ave- la espera de una constancia en la Na- cedente y del consecuente, y, por
riguar la cuádruple raíz del principio turaleza. El derivado puede estar ba- otro, a las direcciones que, buscando
de razón suficiente ( VÉASE) en una sado en la ley de la contradicción justamente una solución del problema
forma que permite conservar la cau- o en la de lo condicionado. Hamilton sin negación de sus dificultades,
salidad como categoría en sentido se inclina a esta última acepción, desembocan, como la fenomenología,
kantiano y a la vez considerarla como derivada —dice— no de una po- en la admisión de la causalidad como
momento principal del Absoluto, de la tencia, sino de la impotencia de la una relación originaria susceptible de
Voluntad. Desde este instante el pro- mente (loc. cit.). Por el contrario, intuición esencial y, por lo tanto,
blema de la causalidad es objeto de otras tendencias pretendieron funda- como una relación peculiar irreductible
una serie de análisis que van desde la mentar la "verdadera" realidad de la a toda equiparación con las distintas
reducción de la causa a un Absoluto, causa. Estas tendencias se basaron nociones con que ha sido confundida.
a su disolución en una trama fenomé- casi siempre en el examen de las Estas distinciones deben establecerse,
nica y al redescubrimiento, a partir de condiciones en que se desenvuelve la por lo pronto, dentro de la propia
cualquiera de las dos instancias, de su actividad del yo. Es lo que ocurrió noción de causa. Para no referirnos
sentido ontológico primario. La pri- sobre todo con Maine de Biran. Éste sino a algunos de los análisis últimos,
mera tendencia se da en todas las consideraba que el origen de la adviértase, por ejemplo, la diferencia
filosofías de lo Absoluto. La segunda, causa radica en la actividad de la vo- entre lo que Meyerson ha llamado la
en todo intento de "positivización" luntad o conciencia de que somos causalidad teológica y lo que el
radical del concepto de causa, tanto causa. Ya la filosofía del sentido co- propio autor ha calificado
275
CAU CAU CAU
de causalidad científica. La primera tallar un depósito de pólvora. El ter- empírico". En esto concuerda dicho
es aquella forma de causa que se cero está ejemplificado por la dis- autor con R. Hönigswald, pues ambos
revela "cuando, por un acto de vo- tensión gradual del resorte que hace sostienen una definición de la causa-
lición, produzco un cambio exterior o girar al fonógrafo. Para Bergson, lo lidad, no como una ley, sino como
cuando el creyente atribuye un fenó- que distingue los tres casos es la mayor "un punto de vista para poder hablar
meno a la intervención de la divini- o menor solidaridad entre la causa y de leyes". En suma, el enunciado cau-
dad". En esta causalidad teológica el efecto. "En el primero, la cantidad sal sería "una proposición sobre cono-
la noción de causa va más allá de los y la cualidad del efecto varían cimiento" (op. cit., pág. 82) y no sobre
fenómenos de la ciencia, a diferencia según la cantidad y la cualidad de la cosas o acontecimientos. Con ello se
de la causalidad científica, que se causa. En el segundo, ni la cualidad rechaza la concepción de la causa-
aplica a un aspecto de los fenómenos, ni la cantidad del efecto varían con la lidad propia de la física "clásica", la
y a diferencia también de lo que cualidad y la cantidad de la causa: el cual confiaba en la inalterabilidad
puede llamarse la causalidad eficien- efecto es invariable. En el tercero, del principio causal tal como fue ex-
te, causalidad híbrida que participa finalmente, la cantidad del efecto presado en la fórmula de Laplace
de las dos anteriores y que se aplica, depende de la cantidad de la causa, (aun cuando no se sostiene que la
según señala dicho autor, a la parte pero la causa no influye sobre la física estuviese edificada sobre tal
de los fenómenos científicos que es- cualidad del efecto." Sólo en el principio, sino sólo que cuando pre-
capan a la causalidad científica, es primer caso, por consiguiente, la tendía adquirir una claridad sobre
decir, a su aspecto irracional (Iden- causa explica el efecto (L'Évolu-tion sus supuestos llegaba a una fórmula
tité et Réalité, Caps. I, IX). Ya Bren- créatrice, págs. 79-80). No es la parecida a la de Laplace). Pero se
tano había procurado establecer una explicación del efecto por la causa, admite a la vez que tal concepción
conciliación de la racionalidad de sino la idea fundamental de que se tenía su fundamento dentro de tal
la causa con su carácter concreto al deriva la noción de causalidad lo física y en particular dentro de sus
reelaborar algunos de los supuestos que, en cambio, busca Dewey. Para supuestos, ya que toda concepción de
de la ontología aristotélico-tomista en este filósofo, la idea de causa procede la causalidad presentada por una
una doctrina original que compren- de la herramienta y del trabajo que epistemología de la ciencia natural es
día asimismo una teoría de la subs- ella ejecuta sobre otras cosas. Por lo la consecuencia de un determinado
tancia. Brentano rechaza el concepto tanto, no es el resultado de la se- supuesto acerca del concepto
de causalidad establecido por Hume, cuencia de los hechos naturales (como científico-natural de objeto. Rechazar
pero ello no significa, a su entender, diría el científico), ni una categoría el concepto clásico de causalidad
tener que aceptar la causa como "pre- de la razón (como afirmaría el fi- equivale, por lo tanto, a rechazar
juicio" al modo de Reid y de Kant lósofo, idealista o realista), ni algo los fundamentos en que se basaba la
La relación causa-efecto no es, en deducido de la naturaleza autoob- ciencia natural correspondiente. Por
efecto, simplemente la relación pre- servada de la voluntad (como se in- este motivo la crisis del concepto
misa-consecuencia, pero tampoco la clinaría a proclamar el filósofo que causal experimentado en los últimos
relación entre dos fenómenos absolu- partiera de la psicología o del aná- decenios representa, según Cassirer
tamente heterogéneos unidos por el lisis de la existencia). "El primer pen- (que coincide en este punto, sin
hábito o la creencia. Hay siempre, sador que proclama —escribe De- mencionarlo explícitamente, con Pierre
según Brentano, una permanencia wey— que todo acontecimiento es Duhem), la indicación de que está
continua del efecto en la causa, pero efecto de algo y causa de otra cosa, cambiando el mismo objeto de la
sin que ésta contenga absolutamente que toda particular existencia es a la ciencia y, especialmente, el de la
el efecto. Con lo cual se establece vez condicionada y condición, se limitó física. A su vez, muchas de las
una fundamentación de la noción de a expresar verbalmente el proce- direcciones de la llamada filosofía
causalidad que puede seguir siendo dimiento del trabajador, convirtiendo científica, del neopositivismo y, en
estimada racional, pero que no debe un modo de práctica en una fórmula", parte, del neorrealismo, estiman que la
ser considerada como racionalista, por y ello de tal modo que "las artes in- noción de causa no puede quedar
los mismos motivos que no debe ser dustriales son las formas típicas de precisada sin una previa "aclaración" o
considerada como puramente empírica experiencia que aclaran las conexio- análisis de las proposiciones en que
(Cfr. Abajo los prejuicios, en El nes secuenciales de las cosas entre sí" la causalidad va envuelta. Sobre todo
porvenir de la filosofía, trad, esp., (Experience and Nature, 1929, págs. en las tendencias que estiman la
1936, pág. 240). Por su lado, Berg- 84, 85). Para Cassirer (Cfr. Determi- relación subjeto-objeto como de
son ha advertido que es ilegítimo nismus und Indeterminismus, etc., naturaleza últimamente causal (tales,
confundir, como se hace ordinaria- págs. 75 y sigs.), el enunciado causal Ogden y Richards), se ha hecho más
mente, tres sentidos bien diferentes de no es una intelección nueva desde urgente dicho requerimiento. Esto ha
la causalidad. "Una causa —escribe— el punto de vista del contenido, sino conducido la investigación causal a un
puede actuar por impulsión, por dis- sólo desde el punto de vista del mé- estudio próximo a los métodos de J.
paro o por desenvolvimiento." El todo. Desde el ángulo de su conte- S. Mill, y cuando se ha intentado
primer tipo está ejemplificado por la nido, el enunciado causal no dice una definición, a una que se aproxima
bola de billar y es aquel en que se nada más que lo que ya se sabe. De sensiblemente a la noción de causa
piensa ante todo cuando se habla de ahí que, a su entender, la causalidad como antecedente invariable. Ya lo
causa física. El segundo está ejem- pertenezca a los principios modales hemos puesto de relieve al reseñar la
plificado por la chispa que hace es- y sea un "postulado del pensamiento noción de causali-
276
CAU CAU CAU
dad sostenida por Mach y por el una relación que une por su mis- causales sean identificables con la te-
condicionismo. Agreguemos ahora que ma raíz la libertad ( VÉASE ) y el sis de una determinación estricta. Una
la causalidad ha sido también con- fundamento o razón determinante, crítica puramente "nihilista" de la
cebida como un marco lógico que por la cual la libertad se fundamenta causalidad favorece las tendencias
permite ligar las diferentes formas a sí misma en su "estar en el mundo" irracionalistas. Una interpretación rí-
que asumen las proposiciones donde y llega por tal fundamentación a gida del principio de determinación
una relación "causal" está presente. concebir el principio del fundamento conduce, por otro lado, a un supuesto
Toda idea de "actuación", tanto en como una auténtica posibilidad. La determinista incomprobable. La in-
el sentido de una ontología basada esencia del fundamento a que se re- tención de Bunge es mostrar que "co-
en la autoobservación como en el sen- ducen todas las especies de la causa mo cualquier otra categoría de deter-
tido del pragmatismo, ha sido enton- es así la libertad misma, la cual se minación, la causación tiene un al-
ces descartada como conteniendo im- manifiesta justamente en la trascen- cance operativo limitado; que el prin-
plicaciones ontológicas inadmisibles. dencia de la Existencia como una ver- cipio causal ocupa un lugar dentro
Pero no sólo ella, sino la misma no- dadera posibilidad de fundamentar. del contexto más amplio del determi-
ción de causa, por lo menos en el Un análisis adecuado de la noción nismo; y que los fracasos que expe-
sentido tradicional de elemento por de causa requiere no sólo tener en rimenta el principio causal en ciertas
el cual algo es producido. El tránsito cuenta a la vez los problemas filo- esferas no implican de ningún modo
de la causación a la dependencia fun- sóficos y científicos, sino también es- el fracaso del determinismo latu sen-
cional se ha acentuado considerable- tudiar la causalidad en relación con su, o la desintegración del entendi-
mente en estas direcciones. Pero si muchos otros conceptos, tales como miento racional" (op. cit. infra, pág.
bien este análisis permite eliminar la los de determinación, determinismo 351).
hipóstasis de la causa como algo real (v.), función (v.), ley (v.) y otros. Ma-
causante, no suprime la causación de rio Bunge (op. cit. infra) ha llevado
tipo ontológico o la transfiere a una a cabo un análisis detallado de la cau-
teoría funcional y operativa que, salidad, distinguiendo, por lo pronto,
de todos modos, supone una cierta entre tres significados: la causación
ontología. Por eso todas las distincio- (relación causal y tipos de nexo cau-
nes y análisis mencionados son nece- sal); el principio causal o de causali-
sarios, pero sin que con ello pueda dad (enunciado de la ley causal, co-
decirse que queda totalmente elimi- mo en "Las mismas causas producen
nada la cuestión ontológica (soluble los mismos efectos"); y el determi-
o no ) de Ja causa. Y ello hasta tal nismo causal, o causalismo, es decir,
punto, que ha podido llegarse a una causalidad propiamente dicha (doc-
relativa coincidencia respecto al sen- trina de la validez universal del prin-
tido de la relación causal entre quie- cipio causal, como en "Todo tiene
nes han examinado lógicamente la una causa"). El principio causal ex-
noción de causa al hilo de una inves- presa la forma de la causación; el de-
tigación del concepto causal tal como terminismo causal afirma que todo
es empleado en la física contempo- sucede según ley causal. Según Bun-
ránea y los que han tendido a una ge, el principio de determinación es
interpretación ontológica. Mencione- de carácter más amplio que el del
mos al respecto ciertas investigacio- determinismo. El principio de deter-
nes de la relación causal como algo minación incluye leyes deterministas
que permite explicar el concepto de y leyes no deterministas (por ejem-
tiempo ( VÉASE ). Esta descripción plo, estadísticas). La causalidad es
quedaría, sin embargo, incompleta si sólo una clase (bien que muy impor-
no nos refiriéramos también a las di- tante) de determinación. No hay que
recciones en que el problema de la suponer, pues, que la causación es la
causalidad asume un aspecto a la vez única fuente de la producción de cam-
ontológico y metafísico, como conse- bio y de novedad. La determinación
cuencia de la interpretación del pro- puede ser causal y no causal. En esta
pio fundamento en que se apoya el última se incluye la determinación es-
principio de razón suficiente. Así, al tadística, la estructural, la teleológica
examinar la cuestión de este princi- y la dialéctica. Estas distinciones (y
pio único por el cual han de quedar otras introducidas por el citado au-
justificadas todas las especies de cau- tor) están destinadas a evitar confu-
sas en una raíz común, Heidegger siones muy corrientes entre filósofos
ha llegado a una dilucidación del y científicos. Bunge rechaza la inter-
problema de la esencia del fun- pretación puramente empirista o "con-
damento dentro del marco de la juncionista" de la causa. Afirma que
trascendencia en que la Existencia la causa es una producción real. Pero
consiste; de este modo se descubre a la vez no admite que las hipótesis
277
CAU
MERA, SEGUNDA, etc. etc. Véase
CAUSA.
CAUSA SUI. En el artículo sobre
la noción de causa ( VÉASE ) no he-
mos hablado —excepto tangencial-
mente— de la Cuestión de la "causa
de sí mismo", que se expresa mediante
los términos causa sui.
La expresión causa sui parece ha-
ber sido introducida en la literatura
filosófica medieval por medio de tra-
ducciones latinas de Alfarabi (Cfr.
Rudolf Eucken, Ges. der phil. Ter-
minologie, 1879, reimp., 1960, pág.
68). Se ha indicado asimismo que se
usó por vez primera en el siglo XII
— por ejemplo, por Alain de Lille (Cfr.
A. Guzzo-F. Barone, Enciclopedia Fi-
losófica Italiana, I, A-Eq, 1957, s.v.
"Causa sui", pág. 979, col. 1). Al-
berto Magno usó la expresión princi-
pium sui, en su doctrina de la Tri-
nidad el Padre es descrito como prin-
cipium y no causa del Hijo (Eucken,
op. cit., pág. 91, nota 3). Causa sui
ha sido usado por Santo Tomás, Suá-
rez y muchos autores escolásticos, así
como por Descartes y, sobre todo, Spi-
noza.
Originariamente causa sui no se re-
fería a Dios ( Dios era más bien prin-
cipium sui). Causa sui podía aplicar-
se al hombre en cuanto hombre libre,
significándose con ello que se deter-
minaba a sí mismo libremente. Se de-
cía, sin embargo, que nada es pro-
piamente causa sui, pues todo ente
es en cuanto tiene un origen distinto
de sí mismo, esto es, causado.
Dios fue presentado como causa
sui por Descartes en su prueba (lue-
go llamada "ontológica") de la exis-
tencia de Dios. Spinoza comenzó su
Ética (I, def. 1) con una definición
del concepto causa sui: "Por causa
de sí mismo entiendo aquello cuya
esencia envuelve la existencia, esto
es, aquello cuya naturaleza no puede
concebirse si no es existiendo." Puede
decirse que en Descartes y en Spinoza
se da una definición positiva de causa
sui, a diferencia de la definición
escolástica medieval, que era más
bien negativa, por cuanto afirmaba
que un ente es causa sui cuando no
tiene causa (exterior al ente
considerado). La causa sui definida
positivamente se aplica en Descartes
a la substancia, pero como la única
substancia que cumple con todas las
CAUSA ADECUADA, CONCOMI- condiciones requeridas es la substan-
TANTE, EFICIENTE, FINAL, FOR-
MAL, MATERIAL, PER SE, PRI-
278
CAU CAY
cia infinita, Dios acaba por ser de- 1519, obispo de Gaeta en 1519, otra
finido como causa sui por excelencia. vez legado papal en Hungría, Bohemia
Lo mismo en Hegel. y Polonia bajo Adriano IV y, fi-
En su Historia como sistema, Or- nalmente, permaneció en Roma como
tega y Gasset afirma que el hombre Cardenal bajo Clemente VII. No obs-
es causa sui en un sentido todavía tante estas múltiples actividades ecle-
más radical que el tradicional, pues siásticas, desarrolló una importante
el hombre (la vida) tiene que deci- labor filosófica y teológica, especial-
dir constantemente qué "sí mismo" mente en forma de comentarios a
va a causar (O. C., VI, 33). Aristóteles y a Santo Tomás de Aquino,
CAUSALIDAD. Véase CAUSA, CAU- de quien fue uno de los más
SALIDAD (PERCEPCIÓN DE LA), DE- importantes seguidores. Adversario
TERMINISMO, INCERTIDUMBRE (PRIN- moderado del escotismo, se distinguió
CIPIO DE ), LEY. sobre todo por su doctrina de la ana-
CAUSALIDAD (PERCEPCIÓN logía, defendiendo la teoría tomista
DE LA). Un problema que no suele de la analogía de proporcionalidad y
mencionarse en los estudios epis- refinándola considerablemente. Según
temológicos —y que sólo excepcional- Cayetano, esta analogía en su forma
mente está tratado en los análisis no metafórica permite solucionar los
metafísicos— de la noción de causa- problemas clásicos de la comprensión
lidad es el de los modos de percep- de los atributos de Dios partiendo de la
ción causal. Es un problema que ha consideración de predicaciones sobre
sido estudiado por J. Piaget y en par- el hombre sin por ello tener
ticular por A. Michotte van der Berck, necesidad de recurrir al origen
en las investigaciones experimentales psicológico de los conceptos. Tal
llevadas a cabo por el último en Lo- analogía permite, pues, establecer
vaina y resumidas en el libro La per- razonamientos de los cuales se deriva
ception de la causalité ( 1946; 2a ed., que Dios y las criaturas tienen algún
1954). De tales investigaciones se de- predicado en común. Como señala en
riva que hay impresiones causales y su clásico tratado sobre la analogía de
que pueden determinarse las condi- los nombres, el razonamiento "Toda
ciones de su aparición. Los exámenes simple perfección se halla en Dios.
de Michotte incluyen la causalidad La sabiduría es una • simple
llamada cualitativa (la cual se reduce perfección. Por lo tanto, la sabiduría se
a cambios de forma), y la tesis resul- halla en Dios", es de tal tipo que "el
tante de los mismos se opone a la ne- término 'sabiduría' en la menor no
gación de una impresión primitiva de representa esta o aquella noción de
la influencia ejercida por un hecho sabiduría, sino la sabiduría, que es
físico sobre otro — negación común proporcionalmente una, es decir,
a Hume y a los racionalistas continen- representa ambas nociones de
tales. Según ello, habría que reformu- sabiduría, no tomadas en conjunción ni
lar el problema causal tal como ha si- en disyunción, sino en tanto que están
do tratado por los filósofos clásicos proporcionalmente no divididas, en
modernos en términos psicológicos, tanto una es proporcionalmente la
aunque no fuera sino por el hecho de otra, y en tanto que ambas constituyen
que tales filósofos establecen, cons- una noción que es proporcionalmente
ciente o inconscientemente, supuestos una" (de Nomi-num Analogia, Cap. X:
psicológicos en sus análisis aparente- solución a la segunda dificultad). En
mente sólo filosóficos o epistemológi- otros campos filosóficos, Cayetano
cos de la noción de causalidad. señaló la imposibilidad de demostrar
A. Michotte et al., Causalité, per- filosófica y racionalmente ciertos
manence et réalité phénoménales, problemas, tales como los planteados
1963. por los dogmas de la Trinidad y de la
CAYETANO (CARDENAL), el inmortalidad del alma; tales dogmas
nombre bajo el cual se conoce a To- deben ser creídos y son, en todo caso,
más de Vio (1468-1534), nació en objeto de la teología y no de la
Gaeta, ingresó en 1480 en la Orden filosofía racional. Cayetano se ocupó
de Predicadores, estudió en Ñapóles, asimismo de problemas morales,
Bolonia y Padua, profesó en Padua especialmente en su Summula
y Pavia, fue Maestro General de la Peccatorum. Las obras filosóficas
Orden en 1508, cardenal en 1517, principales de Cayetano son: In ¿le
legado papal en Alemania en 1518 y Ente et Essentía
279
CAY CEN
en págs. 84-7 de la traducción inglesa tinuidad rota por el radical dualismo.
de De Nominum Analogia [Duques- En nombre de este platonismo Celso
ne Studies. Philosophical Series, 4, combatió a los cristianos en su obra
1953].
Doctrina verdadera ( )Alhqh\j lo/goj' )
CAYETANO DE THIENE [GAE- partes de la cual nos han sido con-
TANO DA THIENE, Cajetanus Thie- servadas por el escrito que Orígenes
naeus] (ca. 1387-1465) fue discípulo dirigió contra ella.
de Pablo de Venecia (v. ) y enseñó
en la Universidad de Padua desde
1424 aproximadamente. Uno de los
más radicales averroístas de la llama-
da "Escuela de Padua" (v.), Cayeta-
no de Thiene recibió asimismo las
influencias de los físicos de la Escuela
de París (v.), especialmente de
Nicolás de Oresme. Aunque polemizó
contra Swineshead, no fue ajeno al
influjo de los mertonianos, en particu- CELARENT es el nombre que de-
lar de Heytesbury, del cual comentó signa uno de los modos (véase MO-
uno de los tratados y expuso las ideas DO) válidos de los silogismos de la
fundamentales de otro. Esto no quiere primera figura ( VÉASE ). Un ejemplo
decir que Cayetano de Thiene siguiera de Celarent puede ser: Si ningún
literalmente las enseñanzas de los africano es europeo y todos los
físicos de París y de algunos de los abisinios son africanos, entonces
mertonianos. En sus estudios sobre la ningún abisinio es europeo, ejemplo
naturaleza del calor y de la transmi- que corresponde a la siguiente ley de
sión del calor a los cuerpos, Cayetano la lógica cuantificacional elemental:
de Thiene desarrolló una teoría pro-
pia que Samuel Clagett (Cfr. infra)
llama "teoría de la reflexión" y en la
que intenta superar algunas de las y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
dificultades encontradas en el proble- de la lógica tradicional, puede expre-
ma por Heytesbury y Marsilio de sarse mediante el siguiente esquema:
Inghen. Esta teoría se basa en ciertos
principios que suponía regían la re-
flexión de la luz. Cayetano de Thiene
polemizó contra las ideas acerca de donde aparece claramente la secuen-
"la reacción", de Juan Marliani. En cia de las letras 'E', 'A', 'E', origen
cuanto a sus doctrinas más propia- del término Celarent, en el orden
mente averroístas, defendió la morta- MP-SM-SP.
CELSO (fl. 170) defendió un pla- CENOSCÓPICO. Bentham distin-
lidad del intelecto especulativo en guió entre la ontología cenoscópica y
cada uno de los individuos humanos, tonismo en muchos respectos pareci-
do al de Ático ( VÍASE ), pero aun la ontología idioscópica. La primera
pero afirmó su inmortalidad en cuanto estudia las propiedades comunes a
intelecto común a todos los individuos cuando estaba también penetrado de
motivos estoicos y epicúreos éstos son todos los individuos de la clase de
de la especie humana. La eternidad objetos estudiados por la ontología,
del intelecto común a la especie cons- menos importantes que los que influ-
yeron sobre el citado platónico coe- es decir, las propiedades de todos
tituye, según Cayetano de Thiene, el los individuos. La segunda estudia
fundamento de la verdad de los princi- táneo suyo. La tendencia de Celso
al dualismo lo condujo a una acentua- las propiedades comunes a los indi-
pios de las ciencias y de todas las ver- viduos de clases determinadas de in-
dades justamente llamadas "eternas". ción de la trascendencia divina: Dios
puede solamente relacionarse con la dividuos. La división de Bentham es,
parte superior del alma, y su provi- pues, parecida a la que había sido
dencia se extiende al mundo y no a propuesta por wolffianos y escolásti-
cada uno de los hombres, los cuales cos entre la metafísica general u
poseen en la materia perecedera de ontología y la metafísica especial, o
que están compuestos una realidad a la que posteriormente ha sido es-
que no puede entrar en contacto con tablecida por algunos filósofos (por
la realidad suprema. Ahora bien, para ejemplo, Husserl) entre la ontología
restablecer la separación Celso intro- general y las ontologías regionales.
dujo una doctrina demonológica aná- Recogiendo la sugerencia de Ben-
loga a la de muchos platónicos y tham, Peirce introdujo también en
neoplatónicos del final del mundo sus clasificaciones de las ciencias los
antiguo: una jerarquía de espíritus términos 'cenoscópico' e 'idioscópico'.
es la encargada de restablecer la con- Ambos términos designan respectiva-
280
CEN CER CER
mente dos clases de ciencias de las dumbre roza, hasta coincidir, con el cosa o, para enunciarlo más rigurosa-
tres en que pueden dividirse las problema de la evidencia ( VÉASE ), mente, de una situación objetiva. Esta
ciencias teóricas de descubrimiento y hasta puede decirse que es una de certidumbre puede referirse a toda
(que a su vez son una de las dos las especies de ella. Sin embargo, el clase de verdades o falsedades, tanto
subrramas de las ciencias teóricas). campo de la certidumbre propiamente a las de razón como a las de hecho
La clase primera es la matemática; la dicha es más bien el de la certi- y, por consiguiente, ha llegado a no
segunda (cenoscópica), la filosofía; dumbre objetiva y, dentro de ella, el coincidir o a poder no coincidir exac-
la tercera (idioscópica), las ciencias de la certidumbre verdaderamente tamente con el carácter "claro y dis-
particulares. En tanto que ciencia "subjetiva", es decir, formal. Ésta es tinto" que, según el racionalismo car-
cenoscópica, la filosofía averigua la dividida por los escolásticos, espe- tesiano, estaba todavía indisoluble-
verdad positiva a base de observa- cialmente por los tomistas, en varias mente adscrito a la certidumbre. De
ciones que entran en el horizonte clases, de acuerdo con la razón del ahí que la evolución última experi-
de la experiencia cotidiana de todos objeto y según la razón del funda- mentada por el término haya conse-
los hombres. En tanto que ciencias mento. Aun cuando por la razón del guido alojarla difícilmente entre los
idioscópicas, las ciencias particulares objeto la certidumbre sea llamada diversos tipos de adhesión. La cer-
estudian diversas regiones de la reali- certidumbre de evidencia, aquí se tidumbre no puede ser simplemente
dad a base de observaciones especia- significa por 'evidencia' no tanto el equiparada a la evidencia y, a lo
les. La clase de las ciencias idioscó- aspecto objetivo —la realidad misma sumo, hay que referirla a uno de sus
picas se subdivide en físicas (fisiogno- de la cosa en tanto que posee modos, a aquel que, siendo primaria-
sia) y psíquicas ( psicognosia ). Todos pretensión de evidencia— como la mente subjetivo, mienta una circuns-
los departamentos de la idioscopia se percepción subjetiva de este aspecto. tancia objetiva. No puede tampoco
basan en la celioscopia o filosofía. Por razón del fundamento objetivo, equipararse a la creencia, no sólo
Para una más detallada clasificación la certidumbre es, en cambio, llamada en virtud de los múltiples significados
de las ciencias según Peirce, véase certidumbre de la fe. Las discusiones de este término, sino también porque
CIENCIAS ( CLASIFICACIÓN DE LAS). habidas respecto a la mayor o menor no cabe en ninguno de los dos prin-
CENSURA. Véase PSICOANÁLISIS. perfección de cada una de estas cipales. No puede, finalmente, con-
CERTIDUMBRE. La certidumbre formas esenciales de certidumbre han fundirse con la mera aserción indivi-
tiene casi siempre un matiz subjetivo; sido solucionadas por la escolástica dual de algo sin razones o fundamen-
no puede, pues, confundirse ni con tomista señalando que no hay una tos, pues entonces no se trataría de
los diversos sentidos de la creencia univocidad de la perfección, sino un certidumbre, sino de arbitraria posi-
( VÉASE) ni tampoco con la evidencia grado mayor o menor de ella según ción de cualquier situación objetiva,
(VÉASE). Esta particular condición o el elemento de la certidumbre que se real o imaginaria. Por eso algunos
situación de la certidumbre fue ya subraye. Así, por ejemplo, la certi- autores han intentado reducir la cer-
destacada por los escolásticos. En dumbre de evidencia es más perfecta tidumbre a la certidumbre moral, que
sentido lato, éstos definían la certi- en lo que toca al conocimiento o ra- sería una certidumbre de tipo evi-
dumbre como un "estado firme de la zón del conocimiento. La certidumbre dente por razón de la imposibilidad
mente". Pero esta definición resultaba, de la fe, en cambio, puede ser más de afirmar o demostrar algo contrario
sin duda, insuficiente, y por eso era perfecta en lo que atañe a la fir- a la misma. En todos los casos, la
necesario distinguir entre diversos meza misma de la adhesión, sobre certidumbre no puede dejar de ser
tipos de certidumbre que representa- todo cuando se trata de una certidum- subjetiva, pero sin confundirse ni con
ban, a su vez, diferentes grados de bre sobrenatural y no simplemente la evidencia ni con el mero asenti-
ella. Se habla entonces de certidumbre natural o humana. miento, que no es más que un resul-
subjetiva —que es el significado Esta división de los tipos de la cer- tado de la certidumbre y no la certi-
primario de la certidumbre— y se tidumbre es para los escolásticos una dumbre en cuanto tal.
supone que ésta puede ser o mera- división primaria. No suprime, pero Hugo Dingler ("Probleme des Po-
mente subjetiva o verdaderamente relega a una región accidental, las sitivismus", Zeitschrift für philoso-
subjetiva. La primera es la certidum- divisiones más usuales de ella según phische Forschung, V [1951], 485-
bre que no se funda en una certi- la mayor o menor inmediatez, la ma- 513) ha llamado tendencia certística
dumbre objetiva; la segunda es la yor o menor "ingenuidad", etc. En a la que admite solamente proposi-
que se funda en ella, y por este mo- la época moderna no se ha desmen- ciones completamente seguras como
tivo se califica a veces de formal. tido substancialmente la anterior con- base de la ciencia o de la filosofia.
En cuanto a la llamada certidumbre cepción, pero se ha tendido a des- Para dicha tendencia, debe ser ex-
objetiva, se trata no tanto del asen- arrollar el aspecto "evidencial" de la cluido cuanto no pueda ser riguro-
timiento ( VÉASE ) firme del espíritu certidumbre y se ha procurado esta- samente demostrado. Según Dingler,
como del fundamento mismo de este blecer una división más según los ci- el certismo se basa en un juicio de
asentimiento. La certidumbre es en- tados modos accidentales que según valor: el que otorga carácter positivo
tonces la base objetiva de todo asen- los modos esenciales. La definición solamente a lo "inexpugnable". Ahora
timiento firme, y puede considerarse habitual de la certidumbre ha sido, bien, este juicio de valor procede —
o como una evidencia objetiva o como por lo demás, la definición más lata; también según Dingler— de una
la seguridad derivada de la autoridad según ella, certidumbre es un acto del exigencia de la vida, para cuya con-
de un testimonio. En este punto, por espíritu por el cual se reconoce sin re- servación desempeña un papel fun-
lo tanto, el problema de la certi- servas la verdad o la falsedad de una damental el ideal de la "absoluta se-
281
CES CIB CIB
guridad" (absolute Verlässlichkeit). do semejante a como se prueban los Machine (1949, 2a ed., 1961), Norbert
Pues 'lo inseguro está siempre ace- teoremas en aritmética y geometría. Wiener (t 1964) llamó "cibernética"
chado por la sorpresa, en tanto que lo Leibniz se refirió con frecuencia a (del griego kubernh/r = piloto) a la
seguro tiene sus espaldas libres para semejante característica, y escribió, ciencia que estudia los sistemas de
consagrarse a otras importantes acti- además, una disertación sobre ella control, y especialmente de autocon-
vidades" (op. cit., pág. 487). Las exi- (Philosophische Schriften, ed. Ger- trol tanto en los organismos como en
gencias del certismo sólo pueden ser hardt, VII, 184-301). Esta caracterís- las máquinas. "El control —define
cumplidas, según Dingler, mediante su tica es una especie de simbolismo Wiener (The Human Use of Human
propia filosofía "metódico-operativa". universal —o "spécieuse genérale"— Beings, 1950, pág. 8)— no es sino el
en la cual "todas las verdades de ra- envío de mensajes que efectivamente
zón podrían reducirse a un cálculo" cambian el comportamiento del siste-
(op. cit., III, 605). La característica ma receptor."
universal es considerada a veces co-
mo el lenguaje universal de todas las
ciencias, y a veces como un auxilio Nos hemos referido a algunos de
para el arts combinatoria (VÉASE ), los problemas principales estudiados
esto es, como un lenguaje auxiliar de por la cibernética en el sentido de
un arte absolutamente universal. Tanto Wiener en varios artículos de la pre-
la característica universal como el arte sente obra (véanse especialmente CO-
combinatorio están destinados a dar MUNICACIÓN, INFORMACIÓN). Nos li-
fin a los inútiles debates filosóficos y mitaremos aquí a destacar, o a recor-
teológicos, por cuanto deben hacer dar, que la cibernética —todavía en
posibles las pruebas de una manera formación y, por tanto, sin límites
formal. Se trata, pues, de un intento precisos como ciencia o como disci-
de formalización de todo lenguaje plina científica— se ocupa de temas
cognoscitivo, no sólo el de la muy diversos aunque todos ellos rela-
matemática y las ciencias de la Na- cionados de algún modo entre sí. En-
turaleza, sino también el de la filo- tre estos temas mencionamos los si-
sofía y la teología. La característica guientes: el estudio del control y del
universal se halla, pues, relacionada auto-control, especialmente a base del
con intentos similares, entre los cua- concepto de "retroacción" (feedback)
CESARE es el nombre que desig- les cabe mencionar el del ars magna —por tanto el estudio de los sistemas
na uno de los modos (véase MODO) (VÉASE ) de Llull. Leibniz usa a ve- autorregulativos, orgánicos y mecáni-
válidos de los silogismos de la se- ces la expresión characteristica verba- cos—; el estudio de la transmisión de
gunda figura (VÉASE). Un ejemplo de lis, en tanto que los vocablos son mensajes en cuanto sirven para llevar
Cesare puede ser: considerados como signos de los con- a cabo el control y el auto-control
ceptos (Cfr. Opuscules et fragments citados; el estudio de la información
Si ningún pedazo de hierro es blanco inédits de Leibniz, ed. Louis Coutu- en cuanto transmisión de señales den-
y todos los copos de nieve son rat, 1905, pág. 433; entre otros lugares tro de un sistema de autorregulación;
blancos, entonces ningún copo de en la misma obra sobre el tema véanse el estudio de diversas formas de la
nieve es un págs. 29, 42, 60, 62-92, 94, 98, 99, llamada "conducta con propósito"; el
pedazo de hierro, 129, 181, 267, 274, 275, 284, 326, estudio de los paralelismos entre va-
ejemplo que corresponde a la siguien- 338, 357, 359, 366, 367, 406, 429, rios sistemas en los cuales tienen lugar
te ley de la lógica cuantificacional 433-5, 511, 531, 562). procesos de control y de autorregula-
elemental: Helmut Schnelle, Zeichensysteme ción (como los llamados "servomeca-
zur wissenschaftlichen Darstellung. nismos"). Por lo indicado puede verse
Ein Beitrag zur Entfaltung der Ars la amplitud del campo de la ciberné-
characteristica im Sinne G. W. Leib- tica, en la cual tienen lugar una serie
niz, 1962. de estudios lógicos, matemáticos, físi-
y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
de la lógica tradicional, puede expre- cos, neurofisiológicos, etc., y la cual
sarse mediante el siguiente esquema: hace uso de conceptos muy diversos,
CIBERNÉTICA. En su Essai sur muchos de ellos procedentes de otras
la philosophie des sciences ou exposi- ramas (entropía, estructura, lenguaje,
tion analytique d'une classification aprendizaje, etc., etc. ). Por esta razón
donde aparece claramente la secuen- naturelle de toutes les connaissances algunos autores consideran que el tér-
cia de las letras 'E', 'A', 'E', origen humaines (1834), Andre Marie Am- mino 'cibernética' es por el momento
del término Cesare, en el orden P M père (VÉASE ) introdujo el vocablo simplemente un vocablo cómodo con
- S M - S P. cybernétique (del griego kubernhrtikh)| el fin de agrupar estudios que oportu-
para designar la ciencia que se ocupa namente se distribuirán entre varias
CHARACTERISTICA UNIVERSA- disciplinas científicas. En todo caso,
de los modos de gobierno. La "ciber-
LIS llama Leibniz a un alfabeto ge- nética" es, según Ampere, una de las la cibernética parece ser una típica
neral o universal de todas las ideas ciencias "noológicas". En su resonante "ciencia-encrucijada" y un conjunto
fundamentales con el fin de poder obra Cybernetics, or Control and Com- de "ciencias limítrofes". En este sen-
probar de un modo formal y calcu- munication in the Animal and in the tido la cibernética puede ser compa-
latorio las verdades filosóficas, de mo-

282
CIC CIC
rada dentro de la ciencia a lo que es turaleza epistemológica, sino más
a menudo la ontología —por lo me- bien moral y social; es necesario, pen-
nos como "ontología crítica y analíti- saba, que haya nociones innatas y
ca"— dentro de la filosofía. consenso universal si se quiere que
Para bibliografía véase la parte co- la sociedad mantenga su cohesión.
rrespondiente en el artículo COMUNI- En la moral Cicerón se inclinó hacia
CACIÓN. las doctrinas estoicas, pero despro-
CICERÓN (M. TULLIUS CICERO) vistas de su extremo rigorismo; los
(106-43 antes de J. C.) nació en las bienes, en efecto, no eran, en su opi-
proximidades de Arpiño. Su carrera nión, enteramente indiferentes a la
como orador y político queda fuera realización y desenvolvimiento de la
de nuestro propósito. Su carrera co- virtud. Parejas formas de eclecticismo
mo filósofo ha sido muy discutida; pueden descubrirse en su filosofía
considerado durante largo tiempo natural y en su filosofía política, la
como una de las más significadas fi- cual parece dominada por una especie
guras del pensamiento antiguo, se CIENCIA. El sustantivo scientia
de "creencia a medias", unida a un procede del verbo scire, que signi-
insistió luego en su falta de origina- realismo político en nombre del cual
lidad y se redujo al mínimo su papel fica "saber"; etimológicamente, 'cien-
defendió los ideales de la República cia' equivale, pues, a 'el saber'. Sin
en la historia de la filosofía. La ver- romana frente a todos los falsos
dad se halla probablemente en el embargo, no es recomendable atenerse
realismos que amenazaban en su a esta equivalencia. Hay saberes que
medio: la filosofía de Cicerón no es, tiempo con destruir lo que él con-
ciertamente, original, pero la influen- no pertenecen a la ciencia; por
sideraba las verdaderas realidades: ejemplo, el saber que a veces se cali-
cia que ha ejercido hace de ella una las tradiciones susceptibles de trans-
pieza indispensable en la historia. fica de común, ordinario o vulgar.
formación continua y sin violencia. Se saben, en efecto, muchas cosas
En efecto, no solamente divulgó para Lo mismo podríamos decir, finalmen-
el mundo romano lo más importante que nadie osaría presentar como si
te, de su filosofía religiosa, pero sería fuesen enunciados científicos. Saber,
de la tradición intelectual griega, sino sin duda una simplificación presentar
que muchas de sus obras fueron leí- por ejemplo, que el Ministro de Obras
esta última como una moderada ra- Públicas de Islandia ha sido operado
das con frecuencia por los filósofos cionalización de las tradiciones. La
posteriores, tanto paganos como cris- de la próstata, es saber algo. Pero
complejidad del cuadro religioso pre- la proposición 'El Ministro de Obras
tianos. A ello debe agregarse la in- sentado en el famoso Sueño de Es-
fluencia ejercida en la formación del Públicas de Islandia ha sido operado
cipión ( VÉASE ) muestra que si tene- de la próstata' no es una proposición
vocabulario filosófico latino — forma- mos que seguir hablando de eclecti-
ción de la cual el propio Cicerón tenía científica. A menos que tomemos el
cismo no podemos reducirlo a una término 'ciencia' en un sentido muy
plena conciencia al indicar que sus composición demasiado simple.
obras filosóficas ofrecían principal- amplio, no podemos, pues, hacerlo
mente al lector "palabras": verba... sinónimo de 'saber'. El propio Platón,
quibus abundo. que distinguía rigurosamente entre el
En lo que toca al contenido, el saber, e)pioth/mh, y la opinión, do/ca,
pensamiento filosófico de Cicerón ha advertía que ésta no es simple no
sido considerado como esencialmente saber; es algo situado entre la
ecléctico, no obstante ser costumbre perfecta ciencia y la absoluta igno-
estimarlo como uno de los miembros rancia. Parece, pues, necesario preci-
de la nueva Academia platónica sar qué tipo de saber es el científico.
(VÉASE). Discípulo del epicúreo Fe- Varias respuestas se nos ocurren. Por
dro, del académico Filón, del estoico ejemplo: que es un saber culto o
Diodoto, del académico Antíoco de desinteresado, que es un saber teóri-
Ascalón, del epicúreo Zenón y del es- co, susceptible de aplicación práctica
toico Fosidonio (cuyas lecciones oyó y técnica, que es un saber riguroso y
en Rodas), se encuentran en sus metódico, etc., etc. Todas estas
obras las huellas de todas estas doc- respuestas nos proporcionan alguna
trinas, más las de las obras de los información sobre el tipo especial del
grandes maestros griegos, Platón y saber científico. Pero no son suficien-
Aristóteles principalmente. En la doc- tes. Tienen, además, un inconveniente,
trina del conocimiento, Cicerón re- en nuestro caso importante: el de que
chazaba el escepticismo, pero el es- no permiten distinguir entre la ciencia
cepticismo extremo, pues el modera- y la filosofía. Durante muchos siglos
do tenía, a su entender, una razón esta falta de diferenciación no ha
de ser como escudo contra el desme- parecido cosa grave: todavía es arduo
dido dogmatismo. Las razones dadas separar lo propiamente científico (sea
por Cicerón contra los escépticos ex- cual fuere su valor actual) de lo
tremos no eran, sin embargo, de na- propiamente filosófico

283
CIE CIE CIE
en la Física de Aristóteles, pero ello cesitadas de un grupo relativamente sito. Por la índole de la presente obra
no nos dificulta más de lo que es considerable de hechos para ser con- interesa más la segunda cuestión: la
razonable la comprensión de sus pro- firmadas; ello se debe a que trazan relación entre ciencia y filosofía.
posiciones; en cierto modo, nos ayuda marcos generales dentro de los cuales Tres respuestas fundamentales son
a comprender el carácter peculiar del pueden reunirse previas agrupacio- posibles al respecto: (1) La ciencia
pensamiento aristotélico sobre la nes teóricas de hechos o bien ciertos y la filosofía carecen de toda relación.
Naturaleza. Pero a medida que se tipos de hechos observados en el (2) La ciencia y la filosofía están tan
fueron organizando las llamadas cien- curso de algún experimentum crucis. íntimamente relacionadas entre sí
cias particulares y se fue haciendo La comprobación y precisión antedi- que, de hecho, son la misma cosa.
más intenso lo que se ha calificado chas dependen asimismo de los mé- (3) La ciencia y la filosofía mantie
de movimiento, de autonomía primero, todos empleados (véase MÉTODO ), nen entre sí relaciones muy comple
y de independencia luego, de las los cuales son también diversos para jas. Señalaremos algunas de las ra
ciencias, la distinción en cuestión se cada ciencia y para partes diversas zones presentadas a favor de cada
hizo cada vez más importante y ur- de la misma ciencia. En general, se una de estas opiniones y concluiremos
gente: no poder trazar una línea di- considera que una teoría científica con unas breves observaciones sobre
visoria entre la contribución científica es tanto más perfecta cuanto más el tipo de relación que consideramos
y la contribución filosófica de Des- formalizada se halla. Esto no signi- más plausible.
cartes o de Leibniz obstaculiza gran- fica, empero, que la única labor del (1). (a 1) La ciencia progresa y
demente, en efecto, la comprensión científico que merezca el nombre de nos informa cada vez más acabada
de tales contribuciones. Es preciso, tal sea la formalización ( VÉASE). En y detalladamente sobre la realidad,
pues, poner en claro en qué consiste rigor, ésta es una de las tendencias mientras que la filosofía no progresa,
el saber científico y cuáles son las de la ciencia: la que adopta cuando porque es un incesante tejer y deste-
principales diferencias existentes entre se halla en un estado de madurez jer de sistemas, (b l) La ciencia es
este saber y el filosófico. relativa. Agreguemos que hasta ahora un modo de conocer, mientras que
La cuestión de la naturaleza del hemos hablado únicamente de la cien- la filosofía es un modo de vivir, (c
saber científico sólo puede ser tra- cia, pero que debe asimismo hablarse 1) La ciencia se refiere al ser; la
tada aquí muy someramente. Nos de Zas ciencias. Éstas son diversas. filosofía, al deber ser o, en general,
limitamos a indicar que la ciencia Lo son tanto, que más de una vez al valor, (d 1) La ciencia es conoci-
es un modo de conocimiento que as- se ha suscitado el problema de si es miento riguroso; la filosofía, concep-
pira a formular mediante lenguajes posible que todas las ciencias posean ción del mundo expresable asimismo
rigurosos y apropiados —en lo posi- algunos caracteres comunes. Ciertos mediante la religión o el arte. Por
ble, con auxilio del lenguaje mate- autores lo han negado; a su entender, eso la ciencia está en un lado, mien-
mático— leyes por medio de las hay por lo menos dos grupos entera- tras la filosofía —con la religión y
cuales se rigen los fenómenos. Estas mente diferentes de ciencias: las cien- el arte— están en otro lado — a veces
leyes son de diversos órdenes (véase cias de la Naturaleza ( VÉASE) y las considerado como opuesto, (e 1) La
LEY ). Todas tienen, empero, varios ciencias del espíritu ( VÉASE ) o de la ciencia es conocimiento limitado;
elementos en común: ser capaces de cultura ( VÉASE ). Otros lo han afir- la filosofía, conocimiento ilimitado,
describir series de fenómenos; ser mado, pero a base de limitar las cien- (f 1 ) La ciencia opera mediante ob-
comprobables por medio de la obser- cias a las ciencias naturales. Otros, servación, experimentación, inferencia
vación de los hechos y de la experi- finalmente, lo han afirmado, haciendo y deducción, en tanto que la filosofía
mentación; ser capaces de predecir de las ciencias clásicamente calificadas opera mediante intuición; a conse-
—ya sea mediante predicción com- de morales, ciencias en el fondo cuencia de ello la ciencia se refiere
pleta, ya mediante predicción esta- naturales, o estableciendo una suerte sólo a lo fenoménico mientras que
dística— acontecimientos futuros. La de pirámide de las ciencias en la la filosofía muerde sobre lo noumé-
comprobación y la predicción no se cual o bien ciertas ciencias sirven nico, etc., etc.
efectúan siempre, por lo demás, de de base a las otras (la matemática, (2). (a 2) La filosofía no difiere
la misma manera, no sólo en cada base de la física; la física, base de la de la ciencia más que por constituir
una de las ciencias, sino también en biología; la biología, base de la un estado primitivo (o preliminar)
diversas esferas de la misma ciencia. psicología, etc.) o bien se supone de la actividad científica: la filosofía
En gran parte dependen del nivel posible reducir las unas a las otras es, pues, una fase de la ciencia, (b 2)
de las correspondientes teorías. En (en general, las menos simples a las La filosofía es una ciencia igual a las
general, puede decirse que una teoría más simples), si no en sus métodos otras en cuanto a la estructura de sus
(VÉASE) científica más comprensiva de detalle, sí cuando menos en las teorías, métodos usados y propósitos
obedece más fácilmente a requeri- estructuras fundamentales de sus res- que la mueven, (c 2) Hay una filoso-
mientos de naturaleza interna a la pectivos lenguajes (véase REDUC- fía que no puede llamarse ciencia,
estructura de la propia teoría —sim- CIÓN ). La diversidad de las ciencias porque no es más que expresión poé-
plicidad, armonía, coherencia, etc.— ha llevado asimismo a muchos intentos tica o concepción del mundo, pero
que una teoría menos comprensiva. de clasificación (véase CIENCIAS que por ello no puede tampoco cali-
Las teorías de teorías (como, por [CLASIFICACIÓN DE LAS ] ). No pode- ficarse seriamente de filosofía; la fi-
ejemplo, la teoría de la relatividad) mos detenernos aquí en estos proble- losofía que merece tal nombre es una
parecen por ello más "alejadas" de mas. Lo dicho debe ser considerado ciencia que se ocupa de ciertos pro-
los hechos o, mejor dicho, menos ne- como suficiente para nuestro propó- blemas principalmente lógicos y se-
284
CIE CIE CIE
mióticos, el análisis de los cuales cons- entre cada una de las opiniones pre- poco mucho acerca de esta última.
tituye un auxilio indispensable para sentadas y los argumentos proporcio- Pero se destaca por lo menos uno de
el desarrollo de las demás ciencias. nados para apoyarla. Es fácil compro- los problemas que se suscitan cada
(3). (a 3) La relación entre la fi- bar entonces que la mayor parte de vez que se enfrentan científicos y
losofía y la ciencia es de índole histó- los argumentos son de carácter par- filósofos. Por lo demás, la informa-
rica: la filosofía ha sido y seguirá cial. Así, por ejemplo, es cierto que ción sobre los problemas de la cien-
siendo la madre de las ciencias, por la filosofía se ocupa del valor, pero cia susceptibles de interés filosófico
ser aquella disciplina que se ocupa de ello no significa que se desentienda son desarrollados en otros artículos;
la formación de problemas, luego to- de la realidad. Es cierto que la cien- véase al respecto el cuadro sinóptico
mados por la ciencia para solucionar- cia progresa mientras la filosofía pa- que contiene este volumen, secciones
los. (b3) La filosofía es no sólo la rece girar perpetuamente en torno a Teoría de la ciencia y Metodología,
madre de las ciencias en el curso sí misma, en el curso de un incesante Filosofía de la naturaleza, y Teoría
de la historia, sino la reina de las tanteo, pero ello no quiere decir que del conocimiento, a completar con las
ciencias en todo instante, ya sea por se halle en estado estacionario; lo secciones Lógica y Metalógica, y Se-
conocer mediante el más alto grado que ocurre es que, como dice San- miótica y Filosofía del lenguaje.
de abstracción, ya sea por ocuparse tayana, "el filósofo contempla astros
del ser en general, ya por tratar de que avanzan lentamente". Es cierto
los supuestos de las ciencias, (c 3) que la filosofía analiza con frecuen-
La ciencia —o las ciencias— consti- cia el lenguaje de la ciencia o lleva
tuyen uno de los objetos de la filo- a cabo investigaciones epistemológi-
sofía al lado de otros; hay por ello cas cuyo objeto principal son las pro-
una filosofía de la ciencia (y de las posiciones científicas, pero ello no
diversas ciencias fundamentales) co- significa que la filosofía sea sólo se-
mo hay una filosofía de la religión, miótica o epistemología. Es cierto
del arte, etc. (d3) La filosofía es que la filosofía es en gran medida
fundamentalmente la teoría del co- una ciencia, pero ello no quiere decir
nocimiento de las ciencias, (e3) Las que sus métodos y finalidades sean
teorías científicas más comprensivas superponibles a los de la física, la
son, como hemos apuntado, teorías de biología, etc., etc. Ahora bien, esta
teorías; la filosofía puede ser consi- parcialidad de los argumentos es de-
derada como una teoría de teorías de bida a un previo supuesto: el de que
teorías, (f 3) La filosofía se halla en ciencia y filosofía son conjuntos de
relación de constante mutuo intercam- proposiciones que se trata de com-
bio con respecto a la ciencia; pro- parar, identificar, subordinar, etc.,
porciona a ésta ciertos conceptos ge- etc. Cuando, en cambio, se insiste en
nerales (o ciertos análisis) mientras examinar los puntos de vista adopta-
que ésta proporciona a aquélla datos dos por la una y por la otra, se advierte
sobre los cuales desarrolla tales con- que es posible afirmar la existencia de
ceptos generales (o lleva a cabo tales relaciones complejas y variables sin
análisis). (g3) La filosofía examina por ello adherirse a argumentaciones
ciertos enunciados que la ciencia pre- parciales o desembocar en un radical
supone, pero que no pertenecen al historicismo. Estos puntos de vista
lenguaje de la ciencia. no necesitan, por lo demás, ser
Podrían agregarse otros argumen- opuestos, pero ello no significa tam-
tos en favor de cada una de las opi- poco que sean totalmente distintos;
niones fundamentales mencionadas. pueden ser en muchos respectos com-
Todos ellos encuentran en la historia plementarios. A ello aspiran cuando
de la filosofía y de la ciencia datos menos muchos filósofos para quienes
para apoyarlos. Ello parece tener la ciencia no es ni un error ni un
que desembocar en la conclusión si- conocimiento superficial ni un saber
guiente: la cuestión de la relación subordinado al filosófico, sino una
entre la filosofía y la ciencia depende de las pocas grandes creaciones hu-
enteramente de la historia y varía manas, y también muchos científicos
en el curso de ésta. Ahora bien, se- para quienes la filosofía no es ni un
mejante opinión (sobre todo si sub- conjunto de sofismas, ni de sistemas
rayamos 'enteramente') ofrece una que emergen y se hunden continua-
grave desventaja: la de que hace ex- mente, ni de más o menos hermosas
cesivamente "fluidos" los caracteres concepciones de índole últimamente
de la ciencia y la filosofía, permitien- poética. Reconocemos que con ello
do transformar fácilmente la una en no se dice todavía mucho acerca de
la otra. Para evitar este inconvenien- las efectivas relaciones entre la filo-
te, es menester distinguir con cuidado sofía y la ciencia y, por lo tanto, tam-
285
286
CIE CIE
—esencial para comprender la cues- Metaphysicorum Aristotelis Stogiri-
tión de la libertad humana—, está, tae, t. I, 1577; II, 1589; III, 1604;
pues, incluida en la scientia Dei. El IV, 1612) y por Luis de Molina
concepto de ciencia media ha sido (VÉASE) en su Concordia (1588),
forjado precisamente para responder hasta el punto de que el llamado
a algunas de las mayores dificultades molinismo tiene como una de sus
planteadas al respecto. Ya hemos visto bases fundamentales la citada doctri-
varias de ellas en nuestra des- na, a la cual se opusieron Domingo
cripción de la noción de futurible Báñez, dominico, y Francisco Zumel,
(VÉASE). Digamos ahora sólo que los agustino, entre otros, dando lugar a
teólogos han distinguido en la cues- la famosa controversia de auxiliis, que
tión que nos ocupa entre la llamada terminó sin que la Congregación for-
ciencia de simple inteligencia o tam- mada a tal fin llegase a ninguna de-
bién ciencia divina, y ciencia de vi- cisión, y, por lo tanto, sin que pudie-
sión. Por la primera se entiende aque- sen considerarse heréticas las doctri-
nas molinistas ni tampoco, por su-
lla forma de inteligencia por medio puesto, las contrarias.
de la cual Dios conoce los entes y Son todavía fundamentales por su
los actos posibles como posibles, amplitud las dos obras de Gabriel
estén o no dentro del ámbito de la de Henao sobre la ciencia media (y
posibilidad. El objeto de esta ciencia a favor de ella): Scientia media his-
son por ello las esencias y los predi- torice propugnata, seu ventilabrum
cados esenciales, las "verdades eter- repurgans veras a falsis novellis na-
nas" — y también, por consiguiente, rrationibus circa disputationes cele-
los propios imposibles. Por la segun- berrimas, 1655, nueva edición, 1685,
y Scientia media theologice defensa,
da se entiende la inteligencia que 2 vols., 1674. Véase, además, la bi-
posee Dios de los existentes como bliografía de MOLINA (LUIS DE).
existentes, incluyendo, naturalmente, CIENCIA UNIFICADA. Véase EM-
al propio Dios. Como ya hemos visto PIRISMO, POSITIVISMO, VIENA (CÍRCU-
en la discusión del concepto de futu- LO DE ).
rible, para algunos tal división es CIENCIAS (CLASIFICACIÓN DE
adecuada; para otros, en cambio, es
LAS). En un sentido estricto la cla-
inadecuada. Estos últimos han intro-
sificación de las ciencias es un tema
ducido precisamente la noción de
específicamente moderno, pues sola-
ciencia media como ciencia de los
mente apareció al reconocerse lo que
futuros condicionados. Como señala
se ha llamado la "independencia de
Ponce de León, la ciencia media de las ciencias particulares con respecto
define de dos modos en el fondo a la filosofía". En un sentido am-
concordantes: es un conocimiento plio, sin embargo, la clasificación de
cierto e infalible de los futuros con- las ciencias es análoga a la clasifica-
dicionados, que antecede a todo de- ción de los saberes (véase SABER) y
creto absoluto de Dios (según afirma a las subdivisiones de la filosofía
Bastida), o es un conocimiento di- frecuentemente discutidas por los fi-
vino de los futuros contingentes con- lósofos antiguos y medievales. En el
dicionados, independiente de todo presente artículo nos referiremos prin-
medio conexo previamente con los cipalmente a las clasificaciones de las
mismos (según sostiene Henao). Por ciencias en la época moderna pro-
CIENCIA MEDIA. Los teólogos eso la ciencia media "conviene con puestas a partir de Francis Bacon,
han tratado el problema de la intelli- la simple inteligencia en que se da pero precederemos esta información
gentia Dei o de la scientia Dei bajo en Dios independientemente de todo con algunos datos sobre las divisio-
el aspecto de los atributos divinos. decreto libre actual, y por lo mismo nes antiguas y medievales.
En tal sentido han entendido ante no se dice ciencia libre, sino natural, Una primera división de los sabe-
todo que Dios posee la ciencia en como la ciencia de simple inteligen- res fue la establecida por Platón
modo perfectísimo. De ahí que el cia", pero a la vez imita la ciencia cuando distinguió entre la opinión
objeto primario de esta ciencia sea de visión por versar "sobre verdades (VÉASE) y el saber propiamente di-
la esencia divina, es decir, el propio contingentes que pueden ser o no
cho. Aristóteles, Eudemo de Rodas
Dios, en tanto que el objeto secunda- ser". El concepto de ciencia media,
y muchos comentaristas posteriores
rio son las ideas divinas. El proble- aunque conocido desde antiguo, fue
del Estagirita dividieron la filosofía
ma de la "relación" entre Dios y las elaborado sobre todo por Fonseca
en teórica y práctica, y consideraron
ideas, así como, y sobre todo, el pro- (en el libro VI de los Commentario-
con frecuencia la lógica como un sim-
blema de lo que se ha llamado "la rium Petri Fonsecae Lusitani Doctoris ple instrumento (y no como una par-
divina presciencia de los futuros" Theologi Societatis Jesu, in libros
287
CIE CIE CIE
te) de la filosofía. Aristóteles, ade- de la demostración probable, y se tóricas y empíricas) y ciencias de ra-
más, clasificó los saberes en tres clases: subdivide en dialéctica y en retóri- zón (o ciencias científico-filosóficas,
teóricos, prácticos y poéticos (o ca, o arte de la demostración so- que tienen por objeto la deducción
productivos). El objeto de los saberes fística), (d) La clasificación de Ro- de lo que el entendimiento sienta
teóricos es la verdad; el de los saberes berto Kilwardby, según el cual la como verdadero). Ampère dividió las
prácticos, la acción encaminada a un filosofía se divide en filosofía de las ciencias en cosmológicas y noológicas.
fin; el de los saberes poéticos o cosas divinas (subdividida en natu- Las ciencias cosmológicas se subdivi-
productivos, un objeto exterior ral, matemática y metafísica) y de den en ciencias cosmológicas propia-
producido por un agente. Una las cosas humanas (subdividida en mente dichas (matemática, física) y
clasificación muy común de la filo- ética, artes mecánicas y lógica), (e) La ciencias fisiológicas (naturales y mé-
sofía en la edad antigua es la que clasificación de un autor desconocido dicas ). Las ciencias noológicas se sub-
fue popularizada por los estoicos: la del siglo XIII, presentada por M. dividen en ciencias noológicas propia-
filosofía se divide, según éstos, en Grabmann y que consiste en dividir mente dichas ( subdivididas en filosó-
lógica, física y ética — división que la filosofía en tres ramas: natural, ficas —psicología, ontología, ética—
todavía Kant consideraba como ade- práctica o moral, y racional. La filo- y nootécnicas — tecnestesia, glosolo-
cuada "a la naturaleza de las cosas". sofía natural se subdivide en meta- gía) y ciencias sociales (subdivi-
Una variante de esta división es la física, matemática (astronomía, geo- didas en etnológicas —etnología, ar-
epicúrea: la división de la filosofía metría, aritmética, música) y física. queología, historia— y política — de
en canónica, física y ética. Entre las La filosofía práctica o moral se sub- los medios de gobierno o cibernética,
clasificaciones propuestas durante la divide en teología sobrenatural, hi- del Derecho de gentes o etnodicea
Edad Media, unas están basadas en pótica (probablemente, economía), y de la diplomacia). Schopenhauer
la organización de la enseñanza (es política y ética. La filosofía racional dividió las ciencias en puras y empí-
el caso de la división de las artes se subdivide en retórica, gramática ricas. Las ciencias puras comprenden
liberales en el Trivium y el Quadri- y lógica. A estas clasificaciones po- la teoría del principio del ser y la
vium) y otras siguen precedentes an- drían agregarse otras. Por ejemplo, teoría del principio del conocer. Las
tiguos, especialmente aristotélicos. En fue común en la Edad Media la ar- ciencias empíricas comprenden la teo-
lo que toca a las últimas menciona- ticulación jerárquica del saber en ría de las causas, la teoría de las ex-
remos las siguientes: (a) La clasifi- teología, filosofía y ciencia (inclu- citaciones y la teoría de los motivos.
cación de Avicena, el cual, siguiendo yendo arte mecánica), así como la Comte erigió una jerarquía de las
a Aristóteles, dividió las ciencias en clasificación de los saberes según di- ciencias de acuerdo con el grado de
especulativas y prácticas, y las pri- versos tipos de "luces": luz superior su "positividad", ordenándolas en una
meras en ciencia superior (metafísica, e inferior, luz exterior e interior (co- serie que comienza con la matemática
filosofía primera o ciencia divina), mo ocurre en San Buenaventura). Con y sigue con la astronomía, la física, la
ciencia media (matemática) y ciencia frecuencia se tendió a organizar las química, la biología y la sociología,
ínfima (física), (b) La clasificación ciencias (según hemos visto en algu- con la filosofía como la ciencia más
de Domingo Gundisalvo, el cual, nos ejemplos anteriores) de acuerdo comprensiva en virtud de la con-
siguiendo la tradición aristotélica con los grados de abstracción; lo cepción comtiana del filósofo como
árabe, dividió las ciencias en ciencia usual fue entonces presentar la serie: "el especialista en generalidades". W.
humana o filosófica y ciencia divina o matemática, física y metafísica. Whewell presentó varias clasificacio-
de la revelación. La ciencia humana se La clasificación más conocida en los nes de las ciencias. Según R. Bianche,
subdividía en ciencia de la comienzos de la época moderna es la en los manuscritos cantabrigienses del
elocuencia, ciencia media y ciencia de Francis Bacon. Éste clasificó las citado filósofo aparece una parte de-
de la sabiduría. La ciencia de la ciencias según las facultades: memo- dicada a las ciencias puras, otra a las
sabiduría tenía dos aspectos: la filo- ria, razón y fantasía. La memoria da ciencias de observación y otra a
sofía teórica y la filosofía práctica. origen a la Historia, la cual se sub- las ciencias reflejas (reflex sciences).
La filosofía teórica era subdividida en divide en sagrada, civil y natural. La Estas últimas son las "fundadas en
física, matemática y teología o filo- razón da origen a la ciencia, la cual nuestro conocimiento de las acciones
sofía primera — de acuerdo con los se subdivide en teología natural, en y sentimientos de nuestras individua-
grados de abstracción ( VÉASE). La ciencia de la Naturaleza y en ciencia lidades y no meramente en observa-
filosofía práctica era subdividida en del hombre. La ciencia de la Natu- ciones extemas"; se trata, pues, de las
política (o arte del gobierno civil), raleza se subdivide en metafísica o ciencias morales, llamadas asimismo
economía (o arte del gobierno fami- estudio de las causas formales y fi- subjetivas. En su obra sobre la filoso-
liar) y ética, (c) La clasificación de nales, y física, o estudio de las cau- fía de las ciencias inductivas, Whe-
Hugo de San Victor, según el cual sas materiales y eficientes. La ciencia well eliminó las ciencias reflejas o
la filosofía se divide en ciencia teó- del hombre se subdivide en lógica o subjetivas y se atuvo a una clasifica-
rica (teología, matemática y física, ciencia de la razón propiamente di- ción basada en un cierto número de
por un lado, y aritmética, música, geo- cha, ética o ciencia de la voluntad, ideas fundamentales (tales como el
metría y astronomía por el otro), en y ciencia de la sociedad. La fanta- espacio, el tiempo, el número, la cau-
ciencia práctica (ética), en ciencia sía da origen a la poesía, subdividida sa, la polaridad, la simetría, la causa
mecánica (artes mecánicas) y lógica según las normas de la poética clásica. final, etc.). De ello resulta una cla-
(subdividida en gramática y ciencia Hobbes subdividió las ciencias en sificación de las ciencias en: cien-
disertiva — la ciencia disertiva trata ciencias de hechos (o ciencias his- cias puras, ciencias mecánicas, cien-
288
CIE CIE CIE
cias mecánicas secundarias, ciencias tica, ética y lógica) y metafísica (que cias de reglas o normativas, es decir,
mecánico-químicas, química, morfo- incluye ontología, metafísica religiosa a la canónica. Las ciencias de leyes
logía, ciencias clasificatorias, biología y metafísica física). La idioscopia comprenden la nomología, la mate-
y ciencias paleotiológicas (o basadas tiene dos grandes subdivisiones: cien- mática, la físico-química, la biología
en la llamada causación histórica). cias físicas (física general, física cla- somática, la psicología y la sociolo-
Balmes afirmó que hay cuatro espe- sificatoria, física descriptiva) y cien- gía, cada una de las cuales es más
cies de seres y que hay una ciencia cias psíquicas (física nomológica o compleja que la anterior. Las cien-
especial que se ocupa de cada una psicología, física clasificatoria o et- cias de hechos comprenden cuatro
de ellas: la filosofía natural, que trata nología, física descriptiva o Histo- clases de ciencias históricas: la del
de los seres sometidos al orden ria). Esta clasificación prosigue me- mundo inorgánico (astronomía, geo-
natural establecido por Dios; la filo- diante numerosas subdivisiones. Re- logía, mineralogía, etc.), la del mundo
sofía moral, que trata de los seres mo- nouvier clasificó las ciencias en lógi- vegetal, la del mundo animal con
rales sometidos a un orden moral cas y físicas. Las ciencias lógicas com- exclusión del hombre, y la Historia
constituido por las leyes que, sin for- prenden la poiología o investigación del hombre. La canónica se divide en
zar al hombre, le obligan para que de la cualidad (subdividida en lógica canónica de la voluntad o teleoca-
use rectamente de la razón y del libre formal y gramática general) y la po- nónica, y teoría de la acción buena
albedrío que Dios le ha otorgado; la sologia o investigación del número, o praxicanónica. Stumpf formula di-
filosofía de la historia, que trata de posición, sucesión y devenir (subdi- versas clasificaciones según varios
los seres históricos o sociales, seres vidida en álgebra y aritmética, geo- principios. Por los objetos las cien-
que pertenecen al orden de la metría, dinámica y estática, y cálculo cias se dividen en ciencias de fun-
sociedad humana, y la filosofía reli- de probabilidades). Las ciencias físi- ciones y ciencias de fenómenos psí-
giosa, que trata de los seres que cas abarcan la Historia natural (sub- quicos. Las primeras comprenden las
se refieren a una providencia extra- dividida en cosmología y geología, ciencias del espíritu (subdivididas en
ordinaria y estudia los hechos y re- que comprenden geografía, mineralo- psicología como ciencia de las fun-
velaciones de un orden superior al gía, geología propiamente dicha y me- ciones elementales, y ciencias del es-
natural y social. Spencer propuso una teorología, botanología o botánica, píritu en general en tanto que cien-
división de las ciencias en ciencias de análisis vegetal; y zoología, antropo- cias de funciones complejas). La
formas de los fenómenos o abstractas logía y análisis animal) y la física ciencia natural y sus derivaciones co-
(que comprenden la lógica y la ma- (subdividida en astronomía, físico- rresponden al grupo de ciencias que
temática) y ciencias de los propios química o física especial, química y estudian los objetos deducidos de los
fenómenos, las cuales se subdividen análisis matemático físico-químico, fenómenos. Las segundas compren-
en ciencias abstracto-concretas (co- biología). A las ciencias lógicas y fí- den la fenomenología, la eidología y
mo la física, la química y la mecá- sicas se agregan las ciencias "imper- la ciencia de las relaciones. La meta-
nica) y en ciencias concretas (como fectas" o morales, agrupadas bajo el física averigua la mutua dependencia
la biología, la psicología y la socio- nombre general de Critica. Ésta se entre estos tipos de objetos. Según
logía). Wundt dividió las ciencias en subdivide en crítica tética (que com- otros criterios las ciencias se dividen
formales y reales. Las primeras com- prende la tética del conocimiento en en individuales (ciencias de hechos) y
prenden la matemática pura; las se- general o análisis de las categorías generales (ciencias de leyes); en ho-
gundas se subdividen en ciencias de de las funciones humanas y de los mogéneas (como la matemática) y
la Naturaleza y ciencias del espíritu, elementos de la síntesis cósmica; la heterogéneas (como las ciencias res-
debiendo ser estudiadas en sus tres tética de las ciencias o tética de las tantes); en ciencias de lo que es
aspectos: el fenomenològico, el gené- ciencias lógicas y físicas; y la tética (como la física) y ciencias de lo que
rico y el sistemático. Peirce se ocupó de las nociones morales o ética, es- debe ser (como la ética). Para Dil-
mucho de clasificaciones de las cien- tética, economía, política) y en crí- they hay dos grandes grupos de
cias. En lo fundamental dividió las tica histórica (o crítica antropológica, ciencias: las ciencias naturales y las
ciencias en dos grandes ramas: cien- etnología, lingüística, arqueología e ciencias del espíritu (que a veces se
cias teóricas y ciencias prácticas. Las Historia; crítica especialmente in- llaman culturales, humanísticas o mo-
ciencias prácticas comprenden las telectual o moral o Historia de las rales y políticas). Según Windel-
ciencias de descubrimiento y las cien- ciencias, de la filosofía, de la moral, band (VÉASE ), las ciencias se divi-
cias de revisión (entre estas últimas de las religiones, del arte, del Dere- den en nomotéticas e idiográficas.
figura la teoría de las clasificaciones cho, económico y político, etc.). Según Rickert (VÉASE), hay ciencias
de las ciencias). Las ciencias de des- Adrien Naville (1845-1930) clasificó generalizantes y ciencias individuali-
cubrimiento se subdividen en tres cla- las ciencias de acuerdo con las res- zantes. Algunos autores proponen di-
ses: matemáticas, filosofía (la cual puestas a tres cuestiones fundamen- vidir las ciencias en ciencias de obje-
tiene carácter cenoscópico [VÉASE] ) e tales. La pregunta por lo que es po- tos ideales y ciencias de objetos rea-
idioscopia. La matemática se subdi- sible y lo que no es posible da les; otros, en ciencias normativas, y
vide a la vez en matemática de la lugar a las ciencias de leyes o teo- no normativas (fácticas). Una de las
lógica, matemática de las series dis- remática. La pregunta por lo que es más recientes clasificaciones es la de
cretas y matemática de lo continuo real y lo que no es real da lugar a L. Tatarkiewicz. Según este autor,
y pseudo-continuo. La filosofía se las ciencias de hechos o Historia. La todas las ciencias comienzan por tener
subdivide en fenomenología (VÉASE), pregunta por lo que es bueno y lo carácter idiográfico (en el sentido de
ciencia normativa (que incluye esté- que no es bueno da lugar a las cien- Windelband y Rickert), de
289
CIE CIN
modo que la división entre ciencias cha" su mensaje. La cifra o símbolo
idiográficas y ciencias nomotéticas no es "el modo más penetrante de estar
es aceptable. Ahora bien, las ciencias presente lo que es". Desde luego, hay
que no son nomotéticas aspiran sobre que evitar lo que podría llamarse la
todo a agrupar los fenómenos, a esta- "depreciación" de las cifras, convir-
blecer sus diferentes tipos. Al final tiéndolas en alegorías, figuras estéti-
tenemos dos grupos de ciencias: cien- cas, ideas metafísicas dogmáticas, se-
cias nomotéticas, que establecen le- res mágicos, etc. La cifra o símbolo
yes, y ciencias tipológicas, que es- en su plenitud es trans-parencia de lo
tablecen tipos de fenómenos. Entre trascendente; hay que saber "leer" el
las últimas figuran las ciencias his- "lenguaje cifrado" para saber lo que
tóricas. Pero hay, según Tatarkiewicz, lo trascendente comunica. La lectura
ciencias que son tipológicas y no son puede hacerse de diversos modos, por-
históricas (como la geografía y la que hay diversas clases de cifras de
botánica). En cuanto a las ciencias acuerdo con el contenido de lo que se
de la Naturaleza, se dividen en no- interprete. En "la ascensión" hacia la
CIFRA. Karl Jaspers (v.) ha usado
mológicas y tipológicas; estas últi-
lectura del lenguaje cifrado se pasa
el término 'cifra' (Chiffer) como tér-
por una serie de estadios, tales como
mas se subdividen en sistemáticas mino técnico en su metafísica. Entre
la investigación (ciencia), ilumina-
(como la botánica) e históricas (co- los lugares en los que dicho autor ha
ción", reflexión y afirmación, hasta
mo la geología histórica). tratado con detalle de la noción de
hallar la objetividad que la cifra re-
Un rasgo común a todas las cla- cifra —y de la de "escrito cifrado"
vela.
sificaciones de las ciencias es su ca- (Chifferschrift)— figuran Philosophie,
ducidad. Ello es comprensible: las II (1932) (trad, esp.: Filosofía, II CINCO VOCES. Véase PREDICA-
[1959], págs. 407-622) y Von der BLES.
ciencias están continuamente en for-
Wahrheit. I: Philosophische Logik CINICOS. La llamada escuela cí-
mación; ciertos territorios límites dan
(1947), págs. 632 y sigs, (et al). nica recibe, según algunos autores, su
lugar con frecuencia a ciencias nue- nombre del vocablo 'perro' ( ku/wn),
vas; ciertas ciencias pueden insertar- En sustancia, la idea de Jaspers es
la siguiente. La realidad empírica entendiéndose que los cínicos consi-
se en dos o más casilleros, etc., etc. deraban este calificativo como un
Ahora bien, tales inconvenientes no (Realität) no se basta a sí misma. Por
otro lado, la realidad esencial (Wirk- honor. Según Diogenes Laercio, pro-
significan que las clasificaciones en cede del hecho de que Antístenes
cuestión sean inútiles; representan es- lichkeit) o realidad trascendente pa-
rece inaccesible. En vista de ello, se —usualmente estimado como el "fun-
fuerzos para sistematizar y ordenar dador" de la "escuela"— daba sus
cuerpos dispersos de conocimiento, y han ensayado varias soluciones, como
la de imaginar la existencia de una enseñanzas en el Cinosargo, un gim-
pueden aceptarse siempre que quie- nasio situado en las proximidades de
nes las propongan tengan presentes facultad especial capaz de aprehender
la realidad esencial. Aparte de que Atenas. El sentido peyorativo que ad-
dos límites inevitables: el primero es quirió la palabra muy posteriormente
su inagotabilidad; el segundo, su pro- imaginar una facultad especial del tipo
indicado no garantiza la existencia de se debe, en gran parte, al desprecio
visionalidad. en que tenían los cínicos las conven-
esta facultad, resulta que en muchos
casos se requiere dar de lado la ciones sociales, y en parte a los ad-
existencia del sujeto como existencia versarios de la escuela, sobre todo
única y concreta para hacer de él una desde que algunos de sus "miembros"
entidad no existencial. Mantener la abandonaron el rasgo ascético y se
realidad del sujeto como existencia inclinaron al hedonismo. Pero, en ge-
única y concreta y a la vez afirmar la neral, el cínico era estimado como el
trascendencia exige, pues, pensar un hombre a quien las cosas del mundo
modo de relacionar el sujeto con lo eran indiferentes. Epicteto llega a
trascendente a él. La noción de cifra decir que es difícil ser un cínico.
es una respuesta al problema. Por me- Y Juliano el Apóstata establecía una
dio de ella Jaspers aspira a solucionar distinción entre los verdaderos cíni-
el dualismo sujeto-objeto y a la vez cos, a quienes hay que imitar, y los
evitar la fusión de sujeto y objeto en falsos cínicos, a quienes hay que com-
una sola entidad. En efecto, la cifra batir. Más que una filosofía, el ci-
es el modo como se "da" el objeto nismo es, por supuesto, una forma
como objeto puro, lo trascendente, el de vida — e)/ntasij bi/ou, la llamó ya
Ser o realidad esencial. La cifra no es, Diogenes Laercio— forma "esforza-
pues, la trascendencia misma, pero es da" surgida en un momento de crisis
el "lenguaje" en el cual nos habla la y que, como luego veremos, transfor-
trascendencia. Puede decirse que el ma la corrección en desgarramiento
ser esencial se revela como cifra o y aun, en casos extremos, en "rela-
símbolo. Por eso la cifra no es propia- jación".
mente conocida; solamente se "escu- Se ha discutido mucho quiénes fue-
290
CIN CIN CIR
ron los fundadores del cinismo. La a la realidad histórica. D. R. Dudley para poner de relieve que las su-
opinión tradicional —mantenida to- y F, Sayre llevaron tal opinión hasta cesiones de los filósofos todavía tra-
davía por E. Zeller— es que hay una sus últimas consecuencias. Resultado dicionales en las historias de la filo-
línea continua de transmisión del pen- de su investigación es que Antístenes sofía ofrecen considerables dificulta-
samiento cínico que va de Antístenes no tuvo ninguna conexión con los des cuando son sometidas a crítica.
a Diogenes y de éste a sus discípu- cínicos y, por consiguiente, que no Ahora bien, el hecho de que el ci-
los, tanto directos (Crates de Tebas, puede decirse que los cínicos sean nismo no hubiera partido histórica-
Onesicrito) como indirectos (Móni- descendientes de los socráticos. La mente de Sócrates no permite con-
nò de Siracusa). Esta línea fue pro- relación Antístenes-Diógenes fue, se- cluir que hubiese sido posible sin Só-
seguida, de acuerdo con la mencio- gún ello, inventada por cínicos poste- crates. Por este motivo, nos atenemos
nada opinión tradicional, por los cí- riores que tenían interés en mostrar a la tesis expresada en otro lugar (E¡
nicos de los siglos III y II antes de que su actitud era una secuela del hombre en la encrucijada, 1952, pá-
J. C. (Bion de Borístenes, Menipo socratismo. Así, pues, Diogenes fue gina 31), según la cual "la serie Só-
de Gadara y otros). Tras una cierta el verdadero fundador de la escuela crates-Antístenes-Diógenes, que algu-
interrupción, el cinismo (siempre y de él dependieron, en mayor o me- nos historiadores consideran históri-
considerado como la "escuela cíni- nor medida, todos los que posterior- camente inadmisible, resulta psicoló-
ca") resurgió a fines del siglo I y mente han sido calificados de cíni- gicamente verdadera". En todo caso,
durante el siglo II después de J. C., cos, cualesquiera que hayan sido sus es muy difícil escribir una verdadera
cuando florecieron Dion Crisòstomo, propósitos: favorecer la "educación" historia del cinismo, sobre todo cuan-
Oinomao, Demonax, Peregrino Pro- y servir de modelos, predicar la igual- do lo consideramos como una acti-
teo, y se extendió con mayores o me- dad social o el retorno a la Natura- tud vital última y lo examinamos,
nores vicisitudes hasta el propio final leza, destacar la autarquía y la fi- como es plausible hacerlo en el cinis-
del mundo antiguo, cuando influyó lantropía, desarrollar la forma litera- mo antiguo, como una reacción ante
sobre algunos autores cristianos (cuan- ria de la diatriba o la vida mendi- una situación histórica de acentuación
do menos desde el punto de vista del cante y, sobre todo —lo que era co- de una crisis ( VÉASE ). El aspecto
uso metódico de la "diatriba") o mún a todos los cínicos—, despreciar más destacado, y antes ya apuntado,
hasta fue adoptado por autores cris- las convenciones. de los cínicos, el anticonvenciona-
tianos, como sucedió con Salustio Las mencionadas opiniones últimas lismo, puede entenderse desde este
el filósofo y Máximo de Alejandría. respecto a los orígenes del cinismo ángulo. Pero como la oposición a las
Esta opinión tradicional, que hace no han sido, sin embargo, aceptadas convenciones se matiza de acuerdo
del cinismo casi exclusivamente una por todos los autores, Así, R. Hoistäd con las convenciones de que se trate,
escuela filosófica, está basada, desde ha manifestado que la imagen de la una historia del cinismo está proba-
luego, en testimonios antiguos. La sucesión tradicional Sócrates-Antíste- blemente más entretejida con la his-
relación entre Antístenes y Diogenes nes-Diógenes es todavía la más ade- toria general que la de cualquiera
sobre todo tiene su fundamento en cuada. Las tesis de Dudley y Sayre de las otras escuelas filosóficas an-
escritores de la Antigüedad, especial- se deben a haber prestado excesiva tiguas.
mente en Diogenes Laercio, del cual atención al carácter anecdótico y
parece resultar que Antístenes fue el legendario de Diogenes con detri-
fundador de la escuela y Diogenes mento de su carácter histórico y de
de Sínope su más popular seguidor su valor intelectual. Esto obligó a
y propagador. Ahora bien, todas estas Sayre —indica Hoistäd— no sola-
opiniones han sido puestas en duda mente a rechazar la conexión de Dio-
por recientes investigaciones. Ya an- genes con Antístenes, sino a negar al
tes de discutirse el papel desempeña- primero toda posibilidad de fundar
do por Antístenes en la formación la escuela cínica. En efecto; acentuar
de la escuela cínica hubo una serie demasiado lo anecdótico de Diogenes
de trabajos en favor del reconoci- equivale a dudar que sea un verda-
miento de la importancia de dicho dero filósofo y a negar lo que se
pensador como antiplatónico y como había justamente pretendido demos-
fundador de una rama particular y trar: que Diogenes y no Antístenes
original del socratismo (F. Dümmler, fue el fundador del cinismo. En vista
K. Joël, H. Kesters). A estos trabajos de esta dificultad, Sayre se vio
siguieron otros en los cuales se obligado a atribuir la fundación de
pretendía reducir la importancia de la escuela cínica a Crates, quien ha-
Antístenes y acentuar la de Diogenes bría tomado a Diogenes como mode-
(E. Schwartz, U. von Wilamowitz- lo, pero no como maestro.
Moellendorff). Como consecuencia de Nos hemos extendido sobre la cues-
ello se fue abriendo paso la opinión tión de los orígenes del cinismo por
de que la relación estrecha entre dos motivos: primero, para mostrar
Antístenes y Diogenes mantenida por que se trata de un movimiento que
los escritores antiguos y sostenida por solamente hasta cierto punto puede
algunos modernos no correspondía ser llamado una Escuela; segundo,
291
CIR CIR cm
dad en sentido metafísico. Se dice en- CIRCUNSTANCIA. Este término hombre porque ha menester de ella
tonces que tal realidad opera de modo ha sido empleado ya desde la anti- como contraposto salvador a su inelu-
circular. Ejemplo de ello es el pro- güedad latina para designar lo que dible circunstancia."
ceso de emanación ( VÉASE ) y retor- se llalla alrededor — por ejemplo, el En el "Prólogo" a la Historia de la
no o conversión de lo espiritual en aire como algo que se halla alrede- Filosofía, de Émile Bréhier (Dos Pró-
algunos autores neoplatónicos (Ploti- dor de la Tierra. Si se parte de una logos, 1942; O. C. VI, 391) se lee:
no y Proclo principalmente) o influi- cosa determinada, la circunstancia "He aquí el primer principio de una
dos por el neoplatonismo (Juan Es- (circum-stantia) es lo que rodea a 'nueva filología': la idea es una acción
coto Erigena). El punto de partida esta cosa en tanto que pertenece de que el hombre realiza en vista de una
y el punto de llegada coinciden, ma- algún modo a lo que se ha llamado determinada circunstancia y con una
nifestándose a veces, como en Nico- luego "horizonte" (VÉASE). 'Circuns- precisa finalidad... Toda idea está
lás de Cusa, una coincidentia opposi- tancia' ha significado asimismo "de- adscrita irremediablemente a la situa-
torum. También en Hegel hay la idea rredor, circuito o contorno de una ción o circunstancia frente a la cual
del círculo, bien que el carácter a la cosa"; en este caso la circunstancia representa su activo papel y ejerce su
vez idealista y a la vez dinámico-his- es lo que rodea a la cosa en relación función."
tórico del sistema hegeliano represente con ella, pero sin pertenecer a su En un "Comentario al 'Banquete'
una idea distinta de la circulari-dad. esencia. de Platón" [en estos instantes en im-
Esta última se acentúa, además, en El vocablo 'circunstancia' ha ad- presión dentro de las "Obras inédi-
quirido un sentido determinado en el tas"] Ortega dice: "Este carácter en
Hegel por la importancia que adquiere
pensamiento de Ortega y Gasset. En que, por lo pronto, consiste el mundo
la "circularidad" de cada tríada.
las Meditaciones del Quijote (1914; —su ser-me— y, consecuentemente,
Como hemos visto en otro lugar O. C. I, 322) Ortega escribió: "Yo
(véase PERIFILOSOFÍA) se ha podido el estar radicalmente referido a mí, me
soy yo y mi circunstancia". Esto sig- llevó, hace más de treinta años, a
presentar inclusive la filosofía hege- nifica no sólo que el sujeto humano buscar otro término con que desig-
liana como el ejemplo más perfecto se halla rodeado de circunstancias, narlo, ya que el vocablo 'mundo' ha-
del modo de pensar designado por sino que se constituye como tal su- bía significado siempre en filosofía 'lo
Hans Leisegang como "el círculo de jeto con sus circunstancias. La cir- que no consiste en referencia a mí (o
círculos". cunstancia en este sentido es lo que Yo)'. Lo llamé circunstancia. Tiene,
2. En las expresiones "círculo en el sujeto vive como situación vital, y además, esta palabra otra ventaja. El
la prueba" (circulus in probando) y dentro de ella se halla el mundo. El conjunto de lo que nos está afectando
"círculo vicioso" (circulus vitiosus). mundo físico u orgánico se incorpora y nos está importando —positiva o
El círculo en la prueba es un sofisma de este modo a la circunstancia hu- negativamente— y en afrontar lo cual
del que pueden constituir ejemplos mana, como ingrediente suyo. No es consiste nuestra vida de cada instante,
tanto el círculo vicioso como la lla legítimo identificar circunstancia y es lo que el hombre cualquiera llama
mada "petición de principio" (petitio mundo físico u orgánico. De hecho, 'las circunstancias' o 'la circunstan-
principii) (véase SOFISMA). El círculo lo que llamamos el sujeto humano o cia." O sea: "el mundo es quien se
vicioso es identificado a veces con la el yo es, junto con la circunstancia, da en la circunstancia (no la circuns-
petición de principio, pero la mayor un "ingrediente" de una realidad más tancia en el mundo); el mundo con-
parte de autores distinguen ambos, radical, llamada por Ortega "mi vi- siste en la circunstancia".
considerando que en el círculo vi da" (Historia como sistema, 1941; O. Julián Marías (Introducción a la fi-
cioso hay dos proposiciones que se C., VI, 34). Es desde este ángulo que losofía, 3a ed., 1953, § 52, págs. 235-
"prueban" una por la otra y vice debe comprenderse la tesis orteguiana 41) ha elaborado la doctrina orteguia-
versa, en tanto que en la petición de que el hombre vive sub specie ins- na de la circunstancia como "todo lo
de principio se trata de una misma tantis y de que es necesariamente "cir- que se encuentra en mi horizonte vi-
proposición formulada de modos dis cunstancial". tal". La circunstancia puede tener di-
tintos. Lo usual es denunciar el círcu He aquí tres citas, en orden crono- versos ingredientes: el contorno físico;
lo vicioso como un sofisma, pero al lógico, que permiten comprender me- mi cuerpo; otros cuerpos que son,
gunos autores (K. Jaspers, Jeanne jor la compleja naturaleza de la no- por lo pronto, cosas, pero que se
Hersch, Francisco Romero, Badi Kasm ción de circunstancia: presentan como otros tantos centros
[L'idèe de preuve en métaphysique, En el "Prólogo" a la edición de de otras vidas; la realidad social con
1959, págs. 224-5] ) han señalado que, Obras (1935) (1935; O. C., VI, 348) la que tengo que habérmela; los pro-
en metafísica cuando menos, ciertos Ortega escribió: "Siendo, pues, la vi- ductos humanos de naturaleza mate-
llamados "círculos viciosos' son inevi da en su sustancia misma circunstan- rial o artefactos; la historia vivida co-
tables y, por lo tanto, tolerables en cial es evidente que, aunque creamos mo "mundo histórico"; los fallecidos;
"ciertos casos extremos". lo contrario, todo lo que hacemos lo el repertorio de creencias en las que
3. En expresiones que designan un hacemos en vista de las circunstancias. se está (véase CREENCIA); las viven-
grupo de personas que, sin constituir Inclusive cuando nos hacemos la ilu- cias (deseos, emociones, etc.); el ho-
formalmente una escuela en sentido sión de que pensamos o queremos algo rizonte de la vida individual y, final-
tradicional, trabajan filosóficamente sub specie aeternitatis, nos la hace- mente, el horizonte escatològico o "las
mos por necesidad circunstancial. Es ultimidades".
según supuestos comunes; así, por
más: la idea de eternidad, del ser in- En ciertos respectos la noción orte-
ejemplo, el "Círculo de Viena" (VÉA
condicionado, ubicuo, brota en el guiana de circunstancia es similar a
SE ) [Wiener Kreis]. Véase SECTA.
292
CIR CIU CIU
la de situación. Sin embargo, no de- le fonti antiche, trad, y estudio preli- ritual (civitas terrena spiritualis) y de
ben simplemente confundirse ambos minar de Gabriele Giannantoni, 1958 una ciudad terrena camal (civitas te-
conceptos; nos hemos referido a este (Pubblicazioni dell'Instituto di Filoso- rrena carnalis). La primera parece
punto en el artículo sobre situación fia della'Università di Roma, 5). — equivaler a lo que San Pablo llama
(ad finem), Aristippi et Cyrenaicorum fragmenta, la Jerusalén superior; la segunda, a lo
CIRENAICOS. Se considera a los 1961, ed. Erich Mannebach, 1961. — que el Apóstol llama la Jerusalén ac-
drénateos —así llamados a causa de Véase también bibliografía de ARÍSTI- tual; la última, a la ciudad (o ciu-
la ciudad de Cirene, donde nació y po y SOCRÁTICOS. Además: A. Wendt, dades) de los paganos. La ciudad
vivió Arístipo— como una de las es- De philosophia cyrenaica, 1841. — H. celeste espiritual es llamada asimismo
cuelas socráticas (véase SOCRÁTICOS), de Stein, De philosophia Cyrenaica, ciudad santa, civitas sancta o comu-
1855 (trata sobre todo de Arístipo). nidad de los santos. La ciudad terrena
por cuanto forjaron su doctrina fi- — G. V. Lyng, Om den Kyrenaiske
losófica a base del desarrollo de uno espiritual es ejemplificada en Sara e
Skole, 1868 ( principalmente sobre Isaac. La ciudad terrena carnal es
de los rasgos del socratismo — inter- Aniceris y Teodoro el Ateo). — Ar-
pretando éste sobre todo corno una representada por Agar e Ismael. San
tículo sobre los Cirenaicos (Kyrenai- Agustín habla también de la ciudad
guía moral para la conducta del sa- ker) por J. Stenzel en Pauly-Wis-
bio. Los cirenaicos coincidían con terrena como una sombra, umbra, de
sowa. la ciudad de Dios o, mejor dicho,
otras escuelas socráticas, tales como CIUDAD DE DIOS. Aunque la
la de los cínicos (VÉASE) y la de los de la ciudad de Dios en el cielo.
idea de la Ciudad de Dios y su oposi- Una de las interpretaciones es la que
megáricos (v.) en el supuesto de que ción a la ciudad del diablo fue ex-
la felicidad consiste en la tranquilidad relaciona el esquema de San Agustín
presada con anterioridad a San Agus-
del ánimo y de que esta tranquili- tín (por ejemplo, en Ticonio —"Ecce con un esquema platónico. Así, Hans
dad se consigue por medio de la duas civitates, unam Dei et unam Leisegang indica que la Ciudad de
autarquía (v.), es decir, del impe- diaboli"—, de quien San Agustín la Dios en el cielo es paralela al reino
rio del hombre sobre sí mismo, único tomó probablemente), solamente en de las ideas, la Ciudad de Dios en
modo de dominar las cosas (y las los libros De civitate Dei escritos por la tierra o ciudad terrena espiritual
circunstancias) que le rodean. Dentro el Padre de la Iglesia se planteó y a la imagen, ei)kw/n, de la idea, y la
de estos supuestos comunes los desarrolló con toda amplitud el pro- ciudad terrena carnal o ciudad del
cirenaicos mantenían varias doctrinas blema. Se trata de un problema que diablo, a la imagen de la imagen, es
particulares. De ellas mencionamos puede ser relacionado con el de la decir, a la sombra, umbra, ski/ a de
tres. La primera se refiere a la de- contraposición, subrayada ya por al- la Ciudad de Dios celeste, la cual se-
finición del bien (v.). Como éste gunos estoicos, entre el ser ciudadano ría el verdadero prototipo. En un es-
era para los cirenaicos el placer in- de un Estado-Ciudad (o aun del Im- píritu parecido Alfabari había habla-
mediato, suele calificarse su doctrina perio) y ser ciudadano del mundo o do de una Ciudad modelo o ciudad
de hedonismo. La segunda concierne del cosmos, pero que no es simple- ideal.
al método de alcanzar el bien. In- mente reductible a ella. En efecto, el Otra interpretación es la que sub-
fluidos no solamente por el socratis- cosmos no es, propiamente hablando, raya el contraste entre la Ciudad de
mo, sino también por la sofística una Ciudad, de modo que ser ciuda- Dios como representada por el poder
(véase SOFISTAS), los cirenaicos usa- dano del cosmos equivale más bien espiritual de la Iglesia y la ciudad
ban a este respecto una dialéctica a sentirse parte o miembro de la Na- del diablo como representada por el
encaminada a mostrar de qué modos turaleza, la cual se supone ser la poder terrenal ( especialmente el del
pueden utilizarse las circunstancias realidad que absorbe últimamente a Imperio). Las luchas entre el Papado
para conseguir el placer y al mismo todos los individuos. Así, la contra- y el Imperio en el curso de la Edad
tiempo liberarse de los deseos in- posición establecida por San Agustín Media han sido con frecuencia inter-
quietadores producidos por la aspira- entre la Civitas Dei y la Civitas dia- pretadas en este sentido. Muchos his-
ción al mismo. La tercera toca a la boli puede entenderse solamente den- toriadores y filósofos presentan esta
teoría del conocimiento, la cual esta- tro de una concepción que acentúa interpretación en su descripción de
ba basada en el primado de la sen- el carácter único de la historia y que la idea agustiniana del contraste en-
sación —y con frecuencia de la sen- hace del cosmos un escenario sobre tre las dos ciudades.
el cual se desarrolla el drama de la Otra interpretación, debida a Gil-
sación individual, irreductible a todas
historia universal. Sin embargo, las son, y probablemente la más correcta,
las otras—, de modo que los cirenai- expresiones 'Ciudad de Dios" y 'Ciu-
cos desembocaban por ello muchas es la que destaca el carácter teoló-
dad del diablo' han sido interpreta- gico y místico de la doctrina agusti-
veces en un radical subjetivismo y das de varios modos, particularmente
sensualismo (v.). Ahora bien, no to- niana. Según ella, la Ciudad de Dios
en lo que toca a sus relaciones mu-
dos los miembros de la escuela cire- es la ciudad de los elegidos y la ciu-
tuas. Daremos primero una breve ex-
naica defendían exactamente las mis- plicación del vocabulario usado por dad del diablo la de los reprobados.
mas doctrinas. Hemos reseñado las San Agustín y procederemos luego a Por consiguiente, la Ciudad de Dios
opiniones principales de los más des- mencionar tres distintas interpretacio- no puede identificarse con la Ciudad
tacados cirenaicos en los artículos so- nes de los citados conceptos. en esta tierra ni siquiera con la Igle-
bre Aniceris, Arístipo, Hegesías y San Agustín habla de una ciudad sia. En efecto, aun dentro de la
Teodoro el Ateo. celeste espiritual (civitas coelestis spi- Iglesia hay hombres que son reproba-
Ediciones: I Cirenaici. Raccolta del- ritualis), de una ciudad terrena espi- dos y que no pertenecen a la Ciudad
de Dios. Gilson se basa para su in-
293
CIU CIU
terpretación en el sentido que da San longación y transformación de la con-
Agustín al término 'ciudad': es aquella cepción agustiniana en el curso de
congregación de hombres que re- la historia. Gilson ha hablado de las
conocen unas creencias comunes. 'Ciu- metamorfosis de la Ciudad de Dios,
dad' es, pues, un término que tiene incluyendo entre ellas las ideas de la
en San Agustín un sentido místico. Respublica christiana, de Roger Ba-
Así, los nombres de Ciudad divina y con, de la Monarchia o Imperio uni-
Ciudad terrena son designaciones sim- versal, de Dante, de la paz de la fe
bólicas que pueden expresarse de (pax fídei) de Nicolás de Cusa, de la
otros modos: por ejemplo, Jerusalén o Città del Sole de Campanella, de la
visio pacis y Babilonia o confusio. La idea de la unidad de Europa tal como
civitas terrena es la ciudad de los se ha manifestado en varios momen-
hombres que tienen el amor a Dios. tos de la época moderna, de la ciu-
Las dos ciudades se hallan confun- dad leibniziana de los filósofos del
didas en esta tierra, pero separadas siglo XVIII y de la ciudad de los sa-
en los designios de Dios. Son dos bios de los positivistas comtianos. No
ciudades místicas "y sus pueblos res- ha incluido, en cambio, entre dichas
pectivos son el de los elegidos y el metamorfosis ni el mesianismo marxis-
de los condenados". Por eso la ciu- ta (por razones que indica expresa-
dad terrestre no es la ciudad tem- mente) ni las ideas de Marsilio de CIVITAS DEI. Véase CIUDAD DE
poral y política, sino la ciudad de Padua (sin indicar razones). Por otro DIOS.
la perdición. lado, C. L. Becker había hablado ya CLAREMBAUD de Arras (Claren-
de "la Ciudad de Dios de los filósofos baldus) (fl. ca. 1155), arcediano en
Dos problemas pueden plantearse del siglo XVIII". Contra ello podría la catedral de Arras, en la Picardía,
con respecto a la noción de la Ciu- argüirse que desde el estricto punto fue discípulo de Thierry de Chartres
dad de Dios. de vista místico agustiniano solamente y de Hugo de San Victor. Uno de los
Uno es el de la relación entre la algunas de dichas metamorfosis entran representantes de la llamada "Escuela
idea de la Ciudad de Dios y la idea en el marco de la idea de la Ciudad de de Chartres" ( VÉASE ), Clarembaud de
de la República ideal o utopía ( VÉA- Dios y que si, para evitar este Arras defendió, como Thierry, una
SE ). Si consideramos la Ciudad de inconveniente, se amplía el citado doctrina realista de los universales, y
Dios agustianiana como un prototipo punto de vista no hay motivo para concibió a Dios como pura forma y
de carácter platónico, las relaciones no incluir otras visiones, acaso con puro acto — como "forma de ser" o
entre las dos ideas son innegables. Si una sola condición: la de que no fue- forma essendi. Esta última fórmula ha
la estimamos, en cambio, como una sen exclusivamente inmanentes a este inducido a algunos historiadores a ha-
realidad mística nos será difícil apro- mundo. blar del panteísmo de Clarembaud,
ximar las dos concepciones. Las re- pero se ha observado (É. Gilson) que
laciones entre la idea de la Ciudad no hay tal panteísmo; decir que Dios
de Dios y la de la República ideal se halla dondequiera por esencia no
pueden estudiarse, además, contras- es la mismo que afirmar que todo es
tando ciertas analogías y diferencias Dios. Junto a la idea de Dios como
entre San Agustín, Platón y Cicerón. forma pura, Clarembaud presentó la
Es lo que ha hecho Domenico Pesce
idea de materia como pura posibili-
(op. cit. infra). Según este autor, San
dad. Los autores antiguos influyentes
Agustín y Platón coinciden en ser
pesimistas (y aun "radicalmente pe- en el pensamiento de Clarembaud pa-
simistas") en su concepción del hom- recen haber sido Boecio y los neopla-
bre y de la sociedad, en tanto que tónicos, especialmente a través de la
Cicerón es optimista y "humanista", interpretación de Calcidio.
pues sostiene que el carácter altruista
del hombre se manifiesta a través de
la historia. Por otro lado, mientras
Platón y Cicerón se basan en el con-
cepto "antiguo" del Estado-ciudad
San Agustín sostiene que hay una
diferencia entre lo temporal y lo es-
piritual, entre lo político y lo ético
— diferencia ya entrevista por Sócra-
tes. Finalmente, mientras Platón pa-
rece ocuparse primariamente de la so-
ciedad de los filósofos, Cicerón tiene
en vista la sociedad de los ciudadanos,
y San Agustín la de los santos. Otro
problema es el de la pro-
2
94
CLA CLA CLA
CLARKE (SAMUEL) (1675-1729), dones intrínsecas, permitiendo cono- los siglos XVII y XVII lo tuvieron de
nac. en Norwich, fue a la vez un cer su naturaleza íntima. Idea confusa algún modo en cuenta. La claridad
defensor de la física de Newton y es la que distingue el objeto mediante fue con mucha frecuencia equiparada
de la religión natural racional —que denominaciones extrínsecas. Aun al conocimiento completo, adecuado,
para él coincidía con la revelada— cuando en las ideas confusas hay al- directo, intuitivo, etc. — así, en Locke,
contra el materialismo y el determi- gunas que descubren ciertas notas quien afirma que el espíritu tiene una
nismo mecanicista. El carácter po- íntimas, no lo hacen de un modo ac- percepción completa y evidente de
lémico del pensamiento de Clarke, tual y explícito, sino virtual e im- las ideas claras, siendo las ideas dis-
que tuvo en su tiempo gran resonan- plícito. Las ideas distintas son por tintas aquellas en las que el espíritu
cia, se advierte sobre todo en su ello claras y las oscuras son confusas. percibe una diferencia respecto a
doble movimiento de apología y de La cuestión de la claridad (y dis- cualquier otra idea. Spinoza hablaba
crítica: la primera en favor de la física tinción) en las ideas desempeña un sobre todo de ideas adecuadas (véase
de Newton, de la química de papel fundamental en la filosofía car- ADECUADA) e ideas mutiladas o
Boyle, de la inmortalidad e inmate- tesiana. La primera de las reglas del confusas (Eth., III, prop. I, dem.).
rialidad del alma; la segunda, contra método ( Discours, II ) es la de no ad- Afirmaba asimismo que el espíritu
Collins, Spinoza, Hobbes, Leibniz, mitir nada a menos que se presente a puede tener ideas claras y distintas,
Locke. Pero esta polémica no tiene, la mente tan clara y distintamente que e ideas confusas (ibid., prop. IX).
en el fondo, otro sentido que el de no haya ocasión de ponerlo en duda En su escrito Meditationes de cog-
la confirmación de su pensamiento (Cfr. también Med., III). "Las cosas nitione, veritate et ideis, de 1684
moral y religioso, cuyo supuesto últi- que concebimos muy clara y distin- (Gerhardt, IV. 422-26), Leibniz in-
mo es la conformidad del sentido tamente —escribe Descartes— son to- dica que el conocimiento puede ser
moral del hombre con la voluntad das ellas verdaderas" (Med., IV). En oscuro o claro. Las ideas claras pue-
de Dios y el orden de la Naturaleza. las Regulae (III), Descartes habla de den ser indistintas o distintas; las ideas
De ahí que las diversas actitudes "intuición clara y evidente". En los distintas, adecuadas o inadecuadas,
morales del hombre según las ocasio- Princ. phil. (I. 45), de "conocimiento simbólicas o intuitivas. El conocimiento
nes y los seres sean expresión de claro y distinto". En este mismo perfecto es el que es a la vez adecuado
armonía y no de contradicción inso- pasaje el filósofo da una definición e intuitivo. "El conocimiento es
luble; las diferencias se deben no de estos términos tan usados en su claro —escribe Leibniz— cuando es
tanto a la arbitrariedad del sentido obra: "Llamo claro al conocimiento suficiente para permitirme reconocer
moral como a la necesidad que tiene que se halla presente y manifiesto a las cosas representadas." En el
el hombre de conformar su acción un espíritu atento, como decimos que Discours de métaphysique (XXIV)
según la estructura de los seres na- vemos claramente los objetos cuando, Leibniz escribe que un conocimiento
turales. hallándose presentes a nuestros ojos, es confuso cuando se puede reconocer
obran asaz fuertemente sobre ellos, y una cosa entre otras sin poder decir
en cuanto éstos están dispuestos a en qué consisten sus diferencias o
mirarlos. Llamo distinto al conoci- propiedades. Así, se puede percibir
miento que es tan preciso y diferente (y juzgar) algo claramente sin poder
de todos los demás que no abarca en poner de manifiesto las marcas o signos
sí sino lo que aparece manifiestamente que lo caracterizan. "Contra Locke, el
a quien considera tal conocimiento cual llama clara a la percepción
como es debido." Aunque fundada en evidente, y distinta a la que sirve para
concepciones escolásticas, la doctrina distinguirla de otras, Leibniz sostiene
de Descartes al respecto no coincide que las ideas distintas son distingui-
con ellas. Por eso admite Descartes das" (Pierre Burgelin, Commentaire
(Princ. phil., I. 46) que un du Discours de Métaphysique de
conocimiento puede ser claro sin ser Leibniz, 1959, pág. 236).
distinto, pero no a la inversa. Se puede No obstante las diferencias entre
advertir que los criterios de claridad y los mencionados autores todos pare-
distinción en Descartes son no cen tender a considerar la claridad
solamente criterios lógicos o criterios como una especie de transparencia y
epistemológicos, sino también criterios la distinción como una "precisión"
ontológicos. Ello se debe a que (en el sentido etimológico de "preci-
CLARO. Los escolásticos distin- Descartes considera que la idea es la so", esto es, "separado").
guían entre las ideas claras y las cosa misma en tanto que es vista Común a todos ellos parece ser,
oscuras, las distintas y las confusas. (directamente intuida), de modo que la además, la idea de que la claridad y
Idea clara es la que distingue o dis- claridad y distinción en las ideas es a distinción pertenecen a algo simple
cierne un objeto de otros; idea os- la vez la claridad y distinción en las — como las naturae simplices carte-
cura, la que no efectúa este discer- cosas. sianas. Parece que nos hallamos aquí
nimiento. Idea distinta es la que El problema que nos ocupa no fue ante un doble condicional: (1) Si lo
manifiesta las notas del objeto por las tan fundamental en otros filósofos mo- simple es verdadero, y lo verdadero
cuales se constituye, o sea la que dis- dernos como lo fue en Descartes, pero es claro, lo simple es claro y (2) Si
tingue el objeto mediante denomina- la mayor parte de los pensadores de lo simple es claro, y lo claro es verda-
295
CLA CLA CLA
dero, lo simple es verdadero. En todo captada por intuición. La primera es- la verdad, la claridad y la precisión"
caso, se afirma que la claridad y la pecie de claridad no ofrece dudas; la (en Filosofía de la persona, 1944). —
verdad van parejas. Así lo expresó inteligencia se mueve en un terreno Hans König, Der Begriff der Hellig-
Vauvenargues en varios apotegmas: familiar y pasa de lo menos conocido keit. Studie über seine Wandlung
und seine Formen (prefacio de F.
"La oscuridad es el reino del error", a lo más conocido. La segunda espe- Gonseth), 1947. — Antonio Millán
"No habría errores que, convertidos cie de claridad es negada con gran Puelles, La claridad en filosofía y
en claros, no perecieran por sí mis- frecuencia; como dicha idea nueva otros estudios, 1958.
mos", "La claridad es la buena fe de es simple y no puede descomponerse CLASE. I. Concepto lógico. Se ha
los filósofos" (Réflexions et máximes, en otras, parece por lo pronto in- definido a veces la clase como una
V, VI y CCCLXIV respectivamente). comprensible. Sin embargo —dice serie, grupo, colección, agregado o
Otros autores, en cambio, han tratado Bergson—, tan pronto como la adop- conjunto de entidades (llamadas
de enfocar el problema de la claridad tamos provisionalmente y la "aplica- miembros) que poseen por lo menos
de otros modos. Léase, por ejemplo, mos" a territorios distintos de los una característica común. Ejemplos
lo que escribe Kant en el Prefacio a del conocimiento, descubrimos que tal de clases pueden ser: la clase de los
la primera edición de la Crítica de la idea, ella misma oscura, sirve para hombres, la clase de objetos cuya
razón pura: "En cuanto a la claridad, disipar oscuridades. Hay, pues, que temperatura en estado sólido es infe-
el lector tiene el derecho de pedir, distinguir entre ideas que son lumi- rior a 10° centígrados, la clase de las
ante todo, claridad discursiva (lógi- nosas en sí mismas e ideas que ilu- voces que empiezan con la letra V
ca) por medio de conceptos, y segun- minan. A cada especie de ideas co- en esta página, etc., etc. Sin embargo,
do claridad intuitiva (estética) por me- rresponde una especie de claridad: como la definición anterior, bien que
dio de ilustraciones." No se puede de- la "interna" y la "irradiante" respec- útil como una primera introducción
cir que baste el esfuerzo de ser claro: tivamente. La observación de Berg- a la noción de clase, es a la vez poco
algunos libros, dice Kant, hubieran si- son plantea un problema. En efecto, rigurosa e incompleta, es menester dar
do sido mucho más claros si no se hu- las ideas que no son claras en sí al respecto mayores precisiones. Lo
biese hecho tal esfuerzo de ser claro. mismas, pero que iluminan el pensa- haremos siguiendo una línea histórica;
De la claridad, como de Dulcinea se- miento, pueden ser interpretadas de empezaremos con un resumen de las
gún Don Quijote, hay, pues, "mucho varios modos: (a) o como ideas que contribuciones de Boole y Schröder a
que hablar". penetran "el fondo de lo real", (b) o la lógica de las clases, seguiremos
En la filosofía contemporánea se como ideas que regulan nuestro co- con las definiciones proporcionadas
ha puesto de nuevo sobre el tapete nocimiento de lo real, (c) o como por Whitehead y Russell y termina-
la cuestión de la claridad con las ten- ideas que carecen de toda significa- remos con una exposición de la no-
dencias llamadas "analíticas". La cla- ción por no poder ser comprobada ción de clase tal como es admitida
ridad ha sido entendida por los fi- su verdad en lo real. A cada una de por la mayor parte de los lógicos
lósofos de dichas tendencias sobre to- estas concepciones corresponde una contemporáneos.
do como claridad en los enunciados. distinta filosofía. La concepción de Boole estableció en 1854 un
Las nuevas "naturalezas simples" no Bergson oscila probablemente entre cálculo lógico de clases basado en las
son ya entidades —ni siquiera enti- (a) y (b); Bergson no osa señalar leyes a que son sometidos los sím-
dades en tanto que intuitiva y direc- que tales ideas son algo más que re- bolos que representan "cosas", tales
tamente vistas o concebidas—, sino gulativas, pero el resto de su filoso- como "todos los x" o "la clase x".
"hechos atómicos" en el sentido que fía permite interpretarlas como intui- Si x representa, por ejemplo, eosas
tiene esta expresión en el atomismo ciones que permiten descubrir la en- buenas, y si y representa hombres,
lógico (VÉASE). Gran parte de las ten- traña de la realidad. xy representará la clase de los hom-
dencias en cuestión han realizado gran Antonio Millán Puelles (op. cit. bres buenos. Podemos agregar otros
esfuerzo para dilucidar o aclarar el infra, págs. 19 y sigs.) distingue en- símbolos para ir precisando la noción
significado de expresiones lingüísticas. tre las siguientes especies de claridad: de clase. Así, si z representa suecos,
"Todo lo que se puede decir —escri- (1) Claridad radical; (2) Claridad xyz representará la clase de los hom-
bió Wittgenstein— se puede decir formal; (3) Claridad instrumental (o bres suecos buenos. Las leyes que
claramente." Este apotegma o princi- "claridad en sentido ordinario [co- regulan la formación de tales símbo-
pio puede ser aceptado por muchos rriente]". La claridad radical y la los son, como dice Boole, leyes del
filósofos analíticos y lingüísticos, in- formal se caracterizan por el rigor, pensamiento y no de las cosas. Pero,
cluyendo muchos que se han apartado pero se distinguen entre sí por cuanto además, tales símbolos son conmu-
diametralmente de la "primera fase" la primera presenta la verdad obje- tativos, como los símbolos del álgebra,
del pensamiento de Wittgenstein — y, tiva en su completa transparencia, y y, por lo tanto, puede construirse un
por supuesto, el propio Wittgenstein la segunda se manifiesta en la per- álgebra de signos que representen
(véase VAGUEDAD ). fección de la exposición. La claridad clases. Esta álgebra está regida por
Según Bergson (La pensée et le instrumental es una claridad auxiliar. ciertas leyes, a algunas de las cuales
mouvant, 1934, págs. 31-2) hay dos A su vez, la claridad formal puede nos referiremos posteriormente. Boole
especies de claridad: (1) la de la ser sistemática (o discursiva) y con- formuló algunas de las leyes funda-
idea que nos presenta dispuestas en ceptual (o intuitiva). mentales del álgebra de clases; ade-
un nuevo orden ideas elementales ya Véase también el artículo VAGUE - más, determinó el valor lógico de los
poseídas, y (2) la de la idea radical- DAD y su bibliografía. — Cfr. Fran- símbolos '0' y '1', que representan
mente nueva y absolutamente simple, cisco Romero, 'Teoría y práctica de
396
CLA CLA CLA
respectivamente las clases nula y uni- plir un símbolo para operar o servir ción señala: 'Si f es una función que
versal de que también nos ocupare- como clase. Estas condiciones son las puede tomar un objeto dado, a, como
mos luego. siguientes: (1) Toda función prepo- argumento, y t es el tipo mencionado
En 1890 Ernst Schröder desarrolló sicional debe determinar una clase en el axioma anterior, decir que la
asimismo el cálculo de clases a base que puede ser considerada como la clase determinada por f tiene la pro-
de las investigaciones de Boole y otros colección de todos los argumentos piedad f será decir que hay una fun-
autores. El cálculo de clases presen- que satisfacen la función en cues- ción del tipo t formalmente equiva-
tado en los tratados lógicos posterio- tión. (2) Dos funciones preposicio- lente a f y que posee la propiedad
res recibe por ello con frecuencia el nales formalmente equivalentes de- f." Así, una clase, F, será la totali-
nombre de álgebra de Boole-Schrö- ben determinar la misma clase, y dos dad de los objetos que poseen una
der (aun cuando el nombre de Au- que no son formalmente equivalentes cierta propiedad f, es decir, la tota-
gustus de Morgan debería agregarse deben determinar diferentes clases. lidad de los objetos x para los cuales
también al de ellos). Según Schröder, La clase queda determinada, pues, será verdadera la expresión 'f(x)'
las clases se refieren a cualesquiera por la calidad de miembro (o hecho (Cfr. Introduction to Mathematical
cosas u "objetos del pensar", inclu- de pertenencia). A la inversa, dos Philosophy, 1919, págs. 184 y sigs.).
yendo, por lo tanto, la posibilidad de funciones proposicionales que deter- Nos hemos extendido sobre las
su interpretación como clases de nú- minan una misma clase deben ser
anteriores definiciones y precisiones
meros. Las clases son especies de por ser consideradas como la base,
formalmente equivalentes. (3) Hay
individuos, y en particular también ya tradicional, sobre la cual se apo-
que poder definir no sólo clases, sino yan las posteriores investigaciones
conceptos considerados según su al-
clases de clases. (4) En todos los acerca de la noción de clase. Ahora
cance (Umfang). Cada clase es re-
presentada mediante una letra. Esta casos debe carecer de significación bien, la lógica contemporánea consi-
representación se utiliza igualmente (lo que no equivale a ser falso) su- dera que varias de las anteriores for-
para lo que Schröder llama territorios poner que una clase es miembro de mulaciones adolecen de falta de ri-
(Gebiete) o multiplicidades de ele- sí misma o no es miembro de sí gor. Procederemos, pues, según anun-
mentos, conceptos considerados en su misma (véase PARADOJA). (5) Debe ciamos al comienzo, a exponer los
contenido, juicios o enunciados, infe- ser posible —aunque muy difícil— rasgos fundamentales de la actual ló-
rencias y grupos. formular proposiciones sobre todas gica de las clases.
En los Principia Mathematica (I. las clases compuestas de individuos, Si consideramos el enunciado:
Int. Cap. iii y Parte I, Sec. C, 20), o sobre todas las clases compuestas Osear es colérico,
de Whitehead-Russell, se procede a de objetos de cualquier tipo ( VÉASE)
lógico. Esta última condición ha sido observaremos que 'es colérico' puede
presentar la noción de clase en la ser leído de dos modos: (1) 'tiene
forma siguiente. "En virtud del axio- muy discutida en la lógica contem-
poránea, sobre todo en la medida en la propiedad de ser colérico'; (2) 'es
ma de reducibilidad—escriben dichos un miembro de la clase de las enti-
que se ha puesto en tela de juicio el
principio russelliano de reducibilidad. dades coléricas' o 'pertenece a la cla-
Las clases son consideradas por se de las entidades coléricas'. En el
Whitehead y Russell como "ficciones primer caso, el enunciado en cues-
lógicas" y como "símbolos incomple- tión puede ser expresado mediante
tos". "La siguiente teoría de las cla- 'Fx' (véase CUANTEFICACIÓN, CUAN-
TIFICACIONAL y CUANTIFICADOR),
clase puede ser definida mediante ses —escriben dichos autores—, aun-
que proporciona una notación para donde 'F' es una letra predicado que
una función predicativa. De ahí que se lee 'es colérico'. En el segundo
la totalidad de las clases a las cuales representarlas, evita el supuesto de
que hay cosas que pueden llamarse caso, el enunciado en cuestión puede
puede decirse significativamente que
pertenece o no pertenece un término clases... Los símbolos incompletos ser expresado mediante: x e A,
dado, es una totalidad legítima, aun- que ocupan el lugar de las clases sir- donde Y (abreviatura de 'esti/' pro-
que la totalidad de funciones a las ven para proporcionar técnicamente puesta por Peano) se lee 'es un miem-
cuales puede decirse significativamente algo idéntico en el caso de dos fun- bro de la clase' y 'A' es una letra que
que pertenece o no pertenece un ciones que poseen la misma exten- representa una clase (en el ejemplo
término dado, no es una totalidad sión; sin algo que represente clases en cuestión la clase de las entidades
legítima. Las clases a las cuales un no podemos, por ejemplo, contar las coléricas). La expresión 'x e A' es
término dado, a, pertenece o no per- combinaciones que pueden ser for- empleada para sustituir un abstracto
tenece son las clases definidas por madas a base de una serie dada de o nombre de clase. En la lógica de
funciones a; hay también las clases objetos." las clases los abstractos designan, en
definidas por funciones predicativas Según Russell, la teoría de las cla- efecto, las clases de todas las entida-
a. Las llamaremos clases a. Entonces ses se reduce a un axioma y a una des que tienen ciertas propiedades.
las clases a forman una totalidad le- definición. El axioma enuncia: "Hay La expresión:
gítima, derivada de la de las funcio- un tipo, t, tal que si f es una fun-
nes predicativas a." ción que puede tomar un objeto dado,
Con el fin de aceptar la anterior a, como argumento, habrá una fun-
definición es necesario, empero, indi- es un abstracto, que se lee 'la clase de
ción, y, del tipo t que será formal- todos los x tales, que Fx'. El sig-
car las condiciones que debe cum- mente equivalente a f." La defini-
297
CLA CLA
En el álgebra de Boole-Schröder
se asumen un cierto número de ideas
elementales (símbolos de clases, ne-
gación, igualdad, producto, clase nu-
la), se construyen algunas definicio-
nes (clase universal, suma lógica,
inclusión ) y se proponen varios postu-
lados (operaciones con clases). De
las definiciones y los postulados se
deducen todas las leyes del álgebra
de clases. Todo ello recibe el nombre en el cual se representa gráficamen-
de cálculo de clases. Algunos autores te la clase A. El diagrama:
distinguen entre relaciones de unas
clases con otras (identidad, inclusión,
exclusión, intersección) y operaciones
con clases o cálculo de clases
propiamente dicho (suma, producto).
Nosotros nos limitaremos a mencionar
las nociones fundamentales del
álgebra de clases y a formular algunas
leyes de tal álgebra.
Las nociones fundamentales de re-
ferencia son la de complemento, la representa la inclusión de una clase,
de inclusión, la de identidad, la de A, en una clase, B; todos los miem-
suma, la de producto, la de clase bros de A son, pues, miembros de B.
universal y la de clase nula. Excepto El diagrama:
Las letras 'A', 'B', 'C', etc. son em- las dos últimas, las demás han sido
pleadas, pues, para expresar 'la clase presentadas y definidas en los ar-
A', 'la clase B', 'la clase C', etc. Ob- tículos correspondientes (véase COM-
servemos que algunos autores prefie- PLEMENTO, INCLUSIÓN, IDENTIDAD ,
ren las minúsculas latinas cursivas 'a', SUMA, PRODUCTO). Nos confinaremos,
'b', 'c'; otros, las letras 'K', 'L', etc.; pues, aquí a las nociones de clase
otros, finalmente ( como Whitehead y universal y clase nula e indicaremos
Russell) las minúsculas griegas 'a', a continuación las representaciones
'b', etc. Nosotros nos atendremos al gráficas usuales de algunas de las no-
primer uso. ciones anteriores. representa la suma de dos clases, A
La noción de clase ha sido confun- La clase universal es la clase de y B; hay, pues, una clase compuesta
dida a veces con las nociones de todos los miembros en el universo de todas las entidades que pertenecen
agregado o de todo. Esta confusión del discurso. Esta clase es simboli- a A o a B o a las dos. El diagrama:
debe evitarse, pues de lo contrario zada por 'V' (algunos autores usan
se corre el riesgo de equiparar una 'I'). La clase universal es definida
entidad concreta con una entidad del modo siguiente:
abstracta. Las clases son entidades
abstractas, aun cuando los miembros
de que se componen sean entidades
concretas. También se ha equiparado
la noción de clase con la de propie-
dad. Esta última equiparación tiene
mayor fundamento. Como dice Car- representa el producto de dos clases,
nap, dos clases —correspondientes a A y B; el área marcada con una cruz
dos predicadores; por ejemplo, 'P' y representa la clase de todas las enti-
'Q'— son idénticas si tienen los mis- dades que pertenezcan a la vez a
mos elementos, es decir, si 'P' y 'Q' A y a B. El dia gra ma :
son lógicamente equivalentes. La in-
tensión del predicador 'P' es la propie-
dad P; su extensión es la clase co-
rrespondiente. 'Intensión' y 'propie-
dad' son usados aquí en sentido ob-
jetivo y no mental. Por su lado, Quine
señala que clase y atributo son ambas
entidades abstractas, designadas por
términos abstractos.
CLA CLA
de la clase de los nobles, de la de los donde los medios económicos y las
guerreros, de la de los burgueses, de relaciones económicas han ido adqui-
la de los artesanos. Así definida, la riendo cada vez mayor importancia
clase es la denominación común para (como ha ocurrido en la sociedad mo-
toda suerte de agrupaciones sociales: derna) se haya subrayado la impor-
estados, estamentos, oficios, etc. De tancia del "constitutivo" económico
un modo estricto se da, sin embargo, para la formación de la clase. Mu-
el nombre de clase sólo a aquellas chos autores (marxistas y no marxis-
agrupaciones humanas caracterizadas tas) están en favor de ello; en buena
por ciertos "constitutivos" sociales. parte el marxismo no ha hecho sino
Éstos pueden ser los medios de rique- sistematizar y llevar a consecuencias
za (especialmente la posesión de los últimas dichas ideas, considerando
medios de producción), los modos de las clases sociales como el tejido fun-
vivir, la estima social en que se tenga damental de la historia y definiendo
a sus miembros, etc. Por lo general ésta (antes de la supresión definitiva
representa la identidad de dos clases, se reserva el nombre de clase del Estado por medio de la dictadura
A y B; los miembros de la clase A solamente a las agrupaciones que han del proletariado) como una lucha de
son los mismos que los miembros de surgido en la época moderna. En clases. La simplificación a que ello ha
la clase B y viceversa. efecto, aunque en muchos puntos aná- dado lugar en numerosos
Las leyes del álgebra de clases son logos a los modernos, los órdenes so- comentaristas ha engendrado diversas
expresadas mediante fórmulas boo- ciales de otras épocas tienen que reacciones contra el concepto econó-
leanas, muchas de las cuales son pa- definirse mediante otros "constituti- mico-objetivo de la noción de clase
ralelas a las tautologías o leyes de la vos". Así, en el vocabulario socioló- y ha inducido a subrayar otros fac-
lógica sentencial. He aquí algunas gico actual se tiende a emplear el tores, como el de estima o modos de
de las leyes del álgebra de clases: vocablo 'clase' únicamente en fór- vivir, que durante un tiempo fueron
mulas tales como "la clase proleta- muy desatendidos. Como los temas
ria", "la clase burguesa" (y, en otras sociológicos stricto sensu no son de
épocas, "la clase de los nobles", "la la incumbencia de este Diccionario,
edad de los patricios", etc.), pero no nos limitamos a mencionar la exis-
en fórmulas tales como "la clase de tencia del problema. Desde el punto
los sacerdotes", "la clase de los in- de vista filosófico, lo que más interesa
telectuales", etc. Los historiadores en la cuestión es el papel que la
tienden también a distinguir entre noción de clase puede desempeñar en
la clase y el estado o rango. Para el la filosofía de la historia, la función
último vale, en efecto, la expresión de la ideología (VÉASE) y el
"haber nacido en tal o cual estado", problema de la llamada conciencia
lo que no ocurre para la primera. de clase. Lo primero afecta al pro-
Se distingue asimismo en sociología blema de la relación entre los facto-
entre clase y grupo. En algunos casos res reales y los factores ideales a
se prefiere eliminar por completo la que hemos aludido en el artículo
noción de clase para sustituirla por Historia (VÉASE). Lo segundo está
la de grupo, hablándose de "agrupa- ligado al problema de la relación entre
mientos sociales" (G. Gurvitch, P. So- el valor de verdad de una doctrina y
La lectura de estas leyes resultará rokin y otros), los cuales pueden cla- la forma en que concretamente se
fácil con ayuda de los signos pre- sificarse de muy distintas formas (véase engendra. Lo último abarca la
sentados en este artículo, más los con- G. GUBVITCH, Vocation actuelle de la cuestión de las diversas formas de
tenidos en los artículos ya citados: sociologie). Los autores marxistas, en conciencia, en el sentido en que esta
COMPLEMENTO, INCLUSIÓN, IDENTI- cambio, proclaman que la noción de expresión fue empleada por Hegel y
DAD, SUMA y PRODUCTO. Algunas de clase es primaria (véase, por ejemplo, por muchos filósofos y sociólogos de
estas leyes reciben nombres. Así, AC1, LUCIEN GOLDMANN, Sciences humaines los siglos XIX y XX. Muy debatida al
AC2 y AC3 se llaman respectiva- et philosophie, 1952, págs. 94 y sigs.) respecto ha sido la posición de Georg
mente leyes de identidad, de contra- y que sólo ella tiene un carácter Lukács (VÉASE), el cual desarrolló el
dicción y de tercio excluso; AC8 es histórico y, por lo tanto, dinámico, a problema desde el punto de vista del
una de las leyes de asociación; AC9 y diferencia de la noción de grupo, que marxismo ( del marxismo que Merleau-
AC10 son llamadas leyes de De es esencialmente estática. Las Ponty llama "occidental") en su libro
Morgan. discusiones sobre el concepto de Geschichte und Klassenbewusstsein
clase en la época moderna se han (ed. alemana, 1923); según Lukács,
II. Concepto sociológico. En sen- referido sobre todo a dos puntos. El la conciencia de la realidad (histórica)
tido sociológico 'clase' designa, de un primero es el concepto mismo de clase. —conciencia dialéctica de una reali-
modo amplio, una agrupación de in- El segundo, el problema de si tal dad en proceso dialéctico— no refleja
dividuos que poseen el mismo grado, concepto es subjetivo u objetivo. Es simplemente, sino que colabora a la
o la misma calidad (social), o el mis- comprensible que en una sociedad formación y desarrollo de tal realidad.
mo oficio. Se puede hablar entonces
299
CLA CLE
CLASS (GUSTAV) (1836-1908) bre Cleantes (Kleanthes, 2), por J.
nac. en Niesky (Oberlausitz), pro~ von Arnim en Pauly-Wissowa.
fesor en Tubinga y Erlangen, siguió CLEARCO de Soloi (nac. ca. 340
una meditación sensiblemente análoga antes de J. C.), uno de los llamados
a la de Eucken, con influencia de antiguos peripatéticos, se dedicó a la
Lotze y de la tradición espiritualista interpretación de obras platónicas
teísta. El objeto propio de la refle- (Diógenes Laercio lo menciona [III,
xión filosófica es, para Class, la "vida 2] como autor de un Encomio ¿le
espiritual", autónoma y subsistente Platón, pero se le debe además una
respecto a las otras formas de exis- obra sobre los números y la estruc-
tencia, y susceptible de ser fenome- tura numérica del alma del mundo
nológicamente descrita. La fenomeno- tal como aparece en la República),
logía y la ontología del espíritu así como a la composición de numero-
humano constituyen de este modo el sos tratados sobre diversas ciencias,
acceso a un pensamiento metafísico en el espíritu de Teofrasto y aun
de carácter espiritualista y persona- llevando más allá que Teofrasto, se-
lista, y, sobre todo, a la fundación de gún manifiesta Fritz Wehrli, la ten-
una doctrina del pneuma o pneuma- dencia a la investigación monográ-
tología que puede representar el pun- fica. Clearco escribió obras sobre va-
to de unión de lo personal con lo rios afectos (amor, pánico, etc.), so-
objetivo, de lo eterno con lo tem- bre la vida y sobre muchos aspectos
poral y del ideal con el hecho. de la ciencia natural ( óptica, la luna,
las plantas, los minerales).
La más reciente edición de textos
y comentarios es la de Fritz Wehrli
en el Cuaderno III de Die Schule des
Aristoteles: Klearchos, 1948. —
CLAUDIO PTOLOMEO. Véase Además véase: J. J. Schweighäuser,
PTOLOMEO ( CLAUDIO ). Animadversiones in Athenaei Deip-
CLEANTES (331/0-233/2 o 232/1 nosophistas post Isaacum Casaubo-
antes de J. C. ), nac. en Assos, pasó num conscripsit, 1905-6. — J. B.
a Atenas, donde encontró a Zenón Verraert, Diatribe acad. inaug,. de
de Citio, con quien estudió y de quien Clearcho Solensi, 1828. — M. Weber,
es considerado discípulo. Parece ha- De Clearchi Solensis vita et operibus,
ber seguido con gran fidelidad las 1880 (Dis.). — Art. por W. Kroll
CLAUBERG (JOHANN) (1622- sobre Clearco (Klearchos, 11) en
1665) nac. en Solingen, profesor en doctrinas de Zenón y haber grande- Pauly-Wissowa.
Herborn y Duisburg, recibió la in- mente influido en la propagación de CLEMENS. Véase NEOESCOLÁSTICA.
fluencia de Descartes y fue uno de ellas sobre otros estoicos, en particu-
lar sobre Crisipo, y sobre Esfero de CLEMENTE (ca. 150 - ca. 215), de
los principales defensores del ocasio- Alejandría, maestro de la escuela para
nalismo (VÉASE) moderno. Según Bosporo, ambos discípulos de Clean-
tes. Se atribuye a éste una clasifica- catequistas de la misma ciudad, se
Clauberg, en efecto, la intervención esforzó ante todo en asimilar la tra-
ción de la filosofía en seis partes (a
diferencia de las tres partes propug- dición filosófica griega dentro del
nadas por Zenón de Citio, por mu- cristianismo, el cual es considerado
chos estoicos y otros filósofos de di- por él como una verdad total frente
ferentes escuelas): la dialéctica, la a una verdad parcial, como un saber
retórica, la ética, la política, la física completo frente al saber incompleto,
y la teología; Diógenes Laercio (VII, fragmentario y frecuentemente falso
174-6) le atribuye numerosos escri- del helenismo. En el helenismo, y es-
tos sobre todas las partes de la filoso- pecialmente en los pitagóricos, Pla-
fía, pero principalmente sobre ética y tón y algunos estoicos, se encuentran,
política. Su Himno a Zeus influyó, al según Clemente, verdades encubier-
parecer, consideradamente, sobre la tas por el gran error del paganismo,
constante de Dios es necesaria para religiosidad del estoicismo. anticipaciones que hacen de la filo-
entender la relación entre los movi- sofía no algo opuesto a la fe cristiana,
mientos anímicos y los procesos cor- sino una preparación para la fe
porales; lo que llamamos causas en concedida por Dios a quienes no
estos últimos son, pues, más bien constituían hasta el Nuevo Testamento
ocasiones que permiten al alma po- el pueblo elegido. La revelación del
seer las correspondientes "ideas". Verbo es el verdadero saber, pero
Clauberg desarrolló asimismo la me- un saber que, bien que conocido por
tafísica en el sentido de la ontolo- la fe, conduce a un asentimiento de
gía formal y fue el primero en usar carácter evidente, a la manera de
los términos 'ontología' y 'ontosofía'
para designar la metaphysica de ente.
300
CLI CLI
la "fantasía cataléptica" de los estoi-
profesor (1871-1879) en el University
cos. Esta revelación fue dada antes
Collège, de Londres, y habitualmen-
parcialmente a los judíos, pero tam-
te considerado como uno de los re-
bién a los griegos en la figura de
presentantes del evolucionismo natu-
sus sabios, de todos los sabios y no
ralista inglés de las postreras décadas
sólo de los de una determinada escue-
del pasado siglo, defendió en filosofía
la. La asimilación de la tradición
un sensacionismo para el cual todo
griega es para Clemente total, y con-
objeto es, en último término, un com-
tituye en su conjunto lo que llama
plexo de sensaciones. En este senti-
filosofía, esto es, aquello que puede
do, su doctrina puede ser calificada
preparar para la fe y a la vez con-
de empirista-fenomenalista y se en-
vertir la fe en conocimiento. Entre
cuentra en la línea que va de Hume
la fe y el saber filosófico no hay, así,
a Mach. La reducción del ser a im-
contradicción, pues ambos se com-presiones no es, empero, para Clif-
plementan y encuentran su verdad ford, una mera psicologización del CLINAMEN. Aristóteles objetó a
en la verdad única de lo revelado.
objeto. En rigor, objeto y sujeto per- Demócrito ( VÉASE ) que los átomos
Pero ello no equivale a una completa
tenecen al mismo orden de realidad, que se mueven con la misma velo-
racionalización de la fe, pues en ésta
y su única diferencia consiste en que cidad en dirección vertical no pue-
hay verdades que sobrepasan la mientras el segundo es "sentido", el den encontrarse nunca. Para respon-
comprensión, y por ello la filosofía
primero es una ejection o proyección der a esta objeción, se supone que
no puede, por ejemplo, llegar a un
del complexo de impresiones del yo. Epicuro forjó la doctrina llamada por
conocimiento positivo de la esencia
Esta realidad "eyectiva" posee, de Lucrecio del clinamen o inclinación
todos modos, una cierta objetividad. de los átomos. Consiste en suponer
En efecto, las impresiones del "yo" que los átomos experimentan una
no permanecen nunca aisladas, sino pequeña "desviación" que les permite
en indisoluble conexión con otros encontrarse. El peso, pondus, de los
complexos de impresiones. En primer átomos los empuja hacia abajo; la
lugar, y ante todo, hay los "objetos desviación, el clinamen, les permite
sociales" dentro de cuya trama está moverse en otras direcciones. Así, el
dado todo yo individual; en segundo clinamen es considerado como la
término, hay un mundo sin el cual inserción de la libertad dentro de un
el yo quedaría substancializado y, mundo dominado por el mecani-
por consiguiente, eliminado. Los pro- cismo. La doctrina en cuestión se
cesos "eyectivos" están sometidos, por halla expresada claramente en Lucre-
lo demás, a una evolución que recorre cio, De rerum natura, II, 289-93:
todos los órdenes de la naturaleza y sed ne mens ipsa necessum
que permite concluir que el último intestinum habeat cunctis in rebus
estadio es un complexo de impresio- agendis
nes conscientes. De ahí la teoría del et devicta quasi cogatur ferre pra-
"tejido mental" (mind-stuff) que tique,
constituye la trama última de la id facit exiguum clinamen princi-
realidad y que está destinado, al en- piorum
tender de Clifford, a resolver el dua- nac regione loci certa nec tempore
lismo de sujeto y objeto, de espíritu certo
y cuerpo, de conciencia y materia. (ed. Bailey, I, 250), es decir: "Mas
Lo que hay, así, últimamente, es lo que el espíritu mismo no haya de
"sentido", y lo "sentido" es lo en sí, estar dominado haciéndolo todo por
de lo cual emergen todos los dualis- una necesidad interna, y que no haya
mos, concebidos como divisiones arti- de estar obligado, como cosa con-
ficiales practicadas por la inteligen- quistada, a soportar pasivamente los
cia, pero sin que respondan a la acontecimientos, ello es efecto de esa
realidad de la cosa. Materia y psi- exigua desviación de los elementos
quismo son, por lo tanto, dos dife- principales, que no tienen que ir a un
rentes aspectos de "lo real". Pero lugar determinado en un tiempo fi-
como Clifford se inclina más a de- jado." El vocablo clinamen fue for-
terminar los caracteres de lo psíquico jado por el propio Lucrecio, y es en
por medio de los rasgos pertenecientes su texto uno de los a(/p ac lego/mena.
a lo físico que a la inversa, su Algunos autores creen que la doc-
metafísica es, en el fondo, un pampsi- trina en cuestión se hallaba ya en los
quismo con una base ontológica ma- textos esotéricos de Aristóteles, como
CLIFFORD (WILLIAM KING- terialista y evolucionista estrechamente respuesta que dio el Estagirita a sus
DON) (1845-1879) nac. en Exeter, afín a la doctrina de Spencer. propias objeciones contra el atomis-
y atributos de Dios. 301
CLI CLI COG
mo democriteano. Sin embargo, la que, según el filósofo francés (que pienso, luego existo (Je pense, donc
opinión hasta ahora más difundida seguía en este punto a Boutroux), se je suis; en el texto latino: Ego co-
es la que la hace proceder de Epi- halla en el fondo de todas las reali- gito, ergo sum sive existo], era tan
curo o de algún epicúreo. Cierto que dades. Otra defensa de la "consis- firme y estaba tan bien asegurada,
no se halla en la Carta a Herodoto tencia intelectual" de la doctrina del que no podían quebrantarla las más
donde se expone la doctrina física clinamen se halla en la obra de Cyril extravagantes suposiciones de los es-
(Cfr. H. Usener, Epicúrea, págs. 1-32), Bailey sobre Epicuro y los atomis- cépticos, juzgué que podía admitirla
pero C. Bailey señala que puede tas, al decir que los epicúreos lucha- sin escrúpulo como el primer prin-
ron consistentemente contra la con- cipio de la filosofía que buscaba."
haber estado en el comienzo del pá- cepción de un "destino opresor" y no
rrafo 43 —que no se ha conservado En las Meditaciones metafísicas (II;
sólo del "destino religioso", sino del A. T. VII 25) escribe: "De modo
por entero— o en algún otro párrafo "destino determinista" propugnado
perdido y que, en todo caso, hay por muchos filósofos naturales. Por que después de haber pensado bien
pruebas de ello en otras partes (por este motivo, intentaron buscar una en ello, y de haber examinado cui-
ejemplo, en Diogenes de Oinoanda, brecha que permitiese salvar la liber- dadosamente todas las cosas, hay que
fragmento XXXII, ed. Williams, col. tad del hombre sin por ello negar la concluir y tener por constante que
II, fin. El término griego es e) kklisij, validez de las leyes de la Naturaleza. esta proposición: Yo soy, yo existo,
y a veces pare/gklisij ). En época La opinión de Guyau se halla en La es necesariamente verdadera cada vez
reciente, Ettore Bignone, investiga- morale d'Épicure, 1878, Cap. II (págs. que la pronuncio o la concibo en mi
dor del "Aristóteles perdido", ha ma- 85-91). Hay trad, esp.: La moral de espíritu." Y en los Principios de la
nifestado que la formación de tal doc- Epicuro, 1907. — Las explicaciones de filosofía (I 7; A. T. VIII 7) indica
trina requirió un cierto tiempo, y Bailey, en The Greek Ato-mists and que "no obstante todas las suposi-
que se formó a base de la conjun- Epicurus, 1928, págs. 316 y sigs. — ciones más extravagantes, no podría-
ción de dos tesis afines: la doctrina El folleto de E. Bignone referido en el mos dejar de creer que esta conclu-
aristotélica, según la cual el movi- texto es: La dottrina epicurea del sión: Yo pienso, luego yo existo, no sea
miento de los cuerpos es de la misma "clinamen", sua formazione e sua verdadera, y, por consiguiente, la
especie que el movimiento del alma; y cronologia, in rapporto con la primera y más cierta que se presenta
polemica con le scuole avversarie. a quien conduce ordenadamente sus
la doctrina de Heráclides Pon-tico, Nuoce luci sulla storia dell'atomismo
según la cual los átomos son de pensamientos". Ahora bien, por la
greco, 1940. Las obras del mismo importancia de dicha tesis y por las
naturaleza psíquica y poseen movi- autor sobre la formación filosófica de
miento por sí mismos. Entre la atri- Epicuro y el llamado "Aristóteles muchas discusiones que se han
bución de espontaneidad completa a perdido" se hallan mencionadas en la suscitado en torno a ella dare-mos
los átomos y la completa negación bibliografía de Epicuro ( VÉASE ). algunas aclaraciones complementarias.
de ella, los epicúreos consideraron Unas (I) se refieren a sus antecedentes
CLITÓMACO de Cartago (187/6-
la doctrina del clinamen como una ra- 110/9) (escolarca de la Academia históricos, otras (II) a su significación
zonable tesis intermediaria, que per- nueva desde 129 ó 126 hasta 110 ó y a las dificultades que su aceptación
mitía conservar el materialismo —o, 109) tenía como nombre verdadero, ofrece.
mejor, dicho, corporalismo— del ato- según Diogenes Laercio (IV, 67), (I). Ya en época de Descartes
mismo democriteano, sin caer en las el de Asdrúbal. Hacia los cuarenta —como lo han investigado minucio-
dificultades de un determinismo com- años de edad, y tras haber profesado samente É. Gilson y L. Blanchet, a
pleto. en su ciudad natal, se trasladó a quienes seguimos en gran parte a
La teoría del clinamen ha sido juz- Atenas, donde fue discípulo de Car- este respecto— se hizo observar al
gada de muy diversas maneras. Ya néades, cuyas opiniones parece ha- filósofo que la proposición en cues-
Cicerón, en De fato, 45, De fin, I ber comentado extensamente. Sus es- tión tenía numerosos antecedentes. En
19 y De nat. deor, I 69 la consideró critos parecen haber proporcionado la época actual se ha llegado inclu-
como un expediente arbitrario, co- mucho material a Cicerón y a Sexto sive a hablar de una posible fuente
mo una "ficción pueril" —res ficta el Empírico y aun haber influido so- aristotélica del Cogito; Émile Bréhier,
pueriliter—, según dice en esta úl- bre ellos. Egon Braun, Rodolfo Mondolfo y Pie-
tima obra ( aunque en De fato, I, 23, H. Diels, Doxographi Graeci, 1879. rre-Maxime Schuhl se han referido a
reconoce que posee algún valor). En- Artículo de J. v. Arnim. sobre Clitó- varios textos de Aristóteles (por ejem-
tre los historiadores modernos, Ze- maco ( Kleitomachos, 1) en Pauly- plo: De sensu, VII 488 a 25 y Phys.,
ller (Geschichte, III, 3) contribuyó Wissowa. VIII 3, 254 a 22) en donde el Esta-
a difundir la opinión —que se halla COGITO, ERGO SUM. En el ar- girita mantiene que la autopercepción
en la mayor parte de tratadistas— tículo sobre Descartes hemos visto es acompañada del conocimiento de
de que la doctrina del clinamen tiene que la proposición usualmente cono- la propia existencia, y que la opinión
poca consistencia intelectual o se cida bajo la expresión Cogito, ergo (eleática) de que el movimiento no
desvía de la concepción general de- sum, y con frecuencia bajo el sim- existe implica una opinión —y, por
mocriteana (Cfr., por ejemplo, Win- ple término Cogito, es una de las consiguiente, un movimiento—, que
delband, Ges. der Phil, § 15, 4). tesis centrales de dicho filósofo. En existe. Sin embargo, los propios his-
Contra tales opiniones declaró Gu- el Discurso del Método (IV; A. T. toriadores citados (acaso con la excep-
yau que con la doctrina del clinamen VI 32) escribe, en efecto, Descartes: ción de Mondolfo) no han insistido
los epicúreos mostraron una profunda "Y observando que esta verdad: yo demasiado en la importancia para
comprensión del contingentismo Descartes de estos antecedentes. En
302
COG COG COG
cambio, los destacados ya en la época no sabe; si duda, juzga que no con- que el Cogito agustiniano no sea algo
de Descartes son importantes. El más viene dar temerariamente su consenti- accidental en su obra, sino que, co-
resonante de ellos es el de San Agus- miento. Quienquiera, pues, duda de mo señala Gilson, se haya repetido
tín. El P. Mersenne indicó a Descar- todo lo demás, no puede dudar de nada menos que cinco veces en sus
tes cuán parecido era su argumento al todas esas cosas, pues si no existiesen libros (además de los pasajes cita-
que consta (según el propio Descar- no podría dudar de nada." dos, otros dos a que Gilson se re-
tes precisó luego; Cfr. A. T., III 261) En diferentes respuestas a estas fiere en su Introducción a l'étude de
en De civitate Dei, de San Agustín, observaciones, Descartes no indicó Saint Augustin, 3a ed., 1949, págs. 53
Libro XI, cap. 26. San Agustín escri- si había ya encontrado tales pasajes y sigs.; De vita beata, II, 2, 7 y Do
bió allí lo siguiente: "Quid si falleris? anteriormente a sus propias fórmulas, vera religione, XXXIX). (3) El he-
Si enim fallor, sum", "Pues, ¿qué si sino que se limitó a poner de relieve: cho de que la doctrina agustiniana
te engañas? Si me engaño soy", una (a) Que mientras San Agustín se sir- no se hubiese interrumpido durante
proposición conocida usualmente bajo ve de sus argumentos para probar la la Edad Media (Juan Escoto Eri-
la expresión "Si fallor, sum", "Si certidumbre de nuestro ser —y, en el gena, Enrique de Auxerre, Hugo de
yerro, existo". Una observación aná- pasaje citado de De emítate Dei, San Victor, Guillermo de Occam,
loga se hizo al filósofo por autor hoy para mostrar que hay en nosotros Guillermo de Auvernia, Juan de Mi-
desconocido (A. T., III 247-8). En una imagen de la Trinidad—, él, recourt, Pedro de Ailly) y durante
las Cuartas Objeciones a las Medi- Descartes, se sirve de los suyos para el Renacimiento y comienzos de la
taciones Metafísicas (A. T., VII 197), dar a entender que el yo que piensa Edad Moderna (Pico della Mirandola,
Arnauld se refirió a otro texto de San "es una substancia inmaterial", "lo Gómez Pereira, los apologistas
Agustín en De libero arbitrio, Libro II, que —agrega— son dos cosas muy cristianos anti-escépticos y, sobre to-
cap. 3, n. 7, en el cual, a raíz de diferentes" (Carta fechada el 2 de do, como indica L. Blanchet, Cam-
preguntarse el Santo, como exordio noviembre de 1640; A. T., III 247-8). panella en su De sensu rerum y en
para la prueba de la existencia de Por lo tanto, San Agustín no hace la Universalis Philosophia), por no
Dios, si uno mismo existe, contesta: del principio "el mismo uso" que él, hablar de algunos árabes, como Avi-
"A» tu fortasse metuis, ne in hac inte- Descartes, hace (Carta a Mersenne cena, bien conocidos de los filósofos
rrogatione fallaris, cum utique si non del 25 de mayo de 1637; A. T., I, cristianos. De algunos de estos pre-
esses, falli omnino non posses", es de- 376). (b) Que no deja de alegrarle cedentes puede, ciertamente, afirmar-
cir: "¿Y si acaso temes engañarte en coincidir con San Agustín aun cuan- se casi con entera seguridad que no
esta pregunta? Pero si tú no existieras, do no sea sino para cerrar la boca eran conocidos de Descartes. Un
no podrías en modo alguno engañar- a los petits esprits que han tratado ejemplo es la frase "Nosco me ali-
te." Como indica Gilson, Arnauld apro- de "poner quisquillas a este princi- quid noscere, et quidquid noscit est;
ximó este texto a uno que se halla en pio" (Cfr. A. T., III 248 y Respues- ergo ego sum", "Conozco que co-
las Meditaciones metafísicas (II, A. T. tas a las Cuartas Objeciones, A. T., nozco algo, y todo lo que conoce
VII 25) sobre el problema de la 219). Todo ello ha dado motivo para es; por lo tanto, soy", que se halla
distinción entre el alma y el cuerpo. plantearse varios problemas. Unos son en la Antoniana Margarita, de
El mismo Arnauld, en carta a Des- netamente históricos y pueden cen- Gómez Pereira, y que ha sido citada
cartes del 3 de junio de 1648 (A. T., trarse en torno a la pregunta: ¿Cono- a este mismo respecto por Blanco Soto
V 186), indicó otro texto del agus- cía (o tenía presentes) ya Descartes (Festgabe Cl. Baeumker, 1913, pág.
tiniano De Trinitate, Libro X, cap. los pasajes en cuestión de San Agus- 371) y por L. Blanchet (obra citada
10, n. 12, donde, entre otros argu- tín y no hizo en su respuesta más en la bibliografía al final de este
mentos, consta el siguiente: "Vivere que seguir siendo, como ha dicho artículo). Pues aunque Menén-dez y
se tarnen et meminisse, et intelli-gere, Ortega y Gasset, "gran borrador de Pelayo señaló (Heterodoxos, Epílogo)
et velie, et cogitare, et scire, et sus propias huellas" (O. C., VI [1953], que Gómez Pereira "se adelantó al
judicare, quis dubitet? Quandoqui- 169 nota)? Los otros son sistemáti- entimema famoso", ello no implica
dem etiam si dubitai, vivit ; si dubitat cos y pueden centrarse en torno a la que haya habido directa influencia ni
unde dubitet, meminit; si dubitai, cuestión: ¿Cuál es el significado ver- siquiera que el "entimema" tuviera el
dubitare se intelligit; si dubitat certus dadero de la proposición cartesiana? mismo sentido en ambos autores. (Para
esse vult; si dubitat, cogitai; si Debatiremos brevemente el últi- una cuestión paralela, véase ALMA
dubitat, scit se nescire; si dubitat, mo punto en la sección (II) del pre- DE LOS BRUTOS.) De otros
judicat non se temere consentire op- sente artículo. En cuanto al prime- precedentes, en cambio, no puede
portere. Quisquis igitur aliunde du- ro, las opiniones están divididas en- afirmarse con el mismo grado de
bitat, de his omnibus dubitare non tre quienes hacen francamente de certeza la ignorancia de Descartes.
debet: quae si non essent, de ullat Descartes un agustiniano, por lo me- (4) El hecho de que Descartes se
re dubitare non posset"; es decir: nos en este punto capital, y quienes hallara en estrecha relación y aun
"¿Quién puede dudar que vive, re- declaran que no hay vínculos de nin- bajo la influencia del P. Mersenne y
cuerda, comprende, quiere, piensa, guna clase entre las dos doctrinas. del Cardenal de Bé-rulle y, por lo
sabe y juzga? Tanto más cuanto que Los primeros se apoyan en varias tanto, ligado a las tendencias
si duda, vive; si duda por qué duda, razones. Mencionaremos cinco. ( 1) claramente agustinianas del Oratorio.
recuerda; si duda, comprende que La citada tendencia, que consideran (5) El hecho de que argumentos
duda; si duda, quiere estar cierto; sospechosa, de Descartes, a no indi- semejantes fueran empleados con
si duda, piensa; si duda, sabe que car sus "fuentes". (2) El hecho de frecuencia para rebatir opinio-
303
COG COG COG
nes de los escépticos (el propio San esta fundamental concepción pueden de yo o reflexivo o cogito al de la
Agustín empleó también el Cogito acentuarse aspectos distintos. Mer- existencia: Santo Tomás de un modo
con este propósito). Los segundos, leau-Ponty, por ejemplo (Cfr. Bulle- claro y directo; Descartes, de un mo-
en cambio, es decir, los que nie- tin de la Société Française de Phi- do mediato.
gan que haya vínculos entre San losophie, 1947, 129-30), ha indicado Las objeciones suscitadas por el
Agustín u otros precedentes, y Des- que ofrece los tres siguientes: (1) El principio cartesiano son múltiples.
cartes, señalan —como ya hizo Pas- Cogito equivale a decir que cuan- Muchos escolásticos argüían que el
cal— que el uso hecho del Cogito do me aprehendo a mí mismo me Cogito no puede ser un primer prin-
por los dos pensadores es tan distinto, limito a observar un hecho psíqui- cipio en el sentido en que pueda
que no puede hablarse de coin- co. Esta significación predominante- serlo el principio de contradicción,
cidencia ni de influencia. Esta es, mente psicológica es la que aparece sobre todo a la luz de una de las
por ejemplo, la opinión de Ortega en el propio Descartes al decir éste pretensiones del principio cartesiano:
y Gasset cuando indica (op. cit., que estoy cierto de existir todo el el ser apodíctico. Otros señalaban que
168-9, nota) que las coincidencias tiempo que pienso en ello. (2) El en el razonamiento de Descartes hay
entre Descartes y el Padre de la Igle- Cogito puede referirse tanto a la una falla: la supresión de la premisa
sia permiten ver "con mayor eviden- aprehensión del hecho de que pienso mayor. 'Todo lo que piensa, existe',
cia que se trata de dos tesis filosófi- como a los objetos abarcados por este a la cual debería seguir la premisa
cas completamente distintas". "Bas- pensamiento. En tal caso el Cogito menor, 'Yo pienso', y la conclusión,
taría para rechazar esa filiación ha- no es más cierto que el cogitum. Esta 'Por lo tanto, yo existo'. Descartes
cerse cargo de que las frases de San significación aparece en Descartes mismo contestó ya a las dos objecio-
Agustín estaban ahí desde hacía tre- cuando considera en las Regulae el nes, las cuales son de naturaleza for-
ce siglos patentes a todos, sin que se esse como una de las verdades evi- mal, y siguen siendo empleadas por
de esa fuente manase el Cogito dentes simples. (3) El Cogito puede los escolásticos. Hay otras objeciones
—¡qué casualidad!— hasta el dece- entenderse como el acto de dudar de distinta índole de las cuales nos
nio de 1620." Como se advierte, los por el cual se ponen en duda todos limitaremos a mencionar tres. La pri-
primeros aducen sobre todo testimo- los contenidos, actuales y posibles, mera es la de que podría decirse con
nios históricos; los segundos (siguien- de mi experiencia, excluyéndose de la misma justificación, "Yo respiro,
do al propio Descartes) se apoyan la duda al propio Cogito. Es la sig- luego yo existo" que "Yo pienso,
en razones de contenido de la doctri- nificación que tiene el Cogito corno luego yo existo". La respuesta dada
na. Frente a unos y a otros hay auto- principio de la "reconstrucción" del a ella consiste en mostrar la ilegitimi-
res que buscan una tesis intermedia, mundo. Aunque todos estos sentidos dad de considerar el respirar como
sosteniendo (como Gilson) que aun- aparecen en Descartes (3) es el prin- una operación tan irreductible como
que no puede negarse la importancia cipal y el que la tradición sobre to- el pensar. La segunda es la de que
de los argumentos agustinianos y de do ha subrayado. Junto a la distin- no es legítimo pasar de la afirma-
quienes los adoptaron o transforma- ción entre estos sentidos del Cogito ción, "Yo pienso", a la afirmación,
ron, hay de todos modos diferencias ergo sum hay que mencionar la dis- "por lo tanto, yo soy una cosa pen-
entre los dos grandes filósofos. Por tinción entre los diversos sentidos sante", es decir, de un acto a una
lo pronto, las hay en la propia fór- del cogitarse. Usualmente se inter- substancia. El motivo de ese paso
mula empleada. Luego, en el hecho preta en un sentido intelectual. Pero ha sido atribuido al supuesto subs-
de que los supuestos teológicos que en el espíritu de Descartes —y en la tancialista de la filosofía de Descar-
habían orientado a San Agustín pare- raíz etimológica del vocablo— tes. La tercera se refiere principal-
cen casi completamente ausentes en cogitare significa cualquier acto psi- mente al alcance del Cogito. Se ha
Descartes. Finalmente, en el hecho cológico, con tal que pertenezca de hecho observar, en efecto, que la
de que la metafísica de Descartes es un modo directo a la realidad de lo seguridad de mi existencia dada por
una metafísica de lo inteligible, que íntimo, como distinta a la realidad el mismo es válida únicamente en
desemboca en el mecanicismo, mien- de las substancias extensas. En este tanto que y mientras pienso. Esta
tras la de San Agustín es una meta- sentido puede admitirse la tesis de condición ya fue indicada por Des-
física de lo concreto, que desemboca J. de Finance, cuando compara el cartes al escribir en la Meditación
en el "animismo", esto es, en el "in- Cogito de Descartes con la reflexio Segunda: "Otro [atributo del alma]
timismo". de Santo Tomás. Ambos son actos es el de pensar; y aquí hallo que el
(II) Esto nos lleva a dilucidar el mediante los cuales se afirma y re- pensamiento es un atributo que me
significado del Cogito antes de in- conoce el pensamiento, en su natura- pertenece; sólo él no puede ser des-
dicar algunas de las objeciones susci- leza propia, como algo distinto de ligado de mí. Yo soy, yo existo: esto
tadas. Hemos visto ya cuál es la opi- los demás entes. Pero mientras en es cierto, mas, ¿para cuánto tiempo?
nión del propio Descartes al respec- Descartes —escribe de Finance— la A saber, tanto tiempo como pienso,
to: no se trata sólo, en efecto, de distinción es ontológica y se hace del pues podría acaso ocurrir que si de-
hallar una proposición apodíctica que yo una substancia separada, en Santo jara de pensar dejaría al mismo tiempo
sirva de firme roca al edificio de la Tomás el yo sigue vinculado an- de ser o de existir." Pero Descartes
filosofía, sino también de probar "la tològicamente al resto de los entes. no consideraba que esto destruía su
distinción real entre el alma y el El punto común que hay entre ellos conclusión principal: el afirmar que
cuerpo", como dice en el título a es, pues, que tanto Santo Tomás soy una cosa pensante.
la Meditación Sexta. Pero dentro de como Descartes pasan del concepto Nietzsche decía (Jenseits, § 16)
304
COG COH
que en la sola afirmación "Yo pien- cial. No se trata, consiguientemente,
so' hay un mundo de problemas que como Cohen hace notar con frecuen-
el metafísico no puede resolver; se cia, de una negación del mundo exter-
supone que soy yo el que piensa, no. Esta negación, que es una posi-
que debe haber por fuerza alguien ción metafísica, no entra dentro del
que piensa, que el pensar es una marco de la teoría idealista del cono-
actividad realizada por un ser que cimiento más que cuando, partiendo
suponemos es la causa del pensa- de un inexistente dualismo entre la
miento, que hay un 'ego' y que sé COHEN (HERMANN) (1842- conciencia y el ser, se pasa al idea-
lo que es. Por lo tanto, la afirmación 1918) nac. en Coswig, profesó en la lismo subjetivista. La filosofía de
'Yo pienso' supone tantas cosas que Universidad de Marburgo, donde Cohen es formalmente enemiga de la
no puede ser considerada como una sucedió, en 1876, a F. A. Lange. metafísica; el hecho de que muchas
certidumbre inmediata, de tal modo Trasladado a Berlín en 1912, resi- proposiciones metafísicas se hayan in-
que el filósofo a quien se le afirma dió en la capital hasta su muerte. sertado dentro de ella no es recono-
tal cosa no tendrá más remedio que Fundador de la llamada Escuela de cido por su autor, quien estima su
admitir que cuando otro dice 'Yo Marburgo ( VÉASE ) y figura máxima objetivismo como el mayor ataque
pienso' está probablemente en lo del neokantismo, sus primeros trabajos que se haya dirigido contra toda pre-
cierto, pero que no puede suponerse consistieron en exposiciones y acla- tensión trascendente. Basado en esta
que esto sea forzosamente algo cierto. raciones de la doctrina kantiana. La posición, Cohen hace girar todo su
aparición, en 1902, de la primera sistema alrededor de la noción de la
parte de su Sistema de filosofía, par- conciencia pura y divide el conjunto
cialmente anticipado en sus anteriores en una lógica del conocimiento puro,
obras, constituyó la consagración del que es primordialmente una elabora-
neokantismo en su aspecto idealista ción de las categorías del conoci-
objetivo o idealista crítico. Cohen se miento físico-matemático y una reafir-
propone desarrollar hasta sus últimas mación del ideal de la ciencia como
consecuencias el método trascendental conocimiento infinito; en una ética
kantiano y atenerse, por lo tanto, más de la voluntad pura, apoyada en la
al espíritu que a la letra del idea kantiana del deber, y en una
kantismo; su orientación fundamental estética del sentimiento puro, es decir,
se halla determinada por el propósito en una dilucidación de las catego-
de considerar filosóficamente el rías correspondientes a las formas
conjunto de la cultura, que para emotivas de la conciencia. La ló-
Cohen se cifra en la ciencia —por gica es a la vez la teoría del conoci-
la cual entiende principalmente el miento; es una lógica gnoseológica
saber natural, físico y matemático—, y en parte metafísica que supone, de
en la ética y en la estética, reli- acuerdo con su pensamiento funda-
gadas por la unidad de la concien- mental, la absoluta y perfecta ra-
cia. El idealismo de Cohen no equi- cionalidad de lo real; la ética es una
vale a un mero idealismo subjetivo; ciencia formal de las categorías mora-
de acuerdo con su interpretación de les; la estética, una ciencia formal
Kant, Cohen hace del idealismo una de las categorías del sentimiento
dirección enteramente objetiva, una puro. La unificación de estos tres
filosofía en la cual el problema de la territorios por la psicología no debe
dualidad del pensamiento y del objeto ser entendida como un intento de
queda resuelto por su identificación. englobar las tres partes en una cien-
Mientras Kant había distinguido entre cia superior, pues la psicología es
lo dado y lo puesto, Cohen admite concebida simplemente como la cien-
solamente lo puesto, pero éste cia del hombre "en la unidad de su
equivale, más bien que al acto conciencia cultural". De este modo,
subjetivo del pensar, al contenido el sistema de Cohen se halla pene-
objetivo del pensamiento, que de trado enteramente por un racionalis-
este modo se convierte en fundamento mo que no sólo rechaza la sensibili-
del objeto. El pensamiento no es para dad y la intuición como órganos del
Cohen el producto de una actividad conocimiento, sino que efectúa con
subjetiva; es la estructura interna del frecuencia un tránsito de la pura
objeto de la ciencia, el contenido de afirmación de la necesaria racionali-
la conciencia y a la vez el del ser. Por dad del conocimiento científico a la
lo tanto, si el ser es el pensamiento, necesaria racionalidad de lo real. Por
también el pensamiento es aquello una de sus partes esenciales, la filo-
que se halla puesto en el ser por sofía de Cohen se enlaza, pues, con
constituir su contenido esen- el viejo racionalismo; por otra, se
305
COH COH COH
vincula con el naturalismo y, a través COHEN (MORRIS RAPHAËL) para la adscripción de algo a la rea-
de él, con el positivismo (véase (1880-1947), nac. en Minsk, trasla- lidad. Una especie de teoría de la
NEOKANTISMO). Las orientaciones de dado muy joven a EE. UU., profesor compensación, unida a una doctrina
Cohen, que fueron proseguidas, cier- en el City Collège de Nueva York, re- de las composibilidades, en el sentido
tamente con mucha libertad, por sus chazó tanto el dogmatismo apriorista de Leibniz, parece estar en la base
discípulos de la Escuela de Marburgo, como el escepticismo empirista. Ni del mencionado polarismo. A ellas se
representan el punto culminante del uno ni otro pueden, a su entender, agregan un "tychismo" de signo
intelectualismo naturalista. De acuer- dar razón tanto de la regularidad de parecido al de Peirce (véase AZAR) y
do con ello, los trabajos realizados los procesos reales como de la posi- un pluralismo por medio del cual la
por el propio Cohen y sus continua- bilidad de su inteligibilidad. El puro existencia de las invariantes lógicas
dores en la esfera de la historia de ¡nacionalismo debe, sin embargo, ser no significa la supresión de las
la filosofía y de la crítica de las cien- también rechazado; si se admite la novedades contingentes. Naturalismo
cias tienden a mostrar cierta conti- existencia de algo irracional será sólo, y racionalismo se unen siempre, en
nuidad del idealismo objetivo a través afirma Cohen, como uno de los polos todo caso, para no disolver lo real
de la historia del pensamiento occi- necesarios de la realidad. De lo con- ni en lo formal ni en lo místico,
dental, y particularmente desde Pla- trario, todo lo real sería puramente para centrarlo en "lo natural", y ello
tón, enderezada a la formación de la formal y se eliminaría la relativa im- no sólo en lo que toca a la realidad
"verdadera ciencia", es decir, de la penetrabilidad de lo existente. El pen- física y mental, sino también a la
ciencia natural matemática. samiento de Cohen se va acercando realidad social y legal, que ha consti-
de este modo, a través de un proceso tuido una de las preocupaciones cen-
casi dialéctico de admisiones y ne- trales de M. R. Cohen.
gaciones, a una actitud que él mismo
ha calificado de realismo lógico, de
racionalismo realista, de relativismo
relacionista y, finalmente, de natura-
lismo racionalista. Lo característico
de esta posición es la afirmación de
las invariantes constituidas por las
puras relaciones lógicas y matemá-
ticas. Mas esta invariabilidad, con la
que se destruye el empirismo escép-
tico, no apoya el apriorismo clásico
de la "autoevidencia" de las verdades.
Por eso puede decir Cohen que 'las
relaciones matemáticas y lógicas for-
man la substancia inteligible de las
cosas" (Reason and Nature, 1931,
pág. 230) sin por ello suponer que las
cosas son racionalmente engendradas.
Se trata, pues, en último término, de
un naturalismo de carácter funciona-
lista, de un realismo logicista más
bien que de un logicismo formalista.
A ello contribuye también la defensa
del llamado principio de polaridad,
el cual no consiste, sin embargo, ni
en una dialéctica del concepto, ni en
un proceso puramente empírico, ni
en un vago eclecticismo. El prin-
cipio de polaridad afirma que ni la
causalidad ni la razón suficiente bas-
tan para la determinación por lo
menos conceptual de los fenómenos; COHERENCIA (LEY O PRINCI-
toda determinación supone la contra- PIO DE). Véase CATEGORÍA.
posición o, mejor dicho, la confluencia COHN (JOÑAS) (1869-1947) nac.
de elementos opuestos. Estos elemen- en Görlitz, profesor en Friburgo i.
tos no engendran por sí mismos la B., ha trabajado al principio en es-
realidad ni tampoco, a diferencia de trecha relación con las orientaciones
Hegel, los contrarios llegan a ser ab- de la escuela de Badén (VÉASE), espe-
sorbidos y superados. Lo que sucede cialmente las de Rickert, pero su cre-
más bien es que la persistencia mis- ciente aproximación a los supuestos
ma de la contrariedad es necesaria del pensamiento hegeliano lo ha co-
306
COH
locado cada vez más fuera del marco
de una investigación filosófica de ín-
dole preponderantemente metodológi-
ca y axiológico-crítica. Esto se revela
ya en su idea de la lógica. Como el
propio Cohn señala en la autoexposi-
ción de su pensamiento (págs. 69 y
siguientes), ha habido en su trabajo
dos intereses principales. Por un lado,
ha intentado mostrar que toda cien-
cia del valor tiene que buscar su
camino mediante la lógica, y esto,
señala Cohn, por dos razones: porque
la lógica —en la cual está incluida
la teoría del conocimiento— es la
única ciencia que puede demostrar
por sí misma su propia validez, y
también porque toda ciencia del valor
debe aclarar su propio fin y sus pro-
pios límites, esto es, su propia lógica.
Por otro lado, ha intentado analizar
el sentido de la época, lo que ha im-
plicado el examen general de cues- CO-IMPLICACIÓN, COMPLICA-
tiones histórico-filosóficas y última- CIÓN. Ortega y Gasset ha introdu-
mente valorativas. De ahí una serie cido estos términos (en particular el
de investigaciones relativas al juicio, último, usado como contracción del
al pensamiento, al valor y, finalmente, primero) para designar un modo de
a lo que Cohn llama el "yo ideal". En COIMBRA (LEONARDO) (1883- relación entre pensamientos distintos
lo que toca al juicio, su investigación 1936), nac. en el distrito de Felguei- del de la implicación ( VÉASE ). Se-
lo condujo a lo que llamó la doctrina ras (Portugal), profesó en la Universi- gún dicho autor (Cfr. Origen y epí-
del "utraquismo", según la cual la dad de Oporto. En oposición al ma- logo de la filosofía, 1960, especial-
disociación producida en el juicio terialismo y al formalismo, Coimbra mente págs. 15-6), hay dos modos
entre la forma y el contenido del concibe el pensamiento no como una de estar ligados los pensamientos con
pensar, entre lo perteneciente al forma ni como una substancia, sino evidencia: el modo por el cual un
pensamiento y lo ajeno o extraño a como una actividad que engendra al pensamiento está implícito en otro
él, queda resuelta por medio de la mismo tiempo la forma y la materia, —lo cual significa que este último
síntesis unificante de la verdad. Pero, como un absoluto cuyo ser consiste implica el primero—; y el modo por
a su vez, la unidad radical de tal en su capacidad de creación. El crea- el cual un pensamiento co-implica (o
dualidad es lo que constituye, según cionismo muestra, según Coimbra, la complica ) otro. En el primer caso, te-
Cohn, "el fenómeno primario del insuficiencia de toda concepción ate- nemos una implicación lógica (en un
conocimiento". Por eso la base de nida únicamente a la experiencia o a sentido muy amplio de esta expre-
toda unificación es el yo que conoce. la idea, pues la tesis del pensamiento sión); en el segundo caso, tenemos
Ahora bien, este yo debe ser consi- como absoluto creador del mundo, una complicación. El primer modo de
derado, al entender de Cohn, como como fundamento de toda oposición pensar es analítico; el segundo es sin-
algo distinto de una realidad meta- entre el sujeto y el objeto, entre el tético o dialéctico. "En una serie dia-
física. O, mejor dicho, lo metafísico espíritu y la Naturaleza, permite re- léctica de pensamientos —escribe Or-
que en él haya no pertenece a la ducir a unidad lo que se presenta tega—, cada uno de éstos complica e
naturaleza de la cosa y de lo estático, en apariencia como antinómico y mu- impone pensar el siguiente", sin que
sino a la del poder y de lo dinámico. tuamente irreductible. Pero el pensa- ello signifique que implica lógica-
En la unidad del yo se unifican a su miento creador no es únicamente la mente el siguiente. Ejemplo de pen-
vez la verdad y el valor, y ello de conciencia, sino lo que da su origen sar sintético o dialéctico en el cual
tal modo que su existencia real es a la conciencia, aquello que, unido hay complicación es éste: si pensa-
una existencia dialéctica. La dialéc- indisolublemente a la vida, hace que mos un esferoide, no tenemos más re-
tica concreta y no, como en Hegel, todo ser, aun el que más sumido esté medio que pensarlo con el espacio en
lógica, de la realidad representa la en la materia, pueda cobrar concien- torno, aunque la idea de "espacio en
culminación de este proceso, el cual cia de sí mismo y, con ello, conciencia torno" no estuviese lógicamente im-
abarca de esta manera toda la reali- de su radical unidad, de su simpatía plicada en la idea de esferoide.
dad, incluyendo la concreta y la vital y amorosa con el resto del Según Julián Marías (Introducción
ideal; su raíz última será por ello, universo. a la filosofía, 3a ed., 1953, § 41, pág.
más que la realidad en el senti- Obras principales: O Criacionismo, 166), el pensamiento mediante com-
do habitual del término, la auten- 1902. — O pensamento criacionista,
1914. — A morte, 1913. — A luta plicación aparece claramente en la
ticidad. idea husserliana de esencia. "Las
pela immortalidade, 1916. — A Ale-
307
COI COL COL
esencias' —escribe dicho autor— es- Whewell un mero resultado de la salis apareció en 1713, pero ya en
tán constituidas por la totalidad de observación; se requería una interpre- 1703, escribe Collier, llegó a las mis-
las notas unidas entre sí por Funda- tación —una interpretatio naturae, en mas conclusiones, las cuales, como es
ción o Fundierung, es decir, de tal el sentido de F. Bacon— atenta a probable, fueron notablemente influi-
suerte que una nota complica la otra, los hechos. Usando la comparación das por Malebranche. Éstas indican
la requiere para ser, pero sin impli- establecida por R. Bianche en la que la materia no tiene existencia in-
caría, esto es, sin que la segunda este obra sobre Whewell mencionada en dependiente del espíritu, de tal mo-
incluida en la primera." Ejemplo: la la bibliografía sobre este pensador, do que nuestras percepciones son
extensión no está implicada por el diremos que el científico se sitúa efectos de la voluntad de Dios. Col-
color, pero está "complicada" con él. ante los hechos como el paleógrafo lier no quiere adherirse al escepti-
COINCIDENTIA OPPOSITORUM. ante una inscripción cuyo sentido ig- cismo del que sostiene que las cosas
Véase CUSA ( NICOLÁS DE ), OPOSI - nora. La inscripción aparece por lo vistas no existen (Clavis, Introduc-
CIÓN. pronto como un conjunto de pro- ción), y afirma que su investigación
COLECTIVO se llama al concepto cesos físicos que se convierten en no concierne a la existencia, sino a la
que se refiere a un conjunto o clase enunciados con sentido solamente extra-existencia de ciertas cosas y ob-
(VÉASE) de objetos, es decir, al con- cuando el espíritu del paleógrafo se jetos: "lo que afirmo y defiendo —es-
cepto "que se refiere a un todo cons- pone en actividad. Esta actividad es cribe— no es que los cuerpos no exis-
tituido por una pluralidad de objetos la coligación, la cual, sin embargo, ten o que no existe el mundo externo,
homogéneos" (Pfänder). Lo colecti- no se reduce a los procesos superio- sino que ciertos cuerpos que se supo-
vo es, pues, una totalidad o un con- res del espíritu, sino que tiene lugar nen existentes no existen eternamente
junto en el que concurren la singula- en la simple percepción, en la cual o, en términos generales, que no hay
ridad y la generalidad. El término se religan o coligan grupos de impre- un mundo exterior" ( loc. cit. ). La vi-
'colectivo' y sus derivados —colec- siones. En cierto modo cabe compa- sión de los cuerpos, su "cuasi-
tivismo, colectivización, etc.— se em- rar, pues, la doctrina de Whewell exterioridad" es, así, tanto efecto de
plean sobre todo en psicología y sobre la coligación con la doctrina de la voluntad de Dios como condición
sociología, ya sea para designar la Kant sobre la actividad categorizado- necesaria de su visibilidad. La depen-
llamada conciencia colectiva o con- ra del entendimiento, especialmente dencia en que los cuerpos se hallan
ciencia de un conjunto de individuos en lo que ésta tiene de unificadora. del espíritu humano es entonces el
unidos por caracteres comunes o, A diferencia de Kant, sin embargo, reflejo de esta su situación en Dios.
mejor dicho, dotados de reacciones Whewell concibe la coligación como Por eso dice Collier que pueden existir
comunes, o bien para expresar una algo que se forma en el proceso de mundos infinitos aun sin existir un
forma de socialización que tiende a la actividad del científico y no como solo espíritu; tal existencia, empero,
dar importancia a las manifestacio- un sistema categorial que puede des- es una existencia completamente
nes y aun al ser de la comunidad cubrirse en el sujeto trascendental. distinta de la de la pura exterioridad.
sobre los que corresponden a los in- Como indica Lalande en la obra Collier examina en una primera
dividuos componentes. La investiga- sobre la inducción y la experimenta- parte de la obra el problema del
ción sobre lo colectivo en dichas ción citada en la bibliografía sobre mundo visible y de su significación,
ciencias se basa, por lo pronto, en este pensador, la coligación se en- respondiendo a varias objeciones que
el concepto de totalidad, complejo o tiende con frecuencia en el sentido manifiestamente ignoran el sentido
estructura, según el cual la reunión de una inducción completa. Este uso del problema. En una segunda parte
de individuos en un todo no es sólo no corresponde al sentido que daba intenta demostrar, en nueve
un agregado, sino un conjunto orgá- Whewell a la coligación, sino que argumentos, la imposibilidad de la
nico. En la filosofía política el colec- procede de la interpretación dada a exterioridad pura del mundo. El
tivismo se opone frecuentemente al ella por J. S. Mill, el cual criticó en pensamiento de Collier estaba vincu-
individualismo, oposición sin duda su Lógica (III, i y ii) muchas de lado, desde luego, al problema de la
vaga donde no se tienen en cuenta las ideas de Whewell acerca de la relación entre las realidades pensantes
las múltiples significaciones de cada inducción científica, pero a la vez y extensas, y entre ellas y Dios, tal
uno de los términos y que designa se apropió varias de ellas. Para J. S. como había sido planteada por Des-
habitualmente una actitud polémica Mill, como señala Lalande, la coliga- cartes y, sobre todo, por Malebran-
acerca de los valores más estimables ción no se reduce a la inducción che, así como por el defensor de
dentro de una sociedad. completa, pues mientras la coligación Malebranche contra Locke, John No-
COLIGACIÓN (colligation) llama- no es siempre una inducción, toda rris, contemporáneo de Collier y a
ba W. Whewell en el Novum Orga- inducción es una coligación. quien éste se refiere en su citado
num Renovatum (II, iv, 1), o segun- COLLIER (ARTHUR) (1680- escrito.
da parte de la tercera edición de su 1732), nac. en Langford Magna, o El título completo de la obra de
obra sobre la filosofía de las ciencias Collier es: Clavis Universalis or a
Steeple Langford, cerca de Salisbury, New Inquiry ofter Truth, Being a
inductivas, al acto intelectual por me- defendió, aparentemente con inde- Demonstration of the non-Existence,
dio del cual se establece "una co- pendencia de Berkeley —cuyas ideas, or Impossibility, of an Esternal World,
nexión precisa entre los fenómenos señala Collier, fueron conocidas por 1713. En 1756 fue traducida al ale-
dados a nuestros sentidos". La coli- él sólo posteriormente—, un inmate- mán por Eschenbach; una edición,
gación —o, más exactamente, coliga- con otros folletos de la época, se
rialismo muy parecido al del autor de hizo en 1837 por S. Parr. Edición con
ción de los hechos— no era para
Hylas y Filonous. La Clavis univer-
sos
COL COM
realidad; la religión, en la ignorancia parte de su pensamiento. Pero lo
del pensamiento; la ciencia, en la ig- histórico no se detiene, desde luego,
norancia del hecho. Pero con el reco- en la historia propiamente tal, en la
nocimiento del hecho se reconoce metafísica y en la vida "circular" y
todo lo que es real en algún sentido. "dialéctica" del espíritu; ella alcanza
El hecho, tal como está histórica- asimismo, y en proporción considera-
mente determinado, es el objeto ab- ble, a la misma idea de la Natura-
soluto" (op. cit., VI, 3; pág. 218). leza. Ésta no es entonces simplemente
Ahora bien, si lo Absoluto aparece el conjunto de las cosas naturales; en
bajo la forma del universal concreto, todo caso, estas cosas no pueden ser
el conocimiento histórico será un co- vistas ni comprendidas si no es desde
nocimiento de un mundo infinito de una idea de la Naturaleza que resulta
hechos y, por ende, un conjunto infi- ser a su vez una idea histórica. Con lo
nito de pensamientos. La dialéctica cual, según Collingwood, en lugar de
nos conduce, una vez más, a la im- relativizarse, la naturaleza adquiere
posibilidad de lo que parecía eviden- una mayor objetividad y plenitud. En
COLLINGWOOD (ROBIN GEOR- otros términos, la idea de la
GE) (1889-1943) nac. en Cartwell te. Pero sólo la busca del funda-
mento del conjunto infinito concreto Naturaleza no se da si no es a
Fell (Inglaterra), "Fellow" en Pem- través de una concepción histórica, no
broke Collège (Oxford) y luego pro- nos permite superar el estadio ante-
rior. Esta busca nos conduce justa- habiendo, por consiguiente, una
fesor de Metafísica en Magdalen Co- Naturaleza idéntica, previa a toda
llège (también en Oxford), inició su mente a la filosofía, donde el ciclo
consideración de ella y de la cual
meditación filosófica con lo que lla- dialéctico se cierra, no por agota- sus posibles ideas no fueran sino de-
maba una revisión crítica de las prin- miento de todos los objetos, sino por terminados y parciales puntos de vis-
cipales formas de la experiencia hu- el conocimiento de ellos a través del ta. Por eso la historicidad es un ca-
mana. Un "Nuevo tratado de la na- autoconocimiento del espíritu. Este rácter fundamental de lo real, y por
turaleza humana" debía constituir, espíritu no es, sin embargo, una idea, eso sólo a través de una idea o inter-
pues, su fundamento. Tal revisión se sino, a su vez, una radical experien- pretación histórica es accesible, y no
realizó al hilo de un nuevo idealismo cia. De ahí que su descripción equi- sólo cognoscitivamente, la realidad.
(bien que el autor desdeñara tal nom- valga a su vivencia; de ahí que el
bre); no sólo rechazaba Collingwood conocimiento de sí mismo sea la re-
las tesis realistas, sino que intentaba petición del vivir de sí mismo.
mostrar los endebles supuestos de Una metafísica, una filosofía de la
ellas. En verdad, el examen de las Naturaleza, de la historia, del arte y
formas de la experiencia humana de la vida social humana son con-
—examen más descriptivo que pro- secuencias inevitables de ese mo-
piamente especulativo— nos conduce vimiento cognoscitivo y vivido del
a considerar circularmente y, hasta espíritu. Collingwood admite la me-
cierto punto, dialécticamente la vida tafísica, pero no como una ciencia
del espíritu y, por lo tanto, el "mapa del puro ser, no como una ontología,
del conocimiento". Collingwood con- sino como saber de algo concreto.
sidera que el campo de la experiencia Esta realidad concreta son las supo-
se divide en varias zonas: arte, reli- siciones, presuposiciones o supuestos
gión, ciencia, historia, filosofía. Cada (véase SUPUESTO), y ello de tal modo
zona es una "actividad del espíritu que la metafísica se convierte en
cognoscitivo" (Spéculum mentis, II "ciencia de las presuposiciones abso-
lutas" (An Essay on Metaphysics COMO SI. Véase FICCIÓN, VAIHIN-
pág. 39). Cada una es un "error", esto GE R ( HAN S ),
es, un momento parcial de la verdad. pág. 32). Collingwood combate desde
este punto de vista el neo-realismo COMPARACIÓN. Véase METÁFO-
Cierto que al alcanzar la historia pa- RA.
recemos llegar a un punto donde la y el analitismo, señalando que el
pensar sobre el cual éstos ejecutan COMPASIÓN. Este término tiene
unificación se hace posible. En efecto,
sus análisis es un pensar de grado una significación afín a varios otros
la historia es una forma de experiencia
inferior, y que todo análisis es, en vocablos: 'piedad', 'misericordia',
cuyo objeto es la realidad concreta.
último término, análisis metafísico. 'conmiseración', 'clemencia' y hasta
"El objeto de la historia —escribe
Ahora bien, tales supuestos son, en 'simpatía' y 'benevolencia', en tanto
Collingwood— es el hecho en cuanto
rigor, supuestos "históricos", por lo que todos se refieren a un sentimiento
tal" (op. cit., VI, 2; pág. 211). Y, a su
cual la propia metafísica se hace en común en el cual se participa de
vez, el mundo del hecho es el objeto
"ciencia histórica" (op. cit., pág. 49). una emoción ajena, y en la mayor
absoluto. Ninguna actitud del espíritu y
La consideración de lo histórico se parte de los casos de una emoción
ninguna faceta de la experiencia
va convirtiendo de este modo en el suscitada por un dolor o una pena.
serían, así, ajenas a la historia. O, para
tema central de la filosofía de Coll- No pueden usarse indistintamente.
decirlo en la misma concentrada
ingwood, cuyas obras propiamente Sin embargo, en una historia del
fórmula del filósofo: "El arte se basa
históricas llegan también a formar concepto de compasión podrían
en la ignorancia de la
309
COM COM COM
incluirse varios de los demás concep- mo y para la compasión como mise- conduce a la negación de la voluntad
tos citados, especialmente los de pie- ricordia. de vivir, siendo el acto que precede
dad, misericordia, conmiseración y, en Descartes examinó la compasión a la negación misma. La compasión
parte por lo menos, benevolencia. He- (la pitié) como una de las "pasiones supone la identidad de todos los se-
mos consagrado un artículo especial del alma". "La piedad es una espe- res, el hecho de que el dolor produ-
al concepto de simpatía ( VÉASE ). cie de tristeza mezclada de amor o cido por la Voluntad en su camino
Aquí nos limitaremos a señalar varios de buena voluntad hacia los que ve- hacia la Conciencia última y defini-
significados básicos de 'compasión' mos sufrir algún mal del que los con- tiva no sea un dolor perteneciente ex-
teniendo en cuenta que se han usado sideramos indignos" (Les passions de clusivamente al que lo padece, sino
también para estos significados otros l'âme, § 185). La simpatía (o pie- a todo ser.
términos, especialmente piedad (pie- dad) es lo contrario de la envidia. En la mayor parte de los autores
tas) y conmiseración (commiseratio). Los más dignos de piedad son los se ha tendido a dar una definición,
La compasión —o, mejor, piedad más débiles, y los más piadosos son más o menos compleja, de la noción
(e)/leoj)— era para algunos autores los más generosos (ibid., 5§ 186-7). de compasión sin intentar desdoblar-
griegos una participación en el dolor La piedad (commiseratio) es, según la en varios aspectos, que pueden
ajeno que hacía del "otro" en cierta Spinoza, "la tristeza nacida del mal ser muy distintos y hasta contrarios.
manera un "prójimo", aun sin existir ajeno" (ex alterius damno [Eth., III Nietzsche (Jenseits, § 225) denun-
lazos concretos de proximidad, tales prop. xxii, sch.] ). Es curioso que Spi- ció la compasión (en cuanto padeci-
como los lazos familiares. Los estoi- noza no encuentre nombre para de- miento junto con el prójimo y amor
cos latinos, y en particular Séneca signar la alegría nacida del bien aje- al prójimo) como un modo de en-
(en su De clementia) se ocuparon con no ("Quo autem nomine appelanda mascarar la debilidad humana. Ello
frecuencia del sentimiento de compa- sit laetitta, quae ex alterius bono ori- no lo llevó, sin embargo, a criticar
sión, piedad o conmiseración (commi- tur, nescio" [loc. cit.]). En todo caso, toda compasión; hay, en efecto, una
seratio). En general, no lo estimaron la piedad o compasión no es para compasión "superior" en la cual y por
altamente; la compasión era conside- Spinoza una virtud superior ni siquiera la cual se puede hasta imponer al
rada como una debilidad. Ello no sig- indispensable; el hombre que vive de hombre "la disciplina del sufrimien-
nifica en modo alguno que los estoi- acuerdo con la razón ni la necesita ni to". De Nietzsche puede pasarse a
cos se opusieran a hacer el bien, y siquiera puede considerarla en sí una fenomenología de la compasión
menos todavía que predicaran la du- misma un bien. en la cual se distinga entre ésta y el
reza con respecto a los semejantes. Nos hemos referido brevemente a amor, la piedad, la conmiseración, la
Pero hacer el bien a los semejantes la idea de compasión en varios filó- justicia, etc. Puede decirse, por ejem-
era para ellos algo parecido a un sofos del llamado "sentido moral" plo, que la compasión es distinta del
deber, y no el resultado de una (por ejemplo, Francis Hutcheson) en amor, por cuanto en éste no se con-
compasión. Como escribió Montaigne el artículo sobre la noción de simpa- sidera la persona como "digna de lás-
(Essais, I, 1), "la piedad es para los tía. Ésta puede ser considerada como tima", y de la justicia por cuanto en
estoicos pasión viciosa; quieren que una especie de benevolencia y, por ésta se reconoce simplemente a la
se preste socorro a los afligidos, pero lo tanto, ser tratada como si fuese la persona "lo que le es debido". Max
no que uno se ablande y los compa- compasión o, cuando menos, una for- Scheler ha elaborado con detalle di-
dezca". Así, la oposición de los es- ma de ella. La compasión (en cuanto cha fenomenología. En ella aparecen
toicos a la compasión iba ligada a su benevolente) es para Hutcheson un ciertas concepciones de la compasión
oposición a la blandura. Cierto que no "instinto" promotor del bien ajeno y —por ejemplo, la de Schopenhauer—
todos los estoicos se manifestaron por constituye el fundamento del "senti- como uno solo de los aspectos de la
igual hostiles a la compasión y a la do moral". "simpatía": el que corresponde al sen-
piedad; hay, por ejemplo, en Marco Algunos autores pre-románticos y timiento de la unidad psicovital (Ein-
Aurelio no pocas frases que expresan "románticos" (como, por ejemplo, fühlen) con el prójimo y aun con to-
la compasión — si bien ésta carece de Rousseau) subrayaron la identifica- dos los hombres y hasta con todo lo
valor a menos que el que compadece ción del que compadece con el com- existente. Puede considerarse la com-
haya templado su corazón en las ad- padecido en el acto de la compasión, pasión no como un sentimiento inten-
versidades. hasta el punto de hacer de la perso- cional único y unívoco, sino como un
La idea de compasión como amor na compadecida el centro del cual sentimiento que se "extiende" por así
(o caridad) adquirió madurez sola- la compasión surge. Cuando se sos- decirlo en varios grados, desde la pro-
mente dentro del cristianismo, cuan- tiene que en la compasión —como, yección sentimental hasta el acto del
do se consideró que toda auténtica por lo demás, en la simpatía— hay amor.
compasión afecta a la raíz de la per- una especie de fondo común a todos Wilhelm Stern, Das Wesen des
sona — del compadecido tanto como los hombres, e inclusive a todos los Mitleids, 1903. — Gerhardi, Das We-
del que compadece. En el cristia- vivientes, la compasión deja de ser un sen des Mitleids, 1906. — K. v. Orei-
nismo, y especialmente en el agusti- acto intencional para convertirse en li, Die philosophische Auffassung des
nismo, el amor de Dios al hombre es Mitleids, 1912. — Max Scheler, Zur
una especie de participación en el to- Phänomenologie und Theorie der
la condición necesaria para el amor do. Así ha sucedido en la idea scho- Sympathiegefühle und von Liebe und
del hombre a Dios, y éste la condi- penhaueriana de la compasión (Mit- Hass, 1913; 2a ed., con el título:
ción necesaria para el amor al próji- leid). Schopenhauer reduce el amor a Wesen und Formen der Sympathie,
compasión. Ésta es fundamental, pues 1923 (trad, esp.: Esencia y formas
310
COM COM COM
de la simpatía, 1943). — Matthias genes del espacio y del tiempo (y conocimiento perfectamente definido
Auerbach, Mitleid und Charakter, las intuiciones ligadas al lenguaje or- acerca de los objetos. Con lo cual el
1921. — Para la historia de la no- dinario) a los procesos microfísicos. punto de vista de la complementari-
ción de compasión, véase: O. Her- Las descripciones habituales fallan, a dad puede convertirse en una "gene-
wegen, Das Mitleid in der griechi- ralización racional" del ideal de cau-
schen Philosophie bis auf die Stoa, su entender, completamente, cuando
se presentan problemas tales como el salidad, de tal modo que el ideal
1912 (Dis.). tradicional resultaría uno de los casos
COMPLEJO o complexo es, en ge- de la "adopción" de la teoría cor-
puscular o de la teoría ondulatoria, posibles, propio de los procesos ma-
neral, un conjunto de objetos deter- croscópicos. Bohr rechaza la frecuente
minados por caracteres comunes. El o bien el de la incertidumbre expre-
sada en la fórmula: "No podemos aplicación de una lógica trivalente a
complejo equivale en este sentido a los problemas de referencia (a la que
la clase, totalidad, estructura o con- conocer a la vez la posición y la ve-
locidad [cantidad de movimiento] de algunos físicos y filósofos, como
junto; a él se atribuye habitualmente Reichenbach, se han inclinado) para
un sistema de relaciones internas que un electrón." Louis de Broglie había
precisado ya (sobre todo en su Phy- señalar que, aun inanalizables en tér-
lo convierten en un todo cerrado y minos de la física clásica, los proce-
autónomo y que permiten hablar de sique et Microphysique, 1948) que
sos microfísicos pueden ser expresa-
complejo físico, psicológico, socioló- sólo la enorme cantidad de observa- dos dentro de la lógica bivalente. Es
gico, causal, de sentido, etc. En psi- ciones sobre las cuales está basada la interesante destacar que Bohr propone
coanálisis se llama complejo al con- física clásica permite hablar de esos una aplicación universal del principio
junto de representaciones unidas en procesos en el lenguaje ordinario y de complementaridad; así, este
una totalidad específica y sumidas según las imágenes intuitivas habi- principio seria válido y fecundo, se-
en la subconsciencia por efecto de la tuales. Por lo tanto, únicamente cuan- gún el autor, en las discusiones sobre
censura; el complejo es de este modo do se elude tal lenguaje puede ad- mecanicismo y vitalismo dentro de
la causa mediata o inmediata de las quirir sentido la expresión de que un la biología (que serían aspectos com-
manifestaciones psíquicas exterioriza- corpúsculo no está localizado en un plementarios). Algunos autores, como
das en innumerables actos —torpe- punto del espacio, sino que está po- Philipp Frank (Modem Science and
zas, movimientos de diversa índole, tencialmente en todo un campo es- Its Philosophy, 1949, págs. 179 y si-
sueños, perturbaciones patológicas, pacial. Cierto que se pueden dar guientes) prefieren señalar que se tra-
etcétera—, comprensibles cabalmente interpretaciones de la mencionada ta de un uso de los mismos términos
a partir de la referencia del acto al relación de incertidumbre; a algunas según "diferentes reglas sintácticas",
complejo, única que permite otorgarle de ellas nos hemos referido en el ar- por lo cual al hablarse, por ejemplo,
un sentido. En lógica se llama propo- tículo citado. Pero toda interpreta- de "partículas sin posición definida"
sición o término complejo al que está ción debe basarse en un cierto prin- no se hablaría en modo alguno de
constituido por diversos miembros cipio, que había sido ya anticipado objetos "misteriosos", como propen-
simplemente aludidos en la expresión por de Broglie, pero que solamente den a hacerlo el filósofo, o el cientí-
o mencionados explícitamente en ca- ha adquirido madurez en el princi- fico cuando usa un lenguaje calcado
lidad de explicación complementaria. pio de complementaridad de Bohr. sobre la sintaxis del lenguaje ordinario.
Esta explicación queda, sin embargo, En varios escritos (y últimamente en
casi siempre implícita en el término,
de modo que basta la simple enun- sus artículos incluidos en el volumen
ciación del mismo para que se sobre- Nature des Problèmes en Philosophie,
entiendan las circunstancias que en referido en el artículo DETERMINISMO,
él concurren necesariamente en vir- y en el tomo Einstein: Philoso-pher
tud de su propia estructura. Scientist, 1950) Bohr ha señalado, en
'Complejo' (o 'complexo') se usa efecto, que los conceptos "posición de
también en historia de la filosofía una partícula" y "cantidad de
para designar lo que se llama un movimiento de una partícula" son
complejo doctrinal. Ejemplo del mis- expresiones que sólo pueden usarse
mo es el agustinismo (VÉASE) en la en ciertas condiciones experimentales.
Edad Media. Entonces, y sólo entonces, pueden
COMPLEMENTARIDAD ( PRIN- aparecer como mutuamente exclusi-
CIPIO DE). Una contribución im- vas (el propio término 'partícula' re-
portante al problema del principio o sulta, por lo demás, ambiguo ). Así, la
relación de indeterminación (o incer- complementaridad expresa un nuevo
tidumbre), es la del físico danés tipo de relación que no tiene análogo
Niels Bohr, primero en su princi- en la física clásica y que permite
pio de correspondencia y luego —y "resolver" las dificultades insupera-
sobre todo— en su famoso principio bles de la cuestión causal situándola
de complementaridad. Niels Bohr ha en un marco conceptual distinto del
intentado, en efecto, manifestar los ordinario. Los distintos "aspectos"
pseudo-problemas que surgen cada (aparentemente exclusivos) de un fe-
vez que se aplican las usuales imá- nómeno describen, según Bohr, as-
pectos igualmente esenciales de un
311
COM COM
von Strauss y Torney, "Das Komple- ron a dicha tesis Roberto Holkot (v.),
mentaritätsprinzip der Physik in phi- Marsilio de Inghen (v.) y otros auto-
losophischer Analyse", Zeitschrift für res occamistas y nominalistas, pues
philosophische Forschung, X (1956), aunque Gregorio de Rimini es consi-
109-29. — Adolf Grünbaum, "Com-
plementarity in Quantum Physics and derado como un occamista y un nomi-
Its Philosophical Generalization", The nalista, en la doctrina a que aquí nos
Journal of Philosophy, LIV (1957), referimos se aparta completamente de
713-26. — Patricia J. Doty, "Com- estas tendencias.
plementarity and Its Analysis", The En su libro Le complexe significa-
Journal of Philosophy, LV (1958), bile (1937), Hubert Élie indica que
1089-1104. — Norwood Russell Han- la doctrina de Gregorio de Rimini so-
ton, "Copenhagen Interpretation of bre el complexe significabile es similar
Quantum Theory", American Journal a la propuesta por Meinong (v.)
of Physics, XXVII (1959), 1-15,
reimp. en A. Danto, S. Morgenbesser, sobre el llamado Objetiv — con la
Philosophy of Science, 1960, págs. sola diferencia de que Gregorio de COMPLETO. El vocablo 'completo'
450-70. — A. Lande, From Dualism Rimini trató la cuestión mucho más es uno de los conceptos fundamentales
to Unity in Quantum Mechanics, 1960. detallada y sutilmente que Meinong. usados en metalógica. Se llama ,
— Véase también bibliografía del ar- En efecto, el Objektiv —u "objeti- completo a un cálculo C si, dada
tículo INCERTIDUMBRE ( RELACIONES vo"— de Meinong no es un objeto, una fórmula bien formada, f, de
DE ). sino un "significado", es decir, una C, o esta fór mula o su ne ga ció n
COMPLEXE SIGNIFICABILE. En especie de "objeto de segundo gra- (~ f) es un teorema de C. Se llama
Cat., 10, 12 b 6-15, Aristóteles escribió do". Como el complexe significabile, también completo a un cálculo C
que la afirmación es una proposición el Objektiv no es algo que existe o cuando hay otro cálculo C' tal, que
afirmativa y la negación una proposi- no existe, sino algo significado por un C es inconsistente (véase CONSISTENTE )
ción negativa. En cuanto a lo que cae conjunto de términos que constituyen cuando C' es igual a C excepto por
bajo la afirmación o bajo la negación, una afirmación o una negación. contener una fórmula que no es
no es una proposición, sino una cosa, Puede decirse que la doctrina de susceptible de prueba en C. Las dos
pragma.. Al comentar este pasaje en Gregorio de Rimini es similar a la de anteriores definiciones corresponden a
I Sent., D 2, q. I, a. 1, Gregorio de todos los autores que han intentado dos tipos de completitud y son
Rimini (v.) indicó que la "cosa" a la buscar un cierto tipo de entidad como aplicadas, según los casos, a diversas
cual se refiere Aristóteles no es pro- objeto de conocimiento distinta por clases de cálculos.
piamente una realidad —una "cosa un lado de la cosa misma y por el Como ocurre con el concepto de
externa"—, sino algo significado por otro lado de la expresión que se refie- consistencia, el de completitud es
la proposición entera. Como la propo- re a la cosa, y del concepto envuelto también un concepto sintáctico, pero
sición es un conjunto o "complejo", lo en la expresión. Esta entidad no pa- se tienen en cuenta en su formula-
que cae bajo la proposición puede lla- rece poder ser otra que "algo signifi- ción y desarrollo consideraciones de
marse complexe significabile, "lo sig- cado"; el reino de los "significados carácter semántico. Referencia a la
nificable mediante un complejo" como tales" es, así, similar al reino relación entre consistencia y comple-
(complexum). de los "significados mediante comple- titud, en el artículo GÖDE L ( PRUE -
El complexe significabile es, según jos". Por eso la noción de complexe BA DE ).
Gregorio de Rimini, el objeto propio significabile se parece no sólo a la Descartes: "Por una cosa completa
del conocimiento. En efecto, el objeto noción de Objektiv en Meinong, sino no entiendo otra cosa que una subs-
del conocimiento no puede ser la de- también a la noción de Sachverhalt tancia revestida de formas o atributos
mostración entera (lo que exigiría usada por Husserl — un "hecho" que que bastan para hacerme saber que
conocer toda la demostración mediante no es la "cosa", sino "aquello de que es una substancia." (Respuestas a las
un solo acto cognoscitivo), pero se trata". "Aquello de que se trata" Cuartas Objeciones; AT, IX, 172.)
tampoco puede ser la conclusión de —el complexe significabile— es, en A. Robinson, Complete Theories,
la demostración (ya que entonces el efecto, distinto de "aquello" o "la 1958.
acto de conocimiento adquirido por cosa". COMPLUTENSE. Entre los traba-
una demostración implicaría un acto
jos filosóficos y teológicos llevados
por el cual se conoce la conclusión de
a cabo en España durante el si-
la demostración). Por otro lado, el
glo XVII con el propósito de revivi-
objeto del conocimiento no puede ser
ficar la tradición escolástica y, den-
la cosa exterior, ya que en tal caso los
tro de ella, la tomista, se encuentra
objetos de los conocimientos serían
la obra Collegium Complutense phi-
realidades singulares y no entidades
losophicum discalceatorum fratrum
universales y necesarias. Queda sólo,
Ord. B. M. de monte Carmeli debida
pues, el complexe significabile como
a frailes carmelitas de Alcalá y pu-
objeto propio de conocimiento.
blicada en 4 volúmenes, el primero
La tesis de Gregorio de Rimini so-
de los cuales apareció en 1624 y el
bre el complexe significabile fue obje-
último en 1647. Se habla a este pro-
to de muchas discusiones. Se opusie-
pósito de una escuela complutense
312
COM COM COM
de filosofía y teología que compartió no da ningún ejemplo suficientemente por comprensión el acto por el cual
la influencia, en cuanto a la difusión ilustrativo e inequívoco de tal cri- se aprehende lo psíquico a través
del tomismo, con el llamado Colle- terio y que es legítimo admitir que de sus múltiples exteriorizaciones. Lo
gium Salmanticense (véase SALA- la noción de composibilidad es sola- psíquico, que constituye un reino
MANCA [ESCUELA DE] ) y con los Cur- mente un caso especial de la noción peculiar y que posee una forma de
sos de Juan de Santo Tomás —para de posibilidad en general, de tal suer- realidad distinta de la natural, no
referirnos solamente a obras del si- te que, en último término, la idea puede ser objeto de mera explica-
glo XVII—, y que tuvo que de lo composible no distingue esen- ción. Como total y cualitativa, la
afrontar la influencia paralela —y cialmente el principio leibniziano de vida psíquica se resiste a toda apre-
creciente— ejercida en Europa por el razón suficiente, de la idea spinozia- hensión que no apunte al sentido
trabajo filosófico y teológico de los na de necesidad universal. de sus manifestaciones, de su propia
jesuítas, especialmente las obras de COMPOSICIÓN. Véase SOFISMA. estructura. Al exteriorizarse, la vida
Pedro Fonseca, Francisco Suárez y el COMPRENSIÓN de un concepto psíquica se convierte en expresión o
curso de los Conimbricenses se llama a su contenido, por el cual en espíritu objetivo. Este último, que
(VÉASE). debe entenderse "el hecho de que un constituye la parte fundamental y
COMPOSIBILIDAD. Entre las te- concepto determinado se refiera jus- esencial de las ciencias del espíritu
sis más típicas de la filosofía de tamente a este objeto determinado" propiamente dichas, consiste en exte-
Leibniz encontramos las siguientes: (Pfänder), "el hecho de que el con- riorizaciones relativamente autóno-
(1) Todo lo que existe debe ser po- cepto se refiera a un objeto y lo mas de la vida psíquica, exteriori-
sible, es decir, no contradictorio con- compongan las referencias mediante zaciones que poseen en su propia es-
sigo mismo; (2) Todo lo que es po- las cuales el concepto expone su ob- tructura una dirección y un sentido.
sible, es decir, no contradictorio con- jeto, las constancias mentales que en El método de la comprensión, que
sigo mismo, tiende a existir. Las di- el concepto responden a las notas es originariamente psicológico, se con-
ficultades que ofrece (1) pueden constitutivas del objeto" (Romero). vierte, pues, para Dilthey en un
ser resueltas mediante un análisis del Comprensión o contenido difieren, procedimiento más amplio, en una
concepto de posibilidad ( VÉASE ). pues, de la mera suma de las notas hermenéutica encaminada a la inter-
Las dificultades que ofrece (2) re- del objeto y, desde luego, del objeto pretación de las estructuras objetivas
quieren la introducción de otro con- propio en cuanto término de referen- en cuanto expresiones de la vida psí-
cepto: el de composibilidad. En efec- cia de dichas notas. Este nuevo sen- quica. Comprender significa, por lo
to, mientras todas las posibilidades tido de la comprensión o contenido, tanto, pasar de una exteriorización
o esencias son compatibles entre sí, que ha puesto en circulación la ló- del espíritu a su vivencia originaria,
las realidades o existencias no son gica fenomenológica, está destinado a es decir, al conjunto de actos que
todas compatibles entre sí; de lo con- evitar las confusiones de ciertas ló- producen o han producido bajo las
trario, habría que suponer que todo gicas entre el concepto y el objeto, formas más diversas —gesto, lenguaje,
lo que es posible es real, con la con- así como entre el concepto y el ob- objetos de la cultura, etc.— la
secuencia de que el mundo no podría jeto formal; de este modo se llega mencionada exteriorización. Lo que
contener la plétora de las esencias a una distinción rigurosa entre con- se comprende es, por una parte, el
actualizadas. Ello explica por qué hay tenido del concepto, objeto formal y espíritu objetivo propio en cuanto,
una infinidad de mundos posibles, objeto material, cuya correlación no por así decirlo, "solidificación" de las
pero solamente un mundo real. Este equivale forzosamente a una identifi- expresiones, pero es también y muy
mundo real fue creado por Dios y cación. Un esfuerzo parejo para evi- especialmente la propia expresión en
es, como dice Leibniz repetidamente, tar tales confusiones es realizado por su actualidad. Espíritu subjetivo y
el mejor de todos los mundos posi- algunas otras direcciones lógicas; así, espíritu objetivo constituyen de esta
bles. De este modo, la noción de com- por J. S. Mill en su definición de suerte las dos zonas vinculadas entre
posibilidad explica no solamente el 'connotación' (VÉASE). sí, pero separadas por la considera-
ser del mundo, mas también su per- Véanse también EXTENSIÓN, IN- ción científico-espiritual, a las cuales
fección — incluyendo su perfección TENSIÓN. conviene por igual el método de la
moral. Sin embargo, una vez admiti- En otro sentido muy distinto se comprensión.
da la noción de referencia se plan- llama comprensión (Verstehen) a una A los rasgos apuntados pueden agre-
tea un problema: el del criterio de forma de aprehensión que se refiere garse al concepto de comprensión las
la composibilidad. Este problema a las expresiones del espíritu y que notas que se refieren a su carácter in-
puede ser solucionado de varios mo- se opone, como método de la psico- tuitivo y las que apuntan al sentido
dos: (a) Indicando —como parece logía y de las ciencias del espíritu, al en cuanto visión de la relación en que
hacer Leibniz— que tal criterio se método explicativo propio de la cien- un miembro se halla con respecto a
halla en la mente divina, (b) Seña- cia natural. Aunque la idea de la la totalidad que lo engloba. La discu-
lando —como hace Russell en su in- comprensión se halla ya más o menos sión en torno a la comprensión se
terpretación de la filosofía de Leib- claramente formulada en el romanti- ha referido hasta el momento a su
niz— que el criterio consiste en la cismo alemán y ha sido aplicada por misma justificación en cuanto medio
sumisión de las existencias a leyes Eucken, se debe a Dilthey su ela- peculiar e irreductible de conoci-
uniformes, (c) Apuntando —como boración precisa y consecuente. Dil- miento o bien a las distintas clases
hace Lovejoy en su obra sobre la they (Cfr. Ges. Schriften, V, 144, de comprensión existentes o posibles.
idea de plenitud o "la gran cadena 172, 328; VII, 220 sigs.) entiende En el primer caso se ha negado la
del Ser"— que, de hecho, Leibniz
313
COM COM COM
peculiaridad de la comprensión o COMPRENSIVO (LO) (das Um- estricto, como designación de un
bien se ha indicado que la explica- greifende) es un concepto introducido constitutivo fundamental del filósofo.
ción equivale en muchos casos a ella; por Karl Jaspers (v.) en varias obras Estos dos sentidos no pueden se-
en el segundo, se ha intentado la (Vernunft und Existenz, 1933; Philo- pararse por entero; de hecho, están co-
erección de una teoría diferencial de sophische Logik [I, 1947]; Der phi- implicados, por cuanto el estar
los actos comprensivos, que abarcan losophische Glaube, 1948). Este con- comprometido, propio de toda exis-
procesos de muy diversa índole, desde cepto surge como consecuencia de un tencia humana, revierte sobre el estar
la llamada "comprensión histórica" y examen de la noción de horizonte comprometido del filósofo, y a la vez
la "comprensión metafísica" hasta la (v.). Ninguno de los horizontes abarca éste encuentra en el horizonte de su
"comprensión existencial". Una el Todo; cada horizonte es limitante pensamiento filosófico la noción de
teoría general de la comprensión, y limitado. Puede preguntarse compromiso que, según algunos, co-
basada en las investigaciones de entonces si hay una especie de "ho- rresponde a toda existencia humana.
Dilthey y su escuela, pero atenta rizonte de los horizontes" que lo com- Sin embargo, aquí nos referiremos
también a la relación íntima en que prenda o abarque todo. Jaspers res- brevemente sólo al compromiso en el
se halla de hecho con otros métodos ponde negativamente, pero afirma sentido más estricto; lo que hemos
y procesos de conocimiento, podría que hay lo comprensivo dentro de lo dicho en parte del artículo Existencia
aportar mayores luces a esta discu- (VÉASE) y en nociones emparentadas
cual se halla todo horizonte particu-
sión. con la de compromiso, tales como la
lar, pero que no es visible como ho-
rizonte. Lo comprensivo no es sólo de decisión (v.) y, en parte, la de
vocación (v.) puede ser utilizado
sujeto o sólo objeto, sino que se halla
para comprender el citado sentido
a ambos lados de la división sujeto-
amplio.
objeto. Por eso lo comprensivo puede Comprometerse como filósofo sig-
considerarse de dos modos: como el nifica primariamente ligar estrecha-
ser en sí mismo que nos rodea o mente una proposición filosófica con
como el ser que somos. En cuanto ser lo que se hace con esta proposición;
en sí mismo que nos rodea (o que en términos corrientes, vincular ínti-
está fuera de nosotros) lo compren- mamente la teoría con la práctica.
sivo aparece en dos niveles: el mundo Rehusar comprometerse significa
como totalidad (no un objeto, sino adoptar la actitud opuesta: suponer
una idea) y la trascendencia (el ser que lo que se hace con una proposi-
que habla como si fuera a través del ción no tiene en principio nada que
ser que se halla en el mundo, esto es, ver con la afirmación de tal proposi-
el término de la existencia (Existenz) ción. A estas dos actitudes —com-
que se hace libre cuanto más religada promiso y rechazo de compromiso—
se halla a la trascendencia). En cuanto se unen dos modos de juzgar las pro-
ser que somos, lo comprensivo aparece posiciones filosóficas: una según la
en tres niveles: la existencia como ser- cual tales proposiciones son conside-
ahí (Dasein [nivel de lo sensible, en radas juntamente con lo que el filó-
donde la verdad es de índole sofo hace con ellas, y otra según la
pragmática]); la conciencia en general cual las proposiciones son juzgadas
(nivel de lo objetivo, de lo por motivos extrapersonales: por su
obligatorio [zwingend], en donde la consistencia interna, por su adecua-
verdad es científica y "objetiva"); y ción con la realidad objetiva, etc.,
el espíritu (Geist) (la vida de las etc. Advertimos que tales modos de
ideas, las generalizaciones). juzgar afectan no sólo a la relación (o
COMPROBACIÓN. Véase VERIFI - falta de relación) de la proposición
CACIÓN. con el filósofo que la formula, sino
COMPROMISO. La noción de com- también a la significación de la pro-
promiso, como acción y efecto de posición de referencia: los partida-
comprometerse, tan utilizada por mu- rios de la primera actitud mantienen
chas filosofías de corte existencialis- que la significación de la proposición
ta, está relacionada estrechamente está unida al hecho de que el filósofo
con la noción de decisión (VÉASE ). se comprometa (o se niegue a
No es, sin embargo, exactamente comprometerse, lo que es también
equivalente a ella, por lo que le de- para ellos una forma de comprome-
dicamos unas líneas aparte. terse) con respecto a ella, mientras
En dos sentidos puede emplearse la que los partidarios de la segunda
noción de compromiso: en un sen- actitud sostienen que la significación
tido amplio, como designación de un de cualquier proposición filosófica es
constitutivo fundamental de toda exis- independiente de todo compromiso.
tencia humana, y en un sentido más A su vez, los partidarios de la pri-
314
COM COM COM
mera actitud distinguen entre filó- de la sociedad implica necesariamente de la fase crítica intermedia; el poder
sofos que se comprometen (como, la reforma del saber y del método, espiritual pasa entonces a manos de
por ejemplo, Sócrates, Kierkegaard) pues lo que caracteriza a una socie- los sabios, y el poder temporal a
y filósofos que no se comprometen dad es justamente para Comte la al- manos de los industriales. El saint-
(como, por ejemplo, Aristóteles, He- tura de su espíritu, el punto a que simonismo resurge claramente en esta
gel), mientras que los partidarios de ha llegado en su desarrollo intelec- fase última de la historia, pero la era
la segunda actitud rechazan tal dis- tual. De ahí que el sistema de Comte industrial que Saint-Simon anunciaba
tinción por considerarla poco o nada comprenda tres factores básicos: en queda completada y perfeccionada
informativa sobre las respectivas fi- primer lugar, una filosofía de la por el positivismo de la ciencia, que
losofías. Observemos, empero, que historia que ha de mostrar por qué renuncia a todo lo trascendente,
en lo que toca a esta división entre la filosofía positiva es la que debe que se reduce a la averiguación y
clases de filósofos, se trata en la imperar en el próximo futuro; en se- comprobación de las leyes dadas en
mayor parte de los casos de un mero gundo lugar, una fundamentación y la experiencia, y ello no sólo para los
argumento en favor o en contra de la clasificación de las ciencias asentadas fenómenos físicos, sino también para
noción de compromiso. De hecho, ni en la filosofía positiva; por último, los puramente espirituales, para el
los "compromisarios" ni los "anti- una sociología o doctrina de la socie- mundo de lo social y de lo moral.
compromisarios" deberían de admitir dad que, al determinar la estructura Lo positivo no es, pues, solamente una
ninguna división: los primeros, por- esencial de la misma, permita pasar forma de organización de las
que terminan por afirmar que todo a la reforma práctica y, finalmente, ciencias; es un estado total que re-
filósofo (quiéralo o no) se compro- a la reforma religiosa, a la religión quiere ante todo un orden y una je-
mete —a menos de carecer de todo de la Humanidad. rarquía. El paso por los tres estadios
sentido su filosofía—; los segundos La significación de 'positivo' resalta en cada una de las ciencias es para
porque acaban por declarar que nin- inmediatamente de la filosofía de la Comte perfectamente demostrable,
gún filósofo (en cuanto filósofo) se historia de Comte, resumida en la ley pero lo que caracteriza a las ciencias
compromete — a menos de carecer de los tres estadios: el teológico, el no es su rigurosa vinculación de todas
de todo sentido sus proposiciones fi- metafísico y el positivo, que no son y cada una de ellas al período social
losóficas. simplemente formas adoptadas por el correspondiente, sino cabalmente su
Alberto Caturelli, El filosofar como conocimiento científico, sino actitu- gradual anticipación en el camino que
decisión y compromiso, 1958. des totales asumidas por la humani- conduce a lo positivo, el hecho de
COMTE (AUGUSTE) (1798-1857) dad en cada uno de sus períodos his- que su jerarquía coincida con su
nació en Montpellier. Secretario de tóricos fundamentales. El estadio teo- mayor o menor estado de positiviza-
Saint-Simon y colaborador en el ór- lógico es aquel en el cual el hombre ción. Esta jerarquía forma, por así
gano del saint-simonismo, Le Pro- explica los fenómenos por medio de decirlo, una pirámide en cuya base
ducteur, rompió con él para dictar seres sobrenaturales y potencias di- se encuentra la matemática y en cuya
libremente su primer curso de filoso- vinas o demoníacas; a este estadio, cúspide se encuentra la sociología;
fía positiva. Repetidor de matemáti- cuyas fases son el fetichismo, el poli- entre una y otra, y apoyándose cada
cas en la Escuela Politécnica, no teísmo y el monoteísmo, corresponde una de las ciencias en el conoci-
pudo conseguir un nombramiento ofi- un poder espiritual teocrático y un miento de los principios de la pre-
cial y vivió desde 1823 hasta su poder temporal monárquico, unidos cedente, se encuentran la astronomía,
muerte de la protección de sus adep- en un Estado de tipo militar. Le si- la física, la química y la biología.
tos. La ruta de su doctrina siguió gue un estadio metafísico, que arranca Lo que las diferencia entre sí no es
un curso sensiblemente distinto al del monoteísmo como compendio de tanto su mayor o menor carácter po-
conocer a Clotilde de Vaux, quien, todas las fuerzas divinas en un solo sitivo esencial, sino la comprobación
según propia manifestación, le ins- ser y que, al personalizarlas en una de que lo positivo ha irrumpido en
piró su religión de la humanidad. unidad, permite al propio tiempo su ellas en épocas distintas y progresi-
Comte ha dado a su filosofía el nom- despersonalización. Las causas de los vamente más avanzadas de la histo-
bre de positiva; sin embargo, el pos- fenómenos se convierten entonces en ria. Por la simplicidad de su objeto,
terior positivismo, que cuenta a Com- ideas abstractas, en principios ra- las matemáticas son las ciencias en
te como su fundador, no equivale cionales. Es un período crítico, nega- donde lo positivo ha sido adquirido
exactamente a dicha filosofía. Proce- tivo, una desorganización de los po- con anterioridad a las demás; ya en
dente, en su parte afirmativa, del deres espirituales y temporales, una la Antigüedad han sido tratadas posi-
saint-simonismo, y, en su parte nega- ausencia de orden que tiende conti- tivamente. Pero la mayor complica-
tiva, de la aversión al espiritualismo nuamente a la anarquía, pues en el ción gradual que ofrecen los demás
metafísico, el positivismo de Comte estadio metafísico irrumpen todas las saberes, el predominio en ellos de lo
constituye una doctrina orgánica, no fuerzas disolventes de la inteligencia. concreto y de lo inductivo hace que
sólo en el aspecto teórico, sino tam- Finalmente, sobreviene el estadio po- su positivismo sea progresivamente
bién y muy especialmente en el prác- sitivo, que sustituye las hipótesis y más tardío. Así ocurre con la astro-
tico. El propósito de Comte no es, las hipóstasis metafísicas por una in- nomía; así también y en grado mayor
por lo pronto, erigir una nueva filo- vestigación de los fenómenos limi- con la física, la química y la bio-
sofía o establecer las ciencias sobre tada a la enunciación de sus rela- logía. Por último, la ciencia cuyos
nuevas bases; es proceder a una re- ciones. A esta altura del progreso in- objetos son más concretos, la socio-
forma de la sociedad. Pero la reforma telectual corresponde una superación logía, es la que con más retraso pe-
315
COM COM COM
netra en el dominio de lo positivo. ge un objeto enteramente positivo, todo, Richard Congreve (1818-1899),
Justamente la inclusión de la socio- una entidad no trascendente, sino que formó a su vez varios discípulos
logía en este dominio es lo que ca- perfectamente cognoscible y cercana, entusiastas del comtismo en Wadham;
racteriza, en el fondo, el adveni- como lo es la Humanidad revelada entre ellos se distinguieron Frédéric
miento del estadio positivo total, de por la historia. La Humanidad, en el Harrison (1831-1923), autor entre
la fase en la cual la sociología como conjunto de todos sus esfuerzos, aun otros libros de Creed of a Layman
ciencia del hombre y de la sociedad de los meramente posibles, constituye (1907), The Philosophy of Common
podrá, finalmente, ser convertida, por el objeto inevitable de un culto que Sense (1907), The Positive Evolution
el método naturalista, en una estática se niega a Dios como ser trascen- of Religión (1913) y sus Autobio-
y en una dinámica de lo social. dente. Lo positivo penetra de este graphie Memoirs (2 vols., 1911);
El tema de la nueva época es, modo en la propia religión que, va- John Henry Bridges (1832-1906), que
por lo tanto, la conversión de la ciada del contenido dogmático del en su The Unity of Comte's Life and
sociología en ciencia positiva de cristianismo, puede llegar, sin em- Doctrine (1866) combatió la usual
acuerdo con la irrupción de un nuevo bargo, a producir en la sociedad los escisión entre el positivismo científico
estadio que supere la destrucción del mismos efectos de orden y organiza- y la religión de la Humanidad, y en
último gran período orgánico, la Edad ción. Esta religión, a la cual dedicó sus Five Discourses on Positive
Media, y sustituya los factores anár- Comte los últimos años de su vida, Religion (1882) insistió en la
quicos del protestantismo, del libera- tiene por objeto la Humanidad en su importancia de esta última; y Edward
lismo y del Estado jurídico por un pasado, presente y futuro como el Spencer Beesly (1831-1915), autor
nuevo orden de factura medieval, Gran Ser. Los sabios, que retienen de Comte as a Moral Type (1885). El
pero sin la dogmática católica. Por el poder espiritual, son ahora los sa- grupo de Wadham fundó en 1867 la
eso la nueva época exige que la ex- cerdotes del nuevo culto y por ello London Positivist Society, afiliada a la
plicación dinámica de la sociedad, pueden vencer, si la ciencia positiva organización positivista que tenía su
que culmina en la ley de los tres no bastara, la insurrección de la in- sede en Francia. La escisión aquí
estadios, sea reemplazada por una teligencia contra el corazón. producida entre Lafitte y Littré
explicación estática. La estática so- La influencia de Comte ha se- repercutió también en la Sociedad
cial se enlaza a su vez con la religión guido aproximadamente el mismo inglesa, que se adhirió casi
de la Humanidad, pues sólo cuando curso que el destino del positivismo íntegramente al primero. The Posi-
se hace posible la sociología como ( VÉASE ), el cual, en su aspecto de tivist Review, que se transformó
ciencia positiva puede el nuevo orden reacción contra la especulación del en Humanity (1923) y desapareció en
espiritual y temporal tener un fun- idealismo romántico, ha recogido 1925, fue fundada en 1893.
damento religioso. La filosofía de la principalmente de Comte su posición
historia, de Comte, explica, así, el antimetafísica. Aparte la influencia
esfuerzo realizado por cada época perceptible de Comte en todas las di-
en su camino hacia la fase positiva. recciones positivas imperantes en la
Los estadios teológico y metafísico segunda mitad del siglo XIX y pres-
representan, ciertamente, una busca, cindiendo de la formación de nume-
pero una busca infructuosa. El último rosos grupos y asociaciones positivistas
y definitivo estadio se presenta de que se propagaron particularmente en
este modo como el hallazgo de lo que, la América del Sur (sobre todo en el
en su fondo último, ha sido siempre Brasil), donde el positivismo de
la aspiración de la Humanidad: la procedencia europea se encontró con
ciencia positiva, que rechaza toda so- lo que Alejandro Korn ha llamado el
brenaturalización y toda hipóstasis y "positivismo autóctono", el pensa-
que convierte al filósofo en un "es- miento de Comte ha influido de un
pecialista en generalidades"; el poder modo más directo en E. Littré ( 1801-
espiritual en manos de los sabios; el 1881: La science au point de vue
poder temporal en manos de los in- philosophique, 1873; Fragments de
dustriales; el pacifismo, el orden y philosophie positive et de sociologie
la jerarquía, y, como atmósfera que lo contemporaine, 1876), que rechazó,
envuelve todo, una moral del altruis- sin embargo, la religión de la Huma-
mo basada en la estática esencial de nidad, y en Pierre Laffite (1823-
la vida social, o, como resume Comte, 1903: Les grands types de l'Huma-
"el amor como principio, el orden nité, 1875; Cours de philosophie pre-
como base, el progreso como fin". mière, 1889), que acentuó justamente
El paso a la religión de la Huma- su adhesión a esta última fase de la
nidad es una consecuencia necesaria filosofía comtiana. En Inglaterra pro-
de la negación de la "rebelión de la pagaron la doctrina de Comte, ade-
inteligencia contra el corazón" propia más de John Stuart Mill, G. H. Lewes
del estadio metafísico; es también (VÉANSE), Harriet Martineau (1802-
una derivación del mismo carácter 1876), que tradujo, resumió y co-
positivo de la estática social, que exi- mentó el Curso de filosofía y, sobre
316
COM COM
cialmente una ontología— que posea La comunicación en sentido lin-
suficiente poder explicativo para po- güístico ha sido objeto de investiga-
der alojar en sí ambas formas de co- ción no solamente por filósofos; hom-
municación sin necesariamente con- bres de ciencia ( especialmente ma-
fundirlas. La opinión del autor favo- temáticos y técnicos e ingenieros
rece esta última actitud, pero no es especializados en comunicaciones)
aquí el momento de hacerla explícita. han contribuido grandemente a esta
I. Aspecto lingüístico. La comuni- rama de estudios. Como ejemplo pue-
cación lingüística es transmisión de de mencionarse la transmisión de sig-
información — en un sentido muy nos en una red telefónica. El estudio
amplio de 'información'. Es una co- de esta transmisión plantea el pro-
municación de tipo simbólico o, me- blema de hasta qué punto puede
jor dicho, semiótico. Tiene, pues, establecerse una comunicación com-
cuando menos dos formas fundamen- pleta. El estudio de las llamadas "in-
tales de todo nivel semiótico: la se- terferencias" —inevitables en toda
mántica y la pragmática. Hemos tra- comunicación— desempeña en este
tado este problema en varios artícu- respecto un papel importante. De al-
los de este Diccionario (por ejemplo: gún modo relacionado con el anterior
LENGUAJE, SIGNO, SÍMBOLO). Los fi- grupo de problemas son las cuestio-
lósofos que se han ocupado de la co- nes estudiadas por la llamada ciber-
municación desde este punto de vista nética. Este nombre se debe a Nor-
COMUNICACIÓN. El problema de se han interesado especialmente por bert Wiener (véanse obras cit. infra).
la comunicación puede ser tratado las nociones de signo, de deno-tatum La cibernética es la ciencia que es-
por la psicología, por la antropología de un signo, y del llamado tudia los problemas que plantea el
filosófica, por la filosofía del lenguaje "intérprete" del signo ("intérprete" envío, retención, transmisión y tra-
y por la semiótica. Es, pues, un = "cualquier organismo para el cual ducción de mensajes. Estos proble-
problema sumamente complejo. Aquí algo es un signo"). Las relaciones en- mas pueden estudiarse en dispositi-
nos referiremos a dos aspectos del tre intérprete y signo, y entre signo vos capaces de auto-regulación, los
mismo: al que llamaremos "lingüísti- y denotatum del signo han planteado cuales pueden ser organismos vivos
co" y al que calificaremos de "exis- muy diversos problemas. Especialmente (especialmente los dotados de un sis-
tencial". Estos dos aspectos parecen, importante es el problema de la tema nervioso cerebro-espinal) o es-
a primera vista, irreconciliables: el adecuación entre cada uno de los ci- tructuras físicas artificiales. El ejem-
sentido lingüístico de la comunicación tados elementos y los otros. Junto a plo más simple de estas últimas es el
no puede reducirse al sentido existen- las nociones mencionadas, los filóso- termostato; los ejemplos más abun-
cial y viceversa. Quienes afirman la fos de referencia se han interesado dantemente estudiados son las máqui-
posibilidad de una cualquiera de se- por la naturaleza del "discurso" ( VÉA- nas calculadoras electrónicas, tanto
mejantes reducciones se limitan a sos- SE ) y por los posibles tipos de dis- las llamadas analógicas como las nu-
tener su tesis de un modo muy gene- curso. Ejemplo al respecto lo halla- méricas. No podemos detenernos aquí
ral. Así, los "lingüistas" sostienen que mos en varias de las obras de Char- en un asunto sobremanera complejo,
toda comunicación es, en el fondo, les W. Morris. Pero hay pensadores por lo que remitimos a la bibliogra-
transmisión de información y, por con- cuya orientación filosófica no ha si- fía (sección I). Nos limitaremos a
siguiente, transferencia de símbolos, do única y exclusivamente "lingüisti- mencionar una de las cuestiones que
de modo que la llamada comunica- ca", que se han ocupado también del ha sido debatida con más frecuencia
ción existencial tiene que ser asimis- problema de la comunicación en el en relación con la cibernética. Es la
mo simbólica. Los "existencialistas", sentido ahora dilucidado. Los llama- cuestión de si puede establecerse una
por otra parte, mantienen que toda dos "filósofos del simbolismo" (como analogía, comparación (o hasta iden-
comunicación lingüística y simbólica Ernst Cassirer) pueden ser citados a tificación) entre los procesos que tie-
se da dentro de un contexto existen- este respecto. En efecto, lo importante nen lugar en los organismos biológi-
cial, dentro de una actitud, de una en este aspecto de la comunicación es cos con un sistema nervioso y los lla-
situación, de un "horizonte", etc. Pero que ésta es siempre de alguna manera mados "servomecanismos". La cues-
ninguna de estas tesis es plausible si simbólica: lo que se transmite y lo tión es especialmente interesante
no es probada. Ahora bien, esti- que se interpretan son símbolos. Estos cuando se tiene en cuenta que en los
mamos que no puede darse ninguna símbolos no necesitan reducirse a centros nerviosos aparecen "circuitos
prueba si se parte simplemente de sistemas tales como los lenguajes reactivos" que parecen ejercer funcio-
una o de la otra tesis. No quedan, naturales o los lenguajes artificiales nes comparables a las de las "correc-
pues, sino dos soluciones. Una con- formalizados. Pueden ser también ciones" o "auto-correcciones" que
siste en negar totalmente la tesis su- gestos, elementos de la obra de arte, efectúan los servomecanismos. Tres
puestamente contraria o en decir que etc. Sin embargo, la mayor parte de opiniones se han destacado al respecto.
el que sostiene esta última no usa los problemas relativos a la comuni- Según ciertos autores, los dos me-
el término 'comunicación' en forma cación simbólica se han planteado canismos son substancialmente idénti-
apropiada. Otra consiste en edificar con respecto a los lenguajes natu- cos en estructura: el estudio de un
un pensamiento filosófico —y espe- rales. tipo de mecanismo arroja mucha luz
317
COM COM COM
sobre el otro tipo. Esta opinión ha sido mos "aprenden". Ahora bien, ello no en el artículo OT RO ( E L ); la cues-
corroborada por los resultados ob- debe llevar a la opinión de que no tión del "otro" implica asimismo, en
tenidos en los mencionados estudios hay en el pensamiento ninguna base efecto, la de la comunicación con "el
de comparación, pero la cuestión es física y fisiológica. El dualismo no es otro". Nos limitaremos a destacar aquí
saber si un paralelismo significa una aquí menos inadmisible que el reduc- algunas de las ideas propuestas sobre
identificación. Según otros autores, cionismo. La opinión más plausible nuestro tema.
hay diferencia esencial y óntica entre consiste en sostener que hay una ana- Sartre se ha ocupado del asunto en
lo orgánico y lo mecánico, entre lo logía, y que ésta se manifiesta en la su análisis del lenguaje. Según este
psíquico y lo no psíquico. Esta opi- representabilidad — representabilidad autor, el lenguaje "no es un fenómeno
nión tiene la ventaja de que destaca por los servomecanismos, mediante sobrepuesto al ser-para-otro: es
ciertas diferencias que la opinión an- ciertas operaciones físicas, de ciertas originalmente el ser-para-otro, es de-
terior desatiende, pero es impotente operaciones mentales. Tenemos enton- cir, el hecho de que una subjetividad
para explicar los efectivos paralelis- ces un isomorfismo, pero no necesa- se experimente a sí misma como ob-
mos. Según otros autores, finalmente, riamente una identidad. jeto para otro". No hay necesidad de
hay una relación entre los dos tipos II. Sentido existencial. Jaspers ha "inventar" el lenguaje en un mundo
de "mecanismos", pero debe enten- consagrado especial atención a la co- de puros objetos. Tampoco hay nece-
derse en función de una analogía más municación en este sentido. La co- sidad de "inventarlo" en la inter-sub-
bien que de una identificación. Esta municación existencial se halla, según jetividad de los "para-otro", mas ello
última opinión tiene un aire más plau- dicho autor, en el "límite de la co- es porque se halla ya dado en el re-
sible, pero no ha sido todavía pro- municación empírica". Ésta se mani- conocimiento del otro. Puede, pues,
fundizada suficientemente. Para que fiesta en diversos grados: como con- decirse que "soy lenguaje" (en un
lo sea es menester: primero, ser lo ciencia individual coincidente con la sentido semejante a como Heidegger
más radical posible en la extensión conciencia de pertenencia a una co- podría emplear la fórmula —propues-
de lo "mecanizable" a las operacio- munidad; como oposición de un yo ta por Alphonse de Waelhens—:
nes humanas, único modo de que los a otro (con diversas formas de apre- "Soy lo que digo." El lenguaje es
límites oportunamente descubiertos lo hensión del "ser otro": en cuanto ob- "originalmente la experiencia que un
sean efectivamente; segundo, exten- jeto, en cuanto sujeto, etc.); como para-sí puede hacer de su ser-para-
der lo más posible lo "humano" a los aspiración a una trascendencia obje- otro ... no se distingue, pues, del re-
servomecanismos, a fin de ver asi- tiva. La comunicación existencial no conocimiento de la existencia del
mismo si hay límites infranqueables. es el conjunto de dichas formas de otro".
Aun así, la tercera opinión será sufi- comunicación empírica, aunque se También Martin Buber ha exami-
cientemente plausible solamente cuan- manifiesta mediante ellas y las des- nado el problema que aquí nos ocu-
do alcance bastante poder explica- cubre a todas y a cada una como in- pa; remitimos a este respecto al ar-
tivo. suficientes. La comunicación existen- tículo DIÁLOGO . En parte semejante
Mario Bunge (op. cit. infra) se apro- cial, única e irrepetible, tiene lugar a la doctrina de Buber es la de Ber-
xima a esta última opinión. Los ser- entre seres que son "sí mismos" y no diaev sobre la comunicación. En una
vomecanismos no piensan; ocurre sólo representan a otros — a comunidades, de sus obras (cit. infra), este autor
que tienen lugar en ellos operaciones ideales o cosas. Sólo en tal comu- distingue entre comunicación, comu-
físicas que representan símbolos. Los nicación "el sí-mismo existe para el nión y participación. La primera es
procesos físicos en cuestión se hallan otro sí-mismo en mutua creación". Ser simbólica y propia de la vida social.
correlacionados con procesos menta- sí-mismo no es ser aisladamente, sino La segunda es intra-personal e im-
les, pero éstos no se reducen a los serlo con otros "sí-mismos" en liber- plica reciprocidad en la relación "Yo-
primeros (ni, por supuesto, a la in- tad. De este modo se supera tanto el Tu", encaminándose al "mundo extra-
versa). El servomecanismo constituye solipsismo como el universalismo de natural de la existencia auténtica".
un eslabón en una cadena que va del la existencia empírica; no hay que in- La tercera es una penetración en
pensamiento de ciertos objetos ideales terpretar, en efecto, la comunicación "la realidad primaria".
al pensamiento de otros objetos existencial como un modo de soledad Para el sentido (I), véanse las obras
ideales: traduce los primeros a cier- o de comunidad empíricas. Tal comu- de Morris sobre lenguaje y teoría de
tas operaciones físicas, las cuales son nicación puede formarse y romperse. los signos mencionados en el artículo
traducidas a los segundos. Inclusive Jaspers ha analizado estas formas (así sobre este filósofo. Las obras de Og-
como las que llama "situaciones co- den y Richards, de S. K. Langer y
cuando los servomecanismos "seleccio- de E. Cassirer mencionadas en SÍM-
nan" y "abstraen", estas operaciones municativas") con gran detalle a fin BOLO y SIMBOLISMO pueden asimis-
no son mentales, sino físicas. Consi- de desentrañar lo que haya en ellas mo usarse a este efecto. Los libros
derar la "abstracción" producida por de propiamente existencial. de N. Wiener a que hemos aludido
un servomecanismo como idéntica a El problema de la comunicación en son: Cybernetics, or Control and Com-
la abstracción llevada a cabo por el sentido existencial (y, en general, in- munication in the Animal and in the
pensamiento humano es comparable, terpersonal) ha sido tratado de un Machine, 1949, 2a ed., ampliada, 1961,
indica Bunge, a admitir que el campo modo o de otro por la mayor parte y The Human Use of Human Beings,
gravitatorio "abstrae" ciertas propie- de los filósofos que es usual (aunque 1950 (trad, esq.: Cibernética y socie-
no siempre correcto) llamar "existen- dad, 1958). — El trabajo de Mario
dades de los objetos. Análogas obje- Bunge es: "Do Computers Think?",
ciones pueden formularse contra la cialistas". Nos hemos referido a algu- The British Journal for the Philosophy
pretensión de que los servomecanis- nos de los análisis de estos filósofos of Science, VII (1956), 139-212, reimp.
318
CON
tanto, en el sentido de un commer-
cium por el que se conciben tres
relaciones dinámicas originarias, lla-
madas de influencia, de consecuencia
y de composición real.

COMUNIDAD. Tônnies ( VÉASE)


llama comunidad al conjunto social
orgánico y originario opuesto a la so-
ciedad. En su artículo "Gemeinschaft
und Gesellschaft" publicado en el
Handwörterbuch der Soziologie, edi-
tado por A. Vierkandt (1931), y en
el cual resume las doctrinas expuestas
en su libro del año 1887, Tônnies
define la comunidad (Gemeinschaft)
como el tipo de asociación en el cual
predomina la voluntad natural. La
sociedad (Gesellschaft) es, en cam-
bio, aquel tipo de comunidad formado
y condicionado por la voluntad
racional. Tônnies señala que no se
trata de realidades, sino de tipos idea-
les, pues toda agrupación humana
"participa" por así decirlo de los dos
caracteres mencionados en proporcio-
nes diversas y cambiantes. Y en el
primer capítulo de su citado libro
Tônnies había "opuesto" la comuni-
dad en tanto que agrupación caracte- CONATO, conatus, significa "es-
rizada por su vida real y orgánica, a fuerzo", "empresa" y de ahí "poten-
la sociedad en tanto que agrupación cia (activa)". Este concepto ha des-
o estructura de carácter mecánico. La empeñado un papel importante en
contraposición entre lo orgánico y lo varios autores modernos, entre los que
mecánico está, así, en la base de la destacamos Hobbes, Leibniz y Spi-
sociología de Tônnies, pero el des- noza. Hobbes usó el término conatus
arrollo en detalle de sus tesis no principalmente en sentido mecánico.
permite suponer que se trata de una En De corpore el conatus es presen-
contraposición abstracta; sólo los he- tado como un movimiento determi-
chos histórico-sociológicos permiten nado por el espacio y el tiempo y
dar, a su entender, un contenido sig- mensurable numéricamente. En De
nificativo a dicha concepción. homine el conatus aparece como un
Kant llama comunidad de acción movimiento voluntario o "pasión" que
recíproca a una de las categorías de precede la acción corporal y que, aun-
la relación. La comunidad es "reci- que sea "interno", posee determina-
procidad de acción entre el agente y ciones y propiedades expresables me-
el paciente" y corresponde al juicio cánicamente. Leibniz concibió el co-
disyuntivo. Como analogía de la ex- natus como una fuerza (vis) activa y
periencia, la comunidad queda expre- no simplemente como una condición
sada en el siguiente principio: "To- por medio de la cual opera la fuerza.
das las substancias, en tanto que El conatus no es mera potencialidad,
pueden ser percibidas como simultá- ni siquiera mero principio de opera-
neas en el espacio, están en una ción, sino la operación misma. La
acción recíproca general." Kant em- fuerza que implica el conatus no es
plea este término en el sentido de simplemente mecánica, sino dinámi-
"una comunidad dinámica sin la cual ca. Para Spinoza, cada cosa, en cuanto
la propia comunidad local no podría es, se esfuerza por perseverar en su
ser conocida empíricamente" y, por ser (Eth., III, prop. vi) y el esfuerzo
319 (conatus) mediante el cual ca-
CON CON CON
da cosa se esfuerza en perseverar en los metafísicos y los axiológicos y, relaciones (por ejemplo, igualdad,
su ser es la esencia actual de la cosa por lo tanto, los propios conceptos. semejanza; la cópula del juicio como
(ibid., prop. vii). La noción de co- En este último caso no se cumple la sujeto de un juicio), que son objetos
nato tiene en Spinoza una función falta de semejanza entre el concepto ideales y, por lo tanto, objetos menta-
más central que en Hobbes y aun y su objeto. El carácter "objetivo" dos por un concepto. Los conceptos
que en Leibniz. El conato aparece de la idealidad, el ser objeto de las de objetos se clasifican a su vez en
como voluntad cuando se refiere so- ideas requiere también, por otro lado, conceptos de individuo, de especie
lamente al espíritu (o"mens") y co- una distinción entre los conceptos y y de género: los primeros se refie-
mo apetito (v. ) cuando se refiere al las ideas, pues hay, al parecer, con- ren a seres singulares y, por lo tanto,
espíritu y al cuerpo; en ambos casos ceptos de los objetos ideales. Siendo a objetos "reales"; los dos últimos, a
son modos de ser del conato o es- todo objeto, por consiguiente, un co- objetos ideales. Esta clasificación es,
fuerzo como determinación ontológica rrelato intencional del concepto, ha- según Pfänder, ontológica y no pura-
general. brá que distinguir entre el objeto mente lógica, pues "se hace según
CONCEPTO. I. Según Pfänder, los como es en sí y el objeto como es la clase de objetos a que se refiere".
conceptos son los elementos últimos determinado por el concepto. El pri- La relación entre estos conceptos es
de todos los pensamientos. En esta mero se llama objeto material, es una relación de subordinación, de tal
caracterización del concepto va im- decir, objeto material del concepto; manera que el concepto individual
plícita, según la definición hecha del el segundo, objeto formal. Según la está subordinado al específico y éste
pensamiento (VÉASE), una radical concepción anterior, la lógica trata al genérico. Cuando hay subordina-
distinción entre el concepto entendido predominantemente del objeto formal. ción de varios conceptos individuales
como entidad lógica y el concepto Todo concepto tiene comprensión a un mismo concepto específico o de
tal como es aprehendido en el curso de o contenido y extensión. La primera conceptos específicos del mismo gra-
los actos psicológicos. La doctrina del consiste, tal como se ha definido do a un mismo concepto genérico,
concepto es en este caso únicamente (véase COMPRENSIÓN), en "el hecho no se habla de subordinación entre
una parte de la lógica y nada tiene de que un concepto determinado se los inferiores, sino de coordinación.
que ver como tal con la psicología. El refiera justamente a este objeto de- Coordinación y subordinación son así
concepto queda así distinguido de la terminado", siendo diferente de la las formas de relación de todos los
imagen, tanto como del hecho de su mera suma de las notas del objeto; conceptos entre sí.
posibilidad o imposibilidad de la segunda consiste en los objetos Además de la clasificación apun-
representación. Mas, por otro lado, que el concepto comprende, en los tada puede hablarse de "conceptos
debe distinguirse rigurosamente entre objetos que caen bajo el concepto. generales". Éstos son, en primer lu-
otras instancias que ha-bitualmente La extensión no puede determinarse, gar, los conceptos de especie y género,
vienen siendo confundidas por el sin embargo, simplemente por el nú- que se oponen a los individuales, pero
hecho de presentarse juntas en los mero de los objetos que el concepto hay también conceptos generales en
pensamientos de conceptos: el comprende. La constancia de la ex- el sentido de los conceptos plurales,
concepto, la palabra y el objeto. tensión de un concepto, su indepen- esto es, de "aquellos conceptos que
Si los conceptos pueden ser, según el dencia con respecto al número de se refieren al mismo tiempo a una
citado autor, "el contenido significati- objetos reales efectivamente existen- pluralidad de objetos separados"; en el
vo de determinadas palabras", las tes, exige que se atribuya extensión sentido de los conceptos universales,
palabras no son los conceptos, mas únicamente a los conceptos de espe- es decir, de "aquellos conceptos que
únicamente los signos, los símbolos cie y género, dependiendo, por lo primeramente delimitan una
de las significaciones. Ello queda de- tanto, la extensión del carácter espe- pluralidad de objetos y luego se
mostrado por el hecho de que hay o cífico o genérico del concepto y, den- refieren a todos los objetos del
puede haber conceptos sin que existan tro de ellos, de la índole ínfima o círculo así delimitado"; y en el
las palabras correspondientes, así suprema de la especie o del género. sentido de colectivos, o sea los con-
como palabras o frases sin sentido, Así debe distinguirse entre una ex- ceptos "que se refieren a un todo
sin que correspondan a ellas signifi- tensión empírica, que es aquella a constituido por una pluralidad de
caciones. También debe tenerse en que se ha referido en algunos casos objetos homogéneos". Junto a ello
cuenta que la palabra no es la única la lógica tradicional, y la extensión se habla de conceptos abstractos y
instancia por la cual pueda mentarse puramente lógica, que excluye los concretos, según los objetos mentados;
un concepto; al lado de ella existen conceptos individuales. de simples o compuestos, de acuerdo
los números, los signos, los símbolos En lo que se refiere a su clasifi- con la estructura de su exposición
de toda clase. El concepto se dis- cación, los conceptos se dividen pri- verbal o simbólica, de conceptos a
tingue también del objeto; si es verdad mariamente en objetivos y funciona- priori y a posteriori, según se deduzcan
que todo concepto se refiere a un les. Los primeros son los conceptos o no de la experiencia. En cuanto a los
objeto en el sentido más general de de objetos propiamente dichos, los conceptos llamados funcionales,
este vocablo, el concepto no es el que tienen como correlato intencional pueden ser objetivos cuando cons-
objeto, ni siquiera lo reproduce, sino un sujeto o un predicado de un jui- tituyen el sujeto o el predicado de
que es simplemente su correlato in- cio. Los segundos son los conceptos un juicio, y funcionales propiamente
tencional. Los objetos a que pueden que relacionan (por ejemplo, la có- dichos, que Pfänder divide en aper-
referirse los conceptos son todos los pula del juicio), los cuales no deben ceptivos y mentales. Los primeros se
objetos, los reales y los ideales, confundirse con los conceptos de las subdividen en designativos (este, ese,
320
CON CON CON
aquel), retrospectivos (que, cual, rías tienen, sin embargo, implicacio- un concepto formal, y el mismo
cuyo), anticipantes (aquel que), li- nes que no aparecen en la fenome- triángulo como término al cual se
gativos equivalentes (y, además), nològica, procedemos en esta segunda refiere el concepto formal es un con-
ligativos condicionantes (con), liga- sección a reseñarlas brevemente. Lo cepto objetivo. Por eso el concepto
tivos de referencia (es), separativos haremos siguiendo un amplio hilo formal es de alguna manera una cosa
de simple separación (no, ni... ni), histórico. mientras que el concepto objetivo no
separativos de exclusión (menos, apar- La filosofía antigua centró la dis- es siempre cosa en sentido positivo,
te, excepto), aislativos (sin... ni, cusión en torno al problema de la pues puede ser una privación o un
solo), subrayadores (especialmente), noción, del término, del lo/goj , pero ens rationis. El concepto posee, en
sustitutivos (en vez de), directivos es evidente que, sobre todo este últi- todo caso, una similitud respecto a
(ahora bien, pues). Los segundos se mo, es mucho más que lo que mo- la cosa, y de ahí que sea siempre
subdividen en interrogativos, afirma- dernamente se llama concepto, de tal alguna forma o, a lo sumo, alguna
tivos, optativos, deprecativos, moniti- modo que para una dilucidación de cualidad.
vos, imperativos, etc. (que se expre- este problema deberíamos referirnos Durante la época moderna, el pro-
san por la entonación del lenguaje), a lo que hemos dicho ya acerca del blema del concepto en el sentido
conceptos que debilitan un acto ló- logos y de la idea ( VÉ AN SE ). Pues, apuntado siguió vinculado al proble-
gico (quizá), que lo robustecen en rigor, el concepto, tal como ha ma del desarrollo de la idea. Seña-
(necesariamente), condicionantes (en sido empleado en la lógica formal de lemos, sin embargo, que en la medida
caso de que), disyuntivos (o... o), inspiración aristotélica, no representa en que el empirismo predomina, el
explanativos (es decir), determinati- solamente los caracteres comunes a concepto se convierte en una reali-
vos (precisamente), explicativos (esto un grupo de cosas, sino la forma o dad psicológica y aun meramente
es), condensativos (en resumen) am- ei) = d oj mismo de ellas. El concepto designativa, y en la medida en que
plificativos (generalmente), limitati- es, en suma, el órgano del conoci- predomina el realismo vuelve a con-
vos (solamente), de asentimiento miento de la realidad, porque se vertirse en una esencia. Sin embargo,
(evidentemente), de oposición (pero, supone que no corta arbitrariamente la esencia designa entonces menos la
no obstante), deductivos (por con- las articulaciones de ella; las formas forma aristotélica que la idea
siguiente, por lo tanto) y funda- en que la realidad se distribuye y pla-tónica interpretada en el
mentativos y probativos (pues, ya de que metafisicamente brota co- sentido de la matemática. El
que). rresponden exactamente a los con- idealismo platónico —o, mejor
II. El análisis anterior de la noción de ceptos que la mente forja, y por eso, dicho, el platonismo interpretado en
concepto ha sido realizado a la luz de como lo expresa acertadamente Ernst sentido idealista— pretende entonces
la lógica de inspiración fenome- Cassirer (Substanzbegriff und Funk- desahuciar tanto el concepto
nològica. El motivo de haber dedi- tionsbegriff, 1910, I, § 1), los huecos conseguido por medio de la
cado a esta dirección en el presente que la lógica de Aristóteles ha de- abstracción aristotélica como el tér-
caso más espacio del que tiene ha- jado en la realidad al ejecutar una mino forjado mediante la reflexión
bitualmente en otros artículos sobre abstracción sobre ella han sido auto- empírica sobre la cosa: ambos apa-
términos lógicos se debe a que se ha máticamente rellenados por su me- recen para esta dirección —que tiene
considerado la noción de referencia tafísica. Lo mismo sucede con los sus momentos principales en Descar-
con particular atención y detalle. En escolásticos; éstos emplearon el voca- tes, Leibniz y Kant y que se prolon-
los textos de lógica simbólica, por blo 'conceptus' expresando con él algo ga a través de varias escuelas neo-
ejemplo, encontramos muy escasas re- semejante a la notio, pero con ciertos kantianas— como empobrecimiento
ferencias al término "concepto'. Por matices que conviene destacar. Así, de la realidad o como falsificacio-
otro lado, algunos de los "conceptos" se habla del concepto formal y del nes de ella. De ahí que esta con-
mencionados al final de la sección concepto objetivo de un ente, signi- cepción, sobre todo cuando asume un
anterior son considerados por tal ló- ficando por ellos, en el primer caso, aspecto "óntico", pueda ser conside-
gica desde muy distintos puntos de el ente tal como está expreso en la rada como mediadora. Kant, que
vista. Asi, por ejemplo, los que Pfän- mente y por la mente, y en el se- efectuó esta mediación, representa,
der llama conceptos condicionantes gundo el ente al que corresponde la como es sabido, un esfuerzo vigoro-
y disyuntivos son examinados por la noción mental. Como Suárez señala, so para hacer del concepto algo vin-
lógica simbólica como conectivas mientras el concepto formal es aquel culado a una intuición y, por lo
(véase CONECTIVA). Las diferencias que es la última forma de la mente, tanto, para no dejarlo a merced de
entre una y otra lógica al respecto o porque representa formalmente la una mera absorción metafísica o
se deben en gran parte a la diferen- mente de la cosa conocida, o porque de una disolución psicológica. La
cia de grado en la unificación y for- es el término formal de la concep- conocida tesis de que los concep-
malización del lenguaje: escaso en ción mental, el concepto objetivo es tos sin intuiciones son vacíos y de
la lógica fenomenològica; considera- aquella cosa misma u objeto que que las intuiciones sin conceptos son
ble en la lógica simbólica. Mayor re- es propio e inmediatamente formal ciegas, muestra suficientemente tal
lación tiene la doctrina fenomenolò- por el concepto y es conocido o propósito. El sentido metafísico del
gica con algunas de las teorías clási- representado formalmente en el mis- concepto se reitera, sin embargo, y
cas, especialmente las escolásticas, no mo concepto (disp. met., 2, s. 1). de un modo especialmente insisten-
obstante las críticas a que las ha Así, por ejemplo, el triángulo como te, en la filosofía de Hegel y en los
sometido. Como varias de estas teo- expreso por la mente y en ella es partidarios del idealismo lógico. Para
Hegel, el concepto (Begriff) es un
321
CON CON
tercer término, un Drittes, entre el no substantes" defendidos por varios
ser y el devenir, entre lo inmediato terministas; otros señalan que se trata
y la reflexión, de modo que en su primariamente de sermones cuya
proceso dialéctico (universalidad, característica principal es la significa-
particularidad, individualidad) se ma- ción. No menos debatido ha sido
nifiesta no solamente el desenvolvi- el problema del tipo de relación que
miento del ser lógico, sino también mantienen tales conceptos generales
el del ser real. El proceso dialéctico con las entidades concretas designa-
del concepto llega así, a través de los das; puede estimarse, por ejemplo,
momentos del concepto subjetivo y que designan tales entidades o que
objetivo, hasta la Idea, que es su sín- las denotan. Las diferentes respuestas
tesis y que representa la completa dadas a estas cuestiones han hecho
verdad del ser después de su auto- que en algunos casos el concep-
manifestación total, de tal suerte que tualismo se haya aproximado al realis-
la contradicción y la superación de mo moderado y que en otros, en
las contradicciones del concepto equi- cambio, se haya confundido con el
valen a la contradicción y a la supe- nominalismo (por lo menos con el
ración de las contradicciones del ser. nominalismo moderado). Esto explica
Solución, desde luego, contraria a la que autores como Pedro Auriol hayan
sustentada por ciertas direcciones del podido ser llamados —por unos— con-
empirismo realista, el cual elimina ceptualistas y —por otros— nomina-
el concepto en sentido tradicional listas (y hasta terministas). Es, pues,
en la medida en que, siendo una recomendable que en cada ocasión
relación, tiene que ser distinto de la en que se use el vocablo 'conceptua-
cosa relacionada, pero lo admite en lismo' se defina lo más exactamente
la medida en que el concepto pue- posible qué se entiende por él. Lo
de ser como el reverso de la per- más común es usarlo como posición
cepción. El paso del percept al con- intermedia entre el realismo modera-
cept, para emplear la terminología do y el nominalismo y como una
de James, es así, la consecuencia de tesis que acentúa el motivo epistemo-
una noción claramente empírica del lógico (o criteriológico) sobre el mo-
concepto, el cual sería entonces una tivo ontológico, predominante en la
de las realidades percibidas por el cuestión de los universales. No re-
"acontecimiento percipiente". Por lo sulta, pues, sorprendente que los neo-
demás, ha sido inevitable que en escolásticos traten asimismo la posi-
el intento de alianza del empirismo ción conceptualista dentro de la cri-
con el logicismo efectuado a través teriología y que haya podido consi-
del neopositivismo el concepto haya CONCEPTUALISMO. En los ar- derarse a Kant (y a algunos neokan-
sido entendido cada vez más en un tículos Nominalismo, Realismo y Uni- tianos, como Cassirer) como concep-
sentido operativo y que, al final, y con versales ( VÉANSE ) nos hemos referi- tualistas.
el fin de solucionar las dificultades do ya a la posición llamada concep- CONCIENCIA. El término 'con-
planteadas, se haya distinguido, como tualismo. Resumiremos aquí algunas ciencia' tiene en español por lo me-
hace Carnap, entre conceptos semán- de las opiniones ya mantenidas al nos dos sentidos: (1) percatación o
ticos y conceptos absolutos. Los con- respecto y proporcionaremos varias reconocimiento de algo, sea de algo
ceptos absolutos son empleados cuan- informaciones complementarias. exterior, como un objeto, una cuali-
do la verdad no se refiere solamente El conceptualismo es definido co- dad, una situación, etc., sea de algo
a las expresiones, sino a sus designate, mo aquella posición en la cuestión interior, como las modificaciones ex-
con lo cual todas las modalidades de los universales según la cual los perimentadas por el propio yo; (2)
quedan reducidas a formas de con- universales existen solamente en tanto conocimiento del bien y del mal. El
ceptos absolutos, los cuales corres- que conceptos universales en nuestra sentido (2) se expresa más propia-
ponden a las proposiciones. mente (conceptos que poseen esse mente por medio de la expresión 'con-
obiectivum) o, si se quiere, en ciencia moral', por lo que reservamos
tanto que ideas abstractas. Los un artículo especial a este último con-
universales o entidades abstractas no cepto. En el artículo presente nos re-
son, pues, entidades reales, pero tam- feriremos solamente al sentido (1).
poco meros nombres usados para En algunos idiomas se emplean tér-
designar entidades concretas: son minos distintos para los dos sentidos
conceptos generales. El status preciso mencionados: por ejemplo, Bewusst-
de tales conceptos ha sido muy de- sein, Gewissen (en alemán), cons-
batido. Algunos autores indican que ciousness, conscience (inglés) respec-
se trata de conceptos "ya hechos", tivamente. El vocablo 'conciencia' se
para distinguirlos de los "conceptos deriva del latín conscientia —cuyo
322
CON CON CON
sentido originario fue (1)— , el cual ciencia como una "cosa" entre las "co- nales y no intencionales de la con-
es una traducció n de los vocablos sas" han negado la intencionalidad o ciencia. Así ha ocurrido en el idealis-
griegos sunei/dhsuj, suneido/j o sunai/sqhsij. no la han tenido en cuenta. En efec- mo alemán (a que nos referimos más
El primero de dichos vocablos fue usa- to, aunque se admita que tal "cosa" abajo). La acentuación de su carácter
do, al parecer, por Crisipo por vez pri- es comparable a un espejo más bien psicológico (y a veces psico-gnoseoló-
mera (Eucken, Ges. der phil. Termi- que a las realidades que refleja, se gico) ha llevado a considerar la con-
nologie [1879], reimp., 1960, pág. supone que el "espejo" en cuestión ciencia como una facultad junto a
175). tiene una realidad, por así decirlo, otras facultades, y también a identifi-
El sentido (1) puede desdoblarse substancial. La conciencia es enton- car la conciencia con un tipo deter-
en otros tres sentidos: (a) el psico- ces descrita como una "facultad" que minado de actividades psíquicas o
lógico; (b) el epistemológico o gno- posee ciertas características relativa- psico-gnoseológicas. Así, por ejemplo,
seológico, y (c) el metafísico. En sen- mente fijas. Las operaciones de tal algunos filósofos han destacado en la
tido (a) la conciencia es la percep- conciencia se hallan determinadas por conciencia las operaciones intelectua-
ción del yo por sí mismo, llamada sus supuestas características. En cam- les; otros, las volitivas; otros, las per-
también a veces apercepción ( VÉASE). bio, los filósofos que han tendido a ceptuales. Ciertos tipos de metafísica
Aunque puede asimismo hablarse de no considerar la conciencia como una han determinado muy precisamente la
conciencia de un objeto o de una si- "cosa" —ni siquiera como una "cosa idea de conciencia. Así, las metafísi-
tuación en general, éstos son conscien- reflejante"— han afirmado o han su- cas voluntaristas de Maine de Biran
tes en tanto que aparecen como mo- puesto de algún modo la intenciona- y, por razones muy distintas, de
dificaciones del yo psicológico. Se ha lidad de la conciencia. La conciencia Wundt, han llegado a identificar con-
dicho por ello que toda conciencia es es entonces descrita como una fun- ciencia y voluntad. Las metafísicas
en alguna medida autoconciencia y ción o conjunto de funciones, como orientadas hacia el empirismo, por
aun se han identificado ambas. En un foco de actividades o, mejor di- otro lado, han tendido a reducir el pa-
sentido (b) la conciencia es primaria- cho, como un conjunto de actos en- pel de la conciencia, según veremos
mente el sujeto del conocimiento, ha- caminados hacia algo — aquello de más adelante.
blándose entonces de la relación que la conciencia es consciente. Kant estableció una distinción entre
conciencia-objeto consciente como si Muchos filósofos griegos se inclina- la conciencia empírica (psicológica) y
fuese equivalente a la relación sujeto- ron a una concepción no intencional la conciencia trascendental (gnoseoló-
objeto (véase CONOCIMIENTO). En y "cosista" de la conciencia, si bien gica) (Cfr. K.r.V., B 131 y sigs.). La
sentido (c) la conciencia es con fre- en algunos pensadores —como en primera pertenece al mundo fenomé-
cuencia llamada el Yo ( VÉ ASE). Se Plotino— el carácter puramente "in- nico; su unidad sólo puede ser pro-
trata a veces de una hipóstasis de la terno" de la conciencia la distingue porcionada por las síntesis llevadas a
conciencia psicológica o gnoseológica de las "otras" realidades, las cuales cabo mediante las intuiciones del es-
y a veces de una realidad que se su- son, en cierto modo, distensiones de pacio y el tiempo y los conceptos del
pone previa a toda esfera psicológica la pura tensión en que la conciencia entendimiento. La segunda es la po-
o gnoseológica. consiste. Muchos filósofos cristianos sibilidad de la unificación de toda
En el curso de la historia de la fi- han subrayado el carácter intencional conciencia empírica y, por lo tanto,
losofía no solamente ha habido con de la conciencia. Este carácter inten- de su identidad — y, en último térmi-
frecuencia confusiones entre los sen- cional se ha manifestado en las notas no, la posibilidad de todo conocimien-
tidos (1) y (2), sino también entre de intimidad y autocertidumbre de to. La identidad de la persona no es
los sentidos (a), (b) y (c). Lo único que ha hablado San Agustín. Santo asunto empírico, sino trascendental
que parece común a estos tres senti- Tomás y no pocos escolásticos se han ( VÉASE). Cierto que es posible "un
dos es el carácter supuestamente uni- inclinado hacia una concepción "rea- tránsito gradual de la conciencia em-
ficado y unificante de la conciencia. lista" de la conciencia; muchos filóso- pírica a la conciencia pura [trascen-
Dentro de cada uno de los senti- fos modernos —como, por ejemplo, dental]" (ibid., B 208). Pero la con-
dos (a), (b) y (c), y especialmente Descartes— se han inclinado hacia ciencia pura sin material a la cual
dentro de los dos primeros, se han una concepción de naturaleza inten- aplicarse no es sino una condición for-
establecido varias distinciones. Se ha cional e intimista. Cuando esta con- mal. Para que sea "material", la con-
hablado, por ejemplo, de conciencia cepción se ha llevado a sus últimas ciencia pura tiene que aplicarse al ma-
sensitiva e intelictiva, de conciencia consecuencias se han cortado inclusive terial empírico proporcionado por las
directa y de conciencia refleja, de los hilos que ligaban la conciencia a percepciones del mundo fenoménico.
conciencia no intencional e intencio- aquello de que es consciente — sobre Ahora bien, tan pronto como se echó
nal. Esta última división es, a nuestro todo cuando aquello de que es por la borda la noción de cosa en sí,
entender, fundamental. En efecto, casi consciente no es, a su vez, un acto de la conciencia pura (trascendental)
todas las concepciones de la conciencia naturaleza espiritual. Paradójicamen- kantiana pasó de ser principio de uni-
habidas en el curso de la historia te, la conciencia ha sido vista enton- ficación de un material empírico dado
filosófica pueden clasificarse en unas ces como una realidad completamente (bien que no organizado) a principio
que admiten la intencionalidad y independiente de la realidad por ella de realidad. Tal sucedió con los idea-
otras que la niegan o que simple- aprehendida. listas postkantianos. En Fichte y He-
mente no la suponen. Los filósofos La acentuación del carácter meta- gel tenemos un paso de la idea de
que han tendido a concebir la con- físico de la conciencia se ha llevado a conciencia trascendental (gnoseológi-
cabo dentro de concepciones intencio- ca) a la idea de la conciencia metafí-
323
CON CON CON
sica. Fichte hace de la conciencia el más propiamente psicológico, girando dos concretos sintéticos) y también a
fundamento de la experiencia total y desde entonces la discusión en torno las unas con respecto a las otras. Uni-
la identifica con el Yo que se pone a al carácter activo o pasivo, dependien- camente el poner en claro la índole
sí mismo. Hegel describe los grados o te o independiente, actual o substan- propia de la síntesis hace fructífero
figuras de la conciencia en un proceso cial, de la conciencia. Cada una de el mostrar en el cogito, en la vivencia
dialéctico en el curso del cual el estas concepciones representa a su intencional, una conciencia de, o sea,
despliegue de la conciencia es identi- vez un nuevo tipo de psicología, hace fructífero el importante descu-
ficado con el despliegue de la reali- combinándose, por otro lado, la no- brimiento realizado por Franz Bren-
dad. Aunque en la Fenomenología del ción de actividad con las de inde- tano, de que la intencionalidad es el
Espíritu la conciencia aparece como pendencia y substancialidad, o la de carácter descriptivo fundamental de
el primer estadio, la autoconciencia pasividad con las de actualidad y los 'fenómenos psíquicos'; y única-
como el segundo y el espíritu en tanto dependencia. mente ello deja efectivamente en
que libre y concreto como el tercero Decisiva ha sido la concepción de franquía el método de una teoría
(desenvolviéndose en razón, espíritu y Brentano que, aplicada al campo de descriptiva de la conciencia, una teoría
religión y culminando en el saber la psicología, ha sido desenvuelta por tanto psicológico-natural cuanto
absoluto), la conciencia puede ser la fenomenología en la teoría del co- filosófico-trascendental" (Meditaciones
concebida como "la totalidad de sus nocimiento y en la metafísica como cartesianas, trad. J. Gaos, § 17). Si-
momentos", y "los momentos" de la una doctrina destinada a superar las guiendo a Husserl, y apoyándose en
noción del saber puro "adoptan la anteriores oposiciones. Brentano con- algunos resultados de la psicología
forma de figuras o modos de la con- cibe la conciencia como intenciona- estructuralista (véase ESTRUCTURA),
ciencia". En Hegel la conciencia lidad y, por lo tanto, hace de la Aron Gurwitsch (op. cit., infra) ha
abarca, pues, la realidad que se des- conciencia algo que no es continente emprendido un detallado análisis fe-
pliega a sí misma, trascendiéndose a ni contenido, sino mera proyección y nomenològico de la conciencia — co-
sí misma y superándose continuamente referencia a aquello que es mentado mo "campo de la conciencia". Gur-
a sí misma. Dentro del proceso dia- (véase INTENCIÓN, INTENCIONAL, witsch ha descubierto tres zonas o
léctico de la conciencia aparecen cier- INTENCIONALIDAD ). Apoyándose en partes estructurales en el campo cons-
tas figuras de conciencia particular- Brentano, Husserl discute en la "pri- ciente: el tema —que forma la con-
mente interesantes o reveladoras. mera fase" de su pensamiento, en las ciencia atencional (véase ATE N -
Mencionamos a este respecto la con- Investigaciones lógicas, la significación CIÓN )—, el campo temático —que
ciencia infeliz, la conciencia desgarra- de la conciencia entendida: (1) "como designa todo lo presente a la concien-
da. La "conciencia infeliz" (Cfr. Fe- la total consistencia fenomenològica cia al mismo tiempo que el tema— y
nomenología, B.4 B.3; Filosofía de la real del yo empírico", como el en- el margen — que incluye elementos
Historia, IV, sec. 2, caps. 1 y 2) es trelazamiento de las vivencias psí- copresentes al tema, pero no relacio-
"el alma alienada [enajenada] que es quicas en la unidad de su curso; nados directa o intrínsecamente con
la conciencia de sí como dividida, un (2) como percepción interna de las vi- él (en un sentido que parece próximo
ser doblado y meramente contradicto- vencias psíquicas propias, y (3) como a uno de los elementos de la circuns-
rio". La conciencia aparece entonces nombre colectivo para toda clase de tancia [VÉASE] ). En términos feno-
como el mirar de una autoconciencia "actos psíquicos" o "vivencias inten- menológicos, el tema constituye el
a otra, siendo ella misma las dos y cionales", dando a la discusión de la núcleo noemático, y el margen consti-
siendo "la unidad de ambas su propia conciencia como vivencia intencional tuye el sentido de la realidad subya-
esencia, pero objetiva y conscien- la mayor amplitud. A través de las cente a la conciencia. El campo temá-
temente no es todavía esta misma fases ulteriores de la fenomenología tico ofrece una estructura muy
esencia, es decir, no es todavía la uni- la concepción husserliana de la con- compleja, donde se integran todos los
dad de ambas". Algunos autores (por ciencia experimenta varias modifica- elementos que resulten pertinentes pa-
ejemplo, J. Hyppolite, op. cit. infra, ciones, pues la mera síntesis vivencial ra una determinada actitud atencional
págs. 184) y Franz Grégoire (op. cit. se convierte en un punto de referencia de la conciencia. Partiendo asimismo
infra, pág. 47, nota) llegan a afirmar y, finalmente, en un yo puro cuyo de Husserl, J. P. Sastre ha insistido en
que la dialéctica hegeliana de la con- fundamento se halla constituido por la el carácter intencional de la concien-
ciencia es, en el fondo, la de la con- temporalidad y la historicidad. De esta cia, en la imposibilidad de definirla
ciencia desdichada. Hyppolite afirma manera y particularmente al distinguir por medio de categorías pertenecientes
que en la Fenomenología se encuentra los diversos modos de la conciencia, a las "cosas". Siendo la conciencia un
sin cesar "el tema de la conciencia Husserl llega a una concepción de la "dirigirse a", su relación con la "reali-
desdichada en diferentes formas". misma de ascendencia cartesiana. dad" no es la relación que haya entre
Grégoire señala que "la Fenomenolo- Así, Husserl señala explícitamente que una "naturaleza" y otra "naturaleza".
gía describe el itinerario de la con- la descripción concreta de la Por eso puede haber conciencia de lo
ciencia desdichada y de su progresivo conciencia abre enormes perspectivas "ausente" o hasta de lo "inexistente".
apaciguamiento hasta el estado de sa- de hechos, antes jamás investigados. Y por eso también para comprender
tisfacción que es el 'saber absoluto'". "Todos ellos —escribe Husserl— la relación entre la conciencia y las
La mayor atención prestada después pueden ser designados como hechos de cosas (existentes o no existentes, pre-
del idealismo a la psicología, y la la estructura sintética, que dan unidad sentes o ausentes) hay que descartar
irrupción del positivismo, han dado al noético-noemática a las distintas toda idea de relación causal, como
término 'conciencia' un significado cogitationes (en sí, como to- la que sostenían las teorías "clásicas"
324
CON CON CON
— y las que mantienen, dicho sea de que más insistentemente destacan los objetivo de categorías. La interpreta-
paso, algunas doctrinas contemporá- mencionados autores en la noción de ción realista del kantismo se aproxi-
neas sobre la percepción (VÉASE ). conciencia parecen ser, pues, éstas: maba a las ideas de algunos realistas
No habiendo, según Sartre, relación temporalidad, historicidad, totalidad, ingleses y norteamericanos: la con-
causal, la conciencia puede, pues, pre- memoria, duración, cualidad. Y como ciencia puede ser, en último término,
sentarse como libertad. estas notas han sido usadas también un "acontecimiento percipiente" (per-
Con independencia de Husserl, pero para caracterizar lo real —o "lo más cipient event). En suma, la concien-
en una dirección análoga, Dilthey y real"—, se ha llegado a veces a iden- cia no es conciencia: es el nombre
Bergson coinciden sobre la noción de tificar conciencia con existencia. que se da a uno de los aspectos de "lo
conciencia en varios puntos impor- En cambio, algunos filósofos de dado", del "tejido mental", de las par-
tantes. El yo puro de Husserl, que tendencia fenomenista y empirista ra- tes integrantes de la reducción ( VÉA-
tiene tiempo e historia, corresponde, dical acabaron por disolver la noción SE), de los "gignomene", etc., etc.
en parte, al concepto dilthe-yano de conciencia. Todavía en muchos au- (Avenarius, Schuppe, Schubert-Sol-
de la conciencia como historicidad y tores naturalistas del siglo XIX la con- dern, Rehmke, Ziehen, etc.).
totalidad, lo mismo que al concepto ciencia, sin ser negada, era entera- Influido en parte por las tendencias
bergsoniano de la memoria pura, de mente subordinada a la realidad antes aludidas, William James terminó
la duración pura y de la pura — esto es, a la Naturaleza. Marx afir- por negar la conciencia. En su artículo
cualidad. Conciencia, dice ex- mó que la realidad determina la con- "¿Existe la conciencia?" (1904) —y
plícitamente Bergson, significa por lo ciencia y no a la inversa. Aunque es prosiguiendo los análisis de pensadores
pronto memoria, pues la inconciencia posible encontrar en el marxismo cierta que, como Ward, Baldwin, G. E.
puede definirse justamente como una tendencia a identificar —cuando Moore, dudaban de la posibilidad de
conciencia que no conserva nada de menos en el campo histórico— la rea- un empleo de la noción de conciencia
su pasado, que se olvida incesante- lidad social con la conciencia de esta como entidad "subsistente"— James
mente a sí misma. Pero la conciencia realidad, muchos autores marxistas señalaba, en efecto, que estos autores
significa asimismo anticipación, es de- (por ejemplo, Lenín) han defendido "no son bastante osados en sus
cir, posibilidad de elección. De ahí el una teoría del conocimiento "fotográ- negaciones" y que hay que reducir
dualismo de la materia y de la con- fico" según la cual la conciencia se la conciencia a sus equivalentes "rea-
ciencia, dualismo que se expresa en limita a reflejar lo real. No pocos filó- lidades de experiencia". La concien-
la fórmula: "La materia es necesi- sofos naturalistas concibieron la con- cia no es así entidad, sino función.
dad; la conciencia es libertad." Pero ciencia como un epifenómeno de la Lo cual no implicaba (paradójica-
este dualismo no permanece siempre realidad — como una especie de "fos- mente) negar el "papel desempeñado
irreductible. Por un lado, la vida en- forescencia", según decía, para criticar por la conciencia" sino reafirmarlo. En
cuentra medio de reconciliarlas. Por esta tesis, Bergson. Pero en todos estos la trama de la experiencia pura —lo
otro lado, Bergson se inclina hacia la casos se otorgaba todavía un cierto único existente— se dan, según James,
idea de la materia como duración mí- sentido a la noción de conciencia. En por lo menos dos funciones: una de
nima y hacia la idea del universo co- cambio, ciertos filósofos empi-ristas, ellas es la "conciencia"; la otra, "las
mo organismo del cual no puede eli- fenomenistas, inmanentistas y cosas". La relación del conocimiento
minarse la conciencia. "Que estas dos "neutralistas" (Mach, Schuppe) fue- —una de las relaciones que la con-
existencias —material y conciencia— ron tan lejos en su negación de ca- ciencia se había ya reducido— se da,
derivan de una fuente común, no me rácter "subsistente" de lo real que pues también dentro del complexo
parece dudoso. Anteriormente he in- envolvieron en ella la noción de con- único de la experiencia pura. De ahí
tentado mostrar que si la primera ciencia. No se puede decir, según estos que la experiencia pueda ser indis-
es la inversa de la segunda, si la filósofos, que hay por un lado la tintamente cosa y pensamiento, y de
conciencia es acción que sin cesar realidad y por el otro la conciencia. ahí que "la separación entre concien-
se crea y se enriquece mientras la Tampoco se puede decir que hay sólo cia y contenido se realice, no me-
materia es acción que se deshace y la realidad o sólo la conciencia, y que diante sustracción, sino mediante
gasta, ni la materia ni la conciencia cada una de ellas únicamente puede adición".
se explican por sí mismas" (L'energie comprenderse en función de la otra. Dentro de la conciencia como "ser-
spirituelle, 1919, págs. 18-9). La ad- Realidad y conciencia son como dos consciente" pueden distinguirse tres
misión de la coextensión de la con- caras de un mismo modo de ser, el elementos: el objeto de que la con-
ciencia con la vida es aceptada por cual es ontológicamente "neutral". ciencia es consciente, la conciencia del
varios autores, aun cuando en algunos Los problemas acerca de la naturaleza objeto, y la conciencia de sí mismo
casos, como por ejemplo en Scheler, y realidad de la conciencia se con- (incluyendo la conciencia de sí mismo
la noción de conciencia sea aplicada vierten de este modo en pseudo-pro- en cuanto hay conciencia de un obje-
sólo a ciertas formas superiores de la blemas. Curiosamente, algunos pensa- to). Estos tres elementos no son for-
vida orgánica. Por eso la conciencia, dores neokantianos contribuyeron a la zosamente "reales", es decir, no se
que, según Scheler, caracteriza, junto elaboración de doctrinas similares. La hallan necesariamente "separados" uno
con otras notas, al espíritu, es una interpretación idealista-objetiva del de otro. El objeto de que la concien-
conversión en objeto de la primitiva kantismo, propia de la llamada "Es- cia es consciente es el término del acto
resistencia (VÉASE ) al impulso que cuela de Marburgo", cuando era lle- consciente. La conciencia del objeto
sólo con muchas reservas puede seguir vada a un extremo, acababa por iden- es el acto. La conciencia de sí
llamándose "conciencia". Las notas tificar la conciencia con el sistema mismo es una reflexión sobre el propio
325
CON CON
conjunto de los actos, una inversión aparece como algo procedente del
en las direcciones habituales de los sentido (VÉASE) moral; la conciencia
actos conscientes. Tal inversión tiene moral se identifica frecuentemente
lugar probablemente, como ya apuntó en los textos del Estagirita con la
Maine de Biran, en virtud de una re- fro/nhsij estoicos acentúan la na-
sistencia ofrecida por el objeto, pero turaleza racional de la moral; como
esta resistencia no ha de entenderse, consecuencia de ello, la conciencia
según creía el pensador francés, como moral es para ellos la voz racional de
el choque producido por el esfuerzo la naturaleza. Muchos Padres de la
del yo psicofísico al proyectarse contra Iglesia y muchos escolásticos entien-
el obstáculo, sino más bien, según ha den la conciencia moral como una sin-
concebido Scheler, como "la refle-xio déresis ( VÉASE). Además, Santo To-
primitiva de la sensación en ocasión más habla de la conciencia moral
de las resistencias que se oponen al como un spiritus corrector et paedago-
movimiento espontáneo primitivo". La gus animae societatis, espíritu que in-
conciencia sería en este caso, como dica si un acto es justo o no. Varios
subraya el último autor, un padecer, filósofos modernos, especialmente en-
y la absoluta conciencia de sí mismo tre los llamados continentales (Des-
sería el padecimiento absoluto, el ab- cartes, Spinoza), han hablado de un
soluto dolor producido por la con- morsus conscientiae, de un mordisco
ciencia plena e inequívoca de la propia de la conciencia. Otros filósofos mo-
intimidad. Pero, a diferencia de la dernos, como los ingleses, cuando
tesis schopenhaueriana de la nece- menos desde Locke, se han referido
sidad del paso de la conciencia de la a la conciencia moral como una san-
Voluntad a la autoaniquilación, el pa- ción correctora de nuestros actos (o
decer de la conciencia no conduce como la idea anticipada de tal san-
a la pasividad, sino que es expresión ción). Desde Wolff y Kant la con-
de la más alta actividad. Sin embar- ciencia moral ha sido interpretada
go, esta significación de la conciencia cada vez más como una facultad que
como resistencia y padecimiento per- juzga de la moralidad de nuestras
tenece más bien a la metafísica y no acciones. Kant sobre todo ha enten-
coincide con el significado gnoseoló- dido esta facultad de juicio como una
gico, donde la conciencia es pura y facultad que se dirige al propio su-
simplemente conciencia que conoce, CONCIENCIA INFELIZ. Véase jeto que juzga. Este aspecto de in-
sujeto cognoscente o trascendental. CONCIENCIA. mediatez de la conciencia moral ha
CONCIENCIA MORAL. Esta con- sido llevado a sus últimas conse-
ciencia se distingue de la conciencia cuencias por Fichte y —con más
en sentido psicológico, en sentido atención a lo ético propiamente di-
gnoseológico o epistemológico y en cho— por Hegel. Varios autores (es-
sentido metafísico a que nos hemos pecialmente Francis Hutcheson, Ri-
referido en el anterior artículo. El chard Cumberland, Adam Smith) han
sentido de la expresión 'conciencia tendido a identificar la conciencia
moral' ha sido popularizado en las moral con el sentido moral. En autores
frases ' llamado de la conciencia' del siglo XIX ha sido frecuente
'voz de la conciencia', etc. Pero en acentuar no la admonición de la con-
su sentido más común la conciencia ciencia moral respecto al futuro, sino
moral aparece como algo demasiado sobre todo respecto al pasado (es el
simple; los filósofos han investigado, caso de Schopenhauer, como ya lo
en efecto, en qué sentidos se puede había sido el de Spinoza). En los
hablar de una voz de la conciencia últimos cien años la concepción de la
y, sobre todo, cuál es —si lo hay— conciencia moral ha seguido muy fiel-
el origen de tal "voz". En lo que mente las líneas generales de las co-
toca al primer punto, muchas son las rrespondientes doctrinas éticas: los
definiciones dadas por los filósofos. neokantianos han definido la concien-
Para unos (como Sócrates), la con- cia moral al hilo de la idea del deber;
ciencia moral puede ser uno de los los partidarios de la ética material de
aspectos del "demonio" ( VÉASE) que los valores la han definido como el
interviene en momentos decisivos de producto de las exigencias planteadas
la existencia humana (y aparece, con- por éstos; los intuicionistas éticos la
viene notarlo, no indicando lo que se han basado en la llamada intuición
debe hacer, sino lo que se debe omi- moral; los utilitaristas la han definido
tir). Para otros (como Aristóteles) en función del bienestar del ma-
326
CON CON CON
yor nùmero, etc. No han faltado ciencia moral pseudo-moral (egoísta ral puede ser atribuido a una entidad
quienes han acentuado el carácter o individual-eudemonista, y heteró- divina. La moral resultante es enton-
estrictamente social de la conciencia noma o autoritaria) y de la concien- ces heterónoma o, más propiamente,
moral, o su carácter estrictamente cia moral auténtica (moral del gusto teónoma. Se supone en tal caso que
natural (marxismo, darwinismo éti- o de los principios morales estéticos, Dios ha depositado en el hombre la
co) o quienes han intentado "des- moral del sentimiento, moral de la scintilla conscientiae, la "chispa de
enmascarar" la conciencia moral co- razón o de los principios morales la conciencia", por medio de la cual
mo una traición a la "vida" (Nietzs- racionalistas). El segundo se ha se descubre si un acto es justo o in-
che). Scheler ha considerado que la atenido a una fenomenología de la justo.
noción filosófica de conciencia moral conciencia moral según la cual los (4) El origen de la conciencia mo
es un eco dejado por la creencia reli- diversos modos de aparición de tal ral puede atribuirse a una fuente hu
giosa; como tal eco es algo de natura- conciencia condicionan las diversas mana. A su vez, esta fuente humana
leza "crepuscular" y que no puede teorías. Nosotros adoptaremos aquí puede concebirse o como natural, o
adquirir vida de nuevo sin sumergirse una clasificación que se atiene más como histórica, o como social, con lo
otra vez en dicha creencia. Heidegger bien a las concepciones sobre los cual esta posición se combina con
ha examinado el problema de la con- orígenes de la conciencia moral, con la (2). También puede estimarse que
ciencia moral en un sentido parecido el fin de tocar la cuestión a la cual esta fuente es o individual o social.
al de las otras manifestaciones de la se ha aludido ya al comienzo de este (5) El fondo del cual procede la
Existencia (VÉASE), es decir, desde un artículo. Según ello, encontramos conciencia moral puede ser racional
punto de vista existenciario ( VÉASE). las concepciones siguientes (que en o irracional. Estas dos posiciones se
La conciencia moral es un llamado, un gran parte coinciden con las presen- combinan frecuentemente con cuales
"vocar" que revela a la existencia tadas en el artículo sobre la noción quiera de las antes mencionadas, de
su vocación (Ruf), lo que ella es en de sentido moral). pendiendo de la idea que se tenga
su autenticidad. Es una "voz" que no ( 1 ) La conciencia moral puede ser de la estructura racional o irracio
dice nada, que permanece silenciosa, concebida como innata. Se supone nal de las fuentes respectivas.
porque no viene de fuera, sino de en este caso que, por el mero hecho (6) El fondo del cual procede la
dentro de la Existencia. Es, para uti- de existir, todos los hombres poseen conciencia moral puede ser personal
lizar los términos de la versión de una conciencia moral, en un sentido o impersonal. También estas posicio
José Gaos, un "avocar" al "ser sí análogo a como se supone que poseen nes se combinan frecuentemente con
mismo" de la Existencia para que ciertos principios intelectuales. Puede las otras, aunque algunas de ellas
salga de su estado de pérdida en el hablarse así de un innatismo moral quedan excluidas; por ejemplo, la
"uno" (o en el "se"). La conciencia como se habla de un innatismo idea de que la conciencia moral tie
moral es, pues, para Heidegger, un ( VÉASE ) intelectual. Ahora bien, co- ne un origen natural excluye su ori
fenómeno existenciario que parte de mo este último, el primero puede gen personal.
la Existencia y se dirige a la Exis- entenderse en dos sentidos: (a) la (7) Finalmente, el fondo del cual
tencia. En suma, la Existencia en el conciencia moral es algo que se tiene procede la conciencia moral puede
fondo de su estado de "inhospitali- siempre y efectivamente; (b) la con- ser auténtico o inautèntico. Si ocurre
dad" en el mundo es el verdadero ciencia moral es algo que se tiene la lo primero, pueden admitirse muchas
"vocador de la vocación de la con- posibilidad de poseer siempre que se de las concepciones anteriores. Si tie
ciencia moral". Por eso la conciencia suscite para ello una sensibilidad mo- ne lugar lo segundo, las concepciones
moral se revela como el llamado (o ral adecuada. usualmente admitidas son las de su
"vocación") del cuidado (VÉASE) en (2) La conciencia moral puede ser origen natural y puramente social. La
tanto que ser de la Existencia. Como concebida como adquirida. Puede es- conciencia moral es entonces desen
la Existencia, la conciencia moral es timarse que se adquiere por educa- mascarada como un sentido que el
siempre la mía; ningún hombre pue- ción de las potencias morales ínsitas hombre ha adquirido en virtud de
de pedir auxilio a otro (o a otros) en el hombre, en cuyo caso esta ciertas conveniencias sociales o de
para determinar cuál es el llamado posición se aproxima a la última men- ciertos procesos naturales y que pue
o vocación que le es propio y que se cionada (1b), o puede suponerse de desaparecer tan pronto como tales
manifiesta por el "decir callando" de —más propiamente— que se adquiere conveniencias no sean ya vigentes.
su conciencia moral. en el curso de la historia, de la La mayor parte de las obras sobre
La descripción anterior sigue grosso evolución natural, de las relaciones Ética y Moral ( VÉANSE ) tratan el
modo la línea histórica. Es posible sociales, etc. Una consecuencia de problema de la conciencia moral.
presentar también la cuestión de un esta teoría es la de que la conciencia Indicamos aquí (en orden cronológi-
modo sistemático ateniéndose a los moral no solamente puede surgir o co) varias obras (algunas sistemáti-
grandes principios según los cuales puede no surgir en el hombre, sino cas, otras históricas) sobre la noción
de conciencia moral: W. Dilthey,
es definida la conciencia moral. Es también la de que su contenido de- "Versuch einer Analyse des moralis-
lo que han hecho Eduard von Hart- pende a su vez del contenido natu- chen Bewusstseins", 1864 (Ges.
mann y H. G. Stoker. El primero ha ral, histórico, social, etc. Las teorías Schriften, VI, 1924). — J. Jahnel,
clasificado las diversas teorías sobre naturalistas, historicistas, social-his- Ueber den Begriff Gewissen in der
la conciencia moral según el carácter toricistas, etc., entran dentro de este griechischen Philosophie, 1872. —
de los principios morales sustenta- grupo. J. Hoppe, Das Gewissen, 1876. —
dos. De ahí su descripción de la con- ( 3 ) El origen de la conciencia mo- E. von Hartmann, Phänomenologie
327
CON CON CON
des sittlichen Bewusstseins. Prolego- Se habla también de concepto concreto lo abstracto, una que se ha manifes-
mena zu jeder küunftigen Ethik, (el que designa un atributo en cuanto tado contra el supuesto universo abs-
1879, 2a edición, con el título: Das pertenece real o efectivamente a un tracto y "monolítico" hegeliano: el
sittliche Bewusstsein, 1886. — P. sujeto) y de término concreto (que pragmatismo pluralista dé William Ja-
Rée, Die Entstehung des Gewissens, nombra un sujeto, o una forma en
1885. — Eisenhans, Wesen und Ent- mes. En época más reciente, sin em-
stehung des Gewissens, 1894. — H. tanto que se halla en un sujeto). bargo, se ha "vindicado" a Hegel de
Friedmann, Die Lehre vom Gewissen Hegel llama universal concreto al la acusación de "abstraccionismo" y
in den Systemen des etischen Idealis- concepto por cuanto, trascendiendo de se ha visto cuán fuerte era la tenden-
mus, 1904. — P. Carabellese, La su pura formalidad, constituye la sín- cia hegeliana a lo concreto. Se han
coscienza morde, 1915. — H. G. tesis del ser y de la esencia; el con- ahondado en las raíces hegelianas del
Stoker, Das Gewissen. Erscheinungs- cepto como universal concreto es el existencialismo —y también en las raí-
formen und Theorien, 1925. — G. ser una vez se ha autodesplegado com- ces hegelianas del marxismo— con la
Madinier, La conscience morale, 1954 pletamente y ha manifestado la uni- consecuencia de que se ha obtenido
2a ed., 1958. — Philippe Delhaye, Le versalidad, la particularidad y la in-
problème de la conscience morale una imagen más rica de la noción de
chez S. Bernard, 1957 [Analecta med. dividualidad. El concepto es, en lo concreto.
namurcensia, 9], — J. Rudin, H. cuanto ser en y para sí mismo, un En muchas direcciones del pensa-
Schär, R. I. Z. Werblowsky, H. Bin- universal concreto en el sentido miento actual puede rastrearse esta
den, Das Gewissen, 1958. — Zbinde, de que representa la individualidad nueva tendencia hacia lo concreto,
Schär et al., Das Gewissen, 1958 (trad, concebida como universalidad parti- pero no ya en virtud de un vago irra-
esp.: La conciencia, 1961). — J. M. cular, de un modo análogo a como, cionalismo, sino como expresión de un
Hollenbach, Sein und Gewissen. Über según Kant, la categoría de la to- deseo de explicar lo real en vez de
den Ursprung von Gewissenregungen. talidad es la pluralidad considerada limitarse a especular sobre él o en vez
Eine Begegnung zwischen Heidegger como unidad. Lo universal concreto
und thomistische Philosophie, 1959. — de "reducirlo" a una trama categorial.
Rodolfo Mondolfo, Moralisti greci. La participa, pues, igualmente de lo sin- La "lógica de lo concreto", la 'lógica
coscienza morale da Omero a Epi- gular y de lo universal por ser, de de la vida" tienen numerosos antece-
curo, 1960. — Id., id., La conciencia acuerdo con el método dialéctico, dentes, pero nunca como ahora ha-
moral, de Homero a Demócrito y Epi- negación de una negación. bían sido tan insistentemente predica-
curo, 1962. Según Husserl, las esencias son to- das. De este modo se intenta unir la
CONCLUSIÓN. Véase ARGUMEN- talidades concretas en virtud del he- razón con la realidad; la primera es
TO, SILOGISMO. cho de la participación de lo indi- considerada como surgida de la se-
CONCOMITANTE. Véase PREDI- vidual en lo universal; como tales gunda, pero a la vez como una expli-
CABLES. no son susceptibles de abstracción cación de ella.
CONCORDANCIA (MÉTODO más que cuando se efectúa una se- La tendencia a lo concreto a que
DE). Véase CANON , M ILL (J. S.). paración de un elemento que no acabamos de referirnos se ha expresado
CONCRETO se opone a abstracto puede subsistir por sí mismo, elemen- en diversas corrientes: pragmatismo,
(véase ABSTRACCIÓN y ABSTRACTO); to al cual corresponde justamente, instrumentalismo, fenomenología,
las definiciones dadas de este último por esta incapacidad de subsisten- personalismo, existencialismo, etc. En
concepto pueden aplicarse, mediante cia propia, el nombre de abstracto. la mayoría de ellas la expresión 'lo
inversión, al primero. Como lo abs- La tendencia a lo concreto, esto es, concreto' designa la realidad de que
tracto es puesto aparte (abs-traído) a considerar lo concreto como el objeto se ocupan principalmente. Puede ha-
para considerarlo separadamente, lo propio de la reflexión filosófica ha blarse también de una tendencia a lo
concreto no es puesto aparte: es surgido diversas veces en el curso de concreto en cuanto al lenguaje adop-
lo que es en su realidad completa y la historia de la filosofía. Tal tenden- tado para expresar tesis filosóficas (o,
actual. Lo concreto es identificado con cia se ha manifestado a menudo en la si es menester, antifilosóficas). Desde
frecuencia con lo particular y lo indi- forma de una reacción contra el lla- este último ángulo hay una tendencia
vidual, mientras lo abstracto es iden- mado "predominio de lo abstracto". a lo concreto en el último Wittgens-
tificado con lo general y lo universal. En el siglo XIX se destacan dos reac- tein y en la mayor parte de los filóso-
El término 'concreto' se aplica asimis- ciones de este tipo, ambas relaciona- fos oxonienses del lenguaje corriente.
mo a lo que es experimentado como das de algún modo con el sistema Se ha dicho por ello que, a pesar de
efectivamente real, pero como 'efecti- hegeliano. Una es la de Kierkegaard las divergencias en el contenido, hay
vamente real' puede ser definido de (VÉASE) y su defensa de la "subjetivi- algo común en tales filósofos y en fe-
varios modos, algunos pensadores con- dad radical". Otra es la de Marx y nomenólogos y existencialistas: el pa-
sideran que debe limitarse a lo sensi- Engels al considerar (como escriben pel desempeñado por los ejemplos y
ble, a lo físico, etc. Esta última propo- en La ideología alemana) que el ma- los casos en todos ellos es mucho más
sición no es, sin embargo, tan clara co- terial de la historia son "los individuos fundamental que el que se encuentra
mo parece. En efecto, las cualidades, reales, su actividad y condiciones ma- en filosofías (por lo menos filosofías
en cuanto son experimentadas sensible- teriales en que viven". Ambas reac- modernas) de corte más "clásico".
mente, pueden ser consideradas como ciones consideraron que Hegel había Albert Spaier, La pensée concrete.
concretas, pero a la vez puede decirse hecho de la realidad —especialmente Essai sur te symbolisme intellectuel,
de la realidad humana— una abstrac- 1927. — Carmelo Ottaviano, Meta-
que las cualidades son universales. física del concreto, 1930. — Aimé
Por eso lo concreto es con frecuencia ción. En el siglo actual, ha habido Forest, La réalité concrète et la dia-
identificado con algo compuesto. asimismo, entre las reacciones contra lectique, 1931. — Id., id., La struc-
328
CON CON CON
ture métaphysique du concret selon mistas; lo segundo, por los molinis- Otro problema suscitado por la
Saint Thomas d'Aquin, 1931 [Études tas, los cuales hablan de concurso noción de condición es el del papel
de philosophie médiévale, t. 14). — simultáneo. Los tomistas consideran, que ésta desempeña en la metafísica.
A. Rebollo Peña, Abstracto y concre- en efecto, el concurso inmediato si- El par de conceptos usualmente em-
to en la filosofía de Sto. Tomás, 1955. multáneo como insuficiente y procla- pleado al respecto es el de Incon-
— Jean Wahl, Vers te concret, 1932
(sobre James, Marcel, Whitehead). — man la necesidad de una premotio dicionado-Condicionado. 'Condiciona-
Pantaleo Carabellese, Critica del con physica (véase PREMOCIÓN) prima- do por' es entonces equivalente a
creto, 1921, 2a edición, amp., 1940. ria. Los molinistas, en cambio, re- '(metafisicamente) dependiente de'.
— August Seifert, Concretum, Gegen- chazan la doctrina de la premoción Un problema final es el del papel
benheit, Rechtmässigkeìt, Berichtig física y estiman suficiente el concur- que desempeña el pensamiento y, en
ung, 1962 [Monographien zur philoso so simultáneo. A su modo de ver, general, el sujeto en el condiciona-
phischer Forschung, 27]. ello no equivale a negar que la ener- miento de la realidad en tanto que
CONCURSO. En la teología católi- gía de la operación tiene su origen conocida. Este sentido de 'condición'
ca se entiende por "concurso" (con- en Dios, y en cambio permite soste- es a la vez epistemológico y metafí-
cursus) o "concurso divino" una ayu- ner que el acto de la criatura es li- sico, pues aun cuando la condición
da dada por Dios inmediatamente a bre — lo que no acontecería, apuntan, sea concebida al comienzo solamente
las operaciones de las criaturas; por si Dios lo predeterminara físicamente, desde el ángulo cognoscitivo es
medio de esta ayuda, la energia de es decir, determinara de un modo difícil admitir la adopción de una
Dios fluye en tales operaciones. Con- irresistible la voluntad en un sentido posición epistemológica (realista, idea-
cebido en toda su generalidad el con- determinado. lista, etc.) sin adoptar al mismo
curso es llamado concurso general CONDICIÓN. El sentido lógico de tiempo algunos supuestos metafísi-
(concursus generalis) o concurso co- la noción de condición ha sido exa- cos sobre la realidad.
mún (concursus communis). La noción minado en el artículo sobre el térmi- En vista de las diversas cuestiones
de concurso es considerada necesaria no 'condicional' ( VÉASE ). En el pre- que suscita la noción de condición,
porque sin ella habria que admitir que sente artículo nos referiremos princi- y de los varios significados que tiene
las acciones de las criaturas surgen de palmente al significado de 'condición' en cada caso, puede preguntarse si
la nada y que, por consiguiente, la cuando se trata de una "condición es posible proceder a un análisis de
criatura es creadora. Ello plantea un real", aun cuando no siempre es po- dicho concepto dentro de un
problema: el de si, una vez admitido sible distinguir rigurosamente entre marco único. Entre los autores que
el concurso, no habrá que suponer el sentido real y el sentido no real han contestado en sentido afirmativo
a la vez que Dios es también el de la relación que liga a un condicio- a esta pregunta figura Franz Gré-
autor del mal (VÉASE). Los teólogos nante con un condicionado. goire. Señala éste que el sentido más
suelen responder a esta cuestión in- Uno de los problemas más persis- general de 'condición' se expresa di-
dicando que aunque Dios coopera a tentes suscitados por la noción de ciendo que un término es condición
la acción de la criatura no coopera condición ha sido el de la relación de otro cuando éste depende de aquél
a la malicia de la misma. El acto de que esta noción mantiene con la de en alguna medida y en cualquier res-
la criatura por sí mismo es indife- causa. Algunos autores han indicado pecto. El término condicionado sería,
rente; la maldad reside en querer li- que se trata de dos nociones distintas: pues, en un sentido muy amplio,
bremente el mal. Así, el concurso no la causa tiene un sentido positivo, función del término condicionante,
suprime, sino que constituye la base siendo aquello por lo cual algo es o Ahora bien, la condición puede en-
de la libertad. sucede, mientras la condición tiene tenderse de varios modos. El primer
El concurso puede ser en acto pri- un sentido negativo, siendo aquello término puede envolver o implicar
mero (in actu primo) o en acto se- sin lo cual algo no sería o sucedería. necesariamente el segundo. Entonces
gundo (in actu secundo). El concurso Otros autores, en cambio, han esti- tenemos la llamada condición sufi-
en acto primero es equivalente al de- mado que no hay posibilidad de dis- ciente. Esta condición suficiente pue-
creto eterno de Dios por medio del tinguir entre causa y condición. Más de ser absoluta (cuando un término
cual se presta el citado auxilio a la todavía: lo que llamamos causa es, implica, por sí solo, el otro) y re-
criatura. El concurso en acto segundo a su entender, reducible a conjunto lativa (cuando el término primero
es equivalente al acto de llevar a de condiciones. Esta última posición implica el segundo una vez presu-
cabo en los casos concretos tal de- ha sido defendida por varias direc- puestas otras condiciones). Si la de-
creto. Se habla asimismo de concurso ciones filosóficas que han recibido pendencia entre dos términos es tal
mediato y concurso inmediato. El por ello con frecuencia el nombre de que el primero es necesitado forzo-
concurso mediato es a su vez un condicionistas. Como ejemplos de samente para la condición del se-
concurso primero que otorga (y con- éstas pueden mencionarse varios de gundo, se llama condición necesa-
serva) el poder de operación de las los sistemas inmanentistas, en particu- ria. Queda entonces entendido que
criaturas. El concurso inmediato es lar los de Schuppe y Verworn. Este la condición suficiente expresa, no
como un concurso secundario que último autor sobre todo basa la ma- simplemente lo que hace posible la
permite a la criatura actuar en cir- yor parte de sus reflexiones episte- existencia de una cosa, sino lo que
cunstancias concretas. El concurso in- mológicas y filosófico-naturales en el hace imposible su no existencia. Por
mediato puede ser concebido como supuesto de una identificación de la eso la condición suficiente puede ser
anterior o como simultáneo al acto. causa con la condición (o serie de llamada también condición necesitan-
Lo primero es afirmado por los to- condiciones ). te, y ello de tal modo que la rela-
329
CON CON
ción de condición necesaria deriva 'Hegel es un filósofo' implica 'Baude-
de uno de los casos de la relación laire es un poeta'
de condición suficiente, la cual a su es una implicación falsa. El motivo
vez es la misma categoría de necesi- de ello es que, a diferencia del con-
dad. Grégoire establece, basándose dicional, en el cual se usan enuncia-
en el análisis anterior, una serie de dos, en la implicación se usan nom-
relaciones posibles entre términos. bres de enunciados. Solamente cuan-
Estas relaciones son, abstracción he- do un condicional es lógicamente ver-
cha de su compatibilidad, implica-
dadero hay implicación del conse-
ción y conversión, las siguientes: (1)
La existencia de A es condición su- cuente por el antecedente. Ejemplo
ficiente de la existencia de B. (2) de este último caso es: Si Hegel es
La existencia de A es condición su- un filósofo, y Baudelaire es un poeta,
ficiente de la no-existencia de B. entonces Baudelaire es un poeta,
(3) La no-existencia de A es con- que, siendo lógicamente verdadero,
dición suficiente de la no existencia permite enunciar:
de B. En tal caso se dirá, por equi- 'Hegel es un filósofo, y Baudelaire es
valencia, que la existencia de A es un poeta' implica 'Baudelaire es
condición necesaria de la existencia un poeta'.
de B. (4) La no existencia de A En la lógica tradicional las propo-
es condición suficiente (relativa) de
siciones condicionales son considera-
B. En este caso se dirá que la exis-
tencia de A es condición necesaria das como una de las clases en que
de la no existencia de B. A su vez, se dividen las proposiciones formal-
estas mismas relaciones pueden enun- mente hipotéticas, distinguiéndose,
ciarse en orden inverso, de B a A. por lo tanto, entre proposiciones (for-
De ahí una mayor precisión en la malmente) hipotéticas en general y
definición de la condición necesaria proposiciones condicionales. El es-
y de la condición suficiente, defini- quema que suele darse de estas úl-
ción posible desde el momento en timas en la citada lógica es:
que se hace posible enlazar los dos Si P es S, entonces P es Q.
tipos de condición en las mismas re- El término 'condicional' ha sido
laciones. Así, "un elemento se dice usado también con frecuencia en los
condición necesaria de la existencia de últimos años en relación con los lla-
otro cuando su no existencia es con- mados condicionales contrarios a los
dición suficiente de la no existencia hechos o condicionales contrafácticos
de este otro". Y será "condición nece- (contrary-to-fact conditionals, counter-
saria de la no existencia de otro si su factual conditionals). Las numerosas
no existencia es la condición suficiente formas adoptadas por estos condicio-
de la no existencia de este otro".
nales y los problemas que plantean
Max Verworn, Kausale und kondi-
tionale Weltanschauung, 1912. — han sido examinados por numerosos
Gustav Heim, Ursache und Bedin- autores; se destacan al respecto Nel-
gung; Widerleguns des Konditionis- son Goodman (quien ha formulado
mus und Aufbau der Kausalitäslehre la cuestión con particular precisión
auf der Mechanik, 1913 (contra Ver- y amplitud), Roderick Chisholm, C.
worn y von Hansemann). — El tra- I. Lewis, K. R. Popper, Stuart Hamp-
bajo de Grégoire reseñado es: "Con- shire, R. Weinberg, A. P. Ushenko.
dition, conditionné, inconditionné", A ello hay que agregar los estudios
Revue philosophique de Louvain, Serie sobre los llamados términos disposi-
III, XLVI (1948), 5-41. cionales o disposiciones, tales como
han sido llevados a cabo, entre otros,
por R. Carnap y C. D. Broad. Aquí
nos limitaremos a dar sobre dichos
condicionales algunas breves indica-
ciones.
Un condicional contra-fáctico (que
podemos llamar simplemente un
contra-fáctico) es definido como un
enunciado condicional en el cual in-
terviene la noción de posibilidad, ex-
presada gramaticalmente por la in-

330
CON CON
traducción del subjuntivo. Ejemplos (a) Parece imposible. Sin embar-
de contra-fácticos son: go, puede contribuirse a la mencio-
nada reducción estableciendo suma-
Si Julio César no hubiera cruzado el
rias clasificaciones de tipos de contra-
Rubicón, otra hubiera sido la suer
fácticos, como las sugeridas en los
te de Roma ( 1 ),
ejemplos ( l ) - ( 6 ) . (b) Ha sido
Si el vaso se hubiese caído, se ha intentado por varios autores, especial-
bría roto mente en los casos en que parece
(2) fácil transformar un contra-fáctico
. en ejemplo de una ley general, como
Como, de acuerdo con la interpreta- sucede en (2), el cual puede deri-
ción material del condicional de que varse de: 'Los vasos que se caen, se
hemos hablado antes, un condicional rompen', siempre que podamos afir-
es verdadero cuando su antecedente mar 'Para todo x, si x es un vaso que
y consecuente son falsos, habrá que se cae, entonces x se rompe'. El ar-
concluir que (1) y (2) son verdaderos. gumento usualmente aducido para
En vista de las dificultades que ello intentar (b) es que de lo contrario
plantea se ha sugerido (por Nelson los contra-fácticos serían incompro-
Goodman) que lo importante no es bables. (c) Se halla todavía bajo exa-
examinar (1) y (2) —y otros ejem- men; se trata de una cuestión suma-
plos análogos— en tanto que funcio- mente compleja, por cuanto requiere,
nes de verdad, sino aclarar el tipo entre otras cosas, un análisis de las
especial de relación que liga el ante- condiciones bajo las cuales un contra-
cedente con el consecuente. Ahora fáctico resulta como tal admisible.
bien, tan pronto como procedemos a (d) Es considerado (cuando menos
realizar un estudio de este tipo, nos por Goodman) como una interesante
sorprende la variedad de formas de simplificación del problema de los
los contra-fácticos. A las formas antes contra-fácticos y, además, como un
marco que proporciona muy necesa-
citadas pueden agregarse otras, tales
rias aclaraciones sobre los mismos.
como: En efecto, las disposiciones no se re-
Inclusive si hubiera tomado la me fieren solamente a términos como
dicina, no habría sanado (3), 'irrompible', 'soluble', etc., sino a
Si Fichte fuera Hegel, habría cualquier predicado que describa un
escrito la Fenomenología del modo de ser (tal como 'rojo', tradu-
Espíritu (4), cible a 'color visible dadas ciertas
Si supiera mucho, sería secretario condiciones') y, por consiguiente, a
perpetuo de la Academia (5), todo predicado excepto a los que
Si el átomo de calcio tuviera 36 describen acontecimientos ('se rom-
electrones, no ocuparía el pe', 'se disuelve', 'está apareciendo CONDILLAC (ETIENNE BON-
vigésimo lugar en la tabla periódica rojo', etc.). Aun así, el problema de NOT DE) (1715-1780), nació en
de los elementos (6). los contra-fácticos (problema impor- Grenoble y después de ingresar en un
Siguiendo a Goodman, (3) tante, pues, como señala Goodman, seminario abandonó los estudios sa-
puede ser considerado como ejemplo puede aclarar cuestiones relativas a cerdotales, relacionándose con signi-
de con dicional semi-fáctico; (4), las nociones de ley, confirmación y ficadas personalidades del enciclope-
como ejemplo de condicional significación de la potencialidad) se dismo, entre ellas Diderot y Rous-
contra-idéntico; (5), como ejemplo halla todavía en proceso de análisis. seau. Preceptor del hijo del duque
de condicional contra-comparativo; Puede así calificarse, como ha hecho de Parma, se retiró finalmente de la
(6), como ejemplo, de condicional Quine, de una "cuestión abierta", vida pública en 1772. Condillac se
contra-legal. "llena de perplejidades para el inves- consagró especiamente al análisis de
Ahora bien, los problemas que se tigador". los problemas psicológicos, empezan-
plantean con respecto a los contra- do con una severa crítica del ra-
fácticos en general son varios. Enu cionalismo y del innatismo de los
meraremos los siguientes: (a) Posi filósofos del siglo XVII, a los cuales
bilidad de reducir las diversas formas acusaba de insuficiencia en la explica-
de los contra-fácticos a una forma ción del origen de los conocimientos
común; (b) Posibilidad de expresar intelectuales. Siguiendo en parte a
los contra-fácticos en modo indicati Locke, de quien discrepó, por otro
vo; (c) Tipo de conexión a estable lado, en muchos puntos, Condillac es-
cer entre el antecedente y el conse timó toda noción intelectual superior
como un compuesto de nociones o
cuente de los contra-fácticos; (d)
ideas simples en el sentido de las re-
Posibilidad de analizar los contra-
presentaciones. Para descubrir el trán-
fácticos en términos de las ya cita sito de unas a otras es preciso un
das "disposiciones".
331
CON CON CON
riguroso análisis no tanto psicológico Abona nuestro orden, además, el he- cuadas. Una ciencia adecuada —o un
como lógico. La noción o idea simple cho de que bajo el nombre 'teoría del "lenguaje bien hecho"— presenta los
es para Condillac lo que permanece lenguaje' puedan agruparse varias in- caracteres de simplicidad, "analitici-
en todas las nociones en general, la vestigaciones semióticas de que Con- dad" y exactitud que son propias de
que ejerce, por así decirlo, el oficio dillac siguió ocupándose después de las matemáticas. Para llevar a todas
de una constante o función de todas desarrollar la doctrina de las sensa- las ciencias a este estado de perfec-
ellas. Esta idea es la sensación ( VÉA- ciones. ción es menester construir una teoría
SE). De la sensación brotan todas las Condillac estimó que una sensación general de los signos y de la relación
demás nociones por medio de una se- determinada no constituye todavía de éstos con los conceptos, y ver si
rie de transformaciones sucesivas. La una "idea" (en el sentido lockiano de la ciencia examinada cumple con las
mostración de esta primacía de la este término). Para que haya una condiciones semióticas establecidas.
sensación se efectúa por la conocida idea es menester que una sensación Aunque Condillac no empleó estos
imagen de la estatua de mármol ca- se vincule a otras (del mismo o de términos, puede decirse que hay en
rente de toda facultad de pensamiento distinto carácter) por medio de un su teoría semiótica elementos de sin-
y sin comunicación con el mundo signo o símbolo. El sistema de estos taxis, de semántica y de pragmática.
externo. Si se concede a dicha esta- símbolos es el lenguaje. Esta es la tra- La semiótica de Condillac influyó
tua uno cualquiera de los sentidos, ma dentro de la cual se forman los grandemente en Destutt de Tracy, en
por ejemplo el sentido inferior del conceptos y los juicios, haciendo po- Laromiguière, en Degérando y, en ge-
olfato, se verá cómo, partiendo de él, sible, propiamente hablando, el cono- neral, en los llamados "ideólogos"
se originan todas las facultades su- (VÉASE).
cimiento.
periores: en primer lugar, la sensa- La mayor parte de los lenguajes
ción olfativa como tal; la atención existentes (por ejemplo, los llamados
como la aplicación exclusiva a esta "lenguajes naturales") son inadecua-
sola sensación; la memoria como su dos, por no haber correspondencia
persistencia después de la desapari- perfecta entre el signo y lo significa-
ción de la sensación primaria; la do. Pero es posible construir lengua-
comparación cuando a la sensación jes donde tal correspondencia se haga
olfativa de un objeto se sobrepone cada vez más estrecha. Cuando el
otra; el juicio como la relación entre lenguaje construido es perfecto, tene-
las sensaciones, etc. Pero no sola- mos una ciencia perfecta. Condillac
mente se originan así las facultades llegó inclusive a definir la ciencia co-
de la memoria, de la comparación mo "un lenguaje bien hecho". Esto no
y del juicio, sino también las voli- significa que los lenguajes se basten
tivas, derivadas del agrado o des- a sí mismos; la correspondencia de los
agrado de su sensación y de la ten- términos del lenguaje con los fenóme-
dencia a la persistencia o eliminación nos es indispensable para que haya
de la sensación correspondiente. Cada ciencia. Por eso Condillac rechazó las
sensación supone, por consiguiente, construcciones sistemáticas de filóso-
todas las facultades superiores, inclu- fos racionalistas para su gusto dema-
yendo las abstractivas, y éstas no son siado especulativos (como Descartes o
por su parte sino transformaciones Spinoza), alegando que tales cons-
de las sensaciones originarias. trucciones eran aplicaciones erróneas
La teoría condillaciana de las sen- de la idea del lenguaje "bien hecho".
saciones es una de las dos principales El método que debe usarse para la
contribuciones filosóficas de nuestro formación de un lenguaje satisfactorio
autor. La otra es su teoría del lenguaje. es el método analítico, en el cual ( co-
Cronológicamente, el orden de las mo en Locke y en los empiristas) se
contribuciones de Condillac es inverso parte de un fenómeno, se descompone
al aquí indicado: Condillac llevó a en sus partes integrantes y se recons-
cabo primeramente un análisis del sig- truye luego sintéticamente. Hay que
nificado del lenguaje como sistema de rechazar, pues, los sistemas que son
símbolos en la formación del conoci- sólo pseudo-sistemas (véase SISTEMA),
miento, y sólo luego pasó a ocuparse pero hay que formar sistemas adecua-
de la cuestión de la naturaleza y ori- dos a la naturaleza de lo que se pre-
gen de las sensaciones. Sin embargo, tende investigar.
aquí alteramos el orden de presenta- La llamada "lengua de los cálcu-
ción, porque el propio Condillac re- los" constituye un buen ejemplo de la
conoció que la doctrina de las sensa- teoría semiótica de Condillac. En
ciones es básica. El principio del co- cuanto "lenguajes bien hechos", los de
nocimiento son las sensaciones; el len- las ciencias no exhiben ningún térmi-
guaje se constituye en una etapa más no arbitrario. Cuando exhiben térmi-
avanzada en el proceso cognoscitivo. nos semejantes, las ciencias son inade-
332
CON CON CON
dillac, 1945. — M. del Pra, Condillac, tecido, si no media el esfuerzo de Silverio lee o va al cine. La
1947. — Giovanni Solinas, Condillac aclaración del saber y la moralidad conectiva 'o.. .o', llamada dis-
e l'illuminismo. Problemi e documen- que impone la verdadera filosofía.
ti, 1955. — Pasquale Salvucci, Lin- yunción exclusiva y simbolizada por '
Edición de obras completas en 21 ≠ '. Así,
guaggio e mondo umano in Condillac, vols., 1804, nueva edición, 12 vols.,
1957. — Pasquale Salvucci, C., filo- 1847-48. — Véase Mathurin Gillet, p ≠
sofo della comunità umana, 1961. L'Utopie de Condorcet, 1883. —
CONDORCET (JEAN ANTOINE, q se lee:
E. Madelung, Die Kulturphiloso-
MARQUÉS DE) (1743-1794), nac. phische Leistung Condorcets, 1912 o p o q y
en Ribemont (Picardía), intervino en (Dis.). — F. Buisson, Condorcet, puede tener como ejemplo:
la política activa en tiempos de la Re- 1930. — J. B. Sévérac, Condorcet.
volución como partidario de los gi- — Jacobo Salwyn Shapiro, Condor- O Mercedes gasta mucho o
rondinos, y fue condenado a muerte cet and the Rise of Liberalism, 1934. trabaja poco.
por los jacobinos. En su Bosquejo de — Gaston Granger, La matématique
un cuadro histórico de los progresos sociale du Marquis de C., 1956. —
del espíritu humano (Esquisse d'un Alberto Cento, C. e l'idea de progres
tableau historique des progrès de l'es-
so, 1957.
prit humain, 1794) Condorcet des- CONDUCTISMO. Véase BEHAVIO-
RISMO.
arrolló una teoría de la historia, en
la cual concibió a ésta como una CONECTIVA. Conectivas (sustan- si p, entonces q y
evolución, a veces regresiva, pero tivación del adjetivo 'conectivas' en
siempre encaminada, finalmente, ha- 'partículas conectivas') es el nombre puede tener como ejemplo:
cia el imperio de la razón, de la que reciben en lógica ciertas conjun- Si Newton trabaja, la
naturaleza humana susceptible de ciones que gobiernan las fórmulas física progresa.
progreso indefinido a partir de la lógicas. Seis conectivas son presenta-
conquista de la cultura científica y das, por lo pronto, en la lógica sen- La conectiva 'si y sólo si', llamada
técnica manifestada desde el Rena- tencial: una que se refiere a una fór- bicondicional (VÉASE) y simbolizada
cimiento. El espíritu humano no mula, y es llamada conectiva singu- por ' ≡ '. Así,
puede, según Condorcet, alcanzar lar, y cinco que se refieren a dos p ≡ q se
todo el saber, pero puede progresar fórmulas, y son llamadas conectivas
de un modo continuo hacia la ob- binarias. Las enumeraremos breve- lee:
tención del mismo mediante una mente, reservando para los artículos p si y sólo si q y
sucesiva reducción de los fenómenos correspondientes más amplias expli-
a leyes generales y cada vez más caciones sobre algunas de ellas. puede tener como ejemplo:
simples. Para este fin se precisa una La conectiva singular es 'no', lla- Francisco gana si y sólo si
educación intelectual y moral que mada negación ( VÉASE ) y simboli-
conduzca el espíritu a la conciencia Ricardo pierde.
zada por ' ~ '. Así,
de ese progreso y le facilite todo el Como puede observarse, ' ≠ ' es
saber accesible dentro de la mayor ~ p la negación de ' ≡ '. Es frecuente
generalidad posible. El esquema de se lee: por ello presentar ' ≠ ' al final de las
Condorcet es, a la vez, la expresión no p citadas conectivas, inmediatamente
del deseo de superación de una crisis y puede tener como ejemplo: después de ' ≡ '.
que llegaba entonces a su culmina- Aunque las conectivas en cuestión
ción y la busca de una naturaleza Zacarías no habla finlandés.
son presentadas usualmente al co-
humana que compendie todo lo que Las cinco conectivas binarias son: mienzo de la exposición de la lógica,
en el curso de la historia se ha La conectiva 'y', llamada conjun- en el pórtico de la lógica sentencial,
mostrado como permanente; el resi- ción ( VÉASE ) y simbolizada por '.'. recibiendo con ello el nombre de co-
duo de las diferentes religiones, de Así, nectivas sentenciales, se usan asimis-
las múltiples éticas, de las contra- p . q mo en las otras partes de la lógica.
dictorias filosofías es lo que consti- se lee: Así, las conectivas de referencia fi-
tuye la naturaleza humana, la cual p yq guran entre los signos de los dife-
podrá seguir adquiriendo experien-
y puede tener como ejemplo: rentes cálculos lógicos mencionados
cias, pero sólo para confirmar lo que
es en el fondo cuando haya sido en cálculo ( VÉASE ).
Roberto y Antonia corren. Las conectivas pueden representarse
podado de ella todo lo inesencial.
La confianza de Condorcet es, sin La conectiva 'o', llamada disyun- gráficamente. He aquí las repre-
embargo, una confianza situada en- ción (VÉASE) inclusiva y simbolizada sentaciones gráficas propuestas por
tre dos límites: por un lado supone por ' v ' . Así, F. Gonseth (apud Bochénski, Précis,
que el hombre debe progresar siguien- 3.91).
p V q Si dividimos el área de un cuadra-
do el curso de su propio destino; se lee:
por el otro, advierte que el progre- do en cuatro partes, dando a cada
so puede detenerse y aun regresar, p o q una de ellas los valores que se asig-
como en algunas ocasiones ha acon- y puede tener como ejemplo: nan en la siguiente figura:

333
334
CON CON CON
rencias inductivas válidas e inferen- confirmación de (1). En otros térmi- 'es verul' parte de la corroboración
cias inductivas no válidas. nos, cualquier enunciado como: que ha recibido al predecir (o "pro-
El problema de la confirmación C es un gato pardo, yectar") 'es verde'. Otros, en cambio,
puede formularse como el problema C es una piedra preciosa, mantienen que la paradoja es una pa-
de la relación que hay entre dos C es un libro sobre lógica inducti- radoja auténtica y que se pueden pre-
enunciados, E 1 y E 2, tales que E 1 es va, etc., etc., decir dos predicados incompatibles a
un enunciado que confirma E 2. tendrán que ser confirmaciones del base de la misma cantidad de corro-
Ahora bien, cuando se intentó for- enunciado: boración recibida.
mular con toda precisión las condi- Todos los cisnes son blancos. El concepto de confirmación es, en
ciones necesarias para que un enun- Se ha intentado resolver la paradoja todo caso, sumamente complejo. Por
ciado pudiera ser considerado como —que se debe a C. G. Hempel— de lo pronto, puede distinguirse (con
confirmación de otro enunciado, se diversos modos. Algunos (como Carnap) entre un concepto semántico
descubrieron varias paradojas, usual- Reichenbach) han indicado que aun- y un concepto lógico de confirma-
mente llamadas "paradojas de la con- que la paradoja en cuestión no es ción, y dentro del primero entre un
firmación". soluble dentro de la teoría de la con- concepto clasificatorio, un concepto
Una de las paradojas es la siguien- firmación, es soluble —o, mejor, des- comparativo y un concepto cuantitati-
vo de confirmación. Luego, puede
te. Si un enunciado, E1, es consecuen- aparece— tan pronto como se intro-
ducen probabilidades. El cálculo de distinguirse entre diversos grados de
cia del enunciado E 1 y de la unión confirmación (o confirmabilidad). A
de E 1 con cualquier otro enunciado, probabilidades debe, según Reichen-
bach, poseer todos los medios necesa- este efecto pueden usarse diversos
En y, por tanto, si un enunciado, E 1 términos o expresiones tales como 'A
confirma EI y la unión de E 1 con rios para dar cuenta de la inferencia
que se presente y, por consiguiente, es confirmado por B', 'A es apoyado
cualquier otro enunciado, En, resultará por B', 'B proporciona una prueba po-
que E1 y En tendrán como conse- no es menester recurrir a leyes de
una supuesta "lógica inductiva inde- sitiva de A', etc. Pueden también
cuencia también En. Por tanto, cual- darse valores numéricos a los grados
quier enunciado confirmará cualquier pendiente". Otros (como Hempel)
han intentado despejar la paradoja de confirmación. Algunos autores (co-
enunciado. mo Popper) han indicado que es mejor
Esta paradoja se resuelve recono- dentro de la propia teoría de la con-
firmación, restringiendo las reglas por emplear el término 'corroboración' que
ciendo que dado un enunciado, H1, 'confirmación' o que, en todo caso,
que representa una hipótesis, todos medio de las cuales se afirma que un
enunciado dado confirma o no confir- debe distinguirse entre 'corroborar'
los enunciados, En, que confirman H1 (bewähren) y 'confirmar' (bestä-tigen,
son consecuencias de H1, pero que no ma una hipótesis dada.
erhärten). Puede usarse entonces la
todas las consecuencias de E 1 confir- Otra paradoja —debida a Nelson
Goodman— es la siguiente. Supóngase expresión 'grado de corroboración'.
man H1. En rigor, solamente confir-
que todas las esmeraldas examinadas
man H1 los enunciados que son con-
antes de la medianoche de hoy sean
secuencia de H1 y a la vez son ejem- verdes. Al llegar la medianoche
plos de H 1 . concluiremos que todas las observa-
Otra de las paradojas es la siguien- ciones llevadas a cabo acerca del co-
te. Si suponemos el enunciado: lor de las esmeraldas confirma que
Todos los cisnes son blancos (1), todas las esmeraldas son verdes. Su-
el enunciado: póngase ahora que se introduce el
A es un cisne blanco (2), predicado 'verul' y que este predica-
será una confirmación de (1). do se aplica a todas las cosas exami-
nadas antes de la medianoche de hoy
Supongamos ahora el enunciado: si son verdes y a otras como si son
B es un cisne no blanco (3). azules. Al llegar la medianoche ten-
Este enunciado no parece ni con- dremos para cada enunciado afirmando
firmar ni desconfirmar (1). que una esmeralda dada es verde otro
Consideremos ahora el enunciado: enunciado paralelo afirmando que tal
Todas las cosas no blancas son esmeralda es verul. A base de lo
observado se podrá predecir, al pare-
no cisnes (4). cer, tanto que las esmeraldas que se
El enunciado: examinen después de la medianoche
C es un no cisne no blanco (5) serán verdes como que serán verules.
está relacionado con (4) del mismo Pero si una esmeralda examinada des-
modo que (2) está relacionado con pués de la medianoche es verul, es
(1). En efecto (1) y (4) son lógica- azul y, por tanto, no verde.
mente equivalentes, es decir, expre- Esta paradoja ha dado lugar, y si-
san la misma ley si bien difieren en gue dando lugar, a muchos debates.
el modo de formularla. Algunos sostienen que Goodman ha
Por tanto, toda confirmación de eliminado al predecir (o, en su len-
(4) tendrá que ser una confirmación guaje [véase INDUCCIÓN] "proyectar")
de (1). Pero entonces (5) será una 335
CON CON
tracto; hay en él una mezcla de es- Jen o la reciprocidad de conducta.
cepticismo moderado y de buen sen- Es la "regla de oro" confuciana y que
tido. puede expresarse del siguiente modo:
Los términos más fundamentales "No trates a los demás en la forma en
del pensamiento de Confucio (no ex- que no quisieras que los demás te tra-
clusivos de Confucio y del confucia- taran" — "los demás" significa aquí,
nismo, pero elaborados por éstos con en particular, los inferiores en rango
gran detalle dentro de un conjunto social.
doctrinal relativamente coherente) son I y Jen representan dos lados opues-
los siguientes: tos, y complementarios, de la misma
El Tao (camino o senda [para el regla de conducta: I se refiere a la
sentido de Tao en el Taoísmo, véase relación del inferior al superior; Jen,
el artículo sobre este concepto]). Se a la relación del superior al inferior.
trata de la senda más conveniente, Chün-tzu o esquema de la persona
propia o decorosa, la cual se descubre ideal. Los sabios fueron todos Chün-
por medio del conocimiento de la tra- tzu. A medida que se acentúa el sen-
dición, esto es, de lo que pensaron los tido ético del confucianisme, el ideal
"Sabios". El Tao confuciano es, en ri- en cuestión adquiere mayor importan-
gor, el "Camino de los Sabios". cia. La persona ideal no está determi-
El Te ( que puede traducirse grosso nada por el nacimiento, por la posi-
modo por 'virtud'). El Te es un poder ción social, etc., sino por su valor
o cualidad inherente al individuo y se (moral).
halla asociado con el "nombre". Este Los partidarios del confucianismo
último es probablemente el "nombre" fueron Damados con frecuencia fu, es-
que llevan los individuos que son ca- to es, letrados. El confucianismo ha
paces de seguir el Camino de los tenido una larga historia y ha dado
Sabios. lugar a muy diversas interpretaciones.
CONFUCIANISMO es el nombre El I o el sistema de derechos y de- Una de las más importantes es la de
que se da a la "escuela filosófica" chi- beres de las diversas capas de la so- Mencio ( VÉASE,). También el sistema
na presumiblemente fundada por Con- ciedad, estructuradas de un modo de Mo-tse ( VEA.SE) debe mucho al
fucio (K'ung Fu-tse o "el Maestro análogo al feudal. Sin embargo, en confucianismo. Después de un período
Kung", nac. ca. 551 antes de J. C. en Confucio el I (como todos los con- de relativo estancamiento intelectual,
el Estado de Lu [el actual Shantung]). ceptos anteriores) tiene un sentido que no impidió su influencia política
Confucio fue en China uno de los "sa- predominantemente ético y equivale y educativa ya desde el Emperador
bios" que durante el período llamado al sentido de derecho y justicia inde- Wu (136 antes de J. C.), el
de "los Estados contendientes" (ca. pendiente de cualquier orden social. confucianismo renació dando lugar al
650-221 antes de J. C.) se ofrecían, El li o forma decorosa de conducta, llamado "neoconfucianismo". Impor-
mediante remuneración, como conse- esto es, de hacer las cosas. Se halla tante sobre todo es el desarrollo neo-
jeros de los jefes de los distintos Es- estrechamente vinculado a las cere- confuciano que tuvo lugar durante los
tados chinos. Ha sido comparado por monias (y a la complicada etiqueta siglos XII y XIII. Destacamos la
ello con uno de los sofistas ( VÉASE) que fue objeto de ataque de los pri- figura de Chu Hsi (a veces comparado
griegos. Sin embargo, la finalidad de meros taoístas). La forma decorosa de con Santo Tomás de Aquino). El
Confucio no era simplemente pedagó- conducta es principalmente social y confucianismo que encontraron los
gica, enciclopédica o erística. De modo se refiere al modo de regir el Estado europeos que viajaron por China
análogo a Sócrates —según apunta y de restablecer el orden social. durante los siglos XVII y XVIII fue
Fung Yu-lan— Confucio se consagró a El Cheng-ming o "la rectificación principalmente el de Chu Hsi y su
la enseñanza con un propósito práctico de los Nombres". Es expresado en las escuela. En el neoconfúcianismo
y moral. Enemigo de toda especulación frases: "El rey es el rey, el padre es encontramos desarrollados los motivos
sin alcance inmediato sobre la vida el padre, etc.' Significa que no hay éticos del antiguo confucianismo y
humana, Confucio pretendió sobre que dejar despistarse por los sofismas y también especulaciones sobre la
todo establecer reglas de conducta que hay que reconocer el lugar propio realidad natural que este último no
social. Es muy probable que tuviera la de cada cosa y de cada hombre. Me- había tratado o que no había
intención de ayudar al res- diante la Rectificación de los Nombres destacado suficientemente. En el
tablecimiento del orden y de la uni- se puede restablecer el I y seguir el Te. neoconfúcianismo pueden rastrearse
dad del país por medio de reglas de Hsiao o la piedad filial, ligada al influencias diversas no confucianas
comportamiento y no (como los 'le- respeto a los antepasados, a la tradi- (por ejemplo, taoístas y budistas). La
galistas" o "realistas") por una ac- ción y a los Sabios. cosmología y metafísica cosmológica
ción política directa y de carácter Li-yüeh o el ejercicio de la música, neoconfuciana afirma una especie de
violento. En todo caso, el pensamiento pero de ciertas clases de música (so- dualismo (de ch'i o materia [o éter] )
de Confucio —expresado por medio lemne, sacrificial), justamente la que y li (o principio [o ley]) — sin
de diálogos o conversaciones con sus permite practicar el li, seguir el Te, embargo, ciertos neoconfucia-nos,
discípulos— no es de carácter abs- comprender el Tao, etc. como Lu Hsiang-shan, se declararon
monistas. El neoconfúcianismo
336
CON CON CON
de Chu Hsi debe mucho a las ideas cuencia) que el congruismo es la Jesu in universam dialectecam Arit
confucianas presentadas algunos si- for ma dada por Suá rez ( y por Stag. (1607). Algunos volúmenes se
glos antes por Han Yü (768-824), Belarmino) al molinismo. Lo más imprimieron en Lyon; otros, en Coim-
quien ya intentó hacer revivir el con- plausible es distinguir entre diversas bra; uno, en Lisboa. Los volúmenes
fucianismo contra el budismo y el formas de congruismo según la na-
taoísmo y se inclinó hacia la interpre- fueron reimpresos varias veces. Como
tación dada por Mencio a las doctri- turaleza de las circunstancias adapta- se puede advertir por los títulos, el
nas de Confucio. En algunos casos, el das (o congruas) a la operación de grueso de los Conimbricenses consiste
dualismo neoconfuciano (por ejem- la gracia. Dos de estas formas son en comentarios a textos físicos (in-
plo, el del Yang, Yin ( VÉ ASE) estaba importantes: la que define tales cir- cluyendo los psicológicos) y lógicos
fundido en un monismo previo: el del cunstancias en términos de tempera- del Estagirita. La parte moral está
Polo o Principio Supremo (el No-lí- mento, inclinaciones, tiempo, lugar, reducida a un mínimo. En cuanto a
mite). Importante elemento de la doc- etc., y la que acentúa el motivo del la metafísica, se considera que las
trina neoconfuciana en general fue la consentimiento de la voluntad. Lo explicaciones al respecto de Pedro
afirmación del li como componente primero es má s propio de Molina; Fonseca completaban el cuadro filo-
esencial del hombre (y acaso de to- lo segundo, de Suárez. sófico del Curso en lo que éste tenía
das las cosas en cuanto cumplen una de básico. En muchos casos, el Cur-
función esencial en el universo). Den- CONIMBRICENSES. Las enseñan-
tro del li humano hay el sistema de zas de los profesores de filosofía per- sus incluye los textos griegos comen-
virtudes: la benevolencia, el sentido tenecientes a la Sociedad de Jesús tados y su traducción latina. Puede
dadas, a partir del año 1555, en la
moral, las normas éticas y la sabiduría. decirse en general que alienta en los
De la abundante literatura sobre Facultad de Artes de la Universidad Conimbricenses, por debajo del len-
Confucio y el confucianisme destaca- de Coimbra, constituyeron la base guaje tradicional escolástico, una
mos las obras siguientes: Richard del Cursus philosophicus conimbri- fuerte voluntad de colocar la tradi-
Wilhelm, Kung-tse, 1925 (trad, esp., censis o Cursus conimbricensis, que ción escolástica dentro de los proble-
1926). — Liu Wu-chi, A Short His- ejerció gran influencia en los medios mas de la filosofía moderna. En este
tory of Confucian Philosophy, 1955. filosóficos y teológicos no solamente respecto hay en los Conimbricenses
— Étiemble, Confucius, 1956. — de Portugal y España, sino también un espíritu de renovación — y a la
Jeanne Gripekoven, Confucius et son de Europa, principalmente el Centro vez de refundamentación y totaliza-
temps, 1955. — C. Chang, The De y Centro-Oeste de Europa. Se da con ción— del saber filosófico análogo
velopment of Neo-Confucian Thought, frecuencia a este curso y al conjunto
1958. al que se encuentra contemporánea-
de las opiniones filosóficas y teológi- mente en las Disputationes de Suárez
CONFUSIÓN. Véase SOFISMA. cas mantenidas en el mismo el sim-
CONGRUISIMO. En el artículo so- ple nombre de Conimbricenses o los ( VÉASE ).
bre la noción de gracia ( VÉ ASE) nos Conimbricenses. Colaboraron al cur- CONJUNCIÓN es el nombre que
hemos referido a las diversas especies so, entre otros, los Padres Manuel recibe la conectiva ( VÉ ASE ) binaria
de ella admitidas por los teó logos de Goes, Cosme de Magallanes, Bal- 'y', simbolizada mediante el signo '.'.
— especialmente por los teólogos ca tasar Alvarez y Sebastián de Couto, Según ello,
tólicos. Consideremos ahora dos los cuales se inspiraron grandemente p . q se
especies de gracia: la gracia eficaz en las enseñanzas de Pedro Fon-seca lee:
y la gracia suficiente. Varios debates ( VÉ AS E ). El Curso consta de ocho p y q. Ejemplo
se han suscitado respecto a la rela volúmenes, cuyos títulos y fechas de de 'p . q' puede ser:
ción entre ellas. Según algunos auto publicación son: I. Comenta- Pablo y Virginia son tímidos,
res, hay diferencia esencial ontológi
ca entre las dos citadas especies de forma idiomática del enunciado:
gracia; la primera, además, va acom Pablo es tímido y Virginia es tímida.
pañada de la premoción ( VÉ AS E ) fí
sica. Según otros autores, no hay di Algunos autores sustituyen '.' por
ferencia esencial ontológica entre las la simple conjunción de las fórmulas;
dos especies de gracia: lo que hace escriben, pues, 'p q' en vez de 'p . q'.
eficaz la gracia es una esp ecie d e En la notación de Hilbert-Acker-
ayuda con grua, adaptada a las cir mann, ' . ' es representado por ' & '.
cunstancias favorables para su opera En la notación de Lukasiewicz, ' . '
ción. La primera opinión es propia es representado por la letra 'K' ante-
de muchos tomistas y agustinianos; puesta a las fórmulas; así, 'p . q' se
la segunda — que recibe el nombre escribe 'K p q'.
de congruismo— ha sido defendida Como hemos visto en el artículo
por varios teólogos, entre los cuales sobre las Tablas de verdad, la tabla
figuran Suárez, Belarmino y Luis de para 'p . q' da efes para todos los
Molina. Cierto que a veces se distin valores de 'p' y de 'q' excepto cuan-
gue entre molinismo y congruismo, do 'p' es verdadero y 'q' es verda-
indicándose, o bien que son muy dero.
distintos entre sí o (con mucha fre- La conjunción es llamada a veces
función copulativa. En la lógica tra-
337
CON CON
dicional se habla de proposiciones aquellos que significan algo de un
conjuntivas (y también de proposi- modo principal y algo de un modo
ciones copulativas), esquematizadas secundario. Ejemplo de un nombre
mediante: connotativo es álbum, pues, como
P es S y Q. dice Occam, tal nombre puede defi-
Tales proposiciones son considera- nirse in modo recto (como en ali-
das como una de las clases de propo- quid informatum albedine) o in mo-
siciones manifiestamente (o eviden- do obliquo (como en aliquid ha-
temente) compuestas, es decir, como bens albedinem). Otros ejemplos de
una de las clases de las llamadas nombres connotativos son: nombres
proposiciones formalmente hipotéti- concretos, tales como iustus, anima-
cas. tus, humanitum; nombres relativos
También se habla en lógica clásica de como simile, pater. Los nombres
silogismos conjuntivos. Estos silo- connotativos tienen solamente defi-
gismos constituyen una de las clases niciones nominales. Hay que obser-
de los silogismos hipotéticos. Muchos var, sin embargo, que mientras "blan-
autores estiman que los silogismos co' es connotativo, "blancura" es abso-
conjuntivos pueden reducirse a los luto. Y hay que advertir que nom-
silogismos condicionales. bres tales como verum, bonum,
CONJUNTIVO. Véase CONJUNCIÓN. unum, potentia, actus, intellectus,
CONJUNTO. En el artículo Infinito voluntas, etc., son, de acuerdo con
( VÉASE) hemos hecho referencia a la la anterior definición, connotativos.
teoría cantoriana de los conjuntos. En Juan Buridán señaló que algunos
el artículo Paradoja (v.) hemos nombres no connotan nada más allá
indicado que las teorías axiomáticas de lo que "suponen" (véase SUPOSI -
de los conjuntos constituyen una de CIÓN), llamando apelativos a los nom-
las dos grandes clases de soluciones bres que connotan algo. Connotar
dadas a las paradojas lógicas. Aquí equivale, según ello, a id quod appe-
nos limitaremos a señalar en qué lât, pudiéndose llamar denotar a ici
principio se basan los cálculos lógicos pro quo supponit. Con esto introdu-
establecidos a base de dichas teorías cimos dos términos —'connotación' y
axiomáticas. 'denotación'— que han sido muy fre-
Hemos visto en el artículo Tipo cuentemente usados en la literatura
(v.) que las teorías de los tipos no lógica moderna y contemporánea.
admiten como bien formadas fórmulas Ahora bien, el problema que se plan-
en las cuales dos variables unidas por tea es el de si el uso moderno y el
el signo 'e ' pertenezcan al mismo medieval coinciden. La respuesta no
tipo lógico: la variable a la derecha CONMUTACIÓN. Véase TAUTOLO- puede ser demasiado tajante ni en
de Y debe pertenecer a un tipo GÍA. sentido afirmativo ni en sentido ne-
lógico inmediatamente superior si CONNOTACIÓN. En su Summa gativo. En efecto, en la literatura
quieren evitarse las paradojas. Las logicae (pars prima, ed. Ph. Boeh- lógica moderna suele equipararse el
teorías axiomáticas de los conjuntos ner, O. F. M., 1951, cap. 10), Occam término 'connotación' a los términos
admiten, en cambio, como bien for- introdujo una distinción entre los 'intensión' y 'comprensión' ( VÉANSE ),
madas las fórmulas en cuestión. Ahora nombres que ha sido muy discutida. y el término 'denotación' al término
bien, admitir estas fórmulas no quiere Es la distinción entre nombres con- 'extensión' (v.). Si así lo considera-
decir operar simplemente con ellas; notativos y nombres absolutos. Los mos, deberemos adherirnos a la tesis
para efectuar operaciones con fórmu- nombres absolutos son, según Occam, de H. W. B. Joseph (An Introduc-
las de la clase citada es necesario aquellos que no significan algo de tion to Logic, 1906, págs. 140 sigs.; 2a
considerar que 'e' puede leerse 'e' un modo principal y otra cosa de ed., 1946, págs. 156 sigs.), el cual, a
idéntico a' y transformar los indivi- un modo secundario, sino que lo base de la información proporcionada
duos en clases unimembres (de un significan todo del mismo modo. al respecto por Prantl (Geschichte,
solo miembro). Ejemplo de un nombre absoluto es II, 364, III, 386), señala que las
La primera teoría axiomática de animal, el cual significa hombres, mencionadas equiparaciones carecen
los conjuntos se debe a Ernst Zer- asnos, bueyes, etc., y no significa a de sentido en el lenguaje de los ló-
melo ("Untersuchungen über die unos primaria y a otros secundaria- gicos medievales. Mas por otro lado
Grundlagen der Mengenlehre", Ma- mente. Esto quiere decir que 'animar hay que tener presente que algunos
thematische Annalen, LXV [1908], puede ser predicado de muchas cla- autores modernos parecen no olvidar
261-81). A base de investigaciones ses de individuos, como lo muestran las definiciones medievales, en par-
de J. von Neumann y K. Gödel, Paul los ejemplos homo est animal, canis ticular la de Occam, en sus análisis
Bernays presentó luego una teoría est animal. Los nombres absolutos del significado de 'connotación'. Dos
axiomática completa ("A System of tienen definiciones reales. Los nom- ejemplos que confirman este punto
bres connotativos son, en cambio, son los de James Mill y J. S. Mill.
338
CON CON CON
James Mill, en efecto, consideraba ferencia de la comprensión, que in- símbolos como si fuesen símbolos
que la expresión 'caballo blanco' de- cluiría las notas no necesarias. Las completos. Pues tales autores suponen
nota dos cosas: caballo y blanco, dificultades en el empleo de la con- que las únicas entidades que hay en el
pero denota el color blanco prima- notación en el sentido de Mill pare- mundo son propertied things, sólo
riamente y el caballo secundaria- cen obedecer, en todo caso, a una simbólicamente distinguibles en
mente. O, más rigurosamente, la men- insuficiente profundización en la teo- propiedades y cosas (Cfr. The Mea-
cionada expresión nota la significa- ría de las clases lógicas. Así, la rela- ning of Meaning, Cap. III). L. S.
ción primaria y connota la secundaria. ción simple entre extensión y com- Stebbing (A Modern Introduction to
Por consiguiente, la diferencia entre prensión, lo mismo que la relación Logic, Cap. III, § 4) señala, por otro
un modo de decir recto y un modo de simple entre denotación y connota- lado, que el rechazo de la noción de
decir oblicuo son admitidas por el ción, no tendría en cuenta la funda- connotación en el sentido de Mill,
autor de referencia. En cuanto a J. S. mental distinción entre la relación de así como, y a mayor abundamiento,
Mill, elaboró una distinción entre una clase con una subclase, y la rela- el rechazo de la distinción clásica
connotación y denotación sen- ción de una clase con sus miembros entre extensión y comprensión evitan
siblemente parecida a la hoy usada, componentes. Lo mismo ocurriría en confusiones, como las procedentes de
pero se basó para ello en el análisis la distinción entre denotación y exten- los siguientes hechos: 1. De que
de James Mill. Así, según J. S. Mill sión, pues mientras la primera de- algunos nombres carecen de
la connotación es la nota o conjunto signaría individuos, la segunda se connotación (tales como los símbolos
de notas que determinan el objeto referiría a variedades de clases. Por demostrativos, los nombres propios
al cual un nombre, término o símbolo lo tanto, la denotación no podría lógicos y los nombres de cualidades
se aplican, como cuando decimos que tampoco equipararse a la mera de- simples). 2. De que hay diferentes
una circunferencia es una figura plana signación, no obstante que, en un clases de nombres, o palabras que
curva cuyos puntos equidistan de un uso amplio del lenguaje, pudiese tienen connotación (como nombres
punto interior, llamado centro, y la decirse que ambas tienen una fun- propios ordinarios y frases des-
denotación es el objeto u objetos a ción designativa. La distinción es- criptivas). 3. Que algunos nombres
los cuales el nombre, término o tablecida por Frege entre el sentido carecen de denotación (como las fra-
símbolo se aplican, como cuando (Sinn) y la referencia o denota- ses descriptivas que no describen
admitimos que todas las circunferen- ción (Bedeutung) de una proposi- nada: montaña de cristal, centauro,
cias son la denotación del término 'cir- ción está asimismo encaminada a etc.). Y, finalmente, C. I. Lewis
cunferencia'. Una conclusión razona- evitar las mentadas confusiones. Hay (An Analysis of Knowledge and
ble es, pues, la de suponer que las expresiones, en efecto, que tienen Valuation, 1946) sistematiza las no-
significaciones actuales de 'connota- idéntica denotación, pero distinto ciones de denotación, connotación,
ción' y 'denotación' son distintas de las sentido o connotación, como ocurre, comprensión y significación, señalando
medievales, pero han sido estableci- por ejemplo, siempre que el objeto que hay cuatro modos o clases de
das teniendo en cuenta los análisis referido es el mismo, pero expresado significación en cada término, por el
medievales del notar y del connotar. mediante distintos términos (en el cual entiende dicho autor la expre-
Hay que advertir, con todo, que las ejemplo dado por Frege: "el lucero sión lingüística que se aplica a una
equiparaciones modernas antes men- vespertino" y "el lucero matutino", cosa o cosas de alguna clase, exis-
cionadas no son admitidas por todos que denotan por igual a Venus. tentes o pensadas: (1) La denotación
los autores. Algunos lógicos rehusan Cfr. "Ueber Sinn und Bedeutung", o extensión, o sea la clase de todas
hablar de sinonimia y prefieren ha- Zeitschrift für Philosophie und phi- las cosas existentes a las cuales se
blar de similitud. En el caso de la losophische Kritik, C [1892]). Auto- aplica. (2) La comprensión, que in-
comprensión se reconoce, por ejem- res como Ogden y Richards rechazan cluye, además de los elementos de su
plo, que hay en el concepto reso- por motivos diversos la distinción extensión, todas las cosas no existen-
nancias de carácter psicológico y no clásica entre denotación y conno- tes, pero pensables, a que el término
sólo una significación de orden estric- tación por cuanto, a su entender, puede aplicarse. (3) La significación
tamente lógico; por eso la compren- ni el denotar ni el connotar pueden o carácter, cuya presencia en una
sión solamente sería connotación en ser usados como si fuesen una re- cosa es necesaria y suficiente para
el caso de una previa objetivación lación simple o una relación funda- la correcta posibilidad de aplicación
de lo significado en el término. Ya mental. Por ejemplo, en lo que toca del término a la cosa. (4) La con-
el propio Mill estima que la connota- a la denotación observan que nin- notación (la llamada también inten-
ción y la significación son idénticas, guna palabra tiene denotación aparte sión [VÉASE ]) de un término como la
y en este caso no habría dificultad en de alguna referencia que simboliza, conjunción finita de todos los térmi-
efectuar otra identificación entre la pues las relaciones entre la palabra y nos connotados por él.
connotación y la comprensión objeti- la cosa son indirectas' y casuales. CONOCIMIENTO. Preguntas co-
va. Pero la dificultad o imposibilidad En cuanto a la connotación, las mo: "¿Qué es el conocimiento?", "¿En
de efectuar tal objetivación en los propiedades de que se habla no se qué se funda el conocimiento?", "¿Có-
objetos no susceptibles de una des- encuentran, señalan, en ninguna mo es posible el conocimiento?", etc.,
cripción lógica completa, hace que parte, por ser entidades ficticias pertenecen a una disciplina filosófica
algunos lógicos admitan la connota- simuladas por la influencia que ejerce llamada de varios modos: "teoría del
ción como la característica o conjun- la mala analogía con la cual tratamos conocimiento", "crítica del conoci-
to de características necesarias, a di- ciertas partes de nuestros miento", "gnoseologia", "epistemolo-
339
CON CON CON
gía". No nos ocuparemos aquí del central —si bien no único— en el quiera interpretaciones del conoci-
significado de los diversos nombres pensamiento filosófico. La constante miento y cualesquiera explicaciones
de esta disciplina; remitimos para ello preocupación de los autores aludidos que puedan darse de las causas del
al artículo GNOSEOLOGÌA. De momento y citados por el "método" y por la conocer. Por tanto, la fenomenología
la llamaremos "teoría del conoci- "estructura del conocimiento" es en del conocimiento no es una descrip-
miento" y usaremos los términos este respecto muy reveladora. Pero ción genética y de hecho, sino "pura".
'gnoseologico' y 'epistemológico' como todavía no se concebía el estudio del Lo único que tal fenomenología aspira
adjetivos. conocimiento como pudiendo dar im- a poner en claro es lo que significa ser
Las preguntas antes formuladas, no pulso a una "disciplina filosófica es- objeto de conocimiento, ser sujeto
obstante su generalidad (o quizás a pecial". Desde Kant, en cambio, el cognoscente, aprehender el objeto,
causa de ella), no agotan los proble- problema del conocimiento comenzó etc., etc.
mas que se suscitan en la teoría del a ser objeto de "la teoría del conoci- Un resultado de tal fenomenología
conocimiento. En el curso de la pre- miento". La filosofía de Kant no pue- parece obvio: conocer es lo que tiene
sente exposición examinaremos algu- de reducirse, como lo han pretendido lugar cuando un sujeto (llamado
nas cuestiones más específicamente, algunos neokantianos, a teoría del co- "cognoscente") aprehende un objeto
pero un recuento suficiente de ellas nocimiento. Pero es indudable que (llamado "objeto de conocimiento" y,
será posible sólo agrupando los di- esta teoría ocupa un lugar muy des- para abreviar, simplemente "objeto").
versos artículos de la presente obra tacado en el pensamiento de dicho Sin embargo, el resultado no es ni
que figuran en el "Cuadro sinóptico" filósofo. Desde Kant, además, se ha obvio ni tampoco simple. Por lo pron-
al final de ella bajo el título "Teoría manifestado con frecuencia en el pen- to, la pura descripción del conoci-
del conocimiento (Gnoseologia, Epis- samiento filosófico moderno y con- miento o, si se quiere, del conocer,
temología)" — artículos como A PRIO- temporáneo una cierta "epistemofilia", pone de relieve la indispensable co-
RI, CATEGORÍA, EMPIRISMO, INNATIS- que contrasta con la "ontofilia" de los existencia, co-presencia y, en cierto
MO, UNIVERSALES, VERDAD y otros. griegos y de muchos autores medie- modo, co-operación, de dos elementos
El problema —y los problemas— vales. En vista de ello, algunos auto- que no son admitidos, o no son admi-
del conocimiento han sido tratados res han llegado a la conclusión de tidos con el mismo grado de necesi-
por casi todos los filósofos, pero la que la teoría del conocimiento es la dad, por todas las filosofías. Algunas
importancia que ha adquirido la teoría disciplina filosófica central. Otros han filosofías insisten en el primado del
del conocimiento como "disciplina intentado mostrar que es una discipli- objeto (realismo en general); otras,
filosófica" especial es asunto rela- na independiente, o relativamente in- en el primado del sujeto (idealismo
tivamente reciente. Los griegos intro- dependiente. Las cosas, sin embargo, en general); otras, en la equiparación
dujeron en la literatura filosófica, y no son tan claras como se pretende. "neutral" del sujeto y objeto. La fe-
con un sentido preciso, los términos Es probable que, como ha indicado nomenología del conocimiento no re-
que nos sirven todavía para designar repetidamente Nicolai Hartmann, los duce ni tampoco equipara: reconoce
nuestra disciplina: los vocablos gno=sji problemas gnoseológicos se hallen es- la necesidad del sujeto y del objeto
("conocimiento") y e(pisth/mh ("saber", trechamente coimplicados (o compli- sin precisar en qué consiste cada uno
traducido a veces asimismo por "cien- cados) con problemas ontológicos (y de ellos, es decir, sin detenerse en
cia"). Con frecuencia trataron proble- viceversa). Es casi seguro que mu- averiguar la naturaleza de cada uno
mas gnoseológicos, pero solieron chos problemas epistemológicos se ha- de ellos o de cualquier supuesta rea-
subordinarlos a cuestiones luego lla- llan estrechamente relacionados con lidad previa a ellos o consistente en
madas "ontológicas". La pregunta: cuestiones lógicas. En todo caso, pue- la fusión de ellos.
"¿Qué es el conocimiento?" fue a me- de seguirse reconociendo a la teoría Conocer es, pues, fenomenològica-
nudo formulada entre los griegos en del conocimiento un puesto destacado mente hablando, "aprehender", es de-
estrecha relación con la pregunta: sin por ello separarla de otras disci- cir, el acto por el cual un sujeto apre-
"¿Qué es realidad?" Algo parecido plinas filosóficas. hende un objeto. El objeto debe ser,
sucedió con muchos filósofos medie- En el presente artículo trataremos pues, por lo menos gnoseológicamen-
vales. En modo alguno quiere decir de los siguientes aspectos del proble- te, trascendente al sujeto, pues de lo
esto que los filósofos aludidos no tra- ma del conocimiento: la descripción contrario no habría "aprehensión" de
taran el problema del conocimiento del fenómeno del conocimiento o fe- algo exterior: el sujeto se "aprehen-
con detalle: no se puede decir que, nomenología del conocimiento; la dería" de algún modo a sí mismo.
por ejemplo, los escépticos o San cuestión de la posibilidad del conoci- Decir que el objeto es trascendente al
Agustín no dedicaran muchos esfuer- miento; la cuestión del fundamento sujeto no significa, sin embargo, toda-
zos a esclarecer la posibilidad (o im- del conocimiento; la cuestión de las vía decir que hay una realidad inde-
posibilidad) del conocimiento y los formas posibles del conocimiento. pendiente de todo sujeto: la fenome-
tipos de conocimiento. Sin embargo, Fenomenología del conocimiento. nología del conocimiento, decíamos,
es plausible sostener que sólo en la Entendiendo el término 'fenomenolo- no adopta por lo pronto ninguna po-
época moderna (con varios autores gía' en un sentido muy general, como sición idealista, pero tampoco realista.
renacentistas interesados por el método "pura descripción de lo que aparece", Al aprehender el objeto éste está de
y con Descartes, Malebranche, la fenomenología del conocimiento se alguna manera "en" el sujeto. No está
Leibniz, Locke, Berkeley, Hume y propone describir el proceso del co- en él, sin embargo, ni física ni meta-
otros) el problema del conocimiento nocer como tal, es decir, independien- físicamente: está en él sólo 'represen-
se convierte a menudo en problema temente de, y previamente a, cuales- tativamente". Por eso decir que el su-
340
CON CON CON
jeto aprehende el objeto equivale a diversas teorías gnoseológicas (y a un lenguaje psicológico o, en todo
decir que lo representa. Cuando lo menudo psicológicas y hasta metafísi- caso, tienden a examinar las condicio-
representa tal como el objeto es, el cas) acerca de la naturaleza de las nes "concretas" del conocimiento. Así,
sujeto tiene un conocimiento verdade- "ideas" — teorías desarrolladas por la por ejemplo, los límites de que se
ro (si bien posiblemente parcial) del mayor parte de autores racionalistas y habla son límites dados por la estruc-
objeto; cuando no lo representa tal empiristas modernos. También han tura psicológica del sujeto cognoscen-
como es, el sujeto tiene un conoci- sido esfuerzos en esta dirección los te, por las ilusiones de los sentidos, la
miento falso del objeto. intentos de concebir la aprehensión influencia de los temperamentos, los
El sujeto y el objeto de que aquí representativa del objeto desde el pun- modos de pensar debidos a la época o
se habla son, pues, "el sujeto gnoseo- to de vista causal (como ha sucedido a las condiciones sociales, etc., etc.
lógico" y el "objeto gnoseológica", no en las llamadas "teorías causales de Cuando lo que resulta es sólo un co-
los sujetos y objetos "reales", "físicos" la percepción"). nocimiento probable, el escepticismo
o "metafísicos". Por eso el tema de la Finalmente, hay el problema de la moderado adopta la tesis llamada
fenomenología del conocimiento es la proporción de elementos sensibles, in- "probabilismo". Los dogmáticos mo-
descripción del acto cognoscitivo co- telectuales, emotivos, etc., etc. en la derados, en cambio, usan un lenguaje
mo acto de conocimiento válido, no la representación de los objetos por el predominantemente "crítico-racional":
explicación genética de dicho acto o sujeto. De acuerdo con los elementos lo que tratan de averiguar no son los
su interpretación metafísica. que se supongan predominar se pro- límites concretos del conocimiento,
Sin embargo, aunque la fenomeno- ponen muy diversas teorías del cono- sino sus límites "abstractos", es decir,
logía del conocimiento aspira a "po- cimiento. Puede verse, pues, que tan los límites establecidos por supuestos,
ner entre paréntesis" la mayor parte pronto como se va un poco lejos en finalidades, etc., etc. Es fácil ver que
de los problemas del conocimiento, ya la fenomenología del conocimiento se mientras los escépticos moderados se
dentro de ella surgen algunos que no suscitan cuestiones que podrían lla- ocupan predominantemente de la
pueden ser ni solucionados ni siquiera marse "metafenomenológicas". cuestión del origen del conocimiento,
aclarados por medio de una pura Posibilidad del conocimiento. A la los dogmáticos moderados se intere-
descripción. Por lo pronto, hay el pro- pregunta "¿Es posible el conocimien- san especialmente por el problema de
blema del significado de 'aprehender'. to?", se han dado respuestas radicales. la validez del conocimiento.
Se puede "aprehender" de muy diver- Una es el escepticismo, según el cual Los autores que no se han adherido
sas maneras un objeto. Así, por ejem- el conocimiento no es posible. Ello ni al escepticismo ni al dogmatismo
plo, hay una cierta aprehensión —y parece ser una contradicción, pues se radicales y que, por otro lado, no se
aprehensión cognoscitiva, o parcial- afirma a la vez que se conoce algo, es han contentado con adoptar una posi-
mente cognoscitiva— de un objeto decir, que nada es cognoscible. Sin ción moderada, estimada como "me-
cuando se procede a usarlo para cier- embargo, el escepticismo es a menu- ramente ecléctica", han intentado des-
tos fines. No puede descartarse sin do una "actitud" en la cual no se cubrir un fundamento para el conoci-
más este aspecto de la aprehensión de formulan proposiciones, sino que se miento que fuese independiente de
objetos por cuanto un estudio a fondo establecen, por así decirlo, "reglas de cualesquiera límites, supuestos, etc.,
del conocimiento requiere tener en conducta intelectual". Otra es el dog- etc. Tal ocurrió con Descartes, al pro-
cuenta muy diversos modos de "cap- matismo, según el cual el conocimiento poner el Cogito, ergo sum ( VÉASE) y
turar" objetos. Sin embargo, es carac- es posible; más aun: las cosas se con Kant, al establecer lo que puede
terístico de la fenomenología del co- conocen tal como se ofrecen al sujeto. llamarse el "plano trascendental"
nocimiento el limitarse a destacar la Las respuestas radicales no son las (véase TRASCENDENTAL). En el pri-
aprehensión como fundamento de un más frecuentes en la historia de la mer caso, conocer es partir de una
enunciar o decir algo acerca del obje- teoría del conocimiento. Lo más co- proposición evidente (que es a la vez
to. Por este motivo la aprehensión de mún es adoptar variantes del escepti- resultado de una intuición básica).
que aquí se habla es una representa- cismo o del dogmatismo: por ejemplo, En el segundo caso, conocer es sobre
ción que proporciona el fundamento un escepticismo moderado o un dog- todo "constituir", es decir, constituir
para enunciados. matismo moderado, que muchas ve- el objeto en cuanto objeto de conoci-
En segundo lugar, hay el problema ces coinciden. En efecto, en las for- miento. Nos hemos referido con más
de cuál sea la naturaleza de "lo apre- mas moderadas de escepticismo o de detalle a estos puntos en los artículos
hendido" o del objeto en cuanto dogmatismo se suele afirmar que el dedicados a los autores mencionados
aprehendido. No puede ser el objeto conocimiento es posible, pero no de y a varios conceptos fundamentales,
como tal objeto, pero entonces hay un modo absoluto, sino sólo relativa- por lo que no estimamos necesario
que admitir que el objeto se desdobla mente. Los escépticos moderados sue- volver sobre ellos.
en dos: el objeto mismo en cuanto tal len mantener que hay límites en el Fundamento del conocimiento. Una
y el objeto en cuanto representado o conocimiento. Los dogmáticos mode- vez admitido que el conocimiento
representable. La clásica doctrina de rados suelen sostener que el conoci- (total o parcial, ilimitado o limitado,
las "especies" —especies sensibles, es- miento es posible, pero sólo dentro de incondicionado o condicionado, etc.)
pecies intelectuales— constituyó un ciertos supuestos. Tanto los límites es posible, queda todavía el problema
esfuerzo con vistas a dilucidar el pro- como los supuestos se determinan por de los fundamentos de tal posibilidad.
blema del objeto en cuanto represen- medio de una previa "reflexión críti- Algunos autores han sostenido que
tado o representable. Han sido asi- ca" sobre el conocimiento. Los escép- el fundamento de la posibilidad del
mismo esfuerzos en esta dirección las ticos moderados usan con frecuencia conocimiento es siempre "la realidad"
341
CON CON CON
— o, como a veces se dice, "las cosas estructuras no son ni empíricas ni entenderlo en sentido subjetivista u
mismas". Sin embargo, la expre tampoco racionales: son estructuras objetivista, crítico, lógico, etc., etc.
sión la realidad' no es en modo algu puramente formales, sin contenido. En otros casos, el partir del objeto
no unívoca. Por lo pronto, se ha Tal ocurre con Hume y diversas for- puede dar lugar a lo que se ha llama-
hablado de "realidad sensible" a di mas de positivismo lógico. Puede do "realismo fotográfico", pero en
ferencia de una, efectiva o supuesta, abrazarse también un empirismo que muchas ocasiones el admitir que el
"realidad inteligible". No es lo mismo parte del material dado a las impre- fundamento del conocimiento se halla
decir que el fundamento del conoci siones sensibles, pero admite la posi- en el objeto no equivale a hacer del
miento se halla en la realidad sensible bilidad de abstraer de ellas "formas"; sujeto un mero "reflejo" del objeto.
(en las impresiones, percepciones sen es el empirismo de sesgo aristotélico No todas las actitudes adoptadas en
sibles, etc.), como han hecho muchos y los derivados del mismo. En cuanto el problema que nos ocupa pueden
empiristas, que decir que tal funda al llamado grosso modo "racionalis- clasificarse en posiciones como las re-
mento se halla en la realidad inteligi mo", ha adoptado asimismo muy di- señadas. En rigor, todas estas posicio-
ble (en las "ideas", en sentido más o versas formas de acuerdo con el sig- nes tienen en común el dar de algún
menos platónico), como han hecho nificado que se haya dado a expresio- modo el conocimiento por supuesto.
muchos racionalistas ( especialmente nes tales como 'realidad inteligible', Además, casi todas tienden a conce-
los que han sido al mismo tiempo 'ideas', 'formas', 'razones', etc., etc. bir el conocimiento no sólo como una
"realistas" en la teoría de los univer No es lo mismo, en efecto, un racio- actividad intelectual, sino también co-
sales). Por otro lado, aun adoptándo nalismo que parte de lo inteligible mo una actividad fundada en motivos
se una posición empirista o raciona como tal para considerar lo sensible intelectuales, aislados, o aislables, con
lista al respecto, hay muchas maneras como reflejo de lo inteligible, que un respecto a cualesquiera otros motivos.
de presentar, elaborar o defender la racionalismo para el cual el conoci- En cambio, ciertas posiciones, espe-
correspondiente posición. Así, por miento se funda en la razón, pero en cialmente desarrolladas en la época
ejemplo, el empirismo llamado a me donde ésta no es una realidad inteli- contemporánea, pero precedidas por
nudo "radical" propone que no sólo gible, sino un conjunto de supuestos ciertas corrientes (entre las cuales cabe
el conocimiento de la realidad sensi o "evidencias", una serie de "verda- mencionar a Nietzsche y a Dilthey),
ble está fundado en impresiones, sino des eternas", etc., etc. han intentado preguntarse por el
que lo está también el conocimiento Las posiciones empiristas y racio- fundamento del conocimiento en
de realidades (o cuasi-realidades) no nalistas, y sus múltiples variantes, son distinto sentido: en función de una
sensibles, tales como los números, fi sólo dos de las posiciones fundamen- más amplia "experiencia". Como re-
guras geométricas y, en general, to tales adoptadas en la cuestión del sultado de ello la teoría del conoci-
das las "ideas" y todas las "abstrac fundamento del conocimiento. Otras miento no ha consistido ya en una
ciones". Pero el empirismo "radical" dos posiciones capitales son las cono- "filosofía de la conciencia" como
no es ni mucho menos la única forma cidas con los nombres de "realismo" e "conciencia cognoscente". Ejemplos
aceptada, o aceptable, de empirismo. "idealismo". Nos hemos referido a de estos intentos los tenemos en va-
Puede adoptarse un empirismo a ve ellas con más detalle en los artículos rios autores: pragmatistas (Dewey,
ces llamado "moderado" —que a me correspondientes. Indiquemos aquí James), existencialistas (Sartre) y
nudo coincide con el racionalismo únicamente que lo característico de otros no fácilmente clasificables, como
también llamado "moderado", tal co cada una de estas posiciones es la in- Ortega y Gasset, Heidegger, Gilles-
mo sucede, por ejemplo, en Locke—, sistencia respectiva en tomar un punto Gaston Granger, etc. Nos limitaremos
según el cual el fundamento del co de partida en el "objeto" o en el a subrayar aquí la doctrina de Ortega
nocimiento se halla en las impresiones "sujeto". Aun así, no es fácil esclare- en la cual el conocimiento es exami-
sensibles, pero éstas sólo proporcio cer el significado propio de 'realismo' nado como un saber: el "saber a qué
nan la base primaria del conocer y de 'idealismo' en virtud de los mu- atenerse". Se niega con ello que el
— una base sobre la cual se montan chos sentidos que adquieren dentro conocimiento sea connatural y con-
las ideas generales. Puede adoptar de estas posiciones los términos 'ob- sustancial al hombre, es decir, que el
se un empirismo que a veces se ha jeto' y 'sujeto'. Así, por ejemplo, en lo hombre sea últimamente "un ser pen-
llamado "total": es el empirismo que que toca al "sujeto", la naturaleza de sante". Esto no equivale a defender
rehusa atenerse a las impresiones sen la posición adoptada depende en gran una teoría "irracionalista" del conoci-
sibles por considerar que éstas son parte de si el sujeto en cuestión es miento; equivale a no dar el conoci-
sólo una parte, y no la más importan entendido como sujeto psicológico, co- miento por supuesto y a preguntarse
te, de la "experiencia". La "experien mo sujeto trascendental en el sentido por el modo como "se funda".
cia" no es únicamente para este em kantiano, como sujeto metafísico, etc. Formas del conocimiento. Nos he-
pirismo experiencia sensible: puede En algunos casos el partir del sujeto mos referido ya al conocimiento como
ser también experiencia "intelectual", puede dar lugar a un subjetivismo, y conocimiento sensible y conocimiento
o experiencia "histórica", o experien hasta a un solipsismo ( VÉASE ). Pero inteligible. En muchos casos se admite
cia "interior", o todas esas cosas a un en otros casos el término 'sujeto' de- que ambas formas de conocimiento
tiempo. Puede adoptarse asimismo un signa más bien una serie de condicio- son intuitivas, pero a veces se esta-
empirismo que no deriva de las im nes del conocimiento como tal, que blece, o propone, que el conocimiento
presiones sensibles el conocimiento de no son precisamente "subjetivas". Por intuitivo es distinto de todas las de-
las estructuras lógicas y matemáticas eso cuando se habla, por ejemplo, de más formas de conocimiento. Tal ocu-
justamente porque estima que tales idealismo ( VÉASE ), no es lo mismo rre especialmente cuando la intuición
342
CON CON CON
es entendida como un acceso a la distintos (y emplear, por tanto, con- por el Instituto Internacional de Filo-
realidad absoluta. ceptos distintos) de los seguidos por sofía y publicados en Dialéctica, XV,
Puede hablarse asimismo de cono- el conocimiento del hombre y de los 1/2 (1961).
cimiento inmediato, equivalente a una "objetos humanos" (acciones, valora- Además de las obras anteriores hay
intuición o aprehensión directa del ciones, experiencias individuales e his- que tener en cuenta otras muchas
tóricas, etc. ). El problema de las for- que, sin referirse explícita o princi-
objeto conocido o cognoscible; y de palmente al problema del conocimien-
un conocimiento mediato, equivalen- mas de conocimiento se halla en este to, o sin llevar el término 'conoci-
te a una serie de inferencias y razo- caso relacionado con el problema de miento' en el título, son importantes
namientos. la clasificación de los saberes a que como teorías o partes de teorías del
Otras formas de conocimiento de nos hemos referido en el artículo conocimiento. Tal ocurre con obras
que se ha hablado con frecuencia son CIENCIAS ( CLASIFICACIÓN DE LAS). procedentes de las direcciones feno-
el conocimiento a priori y el conoci- menológica, lógico-positivista, neokan-
miento a posteriori. Nos hemos refe- tiana, actualista, pragmatista, etc.
rido a este punto con más detalle en También deben tenerse presentes las
exposiciones de teoría del conocimiento
el artículo A PRIORI . procedentes de escuelas bien deter-
Puede asimismo hablarse de cono- minadas, o relativamente bien de-
cimiento de acuerdo con el tipo de terminadas; tal sucede con las expo-
realidad que se trate de conocer. En siciones de teoría del conocimiento (o
este caso vuelve a hablarse de cono- de criteriología) en manuales neoes-
cimiento sensible y conocimiento in- colásticos, y especialmente neotomis-
teligible (o a veces intelectual), pero tas, y con exposiciones de gnoseología
hay otras clasificaciones posibles. Así, en textos escritos por materialistas
dialécticos. Véanse para ello bibliogra-
por ejemplo, puede hablarse de una fías de MARXISMO, MATERIALISMO,
diferencia entre el conocimiento de la NEOESCOLASTICISMO, NEOTOMISMO.
realidad y el conocimiento del valor.
A la vez, este último conocimiento
puede ser de tipo intelectual o de tipo
emotivo.
También puede hablarse de cono-
cimiento por contacto o presencia di-
recta y conocimiento por descripción
del objeto que se propone conocer.
Estos dos tipos de conocimiento coin-
ciden a veces respectivamente con el
conocimiento inmediato y mediato,
pero no se identifican siempre con
ellos. En efecto, la mediatez del co-
nocimiento que supone la inferencia
es muy distinta de la mediatez que
supone la descripción.
Algunos autores han distinguido
entre "conocer que" y "conocer co-
mo"; otros han considerado el "cono-
cer que" como un caso especial del
"conocer como". Puede asimismo dis-
tinguirse entre conocer algo y conocer
que algo es esto o aquello. En gene-
ral, un análisis de los diversos con-
textos en los cuales se usan 'conocer'
(y 'saber') puede hacer comprender
aspectos del problema del conocimien-
to no siempre puestos de relieve por
las teorías del conocimiento "tradicio-
nales".
Finalmente, puede hablarse de ti-
pos de conocimiento de acuerdo con
ciertas divisiones introducidas en la
realidad misma y en el modo do con-
siderarla. Así, por ejemplo, se ha pro-
puesto a veces que el conocimiento
de la Naturaleza y de los objetos na-
turales tiene que seguir por caminos

343
CON de un razonamiento', por ejemplo en
Schaerer, Étude sur les notions de un silogismo. (3) Como expresión
connaisance (Episteme) et d'art (Tech- de un consecuente en un condicional,
ne) d'Homère à Platon, 1930. — Pa- tal como 'q' en 'si p, entonces q'.
ra la llamada sociología del conoci- (4) Como vocablo técnico de la ló-
miento, véanse los artículos SABER y gica medieval en la teoría llamada
SOCIOLOGÍA. de las consecuencias. En el sentido
CONRAD-MARTIUS (HEDWIG) (1) la consecuencia es fáctica; en los
nac. (1888) en Bergzabem, fue dis- sentidos (2)-(4), es lógica. De estos
cípula de Husserl en Göttinga y es tres últimos sentidos interesa aquí es-
uno de los más significados exponen- pecialmente el (4), por cuanto hay
tes de la llamada "vieja escuela feno- ya otros términos que sirven en la
menológica". Desde 1949 profesa en expresión de los sentidos (2) y (3).
la Universidad de Munich. Conrad- Diremos, pues, unas palabras sobre la
Martius se ha interesado especialmente misma, a base de las investigaciones
por los problemas ontológicos, tratando de I. M. Bochenski, Ph. Boehner y
de extender la fenomenología E. A. Moody,
husserliana a una "fenomenología to-
tal" del mundo. Aunque Conrad-Mar- La doctrina de las consecuencias
tius concibe la fenomenología como parece haberse originado como un
ciencia de esencias, estima que no se desarrollo de algunos pasajes del pri-
limita a una descripción pura de tales mer libro de los An. Pr. y del segun-
esencias; la fenomenología no es sólo do libro de los Top., donde se esta-
descripción, sino también especula- blecen las llamadas reglas tópicas. Es
ción. En este espíritu Conrad-Martius probable que hayan servido también
ha estudiado los problemas ontológi- de base para la doctrina las conside-
co-formales relativos al espacio, al raciones que hay en el tratado de
tiempo, y al ser y sus formas. Según Boecio sobre los silogismos hipotéti-
nuestro autor, el ser tiene "analogías". cos y algunos elementos de la lógica
Puede distinguirse entre diversas for- estoico-megárica. Entre los autores
mas de ser sin quebrarse la unidad que con mayor amplitud y precisión
del ser. Nos hemos referido a este elaboraron la doctrina figuran Juan
punto en los artículos IDEAL, y OBJE - Buridán en su De consequentiis, Al-
TO Y OBJETIVO. berto de Sajonia en su Perutilis Lo-
CONSECUENCIA. El término 'con- gica, Guillermo de Occam en su
Summa logica, Ralphus Strodus en
su Tractatus de consequentiis, Pablo
de Venecia en su Lógica, Gualterio
Burleigh en su De puritate artis logi-
cae, Pedro Hispano en las Summu-
lae, y el desconocido autor de las
Quaestiones in librum primum Prio-
rum Analyticorum Aristotelis durante
mucho tiempo atribuidas a Juan
Duns Escoto. Común en casi todos
ellos es considerar la consecuencia
como una proposición condicional o
una proposición hipotética compuesta
cuando menos por dos enunciados
unidos condicionalmente, de tal suerte
que es declarada verdadera cuando el
antecedente implica el consecuente,
esto es, cuando del antecedente
puede inferirse el consecuente. Una
vez convenientemente elaborada la
doctrina de las consecuencias
proporciona un conjunto muy
completo de reglas que gobiernan las
secuencia' es empleado en varios sen- inferencias válidas o por medio de
tidos: (1) Como equivalente a 'efec- las cuales pueden ejecutarse tales in-
to', tal como en la expresión: 'La re- ferencias. Ejemplos de reglas conse-
ducción de volumen de un gas es cuenciales son: "De lo verdadero
consecuencia de su compresión'. nunca se sigue lo falso", "Una pro-
(2) Como equivalente a 'conclusión
344

CON
CON CON CON
posición conjuntiva implica cualquiera consecuencias que no fueron cono- CONSISTENTE. El vocablo 'con-
de sus componentes", "Una pro- cidas de los lógicos tradicionales; la sistente' designa uno de los concep-
posición disyuntiva es implicada por formulación de las consecuencias en tos fundamentales usados en metaló-
cualquiera de sus componentes". Las lenguaje ordinario en vez del lenguaje gica. Se llama consistente a un cálcu-
reglas consecuenciales son, pues, en simbólico explica en buena parte esta lo C cuando, dada una fórmula bien
muchos casos equivalentes a tauto- limitación. formada, f, de C, no es el caso que
logías de la lógica sentencial, y en f y la ne ga ción de f (~ f) sean a
otros casos son equivalentes a reglas la vez teoremas de C. Se llama tam-
metalógicas de inferencia. La distin- bién consistente a un cálculo C cuan-
ción entre ambas no es siempre clara do hay por lo menos una fórmula
entre los escolásticos, pero algunos bien formada de C que no es un
autores —como Alberto de Sajonia teorema de C. Las dos anteriores de-
y Juan Buridán— parecen haberla finiciones corresponden a dos tipos
tenido muy en cuenta. En cambio, de consistencia y son aplicadas, según
los escolásticos citados dedicaron los casos, a diversas clases de cálculos.
gran atención a la clasificación de El concepto de consistencia es un
los tipos de consecuencias. Éstas concepto sintáctico (véase SINTAXIS).
pueden ser fácticas o simples, for- Ello no significa que se prescinda en
males o materiales, etc. Importante su formulación y desarrollo de toda
es sobre todo la distinción entre con- consideración semántica ( VÉASE). Tal
secuencia formal y material. Conse- CONSENTIMIENTO. Véase OCA- consideración es especialmente obvia
cuencia formal es aquella que vale SIONALISMO. cuando se trata de cálculos cuyas
para todos los términos según la dis- CONSISTENCIA. 'Consistencia' fórmulas, al ser interpretadas, se con-
posición y forma de los mismos, es puede emplearse en tres distintos vierten en enunciados y pueden ser
decir, la que vale para todos los tér- contextos. (1) En expresiones tales declaradas, por lo tanto, verdaderas
minos con tal que retengan la misma como 'prueba de consistencia' por o falsas. Puede decirse entonces que
forma. Consecuencia material es medio de la cual se prueba si un un cálculo C es consistente cuando
aquella en la que no se cumple tal cálculo dado es o no consistente. Nos no hay en C ninguna fórmula que,
validez, esto es, aquella que no vale hemos referido a este sentido de una vez interpretada, sea un enuncia-
para todos los términos aun reteniendo 'consistencia' en el artículo sobre el do falso. Se comprenderá, pues, que
la misma forma. La consecuencia término 'consistente'. (2) En expre- para que haya consistencia en la re-
formal, en suma, es lógicamente vá- siones metafísicas en las cuales se lación entre dos enunciados es me-
lida por sí misma sin depender de describe la completa subsistencia de nester que la conjunción de estos
nada más que de la disposición de una realidad y se describe tal sub- enunciados no sea contradictoria.
los términos. Lógicamente hablando, sistencia en términos de "real consis- Dentro de la metalógica ha susci-
las reglas consecuenciales más impor- tencia". Desde este punto de vista tado varias discusiones la llamada
tantes son las que se refieren a con- suele decirse que solamente realida- prueba de consistencia, elaborada
secuencias formales, pues la validez des tales como lo Absoluto y lo Incon- por varios autores de acuerdo con la
(lógica) de una consecuencia material dicionado son verdaderamente consis- Beweistheorie, de David Hilbert. Nos
depende de la posibilidad de encajarla tentes. Este uso de 'consistencia' es, referiremos sólo a tres de ellas.
dentro de una consecuencia formal. sin embargo, vago y poco recomen- Han alegado algunos autores que
De las consideraciones anteriores dable. (3) En expresiones —usual- la prueba de consistencia resulta in-
hemos excluido las proposiciones mo- mente metafísicas— en las cuales la necesaria, porque sólo puede ser em-
dales. Ahora bien, las llamadas con- consistencia es equiparada a la esen- pleada una vez que se sabe si el cálcu-
secuencias modales fueron asimismo cia, por declararse que la esencia de lo al cual se aplica es o no consistente.
dilucidadas por los escolásticos. Aris- algo es aquello en que este algo Aunque esta opinión es rechazada
tóteles había desarrollado algunos de "consiste". La consistencia se contra- por la mayor parte de los lógicos, su
los teoremas de la lógica modal en su pone en tal caso a la existencia. Pue- examen ha tenido como consecuen-
tratado De int. Estos teoremas fue- de preguntarse entonces por qué es cia la introducción de precisiones y
ron presentados por los escolásticos necesario introducir un vocablo nue- restricciones en la prueba de consis-
en la forma de consecuencias moda- vo para designar lo mismo que se tencia.
les, tales como las siguientes: "Ab designa mediante el término 'esen- Se ha debatido si la prueba de con-
esse ad posse valet consequentia" cia' (VÉASE). La respuesta a esta pre- sistencia puede o no ser dada en el
("Puede concluirse del ser al poder"), gunta se reduce por lo usual a afir- mismo lenguaje del cálculo al cual
"A posse ad esse not valet consequen- mar que los significados de 'esencia' se aplica. Hoy se admite, de acuerdo
tia" ("No puede concluirse del po- y 'consistencia' no se superponen con los resultados de Gödel, que la
der al ser"), "Ab non posse ad non exactamente; mientras 'esencia' co- prueba de consistencia para cualquier
esse valet consequentia" ("Puede rresponde a la essentia tradicional, lenguaje tiene que darse en un meta-
concluirse del no poder al no ser"), 'consistencia' se halla más cercana a lenguaje que posea medios lógicos
etc. Todas ellas pueden traducirse en otros tipos de esencia, entre los cua- más ricos que el citado lenguaje. El
forma de teoremas de la lógica modal les cabe contar la esencia en el sen- teorema de Gödel afirma al respecto
simbólica. Ahora bien, hay muchas tido de la fenomenología. en substancia que una prueba de
345
CON CON CON
consistencia para un sistema logisti- te en predicado por medio de la hay constantes hay que definir pre-
co cualquiera no puede ser formali- anteposición de 'es' al nombre o su viamente lo que se entienden por
zada dentro de tal sistema. sustitución por una forma verbal. La ellas, y a la vez las constantes sola-
Finalmente, se ha suscitado la cues- ventaja de tal eliminación reside en mente pueden ser definidas inducti-
tión de la relación entre los concep- la reducción de las proposiciones pri- vamente a base del material histórico.
tos de consistencia y de completitud; mitivas necesarias para la lógica. Su- Se trata de uno de esos grupos de
estudiamos la misma en varios otros primidos los nombres propios, que- cuestiones en las que parece inevi-
lugares de esta obra, especialmente dan sólo variables. table el círculo vicioso. Ocurre, pues,
en el artículo GÖDE L ( PRUE BA DE ). II. En filosofía de la historia. Pue- con el problema de las constantes
CONSTANTE. I. En lógica. El tér- de llamarse constante a cualquier fe- históricas lo mismo que sucede cuan-
mino 'constante' empleado como sus- nómeno o complejo de fenómenos do se comparan los hechos históri-
tantivo ("una constante") puede ser históricos que se repitan siguiendo un cos con los sociológicos: los "mode-
considerado (1) como específico de cierto modelo o esquema. El filósofo los" sociológicos se basan en un exa-
una ciencia o (2) como un vocablo de la historia puede limitarse a des- men del material histórico, mas para
de la lógica. En el sentido ( 1 ) se cribir tales modelos y a observar su hallar tales modelos hay que adoptar
habla, por ejemplo, de constantes reiteración en la historia o bien for- un punto de vista sociológico. La co-
físicas, tal como la velocidad de la mular una ley relativa a ellos. En nexión entre los dos problemas es,
luz, la constante h de Planck, etc. este último caso es necesario intro- por lo demás, muy grande. En efec-
En el sentido (2) se habla de expre- ducir el concepto de condición his- to, una de las constantes que han
siones constantes, tales como 'y', 'si... tórica y averiguar hasta qué punto sido subrayadas con más frecuencia
entonces', 'todos', 'algunos', etc. Las puede establecerse una comparación, es la constante sociológica. Así enten-
constantes o expresiones constantes y hasta una identificación, entre dida la cuestión, la noción weberia-
se distinguen de las expresiones va- leyes históricas y leyes naturales. El na del "tipo ideal" puede ser equipa-
riables. Así, concepto de constante en filosofía rada a la de constante. A nuestro
(Todos) los hombres (son) mortales de la historia puede, así, ser estima- entender, el problema debe plantearse
do como uno de los tipos de "cons- sin pretender alcanzar una solución
es una proposición donde los térmi tantes específicas de una ciencia" a tajante y definitiva. Por otro lado,
nos denteo de '( )' son constan que antes nos hemos referido. es conveniente señalar qué tipos
tes, y los términos fuera de '( )' La noción de constante —a veces determinados de constantes puede
son variables. Hay que advertir que sin darle exactamente este nombre— haber en la historia. Ciertas condi-
el vocablo 'variable' no tiene el mis ha sido utilizada con mucha frecuen- ciones, originadoras de tipos deter-
mo sentido cuando se aplica a los cia en filosofía de la historia. Sin minados de constantes, pueden ser de
términos de una proposición que embargo, en ciertos tipos de filosofías índole muy general; otras pueden ser
cuando se aplica a la proposición. de la historia ha predominado mu- específicas de ciertas culturas o pe-
Aquí lo usamos en el primer sentido. cho más que en otros. Por ejemplo, ríodos.
Para el segundo sentido, véase el es fácil descubrir el concepto de cons-
artículo sobre la noción de variable. CONSTANTINO. Véase EJECUTIVO.
tante en Vico, pero no lo es descu- CONSTITUCIÓN Y CONSTITUTI-
El vocablo 'constante' se usa tam brirlo en San Agustín. Vico puede
bién en la expresión 'constante ar VO. El término latino constitutio sig-
ser considerado, además, como el fi- nifica "arreglo", "disposición", "or-
gumento'. Se trata de argumentos lósofo que más conscientemente ha
que aparecen en las expresiones co den", "organización", y también, en
empleado y analizado tal concepto; sentido jurídico, "ley", "estatuto",
mo términos invariables. 'Felipe II' sin éste sería imposible entender su
o 'El Partenón' son ejemplos de tales "edicto", "decreto". Desde el punto de
teoría cíclica de la historia. Otros fi- vista filosófico es importante advertir
constantes argumentos. Sin embargo, lósofos que han empleado el concep-
dentro de ellas hay unas que son que constitutio ha sido utilizado para
to de constante histórica han sido traducir el griego katabolh/, en tanto
individuos (o nombres propios), co Herder y Spengler: el primero en
mo 'Felipe II', y otros que son des que significa fundación, principio o
un sentido histórico-cultural; el se- comienzo, acción de echar los cimien-
cripciones (véase DESCRIPCIÓN), co gundo, en un sentido histórico-bio-
mo 'El Partenón'. En muchos casos tos de algo. Como katabolh/, constitu-
lógico. Eugenio d'Ors ha hablado de tio puede ser empleado, pues, en el
se tiende a la eliminación de nom constantes históricas o eones. A su
bres propios y a su sustitución por sentido de la fundación o creación
entender, el Barroco puede ser con- (VÉASE) del mundo. En el romano, la
descripciones. La eliminación de los siderado como una de las principales.
nombres propios, sin embargo, no es creación tiene, ante todo, una signifi-
En general, toda "recurrencia" pue- cación jurídica, pero ello se debe a
siempre fácil. El modo más habitual de ser equiparada a una constante.
de eliminarlos consiste en definir el que la constitutio no es, a su vez, una
Los problemas que plantea la no- mera norma, sino la forma concreta de
nombre propio mediante algún pre ción de constante histórica son dos:
dicado que sólo a él corresponda. engendrar la realidad por excelencia:
(a) si hay constantes; (b) qué son la sociedad. En cambio, dentro del
Por ejemplo, 'Felipe II' puede ser las constantes. Es difícil atacar el
sustituido por 'El Rey de España que cristianismo el hecho del constituere
uno sin que implique el otro. No puede significar no sólo el fundar o
lanzó a la Armada Invencible a lu puede decirse que el primero se re-
char contra Inglaterra'. En caso ne el establecer, sino el crear propia-
suelve empíricamente y el segundo mente dicho; de ahí que pueda ha-
cesario, el nombre propio se convier- analíticamente, pues para saber si blarse de la constitutio mundi. En
346
CON CON CON
todo caso, el vocablo 'constitución' mento de una dialéctica del yo que se nado a su vez por el hecho de que
arrastra significados muy diversos pone a sí mismo y que pone a la vez los objetos de cada grado están 'cons-
que, aunque centrados en la acción el no-yo. El problema de la constitu- tituidos' a base de los objetos de gra-
de fundar, oscilan entre la creación ción y de lo constitutivo se ha con- do inferior" ( Der logische Aufbau der
y la simple ordenación de lo dado. vertido desde entonces en un pro- Welt, 1928, pág. 34). A este fin con-
Ahora bien, la citada oscilación blema capital para muchas direccio- viene ante todo, señala dicho autor,
dentro de un mismo núcleo signifi- nes filosóficas, aun para aquellas que atacar cuatro problemas fundamenta-
ficativo transparece en los usos más han rechazado explícitamente las ba- les: 1. Elegir un punto de partida, un
filosóficos que se han hecho poste- ses constructivas del idealismo. Por primer grado, sobre el cual puedan
riormente de este vocablo y de sus ejemplo, las investigaciones de Hus- fundarse los demás. 2. Determinar las
derivados. Esto ocurre sobre todo serl tienen en cuenta la cuestión del formas recurrentes dentro de las cua-
cuando el acto de constituir y el significado del "establecimiento" del les se realiza el paso de un grado al
carácter constitutivo se refieren a objeto en la conciencia y, por consi- siguiente. 3. Investigar de qué modo
ciertas formas de relación entre el guiente, destacan el problema que son constituidos los objetos de dife-
entendimiento y el objeto aprehen- plantea la constitución de la realidad. rentes especies por la aplicación gra-
dido por éste. Kant llama, por ejem- Y ello hasta tal punto que el Libro dual de las formas. 4. Precisar la
plo, constitutivos a los conceptos pu- II de las Ideas (Husserliana, IV, forma general del sistema. Estos cua-
ros del entendimiento o categorías, 1952) está consagrado a una serie tro problemas son los de la base, de
por cuanto constituyen (fundan, es- de "investigaciones fenomenológicas las formas graduales, de las formas
tablecen) el objeto del conocimiento; para la constitución" en el curso de objetivas y de la forma del sistema.
la función de las categorías es, por las cuales se procede a una descrip- Con lo cual 'constituir' equivale, en
lo tanto, la de hacer de lo dado algo ción de la constitución de la natura- el fondo, a 'reducir' (op. cit., pág. 2),
constituido (dispuesto, ordenado) en leza material, de la naturaleza ani- pero sin que esta reducción deba en-
objeto de conocimiento en virtud de mal, de la realidad anímica a través tenderse como derivación ontológica
lo que en él es puesto. En cambio, del cuerpo, de la realidad anímica de objetos, sino como proceso de
las ideas —en sentido kantiano— son en la empatia, y del mundo espiri- transformación de proposiciones sobre
regulativas; no constituyen el mencio- tual. El problema de la constitución unos objetos en proposiciones so-
nado objeto por funcionar en el va- ha sido examinado también —aunque bre otros. Así se efectúa el tránsito a
cío, pero son directrices mediante las en un sentido predominantemente los análisis posteriores de Carnap,
cuales puede proseguirse hasta lo in- epistemológico— en los debates en en los cuales las "formas de determi-
finito la investigación. Las categorías torno al primado de lo constitutivo o nación" de las proposiciones sobre ob-
se hallan situadas entre las "intuicio- de lo regulativo que han tenido lu- jetos se convierten en las "reglas de
nes" y las "ideas"; las primeras le son gar, explícita o implícitamente, en formación de sistemas sintácticos".
necesarias al conocimiento, porque varias direcciones filosóficas contem- Xavier Zubiri ha introducido el tér-
son su condición; las segundas no poráneas, desde las neokantianas mino 'constitución' como término fi-
facilitan conocimiento, por cuanto no hasta las pragmatistas, dando con losófico técnico — junto con expresio-
son leyes de la realidad, pero permi- ello origen a dos opiniones contra- nes tales como 'tipo constitucional',
ten que el conocimiento pueda plan- puestas: el realismo metafísico-gno- 'notas constitucionales', etc.). Según
tearse sus problemas y solucionarlos seológico de la constitución y el no- Zubiri, hay ciertas notas que forman
dentro del marco trazado por el uso minalismo casi radical de la pura re- parte de la índole de una cosa; estas
regulativo. Esta significación prima- gulación y convención. notas son notas constitucionales, a di-
riamente gnoseológica del constituir, Carnap ha utilizado el término ferencia de otras notas que no forman
de lo constitutivo y de la constitución 'constitución' en un sentido distinto, parte estrictamente hablando de la ín-
plantea, sin embargo, problemas de aunque en parte emparentado con dole de una cosa y que son notas ad-
tal índole, que a partir de Kant, y los anteriores, ya que inclusive pre- venticias. La constitución de que ha-
especialmente dentro del llamado tende con su Konstitutionstheorie bla Zubiri es "física" y no "lógica";
idealismo postkantiano, la cuestión se desbrozar el camino que conduzca a es, además, individual. "El 'modo' in-
hace decididamente metafísica. En una superación definitiva de la cues- trínseco y propio de ser [algo] física e
efecto, en la medida en que prime tión del dilema entre el ser "engen- irreductiblemente 'uno' es justo lo que
el constructivismo del yo trascenden- drado" y el ser "conocido" del objeto. llamo filosóficamente 'constitución'"
tal y en que se acentúe, como en A este efecto estima que el hecho del (Sobre la esencia [1962], pág. 140).
Fichte, el primado de lo puesto sobre constituir debe ser considerado desde La riqueza, solidez y "estar siendo",
lo dado, el constituir no será ya sola- un punto de vista puramente neutral, que son dimensiones de la cosa real,
mente el establecer el objeto en tanto y debe utilizarse un lenguaje neutral deben buscarse, según Zubiri, en las
que ente susceptible de ser conocido, que no prejuzgue cuestiones de índole notas de carácter constitucional. Es
sino inclusive el formar el objeto en metafísica. Por eso dice que "la por tales notas que una cosa es más
tanto que objeto. En este sentido po- finalidad de la teoría de la constitu- o menos sólida, más o menos rica, etc.
demos decir que el constructivismo ción consiste en la erección de un sis- y, de consiguiente, es por tales notas
idealista ha hecho aproximar la cons- tema de constitución, es decir, de un que se determina el "grado de reali-
titución a la "creación". Pues no se sistema de objetos (o conceptos) orde- dad" de una cosa "física". La unidad
trata ya de iluminar inteligiblemente nado de acuerdo con diferentes gra- estructural de una cosa es "su consti-
el ser, sino de convertirlo en un mo- dos; el orden gradual está determi- tución física individual". "Aquello a
347
CON CON
que primariamente afecta la tridimen- limita a la idea de qewri/a como con-
cionalidad es a la constitución. La templación intelectual de esencias o
unidad estructural de lo real es, pues, modelos eternos; la contemplación
concretamente 'constitución'" (ibid., es entendida muchas veces como un
pág. 142). contacto directo con lo verdadera-
La unidad constitucional de que mente real (con las Formas eternas).
habla Zubiri no es aditiva, sino "sis- El verdadero saber del filósofo con-
temática": las notas constitucionales siste en haber visto o contemplado
forman un sistema, y los individuos (op. cit., págs. 216-17), con lo cual
así constituidos son "sistemas de no- CONTACTO. Véase CONTINUO. la contemplación designa un contac-
tas". El carácter constitucional en to místico del Ser en su existencia
cuanto sistema es lo que Zubiri llama CONTEMPLACIÓN. Contemplar verdadera. En este caso la contem-
"substantividad" (VÉASE SUBSTANTIVI - es, originariamente, ver; contempla- plación corre parejas con la inefa-
DAD, SUBSTANTIVO); la constitución
ción es, pues, visión, es decir, teoría bilidad.
constituye una substantividad (ibid., (VÉASE). Según los datos proporcio- La identificación de 'teoría' con
pág. 146). La realidad en cuanto nados por A.-J. Festugière (Contem- 'contemplación' no se ha conservado
"realidad esenciada" (véase ESENCIA) plation et vie contemplative selon siempre en los lenguajes modernos,
es la suficiencia en el orden constitu- Platon, 2a ed., 1950), qewri/a es un pero no obstante la creciente diver-
cional. compuesto de dos temas que indican gencia de significados han subsistido
Zubiri distingue asimismo entre igualmente la acción de ver: qe/a y varios elementos comunes. Las dife-
esencia constitutiva y esencia quiddi- Fop (o(ra/w). La raíz 'Fop' désigna la rencias aparecen cuando considera-
tativa; esta última es —desde el punto acción de "prestar atención a", "cui- rnos la teoría como una actitud que
de vista de la esencia "física"— "un dar de", "vigilar a" y, por ende, "ob- arraiga cada vez más en la esfera
'momento' de la esencia constitutiva" servar" (Cfr. F. Boll, Vita contempla- intelectual, y aun en la esfera del
(ibid., pág. 225). tiva, 1922). Por eso se empleó mucho llamado saber ( VÉASE ) culto, en tan-
qewei/a en el sentido de división de to que concebimos la contemplación
Sobre el sentido de 'constitución'
en Kretschmer véase KRETSCHMER algún espectáculo, del mundo, etc. en un sentido más amplio, englo-
(ERNST). (Cfr. Herodoto, I, 30, 4-5). bando aquel primitivo significado de
Sobre la teoría de la constitución En la Antigüedad se dieron varias la "existencia contemplativa" que ya
en Carnap: Josef Burg, Constitution interpretaciones de la voz qewri/a la teoría parece haber perdido com-
und Gegenstand im logistischen Neu- Plutarco y otros relacionaron (equivo- pletamente — un sentido que no
positivismus R. Carnap, 1935 (Dis.). cadamente) qewri/a con qeo/j excluye forzosamente la acción, sino
CONTA (BASILIUS) (1846-1882), (Dios). Los latinos relacionaron qewri/a que la comprende como uno de sus
nac. en Ghisdaoani, a orillas del con contemplatio, dando a contemplar momentos necesarios. Tal acepción
Moldava, profesó en Bucarest. In- un sentido religioso (relativo a tem- de la noción de contemplación, a
fluido por el positivismo, el mate- plum) como se advierte en el Som- primera vista paradójica y sin duda
rialismo alemán y el evolucionismo nium Scipionis, 15-17 (véase SUEÑO un tanto confusa, se comprueba par-
inglés, no rechaza, sin embargo, la DE ESCIPIÓN). Según ello, la qewri/ a o
ticularmente cuando referimos el tér-
metafísica, sino que la considera contemplatio designa el hecho de es- mino a aquella experiencia que ha
ineludible en todo sistema que pre- tar en comunidad en el templum y, permitido desarrollar todas sus posi-
tenda explicar el universo sin con- por lo tanto, el hecho de la visión en bilidades: a la mística. Para los mís-
tradicciones desde un punto de vista común de algo que se halla en su ticos, en efecto, la contemplación no
materialista. Esta metafísica no ha de ámbito. es precisamente inactividad, sino ejer-
ser, por otro lado, según Conta, el La qewri/a como contemplación cicio. Cierto es que lo mismo ocurre
producto de una especulación racio- constituye un tema central para con la contemplación intelectual, con
nalista, sino que debe estar apoyada Platón (y luego, en un sentido muy el antiguo bio/j qew=rhtiko/j o con la "vi-
en las tareas particulares de la cien- parecido, para Plotino y los da filosófica" en el sentido tradicio-
cia. La metafísica se constituye así, neoplatónicos). Platón entiende la nal de esta expresión. Por lo tanto,
como en la metafísica inductiva de qewri/a por un lado como la teoría en el sentido actual y la
Wundt y la "poesía de los conceptos" conocimiento de cosas celestes y de contemplación en el sentido tradi-
de Lange, por reunión sintética y poé- fenómenos de la Naturaleza, y por el cional no pueden radicalmente distin-
tica de los elementos científicos. otro como contemplación religiosa de guirse, porque mientras la primera es
una estatua divina o de una fiesta de habitualmente una de las maneras de
los cultos. Muy frecuente es en él, ser de la existencia contemplativa, la
como ha mostrado Festugière (op. segunda no puede en modo alguno
cit., pág. 15), la unión de los dos eludir los elementos intelectuales y
sentidos de examen científico y aun racionales de la teoría. Si se
contemplación religiosa. Esto había si- quiere establecer alguna distinción
do anticipado por algunos presocráti- entre ambas conviene, pues, referir
cos (como Anaxágoras) y por el ideal, la teoría al conocimiento y vincu-
desarrollado por órficos y pitagóricos, lar la contemplación a una de las
de la "vida contemplativa". Sin em- especies de la acción o, si se quiere,
bargo, la concepción platónica no se
348
CON CON
a una de las formas de una "prác- del sentido lógico) lo contingente es
tica". La teoría sería así algo opuesto aquello que puede ser y no ser. En
a la práctica, mientras la contem- este sentido el ens contingens se con-
plación sería una de las formas trapone al ens necessarium. Metafí-
—sino la forma más alta— de la sicamente, el ente contingente ha sido
vida activa. Así la han entendido, considerado como aquel que no es
corno antes se indicó, los místicos en sí, sino en otro, y ello de tal for-
cuando han considerado la contem- ma que todo ens contingens es un
plación como el grado supremo de ens ab alio. Estas definiciones plan-
la actividad espiritual, como la ac- tearon toda suerte de problemas, es-
ción más elevada que engloba al pen- pecialmente cuestiones relativas a la
samiento y pone en presencia de relación entre el Creador y lo creado.
Dios. Conviene, no obstante, insistir CONTIGÜIDAD (LEY DE). Véase Mencionaremos solamente una de
una vez más en que semejante dis- ASOCIACIÓN y ASOCIACIONISMO. ellas a guisa de ilustración. Se indica,
tinción tiene un alcance casi única- CONTINGENCIA. En el lenguaje- en efecto, que los escolásticos, sobre
mente terminológico, no sólo por la de Aristóteles, lo contingente, to\ e) x todo los que defendían la separación
común raíz de la contemplación y men on se contrapone a lo necesario, en la criatura y en todo lo creado
la teoría, sino porque, como se ha to\ a)nagkai=on . La expresión 'Es contin- entre la esencia y la existencia, acen-
señalado, aun cuando se lleve la di- gente que p' (donde 'p' representa tuaban el carácter contingente de todo
vergencia a sus últimas consecuen- una proposición) es considerada en lo creado, con el fin de mostrar más
cias, cada una de ellas posee una lógica como una de las expresiones fácilmente que éste —y en particular
cantidad considerable de elementos modales a que nos hemos referido el hombre— dependían del Creador.
pertenecientes a la otra. Pues, sin con más detalle en el artículo Moda- Así, la separación completa entre un
duda, la teoría moderna se halla tan lidad (VÉASE). El sentido de 'Es con- ser necesario y los seres contingentes
vinculada a la acción, que precisa- tingente' es discutido. Algunos con- sería un supuesto indispensable para la
mente una de las características de sideran que 'Es contingente que p' demostración de la existencia de Dios.
la razón moderna, a diferencia de la es lo mismo que 'Es posible que p'; Santo Tomás estaba, al parecer,
antigua, es el ser decididamente "ac- otros estiman que 'Es contingente enteramente dentro de esta vía. Sin
tivista". Llevando un poco estas fór- que p' es equivalente a la conjun- embargo, hay que tener en cuenta que
mulas a la paradoja podría decirse ción: 'Es posible que p' y 'Es posible el uso de 'contingens', aun en Santo
que mientras la teoría moderna es que no p'. En la literatura lógica clá- Tomás, es mucho más complejo de lo
pensamiento activo, la acción anti- sica es frecuente definir la contin- que se deriva de los análisis anteriores.
gua y tradicional es acción contem- gencia como la posibilidad de que Santo Tomás afirma, en efecto, como
plativa. Tal vez sólo así puede en- algo sea y la posibilidad de que algo apuntamos, que contingente es "lo
tenderse la "oposición" entre dos con- no sea. Si el término 'algo' se refiere que puede ser y no ser" (S. theol, I,
ceptos que raramente pueden estar a una proposición, la definición co- q. LXXXVI, 3 c), a diferencia de lo
completamente separados. rresponde efectivamente a la lógica; necesario que por su causa no puede
si 'algo' designa un objeto, correspon- no ser. Pero cuando el filósofo llega a
de a la ontología. La referencia no la demostración de la existencia de
aparece siempre clara en la mencio- Dios, sostiene que hay algo necesario
nada literatura, pero es obvio que en las cosas. Esta necesidad no es,
cuando se habla de proposiciones con- ciertamente, una necesidad absoluta;
tingentes, su análisis entra siempre es una necesidad per aliud, que
dentro de la lógica modal. Nosotros implica otro ser, pero que no hace de
hemos examinado el problema lógico la criatura algo enteramente
en el citado artículo sobre la mo- dependiente en su ser de otra realidad
dalidad y en el artículo sobre la como si no tuviera ninguno realidad
Oposición (v.) de las proposiciones propia. Pues el ser contingente puro,
modales. Hemos examinado también siendo corruptible, no puede ser
el sentido de 'contingente' en la doc- aplicado sin más al alma humana, que
trina kantiana en los artículos Mo. no es corruptible. Así, la
dalidad y Problemático (v.). En el contingencia radical de lo creado es
presente artículo nos referiremos casi admitida solamente por algunos
exclusivamente al aspecto ontológico autores que previamente han esta-
del problema, especialmente desde el blecido una separación completa en-
punto de vista de los filósofos me- tre lo creado y Dios.
dievales y del llamado filósofo de la Los citados problemas no fueron
contingencia: Boutroux. totalmente abandonados en la filo-
Las definiciones medievales de sofía moderna, y algunos filósofos,
'contingente' pueden resumirse en la como Leibniz, prestaron a ellos aten-
tesis de Santo Tomás, según el cual ción considerable. Así, la conocida
(como hemos visto antes a propósito distinción entre verdades de razón y
349
CON CON CON
verdades de hecho puede ser equi- contingencia coincidirá, pues, en este sophischen Terminus contingens. Die
parada a una distinción entre lo ne- caso con la máxima libertad, la má- Bedeutung vom "contingere" bei
cesario y lo contingente. Sin embar- xima conciencia y la máxima reali- Boethius und ihr Verhältnis zu den
go, solamente un filósofo —Bou- dad. Ahora bien, esta libertad y rea- aristotelischen Möglichkeitsbegriffen,
1938.
troux— tomó el concepto de contin- lidad máximas no son tampoco, como
gencia como base para una completa pudiera suponerse a primera vista, CONTINUO. Según Aristóteles, al-
filosofía. Por este motivo, describi- la arbitrariedad completa. En verdad, go es sucesivo, e)fech=j, de algo cuando
remos sus tesis con algún detalle. dice Boutroux, la libertad y la ne- se halla después de él en algún
Boutroux manifiesta, en efecto, que cesidad llegan a coincidir cuando "el respecto sin que haya nada más en
las diversas capas de lo real son con- ser está libre en lo absoluto y el orden medio de la misma clase (Phys., V 3,
tingentes unas con respecto a las de sus manifestaciones es necesario" 226 b 34 - 227 a 1). Cuando se trata
otras. Si no hubiese tal contingencia, (op. cit., págs. 146-7). De ahí que la de cosas, el hecho de estar una suce-
supone Boutroux, no podría haber en idea de necesidad no sea, en última diendo a la otra produce la contigüi-
el mundo novedad y, de consiguiente, instancia, más que la traducción a dad, el ser contiguo, e)xo/me no/n, o con-
no podría haber realidad. Si afirma- un lenguaje abstractísimo, de la ac- tacto. Dos cosas están en contacto
mos la necesidad absoluta nos vere- ción ejercida por el ideal sobre las cuando sus límites exteriores coinci-
mos obligados, dice Boutroux, a "eli- cosas y por Dios sobre las criaturas. den en el mismo lugar. Cuando hay
minar toda relación que subordina la Y de ahí también que la pura contin- contacto, hay contigüidad, pero no a
existencia de una cosa a la de otra, gencia desemboque en una forma de la inversa (como sucede con los nú-
como condición suya", es decir, nos ser que, por ser enteramente libre, meros, que son contiguos, pero no se
veremos obligados a suponer que "la se crea su propia ley, se realiza má- hallan en contacto). La contigüidad
necesidad absoluta excluye toda mul- ximamente a sí mismo y alcanza con es una especie de la que la continui-
tiplicidad sintética, toda posibilidad ello un modo de "necesidad" que es dad es un género. "Los extremos de
de cosas o de leyes" (De la contin- el cumplimiento de sí y de todas sus cosas pueden estar juntas sin necesa-
gence des lois de la nature [1874], 10a posibilidades de autorrealización. riamente ser una, pero no pueden ser
ed., 1929, pág. 7). La pura necesidad una sin estar necesariamente juntas"
sería, en última instancia, la pura (ibid., 227 a 22-24). Dos cosas son
nada. Ya la necesidad "relativa" obli- continuas cuando sus límites son idén-
ga a admitir la contingencia. Esta ticos, e(/n, a diferencia de dos cosas con-
aparece, pues, desde el instante en tiguas, cuyos límites están juntos. En
que se admite la síntesis. Ahora bien, otro lugar (Met., A 1069 a 1-2) Aris-
la síntesis surge ya en la propia apa- tóteles define lo continuo, to\ sunexe/j
rente igualdad analítica que descom- como aquella magnitud cuyas partes
pone un todo en sus partes. La rela- están unidas en un todo por límites
ción entre el todo y las partes puede comunes. El Estagirita realiza, en todo
ser, dice Boutroux, analítica. La de caso, un esfuerzo para distinguir entre
las partes con el todo es, en cambio, varios conceptos: el ser sucesivo,
sintética. Como señala Boutroux, en e)fech=j, el ser continuo, sunexe/j el ser
una fórmula central para la compren- contiguo, e)xo\meno/n el hecho de
sión de su tesis acerca de la con- tocarse, a(\pthtai, pero al mismo
tingencia, 'la multiplicidad no contie- tiempo intenta examinar qué relaciones
ne la razón de la unidad". Pero aun existen entre tales conceptos. Los
en el caso de que una unidad contu- escolásticos que se inspiraron
viese la razón de una multiplicidad, grandemente en Aristóteles, y en
no podría contener la propia multi- particular Santo Tomás, estudiaron
plicidad. Suponer otra cosa significa asimismo estos conceptos con la
confundir la condición, y la condi- intención de analizar su significado
ción lógica, con el fundamento real y los diversos modos de su
de la existencia de algo. No podre- significado ( así, por ejemplo, al
mos, pues, como la teoría determinista estudiar el concepto de contacto, con-
(o "necesitaria") radical postula, de- tactus, Santo Tomás lo divide en cor-
ducir lo real partiendo de lo posible. poral o corpóreo y espiritual, en
Para que haya realidad hay que ad- contacto cuantitativo y contacto vir-
mitir algo nuevo que no se halla con- tual, ec.). Analizar la historia de to-
tenido en la posibilidad. Esta novedad dos y cada uno de estos conceptos
contingente es lo que permite com- sería cosa larga. Además, uno de es-
prender la articulación del ser en rea- tos conceptos —el de contacto— ha
lidades "ascendentes": del ser se pasa, experimentado numerosas vicisitudes
en efecto, a los géneros, de los géne- en el curso de la época moderna,
ros a la materia, de ésta a los cuerpos, cuando científicos y filósofos se ocu-
de los cuerpos a los seres vivos, y de paron del problema de cómo es posi-
los seres vivos al hombre. La máxima ble, o de si es posible, la producción
de efectos en los cuerpos sin contac-
350
CON CON CON
to, del problema de si puede conce- el universo es, como lo ha indicado plo, entre la semilla y el fruto, o entre
birse una "acción a distancia". En el S. Sambursky, "un continuo dinámi- diversas formas geométricas, tales
presente artículo tendremos, pues, co", en el cual no hay hiatos o vacíos como la parábola, la elipse y la hipér-
que imponernos muy severas limita- de ninguna especie — excepto el va- bola) son diferencias puramente ex-
ciones. Nos limitaremos a bosquejar cío que rodea a dicho continuo. ternas. En efecto, tan pronto como
una historia de lo que podría llamar- También se inclinaba en favor de descubrimos clases de seres interme-
se el debate entre los "continuistas" lo continuo el pensamiento medieval, diarias que se introducen entre las
y los "discontinuistas", es decir, entre aunque también en éste se insertan dos diferencias, advertimos que po-
quienes consideran que la realidad concepciones que tienden cuando me- demos ir "llenando" los aparentes va-
—la realidad física primariamente, pe- nos a un discontinuismo de tipo diná- cíos, de tal suerte que llega un mo-
ro también toda realidad como tal— mico. Pues en ningún momento puede mento er¿ que vemos con perfecta
es continua o discontinua. En el curso prescindirse, al atacarse el problema claridad que un ser lleva continua-
de este debate se han dado, además, del continuo, de la cuestión de las mente al otro. Los ejemplos de esta
numerosas opiniones sobre la natura- partes. La definición aristotélica la continuidad son, según Leibniz, nu-
leza de la continuidad. menciona explícitamente. Lo mismo merosos: no solamente en las figuras
Ya en la filosofía antigua el proble- ocurre en la definición de Santo geométricas, sino también en la Na-
ma del continuo (o de lo continuo) Tomás, quien señala que es continuo turaleza. Todo está ligado en la reali-
fue uno de los problemas filosóficos el ente en el cual están contenidas dad de un modo continuo, porque
capitales; en efecto, estaba esencial- muchas partes en una, y se mantienen todo está "lleno" — y a la inversa.
mente vinculado al problema de la simultáneamente. Sin embargo, ya El principio de continuidad (o ley de
comprensión racional de lo real, y es- desde antiguo se barruntaba que el continuidad) está perfectamente acor-
pecialmente de "lo lleno" (véase problema de lo continuo ofrecía un dado con el principio de plenitud.
ESPACIO), y por este motivo presentó aspecto distinto según se aplicase a Ambos dependen, por lo demás, del
ya desde los comienzos de la refle- la materia o al espíritu. Y lo que ofre- principio de razón suficiente. Cuando
xión filosófica algunas graves aporías cía, desde luego, dificultad era la se niega este último principio se ha-
(VÉASE). Las más conocidas son las continuidad primera, pues debido a llan en el universo "hiatos" y discon-
expresadas en las paradojas de Zenón la perfecta simplicidad atribuida a tinuidades. Pero estos "hiatos" y dis-
de Elea: la infinita divisibilidad del lo espiritual, se podía suponer que continuidades no pueden entonces ex-
espacio requiere la anulación del mo- éste era la extrema concentración de plicarse, a menos que se haga por
vimiento y de la extensión. Demócri- toda continuidad. En el caso de la medio de milagros o por el puro azar.
to intentó hallar una solución postu- materia, en cambio, la dificultad subió El principio de continuidad garantiza
lando la existencia de entes indivisi- de punto cuando en la época moderna el orden y la regularidad en la
bles, donde la racionalidad no pe- se replantearon todas las cuestiones de Naturaleza, y es a la vez la expresión
netraba: eran islas irreductibles, ro- fondo acerca de su constitución. Des- de tal orden y regularidad. El poder
deadas de discontinuidades y conte- cartes sostenía una concepción de la de la matemática radica en el hecho
niendo en sí mismas, absolutamente materia continua y la identificaba con de que es capaz de expresar la conti-
compacta y por ello indivisible, una el espacio. Sin embargo, ello no signi- nuidad de la Naturaleza; la Geome-
continuidad. La solución de Aristóte- ficaba negar un dinamismo en el fon- tría es la ciencia de lo continuo, y
les es célebre: consiste en mediar do de lo material, dinamismo manifes- "para que haya regularidad y orden
en esta dificultad por medio de las tado en la elasticidad. La física en la Naturaleza, lo físico debe estar
nociones de la potencia y del acto, cartesiana y la teoría de los "torbe- en constante armonía con lo geomé-
las cuales solucionan el problema llinos" se hallan estrechamente vin- trico" (loc. cit.). Todo está ligado;
al permitir que un ser pueda ser di- culadas con el problema de la conti- todo es continuo; todo está "lleno"
visible en potencia e indivisible en nuidad y son uno de los intentos de (Cfr. Principes de la nature et de la
acto sin tener que afirmar unívoca- solucionarlo. Más fundamental toda- grâce, § 3; Monadologie, § 54; Nou-
mente su absoluta divisibilidad o in- vía es la idea de la continuidad en veau Systeme, § 11 et al). Pero Leib-
divisibilidad. Sin embargo, puede de- Leibniz, quien convierte lo que lla- niz no se limitó a reiterar la idea de
cirse que, con excepción de Demó- ma el principio de continuidad o continuidad, sino que indicó que pue-
crito y de algunas direcciones "plu- también la ley de continuidad en uno de descubrirse la ley de lo continuo.
ralistas", el pensamiento antiguo se de los principios o leyes fundamen- Del mismo modo que se puede ex-
inclina casi enteramente hacia la afir- tales del universo. Esta ley de con- presar algebraicamente la ley de una
mación de lo continuo. Tanto los neo- tinuidad exige que "cuando las de- curva, por complicada que ésta sea,
platónicos como los estoicos coinci- terminaciones esenciales de un ser se puede también descubrirse mediante
dían en este punto, aun cuando difi- aproximan a los de otro, todas las leyes la continuidad en la Naturaleza.
rieran en el modo como entendían la propiedades del primero deben en Y, en último término, podría descu-
continuidad. Los neoplatónicos enten- consecuencia aproximarse asimismo a brirse una ley que sería la ley de la
dían, en efecto, la continuidad meta- las del segundo" (Opuscules et frag- realidad entera y que por el mo-
físicamente, como algo fundado en la ments inédits, ed. Couturat, 1903, mento solamente podemos expresar
tensión infinita de lo Uno, del cual pág. 108; de una Carta a Varignon, señalando su existencia en el prin-
emanan ("continuamente") las de- 1702). La ley en cuestión permite cipio universal de continuidad. Esta
más realidades. Los estoicos entendían comprender que las diferencias que idea no ha sido, sin embargo, acep-
la continuidad físicamente: para ellos, observamos entre dos seres (por ejem- tada por todos los filósofos; muchos
351
CON CON CON
han estimado que parece imposible Consideremos ante todo la física. guíente, que no es legítimo transplan-
escapar a las antinomias que Zenón Hay en esta ciencia una noción —la tar a los físicos las preocupaciones
de Elea puso de relieve por vez pri- noción de campo— que supone la que solamente son propias de los
mera. Así, Kant ha tratado el pro- idea de continuidad, pues no se trata filósofos. Sin embargo, no es éste el
blema de lo continuo dentro de la de explicar un fenómeno por la ac- caso. Aunque los físicos están poco
segunda antinomia ( VÉASE). La tesis ción de partículas, sino por la estruc- inclinados a plantear tales problemas
afirma la imposibilidad de una divi- tura total de un conjunto físico. Esta en los mismos términos usados por
sibilidad infinita, pues de lo contra- noción no es una novedad en la fí- los filósofos y se resisten a una in-
rio el ser se disolvería en una nada. sica contemporánea. Estaba ya latente terpretación precipitada de los re-
La antítesis sostiene la infinita di- en la llamada física clásica a partir sultados de su ciencia, lo cierto es
visibilidad de una parte dada, pues del siglo XVII a consecuencia de la que buscan ciertas soluciones que
de lo contrario no habría extensión. tesis de la "acción a distancia". Pero pueden inscribirse en la cuenta de
Ahora bien, la antinomia se debe, como constituía una especie de "cuer- alguna de las concepciones mencio-
según Kant, a que en la tesis el es- po extraño" dentro de la física y, nadas o en la síntesis de ellas. Pode-
pacio es considerado como algo en sí, además, algo inexplicable, se con- mos mencionar a este respecto la
y en la antítesis como algo fenomé- sideró que llegaría un día en que proposición de Heisenberg de una
nico. Con ello parece haberse descu- podría ser arrumbada. No ocurrió "longitud mínima" de la cual todas
bierto la raíz de la dificultad. Pero así. Por el contrario, la teoría electro- las longitudes serían múltiplos, lo
a la vez la solución se basa en un magnética de Maxwell precisó la no- que equivaldría a reconocer la posibi-
supuesto que no es forzoso aceptar ción de referencia en la cual se in- lidad de "dividir" la longitud en can-
ni siquiera es plausible: la división sertaron luego las concepciones rela- tidades discretas. Podemos señalar
de lo "real" en fenómeno y noúmeno. tivas a las radiaciones, que aparecie- asimismo el hecho de que Louis de
Suprimido el supuesto, el problema ron como perturbaciones del campo Broglie ha insistido en que no sólo
tradicional vuelve a introducirse. En electromagnético. Tales concepciones todo fenómeno macroscópico observa-
vista de ello, algunos pensadores han chocaron con el discontinuismo ato- ble corresponde a un número enor-
considerado o que no tiene solución mista. Se reprodujeron así, pero agu- me de transiciones cuánticas elemen-
o que solamente la tiene adoptando dizadas, cuestiones que se habían tales, sino que esto muestra hasta
—o por convención o por convic- planteado anteriormente en el proble- qué punto las dificultades y antino-
ción— alguna posición metafísica ma de la naturaleza —ondulatoria o mias surgidas por el problema de la
última. Esta posición puede consis- corpuscular— de la luz. En vista de divisibilidad infinita de un segmento
tir o en hacer de la continuidad el ello las concepciones continuistas y de espacio o de tiempo y, de con-
producto de una yuxtaposición de discontinuistas chocaron entre sí con siguiente, toda la cuestión del 'labe-
discontinuidades, o en considerar la gran frecuencia. Durante algunos ins- rinto del continuo" se desvanece o
discontinuidad como un corte en la tantes pareció triunfar el continuis- atenúa en la escala microfísica. (Ob-
continuidad (si se quiere, como un mo: las físicas cualitativistas y conti- servemos, empero, que L. de Broglie
momento de "degradación", de "des- nuistas de Mach, Ostwald y (en parte) propuso en 1956 la teoría según la
censo" de una simplicidad originaria, Duhem realizaron en este sentido un cual corpúsculos y cuantos de ener-
de tal suerte que espacio y tiempo gran esfuerzo. Luego —sobre todo gía pueden ser considerados como de-
serán algo "engendrado" por la dis- con la teoría de los cuantos— pareció formaciones ondulatorias de un cam-
tensión de un ser absolutamente ten- imponerse el discontinuismo. Y po único: el espacio.) Cierto que la
so, continuo e impenetrable). Tales buena parte del trabajo en la física última fórmula einsteiniana (que no
posiciones son —explícita o implíci- durante los últimos treinta años puede es todavía susceptible de comproba-
tamente— bastante frecuentes en los ser estudiado desde el punto de ción física) para la unificación de
metafísicos que han intentado dar una vista de la oposición —y esfuerzos de la luz, el magnetismo, la radiación
solución al problema; resulta sospe- conciliación— de las dos concepciones. y la gravitación en un "continuo" pue-
choso, sin embargo, que la primera Así, por ejemplo, la mecánica de poner en tela de juicio la entera
posición se base en la simple "afirma- ondulatoria mostró la posibilidad de teoría de los cuantos (a causa del ca-
ción" de que hay entidades discretas unir las nociones de campo y de rácter no discreto de la gravitación).
y en la metáfora de la yuxtaposición, partícula en la noción de la onda- Pero no hace mucho tiempo que J.
y la segunda se edifique sobre la corpúsculo (partícula a la cual está Schwinger presentó un sistema de
simple "afirmación" de que hay una asociado un campo ondulatorio). Esto ecuaciones del cual parece poder de-
—o varias— entidades simples y en no significa, ciertamente, que haya ducirse la "existencia" de "partículas
la metáfora de la "distensión". diferencias entre la onda y el mínimas de espacio-tiempo" de las
corpúsculo; de hecho ocurre sólo que cuales todos los "segmentos espacio-
Aunque es difícil separar el pro- cada uno obedece a una estadística temporales" serían múltiplos. En su-
blema filosófico del continuo de los diferente (las ondas, a la estadística ma, aunque el físico, y en ocasiones
problemas que plantea la noción de Bose-Einstein; los corpúsculos elemen- el filósofo, se resistan a interpreta-
continuidad en la física y en la ma- tales, a la estadística Fermi-Dirac). ciones demasiado intuitivas y, por
temática, nos referiremos ahora más Se dirá que las mencionadas nocio- ende, peligrosas de las teorías de la
especialmente a esta última noción, nes tienen poco que ver con lo que física ( V É A S E ), y se a firme que,
que ha sido muy insistentemente di- los filósofos entienden por continui- en ausencia de una representación
lucidada por físicos y matemáticos dad y discontinuidad y, por consi- In t uiti va, n o s e pue de de cir q ue
durante los últimos siglos.
352
CON CON CON
haya un giro hacia el continuismo o inclusive en su forma generalizada, Schilling, Aristotelis de continuo doc-
hacia el discontinuismo en dicha cien- es consistente con los demás axiomas trina, 1840 (Disc.). — Aldo Masu-
cia, no se puede evitar dar una inter- de la teoría de los conjuntos si estos llo, La problematica del continuo nel
pretación a ciertas soluciones. Y aun axiomas son consistentes. Esto no pensiero di Zenone di Elea e di Aris-
totele, 1955 (Atti dell'Acc. di Scien-
si adoptamos para el presente proble- constituye una prueba efectiva de la za mor. e pol. [Ñapóles]).
ma el principio de complementaridad hipótesis del continuo, pero sí la
(v.) y hacemos de la continuidad y prueba de que tal hipótesis, aun ge- CONTRACTUALISMO. Véase
CONTRATO SOCIAL.
de la discontinuidad algo así como neralizada, no puede ser refutada.
"conceptos-límites", estos conceptos Añadamos que esta hipótesis es re- CONTRADICCIÓN. Hemos estu-
siguen operando si se quiere que po- conocida por muchos matemáticos diado el sentido que tiene la expre-
sean alguna significación y, por lo como extremadamente importante no sión 'proposiciones contradictorias' y
tanto, no son enteramente eliminables. solamente en teoría de los conjuntos, las relaciones entre las mismas en los
Examinemos ahora la matemática. sino también en la fundamentación artículos Contradictorio, Oposición y
Durante mucho tiempo fue considera- de la matemática. Según Hermann Proposición. En el primero de los
da como el reino de lo continuo. No Weyl, la moderna fundamentación citados artículos nos hemos referido,
solamente —como suele decirse— del análisis por medio de la teoría de además, a la relación de oposición
desde Leibniz. Aparte los problemas los conjuntos permite inclusive "sal- contradictoria en las funciones de
planteados por Zenón, se habían sus- var" el continuo en el sentido plató- verdad. En las siguientes líneas nos
citado en la Antigüedad cuestiones nico del vocablo. referiremos a la noción de contradic-
tales como la de la naturaleza de las ción en los varios sentidos que ha
series numéricas, con soluciones de recibido.
naturaleza continuista, como las pro- Dicha noción es estudiada tradi-
porcionadas por algunos filósofos y cionalmente bajo la forma de un
matemáticos neoplatónicos ( Proclo) principio: el llamado principio de
al imaginar cada número como un contradicción (y que más propiamen-
corte en el continuo de los números te debería calificarse de principio de
luego llamados reales. Pero en algu- no contradicción). Con frecuencia tal
nos instantes se puso en duda la principio es considerado como un
tesis de la matemática como reino de principio ontológico, y entonces se
lo continuo. Ocurrió esto especialmen- enuncia del modo siguiente: "Es im-
te cuando Weierstrass descubrió la posible que una cosa sea y no sea
existencia de funciones discontinuas al mismo tiempo y bajo el mismo
y de funciones continuas sin deriva- respecto." Otras veces es considerado
das. Ahora bien, el abandono de se- como un principio lógico (en un
mejante tesis no significa que se amplio sentido de este término), y
prescinda en matemática de la noción entonces se enuncia del modo siguien-
de continuidad. Muchos ejemplos te: "No a la vez p y no p", donde
pueden mostrarse al respecto; elegi- 'p' es símbolo de un enunciado de-
rnos aquí el que proporciona la llama- clarativo.
da hipótesis del continuo, de Georg Algunos autores han sugerido que
Cantor. Como hemos indicado en el hay asimismo un sentido psicológico
artículo Infinito (VÉASE) hay un nú- del principio, el cual se enunciaría
mero infinito de números cardinales entonces: "No es posible pensar al
transfinitos, siendo el menor el car- mismo tiempo p y no p" (si el con-
dinal No de los conjuntos denume- tenido del pensar es lógico) o bien
rablemente infinitos. Por consiguien- "No es posible pensar que una cosa
te, todo número cardinal, N, distinto sea y no sea al mismo tiempo y bajo
de N o debe ser tal que N o < N. el mismo respecto" (si el contenido
Ahora bien, siendo No < N1, puede del pensar es ontológico). Nosotros
preguntarse si hay algún cardinal, N, consideramos que el "sentido psico-
tal que N o < N < N 1 > o bien si lógico" debe ser eliminado; la im-
N 1 es el próximo cardinal que sigue posibilidad de pensar algo es un he-
en la serie a No . Según Cantor, su- cho y no un principio. Mayor jus-
cede lo último. Pero Cantor no pudo tificación tendría considerar el prin-
probarlo. También fracasó en la prue- cipio desde el punto de vista episte-
ba Hilbert. Tanto o más difícil pa- mológico, en tanto que ley "mental",
recía probar la llamada hipótesis "subjetiva" o "trascendental" que
generalizada del continuo, que in- conformaría todos nuestros juicios so-
cluye la hipótesis del continuo como bre la experiencia, pero estimamos
un caso particular. Solamente K. Gö- que ello equivaldría a introducir su-
del logró demostrar por lo menos que puestos que no son necesarios en un
la hipótesis del continuo cantoriana, análisis primario del significado y
CON CON CON
sentido fundamentales del principio. es "contradictoria" o que en el pro- Según la información proporcionada
Observemos que la expresión 'al mis- ceso dialéctico de su evolución la por N. Lobkowicz (Cfr. infra), mien-
mo tiempo y bajo el mismo respecto' realidad "supera", "trasciende" o "va tras ciertos autores mantenían las le-
mencionada al referirnos al sentido más allá" del principio de contra- yes dialécticas "clásicas" con todo
ontológico del principio es absoluta- dicción. Típica es al respecto la po- radicalismo y todas sus consecuencias,
mente necesaria para que el princi- sición de Hegel al hacer de la con- otros (como el citado Kolman) seña-
pio sea válido; la ausencia de seme- tradicción una de las bases del laron que, si bien hay contradicciones
jante restricción abre el flanco a fáci- movimiento interno de la realidad, en la realidad, ello no significa que
les objeciones contra el mismo. aun cuando debe tenerse en cuenta deban concebirse igualmente en el
El primer pensador que presentó que en la mayor parte de los casos pensamiento. En éste el principio de
el principio en forma suficientemente los ejemplos dados por el filósofo no contradicción (o no contradicción) es
amplia fue Aristóteles. Varias partes se refieren a realidades contradicto- correcto. Se indicó asimismo que la
de sus obras están consagradas al rias, sino contrarias. Cuando ha pre- llamada "contradicción" se refiere, en
tema; citamos, entre las más destaca- dominado el lado lógico y metalógi- rigor (véase supra], a "contrarios" y
das, De int., 17 a 34, 17 b 16 y sigs.; co, en cambio, se ha tratado sobre no a "contradictorios". Es plausible
An. post., 77 a 10 sigs., 88 a 35 y todo de saber si el principio debe ser suponer que estos debates han sido
sigs.; Met., G 1005 b 15 y sigs., e considerado como un axioma evidente suscitados en parte por la importancia
ibid., 30 y sigs. No siempre es for- por sí mismo o bien como una adquirida por la lógica formal y la
mulado el principio del mismo modo. convención de nuestro lenguaje que imposibilidad de encajar dentro de ésta
A veces se presenta como una de las nos permite hablar acerca de la las "leyes dialécticas" clásicas.
"nociones comunes" o "axiomas" que realidad. Para la noción de contradicción
sirven de premisa para toda demos- Fundándose, por un lado, en Hegel, desde el punto de vista lógico y me-
tración sin poder ser ellas mismas y por el otro en el examen de la rea- talógico, consúltense los manuales de
demostradas. A veces se presenta co- lidad social e histórica (y en la ac- lógica indicados en LÓGICA y LOGÍS-
TICA. — Indicamos a continuación al-
mo una "noción común" usada para ción a desarrollar sobre esta realidad), gunas obras y trabajos principalmen-
la prueba de ciertas conclusiones. A Marx propuso una dialéctica ( VÉASE) te sobre los problemas ontológicos
veces se presenta como la tesis según en la cual el principio o ley de con- de la noción de contradicción: G.
la cual si una proposición dada es tradicción quedaba desbancado. Más
verdadera, su negación es falsa, y si sistemáticamente, Engels formuló co-
una proposición es falsa su negación mo dos de las tres "grandes leyes dia-
es verdadera, es decir, como la tesis lécticas" la "ley de la negación de la
según la cual dos proposiciones con- negación" y la "ley de la coincidencia
tradictorias no pueden ser ambas ver- de los opuestos". Estas leyes asimis-
daderas o ambas falsas. Ahora bien, mo, y muy determinadamente, pare-
todas las formulaciones pueden redu- cían negar el principio lógico de con-
cirse a las tres ya citadas interpre- tradicción. Por lo común, tanto los ma-
taciones: la ontológica, la lógica y la teriales dialécticos que pueden llamar-
metalógica. En el primer caso el se "clásicos" (hasta la Revolución so-
principio se refiere a la realidad; en viética de 1917) como los marxistas-le-
el segundo, se convierte en una fór- nistas y los materialistas dialécticos de
mula lógica o en una tautología de las últimas generaciones, especialmente
la lógica sentencial, que se enuncia los soviéticos, han mirado con des-
del modo siguiente: confianza el principio de contradic-
~(p.~p) ción por suponer que no da cuenta del
y que se llama usualmente ley de "movimiento dialéctico de la reali-
contradicción. Siendo una tautología, dad". De vez en cuando, sin embar-
su tabla de verdad da ves para todos go, se han suscitado debates al respec-
los valores de verdad de 'p'. En el to. Algunos autores han declarado
tercer caso el principio es una regla que mientras el principio "clásico" de
que permite ejecutar inferencias ló- contradicción debe mantenerse en la
gicas. lógica y hasta en el lenguaje de las
Las discusiones habidas en torno al ciencias, hay que adoptar principios
principio de contradicción han dife- dialécticos distintos al tratar de la
rido según se haya acentuado el realidad humana y social. Otros han
aspecto ontológico (y principalmente intentado derivar leyes lógicas de las
metafísico) o el aspecto lógico y leyes dialécticas que rechazan el prin-
metalógico. Cuando ha predominado cipio clásico o lo ponen entre parén-
el lado ontológico se ha tratado so- tesis. Interesante es al respecto la dis-
bre todo de afirmar el principio co- cusión que tuvo lugar en Moscú, en
mo expresión de la estructura cons- 1958, entre varios materialistas dia-
titutiva de lo real, o bien de negarlo lécticos soviéticos (aunque alguno de
por suponerse que la propia realidad ellos, como E. Kolman, era checo).
354
CON CON
exclusivas, no pudiendo ser las dos examinamos su dependencia en lo
verdaderas, e implicando la verdad que toca a los valores de Verdad
de una la falsedad de la otra, y vi- (V), Falsedad (F) e Indetermina-
ceversa. ción (I), obtendremos el cuadro si-
Para la concepción hegeliana de lo guiente:
contradictorio y la no distinción por p.q
Hegel postulada entre lo contradictorio V
y lo contrario véase CONTRARIO,
F
DIALÉCTICA, HEGEL.
~ p.~q.~r
CONTRAPOSITIVO (del condicio-
CONTRADICTORIO. Hemos estu- nal). Véase CONDICIONAL. F
diado la contradicción como princi- CONTRARIEDAD (LEY DE). I
pio lógico y como regla metalógica Véase ASOCI ACI ÓN y ASOCI ACI O - donde se muestra que dichas funcio-
en Contradicción (VÉASE ). Nos refe- NISMO. nes son mutuamente exclusivas, no
rimos en el presente artículo a la re-
CONTRARIO. La relación de opo- pudiendo ser ambas verdaderas, pero
lación de oposición entre proposicio-
sición entre las proposiciones A y E pudiendo ser ambas falsas.
nes contradictorias y entre funciones
(véase PROPOSICIÓN), tal como ha Para Hegel (Enz., § 165; Glöckner,
de verdad contradictorias.
sido expuesta en Oposición (v. ), se 6.133-34), la diferencia entre "con-
La relación de oposición entre pro-
llama relación de contrariedad, y di- trario" y "contradictorio" (así como
posiciones contradictorias (v. PROPO-
chas proposiciones son, por lo tanto, entre "afirmativo" y "negativo") es
SICIÓN) es la que se da entre las pro-
llamadas contrarías. En la lógica clá- una mera selección de acuerdo con
posiciones A - O y E - I, tal como
sica, la relación de contrariedad afir- las determinabilidades (contingentes)
se ha mostrado en el cuadro de Opo-
ma que dos proposiciones contrarias del pensar pertenecientes a la esfera
sición (v.), donde también se ha
no pueden ser al mismo tiempo ver- del ser o de la esencia, y nada tiene
hecho referencia a la relación de con-
daderas, pero pueden ser al mismo que ver con la esfera conceptual
tradicción entre proposiciones moda-
tiempo falsas. Así misma. Las determinaciones (lógi-
les. Según la relación de oposición
cas) son unilaterales (Logik, I Abt.
contradictoria, dos proposiciones con- Si A es verdadera, E es falsa. Si II Kap; C.c; Glöckner, 5.107), y
tradictorias no pueden ser a la vez ver- A es falsa, E puede ser falsa. Si su unidad como verdad reside en el
daderas ni pueden ser a la vez falsas. E es verdadera, A es falsa. Si E 'o...o' del juicio disyuntivo. Como
Por lo tanto, es falsa, A puede ser falsa. puede advertirse, la concepción he-
Si A es verdadera, O es falsa. En la lógica clásica, la distinción geliana encaja difícilmente en las
Si A es falsa, O es verdadera. de la materia de la proposición en concepciones usuales lógicas y es un
Si E es verdadera, I es falsa. materia necesaria y materia contin- resultado de la idea metafísica de la
Si E es falsa, I es verdadera. gente introduce una restricción en lógica, característica de dicho filó-
La relación de oposición contra- la afirmación 'Si A es falsa, E puede sofo.
dictoria se refiere usualmente a las ser también falsa'. En efecto, se John Peter Anton, Aristotle's Theo-
proposiciones y no a los términos estima que cuando la materia es ne- ry of Contrariety, 1957.
(sobre esta última, véase OPOSICIÓN). cesaria, o sea cuando P pertenece a CONTRASTE (LEY DE). Véase
Por este motivo, la contradictoria de la esencia de S, dos proposiciones ASOCIACIÓN y ASOCIACIONISMO.
'Sap' es la negación de 'Sap', de tal contrarias no pueden ser a la vez CONTRATIPO. Véase TIPO.
modo que 'Sap' puede formularse falsas. La relación de contrariedad
también '~ Sap'. se da también en los términos y en CONTRATO SOCIAL. La teoría
La relación de oposición contradic- las proposiciones modales, según he- según la cual la sociedad humana debe
toria en las funciones de verdad es mos visto en Oposición. En el mismo su origen (o, mejor, su posibilidad en
una de las formas de relación entre artículo nos hemos referido a los dos cuanto sociedad) a un contrato o
tales funciones. Si tomamos las fun- tipos de proposiciones contrarias (con- pacto entre individuos suele llamarse
ciones ' ~ p . — q . ~ r ' y '~ (~ trarias simples y contrarias oblicuas) (por el título de la obra de Rousseau
p .~ q . ~ r) ' y examinamos su de- resultantes del cubo de oposición a que nos referiremos luego) "la teoría
pendencia en lo que toca a los valo- propuesto por Hans Reichenbach. del contrato social" y también
res de Verdad (V) y Falsedad (F) En la lógica moderna, la interpre- "contractualismo". Los defensores de
obtendremos el cuadro siguiente: tación no existencial de A y E hace esta teoría no suelen sostener que la
~p. ~q . ~r inválidas, según los lógicos, las in- sociedad se originó efectivamente
ferencias antes mencionadas. Los ló- cuando los hombres, o, mejor, un grupo
V gicos clásicos objetan a ello con los de hombres se reunió con el fin de
F argumentos que hemos puesto de re- llegar a un acuerdo sobre fines comu-
~ (~ p . ~ q . ~ r) lieve en Oposición. nes; afirman simplemente que, sea
Los lógicos modernos estudian cual fuere el origen de la sociedad, su
F también la relación de contrariedad fundamento y su posibilidad como so-
V en las funciones de verdad. Si toma- ciedad se halla en un pacto. El con-
en el cual se muestra que las funcio- mos 'p . q' y ' ~ p . ~ q . ~ r' y tractualismo considera, pues, la socie-
nes contradictorias son mutuamente dad como si en un momento histórico
355
CON CON CON
(o pre-histórico) hubiese tenido lugar ejemplos de este último tipo de rela- hombres han llegado a ese punto en
un pacto o contrato. ción es el contractualismo, estrecha- donde los obstáculos que perjudican
Es posible que algunos sofistas hu- mente ligado con el llamado "jusna- su conservación en el estado natural
biesen desarrollado una teoría con- turalismo". Entre los autores que vencen, por medio de su resistencia,
tractualista de la sociedad, a juzgar elaboraron esta teoría se hallan Gro- las fuerzas que cada individuo puede
por lo que afirma Platón (Rep., II. cio, Pufendorf y Locke. Pero los auto- emplear para mantenerse en ese esta-
359 A) —con el fin de rebatirlo— de res contractualistas modernos más co- do. Entonces ese estado primitivo no
quienes sostenían que para evitar las nocidos son Hobbes y Rousseau, a puede ya continuar por más tiempo,
injusticias y daños que unos hombres cuyas doctrinas nos referiremos acto y el género humano perecería de no
se infligían a otros, decidieron que era seguido con más detalle. cambiar su modo de ser" (I.6). Y
más provechoso entenderse para no Como indica Richard Peters (Hob- también: "Hallar una forma de aso-
cometer ni sufrir la injusticia. De ahí bes, 1956, pág. 194), "la concepción a ciación que defienda y proteja con
nacieron, escribe Platón, los pactos que se adhirió Hobbes, según la cual toda la fuerza común proporcionada
(sunqh/kh = pacto, tratado, convención). la sociedad civil se basaba en alguna por la persona y los bienes de cada
Para los autores a que Platón se refiere, forma de contrato o pacto, era cosa asociado, y mediante la cual cada
la justicia no es ( como para el corriente en su época". Se admitían uno, uniéndose a todos, no se obedez-
filósofo) algo absoluto, un valor por dos clases de pacto: el pactum unio- ca sino a sí mismo, y quede tan libre
sí mismo, sino que es resultado de un nis, considerado como origen de la como antes"... es "el problema fun-
acuerdo, de un compromiso. En la sociedad civil y basado en la acepta- damental del cual el Contrato social
obra platónica la teoría contractualis- ción por la mayoría de las decisiones da la solución". Las cláusulas del con-
ta es puesta en boca de Trasímaco y tomadas, y el pactum subjectionis, por trato se reducen a una: "La total
de Glaucón. Aristóteles (Pol., III. 1280 el cual la comunidad se sometía a una enajenación de cada asociado con to-
b 10) atribuye la teoría a Licofrón forma particular de gobierno civil dos sus derechos a toda la comuni-
(un sofista). Epicuro y los epicúreos (Peters, loc. cit.). Hobbes trató del dad" (loc. cit.). La esencia del con-
parecen haber defendido asimismo el contrato social como pactum unionis; trato social es: "Cada uno de nosotros
contractualismo, al cual se refiere Ci- su explicación del contrato social "fue pone en común su persona y todo su
cerón en su diálogo De respublica. un intento de aplicar el método reso- poder bajo la dirección suprema de la
Durante la Edad Media el contractua- lutivo-compositivo de Galileo a la so- voluntad general, y nosotros recibimos
lismo fue tratado por varios autores, ciedad civil, de revelar los principios cada miembro como parte indivisible
y defendido y elaborado por algunos básicos presupuestos por su existencia del todo" (loc. cit.). El contrato so-
(como, por ejemplo, Marsilio de Pa- de modo que pudiese llevarse a cabo cial explica el paso del estado de na-
dua), sin que ello signifique que el una reconstrucción racional de sus turaleza al estado civil. Fundamental
contractualismo medieval fuera idén- rasgos más conspicuos" (op. cit., pág. en la concepción de Rousseau es la
tico al antiguo, pues el primero se 201). Se trataba en Hobbes de una idea de voluntad general (volonté gé-
halla con frecuencia condicionado por hipótesis explicativa, no de una hipó- nérale) , o voluntad del cuerpo civil
el modo como se planteó en la Edad tesis relativa a efectivos acontecimien- (o mayoría de sus miembros), la cual
Media el conflicto entre el poder tem- tos históricos. Importantes pasajes al "es siempre justa y tiende siempre a
poral y el poder espiritual, conflicto respecto se hallan en Leviathan (I. la utilidad pública" (II. 3). Cosa que
inexistente, o de escasa monta, en el 14): "La transferencia mutua de de- no significa que la voluntad general
mundo antiguo. En el siglo xv se ha- rechos es lo que los hombres llaman se exprese siempre correcta o adecua-
llan elementos de la teoría del contrato contrato. Hay una diferencia entre la damente, pues "aunque se quiere
social en varios autores, entre ellos transferencia de derechos a la cosa, y siempre el propio bien, no siempre se
Nicolás de Cusa. la transferencia de la tradición, es de- lo ve; nunca se corrompe al pueblo,
Sin embargo, esta teoría se desarro- cir, entrega de la cosa en sí misma." pero con frecuencia se lo engaña, y
lló sobre todo en la época moderna en Y también: "Los signos del contrato entonces es cuando parece querer lo
parte como consecuencia de la secu- son o expresos o por inferencia." que es malo" (loc. cit.).
larización creciente del Estado y en Rousseau, por su lado, afirmó que Las teorías modernas del contrato
parte como resultado de una concep- el orden social no se halla fundado en social, especialmente las expresadas
ción de índole "atomista", según la la naturaleza, sino en "convenciones" por Rousseau, influyeron sobre nume-
cual el Estado se halla compuesto pri- (Contrat social, I. 1). La sociedad más rosos pensadores (por ejemplo, Kant
mariamente de individuos cuyas rela- antigua y natural es la familia (I. 2). y Fichte). En Rousseau se halla, por
ciones entre sí son comparables a las El primer modelo de las sociedades lo demás, la posibilidad de combinar
relaciones entre partículas — bien que políticas es aquel en el cual el jefe el contractualismo con una teoría or-
no necesariamente reducibles a asume la imagen de un padre. Ahora ganicista de la sociedad, lo que no
ellas. Mientras muchos autores es- bien, el más fuerte, con el fin de se- sucede en los contractualistas ante-
colásticos (como Santo Tomás y Suá- guir siéndolo, transforma la fuerza en riores a dicho filósofo.
rez) fundan el Estado en el bien co- derecho y la obediencia en deber (I. A. Atger, Essai sur l'histoire des
mún (VÉASE), del cual participan los 3). En todo caso, hay que remontarse doctrines du contrat social, 1906. —
diversos miembros, muchos autores siempre para explicar la sociedad, a G. W. Gough, The Social Contract. A
una primera convención ( I.5 ). Así se Criticai Study of Its Development,
modernos se inclinan hacia un tipo de 1936. — M. D'Addio, L'idea del con-
relación de carácter menos "organicis- forma el "pacto social", del cual es- tratto sociale dai Sofisti alla Riforma
ta" y más "mecanicista". Uno de los cribe Rousseau: "Supongo que los
356
CON CON CON
e il "De principatu" di Mario Salamo- y de la sociedad. Las leyes-conven- se prueba que cada clase puede ser
nio, 1954. — J. W. Gough, The So- ciones responderían entonces a la bien ordenada. Pero el principio de
cial Contract. A Critical Study of Its estructura propia de la Naturaleza, convencionalidad establecido en la
Development, 1957. pues ésta sería el origen y la fuente sintaxis (VÉASE) pura no es sólo de
CONVENCIONALISMO. Aunque la principal de la constitución del hom- índole matemática, sino que puede
tesis de que las construcciones teó- bre. En cambio, el convencionalismo aplicarse a cualquier lenguaje. Más
ricas son últimamente convenciones de tendencia apriórica llegaría a con- todavía: sucede, según Carnap, que
ha sido consecuentemente desarrolla- clusiones muy parecidas a las idea- la
da sólo en fecha reciente, ya desde listas en la medida en que considera- convencionalidad de un sistema
la Antigüedad, sobre todo por parte se las convenciones como algo si- matemático o lógico se desvanece
de los sofistas, se había distinguido tuado en el plano trascendental. En- cuando se compara con la "eleccio-
entre lo que es por naturaleza y lo tonces las leyes-convenciones podrían nabilidad" de un sistema metasin-
que existe por convención. Estas dis- a veces no limitarse al campo de táctico puro. Dado un sistema semán-
cusiones, sin embargo, han llegado a lo fenoménico y alcanzar la realidad tico, por lo tanto, lo que de él se
ser decisivas para la teoría del cono- misma. En tal caso, el convenciona- sigue no es convención. Por eso dice
cimiento sólo cuando, a partir de lismo "regresaría" a la posición del Carnap (Studies in Semantics, I, §
Kant, se ha planteado con toda con- idealismo, y aun a la de un idealismo 36) que "mientras al construir un
secuencia la cuestión de la diferen- absoluto, según el cual no sería la cálculo podemos elegir las reglas ar-
cia entre lo regulativo y lo consti- ley, sino la naturaleza, lo conven- bitrariamente, al construir un cálculo
tutivo. Así, las direcciones de tipo cional. K de acuerdo con un sistema semán-
convencionalista —economía del pen- Muy discutido ha sido el problema tico dado S no poseemos entera liber-
samiento en Mach y Avenarius, doc- del convencionalismo en algunas de tad", de modo que "en algunos res-
trina de Poincaré, de Duhem, inclu- las direcciones del positivismo o em- pectos esenciales las características de
sive de Edouard Le Roy, ficcionalis- pirismo lógicos y en la mayor parte S determinan las de K, aunque, por
mo de Vaihinger, etc.— son en de las discusiones acerca de la fun- otro lado, hay todavía libertad de
muchos respectos una acentuación damentación de la lógica y de la elección con respecto a otras ca-
del momento regulativo sobre el cons- matemática. De un modo general, racterísticas". Así, "la lógica —con-
titutivo y, además, una acentuación tales discusiones han seguido las lí- siderada como un sistema de deduc-
del momento regulativo como algo neas antes indicadas, bien que apli- ción formal; en otros términos, como
que afecta a toda la realidad, inclu- cadas a un campo particular. La po- un cálculo— es convencional en un
yendo la fenoménica, o, mejor dicho, sición más frecuentemente adoptada sentido, y no lo es en otro". Lo'
que afecta a toda la realidad en ha sido la que ha admitido el convencional retrocedería siempre a
tanto que exclusivamente fenoméni- convencionalismo en el establecimien- lo más formal, y se manifestaría sin
ca. El convencionalismo afirma, por lo to de las reglas de un cálculo (grosso residuo en el caso de una sintaxis,
pronto, que los principios ideales y no modo, los axiomas y las reglas de pura. Lo mismo opinan en último
menos las leyes por medio de las inferencia), pero lo ha negado en lo término los defensores del operacio-
cuales el hombre conoce la Natura- que toca a las operaciones efectuadas nalismo (VÉASE), así como quienes,
leza son, en última instancia, con- de acuerdo con dichas reglas. Hay como Ernest Nagel, admiten el con-
venciones cómodas. Esto quiere decir que advertir, sin embargo, que el vencionalismo para el conjunto de
—en lo que toca singularmente a las mencionado convencionalismo no tie- los postulados, pero, en cambio, re-
leyes— que son algo que un sujeto ne —como lo tenía todavía, en parte, chazan una interpretación "arbitra-
propone a la Naturaleza, de tal suerte en Poincaré— un sentido psicológico. ria" de ellos en la medida en que no
que ésta responde más o menos ade- Sería largo describir las opiniones que son simplemente "términos", sino, en
cuadamente a tal proposición, pero dentro de la citada posición se han todo caso, términos que funcionan
sin significar que el comportamiento manifestado en la lógica y la mate- en el curso de un tratamiento expe-
real de la Naturaleza equivalga al de mática —o, más propiamente, en rimental. En efecto, Nagel señala
las mencionadas leyes. Así, el con- la metalógica y la metamatemáti- ("Logic without Ontology", en Na-
vencionalismo queda vinculado, cuan- ca—, por lo que nos limitaremos a turalism and the Human Spirit, ed.
do menos en lo que respecta a la las consideraciones más conocidas. Y. H. Krikorian, 1944, pág. 211 [trad,
teoría de la verdad, con el pragmatis- Entre ellas cabe mencionar las de esp.: "Lógica sin ontología", en An-
mo. Sin duda, el convencionalismo Carnap. Este autor indica que el prin- tología semántica, 1960, ed. Mario
puede ser considerado desde diversos cipio, de tolerancia (VÉASE) (Cfr. Lo- Bunge] ) que no se puede dar cuenta
ángulos, según se atenga más o me- gische Syntax der Sprache, § 17) adecuada de los principios empleados
nos al elemento empírico o al ele- puede ser también calificado de prin- en el conocimiento si se supone que
mento apriórico. El convencionalismo cipio de convencionalidad. De acuer- éstos son meras generalizaciones de la
empírico acaba por sostener que las do con ello, es puramente conven- experiencia, pero que, al mismo tiem-
leyes como convenciones son el ins- cional la construcción misma del po, no se pueden aplicar estos princi-
trumento adecuado de comprensión cálculo y la elección de sus caracte- pios si un cierto "funcionalismo" no se
de lo real, pues tales convenciones no rísticas particulares. Se trata, pues, coloca en su base. Puesto que la ló-
son la creación de un sujeto trascen- de algo análogo a lo supuesto en el gica y la matemática son usadas en
dental, sino el resultado de la orga- axioma o "principio de elección" "contextos específicos" y por "vías
nización psicofisiològica del hombre (Auswahlprinzip), de Zermelo, donde identificables", convendrá entonces
357 "comprender el significado de los
CON CON COP
conceptos y principios lógico-mate- franqueza' a 'Todos los que hablan de la cual depende toda la vida mo-
máticos en términos de las operacio- con franqueza son bondadosos'. ral: la libertad, la responsabilidad y
nes asociadas con ellos en tales con- La conversión es estudiada en la el deber." Estas nociones son usadas
textos, y rechazar interpretaciones lógica no solamente en las proposi- también por la conciencia empírica,
acerca de su significación última". ciones puras, sino también en las mo- pero en sentido distinto y sin tener
dales (como hizo ya Aristóteles en en cuenta el eje —y al mismo tiempo
An. Pr., I 24 a sigs.). Hay que adver- el propósito— de toda "conversión
tir que la doctrina tradicional de la auténtica": la "transfiguración de los
conversión no ha sido aceptada en valores".
todos sus puntos por los lógicos mo- CONVERSO. Hay que tener cuida-
dernos, especialmente los del siglo do en no confundir el término 'con-
XIX. Varios de estos lógicos conside- versión' con el término 'converso' en
ran la conversión como un ejemplo la lógica. Este último se usa en la
de la inferencia inmediata. lógica de las relaciones. En ella se
El significado anterior de 'conver- llama converso de una relación R, en
sión' es lógico. Hay también (y, se- símbolos: R, a la relación de todos
gún algunos, sobre todo) un sentido los x a todos los y, tales que y R x.
espiritual —las más de las veces, me- Por ejemplo, el converso de la rela-
tafísico— de la conversión. Destaca- ción mayor que es la relación menor
remos aquí cuatro aspectos del mismo. que. Hay varias leyes de la lógica de
En primer lugar, puede entenderse las relaciones en las cuales interviene
la noción de conversión como una la noción de converso de una rela-
noción contrapuesta a la de proce- ción. Mencionamos solamente a guisa
sión (VÉASE). Es el sentido más co- de ilustración la simple ley que se ex-
mún entre los neoplatónicos, y en presa del modo siguiente:
particular en Plotino (VÉASE).
En segundo término, puede estu-
diarse la conversión como la trans- y que muestra que una relación es
formación espiritual que hace posible idéntica al converso del converso de
un "hombre nuevo". Ejemplo de este esta misma relación.
sentido es la conversión religiosa y Otras leyes en las que aparece la
más específicamente la cristiana tal noción de referencia, así como una
CONVERSIÓN. En la lógica clásica
como ha sido descrita en San Pa- definición más formal de 'converso'
la conversión es un modo de inversión
de proposiciones, de tal suerte que sin blo. se hallan en los manuales de lógica
En tercer lugar, la noción de con- matemática (Cfr. J. Ferrater Mora y
alterar la verdad de una proposición
versión es empleada al referirse a la H. Leblanc, Lógica matemática,
dada, 'S es P' pueda colocarse 'S' en
convertibilidad mutua de los trascen- 1955, § 29).
el lugar de 'P' o 'P' en el lugar de 'S'. dentales (VÉASE).
Se han admitido al respecto tres CONVERTIBLE. Véase CONVER-
Finalmente, la noción de conver- SIÓN, PREDICABLE.
modos principales de conversión. ( 1 ) sión puede considerarse como la base
La conversión simple, en la cual CÓPULA. En un sentido general
de una metafísica. Mencionaremos a se llama cópula al verbo que en una
sujeto y predicado conservan la este respecto la distinción establecida
cantidad o la extensión. (2) La oración une el sujeto con el atributo.
por Georges Bastide (nac. 1901 en En un sentido estricto se llama có-
conversión por accidente, en la cual Cournonterral [Hérault], profesor des-
se conserva solamente la extensión. de 1941 en la Universidad de Tou- pula a las partículas 'es' y 'son' que
(3) La conversión por contraposición, louse) entre conversión falsa —tal, unen en una oración el sujeto con el
en la cual sujeto y predicado se la carnal bajo el aspecto de la espi- atributo. Según la lógica calificada
convierten por medio de la ritual, la mera introspección psicoló- de tradicional, todo enunciado puede
anteposición de la negativa a cada 010 gica, etc.— y la conversión auténtica. convertirse en otro en el cual la có-
de los términos invertidos. Los lógicos Esta última puede fundarse, según pula en sentido estricto desempeña
establecen a tal efecto varias reglas Bastide, en una materia empírica sub- el papel de medio unificador entre
para la conversión, basadas en la jetiva, pero tiene que orientarse hacia el sujeto (S) y el atributo o predi-
conservación por un término, en "principios de comunión" y "valores cado (P). En efecto, enunciados co-
tanto que sujeto, de la misma exten- de universalidad" mediante un "com- mo:
sión que tal término tenía como pre- promiso heroico" (La conversion spi- Serafín fuma, (1),
dicado. Cuando no se cumple con rituelle, 1956, págs. 42-3). "En la Soledad vive (2)
esta condición se producen sofismas. conversión —escribe Bastide a la luz pueden ser traducidos, de acuerdo
Así, por ejemplo, es admisible la con- de su 'idealismo auténtico', 'idealismo con dicha lógica, por los enunciados:
versión de 'Ningún animal es racio- moral o axiológico" y 'esplritualismo
nal' a 'Ningún ser racional es animal', personalista'— se experimentan en su Serafín es fumador, (3),
pero no lo es la conversión de 'Todos esencia profunda las tres nociones Soledad es un ser viviente, (4),
los hombres bondadosos hablan con fundamentales que forman la tríada y aun el enunciado:
358
COP COP COR
Yo soy, (5) do se refiere al 'ser' y mienta el Louis de la Forge — quien se limitaba
puede traducirse por: hecho de que "el ser es") un triple a hacer intervenir a Dios una sola vez
sentido. Por un lado, es paso del en la serie de las interacciones entre
Yo soy un ente existente. (6). atributo al sujeto por ponerse el pen- las sustancias pensante y extensa. En
En virtud de ello se declara que samiento su propia forma, expresando efecto, Cordemoy señaló que la inter-
el verbo 'ser' es el verbo copulativo entonces el ser el atributo mismo. vención de Dios tiene lugar en cada
por excelencia. En (1) y (2) 'ser' Por otro lado, es paso del sujeto al una de las interacciones y que es, por
manifiesta la función copulativa in- atributo, donde el ser se pone a sí consiguiente, continua y constante.
directamente; en (3) y (4), directa- mismo como sujeto y como esencia, Además de ello, Cordemoy se inclinó
mente o in actu signatu. En (5) y manifestándose luego fuera de sí por a la tesis, también descrita en el ar-
(6) se indica que el verbo 'ser' ejerce el atributo de la esencia. Finalmen- tículo citado, según la cual la coope-
a la vez la función de cópula y te, es algo que se manifiesta en la ración humana a la operación divina
predicado. Los enunciados que po- cópula como el reconocimiento de va acompañada de cierto afecto o to-
seen un verbo-cópula, corno (3), que "el ser es existente". nalidad, es decir, de cierta inclinación
(4), (6) son llamados enunciados de Los inconvenientes que ofrece la a su aceptación o no aceptación, único
tertio adjacente. Los enunciados que doctrina tradicional acerca de la com- modo de poder dar un sentido al
poseen un verbo-predicado, como posición de los enunciados no son término 'libertad' y, por lo tanto, de
(1), (2), (5), son llamados de se- los más importantes que afectan al no considerar el hecho de ser espec-
cundo adjacente. Por medio de estas problema de la cópula, tomada ésta tador en el mundo y no actor como
distinciones los autores escolásticos en el sentido estricto señalado de las identificable con un objeto inanima-
responden a las objeciones que sue- partículas 'es' y 'son'. En efecto, tan do cualquiera.
len formular los lógicos contemporá- pronto como examinamos diversos
neos y a las cuales nos hemos refe- enunciados en los cuales interviene
rido en el artículo CUANTTFICACIÓN , 'es', advertimos que las funciones de
CUANTIFICACIONAL y CUANTlFICADOR estas partículas pueden ser varias. Si
al presentar la composición de los consideramos los enunciados:
enunciados. Es posible, pues, indicar
Descartes es francés (7),
que dentro del campo estrictamente
lógico los autores tradicionales no ne- Los madrileños son españoles (8),
cesitan siempre hacer depender su La nieve es blanca (9),
lógica de una metafísica basada en Dante es el autor de La divi
la relación substancia-accidente o bien na Comedia (10)
edificar su metafísica a base de una descubriremos que la cópula 'ser' (es
"mala gramática". Ahora bien, tan decir, 'es' o 'son') tiene en cada caso CORNELIUS (HANS) (1863-
pronto como se procede a presentar un sentido distinto. En (7) expresa 1947) nac. en Munich, profesor desde
los enunciados en forma simbólica se pertenencia de un miembro a una 1894 en Munich y desde 1910 en
advierte que no es necesario admitir clase (VÉASE ); en (8) expresa inclu- Frankfurt, considera la psicología, en
que el verbo 'ser' sea el verbo copu- sión de una clase en otra; en (9) ex- la forma que él mismo le dio, como el
lativo por excelencia. Por este motivo presa predicación; en (10) expresa fundamento de la filosofía. Ahora
seguimos considerando que en la com- identidad (v.). Es necesario, pues, bien, esta psicología, aunque "cien-
posición de los enunciados es mejor en cada caso en que así no ocurra, cia empírica", no convierte a la filo-
adherirse a lo que hemos indicado hacer explícito el sentido de la có- sofía en una ciencia psicologista; el
en el citado artículo. pula, lo que se consigue indicando el nombre que mejor le convendría es,
Advertiremos que la función pre- correspondiente signo. pues, según Cornelius, el que Hus-
eminente desempeñada por el verbo COPULACIÓN (COPULATIO). serl y Rehmke dieron a sus respec-
'ser' es destacada no solamente por Véase PROPIEDADES DE LOS TÉRMI - tivas disciplinas fundamentales: "fe-
muchos autores tradicionales, sino NOS. nomenología pura" o "ciencia fun-
también por numerosos filósofos de COPULATIO. Véase PROPIEDADES damental filosófica". Con ello quiere
tendencia idealista. En rigor, estos DE LOS TÉRMINOS. dar a entender Cornélius que su filo-
últimos insisten todavía más que los COPULATIVO. Véase CONJUN - sofía es análoga a la de dichos pensa-
primeros en la preeminencia de 'ser' CIÓN, CÓPULA. dores, bien que construida con inde-
tanto lógica como, y en particular, pendencia de ellos. Lo mismo podría
metafísica. Así ocurre, por ejemplo, CORDEMOY (GÉRAUD DE) decirse de la relación entre Cornélius,
con Bradley cuando indica que la (1620-1684), nacido en París, fue tu- y Mach y Avenarius. Generalmente
cópula unifica el that (que) del su- tor del Delfín y miembro de la Aca- se le considera influida por estos
jeto con el what (qué) del predicado demia Francesa. Cordemoy fue uno pensadores, especialmente en su doc-
y, por lo tanto, representa el medio de los más conocidos cartesianos fran- trina de la economía del pensamiento;
por el cual el juicio llega a anularse ceses (véase CARTESIANISMO) y uno sin embargo, Cornélius rechaza estas
a sí mismo y a superponerse entera- de los representantes del ocasionalis- influencias directas y señala que fue
mente con la realidad. Así sucede mo (v.). Como hemos indicado en el conducido a teorías análogas par-
también con Lachelier cuando señala artículo sobre este último concepto, tiendo de una elaboración indepen-
que hay en el 'es' (sobre todo cuan- Cordemoy parece haber sido el prime- diente de las ciencias naturales. De
ro en ampliar la tesis ocasionalista de
359
COR COR COR
todos modos, la filosofía de Cornelius Kant). — Autoexposición en: Die Corpus Hermeticum. El dios Thoth
es una de las filosofías típicas del deutsche Philosophie der Gegenwart al cual se refieren tales escritos es
tránsito del positivismo empirista al in Selbstdarstellungen, t. II, 1921. — el Gran Thoth, por lo que el Her-
descripcionismo neutral, en parte in- Véase art. de J. Leszcynski sobre la mes correspondiente es llamado
manentista y en parte también psi- "teoría del mundo" de Cornélius en Hermes Trimegistos (trisme/gistoj
Kwartalnik filosoficzny, de Cracovia,
cológico-genético. Su crítica del neo- XVIII (1949). — Tambié n, C. A. ) o Hermes Tres Veces Grande, equi-
kantismo sigue la misma vía: opuesto Emge, "Hans Cornelius (1863-1947)", valente a la expresión antes usada
a la cosa en sí y a la interpretación Zeitschrift für philosophische For- por los griegos de Grande, Grande y
idealista crítica de Kant, admite, sin schung, IV (1949), 164-70. Grande: me/gistoj kai/ me/gistoj kai/
embargo, un kantismo de sesgo fe- CORNUTO (L. ANNAEUS COR- me/gis-toj. Según ha indicado A.-J.
nomenalista en el cual se intenta una NUTUS) de Leptis o Testis (Libia), Festu-gière, el Corpus Hermeticum no
indagación de la significación de los filósofo del llamado estoicismo nue- es, como algunos autores (por
conceptos que no sea puramente vo, desterrado por Nerón a una isla ejemplo, R. Reitzenstein) han
idealista, pero tampoco estrictamente hacia el año 66 después de J. C., se supuesto, un escrito usado por
causal-genética. En todo caso, lo ge- destacó por sus escritos de interpre- cofradías herméticas (como la llamada
nético-causal pertenece, según Cor- tación alegórica de la mitológica he- "cofradía de Poi-mandres"), sino un
nélius, a la descripción pura de los lénica. Cornuto empleó a tal efecto conjunto muy variado de escritos de
fenómenos y no a la mera reconstruc- los conceptos de la filosofía — espe- astrología, medicina astrológica,
ción empírica de ellos. Como dice cialmente de la cosmología y de la recetas de magia, obras de alquimia,
el propio filósofo, "la significación psicología— estoica. Así, Zeus era in- tratados de filosofía, cuestiones de
de todos los conceptos debe ser mos- terpretado como el Alma del mundo; astronomía, física, psicología,
trada en última instancia por medio Atenas, como la Inteligencia (de tal embriología, etc., puestos bajo el
de los elementos inmediatamente da- Alma), etc. No se trataba de una patrocinio de Hermés y que
dos" (Die deutsche Philosophie der innovación, pues existía ya una tra- comenzaron a ejercer influencia en el
Gegenwart, etc., t. II, pág. 13). En dición exegética en tal sentido (par- momento en que se produjo un
otros términos, Cornélius admite el ticularmente en las interpretaciones retroceso de la tradición racionalista
valor pleno de la experiencia como griega y en que toda la anterior mez-
fuente de conocimiento, pero da a alegóricas de Hornero; el propio Cor-
nuto declara que su obra es un com- cla fue considerada como "el verda-
esta experiencia un sentido amplio y dero conocimiento". Los escritos en
total, no restringido a una forma par- pendio del peri\ qew= n , de Apolodo- cuestión contienen una parte de edifi-
ticular psicologista. De ahí la supe- ro). Pero hay en Cornuto, cuando cación moral y religiosa, pero nin-
ración del fenomenismo desde dentro menos implícitamente, ciertas ideas guna referencia a prácticas del culto
por medio del reconocimiento de con- — por ejemplo, de una cierta "ema- o rituales. Ahora bien, el hermetismo
ceptos de validez universal, y la ad- nació n" de una realidad respecto a posee dos formas de acuerdo con el
misión de los juicios de valor, únicos la otra— que podían considerarse aspecto que haya sido subrayado por
que pueden fundamentar la acción como distintas de las tradicionales. los correspondientes escritos
libre del hombre, y con ello el reino La obra exegética alegórica de herméticos. Por un lado hay un
del espíritu bajo la forma de la his- Cornuto se titula )Epidromh\ tw=n kata\ hermetismo que puede llamarse filo-
toria y de la cultura. th\n (Ellhvikh\n qeologi/an
paradedome/nwn (citada como De sófico, más griego que egipcio (no
natura deorum, o t a mb ié n obstante las referencias constantes a
Co mp e n d i u m t h eo l o gi a e los mitos egipcios y el propósito de
graecae). Edición por C. Lang unir la religión griega con la egip-
(Teubner, 1881). — Véase Martini, cia). Los escritos de varios autores
De L. Annaeo Comuto, 1825. — R. sobre los mitos egipcios y sobre los
Reppe, De L. A. Cornuto, 1906 misterios egipcios (Plutarco, Ascle-
(Dis.). — Artículo de H. von Arnim píades, Jámblico, etc.) están dentro
sobre Cornuto (Annaeus 5) en Pauly- de esta dirección. Pero los ejemplos
Wissowa.
clásicos de ella son los Tratados her-
CORPUS ARISTOTELICUM. méticos atribuidos a Poimandres y a
Véase ARISTÓTELES. Asclepio, tratados de origen intelec-
CORPUS GALENICUM. Véase GA- tual griego en los cuales se desarro-
LENO. lla, bajo la forma de una revelación
CORPUS HERMETICUM. En cier- de Hermès, una cosmogonía, una an-
tos medios filosóficos (neopitagóricos, tropología y una escatología, con nu-
platónicos, eclécticos, etc.) ejerció in- merosas doctrinas análogas a las del
fluencia un conjunto de escritos atri- gnosticismo: formación del mundo en
buidos al Dios egipto Thoth (o el Primer Padre, origen del Hombre
Tot), que se suponía equivalente al Arquetípico, pérdida del alma en el
dios griego Hermès (en tanto que cuerpo y divinización del alma en su
dios de la comunicación e inventor ascenso por los círculos planetarios.
de ciertas técnicas, como la escritu- Por otro lado hay un hermetismo que
ra y la aritmética) y que por este puede llamarse astrológico (o mágico-
motivo se reúnen con el nombre de astrológico), menos interesado por
360
COS COS COS
la especulación teosófica que en cier- distinción (v.) de razón raciocinante. cuando menos de primera intención,
tas prácticas basadas en supuestas En cambio, el concepto de cualquiera posibilidad de reducción de la noción
correspondencias entre fenómenos te- de los otros trascendentales no es en de persona a la de cosa y viceversa; lo
rrestres y fenómenos celestes, y entre modo alguno sinónimo con el concep- que más bien hay es una contraposición
las partes de la Naturaleza y las del to de ente. irreductible y, como lo ha puesto de
cuerpo humano. En otros términos, y A veces se considera que las cosas manifiesto Charles Renouvier, un
como indica Festugière, mientras en son las entidades individuales, y en dilema — uno de los dilemas, po-
un sentido el hermetismo desemboca particular las existencias materiales siblemente el más fundamental, de
en una pura contemplación espiritual, individuales. Estas definiciones tienen la "metafísica pura". Para resolver este
en el otro conduce a una compleja de- el inconveniente de ser demasiado va- dilema hay que tomar una decisión. Es
monología que ofrece rasgos primiti- gas (pues el concepto de entidad in- una decisión similar a la que tomó
vistas. No es infrecuente que los dos dividual no es en modo alguno preci- Fichte al pronunciarse en favor del
tipos de hermetismo se combinen en so) o demasiado restringidas (pues el idealismo para salvar la libertad. Re-
una sola doctrina y que en algunos concepto de cosa en tanto que uno de nouvier tomó decisión en favor de la
casos —como en el de Juliano el los modos de ser del ente tiene mayor persona — lo que suponía, a su enten-
Apóstata— haya habido una singu- extensión que el concepto de cosa ma- der, una serie de posiciones metafísicas.
lar mezcla de mística intelectual y terial). Otros autores se inclinan a considerar
de magia naturalista,, Más aceptable —aunque no exento que la noción de cosa no excluye la de
de dificultades— es ligar el concepto persona, ni la de persona la de cosa;
de cosa con el de substancia. En nu- ambas se refieren a realidades
merosas ocasiones al hablar de la una fundamentales cuya relación es me-
hablamos de la otra, como cuando se nester entonces explicar, y cuya inter-
dice, por ejemplo, "la cosa con sus acción presenta problemas particular-
propiedades". En todo caso, una vez mente espinosos — aunque, según
que se ha introducido el concepto de ciertos autores, lamentablemente arti-
cosa es menester indicar todavía de ficiosos.
qué cosas se trata cuando se aplica Los conceptos de cosa y de per-
aquel concepto. Puede hablarse, así, sona pueden considerarse, desde el
como ha hecho Spinoza, de cosas par- punto de vista histórico, como con-
ticulares, exteriores, físicas, creadas, ceptos en los cuales se expresan ciertas
etc., etc. Si se pretende que tenga al- "concepciones del mundo" previas a
guna aplicación, el concepto de cosa las varias filosofías alojadas en cada
(a menos que se identifique pura y una de ellas. En un cierto sentido del
simplemente con el concepto de ser) vocablo 'cosa' puede decirse que el
necesita una cierta determinación. pensamiento griego clásico tendió ha-
Uno de los modos de entender el cia el "predominio de la cosa". Esto
concepto de cosa consiste en contra- equivale al predominio de un pensar
ponerlo al concepto de persona. Se- de tipo "cosista" y substancialista.
gún algunos autores, esta contraposi- Aunque se admitiera que la realidad
ción es meramente mental o concep- verdadera no es de naturaleza sensi-
tual. Ciertos pensadores (llamados ble, sino inteligible, se hablaba con
"impersonalistas") consideran, en frecuencia de ésta en un lenguaje cal-
efecto, que la noción de persona puede cado sobre "las cosas" (Bergson ale-
siempre reducirse (ontológica o ga, por lo demás, que este es el len-
metafísicamente) a la de cosa. Otros guaje de la inteligencia, a diferencia
pensadores (llamados "personalistas") del lenguaje de la intuición). El con-
consideran que la noción de cosa pue- cepto de persona, en cambio, va in-
de siempre reducirse (ontológica o troduciéndose a medida que se reco-
metafísicamente) a la de persona. En nocen tipos de realidad no réductibles
ambos casos, sólo una de las nociones a lo fijo, a lo estático, a lo exterior, a
corresponde a una realidad. Los auto- la figura, etc. Entre estos tipos de
COSA. Los escolásticos consideran res impersonalistas han sido por lo realidad destacan lo que se llama "vi-
el concepto de cosa (res) como uno común (metafísicamente) realistas; los da íntima" o "espíritu". El cristianis-
de los conceptos trascendentales (v.) autores personalistas han sido por lo mo contribuyó a destacar dichos tipos
— siendo los otros conceptos el de al- común ( metafísicamente ) idealistas. de realidad al invertir las ideas "clási-
go (aliquid), lo uno (unum), lo ver- La expresión 'por lo común' es aquí cas" sobre la relación entre el alma
dadero (verum) y lo bueno (bonum). necesaria, pues es posible encontrar (VÉASE) y la Naturaleza. Mientras era
La cosa es uno de los cinco modos de doctrinas realistas que destacan la rea- corriente en la antigüedad clásica con-
ser (modi essendi) y su modo de ser lidad y el valor de la persona, y doc- cebir el alma —o el espíritu, la razón,
corresponde, en general, al de todo trinas idealistas que pueden destacar etc.— como una especie de culmina-
ente (ens). El concepto de cosa se la realidad y el valor de la cosa. Al- ción del movimiento de la Naturale-
distingue del de ente sólo por una gunos autores rechazan que haya, za, el cristianismo insistió en que
la
361
COS COS COS
Naturaleza estaba, por así decirlo, "en nombre de "Cosa en sí", Ding an zón pura entre la suposición de que
el alma". Hay, desde luego, muchas sich) pueden ser pensadas —mejor di- las cosas (en sí) afectan la sensibili-
excepciones en las dos "tendencias". cho, puede pensarse el concepto de dad produciendo representaciones, y
Por un lado, muchos neoplatónicos, una cosa en sí en tanto que es posible, la idea de que el conocimiento se halla
al hacer de la Naturaleza una emana- o no envuelve contradicción—, pero limitado al mundo fenoménico.
ción de lo inteligible, se niegan a con- no conocidas. Una cosa es pensar un Salomón Maimón puso de manifiesto
siderar que éste es una culminación concepto; otra es adscribir al mismo la contradicción que implica pensar
de aquélla; más bien ocurre que validez objetiva, esto es, posibilidad algo que no sea pensado en la con-
aquélla es una especie de "degrada- real y no meramente lógica. ciencia, y admitir algo (aunque sea
ción" de éste. Por otro lado, no pocos Las cosas en sí se oponen a las apa- sólo como posible) que se halle fuera
elementos del tipo de pensar "cosis- riencias (en el sentido kantiano de de la conciencia, afectándola de
ta" se introducen en el pensamiento "Apariencia" (véase este término] ). algún modo. Ya los primeros kantia-
personalista de muchos eminentes fi- Kant muestra que ni el espacio ni el nos intentaron resolver el problema
lósofos cristianos, en particular esco- tiempo son propiedades de cosas en planteado por la cosa en sí eliminando
lásticos. Pero, en general, puede sí. Muestra asimismo que los concep- la noción de ésta como un inadmisible
decirse que en la medida en que pre- tos del entendimiento son trascenden- residuo realista. Algunos, como J.
domina la idea de ser como ser en sí, tales (véase TRASCENDENTAL) y no Segismund Beck, declararon que el
predomina asimismo la noción de co- estructuras ontológicas propias de una concepto de cosa en sí resulta simple-
sa, y en la proporción en que predo- realidad en sí. mente de la "forma de exposición"
mina la idea de un ser como ser para La naturaleza y función del con- kantiana. Otros manifestaron que
sí, predomina la noción de persona. cepto de cosa en sí en la filosofía crí- plantea un dilema que debe resolverse
Heidegger ha tratado del problema tica de Kant ha sido objeto de nume- por medio de una decisión. Esta
de "la cosa" en una conferencia así rosos debates, algunos de ellos incita- última posición fue adoptada por
titulada ( "Dais Ding", en Gestalt und dos por el carácter vacilante del Fichte. Los neokantianos han recha-
Gedanke, ed. Academia Bávara de vocabulario kantiano. A veces Kant zado asimismo la noción de cosa en
Bellas Artes, 1951, págs. 128-48; trad, distingue entre cosa en sí y objeto sí. Lo mismo hizo Bradley al afirmar
esp. por Rafael Gutiérrez Girardot: trascendental (en la primera edición que las cosas en sí son incognoscibles,
"La cosa", Revista de la Universidad de la primera Crítica); a veces los y que no se puede conocer ni siquiera
Nacional de Córdoba, XI [1953], 3- identifica o deja simplemente de ha- que existen. En general, han rechazado
20). Heidegger se refiere a varios blar del último (en la segunda edi- la noción de cosa en sí tanto los
sentidos etimológicos de "la cosa" y ción). A veces la noción de cosa en sí fenomenistas como los idealistas obje-
especialmente al sentido de "lo que parece distinta de la de noúmeno; a tivos. En cambio, algunos autores han
importa a los hombres" o "el asunto", veces, prácticamente idéntica. Como afirmado que la cosa en sí es accesi-
"el caso" (como en "Sabe sus cosas", nos hemos referido a estos problemas ble, si bien no por medio del intelec-
es decir, lo que interesa, lo que im- en el artículo NOÚMENO, remitimos a to. Es lo que sucedió con Schopen-
porta). Se refiere asimismo a la sig- él para un mayor esclarecimiento del hauer, quien identificó la cosa en sí
nificación habitual de 'cosa' en la me- problema de la cosa en sí kantiana. con la Voluntad. Ello resultaba posi-
tafísica occidental como "lo que en En el mismo artículo hablamos de las ble dentro de su pensamiento, por
general de algún modo es" y también razones que llevaron a algunos autores cuanto dicho autor sostenía que entre
"el objeto", y concluye que el primer (casi todos los idealistas postkantianos) el noúmeno y el fenómeno, entre lo
sentido es más esclarecedor que el a rechazar la cosa en sí (y el inteligible y lo sensible no existe
segundo. Pues toda cosa es el presen- noúmeno), así como a las dos distintas necesariamente relación causal.
tarse de "lo-que-se-presenta" en el interpretaciones —fenomenista e
modo de ser un algo determinado. La idealista trascendental— que cabe dar
cosa opera en el modo de cosificar, y a la filosofía kantiana según el papel
cosificar es trazar y "afianzar el mar- menor o mayor que tiene la noción
co" por el cual el mundo es mundo. de cosa en sí. Pueden completarse
"Los hombres en cuanto mortales ob- estas informaciones con las proporcio-
tienen el mundo en cuanto mundo, nadas en el artículo ANTINOMIA. Nos
habitándolo. Sólo lo que es eslabonado limitaremos aquí a completar la in-
en el mundo [por medio de las formación ofrecida en dichos artícu-
cosas] llega a ser, de una vez, cosa." los con una breve reseña de lo que
COSA EN Sí. Kant llamó "cosas se ha llamado "el destino de la cosa
en sí" (Dinge an sich) a las realida- en sí" en algunas filosofías postkan-
des que no pueden conocerse por ha- tianas.
llarse fuera del marco de la experien- Jacobi sostuvo que "sin la cosa en
cia posible, esto es, que trascienden sí no se puede penetrar en el recinto
las posibilidades del conocimiento tal de la crítica de la razón pura", pero
como han sido delineadas en la Crí- que "con la cosa en sí no se puede
tica de la razón pura. Las cosas en sí permanecer en él". De este modo sub-
(compendiadas con frecuencia con el rayaba dicho autor el conflicto que
se manifiesta en la Crítica de la ra-
362
COS COS
de los cuerpos en tanto que presenta car la presencia permanente de ésta en
problemas de naturaleza racional. Los los lugares del universo que deberían
términos 'cosmología' y 'cosmológico' estar vacíos a causa de la expansión;
son usados, pues, casi siempre, con otros, como Gamow, presentan la teo-
referencia a tales cuestiones, y del ría según la cual de un estado pri-
sentido que les corresponde derivan mordial de la materia se produjo, en
los problemas de las antinomias cos- menos de media hora, la serie de los
mológicas, así como el problema de elementos existentes en el universo:
la llamada prueba cosmológica de la desde su "origen" el universo ha es-
existencia de Dios (véase Dios; II. tado en continua expansión, pero lle-
PRUEBAS DE SU EXISTENCIA). gará un momento de máxima rare-
En la actualidad la cosmología facción en el cual el universo se
—llamada con frecuencia cosmología desintegrará, produciéndose de nue-
COSMOLOGÍA. En sentido general teórica— es considerada como una vo un estado primitivo que, a su vez,
se llama cosmología a toda doctrina disciplina científica, íntimamente li- engendrará una nueva expansión. Es
acerca del mundo (VÉASE), concebido gada con la astronomía, la física teórica fácil ver que todas estas teorías, aun-
como una totalidad. La cosmología y la matemática, pero distinta en que apoyadas en observaciones astro-
se ocupa, por lo tanto, del conjunto principio de ellas. Su principal tema nómicas y empleando el instrumental
del mundo, de su origen y de sus consiste en la construcción de "mo- matemático, se plantean problemas
leyes. El término ha sido utilizado delos de universo" que sean a la vez que habían sido tratados ya por las
sobre todo por los escolásticos y por lógicamente coherentes y no incom- antiguas cosmologías y que inclusive
la escuela de Wolff, que han incluido patibles con los datos fundamentales algunas de sus soluciones se parecen
dentro de la cosmología las inves- de la ciencia experimental de la Na- extraordinariamente a varias de ellas.
tigaciones relativas al "sistema del turaleza. Las características generales Es el caso de la concepción de una
mundo" tal como fueron realizadas del universo, su extensión en el "materia primordial", o de una eterna
por los antiguos y proseguidas, con espacio, duración en el tiempo y, expansión y concentración del uni-
supuestos distintos, por los filósofos ocasionalmente, origen y desarrollo, verso, o de una creación continua de
y cultivadores de la moderna ciencia constituyen las principales preocupa- la materia. Así, como la teoría del
de la Naturaleza. Esto no quiere de- ciones de los cosmólogos. Los trabajos conocimiento, la cosmología muestra
cir que otros autores, aun no em- realizados al respecto se han in- muchos puntos de intersección entre
pleando el término, no hayan tam- tensificado durante los últimos cuatro el lenguaje científico y el filosófico.
bién justificado la posibilidad de doc- decenios, siguiendo los progresos de la Para la cosmología en sentido tradi-
trinas cosmológicas, ya sea basadas física teórica y las nuevas ob- cional: J. de Tonquédec, Questions de
en datos científicos o bien por medio servaciones físicas y astronómicas. cosmologie et de physique, 1950. —
de una previa ontología de la Natu- Ahora bien, las respuestas dadas a
raleza. En todo caso convendría ate- las anteriores cuestiones son muy va-
nerse para la significación tradicio- riadas. Para algunos, el universo es
nal del término 'cosmología' al uso estático y cerrado; para otros es di-
que hoy día es ya clásico. Wolff de- námico y abierto; para algunos, tiene
finía la cosmología general como una forma esférica; para otros, cilindrica
scientia mundi seu universi in genere o hiperbólica; para algunos la curva-
(Cosmologia, § 1). Esta scientia podía tura del espacio es positiva; para
ser "científica" o "experimental" otros, negativa. Los principales mode-
(ibid., § 4). La cosmología general los de universo propuestos son: el de
era llamada también trascendental. En Einstein (cerrado, esférico, estático,
el uso escolástico —formalmente muy finito), el de De Sitter (estático, va-
próximo al anterior— la cosmología cío), el de Friedmann y Lemaître (di-
aparece como una parte de la námico, abierto, expansivo). La cues-
metafísica especial, al lado de la tión de la expansión del universo,
psicología y de la teología natural. suscitada por el desplazamiento de
La cosmología trata entonces del las rayas espectrales de las galaxias
mundo en general, como omnitudo distantes hacia el rojo, ha dado lugar
realitatis, incluyendo en este estudio a muchos debates cosmológicos. En
el examen de la naturaleza de los general, la expansión es admitida,
cuerpos y de las leyes universales por pero las dificultades que ofrece son
las cuales se rigen. Las cuestiones solucionadas de diversas maneras.
relativas al origen del mundo y, sobre Algunos cosmólogos, como Lemaítre,
todo, a la cuestión de si el mundo admiten un "átomo primitivo" que al
existe por sí o ha sido creado, son "explotar" ha engendrado el universo;
cuestiones centrales cosmológicas. Lo otros, como Bondi, Gold y Hoyle, pro-
mismo ocurre con la cuestión de la ponen la tesis de la creación (v.) conti-
composición última nua de la materia, con el fin de expli-
363
COS COU COU
Felix Schmeidler, Alte und moderne significado kantiano de Sitten; la "me- a principios más simples y más com-
Kosmologie, 1962 [Erfahrung und tafísica de las costumbres" y la moral prensivos, como en física se unifican
Denken, 9]. — Historia: A. Koyré, son entonces una y la misma cosa. las diversas relaciones en leyes únicas
From the Closed World to íhe Infinite Aunque no es siempre fácil distinguir que abarcan campos aparentemente
Universe, 1957.
entre el plano empírico-antropológico distintos. Cuanto más amplia y gene-
COSMOLÓGICA (PRUEBA). Véa- y el plano ético-teórico, convendría o ral es una ley tanto más cercana se
se Dios (III), FÍSICO-TEOLOGÍA. distinguir en cada caso en qué sentido encuentra al límite jamás alcanzable
COSTUMBRES se llaman los hábi- se usa el término 'costumbres' o em- que proporciona la esencia de las co-
tos adquiridos por el hombre, hábitos plear dos distintos términos para ca- sas. De ahí que la filosofía tenga por
por medio de los cuales se desarrollan da uno de los dos citados tipos de misión elaborar una teoría de las ca-
de un modo peculiar todos sus actos investigación. Como en la actualidad, tegorías o ideas fundamentales desti-
o una parte de ellos. La significación el vocablo 'costumbres' tiene escasa nadas a producir enlaces cada vez
psicológica de las costumbres se circulación dentro del pensamiento más estrechos entre relaciones feno-
refiere principalmente al carácter ético, puede estimarse que dicho vo- ménicas distintas hasta llegar a una
adquirido de estos actos en el curso cablo ha adquirido predominantemente ley general y universal que pueda
de sucesivas acomodaciones o por un sentido empírico-antropológico. comprenderlas a todas. La justifica-
mera repetición de acciones es- En otro sentido, Hume habla de ción en el empleo de cada una de las
pontáneas libres; la significación ética, la costumbre o hábito como el fun- ideas fundamentales radica en su ma-
más general, se refiere al carácter damento de las inferencias derivadas yor o menor adecuación a los fenó-
moral de las costumbres por el cual de la experiencia. La costumbre se mentos sobre los cuales se aplica;
su doctrina ha llegado a adquirir el opone aquí, por lo tanto, al razona- esta separación entre los distintos gru-
sentido de ciencia de la moralidad. miento, y aun cuando el propio Hu- pos de saberes no equivale, sin em-
Según esto, las costumbres son el con- me indica taxativamente que con este bargo, para Cournot, a una distinción
junto de actos que se organizan ob- término no pretende haber dado ra- entre regiones ontológicas. Por eso las
jetivamente como producciones del zón última de tal propensión humana, categorías aplicadas a la matemática
espíritu subjetivo y que llegan a el hecho es que la misma constituye vuelven a cobrar en cierto modo vi-
erigirse en un sistema de normas vá- "el único principio que hace útil gencia cuando se pasa a los fenóme-
lidas para este mismo espíritu. La dis- nuestra experiencia y nos hace espe- nos sociales superiores, donde el es-
cusión en torno a la idea de las cos- rar en el futuro una serie de efectos píritu y la razón triunfan sobre la
tumbres en su acepción ética ha similares a los que han tenido lugar oscura zona de la vitalidad. Este
girado casi siempre alrededor de di- en el pasado" (Enquiry, V, 1). empirismo en el empleo de las ideas
cha validez objetiva y de su depen- Lucien Lévy-Bruhl, La morale et fundamentales conduce a Cournot,
dencia con respecto al reino de los la science des moeurs, 1903 (trad, finalmente, a la aceptación de la po-
valores, ya sea que la propia moral esp.: La moral y la ciencia de las sibilidad de un dominio religioso de
haya sido definida como simple teoría costumbres, 1929). — F. Tönnies, lo sobrenatural "como consecuencia
de las costumbres, de acuerdo con el Die Sitten, 1909. — C. Constantin necesaria de la inclinación del hom-
significado originario que tenía la Pavel, L'irréductibilité de la morale bre" y, por consiguiente, como un
palabra e)/qoj, ya sea que se haya à la science des moeurs, 1935. —
Georges Gurvitch, Morale théorique hecho efectivo, para explicar el cual
mantenido una oposición entre la es preciso utilizar distintas ideas fun-
ciencia de las costumbres propia- et science des moeurs, leurs possibili-
tés, leurs conditions, 1937, 2a ed., damentales.
mente dicha y la moral llamada rev. y corregida, 1948, 3a ed., 1961. Obras: Recherches sur les principes
teórica en sus más diversos aspectos COURNOT (ANTOINE AUGUS- mathématiques de la théorie des ri-
(formal, material, axiológica, etc.). TIN) (1801-1877), nac. en Gray chesses, 1838. — Exposition de la
En suma: investigación sobre las (Garona), prof, en Lyon y en Gre- théorie des chances et des probabili-
costumbres se ha hecho, por un lado, tés, 1843. — Essai sur les fondements
noble (desde 1854) y rector de la de la connaissance et sur les caractères
de un modo empírico (J. J. Bachofen, Academia de Dijon, se inclina en sus
E. Durkheim, E. Westermack, B. Ma- de la critique philosophique, 2 vols.,
reflexiones sobre el conocimiento a 1851, 2a ed., 1912, 3a ed., 1922. —
linowski, etc.); el problema de las una posición que puede llamarse re- Des méthodes dans les sciences de rai-
costumbres es en este respecto un te- lativista o probabilista, pero no en un sonnement, 1865. — Considérations
ma de la llamada "antropología" ("an- sentido escéptico, sino crítico, enten- sur la marche des idées et des événe-
tropología social"). Algunos autores diendo por 'relativismo' la afirmación ments dans les temps modernes, 1872
estiman que pueden derivarse normas de que solamente son cognoscibles las (Historia de los movimientos intelec-
éticas del estudio de las costumbres, relaciones fenoménicas; y por 'pro- tuales y de las instituciones en los
pero la mayor parte de los antropólo- tiempos modernos, 1946). — Matéria-
babilismo' la definición del juicio del lisme, Vitalisme, Rationalisme, 1875.
gos y sociólogos actuales ponen toda conocimiento como una probabilidad
cuestión ética entre paréntesis o admi- — Traité de l'enchaînement des idées
que tiende a aproximarse a un límite fondamentales dans les sciences et
ten que hay tantas "éticas" posibles representado por el saber de lo que
como "sistemas de costumbres" o co-
dans l'histoire, 1881 (hay trad, esp.:
la cosa es en sí. El ideal del conoci- Tratado del encadenamiento de las
munidades humanas. Por otro lado, el miento consiste, según Coumot, en ideas fundamentales en las ciencias y
examen de las costumbres ha tenido efectuar esta aproximación en una en la historia, 1946).—Véase F. Men-
un significado primariamente ético o medida cada vez mayor, reduciendo tre, Coumot et la Renaissance du
moral. Así ocurre, por ejemplo, en el sucesivamente las hipótesis y teorías probabilisme au XIXe siècle, 1908.
364
cou
mino, hay el sensualismo, que quiere
explicar por la sensación todos los
fenómenos o, mejor aun, que consi-
dera aquélla como el único orden de
fenómenos existente en la conciencia.
A su lado, el idealismo atiende a
otra realidad descuidada por el sen-
sualismo, pero a su vez descuida
la sensación y olvida la coexistencia
de idea y sensación en la conciencia.
Luego, el escepticismo refuta los dos
dogmatismos anteriores, pero toma
por error total lo que no es sino error
parcial, acabando en un dogmatismo
de nuevo cuño. Finalmente, para
salvar las dificultades anteriores, la
reflexión se inclina a la espontaneidad
y, situándose más acá de todo aná-
lisis, se convierte en misticismo. Estos
cuatro sistemas "han sido; por lo
tanto, tienen su razón de ser; por lo
COUSIN (VICTOR) (1792-1867), tanto, son verdaderos cuando menos
nac. en París, profesó en la Universi- en parte", si uno de ellos perece
dad de París y en la Escuela Normal "toda la filosofía está en peligro"
Superior. Su posición es usualmente (Hist. gén. de la phil, Lee. I). Según
calificada de ecléctica y de espiritua- Cousin, la observación directa de la
lista. Influido por la escuela escocesa realidad, tal como es dada a la con-
en las direcciones que desde los ideó- ciencia, permite advertir el origen de
logos condujeron a la reacción acti- los datos que el análisis de Condillac
vista y voluntarista de Maine de Bi-ran había descompuesto artificialmente
y Royer-Collard, así como por la en sensaciones, y permite, al propio
filosofía del idealismo alemán, con tiempo, que sean aceptadas como pri-
cuyos principales adalides, Schelling mitivas las facultades activas del espí-
y Hegel, mantuvo relaciones perso- ritu y las mismas condiciones de la
nales, pretendió conciliar en un sis- posibilidad del conocimiento universal
tema poco definido lo que estimaba de las cosas. Dicha razón de origen
verdadero en todos los sistemas, con- equivale a reconocer como verdaderos
siderados como manifestaciones par- los principios negados o dejados en
ciales de una verdad única y más suspenso por el análisis es-céptico y a
amplia. Relacionado con esta tenden- afirmar las entidades que, como la
cia se halla su interés por la historia substancia y la causalidad, y en
de la filosofía, en la que con sus dis- cuanto soporte de ellas, Dios, son
cípulos realizó amplias investigacio- disueltas o relegadas a lo inconcebible
nes, y que, de modo parecido a He- por la crítica. La filosofía de Cousin,
gel, concibió como la manifestación que coincidió con la situación política
de sucesivas etapas del espíritu, pero conciliadora de su época, ha sido casi
que, en oposición a él, no entendió siempre combatida como superficial;
como una revelación o autodesplie- en todo caso, se extendió rápidamente
gue del Espíritu absoluto en el pro- por algunos países, sobre todo en
ceso de la historia, sino como formas España, Italia y en algunos países
del espíritu susceptibles de regresión hispano-america-nos, particularmente
e indefinidamente repetidas. Estas en Cuba, donde dio lugar a ardientes
formas pueden reducirse, según Cou- polémicas (véase LUZ Y
sin, a cuatro. Ellas son, por así de- CABALLERO ). En Francia se formó
cirlo, los diferentes aspectos de una bajo la influencia de Cousin una
historia de la filosofía que no puede escuela llamada ecléctica o
sustituir a la propia filosofía, porque espiritualista que constituyó, por así
hay en ésta, como conciliación supe- decirlo, la filosofía oficial desde la
rior, algo más que en su historia: revolución de julio de 1830 hasta
"la historia de la filosofía no lleva la caída de la monarquía constitu-
en sí misma su claridad y no cons- cional de Luis Felipe en 1848. Entre
tituye su propio fin". En primer tér- sus adhérentes mencionamos a Jules
365
COU CRA
des orientales, 1861. — Réformateurs (en colaboración con M. Léau). —
et publicistes de l'Europe. l.Moyen âge Véase C. C. Dassen, Vida y obra de L.
et Renaissance, 1863. 11. Le XVIIe Couturat, 1939.
siècle, 1881. — Philosophie du Droit CRANTOR (ca. 340-290 antes de
pénal, 1863. — La philosophie mys- J. C.) nac. en Soli, pasó a Atenas,
tique en France à la fin du XVIIIe donde escuchó, según Diógenes Laer-
siècle. Saint Martin et son maître cio (IV, 24), las lecciones de Jenó-
Martinez Pasqualis, 1866. — Philo- crates y Polemón. Miembro de la
sophie et religion, 1869. — Essais antigua Academia platónica ( VÉASE),
de critique philosophique, 1885. — se ocupó principalmente, como Crates
Philosophie du Droit civil, 1886. — y Polemón, de cuestiones éticas.
Nouveaux Essais, 1890. — Franck También como los citados autores in-
fue, además, redactor y director del sistió en la conveniencia de una sabia
Dictionnaire des sciences philosophi- mezcla de las pasiones, las cuales
ques, 6 vols., 1844-52; 2° ed. en 1 deben ser medidas y aprovechadas y
vol., 1875). Todos ellos se distinguie- no, como predicaban los cínicos y es-
ron no sólo en la elaboración de la fi- toicos, suprimidas. Se debe a Crantor
losofía "espiritualista", sino también una obra Sobre la pena, Peri\ pe/nqouj
y muy especialmente en los estudios así como un comentario al Timeo.
de historia de la filosofía. Pero sobre Por lo demás, Crantor parece haber
todo hay que mencionar como proce- sido el primero de la larga serie de
dentes de la "escuela" a E. Vacherot comentaristas de este diálogo pla-
( VÉASE) y a Paul Janet (1823-1899: tónico.
La Famille, 1855. — Histoire de la
philosophie morale et politique dans COUTURAT (LOUIS) (1868-1915)
l'antiquité et dans les temps moder- nac. en París, profesor desde 1895
nes, 2 vols., 1858. — Études sur la en la Universidad de Toulouse, desde
dialectique dans Platon et dans He- 1895 a 1899 en Caen y a partir de
gel, 1860. — La philosophie du bon- 1905 en el Collège de France, fue
heur, 1863. — La morale, 1874. — uno de los más constantes defenso-
Les causes finales, 1874. — Saint-Si- res en Francia de la investigación
mont et le saint-simonisme, 1878. — lógica simbólica y uno de los que
La philosophie contemporaine fran- propugnaron la formación de una
çaise, 1879. — Les origines du so- mathesis universalis y de una lengua
cialisme contemporain, 1883. — V. universal. Según Couturat, sólo la
Cousin et son oeuvre, 1885. — La consecuente aplicación del simbolis-
philosophie de Lamennais, 1890. — CRATES, de Atenas, llamado el
mo puede permitir que la filosofía platónico para distinguirlo de Crates
Principes de métaphysique et de psy- salga del reino de la vaguedad a
chologie, 2 vols., 1897), que desarro- de Tebas, el cínico, y de Crates de
que le condena la imprecisión del Tarso (asimismo platónico, pero de
lló el eclecticismo en el sentido de lenguaje cotidiano. Couturat polemizó
una teoría pura de la ciencia dentro la Academia nueva), fue escolarca
contra Poincaré, el cual se oponía al de la Academia platónica desde
de la cual se da no solamente la rea-
movimiento de la lógica matemática, 270/69 hasta 268/4 antes de J. C.
lidad, sino también la posibilidad de
conciliar sus contradicciones. e investigó los precedentes modernos Sus doctrinas coinciden en gran parte
de este movimiento, especialmente con las de Polemón, pues también
en Leibniz, cuya lógica comentó ex- como éste se dedicó principalmente a
tensamente y algunos de cuyos escritos la ética. Según Diógenes Laercio (IV,
inéditos de índole lógica publicó por 22), Crates había estudiado con Teo-
vez primera. Nos hemos referido a frasto antes de pasar a la Academia
algunas de las ideas de Couturat en ( VÉASE ), en donde mantuvo relacio-
los artículos sobre antinomia y sobre nes muy estrechas con Polemón, con
infinito ( VÉANSE ). En lo que toca a Crantor y con Arcesilao, de quien
este último problema, hay que fue, al parecer maestro. Fue también
tener en cuenta que Couturat pasó maestro del cínico Bion de Boríste-
del finitismo al infinitismo en la nes, y esta relación personal permite
matemática, defendiendo las doctrinas ver la conexión que hay en las doc-
de Cantor. trinas éticas entre algunos de los an-
tiguos académicos y los primeros
cínicos.
Véase artículo sobre Crates de Ate-
nas (Krates, 8), por J. von Arnim
en Pauly-Wissowa.
CRATES de Tebas (fl. 326 antes
de J. C. ) fue, según Diógenes Laer-

366
CRE CRE CRE
cio (VI, 85), uno de los discípulos capaz de producir cosas finitas, por producción original de algo, pero a
de Diógenes el Cínico, y según Hi- valiosas y hasta sublimes que fue- base de alguna realidad preexistente
poboto discípulo de Brisón el Aqueo. sen. Puede hablarse en este respecto fue ampliamente tratada por los grie-
La primera opinión es la más plausi- de una "gran analogía" (véase M. C. gos. Éstos no podían admitir —y, de
ble. Autor de un poema burlesco, Nahm, op. cit. infra) como conse- hecho, concebir— otra forma de crea-
Pai/gnia, en el cual parodió la epo- cuencia de los intentos de explicación ción, de acuerdo con el principio ex
peya, la elegía y la tragedia, Crates de la actividad estética a base de una nihilo nihil fit. A esa producción lla-
de Tebas defendió por el sarcasmo comparación de esta actividad con la maron los griegos poi/hsij , "poesía",
y la ironía los puntos de vista cínicos divina. Esta explicación ha sido do- obra, producción. Podía tener lugar
contra las opiniones de otros filóso- ble: por un lado, se ha comparado al de diversas formas y en diversas rea-
fos. Su actuación como filósofo cínico artista y a Dios como creadores en el lidades — como producción del uni-
se manifestó, entre otros modos, en su sentido (4); por el otro, se los ha verso, de los seres orgánicos, de objetos
costumbre —relatada por Diógenes comparado con "productores" o "ha- ingeniados por el hombre, etc. Cuando
Laercio— de "abrir las puertas" de cedores" en el sentido (3). Los pro- la producción tenía lugar en el
las casas y exhortar a sus moradores. blemas que ha suscitado la noción de pensamiento se topaban con ciertas
Su desprecio de las convenciones se creación en el sentido ( 1 ) han sido dificultades: producir un pensamiento
manifiesta en la respuesta que, al pa- múltiples, pero se han centrado por lo no parece ser lo mismo que producir
recer, dio a Alejandro Magno cuando común en los niveles siguientes: psi- un objeto. Sin embargo, los griegos
éste le preguntó si desearía que re- cológico, estético (y axiológico) y procuraron entender un modo de pro-
construyera su ciudad: "¿Por qué es teológico. Filosóficamente, la estética ducción a partir del otro. Algunos
necesario reconstruirla?" En esta ten- (VÉASE) es la disciplina que se ocupa —epicúreos, en parte estoicos— trata-
dencia le siguió Mónimo de Siracusa preferentemente de la cuestión de la ron de explicar la producción del
(discípulo asimismo de Diógenes el creación artística, estableciéndose con pensamiento por analogía con la pro-
Cínico). Como Crates de Tebas, Mó- frecuencia analogías entre este tipo de ducción de "cosas". Otros —los neo-
nimo escribió versos burlescos, dos li- creación y otros tipos de creación: la platónicos principalmente— siguieron
bros Sobre los impulsos ( Peri\ o(rmwn científica, la política, la filosófica, etc. el camino inverso. Esta última con-
de Tebas defendió por el sarcasco Dentro del presente sentido de la cepción se extendió rápidamente al
y un Protréptico ( Protreptiko/n) o creación puede incluirse asimismo el final del mundo antiguo, hasta el punto
Exhortación (a la filosofía). concepto existencial de la creación de de que a veces ha sido considerada
Artículo de J. Stenzel sobre Crates la propia existencia en el curso de de- como la típicamente helénica. Aunque
de Tebas (Krates, 6) en Pauly-Wis- cisiones últimas. no puede generalizarse demasiado en
sowa. El sentido (2) ha sido usado espe- este terreno, es justo reconocer que
CREACIÓN. El término 'creación' cialmente por autores que han dado hubo durante la época del helenismo
puede entenderse filosóficamente en ciertas interpretaciones a la evolución una fuerte tendencia a representarse
cuatro sentidos: (1) Producción hu- del mundo y especialmente de las es- las causas eficientes bajo la especie de
mana de algo a partir de alguna reali- pecies biológicas. Es lo que sucede los modos causales imitativos o finales.
dad preexistente, pero en tal forma con la noción de "evolución creadora" Ello desembocó en una idea de la
que lo producido no se halle necesa- en Bergson, pero también en muchos producción o "creación" como emana-
riamente en tal realidad; (2) Produc- de los autores que han desarrollado ción (v.). Desde Aristóteles a Plotino
ción natural de algo a partir de algo el concepto de evolución emergente se abrió paso el modo de considera-
preexistente, pero sin que el efecto (VÉASE). ción de la causalidad ejemplar —y, a
esté incluido en la causa, o sin que El sentido (3) es el que tiene la la vez genética— en la representación
haya estricta necesidad de tal efecto; creación cuando se interpreta en la de la producción de las realidades a
(3) Producción divina de algo a partir forma de un demiurgo (v. ) de tipo partir de un primer principio, de un
de una realidad preexistente, resultan- platónico. También se puede incluir primum mobile, de Lo Uno. Veremos
do un orden o un cosmos de un ante- en este sentido la noción de emana- luego una importante diferencia entre
rior caos; (4) Producción divina de ción (v.), pero entonces hay que in- estos modos de producción y la crea-
algo a partir de la nada o creatio ex troducir modificaciones sustanciales. ción en sentido cristiano. De momento,
nihilo. En cuanto al sentido (4) es el que baste consignar que el pensamiento
El sentido ( 1 ) es el que se da ha sido considerado más propio den- griego, particularmente en su última
usualmente a la producción humana tro de la tradición hebreo-cristiana y época, realizó muchos esfuerzos para
de bienes culturales, y muy en parti- a él nos referiremos con particular de- explicar la producción metafísi-
cular a la producción o creación artís- talle en el curso del presente artículo. camente, pero sin llegar nunca a la
tica. Este sentido ha estado ligado Nos ocuparemos en éste sobre todo idea hebreo-cristiana de creación como
con frecuencia, cuando menos en la de las discusiones en torno al concepto creatio ex nihilo.
historia de la filosofía occidental, y en de creación de la nada, y del conflicto Esta última idea no debe, pues, na-
particular a partir del cristianismo, a entre las posiciones helénica y cristiana da al pensamiento griego, si bien lue-
los sentidos (3) y (4). El creador, y al respecto, y terminaremos planteando go se haya utilizado ampliamente éste
más específicamente el artista, han algunos problemas en relación con con el fin de explicitarla. En cambio,
sido a veces comparados con un do- varios modos contemporáneos de en la tradición hebreo-cristiana la
miurgo y a veces con un Dios — con entender esta noción. idea de creación como creación de la
un Dios, sin embargo, finito, y sólo La creación en el sentido de una nada es central. Se halla expresa ya
367
CRE CRE CRE
en parte en las Escrituras (Gen., I 1; la noción de creación tal como fue to, el "extraer" es aquí solamente una
Ecc., XVIII 1) si bien se discute mu- propuesta dentro del judaismo y tal metáfora) no es comprensible por
cho todavía si los términos usados ex- como ha sido llevada a madurez analogía con ninguna de las realida-
presan lo que posteriormente se en- intelectual dentro del pensamiento des que pueden servir para entender
tendió por creación desde la nada. Al cristiano, admite de nuevo una cau- una producción no creadora; no es, en
traducirse las Escrituras al griego, en salidad eficiente de naturaleza absolu- efecto, una materia, pero tampoco es
todo caso, no se pudo encontrar otro ta y divina. un instrumento y menos todavía una
término que el de "producción" al Las cuestiones relativas a la eter- causa. Por eso dice Santo Tomás que
decirse que Dios hizo, produjo, "creó" nidad del mundo resultan dentro de en la creatio ex nihilo, el ex expresa
e)poi)hsen — el mundo. El propio Fi- este concepto de creación menos deci- únicamente orden de sucesión y no
lón de Alejandría no encontró otro sivas de lo que podría parecer a pri- causa material: non causam materia-
término que el verbo kti/cein "cons- mera vista cuando se admite, siguien- lem, sed ordinem tantum ( S. theol., I,
truir", "fundar", pero parece que lo do al autor citado, que lo que importa q. XLV, a. 1, ad 3). Por lo demás,
empleó en el sentido de "crear de la es la forma de relación entre Dios sólo así puede admitirse la idea de
nada", por cuanto indica expresamente y el mundo — relación bilateral y creación continua, que ha sido afirma-
que Dios hizo no solamente todas las recíproca en el helenismo; relación da por la mayor parte de los grandes
cosas, sino también algo que antes unilateral y subordinante en el ju- filósofos cristianos, desde Santo To-
absolutamente no existía. Desde este daismo y el cristianismo. Cierto es más a Descartes y Leibniz. Según este
momento se contrapusieron las nocio- que, no pudiendo la razón decidir último la criatura depende continua-
nes de emanación y creación, y ello sobre esta cuestión de la eternidad mente de la operación divina, de modo
de tal modo que el aceptar una o la —inclusive de la eternidad como que no seguiría existiendo si Dios no
otra representaba una verdadera divi- contingente—, habrá que atenerse, continuara obrando (Theod., I, 385).
soria. La relación entre Dios y lo según la concepción cristiana, a la Santo Tomás sostenía ya que la
creado por Él no era ya en el pensa- revelación. Y ésta manifiesta la crea- conservación de las cosas por Dios no
miento filónico y luego en el pensa- ción del mundo con el tiempo y no se efectúa por ninguna nueva acción,
miento cristiano la relación entre una la eternidad —ni siquiera contingen- sino por la continuación de la acción
causa ejemplar y lo engendrado por te— de aquél. Así lo admitió explí- que da el ser (S. theol., I, q. CIV, a.
ella. Tampoco era la relación entre citamente San Agustín en muchos 1, ad 4). Y Descartes proclamaba
dos formas de ser en principio distin- puntos de su obra (Cfr. sobre todo (Medit., III) la momentaneidad esen-
tas. Era la "relación" —si puede se- Conf., XI, 31 y De civ. Dei, XII, 25) cial de cada instante del tiempo y
guir usándose este vocablo cuando al revés de lo que había manifestado del mundo, sostenidos siempre por la
uno de los términos de tal "relación" Orígenes (De Princip., I, 2, 10). incesante operación divina. Sin em-
ha sido propiamente creado totalmente Pero la teología no pudo limitarse bargo, como ha observado Gilson en
por el otro— entre el Creador y lo simplemente a aceptar la creatio ex el comentario a su edición del Dis-
creado. Lo creado no es una nada, nihilo; necesitó precisar hasta lo máxi- curso del método (2a edición, 1930,
pero no lo es justamente porque ha mo esta noción frente a las que po- pág. 341), mientras, según Santo To-
sido "extraído" de la nada por Dios. drían confundirse con ella. De ahí un más, "Dios conserva el ser de un
En último término, el emanatismo análisis cada vez más detallado de la mundo de formas substanciales y
neoplatónico se limitaba a transponer creación como una forma radical de esencias", esencias que "definen se-
a la realidad lo que es simple opera- producción a diferencia de la proce- res en movimiento" (y movimiento
ción del espíritu. Como dice a este sión, de la emanación o de la simple que es a su vez una realidad con-
respecto Jean Guitton, "si esta imagen transformación. En el artículo sobre la creta, bien que de orden imperfecto,
es una imagen dinámica, se adoptará emanación (VÉASE) hemos puesto de que constituye la substancia misma
con toda naturalidad el procedimiento relieve que tanto ésta como la crea- de la duración), según Descartes
o proceso de la inteligencia humana ción son distintas maneras de produc- "Dios conserva simplemente estados
como mecanismo de la acción creado- ción de un ser, aun cuando en el caso sucesivos de un mundo donde nin-
ra". Por eso la "procesión" de Plotino presente la distinción no sea simple- guna realidad substancial permanente
no es una operación misteriosa; es algo mente la que hay entre dos especies se interpone entre la acción de Dios
"concebido según el tipo de la pro- de un género común. De acuerdo con y el estado actual de cada ser". O,
ducción intelectual, mediante trastorno ello, el modo de producción por crea- dicho de otro modo, mientras en la
del movimiento del silogismo en el ción aparece como el propio y exclusi- opinión de Santo Tomás "Dios con-
cual la conclusión recoge lo que se vo de un agente que en vez de ex- serva el hombre, y la permanencia
prepara en las premisas. En el mundo traer de sí una substancia parecida substancial del hombre asegura la
inteligible, la conclusión es lo que se y, a la vez, separada, o en vez de continuidad de su pensamiento", en
presenta primeramente; el alma y la hacer emerger de sí un modo de ser la de Descartes "Dios conserva a cada
Naturaleza la desarrollan. Este antro- nuevo y distinto, lleva fuera de sí instante un pensamiento cuyo ser no
pologismo formal, más sutil e insi- a la existencia algo no preexistente. puede franquear el instante presente
dioso que el otro, conduce insensi- Ningún panteísmo y ningún dualis- sin que lo renueve la creación con-
blemente a confundir la producción mo pueden entonces aceptarse. Pues, tinua". Lo cual explica hasta qué
con la intelección" ( Cfr. Le temps et como Santo Tomás ha precisado, la punto la concepción moderna de la
l'éternité chez Plotin et Saint Augus- nada de la cual se extrae el algo que creación, surgida ya de Duns Escoto
tin, 1933, págs. 154-5). En cambio, se lleva a la existencia (y, por supues- y Occam, ha acelerado la ruptura,
368
CRE CRE CRE
tan esforzadamente combatida por ca que la razón no puede solucionar, sición a cosas ya existentes de cosos
Santo Tomás, entre el ser de Dios pero que no dejará jamás de acuciar que no existían. Lo que hay entonces
y el ser del mundo. El contacto di- al espíritu humano y que tal vez pue- es algo parecido, aunque jamás igual,
recto e inmediato entre ambos, que da resolverse por el primado de la ac- a la creación artística. Esta última
parecía subrayar la nihilidad del mun- ción, de la razón práctica, etc. (agnos- es siempre, por extrema que sea
do y la omnipotencia absoluta de ticismo parcial, superación de las su pureza, una plasmación y, por lo
Dios, no hizo más que separar a Dios antinomias racionales por vías ajenas tanto, mera "creación humana". En
del mundo y hacer emerger de su o sobrepuestas a la razón pura, etc.) la creación radical o divina no hay,
propio fondo, previamente divinizada, (2) La de quienes han intentado ata- en cambio, simple transformación,
a la Naturaleza. Es lo que ocurrió ya car el problema de un modo radical. sino auténtico originarse frente a un
en Spinoza, quien desarrolló una cierta Esta última posición se ha unido fre- radical y absoluto no ser. La creación
forma de panteísmo a la vez que cuentemente a la de quienes han con- podría ser así un "crecimiento"; "Dios,
siguió utilizando los conceptos de cebido la cuestión como algo que así definido —dice Bergson— no tie-
creación y de creación continua. Es lo trasciende de la razón pura y puede ne nada de completamente hecho; es
que ocurrió sobre todo desde el mo- ser viable por otros caminos. En rigor, vida incesante, acción, libertad. La
mento en que la postulada arbitrarie- toda la filosofía occidental, muy par- creación así concebida no es un mis-
dad de la voluntad de Dios obligó a ticularmente a partir del cristianismo, terio; nosotros la experimentamos en
considerar bajo un ángulo distinto las podría concebirse como un intento de nosotros mismos tan pronto como
leyes por las cuales rige la Naturaleza. saltar la valla que erigió Parménides. obramos libremente. Hablar de cosas
Esta situación permite entender por Ahora bien, esta valla solamente puede que se crean equivaldría a decir que
qué en algunas direcciones de la filo- ser saltada cuando se amplía de alguna el entendimiento se da más de lo que
sofía actual se ha llegado inclusive a manera el marco del principio de se da — afirmación contradictoria
aplicar el concepto tradicional de identidad para dar lugar a toda una consigo misma, representación vacía y
creación al modo supuestamente pe- diferente serie de principios, desde los vana. Pero que la acción crezca avan-
culiar de la vida humana. Cierto es que buscan, partiendo del propio prin- zando, que crezca a medida que tenga
que esta creación no ha sido siempre cipio de identidad, una comprensión lugar su progreso, eso es lo que cada
aceptada como una verdadera creatio de lo real, hasta los que pretenden uno de nosotros comprobamos cuando
ex nihilo. En efecto, la creación por el ir "a las cosas mismas". La amplia- nos venios actuar".
hombre de sus propias posibilidades ción del marco de la lógica de la Entre los filósofos contemporáneos
de existencia no significa siempre la identidad en una lógica del devenir, que han admitido la noción de crea-
creación radical de su propia vida; lo una lógica de la vida, etc., es el ción —cuando menos como una de
que habría en el hombre no sería resultado de un esfuerzo que alcanza, las categorías posibles (véase CATE-
creación, sino, a lo sumo, cuasi-crea- por ejemplo en Hegel, una cima deci- GORÍA)— figura Whitehead. Según este
ción. Mas por poco que se extreme siva. Posiblemente por eso señala Xa- autor, la creación es una categoría
esta idea se hallará que el proceso vier Zubiri que el proceso filosófico de última destinada a superar las dificul-
histórico que condujo, primero a la San Agustín a Hegel es una misma tad es ofre ci das p or l a va cie dad
concepción de la omnipotencia "arbi- marcha hacia un pensamiento del cris- —reductible últimamente al raciona-
traria" de Dios y luego a la separación tianismo, es decir, hacia un pensa- lismo— de la clásica noción de subs-
entre Dios y mundo, ha podido con- miento de lo que con el cristianismo tancia y de todas aquellas que, sin ser
ducir inclusive a la teologización y advino : el paso de la fórmula que más explícitamente substancialistas, tien-
divinización del hombre. Desde este se aproxima a la identidad —de la na- den a lo estático. La creación como
ángulo puede decirse, pues, que no da, nada adviene— a aquella que más categoría no es una determinación más
solamente en el pensamiento tradicio- se aleja de ella — de la nada advie- de los fenómenos, sino su raíz última
nal está vivo el problema del signifi- ne el ser creado; el mundo ha sur- y el fundamento general de lo real.
cado de la creación. gido por un acto de pura y radical Esto no equivale a reducir toda rea-
Si volvemos ahora al problema de creación. lidad a un absoluto hacerse, pues la
la comprensión intelectual de la crea- Pero la noción de creación parece creación es para Whitehead un pro-
ción, al hilo de la clásica oposición eludir tenazmente toda dilucidación ceso que arraiga en un pasado y tien-
entre el ex nihilo nihil fit y el ex propiamente intelectual. Por eso algu- de a un futuro.
nihilo fit omne ens qua ens, en- nos autores han negado al intelecto, En ciertas teorías cosmológicas con-
contraremos varias opiniones, que a la inteligencia, a la razón el poder temporáneas se admite la noción de
compendiaremos en las posiciones si- de enfrentarse con el problema. Tal creación. Ejemplo eminente de tales
guientes: (1) La de quienes, advir- ocurre en Bergson, cuando afirma teorías es la llamada "teoría del uni-
tiendo la imposibilidad de un trata- que la realidad no es una "cosa", sino verso en estado estacionario", pro-
miento conceptual de la cuestión (a) una acción, un ímpetu, y que sólo puesta por H. Bondi, T. Gold y F.
la han relegado a un artículo de fe puede aprehenderse mediante intui- Hoyle. Según ella, se crea continua-
(escisión del saber y de la creencia); ción ( VÉASE ). Desde este ángulo pue- mente materia del espacio vacío — un
(b) la han negado formalmente como de comprenderse la creación y el átomo de hidrógeno en una superficie
incompatible con el saber racional o "gesto creador". En efecto, ya no hay de varios metros cúbicos en el curso
empírico (eliminación de la creen- necesidad de pensar que hay una de millones de años, lo que hace im-
cia por el saber) o (c) la han con- cosa que crea cosas y, por consi- posible por el momento una compro-
siderado como una cuestión metafísi- guiente, una incomprensible yuxtapo- bación experimental. Parece, pues,
369
CRE CRE
que algunos cosmólogos contemporá- de las paradojas que suscitan las no-
neos reintroducen en la ciencia la no- ciones de referencia. En efecto, cuando
ción de creación que la física —si- intentamos entender la creación en
guiendo el principio del ex nihili nihil su sentido más radical, tenemos que
fit, expresado en el principio de con- concluir que no consiste solamente
servación de la materia y de la ener- en crear algo, sino también en crear la
gía— no había nunca admitido. Hay posibilidad de algo — y acaso la
que tener en cuenta, sin embargo, que posibilidad de esta posibilidad, y así
la actual noción cosmológica de crea- sucesivamente. Por otro lado,
ción no es superponible a la idea teo- cuando procuramos entender la no-
lógica. Se trata de una teoría que ción de producción sin ningún ele-
sacrifica cierto principio —el de con- mento de creación propiamente dicha,
servación— por estimar que de este se desvanece toda posible novedad y,
modo se obtiene una imagen del uni- por lo tanto, la idea de producción
verso más simplificada y a la vez de misma. Es posible, por supuesto, ad-
mayor poder explicativo. Bondi ha in- mitir ciertos "intermediarios" — que,
dicado que, al fin y al cabo, el prin- en ciertas teorías, suelen ser los "mo-
cipio de conservación se basa, como delos" o las "ideas". Pero entonces
todos los principios físicos, en la ob- hay que suponer el primado de se-
servación, y que las observaciones mejantes modelos o ideas por encima
efectuadas al respecto son solamente del acto creador o productor. Tam-
aproximadas. Además, ningún princi- bién es posible tratar la creación y la
pio debe considerarse como escapan- producción como la aparición de algo
do a la posibilidad de ser vulnerable. "emergente" ( VÉASE ), es decir, de al-
Hacer lo contrario, sería tomar un go nuevo con respecto a lo anterior,
principio como un prejuicio. La no- pero al mismo tiempo procediendo
ción cosmológica de creación no es, de lo anterior. Sin embargo, esta última
pues, una cuestión de fe, sino la con- posición tiene el inconveniente de ser
secuencia de ciertos cambios efectua- más una descripción de hechos que
dos en la estructura de las teorías una teoría explicativa, por lo que
cosmológicas. preferimos la antes formulada.
Considerando ahora de nuevo la
noción de creación tal como ha sido
tratada por filósofos y teólogos, y re-
firiéndonos especialmente a la cues-
tión de la relación entre una creación
divina y una humana —o, si se quiere,
entre creación y producción—,
estimamos que hay entre estas dos
nociones una relación que podría lla-
marse dialéctica. Tan pronto como in-
tentamos comprender una, caemos fá-
cilmente en la otra. De algún modo
la creación humana sólo puede ser
comprendida cuando hay en ella algo
de lo que puede considerarse como
creación divina, esto es, cuando esti-
mamos que algo realmente se crea en
vez de limitarse a plasmarse o a
transformarse. La creación artística
proporciona el mejor ejemplo de esta
relación. Al mismo tiempo, la crea-
ción divina de la nada no parece en-
tenderse bien si no la consideramos a
la vez desde el punto de vista de una
plasmación o producción. En conse-
cuencia, parece legítimo ir de la no-
ción de producción a la de creación
y viceversa para entender cualquiera
de ellas.
Este procedimiento tiene la venta-
ja de que permite esquivar algunas
CRE CRE
te, y a la doctrina según la cual el Por el otro, se ha sustentado que
mundo es eterno, ya sea que se su- todo saber y, en general, toda afir-
ponga sustancialmente invariable, o mación tiene en su base una creencia.
bien que se imagine sometido a evo- Es obvio que en cada caso se ha en-
lución continua o siguiendo un movi- tendido por 'creencia' una realidad
miento cíclico según el eterno (v.) distinta. Entendida como fe, la creen-
retorno. (2) Como afirmación de un cia ha suscitado en el curso de toda
cierto modo de producción de las al- la Edad Media las conocidas formas
mas humanas. En este último sentido de relación con el conocimiento. El
ha sido empleado el término con más motivo capital de las especulaciones
frecuencia que en los otros. Daremos filosóficas medievales ha sido con fre-
sobre él unas breves aclaraciones. cuencia el de que la creencia como
Según los partidarios del creacio- posesión de la fe constituye el pro-
nismo, las almas humanas han sido pio punto de partida de toda com-
creadas y están siendo creadas de un prensión. La conocida frase )Ea\n mh\
modo inmediato por Dios. No son, pisteu/shte, ou)de\ mh\ sunh=te, Nisi cre-
pues, preexistentes (como Platón diteretis, non intelligetis (Is., VII, 9)
afirmaba), o resultado de una ema- está, efectivamente, en el frontispicio
nación; no son las consecuencias de de una buena parte del pensamiento
una generación física (como opina medieval y, en general, del pensa-
el traducianismo (v.) o el generacio- miento cristiano. El Credo ut intelli-
nismo), ni son el producto de la evo- gam y el Fidens quaerens intellectum
lución emergente (v.). Por consi- que resuenan desde San Agustín a
guiente, el creacionismo supone la San Anselmo, representan, por lo de-
directa intervención de Dios en la más, la situación del pensar filosófico
creación de cada alma humana. Aho- dentro del horizonte de la fe sin po-
ra bien, ello no significa que haya sibilidad de una separación. Ésta se
que olvidar las condiciones necesa- manifiesta cuando se sustenta la doc-
rias para que tal creación tenga lugar. trina de la "doble verdad" pero en-
En efecto, se planteó bien pronto a tonces comienza a plantearse el pro-
los Padres de la Iglesia y a los teó- blema de la creencia no sólo como
logos que discutieron el problema del fides supernaturalis, sino como algo
origen de las almas la cuestión del que puede afectar últimamente a la
momento en el cual las almas hu- estructura de todo juicio. Las distin-
manas eran engendradas. La respuesta ciones establecidas parecen entonces
más generalmente admitida, y la que querer situar el problema de la creen-
ha sido claramente precisada por cia distinguiéndolo no solamente de
Santo Tomás, es la siguiente: hay la fe, sino también de la ciencia y
creación del alma cuando existen las de la opinión ( VÉASE ). Así, en la
condiciones naturales —vitales y fi- medida en que se aproxime a la fe,
siológicas— suficientes para ello. Así, la creencia designará siempre una
pues, las causas segundas no son ol- confianza manifestada en un asenti-
vidadas, pero no tienen la significa- miento subjetivo, pero no enteramente
ción casi absoluta que ofrecen en el basada en él. En efecto, por lo que
traducianismo, en el generacionismo y respecta cuando menos a la idea de
menos todavía en el emergentismo. creencia dentro del cristianismo,
Para el creacionismo de L. de resulta incomprensible si no se une
CREACIONISMO. Nos hemos re- Coimbra, véase el artículo sobre este a ella la realidad del testimonio y
ferido en alguna ocasión (por ejem- filósofo. precisamente de un testimonio que
plo, véase ALMA) a la doctrina lla- CREDO QUIA ABSURDUM. Véa- posee la autoridad suficiente para
mada creacionismo. Este término pue- se TERTULIANO ( QUINTOS SEPTTMIUS testimoniar. En cambio, en la medida
de entenderse en dos sentidos. (1) Co- FLORENS TERTULLIANUS ). en que se aleje de la fe estricta, la
mo afirmación de que la creación (v.) CREDO UT INTELLIGAM. Véase creencia gravitará siempre más hacia
del mundo ha tenido lugar ex nihilo AGUSTÍN ( SAN ), ANSELMO ( SAN ),
el lado del asentimiento subjetivo y
por la obra de Dios. En este sentido CREENCIA , FE .
cortará toda la trascendencia indis-
el creacionismo se opone a la doctri- pensable para la constitución de la fe.
CREENCIA. El problema de la na- En el sentido más subjetivo de la
na según la cual la realidad ha sur- turaleza de la creencia ha suscita-
gido por emanación (v.) de lo Uno expresión, la creencia aparecerá, por
do en el curso de la historia múlti- lo tanto, como algo opuesto también
o realidad suprema, a la doctrina se- ples dificultades. Por un lado se ha
gún la cual el mundo ha sido forma- al saber y, en cierta medida, a la
identificado la creencia con la fe opinión, pero al mismo tiempo como
do por Dios —o un demiurgo (v.)— ( VÉ ASE ), y se ha opuesto al saber.
a partir de una materia preexisten- algo que puede fundamentar cuando
371
CRE CRE CRE
menos de un modo inmanente todo al primero dentro del marco trazado acto inmanente, aunque dirigido a
saber. Estos dos sentidos de la creencia por la última. La conversión del Yo un objeto. Dentro de esta última
se entrelazan en el curso de toda la en un absoluto constituía la condición acepción, conviene distinguir entre
época moderna. Como opuesta al primaria para ello. Esta fue la tesis la creencia como acto por medio
saber y a la opinión, la creencia parece de Fichte. Pero también Jacobi afir- d el cua l u n s ujet o de con oci -
entonces responder a la idea for- maba, desde otro ángulo, la creencia miento efectúa una aserción, y un
mulada por Hugo de San Victor y al confirmar el carácter condicionado acto limitado a la esfera de las ope-
por Santo Tomás, según la cual la de la razón. El nacimiento de una raciones psíquicas, principalmente
creencia se halla supra opinionem et Glaubensphilosophie podía ser, así, voluntarias. Y dentro de esta últi-
infra scientiam. Pero, en verdad, la el resultado de una Philosophie y ma significación puede establecerse,
misma fórmula significa aquí algo no lo opuesto a ella. En efecto, se- como ha hecho D. Roustan (Leçons
esencialmente distinto. Mientras allí gún Jacobi, la razón (considerada de Psychologie, Lib. III, cap. ix),
la situación al parecer intermedia primordialmente como entendimien- una distinción entre tres sentidos de
de la creencia estaba, por así decirlo, to) es algo vacío; necesita tener una la palabra creencia: (1) Adhesión a
desubjetivada y podía responder al fuente que sea un conocimiento di- una idea, persuasión de que es una
contenido de la fe estricta, en la época recto. A esto llamaba Jacobi el sentido idea verdadera. Todo juicio plantea
moderna, siguiendo algunos prece- (Sinn), ya que "separados el en- entonces algo a título de verdad.
dentes del voluntarismo escotista, la tendimiento y la razón de la facultad (2) Oposición a certeza pasional, como
creencia no podrá salir del ámbito reveladora, del sentido, como facultad el caso de las creencias religiosas,
inmanente en que se han encerrado de las percepciones, carecen de metafísicas, morales, políticas: por lo
los actos enunciativos, aun en el caso contenido y son meros entes de fic- tanto, asentimiento completo, con
de que se suponga que estos actos ción" (Sämtliche Werke, 1815, II, exclusión de duda. ( 3 ) Simple proba-
tienen como contenido los principios 284). De este modo, el proceso de bilidad, como en la expresión "creo
supremos del pensamiento. De ahí subjetivación radical de la creencia que lloverá". Según Roustan, sólo la
una igual tendencia a la subjetiva- operada en el curso de la época mo- primera acepción, usual en la psico-
ción voluntarista de la creencia en derna desemboca en la fundamenta- logía, puede admitirse como defini-
las dos direcciones fundamentales del ción de ella mediante la absolutiza- ción propia de la creencia.
pensamiento moderno. Para el llamado ción de la entidad creyente. Ortega y Gasset ha dado un sen-
racionalismo, la creencia será la Una dilucidación de la naturaleza tido distinto a la voz 'creencia', que
evidencia de los principios innatos, de la creencia necesita distinguir le permite iluminar a la luz de ella la
de tal suerte que creer será entonces entre todos los aspectos mencionados. metafísica de la existencia humana.
la forma en que se dará el funda- La noción vaga de creencia, tal como Al examinar la estructura de la vida
mento del saber. Para el llamado em- la que ha sido sustentada por los filó- humana, advierte que no es lo mis-
pirismo, la creencia será también fun- sofos del sentido común, abarca un mo pensar una cosa que contar con
damento de todo conocimiento, pero número demasiado grande de signifi- ella. El "contar con" es justamente
en cuanto se sustenta, en última ins- caciones. La creencia no puede ser, lo típico de la creencia, pues si el
tancia, en la vivacidad de las impre- pues, simplemente, como señala Reid hombre puede llegar hasta a morir
siones sensibles. Así, en Hume la no- (Int. Pow., essay II, cap. 20: Inquiry, por una idea, solamente puede vivir
ción de causalidad adquirirá para el cap. 20, sec. 5) una operación simple de la creencia. Tal distinción está si-
hombre su validez en virtud de esta del espíritu que, como tal, ha de te- tuada más acá de toda mera diluci-
creencia natural que, al mismo tiempo ner un objeto, ni, como señala Hamil- dación psicológica; la diferencia entre
que destruye su universalidad a priori, ton (Lec. Met., III), algo que precede ideas y creencias no debe enten-
la hace independiente de toda crítica al conocimiento en el orden de la derse desde el punto de vista parti-
de la razón. Lo más que podemos Naturaleza. Tampoco puede ser úni- cular de la psicología, sino desde el
hacer en filosofía, dice Hume (Enqui- camente, según opina Balfour ( VÉA- punto de vista total, y metafísico,
ry,V,2), "es afirmar que la creencia SE), la trama de la tradición histórica de la vida. Las creencias son de este
es algo sentido por el espíritu, que que, al hacer sociológicamente posible modo el estrato más profundo de la
distingue las ideas de los juicios, de el saber, pretende una fundamenta- vida humana o, si se quiere (pues
las ficciones de la imaginación". ción unívoca de éste, o bien, como ello no prejuzga nada sobre un fondo
En el siglo XVIII y comienzos del afirma Peirce, el mero "estableci- último metafísico), el terreno sobre
XIX el problema de la creencia fue miento de un hábito", de modo que el cual la vida se mueve. Pero creen-
discutido sobre todo a propósito del las diferentes creencias se distingan cia no es un mero creer, sino un
dilema planteado entre el determinis- entre sí por "los diferentes modos de "estar en" y un "contar con" que
mo de la Naturaleza y la libertad del acción a que dan origen" (How to ma- engloban asimismo la duda. Esta úl-
espíritu. La afirmación de esta últi- ke Our Ideas Clear", Popular Scien- tima es también un estar, aunque
ma parecía ser asunto de mera creen- ce, Monthly, Enero, 1878; reimp. un estar en lo inestable, una perple-
cia, pero Kant señaló con su crítica Chance, Love and Logic, ed. M. R. jidad que se revela sobre todo en los
la posibilidad de crear un ámbito Cohen, 1923, pág. 41). De ahí la ne- momentos de crisis. Desde este punto
donde la libertad pudiese ser afir- cesidad de distinguir entre la creen- de vista ha de entenderse, según
mada. Entonces no solamente "se cia como algo que trasciende los ac- Ortega, la afirmación de que la idea
aparta el saber para dar lugar a la fe", tos mediante los cuales se efectúa su es aquello que se forja el hombre
sino que se puede intentar colocar asentimiento, y la creencia como un cuando la creencia vacila: las ideas
372
CRE CRE CRI
son las "cosas" que de manera cons- (Disc.). — Para el concepto de creen- tencia de un Primer Motor por la
ciente construímos precisamente por- cia y fe en Jacobi: A. Frank, F. H. imposibilidad de regreso al infinito,
que no creemos en ellas (Ideas y Jacobis Lehre von Glauben, 1910 Crescas afirmó la existencia de lo in-
creencias, 1940, pág. 37). De ahí lo (Dis.). — Concepto empirista de finito — de algo infinito fuera del
creencia: R. B. Braithwaite, An Em-
que el mismo autor llama la articu- piricist's View of the Nature of Reli- mundo. Crescas se opuso asimismo a
lación de 'los mundos interiores", es gious Belief, 1955 (The Ninth A. S. Maimónides sosteniendo que pueden
decir, la articulación de aquellas Eddington Memorial Lecture, 22-XI- darse a Dios atributos positivos, entre
interpretaciones humanas de lo real 1955). los cuales figura su unicidad y
que son —aun las más evidentes— CREMONINI (CESARE) [Caesar simplicidad. En el desarrollo de su
creaciones en un sentido análogo al Cremonius] (ca. 1550-1631) nac. en pensamiento filosófico —o, mejor,
de la creación poética. Ciencia, filo- Cento (Ferrara, Italia), profesó en teológico— Crescas se apoyaba fre-
sofía, religión y arte aparecen así la Universidad de Padua, en la cá- cuentemente en la autoridad bíblica,
como "reacciones" del hombre ante tedra que había regenteado Zabarella pero trataba a la vez de dar un fun-
una situación vital, como instrumen- (v.). Uno de los miembros de la lla- damento racional o cuando menos
tos que maneja la vida humana ante mada "Escuela de Padua" (v.), desa- convincente a esta autoridad no sólo
la realidad problemática: "comparado rrolló la doctrina aristotélica subra- en lo que se refiere a la naturaleza
con la realidad", el mundo de la cien- yando en ella lo que hay de llamado de Dios, sino también a su acción
cia "no es sino fantasmagoría" (ibid., a la experiencia en tanto que ésta es providente así como al papel capital
Pag. 54). accesible al análisis racional. Sin em- desempeñado por la profecía.
bargo, Cremonini concedió escasa im-
portancia a la matemática en el aná-
lisis racional de la experiencia y tomó
más bien como modelo las descrip-
ciones y clasificaciones de seres orgá-
nicos. Apoyándose en parte en la in-
terpretación aristotélica de los ale-
jandrinos, Cremonini afirmó no sólo
el carácter "ultramundano" del cono-
cimiento de la realidad física, sino
también la neta separación entre fi-
losofía y teología. Ésta puede tratar
de Dios como causa final, pero no
como causa eficiente del cosmos.
Obras: Explanatio prooemii libro-
rum Aristotelis De physico auditu,
1956. — Disputatio de caelo, 1613.
— De calido innato et semine, 1634.
— De imaginatione et memoria, 1644.
— Tractatus tres: De sensibus exter-
nis, de sensibus internis, de facúltate
appetitiva, 1644, ed. Troylus Lancet-
ta. — Véase D. Berti, Di C. C. e délia
sua controversia con l'inquisizione di
Padova e di Roma, 1878. — G. Sait-
ta, Il pensiero italiano nell'Umanesi-
mo e nel Rinascimento, 1950. — John
Hermann Randall, Jr., The School of
Padua and the Emergence of Modern
Science, 1961.
CRESCAS (CHASDAI) [Hasdai
ben Abraham Crescas] (1340-1410)
nac. en Barcelona, se opuso a lo que
consideraba como excesivo racionalis- CRISIPO (ca. 281-208 antes de
mo e intelectualismo de Maimónides J. C.) de Soli (Cilicia) fue discípulo
y otros aristotélicos, en defensa de la de Zenón de Citio y escolarca, como
tradición judía y de la espiritualidad sucesor de Cleantes, desde 232 hasta
de esta tradición. Sin embargo, llevó su muerte. Su vasta producción
a cabo sus ataques no en la forma escrita, de la que se conservan po-
poética y emotiva de Yehuda Ha-Le- cos fragmentos, su gusto por la dia-
ví, sino usando en muchos casos ar- léctica, su afán de convencer y re-
gumentos y razonamientos fundados futar sin preocuparse por el estilo,
en el Estagirita. Contrariamente a su consiguiente prolijidad eran céle-
Maimónides y a su prueba de la exis- bres en la Antigüedad. Diógenes
373
CRI CRI CRI
Laercio señala que Crisipo fue de que una crisis de senectud es perni- las notas específicas de cada crisis
tal manera laborioso, que sus trata- ciosa. Una característica común a to- debe preceder, pues, a todo análisis
dos alcanzaban la cifra de 705. A da crisis es su carácter súbito y, por de ella y en particular a toda expli-
él se debe la fundamentación de la lo usual, acelerado. La crisis no ofre- cación de orden causal.
mayor parte de las cuestiones debati- ce nunca un aspecto "gradual" y Se ha dicho a veces que el hom-
das en el antiguo estoicismo, hasta "normal"; además, parece ser siempre bre es un ser constitutivamente crí-
tal punto que, según el citado Laer- lo contrario de toda permanencia y tico. Esto es cierto si se quiere dar
cio indica, de no haber existido Cri- estabilidad. a entender con ello que el hombre
sipo no existiría tampoco la Stoa. Entre las múltiples manifestacio- vive —personal o históricamente— en
Su propósito esencial era de carácter nes de la crisis nos interesan aquí un estado último de inseguridad, es
dialéctico; lo que importaba era me- dos, por lo demás íntimamente rela- decir, que el hombre es siempre un
nos edificar un sistema acabado con cionadas entre sí: la crisis humana problema para sí mismo. Pero sería
independencia de los otros que defen- (individual) y la crisis histórica (co- excesivo suponer que las crisis que
der las propias opiniones contra las lectiva). Ambas designan una situa- aparecen en la existencia humana no
sectas contrarias. ción en la cual la realidad humana son más que acentuaciones de su per-
emerge de una etapa "normal" —o manente vivir crítico. En efecto, en
pretendidamente "normal"— para in- tal caso prescindiríamos de lo que es
gresar en una fase acelerada de su indispensable para la comprensión de
existencia, fase llena de peligros, pero las citadas crisis: las circunstancias
también de posibilidades de renova- que las desencadenan y que otorgan
ción. En virtud de tal crisis se abre a cada una su sabor específico. Con-
una especie de "abismo" entre un viene, por consiguiente, dar a la
pasado —que ya no se considera vi- crisis humana en cuanto tal un nom-
gente e influyente— y un futuro pre cuidadosamente entre tal crisis
— que todavía no está constituido. y las crisis. Sin la primera no exis-
Por lo común, la crisis humana indi- tirían las segundas, pero éstas no
vidual y la crisis histórica son crisis son simplemente el desarrollo de
de creencias (véase CREE NCI A) y, aquélla.
por lo tanto, el ingreso en la fase En lo que toca a las crisis históri-
crítica equivale a la penetración en cas, destacaremos dos puntos: uno,
un ámbito en el cual reinan, según el de la conciencia de tales crisis;
los casos, la desorientación, la des- otro, el de ciertos rasgos generales
CRISIS. El sentido originario de confianza o la desesperación. Ahora de ellas.
'crisis' (kri/s ij) es 'juicio' (en tanto bien, puesto que es característico de La conciencia de una crisis histó-
que decisión final sobre un proceso), la vida humana el aspirar a vivir rica no es igual en todos los hombres
'elección', y, en general, terminación orientada y confiada, es usual que que la experimentan. Nos interesa
de un acontecer en un sentido o en tan pronto como esta vida entra en aquí advertir que con gran frecuencia
otro. Dicho sentido se halla todavía crisis busque una solución para salir tal conciencia se ha expresado con
en expresiones tales como 'la enferme- de la misma. Esta solución puede máxima intensidad en los filósofos.
dad hace crisis', 'el gobierno ha en- ser de muy diversos tipos; en ocasio- De ahí el aspecto "solitario" que ha
trado en crisis', etc. La crisis "resuel- nes es provisional —como cuando ofrecido muchas veces el filósofo den-
ve", pues, una situación, pero al mis- la vida se entrega a los extremos tro de la historia humana. Ello se
mo tiempo designa el ingreso en una opuestos del fanatismo o de la ironía debe a que el filósofo ha sido el pri-
situación nueva que plantea sus pro- desesperada—; otras veces es defi- mero que ha expresado la desorienta-
pios problemas. En el significado más nitiva — como cuando la vida logra ción de la época, pero a la vez el
habitual de 'crisis' es dicha nueva si- realmente sustituir las creencias per- primero que ha ensayado soluciones
tuación y sus problemas lo que se didas por otras. Podemos decir, pues, intelectuales para salir de la misma.
acentúa. Por este motivo suele enten- que la crisis y el intento de resolverla Por eso algunas veces se ha definido
derse por 'crisis' una fase peligrosa de son simultáneos. Sin embargo, dentro la filosofía como la hiperconciencia
la cual puede resultar algo beneficioso de estos caracteres comunes hay múl- de las crisis históricas. Hay que ad-
o algo pernicioso para la entidad que tiples diferencias en las crisis. Algu- vertir al respecto, sin embargo, que
la experimenta. En general, no puede, nas son, por así decirlo, más "norma- esto no explica por entero ninguna
pues, valorarse a priori una crisis les" que otras: son las crisis típicas filosofía —y menos aun el contenido
positiva ni negativamente, ya que para las cuales hay soluciones "pre- "técnico" de ella—, sino únicamente
ofrece por igual posibilidades de bien fabricadas". Otras son de carácter el sentido histórico de ciertas filo-
y de mal. Pero ciertas valoraciones único, y exigen para salir de ellas sofías. Así, la filosofía de Platón po-
anticipadas son posibles tan pronto un verdadero esfuerzo de invención see, además de su contenido doctrinal
como se especifica el tipo general de y creación. Algunas son efímeras; específicamente filosófico, un sentido
la crisis. Por ejemplo, se supone que otras son, en cambio, más "perma- histórico que consiste en hallar una
una crisis de crecimiento (de un nentes". Unas son parciales; otras son solución para un cierto estado de
organismo, de una sociedad, de una —por lo menos relativamente— to- desorientación crítica sufrido por la
institución) es beneficiosa, en tanto tales. Una cuidadosa descripción de sociedad de su tiempo.
374
CRI CRI
Los rasgos generales de las crisis rados como aspectos diversos de una
históricas —cuando menos de las de misma realidad, en donde coexiste,
Occidente— son, a nuestro entender, con el afán de salvación del alma, la
los siguientes, especialmente cuando necesidad de salvar las apariencias,
consideramos tales crisis desde el ni- y en donde el mundo sensible o "lo
vel filosófico: hiperconciencia; au- de aquí abajo" es entendido como
mento de posibilidades (por lo tanto, algo dependiente de lo divino. Sin
no forzosamente decadencia); perple- embargo, las analogías no deben ser
jidad; desarraigo; desvanecimiento de tampoco extremadas. Como dice Gil-
ciertas creencias firmes, usualmente son, "el cristianismo es una religión;
inadvertidas; inadecuación entre lo al usar a veces ciertos términos filosó-
vivido y lo vagamente anhelado; in- ficos para expresar su fe, los escrito-
adecuación entre la teoría y la con- res sagrados cedían a una necesidad
cepción del mundo; proliferación de humana, pero substituían el sentido
"salvaciones parciales" (y por ello de filosófico antiguo de estos términos
sectas, grupos, etc.); antropologismo por un sentido religioso nuevo". "Este
y a veces antropocentrismo (preocu- sentido —sigue diciendo dicho au-
pación primaria por el ser y destino tor— es el que debe atribuírseles
del hombre); exageración —por reac- cuando se les encuentra en los libros
ción— de tendencias anteriores ("re- cristianos", y esto constituye una nor-
tornos a lo antiguo"); tendencia a la ma que puede comprobarse frecuen-
confusión y a la identificación de temente en el curso de la historia del
lo diverso; penetración recíproca pensamiento cristiano y que "es siem-
de toda clase de influencias; particu- pre peligroso olvidar" (La philoso-
lar inclinación a ciertos saberes que CRISTIANISMO. El cristianismo phie au moyen âge, 3a edición,
inmediatamente se popularizan —psi- presenta un doble problema. Por un 1947, Introducción). No se puede,
cología, sociología, pedagogía o sus lado se trata de averiguar su signi- pues, simplemente asimilar con ense-
equivalentes—; ironía; caricatura de- ficación como religión positiva. Por ñanzas filosóficas el fundamento de
formadora; intervención frecuente de el otro, se trata de examinar sus la religión cristiana, la "buena nue-
las masas, muchas veces a través relaciones con la filosofía. Aunque va". Pero, al mismo tiempo, sería
de un cesarismo; aparición de creen- no pueden trazarse fronteras defini- erróneo considerar que la enseñanza
cias todavía no bien formadas que das entre ambas cuestiones, la última cristiana, la predicación de la "nueva"
se disputan el predominio en forma es la única que aquí nos interesa. Por y aun la condenación frecuente de la
de ideologías; estoicismo en grupos lo pronto, el cristianismo parece pre- sabiduría griega equivale en los co-
selectos; trascendencias provisionales; sentarse en el mundo como algo muy mienzos a una condena de la razón.
deshumanización unida a la sensible- distinto de una doctrina filosófica, De hecho, ocurrió todo lo contrario.
ría; irracionalismo (exaltación de lo como una predicación de amor y de Pero aun en principio podría consi-
irracional, distinta de su reconoci- salvación del hombre. No es extraño, derarse que la "oposición" entre fe
miento ontológico); descubrimiento pues, que muchas veces haya sido cristiana y razón griega es cualquier
de verdades inmediatamente exagera- considerado como opuesto a la filo- cosa menos radical. Lo que, en rigor,
das y que sólo la época estable redu- sofía. Sin embargo, el citado rasgo, sucede, pues, es que no hay ni sepa-
cirá a justas proporciones; a la vez, que hubiese debido oponerlo a la ración estricta ni tampoco asimilación
descubrimiento de nociones en ger- tradición intelectual griega, no lo hizo completa; hay una diferente signifi-
men que sólo dicha época explorará ni mucho menos "independiente" de cación de los pensamientos en cada
en todas sus posibilidades; aparición ella. Por una parte, esta tradición no caso (aun adoptando fórmulas muy
de grupos aparentemente irreducti- está constituida exclusivamente por parecidas). El ejemplo de la doctri-
bles, pero separados por diferencias el afán racional de conocimiento; so- na del Logos ( VÉASE ) es significa-
muy leves; predominio del hombre bre todo en su última fase la volun- tivo. Pero lo mismo podría decirse de
de acción; retiro del intelectual a una tad de salvación se manifiesta en nu- la doctrina del mundo y del alma. Sin
soledad no sólo espiritual, mas tam- merosos aspectos. Ya en Sócrates se duda habrá, antes de que la ciencia
bién social; "traición de los intelec- notó, desde luego, un giro muy radi- pagana pueda ser admitida, fronteras
tuales"; utilitarismo y pragmatismo; cal hacia esta voluntad. Dicha tenden- que no podrán traspasarse. En efec-
aparición del dinamismo sin doctrina; cia socrática, que se repite en las to, no habrá modo de conciliar, por
conflicto entre la moral individualista escuelas socráticas y en los estoicos ejemplo, la creación con la emana-
y las ideologías en pugna; "realismo ción, o la idea de Dios como Padre
y que late asimismo con fuerza en
romántico" y "pesimismo realista"; con la idea de Dios como principio.
historicismo o sus equivalentes; pro-
las grandes construcciones intelectua-
Pero, una vez más, tal oposición y
fusión de consolaciones y guías de les del neoplatonismo, representa ya,
aun contrariedad se revelará sobre
descamados; aparición de un sistema cuando menos formalmente, un punto todo cuando se consideren desde el
metafísico que es habitualmente una de coincidencia con la religión cris- mismo punto de vista ambos elemen-
"recapitulación" (Plotino, Santo To- tiana. Y ello hasta el punto de que, tos, pero no, o mucho menos, cuando
más, Hegel) y luego una filosofía desde el ángulo histórico, cristianismo cambie la significación de cada uno;
y helenismo han podido ser conside-
375
CRI CRI CRI
cuando, por ejemplo, el helenismo, ta, cristianismo y filosofía aparece- de tal actividad pensante por cual-
es decir, la filosofía helénica, sea rían como insertados dentro de un quiera de los dos polos. Por eso se
considerada, desde este punto de vis- ámbito único que haría posible la ha sostenido lo que podría parecer
ta, como un instrumento conceptual unidad de la fe y de la razón. Sólo a primera vista una perogrullada,
posible, y, en cambio, el cristianismo cuando se resquebrajara este ámbito pero que resulta, en último término,
sea visto como un "horizonte", como se produciría la concepción de la fe algo sin lo cual no podría darse una
una "actitud" que no posee un len- y de la razón como dos instancias filosofía dentro del cristianismo (ya
guaje propio y que por tal motivo heterogéneas, con las diversas conse- sea como un simple "elemento" suyo,
puede valerse sin contradicción de la cuencias que ello implica (primado o como un principio intelectual o co-
"sintaxis" filosófica. de la fe; primado de la razón; doc- mo una "conclusión" racional) : que
Los problemas relativos a la rela- trina de la doble verdad). De ahí la supresión de cualquiera de los dos
ción entre cristianismo y filosofía están, la dificultad de hablar de una "filo- términos suprimiría toda posibilidad
por lo tanto, estrechamente ligados con sofía cristiana" y al mismo tiempo la de una filosofía cristiana. La filosofía
la cuestión mencionada. Lo mismo relativa inevitabilidad de emplear no sería indispensable para el cris-
podría decirse de la relación entre el esta expresión. Todos los debates ha- tianismo y aun constituiría un ele-
cristianismo y su figura histórica o, si bidos al respecto suponen el plantea- mento extraño a él si el cristianismo
se quiere, entre el cristianismo como miento de dicho problema. A base de fuese un absoluto, es decir, algo que
depositum y como posi-tum de la ello es posible otorgar un sentido claro no sólo fuese depositum de la histo-
historia. En verdad, estas cuestiones a las varias posiciones adoptadas. Una ria, sino un depositum que no necesi-
vuelven una y otra vez siempre que de ellas supone que filosofía cristiana tara ningún positum. Pero la filosofía
se intenta hacer una "filosofía" del es el pensamiento filosófico que no sería algo incorporado al cristianismo
"hecho cristiano". La palabra 'hecho' contradice esencialmente las verdades cuando consideráramos a éste, sin
no es aquí inútil. En rigor, solamente del cristianismo e inclusive las apoya. dejar de concebirlo como verdad ab-
su concepción como un hecho La filosofía cristiana sería entonces soluta, como un hecho que se des-
apoyado en hechos hace posible la especialmente la filosofía medieval y arrolla en la historia. Y, a la vez, el
eliminación de su consideración una cierta parte de las corrientes cristianismo le sería indispensable a
simbólica. Todos los debates en modernas. Otra posición supone que la filosofía si lo concibiéramos como
tomo al problema de la "filosofía filosofía cristiana es toda la filosofía un "hecho" que nos dice algo acerca
cristiana" —la cuestión que aquí nos que de algún modo o de otro se del hombre y, a través de él, de la
interesa más directamente— se ven mueve dentro del ámbito del propia Naturaleza. Sólo mediante el
obligados a tener en cuenta los cristianismo como su supuesto úl- entrecruzamiento de ese doble sen-
mencionados elementos. Como es na- timo. En este caso sería filosofía cris- tido podría tener un significado la
tural, aquí no podremos hacer sino tiana toda la filosofía occidental a expresión 'filosofía cristiana'.
mencionar esquemáticamente ciertos partir del derrumbamiento del hele- Otras dos posiciones sobre la rela-
grupos de soluciones. En lo que toca nismo. Otra posición admite que la ción entre cristianismo y filosofía son
a la relación entre filosofía y cristia- filosofía cristiana es la elaboración las dos siguientes —ambas basadas
nismo, convendría tal vez previamente filosófica de un cierto "contenido" en un examen de la historia, aunque
distinguir, como hace Jean Guitton, religioso. En tal caso, la filosofía cris- posiblemente influidas por conside-
entre dos nociones distintas: la de la tiana sería una propedéutica para la ciones análogas a las antes reseña-
filosofía cristiana, y la de una in- fe, o una apologética. Lo que nos das—: según una, las enseñanzas
fluencia del cristianismo sobre la filo- importa declarar en todos estos casos, cristianas fueron fundamentalmente
sofía. La primera supone la posibili- sin embargo, es sólo el hecho de que modificadas por la filosofía griega, y
dad de fundar una filosofía cuyo con- cualquiera de estas posiciones supone especialmente por la platónica, de
tenido conceptual sea el cristianismo; la adopción de una actitud ante las modo que la llamada "filosofía cris-
la segunda supone que la filosofía ha cuestiones apuntadas. Por otro lado, tiana" es una especie de "degenera-
pasado, o pasa todavía, por una "etapa" ha habido una posición según la ción" del cristianismo (Adolf Har-
—que, en principio, puede ser cual la expresión 'filosofía cristiana' nak); según la otra, fue connatural
"interminable"— en la cual ciertos carece de sentido a menos que sea al cristianismo asimilarse la filosofía
elementos —ya sean problemas o bien la traducción de una cierta actitud griega. De acuerdo con la última opi-
soluciones— se insertan en el cuerpo vital correspondiente a una existencia nión —que puede verse expresada
de la filosofía y substancialmente lo que discurre según la philosophia en G. L. Prestige (God in Patristic
modifican. Ambas concepciones supo- Christi, más o menos equivalente a la Philosophy [1936], 2a ed., 1952, pág.
nen que cristianismo y filosofía son imitatio Christi. Parece, en todo caso, xiv)— ninguna idea filosófica fue
dos "elementos" analíticamente sepa- que la expresión 'filosofía cristiana' "importada" sin recibir substanciales
rables y que de alguna manera se ha oscilado casi siempre entre dos po- modificaciones, de modo que "la idea
conjugan. Frente a ellas se podría los, uno de los cuales ha estado cons- fue cortada al patrón de la fe cris-
concebir la "relación" entre filosofía tituido por la filosofía y otro por el tiana, y no ésta ajustada al modelo
y cristianismo de otro modo: como cristianismo o, mejor dicho, uno de de la concepción importada".
una "relación interior", esto es, como los cuales ha sido la "razón filosófica" Las innumerables discusiones ha-
algo descomponible por medio de un y otro la "actitud cristiana". Ahora bidas sobre la "esencia del cristianis-
análisis artificial, pero no en su pro- bien, la mayoría de los autores se mo" obedecen, según Romano Guar-
pia realidad. Desde este punto de vis- ha inclinado a rechazar la absorción dini, a que se ha intentado con de-
376
CRI CRI CRI
masiada frecuencia, o bien deducir general), luteranismo, calvinismo, etc. excluido, cuando era menester, datos
la realidad cristiana de premisas pro- en tanto que se han suscitado al res- basados en opiniones, tesis y argu-
fanas, o bien determinar su esencia pecto cuestiones filosóficas. mentos procedentes de otras confe-
mediante categorías naturales. Pero Sin embargo, no hemos confeccio- siones.
ninguno de estos procedimientos nado tales artículos, por dos motivos. Hemos llevado a cabo lo segundo
puede producir, según Guardini, más En primer lugar, porque los "elemen- en artículos tales como los dedicados
que un conjunto de proposiciones tos filosóficos" en los correspondien- a Deísmo, Gnosticismo, Jansenismo,
abstractas. Por medio de ellos se tes cuerpos de creencia y doctrina son Pelagianismo, Quietismo, Socinianis-
llega, en efecto, a proposiciones que conocidos de sobra por la mayor parte mo, etc., así como en artículos tales
no por ser "verdaderas" dejan de de los lectores. En segundo lugar, como los dedicados a los Cuáqueros.
ser contrarias a otras. Unos definen, porque el tratamiento adecuado de las La selección efectuada al respecto
en efecto, el cristianismo por la re- "relaciones" entre catolicismo y filoso- ofrece un aspecto un tanto arbitrario,
velación de Dios como Padre o por fía, protestanismo (en general) y pues podrían haberse compuesto otros
la adquisición de una conciencia re- filosofía, luteranismo y filosofía, cal- muchos artículos; as!, por ejemplo,
ligiosa individual. Otros, en cambio, vinismo y filosofía, etc., resultaría sobre el arianismo, el docetismo, el
lo definen como una religión en la excesivamente largo y no siempre su- monofisismo, el nestorianismo, etc.,
cual, siendo Dios inaccesible, la me- ficientemente filosófico para los pro- por un lado, y sobre los adventistas,
diación es necesaria, o bien en la pósitos de este Diccionario; en efecto, anabaptistas, baptistas, congregacio-
cual la individualidad de la concien- obligaría a dilucidar un tanto a fondo nalistas, fundamentalistas, metodistas,
cia cede el paso a la comunidad su- materias de fe y cuestiones teológicas presbiterianos, puritanos, etc., por el
perindividual. Todas estas definicio- — las cuales han sido introducidas en otro. Hemos procurado reducir la in-
nes olvidan el carácter eminentemente la presente obra sólo en la medida en evitable dosis de arbitrariedad eli-
concreto de la realidad cristiana, en que han sido tratadas, o pueden ser giendo artículos cuyo tratamiento no
la cual aparece el orden "natural" tratadas, filosóficamente. nos alejaba demasiado de los temas
del mundo trastornado por la "pa- Reconociendo, empero, que las au- filosóficos y artículos que considera-
radoja" que representa la ordenación sencias indicadas pueden resultar eno- mos importantes por referirse a movi-
y subordinación de la Creación a la josas, hemos procurado remediarlas de mientos religiosos que, aunque no es-
Encarnación del Hijo de Dios, y el tres maneras. pecíficamente "filosóficos", fueron
consiguiente abandono de la (apa- Primero, nos hemos referido a opi- ampliamente discutidos en alguna
rente) autonomía de lo creado. Por niones de las principales iglesias cris- época por filósofos.
eso dice Guardini que toda la crea- tianas sobre ciertos puntos de religión Hemos llevado a cabo lo último en
ción recibe la potencia actuante del y teología, sobre todo en cuanto han artículos sobre figuras como Calvino,
Salvador y asume con ello una nueva sido objeto de debates filosóficos. Lutero, Melanchton, Zwinglio, etc., en
forma. En suma, según esto no ha- Segundo, hemos dedicado artículos los cuales, además, se puede introdu-
bría posibilidad de determinar abs- especiales a ciertas tendencias o movi- cir alguna información que algunos
tractamente la esencia del cristianis- mientos dentro del cristianismo que se lectores echarían de menos por el he-
mo, como si la doctrina cristiana o su han singularizado por haber puesto cho de no haber dedicado artículos
sistema de valores pudieran ser desli- sobre el tapete ciertas cuestiones filo- especiales a Calvinismo, Luteranismo,
gados de la persona de Cristo. Pero sóficas, teológicas y teológico-filosófi- etc. Además, con tales artículos se
a la vez, tal persona, al trascender cas fundamentales, y por haber dado completan ciertas informaciones que
lo histórico, no sería tampoco suscep- lugar a polémicas en las que han par- pueden hallarse en los artículos con-
tible de una determinación descripti- ticipado filósofos y teólogos de nota. sagrados a diversas figuras de impor-
va, al modo del historicismo. Con ello Tercero, hemos dedicado artículos tancia dentro del catolicismo por su
quedarían eliminados en la conside- especiales a ciertas figuras de interés contribución a ulteriores desarrollos
ración del cristianismo tanto el histo- a la vez teológico y filosófico. filosóficos.
ricismo como el naturalismo, estima- Hemos llevado a cabo lo primero En la bibliografía de los artículos
dos ambos como abstracciones de la en ciertos artículos tales como Albe- ESCOLÁSTICA, FILOSOFÍA MEDIEVAL y
realidad. drío (Libre), Ángel, Ciencia Media, PATRÍSTICA hemos indicado los textos
Creemos que, tanto si se acepta Creación, Dios, Logos, etc. (véase la fundamentales para el estudio de cier-
como si no se acepta la existencia de lista de artículos bajo el epígrafe "Fi- tas épocas de la "filosofía cristiana".
una "filosofía cristiana" —esto es, de losofía de la religión y teología" que Para la historia del cristianismo, en
una filosofía específicamente adjeti- su relación con la historia de la Igle-
figura en el "Cuadro sinóptico" al sia, véase: Adolf Harnack, Lehrbuch
vada como tal— es razonable admitir final de esta obra; a ellos deben agre- der Dogmengeschichte, 4 vols., 3a
por lo menos que las doctrinas y la garse varios de los que figuran bajo ed., 1893-1897 (los dos primeros to-
historia de las diversas iglesias cristia- los epígrafes "Metafísica y ontología", mos se citan con el título de Die Chro-
nas se hallan a menudo estrechamente "Antropología filosófica y filosofía del nologie).— L. M. O. Duchesne, His-
relacionadas con doctrinas filosóficas espíritu" y "Ética"). Nos hemos refe- toire ancienne de l'Église, 2 vols.,
y con la evolución de estas doctrinas. rido muy en particular a los debates 1908-10. — The Beginnings of Chris-
Por tanto, podría completarse la in- de interés filosófico que se han susci- tianity, ed. por F. J. Foakes-Jackson y
formación proporcionada en el pre- tado dentro del catolicismo, cuya "re- Kisopp Lake, I, vols, i al vi, 1920-23.
sente artículo con artículos especiales — Eduard Meyer, Ursprung und
lación" con ideas filosóficas ha sido Anfänge des Christentums, 3 vols., 4a
sobre catolicismo, protestantismo (en abundante y constante, pero no hemos y 5a eds., I, 1924; 4a y 5a, II, 1925;
377
CRI
CRITERIO. Por 'criterio' se entiende
generalmente el signo, marca, ca-
racterística o nota mediante la cual
algo es reconocido como verdadero.
Criterio es, pues, en este sentido el
criterio de la verdad. En el vocabu-
lario tradicional, el criterio se aproxi-
ma a lo que los escolásticos llamaban
el objeto formal. El criterio sería, por
consiguiente, algo distinto no sólo del
objeto propio conocido, sino también
de la facultad cognoscitiva, que exi-
giría un criterio para determinar lo
verdadero. El problema del criterio
ha sido examinado por un lado en
estrecha relación con el problema de
la verdad (sobre todo por las direc-
ciones que han supuesto que sólo la
verdad puede ser el criterio para lo
verdadero), y por otro lado en rela-
ción con las cuestiones suscitadas por
el grado de veracidad de las distintas
fuentes del conocimiento, en particu-
lar los llamados sentidos externos.
Las soluciones al problema del cri-
terio han dependido casi siempre de
las correspondientes soluciones a la
cuestión del conocimiento (VÉASE).
Según haya sido la posición última
adoptada, y en particular según se
haya adoptado el idealismo o el rea-
lismo gnoseológicos, ha sido distinto
el criterio de la verdad. Ahora bien,
aun dentro de cada una de estas po-
siciones extremas, ha habido múlti-
ples definiciones del criterio y, de
consiguiente, diversos sentidos dados
a la llamada criteriología. Esto se
manifiesta sobre todo dentro de la
tendencia del realismo ( VÉASE ), y
ello hasta tal punto que el destino de
la propia criteriología depende en
gran parte de la admisión o no ad-
misión de un realismo más o menos
directo o más o menos intelectua-
lista. Así se advierte en quien, como
Désiré Mercier ( VÉASE) elaboró con
particular detalle el aspecto crite-
riológico del problema del conoci-
miento. Su actitud ante el conocer
explica su tesis de la criteriología
como el estudio reflejo de nuestro
conocimiento cierto y de los fun-
damentos en que se basa su certi-
dumbre. El criterio de verdad, dice
Mercier, es la prueba por la cual
distinguimos entre verdad y error. La
criteriología coincide, pues, casi en-
teramente con la epistemología, por
lo menos en tanto que previamente
concibamos a ésta como una teoría
de la certidumbre. Por eso la crite-

378
CRI CRI CRO
riología no es una parte de la lógica; aspira entonces a iluminar totalmente de su actividad crítica y filosófica,
no es una lógica real, como creía las raíces de la existencia humana y es considerado como el más eminente
Kant poder edificarla, pues la lógica aun basar el existir en tal iluminación. representante del neohegelianismo y
real implica una contradictio in ter- También en Kant se halla este criti- del neoidealismo italiano, pero en mu-
minis. La criteriologia estudia, en cismo al decir que "la indiferencia, chos puntos su posición filosófica fue
suma, la certidumbre, es decir, una la duda y, por último, una severa crí- mucho más allá de la neohegeliana.
propiedad del acto del conocimiento. tica son más bien muestras de un pen- No sólo por haber recibido otras di-
Está relacionada con la ideología y, samiento profundo. Y nuestra época es versas influencias —entre ellas, y sobre
de consiguiente, con la psicología. la propia de la crítica, a la cual todo todo, las positivistas y las histori-cistas
Ahora bien, hay, según Mercier, dos ha de someterse. En vano pretenden de la tradición de Vico—, sino
aspectos fundamentales de la inves- escapar de ella la religión por su también, y muy especialmente, por-
tigación criteriológica. Primeramente, santidad y la legislación por su ma- que el modo mismo de plantear sus
la criteriologia general, que estudia jestad, que excitarán entonces moti- problemas centrales mostraba la insu-
la certidumbre en sí misma. En se- vadas sospechas y no podrán exigir ficiencia del neoidealismo. No es me-
gundo lugar, la criteriologia especial, el sincero respeto que sólo concede nos cierto, con todo, que la influencia
que estudia la certidumbre en dife- la razón a lo que puede afrontar su del neohegelianismo (VÉASE) de la Ita-
rentes zonas o partes del conocimiento público y libre examen". lia del ochocientos, particularmente a
humano. CRITERIOLOGÍA. Ver través de Bertrando Spaventa, parece
CRITERIO. determinar el origen de la filosofía
CRITICISMO se llama en particu- crociana. En efecto, Croce se propo-
lar a la doctrina de Kant en cuanto ne, por lo pronto, aprovechar la ri-
hace de la crítica del conocimiento queza del pensamiento de Hegel, pero
el objeto principal de la filosofía. En desprovisto de lo que, a su entender,
general es toda doctrina que sostiene era inesencial al mismo: el espíritu
la superioridad de la investigación especulativo encamado en la orgía de
del conocer sobre la investigación del una filosofía a priori de la Naturaleza y
ser, y la necesidad de reducir esta de una construcción puramente
última a la primera. El criticismo es, artificiosa de la historia. Esto es "lo
pues, por una parte, una dirección muerto" de la filosofía de Hegel,
especial de la gnoseología, consistente frente a lo cual subraya Croce "lo
en la averiguación de las categorías vivo", la dialéctica, la primacía del
o formas aprióricas que envuelven lo pensamiento en la comprensión de la
dado y permiten ordenarlo y cono- realidad y el descubrimiento del
cerlo; mas, por otra, es una teoría Espíritu. Los aspectos y los grados
general filosófica que coincide con del Espíritu —a que luego nos refe-
el idealismo en sus diversos aspectos riremos— representan la mejor con-
y que invierte la dirección habitual firmación de esta posibilidad de una
del conocimiento mediante una refle- CRITOLAO, de Faselis, en Licia dialéctica realmente viva, frente a la
xión crítica sobre el propio conoci- (t ca. 156 antes de J.C.), fue el su- cual desaparezca toda rigidez y me-
miento. cesor de Aristón de Queos en el Li- canización, no solamente de lo real,
En un sentido más general, el cri- ceo. Formó parte, con Carneades y sino de los propios conceptos. Esto
ticismo es entendido como aquella Diógenes Seleucida en una embajada es, por otro lado, lo que explicará
actitud que afronta el mundo con de filósofos a Roma en 155 antes de la posibilidad de las síntesis, así co-
una propensión exageradamente crí- J.C. Aunque en la cosmología se opuso mo, y muy especialmente, la posibi-
tica o, más comunmente, como aque- a los estoicos, defendiendo la doctrina lidad de un acceso intuitivo a lo sin-
lla actitud que considera que ningún de la persistencia y eternidad del gular que no necesite disolverse en
conocimiento auténtico es posible sin cosmos, admitió en ética ciertas el antirracionalisrno de las intuiciones
que sus caminos queden previamente doctrinas estoicas y cínicas. Cristolao románticas. Pues el acceso intuitivo
desbrozados por la crítica. En tal consideró que tanto los dioses como tal como lo entiende Croce es, según
caso el criticismo no es sólo una po- las almas proceden de una quinta- se revela en la estética, no una ine-
sición en la teoría del conocimiento, esencia: el éter. fable contemplación, sino una volun-
sino una actitud que matiza todos los Textos en Fritz Werli, Die Schule tad de expresión, una intuición en
actos de la vida humana. La época des Aristoteles. X: Hieronymos van la cual la expresión constituye la
moderna, que ha sido considerada Rhodos. Kritolaos und seine Schüler, principal de las caras. Así, cabe ha-
habitualmente como una "época crí- 1959. — Véase F. Oliver, De cer en la actualidad lo que Hegel
tica", revela el carácter de este cri- Critolao peripatético, 1895 (Dis.). — hizo para su tiempo: una fenomeno-
ticismo que pretende averiguar el Art. sobre Critolao (Kritolaos aus logía del Espíritu, pero una fenome-
fundamento racional de las creencias Phaselis) por H. von Arnim en Pauly- nología en donde la absorción de los
Wissowa. diferentes grados por una síntesis no
últimas, pero no sólo de aquellas
creencias que son explícitamente re- CROCE (BENEDETTO) ( 1866- equivalga a una supresión, sino jus-
conocidas como tales, sino inclusive 1952), nac. en Pescasseroli (Los tamente a una afirmación de lo dis-
de todos los supuestos. El criticismo Abruzzos), residente en Ñapóles, tinto. La necesidad de la síntesis y
donde ha desarrollado la mayor parte
379
CRO CRO
la consiguiente afirmación del carácter formalidad del concepto lógico; más
abstracto y negativo de los opuestos aun, el pensamiento es forzosamen-
no equivalen, según Croce, a una te, en cuanto pensamiento, la plena
supresión de la autonomía de las rea- verdad que comprende todos los mo-
lidades diferentes. Sólo así es posible, mentos, inclusive el error, el cual se
según este pensador, evitar la absor- integra con la verdad y no pue-
ción de todo lo real en lo idéntico de, consiguientemente, cuando menos
en que desemboca frecuentemente el desde el punto de vista rigurosamente
idealismo romántico. La fenomenolo- teórico, ser nada positivo.
gía del Espíritu de Croce, en que En la filosofía práctica, Croce vuel-
puede resumirse su filosofía, tiene, ve repetidamente sobre su primera
con todo, una apariencia decidida- adscripción de plenitud al pensamien-
mente constructiva, aun cuando se to; contra toda filosofía del senti-
sostenga en todas partes la necesidad miento, sostiene Croce que la emo-
de recurrir a la realidad irreductible, ción no existe sino como vacilación
a una realidad que tiene siempre la entre la actividad teórica y la prác-
racionalidad como fondo y la con- tica. Contra todo pragmatismo y todo
creción como contenido. Los diferentes vitalismo activista afirma Croce que
grados del Espíritu se hallan im- sólo la plenitud del pensar puede dar
plicados entre sí; mejor dicho —de un sentido a la vida. Mas esta afir-
acuerdo con las últimas prolongacio- mación no equivale a negar la vida
nes del pensamiento de Croce—, misma; por el contrario, Croce intenta
constituyen una especie de círculo en continuamente establecer una síntesis
el cual no puede indicarse cuál es de vida y pensamiento, en la cual
la realidad primaria, porque cual- cada uno de estos dos elementos
quier grado se apoya en los restantes otorgue sentido al otro. Semejante
y a la vez los completa. Según Croce, evasión de toda amenaza formalista
el Espíritu puede ser considerado en queda confirmada por la tendencia
su aspecto teórico o en su aspecto "histórica" de Croce, que se ha
práctico: en el primero cabe consi- manifestado concretamente en la pre-
derarlo como conciencia de lo indi- ocupación por la historia y la cultura
vidual, y este es el tema de la esté- no sólo en el aspecto teórico, mas
tica, o como conciencia de lo universal también prácticamente. La historio-
concreto, y este es el tema de la grafía teórica y práctica de Croce es
lógica; en el segundo cabe conside- así la coronación de una filosofía
rarlo como querer de lo individual o que se halla enteramente penetrada
economía o como querer de lo uni- por la convicción de la universalidad
versal o ética. Cada una de estas concreta de lo espiritual, convicción
partes de la filosofía del Espíritu ha que, en el mismo sentido que
sido desarrollada por Croce con es- inspiró a Hegel, lo hace sentirse
pecial detalle, buscando en todo mo- enemigo irreductible de quienes, en
mento aquello que podía enlazarla nombre de lo racional puro,
con los grados restantes. Croce afirma desconocen el valor y la función de
así, en lo que toca al arte, su carácter la evolución espiritual y, sobre todo,
de comprensión intuitiva de lo singu- de la evolución histórica, cuya riqueza
lar. Mas esta intuición no es la toma solamente puede ser entendida, se-
de contacto inmediato con una natu- gún Croce, desde el punto de vista
raleza simple, al modo cartesiano, del Espíritu concreto y absoluto.
sino lo que el propio autor llama
"intuición lírica", el hecho de expresar
creadoramente una impresión. De ahí
la identificación del arte con una
"lingüistica general" que es, en el
fondo, una teoría general de las ex-
presiones. En la lógica, Croce pro-
cura ampliar el marco tradicional al
buscar, como Hegel, lo concreto en
el concepto y al sostener la posibili-
dad de una comprensión conceptual
de lo singular. El pensamiento es de
este modo una plenitud que jamás
puede ser confundida con la pura

380
CRU
del principio de contradicción, que
en Wolff funcionaba como una ins-
tancia suprema y efectiva; un saber
positivo debe basarse, según él, en
lo que llama el "principio de los inse-
parables" o principio por el cual
existen verdaderos "fundamentos" ta-
les como el principio de que cuanto
acontece tiene causa suficiente. La
insuficiencia de la "forma del cono-
cimiento" exige, en efecto, una "ma-
teria del conocimiento". Crusius tenía
presentes no solamente las dificulta-
des que plantea la explicación de
ciertos hechos positivos por la mera
referencia al principio de identidad,
sino especialmente el problema del CUADRO DE OPOSICIÓN. Véase
libre albedrío, problema que provo- OPOSICIÓN.
caba por lo menos una escisión entre CUALIDAD. Consideramos en este
la razón pura y la práctica y, como artículo las siguientes cuestiones: (1)
aconteció luego en Kant, el primado Definiciones tradicionales de la no-
de la última para resolver las anti- ción de cualidad. (2) Distinción en-
nomias de la primera. La influencia tre varios aspectos de la cualidad y
de Crusius sobre Kant es patente y especialmente entre la cualidad y la
honda, y el escaso reconocimiento no cualidad. (3) Posiciones funda-
de la significación de Crusius se debe mentales sobre el concepto de cuali-
justamente en gran parte a que ha dad. Agregaremos unas palabras so-
oscilado tradicionalmente, para los bre (4) la cualidad en el juicio.
historiadores de la filosofía, entre un Para la cuestión ( 1 ) nos basare-
"adversario de Wolff" y un "precur- mos principalmente en las definicio-
sor de Kant". Kant criticó a Crusius nes de Aristóteles. Según este autor,
después de haberlo elogiado en su la cualidad es una categoría (VÉASE):
Principiorum primorum cognitionis es aquello en virtud de lo cual se
metaphysicae nova dilucidatio (1755), dice de algo que es tal y cual (Cat.,
pero la crítica kantiana afecta más a VIII 8 b 25). Ahora bien, como to-
las ideas morales y metafísicas de dos los términos usados por el Es-
Crusius que a sus opiniones episte- tagirita, el término 'cualidad' no es
mológicas y ontológicas, las cuales unívoco: 'cualidad' se dice de varios
desarrolló Crusius por veredas muy modos. Por ejemplo, la cualidad puede
similares a las de Kant. ser un hábito (VÉASE) o una dispo-
sición — siempre que se tenga en
cuenta que los hábitos son a la vez
disposiciones, pero no todas las dis-
posiciones son hábitos. Puede ser tam-
CRUSIUS (CHRISTIAN AUGUST) bién una capacidad — como el ser
(1715-1775), nac. en Leuna (Merse- buen corredor o el ser duro o blando.
burg), profesor en Leipzig, fue por Puede ser algo afectivo, como la dul-
lo pronto radical adversario de la zura (o un resultado de una cuali-
llamada escuela de Leibniz-Wolff, dad afectiva, como el ser blanco).
cuyo racionalismo llegaba a la afir- Puede ser, finalmente, la figura y la
mación de que lo lógico es funda- forma de una cosa, como la curvatu-
mento de lo ontológico. Por el con- ra. Ciertas propiedades tales como
trario, Crusius sostiene enérgicamente la densidad no son consideradas por
que no puede admitirse confusión Aristóteles como cualidades, sino co-
entre ambas instancias y, por lo tanto, mo resultado de relaciones (ibid.,
que lo primero no puede ser sin más 10 a 18). Característico de las men-
la plenaria "razón de ser" de lo cionadas clases de cualidades —a las
segundo. No se trata de un escepti- cuales podrían agregarse otras— es
cismo sobre el poder de la mente, el tener contrarios y el admitir varia-
sino de una reflexión sobre la irre- ciones de grado, aunque hay algunas
ductibilidad lógica de ciertas entida- excepciones a esta última regla, co-
des. Lo que Crusius pone sobre todo mo lo muestra el ejemplo de la cua-
de manifiesto es la pura formalidad
CUA CUA CUA
lidad de triangularidad. De hecho, átomos en el vacío— y lo que es con- mo primarias cuatro: dos cualidades
las únicas características verdadera- vencional — los colores, sabores, so- activas (lo cálido y lo frío) y dos
mente propias de la cualidad son, nidos, etc. Esta tesis influyó sobre cualidades pasivas (lo húmedo y lo
según Aristóteles, la semejanza y la muchas de las concepciones meca- seco). Éstas, que Aristóteles llama
desemejanza. En otro lugar (Met., nicistas de la Naturaleza. Pero, ade- primeras diferencias, prw=tai
L 14, 1020 a 33 sigs.) Aristóteles más de ella, hay otras que parecen diaforai/ (De gen. et corr., II 229 b
define la cualidad de cuatro mane- marchar en una dirección análoga. 17-18), se contraponen a las
ras: (a) como la diferencia de la Mencionaremos varias, (a) La dis- cualidades restantes. No se trata, sin
esencia (el hombre es un animal tinción de Aristóteles entre los sen- embargo, de "diferencias"
que posee cierta cualidad, porque tidos comunes, aisqhta\ koina/, y los psicológicas, sino físicas. A ellas se
es bípedo); (b) como propiedad de sentidos particulares, ai/sqhta\ i/dia. reducen las restantes cualidades, con
los objetos inmóviles matemáticos Como los primeros constituyen la lo cual se produce una distinción entre
(lo que hay en la esencia de los nú- base de la percepción de cualidades lo primario y lo secundario en ellas.
meros además de la cantidad); (c) tales como la forma, la extensión, el Esta teoría aristotélica fue expuesta y
como propiedades de las substancias movimiento y el reposo, tenemos discutida por algunos filósofos
en movimiento (calor y frío, blancu- aquí una distinción entre cualidades cristianos medievales (Alberto Magno,
ra y negrura); (d) como algo res- que serán luego consideradas como Santo Tomás de Aquino, Roger Bacon)
pecto a la virtud y al vicio y, en no sensibles, y cualidades sensibles en y por varios filósofos árabes (por
general, al bien y al mal. Estas cua- sentido estricto, (b) El concepto de ejemplo, Averroes), especialmente a
tro significaciones se reducen a dos: cantidad cualitativa, desarrollado por través de comentarios a De
(x) la cualidad como diferencia de Juan Duns Escoto, es decir, la idea generatione et co-rruptione.
la esencia (a la cual pertenece tam- de la posibilidad de medición de Bauemker menciona a tal efecto la
bién la cualidad numérica) y (y) la la cualidad, (c) El concepto de mag- expresión 'qualitates primae' que
cualidad como modificación de las nitud intensiva tratado por muchos aparece en Alberto Magno (De gen.
cosas que se mueven en tanto que escolásticos del siglo XIV y que puede et corr., II tr. c. 7), y que designa lo
se mueven, y las diferencias de los ser relacionado con el anterior, (d) mismo que las primae sen-sibilia, a las
movimientos. La concepción de Roberto Grossetes- cuales se reducen las secundae
Podemos decir que el modo bajo el te de que las sensaciones subjetivas sensibilia. El mismo Alberto, en otros
cual la cualidad existe es distinto no pueden ser sometidas a tratamiento textos (Phys., V tr. 1 c. 4;
según se trate de la propia cualidad matemático —una concepción que si Philosophia pauperum sive Isagoge
poi/thj, o de aquello por lo cual parece oponerse a (b) y (c) no deja in libros Aristotelis Physico-rum, De
algo es concretamente tal cosa, de suscitar, como ellas, el problema cáelo et mundo, De generatione et
poio/n, quale. La cualidad es por ello, que aquí nos interesa: el de la rela- corruptione —en otro pasaje distinto
como dicen los escolásticos, un ción entre cualidades, o entre cuali- del mencionado—, Me-teorum, de
accidente modificativo del sujeto, dad y cantidad. (II) El otro origen anima, III, c 3), usa no sólo
pero del sujeto en sí mismo. La cla- es la distinción aristotélica entre di- 'qualitates primae', sino también
sificación de cualidades adoptada por versas cualidades y las elaboraciones 'qualitates secundae' y hasta 'quali-
muchos escolásticos es sensiblemente escolásticas de la misma. Como ve- tates secundariae'. La expresión 'qua-
parecida, por lo demás, a la de Aris- remos luego, Locke y otros filósofos litates primae' fue utilizada asimismo
tóteles: la cualidad puede ser enten- modernos rechazaron en buena parte por Santo Tomás (De gen. et corr.,
dida como hábito y disposición, po- las investigaciones aristotélicas y es- II lect 2 d) y por Roger Bacon
tencia e impotencia, forma y figura. colásticas a este respecto, pero sí» (Opus maius, V [Perspectiva) dist. 1 c.
Las cualidades pueden ser defini- ellas no se hubiera desarrollado se- 3). Y San Buenaventura habló de
das, en suma, como formas acci- guramente la concepción moderna y qualitates primariae (Itinerarium men-
dentales. Como tales, son simples, y menos aun se hubiese adoptado una tis ad Deum, c. 2, n. 3). Ahora bien, la
por eso se planteó muy pronto el muy parecida terminología. Proce- expresión 'qualitates secundae', que
problema de su cambio y de su cre- deremos ahora a trazar brevemente tuvo tan buena fortuna, apareció por
cimiento. la historia de esta segunda distinción. vez primera, según Baeumker, en
Discutiremos ahora con algún de- Su origen se encuentra, como ha un autor menos conocido, Enrique de
talle la cuestión (2). Es común citar observado Clemens Baeumker (véase Hessen (t 1397), quien la usó en
como la distinción más importante artículo citado en la bibliografía), en un escrito aún inédito titulado De
e influyente la que presentó Locke la distinción aristotélica entre el sen- reductione effectuum in causas
entre las cualidades primarias y las tido del tacto (VÉASE) y las diversifi- communes. Desde entonces fue em-
secundarias. Nos referiremos luego caciones operadas sobre el mismo. En pleada frecuentemente para designar
más extensamente a ella. Por el mo- el tacto aparecen, según el Estagiri- las cualidades sensibles réductibles a
mento es preciso advertir que esta ta, diversas cuah'dades polares (lo las cuatro "primeras diferencias" aris-
distinción tiene una larga historia. cálido y lo frío, lo húmedo y lo seco, totélicas. Las cualidades primarias
Podemos fijar dos distintos orígenes lo pesado y lo liviano, lo duro y lo designan, pues, en estas concepciones,
de la distinción de Locke. (I) Uno blando, lo recio y lo frágil, lo rudo las cualidades fundamentales e irre-
es la tesis de Demócrito sobre la dis- y lo liso, lo compacto y lo mullido). ductibles; las cualidades secundarias,
tinción entre lo que es real —la for- De estas cualidades se destacan co- las cualidades accidentales y réducti-
ma, disposición y situación de los bles.
382
Los autores modernos mantuvieron
CUA CUA CUA
dos tesis: una, defendida principal- comerlo, y así con todas las cosas que el estudio del problema de la cuali-
mente por Francis Bacon en el No- vemos o que sentimos.. . Hablan de dad y una mise au point de la doc-
vum Organum (I, 66), según la cual, las cualidades sensibles como si fue- trina moderna con ayuda del vocabu-
de un modo parecido a los escolásti- ran sensaciones". Pero desde Descar- lario escolástico.
cos, hay dos tipos de cualidades, am- tes —agrega— sabemos que los tér- La doctrina anterior no pasó, cier-
bas reales, pero unas más patentes minos sensibles mediante los cuales tamente, sin objeciones. Entre las más
o visibles que las otras; la otra, de- se describen usualmente las cualida- destacadas se halla la de Berkeley.
fendida por Gassendi, Galilei, Hobbes des del fuego, de la hierba, etc., son En los Tres Diálogos, indica dicho
y otros, según la cual hay por un equívocos. Consideraciones semejan- pensador que, "según los filósofos",
lado una materia sin cualidades, o tes, pero con un mecanicismo aun más las cualidades primarias son: exten-
bien una materia con propiedades acentuado, se hallan en Hobbes, De sión, figura, solidez, gravedad, mo-
puramente mecánicas, que es objetiva corpore, II, 2. Estas tesis fueron re- vimiento y reposo, y las secundarias
(en el sentido moderno de esta ex- asumidas de un modo particularmente son "todas las cualidades sensibles
presión), y por otro lado ciertas cua- claro y radical por Robert Boyle en junto a las primarias". En los Princi-
lidades —que también pueden dis- sus Considerations und Experi-ments pios (Int. sec. 9-15) señala que las
tribuirse en primeras y segundas o touching the Origin of Forms and llamadas cualidades primarias son:
primarias y secundarias en la signifi- Qualities (1666) y especialmente en extensión, figura, movimiento, repo-
cación aristotélico-escolástica—, que su History of Particular QuaUties so, solidez, impenetrabilidad y núme-
son subjetivas (en el sentido moder- (1671) al distinguir entre las ro; y las secundarias: colores, soni-
no de esta expresión). Esta última cualidades reales —que llamó modos, dos, etc. Pero la distinción —decla-
tesis fue la predominante a medida afecciones primarías o atributos me- ra— es inadmisible, como el lector
que se fue extendiendo la concep- cánicos— y las cualidades subjetivas puede comprender si se atiene a lo
ción mecánica de la Naturaleza. Co- — que llamó simplemente cualidades que hemos dicho en el artículo sobre
mo dice Galilei en Il Saggiatore, hay y que consideró susceptibles de ser Berkeley acerca del cualitativismo ra-
por un lado primi accidenti y por divididas en primarias y secundarias. dical de este filósofo, para el cual ser
el otro qualita. (Il Saggiatore, Opere En resumen, vemos en ese período es percibir y ser percibido. En ge-
complete, Firenze, 1842 sigs., IV, 333 la tendencia a distinguir entre lo pri- neral, todas las filosofías cualitativis-
sigs.) En otros términos, lo que antes mario o mecánico y lo secundario o tas rechazan la distinción. Por lo de-
eran formas substanciales es sensible. Ahora bien, mientras los más, hay que advertir que la misma
rechazado para ser sustituido por las filósofos citados parecen apartarse puede entenderse o como una des-
propiedades mecánicas, y lo que eran cada vez más de la terminología es- cripción de lo real o como un prin-
cualidades de diversas especies es colástica, al reservar el nombre de cipio fundamental de la teoría del
rechazado para ser sustituido por per- cualidades para todas las propiedades conocimiento. Los dos sentidos no
cepciones subjetivas. Podemos men- reductibles a otras propiedades más aparecen siempre bien claros en los
cionar a este respecto a Descartes. fundamentales, Locke siguió una ten- escritos de los filósofos de los siglos
En las Meditaciones (II) encontra- dencia parecida, si bien adoptando el XVII y XVIII, aunque puede
mos el famoso ejemplo del pedazo de vocabulario escolástico. Así, en el decirse que en gran número de casos
cera que, al acercarse al fuego, pierde Essay (II viii 11-12) introdujo la cé- la distinción en sentido gnoseológico
todas sus cualidades menos las fun- lebre distinción entre cualidades pri- se apoya en una distinción en sentido
damentales: flexibilidad, movimiento marias u originales, es decir, cualida- ontológico. En cambio, después del
y, sobre todo, extensión. En los Prin- des de los cuerpos completamente in- siglo xvm la distinción en sentido
cipios habla de que las magnitudes, separables de ellos, "y tales que en gnoseológico es la que ha predomi-
figuras y otras propiedades semejan- todas las alteraciones y cambios que nado entre los filósofos. Una excep-
tes se conocen de modo distinto que el cuerpo sufre" se mantiene como es, ción notable a este respecto la re-
los colores, sabores, etc. (I, 69), y y cualidades secundarias, es decir, presenta Samuel Alexander al distin-
que nada hay en los cuerpos que cualidades que no se hallan, en ver- guir entre cualidades primarias o
pueda excitar en nosotros ninguna dad, en los objetos mismos, sino que cualidades en general (forma, tama-
sensación excepto el movimiento, la son posibilidades (powers) de produ- ño, número, movimiento de varias
figura o situación y la magnitud de cir varias sensaciones en nosotros me- clases) y cualidades secundarias (co-
sus partes (IV, 198). Podemos men- diante sus cualidades primarias. Ejem- lor, temperatura, gusto, etc.). Las
cionar también a Malebranche cuan- plos de las primeras son: solidez, cualidades primarias no son, según
do indica en su Recherche (Libro extensión, figura y movilidad. Ejem- Alexander, propiamente cualidades,
IV, Parte II, cap. 2) que "cuando plos de las segundas son: colores, so- sino "determinaciones de las cosas".
los filósofos dicen que el fuego es nidos y gustos. A estos dos tipos de En cuanto a las secundarias, pueden
caliente, la hierba verde, y el azúcar cualidades —dice Locke— puede entenderse en dos sentidos: como cua-
dulce, etc., entienden, como los ni- añadirse una tercera, que son las meras lidades secundarias estrictas o como
ños y el común de los hombres, que posibilidades, "aunque ellas son cualidades secundarias en general.
el fuego contiene lo que experimen- cualidades tan reales en la cosa como Estas últimas son "objetivas y per-
tan cuando se calientan, que la hierba las que llamo, según el vocabulario manentes", y sirven, en tanto que
tiene sobre ella los colores que en usual, cualidades". Vemos, pues, que "disposiciones", de enlace entre las
ella creen ver, que el azúcar contie- la distinción de Locke es a la vez la cualidades primarias en general y las
ne la dulzura que experimentan al culminación de una larga historia en cualidades secundarias estrictas.
383
CUA CUA CUA
Pasemos ahora a discutir breve- afirmativos y negativos; la cualidad
cada uno de ellos puede ser simbo-
mente la cuestión ( 1 ). Podemos con- se refiere a la cópula en la cual se
lizado mediante una cualquiera de
siderar que las posiciones posibles expresa 'S es P' o 'S no es P'. Pro-
las letras sentenciales 'p' , 'q', 'r', etc,
sobre la noción de cualidad son fun- piamente no existen según la cualidad
En cambio, cuando consideramos su
damentalmente las siguientes: más que estas dos clases de juicios;
composición no podemos simbolizarlos
(a) Las cualidades son concebidas sin embargo, para los efectos de la
mediante letras sentencíales, sino que
como las únicas propiedades especí formación sistemática de la tabla de
tenemos que averiguar de qué
ficas de las cosas (sofistas, Berkeley, categorías, y, por lo tanto,
elementos se compone y usar para
etc.). únicamente en su referencia a la
cada uno de ellos una determinada
(b) Las cualidades son concebi lógica trascendental, Kant agrega a
serie de símbolos. Ahora bien, cual-
das como propiedades de las cosas, los juicios afirmativos y negativos los
quiera de los citados enunciados pue-
pero no como propiedades únicas. limitativos o indefinidos. El juicio in-
de descomponerse en dos elementos:
Pueden ser, en efecto, o propieda definido consiste simplemente en ex-
el argumento —o sujeto— y el pre-
des accidentales que modifican el cluir un sujeto de la clase de los
dicado — o verbo. En (1) el ar-
objeto, o formas accidentales (Aris predicados a que la proposición se
gumento es 'Pantagruel'; en (2) es
tóteles, muchos escolásticos). refiere. Así, hay que distinguir según
'Hesíodo'; en (3), 'La Tierra'. En
(c) Las cualidades son concebidas Kant entre "el alma no es mortal" y
(1) el predicado es 'come mucho';
como propiedades réductibles a otra "el alma es inmortal". "Por la propo-
en (2) es 'es un poeta griego'; en
propiedad o a otra serie de propie sición 'el alma no es mortal' he
(3), 'gira en torno a sí misma'. Se
dades (mecanicismo). Las cualida afirmado realmente, según la forma
advertirá que esta división entre ar-
des son entonces subjetivas. Si se lógica, poniendo al alma en la ili-
gumento y predicado, empleada en
conserva el nombre 'cualidad' tam mitada circunscripción de los seres
la lógica simbólica actual, no coincide
bién para las cualidades objetivas, se inmortales. Porque como lo mortal
exactamente con la división que suele
introduce entonces la citada distin constituye una parte de toda la ex-
llamarse tradicional. Consiste ésta en
ción entre cualidades primarias y se tensión de los seres posibles, y lo
suponer que en todo enunciado hay
cundarias. inmortal la otra parte, con mi pro-
tres elementos: el sujeto, el verbo —
(d) Las cualidades son concebi posición no se ha dicho otra cosa
llamado también cópula— y el
das como entidades irreductibles. Esta sino que el alma es una de las mu-
predicado o atributo. Así, los sujetos
posición se aproxima a (a) y tiene chas cosas que permanecen cuando
de (1), (2) y (3) son respectivamente
muchas variantes (Bergson y su doc se ha quitado de ellas todo lo que es
'Pantagruel', 'Hesíodo' y 'La Tierra';
trina de los datos inmediatos; Mach mortal" (K.r.V., A 72, B 97). Las
los verbos son 'come', 'es' y 'gira'; los
y el fenornenismo; ciertas partes de categorías correspondientes a la cua-
predicados, 'mucho' ('muchas cosas'),
la fenomenología de Husserl; Ale- lidad son la realidad, la negación y
'poeta griego' y 'en torno a sí misma'.
xander y varios de los partidarios de la limitación. Para Kant sólo puede
En muchos casos se prefiere reducir
la evolución emergente). conocerse a priori en las cantidades
el verbo a la cópula 'es' (véase
Las posiciones anteriores se presen- en general una sola cualidad, "es
CÓPULA ). En este caso ( 1 ) se
tan muchas veces mezcladas entre sí. decir, la continuidad, y en toda cua-
traduce por 'Pantagruel es un
Ello se advierte sobre todo cuando lidad (en lo real del fenómeno) sólo
comilón'; (3) por 'La Tierra es una
nos referimos al carácter réductible puede conocerse su cantidad intensiva,
entidad que gira en torno a sí
o irreductible de las cualidades. Hay perteneciendo todo lo demás a la
misma'; (2) se deja tal como está.
quienes, en efecto, sostienen la redu- experiencia". Si así es, los predicados de ( 1 ) y
cibilidad (la cualidad es reducida a (3) se convierten en 'un comilón' y
la cantidad o la cualidad secundaria 'una entidad que gira en torno a sí
a la primaria). Hay quienes sostienen misma'. Nosotros seguiremos el uso
la irreducibilidad (como el actual y nos las habremos solamente
cualitativismo y el fenomenismo ). con los dos mencionados elementos
Hay quienes, finalmente, afirman a del enunciado: argumento y pre-
la vez la reducibilidad y la irredu- dicado.
cibilidad (algunos escolásticos, Ale- Simbolizaremos los argumentos me-
xander, Nicolai Hartmann). Es típico diante las letras 'w', 'x', 'y', 'z', 'w' ',
de muchas de estas últimas concep- 'x´ ´, 'y ´´, ' z´´, etc., llamadas letras
ciones el afirmar que las cualidades argumentos, y los predicados median-
"emergen" mediante la producción de CUANTIFICACIÓN, CUANTIFI- te las letras 'F´, 'G', 'H', 'F' ', 'G'
complejidades nuevas en el proceso CACIONAL y CUANTIFICADOR. ', ' H' ', etc., llamadas letras predica-
evolutivo (Lloyd Morgan, Alexan- Los enunciados atómicos: dos. Anteponiendo las letras predica-
der) o mediante la distribución de dos a las letras argumentos, simbo-
la realidad en distintos niveles del Pantagruel come mucho (1), lizaremos (1) mediante:
ser (N. Hartmann). Hesíodo es un poeta griego (2),
La Tierra gira en torno a sí Fx,
(4) En la lógica se llama cualidad
del juicio a una de las formas en misma, (3) si 'x' se lee 'Pantagruel' y 'F' se lee
que puede éste presentarse. Según pueden ser considerados sin tener en 'come mucho'. (Aunque es usual co-
su cualidad, los juicios se dividen en cuenta su composición. En este caso locar la letra —o letras— argumento
384
CUA CUA CUA
entre paréntesis, tal como 'F(x)', nos- Consideremos por el momento sólo Si ahora tomamos el esquema:
otros los suprimimos para mayor sim- la cuantificación de letras argumen- Fx . Gx
plicidad. ) Análogamente podemos tos. Tomemos los siguientes enun-
simbolizar (2) y (3) mediante 'Fx' ciados: podremos leerlo:
si en el primer caso V se lee 'Hesío- Todos los hombres son mortales (5), x es griego y x es filósofo ( 11)
do' y 'F' se lee 'es un poeta Ningún hombre es unicelular (6), Sustituyendo V por un término sin-
griego", y en el segundo caso V se Algunos griegos son filósofos (7), gular, tal como en:
lee 'La Tierra' y 'F ' se lee 'gira en Algunos griegos no son atletas (8). Sócrates es griego y Sócrates es fi-
tomo a sí misma'. Advirtamos que En el artículo sobre la noción de lósofo,
'Fx' puede simbolizar enunciados con proposición hemos visto que (5), (11) se convertirá en un enunciado.
más de un predicado gramatical. (6), (7) y (8) son respectivamente Pero si no sustituimos 'x' por un tér
Tal ocurre en: ejemplos de las proposiciones de tipo mino singular, (11) no será un enun
Julio César fue asesinado por Bru- A (universal afirmativa), E (univer- ciado. Con el fin de convertir (11)
to (4), sal negativa, I (particular afirmati- en un enunciado, habrá que cuantifi
si 'Julio César' se simboliza por 'x' va) y O (particular negativa). (5) y car particularmente 'x'. La cuantifi
y 'fue asesinado por Bruto' por 'F'. (6) están cuantificados umversalmen- cación particular dará por resultado:
Sin embargo, (4) puede simbolizarse te; (7) y (8) lo están particular-
mente — o existencialmente. Proce- Para algunos x, x es griego y x es fi
asimismo por: lósofo (12),
Fxy damos ahora a explicar cómo se for-
man los esquemas cuantificacionales equivalente a:
si ´x' se lee 'Julio César', 'y' se lee de l os cuale s (5), (6), (7) y ( 8) Algunos griegos son filósofos.
'Bruto' y 'F' se lee 'fue asesinado son ejemplos.
por'. Análogamente, 'Para algunos x' es simbolizado me-
Si tomamos el esquema: diante '(x)', llamado cuantificador
Miguel recorre lentamente la ruta particular
que va de Córdoba a Madrid puede
(12) será entonces simbolizado por:
simbolizarse mediante 'Fx' si 'x' se podremos leerlo:
lee 'Miguel' y 'F' se lee 'recorre ( x) (Fx . Gx).
Si x es hombre, entonces x es mor- La negación de tal cuantificación
lentamente la ruta que va de Córdo- tal (9)
ba a Madrid'; mediante 'Fxy' si 'x' particular se lleva a cabo afirmando
se lee 'Miguel', 'y' se lee la ruta que Sustituyendo 'x' por un término sin- que para algunos x, x es F y x no
va de Córdoba a Madrid' y 'F' se gular, tal como en: es G. Esquema de tal negación es,
lee 'recorre lentamente'; mediante Si Sócrates es hombre, entonces Só- pues:
'Fxyz' si 'x' se lee 'Miguel', 'y' se crates es mortal (x) (Fx . ~ Gx),
lee 'la ruta de Córdoba', 'z' se lee que puede leerse:
'a Madrid' y 'F' se lee 'recorre len- (9) se convertirá en un enunciado.
tamente' Se observará que el adver- Pero si no sustituimos 'x' por un tér Algunos griegos no son atletas
bio 'lentamente' se incorpora al pre- mino singular, (9) no será un enun si 'F' se lee 'es griego' y 'G' se lee
dicado. ciado. Con el fin de convertir (9) en 'es atleta'.
'Fx', 'Fxy', 'Fxyz' reciben el nom- un enunciado, habrá que cuantificar Observemos que '(x)' puede leerse
bre de esquemas cuantificacionales umversalmente 'x'. La cuantificación de varios modos: 'Para algunos x',
atómicos. Éstos esquemas u otros universal dará por resultado: 'Hay un x tal, que' 'Hay por lo me-
análogos pueden unirse mediante co- Para todos los x, si x es hombre, en nos un x tal, que', 'Hay a lo sumo
nectivas y formar esquemas cuantifi- tonces x es mortal (10) un x tal, que', etc. La indicación de
cacionales moleculares. Así ocurre equivalente a: 'Hay por lo menos n x tales, que',
con los esquemas: 'Hay a lo sumo n x tales, que', 'Hay
Todos los hombres son mortales. exactamente n x tales, que' se expresa
'Para todos los x' es simbolizado me- por medio de los cuantificadores nu-
diante '(x)', llamado cuantificador méricos. El análisis de éstos se efec-
cuyos ejemplos pueden ser: universal túa por medio de la introducción del
Si Antonio lee, entonces Desideria signo de identidad ( VÉASE ), ' = '.
cose, Pueden cuantificarse universal o
Si Antonio lee y Desideria cose, en- particularmente cualesquiera letras
tonces la casa está silenciosa. La negación de tal cuantificación
argumentos. Sin embargo, no en to-
Procedamos ahora a la cuantifica- universal se lleva a cabo afirmando
das las fórmulas cuantificacionales
ción de los enunciados. Esta cuanti- que si para todos los x, x es F, en-
están cuantificadas todas las letras
ficación puede afectar solamente a tonces no es el caso que x sea G.
Esquema de tal negación es, pues: argumentos. Las letras argumentos
los argumentos o también a los pre- cuantificadas se llaman ligadas; las
dicados. En el primer caso la lógica no cuantificadas, libres. Los esque-
de que se trata es una lógica cuanti- mas que poseen todas las letras ar-
ficacional elemental. En el segundo (10) será entonces simbolizado por: gumentos cuantificadas se llaman es-
caso la lógica de que se trata es una que puede leerse: quemas cerrados; los que poseen
lógica cuantificacional superior. Ningún hombre es unicelular si cuando menos una letra argumento
'F ' se lee 'es un hombre' y 'G' se
lee 'es unicelular'.
385
CUA CUA CUD
no cuantificada se llaman esquemas El fundador del cuaquerismo fue el Preached by the People Called in
abiertos. predicador laico inglés George Fox Scorn Quakers ( 1678 [en latin, en
Pueden cuantificarse asimismo no (1624-1691), nac. en Drayton (Lei- 1676]), de que es autor el escocés
solamente, como se ha hecho antes, cestershire ). Fox clamó haber tenido Robert Barclay (1648-1690). La prin-
esquemas cuantificacionales molecu- visiones místicas en las cuales Dios le cipal doctrina expuesta en esta obra
lares, sino también esquemas cuanti- reveló que debía seguir directamente, es la de la "luz interior". Otras doc-
ficacionales atómicos. Así, por ejem- y únicamente, la palabra de Cristo. trinas son: la oposición a la predesti-
plo 'Fx' en '(x) Fx', que puede Fox predicó que todos los hombres nación ( VÉASE ); la idea de que el
leerse: 'Algo es agradable'. deben guiarse únicamente por una hombre puede vencer el pecado si
Consideremos ahora brevemente la "luz interior" (inner light) y alejarse sigue por sí mismo la revelación cris-
cuantificación también de letras pre- de todo dogma y de toda iglesia (en tiana; la idea de que la creencia reli-
dicados y el uso de las letras predica- su caso y tiempo, especialmente del giosa cuáquera es asunto de responsa-
dos como argumentos. Estas dos po- presbiterianismo ). El nombre 'cuáque- bilidad personal exclusivamente. Junto
sibilidades, que quedaban excluidas ros' (quakers) fue dado a Fox por el a ello los cuáqueros defendieron el
en la lógica cuantificacional elemen- juez Gervase Bennet cuando el prime- valor de la palabra empeñada y la
tal, son admitidas en la lógica cuan- ro le advirtió que debía "temblar" completa sinceridad. Al período de
tificacional superior. En esta última ante la palabra de Dios. Los propios "entusiasmo" y de "temblores" siguió
lógica se incluyen, por consiguiente, cuáqueros se llamaron a sí mismos un período de sinceridad y vida sim-
fórmulas como: primero "Hijos de la Luz" (Children ple. Luego, sobre todo entre los cuá-
(F) (Fx . Fy), F of Light), luego "Amigos de la Ver- queros más "liberales", el contenido
(G) dad" (Friends of Truth) y, finalmen- teológico se fue esfumando para ser
te, "Amigos" (Friends). El nombre sustituido por reglas morales y de con-
que pueden leerse respectivamente: más propio de los cuáqueros es "So- vivencia: los cuáqueros se han carac-
El hombre y el animal tienen un ras- ciedad de Amigos" (Society of terizado por su seriedad, actividad,
go común, Ser racional es una Friends) establecida en 1668 por Fox espíritu de ayuda al necesitado, paci-
cualidad deseable. y William Dewsbury a base del escri- fismo e interés por la educación. Estas
to de Fox titulado "Paper of Advice" reglas morales y de convivencia se
En virtud de ello, la lógica cuantifi- (1668 [otros escritos de Fox, publica- pusieron ya en práctica inclusive en
cacional superior permite presentar dos postumamente, son Great Journal, el período de mayor fervor religioso,
en lenguaje lógico un número consi- 1694; A Collection of Epistles, 1698 y y fue posiblemente por este y análo-
derablemente mayor de enunciados Gospel Truth, 1706]). Desde 1669 gos motivos que Voltaire y otros pen-
del que era permitido en la lógica Fox y sus seguidores —incluyendo la sadores describieron a los cuáqueros
cuantificacional elemental. Sin embar- mujer de Fox, Margaret Fell (1614- como modelos de tolerancia contra
go, como la lógica cuantificacional su- 1702)— iniciaron un intenso trabajo todo dogmatismo y espíritu inquisito-
perior aloja en su interior un cierto de predicación y misión, especialmente rial. Las diferencias "teológicas" entre
número de paradojas lógicas, es ne- por las Indias occidentales, los Países los grupos cuáqueros son, en efecto,
cesario modificarla con el fin de eli- Bajos y los Estados alemanes. El insignificantes; además, desde 1946 se
minarlas. Nos hemos referido a este cuaquerismo se extendió principal- reunieron en Filadelfia los "Amigos"
punto en el artículo sobre la noción mente por los que iban a ser los Esta- de los diversos grupos, desvanecién-
de paradoja. dos Unidos; considerable número de dose con ello todavía más las diferen-
Hemos empleado hasta aquí el tér- cuáqueros ingleses emigraron y se es- cias en materia de "doctrina" o
mino 'cuantificador'. Algunos auto- tablecieron en dichos Estados, espe- "creencia".
res, empero, prefieren el vocablo 'ope- cialmente en los de New Jersey y De las numerosas obras sobre los
rador'. Entre estos autores figura H. Pennsylvania (Filadelfia ha sido lla- cuáqueros destacamos: T. E. Harvey,
Reichenbach, el cual señala que no mada "the Quaker City") desde las The Rise of the Quakers, 1905. —
se puede usar 'cuantificador' para las últimas décadas del siglo XVII. Rufus M. Jones, I. Sharpless y A. M.
operaciones destinadas a la unión o Gummere, The Quakers in the Ameri-
En 1827 se produjo en los EE. UU. can Colonies, 1911. — Rufus M. Jo-
vinculación de variables por cuanto una escisión capitaneada por Elias nes, The Later Periods of Quakerism,
los enunciados universal o particular- Hicks (1748-1830), nac. en 2 vols., 1921. — Elbert Russell, The
mente cuantificados son cualitativos Hempstead, Long Island (New York), History of Quakerism, 1942.
y no cuantitativos. el cual negó la autenticidad y la CUANTIFICACIÓN DEL PREDI-
CUÁQUEROS (Quakers). Nos re- autoridad divina de la Biblia y del CADO. Véase PREDICADO.
feriremos brevemente a los cuáqueros Cristo histórico. A los seguidores de CUBO DE OPOSICIÓN. Véase
y al cuaquerismo a causa del interés Hicks se opusieron los que se OPOSICIÓN.
que mostraron hacia ellos algunos fi- llamaron "Amigos ortodoxos", pero CUDWORTH (RALPH) ( 1617-
lósofos (deístas del siglo XVIII, espe- dentro de éstos se produjo otra 1688) nac. en Aller (Sommerset-
cialmente Voltaire en su Lettre sur les escisión: la de los "Amigos shire), maestro desde 1645 en Cam-
Anglais; teólogos llamados "liberales" ortodoxos conservadores", que predi- bridge, fue uno de los principales
de los dos últimos siglos y, en gene- caban el "retorno a las fuentes". representantes de la llamada Es-
ral, muchos de los que han defendido La principal obra teológica de los cu ela de Ca mbrid ge ( V É A S E ) e n
la completa tolerancia en materia re- cuáqueros es el escrito titulado An en el siglo XVII. Como los demás
ligiosa ). Apology for the True Christian Divi- miembros del grupo, y de un modo
nity, as the Same is Held Forth and
386
CUD CUE
aun más acentuado, Cudworth con- inteligible se aplica a veces también al
sideraba necesario acudir en defensa concepto de cuerpo ( Cfr., por ejemplo,
de la religión amenazada por el ma- En., IV, vii, viii). En este sentido, el
terialismo y el mecanicismo, pero esta neoplatonismo se opone com-
defensa debía efectuarse, a su enten- pletamente al concepto unívoco y aun
der, en un sentido enteramente ra- unilateral que sobre este punto dominó
cional. El llamado platonismo de las teorías estoicas y epicúreas, las
la Escuela de Cambridge puede so- cuales afirmaban a veces que el
bre todo entenderse desde este punto cuerpo es "todo lo que hay". La
de vista. De ahí la necesidad de posible inteligibilidad o espiritualidad
fundamentar un "verdadero sistema del cuerpo se acentúa, por lo demás,
intelectual del universo" basado en dentro del cristianismo; recordemos
ideas claras y distintas y especial- que uno de los motivos de la Patrística
mente en las nociones primeras tal es la distinción entre el cuerpo y la
como han sido dadas al alma y que
materia, y que cuando algunos
solamente necesitan ser extraídas y
reveladas. La perfección podría ser, Padres de la Iglesia hablan del mal
pues, deducida de la idea de perfec- se refieren más bien al puro no ser
ción, de modo que en este punto, que al propio cuerpo, el cual hace
por lo menos, Cudworth parece in- ascender entonces hacia sí la materia
clinarse a una especie de "ontologis- (VÉASE) de que está formado, de tal
mo". No menos afanoso de claridad y suerte que esta última puede parti-
distinción se manifiesta Cudworth en cipar del orden y de la forma en la
la descripción del mundo. La sumi- medida en que se hace buen uso de
sión de sus procesos a un puro me- ella. Por lo demás, ya San Pablo
canicismo, señala, representa una re- (I Cor., XV, 44) había hablado taxa-
ducción de los hechos a una especie tivamente del cuerpo espiritual, y la
particular de ellos. Los movimientos noción del "cuerpo glorioso" no so-
de las substancias vivientes quedan metido a las leyes generales de !a
inexplicados. Por eso Cudworth sos- CUERPO. El concepto de cuerpo materia es uno de los temas preferidos
tiene la posibilidad de concebir ra- ha sido tratado desde diversos puntos de la especulación teológica cristiana.
cionalmente un movimiento del ser de vista, pero en la mayor parte de De ahí los conceptos desarrollados en
viviente por analogía con las volicio- los casos se ha referido a lo que el curso de la escolástica. El cuerpo
nes. De ahí su famosa teoría de las aparece como un modo de la exten- no es entonces, una vez más, la
"naturalezas plásticas" o fuerzas for- sión. Para Aristóteles, el cuerpo es materia, sino a lo sumo una materia
madoras de la Naturaleza, los verda- una realidad limitada por una super- formada; el cuerpo es por sí mismo
deros principios "orgánicos" situados ficie; el cuerpo tiene, pues, efectiva- unión de forma y materia, y la
entre lo material y lo puramente es- mente extensión: es un espacio y, en corporeïtas como tal es una forma
piritual. Esta concepción organológica la medida en que sea algo, una subs- accidental. En la cosmología racional
no elimina totalmente los procesos tancia. El cuerpo no es una pura ma- se trataron, además, todos los pro-
mecánicos, pero los "envuelve", por teria o potencialidad; tiene un ser, es blemas relativos a la naturaleza del
así decirlo, en una concepción más decir, es de alguna manera "informa- cuerpo bajo el aspecto de la discusión
amplia. En un sentido análogo se do" (Cfr. Physica, IV 4, 204 b, 205 b; de los sistemas atomistas y los sistemas
movía el pensamiento de Henry More V 1, 208 b; VIII 2, 253 a). Las dinamistas, los cuales eran casi
(1614-1687, nac. en Grantham, Lin- discusiones en torno a la noción de siempre rechazados por la doctrina
colnshire, maestro en Cambridge), cuerpo en la Antigüedad se han refe- hilemórfica.
aun cuando éste se oponía más re- rido casi siempre a esta penetración En la época moderna los proble-
sueltamente a las concepciones mecá- o no penetración del cuerpo por una mas referentes al cuerpo fueron tra-
nico-racionalistas y llegaba a negar forma: mientras Aristóteles se inclina tados sobre todo al hilo de las cues-
la propia subsistencia ontológica de a suponer que hay inevitablemente tiones relativas a la materia como
los procesos a que tales concepciones en toda corporeidad una formación, objeto de la ciencia física y a la
aludían. Aunque más interesado que extensión como problema a la vez
algunas direcciones platónicas y pi-
Cudworth en la defensa racional de físico y metafísico. Es sabido que
la religión y en la elaboración de la tagóricas tienden, en cambio, a con-
ética, More no dejó de intentar, desde siderar el cuerpo como el sepulcro del para Descartes el cuerpo no es, en
el punto de vista metafísico, la ela- alma ( VÉASE ) y, por consiguiente, último término, sino un espacio lleno:
boración de una doctrina resuelta- como algo que en principio no tiene siendo la res extensa últimamente es-
mente organológica-espiritualista para forma, ya que el alma no está en pacio, el hecho de que éste se llenara
la cual lo que aparece como natural él como un elemento informador, no podía ser más que la corporeidad
no es, en último término, sino senso- sino como un prisionero. En el neo- de la extensión. La característica geo-
rium de Dios. platonismo el cuerpo es concebido metrización de las propiedades corpó-
Obras de Cudworth: The True en último término como una de las reas se mantiene asimismo en Spino-
Intellectual System of the Universe, series de la emanación ( VÉASE ), mas za; el cuerpo es para él una cantidad
la distinción entre lo sensible y lo de tres dimensiones que adopta una
337
CUE CUE CUE
figura, es decir, un modo de la ex- cuerpo ha aparecido como una "re- cuerpo — es decir, en tanto que estoy
tension. Sin embargo, las dificultades sistencia" opuesta al esfuerzo y vo- encarnado" (Journal Métaphysique, 3a
planteadas por el dualismo cartesiano luntad del yo íntimo (Maine de ed., 1927, pág. 261; Cfr. también Le
entre el cuerpo extenso y la mente Biran), como la cara externa de la mystère de l'être, I, 1951, págs. 119-
inextensa se desvanecen en Spinoza; vida (Fechner), como la distensión 20). El cuerpo propio es, por con-
al ser el cuerpo "objeto de la mente de una reah'dad que, en su verdad siguiente, algo muy distinto de "un
humana" o "cierto modo de y autenticidad, es puramente tensa cu erp o li gad o a otr os cuer p os ";
extensión existente en acto" (Eth., II, (Bergson). Las cuestiones relativas a la relación entre mi cuerpo y yo
prop. XIII) puede ya anunciarse la naturaleza del cuerpo han vuelto es, según Marcel, de naturaleza ab-
que el hombre "consta de mente y a plantear, por lo tanto, todos los solutamente singular. De hecho, la
cuerpo" sin por ello tener que resolver problemas relativos a la naturaleza relación entre el alma y el cuerpo
previamente los problemas de su de la materia y del espacio y, con (o, más exactamente, la relación
correlación. Por otro lado, el cuerpo ello, a la naturaleza últimamente me- entre yo y mi cuerpo) no es un
humano se compone, según Spinoza, tafísica de lo real. Ello ha ocurrido problema, sino un misterio. El cuerpo
de varios individuos (de diversa en varias tendencias recientes de la puede ser, ciertamente, "objetivado",
naturaleza ) y estos "individuos" son o filosofía que se han ocupado muy en convertido en objeto de conocimiento
fluidos, o blandos, o duros. Leibniz, particular del problema del cuerpo. científico. Pero entonces no es ya
en cambio, concibe el cuerpo físico Así, Husserl ha indicado que el cuerpo propiamente "mi cuerpo" (no es el
como un conjunto o aggre-gatum de desempeña fenomenológicamente un cuerpo de "nadie"). Es una simple
mónadas, con lo cual el cuerpo físico papel muy fundamental. Cuerpo y muestra. Pues lo que se me da
es la manifestación del cuerpo alma forman el mundo circundante del primariamente no es tanto él
inteligible. El dinamismo y la espíritu (que es la verdadera concreta cuerpo como mi cuerpo, y esto cons-
teoría del impetus residente en el individualidad y personalidad). Ello tituye una realidad "misteriosa". Por
interior del cuerpo puede conducir, quiere decir que cuerpo y alma son otro lado, J. P. Sartre ha elaborado
pues, tanto a una renovación de la determinantes para el espíritu, pero una minuciosa fenomenología del
doctrina del cuerpo inteligible como no que el espíritu no pueda mover cuerpo en tanto que "lo que mi cuerpo
—si se suprime la trascendencia del el cuerpo; lo hace, en efecto, "en su es para mí", a diferencia de la
ser y, con ella, la inteligibilidad de libertad" (Ideen, III. Hus-serliana, "objetividad" y "alterabilidad" en
lo superior— a la suposición de que 282). Ahora bien, el cuerpo es, dice principio de cualquier cuerpo como
el propio cuerpo posee un poder Husserl, una realidad bilateral cuando tal. Mejor dicho, el cuerpo aparece
activo, una facultad, una fuerza. la consideramos como cuerpo, es bajo tres dimensiones ontológicas. En
Locke se inclinaba a esta última opi- decir, cuando prescindimos de que la primera, se trata de un "cuerpo
nión, pero la necesidad de no sentar es una cosa y, con ello, algo para mí", de una forma de ser que
ninguna tesis trascendente le hacía determinable como naturaleza física. permite enunciar "yo existo mi cuer-
radicar la fuerza del cuerpo en la De este modo se constituye ( 1 ) el po". Dentro de esta dimensión, el
idea. Kant separó, en cambio, el cuerpo estesiológico, que en tanto cuerpo es siempre "lo trascendido".
cuerpo en fenoménico y dinámico, que sintiente depende del cuerpo Pues el cuerpo que "yo existo" es lo
y la monadologia physica que ela- material, pero no es iden-tificable con que yo trasciendo continuamente
boró en su primera época, lo mismo él; (2) el cuerpo volitivo, que se hacia nuevas combinaciones de com-
que la necesidad de salvar la libertad mueve libremente y es algo idéntico plexos (L'Être et le Néant, 5a ed.,
y la unidad intuitiva de la Natura- con respecto a los distintos 1945, pág. 390) y por eso mi cuerpo
leza que constituyó una obsesión de movimientos posibles que el espíritu pertenece "a las estructuras de la con-
su época última, lo condujeron a un realiza en él libremente (ibid., 284). ciencia no-tética (de) sí mismo"
primado no explícitamente declarado Husserl concibe, pues, como posible (op. cit., pág. 394). En la segunda
del cuerpo en tanto que dinámico- no reducir enteramente el cuerpo a lo dimensión, el cuerpo es para otro
inteligible sobre el cuerpo como pura natural, sin por ello negar su (o bien el otro es para mi cuerpo);
extensión fenoménica. Desde enton- vinculación con lo material. Gabriel se trata entonces de una corporeidad
ces, la concepción del cuerpo ha Marcel (VÉASE) considera que todo radicalmente diferente de la de mi
dependido de la mayor o menor im- existente aparece como prolongando cuerpo para mí. En este caso se puede
portancia otorgada al aspecto "inter- "mi cuerpo" en una dirección decir que "mi cuerpo es utilizado y
no" de lo real. Mientras en las ten- cualquiera — entendiendo por la ex- conocido por otro". "Pero en tanto que
dencias que han intentado reducir presión 'mi cuerpo' algo radicalmente yo soy para otro, el otro se revela a
toda realidad a lo "exterior", el mío y no algo "objetivo" (en virtud mí como el sujeto para el cual soy
cuerpo ha sido concebido como una de la distinción marceliana entre objeto. Entonces yo existo para mí
pura extensión mecánica o como algo "objetividad" y "existencia"). Según como conocido por el otro, en
que posee por sí mismo, sin poderse ello, "mi cuerpo" es el existente-tipo particular en su facticidad misma.
explicar metafísicamente el "hecho", y el jalón principal de los existentes. Yo existo para mí como conocido por
y su causa, una fuerza o potencia "El mundo existe para mí —escribe otro en forma de cuerpo" (op. cit.,
activa, en las tendencias que han Marcel— en el sentido riguroso del págs. 418-19). Tal es la tercera dimen-
reconocido la existencia de una reali- término 'existir', en la medida en sión ontológica del cuerpo dentro de
dad "interior" y aun han supuesto que mantengo con él relaciones del la fenomenología ontológica del ser
que tal realidad era la primera, el tipo de las que mantengo con mi para otro y de la existencia de esta
388
CUE CUE CUE
alteridad. También M. Merleau-Ponty mo un "ser-en-el-mundo". Mas la trina como la otra promueven una
ha analizado in extenso el problema negación de la dualidad puede efec- concepción del cuerpo distinta de las
del cuerpo y de su percepción. El tuarse por otros caminos y desde su- habituales en las teorías "clásicas",
resultado de este análisis no es, sin puestos muy distintos. Es lo que y con ello una más rica fenomenolo-
embargo, como lo era aún en Ernst ocurre en el libro de Gilbert Ryle, gía de las actividades psíquicas. En
Mach o en Bertrand Russell, la The Concept of Mind (1949). Ryle rigor, tanto en Merleau-Ponty como
"disolución" de las imágenes percibi- se opone a lo que llama la teoría en Ryle, el aspecto fenomenológico
das en complejos de sensaciones, sino del "espectro en la máquina" — la (el que Ryle llama el "cómo") pre-
una serie de imágenes fenomenoló- "doctrina oficial" de toda la psico- domina sobre cualquier anterior su-
gicas que dejan subsistente, por así logía moderna basada en el "mito puesto o cualquier ulterior inter-
decirlo, la "consistencia" del cuerpo. cartesiano" de la separación entre pretación. Véase también PARALE -
Pues el cuerpo —el "propio cuer- pensamiento y extensión. En último LISMO.
po"— no es un objeto. El cuerpo término, esta separación se basa en
como objeto es, a lo sumo, el resultado la hipóstasis realista del "espíritu" o
de la inserción del organismo en el del "alma" como algo en principio
mundo del "en sí" (en el sentido de separado de las actividades psíqui-
J. P. Sartre). Tal modo de con- cas. Se trataría, pues, de un error
sideración es, por supuesto, legítimo. de lenguaje o, como dice Ryle, de
Pero no puede ser considerado como un "error categorial". Pero una vez
exhaustivo ni mucho menos como pri- mostrada la falacia de la disociación
mario. Ahora bien, esta anterioridad hay que evitar caer en uno cual-
de la descripción fenomenológica del quiera de los monismos (materia-
cuerpo lleva, según Merleau-Ponty, lista o espiritualista) que se basan
a un terreno previo al que llevó a justamente en la disociación previa
Bergson la sumisión del análisis a la e incomprobable. La denuncia del
descripción de los "datos inmediatos". "mito cartesiano" implica la nega-
La peculiar unidad del cuerpo, dis- ción tanto del materialismo como del
tinta de la unidad del cuerpo como idealismo, tanto del mecanicismo co-
objeto científico (Phénoménologie de mo del para-mecanicismo — todos
la perception, 1945, págs. 203 y si- ellos consecuencia de una falsa "ló-
guientes), no conduce a la "reduc- gica" del problema. Por eso hay que
ción del cuerpo" ni en el sentido disipar el contraste entre espíritu y
del sensacionismo ni en el del idea- materia sin admitir la absorción de
lismo. En verdad, parece que la fe- un elemento por el otro — absorción
nomenología del cuerpo en el sen- que implica la admisión de que am-
tido de Merleau-Ponty da como re- bos pertenecen al mismo tipo lógico.
sultado cerrar el ciclo abierto por Las dos expresiones tradicionales, di-
Descartes con la separación entre ce Ryle, no indican dos diferentes
cuerpo y alma y solucionar todos los especies de existencia, sino dos sen-
debates habidos durante la época tidos distintos de 'existe'. Con esto,
moderna acerca de esta cuestión (de- Ryle anula toda distinción entre lo
bates en los cuales participaron tanto "público" y lo "privado" en las ac-
los "espiritualistas" como los "ma- tividades psíquicas, lo cual equivale
terialistas" por haber todos ellos plan- a aproximar cuerpo y subjetividad en
teado el problema en los mismos un sentido parecido (aunque, repe-
términos). Así, "la unidad del alma timos, desde distintos supuestos) al
y del cuerpo —dice el mencionado establecido por Merleau-Ponty. Aun-
autor— no queda sellada por medio que Ryle parece inclinarse al beha-
de un decreto arbitrario entre dos viorismo (teoría que Merleau-Ponty
términos exteriores, uno objeto y el rechaza) y él mismo señala que pro-
otro sujeto. Se realiza a cada instante bablemente su doctrina será califi-
en el movimiento de la existencia" cada de este modo, no es legítimo
(op. cit., pág. 105). Con ello, Merleau- equipararla simplemente a un con-
Ponty confirma la imposibilidad de ductismo como el ya tradicional en
establecer una dualidad entre "mi la "psicología objetiva". Pues Ryle
cuerpo" y "mi subjetividad", dualidad insiste de continuo en que no por
que, según lo ha hecho observar negarse que el espíritu sea un "es-
Alphonse de Waelhens ("La pectro en la máquina" hay que ad-
Phénoménologie du Corps", Revue mitir una "degradación" del hombre.
philosophique de Louvain, XLVIII Ahora bien, lo importante en nuestro
[1950], 371-97), desaparece tan pronto caso era mostrar que tanto una doc-
como se concibe la existencia co- CUESTIÓN (QUAESTIO). Véase
389 DISPUTACIÓN, EXPRESIÓN.
CUE CUL CUL
CUESTIONES DISPUTADAS y ligado al pre-ser-se (sich-vorweg-sein) sal, pues la Naturaleza era para ellos
CUESTIONES QUODLIBETALES. de la Existencia, y por eso puede algo más que el conjunto de los ob-
Véase DISPUTACIÓN. declararse que en la "definición" del jetos naturales. La lucha contra la
CUIDADO. El vocablo Sorge, que ser de la Existencia como sich-vor- cultura como la lucha contra lo arti-
aquí traducirnos por 'cuidado', que a weg-schon-sein-in [der Welt] als sein- ficioso y antinatural era más bien la
veces se traduce por 'preocupación' bei, (en la versión de Gaos: "pre-ser- lucha contra aquel mundo cultural
y que algunos autores (siguiendo a se-ya-en [el mundo] como ser-cabe"), que rebasaba Jas posibilidades del
Gaos) vierten por 'cura', desempeña es decir, como un ser cuya existencia hombre, que, en vez de cumplir la
un papel fundamental en la filosofía está siempre en juego, a cuyo ser le misión de salvarle, lo ahogaba y
de Heidegger, por lo menos en la va siempre su ser (dem es in seinem lo atenazaba. En las actuales consi-
expuesta en la Primera Parte de Ser Sein um dieses Selbst geht), y cuya deraciones, en cambio, la separación
y Tiempo. Heidegger declara, en realidad consiste en anticiparse sobre entre la Naturaleza y la cultura es,
efecto, que el cuidado es el ser de sí misma, se halla el significado por lo pronto, el resultado de una
la Existencia (v. EXISTENCIA, DA- propio del término 'cuidado'. Desde el investigación ontológica de dos regio-
SEIN). Tal cuidado debe ser entendi- punto de vista del cuidado se puede nes a las cuales pertenecen determi-
do, ante todo, en un sentido existen- entender, así, el famoso análisis naciones propias o peculiares sin
ciario (VÉASE); no se trata, pues, de heideggeriano del proyectarse a sí que ello implique la falta de un
analizarlo óntica, sino ontológicamen- mismo (Entwurf) y del poder ser juicio de valor sobre su convenien-
te. Cierto que hay una comprensión (Sein-können). Ahora bien, el cia o inconveniencia para la vida
preontológica del cuidado, que se ex- fenómeno del cuidado no posee, humana. La actual teoría de la cul-
presa en tales ejemplos como la fábula según Heidegger, una estructura tura se ha desarrollado al hilo de la
de Hyginus donde se dice que el simple. Así como la idea del ser no es filosofía del espíritu y cuenta, por
cuidado, Cura, dio forma al hombre una idea simple, no lo es tampoco la lo tanto, entre sus cultivadores a
y que por ello la Cura debe poseer al del ser de la Existencia y, por quienes más han contribuido a una
hombre mientras viva, o en un pasaje consiguiente, la del sentido del dilucidación de la esencia y formas
de Séneca en el cual se afirma que el cuidado, el cual está articulado es- de la vida espiritual; la filosofía del
bien del hombre se realiza en la Cura, tructuralmente. La posterior investiga- siglo XVIII en primer término;
en el sentido que tiene el término ción de la temporalidad está preci- Hegel y el romanticismo; Nietzsche,
me/rimna entre los estoicos griegos y samente encaminada a mostrar que Dilthey; Windelband, Rickert;
aun en el Nuevo Testamento (en la el cuidado no es por sí mismo, a pe- Simmel, Spen-gler; Spranger, Litt,
Vulgata me/ r imna es traducido por sar de su fundamental carácter, un Frischeisen-Köhler, Hans Freyer,
sollicitudo). A ello podríamos agre- fenómeno radicalmente original. Scheler, N. Hartmann, etc. La cultura
gar otros testimonios; así, por ejem- CULTURA. Aunque la reflexión se diferencia de la Naturaleza por no
plo, un texto de Abenazam (Ibn sistemática sobre la cultura y la fi- ser, como ésta, por decirlo así, mera
Hazm), donde se indica que todo lo losofía de la cultura propiamente presencia o, como dice Rickert, "el
que hace el hombre lo hace para evi- dicha son relativamente recientes, no conjunto de lo nacido por sí, oriundo
tar la "preocupación" (en un sentido ha faltado en ninguna ocasión, en de sí y entregado a su propio creci-
casi idéntico al que aquí tiene 'cuida- todo el curso de la historia de Occi- miento", sino objeto o proceso al cual
do'), lo cual muestra que tal preocu- dente, la conciencia de la existencia está incorporado un valor, que tiende
pación está en la raíz de la existencia de dos mundos distintos y peculia- a un valor y está subordinado a él.
humana, o bien los textos de Quevedo res: el mundo de la Naturaleza y el De ahí que un objeto natural pueda
relativos al cuidado, tal como han mundo de la cultura. Durante la so- ser también un objeto de la cultura
sido presentados y comentados por fística griega fue ya familiar la dis- y viceversa: la estatua, que es, desde
P. Laín Entralgo en su "Quevedo y cusión en torno a la superioridad de el punto de vista de la Naturaleza, un
Heidegger", Jerarquía (1938), 199- uno u otro mundo, pero las ideas trozo de mármol cuyos caracteres es-
215 [también en "La vida del hombre de la cultura y de la Naturaleza, del tudia la física y la mineralogía, es,
en la poesía de Quevedo", 1947, estado natural y del civilizado se desde el punto de vista de la cultura,
Vestigios, 1948, 17-46] Pero la inter- presentaban sobre todo como dos va- una forma valiosa, un objeto al cual
pretación ontológica-existenciaria de lores entre los cuales era preciso está incorporado el valor de la belle-
la cura no es una simple generaliza- elegir. Así, los cínicos proclamaron za o el valor de la utilidad. Los
ción de la comprensión óntico-exis- su oposición a todo lo que no fuera objetos de la cultura son así objetos
tencial; si hay generalización, es on- la llamada simplicidad natural, a formados —o transformados— por el
tológica y apriórica. Sólo así se en- todo lo que se apartara de la Natu- espíritu. Pero los objetos culturales
tiende, según Heidegger, que el cui- raleza, considerando la cultura como no necesitan ser forzosamente obje-
dado no pueda reducirse a un impulso el signo de la corrupción y de la tos de la Naturaleza elaborados y
—a un impulso de vivir—, a un decadencia. Sin embargo, estos jui- cultivados, como lo es el campo la-
querer y, en general, a una vivencia. cios de valor no tendían a una deter- brado o el trozo de mármol esculpi-
Todo lo contrario: las citadas viven- minación de las esencias respectivas do; pueden ser también, y son en
cias —y otras— tienen su raíz en el de la Naturaleza y de la cultura, la mayor parte de los casos, obje-
cuidado, que es ontológicamente an- máxime cuando, como en los estoicos, tos no representados a través de
terior a ellas. Por eso el cuidado está el vivir según la Naturaleza era tam- una entidad natural: mitos, leyen-
bién el vivir según la razón univer- das, creencias religiosas, organizacio-
390
CUL CUL CUL
nes políticas, ideas científicas, prác- Los problemas que afectan a la cia, tendría que desplegarse hetero-
ticas morales, costumbres. Toda esa estructura interna de la cultura son géneamente en el curso del tiempo,
gran cantidad de objetos, que pue- multiples. Señalemos sólo por el mo- siendo entonces el "tiempo del pe-
den o no estar encarnados en un mento uno de muy particular interés: ríodo histórico" algo distinto del
objeto natural, pero que en todos el de la unidad intrínseca de las tiempo extrínsecamente cronológico.
los casos hacen referencia a un valor diversas ramas de la cultura, espe- Jasinowski explica la raíz de la citada
o disvalor, constituyen el mundo de cialmente del arte, de la filosofía ley por la mayor cercanía res-
la cultura, cuya diferencia (por lo y de la ciencia. Las tendencias in- pectivamente del arte, la filosofía
menos conceptual) con respecto al ternas de cada una de estas activida- y la ciencia a las capas profun-
mundo simplemente natural comienza des parecen negar de continuo la das de la vitalidad anímica del
a reconocerse hoy con todas sus posibilidad de toda unidad entre hombre.
consecuencias y en toda su amplitud. ellas. Pero, al mismo tiempo, la uni- La cultura es el mundo propio del
Pero la cultura no es solamente lo dad parece imponerse tan pronto hombre, lo cual no significa que el
creado, lo formado y lo transforma- como las contemplamos desde el pun- hombre no viva también dentro de
do; es también el acto de esta trans- to de vista de su desarrollo histórico, la Naturaleza y dentro o bajo lo tras-
formación, el proceso de la actividad sin necesidad por esto de adherirnos cendente. Lo que caracteriza al hom-
humana que se objetiva en los bie- de un modo estricto a la noción he- bre es el espíritu ( VÉASE), y éste puede
nes. A este proceso se llama habi- geliana del desenvolvimiento del Es- ser entendido no sólo como una es-
tualmente espíritu subjetivo, a dife- píritu. Así lo indica taxativamente pontaneidad, sino también como un
rencia del espíritu objetivo, de la Bogumil Jasinowski (véase también conjunto de formas que fueron antes
vida humana objetivada, que consti- DIALÉCTICA, HISTORIA) cuando seña- vivas y espontáneas y que poco a
tuye el orbe de los objetos culturales. la que la afirmación de la unidad poco se transforman en estructuras
Los problemas de la filosofía de la de la historia de la cultura como uni- rígidas, en modelos. Cultura es, como
cultura se refieren principalmente, dad de las diversas ramas de la cultura dice Scheler, humanización, pero esta
en primer lugar, a la creación y trans- espiritual no significa que tales ramas humanización se refiere tanto al "pro-
formación de los bienes culturales; tengan en común algo parecido a un ceso que nos hace hombres" como
en segundo término, a los propios contenido meramente conceptual — al hecho de que los productos cultu-
bienes culturales, a su estilo, forma y lo que, al entender de Jasinowski, rales queden humanizados. La his-
estructura en cuanto se han inde- equivaldría a una desfiguración toria del hombre como historia de la
pendizado de la vida humana y cons- intelectualista de algunas de ellas, cultura es así el proceso de la trans-
tituyen, como dice Simmel, "la pro- como el arte. La unidad se refiere, formación de su mundo y simultá-
visión de espiritualidad objetivada por para dicho autor, a un subsuelo de neamente de la transformación del
la especie humana en el curso de la carácter valorativo (o valorice) hombre. Por eso la filosofía de la
historia"; finalmente, se refieren a subyacente al arte, a la filosofía y a la cultura no es meramente el conjunto
la mutua relación entre los espíritus ciencia. Sólo de este modo la historia de investigaciones que tienden a la
subjetivo y objetivo, a la formación de las ciencias, de la filosofía y del clasificación y ordenación de los ob-
o alteración de este último por el arte se integraría en la historia del jetos culturales, sino también y muy
primero y a las formas de la vida Espíritu, lo que sería especialmente especialmente uno de los capítulos
humana adoptadas de acuerdo con el importante para una nueva fundamentales de la filosofía de la
mundo cultural preexistente. Si la comprensión de la ciencia exacta. existencia humana. La cultura debe
vida humana es continuamente una En todo caso, el desarrollo de las ser, en fin de cuentas, algo que tiene
formación y transformación de bienes citadas ramas culturales como sentido para el hombre y sólo para
culturales según su espontaneidad manifestaciones de la misma aptitud el hombre. La filosofía de la cultura
originaria, es también, al mismo tiem- axiológica no se presenta, según Ja- implica así la discusión del sentido
po, un vivir dentro de los bienes sinowski, como una simultaneidad de de la propia cultura como algo que
transmitidos o reconocidos, un existir fenómenos, sino que obedece a una acontece en la vida humana, como
dentro de la continuidad histórica y cierta ley de sucesión determinada: algo que esta vida crea, transforma
de la tradición. La primera de el arte precede axiológicamente a la y se apropia. La cultura es, en el
dichas investigaciones supone una filosofía y ésta a la ciencia. Se trata fondo, como dice Ortega y Gasset,
teoría de la vida, una determinación de una "ley de correspondencia dis- "un movimiento natatorio", un bra-
de la esencia del hombre en el marco crónica" — o, mejor, diacrónica, si cear del hombre en el mar sin fondo
de una antropología filosófica; la con ello queremos aludir a un orden de su existencia con el fin de no
segunda comporta un examen del determinado de sucesión entre diver- hundirse; una tabla de salvación por
espíritu objetivo, de sus estilos efec- sas ramas de la cultura. Un ejem- la cual la inseguridad radical y cons-
tivos y posibles, de sus formas y cla- plo particularmente iluminador de titutiva de la existencia puede con-
sificaciones; la tercera es, como cul- este orden de sucesión es el hecho vertirse provisionalmente en firmeza
minación de toda filosofía de la de que el arte griego hallara su ex- y seguridad. Por eso la cultura debe
cultura, el resultado de las anteriores presión máxima en el siglo v antes ser, en última instancia, lo que salva
investigaciones parciales y supone, de J. C., la filosofía clásica en el IV al hombre de su hundimiento, una
entre otras cosas, una dilucidación y la ciencia en el III. Según esto, po- salvación que no debe ser, por otro
de las distintas formas del saber y dría decirse que para que un período lado, "excesiva", porque "el hombre
una completa filosofía de la existencia. histórico fuese homogéneo en su esen- se pierde en su propia riqueza, y su
391
CUL CUR
propia cultura, vegetando tropical- Einführung in die Meontologie, 1955.
mente en tomo a él, acaba por aho- — Miguel Bueno, Reflexiones en tor
garle". La cultura podría definirse no a la filosofía de la cultura, 1956.
así como aquello que el hombre hace, — Eugenio d'Ors, La ciencia de la
cuando se hunde, para sobrenadar cultura, 1963.
en la vida, pero siempre que en este CURA. Véase CUIDADO.
hacer se cree algún valor. CURRY (HASKELL B[ROOKS]),
nacido (1900) en Millis (Massachu-
setts, EE. UU.), ha sido profesor desde
1941 en Penn State Collège, ac-
tualmente Penn State University
(University Park, Pennsylvania). Cu-
rry se ha distinguido por sus trabajos
de fundamentación de la matemática,
y dentro de ellos por su contribución
a la formación y desarrollo de la lla-
mada "lógica combinatoria" (véase
LÓGICA, ad finem). En los trabajos
indicados Curry ha insistido en la no-
ción de "sistema formal", a diferencia
del "sistema axiomático". Un sistema
axiomático puede constituir el punto
de partida para un sistema formal,
pero con el fin de elaborar este últi-
mo es menester eliminar la idea de
que la validez de las reglas lógicas es
intuitivamente evidente. Importante
es en Curry la idea de aceptabilidad
de un sistema formal, esto es, la idea
de que un sistema formal dado es
aceptable para determinados propósi-
CUSA (NICOLÁS DE). Véase Ni-
tos. Ello no significa que la acepta-
COLAS DE CUSA.
bilidad sea la única característica
CUSANO. Véase NICOLÁS DE CUSA.
digna de tenerse en cuenta en los sis-
temas formales. Pueden destacarse CZOLBE (HEINRICH) (1819-
asimismo características tales como la 1873), nac. en Danzig, partió de
mayor o menor simplicidad, la mayor Feuerbach y de Bruno Bauer, y se
o menos relación que pueda estable- inclinó al materialismo, al cual quiso
cerse con otros sistemas formales, etc., proporcionar una base filosófica ri-
etc. En todo caso, la aceptabilidad no gurosa por medio de una teoría sen-
es equiparable simplemente a la vali- sualista del conocimiento. Los su-
dez. Curry ha puesto de relieve que puestos metafísicos solamente pueden
el hecho de proceder a la "represen- eliminarse, según Czolbe, mediante
tación" de un sistema formal, es decir, una consideración estrictamente sen-
el hecho de asignar cosas (símbolos, sualista de la realidad. Pero esta con-
entidades reales, números, etc.) a los sideración se ve a su vez obligada
"objetos no especificados" de un sis- a rechazar el materialismo tal como
tema formal no hace a éste menos era representado, entre otros, por
formal, pues el sistema es indepen- Büchner y Moleschott, como una hi-
diente de la "representación". pótesis sin fundamento y sin posibi-
lidad de demostración, pues el ma-
terialismo no parte menos que el
espíritualismo de principios trascen-
dentes. El análisis consecuente del
conocimiento según normas sensua-
listas llevó a Czolbe últimamente a
una especie de materialismo espiri-
tualista, que reconocía una ordena-
ción teleológica del universo y otor-
gaba a lo espiritual una realidad
espacial, la cual constituía, en última
instancia, el fundamento de todos los
atributos materiales y psíquicos.
393
CH
CHARRON (PIERRE) (1541-1603) homie", que es una especie de uni- cionar en relación con la Escuela de
nac. en París, se dedicó primero a formidad alegre y libre de la existen- Chartres es el de Fulberto (t 1028),
la abogacía y se ordenó luego de cia y que permite vivir sin sentirse Obispo de Chartres. Poco se sabe de
sacerdote católico. Amigo de Mon- aterrado ni por las desgracias del sus enseñanzas, pero es plausible su-
taigne, suele considerarse a Charron mundo exterior ni por las amenazas poner que estuviesen orientadas ha-
como uno de los más destacados es- de un infierno tras la muerte. La cia una mayor comprensión de los
cépticos del Renacimiento. Sin em- "preud'homie" es inclusive el funda- antiguos autores siempre dentro de
bargo, el citado adjetivo no es sufi- mento de la religión y lo único que una sincera y ardiente fe cristiana.
ciente para caracterizar su pensa- es capaz de reconciliar al hombre con Más importantes, sin embargo, son
miento. Por un lado hay una evolu- la Naturaleza y con Dios. los siguientes nombres, todos ellos
ción en el modo de pensar de Cha- Obras: Trois vérités contre tous les maestros en Chartres: Ante todo,
rron entre su obra de 1593 contra athées, idolâtres, juifs, Mahométans, Bernardo de Chartres, maestro de la
los ateos, los herejes y los no cris- hérétiques et chismatiques, 1593. — escuela desde 1114 a 1119 y canciller
tianos, y sus obras posteriores. Por Discours chrétiens, 1601. — De la entre 1119 y 1926, pocos años antes
otro lado, el escepticismo de Charron sagesse, 1601 (trad. esp.: De la sabi-
duría, 1948) (modificación de algu- de su muerte. El platonismo parece
se halla muy matizado no solamente nas ideas en el Petit traité de la sa- haber tenido ya una considerable im-
por consideraciones teóricas de índole gesse). Edición de obras: Opera, 2 portancia en las enseñanzas de Ber-
consoladora, sino también por un vols., Paris, 1635. — Véase H. Teipel, nardo de Chartres. Luego, y ya au-
temple de ánimo que considera el es- Zur Frage des Skeptizismus bei P. tores de importantes obras filosóficas
cepticismo o, mejor, la oposición al Charron, 1912. — J. B. Sabrie, De y teológicas, Gilberto de la Porree,
fanatismo y al dogmatismo como una l'humanisme au rationalisme: Pierre Thierry de Chartres, Guillermo de
defensa contra los sinsabores de la Charron 1541-1603, 1913. — Véase Conches y Clarembaud de Arras, a
existencia y como un modo de con- asimismo bibliografía de ESCEPTICIS-
MO; obras dedicadas al escepticismo todos los cuales hemos dedicado ar-
seguir la paz del ánimo. En efecto, moderno, especialmente la historia de tículos en este Diccionario. Por el
en la obra citada Charron proponía Richard H. Popkin. contenido de estos artículos pueden
cinco pruebas en favor de la existen- CHARTRES (ESCUELA DE). El verse cuáles fueron los temas princi-
cia de Dios y de la religión verda- impulso dado por Gerberto (v. ) a pales de los maestros de Chartres y
dera. En las obras posteriores, espe- los estudios filosóficos y teológicos sus más significadas tesis filosóficas
cialmente en la dedicada a la sabi- fue una de las causas de un renaci- y teológicas. Aquí nos limitaremos so-
duría, desconfió, en cambio, de las miento platónico y humanista en el lamente a dar unas ideas generales
afirmaciones dogmáticas, incluyendo siglo XII que tuvo uno de los prin- sobre las tendencias más destacadas
las teológicas, lo que suscitó, por lo cipales centros en la escuela de la en la Escuela y sobre la base de las
demás, violenta oposición a sus ideas, catedral de Chartres. La actividad in- enseñanzas. Agreguemos que Juan de
hasta el punto de que en un resumen telectual allí desarrollada recibe por Salisbury ( v . ) es considerado asimis-
posterior las expresó en forma más ello el nombre de "Escuela de Char- mo como situado dentro del espíritu
moderada. Típico de la actitud de tres" y también de "Escuelas de de Chartres, si bien no se halla liga-
Charron en su obra capital y más Chartres". No hay que pensar, sin do a la escuela tan íntimamente co-
influyente, es decir, en los libros so- embargo, en una escuela filosófica en mo los maestros anteriormente cita-
bre la sabiduría, es la visión de las el sentido corriente, sino en una co- dos. En cuanto a Bernardo Silvestre
actividades que los hombres conside- munidad de estudio vivificada por o Bernardo de Tours, se halla rela-
ran más serias y decisivas como apa- unos ciertos intereses y aspiraciones cionado con los maestros de Chartres,
riencias del propio yo, el cual en- difíciles de reducir a un "ismo". Las pero se duda si hay que incluirlo en
cuentra su realidad solamente cuan- expresiones 'humanismo cristiano', 'ra- la "Escuela".
do se recoge en sí mismo; la verda- cionalismo cristiano', 'platonismo cris- Como se ha apuntado antes, Pla-
dera sabiduría se halla en el desape- tiano' y otras similares pueden em- tón tuvo una importancia capital pa-
go de lo exterior. Pero ello equivale plearse en este respecto, pero siem- ra los maestros de Chartres, pero se
a afirmar que lo único que permane- pre que se tenga en cuenta que la trataba menos de un contacto directo
ce últimamente es el hombre, el úni- Escuela de Chartres es menos una con la obra de Platón que de con-
co objeto de toda posible ciencia. determinada tendencia filosófica que tactos indirectos a través del comen-
Charron mantiene que la sabiduría un "espíritu". tario de Calcidio (v.) y de los escri-
es el camino para alcanzar la "preud' El primer nombre que cabe men- tos de Macrobio y Boecio. La obra de
394
CHA CHA CHE
Platón más influyente fue el Timeo. tentada por un lokáyatika (persona moderna psicología experimental y
También hay que destacar a San que profesa una opinión común o de la ciencia de la educación.
Agustín, especialmente en la medida "materialista" ). Obras principales: Síntesis de los
en que había en él elementos plató- El sistema Charvaka, incansable- Principios de moral de Spencer, 1894.
nicos. En cuanto a los autores profa- mente denunciado por otras escuelas — Resumen sintético del sistema de
nos, los más importantes parecen ha- de la filosofía india, mantiene que lógica de J. Stuart Mili, 1897. — En-
ber sido Cicerón y Quintiliano — que sayo de psicología de la adolescencia,
la percepción es la única fuente de 1928. — Dios, el Universo y la Li-
proporcionaron la mayor parte de los conocimiento efectivo. El razona- bertad. Siete ensayos filosóficos, 1935.
elementos "humanistas". Ello no de- miento por inferencia es rechazado, — Notas y reflexiones sobre impor-
be llevar a la idea de que el espíritu pues los partidarios del sistema de- tantes problemas filosóficos, 1936. —
de Chartres fuera vagamente "ecléc- claran que tal razonamiento es la Conferencias, 1937. — Masaryk co-
tico". Los diversos elementos mencio- descripción de percepciones (en cuyo mo filósofo, 1938. — Evolución de la
nados se hallaban unificados por una caso no es una inferencia), o es un educación. Estudio de filosofía cien-
visión de la realidad articulada y je- supuesto incomprobable, o es un su- tífica, 1940. — ¿De dónde venimos
rarquizada en "Formas". Según ello, y a dónde vamos?, 1946. — Glosa-
puesto réductible a percepciones. En rio e índice de la obra: ¿De dónde
comprender es aprehender las formas algunos respectos, la doctrina epis- venimos y a dónde vamos?, 1947. —
desde las menos hasta las más puras temológica del sistema Charvaka usa, Véase el opúsculo: Homenaje de El
de acuerdo con los grados de abstrac- pues, los mismos argumentos que, Colegio Nacional al Doctor Ezequiel
ción. Dios es concebido como la Pu- según Sexto Empírico, usaban mu- A. Chávez, 1947.
ra Forma que confiere su ser a las chos escépticos griegos contra el ra- CHÉSTOV (LEV [LEÓN] ISAKO-
demás formas, pero sin identificarse zonamiento ( especialmente el silo- VITCH) [Schwarzman] (1866-1938)
con ellas. El espíritu filosófico de gístico), así como las tesis caracte- nac. en Kiev, estudió en la Univer-
Chartres era realista y ejemplarista, rísticas del empirismo de algunos sidad de Moscú, se trasladó luego a
lleno de confianza en la racionalidad epicúreos (como Filodemo de Ga- San Petersburgo y se exiló de Rusia
de lo real, pero una racionalidad da- dara). Correspondiendo a dicha teo- después de la Revolución bolchevi-
da en y por la fe. ría del conocimiento, el sistema Char- que, viviendo hasta el final de su
A. Clerval, Les écoles de Chartres vaka rechaza toda afirmación acerca vida en París. Algunos autores (Sciac-
au moyen âge, du Ve au Vie siècle, de realidades metafísicas. En la cos- ca) lo consideran uno de los repre-
1895. — J. M. Parent, La doctrine de mología admite los cuatro elementos sentantes del existencialismo —cuan-
la créâtion dans l'école de Chartres, (fuego, tierra, agua, aire), pero no do menos del existencialismo religio-
1938. — T. Gregory, Anima mundi: so y cristiano de tipo kierkegaar-
la filosofía di G. di Conches e la scuo- el éter, cuya existencia declara in-
la di Chartres, 1955. — Loren C. Mac- comprobable. Los miembros de la diano—; otros (Zéñkovskiy) seña-
Kinney, Bishop Fulbert and Educa- escuela rechazan también toda afir- lan que aunque hay en el pensamien-
tion at the School of Chartres, 1957 mación acerca de la existencia del to de Chéstov motivos de carácter
[monog.: Texts and Studies in the alma (pues lo que se llama tal no es existencialista, no es legítimo usar
History of Mediaeval Education, 6]. para ellos sino una manifestación del sólo esta tendencia para caracterizar-
— Carlo Mazzantini, Il platonismo cuerpo), así como acerca de toda en- lo, pues se trata primariamente de
délia scuola di Chartres, 1958 ( leccio- tidad divina. Asimismo debe recha- un pensamiento religioso teocéntrico
nes recogidas por Laura Cazzola Pa- zarse todo rito religioso — y, por lo que coincide con preocupaciones de
lazzo). — Además, M. Grabmann, Kierkegaard (a quien Chéstov cono-
Geschichte der scholastischen Métho- tanto, el conjunto del Veda. En cuan-
to al ideal de vida propuesto, el ció después de haber producido gran
de, t. II (1909), reimp. 1957, págs. parte de su obra) y no de un pensa-
407 y sigs. sistema Charvaka proclama que el
único ideal admisible es la evitación miento antropocéntrico y subjetivista.
CHARVAKA (Carvaka) es el nom- Esta última interpretación es, a nues-
bre que recibe uno de los sistemas del dolor y la busca del placer o
tro entender, la más correcta. En
(véase DARSANA) heterodoxos (nas- —puesto que el dolor es omnipresen- efecto, el tema constante de las obras
tika) de la filosofía india (VÉASE). te— la mezcla del dolor con la ma- de Chéstov es la crítica del raciona-
Según algunos, el término Chàrvâka yor cantidad posible de placer. lismo, tanto antiguo como moderno,
es el nombre propio del fundador Véase la bibliografía de FILOSOFÍA tanto secular como religioso (teoló-
de la doctrina, o bien de su principal INDIA.
gico). El racionalismo olvida que el
discípulo; según otros, Charvaka CHAVEZ (EZEQUIEL A.) ( 1868- saber del cual está tan orgulloso es
quiere decir 'dulce lengua' ('dulce 1946), nac. en Aguascalientes (Méxi- una consecuencia del pecado: el co-
habla'), a causa del carácter placen- co), ha sido profesor y director de la nocimiento es una caída que oculta
tero de la doctrina referida; según Escuela Nacional Preparatoria, Sub- la verdad de Dios y el misterio de
otros, Chàrvâka significa 'comer, be- secretario de Educación Pública, Rec- la Redención. Por eso la razón, en
ber y estar alegre'. En general, Chár- tor de la Universidad Nacional Au- vez de liberarnos, nos oprime, pues
váka se estima equivalente a 'mate- tónoma, y profesor de la Facultad nos deja encerrados dentro de un
rialismo' o 'materialista', por ser el de Filosofía y Letras. Influido ini- recinto que tenemos la tendencia a
sistema claramente orientado en esta cialmente por el positivismo, intro- identificar con el universo. Hay que
dirección. También se llama al siste- ducido en México por Barreda, pero desmontar, pues, una por una las ca-
ma Lokayatamata (punto de vista apartándose luego de él, ha traba- pas de la razón que se adhiere te-
del vulgo), es decir, doctrina sus- jado sobre todo en la esfera de la nazmente a nuestra existencia y que
395
CHE CHE CHU
nos arranca de nuestra verdadera desarrollado, influido por Bergson, por orden que le es propio, la eternidad
morada: la infinitud de los misterios. la tradición espiritualista francesa y del acto puro.
La razón —y la filosofía— nos en- por sus creencias católicas, un pensa- Obras principales: Étude criti-
gaña, porque da la impresión de li- miento filosófico que en vez de subor- que du dialogue pseudoplatonicien
berarnos de la obediencia; en rigor, dinarse a las ciencias particulares o de t"Axiochos" sur la mort et sur l'im-
solamente la fe nos hace libres de desarrollarse con entera independen- mortalité de Îâme, 1914 (tesis). —
toda coacción. La fe no es, empero, cia de ellas procura servir de punto ΙΛ notion du nécessaire chez Aristo-
ni una forma de conocimiento ni la de apoyo a tales ciencias. Este pun- te et ses prédécesseurs, 1915 (tesis).
Descartes, 1921. — Les deux concep-
base del conocimiento; la separación to de apoyo no es, empero, una base tions de la morale, 1922. — Pascal,
entre la fe y la razón es llevada por metafísica definitivamente fijada para 1922. — Bergson, 1926. — L'Habi-
Chéstov a tan extremadas consecuen- siempre, sino una sabiduría en cons- tude. Essai de métaphysique scienti-
cias que se quiebra toda posible tante cambio y progreso dentro de fique, 1929.—La vie de Îesprit, 1930,
comprensión de la una a partir de la una continuidad y una tradición. Es- 4" éd., 1940. — L'Idée et le Réeel,
otra. Las "verdades eternas" y las te carácter incompleto y finito de la 1932. — Notes sur les obstacles à la
"normas éticas universales", patrimo- sabiduría filosófica puede parecer des- vie morale. L'apparence, 1934. — Pas-
nio de Atenas y máximo orgullo de cal, 1936. — Notes sur les fondements
embocar en una visión de la realidad de la vie morale, s/f. — La vie mora-
la razón, deben ser, pues, arrincona- como algo relativo y finito; en rigor,
das por la fe viviente y creadora, le et l'au-delà, 1938. — Cadences:
el sentido de lo incompleto, de lo re- chocs d'idées, disciplines d'action, as-
simbolizada en Jerusalén. lativo y de lo finito da —según Che- pects de la vie morale, 1939. — Ca-
Obras: Apofeoz béspotchvénnosti. valier— el sentido de lo absoluto. dences (II), 1951. — Leçons de phi-
Opit adogmatitchéskovo míchléníá, Este absoluto es aprehendido median- losophie, 2 vols., 1943. — Entretiens
1905 (La apoteosis de la falta de fun- avec Bergson, 1951 (trad. esp.: Con-
damento: ensayo de pensamiento an- te intuición, mas una intuición que
es comunicable. Según Chevalier, co- versaciones con B., 1960). — Histoire
tidogmático. Trad. inglesa con el tí- de la pensée, 4 vols. : I. La pensée an-
tulo: AU Things are Possible, 1920). nocer es aprehender algo en sí mis- tique, 1955; 17. La pensée chrétienne
— Dobro ν utchénii Tolstovo i Nit- mo, no asimilarlo (o reducirlo) a des origines à la fin du XVIe siècle,
sché, 1907 (trad. francesa: L'idée otras cosas; es pensar la diversidad 1956; 7/7. 1. La pensée moderne de
de bien chez Tolstoï et 'Nietzsche, sin reducirla a unidad. Por eso hay Descartes à Kant, 1961. 777. 2. La
1949). — Dostoévskiy i Nitsché. Fi- que afirmar lo individual en vez de pensée moderne de Hegel à nos jours
losofía tragédii, 1922'(trad. esp.: Fi- negarlo en nombre de una razón pos- et Index général, en prensa. — Véase
losofía de la tragedia, 1949). — tulada por un pseudo-racionalismo. A. Guy, Métaphysique e intuition.
Vlast' klútchéy [Potestas Clavium], Lo individual y lo contingente exis- Le message de Jacques Chevalier,
1923 (trad. francesa: Le pouvoir des 1940.
clefs, 1928). — Na vésai lova, 1929 ten; es un error eliminarlos en nom-
bre de lo inteligible. La ciencia debe, CHUANG-TSE (ça. 369-286 antes
(trad. inglesa: In Jobs Balances,
1932). — Kirkégard i ékzisténtsiall- pues, cambiar de rumbo. Mostrar la de J. C.), nacido en el Estado de
naá filosofía, 1939 (trad. francesa: K. vía concreta a tal efecto no es fácil. Meng (actualmente Honan), fue uno
et la philosophie existentielle, 1936. Pero no es tampoco imposible. Che- de los grandes pensadores de la pri-
Trad. esp. de la versión francesa: K. valier lo ha intentado en un caso mera escuela del taoísmo (VÉASE). Ello
y la filosofía existencial, 1947). — destinado a probar la fecundidad de no significa, empero, que Chuang-
Afiní i lérusalim, 1951 (antes en sus supuestos y de su método: en e) tse fuera un fiel discípulo de Lao-tse;
franees: Athènes et Jérusalem, 1938). problema del hábito. Nos hemos ex- sus doctrinas diferían en muchos res-
— También en trad. esp.: Las reve- tendido con más detalle sobre este pectos fundamentales de las de éste.
laciones de la muerte, 1938 (trad. del Sobre la base del Tao como princi-
francés: Les révélations de la mort punto en el artículo correspondiente
(véase HÁBITO, ad finem). Se trata, pio de lo Uno, el cual a su vez en-
(Dostoievski-Tolstoi). — Artículos en
Sovréménié Zapiski (Notas contempo- según Chevalier, de un problema- gendra Te, principio de la existencia,
ráneas) y Russkié Kapiski (Notas ru- clave, que implica un examen a fon- Chuang-tse desarrolló una doctrina
sas). — Véase M. F. Sciacca, La do de la inercia, de la adaptación, según la cual todo lo engendrado está
filosofía oggi, 2» éd., II, 1952, pags. del uso y del desgaste y que puede continuamente sometido a cambio.
322-6, en 3» éd. (1958), págs. 323- servir de punto de enlace de diver- Este cambio, sin embargo, se refiere
7. — V. V. Z é n k o v s k i y , Jstoria sas ciencias (ciencias naturales, psi- siempre a aquello que lo ha origina-
russkoy filosofa, II, 1950, págs. 318- cología, etc.), así como de las diver- do, que es su verdadera naturaleza.
30. — V. Fatone, La existencia hu- sas ciencias particulares con la meta- La felicidad consiste, por lo tanto,
mana y sus filósofos, 1953, Cap. IV. física. Una de las más importantes en seguir esta naturaleza que condu-
CHEVALIER (JACQUES) (1882- conclusiones de Chevalier al respecto ce a la unidad y últimamente al
1962) nac. en Cerilly (Allier), fue es que el hábito puede transformarse Tao. Chuang-tse se ha expresado so-
profesor en los Liceos de Chateauroux en órgano del espíritu, el cual se bre este punto capital de muchas
y de Lyon, y en la Universidad de pliega al espacio y al tiempo median- maneras, no solamente por medio de
Grenoble (1919-1946). En 1940 fue te el hábito. Plegarse al espacio y al conceptos, sino, y sobre todo, por
nombrado Secretario General y luego tiempo no significa, empero, limitar- medio de relatos, fábulas y ejemplos.
Ministro de Instrucción Pública en el se a ellos. El espíritu del hombre, En la mayor parte de éstos pone
Gobierno de Vichy. Condenado en proclama Chevalier, sólo puede tras- Chuang-tse de relieve que, en tanto
1944 a veinte años de trabajos forza- cender al tiempo y al espacio cuando que engendradas y, por consiguiente,
dos, fue amnistiado poco después. Ha se instala en ellos e imita, en el situadas a distancia de la Unidad,
396
CHU CHU CHW
las cosas están sometidas a contradic- es puesta al día trimestralmente en lógica y metalógica en A Dictíonary of
ción y a oposición; nada parece po- el Journal. Philosophy, ed. D. D. Ruñes, 1942
seer una condición permanente, pues Algunos escritos: "Alternatives to y varios artículos en Encyclopedia
lo que para una cosa es beneficioso Zermelo's Assumption", Trans. Amer. Britannica (New York, 1957): "Con-
para otra es nocivo, lo que es por un Math. Soc., XXIX (1927), 178-208. notation", "Conversion" [en parte],
— "On thé Law of Excluded Mid- "Définition", "Denotation", "Dilem-
lado vida es por el otro muerte. Ahora
dle", Buü. Amer. Math. Soc., XXXIV ma", "Ñames (in logic)", "Sorites",
bien, toda oposición se desvanece "Tautology", "Terrn".
(1928), 75-78. — "A Set of Postulâ-
cuando el hombre se coloca en el tes for thé Foundation of Logic", CHWISTEK (LEÓN) (1884-1944),
centro originario. De ahí que poda- Armais of Mathematics, 2' série, nac. en Cracovia (Polonia), miem-
mos hablar de una Gran Circunfe- XXXIII (1932), 346-66. — "A Set bro del Círculo de Varsovia (VÉASE),
rencia en cuyo centro se apacigua of Postulâtes for thé Foundation of ha trabajado sobre todo en la fun-
todo conflicto. Nos hemos referido Logic", Annals of Math. 2* série,
XXXIV (1933), 839-64. — "A damentación nominalista de la ma-
a este punto en el artículo Esfera temática clásica. Según Chwistek, el
(VÉASE), donde hemos comparado Proof of Freedom from Contradic-
tion", Proc. Nat. Acad. Sciences, XXI cuantificador particular ha de ser
la Gran Rueda Cósmica de Chuang- (1935), 275-81. — "A Note on thé interpretado en un sentido construc-
tse con otras metáforas propuestas Entscheidungsproblem", Journal of cionista, esto es, significando la po-
en la filosofía occidental. Symbolic Logic, I (1936), 40-1, sibilidad de construcción de un ob-
CHURCH (ALONZO) nac. (1903) 101-2. — "An Unsolvable Problem jeto de acuerdo con ciertas reglas.
en Washington, D. C., profesor en of Elementary Number Theory",
American Journal of Math., LVIII A diferencia de la mayor parte de
el Departamento de Matemáticas de autores nominalistas, Chwistek no de-
la Universidad de Princeton (Ν. J., (1936), 345-63. — "A Formulation
of thé Simple Theory of Types", fiende una tendencia empirista, sino
EE. UU.), se ha distinguido en ló- JSL, V (1940), 56-68. — The Cal- antiempirista; su nominalismo es,
gica matemática por dos contribucio- culi of Lambda Conversion, 1941, pues, logicista y construccionista. Se
nes. Una es la prueba (proporciona- reimp., con algunas revisiones y co- debe a Chwistek la primera formu-
da en 1936) de que no puede fra- rrecciones, 1951. — "A Formulation lación de una teoría simplificada de
guarse ningún procedimiento de de- of thé Logic of Sensé and Denota- los tipos (véase TIPOS), así como di-
cisión para el cálculo cuantificacional tion", en Structure, Method, and
Meaning. Essays in Honor of H. M. versas investigaciones de índole se-
elemental, con lo cual resulta que mántica y epistemológica.
este cálculo no es decidible (VÉASE). Sheffer, 1951, págs. 3-24. — "Spécial
Cases of thé Décision Problem", Re- Wielosc rzeczywistosci w luce i
La otra es la elaboración de la lógi- vue Philosophique de Louvain, IL inné szice literackie ilustrowane rysun-
ca lambda, la cual opera solamente (1951), 203-21. — "Id., Id. A Co- kami i aktoarelami Autora, 1960 (La
con variables cuyo alcance de valores rrection", Ibid., L. (1952), 270- pluralidad de lo real en el arte y otros
es dejado sin especificar. Church pu- 2. — Introduction to Mathematical ensayos literarios ilustrados mediante
blica (desde 1936) el Journal of Sym- Logic, I, 1944; éd. revisada, I, 1956. dibujo y acuarelas del autor).
bolic Logic, y ha confeccionado una — "Propositions and Sentences", en Obras de Chwistek en versión in-
bibliografía de la lógica simbólica el volumen de Church, N. Goodman glesa: The Theory of Constructive
y I. M. Bochenski, The Problem of Types, 1923. — The Limits of Scien-
desde 1666 hasta 1936 inclusive, pu-
Universals, 1956, págs. 1-11. — "Bi- ce, 1948 (esta última obra, traduc-
blicada en el citado Journal (Vol. I, nary Recursive Arithmetic", Journal ción del original polaco Granice Na«-
N" 4 [1936], 121-218; Vol. III, Ν' 4 de mathématiques pures et appli- ki. Zarys logiki i metodologji nauki
[1938], 177-212 [Adiciones y correc- quées, XXXVI (1957), 39-55. — scistych, 1935, es su libro funda-
ciones al anterior] ). Esta bibliografía Además, numerosos artículos sobre mental).

397
D
DADO. Se dice de algo que es dado puesto. De un modo general, lo dado podríamos hablar de algo a menos
cuando se halla inmediatamente es el material; lo puesto, son las for- que se nos diera como algo ya "or-
presente a un sujeto cognoscente. El mas. Sin embargo, estas formas pue- denado".
conjunto de los fenómenos dados re- den ser tanto intuiciones (espacio y Kant trató de establecer muy delicados
cibe el nombre de lo dado. Lo dado tiempo) como conceptos. Ahora bien, equilibrios entre lo dado y lo puesto.
es considerado como un punto de par- como lo dado y lo puesto son corre- Este filósofo no quería en modo
tida para el conocimiento, pero no es lativos —y en algún sentido comple- alguno descartar por entero ni el
todavía conocimiento. Por esta razón mentarios— resulta que algo es dado empirismo ni el racionalismo, sino
se identifica a veces "lo dado" con sólo en relación con algo puesto y acordarlos dentro de su filosofía tras-
"los datos últimos" (de la experien- viceversa. Así, las sensaciones pueden cendental. En algunos casos, la epis-
cia), los cuales son también "los da- considerarse ya como algo puesto con temología kantiana tiende al fenome-
tos primeros". Sin embargo, hay cier- relación al puro material "caótico" de nismo; un ejemplo lo tenemos en la
tas diferencias entre lo dado y los la experiencia, pero las sensaciones "Estética trascendental" de la Crítica
datos de referencia. Se supone, en pueden ser algo dado con respecto a de la Razón Pura. En otros casos,
efecto, que lo dado es un "material" las percepciones. A la vez, las formas tiende a un apriorismo; un ejemplo
que no está organizado, es decir, ca- puras de la intuición pueden ser algo lo tenemos en la "Analítica trascen-
tegorizado o conceptualizado. Este es puesto con respecto a las percepcio- dental" de la misma Crítica. Pero en
el sentido que tiene la expresión Ίο nes, pero pueden ser consideradas co- todos los casos es característico de la
dado' (das Gegebene) en Kant, y en mo algo dado con respecto a los con- citada epistemología el que el siste-
muchos casos las expresiones the Gi- ceptos puros del entendimiento o ca- ma de conceptos a priori se halle
ven y le donné en los vocabularios tegorías. Ni lo dado ni lo puesto son "orientado" en la experiencia. En
filosóficos inglés y francés respecti- propiamente realidades, sino modos cambio, algunos de los idealistas post-
vamente. En inglés, francés y espa- de enfrentarse con una realidad. Lo kantianos echaron casi enteramente
ñol se distingue ya, empero, lingüís- puramente dado es, en rigor, incon- por la borda lo dado en nombre de
ticamente entre "lo dado" y "los da- cebible, pues desde el instante en que lo puesto. Así sucede con Fichte y,
tos" (data, les donnés). Muchos fi- lo calificarnos de dado le imponemos en general, con todo "idealismo tras-
lósofos de lengua inglesa hablan, en ya una cierta forma — la forma de cendental" radical. Para Fichte, ser
efecto, de los datos especialmente co- ser dado. Por eso lo dado no apa- y ponerse el ser son lo mismo; en ri-
mo datos de los sentidos (sense-data), rece nunca como puramente dado, sino gor, lo que pone el ser (el Yo) lo
los cuales son lo dado, pero sin ser como dado en ciertos respectos. pone también como dado. La reali-
necesariamente algo "caótico". Algu- Ejemplo lo tenemos en los objetos es- dad resulta ser así el concepto de
nos pensadores empiristas han inten- paciales y temporales; estos objetos realidad en tanto que puesta por el
tado inclusive derivar los conceptos son dados al entendimiento con res- Yo. Una tesis semejante se halla en
directamente de los "datos de los sen- pecto a ciertos posibles tipos de jui- los neokantianos de la Escuela de
tidos". Por su lado, Bergson ha ha- cios: los "juicios empíricos" que tie- Marburgo ( Hermann Cohen ), si bien
blado de "los datos inmediatos de la nen lugar en el lenguaje del sentido la producción del pensamiento en esta
conciencia" (les donnés immédiates común y en el de las ciencias de la escuela tiene un sentido epistemológico
de la conscience), que también son Naturaleza. y no, como en Fichte, primariamente
lo dado, pero que son directamente El carácter plural y caótico de lo ético-metafísico. El problema de la
accesibles a una intuición. Cuando "simplemente dado" no significa, por naturaleza de lo dado y de lo puesto,
los fenomenólogos hablan de "lo da- consiguiente, que el material de las y de las varias posibles formas de
do", no le dan el sentido de un ma- sensaciones sea dado a los sujetos relación entre ambos, explica las
terial caótico, sino el de un dato in- cognoscentes como plural y caótico. diversas interpretaciones que han
mediato; la expresión alemana das Los predicados 'plural' y 'caótico' no podido darse del pensamiento kantia-
Gegebene puede, pues, entenderse, son dados, sino inferidos — y para no. Los idealistas objetivos subrayan
en dos sentidos muy distintos: el kan- Kant, en rigor, puestos. Sólo cuan- la importancia de lo puesto; los rea-
tiano y el fenomenológico. do sustraemos de los enunciados cier- listas críticos y, por supuesto, los fe-
Aquí nos referiremos principalmen- tas formas a priori podemos sostener nomenistas, la importancia de lo dado.
te al sentido de "lo dado" tal como que "lo que queda" es algo dado. La Apuntemos a este respecto que
fue elaborado por Kant. En este fi- pura realidad de la sensación no se tendencias como la de Schuppe,
lósofo lo dado se contrapone a lo halla ordenada por sí misma, pero no Schubert-Soldern, Avenarius, Mach y
398
DAD DAD DAM
Reh mke ( VÉANSE ) pueden conside- su Ética que el error kantiano pro- DAM ASCENO (JUAN). Véase
rarse como interpretaciones fenome- cede de una equiparación del par de JUAN DAMASCENO .
nistas del kantismo más bien que com o conceptos puesto-dado con los pares de DAMASCIO nac. (ca. 470) en Da-
reaccion es totalmente h ostiles a la conceptos a priori-a posteriori y formal- masco, perteneció a la llamada es-
epistemología kantiana. Es verdad que material. Scheler escribe que "el cuela ateniense (véase ATENAS [Es-
en algunas ocasiones lo dado es prw= t on Yeu=d oj de esta equiparación CUELA DE ] ) del neoplatonismo, pero,
acentuado con tal radicalismo (así, consiste en qu e, en vez d e h acer la a diferencia de sus precursores, negó
por ejemplo, en la doctrina de Rehm- sen cilla pregu nta: ¿qu é es lo dado?, la posibilidad de establecer racional-
k e, d e "lo d a d o en g e n era l", y en se plantea esta otra: ¿qué pued e ser mente la jerarquía de los seres a partir
la doctrina sensacionalista de Mach), lo dado? Y enton ces se p i en sa qu e de lo Un o. En realidad, la suprema
que parece desvanecerse toda posible n o 'p u ed e' sernos d ad o de ningún Unidad, que en Plotino carece ya de
contraposición entre lo dad o y lo modo aquello para lo cual no hay toda determinación positiva, se halla
puesto y, de consiguiente, parece des- ninguna función sensible ni tampoco desprovista en Damascio hasta de toda
van ecerse p or entero el problema órgano sensible o estímulo". Nicolai determinación negativa; es pro-
mismo de "lo dado". Sin embargo, Hartmann manifiesta que lo dad o no piamente aquello que no se puede
subsiste en estas tendencias —y, en pued e redu cirse a una forma de mentar, aquello cuya relación con las
general, en todas las filosofías inma- realidad, reservando otra —la hipóstasis inferiores es de imposible
nentistas y "n eutralistas" de finales contraria— para lo puesto. Esto pa- descripción, porque el propio con-
del siglo XIX y comienzos del siglo rece estar conforme con cierta inter- cepto d e relación se haÜa fu era d e
presente— la cuestión de la relación pretación que puede darse a los con- él. La suprema Unidad, superior in-
entre lo dad o y lo pu esto; lo ún ico ceptos aquí examinados; ya hemos clusive a la Bondad, y desde luego, al
qu e suced e es qu e, en las direcciones pu esto antes d e relieve, en efecto, Ser, es de tal suerte inefable para
más extremas (algunas de ellas, como que lo dado y lo puesto son relativos Damascio que resulta imposible partir
en Mach, de ascendencia hu-m iana), en tr e sí y qu e lo d ad o p u r o y lo ló gicamente de nada in ferior para
lo q u e p u ed a h a b er d e "puesto" se puesto puro son interpretables como llevar a p erfecció n suma e infinita
intenta deducirlo o derivarlo de lo conceptos-límites. Sin embargo, las sus notas constitutivas. El inte-
dado. Por otro lado, en las filosofías razones que da Nicolai Hartmann para lectualismo d e Proclo es sustitu id o
que aceptan la posibilidad de una sostener su tesis necesitan más que la así por un misticismo de tipo dia-
aprehensión directa y suficiente de lo anterior interpretación. Hartmann léctico que, sin embargo, no detiene
dado como "dato primario e inmediato" manifiesta, en efecto, que lo no dado el alma en su impulso de llegar hasta
por medio de la intuición (sea la pued e ser real y qu e lo dad o p u ed e la única luz verdadera de la Unidad
bergsoniana, sea la fenomenológica ), ser id eal. P ero es ob vio qu e enton- suprema. Discípulo de Damascio fue
la cuestión a que aquí n os referimos ces hay que admitir, en sentido feno- Simplicio, el último neoplatónico ate-
se con vierte en una pseudo-cuestión. menológico, la "dadidad" (Gegeben- niense, quien, al publicarse en 529 el
Lo mismo sucede en algunas heit) de la idealidad y, con ello, una edicto de Justiniano que prohibía la
tendencias pragmatistas ( cierta idea desde luego nada kantiana enseñanza filosófica en la ciudad, se
especialmente en Dewey ), en las de la id ealidad. trasladó, con su maestro y otros
cuales se n iega qu e lo dad o sea un neoplatónicos, a Persia.
material a organizar y se afirma qu e
lo dado es una situación comp leta o
u n ca mp o (field ). Bergs on ha
denunciado como problema falso el
prob lema d e la crítica d e la razón,
pues si la in tu i ció n alcanza a lo real
como tal no necesita concep-tualizarlo;
de hecho, toda conceptua-lización es
espacialización y falsificación de la
realidad como cualidad temporal.
Husserl mantiene que hay una
diferencia entre hechos y esencias
( véa s e E SE N CI A ), p er o n o es una
diferencia entre algo dado y algo
puesto, sino una diferencia manifes-
tada en la participación de los pri-
meros en las segundas. Las esencias
son directamente accesibles a la in-
tuición fenomenológica y no resultados
de una construcción — cualquiera que
sea la interpretación (trascendental,
pragmática, etc.) dada a ella. Siguiendo
la tendencia fenomenoló gica, Max
Sch eler ha ind icad o en
DAR
chas de las concepciones importantes
de éste —tales, la doctrina de Dios
como luz, la doctrina de las inteli-
gencias y la de la iluminación— se
deben directamente a los filósofos
árabes y no a la tradición agustinia-
na. Junto a las concepciones filosó-
fico-teológicas de Dante en la Co-
media hay que mencionar sus influ-
yentes opiniones políticas, expresadas
sobre todo en su tratado sobre la
DAMIÁN (SAN PEDRO). Véase Monarquía. Se ha afirmado repeti-
PEDRO D AM I ÁN ( S AN ). das veces que Dante defendió al
DANTE ALIGHIERI (1265-1321) Imperio contra las ingerencias exce-
nac. en Florencia, es considerado co- sivas de la Iglesia. Aunque esto es
mo uno de los grandes poetas filóso- probablemente una simplificación, lo
fos. Según Santayana, Dante es el cierto es que buscó una nueva inter-
máximo exponente poético de la con- pretación de la naturaleza y puesto
cepción del mundo sobrenaturalista, del Imperio —como instrumento para
análogamente a como Lucrecio y la realización de la humana civili-
Goethe son los máximos exponentes tas—, con el fin de conseguir una
poéticos respectivamente de las con- nueva y más sólida concordia entre
cepciones naturalista y romántico- los poderes temporal y espiritual.
dinamicista. Es usual considerar que
en la Divina Comedia Dante ha ex-
presado en forma poética las ideas
filosóficas de Santo Tomás de Aqui-
no. Algunos autores, como P. Man-
donnet, llegan inclusive a subrayar
en forma muy extrema el paralelis-
mo de ambas concepciones. Otros, en
cambio, destacan las diferencias entre
ambas y señalan que lo que hay en
ellas de común —el papel preemi-
nente desempeñado por la teología,
el uso de una cierta simbología, la
organización de la realidad en esfe-
ras que tienen como clave de bóveda
a Dios, y otras ideas similares— está
dentro de ciertos supuestos que co-
rresponden a casi todos los autores
medievales. Es interesante mostrar a
este respecto ciertas ideas de Dante
que Gilson ha puesto de relieve y
que aparecen a primera vista como
sorprendentes dentro de la Edad Me-
dia; así, por ejemplo, el primado que
ejerce la moral sobre la física y la
metafísica, y la situación, tan elevada
que casi llega hasta el aislamiento,
de la teología. Algunos otros autores
han interpretado a Dante en sentido
averroísta (Asín Palacios, Bruno Nar-
di) o, por lo menos, han destacado
la enorme influencia ejercida sobre
él por el pensamiento árabe. En todo
caso, se ha discutido muchas veces
por qué Dante elogió tan considera-
blemente a Sigerio de Brabante y co-
locó en tan alta posición a Averroes
y a Avicena. Los defensores del "ara-
bismo" de Dante indican que mu-
DAR DAR DAR
dominantemente "psíquico-ética" (co- los cambios. Durante un tiempo se pronto, en un sumario presentado,
mo en la escuela Yoga), etc., etc. El pensó que Darwin llegó a sus conclu- junto con la comunicación de Wallace,
hecho de que cada darsana sea una siones a base de la lectura del Essay a los miembros de la Linnaean Society
visión y un punto de vista explica on the Principie Population (1798) de en 1858. Poco después (1859)
que las diferentes darsanas o "siste- Thomas Robert Malthus (1766-1834), apareció la obra Sobre el origen de
mas" no sean mutuamente incompa- obra en la cual se advertía que la po- las especies (On the Origin of Species
tibles; aunque en sí completos, son blación humana tiende a aumentar by Means of Natural Selection, or the
a la vez de índole parcial. Mas esta más de prisa que los recursos necesa- Préservation of Favoured Races in
parcialidad es la de la perspectiva, rios para la subsistencia, y que a con- the Struggle for Life; trad. esp.: El
no la del error. Por eso aunque, si- secuencia de ello se produce una origen de las especies, 2 vols., 1959
guiendo la costumbre, las llamamos "lucha por la existencia"; en todo caso, — que el autor se había propuesto ti-
escuelas o sistemas, hay que evitar se tiende, según Malthus, a disminuir tular An Abstract of an Essay on the
identificar el concepto de darsana con el nivel de vida hasta un mínimo nivel Origin of Species), obra que alcanzó
el concepto de escuela o sistema en de "subsistencia". Ahora bien, aunque inmediatamente un gran éxito y que
el sentido occidental. Tiene razón R. es cierto que Darwin leyó (como él se convirtió en el texto fundamental del
Guénon cuando indica que la acti- mismo dice en su autobiografía) la evolucionismo biológico. Luego
tud de quienes los identifican "es obra de Malthus (en 1838), es siguieron una serie de obras, de las
del todo comparable a la de un hom- improbable que las ideas de Malthus que destacamos: On the Movements
bre que, no habiendo conocido nada solas fueran el punto de partida de la and Habits of Climbing Plants (1865),
de la civilización europea actual, y teoría darwiniana. Lo que Darwin The Descent of Man, and Sélection
habiendo tenido por acaso en las sacó de Malthus es que el proceso de in Relation to Sex (2 vols., 1871,
manos los programas de enseñanza de selección natural ejerce una presión 2a ed., revisada y aumentada, 1874),
una Universidad, extrayera la singular que fuerza a algunos a "abandonar la The Expression of Emotions in Man
conclusión de que los sabios de partida" y a otros a "adaptarse" y a and Animais (1872), The Formation
Europa están divididos en varias es- "sobreponerse". Las notas y carnets of Vegetable Mould through the Ac-
cuelas rivales, en la que cada una de Darwin muestran que en 1837, un tion of Worms, 1881). Antes de la
tiene su sistema filosófico particular, año después de regresar de su viaje en obra fundamental citada Darwin había
siendo las principales las de los ma- el Beagle, y antes de la lectura de la publicado sólo algunas memorias con
temáticos, de los físicos, de los quí- obra de Malthus, Darwin pensó en observaciones extraídas del viaje en el
micos, de los biólogos, de los lógi- serio en una de las más célebres ideas Beagle (1844 y siguientes) y un
cos y de los psicólogos" (Introduc- de la teoría de la evolución: el origen diario de viaje titulado Journal and
tion générale à l'étude des doctrines de la variedad de especies de un tronco Remarks (3 vols., 1832-36) y luego
hindoues, 1921, 3a ed., 1939, trad. común. "Si no ponemos límites a conocido con el nombre de À
esp. por R. Cabrera, Introducción ge- nuestras conjeturas, podemos suponer Naturalist's Voyage around the World.
neral al estudio de las doctrinas hin- que los animales, nuestros hermanos en Nos hemos limitado en el presente
dúes, 1945, pág. 200). Si queremos dolor, enfermedad, muerte, artículo a datos biográficos, así como
seguir comparando las darsanas de sufrimiento y hambre —nuestros a la simple mención de los principios
la filosofía india con los sistemas de esclavos en los trabajos más arduos, fundamentales propuestos por Dar-
k filosofía europea, lo mejor será nuestros compañeros en nuestras win. Referencias más amplias a las
(salvando grandes diferencias mu- diversiones—, participan con nosotros doctrinas darwinianas y en particular
tuas) recordar en lo que concierne de un antepasado común. Muy bien a las discusiones filosóficas suscita-
a estos últimos las diversas vías de puede ser que todos estemos das por ellas se encuentran en los
la escolástica. trabados en la misma red." artículos Darwinismo y Evolución
DARWIN (CHARLES ROBERT) En todo caso, Darwin llegó a un (VÉANSE ).
(1809-1882), nac. en Shrewsbury, nieto principio fundamental: el de que la DARWINISMO. La teoría de la
de Erasmus Darwin (1731-1802), lucha por la existencia en el mundo evolución ( VÉASE ) de las especies
estudió medicina en Edimburgo y en orgánico dentro de un ambiente cam- había sido ya varias veces bosquejada
Cambridge. En 1831 emprendió un biante engendra alteraciones orgáni- antes de la formulación por Ch. R.
viaje en el Beagle, mandado por el cas en el curso de las cuales sobrevi- Darwin (ν.) de la doctrina de la
Capitán Robert Fitzroy, por América ven sólo los más aptos, los cuales selección natural. Aparte los atisbos
del Sur e islas del Pacífico. En el curso transmiten a sus descendientes las mo- que se encuentran en la Antigüedad
del viaje recogió un impresionante dificaciones que han resultado "victo- y de los que, como Windelband
caudal de datos geológicos, botánicos riosas". Así se produce la "selección precisa, cabe destacar en primer
y zoológicos cuya ordenación y siste- natural". Darwin pretendió escribir término ciertas opiniones de Empé-
matización le ocupó varios años hasta una obra muy voluminosa en la cual docles parecidas al principio de la su-
la completa formulación de su teoría tales ideas fueran demostradas de un pervivencia de los más aptos, los últi-
de la evolución (véase EVOLUCIÓN, modo completo, pero al leer el ma- mos cincuenta años del siglo XVIII y
EVOLUCIONISMO). Teorías de la evo- nuscrito de una comunicación de Al- todo el curso del XIX fueron llena-
lución habían sido ya formuladas an- fred Russell Wallace (1823-1913) en dos en gran parte con la preocupa-
tes, pero no se había llegado a gran la cual se exponían principios pareci- ción por una explicación evolutiva de
claridad respecto a la fuerza selectiva, dos se decidió a dar a conocer su las especies animales, opuesta a la
o fuerzas selectivas, productoras de propio trabajo, lo que hizo, por lo interpretación estática predominante
401
DAR DAR DAS
en las anteriores épocas. El siglo XVIII pendencia de Darwin y aun con an- tigación del Instituto de Biología y
fue en este aspecto una fermentación terioridad a él, Spencer concibió y Sueroterapia [Madrid], 1 (1961), 7-74
de doctrinas evolucionistas que, sin realizó en gran medida la aplicación [resumen en inglés, págs. 74-6].
embargo, solamente llegaron a perfi- del principio de la evolución a todos DASEIN. En el artículo Existen-
larse con ciertas anticipaciones de la los dominios de la Naturaleza y de cia ( VÉASE ) nos hemos referido al
filosofía romántica. En la filosofía na- la cultura, las comprobaciones cien- modo como ciertos filósofos, tales
tural de Schelling y en la lógica me- tíficas de la selección natural en el Heidegger y Jaspers, han tratado este
tafísica de Hegel se abre paso la idea reino biológico dieron a la filosofía tema. Hemos distinguido termino-
de evolución general entendida como de Spencer su justificación más reso- lógicamente entre el concepto de
un proceso y un progreso de las for- nante. De este modo el darwinismo existencia en los dos autores escri-
mas del espíritu; en los seguidores de penetró en la filosofía, en donde se biendo "Existencia" (en mayúscula)
Schelling, como Lorenz Oken, la idea alió naturalmente con el positivismo al referirnos a Heidegger y "existen-
fue aplicada de un modo más especí- imperante y con el evolucionismo cia" al referirnos a Jaspers — o también
fico al reino orgánico. De este modo naturalista, entendido a la vez como un al referirnos al concepto heideg-
se constituyeron varias líneas evolucio- proceso y como un progreso, es decir, geriano de Existenz y al concepto de
nistas que, recogiendo los hilos de las implicando en la noción mecánica de existencia en general y en la mayor
anticipaciones setecentistas, de la doc- evolución la noción, completamente parte de las tendencias filosóficas.
trina goethiana de la morfología com- distinta, del valor. Además de Hemos informado asimismo de va-
parada y del romanticismo, desembo- Spencer y de sus seguidores, el rios otros modos como se ha tradu-
caron en la constitución científica de darwinismo fue admitido de un modo cido al español el citado vocablo hei-
las teorías del darwinismo. Entre ellas general por casi todas las corrientes deggeriano. Ahora bien, como el tér-
merece lugar aparte la teoría de La- naturalistas de la época. Entre ellas mino alemán Dasein que utiliza Hei-
marck (1748-1829) que en su Filo- hay que mencionar particularmente degger ha entrado con frecuencia en
sofía zoológica (1809) explicó el el evolucionismo de Thomas Huxley la literatura filosófica en su modo
origen de las especies por las varia- (1825-1895); Man's Place in Nature original, y como Jaspers usa asimis-
ciones condicionadas por el medio, (1863), y, sobre todo, el monismo mo dicho vocablo con un sentido to-
el cual exige del animal la necesidad naturalista de Haeckel. El darwinis- talmente distinto —y hasta contra-
de adaptaciones sucesivas y, consi- mo ha ido perdiendo paulatinamente rio— al de Heidegger, creemos con-
guientemente, la modificación perti- importancia en el campo filosófico veniente decir unas palabras sobre el
nente de los órganos. Estas modifi- precisamente a medida que se han término mismo.
caciones son fijadas por la costumbre incorporado definitivamente a la bio- Para Heidegger (véase de nuevo
y transmitidas por la herencia, cons- logía sus comprobaciones más firmes EXISTENCIA ), el Dasein (Da-sein) es
tituyéndose de tal suerte una grada- y ha dejado de ser, por tanto, un el único ser a quien le va su ser en
ción de especies cuyas anormalidades principio general de explicación. su ser. No es, pues, una existencia
son en cada caso las condiciones de en general. No es tampoco un ser
la futura normalidad. La teoría dar- zuhandenes, un ser "amanual" o, co-
winiana consiste en una rectificación, mo traduce Gaos, un "ser a la ma-
pero a la vez en una integración y no" (como ocurre con un utensilio),
sistematización de estas anticipacio- ni un ser vorhandenes, un ser "pre-
nes. Para Darwin que, partiendo de sente" o, como traduce Gaos, un "ser
Malthus, aceptó el principio de la ante los ojos". No es una realidad
desproporción existente entre la mul- que haya que someter a análisis exis-
tiplicación de los seres vivos y los tencial, sino a análisis existenciario
medios de subsistencia, este hecho (VÉASE). El Dasein se restringe al ser
produce una lucha por la vida y esta humano — o, si se quiere, el ser hu-
lucha desemboca en una superviven- mano, del que puedo decir que es
cia de los más aptos, por quienes "mío" o que "soy yo mismo", es el
hay que entender aquellos seres cuyas único ejemplo de Dasein. Su esencia
funciones se han adaptado mejor a radica en la Existenz, porque no pue-
las exigencias del medio. Las variacio- de hacer sino existir. Es el único ser
nes así producidas y fijadas son el ori- que se pregunta por el ser (Sein) y
gen de las nuevas especies, que surgen por el sentido del ser (Sinn des Seins).
a través del tiempo articuladas en una En cambio, para Jaspers, el Dasein
jerarquía de funciones progresivamente es el ser como algo dado, a diferen-
más diferenciadas y perfectas a partir cia de la Existenz, que es el único
de una común forma primitiva. ser que se hace a sí mismo libre. La
La aplicación consecuente de los Existenz en Jaspers es, en rigor, algo
principios darwinianos al mundo mo- anterior y previo a ciertos caracteres
ral, social e histórico fue uno de los que podrían considerarse superficial-
principales elementos del predominio mente como ligados al hacerse libre-
del evolucionismo en la segunda mi- mente a sí mismo. Por ejemplo, la
tad del siglo XIX. Aunque con conciencia sigue perteneciendo al rei-
inde-
DAS DE
no del Dasein y no al de la Existenz. nuscrits de D. de Dinant", Revue
En los artículos sobre Heidegger y néoscolastique de philosophie, XXXV
Jaspers, además del citado artículo (1933), 220-9.
"Existencia" nos hemos extendido DE. Véanse bajo letras correspon-
más ampliamente sobre el pensamien- dientes, los nombres de filósofos mo-
to de los mencionados filósofos en tor- dernos con la partícula 'de' antes del
no a Dasein y Existenz. Aquí preten- apellido (por ejemplo: Guido de Rug-
díamos únicamente despejar una posi- giero en RUGGIERO [ GUIDO DE ]).
ble confusión. Agreguemos que aun- DE CAUSIS. Véase LÍBER DE CAUSIS.
que la versión más corriente de Da- DE INESSE (PROPOSICIONES
sein es 'existencia', conviene indicar
en cada caso en qué sentido es usado
este término. Conviene indicarlo so-
bre todo al tratarse de Heidegger y
Jaspers, pero asimismo en otros filó-
sofos que han usado el mismo voca- donde aparece claramente la secuen-
blo en sentido metafísico central. Así cia de las letras 'A', 'I', 'I', origen
ocurre, por ejemplo, en Hegel, el cual del término Datisi, en el orden M P
concibe a Dasein como existencia, pe- - M S -S P.
ro sólo en cuanto determinada o el ser DATOS. Véase DADO, PERCEPCIÓN.
en cuanto se halla determinado en el DAVID DE DINANT (fl. 1200)
proceso dialéctico del devenir ( VÉASE). nac. probablemente en Bretaña, pa-
DASGUPTA (SURENDRANATH) rece haber influido sobre Almarico
(1887-1952), nac. en Calcuta, es co- de Bène en las doctrinas de carácter
nocido sobre todo por su extensa his- panteísta que fueron condenadas en
toria de la filosofía india, la más com- 1210. Lo poco que se conserva de
pleta publicada hasta la fecha. Das- David de Dinant (unos fragmentos
gupta, sin embargo, no es sólo un del escrito De tomis, id est de divi-
historiador, sino un pensador sistemá- sionibus), y las doctrinas que le son
tico que se ha esforzado por aunar atribuidas por San Alberto el Grande
la tradición india —especialmente los y Santo Tomás, hacen pensar que se
elementos pluralistas de ésta: Sankh- trata de un filósofo orientado en
ya, Jainismo (VÉANSE)— con ciertas Avicebrón, en Juan Escoto Erigena
escuelas filosóficas occidentales — par- y, sobre todo, en la interpretación
ticularmente el neo-realismo anglo- aristotélica de Alejandro de Afrodisia
americano y las doctrinas de la evo- que, como es sabido, acentúa más
que ninguna otra la tesis de la unidad
lución emergente. Dasgupta ha sub-
del entendimiento agente. En efecto,
rayado la importancia de la expe-
la división de la realidad en tres
riencia, pero a la vez el amplio ca- indivisibles, los cuerpos, las almas y
rácter que debe tener ésta, en la que las substancias separadas, parece ha-
ha incluido la experiencia mística. ber servido a David de Dinant para
También ha destacado la importan- concluir que, en último término, estas
cia del fenornenismo y del raciona- tres cosas son una sola. El ser como
lismo en la comprensión de la reali- tal sería entonces el principio de
dad, la cual ha concebido como en toda división, y Dios sería identi-
constante desarrollo desde las formas ficado con el principio material de
inferiores hasta las más altas mani- todas las cosas, con lo cual materia
festaciones espirituales. y Dios serían lo mismo. Las tesis
Obras: A Study of Patanjali, 1920. capitales de la "Fuente de la vida"
— A History of Indian Philosophy, 5 resuenan, por consiguiente, en la
vols. (I. 1922; II, 1932; III, 1940;
IV, 1949; V, 1955). — Yoya, as Phi- obra de David de Dinant, lo mismo
losophy and Religion, 1924. — Hindu que algunas de las consecuencias del
Mysticism, 1927. — Yogo Philosophy neoplatonismo del Liber de causis
and Its Relation to Other Systems of DE INESSE). Véase MODALIDAD .
(VÉASE ).
Thought, 1930. — Indian Idealism, G. Théry, Autour du décret de DE MUNDO. En el Corpus Aristo-
1933. 1210: I. David de Dinant, 1925 [Bi- telicum (véase ARISTÓTELES) suele
DATISI es el nombre que designa bliothèque thomiste, vol. VI]; II. Ale- incluirse una obra titulada Sobre el
uno de los modos (véase MODO) vá- xandre d'Aphrodisie, 1926, [ibid., mundo, Peri\ ko/smou. Esta obra no
lidos de los silogismos de la tercera vol. VII]. — C. Capelle, Autour du se debe a Aristóteles. Fue redactada
figura (VÉASE). Un ejemplo de Datisi décret de 1210. III. Amaury de Bène probablemente en el siglo I antes de
[îd., id., vol. XVI]. — A. Birken- J. C. (según algunos autores, el I
puede ser: majer, "Découverte de fragments ma- o II después de J. C. ) y se mani-
403
DEB DEB DEB
fiestan en ella influencias estoicas, cuales ha importado más el contenido tica de la razón práctica, en el verso de
principalmente de la cosmología de mismo de las leyes y de los mandatos Juvenal:
Posidonio. Las huellas estoicas se que la forma. Claro está que ha habido
traslucen en las tendencias panteís- siempre alguna conciencia de la
Et propter vitam vivendi perdere
tas y, hasta cierto punto, monistas. diferencia fundamental entre el deber causas,
Las huellas aristotélicas, en la afir- como lo que debe ser y el ser puro el cual muestra que cuando se intro-
mación de la trascendencia del ser y simple. Este último es lo que existe duce algo de auto-estima en la ac-
primero. De hecho, el tratado De de hecho; el deber, en cambio, es lo ción, la pureza de sus motivos que-
mundo revela el conflicto, típico de que "tiene que ser" de derecho, con da manchada. Ahora bien, Kant no
la mayor parte de las teologías y cos- independencia de que sea o no efec- niega que sea a veces necesario el
mologías a partir del siglo I antes de tivamente. Por eso el deber ha sido auxilio de la sensibilidad, de modo
J. C., entre la tesis de la trascenden- considerado casi siempre bajo el as- que en ciertas ocasiones el hacer in-
cia de la realidad suprema y la tesis pecto del deber moral. Pero inclusive tervenir a ésta es preferible a pospo-
de que debe de haber una conexión con la citada conciencia, el deber ner toda acción en aras a la pura san-
entre tal realidad y el mundo. Este ha sido considerado, una vez más, de tidad del deber. Los tan criticados
conflicto adquirió agudos caracteres distintos modos de acuerdo con el rigorismo y formalismo de la ética
en muchos filósofos platónicos de los origen del mandato que expresa lo de Kant no llegan a tan extremadas
dos primeros siglos después de J. C., que debe hacerse u omitirse. Para consecuencias como para que el fi-
y constituyó uno de los temas fun- las morales de tipo material, el deber lósofo no advierta que pueden darse
damentales del neoplatonismo, el cual se deduce del bien supremo. Así, casos en los que "lo mejor es ene-
puede ser considerado en cierta me- para los estoicos el deber es primor- migo de lo bueno"; creer lo contrario
dida como un intento de resolver el dialmente el vivir conforme a la Na- es correr el riesgo de paralizar la
citado problema. turaleza, es decir, conforme a la razón acción moral.
Ed. W. L. Lorimer, 1933; ed. E. universal. Para las morales de tipo En la ética apriórica material ( Max
König (con versión siria). — Véase W. formal, en cambio, el deber no se Scheler), el deber es la expresión del
L. Lorimer, The Text Tradition of deduce de ningún bien en el sentido mandato, ejercido sobre la concien-
Pseudo-Aristoteles De mundo, 1933 concreto y eudemonista del vocablo, cia moral por cierto número de va-
(también en int. a ed. supra). —
A.-J. Festugière, La révélation d'Her- sino del imperativo categórico supre- lores. Este mandato se expresa casi
mès Trismégiste. II, 1949. — J. P. mo, independiente de las tendencias siempre en forma negativa. Sin em-
Maguire, "The Sources of Pseudo- concretas y de los fines concretos. bargo, puede admitirse que también
Aristotle De Mundo", Ύαle Classical Así, para Kant, el deber, este "grande la intuición de los valores, y espe-
Studies, VI (1939). y sublime nombre", es la forma de cialmente de los valores supremos,
DEBER. El deber expresa la for- la obligación moral. La moralidad produce en ciertos casos la concien
zosidad; lo que debe ser es lo que tiene lugar de este modo sólo cuando cia del deber, de la realización y
no puede ser de otra manera. Pero la acción es realizada por respeto al cumplimiento de lo valioso.
este "no poder ser" no significa una deber y no sólo en cumplimiento del A. Aall, Macht und Pflicht, 1902.
necesidad de tipo natural o de tipo deber. Ello equivale a una identifica- — G. Franceschini, Il dovere, 1906.
lógico-ideal, sino más bien la necesi- ción del deber con el soberano bien. — Max Küenburg, S. J., Der Begriff
dad derivada de la obligatoriedad, Como dice en la Fundamentación de der Pflicht in Kants vorkritischen
Schriften, 1927. — René Le Senne,
dada de alguna forma a través de un la metafísica de las costumbres, el de- Le devoir, 1930. — Hans Reiner,
"mandato". Ahora bien, este mandato ber es la necesidad de actuar por Pflicht und Neigung, 1949. — Sobre
puede proceder de muy diversas fuen- puro respeto a la ley, la necesidad el deber ser ( VÉASE ): A. Kitz, Sein
tes, y ha sido precisamente la refe- objetiva de actuar a partir de la obli- und Sollen, 1864. — K. Wolff,
rencia a una determinada fuente lo gación, es decir, la materia de la Grundlehre des Sollens, zugleich eine
que por lo general ha dado una sig- obligación. En suma, si las máximas Theorie der Rechtsekenntnis, 1924.
nificación precisa al deber. No es lo (véase MÁXIMA) de los seres racio- — Sobre la lógica de los imperativos,
nales no coinciden por su propia na- véase IMPERATIVO.
mismo, en efecto, el deber —ni son
los mismos los deberes— según que turaleza con el principio objetivo del DEBER SER. Suele distinguirse en
la fuente del mandato sea la Natura- actuar según la ley universal ( VÉA- filosofía entre el ser ( VÉASE ) y el
leza, el mundo inteligible, la Persona SE ), es decir, de modo que la vo-
deber ser. Tomada en un sentido ge-
divina, la existencia humana o el reino luntad pueda al mismo tiempo con- neral, esta distinción es ontológica.
de los valores. En la Antigüedad y siderarse a sí misma como si sus máxi- Pero tiene su paralelo lingüístico en
aun en la Edad Media la reflexión mas fueran leyes universales (véase la existencia de dos tipos de lengua-
sobre el deber ha sido casi siempre IMPERATIVO), la necesidad de actuar
je: el lenguaje indicativo y el len-
la reflexión sobre los deberes; no se de acuerdo con dicho principio es guaje prescriptivo respectivamente.
ha tratado tanto de precisar qué sea la necesidad práctica o deber. El Algunos autores, sin embargo, niegan
el deber como de determinar aquello deber no se aplica, ciertamente, al que el deber ser constituya un apar-
que es debido. Esto tiene, desde lue- soberano en el reino de los fines, tado ontológico especial y arguyen
go, una razón muy principal: el hecho pero se aplica a cada uno de sus que no es sino una de las formas po-
de que casi todas las morales anterio- miembros. La "fuerza" residente en la sibles del ser.
res a Kant hayan sido morales con- idea del deber se manifiesta viva- Con frecuencia se supone que
cretas y, por lo tanto, morales en las mente, según escribe Kant en la Crí- mientras el ser corresponde al reino
404
DEB DEB DEB
de la realidad en cuanto tal (y a hipotético (o válido solamente dadas só a Rusia, y en 1917 abandonó a
veces sólo al reino de la Naturaleza), ciertas condiciones). Es obvio que los mencheviques y participó activa-
el deber ser corresponde al reino de la tesis adoptada al respecto depende mente en el movimiento revoluciona-
la moralidad. En este caso, se define del tipo de moral sustentado: for- rio bolchevique. Poco después ingre-
muchas veces el deber ser como ori- mal o material, autónoma o heteró- só en el Instituto del Profesorado Ro-
ginado en la voluntad moral. Esta noma, fundada en una realidad o en jo, siendo profesor en la Universidad
tesis ha sido desarrollada especial- el reino de los valores, etc. Es obvio Svérdlov ( Moscú ).
mente por Kant y por los neokantia- asimismo que en muchas morales se Déborin combatió desde el comien-
nos. Así, Kant define el deber ser combinan las anteriores tesis, y que zo a los materialistas que negaban la
como un dictado de carácter inteligi- la concepción del deber ser como utilidad de la filosofía para el mar-
ble y como el querer necesario que adquirido se combina con su concep- xismo, y defendió la dialéctica como
expresa un miembro de un mundo ción como condicionado e hipotético. instrumento marxista fundamental. El
inteligible. Hermann Cohen llega in- Decíamos antes que la ontología materialismo dialéctico es para Débo-
clusive a identificar el ser del deber del deber ser tiene su paralelo lin- rin una concepción general y com-
ser con con el ser de la voluntad. Otros güístico en el llamado lenguaje pres- pleta, que se compone de una dia-
autores (por ejemplo, Simmel) con- criptivo. En efecto, este lenguaje no léctica como método general (lógico
sideran el deber ser como una de las indica lo que es ni describe ninguna y epistemológico), de una dialéctica
categorías de la moralidad. Se trata especie de realidad, sino que señala de la Naturaleza, aplicable a la cien-
en su caso de una categoría formal lo que conviene hacer o con vistas cia natural, y de una dialéctica de la
que no prejuzga nada con respecto a un fin determinado o de acuerdo historia, o materialismo histórico. En
a su contenido ni siquiera con res- con la ley moral universal. Ahora la discusión que tuvo lugar desde
pecto al sujeto que quiere. Otras mo- bien, así como el lenguaje prescripti- 1925 a 1930 entre los llamados "me-
rales toman puntos de vista menos vo está relacionado con el lenguaje canicistas" (Axelrod [VÉASE ], Stépa-
formales. Para una ética material, el indicativo, el reino del deber ser no nov y Timirázev [v. MARXISMO ]) y
deber ser está basado en lo que se puede concebirse como enteramente los "dialécticos", Déborin defendió
define como el bien. Para una ética separado del reino del ser. Lo mis- esta última posición, basándose prin-
de los valores, como la de N. Hart- mo ocurre en la relación del lengua- cipalmente en Engels y en el texto
mann, el deber ser no surge de un je prescriptivo y del reino del deber de la Dialéctica de la Naturaleza (pu-
sujeto que quiere, sino que es un ser con otros lenguajes y otros reinos blicado en 1925), así como en las no-
imperativo ideal. Por lo demás, esta de la realidad. Por ejemplo, las re- tas filosóficas de Lenín (publicadas
es, según N. Hartmann, la diferencia laciones del lenguaje prescriptivo con en 1929). Para Déborin, el materia-
entre el deber hacer y el deber ser. el lenguaje valorativo tienen su para- lismo es una concepción del mundo
El deber hacer reside en el sujeto. lelo en las relaciones entre el reino do en las ciencias naturales, el mé-
El deber ser, en un mundo axiológi- del deber ser y el reino del valor. todo dialéctico inaugurado por Hegel
co. El deber hacer está condicionado En suma, el entrecruzamiento de los y aplicado por Marx. Aunque funda-
por el deber ser. Pero ello no signi- lenguajes presenta las mismas difi- do en las ciencias naturales, el mé-
fica que cada vez que haya un deber cultades que el entrecruzamiento del todo dialéctico era para Déborin in-
ser le tenga que seguir necesariamente reino del deber ser con los otros reinos dependiente de tales ciencias y aun
un deber hacer, esto es, un deber de lo real. constituía el método de todo cono-
hacer algo para que sea el ser mar- Las ideas de Kant, en la Critica cimiento científico. La dialéctica se
cado por el deber ser. En todo caso, de la razón práctica y en la Funda- divide en lógica o dialéctica subjeti-
el deber ser se impone al deber hacer mentación de la Metafísica de las cos- va, ontología o dialéctica objetiva, y
cuando el primero es positivo, pero tumbres. Las de H. Cohen, en Kritik teoría del conocimiento como síntesis
no cuando es ideal. des reinen Willens. Para Simmel, véa- de las dos citadas dialécticas. La dia-
se su Einleitung in die Moralwissen- léctica no era, pues, un método apli-
Los problemas que suscita el ori- schaft. Para N. Hartmann, su Ethik
gen del deber ser son análogos a los (fechas de ediciones en las bibliogra- cable sólo al mundo social e históri-
que se plantean con respecto a la fías de los respectivos autores). So- co, sino a la realidad entera. Déborin
Conciencia moral (VÉASE) y al Senti- bre ser y deber ser: A. Kitz, Sein und fue acusado de "idealismo" ("idea-
do moral (v.). En efecto, puede con- Sollen, 1864. — Sobre la lógica del lismo menchevizante" ) y tuvo que
cebirse el deber ser como teniendo un deber ser: E. Mally, Grundgesetze retirar sus posiciones como "desvia-
origen mediato (por ejemplo, en la des Sollens. Elemente der Logik des ciones de derecha". Durante un tiem-
sociedad) o inmediato (por ejemplo, Willens, 1926. Véase también la bi- po interrumpió sus publicaciones, pe-
en la intimidad del individuo) ; ad- bliografía de IMPERATIVO. ro luego las reanudó, continuando en
quirido (en la sociedad, en la histo- DÉBORIN (ABRAM MOISÉÉ- sus actividades académicas, si bien
ria, en las leyes divinas, etc.) o innato VITCH) nac. (1881) en Kovno (Li- de acuerdo con la llamada "línea ge-
(descubierto por simple inspección de tuania). Ya muy joven se adhirió a neral".
los fundamentos del sujeto moral); los grupos marxistas revolucionarios Obras principales: Vvédenié υ fi-
incondicionado (o absoluto y rusos, teniendo que emigrar a Suiza losofiú dialéktitchéskovo materializ-
universal) o condicionado (por la Na- en 1903. Allí entró a formar parte ma, 1916 (Introducción a la filosofía
turaleza, la psicología individual, la del ala leninista del Partido Social del materialismo dialéctico). — Lé-
nin kak mislitél, 1924 (Lenín como
sociedad, el momento histórico, etc.); Demócrata ruso. En 1907 ingresó en pensador). — Dialéktika i éstéstvoz-
categórico (o válido absolutamente) o la fracción menchevique; en 1908 pa- nanié, 1930 (Dialéctica y ciencia na-
405
DEC
'decidible' aplicado a una teoría for-
malizada T usaremos la formulación
de A. Tarski (Undecidable Theories,
1953, I. 3): "Una teoría T es lla-
mada decidible si el conjunto de
todas sus sentencias válidas es recur-
sivo; de lo contrarío, es llamada in-
decidible." Siguiendo al mismo autor
diremos que una teoría formalizada
T puede ser (1) decidible; (2) in-
decidible; (3) esencialmente indeci-
dible. Se aplica (3) a una teoría T
DECIDIBLE. En varios artículos en la cual es indecidible no sola-
lógicos de este Diccionario hemos mente T sino toda extensión consis-
usado los términos 'decidible', 'inde- tente de T que tenga las mismas
cidible', 'decidibilidad', 'indecibili- constantes que T. Observemos que
dad', así como las expresiones 'método toda teoría decidible es axiomatiza-
de decisión' y 'procedimiento de deci- ble, pero no toda teoría axiomatiza-
sión'. Daremos aquí una breve ex- ble es decidible.
plicación del significado de estos tér- Los problemas de decisión han
minos a base de la aclaración del ocupado grandemente a los lógicos y
uso del término 'decidible'. matemáticos durante los últimos treinta
Este término pertenece al vocabu- años. Podemos establecer en la citada
lario de la metalógica y expresa uno época dos períodos: uno, de 1920 a
de los conceptos sintácticos funda- 1934, durante el cual se pensó que la
mentales usados en la misma (otros lógica y la matemática enteras eran
conceptos fundamentales son el de decidibles y alcanzó sus más grandes
consistencia [véase CONSISTENTE ] y triunfos la llamada matemática
el de completitud [véase COMPLE - formalista; otro, de 1934 a la fecha,
TO]). Se llama decidible a un cálculo durante el cual se desvanecieron las
C cuando puede forjarse un método o esperanzas de una completa
un procedimiento mecánico mediante decidibilidad de tales disciplinas. La
el cual sea posible decidir —en una demostración por A. Church de que DECISIÓN. En el artículo Deci-
serie de operaciones finita— si una no puede ingeniarse ningún procedi- dible ( VÉASE) hemos tratado el pro-
fórmula bien formada de C es o no miento de decisión ni siquiera para blema de la decisión en el sentido
un teorema de C. También se define el cálculo cuantificacional elemental de la matemática y metalógica con-
a veces el término 'decidible' representó uno de los momentos de- temporáneas. En el presente artículo
indicándose que se llama decidible cisivos en esta historia. No entraremos nos referiremos a la cuestión de la
a una teoría formalizada T cuando aquí en la descripción de los diversos decisión tal como ha sido afrontada
puede forjarse un método que per- ensayos y resultados en los proble- por algunas direcciones filosóficas de
mita decidir si una sentencia cual- mas de decisión respecto a los dife- la misma época. Como las más sig-
quiera formulada mediante los sím- rentes cálculos lógicos (cálculo sen- nificadas de ellas han sido las direc-
bolos usados en T puede ser probada tencial, cálculo cuantificacional ele- ciones existencialistas en sentido lato,
mediante los recursos proporciona- mental, cálculo cuantificacional su- podemos hablar de un predominio
dos por T. El procedimiento mecánico perior). Nos limitaremos a indicar del sentido existencial de la de-
o método antes aludidos reciben el como ilustración de nuestro problema cisión.
nombre de procedimiento de decisión que uno de los métodos de decisión Advertiremos ante todo que el con-
o método de decisión. El problema fraguados para demostrar la de- cepto de decisión puede ser estudia-
que plantea la determinación de si cidibilidad de un cálculo es el método do en un sentido amplio y en un sen-
existe en un cálculo C o en una teoría de las tablas de verdad ( VÉ ASE ). tido estricto. En un sentido amplio
formalizada T un procedimiento o Este método fue ingeniado para pro- puede considerarse como un género
método de decisión es llamado bar que el cálculo sentencial es de- del cual otros conceptos pueden ser
problema de decisión. Si se encuentra cidible. especies. En un sentido estricto, debe
tal procedimiento o método, el El término 'decisión' puede ser usa- considerarse como un concepto re-
cálculo o la teoría formalizada reci- do también en un sentido existencial. lacionado con otras nociones existen-
ben el nombre de decidibles; si no, Nos hemos referido a este punto en ciales, pero irreductible a ellas. Aquí
el de indecidibles. En relación con Decisión ( VÉASE ). adoptaremos este último sentido.
estos adjetivos se usan los sustantivos Además de la citada obra de A. Otros conceptos afines —tales como
'decidibilidad' e 'indecidibilidad'. Tarski (una parte de ella en colabo- los de Salto y Vocación (VÉANSE)—
Las anteriores definiciones no tie- ración con À. Mostowski y R. M. han sido examinados separadamente.
nen carácter formal. Para una defi- Robinson), véase sobre los proble- La decisión existencial es presen-
nición formal suficiente del término mas de decisión en general: W. v. tada como una de las estructuras fun-
406
DEC DEC DED
damentales de la Existencia (v.) hu- negativa, y que ésta es sólo una "li- evitabilidad. De ahí una dialéctica
mana. Se supone, en efecto, que esta bertad para la nada". que pasa del acto al acto en vez de
Existencia tiene que decidirse conti- Si prescindimos de los variados transcurrir en el plano puramente
nuamente. Esta decisión no afecta matices anejos al concepto de deci- formal o en el orden inmanente del
simplemente a los objetos de los que sión, podremos definir a ésta como idealismo. Pero, a la vez, esta dialéc-
la Existencia está rodeada, sino a un acto en el cual la existencia indi- tica actual requiere, según Decoster,
la propia Existencia, o a algo que la vidual humana, en vez de seguir per- una "mediación intrínseca al acto"
afecta tan fundamentalmente que es dida en las cosas o en el mundo, se y, por lo tanto, una síntesis pura o
una y la misma realidad con ella. vuelca sobre sí misma, no para des- concreta que posibilita una adapta-
No es, si se quiere, un "decidirse pegarse simplemente de las cosas ni ción del acto a la mediación, los
entre", sino un "decidirse por". De para consagrarse a la contemplación cuales serán indistinguibles, aunque
ahí que la decisión sea al mismo tiempo desinteresada, sino para elegirse a no identificables. Lo incondicionado
una elección — la llamada elección sí misma y con ello cumplir con su metafísico resulta, así, dado en una
existencial. Ello significa ante todo vocación o destino. Esta decisión especie de "mediación inmediata",
que la Existencia no es una entidad puede ser considerada —en un sen- que nos enfrenta con el acto puro.
análoga a las demás cosas, las cuales tido amplio— como un salto y, desde Con lo cual la mediación será "la ley
simplemente son — o, en el lenguaje luego, como un acto en el cual la no escrita de todo pensamiento" (De
de Sartre, son en sí. Poseyendo —o, existencia se compromete a sí misma l'Unité métaphysique, 1934, pág. 74).
mejor dicho, siendo— una libertad enteramente. En este comprometerse Mas el lenguaje del idealismo que
completa, la existencia humana no la Existencia se resuelve a no falsear- aquí parece emplearse no corresponde
puede dejar de decidirse. Al decidirse, se. De este modo, las nociones de sino muy imperfectamente, según
empero, elige lo que va a ser. No elección, vocación, destino, compro- Decoster, a la realidad expresada;
importa que el ser elegido sea miso y resolución están relacionadas con ello se cumple meramente una de
auténtico o inauténtico; como ha con el concepto de decisión existen- las condiciones de toda metafísica
señalado Heidegger, los dos citados cial, pero conviene advertir que con auténtica, que se ve obligada a
modos —el auténtico y el inauténti- ello se prescinde de las dificultades constituirse mediante una disonancia
co— pertenecen por igual a la estruc- técnicas de toda índole que plantea si quiere realmente recobrar su
tura de la Existencia. Ahora bien, una la comprensión de la decisión y so- "unidad".
vez admitida esta "decisionabilidad" bre todo de las muy diversas inter- Obras: La Réforme de la Cons-
de la Existencia, los filósofos difieren pretaciones de que es susceptible. Un cience, 1919. — Le Règne de la
considerablemente en cuanto a su examen de la noción de Existencia Pensée, 1922. — Acte et Synthèse,
( VÉASE ) (en el sentido en que em- 1928. — De l'Unité métaphysique.
sentido. Para algunos, la decisión es Épilogue philosophique, 1934. —
algo que la Existencia efectúa abso- plean este término varias filosofías "De l'Analyse réflexive à l'Expérience
lutamente sola; ni la sociedad, ni la contemporáneas) puede contribuir a métaphysique" ( Travaux du IX Con-
Naturaleza, ni Dios intervienen —o aclarar varias de las confusiones más grès Int. de Philosophie, t. VIII,
"deben intervenir"— en ella. Por el comunes en la mencionada definición. [1931], 32-38). — Positions et Con-
contrario, se supone que tan pronto Alberto Caturelli, El filosofar como fessions, 1940. — Véase M. A. Co-
como hay auxilio o coacción exter- decisión y compromiso, 1958. chet, La Métaphysique de Paul
DECOSTER (PAUL) (1886-1939), Decoster et la Science, 1937. — Jac-
nos, la decisión no es auténtica, pues ques Gérard, La Métaphysique de
está regida por normas exteriores. nac. en Bruselas, ha defendido una Paul Decoster, 1945. — G. Van Molle,
Otros autores, en cambio, señalan "metafísica única" que puede ser La Philosophie de Paul Decoster, 1946.
que el acto de la decisión es un acto llamada la metafísica del acto. Esta DEDUCCIÓN. Muchas son las de-
que implica factores tales como la metafísica no coincide estrictamente finiciones que se han dado de la
invocación, el testimonio, la plegaria, con la filosofía ni siquiera con la deducción. He aquí algunas: (1) es
etc., y, por consiguiente, niegan que ontología en tanto que mera "fi- un razonamiento de tipo mediato;
la decisión sea absoluta. La diferencia losofía primera" de carácter for- (2) es un proceso discursivo y des-
entre unos y otros autores se debe mal y crítico. Pues se trata, en últi- cendente que pasa de lo general a lo
en gran parte a que mientras para los mo término, de una metafísica no particular; (3) es un proceso dis-
primeros la Existencia está suspendida demostrativa, que empieza con lo in- cursivo que pasa de una proposición
en la nada, para los segundos, en condicionado y que rechaza todo a otras proposiciones hasta llegar a
cambio, está suspendida en el ser — condicionamiento, el cual no puede una proposición que se considera la
y aun es solamente en la medida en salir de la esfera lógica o, a lo sumo, conclusión del proceso; (4) es la de-
que está por doquiera penetrada de epistemológica. El acto es, en cam- rivación de lo concreto a partir de lo
ser. Por eso los primeros critican a los bio, lo que el pensamiento encuentra abstracto; (5) es la operación inversa
segundos alegando que su concepción inmediatamente ante sí como afir- a la inducción; (6) es un razona-
de la decisión no tiene nada que ver mación metafísica —no sólo psico- miento equivalente al silogismo y,
con una decisión existencial, mientras lógica— inevitable. Lo cual no sig- por lo tanto, una operación estricta-
que los segundos critican a los nifica, según Decoster, adherirse a mente distinta de la inductiva; (7)
primeros señalando que su concepto un irracionalismo; este acto es, en es una operación discursiva en la cual
de libertad absoluta equivale a la substancia, un "acto intelectual". El se procede necesariamente de unas
idea de una libertad fundamento de la afirmación no es, proposiciones a otras.
así, la indubitabilidad, sino la in-
407
DED DED DED
Cada una de las definiciones ante- ceso deductivo, pero con el fin de relación de implicación, y todo siste-
riores adolece de varios inconvenien- entenderla bien es menester distin- ma deductivo debe contener entre sus
tes, pero a la vez apunta a una o guir entre la necesidad causal, la ne- premisas tantas propiedades de im-
varias características iluminadoras de cesidad ontológica ( ontológico-esen- plicación como sean necesarias para
la deducción. Así (1) es insuficiente, cial, según algunos, ontológico-formal, legitimar el procedimiento ordinario
pues el vocablo 'razonamiento' es según otros) y la necesidad lógica. de la deducción." Si un enunciado,
aquí demasiado vago, pero subraya Solamente desde el punto de vista de p, implica lógicamente otro enuncia-
el carácter mediato y, por lo tanto, esta última podemos hablar de ne- do, q, q es deducido lógicamente de
no intuitivo de la operación deducti- cesidad al referirnos a un razona- ρ. Υ si un enunciado, q, es deducido
va; (2) tiene supuestos ontológicos miento deductivo. Este último es, en de un enunciado, p, puede decirse
que no son estrictamente necesarios efecto, necesario en el sentido de que p implica lógicamente q.
y que resultan patentes en la noción que una vez admitido que una con- El método deductivo es usado en
de descendente, pero alude al paso clusión, C, se sigue necesariamente todas las ciencias —matemática, fí-
de lo más general a lo menos general; de las premisas P, P1, P 2, etc., re- sica, biología, ciencias sociales—, pero
(3) es correcto, pero olvida la sulta contradictorio afirmar que tal es particularmente apropiado en las
necesidad de "mediación" (término conclusión no se sigue de dichas pre- ciencias más formalizadas, tales como
medio, regla de inferencia, etc.); misas. La noción de necesidad (ló- la lógica, la matemática y la física
(4) muestra el carácter abstracto, gica) está, pues, ligada a la de la teórica. Por medio de tal método es
cuando menos en el punto de partida, negación de contradictoriedad con- posible llevar a cabo en dichas cien-
del proceso deductivo, pero descuida sigo mismo, y aun algunos autores cias pruebas formales, en las cuales
otros importantes aspectos del mismo; sostienen que este es el único tipo se establece que las conclusiones a
(5) es justo siempre que no se de necesidad legítimo, de tal modo las cuales se llega son formalmente
interprete en sentido demasiado que debe descartarse el aspecto causal válidas.
estricto el término 'inverso', y siem- y el ontológico (esencial o formal) Entre los problemas que se han
pre que no se olvide que tanto la de la necesidad, los cuales podrían planteado con respecto a la deduc-
deducción como la inducción son ser, en último término, reflejos de la ción destacaremos uno: el que con-
operaciones de índole formal; (6) es necesidad lógica manifestada en la siste en determinar si todo conjunto
aceptable solamente en la medida deducción. de fórmulas primitivas dadas en un
en que muestra que el silogismo es Las investigaciones actuales sobre determinado sistema formal es o no
una operación deductiva, pero falla la naturaleza de la deducción tienen equivalente a los principios de de-
en la afirmación de la equivalencia en cuenta algunos de los elementos ducción de tal sistema. Algunos au-
entre deducción y silogismo, por antes mencionados, pero intentan re- tores se pronuncian por la afirmati-
cuanto este último es sólo una de ducirlos a sus justas proporciones, va; en tal caso las fórmulas primiti-
las muchas posibles operaciones de- o bien completarlos mediante otras vas en cuestión son declaradas mate-
ductivas; (7) es poco explícito, pero características sin las cuales no puede rialmente verdaderas. Otros autores,
destaca un elemento fundamental en proporcionarse ninguna noción me- en cambio, manifiestan que semejante
la operación deductiva: el de nece- dianamente rigurosa de las operacio- interpretación de dichas fórmulas no
sidad. nes deductivas. Una definición hoy es necesaria, ya sea porque rechazan
De las definiciones mencionadas muy común y que se aplica a todas la expresión 'materialmente ver-
(1) y (2) se hallan en textos no las formas de deducción es la que daderas', ya sea porque distinguen
escolásticos escritos desde principios sostiene que en el proceso deductivo entre los axiomas o fórmulas primi-
del siglo XIX; (3) y (4) se usan a se derivan ciertos enunciados de otros tivas de un sistema formal o cálculo
veces para completar otras definicio- enunciados de un modo puramente y las reglas de deducción del mismo.
nes; (5) ha sido una definición muy formal, esto es, en virtud sólo de la Tales reglas de deducción son con-
habitual en autores de la época mo- forma (lógica) de los mismos. El sideradas como fórmulas metalógicas,
derna antes de que se popularizara enunciado o enunciados del cual o en tanto que los axiomas primitivos
el florecimiento (o reflorecimiento) de los cuales se parte para efectuar son fórmulas lógicas.
de la lógica formal simbólica; (6) ha la derivación son la premisa o premi- Es cada vez más extendido en ló-
sido la definición más frecuente entre sas; el enunciado último derivado de gica el método de la llamada de-
autores de tendencia aristotélico-es- tales premisas es la conclusión. La ducción natural (VÉASE) o inferencia
colástica, olvidando que aunque el derivación hasta llegar a la conclu- natural (cálculo secuencial, Sequen-
propio Aristóteles parece ocuparse sión se efectúa por medio de las re- zenkalkül) propuesto por Gerhard
con detalle sólo del silogismo entre glas de inferencia ( VÉASE ), las cua- Gentzen. Este método usa ciertos es-
los procesos deductivos, de hecho se les reciben asimismo el nombre de quemas de derivación en vez de los
refiere a otras formas de deducción reglas de deducción. Hay una estre- axiomas y reglas de inferencia.
(deducciones matemáticas, etc.); (7) cha conexión entre la noción de de- Sobre la "deducción trascenden-
pertenece más bien al grupo de de- ducción y la de implicación lógica, tal" en sentido kantiano, véase DE-
finiciones de la deducción en las y aun a veces se sostiene que la pri- DUCCIÓN TRASCENDENTAL.
cuales se intenta dar una interpre- mera depende de la segunda. Esta Referencias a la naturaleza de la
tación de ella. Es —como vimos— es la opinión de Whitehead y Russell deducción y a la estructura del mé-
interesante en tanto que pone de re- al escribir en Principia Mathematica: todo deductivo se encontrarán en la
lieve el carácter necesario del pro- "La deducción depende, así, de la mayor parte de los textos menciona-
408
DED
objetivamente el mundo como mun-
do fenoménico). Se trata de saber
"cómo las condiciones subjetivas del
pensamiento pueden poseer validez
objetiva, esto es, pueden proporcionar
las condiciones de la posibilidad de
todo conocimiento de objetos". En ri-
gor, se trata de saber cómo pueden
constituirse los objetos como objetos
de conocimiento para fundamentar el
conocimiento objetivo de la realidad
y, por lo tanto, establecer las condi-
ciones de la posibilidad de la cien-
cia ( física ).
El asunto es intrincado. La deduc-
ción kantiana de los conceptos puros
del entendimiento es una de las por-
ciones más difíciles, oscuras (y pro-
fundas) de la Crítica de la Razón
Pura. Cualquier resumen de ella re-
sulta falaz, porque en este caso los
detalles son importantes. Dada la na-
turaleza de la presente obra, sin em-
bargo, no tenemos más remedio que
limitarnos a trazar algunas líneas
esenciales.
Kant proporciona al respecto va-
rios argumentos. Ante todo, pone de
relieve que las diversas representa-
ciones que constituyen el conocimiento
Mientras los esquemas de deriva- (o el material del conocimiento)
ción para la lógica sentencial no ofre- deben estar de algún modo unidas,
cen dificultad particular, los esquemas puesto que de otra suerte no podría
de derivación para la lógica cuantifi- hablarse propiamente de conocimien-
cacional son de más difícil manejo. to. Dicha unión puede estudiarse des-
En efecto, al efectuar las derivacio- de el punto de vista de la actividad
nes debe procurarse que no se ligue del sujeto cognoscente. La premisa
una variable que debería permanecer fundamental es la conciencia de la
libre — es decir, que no haya lo que diversidad en el tiempo, la cual pro-
se llama a veces "colisión de varia- duce por un lado la conciencia de un
bles". Para evitarlo es menester te- yo unificado (no un yo metafísico o
ner en cuenta ciertas restricciones de un yo empírico, sino un yo trascen-
que suelen ir acompañados los esque- dental) y por el otro lado la con-
mas en cuestión. Así, por ejemplo, ciencia de un algo que constituye el
en el esquema (9) se establece que objeto en tanto que objeto de cono-
el esquema es aplicable siempre que cimiento. La combinación de la di-
'x' no aparezca como variable libre en versidad en unidad tiene lugar de
ninguna premisa, y siempre que 'Fx' tres modos: (1) Mediante síntesis de
sea como 'Fy' excepto por contener la aprehensión en la intuición o con-
casos libres de 'x' donde 'Fy' contiene Tales conceptos no pueden ser sim- ciencia de la simultaneidad y no su-
casos libres de 'y'. El esquema (10), plemente deducidos —de nuevo, en cesividad de varios elementos. (2)
por otro lado, es aplicable siempre que el sentido kantiano de este término, Mediante síntesis de reproducción en
'Fx' sea como 'Fy' excepto por por lo demás también relacionado con la imaginación, que hace posible vol-
contener casos libres de 'x' donde 'Fy' el sentido más corriente de deduc- ver a presentar las representaciones.
contiene casos libres de 'y'. ción o procedencia de un principio— (3) Mediante síntesis del reconoci-
Para las restricciones a los esque- en modo casual y empírico; corres- miento en un concepto, que permite
mas (11) y (12) y otras observacio- ponde a la naturaleza de estos con- reconocer la persistencia de los mis-
nes pertinentes al uso de esquemas de ceptos el ser deducidos a priori, pues mos elementos. Todas estas condicio-
derivación para la lógica cuantifica- de otra manera no tendrían validez nes arraigan en una condición funda-
cional, remitimos a cualquier exposi- objetiva, es decir, no podrían ser em- mental originaria: la llamada "aper-
ción de lógica basada en el sistema pleados en tal forma que diesen por cepción (VÉASE) trascendental" o "pu-
de la deducción natural (véase bi- origen "enunciados empíricos" (en ra". Esta apercepción no tiene carác-
bliografía ). tanto que enunciados que describen
410
DED DEF DEF
ter subjetivo, sino carácter objetivo dad entre los conceptos (y, en gene- de tal suerte que, una vez obtenida
en tanto que representa la condición ral, el lenguaje) y la realidad. la definición de A, podemos saber
para toda posible objetividad. Nos he- La idea de una "deducción tras- de cualquier objeto si es efectiva-
mos extendido al respecto en el men- cendental" es asimismo aplicada por mente A o no lo es. Ahora bien,
cionado artículo APERCEPCIÓN. Agre- Kant en la Crítica de la Razón Prác- mientras la acción de discernir su-
guemos aquí que la deducción tras- tica. En ésta se trata de mostrar có- pone comprobación empírica de la
cendental de los puros conceptos del mo la ley moral es válida, es decir, Verdad o falsedad del objeto consi-
entendimiento es algo distinto de una de justificar la ley moral. derado, la de definir supone delimi-
deducción (o justificación) tanto pu- Hay que distinguir entre la "de- tación intelectual de su esencia. Así,
ramente lógica como puramente me- ducción trascendental" y la "deduc- por ejemplo, podemos discernir, por
tafísica. En ambos casos sería una ción metafísica" en ambas Críticas. el gusto u otro tipo de verificación
"deducción" vacía o por no referirse En la de la Razón Pura, la "deduc- empírica, si un objeto que parece
a la experiencia o por referirse a una ción metafísica" se propone descubrir ser un pedazo de pan es o no efec-
supuesta, pero incomprobada e in- cuáles son las categorías, mientras la tivamente un pedazo de pan. Por
comprobable, realidad en sí. La de- "deducción trascendental" se ocupa otro lado, podemos establecer cuáles
ducción trascendental tiene justamente de su validez. En la de la Razón son las propiedades que debe poseer
por objeto mostrar las condiciones a Práctica, la "deducción metafísica" un pedazo de pan para que efec-
priori de la experiencia posible en se propone descubrir cuál es la ley tivamente lo sea y definir con ello
general como condiciones de la po- moral, mientras la "deducción tras- la entidad pedazo de pan. Esto no
sibilidad de los objetos de la expe- cendental" se ocupa de la validez de significa, naturalmente, que la defi-
riencia (en tanto que objetos cognos- esta ley, de su aplicabilidad, etc. Am- nición sea siempre una operación
centes). No es una imposición de al- bas deducciones son independientes mental independiente de la compro-
go "subjetivo" a la "realidad". No es una de otra. Por ser la trascendental bación empírica. Es frecuente que
una derivación lógica de un princi- en la Crítica de la Razón Pura más sólo después de muchas comproba-
pio. No es una inducción efectuada fundamental, a nuestro entender, que ciones empíricas acerca de un ente
a partir de los datos de la experien- la metafísica, y por constituir el mo- dado podamos proceder a definir tal
cia (los cuales justamente se trata de delo para cualquier otra "deducción ente. Pero —especialmente en onto-
hacer inteligibles como tales datos). trascendental", hemos dedicado a ella logías de tipo platónico— se tiende
Es más bien un modo de mostrar có- casi todo el presente artículo. a destacar el aspecto intelectual y,
mo se constituye el objeto como ob- Véanse las obras en las que se co- en todo caso, abstractivo (véase
jeto de conocimiento en tanto que menta la Crítica de la Razón Pura ABSTRACCIÓN) de la operación u ope-
este objeto en general se halla ligado (Patón, Weldon, etc.) mencionadas en raciones por medio de las cuales lle-
a los objetos reales empíricos. el artículo KANT . Además: H. Cle- gamos a formular definiciones.
La teoría kantiana de la deducción mens Sirven, I. Kants Transzendenta- Las anteriores consideraciones se
trascendental ofrece numerosas difi- les Deduktion, 1913 (Kantstudien. basan, por un lado, en un análisis
Ergânzungshefte 29). — H. J. de
cultades. Se ha manifestado, por Vleerschauwer, La déduction trans- de varios usos corrientes de los voca-
ejemplo, que constituye, a la postre, cendentale dans l'oeuvre de Kant, 3 blos 'definición' y 'definir', y, por el
un círculo vicioso, pues muestra la vols., 1934-37. — Mikel Dufrenne, La otro, en un examen del modo como
unidad del yo a partir de la unidad notion d'à priori, 1959. — Prieto el problema de la definición fue tra-
(posible) del objeto y la unidad del Chiodi, La deduzione nell'opera di tado, más o menos explícitamente,
objeto a partir de la unidad (posible) Kant, 1961. por los autores que por vez primera
del yo. Se ha indicado asimismo que DEFINICIÓN. Desde un punto de en la historia de la filosofía occiden-
mientras por un lado Kant parece ha- vista muy general la definición equi- tal se enfrentaron con él de un modo
blar de las condiciones de la reali- vale a la delimitación (de-terminatio, suficientemente amplio: Sócrates y
dad (como realidad cognoscible), por de-finitio), esto es, a la indicación de Platón. Tales consideraciones no son,
el otro parece referirse a las condi- los fines o límites (conceptuales) de empero, suficientes. Varias interpre-
ciones del lenguaje (o lenguajes) en un ente con respecto a los demás. taciones pueden sobreponerse a ellas.
el cual (o en los cuales) se habla de Por eso se ha concebido con fre- Los propios Sócrates y Platón propor-
la realidad. En todo caso, debe reco- cuencia la definición como una ne- cionaron una de las más influyentes:
nocerse que Kant ha afrontado leal- gación; delimitamos un ente con res- aquella según la cual la definición
mente un problema real: el problema pecto a otros, porque negamos los (universal) de todo ente es posible
del modo de conexión entre concep- otros hasta quedarnos mentalmente por medio de la división ( VÉASE ),
tos y datos empíricos, y que lo ha con el ente definido. Se supone que diai/resij, de todos los entes del uni-
afrontado sin intentar deducir los al llevar a cabo de un modo conse- verso de acuerdo con ciertas articu-
unos de los otros. Las cuestiones tra- cuente esta delimitación alcanzamos laciones a la vez lógicas y ontológi-
tadas por Kant en la deducción tras- la naturaleza esencial de la cosa defi- cas. Definir un ente consiste enton-
cendental no podían, sin embargo, nida. Por eso definir no es lo mismo ces fundamentalmente en tomar la
aclararse suficientemente dentro del que discernir. Discernimos, en efec- clase de la cual tal ente es miembro
marco de esta deducción. Por eso to, si un objeto dado, A, es verdade- y en situar esta clase en el "lugar
Kant introdujo la noción de "esque- ramente A; definimos, en cambio, en ontológico" correspondiente. Este "lu-
ma" (v. ) de las categorías — un in- qué consiste el ser A de A, su esen- gar ontológico" resultó determinado
tento más de restablecer la continui- cia ( VÉ ASE ) o quiddidad ( V É ASE ), —y así fue aceptado por gran parte
411
DEF DEF DEF
de la tradición filosófica— por dos veces o(/roj), como una de las cuatro equus', es una definición del caballo.
elementos de carácter lógico: el gé- clases de predicables ( VÉASE), el pre- Las definiciones real y nominal
nero (VÉASE) próximo y la diferencia dicable que posee la característica no son los únicos tipos de definición
(v.) específica. De ahí la fórmula de ser esencial y convertible. Se- admitidos. Nos referiremos luego a
tradicional: definitio fit per genus gundo, la definición fue estudiada varios otros tipos de definiciones. Sin
proximum et differentiam specificam. como un proceso mental por me- embargo, como algunos de ellos han
Una de las representaciones gráficas dio del cual se halla un término sido propuestos por la lógica contem-
que mejor permiten comprender su medio que permite saber qué es un poránea, precederemos tal enumera-
funcionamiento es la del árbol de ente dado. A diferencia de la exis- ción por unas palabras sobre las ideas
Porfirio (v.). De este modo se llega tencia del ente y de la causa por la actualmente más difundidas en lógi-
a formular la célebre definición: ani- cual el ente es, la definición tiene ca acerca de la definición.
mal racional que define a hom- entonces por misión averiguar la esen- Sea cual fuere el tipo al cual se
bre. En efecto, animal es el género cia, esto es, aquello que hace que el refiere, la definición es considerada
próximo, la clase más próxima en la ente sea lo que es. Cierto que en hoy como una operación que tiene
cual está incluida la clase hombre. Y muchos casos hay equivalencia entre lugar en el nivel lingüístico. En el
racional es la diferencia específica el por qué un ente es y el qué de curso de la misma se une una expre-
por medio de la cual separamos con- este ente. Por tal motivo puede ha- sión que se trata de definir, llamada
ceptualmente la clase de los hombres, blarse asimismo del qué, quid, del definiendum, a una expresión que
de la clase de todos los demás ani- ente como de su causa, pero se en- define la citada expresión y que recibe
males. Por otro lado, es necesario tiende casi siempre esta última como el nombre de definiens. El defi-
que en toda definición se agoten las la causa esencial. A la vez puede niendum puede substituir al definiens
notas consideradas esenciales del ente haber equivalencia entre preguntar y es considerado como una abrevia-
definido, pues si falta alguna de ellas si un ente es y lo que es tal ente; tura del definiens. El signo que se
el objeto no queda propiamente "si- esto ocurre cuando se declara que coloca entre el definiendum y el de-
tuado" y puede fácilmente confun- solamente el conocimiento del qué finiens es '= def.' (algunos auto-
dirse con otro. Así, cuando defini- del ente puede permitir contestar a la res emplean '—>'). Tal signo se lee
mos circunferencia diciendo figura pregunta de si un determinado ente 'se define' o 'es por definición'. Las
plana cerrada equidistante en todos es. En ambos casos, empero, la exis- expresiones unidas por ' = def.' pue-
sus puntos de un punto interior que tencia y la causa del ente se hacen den ser de muy diversos tipos: tér-
es su centro, enumeramos todas las depender del atributo o atributos minos simples, términos complejos,
notas que delimitan dicha figura con esenciales del mismo. Véase ESENCIA. números, fórmulas lógicas, etc. Así:
respecto a todas las demás figuras. Los escolásticos aprovecharon algunas Hombre = def. animal racional (1);
De la mencionada necesidad han sur- de las precedentes indicaciones del Piróscafo = def. buque de vapor (2);
gido las reglas que se han dado con Estagirita. Además, pusieron en claro Tuberculosis = def. enfermedad
frecuencia (sobre todo a partir de los que cuando se habla de definición causada por el bacilo de
escolásticos) con vistas a la definición. ésta puede ser definición de una Koch (3);
He aquí algunas: la definición debe cosa o el qué de una cosa, quid reí,
10 = def. 5 + 5 (4);
ser más clara que la cosa definida; o definición de un nombre o qué de
p ⊃ q = def. (~ p v q) (5);
lo definido tiene que quedar exclui- un nombre, quid nominis. Nos hemos
Libro = def. este objeto que el lector
do de la definición; la definición no referido hasta aquí principalmente a
tiene en sus manos (6);
debe contener ni más ni menos que la definición de una cosa o ente,
lo susceptible de ser definido. pero hay que advertir que se trata son definiciones. El definiendum se
No siempre, sin embargo, se han sólo de una de las formas halla en todos los casos a la izquier-
seguido los esquemas antes apuntados tradicionalmente admitidas de da de ' = def.'; el definiens se en-
para la producción de definiciones. definición. Además, es una definición cuentra a la derecha del mismo signo.
Ya desde Sócrates y, sobre todo, desde que supone la del nombre, esto es, Los tipos de definiciones antes alu-
Platón se llevaron a cabo definiciones la indicación de lo que el nombre didas son los siguientes:
de acuerdo con diversos métodos: no significa. Ahora bien, tanto si la de- Definición real. Algunos entienden
sólo la división y la abstracción, sino finición es real como si es nominal, por ella una expresión por medio
también la dialéctica (VÉASE) fueron es sentencia común de los escolásti- de la cual se indica lo que es una
abundantemente empleadas. Además cos y de muchos lógicos considerar cosa ( su naturaleza o esencia ) ; otros,
de esto, los métodos variaban de la definición como una expresión o una expresión por la cual se indica
acuerdo con el tipo de ente término complejo por medio de la lo que es un concepto objetivo; otros,
considerado. Era, pues, necesario cual se indica lo que algo (cosa o una igualdad en la cual el definien-
volver a someter el problema de la nombre) es (esencialmente). La de- dum y el definiens no se leen del mis-
definición a un análisis más completo. finición no puede ser, pues, confun- mo modo; ( 1 ) es, por ejemplo, una
Es lo que hizo Aristóteles. Muchas son dida con una proposición. Así, 'el definición real. Advertimos que en
las indicaciones que encontramos en caballo es un animal solípedo, de la ningún caso se pretende delimitar
sus obras sobre el problema. Nos familia de los équidos y del género por definición la cosa misma, sino
limitaremos aquí a dos tipos de ellas. equus', es una proposición, pero la su concepto.
Primeramente, Aristóteles examinó la expresión 'animal solípedo, de la fa- Definición nominal. Algunos en-
definición ( o(rismoj a milia de los équidos y del género tienden por ella una expresión por
412
DEF DEF DEF
medio de la cual se indica lo que de definiciones creadoras o sintéticas. una definición nominal, y toda defi-
significa un nombre. Como el proce- Definición explícita. Es la que de- nición nominal a una definición de
so mediante el cual se efectúa tal fine al definiendum fuera de un con- índole sintáctica, muchos autores se
definición es el mismo que para la texto; (4) es ejemplo de definición niegan a aceptar esta última reduc-
definición real, varios autores (prin- explícita. ción. Admiten dos aspectos en la de-
cipalmente escolásticos) arguyen que Definición contextual. Es la que finición: el sintáctico (propio de un
la definición nominal debe entenderse define el definiendum dentro de un sistema no interpretado) y el semán-
como una extensión de la definición contexto; (5) es ejemplo de defini- tico (en el cual se introduce un nue-
real, aun admitiéndose que antes de ción contextual. vo símbolo asignándole una significa-
proceder a definir realmente algo es Definición ostensiva. Es la que ción). Por otro lado, se reconoce que
menester definir su nombre con el consiste en exhibir un ejemplo del si una definición nominal (en un sis-
fin de evitar ambigüedades. Otros tipo de ente designado por el deft- tema interpretado) lleva casi siempre
indican que una definición nominal niendum; (6) es un ejemplo de defi- implícita una definición semántica,
es lo mismo que una definición real nición ostensiva. Muchos autores no hay casos en los cuales esto no ocu-
en la cual la realidad es representada consideran este proceso como una rre. Se ha producido al respecto una
por la palabra, pero esta concepción definición auténtica. A veces se lla- discusión sobre la posibilidad o im-
no puede ser admitida sino por quie- ma también denotativa a esta defi- posibilidad de encontrar un medio de
nes conciben los nombres como puras nición. formular de un modo puramente for-
inscripciones; ( 1 ) puede ser consi- Las definiciones explícitas y las mal las exigencias de una definición
derado también como ejemplo de contextúales son muy usadas en ló- semántica. Para algunos esto no es
definición nominal si se pretende de- gica. Común a todas ellas es definir posible. Otros en cambio (como Hu-
finir el nombre 'hombre' y no la ciertos signos primitivos en función gues Leblanc), si bien admiten que
realidad llamada hombre. de otros signos considerados no pri- muchas definiciones son semánticas
Definición verbal. Es equiparada mitivos. Uno de los tipos de defini- e implican cuestiones semánticas, de-
por algunos a la definición nominal. ciones contextúales es el llamado de- claran que debe evitarse en lo posi-
Otros señalan que mientras la defi- finición recursiva. Consiste ésta en ble el problema de la significación.
nición nominal es una operación en definir un signo o una expresión en A este efecto el mencionado autor
la cual una expresión es abreviada dos o más etapas. intenta formular criterios exactos de
por otra, en la definición verbal no Definición intrínseca. Es, según definibilidad (criterios que son equi-
hay necesariamente abreviatura, sino los escolásticos, la que explica el ob- valentes a los criterios intuitivos de
sinonimia entre dos expresiones cuyos jeto a definir mediante indicación de sinonimia sin recurrir, empero, a la
significados son conocidos; (2) puede principios inherentes al mismo. propia noción de sinonimia).
ser considerada como una definición Definición extrínseca. Es la que Señalaremos para terminar que jun-
verbal. Este tipo de definiciones son procede mediante principios no in- to a los esfuerzos llevados a cabo
llamadas también definiciones de Dic- herentes al objeto que se trata de para aclarar la noción de definición
cionario. Cuando se atiende a lo que definir. y para enumerar distintos tipos de
hay en el definiendum de (2) de La definición intrínseca ha sido definiciones, se ha procurado también
abreviatura, (2) puede valer tam- dividida por algunos autores en esen- en varias ocasiones agrupar tales ti-
bién como ejemplo de definición no- cial y en descriptiva. Sin embargo, pos. Dos clasificaciones al respecto
minal. esta última forma de definición no merecen especial mención.
Definición causal. Es aquella en es admitida como tal por muchos Una es la de W. Dubislav. Según
la cual el definiens es expresión que autores, los cuales consideran la des- este autor hay cuatro doctrinas prin-
designa la causa que produce la reali- cripción como insuficiente para se- cipales acerca de la definición: (1)
dad designada por el definiendum; ñalar la naturaleza esencial del obje- La doctrina según la cual una defi-
(3) es ejemplo de definición causal. to (o concepto) que se trata de de- nición consiste sobre todo en una
Algunos llaman a esta definición de- finir. determinación de la esencia. Esta
finición genética, pero otros reservan Definición por abstracción. Es la doctrina ha sido defendida con ma-
este último nombre para cierto tipo de que define la significación de un sím- yores o menores variantes por Aris-
definiciones matemáticas, tales como bolo como propiedad común de va- tóteles y los aristotélicos, con particu-
'círculo = def. área engendrada por rios entes. Así (para emplear un lares interpretaciones dadas a ella por
una línea recta finita que da vueltas ejemplo de Dubislav), la definición Ueberweg y Bolzano; dentro de ella
alrededor de uno de sus extremos'. En de "dirección" —como vocablo de cabe la clasificación de definiciones
relación con los tipos anteriores de la geometría— se consigue determi- en nominales y reales. (2) La doc-
definiciones —especialmente con la nando, por un lado, que dos líneas trina según la cual la definición es
genética— se habla asimismo de defi- rectas paralelas tienen la misma "di- determinación (construcción o des-
nición creadora o sintética; consiste rección", y, por el otro, que si dos composición) del concepto, princi-
ésta en determinar la esencia de una líneas rectas tienen la misma "direc- palmente representada por Kant y
cosa mediante indicación de las notas ción" son paralelas. Fichte, y dentro de la cual se admite
que se presupone la constituyen. Al- Definición operacional (véase ΟΡΕ- asimismo la clasificación antedicha.
gunas de las definiciones dadas por RACIONALISMO) . (3) La doctrina que convierte la de-
Spinoza al comienzo de su Ethica Si bien algunos lógicos actuales finición en aclaración de la significa-
pueden considerarse como ejemplo tienden a reducir toda definición a ción que posee un signo o de la apli-
413
DEF DEI
cación que halla, que no ha sido de- rando mantuvo, no obstante, una
fendida explícitamente por nadie y posición cada vez más cercana al mo-
que mezcla la definición nominal con vimiento que se ha calificado de es-
la real. (4) La doctrina de la defi- piritualista, hasta el punto de que se
nición como determinación (no acla- acercó luego en muchos puntos a
ración) de la significación de un sig- las teorías mantenidas por Royer-
no (nuevamente introducido) o de la Collard y por Cousin. Esta última
aplicación que puede encontrar. Con tendencia se manifiesta especialmente
esta doctrina se vinculan las teorías en su importante trabajo histórico-
de la definición de Pascal, de Leib- filosófico, el cual influyó sobre Cou-
niz y de la nueva lógica. Dubislav sin, especialmente en lo que toca a
propone un análisis de la definición la clasificación de los sistemas. Puede
en sentido estricto que comprende: decirse que la orientación general de
la determinación de la significación Degérando fue ecléctica, intentando
de un signo que se introduce de nue- mezclar el empirismo y ciertos
vo; la construcción de un nuevo con- elementos de los ideólogos con
cepto a partir de contextos dados; el tendencias espiritualistas, con vistas
análisis de los signos; y la determi- a la formación de un sistema que
nación esencial ( aspectos que las doc- uniera íntimamente la teoría con la
trinas tradicionales de la definición, práctica y que hiciera de la filosofía
según asegura Dubislav, confunden), no sólo una especulación teórica, sino
también, y muy especialmente, un
hallando como conclusión que en la
método de perfeccionamiento moral.
ciencia hay cinco clases de definicio- Obras principales: Des signes et de
nes que es preciso distinguir: (I) Re- l'art de penser considérés dans leurs
glas de sustitución introducidas en rapports mutuels, 1800 [Año VIII],
un cálculo mediante nuevos signos 4 vols. — Considérations sur diverses
o marcas. (II) Reglas para la apli- méthodes d'observation des peuples
cación de fórmulas de un cálculo a sauvages, 1801. — De la génération
situaciones determinadas. (III) Cons- des connaissances humaines, 1802. —
trucciones de conceptos. (IV) Aclara- Histoire comparée des systèmes de
ción de signos, tal como ocurre en philosophie relativement aux
las investigaciones históricas y jurí- principes des connaissances humaines,
dicas. (V) Aclaración de situaciones 1804, 3 vols. — Du perfectionnement
o "cosas". moral et de l'éducation de soi-
La otra clasificación es la de Ri- même, 1825. — De l'éducation des
chard Robinson. Hay, según éste, dos sourds-muets, 1832, 2 vols. — De la
modos de clasificar las "definiciones bienfaisance publique, 1838, 4 vols.
de la definición": según el propósito DEÍSMO. En su sentido más lato
y según el método. Nos limitaremos 'deísmo' significa la creencia, doctri-
a resumir su clasificación según el na o tendencia que afirma la exis-
propósito — la más difundida en tencia de Dios, en oposición al ateís-
todos los autores. Ante todo, la defi- mo y también al panteísmo (v. ). En
nición puede ser real o nominal. este respecto, 'deísmo' tiene la misma
La definición nominal puede ser de significación que 'teísmo' (v.). Sin
"palabra-palabra" (correlación de un DEFINIENDUM. Véase DEFINI- embargo, el modo como los que son
término o frase con otro término o CIÓN. llamados deístas de los siglos XVII y
frase) o de "palabra-cosa" (correla- DEFINIENS. Véase DEFINICIÓN . XVIII propugnaron sus doctrinas ha
ción de un término o frase con una DEGÉRANDO (JOSEPH MARIE) inducido a establecer una distinción
cosa o acontecimiento). A su vez, (1772-1842) nac. en Lyon, siguió al fundamental entre deísmo y teísmo.
la definición nominal de "palabra- principio las orientaciones de Con- La base de esta distinción fue esta-
cosa" puede ser léxica o estipulativa, dillac y formuló una doctrina de los blecida por Kant de la siguiente ma-
según se refiera a los usos de un signos a que nos hemos referido en nera: "Si entiendo por teología el co-
término dados en la historia, o bien el artículo sobre la noción de Sig- nocimiento del ser originario, se ha-
a la significación que el definidor no ( VÉASE). Sin embargo, no aceptó lla entonces basada sólo en la razón
otorgue al término o expresión. algunas de las doctrinas de la escuela (theologia rationalis) o en la revela-
Además de las referencias sobre la condillaciana, tales como, por ejem- ción (revelata). La primera piensa su
definición en los principales textos objeto o bien mediante razón pura,
citados en los artículos LÓGICA y LO- plo, la equiparación de la perfección
GÍSTICA, véase: L. Liard, Des défi- de la ciencia a la perfección del len- exclusivamente por medio de concep-
nitions géométriques et des défini- guaje científico. Hostil al innatismo tos trascendentales (ens originarium,
tions empiriques, 1873. — W. L. y defensor del empirismo, cuyas ideas realissimum, ens entium), en cuyo ca-
Davidson, The Logic of Definition, tomó no sólo de Condillac, sino tam- so se llama teología trascendental, o
1885. — H. Rickert, Zur Lehre von bién de de Tracy y Condorcet, Degé-
414
DEI DEI DEI
bien mediante un concepto extraído lación entre Éste y el mundo y los cripción de esta tendencia deísta y para
de la naturaleza (de la naturaleza hombres. Mientras algunos deístas ad- muchas de las tesis que son con-
de nuestra alma) — concepto del ser mitían ciertos elementos que conside- sideradas hoy como típicas de todo
originario como inteligencia suprema. raban "razonables" de las religiones deísmo. Nos limitaremos a recordar
En tal caso debería llamarse teología reveladas, y en particular del cristia- aquí que, precedido por algunos au-
natural. Quienes aceptan solamente nismo —por ejemplo, que Dios go- tores tales como Richard Hooker
una teología trascendental son llama- bierna el mundo, que castiga a los (1554-1600) y Benjamin Whichcote
dos deístas; quienes admiten asimis- malos y recompensa a los buenos, in- (1609-1683) —este último, miembro
mo una teología natural son llamados clusive en la vida futura—, otros es- de la Escuela de Cambridge ( VÉASE),
teístas. Los primeros admiten que po- timaban que estos elementos no eran bien que no todos los representantes
demos conocer la existencia de un ser en sí mismos "razonables". Lo único de tal escuela fuesen deístas, como
originario exclusivamente mediante la que admitían estos últimos deístas lo muestra el caso de Ralph Cud-
razón, pero sostienen que nuestro (que podemos llamar "radicales" y worth—, dio gran impulso al deísmo
concepto de tal ser es solamente tras- uno de cuyos ejemplos es Voltaire) Eduard Herbert de Cherbury (v. ),
cendental, es decir, el concepto de es que hay un Dios que es principio cuyas ideas sobre una religión natural
un ser que posee toda la realidad, y causa del universo. Pero no estaban racional fueron sobremanera in-
pero que no podemos determinar de dispuestos a admitir que tal Dios se fluyentes durante los siglos XVII y
ninguna manera más específica. Los ocupase de los hombres, de su his- XVIII. Fueron asimismo influyentes al
últimos afirman que la razón es ca- toria y destino; de lo contrario, no respecto Matthews Tindal (1636-
paz de determinar su objeto más pre- podría explicarse la existencia del 1733), quien reconoce, en su obra
cisamente por medio de la analogía mal ( VÉASE ). Cristianity as Old as Creation (1730),
con la Naturaleza, esto es, como un Por lo general, los deístas france- la coincidencia entre la religión na-
ser que contiene en sí mismo, por ses (y la mayor parte de los enci- tural y la revelada; Thomas Wools-
medio del entendimiento y la liber- clopedistas [véase ENCICLOPEDIA ] ton (1669-1731), autor del libro The
tad, el principio último de todas las eran deístas) fueron, en el sentido Moderator Between an Infidel [John
demás cosas. Así, el deísta representa apuntado antes, radicales. Ello no reza, Anthony Collins; véase LIBREPENSA-
este ser meramente como causa del sin embargo, con Rousseau, a causa de DORES ] and an Apostate [el clero]
mundo (sin que pueda decirse si es la íntima relación establecida por (1725) y de una serie de Discourses
por necesidad de su naturaleza o por éste entre Dios y el orden moral, por ( 1729-1730), quien abogó por una in-
libertad); el teísta, como autor del un lado, y Dios y el sentimiento, por terpretación alegórica de los milagros
mundo" (K. r. V., A 631-2, Β 659-60). el otro. Algunos de los deístas y de la resurrección de Cristo; y, so-
Fundándose en la anterior distin- alemanes (sobre todo, varios seguidores bre todo, John Toland (VÉASE). Tam-
ción se suele entender hoy por 'deís- de Wolff) acentuaron el aspecto bién pueden ser considerados como
mo' la afirmación de la existencia de racional de Dios; otros (como deístas Locke y Hume, bien que, a
un Dios aparte de cualquier revela- Hermann Samuel Reimarus) unieron el diferencia de la mayor parte de los
ción. Este Dios es concebido prima- aspecto racional con el moral; otros autores mencionados, dichos pensa-
riamente como principio y causa del (como Johann Salomon Sem-ler) dores colocaron el deísmo dentro de
universo. Se trata del mismo Dios destacaron la universalidad de Dios un más amplio contexto filosófico.
afirmado por la llamada "religión na- extraída, por así decirlo, de la historia. Los deístas más radicales se apro-
tural" (o también "religión racional", El caso de Kant es especial: mientras ximaron a los librepensadores; los
en la medida en que se identifican en la Crítica de la Razón Pura tiene más moderados, a los teístas. En to-
"razón" y "Naturaleza"). En conse- que rechazar tanto el deísmo como el do caso, el deísmo en todas sus for-
cuencia, el Dios de los deístas tiene teísmo por ser ambos de algún modo mas fue piedra de escándalo en su
poco —si es que tiene algo— que "especulativos", en la Crítica de la época y suscitó numerosas y encona-
ver con una Providencia, y nada tiene Razón Práctica llega a una das discusiones. Es curioso, sin em-
que ver con la gracia. Es un Dios concepción de Dios que tiene a la bargo, que algunos autores que se
racional, que puede llegar a identifi- vez rasgos deístas y teístas; y en La afanaron particularmente por combatir
carse con una Ley (en el sentido ra- religión dentro de los límites de la el deísmo, admitieron, conscientemente
cional-natural del término 'ley'). Con- pura razón, a una idea muy semejante o no, ciertas tesis deístas en su
ceptos tales como los de pecado, mal, a la de muchos deístas. En cuanto a pensamiento; el caso más notorio es el
redención, etc., son excluidos por los los deístas ingleses, representaron, por de Joseph Butler ( VÉASE ).
deístas, principalmente a causa de su el número de sus defensores, la La clasificación que hemos ofreci-
carácter irracional. Los deístas han abundancia de sus escritos y la do de las doctrinas deístas (según la
sostenido, además, que el Dios de influencia ejercida por éstos, el nacionalidad de los autores o según
que hablan es, en último término, el grueso de la tendencia deísta moderna, el carácter más o menos radical de sus
Dios de todas las religiones una vez de tal modo que es común identificar ideas) no es la única posible. Entre
se ha desposeído a éstas de todos sus el deísmo con el deísmo inglés. otras clasificaciones mencionamos a
elementos históricos y "positivos". Hemos dedicado artículos a los modo de ejemplo la presentada por
Desde luego, hubo considerables deístas ingleses más importantes Leslie Stephen (op. cit. infra, págs.
diferencias entre los deístas con res- refiriéndonos justamente a sus ideas 84 y sigs.), la cual se aplica espe-
pecto a su idea de Dios y a la re- sobre el asunto, de modo que remi- cialmente al deísmo inglés del siglo
timos a tales artículos para una des- XVIII: ( 1 ) deísmo constructivo (re-
415
DEL DEM DEM
ducción de dogmas cristianos a un causa macedónica (fue arconte de ro o artífice de los sentidos y de uno
grupo de verdades abstractas metafí- Atenas durante diez años en repre- de los cielos. En Soph. (265 C) se
sicamente demostrables o en ciertos sentación de Casandro) y redactó calificaba al artífice de divino. Sin
casos susceptibles de prueba empíri- (Diógenes Laercio, V, 80) más obras embargo, la teoría platónica del obre-
ca [por ejemplo, argumento teleoló- que cualquiera de los peripatéticos ro o artífice del mundo se encuen-
gico]); (2) deísmo crítico (descré- contemporáneos suyos. Además de tra expuesta con cierto detalle sola-
dito de todas las religiones ortodoxas, obras sobre cuestiones éticas y carac- mente en el Timeo (especialmente
de los milagros, de la historia ecle- terológicas, inspiración por los sue- 28 A - 31 A) cuando el filósofo ha-
siástica, etc.); (3) deísmo decadente ños, biografías de filósofos y legisla- bla de un obrero, dhmiourgo/j (en
(extremadamente crítico y "radical"). dores, se le deben varias obras sobre latín traducido por artifex, fabrica-
Muchas de las historias del pensa- política, legislación, ciencia militar y tor, genitor, aedificator, opifex), que
miento religioso en la época moderna retórica. Los fragmentos más extensos plasma el mundo teniendo sin cesar
y de libros sobre la Ilustración (v.) conservados son sobre la constitu- los ojos fijos sobre el modelo de lo
se refieren ampliamente al deísmo. ción de Atenas, sobre la vida (o apo- eterno y, por consiguiente, de lo be-
Nos limitamos aquí a mencionar al- logía) de Sócrates, sobre su propio llo. Este demiurgo que ha contempla-
gunas obras que versan especialmente
sobre esta cuestión; la mayor parte de arcontado, sobre retórica (incluyendo do el modelo eterno,to\ a)io\ion
ellas se refieren al deísmo inglés: G. discursos y sobre cuestiones filológi- e)/dlepen, es la más perfecta de las
L. Lechler, Geschichte des engli- cas). causas, a) / r istoj tw=n ai)t i/w n; ha
schen Deismus, 1841. — N. L. To- El más reciente texto y comenta- producido el mundo en virtud de su
rrey, Voltaire and the English Deists, rio es el de Fritz Wehrli en el Cua- bondad y carencia de envidia,
1930. — J. Orr, English Deism. Its derno IV de Die Schule des Aristo- deseando que todas las cosas fuesen
Roots and Its Fruits, 1934. — M. M. teles: Demetrios von Phaleron, 1949. semejantes a él. Resultado de su
Rossi, Alle fonti del deismo e del ma- — H. Dohrn, De vita et rebus De-
terialismo moderni, 1942. — Véase actividad ha sido el mundo como un
metrii Phalerei Peripatetici, 1825. — ser viviente, provisto de alma y de
asimismo la obra de M. M. Rossi so- Ch. Ostermann, Commentatio de De-
bre Herbert de Cherbury en HERBERT metrii Phalerei vita, rebus gestis et intelecto.
DE CHERBURY. — El libro de Leslie sicriptorum reliquiis, 1847 y 1857. — Esta doctrina de Platón ha sido ob-
Stephen citado es: History of the E. Bayer, "Demetrios Phalereus der jeto de muchas discusiones. Nos li-
English Thought in the Eighteenth Athener", Tübinger Beiträge zur Al- mitaremos a señalar algunas de las
Century, 1876, 3a ed., 1902. tertumswissenschaft, XXXVI (1942). posiciones que han sido adoptadas
DELGADO (HONORIO) nac. — J. Lacroix, Démetrios de Phalère, con respecto a la misma y a los va-
(1892), profesor en la Universidad 1942/3 (tesis). rios problemas que plantea. (1) La
de San Marcos, en Lima (Perú), ha DEMETRIO el cínico (así llama- narración de la producción del mun-
trabajado en psiquiatría y en psico- do para distinguirlo de Demetrio de do por el demiurgo debe ser tomada
logía, disciplinas que han constitui- Falera, el peripatético) (siglo I) "en serio", como una descripción lo
do la base para sus especulaciones acentuó el tradicional concepto cínico más literal posible, aunque emplean-
filosóficas, influidas, entre otros auto- del po/noj, declarando que no es do forzosamente un lenguaje figu-
res, por Jaspers, Scheler y Blondel. concebible la vida del verdadero rado, del origen del universo. (2) Es
Delgado califica su propio pensa- sabio sin esfuerzo, sin vencimiento una narración que debe ser interpre-
miento de idealismo objetivo, enten- de los obstáculos y adversidades y, tada como un simple "mito verosí-
diendo por él una doctrina que sub- por consiguiente, sin la posesión de mil". (3) La doctrina del demiurgo
raya un reino de valores hacia los suficiente energía para hacer frente a es accesible a todos, porque todos co-
cuales se orienta la Naturaleza y que la experiencia de la vida. Las nocen al hacedor del mundo de algu-
constituyen a la vez un sistema de opiniones de Demetrio se aproximaron na manera. (4) Se trata de una doc-
postulados que permiten solucionar mucho a las de los estoicos, trina esotérica, comunicable solamen-
problemas éticos, políticos y educa- especialmente a las de Epicteto, e te a unos pocos. (5) El demiurgo y
tivos. influyeron sobre Séneca, por lo menos Dios son lo mismo, habiendo, por lo
Obras: El psicoanálisis, 1916. — en la doctrina del sabio cordobés tanto, en Platón una doctrina mono-
La rehumanización de la cultura cien- acerca de la necesidad de que el sa- teísta, ocultada solamente por su su-
tífica por la psicología, 1923. — S. bio halle suficiente lo que tiene a
Freud, 1926. — La filosofía del Con- misión al lenguaje ordinario que le
de Keyserling, 1927. — S. George, mano, sin buscar nada más. Demetrio hace hablar también de los dioses,
1933.—S. George y K. Jaspers, 1934. acentuó asimismo la conveniencia de en plural, y aun de una subordina-
La personalidad y el carácter, 1943. que el sabio se considere a sí mismo ción de estos dioses al demiurgo.
— Ecología, tiempo anímico y exis- como un elemento y miembro de la (6) El demiurgo es "solamente" un
tencia, 1949. — Introducción a la Naturaleza y posea esa "perspectiva dios entre otros, si bien es el dios
psicopatología, 1950. — Paracelso, cósmica" sin la cual no hay virtud. supremo y el "padre" de todos ellos.
1954. — Nicolai Hartmann y el reino
del espíritu, 1956 (monografía). Fragmentos y referencias de De- (7) El demiurgo crea verdaderamen
metrio en Séneca. — Sobre otras re- te el mundo, pues el devenir no tie
DEMETRIO de Falera (ca. 345- ferencias y sobre la vida de Deme-
283 antes de J. C.), filósofo peripa- ne existencia ontológica independien
trio véase el artículo de J. von Arnim te y ha surgido como consecuencia
tético, discípulo de Teofrasto, se ocu- (Demetrios, 91 ) en Pauly-Wissowa.
pó de política activa en favor de la de la actividad demiúrgica. (8) El
DEMIURGO. En Rep. (507 C, 530 demiurgo se limita a combinar ele
A) Platón había hablado de un obre- mentos preexistentes, al modo del ar
416 tífice. (9) El demiurgo hace 'libre-
DEM DEM
mente" el mundo. ( 10) El demiurgo ráclito: en vez del ser único y de
no hace sino "lo que debe ser". la influencia constante y perpetua es-
(11) El demiurgo es un objeto de tablece Demócrito, en efecto, como
adoración religiosa. (12) El demiur- "principios", lo lleno y lo vacío, es
go es un objeto de especulación fi- decir, el "ser" y el "no ser". El "ser"
losófica. son los átomos, cuyo número es infi-
Es difícil decidirse terminantemente nito, diferenciándose entre sí no por
por una de estas posiciones exclu- las cualidades sensibles, como las
yendo completamente las otras. Ad- homeomerías de Anaxágoras, sino por
vertimos, sin embargo, que muchas su orden, figura y posición. Los áto-
de las dificultades surgidas en la in- mos son elementos cuyas determina-
terpretación de la noción platónica ciones generales son geométricas y,
del demiurgo se deben a que se por ende, cuantitativas; su movimiento
quiere concebir la doctrina platónica se efectúa en el vacío, que es, por así
o demasiado por analogía con la doc- decirlo, el lugar de los cambios y no
trina cristiana de un creador o de- la simple nada, pues el vacío existe de
masiado por analogía con la doctrina un modo efectivo, aunque en forma
de una ley o razón del universo. distinta del ser sólido y lleno que son
Cuando prescindimos de estas ana- los átomos. Ahora bien, el movimiento
logías se aclaran algunos de los pro- que tiene lugar en el vacío no es
blemas presentados. Por ejemplo, el DEMÓCRITO (ca. 460-370 antes impulsado por una fuerza externa, que
hecho de que el demiurgo no haya de J. C.) de Abdera (Tracia), dis- junta o disgrega las cosas, como el
creado él mismo ni el receptáculo del cípulo de Leucipo, parece haber reali- amor y el odio; los átomos son eternos
devenir ni los modelos del devenir zado numerosos viajes y, según cuenta e incausados porque son lo primero a
no significa que sea una mera causa Diógenes Laercio, haber estudiado partir de lo cual las cosas llegan a la
subsidiaría, pues sin la persuasión "con algunos magos y caldeos que el existencia, pero su eternidad pertenece
de que la razón hace objeto a la rey Jerjes dejó por maestros a su también a su movimiento, que se
necesidad no habría un mundo orde- padre cuando se hospedó en su casa". efectúa así de un modo enteramente
nado. Pero tampoco quiere decir que Aunque estuvo en Atenas, no se re- mecánico, con un riguroso
el demiurgo sea meramente el sím- lacionó con los filósofos áticos de su encadenamiento causal que no es
bolo del orden del universo. Por otro tiempo, por lo cual permaneció rela- un simple azar, pues "todo
lado, el hecho de que el demiurgo tivamente ignorado, bien que Aristó- acontece por razón y necesidad". Los
aparezca como un símbolo no quiere teles se refiera a él, lo mismo que átomos constituyen el ser de "las
decir que su idea no represente algo a Leucipo, con el mismo detalle que a cosas que son" y, por lo tanto, no
que efectivamente "ha ocurrido". Fi- los demás presocráticos, en su Meta- sólo de las físicas, sino de las que
nalmente, que el demiurgo haga "lo física y en otras obras. Decía Aristó- parecen inmateriales, del alma que
que debe ser" no significa que sea teles (De gen. et cor., 315 a 35) que está compuesta de átomos de fuego,
reducible a un simple movimiento de Demócrito "no sólo parece haber pen- es decir, de átomos redondos
organización del universo que pudiera sado cuidadosamente en todos los impulsados por el más rápido
haber tenido lugar aun sin la ausencia problemas, sino haberse distinguido movimiento. La solución dada por
del gran obrero. En suma, podemos del resto [de los filósofos] por su Demócrito es con ello una de las
concluir que resulta más conveniente método". Los argumentos de Demó- grandes soluciones clásicas al proble-
en todos los casos situar la doctrina del crito son, según el Estagirita, apro- ma del ser y en particular al pro-
demiurgo dentro del contexto de la piados a su tema y derivados del blema del devenir ( VÉASE ), so-
filosofía general de Platón que conocimiento de la Naturaleza (ibid., lución tanto más aguda cuanto que
interpretarla a la luz de concepciones 316 a 12), aun cuando —como in- conserva por partes iguales la necesi-
que Platón podía haber preludiado, dica en Met., L y Phys., I y II— dad racional de un ser inmóvil y la
pero que no desarrolló explícitamente. resultan insuficientes por no haber comprobación empírica de un mundo
tenido en cuenta los múltiples sig- que se mueve. Y ello hasta tal punto
nificados de 'causa' y de 'movimien- que los átomos de Demócrito parecen
to'. Las teorías de Leucipo y Demó- ser una partición del ser único de
crito fueron, con todo, "las más con- Parménides, el cual era evidente-
sistentes" (De gen. et cor., 324 a mente racional, pero no podía expli-
1). Más que ningún otro filósofo car en manera alguna el mundo de la
anterior subraya Demócrito la incer- opinión y del cambio. Al dividir ese
tidumbre de las impresiones sensibles, ser Demócrito conserva su inteligibi-
afirmando que su origen se halla en lidad sin contraponer violentamente
algo más fundamental que la sen- ésta a la irracionalidad del cambio;
sación. Los principios que estable- de ahí que la doctrina de Demócrito
ce en su explicación del universo haya sido una constante en toda la
parecen ser una síntesis tanto de la historia del pensamiento, en mucha
doctrina eleática como de la de He- mayor proporción de lo que puede
417
DEM DEM DEM
hacer suponer la imagen que se da DEMONAX DE CHIPRE (ca. 80- bre usado aquí por Platón es el adje-
habitualmente de la filosofía griega, 180) combatió, como su contempo- tivo (a veces sustantivado) daimo/nion
imagen que reduce el democritismo ráneo Oinomao de Gadara, el fata- (daimónion) y no el sustantivo
a una cualquiera de las diversas po- lismo de los estoicos y la consulta al dai/ m wn (daímon). Ambos suelen tra-
siciones presocráticas. Pero la impor- destino desde el punto de vista de ducirse al español por el mismo vo-
tancia de Demócrito se manifiesta en la escuela cínica. En cambio, se apro- cablo 'demonio', pero conviene notar
el hecho de que su doctrina pasa ximó a los estoicos —fue discípulo, que hay una diferencia de significado
muy pronto de ser una teoría sobre por lo demás, de Epicteto— y se entre los dos términos griegos — di-
la realidad a ser una total concepción apartó de los antiguos cínicos en ferencia confirmada por el hecho de
del mundo que incluye como una de muchas de las cuestiones morales y que Platón pone en boca de Só-
sus partes esenciales la ética. En sus en particular en la doctrina sobre la crates el vocablo dai/ mwn cuando
máximas, Demócrito basa la virtud en actitud del sabio. Demonax no pre- quiere designar algo muy distinto
el equilibrio interno entre el tumulto dicó ya, en efecto, el típico desgarra- que daimo/n ion . Ejemplos al respecto
de las pasiones. Este equilibrio puede miento cínico, sino la necesidad de los encontramos en la citada Apolo-
conseguirse mediante el saber y la adoptar la contención y una cierta gía (27 C-D), donde se introdu-
prudencia, que enseñan cómo hay dignidad en el porte. Aunque mante- ce dai/mwn (los dai/monej ),
que vivir, esto es, cómo hay que con- niendo —de acuerdo, según él, con significando esas entidades que
seguir la felicidad, la cual no radica, la tradición socrática— la necesidad habían sido concebidas antes como
por lo pronto, en los bienes externos, de limitarse a lo indispensable, in- divinidades y que en la época de
sino en la propia alma, que es "la trodujo en las predicaciones morales Sócrates designaban algo así como
más noble parte del hombre". un cierto eclecticismo, encaminado a "superhombres" —seres hijos de los
Discípulos directos o indirectos de reconocer la necesidad de sopesar to- dioses, pero sin ser dioses, o
Demócrito son, entre otros, Metrodo- das las circunstancias antes de pro- héroes—, y en El Banquete (202 E
ro de Quíos, Anaxarco y Diógenes de nunciar un juicio. La libertad del sa- sigs.), donde el Amor es pintado
Esmirna. El atomismo se enlazó pos- bio es el eje principal de su vida; como un gran demonio, intermediario,
teriormente, por un lado, con el es- es, en rigor, el único principio inflexi- como todo lo demoníaco, entre lo
cepticismo pirrónico, y, por otro, con ble dentro de la moderación mani- mortal y lo inmortal.
el epicureismo. festada en todas las demás cosas. La El "demonio" de Sócrates es, pues,
personalidad y las doctrinas de De- una "voz". Ésta puede interpretarse
monax fueron muy apreciadas por Lu- de varios modos. Por un lado puede
ciano de Samosata. insistirse en el aspecto "externo" de
F. W. A. Mullach, Fragmenta phi- tal voz, atribuyéndola a una entidad
losophorum Graecorum, II, 351 y divina que providencialmente susurra
sigs. — K. Funk, "Untersuchungen al hombre ciertos imperativos. Por
über d. Lukianische Vita Demonac- otro lado puede insistirse en el as-
tis", Philol. Suppl. X (1907), 559-
674. — A. Elter, Gnwmika\ o(moiw/mata pecto "interno" de la voz, en cuyo
des Sokrates, Plutarch, Demophilos, caso suele identificarse con la con-
Demonax, Aristonymos und andere, ciencia moral ( VÉASE ) en el sentido
1900. más individual y subjetivo de ella.
DEMONIO. Platón en varios de sus Finalmente, puede concebirse la "voz
diálogos y Jenofonte en los )Apomnh- demoníaca" como la expresión de la
moneu/mata (Memorabilia, Recuerdos) se vocación intransferible de cada hom-
han referido al llamado demonio de bre, adoptándose en tal caso el punto
Sócrates. El pasaje más célebre al de vista existenciario (v.), al cual
respecto se halla en la Apología de nos hemos referido en el citado ar-
Sócrates (31 C-D), cuando, al expli- tículo sobre la conciencia moral. Cada
car el filósofo por qué, no obstante una de estas interpretaciones tiene
interesarse por los asuntos de cada su justificación, pero estimamos que
ciudadano (o, mejor, de cada hom- el uso de ellas no debe hacer olvidar
bre) no se ha ocupado de los de la el carácter específico que tiene el
ciudad, indica que el motivo de ello "demonio socrático", carácter que sólo
reside en que algunas veces emerge puede comprenderse adecuadamente
de él algo divino, qei=o/n y demoníaco, cuando nos situamos en el contexto
daimo/nion que desde su infancia una de la vida personal del Sócrates his-
voz, fwnh/ , se hacía oír a veces en su tórico. En todo caso, conviene tener
interior para empujarlo a no hacer lo siempre presente lo que el propio Só-
que había estado a punto de hacer crates declaraba: la voz "demónica"
— si bien no empujándolo nunca ha- es negativa y en vez de proclamar
cia la acción. Se trata, así, verdade- lo que hay que hacer, señala lo que
ramente de una señal, shmei=on (ibid., no hay que hacer — el imperativo
41 D). es, pues, como lo son por lo demás
Observemos, ante todo, que el nom- la mayor parte de los imperativos
morales, una prohibición.
418
DEM DEM DEM
El sentido a veces mitológico, a Está ligada sobre todo a una deter- tro de este marco se distinguen di-
veces teológico, de 'demonio' (em- minada concepción sobre el ser es- versos tipos de demostración. Se ha-
pleado aquí como traducción de piritual, el cual, como no puede vol- bla, en efecto, de demostración prop-
dai/mwn ) aparece, en cambio, clara- ver atrás, es incapaz —a diferencia ter quid, procedente de principios
mente en una serie de concepciones del hombre— de arrepentimiento. En que no solamente son evidentes por
que pueden suscitar interés filosófi- todo caso conviene hacer constar que sí mismos, sino que son simpliciter
co. Dos de estas concepciones mere- para los autores cristianos el demo- a priori y dan la razón completa y
cen destacarse aquí. nio no se halla fuera del imperio de adecuada de la cosa; de demostración
Una es la que encontramos en tex- Dios: éste se sirve inclusive de los quia, que no procede de tales prin-
tos de autores neopitagóricos, platóni- demonios para tentar y probar a los cipios o no da tal razón adecuada.
cos eclécticos antiguos y neoplatónícos hombres, de tal suerte que las ten- Se habla asimismo de demostración
(Numenio de Apamea, Plutarco, Plo- taciones demoníacas constituyen una ad intellectum y de demostración ad
tino, etc.). Estos textos se basan por parte del plan de la Providencia sensum, según sea la facultad que
lo común en tradiciones mitológicas divina. capte la verdad de lo enunciado. A
griegas (como la aludida antes al ha- DEMOSTRACIÓN. En la teoría veces se introducen otros tipos de
blar del significado de dai/mwn en El platónica la demostración es esencial- demostración, generalmente basados
Banquete), pero han sido objeto mente la definición; se demuestra que en una contraposición: así, por ejem-
usualmente de múltiples interpretacio- una cosa es lo que es cuando se hace plo, demostración a priori y demostra-
nes filosóficas. Los demonios son con- patente qué es esta cosa. Para Aristó- ción a posteriori, demostración abso-
cebidos a veces como "intermedia- teles la demostración equivale a la luta y demostración relativa. Hay
rios", a veces como "divinidades in- mostración de que algo es necesario. ciertos tipos de demostración que si-
feriores" ("genios" buenos o malos, Por este motivo la demostración es guen recibiendo este nombre, aunque
favorables o desfavorables), en oca- el proceso por medio del cual se no son propiamente demostraciones
siones como "personalidades divinas" manifiestan los principios de las co- o, por lo menos, no son demostracio-
a las cuales estamos ligados, de tal sas (An. post., I 24, 85 b). La de- nes ciertas: es el caso de la ostensio,
forma que cada uno de nosotros tiene mostración es considerada por Aris- la cual puede ser exemplaris y tam-
su propio "demonio" — o "genio". tóteles como un proceso superior a bién ad hominem. De esta última en
Esta demonología es con frecuencia la simple definición. Esta última de- particular puede decirse que no es
muy compleja, siendo difícil hacer limita el objeto que se pretende vera demonstratio. Dos tipos espe-
el deslinde entre mitología y es- aprehender mentalmente, mientras la cialmente importantes de demostra-
peculación conceptual. primera muestra el origen "formal" ción son: la directa y la indirecta.
Otra concepción es la que aparece de donde el objeto procede. Por eso Esta última se llama a veces abduc-
en el judaismo y luego, sobre todo, en el instrumento más apropiado de la ción (VÉASE), entendida como razo-
el cristianismo. El demonio es con- demostración es el silogismo cientí- namiento apagógico y calificada en
cebido aquí como "agente del mal". fico — no el silogismo en general, ocasiones de razonamiento ad absur-
Los demonios son los ángeles que se cuyas premisas pueden ser falsas, dum y ad impossibüe.
han rebelado contra Dios (véase ÁN- sino el silogismo basado en el saber, Durante la época moderna se han
GEL) bajo la dirección del Maligno cuyas premisas son verdaderas y, propuesto muchos tipos de demostra-
por antonomasia, Satanás. Este es el además, inmediatas. La teoría aris- ción. Grosso modo pueden clasificarse
Adversario por excelencia, el Acusa- totélica de la demostración está ba- en dos grupos: el tipo empirista y el
dor o Tentador descrito en el Antiguo sada, pues, en una busca de las cau- tipo racionalista. El primero efectúa
Testamento (Génesis, 3) bajo la for- sas por las cuales una cosa es lo que la demostración por el paso de la
ma de la serpiente, el Mentiroso de es, y que permite descubrir, además, observación del objeto singular a su
que habla el Apocalipsis (XII, 9). que no es posible que la cosa sea idea mental, la cual representa el
"La liberación del mal" que se pide otra que lo que es. Por ello el estu- modo como la mente refleja la "pre-
en el Padrenuestro (Cfr. Mateo, VI, dio de la demostración equivale a la sentación" de la cosa. El segundo
13) es, en rigor, "la liberación del investigación sobre los principios de tiende a basar toda demostración en
Maligno", introductor y director del la ciencia, tanto de toda ciencia —en la relación principio-consecuencia, re-
mal en el mundo, incapaz de atacar cuyo caso los principios son axiomas duciendo inclusive a ella la relación
directamente a Dios, pero ocupado umversalmente válidos, tales como causa-efecto. Algunos autores, como
incesantemente en roer su obra, en los de no contradicción y tercio ex- Hegel, han propuesto una demostra-
deshacer su plan de salvación. Nada cluso— como de ciencias particulares ción que podríamos calificar de dia-
sorprendente, pues, que el Maligno — en cuyo caso se usan hipótesis y léctica y que conduce al universal
(el Demonio) deba ser exorcizado y definiciones. concreto; demostrar equivale enton-
que se pida al hombre "renunciar Los escolásticos se adhirieron en ces a reflejar mentalmente la cosa
a Satanás". Jesús ha venido (Juan, general a la tesis según la cual la que por sí misma se de-muestra en
XII, 31) para expulsar al Príncipe demostración es una argumentación un proceso que sigue una cierta
de las Tinieblas, al Maldito. Así, la mediante la cual se extrae una con- pauta.
concepción del Demonio aquí bos- clusión de premisas ciertas. Por lo Muchas son también las formas de
quejada está ligada a las ideas acer- tanto, la demostración se efectuaba demostración propuestas en la época
ca del mal, del imperio y del plan asimismo, como en Aristóteles, por contemporánea. Algunas de ellas se
de Dios, de los ángeles, del pecado. medio del silogismo. Ahora bien, den- basan en las posiciones clásicas o en
419
DEN DEN DEO
combinaciones de las mismas. Otras ción es algo que se dice de los tér- gic and Language, 1956, ed. R. Ch.
se fundan en una teoría pragmática minos. Para otros es algo que se Marsh, págs. 41-56. — Véase tam-
de la prueba según la cual se demues- dice de los conceptos. En ambos ca- bién R. M. Martin, Truth and Deno-
tra la verdad de una proposición por sos, empero, lo que el término o tation. A Study in Semantical Theo-
los "efectos" que produce (o por el el concepto denotan son entidades. ry, 1958.
modo como la realidad responde a A su vez, éstos pueden concebirse DEONTOLOGÍA llama Bentham
ella). Por lo general puede decirse o como individuos o como pensa- (Deontology or the Science of Mora-
que los análisis de la demostración mientos de las entidades, esto es, lity, publicada en 1834) a la ciencia
en nuestra época han dependido de como conceptos-objetos. Nosotros ha- de los deberes o teoría de las nor-
dos factores. Por un lado, de la ma- blaremos de la denotación como algo mas morales. La deontología no es,
yor o menor insistencia en el papel que se refiere a los términos; en sin embargo, una ciencia normativa
que desempeña el sujeto en el pro- cuanto a lo denotado, lo considera- pura, sino una ciencia empírica que
ceso de la demostración y en la acep- remos como una entidad o entidades, se ocupa de la determinación de los
tación de una proposición como de- sin pronunciamos respecto al status deberes dentro de las circunstan-
mostrada o no demostrada. Por otro ontológico de ellas. cias sociales y, en la intención do
lado, en la mayor o menor atención Bentham, de la indicación de los
Usualmente se contrapone la deno-
prestada a lo empírico o a lo formal. deberes que deben cumplirse si se
tación a la connotación. Mientras la
En lo que toca al primer punto, al- quiere alcanzar el ideal del mayor
primera indica la referencia del tér-
gunos han defendido un psicologismo placer posible para el mayor número
mino a las entidades correspondien-
radical, según el cual algo es demos- posible de individuos.
tes, la segunda indica las notas cons-
trado cuando se acepta su validez, Para Rosmini, las ciencias deonto-
titutivas del propio término. Por este
mientras otros han pretendido rehuir lógicas se oponen a las ontológicas en
motivo se admite generalmente que
en lo posible todo factor psicológico. cuanto las ciencias que estudian el
la denotación es equivalente a la ex-
En cuanto al segundo punto, mien- ser como debe ser se oponen a las
tensión (v.), y que la connotación
tras la teoría de la demostración re- que lo estudian como efectivamente
es equivalente a la comprensión o
lativa a lo empírico se ha basado es. Tal oposición es, sin embargo,
intensión (VÉANSE). Puede advertirse
en el análisis de conceptos tales como sólo aparente; no sólo la deontología
fácilmente que hay relación inversa
la verificación (v. ), la comprobación, necesita ser complementada por la
entre denotación y connotación, de
la confirmación, etc., la teoría de la ontología y viceversa, sino que una
modo que un término denota tanto
demostración relativa a lo formal se y otra constituyen dos grandes apar-
más cuanto menos connota, y con-
ha fundado en el estudio del tados de las ciencias de razona-
nota tanto más cuanto menos denota.
proceso de prueba en la lógica y k miento, distintas de las ciencias in-
Así, el término 'hombre' denota más
matemática. Estudiaremos bre- tuitivas, referidas más al conocer que
que el término 'árabe', y éste con-
vemente este último aspecto de la al ser.
nota más que el término "hombre'.
cuestión en el artículo Prueba (v.). Entre las investigaciones lógicas
Puede advertirse asimismo que hay
Advirtamos aquí, sin embargo, que actuales figuran las que corresponden
casos en los cuales la denotación o
aunque en este último caso se ha a la llamada lógica deóntica, la cual
la connotación desaparecen. Así, pue-
tendido a eliminar todo lo psicológico, se ocupa de proposiciones que desig-
de haber una connotación no poseída
algunos autores han subrayado que nan cosas con propiedades tales co-
por ninguna entidad, o puede haber
hay que tener en cuenta que ciertas mo el ser obligatorio, permitido, pro-
denotación en ciertos términos —como
proposiciones o ciertos métodos son hibido, etc. La lógica deóntica es,
ocurre con los pronombres demos-
aceptados por unos y negados por por su intensión, una lógica modal,
trativos— que no poseen ninguna con-
otros. Bridgman ha indicado, por y puede formalizarse como un cálcu-
notación.
ejemplo, que la prueba por la diago- lo sentencial. De hecho, hay un pa-
La lógica contemporánea considera ralelismo entre los conceptos usa-
nal de Cantor es aceptada como vá- que el problema de la connotación
lida por ciertos matemáticos, mien- dos en el cálculo sentencial y los
es objeto de la semántica (v.) o, se- empleados en una lógica deóntica.
tras otros dudan de su validez. En gún la opinión de Quine, de la teoría
vista de ello, Bridgman indica que Así, a los valores de verdad (ver-
de la referencia, una de las dos dadero y falso) en el cálculo senten-
hay algo de "privado" en la acepta- provincias de la semántica. Varias
ción o no aceptación de una prueba. cial, corresponden valores de ejecu-
son las definiciones que en dicha ló- ción [actos] (ejecutado u omitido)
Aparentemente, esto conduce a un gica se han dado de la denotación;
subjetivismo. Hay, sin embargo, ma- en el cálculo deóntico; a las funciones
una de las más efectivas es la pro- de verdad en el cálculo sentencial
neras de evitar este peligro; según porcionada por el mencionado autor
el citado autor, el operacionalismo corresponden otras tantas funciones
al señalar que la denotación puede de ejecución en el cálculo deóntico
(v.) es una de las teorías más ade- ser definida como 'la verdad de' en
cuadas para tal propósito. (con construcción de tablas de ejecu-
el sentido en que el término 'azul' ción análogas a las tablas de ver-
DENOTACIÓN. En el artículo so- denota o es verdadero de cada enti- dad), y a las modalidades sentencia-
bre el concepto de connotación nos dad azul. les (comprobado, falsificado, litigio-
hemos ya referido a la denotación. Entre los trabajos influyentes sobre so, plausible, indecidido) correspon-
Completaremos ahora lo allá indicado el problema destacamos el artículo de den otras tantas modalidades de eje-
con algunas aclaraciones. Bertrand Russell, "On Denoting", pu-
blicado en Mind (1905) y recogido cución (permitido, no obligatorio,
Para algunos autores la denota- indiferente), En lo que toca a la sin.
en el volumen del autor titulado Lo-
430
DEP DER DER
taris, la lógica deóntica puede ser lo que existe conforme a la ley y lo miento hegeliano del carácter objetivo-
probada, es simplemente consistente, que es según la Naturaleza, fue ya espiritual del Derecho ha ejercido
es consistente respecto a ' — ' y es objeto de amplia discusión por parte gran influencia sobre las filosofías
simplemente completa. de los sofistas y se enlazó con el del Derecho de los siglos XIX y
Peter A. Carmichael, "The Logical problema de la validez universal de XX en el sentido de que ha
Ground of Deontology", The jour- la ley y del fundamento de esta contribuido a delimitar la esfera del
nal of Philosophy, XLVI (1949), validez. Como cuestión fundamental Derecho con respecto a las otras es-
2941. — G. H. von Wright, "Deon- del Derecho ha resurgido en todas feras de las creaciones espirituales
tic Logic", Mind. N. S. XL (1951), las épocas en que las concepciones humanas. Pero junto a la coinciden-
1-15, reimp. en el volumen del autor,
Logical Studies, 1957, págs. 58-74. del Derecho han experimentado una cia que ha habido sobre tal delimi-
— Id., id., An Essaiy in Modal Logic, crisis y en particular durante el Re- tación se han producido en los úl-
1951, págs. 36-41.— K. Jaakko J. nacimiento y en el curso del roman- timos cien años múltiples filosofías
Hintikka, "Quantifiers in Deontic Lo- ticismo. Mas la oposición entre la del Derecho. Enumeraremos de ellas
gic", 1957, Societas Scientiarum Fen- ley y la Naturaleza no es simple- tan sólo las que nos parece que han
nica. Comm. humanarum litterarum, mente la oposición entre la razón y atraído principalmente la atención de
23 N° 4. — Nicholas Rescher, "An lo instintivo; por el contrario, por los filósofos y de los juristas con in-
Axiom System for Deontic Logic", 'Naturaleza' se ha entendido casi clinaciones filosóficas. En primer lu-
Philosophical Studies, 9 (1958), 24- siempre lo estable y aun lo que existe gar, podemos hablar de una orienta-
30. — Id., id., "Corrigenda", ibid.,
pág. 64. conforme a la razón. El Derecho na- ción positiva del Derecho, según la
DEPENDENCIA (LEY O PRIN- tural ha sido así el Derecho resultante cual el Derecho como tal es inde-
CIPIO DE). Véase CATEGORÍA. de la naturaleza humana, supuesta pendiente de otras esferas — por
DERECHO. Por algo que está den- universal e idéntica a través de la ejemplo, de la ética. Según esta
historia, en oposición al Derecho po- orientación, el Derecho representa
tro del derecho se entiende lo que
sitivo, que es un Derecho histórico, una codificación, lo más formal po-
está conforme a algo o, mejor dicho,
y al Derecho divino, que coincide, a sible, de ciertas actividades humanas.
lo que está de acuerdo con una re-
veces, con el natural, sobre todo En segundo lugar, hay una orienta-
gla, lo que la acata o cumple sin
cuando hay un fondo racionalista en ción formalista del Derecho. Esta
desviaciones, rodeos o vacilaciones.
la concepción del mundo, pero que orientación parece relacionarse con
Esta significación es más evidente
a veces se entiende como la idea la anterior, pero no son estrictamente
en términos como o(rqo/j, right, Recht,
divina de justicia, inaccesible a la coincidentes. En efecto, la segunda
que aluden directamente a esa con-
razón y a la luz naturales y superior orientación tiende sobre todo a
formidad, en tanto que el término
a toda condición histórica. buscar los fundamentos de una ló-
español es siempre más bien el De-
El estudio de la definición del gica jurídica que termine en una
recho, esto, el conjunto de cuanto
Derecho, de su origen, fundamento y axiomatización de la ciencia del De-
es legítimo. Para algunos, lo que es
desarrollo es el tema de la filosofía recho, tal como la ha perseguido,
de derecho es lo que es justo; otros
del Derecho, la cual es concebida a entre los juristas de lengua española,
afirman la independencia mutua de
veces como una de las ramas de la E. García Máynez. En tercer lugar,
la justicia y el Derecho, y otros,
filosofía ( VÉASE) y a veces como la hay una orientación que podemos
finalmente, llegan a subordinar al
parte básica de una ciencia autóno- llamar historicista del Derecho. Según
Derecho la justicia, sosteniendo que
ma del Derecho. Sea cual fuere el ella, el origen de las normas jurídicas
algo es justo porque se ajusta al De-
punto de vista que se adopte al res- se basa en las condiciones históricas.
recho. El derecho se opone, por
pecto, la historia de la filosofía del Se ha achacado a esta orientación el
una parte, al deber en el sentido
Derecho es ya muy compleja, y aquí ser esencialmente relativista, pero sus
de que mientras el primero corres-
no podemos ni siquiera indicar sus defensores han manifestado que era la
ponde a lo que puede ser exigido,
momentos principales. Señalaremos única capaz de hacer justicia a los
el segundo se refiere a lo que debe
únicamente que la filosofía del De- aspectos concretos del Derecho. En
cumplirse. Por otra parte, lo que es de
recho como disciplina autónoma se cuarto lugar, hay una orientación
derecho se opone a lo que existe
ha ido constituyendo progresivamente naturalista del Derecho, que puede
de hecho, entendiendo por el primero
a lo largo de la época moderna, ser comprendida en función de los
lo que debe ser de una manera de-
especialmente gracias a las grandes postulados capitales del naturalismo
terminada, lo que funciona en virtud
contribuciones de Vitoria, Suárez, ( VÉASE). En quinto lugar, hay una
de normas, y por el segundo lo que
Grocio, Pufendorf y otros autores. El orientación teológica del Derecho,
es así, prescindiendo de que deba
primer filósofo que, con todo, parece que coincide con algunas de las
o no serlo. Lo que es de derecho se
haber tenido la idea de una filosofía posiciones clásicas antes referidas.
entiende, finalmente, en muy diver-
del Derecho como disciplina relati- En sexto lugar, hay una orientación
sos sentidos, pero alude casi siempre
vamente autónoma fue Hegel, el cual axiológica del Derecho, para la cual la
a lo que moralmente debe ser una
definió el Derecho como la primera ciencia del Derecho se basa en una
cosa, en cuyo caso lo que ocurre
posición del Espíritu objetivo, como teoría de los valores. Con alguna
conforme al derecho se opone en oca-
la pura exterioridad negada por la frecuencia (como ocurre en L.
siones a lo que transcurre conforme
conciencia moral y superada por la Recasens Siches) esta orientación se ha
a la Naturaleza.
eticidad, es decir, por la ética obje- ligado a concepciones de carácter
La oposición entre el Derecho y
tiva propiamente dicha. El reconoci- más o menos
la Naturaleza o, mejor dicho, entre
421
DER DES
existencial, basados en una previa 1628 residió en París. En 1628 se
analítica de la vida humana. Debe- trasladó a Holanda, donde permane-
mos advertir que en algunas ocasio- ció hasta 1649, cuando fue invitado
nes estas orientaciones se mezclan por la reina Cristina a trasladarse a
o pueden mezclarse. Así, por ejem- Suecia, donde falleció.
plo, la orientación axiológica o la Descartes es considerado como "el
naturalista no son en principio in- padre de la filosofía moderna" y tam-
compatibles con la orientación for- bién, aunque con menos razón, como
malista o axiomática. En cambio, a "el fundador del idealismo moderno".
veces son incompatibles, como ocurre En todo caso, su pensamiento y su
con las filosofías del Derecho de ca- obra se hallan en un punto crucial
rácter naturalista y axiológico o teo- en el desarrollo de la historia de la
lógico. Dentro de cada una de estas filosofía y pueden considerarse como
orientaciones se suscitan de nuevo inicio de un período que algunos his-
algunas de las cuestiones clásicas. toriadores hacen terminar en Hegel
Así, por ejemplo, los problemas re- y otros hasta entrada la época con-
lativos a la subjetividad u objetividad, temporánea. Se habla con frecuencia
individualidad o colectividad, relati- del racionalismo de Descartes, y tam-
vidad o carácter absoluto del Dere- bién del voluntarismo de Descartes.
cho son afrontados diversamente por Su filosofía ha sido interpretada de
cada una de las citadas orientaciones muy diversas maneras (Cfr. infra, ad
y reciben respuestas congruentes a finem). No hay duda de que influyó
sus tendencias fundamentales. grandemente, no solamente dentro de
la tendencia o tradición llamada "car-
tesianismo" (v. ), sino también en
muchos autores que se han opuesto
a ella, pero que de algún modo de-
ben a Descartes sus principales inci-
taciones filosóficas. Ciertos autores
han destacado la casi absoluta origi-
nalidad de Descartes. Otros han mos-
trado que el filósofo forjó sus con-
ceptos fundamentales tomándolos de
la escolástica. La verdad no está pro-
bablemente en el punto medio, sino
en otro más capital: en el hecho de
que Descartes representó, para usar
una expresión de Ortega, un nuevo
"nivel" en filosofía, y en el hecho de
que este nivel fue justamente el que
llamamos "moderno".
La filosofía de Descartes no puede
reducirse, como a veces se ha hecho,
a metodología. Tal filosofía es un
conjunto muy complejo de diversos
elementos: método, metafísica, antro-
pología filosófica, desarrollos científi-
DERIVACIONES. Véase PARETO
cos (especialmente matemáticos), pre-
(VlLFREDO).
ocupaciones religiosas y teológicas,
DESCARTES (RENÉ) , Renatus etc., etc. Es plausible, sin embargo,
Cartesius (1596-1650), nac. en La comenzar por destacar la busca car-
Haya (Turena), se educó (1606- tesiana de un nuevo método. Éste no
1614) en el Colegio de Jesuitas de debe ser, como según nuestro filóso-
La Flèche. Deseoso de ver mundo, fo era la silogística aristotélica, mera
se alistó en 1618 en el ejército del ordenación y demostración lógica de
Príncipe Mauricio de Nassau, y en principios ya establecidos, sino un ca-
1619 en el de Maximiliano de Ba- mino para la invención y el descu-
viera. Siguieron varios años de via- brimiento. Este camino debe estar
jes, y al parecer una peregrinación abierto a todos, esto es, a todos los
al santuario de Nuestra Señora de que participan igualmente de la ra-
Loreto para cumplir un voto que ha- zón y del "buen sentido".
bía hecho después de descubrir "una El ejemplo de la matemática, en
ciencia maravillosa". Entre 1625 y
422
DES DES DES
donde el análisis ( VÉASE) constituye alguna dificultad, podamos darnos sino también de las propias verdades
un arte inventivo, representa la prin- cuenta al momento de si no será tal matemáticas. El proceso de la duda
cipal incitación del método cartesia- vez útil examinar primero unas y es llevado a sus últimas consecuen-
no. La primera condición para su rea- cuáles y en qué orden" (Regulae, cias por la hipótesis del "genio ma-
lización consiste ( Discurso, II ) en "no VI). En otros términos, el verdadero ligno" (malin génie), introducido por
admitir como verdadera cosa alguna secreto del método —y ningún saber Descartes para agotar completamente
que no se sepa con evidencia que lo es posible sin método— consiste en la serie de posibles dubitaciones.
es", evitando la precipitación y la regresar a lo más "absoluto". Pudiera existir, señala, un genio ma-
prevención y aceptando sólo lo que Descartes busca infatigablemente ligno omnipotente que se propusiera
se presenta clara y distintamente al una proposición apodíctica; no sim- engañar al hombre en todos sus jui-
espíritu; la segunda, en "dividir cada plemente una verdad fundamental cios, inclusive en aquellos que, como
dificultad en cuantas partes sea po- —pues las verdades de fe poseen los matemáticos, parecen estar fuera
sible y en cuantas requiera su mejor también este carácter—, sino una de toda sospecha. Mas una vez prac-
solución"; la tercera, "en conducir verdad que pueda ser creída por sí ticada esta duda metódica y radical,
ordenadamente los pensamientos", misma, independientemente de toda mientras el espíritu piensa en la po-
empezando por los objetos más sim- tradición y autoridad; una verdad, sibilidad de toda suerte de falseda-
ples y fáciles de conocer para ascen- ad emás, de la cu al se ded u zca n des, advierte que hay algo de que no
der gradualmente a los más compues- las restantes por medio de una es posible dudar en manera alguna,
tos, y la cuarta, "en hacer en todo serie de intui ci ones e n el curs o esto es, de que el propio sujeto lo
unos recuentos tan integrales y unas de una cadena deductiva. Esta piensa. La duda se detiene, final-
revisiones tan generales que se llegue verdad ha de ser, por otro lado, mente, en este pensamiento funda-
a estar seguro de no omitir nada". común a todo espíritu pensante, de mental, en el hecho primario de que,
Estas cuatro célebres reglas resumen tal suerte que sea accesible a todo al dudar, se piensa que se duda. Este
todos los caracteres esenciales del pensar, siempre que funcione recta- núcleo irreductible en donde el
método. Para Descartes no puede co- mente y se desprenda de cuanto se dudar se detiene es el Cogito ergo
nocerse en principio ninguna verdad interponga para desviarlo o entorpe- sum ( VÉASE ). Yo pienso: luego, yo
a menos que sea inmediatamente evi- cerlo, pues "nada puede añadirse a existo; yo soy, por lo pronto, una cosa
dente. Pero la evidencia (v.) como la pura luz de la razón que en algún pensante, algo que permanece
único criterio admisible, debe po- modo no la oscurezca". En otros tér- irreductible tras el absoluto dudar
seer las notas de claridad y distin- minos, el espíritu posee, por el mero (Discurso, IV; Meditaciones, II). El
ción (v. CLARO ). Descartes llama hecho de ser sujeto pensante, una Cogito es, por consiguiente, la evi-
a las ideas que poseen estas notas serie de principios evidentes por sí dencia primaria, la idea clara y dis-
naturalezas simples (v. ) (naturae mismos, ideas innatas (v. INNATIS- tinta por antonomasia — idea distinta,
simplices). Su conocimiento se efec- MO), con las cuales opera el cono- certeza primaria, pues, más bien que
túa por una intuición directa del es- cimiento, el cual reduce a ellas, me- primaria realidad. Tal proposición
píritu; su verdad es, al propio tiem- diante relación y comparación, cuan- es juzgada por Descartes como una
po, su inmediata evidencia. De ahí tas otras nociones surjan de la per- verdad inconmovible "por las más
la necesidad de descomponer toda cepción y de la representación. Este extravagantes suposiciones de los
cuestión en sus elementos últimos y afán de claridad y de evidencia se escépticos". El Cogito —que no
más sencillos y en reconstruirla para revela en el proceso de la duda ( VÉA- debe interpretarse como un mero
la prueba con los mismos elementos, SE) metódica, que elimina cuantas acto intelectual, sino como un
es decir, con sus mismas y primarias objeciones pudieran oponerse a seme- "poseer en la conciencia"— afirma
evidencias. Toda verdad se compone, jante fundamentación en los últimos que "yo soy una cosa pensante" con
por consiguiente, de evidencias elementos intuitivos. En la duda me- completa independencia de la coin-
originarias, simples, irreductibles o de tódica se indaga el último criterio de cidencia del pensar con la situación
nociones relacionadas con ellas. Lo toda verdad. No es una duda en un objetiva y aun de la propia existencia
que debe hacer el espíritu es sentido escéptico con una finalidad de tal situación.
distinguir lo simple de lo compuesto nihilista o con un propósito moral: Ahora bien, el momento inmanen-
e investigarlo con orden hasta llegar a se duda justamente porque sólo de te del Cogito queda transformado
un sistema de elementos en el cual la duda puede nacer la certeza má- muy luego en un momento trascen-
lo compuesto pueda ser reducido cada xima. La duda pone sólo entre pa- dente. Ocurre tal en la demostración
vez a algo simple. Esta regla es réntesis los juicios, pero no las ac- de la existencia de Dios y en las su-
fundamental "y no hay —dice ciones. Toda irresolución en estas úl- cesivas afirmaciones de la substancia-
Descartes explícitamente— otra más timas queda suprimida por lo que lidad del alma y de la extensión de
útil, pues advierte que todas las cosas Descartes llama la "moral provisio- los cuerpos. Por eso el Cogito repre-
pueden ser dispuestas en series nal" indispensable para no convertir senta la posición de un idealismo que
distintas, no en cuanto se refieren a la actitud dubitativa en una destruc- no renuncia al realismo y que, por
algún género del ente, tal como las ción del orden moral, político y re- otro lado, no se satisface con el inma-
dividieron los filósofos conforme a ligioso existente. nentismo de la conciencia. De ahí
sus categorías, sino en cuanto que Descartes procede a dudar de to- que su función sea distinta de la re-
unas pueden conocerse por otras, de do, y no sólo de las autoridades y de presentada en el pensamiento moder-
tal modo que cuantas veces ocurre las apariencias del mundo sensible, no por el fenomenalismo espiritualis-
423
DES DES DES
ta de Berkeley y por el criticismo de alguien que "concurre conmigo para bajo la forma de una estática domi-
Kant. Aunque Descartes tiene de co- formar los actos de mi voluntad, pe- nada por el sistema de las relaciones
mún con estos autores el participar ro Descartes estima que debe consi- espaciales. Las cualidades y las su-
de los supuestos del idealismo mo- derarse si hay también cosas exter- puestas fuerzas ínsitas en la natura-
derno, se distingue de ellos en que nas. Esta consideración se hace, por leza de los cuerpos son eliminadas;
admite a la vez no pocos supuestos lo pronto, al hilo de la idea clara y de otra suerte no podría entenderse
realistas. En todo caso, Descartes as- distinta de lo externo. Esta idea lleva racionalmente la substancia extensa.
pira a salir lo antes posible del fe- a considerar otra substancia, también Ello equivale en gran parte a consi-
nómeno o de la conciencia con el fin clara y transparente, la substancia derar la física desde el punto de vista
de encontrar una realidad que le ga- corporal en cuanto substancia exten- de la geometría. Equivale también a
rantice la existencia de las realida- sa. La distinción entre substancia adoptar lo que se ha llamado luego
des. Ello tiene lugar por medio del pensante y substancia extensa es ab- "el método del análisis reducti-vo",
indicado paso a la demostración de solutamente clara justamente porque por lo menos dentro de cada uno de
la existencia de Dios ( VÉASE ). Sólo cada una se define por la exclusión los tipos fundamentales de substancia.
Dios puede garantizar la coinciden- de la otra: lo pensante no es exten- Es curioso advertir que aun cuando
cia entre semejantes evidencias y sus so; lo extenso, no piensa. La exten- Descartes se opuso tenazmente en su
existencias correspondientes. Como sión no es esencial al yo pensante; física a las teorías escolásticas, por
demostración principal usa Descartes el pensamiento no es esencial a la considerar que tales teorías se
el argumento ontológico, pero le da realidad extensa. Así se forman dos fundaban en ciertas supuestas
un sentido distinto al deducir la exis- substancias separadas y claramente "virtudes" de los cuerpos, de las que
tencia de Dios de su idea como ser definidas, en tanto que podamos de- se procedía a derivar racionalmente
infinito en el seno de la conciencia cir que son propiamente substancias, sus propiedades, su propia física es en
finita. Sólo porque una naturaleza ya que, en alguna medida, sólo Dios muchos puntos no menos metafísica
infinita existe puede poner su idea en es substancia. La consecuencia de ello que la de los escolásticos. En efecto,
una naturaleza finita que la piensa. es un dualismo (y, según algunos au- Descartes intenta derivar ciertas
Así, esta demostración es superación tores, si tenemos presente a Dios, un teorías físicas —por ejemplo, su idea
del solipsismo de la conciencia y pa- "trialismo" ). de la materia como un complejo de
so al reconocimiento de la realidad Consideremos ahora solamente el "torbellinos"— de las propiedades
y consistencia de las objetividades. dualismo citado. Éste planteó a Des- racionales de la materia como
Busca y hallazgo del método (y de cartes muy agudos problemas, en par- substancia extensa.
sus reglas), proceso metódico de la ticular al hilo de la famosa cuestión La "psicología" de Descartes no
duda, evidencia del Cogito y demos- de la relación entre alma y cuerpo sigue enteramente las líneas de la ra-
tración de la existencia de Dios son como relación entre substancias. Una cionalización geometrizante que ope-
cuatro elementos fundamentales de la parte considerable del pensamiento ra en la física. Por un lado, hay en
filosofía cartesiana. Lo que religa a racionalista postcartesiano (Malebran- las ideas psicológicas de Descartes
estos elementos es el esfuerzo por en- che, ocasionalistas [véase OCASIONA- mucha más descripción que deduc-
contrar proposiciones apodícticas y LISMO ], Spinoza, Leibniz) se ocupó ción racional. Por otro lado, Descar-
que sean a la vez explicativas de lo de esta cuestión, dándole muy diver- tes tiene conciencia de que aunque
real. La razón en la que Descartes sas soluciones. Pero sería erróneo todas las operaciones psíquicas son
ha comenzado por "encerrarse" no es, creer que hay en el pensamiento de cogitaciones, lo único común a éstas
en efecto, una razón puramente for- Descartes sólo una metafísica: la se- es su carácter intencional. Los fenó-
mal. O, si esta razón es formal, lo paración de las dos substancias, aun- menos de la voluntad, por ejemplo,
es en un sentido más parecido a co- que metafísicamente enojosa, le pa- no se reducen fácilmente a los de la
mo lo son las razones de la matemá- rece a Descartes científicamente fe- inteligencia. Ahora bien, aun así,
tica, en las cuales hay invención y cunda. Ella es, en todo caso, el fun- Descartes trata de encontrar en su
descubrimiento y no sólo ordenación damento de la doctrina del hombre "psicología" un método basado en la
o pura "dialéctica". La razón carte- (de la "psicología") y de la doctrina claridad y la distinción. Por eso cada
siana puede ser considerada, además, del mundo (de la física). una de las variedades de los modos
como intuitiva, en el sentido de que De la física cartesiana habría mu- psíquicos tiene que ser deducida de
parte de intuiciones (v. INTUICIÓN) cho que hablar. Pueden encontrarse la propia esencia de este modo. Así,
para desembocar en intuiciones, en en varias partes de su obra —espe- Descartes define las pasiones como
una cadena que tiene que ser per- cialmente en los Principios de filo- "reacciones". Las principales "reac-
fectamente transparente. Ahora bien, sofía— elementos que permiten con- ciones" son la admiración (v.), el
la filosofía de Descartes no queda cluir que Descartes no fue tan extre- amor, el odio, el deseo (v.), la ale-
detenida en el paso de la prueba de mado como pareció en su concepción gría y la tristeza. La voluntad (VÉA-
la existencia del yo como yo pensante de las realidades físicas como puras SE) es la facultad de juzgar o abste-
a la prueba de Dios como ser infinito substancias extensas; la cuestión de nerse de juzgar, de asentir o negar el
capaz de garantizar al yo pensante las las fuerzas que se manifiestan en los juicio. Esta voluntad es infinita y
verdades, y en particular las cuerpos es para Descartes, como para completamente libre de dar o no su
verdades eternas. El yo se aprehende a todos los físicos, una cuestión capital. adhesión, pues el entendimiento
sí mismo como naturaleza pensante, Pero grosso modo puede decirse que muestra simplemente a la voluntad
y aprehende a Dios como la física cartesiana aparece lo que debe elegir. La infinitud de
424
DES DES
la voluntad se contrapone a la fini- cartes como expresión del pensamien-
tud del entendimiento: el error ( VÉA- to auténtico del filósofo es no sólo la
SE) radica no sólo en la adhesión a las tradicional, sino también la aceptada
representaciones confusas y oscuras, hoy generalmente por todos los ex-
sino en el acto volitivo que sobrepa- positores del cartesianismo. La inter-
sa el carácter limitado del entendi- pretación de Descartes como "filóso-
miento. Pero los supuestos de la filo- fo enmascarado" ha sido propuesta
sofía cartesiana no quedan agotados por M. Leroy.
tampoco en la tendencia a la reduc- Otro de estos grupos afecta al in-
ción de lo complejo a lo simple. Hay terés predominante de Descartes. Para
en ella la idea de que es posible re- algunos, el único interés del filósofo
construir el universo entero a base de consistió en dar un fundamento filo-
elementos simples; hay la seguridad sófico a la nueva ciencia natural, o
de que se ha alcanzado por vez pri- inclusive desarrollar pura y simple-
mera una seguridad intelectual com- mente esta última. Para otros (como
pleta; hay la confianza en que todo Léon Blanchet), Descartes pretendió
hombre, por el mero hecho de serlo, hacer lo mismo que la Iglesia cató-
puede llegar al conocimiento siem- lica ha intentado frecuentemente: es-
pre que utilice el método convenien- tablecer un equilibrio entre teología
te. Lo que importa para la verdad es, y filosofía, y entre revelación y razón.
pues, menos la penetración espiritual Para otros (Cassirer), Descartes se
que el adecuado uso del método. Hay, interesaba como filósofo teórico por
finalmente, el supuesto de una orde- la fundamentación filosófica de la
nación de la Naturaleza o, más aun, nueva ciencia y como hombre por la
de una ordenación según ley mate- obtención de la pax fidei. Para otros
mática, pues el método se contrapo- (H. Gouhier), puede distinguirse en-
ne continuamente a la suerte. Por tre Descartes y el cartesianismo y
eso el método es como la clave de un atribuir a cada uno de ellos no inte-
lenguaje. Y por eso la filosofía de reses opuestos, pero sí una cierta
Descartes es casi el "programa" de acentuación de tales intereses en un
la época moderna, cuando menos en sentido o en otro.
tanto que exploración de las posibi- Otro de estos grupos, finalmente,
lidades de la razón ( VÉASE ). toca a la estructura de la obra filo-
Como en todos los artículos sobre sófica de Descartes y a la función
los grandes filósofos, la exposición desempeñada por ella por ciertas afir-
aquí presentada debe ser completada maciones (tales, el Cogito ergo sum).
por las referencias a Descartes que Para algunos (M. Guéroult), Descar-
figuran en otros artículos de este tes fue ante todo un razonador, cuya
Diccionario. Hemos ya señalado al- filosofía siguió un estricto "orden de
gunos de ellos en el curso de la ex- razones"; para otros (F. Alquié),
posición ( ANÁLISIS, CLARO, COGITO Descartes concibió las verdades fun-
ERGO SUM , INNATISMO, etc.); al lec- damentales como "experiencias onto-
tor le será fácil recurrir a otros con- lógicas".
ceptos básicos (CREACIÓN, ESPACIO,
TIEMPO, etc.
La filosofía de Descartes ha sido
objeto de numerosas interpretaciones.
Mencionaremos sólo tres grupos de
teorías sobre tres puntos estimados
centrales.
Uno de estos grupos de teorías se
refiere a un aspecto sociológico-histó-
rico: se trata de saber si hay que
interpretar siempre de modo más o
menos literal lo que Descartes ha
escrito o de si hay que considerar
a Descartes como un "filósofo en-
mascarado", que oculta su verdadero
pensamiento (Larvatus prodeo) por
miedo a las consecuencias que su
manifestación podría acarrear. La in-
terpretación de los escritos de Des-
DES
mente desde varios lugares. Por un
lado, la advertencia de que hay cien-
cias no réductibles a una explicación
mecánica —como la historia y, en
general, las llamadas ciencias del es-
píritu— indujo a algunos a hablar
de "ciencias descriptivas". Pero en
tal caso la descripción no fue sino una
operación conceptual que conducía
a la comprensión ( VÉASE). Por otro
lado, las tendencias positivistas acen-
tuaron la importancia de una descrip-
ción de los fenómenos, de tal suerte
que la descripción se convirtió a ve-
ces en un modo de conocimiento pos-
tulado para todas las ciencias, inclu-
sive para las naturales; no sólo, pues,
para aquellas que tradicionalmente
eran consideradas como descriptivas
(botánica, zoología), sino también para
DESCRIPCIÓN. La descripción era las llamadas explicativas (física). En
ya considerada por los antiguos como tercer lugar, la fenomenología
una "definición insuficiente". Se des- acentuó la importancia de la descrip-
cribía lo que no podía definirse, ago- ción del contenido intencional, ha-
tando en la definición todas las notas ciendo de la descripción algo más
esenciales. Todavía en la Lógica de que un método universal de las cien-
Port-Royal la descripción era con- cias; la descripción es entonces el
siderada como un modo de conoci- único método de acercamiento a lo
miento inferior, como una definición que se da en tanto que se da y tal
imperfecta, una minus accurata de- como se da. Esta idea de la fenome-
finitia (II, 12). En el curso de la nología representaba, así, una purifi-
época moderna, sobre todo en la me- cación de la operación descriptiva,
dida en que imperó el racionalismo, que en tal caso llega hasta las esen-
prevaleció tal idea de la descripción. cias y no se limita a una enumeración
En cambio, durante el pasado siglo de los fenómenos como la postulada
se investigaron los caracteres propios por el positivismo. Pero hay en la
de la operación descriptiva. Se esta- época contemporánea otros intentos
bleció, así, una distinción completa de precisión de la descripción. Entre
entre la descripción y otras operacio- ellos se cuentan sobre todo las dife-
nes cognoscitivas, tales como la de- rentes maneras con que algunos pen-
finición, la demostración y la ex- sadores norteamericanos e ingleses
plicación. La descripción no era en- han distinguido entre un conocimiento
tonces ni la formulación de un juicio inmediato de la cosa y un saber
por el cual se responde a la pregunta acerca de ella. Así, William James
acerca del ser de un sujeto, ni la distingue entre conocimiento como
indicación de su fundamento u ori- acquaintance y el saber acerca de
gen lógico u ontológico, ni la mani- algo real, donde el conocimiento re-
festación conceptual de un desenvol- presenta un saber de tipo determi-
vimiento, sino la pura y simple indi- nado. También Bertrand Russell es-
cación de lo que aparece en una cosa, tablece una distinción entre el cono-
de las notas que por sí mismas se re- cimiento por el cual estamos entera-
velan de algo. La descripción equiva- dos de una cosa (knowledge by ac-
lía entonces en gran parte a la mos- quaintance) y el conocimiento des-
tración, acaso con la única diferencia criptivo de ella (knowledge by des-
de que lo mostrado necesita una mí- cription [Problems of Philosophy,
nima explicación en un enunciado, Caps. IV y V]), es decir, entre el
en tanto que lo descrito requiere una saber algo y el saber acerca de algo.
enumeración ideal completa. Pronto, Esta distinción (de la que parece ha-
sin embargo, resultaron insuficientes ber un antecedente en San Agustín,
estas precisiones. Así, los esfuerzos De magistro) ha sido relacionada a
para lograr una idea clara de la des- veces con los problemas planteados
cripción surgieron casi simultánea- en la teoría lógica de las descripcio-

426
DES DES DES
nes propuesta por el citado autor. Pe- encontraremos con que unos enun- ramos la descripción '(:x)' (x escribió
ro como dicha teoría tiene un sesgo ciados son verdaderos y otros falsos. el Quijote', la cual sustituye el nombre
técnico que no aparece claramente Por ejemplo: propio "Cervantes". La ventaja de la
en la distinción anterior, procedere- El Rey de Suecia es un Rey cons sustitución aparece clara cuando
mos a exponerla separadamente. titucional (1) advertimos, siguiendo a Russell, que
La teoría russelliana de las descrip- una descripción definida y un
ciones ha sido expuesta en Principia es un enunciado verdadero. En cam- nombre propio no son lo mismo: la
Mathematica (I, 68) y, en forma bio descripción no es un simple símbolo,
más popular, en el Cap. XVI de la El autor del Quijote era francés (2) mientras el nombre lo es. Por este
Introduction to Mathematical Philo- es un enunciado falso. La teoría de motivo, una expresión como 'Cer-
sophy. Hoy día forma un capítulo las descripciones tiene que establecer vantes es el autor del Quijote' no
indispensable en toda exposición de ciertas condiciones que permitan ver es lo mismo que una expresión como
los elementos de la lógica simbólica. si un enunciado en el cual aparece 'Cervantes es Cervantes'. Pero mien-
Es muy adecuado presentarla dentro una descripción es verdadero o si es tras podemos preguntar, por ejemplo,
de la lógica de la identidad, puesto falso. Estas condiciones son: (a) De- si existió Cervantes, no podemos hacer
que requiere el uso del signo '='. be haber por lo menos un tal; (b) tal pregunta si 'Cervantes' es un
Aunque Russell ha dividido a las ex- Debe haber a lo sumo un tal; (c) El nombre. Al eliminar el nombre pro-
presiones en indefinidas (como 'un tal en cuestión debe ser tal y cual. pio y sustituirlo por la descripción
tal') y definidas (como 'el tal'), nos- (1) es verdadero porque hay por lo nos es posible formular cuestiones
otros nos referiremos únicamente a menos un Rey de Suecia y hay a lo acerca de la existencia. De ahí que
las segundas. Advertiremos solamente sumo un Rey de Suecia y este Rey Russell concluya que "la existencia
a guisa de ilustración que, como ha es un Rey constitucional. (2) es fal- solamente pueda ser afirmada signi-
indicado Russell, hay algo común en so porque si hay por lo menos un ficativamente de descripciones". Y
la definición de una descripción autor del Quijote y a lo sumo un de ahí también que no sea necesa-
indefinida (o ambigua) y de una autor del Quijote, este autor del Qui- rio, como proponía Meinong, hablar
descripción definida: el que la defi- jote no era francés. ( 1 ) es verdade- de objetos irreales, que no serían
nición que se busca es una definición ro, pues, por cumplir las condiciones existentes, sino "subsistentes"; tales
de proposiciones en las cuales apa- (a), (b) y (c). (2) es falso por no supuestos ontológicos resultan inúti-
rece la expresión 'un tal' o la expre- cumplir la condición (c). Los enun- les en la teoría de las descripciones.
sión 'el tal', no una definición de la ciados siguientes: La teoría russelliana de las des-
expresión misma aislada. Esta adver- cripciones es aceptada hoy, con los
tencia es necesaria sobre todo en el El Presidente de Inglaterra es sim-
refinamientos necesarios, por casi to-
caso de las expresiones definidas; pático,
dos los lógicos. Es criticada, en cam-
todo el mundo estará de acuerdo, en El autor de la Enciclopedia Espasa
bio, por algunos filósofos que, como
efecto, en que una expresión tal como no es analfabeto.
los del grupo de Oxford, han anali-
'un perro' no es ningún objeto de- son falsos por no cumplir respectiva- zado el uso ( VÉASE ) de las expre-
finido que pueda definirse por sí mente las condiciones (a) y (b). siones descriptivas. Así, por ejemplo,
mismo, pero, en cambio, hay pensa- Como es posible (mediante un P. F. Strawson ha indicado que en
dores para quienes una expresión tal proceso lógico del que aquí no dare- la teoría russelliana se olvida que las
como 'el perro' puede ser definida mos cuenta) expresar un enunciado frases descriptivas se usan como re-
aisladamente. Esto es, según Russell, en el cual interviene una descripción ferencias. Según ello, hay que exami-
un grave error, debido al olvido de de la forma: nar lo que podemos decir de una
la diferencia entre un nombre y una El x , ta l qu e , x e s t a l y cu a l , frase descriptiva, el uso de ella y
descripción definida. y como Russell propuso simbolizar su expresión lingüística. El signifi-
Por lo indicado anteriormente se 'el x, tal que' mediante '('٦ x)', este cado de una frase descriptiva no es,
puede ya comprender que las descrip- símbolo aparece con frecuencia en la según Strawson, todavía una referen-
ciones (que entenderemos desde aho- teoría de las descripciones y es lla- cia a la persona o cosa a la cual
ra como definidas o no ambiguas) mado a veces símbolo de la descrip- alguien se refiere. Por ejemplo, el
son expresiones que se inician con ción o también símbolo del caso úni- significado de 'El actual Rey de Sue-
el artículo determinado 'el' (o 'la'). co, puesto que indica que hay por cia' equivale a establecer según qué
Así, por ejemplo, Έl Rey de Suecia', lo menos y hay a lo sumo un tal convenciones usamos esta frase; no
Έl autor del Quijote', 'El hombre que es tal y cual. equivale a indicar la persona a la
más alto de la quinta española de La introducción de descripciones cual se refiere, pues la expresión no
1934' son descripciones. Cada una es importante por varios motivos. Se- se refiere a nada, aunque puede ser
de tales expresiones pretende nom- ñalamos aquí únicamente dos. Pri- usada en distintas ocasiones para re-
brar una entidad. Así, Έ1 Rey de mero, porque elimina los nombres ferirse a cosas diversas (como cuando
Suecia' pretende nombrar el Rey de propios. Segundo, porque aclara la nos referimos al actual Rey de Suecia
Suecia, Έ1 autor del Quijote' preten- noción de existencia. Diremos unas en 1955 o en 2056). En conclusión
de nombrar el autor del Quijote, etc. palabras sobre cada uno de estos puede decirse que las frases
Si consideramos ahora enunciados en puntos. descriptivas son verdaderas o falsas
los cuales aparecen descripciones co- Que los nombres propios pueden si se usan para referirse a una persona
mo las anteriores mencionadas, nos ser eliminados, es obvio si conside- o cosa en un contexto determinado.
437
DES DES DES
La crítica de Strawson se basa, por bien no hay que dar siempre al tér- yor o menor según aquella ansiedad
consiguiente, en último término, en mino 'pasión' un sentido peyorativo. sea más o menos vehemente" (Essay,
la advertencia de que Russell y los Cuando se acentuaba el carácter ra- II xx 6). Semejante ansiedad, por lo
lógicos no tienen en cuenta suficien- cional del alma, sin embargo, cual- demás, no es en sí misma mala; en
temente la noción del referirse a· quiera de sus "pasiones" podía apa- rigor, puede ser el incentivo para la
DESCUBRIMIENTO. V. VERDAD. recer como un obstáculo a la razón. "industria" [destreza] humana". Spi-
DESEO. En el artículo APETITO Así sucedía con los viejos estoicos. noza no establece ninguna distinción
hemos tratado de esta afección o mo- Zenón de Citium hablaba del deseo entre apetito (appetitus) y deseo (cu-
vimiento en un sentido muy general, como una de las cuatro "pasiones" piditas): "el deseo es el apetito acom-
como una de las potencias del "al- junto al temor, al dolor y al placer. pañado de la conciencia de sí mismo"
ma" — entendida ésta también en la Cicerón (Tusc. Disp., IV 6) introdujo (Eth., III, prop ix, schol.).
forma más general posible. La no- la doctrina estoica de las pasiones Motivos metafísicos resuenan en la
ción de apetito incluye con frecuen- fundamentales y clasificó éstas en dos idea del deseo tal como ha sido pre-
cia la de deseo, pero esta última no que se refieren a bienes —deseo (bie- sentada por Schopenhauer (Die Welt
es identificable con la primera. Tal nes futuros), alegría (bienes presen- als Wille und Vorstellung, II 28), lo
diferencia no es sólo sistemática, si- tes)— y dos que se refieren a males que se comprende si se tiene en cuenta
no también histórica. En efecto, — temor (males futuros) y tristeza que su idea de deseo está íntimamente
mientras el concepto de apetito ha (males presentes). La voz que Ci- ligada con la de Voluntad. Finalmente,
sido tratado primariamente por auto- cerón usó para lo que llamamos "de- en Hegel y en algunos autores
res griegos y escolásticos —y por va- seo" es libido. contemporáneos, la noción de deseo ha
rios autores modernos sólo en la me- En su discusión de la noción de sido tratado en sentido "me-tafísico-
dida en que usaron el vocabulario concupiscentia (S. theol., I-II q. XXX), existencial". Hegel indica que "la
escolástico— el concepto de deseo Santo Tomás niega que la concupis- conciencia de sí mismo es el estado de
ha sido objeto de análisis por muchos centia, o deseo, se halle únicamente deseo en general", que "la conciencia
autores de todas las épocas. en el apetito sensitivo. Ello no quiere de sí mismo es Deseo"
La distinción entre apetito y de- decir, sin embargo, que se extienda (Phänomenologie des Geistes. Int. Β
seo en la lengua griega aparece co- sin límites por todas las formas del 4). La condición del "deseo" y del
mo una distinción entre o) /reci=j y apetito. Ciertamente, el deseo puede "trabajo" (o esfuerzo) aparece en el
e) p oqomia . Esta última voz fue usada, ser sensible o racional, y aspira a un proceso en que la conciencia vuelve a
entre otros, por Platón y Aristóteles. bien que no se posee. Pero el deseo sí misma en el curso de sus transfor-
Se ha traducido al latín a veces por no debe simplemente confundirse con maciones como conciencia (v.) infeliz
libido, a veces por concupiscentia y el amor o con la delectación. En vir- (ibid., Int. Β 4 b). Según Heidegger
a veces por cupiditas. En Aristóteles tud de la importancia que tiene el "el ser para las posibilidades" se
el deseo es, como ya indicamos (v. objeto a que se aspira, parece como muestra como "puro desear" (Sein und
APETITO ), una de las clases del ape- si el deseo tuviese en Santo Tomás Zeit, § 41 ). Este desear presupone
tito (de an., III 433 a 25). El deseo un carácter ambivalente: su bondad ontológicamente el cuidado (v.). Para
no es necesariamente irracional; puede o su maldad dependen del objeto Sartre, el deseo no es pura sub-
ser, y es con frecuencia, un acto considerado. El hecho de que el tér- jetividad — aunque aparezca como un
deliberado (Eth. Nic., III 1113 a mino 'concupiscencia' se tome hoy modo singular de una subjetividad.
11), esto es, tener como objeto algo (en español) en mala parte, como ape- Tampoco es pura apetencia, análoga
que se halle en nuestro poder tras tito de placeres, no debe hacer olvi- a la del conocimiento. La intenciona-
deliberación. En rigor, lo que se llama dar el más completo sentido de la lidad del deseo no se agota en un
"elección" o "preferencia" es "un deseo voz latina concupiscentia. "hacia algo". El deseo es algo que
deliberado" (ibid., VI 1139 a 24). Los autores modernos han tratado "yo me hago" a la vez que estoy ha-
Con estos análisis Aristóteles parecía del deseo generalmente como una de ciendo al otro deseado como deseado.
rechazar el contraste establecido por las llamadas "pasiones del alma". Por eso Sartre indica que el deseo
Platón entre deseo y razón (Rep., IV Aunque hay en muchos de dichos au- —que ejemplifica en el deseo se-
439-442), pero debe tenerse en cuenta tores implicaciones éticas, el princi- xual— tiene un ideal imposible, porque
que la concepción platónica del deseo pal interés que los mueve es "psico- aspira a poseer la trascendencia del
es más compleja de lo que aparece si lógico" (en un sentido muy amplio otro "como pura trascendencia y, sin
consideramos únicamente el texto de este término). Así ocurre con Des- embargo, como cuerpo", es decir,
citado; en efecto, Platón admitía no cartes, al escribir que "la pasión del porque aspira a "reducir el otro a su
solamente la distinción entre deseos deseo es una agitación del alma cau- simple facticidad, ya que se halla en-
necesarios e innecesarios (ibid,, VIII sada por los espíritus que la disponen tonces en medio de mi mundo" y a
859 A), sino que consideraba a querer para el porvenir cosas que la vez quiere que "esta felicidad sea
asimismo la posibilidad de un deseo se representa como convenientes para una perpetua apresentación de su tras-
perteneciente exclusivamente a la ella" (Les passions de l'âme, art. 86). cendencia anonadadora" (L'Être et le
naturaleza del alma (Phil, 34 A - También en Locke: "la ansiedad que Néant, págs. 455 y sigs.).
35 A) . un hombre halla en sí a causa de la J. Urban, L'épithymologie (la dési-
Era común en el mundo antiguo ausencia de algo cuyo presente goce rologie). Désirs positifs et négatifs.
referirse al deseo como una pasión lleva consigo la idea de deleite, es Les lois des désirs. La valeur
o perturbatio, pa/ q oj, del alma, si lo que llamamos deseo, el cual es ma- subjective. La volonté, 1939.
428
DES DES DES
DESIGNACIÓN. El concepto de grado por un lado a los problemas cuerdo). — Das Ich, der Traum, der
designación es uno de los conceptos de la estética y de la filosofía del Tod, 1947 (El yo, el sueño, la muerte).
fundamentales de la semántica ( VÉA- arte, y por el otro a las cuestiones — Véase también la revista fundada
SE). La designación es una relación de la metapsíquica en el sentido de por Dessoir en 1906: Zeitschrift für
entre una expresión (término, enun- una interpretación de la significación Aesthetik und allgemeine Kunstwis-
senschaft. — Sobre M. D.: Christian
ciado, etc.) y la entidad o entidades de las investigaciones psíquicas. Des- Herrmann, M. D., Mensch und Werk,
a las cuales esta expresión se refie- soir intenta superar en el campo de 1929.
re. 'Entidad' no debe entenderse, em- la estética el relativismo historicista
DESTINO. El problema de la na-
pero, siempre como un hecho, sino por medio de un sistema de filosofía
turaleza y sentido del destino fue
más bien como algo semejante a lo del arte que considere incluidos den-
abundantemente tratado por los filó-
que se llama un concepto-objeto. Así, tro de sí todos los principios estéticos
sofos antiguos, especialmente durante
por ejemplo, el término 'triangular' posibles. Dessoir ha llamado a esta
el período helenístico-romano. Estoi-
designa la propiedad de ser triangu- concepción el "escepticismo estético",
cos, platónicos, epicúreos, eclécticos,
lar (o también, según los casos, la por el cual entiende, paradójicamen-
etc. expresaron opiniones sobre el
clase de los objetos triangulares). El te, una superación del subjetivismo
destino — si existe, lo que es, cómo
examen de la designación no propor- y una decidida afirmación del obje-
puede conocerse, si es o no compati-
ciona, pues, ninguna información tivismo en el arte. Este objetivismo
ble con la libertad, etc. Nos he-
acerca de si la entidad designada es parte de un análisis de las estructu-
mos referido a varios de los proble-
efectivamente tal entidad. Lo último ras artísticas según el cual la obra de
mas que suscitan estas opiniones en
es una cuestión de hecho, que ne- arte posee una consistencia propia,
el artículo AZAR. En algunos respec-
cesita comprobación o verificación. un sentido estructural específico; en
tos, en efecto, los conceptos de azar
El examen de la designación informa otros términos, una forma irreducti-
y destino se hallan estrechamente re-
solamente acerca de si la entidad ble a cualquier examen de índole
lacionados. En el presente artículo
designada es correctamente nom- psicológico-genético o histórico-cau-
completaremos la información allí da-
brada. sal. En su análisis de la investigación
da refiriéndonos a varios tratados an-
Asignar designata a los signos de psíquica, Dessoir admite la importan-
tiguos sobre la noción de destino, a
un cálculo equivale a dar una inter- cia psicológica de estos fenómenos,
la significación (o significaciones)
pretación semántica de tales signos. pero rechaza las apresuradas inter-
dadas al término fatum, a ciertas di-
Hay discusión acerca de cuáles son pretaciones de sesgo espiritista. El
ferencias entre destino y determinis-
los signos de un cálculo a los cuales "más allá" del alma queda abierto
mo y, por fin, a algunas opiniones
deben asignarse designata. Algunos todavía a una investigación, pero ésta
contemporáneas sobre el tema.
autores sostienen que debe hacerse nos puede revelar más las estruc-
solamente con signos cuantificables; turas de lo anímico que sus proble- Varios escritos producidos durante
otros mantienen que debe hacerse máticos "destinos". el período helenístico-romano llevan
asimismo con signos no cuantificables. por título De fato, título que corres-
Hay asimismo discusión acerca de ponde casi exactamente al muy usado
cuáles son los tipos de designata que en griego: Peri\ th=j e/imarme/nhj. Los
deben asignarse a los signos de un tratados "Sobre el destino" más cono-
cálculo. El resultado de esta discu- cidos e influyentes en la Antigüedad
sión depende en buena parte de la fueron los siguientes: (1) el de Crisi-
decisión o decisiones a que se haya po, en dos h'bros, que no ha llegado
llegado con respecto a la teoría de hasta nosotros, pero cuyo contenido
los universales (v.). Nos limitaremos es parcialmente conocido a través de
a señalar algunas posibilidades a Cicerón y Alejandro de Afrodisia; (2)
modo de ilustración. Los signos por uno de Cicerón, conservado en parte;
medio de los cuales se simbolizan (3) uno de Plutarco; (4) uno de Ale-
enunciados pueden tener como desig- jandro de Afrodisia.
nata proposiciones, valores de verdad El término latino fatum significa,
o hechos. Las conectivas y cuantifi- al parecer, "lo predicho" (por un
cadores pueden tener como designata oráculo), el conjunto de "las cosas di-
funciones preposicionales. Las varia- chas" (fata) acerca del porvenir.
bles argumentos en las fórmulas del Aunque, según apuntamos, fatum es
cálculo cuantificacional elemental prácticamente equivalente a ei(marme/nh
pueden tener como designata indivi- hay que tener en cuenta que este
duos, los cuales pueden ser tanto en- último vocablo parece referirse asi-
tidades concretas como entidades abs- mismo a "la parte" que le toca a ca-
tractas. Como puede verse, no pue- da hombre (y, en general, a cada
den darse desígnala únicos para to- ente) dentro de la serie de aconteci-
das las expresiones. mientos que constituyen "la trama"
del universo. Los dos sentidos pue-
DESSOIR (MAX) (1867-19471 den, por lo demás, fundirse en uno:
nac. en Berlín, profesor desde 1897 el "destino" es definible entonces co-
en la misma ciudad, se ha consa-
DES DES
mo "la suerte" que le "toca" a cada tinguir entre destino y predestina-
cosa (y en particular a cada hom- ción, pero ello se debe a que en esta
bre) en tanto que sea en principio última noción se implican cuestiones
cognoscible o enunciable por medio teológicas que no se hallan necesaria-
de oráculos, intuición y hasta refle- mente en la primera.
xión racional. Entre los filósofos contemporáneos
Se admite que Carneades y Crisipo que han tratado de la noción de des-
fueron los primeros en tratar el pro- tino figura Spengler. Según este au-
blema del destino como problema fi- tor, la idea de destino se opone radi-
losófico "técnico" a la vez cosmológi- calmente al principio de causalidad.
co y moral — cuando menos en for- El destino es para Spengler un sím-
ma suficientemente sistemática y com- bolo que se refiere al Universo-histo-
pleta. Se trataba, en efecto, de des- ria y cuya comprensión es intuitiva,
arrollar lo que hoy día se llamaría en tanto que la causalidad se refiere
una "antropología filosófica" paralela al Universo-Naturaleza, es lógica y
a la idea del riguroso encadenamiento racional. El destino se halla relacio-
causal (o final) de todos los acon- nado con la vida; la causalidad, con
tecimientos. Ello llevaba en principio la muerte. Por eso el destino, que "es
a los estoicos a suprimir la noción de a la causalidad lo que el tiempo es al
libertad como "libertad externa" y a espacio", representa la "necesidad in-
concebir la libertad como una "con- eludible de la vida", y por eso tam-
formidad con el universo" (o "la Na- bién "la historia real se halla grávida
turaleza"). La libertad era, así, para de destino, pero no tiene ley" (Det
los estoicos el modo cómo cada uno Untergang des Abendlandes, 1923, t.
actúa respecto al "destino". De este 1, pág. 156). Esta concepción del des-
modo los estoicos creían eludir las di- tino es rechazada, en cambio, sin men-
ficultades que suscitaba la creencia cionarla explícitamente, por Scheler,
en un decreto divino "arbitrario" o la para quien la idea spengleriana apa-
idea epicúrea de un clinamen ( VÉA- recería sólo como una ciega determi-
SE) de los átomos. Es posible que los nación de carácter biológico. "Exigi-
estoicos tuvieran en cuenta el minu- mos del destino ciertamente —dice DESTUTT DE TRACY (ANTOI-
cioso análisis aristotélico de la noción Scheler— que nos afecte involuntaria- NE-LOUIS-CLAUDE) ( 1754-1836 ),
de azar (v. ) y la posible distinción mente y casi siempre imprevisible- nac. en París, fue uno de los prin-
entre el azar propiamente dicho y la mente, pero que represente, sin em- cipales representantes de la corriente
suerte o fortuna, pero sus ideas cos- bargo, algo distinto de la serie de de los ideólogos ( VÉASE). Destutt de
mológicas (y antropológicas) los obli- datos y acciones sometida a la violen- Tracy consideraba la ideología como
gaban a borrar las diferencias. cia causal; a saber: la unidad de un el examen de las facultades, como
Por lo que anunciamos antes, y lo sentido que lo anima todo, que repre- medio para dilucidar el origen y la
dicho en el artículo sobre la noción senta en el hombre y en torno a él la formación de las ideas y, por con-
de azar puede verse que la cuestión conexión esencial e individual entre el siguiente, como propedéutica para la
de la significación del término 'desti- carácter humano y el acontecer. Lo aplicación de los resultados del aná-
no' es sumamente compleja. En efec- peculiar del destino lo constituye pre- lisis a las demás esferas del conoci-
to, por un lado conviene distinguir cisamente esto: que al contemplar el miento. Estimando insuficiente la re-
entre destino y azar, destino y deter- panorama de una vida entera o de una ducción de todo proceso a la sensa-
minismo (v.) (universal), destino y larga serie de años o acontecimientos, ción en el sentido de Condillac,
predestinación (v.). Por otro lado, sentimos tal vida como absolutamente Destutt de Tracy establece en sus
cualquier análisis del concepto de des- contingente en cada caso particular, Elementos de Ideología cuatro fa-
tino obliga a referirse a las nociones pero cuya conexión, por muy imprevi- cultades originarias, no susceptibles
citadas. Desde el punto de vista ac- sible que haya sido el acontecer de de ulterior descomposición: volun-
tual, no parece haber dificultades en cada uno de sus miembros, refleja tad, juicio, sentimiento y recuerdo.
distinguir entre el concepto de destino precisamente eso que creemos que Al examen de las facultades sigue
y el de determinismo (universal), pero constituye el núcleo de la persona en el estudio de la expresión de las
ello es sólo porque se decide de cuestión" (Ordo amoris, trad. Zubiri, ideas; este estudio se basa en la facul-
antemano poner entre paréntesis cual- 1934, págs. 113-14). Scheler hace, en tad del juicio y abarca la gramática
quier problema de carácter antropoló- suma, del destino la expresión de ese y la lógica entendidas como ciencias
gico al discutirse la última noción ci- núcleo emocional —sistema de pre- de las significaciones expresadas en
tada. El determinismo (universal) ferencias o repugnancias o ethos los signos del lenguaje y de sus en-
tiende a no admitir diversas posibles subjetivo— en que consiste el hom- laces correspondientes. En el examen
líneas de causación, mientras que bre. Por eso el destino es indepen- de la voluntad, el autor ha consi-
muchas de las doctrinas antiguas acer- diente del querer y del deseo, así derado el problema desde el punto
ca del destino las admiten. Tampoco como del acontecimiento objetivo de vista de la formación de los deseos,
con posterior aplicación a los efectos
parece haber dificultad hoy en dis- real.
430
DET DET DET
de la facultad volitiva: economía y la única determinación de lo po- o, mejor dicho, estados del universo.
moral. Otra parte de los Elementos sitivo, y por eso el Omnis determi- Célebre a este respecto es el pasaje
debía tratar de los fundamentos de natio negatio est de Spinoza es un de Laplace en el "Prefacio" a su
las ciencias físicas y matemáticas. momento en la captación de lo real, Théorie analytique des probabilités
Obra capital: Éléments d'Idéolo- pero no su forma única y última. (1820): "Una inteligencia que cono-
gie; comprende: Idéologie, 1801; DETERMINISMO. Suéde definirse ciera en un momento dado todas las
Grammaire générale, 1803; Logique, fuerzas que actúan en la Naturaleza
1805; Traité sur la Volonté, 1815; el determinismo como la doctrina se-
gún la cual todos y cada uno de los y la situación de los seres de que se
Commentaire sur l'Esprit des Lois, compone, que fuera suficientemente
1819. Edición de obras completas, acontecimientos del universo están so-
4 vols., 1924-25. —Véase: Ch. Cha- metidos a las leyes naturales. Estas le- vasta para someter estos datos al aná-
bot, Destutt de Tracy, 1885. — yes son de carácter causal. En efecto, lisis matemático, podría expresar en
Vera Stepanowa, Destutt de Tracy, si fuesen de carácter teleológico no una sola fórmula los movimientos de
eine historische-psychologische Studie tendríamos el determinismo, sino una los mayores astros y de los menores
1908 (Dis.). — Oskar Kohler, Die átomos. Nada sería incierto para ella,
Logik des Destutt de Tracy, 1928 doctrina distinta — doctrinas tales co-
mo las del destino (v.), de la predes- y tanto el futuro como el pasado es-
(Dis.). — Además, F. Picavet, Les
idéologues, 1897. tinación (v.) que han sido aplicadas tarían presentes ante su mirada". Se
DETERMINACIÓN es, en psicolo- a las almas y no a los acontecimien- ha dicho que el pasaje de Laplace
gía, el acto por el cual se decide tos naturales. Bergson ha indicado muestra que la doctrina determinista
entre diversas situaciones sometidas que un determinismo estricto y un es posible únicamente a base de una
a previa preferencia o simplemente teleologismo estricto tienen las mis- completa racionalización de lo real se-
el acto por el cual se adopta una mas consecuencias: ambos afirman gún la cual lo real es considerado
resolución ante una situación cual- que hay un encadenamiento riguroso como algo en principio enteramente
quiera. En sentido ontológico es el de todos los fenómenos y, por lo tanto, "ya dado" (Bergson). El determinis-
hecho de precisar un objeto mediante ni en una doctrina ni en la otra puede mo implica entonces lo que Meyer-
la predicación. La ontología formal afirmarse la existencia de la creación son ha llamado "la eliminación del
se ocupa justamente de las determi- y de la libertad. Aunque haya en la tiempo", por lo menos del tiempo en
naciones más generales que convienen observación de Bergson una parte de cuanto constituye la medida de pro-
a los objetos por medio de los cuales verdad, debe hacerse constar que el cesos irreversibles, y no digamos del
éstos son filiados en las distintas re- término 'determinismo' se usa más tiempo en cuanto "cualidad" o "tiempo
giones del ser o del valer. Según propiamente en relación con causas experimentado". También según
Spinoza, la determinación es una ne- eficientes que en relación con causas Meyerson, el determinismo riguroso y
gación, por cuanto al determinar un finales. Además, las doctrinas universal está ligado al proceso iden-
objeto se excluyen todas las notas deterministas modernas, a las cuales tificador propio de la razón, la cual
que no pertenecen a él. La determi- nos referiremos aquí principalmente, aspira a prever, a reducir y, en último
nación equivale entonces propiamente están vinculadas a una concepción término, a identificar.
a la de-finición en cuanto constituye mecanicista del universo, hasta el La doctrina determinista puede ad-
una fijación de límites y en tanto punto de que a veces se han identifi- mitirse como aplicable a todos los
que representa un juicio determina- cado determinismo y mecanicismo acontecimientos del universo o bien
tivo que responde a la pregunta por (VÉASE). Característico del determinis- puede admitirse como aplicable sola-
el ser de un objeto. mo moderno es lo que puede llamarse mente a una parte de la realidad.
La determinación como delimita- su "universalismo"; una doctrina de- Kant, por ejemplo, afirmaba el deter-
ción expresa una de las formas de terminista suele referirse a todos los minismo en relación con el mundo de
captación racionalista de la realidad, acontecimientos del universo. La re- los fenómenos, pero no en relación
y por eso se dice que lo Absoluto es lación entre determinismo y mecani- con el mundo nouménico de la liber-
indeterminado e indeterminable, por- cismo puede entonces comprenderse tad (v.). En todo caso, la doctrina
que en vez de poder serle puestos mejor, pues el determinismo se aplica en cuestión ha sido objeto de muy
límites, es él mismo ausencia de todo más fácilmente a la realidad en tanto numerosos debates. Los determinis-
límite y sólo resulta accesible me- que concebida mecanística-mente. tas radicales han afirmado que no so-
diante una intuición que revela su La doctrina determinista no es sus- lamente los fenómenos naturales, si-
presencia y lo muestra como siendo. ceptible de prueba; tampoco lo es la no también las acciones humanas
La determinación o determinabilidad doctrina opuesta al determinismo, por (explicables entonces como fenómenos
es, dice Hegel, la negación puesta cuya razón el determinismo es consi- naturales) están sometidas a un de-
como afirmativa y de ahí que dicha derado habitualmente como una hi- terminismo universal. Los motivos
proposición de Spinoza sea de impor- pótesis. Algunos estiman que se trata son considerados entonces como cau-
tancia infinita. "Ahora bien —prosi- de una hipótesis metafísica; otros, de sas eficientes, las cuales operan den-
gue Hegel—, la negación como tal es una hipótesis científica. Ciertos auto- tro de una trama causal rigurosa. Los
la abstracción sin forma. En cam- res manifiestan que, aunque la doc- que se han opuesto al determinismo
bio la filosofía especulativa no debe trina determinista no puede probarse, han alegado o que hay zonas de la
ser culpada de considerar la negación ello se debe al carácter finito de la realidad (como las acciones y deci-
o la nada como algo último." Pues mente humana y a la imposibilidad siones humanas, por lo menos algunas
Hegel busca integrar la negación en de tener en cuenta todos los factores de ellas) que se sustraen al determi-
lo positivo, pero no hacer de ella nismo, o bien que éste confunde la
431
DET DET DET
necesidad de hecho con la necesidad minista de otros cuerpos de teoría bre" de Heisenberg (véase INCERTI-
de derecho. Maritain se adhiere a esta física ha sido indicado con toda pre- DUMBRE [PRINCIPIO DE ]). Siendo el
última opinión al declarar que no cisión por Ernest Nagel (op. cit., in- presente artículo primariamente filo-
sólo el origen de una sucesión de he- fra, pág. 279): "Dada la fuerza-fun- sófico, y no teniendo más remedio
chos podría haber sido distinto del ción para un sistema físico, el estado que generalizar mucho más de lo que
que fue, sino que "ninguno de los mecánico del sistema en un tiempo sería de desear en una cuestión tan
innumerables encuentros entre series cualquiera se halla completa y única- compleja, nos limitaremos ahora a
causales que se han producido en el mente determinado por el estado me- proponer algunas ideas generales que
curso de la evolución del mundo hasta cánico en algún tiempo inicial arbitra- permitan entender mejor filosófica-
la producción de un determinado rio." Con ello, sin embargo, no se dice mente el vocablo 'determinismo'.
acontecimiento poseía su razón sufi- todavía que hay un sistema determi- Por lo pronto, repetimos que no
ciente en la estructura esencial del nista, sino únicamente una teoría de- debe definirse de un modo demasia-
universo o en una esencia cualquie- terminista acerca de un determinado do precipitado. No es una buena de-
ra". Algunos autores alegan contra la sistema físico. En general, puede afir- finición del determinismo decir que
doctrina determinista radical que con- marse que toda teoría determinista es un universo o un sistema es determi-
funde nociones diversas tales como la afirmación de que hay un conjunto nista cuando "todo está ya dado", o
la necesidad, la causalidad, etc. Se de leyes deterministas que rigen un cuando "todo acontecimiento es una
puede admitir, por ejemplo, lo que sistema en relación con una cierta clase consecuencia necesaria de un aconte-
se ha llamado "el causalismo" sin por (definida) de propiedades. "El cimiento anterior o de una serie de
ello adherirse necesariamente al de- determinismo de la mecánica clásica acontecimientos anteriores" o cuando
terminismo. O se puede rechazar el —escribe Nagel— ( pág. 283 ) se halla "todos los acontecimientos (o esta-
determinismo radical y seguir consi- severamente limitado a un determi- dos) son reducibles a un conjunto de
derándose que todo lo que acontece nismo con respecto a estados mecáni- condiciones iniciales" o "cuando el
tiene lugar según leyes. Según ello, cos." Ello hace que aun una inteli- presente se halla preñado de futuro"
determinismo y legalismo no coinci- gencia infinita como aquella de que o cuando "todos los acontecimientos
dirían exactamente. hablaba Laplace tendría que hacer pueden ser predichos", etc., etc. To-
Muchas de las dificultades que ha más de lo que Laplace propone, esto das y cada una de estas supuestas
ofrecido la doctrina determinista obe- es, tendría que tener en cuenta todas definiciones no solamente se prestan a
decen a un insuficiente análisis de lo las propiedades —y no sólo las me- confusiones numerosas, sino que, ade-
que se entiende por el término 'deter- cánicas— de los cuerpos, y, además, más, terminan por decir muy poco. Es
minismo'. Por lo general, se han da- tendría que admitir que todas las pro- mejor, pues, tratar de definir el deter-
do de este término (como puede piedades son analizables unas en tér- minismo de un modo más riguroso
haberse visto antes) definiciones de- mino de otras. Aun reduciéndonos a —aun adoptando el inevitable len-
masiado generales. Cuando examina- las propiedades de que hablan las guaje generalizador antes anuncia-
mos con mayor detalle y rigor de qué teorías físicas (mecánicas, ópticas, do—, presentando un modelo con-
modo se entiende una doctrina deter- térmicas, electromagnéticas, etc.) y ceptual de un sistema que puede ser
minista dentro de un contexto bien sin hablar de otras propiedades posi- llamado "determinista". Este sistema
especificado, concluimos que es poco bles, se convendrá en que el llamado puede, por lo demás, extenderse, si
razonable hablar sin más de "deter- "ideal de Laplace" no pasa de ser se quiere (aun cuando ello ofrece
minismo" y "antideterminismo" uni- una muy atrevida extrapolación. grandísimas dificultades) al universo
versales y, desde luego, de "determi- Lo dicho anteriormente no signifi- o realidad enteros.
nismo en general". Muchas de las ca, por supuesto, que el determinis- Presuponemos que un sistema es
doctrinas calificadas de deterministas mo sea una doctrina errónea o sin determinista —o, más rigurosamente,
son una extensión a "la realidad" (o sentido; significa únicamente que hay que una teoría sobre un sistema es
a "la Naturaleza") del modo como que andar con sumo cuidado al usar determinista— cuando tal sistema —o
se ha entendido la estructura de la el término 'determinismo'. Por lo lo que se enuncia acerca de él— cum-
mecánica clásica. En esta mecánica pronto, y como ya se indicó, no es le- ple con las condiciones siguientes:
se atiende a ciertas propiedades de gítimo identificar su sentido con el (1) El sistema debe ser "cerrado";
los cuerpos y se formulan una serie de causalismo. Ciertas partes de teo- no puede, en efecto, admitir elemen
de ecuaciones con el fin de establecer ría física que no son consideradas tos o acontecimientos externos en
la dependencia funcional existente deterministas en el mismo sentido en principio al sistema, pero que luego
entre tales propiedades y otras. El que lo es la mecánica clásica —por acaben de algún modo por insertarse
número de propiedades elegidas es ejemplo, la mecánica cuántica— pue- en él y alterar posiblemente sus con
escaso — aun cuando se consideren den seguir siendo consideradas como diciones o su desarrollo.
que son las propiedades fundamenta- "causalistas". Al mismo tiempo, cier- (2) El sistema debe abarcar ele
les. La llamada "mecánica de los tas ecuaciones físicas —como en la mentos, acontecimientos o estados del
puntos-masas" es especialmente ade- termodinámica— no son causales. mismo tipo ontológico — en el caso
cuada para servir de modelo de cier- Tampoco es legítimo identificar el de- del mundo físico, elementos, aconte
tos sistemas físicos donde se cumple terminismo con la posibilidad de pre- cimientos o estados físicos. Por su
rigurosamente la antedicha dependen- dicción. Tocaremos nuevamente este puesto, puede admitirse un reduccio-
cia funcional. Lo que distingue la punto en el artículo consagrado a las nismo según el cual hay solamente un
mecánica clásica como teoría deter- llamadas "relaciones de incertidum- tipo supuestamente privilegiado de
432
DET DET DET
realidad. Pero si se admite este re- ciones no son a su vez únicamente La mayor parte de obras sobre fi-
duccionismo, se carga el problema resultado de observación o de análi- losofía de la ciencia (VÉASE) discuten
del determinismo, ya de suyo comple- sis de teorías. el problema de la naturaleza y for-
jo, con otras insuperables dificultades. mas del determinismo. El libro de
En la época actual se ha discutido Ernest Nagel referido en el texto es
(3) El sistema debe incluir secuen mucho la cuestión de si una teoría The Structure of Science. Problems in
cias temporales de modo que se evite determinista es o no, en último térmi- the Logic of Scientific Explanation,
reducir las tendencias funcionales de no, un límite ideal de un conjunto de 1961 (ver especialmente págs. 277-
que antes hablamos a dependencias leyes estadísticas. Se ha afirmado al 335). Abundante información sobre
del tipo manifestado por los sistemas respecto que mientras la física clásica la cuestión del determinismo se halla
formales deductivos. y, en general, la llamada "macrofísi- en las dos obras de Cassirer, mencio-
(4) El sistema debe poseer un con nadas en la bibliografía del artículo
ca" es, o puede ser, determinista, en acerca de este filósofo, sobre el pro-
junto de condiciones iniciales que, en cambio la microfísica es indeterminis-
el caso de admitir que el sistema ce blema del conocimiento y sobre de-
ta. Nos hemos referido a estos deba- terminismo e indeterminismo en la fí-
rrado es el único existente —es decir, tes en el citado artículo sobre el sica moderna. Tratan asimismo del
es el universo—, no necesita estar él principio de incertidumbre, de Hei- problema del determinismo muchas
mismo determinado. Decir que está senberg. de las obras citadas en las bibliogra-
determinado por razones externas a Los autores que se han opuesto al fías de AZAR, FIN, LIBERTAD, TELEO-
él, es insertar en él otro sistema, lo LOGÍA. Sobre determinismo e indeter-
determinismo desde el punto de vista minismo en historia, véase la parte
que ha sido probado como inacep
table. ético y antropológico-filosófico han correspondiente en la bibliografía de
Las condiciones anteriores pueden subrayado que dentro de una doctri- HISTORIA.
ser consideradas como necesarias y no determinista no cabría el libre al- Mencionaremos aquí ( simplemente
bedrío (v. ). Algunos de los pensado- en orden cronológico) algunas obras
suficientes. Se podrá advertir que la relativas a la cuestión del determinis-
propiedad "ser predecible" —lo que res de orientación existencialista han
criticado (indirectamente) las doctri- mo en general y del determinismo en
significa: poder prever cualquier es- las ciencias naturales, y remitimos a
tado del sistema una vez conocidas nas deterministas afirmando que en la bibliografía de INCERTIDUMBRE
las condiciones iniciales, los elemen- la existencia humana la libertad es (PRINCIPIO DE) para trabajos comple-
tos del sistema, la ley o leyes de de- una condición ontológica necesaria. mentarios, especialmente los relativos
pendencia funcional que ligan tales El humano existir, según estos pensa- a la cuestión en la física contemporá-
dores, no es comparable a ninguna nea; algunos de los trabajos, por lo
elementos, etc.— no está incluida en demás, figuran en ambos lugares:
las anteriores condiciones. Ello pue- de las cosas naturales y, por lo tanto,
de parecer sorprendente, por cuanto no pueden aplicarse al mismo las ca-
algunos autores han identificado de- tegorías aplicables a tales cosas. Con
terminismo y predictabilidad. Sin em- ello los pensadores en cuestión han
bargo, la exclusión es comprensible llegado a la conclusión de que "exis-
si se tiene en cuenta que el término tir" es fundamentalmente "ser libre".
'predicción' puede referirse a estados Hemos tratado estas cuestiones en
de un sistema no determinista. En otros artículos (por ejemplo, EXIS-
TENCIALISMO, LIBERTAD ). Aquí nos
efecto, es posible predecir estadísti-
camente ciertos estados de un sistema limitaremos a poner de relieve que la
que no sea determinista. Las relacio- base de estas concepciones había sido
ya sentada por autores como Fichte
nes de incertidumbre en la física ac- ( VÉASE ) por medio de una decisión
tual no excluyen la predictabilidad; ética (o "ético-existencial"); si se
establecen dentro de qué condiciones prefiere la libertad al determinismo,
ésta se efectúa. Para agregar la pro- hay que "decidirse" por el idealismo
piedad "ser predecible" a las condi- y no por el materialismo.
ciones anteriores sería menester redé- No hemos podido tratar aquí de
finir tal propiedad. muchos de los debates en torno al
Ninguna doctrina determinista es determinismo tratando de probar que
consecuencia solamente de la obser- hay en éste una falacia interna. Ejem-
vación de fenómenos; lo es también, plo de estos debates lo encontramos
y sobre todo, de una serie de condi- en la tesis de Lequier (v. ), según la
ciones previamente establecidas. Es- cual afirmar que todo está determina-
tas condiciones son de carácter "re- do equivale a afirmar que la afirma-
gulativo" en sentido kantiano y no ción está asimismo determinada y,
"constitutivo" ( véase CONSTITUCIÓN por lo tanto, quitarle todo valor de
y CONSTITUTIVO). Son, pues, suscep- afirmación. El motivo de no habernos
tibles de discusión. Las observaciones extendido sobre estas discusiones es
y el análisis de las teorías pueden porque estimamos que casi todas ellas
arrojar mucha luz sobre la aplicabili- se basan en una definición de 'deter-
dad o no aplicabilidad de las condi- minismo' excesivamente amplia y ge-
ciones de referencia, pero estas condi- neral.
433
DEU DEU DEU
in Modem Physics, 1957 (trad. esp.: nín, Perú) y profesó en la Univer- rán (nac. 1909), también filósofo del
Causalidad y azar en la física moder- sidad de San Marcos, de Lima. Par- Derecho (Estudios de filosofía del
na, 1959). — Louis Bonoure, Déter- tiendo de una crítica del intelectua- Derecho, 1929. — El Derecho y el
minisme et finalité, 1957. — M.
Black, B. Blanshard, P. W. Bridg- lismo, en el cual incluyó tanto el arte, 1940); Osear Miró Quesada
man, H. L. A. Hart, C. G. Hempel, aristotelismo como el eclecticismo y (nac. 1884), que se ha destacado en
E. Nagel, P. Weiss et al., Determi- el positivismo, Deústua comenzó de- la filosofía de la ciencia. Entre los
nism and Freedom in the Age of Mo- fendiendo una posición voluntarista pensadores de generaciones más re-
dem Science, 1958, ed. S. Hook. — inspirada originariamente en Krause cientes puede mencionarse a Enrique
Alian M. Munn, Free Will and Deter- y parcialmente en Wundt, y una fi- Barboza (nac. 1903), que se ha ocu-
minism, 1960. losofía de la libertad creadora, que, pado de la fenomenología después de
DEUSSEN (PAUL) (1845-1919) iniciada primeramente en la estética, haber estudiado críticamente el ac-
nac. en Oberdreis (Westerwald), pro- fue completada por la influencia de tualismo italiano (Ensayos de filoso-
fesor desde 1887 en Berlín y desde Bergson en otras disciplinas. Deústua fía actualista, 1931. — Ética, 1936.
1889 en Kiel, fue entusiasta partida- señaló al principio que la libertad — Psicología del artista, 1940) ; Car
rio de Schopenhauer y fundó para su es el principio de toda estética, pero los Cueto Fernandini (nac. 1913),
estudio la Schopenhauer-Gesellschaft. amplió luego esta idea manifestando que ha estudiado el problema de la
El pensamiento de Deussen puede que hay un orden o armonía —que intencionalidad (El naturalismo fren
caracterizarse como un esfuerzo para es libertad estática— y un impulso te a la fenomenología, 1938. — Bal
encontrar el fundamento común de creador — que es libertad dinámica. tasar Gracián y la idea del hombre,
todas las religiones a la luz de la fi- Estas dos libertades se contraponen, 1949); Luis Felipe Alarco (nac.
losofía (schopenhaueriana). Si bien mas en el curso de tal contraposición 1913), interesado por el pensamien
al principio la unión de filosofía y adquiere el primado la libertad di- to de N. Hartmann y por los proble
religión significaba en Deussen la de námica o creadora, de la cual se de- mas ontológicos formales (N. Hart
la citada filosofía con la religión cris- riva todo lo estético. El pensamiento mann y la idea de la metafísica, 1943.
tiana, sus estudios de las filosofías y de Deústua culminó en una filosofía Lecciones de metafísica, 1947. —
las religiones orientales, particular- práctica, en la cual la propia libertad Ensayos de filosofía prima, 1951);
mente de las hindúes, lo llevaron al constituye el fundamento de todos Manuel Arguelles (nac. 1904), que
convencimiento de la identidad fun- los valores, ante todo de los valores se ha interesado por la filosofía de
damental de todas las intuiciones re- morales. Eucken (El neoidealismo en Eucken,
ligiosas. La concepción de Dios como Los escritos y especialmente el 1929) y por la fenomenología y la
entidad que se halla más allá de todo magisterio universitario de Deústua psicología individual de Adler; Fran
lo personal, pero que sigue siendo (y ejercieron una gran influencia en la cisco Miró Quesada (nac. 1819), que
es sobre todo) una realidad viviente evolución filosófica peruana. Todo el ha completado su interés por la feno
se impuso a Deussen como una ver- movimiento filosófico en dicho país menología con un estudio de la lo
dad evidente. Deussen se distinguió le debe, directa o indirectamente, gística y de las corrientes epistemo
por su historia de la filosofía, en la gran parte de su dinamismo. Men- lógicas vigentes en los países anglo
cual subrayó los motivos religiosos y cionaremos algunos pensadores que sajones (Sentido del movimiento fe-
en particular los del pensamiento se han destacado posteriormente: Ma- nomenológico, 1941. — Lógica, 1946.
hindú. riano Ibérico Rodríguez; Honorio — Ensayos: I. Ontología, 1951. —
Obras: Die Elemente der Meta- Delgado ( VÉANSE); Francisco Gar- Lógica jurídica, 1955) ; A. Salazar
physik, 1877. — Das System der Ve- cía Calderón (1883-1953), que ha Bondy, interesado asimismo en la fe
danta, 1883. — Der kategorische Im-
perativ, 1891. — Allgemeine Geschi- trabajado especialmente en el terreno nomenología (Irrealidad e idealidad,
chte der Philosophie, mit besonderer sociológico; Julio Chiriboga (nac. 1958) y autor de un estudio sobre
Berücksichtigung der Religionen, 6 1896), que se ha orientado al co- la filosofía peruana (La filosofía en
vols., 1894-1917 (Historia general de mienzo en el bergsonismo, luego en el Perú, Panorama histórico, s/a.
la filosofía, con especial considera- el neokantismo de la escuela de Ba- [1955]); Walter Peñaloza (nac.
ción de las religiones. Los tres pri- dén y, finalmente, en el realismo de 1920), que se ha ocupado de la his
meros volúmenes están dedicados a la N. Hartmann, reuniendo en torno a toria del conocimiento entre los grie
filosofía india). — J. Böhme, 1897.
— Erinnerungen an F. Nietzsche, él a un grupo de discípulos de la gos (La evolución del conocimiento
1901 (Recuerdos de Nietzsche). — generación filosófica más reciente (F. helénico: Eleatismo-Ylozoísmo, 1946);
Erinnerungen an Indien, 1904 (Re- Miró Quesada, W. Peñaloza, C. Cue- Nelly Festini (nac. 1921): La imagi
cuerdos de la India). — Die Geheim- to Fernandini); José de la Riva nación en la teoría kantiana del co
lehre des Veda, 1907-09 (La doctrina Agüero (1885-1944), que se dedicó nocimiento, 1948); Gustavo Saco
secreta de los Vedas). — Deussen a la filosofía del Derecho dentro del (Pensamiento espontáneo y pensa
tradujo fragmentos de las Upanisad, marco de un voluntarismo idealista miento reflexivo, 1946). Además de
y editó las obras de Schopenhauer,
16 vols., 1911-1942. — Véase R. (Concepto del Derecho: ensayo de fi- los autores citados hay que tener en
Biernatzki, Kant una die höchisten losofía jurídica, 1912), Juan Bautista cuenta los que se han destacado en
Güter der Religion nach P. Deussen, de Lavalle (nac. 1887), influido por la Universidad católica; menciona
1926. Kelsen (La crisis contemporánea de la mos a su vice-rector Víctor Andrés
DEÚSTUA (ALEJANDRO O.) filosofía del Derecho, 1916. — Belaúnde; a Alberto Wagner de Rey-
(1849-1945) nac. en Huancayo (Ju- Filosofía del Derecho y docencia ju- na ( VÉASE ); al P. Luis Lituma (nac.
rídica, 1939); José León Barandia- 1908); Mario Alzamora Valdez (nac.
434
DEV DEV DEV
1909) —estos dos últimos de orienta- toda operación en la cual se produce introduciendo con ello en el pensa-
ción neotomista—; Carlos Rodríguez; cambio. Es cierto que se habría po- miento filosófico un giro que ha sido
Jorge del Busto (La filosofía de O. dido elegir para el mismo propósito considerado a veces como "heterodo-
Spengler, 1942); Gabriel Martínez el término 'cambio'. Pero, como ve- xo"; hay que advertir, sin embargo,
del Solar (La intencionalidad: una remos luego, es mejor usar este tér- que el devenir en Heráclito, si bien
relación entre Brentano y Tomás de mino en un sentido más restringido es un puro fluir, está sometido a una
Aquino, 1944. También se han des- que el que corresponde a 'devenir', ley: la ley de la "medida", que re-
tacado en filosofía varios profesores con el fin de poder distinguirlo del gula el incesante alumbrarse y ex-
de la Universidad de Arequipa, entre término 'movimiento' (VÉASE). El vo- tinguirse de los mundos. Parménides
ellos Antenor Orrego (nac. 1897: El cablo 'devenir' ofrece, por consiguien- y los eleatas (VÉASE ) adoptaron al
monólogo eterno, 1929. — El pueblo te, varias ventajas, de las cuales enu- respecto una posición opuesta a la de
continente, 1939 y César Guardia meraremos dos. Primero, el ser capaz Heráclito. En vista de que la razón
Mayorga (nac. 1906: Léxico filosó- de designar todas las formas del lle- no hace presa en el devenir, decla-
fico, 1941. — Filosofía y ciencia, gar a ser, del ir siendo, del cambiar- raron que la realidad que deviene
1948). se, del acontecer, del pasar, del mo- es puramente aparencial: el ser ver-
Obras: "Las ideas de orden y li- verse, etc. etc. Segundo, el ser sus- dadero es inmóvil: frente al "todo
bertad en la historia del pensamiento ceptible de tomar un sentido más fluye" de Heráclito, los elatas pro-
humano", Revista Universitaria, propiamente filosófico que otros vo- clamaron, pues, el "todo permanece".
Lima, 1917-1922. — Estética gene- cablos, en parte porque su significa- Los pluralistas intentaron hallar un
ral, 1923. — Estética aplicada. Lo
bello en el arte: la arquitectura, 1932. ción resulta más neutral que la de compromiso entre estas dos posicio-
Estética aplicada. Lo bello en el arte: los otros. nes. Algunos —como Empédooles
escultura, pintura, música, 1955. — Como hemos hecho en numerosos y Anaxágoras— admitieron la exis-
"Los sistemas de moral", 1938-1940. artículos de este Diccionario, proce- tencia de varias substancias (en can-
— Bibliografía: Bibliografía de las deremos por lo pronto históricamente. tidad limitada las de Empédocles;
obras del Dr. A. O. Deústua, 1939, Desde este punto de vista podemos en cantidad ilimitada las de Anaxá-
por G. Ariozola Tirado, Hermann decir que el problema del devenir- goras) que no devienen, pero cuyas
Buse de la Guerra, A. Dapelo, M.
Laberthe, M. Lugo, W. Peñaloza. — es uno de los problemas capitales de combinaciones permiten explicar e]
M. Ibérico, "La obra filosófica de la especulación filosófica. Ello se ad- hecho del devenir. En el mismo sen-
Don Alejandro O. Deústua", Letras vierte ya en el pensamiento griego, el tido se desarrolló el atomismo de
(Lima), 1939, págs. 145-60. — F. cual se planteó la cuestión del deve- Demócrito, pero mientras Empédocles
Romero, La filosofía en América, nir en estrecho enlace con la cues- y Anaxágoras entendieron el devenir
1954. tión del ser (v. ). De hecho, dicho en un sentido cualitativo ( devenir es
DEVENIR. El galicismo 'devenir' pensamiento surgió en gran parte co- cambiar de cualidades), Demócrito lo
es ya de uso corriente en la literatura mo un asombro ante el hecho del entendió en un sentido cuantitativo
filosófica en lengua española. Su sig- cambio de las cosas y como la ne- (devenir es desplazamiento de áto-
nificación no es, sin embargo, uní- cesidad de encontrar un principio que mos en sí mismos invariables, sobre
voca. A veces se usa como sinónimo pudiera explicarlo. El devenir como un fondo de no ser o extensión in-
de 'llegar a ser'; a veces se considera tal resultaba inaprehensible para la determinada). Advirtamos al respecto
como el equivalente de 'ir siendo'; a razón; por ello se requería descubrir que esta diferencia entre lo cualitativo
veces se emplea para designar de la existencia de un ser que deviene. y lo cuantitativo en el devenir ha
un modo general el cambiar o el mo- A ello tendieron ya los filósofos jó- resultado fundamental en la filosofía.
verse — los cuales, por lo demás, nicos. Su a)rxh/ ο principio de la reali- Algunos autores inclusive indican que
suelen expresarse por medio del uso dad tenía como uno de sus rasgos el defecto de la filosofía democriteana
de los correspondientes sustantivos:
capitales el ser una entidad que sub- consiste en reducir el devenir como
'cambio' y 'movimiento'. Dentro de
esta multiplicidad de significaciones yace en todo cambio y que explica, devenir cualitativo (que puede
parece haber, con todo, un núcleo junto con el cambio, la multiplicidad llamarse "cambio") al devenir como
significativo invariable en el vocablo de las cosas. Hasta puede decirse que devenir cuantitativo (que puede
'devenir': es el que destaca el pro- los tipos principales de filosofía pre- calificarse de "movimiento"). Otros
ceso del ser o, si se quiere, el ser socrática pueden ser descritos en or- autores rechazan semejante acusación
como proceso. Por eso es habitual den a las correspondientes concep- pues señalan que la idea de Demócrito
contraponer el devenir al ser en un ciones mantenidas por sus represen- de la subjetividad de las cualidades
sentido análogo a como en el voca- tantes sobre el problema del devenir. secundarias permite explicar todo
bulario tradicional se contrapuso el Así, los jónicos buscaron, como indi- devenir en términos de movimiento y
in fieri al esse — donde in fieri expre- camos, lo que permanece dentro de reducir éste a medida cuantitativa. La
sa, en rigor, el hecho de estar ha- lo que deviene, y pensaron hallarlo tendencia general de la filosofía
ciéndose. en una substancia material. Los pi- griega después de Demó-crito, con
Aquí hemos elegido el vocablo 'de- tagóricos hicieron lo propio, pero pen- algunas excepciones (como la de los
venir' porque nos parece sobrema- saron hallar el principio del devenir epicúreos), consiste en subrayar el
nera apropiado para discutir en la y de lo múltiple en una realidad primado del cambio frente al "simple"
forma más general posible las cues- ideal: las relaciones matemáticas. He- movimiento. En parte ello ha sido
tiones fundamentales implicadas en ráclito hizo del propio devenir, del afirmado también por Platón y por
gi/gnesqai, el principio de la realidad, Aristóteles. Sin embar-
435
DEV DEV DEV
go, la filosofía del devenir de dichos Platón presta mucha mayor atención significaciones. Estos defectos pro-
filósofos es demasiado compleja para al problema del devenir del que po- ceden en buena parte de que los fi-
que pueda insertarse cómodamente dría darlo a entender la simple y lósofos, aunque no han perdido de
dentro de los anteriores esquemas. casi siempre superficial equiparación vista que para que haya devenir se
Es, pues, necesario desarrollar algu- entre el ser y lo inmóvil, y la aparien- necesita algún factor, condición o
nos de sus conceptos, especialmente cia y lo movible. Prueba de ello es elemento, no se han dado cuenta, en
en el caso de Aristóteles, que trató que hay en Platón, particularmente cambio, que se necesita más de un
el problema que nos ocupa con par- en sus últimos diálogos, una preocu- factor. Por este motivo, el problema
ticular detalle. pación constante no solamente para del devenir incluye la cuestión de
La tendencia general de Platón averiguar la relación —o falta de re- las diferentes especies de causa (Cfr.
es hacer del devenir, γίγνεσθαι, una lación— entre el ser verdadero y el Phys., II 3, 194 b 16, 195 a 3; De
propiedad de las cosas en tanto que devenir, sino también un intento de anima, II 4, 415 b, 8-10; Met., Λ 3,
reflejos o copias de las ideas. Tales entender las diversas formas en las 983 a 26-33; Δ 2, 1013 a 24 sigs.).
cosas son justamente llamadas a veces cuales puede darse este último. Así, En efecto, todas las formas de causa
lo engendrado o devenido, γιγνόμενα. por ejemplo, en Phil., 54 C el filósofo son operativas en la producción del
Desde este punto de vista, podemos habla del devenir como destrucción, devenir, lo cual no significa,
decir que en la filosofía de Platón φθορά y génesis, γένεσις. Y en el empero, que haya tantos géneros de
solamente el ser y la inmovilidad Theait., 181 D nos indica que hay devenir como tipos de causalidad.
del ser (o de las ideas) es "verda- dos formas de devenir ( o movimiento, Los géneros del devenir siguen una
deramente real", en tanto que el de- κίνησις): la alteración, a)lloi/wsij, y clasificación distinta. Aristóteles ha
venir pertenece al mundo de lo par- la traslación, φορά (distinción usada dedicado al asunto buen número de
ticipado. Considerada la cuestión des- asimismo en Parm., 138 Β sigs.). Esta páginas de sus obras. Mencionare-
de el ángulo del conocimiento, puede última distinción sobre todo es im- mos aquí los pasajes que nos pare-
decirse que el ser inmóvil es objeto portante, porque vuelve a plantear cen fundamentales. En Cat., 13, 15
del saber en tanto que el ser que la cuestión en los términos ya antes a 14, el Estagirita presenta seis clases
deviene es objeto de la opinión. Mu- indicados del devenir como movi- de devenir (a veces se llama
chos pasajes pueden citarse en apo- miento cualitativo o cambio y el de- "cambio" o "movimiento", pero re-
yo de esta contraposición. Uno de venir como proceso cuantitativo o cordamos al lector el punto de vista
los más iluminadores se encuentra en movimiento. Ahora bien, fue Aristóte- más general y neutral que hemos
Tim., 27 E: "Hay que establecer una les quien dio sobre estas significacio- adoptado al proponer nuestro térmi-
distinción y preguntar: ¿Qué es lo nes las mayores y más influyentes no). Son las siguientes: generación.
que es siempre y jamás deviene, y precisiones. Estudiaremos, pues, sus O génesis, γένεσις; destrucción, φθορά '
qué es lo que siempre deviene y ja- conceptos al respecto con algún de- aumento, au)/chsij; disminución, φθιοίς;
más es?" Sin embargo, sería un error talle. alteración, a)lloi/wsij; y traslación,
simplificar excesivamente el pensa- Aristóteles criticó ante todo las desplazamiento, cambio de lugar, o
miento platónico. El estatismo de la concepciones sobre el devenir pro- movimiento local, fora/ En Phys., III
realidad proclamado por Platón no puestas por los anteriores filósofos 1, 201 a 5-7 el devenir es (1) subs-
le hace olvidar un solo momento que (Cfr. Phy., I y II, passim). Tales con- tancial —posesión y privación (pero
los sólidos argumentos construidos en cepciones pueden reducirse a cuatro: no, observemos, generación y corrup-
su defensa por los eleatas y los pi- (1) La solución eleática, que preten ción o destrucción); (2) cualitativo
tagóricos afrontan no menos poderosos de dar cuenta del devenir negándolo; —como en blanco y negro—; (3)
argumentos propuestos por los fi- (2) La solución pitagórica y platóni cuantitativo —completo e incompleto
lósofos que defienden la movilidad ca, que tiende a separar los entes (aumento y disminución)—; (4) local
de lo real. Por eso a veces Platón que se mueven de las realidades in —· hacia arriba, hacia abajo, o liviano,
concibe el Movimiento y el Reposo móviles para luego —sin lograrlo— pesado (pero no, observemos, hacia
como participando en el ser —ya deducir los primeros de las segundas; la derecha, hacia la izquierda, siem-
que son "géneros supremos del (3) La solución heracliteana (y sofís pre que consideremos el
ser"—, sin que el ser propio sea mo- tica) que proclama que la realidad movimiento local como un
vimiento o reposo (Soph., 247 E sigs.). es devenir, y (4) La solución plu movimiento natural). De hecho, indica
A veces inclusive —como en el mismo ralista, que reduce las distintas for Aristóteles, hay tantos tipos de devenir
citado diálogo— Platón define el ser mas del devenir a una sola, ya sea como hay significados del vocablo
por medio del concepto de la potencia cualitativa (Empédocles, Anaxágoras), 'es'. En Phys., V 224 a 21 sigs. el
o δύναμις, de tal modo que la idea de ya sea cuantitativa (Demócrito). Los devenir es (a) por accidente, (b)
actividad resulta esencial para el defectos de estas concepciones son respecto a otra cosa y (c) en sí
ser. Claro que en otros lugares (Cfr. principalmente dos: (a) el no ad mismo. Si consideramos ahora (c)
Crat., 440 A sigs.) la inmutabilidad vertir que el devenir es un hecho que podemos clasificar al devenir en
parece alcanzar el primado, de tal no puede ser negado o reducido a cuatro clases, que son las que
modo que la interpretación del otros o afirmado como substancia (ol parecen más fundamentales de
platonismo en este punto capital tro- vidando en este caso que el devenir todas: (I) de algo a algo, (II) de
pieza con todo género de dificulta- es devenir de una substancia), y algo a no-algo (III) de no-algo a
des. Pero sea cual fuere la interpre- (b) el no reparar que 'devenir', como algo y (IV) de no-algo a no-algo.
tación adoptada, es indudable que 'ser', es un término que tiene varias (IV) debe ser excluido, pues los tér-
minos que intervienen en él no son
436
DEV DEV DEV
ni contrarios ni contradictorios, (III) siones que hallamos en su obra y que nir de los entes creados. Se puede,
y (II) son casos de generación y neutralizan las ventajas que ofrece su pues, decir que la escolástica, y en
corrupción (o génesis y destrucción), constante atención por la clasifica- particular la escolástica tomista, pro-
pero como solamente lo que es puede ción y la aclaración de las significa- cura mantenerse a igual distancia en-
devenir, sólo (I) merece figurar co- ciones. Entre estas impresiones sub- tre una filosofía enteramente estati-
mo caso de movimiento. De hecho, rayamos dos. Una afecta al voca- cista y una filosofía completamente
(II) y (III) son formas de (I), y bulario y consiste en que mientras a dinamicista; una y otra son, según
como (I) puede ser concebido o res- veces emplea el vocablo ki/nhsij, en la mencionada tendencia, maneras de
pecto a la cualidad o respecto a la un sentido más general, y el vocablo eludir el problema del efectivo de-
cantidad, solamente quedan el movi- μεταβολή en un sentido más particu- venir.
miento cualitativo (alteración) y el lar, a veces también considera En cambio, en ciertas direcciones
cuantitativo (aumento y disminución). μεταβολή en un sentido más general de la filosofía moderna se ha ten-
A ellos debe agregarse, sin embargo, que ki/nhsij. Otra se refiere a la cues- dido a considerar el propio Devenir
el movimiento local, con lo cual tene- tión del cambio en la substancia. En como el motor de todo movimiento
mos tres sentidos primarios del deve- efecto, a veces el Estagirita dice que y como la única explicación plausible
nir. Puede preguntarse ahora si al- no hay respecto a ella movimiento, de todo cambio. Se ha estimado, en
guno de ellos tiene el primado sobre pero a veces declara que sólo hay efecto, que la ontología tradicional
los otros. La respuesta a esta cues- movimiento respecto a la substancia, —tanto griega como escolástica—
tión es, sin duda, difícil. Por un la- cualidad, cantidad y lugar. Advirta- era excesivamente "estaticista", y que
do, parece que el devenir cualitativo mos que estas imprecisiones no tie- bajo su influencia quedaron sepulta-
tiene el primado si prestamos aten- nen todas la misma gravedad. La pri- dos todos los ensayos para convertir
ción al hecho de que el Estagirita mera es grave, pues el uso ambiguo el devenir en una noción central fi-
parece haberse preocupado sobre to- del vocabulario afecta a todos los aná- losófica. Atisbos de este dinamicismo
do por explicar el sentido ontológico lisis posteriores. La segunda puede los encontramos en algunas filosofías
del cambio, evitando toda reducción resolverse adoptando una de las po- renacentistas, pero en su plena ma-
del mismo al desplazamiento de par- sibilidades: la que consiste en admitir durez se ha revelado solamente dentro
tículas en el espacio. Si así lo hace- el sentido más general de κίνησις y el del pensamiento romántico. Sin
mos, entonces la explicación del de- más estricto de μεταβολή, pues enton- embargo, éste se ha manifestado de
venir estará determinada por la fa- ces se puede decir que en la substan- dos maneras: o como una constante
mosa definición del movimiento co- cia no puede haber κίνησις pero sí, afirmación del primado del devenir,
mo actualización de lo posible qua en cambio, puede haber μεταβολή. o como un intento de "racionalizar"
posible (Phys., III, 1, 201 a 9), una Los escolásticos de tendencia aris- el devenir de alguna manera. Ejem-
definición que requiere, para ser de- totélica procedieron a refinar y a acla- plo eminente de esta última posición
bidamente entendida, un análisis de rar los anteriores conceptos. Así, San- lo hallamos en Hegel, para quien el
las nociones de acto y potencia (VÉAN- to Tomás señalaba que el cambio es devenir (Werden) representa la su-
SE ), pues el devenir o cambio con- la actualización de la potencia en tan- peración del puro ser y de la pura
siste últimamente en el paso de lo to que potencia, y por eso hay deve- nada, los cuales son, en último tér-
posible a lo actual. Por otro lado, es nir cuando una causa eficiente lleva, mino, idénticos. "La verdad —escribe
posible considerar que el sentido pri- por así decirlo, la potencia a la ac- Hegel— no es ni el ser ni la nada,
mario del devenir es la traslación o tualidad, y otorga al ser su perfec- sino el hecho de que el ser se
movimiento local: la más alta forma ción entitativa. El sujeto no cambia convierta o, mejor, se haya conver-
del cambiar, aparte el Primer Mo- así por un mero desarrollo de algo tido en nada y viceversa. Pero la
tor, que mueve sin ser movido, es el que tenía implícito, ni tampoco por verdad no es tampoco su indisceni-
movimiento circular; solamente mu- la aparición ex nihilo de una cuali- bilidad, sino el hecho de que no
cho más abajo, en el reino sublunar, dad, sino por la acción de una causa sean lo misino, de que sean absolu-
se da el devenir cualitativo y luego que, si se quiere, se "interioriza" en tamente distintos, pero a la vez se-
el ciclo de la generación y la corrup- el ser. De ahí que el acto y la po- parados y separables, desapareciendo
ción, cada uno de los cuales, como tencia en tanto que factores del de- cada uno en su contrario. Su verdad
indica Bergson, no son sino reflejos venir no sean propiamente seres o es, de consiguiente, este movimiento
del primitivo perfecto movimiento principios constitutivos, sino, como del inmediato desaparecer de uno en
circular original. No podemos exten- dicen los escolásticos (por lo menos el otro: el devenir, un movimiento
dernos debidamente sobre este punto. los tomistas), realidades complemen- en el cual ambos términos son distin-
Digamos sólo que algunas de las tarias. Con ello se niega que el acto tos, pero con una suerte de diferen-
mayores dificultades que ofrece la sea el elemento dinámico del ser y cia que, a su vez, se ha disuelto in-
doctrina aristotélica del devenir se de- la potencia el elemento estático, pero mediatamente" (Logik, ed. G. Las-
ben no solamente al anterior proble- también que el acto sea el elemento son, I, pág. 67). Hegel precisa, ade-
ma (pues, en último término, podría estático del ser —el ser "ya cum- más, que este devenir "no es la unidad
solucionarse advirtiendo que en unos plido"— y la potencia el elemento hecha por abstracción del ser y de
casos el Estagirita trata del devenir dinámico — el ser "en vías de rea- la nada, sino que, como unidad del
como cuestión física y en otros casos lizarse". Acto y potencia son igual- ser y de la nada, es esta unidad
lo dilucida como cuestión metafísi- mente necesarios para que el devenir determinada, es decir, algo en lo cual
ca), sino también a algunas impreci- tenga lugar — por lo menos el deve- se hallan tanto nada como ser."
437
DEV DEW
En el curso del siglo xx han irrum- desarrollados por las ciencias sociales
pido diversas filosofías para las cua- y que permita resolver al mismo
les el devenir es una realidad pri- tiempo las situaciones derivadas de
maria — o, si se quiere, para las tales problemas. La insistencia en la
cuales el ser existe solamente en la experiencia sólo adquiere sentido a
medida en que deviene. En algunos partir de estas bases. Pues la expe-
casos se ha llegado a concebir el ser riencia no es para Dewey lo mera-
como una inmovilización del devenir. mente experimentado por un sujeto
Ejemplo de ello lo encontramos en y menos lo que éste experimenta con
Bergson y el bergsonismo (VÉANSE). el fin de adquirir un saber, sino el
En otros casos, se ha opuesto el de- resultado de una relación que para
venir (concebido como idéntico a la el sujeto tiene como término a la vez
vida) al ser —o, mejor, a "lo deve- opuesto y complementario el objeto
nido"— (estimado como idéntico a la y el medio, pero que puede ser con-
muerte). Ejemplo de ello lo hallamos cebida en su mayor generalidad como
en Spengler, para el cual lo deveni- relación entre objetos, como su for-
do es lo que se halla impregnado de ma propia de mantener una conexión.
extensión y "se encarna en el número El punto de vista "biológico" de
matemático", en tanto que el devenir
DEWEY (JOHN) (1859-1952) Dewey no es, según esto, más que
es lo orgánico, lo que posee
dirección, irreversibilidad e historia. nac. en Burlington (Vermont), ha pro- una consecuencia de su amplia no-
En otros casos, finalmente, se ha con- fesado en Michigan (1884-88), Min- ción de la experiencia, noción amplia
siderado que hay dos especies de de- nesota (1888-89), Michigan (1889- en el sentido de su comprensión,
venir: el devenir físico —que, por 94), Chicago (1894-1904) y Colum- pero no en el sentido de que cons-
la imposibilidad de conservar el pa- bia University (New York). Influido tituya el objeto de un absoluto. De
sado, se reduce a un continuo naci- en parte por el idealismo alemán, par- ahí el método empírico o "denotati-
miento y anonadamiento del ser—, ticularmente por el hegelianismo vo" que Dewey utiliza o, si se quiere,
y el devenir espiritual — el cual per- —que representa para Dewey la "otra el método empírico que debería usar
manece sin ser idéntico. Ejemplo de cara", la sistemática y unificadora, de si se atuviera siempre a sus propios
esta última concepción es la de Al- su pensamiento, orientado sobre todo postulados. Pues, como se ha hecho
berto Rouges ( VÉASE). Frecuente en hacia la movilidad de la experiencia, observar con frecuencia, Dewey es
todas estas concepciones es la afirma- y que le ha incitado a superar las "técnicamente" un filósofo empirista,
ción de un primado del devenir y divisiones de lo real subyacente en aun cuando, de hecho, el curso de
hasta la reducción de todo ser a de- la herencia de la cultura de la Nueva sus razonamientos esté edificado mu-
venir, lo cual equivale en la mayor Inglaterra—, la filosofía de James y chas veces al hilo de una dialéctica.
parte de los casos a un intento de la necesidad de otros métodos y En todo caso, la filosofía por él pos-
explicar el movimiento por el creci- vías para la realización de sus tulada es una filosofía que renuncia
miento, lo mecánico por lo orgánico propósitos de reforma y "recons- a todo absoluto, que procura averi-
y, en último término, lo físico por lo trucción" le inscribieron muy pronto guar en cada proceso la múltiple tra-
espiritual. en la "nueva filosofía" — una filosofía ma de relaciones entre los medios y
Véase también DIALÉCTICA. que, a su entender, se distingue de los fines de que está compuesto,
la tradicional no sólo por considerar y que no se limita a considerar el
como realidad central la experiencia, instrumentalismo pragmatista como
sino también y muy especialmente por simple método, como aún pretendía
el giro distinto que da a esta misma James. Sólo dentro de este marco es
experiencia (VÉASE). El propio Dewey, posible entonces comprender lo que
por lo demás, ha expuesto en una breve Dewey entiende por naturalismo (v.).
autobiografía intelectual los "motivos" El propio filósofo ha calificado, en
capitales que han conformado u efecto, a su pensamiento de "natu-
orientado su pensamiento. En primer ralismo empírico", de "empirismo na-
lugar, la importancia otorgada a la turalista". Mas "Naturaleza" no es
teoría y práctica de la educación. En simplemente aquí un conjunto de co-
segundo término, el deseo de superar sas regidas mecánicamente; es histo-
el dualismo entre "ciencia" y "moral" ria, acontecimiento y drama. Por eso,
por medio de una lógica que sea un y sólo por eso, el pragmatismo no es
"método de investigación efectiva" y sólo un método, sino una filosofía,
que no rompa la continuidad de las es decir, una manera de acercarse a
diversas regiones de la experiencia. una realidad que se supone infinita-
En tercer lugar, la mentada influencia mente múltiple. Por todas partes tien-
de James. Finalmente, la intuición de de Dewey a lo concreto, pero ello no
la necesidad de una integración del sólo en virtud de un postulado filo-
pensar que comprenda los problemas sófico, sino como resultado de una
crítica de la cultura moderna, cuyo
438
DEW DEW
parcial intelectualismo quiere Dewey gicas, no desmiente la concepción
corregir en todas sus dimensiones, pragmática e instrumentalista en tor-
particularmente en las educativas y no a la cual gira su teoría del pensar,
sociales. Su teoría del pensamiento, pero la hace aun más vinculada a
su pragmatismo y su instrumentalis- ciertas corrientes del existencialismo
mo no tienen, en última instancia, metafísico y a todos los esfuerzos
otro propósito. Dewey parte del re- últimos para lograr una unidad de la
conocimiento de que el hombre se razón con la vida. Pues esto es lo
siente inseguro en el mundo y busca único que puede terminar con aquel
algo permanente y estable. Semejante divorcio de la teoría y la práctica tan
permanencia le es dada en el curso característico de la filosofía clásica
de la historia de múltiples formas: y del intelectualismo moderno, lo que
por ritos mediante los cuales cree puede conducir a una vida armónica
propiciarse las fuerzas de la Natura- que es para Dewey el ideal último
leza, por las artes con que domina a de la educación.
esta misma Naturaleza. Mas también
por los objetos tradicionales del saber
y de la filosofía, por esa actividad
filosófica que busca lo inmóvil tras
la contingencia y el cambio. Pero la
filosofía ha olvidado que el pensa-
miento no funciona meramente con
vistas a un saber, sino con vistas a
un "dominio". Pues, en general, todo
conocimiento es un instrumento for-
jado por la vida para su adaptación
al medio, y por eso el pensar no
comienza, como creía el racionalismo
clásico, con premisas, sino con difi-
cultades. Lo que el pensar busca no
es una certidumbre intelectual, sino
una hipótesis que se haga verdadera
mediante el resultado y la sanción
pragmática. La noción de verdad (v.),
tan próxima a la de James, es con-
secuencia de la sustitución del con-
ceptualismo del conocer por un fun-
cionalismo y un operacionismo del
pensar. El pensamiento funciona entre
dificultades que acongojan al hom-
bre, pero más bien que relativizar el
pensar, el instrumentalismo de Dewey
pretende justificarlo de un modo
concreto y no por cualquier absoluto
trasmundano. Por eso el pensamiento
y la teoría son elementos inmanen-
tes a la vida humana, "programas"
que el hombre forja para responder
a situaciones futuras. La orientación
hacia el futuro, tan vigorosa en De-
wey, no queda, empero, limitada a
DHARMA. La idea del dharma es
la ciencia y a la filosofía: ella im-
casi omnipresente en el pensamiento
pregna todo el esfuerzo social y edu-
hindú y se ha extendido asimismo en
cativo de este pensador y es como el
gran parte de la filosofía india ( VÉA-
norte hacia el cual se dirigen todos
SE ). Su sentido parece en principio
sus pensamientos. Mas la busca de lo
harto vago: se trata de un orden.
concreto ha conducido a Dewey en
Este orden puede ser determinado
los últimos tiempos a una reanuda-
por una divinidad o bien ser de na-
ción de su primitiva influencia hege-
turaleza cósmica e impersonal. Puede
liana: su inclinación hacia la metafí-
también referirse al gobierno del uni-
sica, que se hace tan patente en los
verso, o al conjunto de las leyes por
trabajos últimos sobre cuestiones ló-
las cuales se rige la sociedad, o al
DIA DIA DIA
mundo individual y personal. En lo doctrinas de los diádocos y su suce- tículos: Polivalente, Tablas de Ver-
que toca al individuo, el dharma (a sión cronológica como un método dad ( VÉANSE ), que aunque no son
veces traducido por 'virtud') no se adecuado de exposición de la historia propiamente diagramas, constituyen
limita a la vida terrenal: constituye de la filosofía. Tal método fue otro ejemplo del uso en filosofía de
el "hilo" (el "mérito religioso") que fomentado por el peripatético Soción las representaciones gráficas. En el
liga esta vida con la vida futura y, de Alejandría, que redactó unos Diá- artículo presente señalaremos algu-
en último término, el orden o cami- docos (o Sucesiones) de los filósofos, nos de los diagramas usados en ló-
no recto y justo que permite pasar Διαδοχαί φιλοσόφων, en las primeras gica a partir de fines de la Antigüe-
de la una a la otra. El dharma no es décadas del siglo π antes de J. C. dad, con excepción de los diagramas
conocido por la experiencia comen- Fue seguido por varios autores, entre de Venn a los cuales dedicamos un
te; es accesible solamente a una ex- los cuales mencionamos a Heráclides artículo especial (véase VENN, [DIA-
periencia superior. En cierto modo, Lembos, de mediados del siglo π GRAMAS DE] ). Para la historia de los
es como una voz que indica la voca- antes de J. C.; al peripatético Antís- diagramas aquí descritos partimos
ción (el orden propio) de cada ser tenes de Rodas, de la misma época, de la información proporcionada en
y del universo en conjunto. autor de una recopilación con el mis- el libro de John Venn, Symbolic Lo-
El concepto de dharma desempeña mo título que la de Soción; al estoico gic (2a ed., 1894; Cap. XX, Notas
un papel fundamental en el budis- Jasón de Rodas, de las últimas déca- históricas, II) y la completamos con
mo. Una de las colecciones de escri- das del siglo II antes de J. C., que datos extraídos de otros autores. Siem-
turas básicas del primitivo budismo escribió unos Filoso/fwn diadoxai/; al pre que ha sido posible, hemos com-
recibe el nombre de Dharma. Dhar- epicúreo Filodemo de Gadara; a So- probado las informaciones dadas re-
ma suele traducirse entonces por sicrates, Nicias de Nicea, ambos de la curriendo a los textos originales. Los
'doctrina', (o 'verdad', 'doctrina ver- misma época del anterior; a Hipobo- diagramas presentados responden den-
dadera") pero hay que tener presente to, de fecha incierta, autor de una tro de lo posible a la definición de
que no se trata de una serie de pro- obra titulada Tw=n filoso/fwn diagrama lógico dada en el libro de
posiciones, sino de indicaciones, es a)nagrafh/ a Diocles de Magnesia, Martin Gardner, Logic Machines and
decir, de "vías" (como las "cuatro del siglo I antes de J. C., autor de una Diagrams, 1958, pág. 28: "El diagra-
verdades sagradas"). Por eso dice E. )Epidro-mh\ filoso/fwn y a Alejandro ma lógico es una figura geométrica bi-
Conze que "el dharma no es real- Polihístor, de la misma época. dimensional que muestra relaciones es-
mente un dogma, sino esencialmente Método parecido al de la histo- paciales isomórficas con la estructura
un sendero" (Buddhism, s/f. [1951], riografía por diádocos es el seguido de un enunciado lógico. Estas relacio-
pág. 64). Este camino es también un por Diógenes Laercio en sus famosas nes espaciales son usualmente de ca-
orden y a la vez una ley — o, mejor, Vidas de los filósofos. De hecho, hay rácter topológico, lo cual no es sor-
una serie de órdenes y de leyes que grandes semejanzas en la presenta- prendente en vista del hecho de que
parecen expresarse doctrinalmente, ción de las escuelas en Diógenes las relaciones lógicas son las relacio-
pero que no tienen origen doctrinal Laercio y en Soción. Los dos, por nes primitivas subyacentes en todo
ni siquiera humano, sino intemporal ejemplo, toman como base la clasifi- razonamiento deductivo, y de que las
e impersonal. cación de las escuelas filosóficas en propiedades topológicas son, en cier-
Sobre la concepción budista del las llamadas serie de los jónicos ( VÉA- to sentido, las propiedades más fun-
dharma: Th. Stcherbatsky, The Cen- SE ) y serie de los itálicos (v. ). damentales de las estructuras espa-
tral Conception of Buddhism and the El término 'diádoco' puede ser ciales. Los diagramas lógicos se
Meaning of the Word 'Dharma', 1923. considerado como equivalente al tér- hallan con respecto a las álgebras ló-
— H. Willman-Grabowska, "Évolu- mino 'escolarca'. Sin embargo, esta- gicas en al misma relación en que los
tion sémantique du mot 'dharma' ", blecemos una diferencia: mientras gráficos de curvas se hallan con res-
Rocznik Orientalistyczny, X (1934), los diádocos son los sucesores, los es- pecto a sus fórmulas alfébricas; se
38-50. — H. von Glasenapp, "Zur trata simplemente de otros modos de
Geschichte der buddhistischen Dhar- colarcas incluyen también los fun-
matheorie", Zeitschrift der deutschen dadores de las escuelas. Por este mo- simbolizar la misma estructura bá-
morgenländischen Gesellschaft, XCII tivo hemos reservado para el artículo sica."
(1938), 383-420. — Id., id., "Der Escolarca (v.) las diversas sucesio- Los diagramas que representan el
Ursprung der buddhistischen Dhar- nes de las principales escuelas filo- árbol de Porfirio y la oposición de
matheorie", Wiener Zeitschrift für sóficas griegas llamadas atenienses. las proposiciones son muy antiguos.
die Kunde des Morgenlandes, XLVI DIAGRAMAS. El uso de diagra- Lo mismo ocurre con el diagrama
(1939), 242-66. que se destinaba a ayudar al descu-
mas en filosofía ha sido menos fre-
DIADOCO. En la historiografía fi- brimiento de los términos medios co-
losófica antigua se llama diádoco cuente que en las ciencias. Pero no
es inexistente: especialmente en la nocido con el nombre de Pons Asi-
al jefe de una escuela filosófica que norum (VÉASE). Según Venn, hay una
sucede a otro diádoco o que viene lógica se han usado diagramas ya
forma de este diagrama en el Com-
inmediatamente después del fundador desde antiguo. En este Diccionario
pendium ( 1680) de Sanderson y otra,
de la escuela. Como (especialmente se han empleado algunos, tales como anterior pero más completa, en el Co-
después de Sócrates) gran parte de los contenidos en los artículos Árbol mentario a Porfirio de Pedro Tarta-
las actividades filosóficas se desarro- de Porfirio, Clase, Conectiva y Opo- reto (1581). De mucha antigüedad
llaron en el seno de las escuelas, llegó sición (VÉANSE). A ellos deben agre- son las figuras en las cuales se re-
a considerarse la descripción de las garse las tablas usadas en otros ar-
440
DIA DIA DIA
indica que todo α puede estar conte- hay una especie de acuerdo en el des- de los argumentos aducidos por Só-
nido en b cuando es más pequeño, acuerdo —sin lo cual no habría diá- crates en los diálogos platónicos son
pero no cuando es mayor. logo—, pero también una especie de de la última forma. Se dice que estos
Además de las obras mencionadas sucesivos cambios de posiciones indu- argumentos son "dialécticos", en cuyo
en el texto, véase Charles K. Daven- cidos por cada una de las posiciones caso parece que la famosa dialéctica
port, "The Role of Graplhical Methods platónica, o socrático-platónica, sea
in the History of Logic", en Hugo "contrarías".
Dingler Gedenkbuch zum 75. Geburt- Ahora bien, este sentido "dialógi- únicamente un tipo de argumento al-
stag, 1956 [es rev. de un trabajo an- co" de 'dialéctica', bien que primario, go más "laxo" que los argumentos
teriormente publicado en Methodos] no es suficiente: no todo diálogo es aducidos por Parménides — o por Ze-
(trad. esp.: El papel de los métodos necesariamente dialéctico. En un sen- nón de Elea. Pero resulta que lo
gráficos en la historia de la lógica, tido más "técnico" la dialéctica se que tenemos en Platón no es simple-
1957 [Suplementos del Seminario de entendió como un tipo de argumento mente una forma menos rigurosa o
Problemas científicos y filosóficos, similar al argumento llamado "reduc- formal de dialéctica, sino una forma
Univ. de México, Serie II, 3]). ción al absurdo" ( VÉASE ), pero no más completa, y en gran parte distin-
DIALÉCTICA. En su artículo "Le idéntico al mismo. En este caso, sigue ta, de dialéctica.
mythe de la raison dialectique" (Re- habiendo en la dialéctica un diale/g- En rigor, tenemos en Platón dos
vue de Métaphysique et de Morale, eqai, pero no tiene lugar necesaria- formas de dialéctica. Se ha observado
Año LXVI [1961], 1-34) Raymond mente entre dos interlocutores, sino, a menudo (Cfr., por ejemplo, J. A.
Ruyer ha observado que el término por así decirlo, "dentro del mismo Nuño Montes en op. cit. en la biblio-
'dialéctica' no suele (o no suele ya) argumento". El modelo del argumento grafía) que mientras en ciertos diálo-
designar nada muy preciso. En efec- "dialéctico" entonces puede esque- gos (el Fedón, el Fedro, en parte la
to, se llama, o ha llamado "dialécti- matizarse del modo siguiente: República) Platón presenta la dialéc-
ca", a muy diversas cosas: incompa- tica como un método de ascenso de lo
tibilidad entre dos sistemas, oscilacio- P,
sensible a lo inteligible, en algunos
nes en la realidad, etc. Se han llamado donde 'p' simboliza una proposición
de los llamados "diálogos últimos"
"principios dialécticos" a cualesquiera cualquiera
(como el Parménides y en particular
principios: oposiciones, reacciones, ne- Por tanto, q, r, s, el Sofista y el Filebo) la presenta co-
gaciones de negaciones, etc. En vista Pero no q, r, s. mo un método de deducción racional
de ello, Ruyer propone dar un signi- Por tanto, no p. de las Formas. Como método de as-
ficado no ambiguo a 'dialéctica'. Es censo a lo inteligible, la dialéctica se
el que consiste en un modo de dar Debe observarse que 'p' es a veces,
y con frecuencia, una proposición vale de operaciones tales como la
razón del devenir escapando a los di-
lemas planteados por la razón no dia- condicional ( simbolizable, pues, 'si p, "división" y la "composición" (Phaed.,
léctica cuando ésta se propone enten- entonces p 1, de modo que la nega- 265 A - 266 B), las cuales no son dos
der el devenir, y en particular el ción del consecuente conduce a una distintas operaciones, sino dos aspec-
devenir histórico. negación ( o "refutación" ) del ante- tos de la misma operación. La dia-
Por desgracia, aunque el sentido cedente. léctica permite entonces pasar de la
que da Ruyer a 'dialéctica' puede no En este sentido más preciso el "arte multiplicidad a la unidad y mostrar a
ser ambiguo, no es tampoco comple- dialéctico" fue usado por Parméni-des ésta como fundamento de aquélla.
to: es uno de los muchos posibles para probar que, como consecuencia Como método de deducción racional,
sentidos de 'dialéctica', y, más espe- de "Lo que es, es" y "Lo que no es, en cambio, la dialéctica permite dis-
cíficamente, uno de los sentidos con- no es" cuando sea (o es) no criminar las Ideas entre sí y no con-
temporáneos. En el presente artículo, cambia, pues si cambiara se converti- fundirlas. Claro está que ello no tiene
y por la naturaleza de esta obra, no ría en "otro", pero no hay "otro", lugar sin muchas dificultades, leal-
podemos limitarnos a un solo signifi- excepto "el que es". La usó también mente reconocidas por Platón, espe-
cado de 'dialéctica'; tenemos que des- para probar que lo que es, es uno, cialmente en la perplejidad que mues-
plegar todos los significados posibles pues si fuera, por ejemplo, dos, habría tra el "ejercicio dialéctico" del
tal como se han dado en el curso de una separación entre ambos, y esta se- Parménides. En efecto, una vez discri-
la historia de la filosofía. paración no es una realidad, sino un minadas las Ideas (Soph., 253 D) se
"no ser", etc., etc. Como puede verse, trata de saber cómo pueden combi-
Por lo pronto, el término "dialéc- este tipo de argumento consiste en
tica", y más propiamente la expresión narse. Si todas las Ideas fueran com-
suponer lo que ocurriría si una pro-
'arte dialéctico', dialektikh\ texnh , es- posición dada, declarada verdadera,
pletamente heterogéneas unas a otras,
tuvo en estrecha relación con el voca- no habría problema. Pero tampoco
fuese negada. habría ciencia. Si todas las ideas se
blo 'diálogo' (VÉASE): "arte dialéctico" Este sentido de 'dialéctica' es for-
puede definirse primariamente como redujeran a una sola Idea —a la Idea
mal, es decir, se basa en un modelo
"arte del diálogo". Como en el diálo- formal de argumentación acerca de del Ser o de lo Uno— no habría tam-
go hay (por lo menos) dos logoi que proposiciones. Pero decir 'no p' no poco problema. Pero no podría decirse
se contraponen entre sí, en la dialéc- quiere decir necesariamente que no p de lo que es más que lo que dijo ya
tica hay asimismo dos logoi, dos "ra- es contradictorio con p. Puede muy Parménides: que "es". La cuestión
zones" o "posiciones" entre las cuales es, pues, cómo la dialéctica hace po-
bien ocurrir que no p sea falso (o
se establece precisamente un diálogo, sible una ciencia de los principios fun-
que no sea falso, en cuyo caso no p
es decir, una confrontación en la cual dada en la idea de la unidad. Una
será verdadero). Ahora bien, muchos
de las soluciones más obvias consiste
444
DIA DIA DIA
en establecer una jerarquía de Ideas dia la dialéctica fue objeto de muy tituló De arte dialéctica el Libro III
y de principios, de la que la doctrina variadas sentencias. Por un lado llegó de su obra De nuptiis Philologiae et
de los supremum rerum genera cons- a formar, con la gra mática y la Mercurii, y por Boecio, quien tituló
tituye un ingrediente esencial. Aquí retórica, el Trivium de las artes De dialéctica el Capítulo III de su
nos hallamos lejos ya de la idea de la liberales. Como tal era una de las obra De artibus ac disciplinis libera-
dialéctica como "impulsada por el artes sermocinales, es decir, una de lium litterarum. El Ars disserendi, de
Eros" (Phaed., 250 A et al). La dia- las artes que se refieren al método Adán de Balsham (Adam Balsamien-
léctica parece haberse convertido en y no a la realidad. Por otro lado cons- sis "Parvipontanus" ), en el siglo XII,
la ciencia de la realidad como tal. tituyó (por ejemplo, en el Didasca- es llamado asimismo Dialéctica (Dia-
En todo caso, la dialéctica no es lion, de Hugo de San Victor) una léctica Alexandri). Aunque el propio
nunca en Platón ni una mera disputa de las partes de la llamada lógica autor no usó los términos dialéctica o
ni un sistema de razonamiento formal. dissertiva, la que se propone elaborar dialecticus, ello se debe probablemente
Por eso, a pesar de las dificultades la demostración probatoria (véase a que rehuía emplear vocablos
que ofrece la dialéctica, Platón la en- CIENCIAS [CLASIFICACIÓN DE LAS ]). griegos cuando podía hallar expresio-
salza de continuo, hasta el punto de Finalmente, constituyó el modo pro- nes latinas que se les aproximasen o
hacer de ella el objeto del supremo pio de acceso intelectual a lo que los sustituyesen ( Cfr. L. Minio-Palue-
entrenamiento del filósofo (Rep., VI, podía ser conocido del reino de las llo, ed. del Ars disserendi en Twelfth
511 B). En cambio, Aristóteles con- cosas creíbles, de los credibilia. Así, Century Logic. Texts and Studies, 1
trasta la dialéctica con la demostra- unos entendieron por dialéctica no [1956], pág. xxiii; del mismo autor:
ción, por las mismas razones por las sólo el modo de azuzar la mente, sino "The 'Ars Disserendi' of Adam of
cuales contrasta la inducción con el la manera de a falsis vera discernere. Balsham 'Parvipontanus'", Medioeval
silogismo. La dialéctica es para Aris- La interpretación del ejercicio dialéc- and Renaissance Studies, III [1954],
tóteles una forma no demostrativa de tico como una logomaquia, y la in- 116-69). Pero el contenido del texto
conocimiento: es una apariencia de sistencia en la dialéctica por parte de es "dialéctico" en el sentido de Ca-
filosofía", pero no la filosofía misma. algunos disputadores (Anselmo de Be- pella y Boecio. Se trata en él de las
De ahí que Aristóteles tienda a consi- sata, Berengario de Tours) dio ori- formas de disscrtatio y de los dicendi
derar en un mismo nivel disputa, pro- gen, sin embargo, a una fuerte reac- genera (naturaleza de los enunciados,
babilidad y dialéctica. La dialéctica, ción antidialéctica por parte de quie- formas de éstos, lo que designan, las
dice Aristóteles, es disputa y no cien- nes, como San Pedro Damián, veían "designaciones sofísticas", etc. ). Una
cia; probabilidad y no certidumbre; en el uso de la dialéctica el desco- parte de la lógica de Abelardo es lla-
"inducción" y no propiamente "demos- nocimiento de la omnipotencia divina. mada asimismo Dialectica. Y si en los
tración". Y hasta sucede que la dialéc- La discusión sobre el papel de la siglos XIII y XIV el nombre Lógica fue
tica es tomada por Aristóteles en un dialéctica fue asimismo viva en la usado de nuevo con frecuencia para
sentido peyorativo, no solamente como época de Abelardo, el cual quedó si- designar aproximadamente el mismo
un saber de lo meramente probable, tuado entre los dialécticos extremos y contenido de la anterior "Dialéctica"
sino como un "saber" (que es, por su- los extremos antidialécticos al convertir (así, en la pseudo-aquiniana Sumiría
puesto, un "pseudo-saber" ) de lo apa- la dialéctica en método crítico de la totius logicae Aristotelis; en las Sum-
rente tomado como real. De ahí que escolástica. Ulteriormente la dialéctica mulae logicales, de Pedro Hispano;
Aristóteles llegue a llamar "dialéctico" adquirió de nuevo un sentido en la Summa totius logicae, de Gui-
al silogismo "erístico", en el cual las peyorativo, al hilo de la comparación llermo de Occam), en el siglo XVI,
premisas no son ni siquiera probables, de la dialéctica con la sofística, pero volvió a predominar —entre los que
sino que solamente parecen probables. ya en el siglo XIII se tendió a seguían las orientaciones "clásicas" y
El sentido positivo de la dialéctica establecer una distinción entre ellas. rechazaban, por consiguiente, las crí-
resurgió, en cambio, con el neopla- Santo Tomás, por ejemplo, admitió la ticas escépticas renacentistas— el tér-
tonismo, que entendió por ella el definición aristotélica, pero estimó al mino 'dialéctica'. Heinrich Scholz
modo de ascenso a realidades supe- mismo tiempo la dialéctica como una (Geschichte der Logik, 1931, pág. 8)
riores, al mundo inteligible. Particu- parte justificada de la lógica. De enumera una serie de obras publicadas
larmente el sistema de Proclo utilizó hecho, la dialéctica se fue convirtiendo en dicho siglo donde tal nombre apa-
como método universal la dialéctica más y más en lógica simpliciter. En el rece: las tres ediciones de los escritos
en la forma platónica. La dialéctica, Renacimiento, en cambio, fue lógicos de Melanchton ( VÉASE) —
dice Plotino, es una parte de la filoso- frecuente el rechazo de la dialéctica, Compendiaría dialectices ratio, 1520;
fía y no un mero instrumento de ella. interpretada en muchas ocasiones Dialectices libri quattuor, 1528; Ero-
También entre los estoicos la dialéc- como designando el contenido formal temata dialectices, 1547—; la obra de
tica era un modo "positivo" de co- de la lógica aristotélica. La anterior Petrus Ramus ( VÉASE) (Pierre de la
nocimiento; según Diógenes Laercio exposición de las concepciones de la Ramee) —Dialecticae Partitiones,
(VII, 43), la dialéctica en los estoicos dialéctica y juicios sobre ella desde 1543; Institutiones dialecticae, 1547;
se divide en "temas del discurso" y sus orígenes hasta los comienzos de Scholae dialecticae, 1548; Dialectique,
"lenguaje", siendo necesario defender la época moderna es confirmada por 1553—; las Institutiones dialec-
esta "dialéctica" contra los ataques los varios usos del término 'dialéctica'. ticarum libri octo, 1564, de Pedro
de los escépticos (Cfr. Epicteto, Dis- El nombre mismo fue transmitido a los Fonseca (VÉASE). Agreguemos a esta
cursos, I, vii, viii, xvii, y especial- filósofos medievales por Marciano lista la Dialectica Resolutio cum textu
mente II, xx, xxv ). En la Edad Me- Capella, quien Aristotelis de Fray Alonso de la Vera
445
DIA DIA DIA
Cruz, publicada en México en 1554. considera este método como la única racional." Pero no sólo esto. Lo más
Sólo en el siglo XVII volvió a predo- posibilidad de conducir a una iden- importante es que "estos tres aspectos
minar el uso del término 'lógica' por tificación del pensar con el ser ver- no constituyen tres partes de la Lógi-
la mayor parte de los autores (discí- dadero. "La dialéctica contiene los ca, sino que son momentos de todo lo
pulos centro-europeos de Suárez; principios del filosofar" (Dialektik, lógico-real" (Enzyklopädie, § 79). Así
Leibniz y filósofos influidos por él; ed. L. Jonas, 1839, § 3). De ahí lo que tiene realidad dialéctica es lo
ocasionalistas; autores de Port-Royal; que la dialéctica sea un camino, que tiene la posibilidad de no ser
lógicos y matemáticos diversos, etc.). pero un camino que se diversifica, se- abstracto. La dialéctica es, en suma,
Es comente, por lo demás, en varios gún los objetos de que trata, en una lo que hace posible el despliegue y,
filósofos del siglo XVII una crítica de parte formal y en una parte trascen- por consiguiente, la maduración y
los procedimientos dialécticos. Así, dental. La dialéctica es de esta suerte realización de la realidad. Sólo en
por ejemplo, Descartes explica en las aquello que conduce continuamente este sentido se puede decir que, para
Regulae (X) por qué omite "los pre- el pensamiento a su fin único sin llegar Hegel, la realidad es dialéctica. Mas
ceptos por los cuales los dialécticos jamás a él, pues el conocimiento lo que importa en esta dialéctica de
piensan gobernar la razón humana", absoluto trasciende de toda dialéctica. lo real es menos el movimiento in-
prescribiéndole ciertas formas de ra- Mucho más central es, desde luego, terno de la realidad que el hecho
zonamiento conducentes a conclu- el papel desempeñado por la dialéc- de que esta realidad alcance necesa-
siones que la razón no puede dejar tica en el sistema de Hegel. Sin riamente su plenitud en virtud de
de negar. Ello se debe, a su entender, embargo, las dificultades para com- ese su interno movimiento. En otras
a que la verdad escapa con frecuen- prender el significado preciso de la palabras: Hegel no se declara "parti-
cia de tales cadenas de razonamien- dialéctica en este filósofo son con- dario" de la dialéctica porque sienta
to. "Los dialécticos —escribe Des- siderables. En efecto, dialéctica sig- una irreprimible tendencia a ver la
cartes— no pueden formar ningún nifica en Hegel por lo pronto el realidad desde el punto de vista del
silogismo en regla que desemboque momento negativo de toda realidad. movimiento, sino que aspira a ver la
en una conclusión verdadera si pre- Se dirá que, por ser la realidad total realidad desde el punto de vista del
viamente no han tenido la materia, de carácter dialéctico —en virtud de movimiento, porque sólo éste le per-
es decir, si no han conocido antes la la previa identidad entre la realidad mitirá verdaderamente realizarla. Por
verdad misma que deducen de su y la razón, identidad que hace del lo tanto, es la "realidad realizada" lo
silogismo." De ahí "la inutilidad" de método dialéctico la propia forma en que interesa a Hegel y no sólo el
la "dialéctica ordinaria". que la realidad se desenvuelve—, movimiento dialéctico que la realiza.
El sentido peyorativo de la dialéctica este carácter afecta a lo más positivo No sólo está, pues, en la base de la
fue común en el siglo XVIII. Así Kant de ella. Y si tenemos en cuenta la dialéctica de Hegel una ontología de
consideró la lógica general en cuanto omnipresencia de los momentos de lo real, sino que, además, y sobre
Organon como una "lógica de k la tesis, de la antítesis y de la síntesis todo, tal ontología está basada en una
apariencia, es decir, dialéctica", pues en todo el pensamiento de Hegel, y el voluntad de salvación de la realidad
"nada enseña sobre el contenido del hecho de que sólo por el proceso misma en lo que tenga de real, es de-
conocimiento y sólo se limita a dialéctico del ser y del pensar pueda cir, para seguir empleando el vocabu-
exponer las condiciones formales de lo concreto ser absorbido por la razón, lario de Hegel, en lo que tenga de po-
la conformidad del conocimiento con nos inclinaremos a estimar la dia- sitivo-racional o de "especulativa". La
el entendimiento". La crítica de la léctica bajo una significación unívo- dialéctica hegeliana opera mediante
apariencia dialéctica constituye la se- camente positiva. Sin embargo, tan tríadas, de las cuales indicamos a con-
gunda parte de la lógica trascendental , pronto como nos atenemos a los re- tinuación las principales:
es decir, la dialéctica trascendental, sultados más generales que se des- La Idea se articula en la tríada
título que, según Kant, lleva "no como prenden de la filosofía de Hegel, (1) Ser, (2) Esencia y (3) Concepto.
arte de suscitar dogmáticamente esta advertimos que lo dialéctico repre- El Ser, en la tríada (A) Cualidad,
apariencia, sino como crítica del senta, frente a lo abstracto, la acen- (B) Cantidad y (C) Medida. La Cua-
entendimiento y de la razón en su tuación de que esta abstracción no lidad, en (a) Ser indeterminado, (b)
uso hipercrítico". De ahí que la tercera es sino la realidad muerta y vaciada Ser determinado y (c) Ser para sí.
parte de la Crítica de la razón pura, la de su propia substancia. Para que El Ser indeterminado, en (a) Ser
Dialéctica trascendental, sea la crítica así no suceda, le es preciso a lo real puro, (β) Nada y (γ) Devenir. El
de este género de apariencias que no aparecer bajo un aspecto en el que se Ser determinado, en (x) Esto, (y)
proceden de la lógica ni de la niegue a sí mismo. Este aspecto es Otro y (z) Cambio. El Ser para si
experiencia, sino de la razón en cuanto justamente el dialéctico. De ahí que en (f) Uno, (g) Repulsión y (h)
pretende traspasar los límites impuestos la dialéctica no sea la forma de toda Atracción. La Esencia en (A) Refle-
por la posibilidad de la experiencia — la realidad, sino aquello que le permi- xión de sí, (B) Apariencia y (C)
límites trazados en la "Estética te alcanzar el carácter verdaderamente Realidad. La Reflexión de sí, en (a)
trascendental" y en la "Analítica positivo. Esto ha sido afirmado muy Apariencia, (b) Determinaciones re-
trascendental"— y aspira a conocer por explícitamente por Hegel: "Lo lógico flexivas y (c) Razón. El Concepto,
sí sola, y según sus propios principios, —escribe— posee en su forma tres en (A) Concepto subjetivo, (B) Con-
el mundo, el alma y Dios. El sentido aspectos: a) el abstracto o intelectual; cepto objetivo y (C) Idea. Y la Idea,
platónico de la dialéctica resurge en b) el dialéctico o negativo-racional; c) en (a) Vida, (b) Conocimiento y
Schleiermacher, quien el especulativo positivo- (c) Idea absoluta.
446
DIA DIA DIA
No menos central es el papel des- de la dialéctica. Por un lado, algunos cuáles serían las consecuencias de no
empeñado por la dialéctica en el mar- han intentado mostrar que las leyes atenerse con rigor debido a las cita-
xismo ( VÉASE). Sin embargo, esta dialécticas pueden axiomatizarse (aun das leyes. Echar demasiado por la
dialéctica no se presenta ya como una cuando no se ha producido ningún borda la dialéctica daría al traste
sucesión de momentos especulativos, trabajo efectivo en este sentido). Por con la doctrina. Pero, además, obligaría
sino como el resultado de una des- otro lado, ha habido un creciente a admitir la existencia de incon-
cripción "empírica" de lo real. Por reconocimiento de la importancia de sistencias en los cambios de frente
lo tanto, la dialéctica marxista —que, la lógica formal (no dialéctica). Los político y en las subsiguientes modifi-
dicho sea de paso, fue elaborada más motivos de tal cambio son comple- caciones en el pensamiento filosófico
bien por Engels que por Marx— jos, especialmente porque muchos (véase A. Philipov, op. cit. infra). En
no se refiere al proceso de la "Idea", son de índole política y no estricta- los últimos años, en cambio, se ha
sino a "la propia realidad". Partien- mente filosófica. Como resultado de afrontado la cuestión más directa y
do de esta base, lo mismo los mar- ello, el concepto de dialéctica en la lealmente, como se ha manifestado en
xistas clásicos (como Plejanof) que filosofía marxista ha quedado aun las discusiones sobre el principio de
los marxistas actuales (como los fi- más oscurecido de lo usual. No puede contradicción a que nos hemos refe-
lósofos soviéticos) han acentuado la afirmarse, en efecto, si la dialéctica es rido en otro lugar (véase CONTRA-
importancia decisiva de la dialéctica. un nombre para la filosofía general, DICCIÓN). Las críticas que se han sus-
Muchas de sus reflexiones al respecto que incluye la lógica formal como una citado dentro del materialismo dialéc-
son de naturaleza política. Así, por de sus partes, o si es un reflejo de la tico desde este ángulo han llevado a
ejemplo, Lenin y luego Stalin —se- realidad, o si es simplemente un algunos intérpretes a creer que llegará
guidos por los filósofos dialécticos método para la comprensión de ésta. un momento en que los materialistas
soviéticos— han señalado lo que ya Cambios importantes en todos estos dialécticos, al darse cuenta de que no
Engels dijo de ella: "la mejor herra- puntos se produjeron ya a partir de es posible poner en buena armonía la
mienta y el arma más buida" para los artículos de Stalin del año 1950 lógica formal y la lógica dialéctica,
los propósitos revolucionarios del acerca del marxismo en la decidirán desprenderse de-
Partido. El uso de la dialéctica per- lingüística: los artículos titulados finitivamente de la última. En todo
mite, en efecto, al entender de estos Acerca de varías cuestiones de caso, atenuarán tanto el papel de la
autores, comprender el fenómeno de lingüística. Respuesta a la camarada dialéctica que, al final, será un mero
los cambios históricos (materialismo Krachénnikovoi, publicados en Bolt- nombre, o una especie de "máscara".
histórico) y de los cambios naturales chévik, N° 12. Pero después de la Sin embargo, las cosas no son tan
(materialismo dialéctico). Todos estos muerte de Stalin (1953) han aumen- simples. Es probable, por ejemplo,
cambios se hallan regidos por las "tres tado en la Unión Soviética y en los que mientras en el nivel de la forma-
grandes leyes dialécticas": la ley de la países situados dentro de su órbita lización lógica y matemática los ma-
negación de la negación, la ley del política las discusiones acerca de la terialistas dialécticos presten escasa
paso de la cantidad a la cualidad, naturaleza, significado y alcance de la atención a la dialéctica y a su lógica,
y la ley de la coincidencia de los dialéctica. En general, las discusiones en lo que toca a la referencia a lo
opuestos. Tales leyes permiten, al sobre esta cuestión han seguido vici- real —especialmente a la realidad hu-
entender de los marxistas, afirmar situdes análogas a las de la evolución mana y social— la dialéctica siga
'S es P' y negar a la vez 'S es P', de las doctrinas marxistas (o marxis-tas- siendo considerada como un instru-
pues señalan que si 'S es P' puede leninistas ) a que nos hemos referido en mento eficaz de conocimiento, y en
ser verdadero en el tiempo t, puede el artículo FILOSOFÍA SOVIÉTICA ; a particular de transformación.
no ser verdadero en el tiempo t 1 . períodos "más abiertos" han seguido En la amplia "Crítica de la razón
Varios autores han argüido al res- períodos "más cerrados" y viceversa; la dialéctica" emprendida por Sartre
pecto que esto representa únicamente flexibilidad ha sido mayor en ciertas (VÉASE), este autor presenta la dialéc-
la afirmación conjunta de contrarios, disciplinas (estudios históricos) que en tica en función de la "actividad tota-
pero no de contradictorios. Los mar- otras (estudios sistemáticos); el grado lizadora". La razón dialéctica consti-
xistas, sin embargo, han insistido en de flexibilidad ha sido mayor por lo tuye un todo que debe fundarse a sí
que las leyes dialécticas citadas re- común en ciertos países (Polonia, mismo. Esta autofundación debe lle-
presentan una verdadera modifica- Checoslovaquia) que en otros (la varse a cabo dialécticamente (Sartre,
ción de las leyes lógicas formales y Unión Soviética). En todo caso, los op. cit. infra, pág. 130). La razón dia-
que, por lo tanto, los principios de materialistas dialécticos se han dado léctica, sin embargo, no debe ser dog-
identidad, de contradicción y de ter- cuenta de la importancia que tiene el mática, sino crítica. El dogmatismo
cio excluso no rigen en la lógica dia- esclarecimiento de las "tres grandes dialéctico lleva a una pseudo-com-
léctica. Por este motivo la lógica for- leyes dialécticas". La importancia prensión esquemática y abstracta de
mal (no dialéctica) ha sido o entera- adquirida por la lógica formal en la la realidad. La dialéctica crítica, en
mente rechazada o considerada como época contemporánea puede haber cambio, "se descubre y se funda en
una lógica de nivel inferior, apta so- sido una de las causas de esta y por la praxis humana" (ibid., pág.
lamente para describir la realidad en preocupación. Hace un par de 129). Ello permite decir que "el ma-
su fase estable. Ahora bien, en las décadas, los materialistas dialécticos, terialismo histórico es su propia prue-
últimas décadas ha habido por parte especialmente los autores soviéticos, ba en el medio de la racionalidad
de los filósofos marxistas oficiales procuraban sortear las dificultades dialéctica, pero que no funda esta ra-
ciertos cambios en sus concepciones suscitadas al respecto mostrando cionalidad, inclusive, y sobre todo, si
447
DIA DIA DIA
restituye a la historia su desarrollo do en sentido dialéctico son los dialéctica universal y reciben, por
como Razón constituida" (pág. 134). de A. Liebert y J. Cohn. Liebert igual, sentido de su pasado. "Por eso
En suma: la dialéctica "no posee considera la dialéctica como —escribe Jasinowski—, tanto como la
otras leyes que las reglas producidas fundamento de toda filosofía, pero filosofía, la ciencia de hoy no parece
por la totalización en curso" (pág. a la vez estima que la dialéctica no poder eliminar su propia historia."
139). Puede observarse que Sartre se ι es un conjunto de operaciones En el curso de esta historia se ma-
refiere primariamente a la realidad hu-meramente formales, ni tampoco un nifiesta el mencionado proceso dia-
mana y social y no a la natural. proceso material trascendente a todo léctico o, mejor dicho, una "síntesis
Aparte las corrientes antes mencio- pensamiento, sino la forma íntima dialéctica de las oposiciones" que
nadas, ha habido tanto durante el de relación de la realidad y el puede comprobarse en el mismo des-
siglo XIX como durante el presente concepto, y, a la vez, el modo arrollo de la física nueva que ha
siglo muchas tendencias filosóficas peculiar de desarrollo de la unidad desembocado en la mecánica ondu-
que han acentuado la importancia de dichas instancias. Cohn, por su latoria, hasta el punto de que el
de la dialéctica, aunque definiéndola lado, se inclina hacia una propio Louis de Broglie ha recono-
en cada caso de un modo distinto. Ya dialéctica más cercana al concepto cido la existencia de este proceso
hemos mencionado antes a
hegeliano, más sin absorber todos dialéctico como fondo sobre el cual
Schleiermacher y su dialéctica pla- los momentos en un panlogis-mo, se ha destacado su propia funda-
tónica. Podríamos mencionar asimismo antes al contrario procurando mentación de la citada mecánica.
a este respecto al P. Gratry, quien fundir los momentos lógicos en un
entendió y aceptó la dialéctica —el todo concreto. Sin embargo, estos Mayor amplitud tiene el concepto
procedimiento dialéctico o inducti- tipos de dialéctica son todavía, como de la dialéctica en un autor contem-
vo— en el sentido tradicional platónicoGentile diría, dialécticas del "pen- poráneo, Mortimer J. Adler (nac.
de ascenso a lo inteligible. Las formassamiento pensado" y no del "pensa- 1902), el cual ha propuesto una Sum-
platónicas de la dialéctica han sido, sin
miento pensante". En efecto, según ma dialectica que sea para nuestra
embargo, más bien una excepción en Gentile, el primer tipo de época el resumen y asimilación del
la mencionada época. Casi todas las pensamiento supone el último, que pensamiento occidental. Según Adler,
formas de la dialéctica en los últimos en su at-tuosità, que es devenir y este resumen tiene que ser dialéctico
ciento cincuenta años han seguido, en desenvolvimiento, "pone como su y no histórico, pues la Summa dialec-
efecto, las huellas de Hegel o, cuando objeto propio lo idéntico, pero ello tica tiene que ser la mostración de
menos, del idealismo. Ello es obvio en justamente gracias al proceso de su argumentos, implicados en teorías,
los casos de McTaggart, de Croce, desenvolvimiento, que no es sistemas y filosofías de que la histo-
Gentile, Collingwood, etc. Lo es identidad, es decir, unidad abstracta, ria ha guardado mención, pero que
también —aunque en menor
sino unidad y multiplicidad a la vez, no ha sabido conservar. Al entender
proporción— en un reciente
identidad y diferencia..." (Teoria de Adler, ello permitiría poner por
movimiento neodialéctico colocado generale dello Spirito, IV, § 7). Por igual límites al dogmatismo y al his-
bajo la idea dominante de la eso la dialéctica no se basa aquí, toricismo. Algo análogo puede de-
"experiencia perfectible". Pues aunque como en Hegel, en la eliminación cirse de G. E. Müller, el cual ha
esta nueva dialéctica se presenta como de las leyes lógicas tradicionales. Y presentado una teoría dialéctica co-
algo distinto de las dialécticas por eso también la dialéctica mo expresión de la tensión creadora
propugnadas por las filosofías
pensante es la única capaz, según de las fuerzas de la vida.
especulativas, usa algunos conceptos Gentile, de romper el marco del
propios de éstas. Nos hemos referido a "devenir" aristotélico, que sigue
este movimiento en el artículo sobre laapegado a la realidad realizada y, Robert Heiss (op. cit. infra) man-
Escuela de Zurich: su principal adalid de consiguiente, que es incapaz de tiene que la dialéctica no tiene por
es F. Gonseth y su órgano la revista comprender la realidad realizante que seguir (como ha ocurrido con
Dialectica, que se publica desde 1947 yde la historia. La crítica de la frecuencia en el pasado) las huellas
se subtitula "Revista internacional de dialéctica platónico-aristotélica por de la lógica. Desde Kant (el primero
filosofía del conocimiento". La
parte del idealismo que, según Heiss, tuvo conciencia del
"Escuela de Zurich" ofrece, a nuestro contemporáneo, y especialmente proceso de pensar dialéctico como
entender, perspectivas interesantes, pero
del actualismo, se basa, por lo proceso sui generis) se ha advertido
en muchos casos no pasa de ofrecer tanto, en una unilateral que el modo de pensar dialéctico po-
meros programas. Un intento de interpretación estaticista de la noción see una legitimidad propia. Ésta se
constituir una dialéctica con base del acto (VÉASE) y en el olvido del afianzó en Hegel a base del conoci-
empírica —un "empirismo dialéctico" sentido dinámico que tenía ya este miento de la historia, así como en
más que una "dialéctica empírica", sin concepto en la filosofía "clásica". varios autores después de Hegel a
embargo— puede hallarse en varias La suposición de que el desenvol- base del conocimiento de otras esfe-
obras del autor del presente Diccionario.
vimiento dialéctico no se limita al ras de lo real y de múltiples formas
No obstante, es preferible usar a estepensamiento filosófico, sino que al- de expresión. El fenómeno fundamen-
respecto el término integracionismo canza inclusive al terreno de la cien- tal de todo pensar dialéctico es, para
(v. ). cia —inclusive de la ciencia exacta— Heiss, el movimiento. En este senti-
ha sido establecida por Bogumil Jasi- do, todo pensar dialéctico sigue a
nowski al señalar ("Science et Philo- Hegel en tanto que éste "proclama la
sophie", Scientia, mayo, 1938) que falta de verdad del fenómeno inme-
Otros esfuerzos encaminados a tanto la ciencia como la filosofía se diato a favor del movimiento" (op.
reconstituir un pensamiento orienta- hallan sometidas a una especie de
448
DIA DIA DIA
ra la dialéctica en varios autores (M. OTRO [EL ] ) se han referido asimismo to como constante —pero armónico y
Weber, G. Lukács, Lenín y Sartre): a la cuestión del diálogo. Destacamos ordenado— movimiento por medio
M. Merleau-Ponty, op. cit. supra. entre ellos a Martin Buber, para el del cual se lleva a cabo la asimila-
— Eli de Gortari, Introducción a la
lógica dialéctica, 1956, 2a ed., cual el diálogo es una "comunicación ción, la comunicación y la integra-
1959. existencial" entre Yo y Tú. El silencio ción; a Guido Calogero (Logo e
DIALELO. Véase TROPOS . puede formar parte entonces del diá- Dialogo, 1950), el cual considera que
DIALEXEIS. Véase ANONYMUS logo. Pero hay que distinguir entre el el sentido antiguo del diálogo como
IAMBLICHI .
diálogo auténtico y el falso. El diálogo dialéctica flexible puede, y debe, ser
DIÁLOGO. El diálogo ha sido con auténtico (implique o no comuni- incorporado al pensamiento actual;
frecuencia una forma de expresión cación por medio de palabras) es finalmente, a Aldo Testa (Introduzio-
(VÉASE) filosófica o científico-filosófi- aquel en el cual se establece una re- ne alla dialogica, 1955; La dialógica
ca; ejemplos al respecto hallamos en lación viva entre personas como per- universale, 1957; Somma dialógica,
Platón, San Agustín, Cicerón, Galileo, sonas. El diálogo falso (calificado de 1957), el cual ha desarrollado una
Berkeley, Hume y, por supuesto, Só- "monólogo") es aquel en el cual los "filosofía dialógica". Según Testa, el
crates (a través de Platón). A veces hombres creen que se comunican mu- lenguaje tiene sentido sólo en tanto
la forma del diálogo se halla oculta tuamente, cuando lo único que hacen que se funda "en el encontrarse recí-
en un aparente discurso continuo. Así en verdad es alejarse unos de otros. proco de yo y el otro" (La dialógica,
se ve en Plotino, que se pregunta y Una forma de diálogo no auténtico, pág. 19). Hay cuatro especies básicas
se responde a sí mismo con frecuen- pero admisible, es el "diálogo técni- de diálogo: el natural, el educativo,
cia en forma "dialógica". co" en el cual hay solamente comuni- el moral y el social. El conjunto de
cación de conocimiento objetivo (en individuos "dialogantes" no es una
El diálogo filosófico no es, empero,
el mundo del "Ello"). Buber se ha mera suma, sino una realidad es-
meramente una forma literaria entre
referido a la cuestión del diálogo en tructural "vinculadora" (Somma, pág.
otras que pudiesen igualmente adop-
muchas de sus obras, pero es espe- 27).
tarse; responde a un modo de pensar
cialmente apropiado a este respecto Sobre el problema del diálogo en
esencialmente no "dogmático", esto sentido antiguo: Jean Andricu, Ie
el tomo titulado Dialogisches Leben,
es, a un modo de pensar que procede dialogue antique, structure et présen-
1947 (Vida dialógica), que incluye
dialécticamente. Por eso hay una es- tation, 1954. — Miguel Ruch, Le
Yo y Tú y varios escritos menores. Se-
trecha relación entre estructura dia- préambule dans les Oeuvres philoso-
gún escribe Maurice S. Friedman en
lógica y estructura dialéctica del phiques de Cicerón. Essai sur la ge-
el libro Martin Buber. The Life of nèse et l'art du dialogue, 1959, espe-
pensar. Según Platón, el que sabe pre-
Dialogue (1955), cap. XIV, existe cialmente págs. 17-55. — Otras obras
guntar y responder es el práctico o
para Buber una "esfera del 'entre'" sobre el problema del diálogo (ade-
especialista del diálogo, esto es, el
— de lo "entre-humano" o "entre-hu- más de las de autores citados en el
"dialéctico" (Crat., 390 C). Platón
mano" (das Zwischenmenschliche). texto del artículo): A. Lüscher, Das
sostiene que la contemplación por el dialogische Verfahren, 1937. — H.
"La participación de ambos miem-
alma de la realidad inteligible es efec- Lacroix, Le sens du dialogue, 1956.
bros es el principio indispensable para
to del conocimiento del "arte del diá- — Stelio Zeppi, Il problema del dia-
esta esfera, tanto si la reciprocidad es
logo" (Rep. VI 511 C), el cual es logo nel pensiero italiano contempora-
completamente efectiva como si es
distinto, y hasta opuesto, a la contro- neo: dal Crocianismo alla Volontà del
directamente capaz de ser realizada Dialogo, 1960. — R. Hirzel, Der Dia-
versia sofística, donde el diálogo es
mediante complementación o intensi- log, ein literar-historischer Versuch, 2
mera disputa y no proceso cognosci-
ficación. El desarrollo de esta esfera vols., en 1, 1895.
tivo. En el proceso dialógico o dia-
es lo que Buber llama precisamente DIANOÉTICO, διανοητικός , es lo
léctico hay división y generalización
Ίο dialógico'". que pertenece a la dianoia ( VÉASE),
(Phaed., 266 B: el diálogo es un
método riguroso de conceptualiza- Otros numerosos autores de nues- διάνοια . Siendo ésta primariamente
ción. tro siglo se han ocupado del proble- una actividad intelectual o una forma
ma del diálogo o han hecho de él uno de tal actividad, "dianoético" puede,
No todos los autores que, después de los fundamentos, y a veces la base
de Sócrates y Platón, usaron el diálogo y suele, traducirse por "intelectual".
principal, de la expresión del pensa- Es posible hablar de un "pensamiento
como forma de expresión filosófica lo miento tanto como de la entera vida
fundaron en una determinada forma dianoético" a diferencia de un
humana. Limitémonos a mencionar a "pensamiento noético" (Cfr. Klaus
de pensar y mucho menos en una este respecto a Unamuno, cuya pre-
estructura "dialéctica" completa. En Oehler, Die Lehre vom noetischen
ocupación por la polémica y el lla- und dianoetischen Denken bel Platon
todo caso, no todos ellos reflexionaron, mado "monodiálogo" constituye una
además, sobre dicha forma de pensar und Aristoteles, 1962 [Zetemata. Mo-
prueba de que llevó la actitud dialo- nographien zur klassischen Altertum-
como tal. Por otro lado, en la época gante a sus últimas consecuencias al
contemporánea se ha manifestado swissenschaft, 29]. De acuerdo con lo
colocarla en el interior mismo de ca- indicado en dianoia, el pensamiento
bastante interés por las cuestiones de da ser humano; a Eugenio d'Ors,
índole "dialógica". La mayor parte de dianoético sería principalmente pen-
quien, como ha puesto de relieve José samiento discursivo, consistente en
los autores que se han ocupado del Luis L. Aranguren (La -filosofía de
problema de la comunicación (v. ) en manipular según ciertas reglas los con-
Eugenio d'Ors, 1945 pág., 113) bien tenidos recibidos en el pensamiento
sentido existencial y del llamado pudiera escribir que "yo soy mi diá-
"problema del Otro" (véase noético o noesis ( VÉASE ).
logo" y quien entiende el pensamien- El vocablo 'dianoético' es usado so-
450
DIA DIA DIA
bre todo en la expresión 'virtudes dia- miento (Met., Γ 7, 1012 a 2-3). Sin científico. Se trata, pues, de la parte
noéticas', dianohtikai\ a)retai/ , usada embargo, Aristóteles usa a veces dia- de la teoría del conocimiento que
por Aristóteles para distinguir entre noia en un sentido más amplio; así, examina los elementos por medio de
estas virtudes y las virtudes éticas, por ejemplo, al decir que todo pensa- los cuales conocemos y las leyes que
h(qikai\ a)retai/ (véase VIRTUD). Según miento, διάνοια , es práctico o "poéti- rigen tales elementos. Hay que tener
Aristóteles, hay dos modos como puede co" o teórico (ibid., E, 1, 1025 b 25). en cuenta que algunos de estos ele-
tenerse un principio racional: te- Ello no significa que Aristóteles no mentos son también examinados por
niéndolo en sí mismo y de modo emi- reconozca, al modo platónico, una Lambert en otras partes del Orga-
nente, o teniendo una tendencia a cierta superioridad de la noesis frente non. Así, la Aletiología (v.) trata
obedecer (como se obedece al propio a la dianoia. Así, en Met., Λ 9, 1074 asimismo de los conceptos, pero los
padre). De acuerdo con estos dos mo- b 36, Aristóteles distingue entre el analiza desde un punto de vista dis-
dos, hay dos clases de virtudes: las pensamiento, νόησις , como objeto de tinto, en tanto que sometidos a prin-
dianoéticas (intelectuales) y las éticas sí mismo, "el pensamiento del pensa- cipios que permiten combinarlos e
(morales) (Eth. Nic., II, 1, 1103 a 11 miento", νόησις νοήσεως , propio de la investigar su verdad o falsedad.
sigs. ). Las virtudes dianoéticas deben Inteligencia suprema o el Primer Mo- DIATRIBA. El significado origina-
su origen y su desarrollo principal- tor (v.), y otros modos de conoci- rio de 'diatriba', diatribh/, en la lite-
mente al entrenamiento, requiriendo miento, tales como la ciencia, la sen- ratura filosófica es el de conversa-
experiencia y tiempo, en tanto que sación, la opinión y el razonamiento ción. Así, las Diatribas atribuidas a
las éticas lo deben principalmente al o pensamiento discursivo, διάνοια que Arístipo (Diog. Laer., II, 8) eran
hábito ( e)/qoj , de donde h)qikh/). Las tienen por objeto algo distinto de ellos la reproducción por dicho filósofo ci-
virtudes dianoéticas o los modos de mismos. renaico de los diálogos socráticos.
ser por los cuales el alma posee la Otros autores han usado dianoia Ahora bien, como indica Joseph Soui-
verdad mediante afirmación o nega- como significando "razón" (Epicuro; lhé en su edición de las Diatribas o
ción son cinco: el arte (te/knh ) como Cfr. D. Laerc., X, 144) o "pensa- Conversaciones de Epicteto (París,
conocimiento de lo necesario; el saber miento racional" (Crisipo y otros es- tomo I, pág. xxiii), siguiendo la tesis
(e)pisth\mh) como conocimiento de lo toicos). Para Plotino la dianoia es una de O. Halbauer (De Diatribis Epicte-
necesario (de las cosas necesarias y función intelectual contrapuesta a la ti, 1911), muy pronto la voz 'diatriba'
universales); la sabiduría práctica sensación, a)i/sqhsij (Enn., I, 1, viii; amplió su significación y designó
(φρόνησις); la sabiduría teórica (σοφία) Cfr. también, I, 1, ix). Pero Plotino muy varias composiciones. En ellas
y la inteligencia como razón intui- distingue entre el pensamiento como se incluían no sólo tratados de moral
tiva y directa de los primeros prin- dianoia (y como epinoia, epinoia ), el no dialogados o disertaciones de so-
cipios (nou=j) (ibid., VI, 3, 1139 b 15 pensamiento como noesis, νόησις, y el fistas sobre retórica, música, matemá-
sigs.). pensamiento de sí mismo. La dianoia tica y física, sino también prédicas
DIANOIA. El término griego dia/- aisla lo que está unido (Enn., IV, iii, de carácter popular que tenían casi
noia significa, en general, "pensamien- 9), la noesis, aunque supone multi- siempre por tema asuntos de carácter
to", "intelecto", "espíritu", etc. (y plicidad y es un pensar de segundo moral. El género de la diatriba fue
también "un pensamiento", "una no- rango (ibid., V, vi, 5), está siempre usado por cínicos, estoicos y algunos
ción", "una creencia", etc.). Desde ligada al ser (ibid., VII, vii, 40). El escritores cristianos.
Platón ha sido común en la filosofía pensamiento de sí mismo pertenece, Como término empleado por los
griega usar dianoia para significar el en cambio, propiamente a la inteli- estoicos, la diatriba es una forma de
pensamiento discursivo, el pensar que gencia (ibid., V, iii, 5) y es "pensa- expresión ( VÉASE) que se propone
procede por razonamiento, a diferen- miento en sentido propio" (ibid., V, reproducir las conversaciones soste-
cia de no\hsij , noesis (v. ), entendida vi, 1 y 2). nidas entre el maestro y sus discípu-
como pensamiento intuitivo, es decir, DIANOIOLOGÍA. Como hemos in- los. Su propósito es principalmente
como captación intelectual inmediata dicado en Intuición ( VÉASE), los grie- didáctico. La diatriba implica un in-
de una realidad (inteligible). En Rep., gos distinguían entre el pensamiento tercambio de opiniones y una casi
510 D, Platón se refiere al razona- intuitivo directo, νόησις, y el pensa- siempre prolija discusión entre varias
miento sobre las figuras visibles (de miento racional discursivo, διάνοια. To- personas sobre las tesis principales.
la geometría) ; este razonamiento, dice mando este último término como Por eso dice Halbauer (op. cit.) que
(ibid., 511 D), es un conocimiento base, J. H. Lambert forjó el vocablo hay casi identidad entre diatriba y
discursivo, διάνοια , y no un conoci- 'Dianoiología' y llamó Dianoiología enseñanza, entre diatribh/ y sxolh/. De
miento intuitivo o inteligencia, νόησις o doctrina de las leyes del pensar este tipo de diatribas se destacaron
Este conocimiento discursivo o dianoia (Dianologie oder Lahre von der especialmente las de carácter moral-
es algo intermedio entre la opinión, Gesetzen des Denkens) a la primera popular, en las cuales se discutía el
δόξα, y la inteligencia, διάνοια . parte de su Neues Organon (1764). pro y el contra de cuestiones tales
En Platón la dianoia es, pues, infe- La Dianoiología de Lambert examina como: "¿Es afectado el sabio por las
rior a la noesis. En Aristóteles dianoia los conceptos y sus características pasiones?", "¿Está el mundo regido
es usado asimismo para designar el internas, las divisiones de los concep- por la Providencia?", "¿Hay que pre-
pensamiento discursivo; todo lo que tos, los juicios, las conclusiones (sim- ferir el dolor al deshonor?", etc. Si-
es objeto de pensamiento discursivo, ples y compuestas), la mostración, guiendo a A. Oltramare (Les origi-
to\ dianohto/n, e intuitivo, νοητόν , la indicación, la experiencia y, final- nes de la diatribe romaine, 1926),
dice, es afirmado o negado por el mente, el concepto de conocimiento el citado Souilhé indica asimismo que
pensa-
451
DIC DIC DIC
la diatriba popular se distingue de sobre Dicearco (Dikaiarchos, 3) en lásticos recogieron las anteriores ob-
los diálogos socráticos por la imper- Pauly-Wissowa. servaciones de Aristóteles y las for-
sonalidad con que presenta al inter- DICOTOMÍA es la división de un mularon bajo los citados nombres.
locutor, el cual representa el "pue- concepto en dos conceptos contrarios Según el Dictum de omni, lo que se
blo" a quien el filósofo enseña y al que agotan la extensión del primero. afirma umversalmente de un sujeto
cual se opone cuando las opiniones Se llama también dicotomía al argu- es afirmado de todo lo que está con-
de aquél no siguen la senda de las mento de Zenón de Elea contra la tenido bajo tal sujeto (quidquid uni-
conveniencias públicas. La diatriba no multiplicidad del ser y contra el mo- versaliter dicitur de aliquo subjecto,
se limita, empero, a una discusión: vimiento, por representar la afirma- dicitur de omni quod sub tale subjec-
gran papel desempeña en ella la di- ción de que toda división implica to continetur); o, más brevemente:
sertación en forma de sermón, que una separación de ella y así hasta lo dicho de todos, dicho de cada. Si
utiliza toda clase de comparaciones. el infinito, de manera que siempre se afirma umversalmente que el hom-
Como el filósofo habla generalmente queda algo que separa a lo dividido bre es animal racional, se afirma lo
contra antagonistas, la voz 'diatriba' y que es susceptible de ser a su vez mismo de cada hombre individual.
ha adquirido el significado de "po- dividido. Kant advierte que su tabla Según el Dictum de nullo, lo que
lémica" que tiene todavía en nuestro de las categorías ofrece la particula- se niega universalmente de un sujeto
lenguaje. Las Diatribas de Epitecto ridad de señalar en cada clase tres se niega también de todo lo que está
son el ejemplo más ilustre de este categorías, "lo que no puede menos contenido bajo tal sujeto (quidquid
género filosófico; suelen traducirse de atraer la atención, pues que toda universaliter negatur de aliquo sub-
actualmente por Disertaciones (si- otra división por conceptos a priori jecto, dicitur de nullo quod sub tali
guiendo la versión latina: Disserta- debe ser una dicotomía". La división subjecto continetur); o, más breve-
tiones), así como por Coloquios, kantiana resulta ser así una tricoto- mente: lo dicho de ninguno, no dicho
Conversaciones, Discursos, etc. En la mía en donde la última categoría es ni de uno. Si se niega universalmen-
bibliografía de Epicteto nos hemos una síntesis de las dos anteriores. te del hombre que es vegetal, se
referido a la composición de las Dia- DICTUM. Véase MODALIDAD, OPO- niega lo mismo de cada hombre in-
tribas de este filósofo. SICIÓN, PROPOSICIÓN. dividual.
Además de las obras citadas en el DICTUM DE OMNI, DICTUM DE Estos dos principios han sido con-
texto (Souilhé, Halbauer, Oltrama- NULLO. En Cat., 1 b 10-15, Aristó- siderados por los escolásticos como
re), véase: P. Wendland, "Philo und teles indicó que cuando se atribuye básicos para la conclusión silogística.
die kynisch-stoische Diatribe", Bei- algo a otra cosa como a su sujeto, Es lo que se reconoce cuando se
träge zur Geschichte der griechi- todo lo afirmado del predicado deberá
schen Philosophie, 1895. — P. Ren- afirma que el principio del silogismo
ner, Zu Epiktets Diatriben, 1904. — ser también afirmado del sujeto. Si reside en lo universal. Algunos auto-
R. Bultmann, Der Stil der paulini- hombre se atribuye a hombre indi- res —tal, Lambert, al comienzo de
schen Predigt und die kynisch-stoi- vidual, y si animal se atribuye a hom- su Neues Organon (1764)— han
sche Diatribe, 1911. bre, deberá también atribuirse ani- complementado dichos principios con
DICEARCO de Mesina (Messena), mal a hombre individual, pues el otros: el Dictum de diverso, el Dic-
en Sicilia, filósofo peripatético, amigo hombre individual es al mismo tiem- tum de exemplo y el Dictum de re-
de Aristoxeno de Tarento, acentuó po hombre y animal. En An. Pr., 24 ciproco. Otros autores han criticado el
(según el testimonio de Cicerón, que b 26-30, Aristóteles manifestó que es Dictum de omni, dictum de nullo y
se refirió a él frecuentemente) los lo mismo decir que un término se han intentado introducir distintas
motivos prácticos y se ocupó poco halla contenido en la totalidad de bases para apoyar la validez de la
de especulación filosófica. En cam- otro término (de acuerdo con lo es- conclusión silogística. Mencionamos
bio, se ocupó de ciencias especiales: tablecido en ibid., 24 a 13-15) o entre tales autores a Kant, a Lache-
de historia en su Bi/oj (Ella/doj; de decir que un término es atribuido a lier, y a John Stuart Mill; a continua-
política en su Politei/a otro término tomado umversalmente. ción resumiremos sus respectivas doc-
Spartiatw=n ο Tripolitiko/j (en Así, se dice que un término se afirma trinas.
donde defiende a Esparta como el umversalmente cuando no puede ha- Kant propone el doble principio
país que supo mezclar llarse en el sujeto ninguna parte de Ein Merkmal vom Merkmal ist ein
armónicamente la democracia, la la cual no pueda afirmarse el otro Merkmal der Sache selbst y Was dem
aristocracia y la monarquía); de término. Lo mismo ocurre cuando se Merkmal eines Dinges widerspricht,
música y de psicología (en un trata de conocer la significación de widerspricht dem Dinge selbst (Nota
sentido muy parecido a la doctrina "no ser atribuido a ninguno". Luka- notae est nota rei ipsius, repugnans
de la armonía de Aristoxeno) en siewicz (Aristotle's Syllogistic, 1951, notae repugnat rei ipsi). Traduciendo
Peri\ mousikw= n a) g w/ n w/ n ; de pág. 47) ha indicado que no puede ha- 'Merkmal' (característica, atributo) por
geografía en Gh=j peri/odoj, y de cerse responsable a Aristóteles del 'nota' tenemos: Una nota de una nota
cuestiones homéricas. "vago principio" Dictum de omni, es una característica de la cosa misma;
Fragmentos por M. Fuhr (1841). dictum de nullo (o Dictum de omni et una nota que repugna a una nota re-
Otros fragmentos por C. Müller nullo), como principio de la silo- pugna a la cosa misma. Consideremos
(1848) y F. Schmidt (1867). La edi- gística. Sin embargo, como nuestros la afirmativa. En el silogismo:
ción más reciente y completa es la de análisis no son sólo sistemáticos, sino
Fritz Wehrli en el Cuaderno 1 de Die Todos los hombres son animales ra-
también históricos, tenemos que re- cionales
Schule des Aristoteles: Dikaiarchos, conocer como un hecho que los esco-
1944. Véase artículo de E. Martini
4S2
DIC DIC DID
Los suecos son hombres mo sujeto en la afirmativa y su opo- de fundamentar una "lógica induc-
Los suecos son animales racionales sición en la negativa. Esto da lugar tiva". Mill propone al efecto dos
'animal racional' entra en la com- a los principios: Nota rei est acci- principios que, a su entender, se pa-
prensión de la nota 'hombre' y, por dens notae alterius y Repugnans rei recen mucho a los axiomas de la
lo tanto, entra también en la com- repugnat per accidents nota. matemática: 1° que las cosas que
prensión de 'sueco', que posee dicha El principio Nota notae se basa coexisten con la misma cosa, coexis-
nota. Lo mismo podríamos decir en exclusivamente en la comprensión ten entre sí; o más rigurosamente,
una negación. ( VÉASE) de los términos, y sus de- que una cosa que coexiste con otra
Tal como Kant expone su doctrina, fensores arguyen que el Dictum de cosa, la cual coexiste con una tercera
se basa en los siguientes supuestos: omni, dictum de nullo se apoya úni- cosa, coexiste también con esta ter-
(1) Comparar algo como nota con camente en la extensión (v.) que, cera cosa (principio del silogismo
una cosa equivale a juzgar; (2) La a su entender, está subordinada a afirmativo) ; 2° que una cosa que
cosa misma es el sujeto, la nota es la comprensión. Frente a ello, los de- coexiste con otra cosa, con cuya otra
el predicado. Pero que Ρ sea una fensores de la lógica clásica han ma- cosa una tercera cosa no coexiste,
nota no significa que sea una nota nifestado que si bien el principio no es coexistente con esta tercera
de S. ( 3 ) Una nota de la nota de una Nota notae es válido, no es un prin- cosa (principio del silogismo nega-
cosa es una nota mediata. Así, 'ne- cipio suficientemente básico. El Dic- tivo). Ambos principios, dice Mill,
cesario' es una nota inmediata de tum de omni, dictum de nullo tiene en se refieren a hechos, no a conven-
Dios, pero 'inmutable' es una nota de cuenta primariamente la extensión, ciones.
'necesario' y, por lo tanto, una nota pero no excluye totalmente la com- Los loci aristotélicos se han indi-
mediata de Dios. (4) Todo juicio prensión. Además, posee la ventaja cado en el texto. La exposición del
hecho mediante nota mediata es un de que es un principio común para principio estudiado está hecha a base
razonamiento (o comparación de una todas las figuras del silogismo, mien- de los manuales escolásticos clásicos.
nota con una cosa mediante una nota La indicación de Lambert se halla en
tras que el principio Nota notae obliga el prefacio de su ya citada obra. Las
intermedia — que es el término me- a la adopción de principios distintos y consideraciones de Kant, Lachelier
dio del silogismo. Kant sigue consi- autónomos para cada figura. Esto, y J. S. Mill respectivamente en: Die
derando el Dictum de omni, dictum señala Maritain, "destruiría la unidad falsche Spitzfindigkeit der vier sy-
de nullo como válido, pero estima que genérica del silogismo categórico". llogistischen Figuren erwiesen (1762)
debe basarse en la regla Nota notae. J. S. Mill basó su crítica del prin- Fig. 5 §.; G. Hartenstein II, 55-68;
Lachelier se adhiere a la tesis de E. Cassirer (Arthur Buchenau), II,
cipio Dictum de omni et nullo en 49-65. — Études sur le Syllogisme
Kant. El ejemplo: la suposición de que la silogística clá- suivies de l'Observation de Platner et
Todo A es Β sica se basa en una metafísica realista, d'une note sur Philèbe, 1907 trad.
Es así que al gún A es A según la cual el principio en cuestión esp. en el tomo titulado Del funda-
Luego, algún A es Β es una ley fundamental de la mento de la inducción [que contiene
Naturaleza: la que expresa que las los demás escritos de Lachelier],
muestra la subalternación de la pro- 1928). — A System of Logic (1834),
posición 'Todo A es B'. El silogismo propiedades de una clase en tanto II, iii, 2 y 3. — La cita de Maritain
en cuestión tiene tres términos y no que substancia general son las pro- procede de su Petite Logique ( 1923),
sólo dos, pues la premisa menor 'Al- piedades de todos los individuos de § 72.
gún A es A' sólo es idéntica en apa- tal clase en tanto que substanciales DIDEROT (DENIS) (1713-1784)
riencia; significa en realidad, dice individuales. Tan pronto como se nació en Langres (Champaña).
Lachelier, que el sujeto 'X', sea cual abandona esta metafísica, el princi- Interesado por todas las ciencias y
fuere, posee el atributo Ά'. Se trata pio en cuestión pierde su sentido, artes concibió la idea de publicar la
de un silogismo de la primera figura manteniéndolo sólo como una defi- Enciclopedia ( VÉASE ), que comenzó
en Darii que se apoya —como todas nición en la cual intenta explicarse, en unión de d'Alembert y para la
las figuras— en el principio de que de un modo parafrástico, la significa- cual redactó diversos artículos. Re-
el atributo implicado por otro perte- ción de la voz 'clase'. Una solución presentante de las ideas típicas del
nece a todo sujeto en el cual éste parece entonces imponerse: considerar enciclopedismo y de la ilustración,
resida — otro modo de formular el las proposiciones como meras ex- fue perseguido y encarcelado a causa
principio Nota notae. Lo mismo pue- presiones verbales (según hizo Hob- de algunos escritos. Su posición filo-
de decirse del silogismo de la primera bes), y conservar el principio Dic- sófica personal se halla determinada
figura en Ferio: tum de omni et nullo como una regla principalmente por el empirismo in-
de transformación lingüística. Sin glés, que interpreta como "filosofía
Ningún A es Β embargo, Mill rechaza también esta
Es así que algún A es A ilustrada", por el criticismo escéptico
solución, por estimar que se basa en de Bayle y por las diversas corrientes
Luego, algún A no es Β una metafísica nominalista, tan in- materialistas y naturalistas de su
donde hay subalternación de la uni- aceptable para él como la metafísica tiempo. La imprecisión de las ideas
versal negativa. Lachelier indica que realista antes aludida. No queda, al filosóficas de Diderot —imprecisión
el principio Nota notae debe comple- parecer, más remedio que sustituir que contrasta con el rigor y la deter-
tarse con el principio de que el atri- los principios de razonamiento en minación de sus otros pensamientos—
buto de un sujeto se afirma por ac- que se basa el Dictum de omni et no es, sin embargo, más que la ex-
cidente de otro atributo de este mis- nullo por otros principios capaces presión de un espíritu que concibe
453
DID DIE
la acción y el entusiasmo por la of Diderot's Fame in France from
Ilustración como lo que tiene que 1784 to 1875, 1942 (tesis). — D. H.
sobrepasar todo pensamiento y todo Gordon y N. L. Torrey, The Censo-
sistema. De ahí la admisión sucesiva ring of Diderot's Encyclopédie and
de las ideas que puedan mejor pres- the Re-established Text, 1947. — H.
tarse a tales fines: las doctrinas deís- Lefèbvre, Diderot, 1949. — P. Mes-
tas, con su afán de sobreponerse a nard, Le cas Diderot,
todo oscurantismo y a toda intole- L 1952. — O. E.
Fellows y N. L.
rancia; la concepción materialista de Torrey, eds., Diderot Studies, I, 1949;
la Naturaleza, admitida no tanto por II, 1953. — P. Cassi-ni, D.,
un deseo de reducción de lo superior "philosophe", 1962. — Józset Szigeti,
a lo inferior como por cierto aire D. D. Une grande figure du
de comunión del hombre con el mundo matérialisme militant du XVIIIe siè-
natural; finalmente, la concepción del cle, 1962 [Studia Philosophica Acade-
universo como una totalidad viviente, miae Scientiarum Hungaricae, II],
constituida por átomos que pueden en DIETRICH DE FREIBERG, Theo-
ciertos momentos cobrar conciencia de doricus Teutonicus de Vriberg (ca.
sí mismos y que luego se entrecruzan 1250-ca. 1310), nac. en Vriberg (Frei-
y mezclan hasta formar un inmenso berg), Sajonia, estudió y profesó en
organismo en el que las partes son de Paris — donde tuvo ocasión de oír a
tal modo solidarias que sólo pueden Enrique de Gante. Miembro de la
comprenderse con referencia al todo. Orden de los Predicadores, fue prior
La doctrina de Diderot, especialmente en Würzburgo y provincial en Ale-
en los últimos tiempos, insiste mania. Sus obras se caracterizan por
frecuentemente en esta Naturaleza su abundancia, y la amplitud de sus
orgánica tan parecida a las temas; Dietrich de Freiberg escribió,
concepciones panteístas y ani-mistas en efecto, sobre cuestiones natura-
del Renacimiento: "Todos los seres les, lógicas, psicológicas, éticas, teo-
circulan unos en otros.. . Todo se lógicas, metafísicas y eclesiásticas.
halla en perpetua fluencia. .. No hay Fuertemente inclinado a la observa-
otro individuo que la totalidad. Nacer, ción de los fenómenos naturales,
vivir y morir es cambiar de forma." Dietrich formuló una teoría en la
cual se explicaba la formación del
arco iris por medio de la refracción
de los rayos de luz en las gotas de
lluvia suspendidas en la atmósfera;
por lo demás, se trataba de una de
las varias doctrinas de óptica —es-
pecialmente sobre propiedades de la
luz y formación de los colores— for-
muladas por el autor. Desde el punto
de vista filosófico y metafísico,
Dietrich desarrolló sus ideas bajo in-
fluencias no sólo aristotélicas y agus-
tinianas, sino también, y especial-
mente, neoplatónicas (sobre todo de
Proclo y Avicena). Ahora bien, la
insistencia en el proceso de emana-
ción ( VÉASE ) y en la irradiación de
su substancia por las inteligencias a
causa de su propia superabundancia
no significa que el pensamiento de
Dietrich de Freiberg sea estricta-
mente emanatista o monista. Por un
lado, destaca el acto primario de
creación divina; por el otro, defiende
la sustancialidad e independencia (re-
lativas) de las criaturas. El primer
punto exige una idea de creación
que pueda derivarse, sin producirse
un salto conceptual demasiado brus-
co, de la noción de transfusión; el
segundo punto exige una idea de in-
dependencia substancial que pueda
DIE DIF
derivarse, sin brusco salto, de la no- Bänden, ed. por un "grupo de trabajo
ción de intelecto agente. La dificultad filosófico" de la Deutsche Akade-mie
de combinar estos dos aspectos der Wissenschaften (Berlín-Este), I,
constituye una de las dificultades 1961; II, 1962; III, 1963. — Véase
Henriette Roland-Holst, J. Dietzgens
más obvias, aun cuando también uno Philosophie, geneinverständlich erlaü-
de los aspectos más interesantes, del tert in ihrer Bedeutung für das Prole,
pensamiento de Dietrich de Freiberg. tariat, 1910. — A. Hepner, Joseph
Dentro de las citadas tensiones, su Dietzgens philosophische Lehren,
pensamiento filosófico aparece, sin 1916. — Max Apel, Einführung in die
embargo, como notablemente consis- Gedankenwelt J. Dietzgens, 1931.
tente. En efecto, lo que sucede en DIFERENCIA. Aristóteles distin-
el reino de las inteligencias primeras guió entre diferencia, diafora/ , y al-
y agentes ocurre asimismo en el reino teridad, e(pero/th|=j. La diferencia entre
de las almas individuales. En este dos cosas implica determinación de
terreno Dietrich parece mantener la aquello en que difieren. Así, por ejem-
doctrina agustiniana de la ilumina- plo, entre una bola blanca y una bola
ción interior. Pero lo que hace, en negra hay diferencia, la cual está de-
rigor, es interpretar esta doctrina a DIETZGEN (JOSEPH) (1828- terminada en este caso por el color.
la luz del neoplatonismo de Proclo, 1888), nac. en Blankenberg, cerca de La alteridad no implica, en cambio,
de tal forma que el alma en su últi- Colonia, falleció en Chicago (EE. determinación; así, un perro es otro
ma intimidad aparece como un inte- UU. ). Considerado como uno de los ser que un gato. Sin embargo, la di-
lecto en acto capaz de conocer por partidarios del empiriocriticismo de ferencia no es incompatible con la
sí mismo las esencias. En este y en Avenarius, defensor a la vez del mar- alteridad, y viceversa. Así, la Tierra
muchos otros respectos el pensamien- xismo en la teoría económica y social, es diferente del Sol, por cuanto difie-
to de Dietrich se opone al tomista. Lo representa una concepción que podría ren en que, siendo ambos cuerpos ce-
mismo ocurre con la cuestión de la llamarse un "reísmo radical" y tam- lestes, uno no tiene luz propia y el otro
distinción entre la esencia y la exis- bién un "empirismo reísta", según la tiene. Pero a la vez la Tierra es
tencia; Dietrich negó la distinción real el cual lo único real es lo que se da otra cosa que el Sol y el Sol otra cosa
tomista para afirmar una mera distin- como contenido de la aprehensión que la Tierra (Cfr. Aristóteles, Met.,
ción racional. empírica o, mejor dicho, de la per- I, 3, 1054, b 15 y sigs.).
cepción directa. Ahora bien, esta rea- La noción de diferencia ha desem-
lidad no es simplemente para Dietz- peñado un papel importante en me-
gen un complexo de sensaciones; el tafísica y en lógica. Desde el punto
rechazo de la "cosa en sí" quiere de vista metafísico, el problema de la
decir, en el fondo, que la cosa en sí diferencia ha sido tratado en estrecha
está presente en el fenómeno y, por relación con el problema de la divi-
consiguiente, que el conocimiento de sión (VÉASE) como división real. La
lo dado fenoménicamente y de lo diferencia se opone a la unidad, pero
real son una y la misma cosa. Pero a la vez no se puede entender sin una
como este conocimiento no es sólo cierta unidad (cuando menos, la uni-
conceptual, sino "total", hay que te- dad numérica de las cosas distintas
ner en cuenta las condiciones sociales por un lado, y la unidad del género
bajo las cuales se desarrolla. La filo- del cual son diferencias las cosas dis-
sofía se convierte así en una parte tintas por otro lado). La diferencia
de la concepción del mundo político- —lo mismo que la alteridad— puede
social, en un socialismo filosófico ser considerada como uno de los "gé-
que, en el mismo sentido del marxis- neros del ser" o una de las "catego-
mo, aspira no sólo a comprender, sino rías" (véase CATEGORÍA). Así sucede
también, y muy especialmente, a en Platón, al introducir la alteridad
transformar el mundo y la realidad. como género supremo; y en Plotino,
Obras principales: Das Wesen der al introducir como género supremo la
menschlichen Kopfarbeit, 1869, ed. diferencia — que en este caso equi-
por G. Mende, 1955 (La naturaleza vale a "lo otro". Desde el punto de
del trabajo mental humano). — Brie- vista lógico, la noción de diferencia
fe über Logik, speziell demokratisch- ha sido usada al formularse el modo
proletarische Logik, 1880-1883 (Car- más general de establecer una defini-
tas sobre la lógica, especialmente la ción: una de las condiciones de toda
lógica democrático-proletaria). — Die definición (clásica) satisfactoria es la
Religion der Sozialdemokratie, 1895 llamada "diferencia específica" de
(La religión de la socialdemocracia).
— Edición de obras reunidas: Sämt- la que hemos tratado en Definición
liche Schriften, 3 vols., 1911, 3a ed., (VÉASE). A la vez metafísica y lógica-
1922. — Nueva ed.: Schriften in drei mente, la noción de diferencia ha sido
DIF DIF DIL
considerada como uno de los predica- cosa dada. El problema de la dife- — en tanto, pues, que la reflexión se
bles. Hemos tratado con algún detalle rencia se examinó con frecuencia a distingue de la inmediatez. Desde
de esta cuestión en el artículo PREDI- base de un análisis del sentido de este ángulo Hegel define la diferencia
CABLES, donde nos hemos referido es- 'diferir' (differre). Dos cosas, dice (Unterscheid) como diferencia de
pecialmente a las doctrinas de Porfirio Occam, pueden diferir específica o esencia. Por eso "lo otro de la esencia
y Avicena. numéricamente. Dos cosas difieren nu- es lo otro en y para sí mismo y no lo
El citado Porfirio introdujo una méricamente cuando son de la misma otro que es simplemente otro en rela-
clasificación de tipos de diferencia naturaleza, pero una no es la otra, ción con algo fuera de él" (Logik,
que fue aceptada por muchos escolás- como en un todo las partes de la mis- II, ii, B). Siendo la diferencia algo en
ticos: la diferencia común, que separa ma naturaleza son numéricamente dis- y para sí mismo, la diferencia está
accidentalmente una cosa de otra tintas, o bien como dos cosas son "to- estrechamente ligada a la identidad:
(como un hombre de pie, de un hom- dos" que no forman el mismo ser. en rigor, lo que determina la dife-
bre sentado); la diferencia propia, Difieren específicamente cuando per- rencia determina para Hegel la iden-
que aunque separa también acciden- tenecen a dos especies. Se puede ha- tidad, y viceversa. La diferencia se
talmente una cosa de otra lo hace por blar también de un differre ratione distingue de la diversidad (Verschie-
medio de una propiedad inseparable cuando la diferencia se aplica sólo a denheit), en la que se hace explícita
de la cosa (como un cuervo, que es términos o a conceptos (en el sentido la pluralidad de la diferencia ( Unter-
negro, se distingue de un cisne, que que da Occam a estas expresiones). scheid).
es blanco); la diferencia máximamente Duns Escoto habló de diferencias úl- Heidegger ha hablado en diversas
propia, que distingue esencialmente timas, differentiae ultimae, del ser, ocasiones de la "diferencia ontológi-
una cosa de otra, pues la diferencia como las passiones entis o "trascen- ca" (ontologische Differenz). Se trata
se funda en una propiedad esencial o dentales", cuando menos las passiones en sustancia de la diferencia entre el
supuestamente esencial (como ra- convertibiles (como lo uno o el bien) ser y el ente ( VÉASE ), diferencia
cional es considerada la "diferencia" o también las passiones disiunctae que sobrepasa cualesquiera otras di-
del hombre). Además de ello, las di- (como la potencia y el acto) siempre ferencias. Por otro lado, la diferencia
ferencias pueden ser, según Porfirio, que se tomen conjuntamente y se ha- mitológica puede asimismo conce-
separables o inseparables; entre las gan entonces "convertibles". La dife- birse como una diferencia en el ser;
inseparables las hay que son atributos rencia puede asimismo concebirse co- en este sentido la diferencia está
por sí mismos y otras que son atribu- mo diferencia individual o, mejor también estrechamente relacionada on-
tos por accidente. Entre las diferen- dicho, como una diferencia que, al tológicamente con la identidad (VÉA-
cias inseparables que son atributos por contraer la especie, constituye el indi- SE ).
sí mismos las hay por las cuales se viduo. Es lo que admite Suárez (Met. Para el método de diferencias en el
dividen los géneros en sus especies, y Disp., V, 2) al hablar de differentia sentido de John Stuart Mill, véase
otras por las cuales las cosas divididas individualis. CANON.
se constituyen en especies. Esta últi- Hablando de los conceptos que for- Véase también CATEGORÍA, DEFINI-
ma división es análoga, o idéntica, a man parte de los juicios empíricos CIÓN , IDENTIDAD , INDISCERNIBLES
la que se propone a veces entre dife- ("juicios objetivos"), Kant indica que ( PRINCIPIOS DE LOS), PREDICABLES.
rencia divisiva y diferencia constitu- se puede encontrar en estos conceptos
tiva. identidad (de muchas representacio- DIFERENCIA (MÉTODO DE).
Muchos autores escolásticos partie- nes bajo un concepto) con vistas a la Véase CANON, MILL (J. S.).
ron de las clasificaciones de Porfirio y formación de juicios universales, o DILEMA es el nombre que recibe
establecieron diversos tipos de dife- bien diferencia (de representaciones un antiguo argumento presentado en
rencias: así, por ejemplo, diferencia dentro de un concepto) con vistas a forma de silogismo con "dos filos" o
común; propia; máximamente propia; la formación de juicios particulares "dos cuernos" y llamado también por
esencial; divisiva; constitutiva; analó- (K. r. V., A 262 / Β 317). Los concep- ello syllogismus cornutus. Como casi
gica; numérica; genérica; específica, tos en cuestión parecen poder llamar- todos los ejemplos de dilema presen-
etc. Algunos de estos tipos de dife- se, pues, conceptos de comparación. tados en la lógica tradicional tienen
rencia coinciden con otros. Así, la di- Pero en vista de la función que ejer- en su conclusión una proposición
ferencia común es evidentemente una cen en la formación de los juicios, es disyuntiva cuyos dos miembros son
diferencia accidental, y hasta máxi- mejor llamarlos "conceptos de refle- igualmente afirmados, se suele llamar
mamente accidental; la diferencia es- xión". En vista de ello las nociones la atención sobre la diferencia entre
pecífica es, o puede ser, constitutiva, de identidad y de diferencia son con- el dilema y el silogismo disyuntivo,
etc. Algunos escolásticos distinguieron sideradas por Kant como nociones en el cual se afirma solamente uno
entre diferencia y diversidad; así en trascendentales (en sentido kantiano). de los miembros de la disyunción.
Santo Tomás (Cont. Gent, I, 17) al Identidad y diferencia pueden seí Uno de los ejemplos tradicionales de
indicar, siguiendo a Aristóteles, y consideradas como "conceptos de re- dilema es:
contra la opinión de David de Dinant, flexión", los cuales no se aplican a las Los hombres llevan a cabo los asesi-
que lo diferente se dice relacional- cosas en sí, sino a los fenómenos. natos que proyectan o no los llevan
mente, pues todo lo que es diferente Análogamente, Hegel considera como a cabo. Si los llevan a cabo, pecan
es diferente en virtud de algo; lo que conceptos de reflexión la identidad y contra la
es diverso, en cambio, lo es por el la diferencia, pero en un sentido dis- ley de Dios y son culpables. Si
hecho de no ser lo mismo que otra tinto del kantiano (véase REFLEXIÓN) no los llevan a cabo, pecan contra
456
DIL DIL DIL
su conciencia moral, y son cul- de toda la historia de la filosofía (y blemente parcial del apriorismo hege-
pables. que hacen de esta historia no un liano y del empirismo historiográfico.
Por lo tanto, tanto si llevan a cabo proceso único, sino una serie de di- Dilthey separa netamente las ciencias
como si no llevan a cabo los ase- cotomías), se resumen en las oposi- de la Naturaleza y las ciencias del es-
sinatos que proyectan, son culpa- ciones siguientes: lo Incondicionado- p írit u, n o p or su mét od o ni p or
bles (si proyectan un asesinato). lo Condicionado; la Substancia-la Ley su objeto, que a veces coinciden en
Cuando los miembros de la propo- o Función de los fenómenos; lo In- ambas, sino por su contenido. Los he-
sición disyuntiva son tres, se habla finito-lo Finito; el Determinismo-la chos espirituales no nos son dados,
de trilema; cuando son cuatro, cua- Libertad; la Cosa-la Persona, ocu- como los procesos naturales, a tra-
drilema; cuando son un número in- rriendo que ambas series se oponen vés de un andamiaje conceptual,
determinado, n, de miembros, poli- a su vez en un dilema único, que sino de un modo real, inmediato
puede resumirse en la oposición: Im- y completo. Son, por así decirlo,
lema.
personalismo-Personalismo. aprehendidos íntegramente en toda
En la lógica actual el dilema es
presentado como una de las leyes de DILTHEY (WILHELM) ( 1833- su realidad. Esta aprehensión es una
la lógica sentencial. Indicamos a con- 1911), nacido en Biebrich, profesó autognosis (Selbstbesinnung), una pe-
tinuación cuatro formas de dicha ley: en Basilea, Kiel y Breslau antes de culiar captura del objeto, distinta
ocupar, en 1882, la cátedra de historia de l a que tie ne lu gar e n el a ct o
de la filosofía que H. Lotze dejó de la comprensión inmediata de la
vacante en Berlín. El carácter frag- interioridad cuando se agregan ele-
mentario de su obra hace difícil ar- mentos ajenos a ella. Pero la auto-
ticularla en sistema, cosa que, por gnosis se convierte poco a poco, de
otro lado, rechazaba el propio filósofo, aprehensión de lo psíquico-espiritual,
quien prefería decididamente la ac- en fundamento del conocimiento filo-
A base de la información que se titud inquisitiva a la pretensión cons- sófico sistemático: "Autognosis es
halla en los artículos LETRA , NOTA- tructiva que muestran los grandes sis- —escribe Dilthey— conocimiento de
CIÓN SIMBÓLICA y PARÉNTESIS, el lec- temas metafísicos. Su importancia ra- las condiciones de la conciencia en las
tor puede encontrar fácilmente ejem- dica ante todo en sus investigaciones cuales se efectúa la elevación del
plos para cualquiera de las cuatro for- sobre la gnoseología de las ciencias espíritu a su autonomía mediante
mas antes mencionada. Se observará del espíritu y sobre la psicología, a determinaciones de validez universal;
que lo común de todas ellas es que se la cual dio el nombre de psicología es decir, mediante un conocimiento
trata de un condicional cuyo antece- descriptiva y analítica, psicología es- de validez universal, determinaciones
dente está compuesto de tres fórmu- tructural o psicología de la compren- axiológicas de validez universal y
las unidas por conjunciones. Las dos sión. Dilthey coincide con el posi- normas del obrar según fines de va-
primeras fórmulas del antecedente tivismo y con el neokantismo en su lidez universal" (Ges. Schriften, VIII,
son a su vez condicionales y la ter- negación de la posibilidad de cono- 192-193). Por eso las ciencias del es-
cera es una disyunción. En cuanto a cimiento metafísico, pero le separa píritu son gnoseológicamente ante-
la conclusión, puede ser una disyun- de ellos su oposición al naturalismo riores a las de la Naturaleza, a las
ción (como se ve en los dos últimos triunfante de su tiempo. Su dedica- cuales, por otro lado, abarcan, pues
casos) o la afirmación (primer caso) ción a las ciencias del espíritu y su toda ciencia es también un producto
o negación (segundo caso) de una preferencia por la Historia le inserta histórico.
de las sentencias. en una línea que, procedente de He- Dilthey busca la fundamentación
De un modo muy general se llama gel, se enlaza con Windelband y de semejante gnoseología en una psi-
dilema la oposición de dos tesis, de Rickert, sigue paralela a los repre- cología que, lejos de poseer la estruc-
tal modo que si una de ellas es ver- sentantes de la filosofía de la vida tura propia de las ciencias naturales,
dadera, la otra ha de ser considerada y desemboca en las actuales direccio- permita comprender al hombre como
como falsa y viceversa. Una decisión, nes científico-espirituales. Su propó- entidad histórica y no como un ente
basada en motivos distintos de los sito consiste ante todo en completar inmutable, una naturaleza o una subs-
lógicos, parece ser en ciertos casos la obra de Kant con una gnoseología tancia. Por eso la psicología aparece
necesaria. Tal es el sentido en que de las ciencias del espíritu, con una como "una fundamentación psicoló-
utiliza Renouvier el término 'dilema" "crítica de la razón histórica paralela gica de las ciencias del espíritu",
en su análisis de los dilemas metafí- a la "crítica de la razón pura". Sus como una sistemática a la cual alle-
sicos. Según este filósofo (Cfr. Les estudios históricos —Leben gan materiales los estudios históricos
dilemmes de la métaphysique pure, Schleiermachers (Vida de Schleier- y en los que, a la vez, éstos se fun-
1903, passim; trad, esp., 1945), las macher, 1867-1870); Auffassung und dan. La psicología de Dilthey no es,
doctrinas metafísicas pueden agru- Analyse des Menschen im XV und en suma, una "psicología explicati-
parse en dilemas cuya solución no XVI Jahrhunderte (Concepción y va", sino una "psicología descriptiva
es susceptible de una determinación análisis del hombre en los siglos XV y analítica". La psicología explicati-
racional por medio del principio ló- y XVI, 1891)— constituyen ensayos va se basa en "la derivación de los
gico de contradicción, sino únicamen- en este sentido, por cuanto en ellos hechos que se dan en la experiencia
te objeto de decisión y, en el fondo, se advierte ya la diferencia que se- interna, en el estudio de los demás
de creencia. Estos dilemas, que se para a la consideración hermenéutico- hombres y de la realidad histórica a
repiten constantemente en el curso psicológica de la consideración do- base de un número limitado de ele-
457
DIL DIL DIL
mentos analíticamente descubiertos" solamente individuales, sino también por su carencia de análisis histórico.
(G. S. V, 158). Por eso la psicología sociales y, desde luego, históricas. De aquí a la "filosofía de la filosofía"
explicativa suele partir del análisis Dilthey se ha opuesto con frecuen- no hay más que un paso. En efecto,
de la percepción y de la memoria cia a la metafísica en tanto que ha corno hecho histórico humano, la fi-
y desembocar en un asociacionismo pretendido ser un saber riguroso del losofía se convierte en objeto de sí
basado en elementos a partir de los mundo y de la vida. Pero ello no sig- misma. Y dentro de ella se da la
cuales se intenta construir toda re- nifica negar el hecho de la necesidad diversificación de las concepciones del
presentación superior. En cambio, la metafísica sentida constantemente por mundo, las cuales pueden ser clasi-
psicología descriptiva y analítica "so- el hombre. La metafísica es a la vez ficadas en tres tipos fundamentales.
mete a la descripción y, en la medida imposible e inevitable, pues el hom- El primero de ellos es el naturalismo,
de lo posible, al análisis, la entera bre no puede permanecer en un re- que puede ser materialista o fenome-
poderosa realidad de la vida psíqui- lativismo absoluto ni negar la condi- nista y positivista. El segundo de ellos
ca" (G. S. V, 156). La psicología cionabilidad histórica de cada uno de es el idealismo de la libertad, surgido
descriptiva y analítica, en otros tér- sus productos culturales. De ahí la principalmente del conflicto moral y
minos, es una "exposición de las par- gran antinomia entre la pretensión de la percepción de la actividad volitiva.
tes integrantes y complexos que se validez absoluta que tiene todo pen- El tercero de ellos es el idealismo ob-
presentan uniformemente en toda vida samiento humano y el hecho de la jetivo, que se manifiesta sobre todo
psíquica humana desarrollada, tal condición histórica del pensar efecti- cuando se tiende a la objetivación de
como quedan enlazadas en un único vo. Esta antinomia se presenta ante lo real, a la conversión de toda rea-
complexo, que no es inferido o in- todo como una contraposición "entre lidad en ser y valores trascendentales,
vestigado por el pensamiento, sino la conciencia histórica actual y todo de los cuales la realidad del mundo
simplemente vivido. . . Tiene por ob- género de metafísica como concepción es, a la postre, una manifestación.
jeto las regularidades que se presen- científica del mundo" (G. S. VIII, Dilthey ha estudiado con detalle es-
tan en el complexo de la vida psí- 3). Para resolverla es necesario, se- tos tres tipos al hilo de una historia
quica desarrollada. Expone este gún Dilthey, poner en funcionamiento evolutiva de las visiones del mundo y
complexo de la vida intena en un lo que llama la "autognosis his- de la vida que se encuentran de un
hombre típico. Observa, analiza, ex- tórica". "Ésta tendrá —escribe Dil- modo concreto a lo largo de la his-
perimenta y compara. Se sirve de they— que convertir en objetos suyos toria desde las etapas primitivas. Re-
cualquier recurso para la solución de los ideales y las concepciones del sultado de este análisis concreto es
su tarea. Pero su significación en la mundo de la humanidad. Valiéndose el mismo supuesto del cual había par-
articulación de las ciencias descansa del método analítico, habrá de des- tido; la conciencia trascendental se
justamente en el hecho de que todo cubrir en la abigarrada variedad de resuelve una y otra vez en conciencia
complexo utilizado por ella puede ser los sistemas, estructura, conexión, ar- histórica, pero esta conciencia histó-
mostrado como miembro de un com- ticulación. Al proseguir de este modo rica no desemboca en el relativismo,
plexo mayor, no inferido, sino origi- su marcha hasta el punto en que se pues en todos los casos permanece
nariamente dado" (G. S. V, 152). presenta un concepto de la filosofía frente a la ruina de los sistemas la
Mas esto no bastaría si, además, no que hace explicable la historia de la actitud radical del hombre, el cual
se tuviera en cuenta la mentada "po- misma [subrayado por nosotros], sur- consiste no en ser un ente perma-
derosa realidad efectiva de la vida ge la perspectiva de poder resolver nente, sino una "vida". De hecho, es
anímica" examinada en la historia y la antinomia existente entre los re- la vida la única y última raíz de
en los análisis del hombre efectuados sultados de la historia de la filosofía todas las concepciones. Con lo cual
por los grandes poetas y filósofos. y la sistemática filosófica" (G. S. la vida aparece como el verdadero
Por eso tal psicología se basa en la VIII, 7). Este concepto de la filo- fundamento irracional del mundo, la
comprensión histórica y ésta es a su sofía no puede obtenerse, sin embar- realidad irreductible a las demás,
vez hecha posible por la psicología. go, a menos que el filósofo se sitúe pero que permite explicar todas las
Aparentemente se trata de un círculo en el ámbito de la experiencia total demás realidades. El pensamiento de
vicioso. Pero este círculo se desvanece dentro de la cual las diversas con- Dilthey se encamina así, como con-
tan pronto como en vez de prestar cepciones del mundo aparecen como secuencia de la necesidad de superar
exclusiva atención a los caracteres símbolos de la vida, falsos solamente el relativismo historicista, hacia una
formales, tenemos en cuenta "la pro- en la medida en que pretenden ser filosofía de la vida. Cierto que a ve-
fundidad de la vida misma". En esta independientes. No se trata, a pesar ces Dilthey parece retroceder en su
vida se manifiestan diversos caracte- de ciertas analogías engañosas, de marcha al suponer que "la naturale-
res tales como los de historicidad, una filosofía trascendental, pues mien- za humana es siempre la misma" y al
forma estructural y cualidad, los cua- tras ésta pasa de los conceptos for- suponer, por lo tanto, que hay algo
les coinciden en gran parte con los mados sobre la realidad a las con- que puede calificarse de naturaleza
rasgos de la cualidad, de la duración diciones bajo las cuales pensamos ta- humana. Pero este retroceso es pro-
y de la dinamicidad establecidos por les conceptos, la verdadera autogno- visional; en último término, es la dia-
otras filosofías, como la bergsoniana. sis histórica de la filosofía pasa de léctica incesante entre la vida y la
Lo importante, en todo caso, es ad- los sistemas a la relación del pensa- historia, y el hecho de que cada uno
vertir tanto la riqueza de la vida miento con la realidad, una relación de estos términos incluya al otro, lo
anímica como el hecho de la inter- vislumbrada por los filósofos trascen- que permite que la filosofía de la
conexión de todas las vivencias no dentales, pero nunca profundizada filosofía no se quede en ningún ins-
458
DIL
tante petrificada en una formula.
En diversas ocasiones Dilthey ha
intentado poner en claro los funda-
mentos de su propia filosofía. Parti-
cularmente importante es al respecto
un escrito de 1880 en el cual ha ma-
nifestado que "la idea fundamental
de mi filosofía es el pensamiento de
que hasta el presente no se ha co-
locado ni una sola vez como funda-
mento del filosofar a la plena y no
mutilada experiencia, de que ni una
sola vez se ha fundado en la total y
plenaria realidad". De ahí las carac-
terísticas proposiciones de Dilthey so-
bre la inteligencia, proposiciones que
son a la vez las tesis sobre las cua-
les se orienta esta filosofía total de
la experiencia: "1) La inteligencia
no es un desarrollo que haya tenido
lugar en el individuo particular y re-
sulte por él comprensible, sino que
es un proceso en la evolución de
la especie humana, siendo ésta a su
vez el sujeto en el cual el querer
es el conocimiento. 2) En rigor, la
inteligencia existe como realidad en
los actos vitales de los hombres, to-
dos los cuales poseen también los
aspectos de la voluntad y de los sen-
timientos, por lo cual existe como
realidad sólo dentro de la totalidad
de la naturaleza humana. 3) La pro-
posición correlativa a la anterior es
la que afirma que sólo por un pro-
ceso histórico de abstracción se forma
el pensar, el conocer y el saber abs-
tractos. 4) Mas esta plena inteligen-
cia real tiene también como aspectos
de su realidad la religión o la meta-
física o lo incondicionado, y sin éstos
no es jamás real ni efectiva." Así
entendida, esta filosofía es la "ciencia
do lo real" (G. S. VIII, 175-6).
La influencia de Dilthey se hace
patente en diversas corrientes filosó-
ficas actuales, especialmente en la
"filosofía de la vida" y la "filosofía
del espíritu". También se encuentran
varias resonancias diltheyanas en la
filosofía existenciaria de Heidegger.
Entre los filósofos más directamente
influidos por Dilthey y considerados
inclusive como pertenecientes al lla-
mado "movimiento diltheyano" figu-
ran: Georg Misch ( VÉASE ); Bern-
hard Groethuysen (VÉASE); Erich
Rothacker (VÉASE); Joachim Wach (n.
1898), que se ha distinguido espe-
cialmente por su análisis de las teo-
rías hermenéuticas y de la noción de
comprensión en el siglo XIX (Das
DIM DIN
Si algunos cineastas son ricos y cio. Pero el citado sentido amplio de
todos los ricos son accionistas, 'dinámico' aparece sobre todo cuando
entonces algunos accionistas son ci- se pretenden extraer las implicacio-
neastas, nes metafísicas de la física o cuando
ejemplo que corresponde a la si- se pretenden "dictar" condiciones me-
guiente ley de la lógica cuatificacio- tafísicas a la investigación física. Sur-
gen entonces concepciones dinámicas
—o dinamicistas— del mundo que se
supone se hallan en la base de toda
y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M' posible comprensión de la realidad.
de la lógica tradicional, puede expre- Por lo común se supone que las con-
sarse mediante el siguiente esquema: cepciones dinamicistas eluden dificul-
tades tales como las que plantean el
riguroso determinismo, la tendencia a
la espacialización del tiempo y del
nal elemental: movimiento y la propensión a negar
donde aparece claramente la secuen- la libertad, la contingencia, la indi-
cia de las letras 'I', 'A', ´I', origen vidualidad —de los entes o de los
del término Dimatis, en el orden movimientos—, etc. En este punto se
PM -M S-SP. insertan las mencionadas oposiciones
DIMINUTIO. Véase PROPIEDADES entre lo dinámico y lo estático, y en-
tre lo dinámico y lo mecánico.
DE LOS TÉRMINOS.
El término 'dinámico' ha sido em-
DINÁMICO. El término 'dinámico' pleado asimismo en psicología y en
ha sido empleado en filosofía moder- sociología — particularmente a partir
na en dos sentidos: uno amplio, y de A. Comte. Se ha hablado entonces
otro estricto. En sentido amplio 'di- de dinámica de los estados psíquicos
námico' designa todo lo que se refiere o de dinámica social, a diferencia de
al movimiento y aun al devenir (VÉA- la estática de tales estados o de la
SE): el punto de vista dinámico es
estática social. En tal uso el
entonces un punto de vista ontológico significado de 'dinámico' —y de
que concibe el ser como un hacerse 'estático'— está calcado sobre el
— in fien. Se contrapone entonces sentido físico, pero en la medida en
'dinámico' a 'estático' y, congruente- que se amplía al resto de la realidad
mente, las filosofías "dinamicistas" a se produce también la citada tenden-
las filosofías "estaticistas". En un sen- cia a convertir el estudio de la me-
tido estricto, el sentido de 'dinámico' cánica psíquica o social en una con-
procede de la física: la dinámica es- cepción del mundo —o en una filo-
tudia las relaciones entre las fuerzas sofía general— que se coloca en la
y los movimientos, a diferencia de la base de toda ulterior investigación
estática, que estudia el equilibrio de psicológica o sociológica.
las fuerzas. Dinámica y estática son Para completar la información so-
partes de la mecánica, de modo que, bre las cuestiones aquí suscitadas,
estrictamente hablando, no puede ha- véanse los artículos ACTO, DEVENIR,
blarse ni de contraposición entre lo ENERGÍA y POTENCIA.
dinámico y lo estático ni menos toda-
vía de contraposición entre lo diná- Von Dungern, Dynamische Welt-
anschauung, 1920. — Franz Freigl,
mico y lo mecánico. Die dynamische Struktur der Welt,
Aunque la mayor parte de los filó- 1933. — Andrew Paul Ushenko,
sofos modernos han conocido bien el Power and Events; an Essay on
citado sentido estricto, no ha sido Dynamics in Philosophy, 1946. —
infrecuente que se hayan deslizado, Sobre dinámica en Leibniz: M. Gué-
consciente o inconscientemente, hacia roult, Dynamique et métaphysique
leibniziennes suivi d'une note sur Je
el sentido amplio. Así, cuando Leib- principe de la moindre action chez
niz opuso a la física de Descartes Maupertuis, 1934.
sus propias ideas físicas, estimaba que DINGLER (HUGO) (1881-1954),
había que oponer a una física exce- nac. en Munich, profesor (1920) en la
sivamente geométrica y "estática" —o misma ciudad, y (desde 1932) en la
DIMATÍS es el nombre que de- aun "mecánica"— una física dinámi-
signa uno de los modos (véase MO- Escuela Superior Técnica de Darms-
ca, que hacía intervenir la fuerza viva tadt, es conocido sobre todo por su
DO) válidos de los silogismos de la y el ímpetu en vez de limitarse a
cuarta figura (v. ). Un ejemplo de crítica de los supuestos de la ciencia
estudio de masas y movimientos de actual, pero su obra sobre la "quie-
Dimatís puede ser: las mismas e inclusive a reducir estos
movimientos a posiciones en el espa-
460
DIN DIN
bra de la ciencia y el primado de la no es un sustrato universal y racional,
filosofía" no es sino la traducción sino condición de todo experimen-
a un lenguaje más popular de una tar individual.
previa labor analítica sobre los con- En sus últimos escritos, especial-
ceptos fundamentales de las ciencias mente en su Grundriss, de 1949,
exactas y físicas. Esta labor demuestra, Hugo Dingler ha redondeado las
según Dingler, una falla fundamental concepciones anteriores por medio de
de la ciencia actual: la necesidad en un "metodismo" que aspira a asimi-
que se ha visto de sustituir cada vez lar lo mejor del neopositivismo sin
más los modelos intuitivos y por ello negar la "autonomía" del co-
mecánicos de lo real por meras nocimiento filosófico. El neopositi-
simbolizaciones; por lo tanto, la trans- vismo, opina Dingler, engendra "fan-
formación de un simple procedimiento tasmas" tan peligrosos como los pro-
operacional en representación de lo ducidos por las filosofías "tradiciona-
real. De ahí la necesidad de un nuevo les". Entre ellos, el "fantasma" de
modo de ciencia y aun de una radical creer que la filosofía debe basarse en
"ciencia nueva" basada en una "sín- los conocimientos proporcionados por
tesis pura". En verdad, la tendencia las ciencias naturales. En cambio, la
a esta síntesis se encuentra ya en "filosofía real" —otro nombre de la
aquel tipo de pensamiento científico "filosofía metódica"— no debe tomar
que, como el de Mach —sobre cuya como punto de partida la mencionada
filosofía escribió Dingler una de sus base — o no debe hacerlo unila-
principales obras—, ha dado lugar teralmente. Según Dingler, el positi-
paradójicamente a un extremismo de vismo no puede probar ciertas propo-
la ciencia simbolizante. Esto se ma- siciones que son accesibles a la "fi-
nifiesta ya, dice Dingler, desde el losofía metódica" y que tradicional-
momento en que analizamos la signi- mente han sido consideradas como
ficación del experimento. Este análisis proposiciones metafísicas. Sólo una fi-
nos proporciona la posibilidad de una losofía apoyada en una "actitud me-
"reconstrucción" de los elementos con tódico-operativa" puede eliminar los
los cuales forjamos la ciencia natural y pseudo-problemas que el neopositi-
las ciencias exactas. Estos elementos, a vismo se han esforzado en vano por
su vez, son confirmados por la destruir. De este modo al activismo
experiencia, por la práctica científica. de Dingler mencionado al principio
Mas esto es posible porque, al mismo se ha aliado a un operacionalismo,
tiempo, el experimento está situado, en única actitud que, según el filósofo,
tanto que realidad inteligible, dentro puede cumplir con todas las exigen-
de un sistema racional del cual forman cias de la "filosofía certística" (véase
parte las diferentes ciencias y los CERTIDUMBRE) .
diferentes aspectos de las ciencias.
En cierto modo, se trata del resultado
de la imposición de una cierta
"voluntad" a los acontecimientos. Mas
esta voluntad no es ni un apriorismo en
el sentido tradicional ni tampoco un
irracionalismo en el sentido schopen-
haueriano: se trata, al entender de
Dingler, de un orden sistemático que
hace posibles las proposiciones cien-
tíficas y que hace posible, a la vez,
que estas proposiciones se refieran a
hechos. Así, es el propio hecho —y
no su simbolización— lo que, en últi-
mo término, justifica la voluntad de
sistema, porque es el propio hecho
el que, en verdad, resulta, en tanto
que real, sistemático. El análisis de
Dingler termina de este modo con lo
que podría llamarse un "voluntarismo
sistemático y fáctico", es decir, con
una doctrina en la cual la voluntad
DIO DIO DIO
phie H. Dinglers, 1955. — D. Silagi, nosprecio por las ciencias que, como esp. ), Cap. IX. — Asimismo, Jean
G. Benini, S. Ceccato, Ch. K. Da- la geometría o la música, no condu- Zafiropoulo, Diogene d'Apollonie,
venport, Herbert Dingle, P. Dros- cían para él a la verdadera felicidad, 1957.
sbach, G. Heberer, W. Krampf, P. a la autosuficiencia, al vivir confor- DIÓGENES DE OINOANDA (fl.
Lorenzen, E. May, H. Meyer, A. Ny- me a la Naturaleza y no según la 200) fue uno de los propagadores de
man, H. C. Sanborn, B. Thüring, complicada convención social. Discí- la doctrina de Epicuro, especialmente
Gedenkbuch für Hugo Dingler, 1956, pulos directos de Diógenes fueron en la forma original desarrollada por
ed. W. Krampf. Mónimo, Onesicrito, Filisco y Crates. el fundador de la escuela, es decir,
DIODORO CRONOS (t 307 antes K. W. Göttlins, Diogenes der Kyni-ker, basada en la necesidad de liberarse
de J. C.), discípulo de Euclides de oder die Philosophie des grie-chischen
Prolétariats, I, 1851. — Hermann del doble temor a la muerte y a los
Megara y uno de los más. célebres dioses. Por lo tanto, Diógenes de Oi-
miembros de la escuela llamada de Diels, Aus dem Leben des Kynikers
Diogenes, 1894. — Kurt von Fritz, noanda representa la línea de lo que
los megáricos ( VÉASE ), defendió la podríamos llamar epicureismo moral,
tesis, característica de esta escuela, de Quellen-Untersuchungen zu Leben
und Philosophie des Diogenes von poco preocupado de los problemas de
que no existe lo posible ( ni en el pre- teoría del conocimiento y poco incli-
sente ni en el futuro), pues todo lo Sinope (Philologus, Sup-plernentband
18, Heft 2), 1926. — Ferrand Sayre, nado hacia el empirismo epistemológi-
que es, es real (y, en el sentido aris- Diogenes of Sinope. A Study of co que había sido desarrollado por la
totélico, actual). El argumento em- Greek Cynicism, 1938. escuela de Filodemo de Gadara. Junto
pleado por Diodoro Crono, el llamado DIÓGENES DE APOLONIA (fl. a la divulgación de las concepciones
o( kuriuwn, consiste en afirmar que si 450 antes de J. C. ) es considerado epicúreas, Diógenes de Oinoanda
se dan dos acontecimientos mutua- como uno de los filósofos presocráti- dedicó sus esfuerzos a una polémica
mente exclusivos y uno de ellos llega cos que continuaron en la dirección contra las otras escuelas filosóficas,
a realizarse, el otro acontecimiento iniciada por los milesios ( VÉASE ), especialmente contra el estoicismo.
resulta imposible, pues si no lo fuese pero aprovechando muchos elementos Fragmentos de D. de O. se descu-
entonces se derivaría de algo posible del pensamiento de Anaxágoras, de brieron en 1884, durante una expedi-
algo imposible. quien fue contemporáneo. En efecto, ción a Licia. Se publicaron en 1892
E. Zeller, "Ueber den κυριεύων des por un lado Diógenes de Apolonia (Bulletin de correspondance helléni-
Megarikers Diodoros", Sitz.-Befichte consideró que hay una substancia pri- que), ed. V. Cousin; luego, en el mis-
Berl. Akad., (1882), 151-59, reim- mordial — el aire. En este respecto mo Bulletin (1897); luego, en Wie-
preso en Kleine Schriften, I, 252-62. su doctrina es análoga a la de Ana- ner Studien (1907), ed. J. William.
— N. Hartmann, "Der Megarische — Ultima ed.: Diogenis Oenoanden-
und der Aristotelische Möglichkeits- xímenes. Pero mientras para este úl-
timo el aire era un elemento al cual sis Fragmenta, por A. Grilli, 1960
begriff, ein Beitrag zur Geschichte (Testi e documenti per lo Studio del-l
des ontologischen Modalitätspro- se reducían todos los demás, para 'Antichità, ed. I. Cazzaniga). — Véase
blems", Sitz.-Berichte der Preuss. Ak. Diógenes se trata del principio de C. Capone Braga, "Aristotele, Epicuro
der Wissenschaften, 1937, reimp. en la existencia, principio animado que e Diogene di Enoanda", Atene e
Kleinerc Schriften, II, 1957. abarca por igual el mundo de la ma- Roma, XLII (1940), 35-48. — G.
DIÓGENES (ca. 413-327 antes de teria y el del alma. El aire es, así, Pisano, "Colote, Epicuro e Diogene
J. C. ) de Sínope, discípulo de Antís- algo divino, por ser el principio de di Enoanda", Atene e Roma, XLIV
tenes, fue considerado en toda la la animación de todas las cosas. Por (1942), 67-75.
Antigüedad como el perfecto tipo otro lado, Diógenes de Apolonia DIÓGENES LAERCIO. En varios
del cínico (VÉASE), en el cual se han acentuó, aun más que Anaxágoras, artículos (por ejemplo, véase FILO-
mezclado las notas de la impudencia, los motivos teleológicos, y como in- SOFÍA [HISTORIA DE LA], FILOSOFÍA
del desprecio a las convenciones y dica W. Jaeger, es muy plausible GRIEGA) nos hemos referido a este
de un cierto "egoísmo", con el tem- que fuera Diógenes y no Anaxágoras autor, a quienes algunos —Sopater,
ple moral intachable, la parquedad quien influyera al respecto sobre el Suidas, W. Crönert— llaman Laercio
y la constancia. Según cuenta Dió- pensamiento teleológico de Sócrates, Diógenes, otros —Esteban de Bizan-
genes Laercio, Diógenes de Sínope de Platón, de Aristóteles y, finalmente, cio— Diógenes, otros —Hicks—,
combatía lo que llamaba la falsa de los estoicos. El hecho de que el Laercio, otros —Estacio— Laertes,
hombre y el mundo manifiesten en etc. La oscuridad en que va envuelto
vanidad y fasto de Platón, el cual
su organización un propósito divino el nombre afecta también a su vida
parece haber reprochado a Diógenes es, para Diógenes, perfectamente claro
un fasto y una vanidad, pero de y a las fechas de nacimiento y muer-
si examinamos la adecuada te. Lo único sobre lo cual los his-
distinta especie. Contra los sofismas disposición de las partes de que am-
habituales en la época, puestos en toriadores y filólogos parecen haber
bos se componen. llegado a un acuerdo es la fecha de
circulación sobre todo por los Diels-Kranz, 64 (51). En Diog. L.,
megáricos, aducía Diógenes la reali- composición de su única obra cono-
IX, 57. — Véase P. Natorp, en cida, fecha que se fija entre 225 y
dad visible y tangible, que a su en- Rheinisches Museum, XLI (1886)
tender era irrebatible. Ello se dirigía, 250 después de J. C. La obra en
350-63 y XLII (1887), 374-86 y
sin embargo, no sólo contra los sofistas cuestión, por la cual Diógenes Laer-
H. Diels, en ibid., XLII (1877),
y los partidarios de la erística, sino 1-14. Además, H. Diller en Hermes, cio se ha hecho famoso, son las lla-
también contra la teoría platónica de LXXVI (1941), 359-81 y W. Jae- madas Vidas y opiniones de los filó-
las ideas, a la cual oponía lo ger, en The Theology of the Early sofos. El título exacto y completo es:
individual y concreto. De ahí su me- Greek Philosophers (1947; hay trad. Bi/oi kai\ gnw=mai tw=n e(n filosofi/a|
eu)do
462
DIO DIO DIO
kimhsa/ntwn kai\ tw=n e(ka/sth| ai(re/sei tarios, I, 1830; II, 1833); G. Cobet, bre —de hecho, los discursos 37 y
a)res-ko/ntwn e)n e)pito/mw| sunagwgh/ Parisiis, 1850; Bywater, Oxonii, 1879; 46 son obra de su discípulo Fa-
aunque algunos autores le dan otros O. Apelt, 2 vols., Lipsiae, 1921; vorino— presentan no sólo un com-
títulos; así, Focio, el de Φιλοσόφων βίοι R. D. Hicks, London y Cambridge pendio de las opiniones cínicas,
(Mass.), 2 vols., 1925. Ediciones crí-
y Es-tacio el de Sofistw=n bi/oi. Como ticas parciales: C. Wachsmuth, Lip- sino una pintura de las épocas de
hemos indicado en los artículos antes siae, 1885; Usener (véase EPICÚ - Nerva y Trajano. Ahora bien, el in-
referidos, las Vidas de Diógenes REOS ); H. Diels, 1901; H. Mut- terés de Dion por la vida social y
Laercio, aunque contienen mucho schmann, Lipsiae, 1906; H. Breiten- política hace que su cinismo sea me-
material poco fidedigno, constituyen bach, Basel, 1907; A, Kochalsky, nos el cinismo natural de los ante-
una de las más importantes fuentes 1914. Edición crítica completa en riores representantes de la escuela
para el conocimiento de la filosofía preparación por P. von der Mühll. que una especie de cinismo social.
Véase M. Trevissoi, Diogene Laerzio.
antigua a causa de haberse perdido los Saggio biografico, 1909. — Id., id., En algunos puntos Dion Crisóstomo
se aproximó a las opiniones de los
otros posiblemente numerosos Bibliografia laerziana, 1909. — R. estoicos, particularmente en lo que
repertorios de análogo contenido Hope, The Book of Diógenes Laertius. podríamos llamar "perspectiva cósmi-
biográfico y do-xográfico. La obra de Its Spirit and Its Methods, 1930. ca", que los estoicos acentuaron y
Diógenes Laercio debe mucho en su DIOGENIANO (Siglo II) coincidió los antiguos cínicos habían casi en-
organización a Soción (V. DIÁDOCOS, con Diógenes de Oinoanda en la de- teramente descuidado, si no comba-
SECTA). Se compone de diez libros; y fensa y popularización de la primi- tido. Dion Crisóstomo escribió asi-
cada uno de ellos está subdividido en tiva doctrina epicúrea, así como en mismo varias obras filosóficas e his-
capítulos sobre diversos filósofos. la polémica contra otras escuelas fi- tóricas, hoy perdidas.
Indicamos a continuación algunos de losóficas, particularmente contra el La editio princeps (desaparecida) de
los autores de que trata cada libro: I estoicismo de Crisipo. La oposición los Discursos parece ser la de D.
(Tales, Solón, Ferécides); II (Ana- de Diogeniano y de Diógenes de Parauisinus, Milán, 1476. La primera
ximandro, Anaxímenes, Anaxágoras, Oinoanda a la doctrina estoica de la edición de que disponemos es la de
Sócrates, Jenofonte, Arístipo); III Providencia concebida como destino F. Turrisanus, Venetiis, 1555.
(Platón); IV (Espeusipo, Jenócrates, cósmico influyó sobre varios escrito- Varias ediciones durante los siglos
Polemón, Crates, Arcesilao, Carnéa- res cristianos, como lo atestigua el posteriores. Entre las relativamente
des, Clitómaco); V (Aristóteles, Teo- ejemplo de Eusebio, en cuya Preapa- más recientes ediciones críticas figu-
frasto, Estratón); VI (Antístenes, ratio evangélica son usados algunos ran las de L. Dindorf (2 vols., Teub-
Diógenes, Menipo); VII (Zenón de argumentos de Diogeniano. ner, Lipsiae, 1857; también en Teub-
Fragmentos editados por A. Gerc- ner, la de Guy de Budé, Lipsiae,
Citio, Cleantes, Crisipo); VIII (Pi- ke en "Chrysippea", Jahrbuch für 1916-1919); la de H. von Arnim (Dio-
tágoras, Empédocles, Arquitas, Alc- klassische Philologie, Suppl. XIV, nis Prusaensis quem vacant Chrysos-
meón, Filolao); IX (Heráclito, Je- 1885. — Ed. (y trad. italiana) por tomum quae exstant omnia, Berolini,
nófanes, Parménides, Meliso, Zenón E. Buonaiuti, 1921. — En Migne, 1893-1896) y la de J. W. Cohoon y H.
de Elea, Leucipo, Demócrito, Pro- PG figuran en t. II, col. 1167-86. — L. Croby (Loeb, 1932). — Sobre
tágoras, Diógenes de Apolonia, Pi- Véase art. de J. von Arnim sobre Dio- Dion Crisóstomo, además del libro
rrón); X (Epicuro). En el Prólogo geniano ( Diogenianos ) en Pauly-Wis- fundamental de H. van Arnim, Leben
sowa.
(Libro I), Diógenes Laercio se re-
fiere a las opiniones según las cua- DION CRISÓSTOMO (ca. 40-120) und Werke des Dion von Prusa,
1898, véase: P. Hagen, Quaestiones
les el estudio de la filosofía tiene nac. en Prusa (Bitinia)) —y por Dioneae, 1887; L. François, Essai sur
su origen en los "bárbaros" (magos ello llamado también Dion de Pru- Dion Chrysostome philosophe et mo-
de Persia, gimnosofistas de India, sa— se dedicó primero a la política raliste cynique et Stöicien, 1921 (te-
etc.) y la rechaza en favor del origen y a la retórica, defendiendo a ésta sis); L. Lemarchand, D. de Pruse. Les
griego, pues con los griegos "no sólo contra la filosofía en sus escritos — oeuvres d'avant l'exile, 1926; Artículo
empezó la filosofía, sino también la perdidos— Kata\ tw=n filoso/fwn y de W. Schmidt sobre Dion Crisós-
raza humana". Pro\j Mousw/nion. Desterrado de Bi- tomo (Dion, 18) en Pauly-Wissowa.
Las Vidas fueron traducidas al la- tinia a Italia, se convirtió al cinismo DIONISIO, el Areopagita, es el
tín (con supresiones) por el monje en el curso de sus peregrinaciones. nombre dado al autor de una serie de
Ambrosius Traversarius Camalduen- Al regresar del destierro, en la época escritos (a los cuales nos referimos
sis. Parece que la traducción estuvo del emperador Nerva, practicó y en la bibliografía) que ejercieron
lista en 1431 y se publicó en Roma difundió extensamente las opiniones gran influencia sobre el pensamiento
(probablemente, 1432), dedicada a cínicas. Parte considerable del cinis- medieval. Se creyó durante mucho
Cosme de Medicis. Parte del texto mo nos es conocido justamente gra- tiempo que el autor de tales escritos
griego fue impreso por vez primera cias a los textos conservados de fue discípulo de San Pablo. Base de
por Aldus Manucius Romanus (Ve- Dion Crisóstomo. El estilo de Dion esta creencia fueron las manifestacio-
netiis, 1497). Primera edición com- es el estilo de la prédica — o, me- nes del autor y el haberse identifi-
pleta del griego en 1533, en Basilea, cado con el miembro del Areópago
por el impresor Frobenius. Hubo bas- jor aun, el de la prédica combinada convertido al cristianismo después de
tantes ediciones en los siglos XVI y con la diatriba ( VÉASE ) (como forma la predicación del Apóstol (Hechos,
XVII. Sólo desde el XIX se cuenta literaria tal como fue inaugurada por XVII 34). Hoy día se considera que
con ediciones críticas suficientemente Bion de Borístenes). Los ochenta las obras de referencia fueron redacta-
fidedignas. Mencionamos: Hübner, 2 Discursos (Orationes) que nos han das a fines del siglo IV o comienzos
vols. Lipsiae, 1828-31 (con Comen- sido trasmitidos bajo su nom- del V bajo la influencia neoplatónica
463
DIO DIO DIO
y especialmente a base de fragmentos fican los nombres divinos, y que "los en Venecia, 1755-56. De esta última
de Proclo. Por tal motivo suele lla- propios ángeles" deben confesar a procede el texto de Migne, P. G. III-
marse a su autor el Pseudo-Dionisio este respecto su insuficiencia. La con- IV). — Véase la bibliografía (pági-
— y a veces Dionisio el místico. Es clusión parece ser, pues, una teolo- nas 61-64) al final de la introduc-
frecuente asimismo referirse a sus Schoolman, XL (1962), 55-9. — ción de M. de Gandillac a su trad.
canza el supremo "saber" por medio francesa del Pseudo-Dionisio: Oeu-
doctrinas con los nombres del Corpus vres complètes du Pseudo-Dénys
areopagiticum o Corpus dionysianum. de la suprema ignorancia. Así, todo l'Aréopagite, 1943. Esta introducción
Siguiendo el uso más generalmente lo que el Pseudo-Dionisio dice de constituye un útil estudio preliminar.
aceptado hoy, nosotros usaremos con Dios y de su creación debe enten- — Bibliografía de ediciones, traduc
frecuencia el nombre de Pseudo-Dio- derse a la luz de las citadas restric- ciones y escritos sobre Dionisio: K. F.
nisio, aun cuando a veces, en refe- ciones. De acuerdo con ellas podemos Doherty, S. J., "Pseudo-Dyonisius the
rencias de otros artículos, hablaremos decir que Dios es la Luz que ilumina Areopagite: 1955-1960", The Modem
asimismo de Dionisio el Areopagita. todos los seres, los cuales son sola- Schoolman, XL ( 1962 ), 55-9. —
El problema central en el pensa- mente en la medida en que están Para las traducciones latinas: Dom
miento del Pseudo-Dionisio es el de bañados por esa Luz que se despa- Chevalier (en colaboración con los
rrama por todos los entes. Al des- RR. PP. Flinois, Bellot, Taillefer,
la naturaleza de Dios, y el de las po- Gsell, Cocherel, Ricaud, A. Schmitt),
sibilidades —e imposibilidades— de parramarse, sin embargo, esa Luz no
se pierde, divide o sume en la oscu- Dyonisiaca, recueil donnat l'ensemble
nombrarlo adecuadamente. "Es una des ouvrages attribues au Dénys de
regla universal —escribe al comienzo ridad. Todos los seres iluminados es- l'Aréopage, et synopse marquant la
de su tratado sobre los nombres divi- tán ligados por el Amor, que los hace valeur des citations presque innom
concentrarse hacia la Unidad supre- brables allant seules depuis trop long
nos— que conviene evitar aplicar te-
ma. Con todo, la distribución de esa temps remises enfin dans leur con
merariamente ninguna palabra, y Luz no es, por así decirlo, unifor-
hasta ningún pensamiento, a la Di- texte au moyen d'une nomenclature
me; se efectúa en una serie de gra- d'un usage rendu très facile, I, 1937;
vinidad sobreesencial y secreta, con daciones: las gradaciones divinas de II, 1949. — El Onomasticum Diony
excepción de lo que nos ha sido la jerarquía celeste, y las gradaciones sianum, que figura en la edición de
revelado divinamente en las Sagradas terrenales de la jerarquía eclesiástica. Cordier, consta en la reimpresión
Escrituras." Por lo tanto, todo cono- El Pseudo-Dionisio no pretende, por de Migne. Ed. de la Jerarquía celes
cimiento de Dios viene del propio lo demás, describirlas exactamente, te: La hiérarchie céleste, texto crít.
Dios. Lo que se puede decir de Él pues reconoce el carácter imaginati- por Gunter Heil, trad. franc, y notas
de acuerdo con los nombres que apa- vo de sus símbolos. Especialmente por M. de Gandillac, 1958 (Sources
recen en las Escrituras constituye el en lo que toca a las gradaciones ce-
chrétiennes, 58). — Véase J. Nieme-
tema de la teología afirmativa. Su- yer, Dionysii Aeropagitae doctrinae
lestes —dice al final de su tratado philosophicae et theologicae, 1869. —
perior a ella, sin embargo, es la teo- sobre la jerarquía divina— hubiera J. Kanakis, Dyonisios der Aeropagita
logía negativa, en la cual se niega sido necesario para conocerlas "las lu- als Philosoph, 1881. — O. Siebert, Die
cuanto se había afirmado. Pero como ces de su iniciador". Metaphysik und Ethik des Pseudo-
esta teología negativa no hace sino Según indicamos, las obras del Dionysius, 1894.—J. Stiglmayr, S. J.,
reconocer la imposibilidad de aquella Pseudo-Dionisio ejercieron gran in- Das Aufkommen der Pseudo-Dionysii
posibilidad, es necesario completarla fluencia en la filosofía medieval, y no Schriften, 1895. — H. Koch, Pseudo-
con una teología superlativa, la cual solamente en la mística, sino también Dyonisios in seinen Beziehungen zum
consiste en admitir los nombres de en la filosofía y, naturalmente, en la Neuplatonismus und Mysterienwesen,
Dios, pero en declarar que no po- teología. Traducidas al latín por Hil- 1900. — P. Godet, art. 'Denys l'Aréo-
demos concebirlos. Esto sucede, según duino y por Juan Escoto Erigena, fue- pagite, en el Dictionnaire de Théolo
gie catholique, de Vacant-Mangenot-
el Pseudo-Dionisio, no solamente con ron objeto de comentarios por mu- Amann, t. IV, 1924. — Vladimir
aquellos nombres con los cuales se chos autores. Entre éstos citamos a Losski, La notion des analogies chez
pretende describir metafóricamente la Hugo de San Victor, Roberto Gros- le Pseudo-Denys l'aréopagite [Ar
Divinidad, sino también con aquellos seteste, San Buenaventura, San Alber- chives d'Histoire littéraire et doctri
que apuntan a una descripción me- to Magno y Santo Tomás de Aquino. nale du moyen âge], 1930. — G. P.
tafísica. Dios es, en efecto, de tal Los escritos conservados del Pseu- Théry, O. P., Etudes dionysiennes.
modo superior y trascendente, que do Dionisio comprenden De los I. Hilduin, traducteur de Denys,
aunque hablemos de Él como el Bien, nombres divinos Peri\ qei/wn 1932; II. Hilduin, trad. de Denys
como el Ser y como lo Uno, debere- o)noma/twn, De divinis nominibus, la (edición de la traducción), 1937. —
Teología mística, la Jerarquía celeste, Id., id., "La théologie négative dans
mos entenderlo en un sentido que la doctrine de Denys l'Areopagite"
trasciende todas las significaciones, la Jerarquía eclesiástica y diez Cartas.
No tenemos los Bosquejos (Revue des Sciences philosophiques
aun las más depuradas, de estos tér- et théologiques), 1939. — S. Scirnè,
minos. En rigor, podemos decir teológicos a los cuales se refiere el Studi sul neoplatonismo: filosofía e
—aunque no propiamente entender— autor al principio del tratado sobre los teologia nello Pseudo Dionigi, 1353.
que Dios es el Supra-Ser y lo Supra- nombres divinos. — Ediciones de — R. Roques, L'univers dionysien.
Uno. Ahora bien, la teología super- obras: Florencia, 1516; Basilea, 1539; Structure hiérarchique du monde se
lativa no es una "solución" metafísi- Venecia, 1558; París, 1561 (ed. lon le Pseudo-Denys, 1954. — J. Van-
ca. Al final del citado tratado, el Morel); Pa-rís, 1165 (Lansellius); neste, S. J., Le mystère de Dieu. Essai
Pseudo-Dionisio señala que seguimos Amberes, 1634 (Cordier o Corderius; sur la structure rationelle de la doc
siempre "más acá" de lo que signi-
es la misma edición reimpresa en trine mystique du Pseudo-Denys
París, 1644, y
464
DIO DIO DIO
l'Aréopagite, 1959. — A. Van den Dios del hombre religioso y el Dios bre religioso, en cambio, sin rechazar
Daele, S. J., Indices Pseudo-Diony- del hombre vulgar, como fue perci- siempre las concepciones en cuestión,
sicni, 1941. bido por Pascal al invocar al "Dios las deja con frecuencia de lado con el
DIOS. Examinaremos en este ar- de Abrahán, de Isaac y de Jacob, fin de permitir que se trasluzca la
tículo (I) el problema de Dios, con no de los filósofos y los sabios". pura realidad divina, o bien las
especial consideración de las ideas Conviene señalar asimismo que aun- considera como resultado de una
principales que de Él ha tenido el que dichas tres ideas aparecen con posterior elaboración, que sería im-
hombre, por lo menos en Occi- especial claridad al referirse al Dios posible sin la revelación o sin la ex-
dente; (II) la cuestión de la natu- de los cristianos y en considerable periencia religiosa y hasta mística. Se
raleza de Dios tal como ha sido di- medida al "Dios de los hebreos", no trata, por consiguiente, de una cierta
lucidada por teólogos y filósofos, y dejan de mostrarse en otras concep- tendencia que ha habido en la his-
(III) las pruebas de la existencia de ciones de la divinidad. Esto último toria espiritual de Occidente a des-
Dios. (III) es lógicamente anterior ocurre sobre todo cuando una plu- tacar una u otra de dichas ideas.
a (II), pero aquí invertiremos el ralidad de dioses cede el lugar a un Así, por ejemplo, podemos decir que
orden, con el fin de mostrar el es- solo Dios: es el caso del dios su- San Agustín ha subrayado la idea
trecho enlace entre (II) y (I). De premo dentro del politeísmo, del lla- religiosa, pues aunque ha especulado
hecho, (I) y (II) se entrecruzan mado monoteísmo primitivo y hasta también sobre Dios en cuanto Ser
continuamente, de tal modo que al- del henoteísmo o adoración de un omnipotente y creador del mundo,
gunas de las cuestiones fundamenta- dios adscripto a una tribu o a un ha prestado gran atención a la rela-
les relativas al problema de Dios per- grupo social desde el momento en ción personal entre Dios y el hom-
tenecen asimismo a la cuestión de que tal tribu o grupo se consideran bre, y ha visto en Dios sobre todo
Su naturaleza. a sí mismos, y por motivos religio- esa Persona espiritual que se revela
I. El problema de Dios. Consi- sos, como privilegiados. al hombre de lo que algunos místicos
deraremos aquí tres ideas: la reli- De las tres ideas de referencia nos españoles han llamado "el estado de
giosa, la filosófica y la vulgar. La interesan aquí muy especialmente la escondimiento" por virtud de Su bon-
primera subraya en Dios la relación religiosa y la filosófica. Por la índole dad infinita. En cambio Santo To-
o, para algunos autores, la falta de de la presente obra, además, pres- más, aunque no ha dejado en modo
relación en que se halla con respecto taremos muy particular atención a alguno de filosofar sobre Dios a base
al hombre. De ahí la insistencia en la última de las citadas. Pero tanto de los datos de la revelación y no
motivos tales como el sentimiento de una como otra desempeñan un pa- ha excluido la posibilidad de la con-
creaturidad, el carácter personal de pel capital en la historia de la idea templación mística (declarada al fin
lo divino, la dependencia absoluta de Dios, cuando menos en Occi- de su vida la suprema vía), ha de-
—o la trascendencia absoluta—, etc. dente. Más todavía: en cierta medida dicado una parte considerable de su
La segunda subraya la relación de puede decirse que tal historia se obra al examen filosófico y racional
Dios con respecto al mundo. Por eso aclara muy apreciablemente cuando la del concepto de Dios. El citado con-
Dios es visto según esta idea como consideramos a la luz de una cierta traste se ha reiterado en la filosofía
un absoluto, como fundamento de las tensión —casi nunca de una completa moderna. Muchos filósofos, en parti-
existencias, como causa primera, co- ruptura— entre la idea de Dios cular los de tendencia racionalista,
mo finalidad suprema, etc. La ter- forjada por el hombre religioso y la han parecido sacrificar el Dios Padre
cera destaca el modo como Dios se idea de Dios propuesta por el filó- al Dios abstracto, el Deus abs-
da en la existencia cotidiana, ya sea sofo. Este último tiende a hacer de conditus al Dios racionalmente com-
de una forma constante, como ho- Dios objeto de especulación racional. prensible, y hasta la suma Existencia
rizonte permanente de la vida, o de Esto explica las conocidas concepcio- a la suma Esencia. Sin embargo ha
una forma ocasional, en medio de las nes de los filósofos, de las cuales habido intentos de no llevar esta
"distracciones". Los modos de acer- mencionaremos algunas: Dios es un tendencia hasta sus últimas conse-
camiento a Dios son también distin- ente infinito; es lo que es en sí y cuencias y de conseguir un cierto
tos de acuerdo con las correspon- por sí se concibe; es un absoluto o, equilibrio entre las ideas religiosa y
dientes ideas: en la primera Dios es mejor dicho, el Absoluto; es el prin- filosófica. Ejemplo destacado al res-
sentido como en el fondo de la pro- cipio del universo, el Primer Motor, pecto dentro de la filosofía moderna
pia personalidad, la cual, por otro la causa primera; es el Espíritu o la es el de Leibniz. Pues este filósofo
lado, se considera indigna de Él; en Razón universales; es el Bien; es lo no solamente ha concebido a Dios
la segunda, Dios es pensado como Uno; es lo que está más allá de como Mónada suprema, sino también
Ente supremo; en la tercera, es in- todo ser; es el fundamento del mundo como el Padre —y el Monarca— que
vocado como Padre. Conviene adver- y hasta el propio mundo entendido rige el mundo de los espíritus. En
tir que las tres ideas en cuestión no en su fundamento; es la finalidad a cambio, autores como Pascal o Kant,
suelen existir separadamente: el hom- que todo tiende, etc., etc. Algunas por motivos muy distintos, han acen-
bre religioso, el filósofo y el hom- de estas concepciones han sido tuado la tendencia hacia la idea re-
bre vulgar pueden co-existir en una elaboradas y refinadas por filósofos ligiosa. Pascal lo expresó explícita-
misma personalidad humana. Sin em- cristianos; otras proceden de la mente en muchos pasajes de su obra,
bargo, ciertas relaciones son más fre- tradición griega; otras se hallan ín- entre los cuales destaca el antes ci-
cuentes que otras. Así, por ejemplo, sitas en ciertas estructuras "perma- tado. Kant lo manifestó al criticar
hay considerables analogías entre el nentes" de la razón humana. El hom- la validez de los argumentos racio-
465
DIO DIO DIO
nales en favor de la existencia de tir como objeto primario de descrip- rayar pura y simplemente la imposi-
Dios y al hacer de Dios un postulado ción o de análisis lo divino no sig- bilidad de comparar los atributos de
de la Razón práctica, es decir, al nifica adherirse a ninguna teoría Dios con los del hombre o de cual-
apartar la razón para dejar lugar, específica sobre la divinidad. A la se- quiera de las cosas creadas y destacar
como él mismo indicó, a la fe. Los gunda objeción se ha respondido que de este modo la sobrecogedora
resultados de esta última posición no el análisis de lo divino como cua- grandeza de Dios; con el fin de mos-
se mantuvieron, sin embargo, durante lidad de Dios debe ser comprendido trar que si quiere mantenerse la li-
largo tiempo. Los sucesores de Kant desde el punto de vista del constitu- bertad humana no hay más remedio
terminaron por subrayar el aspecto tivum según nuestro intelecto. Nos que atenuar la doctrina de la abso-
filosófico de la idea de Dios, al atendremos a esta respuesta al exa- luta omnipotencia, quizás adhirién-
hacer de Dios, como Fichte, el orden minar la cuestión (c). dose a la antes reseñada doctrina de)
moral del mundo, al convertir a (b) Aunque esta cuestión se halla Dios finito; con el fin de poner de
Dios, como Schelling, en lo Infinito, en estrecha dependencia con la que relieve que el albedrío es enteramente
o al convertirlo, como Hegel, en la examinaremos luego, la tratamos apar siervo y que la salvación del hombre
Idea — Idea que el cristiano ha de te para mayor claridad. Consiste depende enteramente de la "ar-
tener "la humildad de conocer". esencialmente en plantearse el pro bitrariedad divina", etc. La segunda
Análogos contrastes e intentos de con- blema de si Dios es infinito o finito. posición suele, en cambio, formularse
ciliación se han manifestado en los La sentencia casi umversalmente con un solo propósito: el deseo de
últimos ciento cincuenta años. Kierke- aceptada es la que afirma la infini salvar al mismo tiempo uno de los
gaard y la teología dialéctica, por tud. Pero como esta infinitud se re atributos de Dios que se estiman más
ejemplo, han insistido en el aspecto fiere no solamente a la bondad, sino esenciales y una de las propiedades
religioso de Dios; los racionalistas y, también al poder de Dios, parece humanas más insistentemente subra-
por diferentes motivos, los neoesco- que chocamos entonces con dificul yadas. Se arguye, al efecto, que por
lásticos de orientación intelectualista tades insuperables. Entre ellas men haber creado el mundo en un acto
han subrayado el aspecto filosófico. cionamos las siguientes: (A) si Dios de amor, unido a un acto de poder
II. La naturaleza de Dios. Varios es infinitamente poderoso, el tiempo y de sabiduría, Dios ha otorgado al
problemas se plantean al respecto. y el drama del mundo resultan inúti hombre una libertad de la cual éste
Entre ellos destacamos: (a) la cues- les, en un sentido parecido a como, puede usar o abusar, que lo aproxi-
tión de la diferencia entre Dios y lo según Bergson, la evolución mecani- ma o lo aleja de Dios, pero que le
divino; (b) la cuestión de la infi- cista hace inútil el tiempo en un uni otorga en todo caso una dignidad
nitud de Dios; (c) la cuestión de verso que en principio tendría que suprema a la cual no puede renun-
la relación entre la omnipotencia di- estar ya enteramente "dado"; (B) si ciar sin dejar de ser hombre. Pues
vina y la libertad humana; (d) la Dios es infinitamente poderoso es in un "hombre" que careciese de liber-
cuestión de la relación entre la om- soluble el problema de la teodicea tad no sería creación tan valiosa co-
nisciencia y la omnipotencia. Esta ( VÉASE) , pues no se entiende por qué mo un hombre libre. Hemos tratado
última cuestión permitirá plantearse existe el mal (v.) en un mundo que ya este problema en varios artículos
formalmente el problema del consti- podría haber sido perfecto. Con el (véase ALBEDRÍO [LIBRE ], GRACIA,
tutivum de Dios. fin de solventarlas se han propuesto LIBERTAD). Aquí nos limitaremos a
(a) Algunos autores estiman que diversas soluciones a las que nos re indicar que la cuestión de referencia
Dios y lo divino son la misma rea- feriremos en (c). Aquí nos limitare es de tal modo fundamental, que a
lidad. Otros consideran que 'Dios' es mos a mencionar, por ser menos co poco que sea profundizada obliga
solamente un nombre para designar lo nocida, la teoría defendida por J. a ejecutar un análisis completo del
divino. Otros, finalmente, indican que S. Mill, que afirma la existencia de problema que va a constituir el ob-
lo divino es una de las cualidades de un Dios finito, esto es, en términos jeto del último apartado: el del cons-
Dios. La primera opinión es neutral de E. S. Brightman, otro de los pro- titutivum propio de Dios. Por lo de-
con respecto a la naturaleza perso- pugnadores de esta tesis, la doctrina más, la cuestión de la relación entre
nal o impersonal de Dios. La segunda que opone la concentración (finitud) la omnipotencia divina y la libertad
opinión tiende a considerar a Dios a la expansión (infinitud) de Dios. humana está vinculada con frecuencia
como un ente impersonal. La tercera Esta doctrina es aceptada hoy, por al problema de la existencia o
opinión se inclina a concebir a Dios lo general, sólo por algunos filóso inexistencia de intermediarios entre
como una realidad personal. Las opi- fos pertenecientes a la secta meto Dios y el mundo. Los partidarios de
niones segunda y tercera han sido dista. la omnipotencia que niega la liber-
las más discutidas. Los adversarios (c) Dos posiciones fundamentales tad se inclinan, en efecto, a supri-
de la segunda opinión han subrayado se han enfrentado en el curso de la mir todo intermediario. Los que
que la misma no sólo es impersona- historia. Según una, la omnipotencia mantienen al mismo tiempo la om-
lista, sino también panteísta. Los ad- de Dios suprime por entero la liber nipotencia divina y la libertad hu-
versarios de la tercera opinión han tad humana. Según la otra, la li mana, en cambio, ponen de relieve
señalado que con su adopción se co- bertad humana no es incompatible que los intermediarios —sean éstos
rre el peligro de establecer separa- con la omnipotencia de Dios, sino lo que fueren: seres, ideas, etc.— son
ciones demasiado tajantes entre Dios confirmada por ella. La primera po necesarios. Pues los intermediarios
y sus cualidades. A la primera ob- sición puede formularse con muy di pueden ser considerados filosófica-
jeción se ha contestado que admi- versos propósitos: con el fin de sub- mente como las condiciones que la
466
DIO DIO DIO
creación "impone" a Dios y se im- estar sometidas al poder de Dios; y es, por lo tanto, una verdadera
pone a sí misma cuando no quiere mejor dicho, son el resultado de un Causa primera. Pero Dios posee una
desembocar en el puro absurdo. arbitrario decreto divino. Por lo tan- bondad infinita, por la cual ha que-
(d) Trataremos aquí lo que ha to, el constitutivo de la naturaleza rido comunicar a las cosas Su seme-
ha sido llamado tradicionalmente el de Dios es la voluntad absoluta: ver- janza. Con lo cual las cosas no sólo
constitutivum metaphysicum de la dades eternas, leyes de la naturaleza son, sino que pueden ser causas. De
naturaleza divina. Sin embargo, de- y libertad humana dependen de tal este modo se procura salvar la "con-
bemos advertir que no se trata de Voluntad. Tal es en substancia, la opi- sistencia" propia de la Naturaleza, de
saber lo que Dios es realiter, sino so- nión atribuida a Juan Duns Escoto, las verdades eternas y de la libertad
lamente lo que es quoad nos, según a Guillermo de Occam, Gabriel Biel, o humana sin necesidad de retirar de
nuestro intelecto. Únicamente tenien- Descartes. De los tres caracteres que, Dios la omnipotencia. Los que no
do en cuenta esta restricción pue- dentro de la unidad, se atribuyen a admiten esta solución manifiestan que
den entenderse las diversas senten- Dios —poder, saber, amor—, el pri- una cosa es el propósito y otra el
cias que se han propuesto al respecto. mero alcanza un completo predomi- resultado. Pero los que la defienden
Dichas sentencias pueden reducirse nio. Esta concepción es llamada por y desarrollan señalan que la discre-
a las siguientes posiciones: (1) La ello voluntarismo (VÉASE); según la pancia entre propósito y resultado
esencia divina se halla constituida, misma, Dios podría ser hasta defini- aparece únicamente cuando se parte
según han propuesto algunos autores do como "lo que quiere ser". (equivocadamente) de la criatura y
nominalistas, por la reunión actual Los enemigos de esta concepción no de Dios. Paul Vignaux, por ejem-
de todas las perfecciones divinas, con arguyen que, de ser cierta, se llega- plo, ha escrito que lo que parece
lo cual el constitutivum se convierte ría a consecuencias absurdas: que contradictorio en el tomismo es que,
de relativo en absoluto; (2) la esen- la infinita potencia de Dios le per- tras haber establecido que las cosas
cia de Dios está constituida por el mitiría no solamente establecer, por tienen su propio ser y su posibilidad
"máximo grado de intelectualidad"; ejempl o, que '2 + 2 = 5' o que de actuar a consecuencia de la infi-
(3) la esencia de Dios es la aseidad 'p . ~ p', mas también hacer que lo nita bondad de Dios, no erige acto
o el ser un ens a se (VÉASE); (4) la que ha sido no sea o que lo que apa- seguido una ciencia de la razón pura
esencia de Dios es la infinitud; (5) la rece al hombre como inmoral sea o una pura sapientia naturalis, es de-
Persona divina es radicalmente om- moral y viceversa. Los partidarios de cir, no va de la criatura a la criatura,
nipotente; (6) la Persona divina es, dicha concepción, en cambio, seña- o de la criatura al Creador, sino del
por encima de todo, omnisciente. Co- lan que Dios no puede ser limitado Creador a la criatura. Pero la
mún a estas posiciones es la idea por nada, y que la pretendida falta contradicción —agrega— se desva-
de que Dios es una realidad incor- de racionalidad de Dios es debida nece desde el momento en que se
poral, simple, una personalidad, ac- simplemente a una idea demasiado advierte que el análisis filosófico ha
tualidad pura y radical perfección. estrecha de nuestra propia razón. sido realizado dentro del marco de
Común a ellas es también la afirma- Por otro lado, hay quienes acen- la fe y que, por lo tanto, la propia
ción de que Dios es infinitud, bon- túan menos el poder que el saber fe nos muestra que el detrahere y
dad, verdad y amor supremos. Las de Dios. Cuando esta posición se el subtrahere a las cosas de su ser y
diferencias consisten sobre todo en lleva a sus últimas consecuencias se de su actuar serían incompatibles
los varios modos de constitución me- acaba por identificar a Dios con las con la bondad de Dios. Y puesto
tafísica. Y las posiciones al respecto "verdades eternas" o con las "leyes que el constitutivum de la bondad
más fundamentales son las dos últi- del universo". Por este motivo, los parece recuperar el primado dentro
mamente mencionadas, sobre las cua- enemigos de esta concepción argu- de los otros constitutivos metafísicos,
les daremos a continuación algunas yen que lleva inmediatamente a la resulta plausible enunciar que la po-
precisiones históricas, la mayor parte negación de la existencia (o "vida") sición intelectualista puede conver-
de ellas procedentes de los grandes de Dios. Los partidarios de ella, en tirse en un puente tendido sobre un
debates sobre el constitutivum me- cambio, señalan que Dios no puede pretendido abismo cuyas dos orillas
taphysicum de Dios que tuvieron lu- dejar de ser Saber sumo y que, por serían la suma arbitrariedad de las
gar en el curso de la Edad Media lo tanto, si hay en Él una potentia, decisiones y la eternidad de las ver-
y en el siglo XVII. Advertimos, con se trata de una potentia ordinata. dades y de las leyes.
todo, que aquí presentaremos en par- Por lo general, la concepción en Conviene observar, para concluir
ticular las formas más radicales de cuestión ha recibido el nombre de este apartado, que en la mente de
las teorías correspondientes, no por- intelectualista. Ahora bien, casi todos los escolásticos y de muchos de los
que fueran ellas las más frecuentes, los que suelen ser agrupados bajo filósofos del siglo XVII que se ocupa-
sino porque nos pueden aclarar me- esta corriente ponen de relieve que ron del anterior problema, hay algo
jor el fondo y las dificultades de la acentuación del saber de Dios no que nadie, cualquiera que sea su po-
cada una de las grandes concepcio- pretende destruir Su unidad, y, por sición filosófica, puede evitar al afron-
nes al respecto. consiguiente, no retira de Él los cons- tar este tipo de cuestiones: es el uso
Por un kdo, hay quienes han sos- titutivos del poder y del amor. Un de la analogía. A tal fin es indife-
tenido que la omnipotencia de Dios ejemplo eminente de tal modo de rente que la posición sea voluntarista
no puede ser limitada por nada, que pensar es el de Santo Tomás. Según radical o intelectualista extrema; ni
se trata de una potentia absoluta. Las este filósofo, Dios puede producir por en un caso ni en el otro se pretende
propias "verdades eternas" tienen que sí mismo todos los efectos naturales decir de Dios lo que sea realiter
467
DIO DIO DIO
— aunque tampoco se pretende re- existe', toda cuestión acerca de Él ción analítica inmediata también con
ducir la ciencia de los constitutivos queda descartada por principio. Esta respecto a nuestro entendimiento.
metafísicos de Dios a un mero exa- posición no equivale, pues, simple- Ahora bien, puesto que la proposi-
men de las características atribuí- mente a una negación de la existen- ción 'Dios existe' es sólo analítica in-
bles a lo divino en general. Podemos cia de Dios; equivale a un rechazo mediata considerada en sí, ya que en
decir, pues, que en todos los pen- del problema de Dios. Frente a ella Dios son una misma cosa real y
sadores aludidos se tiende a evitar toda prueba resultará en principio formalmente la esencia y la existen-
dos escollos. Primero, el de fundir a impotente. Para contrarrestarla sola- cia, hay que buscar para su demos-
Dios como entidad real con su modo mente parece haber un medio: mos- tración otros argumentos que el de-
de consideración. Segundo, el de des- trar, como lo ha hecho Xavier Zu- clararla evidente quoad nos. Entre
embocar en la tesis de la completa biri, que la cuestión de probar ra- estos argumentos destacan las cinco
inaccesibilidad de Dios al conocimien- cionalmente la existencia de Dios no vías (quinque viae) de Santo Tomás
to. Solamente cuando se abandona el coincide formalmente con el proble- a que nos hemos referido en el ar-
modo de consideración analógico sur- ma de Dios. Este último surge más tículo sobre este filósofo.
gen las consecuencias que la mayor bien "cuando se pone en claro el su- (3) La prueba a priori, tal como
parte de los teólogos pretenden evi- puesto de toda 'demostración', lo mis- ha sido defendida por Juan Duns
tar, sobre todo las dos más resonan- mo que de toda 'negación', o incluso Escoto y otros autores. Según ellos,
tes: la de la completa identificación de todo 'sentimiento' de la existencia para que una proposición sea per se
entre Dios y el mundo o la de la de Dios". Ahora bien, la constitutiva y nota es menester no sólo que carez-
completa separación entre ambos. ontológica religación de la existencia, ca de medio en sí misma, sino que
III. Pruebas de la existencia de y el hecho de que la religación sea "la podamos conocerla también inmedia-
Dios. Hemos aludido ya al hecho de posibilitación de la existencia en tamente y enunciarla por la mera
que la cuestión de lo que sea Dios cuanto tal", muestra, según Zubiri, explicación de sus términos.
—quid sid Deus— es considerada que tanto los que niegan como los Los teólogos escolásticos distinguen
clásicamente como posterior a la cues- que afirman la existencia de Dios se con frecuencia entre las citadas prue-
tión de si Dios es —an Deus sit—, mueven en la misma dimensión. bas atendiendo al papel que desem-
pero que por conveniencias de nues- Las pruebas que hemos llamado peña en ellas el término medio. Así,
tra exposición hemos decidido tratar tradicionales, pueden dividirse en tres Ponce de León, S. J., (Curso de fi-
la primera cuestión antes que la se- grandes grupos. losofía, Vol. VI: Teodicea, págs. 24
gunda. ( 1 ) La prueba llamada anselmia- y sigs. ) indica que la prueba a simul-
Con excepción de una demostra- na y, desde Kant, ontológica. Su pri- taneo tiene lugar "cuando el término
ción propuesta recientemente y que mer exponente fue San Anselmo. Mu- medio no tiene prioridad ni posterio-
pone en juego la lógica matemática, chos filósofos se adhirieron luego, de ridad con respecto a la conclusión, si-
nos referiremos en este apartado ex- algún modo u otro, a ella: Descartes, no que son simultáneos ontológica-
clusivamente a los tipos de prueba Malebranche, Leibniz, Hegel. He- mente. La cosa se demuestra por su
de la existencia de Dios que son con- mos examinado con algún detalle esencia o por su noción, o por un pre-
siderados como tradicionales. Exclui- esta prueba en el artículo sobre la dicado que no puede decirse causa ni
remos, por consiguiente, tipos de prueba ontológica (véase ONTOLÓGI - efecto suyo". Ejemplo máximo de
prueba tales como las llamadas prueba CA [ PRUEBA ]); aquí nos limitaremos esta prueba es la ontológica. La prueba
por el sentimiento y prueba por la a indicar que este tipo de prueba a posteriori tiene lugar o resulta
tradición, las cuales no suelen ser coincide con el argumento llamado posible "cuando el término medio no
consideradas, cuando menos por los a simultaneo y que es distinta de la tiene prioridad ni posterioridad con
filósofos, como pruebas en sentido simple prueba a priori. respecto a la conclusión. El término
estricto. Ahora bien, tanto los tipos (2) La prueba a posteriori. No es medio son los efectos, como cuando
de prueba tradicionales como las crí- usualmente una prueba empírica, se prueba la naturaleza del alma por
ticas a que han sido sometidas pre- pues se basa en un argumento o serie sus operaciones". La prueba a priori
suponen que la cuestión planteada de argumentos a posteriori de carácter tiene lugar "cuando el término medio
tiene sentido. Esta presuposición es racional. Los defensores de esta tiene prioridad ontológica (en el or-
fundamental. En efecto, para una ac- prueba —entre ellos, Santo Tomás— den real, ya físico, ya metafísico) con
titud que considere carente de sen- insisten en que la existencia de Dios respecto a la conclusión. El término
tido el planteamiento de la pregunta, es algo evidente per se, pero no lo medio es la causa física del predicado
no poseerá tampoco sentido la es quoad nos, en cuanto a nosotros. de la conclusión (prioridad física) o
respuesta, cualquiera que ésta sea. Los partidarios de esta prueba divi- es su razón (prioridad metafísica) que
Es el caso de algunos filósofos de den, en efecto, toda proposición per no se distingue realmente del
tendencia lógico-empírica, los cuales se nota, o analítica inmediata, en dos predicado, pero se concibe como su
rechazan tanto las pruebas tradicio- grupos: (a) proposición per se nota raíz y fundamento, cual es la es-
nales como la crítica —por ejemplo, solamente en sí, es decir, proposición piritualidad del alma con respecto a
la kantiana— de ellas. Según tales cuyo predicado está incluido en el la inmortalidad".
filósofos, no siendo Dios una realidad concepto del sujeto (concepto que no Se ha hecho observar a veces que
empíricamente comprobable ni poseemos); (b) proposición per se nota la elección del tipo de prueba de-
pudiendo tampoco ser considerada etiam quoad nos, es decir, proposi- pende de la concepción que se tenga
como analítica la proposición 'Dios de Dios (o, por lo menos, de Su
468
DIO DIO DIO
relación con la criatura) y de la in- teoría consistente que implica todos recogido, con ampliaciones y correc-
teligencia humana que lo aprehende. los hechos de la clase. Concluiremos, ciones en Naturaleza, Historia, Dios,
Así, por ejemplo, se ha dicho que así, que cada hecho o clase de hechos 1944, págs. 423-67. — É. Gilson,
mientras para Santo Tomás la inte- tiene por lo menos una explicación. God and Phüosophy, 1941 (trad.
ligencia humana no ve intuitivamente Ahora bien, un corolario de ello es esp.: Dios y la filosofía, 1945). —
Julián Marías, San Anselmo y el in-
a Dios por su misma constitución, para que la clase de todos los hechos tiene sensato y otros estudios de filosofía,
Juan Duns Escoto no lo ve porque una explicación. Hay, en suma, una 1944. _ E. L. Mascall, He Who
Dios se ha "ocultado". Por otro lado, teoría consistente que implica (y Is. A Study in traditional Theism,
aun dentro del mismo tipo de prueba de ahí, explica) todos los hechos del 1943. — Id., id., Existence and Ana-
hay divergencias entre los filósofos: la universo. Esta teoría, dice Fitch, debe logy. A Sequel to "He Who Is",
comparación entre San Anselmo y ser no sólo consistente, sino también 1949. —. Varios autores, 1l problema
Descartes aduce al respecto razones verdadera, pues si implicara lo con- di Dio ( Publicazioni del Centro Ro-
suficientes. Esto hace que cada tipo tradictorio de cualquier hecho, debe- mano di Studi, Roma, 1949). — L.
de prueba pueda ser considerada bajo ría aun implicar el hecho mismo (ya Franca, O problema de Deus, 1953.
— H. Urs von Balthasar, Die Got-
diversos aspectos. Tomemos, en que implica todos los hechos), y por tesfrage des heutigen Menschen,
efecto, la prueba α posteriori. Los ello sería inconsistente. Además, pue- 1955 (trad. esp.: El problema de
autores escolásticos hablan de ella en de haber sólo una teoría verdadera Dios en el hombre actual, 1960). —
varios sentidos. Como prueba consistente que explique todos los J. Daniélou, Dieu et nous, 1956 (trad.
extrínseca, está fundada en el hechos del universo, ya que si hubiese esp.: Dios y nosotros, 1957). — (Dios
consenso del género humano, dos teorías o dos explicaciones dis- de las religiones, de los filósofos y la
engendrando con frecuencia un ar- tintas, el hecho de que una fuese fe). — R. Jolivet, Le Dieu des phi
gumento de índole moral. Como verdadera constituiría un hecho que losophes et des savants, 1956 (trad.
prueba intrínseca, está fundada en debería ser explicado por la otra, de esp.: El Dios de los filósofos y de los
sabios, 1958). — H. de Lubac, Sur
la propia naturaleza de las criaturas. tal modo que se implicarían mutua- les chemins de Dieu, 1956. — Vicen
A su vez, como las criaturas pueden mente (se equivaldrían). La expli- te Fatone, El hombre y Dios, 1956.
ser consideradas desde un punto de cación última en cuestión puede ser — Diamantino Martins, O problema
vista relativo o absoluto, tenemos dos llamada Primera Causa o Dios. De de Deus, 1957. — Ch. de Moré-Pont-
formas de argumento llamadas respec- este modo tendríamos un nuevo ar- gibaud, Du fini à l'infiniti, 1957. —
tivamente física y metafísica. Final- gumento a posteriori, el cual es, como Henri Duméry, Le problème de Dieu
mente, el argumento metafísico puede Fitch reconoce, afín a varias de las et la philosophie de la religion. Exa
dividirse en simplemente metafísico y pruebas cosmológicas tradicionales, men critique de la categorie d'Absolu
en psicológico (Cfr. Zigliara, Summa pero basado en un lenguaje más ex- et du schème de transcendance, 1957.
plicativo que causal. — H.-D. Lewis, Our Experience of
philosophica: Theologia, 5 3). Las God, 1959. — E. Borne, J. Guitton
formas de argumentación de la prueba Charles A. Baylis ha criticado el ar- et al., Dieu, n° especial de Les Étu
a posteriori reciben también otros gumento de Fitch (ibid., págs. 694- des Philosophiques, N. S. Año XIV
nombres según sea la esfera 7), y éste ha contestado a la crítica (1959), 273-340. — J. Vanneste, Le
considerada que da base a la prueba. desarrollando los argumentos lógicos mystère de Dieu, 1959. — Frederick
Se habla al respecto de prueba mo- relativos a su prueba en The Journal Sontag, Divine Perfection: Possible
ral, físico-teológica, teleológica, cos- of Symbolic Logic (XIII, 2 Ideas of God, 1962. — Arnold J. Be-
mológica, psico-teológica, metafísica. [1948]). Muy pertinentemente ha in- nedetto, S. J., Fundamentals in the
A algunas de estas formas nos hemos dicado Alonzo Church (Journal, etc. Philosophy of God, 1962. — Sobre la
concepción, el conocimiento, la idea,
referido en otros artículos ( véase, por XIII [1948], 148) que el argumento la naturaleza y la existencia de
ejemplo, FÍSICO-TEOLOGÍA, TELEOLÓ- de Fitch, cuyo interés es innegable, Dios: Alphonse Gratry, De la con
GICA [PRUEBA]). implica realismo y absolutismo naissance de Dieu, 1855 (trad. esp.:
Indicamos antes que nos referiría- respecto a qué teoría última es ver- El conocimiento de Dios, 1941).
mos a un intento de demostración de dadera. Además de ello, el Dios de — Josiah Royce, G. H. Howison,
la existencia de Dios con auxilio de Fitch no es un Dios personal, sino J. Le Conte, S. E. Mezer, The Con
los conceptos proporcionados por la una "primera causa" impersonal o ception of God, 1897. — Albert
lógica contemporánea. Se trata de aun el "todo" divinizado. Farges, L'idée de Dieu d'après
la raison et la science, 1894. — G.
la prueba propuesta por Frederic B. Sobre el problema de Dios: Joseph Class, Die Realität der Gottesidee,
Fitch en su artículo "On God and Geyser, Der philosophische Gottes- 1904. — Rudolf Otto, Das Heilige,
Immortality" (Philosophy and Pheno- problem in selnen wichtigsten Auf- 1917 (trad. esp.: Lo santo, 1925). —
menological Research, VIII 4 [1948], fassungen, 1899. — R. Garrigou- Clément Ch. J. Webb, God and Per-
Lagrange, Dieu. Son existence et sa sonality, 1919. — Id., id., Divine
688-93). Puede resumirse del modo nature, 1915, 11a ed., 1950 (trad.
siguiente. Persoriality and Human Life, 1920.
esp.: Dios, su existencia y su natu- — Jules Lagneau, De l'existence de
Cada clase de hechos en el univer- raleza, 1950). — A. Titius, Natur Dieu, 1925, reimp. en Célèbres leçons
so tiene una explicación si existe una und Gott, 1926. — Edouard Le Roy, et fragments, 1950, págs. 223-310
teoría consistente (VÉASE) de tal ín- Le problème de Dieu, 1939. — E. S. (estas páginas proceden de un curso
dole, que cada hecho de dicha clase Brightman, The Problem of God, dado en el Liceo Michelet en 1892-
1930 — Xavier Zubiri, "En torno 1893). — J. Mausbach, Dasein und
sea deducible de la teoría. Es decir, al problema de Dios", Revista de
si una clase de hechos tiene una Wesen Gottes, 2 vols., 1930. —
Occidente, CXLIX (1935), 129-59, Georg Simmel, "La personalidad de
explicación, tal explicación es una
469
DIS
te ley de la lógica cuantificacional
elemental:

y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'


de la lógica tradicional, puede expre-
sarse mediante el siguiente esquema:

donde aparece claramente la secuen-


cia de las letras 'I', 'A', 'I', origen
del término Disamis, en el orden
M P - M S - S P.
DISCERNIBLE. Véase DI STI N -
CIÓN , IDENTIDAD, INDISCERNIBLES
( PRINCIPIO DE LOS).
DISCERNIMIENTO. Véase CRITE-
RIO, DEFINICIÓN .
DISCONTINUISMO. Véase ATO-
MISMO, CONTINUO.
DISCURSO. Estudiamos en este
artículo (1) la noción de discurso
como traducción de dia/noia (discursus)
en la filosofía griega y medieval, y
en parte en la filosofía moderna; (II)
la noción de discurso como traduc-
ción de lo/goj (oratio) en la lógica
aristotélico-escolástica, y (III) la no-
ción de discurso en la semiótica con-
temporánea.
I. El discurso como di(a/noia (discur-
sus). Se contrapone en este caso el
discurso a la intuición ( noh/sij )
(véase INTUICIÓN ). Esto ocurre en
Platón, en Aristóteles, en Plotino,
en Santo Tomás y —en parte— en
Descartes, Kant y otros autores
modernos. La contraposición no
equivale, sin embargo, a la completa
exclusión de un término en favor del
otro. Lo normal es considerar el
proceso discursivo como un pensar
que se apoya últimamente en un
pensar intuitivo. Éste proporciona el
contenido de la verdad; aquél, la
forma. Casi ninguno de los grandes
filósofos del pasado ha admitido la
posibilidad de un conocimiento
enteramente discursivo; en cambio,
se ha estimado posible lo que algunos
escolásticos (Santo Tomás) llamaban
cognitio sine diseur-su, y algunos
DISAMIS es el nombre que desig- modernos (Descartes) simplex mentis
na uno de los modos (véase MODO) inspectio. La tendencia a subrayar la
válidos de los silogismos de la tercera importancia de uno u otro aspecto del
figura ( VÉASE). Un ejemplo de Di- conocimiento ha determinado en gran
samis puede ser: medida las correspondientes filosofías.
Si algunos aviadores son jóvenes y Así, puede decirse grosso modo que
todos los aviadores son tímidos, hay insistencia en el conocimiento
simplici in-tuitu en Platón, Plotino,
entonces algunos tímidos son jóvenes,
Descartes y Spinoza, mientras que hay
ejemplo que corresponde a la siguien- insistencia en el conocimiento
discursivo en Aris-
DIS DIS DIS
tóteles y Santo Tomás. El clásico con ella, pues, según hemos indica- III. El discurso en la semiótica
debate entre platónicos y aristotéli- do, los discursos pueden estudiarse contemporánea. Se entiende en ella
cos puede examinarse desde este pun- también desde otros puntos de vista por 'discurso' un complejo de signos
to de vista. además del lógico, en tanto que la que pueden tener diversos modos de
En el sentido anterior, el discursus proposición como tal es exclusiva- significación y ser usados con diver-
alude al hecho del curso (cursus) de mente asunto de la lógica. Por lo sos propósitos. Según los modos y los
un término a otro ( o de una proposi- tanto, la "confusión" que algunos propósitos, los discursos se dividen
ción a la otra) en el proceso de un han rastreado en la definición escolás- en varios tipos. Ogden y Richards
razonamiento ( VÉASE ), de tal suerte tica de 'discurso' ('oratio') se desvanece establecieron en The Meaning of Mea-
que el discurso se detiene cuando se cuando se analiza el problema en ning (1923) una división que tuvo
pasa a una proposición considerada forma adecuada. La lógica clásica es- gran resonancia: los discursos pueden
como "evidente por sí misma" (o, tudia principalmente un tipo de dis- ser simbólicos (o referenciales) y
mejor, "evidente para nosotros"). En curso, pero los escolásticos advirtie- emotivos (o expresivos). Los discur-
la escolástica es frecuente entender ron que hay límites difíciles de pre- sos simbólicos son los que comunican
tal razonamiento como paso de la cisar entre "lógica" y "gramática". referentes; los discursos emotivos, los
causa a lo causado: cursus causae in La lógica actual, en cambio, no pres- que expresan sentimientos y actitu-
causatum. cinde de tratar lógicamente discursos des (op. cit., Cap. VII). Esta clasifi-
II. El discurso como traducción de no propiamente enunciativos. Puede cación es análoga a varias otras ela-
λόγος (oratio). En De int., 16 b 26 hablarse, en efecto, de una "lógica boradas por diversos autores contem-
- 17 a 7, Aristóteles definió el dis- de los discursos imperativos", de una poráneos: discurso científico y dis-
curso (oración, locución, frase) como "lógica de los discursos dubitati- curso lírico (P. Servien), discurso
un sonido vocal o una serie de soni- vos", etc. reversible y discurso irreversible (J.
dos vocales, φωνή σημαντική (lo que Los escolásticos han dividido el Piaget); a ellas nos hemos referido
los escolásticos llamaron vox), que discurso en perfecto e imperfecto. En en otros artículos (véase, por ejem-
posee una significación convencional, la definición dada por Santo Tomás plo, LENGUAJE , OBRA LITERARI A).
y cada una de cuyas partes, tomada en In Perih, I lect. 7 n. 4, el discur- Con frecuencia ha sido considerada
por separado, tiene un significado so perfecto es el que completa la como excesivamente simplista. Se ha
como dicción, mas no como afirma- sentencia, es decir, el que proporciona advertido (Cassirer, Urban) que las
ción y negación. Si decimos 'hombre', a la inteligencia un significado fronteras entre lo simbólico-referen-
decimos algo, pero no decimos si completo ('el hombre bueno es ge- cial y lo emotivo-expresivo (y lo mis-
existe o no. Aunque Aristóteles co- neroso'). El discurso imperfecto es mo cabría decir de las antes citadas)
menzaba por referirse al sonido vo- el que no completa la sentencia ('el son difíciles de trazar, y que, además,
cal el discurso ha sido entendido tam- hombre bueno'). Parece que hay hay otros tipos de discursos posibles.
bién, y sobre todo, como un con- identidad entre discurso imperfecto Sin embargo, no puede acusarse en-
junto de signos escritos que poseen y término complejo. Pero se trata de teramente a Ogden y Richards de
las condiciones antes mentadas. La una identidad meramente verbal. ignorancia de la complejidad del
primera división del discurso es, Atendiendo a su significación, 'el asunto. La división en cuestión fue
pues, ésta: discurso oral y discurso hombre bueno' es un discurso imper- propuesta por ellos como una divi-
escrito. fecto si se considera como un todo, sión primitiva que debía ser refinada
El discurso en el sentido anterior como si no hubiese otros elementos por otra exhaustiva. Esta última está
tiene que ser enunciativo. Una ple- en la oración; el mismo ejemplo es contenida en el Cap. X de la misma
garia no es un discurso. Pero el dis- un término complejo si es estimado obra, en donde se presentan cinco
curso enunciativo puede ser objeto como parte de una proposición. funciones del lenguaje y, por lo
no sólo de la lógica, sino también El discurso imperfecto es de varios tanto, cinco tipos de discursos. Tales
de otras disciplinas. En Aristóteles tipos. Los más importantes lógica- funciones son: (1) la simbolización
son la retórica ( VÉASE) y la poética. mente son la definición y la división de referentes; (2) la expresión de
Nosotros estudiaremos solamente el ( VÉANSE). El discurso perfecto tiene actitudes ante oyentes; (3) la ex-
sentido lógico. tres tipos: el discurso enunciativo, el presión de actitudes ante referentes;
No toda combinación de vocablos discurso argumentativo y el discurso (4) la promoción de efectos propues-
basta para constituir un discurso. Si- ordenativo. El primero expresa el jui- tos por el que usa los signos y (5) el
guiendo al Estagirita los escolásticos cio de la mente; el segundo, el razo- soporte de referentes. En cuanto a
distinguieron por ello entre el tér- namiento de la mente; el tercero, el la distinción entre discurso científico
mino complejo y el discurso. propósito práctico. La lógica clásica (reversible) y discurso lírico (irrever-
Έ1 hombre bueno' es un término se ocupa sólo de los dos primeros sible), las objeciones contra ella pier-
complejo; "el hombre bueno es gene- tipos. El discurso ordenativo o prác- den gran parte de su valor si tales
roso' es un discurso. El discurso se tico es subdivido por los escolásticos discursos se conciben —como nos-
compone de conceptos o de térmi- en vocativo, interrogativo, imperativo otros tendemos a hacerlo— como con-
nos concatenados en tal forma, que e imprecativo. No consideramos ne- ceptos-límites.
dicen algo acerca de algo. La defi- cesario definir cada uno de ellos Más completa es la clasificación
nición del discurso se parece, pues, por ser conocidos del lector familia- propuesta por Charles Morris. Según
a la de la proposición ( VÉASE). Sin rizado con la gramática clásica ele- este autor, las distinciones entre va-
embargo, no coincide enteramente mental. rios tipos de discursos pueden esta-
472
DIS DIS DIS
blecerse (a) a base de los modos cativo de significar y en algún otro sentan tipos ideales. La clasificación
de significar, (b) a base de los dis- modo). es, en efecto, sistemática y no histó-
tintos usos de los complejos de signos La clasificación de Morris se funda rica. En realidad, los tipos de discur-
y (c) a base de modos y usos al mis- en un complejo análisis de los sig- so efectivamente usados son muchas
mo tiempo. Morris se apoya princi- nos que no podemos resumir aquí. veces combinaciones de los diferentes
palmente en (c). Señalamos a con- Advertiremos solamente que, no obs- "tipos ideales."
tinuación los tipos de discursos re- tante su apariencia, la teoría semió- DISMINUCIÓN (DIMINUTIO).
sultantes de su análisis. tica de Morris no depende de una Véase PROPIEDADES DE LOS TÉRMINOS.
Según el uso, el discurso puede ser psicología behaviorista. No depende DISOLUCIÓN llama Spencer a lo
informativo, valorativo, incitativo y tampoco de una psicología introspec- contrario de la evolución. Si ésta es
sistémico (systemic). El discurso es tiva. Ambas psicologías son interpre- definida como "la integración de la
informativo (o los signos del discur- taciones posteriores a la semiótica, la materia y la disipación concomitante
so son usados informativamente) cual proporciona la base de cada in- del movimiento, por la cual la mate-
cuando se producen los signos en tal terpretación y no a la inversa. Así, ria pasa de un estado de homoge-
forma, que son causa de que alguien la división resultante de los tipos de neidad determinada e incoherente a
actúe como si algo hubiera tenido, discurso debe ser concebida exclusi- un estado de heterogeneidad deter-
tuviera o fuera a tener ciertas carac- vamente en términos semióticos. minada y coherente", la disolución
terísticas. El discurso es valorativo La combinación de los cuatro mo- es desintegración de la materia y
cuando se usan los signos de modo dos con los cuatro usos da lugar a paso de lo coherente a lo incoherente,
que causen un comportamiento pre- dieciséis tipos de discurso que Mo- de la heterogeneidad a la homoge-
ferencial en alguien. El discurso es rris llama mayores (a diferencia de neidad (First Principles, XVII). Así
incitativo cuando se producen los los tipos de discurso formados a base lo admitía también en un principio
signos de suerte que se susciten mo- de la introducción de otros distintos André Lalande, aun reconociendo
dos más o menos específicos de res- signos). Reproducimos en esta página que ambos términos son poco felices.
ponder a algo. El discurso es sisté- la tabla que incluye el mencionado El vocablo 'disolución', decía, en-
mico cuando se producen los signos autor en su Sings, Language, and gaña a la imaginación, pues, opo-
para organizar una conducta que Behavior, 1946, pág. 125. niéndose a la "involución", debería

otros signos tienden a provocar. Cuan- Dos observaciones sobre esta tabla. significar "el abandono del ser que
do los signos de los cuatro tipos son La primera es que el discurso me- se comunica a los otros, que irradia
adecuados se llaman respectivamente tafísico tiene un puesto en la clasi- a su alrededor, que se consume fuera
convincentes (no forzosamente ver- ficación. Es un discurso formativo y de sí". Pero en vez de sugerir imá-
daderos), efectivos, persuasivos y co- sistémico, lo cual significa que tie- genes de generación sugiere imágenes
rrectos. ne como estructura la referencia al desagradables de desintegración y,
Según el modo de significar, el todo y como función la formación u moralmente, de corrupción (La dis-
discurso puede ser designativo, apre- orientación. Pertenece, pues, al nivel solution opposée à l'évolution, 1899,
ciativo, prescriptivo y formativo. Los que Kant llamaba regulativo, y sola- pág. 6). Lalande estudia la idea de
signos que significan en esos modos mente carece de significación cuando disolución, tomándola en sentido fa-
son llamados designadores, apreciado- pretende sustituir a otras formas de vorable, como el paso de lo hetero-
res, prescriptores y formadores. Un discurso (especialmente al designati- géneo a lo homogéneo que tiene
designador es un signo que significa vo-informativo, propio de la ciencia). lugar en los procesos espirituales, so-
características o propiedades-estí- La filosofía no está incluida en el bre todo los de carácter racional,
mulos de objetos-estímulos. Un apre- cuadro, pero ello se debe, según Mo- donde la asimilación parece ser la
ciador es un signo que significa como rris, a que el discurso filosófico com- ley. Por eso posteriormente dicho
si poseyera un status preferencial prende todos los tipos de discurso autor ha indicado que la palabra
para la conducta. Un prescriptor es dominados por el uso sistemático de 'disolución', en la que primitivamente
un signo que significa la exigencia los signos en su comprehensión má- encontraba implicados dos sentidos
de ciertas respuestas-secuencias. Un xima, lo cual es propio no sólo de la fundamentales distintos, es demasiado
formador es un signo que significa metafísica, sino también de otros dis- equívoca; conviene, en su lugar, ha-
cómo algo es significado en un as- cursos. blar de asimilación, pues caracteri-
criptor (el llamado ascriptor es un La segunda es que los discursos zándose la evolución spenceriana por
signo complejo o combinación de sig- mencionados son únicamente ejem- la desintegración, la asimilación alude
nos complejos mediante el cual algo plos (aunque, ciertamente, los más vigorosamente a esa integración que
es significado en el modo identifi- importantes) y que, además, repre- tiene lugar en la vida espiritual, inte-
473
DIS DIS DIS
gración que podrá destruir la me- sido tratados por filósofos del pasado, gue siendo cierto que hay una dife-
canización social y espiritual a que singularmente bajo el concepto de po- rencia entre poseer una propiedad no
conducía la doctrina del autor de los tencia. Aquí nos limitaremos al modo manifestada y la manifestación real
Primeros Principios. como el problema de las disposiciones de esta propiedad. No es menester,
Además de la mencionada obra de y de los términos disposicionales ha sin duda, que la propiedad —la "dis-
André Lalande, véase: Arnold Rey- sido planteado en algunas direccio- posición"— esté oculta. Menos toda-
mond y otros autores, Les doctrines nes de la filosofía contemporánea. vía es menester que sea una propie-
de l'évolution et de l'involution en- Los filósofos que admiten sin más dad —o "disposición"— que se su-
visagées dans leurs conséquences po-
litiques et sociales (Société Fran- el hablar de posibilidades como tales, ponga constituir la realidad misma de
çaise de Philosophie. Sesión del 4- mantienen que los términos disposi- la cosa en cuanto que ésta se mani-
III-1933). Bulletin de la Soc., 1933, cionales designan simplemente ciertas fiesta. Las disposiciones no son nece-
págs. 1-52). cualidades inherentes en un objeto, sariamente "virtudes" o "fuerzas". Las
DISPOSICIÓN, DISPOSICIONAL. aunque no necesariamente manifesta- "disposiciones" pueden ser, y proba-
El término 'disposición' puede usarse das. Así, que un objeto de vidrio sea blemente son, "extensiones" de pro-
en varios sentidos. En uno de ellos, 'frágil' significa que posee cierta cua- piedades reales y "actuales". En este
la disposición es el modo como están lidad: justamente la de ser "frágil". sentido son también propiedades rea-
ordenadas las partes en una totalidad Sin embargo, como semejante "cuali- les y "actuales", pero de distinto gra-
o conjunto. La disposición, dad" parece ser una "cualidad ocul- do de realidad y "actualidad".
dia/qesij, es en este caso un orden, ta", varios filósofos han propuesto DISPUTACIÓN. Según los historia-
tacij. Nos hemos referido a este sustituir los términos disposicionales dores de la filosofía medieval, la
sentido de 'disposición' en el artículo por proposiciones contra-tácticas (véa- disputación (disputatio) surgió como
ORDEN . En otro sentido, la se CONDICIONAL) . Así, decir que un una ampliación de la cuestión (quaes-
disposición es un hábito ( VÉASE ). objeto es frágil equivale, según esos tio) y de la lección (lectio). He aquí
Éste puede entenderse de varios filósofos, a decir que si se dieran las una breve explicación de tal proceso,
modos: como una de las categorías — condiciones adecuadas el objeto en con indicaciones acerca de cada una
especialmente la categoría llamada cuestión se rompería. Sin embargo, se de las citadas formas, y de algunas
"posición", "condición" o "tener" ha reparado en que la indicada tra- otras estrechamente relacionadas con
(véase CATEGORÍA, TENER)—; como ducción lingüística no soluciona todos ellas.
modo de ser de un ente, dispo-sitio los problemas relativos a los términos La lectio era la lectura de textos.
entis; como un hábito (v. ), natural o disposicionales y a las disposiciones En principio, la lectura era "literal"
bien adquirido. Puede hablarse de que designan, o pretenden designar, y neutral. Pero no hay ninguna lec-
varias formas de disposición: esencial, tales términos. Por lo pronto, no es tura completamente neutral; la propia
accidental, activa, pasiva, material, preciso usar términos de cierto tipo entonación destaca unos aspectos y
remota, natural, habitual, etc. Se —'flexible', 'rompible', etc.— que por deja en la penumbra otros. Además,
dice también "estar en una cierta su terminación gramatical sean califi- las dificultades de comprensión de
disposición" en el sentido de "estar cados de "disposicionales" para que algunos pasajes obligan a repetir y a
disponible para algo", pero este último lo sean. En rigor, un término como intentar aclarar el texto. Hugo de San
sentido de 'disposición' se expresa 'duro" es tan disposicional como un Victor (Didascalion, Lib. I, c. 1) de-
mejor con un término como término como 'flexible': que un objeto cía que hay dos cosas que hacen po-
'disponibilidad'. sea duro quiere decir que posee cier- sible la adquisición de la ciencia: una
En el presente artículo nos referi- tas cualidades que revelan, o revela- es la citada lectio; la otra, la medi-
remos especialmente al concepto de rán oportunamente, su dureza. "Se tación (meditatio).
disposición como un predicado —o olvida —ha escrito Popper— que Con ello la meditatio apareció co-
supuesto predicado— de realidades todos los universales son disposiciona- mo una primera ampliación de la
(sobre todo de realidades naturales). les debido al hecho de que pueden lectio. Pero tampoco resultó suficien-
Semejante predicado se atribuye a ser disposicionales en varios "grados" te. Tan pronto como se amplió el nú-
una realidad en el sentido de que se (The Logic of Scientific Discovery mero de los auctores aceptados —"re-
asume que tal realidad podrá oportu- [1959], pág. 424). Así, 'rompible' es cibidos"— para la lectura, se acumu-
namente manifestar este medicado. El disposicional en un grado superior a laron las dificultades. Hubo que
sentido de 'disposición' aquí es similar 'roto'. Pero también 'roto' es disposi- explicar. Un modo de explicación era
a algunos de los sentidos de los cional; en efecto, para saber si algo el que daban los propios "lectores" al
vocablos 'potencia', 'posibilidad' (so- está o no roto hay que determinal glosar el texto por escrito. Pronto el
bre todo 'posibilidad real'), 'fuerza', qué condiciones han tenido que darse texto comprendió no sólo el escrito
etc. de que hemos tratado en los ar- para que se rompiera. Por esta y otras del auctor, sino también las glosas de
tículos POTENCIA y POSIBILIDAD — es- razones puede decirse que el proble- los lectores. Estas glosas podían ser
pecialmente el último de ellos. Pero, ma suscitado por las "disposiciones" "interlineales" o "marginales"; las se-
además, entendemos aquí 'disposición' sigue siendo el problema de las "po- gundas eran menos "fieles" al texto
como una propiedad designada por sibilidades" y de las "potencias". Es que las primeras, y dieron origen a
uno de los términos llamados "dispo- cierto que los enunciados disposicio- la exposición (expositio). Ésta se or-
sicionales": términos como 'rompible', nales pueden ser traducidos de forma ganizó superponiendo a la lectio
'irrompible', 'soluble', 'insoluble', etc. que se transformen en enunciados re- (glosada o no) la explicación de fra-
Se han suscitado en este respecto va- lativos a realidades efectivas. Pero si- ses o litterae y la sentencia (senten-
rios problemas. Algunos de ellos han
474
DIS DIS DIS
tía) por medio de la cual se conse- pugnación en forma silogística. El psicológicos y sociales que no están
guía una verdadera "comprensión del défendons toma entonces el silogismo de acuerdo con una finalidad, que
texto". o silogismos del arguens y procede a se separan de la supuesta admiración
Sobre este tipo de exposición del conceder (concedo o transeat) las pre- de un ser a su "fin". Haeckel ha em-
texto se organizó la quaestio. En sus misas que considera verdaderas, a ne- pleado la disteleología, sobre todo
primeros desarrollos, las quaestiones gar (nego) las que estima falsas y a en su aspecto biológico, como una
eran una manifestación más de la distinguir (distingo) las que juzga am- demostración de que existen el mal y
lectio (entendida como amplia ex- biguas o sólo parcialmente acepta- la imperfección en el mundo, contra
positio). Pero cuando el texto resul- bles. Al distinguirse puede referirse las interpretaciones teleológicas y es-
taba difícil, o se prestaba a diversas la distinción al término medio (M), pecialmente contra la teodicea. Se-
interpretaciones, o bien ofrecía sen- gún Haeckel y sus partidarios, los he-
al sujeto (S) o al predicado (P). Si
tencias contrapuestas de uno o más chos disteleológicos demuestran que
se distingue M, se distingue (dis- la Naturaleza no es una perfección
autores, las quaestiones llegaban a tingo) la premisa mayor, se contra-
organizarse con independencia de la organizada por una inteligencia, sino
distingue (contradistingo) la menor, algo que transcurre de un modo pu-
"lectura". En la quaestio se pregun- y se niega la conclusión. Si se dis-
taba "si -utrum...". Con lo cual las ramente mecánico y que puede des-
tingue S o P, es distinguida sólo la embocar, a menos de una interven-
quaestiones se convirtieron en un "gé-
mayor o sólo la menor; se distingue ción del hombre como conciencia del
nero" distinto e independiente.
también la conclusión. Si es necesario, universo, en un triunfo absoluto del
Durante el siglo XIII se destacó
otro "género", todavía más indepen- se subdistingue (subdistingo). En el mal.
diente: la disputatio. Como lo que se curso de la argumentación intervienen José Ortega y Gasset ("Del opti-
disputaba o discutía era, sin embar- asimismo explicaciones de significa- mismo en Leibniz", Freudengabe für
go, una cuestión, nació la forma de- ción, peticiones de ejemplos, indica- Ernst Robert Curtius zum 14. Apríl
nominada quaestio disputata, de la ción de excepciones en ejemplos, de- 1956, 1956, págs. 152 y sigs.: reimp.
cual tenemos tantos ejemplos en la claración de sofismas y negación de en La idea de principio en Leibniz,
escolástica de los siglos XIII y XIV. supuestos. Las disputaciones pueden 1958, especialmente pág. 426) ha ha-
La disputación podía ser verbal o ser litigiosas (contenciosas), doctrina- blado de una disteleología metafísica
escrita. Como subgénero surgió pronto les o dialécticas; sólo las dos últimas y de una disteleología empírica. Se-
la llamada disputatio quodlibetal, dis- son consideradas como conducentes gún Ortega "si el mal efectivo se jus-
putación quodlibética o quodlibetal. a conocimiento. tifica como evitación de otro mayor,
Su origen se debe al hecho de que Sobre las cuestiones disputadas y estamos obligados a intentar una dis-
en ciertos días se permitía a los au- cuestiones quodlibéticas en Santo To- teleología metafísica, esto es, a repre-
ditores elegir una o varias cuestiones más, véase: A. Portmann, "Die Sys-
tematik in den Quaestiones disputatae sentarnos ese mal posible 'aun mayor'
de cualquier orden. Así se estableció des heiligen Thomas von Aquin", de que el mal menor existente es sín-
la diferencia entre las quaestiones Jahrbuch für Philosophie und spe- toma, en cierto modo, medida. La
disputatae y las quaestiones quodli- kulative Theologie, VI (1892), 48- otra es que al presentamos el sistema
betales. Ejemplo de las primeras son 64, 127-49. — W. Schneider, Die optimista de Leibniz un panorama
las Quaestiones disputatae de verita- Quaestiones disputatae de veritate des del ser en que aparece como constitu-
te, y las Quaestiones disputatae de heiligen Thomas von Aquin in ihrer tivo de éste una dimensión de mal-
malo, de Santo Tomás. Ejemplos de philosophiegeschichtlichen Beziehung
zu Augustinus, 1930 [Beitrüge zur dad, de imperfección, nos hace caer
las segundas son las Quodlibeta, en la cuenta de que falta hasta ahora
de Santo Tomás (en número de Geschichte der Philosophie des Mit-
telalters, XXVII, 3). — B. Jansen, entre las disciplinas intelectuales una
doce) y las Quaestiones de predica- Die Quodlibeta des heiligen Thomas disteleología empírica que debería in-
mentis in divinis, de Jacobo de Vi- von Aquin. Ein Beitrag zu ihrer Wür- vestigar, definir y analizar la imper-
terbo. digung und eine Beurteilung ihrer fección de la Naturaleza".
Hay que tener presente, sin em- Ausgaben, 1912. — P. Mandonnet,
bargo, que las definiciones antedichas "Saint Thomas d'Aquin, créateur de DISTINCIÓN. La idea de distin-
valen sólo para la escolástica clásica. la dispute quodlibétique", Revue des ción se contrapone, por un lado, a la
En Suárez, disputatio designa un sciences philosophiques et théologi- idea de unidad, y por el otro lado a
modo de presentar y solucionar las ques, XV (1926), 477-505; XVI la de confusión. En el primer caso la
grandes cuestiones filosóficas y teo- (1927), 5-38. — V. Cilento, La forma distinción tiene un carácter ontológi-
aristotélica in una "Quaestio" medio- co; en el segundo, un carácter episte-
lógicas por medio de una previa ex- evale, s/f. (1960). — Sobre la litera-
posición y análisis de todas las posi- mológico.
tura quodlibética: P. Glorieux, La Desde el punto de vista epistemo-
ciones adoptadas antes de manifestar littérature quodlibétique de 1260 à
la "verdadera sentencia". 1320, I, 1925 [Bibliothèque thomiste, lógico, la idea de distinción ha sido
En la disputatio escolástica, tal co- 5]; II, 1935 [ibid., 21]. estudiada en el artículo CLARO (v.).
mo se practica todavía oralmente en DISPUTATIO. Véase DISPUTACIÓN, Se ha tratado en este artículo de las
las escuelas que siguen dicha orien- EXPRESIÓN.
llamadas "ideas distintas". Desde el
tación, la discusión se establece en- DISSOI LOGOI. Véase ANONYMUS punto de vista ontológico, la distin-
tre un defendans, que afirma una IAMBLICHI.
ción ha sido tratada con frecuencia
tesis, y un arguens, que la impugna. como una distinción dentro de la uni-
DISTELEOLOGÍA es la ciencia dad y, por lo tanto, como una dife-
El arguens tiene que probar su im- que estudia los hechos biológicos,
475
DIS DIS DIS
rencia dentro de (o, según los casos, distinción. Grosso modo, hay tres pe- distinción: la distinción formal (dis-
contra la) identidad (v.). En este ríodos dentro de la escolástica en lo tinctio formalis) o específica (speci-
sentido, la noción de distinción ha que toca a nuestro problema: hasta fica) y la distinción material (distinc-
desempeñado un papel capital en la Santo Tomás; después de Santo To- tio materiale) o numérica (numerica).
filosofía antigua; muchas de las in- más ( principalmente en F. Mayronis, El fundamento de esta clasificación,
vestigaciones metafísicas y ontológi- In I sent., 1 d. 8 1); y desde Duns que se halla en Santo Tomás, es la
cas de Platón, Aristóteles, los estoicos Escoto. Sin embargo, por razones de noción de especie; la distinción mate-
y los neoplatónicos se hallan funda- simplicidad hablaremos de la idea es- rial es distinción entre especies diver-
das en una cierta concepción de la colástica de la distinción, si bien in- sas; la distinción material es distin-
distinción. Ahora bien, aun en los ca- troduciendo las diversas formas de ción entre elementos (y, últimamente,
sos en que la distinción era entendida ella siguiendo más o menos la historia individuos) de la misma especie.
ontológicamente, tenía asimismo un de este concepto. La más conocida división de tipos
alcance epistemológico (o, si se Común a casi todos los escolásticos de distinción, perceptible ya en Santo
quiere, lógico-epistemológico). En es la idea de que la distinción se Tomás (Cfr., por ejemplo, S. theol., I
efecto, se preguntaba no solamente contrapone a la identidad. La distin- q. XXVIII a 3; De ver., q. 3 a 2, ad
qué es el ser distinto (de otro), sino ción consiste en que un ente no es 3), aceptada por todos los escolásti-
también cómo puede conocerse que otro, es decir, en la carencia de iden- cos y, explícita o implícitamente por
es distinto. En este respecto es im- tidad entre dos o más entes. La dis- muchos autores modernos, es la que
portante la noción de división (VÉASE). tinción es, pues, definida como no se popularizó sobre todo después de
Pero, además, se planteaba la cues- identidad, y a la vez esta última es Santo Tomás: distinción real (realis)
tión de la distinción al preguntarse definida como no distinción o indis- y distinción de razón (rationis), esta
en qué se distinguían los principales tinción. En vista de que estas defini- última llamada también, bien que
conceptos mediante los cuales se apre- ciones son circulares, se ha propuesto impropiamente lógica (lógica). La
hendía la realidad. Por ejemplo, había a veces (por autores no escolásticos) distinción real se refiere a las cosas
que saber cómo, y en qué medida, la comenzar con alguna previa intuición mismas, independientemente de las
forma era distinta de la materia, aun o experiencia o de la unidad o de la operaciones mentales por medio de
cuando ambas se refiriesen, en las distinción. Ahora bien, como tal su- las cuales se efectúan distinciones. Se
entidades compuestas cuando menos, a puesta intuición o experiencia no se- trata aquí de una carencia de identi-
la misma entidad. Uno de los rían suficientes para proporcionar una dad entre varias cosas (o, en general,
problemas más generales que se plan- fundamentación lógica (o lógico-on- entidades) independientemente y pre-
tearon en la filosofía antigua fue el tológica) de ninguna de las dos ideas, cedentemente a toda consideración
de si la unidad es el principio de las se ha concluido que era más razona- mental. Se ha dado como ejemplo de
distinciones o si éstas constituyen de ble aceptar que una se defina en tér- esta distinción la que hay entre alma
alguna manera la unidad. Los neo- minos de la otra y viceversa. y cuerpo, o entre dos individuos. La
platónicos se inclinaron por la primera La distinción es, como han afirmado distinción de razón es la establecida
afirmación, que fue la más influyente algunos escolásticos, una pluralidad. por la sola operación mental, aun
durante la época del helenismo. Sin Dada esta última, cada uno de los cuando no haya en las cosas una dis-
embargo, solamente en la escolástica se entes que la componen debe ser de tinción real. Se ha dado como ejem-
discutieron formalmente, y con detalle algún modo (o en algunos respectos plo de esta distinción la que se lleva
suficiente, las cuestiones que suscita la cuando menos) distinto de los otros a cabo cuando se distingue en el hom-
idea de distinción. Varios autores entes componentes. Ser distinto no bre entre animalidad y racionalidad.
modernos usaron ciertos conceptos significa, empero, hallarse fuera de Los escolásticos se ocuparon mucho
forjados por los escolásticos a este toda relación. Aunque solamente de estas dos formas de distinción,
respecto (por ejemplo, Descartes y hubiese la relación distinto de, ella porque ciertos problemas metafísicos
Spinoza, Cfr. infra), pero consideraron sería suficiente (como ha indicado y teológicos fundamentales requerían
abusivas las múltiples distinciones Bradley con otro propósito) para ad- para su aclaración (y supuesta solu-
escolásticas sobre la distinción. La idea mitir que dos entes en todo distintos ción) una teoría de la distinción. Así,
de distinción, por lo menos en un se hallan relacionados. Lo que se en- por ejemplo, la distinción entre los
sentido general, ha seguido siendo tienda por distinción dependerá en- atributos de Dios (que era común
importante en la filosofía moderna, tonces del modo de relación entre considerar como distinción de razón)
pero o lo ha sido menos que entre entes, o grupos de entes, distintos, y y la diferencia entre esencia y existen-
muchos escolásticos o se ha re- también de la formación del compues- cia entre seres creados (que para al-
lacionado con otras ideas, como las to que contiene entes, o grupos de gunos era tratada como una distinción
de división y clasificación. entes, distintos. Es comprensible, real y para otros como distinción de
Nos referiremos por ello principal- pues, que tan pronto como se comen- razón).
mente a los escolásticos. El vocablo zó a analizar el concepto de distin- Se admitió luego también una di-
'escolásticos' es, por cierto, impropio ción se advirtiera que había que visión de la disolución entre distin-
aquí, porque no todos los escolásticos distinguir entre varios modos de dis- ción modal (modalis) y distinción
concibieron la distinción del mismo tinción. absoluta. La primera se refiere a la
modo y, sobre todo, no todos ellos Una de las primeras doctrinas pro- distinción entre una cosa y su modo
admitieron las mismas formas de la puestas al efecto dentro de la esco- o modos; la segunda se refiere a co-
lástica es la que sugiere dos tipos de sas entre las cuales no hay ninguna
476
DIS DIS DIS
relación entre la cosa o substancia y literatura escolástica: la distinción ac- término 'distinción' (o 'diferencia')
el modo. La distinción modal puede tual formal por la naturaleza de la que tiene una función distinta de las
considerarse como una de las formas cosa (distinctio actualis formalis ex antes enumeradas, aun cuando es po-
de distinción real. Otros modos de natura rei), llamada también escotis- sible que se derive de algunas de
distinción real son: la distinción real ta o simplemente formal. Este tipo de ellas: es el uso en Hegel del vocablo
pura y simple (simpliciter), llamada distinción parece haber sido propuesto Unterschied. Hegel define la distin-
también real-real (o entitativa), la ya por el franciscano Pedro Tomás ción (o diferencia) como "la negati-
distinción propiamente modal, y la (Petrus Thomae, t ca. 1350), quien, vidad que posee en sí la reflexión", y
distinción virtual (virtualis). La dis- según G. G. Bridges (op. cit. infra), habla de una "distinción absoluta o
tinción real pura y simple es la antes fue uno de los primeros "formalistas". distinción en y por sí misma, que es
referida al distinguir entre distinción A diferencia de las distinciones real, la distinción de la esencia" (Logik,
real y distinción de razón. La distin- de razón y modal, la distinción esco- Buch II, Kap. ii, B; Glöckner, IV 515
ción propiamente modal es la que se tista se refiere a una diferencia que y sigs.). La distinción o diferencia se
refiere, según antes apuntamos, a la no se halla en la cosa ni es tampoco encuentra en el propio interior de lo
diferencia entre una cosa y su modo resultado de una mera operación men- que es, y lo que permite entender
o modos (como la distinción entre tal. Esta distinción es formal, por dialécticamente la procesión ( diná-
un cuerpo y su forma; un hombre y distinguir en una realidad dada ele- mica) del ser. Por eso "la misma iden-
su estado; una línea y su clase). La mentos que para la distinción de ra- tidad se descompone (zerfällt) en la
distinción virtual es la que se refiere zón no son distintos. Es real (actual), diferenciación (Verschiedenheit)" (loc.
a la virtud o fuerza residente en una porque se halla en la realidad inde- cit., pág. 517).
cosa que permite transfundirse a otra pendientemente de la operación men- Todos los textos en los que se ex-
(como el alma humana que, siendo tal. Es por la naturaleza de la cosa, pone la filosofía escolástica (y neo-
racional, posee virtudes correspondien- porque una formalidad no incluye la escolástica) tratan de la idea de dis-
tes al principio vital de otros cuerpos otra. Duns Escoto usaba esta distin- tinción y de sus formas. Los textos
ción para tratar el problema de la tomistas (por ejemplo, J. Gredt) aco-
animados ). gen más formas que las que se hallan
También se habla de distinción real relación entre atributos y esencia en originariamente en Santo Tomás, pero
adecuada (adequata) —como la dis- la realidad divina. La distinción es- no admiten necesariamente la distin-
tinción entre dos partes que son, a la cotista media de algún modo entre la ción escotista. Sobre la distinción en
vez, todos— e inadecuada (inadequa- distinción de razón y la real, pues ad- Santo Tomás puede consultarse Gui-
ta) — como la distinción entre un to- mite la posibilidad de incluir en la llermo Termenón Solís, O. F. M., El
do y una de sus partes. definición de un ente completamente concepto de distinción de razón en
En cuanto a la distinción de razón, unitario notas que por un lado pare- Santo Tomás, 1958. — Sobre Pedro
cen idénticas dentro del objeto y por Tomás, Geoffred G. Bridges, O. F.
se introdujo una clasificación que M., Identity and Distinction in Petrus
muchos han considerado básica: la el otro no pueden equipararse entre sí.
Thomae, Ó. F. M., 1959 [Franciscan
distinción de razón raciocinante (dis- Como señalamos antes, parte de la Institute Puclications. Philosophy Se-
tinctio rationis ratiocinantis) y la dis- terminología —y, con ella, de la con- ries, 14]. — Sobre la distinción esco-
tinción de razón raciocinada (distinc- ceptuación— escolástica relativa a la tista: R. P. Symphorien, "La distinc-
tio rationis ratiocinatae). La primera noción de distinción pasó al pensa- tion formelle de Scot et les univer-
es la establecida por la mente en las miento moderno. Descartes habló de saux", en Études Franciscaines (1909)
cosas sin que haya en la realidad fun- "las distinciones" y las clasificó en y sobre todo Maurice J. Grajewski,
damento para hacerla (como cuando real, modal y de razón o pensamiento The Formai Distinction of Duns Sco-
(Princ. Phil, I 60-62). La distinción tus, 1944.
se distingue entre la razón del sujeto
real se halla entre dos o varias subs- DISTRIBUCIÓN. Véase TAUTOLO-
y la del predicado; o cuando, en una
tancias. De la modal hay dos formas: GÍA.
definición completa, consideramos co-
mo distintas la realidad definida y una, la que existe entre el aspecto y DISVALOR. Véase MAL, VALOR.
aquella por la cual se define). La se- la substancia de que depende y que DISYUNCIÓN. Según hemos visto en
gunda es la establecida por la mente diversifica; otra, la que hay entre dos el artículo acerca de la noción de
en cosas no realmente distintas cuan- diferentes aspectos de una misma Conectiva, hay dos conectivas senten-
do hay algún fundamento en la reali- substancia. La de razón o pensamiento ciales que reciben el nombre de dis-
dad para hacerla (como la ya menta- es la que consiste en distinguir yunción (y a veces alternación). Una
da distinción virtual en el alma). entre una substancia y algunos de sus de las conectivas es 'o', simbolizada
El refinamiento en la teoría esco- atributos sin los cuales no puede te- por 'V' y llamada disyunción inclu-
lástica de la distinción alcanzó su cul- nerse de la substancia un conocimiento siva; otra es 'o.. .o', simbolizada por '≠
minación en Duns Escoto, pero no se distinto, o la que consiste en separar ' y llamada disyunción exclusiva.
detuvo en él, puesto que los debates de una misma substancia dos de tales Según ello,
sobre la noción de distinción, de sus atributos, pensando en uno sin pensar pV
formas, y de los modos más propios en el otro. Spinoza (Cog. met., II v) q se lee:
de aplicar estas últimas, continuaron habló también de tres tipos de dis-
tinción: real, modal y de razón, refi- p o q. Ejemplo
hasta la escolástica del siglo XVI (por
ejemplo, en Luis de Molina). Nos li- riéndose en este respecto a Descartes. de 'p V q' puede ser:
mitaremos aquí a un tipo de distin- Concluiremos señalando un uso del Daniel habla o fuma. A
ción de que se habla mucho en la su vez,
477
DIS DIV DOC
p ≠ q se es decir, una de las clases de las DOBLE NEGACIÓN. Véase NEGA-
lee: llamadas proposiciones formalmente CIÓN, TAUTOLOGÍA. DOBLE
Ο p ο q. hipotéticas. Se habla asimismo de jui- VERDAD. Véase VERDAD
Ejemplo de 'p ≠ q' puede ser: cios disyuntivos en tanto que una de DOBLE.
las especies de juicios (véase Juicio)
O Amelia se pone el sombrero o se de relación. En ambos casos se pre-
queda en casa. senta como esquema: DOCTA IGNORANCIA. En varias
La diferencia entre 'o' y 'o. . . o' ocasiones se ha predicado en filosofía
en el lenguaje ordinario se manifiesta P es S o Q o: una ignorancia sapiente. El primer
tanto en español como en otros ejemplo eminente de ello es el de
idiomas. Así, en alemán ('oder' y Sócrates, y su más acabada expresión
P es o S o Q. se halla en la Apología platónica.
'entweder.. .oder'), en inglés ('or'
y 'either. . .or'), en ruso ('ili y Ante sus acusadores, Sócrates mani-
'ñeto.. .ñeto'), en latín ('vel' y 'aut.. DIVISIÓN. La división, διαίρεσις festó que poseía una ciencia superior
.aut'), etc. En muchos de estos (término empleado ya en sentido téc- a todas las de los demás mortales, y
idiomas, sin embargo (y también en nico por Platón), es un concepto que ello no era una presuntuosa afir-
español) se usa a veces la primera central de la lógica clásica. Se trata mación suya, sino una respuesta dada
conjunción para cualquiera de las dos. fundamentalmente de proceder a por el oráculo de Delfos a Cerefón
Ello introduce confusiones. Con el fin una división de los géneros en especies cuando éste le preguntó si había al-
de evitarlas, es común leer: y de las especies en subespe-cies, con guien más sabio por Sócrates. "Nadie
el fin de poder "situar" cada es más sabio que Sócrates", contestó
pVq realidad dentro del 'lugar" lógico que el oráculo. Esta respuesta significaba,
como sigue: le corresponda y hacer posible, por lo según Sócrates, que mientras los de-
p o q ( o a mb os), tanto, su definición en la medida en más creían saber algo, él, Sócrates,
que ésta se haga justamente per gemís reconocía no saber nada. Pero entre
y proximum et dtfferentiam specificam. el conocimiento falso de muchas co-
p ≠q Usualmente se estima que el concepto sas y el conocimiento verdadero de
como sigue: de división, elaborado sobre todo por la propia ignorancia, no cabe duda
Platón y por Aristóteles, no es de que el último es el más sabio.
meramente lógico. Mejor dicho, se Con el "Sólo sé que no sé nada"
p o q (pero no ambos). supone que el concepto lógico Sócrates expresaba, pues, irónicamente
Así, adquiere su significación de un previo una concepción de la sabiduría que
supuesto metafísico, según el cual la posteriormente hizo fortuna: la que
Rosita toca el piano o critica a sus
realidad está ordenada jerár- se expresó con el nombre de docta
amigas:
quicamente de tal suerte, que los ignorantia y de un modo o de otro
o puede entenderse: cortes lógicos efectuados sobre ella significó el rechazo de los falsos
Rosita toca el piano o critica a sus corresponden a su constitución onto- saberes para consagrarse al único sa-
amigas (o ambas cosas), lógica. Los escolásticos, que utilizaron ber considerado como auténtico. Así,
ampliamente la noción de división, la docta ignorantia equivale, ya desde
e n cu yo ca s o e s u n e je mp l o d e señalaron, de todos modos, la nece- Sócrates, a un estado de apertura del
'p V q' o disyunción inclusiva, o pue- sidad de distinguir no sólo entre la alma frente al conocimiento: más que
de entenderse: división lógica y metafísica, sino tam- una posesión, la ignorancia sapiente
Rosita toca el piano o critica a sus bién entre ésta y la división física. es una "disposición".
amigas (pero no ambas cosas), A tal efecto forjaron una teoría de los La propia expresión docta igno-
diferentes tipos de división de acuerdo rantia se halla ya en filósofos de los
en cuyo caso es un ejemplo de 'p con el ente dividido, y de acuerdo con primeros siglos de nuestra era, ante
≠ q' o disyunción exclusiva. el carácter actual, potencial o todo en San Agustín (Epist. 130, c.
En la notación de Lukasiewicz, 'V' accidental de la divisio. Lo funda- 15, n. 28). Éste habló de docta igno-
es representado por la letra 'A' ante- mental en todas las formas de divi- rantia como expresión de una disposi-
puesta a las fórmulas; así 'p V q' se sión es la suposición de que sólo lo ción del alma —disposición docta—
escribe 'A p q'. compuesto puede dividirse y se divide a recibir el espíritu de Dios. En un
Como hemos visto en el artículo o resuelve precisamente en sus ele- sentido parecido habló San Buena-
sobre las Tablas de verdad, la tabla mentos simples. Las llamadas reglas ventura de la docta ignorantia como
para 'p V q' da ves para todos los de la división, por su lado, respon- una disposición del espíritu necesaria
valores de 'p' y 'q' excepto cuando dían a las normas lógicas de la di- para trascender sus propias limitacio-
tanto 'p' como 'q' son falsos. La ta- visión de las nociones y tenían por nes. (Breviloquium, V vi 7: en el "as-
bla para 'p ≠ q' da efes cuando tanto finalidad esencial mostrar las nor- censo" hacia el reino donde reside el
'p' como 'q' son verdaderos y mas lógicas según las cuales se Rex sapientissimus, nuestro espíritu,
cuando tanto 'p' como 'q' son falsos; efectuaban las relaciones entre el todo movido por desiderio ferventisimo, es
en los demás casos la tabla da ves. y los miembros resultantes de la como si se hallara envuelto quadam
En la lógica clásica las proposi- división del todo, así como las re- ignorantia docta). Ahora bien, la ex-
ciones disyuntivas constituyen una laciones entre los miembros divididos presión docta ignorantia es cono-
clase de las proposiciones manifiesta- entre sí. Véase también ÁRBOL DE cida especialmente a través de la in-
mente o (evidentemente) compuestas, PORFIRIO y DEFINICIÓN .

478
DOC DOC DOG
terpretación dada por Nicolás de sanee, 1950, passim, especialmente DOGMATISMO. El sentido en que
Cusa, que escribió sobre el tema su Introducción), dichos rasgos tienen se usa en filosofía el término 'dogma-
más famoso libro (De docta igno- un fundamento único: la aspiración tismo' es distinto del que se usa en
rantia, 1440) y defendió sus doctrinas a recuperar una "experiencia" origi- religión. En esta última el dogmatis-
en el escrito Apologia doctae igno- nal en la que participaron por igual mo es el conjunto de los dogmas, los
rantiae, durante mucho tiempo atri- los "experimentales", los "escépticos", cuales son considerados (en muchas
buida a un discípulo de Nicolás de los "realistas" y los homines religiosi. iglesias cristianas por lo menos, y en
Cusa, pero hoy día considerado como DOCTOR. El título honorífico más particular en el catolicismo) como
de mano del propio Cusano (véase comente dado a muchos de los esco- proposiciones pertenecientes a la pa-
R. Klibansky, "Praefatio editoris" al lásticos —y a algunos místicos— es labra de Dios y propuestas por la
tomo II de Nicolai de Cusa Opera el de doctor seguido de un adjetivo Iglesia. Los dogmas no están necesa-
Omnia, Lipsiae, 1937, pág. V). Según por medio del cual se quiere expre- riamente ligados a un sistema filosó-
Nicolás de Cusa, puede mostrarse que sar la más destacada característica fico, bien que se reconoce que hay
saber, scire, es ignorar, ignorare (De del autor correspondiente. Indicamos sistemas filosóficos opuestos al espí-
docta ignorantia, I, i), pues el saber a continuación algunos de los más ritu del dogma.
comienza sólo cuando un intelecto importantes títulos honoríficos usados. Religiosamente, los dogmas son
"sano y libre" aspira a buscar la Doctor admirabilis (Juan Ruys- usualmente considerados como verda-
verdad según el deseo innato que en broeck); Doctor angelicus o también des. Pero un dogma podría ser falso,
él reside y la aprehende mediante un doctor communis (Santo Tomás de en cuyo caso se trata, como escribe
abrazo amoroso, amoroso amplexu. Lo Aquino); Doctor authenticus (Gre- Santo Tomás, de un dogma perver-
que debe hacerse, ante todo, escribe gorio de Rimini); Doctor breviloquus sum. Filosóficamente, en cambio, el
Nicolás de Cusa, es conocer nuestra (Guiu de Terrena); Doctor christia- vocablo 'dogma', δόγμα, significó pri-
ignorancia; sólo quien sea muy docto nissimus (Juan Gerson); Doctor exi- mitivamente "opinión". Se trataba de
en ella podrá alcanzar la sabiduría mius (Francisco Suárez) ; Doctor fa- una opinión filosófica, esto es, de al-
perfecta (loc. cit.). O también: "la cundus (Pedro de Aureol); Doctor go que se refería a los principios. Por
precisión de la verdad luce fundatissimus (Egidio Romano [Gil eso el término 'dogmático', δογματικός
incomprensiblemente en las tinieblas de Roma]); Doctor illuminatus (Ra- significó "relativo a una doctrina" o
de nuestra ignorancia" (op. Cit., I, món Llull o Lull); Doctor irrefraga- "fundado en principios". Ahora bien,
xxvi). El fin de la docta ignorancia es, bilis (Alejandro de Hales), Doctor los filósofos que insistían demasiado
pues, la sabiduría perfecta de Dios mirabilis (Roger Bacon); Doctor mo- en los principios terminaban por no
como bondad infinita, como dernus o también doctor resolutissi- prestar atención a los hechos o a los
maximum y como unidad suma. La mus (Durando de Saint Pourçain); argumentos — especialmente a los he-
doctrina de Nicolás de Cusa Doctor planus et perspicuus ( Gualte- chos o argumentos que pudieran po-
representó uno de los rasgos del pla- rio Burleigh); Doctor seraphicus (San ner en duda tales principios. Tales
tonismo cristiano, particularmente en Buenaventura); Doctor solemnis (Enri- filósofos no consagraban su actividad
la forma en que fue desarrollado du- que de Gante); Doctor solidus (Ricardo a la observación o al examen, sino a
rante el Renacimiento. De él partici- de Mediavilla o de Middleton); Doctor la afirmación. Fueron llamados por
paron inclusive escépticos como Mon- subtilis (Juan Duns Escoto); Doctor ello "filósofos dogmáticos", δογματικοί
taigne y Francisco Sánchez. Pero universalis (Alberto Magno y también φιλόσοφοι, a diferencia de los "filó-
mientras el Cusano tendía a la teo- Alano de Lille). Se ha propuesto lla- sofos examinadores" o "escépticos"
logía negativa, a un "saber" último mar a Balmes doctor humanus. (v. ESCÉPTICOS para el significado
inexpresable mediante el lenguaje na- A todos los autores citados se han originario de 'escéptico' y sus varieda-
tural, los segundos se preocupaban dedicado artículos especiales. Otros des) (Sexto, Hyp. Pyrr. III 56). Se
más bien de la necesidad de descar- títulos honoríficos usados son: Doc- habló por ello también de escuela
garse del fárrago de saberes inútiles tor dulcifluus (Antonio André), Doc- dogmática, dogmatikh\ ai)resij, esto
transmitidos, con el fin de compren- tor ecstaticus (Dionisio el Cartujo es, la que propugnaba no el
der mejor al hombre y la Naturaleza. [al cual nos referimos al final del ar- escepticismo (en cuanto examen libre
Uno y otros, sin embargo, coincidían tículo sobre Juan Ruysbroeck] ) ; Doc- de prejuicios), sino el dogmatismo.
en el afán por alcanzar un conoci- tor succintus (Francisco de Marcia). El sentido de los términos 'dogma',
miento "directo" y, sobre todo, en A veces se han usado otros títulos 'dogmático' y "dogmatismo', aun con-
el hecho de subrayar la superioridad honoríficos. He aquí algunos de los finándose a la filosofía, no es, sin
del proceso de adquisición y "con- más conocidos: Commentator (Ave- embargo, simple. Ejemplo de varie-
quista" del saber sobre su mera trans- rroes); Monachus albus (Juan de dad en el uso dentro de un solo filó-
misión: el saber que se hace es supe- Mirecourt); Philosophus teutonicus sofo lo hallamos en Kant. Éste recha-
rior al saber "hecho", la disposición (Jacob Böhme); Praeceptor Germa- za que se pueda establecer lo que
al conocimiento es superior al cono- niae (Rabano Mauro); Venerabilis llama "una metafísica dogmática", y
cimiento. La doctrina de la docta ig- Inceptor (Guillermo de Occam). propone en vez de ello una "crítica
norancia ofrece, así, a la vez rasgos Agreguemos que en muchos textos de la razón". Por otro lado declara
místicos y experimentales. Sin em- escolásticos. Aristóteles es designado que todas las proposiciones apodícti-
bargo, como lo ha mostrado Hiram simplemente como philosophus. cas, tanto si son demostrables como si
Haydn en su libro sobre el Contra- DOGMA, DOGMÁTICO. Véase son inmediatamente evidentes, pue-
Renacimiento (The Counter-Renais- DOGMATISMO.
479
DOG DOM DOM
den dividirse en dogmata y mathema- crítica de Hume, opone la crítica arcediano de Segovia, residió duran-
ta. Un "dogma" es, según ello, una de la razón pura al dogmatismo en te largos años en Toledo donde fue
proposición sintética derivada directa- metafísica. Mas "la crítica —escribe uno de los más destacados traductores
mente de conceptos, a diferencia de Kant— no se opone al procedimiento de la llamada Escuela de Traductores
un "mathema", o proposición sintéti- dogmático de la razón en su cono- (VÉASE) de Toledo. En colaboración
ca obtenida mediante construcción de cimiento puro, como ciencia (pues con Abendaud tradujo el tratado
conceptos (K. r. V., A 736, Β 764). tiene siempre que ser dogmática, es sobre el alma de Avicena y en
Sin embargo, puede decirse que, en decir, tiene que ser rigurosamente de- colaboración con un llamado Juan la
general, Kant usa el vocablo 'dogma- mostrativa, por medio de principios Lógica y la Metafísica de Algazel y la
tismo', a diferencia de la expresión fijos a priori), sino al dogmatismo, Fons Vitae de Avicebrón. Se le supone
'procedimiento dogmático' (véase in- esto es, a la pretensión de avanzar asimismo traductor de la Metafísica
fra), en mala parte, y ésta es la que con un conocimiento puro formado de Avicena, de varios tratados de
se ha transmitido hasta nosotros en el de conceptos". "Dogmatismo es, pues, Alfarabi y de algunos escritos de
campo filosófico. el procedimiento dogmático de la ra- Alkindi y de Isaac Israeli. Sin embargo,
Examinaremos aquí la noción de zón pura sin una previa crítica de Domingo Gundisalvo no fue solamente
dogmatismo especialmente en la teoría su propio poder" (K. r. V., Β un traductor; usando las fuentes
del conocimiento. El dogmatismo se XXXV). La oposición entre el aristotélicas, neoplatónicas árabes y
entiende principalmente en tres dogmatismo y el escepticismo cobra agustinianas, así como escritos de
sentidos: (1) Como la posición propia un sentido distinto en Comte, cuando Boecio, San Isidoro de Sevilla y Beda
del realismo ingenuo, que admite no considera estas dos actitudes no sólo el Venerable, nuestro autor presentó en
sólo la posibilidad de conocer las cosas como posiciones ante el problema del varias obras originales un conjunto
en su ser verdadero (o en sí), sino conocimiento, sino como formas filosófico notablemente amplio y
también la efectividad de este últimas de vida humana. La vida consistente y en todo caso
conocimiento en el trato diario y di- humana puede existir, en efecto, en grandemente influyente sobre los es-
recto con las cosas. (2) Como la con- estado dogmático o en estado colásticos posteriores de la Edad Me-
fianza absoluta en un órgano deter- escéptico, que no es más que un dia. Importante en su contribución es
minado de conocimiento (o supuesto tránsito de un dogmatismo anterior a su clasificación de las ciencias a que
conocimiento), principalmente la ra- un dogmatismo nuevo. "El dogmatismo nos hemos referido en el artículo co-
zón. (3) Como la completa sumisión —afirma Comte— es el estado normal rrespondiente (véase CIENCIAS [CLA-
sin examen personal a unos principios de la inteligencia humana, aquel hacia SIFICACIÓN DE LAS]). También con-
o a la autoridad que los impone o re- el cual tiende, por su naturaleza, de tribuyó grandemente a la elaboración
vela. En filosofía se entiende general- manera continua y en todos los gé- de la metafísica, estableciendo, a
mente el dogmatismo como una actitud neros, inclusive cuando parece apar- base del aristotelismo y del neopla-
adoptada en el problema de la tarse más de ellos, porque el escep- tonismo, una gradación de los seres
posibilidad del conocimiento, y, por ticismo no es sino un estado de fundada en la concepción del primer
lo tanto, comprende las dos primeras crisis, resultado inevitable del inte- ser o Dios como pura forma y de los
acepciones. Sin embargo, la ausencia rregno intelectual que sobreviene ne- demás en tanto que compuestos, en
del examen crítico se revela tam- cesariamente todas las veces que el distintos grados, de materia y forma.
bién en ciertas formas tajantes de es- espíritu humano está llamado a cam- La influencia de Avicena y de Avi-
cepticismo y por eso se dice que ciertos biar de doctrinas y, al mismo tiempo, cebrón se manifiesta especialmente
escépticos son, a su modo, dogmáticos. medio indispensable empleado, ya sea en el tratado de Domingo Gundisalvo
El dogmatismo absoluto del realismo por el individuo o por la especie, sobre el origen del mundo, donde se
ingenuo no existe propiamente en la para permitir la transición de un dog- combina la doctrina cristiana de la
filosofía, que comienza siempre con matismo a otro, lo que constituye creación con el uso de algunos
la pregunta acerca del ser verdadero la única utilidad fundamental de la conceptos derivados de la teoría de
y, por lo tanto, busca este ser duda" (Primeros Ensayos, trad. esp., la emanación. Análogo sincretismo se
mediante un examen crítico de la 1942, pág. 270). El hombre necesita, revela en el tratado sobre la inmor-
apariencia. Tal sucede no solamente según ello, vivir confiado o, como dirá talidad del alma, donde los argumentos
en el llamado dogmatismo de los posteriormente Ortega, estar en alguna platónicos y los aristotélicos son usados
primeros pensadores griegos, sino creencia radical; por lo tanto, lo juntamente para el mismo propósito
también en el dogmatismo racionalista intelectual no puede penetrar de punta fundamental. Uno de los rasgos
del siglo XVII, que desemboca en una a punta la vida humana si no quiere característicos de los escritos de
gran confianza en la razón, pero provocarse una disolución de la Domingo Gundisalvo, y uno de los
después de haberla sometido a examen. misma. Como Comte dice, "es a la ac- que más contribuyeron a la influencia
Como posición gnoseológica, el ción a la que está llamada en lo esen- ejercida por el filósofo, es la pre-
dogmatismo se opone al criticismo más cial la totalidad del género humano, sentación de algunas tesis en fórmu-
bien que al escepticismo. Esta salvo una imperceptible fracción prin- las precisas y susceptibles de ulterior
oposición entre el dogmatismo y el cipalmente consagrada por su natura- desarrollo y comentario; éstas son
criticismo ha sido subrayada leza a la contemplación" (op. cit.). especialmente evidentes en las partes
especialmente por Kant, quien, al DOMINGO GUNDISALVO, Domi- de sus obras en las que se funda-
proclamar su despertar del "sueño nic Gundisalvi, Dominicus Gundis- mentan nociones metafísicas (u onto-
dogmático" por obra de la salinus, Domingo González (fl. 1150), lógicas) y psicológicas.
480
DON
del ultramontanismo, representando
en España un papel análogo al que
desempeñaron Joseph de Maistre y
Louis de Bonald en Francia, o inclu-
sive Joseph Görres en Prusia. Sus
ideas, expresadas sistemáticamente en
el Ensayo sobre el catolicismo, el libe-
ralismo y el socialismo, se centraron
en torno a las afirmaciones siguien-
tes: La política depende de la teolo-
gía. El proceso de secularización de
la Edad Moderna es un error gigan-
tesco, engendrado por el orgullo. El
hombre se ha creído suficiente; se ha
desligado de su divina fuente y ha
producido la serie de las revoluciones.
Dios es el Alfa y el Omega de todas
las cosas; una política secular es un
contrasentido. La verdadera teología
es la católica. Por lo tanto, el catoli-
cismo es la civilización. El dogma ca-
tólico no es uno junto a otros, como
creen los modernos; es el único ver-
dadero y está depositado en k Igle-
sia. Siendo ésta infalible, no puede
tolerar el error. Tal idea está basada
en una argumentación dialéctica ( En-
sayo, Lib. I, cap. iii) que, junto con
la afirmación y demostración de que
hay "secretas analogías entre las per-
turbaciones físicas y las morales, de-
rivadas todas de k libertad humana"
(op. cit., Libro II, cap. v), constituye
lo más original en el pensamiento
político-filosófico-teológico de Dono-
so. Hemos reproducido sus argumen-
tos respecto al primer punto en el ar-
tículo TOLERANCIA. En cuanto al se-
gundo, se basa en k crítica de que
lo visible se explica sólo por lo visible,
y lo natural por lo natural (op. cit.,
Libro I, cap. vii); tan pronto como
vemos en lo sobrenatural el funda-
mento de lo natural, admitimos que
k concupiscencia de la carne y el
orgullo del espíritu son lo mismo: el
pecado. Éste culmina en la preten-
dida deificación del hombre por sí
DONOSO CORTÉS (JUAN), Mar- mismo — consecuencia de k nega-
qués de Valdegamas (1809-1853), ción de un Dios trascendente. Pero
nacido en el Valle de k Serena (Ex- esta deificación no destruye el orden
tremadura), se distinguió como po- moral y físico perfecto instituido por
lítico, escritor, orador y diplomáticoDios. La negación de tal orden es,
(Ministro Plenipotenciario en Berlín pues, vana; su única consecuencia es
en 1849; Embajador en París en hacer más pesado el yugo del hom-
1853). Representó en la acción el ala bre por medio de las catástrofes, 'las
derecha de los cristinos e isabelinos,cuales se proporcionan siempre a las
pero en la teoría k defensa de los negaciones" (op. cit., Conclusión ). DOXÓGRAFOS. En Filosofía (His-
principios de los carlistas. Después de toria de la) ( VÉASE ) nos hemos refe-
una primera época en la que estuvo La primera edición del Ensayo apa- rido a ciertas fuentes para el estudio
próximo a las tesis del liberalismo reció simultáneamente en español de la historia de la filosofía griega.
doctrinario, se "convirtió" en paladín (Madrid, 1851) y en traducción fran-
cesa (París, 1851). La obra se di- Más información al respecto se halla
481
DOX DOX DOX
al comienzo de la bibliografía del ar- modos de presentar la historia de la A las obras citadas pueden agre-
tículo Filosofía griega (v. ). Aquí re- filosofía que de alguna manera han garse otras "fuentes doxográficas". Se
capitularemos y ampliaremos las in- subsistido hasta la fecha: por "proble- encu entran doxografías en Varrón
formaciones proporcionadas en dichos mas"; por "autores" y por "escuelas". (que se basó en parte en las Vetusta
artículos con respecto a la llamada Excluimos aquí las meras "cronogra- Placita), en Cicerón, en Plutarco, en
tradición doxográfica. fías" (corno la Chronica, de Apolo- las No ctae Atticae de Au lo Gelio,
Esta tradición es la de los "doxó- doro, basada en parte en la Chrono- en Sexto el Empírico y en varios co-
grafos", término que significa "compi- graphia de Eratóstenes de Cirene), mentaristas (por ejemplo, en el ya
ladores de opiniones" (de do/cai = p orqu e se trata, d esde el pu nto d e citado Simplicio). Importantes son los
'opiniones', y también 'tesis', 'doctri- vista de la historia de la filosofía, de Philosophoumena de la Refutación de
na') — se entiende, de "opiniones de meras "obras auxiliares". En efecto, todas las herejías de Hipólito ( VÉASE)
otros autores". Además del vocablo en las Crónicas y Cronografías hay —basada en gran parte en Teofras-
do/ c ai , se usó también el término: a( simplemente listas de filósofos (orga- to— y diversos fragmentos que se
a(re/skonta (= 'los preceptos'), que se nizadas por escuelas o sectas) de atribuyeron a Plutarco y que son lla-
transformó en latín en placita. a cu er d o con las su p u es tas fechas mados Stromateis pseudo-plutarquia-
Se debe a Hermann Diels la pri- de nacimiento de los autores — se nos. Estos fragmentos han sido con-
mera y todavía la más importante supone que la fecha de nacimiento servados en la Praeparatio evangelica
clasificación del material doxográfico, tuvo lu gar cuarenta años antes d el de Euseb io ( VÉ ASE ).
así como un estudio fundamental de acme o el floruit ( "florecimiento" ) del Aunque la compilación de Teofras-
la tradición doxográfica. Para la edi- filósofo. El acme en cuestión está to puede seguir siendo considerada
ción de Diels y ediciones de otros tex- correlacionado con un acontecimiento como "fundamento de la tradición
tos a que nos referiremos luego, véase importante, o considerado importante. doxográfica", ello no significa que to-
bibliografía. Dentro de las obras o doxografías das las compilaciones de esta tradición
El fundamento de la tradición do- qu e h emos lla mad o "d o ctr ina les " procedan directa o indirectamente de
xográfica son los 16 (o 18) libros —las que siguen, pues, el método de Teofrasto. Hubo numerosos trabajos
fusikw= n do/ c ai, de las opiniones de presentación según temas o problemas doxográficos y biográficos producidos
los físicos (en el sentido aristotélico adoptado por Teofrasto— se halla una independientemente de Teofrasto; en
de 'físicos' [véase FÍSICA ] ) de Teo- recopilación a la que Diels dio el algun os se basaron qu izá partes de
frasto; esta obra se cita en latín como nombre de Vetusta Placita. Esta com- las doxografías de autores como Plu-
De physicorum placitis. De la misma pilación (perdida) fue redactada al tarco y San Clemente de Alejandría.
obra (perdida) se hicieron dos libros: parecer por un discípulo de Posidonio
el primero, titulado Sobre los princi- ( VÉASE ) durante el siglo I. Contenía
pios materiales, y el segundo titulado no sólo "opiniones" de autores hasta
Sobre la sensación. Del primer libro Teofrasto, sino también de filósofos
quedan varios extractos conservados peripatéticos, estoicos y epicúreos. Los
por Simplicio en sus comentarios a la Vetusta Placita constituyeron la base
Física (a "los libros de los físicos") de la compilación de Aecio ( VÉASE ),
de Aristóteles. Simplicio tomó varios las Aetii Placita. A su vez, la compi-
de tales extractos de los comentarios lación de Aecio constituyó la base de
(perdidos) de Alejandro de Afrodisia las dos doxografías más importantes
( VÉASE). El segundo libro se ha con- que han llegado hasta nosotros: el
servado en gran parte. Epitome o Placita philosophorum, del
Después de Teofrasto, y basándose Pseudo-Plutarco ( VÉASE ) —y que se
en gran parte en su compilación, hay atribuyó, pues, a Plutarco— y los
una serie de colecciones o doxografías. "Extractos" (Eclogae) contenidos en
Pueden clasificarse del siguiente mo- la "Antología" o Florilegium, de Juan
do: (1) obras doctrinales; (2) obras d e Stob i o Estob eo ( V É ASE ).
biográficas; (3) "su cesion es". Las Entre las obras o doxografías bio-
obras doctrinales consisten en compi- gráficas destaca la de Diógenes Laer-
lacion es de acuerd o con temas, en cio ( V É ASE ), en la qu e se recogen ,
cada uno de los cuales se indican las con frecuencia sin cuidado y casi siem-
opiniones de varios autores. Las obras pre sin crítica, informaciones propor-
biográficas consisten en compilacio- cionadas por numerosos historiadores y
nes de opiniones de acuerdo con los biógrafos de la época alejandrina.
autores. Las "sucesiones" consisten en En cuanto a las "sucesiones", nos
compilaciones de opiniones de acuer- hemos referido a ellas en el artículo
do con las "sucesiones" de autores en Diádocos (véase también ESCOLARCA).
varias escu elas. Algunas veces las La más imp ortante obra al resp ecto
obras biográficas están asimismo or- es la de Soción de Alejandría ( VÉASE ).
ganizadas por escuelas o "sectas". De ella procede la distinción clásica
Esta división puede considerarse entre la escuela de los jónicos ( VÉASE )
como el fundamento de tres grandes y la d e los itálicos (v.).
482
DRA DRI DRI
DRAOMA. Véase IDEOMA. substancia individualizante, nos ha- solutas, y ello tanto más cuanto más
DRIESCH (HANS) (1867-1941) llamos, supone Driesch, ante el prin- se aproxima lo posible a lo real y
nac. en Kreuznach, estudió, entre cipio mismo del mencionado primado más implicada está en una posibilidad
otros lugares, en Jena, con Ernst de la causalidad total y de la estruc- lo que ella tenga de realidad.
Haeckel, trabajó en investigaciones tura. La entelequia no es entonces
zoológicas y biológicas en diversas una substancia misteriosa, situada en
instituciones (Nápoles, Trieste), pro- el mismo plano del acontecer físico-
fesó en Aberdeen (Gifford Lectures químico, pero destinada a dominar
de 1907-08), en Heidelberg (1909- este acontecer, sino una realidad in-
20) y, finalmente, en Colonia y Leip- traducibie al lenguaje de los procesos
zig. Bien pronto, sin embargo, sus inferiores, porque su función capital
intereses biológicos se desplazaron es la de la dirección y la de la sus-
hacia la filosofía, la cual, por otro pensión. Con esto se distingue el
lado, no fue en gran parte sino la vitalismo de Driesch del vitalismo
traducción conceptual de sus expe- "clásico". Pero, además, la concep-
rimentos y reflexiones en el campo ción individualizante y causal-total
de las ciencias naturales. Las expe- de la entelequia no es, según Driesch,
riencias realizadas con las células de una simple hipótesis de filosofía bio-
la gástrula de un erizo de mar (que lógica, sino un principio de teoría
al ser divididas no dieron origen a del conocimiento. Ahora bien, esta
organismos parciales, sino que repro- teoría del conocimiento que, unida a
dujeron, en menor tamaño, el orga- una lógica, forma la "teoría del or-
nismo entero) le convencieron de un den", intenta solucionar el dualismo
principio que ha llegado a ser básico de materia y vida, de parte y todo, de
de toda su filosofía: el de que la energía y entelequia supuesto en la
experiencia misma y no simplemente filosofía natural mediante una con-
una reflexión apoyada sobre supuestos cepción del orden como algo "pues-
metafísicos obliga a rechazar el to". Aun cuando el hecho del "poner"
mecanicismo. En la oposición con- no debe ser interpretado en un sen-
temporánea entre mecanicismo y vita- tido idealista, el orden puesto coincide,
lismo —ante todo en la biología, sin embargo, con el orden "intuido",
pero luego en la interpretación total de tal modo que un idealismo
de la realidad—, Driesch ha sido fenomenológico no puede ser entera-
uno de los principales y más constan- mente descartado en su filosofía. Mas
tes adalides del segundo. Para ello este poner en tanto que tener con-
era necesario, sin embargo, hacer ciencia de la ordenación de algo
algo más que mostrar la sumisión supera, en la posterior "teoría de la
de los procesos orgánicos a un des- realidad", cualquier tendencia que
arrollo no mecánico; precisaba forjar pudiese manifestarse hacia un subje-
filosóficamente diversos conceptos que tivismo gnoseológico o metafísico. El
permitieran entender la forma de tales examen de los elementos de la lógica
procesos. De este modo llegó Driesch y de la teoría del conocimiento con-
a la elaboración filosófica de los duce, por lo tanto, a una considera-
conceptos de totalidad, de causalidad ción metafísica que no será de este
total y de entelequia. En lo que modo una especulación romántica,
toca al primero, el primado de la sino algo parecido a una "metafísica
totalidad se muestra por medio de inductiva". Pues las conclusiones me-
la existencia de los sistemas "ar- tafísicas de la "teoría de la realidad"
mónico-equipotenciales" en los cuales serán en todos los casos meramente
el todo está contenido, por así de- hipotéticas, y lo único que tendrán
cirlo, en la "parte" (que no será ya de bien fundado será lo que coincida
parte, sino germen). En lo que res- con los marcos de la "teoría del
pecta al segundo, la causalidad de orden" y de las formas posibles de or-
totalidad (Ganzheitskausalität), lla- denación. El carácter absoluto de los
mada también "causalidad entele- objetos tratados por la teoría de la
quial", engloba en su seno la causa- realidad —a diferencia del carácter
lidad mecánica, un poco al modo fenoménico de los objetos analizados
como en el idealismo teleológico, en la teoría del orden— no significa,
tal como fue defendido por Lotze, la empero, que su realidad sea mayor
teología es a un tiempo la cobertura que la de los objetos "puestos" y
y la base del mecanismo. Respecto a "ordenados"; significa simplemente
la entelequia ( VÉASE ), en tanto que que sus posibilidades pueden ser ab-
483
DU DUA
malidad pertenece al razonamiento, la Naturaleza y sobre "los siete enig-
pero no a los conceptos usados en el mas del mundo". Estos enigmas (de
mismo. En la psicología Drobisch se los que habló luego Ernst Haeckel
orientó hacia la fundamentación y [VÉASE] son: 1. La esencia de la ma-
desarrollo de una teoría general de teria y de la energía; 2. El origen del
las representaciones tratada por medio movimiento. 3. El origen de la vida;
de la matemática. Según Drobisch, 4. La finalidad de la Naturaleza; 5.
la psicología matemática desempeña El origen de la sensibilidad; 6. El
con respecto a los fenómenos psico- origen del pensamiento y del lengua-
lógicos el mismo papel fundamental je; 7. El problema del libre albedrío.
que desempeñan la geometría y la Du Bois-Reymond llevó el agnoticis-
mecánica con respecto a los fenóme- mo científico al extremo al proclamar,
nos físicos. Así, la psicología no es en frase célebre, de algunos de estos
para Drobisch ni una mera especu- enigmas que no solamente ignoramos,
lación ni una simple colección de he- sino que siempre ignoraremos: igno-
chos empíricos, sino una elaboración ramus et ignorabimus.
científica de estos últimos. Las dos conferencias mencionadas
se titulan: Über die Grenzen der Na-
turerkennens, 1873 (numerosísimas
ediciones) y Die sieben Welträtsel,
1882 (numerosísimas ediciones). —
Otras obras de Du Bois-Reymond:
Untersuchungen über tierische Elek-
trizität. I, 1848; II, 1, 1849; II, 2,
1860. — Reden, 2 vols., 1885-87, 2a
ed., 1912. — Vorlesungen über die
Physik des organischen Stoffwechsels,
1900. — Über Neovitalismus, 1913,
ed. Metze. — Véase Boruttau, E. du
B.-R., 1922.
DU VAIR (GUILLAUME) (1556-
1621) nac. en París, obispo de Li-
sieux, fue, con Justus Lipsius, uno de
los más destacados neoestoicos moder-
nos. A diferencia de la atención que,
dentro del predominio de lo práctico-
moral, prestó Lipsius a los aspectos
teóricos del estoicismo, Du Vair se
concentró casi exclusivamente en la
filosofía moral. De hecho, su estoicis-
mo fue en la mayor parte de las oca-
siones una interpretación de las má-
ximas morales de los estoicos (par-
ticularmente de Epicteto) por medio
del cristianismo. Pueden encontrarse
asimismo en sus pensamientos, espe-
cialmente en los de la última fase de
su vida, rasgos platónicos.

DROBISCH (MORITZ WILHELM)


(1802-1896) nac. en Leipzig, profe- Obras: Sainte Philosophie, 1603;
ed. anotada por G. Michaud, 1946. —
sor desde 1842 en Leipzig, fue uno La philosophie morale des Stoïques
de los más destacados miembros de publicada poco después de la apari-
la escuela de Herbart ( VÉASE). Dro- ción, en 1585, de la traducción del
bisch se distinguió por sus trabajos Manual, de Epicteto. — Constance,
en lógica y psicología. La lógica de 1594. — Cartas: Lettres inédites de
Drobisch es al mismo tiempo una Du Vair, por Tamizey de Larroque,
ontología en cuanto el autor identifica 1876. — Véase M. R. Radouant, G.
DU BOIS-REYMOND (EMIL) du Vair, l'homme et l'orateur, 1909.
las formas del pensamiento con las (1818-1896) nac. en Berlín, profesor — L. Zanta, La Renaissance du Stoï-
formas del ser. Por este motivo la (desde 1858) de fisiología en la Uni- cisme au XVIe siècle, 1914 (Parte III,
lógica no puede ser enteramente for- versidad de Berlín, suscitó numerosas Caps, v-viii).
mal, a menos que 'formal' sea enten- polémicas en el mundo científico y DUALISMO. Según Rudolf Euc-
dido como 'lo que pertenece a los filosófico alemán por sus conferencias ken el vocablo 'dualismo' fue em-
principios'; en todo caso, la pura for- sobre los límites del conocimiento de pleado primeramente por Thomas
DUA DUA DUC
Hyde en su Historia religionis vete- y el mal, la Naturaleza y la gracia), El dualismo aquí referido es un "cli-
rum Persarum, 1700 (Cap. IX, pá- gnoseológico (sujeto y objeto), reli- ma" filosófico concreto que unifica
gina 164) para designar el dualismo gioso, etc. Sin embargo, se llama más diversas corrientes filosóficas de una
de Ormuz y Arimán; esta misma sig- bien dualista a toda doctrina meta- cierta época.
nificación tenía todavía en Bayle física que supone la existencia de dos G. Portig, Die Grundzüge der mo-
(Dictionnaire historique et critique, principios o realidades irreductibles nistischen und dualistischen Weltan-
art. Zoroastre) y en Leibniz (Theod., entre sí y no subordinables, que sir- schauung, 1904. — L. Stein, Dualis-
ven para la explicación del universo. mus oder Monismus, 1909. — M. Ste-
II, 144, 149). Sólo con Wolff apa- fanescu, Le dualisme logique, 1909.
rece un significado estrictamente fi- En verdad, esta última doctrina es — E. Nobile, Dualismo e religione,
losófico, al utilizar 'dualismo' como la que se considera dualista por 1922. — Id., id., Il dualismo nella
algo contrario a 'monismo'. Para excelencia. Los múltiples dualismos filosofía. Sua ragione eterna e sue sto-
Wolff, en efecto (Psychologia ratio· que pueden manifestarse en las teo- riche vicissitudini, 2a ed., 1935. —
nalis, 1734, § 34), son dualistas los rías filosóficas —como el llamado Filipina d'Arcangelo, Il dualismo kan-
que afirman la existencia de dos subs- dualismo aristotélico de la forma y tiano ed i suoi vari tentativi per supe-
de la materia o el dualismo kan- rarlo, 1933. — Giovanni Bianca, Il
tancias, la material y la espiritual, a dualismo di spirito e realtà nell'idea-
diferencia de los monistas, que no tiano de necesidad y libertad, de lismo moderno 1935. — Simone Pé-
admiten más que una. Distinto, en fenómeno y noúmeno— no lo son sino trement, Le dualisme dans l'histoire
cambio, es el sentido en que el tér- en la medida en que se interpretan de la philosophie et des religions,
mino fue empleado por Kant, al los términos opuestos de un modo 1946. — Id., id., Le dualisme chez
llamar dualistas (Das Ende der Din- absolutamente realista y aun se les Platon, les gnostiques et les mani-
ge, 1794) a los que admitían que da un cierto tinte valorativo. Sólo chéens, 1947.
sólo un pequeño número de elegidos desde este punto de vista podemos DUCASSE (CURT JOHN) nac.
se salvan, contrariamente a lo que decir que el dualismo se opone al (1881) en Francia, se trasladó a los
predicaban los unitarios. El signifi- monismo, que no predica la subor- Estados Unidos, profesando durante
cado filosófico, tal como fue utilizado dinación de unas realidades a otras, muchos años en Brown University
por Wolff, es el que predominó a sino que tiende constantemente a la (Providence, Rhode Island). Ducasse
la larga, tanto más cuanto que con los identificación de los opuestos mediante se ha interesado por el problema del
vocablos 'dualismo' y 'monismo' se la subsunción de los mismos en un objeto y método de la filosofía, exa-
caracterizaban posiciones muy fun- orden o principio superior. minando las diversas tesis fundamen-
damentales en el problema de la re- La contraposición del dualismo con tales que se han ofrecido a este res-
lación alma-cuerpo, de tan amplias el monismo parece ser de tal ma- pecto y proponiendo una idea de la
resonancias en la filosofía moderna nera absoluta, que cuando se trata filosofía como un conjunto, sistemáti-
a partir de Descartes. Así, Descartes de acogerse a una de las dos doc- camente articulado, de evaluaciones o
es caracterizado como francamente trinas no se encuentra otra posibilidad apreciaciones (appraisals) de ciertas
dualista, en tanto que Spinoza re- de orientación que esa misma proposiciones. La filosofía se ocupa de
presenta el caso más extremado decisión suprema a que se refería saber lo que se quiere decir cuando
de monismo. Sólo la posterior gene- Fichte. Sin embargo, sería ilegítimo se formulan ciertos juicios de carác-
ralización del significado del término establecer una comparación de las ter general, pero aunque la actividad
ha hecho que 'dualismo' significara, doctrinas filosóficas basándose sola- filosófica es primariamente "lingüís-
en general, toda contraposición de dos mente en su pertenencia al dualis- tica" o conceptual se refiere a expre-
tendencias irreductibles entre sí. Desde mo o al monismo. Esto se advierte siones o conceptos que pretenden
este punto de vista, pueden entenderse sobre todo en la cuestión del dua- enunciar algo acerca de la realidad.
como dualistas varias doctrinas lismo materia-espíritu, dualismo que Ducasse se ha ocupado asimismo ex-
filosóficas fundamentales: la filosofía ha dado origen, sobre todo en el cur- tensamente del problema de la natu-
pitagórica, que opone lo perfecto a so de la época moderna, a numero- raleza del espíritu (mind) y de la
lo imperfecto, lo limitado a lo ilimi- sas soluciones. Cada una de éstas cuestión de su relación con el cuerpo.
tado, lo masculino a lo femenino, etc., comprende direcciones filosóficas de Aunque ha sometido a crítica las
y hace de estas oposiciones los prin- la más diversa índole; dualismo y ideas de sobrevivencia, ha intentado
cipios de la formación de las cosas; monismo son insuficientes, por lo dar un fundamento empírico a la
la especulación gnóstica y maniquea, tanto, para caracterizar de manera creencia en ciertas formas de me-
con su oposición de los principios del cabal una tendencia filosófica. De tempsicosis.
Bien y del Mal; el sistema carte- ahí que toda referencia al dualismo Obras: The Philosophy of Art,
siano, con la reducción de todo ser deba referirse a una época concreta. 1929. — Philosophy as a Science. Its
a la substancia pensante o a la subs- Es lo que ha hecho Arthur O. Love- Matter and Its Method, 1941. — The
joy al señalar que el dualismo de la Method of Knowledge in Philosophy,
tancia extensa. El dualismo se en- 1945 [University of California Publi-
tiende, además, de diversas maneras época moderna entre las ideas y la cations in Philosophy, XVI, 7]. —
según el campo a que se aplique, realidad, la experiencia y la Naturale- Nature, Mind, and Death, 1951. —
hablándose de dualismo psicológico za, el orden moral y el orden físico, A Philosophical Scrutiny of Religión,
(problema de la unión del alma con va en camino de una superación sin 1953. — A Critical Examination of
el cuerpo, de la libertad y el deter- necesidad de caer en un fenomena- the Belief in a Life After Death, 1961
minismo), dualismo moral (el bien lismo o en un idealismo que, en úl- [American Lecture Series, ed. Marvin
timo término, poseen bases dualistas. Farber,
485
DUD DUD DUD
DUDA. El término 'duda' significa se llega después de haber rechazado si se quiere, existencial; la posición
primariamente "vacilación", "irresolu- como válidos todos los argumentos (2) —especialmente en la forma car-
ción", "perplejidad". Estas significa- conducentes a demostrar la absoluta tesiana— es predominantemente de
ciones se encuentran ya en el vocablo verdad de cualquier proposición. Pero naturaleza intelectual. Subrayamos
latino dubitatis. En la dubitatio hay puede decirse asimismo que es un 'predominantemente', porque en la
siempre (por lo menos) dos proposi- punto de partida sin el cual no se cuestión de la duda no pueden tra-
ciones o tesis entre las cuales la mente produciría tal escepticismo. De zarse líneas divisorias demasiado rí-
se siente fluctuante; va, en efecto, de hecho, la duda como actitud se en- gidas entre lo vital y lo intelectual.
una a otra sin detenerse. Por este mo- cuentra en ambos extremos: se parte Los que adoptan la duda como acti-
tivo, la duda no significa falta de de ella para llegar a ella. La cues- tud o como elemento subyacente a la
creencia, sino indecisión con respecto tión que se plantea entonces es la fe emplean asimismo abundantes ar-
a las creencias. En la duda hay un de si es factible permanecer siempre gumentos; los que dudan metódica-
estado de suspensión del juicio (véase en el estado de duda. Puede respon- mente por medio de argumentos tie-
EPOJÉ ). Puede decirse, pues, que la derse a ello que si la duda fuera nen previamente una actitud dubi-
duda es la actitud propia del escép-tico simplemente una no creencia, el es- tante.
(véase ESCEPTICISMO), siempre que tado en cuestión sería probablemente Una última cuestión que se plan-
entendamos a éste no como el que no poco duradero. Pero como la duda tea respecto a la duda es, una vez
cree en nada, sino como el que pone en cuanto actitud es una forma de adoptada, cómo salir de ella. Los es-
entre paréntesis sus juicios en vista de "creencia" —la creencia de que no cépticos radicales manifiestan que tal
la imposibilidad en que se halla de es posible decidirse—, su plausibili- salida es imposible. Los escépticos
decidirse. dad psicológica queda asegurada. metódicos declaran que en la pro-
Dentro de esta significación gene- La duda como método ha sido em- pia entraña de la duda se encuentra
ral, la duda —o, mejor dicho, el es- pleada por muchos filósofos. Hasta la posibilidad de descubrir una pro-
tado de duda— puede entenderse de se ha dicho que es el método filosó- posición indudable; se puede dudar
varios modos. A nuestro entender, se fico por excelencia en tanto que la de todo menos de que se duda de
reducen a los siguientes: (1) la duda filosofía consiste en poner en claro que se duda. Los escépticos por mo-
como actitud; (2) la duda como mé- todo género de supuestos — lo cual tivos de fe señalan que no es conve-
todo; (3) la duda como elemento no puede hacerse sin someterlos a niente salir de la duda si se quiere
necesario para la fe. Es poco frecuente la duda. Sin embargo, solamente en mantener la vitalidad de una creen-
encontrar ejemplos puros de cual- algunos casos se ha adoptado explíci- cia. A estas respuestas —correspon-
quiera de estas tres significaciones tamente la duda como método. Entre dientes, grosso modo, a las posiciones
en la historia de la filosofía, pero ellos sobresalen San Agustín y Des- (1), (2) y (3)— puede agregarse
puede hablarse de varias concepcio- cartes: el primero en la proposición otra, muy propia de las filosofías que
nes de la duda en las cuales se ma- Si fallor, sum, por la que aparece co- pueden calificarse de activistas: con-
nifiesta la tendencia a subrayar una mo indudable la existencia del sujeto siste en poner de relieve que la ac-
de ellas. que yerra; el segundo en la proposi- ción ( VÉASE ) es la única posibilidad
La duda como actitud es frecuente ción Cogito, ergo sum (véase), por la que hay de vencer la duda. Según
entre los escépticos griegos y los re- que queda asegurada la existencia del esta posición, la duda emerge sola-
nacentistas. Es también bastante ha- yo dubitante. En estos ejemplos puede mente cuando permanecemos en el
bitual entre quienes, sin pretender decirse que la duda es un punto de plano intelectual. En cambio, en el
forjar ninguna filosofía, se niegan a partida, ya que la evidencia (del yo) plano vital son inevitables las deci-
adherirse a cualquier creencia firme y surge del propio acto del dudar, de la siones, de modo que solamente de
específica o consideran que no hay reducción del pensamiento de la duda un modo transitorio puede darse el
ninguna proposición cuya validez al hecho fundamental y aparentemente estado de fluctuación e irresolución
pueda ser probada de modo suficiente innegable que alguien piensa al que caracteriza la duda.
para engendrar una convicción dudar.
completa. Característico de esta forma La duda como elemento necesario
de duda es el considerar el estado de a la fe consiste en suponer que la fe
irresolución como permanente, pero al auténtica no es un mero creer en
mismo tiempo el encontrar en él una algo a ojos cerrados, sino un creer
cierta satisfacción psicológica. En la acompañado de la duda y en gran
duda como actitud la mente se goza medida alimentado por la duda. Va-
"en no dar ninguna respuesta y en no rios pensadores han subrayado este
producir ninguna convicción", como, aspecto de la duda; Unamuno destaca
según Hume (En-quiry, sec. 12), entre ellos. Según Unamuno, en
ocurre cuando adoptamos argumentos efecto, una fe que no vacila no es
"meramente escépticos", del tipo de los una fe: es un mero automatismo psi-
de Bayle o Berkeley. Se ha dicho que cológico. Por consiguiente, en esta
la actitud de la duda tal como se idea de la duda la fe y la duda son
manifestó por lo menos entre los inseparables.
escépticos griegos es una Las posiciones ( 1 ) y ( 3 ) son pre-
"conclusión" a la cual dominantemente de índole vital o,
486
DUH DUH DUH
la duda en el sentido existencial: una teoría física debe prever los fe- que las cualidades secundarias pue-
Emilio Gouiran, Interpretación exis- nómenos y, por lo tanto, "adelantarse den ser objeto de medida.
tencial de la duda, 1937. a la experiencia". En segundo tér-
DUHEM (PIERRE) (1861-1916) mino, son frecuentes en la obra de
nacido en París, fue profesor de físi- Duhem alusiones a la idea de que
ca teórica en Lille, Rennes y (desde la teoría debe de reflejar de algún
1894 hasta su muerte) en Burdeos. modo lo real y, al final de su libro
Duhem consagró buena parte de su sobre la teoría física, hay inclusive
labor a investigaciones sobre la histo- la tesis de que para el físico "el or-
ria de la ciencia y de la cosmología. den en el cual dispone los símbolos
Estas investigaciones se basaron casi matemáticos para constituir la teoría
siempre en sus propias concepciones física es un reflejo cada vez más
filosóficas, de las cuales la más im- claro de un orden ontológico según
portante e influyente es la que se re- el cual se disponen las cosas inani-
fiere a la estructura de las teorías madas" (ibid., "Physique du cro-
físicas y, en general, a la estructura yant", § 8). Los motivos de las res-
del conocimiento de la realidad. tricciones fundamentales que Duhem
Según Duhem, la teoría física es introduce en sus propias tesis son
una construcción artificial que tiene varios. Primero, el reconocimiento
una finalidad precisa: resumir y cla- —antes aludido— de que la teoría
sificar lógicamente un grupo de le- física pretende algo más que clasi-
yes experimentales. Ello significa, ficar. Segundo, el deseo de evitar el
ante todo, que hay una diferencia escepticismo a que le conduciría un
entre la teoría y la ley. Esta última convencionalismo puro. Finalmente,
es una generalización de observacio- su decidida intención de combatir
nes y experimentos; la primera es una las objeciones que varios físicos y
ordenación de cuantas generalizacio- filósofos han formulado contra la fe
nes de dicho tipo sean posibles. Sig- católica. Como tales objeciones se
nifica también que la teoría no pro- han basado en gran parte en una
porciona ninguna explicación de la cierta metafísica apoyada en una de-
terminada interpretación de la estruc- DÜHRING ( KARL EUGEN)
realidad — si se entiende por 'expli- (1833-1921), nacido en Berlín, profe-
tura de las teorías físicas, Duhem
cación' la operación mental que nos só en la Universidad de la misma ca-
estima que la eliminación de dicha
permite despojar a la realidad de sus metafísica es equivalente a la elimi- pital, pero en 1877 se le retiró la
apariencias para verla, como dice nación de las objeciones. Pero la venia legendi por sus polémicas. En
nuestro autor, "cara a cara". Por eliminación de una metafísica no sus primeros tiempos se aproximó al
este motivo, las teorías físicas no equivale a la supresión de toda me- positivismo en su posición decidida-
deben depender de los sistemas me- tafísica. Ésta aparece en Duhem con mente antimetafísica, pero no conci-
tafísicos adoptados, pues "ningún sis- su conocida tesis de que hay una bió la filosofía como una mera ciencia
tema metafísico basta para edificar analogía entre la teoría física y la de tipo semejante al saber natural
una teoría física". En suma, una teoría cosmología peripatética, la cual —de- sino como una concepción total del
física es "un sistema de proposiciones purada de errores circunstanciales— mundo y de la vida fundada cientí-
matemáticas, deducidas de un es, según Duhem, el límite ideal al ficamente, como la forma superior
reducido número de principios, que cual tiende la evolución de la teoría de la totalidad del saber. Posterior-
tienen por objeto representar lo más física. Se ha llamado por ello a Du- mente se inclinó a ver en la filo-
simple, completa y exactamente po- hem un aristotélico y un cualitativis- sofía la expresión de la creencia
sible un conjunto de leyes experi- ta. En lo que toca al primer punto personal e íntima con vistas a una
mentales". (Le théorie physique, Parte hay que tener presente que su aristo- reforma del espíritu, sumido en la
I, Cap. II, § 1). Así, Duhem se telismo es una consecuencia de su niebla de las especulaciones metafísi-
adhiere a una concepción positivista oposición a ciertos rasgos de la física cas. Dühring ve en este mundo y no
de la teoría física —y, en general, moderna —por ejemplo, el atomis- en lo trascendente el fundamento
de toda teoría—, sobre todo en la mo— que Duhem considera incom- de la moral; sin embargo, la constitu-
medida en que subraya las nociones patibles con la termodinámica gene- ción material del universo no significa
de clasificación y de economía del ral. En cuanto al segundo punto, que el hombre y la sociedad deban
pensamiento y en la medida en que puede aceptarse siempre que se tenga someterse a las consecuencias de un
pretende evitar toda subordinación presente que Duhem insiste cons- materialismo mecanicista. Frente a
de la teoría física a una construcción tantemente en el papel fundamental toda teorización, aun la más estric-
mental metafísica. de la matemática, hasta llegar al punto tamente científica, debe preocupar
Sin embargo, Duhem no puede de afirmar que las cualidades pri- al hombre la consecución de su feli-
ser simplemente considerado como marias son cualidades irreductibles de cidad y de su perfección moral, cosa
un pensador positivista. En primer hecho, pero no de derecho (ibid., tanto más fácil cuanto que el germen
lugar, nuestro autor reconoce que Parte II, cap. II, 5 2), de tal modo de toda vida feliz se halla en este
487
DUH DUM DUN
mismo mundo sin que necesite más Sozialwissenschaft, 1927. — Arnold del fondo del aristotelismo dominante
que ser desarrollado por medio de Voelske, Die Entwicklung des "ras- en París.
una decidida afirmación de la vida, sischen Antisemitismus" zum Mittel- El proverbial antagonismo entre
de una "concepción heroica de la punkt der Weltanschauung E. Duns Escoto y Santo Tomás co-
vida". Consecuencia de este optimis- Dührings, 1936 (Dis.).
mo manifestación de la oposición entre
mo radical es la afirmación de la DUMBLETON (JUAN [o JUAN franciscanos y dominicos, entre la
bondad natural del hombre, bondad DE]) nac. (ca. 1320) en Oxford, fue, corriente agustiniana y la aristotélica,
velada y encubierta por toda suerte al parecer, "Fellow" en Merton Collè- responde sólo de un modo parcial
de coacciones, desde la estatal hasta ge, siendo considerado uno de los al pensamiento de Escoto que, como
la religiosa, pero que podrá revelarse mertonianos (VÉASE). Dumbleton si- señala Gilson, está edificado, lo mis-
completamente cuando se sustituya guió tendencias occamistas en la lógi- mo que el tomista, con los materiales
la organización actual por un socia- ca y parece haber seguido tendencias de conceptos procedentes de Aristó-
lismo libre, entendido de un modo averroístas en la física, por lo menos teles, pero con un estilo bien distinto.
semejante al de Fourier. De este en el problema de la formación de Este estilo viene determinado ante
modo podrá superarse también la opo- substancias compuestas a base de todo por la actitud frente al problema
sición aparente entre el individuo y substancias elementales. Según Dumb- de las relaciones entre la revelación
la colectividad y, por consiguien- leton, las substancias elementales es- y la razón. Duns Escoto admite, cier-
te, la esencial inmoralidad que im- tán sujetas a cambios de cualidad, tamente, las demostraciones de la
plican el egoísmo y el falso altruismo. pudiendo aumentar y disminuir su existencia de Dios a partir de los
Las concepciones de Dühring, próxi- "forma". Dumbleton se ocupó asimis- efectos, pero las considera sólo rela-
mas en cierto modo al culto de la mo de la cuestión de los grados de tivamente probatorias; en vez de ellas
humanidad de Feuerbach y Comte, velocidad, y especialmente de la cues- se atiene, aunque de modo peculiar,
fueron combatidas por Engels en su tión de la aceleración uniforme de los a los argumentos de San Anselmo,
Anti-Dühring o la transformación de cuerpos. Presentó una de las formula- que transforma en el sentido de un
la ciencia por E. Dühring, 1878 (trad, ciones del llamado "teorema de Mer- paso de lo posible a lo necesario.
esp., 1913, reed., 1939). ton" o teorema de la velocidad media Ahora bien, si la existencia de Dios
en un movimiento acelerado uniforme. es demostrable no puede llegarse por
Se deben a Dumbleton una Summa la razón a una demostración de mu-
de logicis et naturalibus; una Decla-
ratio super sex conclusiones quarti ca- chos de los atributos divinos que la
pituli tractatus proportionum mag, fe confirma; estos atributos han de
Thom. Bradwardin; y una Summa ser creídos, constituyen el reino de
theologica maior — todos ellos aún los credibilia que Escoto amplía con-
inéditos. — Véase P. Duhem, Études, siderablemente; mejor dicho, son ab-
III, 410-12. — Anneliese Maier, An solutamente ciertos, pero no susten-
der Grenze, etc., Cap. I. — Samuel tados en razón. La mera probabilidad
Clagett, The Science of Mechanics in
the Middle Ages, 1959 [University of de muchos de los argumentos esti-
Wisconsin Publications in Medieval mados tradicionalmente probatorios
Science, 4]. En esta obra Clagget ha tanto en lo que se refiere a Dios como
incluido fragmentos (Parte III, cap. al alma y a su inmortalidad no con-
10) de la Summa de logicitis et na- duce, empero, a una crítica de la
turalibus (véase págs. 305-25). teología, sino a la conversión de la
DUNS ESCOTO (JUAN) (1266- misma en "ciencia práctica". La re-
1308), llamado el doctor subtilis, na- velación es cabalmente indemostrable
ció en Maxton (Condado de Rox- para Escoto por ser revelación.
burgh) e ingresó en 1281 en la El carácter principal de la divini-
Orden franciscana. Estudiante en dad es para Duns Escoto la infinitud;
Oxford (hacia 1290) y en París (1293- esta infinitud es manifiesta en todos
1296), regresó a Oxford, donde ense- sus atributos y se contrapone del
ñó teología de 1300 a 1302. En este modo más radical a la finitud de lo
último año se trasladó a París para creado. La infinitud de Dios consti-
obtener el grado de doctor. Expulsado tuye el carácter más patente de su
por su oposición a Felipe el Hermoso, inteligibilidad, pero esta inteligibili-
regresó a la capital francesa en 1304, dad no debe ser confundida con la
se doctoró en 1305 y fue enviado en posibilidad de una comprensión ra-
1307 a Colonia, donde murió al año cional de sus atributos. Por ser emi-
siguiente. La influencia del nentemente infinito o, como dirá pos-
agustinismo tradicional en Oxford, y teriormente Malebranche, infinita-
de la ciencia tal como fue desarrollada mente infinito, Dios es ante todo una
por Roberto Grosseteste y, ante todo, voluntad infinita y omnipotente que,
por Roger Bacon, dan un carácter par- aunque no puede querer lo que es
ticular a la obra de Duns Escoto, obra lógicamente imposible, aunque no
que, por otro lado, surge asimismo puede hacer, por ejemplo, como afir-
488
DUN DUN
maba San Pedro Damián, que lo que realidad y, de consiguiente, alguna
ha sido no sea, tiene un señorío abso- inteligibilidad".
luto. No hay, pues, una subordinación Un importante aspecto en la doc-
de la voluntad a los inteligibles, como trina filosófica de Duns Escoto lo
los sistemas intelectualistas admiten, constituye su tesis de la univocidad
sino una subordinación de los univer- del ser en cuanto ser. Nos hemos
sales a la voluntad divina, la cual referido a esta tesis en los artículos
los determina porque, en última ins- Analogía y Unívoco (VÉANSE). Rei-
tancia, los crea. El ser de Dios está teraremos aquí que la doctrina en
situado asi, como ser infinito, más cuestión muestra con toda claridad la
allá de la verdad y más allá del bien, influencia ejercida sobre Duns Es-
pues es fundamento de todo bien y coto por el aristotelismo avicenista.
de toda verdad. La idea aviceniana de la esencia (v.),
y el esencialismo que de ella se deri-
La subordinación de los inteligibles van, están, pues, bien patentes en
a la voluntad divina no significa, con Duns Escoto, hasta el punto que algu-
todo, la arbitrariedad de las esencias nos autores han hecho de él un avice-
ni mucho menos su carencia de rea- nista. Si con ello se quiere significar
lidad. Los universales son reales, y que Duns Escoto encontró en el avi-
por eso es posible que el saber de cenismo materiales adecuados para
las esencias sea un saber ontológico la edificación de su propio sistema,
y no meramente lógico. Pero lo au- tal calificación conviene a la obra de
ténticamente real no es sólo lo uni- nuestro pensador. Pero no es justo
versal ni sólo lo individual. A dife- simplificar la doctrina de Duns Es-
rencia de Santo Tomás, Duns Escoto coto en tal manera, ni indicar que
no concibe la materia signata como el esta doctrina es una hábil combina-
único principio de individuación; ción ecléctica de tesis avicenianas,
este principio se halla en la forma agustinianas y aristotélicas. Más justo
misma. No se trata, pues, de caracte- es destacar la originalidad del pen-
rizar lo individual por lo meramente samiento del doctor subtilis aun cuan-
particular, pues hay efectivamente do, en el estado actual de las inves-
universales aprehendidos por el inte- tigaciones sobre este pensador, re-
lecto; pero no se trata tampoco de sulte todavía difícil precisar en qué
caracterizarlo por una mera referencia consiste exactamente tal originalidad,
a la esencia, por una subsunción de (véase ESCOTISMO).
lo contingente en lo universal. La
individualidad del individuo es la
hacceidad (haecceitas) (VÉASE ), que
es, propiamente hablando, una forma
individual. Mas, por otro lado, todo
lo creado tiene también, contra lo
que dice Santo Tomás, una materia,
si bien no una materia universal. Se
distingue así entre una materia primo-
prima, creada inmediatamente por
Dios; una materia secundo-prima, que
constituye el substrato de la genera-
ción y la corrupción, y una materia
tertio-prima, que es la materia pro-
piamente dicha, lo plasmable. La
afirmación de la universalidad de la
materia enlaza así a Duns Escoto
con una tradición que, procedente en
parte de Avicebrón, había sido inte-
rrumpida por Santo Tomás. Y no im-
porta que, como hemos señalado en
el artículo Materia ( VÉASE), las men-
cionadas distinciones, que constan
en De rerum principio, no puedan
ser con toda seguridad atribuidas a
Duns Escoto, pues como allí señala-
mos "permaneció como algo firme su
idea de una materia única que posee
DUR DUR
fos modernos del siglo XVII. Reseña- indefinida de existencia" (Eth., II,
remos algunas de las actitudes típicas def. v) — indefinida, porque "no
adoptadas al respecto. puede ser jamás determinada por la
Cuando se ha insistido en el hecho propia naturaleza de la cosa existente,
del "permanecer" se ha enlazado el ni por la causa eficiente, que pone
concepto de duración con el concepto necesariamente la existencia de la
de eternidad ( VÉASE ). Algunos auto- cosa, pero no la suprime". La dura-
res han concluido que el significado ción se distingue del tiempo y de la
de ambos conceptos es idéntico en eternidad: del primero, por ser un
vista del carácter fundamental que modus cogitandi de la duración; de la
tiene para la eternidad la noción de segunda, porque la duración es jus-
permanencia. Otros, en cambio, sin tamente algo fundado en la eterni-
desconocer las estrechas relaciones dad. También los autores empiristas
entre ambos conceptos, han introdu- hacen uso de conceptos tradicionales,
cido una serie de distinciones. Así, pero la tendencia metafísica es gra-
por ejemplo, para Santo Tomás el dualmente substituida por una orien-
concepto de duración es como un tación psicológica — y epistemológica.
género del cual los conceptos de eter- Así, Locke define la duración —o,
nidad y de eviternidad (el aevum) mejor dicho, la idea de la duración—
son especies. Por este motivo, el con- como "las partes fugaces y continua-
cepto de duración no incluye nece- mente perecederas de la sucesión"
sariamente el de sucesión, sino sólo el (Essay, II, XIV, sec. 1), pero más
de la permanencia del ser que dura. adelante advierte que la reflexión so-
El tiempo es una duración que tiene bre "las apariencias de varias ideas
comienzo y fin (comienzo y fin de una tras otra en nuestros espíritus es
las cosas de las cuales el tiempo es lo que nos proporciona la idea de
la medida). La eternidad es dura- sucesión, y la distancia entre cuales-
ción sin comienzo ni fin y es, por lo quiera partes de esa sucesión o entre
tanto, interminable (Cfr. S. Theol, I, las apariencias de cualesquiera dos
q. X a 5). Esta última concepción ideas en nuestros espíritus es lo que
ha sido la más difundida entre los llamamos duración" (Sec. 3). Esta
autores escolásticos, y muchos han tendencia a "interiorizar" la noción
considerado que es la única que per- de duración es frecuente en el pensa-
mite evitar la completa separación miento contemporáneo, pero la "in-
entre los conceptos de eternidad y teriorización" no ha sido entendida
tiempo — separación que surge en siempre en un simple sentido "psico-
todos los momentos en que se insiste lógico" o "epistemológico". Así ocu-
en el carácter temporal sucesivo de rre en Bergson. Para este filósofo,
la duración y en la índole atemporal la duración pura, concreta o real es el
de la eternidad. tiempo real en oposición a la espa-
Muchos de los filósofos modernos cialización del tiempo. Al decir, por
recogieron las elaboraciones escolás- ejemplo, que lo psíquico tiene, entre
ticas —en particular la noción de otros caracteres, el de duración, no
"permanencia"—, pero las hicieron quiere significarse otra cosa que lo
servir para otros fines. Según Des- psíquico es irreductible a la espacia-
cartes, la duración de cada cosa es lización a que es sometido el tiempo
DURACIÓN. La definición más un modo por el cual consideramos por medio de la matemática. El
usual de 'duración' es: "persistencia esta cosa en tanto que sigue siendo tiempo matemático y el físico-mate-
de una realidad en el tiempo". Esta (Princ. phil., I, 56). Ello equivale a mático son a su vez el resultado de
definición puede interpretarse de va- suponer que el tiempo es una manera la necesidad en que la vida se halla
rios modos. Por una parte, puede no de pensar la duración, y a distinguir de dominar pragmáticamente la rea-
sólo insistirse en el carácter temporal entre duración, orden y número. lidad. La duración es, empero, la
de la duración, sino inclusive su- Spinoza distingue entre eternidad y propia realidad, más allá de los es-
ponerse que el tiempo de la duración duración. La eternidad es el atributo quemas espaciales, lo que es intuili-
consiste en sucesión — sucesión de mediante el cual concebimos la infi- vamente vivido y no simplemente
momentos. Por otra parte, puede des- nita existencia de Dios. La duración comprendido o entendido por el inte-
tacarse el permanecer —manere— en es "el atributo mediante el cual con- lecto. Por eso lo absoluto, entendido
la existencia. Estas interpretaciones cebimos la existencia de las cosas al modo de Bergson, no puede ser
han dado lugar a muchos debates so- creadas en tanto que perseveran en un absoluto eterno, sino un absoluto
bre el concepto de duración; tales su existencia actual" (Cog. met., I, que dura. De la concepción de lo
debates fueron especialmente frecuen- iv). Más precisa —y lacónicamen- absoluto como eterno —eternidad que
tes entre los escolásticos y los filoso- te—, la duración "es la continuidad Bergson entiende como un corte en
490
DUR DUR DUR
el devenir más que como un recogi- La obra principal de Durando son sus una adecuación cada vez más perfec-
miento auténtico del devenir— de- comentarios a las Sentencias: In ta de las normas con las realidades
rivan las clásicas dificultades me- sententias theologicas Petri Lombardi debe señalar aquellas formas de rela-
tafísicas del problema de la nada Libri IV (Venecia, 1572), reimp., ción que considera más ajustadas a
(VÉASE); la concepción de lo absoluto 1963. Ademá s: De visione Dei. — la situación actual.
Véase la edición de J. Koch, Durandi
como algo que dura elimina la posi- de S. Porciano, O. P. Quaestio de na- La obra de Durkheim ejerció, sobre
bilidad de confundirlo con una esen- tura cognitionis et disputatio cum todo en Francia, una gran influencia,
cia lógica o matemática intemporal. anonymo quodam necnon Determina- favoreciendo grandemente la tendencia
Pues "hay que acostumbrarse —escri- tio Hervaei Natalis, O. P., 1929, 2a empírica en la investigación socio-
be Bergson— a pensar el ser directa- ed., 1935. — Sobre Durando, véase: lógica, pero sin implicar una forma-
mente, sin llevar a cabo un rodeo, sin Koch, Durandus de Sancto Porciano, ción estrictamente naturalista. Más
dirigirse desde el primer instante al O. P. Forschungen zum Streit um aun: la atención al hecho y al dato
fantasma de la nada que se interpone Thomas von Aquin zu Beginn des 14. contribuían a veces a liberar al pen-
entre él y nosotros. Hay que procurar Jahrhunderts, I, 1927 [Beiträge, samiento sociológico de algunos su-
XXVI, 1].
aquí ver por ver y no ya ver para puestos unilateralmente naturalistas.
obrar. Entonces lo absoluto se revela De este modo se desarrolló una "es-
muy cerca de nosotros y, en cierto DURKHEIM (EMILE) (1858-1917) cuela" a la que pertenecieron la mayor
modo, en nosotros. Es de naturaleza nac. en Épinal (Abacia), profesó parte de los sociólogos franceses de la
psicológica y no matemática o lógica. desde 1896 en Burdeos y desde época. Pero la vinculación a ella no
Vive con nosotros. Como nosotros, 1902 en la Sorbona. En su inten- significa siempre la estricta adhesión a
pero, por ciertos lados infinitamente ción de dar un giro estrictamente po- las tesis de Durkheim, por lo menos a
más concentrado y más recogido so- sitivo a la sociología se opuso a todo las que no tenían un simple carácter
bre sí, dura" (L'évolution créatrice, intento de convertir la investigación metodológico. Desde este punto de
1907, pág. 323). sociológica en una deducción a partir vista y con estas reservas pueden
Alfred Eggenspieler, Durée et ins- de leyes universales del tipo de las considerarse como continuadores de la
tant. Essai sur le caractère analytique establecidas por Comte" en su teoría obra de Durkheim a sociólogos como
de l'être, 1933. — Gaston Bachelard, de los tres estados. La sociología George-Ambroise Davy (nac. [1883] en
La dialectique de la durée, 1936. ·— debe, según Durkheim, atenerse a un Bernay (Normandía) que aplicó sobre
Émile Lubac, Présent conscient et método científico; debe buscar leyes,
cycles de durée, 1936. — Véase tam- todo el método al terreno del Derecho
pero no abstractas generalidades, sirio (Le Droit, l'idéalisme et l'expérience,
bién bibliografía de ETERNIDAD. expresiones precisas de las
DURANDO DE SAINT POUR- 1922. — La Foi jurée. Étude
relaciones descubiertas entre los sociologique du problème du contrat.
ÇAIN, Durandus de Sancto Portiano diversos grupos sociales. La fidelidad
(t 1834), dominico, obispo de Le Puy La formation du lien contractuel,
al hecho obliga a reconocer que la 1922); François Simiand (1873-1936,
y de Meaux, llamado el doctor resolu- sociedad es una realidad peculiar
tissimus, a causa de la tenacidad con nac. en Saint-Raphaël), que se ocupó
que, si bien está compuesta de de los problemas sociológicos en la
que defendió sus opiniones, se opuso individuos, posee una condición que
en múltiples puntos al realismo to- economía (La méthode positive en
trasciende al individuo. Esta science économique, 1912); René
mista (lo que le valió frecuentes trascendencia no debe ser entendida
censuras por parte de comisiones de Hubert (nac. 1885) y Marcel Mauss
como una hipótesis, sino simplemente (1872-1950; nac. en Ëpinal), que han
su Orden y aun por parte de una como el hecho de que la sociedad
comisión pontificia) y se inclinó a un estudiado los problemas del sacrificio
es, en tanto que elemento relativa- y de la magia (Essai sur la nature et la
nominalismo, por lo menos en la mente estable frente a los individuos,
medida en que distinguió realmente fonction du sacrifice, 1899. —
el origen verdadero de las normas Esquisse d'une théorie générale de la
entre el sujeto y la relación, catego- que son admitidas de un modo abso-
ría que comprende los últimos seis magie, 1902); Célestin Bougie (1870-
luto por los elementos componentes 1940; nac. en Saint-Brieuc), que ha
predicamentos aristotélicos. Durando de cada una de las agrupaciones.
concibió lo universal como una abs- estudiado positivamente los problemas
Estas normas o leyes que vinculan a de las ideas igualitarias y de las castas
tracción de la mente, como una for- los individuos entre sí en innumera-
ma indeterminada o que designa lo (Les idées égalitaires, 1899. — Le
bles relaciones tienen, según Durk- solidarisme, 1907. — Essai sur le
indeterminado del individuo. La dis- heim un origen que puede y debe ex-
tinción entre lo universal y el in- régime des castes, 1908) y que en su
plicarse mediante una investigación obra de sociología axiológica ( Leçons
dividuo es, pues, sólo mental. Esta histórico-sociológica. La verdad de di-
doctrina debía topar con dificultades de sociologie sur l'évolution des valeurs,
chas normas radica en su justificación 1932) erige una concepción del valor
sobre todo al referirse a la concepción en tanto que representaciones surgi-
del alma y de la inteligencia; ello como hecho impuesto a la sociedad,
das del seno de cada sociedad como distinto tanto de la preferencia
conducía, en efecto, a una elimina- reacciones frente a determinadas cir-
ción de las formas de las operaciones personal como de la esencia;
cunstancias concretas. La sociología Maurice Halbwachs, que ha
de la mente, formas indebidamente tiene por misión averiguar la proce-
multiplicadas, según Durando, que estudiado la memoria desde el punto
dencia y sentido de las normas y rela- de vista social (Les cadres sociaux de
no sólo producen confusión, sino que ciones sociales; como ciencia positiva,
impiden también una coincidencia del la mémoire, 1925); Paul Faucounet,
ha de limitarse de un modo estricto a autor de una teoría de la
ser con el ser conocido. esta dilucidación; como aspiración a
491
DUR
responsabilidad social (La respon-
sabilité. Étude de sociologie, 1920).
La mayor parte de los primeros tra-
bajos de la escuela de Durkheim
aparecieron en L'Année Sociologique
(1898-1908).
Obras principales: Éléments de
sociologie, 1889. — De la division
du travail social, 1893 (trad, esp.:
La división del trabajo social, 1928).
—Les règles de la méthode sociolo-
gique, 1895 (trad, esp.: Las reglas
del método sociológico, 1912). — Le
suicide, 1897 (trad, esp.: El suicidio,
1928). — Les formes élémentaires

492
E
E. La letra mayúscula 'E' (primera EBERHARD (JOHANN AUGUST) de Leibniz, de modo que lo que es
vocal del término nego) es usada en (1739-1809), nac. en Halberstadt, es- verdadero en Kant se halla ya en
la literatura lógica para representar tudió en Halle, recibiendo la in- Leibniz. Por otro lado, lo que no se
simbólicamente la proposición uni- fluencia de Baumgarten y Wolff. Los halla en Leibniz, es erróneo. En el
versal negativa, negatio universalis, debates en torno a su Nueva apología citado trabajo Eberhard intentó dar
uno de cuyos ejemplos es la pro- de Sócrates (véase bibliografía) estu- una prueba de la realidad objetiva
posición: vieron a punto de arruinar su carrera del "concepto" de razón suficiente, y
eclesiástica, pero protegido por el Ba- una prueba de la realidad objetiva del
Ningún hombre es mortal.
rón vor der Horst, en cuya casa había concepto de simplicidad en los obje-
En textos escolásticos se halla con sido tutor, obtuvo un puesto de predi- tos de experiencia; y propuso un mé-
frecuencia el ejemplo (dado por cador en Charlottenburg. En 1778 fue todo para pasar de lo sensible a lo no
Boecio): nombrado profesor de filosofía en la sensible. Todos los argumentos de
Nullus homo iustus est, Universidad de Halle. Schleiermacher Eberhard fueron contestados por Kant
siguió, en 1787, los cursos de Eber- en su escrito Über eine Entdekcung
y en multitud de textos lógicos la le- hard. nach der alle neue Kritik der reinen
tra 'A' sustituye al esquema 'Ningún Eberhard es considerado como uno Vernunft durch eine ältere entbehrlich
S es P', sobre todo cuando se intro- de los miembros de la llamada "es- gemacht werden soll, aparecido en
duce el llamado cuadro de oposición cuela de Leibniz-Wolff". Su interés 1790 (Sobre cierto descubrimiento de
(VÉASE). principal consistió en desarrollar una que cualquier nueva crítica de la ra-
En los textos escolásticos se dice "filosofía ilustrada" capaz de propor- zón pura se ha hecho superflua frente
de E que negat universaliter o gene- cionar interpretaciones racionales de a otra más antigua), a veces conocido
raliter, niega umversalmente o gene- las cuestiones fundamentales éticas y como Respuesta a Eberhard. Eberhard
ralmente. También se usa en dichos teológicas. En su teoría del conoci- criticó asimismo la filosofía de Fichte,
textos la letra 'E' para simbolizar ks miento Eberhard propuso una distin- pero defendió a éste contra la acusa-
proposiciones modales en modus afir- ción entre el sentir y el pensar corres- ción de ateísmo en la llamada "disputa
mativo y dictum negativo (véase MO- pondiente a la distinción entre la pa- sobre el ateísmo".
DALIDAD), es decir, las proposiciones sividad y la actividad de la concien-
del tipo: cia. Aunque esta distinción parece si-
Es imposible que p, milar a la establecida por Kant entre
sensibilidad y entendimiento, hay con-
donde 'p' simboliza un enunciado siderable diferencia al respecto entre
declarativo. Eberhard y Kant. Por lo demás,
La letra 'E' (en cursiva) es usada Eberhard es conocido hoy sobre todo
por Lukasiewicz para representar la como un adversario de la filosofía crí-
conectiva 'si y sólo si' o bicondicio- tica de Kant, la cual juzgó como una
nal (v. ), que nosotros simbolizamos inadecuada versión de la "crítica de
por ' = '. 'E' se antepone a las fór- la razón" leibniziana. Eberhard fundó
mulas, de modo que 'p = q' se es- dos revistas: el Philosophisches
cribe en la notación de Lukasiewicz 'E Magazin, en Halle, del que aparecie-
p q'. ron cuatro volúmenes (1788-1789) y el
El mismo autor ha usado 'E' para Philosophisches Archiv (1792-1794). En
representar el cuantificador univer- uno y otro Eberhard y diversos
sal negativo. 'E' se antepone a las autores se opusieron tenazmente a la
variables 'a', 'b', 'c', etc., de tal modo filosofía kantiana como desorganizadora
que 'E a b' se lee 'b no pertenece a del saber filosófico y a la vez la
ningún a o 'ningún a es b'. consideraron como una mera repeti-
Para distinguir entre 'E' en el sen- ción de Leibniz (o de Berkeley). En
tido del último y del penúltimo pá- la Parte III del tomo I del Philoso-
rrafos, Lukasiewicz a veces ha em- phisches Magazin Eberhard lanzó un
pleado 'Y' en lugar del cuantificador ataque a Kant intentando mostrar que
universal negativo 'E'. las tesis de Kant son esencialmente las
493
ECC ECK ECK
Véase O. Ferber, Der philosophisclie denheit, erróneamente traducido a ve- Utrum in corpore Christi) la idea que
Streit zwischen I. Kant und J. A. E., ces por "desapego", "separación" o el Maestro Eckhart se hace de Dios
1894 (Dis.). — Κ. Lungwitz, Die "resolución") y en los diversos Ser- es una idea en la que aunque hay
Religionsphilosophie Eberhards, 1911. mones—, el Maestro Eckhart introdu- igualdad entre el essc de Dios y su in-
— G. Draeger, /. A. Eberhards Psy- ce una serie de términos que son a telligere, lo que hubo en un princi-
chologie und Aesthetik, 1915 (Dis.).
veces traducciones de autores con los pio era el intelligere (el "Logos", la
ECCEIDAD. Véase HAECCEIDAD. que estaba más familiarizado (Pla- "Palabra"), por lo que el esse o el he-
ECKHART (Maestro Eckhart, tón, especialmente el Timeo; San cho de ser un ens no es por sí mismo
Meister Eckhart, Magister Eccardus) Agustín; Santo Tomás de Aquino), un predicado suficiente. De ahí que,
(ca. 1260-1327) nac. en Hochheim pero cuyo sentido no es siempre el de desde el punto de vista del "mero ser"
(Turingia). Hacia 1275 ingresó en el los vocablos originarios. Así ocurre con (que no es el "pleno ser" o el "ser
monasterio dominico de Erfurt, pa- el citado término Abgescheidenheit, en pureza), Dios aparezca como algo
sando luego a Colonia donde recibió, con Bild (que traduce ymago), con que "no es". Pero Dios no es simple-
en 1302, el título de magister sacrae Inne Sein e Inne Bleiben ("recoger- mente ser, porque es "más que ser".
theologie. En 1303 fue nombrado se en sí mismo"), Nihte o Nihtes, Cierto que en el posterior Opus tri-
Provincial de la Orden dominicana en Nihte (el actual Nichts, que no es "la partitum, el Maestro Eckhart declara
Sajonia, siendo, además, desde 1307, nada", sino "la pobreza", pero una que Dios es esse. Pero este esse es
Vicario de Bohemia. De 1311 a 1314 "pobreza" con sentido "ontológico" ), perfecta y completa unidad, la cual
residió en París (que había ya visi- y otros. El Maestro Eckhart predica es la unidad del intelligere. Ahora
tado en 1303-1304), donde recibió los el desinterés [que, una vez más, no bien, puesto que nada hay fuera de
grados académicos superiores. Desde es "reclusión" o "retiro"] y lo coloca la perfecta unidad, puede concluirse
1320 fue magister theologiae en el por encima del amor. Una razón de que nada hay fuera de Dios. Esta es,
Studiam generale dominico de Colo- ello es aunque "lo mejor del amor es dicho sea de paso, una de las tesis
nia. Las ásperas disputas teológicas que me fuerza a amar a Dios", es me- que han llevado a algunos a conside-
entre dominicos y franciscanos fueron jor para mí "mover a Dios hacia mí rar al Maestro Eckhart como un autor
probablemente una de las causas de que yo moverme hacia Él, pues mi panteísta. Pero decir que "fuera de
que, hacia 1326, algunos considera- bienaventuranza eterna consiste en Dios no hay nada" es como decir que
ran sus enseñanzas sospechosas. En que yo y Dios seamos uno, y Él puede "fuera de la Existencia nada existe",
1327 tuvo que justificarse ante la encajarse y unificarse mejor conmigo o, si se quiere, que todo lo que existe
Corte del Arzobispo de Colonia, que que yo con Él". Otra razón es que se mide por su relación con la
era franciscano. El proceso iniciado "el amor me obliga a sufrir por mor Existencia. Por otro lado, no hay, se-
en Colonia terminó en 1329, dos años de Dios, en tanto que el desinterés gún el Maestro Eckhart, nada tan dis-
después de la muerte del Maestro me hace sensible únicamente a Dios" tinto de Dios, el Creador, como lo
Eckhart, con la condenación, por el (esto es, me lleva a "no poder recibir creado y las criaturas. Así, pues, pa-
Papa Juan XXII, en Aviñón, de 28 sino a Dios"). rece que el Maestro Eckhart subraya
proposiciones. Todo esto lleva a considerar al tanto la fusión como la separación. Y
El Maestro Eckhart es considerado Maestro Eckhart como un místico, y, así es, en efecto. En parte ello puede
como uno de los iniciadores de la fi- además, como un místico para el cual deberse a que hay "períodos" en el
losofía alemana y, en todo caso, como la teología negativa es superior a la pensamiento de Eckhart. En parte a
uno de forjadores, si no el primer for- positiva. Se ha indicado que las fuen- que hay, como en muchos autores,
jador, del idioma alemán como len- tes de la teología negativa y mística "inconsistencias". Pero en parte tam-
guaje filosófico y teológico. El Maes- del Maestro Eckhart se hallan en la bién a que el Maestro Eckhart piensa
tro Eckhart predicó en alemán y es- tradición neoplatónica y del Pseudo- en forma "antinómica", única que
cribió en este idioma parte de sus Dionisio, lo cual puede ser cierto si puede poner de relieve el carácter
obras, empezando con el folleto Das se tiene en cuenta que él mismo se "profundo" de las cuestiones teológi-
sint die rede der unterscheidunge. Es- refiere al Liber de causis y que (se- cas y, en general, de la "vida reli-
tos son los discursos de instrucción gún algunos autores) recibió la in- giosa".
[del Vicario de Turingia y Prior de fluencia de Dietrich de Freiberg, el Este carácter antinómico del pen-
Erfurt, Maestro Eckhart], escrito hacia cual a su vez fue influido por Pro- samiento de Eckhart se manifiesta en
1300. En estos "discursos de instruc- clo. Hay que tener en cuenta, sin em- la famosa doctrina del alma como
ción" el Maestro Eckhart recomienda bargo, que el Maestro Eckhart, aun "centella" (vünkelin, vünke-, en latín:
la obediencia y el no prestar atención si lo consideramos como un místico, scintilla). Según indica G. Faggin (op.
a los bienes temporales, pero no para no es simplemente un místico que tra- cit. infra, Parte I, cap. V), Eckhart
oponerse ascéticamente a éstos, sino duce los términos de la teología en da muy diversos nombres a esta "cen-
sencillamente para no ocuparse de términos de alguna "experiencia per- tella" o "chispa"; además de vünkelin,
ellos, tomándolos como vengan. Ade- sonal". El Maestro Eckhart es asimis- vünke, tenemos bürgelin der sele (cas-
más, habla de "tener en uno la reali- mo teólogo, y no siempre su teología tillo del alma), grunt der sele (fondo
dad de Dios" en tal forma que todo es "negativa". Lo que sucede es que, del alma), zwic (brote), huote des
"refleja a Dios y sabe a Él". En otros como consta ya en sus diversas Quaes- geistes (roca del espíritu), razón
textos alemanes —por ejemplo, en El tiones ( las quaestiones Utrum in Deo, (vernünfticheit) — y, en latín: do-
Libro de la divina confortación, en su Utrum intelligere Angeli, Utrum laus; mus dei; abditum animae o abditum
escrito sobre el desinterés (Abgeschei- y las posteriores Aliquem motum, cordis, anima muda y synteresis [véa-
494
ECK
se SINDÉRESIS]. "La teoría eckhartiana
—escribe Faggin— tiene sus genui-
nos antecedentes históricos en el 'cen-
tro del alma' de Plotino y en la 'flor
del intelecto' de Proclo, y me parece
que interpreta el espíritu auténtico de
la doctrina neoplatónica: pero tiene
sus anticipaciones, bastante frecuen-
tes aunque inspiradas por mayores ga-
rantías, también en la mística cristia-
na latina, especialmente en Agustín
[quien la llama acies cordis o agudeza
del corazón] y en Buenaventura"
(Faggin, op. cit., trad. esp., págs. 172-
73). En todo caso, la "centella del
alma" es el fondo último del alma.
Dios se une al alma, por así decirlo,
"en su centella". La "centella" del al-
ma no se limita a comprender a Dios
como Verdad o a quererlo como el
Bien: se une a Él. Lo cual parece con-
ducir a la idea de una identificación
de la "centella del alma" (scintilla ani- ECLECTICISMO, Diógenes Laer-
mae) con Dios y, además, con un cio (Proem., 21) habla de un filósofo,
Dios cuya unidad radical trasciende llamado Potamón (VÉASE), de Alejan-
por completo la diversidad de las Per- dría, que seleccionó lo mejor de las
sonas. Pero, por otro lado, esta iden- opiniones de cada escuela. Con ello in-
tificación es presentada como la que trodujo lo que Diógenes Laercio llama
existe entre la imagen y el modelo. e)klektikh/ a)i/resij que significa lite-
Junto a todo ello, debe considerarse ralmente "escuela [o secta] seleccio-
que el lenguaje usado por el Maestro nadora" (de e)kle/gein), = 'seleccionar',
Eckhart en sus obras en alemán, y es- 'elegir','recoger',etc. )Eklektikh\ a)i/resij
pecialmente en los Sermones, es un se transcribe usualmente como "es-
lenguaje más "exhortativo" que "de- cuela ecléctica", y la tendencia a se-
clarativo". Por lo tanto, es un lengua- leccionar o elegir en el sentido apun-
je que se dirige a los fieles con el fin tado recibe el nombre de "ecleticis-
de producir —o "suscitar"— en ellos mo". Así, el eclecticismo es un "selec-
una elevación y a la vez un recogi- cionismo".
miento sin los cuales no habría posi- La tendencia eclética en cuanto ten-
bilidad de "estar presentes" a Dios. dencia a seleccionar lo que se estima
La conclusión más razonable res- "lo mejor" de cada doctrina se mani-
pecto a las doctrinas del Maestro festó con frecuencia dentro del pe-
Eckhart es que éstas constituyen una ríodo llamado helenístico-romano.
trama compleja en la que se mezclan Ciertos autores, como Cicerón, son
diversas tradiciones y a la vez las exi- llamados con frecuencia "eclécticos".
gencias de la predicación. Ello no sig- Se han considerado asimismo como
nifica que el pensamiento de Eckhart eclécticos muchos autores de la Aca-
carezca de unidad. Pero es improba- demia platónica (VÉASE) y no pocos
ble que esta unidad sea sólo la de la peripatéticos (VÉASE). Durante mucho
mística basada en la teología negativa, tiempo fue habitual llamar eclécticos
o la de un tomismo con tendencias a casi todos los autores neoplatónicos
neoplatonizantes, o la de un "germa- (Cfr. infra). Ello ha llevado a identifi-
nismo "incipiente pero ya en lucha car el eclecticismo con el sincretismo
contra la "ortodoxia". (VÉASE). Sin embargo, otras veces se
Se suele considerar como "conti- distingue entre "eclecticismo" y "sin-
nuadores" del Maestro Eckhart a Juan cretismo" por las varias razones indi-
Tauler (1300-1361), Enrique Suso (ca. cadas en el artículo sobre este último
1295-1365), ambos autores de textos concepto.
exhortativos y místicos en alemán y En la época en que algunos autores
de algunas obras latinas, y, sobre todo, cristianos comenzaron a asimilar doc-
a Juan Ruysbroek (VÉASE ). trinalmente la tradición intelectual
griega, el eclecticismo respecto a esta
ECL ECL ECL
tradición fue considerado como muy los filósofos que los han defendido y "dogmáticos". Puede preguntarse si
aceptable. Así sucede, por ejemplo con con la sola intención de alcanzar la son eclécticos los autores (especial-
San Clemente, el cual manifiesta que verdad, por lo cual la filosofía ecléc- mente los autores modernos ) que con-
hay algo bueno en cada escuela fi- tica no es en modo alguno compara- fiesan estar interesados en diversas
losófica (griega), de modo que pue- ble con la "sincrética" (véase SINCRE- doctrinas —los que dicen ser "amigos"
den usarse ciertas doctrinas filosófi- TISMO). Ejemplos de eclécticos mo- de Platón, Aristóteles (y Suárez, Ra-
cas griegas siempre que sea como me- dernos son los gassendistas carte- mus, Descartes, etc.)—, pero indican
dios y no como fines. "Por otro lado sianos, los newtonianos, los leibnizia- que "prefieren la verdad", siguiendo
—escribe San Clemente (Stromata, I, nos, etc. (Bruckner, Historia, tomo IV el famoso apotegma Plato amicus sed
vii, 37, 6)— cuando digo 'filosofía' [1774]). magis amica veritas. Es difícil dar una
no entiendo por ello la del Pórtico, o Muchas de las informaciones y de respuesta tajante a esta pregunta, por-
la de Platón o de Epicuro o de Aris- las ideas de Jacob Bruckner sobre el que todo depende del modo como se
tóteles; sino que cuanto se ha dicho desarrollo de la "secta ecléctica" se integran las diversas doctrinas en "la
de bueno en cada una de estas es- hallan reproducidas en el artículo verdad". En vista de estas dificultades
cuelas y que nos enseña la justicia "Ecléctisme" en la Encyclopédie (véase es tentador renunciar a los términos
junto con la ciencia de piedad, eso es ENCICLOPEDIA). Como podría es- 'eclecticismo' y 'ecléctico'. Sin embar-
la selección [o conjunto] que llamo perarse, el autor de este artículo apro- go, puede intentar precisarse el senti-
filosofía" (tou=to su=mpan to\ e)kleltilo/n vecha la oportunidad para expresar do de 'eclecticismo' de varios modos.
filosofi/an fhmi/). sus opiniones al respecto. Por ejemplo, 1. Pueden calificarse de "eclécti
Las doctrinas eclécticas abundaron escribe de Juliano el Apóstata: "azote cos" a los filósofos que no son "secta
durante el Renacimiento especialmente del Cristianismo, honra del eclec- rios" o "dogmáticos". En este caso,
en los autores que de algún modo ticismo". El eclecticismo es presenta- el adjetivo 'ecléctico' es más negativo
aspiraron a conciliar las principales do como "una doctrina harto razona- que positivo y se aplica a número con
"escuelas" (como las "escuelas" de ble" practicada antes de que surgiera siderable de pensadores.
Platón, Aristóteles y los estoicos). En su nombre por los antiguos y revivida 2. Puede llamarse ecléctica en un
el siglo XVIII se tendió a considerar el por modernos tales como Girolamo sentido más estricto a la filosofía de
eclecticismo como una "secta filosó- Cardano, Francis Bacon, Tommaso Victor Cousin y de sus partidarios.
fica", la secta ecléctica, de muy larga Campanella, Descartes, Leibniz y otros El propio Cousin (VÉASE ) se consi
historia. En su Historia critica philo- autores. Doctrinas eclécticas, a su en- deró a sí mismo como "ecléctico" y
sophiae (tomo II [1742], págs. 189- tender, son el "cartesianismo", el su doctrina es llamada con frecuencia
462), Jacob Brucker se extiende casi "leibnizianismo" y "los seguidores de "esplritualismo ecléctico". Debe ob
interminablemente sobre la "secta Thomasius". Todo ello no significa servarse que para Cousin el eclecticis
ecléctica". Según Bruckner, la secta que los principios de "los eclécticos" mo es a la vez una posición filosófica
ecléctica se originó (genuit) de la sec- sean buenos sin reservas. Así, por y una determinada fase en la histo
ta platónica. El método propio de la ejemplo, los "principios de la dialécti- ria de la filosofía. La posición filo
secta ecléctica consiste en elegir de ca de los eclécticos" son oscuros por sófica consiste en la adopción de un
todas las demás sectas las opiniones tratarse en su mayor parte de "ideas criterio en vista del cual se seleccio
que son más "apropiadas a la verdad" aristotélicas tan quintaesenciadas y nan las doctrinas del pasado. Por eso
y más "apropiadas para ser unidas con tan refinadas, que lo bueno se ha eva- Cousin escribió: "No aconsejo, cier
las propias meditaciones". En rigor, la porado de ellas, de modo que se ha- tamente, ese ciego sincretismo que
secta ecléctica es antiquissima y ofrece llan en todo instante muy cerca de la perdió a la escuela de Alejandría y
numerosos ejemplos: los pitagóricos verborrea". Tales principios, lo mismo que intentaba aproximar por la fuerza
sacaron (seleccionaron) algo de los que los de la cosmología y teología de los sistemas contrarios. Lo que reco
egipcios; Platón, de "la filosofía los eclécticos proceden en su mayor miendo es un eclecticismo ilustrado
itálica, socrática, heraclítea", etc. Pero parte de "nuestro muy ininteligible fi- que, juzgando con equidad e inclusi
de un modo propio la "secta eclécti- lósofo, Plotino". ve con benevolencia todas las escue
ca", cuando menos la antigua, está Actualmente no se habla ya de "es- las, les pida prestado lo que tienen de
constituida sobre todo, según Bruck- cuela ecléctica" o de "secta ecléctica" verdadero y elimine lo que tienen de
ner, por autores que hoy se estiman en virtud de la distinta imagen que, falso. Puesto que el espíritu de partido
neoplatónicos (Plotino, Porfirio, Ame- a partir de Hegel sobre todo, se tiene nos ha dado tan mal resultado hasta
lio, Proclo, Suriano, Damascio, Jám- de la historia de la filosofía (véase el presente, ensayemos el espíritu de
blico), así como por Juliano el Após- FILOSOFÍA [HISTORIA DE LA ]. Tampoco conciliación" (Du Vraie, du Beau, du
tata. Bruckner presenta un número se consideran necesariamente como Bien. Discurso preliminar). El eclec-
(muy elevado) de "tesis" de la "secta "eclécticos" los filósofos que Bruckner tismo, según Cousin, no disuelve la
ecléctica" que son en gran parte "te- y la Encyclopédie nombraban tales. filosofía en su historia. Por el contra
sis neoplatónicas". En cuanto a la "re- Acaso se considerarían como eclécti- rio, "la crítica de los sistemas exige
surrección de la filosofía ecléctica" en cos a Cicerón o a Andrónico de Rodas, casi un sistema, y la historia de la filo
la época moderna, no se trata sola- pero sólo en tanto que no resulta siem- sofía se ve obligada a pedir prestada,
mente de una tendencia a restaurar la pre fácil adscribirlos a una determi- por lo pronto, a la filosofía la luz que
antigua secta ecléctica, sino más bien nada "escuela". Los "leibnizianos" y debe devolverle oportunamente con
de la tendencia a aceptar principios los "wolffianos" no serían llamados creces" ( loc. cit.). Puede verse que el
claros y evidentes sean cuales fueren hoy "eclécticos", sino por ventura eclecticismo de Cousin es resultado de
496
ECO ECO ECO
una "actitud" conciliadora, tolerante brevemente en qué consisten cada tóricas y espirituales de k actividad
y esencialmente "moderada". Por me- uno de estos análisis. económica humana.
dio de esta actitud se intenta "salvar" En tanto que objeto de una onto- En lo que toca al segundo punto
el pasado pero no restituirlo íntegra- logía descriptiva, la economía es con- —la "economía del pensamiento" o
mente. siderada como una actividad humana "economía del pensar"—, el concepto
3. Pueden subrayarse varios ele- destinada a la producción de ciertos de economía es primordialmente un
mentos presentes, totalmente o sólo en valores de utilidad. La ontología de concepto metodológico o, si se quiere,
parte, en toda tendencia ecléctica. Al- la economía es, pues, una de las lla- gnoseológico-metodológico. Se ha ha-
gunos de estos elementos han sido in- madas "ontologías regionales". Como blado al respecto de un "principio
dicados en [1] y [2]: son principal- lo producido son valores, la ontología de economía" (y, más propiamente,
mente la oposición al dogmatismo y en cuestión se yuxtapone a una axio- de una "regla de economía"). No
el radicalismo en nombre de la tole- logía o teoría de los valores útiles, debe confundirse este principio con el
rancia y la conciliación. Otros elemen- y en ocasiones a ciertas partes de la de la menor acción, pues mientras el
tos son: la busca de un criterio de antropología (v.) filosófica. último tiene alcance físico y metafí-
verdad que permita no sólo justificar En tanto que objeto de una epis- sico, el primero tiene alcance metodo-
las propias posiciones, sino también temología de las ciencias naturales, lógico, gnoseológico o metodológico-
posiciones adoptadas desde otros pun- la economía es considerada como una gnoseológico. El principio de la me-
tos de vista; la busca de una armo- actividad humana sometida a ciertas nor acción es un principio de carácter
nía (VÉASE) entre posiciones aparen- leyes de acuerdo con las cuales tiene sumamente general al cual se supone
temente contrarias, pero que, "en el lugar la producción de bienes, su dis- que "se pliegan" todos los procesos
fondo", se estima concordantes. El tribución y su consumo. Tal episte- naturales, y más específicamente los
eclecticismo no es entonces un sin- mología alcanza sus mayores triunfos procesos mecánicos. El principio de
cretismo — por lo menos si defini- cuando prescinde, en la medida de economía establece que, dados dos
mos a éste como una tendencia a fu- lo posible, de factores históricos (o métodos (o, en general, dos modos o
sionar elementos simplemente por el histórico-psicológicos) y cuando se formas de pensamiento) con vistas a
deseo de fusionarlos. No es tampoco refiere a la actividad económica que llevar a cabo descripciones, análisis,
un integracionismo (VÉASE ), en el tiene lugar en sociedades cuantitati- demostraciones, etc., debe preferirse el
cual hay una cierta tendencia "dia- vamente importantes y relativamente método que alcance iguales resulta-
léctica" que no se halla en el eclec- niveladas. Todo lo "espiritual" —sea dos con menor número de medios
ticismo. El sincretismo es mera acu- en sentido subjetivo u objetivo— es (conceptuales) — si se quiere, con
mulación; el integracionismo pretende eliminado del análisis epistemológico menor número de supuestos, reglas,
ser una creación. Por otro lado, el naturalista. conceptos, etc. El principio de econo-
eclecticismo no es —o no es necesa- En tanto que objeto de una epis- mía puede aplicarse a los llamados a
riamente— ese mosaico de que habla- temología de las ciencias del espíritu, veces "sistemas ideales" lógica, mate-
ba Simmel, mosaico compuesto con la economía es considerada como una mática, etc.), lo mismo que a lo que
fragmentos de ideas enteramente da- de estas ciencias. Sin desconocerse podría calificarse de "sistemas reales"
das y con cristalizaciones dogmáticas. sus bases naturales, se estima entonces (la Naturaleza o parte de ella, la cul-
La característica más saliente del que los bienes calificados de econó- tura o parte de ella, etc.).
eclecticismo parece ser la moderación micos pueden ser tales únicamente Una de las formulaciones más co-
constante, inclusive con respecto a la cuando el espíritu subjetivo u objeti- nocidas del principio de economía es
propia actitud ecléctica. Por eso el vo (o ambos) les han impuesto sus la regla Entia non sunt multiplicanda
eclecticismo no es tampoco un histo- determinaciones. La economía en sen- praeter necessitatem. En el artículo
ricismo ( VÉASE ). tido científico-espiritual se preocupa, dedicado a esta regla (véase ENTIA,
ECONOMÍA. En dos sentidos pue- pues, por ello grandemente de las etc.), nos hemos referido a sus diver-
de examinarse el concepto de econo- condiciones psicológicas de la produc- sas formulaciones. Nos limitaremos
mía desde el punto de vista filosófico: ción económica y en particular de las aquí a señalar que esta regla es ad-
desde el ángulo de la fundamentación condiciones históricas, llegando —en mitida, implícita o explícitamente, por
filosófica de la economía (o reflexión las direcciones más historicistas— a casi todos los filósofos y científicos.
filosófica sobre la economía) y desde hacer depender la forma de la econo- Los filósofos que no parecen haber
el ángulo de la cuestión de la llamada mía de la historia, y no viceversa. economizado medios conceptuales no
"economía del pensamiento" — al Conviene observar que los tres ti- son necesariamente enemigos del prin-
que nos hemos referido asimismo en pos de análisis antes mencionados no cipio de economía. Lo más probable
otros artículos (véase ACCIÓN [ΡRIΝ- se presentan nunca en toda su pure- es que, confrontados con cualquier
CI PI O DE LA M EN OR ] y EN TI A NON za y que la mayor parte de las filo- crítica relativa a la abundancia de me-
SUNT MULTIPLICANDA PRAETER NE- sofías de la economía incluyen los dios conceptuales por ellos emplea-
CESSITATEM ). tres puntos de vista si bien con pre- dos, dichos filósofos respondan que
En lo que toca al primer punto, el dominio de uno de ellos. Una concep- no hay tal "abundancia" y que si em-
concepto de economía puede ser ob- ción integradora de la filosofía de la plean más conceptos que otros filó-
jeto de una ontología descriptiva, de economía comenzaría con una onto- sofos es porque quieren expresar algo
una epistemología de las ciencias na- logía descriptiva, seguiría con un aná- que los últimos no han alcanzado a
turales y de una epistemología de las lisis científico-natural y terminaría ver o a comprender. Sin embargo, el
ciencias del espíritu. Reseñaremos con un estudio de las condiciones his- principio de economía como regla ex-
497
ECO ECO
plícita ha sido destacado especialmente nomía del pensar". Ello ocurre, a
por varios filósofos a partir de las nuestro entender, sobre todo con el
últimas décadas del siglo XIX. Entre operacionalismo ( VÉASE ).
estos filósofos se han distinguido Rus- Según V. Jankélévith ("Signification
sell, Mach y Avenarius ( VÉANSE ). spirituelle du principe d'économie",
Russell ha tratado el principio de eco- Revue philosophique de la France et de
nomía sobre todo en la lógica; Mach, l'Étranger, 53a année (1928), 88-126,
sobre todo en la física y en la episte- incorporado en su libro L'Alternative
mología; Avenarisus, sobre todo en la [1938], Cap. II), "hay que ser
epistemología como estudio de la "tra- pragmatista para creer todavía en el
ma de la experiencia". De estos tres principio de economía". Este principio
filósofos es probablemente Avenarius forma, según dicho autor, "la espina
el que ha colocado el principio de eco- dorsal de una teoría utilitaria y bioló-
nomía más en el centro de sus ideas. gica de la ciencia" y "traduce la cre-
Simples razones de vocabulario nos ciente indiferencia experimentada por
han llevado a exponer las ideas de los filósofos con respecto al contenido
Avenarius al respecto, así como algu- de las cosas". El principio de econo-
nas de las objeciones suscitadas por mía es adoptado por los que se intere-
las mismas, en el artículo ACCIÓN san únicamente en el "trabajo del es-
(PRINCIPIO DE LA MENOR). Avenarius píritu" y no en "los problemas del es- ECONOMÍA DEL PENSAR (PRIN-
empleo, en efecto, la expresión 'prin- píritu". Ahora bien, es posible encon- CIPIO DE). Véase ECONOMÍA. Tam-
cipio del menor gasto de energía', la trar en dicho principio una significa- bién, ACCIÓN ( PRINCIPIO DE LA ME -
cual ofrece una factura muy similar ción "más profunda" que nos ofrezca NOR).
a la expresión 'principio de la menor el modo de romper el "universo aca- EDDINGTON (ARTHUR STAN-
acción'. Ello no significa que en Ave- bado y administrativo" en el cual pa- LEY) (1882-1944), nac. en Kendal
narius se confundan los dos princi- rece encerrarnos. Jankélévitch habla a (Westmorland, Inglaterra), fue, desde
pios; el principio de Avenarius sigue tal efecto de una distinción entre "eco- 1913, "lumian Professor" de astrono-
siendo esencialmente un "principio nomía cerrada" y "economía abierta". mía y "filosofía experimental" en
del pensar" y no de la realidad. Ejemplos de economía cerrada son: Cambridge. Conocido sobre todo co-
Sin embargo, se ha dicho a veces la limitación del esfuerzo, la reduc- mo astrónomo y físico, aquí destaca-
que, por lo menos en la formulación ción de las realidades a un mínimo; remos las ideas de Eddington de in-
que dieron al principio de economía la sistematización y en particular la terés para la teoría del conocimiento
Mach y Avenarius, resulta poco claro aspiración a la simetría. La economía y filosofía de la Naturaleza.
si se trata de una regla metodológica cerrada no es inventiva sino previsora. Eddington ha considerado los con-
o de una doctrina basada en supuestos Ejemplos de economía abierta son: la ceptos físicos como estructuras men-
biologistas. Según Husserl (Logische idealización de la Naturaleza por el tales por medio de las cuales se
Untersuchuungen; trad, esp.: Investi- espíritu; el hábito ( en el sentido de aprehenden los fenómenos; de la for-
gaciones lógicas. Prolegómenos, § 53), Ravaisson); el "teleoclinismo". La eco- ma de tales estructuras depende la
"como quiera que se formule, el prin- nomía abierta es inventiva y adivina- aprehensión. Por lo tanto, los concep-
cipio [de economía del pensar] tiene toria. Ello no significa que haya un tos físicos no describen de un modo
el carácter de un principio de evolu- abismo entre "las dos economías". invariable la realidad física "en sí
ción o de adaptación que se refiere Ambas se basan en el mismo fenóme- misma". Se ha considerado por ello
a la concepción de la ciencia como no: el "fenómeno mnémico". Pero, que Eddington ha sostenido una epis-
una adaptación de los pensamientos además, una de estas economías —la temología idealista o, cuando menos,
a las distintas esferas de los fenóme- "cerrada o realizada"— aparece como criticista, pero puede asimismo indi-
nos, adaptación lo más adecuada po- una degeneración de la otra — la carse que su epistemología es fuerte-
sible o la que más fuerzas ahorra"; "abierta o generosa". Hay en la eco- mente "simbolista". En todo caso,
por este motivo, el principio de refe- nomía una duplicidad y, con ello, una ciertos conceptos, tales como el de
rencia en Mach y Avenarius tiene, se- "alternativa". permanencia (o, en términos tradicio-
gún Husserl, "un carácter teleológi- nales, "substancia"), son vistos por
co". Eddington como simbolizaciones re-
En la actualidad preocupa poco a sultantes de "selecciones" mentales lle-
los filósofos el modo como el princi- vadas a cabo por el físico. Eddington
pio de economía del pensar fue pre- se ha opuesto al mecanicismo y deter-
sentado por Mach, Avenarius o hasta minismo clásicos en cuanto lo que
Russell. La expresión misma 'econo- podrían llamarse "simbolizaciones In-
mía del pensar' ha caído casi en adecuadas". Interesante es también
desuso en la literatura filosófica con- filosóficamente la teoría física de Edd-
temporánea. Pero ciertas doctrinas ington llamada "teoría fundamental",
epistemológicas parecen ser particu- en la cual llega a resultados simila-
larmente aptas para formular un nue- res a los de la teoría de la relatividad
vo y más riguroso "principio de eco- generalizada, pero sin partir de los
EDU EDU EDU
datos y supuestos einsteinianos. Se ha más usual es que uno implique al puedan proporcionar auxilio en la ci-
alegado en vista de ello que Edding- otro, de tal modo que los procedi- tada labor de esclarecimiento: antro-
ton llegó a tales resultados porque los mientos usados dependen con fre- pología, psicología, sociología, biolo-
conocía de antemano y dispuso su cuencia de los fines generales mante- gía, historia, etc., etc. Ahora bien,
"teoría fundamental" en vista de tales nidos, y éstos a su vez están determi- aun reduciendo la filosofía de la edu-
resultados, pero la cuestión está aún nados en gran parte por los métodos cación a una dilucidación no dogmá-
lejos de estar resuelta. empleados. Esta mutua interdepen- tica del problema educativo (o pro-
dencia se hace patente en las ideas y blemas educativos) es usual (y hasta
métodos de trabajo adoptados por mu- inevitable) que el filósofo opere de
chos educadores, especialmente de los acuerdo con ciertos supuestos. Tal
que no se han limitado a la elabora- ocurre especialmente cuando se trata
ción concreta de métodos y técnicas de sentar, o descubrir, los "fines de la
de aprendizaje específicos. Así, edu- educación". En tal caso desempeñan
cadores como Pestalozzi (v. ) y Georg un papel fundamental ciertas convic-
M. Kerschensteiner (1854-1921) han ciones "previas" —políticas, religio-
sobrepuesto (o sotopuesto) a menudo sas, etc.—, así como ciertas ideas que
a la labor metódica concreta una re- pueden estimarse muy básicas —como
flexión sobre los fines de la educación. la idea que se tenga acerca de lo que
Otros, como Herbart o Dewey, han es el hombre, cuál es su puesto en el
propuesto ciertos métodos en vista mundo, etc.—, y también ciertas
de ciertos fines. Por los ejemplos ci- creencias características de una deter-
tados se puede ver que la cuestión minada cultura, o de un determinado
de los fines, aun sin absorber com- período histórico. Muy importante para
pletamente el problema de los mé- determinar tal "fin (o fines) de la
todos, ha ocupado principalmente a educación" han sido las ideas mante-
los que son, estrictamente hablando, nidas acerca de cuál sea la más des-
filósofos. Ello es comprensible: el tacada o fundamental de las "facul-
problema de los fines de la educación tades" en el hombre. También han
es considerado habitualmente como sido importantes las ideas mantenidas
una cuestión filosófica. El examen acerca de la naturaleza del individuo
de la misma es uno de los principales y su relación con la comunidad. Ha
temas de la llamada filosofía de la habido, en efecto, filosofías de la edu-
educación, la cual se distingue de la cación de sesgo intelectualista; otras,
pedagogía en tanto que esta última de carácter voluntarista; otras, de ten-
suele destacar las cuestiones de méto- dencia emotivista. Ha habido asimis-
do y de procedimiento. mo filosofías de la educación indivi-
Por la índole de la presente obra dualistas, colectivistas, personalistas,
nos interesan aquí únicamente los pro- transpersonalistas, etc., etc.
blemas filosóficos de la educación. Es- Uno de los "problemas eternos"
tos problemas han sido tratados de con que tienen que habérselas todos
muy diversas maneras. Algunos auto- los filósofos de la educación es el de
res han considerado que los proble- determinar ( sea en general, sea en ca-
mas filosóficos planteados por la edu- sos concretos) la parte que le toca,
cación pueden resolverse únicamente o debe tocarle, desempeñar a la lla-
dentro de una filosofía general. En mada "espontaneidad" del individuo,
este caso la filosofía de la educación y la parte que le toca, o debe tocarle,
se convierte en una de las disciplinas desempeñar a la llamada "espontanei-
EDUCACIÓN. Los problemas que filosóficas pertenecientes al grupo de dad" del individuo, y la parte que le
plantea la educación pueden dividirse las llamadas "filosofías de" (de la toca, o debe tocarle, desempeñar a los
en dos grupos: técnicos y generales. sociedad, de la historia, de la ciencia, llamados "bienes culturales" entre los
Los problemas técnicos son problemas de la religión, etc.). Esta opinión es que vive el individuo. Dos teorías ra-
de procedimiento y requieren el estimada hoy día como demasiado "es- dicales y extremas se han afrontado
conocimiento de las situaciones peculativa", y se tiende a afirmar que en este respecto. Según una, hay que
concretas y de los medios que pue- la misión del filósofo con respecto a dar rienda suelta a la espontaneidad
den emplearse en vista de ellas. Los la educación se Umita al examen y, individual, pues de lo contrario la asi-
problemas generales son en la mayor sobre todo a la aclaración de ciertas milación de los bienes culturales es
parte de los casos problemas de sen- cuestiones suscitadas por el proceso forzada y, en última medida, contra-
tido y exigen una reflexión sobre los educativo. No es, pues, ya tan usual producente. Según otra, hay que "con-
diversos fines en vista de los cuales como lo fue antaño intentar derivar ducir" o "educar" al individuo tratan-
se dirige el proceso educativo. una pedagogía de una filosofía. En do de hacerle asimilar los bienes Cul-
Los citados dos grupos de proble- vez de ello, la filosofía de la educa- turales, inclusive, si es menester, con
mas no se excluyen mutuamente. Lo ción recurre a todas las ciencias que amenazas o castigos, pues de lo con-
499
EDU EDU
trario los bienes culturales se asimi- económica y culturalmente desarrolla-
lan insuficientemente, o imperfecta- da, la educación desempeña un papel
mente. La primera teoría ofrece ten- cada vez más fundamental. Hablar en
dencias llamadas "progresistas"; la se- general de "la educación de las
gunda teoría, tendencias llamadas masas" o de "la educación por el tra-
"tradicionalistas" o "conservadoras". bajo" o de "la educación que da la
Los partidarios de la primera teoría vida", etc., es decir tanto respecto a
desconfían a menudo del valor de los la educación que no se dice apenas
bienes culturales por sí mismos, y con nada. Pero examinar con detalle los
frecuencia del valor de los bienes cul- problemas que plantea la educación
turales de una cierta sociedad, perío- como incorporación ordenada de bie-
do histórico, etc. Los partidarios de la nes culturales con vistas a su compren-
segunda teoría confían de un modo sión, y sobre todo a su transformación,
casi absoluto en el valor de un deter- es sacar la filosofía de la educación
minado complejo o sistema de tales de los angostos límites en que algu-
bienes culturales. Unos, pues, desta- EDUCCIÓN. Véase BACON ( FRAN-
nos autores la habían colocado para CIS).
can y fomentan la espontaneidad y la relacionarla con todas las cuestiones
libertad; otros, la disciplina y la auto- EDWARDS (JONATHAN) (1703-
que afectan a la vida humana como 1758), nac. en South Windsor, Con-
ridad. Entre estas teorías se sitúan
vida en sociedad. necticut (EE.UU.), presidente de la
gran número de doctrinas intermedias.
Común a muchas de éstas es la idea Universidad de Princeton, New Jer-
de que deben asimilarse los bienes sey (EE.UU.), es considerado como
culturales respetando a la vez la es- el más distinguido de los teólogos cal-
pontaneidad del individuo. Los parti- vinistas norteamericanos. El interés
darios de estas doctrinas intermedias que ofrece Jonathan Edwards como
tratan de reconocer el complejo juego filósofo reside sobre todo en su refor-
que hay entre lo espontáneo y libre, mulación de la teología calvinista a la
y lo disciplinario y autoritario. luz de las ideas de Locke y de la "fi-
Lo dicho hasta ahora es, por des- losofía natural" de Newton. Jonathan
contado, muy esquemático, y dema- Edwards trató de conciliar de este mo-
siado abstracto, pero nuestra intención do el pietismo con la "filosofía ilus-
era destacar simplemente algunos pro- trada". Con ayuda de esta filosofía
blemas llevando, para mayor claridad, Jonathan Edwards defendió la idea
ciertas actitudes básicas a un extremo. de la predestinación estricta en sentido
Con este espíritu mencionaremos, para calvinista. A base de la psicología
terminar, una cuestión en filosofía de empirista de Locke defendió la doctri-
la educación que va adquiriendo cada na del carácter fundamentalmente de-
día mayor importancia. Es la cuestión pravado del hombre. La misma psico-
de los límites (caso que los haya) del logía, y las tendencias empiristas loc-
proceso de la educación según la edad kianas, le ayudaron a defender la te-
del hombre. La mayor parte de las sis de que las verdades religiosas no
filosofías de la educación en el pasado dependen de argumentos racionales,
han considerado sobre todo el niño y, sino de la experiencia — a su enten-
luego, por extensión, el adolescente y der, de la experiencia mística, única
el joven. Hoy se tiende a considerar verdaderamente religiosa.
que la educación del hombre puede
no cesar, y aun debe no cesar, nunca,
transformándose solamente de acuer-
do con las diversas edades, capacida-
des, intereses, etc. Esta tendencia ac-
tual corre el riesgo de hacer tan va-
gos los problemas de la educación,
que sólo por hábito o comodidad
puede seguir empleándose el término
'educación' para designar muy distin-
tos fenómenos, especialmente fenóme-
nos de que se ocupan la psicología y
la sociología. Pero si se afinan los con-
ceptos suficientemente, la tendencia
en cuestión puede resultar muy fecun-
da, ya que en ella se tiene en cuenta
que, especialmente en una sociedad
EFE EGI EGI
of J. E., 1960 (según el autor, J. E. den y en 1295 fue nombrado arzo- lado, en la tesis de que, aun acep-
no fue un puro calvinista). — Véase bispo de Bourges. La Orden de los tándose las quinque viae tomistas
también H. W. Schneider, A History Ermitaños de San Agustín lo consi- para la demostración de la existencia
of American Philosophy, 1946 (trad. deró ya desde 1287 como su doctor de Dios ( VÉASE ), tal existencia es
esp.: Historia de la filosofía norte- oficial. también evidente por sí misma. En
americana, 1950). sus doctrinas político-eclesiásticas,
Muchas de las doctrinas de Egidio
EFECTO. Véase CAUSA. Romano tienen como base o, cuando Egidio Romano se inclinó en favor de
EFICIENTE. Véase CAUSA. menos, como punto de partida la fi- la supremacía completa del poder pa-
EGIDIO DE LESSINES, Aegidius losofía aristotélico-tomista. Sin em- pal inclusive en asuntos temporales;
de Luxinis, Gil de Lessines (ca. 1230 - bargo, tanto por la influencia de el hecho de que tal poder no sea
ca. 1304), nac. en Lessines (Bélgica), Proclo y de San Agustín como por el siempre empleado, no significa, según
miembro de la Orden de los desarrollo interno de su propio pen- Egidio Romano, que no exista en
Predicadores, estudió bajo el magiste- samiento, el llamado "tomismo de principio.
rio de Alberto el Grande. Uno de los Egidio Romano" es sólo relativo; en Las doctrinas de Egidio Romano
primeros filósofos que siguieron las rigor, se separó en muchos puntos de dieron origen a una escuela egidiana
orientaciones tomistas, Egidio de Les- la doctrina del Aquinate. La activi- (schola aegidiana) que persistió in-
sines defendió la doctrina de la uni- dad de Egidio Romano en las con- clusive hasta el siglo XVIII y que
dad de la forma no solamente en los troversias filosóficas de la época fue contó entre sus miembros principales
compuestos distintos del hombre, sino grande; notoria fue en particular su a varios filósofos de la Orden de los
también en el hombre. Egidio de polémica contra Enrique de Gante. Ermitaños de San Agustín. Menciona-
Lessines rechazó los argumentos en Egidio Romano defendió, en efecto, mos al efecto a Jacobo de Viterbo;
contra de dicha teoría y en favor contra la tesis de la pluralidad de a Augustinus Triumphus [Agostino
de la tesis de la pluralidad de for- formas la doctrina de la unidad de Trionfo] (1243-1328), autor de nu-
mas proporcionados por Roberto Kil- la forma substancial. Además, se opu- merosos escritos filosóficos (entre
wardby en su carta a Pedro de Con- so a la distinción intencional o ra- ellos comentarios a Aristóteles y a las
fleto, e intentó mostrar que la posi- cional entre la esencia y la existencia, Sentencias) y de una influyente Sum-
ción tomista al respecto no ofrece y defendió una distinción real. En ma de potestate papae, dedicada a
las dificultades teológicas que desta- este último punto fue, empero, mu- Juan XXII; y a Tomás (Thomas ab
caban sus oponentes. Característico cho más allá de Santo Tomás, pues Argentina) (t 1357), autor de un
de la doctrina de Egidio de Lessines no consideró la esencia como una comentario a las Sentencias.
es la afirmación de que cada forma forma y la existencia como un acto, Egidio Romano es autor de nume-
posee un ser específico. sino ambas como dos cosas que se rosos comentarios a Aristóteles, repe-
El tratado de Egidio de Lessines distinguen como cosas (res) y son, tidas veces editados durante los si-
contra la carta de Roberto Kilward- glos XV y XVI. Mencionamos los co-
bv se titula De unitate formae, escri- por ende, separables. El motivo prin-
cipal del radicalismo de Egidio Ro- mentarios a Priora Analytica, edita-
to hacia 1278 y ed. por M. de Wulf dos en 1499, 1504, 1516, 1522; a
en el tomo I de la serie Les Philo- mano en este punto era su argumento Posteriora Analytica, 1488, 1495,
sophes Belges (1901). Otro escrito: de que sólo la mencionada distinción 1500, 1513, 1530; a la Physica, 1483,
De usuris, ed. en Opuscula de Santo real podía evitar la afirmación de 1491, 1493, 1496, 1502; al De gene-
Tomás de Aquino (Opusculum 73; que las criaturas existen en virtud de ratione et corruptione, 1480, 1493,
Opera omnia, XVII, 1570). — Véase su propia esencia. En rigor, la exis- 1498, 1500, 1518, 1520, 1555, 1567;
A. Birkenmajer, Vermischte Un- tencia creada es, según Egidio Ro- al De anima, 1496, 1499, 1500; a
tersuchungen zur Geschichte der mano, una participación en la esen- varios libros de la Metaphysica
mittelalterlichen Philosophie, 1922 [Quaestiones metaphysicales], 1499,
[Beiträge zur Geschichte der Philoso- cia divina, aunque no en la forma
de la emanación, sino por medio de 1501, 1552. Escribió también comen
phie des Mittealalters, XX. 5, págs. tarios al Liber de causis (1550), a
36-9). — P. Glorieux, Répertoire des la creación. Unida a la citada doc- las Sententiae (5 vols., a cargo de A.
Maîtres en théologie de Paris au XIIIe trina se halla la tesis de que el en- de Aguilar, 1707). Son importantes
siècle, 1933. tendimiento activo ilumina el enten- sus Quaestiones disputatae de ente
EGIDIO ROMANO, Aegidius Ro- dimiento pasivo, con lo cual se pro- et essentia, sus Quaestiones quodli-
manus, Gil de Roma, llamado Co- duce la especie inteligible, la cual betales, sus diversos Theoremata (de
lonna (ca. 1247-1316), nac. en Roma, informa el entendimiento y hace po- corpore Christi, de ente et essentia),
fue calificado de doctor fundatissi- sible la intelección. Las diferencias su De formatione corporis humanis
mus. Ingresó en la Orden de los Er- de opinión entre Egidio Romano y (1515, 1524, 1528, 1551), su De inte-
Santo Tomás de Aquino se manifiestan llectu possibili y De gradibus forma-
mitaños de San Agustín (Orden de rum (estos dos últimos incluidos en
Juan Bon, constituida en orden men- asimismo en dos puntos importantes. la edición de 1550 de De anima ). La
dicante a partir de 1256), estudió Por un lado, en la tesis del primero obra político-eclesiástica referida en
en París, quizá bajo el magisterio de de que, siendo la forma del cuerpo el artículo es De ecclesiastica pro
Santo Tomás de Aquino (1269-1272), humano o alma y el cuerpo entidades testate (ed. R. Scholz, reimp., 1960).
profesó en la misma ciudad hasta que no sólo distintas, mas también Observemos que su anterior obra
fue afectado por la condenación de separables, el cuerpo es numé- de filosofía política titulada De re-
1277, pero volvió a ella como maestro ricamente el mismo aun separado gimine principum es más moderada
de teología de 1285 a 1295. En 1292 del alma, no necesitándose, así, una y no defiende el completo absolu
fue elegido Vicario General de su Or- forma de la corporeidad. Por otro tismo papal ( Cfr. al respecto Glosa
501
EGO EGO
según la cual el fundamento de todo interés". En este sentido se han re-
conocer se halla en el yo, y especial- referido al "egoísmo" (sin usar este
mente en el "yo individual", en el "mí nombre) varios autores modernos. Por
mismo" o solus ipse. Es frecuente con- ejemplo, Hobbes, Spinoza, Bernard de
siderar el egoísmo como una especie Mandeville y otros han indicado que
de "solipsismo práctico", es decir, co- los hombres se mueven por sus pro-
mo la actitud según la cual lo único pios intereses, es decir, "egoísticamen-
que realmente importa es "yo mismo", te". Ello parece hacer imposible la so-
a diferencia de los "otros" y aun con- ciedad. Pero es posible concebir una
tra los "otros". sociedad donde, sin haber desapare-
Este vocabulario es hoy el más cido el egoísmo, se haya transforma-
usual. Sin embargo, debe tenerse en do; en verdad, la transformación del
cuenta que los vocablos 'egoísmo' y egoísmo de cada cual (que lleva a
'solipsismo' fueron empleados durante la aniquilación de todos por todos)
el siglo XVIII —cuando comenzaron a en egoísmo colectivo (por medio del
ser usados por autores como Wolff, cual cada individuo adquiere una re-
Baumgarten, Tetens, Mendelssohn, lativa seguridad) es lo que hace po-
Kant y otros autores— o bien indife- sible, según Hobbes, la sociedad.
rentemente, o bien en sentido contra- Para Bernard de Mandeville, por otro
rio al anteriormente indicado. Cuan- lado, la combinación de los egoísmos
do se emplearon indiferentemente, ta- individuales puede dar lugar, y da
les vocablos designaron una doctrina usualmente lugar, a beneficios comu-
según la cual el fundamento de todo nes. Una doctrina parecida a la hobbe-
conocer y de todo obrar se halla en el siana es mantenida por Félix Le Dan-
yo, en el ego o el solus ipse. Cuando tec en su obra L'egoisme, seule base
se emplearon distinguiéndose entre de toute société (1911). Según di-
ellos, se tendió a considerar el egoís- cho autor, el estado llamado "civiliza-
mo como un "yoísmo teórico" y el do" es una capa sobrepuesta y fácil-
"solipsismo" como un "yoísmo prácti- mente desmontable. La existencia hu-
co". Durante el siglo XIX se tendió o mana es, en último término, indivi-
bien a distinguir entre "egoísmo teó- dual, de modo que el "progreso" no
rico" y "egoísmo práctico" (como hace la afecta. El egoísmo es, al parecer de
Schopenhauer) o bien a distinguir en- Le Dantec, el "constitutivo natural"
tre el egoísmo como una "actitud" y del hombre que se revela tan pronto
el solipsismo como una "doctrina so- como se prescinde de todo lo que ha
bre el conocimiento", que es la distin- agregado al hombre "la cultura" y el
ción todavía usada hoy. llamado "progreso".
Antes de usarse los términos 'egoís- Además de las distinciones antes se-
mo' y 'solipsismo', hubo ya doctrinas ñaladas se han propuesto de vez en
egoístas y solipsistas ( o, como las lla- cuando clasificaciones de formas de
maremos desde ahora, "egoístas"). egoísmo. Una de ellas es la de Kant en
Hubo asimismo análisis del egoísmo y su Anthropologie in pragmatischer
de las actitudes egoístas. Parte de lo Hinsicht (I, § 2). Según Kant, hay
que Aristóteles dice sobre "el amor que distinguir entre egoísmo lógico
a sí mismo" o φιλαυτία (en Eth. Nic., (en el cual se mantiene el propio jui-
IX, 1168 a 28 - 69 b 2) se refiere a cio sin considerar el de los demás),
lo que se ha llamado con frecuencia egoísmo estético (en el cual se afir-
"egoísmo". Éste, sin embargo, tiene ma el propio gusto), egoísmo moral
muchos matices. Por ejemplo, puede (en el cual el individuo se confina a
distinguirse entre el egoísmo como su propia acción) y el egoísmo meta-
amor a sí mismo y el egoísmo en cuan- físico (en el cual se rehusa reconocer
to "amor propio"; o bien puede con- la existencia, o justificación de la exis-
siderarse este último como una mani- tencia, de otros "yos" o de la "reali-
festación del primero. Si se estima que dad externa"). Hoy día se llama a ve-
el "egoísmo" es equivalente al "amor ces "solipsismo" al egoísmo metafísi-
a sí mismo" o amor sui, puede distin- co" (que es más bien gnoseológico).
guirse entre un "egoísmo propio" y un Se pueden considerar como "egoís-
"egoísmo impropio" ( al hilo de la dis- tas" doctrinas tales como la de Stir-
EGO, ECOLOGÍA. Véase Yo. ner (VÉASE) y Nietzsche (v.), aun
tinción agustiniana entre el probus
EGOÍSMO. En Solipsismo (VÉASE) amor sui y el improbus amor sui). cuando en ambos casos son muy dis-
nos hemos referido a lo que se ha lla- El egoísmo puede ser asimismo con- tintos los fundamentos de tal "egoís-
mado a veces "egoísmo teórico", es siderado como equivalente al "propio mo". En el primer caso, se trata del
decir, a una teoría del conocimiento
502
EHR EHR EID
resultado de la afirmación de "mí mis- inseparables del conjunto de los com- EIDÉTICO. En dos sentidos por lo
mo" como "único". En el segundo ponentes y dadas de manera inme- menos puede entenderse el término
caso, se trata de la "autoafirmación" diata. Las "cualidades de forma" no 'eidético' 1. Siendo, para Platón, el
y de la "voluntad de poder". son, por lo tanto, un elemento más ei)=doj de las cosas la imagen que
Se distingue a veces entre 'egoísmo' agregado al conjunto total de la per- ofrecen cuando son contempladas en
y 'egotismo'. Con este último término cepción o de cualquier otro acto de la visión, ίδέα, de lo que son ver-
se designa el afán inmoderado de afir- la vida psíquica, sino algo unido a daderamente, el carácter eidético será
mar la propia personalidad, especial- dicho conjunto en una relación indi- propio de las esencias. Husserl ha
mente hablando excesivamente de sí visible. En la teoría de los valores, reafirmado, bien que con diferentes
mismo. El egotismo equivale en este Ehrenfels defendió contra Meinong supuestos, este carácter de las esen-
caso a un inmoderado subjetivismo. el carácter valioso de lo deseado, lo cias, y ha opuesto lo eidético a lo
En este sentido ha usado el vocablo cual no implicaba ciertamente la no fáctico, no en cuanto mera contrapo-
Santayana en su libro Egotism in Ger- adscripción del valor a cuanto no fue- sición de lo formal con lo material,
mán Philosophy (1915). se existente, pues las existencias eran sino como diferencia entre las esen-
Unamuno ha empleado también el valoradas por el hecho de que se cias (formales o materiales) y los he-
vocablo 'egotismo' (y 'egotista') para consideraba indeseable su pérdida. chos. La llamada reducción eidética
diferenciarlo de 'egoísmo' (y 'egoís- Ehrenfels superaba así las dificulta- es precisamente el resultado de poner
ta'): "El egoísta es el que defiende y des experimentadas por Meinong en entre paréntesis, de excluir o "sus-
exalta sus intereses, sus cosas, no a sí su teoría del agrado como funda- pender" las existencias con el fin de
mismo, al yo que es, y el egotista es el mento del valor, pero seguía radi- llegar a la intuición esencial. A base
que se defiende y exalta a sí mismo, cando el valor y la valoración en la de ello puede hablarse de juicios
al yo que es" (De esto y de aquello, subjetividad, sin distinguir entre el eidéticos y también de necesidad
IV, pág. 10). Comentando este pasaje hecho de poseer valor y el hecho eidética. Las ciencias de las esencias
observa Ezequiel de Olaso (Los de reconocerlo. son, así, ciencias eidéticas en las que
nombres de Unamuno [1964], Cap. I) están fundadas las ciencias de he-
que Unamuno "aparente enemigo del chos o fácticas (véase HECHO), en
egoísmo lo critica pero extremándolo virtud de la necesaria participación
y al egoísmo del tener opone el egoís- de todo hecho en su esencia. Por lo
mo del ser". tanto, la calificación de eidético con-
E. Pfleiderer, Eudämonismus und viene sólo a las esencias y a las cien-
Egoismus, 1881. — A. Dix, Der Egois- cias que se ocupan de ellas, sin que
mus, 1894. — D. Gusti, Egoismus con ello quede prejuzgado el carácter
und Altruismus, 1904. — A. Costa, formal o material de las propias
I problemi dell'egoismo. 1912. — La esencias, que no abandonan en nin-
mayor parte de las obras sobre ética
o cuestiones éticas tratan del proble- gún momento su universalidad y
ma del egoísmo y de la comparación aprioridad. Con una significación dis-
entre egoísmo y altruismo. tinta, aunque emparentada con la
EHRENFELS (CHRISTIAN, BA- husserliana, Joseph Geyser ( VÉASE)
RÓN DE) (1859-1932), nac. en Ro- emplea la noción de eidos como con-
daun (Austria), "docente privado" en tenido de una eidología o filosofía
Viena (1888-1896), "profesor extra- en tanto que "conocimiento de la for-
ordinario" (1896-1900) y titular (des- ma". Se trata en este caso de una
de 1900) en Praga, fue discípulo de noción ni puramente lógico-formal ni
Meinong y en parte de Brentano, a puramente metafísica. Las "formas"
cuya escuela es habitualmente ads- de que trata la eidología no son los
crito. Sus más importantes contribu- nombres conceptuales; son las signi-
ciones radican en el campo de la ficaciones descubiertas por medio de
psicología y de la teoría de los va- una intuición trascendental muy pa-
lores, así como en la elaboración recida a la intuición abstractiva ad-
de algunos de los principios que con- mitida por muchos neoescolásticos y
dujeron a Meinong a la fundamen- sobre todo por muchos neotomistas.
tación de la teoría de los objetos. En 2. El término 'eidético' se emplea
oposición al asociacionismo, Ehrenfels también en psicología. De un modo
defiende en sus trabajos la noción general, y aplicado a una disposición,
de la totalidad en la percepción psi- designa la tendencia a convertir los
cológica como conjunto no constitui- procesos mentales en imágenes; en
do meramente por la suma de los este sentido se dice, por ejemplo, que
elementos integrantes, que sólo por el pensamiento infantil y el de los
medio de la abstracción pueden ser pueblos primitivos es un pensar eidé-
separados. Semejante totalidad en la tico. En un sentido más particular,
percepción de los objetos es posible designa una clase especial de fenó-
gracias a las "cualidades de forma", menos psíquicos que han sido inves-
EID EÏN EIN
tigados por V. Urbantschitsch (Über ofrece una realidad cuando se la ve mulante para sus actividades cientí-
subjektive optische Anschauungs- en lo que la constituye como tal rea- ficas teóricas— y durante este período
bilder, 1907) y por Erich R. Jaensch lidad. Desde este punto de vista el se doctoró en la Universidad de
(VÉASE) y que han dado origen a una eidos es el tipo de realidad a que per- Zürich (1905). Fue profesor en la
disciplina particular llamada eidética tenece, o que es, una cosa dada. Co- Universidad de Zurich (1909-1910),
(Cfr. Die Eidetik und die typologi- mo el tipo de realidad que algo es, en la Universidad alemana de Praga
sche Forschungsmcthode in ihrer Be- es "visible", o se supone que es apre- (1910-1912), en el citado Instituto
deutung für die Jugendpsychologie hensible, por medio de alguna opera- de Zürich (1912-1913) y en la Uni-
und Pädagogik, für die allgemeine ción intelectual, el eidos es entendido versidad de Berlín (1913-1933) —en
Psychologie und die Psychophysiolo- asimismo como la idea de la realidad. cuya ciudad fue nombrado, además,
gie der menschlichen Persönlichkeit, Así, pues, el eidos es un "aspecto director de física teórica del Kaiser
1925 [trad. esp.: Eidética y explo- esencial" que parece ofrecer a su vez Wilhelm Institut. Opuesto al nazis-
ración tipológica, 1957] ). Jaensch lla- dos aspectos esenciales: el de la rea- mo por sus convicciones políticas li-
ma fenómenos eidéticos a ciertas imá- lidad y el de la aprehensión inteligi- berales y por su origen hebreo, fue
genes que no pueden ser reducidas ni ble, conceptual, etc. de la realidad. desposeído en 1933 de su cátedra y
a representaciones ni a percepciones y Cuando se funden estos dos aspectos de su ciudadanía. El mismo año
que, por consiguiente, constituyen una en uno solo tenemos la idea del eidos aceptó ser miembro del Institute of
zona indiferenciada que, mediante ul- como una esencia que es a la vez un Advanced Studies, de Princeton, don-
terior descomposición y diferenciación, concepto: el de eidos es entonces a la de residió casi ininterrumpidamente,
puede dar lugar a los procesos repre- vez algo "real" y algo "conceptual" aun después de haberse jubilado
sentativos y perceptivos. Los fenóme- (objetivo o formal). (1945). En 1921 recibió el Premio
nos eidéticos, especialmente abundan- El eidos puede ser interpretado de Nobel por sus investigaciones físicas.
tes en la vida infantil y en los procesos muy diversas maneras. Como ejemplos Éstas son fundamentales. En 1905
artísticos, pueden acercarse más o de interpretaciones clásicas menciona- presentó su teoría especial de la rela-
menos a la vida representativa y es mos las de Platón y de Aristóteles. La tividad, postuló la existencia de los
precisamente esta mayor o menor cer- diferencia capital entre estas dos in- fotones como cuantos de luz y explicó
canía a ella lo que permite una dife- terpretaciones es la de la separabili- el llamado efecto fotoeléctrico. En
renciación tipológica. Son, en cierto dad: para Platón el eidos es separable 1907 estableció la nueva ecuación entre
modo, procesos subjetivos conscien- de los individuos que participan del energía y masa (E = mc2) [véase
tes, de índole generalmente visual, eidos, en tanto que para Aristóteles el ENERGÍA]. En 1916 presentó, ya com-
pero no propiamente alucinatoria. eidos está, por así decirlo, encarnado, pleta, la teoría general de la relativi-
Las diferencias observadas en las o realizado, en los individuos. Pero dad, que había sido anticipada en
imágenes eidéticas fundamentan, así, junto a estas dos interpretaciones pue- 1911 con su teoría de la equivalen-
la tipología de Jaensch (véase TIPO) den mencionarse otras. Así, por ejem- cia de la gravedad y la inercia. Du-
y son, por lo tanto, la base no sólo plo, el eidos puede ser tomado como rante muchas décadas ha trabajado en
de una teoría de los estados pato- momento específico (separable o no) la llamada teoría unificada del campo,
lógicos, sino también de una psicolo- de una realidad, o como momento es decir, en la teoría que permitiera
gía que aspira a convertirse en antro- constitutivo de una realidad. En el unir en un solo grupo de ecuaciones
pología filosófica. primer caso, y para seguir usando ter- los fenómenos gravitorios y los elec-
Sobre la doctrina clásica del eidos: minología griega, el eidos es visto desde tromagnéticos; la formulación mate-
Nicolai Hartmann, Zur Lehre vom el logos; en el segundo caso, el eidos mática fue presentada en 1950. Im-
Eidos bei Platon und Aristoteles es visto desde la physis en cuanto portantes son los trabajos de Einstein
[Abhandlungen der Preuss. Akade- realidad. Visto desde el logos, el en cosmología y también en epistemo-
mie der Wissenschaften], 1941 (reimp. eidos puede ser a su vez una aprehen- logía; entre los últimos destaca su de-
en Kleinere Schriften, II, 1957). — fensa del determinismo frente a la
Sobre eidética en sentido psicológi- sión mental, o un concepto, o algo
co: A. Riekel, Eidética. La memoria entre los dos (según la posición adop- opinión de muchos contemporáneos.
sensorial y su investigación (trad. esp., tada en la doctrina de los universales); El presente artículo se limita a los
1950). — Sobre Jaensch: M. Krudewig, puede ser también o una intención o datos biográficos; una explicación su-
Die Lehren vn der visuellen Wahr- el término de un acto intencional. maria de la teoría de la relatividad
nehmung und Vorstellung bei E. R. Visto desde la physis en cuanto reali- einsteiniana y de algunas de las con-
Jaensch und seinen Schülern, 1953. dad, el eidos puede ser sujeto indivi- troversias filosóficas en tomo a ella
EIDOS. En varios artículos de esta dual o realidad supuestamente funda- se encontrará en el artículo Relati-
obra, especialmente en ESENCIA, FOR- mental y a la cual se "reduzcan" las vidad ( VÉASE ). Hemos hecho refe-
MA e IDEA, nos hemos referido al tér- demás realidades, etc. rencia a doctrinas de Einstein tam-
mino griego e)\idoj y a sus diversas EINFÜHLUNG. Véase EMPATIA. bién en otros artículos (véase, por
significaciones, sobre todo en autores EINSTEIN (ALBERT) (1879-1955), ejemplo, COSMOLOGÍA, ENERGÍA, FÍSI-
que han usado el propio vocablo eidos nac. en Ulm, hizo sus estudios téc- C A , M AT E M ÁT I C A , M O V I M I E N T O ,
como vocablo técnico (Platón, Aris- nicos en el Instituto Federal de Tec- TIEMPO ).
tóteles, Husserl). Indiquemos aquí nología de Zurich. Desde 1902 a Entre los escritos científicos más
simplemente que en la raíz de múlti- 1909 trabajó en la oficina de paten- destacados de Einstein mencionamos:
ples significados de eidos se halla la tes de Berna —un trabajo que, según Eine neue Bestimmung der Molekül-
noción de "aspecto" (species) que dimensionen, 1905 (folleto; publica-
propia confesión, resultó muy esti-
504
EJE
Lexikon, 1912. — Geist und Körper,
1912 (Espíritu y cuerpo). — Kant-Le-
xikon, 1930, reimp. 1961. — El co-
nocido Diccionario de conceptos filo-
sóficos: Wörterbuch der philosophi-
schen Begriffe, apareció en 1901, 4*
ed., muy ampliada, 3 vols., 1927-30.
E IX IM E N IÇ [E IX IM E N IS ]
(FRANCESC) (ca. 1340-1410), nac.
probablemente en Gerona, estudió en
Valencia, donde residió durante la
mayor parte de su vida. Miembro de
la Orden Franciscana, sus más impor-
tantes contribuciones filosóficas son: la
obra titulada Terç Del Crestià —de
carácter apologético y moral y conser-
vada sólo en parte—; el Regiment de
la cosa pública —acerca de la natura-
leza, constitución y normas de la socie-
dad civil—; el Cercapou — tratado-
religioso. Se deben asimismo a Eixi-
meniç varios opúsculos latinos (usual-
mente llamados Saltiri) y una Vida de
Jesucrist. Según algunos autores, el
EISLER (RUDOLF) (1873-1926) espíritu de las ideas de Eiximeniç es
nac. en Viena, estudió en la Universi- plenamente "medieval". Otros, en
dad de Viena bajo el magisterio de cambio, lo consideran como un "re-
W. Wundt. Eisler se inclinó en mu- nacentista" o "pre-renacentista".
chas cuestiones a la renovación de la Terç del Crestià, ed. P. Martí de
filosofía kantiana que tuvo lugar en Barcelona y Norbert d'Ordal, O. M.,
Alemania a fines del siglo XIX y co- 2 vols., 1929-1930 [Els Nostres Clàs-
mienzos del siglo xx. En metafísica, sics, serie B, 1 y 2] [237 de los 1036
sin embargo, se aproximó considera- artículos de que se compone el Terç].
blemente al pensamiento de Wundt, — Edición del Cercapou por E. San-
de quien es considerado discípulo. sone, 1959. Véase F. Martí de Barce-
Eisler defendía, en efecto, un dina- lona. Fra Francesc Eiximeni, Ç. O. M.
mismo voluntarista y una metafísica (1340-1409), 1929 [monog.: Collecta-
espiritualista que en la mayor parte nea Sarrianensia, I, 13]. — Id., id.,
de los casos parecía inclinarse al "L'Esglèsia i l'Estat segons Francesc
Eiximeniç", Criterion (1931), 325-
dualismo. Como en Wundt, las ideas 33, 337-40. — J. H. Probst, "Die
metafísicas de Eisler estaban basadas ethischen und sozialen Ideen des ka-
en una generalización inductiva de talanischen Franziskaners Eiximeniç",
los resultados de las ciencias y en una Wissenschaft und Weisheit (1938),
interpretación analógica de los fe- 73-94. — Nolasc del Molar, O. F. M.,
nómenos psicológicos. Eisler se dis- Eiximenis, 1962 [conferencia, con
tinguió por sus léxicos filosóficos: de Caps. VII-XVII de la obra de E. ti-
conceptos, de filósofos y kantiano. tulada L'Assumpcio de la Verge].
EJECUTIVO. Traducimos con el
término 'ejecutivo' el vocablo perfo-
mative introducido por J. L. Austin
(VÉASE). Traduciremos con las pala-
bras 'expresiones ejecutivas' la expre-
sión del mismo Austin perfomative
utterances. El término español 'ejecu-
tivo' es, dentro de nuestro contexto
por lo menos, tan "feo" como lo es,
según Austin, el neologismo inglés,
pero dice bastante aproximadamente
lo que Austin pretende decir. Austin
señala que el término operative ('ope-
rativo') sería asimismo adecuado, pero
que es mejor descartarlo con el fin
de evitar pensar en ciertos otros uso?
EJE EJE ELE
de operative. Lo mismo puede decir- efectivamente bautizado. Pero ello elocucionario", esto es, "la ejecución
se de Operativo'. equivale a decir que no ha sido real- de un acto al decir algo, en contraste
Austin trata de las expresiones eje- mente bautizado, o a decir que ha con la ejecución del acto de decir al-
cutivas en el artículo "Perfomative sido mal bautizado. Se puede decir go" (op. cit., pág. 99). Ejemplo de ac-
Utterances" [1956], publicado en sus "Lo prometo" y tener la intención de to elocucionario es "Arguyo que...",
Philosophical Papers, ed. J. O. Urmson no cumplir lo prometido, pero ello no a diferencia del acto locucionario
y G. J. Warnock [1961, págs. 220- significa que "Lo prometo" sea falso; ("Dijo que... " ) y del acto perlocu-
39]; en la comunicación titulada sólo quiere decir que se ha prometi- cionario ("Me convenció de que...")
"Performatif-Constatif" presentada en do insinceramente. Por ello las expre- (op. cit., pág. 102). El acto elocucio-
el Coloquio de Royaumont sobre la siones ejecutivas pueden ser, como nario posee una cierta fuerza al decir
filosofía analítica ( texto publicado en dice Austin, "felices" o "infelices". algo (op. cit., pág. 121). Puede hablar-
el volumen La philosophie analytique Otras expresiones ejecutivas son aque- se de este modo de "fuerzas elocucio-
[1962, págs. 271-81] "Cahiers de llas en las que de un modo imperso- narias". En resumen, para todas las ex-
Royaumont. Philosophie, 4; págs. 282- nal se anuncia o se prohibe algo. Así, presiones de que Austin se ha ocupado
304 con "Discusión sobre la comuni- por ejemplo, "Se prohibe echar pape- puede hablarse de: (1) La dimensión
cación de Austin y con intervenciones les" es ejecutivo porque la expresión de felicidad/infelicidad; (1a) Una fuer-
de E. Weil, R. Hare, Ph. Devaux, es a la vez la ejecución del acto de za elocucionaria; (2) La dimensión de
prohibición. verdad/falsedad; (2a) Un significado
J. Wahl, Ch. Perelman, E. Poirier y,
Austin reconoce que hay ciertas locucionario (significación y denota-
desde luego, el propio Austin); y en
expresiones que es difícil clasificar ción) (op. cit., pág. 147). Con todo lo
How to do Things with Words (1962) cual "la doctrina de la distinción eje-
como ejecutivos o no ejecutivas. Así,
[The William James Lectures, Har- cutivo/constativo se halla con respecto
decir "Eres un gandul" puede ser eje-
vard University 1955) — bien que en cutivo si al decirlo se "hace" o "eje- a la doctrina de los actos locucio-
este volumen último, como veremos, cuta" algo (si se censura a una per- narios y elocucionarios en el acto total
se sustituye la distinción entre "eje- sona), pero puede no ser ejecutivo si del habla, en la misma relación en
cutivo" y "constantivo" (de 'constar', al decirlo se insulta a la persona de que se halla la teoría especial con res-
"hacer constar') por una teoría más la cual se dice que es un gandul. Pero pecto a la teoría general (loc. cit.).
general. Antes de referirnos a ésta todo ello muestra simplemente que el Se puede preguntar qué consecuen-
procederemos a explicar el significado lenguaje (y el mundo) es asunto cias filosóficas se derivan de los aná-
de 'ejecutivo' y de 'expresiones ejecu- complicado y no se deja reducir a es- lisis de Austin. El mismo autor sugiere
tivas' en el sentido de Austin. quemas absolutamente bien definidos que una de ellas es que el objeto que
Austin distingue entre 'ejecutivo' y y perfilados: "la vida y la verdad y se trata de dilucidar es, en último
'constantivo' indicando que mientras las cosas tienden a ser complicadas. término, "el acto total del habla en
las expresiones constativas "hacen No las cosas, sino los filósofos son la situación total del habla" (lo que,
constar" algo determinado, que puede simples" ( "Perfomative Utterances", dicho sea de paso, lleva a Austin a
ser verdadero o falso, las expresiones en op. cit., pág. 239). una doctrina "situacionista" que no es
ejecutivas se caracterizan porque la En las conferencias de 1955, How ajena a ciertas conclusiones de "fi-
persona que las usa hace algo (esto to do Things with Words (Ch. supra) losofías existenciales" ). Otra es que
es, ejecuta algo) al usarlas en vez de Austin somete los términos 'ejecutivo' pueden deshacerse muchas falsas di-
decir meramente algo. Ejemplos de y 'constativo' a detallado análisis. Una cotomías (como la dicotomía "norma-
expresiones ejecutivas son: "Me dis- de las consecuencias en que la distin- tivo-fáctico"). Otra, que es preciso
culpo", "Te bautizo con el nombre ción entre expresiones ejecutivas y ex- reformular la teoría de la significa-
'Santiago' ", "Lo prometo". No se presiones constativas —las primeras, ción en cuanto equivalente a una teo-
puede alegar que estas expresiones "felices" o "infelices"; las segundas, ría del significado y la denotación.
describen un "estado inferior" de la verdaderas o falsas— no es tan obvia Otra, que pueden investigarse las
persona que las usa y que por ello como parece. Se pueden usar varias "fuerzas elocucionarias" de las expre-
pueden ser verdaderas o falsas según tretas con el fin de hacer que una siones, lo cual lleva a una clasifica-
sea verdadero o falso el supuesto "es- expresión ejecutiva lo sea al máximo, ción de expresiones de acuerdo con
tado inferior". "Me disculpé", "Te y para pasar de lo que Austin llama tales "fuerzas". Finalmente, la pro-
bauticé [o "Lo bauticé"] con el nom- "ejecutivo primario" al "ejecutivo ex- ducción de una lista completa de
bre 'Santiago' ", "Lo prometí" pue- plícito", pero sigue habiendo dificul- actos elocucionarios de cierta especie
den efectivamente ser verdaderos o tades; además, se advierte pronto que puede conducir a saber, por ejemplo,
falsos, pero no las mismas expresio- junto a expresiones ejecutivas explíci- lo que podemos hacer con un vocablo
nes en primera persona del presente tas las hay semi-descriptivas y des- como "bueno', y así con otros voca-
indicativo. En efecto, estas últimas criptivas. Ello lleva a Austin a consi- blos de interés filosófico. "Lo bueno
expresiones requieren para ser acepta- derar con más detalle los posibles [de la teoría de Austin] empieza
das como tales el pronunciarse dentro verbos ejecutivos; a distinguir entre cuando comenzamos a aplicarla a la
el acto fonético (producción de cier- filosofía" (op. cit., pág. 163).
de ciertas circunstancias y convencio-
tos sonidos), el acto fático (elocución Anthony Kenny, Action, Emotion,
nes. Si alguien que no está autorizado and Will, 1963.
a ello bautiza a alguien [o a algo] de ciertos vocablos) y el acto rétco
(ejecución del acto de usar tales vo- ELEATAS. Dentro de los presocrá-
con el nombre 'Santiago', no por ello
cablo); a introducir la noción de "acto ticos se llaman eleatas a Jenófanes
el bautizado [o lo bautizado] queda
506
ELE ELE ELE
de Colofón, Parménides de Elea, Ze- ELEMENTO. Puede emplearse este cuatro elementos (los citados de Em-
nón de Elea y Meliso de Samos. Co- término en cualquiera de los cuatro pédocles), pero no los consideró como
mo se ve, sólo el segundo y tercero sentidos siguientes. verdaderas "partes constituyentes"; ta-
de los mencionados filósofos tuvieron ( 1 ) Para compendiar una serie de les partes son más bien ciertas figuras
su patria en Elea (Sur de Italia), vocablos usados por diversos filósofos sólidas, cada una de las cuales es la
lugar que da su nombre a la escuela. con el fin de designar las entidades base de un "elemento" (el tetraedro
Jenófanes, sin embargo, emigró de últimas que, a su entender, constitu- = fuego; el cubo = tierra; el
la costa de Asia Menor al Sur de yen la realidad y en particular la octaedro = aire; el icosaedro = agua).
Italia y vivió durante su vejez en realidad material. Entre tales voca- Además, Platón (siguiendo a los pi-
Elea. Por lo demás, se considera que blos se hallan los que siguen: 'áto- tagóricos) se refirió a tales "elemen-
la filosofía de los eleatas estuvo en mos' ( a)tomoi ), 'corpúsculos' (corpus- tos" o "principios" de los números
estrecha relación con la de los jóni- culo, a)reth= sw/mata, a)diai/reta, o)/gkoi como la unidad y la diada. Varios au-
cos ( VÉASE), no sólo a causa de los ), 'partes mínimas' (minima naturae), tores (el pitagórico Filolao, el plató-
lazos que unieron las ciudades jonias 'homeomerías' ( o(moiomeri/ai), 'semillas' nico Espeusipo y, sobre todo, Aristó-
con las itálicas meridionales, sino (semina o semina rerum, r(izw/mata ), teles, hablaron de cinco elementos:
también porque las dos participaban 'espermas' (σπέρματα), 'razones se- tierra, fuego, agua, aire y éter (o
de varios supuestos comunes, en par- minales' (λόγοι σπερματικοί). "continente" del cosmos). Los estoi-
ticular de la tendencia monista. Ca- El nombre común en griego es cos volvieron a la teoría "clásica" de
racterístico de los eleatas era, en stoixei=on, que se traduce por 'ele- los cuatro elementos; en cambio, va-
efecto, la afirmación de la unidad mento'. Así, un átomo, un corpúsculo, rios platónicos (como Albino) intro-
de lo que hay. Esta unidad fue sub- una "semilla", etc. son elementos. El dujeron los antes citados cinco ele-
rayada por Jenófanes desde un punto significado originario de stoixei=on mentos. En la Edad Media fue
de vista teológico; por Parménides, es "letra (del alfabeto)" o "sonido". corriente presentar la "doctrina de los
desde un punto de vista onto-lógico; El número y cualidad de los ele- cuatro elementos", pero se habló asi-
por Zenón, desde un punto de vista mentos considerados como "partes mismo del éter en cuanto "quinto
dialéctico; y por Meliso, desde un constitutivas" de las realidades natu- elemento" o quinta essentia (la
punto de vista cosmológico rales ha variado mucho. En los siste- "quintaesencia" del lenguaje corriente
(teniendo en cuenta la peculiar mas de la filosofía india se habla a para designar algo sutil e impalpable).
significación que los términos 'teo- veces de cuatro elementos o bhutas Los epicúreos siguieron, naturalmente,
lógico', Ontológico", 'dialéctico' y (tierra, agua, fuego, aire) y a veces a Demócrito en la concepción de los
'cosmológico' tienen en el pensa- de cinco (los cuatro citados más el elementos como "átomos".
miento de los presocráticos ). Es co- éter). Los budistas hablan de los ele- (2) Para designar las nociones que
mún, en todo caso, considerar que mentos o shandhas que suelen (en- componen una doctrina en tanto que
con los eleatas, y sobre todo con Par- gañosamente) unirse en la supuesta "materiales" con los cuales tal doctrina
ménides, se plantearon por vez pri- individualidad. Los chinos han habla- se construye. En este sentido Kant
mera con plena madurez algunos de do de cinco elementos (tierra, agua, dividió la Crítica de la Razón Pura
los temas fundamentales de la meta- fuego, madera, metal); tres de estos en doctrina de los elementos (Ele-
física occidental, y en particular el elementos (fuego, agua, tierra) pare- mentar-Lehre) y doctrina del método
problema de la relación entre la rea- cen ser más fundamentales y son los (Methoden-Lehre). La "doctrina de
lidad y la razón. Los historiadores introducidos en algunos escritos. Los los elementos de la razón pura" com-
han debatido mucho la cuestión de órficos hablaron también de tres ele- prende la Estética y la Lógica tras-
la relación entre los eleatas y las otras mentos (fuego, agua, tierra). Tales, cendentales, y esta última está divi-
escuelas presocráticas, especialmente Anaximandro, Anaxímenes hablaron dida en Analítica y Dialéctica tras-
la de los pitagóricos. Algunos autores de un solo elemento (agua, "apei- cendentales.
(como E. Frank) niegan la relación; rón" y aire respectivamente). Para (2) Para designar los principios
otros ( como F. Enriques y G. de San- Jenófanes hay dos elementos básicos de una ciencia o de un sistema. Es
tillana) indican que con toda proba- (tierra, agua). Para Parménides los el uso corriente en muchos manuales
bilidad ciertas tesis de los eleatas elementos eran "formas", μορφαί. de introducción a una disciplina:
influyeron cuando menos sobre al- Anaxágoras habló de un número infi- Elementos de filosofía, Elementos de
gunos de los pitagóricos posteriores nito (o indefinido) de elementos cua- física, etc. Tenemos un ejemplo clá
(como Arquitas). litativamente distintos (las "homeo- sico de este uso en la obra Στοιχε-
Para bibliografía véase FILOSOFÍA merías") y Demócrito de un número ίωσις θεολογική, de Proclo: la Insti-
GRIEGA, JENÓFANTES, MELISO, PAR- infinito de elementos (los átomos; tutio theologica o Elementos de teo
MÉNIDES, PRESOCRÁTICOS, ZENÓN DE véase ATOMISMO). Se debe a Empé- logía.
ELEA. Además: Guido Calogero, Stu- docles la formulación más precisa de (3) Como expresión de la realidad
di sull'eleatismo, 1932. — J. Zafiro- la llamada "doctrina de los cuatro
poulo, L'École éléate, 1950. — J. H. M. en la cual se encuentra o "baña" una
M. Loenen, Parménides, Melissus, elementos" (tierra, agua, fuego, aire; entidad o concepto determinados. Así
Gorgias. A. Reinterpretation of Eleatic o, mejor, "lo sólido", "lo líquido", por ejemplo, cuando Hegel usa expre
Philosophy, 1959. "lo seco", "lo gaseoso"), de tan per- siones tales como "el elemento de lo
ELECCIÓN. Véase ALBEDRÍO (LI- sistente influencia en la Antigüedad negativo".
BRE ), DECISIÓN. y Edad Media y hasta principios de Véase: Laminne, Les quatre élé-
la época moderna. Platón habló de
507
ELO EMA EME
ments: le feu, l'air, l'eau, la terre. His- no sólo el alma, sino el universo en- nal-especulativo sobre la realidad.
toire d'une hypothèse, 1904. — W. tero. Por eso en el proceso dramático La noción de emanación fue utili-
Vollgraff, "Elementum", Mnemos IV, el tiempo actúa verdaderamente y zada, dentro del neoplatonismo, no
2 (1949), 89-115. — H. Koller, "Stoi- resulta absolutamente decisivo. sólo por Plotino, sino también por
cheion", Glotta, XXXIV (1955), 161- Jámblico. Éste consideraba como
74. — W. Burkert, "Stoixei=on . Eine La diferencia entre emanación y
semasiologische Studie", Philologus, creación es de orden todavía más fuente de la emanación lo que está
CIII (1959), 167-97. — Adolf Lum- complejo que el apuntado. En ri- más allá de lo Uno, más allá del prin-
pe, "Der Begriff 'Element' im Alter- gor, sólo puede entenderse con cla- cipio supremo inefable, h( a)/rrhtoj
tum", Archiv für Begriffsgeschichte, ridad suficiente cuando distinguimos a)rxh/. En los gnósticos, la emanación
VII (1962), 285-93. entre los diversos modos de produc- no suprime el proceso dramático,
ELOCUCIONARIO. Véase EJECU- ción de un ser. Estos modos de pro- puesto que está condicionada por la
TIVO. ducción han sido puestos especial- superioridad de las potencias buenas;
EMANACIÓN. En diversas doctrinas mente de relieve por la teología ca- así, el desarrollo dramático del uni-
y especialmente en el neoplatonismo, tólica, sobre todo en la medida en verso gnóstico está hecho, en último
la emanación es el proceso en el que ha sometido a elaboración con- término, por medio de una serie de
cual lo superior produce lo inferior ceptual las nociones de la teología emanaciones que se producen en el
por su propia superabundancia, sin helénica y ha establecido una com- instante en que se necesitan. La ema-
que el primero pierda nada en tal paración entre el modo de produc- nación ha sido asimismo admitida en
proceso, como ocurre (meta- ción que admite el cristiano como ciertos sistemas que han tendido al
fóricamente) en el acto de la difu- propio de Dios y otros modos po- panteísmo. Desde luego, en Avice-
sión de la luz. Pero, al mismo tiempo, sibles. Así, puede hablarse de un brón (VÉASE ). Pero también, en cier-
hay en el proceso de emanación un modo de producción por procesión to modo, en Escoto Erigena. Aun
proceso de degradación, pues de lo ( VÉ ASE ), en la cual una naturaleza cuando no pueda decirse de Escoto
superior a lo inferior existe la relación inmutable es comunicada entera a Erigena que su sistema sea entera-
de lo perfecto a lo imperfecto, de lo varias personas. Como veremos en mente panteísta, funciona en él la
existente a lo menos existente. La el artículo correspondiente, esta emanación como una procesión que
emanación es así distinta de la crea- comunicación puede operarse a su experimentará, una vez desarrollada,
ción (v.) que produce algo de la nada; vez de varias maneras, y es justa- una conversión. Sin embargo, como
en la emanación del principio supre- mente esta diversa operación lo que ya antes se indicó, no siempre que se
mo no hay, en cambio, creación de la permite entender en una cierta medida habla de processio y de irradiación
nada, sino autodespliegue sin pérdida el problema de las procesiones del ser al modo de la τερίλαμψις
del ser que se manifiesta. Lo emanado trinitarias. Puede hablarse de un plotiniana, hay emanación; el caso
tiende, como dice Plotino, a iden- modo de producción por transforma- de las procesiones trinitarias hace pa-
tificarse con el ser del cual emana, ción, donde un agente externo deter- tente tal diferencia.
con su modelo más bien que con mina en otro un cambio. Puede ha- EMERGENTE. El vocablo 'emer-
su creador. De ahí ciertos límites blarse de un modo de producción gente' ha sido usado todo en inglés
infranqueables entre el neoplatonismo por creación ( VÉASE ), cuando un (émergent) para caracterizar una de
y el cristianismo, el cual subrayaba agente absoluto extrae algo de la las teorías generales sobre la evolu-
la creación del mundo a partir de nada, es decir, lleva a la existencia ción (v.): la teoría de la evolución
la nada y, por lo tanto, tiene que algo no preexistente. Y puede hablarse emergente (émergent evolution). Esta
negar el proceso de emanación unido a de un modo de producción por doctrina, defendida por C. Lloyd
la idea de una eternidad del mundo. emanación, en la cual un agente ex- Morgan, Samuel Alexander y otros
Tal contraposición ha de entenderse trae de sí una substancia parecida. autores, afirma que cada nivel del ser
sobre todo en función de la Este tipo de emanación se llama es emergente respecto al nivel an-
introducción o no introducción del substancial, a diferencia de la ema- terior —e inferior—, es decir, que
tiempo: si en el neoplatonismo el nación modal en la cual el agente cada nivel del ser tiene respecto al
tiempo (VÉASE) no es ni mucho menos produce en sí una manera de ser nue- anterior una cualidad irreductible.
negado, acaba por reducirse y va, pero no esencial y necesariamente Por niveles —o capas— del ser se
concentrarse a la unidad originaria del ligada a él. Desde este ángulo no sólo entienden realidades tales como ma-
modelo; en el cristianismo, en cambio, aparecen como distintas la creación y teria, organismo (o vida), conciencia,
el tiempo es esencial, porque el la emanación, sino que se impone etc. Según Lloyd Morgan, el concepto
proceso del mundo no es simple una distinción entre esta última y de emergencia fue ya desarrollado por
despliegue, sino esencial drama. La ciertos modos especiales de procesión. J. S. Mill en su Lógica al discutir las
emanación suprime toda "peripecia" — Así, la noción de emanación en el "leyes heteropáticas" en las causas. J.
entendida ésta como aquello que no sentido usualmente utilizado en el S. Mill indica que no hay que
está forzosamente predeterminado y neoplatonismo y más todavía en desesperar de que ciencias como la
que puede decidir en un momento la diversas doctrinas de sesgo panteísta, química y la fisiología puedan elevarse
salvación o condenación del alma. El parece surgir siempre que la razón al rango de ciencias deductivas, pues
proceso dramático, en cambio, se funciona sobre lo real sin ciertas "aunque es imposible deducir todas
compone justamente de peripecias y trabas que la realidad impone; es, en las verdades químicas y fisiológicas
de situaciones, en las que puede cierto modo, una de las condiciones de las leyes o propiedades de
intervenir de todo pensamiento racio- substancias simples o agentes ele-
508
EME EME EME
mentales, pueden deducirse posible- que su lugar en la estructura varía a la vez de todo sensualismo y ato-
mente de leyes que comienzan cuan- de un modo semejante a como el valor mismo. De ahí que para Emerson
do esos agentes elementales se unen y sentido de una nota musical varía todo hecho de la Naturaleza sea un
en algún número no excesivo de com- de acuerdo con el lugar que ocupa reflejo y como un signo de un hecho
binaciones no demasiado complejas". en una composición. Por este motivo, del espíritu: los hechos naturales son
Así, las leyes de la vida no pueden la teoría de la cualidad ( VÉASE) fue caminos que conducen a realidades
deducirse, según J. S. Mill, de las elaborada con particular detalle por trascendentes, que se encuentran en
leyes de sus ingredientes, pero los los evolucionistas emergentistas, es- el fondo del alma tanto como en el
hechos de la vida pueden deducirse pecialmente por Samuel Alexander al fondo de las propias cosas. Ni en la
de leyes relativamente simples de la concebir justamente las cualidades Naturaleza ni en el espíritu hay esci-
vida. Tenemos, pues, por un lado, como "emergencias". Así, en el sistema siones absolutas, irremediables, pero
una reducibilidad (en algunos res- de Alexander las diferentes capas del esta identidad de toda cosa no es
pectos) y por el otro una irreducibi- ser se definen de acuerdo con sus más que el hecho de la posesión por
lidad (en otros respectos), lo cual cualidades, las cuales cambian según cada ser de una ley propia, de un
insinúa la posibilidad de emergen- las cosas, a diferencia de las modo de existir en cuya fidelidad
cias. Tal posibilidad es afirmada ex- categorías, que son invariables. Por radica su verdadera plenitud. La fi-
plícitamente por J. S. Mill cuando ejemplo, el movimiento es una cuali- losofía de Emerson insiste de conti-
manifiesta que si bien las causas com- dad emergente del Espacio-Tiempo. nuo en este pensamiento fundamental
binadas producen por lo general los De él emergen el universo empírico; de la ley propia de cada ser, que le
mismos efectos que cuando obran se- de éste la materia mecánica; de ésta, permite realizarse completamente; la
paradas, hay en algunos puntos par- la existencia físico-química; de ésta, creencia y la confianza en esta ley
ticulares casos en que las leyes cam- la vida y, finalmente, de la vida el implican, por una parte, la vida reli-
bian durante la transición, de tal suer- espíritu o la conciencia. giosa, cuyo valor consiste en su pro-
te que se produce una serie entera- C. Lloyd Morgan, Emergent Evo- funda interioridad y, por otra, la
mente nueva de efectos. Podríamos, lution (1923), I, § 1). El texto de existencia moral, conforme a la vez
así concluir que J. S. Mill admite J. S. Mill, en A System of Logic a la Naturaleza y al espíritu, por ser
la emergencia en los hechos aun (1843), III, vi, 2. El de G. H. Lewes en última instancia conforme con la
cuando la niegue en las leyes. en Problems of Lije and Mind, II divinidad.
(1874), Prop. V, cap. iii. — Para S.
El propio término 'emergente' co- Alexander, véase Space, Time, and
mo contrastante con 'resultante', fue Deity, 1920 passim. — Véase tam-
sugerido a C. Lloyd Morgan por G. bién: A. O. Lovejoy, en Proceedings
H. Lewes. Ambos distinguen entre of the Sixth Int. Congress of Philo-
(a) propiedades exclusivamente suma- sophy (1926), págs. 20-33. Id., id.,
tivas y substractivas, las cuales son "The Meanings of 'Emergent' and Its
predecibles, y (b) cualidades nuevas Modes", Journal of Philosophical Stu-
e imprevisibles. Lo resultante es pro- dies, II (1927). — Una teoría se-
ducto de suma; lo emergente es, mejante a la de los emergentistas,
pero sin las implicaciones empírico-
como dice Alexander, una "cualidad" evolutivas de los mismos, es la de N.
nueva. La concepción de la vida como Hartmann, el cual adopta un lenguaje
evolución emergente, señala C. Lloyd más bien ontológico-descriptivo. —
Morgan, se opone a su concepción Véase además: R. L. Worrall,
como una reagrupación de hechos Emergency and Matter, 1948.
físico-químicos. Esta última con- EMERSON (RALPH WALDO)
cepción, llamada mecánica, resulta, (1803-1882), nacido en Boston, es-
a su entender, inadecuada, pues si tudió en Harvard y fue ordenado
bien hay que admitir los resultan- en 1829 ministro de la "Old North
tes no pueden eliminarse los emer- Church" de Boston, cargo al que re-
gentes. La idea de C. Lloyd Morgan nunció en 1832, trasladándose a
se aplicó sobre todo a las relaciones Concord, donde falleció. Influido
entre la materia, la vida y la con- por el individualismo histórico de
ciencia. La vida, por ejemplo, es de- Carlyle y por el idealismo, figura
finida como una cualidad emergente capital del trascendentalismo ( VÍA-
de la materia (o del llamado "qui- SE), la filosofía de Emerson no tiene
mismo" de la materia). Varios ejem- ningún carácter extemo sistemático,
plos, casi todos ellos tomados de la pero no por ello consiste en un ar-
química del carbono en su relación bitrario conjunto de opiniones. Por
con la vida biológica, son, para C. el contrario, el fondo último de su
Lloyd Morgan, suficientemente pro- pensamiento es estrictamente cohe-
batorios de su teoría. La vida bioló- rente y responde tanto a un postulado
gica es, pues, una síntesis cuyos ele- íntimo como a un pensar atenido a
mentos no se alteran, pero cuya cua- las verdades eternas del idealismo en
lidad es modificada por el hecho de tanto que opuestas y superadoras
509
EMI EMO EMO
Poet and Thinker, 1904. — H. D. existe no puede comenzar a ser ahora, nas cuestiones tales como la depen-
Gray, Emerson, 1917. — J. A. Hill, como no sea producida por una cosa dencia o independencia de las emo-
Emerson and His Philosophy, 1919. que posea en sí, formal o eminente- ciones respecto a la estructura bioló-
—P. Sakmann, Emersons Geisteswelt, mente, todo lo que entre en la com- gica, y el carácter intencional o no
1927. — R. Reaver, Emerson as Myth-
Maker, 1954. posición de la piedra, es decir, que intencional de las emociones. Sin em-
contenga en sí las mismas cosas u bargo, debe tenerse en cuenta que
EMINENTE. Los escolásticos dis- otras más excelentes que las que están algunas de estas cuestiones son asi-
tinguen entre la perfección en sentido en la piedra" (Meditaciones, III; A. mismo dilucidadas en los menciona-
formal, en sentido virtual y en T. VII 44-45). En otros términos: "Las dos artículos sobre Pasión y Senti-
sentido eminente. La primera es la mismas cosas se dice que están miento. En lo que respecta a la clasi-
que está en un sujeto según su razón formalmente en los objetos de las ficación de las emociones, remitimos
especifica; la segunda es la que está ideas cuando están en ellos tal como al artículo sobre el concepto de pa-
en él contenida sin manifestación; la las concebimos; y se dice que están sión.
última es la que tiene el sujeto cuando en ellos eminentemente cuando no Una teoría de la emoción como
la posee del modo más perfecto. A son en verdad tales, sino que son tan afección del alma se halla ya en Aris-
su vez, la perfección eminente grandes que pueden suplir a su falta tóteles, cuando se refiere a las emo-
puede ser entendida eminentemente- por su excelencia" (Respuestas a las ciones (que, por lo demás, pueden
formalmente o eminentemente-virtual- Segundas objeciones. Definiciones, también llamarse "pasiones") como
mente. La noción de eminencia es IV; A. T. VII, 161). O también: una de las tres clases de cosas que se
aplicada sobre todo a Dios; se ha- "Pues aunque el ser objetivo de la encuentran en el alma. Emociones son
bla entonces de eminencia ontoló- idea deba tener una causa real, no afectos tales como el apetito (VÉASE),
gica, entendiendo por ella la que hay siempre necesidad que esta causa el miedo, la envidia, la alegría, el
corresponde a la Persona divina cuan- la contenga formaliter, sino sólo emi- odio y, en general, los sentimientos
do, comparada con la criatura, no nenter" (Carta a Mersenne de marzo acompañados de placer y dolor (Eth.
ofrece similitud de especie o de gé- de 1642; A. T. III, 545). Nos hemos Nic., II 4. 1105 b 21 y sigs.). Estas
nero y trasciende todos los grados extendido en estas citas de Descartes emociones se manifiestan casi siempre
del ser creado. De ahí que se diga para mostrar que el filósofo usa el ante la perspectiva de algo; el alma
que en Dios se encuentran eminen- citado vocablo —y, con él, muchos se siente con ello agitada y "movi
temente las perfecciones finitas y se términos técnicos de la filosofía da". Los filósofos han discutido mu-
hable en teología de un "método medieval— no sólo ocasionalmente, cho acerca del papel que las emocio-
de eminencia". La eminencia es lla- sino de un modo reiterado. Un uso nes desempeñan en la vida humana.
mada lógica cuando, referida a la análogo del término 'eminente' se Algunos han proclamado que debe
propia inconmensurabilidad, permite halla en Spinoza, y también en buscarse una armonía de las emocio-
sostener que no hay con respecto Wolff. nes; otros, que deben cultivarse so-
a Dios una adecuación del intelecto lamente aquellas emociones que cau-
y de la cosa como la que hay EMOCIÓN. No es fácil distinguir
entre el significado de 'emoción' y el san alegría o placer; otros, que,
respecto a los entes creados. cualesquiera que sean las emociones
Él uso del término 'eminente' en significado de 'pasión' o hasta de
'sentimiento'. En los tres términos late habidas, han de experimentarse con
un sentido muy semejante fue adop- moderación; otros, finalmente, que es
tado por la mayor parte de los gran- la idea de una agitación del ánimo.
Emociones tales como la alegría o la mejor descartar las emociones — lo
des filósofos del siglo XVII. Descartes, que se suele manifestar usualmente
por ejemplo, distingue entre la exis- tristeza son llamadas asimismo "pasio-
nes" y, sobre todo, "sentimientos". Es como necesidad de "descartar las pa-
tencia objetiva, la existencia formal siones". Los filósofos que se han in-
y la existencia eminente. La primera mejor reconocer que no poco de lo
que se dice acerca de las emociones clinado por esta última alternativa
es la existencia en la idea formada (entre los cuales descollaron los estoi-
por la mente, es decir, la existencia puede decirse también de las pasiones
y de los sentimientos; remitimos a tal cos) han fundado su doctrina en una
como objeto del pensamiento de idea de la emoción como perturba-
acuerdo con el sentido tradicional del efecto a los artículos correspondientes.
Algunas veces se ha intentado distin- ción innecesaria del ánimo. Esta per-
objeto (VÉASE). La segunda es la turbación empaña la serenidad que
existencia que hoy llamamos objetiva, guir entre los tres citados conceptos
de un modo cuantitativo; se ha dicho, acompaña a la racionalidad, por lo
y que equivale a la existencia en sí. que la emoción es entonces conside-
La última es la existencia de algo por ejemplo, que la pasión es más
fuerte que la emoción y ésta es más rada como opuesta a la razón. Sin
en el principio que le da origen y embargo, aun los filósofos que han
ser. Algo existe eminentemente en intensa que el sentimiento. Pero las
diferencias cuantitativas no son aquí acentuado la necesidad de sobrepo-
otra cosa cuando debe su realidad ner la razón a la emoción, no han ido
a esta cosa; la existencia eminente enteramente satisfactorias. En vista
de estas dificultades, adoptaremos el tan lejos hasta predicar una completa
es el fundamento de toda existencia supresión de todas las emociones.
formal y objetiva, pues, como dice siguiente criterio: tratar el concepto
de emoción especialmente en tanto Pues hay emociones "buenas" y emo-
Descartes, "lo que contiene en sí más ciones "malas", emociones nobles y
realidad no puede ser consecuencia que afecto general en relación con (y
también en contraste con) lo intelec- emociones innobles.
y dependencia de lo menos perfecto",
al modo como "la piedra que aún no tual y lo volitivo. En el curso de este La tendencia de muchos filósofos
análisis discutiremos brevemente algu- a predicar el dominio de las emocio-
510
EMO EMO EMO
nes (y de las "pasiones") fue conti- dividido en dos escuelas. Una de ellas Junto a los intentos antes reseñados
nuada por no pocos pensadores cris- sostiene que lo que hay primero es la ha habido esfuerzos con el fin de dis-
tianos. Pero éstos, especialmente los emoción (por ejemplo, temor, ver- tinguir entre la emoción y la expre-
de inclinación agustiniana, relaciona- güenza) y luego, como consecuencia sión de la emoción (que en Darwin
ron con frecuencia íntimamente las de ella, ciertas alteraciones fisiológi- [The Expression of Emotions in Man
emociones con la voluntad. Lo que cas (por ejemplo, temor, rubor). Otra and Animáis, 1872] y luego, por dis-
importa en la emoción no es ella mis- mantiene que lo que hay primero son tintos motivos, en los behavioristas
ma, sino el modo como es querida. ciertas alteraciones fisiológicas y lue- [véase BEHAVIORISMO] aparecen es-
Como escribió San Agustín, "la vo- go, como consecuencia de ellas, una trechamente ligadas). En un pasaje
luntad justa es un amor bueno; la emoción. Destacados representantes de su obra sobre el mito del Estado,
voluntad perversa, un amor malo" de esta última opinión son F. A. Lan- Ernst Cassirer ha escrito a este efecto
(De civ. Dei, XIV viii 2 ). Sin embar- ge y William James (por lo que tal lo siguiente: "La expresión de una
go, ello no significa que la voluntad doctrina recibe el nombre de "doctri- emoción no es la propia emoción: es
sea absolutamente determinante; en na de Lange-James"). Ha sido expre- la emoción convertida en imagen." A
rigor, voluntad y emoción parecen de- sada con gran claridad por William la vez, Cassirer distingue entre expre-
terminarse una a la otra en cuanto James en una famosa página de sus siones físicas y expresiones simbólicas.
que una emoción "buena" puede de- Principios de Psicología (Principies of Las primeras son comunes a los ani-
terminar la dirección de la voluntad. Psychology, 1890, t. II): "Sentimos males y al hombre; las segundas, son
En todo caso, las emociones desem- algo (we feel sorry) porque lloramos; propias sólo del último. Lo que im-
peñan dentro del pensamiento cristia- estamos furiosos, porque golpeamos; porta en las emociones humanas es su
no un papel más fundamental que temerosos, porque temblamos" y no expresión simbólica — la cual ha pro-
dentro del pensamiento griego. "lloramos, golpeamos o temblamos, ducido las representaciones míticas y
En la época moderna ha sido muy porque sentimos algo, estamos furio- religiosas. Esta distinción se halla
corriente considerar las emociones co- sos o temerosos". fundada en una antropología: aquella
mo una forma inferior de actividad En nuestro siglo ha habido varios según la cual el hombre es esencial-
intelectual (Leibniz, Wolff, Herbart). intentos de poner de relieve el carác- mente un "animal simbólico".
La emoción aparece como un cono- ter peculiar (y a veces, irreductible)
cimiento confuso. Las emociones no de las emociones y a la vez su inten-
tienen una "lógica propia"; la idea cionalidad. Uno de los más logrados
pascaliana de una "lógica del cora- intentos al respecto es el de Max
zón" ha sido considerada durante mu- Scheler. Éste hace de la emoción un
cho tiempo como una paradoja. Se ha acto intencional en el cual son dadas
admitido que se puede conocer algo esencias sin significaciones. La vida
mediante las emociones, pues se ha emocional no es una especie inferior
reconocido el carácter intencional de en la vida intelectual. No se halla
éstas, pero lo que haya en las emo- tampoco fundada en procesos fisioló-
ciones de "lógico" se ha reducido al gicos (aunque se halle acompañada
intelecto, única facultad capaz de di- por ellos) ni es un simple "estado"
rigir y clarificar las emociones. Cuan- más o menos pasivo. La vida emocio-
do, después de las citadas tendencias nal posee, según Scheler, su propia
racionalistas, se ha intentado com- autonomía. Scheler ha investigado lo
prender la naturaleza propia de las que ha llamado "las leyes de la vida
emociones, lo comente ha sido negar- emocional" como leyes autónomas. Su
les el carácter intencional. Las emo- doctrina se ha basado en el análisis
ciones han sido concebidas como —y, sobre todo, en la descripción fe-
"modos de ser" de la psique, capaces nomenológica— de "unidades de vi-
de teñir por completo la vida psicoló- vencia" y no en el estudio de supues-
gica, pero sin estar necesariamente tos elementos abstraídos artificialmen-
correlacionadas con "objetos". En este te de estados afectivos totales. Se ha
caso se ha subrayado que las emocio- hablado al respecto de un "panemo-
nes eran fundamentalmente "estados" cionalismo" o ("panemotivismo"), tan
y se ha destacado su carácter básica- unilateral como el "panintelectualis-
mente "pasivo". Pero cuando se ha mo" y el "panvoluntarismo". Nos he-
procurado ver en qué se fundaban las mos referido con más detalle a las
emociones se ha llegado con frecuen- doctrinas de Scheler sobre este punto
cia a las dos conclusiones siguientes. en el artículo acerca de la noción de
Primero, que las emociones se hallan Sentimiento. Agreguemos que aunque
ligadas a la expresión de las emocio- los resultados obtenidos son muy dis-
nes. Segundo, que las emociones se tintos de los de Scheler, el estudio por
hallan relacionadas estrechamente con Jean-Paul Sartre de las emociones se
procesos fisiológicos. Los que han de- halla encaminado asimismo a destacar
fendido esta última opinión se han su autonomía y su intencionalidad.
511
EMO EMP EMP
EMOTIVÍSIMO. Si se acepta, con nistas manifestándose que los enun- siderado como la mezcla de cuatro
los positivistas lógicos, que todas ciados éticos son "imperativos" o elementos o "principios" —agua, fue-
las proposiciones pueden clasificarse cuando menos "recomendativos". go, aire y tierra—, calificados con
en proposiciones puramente analíticas Ahora bien, puesto que las propues- nombres divinos — Nestis, Zeus, He-
y proposiciones empíricamente tas anteriores no parecen agotar todo ra, Edoneo. Estos principios o ele-
verificables, hay que concluir que cier- lo que hay en las expresiones éticas, mentos son eternos e indestructi-
tas "proposiciones" tales como "robar se ha intentado elaborar una teoría bles; son, como dice Aristóteles,
es malo", "ayudar al prójimo es bue- más completa de los usos del lenguaje "eternamente subsistentes y no en-
no", "esto es injusto", "esto es justo", en el que tienen lugar enunciados gendrados". Todas las cosas nacen
etc., no son, propiamente, proposicio- normalmente considerados como éti- y perecen por unión y separación de
nes. La objeción de que lo son porque cos. Mencionemos a este respecto la los mismos, de tal suerte que la cua-
pueden traducirse a proposiciones em- idea del lenguaje prescriptivo y su lidad de cada objeto reside en la
píricamente verificables —por ejem- clasificación en enunciados imperati- proporción en que cada uno de los
plo, la "proposición" "robar es malo" vos y enunciados valorativos (R. M. elementos entra en la mezcla. "Hay
puede traducirse por la proposición Hare); los últimos no pueden simple- sólo —afirma Empédocles— mezcla y
"No apruebo el robo"— ha sido des- mente reducirse a los primeros, por lo separación de lo mezclado, pero no
echada mostrándose que la desapro- que hay que determinar en qué con- nacimiento, que es una simple manera
bación (o aprobación) de algo no es siste la valoración en que se funda de decir de los hombres." Ahora
en modo alguno incompatible con la gran parte de la actividad ética. Se bien, lo que hace que los elementos
aserción de que tal algo es malo (o ha propuesto a este respecto la idea se mezclen y separen, son dos fuer-
bueno). Por lo tanto, parece que hay de que valorar es comparable a "gra- zas externas —el Amor y el Odio—,
que negar a las expresiones éticas el duar", esto es, a elegir de acuerdo con que representan un poder natural y
carácter de proposiciones o bien in- ciertos criterios (J. O. Urmson). Se divino, que son respectivamente el
troducir un nuevo tipo de éstas. Algu- ha reconocido con ello la peculiaridad Bien y el Mal, el Orden y el Desor-
nos autores han propuesto que las y a la vez la complejidad del lengua- den, la Construcción y la Destruc-
expresiones éticas, aunque no son em- je ético, y se ha concluido que el ción. Lo que había en el comienzo
píricas, son emotivas, esto es, mani- emotivismo, por lo menos en las pri- era el Bien y el Orden, el absoluto
fiestan sentimientos de índole ética. meras formulaciones dadas del mis- predominio del Amor, por el cual exis-
Como tales, no pueden ser declaradas mo, era una teoría excesivamente sim- tía una mezcla completa de los cuatro
verdaderas o falsas. Pero ello no signi- plificada. elementos en la unidad orgánica de
fica que sean necesariamente de ca- una "esfera". La intervención del
rácter "arbitrario" o "subjetivo". Los Odio fue el origen de las cosas, de
enunciados éticos y, en general, valo- los seres individuales, que se van
rativos, no pueden confirmarse por no diversificando hasta la separación
ser empíricos, pero no por ello dejan absoluta y el dominio absoluto del
de ser enunciados éticos en vez de mal. Pero en este estado no hay
ser sólo manifestaciones de humor tampoco cosas particulares; es, a la
personal. vez que la culminación del imperio
La doctrina en cuestión ha recibido del Odio, el principio del Amor que
los nombres de emotivismo y también vuelve a confundirlo y mezclarlo
teoría emotiva. Ha sido propuesta y todo hasta que haya una sola cosa,
desarrollada sobre todo por autores esa perfecta esfera que se llama tam-
anglosajones (A. J. Ayer, C. L. Ste- bién Dios. Tal perfección se encuen-
venson) en oposición a otras múltiples tra así en el origen del mundo actual
doctrinas éticas (ética "metafísica", y en su término; el mundo actual,
ética axiológica, naturalismo, intuicio- EMPATIA. Véase ENDOPATÍA, SIM- donde hay seres individuales y, por lo
nismo, etc.). Las dificultades con que PATÍA. tanto, odio e injusticia, es, en el fon-
ha topado dicha doctrina han sido EMPÉDOCLES. (ca. 483/2-430 an- do, una expiación, un proceso de pu-
examinadas con detalle por los mis- tes de J. C. ) de Agrigento fue consi- rificación que sólo terminará cuando
mos autores que la han propuesto. Se derado durante toda la Antigüedad el Amor triunfe nuevamente; pero
ha advertido, por ejemplo, que los como un taumaturgo y un profeta; este triunfo es también precario y la
enunciados éticos no son inútiles, por- parece haber recorrido las ciudades evolución de los mundos no es sino
que tienen un carácter de "mando" y de la Magna Grecia como orador y un proceso en el cual se manifiesta
de "incitación" a la acción. También mago, y el propio Diógenes Laercio inexorablemente un dominio alternati-
se ha dicho (C. L. Stevenson) que si dice que hay variedad de opiniones vo del Odio y del Amor, del Bien
bien los términos usados en enuncia- acerca de su muerte, siendo una de y del Mal.
dos éticos no son términos descripti- las más difundidas versiones la de Aunque hemos presentado sumaria-
vos, son, en cambio, términos dinámi- que se suicidó arrojándose al cráter mente "la" doctrina de Empédocles
cos que producen (o pueden producir) del Etna. Siguiendo la tradición de según consta en los fragmentos que
reacciones afectivas. En suma, se ha los jónicos, Empédocles desarrolló del filósofo se conservan, debe adver-
intentado eludir las objeciones presen- una explicación del universo, en la tirse que las dos obras suyas, Acerca de
tadas por naturalistas y por intuicio- cual todo fenómeno natural es con- la Naturaleza (Peri/ fusewj) y Las
512
EMP EMP EMP
Purificaciones (kaqarmoi) parecen re- el sensacionismo neutralista de Mach contrapone también al lunatismo (v.)
velar dos distintas tendencias: una, y especialmente la filosofía gnoseo- según el cual el espíritu, el alma, la
"científica" (y hasta "materialista"); lógica de la inmanencia ( VÉASE ). En mente y, en general, el llamado "su-
la otra, religiosa (y hasta mística). substancia, el empiriocriticismo con- jeto cognoscente" posee ideas inna-
Se ha debatido a veces si Empédocles siste en una crítica de la experiencia tas, esto es, anteriores a toda adquisi-
pasó de la primera a la segunda o pura por medio de la cual se elimi- ción de "datos". Para los empiristas,
viceversa por medio de una especie nan todos los supuestos metafísicos el sujeto cognoscente es comparable a
de "conversión", o si ambas tenden- operantes no sólo en el racionalismo, una tabla ( VÉASE ) rasa o a un ence-
cias coexistieron en la mente del filó- sino en casi todas las corrientes fi- rado donde se inscriben las impresio-
sofo. En este último caso —el más losóficas. Esta crítica de la experien- nes procedentes del "mundo externo".
probable— se ha discutido asimismo cia no es, pues, simplemente una Se pueden destacar en el empirismo los
si hay que considerar ambas tenden- "solución" de los problemas. En un aspectos psicológico, gnoseológico y
cias como filosóficamente indepen- sentido análogo al de ciertas corrien- metafísico. El empirismo psicológico
dientes entre sí o si hay alguna tesis tes del actual positivismo lógico, el mantiene que el conocimiento tiene
o intuición filosófica que las religue. empiriocriticismo procede a una des- enteramente su origen en la expe-
Algunos autores (E. R. Dodds, Gre- problematización del mundo, sólo riencia. El empirismo gnoseológico
gory Vlastos) opinan que no se pue- posible cuando se cumplen lo que mantiene sobre todo que la validez de
den concordar las dos tendencias. todo conocimiento radica en la expe-
Avenarius llama los axiomas o su-
Otros autores (F. M. Cornford, K. S. riencia. El empirismo metafísico man-
puestos de la doctrina. Éstos com-
Guthrie) manifiestan que no sólo las tiene, o tiende a mantener, que "la
dos tendencias en cuestión coexistie- prenden el axioma de los conteni-
realidad misma" es, por así decirlo,
ron sin extrañeza mutua en el pensa- dos del conocimiento —según el "empírica", esto es, que no hay más
miento de Empédocles, sino también cual cada "sujeto" acoge lo que se realidad que la que es accesible a la
que algunos elementos de una (como le da en el contorno en el cual vive— experiencia, y en particular a la expe-
la idea de Amor [o Amistad] que re- y el axioma de las formas del cono- riencia sensible.
liga y une las cosas) son interpreta- cimiento — según el cual todas las Tomado en un sentido muy general
bles a la vez materialística y mística- formas científicas del conocer son se pueden rastrear muchas corrientes
mente. Los partidarios de esta última consecuencias o derivaciones de una empiristas en la historia de la filoso-
opinión se apoyan en el hecho de que forma pre-científica de conocer o, fía. Así, por ejemplo, es común des-
en la cultura griega de la época no mejor dicho, de "acoger" lo que se cribir la filosofía aristotélica, el epicu-
había necesariamente conflicto entre da. El empiriocriticismo parte, por reismo, el escepticismo (especialmente
lo filosófico (o "científico") y lo reli- consiguiente, de un "concepto natu- Sexto, justamente llamado "el
gioso — y, en general, entre lo ra- ral del mundo" previo inclusive a empírico"), el nominalismo, etc. como
cional ν lo irracional. su ulterior posible elaboración "na- empiristas. La gran diversidad de co-
turalista" o de acuerdo con las ca- rrientes calificadas, parcial o total-
tegorías que se suponen constituir mente, de empiristas muestra ya que
la Naturaleza. La introyección o en- el término 'empirismo' puede enten-
dopatía ( VÉASE) representa un fal- derse de muchas maneras. El empiris-
seamiento de este concepto natural o mo aristotélico es, en efecto, muy
concepto puramente empírico, caren- distinto del empirismo de los epicú-
te de supuestos no sólo metafísicos, reos. No todos los empiristas fundan
sino también "científicos", por lo el conocimiento en el mismo tipo de
menos en el sentido habitual y tra- experiencia. En vista de ello se ha ale-
dicional de esta expresión. gado que solamente merecen ser lla-
Además de las obras de Avenarius mados "empiristas" los autores que se
véase: G. Wobbermin, Théologie und apoyan exclusivamente en la experien-
Metaphysik, 1901 (Parte II: Ueber cia de los sentidos. En este último
den Empiriokritizismus vom Stand caso está Sexto el Empírico, pero no,
punkt des theologischen Interesset
aus). ·— F. van Cauwelaert, "L'empi en cambio, Aristóteles o los estoicos.
rio-criticisme", Revue néo-scolasti· Se ha alegado asimismo que es mejor
que", XIII (1906) y XIV (1907). restringir el término 'empirismo' apli-
EMPIRIOMONISMO. Véase BOG cándolo al llamado "empirismo mo-
DANOV (A.). derno" y especialmente al "empirismo
EMPIRISMO es el nombre que re- inglés" (Francis Bacon, Hobbes, Loc-
cibe una doctrina filosófica, y en par ke, Berkeley, Hume). Los que admiten
ticular gnoseológica, según la cual el tal restricción suelen, además,
conocimiento se halla fundado en 1: contraponer este "empirismo inglés"
EMPIRIOCRITICISMO. Se llama experiencia (VÉASE). El empirismo se al "racionalismo continental" (el de
empiriocriticismo a la filosofía de contrapone por lo usual al racionalis Descartes, Malebranche, Spinoza,
Avenarius, la cual está a su vez re- mo (VÉASE), según el cual el conoci- Leibniz, Wolff, etc.). En el presente
lacionada con doctrinas hasta cierto miento se halla fundado, cuando me- artículo entenderemos el empirismo
punto "empiriocríticas", tales como nos en gran parte, en la razón. Se como "empirismo moderno y contení-
513
EMP EMP EMP
poráneo" y usaremos la citada expre- marse "reflexión" y mediante el cual priori (en la matemática y en la físi-
sión "empirismo inglés". Pero lo últi- se hace posible el reconocimiento de ca). El rechazo del empirismo (gno-
mo no significa que consideremos conceptos y, en general, de algo "uni- seológico) es, así, equivalente a la
plenamente adecuada la contraposi- versal". Esto no significa que lo admisión de la aprioridad en cuanto
ción entre "empirismo inglés" y "ra- "universal" sea aceptado como pro- "constitutiva" ( véase CONSTITUCIÓN
cionalismo continental". En efecto, piamente real. Especialmente los au- Y CONSTITUTIVO).
hay autores empiristas que, como tores que son a la vez empiristas y Es típico de la mayor parte de co-
Locke, muestran un fuerte componente nominalistas manifiestan gran descon- rrientes empiristas concebir la expe-
racionalista. fianza hacia todo lo que aparece como riencia —cuando menos en su primera
Común a casi todos los empiristas "abstracción". Por eso hay entre los "fase"— como "experiencia sensible"
modernos, y en particular a los empi- autores empiristas muy diversas doc- o "experiencia de los sentidos". Por
ristas ingleses, es la concepción del trinas acerca de la naturaleza de "lo este motivo no se suelen considerar
espíritu o sujeto cognoscente como un abstracto". En este sentido hay gran- como propiamente empiristas las doc-
"receptáculo" —al principio, un "re- des diferencias entre Locke y Berke- trinas para las cuales el fundamento
ceptáculo vacío"— en el cual ingre- ley o entre Locke y Hume y aun a de la experiencia es la llamada "ex-
san los datos del mundo exterior veces entre Berkeley y Hume — para periencia interior" (como en Maine
transmitidos por los sentidos mediante limitarnos a mencionar los "tres em- de Biran y varios espiritualistas fran-
la percepción. Los datos que ingresan piristas ingleses 'clásicos' ". También ceses). Tampoco se suelen considerar
en tal "receptáculo" son las llamadas, difieren los empiristas en lo que res- como empiristas las tendencias que
por Locke y Berkeley, "ideas" y las pecta a la naturaleza de los procesos han ensayado una ampliación de la
llamadas, por Hume, "sensaciones". de inferencia y a lo que Hume llamó noción de experiencia en la cual se ha
Estas ideas o sensaciones son la base "relaciones de ideas". La admisión de incluido la llamada "experiencia ideal"
de todo conocimiento. Pero el conoci- una diferencia básica entre los "he- o "experiencia de los objetos ideales"
miento no se reduce a ellas; en efecto, chos" y las "ideas", tal como es pro- (y de las "esencias"), según ocurre en
si tal fuera el "conocimiento" sería puesta por Hume, para quien las la fenomenología, con su aspiración a
simplemente una serie inconexa de da- "ideas" (en el sentido de "relaciones un "positivismo total". Por otro lado,
tos meramente "presentes". Es menes- de ideas") son meras posibilidades de son empiristas doctrinas como la de
ter que las ideas o sensaciones se combinación, no es el único tipo de John Stuart Mill, el cual intentó redu-
"acumulen", por así decirlo, en el es- empirismo existente, pero es uno de cir inclusive lo "ideal" (por ejemplo,
píritu, de donde "acuden" o, mejor, los formulados con mayor precisión y los objetos matemáticos) a la expe-
de donde "son llamadas" para enla- uno de los que han ejercido mayor riencia sensible.
zarse con otras percepciones. Con ello influencia. Gran parte de las tenden- Teniendo ahora en cuenta el citado
se hace posible ejecutar operaciones cias empiristas contemporáneas, desde "empirismo inglés" y otras formas de
tales como recordar, pensar, etc. —a Mach hasta el positivismo lógico, han empirismo manifestadas especialmen-
menos que sean estas operaciones las seguido en este respecto el empirismo te en la época contemporánea, pueden
que hacen posible el recurrir a las de Hume. clasificarse las doctrinas empiristas en
ideas o sensaciones "depositadas"—; Es característico de los empiristas la forma siguiente:
en todo caso, es necesaria esta segunda antes mencionados el apoyarse en lo ( 1 ) El empirismo sensible, basado
fase del proceso cognoscitivo para que que hemos llamado "empirismo psico- principalmente en las sensaciones (y
el conocimiento sea propiamente lógico" —o la descripción de la "geo- llamado a veces por ello también
conocimiento y no mera "presencia de grafía del espíritu"— y darle un sen- "sensacionismo" ), ya sean tales sensa-
percepciones" continuamente cam- tido gnoseológico. Contra ello se ma- ciones concebidas psicológicamente o
biante. La relación entre la primera y nifestó Kant. Al comienzo de la Crítica bien como el aspecto que ofrece, mi-
la segunda fase del proceso cognosci- de la razón pura, Kant declara que si rada interiormente —y neutralmente—
tivo es paralela a la relación entre las bien todo conocimiento comienza con la trama de lo real. (2) El empirismo
ideas o sensaciones primitivas y las la experiencia (mit der Erfahnmg inteligible, para el cual el sujeto pro-
ideas o sensaciones llamadas "comple- anfange; mit der Erfahrund anhebt), pio posee la condición de una cierta
jas" sin las cuales no podría haber no todo él procede de la experiencia apertura natural a lo ideal, de tal
nociones de objetos compuestos de va- (entspring. . .aus der Erfahrung). Ello modo que hay entre ellos una espe-
rias "ideas elementales", esto es, de quiere decir que el origen del conoci- cie de adecuación, y de tal modo,
objetos (que se suponen ser "subs- miento se halla (psicológicamente) en además, que el extremo límite de
tancias") con cualidades. En efecto, la experiencia, pero que la validez del este "empirismo" sería ya un ontolo-
la formación de los objetos compues- conocimiento se halla ( gnoseológica- gismo (VÉASE ). (3) El empirismo
tos no sigue el orden en el cual han mente) fuera de la experiencia. Así, moderado o crítico, que admite el
sido originariamente dadas las impre- el conocimiento no es para Kant todo origen empírico del conocer, pero
siones primarias, sino diversos otros él a posteriori; se "constituye" por niega que en tal origen se halle el
órdenes que, por lo demás, tienen que medio del a priori (VÉASE). Para los fundamento de la validez, pues la
ser siempre confirmados recurriendo empiristas ingleses, y especialmente relación es siempre para dicha ten-
a la experiencia primaria. para Hume, lo a posteriori es sintético dencia algo distinto de lo relacio-
Al lado de los citados procesos o, y lo a priori es analítico (véase ANA- nado. (4) El empirismo radical, que
mejor dicho, sobreponiéndose a ellos, LÍTICO Y SINTÉTICO). Para Kant hay no solamente considera que la expe-
se halla un proceso que puede lla- la posibilidad de juicios sintéticos a riencia es el fundamento del conoci-
514
EMP EMP EMP
miento, sino que llega a hacer de mente dicho, o al Círculo de Viena, ningún elemento debe ser omitido
todas las relaciones algo directamente pueden considerarse como incorpora- del inventario". No hay razón, en
experimentable; siendo las rela- dos al empirismo científico; así, lógi- efecto, para hacer como Hume y de-
ciones, en esta tendencia, partes de cos y filósofos como A. J. Ayer, Ernest tenerse en las condiciones sustanti-
la experiencia, todo lo que no sea Nagel, F. P. Ramsey, John Wisdom, vas del "yo" para olvidar las con-
experiencia será pura inexistencia. I. H. Feigl, etc. ( procedentes, pues, de diciones transitivas, pues ello tiene
En efecto, como dice W. James, diversas direcciones: escuela de Cam- por consecuencia olvidar "la esencial
defensor de este tipo de empirismo, bridge, neonaturalismo norteamerica- continuidad de la mente" (Mind).
"con el fin de que un empirismo no, círculo fiel a Wittgenstein, etc.), (8) El empirismo idealista o idealismo
sea radical es menester que no admita pertenecen o han pertenecido al movi- empírico, defendido por Edgar Arthur
en sus construcciones ningún elemento miento del empirismo científico, el Singer ( VÉASE ), quien pretende una
que no sea directamente ex- cual se ha concretado en el llamado reconciliación del idealismo con el
perimentado, ni excluya de ellas nin- "Movimiento para la Ciencia Unificada" empirismo y aun con el mecanicismo.
gún elemento que sea directamente y que ha expresado sus puntos de vista, (9) El empirismo dialéctico, una de las
experimentado" (Essays in Radical antes en parte defendidos en formas que adopta el integracionismo
Empiricism, II, i). (5) El empirismo Erkenntnis, y en las colecciones Ein- (v. ) defendido por el autor de la
científico, punto de reunión en las heitswissenschaft, en el Journal of Uni- presente obra. Ahora bien, y para
últimas décadas de otras múltiples fied Science, así como en las monogra- señalar los principales representantes
posiciones: tendencias "analíticas" de fías destinadas a constituir la Encyclo- de los tipos de empirismo
todas clases (véase ANÁLISIS); afir- paedia of Unified Science. A esta primeramente citados, podríamos decir
mación de la necesidad de verifica- dirección se han incorporado también que mientras el empirismo sensible (1)
bilidad (véase VERIFICACIÓN ) para algunos lógicos del Círculo de Varso- es el empirismo de tipo "clásico" y co-
la significación de toda proposición via (VÉASE) e inclusive algunos an- rresponde a filosofías tales como las
sintética; interés por el desarrollo tiguos neo-realistas. Así, las diferen- de Hume y John Stuart Mill (y, en
de la estructura lógica de las cien- cias entre el empirismo científico y la medida en que sea sensacionista,
cias, en particular de las físico-ma- las direcciones que desembocaron en a la de Mach), el empirismo inteli-
temáticas; simbolismo, etc. Estr em- él o lo prepararon son a veces una gible (2) es la posición de todos los
pirismo es llamado, en algunas de simple cuestión de matiz; en rigor, que han intentado superar el posi-
sus direcciones, empirismo lógico, todos pertenecen a un movimiento tivismo mediante la afirmación de
aunque, por lo general, se reconoce que, rechazando la clásica solución la aprehensibilidad de las esencias
que el empirismo científico es una empirista de subordinar completa- (Husserl) o mediante el descubri-
posición más amplia, de la cual el mente el análisis a la síntesis y de miento de una realidad proporcio-
empirismo lógico o positivismo ló- deducir lo ideal de lo real, mantienen nada por los datos inmediatos y
gico —principalmente el de la escuela estrictamente separados los dos órde- ocultada por la conceptualización
de Viena—, así como el analitismo de nes, aspiran a constituir una mathesis utilitaria (Bergson). Por su lado, el
la Escuela de Cambridge, los universalis tanto más posible cuanto empirismo moderado o crítico (3) es
grupos de Oslo y Upsala, etc., se- que previamente se ha vaciado a lo el típico de una cierta interpretación
rían simples componentes. Su carac- ideal de todo lo que no sea pura- del kantismo, y el empirismo radical
terística más acusada es el propósito mente analítico, aspiran a constituir ( 4 ) es el propio de todas aquellas
de vincularse a las demás formas, "científicamente" la filosofía —in- filosofías centradas en torno al im-
clásicas y contemporáneas, del empi- clusive en la vía de la especialización presionismo filosófico (Mach) o en
rismo, intentando una unificación de y cooperación— y definen esta última torno a la concepción experimental
todas las actitudes empíricas sin ne- como "actividad aclaradora", como de toda forma de relación (James).
cesidad de sostener ninguna tesis de "sistema de actos". Junto a ellos hay: Sobre el empirismo griego, véase:
carácter metafísico, antes bien recha- (6) el empirismo integral, como ha
zando enérgicamente toda tesis meta- sido defendido por R. Frondizi (VÉA-
física como carente de significación. SE ) y (7) El empirismo total, defen-
Históricamente, el empirismo cientí- dido por S. Alexander (Cfr. Space, Ti-
fico se ha constituido, pues, como me, and Deity, Libro I, cap. vi) cuando
un intento de unificación de todos se adhiere a la máxima de Hume,
los tipos del positivismo lógico, del según el cual hay que buscar siempre
empirismo lógico y de las direcciones la base empírica de nuestras ideas,
"analíticas". Estas corrientes, auxilia- pero corrigiéndola en el sentido de
das por el progreso de la logística combatir su inadmisible prejuicio en
(VÉASE) y por el desarrollo de las favor de ciertas impresiones. Para
investigaciones de índole semiótica, Alexander, "un empirismo cabal acepta
consideraron necesario llegar a un su fórmula [la de Hume], pero como
acuerdo de principio, que fue pro- no tiene ningún prejuicio en favor de
pugnado muy particularmente por las existencias separadas o distintas
H. Reichenbach, W. Dubislav y Ch. que atraen nuestra atención, insiste
Morris. Muchos que no prestarían su en que en el curso de las inspecciones
adhesión al positismo lógico propia- hechas por la experiencia
515
EN EN
mundo, el mundo está en la concien- (4 Como el género está en la espe-
cia. Puede analizarse con fruto el sig- cie y, en general, la parte de la forma
nificado de 'en' en numerosos filóso- específica está en la definición de la
fos: en Aristóteles, en Hegel, en Hei- forma específica.
degber, etc. El análisis de la preposi- (5) Como la salud está en las co
ción 'en' puede llevarse a cabo de muy sas calientes y frías y, en general, la
diversas maneras. Pueden examinarse forma está en la materia.
los significados de 'en', los usos de (6) Como los asuntos de Grecia
'en', etc. Puede adoptarse un punto de están en el que tiene el poder ( = de
vista primariamente "lingüístico", o penden del que tiene el poder), y, en
uno lógico, o uno ontológico (especial- general, los acontecimientos están en
mente ontológico formal) o uno meta- el agente (= dependen del agente).
físico, etc., o bien una combinación (7) Como algo está en su bien
de tales puntos de vista. Pueden in- (= está subordinado a su bien) y, en
terpretarse diversas expresiones —es- general, está en su "fin", es decir, en
pecialmente adverbios— desde el án- aquello por lo cual existe.
gulo del 'en'. En el presente artículo (8) En el sentido más estricto, co
nos limitaremos a destacar algunos mo una cosa está en su continente y,
significados de 'en'. Las informaciones en general, en un lugar (= en su
aquí proporcionadas al respecto deben lugar).
completarse con las contenidas en Santo Tomás (4 phys., 4 a; S. theol,
otros artículos de la presente obra; re- I, q. XI, II 5 ob 1 et al) ha seguido a
mitimos particularmente a los artículos Aristóteles en este respecto, conside-
ACCIDENTE, INESSE, INHERENCIA, TE- rando que los ocho citados modos
NER, RELACIÓN — el último en tanto de "estar en" son los modos en los
que 'en' expresa una relación, como la cuales se dice que algo está en algo,
relación "incluido en'. quibus aliquid in aliquo dicitur esse.
El uso de 'en' dio origen muy pronto El modo (8) incluye, según Santo To-
a dificultades y hasta paradojas. La más, el tiempo, ya que lo mismo que
dificultad más conocida es la puesta el lugar ( VÉASE ) es la medida de lo
de relieve por Zenón de Elea al indi- que se mueve ( locus est mensura mo-
car que no hay tal realidad como el bilis), el tiempo ( VÉASE ) es la medi-
"lugar", pues si así sucediera debería da del movimiento (tempus est men-
estar en otra realidad —esto es, en sura motus). Estas formas del aliquid
otro lugar—, y así ad infinitum. Para in aliquo son de algún modo similares
resolver esta dificultad había que ana- a las formas del esse in alio, pero no
lizar los diversos sentidos de 'en'. Es totalmente. El esse in alio (que, a di-
lo que hizo Aristóteles, el cual, ade- ferencia del "estar en otro" podemos
más, encontró que al distinguirse entre traducir por "ser en otro") se centra
varios significados de 'en' pueden en la noción de no subsistencia (me-
resolverse otras dificultades. tafísica) de una cosa. Con ello se
Dicho filósofo se refiere al asunto plantea el problema de si una entidad
en dos pasajes. Uno es Met, Δ 1023 a dada es o no subsistente, subsistens,
23-25, donde dice que "estar en algo" o puede o no existir, o subsistir, sepa-
EN. La preposición 'en' tiene gran tiene significados parecidos a los de rada, separatum subsistens,
interés filosófico. Consideremos los si- "tener", e) \xein — los cuales analiza Tanto en Santo Tomás como en
guientes enunciados: "Los objetos ma- en las líneas anteriores del citado pa- otros escolásticos se pueden encontrar
teriales están en el espacio"; "El atri- saje de Met. Δ y en Cat., 15 b 17-33 numerosas dilucidaciones del proble-
buto está en el sujeto"; "Los objetos (véase TENER). El otro pasaje —más ma del "estar en". A veces se usa al
de conocimiento están en la concien- importante a nuestro efecto— es efecto la expresión esse in. Ésta puede
cia cognoscente"; "La parte está en el Phys., IV, 210 a 15-210 b 22. Según ser interpretada de varios modos; por
todo"; "El hombre está en el mundo". el mismo, hay ocho modos de decir ejemplo, los siguientes cuatro modos
Estos, y otros muchos enunciados si- 'en', e)n ; esto es, de decir que algo propuestos por Occam: ( 1 ) estar
milares, tienen significación, o signifi- está en otra cosa: una cosa en un lugar o un accidente
caciones, que dependen en gran medi- ( 1 ) Como el dedo está en la mano en un sujeto; (2) estar la especie en
da del sentido de 'en'. Doctrinas filo- y, en general, la parte en el todo. el género; (3) ser atribuido (= ser
sóficas enteras pueden analizarse en (2) Como el todo está en las par- predicado); (4) ser conocido o tener
función del significado y uso de la tes, ya que no hay ningún todo por la posibilidad de ser conocido. La
preposición 'en'. Así, por ejemplo, el encima de las partes. cuestión de cómo los accidentes están
realismo metafísico y el idealismo me- (3 Como el hombre está en el ani- en la substancia se trató extensamen-
tafísico suponen un modo, o modos, mal y, en general, la especie en el te (véase ACCIDENTE). También dio
de "estar en": la conciencia está en el género. lugar a numerosos análisis la cuestión
516
EN ΕΝΑ ΕΝΑ
de cómo las cosas "están en" Dios. El en cuanto para Hegel la conciencia aspecto, por así decirlo, "natural-so-
último problema revela hasta qué infeliz es "el alma enajenada" o "la cial" de la enajenación. Particularmen-
punto la cuestión de la "relación" en- conciencia de sí como naturaleza di- te importante resultó para Marx la
tre Dios y el mundo puede ser asimis- vidida" o "escindida", según indica en cuestión de la enajenación del hombre
mo analizada a la luz del sentido, o la Fenomenología del Espíritu. Con en el trabajo. Según Marx, la separa-
sentidos, del 'en'. Lo mismo ocurre ello significa Hegel que la conciencia ción entre el productor y la propiedad
con la cuestión de la "relación" entre puede experimentarse como separada de sus condiciones de trabajo consti-
la esencia y la existencia (véase de la realidad a la cual de alguna ma- tuye un proceso que transforma en
ESENCIA, EXISTENCIA). nera pertenece. Surge entonces un sen- capital los medios de producción y a
La expresión usada con frecuencia timiento de desgarramiento y des- la vez transforma a los productores en
al referirnos al 'en' es inesse. Sin em- unión, un sentimiento de alejamiento, asalariados (Das Kapital, I, iii). Es,
bargo, por haber sido ésta usada con enajenación y desposesión. Hegel uti- pues, menester liberar al hombre de la
frecuencia como expresión lógica liza los términos Entzweiung, Tren- esclavitud originada por el trabajo
—bien que no siempre independiente- nung, Entfremdung, Entäusserung. que no le pertenece (el "plus" de tra-
mente de las cuestiones metafísicas y Entfremdung puede traducirse por bajo) mediante una apropiación del
"físicas" antes mencionadas— le dedi- 'alejamiento', siempre que se entienda trabajo. De este modo el hombre pue-
camos un artículo especial (véase como 'alejamiento de sí'; Entäusserung de cesar de vivir en estado enajenado
INESSE ). puede traducirse por 'enajenación' y para alcanzar la libertad, o apropia-
Sería largo tratar, siquiera breve- también por 'alienación'. Nosotros pre- ción.
mente, de los sentidos del 'en' en la ferimos 'enajenación' en cuanto signi- El concepto hegeliano de enajena-
filosofía moderna. Baste reiterar que fica la acción y efecto de desposeerse, ción es, o parece ser, metafísico. El
uno de los problemas fundamentales de "ponerse fuera de sí". Como la concepto marxista es considerado co-
en esta filosofía —el problema del conciencia no puede persistir en esta- mo primordialmente económico, aun-
modo de estar la realidad en la con- do de desgarramiento, debe hallarse que podría llamársele también econó-
ciencia cognoscente— está íntimamen- en medio de una reconciliación (Ver- mico-moral. Junto a estos conceptos
te ligado a la cuestión de los signifi- söhnung), que es una reunión (Ve- de enajenación podrían mencionarse
cados de 'en'. Lo mismo sucede con reinigung) y una apropiación (Aneinig- otros: el psicológico, el existencial y
las nuevas interpretaciones del 'estar ung) — la cual debería describirse, uno de carácter más "general". Desde
en' a que ha dado lugar el pensamien- más exactamente, como una re-apro- el punto de vista psicológico, la ena-
to de Heidegger ( VÉASE ) y a las que piación. jenación aparece como una "separa-
nos hemos referido en varios artículos La enajenación en sentido hegelia- ción", o sentimiento de separación,
(por ejemplo: DASEIN). Para algunas no es una forma de alteración ( VÉASE), del hombre respecto a su trabajo;
informaciones sobre la interpretación pero hemos usado este último término congruentemente, la solución del pro-
de 'en' en la filosofía moderna, véase en un sentido algo distinto. El térmi- blema psicológico de la enajenación
el artículo EXTERIOR . no 'enajenación' puede usarse en un es buscada en medios también psico-
El 'en' puede considerarse como sentido muy general como todo esta- lógicos. Desde el punto de vista exis-
expresión de una relación. Se trata de do en el cual una realidad se halla tencial, la enajenación es muy similar
una relación diádica no simétrica. En fuera de sí (ausser sich) en contrapo- a todas las formas de vivir inauténti-
algunos casos puede ser considerada sición al ser en sí ( bei sich ). Este úl- cas, pero sería excesivo equiparar el
como una relación transitiva; así, por timo designa el estado de la libertad concepto de enajenación tal como ha
ejemplo, si se dice que el cenicero en sentido positivo, es decir, no como sido tratado por autores como Sartre
está en la habitación y la habitación liberación de algo, sino como libera- y Merleau-Ponty como idéntico al de
en la casa, se puede decir que el ce- ción para sí mismo, esto es, como auto- autenticidad. Desde un punto de vista
nicero está en la casa. Sin embargo, si rrealización. más "general", la enajenación aparece
se atiende al ejemplo (2) aristotélico El concepto hegeliano de enajena- como resultado de diversos factores,
del "estar en", la relación "en" no es ción influyó en Marx, el cual usó el entre los cuales pueden contarse el
transitiva. El análisis del "estar en" término Entfremdung ya en sus pri- económico y el psicológico, pero no se
desde el punto de vista de la lógica de meros escritos, especialmente en los reduce a ninguno de ellos. En este
la relación fue llevada a cabo con par- Manuscritos económicos y filosóficos sentido Gilbert Sismondon ha hablado
ticular detalle por Leibniz como rela- compuestos en París en 1844 y publi- de la enajenación en el trabajo, pero
ción primero entre conceptos o ideas cados por vez primera en 1931 ( Marx, tomando el trabajo mismo como causa
y luego como relación entre elementos Engels, Historischekritische Gesamtau- principal del proceso de enajenación y
abstractos (véase al efecto R. Kauppi, sgabe, ed. D. Ryazanov, V. Adoratski, los demás factores —incluyendo el
Ueber die Leibnizsche Logik [1960], vol. III). Pero mientras Hegel trató "existencial"— como modalidades de
págs. 66 y sigs.). la noción de enajenación en una for- la enajenación.
EN Sí. Véase ABSOLUTO , COSA, ma metafísica —y, para Marx, excesi- H. Popitz, Der entfremdete Mensch,
HEGEL, SARTRE , SER . vamente "espiritual" y "abstracta"—, 1953. — Pierre Bigo, Marxisme et
Marx se interesó por el aspecto "con- Humanisme, 1953. — H. Marcuse,
ENAJENACIÓN. En el artículo Reason and Revolution, 1954. — Guy
CONCIENCIA nos hemos referido al
creto" y "humano" de la enajenación.
Marx trató primero el problema de la Caire, L'aliénation dans les oeuvres
concepto hegeliano de la "conciencia de jeunesse de Karl Marx, 1956. —
infeliz". Este concepto se halla rela- enajenación del hombre en la cultura. Gilbert Sismondon, Du mode d'exis-
cionado con la idea de enajenación, Siguiendo a Feuerbach, trató luego el tence des objets techniques, 1958, es-
517
ENC ENC
autores alejandrinos. A menudo se ca- sin dar lugar a equívocos; así sucede,
lifica de "primera Enciclopedia" (por por ejemplo, con la Encyclopaedia of
lo menos en "Occidente") los 37 li- Unified Science, a la que nos hemos
bros de las Historias naturales, de referido en otro lugar (véase VIENA
Plinto el Viejo. Las Etimologías, [CÍRCULO DE]).
de San Isidoro, son de carácter "en- En la historia de la filosofía el tér-
ciclopédico". Lo mismo ocurre con mino 'Enciclopedia' es usado especial-
obras tales como el Speculum mundi, mente al referirse a la "Enciclopedia
de Vicente de Beauvais. Aunque más francesa" del siglo XVIII, a la llamada a
"especializadas", son a su modo enci- veces por antonomasia "la Enciclo-
clopedias las Sumas medievales. Des- pedia" (l'Encyclopédie). Anteceden-
de Ramón Llull hasta Leibniz, pa- tes lejanos de esta Enciclopedia son
sando por Francis Bacon, ha habido los repertorios a que nos hemos refe-
desde fines de la Edad Media hasta rido antes. Antecedentes más inme-
bien entrada la Edad Moderna varios diatos son varios a los que alude
intentos de organizar el saber: la for- Francisco Romero (art. cit. infra,
ma sistemática de esta organización págs. 66 y sigs. ) : un libro de Ringel-
(el intento de erección de una "cien- bergius, publicado en Basilea en 1541
cia universal") no obsta a que el con- en cuyo título aparece ( acaso por vez
ENCICLOPEDIA. El vocablo 'enci- tenido del saber que se pretendía primera) el vocablo 'enciclopedia'; el
clopedia' significa literalmente "ciclo abarcar fuese también "enciclopédi- repertorio enciclopédico de Alsted, pu-
educativo", es decir, sistema completo co". Mutatis mutandis intentos pare- blicado en 1620; el Grand Dictionnaire
de educación que abarca todas las cidos existen en otras culturas; como historique, de Louis Moren, de
disciplinas y los fundamentos de éstas. ejemplo mencionamos la a veces lla- 1673; el Lexicón universale, de Hoff-
El vocablo ha venido a significar luego mada "primera enciclopedia científica mann (1677); el Dictionnaire, de
la exposición de los conocimientos en de los musulmanes" (G. Sarton, Bayle (VÉASE) ; los 17 primeros y úni-
forma sintética y lo más completa Nicholas Rescher): la Mafâtih al- cos volúmenes de los 45 volúmenes
posible. El orden más usual de expo- Ulum o Llave de las ciencias, de Abú planeados por Vincenzo Coronelli bajo
sición es el alfabético, pero hay asi- Abd-Allâh Muhammad bn Ahmad bn el título Biblioteca universal (1701 y
mismo enciclopedias organizadas "se- Yusuf al-Qwarizmi (ca. 980; ed. por siguientes); el Gran léxico universal
gún materias". Por extensión se aplica G. van Vloten, 1895). completo, editado por Zedler desde
el vocablo 'enciclopedia' a la exposi- En los últimos casos puede decirse 1732, etc. Antecedentes realmente in-
ción sintética y lo más completa po- que el carácter "sistemático" predo- mediatos son los "Diccionarios ingle-
sible de una disciplina o conjunto de mina sobre el "enciclopédico". Este ses" a que nos referiremos a conti-
disciplinas, incluyendo por lo usual la último suele estar organizado de nuación.
historia de la disciplina o conjunto de acuerdo con ciertos procedimientos es- El título completo de la Enciclope-
disciplinas, datos relativos a sus culti- timados útiles o cómodos (orden al- dia francesa es: Encyclopédie ou Dic-
vadores, etc. También aquí el orden fabético; clasificación muy detallada tionnaire raisonné des sciences des
más usual es el alfabético. Puede ha- de las ciencias, etc.) y no de acuerdo arts et des métiers, recueilli des meil-
blarse, pues, de "Enciclopedia de la con "principios". La "enciclopedia" leurs auteurs et particulièrement des
física", "Enciclopedia de la filosofía", no es —o no es necesariamente— un Dictionnaires anglois de Chambers,
etc. La distinción en este último caso "sistema". Cuando lo sistemático pre- d'Harris, de Dyche, &c. par une so-
entre "Enciclopedia" y "Diccionario" domina casi exclusivamente, el térmi- ciété de gens de lettres. Los "Diccio-
no es siempre fácil; aunque el criterio no 'enciclopedia' es usado entonces narios ingleses" a que se refiere el ci-
más corriente es la extensión, resulta en sentido muy amplio, como "con- tado título son: Cyclopaedia: Or, An
a veces difícil indicar cuándo una junto de" u otras expresiones simila- Universal Dictionary of Arts and
obra de este tipo deja de ser "Diccio- res. Tal ocurre con el término en cues- Sciences, de Ephraim Chambers (2
nario" y se convierte en "Enciclope- tión en una de las obras filosóficas vols., 1727); Lexicum technicum: Or,
dia". El presente Diccionario de filo- más sistemáticas que se conocen: la An Universal English Dictionary of
sofía, por ejemplo, podría ser asimismo Enciclopedia de ciencias filosóficas the Arts and Sciences, de John Harris
llamado Enciclopedia de la filosofía. (Enzyldopadie der philosophischen (1704-1710), revisado y reeditado
Desde la Antigüedad ha habido Wissenschaften), de Hegel. Si lo que (1744) con el título de A Supplément
ciertas obras a las que podría califi- importara fuese el sistema, y espe- to Dr. Harris's Dictionary of Arts and
carse de "enciclopedias" o por lo me- cialmente el sistema deductivo, los Sciences... By a Society of Gentle-
nos de "Enciclopedias especiales". El Elementos de Euclides serían una men; A New General Dictionary, de
Corpus aristotelicum tiene no poco de "Enciclopedia" — y no digamos los Thomas Dyche (3a ed., 1740). La
"enciclopedia". Tienen también algo sistemas deductivos más acabadamen- Encyclopédie derivó de un primitivo
de "enciclopedia" los "sistemas" pre- te formalizados. Cuando hay a la proyecto de traducir la Cyclopaedia
sentados por ciertas escuelas (como vez cierto sistema y un conjunto rela- de Chambers al francés. El trabajo de
los estoicos). Enciclopedias (y Dic- tivamente amplio de saberes incluidos traducción se inició en 1745, con di-
cionarios) especiales de carácter eru- en una exposición, el nombre 'enci- versos colaboradores, entre los cuales
dito fueron compilados por algunos clopedia' puede ser usado, en cambio, figuraban, pero sin ocupar lugar des-
518
ENC ENC ENC
tacado, Diderot y d'Alembert. Por di- coincidió con el auge de la Ilustración carácter enciclopédico. Por eso, entre
ferencias de opinión entre los que se (VÉASE) francesa, y aun europea. Fue otras razones, a la aparición del Pros-
comprometieron originalmente a im- uno de los grandes acontecimientos pectus de la Enciclopedia, en 1751, y
primir y distribuir la obra, uno de intelectuales y sociales de la época. de los primeros volúmenes de ésta, se
ellos encargó la dirección de la em- Se usa a veces el término 'enciclo- inició una polémica en la cual pare-
presa al Abate Gua de Malves. Según pedismo' para designar las tendencias cieron contraponerse dos "Dicciona-
Herbert Dickmann, dicho abate fue ilustradas y liberales que se manifies- rios": el de los encyclopédistes y el de
probablemente el que primero conci- tan o se dejan traslucir en muchos de los journalistes. El Journal de Trévoux
bió la idea de redactar una enciclo- los artículos de la Enciclopedia. Aun- apareció a la vez como un Dictionnaire
pedia que no se limitara a ser una que los autores de la Enciclopedia, y de Trévoux, y el Padre Berthier
traducción de Chambers. En 1747, especialmente sus directores, discrepa- acusó a los enciclopedistas primero de
d'Alembert se encargó de la dirección. ban entre sí en muchos puntos, coin- haber saqueado el Journal en varios
A tal efecto se asoció con Diderot; los cidieron todos (con la notoria excep- artículos y luego de aprovechar la pu-
nombres de ambos aparecen como di- ción de Rousseau) en varios ideales: blicación de una "Enciclopedia" para
rectores en la primera página del tolerancia religiosa, optimismo respecto "atacar la religión". Para hacer el
Prospecto y de la Enciclopedia — la al futuro de la Humanidad, confianza Journal más "enciclopédico" se planeó,
cual se anuncia como un trabajo "mis en el poder de la razón libre, oposición ya en 1732, pero especialmente en
en ordre & publié par M. Diderot; a la autoridad excesiva de la Iglesia, 1744, una "Tabla general de materias
& quant à la partie mathématique, interés por problemas sociales, del Journal", pero sólo en 1864 fue
par M. d'Alembert". En manos de Di- importancia otorgada a las técnicas y publicada por el Padre Charles Som-
derot y de d'Alembert, la Encyclopé- oficios, tendencias naturalistas, respeto mervogel La Table Méthodique des
die (llamada por ello a veces "la En- a la experiencia, entusiasmo por el Mémoires de Trévoux, 1701-1775. El
ciclopedia de Diderot y d'Alembert") conocimiento y por el progreso, etc. Journal de Trévoux, suspendió su pu-
se apartó más y más del primitivo Sin embargo, todo ello formó más blicación en 1762, cuando se disolvió
proyecto de una traducción y —si bien un estado de espíritu que una en Francia la Compañía de Jesús.
bien aprovechando los datos conteni- filosofía. Se ha discutido mucho hasta qué
dos en las antes mencionadas Enciclo- El enciclopedismo fue muy acla- punto la Enciclopedia es o no uno de
pedias y Diccionarios ingleses— se mado y también muy combatido. Co- los factores que contribuyeron a la
convirtió en la influyente obra que mo ejemplo de oposición citamos el Revolución Francesa. Ciertos autores
conocemos. manifestado por los redactores de las sostienen que fue el principal factor
En 1750 apareció el Prospecto, y a Mémoires pour l'histoire des sciences de tal Revolución o, cuando menos,
partir de 1751 la Enciclopedia. Hasta ir de beaux. Arts, llamadas Journal de una conditio sine qua non de ella. En
su terminación, en 1766, la publica- Trévoux. Las citadas Mémoires co- tales casos la obra de la Enciclopedia
ción pasó por diversas vicisitudes (in- menzaron a aparecer en Trévoux ( cer- es examinada, y con frecuencia juzga-
cluyendo su prohibición el 8 de marzo ca de Lyon) en 1701. Fundadas y da, por sus supuestas "consecuencias".
de 1759). D'Alembert redactó el im- redactadas especialmente por jesuitas, Otros autores, sin negar la contribu-
portante Discours préliminaire. La las Mémoires (o el Journal) tenían ción del enciclopedismo a los cambios
Enciclopedia fue presentada como un por objeto dar noticia de publicacio- políticos y sociales que estallaron en
compendio de los conocimientos hu- nes, descubrimientos, etc. —aunque la Revolución, prefieren considerar la
manos, incluyendo tantos las "artes principalmente de publicaciones— en Enciclopedia como el resultado de un
mecánicas" como las "artes liberales". forma más amplía que la manifestada largo proceso anterior: en este caso la
El término "razonado" (raisoné) con en el Journal des Savants; por lo de- Enciclopedia es estudiada como un ja-
que se adjetivaba el vocablo 'Diccio- más, se estima que el Journal de Tré- lón —acaso el más importante— en
nario' (Dictionnaire) significaba que voux pretendía hacer, desde el punto la "historia de los Diccionarios y de
se presentaban y explicaban los prin- de vista de los jesuitas, lo que el Jour- las Bibliotecas". Es lo que piensa Paul
cipios generales de cada arte y de sus nal des Savants hacía (bien que algu- Hazard cuando escribe: "habría que
ramas. nos colaboradores del último lo fueron señalar el cambio progresivo de conte-
Escribieron para la Enciclopedia asimismo del Journal de Trévoux). El nido [de los "Diccionarios"]: en el
numerosos autores. Entre los que nos Journal de Trévoux pasó por diversas Renacimiento, Diccionarios de lenguas
interesan desde el punto de vista fi- vicisitudes siendo impreso en París antiguas, para los humanistas; en el
losófico figuraron entre los colabora- desde 1734 — y siendo, además, imi- siglo XVH, Diccionarios de lenguas na-
dores —además de Diderot y d'Alem- tado en dos ediciones italianas a par- cionales, para el uso de las gentes de
bert— Voltaire, Rousseau, Holbach tir de 1743. Una época decisiva del bien; luego, Diccionarios históricos y
(VÉANSE), François Quesnay (1694- Journal fue la iniciada en 1745 con la críticos. Pero las gentes pedían dic-
1774), A. R. J. Turgot (1727-1781), dirección del Padre Berthier (Padre cionarios de otra clase, substanciales:
L. J. M. Daubenton (1716-1799/ Guillaume-François Berthier, S. J.), diccionarios de artes, del comercio, de
1800), J. F. Marmontel (1723-1799), violentamente atacado por Voltaire geografía, y se deseaba uno que con-
y el Abate André Morellet (1727- (especialmente en la "Relation de la tuviese a los demás, capaz de satisfa-
1819). No colaboraron directamente, Maladie, de la Confession, de la Mort cer el apetito de saber que excitaba a
pero no fueron ajenos a la obra, di- et de l'Apparition du Jésuite Ber- los espíritus" (La pensée européenne
versos pensadores, tales como Helve- thier"). El carácter informativo y po- au XVIII siècle, t. I, 1946, pág. 274).
cio. La publicación de la Enciclopedia lémico del Journal se dobló con un De este ambiente intelectual y social
519
ENC END
nació la Enciclopedia o "Diccionario la participación afectiva en realidades
razonado". anímicas o de algún modo relaciona-
Fecha de las primeras ediciones: das con lo anímico.
Prospecto de la Encyclopédie, 1750; Trataremos aquí ante todo del con-
tomos I y II, 1751; III a VII, 1753- cepto de endopatía en la teoría esté-
57; VIII a XVII y 5 volúmenes de tica y nos referiremos luego a signifi-
planchas, 1765; 6 volúmenes de plan- cados más amplios de dicho concepto,
chas, 1772. Suplementos, 5 volúme-
nes: 1777. 2 vols, de tablas, 1780. ya derivados de análisis estéticos, ya
— Le sigue la Encyclopédie métho surgidos independientemente de estos
dique ou par ordre de matières, par últimos.
une société de gens de lettres (Paris, En su A History of Esthetics (2a
1782-93; Agasse, 1792-1832, 166, 12 ed., 1954, pág. 537), K. E. Gilbert y
vols, y 6439 planchas). — Véase el H. Kuhn indican que el primero que
resumen de R. Ollivier, L'Esprit de usó el término Einfühlung fue el filó-
l'Enciclopédie ou Choix des articles sofo del arte estético Robert Vischer
les plus curieux et les plus piquants (1847-1933). En varias de sus obras
de ce grand Dictionnaire, 1798- ENCICLOPEDISMO. Véase ENCI-
1800, 12 vols. — Sobre la Enciclope (Ästhetische Faktoren der Rauman-
CLOPEDIA.
dia y los enciclopedistas, véase: John schauung, 1896; Raumästhetic und
ENDOPATÍA. Se usa a menudo el geometrischoptische Täuschungen,
Morley, Diderot and the Encyclopae- término 'endopatía' para traducir el
dists, 2 vols., 1878, 2a ed., 1886. 1897; System der Ästhetik, 3 vols.,
— Louis Ducros, Les Encyclopédis vocablo alemán Einfühlung. Otros 1905-1914; Drei Schriften zum ästhe-
tes, 1900. — L. Thorndike, "L'En términos usados al mismo efecto son: tischen Formproblem, 1927 [recopila-
cyclopédie and History of Science" 'empatia' (usado con bastante fre- ción de escritos publicados antes sepa-
Isis (1924). — M. Muller, La philo cuencia), 'proyección afectiva' y "pro- radamente] ) Vischer introdujo el tér-
sophie de Jean d'Alembart, 1926. — yección sentimental' (menos corrien- mino Einfühlung para explicar la be-
Joseph Legras, Diderot et l'Encyclo- tes o con una significación más espe-
pédie, 1928. — Roger Tisserand, Au lleza de la Naturaleza o el modo como
cífica) e 'introafección' (poco común). esta belleza es aprehendida por el sujeto
temps de l'Encyclopédie. L'Académie La definición más general que cabe
de Dijon de 1740 à 1793, 1936. — R. humano. La Einfühlung es una
dar del concepto designado por el tér- vivificación de la imaginación; junto
Naves, Voltaire and Encyclopédie,
1938. — B. Groethuysen, "L'Enciclo- mino 'endopatía' es la siguiente: "par- a ella hay la Anfühlung o animación
pédie" (en Tableau de la littérature ticipación afectiva y, por lo común, de la sensibilidad, la Zufühlung o re-
française de Corneille à André Ché- emotiva, de un sujeto humano en una creación de la forma y la Nachfühlung
nier, 1939). — Paul Hazard, La pen realidad ajena al sujeto." En principio, o sentido de la forma expresada simbó-
sée européenne au XVIIIe siècle, 1946 la realidad en la que el sujeto puede licamente. Lipps y otros autores (Cfr.
(trad, esp.: El pensamiento europeo participar afectivamente ofrece nume- infra) elaboraron algunas de las ideas
en el siglo XVIII, 1946). — F. Ventu- rosos aspectos; puede tratarse de obje-
ri, Le origini del'Enciclopedia, 1946. de Robert Vischer sobre la naturaleza
tos del contorno familiar; de procesos y formas de la Einfühlung. El concepto
— Id., id., "Le origini dell'Enciclo- o fenómenos naturales; de bienes cul-
pedia in Inghilterra", Itinerari, II expresado por este vocablo parece, sin
(1954), 200-20. — D. H. Gordon y turales y en particular de obras artís- embargo, diversificarse. Por un lado, se
N, L. Torney The Censoring of Di- ticas; de ideas; de ideales; de otros ha hecho observar (Croce) que hay dos
derot's Encyclopédie and the Re-esta- sujetos humanos; de una comunidad; conceptos de la endopatía: el estético y
blished Text, 1947. — N. N. Schargo, de una forma de vida; de un período el psicológico. Por otro lado, se ha
History in the "Encyclopédie", 1947. histórico, etc. La participación en indicado (Cfr. Milton C. Nahm, op.
— G. Charlier y R. Mortier, Une suite cuestión puede ser a su vez consciente cit. en bibliografía) que hay dos
de l'Encyclopédie, le "Journal en o inconsciente. Puede tener lugar co-
cyclopédique" (1756-1793), 1952. — tradiciones en la historia del concepto
mo consecuencia de una intención o de endopatía: una, representada por
Eberhard Weis, Geschichtschreibung sin previa intención. Los autores que
und Staatsauffassung in der französis- quienes prestan escasa, o nula,
admiten la posibilidad, y la frecuen- atención a la acción y al com-
chen Enzyklopädie, 1956. —F. Schalk,
"Zur Vorgeschichte der Diderot'schen cia, de semejante participación afecti- portamiento del sujeto "endopático";
Enzyklopädie", Romanische Forsch- va suelen poner de relieve que sólo otra, representada por quienes se in-
ungen, LXX (1958), 30-53. — Sobre mediante ella puede alcanzarse una teresan sobre todo por las reacciones
el Journal de Trévoux: Alfred Desau "más profunda" comprensión de cier- endopáticas tal como se manifiestan
tels, S. J., Les Mémoires de Trévoux tos fenómenos o procesos extrasubje- psicofisiológicamente. El más conocido
et le mouvement des idées au XVIIIe tivos. Con el fin de parar el golpe a exponente de la primera tradición es
siècle (1701-1734), 1956 [Bibliotheca la objeción de que gran parte del co-
Instituti Historici S. J., 8]. — J. Ν. Theodor Lipps y a él nos referiremos
nocimiento, por lo menos del conoci- luego con más detalle. Exponentes de
Pappas, Berthier's Journal de Trévoux miento de los objetos y procesos natu-
and the Philosophes, 1957 (Studies la segunda tradición son Ver-non Lee
on Voltaire and the Eighteenth Cen- rales, se funda en una "comprensión y H. S. Langfeld, los cuales han
tury, t. III). — Herbert Dickmann, objetiva" y no "endopática" de dichos investigado la "conducta estética"
"The Concept of Knowledge in the objetos y procesos, se ha restringidc experimentalmente y han descrito y
Encyclopédie", en Essays in Compa con frecuencia el alcance de la noción analizado las actitudes motoras que
rative Literature, por Herbert Dick de endopatía, entendiéndose por ésta dan lugar a tal conducta.
mann, Harry Levin y Helmut Motekat,
520
END END END
El autor más influyente en la ela- más importante de estas esferas es la a concluir que dos sujetos mantienen
boración del concepto que nos ocupa psicológica (o psíquica). Lipps indica entre sí "relaciones endopáticas" sólo
es sin duda Theodor Lipps (v.). Lipps a tal efecto que la endopatía es el cuando se tienen "mutua simpatía".
trató el concepto de endopatía prima- fundamento de la posibilidad de co- Tan endopática como la simpatía es
riamente como concepto básico para municación entre los hombres. Ni la antipatía (y, por supuesto, la aver-
aclarar los diversos aspectos de la ex- Lipps ni ningún otro de los "endopa- sión, el odio, etc.). Pero si damos al
periencia estética. Según Lipps, los tólogos" elaboraron un concepto deci- concepto de simpatía un sentido muy
dos componentes fundamentales de la didamente existencial de la comunica- general de "ser (afectivamente) uno
endopatía son la "proyección" y la ció n ( VÉ ASE ). Sus reflexion es al con otro", puede decirse que endopatía
"imitación". Por medio de la primera respecto fueron de índole fundamen- y "simpatía" son nociones muy
el sujeto "extiende" su propio ser a talmente psicológica. Pero no sería similares; tanto, en rigor, que a veces
una realidad. Por medio de la segunda difícil extraer de la doctrina de Lipps parecen idénticas. Las críticas que se
el sujeto se apropia ciertas formas de sobre la comunicación humana como formulen contra una valdrán en gran
tal realidad. Siguieron a Lipps en este fenómeno endopático ciertas conse- parte para la otra. Así sucede en la
camino varios filósofos —como Richard cuencias en las que estarían posible- obra de Max Scheler sobre la natura-
Müller-Freienfels ( VÉASE ), Johannes mente de acuerdo varios pensadores leza y formas de la simpatía. Hemos
Volkelt (v.) y Karl Groos (v.)— y más o menos "existenciales" (Jaspers, reseñado los principales argumentos
por lo menos un historiador del arte Berdiaev, acaso Buber). Sea como de Scheler al respecto en el artículo
— Wilhelm Worringer ( véanse obras fuere, las doctrinas de Lipps en cues- SIMPATÍA. Agreguemos sólo que las
al respecto de dichos autores en la tión fueron formuladas en un lenguaje dificultades que ha hallado Scheler en
bibliografía al final del presente "psicológico". Según Lipps, la co- la noción de simpatía (y de "endo-
articulo). Común a todos estos auto- municación como comunicación au- patía") han sido perfiladas en el cur-
res es examinar con particular aten- ténticamente humana es un fenómeno so de un análisis fenomenológico. A
ción lo que se ha llamado "contagio que revela los dos ya citados compo- estas dificultades pueden agregarse
estético". Las ideas de Lipps y de los nentes de la endopatía: la "proyec- otras derivadas de observaciones de
citados autores son harto complejas, ción" y la "imitación". Ello no quiere hecho, pero este es un punto en el que
pero en el fondo de ellas late una idea decir que todas las relaciones entre no necesitamos entrar aquí.
muy sencilla, y repetidamente confir- humanos sean de carácter endopático. El traslado del concepto de endopa-
mada en el nivel de la apreciación ar- Hay sujetos humanos que podrían lla- tía del campo estético al campo psico-
tística: la idea de que sólo participan- marse "de alta endopatía" y otros su- lógico es sólo una de las extensiones
do afectivamente en una obra de arte jetos que podrían llamarse "de baja posibles de tal concepto. Éste puede
—en los dos sentidos de "proyectarse" endopatía". Además, un determinado emplearse asimismo en las llamadas
hacia ella y de "apropiársela"— es sujeto puede ser endopáticamente re- "ciencias culturales" y en la ciencia
posib le "comprend er" tal obra. La ceptivo o bien estar endopáticamente histórica. Dentro de las ciencias cul-
idea en cuestión ha sido expresada "ciego" para otro determinado sujeto. turales la que parece más propicia a
hace ya mucho tiempo en dos famosos Sólo cuando hay recepción puede ha- admitir el concepto de endopatía, o
versos : "Yo no digo esta canción / sino ber verdaderamente comunicación, o, uno semejante, es la llamada "antro-
a quien conmigo va" (Cfr. infra). si se quiere, sólo entonces puede un pología cultural". Los cultivadores de
Semejante idea sería enérgicamente sujeto apropiarse y comprender las esta disciplina han notado que el co-
rechazada (caso de que condescendie- emociones de otro, a la vez que co- nocimiento d e una comun idad que
ran a ocuparse de ella) por todos los municar sus propias emociones a otro. tenga usos, lenguaje, estructuras so-
críticos de tendencia formalista (véa- La relación endopática no tiene, pues, ciales, etc., distintos (con frecuencia
se FORMALISMO). Estos críticos mani- nada que ver con el llamado "argu- muy distintos) de la comunidad a la
festarían: primero, que las obras de mento de analogía" p or el cual un cual pertenece el presunto antropólo-
arte no tienen ningún "contenido emo- sujeto dado "concluye", a base de la go, plantea el problema de si puede
tivo"; segundo, que participar afecti- percepción de ciertas manifestaciones entenderse la comunidad en cuestión
vamente en una obra de arte es cosa corporales de otro sujeto, que este úl- sin de algún modo participarse en los
muy distinta que comprender tal obra timo posee ciertas afecciones psíqui- usos, lenguaje, estructuras sociales,
—en rigor, añadirían seguramente los cas, por razón de que en el sujeto etc. propios de ella. Responder afir-
críticos de referencia—: la participa- percipiente se han dado relaciones en- mativamente a la cuestión significa
ción afectiva en una obra de arte es tre movimientos corporales y afeccio- negar toda posibilidad de endopatía.
el mayor obstáculo con que puede to- nes psíquicas análogas a las por él Suced e, pues, aquí lo mismo que lo
parse para su "verdadera" compren- observadas. Por otro lado, la relación que describimos sucintamente al refe-
sión. endopática en el sentido de Lipps y rirnos a la comprensión de la obra de
A pesar del interés de los referidos otros autores se asemeja un tanto a las arte. Responder negativamente a la
autores (Lipps, etc.) por la estética y relaciones interhumanas tal como fue- cuestión es o admitir, o presuponer,
el problema de naturaleza de la ex- ron analizadas por los filósofos ingle- que hay ciertas posibilidades de "imi-
periencia estética, la mayor parte de ses del llamado "sentido moral" ( VÉA- tación" y de "proyección", aun cuando
ellos (incluyendo a Lipps) han ten- SE ), a base de la noción de simpatía. éstas sean transitorias y, por supuesto,
dido a examinar o, cuando menos, a También se asemejan a las ideas de conscientes. No es este el lugar de
utilizar la noción de endopatía en es- algunos psicólogos modernos (como describir las distintas posicion es qu e
feras no primariamente estéticas. La Alexander Bain). Ello no debe llevar ad optan o, mejor dich o,
521
END END END
que adoptarían los antropólogos al en- en particular de su labor de interpreta- de ser captado a diferentes niveles de
frentarse con la noción de endopatía ción histórica de España. Podría ex- valor y mediante criterios de valora-
— previamente modificada y especifi- tenderse al radio de aplicación de di- ción y estructuración creados por el
cada con el fin de adaptarla a los fi- cho lema y sostenerse que sólo quien historiador" (ibid., pág. 147). "Consi-
nes señalados. La cuestión se complica viva por así decirlo "desde dentro" las dero indispensable.. . que el historió-
(pero se hace a la vez más interesante) formas de ser (y, como añadiría Cas- grafo no pierda de vista que la histo-
cuando el objeto de posible endopatía tro, de valer) de la comunidad por ria —rigurosamente hablando— no se
es no sólo una cierta comunidad "aje- acaso estudiada, será capaz de com- construye sobre nada que simplemente
na", sino un período histórico, y muy prender la historia de tal comunidad sea, exista o acontezca, sino sobre las
en particular una comunidad en cuanto o, para seguir pidiendo prestadas fór- dimensiones valiosas de lo que
se ha desarrollado y estructurado en el mulas a dicho autor, tal comunidad en aparezca como habiendo existido en el
curso de su propia historia. Se puede su historia. Sin embargo, Américo Cas- pasado de nuestra experiencia tempo-
también preguntar aquí si, con ul- tro ha reconocido asimismo que sólo ral" (ibid., pág. 165). El sentido filo-
teriores previas revisiones, el concepto quien logra situarse a cierta "distan- sófico último de estas declaraciones
de endopatía es admisible, esto es, si cia" de la comunidad estudiada puede podría formularse, a nuestro entender,
es posible, y hasta qué punto lo es, comprender, exponer y analizar su es- por medio de esta fórmula, que es
comprender la historia de una comuni- tructura y sus formas de vida. Ahora también una regla: "Comprender una
dad humana en su desarrollo histórico bien, comprender desde dentro y com- comunidad (o una obra de arte, o un
si el que se interesa por esa comuni- prender a cierta distancia (o desde estilo artístico, o una forma de vida,
dad, especialmente en tanto que his- fuera) parecen ser operaciones cuya o, en general, algo "humano") requiere
toriador, se halla colocado decidida- ejecución simultánea es impracticable. como condición sine qua non situarse
mente fuera de ella. En vista de ello podría sugerirse de de algún modo a la vez 'dentro' y
Dos opiniones extremas pueden ma- nuevo adoptar una posición ecléctica. 'fuera' de tal comunidad". El ad-
nifestarse aquí, paralelas a algunas de Pero no es esta la posición adoptada verbio 'a la vez", aunque insuficiente
las anteriormente reseñadas. Se puede por Castro cuando analizamos los su- para expresar el tipo de "situación"
afirmar que no hay, ni puede haber, puestos filosóficos de sus declaraciones requerida, nos pone en la pista por lo
tal endopatía, y que si la hubiera em- sobre el trabajo del historiador, la menos de lo siguiente: de que el tipo
pañaría la necesaria objetividad del comprensión histórica, y otros temas de comprensión que intentamos dilu-
conocimiento histórico. Se puede sos- similares. Consideraremos algunos de cidar es de carácter esencialmente di-
tener, por otro lado, que sólo endopá- los pronunciamientos de Castro al res- námico. Ello significa que lo que
ticamente, esto es, mediante participa- pecto. "Lo historiado se fundará tanto hemos llamado "situarse dentro" y
ción afectiva, puede comprenderse a en sym-pathia como en razón discur- "situarse fuera" es, en rigor, un cons-
derechas la historia de una comunidad siva: deberá expresarse mediante jui- tante ir hacia adentro e ir hacia afuera
humana. Como cada una de estas opi- cios axiológicos y abiertos, no en tra- — o, si se quiere, un constante ir
niones choca con dificultades, no es badas cadenas de determinaciones físi- (mentalmente) de un dentro a un fuera
raro encontrar quienes adoptan una cas, biológicas o psíquicas." (Dos en- y de un fuera a un dentro, o, más
actitud "intermedia" y más o menos sayos [1956], págs. 10-11). "Histo- precisamente, un constante ir (men-
vagamente ecléctica. Inclusive los riar... no es simple operación de co- talmente) de dentro afuera y de fuera
partidarios de alguna de las opiniones nocimiento, no consiste en desvelar la adentro. Limando el vocablo 'dialécti-
extremas suelen matizarla cuando lle- realidad de una 'cosa' que existe sola ca' de muchas de las significaciones
ga el momento de ponerla a prueba. y para sí. La tarea de historiar es una espurias que se han adherido a él, di-
Así, y para dar un solo ejemplo, la forma de conversación, de convivir remos que nos las habemos aquí con
tesis de Croce de que toda historia es con quienes en alguna forma dejaron una operación de índole dialéctica. Si
"historia contemporánea", y la tesis expresiones vivientes de sus vidas, las admitimos que el acto de ir hacia den-
de Collingwood de que historiar equi- cuales no hablarán a todos de la misma tro (el adentrarse, el adentramiento)
vale a "rehacer [o, mejor, re-actuar] forma" (ibid., pág. 33). "El historiador representa un "vivir" en cuanto expe-
el pasado" son presentadas por sus au- ... ha de habérselas con objetos rimentar o vitalmente participar, y
tores respectivos cualificándolas y res- expresivos del vivir de otros hombres, que el acto de ir hacia fuera ( el extra-
tringiendo a menudo su sentido. y ha de participar, en alguna forma, ñamiento, que hace posible tratar un
Se puede preguntar ahora si es po- del movimiento vital de quienes lucha- vivir como problema) representa un
sible una opinión sobre el asunto que ron, creyeron, pensaron, sintieron y "pensar", podremos concluir con una
no sea del tipo extremo de las reseña- crearon, ya que actividades de esa clase fórmula aplicable a todo buen enten-
das y que al mismo tiempo no sea un se dan dentro de la experiencia per- der no sólo la historia, o la historia de
mero compromiso. Estimamos que la sonal de cada uno. Los objetos de tal una comunidad, sino cuanto de algún
respuesta es afirmativa, y procedere- experiencia, de suyo movibles, ingre- modo es "humano": "comprender
mos a ilustrarla con un ejemplo. san en el movimiento vital de quien efectivamente consiste en un acto de
Américo Castro ha citado con fre- se ponga en contacto con ellos" (Ori- vivir con vistas a un pensar, indisolu-
cuencia los dos versos introducidos al gen, ser y existir de los españoles blemente ligado a un acto de pensar
principio ("Yo no digo esta can- [1959], pág. 146 [previamente publi- con vistas a un vivir".
ción. . ."), considerándolos de algún cado en Cuadernos, París, N° 24, El problema que hemos planteado
modo como uno de ios lemas de su la- 1957]. ". . .el tema de la historia corre desborda, en rigor, las cuestiones que
bor de interpretación histórica, y muy a lo largo de la fluencia del vivir, y ha se suscitaron al tratar de los usos y
522
END ENE ENE
significados del término 'endopatía'. La referencia a los "dos tradiciones" magistrado de la ciudad. Su principal
Es un problema para cuyo adecuado en la historia del concepto de endo- obra filosófica o, más exactamente, fi-
tratamiento habría que introducir, y patía, en Milton C. Nahm, Aesthetic losófico-teológica, es el diálogo titulado
posiblemente refinar, varios concep- Experience and Its Presuppositions, Teofrastro o de la inmortalidad del
tos, entre los que mencionamos, como 1946, págs. 452 y sigs. — Para Ver- alma y de la resurrección del cuerpo.
non Lee (Violet Paget) véanse Beauty Fiel seguidor de Platón, tanto por la
ejemplos, los de vivencia (VÉASE), and Ugüness, 1912 y The Beautiful,
interpretación (véase HERMENÉUTICA) forma como por la abundancia de las
1913. — Para H. S. Langfeld, The citas procedentes de diálogos platóni-
y comprensión (v.). Pero de alguna Aesthetic Attitude, 1920. — Lipps cos, Eneas defiende en dicho diálogo
manera dicho problema está vincula- desarrolló sus teorías en varios escri la doctrina creacionista (véase CREA-
do a la noción de 'endopatía', razón tos; citamos: "Einfühlung, innere Na- CIONISMO), según la cual el alma,
por la cual lo hemos tratado en el chahmung und Organenempfindun- aunque inmortal, no ha preexistido al
presente artículo. gen", Archiv für die gesamte Psycho
logie, I (1903). — "Weiteres zur Ein cuerpo, sino que ha sido creada por
Puesto que uno de los elementos de Dios en el momento de aparecer el
la endopatía, cuando menos en el sen- fühlung", ibid., IV (1904-1905). —
Especialmente importante es la obra cuerpo. Defiende asimismo la doctrina
tido de Lipps, es la "proyección", éste Asthetik. Psychologie des Schönen de la creación del mundo por Dios
podría ser, si nos atuviéramos exclu- und der Kunst, 2 vols., 1903-1906, 2a contra la tesis de la eternidad del
sivamente a afinidades de vocabula- ed., 1914-1920. — El concepto (esté mundo. Contra el fatalismo y el cor-
rio, el lugar apropiado para presentar tico) de endopatía fue examinado por poralismo de los estoicos, Eneas ar-
y examinar la idea de proyección (o, R. Müller-Freienfels en su Psycholo gumenta en favor del libre albedrío y
más rigurosamente, "proyección hacia gie der Kunts, 3 vols., 1922-1923, 2a de la espiritualidad del alma humana.
adentro") propuesta por Avenarius ed., 1937-1938. — De J. Volkelt, véa Edición del Teofrastro en Migne, P.
(VÉASE) con el fin de dar cuenta del se System der Asthetik, 3 vols., 1905- G. LXXXV, cols. 865-1004; rep. por
origen y causa de las representaciones 1914, 2a ed., 1925-1927. — De Κ. G. F. Boissonade en Aeneas Ga-zeus. ..
Groos véase Die Spiele der Tiere, de inmortalitate animae, 1886. —
metafísicas y de lograr una "cura" de 1896; Die Spiele der Menschen, 1899;
estas "proyecciones" que nos restituya Edición de Cartas (25 Cartas) en R.
Der ästhetische Genuss, 1902. — La Hercher, Epistolographi graeci, 1873,
a lo que dicho autor ha llamado "el obra principal de W. Worringer sobre págs. 24-32. — Véase G.
concepto natural del mundo". Pero nuestro tema es Abstraktion und Ein Schalkhasser, Aenea von Gaza als
siendo los motivos que llevaron a Ave- fühlung, 1908, nueva ed., 1948 (trad. Philosoph, 1898 (Dis.). — E. Legier,
narius a formular y defender su doc- esp.: Abstracción y Naturaleza, 1953). "Essai de biographie d'Énée de Ga-
trina muy distintos de cualesquiera de — De los numerosos escritos que han
considerado la noción de endopatía za", Oriens Christianus [Roma], VII
los anteriormente indicados, o aludi- (1907), 349-69. — St. Sikorski, De
dos, preferimos, para mayor claridad, como base, sea para análisis o bien
para crítica (y a veces ambos), nos li Aenea Gazaeo, 1909 [Breslauer Phi-
dedicar un artículo especial al con- mitamos a mencionar: Ventura Pezzo- lologische Abh., IX, 5]. — V. Val-
cepto de proyección tratado por Ave- lano, Estética de la proyección senti denberg, "Énée de Gaza", Byzantion
narius. Remitimos a tal efecto al ar- mental, 1933 (principalmente sobre [Bruselas], IV (1928), 262-68. —
tículo Introyección, que es el propio el aspecto estético). — D. A. Stewart, Véase también bibliografía de GAZA
término (Introjektion) empleado por A Preface to Empathy, 1956 (princi ( ESCUELA DE ).
Avenarius al exponer su doctrina. palmente sobre el aspecto psicológi ENERGÉTICA. Véase ENERGÍA,
Por otro lado, el concepto de pro- co). — P.-H. Maucorps y R. Bassoul, OST WALD ( WILHE LM ).
yección, tanto en el sentido de Lipps Empathies et connaissance d'autrui, ENERGÍA. El vocablo 'energía' ha
como en el de Avenarius, es muy dis- 1960. Tratan asimismo de la endopa
tía o nociones similares muchas de las sido empleado a veces para traducir
tinto de la noción de "ir más allá de obras mencionadas en la bibliografía los términos griegos e) n e/ r geia y
sí" (el famoso "pre-ser-se, sich vor- del artículo OT RO ( E L ). — Además du/ n amij, así como el término latino
weg schon sein) heideggeriano, del de las dos obras de Américo Castro a vis. Esta traducción no es siempre sa-
"ir hacia adelante" orteguiano y, en que nos hemos referido en el artícu tisfactoria. En efecto, cabe verter tam-
general, de todo anticiparse a sí mis- lo, hay que tener en cuenta las si bién (y sobre todo) e) n e/ r geia por
mo (como tal sí mismo). Tratamos guientes del mismo autor: España en 'acto' ( VÉASE) y du/namij por 'poten-
este problema en el artículo Proyec- su historia, 1948, 2a ed. muy modifi cia' ( VÉASE ), lo mismo que cualquie-
ción. cada y ampliada, con el título: La ra de ellos y vis por 'fuerza'. Es reco-
Hemos usado antes la idea de "par- realidad histórica de España, 1954;
nueva ed., asimismo modificada y am mendable usar 'acto' como traducción
ticipación" (en cuanto "participación pliada, 2 vols., 1963-1964. — Aspec de e) n e/ r geia para evitar confundir el
afectiva o emotiva"). La noción de tos del vivir hispánico, 1949. — Ha concepto antiguo de energía con el
participación (VÉASE) en sentido me- cia Cervantes, 1957, 2a ed., 1960. — moderno. Sin embargo, la confusión
tafísico y ontológico) plantea proble- Santiago de España, 1958. — De la que resulta con frecuencia de ciertas
mas de muy distinto alcance, pero en edad conflictiva, 1961. traducciones no es debida a que se
un caso por lo menos la concepción ENEADAS. Véase PLOTTNO. trate de meras cuestiones de palabras.
(platónica) de la participación obliga ENEAS de Gaza (Palestina) (ca. En el presente artículo compararemos
a Platón a preguntarse dialécticamen- 450-534), de la llamada "Escuela de los sentidos de los dos citados concep-
te cómo es posible que algo participe Gaza" (v. GAZA [ESCUELA DE ]), fue tos —el antiguo y el moderno— pero
y no participe de algo — cuestión que discípulo en Alejandría del neoplató- con el fin de hacer posible la compa-
puede vincularse a una de las ante- nico Hierocles. En Gaza fue durante ración consideraremos que los térmi-
riormente dilucidadas. muchos años maestro de retórica y nos e) n e/ r geia, du/namij y vis tienen
523
un
ENE ENE ENE
sentido predominantemente físico. Es- lectual, como actividad contemplativa mente, pero parece estarse ya lejos de
to es, desde luego, asunto de conven- del intelecto humano o como activi- las nociones connotadas por la e)ner-
ción, pues no es justo escindir la on- dad pura (y a veces como el entendi- geia y por la du/namij aristotélicas.
tología de la Naturaleza desarrollada miento activo). Estos sentidos no se El concepto de energía, tal como se
por los antiguos (aristotélicos, estoi- hallan claramente separados entre sí entiende actualmente —inclusive
cos, etc. ) en una parte claramente en el Corpus aristotelicum, pero en cuando se niega que la energía pueda
metafísica y en una parte claramente ciertas ocasiones un sentido predomina subsistir por sí misma— se ha des-
física. Pero adoptaremos la división considerablemente sobre los otros arrollado plenamente sólo en la edad
propuesta para simplificar (y (Cfr. art. cit. infra). moderna, y especialmente a partir de
aclarar) las cosas. Se ha argüido que en diversos pe- Kepler y Galileo (momento). En no
En la física de Aristóteles, la "ener- ríodos de la antigüedad y de la Edad pocos de los textos en lengua latina de
gía", e) n e/ r geia, no es un proceso di- Media se han puesto de relieve ideas comienzos de la época moderna se usa
námico en el cual se conserve una al respecto de carácter más activista el vocablo vis — que se traduce usual-
fuerza, sino un estado de inmovilidad que las anteriormente reseñadas. Pare- mente por 'fuerza'. Así lo vemos,
y perfección de una entidad. Como ce que Empédocles había distinguido por ejemplo, en las discusiones sobre
indica Emile Bréhier (art. cit. infra), ya entre materia y fuerza, siendo esta la llamada "conservación de la fuerza
"en Aristóteles, y en un sentido justa- última de carácter activo y "energéti- viva". Puede citarse al respecto la
mente opuesto al de la física moderna, co" (Cfr. S. Sambursky, op. cit. infra).
la conservación de la energía es idén- Parece asimismo que Platón y muchos fórmula clásica: E = mV 2 / 2
tica a la conservación de un valor, al neoplatónicos admitieron que la fuer- ("la energía [fuerza] es igual a la
derecho que tiene la perfección a exis- za —en cuanto energía "activa"— esta mitad del producto de la masa de un
tir por el hecho de ser perfección y ínsita en la materia ( Cfr. Max Jam- cuerpo por él cuadrado de su
explicar todo lo demás. Lo inmutable mer, op. cit. infra). En la misma línea velocidad"), fórmula que se halla al
no se halla en el movimiento, sino puede citarse la idea estoica de ten- principio de una historia de la
que es fin o finalidad del movimien- sión ( VÉASE), considerada como un formulación matemática del concepto
to". Puede, pues, hablarse de una con- campo de fuerza cósmico cuya ener- de energía que desemboca en la
cepción "pasivista" de la energía en gía se mantiene continuamente (Sam- ecuación de Einstein: E = m c2 ( "la
Aristóteles —y en todos los aristotéli- bursky, op. cit. Infra [cont. de la ante- energía [medida en ergs] es igual al
cos, incluyendo no pocos de los to- rior]. Finalmente, puede hacerse refe- producto de La masa [medida en
mistas clásicos—, a la cual se opone rencia a las críticas de las concepciones gramos] por el cuadrado de la
la concepción "activista" moderna, se- cosmológicas aristotélicas, tales como velocidad de la luz [medida en
gún la cual el concepto de energía las contenidas en el curioso tratado de
adquiere un valor físico determinado Plutarco De fade in orbe lunae, don- centímetros por segundo]". El térmi-
en cuanto fuerza que se conserva. de se explica que la Luna no cae no vis se halla en Newton (Philoso-
Si el concepto de energía es usado sobre la Tierra a causa de la fuerza phia naturalis principia mathematica,
como correspondiente al de e) n e/ r geia que la mantiene en movimiento y Int. def. 3) donde leemos que la ex-
parece que se le insufla ya una idea neutraliza la atracción terrestre. Sin presión vis insita es equivalente a la
de fuerza, pero se trata de una fuerza embargo, puede preguntarse si al adu- expresión vis inertiae — que habría
basada en la noción de posibilidad y cirse estos casos no se tiene en cuenta que traducir por 'fuerza inercial' y no
"potencia de ser", no de una fuerza la noción de fuerza más que la de 'energía inercial').
física determinada, pues con el fin de energía, y si es legítimo hablar, como Vemos, así, que en la época moder-
que la potencia pase al acto es me- si tuvieran el mismo significado, o un na se entrecruzan con frecuencia los
nester que concurran ciertas causas significada muy aproximado, los tér- conceptos de energía y de fuerza, pero
eficientes. En ambos casos hay, pues, minos e) n e/ r geia y du/namij por una sin que quepa reducir siempre el uno
en el concepto aristotélico de energía parte y un vocablo como vis por la al otro. Una historia del concepto de
una cierta nota de pasividad. otra. energía en sentido propio podría
empezar sólo en el siglo XIX,
cuando se introdujo el vocablo
Según Chung-Hwan Chen, el tér- De todos modos, la concepción "ac- 'energía' especialmente a partir de
mino 'energía' tiene varios significa- tivista" de la energía y la idea de una Julius Robert Mayer (1814-1878:
dos en los escritos de Aristóteles. Por cierta conservación de ésta se han 'Bemerkungen über die Kräfte der
lo pronto, se puede entender en dos abierto paso antes de la Edad Moder- unbelebten Na-tur", en Annalen der
sentidos: cuasi-modal y no-modal. En na en una serie de especulaciones y Chemie und Pharmacie [1842]). Este
tanto que concepto cuasi-modal la análisis sobre los conceptos de movi- autor formuló el principio de la
energía puede equivaler a la actuali- miento, fuerza, energía y otros simi- conservación total de la energía en un
dad (en cuyo caso contrasta con la lares (Cfr. Anneliese Maier, op. cit. sistema físico cerrado (formulación
potencia), al ser actual o perfecto, o infra). Las diversas teorías del ímpetu casi simultáneamente llevada a cabo
a un principio de la forma y del alma. (v. ) pueden ser consideradas en este por Joule y Helmholtz) al tratar el
En tanto que concepto no-modal, la respecto. En algunos de los autores problema de la distribución de la
energía puede entenderse como ac- que elaboraron tales teorías se halla la energía — distribución que, antes de la
tualización (la cual incluye la poten- idea de una conservación del teoría de los cuantos, era considerada
cia, si bien en grado continuamente movimiento por el proyectil; se esti- como formando un proceso continuo. .
decreciente), como elemento aplicado ma, por cierto, que la energía dismi- Se especuló con frecuencia que ello
a la sensación y al conocimiento inte- nuye y que, al final, se disipa entera- llevaba a una fundamentación
científica del de-

524
ENE ENE ENE
terminismo (v. ), sobre todo si era po- permanecería constante. Ello significa ción) no rija el principio. Aunque ello
sible reducir toda forma de energía a que la energía tiene una cierta direc- llevaría a la idea de que la materia
energía mecánica. Ahora bien, la ción dentro de un sistema aislado; puede emerger de un espacio que no
energía mecánica, en sus aspectos de puede_hablarse,_así, dejan "principio contenga ninguna energía, no se po-
energía potencial y actual, es uno de de evolución" distinto de ( y, según dría ya admitir la validez universal
los tipos de energía física. Puede ha- algunos, contrario a) un "principio de del principio de referencia si hubiera
blarse asimismo de energía eléctrica, conservación" de la energía. Ahora conclusiones experimentales que nega-
magnética, térmica, radiante, etc. Al- Bien, si se estima el universo entero ran tal validez universal.
gunos autores, a finales del siglo pa- como un sistema físico térmicamente El concepto de energía ha sido em-
sado y comienzos del actual, se ocu- aislado, se llega a la conclusión de pleado asimismo en psicología por al-
paron justamente de lo que puede que la entropía del universo tiende a gunos autores; destacan a este respec-
llamarse "clasificación de las formas un máximo, es decir, a lo que se ha to Johannes Müller (véase ENERGÍA
de energía", con el propósito, por lo llamado "la muerte del universo". ESPECÍFICA DE LOS SENTIDOS ) y, en un
demás, de encontrar un fundamento Ciertos pensadores estimaron que o sentido distinto, C. G. Jung ( VÉASE )
común para todas esas formas. Es el había conflicto entre los dos principios con el "sentido psicoanalítico de Ja
caso de Wilhelm Ostwald (v.) y de citados o que el segundo principio energía".
su "energética". Para este autor hay terminaría por imponerse sobre el pri-
un tipo básico de energía: la energía mero o el primero sobre el segundo.
absoluta, sustancia dinámica del uni- La mayor parte de los físicos, en cam-
verso. Las transformaciones de la subs- bio, aceptaron los dos principios espe-
tancia-energía producen, según Ost- rando que podría darse cabida a am-
wald, todos los fenómenos en todos bos dentro de una teoría física unifi-
sus aspectos (incluyendo lo que lla- cada — o con ciertas modificaciones
ma "energía vital" y "energía psíqui- introducidas en las teorías físicas exis-
ca"). Ahora bien, como, a pesar del tentes. En todo caso, desecharon
principio de conservación de la ener- tanto las conclusiones deterministas
gía, los procesos energéticos pueden adoptadas sobre todo por los que se
ser irreversibles ( o, según la entropía, apoyaban en el primer principio como
puede haber una parte de energía in- las conclusiones indeterministas pro-
utilizable y no transformable en tra- pugnadas por los que destacaban la
bajo mecánico), Ostwald completa su importancia del segundo principio.
especulación físico-metafísica con un Los desarrollos en los experimentos
"imperativo energético" que ordena no físicos, observaciones físicas y teorías
dilapidar la energía, sino utilizarla. físicas a fines del pasado siglo y co-
_ El principio de conservación de mienzos del siglo actual, y en particu-
la lar la introducción del concepto de
energía es el primer principio de la probabilidad en la termodinámica la
termodinámica. En la formulación que teoría de los cuantos, han salido al
le dio Helmholtz ( Über die Erhaltung paso de muchas especulaciones filosó-
der Kraft, 1847), este principio se ficas carentes de base. En todo caso,
enuncia diciendo que en las transfor- ha podido elaborarse una interpreta-
maciones del calor en trabajo (mecá- ción estadística del segundo principio,
nico) y del trabajo (mecánico) en ca- la cual ha sido confirmada por varias
lor hay una_relación_constante — pu- observaciones (por ejemplo, el llama-
diendo ser ambos manifestaciones de do "movimiento browniano").
la energía. Las especulaciones a que Debe advertirse que el principio de
dio lugar este principio aumentaron la conservación de la energía ( el "pri-
cuando filósofos y algunos científicos mer principio", algunas veces llamado
reflexionaron sobre el segundo princi- "ley de conservación") no es, de to-
pio de la termodinámica, llamado asi- dos modos, un "principio evidente"
mismo "principio de entropía" (o a priori — como no lo son ninguno de
"transformación" ). Este segundo prin- los "principios" físicos. Hasta el
cipio fue formulado antes que el pri- presente se ha comprobado la validez
mero (ya por Sadi Carnot [1796- del "principio de conservación" hasta
1832] en su célebre trabajo Réflexions en las interacciones "débiles" (las
sur la puissance motrice du feu et sur mismas en las cuales se ha demostra-
les machines propres à développer cet- do que no rige el "principio de pari-
te puissance, publicado en 1834. Se- dad" ). Pero los físicos no excluyen la
gún el mismo (en la forma generali- posibilidad de que un día se pueda
zada que le dio Claude Carnot-Clau- demostrar que en ciertas interaciones
sius") la entropía total de un sistema "débilísimas" (en las cuales interven-
térmicamente aislado aumenta. Sólo si gan, por ejemplo, fuerzas de gravita-
el sistema fuese reversible la entropía 525
ENE ENE ENG
Hedwig Conrad-Martius, Der Selb- ENESIDEMO (fl. 70 antes de J. C.) estudios no sólo de Marx, sino tam-
staufbau der Natur. Entelechien und de Cnosos (Creta) enseñó en Ale- bién de Engels. Habiéndonos exten-
Energien, 1944, 2a ed., 1961. jandría, oponiendo a los estoicos y a dido sobre tales doctrinas en el artí-
ENERGÍA ESPECÍFICA DE LOS los académicos el pirronismo como culo citado, nos limitaremos aquí a
SENTIDOS. El fisiólogo alemán Jo- única doctrina adecuada al sabio. En indicar los más destacados rasgos de
hannes Müller formuló en su obra sus Discursos pirrónicos recopiló, en la contribución filosófica de Engels
Handbuch der Physiologie des Men- efecto, Enesidemo todas las doctri- a la misma. Ante todo, y aun cuando
sclien (I, 1883) una ley llamada "ley nas divergentes sobre cada punto Engels se ocupó constantemente de
de la energía específica de los senti- para demostrar la incertidumbre del obtener información sobre problemas
dos". Según la misma, los diversos ti- conocimiento, y desarrolló en los lla- económicos y sociales (y también
pos de sensación no proceden de cua- mados tropos ( VÉASE) sus objeciones estratégicos), trabajó más bien en el
lidades específicas de los estímulos, destinadas a evidenciar la imposibi- aspecto propiamente filosófico de la
sino de estructuras específicas de los lidad de conseguir un saber verdadero doctrina. El materialismo (v.), fue
sentidos. Los mismos estímulos provo- a causa de la multiplicidad de concebido por Engels no sólo como
can, según los órganos que los reci- condiciones externas e internas que materialismo histórico, sino de un
ben, sensaciones diferentes; a la in- concurren en el juicio. Durante mu-
modo general como materialismo
versa, diferentes estímulos pueden cho tiempo se consideró que el escep-
ticismo de Enesidemo era sólo una dialéctico. Uno de los aspectos impor-
provocar, al pasar por un solo órgano, tantes de este último era la dialéctica
un mismo tipo de sensación. Ejemplo preparación para la admisión de la
doctrina de Heráclito; sin embargo, (v.) de la naturaleza. Puede decirse,
del primer caso son sensaciones de ti- pues, que la insistencia tan ca-
po diverso provocadas por una co- parece que, en última instancia, la
crítica de todo criterio de verdad racterística de los marxistas en la
rriente eléctrica; ejemplo del segundo unión del materialismo con la dialéc-
no tenía para él otro sentido que la
caso son sensaciones luminosas provo- tica procede de Engels. Un rasgo
suspensión del juicio y, por tanto,
cadas por estímulos mecánicos, eléc- la adopción del temple impasible de muy destacado de las doctrinas de
tricos, por la luz, etc. ánimo, de la ataraxia (VÉASE; véase Engels es el esfuerzo dedicado a
La doctrina de Johannes Müller ha también ESCEPTICISMO). aclarar las relaciones entre la infra-
sido objeto de mucho debate. Nume- De los Ocho libros de los Discursos estructura económica y las superes-
rosas investigaciones han probado que pirrónicos, Purrwneiwn lo/gwn oxtw/ tructuras culturales. Contrariamente
los órganos receptores no poseen la bibli/a, hay resumen en Photios. Bi- a lo que creen algunos, estas relacio-
especificidad que les atribuía Müller; blioteca (Cod. 212), ed. I. Bekker. nes son, según Engels, complejas, de
en todo caso, han demostrado que la Véase Karl Goebel, Die Begrün-dung tal modo que no se admite la expli-
producción de sensaciones constituye der Skepsis des Aenesidemus durch cación causal directa de los aconteci-
un proceso mucho más complejo del die zehn Tropen, 1880. — Victor
Brochard, Les sceptiques grecs, 1887 mientos no económicos por otros eco-
que aparece en la teoría de la energía (Libro III) (trad. esp.: Los escépticos nómicos, sino que se mantiene que la
específica. Aunque se reconoce que griegos, 1944). — Eugen Pappenheim, superestructura influye a su vez sobre
un mismo estímulo puede producir Der angebliche Hera-klitismus des la estructura; ideas, convicciones po-
sensaciones diversas, ello no se atribu- Skeptikers Ainesidemos, 1889. — líticas y religiosas, etc., no pueden,
ye ya a la ley de Müller, sino a pro- Véase también la bibliografía del pues, según Engels, descartarse fácil-
cesos neurofisiológicos en los que pue- artículo ESCEPTICISMO (obras de V. mente en una interpretación rigurosa
de intervenir el organismo entero. Brochard, A. Goedeckemeyer, L.
Robin et. al.). del curso de la historia humana.
Desde el punto de vista fisiológico, ENFASEOLOGÍA. Véase BAUM- Obras principales de interés filo-
parece que el interés de la doctrina GARTEN ( ALEXANDER), EXPRESIÓN (I).
sófico: Herrn Dühring Umwälzung
de Müller consiste en las cuestiones der Wissenschaften, 1877-1878 (La
ENGELS (FRIEDRICH) (1820- transformación de las ciencias por el
que suscita respecto a la formación 1895), nac. en Barmen (hoy, Wup-
del conocimiento. Ahora bien, acéptese Sr. Dühring, conocido con frecuencia
pertal [Westfalia]), desarrolló una con el título Anti-Dühring), — Lud-
o no la doctrina de la energía específica actividad múltiple, interviniendo en
de los sentidos, debe reconocerse que wig Feuerbach und das Ende der
el periodismo, en la industria (tra- klassischen deutschen Philosophie,
los resultados no afectan a las bajó en la fábrica de su padre, en 1886 (L. Feuerbach y el fin de la
cuestiones epistemológicas, las cuales, Manchester) y en las luchas filosó- filosofía alemana clásica). Hay trads.
como ya indicó Kant, se refieren a la ficas y político-sociales. El más im- esps. de estas dos obras en numero-
validez del conocimiento y no a los portante acontecimiento de su vida sas ediciones. — Dialektik der Natur
procesos fisiológicos, psicológicos o (escrita entre 1873 y 1883 y publicada
fue su encuentro con Marx (1844), de por vez primera en 1925 por Rya-
neurológicos por medio de los cuales quien fue el más íntimo amigo y cola-
se adquiere. zanov). — Para las obras más im-
borador, hasta el punto de que es di- portantes escritas en colaboración con
Algunos historiadores han declara- fícil con frecuencia precisar cuál fue Marx, véase el artículo sobre éste.
do que la doctrina de Müller puede la contribución de cada un o de Lo mismo para edición de obras com-
ya rastrearse en algunos presocráticos, ellos a las ideas fundamentales del pletas. Hay numerosas trads. esp.; en-
como Empédocles o Demócrito. marxismo (VÉASE). En verdad, lo que tre ellas citamos: Origen de la fami-
Véanse las obras mencionadas en hemos expuesto bajo este nombre es lia, de la propiedad y del Estado, s/f.
PERCEPCIÓN, especialmente las rela- — Socialismo utópico y socialismo
tivas a las bases físicas de la percep- el desarrollo de una serie de doctrinas
científico, 1886. — El anti-Dühring
ción. que tienen por base las ideas y los o "La revolución de la ciencia" de
526
ENR ENR
los pocos filósofos de su época que no ción. Por ella se hace posible conce-
pertenecieron a una Orden religiosa, bir el ser como ser. Este ser puede
profesó en la Universidad de París referirse al creador o a las criaturas,
desde 1276 hasta un año antes de aunque no en sentido unívoco. Im-
su muerte y colaboró con Esteban portante es en la doctrina de Enrique
Tempier en la condenación del ave- de Gante su teoría del ser propio a
rroísmo, de 1277. Durante algún una entidad en sí misma: es la esen-
tiempo ha sido considerado como una cia o, mejor dicho, el ser de la esencia
figura de escasa importancia en el (esse essentiae). Este ser de la
pensamiento medieval; en las últimas esencia permite distinguir entre un
décadas, sin embargo, los estudios ser que posee realidad objetiva y un
realizados sobre él han mostrado que ser tan sólo mental. Hay que tener
no sólo su doctrina tiene considerable en cuenta, sin embargo, que tal ser
originalidad e importancia, sino que de la esencia es un ser de ésta en
también influyó grandemente sobre cuanto tal y no una naturaleza de
otros varios pensadores, entre ellos la existencia. En lo que se refiere
Duns Escoto, y que hasta el siglo a esta última Enrique de Gante la
XVIII hubo polémicas en torno a explica como una posibilidad actua-
sus tesis. En el siglo XVI la Orden lizada por su causa. Por otro lado,
de los sevitas lo consideró como su no hay (contra Egidio Romano) dis-
doctor, pero se ha mostrado que el tinción real entre la esencia y la
propio Enrique de Gante no perte- existencia; tal distinción es meramente
neció a la Orden. No es fácil exponer intencional. Característico de la fi-
su doctrina a causa de los muchos sofía de Enrique de Gante es la te-
elementos de que se compone. Por sis de que el principio de indivi-
haber en ella temas aristotélicos, dualización consiste en una doble
agustinianos y avicenianos se ha lla- negación: negación de división in-
ENRIQUE DE AUXERRE (ca. mado con frecuencia a su autor un trínseca y negación de la identidad
841-ca. 876) estudió y enseñó en filósofo ecléctico, situado entre el de un ser con respecto a otros seres.
Auxerre (Yonne), donde tuvo como aristotelismo y el agustinismo, sin Típico de ella es también la tesis
discípulo, entre otros, a Remigio de adherirse a ninguno de ellos, aun de que la materia no es una pura po-
Auxerre (v.). Enrique de Auxerre cuando con preferencia por ciertas tencia; la materia tiene también, pues,
tradujo y comentó a algunos poetas soluciones agustinianas. Sin embargo, esse essentiae. Por eso hay que re-
latinos clásicos. Se le deben glosas la consistencia interna del pensamiento chazar, según nuestro autor, el hile-
marginales al escrito pseudo-agusti- de Enrique de Gante es suficien- morfismo en todos los entes y afir-
niano Categoriae decem, así como no- temente sólida para que si se le con- mar la doctrina de la pluralidad de
tas a las traducciones latinas por Boe- sidera un ecléctico no se interprete las formas en los seres materiales. En
cio del De interpretatione, de Aristó- este calificativo como indicando mera vista de todo ello Gilson ha caracte-
teles, y de la Isagoge, de Porfirio. En yuxtaposición de diversas doctrinas. rizado la filosofía de Enrique de
estas notas Enrique de Auxerre discu- Nos referiremos a algunas de las que Gante como una de las formas del
tió la cuestión de los universales, con- se destacan del complejo conjunto agustinismo avicenizante. El agusti-
siderando como tales no sólo la especie doctrinal. Ante todo, a la doctrina nismo resulta patente en la doctrina
y el género, sino un "universal" de del conocimiento. Éste es concebido de la iluminación, y en la explicación
mínima comprehensión: la "ousía" o como una iluminación (v. ) divina con- del mundo de las existencias como
substancia. Siendo los universales pa- cedida por Dios al hombre, lo cual resultado de la creación; el avicenis-
ra Enrique de Auxerre abreviaturas supone que el conocimiento natural mo, en la teoría de las esencias.
de nombres, pareció inclinarse a un por sí es insuficiente, aun usando Las principales obras de Enrique
nominalismo moderado. Enrique de todos los grados de abstracción, y de Gante son sus quince Quodlibeta
Auxerre fue incluido en sus comenta- explica la frase, de tendencia apa- (entre 1276 y 1291) y una Summa
rios por Juan Escoto Erigena. rentemente escéptica (bien que de un theologica. Edición de los primeros:
Véase B. Hauréau, Histoire de la escepticismo referido a una sola París, 1518 (reimp. en 2 vols., 1960);
philosophie scolastique, I, 1872 (in- fuente), con que comienza su Sum- Venecia, 1608, 1613. Edición de la
cluye las glosas a Categoriae decem). ma: "¿Sabe el hombre algo?" Ello segunda: Summa quaestionum ordi-
M. Grabmann, Geschichte der scho- no significa que se rechace por entero narium Henrici a Gandavo, París,
lastischen Méthode, I, 1909. — Véa- 1520 [reimpresión de esta edición: 2
se también J. Reiners, Der aristote- el conocimiento sensible. Pero este vols., 1953, en Franciscan Institute
lische Realismus in der Frühscholastik, conocimiento es objeto solamente de Publications. Text Series Ν 5, ed. E.
1907 y Der Nominalismus in der la física, la cual procede por abstrac- M. Buytaert, O. F. M.] y Magistri
Frühscholatiks, 1910 [Beitráge, etc., ción de lo singular a lo universal. La Henrici Goethals a Gandavo Summa
VIII 5). metafísica, en cambio, comienza con in tres partes praecipuas digesta ope-
ENRIQUE DE GANTE, llamado el lo universal y es la única que puede ra, Ferrara, 1646. Edición de obras fi-
doctor solemnis (ca. 1217-1293) nac. descubrir lo inteligible. Fundamental losóficas por Ángelus Ventura, Bolo-
en Gante (o en Tournai), y uno de es a este respecto la citada ilumina- nia, 1701 (incluyendo libros errónea-
527
ENS ENT
guramente menos familiares que las diminutum es exclusivamente el que
anteriormente introducidas o cuyo sig- está in anima, identificándolo con el
nificado no aparece tan transparente ens rationih, ens cognitum (en Op.
en la lectura. Entre ellas citamos las Ox., IV, d. 1, q. 2, u. 3; cit. por É.
dos siguientes: ens diminutum y ens Gilson en Jeans Duns Scot, 1952, pág.
ratum. 292, nota). El ser "disminuido" como
Armand Maurrer, C. S. B. ("Ens ser en la mente es (dice Maurer) no
Diminutum: A note on Its Origin and los universales, sino "un ser relacional
Meaning", Mediaeval Studies, XII producido por la razón" (art. cit.,
[1950], 216-22) indica que la expre- pág. 221).
sión ens diminutum procede de una En la obra de Gilson antes citada
versión latina de una versión árabe (págs. 294-5) este autor se refiere a la
de un pasaje (VI 4, 1027 b 33) de la expresión usada por Duns Escoto, ens
Metafísica de Aristóteles. Según Mau- ratum. Este es definido como un ente
rer, la palabra griega λοιπόν (reli- que tiene "un ser firme y verdadero,
quum, restante) en la expresión aris- o esencia o existencia". El ens ratum
totélica to\ lsipo\n gh/noj tsu= o=ntoj es, pues, el "ser real" (Op. Ox., I, d.
(reliquum genus entis, el género res- 36. ad. art. 11).
tante del ser) fue traducida al árabe ENS UNUM VERUM BONUM
por naquis ("disminuido"). Aristóte- CONVERTUNTUR. Véase TRASCEN-
les había distinguido entre el ser que DENTALES.
se divide en las categorías y el ser ENSIMISMAMIENTO. Véase AL-
como ser accidental (y también como TERACIÓN, INTIMIDAD .
ser verdadero). Estos dos últimos pa- ENTE. El infinitivo griego ei=na:
recían ser menos "completos", por lo equivale al infinitivo latino esse y se
que es posible que el traductor intro- traduce al español por 'ser'. El parti-
dujera el término 'disminuido'. Roge- cipio presente griego del mismo ver-
lio Bacon (siempre según Maurer), bo, o)/n, equivale a ens y se traduce al
en sus Quaestiones sobre la Metafísi- español por 'ente'. En italiano se usan
ca sigue el uso de la aludida versión respectivamente a tal efecto ente y
latina e introduce la expresión ens di- essere; en alemán se usan Seiendes y
minutum para designar lo accidental Sein. En francés y en inglés ha soli-
y lo verdadero. Sin embargo, parece do usarse un solo término para 'ente'
ENS. Nos hemos ocupado del tér- haber dos tipos de ens diminutum :
mino ens en el artículo sobre Ente y para 'ser': être y Being, pero desde
el que está "fuera del alma" o "en hace algún tiempo (y especialmente
(VÉASE). Señalaremos aquí que los es- la realidad" y el que está "en el al- debido a la necesidad de traducir al-
colásticos han usado no sólo el voca- ma". Adán de Buckfield llamó a este gunos textos de Heidegger, donde se
blo ens sin más, sino también, y con último el ser disminuido por excelen- insiste en que debe distinguirse entre
frecuencia, dicho vocablo acompaña- cia ens per se diminutum. Santo To- el ente y el ser) se usan en dichos
do de un adjetivo o de una locución. más usa una vez la expresión ens di- idiomas los neologismos étant y es-
Tenemos así, entre otras, las expre- minutum (en 4 Sent., 1. 1, 4, 2c), sent, que podrían muy bien emplear-
siones ens creatum, ens increatum, pero prefiere las expresiones ens ra- se como traducciones del latin ens.
ens divinum, ens fixum, ens immobile, tionis intentio, esse intentionale. Puesto Sin embargo, el problema de la po-
ens mobile, ens perfectum, ens imper- que sólo el ser fuera del alma parece sible distinción entre 'ente' y 'ser' no
fectum, ens completum, ens incomple- poder dividirse en las categorías, el es tan fácil como parece desprenderse
tum, ens finitum, ens infinitum, ens "ser en el alma" o ens in anima es de dichas precisiones de vocabulario.
secundum se, ens in alio, ens in actu considerado como el ens diminutum Desde el punto de vista lingüístico
(o actu), ens in potentia (o potentia), por Sigerio de Brabante y Godofredo hay que tener en cuenta que los sig-
ens contingens, ens necessarium, ens de Fontaines. Maurer apunta que nificados de 'ente' y 'ser' dependen en
naturale, ens particulare, ens subsis- Duns Escoto fue el que usó la expre- gran parte del modo como son intro-
tens, ens realis, ens rationis. El exa- sión ens diminutum más frecuente- ducidos estos términos. Por ejemplo,
men de estas diversas formas de ens mente, en el sentido del ens que está no es lo mismo decir 'un ente' que
o ente se halla en diversos artículos de en el alma. Mientras algunos autores decir 'el ente'; no es lo mismo emplear
este Diccionario: citamos, a modo de árabes (entre ellos, Averroes) habían 'ser' como cópula en un juicio que
ejemplo, Creación, Infinito, Acto, distinguido dentro del "restante géne- decir 'el ser'. En vistas de estas y
Contingente, Ente de razón, Necesi- ro del ser" entre un ser como el ser otras dificultades se ha argüido a ve-
dad, Absoluto. El lector podrá com- por accidente que está fuera del alma ces que la distinción entre ente y
pletar la lista fácilmente. y el ser en cuanto "ser verdadero" ser, cuando menos dentro de la lla-
Para el ens rationis, véase el artícu- que está dentro del alma, pero habían mada "ontología clásica", es punto
lo ENTE DE RAZÓN . considerado a ambos como ens dimi- menos que artificial o en todo caso
Hay varias expresiones en las que nutum (por la lectura antes indica- insignificante. Así, los griegos emplea-
interviene el vocablo ens que son se- da), Duns Escoto estima que el ens ron la expresión ti/ to\ o)/n; que ha
528 sido
ENT ENT ENT
traducida al latín por quid est ens? circularon durante la época escolástica lo que es como tal. Por otro lado, si
y que se traduce al español no sólo como términos técnicos indispensables el ente es lo real en su realidad, el
por "¿Qué es el ente?", sino también, (estimamos como de poca, o ninguna, ente puede ser lo que sostiene onto-
y sobre todo, por "¿Qué es el ser?", importancia filosófica el uso de ens en lógicamente todos los entes. Final-
Algunos autores, sin embargo, insis- textos no filosóficos, donde ens es mente, si el ente es todo lo que es o
ten en que preguntar por el ente y equiparado a existens; Cfr. Du Cange, puede ser, habrá que precisar de qué
preguntar por el ser no es lo mismo; Glossarium mediae et infimae distintos modos se dice de algo que es
el ente es "lo que es" mientras que Latinitatis, s. v. "Ens"). Especialmente ente. Por ejemplo, puede dividirse el
"el ser" es el hecho de que cualquier desde el siglo XIII se discutió lo que es ente en ente real y de razón, en ente
ente dado sea. El asunto se complica el ens como "lo que es" o "ser que es", potencial y ente actual, y este último
en vista de ciertas expresiones tales esto es, como o)/n. Α la pregunta quid en esencia y existencia. Puede asimis-
como to\ ti/ h(=n ei)=n ai, que se ha tra- est ens?, correspondiente al ya citado mo estudiarse de qué modo se puede
ducido al latín por quod quid erat ti/ to/ o)/n aristotélico ( en Met., Γ hablar del ente: análoga, unívoca,
esse y que se refiere al "ser que era 1.003 a 21) se respondió que ens est equívocamente. Ciertas formas de ser
un algo", a un quid que posee, como quod primo intellectus concipit (Santo que pueden equipararse al ente deben
tal, una quidditas en virtud de la cual Tomás, De verit, q. I a 1 c) y que illud distinguirse de éste. Tal ocurre, por
"era" antes de haberse realizado en quod primo cadit sub appre-hensione ejemplo, con la distinción entre el ente
un individuo particular. est ens (S. theol., II-Ia q. XCIV a 2). y la cosa. Como señala Santo Tomás
Si el concepto del ente y el del ser Nada se puede decir de lo que es a (De veritate, q. I a 2) —siguiendo en
son lo mismo, lo que hemos dicho a menos que el decir se halle ya situado ello a Avicena—, cosa se distingue de
propósito del último (véase SER) vale dentro de la primera y previa ente por cuanto el ente es sumitur ab
para el primero. Pero si no son exacta- aprehensión del ente. El ente es id actu essendi, en tanto que el nombre
mente lo mismo, hay que tratar de ver quod est, aquello que es (In Boëth de de la cosa expresa la quid-didad o la
qué distinciones se han efectuado en hebd., lect 2). Santo Tomás habla esencia del ente.
el curso de la historia. asimismo del esse (ser), pero para Además de las divisiones del ente,
Con el fin de aclarar esta cuestión, definirlo en términos del ens: Esse di- de los modos de decirse el ente y de
proponemos lo siguiente: referir bre- citur actus entis inquantum ens est. la distinción entre el ente y nociones
vemente (aun a riesgo de repetición Este es el ente que se divide en diez similares, los escolásticos estudiaron
respecto a lo dicho en el artículo SER) géneros (véase CATEGORÍA). Santo To- otros modos de tratar el ente. Por
lo que algunos escritores en lengua más estudia el ser como ser con su ejemplo, se puede tratar del ente como
latina han dicho acerca del ente y de esencia, como "lo que es" (y en cuanto objeto material, del ente como objeto
su concepto. Puede considerarse par- es). El ente es lo más común en formal quod y del ente como objeto
te de la información aquí proporcio- cuanto sujeto de aprehensión. A la formal quo. En el primer caso, se trata
nada como un complemento a lo in- vez, es algo que trasciende todo lo del ente en cuanto (quodcumque) ente;
dicado en el citado artículo Ser. Des- que es; no puede definirse por nin- en el segundo de la ratio del ente; en el
pués, presentaremos algunos ejemplos gún modo especial de ser —por ningún tercero, de un grado altísimo y
en el pensamiento actual en los que ser "tal o cual"— y es por ello un sumamente abstracto de la materia-
se ha intentado distinguir entre el ente trascendental ( VÉASE) —y como lidad. La doctrina escolástica del ente
y el ser. trascendental—, por lo demás, "con- culmina posiblemente en Suárez (v.).
Él vocablo latino ens fue usado por vertible" en lo uno, la cosa, el "algo", Sus Diputaciones metafísicas son a la
Quintiliano en Institutiones Oratoriae lo verdadero y lo bueno. Se ha dicho vez, sino primariamente, "disputacio-
(VIII 3): "Muchos nuevos vocablos que, además de ser un trascendental, nes ontológicas". El ente es estudiado
han sido formados a base del griego, el ente es un supertrascendental; co- por Suárez no sólo como "lo que es",
sobre todo por Sergio Flavio [Sergius mo trascendental es lo que es en cuanto sino como la condición, o condiciones,
Flavius]; algunos de ellos, como ens relativo a lo real, y como supertras- que hacen posible (e inteligible) todo
y essentia [ut queens et essentia, es cendental es lo que es en cuanto rela- ser. Se ha dicho por ello que la
decir utque ens et essentia) conside- tivo no sólo al ente real, sino también doctrina del ente ha desembocado en
rados como un tanto duros." Quinti- al ente de razón (v.). Se podría añadir un puro formalismo. Pero habría que
liano usó asimismo el plural entia co- que si se extienden las posibilidades ver hasta qué punto ello es cierto. El
mo traducción de o)/nta/ (ibid., II 14): del ente y se hace referencia no sólo formalismo aparece, en cambio,
"No todas las traducciones del griego a la realidad, sino también a la bastante claramente en Wolff (y en
son propias, como no lo es el intento posibilidad, entonces tenemos el más autores anteriores a Wolff) en
de poner vocablos latinos en forma amplio concepto posible del ente. Esta cuanto el ente es definido (Wolff,
griega. Y esta traslación no es menos ampliación de significado ocurrió con Philosophia prima sive antología, § 134)
dura que la de essentia y entía [essen- Wolff (Cfr. infra). Por el momento como todo aquello a lo cual no repugna
tia et queentia, es decir, essentia utque baste considerar el concepto del ente la existencia. Si tal ocurre, el ente es
entía)". El gramático Prisciano de Ce- en cuanto "lo que es". entonces la posibilidad lógica. Ahora
sárea manifestó que ens fue usado Los escolásticos han tratado con de- bien, aun en este caso hay en la
por César. Ahora bien, mientras los talle de la cuestión del ente en este ontología de Wolff supuestos meta-
clásicos latinos y los retores considera- respecto. Una serie de problemas se físicos — los que derivan de la doc-
ban tal uso como un tanto "duro" (o pkntean. Por un lado, si la noción del trina de Leibniz, según la cual todo
"bárbaro"), los vocablos ens y entía ente es "comunísima", el ente es todo lo posible tiende a la existencia, de
529
ENT ENT ENT
acuerdo con la composibilidad (v.). de ciertos modos particulares —bien física", Pensamiento, XVII (1961),
En los escolásticos y en Wolff halla- que relacionados con la "tradición"— 135-64. — Nimio de Anquin, Ente y
mos, en todo caso, una compleja mez- con que se ha empleado el vocablo Ser (Perspectivas para una filosofía
cla de los conceptos del ente y del 'ente'. Por ejemplo, Gioberti habla del del ser naci-ente), 1962. — Véase asi-
ser, correspondiente a la compleja mismo: Nicolai Hartmann, Zur Grund-
ente en la célebre fórmula l'ente crea legung der Ontologie, 1935, págs.
mezcla existente de los motivos me- l'esistente, dándole el sentido de Dios. 39-87 (en trad. esp.): Ontología. I.
tafísicos con los ontológicos. Rosmini considera el ente como el tér- Fundamentos, 1954, págs. 45-98).
Han sido varios filósofos actuales mino del ser, el cual precede al ente, ENTE DE RAZÓN. En los artícu-
los que más han insistido en la nece- cuando menos en el orden de los con- los Ens y Ente (v.) nos hemos refe-
sidad de deshacer los equívocos en ceptos. Es difícil, en vista de todo rido a los diversos modos en que el
que se ha incurrido al tratar la doc- ello, proceder a una conclusión gene- ente es dividido en la filosofía escolás-
trina tradicional del ente. Heidegger ral respecto al problema del ente y tica. Uno de los entes por ella conside-
se ha destacado entre tales filósofos de la relación entre este problema rados es el ente de razón (ens rations).
al manifestar que la cuestión del ser y el del ser. En muchos casos, han Por su particular importancia para la
y la del ente no son iguales: la primera sido tratados como el mismo proble- comprensión de la naturaleza de la
es ontológica; la segunda, óntica ma. En otros casos, se ha considerado lógica según los escolásticos, damos
(véase ÓNTICO). La determinación que el concepto de ser es más general aquí sobre el mismo algunas indica-
hasta cierto punto justificada del ente que el del ente. En otros todavía se ciones complementarias.
—la 'definición' de la lógica tradicio- ha admitido sólo el concepto del ente Los escolásticos definen el ente
nal que tiene su fundamento en la an- —como "lo que es" o inclusive como de razón como el que posee ser obje-
tigua ontologia— no es aplicable al "lo que existe"— considerándose que tivo solamente en el entendimiento.
ser (Sein und Zett, § 1). El ser (Sein) mientras es legítimo hablar de un pro- El término 'objetivo' es usado aquí
es previo a los entes ( Seienden ). Que blema del ente, no es legítimo hablar en su sentido tradicional (véase OB-
sea tal ser y cómo puede lograrse —si de un problema del ser. El ser no pue- JETO Y OBJETIVO). En efecto, los es-
puede lograrse— un acceso a él, es la de ser un sujeto — sólo lo que es de colásticos distinguen entre tres modos
gran cuestión que Heidegger se ha alguna manera, un ente, puede ser su- como puede estar algo en el enten-
propuesto desentrañar, sin que, al pa- jeto. No puede ser tampoco un predi- dimiento: subjetivamente, efectiva-
recer, lo haya logrado. Según Heideg- cado (véase ONTOLÓGICA [PRUEBA] ), mente y objetivamente. Algo está
ger (el "primer Heidegger" por lo me- pues de nada puede decirse simple- en el entendimiento subjetivamente
nos; véase HEIDEGGER [MARTIN ]), sólo mente que es a menos de decirse de cuando inhiere en el sujeto en cuanto
el análisis existenciario (v.) del ente qué clase de entidad se trata o cuáles accidente. Algo está en el entendi-
que pregunta por el ser —el Dasein son las propiedades fundamentales (la miento efectivamente cuando es un
(v.)—, es decir, del ente a quien en su "esencia") de tal entidad. A modo de efecto inmanente del entendimiento,
ser le va su ser, puede abrir el camino expediente, proponemos los siguientes es decir, cuando es un movimiento
para una comprensión del sentido del usos: vital o serie de movimientos vitales
ser. Heidegger supone, pues, que la (1) Al referirse a la ontologia "clá que proceden del entendimiento fí-
clásica pregunta por el ens ha velado sica", y especialmente a la desarrolla sico o realmente. Algo está en el en-
la pregunta más originaria por el ser. da por los escolásticos y por los wolf- tendimiento objetivamente cuando es
En suma, que debe distinguirse en- fianos, pueden identificarse los con aprehendido por él pura y simple-
tre ser y ente: " 'Sein' ist nicht so et- ceptos de ente y de ser. mente, esto es, cuando su naturaleza
was Seiendes" (op. cit. § 1; Cfr. tam- (2) En términos generales puede consiste en el modo de aprehensión
bién Einführung in die Metaphysïk, decirse que el ser es el modo de pre del objeto. Ahora bien, mientras las
especialmente Cap. I). Según Nicolai sentarse una realidad como tal reali especies inteligibles están en el en-
Hartmann, "el ser y el ente se distin- dad. Si el ente es definido como "lo tendimiento subjetivamente, y el con-
guen al modo como se distinguen la que es", su ser será entonces el modo cepto formal está en el entendimiento
verdad de lo verdadero, la realidad (o los modos) de presentarse lo que subjetivamente y efectivamente, el
[Wirklichkeit, y también Realität] de es en cuanto es. ente de razón está en el entendimiento
lo real [como wirklich y como rede]" (3) El concepto de ser tendrá en —y sólo en él— objetivamente. Si
(Zur Grundlegung der Ontologie, tonces un alcance más general que el estuviera en otro lugar además de
1935, pág. 40). El ens en sentido tradi- concepto de ente, pero su generalidad estar en el entendimiento no sería,
cional es el o)/n objeto de la Metaphy- no significará que "hay" algo que sea en efecto, ente de razón.
sica, mientras que el ser es el Sv objeto "el ser": para que haya el ser de algo Según los escolásticos, el ente de
de la Ontologia. Cierto que es es menester que haya algo —real, razón no tiene una causa eficiente,
"prácticamente imposible referirse al ideal, actual, posible, etc.— del que pero sí un fundamento: aquello según
ser sin investigar el ente" (op. cit., quepa decir que es en tal o cual mo lo cual es formado objetivamente por
pág. 41), pero ello no impide que do fundamental (u ontológico). el entendimiento humano. Según la
pueda establecerse (cuando menos Véase la bibliografía de los artícu- razón del fundamento por accidente,
mentalmente) una distinción entre los ANALOGÍA y SER. Además: R. C. el ente de razón puede tener o no
ambos. Kwant, De gradibus entis, 1946. — tener fundamentum in re (o realidad
Debe advertirse que la historia del P. Carosi, Due sisnificati dell'Ente e "objetiva" en el sentido actual del
concepto "ente" es más compleja to- l'oggeto formale dell´ ontologia, 1952.
— José Hellín, S. I., "Obtención del vocablo). Según la razón del funda-
davía de lo aquí presentado, a causa concepto del ente, objeto de la meta- mento esencial, el ente de razón
530
ENT ENT ENT
puede ser o negación o privación. rus tradujo e)ntelexe/ia precisamente aplicación al alma, a la doctrina de
En ningún caso, el ente de razón es por "el hecho de tener perfección", Aristóteles. En Enn., IV, vii, 8 se-
algo actual, pero ello no le impide perfec-tihabia, según indica Leibniz ñalaba Plotino que el alma ocupa en
ser aprehendido por el entendimien- (Mon., § 18; Theod., I § 87). En su el compuesto el lugar de la forma.
to. Los entes de razón se entienden edición de la Metaphysica de Si tenemos que hablar de entelequia,
en función de las intenciones (véase Aristóteles Bo-nitz indica que nos será forzoso entenderla como
INTENCIÓN, INTENCIONAL, INTENCIO- e)ntele/xeia es sinónimo de perfectus. algo que adhiere al ser de que es en-
NALIDAD) que la razón ve en los ob- El propio Bonitz hace notar (Index telequia. Ahora bien, Plotino señala
jetos que considera. Cuando consi- arist., 253 b) que Aristóteles usó explícitamente que el alma no es
dera intenciones como el género, la e)ntele/xeia de un modo ambiguo; a como una entelequia, pues el alma no
especie, etc. que no descubre en la veces distingue e)ntele/xeia de es inseparable del cuerpo.
naturaleza de las cosas, sino que se e)ne/rgeia y a veces hace estos vocablos En la época moderna la noción
siguen, como dice Santo Tomás (in sinónimos. de entelequia ha sido generalmente
lib. IV Met., lect. 4, 574), de las En tanto que designa "el hecho de desechada; se ha llegado inclusive a
consideraciones de la razón misma, el poseer perfección", el término 'entele- dar a 'entelequia' el sentido peyorativo
resultado de ello son entes de razón, quia' significa la actualidad o perfec- de lo "no existente", que todavía
y tales entes de razón son el objeto ción resultante de una actualización. conserva en el lenguaje común. En
de la lógica. Las intenciones referidas La entelequia es entonces el acto en ciertos momentos, sin embargo, se ha
son las llamadas por los escolásticos tanto que cumplido. En este sentido revalorizado el término, y ello preci-
segundas intenciones. Así, el objeto entelequia se distingue de actividad o samente en dos doctrinas de innega-
de la lógica (formal) es la intención actualización, e)nergeia . En tanto que ble carácter teleológico: una en el
segunda o ente de razón lógico. Y constituye la perfección del proceso siglo XVII y otra en la época contem-
como la intención segunda está fun- de actualización, la entelequia es el poránea. La del siglo XVII en la de
dada en una intención primera, se cumplimiento de un proceso cuyo fin Leibniz. Para este filósofo las entele-
puede decir que para los escolásticos se halla en la misma entidad. Por eso quias son "todas las substancias sim-
los objetos de que habla la lógica puede haber entelequia de la actua- ples o mónadas creadas, pues tienen
no pueden ser aprehendidos sino con lización, pero no del simple movi- en sí una cierta perfección e)xosi to/
un cierto fundamento en la realidad. miento, xi/nhsij . e)nteleς y hay en ellas una cierta capa-
La lógica habla, pues, de la realidad. Aristóteles, según se ha indicado, no cidad de bastarse a sí mismas ( au)ta/r-
Pero no de un modo directo (ni el es siempre consistente en el uso del keia ) que las hace fuentes de sus
ente real ni el ente no real pueden término 'entelequia'. En De an., II 1, acciones internas y, por así decirlo,
ser objetos de lógica), sino indirec- 412 a 27 b 5 señala que el alma es autómatas incorpóreos" (Monadologie,
tamente: los entes de razón lógicos entelequia. En cambio, en Met., H, 3, § 18). En cuanto a las revaluaciones
son como el mapa que representa 1043 a 35 dice que el alma es actuali- contemporáneas del concepto de ente-
isomórficamente las estructuras (fun- zación, "energía", e)ne/rgeia . Aquí los lequia mencionaremos dos, ambas
damentales) de lo real. dos términos son sinónimos. En Met., mantenidas por biólogos y filósofos
ENTELEQUIA. Aristóteles usó en L 6, Aristóteles describe al Primer neo-vitalistas: Hans Driesch y Alwin
varios pasajes de sus obras el término Motor como e)nergeia y en Met., Λ 6 Mittsch. Para Driesch (Cfr. Philosophie
e)ntele/xeia que se transcribe en espa- lo describe como entelequia. Es posi- des Organischen, 4a ed., 1928, espe-
ñol en la forma indicada: entelequia. ble que en el primer caso el Estagi- cialmente págs. 373 y sigs. ) la entele-
Como Platón había dicho que el alma rita quiera subrayar la actividad del quia designa la forma de acontecer
posee e)ntele/xeia ο movimiento conti- Primer Motor y en el segundo su per- que se rige por la causalidad de totali-
nuo, se ha supuesto a veces que Aris- fección que hace que tal actividad dad y que puede ser calificada de cau-
tóteles alteró el vocablo platónico pa- consista en "mover sin ser movido". salidad entelequial. La entelequia es
ra diferenciar su doctrina de la de En Met., H 8, 1050 a 20 sigs., Aristó- una "substancia individualizada" o, si
teles indica que la acción, e)/rgon, es el se quiere, una "causalidad individua-
Platón. Esta suposición parece inco-
fin, τέλος, y que la actualidad o ac- lizante" — uno de los nombres que
rrecta. También parece incorrecta la
tualización, e)ne/rgeia, es la acción, de tiene la "causalidad total". Para Mit-
suposición de que en tiempo de Aristó- modo que el propio término 'actuali- tasch (Entelechie, 1952), que sigue
teles existía el adjetivo e)ntelexh/j y que dad' se deriva de 'acción' y equivale en parte las orientaciones de Driesch,
Aristóteles formó el sustantivo a la entelequia. En Met., Γ 4, 1077 b hay ciertas fuerzas que en vez de
e()ntele/xeia a base de dicho adjetivo. Lo 25-30 Aristóteles escribe que lo que producir energía o potencia regulan
más probable es que el Estagirita for- es indeterminado existe potencialmen- tal energía o tal potencia. A estas
jara el vocablo e)ntele/xeia a base de la te y no en su entelequia. Como puede fuerzas pertenece la entelequia orgá-
expresión uo) e)ntele\j e)\xwn, "el hecho de verse, el uso aristotélico de 'entele- nica. Mittasch advierte, sin embargo,
poseer perfección". W. D. Ross en co- quia' es algo flotante. Sin embargo, que su concepto de entelequia difiere
mentario a su edición de la Metaphy- en ciertos casos su significado aparece en varios respectos del de Driesch.
sica (vol. II, págs. 245-6) se adhiere más claro y tajante; particularmente Éste había indicado que la entelequia
a esta última opinión, la cual coincide importante al respecto es la definición suspende las leyes físicas y químicas.
en gran parte con la ya expresada por aristotélica del alma ( VÉASE ). Mittasch lo niega y manifiesta que
Filopón (Commentaria in Aristotelem Plotino utilizó asimismo la noción se limita a regularlas. Además, a di-
Graeca, XV, 208). Hermolaus Barba- de entelequia, pero no se adhirió, ferencia de Driesch, la entelequia
cuando menos en lo que toca a su
531
ENT ENT ENT
propuesta por Mittasch no se limita y contraponen a raison, Vernunft y miento que han defendido ciertos au-
a la esfera orgánica, sino que inter- Reason (= 'razón'). tores modernos es una contraposición
viene en la esfera físico-química. Fi- Es común entre los filósofos moder- —o, mejor, distinción— "interna"
nalmente, mientras Driesch tendía a nos usar 'entendimiento' (o los voca- dentro del entendimiento. Éste puede
considerar la entelequia como una blos pertinentes en los diversos idio- ser pasivo, cuando recibe las impre-
idea regulativa (en el sentido de mas) para designar la entera facultad siones, y activo cuando saca a la vista
Kant), Mittasch se inclina a estimar- (o potencia) intelectual. En algunos (brings in sight) las ideas que habían
la como una idea constitutiva. casos, como en Spinoza, el entendi- sido impresas en el entendimiento
miento (que así suele traducirse el (op. cit., II, x, 2).
vocablo spinozano intellectus en la No queda siempre claro en Locke
obra Tractatus de intellectus emenda- si el entendimiento es una facultad
tione: Tratado de la reforma del en- que recibe y maneja "ideas" o si es el
tendimiento) es equivalente a la "fa- recibir y manejar ideas, aunque lo úl-
cultad de conocimiento" en sus diver- timo sería más adecuado que lo pri-
sos (cuatro) grados. Los modos en mero dada la tendencia de Locke y,
que puede ejercitarse el entendimiento en general, de los empiristas a no
o "modos de percepción" —según "lo admitir el carácter independiente del
que se dice" o según cualquier signo entendimiento en relación con sus
elegido arbitrariamente; por ex- "ideas". Berkeley indica explícitamente
periencia vaga; por aprehensión de la que "el entendimiento no es diferente
esencia de una cosa concluida de otra de las percepciones particulares o
esencia, mas no adecuadamente; por ideas" (Philosophical Commenta-
percepción de la sola esencia de la ries. Notebook A, 614, ed. Luce), si
cosa o conocimiento de la causa pró- bien señala que la idea es "un objeto
xima— son a la vez "modos del en- del entendimiento" (op. cit., 665), y
tendimiento". Spinoza distingue asi- que el entendimiento "considerado co-
mismo entre entendimiento finito e mo una facultad" no es realmente
infinito, y habla (Eth., V) de potentia distinto de la voluntad" (op. cit.,
intellectus seu de libértate humana, la 614a). Según Berkeley, el entendi-
cual es equivalente a la potentia ra- miento y la voluntad quedan inclui-
tionis en cuanto muestra lo que puede dos en el "espíritu", por el cual en-
la razón por sí misma (ipsa ratio] en tiende "todo lo que es activo" (op.
orden a dominar las afecciones (af- cit., 848). El entendimiento es, pues,
fectus). para Berkeley, en último término, al-
Esta idea del entendimiento como go "espiritual".
potencia cognoscitiva completa —bien Para Hume el entendimiento es el
que organizada en diversos grados— modo de ser del hombre como sujeto
se halla en otros autores modernos. que conoce — o, si se quiere, como
Por ejemplo, y no obstante la dife- cognoscente. La ciencia de la natu-
rencia entre un "racionalista" y un raleza humana equivale al "examen
"empirista", en Locke. Éste llama del entendimiento" y del modo como
ENTENDIMIENTO. El vocablo "entendimiento" (Understanding) y, está "amoblado", es decir, del modo
griego nou=j (véase Nous) y el voca- más específicamente, "entendimiento como tienen lugar las percepciones en
blo latino intellectus se traducen al humano" (Human Understanding) toda tanto que se resuelven en impresiones
español de varias maneras, entre ellas la facultad de conocimiento en sus y en ideas (Treatise, I, i, 1).
por 'entendimiento' e 'intelecto'. Estos diversos modos. El entendimiento es Leibniz distingue entre sensibilidad
dos vocablos son a veces usados como para Locke lo que coloca al hombre y entendimiento, pero esta diferencia
si fuesen sinónimos. Así, por ejemplo, por encima del resto de las cosas sen- no es esencial, sino gradual. En efec-
se escribe 'entendimiento agente (o sibles. El entendimiento es como el to, conocer equivale a tener represen-
activo)' y también 'intelecto agente ojo, el cual "al tiempo que nos permite taciones, las cuales pueden ser menos
(o activo)'. En la presente obra trata- ver y percibir todas las otras cosas, no claras (sensibilidad) o más claras
mos bajo el vocablo 'Intelecto' ( VÉA- repara en sí mismo, requiriendo arte (entendimiento propiamente dicho, o
SE) de diversos sentidos que se dan a y penas colocarlo a cierta distancia y intelecto). La sensibilidad se halla su-
nou=j y a intellectus en la filosofía an- convertirlo en su propio objeto" (Essay, bordinada al entendimiento, en el cual
tigua y medieval. Bajo el vocablo 'en- Introducción). Los objetos del las representaciones alcanzan el grado
tendimiento' trataremos de varios sen- entendimiento son las "ideas", tanto apetecible de claridad y distinción. El
tidos de la "potencia intelectual" en las de sensación como las de refle- entendimiento ejerce aquí una fun-
la filosofía moderna. Usamos, así, xión (véase IDEA). Ello muestra que ción parecida a la de la "razón" car-
'entendimiento' como correspondiente en Locke el entendimiento compren- tesiana. Sin embargo, dentro del con-
a términos tales como entendement. de, en su primer grado, lo que a veces cepto de entendimiento parece poder
Verstand y Understanding, especial- se llama "sensibilidad". La contrapo- haber dos modos de conocer: el indi-
mente en tanto que éstos se comparan sición entre sensibilidad y entendi- recto y el intuitivo o directo. Sólo este
532
ENT ENT ENT
último merece el nombre de "razón" de juicios. Según Kant, todas estas hicieron Fichte, Schelling, F. A. Schle-
(y a veces de "intuición", en el senti- definiciones son idénticas, pues equi- gel, Hegel y todos los filósofos llama-
do de "intuición intelectual"). valen a la citada "facultad de las re- dos "románticos" o, cuando menos,
Kant se opone a la idea leibniziana glas" (ibid, A 126). Pero con ello "idealistas". No se trataba ya de afir-
de que la sensibilidad es una forma resulta que, no obstante el lenguaje mar la posibilidad de un contacto con
inferior del entendimiento, y proclama psicológico usado por Kant (derivado "la realidad en sí" por medio de la
una distinción fundamental entre la probablemente de la "psicología de las razón práctica; era la razón teórica y
una y la otra. La sensibilidad —de facultades" de su época), el entendi- especulativa lo que aprehendía lo "en
que se ocupa la "Estética trascenden- miento no es propiamente una facul- sí". La noción de "cosa en sí" (v.)
tal", en la Crítica de la Razón Pura— tad, sino una función o conjunto de era rechazada como un límite, pero
es una facultad de intuición. Mediante operaciones encaminadas a producir era reinsertada como la realidad. En
la facultad sensible se agrupan los síntesis y, con ello, a hacer posible el algunas ocasiones, ciertamente, esta
fenómenos según los órdenes (tras- conocimiento en formas cada vez más reinserción se efectuaba al hilo de la
cendentales) del espacio y del tiem- rigurosas. razón práctica, siguiéndose con ello al
po. La sensibilidad es la facultad de Según Kant, pues, el entendimiento propio Kant. Así, para Fichte lo que
las intuiciones α priori. El entendi- pone en relación las intuiciones y lleva hay es, ante todo, la libertad. Pero
miento, en cambio, es una "facultad a cabo las síntesis sin las cuales no mientras Kant consideraba a ésta den-
de las reglas". Por ella se piensa sin- puede haber enunciados necesarios y tro del terreno de la moralidad, Fichte
téticamente la diversidad de la expe- universales. Así, el entendimiento hacía de la libertad el Absoluto meta-
riencia. La sensibilidad se ocupa de constituye el conocimiento ordenando físico que solamente la Razón (y no
intuiciones; el entendimiento, de con- y dando forma a las intuiciones sensi- el entendimiento) podía aprehender.
ceptos. Éstos son ciegos sin las intui- bles. A la vez que estructura positiva- Hegel siguió el camino de Jacobi y
ciones, pero éstas son vacías sin los mente el conocimiento (o, mejor, su Fichte. Pero en vez de subordinar el
conceptos (K.r.V., A 51/B 75). "El posibilidad), lo estructura negativa- entendimiento a la razón de un modo
entendimiento no puede incluir nada; mente, pues establece los límites más romántico, ensayó integrarlos y jerar-
los sentidos no pueden pensar nada" allá de los cuales no puede irse. Estos quizarlos de un modo sistemático. He-
(loc. cit.). La lógica del empleo espe- límites están marcados por la divisoria gel concibe el entendimiento (Ver-
cial del entendimiento es la "lógica entre el entendimiento y la razón. Ésta stand) como la razón abstracta, a
trascendental", la cual se divide en no puede constituir el conocimiento; a diferencia de la razón concreta, única
Analítica y Dialéctica (VÉANSE). La lo sumo, puede establecer ciertas que puede ser llamada propiamente
Analítica trascendental se ocupa de regulaciones y ciertas direcciones de razón (Vernunft). Mientras el en-
"la disección de la facultad del en- carácter muy general (como, por tendimiento es la misma razón iden-
tendimiento" (ibid., A 65/B 90); en ejemplo, la regulación, o idea, re- tificadora que huye de lo concreto
el curso de su estudio se obtienen los gulativa de la razón, de la unidad de o que, a lo sumo, quiere asimilar las
conceptos del entendimiento, concep- la Naturaleza). Ahora bien, la distin- diferencias de lo concreto, la razón es
tos radicales o conceptos elementales ción kantiana fue aceptada por varios absorción de lo concreto por lo racio-
(véase CATEGORÍA ), los principios del autores, como Jacobi, Fichte, Sche- nal, identificación última de lo racio-
entendimiento y los esquemas de apli- lling y Hegel, pero al mismo tiempo nal con lo real más allá de la simple
cación del entendimiento (V. ESQUE- fue vuelta del revés. Se consideró que identificación abstracta. Así lo expresa
MA ). El entendimiento, en suma, si sucedía lo que Kant proponía era Hegel al comienzo de la Lógica: "El
piensa el objeto de la intuición sensi- porque el entendimiento era una fa- entendimiento determina y se atiene a
ble, de tal suerte que la facultad del cultad inferior, que no puede compa- las determinaciones; la razón es nega-
entendimiento y la de la sensibilidad rarse en poder y majestad con la ra- tiva y dialéctica, porque disuelve las
no pueden "trocar sus funciones": só- zón. Se estimó que esta última podía determinaciones del entendimiento en
lo cuando se unen se obtiene conoci- penetrar en aquel reino que Kant había la nada, y es positiva, porque pro-
miento. Puede asimismo definirse el colocado fuera de los límites del duce lo general y concibe en él lo
entendimiento como la facultad de conocimiento (teórico) por medio de singular." La razón es, en verdad,
juzgar. Por medio del entendimiento la intuición — bien entendido, una espíritu, el cual ha de ser conside-
se producen, en efecto, las síntesis. "intuición intelectual", intellektuelle rado como algo superior a la pura ra-
También puede definirse el entendi- Anschauung. Jacobi proclamó este zón "raciocinante".
miento como "la unidad de la aper- poder de la razón (como "razón in- La bibliografía sobre las concepcio-
cepción (v.) en relación con la sínte- tuitiva") con gran vigor y en todos nes antiguas y medievales del "en-
sis de la imaginación"; esta misma los tonos, lo que motivó una reacción tendimiento" (= "intelecto"), en el
unidad con referencia a la "síntesis adversa de Kant contra el "cierto tono artículo INTELECTO. — Para razón y
distinguido" que se nota "hoy" en la entendimiento en Kant, Jacobi, Fichte,
trascendental de la imaginación es el etc.: Arthur O. Lovejoy, The Reason,
entendimiento puro" (ibid., A. 119). filosofía ("Von einem neuerdings erho- the Understanding and Time, 1961.
Se puede ver con ello que el enten- benen vornehmen Ton in der Philoso- ENTIA NON SUNT MULTIPLI-
dimiento es definible de muy diversos phie", 1796). Las protestas de Kant, CANDA PRAETER NECESSITA-
modos: como espontaneidad (a dife- sin embargo, pesaron poco: Jacobi in- TEM es un principio o regla que pue-
rencia de la pasividad de la sensibili- dicó una y otra vez que el entendi- de traducirse como sigue: "No deben
dad), como poder de pensar, como miento no debe subordinarse a la ra- multiplicarse [aumentarse] las entida-
facultad de conceptos, como facultad zón y que ésta es soberana. Lo mismo
533
ENT ENT ENT
des más de lo necesario." El principio pauciora ("Es vano hacer con más lo Otra significación de 'entimema' es
o regla en cuestión puede tener dos que puede hacerse con menos"). Estas la que se halla en la mayor parte de
significados. Por un lado, puede signi- fórmulas están relacionadas en Occam los textos lógicos: el entimema es un
ficar que no deben introducirse más con su tesis de que nada debe afirmar- silogismo incompleto, por no ser ex-
realidades o entidades de las que son se sin una razón suficiente (excepto presada una de las premisas. Si falta
menester para dar cuenta de un fenó- cuando se trata de algo conocido por la premisa mayor el entimema es
meno, un proceso, o hasta la propia sí mismo, por experiencia, o por reve- llamado de primer orden; si falta
estructura del universo. Por otro lado, lación). Philotheus Boehner (Ockham. la premisa menor, es llamado de se-
puede significar que no deben em- Philosophical Writings, 1957) ha de- gundo orden. Así, "Los búlgaros be-
plearse más conceptos (reglas, princi- clarado que el más antiguo filósofo ben Kéfir; Los búlgaros gozan de
pios, supuestos, etc.) de los que son escolástico en el cual puede encon- buena salud" es un entimema de pri-
estrictamente necesarios para producir trarse una fórmula similar a cualquie- mer orden; "Todos los ingleses leen
una demostración o proporcionar una ra de las indicadas es Odón Rigaldo novelas; John Smith lee novelas" es
explicación. Los dos significados se (Odo Rigaldus) en su Commentarium un entimema de segundo orden. Tra-
hallan, por lo demás, estrechamente super Sententias ( MS Brujas 208, fol. dicionalmente —por ejemplo, en la
relacionados entre sí, pues aunque las 150a). Odón Rigaldo propuso la Lógica de Port-Royal— se admitían
demostraciones y explicaciones se lle- fórmula siguiente: Frustra fit per plu- solamente los citados dos órdenes. Al-
van a cabo mediante conceptos, se ra quod potest fieri per unum ("Es gunos autores, siguiendo a Hamilton,
tiende a considerar que tales concep- vano hacer con varios lo que puede introducen un entimema de tercer or-
tos denotan siempre realidades. Por hacerse con uno") — muy semejante den: aquel en el cual falta la con-
ejemplo, atribuir a una "substancia en la forma, e idéntica en el conteni- clusión.
calorífica" la causa del calor es intro- do, a la segunda de las fórmulas de Según varios autores, solamente el
ducir un concepto —el concepto de Occam antes mencionadas. primer tipo de entimema, el basado
substancia calorífica— innecesario y En la forma hoy más usual —Entia en la semejanza o signo, es propia-
suponer a la vez que hay una realidad non sunt multiplicanda praeter neces- mente aristotélico. Otros autores, sin
denotada por tal concepto — la reali- sitatem— parece que el más antiguo embargo, estiman que el Estagirita no
dad "substancia calorífica". Sin em- antecedente de ella se encuentra en la desconoció el entimema como un silo-
bargo, es posible dar una interpreta- Logica vetus et nova (1654), de gismo truncado, como se muestra en
ción estrictamente conceptual de la Clauberg. Rhet., I 2, 1357 a 15-20, donde in-
regla en cuestión. En tal caso la regla ENTIDAD ACTUAL. Véase PRO- dica que "el entimema debe constar
recomienda que, dadas dos explica- CESO, WHITEHEAD (N.A. ). de pocas proposiciones, menos de las
ciones posibles de una realidad, un que constituyen el silogismo ordina-
ENTIMEMA. El término 'entimema'
proceso, un fenómeno, etc., hay que rio", y ello en vista del hecho de que
ha sido empleado con varios significa-
elegir la explicación que se valga del el hombre en su lenguaje cotidiano
dos desde Aristóteles; Hamilton, por
menor número posible de conceptos tiende a formular razonamientos su-
ejemplo, distingue entre 17 diversas
o, en otros términos, la explicación primiendo expresiones que da por en-
significaciones. Aquí nos referiremos
más simple. tendidas al oyente.
a las dos más corrientes.
Hemos tratado de esta regla en el W. Hamilton, Discussions on Phi-
Una primera significación es la que losophy and Literature, Education
artículo Economía (al referirnos al lla-
se halla en Aristóteles. Según ella, el and Unicersity Reform, 1852, 3a ed.,
mado "principio de economía del pen-
entimema, e)nqu/mhma, es un silogismo 1866, págs. 153-56. — E. H. Madden,
samiento") y también algunos aspec-
basado en semejanzas o signos (los 'The Enthymeme: Crossroads of Lo-
tos de la misma en el artículo Acción
cuales pueden ser entendidos de tres gic, Rhetoric, and Metaphysics", The
(Principio de la Menor). Aquí nos Philosophical Review, LXI (1952),
modos de acuerdo con la posición del
limitaremos a proporcionar algunos 368-76.
término medio en las figuras) (An.
datos sobre el origen histórico de la
Pr., II 27, 70 a 10). Por ejemplo: del ENTROPÍA. Véase ENERGÍA.
regla y sobre diversas variantes en la
signo (o hecho) de que una mujer ENTUSIASMO. Platón habló del
formulación de la misma.
tiene leche, podemos inferir que está entusiasmo, e)nqusiasmo/j como algo
Durante mucho tiempo la fórmula embarazada. En otro lugar dice Aris-
Entia non sunt, etc., fue atribuida a inspirado por la divinidad (Phaed.
tóteles que el entimema expresa la 253 A). El entusiasmo es una especie
Guillermo de Occam. Por este moti- demostración de un orador y que se
vo, algunos autores (por ejemplo, de en-diosamiento, de trance divino;
trata de la más "efectiva" de las ma-
Bertrand Russell) han llamado a la en el estado de entusiasmo el alma se
neras de demostración. El entimema
regla expresada en tal fórmula "la halla fuera de sí para tener su sede en
es una clase de silogismo: el silogis-
navaja [de afeitar] de Occam" (Oc- mo retórico. (Rhet., I 1, 1355 a 6 la divinidad misma. El mismo autor
cam's razor). Pero en los textos de sigs. ) Algunos autores consideran que se refiere al entusiasmo al hablar de
Occam no se encuentra la fórmula en las dos definiciones dadas anterior- la inspiración poética; los poetas for-
cuestión; se encuentran fórmulas simi- mente por Aristóteles coinciden y man una "cadena de inspirados" lle-
lares, tales como las dos siguientes: que lo importante en el entimema 'vados por el entusiasmo (Ion, 533 E).
Pluralitas non est ponenda sine neces- es el que sea un razonamiento cuyas El entusiasmo está relacionado con la
sitate ("No debe introducirse innece- premisas son meramente probables o potencia divinatoria, μαντική, (Tim.,
sariamente una pluralidad") y Frustra constituyen simplemente ejemplos. 71 E).
fit per plura quod potets fieri per Las ideas platónicas al respecto han
534
ENU EON EPI
ejercido influencia en todos los auto- entonces el hecho de enunciar una la cual los hombres pueden llegar
res que han seguido de algún modo la proposición. Finalmente, se interpre- a la comunidad, sino por múlti-
doctrina de que la inspiración está li- ta el enunciado como un discurso ples aspectos de su doctrina práctica,
gada al entusiasmo. Pero entre los au- (v. ) (oratio), si bien, como hemos no siendo casual, por tanto, que las
tores modernos solamente Shaftesbury visto en el artículo correspondiente, máximas de Epicteto hayan sido co-
(v.) se ocupó con particular atención el sentido de 'discurso' es vago: la mentadas en círculos cristianos. Sin
de la naturaleza y función del entu- enuntiatio es uno de los varios sen- embargo, la coincidencia con el cris-
siasmo. En la "Carta sobre el entu- tidos posibles de la oratio. tianismo en la obra de Epitecto es,
siasmo" ("Letter Concerning Enthu- En la lógica moderna se usa mu- por lo menos, tan grande como su di-
siasm"), publicada en Characteristics, cho 'enunciado' como equiparable a vergencia; en ningún momento aban-
etc. (2a ed., corregida, Vol. I, Seccio- 'sentencia' (v.). Los dos términos son dona Epicteto la tradición de la es-
nes VI y VII), Shaftesbury indica de fácil uso en inglés (statement - cuela estoica, particularmente del
que es menester manifestar el entu- sentence), pero de uso menos fácil antiguo estoicismo, tal como fue des-
siasmo, y ello no sólo por los poetas, en alemán (a causa de la imprecisión arrollado por Zenón de Citio y, ante
sino inclusive por los filósofos que que acompaña a términos como Ge- todo, por Crisipo. Según Epicte-
luchan contra la "superstición". El en- danke y Satz). En francés podría to, hay que distinguir entre las cosas
tusiasmo es una especie de "espíritu adoptarse el mismo uso que en in- que dependen y no dependen del
visionario", un movimiento poderoso glés (y que en español), pero el ma- hombre, pues sólo atendiendo a lo
del ánimo. Cierto que debe distin- yor academicismo del lenguaje cien- que depende de él, a su propia vo-
guirse entre entusiasmo e inspiración; tífico francés hace que se rechace la luntad, podrá conseguirse la verdadera
esta última es un sentimiento real de palabra sentence ( que a veces se dice dicha y sosiego del espíritu frente a
lo divino, en tanto que el primero es phrase). Por eso no hay en francés la las falsas opiniones y a la intran-
un sentimiento falso de lo divino. Pero equiparación de sentencia y enuncia- quilidad producida por la apetencia
ambos suscitan una muy parecida pa- do: lo normal es el uso de énouncé. de los bienes externos. En ello radica
sión. Ello hace que la inspiración El problema de la naturaleza de justamente la verdadera libertad del
pueda ser llamada "entusiasmo divi- los enunciados es tratado en manuales sabio, que es ciudadano del mundo
no", ya que el vocablo mismo signifi- de lógica. — Véase también: G. y para el cual lo que menos importa
ca "presencia divina", habiendo sido Schmidt, Vom Wesen der Aussage, es la clase a que pertenece, pues
usado por aquel filósofo que los Pa- 1955 [Monographien zur philosophi- inclusive el esclavo puede ser supe-
dres Cristianos llamaron "el Divino" schen Forschung, 17]. —- Ezio Rion- rior a su dueño, encadenado por los
dato, La teoría aristotelica dell'enun-
(Platón) "con el fin de expresar todo ciazione, 1957. deseos y las pasiones. Las máximas
lo que hay de sublime en las pasiones de Epicteto, procedentes de las Dia-
humanas". EÓN. Véase CONSTANTE, ETERNO tribas y de las Homilias, fueron re-
RETORNO, GNOSTICISMO, ORS (EUGE- copiladas por su discípulo Arriano de
El filósofo español Diego Ruiz pro-
NIO D'), VALENTINO. Nicomedia, en el Encheiridion o Pe-
puso una "ética basada en el entusias-
mo" — el entusiasmo como "princi- EPICTETO (ca. 50-138 antes de queño manual.
pio de toda futura ética". Aunque J. C.) de Hierápolis (Frigia), esclavo Bajo el nombre de Epitecto se
Scheler no se ha referido explícita- liberto en Roma, abandonó la ciudad, incluyen sus Diatribai/
mente al entusiasmo, pueden conside- trasladándose al Epiro, donde dio sus (Discursos o Disertaciones, en
rarse sus ideas acerca de la alegría enseñanzas filosóficas. En ellas se número de 8), transcripciones casi
acusan los rasgos religiosos del es- taquigráficas de su discípulo
(VÉASE) como afines a la idea de que Arriano, y el Manual o
no hay ética posible sin una cierta toicismo de la época imperial, hasta )Egxeiri/dion. Que las Diatribai/
cantidad de entusiasmo. tal punto que Epicteto fue considera- fueron escritas por Arriano según las
Josef Pieper, Bepeisterung und do durante mucho tiempo como un palabras del maestro, lo manifiesta el
göttlicher Wahnsinn. Über den plato- cristiano oculto y, de un modo aná- primero en sus palabras a Lucio
nischen Dialog, "Phaidros", 1962. logo a Séneca, se le atribuyó el co- Gelio: "no he compuesto yo mismo"
ENUNCIADO. En la lógica tradi- nocimiento de escritos cristianos y su estas "Palabras de Epitecto", sino
cional el término 'enunciado' se usa asimilación dentro del marco de la que "solía anotar, palabra por pala-
doctrina estoica. Aun cuando no pa- bra, lo mejor que podía, todo lo que
con frecuencia en el sentido de pro- le oía decir". La editio princeps de
posición ( VÉASE). En este caso, lo rece confirmado este último supuesto
Epitecto es la de Victor Trincavelli
dicho en el artículo sobre este último (modernamente defendido por Th. (Venecia, 1535); a ella siguieron la
término sirve para el enunciado. A Zahn en su libro Der Stoiker Epiktet edición de Jacob Shegk (Basilea,
veces se usa 'proposición' para un und sein Verhältnis zum Christen- 1554), con trad. latina; la de Hie-
enunciado aislado, y 'enunciado' tum (1894), y refutado por Bonhöffer ronymus Wolf (Basilea, 1560), la
cuando está dentro de un silogismo. en la obra de 1911 mencionada en de John Upton (Londres, 1739-1741).
En ocasiones "enunciado' es un tér- la bibliografía del presente artículo), La primera verdadera edición crítica
mino neutral, descomponible en 'pro- la realidad es que la actitud reli- de Epicteto es la de Johannes
posición' (producto lógico del pensa- giosa de Epicteto se parece en oca- Schweighäuser (5 vols., Leipzig,
miento) y 'juicio' (proceso psicoló- siones de modo extraordinario a la 1799-1800), junto con el comentario
gico del pensamiento). Esta descom- de Simplicio al Manual. Edición en
cristiana, no sólo por su creencia en griego y latín de las obras de Epic-
posición se efectúa a veces en sen- un Dios padre, en una persona di- teto junto con los Caracteres de Teo-
tido inverso: el enunciado designa vina trascendente al mundo y con frastro, los libros de Marco Aurelio,
el comentario de Simplicio, la Cebe-
535
EPI EPI
tilene de Lesbos y en Lámpsaco. los primeros miembros de la escuela
Mencionamos a este efecto a Hemarco epicúrea de polemizar contra las doc-
de Mitilene, a Metrodoro de Lámp- trinas epistemológicas y cosmológicas
saco y a su hermano Timócrates. De de los estoicos. La lógica formalista
Lámpsaco procedían también otros de éstos ofrecía, en efecto, un mar-
discípulos, tales como Colotes, Po- cado contraste con la lógica y la se-
liano, y probablemente Ctesipo. He- miótica empíricas de los epicúreos,
marco fue el primer sucesor de Epi- quienes consideraban que la relación
curo en el Jardín. Lo sucedió Polís- entre los signos y los objetos era di-
trato, autor de un tratado titulado recta, sin intervención de los con-
Sobre el desprecio no razonado contra ceptos o lekta/. Con ello los epicú-
los cínicos y los estoicos. Ya desde reos se aproximaron a algunas de las
entonces fue muy común entre los posiciones luego defendidas —aunque
epicúreos la polémica contra las dos en forma mucho más radical— por
citadas escuelas, así como contra los los escépticos (por ejemplo, por Sexto
peripatéticos. Característico de todos el Empírico, a quien se deben
estos epicúreos es el hecho de que largas y detalladas exposiciones de
no obstante su defensa del conoci- las doctrinas de las tres escuelas: epi-
miento a base de las percepciones in- cúreos, estoicos y escépticos). La po-
mediatas de la realidad material ha- lémica contra los peripatéticos fue
bía en sus doctrinas una buena copia también proseguida por los epicúreos,
de racionalismo. También es caracte- especialmente en tanto que procura-
rístico de ellos el hecho de que, no ban mostrar el carácter excesivamente
obstante ocuparse abundantemente dogmático —y, a su entender, ar-
de física y de canónica, seguían con- bitrario— de la semiótica peripaté-
siderando como eje de su actividad tica. Peripatéticos y estoicos se ba-
filosófica la ética. En cambio, los saban en gran parte en lo que los
epicúreos del siglo I antes de J. C. epicúreos rechazaban por entero: la
se inclinaron —con la excepción de admisión del argumento de inconce-
Lucrecio— a reducir la importancia bibilidad, fundado en un análisis ra-
de los elementos racionales y a sub- cional y no en nuestra experiencia.
rayar el papel de los factores em- Ahora bien, este desarrollo de la fi-
píricos. Esta dirección había sido ya losofía epicúrea no representaba, co-
emprendida por varios epicúreos que mo a veces se ha sostenido, un cambio
profesaron en Atenas: Zenón de Si- de frente en la escuela, sino un des-
dón, Demetrio de Laconia, posible- arrollo de muchas de las posiciones
mente Apolodoro. Pero se desarrolló ya admitidas, pero no elaboradas,
sobre todo en Ñapóles por obra de por el propio Epicuro.
Filodemo de Gadara. Puede hablarse Sin abandonar los temas de lógica,
inclusive de una escuela empírica epistemología y cosmología, los epicú-
epicúrea fundada por el citado Filo- reos desde fines del siglo I después
EPICUREISMO. Véase EPICÚREOS demo, desarrollada por Sirón (maestro de J. C. hasta el siglo ν regresaron,
y EPICURO. de Virgilio) y continuada —espe- en cambio, a las posiciones primaria-
EPICÚREOS. En el artículo sobre cialmente en el campo de la medicina mente éticas y ético-vitales del anti-
Epicuro hemos expuesto las princi- empírica— por Asclepíades de Prusa. guo epicureismo. Lo vemos en Dió-
pales doctrinas comunes a todos los Temas como el origen del co- genes de Oinoanda y en Diogeniano,
epicúreos. No quiere esto decir que nocimiento, la naturaleza de los sig- quienes polemizaron contra los estoi-
los epicúreos hayan reproducido siem- nos por medio de los cuales conoce- cos (especialmente contra Crisipo),
pre exactamente las opiniones del mos, la índole de las inferencias que pero quienes, en general, tuvieron
fundador de la escuela. En el pre- usamos y, sobre todo, la aplicación frente a las otras escuelas una acti-
sente artículo nos referiremos a al- de las reglas empíricas a la retórica, tud más receptiva que los epicúreos
gunos de los filósofos que contribu- a la religión, a la ética, a la medicina anteriores. Como muchos de los fi-
yeron a completar el perfil del epicu- y a las ciencias naturales fueron, al lósofos de esta época, los epicúreos
reismo. Por lo demás, hemos dedica- parecer, predominantes en la mencio- tendieron al eclecticismo.
do a varios de ellos artículos espe- nada escuela cuyas "relaciones" con El epicureismo ha resurgido en di-
ciales. Cicerón (quien, por lo demás, atacó ferentes épocas, pero generalmente
Los más fieles epicúreos fueron los con frecuencia las doctrinas epicú- sólo en aspectos parciales, tales como
discípulos inmediatos del fundador reas) y otros escritores romanos pa- ciertas formas de atomismo ( VÉASE).
de la escuela, es decir, los que vi- recen más que probables. Como lo De un modo más propio puede ha-
vieron con su maestro en estrecha h an most ra d o Ph. H. de La cy y blarse de una renovación epicúrea
"amistad epicúrea". Muchos de ellos E. A. de Lacy, los epicúreos de esta o de una tendencia neoepicúrea —y
fueron conocidos por Epicuro en Mi- época se ocuparon todavía más que también neodemocriteana— en los
536
EPI EPI EPI
siglos XVII y XVIII. Esta tendencia Nausifanes, discípulo de Demócrito. A y, a través de ella, la ataraxia, no
tuvo representantes en varios países, los 18 años se dirigió a Atenas, donde para insensibilizarse por completo,
incluyendo, como hemos señalado en permaneció un año. Luego pasó un sino para alcanzar el estado de au-
el citado artículo, en España, pero es tiempo en Colofón, en Mitilene de sencia de temor, de dolor, de pena y
conocido sobre todo por tres nombres : Lesbos y en Lámpsaco, madurando su de preocupación. El sabio debe su-
Bérigard, Maignan y Gassendi (VÉAN- doctrina y trabando amistad con al- primir todos los obstáculos que se
SE). De ellos solamente Gassendi y los gunos de los que fueron luego los más oponen a la felicidad y cultivar todo
gassendistas pueden ser considerados íntimos de su círculo. A los 35 años aquello (por ejemplo, la amistad) que
como neoepicúreos en toda su exten- se estableció en Atenas, donde fundó contribuya a aumentarla. Así, pues,
sión, pues su doctrina abarcaba no su escuela, llamada el Jardín (306), no se trata de un estado de completa
sólo la física atomista, sino también famosa no solamente por las enseñan- ausencia de afecciones, sino de un
en gran parte la ética dentro del es- zas del maestro, sino también por el estado de posesión de éstas condu-
píritu del epicureismo antiguo. cultivo de la amistad — la "amistad cente a la vida dichosa. A tal fin
epicúrea", en la que participaban no hay que saber cuáles son las verda-
solamente hombres (como era habi- deras necesidades del hombre: son
tual en la Academia y el Liceo), solamente las necesidades elementales
sino también mujeres. — comer, beber, tener abrigo. Y aun
A diferencia de lo que sucedo con ellas deben ser reducidas a lo
el estoicismo, elaborado por muchos indispensable, para que el sabio no
autores (véase ESTOICOS ) y poseedor se vea inquietado por los deseos de
de muchas variantes, el epicureismo poseer o de disfrutar de aquello que
y la doctrina de Epicuro son prácti- no tiene y que cuesta esfuerzo e in-
mente coïncidentes. Ello no significa quietud alcanzar. Podríamos, pues,
que, una vez instaurada, la doctrina reducir la felicidad al placer. Pero no-
epicúrea haya persistido sin varian- se trata de un placer exclusivamente
tes; a alguna de éstas nos hemos re- "material", como los antiepicúreos han
ferido en el artículo sobre los epicú- achacado tan frecuentemente al filóso-
reos (v.). Pero en lo fundamental las fo y a sus partidarios, sino de un placer
concepciones básicas del epicureismo duradero, de índole espiritual o, mejor,
fueron establecidas por Epicuro. afectiva. Las máximas conducentes a la
Epicuro —que se opuso a las eliminación de los dolores, las normas
concepciones fundamentales de los que enseñan cómo combinar los
estoicos, platónicos y peripatéticos, "placeres" con el fin de conseguir el
acercándose, en cambio, a las de los "placer reposado", el equilibrio
cirenaicos— partió de una doble ne- perfecto del ánimo, la supresión de la
cesidad: la de eliminar el temor a ansiedad y de la turbulencia, tienen
los dioses (que había engendrado el todos el mismo propósito. La meta
tipo del δεισιδαίμων, ο individuo ex- última es la serenidad — una cualidad,
cesivamente piadoso — casi el supers- ciertamente, positiva y no negativa. El
ticioso) y la de desprenderse del sabio no debe, pues, suprimir los
temor a la muerte. Lo primero se placeres del gusto, del oído, del tacto,
consigue declarando que los dioses de la vista, sino ordenarlos y, sobre
son tan perfectos, que están más allá todo, subordinarlos a su bienestar
del alcance del hombre y de su mun- físico y espiritual. La belleza y la
do; los dioses existen (pues, contra- virtud, ha escrito Epicuro, deben ser
riamente a la opinión tradicional, Epi- aceptadas si producen tal serenidad y
curo no era ateo), pero son indife- satisfacción; deben ser eliminadas
rentes a los destinos humanos. Lo si no la producen. Pues si se
segundo se consigue advirtiendo —se- rechazan todas las sensaciones,
gún el célebre razonamiento— que proclama también, no habrá ningún
mientras se vive no se tiene sensa- patrón para medir las que son
ción de la muerte y que cuando se beneficiosas. El placer debe ser con-
está muerto no se tiene sensación al- seguido sin que haya ninguna otra
guna. Sobre estos dos supuestos está afección que compita con él, pues en
basada toda la doctrina epicúrea. El tal caso no sería placer (es decir,
fin de la misma es la vida tranquila, serenidad), sino dolor y pena. ΕΓ
EPICURO (ca. 341-270 antes de J. y por eso Epicuro, a diferencia de los fin a que aspira el sabio es, pues, si
C.) nac. en Samos, de padres pro- filósofos de otras escuelas, recomienda se quiere, el placer, h(donh/, pero no
cedentes del demos ático de Gar- no ocuparse de la vida política, un placer equivalente al goce sen-
gettos, se trasladó a Teos (al Norte origen de innumerables sinsabores. La sual, sino a la salud del cuerpo, acom-
de Samos, costa de Asia Menor) a felicidad se consigue, por consiguien- pañada del ejercicio de la mente por
los 14 años para oír las lecciones de te, cuando se conquista la autarquía medio de la filosofía.
537
EPI EPI EPI
Podemos así decir que el eje de la los dioses. En cuanto a la física, está del alma, ei) mh\ to\ th=j yuxh= j
doctrina epicúrea es la ética, basada basada en una reelaboración del ato- e) k ba/l l-ei pa/q oj.
en la concepción del carácter positi- mismo. Epicuro define los mundos en Diógenes Laercio atribuye a Epi-
vo del placer sereno y duradero, ma- un sentido físico como porciones cir- curo muchas obras, hasta el punto de
terial y espiritual, y de la consiguiente cunscriptas del espacio. Estos mundos presentarlo como uno de los autores
clasificación y equilibrio de los pla- son infinitos en número y son eternos. más prolíficos de la antigüedad, com-
ceres. Mas para conseguir esa fina- pitiendo al respecto con Crisipo. De
La materia de que están compuestos estas obras se ha conservado una
lidad es necesario desarrollar las otras son los átomos. Hay, en efecto, una
partes de la filosofía. Como dice Epi- muy pequeña parte. Lo principal que
infinidad de átomos o partículas indi- tenemos es: una carta a Herodoto,
curo al comienzo de su carta a Me- visibles, a)/tomoi, en el vacío infinito. una carta a Pitocles, una carta a
noceo, nunca es demasiado pronto ni El universo es cuerpo y espacio, Menoceo, una serie de principios lla-
demasiado tarde para estudiar la fi- sw/m ata kai\ to/p oj (según texto mados Doctrinas capitales, una se-
losofía, pues estando ésta encaminada agregado por Usener). Siendo los rie de fragmentos (unos llamados,
a conseguir la salud del alma, átomos las semillas, σπέρματα, de las por la colección, Sententiae Vatica-
yuxh=j u(gi/eia, no estudiarla equivale cosas, las combinaciones de los átomos
nae, y otros de varios libros, cartas
a decir o que no se ha llegado toda- y procedencias inciertas). Para otras
permiten explicar no solamente las for- fuentes véase EPICÚREOS. La doctrina
vía a la época de la felicidad o que mas, mas también las cualidades
es ya demasiado tarde para ella. Y de Epicuro en D. Laercio, se halla
de éstas. Los átomos son más o menos en X, 1-154. Los papiros de Hercu-
como una de las condiciones para lanum referentes a Epicuro son: 176,
finos y sutiles según que los cuerpos
alcanzar la felicidad es mostrar que 1232, 1289. Han sido editados por
no deben perturbar el alma ni el sean más o menos pesados. Los más
ligeros son los de las imágenes (véase A. Vogliano en Epicuri et Epicureo-
temor a los dioses ni el temor a la rum scripta in Herculanensibus papy-
IMAGEN) y del alma. Los átomos se
muerte, es necesario elaborar no so- ris servato, 1928. La edición clásica
lamente la ética, sino también la físi- distinguen entre sí por su forma, de textos y testimonios (excluyendo
ca. Y como la física es un conoci- sxh=ma, peso, βάρος, y tamaño, los textos de Herculanum) es la de
miento, se requiere asimismo una μέγεθος. El número de formas es H. Usener, Epicúrea, 1887. Otra buena
doctrina sobre éste. Así, el sistema muy grande, pero no infinito. Como edición es la de C. Bailey, Epi-curus.
en Demócrito, los átomos son en la The Extant Remains, 1926. Mucha
completo de Epicuro contiene la ca- información en ediciones de textos de
nónica ( VÉASE ) (o doctrina dialéc- doctrina de Epicuro inalterables e
Filodemo. Traducción importante de
tica y doctrina del conocimiento), la indestructibles, completamente sóli- textos y testimonios de Epicuro con
física (o doctrina de la Naturaleza) y dos, de tal modo que permanecen notas por E. Bignone, Epicuro, 1920.
la ética (o doctrina del alma y su tras la disolución de los compuestos, — Edición crítica de textos y
comportamiento ). Habiéndonos ya re- συγκρίσεις . Mas, a diferencia de De- fragmentos, con trad. italiana, notas e
ferido a esta última, señalaremos bre- mócrito, el cual proclamó la necesi- introducción por Graziano Arrighetti,
vemente los rasgos principales de la dad absoluta, Epicuro —y luego Lu- Opere, 1960 (Classici della filosofía,
primera y segunda. La canónica se crecio— desarrollaron la doctrina de ed. Giorgio Colli, 4). Entre las
ediciones de fragmentos diversos de
ocupa principalmente de las diversas una cierta contingencia, producida Epicuro mencionamos: Peri\ fu/sewj,
clases de aprehensiones de la realidad. por una desviación en la caída ver- Α, Γ, ed. H. Diels en Abh. Berlin,
Aunque desarrollada con más detalle tical de los átomos, es decir, por el 1916-1917; una carta atribuida al
por otros representantes del epicu- hecho de que los átomos κεκλιμένα filósofo, ed. H. Diels en Sitzungsber.
reismo (por algunos de ellos, como Nos hemos referido con más detalle a Berlín, XXXVII (1916),
Filodemo de Gadara, en un sentido este punto en el artículo Clinamen (v.). 886 Sigs.; Περί φύσεως, ed. A. Vo-gliano
empírico más bien que racionalista), Digamos aquí sólo que dicha en Rendiconti d. R. Acc. di Bologna.
se encuentran en el propio Epicuro desviación no transforma el mundo Cl. di scienze morali, serie III, vol. VI
suficientes elementos de ella para po- (1931-1932), 33-76; "Nuovi
forjado por Epicuro en una realidad Frammenti del Περί φύσεως di
der presentarla sistemáticamente. Las que se modifica y se hace continua- Epicuro dal Pap. Ercol. N° 1420",
aprehensiones son, en efecto, de dis- mente nueva. Epicuro afirma explí- L'Antiquité classique, V (1936), 273-
tintas clases: las de la sensación, citamente no sólo que nada surge 323, por R. Cantarella; "A Newly
ai)/sqhsij, ο aprehensiones primarias e de la nada, y que nada se sumerge Identified Fragment of Epicurus Περί
inmediatas, de acuerdo con las cuales en la nada, sino que el universo ha φύσεως", Journal of Philology, XIII
debe efectuarse toda investigación; la sido siempre como es y será siempre (1885), 289-98 ed. W. Scott. — Ed.
llamada pre-noción, anticipación o completa y crítica del Papyrum Her-
el mismo. Estas verdades son justa- culeanum 1413 (atribuible a Epicuro)
concepción general, pro/lhyij —deriva- mente principios evidentes no perci-
da de la sensación—; y la visión di- por R. Cantarella, en 1l Pensiero ( Mi-
bidos. Nada hay, pues, fuera del uni- lán), enero de 1957. — Ethica edidit
recta (de un conjunto), o intuición, verso que penetre en él e introduzca adnotationibus instruxit Carolus Dia-
e)pibolh/ , a base de principios prima- un cambio. Y la visión de este uni- no (1946) [incluye todos los textos
rios e imperceptibles del cosmos, verso que permanece inmutable tras éticos de E. y textos antiguos en los
a)/dhla. En la e)pibolh/ , se dan sin em- que se expone o critica su doctrina],
el cambio no es lo que menos ha — Abundante información sobre Epi-
bargo, tanto los objetos sensibles y
visibles como los objetos invisibles contribuido a engendrar esa serenidad curo (y sobre Aristóteles) a la luz de
— por ejemplo, los átomos, y también, y tranquilidad que el sabio busca. la polémica del primero contra los
como dice Epicuro en una ocasión, Porque la filosofía, dice Epicuro, es peripatéticos en E. Bignone, La for-
inútil si no cura los sufrimientos
538
EPI EPO
mente cuando sostiene que la con- juicio, sino que se dedicaba a la
ciencia significa la transposición al busca incesante, aun cuando sin ob-
plano "espiritual" de los movimientos tener o quizás sin pretender jamás
habidos en el plano de la "materia". obtener ningún resultado. Otros pre-
Para esta posición, la comprobación sentan a Arcesilao como el primero
de la "fuerza" que poseen la que usó ampliamente dicha noción.
con cien cia, el alma o el espíritu Los estoicos habían defendido en la
es una mera ilusión; la aparente doctrina del conocimiento la teoría de
libertad de la conciencia se transforma la posibilidad de obtener represen-
en determinación rigurosa tan pronto taciones comprensivas" (véase CA-
como se examinan desde el punto de TALÉPTICO). Contra ello Arcesilao ar-
vista científico los "supuestos" de esta guyó que tales representaciones son
conciencia libre. En cambio, las teorías condicionadas por el asentimiento, y
que afirman la subsistencia de la como éste no puede dado, las repre-
conciencia niegan esta determinación sentaciones comprensivas son imposi-
y aun apoyándose, como acontece en bles. En todo caso, parece cierto que
Bergson, en bases científicas, la noción de epojé fue usada sobre to-
muestran que la teoría de la do para oponerse a la teoría estoica del
conciencia como epifenómeno falla por conocimiento. En el mismo sentido se
sus bases debido justamente a que pronunció Carnéades, el cual distin-
no presta suficiente atención a las guió entre una epojé generalizada y
comprobaciones empíricas. una epojé particular, y afirmó que el
EPIFILOSOFÍA. Véase PERIFILO- sabio debe atenerse a la primera. Ene-
SOFÍA. sidemo y Sexto el Empírico, por su
EPIQUEREMA. Véase SILOGISMO. lado, afirmaron la epojé como resulta-
EPISILOGISMO. Véase SILOGISMO. do de los tropos (v.), pero adoptaron
EPISTEMOLOGÍA. Véase CIENCIA, diversas actitudes de "suspensión" que
CONOCIMIENTO y GNOSEOLOGÍA . rozaban a veces el probabilismo (v.).
EPOJÉ. En el vocabulario filosó- Así, sobre todo Sexto distinguía entre
fico es común ya usar el término la pura y simple abstención, el re-
'epojé', trascrito a veces 'epoché', co- conocimiento de una posibilidad de
mo transcripción y traducción del que algo sea cierto, el reconocimiento
término griego εποχή (suspensión, de que no es imposible que algo sea
suspensión del juicio), que los filó- cierto, la afirmación de que no puede
EPIFENÓMENO es, en general, un sofos de la Nueva Academia (espe- haber decisión entre dos casos, etc.
fenómeno adscrito a otro, añadido a cialmente Arcesilao y Carnéades), y Hay que observar que la epojé tenía
otro sin constituir una parte esencial los escépticos (especialmente Enesi- en todos estos filósofos no solamente
de él. En psicología se llama a demo y Sexto el Empírico) usaron un sentido teórico, sino también
veces epifenómeno a la conciencia en para expresar su actitud frente al pro- práctico, pues concernía tanto al
el sentido de que puede ser consi- blema del conocimiento. 'Epojé' en conocimiento del objeto como al
derada como un elemento accesorio la definición de Sexto el Empírico, reconocimiento del bien, y espe-
a los procesos psíquicos, sin el cual "es estado de reposo mental [sta/sij cialmente del Bien supremo. Sin em-
éstos siguen desarrollando fundamen- dianoi/aj], por el cual ni afirmamos bargo, parece observarse en los aca-
talmente la misma actividad. La con- ni negamos" (Hyp. Pyrr., I, 10), un démicos nuevos y en los escépticos
cepción de la conciencia como epife- estado que conduce a la impertur- una tendencia a acentuar diferente-
nómeno y de los hechos de conciencia babilidad, a)taraci/a (véase mente la suspensión del juicio según
como epifenómenos es defendida es- ATARAXIA). No se sabe exactamente se tratara del aspecto teórico o del
pecialmente por el psicofisiologismo quién fue el primer filósofo que práctico. En lo que toca al primero,
mecanicista. Éste llega a admitir, introdujo la noción de epojé. Algunos la epojé era casi siempre radical. En
pues, que la conciencia no es sino indican que fue Pirrón (v.) quien lo que se refiere al segundo, se ten-
una fosforescencia que se mueve so- combinó la epojé con la llamada día con frecuencia a la llamada me-
bre la superficie de los procesos fisio- acatalepsia o imposibilidad de tripatía — la actitud moderada res-
lógicos, algo que sin estos procesos aprehender inmediatamente la pecto a los juicios de carácter moral.
no existiría. Pero este no existir de la realidad del objeto. L. Robin seña- El término 'epojé' ha sido revivido con
conciencia sin la actividad fisiológica la, sin embargo, que Pirrón no puede distinto sentido del escéptico en la
no significa que ésta sea concebida ser considerado como un sabio eféc- fenomenología de Husserl. Este fi-
como mera condición; la actividad tico (que suspende el ánimo como lósofo introduce, en efecto, el citado
psicofisiológica es inclusive conside- resultado de la investigación), sino término en la formación del método
rada como causa efectiva. Doctrina como un sabio cetético (o buscador); para conseguir la llamada reducción
tal se expresa, por ejemplo, en algu- a diferencia de lo que indica Sexto fenomenológica. En un sentido pri-
el Empírico (véase ESCEPTICISMO), mario, la epojé filosófica no significa
nos de los rasgos asumidos por el
Pirrón no suspendía radicalmente el más que el hecho de que "suspende-
paralelismo psicofisiológico, especial-
539
EQU £QU EQU
mos el juicio frente al contenido doc- nes o enunciados puede entenderse de do' = 'Algún libro es aburrido'). En
trinal de toda filosofía dada y reali- varios modos. Gramaticalmente dos o cuanto a la equipolencia respecto a
zamos todas nuestras comprobaciones más proposiciones o enunciados son las partes significativas del enunciado,
dentro del marco de tal suspensión" equipolentes entre sí cuando difieren se debe a Jungius (op. cit. supra),
(Ideen, I § 18; Husserliana, III, 33). sólo en los vocablos. Así, Ensis est según ha indicado H. Scholz (Ge-
En un sentido husserliano propio, la ferreus y Gladis est ex ferro ( ejemplo schichte der Logik, 1931) el haber
epojé fenomenológica significa el cam- dado por Jungius; Cfr. infra) son gra- puesto de relieve una de las formas
bio radical de la "tesis natural". En maticalmente equipolentes. Lógica- más importantes de tal equipolencia:
la "tesis natural" la conciencia está mente, dos o más proposiciones son la llamada aequipollentia per incer-
situada frente al mundo en tanto que equipolentes entre sí cuando tienen el sionem relationis. Jungius indica que
realidad que existe siempre o está mismo predicado, pero difieren en la esta equipolencia se da cuando la parte
siempre "ahí". Al cambiarse esta tesis forma. Según Jungius (Lógica Ham- principal del predicado en un enun-
se produce la suspensión o colocación burgucnsis, págs. 134-7; ed. R. W. ciado se comporta como el correlato
entre paréntesis (Ausschal-tung, Meyers, págs. 88-9), que siguió en de la parte principal del correlato en
Einklammerung) no solamente de las esto a muchos tratadistas anteriores, otro enunciado. Uno de los ejemplos
doctrinas acerca de la realidad, y de la equipolencia lógica puede enten- dados por Jungius ( 'David es el padre
la acción sobre la realidad, sino de la derse de dos modos: o con respecto a de Salomón' = 'Salomón es el hijo de
propia realidad. Ahora bien, éstas los términos sincategoremáticos o con David') permite ver que la equipolen-
no quedan eliminadas, sino alteradas respecto a las partes significativas del cia en cuestión puede tener lugar
por la suspensión. Por lo tanto, el enunciado. La equipolencia lógica con cuando se dan relaciones que tienen
"mundo natural" no queda negado ni respecto a los términos sincategoremá- ciertas propiedades (como el ser irre-
se duda de su existencia (ibid., I, H ticos (o constantes lógicas) es la que flexivas, o asimétricas, o intransitivas
31-2, 55 ). Así, la epojé femenológica se da entre dos enunciados que po- [de todas las cuales es ejemplo la re-
no es comparable ni a la duda seen el mismo sujeto y el mismo pre- lación padre de]). La aequipollentia
cartesiana, ni a la suspensión escéptica dicado cuando se dan ciertas condi- per inversionen relationis de que ha-
del juicio, ni a la negación de la ciones relativas a la cantidad y a la blaba Jungius es simbolizada en la
realidad por algunos sofistas ni a la cualidad de los enunciados. Así (1) lógica actual por medio del bicondi-
abstención de explicaciones pro- dados dos enunciados con el mismo cional:
pugnada, en nombre de una actitud sujeto y predicado y la misma canti- x Ř y = y R x,
libre de teorías y supuestos metafísi- dad, resultan equipolentes cuando un
cos, por el positivismo de Comte. Sólo enunciado afirma umversalmente S y donde R es el converso de R.
así es posible, según Husserl, consti- niega Ρ y el otro enunciado niega Mencionaremos dos ejemplos de uso
tuir la conciencia pura o trascenden- umversalmente S y afirma Ρ (ejem- del término 'equipolencia' en la lógica
tal como residuo fenomenológico. plo [usando '=' como símbolo de 'es contemporánea. Uno se halla en R.
Sobre la epojé en sentido antiguo equipolente con']: Ningún libro es Carnap. Según este autor, R1 y R2
véase P. Couisson, "L'origine et l'évo- aburrido = Todo libro es no aburri- (donde 'R' sustituye a 'clase senten-
lution de l'epoché", Revue des Études do). También (2), dados dos enun- cial') son equipolentes cuando coin-
grecques (1929). Tratan asimismo del ciados contradictorios (ejemplos: 'To- ciden en su contenido, llamándose
problema todas las obras sobre los es- do libro es aburrido'; 'Algún libro no contenido de R1 a la clase de senten-
cépticos griegos a que nos hemos re- es aburrido'), el segundo de los enun- cias no válidas que son consecuencias
ferido en la bibliografía de ESCEPTI- de R1. La definición de Carnap es
CISMO; sin embargo, destacamos de
ciados mencionados es equipolente
con el primer enunciado cuando se sintáctica. El otro ejemplo se halla en
ellas Léon Robin, Pyrrhon et le scep- H. Reichenbach. Según este autor,
ticisme grec, 1944. Para la epojé en antepone el signo de negación al su-
los escépticos modernos véase Richard jeto de éste (ejemplo: 'No todo libro dos fórmulas son equipolentes cuando
H. Popkin, The History of Scepticism es aburrido' — 'Algún libro no es una es derivable de la otra y vicever-
from Erasmus to Descartes, 1960. aburrido'). Asimismo (3), dados dos sa. Así, 'Fx' y '(x) Fx' son, según Rei-
Para la epojé en sentido fenomenoló- enunciados contrarios (ejemplos: 'Todo chenbach, fórmulas equipolentes por-
gico, véanse las obras mencionadas libro es aburrido'; 'Ningún libro es que de 'Fx' puede derivarse '(x)Fx' y
en las bibliografías de FENOMENOLO- aburrido'), el segundo de los enuncia- de '(x)Fx' puede derivarse 'Fx'. Rei-
GÍA y HUSSERL. chenbach indica que esta equipolencia
dos mencionados es equipolente con el
EQUIPOLENCIA. La expresión primero cuando se antepone el signo es una generalización de la equiva-
griega, i/fodunamou=sai prota/seij suele de negación al predicado de éste lencia tautológica. Las fórmulas tau-
traducirse 'proposiciones equipolentes' (ejemplo: 'Todo libro no es aburri- tológicamente equivalentes son tam-
o 'enunciados equipolentes'. Fue usa- do' — 'Ningún libro es aburrido'). bién equipolentes. No así, sin embar-
da por Galeno (Prantl, I, 606). Apu- Finalmente (4), dados dos enuncia- go, a la inversa.
leyo usó la expresión propositiones dos subalternos (ejemplos: 'Todo li- EQUIVALENCIA. En el artículo
aequipollentes. Luego, en los textos bro es aburrido'; 'Algún libro es abu- Bicondicional ( v. ) hemos leído ' = '
lógicos escolásticos y buena parte de rrido'), el segundo de los enunciados como 'si y solo si'. Esta lectura reci-
los modernos se ha empleado a me- mencionados es equipolente con el pri- be con frecuencia el nombre de inter-
nudo la expresión aequipollentia enun- mero cuando se anteponen signos de pretación material del bicondicional o
tiationum. La equipolencia de las negación al sujeto y predicado de éste también el de equivalencia material.
proposicio- (ejemplo: 'No todo libro no es aburri- Sin embargo, lo mismo que sucede
540
ERA ERA
lo opuso a Lutero, algunas de cuyas yado, una voluntad. Hoy día llama
tesis había considerado Erasmo fa- la atención la discrepancia existente
vorablemente en su deseo de intro- entre la "insignificancia" filosófica
ducir una reforma en la Iglesia. Se del erasmismo y la influencia ejercida
produjo por este motivo una ruptura en su época sobre los filósofos. Pero
entre Erasmo y Lutero, definitiva esta discrepancia aparece menos acu-
desde la publicación por este último sada si tenemos en cuenta que en la
de su tratado De servo arbitrio época de Erasmo la filosofía buscaba
(1525) contra el De Libero Arbitrio no solamente nuevas ideas, sino tam-
ΔΙΑΤRIΒΗ, publicada por Erasmo un bién nuevas formas de expresión, y
año antes. La defensa del libre albe- que Erasmo contribuyó notablemente
drío no significa, sin embargo, que a estas últimas.
Erasmo estuviera en favor de tesis
naturalistas o neopelagianas extremas.
Lo que pretendía era más bien encon-
trar un justo medio que, al tiempo
que salvara la libertad, confirmara
la religación del hombre a Dios. Este
justo medio fue, por lo demás, muy
característico de la actitud filosófica
y humana de Erasmo en todos los
problemas importantes. Así, por ejem-
plo, parece inclinarse a veces por el
"Dios único" manifestado en todas
las religiones y caro a ciertos espíri-
tus renacentistas. Mas esta inclina-
EQUIVOCACIÓN. Véase SOFISMA. ción queda corregida por su insisten-
EQUÍVOCO. Véase ANALOGÍA, SI- cia en el carácter peculiar de la vida
NÓNIMO, UNÍVOCO. cristiana y en su opinión de que so-
ERASMO (DESIDERIO) ( 1467- lamente dentro de esta vida se da
1536), de Rotterdam, ingresó en el la posibilidad de una conciliación y
convento de los Canónigos regulares de un verdadero humanismo. Lo
de Emmaus (Steyn), se ordenó de mismo ocurre con sus aspiraciones de
sacerdote y fue tutor de Enrique de reforma. Se trataba, en efecto, para
Bergen, en cuyo servicio realizó nume- Erasmo de conseguir la tan anhelada
rosos viajes (Inglaterra, Francia, Sui- pax fidei, de que había hablado Ni-
za, Italia). En 1517 fue dispensado colás de Cusa, por medio de una phi-
de los votos, pero siguió dentro del losophia Christi, basada en el desarro-
sacerdocio, ligando amistad con los llo de la vida interna del cristianis-
mayores humanistas de su época. mo, pero sin destruir —antes bien,
Erasmo fue él mismo uno de los revitalizando— la vida y la organi-
principales representantes del huma- zación de la Iglesia. El humanismo,
nismo renacentista. Su labor de hu- y la actitud tolerante inherente al
manista, manifestada en sus ediciones mismo, debían constituir justamente
de autores clásicos y en sus trabajos para Erasmo una de las bases para
críticos sobre el Viejo y el Nuevo tal reforma.
Testamentos, representó, sin embar- Las doctrinas y opiniones de Eras-
go, solamente un aspecto de su ac- mo ejercieron en su época una enorme
tividad intelectual. Aunque no puede influencia. El erasmismo se convirtió
considerarse propiamente como un en uno de los grandes temas de dis-
filósofo, por lo menos como un filó- cusión. La forma adoptada por el
sofo sistemático, Erasmo estuvo en mismo dependió en gran parte de
el centro de muchas de las discusio- la situación histórica del país en el
nes filosóficas de su época. Entre cual encontraba adeptos. En muchas
ellas cabe mencionar especialmente partes de Europa se convirtió en
la que se centró en torno al proble- una doctrina destinada a impulsar el
ma del libre albedrío (v. ). Contra los saber y a mantener la unidad de la
que acentuaban excesivamente la su- fe. En otras apareció como una doc-
misión del albedrío humano a la vo- trina filosófica que mezclaba sabia-
luntad divina, Erasmo defendió la mente humanismo y cristianismo. En
existencia y potencia de este albe- alguna, como España, fue casi siem-
drío. Esto fue, por lo demás, lo que pre, como Americo Castro ha subra-
541
ERD ERI ERR
(trad. esp., con algunas modificacio- no es, de consiguiente, inútil para la lugar a juicios desfavorables. Es lo
nes: Erasmo y España, 2 vols., 1950), lógica, como no lo es tampoco para que ocurrió con la escuela de Me-
y Americo Castro, Lo hispánico y el la teoría del conocimiento, que Erd- gara. Todavía el fundador de la es-
erasmismo, 1942 (refundición de esta cuela, Euclides, usaba procedimientos
obra en el libro titulado Aspectos del mann edificó en un sentido fenome-
vivir hispánico. Mesianismo, esplri- nalísta, aprovechando los elementos dialécticos para defender sus posi-
tualismo t¡ actitud personal en los proporcionados por lo que llamó la ciones filosóficas; el rechazo de las
siglos XIV al XVI, s/f. [1949]. "teoría de los residuos" en sus as- sensaciones y de las opiniones deri-
ERDMANN (BENNO) (1851-1921) pectos inconsciente-psíquico y físico, vadas de las sensaciones conducía a
nac. en Guhrau o Goglau, profesor y admitiendo en parte una base me- Euclides a basarse únicamente en la
desde 1876 en Berlín, desde 1878 en tafísica que lo condujo del fenome- razón y a construir argumentos, se-
Kiel, desde 1884 en Breslau, desdo nalismo puro a un paralelismo psico- mejantes a los de los eleatas, que en
1890 en Halle, desde 1898 en Bonn físico fundado en un fenomenismo. modo alguno son considerados como
y desde 1909 nuevamente en Berlín, sofísticos. Solamente cuando Euclides
se distinguió en el fomento del cono- se complacía exclusivamente en con-
cimiento de Kant, hasta el punto de fundir a los contrarios, el aspecto ne-
que, cuando menos en la dimensión gativo de la erística predominaba so-
"filológica" (él mismo ha tenido a bre el positivo. En cambio, los discí-
su cargo la gran edición kantiana de pulos de Euclides parecieron inclinar-
la Academia de Ciencias de Berlín), se casi enteramente al primero, de tal
puede ser considerado como perte- modo que el término 'erístíca' como
neciente al grupo del primer neokan- argumento sofístico o capcioso y como
tismo. Sin embargo, sus principales dialéctica degenerada en mera disputa
contribuciones sistemáticas tuvieron por el placer de la disputa fue ad-
lugar en el campo de la lógica en quiriendo cada vez más una signi-
su relación con la psicología y la ficación peyorativa. Ello, sin embargo,
gramática filosófica. Erdmann sos- es más propio de los sofismas de
tenía que el objeto de la primera Eubúlides (el cornudo, el calvo) que
coincide con el de las dos últimas, de los argumentos de Diodoro Cro-
pero esta coincidencia no significaba no contra la posibilidad del movi-
que lógica, psicología y gramática miento y a favor de la definición
fueran una misma cosa; antes bien, de lo real como actual. Y aun dentro
debían ser rigurosamente separadas de los llamados sofismas de Eubúli-
en la investigación lógica y metódica, des, uno de ellos, el del mentiroso,
por tratar cada una de ellas una constituye una paradoja semántica
dimensión distinta de la "realidad" más bien que un sofisma. Ahora
(la psicología, los "hechos"; la ló- bien, el abuso del argumentar por
gica, "las condiciones del pensamiento el mero argumentar en que parecie-
universalmente válido"; la gramática, ron complacerse algunos de los me-
la "envoltura verbal" de los gáricos condujo a muchos a identifi-
pensamientos y de las significacio- car la erística con la sofística y la
nes). La lógica de Erdmann, que dialéctica, con la consecuencia de
usualmente es considerada como psi- que la erística fue definida como un
cologista, y que Husserl calificó hasta inmoderado apetito de triunfar sobre
de antropologista, representó, con to- el adversario por encima de las exi-
do, una contribución al tránsito del gencias de la verdad y sin tener en
psicologismo al logicismo tal como cuenta los medios empleados: círcu-
posteriormente fue desarrollado por los viciosos, paso a otros géneros y
diversos pensadores. En efecto, ló- cualquier otra clase de sofismas (véase
gica y psicología coinciden para Erd- ERÍSTICA. Se llama erística al SOFISMA). Es el sentido que tiene
mann sólo cuando el objeto de la arte de la disputa, e(/rij. Si esta dispu- todavía hoy el término 'erística' en
lógica es una parte del objeto de la ta se entiende como un procedimiento la literatura filosófica.
psicología (el pensamiento formulado dialéctico en el sentido que tiene la ERLEBNIS. Véase VIVENCIA.
en el lenguaje). Una se sirve, pues, dialéctica ( VÉASE ) en Platón, enton- ERROR. Según Zenón de Elea (y
de la otra y permite sostener un ces el método erístico y el método luego algunos sofistas) solamente
normativismo análogo al de Sigwart dialéctico coinciden y no son toma- puede hablarse del ser. Del no ser
(VÉASE). Lo que negaba Erdmann es, dos casi nunca en sentido peyorativo, no puede enunciarse nada. Por lo
pues, la existencia de objetividades ni siquiera cuando se rechazan co- tanto, el error es imposible. Una pro-
absolutamente evidentes. Lo que haya mo insuficientes o como escasamente posición que no sea verdadera no
de objetividad en el juicio —centro probatorios. Si, en cambio, la disputa puede recibir el nombre de proposi-
de la investigación lógica— es el tiene como fin la propia disputa, la ción; es, a lo sumo, un conjunto
conjunto de los "contenidos significa- erística degenera en sofística y la in- de signos carentes de sentido. Los
tivos". La psicología del pensamiento terpretación del método erístico da autores que no admiten tal doctrina
ERR ERR ERR
radical señalan que el error se da en (en parte anticipada por Juan Duns tres soluciones y que de cada una de
proposiciones tan significativas como Escoto), según la cual el error reside ellas depende la concepción que se
las que expresan la verdad. La dife- en el acto de la voluntad que se tenga acerca del error. La primera
rencia entre las proposiciones falsas pronuncia sobre el juicio y no en el solución —ya antes mencionada— es
y las verdaderas consiste en que mien- propio juicio. Ello se debe a que la que, con Parménides, Spinoza y
tras las primeras no designan nada Descartes estableció previamente una otros autores, elimina el error al
real, las segundas designan algo real. separación entre la aprehensión de eliminar el no-ser: sólo la idea del
En tal caso, el error es definido co- ideas y "una cierta potencia de juz- ser, que es además la única existente,
mo un decir 'S es P' en vez de decir gar". Esta última es potencia de co- es verdad. La segunda solución es
'S es R' si S es R y si S no es P. nocer o potencia de elegir (o libre la que afirma que tanto el ser como
Aristóteles examinó el problema del albedrío). El error se debe a alguna el no ser son. Por lo tanto, habiendo
error en el juicio en los An. Pr., II imperfección en estas potencias. Pero una forma "atenuada" de ser que
21, 66 b 19 y sigs. A veces, dice como el acto de juzgar es un acto vo- son los posibles, el error posee a su
el Estagirita, nos equivocamos en la luntario, sólo puede decirse que hay vez una cierta realidad: "un pensa-
posición de los términos. Pero tam- error cuando se hace intervenir la miento falso —escribe Brochard—
bién erramos en el juicio expresado voluntad. En lo que se refiere al en- sería la aparición en el mundo actual
sobre ellos. Ahora bien, como, según tendimiento, no se niega ni se afirma; de un fragmento de esos mundos po-
el Estagirita, nosotros vemos las cosas es la voluntad la que afirma o niega sibles a los cuales la voluntad divina
particulares por medio del conoci- y, por lo tanto, la que puede equivo- ha rehusado la existencia" (De
miento de lo general, el error es po- carse. Los errores nacen del hecho de l'erreur, 3a ed., 1926, pág. 246). El
sible sin que nuestro error y nuestro que "como la voluntad es mucho más error sería en tal caso, como en Des-
conocimiento sean mutuamente con- amplia y más extendida que el enten- cartes y Leibniz —bien que de dife-
trarios. Pues el conocimiento se refiere dimiento, no la contengo en los mis- rentes maneras—, una privación de
a lo general, en tanto que el error mos límites, sino que la extiendo asi- inteligibilidad. Una tercera solución
alcanza a lo particular. Entre los es- mismo a las cosas que no compren- sostendría, en cambio, que no hay una
colásticos, el problema del error es do" (Med., III). Y esa voluntad puede verdad, sino que hay verdades. El
examinado dentro de la cuestión de extenderse do tal modo ilegítimo no error sería entonces algo real, que po-
la certidumbre ( VÉASE ); en rigor, el sólo a la afirmación de ideas que no dría definirse como la representación
error puede ser entendido únicamente corresponden a la realidad, sino tam- de existencias inacabadas. Brochard
cuando hemos puesto en claro las bién a la elección del mal en lugar estima, uniendo lo más plausible de
diferentes formas en que puede darse del bien. De este modo son una y las citadas tesis, que la existencia del
la verdad (VÉASE ) y, en particular, la misma causa la del error y la del error no es una privación de inteligi-
esta forma peculiar de hallar lo pecado. bilidad, sino de voluntad. Pero, a su
contrario a la verdad que es la de- Muchos autores insisten en que no vez, el error no sería posible si no hu-
cepción y la desilusión. Los escolás- es legítimo confundir simplemente el biese en un ser, el hombre, una unión
ticos decían por ello que el error se error con la ignorancia, aun en el caso de voluntad y entendimiento. Por eso
opone a la verdad. Si la verdad es de que se suponga que el primero se podría decir que "lo que hace
coincidencia entre el juicio y la cosa procede de la segunda. En efecto, posible el error en sí mismo es la
juzgada, el error será la discrepancia mientras la ignorancia es una falta de unión en el mundo de la idea y de
entre ellos. Otra cuestión, en cam- conocimiento, el error supone previa- la voluntad". No habría error con
bio, es la que se refiere a las cau- mente un conocimiento acerca del la sola inteligencia y sin la volun-
sas del error, causas que afectan no cual hay error. Con ello se admite que tad. Y por ello "el principio me-
sólo a la estructura lógica, sino tam- el error es, en cierto modo, algo po- tafísico del error es la libertad"
bién a la psicológica, en particular sitivo. Sobre esta base puede existir, (op. cit., pág. 275), libertad que es al
a las causas que hacen posible la como ha indicado Victor Brochard, mismo tiempo el principio metafísico
ignorancia. Esta cuestión fue asimis- un "problema del error", que se des- que hace posible la eliminación del
mo dilucidada por los pensadores me- vanecería tan pronto como se supu- error y la obtención de la verdad,
dievales, pero fue muy especialmente siera que el error es simplemente una Max Scheler ("Die Idole der Selbs-
destacada por los filósofos modernos, carencia. terkenntnis", en Vom Umsturz der
quienes más que por alcanzar la ver- El problema de la naturaleza del Werte, I [1905], reimp. en Gesam-
dad se preocuparon por eliminar el error es tan fundamental que la "doc- melte Werke, 3 [1955], págs. 213-9)
error. Así ocurre, por ejemplo, en trina del error" puede caracterizar la distingue entre el error (Irrtum) y el
Descartes, el cual se refiere a este índole de un sistema filosófico. En engaño (Täuschung). El error sólo
punto en muchos pasajes de sus es- efecto, la existencia del error supone se da en la esfera de las proposiciones
critos (Rcgulae, VIII; Med., IV y V; una cierta forma de relación con la y de los juicios; el engaño sólo se da
Princ., I, 30 sigs., etc.); en Male- realidad y, por consiguiente, envuelve en la esfera de las percepciones. Los
branche, el cual dedica al asunto todos los problemas clásicos acerca de que han creído que no puede haber
prácticamente toda su Recherche, y la relación entre el ser y el no ser, pa- engaño en la percepción (subjetivis-
en muchos otros filósofos. El caso ralelos a las cuestiones suscitadas acer- tas, fenomenistas ) han confundido la
de Descartes merece, sin embargo, ca de la relación entre la verdad y el percepción con la sensación y han in-
una atención especial a causa del ca- error. Brochard señala, por ejemplo, terpretado torcidamente la frase de
rácter extremo a que llevó su tesis que dichos problemas han recibido Aristóteles: "No puede haber engaño
543
ESC ESC ESC
de los sentidos." En la sensación no nada o antes de tomar ninguna deci- misión era,. paradójicamente, mostrar
puede haber ni engaño ni error. En sión. El fundamento de la actitud la inanidad de toda discusión.
el juicio no puede haber engaño, pero escéptica es la cautela, la circunspec- No hay propiamente hablando "una
sí error. En la percepción no puede ción. escuela escéptica antigua", sino muy
haber error, pero sí engaño (el cual El escepticismo como doctrina fi- diversas "corrientes escépticas", cada
puede tener un fundamento objetivo losófica tiene dos aspectos: uno teó- una de las cuales forma una especie
o un fundamento subjetivo). Por eso rico y otro práctico. Desde el punto de "secta" o "subsecta" filosófica. Se
un sujeto puede engañarse en las per- de vista teórico, el escepticismo es una ha considerado a veces a los sofistas
cepciones y no errar en los juicios, y doctrina del conocimiento según la como los primeros escépticos, o como
viceversa. cual no hay ningún saber firme, ni precursores de los escépticos. Sin em-
puede encontrarse nunca ninguna opi- bargo, escépticos propiamente dichos
nión absolutamente segura. Desde el empezó a haberlos sólo hacia el siglo
punto de vista práctico, el escepticis- III antes de J. C., con Pirrón y los pi-
mo es una actitud que encuentra en rrónicos — que a menudo fueron lla-
la negativa a adherirse a ninguna mados "escépticos" pura y simplemen-
opinión determinada, en la suspensión te. Entre los discípulos de Pirrón
del juicio, εποχή (véase EPOJÉ ) la destacaron Filón de Atenas; Nausifa-
"salvación del individuo", la paz in- nes de Teos (partidario también de
terior. En el primer caso se opone a Demócrito y maestro de Epicuro);
lo que podría llamarse "decisionismo". y Timón de Flionte (ca. 320-230 an-
O, si se quiere, adopta una sola de- tes de J. C.), discípulo del megárico
cisión: la de abstenerse de toda deci- Estilpon, y cuyas Sátiras (Σίλλοι) cons-
sión. tituyen una polémica contra todos los
El carácter peculiar del escepticis- filósofos que pretenden haber encon-
mo antiguo fue descrito ya por Sex- trado un criterio de verdad. Aunque
to el Empírico ( VÉASE ) al clasificar hubo escépticos después de los nom-
las doctrinas —o "sectas"— filosófi- brados, el escepticismo reverdeció sólo
cas en tres tipos: la de aquellos durante los dos primeros siglos de
que creen haber descubierto la verdad, nuestra era especialmente en Eneside-
o dogmáticos —como Aristóteles, los mo, Sexto el Empírico y Agripa (VÉA-
epicúreos y los estoicos—; (2) la de SE). Se discute si los miembros de la
aquellos que suponen no puede ser Academia platónica en el curso de los
aprehendida —como los "académi- siglo III y II antes de J. C. (platonis-
cos—; (3) la de aquellos que siguen mo medio: Arcesilao; y platonismo
investigando — como los escépticos. nuevo". Carneades) pueden ser consi-
De ahí que el escéptico sea llamado derados como escépticos. Si entende-
también "cetético", ςητητική , a causa mos 'escéptico' en el sentido radical
de su afán de indagación; "eféctico", (pirrónico), ciertamente que no; más
e)fektikh/| , por la suspensión del juicio que la suspensión del juicio los miem-
producida por la indagación, y "apo- bros de dicha Academia en los perío-
rético", a)porhtikh|/, por el hábito de dos citados defendieron teorías de la
dudar y la indecisión que tal hábito verosimilitud y de la probabilidad.
acarrea. Cuando el escéptico lo es de Aunque suele confinarse el escepti-
veras, se convierte en "pirrónico" cismo como "escuela filosófica" al
—nombre que se le dio por ser Pirrón mundo antiguo, ha habido corrientes
(VÉASE) el que, al parecer, llevó el es- filosóficas escépticas (y no sólo argu-
cepticismo a sus últimas consecuen- mentos de carácter escéptico) hasta
cias. nuestros días. Ahora bien, dentro de
La estrecha alianza de lo teórico y una posible "historia general del es-
de lo práctico en el escepticismo an- cepticismo en Occidente" hay, aparte
tiguo no significa que un aspecto no de la antigüedad, ciertos períodos de
se distinga del otro. Aun en el caso intenso cultivo y difusión de tenden-
ESCEPTICISMO, ESCÉPTICOS. El de que se considere el escepticismo cias escépticas. Uno de estos períodos
verbo griego σκέπτομαι significa "mirar —por lo menos el escepticismo anti- es el siglo XVII. Es el período que va
cuidadosamente" (una cosa, o en tor- guo— como una "actitud" más bien de Erasmo a Descartes. Según Richard
no), "vigilar", "examinar atentamen- que como una "doctrina", debe reco- H. Popkin (op. cit infra), es caracte-
te". Según ello, el vocablo 'escéptico' nocerse que muchos escépticos acu- rístico de tal período que el escep-
significa originariamente "el que mira mularon argumentos con el fin de ticismo —o, mejor dicho, el pirronis-
o examina cuidadosamente". 'Escep- mostrar lo juicioso y razonable que es mo— fuera elaborado y discutido co-
ticismo' significa entonces "la tenden- terminar por "suspender el juicio". Los mo consecuencia de la cuestión plan-
cia a mirar cuidadosamente" — se en- escépticos fueron con frecuencia em- teada por la Reforma: hallar un cri-
tiende, antes de pronunciarse sobre pedernidos "disputadores" — cuya terio de verdad religiosa. Ello replan-
544
ESC ESC ESC
teó "la cuestión del criterio" de que conclusiones escépticas basadas en la la actitud escéptica más bien que re-
ya había tratado Sexto en Hyp. Pyrr. contraposición de las opiniones hu- futaciones de cualquier proposición
(II, 4), esto es, el problema que sus- manas —escribe dicho autor— alcan- escéptica. Nos referimos a continua-
cita el que para decidir en una disputa zan las dudas surgidas de la progresi- ción a algunas de estas refutaciones.
hay que tener un criterio de verdad, va elaboración de la conciencia histó- Característico de la mayor parte de
el cual requiere otro criterio para rica". Ello significa que la conciencia ella es que estiman que el escepticis-
decidir del primero y así sucesiva- histórica no elude simplemente el es- mo debe ser no sólo refutado, sino
mente ad infinitum. El tratamiento cepticismo, descartándolo en nombre también, y sobre todo, "superado".
del criterio de verdad religiosa fue de un supuesto conocimiento absolu- Por ejemplo, Ortega y Casset ha se-
examinado en el período citado (1500- to: lo admite con el fin de disolverlo ñalado que todo escéptico mantiene,
1650) no sólo teniendo en cuenta las en la propia conciencia histórica. El a modo de supuesto por él inadverti-
cuestiones específicas suscitadas por escepticismo de que se habla en este do, que hay una especie de verdad
la Reforma —validez de las enseñan- caso es un escepticismo relativo a toda absoluta. Sin la mencionada suposi-
zas de la Iglesia, interpretación de las realidad. Pero puede hablarse de es- ción no podría el escéptico ni siquiera
Escrituras, supuesta iluminación por cepticismo parcial, de acuerdo con la colocarse en la situación de dudar de
Dios, etc.—, sino también teniendo realidad a la cual se aplique. En este tal verdad.
presentes —para seguirlos, reforzar- caso tenemos tipos de escepticismo: En una primera redacción de su
los o rebatirlos— los argumentos de metafísico, religioso, ético, etc. Algu- obra Réflexions métaphysiques sur la
los antiguos escépticos, en particular nos autores manifiestan que un tipo mort et le problème du sujet (1957),
los de Pirrón, tal como fueron expues- de escepticismo parcial no merece el José R. Echeverría hacía reparar que
tos por Sexto, cuyas obras comenza- nombre de escepticismo; sólo el escep- el escéptico tendría que anularse a sí
ron a ser difundidas a partir de la ticismo como "concepción del mundo" mismo, pues debería eliminar el yo
publicación, en 1562, de una versión plantea los problemas a los que la dubitante en tanto que dubitante. En
latina (Henri Estienne) de las Hypo- conciencia histórica diltheyana se apli- efecto, si el yo duda de algo, lo pone
typoses, a la que siguió, en 1569, una ca. en la esfera de la duda. Pone no sólo
reimpresión, junto con una versión Se ha argüido a veces que el escep- en tal esfera aquello de que duda, sino
latina (Gentian Hervet) de Adversus ticismo es imposible, porque da lugar el propio yo dubitante. Pero tanto el
Mathematicos (texto griego impreso a paradojas semánticas (véase PARA- contenido de la duda como el yo du-
en 1621). Entre los autores que cabe DOJA). En efecto, si se afirma que nin- bitante pasan entonces a ser "algo
mencionar del período en cuestión guna proposición es verdadera, hay de que se ha dudado". El recuerdo de
destacan Montaigne, Charron, Fran- que admitir que existe por lo menos esta duda no entra dentro de la esfera
cisco Sánchez. Algunos de los autores una proposición que es verdadera, esto de la duda excepto cuando se proce-
de la época son llamados "neo-pirró- es, la proposición de que ninguna pro- de a dudar de este recuerdo. Pero en-
nicos"; otros, "eruditos libertinos". posición es verdadera, con lo cual esta tonces pasa a ser también "algo de que
El escepticismo antiguo es en la última proposición se convierte en fal- se ha dudado". Y así sucesivamente.
mayor parte de los casos una "acti- sa. Se alega con ello que el escepti- No hay, pues, posibilidad de ser en
tud"; el escepticismo renacentista y cismo se refuta a sí mismo. ningún momento un "yo dubitante".
moderno es con frecuencia una "po- Hay que tener en cuenta, sin em- Con ello Echeverría considera la po-
sición". Cuando lo estudiamos con in- bargo, dos puntos. El primero es que sición escéptica no como una propo-
dependencia de la situación histórica la paradoja engendrada por una pro- sición intemporal que no formularía
y atendiendo a su significación epis- posición como 'Ninguna proposición nadie, sino como una proposición ac-
temológica, el escepticismo aparece es verdadera' es una de las paradojas tualmente pensada por un yo dubi-
como una cierta "tesis" sobre la po- metalógicas — una de las formas que tante.
sibilidad (o imposibilidad) del cono- adoptan las llamadas "paradojas sobre A veces se ha alegado que no se
cimiento. Según el escepticismo, el su- la verdad". Por tanto, se puede re- puede decir 'Todo es ilusorio', porque
jeto no puede nunca aprehender el solver la paradoja del modo similar se atribuye algo que no es —lo ilu-
objeto, o lo puede aprehender única- a como se resuelven tales paradojas sorio— a algo que es — "todo lo que
mente en forma relativa y cambiante. sobre la verdad ( VÉASE). En otros es". Por otro lado, se ha alegado
Los antiguos escépticos habían insis- términos, se puede formular sin que que no se puede decir 'Nada es iluso-
tido en los obstáculos que se oponen dé lugar a ninguna paradoja la pro- rio', porque se atribuye un predicado
al conocimiento seguro (véase TRO- posición siguiente: —el ser ilusorio— a un sujeto que no
POS ). Los escépticos de todos los 'Ninguna proposición es verdadera' es — "nada", es decir, ninguna cosa.
tiempos han indicado (o supuesto) es verdadera. Ello parece llevar a considerar que no
que si hubiese conocimiento seguro El segundo punto es que el escep- sólo es imposible el escepticismo com-
—identificado, por lo demás, con co- ticismo no afirma propiamente nin- pleto mas también es imposible el
nocimiento puro y simple— no ha- guna proposición, sino que se abstiene dogmatismo completo. Afirmar algo
bría cambios en el contenido del co- de formular cualquier proposición por de algo equivale, pues, a admitir la
nocimiento. Dilthey ha hecho obser- estimar que no vale la pena formu- posibilidad de que el sujeto pueda
var que la llamada "anarquía de los lar proposiciones que inmediatamente existir o no existir y de que lo que se
sistemas filosóficos" ha sido la razón van a convertirse en dudosas. diga del sujeto sea o no sea tal.
principal del escepticismo. Pero a La mayor parte de las refutaciones Algunos autores han tratado de re-
"mucha mayor profundidad que las del escepticismo son refutaciones de futar el escepticismo indicando que no
545
ESC ESC ESC
es posible sustraerse a una "fe" radi- sis des 18. Jahr.; der biologische dicho filósofo en la "Aberdeen Philo-
cal. Ejemplo de este tipo de refutación Skeptizismus im 19. Jahrhundert, sophical Society" (fundada en 1758),
es la doctrina de Santayana sobre la 1908. — Sobre el escepticismo anti- a veces conocida con el nombre de
"fe animal". Ésta es una consecuencia guo, además del tomo I de la obra "Wise Club". Miembros de la socie-
de la realidad de la vida y de la citada de Richter: Norman Maccol,
The Greek Sceptics, Phyrrho to Sex- dad fueron, además de Reid, George
necesidad que tiene ésta de "tomar la tus, 1869. — Victor Brochard, Les Campbell (véase RETÓRICA), Alexan-
"tomar la Naturaleza por la mano" en sceptiques grecs, 1887, reimp., 1962 der Gerard (1728-1759) —que se
el curso de su existencia. Es, pues, lí- (trad, esp.: Los escépticos griegos, distinguió por sus escritos sobre temas
cito, según Santayana, comenzar por 1944 ). — Albert Goedeckemeyer, Die de estética, especialmente por sus tra-
llevar el escepticismo a sus últimas Geschichte des griechischem Skepti- bajos An Essay on Taste ( 1759 ) y An
consecuencias y aun más radicalmente zismus, 1905. — Mary Mills Patrick, Essay on Genius (1774)— y James
de lo que hicieron los escépticos grie- The Greek Sceptics, 1929. — L. Ro- Beattie (v.). Pero de todos los
gos, Descartes, Hume o Kant, pero bin, Pyrrhon et le scepticisme grec, mencionados solamente Reid y Beat-
sin olvidar que "el escepticismo es una 1944 ( sobre pirronianos, académicos y
neoescépticos ). — M. del Pra, Lo tie son considerados usualmente como
forma de creencia" (Scepticism and scetticismo greco, 1950. — A. Wei- "filósofos del sentido común" en sen-
Animal Faith [1823], Cap. I; trad, sche, Cicero und die Neue Akademie. tido estricto. A ellos puede agregarse
esp.: Escepticismo y fe animal [1952]. Untersuchungen zur Entstehung und James Oswald (1715-1769, autor de
Como el conocimiento es también una Geschichte des antiken Skeptizismus, la obra An Appeal to Common Sense
"fe" —si bien "una fe con interpo- 1961. — Véanse también las obras in Behalf of Religion, 2 vols., 1766-
sición de símbolos" (op. cit., Cap. citadas en la bibliografía de los ar- 1772. Al ser nombrado Reid profesor
XVIII)—, no es posible oponer el es- tículos dedicados a los pensadores de filosofía moral en Glasgow, esta
cepticismo al dogmatismo, o a la in- escépticos (Enesidemo, Pirrón, Sexto ciudad se convirtió en el centro de la
versa. Ambos se mueven dentro del Empírico); importante es especial-
mente la serie de Eugen Pappenheim escuela. El centro se desplazó a Edim-
mismo ámbito — el de "la vida". (Die Tropen der griechischen Skepti- burgo con el discípulo de Reid, Du-
Lo único que cabe hacer es aceptar- ker, 1885. — Lebensverhältnisse des gald Stewart (v.), quien contó entre
los sin ilusión y con desapego. Esta Sextus Empiricus, 1887. — Der Sitz sus discípulos a James Mill (v.).
actitud permite a Santayana pasar de der Schule der griechischen Skepti- Las ideas de Reid, Beattie y Du-
la duda al reconocimiento de "los rei- ker, 1887. — Erläuterung zu des Sex- gald Stewart —y en particular la del
nos del ser", los cuales no son diver- tus Empiricus Pyrrhonischen Grund- primero— se hallaban en estrecha re-
sos tipos de realidad, sino "categorías zügen, 1888. — Das angebliche He- lación con las de Hume, a quien los
de las cosas". raklitismus des Skeptikers Aineside- escoceses celebraron como el más
mos, 1889) y los estudios de Si-
món Sepp (Pyrrhonische Studien. grande de los filósofos de su tiempo.
I. Die philosophische Richtung des Pero ello no significa que tales ideas
Cornélius Celsus. II. Untersuchun- fuesen una continuación de las de
gen auf dem Gebiete der Skepsis, Hume; más bien se trataba de una
1893). — Sobre el escepticismo mo- "respuesta" al problema epistemológi-
derno, además del tomo II de la co por Hume planteado. A veces se
obra de Richter: V. Sartini, Storia ha estimado que la "respuesta" de los
dello scetticismo moderno, 1876. — escoceses a Hume es similar a la de
E. Saisset, Le scepticisme (Enésidè- Kant, pero el propio Kant manifestó,
me, Pascal, Kant), 1865. — J. Loe-
wenberg, "The Metaphysics of Mo- en los Prolegomena, que las nociones
dern Scepticism", Philosophical Re- del sentido común propuestas por los
view, XXII (1923), 278-88. — M. L. escoceses eran sólo "los juicios de la
Wiley, The Subtle Knot, 1952 (sobre muchedumbre". Reid y los demás fi-
escepticismo en Inglaterra en el siglo lósofos de la escuela consideraron como
XVII). — Richard H. Popkin, The predecesores suyos a Francis Bacon y a
History of Scepticism from Erasmus Newton. Se ha observado que hay
to Descartes, 1960 (Wijsgerige Teksten hartas similaridades entre el pen-
en Studies ). — Véase también biblio- samiento de los filósofos escoceses
grafía de PIRRONISMO. — Sobre el
problema del escepticismo en relación (especialmente de Reid, Beattie y Os-
con la cuestión de lo absoluto, véase wald) y el de Claude Buffier (v.),
S. E. Rohde, Zweifel und Erkenntnis. pero Reid y Beattie manifestaron que
Ueber das Problem des Skeptizismus si bien tales similaridades existen ello
und den Begriff des Absoluten, 1945. no quiere decir que hubiesen "pla-
ESCÉPTICOS. Véase ESCEPTICIS - giado" a Buffier.
MO. Con frecuencia se incluye entre los
ESCOCESA (ESCUELA). La escue- filósofos de la escuela escocesa a Tho-
la filosófica escocesa, llamada tam- mas Brown (v.), pero éste disintió de
bién "filosofía del sentido común", se los demás filósofos del sentido común,
inició con Thomas Reid (v. ) en Aber- y en particular de Reid y Dugald Ste-
deen y tuvo su primera manifestación wart, en muchos puntos capitales.
en las comunicaciones presentadas por Menos todavía puede incluirse como
ESC ESC ESC
miembros de la escuela a William escocesa terminó con los ataques a Philosophy: The Old and the New,
Hamilton (v.), pues aunque éste se Hamilton lanzados por John Stuart 1856. — James McCosh, Scottish Phi-
proponía desarrollar "la filosofía del Mill y John Hutchison Stirling y, por losophy from Hutcheson to Hamilton,
sentido común" lo hizo en forma muy lo tanto, mediante un ataque combi- 1875. — Andrew Seth (Pringle-
distinta de la de Reid y los otros pen- Pattison), Scottish Philosophy; A Com-
nado utilitarista-idealista. R. Metz parison of the Scottish and Germán
sadores citados. (Die philosophische Strömungen der Answers to Hume, 1885. — H. Lau-
Es importante decidir de antemano Gegenwart in Grossbritannien, 1935, rie, Scottish Philosophy in its Natio-
quiénes pertenecían o no a la "escuela t. I, pág. 19) indica que la escuela es- nal Development, 1902. — T. T. Se-
escocesa", pues de ello depende el cocesa ha revivido en varias corrientes gerstedt, The Problem of Knowledge
sentido que tenga hablar de las in- filosóficas anglosajonas del presente in Scottish Philosophy, 1935 (Reid-
fluencias ejercidas por tal escuela siglo, y que como las ideas de los es- Stewart-Hamilton-Ferrier ). — George
sobre pensadores de otros países. Ha- coceses "son representadas por pensa- Boas, "The Scottish School of Com-
blaremos aquí de "influencias direc- dores de la escuela neo-realista más mon Sensé", en Dominant Themes of
Modem Philosophy, 1957, Cap. XIII,
tas" cuando se trate de las ejercidas frecuentemente que por cualquier otra págs. 438-57. — 'Bibliografía: T. E.
por los "miembros en sentido estric- (con máxima evidencia por J. C. Wil- Jessop, A Bibliography of David
to" (Reid, Beattie, Dugald Stewart), son, G. F. Stout, G. E. Moore, John Hume and of Scottish Philosophy,
y de "influencias" simplemente cuan- Laird y C. E. M. Joad), se sigue que 1938.
do hayan tenido lugar por medio de lo poco que hay todavía de vivo de ESCOLARCA. Como hemos visto
reformadores importantes de las ten- la escuela escose debe ser buscado en otro lugar (véase DIÁDOCO), los
dencias escocesas (como Hamilton) y principalmente en el neo-realismo". términos 'escolarca' y 'diádoco' son
por la acción combinada de los esco- Esta observación de Metz, aunque prácticamente equivalentes en la his-
ceses con otros pensadores. Entre las justa en parte, no debe despistarnos: toria de la filosofía. Sin embargo,
influencias directas se cuenta la ejer- la filosofía del sentido común de au- creemos conveniente atenernos a la
cida en Francia por Dugald Stewart, tores como G. E. Moore tiene bases distinción introducida en el citado
cuyos Eléments fueron traducidos por muy distintas de las manifestadas por artículo y entender bajo el vocablo
Jouffroy (v.) con el título Philosophie los autores escoceses. 'escolarcas' la serie de los filósofos de
de l'Esprit. Reid influyó directamente Para las tesis principales de la es- una escuela, incluyendo tanto los fun-
sobre Royer-Collard (v.), proporcio- cuela escocesa pueden consultarse los dadores como los sucesivos jefes de
nándole armas en su polémica contra artículos dedicados a Reíd, Beattie y la misma. Siguiendo la tabla presen-
el "condillacismo" (V. CONDILLAC). Dugald Stewart. Limitémonos a des- tada en la Historia de Ueberweg-
Victor Cousin (v.), en cambio, fue tacar las siguientes opiniones de la Heinze (12a ed., por K. Prächter) a
influido sólo indirectamente por los escuela: (1) Poner en duda el sentido base de varios trabajos y fuentes (K.
escoceses, puesto que parte de la in- común es absurdo; los propios escép- Zumpt, E. Zeller, S. Mekler, y la Cró-
fluencia la recibió a través de Royer- ticos lo presuponen, o tienen que pre- nica de Apolodoro editada por F. Ja-
Collard. El filósofo norteamericano suponerlo si no quieren desembocar coby) indicamos a continuación los
James McCosh (1811-1894), a veces en paradojas; (2) Puede errarse en escolarcas de Atenas de las escuelas
descrito como "influido por los esco- cuestiones de hecho, pero no en cues- platónicas, aristotélica, estoica y epi-
ceses", lo fue a través de Hamilton, tiones de principio, justamente las que cúrea. El signo de interrogación en
de quien fue discípulo. Todavía más establece el sentido común; (3) El paréntesis después de algunos nom-
indirecta es la influencia de los pri- sentido común es una facultad que bres indica que no hay seguridad
meros miembros de la escuela escoce- percibe la verdad por medio de un completa respecto a ellos. A muchos
sa sobre los discípulos de Hamilton, "impulso instantáneo, instintivo e irre- de los filósofos mencionados se han
Henry Calderwood (1830-1897: Phi- sistible" (Beattie); (4) El sentido dedicado artículos especiales.
losophy of the Infinity; a Treatise on común equivale a la razón, siempre Platónicos: Platón - Espeusipo -
Mans Knowledge of the Infinite que ésta se entienda como algo más Jenócrates - Polemón - Crates de
Being, in Answer to Sir William Ha- que la argumentación; (5) Las verda- Atenas - Arcesilao - Laquides - Te-
milton and Dr. Mansel, 1854; Hand- des evidentes proclamadas por el sen- lecles - Euandro - Heguesino - Car-
book of Moral Philosophy, 1872) y tido común no pueden demostrarse, néades de Cirene - Carnéades, hijo
John Veith (1829-1894: Institutes of sino sólo "mostrarse". Estas y otras de Polemarco - Crates de Tarso -
Logic, 1885; Knowing and Being, opiniones llevaban a los filósofos del Clitómaco - Filón de Larisa - Antíoco
1889; Dualism and Monism, 1895, ed. sentido común a oponerse a corrien- de Ascalón - Aristón de Ascalón -
R. M. Wenle). Martí de Eixalà y su tes escépticas, fenomenistas, idealistas Teomnesto - Ammonio - Calvisio
discípulo, Llorens y Barba (v.), así (o las que luego han sido llamadas Tauro - Ático - Teodoto — Eubu-
como Balmes (v.), en España, fue- fenomenistas e idealistas ) : lo caracte- lo - Prisco (?) - Plutarco - Siriano -
ron influidos por los escoceses así rístico de la escuela de que tratamos, Domnino - Proclo - Marino - Isidoro
como por autores franceses que ela- desde el punto de vista de los "ismos", de Alejandría - Hegías - Zanodo-
boraron la filosofía del sentido común. es el realismo y también, en gran me- to - Damascio.
Indirecta, pero importante, es la in- dida, el "esplritualismo" — aunque en Aristotélicos: Aristóteles - Teofras-
fluencia de la filosofía escocesa en principio una filosofía del sentido to - Estratón - Licón - Aristón -
Italia sobre los "ontologistas" (véase común puede asimismo ser natura- Critolao - Diodoro de Tiro - Erim-
ONTOLOGISMO). Se considera que en lista. neo - Andrónico de Rodas - Cra-
Inglaterra la influencia de la escuela James Frederick Ferrier, Scottish tipo (?) - Jenarco (?) - Menefi-
547
ESC ESC ESC
lo (?) - Aspasio (?) - Hermino término 'escolástica' a ciertos autores ron por sus investigaciones metafísicas
(?) cristianos e identificar 'escolástica' con y lógicas. En lo que toca al método,
- Alejandro de Damasco - Aristo- 'escolástica cristiana'. En el presente lo esencial del mismo ha sido presen-
cles (?) - Sosígenes (?) - Alejandro artículo nos referiremos principalmen- tado en el artículo DISPUTACIÓN.
de Afrodisia - Ammonio (?) - Pro- te a esta última. Junto a las cuestiones que ha susci-
senes. Las orientaciones filosóficas en tado la escolástica como "escolástica
Estoicos: Zenon de Citio - Clean- cuestión están determinadas en gran medieval", se han planteado diversos
tes — Crisipo - Zenón de Tarso - parte por la elaboración de comenta- problemas en lo que toca al modo de
Diógenes, el Babilonio - Antipatro de rios y sistemas filosóficos y teológicos considerar la relación entre la escolás-
Tarso - Panecio - Mnesarco - Apo- que se hallan "dentro" de los dogmas tica y la filosofía moderna. Interesan-
lodoro de Atenas (?) — Dionisio (?) católicos, pero sin que ni tales dog- tes al respecto han sido las diversas
- Antipatro de Tiro - T. Coponio mas ni la teología correspondiente opiniones que han manifestado auto-
Máximo - Aurelio Heráclides Eupí- determinen siempre y unívocamente res modernos y contemporáneos que
rides - Julio Zosimiano - Ateneo (?) las reflexiones propiamente filosóficas. siguen la tradición escolástica. Ha ha-
- Musonio (?) - Calietes (?). Durante algún tiempo se ha descrito bido por lo menos tres posiciones fun-
Epicúreos: Epicuro - Hemarco - la filosofía escolástica como una an- damentales.
Polistrato - Dionisio - Basílides - cilla theologiae — una "sirvienta de 1. Unos han considerado que como
Protarco (?) - Apolodoro el epi- la teología". Hoy día se tiende a re- la escolástica es la única philosophia
cúreo - Zenón de Sidón (?) — Fedro chazar esta concepción o a no insistir perennis (VÉASE), el pensamiento mo
- Patrón. demasiado en ella. Es común presentar derno en todas sus formas es un error.
ESCOLÁSTICA. Usualmente se con- la escolástica como una continuación Idealismo, inmanentismo y antropo-
funde la escolástica con la filosofía de la patrística (VÉASE). Pero, como centrismo son, se ha alegado, las ca
medieval. No obstante, ésta contiene escribe Gilson, "no es continuación de racterísticas principales del pensa
muchos otros elementos, entre ellos la patrística desde el solo punto de miento moderno. Como la escolástica
las tendencias místicas, que no pue- vista religioso. La misma elaboración no ofrece ninguna de tales caracterís
den identificarse sin más con la filo- filosófica a la cual va a hallarse ticas y aun está en contra de todas
sofía escolástica. Puede haber en un sometida la verdad religiosa, no es, a ellas, la escolástica puede, y debe, se
mismo autor "tendencias escolásticas" su vez, más que la prolongación de pararse pulcramente de la filosofía
y "tendencias místicas", pero ninguna un esfuerzo que se une con la filosofía moderna.
de tales tendencias se reduce a la griega y llena los siglos precedentes" 2. Otros han considerado que la fi
otra. Por otro lado, la escolástica ha (La philosophie au moyen âge, 1922 losofía moderna ha sido eficaz meto
persistido más allá de la filosofía me- [trad. esp. : La filosofía en la Edad dológicamente y que necesita ser ade
dieval, en el Renacimiento, en la épo- Media, 1940, pág. 12]). Según el Pa- cuadamente cribada.
ca moderna y —bajo la forma llama- dre Laberthonnière (en A. Lalande, 3. Otros han estimado que la filo
da "neoescolástica" (VÉASE)— al fi- Vocabulaire, ed. de 1932, t. III, págs. sofía moderna es, en el fondo, una
nal de la época moderna y en la 110-12), no es exacto que la escolás- continuación de la filosofía medieval
edad contemporánea. Sin embargo, tica medieval esté subordinada a la escolástica. Según esta opinión, la fi
aunque no puedan equipararse "filo- teología. Si ello es cierto de San An- losofía moderna no es un error ni una
sofía medieval" y "filosofía escolásti- selmo, no lo es de Abelardo, Alberto desviación, aunque haya "desviacio
ca", esta última constituye el ingre- Magno o Santo Tomás, para quienes nes" en ciertas "aberraciones" moder
diente filosófico más importante de la la filosofía se basta a sí misma y para nas. Filosofías, empero, como la gran
Edad Media. Los grandes autores es- quienes lo sabido no es lo creído. Por metafísica del siglo XVII no pueden
colásticos son siempre —o casi siem- otro lado, direcciones como las de San ser
pre— "autores medievales". Buenaventura y las comentes místicas estimadas, según ya sostenía el P.
El término 'escolástica' procede del de sesgo agustiniano consideran la Gratry, como errores, sino más bien
vocablo scholasticus ( "escolástico" ), religión como una forma de sabiduría como culminaciones del movimiento
es decir, el que enseña en una escuela. que sustituye a la antigua; por tanto, "interno" de la escolástica. La filoso
Más específicamente era llamado sostienen que las verdades sobrenatu- fía moderna en sus mejores manifes
scholasticus el que enseñaba las artes rales son objeto de un conocimiento taciones no es entonces algo mera
liberales (véase TRIVIUM Y QUADRI- distinto del sensible. mente "influido" por la escolástica,
VIUM) en una de las escuelas monaca- El lector puede tener una idea del sino un desarrollo de ella.
les. 'Escolástico' designó luego el tipo de pensamiento escolástico y, por Ateniéndonos al aspecto histórico,
maestro que seguía ciertas orientacio- tanto, de lo que hemos llamado se llama "escolástica" ("escolástica
nes filosóficas y que adoptaba a tal "orientaciones filosóficas" de la esco- medieval" o, a veces, "escolástica pro-
efecto ciertos métodos. Parte de las lástica en lo que dice al respecto en piamente dicha") a la fase principal
aludidas orientaciones filosóficas se diversos artículos de la presente obra; del pensamiento filosófico medieval
hallan también en autores "medieva- a modo de ejemplo remitimos a los desarrollado desde la última época de
les" judíos y árabes (véase FILOSOFÍA artículos DIOS, ENTE, ESENCIA, EXIS- la Patrística hasta el siglo XVI y aun
ÁRABE y FILOSOFÍA JUDÍA), por lo que TENCIA, INTELECTO, SER, SUBSTANCIA, parte del XVII. Esto no supone, natu-
se ha hablado de "escolástica árabe" TRASCENDENTAL, UNIVERSALES. Los ralmente, la no existencia de la esco-
(o "escolástica musulmana" y "esco- autores escolásticos trataron a fondo lástica en otros períodos; indica sim-
lástica judía"). Sin embargo, es más esos temas; en general, se distinguie- plemente que fuera de la época citada
propio, o más corriente, confinar el la escolástica no es un tipo de pensa-

548
ESC ESC ESC
miento filosófico "vigente". Así, en la reparos que indicamos a continua- do ( 3 ) no puede llamarse "período de
filosofía moderna —aparte de lo que ción. decadencia", sino "período de floreci-
haya de escolástica en ella— ha ha- Uno de los reparos ha sido formu- miento". Además, desde este punto de
bido en varias ocasiones un desarrollo lado por E. A. Moody ("Empiricism vista puede comprenderse el paso de
de la escolástica, renovada en los últi- and Metaphysics in Medieval Philo- la escolástica a la ciencia y a la filo-
mos decenios con la neoescolástica sophy", The Philosophical Review, sofía modernas. "Los historiadores de
(VÉASE) y con el neotomismo (VÉASE). LXVII [1958], 145-63). Indica este la filosofía —escribe Moody— han
Y dentro de la Patrística hay muchos autor que hay que tener en cuenta un tendido a proyectar la actitud moderna
elementos de la posterior escolástica. hecho fundamental: que la Iglesia no de la Iglesia [la que consiste en re-
Ahora bien, si nos limitamos al uso propugnó tradicionalmente el cultivo comendar la filosofía, y especialmente
más corriente entre los historiadores de la filosofía. Esto ocurrió únicamente la de Santo Tomás, como arma en de-
de la filosofía, se considera la esco- a partir del siglo XVI y llegó a al- fensa de la fe] respecto a la filosofía,
lástica como una fase encerrada dentro canzar estado oficial solamente con el a la Edad Media", lo cual es "un ana-
de los mencionados límites temporales. origen y desenvolvimiento de la neo- cronismo no justificado por los hechos".
Según M. Grabmann (Geschichte der escolástica en el siglo XIX. Con este El segundo reparo está relacionado con
scholastichen Methode, I, 179 sigs.), hecho a la vista, puede formarse el el nuevo modo de ver la llamada
la escolástica medieval (y en parte siguiente cuadro de la escolástica me- "escolástica decadente" por un estudio
"renacentista") se puede dividir en 4 dieval: 1. Un período, que abarca la más a fondo de los hechos y una
periodos. 1. Una pre-escolástica (fines Patrística y la llamada alta escolástica, interpretación de los mismos a la luz
del siglo VII a fines del XI, teniendo durante el cual cuanto hay de filoso- de investigaciones contemporáneas so-
como principales momentos el llamado fía, y especialmente de metafísica ra- bre los mismos problemas que preocu-
Renacimiento carolingio y la filosofía cional, es un desarrollo interno de la paron a muchos escolásticos de tal
de Juan Escoto Erigena ). Sus teología. Este desarrollo interno pro- período. En primer lugar, se ha visto
características son el tradicionalismo, dujo grandes especulaciones teológico- que dentro de la "escolástica deca-
la sumisión a la autoridad, la produc- metafísicas del tipo de las de Juan dente" había nada menos que los orí-
ción intelectual basada en recopila- Escoto Erigena y San Anselmo, pero genes de la ciencia moderna (P. Du-
ciones y florilegios, la receptividad, en modo alguno puede confundirse hem, C. Michalski, Anneliese Maier y
la fijación de los libros recipiendis con una época en la cual la filosofía otros). Las escuelas de Oxford, París
y non recipiendis, sobre todo mediante es simplemente ancilla theologiae. 2. y Padua, entre otras, desarrollaron no
la Decretal del Papa Gelasio, los Un período en el cual la "invasión" sólo una "atmósfera intelectual" apro-
inicios del pensar dialéctico a través del pensamiento griego, y en particular piada para el desarrollo de la ciencia
de la ordenación de sentencias, del del aristotélico, a través de los filósofos (especialmente la física) moderna, sino
procedimiento mediante interrogations árabes, obligó a los pensadores que elaboraron conceptos emparenta-
et solutiones, la prosecución del cristianos a acotar los campos y a es- dos con los posteriormente tratados
enciclopedismo según el modelo de tablecer una línea divisoria entre la (véase ÍMPETU). En segundo término,
las Etimologías de San Isidoro. 2. El filosofía ( dependiente de la razón na- aunque es cierto que algunos escolás-
período de la escolástica temprana tural) y la teología (fundada en ver- ticos de los siglos xrv y xv cayeron en
(fines del siglo XII y comienzos del dades de fe reveladas). Precedido por artificios y logomaquias, es también
XIII), caracterizada por la importancia Abelardo, Alberto Magno y Santo To- verdad que no pocos escolásticos de
dada a los posibles conflictos entre más trabajaron con éxito en esta di- esta época (como lo han mostrado
auctoritas y ratio, por los debates entre rección, logrando contrarrestar los ata- Bochenski, Ph. Boehner, E. A. Moody,
"dialécticos" y "antidialécticos", por ques antiaristotélicos de los teólogos A. N. Prior y otros) desarrollaron no-
los comentarios a las Sentencias, por "puros". 3. Un período que, en parte tablemente los estudios lógicos y se-
las primeras Sumas, por el auge de la precedido por los rasgos empiristas mióticos, en particular semánticos.
cuestión de los universales y de sus que pueden hallarse en el pensamiento Finalmente, tenemos en los citados si-
implicaciones teológicas y lógico- de Santo Tomás, desembocó en un glos varios grandes comentaristas de
gramaticales. 3. La alta escolástica, empirismo con el cual se intentaba Santo Tomás, tales como Juan Ca-
con la maduración de los temas ante- colocar a las verdades de fe más allá preolus (v. ), Antonio de Florencia
riores, la absorción definitiva de los de toda prueba (y, por lo tanto, tam- (1389-1459), Dionisio el Cartujo
motivos del pensamiento árabe, judío bién refutación) racional. Los esfuer- (1402/3-1471), Pedro Negro (t 1481),
y aristotélico, el desarrollo y la forma- zos realizados por Duns Escoto para continuados por Juan Capreolo, Car-
ción de las grandes Sumas teológicas "salvar" a la metafísica racional tuvie- denal Cayetano y Francisco Silvestre
y filosóficas. 4. La escolástica "deca- ron éxito sólo en tanto que "transfor- de Ferrara ( VÉANSE ). Es cierto que,
dente" (siglos XIV y XV), atenida maron la metafísica haciéndola pasar como indica M. de Wulf, la escolás-
principalmente a problemas especiales, de lo que había sido —teoría cosmo- tica de los citados siglos no fue ya,
preocupada por cuestiones lógicas y lógica del universo— a teoría raciona- como la del siglo xm, una filosofía
semánticas y por divisiones y subdivi- lista del conocimiento". La tendencia de "las grandes personalidades" y se
siones de conceptos. más representativa de este período fue convirtió "en el reino de las escuelas"
La anterior opinión de Grabmann la que culminó en Guillermo de Oc- (Histoire, 6a ed., 1947, §460). Pero
ha sido aceptada durante algún tiem- cam, cuyos argumentos eran muy pa- ello no significa que el trabajo de tales
po como la más autorizada. Sin em- recidos a los posteriores de Hume. escolásticos fuera siempre de escasa
bargo, hay que tener en cuenta los Desde este punto de vista, el perío- consideración.
549
ESC ESC ESC
A la escolástica antes descrita pue- nia philosophiae aristotelico-Lullianae tos filosóficos dentro de una "escue-
de agregarse otra fase, que a veces es et Rameae, 1610; Logicae Systema la" o de cualquier ámbito "cerrado".
considerada como "nueva": se trata harmonicum..., 1614; Logica Petri Según esto, podría hablarse de esco-
de la llamada "escolástica del barro- Rami..., 1617; Scientiarum omnium lástica en cada uno de aquellos mo-
co", activa sobre todo entre 1550 y Encyclopaedia, 1620, ed. rev., 1630; mentos de la historia de la filosofía
1650. Importancia decisiva tuvieron Compendium lexici philosophici, en los cuales el trabajo filosófico
en ella filósofos portugueses y españoles 1621), Clemens Timpler (Metaphy- consistiera predominantemente (o hasta
(véase infra). Arraigado históricamente sicae systema methodicum, 1604), exclusivamente) en la elaboración de
en el movimiento contrarre-formista (y Christoph Scheibler, llamado "Suárez detalles sin poner jamás en tela de
llamado por ello también "escolástica protestante" (Opus metaphysicum, juicio los principios. O en los cuales el
de la contrarreforma") este período lia 1617), Jacob Revius (Suárez repur- trabajo filosófico consistiera en anali-
sido calificado a veces de gatus, 1649, Franco Burgerdijk (Ins- zar y elaborar "ideas recibidas". "Lla-
"neoescolástica" por los filósofos de titutionem metaphysicorum libri duo, mo 'escolasticismo' —ha escrito Orte-
la misma época, aunque hoy día se 1640). Casi todos ellos recibieron la ga y Gasset (La idea de principio en
prefiere usar este último vocablo para influencia de Suárez —punto culmi- Leibniz [1958], pág. 238)—a toda fi-
el resurgimiento escolástico que co- nante de la metafísica del barroco— losofía recibida, y llamo recibida a toda
menzó en el siglo XIX (véase NEOESCO- y muchos de ellos lo siguieron fiel- filosofía que pertenece a un círculo
LÁSTICA). Desde luego, él está más mente. Dentro de la misma época se cultural distinto y distante —en el
vinculado que la escolástica "clásica" sitúan obras de carácter tomista puro, espacio social o en el tiempo históri-
con la filosofía moderna stricto sen- tales como el importante Cursus philo- co— de aquel en que es aprendida y
su, no sólo porque está influida por sophicum (1648), de Juan de Santo adoptada. Recibir una filosofía no es,
ella, y también porque cierta parte Tomás, pero es obvio que el suarismo claro está, exponerla, cosa que revierte
de la filosofía moderna —la de los obtiene muy pronto la primacía. En a otra operación intelectual diferente
aristotélicos protestantes centro-euro- rigor, aunque apoyados en un movi- de la recepción y se reduce a un
peos no menos que la de Descar- miento anterior o contemporáneo, fue- caso particular de la habitual in-
tes, Spinoza o Leibniz— ha recibido ron los jesuitas quienes impulsaron terpretación de textos."
la influencia de esta escolástica, sino más vigorosamente este movimiento y En este y otros sentidos análogos
porque una y otra surgen en el mis- los que sobre todo se extendieron por puede hablarse, entre otras, de una
mo período y responden a la mis- las Universidades europeas. Los esco- escolástica platónica (o de un escolas-
ma situación histórica. Esta escolás- lásticos españoles —pertenecientes, sin ticismo platónico), así como de una
tica ha influido de un modo muy embargo, a diversas Órdenes, y no escolástica de las diferentes escuelas
particular en la enseñanza filosófica sólo a la de los Jesuitas— que se griegas: epicúreos, estoicos, escépti-
dada en las Universidades holande- distinguieron en esta escolástica nueva cos, etc. A su vez, el platonismo ha
sas, alemanas y bohemias del pueden ser articulados, como hemos dado origen a formaciones de tipo
XVII y aun de parte del XVIII, sobre intentado hacer en otro lugar, en escolástico en la tradición platónico-
todo desde el momento en que, con cinco generaciones. Mencionamos agustiniana y en el platonismo de
Me-lanchton, los protestantes aquí a guisa de ilustración los Cambridge. Y han dado asimismo ori-
intentaron, por así decirlo, "volver" a principales nombres de cada una gen a formaciones filosóficas de tipo
la filosofía. Pueden mencionarse a de ellas: 1. Francisco de Vitoria escolástico sistemas como el cartesia-
este respecto: Cornrlius Martini (1568- (c. 1480-1546). 2. Domingo de Soto nismo, el de Leibniz-Wolff, el de la
1621: Disputationes metaphysicae, (1494-1560), Alonso de Castro (1495- escuela escocesa, el del kantismo, el
1604-1608; Metaphysicae 1558), Pedro de Oña (t 1626), Melchor del hegelianismo, el del neorrealis-
Commentatio [Compendium Cano (ca. 1509-1560). 3. Pedro de mo, la fenomenología, el empirismo
metaphysicum], 1605; Metaphysica, Fonseca (1528-1599), Domingo Báñez lógico, la "filosofía lingüística", la fi-
1622; Theologiae Compendium, 1650), (1528-1604), Francisco de Toledo losofía soviética, etc. Sin embargo, la
Jacobus [Jakob] Martini (1570-1649; (1533-1596), Benito Pereira (1535- necesidad de ampliar entonces desme-
Theorematum meta-physicorum 1610), Diego de Zúñiga (1536- suradamente la significación del voca-
exercitationes, 1603-1604; 1597/8), Luis de Molina (1535-1610), blo 'escolástica', hace recomendable
Disputationes metaphysicae, 1611; Francisco Zumel (1540/1-1607). 4. limitar su empleo a la escolástica
Collegium metaphysicum, 1614; Ver- Francisco Suárez (1548-1617), Ga- medieval y a la neoescolástica o bien
nunfspiegel, 1618); Andrian [Andreas] briel Vázquez (1549-1604), Grego- a hacer preceder su uso, en los demás
Heereboord (1614-1661: Parallelismus rio de Valencia (1549-1603). 5. Pe- casos, de una consideración prelimi-
Aristotelicae et Cartesianae philoso- dro Hurtado de Mendoza (1578- nar que explique el particular sig-
phiae naturalis, 1643; Meletemata, 1651), Rodrigo de Amaga (1592- nificado asumido por el término.
philosophica maximam partem meta- 1667), Francisco Oviedo (1602- Muchos de los textos de los filóso-
physica, 1654; Philosophia rationalis, 1651), Juan Caramuel de Lobkowitz fos escolásticos se encuentran en la
moralis et naturalis, 1654; Ερμηνεία, (1606-1682). A este movimiento deben colección de J. P. Migne, Patrologiae
Lógica, 1657), Johann Heinrich Alsted agregarse los importantes Cursos de cursus completus. Series Latina, 221
[Alstàdt, Alstedius] (1588-1638: Cla- los Conimbricenses ( VÉASE ). vols., 1844-1864 (que alcanza hasta
el año 1216). Otras colecciones im-
vis artis Lullianae et verae logicae, En un sentido traslaticio se habla portantes son: la de H. Denifle y
1609; Panacea philosophica, id est también de escolástica cuando se de- Fr. Ehrle, Archiv für Literatur und
methodus docendi et discendi ency- signa el desarrollo de los pensamien- Kirchengeschichte des Mittelalters,
clopaediam, 1610; Criticus, de harmo-

550
ESC ESE
desarrollo del pensamiento filosófico at Oxford in the thirteenth Century,
moderno, de modo que no es extraño 1930. — P. van de Woestijne, Scho-
que puedan descubrirse en la trama lae franciscanae aptatus cursus phi-
de éste, a veces bajo expresiones dis- losophicus in breve collectus, 2a ed.,
tintas, numerosos "hilos escotistas". 3 vols., I, II, 1932-33. — S. Belmond,
En lo que toca a los caracteres "Essai de synthèse prilosophique du
fundamentales del escotismo, todos scotisme", La France franciscaine,
XVI (1933), 73-131. — B. Jansen,
los autores están de acuerdo en que Zur Philosophie der Skotisten des 17.
hay por lo menos los dos siguientes: Jahrhunderts, 1936.
la afirmación del ser como unívoco ESCOTO ERIGENA (JUAN). Véa-
( V É ASE ) y la teoría de la distin- se JUAN ESCOTO ERIGENA.
ción (v.) formal. A estos caracteres ESENCIA. Pueden formularse va-
pueden agregarse otros: el intuicio- rias preguntas acerca de un ente cual-
nismo psicológico, el voluntarismo, el quiera, x: (1) Si x es o, más específi-
realismo o concepción de las espe- camente, si x existe; (2) Qué es x;
cies y géneros como realidades por sí (3) Por qué x es como es; (4) De dón-
constitutivas de las esencias, y la doc- de (ex) procede x, etc. La segunda
trina de la individuación por la hac- pregunta se refiere a la esencia de x.
ceidad (v.). Muchas veces se ha puesto El término 'esencia' —o los térmi-
de relieve la oposición entre el nos que en varias lenguas (Cfr. infra)
escotismo y el tomismo; en todo caso, corresponden más o menos aproxima-
las discusiones entre escotistas y to- damente a 'esencia'— ha sido enten-
mistas han sido muy abundantes. Pa- dido de muy diversas maneras. Nos
rece difícil, en efecto, acordar las dos referiremos a algunas de ellas en or-
ESCOTISMO. El pensamiento fi- tendencias especialmente cuando se den histórico. Las informaciones aquí
losófico y teológico de Juan Duns tiene presente que mantienen puntos proporcionadas deben completarse con
Escoto fue pronto acogido por un de vista muy distintos sobre los ci- algunas de las contenidas en otros ar-
grupo de franciscanos. Ya en el siglo tados puntos capitales. Sin embargo, tículos; citamos al respecto ACCIDEN-
XIV se destacaron entre los escotistas no es justo equiparar dicha oposición TE, COSA, ENTE , ESPECIE, EXISTENCIA,
Francisco de Meyronnes ( VÉASE ); a la existente entre el intento de FORMA , HAECCEITAS , HIPÓSTASIS ,
Antonio Andreas (t 1320), llamado el transformar filosóficamente la tradi- IDEA, INDIVIDUACIÓN , LOGOS, OUSÍA,
doctor dulcifluus, autor de comenta- ción agustiniana y el esfuerzo de cris- PREDICABLES, PROPIEDAD Y PROPIO,
rios a las Sentencias, al Ars vetus, a tianizar el aristotelismo (o de aris- QUIDDIDAD , SER, SUBSISTENCIA, SUBS-
k Metafísica, de Aristóteles, al De di- totelizar el cristianismo). En efecto, TANCIA, VÍNCULO. Importante es espe-
visione de Boecio, y del tratado De ni el aristotelismo está ausente de cialmente el artículo EXISTENCIA ;
tribus principiis rerum naturalium, el Duns Escoto ni el agustinismo lo está véanse, además, ESENCI ALISMO y
cual está tan dentro del espíritu del de Santo Tomás. Y, por otro lado,
EXISTENCIALISMO.
maestro, que es difícil distinguir entre tanto uno como otro pensador coin-
ciden en algo fundamental, que fue En la medida en que Platón consi-
los escritos de ambos; Guillermo de deró las Ideas o Formas como mode-
Alnwick (t 1332), autor de unas ya claramente advertido en el siglo
XIV: ambos son, en tanto que reales, los y "realidades verdaderas", las vio
Quastiones disputatae de esse intelligi- como esencias. Pero sólo con Aristóte-
bili et de quolibet (publicadas en seguidores de la via antiqua, a dife-
rencia de los nominales o de los ter- les comienza un análisis apropiado de
1 937) ; Ju an de Bass ol es ( Ai ne) la idea de esencia. Veamos algunos
(t 1347), autor de comentarios a las ministae, representantes de la via mo-
derna. Así, la oposición —o, mejor, ejemplos.
Sentencias de tendencia realista esco- En Cat., 5, 2 a 11 y sigs. Aristóte-
tista; Juan de Ripa (ν.) ο de Marchia, contraste— entre escotismo y tomis-
les introduce el término ou)si/a (véase
Gualterio Burleigh (v.) y Tomás Brad- mo puede entenderse mejor cuando
OUSÍA), que por razones que se verán
wardine (v.). En el siglo XV se distin- se consideran como dos complejos
doctrinales por sí mismos muy com- luego ha sido traducido a veces por
guió entre los escotistas Pedro Tarta- 'substancia' y a veces por 'esencia'. En
reto (VÉASE). En general, fueron los pletos, poseedores cada uno de una
serie muy definida de posiciones fi- cuanto sustantivación del participio
franciscanos quienes se adhirieron más presente de ei= m i ( ei= n ai = 'ser'),
firmemente al escotismo — propen- losóficas, tendiendo en muchas oca-
siones a resolver los mismos proble- ou)si/a designa algo así como "lo que
sión que ha continuado hasta nues- es siendo". Puede, pues, concluirse
tros propios días. No nos referiremos mas, pero con distinto método y con
diferente espíritu. que aquí se trata de la noción de esen-
aquí a los posteriores representantes cia. Sin embargo, se trata de ella sólo
del escotismo. Indicaremos solamente L. Ciganotto, Scuola francescana.
Método e sistema scientifico del ve- en un sentido. En efecto, el término
que la influencia de Duns Escoto no ou)si/a es vertido, de acuerdo con el
se limita a los autores más directamen- nerabile G. Duns Scoto, 1898. — D.
Scaramuzzi, Il pensiero di G. Duns uso que de él hace Aristóteles en el
te influidos por él. Tanto los temas citado texto, por 'substancia' ( VÉASE).
tratados por el filósofo como las solu-
Scoto nel Mezzogiorno d'Italia, 1927.
— Id., id., Lo scotismo nell"Universi- Pero la substancia se entiende en dos
ciones ofrecidas y el método adoptado tà e nei Collegi di Roma, 1930. — sentidos. Como substancia primera es
han tocado puntos muy vitales en el D. E. Sharp, Franciscan Philosophy
552
ESE ESE ESE
lo que no es afirmado de un sujeto se aclara cuando advertimos que Aris- rio. Decir que la esencia es una enti-
(por ejemplo, el hombre o el caballo tóteles usa aquí no la expresión ou)si/a dad abstracta (un universal) equivale
individuales). Como substancia segun- sino la expresión to\ ti/ h(=n ei)=nai, quod a adoptar una cierta posición
da es la especie en la cual se halla quid erat esse, es decir, "lo que era ontológica que no puede ser suscrita
contenida la substancia primera, es de- antes de haber sido" o "haberse reali- por todos los filósofos. Puede también,
cir, aquello que es afirmado de una zado" la entidad — si se quiere, lo pues, volverse a la "realidad" y alegar
substancia primera (por ejemplo, la que era antes de ser en el sentido de que la esencia es un constitutivo me-
especie "hombre" o la especie "caba- existir. to\ ti/ h(=n ei)=nai se traduce con tafísico de cualquier realidad — por
llo"). La substancia primera es la frecuencia por quidditas (véase QUID - lo menos de cualquier realidad que
substancia propiamente dicha. La se- DIDAD). Parece designar la esencia y se suponga poseer esencia. Las res-
gunda es la esencia (o algo que forma también la forma. En vista de todo lo puestas que se han dado al problema
parte de la esencia). Aristóteles pare- cual, parece que estamos ante una de la esencia han dependido en gran
ce suponer (op. cit., 5, 2 b 8 y sigs.) completa confusión y que la noción de parte del aspecto que se haya subra-
que hay una cierta "continuidad" en- esencia se nos escapa. yado, y especialmente de si se ha sub-
tre las substancias primeras y segun- Para aclarar estos puntos, es menes- rayado el aspecto "lógico" (o concep-
das, cuando menos en tanto que la ter tener en cuenta dos cosas. Por un tual) o el aspecto "metafísico" (o
especie es "más substancia" que el gé- lado, desde Aristóteles se considera real), o acaso una combinación de
nero, estando más "cerca de" la subs- como esencia el qué de una cosa, esto ambos. Así, si se define la esencia
tancia primera. Pero tan pronto como es, no que la cosa sea (o el hecho de como un predicado, se pregunta si es
se introducen las substancias segun- ser la cosa), sino qué es. Por otro la- necesario o suficiente. Si se define
das se expresan como predicados de do, se considera que la esencia es cier- como un universal, puede preguntarse
las primeras. Las substancias segun- to predicado por medio del cual se si se trata de un género o de una es-
das son, pues, determinaciones o, si se dice qué es la cosa, o se define la pecie, o de ambos (como cuando se
quiere, "especificaciones" de las subs- cosa (véase DEFINICIÓN). En el pri- dice que la esencia de una cosa, en
tancias primeras. Como tales, consti- mer caso tenemos la esencia como algo cuanto pertenece íntegramente a esta
tuyen sus esencias o, mejor dicho, for- real. En el segundo, como algo "lógi- cosa, es la especie, llamándose "géne-
man o pueden formar parte de sus co" — o conceptual. Los dos senti- ro" a la parte de la esencia común con
esencias. dos se hallan estrechamente relaciona- otras esencias). Si es un constitutivo
En Top., I, 9, 103 b 27 y sigs. Aris- dos, pero se tiende a ver el primero metafísico, puede considerarse como
tóteles escribe: "Al significar lo que desde el segundo. Por eso el problema una idea, como una forma, como un
algo es, se significa ora la substancia, de la esencia ha sido con frecuencia modo de causa (la causa formal), etc.
ora la cualidad, ora una de las demás el problema de la predicación. Desde Por otro lado, desde el punto de vista
categorías. Cuando en presencia de un luego, no todos los predicados son metafísico, puede considerarse —co-
hombre se dice que lo que hay delan- esenciales. Decir "Pedro es un buen mo se ha hecho a menudo— la esen-
te es un hombre o un animal, se indi- estudiante" no es enunciar la esencia cia como una "parte" de la cosa junto
ca lo que es, y se significa una subs- de Pedro, pues 'es un buen estudiante' a la existencia. En este punto es donde
tancia. Pero cuando ante un color puede estimarse como un predicado se plantea con más urgencia la
blanco se dice que es blanco o es un accidental de Pedro. Decir "Pedro es cuestión de la "relación" entre la
color se indica que se trata de una un hombre" expresa el ser esencial de esencia y la existencia, tan abundan-
cualidad.. . Y lo mismo sucede con Pedro. Pero expresa asimismo el ser temente tratada por los filósofos me-
las demás categorías: para cada una esencial de Pablo, Antonio, Juan, etc. dievales, y en particular por los filó-
de las nociones señaladas, si se afirma Para saber lo que Pedro es habría que sofos escolásticos — incluyendo los
género se expresa la esencia. Por el encontrar una "diferencia" que lo "escolásticos árabes".
contrario, cuando se afirma algo sobre acotara esencialmente con respecto a Los escolásticos —cristianos y ára-
otra cosa que la cosa misma portadora Pablo, Antonio, Juan, etc. Ahora bien, bes— recogieron el concepto de esen-
de la afirmación no se expresa la esen- en vista de la dificultad de encontrar cia de la tradición griega. Sin embar-
cia, sino la cantidad o la cualidad o definiciones esenciales para individuos go, por razón de su teología, la cues-
una de las demás categorías." Aquí es se ha tendido a reservar las definicio- tión de la esencia se complicó pronto
presentada la esencia no como una de- nes esenciales para clases de indivi- con otros problemas.
terminación cualquiera de la cosa o duos. Por ejemplo, decir "El hombre Aunque ουσία se tradujo por essen-
entidad consideradas, sino como una es un animal racional" ha sido consi- tia y substantia, se advirtió pronto que
determinación a base del género al derado como una definición esencial no podían usarse estos dos términos
cual la cosa o entidad pertenece. La (necesaria y suficiente), pues se expre- indiscriminadamente. Etimológicamen-
esencia es aquí, pues, la naturaleza de san el género próximo y la diferencia te essentia equivale a ou)si/a. Pero en
la cosa o entidad. Podría asimismo específica, de modo que no puede la medida en que Aristóteles dio a
llamarse "substancia formal" o "for- confundirse el hombre con ninguna ουσία el significado primario de subs-
ma", como cuando Aristóteles escribe: otra clase de individuos. tantia, hubo que emplear essentia co-
"llamo forma a la esencia de cada ser, En vista de ello muchos autores a mo traducción de to\ ti/ h(=n eni)=a. La
su substancia primera" (Met., Z 7, partir de Aristóteles han afirmado que cuestión de vocabulario siguió siendo,
1032 b 1-2). Este último pasaje pa- la esencia se predica solamente de no obstante, harto complicada, por
rece poco claro, pues la esencia apa- universales ( VÉASE). Sin embargo, ello cuanto se empleó asimismo hipóstasis
rece como "substancia primera". Pero no resulta completamente satisfacto- ( VÉASE) para designar la substancia
553
ESE ESE ESE
individual, en cuyo caso ou)si/a pudo sada en la definición no puede ser Entre la multitud de opiniones al
tratarse (o seguir tratándose) como simplemente la forma, pues entonces respecto destacan algunas fundamen-
equivalente de essentía. Por otro lado, no habría posibilidad de distinguir tales. Nos hemos referido a las dos
el término essentia se relacionó estre- entre un ser natural y un ser "ideal". principales en el artículo Existencia
chamente con el término esse. Así, en Por tanto, en la definición de un ob- (VÉASE): la opinión según la cual hay
San Agustín, para quien "esencia se jeto natural entre la materia como distinción real, y la opinión según la
dice de aquello que es ser (ab eo una parte de la esencia, pero no en el cual no hay distinción real. Hemos
quod est esse dicta est essentía), co- sentido de que la definición sea en- aludido asimismo en dicho artículo a
mo sapientia viene de sapere, y scien- tonces la mera expresión de una rela- varios modos de distinción cuando no
tia de scire. Las demás cosas que se ción entre la materia y la forma, o se afirma la distinción real. Comple-
llaman esencias o substancias impli- una entidad sobrepuesta a ambas. "El taremos y aclararemos aquí estas opi-
can accidentes que causan en ellas existir de la substancia compuesta niones y nos referiremos, además, a
algún cambio" (De Trin., V, ii, 3), —escribe Santo Tomás— no es sólo otros puntos estrechamente relaciona-
Con ello se afirma que Dios es subs- el existir de la forma, ni sólo el existir dos con ellas.
tancia o, si este nombre le conviene de la materia, sino de su compuesto. Santo Tomás y los autores influidos
mejor, essentia. En cuanto carácter La esencia, por otra parte, es aquello por él afirman que hay distinción real
fundamental del ser, la esencia corres- según lo cual se dice que la realidad entre la esencia y la existencia en los
ponde aquí sólo a Dios. Desde luego, existe. Por eso conviene que la esen- entes creados, pero ello no significa
la derivación de essentia (de esse) se cia, por la cual la realidad se llama sostener que la existencia sea un mero
refiere aquí al esse como ser ("divi- ente, no sea tan sólo la forma ni tan accidente agregado a la esencia. Pue-
dido" en las diez categorías) y no a sólo la materia, sino ambas, aun cuan- de ser una causa eficiente trascendente
la cópula en la oración. La essentia do tan sólo la forma sea, a su manera, a la esencia y, por tanto, algo muy
fue llamada también (especialmente la causa de su ser" (op. cit., II). distinto de un aggregatum. Con ello
desde Boecio ) forma y natura. Es for- De todo lo anterior parece resultar se oponía Santo Tomás a la teoría
ma, por cuanto constituye el ser; es clara sólo una cosa: que es muy difí- aviceniana.
natura, en cuanto puede ser objeto cil saber de qué se trata cuando se Según ésta, la existencia se agrega
del intelecto — y es, por tanto, obje- dice 'esencia'. El asunto se aclara un a la esencia (o, si se quiere, el esse
to de definición. tanto, sin embargo, cuando se consi- se agrega a la quidditas). La esencia
Completemos estas precisiones de dera en los escolásticos medievales (o es la pura realidad de la cosa, inde-
vocabulario. Al referirse a la noción en gran número de ellos) el modo pendientemente de las determinacio-
de persona ( VÉASE), Ricardo de San como se entiende la esencia en rela- nes lógicas del pensamiento de la co-
Victor indicaba que podía preguntarse ción con la existencia. sa. La esencia de una cosa es, pues,
qué persona es o de dónde procede su Por lo pronto, es común considerar la cosa en cuanto tal y nada más. "Así
ser. La primera pregunta concierne a este problema con respecto a la "di- —ha escrito Avicena— la existencia
la esencia; la segunda, a la existencia. ferencia" entre Dios y las cosas crea- es un atributo que pertenece a las co-
El ex-sistere es la manifestación del das. La tradición vigente todavía en sas que poseen diversas esencias y le
origen, ex, de la cosa que es (De Trin., San Anselmo afirmaba que Dios es es dada como un predicado extrínseco
IV, ii, 12). Según Santo Tomás, la propiamente esencia. En la esencia a la constitución de sus esencias, como
esencia se dice de aquello por lo cual divina (increada, creadora) su ser, su lo blanco y lo negro, que no varían a
y en lo cual la cosa tiene el ser: esse, es su existir. La esencia divina y pesar de la variedad de sus sujetos de
essentia dicitur secundum quod per la existencia divina son lo mismo. Esto inhesión" (Avicena, Sobre metafísica
eam et in ea res habet esse (De ente es para San Anselmo y los autores [Antología, trad. y notas de M. Cruz
et essentia, I). Todas estas definicio- "anselmianos" no sólo una verdad per Hernández], 1950, pág. 65).
nes de essentia parecen ser primaria- se, sino también una verdad quoad Los escolásticos cristianos más o
mente "metafísicas". Pueden, sin em- nos; de ahí el argumento anselmiano menos "avicenianos" estiman que este
bargo, "doblarse" mediante una ca- (véase ONTOLÓGICA [PRUEBA] ). Para modo de considerar la esencia es el
racterización lógica". En efecto, la Santo Tomás sigue siendo una verdad modo propiamente metafísico. La
esencia puede ser concebida como algo per se, pero no quoad nos; de ahí el esencia debe ser tomada en sí misma
que "constituye" la cosa; la esencia rechazo de tal argumento. Pero, ade- y no en la cosa o en el intelecto. En
responde a la pregunta quid est ens. más, aunque sigue considerándose que la cosa, la esencia es aquello por lo
Pero este "algo" se expresa definito- Dios es esse no se admite que sólo cual la cosa es. En el intelecto, es
riamente indicando mediante qué tér- Dios sea propiamente esencia. La aquello que es mediante definición;
minos se define esencialmente la cosa. esencia conviene por analogía ( VÉASE) en sí misma, la esencia es lo que es.
Estos términos pueden expresar, se- de atribución per prius a Dios. Pero Así afirma Duns Escoto cuando esti-
gún indica Santo Tomás, la forma, la conviene también, aunque per poste- ma que la esencia puede ser conside-
quiddidad o la naturaleza. La cosa rius, a las criaturas. Y es en éstas don- rada en sí misma (estado metafísico),
misma —res ipsa— es lo único a lo de se plantea el problema del modo en lo real singular (estado físico o
que cabe llamar quiddidad, en tanto como la esencia se relaciona con la real) o en el pensamiento (estado ló-
que la forma es la realidad recibida existencia, es decir, el problema de gico). Metafísicamente considerada, la
en un individuo, y la naturaleza es el qué tipo de distinción (VÉASE) debe esencia se distingue de la existencia
principio de la acción. Así, entre las admitirse en los entes creados entre sólo por una distinción formal.
substancias naturales la esencia expre- esencia y existencia. Alejandro de Hales no admitió una
554
ESE ESE ESE
distinción real entre esencia y existen- Se ve, pues, que la cuestión de la males de la esencia) y abstractas (o
cia, sino sólo distinción de razón esencia fue debatida en el pensamien- "lógicas" en sentido amplio, incluyen-
— opinión que siguió luego Suárez to antiguo y medieval, y especialmente do formales, objetivas, conceptivas,
(véase infra). en este último, muy frecuentemente y etc.).
Enrique de Gante (VÉASE ) abogó con singular detalle. Para resolver Algunos de los problemas antes re-
por una distinción intencional. Esta los problemas planteados por la cues- señados pasaron a la filosofía moder-
teoría está fundada en una concep- tión de la esencia se adoptaron varios na. Desde luego, los grandes escolásti-
ción del ser de la esencia en cuanto puntos de vista; por ejemplo, lógico y cos modernos se ocuparon de la cues-
tal. metafísico, y con frecuencia una com- tión de la esencia siguiendo por lo
Averroes tendió a no admitir ningu- binación de ambos. Se consideró la general alguna de las grandes "vías"
na distinción. Similarmente, Guillermo esencia por lo menos en los tres modos medievales (por ejemplo, tomista, es-
de Occam afirmó que la esencia y la ya citados: en la cosa, en el concepto cotista, occamista), pero aportando
existencia no son dos realidades dis- y en sí misma. Dentro del concepto se precisiones que no se encuentran siem-
tintas: tanto en Dios como en la cria- consideró u objetivamente ( en la con- pre en los escolásticos medievales. Así,
tura no se distinguen entre sí la esen- cepción ) o formalmente ( en lo conce- por ejemplo, de las tres sentencias
cia y la existencia más de lo que cada bido). Se distinguió entre esencia y fundamentales que Suárez examina
una difiere de sí misma. 'Esencia' y existencia de diversos modos, y tam- con detalle en su Disputatio XXXI
'existencia' son dos términos que sig- bien de diversos modos se afirmó que acerca de la distinción entre esencia
nifican la misma cosa, pero una la sig- esencia y existencia son la misma cosa. y existencia —sentencia tomista: dis-
nifica al modo de un verbo, y la otra Se discutió la cuestión de la aptitud tinción real; escotista: distinción for-
al modo de un nombre. de las esencias para la existencia, di- mal; de Alejandro de Hales: distin-
Las opiniones al respecto estaban lucidándose los modos como intrínseca ción de razón—, Suárez se inclina por
ligadas casi siempre a otras doctrinas, o extrínsecamente existe o puede la última. El argumento que ofrece
entre ellas las elaboradas con respecto existir tal aptitud. Se consideró la para abonar su opinión es que la exis-
a dos puntos: a la naturaleza de las esencia como forma, o como quiddi- tencia no puede considerarse como
esencias posibles (o de "los posibles") dad, o como naturaleza. Se estudió si realmente distinta de la esencia, ya
y al modo como se concebía la "rela- la esencia es o no una "parte" (parte que de lo contrario tendríamos en la
ción" entre Dios y los entes creados, constitutiva o no) de la cosa real junto cosa un modo de ser que no le perte-
y en particular el hombre. a la existencia, y qué distinción cabe nece por su propia naturaleza. Una
Ciertos autores han afirmado que entonces admitir entre ambas "partes". distinción real es admisible para Suá-
las esencias posibles tienen una apti- Se debatió en qué consiste el ser de la rez si de lo que es trata es de la dife-
tud intrínseca para la existencia. Otros esencia (esse essentiae) y el ser de la rencia entre ser potencial y ser actual.
han sostenido que tienen una mera existencia (esse existentiae) y de qué Pero tratándose de una esencia actual
aptitud extrínseca. Si se supone lo pri- maneras un esse incluye, o puede y de una existencia actual sólo puede
mero se concluye que las esencias no incluir, ambas; admitir la primera sin haber distinción de razón, si bien con
dependen de una decisión divina "ar- admitir la segunda; admitir la primera fundamento en la cosa — distinctio
bitraria" — lo que, dicho sea de paso, una vez dada la segunda; admitir am- rationis cum fundamento in re.
no requiere limitar el poder de Dios, bas (bien que no necesariamente) pa- Parte considerable de la discusión
sino entender de un cierto modo la ra constituir un ens ratum (véase sobre las esencias en la filosofía mo-
idea de potentia divina. Si se supo- ENS). Se dilucidó la naturaleza de las derna, especialmente entre los grandes
ne lo segundo, se concluye que el ser "esencias posibles" y su aptitud in- filósofos del siglo XVII, giró en
mismo de las esencias depende de la trínseca o extrínseca, distinguiéndose torno a la naturaleza de las esencias.
voluntad o decisión de Dios. Los to- con frecuencia entre esencia posible y Nos hemos referido ya (Cfr. supra) a
mistas (y luego Leibniz) tienden a esencia a secas, pues de lo contrario dos opiniones de filósofos modernos
la primera opinión. Los escotistas (y habría que admitir que la esencia es sobre el asunto — siguiendo, por lo
luego Descartes) tienden a la se- identificable con la posibilidad —y la demás, posiciones ya defendidas por
gunda. existencia con la actualidad—, lo que autores escolásticos. Hemos tratado
En lo que toca a la citada "rela- muchos autores han rechazado. asimismo esta cuestión en el artículo
ción" entre Dios y los entes creados, Algunas de las cuestiones plantea- Posibilidad (v. ). La cuestión de
algunos autores han sostenido que un das pueden aclararse mediante ade- referencia estuvo ligada en parte a la
ser cuya esencia no sea existir no tie- cuada cualificación del vocablo 'esen- de la "relación" entre la esencia y la
ne de qué existir. De ahí que haya cia'. Así, se ha hablado no sólo de existencia. Esta relación fue
que suponerlo directamente depen- esencia divina o infinita y esencia concebida por Spinoza como
diente de Dios. Otros afirman que un creada o finita, sino también (dentro inmediata: "Pertenece a la esencia de
ente creado tiene de qué existir si se de esta última) de varios tipos de alguna cosa aquello que, siendo dado,
lo considera en su esencia; ésta no im- esencia: absoluta, actual, concreta, in- pone necesariamente la cosa y que, no
plica, y menos aun implica necesaria- dividual, metafísica, meramente posi- siendo dado, la destruye
mente la existencia, pero ello es por- ble. Las esencias finitas pueden clasi- necesariamente, o aquello sin lo cual
que no es menester adherirse a la tesis ficarse en individuales, específicas y la cosa no puede ser ni ser concebida y
de que hay primero una distinción meramente posibles. Las esencias es- que, viceversa, no puede sin la cosa ser
real para luego ver cómo la existen- pecíficas pueden clasificarse en esen- ni ser concebido" ( Eth., II, def. ii).
cia se une a la esencia. cias totales, parciales (o partes for- Esta concepción de la esencia ha
555 sido calificada a menudo
ESE ESE ESE
de "realista" — en el sentido ontológi- (Logik, I, libro II). En el verbo 'ser' del de las cosas y de los procesos men-
co de 'realista'. Autores como Hob- (Sein) la lengua alemana ha conserva- tales (Meinong, Husserl, etc.).
bes y, en general, los filósofos de ten- do el término 'esencia' (Wesen) en el Para Louis Lavelle (De l'Acte
dencia nominalista y terminista han pasado de dicho verbo (ge-wesen), [1937], Cap. VI, artículos 1-3) la
considerado la esencia como un tér- pues la esencia es el pasado, pero el esencia y la existencia se hallan com-
mino mediante el cual se nombra algo pasado intemporal ( loc. cit. ). La esen- prendidas en el Ser, el cual es su uni-
—generalmente, una clase— o se pre- cia no aparece como algo negativo dad (no su síntesis) y precede a am-
dica algo de algo — generalmente, (ya que entonces seria "exterior"), sino bas. La disociación de la esencia y la
uno de los llamados "predicados esen- como el movimiento propio, infinito, existencia se lleva a cabo mediante "el
ciales". Leibniz insistió mucho en la del ser. La esencia es el ser en y para Acto", el cual procede a reunirlas: "lo
idea de que hay una exigentia existen- sí mismo ( An-und-Fürsich-ein ) o sea propio del Acto es disociar [la esencia
tiae inherente a cada esencia: toda el ser en sí absoluto (absolûtes An- y la existencia] para unirlas". Lavelle
esencia, afirma repetidamente, tiende sichsein). La esencia es el lugar inter- indica que hay que "invertir la rela-
por sí misma a la existencia, viéndose mediario entre el ser y el concepto; ción clásica entre esencia y existen-
limitada en su "pretensión a existir" "su movimiento se efectúa del ser al cia" cuando se trata de seres libres;
por el principio de composibilidad concepto", con lo cual se tiene la tría- en efecto "la existencia es, si se quie-
(VÉASE). Las esencias son concebidas da: Ser, Esencia, Concepto. A la vez, re, esta aptitud real y hasta actual que
por Leibniz casi siempre como "posi- la esencia se desarrolla dialécticamen- poseo de darme a mí mismo mi esen-
bles" que poseen un conatus que las te en tres fases: primero, aparece en cia por un acto cuya realización de-
lleva a realizarse siempre que se ha- sí o como reflexión y es esencia simple pende de mí".
llen fundadas en un ser necesario exis- en sí (ansichseiendes Wesen); segun- Las dos más completas y complejas
tente (véase, entre otras referencias a do, aparece como esencia que emerge doctrinas de la esencia en la época ac-
esta cuestión en Leibniz la edición de a la existencia (heraustretend in das tual son las desarrolladas por Husserl
escritos de Gerhardt, I, 331; III, 573; Dasein); tercero, se revela como esen- y los fenomenólogos, y por Xavier
VI, 616; VII, 303-5, 310, y el texto cia que forma una unidad con su Zubiri.
más conocido [de Mon. § 54], 290-1). aparición (Erscheinung). Esta últi- A las esencias en el sentido de la
La razón de esta propensio ad existen- ma fase de la esencia, antes de pa- fenomenología nos hemos referido en
dum se halla para Leibniz en el prin- sar al concepto, es llamada por Hegel el artículo sobre este movimiento y en
cipio de razón suficiente. "Decir que "realidad" ["actualidad"] Wirklich- varios otros de la obra presente (por
ciertas esencias tienen una inclinación keit). ejemplo: ATENCIÓN, EIDÉTICA, EVI-
a existir y otras no, es decir algo sin Importante fue en el siglo XIX la DENCIA, HUSSERL [EDMUND], INTUI -
razón, pues la existencia parece estar detallada doctrina de Rosmini sobre la CI ÓN , IN T EN C I ÓN ..., RE D U CCI ÓN ).
umversalmente relacionada con cada esencia. Según dicho autor, la esencia Nos limitaremos aquí a algunas indi-
esencia del mismo modo." "Si no hu- es "lo que se comprende en cualquier caciones acerca del carácter de las
biese alguna inclinación inherente a la idea" (Nuovo Saggio, ed. E. Castelli, esencias obtenidas por medio de la
naturaleza de la esencia a existir, nada § 647 y sigs.), de modo que la idea intuición esencial fenomenológica
existiría." Por eso también puede de- es, en rigor, la cosa en cuanto es me- —hecha posible primero por la epojé
cirse que "el Ser más Perfecto es el ramente pensada por mí como posible. (VÉASE) y luego por la reducción (v.)
que contiene más esencia" — una Pero si bien las esencias pueden ser eidética—, y acerca de la naturaleza
esencia, por lo demás, que equivale a —correspondiendo a las ideas— espe- de las llamadas "ciencias eidéticas" o
su existir, pues no se entendería el ser cíficas y genéricas, hay una esencia "ciencias de esencias".
perfecto si no existiera. que corresponde a la idea universalí- Las esencias no son para la fenome-
Ha sido corriente en la época mo- sima de ser, y esta esencia universalí- nología realidades propiamente meta-
derna distinguir entre esencia nomi- sima es, como esencia pura y simple, físicas. Pero no son tampoco concep-
nal y esencia real: la primera es la ex- el ser mismo. tos (sea formales, sea objetivos),
presión que predica algo de algo; la Para Santayana (Cfr. The Realm of operaciones mentales, etc., etc. Son
segunda es la verdadera (o supuesta- Essence [1927]), hay un "reino de "unidades ideales de significación"
mente verdadera) realidad intrínseca esencias" que abarca cuanto puede ser —o "significaciones"— que se dan a
(y a veces declarada incognoscible) de aprehendido (pensado, concebido, la conciencia intencional cuando ésta
una cosa. Aunque en ocasiones se es- imaginado, etc.). Este reino es, como procede a describir pulcramente lo da-
tima que la "verdadera esencia" es la el de las esencias platónicas, intempo- do. Las esencias en sentido fenome-
esencia real y no la nominal, se con- ral. Pero, a diferencia de las ideas pla- nológico son intemporales y aprióricas.
cluye a menudo que la primera es tónicas, las ideas en el sentido de Se distinguen, pues, de los hechos,
enunciable sólo por medio de la se- Santayana no han sido hipostasiadas que son temporales y aposterióricos
gunda, la cual puede ser o una expre- (véase HIPÓSTASIS). Puede decirse que — si bien Scheler ha hablado de "he-
sión o un proceso mental o un con- las esencias en Santayana equivalen a chos fenomenológicos" (véase HE -
cepto formal. "significaciones" y que, por tanto, su CHO). Las esencias en las fenomeno-
La noción de esencia desempeña un doctrina al respecto se asemeja en al- logía son asimismo universales y hasta
papel capital en la filosofía de Hegel. gunos puntos a la de Husserl (Cfr. son a veces descritas como "universa-
Según este autor, el absoluto aparece infra) y, en general, a la de todos los lidades". Sin embargo, en vez de ser
primero como ser y luego como esen- autores que han hablado, o dado por "abstractos" son "concretos". En vista
cia. "La esencia es la verdad del ser" supuesto, un "tercer reino" distinto de esto, han recibido en ocasiones el
556
ESE ESE ESE
nombre de "universales concretos" esencia como concepto objetivo [Leib- unidades comunes abstractas. La di-
— en un sentido distinto del de He- niz y otros autores]; la esencia como ferencia en cuestión es "una diferen-
gel, aunque, según algunos autores, correlato real de la definición [Aristó- cia dentro del mismo ejemplar numé-
no necesariamente opuesto al de He- teles principalmente]) son satisfacto- rico entre su esencia constitutiva y ese
gel. Las esencias no poseen realidades rias, aunque cada una de ellas enuncia su momento físico de quiddidad" que
o existencia, sino idealidad. algo meritorio, aprovechable y, desde es la "esencia quidditativa" (pág. 222).
Las esencias de que hablamos pue- luego, importante sobre la esencia. Por otro lado, las esencias quidditati-
den ser formales y materiales. Las pri- Para llegar a una doctrina satisfactoria vas son, desde el punto de vista de la
meras son esencias que no tienen con- de la esencia hay que recorrer un largo esencia física, momentos de las esen-
tenido y que valen para todos los camino que comienza con una cias constitutivas (pág. 225). Por eso
objetos tanto ideales como reales. Su acotación provisional. En ésta aparece "toda esencia constitutiva es entitativa
estudio pertenece a las disciplinas for- la esencia bajo cinco respectos: como y formalmente individual", de modo
mal-ontológicas. Las segundas son "momento de una cosa real'; como que "las diferencias individuales son
esencias con contenido limitado, refe- "unidad primaria de sus notas"; como siempre esenciales" (pág. 247). Queda
rido a una esfera y válida solamente "unidad intrínseca a la cosa misma"; así confirmado que la esencia es "un
para esta esfera. Su estudio compete como unidad en tanto que "principio momento fundante de la substantivi-
a las ontologías regionales. A las esen- en que se fundan las demás notas dad" (págs. 264 y sigs.).
cias materiales corresponden verdades (necesarias o no) de la cosa"; como la No siendo la esencia definición —ni
esenciales "sintéticas", que no deben verdad de la cosa o "verdad de la rea- correlato real de definición—, debe
ser entendidas como particularizacio- lidad" (Sobre la esencia [1962], pág. buscarse otro modo de "decir la esen-
nes de las verdades formal-ontológi- 98). Para ver lo que cada uno de tales cia" que el proceso definitorio. Este
cas, sino como verdades regionales. La respectos significa hay que proceder: modo es "la proposición esencial", la
diferencia entre esencias formales y primero, a acotar "el ámbito de lo cual es distinta tanto de la definición
materiales no se funda en su naturale- esenciable" o de "las cosas esencia- metafísica como de la definición físi-
za sino en el radio de su aplicación. bles"; segundo, indicar cuáles son "las ca. El lenguaje en el cual se expresa
Las ciencias de esencias o ciencias cosas esenciadas"; tercero, determinar la esencia es "el estado constructo"
eidéticas se distinguen de las ciencias en qué consiste formalmente la "esen- donde se indican las notas esenciales
de hechos o ciencias fácticas en que cia" de estas cosas ( op. cit., pág. 83 ). como "notas-de" en tanto que funda-
no se fundan en la experiencia. Por El ámbito de lo esenciable son las co- das en la unidad que es el "en" — la
otro lado, las ciencias fácticas se fun- sas reales (no las "cosas-sentido" ni unidad esencial como momento abso-
dan en ciencias eidéticas. Husserl ha las puras significaciones). El ámbito luto "en las notas" esenciales.
hablado de ciencias eidéticas puras, de lo esenciado es la realidad simpli- La esencia puede ser considerada
como la lógica pura, la matemática citer o "la realidad verdadera". (Cfr. supra) como aquello por lo cual
pura, la teoria pura del tiempo, del Según Zubiri, la función de la esen- la realidad es tal cual es (la talidad)
espacio, del movimiento. En estas cia no es especificar la realidad, sino y como aquello por lo cual la realidad
ciencias "ninguna experiencia como estructurarla (pág. 211). La esencia no es real (la trascendentalidad). La ta-
tal experiencia, es decir, como reali- es una realidad dentro de la cosa, sino lidad es la manera de estar construida
dad, como conciencia que aprehende que es la cosa misma en cuanto es tal la cosa real como "tal". La trascen-
una existencia, puede emprender la cosa y en cuanto es real. La esencia dentalidad es el modo como la cosa
función de la fundamentación". O, si se halla en realidades substantivas es "de suyo", de suerte que "esencia
se quiere, "toda ciencia de hechos o (véase SUBSTANTIVO), de modo que la es absolutamente idéntico a realidad"
ciencia de experiencia tiene funda- realidad esenciada es la realidad subs- (pág. 458). El examen de la esencia
mentos esenciales teóricos en las on- tantiva. La esencia es un momento resulta ser con ello el examen del
tologías eidéticas" (Ideen, § 9). físico de la cosa: "un momento de la principio estructural de la realidad.
Tan difícil como exponer sumaria- realidad substantiva en cuanto tal" Sobre el problema de la esencia,
mente la doctrina fenomenológica de (pág. 188). La esencia es un momento el conocimiento de las esencias, la
las esencias es presentar en pocas pa- último de la substantividad. Posee un relación entre esencia y existencia,
labras la doctrina de Zubiri sobre la carácter entitativo individual y no es etc.: Jean Hering, "Bemerkungen
esencia. Nos hemos referido a esta un "momento lógico". Como la reali- über das Wesen, die Wesenheit und
doctrina —que es una de las partes dad substantiva es "un sistema de no- die Idee", Jahrbuch für Philosophie
tas constitucionales", averiguar cuáles und phanomenologische Forschung,
fundamentales, si no la parte funda- IV (1921), 495-593. — Román In-
mental, de la "filosofía primera", de son las notas esenciales equivale a ave- garden, "Essentiale Fragen. Ein Bei-
dicho autor— en varios artículos de riguar cuál es el momento esencial del trag zum Problem des Wesens", Jahr-
esta obra (Cfr. entre otros, SUBSTAN - sistema de tales notas. En suma, la buch, etc., VII (1925), 125-304. —
VO, ZUBIRI [XAVIER]). Nos limitaremos esencia es esencia de la substantivi- Maximilian Beck, Wesen und Wert,
aquí a algunas indicaciones. dad, y no de la substancia. 2 vols., 1925. — W. Poli, Wesen und
Zubiri señala que ninguna de las Puede hablarse, según Zubiri, de Wesenserkenntnis, 1936. — Etienne
teorías fundamentales sobre la esencia esencias constitutivas y esencias quid- Gilson, L'Être et l'Essence, 1948, nue-
ditativas, pero la diferencia entre ellas va ed., 1962 (trad. esp.: El ser y la
(la esencia como sentido o lo que he- esencia, 1951). — Stanislas Breton,
mos llamado "unidad ideal de signifi- no es que las primeras sean unidades Essence et Existence, 1962 [Initiation
cación" [Husserl; Cfr. supra]); la esen- comunes abstractas y las segundas philosophique, 53]. — Algunas de las
cia como concepto formal [Hegel]; la sean realizaciones numéricas de tales obras de los autores a los cuales nos
557
ESE ESF
tencia a la esencia. En otros términos, el vocablo 'esencialismo' designaría
el vocablo 'esencialismo' se ha usado una doctrina completamente distinta
como contrapuesto al término 'exis- de los esencialismos o semi-esencialis-
tencialismo' (VÉASE). Ejemplo de mos antes referidos. Que la "realidad
esencialismo en este sentido es la fi- esenciada" sea la "realidad substanti-
losofía de Louis Lavelle ( VÉASE ). va" no autoriza a hablar de un esen-
También se considera como ejemplo cialismo. La función estructurante de
de esencialismo la filosofía de Geor- la esencia consiste en darle a la reali-
ges Gusdorf. Sin embargo, este esen- dad "constitución". Pero ello es por-
cialismo sostiene que lo que precede que la realidad no se "reduce" a
a la existencia y la determina es la esencia (como ocurriría con el "esen-
"esencia individual". Por esta razón cialismo"), sino que se constituye
el esencialismo de Lavelle y Gusford "esencialmente".
ha sido llamado por Paul Foulquié En un cierto sentido (y con mu-
(véase obra infra) "existencialismo chas reservas) puede calificarse de
esencialista". esencialista a la filosofía —o una parte
De un modo más general puede de la filosofía— de Husserl. Ello, sin
llamarse "esencialista" a la filosofía embargo, se debe simplemente a que
de Platón por cuanto hace de las en dicho autor la función de la
esencias (como "Ideas" o "Formas") conciencia intencional es la aprehen-
las "verdaderas realidades" o, si se sión de las esencias como significa-
quiere, las "verdaderas existencias". ciones y, en último término, la apre-
Puesto que para San Agustín la hensión de la esencia de la conciencia.
essentia es equiparada con "lo que Dada la tendencia de Husserl al
existe", algunos autores tienden a in- "idealismo" es justificado, empero, no
terpretar la filosofía de San Agustín insistir demasiado en su "esencialis-
—o por lo menos su teología— como mo". En todo caso, semejante esen-
"esencialista", pero consideramos aquí cialismo tiene un signo distinto de los
este término como poco apropiado. usuales; mejor sería llamarlo "eide-
Puede hablarse (con reservas) de tismo".
un "esencialismo" en Ricardo de San Véase Paul Foulquié, L'Existentia-
Victor, en la medida por lo menos en lisme, 1947, págs. 115-25 (trad. esp.
que su definición de la existencia El existencialismo, 1948). — F. Me-
yer, Essentialism, 1950. — Miguel
( VÉASE) se funda en la idea de esen- Oromí, O. F. M., Introducción a la
cia; en efecto, en el sistere del ex- filosofía esencialista, 1961 (Sophia
sistere, se halla la esencia de donde [Madrid], 10). — Para el "esencia-
procede el ser. lismo" medieval véase E. Gilson,
Se ha hablado en todo caso (Gil- L'Être et l'Essence, 1948, nueva ed.,
son ) de un "esencialismo" de Avicena 1962 (trad. esp.: El ser y la esencia,
y del avicenismo por cuanto según 1951). — Para la doctrina de Zubiri
véase Sobre la esencia, 1962, passim.
Avicena la existencia es un accidente — La contraposición entre "hechos" y
de la esencia. Es más discutible que "essencias" y entre "ciencias fácticas '
pueda hablarse de un esencialismo en y "ciencias eidéticas" es estudiada
ESENCIA Y EXISTENCIA (DIS- Duns Escoto. Sin duda que para este por casi todos los que han tratado
TINCIÓN ENTRE). Véase ESENCIA, autor la esencia es la realidad de lo del pensamiento de Husserl ( VÉASE )
EXISTENCIA. inteligible y que la metafísica es una y de la fenomenología (VÉASE); remi-
ESENCIALISMO. Este término ha ciencia de las esencias como realida- timos especialmente a Theodor Celms,
des inteligibles. Sin embargo, aunque Der phänomenologische Idealismos
sido forjado para designar las doctri- Husserls, 1928 (trad. esp.: El idea-
nas filosóficas (más específicamente, las esencias posean entidad, no pue- lismo fenomenológico de Husserl,
doctrinas metafísicas y ontológicas) de decirse de ellas propiamente que 1931, Cap. I.)
en las cuales se afirma que la esencia son. ESFERA. Lo que puede llamarse
prima sobre la existencia, o que la Puesto que Xavier Zubiri ha trata- "metáfora de la esfera" (y metáforas
esencia es previa a la existencia, o do amplia y sistemáticamente de la similares, como la "metáfora de la cir-
que la existencia se resuelve en esen- esencia como "momento último de la cunferencia" y la "metáfora del círcu-
cia o se reduce a esencia. sustantividad" (véase ESENCIA), y ha lo") ha sido frecuente en la literatura
El vocablo 'esencialismo' se ha apli- considerado a la esencia entitativa- filosófica. Aparte la tradición orien-
cado sobre todo a las doctrinas que mente, puede preguntarse si su pen- tal, a la cual nos referimos al final
han sostenido el citado primado de la samiento debería ser calificado de del presente artículo, puede decirse
esencia frente a las doctrinas que sos- "esencialista". Creemos que la res- que ya desde los presocráticos, y muy
tienen, o se supone que sostienen, el puesta es negativa a menos que se en particular desde los pitagóricos, la
primado de la existencia sobre la precise con detalle lo que Zubiri en- esfera fue considerada como la más
esencia o la anterioridad de la exis- tiende por 'esencia'. Pero en tal caso
558
ESF ESF ESF
perfecta de las figuras; resultaba, de lo perfecto, de lo pleno, resulta Media. Dietrich Mahnke, que ha in-
pues, casi inevitable referirse a ella predominante. Aparece asimismo en vestigado exhaustivamente este pro-
cada vez que quería darse la imagen muchos autores árabes y en varios blema en su libro Unendliche Sphäre
de la plenitud. El ejemplo más cono- escolásticos medievales. und Allmittelpunkt (1937; reimp.,
cido es el de Parménides cuando En el uso hecho de tal imagen me- 1963) indica que desde sus orígenes
concibió el ser como perfecto en to- rece destacarse la comparación de en los himnos órficos hasta la mística
das sus "partes", comparable a una Dios con una esfera (también con matemática de von Hardenberg (No-
bien redondeada esfera: tetelesme/non un círculo) infinita cuyo centro está valis), con su idea de la Sphäroidik o
e)sti/ pa/ntoqen, eu)ku/klou sfai/rhj en todas partes y cuya circunferencia de las esferas místicas, la metáfora de
e)nali/g-kion o)/gkwi ( Diels-Kranz, Β. 8, no se halla en parte alguna. La com- la esfera y en muchos casos la compa-
42-43), sin que pueda determinarse si paración se halla en el Corpus Her- ración citada de la divinidad con una
esta famosa esfera parmenídea es meticum o, mejor dicho, en el Liber esfera infinita sin centro aparece prác-
concebida como una realidad XXXIV Philosophorumm (ed. Clemens ticamente en todas las manifestacio-
material, o bien si el nombre Baeumker, Beiträge zur Geschichte nes de lo que llama la mística geomé-
sfai=roj es solamente una imagen der Philosophie des Mittelalters trica. Por lo tanto, además de los
que pretende describir el carácter [1928], págs. 207-14), un "libro autores citados y las corrientes referi-
completo y perfecto del ser único e pseudo-hermético" del siglo XII. La das, en los cabalistas en general, en
inmutable. Algunos autores suponen fórmula en que aparece y la más fre- muchos autores idealistas como Fich-
que Parménides fue llevado a esta cuentemente citada es: Deus est te, Schelling, Oken y muy especial-
concepción por el ejemplo de sphaera cujus centrum unique, cir- mente von Baader. Se halla también
Jenófanes, aun cuando resulta todavía cumferentia nusquam. Georges Poulet (lo que no menciona Mahnke) en la
dudoso ( como ya lo era en la (trabajo citado infra) hace observar detallada elaboración de la noción de
Antigüedad) que este último filósofo que esta definición de Dios debe con- esfera en la teoría de la luz ( VÉASE )
concibiera a Dios en forma esférica. siderarse en relación con otras 23 de- de Roberto Grosseteste. Según Geor-
Entre los que se declaran por la afir- finiciones de Dios, las cuales forman ges Poulet ("Le symbole du cercle
mativa (apoyándose en la "tradición un conjunto coherente. Son especial- infini dans la littérature et la philoso-
indirecta") se halla Olof Gigon en mente importantes las tres primeras phie", Revue de Métaphysique et de
su libro Der Ursprung der griechi- definiciones: (1) Deus est monas mo- Morale, Año LXIII [1959], 257-75,
schen Philosophie (1945, capítulo nadem gignens et in se reflectens recogido en el libro del mismo autor:
XXVIII); para Gigon es casi indu- suum ardorem (Dios es una mónada Les métamorphoses du cercle, 1961),
dable que Jenófanes vio la esfera engendradora de una mónada y refle- págs. 1-31, la imagen aquí estudiada,
como la forma que más se parece a jando en sí su propio ardor); (2) La o reflejos de la misma, se encuentra
la realidad divina y, por lo tanto, definición de Dios como esfera antes en Pedro Aureol (Commentarii in
que concibió a Dios esféricamente, mencionada; (3) Deus est totus in Primum Librum Sententiarum Pars
sfairoeidh/j. Otro ejemplo es el de Em- quolibet sut (Dios se halla entero en Prima, 1956), en Juan Gerson (Trac-
pédocles. Para este pensador, Dios es cualquier parte de sí mismo). La de- tatus super Magnificat), en Suso
una esfera por doquier igual a sí mis- finición de Dios como "esfera" (o (Vita) y, desde luego, en el Pseudo-
ma y por doquier sin límites —"rea- definición segunda en la serie menta- Dionisio (De div. nom., 5). También
lidad esferoide llena de alegre orgu- da) fue utilizada, entre otros autores, se halla, según Poulet, en el poeta es-
llo en su dominador reposo" (verti- por Alano de Lille. Santo Tomás la pañol Alonso de Bonilla (siglo XVII),
mos μονίηι por 'en reposo' y no, co- menciona en De ver., q. 2, a3 obj. 11 en Marsilio Ficino, Campanella, Bru-
mo Diels, por 'en soledad', siguiendo y ad. 11, así como en III Contra Gent., no, Ramus, Paracelso, Kepler, Boeh-
las indicaciones de Werner Jaeger en c. 17 y en In lib. de din. nom., c. 7, me, Kircher, Leibniz, los platónicos
su libro The Theology of the Early lect. Esta tradición se halla en el origen de Cambridge, los "poetas metafísi-
Greek Philosophers, 1947, capítulo de la célebre frase de Pascal: "La cos" ingleses y el místico español Juan
VIII)—: pa/ntoqen i)=soj kai\ pampan divinidad es una esfera cuyo centro se de los Angeles.
a)p-ei)rwn Sfai=roj kukloterh\j moni/hi halla dondequiera y la circunferencia Relacionada con la idea de la esfe-
peri-hge\i gai/wn (Diels-Kranz, Β. en ninguna parte" (Pensées, ed. ra —de la "esfera eterna"— y del
28); la esfera es, según Empédocles, la Brunschvicg, II, 72; c. M. de círculo —del "círculo infinito"— se
imagen del mundo cuando el Amor lo Gandillac, "La Sphère infinie de Pas- halla la idea del movimiento circular
penetra enteramente, la etapa final cal", Revue d'Histoire de la philoso- como el más perfecto de los movi-
que ha de volver necesariamente. phie et d'Histoire générale de la civi- mientos, idea que ocupa un lugar cen-
Pero los anteriores son sólo algunos lisation, XXXIII [1943], 32-45). tral en la cosmología aristotélica y en
de los ejemplos que pueden presen- Pascal la tomó probablemente de una la ontología clásica del movimiento.
tarse. De un modo o de otro aparece edición anotada de Montaigne, pero Cierto que ambas ideas se oponen en
la metáfora de la esfera en los pitagó- la idea se encuentra en muchos au- un punto capital: en la primera hay
ricos, en Platón (por ejemplo, en Tim., tores: en Leibniz, en Rabelais, en la noción de infinitud, mientras que
39 D), en Plotino (especialmente bajo Tauler, en Eckhart, en Nicolás de en la segunda se subraya la finitud.
la forma de las esferas espirituales, Cusa, en Kepler, en Weigel, en H. Sin embargo, pueden relacionarse en
sfai)ra nohth/), en los neoplatónicos y More, en F. M. van Helmont, en tanto que en ambas se aboga por una
neopitagóricos y, en general, en todas Böhme, en la mística cabalística del imagen de lo esférico y de lo circular
aquellas tendencias en las cuales la Renacimiento y de finales de la Edad como perfecto.
idea de lo completo, de lo acabado,

559
ESO ESO ESP
La idea de la esfera es una de esas tius, quod in commentariis relique- etc. ) y que ello no hacía sino reiterar
ideas que persisten durante largo runt, non semper idem dicere uiden- lo que era ya común en la época de
tiempo, no sólo por transmitirse de tur, nec in summa tamen ipsa aut Platón y de Aristóteles. En cambio,
unos autores a otros, sino también uarietas est ulla apud hos quidem algunos autores (como, por ejemplo,
porque se le "ocurren", por así decirlo quos nomiuaui, aut inter ipsos dis- George Boas) han manifestado que
naturalmente, al espíritu humano cada sensio"), se califican de esotéricas ninguna de las razones anteriores
vez que intenta comprender lo in- ciertas doctrinas filosóficas que se dic- es suficiente para mantener el sen-
comprensible y, sobre todo, cada vez tan para la enseñanza interior de una tido de 'esotérico' como 'secreto' y
que intenta hallar en una representa- determinada escuela. Opuestas a ellas que la distinción entre 'esotérico' y
ción figurada la imagen de lo que es se hallan las doctrinas exotéricas, des- 'exotérico' debe entenderse únicamente
difícil, si no imposible, expresar en tinadas al público y generalmente en el sentido apuntado al comienzo de
palabras. Por tal razón la imagen de manifestadas por escrito. Por otro la- este artículo. Boas declara a tal
la esfera es propia en particular de las do, se califican de esotéricas ciertas efecto que los textos de Plutarco (Vit.
direcciones místicas, sin que ello sig- doctrinas que se suponen deben co- Alex., VII, 3), de Aulio Gelio (Noct.
nifique, como hemos podido advertir municarse solamente a los iniciados. Att., XX, v), de Temistio (Sobre la
por los autores citados, que se reduz- En tal caso, 'esotérico' significa 'oculto' Phys., 217 b 31), de Cicerón (De fi-
ca siempre a ellas. o 'secreto'. En muchas ocasiones, nibus, V, iv) y otros no permiten indu-
Hemos indicado que nos referi- además, la trasmisión de la doctrina cir sino la existencia de dos maneras
ríamos a la tradición oriental. Tam- va ligada a las prácticas rituales de un de manifestación filosófica: la del len-
bién en ella se encuentra, en efecto, culto y a la comunicación de doctrinas guaje popular, accesible al público,
la metáfora de la esfera o metáforas de índole profética o adivinatoria. y la del lenguaje filosófico técnico,
relacionadas con ella. Un ejemplo es Ahora bien, se ha discutido mucho en mejor fundamentado que el anterior,
la metáfora taoísta de la rueda cós- qué sentido debe entenderse el término pero no más secreto. El sentido de
mica cuyos movimientos debe seguir, 'esotérico' cuando se aplica a varios fi- 'esotérico' en las antiguas escuelas
sin inmutarse, el Sabio, pues sola- lósofos y escuelas filosóficas griegos. filosóficas griegas es, pues, obje-
mente así será completamente libre, Algunos autores, apoyándose en tes- to de debates, que alcanzan inclu-
lo que significa que será uno con el timonios antiguos (Diógenes Laercio, sive a la famosa Carta VII (341 C-E),
Todo. El Sabio, dice Chuang-tse en Clemente de Alejandría), mantienen de Platón, donde el filósofo se re-
el Nan-Hoa-Chen-King, debe situarse la opinión de que por lo menos doc- fiere a la dificultad y hasta impo-
frente a la realidad como si ocupara trinas como las de los pitagóricos y sibilidad de comunicación de ciertas
el centro de una circunferencia, con las de Platón tienen una parte esoté- doctrinas.
el fin de abarcar con una mirada la rica en el sentido de lo secreto y En un sentido general, el término
totalidad de lo real. Desde tal oculto. Otros van más lejos y man- 'esotérico' ha venido a tener casi en-
centro, en efecto, cuanto los hombres tienen que la conocida distinción de teramente la significación de 'secreto',
comunes distinguen aparece religado los escritos de Aristóteles entre es- Oculto', 'apto solamente para los ini-
y unido; las oposiciones se desvanecen critos esotéricos (o también acroamá- ciados'. Se ha formado a base de
y los estados sucesivos de la realidad ticos), tales como los que constan en ello el vocablo 'esoterismo', que sig-
no son más que fases de ella. El los libros de la filosofía primera o nifica no solamente una cierta clase
centro de la Gran Circunferencia, metafísica, y escritos exotéricos o co- o forma de saber, sino una cierta
que es a la vez el centro de la Gran munes, tales como los que constan actitud frente al propio saber, pues
Rueda Cósmica, es el lugar donde en el Organon, coincide con la dis- supone la distinción entre un saber
se encuentra la Norma. En torno a tinción entre lo oculto y lo público. vulgar, popular, superficial y poco
ella gira todo o, mejor dicho, ella Los fundamentos de esta opinión son adentrado en la verdadera naturale-
es el Todo. Podemos, pues, diversos. Unos son de carácter textual za de lo real, y un saber auténtico,
equiparar estas metáforas taoís-tas con y se apoyan en los varios pasajes del único que se reserva para el elegido,
la metáfora occidental de la esfera propio Aristóteles (por ejemplo: Eth. el sabio, el adivino, el profeta. La
infinita aun sin olvidar que los Nic., I, 13, 1102 a 26; Met., Ν 1, trasmisión de este saber auténtico es
supuestos que han impulsado a cada 1076 a 28; Pol, III, 6, 1278 b 31), considerada por los partidarios del
una de las grandes culturas a inventar donde el filósofo emplea expresiones esoterismo como algo perjudicial, tan-
y a usar semejantes imágenes son tales como u(po\ tw=n e=cwt erikw= ) to para el propio saber como para
muy distintos. lo/gwn, dia\ tw=n e)cwterikw=n lo/gwn los hombres que no pueden resistirlo,
ESOTÉRICO. El término 'esotérico' y e)n toi=j e)c-wterikoi=j lo/goij. Otros ya que paraliza su vida y la acción
se usa en un sentido restringido y en son de carácter sociológico y se en la que se supone consiste la vida
un sentido general. En el primer sen- basan en la tesis de que la trasmisión de los no iniciados.
tido se aplica sobre todo a algunas del pensamiento filosófico en ESPACIO. En la filosofía antigua
de las filosofías y de las escuelas de Grecia siguió vías distintas de las el problema del espacio fue discuti-
filosofía griegas. Dentro de este sen- modernas. Otros son de índole do con frecuencia al hilo de la opo-
tido, 'esotérico' se entiende de dos tradicional y se fundan en el hecho de sición entre lo lleno, to\ ple/on y lo
maneras. Por un lado (Cfr. Cicerón, que el término 'esotérico' fue muy vacío, to\ keno/n. Desde cierto punto de
De fin, IV, 12: ".. .quia duo genera empleado en el sentido de 'secreto' en vista, esta oposición es paralela a la
líbrorum sunt, unum populariter scrip- la época helenística (comentaristas de que existe entre la materia y el es-
tum, quod appellabant, alterum lima- Aristóteles, Diógenes Laercio,
Plutarco, neoplatónicos,
560
ESP ESP ESP
pació. Desde otro, es paralela a la son, al parecer, solamente negativas: sérvese, sin embargo, que el nombre
que existe entre el ser y el no ser. es lo que propiamente no es, sino que usado por Simplicio al efecto es el
A veces los dos puntos de vista se únicamente es llenado. Ahora bien, el mismo nombre aristotélico de to/poj,
hallan mezclados; a veces, separados. problema que se plantea al respecto, "lugar").
A menudo es difícil precisar dónde y que ha ocupado desde muy pronto S. Sambursky (The Physical World
empieza o dónde termina el parale- la atención de los comentaristas del of Late Antiquity [1962], págs. 2 y
lismo. La razón de esta variedad y filósofo, es el de si, en tanto que sigs.) recuerda que las principales
a la vez de esta imprecisión radica vacío receptáculo, el espacio no debe concepciones sobre el espacio después
en la dificultad de dar una interpre- ser también el lugar donde se hallan de Aristóteles fueron descritas por
tación unívoca a las cosmologías he- las Formas. Platón parece negar que Simplicio (In phys. comm.). Entre
lénicas, especialmente a las de los esto sea posible. Las Formas no están estas concepciones se destacan dos.
presocráticos. Tomemos dos ejemplos: propiamente hablando en ninguna Una se debe a Teofrasto, el cual pro-
Parménides y Demócrito. Al negar parte: la negatividad del espacio no pone considerar el espacio no como
que se pueda hablar del no ser, Par- lo convierte en aquello en lo cual una realidad en sí misma, sino como
ménides niega al mismo tiempo que están todas las realidades, incluyendo "algo" definido mediante la posición
se pueda hablar del vacío: lo único las Formas, sino más bien en un ser y orden de los cuerpos. Esta concep-
que hay, y de que puede hablarse, "intermedio" entre las Formas y las ción del espacio, comenta Sambursky,
es el ser, y el ser es enteramente realidades sensibles. El espacio en es similar, si no idéntica, a la idea
lleno. Mas este ser lleno puede ser, cuanto receptáculo puro es un "con- relacional del espacio propuesta por
entre otras cosas, la materia compac- tinuo" sin cualidades. El espacio es Leibniz en su polémica con Clarke
ta, o el espacio. Al afirmar que existe un "habitáculo" y nada más; no se (Cfr. infra). La obra se debe a Estra-
el vacío, Demócrito afirma a la vez halla ni en la tierra ni en el cielo (in- tón de Lámpsaco, el cual propone con-
que puede hablarse en cierto modo teligible), de modo que no puede de- siderar el espacio como una realidad
del no ser; tanto los átomos como el cirse de él que "existe". equivalente a la totalidad del cuerpo
vacío existen, ya que de otra suerte Puesto que el espacio es concebido cósmico. El espacio es "algo" com-
no podría haber movimiento, pero por Aristóteles como "lugar", remiti- pletamente vacío, pero siempre llena-
son dos distintas formas de existencia mos al artículo sobre este concepto do con cuerpos (la idea de Estratón
que parecen equivaler respectivamen- (V. LUGAR) para la influyente doctrina de Lámpsaco es, indica Simplicio, la
te a la materia y al espacio. aristotélica. Agreguemos aquí sólo que misma que la de muchos "platóni-
Mayores precisiones sobre la no- sí el "lugar" aristotélico merece ser cos") . Esta concepción del espacio,
ción de espacio como tal se encuen- llamado "espacio", lo es únicamente comenta Sambursky, es similar, si no
tran en Platón, aun cuando este autor en tanto que equivale a un "campo" idéntica, a la idea del espacio como
ha tratado el problema solamente en donde las cosas son particu- un "absoluto" propuesta por Clarke
un pasaje de sus obras (Tim., 52 A larizaciones. En parte, las cosas están y, según la mayor parte de intérpre-
sigs.), y este pasaje es susceptible de hechas, según Aristóteles, de "espa- tes, por Newton.
varias interpretaciones. Según Platón, cio", pero ello no significa que sean Según Sambursky, todas las con-
hay tres géneros de ser: Uno, que es —como en Descartes (Cfr. infra)— cepciones del espacio durante la época
siempre el mismo, increado e modos de un continuo espacial. En helenística fueron variaciones de las
indestructible, invisible para los sen- rigor, mejor que decir que las cosas ideas propuestas por Teofrasto o por
tidos, que nada recibe de fuera ni están hechas en parte de "espacio" es Estratón de Lámpsaco. Sin embargo,
se transforma en otra cosa: son las decir que el espacio "emana" de las no parece que pueda descartarse la
formas o las ideas. Otro, que está cosas. Puesto que, de acuerdo con el concepción aristotélica del espacio
siempre en movimiento, es creado, concepto de "lugar", no es posible como "lugar", la cual fue admitida por
perceptible para los sentidos y la concebir las cosas sin su espacio, el autores que en otros respectos se
opinión, y siempre llegando a ser en espacio no puede ser mero receptáculo adhirieron a concepciones no
un lugar y desapareciendo de él: son vacío. Hay, pues, una diferencia aristotélicas. Por ejemplo, Plotino
las cosas sensibles. Otro, finalmente, fundamental entre la doctrina aristo- declara que el lugar puede concebirse
que es eterno y no susceptible de télica y la doctrina platónica al res- como un intervalo (en cuanto "in-
destrucción, constituye el habitáculo pecto. Hay también una diferencia tervalo vacío"). En este sentido el
de las cosas creadas, es aprehendido básica entre la doctrina aristotélica y lugar es una "realidad incorpórea"
por medio de una razón espuria y la atomista. Los atomistas concibieron (Enn., IV, iii, 20). Así, Plotino parece
es apenas real: es el espacio, χώρα. el espacio como "lo vacío"; el espacio seguir en este punto a Platón. Pero
Formas (o ser), devenir y espacio no es una cosa, pues únicamente los Plotino señala también que todo tiene
han existido, según Platón, antes de átomos son "cosas". Pero gracias al su "lugar propio" (Enn., IV, viii, 2).
la existencia del cielo. El espacio, espacio puede concebirse el movi- Así, Plotino parece seguir aquí a
además, ha tomado las formas de los miento; este último es desplazamiento Aristóteles. Lo que Plotino reprocha
elementos. Por eso, como indica A. E. de las "cosas" o átomos en el "no ser" a Aristóteles es haber distinguido entre
Taylor en su comentario al Timeo, el o "vacío" espacial. Por eso De-mócrito el "lugar" y el "donde"; en rigor,
nombre 'espacio', χώρα, se da a lo que llamó al espacio indistintamente siempre que indicamos un "donde"
luego es definido como receptáculo. "vacío", to\ keno/n , "nada" to\ mh\ o)n , indicamos un "lugar" (Enn., VI, i,
Como el espacio carece de figura, las e "infinito" to/ a)peiro/n (Simplicio, in 14). Por otro lado, la concepción es-
definiciones que pueden darse de él de caelo comm., 195, I; ob- toica del espacio se distingue de la
561
ESP ESP ESP
aristotélica en cuanto que los estoicos como la que va a efectuarse a conti- conciben las propiedades espaciales
concibieron el espacio como un "con- nuación es insuficiente para dar cuenta en la geometría euclidiana y por otro
tinuo" dentro del cual hay "posicio- debida de ellas. Las teorías aristo- lado a la concepción del espacio como
nes" y "órdenes" de los cuerpos. Pero télicas y escolásticas subsisten en infinito.
se aproxima a la aristotélica por cuanto varios autores. Además, conceptos de- Ahora bien, las discusiones filosó-
las disposiciones de los cuerpos en- rivados de la escolástica se hallan in- ficas sobre el espacio fueron numero-
gendran los distintos "lugares" en que clusive en quienes se opusieron a sas. La idea de espacio juega un
se encuentran, o pueden encontrarse. dicha tendencia. Pero hay cambios papel determinante en la filosofía car-
Combinaciones de las doctrinas pla- fundamentales en la noción de refe- tesiana. El espacio es para Descartes
tónica, estoica y (en menor propor- rencia. Uno de ellos se rastrea ya en res extensa, cuyas propiedades son la
ción) aristotélica se hallan en autores la cosmología del Renacimiento. Con- continuidad, la exterioridad (el ser
como Siriano (VÉASE) y Damascio cetta Orsi ha escrito al respecto: "En partes extra partes), la reversibilidad,
(VÉASE). El espacio es para estos au- vez de la idea de un espacio que la tridimensionalidad, etc. A la vez,
tores como una especie de "matriz" abarca y comprende en sí los lugares la res extensa constituye la esencia de
dentro de la cual se halla la posibili- como elementos particulares, de un los cuerpos (Regulae, XIV; Medita-
dad de las diversas "posiciones" de espacio concebido esencialmente como tiones, V; Princ. Phil, II, 4, 9, 11,
los cuerpos y de las relaciones entre límite y determinación exterior de los 12, 13, 14, 15 ). Una vez se ha despo-
los cuerpos. cuerpos, aparece la idea de un espa- jado a los cuerpos de todas las pro-
Durante la Edad Media, y espe- cio entendido como extensión homo- piedades sensibles (siempre cambian-
cialmente entre los escolásticos, las génea e indiferenciada, que constituye tes) queda de ellos la extensión; "la
ideas sobre la naturaleza del espacio el supuesto de los sucesivos desarro- naturaleza de la materia o del cuerpo
se fundaron en nociones ya dilucida- llos de la geometría y de la física tomado en general, no consiste en ser
das en la filosofía antigua. Uno de los moderna." (Il problema dello spazio. algo duro, pesado, o coloreado, o algo
principales problemas planteados fue I. Dal Rinascimento a Kant, s/a. que afecte nuestros sentidos de algún
el de la dependencia o independencia [1957], pág. 34). Ejemplo característi- otro modo, sino el ser una substancia
del espacio respecto a los cuerpos. La co de tal sustitución es la concepción extendida en longitud, anchura y pro-
opinión que predominó fue la aristo- de Bernardino Telesio. Contribuyeron fundidad" (Princ. Phil, II, 4). Así,
télica: la del espacio como lugar. Ello también a la misma Tommaso Cam- la substancia corporal solamente puede
no significa que no se distinguiera panella y Francisco Patrizzi (este úl- ser conocida claramente por medio de
entre varios nociones de espacio. Una timo en su obra Panarchia, 1591). la extensión (ibid., II, 9). Es cierto
distinción importante fue la estableci- Pero las nuevas ideas sobre el espacio que Descartes introduce las nociones
da entre espacio real y espacio ima- no son todavía una interpretación fi- de lugar y situación. Pero la función
ginario. El espacio real es finito, losófica del mismo; en algunos casos, que tienen estas nociones es distinta
teniendo los mismos límites que el además, son la reformulación de ideas de la que tienen en la escolástica. El
universo de las cosas. El espacio ima- acerca del espacio mantenidas por De- lugar indica la situación o modo como
ginario —el que se "extiende" más mócrito y Platón, a diferencia de, y un cuerpo se orienta. Pero ambos "se
allá de las cosas actuales o, mejor di- en contraste con, las ideas del espacio hallan" en el espacio en tanto que pura
cho, el que se piensa como "conte- como "lugar" defendidas por los es- extensión. El espacio es conocido a
niendo" otras cosas posibles— es colásticos. A continuación indicare- priori, con perfecta claridad y
potencialmente infinito. El espacio mos qué cuerpo fueron tomando di- distinción; la extensión en que consiste
imaginario es a veces identificado con chas ideas y las diversas interpreta- el espacio es perfectamente
el vacío puro. El espacio real es el ciones filosóficas dadas por algunos transparente. Esta extensión no es
espacio de los cuerpos. Puede pensarse pensadores modernos. "sensible"; es, pues, como señalaba
o como algo "real" o como algo Filósofos y hombres de ciencias Malebranche, "inteligible" ( Entre-
puramente "mental" o (según indicó tendieron cada vez más a concebir el tiens sur la Métaphysique, I viii [tam-
Suárez en Disp. Met., LI) como una espacio como una especie de "conti- bién ix y x]). La idea del espacio sin
abstracción mental cum fundamento nente universal" de los cuerpos físi- límites es, escribe Malebranche, "ne-
in re. Por otro lado, muchos escolás- cos. Este espacio tiene varias propie- cesaria, eterna, inmutable, común a
ticos distinguieron entre tres nocio- dades, entre las cuales destacan las todos los espíritus, a los ángeles, al
nes: la de locus, la de situs y la de siguientes: el ser homogéneo (es de- propio Dios"; no es posible "separarse
spatium. El locus es el τόπος aristoté- cir, el ser sus "partes" indiscernibles de ella o perderla enteramente de
lico, el cual es definido por Santo To- unas de otras desde el punto de vista vista". Para Spinoza, la substancia ex-
más, siguiendo la fórmula del Esta- cualitativo) ; el ser isotrópico ( el te- tensa "es uno de los atributos infinitos
girita (véase LUGAR) como terminus ner todas las direcciones en el espacio de Dios" (Eth., I, prop. xv, sch.). La
immobilis continentis primum. El si- las mismas propiedades); el ser conti- extensión "es un atributo de Dios, esto
tus es la disposición de las partes del nuo; el ser ilimitado; el ser tridimen- es, Dios es cosa extensa" (ibid, II,
cuerpo en "su" lugar. El spatium es sional, y el ser homoloidal (el que prop. ii); "el modo de la extensión y
la distancia entre dos puntos, es decir, una figura dada sea matriz de un nú- la idea de este modo son una y la
el intervalo ("vacío"). mero infinito de figuras a diferentes misma cosa, si bien expresada de dos
Las doctrinas modernas sobre la escalas, pero asemejándose unas a distintas maneras" (ibid., II, prop. vii,
noción de espacio son tan abundantes otras). Esta idea del espacio corres- sch.). En todas estas interpretaciones
y complejas que aun una selección ponde por un lado al modo como se filosóficas, el espacio aparece como
562
ESP ESP ESP
una realidad substancial o, como Kant parada ni real ni mentalmente" (ibid., líneas esenciales de la polémica.
dirá luego, como "cosa en sí". Estas II xiii 13). Las ideas de Locke al res- Newton definió el espacio del si-
interpretaciones encajaban con las pecto tienen una consecuencia: que guiente modo: "El espacio absoluto,
ideas de los llamados (por Berkeley) aunque la noción de espacio tiene ori- en su propia naturaleza, sin relación
"filósofos mecánicos", es decir, con gen empírico, el espacio es concebido con nada externo, permanece siempre
las ideas de quienes mantenían que como algo "en sí". Ello se comprende similar e inmóvil. El espacio relativo
hay ciertas propiedades de los cuer- cuando se tiene presente que Locke es una dimensión movible o medida
pos físicos que son "primarias", sien- insistió grandemente en la diferencia de los espacios absolutos, que nues-
do la extensión una, si no la principal, entre cualidades primarias y secunda- tros sentidos determinan mediante su
y a veces la única, de ellas), a dife- rias (véase CUALIDAD ); la extensión posición respecto a los cuerpos, y que
rencia de las propiedades, o cualida- y sus modos es una cualidad primaria es vulgarmente considerado como es-
des, secundarias, percibidas por los y, por lo tanto, constituye una de las pacio inmovible" (Principia, escolio a
sentidos. De algún modo puede cali- "propiedades mecánicas" que subya- la def. viii). La interpretación más
ficarse de "racionalistas" a todas estas cen a las propiedades sensibles. Puede corriente de estas fórmulas es la si-
interpretaciones de la noción de espa- concluirse que las opiniones de Locke guiente: el espacio es para Newton
cio. La mayor parte de ellas pueden son psicológicamente empiristas, pero una medida absoluta y hasta una "en-
ser calificadas asimismo de "realis- ontológicamente "racionalistas" y tidad absoluta". Puesto que las medi-
tas". Pero no todas las interpretacio- "realistas". Berkeley lo puso claramente das en el espacio relativo son función
nes "racionalistas" y "realistas" son de relieve. Considerar el espacio del espacio absoluto, puede concluir-
del tipo de las antes reseñadas, ni to- como una "cualidad primaria" es su- se que este último es el fundamento
das las interpretaciones "racionalistas" poner que el espacio existe con inde- de toda dimensión espacial. En el
son "realistas" o viceversa. La teoría pendencia del ser percibido. Pero si Escolio General de los Principia,
de Malebranche, por ejemplo, apunta ser es ser percibido (V. ESSE EST Newton indica que aunque Dios no
a un cierto "idealismo". Teorías cla- PERCIPI ), el espacio es una idea, lo es espacio, se halla dondequiera, de
ramente "idealistas" como la de Leib- mismo que las cualidades secundarias modo que constituye el espacio (y la
niz (Cfr. infra) son a la vez "raciona- como el color, el sabor, etc. Ello no duración ). El espacio y el tiempo son,
listas". Y no pocas teorías empiristas significa que el espacio sea una ilu- así, sensoria Dei, órganos sensoriales
son "realistas". sión; el espacio es una realidad — o, de la divinidad, como manifestó Henry
Ayudaría no poco poder clasificar mejor, una "idea real". Pero decir More al dar a estas ideas un fun-
las interpretaciones modernas de la "el espacio existe" no es decir que damento teológico (y el propio New-
noción de espacio en racionalistas y hay algo que trascienda el ser perci- ton en Opticks, query 28). Esta idea
empiristas, y considerar que mientras bido o la posibilidad de ser percibido. del espacio fue rechazada por Berke-
las primeras fueron defendidas sobre Tenemos aquí una concepción a la vez ley (por los motivos antes apuntados),
todo por "filósofos continentales", las empirista, fenomenista e idealista del por Huygens y por Leibniz — como
segundas fueron defendidas por "filó- espacio. Pero el empirismo de Berke- más tarde, por Ernst Mach. Fue
sofos insulares" (ingleses o irlande- ley es, como se ve, harto distinto del defendida, en cambio, por Clarke, es-
ses). Por desgracia, el cuadro histó- de Locke; de hecho, exactamente in- pecialmente en su correspondencia con
rico es harto más complicado. verso al de Locke. En cierto sentido, Leibniz. Ahora bien, antes de dar ma-
Podemos considerar la teoría de hay más similaridades, por un lado, yor información sobre esta polémica,
Locke como empirista (siempre que entre Descartes y Locke, y, por el diremos unas palabras sobre la posi-
no olvidemos las fuertes tendencias otro, entre Berkeley y Leibniz (Cfr. bilidad de otra interpretación de las
racionalistas que hay en el pensa- infra) de las que hay entre Descartes ideas newtonianas.
miento lockiano). Locke se interesa y Leibniz, y Locke y Berkeley. Stephen Toulmin ("Criticism in the
sobre todo por el problema del origen La discusión sobre la naturaleza del History of Science: Newton on Abso-
de la idea del espacio. Esta idea es espacio fue (junto con la discusión lute Space, Time, and Motion. I",
obtenida por medio de la vista y del sobre la naturaleza del tiempo ( VÉASE) The Philosophical Review, LXVIII
tacto. Forma una "idea simple", con muy movida durante la segunda mi- [1959], 1-29; ibid., II, 203-27) alega
sus "modos" (distancia, capacidad, tad del siglo XVII y primer tercio del que no es en modo alguno evidente
inmensidad, etc.) (Essay, I v). Locke siglo XVIII. Aunque muchos autores que Newton mantuviera una concep-
distingue entre la extensión y el cuer- contribuyeron a estas discusiones, sue- ción del espacio como cosa, entidad
po. Los cuerpos son sólidos y exten- len centrarse en torno a la polémica o realidad absolutas. Aunque la letra
sos, teniendo partes separables y mo- entre Newton (y Clarke) y Leibniz. del "Escolio" a la definición viii pu-
vibles en diferentes modos, en tanto Ciertos autores mantuvieron posicio- diera dar pie a esta interpretación, el
que la extensión es solamente el es- nes distintas de las de los menciona- modo como las ideas newtonianas son
pacio que se halla entre las extremi- dos autores; otros, en cambio, se aplicadas en los Principia y, sobre to-
dades de estas partes sólidas coheren- aproximaron grandemente a ellos y do, la estructura lógica de los Princi-
tes (ibid., II xiii 11). La extensión no hasta los precedieron. Es singular- pia la hacen dudosa. Dentro de seme-
incluye solidez, ni resistencia al mo- mente el caso de Gassendi, el cual jante estructura, la concepción newto-
vimiento del cuerpo (ibid., II xiii 12). manifestó una idea del espacio simi- niana del espacio (así como las del
Las partes del espacio puro "son in- lar a la newtoniana (Cfr. Syntagma tiempo y el movimiento) tiene, según
separables unas de otras, de modo philosophicum, pars II sect. i, lib. II, Toulmin, un carácter claro: es una
que la continuidad no puede ser se- c. i). Indicaremos a continuación las definición operacional. Así, la distin-
563
ESP ESP ESP
ción entre espacio matemático y espa- ser substancia. Como relación, el es- riencia externa sólo es posible por la
cio sensible no es empírica; no se dis- pacio es un orden: el orden de co- representación del espacio". "Es una
tingue entre dos series de cosas (una existencia — o, más rigurosamente, el representación necesaria a priori, que
estacionaria y la otra móvil), sino entre orden de los fenómenos coexisten- sirve de fundamento a todas las intui-
dos posibles series de operaciones. "El tes. El espacio no es real, sino ideal. ciones externas", porque "es imposi-
espacio y el tiempo absolutos — Mientras Clarke mantenía que el es- ble concebir que no existe espacio,
escribe Toulmin— no son, según ello, pacio es real, que "no se halla limita- aunque se le puede pensar sin que
las más perfectas medidas que do por los cuerpos, sino que existe contenga objeto alguno". El espacio
pudieran concebirse, sino más bien igualmente dentro de los cuerpos y es, en suma, "la condición de la posi-
ideales teóricos respecto a los cuales sin ellos" ("Cuarta respuesta" a Leib- bilidad de los fenómenos", es decir,
todas las medidas relativas son apro- niz en la Correspondencia Leibniz- "una representación a priori, necesa-
ximaciones mejores o peores." La in- Clarke), Leibniz sostenía (y repetía) rio fundamento de los fenómenos". El
terpretación exclusiva o casi exclusi- que el espacio es un orden de exis- espacio no es ningún concepto dis-
vamente "teológica" de las concepcio- tencia de las cosas en su simultanei- cursivo, sino una intuición pura y, fi-
nes de Newton se debe primariamente dad; que no hay espacio real fuera nalmente, el espacio es representado
a haberse confundido éstas con las del universo material; que el espacio como un quantum infinito dado. En
ideas de algunos de sus seguidores, es en sí mismo una cosa ideal, lo mis- la exposición trascendental se demues-
tales como Clarke y Joseph Rawson mo que el tiempo ("Respuesta a la tra a su vez que "el espacio no repre-
(este último en su obra On the Real citada 'Cuarta respuesta' " ). senta ninguna propiedad de las 'co-
Space or the Infinite Being, 1702). No obstante el fuerte componente sas', que no es más que la forma de
En suma, el famoso escolio no tiene teológico de las opiniones de los los fenómenos de los sentidos exter-
un contenido teológico, sino diná- "newtonianos", éstos fueron llamados nos, es decir, la única condición sub-
mico. "matemáticos", en tanto que los par- jetiva de la sensibilidad, mediante la
Toulmin se funda para interpretar tidarios de Leibniz (y de Wolff ) fue- cual nos es posible la intuición exter-
las ideas de Newton en lo que éste ron llamados "metafísicos". Euler, por na". El resultado de la investigación
hace más bien que en lo que éste ejemplo, defendió a Newton como kantiana es la adscripción al espacio
dice, de acuerdo con la máxima eins- "matemático". Pero sería erróneo ima- de los caracteres de aprioridad, inde-
teiniana: "Para saber algo sobre los ginar que hubo solamente en esta pendencia de la experiencia, intuitivi-
métodos usados por los físicos teóri- época las dos opiniones mencionadas: dad e idealidad trascendental. Como
cos hay que atenerse al siguiente prin- el espacio como algo real (y aun ab- intuición pura, el espacio es, por con-
cipio: no prestar atención a lo que soluto) y el espacio como algo ideal. siguiente, una "forma pura de la sen-
dicen, sino a lo que hacen." Ahora Así, Boscovich (v. ) examinó el pro- sibilidad" o "la forma de todas las
bien, es un hecho que los que se opu- blema del espacio (y, como todos los apariencias del sentido externo" (K.
sieron a Newton no entendieron las autores citados, del tiempo) a la vez r. V., A 26 - Β 42). Estas proposicio-
definiciones de éste como definicio- como realidad y como idealidad: lo nes sobre el espacio en la Crítica de
nes operacionales, sino como defini- primero es el espacio como es, y lo la razón pura, son, por lo demás, la
ciones reales. Y aunque es verdad que segundo el espacio como es conocido profundización y sistematización de lo
Berkeley y Leibniz parecen tomar (y, sobre todo, medido). Ahora bien, que Kant había ya anticipado al res-
más en consideración lo que sobre el la más famosa teoría sobre el espacio pecto en la citada disertación De
espacio dijeran Clarke y Rawson, es formulada poco después de Boscovich mundi sensibilis atque intelligibilis
también cierto que toman a estos au- es la de Kant. Este filósofo trata de forma et principiis. En efecto, aquí es
tores como representando la opinión explicar el modo como la noción de presentado el espacio "no como algo
newtoniana. Y lo que importaba de espacio es usada en la mecánica new- objetivo y real, ni como substancia,
ésta era la concepción del espacio co- toniana sin por ello adherirse a la con- accidente o relación, sino como algo
mo realidad absoluta y fundamento cepción realista de Clarke y otros. subjetivo e ideal", como "un esquema
de toda medida. Newton representaba, Precedido por las especulaciones de que surge por una ley constante dedu-
pues, aquí la idea del espacio como autores como Tetens y Lambert, Kant cida de la naturaleza del espíritu para
realidad en sí, independiente en siguió primero las orientaciones leib- la coordinación de todos los sentidos
principio de los objetos situados en él nizianas. Pero si bien, como Leibniz, externos" (III, 15 D). Con lo cual
y de sus movimientos: los movimien- mantuvo que el espacio es una rela- queda rechazada tanto la fenomena-
tos son relativos, pero el espacio no ción, hizo de esta última no un orden lidad del espacio (Hobbes) y su irre-
lo es. El espacio no era concebido ideal, sino trascendental ( VÉASE). Las presentabilidad sin los cuerpos (Ber-
como un accidente (ni siquiera como ideas kantianas sobre el espacio se keley) como el mero orden sucesivo
un "accidente esencial") de las subs- hallan sobre todo en su Disertación dado por el hábito (Hume). Ahora
tancias; no es que los cuerpos fueran inaugural de 1770 y en la "Estética bien, el llamado idealismo alemán
espaciales, sino que se movían en el trascendental" de la Crítica de la Ra- acentuó el constructivismo del espacio
espacio. Contra ello manifestó Leibniz zón Pura. El espacio es para Kant (lo en una proporción que Kant no había
su opinión famosa: el espacio no es mismo que el tiempo) una forma de imaginado. En Fichte, por ejemplo,
un absoluto, no es una substancia, no la intuición sensible, es decir, una el espacio aparece como algo puesto
es un accidente de substancias, sino forma a priori de la sensibilidad. No por el yo cuando éste pone el objeto
una relación. Sólo las mónadas son es "un concepto empírico derivado de como extenso. Y en Hegel el espacio
substancias; el espacio no puede experiencias externas, porque la expe- es una fase, un "momento" en el des-
564
ESP ESP ESP
envolvimiento dialéctico de la Idea, métrica. Se habla así en física de Importantes contribuciones al pro-
la pura exterioridad de ésta. El espa- espacios pluridimensionales, hiperes- blema del espacio se hallan en algu-
cio aparece en este último caso como pacios, continuo espacio-tiempo, etc. nos resultados de la física contem-
la generalidad abstracta del ser-fuera- Desde el punto de vista gnoseológico, poránea. Nos hemos referido a ellos
de sí de la Naturaleza. Podemos decir el espacio es examinado en cuanto en varios artículos (por ejemplo, Con-
entonces que la subjetivación del es- clase especial de las categorías. Desd e tinuo y Tiempo [VÉANSE ]). Comple-
pacio da lugar a una idea muy dis- e l o nt ol ó gi co , como u n a d e las taremos aquí esa información desta-
tinta según la forma en que sea ad- determinaciones de ciertos tipos de cando que la noción de espacio es exa-
mitida precisamente tal subjetivación. objetos. Finalmente, desde el punto minada en tal física en estrecha rela-
Desde la idea constructivista hasta la de vista metafísica, el problema del ción con la noción de tiempo. Así, en
vuelta a su fenomenalidad por parte espacio engloba el problema más la física de Minkowski, en la teoría de
de las tendencias criticistas orienta- amplio de la comprensión de la es- la relatividad (especial y generalizada),
das en un predominio de lo regulativo tructura de la realidad y va ligado en la mecánica ondulatoria (en par-
sobre lo constitutivo, la idea del es- casi siempre a concepciones muy ge- ticular la de Schrödinger), en los dis-
pacio ocupa un lugar destacado en nerales que vinculan el predominio de tintos modelos de universo a que
todas las corrientes importantes del la especialización al del racionalismo nos hemos referido en el artículo sobre
siglo XIX. Sólo el naturalismo radical y el inmanentismo, y el de la tempo- Cosmología (v.), la noción que
admitirá, sin crítica, una objetividad ralización, al del irracionalismo y el siempre se introduce en la de Espa-
exterior del espacio. Las corrientes trascendentismo. Pues, en efecto, el cio-Tiempo, que se supone forman un
criticistas o las que parten del aná- proceso de racionalización de lo real a continuo. Importantes sobre todo son
lisis del yo llegarán, en cambio, a que tiende casi siempre la ciencia en este respecto los trabajos de Ein-
admitir el espacio como categoría o cuando se llevan a las últimas conse- stein. Ya en su teoría generalizada de
inclusive un "espacio interno" por cuencias sus impulsos iniciales, parece 1916 este físico había logrado unificar
el cual se constituirá, mediante una desembocar en una espacialización espacio-tiempo, materia y gravitación.
especie de "desenvolvimiento", la ex- radical de toda existencia, espaciali- El campo electromagnético, sin em-
terioridad del espacio. Durante el si- zación que no es a su vez sino un bargo, había quedado fuera de este
glo XIX ha sido frecuente examinar no momento de tránsito hacia una re- marco. Solamente en 1953 pudo pro-
sólo la naturaleza del espacio (o de ducción de todo lo real a lo idénti- poner Einstein una teoría según la
la idea de espacio), sino también la co. Meyerson sobre todo ha puesto cual el campo electromagnético resul-
cuestión del origen de la noción de de relieve esta "marcha hacia la es- taba lógicamente de las propiedades
espacio. Ha habido numerosas discu- pacialización" a que conduce la ra- geométricas del continuo cuadrimen-
siones sobre el carácter absoluto o re- zón asimiladora e identificadora y sional espacio-temporal. Esta teoría
lativo, objetivo o subjetivo, del espa- que puede descubrirse en los secretos recibió gran esfuerzo cuando el mate-
cio, así como sobre el problema de las postulados tanto del racionalismo mático checo Vaclav Hlatavy ( actual-
relaciones del espacio con el tiempo y tradicional como de la ciencia meca- mente en EE.UU.) presentó un siste-
la materia. Las distintas consideracio- nicista moderna. Contra tal marcha ma de ecuaciones que resolvían pro-
nes de que ha sido objeto el espacio: se han opuesto diversas tendencias blemas fundamentales del modelo de
la geométrica, la física, la gnoseológi- filosóficas contemporáneas. Una es la universo presentado por Einstein y
ca, la psicológica, la ontológica y la fenomenología, que niega la identi- que permitían ver una posibilidad de
metafísica, se han fundido a veces en ficabilidad racionalista en nombre de bosquejar una teoría unificada que
una sola teoría general, pero aquí in- una pura descripción del espacio tendiera un puente entre la teoría de
dicaremos algunas tesis sobre cada como fenómeno. Otra es la filosofía la relatividad y la de los cuantos. To-
uno de los citados puntos de vista. de Bergson (ν.), en la cual se concibe dos estos trabajos son de naturaleza
Desde el punto de vista psicológico, el espacio como el resultado de una estrictamente físico-matemática. Sin
el espacio es considerado como objeto detención, como la inversión de un embargo, no pueden enteramente se-
de la percepción, y la respuesta al movimiento originario, como la disten- pararse de intentos realizados por al-
problema ha dado por resultado dife- sión de una tensión consistente en úl- gunos filósofos con el fin de entender
rentes teorías acerca de los distintos tima instancia en duración pura y en los problemas implicados en el con-
espacios (táctil, auditivo, visual, etc.), pura conciencia (aunque, como pone tinuo espacio-tiempo. Entre tales in-
así como de la adquisición de la idea de relieve Gabriel Marcel [Présence et tentos merece especial mención el
de espacio (empirismo, nativismo, immortalité, 1959, pág. 31], hay en el de S. Alexander, con su doctrina del
etc.). Desde el punto de vista geo- propio Bergson ciertas indicaciones espacio-tiempo como matriz de toda
métrico, el espacio es considerado no exploradas por él que permiten realidad. Los problemas físicos y fi-
como "el lugar de las dimensio- superar la oposición entre espacio y losóficos no se agotan, sin embargo,
nes", como algo continuo e ilimitado. tiempo; de algún modo podría hablar- solamente con el intento mencionado.
Desde el punto de vista físico, el se, como lo hizo E. Minkowski, de Son asimismo muy significadas las
problema del espacio se relaciona un "espacio vivido" ). Ni en uno ni en cuestiones epistemológicas que suscitan
íntimamente con las cuestiones refe- otro caso el espacio es, pues, un "al- las construcciones de la física
rentes a la materia y al tiempo, y, go" dentro del cual tienen lugar los fe- contemporánea, especialmente el re-
en realidad, la respuesta a estas cues- nómenos o procesos de la Naturaleza, conocimiento de que las imágenes
tiones afecta también, como en la pero tampoco es una realidad ideal o usuales del espacio y del tiempo son
reciente física, a la constitución geo- el resultado de una construcción. inadecuadas (como ha precisado
565
ESP ESP ESP
Bohr) para describir los procesos mi- filósofo en el tratamiento del proble- tica del espacio, 1952. — I. Rice Pe-
crofísicos. Por este motivo se han pro- ma del mundo exterior (v.). reira, The Nature of Space, 1956. —
puesto concepciones discontinuas del Como la mayor parte de los pro- Eugen Fink, Zur ontologischen Früh-
espacio-tiempo (Bohr, Heisenberg, L. blemas filosóficos fundamentales, el geschichte van Raum, Zeit, Bewegung,
de Broglie, Schwinger) de que he- 1957. — Hedwig Conrad-Martius,
del espacio da lugar a ciertas posicio- Der Raum, 1958. — Erwin Jaeckle.
mos hablado someramente en el ar- nes últimas, entre las cuales parecen Phanomenologie des Raumes, 1959. —
tículo sobre la noción de continuo moverse todas las teorías metafísicas Varios autores, El espacio, 1959 (Re-
(v.) y que muestran que tanto los sobre este concepto. Tales posiciones unión de Aproximación Filosófico-
conceptos del espacio como los del pueden distribuirse en dos grupos: Científica. Zaragoza. C.S.I.C.). —
tiempo se hallan en la misma crisis unas en las cuales el problema del Sobre el espacio absoluto: Aloys Mü-
general que afecta a todas las cien- espacio es estudiado en relación con ller, Das Problem des absoluten
cias y que ha conducido ya a algunos un sujeto o una conciencia; otras en Raumes und seine Beziehung zum al-
de los más grandes descubrimientos las cuales el espacio es considerado gemeinen Raumproblem, 1911. —
físicos y matemáticos. Hugo Dingler, Das Problem des abso-
en sí mismo. El primer grupo da lu- luten Raumes in historisch-kritischer
En los últimos párrafos hemos ha- gar a dos actitudes radicales: la que Behandlung, 1923. — Sobre represen-
blado o de teorías científicas del es- hace del espacio la realidad en la cual tación psicológica del espacio: Ch.
pacio o de doctrinas metafísicas que, están las cosas y, con ello, los suje- Dunan, Théorie psychologique de
de un modo o de otro, están atentas tos, y la que hace del espacio una l'espace, 1895. — H. Sachs, Die Ent-
a los resultados y a las conceptua- construcción (cualquiera que sea la stehung der Raumvorstellung, 1897.
ciones de la ciencia. En cambio, la interpretación dada a ésta). El se- — Sobre intuición del espacio y lógi
concepción del espacio mantenida por gundo grupo da lugar a otras dos ac- ca: A. Berger, Raumanschauung und
Heidegger se coloca en un estadio titudes: la que hace del espacio una fórmale Logik, 1904. — Sobre espacio
existenciario (v.) que tiene forzosa- y geometría: Ferdinand Gonseth, La
pura exterioridad en la cual se cum- géométrie et le problème de l'espace,
mente que ser "pre-científico". En ple la tradicional constitución de partes 1948-1955(1. La doctrine préalable. II.
efecto, el análisis del espacio corres- extra partes, y la que hace del Les trois aspects de la géométrie. III.
pondiente a los entes que no tienen espacio algo "recogido" en sí mismo L'édification axiomatique. IV. La syn-
la estructura de la Existencia (v.) no y, por consiguiente, algo poseedor de thèse dialectique. V y VI La géomé
puede, según Heidegger, proporcio- una cierta "interioridad", por más que trie et le problème de l'espace). —
narnos sino un hilo conductor —y ne- ésta deba entenderse solamente como Teorías sobre el espacio y análisis
cesariamente equívoco— para la com- un predicado analógico. Las relacio- (principalmente análisis matemático)
prensión de la espacialidad de tal nes entre el espacio y lo que no es de la noción de espacio, a menudo
Existencia. El espacio de dichos en- en relación con la de tiempo: G.
espacio —por ejemplo, entre el es- Lachelas, Études sur l'espace et le
tes es el lugar donde se encuentran, pacio y la materia— varían funda- temps, 1896. — Melchior Palágyi,
de tal suerte que es posible inclusive mentalmente de acuerdo con las doc- Neue Théorie des Raumes und der
enunciar de ellos que se entienden trinas anteriores. Muchas son las teo- Zeit. Entwurf einer Metageometrie,
(como hizo Descartes con las reali- rías que han intentado combinar las 1901. — A. A. Robb, A Theory of
dades no pensantes) partiendo del posiciones en cuestión. Es curioso Time and Space, 1914, 2· edición,
espacio. En cambio, la espacialidad comprobar que en las doctrinas ac- 1936. — Hermann Weyl, Raum, Zeit,
de la Existencia debe entenderse, de tuales se repiten algunas de las doctri- Materie, 1918.—Hans Reichenbach,
acuerdo con el filósofo alemán, par- nas del pasado, hasta el punto de Die Philosophie der Raum-Zeit Lehre,
tiendo de la propia Existencia. Resul- 1928. — E. Schrödinger, Space-Time
que si en la física puede hablarse Structure, 1950. — G. Graef Fernán
tado de este análisis es la afirmación de un neocartesianismo, en la meta- dez, Espacio matemático y espacio
de que el des-alejamiento (Ent-fern- física se ha podido hablar de un neo- físico, 1955 (Seminario de problemas
ung) y la dirección u orientación leibnizianismo, patente sobre todo en científicos y filosóficos. México. Cuad.
(Ausrichtung) —que, por lo demás, aquellos que para escapar a las di- 2). — E. A. Ruch, Space and Time:
deben comprenderse ontológico-exis- ficultades que plantea la concepción a Comparative Study of the Theories
tenciariamente y no óntico-psicológi- meramente "exteriorista" del espacio of Aristotle and A. Einstein, 1958
camente— constituyen caracteres de postulan doctrinas que no parecen ser (monog.). — La mayor parte de los
dicha espacialidad. Ahora bien, a base consistentes si no colocamos en su libros citados en el último aparta
de esta última se obtiene una com- base alguna forma de nueva mona- do son el desarrollo filosófico de teo
rías físicas del espacio. — Sobre espa
prensión del espacio como tal. Según dología. cio e hiperespacio: Francisco Vera,
ella, el espacio no está en el sujeto Además de los loci classici citados Espacio, Hiperespacio y Tiempo,
—como afirmaba el idealismo— ni el en el texto, véanse las obras siguien- 1928. — Sobre espacio y tiempo: E.
mundo está en el espacio — como tes: Obras generales sobre el proble- Borel, L'Espace et le Temps, 1922.
sostenía el realismo. Más bien ocurre ma del espacio, especialmente desde — Sobre el espacio en la filosofía del
que el espacio está en el mundo (v.), el punto de vista metafísico: Désiré siglo XIX y en la filosofía y física
Nys, La notion d'espace au point de del
por cuanto es el ser-en-el-mundo de vue cosmologique et psychologique,
la Existencia el que ha dejado "franco" siglo XX: J. Baumann, Oie
1901. — Id., id., La notion d'espace, Lehren
el espacio. Con ello invierte Heidegger 1922. — Ernst von Aster, Raum und
Zeit, 1922. — Max Bense, Raum vom Raum, Zeit und Mathematik in
el planteamiento del problema del der neueren Philosophie, 2 vols., 1868.
espacio, en un sentido análogo a la und Ich. Eine Philosophie über den — Moritz Schlick, Raum und Zeit in
inversión efectuada por el mismo Raum, 1934. — R. Saumells, Dialéc-
der gegenivärtigen Physik, 1917 (trad.
esp., Espacio y tiempo en la física ac
tual, 1931). — Gaston Bachelard,

566
ESP ESP
todo, desde Aristóteles, la noción de nición muy común de la especie es
especie ha sido examinada tanto ló- unum aptum inesse pluribus, numero
gica como metafísicamente. Desde el differentibus, et praedicari de illis in
punto de vista lógico, la especie, ei)=doj, quid complete, a diferencia del género,
species, es considerada como una cuya predicación es incompleta. Las
clase subordinada al género, γένος, especies son divididas entonces en
genus (VÉASE), y supraordinada a los supremas, ínfimas y subalternas: la
individuos. Desde el punto de vista especie suprema es la que no tiene
metafísico, la especie es considerada ninguna otra sobre ella salvo el gé-
como un universal, planteándose en- nero; la especie ínfima es la que no
tonces con respecto a ella todos los tiene debajo de ella otras especies,
problemas que suscitan los univer- sino sólo individuos; la especie subal-
sales (v. ). Los dos puntos de vista terna es la que admite otras especies
aparecen con frecuencia confundidos, encima y debajo de ella. Ejemplo
especialmente cuando se insiste en el de especie suprema es el Cuerpo, que
proceso platónico de la división y se tiene encima de él el género de la
supone que la jerarquía lógica tiene Substancia. Ejemplo de especie in-
su exacto paralelo en una jerarquía fima es —como antes vimos— el
ontológica. Uno de los ejemplos que Hombre, que tiene debajo de sí in-
muestran esta doble jerarquía lo cons- dividuos humanos. Ejemplo de especie
tituye el Árbol (v.) de Porfirio. subalterna es el Animal, especie
Aristóteles afirma en Cat., 5, 2 b inferior respecto del Ser viviente y
19 sigs. que la especie es al género especie superior respecto del Hombre.
lo que el sujeto es al predicado, pues En otro sentido reciben el nombre de
el género es predicado de la especie especies las copias que, por así
mientras que la especie no puede ser decirlo, los objetos externos envían
predicada del género. La especie se al alma para su aprehensión. La es-
halla más cercana a la substancia pecie es, en la terminología escolás-
primera que el género (ibid., 2 b tica y especialmente en la tomista,
7). Cuando decimos, en efecto, 'x es la imagen que el alma se forma de
un hombre', informamos más sobre un objeto, llamándose especie inteli-
lo que es x que cuando decimos 'x gible a la idea general que el enten-
es un animal'. Hay, pues, una prio- dimiento activo se forja a base de las
ridad de la especie con respecto al imágenes sensibles. Las "especies"
género y a la diferencia (Top., VI, representan el intermediario entre el
14 151 b 30). Por otro lado, puede sujeto y el objeto, pero ello no sig-
decirse que la especie se constituye nifica que el alma se limite a un
cuando añadimos la diferencia al gé- conocimiento de las species y excluya
nero (ibid., VI, 6, 143 b 8). Entre siempre el objeto trascendente. Por
las especies merece mención una: el contrario, el realismo gnoseológi-
la especie especialísima, especie úl- co de la escolástica afirma decidida-
tima o especie ínfima, e)/xaston ei=)doj, mente la posibilidad del conocimiento
después de la cual no puede hallarse directo de las cosas, más acá de todo
ninguna diferencia específica. fenomenalismo o de todo idealismo,
Ejemplo de ella es la especie Hom- que son concebidos por los
bre, que se constituye como resultado neoescolásticos como manifestaciones
de la adición de la diferencia especí- del relativismo. Pero las species se
fica Racional al género ínfimo Animal. entienden en dos sentidos. Como
Aristóteles no incluyó, pues, la es- especies sensibles representan la ima-
pecie entre los predicables ( VÉASE ). gen que imprimen sobre el alma los
El responsable de tal inclusión fue objetos individuales con sus deter-
Porfirio. En su Isagoge Porfirio minaciones individuales. De ahí que
definió la especie en un sentido pa- se llamen también especies impresas.
recido al que hemos indicado al prin- Como especies inteligibles, en cam-
cipio de este artículo, pero, como se- bio, representan, según se ha apun-
ñalamos, la consideró como una de tado, la idea general de la cosa, es
las quinque voces. Lo mismo hicie- decir, reproducen el objeto en su
ron los escolásticos. La species era esencia y no en sus contingencias.
para ellos uno de los modos en que Mientras las especies sensibles o im-
puede efectuarse la predicación al presas se originan por la "presión"
lado del genus, de la differentia, del que ejercen las cosas sobre los senti-
proprium y del accidens. Una defi- dos, las especies inteligibles o expresas
ESPECIE. Desde Platón y, sobre
567
ESP ESP ESP
son, en la concepción aristotélico- cia para traducir el griego θεωρία, que ca. En muchos casos no se alcanzó
escolástica, no, como podría despren- también fue vertido por contemplatio a distinguir entre "especulación" y
derse de la tradición platónica o {véase CONTE MPLACI ÓN ). Cuando "contemplación": ambas fueron consi-
platónico-agustiniana, ideas innatas, θεωρία (teoría) — speculatio (espe- deradas como modos de "teoría" o
formas a priori que se encuentran culación), entonces el conocimiento simplemente identificadas con la "teo-
en el alma en virtud de una reminis- especulativo equivale al conocimiento ría". Entre los filósofos medievales
cencia o de una acción divina, sino teórico, e)pisth/mh qewrhtikh/ , de que fue corriente la noción de especula-
transformaciones de las impresiones hablaba Aristóteles al clasificar toda ción. A veces se consideró ésta como
realizadas por el entendimiento ( VÉA- ciencia en ciencia práctica, e)pisth/mh equivalente a la "teoría"; a veces se
SE ) agente, que así constituye las praktikh|,/ ciencia productiva o "poéti- establecieron ciertas diferencias entre
nociones abstractas. El intelecto agen- ca", e)pisth/mh psihtikh) , y ciencia teó- especulación y otras actividades "teó-
te tiene a su cargo la operación de rica, e)pisth/mh ' qewrhtikh) , y al decir ricas". A menudo se relacionó el tér-
la abstracción por la cual de las imá- que como la Physica (en el sentido mino speculatio con el vocablo spé-
genes formadas por los sentidos se aristotélico de este término) no es ni culum ("espejo" o bien "imagen" en
desprenden las particularidades y las práctica ni "poética", es teórica (Met., cuanto "reproducción fiel"). De ahí
contingencias adheridas a la esencia 1, 1025 b, 18-27), es decir, teórica que se interpretara 'especular' como
del objeto. del ser susceptible de movimiento y 'modo de reflejar' — es decir, 'reflejar
El término 'especie' se usa también, de la substancia, y con frecuencia de contemplativamente'. Se distinguió
en biología y especialmente en teoría la substancia formal, pero no separada asimismo entre speculatio, contempla-
evolutiva, para referirse a las especies de la materia. Al mismo conocimiento tio y meditatio. Mediante contempla-
orgánicas. Hemos tratado esta cues- teórico, contemplación o "es- ción (contemplatio) se considera a
tión en el artículo EVOLUCIÓN. peculación" se refiere Aristóteles al Dios como es en sí mismo. Mediante
Hans Pichier, "Zur Lehre von Gat- decir que la θεωρία es lo mejor y lo especulación (speculatio) se considera
tung und Individuum", Beiträge zur más grato (Met., L, 7, 1072 b, 23) o a Dios tal como se refleja en las
Philosophie des deutschen laealis- al fundar la felicidad en la contem- cosas creadas, al modo como la ima-
mus, I (1918). — G. Rabeau, Species. plación (Eth. Nic., X, 8, 1178 b, 32). gen se refleja en el espejo (spéculum).
Verbum. L'activité intellectuelle élé- Mediante meditación (meditatio) se
mentaire selon Saint Thomas d'Aquin, En estos sentidos de 'especulación'
1938. — Mortimer J. Adler, Problems hay ciertas analogías entre la specula- pone el alma en tensión con el fin de
for Thomists: The Problem of Species, tio y la lucubratio ( lucubración ). Lu- alcanzar la contemplación. Estas dis-
1940. — John Frederick Peifer, The cubrere [lucubro] designa el acto de tinciones no fueron aceptadas por to-
Concept in Thomism, 1952 (especial- velar (a la luz de la vela, general- dos los autores; algunos de ellos, ade-
mente Caps. III, IV y V). — Para el mente a altas horas de la noche) con más, como los Victorinos ( VÉASE )
concepto de especie en el sentido de el fin de pensar, escribir o, en gene- introdujeron una distinción entre
la ciencia natural, véase el número "pensamiento" (cogitatio), que pro-
de la revista Dialectica (vol. I, N° 3, ral, llevar a cabo alguna faena inte-
1947) consagrado al tema. lectual. Esto es lo que hacía Plinio el cede de la imaginación; meditación,
ESPECULACIÓN, ESPECULATI- Viejo para redactar sus obras: estar que procede de la razón (en el sentido
VO. Algunos de los significados que in lucubratione. La lucubración es de una unificación de las facultades
pueden darse a los términos 'especu- también el fruto de la velada, la obra espirituales); y contemplación, que
lación' y 'especulativo' se hallan en producida por el espíritu. Siendo esta procede de la "inteligencia". No hay
los artículos Contemplación y Teoría obra una obra de "pensamiento" (en aquí propiamente especulación; o bien
(VÉANSE). Sin embargo, los términos un sentido muy general de 'pensa- se identifica con la meditación. En todo
'especulación' y 'especulativo' mere- miento') puede decirse que se especu- caso, era muy común estimar que la
cen artículo aparte por haber sido la cuando se lucubra y viceversa. especulación es un estadio interme-
usados con frecuencia en otros senti- Aquí no encontramos todavía el sen- diario que lleva a la contemplación.
dos (por lo general, complementa- tido peyorativo que adquirieron pos- Los escolásticos más cercanos a
rios) o en otros contextos. teriormente los términos speculatio y Aristóteles, como Santo Tomás, en-
El vocablo latino speculatio signi- lucubratio (o sus versiones a idiomas tienden a menudo speculativum como
modernos). Lo único censurable que theoricum; ambos se contraponen a
fica la acción y efecto de speculare
parece haber en estos vocablos (por operativum y practicum. La finalidad
[speculor]. Este verbo designa la ac-
lo menos entre los romanos) es que de lo speculativum es el conocimiento
ción de observar, y en particular la
describen una actitud "desinteresada" (speculativum dirigit, ut sciatur); la
acción de observar desde una altura.
y, de consiguiente, "poco cívica": finalidad de lo practicum es la "obra"
Designa asimismo la acción de obser-
mientras se lucubra y especula se des- (practicum dirigit, ut fíat). Se dice a
var los astros (Cicerón) y de espiar.
atienden los asuntos públicos, los ne- veces que los principios especulativos
La speculatio se lleva a cabo desde
gocios de la res publica, que eran para son "resolutivos" (analíticos) en tanto
un lugar de observación, specula. En
los romanos absolutamente preemi- que los principios prácticos son
su sentido originario speculatio no
nentes. "compositivos" (sintéticos). Se habla
significa, pues, "imaginar algo sin te-
Como "teoría", la especulación es asimismo de scientia specu-lativa y de
ner fundamento para ello", sino más
una actividad fundamental en diver- ars speculativa; ambas son
bien "escrutar algo atentamente", si
sas escuelas filosóficas del final del consecuencia del habitus speculativus
bien, por así decirlo, "a vista de pá-
mundo antiguo — por ejemplo, y so- (que es a la vez cognitivus o conside-
jaro". Speculatio se usó con frecuen-
bre todo, en la escuela neoplatóni- rativus) .
568
ESP ESP ESP
Muchos autores modernos se han la Razón o "Pensamiento especulati- la vida, la filosofía de la existencia, el
opuesto a la "especulación" y a todo vo" es el único que permite unir y historicismo, etc. Se suele acusar a la
lo "especulativo" considerándolo como conciliar los opuestos manifestados en "filosofía especulativa" de ser "pura-
algo infundado y sin ningún alcance el proceso dialéctico. El pensamiento mente abstracta" y de alejarse de lo-
"práctico" (y hasta "teórico"). Así, especulativo supera, pues, las tensio- concreto. Es curioso que esta acusa-
Descartes: "Pues me parecía que po- nes reveladas por el pensamiento dia- ción sea la misma que Hegel y los
día encontrar más verdad en los razo- léctico. Las referencias de Hegel al hegelianos lanzaban contra los que
namientos que hace cada cual relati- pensamiento especulativo son numero- rechazaban el "pensamiento especula-
vos a los asuntos que le incumben y sas. He aquí algunas: "Lo especulati- tivo", pero ello se debe probable-
cuyo resultado ha de redundar luego vo es lo positivo-racional, lo espiritual, mente a los sentidos muy distintos
en perjuicio suyo si ha juzgado mal, lo único auténticamente filosófico" que unos y otros han solido dar a los
que en los que hace un hombre de (Philosophische Propädeutik; Glöck- vocablos 'especulativo' y 'especula-
letras en su gabinete relativos a espe- ner, 3: 313). "La especulación consis- ción'.
culaciones que no producen efecto te en la concepción de lo opuesto en ESPERANZA. El concepto de es-
alguno..." ( Discours, Parte I. ) La su unidad, o de lo positivo en lo ne- peranza ha sido tratado por teólogos
especulación ha sido considerada por gativo" (Logik; Glöckner, 4: 54-5). (especialmente por teólogos cristianos)
no pocos filósofos modernos como una "Lo especulativo o positivo-racional con más frecuencia que por filósofos.
actividad de la razón cuando ésta se concibe la unidad de las determina- Sin embargo, el estudio de este con-
nutre de sí misma, a semejanza de ciones en su oposición" (System der cepto tiene resonancias filosóficas.
"las arañas, que lo extraen todo de su Philosophie; Glöckner, 8; 195). "La Salvo incidentalmente, la esperanza
propia substancia" (véase BACON filosofía especulativa es la conciencia no fue tema de especulación en la
[FRANCIS]). Ello no significa que en de la idea, de modo que todo es con- filosofía griega clásica. En cambio,
la época moderna no haya tenido nin- cebido como idea" (Philosophie der tanto en el Antiguo Testamento como
guna importancia la especulación o, Religion; Glöckner, 15: 39). Lo que en el Nuevo Testamento aparece la
mejor, lo que Kant llamaba "razón aparece claro al entendimiento es con- idea de esperanza como un tema cen
especulativa". Ésta constituye el fun- tradictorio; sólo lo racional-especula- tral. En el Antiguo Testamento la
damento de muchas de las proposicio- tivo cancela (y absorbe) las contra- esperanza es descrita como la expec
nes sentadas por autores "racionalis- dicciones. tación ante la Promesa hecha a Abra-
tas", en particular por autores de la Las ideas de Hegel sobre la especu- hán; la esperanza está relacionada con
llamada "escuela de Leibniz-Wolff". lación y lo especulativo fueron repro- la visión de la Tierra Prometida y de
Frente a esta confianza en la "razón ducidas por los idealistas hegelianos la Ciudad Nueva (Cfr., por ejemplo,
especulativa" Kant elaboró su teoría en muy diversas formas. La noción Is., 40 y sigs.; Ezeq., 40 y sigs.). Lue
del conocimiento, la cual tenía por de la filosofía como pensamiento es- go, la esperanza está ligada a la idea
objeto, entre otros, delimitar las posi- peculativo se reveló con frecuencia de la resurrección (Macab., II 7). En
bilidades de la razón y mostrar que como el leit-motiv del idealismo. Ci- el Nuevo Testamento no se encuentra
ningún conocimiento es admisible que tamos al efecto el título de la revista el vocablo griego e) l pi/j (que se tra
no se halle dentro de los límites de la filosófica fundada por W. T. Harris, duce por 'esperanza'); la esperanza
experiencia posible. Según Kant, el del "Círculo de Saint Louis", en está inclusa en la fe, πίστις, en el Rei
"conocimiento de la Naturaleza" di- 1867: The Journal of Speculative Phi- no de Dios. En San Pablo (Heb., II 1)
fiere del "conocimiento teórico", el losophy, la cual estaba "exclusivamen- la fe es presentada como "la substan
cual "es especulativo si se refiere a un te consagrada a los intereses de la cia de las cosas que se esperan". La
objeto, o a los conceptos de un obje- filosofía especulativa". Su primer nú- esperanza se halla, pues, íntimamente
to, que no puede ser alcanzado me- mero se iniciaba con un artículo titu- ligada a la fe, y hasta como su objeto.
diante ninguna experiencia" (K. r. V., lado "The Speculative", escrito por el Se halla asimismo íntimamente liga
A 634 / Β 662). El "conocimiento" director ( Harris ). En él se decía que da a la caridad (véase AMOR ). Pero
fundado en "principios especulativos "el alma del método [especulativo] ello no significa que la esperanza sea
de la razón" debe ser, pues, sometido reside en la comprensión de lo negati- idéntica a la fe y a la caridad. La es
a crítica. Parece, pues, que con Kant vo" y que "lo especulativo penetra peranza es una virtud por sí misma;
se ponen definitivamente límites a la en la construcción de lo positivo a junto con la fe y la caridad es una de
especulación, o "razón especulativa". base de lo negativo". las tres llamadas "virtudes teóloga-
Sin embargo, después de Kant los tér- La oposición a lo especulativo y a la les".
minos 'especulación' y 'especulativo' razón especulativa se ha manifestado Para los griegos la esperanza era
volvieron a ser empleados no sólo co- por un lado dentro de la propia es- un consuelo. Para los cristianos es una
mo enteramente admisibles, sino in- cuela hegeliana (sobre todo con Marx confianza, un acto positivo que pone
clusive como los únicos que pueden y Feuerbach) y luego en la mayor al hombre en camino hacia el Reina
calificar la "especie superior del co- parte de las tendencias filosóficas de de Dios. Algunos han interpretada
nocimiento". Tal sucedió con los auto- los últimos cien años. Así, las tenden- esta esperanza en el sentido del "mi-
res que rechazaron la limitación de cias positivistas, "analíticas", "lingüís- lenio". Pero la mayor parte de los teó-
Kant al "entendimiento" (VÉASE) y ticas", empiristas, neokantianas, etc. logos cristianos, especialmente a par-
propugnaron por una "intuición ( VÉA- pueden ser calificadas de anti-especu- tir de San Agustín, y en gran parte
SE) intelectual". El autor más impor- lativas, pero ello sucede también con por influencia de éste, consideraron la
tante al respecto es Hegel. Según éste, tendencias tales como la filosofía de esperanza como una virtud relativa a
569
ESP ESP ESP
un bien de carácter personal. Este ca- bargo, los dos citados serán aquí su- causas. Laín examina la espera espe-
rácter personal fue integrado por San- ficientes, sobre todo porque uno de cíficamente humana en sus diversas
to Tomás en una concepción comuni- ellos, Laín Entralgo, ha proporciona- formas (como proyecto, como pre-
taria — relativa a una comunidad de do la primera amplia y completa his- gunta) y destaca siete momentos dis-
personas que viven en expectación toria, fenomenología y metafísica de tintos en dicha espera: finitud, nada,
del Reino de Dios, es decir, en ex- la esperanza en la época actual. realidad en cuanto tal, ser, infinitud,
pectación de "la posesión de Dios". Para Marcel, la esperanza no es abertura a lo fundamentante y comu-
Ello es posible, porque Dios ha pro- meramente un esperar que algo tenga nidad. Ello posibilita la esperanza en
metido su Reino al hombre, de modo lugar, sino un esperar fundado en una cuanto "esperanza genuina", la cual
que éste puede entonces —en virtud abertura tanto del que espera como de culmina en la beata spes, a cuya com-
de la Promesa— esperar. lo esperado. La esperanza se halla, prensión no accede la filosofía.
Por la índole de la presente obra pues, fundada en la trascendencia. Además de las obras citadas en el
no podemos extendernos sobre las Tiene un carácter personal, en cuanto texto, véase: J. Pieper, Über die
abundantes y complejas especulacio- es esperanza de alguien para alguien, Hoffnung, 1935. — Joaquín Andúriz,
nes de pensadores y cristianos en tor- pero también, y sobre todo, un carác- El existencialismo de la esperanza,
1949. — O. F. Bollnow, "Die Tugend
no a la noción de esperanza como ter ontológico en cuanto que se refie- der Hoffnung. Eine Auseinandersetz-
virtud teologal. Nos limitaremos a in- re al ser y no simplemente al tener ung mit den Existentialismus", Hu-
dicar que en la época moderna y con- (v.). La esperanza es para Marcel un manitas, X (1955), 153-64, reimp.,
temporánea ha habido por lo menos misterio y no un problema (VÉASE ). con ampliaciones, en Neue Gebor-
tres modos de considerar la esperan- La definición que Marcel da de la senheit, 1955 (trad. esp.: Filosofía de
za. Uno es el teológico cristiano al esperanza reza así (usamos la traduc- la esperanza, 1962). — Teófilo Urda-
que ya nos hemos referido y que ha ción de Laín ) : "La esperanza es esen- noz, "Para una filosofía y teología de
la esperanza", Ciencia Tomista, N°
sido objeto de múltiples debates por cialmente la disponibilidad de un al- 264 (1957), 549-612. — Ch.-A. Ber-
parte de teólogos y filósofos, como ma, tan íntimamente comprometida nard, S. J., Théologie de l'espérance
puede verse por la importancia dada en una experiencia de comunión que selon Saint Thomas d'Aquin, 1961.
a dicha noción en diversas direccio- puede cumplir un acto trascendente a ESPEUSIPO (ca. 407-339 antes de
nes: tomistas, jansenistas, molinosis- la oposición entre el querer y el co- J. C.), sobrino de Platón, nació en
tas, luteranos, etc. Otro es el modo nocer; un acto por el cual afirma la Atenas, entró en la Academia en 387,
"psicológico"; según éste, la esperanza perennidad viviente de que esta ex- acompañó a su maestro en su tercer
es una de las llamadas "pasiones del periencia ofrece a la vez granjeria y viaje a Sicilia y fue nombrado por
alma". Desde este punto de vista la primicia." él escolarca de la Academia, cargo
esperanza ha sido definida como la Laín Entralgo llega asimismo a la que ocupó desde 347 hasta la muer-
perspectiva de adquisición de un bien idea de la esperanza que puede cali- te. Aunque Diógenes Laercio (IV,
con probabilidad de alcanzarlo (Des- ficarse de ontológica, pero, a diferen- 1) dice de Espeusipo que siguió fiel-
cartes, Les passions de l'âme, art. 58) cia de Marcel, lleva a cabo un logrado mente las enseñanzas de Platón, lo
o como un placer experimentado ante esfuerzo con el fin de poner en rela- cierto es que criticó acerbamente la
la idea de un probable futuro goce ción (usando aquí la distinción hei- doctrina de las ideas. En vez de las
de algo que puede producir deleite deggeriana) lo ontológico con lo ónti- ideas propuso los números — no co-
(Locke, Essay, II xx 9). Este análisis co. Laín se interesa por lo que puede mo números ideales o ideas de núme-
psicológico de la esperanza hace de descubrirse en el análisis del acto de ros, pero sí como entidades separadas
ésta fundamentalmente una "espera" esperar por parte del animal. Un exa- de la experiencia. Además, rechazó
y una "expectación". Otro modo, fi- men del "estado de alerta" muestra la doctrina platónica del Bien como
nalmente, es el que, casi siempre en que "la futurición de la existencia idea de las ideas y lo consideró sólo
relación con la tradición cristiana, se animal tiene su forma más propia en como un fin. El Bien era, pues, para
ha manifestado en nuestro tiempo con la espera. Vivir animalmente es, en Espeusipo, distinto de la Unidad y
autores que han tendido a una inter- su más honda y específica raíz, ejerci- de la Razón. Pues el Bien es un
pretación "existencial" de la esperan- tar una espera predatoria o defensi- resultado —un resultado de un pro-
za. Destacamos a este respecto las ceso—, en tanto que la Unidad es
va" (subrayado por Laín). Ahora
un principio, y la Razón es la divi-
ideas de Gabriel Marcel (en el trabajo bien, la espera humana participa de nidad. Esta última puede ser equi-
"Esquisse d'une phénoménologie et los caracteres del esperar animal, pero parada al Alma rectora del Mundo.
d'une métaphysique de l'espérance" trasciende de ellos en diversos res- Sin embargo, Espeusipo no se limitó
[1942], incluida en el volumen Homo pectos. Por ejemplo, la espera humana en su filosofía a las cuestiones meta-
viator. Prolegomènes à une métaphy- es "suprainstintiva, suprasituacio-nal físicas. Se ocupó asimismo de pro-
sique de l'esperance [1944] y las de e indefinida". Con ello se abre el blemas del conocimiento (afirmando
Pedro Laín Entralgo (en La espera y camino para la constitución de la es- que hay una "percepción cognoscen-
la esperanza, 1957, 2a ed., 1958). peranza. Ello no significa que la espe- te", e)pisthmonikh\ ai)/sqhsij, capaz de
Puede también a este respecto hacerse ranza sea un mero desarrollo de la proporcionar definiciones); de cues-
referencia a ideas de Kierkegaard, espera animal. Pero puede muy bien tiones éticas (sosteniendo que la per-
Heidegger y otros autores (incluyendo destacarse el carácter espiritual de la fección es un bien obtenido por con-
a algunos que, como Sartre, parecen esperanza sin desligarlo de los funda- formidad con la Naturaleza); y de
tratar la esperanza fundándose en un mentos naturales, los cuales aparecen clasificaciones de animales y plantas
análisis del "desesperar"). Sin em- entonces como condiciones y no como
570
ESP ESP ESP
(en la obra titulada )Omoi/a). Las lla- pueblo" (esprit des nations) está bien un espíritu determinado — y deter-
madas críticas de Aristóteles a Pla- clara tanto en su Ensayo como en sus minado por la historia. Por eso el
tón en los libros M y N de la Meta- obras históricas. La relación entre espíritu de un pueblo equivale a un
física están en parte (según Jaeger) Francia y Alemania al respecto está individuo en el curso de la historia
dirigidas contra Espeusipo. aún por averiguar con detalle; según universal y por eso los espíritus de
Espeusipo escribió, al parecer, gran Ortega y Gasset, un estudio completo los diversos pueblos en el curso de la
número de memorias y diálogos. Sólo del intercambio cultural franco- historia son los grados en la historia
quedan fragmentos. Véase al respecto germano entre 1798 y 1830 mostraría del universo, en la cual se realiza el
H. Diels, Doxographi Graeci, 1879. hasta qué punto los alemanes son Espíritu universal. Este espíritu
— F. W. A. Mullach, Fragmenta
philosophorum graecorum, III, 1881 deudores de los franceses —y espe- universal aparece encarnado según las
(§ § 62-9). — P. Lang, De Speusippi cialmente de Voltaire— en la idea del épocas en un pueblo determinado y
academici scriptis, accedunt fragmen Volksgeist (a ello habría que agregar hasta en un determinado individuo,
ta, 1911 (Dis.). — Sobre Espeusipo: la posible influencia de la histo- que representa la conciencia del pue-
F. Ravaisson, Speusippi de primis re- riografía inglesa del siglo XVIII, espe- blo y de la época. La idea del es-
rum principiis placita, 1838. — M. cialmente la de Gibbon y Hume). píritu del pueblo fue asimismo con-
A. Fischer, De Speusippi vita, 1845. En todo caso, tal como es hoy enten- siderablemente desarrollada en la lla-
— E. Frank, Plato und die sogenan- dida, la idea está llena de resonan- mada "escuela histórica" alemana, aun
nten Pythagoreer, 1923. — H. Cher-
niss, The Riddle of the Early Aca- cias romántico-alemanas. En efecto, cuando se la despojó del aspecto me-
demy, 1945, Cap. II. — Art. de J. cualesquiera que fuesen sus orígenes, tafísico que tenía en Hegel para ate-
Stenzel sobre Espeusipo (Speusippos) los alemanes insistieron más que nadie nerse a sus manifestaciones "empíri-
en Pauly-Wissowa. sobre este tema. Así lo vemos en cas". De un modo o de otro la idea
ESPIRITISMO. Véase METAPSÍ - Herder, quien entiende la historia se infiltró en concepciones muy di-
QUICA. como historia de la humanidad, pero versas durante el siglo XIX y hasta
ESPÍRITU (CIENCIAS DEL). quien a la vez muestra en sus Ideas parte del siglo XX.
Véase ESPÍRITU, ESPIRITUAL. que la historia humana se realiza a Hemos indicado que hay estrecha
ESPÍRITU DEL PUEBLO. Tradu- través de una serie de 'espíritus po- relación entre la noción del espíritu
cimos con esta expresión el término pulares". Lo vemos también en Fichte, del pueblo y la noción del espíritu
Volksgeist, tan usado por Hegel y no sólo en sus Caracteres de la edad de la época. El espíritu de la época
por algunos de los llamados román- contemporánea, sino también, y de puede ser considerado inclusive como
ticos alemanes. Podría asimismo ver- un modo más concreto, en sus escritos el espíritu del pueblo en una época
terse por 'Espíritu nacional', si no fue- filosófico-políticos: los Discursos y determinada. Sin embargo, suele ha-
se por las connotaciones políticas pos- el Estado comercial cerrado. Lo ve- blarse de espíritu de la época en
teriores que ha arrastrado el adjetivo mos, finalmente, y con mayor ampli- forma más general como aquel modo
'nacional' y que no estaban incluidas tud, en Hegel, quien se refiere al de ser o de actuar (o conjunto de
en la idea de Volk (aun cuando debe espíritu de los pueblos en diferentes modos de ser o de actuar) que expre-
advertirse que Hegel usa algunas ve- ocasiones (en la Propedéutica de san lo más esencial de una época his-
ces la expresión Nationalgeist en un 1808/1809; Glöckner, 3: 202-3, donde tórica. Se ha discutido con frecuencia
sentido similar al de Volksgeist; define la vida interna del espíritu de si la noción de espíritu de la época
ejemplos de ello se encuentran en la un pueblo como formada por costum- es justificada; sí representa una rea-
Filosofía del Espíritu § 394; Glockner, bres, leyes y constitución; en la Fe- lidad o es simplemente la hipóstasis
10: 79, y en la Filosofía de la nomenología del Espíritu, § 33; de ciertas realidades. Iluminativos son
Religión, Parte 1, C; Glöckner 15: Glockner, 7:85, en donde concibe el al respecto los versos que Goethe
233). Volk es entendido la mayor "Espíritu universal" como formado pone en boca de Fausto en la pri-
parte de las veces como la comuni- por la concurrencia y relación entre sí mera parte del poema durante una
dad de un pueblo poseedor de su de los espíritus de los diversos pue- conversación con el criado Wagner:
propio destino. blos a través de la historia). En esto Was ihr den Geist der Zeiten heisst,
La idea del espíritu del pueblo no vemos, dicho sea de paso, la estrecha Das ist im Grund der Herren eigner
es, sin embargo, de origen alemán. relación que hay entre la idea del Geist,
Surgió en Francia durante el siglo Espíritu del pueblo y la idea del In dem die Zeiten sich bespiegeln.
XVIII —y justamente con el Zeitgeist o Espíritu de la época. Nos (Lo que llamas el espíritu de los
nombre de 'espíritu de la nación'— referiremos luego a este último. Con- tiempos es, en el fondo, el
en aquellos instantes en que, como tinuemos indicando que vemos tam- espíritu de las
señala Paul Hazard, abundaron los bién tratada la noción de Volksgeist gentes en quienes los tiempos se
estudios sobre 'el espíritu de...'. especialmente en la Introducción a la reflejan.)
Así, por ejemplo, y sobre todo, en Filosofía de la Historia; Glockner,
Montesquieu y Voltaire. 11:84, siguientes; en trad. Gaos, I, Fausto añade: "Da ist's denn wahr-
Montesquieu habla en L'esprit des 1928, 92 y sigs. Dice allí Hegel que lich oft ein Jammer!" ("Con frecuen-
lois (xix, 4) de "el espíritu nacional" el sentimiento que un pueblo tiene cia no es más que una miseria"). Con
o "espíritu de una nación" resultante de sí y de sus posesiones, institucio- ello expresa aquí Goethe la reacción
de diversos factores (clima, religión, nes, costumbres, pasado, etc. consti- contra la enfática literatura produci-
etc., etc.). En cuanto a Voltaire, la tuye una entidad: es el Espíritu del da en torno a la idea del Espíritu de
idea de un "espíritu nacional" o pueblo. Se trata, agrega Hegel, de la época, el cual era considerado por
"espíritu del
571
ESP ESP ESP
sus adversarios como la hipóstasis pne= m a tiene un significado menos escolástico. El término 'espíritu' es
de una realidad últimamente indivi- "espiritual" que 'espíritu'. En vista de usado aquí para designar una subs-
dual y psicológica. estas dificultades, y de la multiplici- tancia o una forma viviente inmate-
Theodor Litt, Philosophie und Zeit- dad de significados de los vocablos rial. 'Espiritual' es casi siempre sinó-
geist, 1955. griegos en cuestión, es recomendable nimo de 'inmaterial' pero como hay
ESPÍRITU, ESPIRITUAL. Estos en muchos casos limitarse a transcri- realidades inmateriales (por ejemplo,
términos han sido usados, y son en birlos. Es lo que hemos hecho en los los números) que no son substancias
parte todavía usados, en varios senti- artículos Nous y Pneuma ( VÉANSE ). o formas vivientes, hay que precisar
dos y dentro de muy diversos contex- No obstante, puede usarse el voca- el sentido de la "inmaterialidad". Este
tos. Examinaremos aquí algunos de blo 'espíritu' como término general sentido depende en gran medida de
los significados y de los usos, y bos- que designa todos los diversos modos la forma de relación (o falta de rela-
quejaremos luego diversas concepcio- de ser que de algún modo trascienden ción) de lo espiritual con lo material.
nes sobre el espíritu y lo espiritual en lo vital. En este caso, puede decirse Los escolásticos, y especialmente los
las cuales estos términos son de fun- que autores como Anaxágoras y Aris- autores tomistas, estiman que no puede
damental importancia. tóteles, así como muchos neoplatóni- hablarse de realidad espiritual si ésta
El término 'espíritu' se ha usado cos, desarrollaron una concepción del depende intrínsecamente de algo
con frecuencia para traducir el voca- espíritu y de lo espiritual. material, es decir, si la realidad "es-
blo griego nou= j (nous) y también En numerosos casos, el espíritu (de- piritual" (o, si se quiere, las activida-
para traducir el vocablo griego signado con este mismo nombre o des "espirituales") han surgido como
pneu= m a (pneuma). Hay razones a fa- mediante otros) es entendido como consecuencia de la existencia de una
vor y en contra de esta traducción. algo opuesto a la materia. También realidad material (o de la actuación
Entre las razones en favor, mencio- se ha entendido el espíritu como algo de realidades materiales). Puede ha-
naremos las siguientes. El término opuesto a la carne ("el espíritu es blarse, en cambio, de realidad o de
nou= j se ha usado muchas veces para fuerte, pero la carne es débil"). El actividad espirituales si la dependen-
designar una realidad —o un princi- carácter complejo del concepto de es- cia de la materia es extrínseca, es
pio de actividades— de naturaleza píritu se revela en la abundancia de decir, si la operación de un principio
distinta y casi siempre "superior" a la los usos del término 'espíritu'. Par- material para la producción de activi-
realidad —o principio de activida- tiendo de una idea general de "esen- dades espirituales es una condición
des— designada por el vocablo Yuxh) cia última" de algo, se ha hablado del necesaria, pero no suficiente. Ahora
(psyché) o "alma". Mientras el "alma" "espíritu de la ley" (muchas veces, bien, este "espíritu" no es todavía el
(en este sentido) es algo orgánico o en oposición a la simple "letra de la "espíritu puro". Para la existencia de
protoorgánico, o algo afectivo y emo- ley"), del "espíritu de una época", este último es menester que no haya
tivo, etc., el nous es algo "intelec- del "espíritu de las naciones", del "es- ninguna dependencia de lo material,
tual". El "alma" es un principio "vi- píritu del pueblo" ( VÉASE ), del "espí- ni intrínseca ni extrínseca. La espiri-
vificante" mientras que el nous es un ritu positivo" (Comte), etc., etc., etc. tualidad del alma humana es para la
principio "pensante". Algo semejante Para complicar las cosas, el término mayor parte de los autores escolásti-
ocurre con el término pneu=ma. Así, 'espíritu' se usó asimismo en diversas cos una espiritualidad no pura, es de-
pues, en tanto que nou= j y pneu=ma de- épocas para referirse a alguna reali- cir, fundada en una dependencia
signan realidades que trascienden lo dad orgánica o psico-orgánica; tal, extrínseca, y en una independencia
"vital" y lo "orgánico", son traduci- por ejemplo, los llamados "espíritus intrínseca, cuando menos en su ser. A
bles por 'espíritu'. Por lo demás, el animales" y "espíritus vitales". veces se distingue entre espíritu, en
término 'espíritu' procede del latín En vista de todo ello, podría pre- cuanto forma viviente inmaterial, y
spiritus, el cual, si bien originariamente guntarse si no sería mejor desterrar de espíritu puro, en cuanto substancia
designa "soplo", "aliento", "exhala- la filosofía los vocablos 'espíritu' y 'es- (no meramente forma) inmaterial.
ción", etc., se ha usado asimismo, y piritual', sobre todo si se tiene pre- Otro contexto en el cual los térmi-
con frecuencia, para referirse a algo sente que en algunos idiomas moder- nos 'espíritu' y 'espiritual' alcanzan
esencialmente inmaterial y dotado de nos se confunde entre lo "espiritual" un sentido más definido que el común
"razón" — a algo, pues, semejante a y lo "mental" y en otros se distingue y vago es el de las filosofías de corte
lo designado mediante los dos indica- entre ellos. Hay, sin embargo, una o tradición "espiritualista". Esta
dos vocablos griegos. posibilidad de hacer más preciso el tradición es muy variada. Puede
Sin embargo, militan en contra de sentido de 'espíritu' y 'espiritual', y incluirse en ella el "inmaterialismo"
la traducción propuesta el que nou= j es confinar estos términos a concep- (por ejemplo, de Berkeley), ciertas
y pneu=ma se hayan traducido asimis- ciones filosóficas en las cuales tiene formas de "eclecticismo" (especial-
mo, y más adecuadamente, por otros un sentido preciso, o relativamente mente el de Victor Cousin) y las co-
vocablos. Por ejemplo, no se dice "es- preciso — o, en todo caso, más preci- rrientes en las cuales se afirma la
píritu activo" y "espíritu pasivo", sino so que el uso general de 'espíritu' existencia y con frecuencia realidad
"entendimiento activo" y "entendi- para designar o una "esencia última" preeminente de un "yo interior pro-
miento pasivo" o bien "intelecto acti- o alguna "actividad superior del al- fundo" no identificable con lo psíqui-
vo" e "intelecto pasivo". Por otro la- ma". Ello ocurre principalmente en co y menos aun identificable con lo
do, aunque se dice "Espíritu Santo" tres contextos, a los que nos referire- psíquico-orgánico (aunque posible-
para traducir a)/gion Pneu=ma , hay que mos de inmediato. mente revelable a través de este últi-
tener en cuenta que en otros casos El primero es el del vocabulario mo). Ejemplos de esta última forma
572
ESP ESP ESP
los tenemos en diversas filosofías des- la "filosofía del Espíritu" sucede y formulación de la filosofía del Espí-
arrolladas en Francia (Maine de Bi- supera la "lógica" y la "filosofía de la ritu como "acto puro" (Gentile).
ran, Lachelier, Bergson, etc.). Naturaleza". Ello no significa que el Menos ligados a Hegel se hallan cier-
El último contexto es, a nuestro Espíritu "aparezca" solamente des- tos autores de la escuela neokantiana
entender, el más importante desde el pués del "Ser" y de la "Naturaleza"; de Badén (véase BADÉN [ESCUELA
punto de vista de la filosofía contem- éstos eran Espíritus "antes de serlo" DE ]); la preocupación por los proble-
poránea. Es el que se originó en par- por lo menos en el sentido en que mas de la estructura y formas de la
te dentro del idealismo alemán, al- eran caminos (dialécticos) hacia la realidad cultural e histórica llevó a
canzó gran desarrollo con Hegel y se autorrealización del Espíritu. Este úl- tales autores (como Rickert y Win-
ha manifestado durante las últimas timo alcanza el estadio que le es pro- delband) a estudiar el "espíritu obje-
décadas en una serie de doctrinas so- pio al comenzar el regreso de la Na- tivo" o, si se quiere, las "objetivacio-
bre "el ser espiritual", ya sea como turaleza hacia sí misma en el reino de nes espirituales". También han desa-
un modo de ser específico, ya como la conciencia de sí. Este regreso tiene rrollado teorías o filosofías del espíritu
la manera de ser propia del hombre tres etapas, las cuales corresponden a autores como Léon Brunschvicg ( VÉA-
como "ser histórico". Nos referiremos las tres nociones hegelianas del Espí- SE ) y R. Eucken (v.). El primero
brevemente a las citadas corrientes. ritu: el Espíritu subjetivo, el Espíritu describió "la vida espiritual" como
Uno de los vocablos más abundan- objetivo y el Espíritu absoluto. La una realidad simultáneamente inteli-
temente usados por los idealistas ale- filosofía del Espíritu como Espíritu gente y activa. El segundo acentuó la
manes fue el vocablo Geist — que se subjetivo estudia el emerger del Es- autonomía de la "vida espiritual" y
traduce muy adecuadamente por 'es- píritu desde su situación de "hundi- propuso un método noológico (VÉASE
píritu'. Importante dentro del pen- miento" en la Naturaleza, el desarro- [debe tenerse presente que el signifi-
samiento idealista, fue por un lado la llo de la conciencia y el desenvolvi- cado de 'noológico' en Eucken no es
idea de una contraposición entre Es- miento del sujeto como sujeto práctico el mismo que en autores anteriores a
píritu y Naturaleza y por otro lado la (moral) y teórico ( cognoscente ). La Hegel, como Crusius, para quien la
idea de una "conciliación" de ambas, filosofía del Espíritu como Espíritu noología (o teoría del espíritu) equi-
o de una "absorción" de la "tensión" objetivo estudia los modos como el vale más bien a la "psicología racio-
apuntada mediante "el Espíritu". Nos Espíritu subjetivo se "fija" en la mo- nal", o que en autores muy alejados
limitaremos aquí a referirnos a Hegel. ralidad, el Estado y la historia. La de Hegel, como Hamilton, donde la
Este autor habla a veces de "Idea" y filosofía del Espíritu como Espíritu noología es la doctrina de la razón o,
de "Idea absoluta" como si fuesen lo absoluto estudia el cumplimiento de mejor dicho, de los principios racio-
mismo que el "Espíritu" (Geist). Y la evolución o autodesarrollo del Es- nales]). El método noológico de Euc-
en cierta medida son lo mismo, sólo píritu en el arte, la religión y la filo- ken es, o pretende ser, un método
que la Idea es el aspecto abstracto de sofía. La última etapa es la historia específico para el estudio de la vida
la realidad concreta y viviente del de la filosofía misma, que culmina en espiritual, la actividad espiritual y las
Espíritu. La dificultad de circunscri- el sistema hegeliano del Espíritu. objetivaciones espirituales — método
bir la noción de Espíritu se debe a La noción hegeliana de espíritu ha distinto, y aun opuesto, al de las cien-
que de alguna manera el Espíritu es influido grandemente en muchas co- cias naturales. En todos estos auto-
"todo". Ahora bien, antes de ser "to- rrientes filosóficas, incluyendo algunas res el espíritu es presentado como una
do" o, más propiamente, "la verdad que han rechazado formalmente la realidad por así decirlo "viviente" y
de todo", el Espíritu comienza por metafísica de Hegel o que han queri- activa. Ludwig Klages (VÉASE), en
ser una verdad parcial que necesita do purificarla de su "dialéctica". Ello cambio, ha hablado del Espíritu
completarse. El Espíritu aparece co- no quiere decir que las investigacio- (Geist) en oposición al alma (Seele).
mo el objeto y el sujeto de la con- nes sobre la naturaleza de la llamada Según Klages, el Espíritu reseca, des-
ciencia de sí. Pero el Espíritu no es "realidad espiritual" y los esfuerzos integra y destruye mientras que el
algo particular — y menos todavía realizados con el fin de exhibir los alma vivifica, integra y crea.
una "substancia particular": el Es- grados y formas de tal realidad sean El problema del método para el
píritu es un Universal que se despliega simplemente desarrollos del pensa- estudio de la realidad espiritual y sus
a sí mismo. La "fenomenología del miento hegeliano. Con esta reserva a formas, y la cuestión de si tal método
Espíritu" es la descripción de la his- la vista, mencionaremos las tesis prin- es o no distinto del método (o méto-
toria de este auto-despliegue, en el cipales de algunas de las corrientes dos) empleados por las ciencias natu-
curso del cual se hallan los "objetos" filosóficas aludidas. rales, ha ocupado a no pocos filósofos.
en los cuales, por los cuales y también Dentro de una tradición más o me- Entre ellos destaca Dilthey ( VÉASE ).
contra los cuales el Espíritu se realiza. nos hegeliana se hallan las filosofías Éste ha distinguido entre ciencias de
Al llegar al último estadio de su des- del Espíritu elaboradas por idealistas la Naturaleza (Naturwissenschaften) y
envolvimiento el Espíritu se reconoce ingleses, norteamericanos e italianos. ciencias del Espíritu ( Geisteswissen-
como una Verdad que es tal solamente Destacan a este respecto las filosofías schaften). Se ha indicado a veces que
porque ha "absorbido" el error, la de Croce (VÉASE) y Gentile (v.), es- la expresión 'ciencias del Espíritu' tie-
negatividad y la parcialidad. La filo- pecialmente en tanto que han hecho ne un sentido similar a expresiones
sofía es, en cierto modo, "filosofía del formalmente uso de la noción de es- tales como 'ciencias naturales', 'cien-
Espíritu". Ahora bien, Hegel llama píritu. Importantes al respecto son las cias humanas', 'ciencias humanísticas',
también así a la tercera sección de la distinciones entre los aspectos teórico etc., etc., pero ello no es del todo cier-
Enciclopedia de ciencias filosóficas; y práctico del Espíritu (Croce) y la to, pues, en la acepción diltheyana
573
ESP ESP ESP
cuando menos, "ciencias del espíritu" forman un todo homogéneo compara- ante lo que es y lo que vale. Ahora
no son simplemente un conjunto de ble al de las ciencias naturales. No bien, contra lo que creían "los anti-
disciplinas literarias, morales y políti- poseen tampoco ni un método común guos" el espíritu no es para Scheler
cas, sino un grupo de ciencias carac- ni ningún conjunto de supuestos me- un principio universal y activo. El es-
terizadas por un método: el método todológicos comunes, por lo cual son píritu no es sólo el resultado de la
"científico-espiritual" ( geisteswissen- "imposibles". Varios autores para represión de los impulsos naturales,
schaftliche Methode) a que nos he- quienes hay (por lo menos en princi- pero no es tampoco el principio su-
mos referido en el artículo sobre el pio) una continuidad entre todas las premo de actividad. Asentado sobre la
citado pensador. Este método ha sido ciencias, manifiestan que ello no sig- psique, el espíritu es la parte superior,
elaborado por numerosos autores (E. nifica que las ciencias del espíritu mas también la más débil del "ser".
Spranger, E. Rothacker, H. Leisegang, puedan reducirse a las ciencias natu- El espíritu logra influir sólo en cuanto
M. Frischeisen-Köhler, Hans Frayer, rales o, más específicamente, que los se ponen a su servicio los impulsos
etc.). Observemos solamente que métodos o el lenguaje de las primeras naturales. Éstos quedan determinados
Spranger ha elaborado una teoría del sean reducibles a los métodos o al por el espíritu. Sin embargo, la deter-
espíritu objetivo concebido como el lenguaje de las segundas. Pero que minación no es causa, sino una direc-
conjunto de objetivaciones de la vida no haya tal reducción (VÉASE ) no ción. El espíritu dirige y canaliza la
individual, como las formas superindi- equivale a una separación completa energía de los impulsos. Por eso la
viduales dotadas de sentido (Sinn) y entre ambos grupos de ciencias; hasta historia no debe explicarse a base de
susceptibles de comprensión ( VÉASE) es posible que unas se apoyen en impulsos ciegos ( el impulso sexual, la
y que Freyer ha establecido una cla- otras sin "reducirse" a ellas. necesidad económica, etc. ), pero tam-
sificación de las formas del espíritu Terminaremos refiriéndonos breve- poco como resultado de una actividad
objetivo en cinco grupos: las forma- mente a las opiniones de Max Scheleí puramente espiritual. La historia pue-
ciones con sentido propio, los útiles, y de Nicolai Hartmann sobre la idea de explicarse sólo —metafísicamente
los signos, las formas sociales y el del espíritu y los caracteres de la "rea- hablando— por medio de la conjun-
proceso educativo. lidad espiritual". Tanto Scheler como ción de factores reales (impulsivos) y
Es común considerar que las cien- N. Hartmann han recibido influencias determinaciones ideales (espirituales).
cias del espíritu comprenden, por un diversas (fenomenología, Dilthey, neo- N. Hartmann considera que el es-
lado, la psicología ( la "psicología des- kantismo, "neohegelianismo", etc.), píritu es la parte del ser por la cual
criptiva y analítica" en sentido dilthe- pero el resultado de sus trabajos no penetran los valores. El espíritu es
yano) y, por el otro, las "ciencias de puede reducirse simplemente a tales como una zona de contacto de lo hu-
la cultura". La psicología es ciencia influencias. mano con lo ideal. N. Hartmann se
del espíritu individual y subjetivo; las El problema del espíritu se halla ha ocupado especialmente de la cues-
ciencias de la cultura son ciencias del unido en Scheler al problema de la tión de los "grados del ser espiritual".
espíritu objetivo. Las ciencias cultura- constitución de una antropología (VÉA- Siguiendo a Hegel, N. Hartmann dis-
les como ciencias del espíritu se ocu- SE ) filosófica y, por tanto, al de la tingue entre el espíritu individual (o,
pan de la realidad psico-espiritual en esencia del hombre. Al examinar lo mejor, personal) y el espíritu objeti-
tanto que objetivada o constituida por que distingue al hombre del resto de vo. A diferencia de Hegel, sin embar-
las llamadas a veces "formas transub- la realidad, y en particular de los ani- go, considera que el espíritu objetivo,
jetivas", las cuales poseen "sentido" y males superiores, Scheler manifiesta bien que superindividual, no es subs-
se fundan de algún modo en viven- que no es la memoria asociativa ni la tancial.
cias orginarias (véase VIVENCIA). Así inteligencia práctica, ni menos aun el Indicamos a continuación, por or-
tales ciencias se ocupan del Estado, psiquismo (que es común a todo ser den cronológico, diversas obras en las
de la sociedad, del arte, del lenguaje, viviente): es el espíritu. Éste se dis- cuales se trata, desde diversos puntos
de la historia, etc. tingue de la psique y de la vida; es de vista, el problema del significado
del concepto "espíritu" y la cuestión
Se ha discutido a menudo si las un principio "que se opone a toda de la naturaleza del espíritu y la vida
ciencias del espíritu son o no inde- vida en general" y que no puede re- espiritual.
pendientes de las ciencias naturales. ducirse a la razón, porque ésta es uno Rudolf Eucken, Die Einheit des
Los autores últimamente citados, y de sus "momentos" o formas. El espí- Geistesleben in Bewusstsein und Tat
en particular Dilthey, se han manifes- ritu es el conjunto de los actos supe- der Menschheit, 1888. — íd., id., Der
tado a favor de una casi completa riores centrados en la unidad dinámi- Kampf um einen geistigen Lebens-
independencia mutua. Los autores de ca de la persona (v. ). Estos actos no inhalt, 1896 (trad. esp.: La lucha por
un contenido espiritual de la vida,
tendencia naturalista y otros que, sin son sólo de naturaleza pensante, sino 1925). — G. Class, Untersuchungen
ser naturalistas, no se adhieren a la también emotiva. El acto espiritual zur Phänomenologie und Ontologie
idea de la división del globus intellec- por excelencia es la intuición de esen- des menschlichen Geistes, 1896. —
tualis en dos hemisferios incomunica- cias. Las notas características del es- Léon Brunschvicg, Introduction à la
dos, sostienen o que no hay distinción píritu son: libertad, objetividad, con- vie de l'esprit, 1900. — Hermann
de principio entre las ciencias natu- ciencia de sí. Por la libertad el espíritu Siebeck, "Neue Beiträge zur Entwick-
rales y las llamadas "ciencias del es- se distingue de lo psicofísico. Por la lungsgeschichte des Geist-Begriffs",
Archiv für Geschichte der Philosophie,
píritu" o que si hay distinción es gra- objetividad, trasciende el medio natu- XXVII (1914), 1-16. — Hans Freyer,
dual y no tajante. Algunos autores ral y reconoce la realidad en su ver- Der Begriff Geist in der deutschen
(como J. Kraft, op. cit. infra) decla- dad. Por la conciencia de sí, alcanza Philosophie von Kant bis Hegel, 1908
ran que las ciencias del espíritu no la autoposesión. El espíritu se inclina
574
ESP ESP ESP
(Kantstudien. Ergänzungshefte 7). — agregar algunas de autores a que nos ESPIRITUALISMO se entiende:
Helmut Plessner Grundlinien zu einer hemos referido en el texto (Croce, (1) En sentido psicológico, como la
Aesthesiologie des Geistes, 1923. — Gentile principalmente; también Louis afirmación del primado del espíritu en
Hans Freyer, Theorie des objektiven Lavelle, René Le Senne). Obras en la explicación de los fenómenos psí-
Geistes, 1923, 3a ed., 1934. — Theo- inglés donde se trata el problema del quicos. (2) En sentido metafísico,
dor Erismann, Die Eíngenart des espíritu como algo distinto de la "psi- como la afirmación de que el mundo
Geistigen, 1924. — J. Hessing, Zelf- que" son, entre otras: G. F. Thomas,
bewusstwording des geestes, 1925 (en The Spirit and Its Freedom, 1939. — se halla constituido, en su fondo úl-
trad. alemana: Das Selbsbewusstwer- E. S. Brightman, The Spiritual Life, timo, por lo espiritual. Ambas signi-
den des Geistes, 1936). — E. Wechss- 1942. — Otras obras en inglés donde ficaciones se unen muchas veces
ler, Esprit und Geist, 1927. — José se trata del concepto de mind (tales cuando, al sostenerse el esplritualismo
Ortega y Gasset, "Vitalidad, alma, es- como C. W. Morris, Six Theories of metafísico, se considera que esa subs-
píritu", El Espectador, V, 1927, Mind, 1932, y G. Ryle, The Concept tancia espiritual que constituye el
reimp. en Obras completas, II. — Max of Mind, 1949) no se refieren al espí- fondo de lo existente es de carácter
Scheler, Die Stellung des Menschen ritu en el sentido tratado en el pre- psíquico. Así ocurre, por ejemplo, en
im Kosmos, 1928 ( trad. esp. : El puesto sente artículo. Más cerca de este con-
del hombre en el cosmos, 1929). — cepto se halla G. Santayana en The Leibniz y Lotze. Lo psíquico es en
Othmar Spann, Der Schöpfungsgang Realm of Spirit, 1940. Erwin Schrö- este caso una realidad que tiene di-
des Geistes, 1928. — Richard Kröner, dinger, Mind and Matter, 1956 (The versos grados, que va desde la in-
Die Selbstverwirklichung des Geistes. Tarner Lectures, 1956; trad. esp.: La consciencia absoluta hasta la con-
Prolegomena, zur Kulturphilosophie, mente y la materia, 1958) dilucida ciencia absoluta, hasta el espíritu en
1928. — Gallo Galli, Saggia sulla dia- algunos aspectos que pueden entrar el sentido más propio del vocablo.
lettica della realtà spirituale, 1933, 3a en la idea de "espíritu", aunque siem- El esplritualismo desemboca de este
ed., 1950. — Id., id., Linee fonda- pre muy próximos a la idea de "reali- modo con frecuencia en el monismo,
mentali di una filosofía dello spiríto, dad mental". Para la oposición en- pues tiende a concebir la realidad ma-
1962. — F. Noltenius, Materie, Psy- tre alma y espíritu a favor de la pri-
che, Geist, 1934. — Nicolai Hart- mera: Ludwis Klages, Der Geist als terial como fundada en la espiritual,
mann, Das Problem des geistigen Widersacher der Seele, 1929. — Para como el aspecto mecánico, extenso e
Seins, 1934. — Francisco Romero, Fi- el espíritu en el sentido sui generis inerte del espíritu. Sin embargo, no
losofía de la persona, 1934. — Id., id., de Jung (VÉASE ): C. G. Jung, Sym- todo esplritualismo es monista. No lo
Teoría del hombre, 1952. — Hermann bolik des Geistes. Studium über psy- es, por ejemplo, el esplritualismo de
Glöckner, Das Abenteuer des Geistes, chische Phänomenologie, 1948 (trad. Berkeley y Collier. Según William
1938. — Hermann Schmalenbach, esp.: Simbología del espíritu, 1962). James (A Pluralistic Universe, Cap.
Geist und Sein, 1939. — A. Carlini, — Para la idea del espíritu en N. I), el esplritualismo se subdivide en
La vita dello spirito, 1940. — Id., id., Hartmann: S. Breton, L'Être spiritual. dos especies: el esplritualismo "más
Lineamenti di una concezione realis- Recherches sur la philosophie de N. íntimo" (monista) y el esplritualismo
tica dello spirito umano, 1942. — W. H., 1962.
Szilasi, Macht imd Ohnmacht des De las numerosas obras sobre "menos íntimo" (dualista). "La espe-
Geistes, 1946. — Fritz Medicus, Na- "ciencias del espíritu" destacamos: cie dualista es el teísmo, que ha sido
tur und Geist, 1946. — Theodor Litt, W. Dilthey, Einleitung in die Geis- elaborado por los filósofos escolásti-
Mensch und Welt. Grundlinien einer teswissenschaften, 1883 (Gesammelte cos, en tanto que la especie monista
Philosophie des Geistes, 1948, 2a ed., Schriften, I, 1922; trad. esp. cit. en es el panteísmo, del cual se habla a
1961. — P. Wust, Dialektik des Geis- bibliografía de Dilthey [Wilhelm]). veces simplemente como de un idea-
tes, 1950. — L. Lupi, Preliminari di — E. Rothacker, Einleitung in die lismo, y a veces como del idealismo
una metafísica dello spirito, 1954. — Geisteswissenschafften, 1920. — Id., "post-kantiano" o 'absoluto'." A su
Ugo Redaño, Natura e spirito, 1954. id., Logik und Systematik der Geistes- vez, el esplritualismo de índole "más
— Imgard Gindl, Seele und Geist. wissenschaften, 1926, 3a ed., 1948. —
Versuch einer Unterscheidung, 1955. íntima" se subdivide en otras dos es-
Erich Becher, Geisteswissenschaft und pecies (o subespecies): una de forma
— Wolfgang Cramer, Grundlegung Naturwissenschaft, 1921. — E. Spran-
einer Theorie des Geistes, 1957. — más monista y otra de forma más plu-
ger, Der Sinn der Voraussetzungslosig-
José Camón Aznar, El ser en el espí keit in den Geisteswissenschaften, ralista. Esta última es la defendida
ritu, 1959. — André Marc, L'Être 1929. — Julius Kraft, Die Unmöglich- por el propio James.
et l'Esprit, 1955 (trad. esp.: El ser y keit der Geisteswissenschaft, 1934, 2a Por todas estas posibles divisiones,
el espíritu, 1962. — M. F. Sciacca, ed., 1959. — F. Schmidt, Kleine Lo el término 'espiritualismo' resulta un
Qué es el esplritualismo contemporá tanto ambiguo. Pero, además, la defi-
neo (trad. esp., 1962 [Esquemas, 55]. gik der Geisteswissenschaften, 1938.
La abundancia de obras alemanas — Juan Roura Parella, Spranger y las nición del término se complica por la
e italianas citadas refleja el hecho de ciencias del espíritu, 1944, especial definición que cada una de las ten-
que en Alemania y en Italia se ha mente Caps, II, III y IV. E. Grassi y dencias espiritualistas da del predica-
desarrollado muy particularmente la Th. von Uexküll, Vom Ursprung und do 'es espiritual'. Así, unos reducen lo
"filosofía del espíritu". Hay que te- Grenzen der Geisteswissenschaften espiritual a lo inmaterial puro y sim-
ner en cuenta que muchas obras que und Naturwissenschaften, 1950 (trad. ple; otros lo identifican con lo psíqui-
no se refieren especialmente al espí- esp.: Las ciencias de la Naturaleza y
ritu tratan asimismo de él. Tratan del espíritu, 1952). — Véase asimis co en general; otros, finalmente, sos-
también de la cuestión del espíritu mo bibliografía de BADÉN ( ESCUELAS tienen el primado del espíritu inclusive
la mayor parte de obras sobre el idea- DE ), CULTURA. sobre la psique, la vida y la materia,
lismo (VÉASE) alemán y sus diversas ESPÍRITU OBJETIVO. Véase ES- ya sea como una realidad superior,
ramificaciones en varios países. Por PÍRITU.
ya como la realidad de la cual las
lo demás, a las obras citadas hay que demás son manifestaciones.
575
ESQ ESQ ESQ
Cuando se habla de la filosofía posible una ciencia de la Naturaleza). imágenes (véase FANTASÍA, IMAGINA-
espiritualista en la filosofía, hay que Se plantea con ello lo que Kant llama CIÓN).
precisar lo que se entiende por 'espi- el problema de "la subsunción de las Ejemplos de esquemas son: el es-
ritualista'. El término 'espiritualista' es intuiciones bajo los conceptos puros". quema de la magnitud (cantidad) en
con gran frecuencia un vocablo po- Hay que investigar, en suma, cómo cuanto concepto del entendimiento es
lémico con el cual se pretende im- pueden aplicarse los conceptos puros el número —en cuanto unidad debida
pugnar o defender cierta vaga ten- del entendimiento (categorías) a la al engendrarse el tiempo en el curso
dencia al "primado de lo espiritual". experiencia. de la aprehensión de la intuición—;
Así ha ocurrido, por ejemplo, en gran Kant señala que debe haber un ele- el esquema de la substancia es la per-
número de polémicas sobre la escuela mento que sea homogéneo, por un manencia de lo real en el tiempo; el
de Cousin. La calificación de espiri- lado, con la categoría y, por el otro esquema de la necesidad es la exis-
tualista a una tendencia como si este lado, con la apariencia, de suerte que tencia de un objeto en todo tiempo;
término agotara su definición y diera se haga posible la aplicación de la el esquema de la causalidad es la su-
cuenta cabal de todas sus caracte- primera a la segunda. Se trata de un cesión temporal de la diversidad de
rísticas, a veces sumamente complejas, elemento "mediador", de una "repre- acuerdo con una regla.
es sin duda un residuo de la sentación mediadora" que sea en un Si consideramos ahora la causali-
consideración de la historia de la respecto intelectual y en otro respecto dad, podremos ver mejor en qué con-
filosofía desde el punto de vista de sensible. "Tal representación [media- siste un esquema y, además, reparar
las "sectas". El esplritualismo sería dora entre la categoría y la apariencia en un aspecto básico de la epistemo-
así una "secta" más, opuesta por lo o fenómeno] es el esquema trascen- logía kantiana. Una pura forma lógica
general al materialismo o al sensua- dental." del juicio, como la forma hipotética,
lismo, cierta afirmación de lo espi- "El concepto del entendimiento nada dice sobre la realidad. Es me-
ritual tanto en la metafísica como en —escribe Kant [Cfr. infra para bib.]— nester derivar la categoría de relación
la ética. Pero la oposición mencio- contiene la pura unidad sintética de (causalidad y dependencia). Ésta, a
nada y la calificación de espiritualista la diversidad en general. El tiempo, su vez, no puede directamente apli-
son siempre insuficientes, porque, como condición formal de la diversi- carse a los fenómenos. Pero los fenó-
aparte las múltiples nociones de lo dad del sentido interno y, por lo tanto, menos no revelan (como había dicho
espiritual, ni siquiera la precisión de de la conexión de todas las repre- Hume) más que la sucesión temporal
lo que se entiende por 'espíritu' puede sentaciones, contiene una diversidad sin un lazo causal necesario y univer-
caracterizar propiamente a una direc- a priori en la intuición pura. Ahora sal. La producción del esquema de
ción filosófica. bien, una determinación trascendental causalidad mediador entre la catego-
El espiritualismo contemporáneo se del tiempo es homogénea con la cate- ría y la sucesión temporal permite, en
ha manifestado especialmente en goría que constituye su unidad por cambio, afirmar que hay sucesión
Francia (con la "filosofía del espíri- cuanto es universal y se basa en una temporal de acuerdo con una regla a
tu " de L. La velle y R. Le Se nne regla a priori. Mas, por otro lado, es priori.
( VÉANSE]) y en Italia (con el llamado homogénea con la apariencia [fenó- El propio Kant destacó la dificul-
"espiritualismo cristiano" de muchos meno] en cuanto el tiempo se halla tad del esquematismo del entendi-
autores: M. F. Sciacca, Augusto Guz- contenido en toda representación em- miento en su aplicación a las aparien-
zo, L. Pareyson, Armando Carlini y pírica de la diversidad. Así, una apli- cias al escribir que se trata de "un
otros). cación de la categoría a las aparien- arte oculto en las profundidades del
Perceval Frutiger, Volonté et cias [fenómenos] resulta posible por alma humana cuyos modos reales de
Conscience: Essai de dualisme es- medio de la determinación trascen- actividad la Naturaleza no nos permi-
piritualiste, 1920. — M. F. Sciacca, dental del tiempo, el cual, como es- tirá jamás descubrir y abrir a nuestra
Linee di uno spiritualisme critico,
1936. — F. P. Alessio, Studi sul quema de los conceptos del entendi- mirada". Kant indicó, además, que el
Neospiritualismo, 1953 (sobre la "fi- miento, efectúa la subsunción de las esquema es, propiamente, "sólo el fe-
losofía del espíritu" de Carlini, Guzzo, apariencias [fenómenos] bajo la cate- nómeno o concepto sensible de un
Le Senne, Sciacca, Lavelle, etc.). — goría." objeto en acuerdo con la categoría".
N. Licciardello, Teoria dello spiritua- El esquema es siempre un produc- Por la dificultad tanto de la aplica-
lisme integrale, 1955. — S. Alberghi, to de la imaginación, pero no es una ción de la doctrina del esquematismo
Metafísica e spiritualisti italiani con- imagen. El esquema de un concepto como de la idea misma de "esquema",
temporanei, 1960.
es "la idea de un procedimiento uni- esta parte de la Crítica de la razón
ESQUEMA. Los conceptos puros versal de la imaginación" que hace pura ha suscitado numerosos comen-
del entendimiento en sentido kantiano posible una imagen del concepto. tarios. Nos referiremos a varios ejem-
(véase CATEGORÍA) son heterogéneos Mientras "la imagen es un producto plos de ellos considerando sobre todo
a las intuiciones empíricas y no diga- de la facultad empírica de la imagi- dos aspectos: (1) la cuestión de la
mos a las intuiciones sensibles. Sin nación reproductiva [a veces se lee: naturaleza de los esquemas del enten-
embargo, tales conceptos deben apli- productiva]", el "esquema de los con- dimiento; (2) la cuestión del papel
carse de algún modo a los fenómenos ceptos sensibles, tales como de las que la doctrina del esquematismo del
si los juicios formulados acerca de és- figuras en el espacio, es un producto entendimiento desempeña en la filo-
tos deben tener un carácter universal y, por así decirlo, un monograma de sofía kantiana.
y necesario (es decir, contener un la pura imaginación a priori" por me- ( 1 ) La interpretación "clásica" de
elemento a priori sin el cual no sería dio de la cual se hacen posibles las la doctrina kantiana al respecto es la
576
ESQ ESQ ESQ
que subraya el papel "mediador" de procedimiento con el fin de llegar a ger ha hablado de los "esquemas
los esquemas en el proceso del cono- un fin determinado y específico (por horizontales" al referirse a los tres
cimiento en el nivel del juicio. Una ejemplo, construir círculos), y un es- éxtasis de la temporalidad (véanse
vez admitido este papel "mediador" quema como regla de procedimiento ÉXTASIS, HORIZONTE ). Eugenio d'Ors
se discute acerca de si el procedimien- con el fin de construir fórmulas según ha desarrollado una "filosofía del es-
to de Kant al formular la doctrina del las cuales se cumplen ciertos fines, el quema" según la cual la inteligencia
esquematismo es sintético o analítico. esquematismo aparece siempre como —a diferencia de la razón abstracta y
Si es sintético, entonces "lo primero" una regla de procedimiento que per- de la intuición sensible— es capaz de
son las categorías —cuya significa- mite la "actuación inteligente". Es- captar los "esquemas" de las realida-
ción, cuando no son "aplicadas", es quematizar es, pues, tener un plan, des individuales haciendo éstas inteli-
meramente lógica—; luego vienen los aunque no una imagen. gibles sin destruir su carácter indivi-
esquemas y, con ello, la posibilidad (2) Peirce manifestó que la doctri- dual y concreto. La realidad de las
de aplicabilidad de los conceptos del na kantiana del esquematismo es algo cosas no consiste, según d'Ors, en su
entendimiento. Si es analítico, enton- sobrepuesto a la estructura de la Crí- "fenomenalidad apariencial" ni en su
ces "lo primero" son nociones tales tica de la razón pura. La distinción "abstracta esencia", sino en su "es-
como "substancia", "causa", etc. que tajante entre procesos intuitivos (sen- quema", que es como el orden y la
aparecen como modificadas temporal- sibilidad) y procesos discursivos (en- forma de las cosas. El esquema es,
mente; al analizarse tales nociones se tendimiento) permitió a Kant eman- así, un "universal concreto". "El es-
encuentran las categorías puras. El ciparse del leibnizianismo y concluir quema constituido por una línea que,
procedimiento sintético es el que pa- que no es posible dar ninguna des- a cierta altura, irradia varias líneas,
rece hallarse en la propia exposición cripción general de la existencia. La cada una de las cuales o alguna de
de Kant. Sin embargo, algunos auto- distinción kantiana fue en este senti- ellas, a su vez, irradia a cierta altura
res (como Gottfried Martin) indican do fecunda. Por desgracia, indica nuevas líneas, es... el lugar lógico en
que "para Kant no hay primero una Peirce, fue oscurecida por un lamen- que coinciden entidades tan distintas
categoría pura y luego algo añadido table defecto: el no poder correlacio- como ciertos grupos de palabras en el
a ella en el esquema, sino que la de- nar de nuevo la intuición con el "dis- lenguaje, como los miembros de una
terminación temporal de las catego- curso". Para corregir este defecto, se familia, como un árbol vegetal. . .
rías es algo originaria e inseparable- hizo necesaria la doctrina del esque- Más elementalmente aun, una esfera
mente dado a nosotros y meramente matismo. Ahora bien, si tal doctrina representa el esquema formal común
analizado" (op. cit. infra). no se le hubiese ocurrido a Kant pos- del planeta tierra (sin detenernos aho-
Heidegger (op. cit. infra) mantiene teriormente, como una solución ad ra a considerar hasta qué punto de
una opinión semejante a la última hoc, y hubiese partido de ella, habría regularidad o de exactitud), de una
citada, pero en vez de atenerse a la inundado todo su sistema. Peirce re- naranja, de una gota de mercurio."
interpretación "tradicional" de índole conoce, pues, que la doctrina del es- (La ciencia de la cultura, 1963.) Ors
predominantemente epistemológica quematismo es una teoría fundamen- llama al "pensar esquemático" "pen-
subraya el carácter ontológico de la tal, pero que no encaja dentro de la sar figurativo", pues los esquemas son
doctrina kantiana. Que "el concepto Crítica de la razón pura. las figuras a la vez inteligibles y con-
no sea nada fuera de la unidad regu- Para Heidegger, la doctrina kan- cretas de la realidad. Los esquemas
lativa de la regla" muestra que "lo tiana en cuestión es tan importante, introducen ritmos, formas, "eones",
primero" es la categoría en cuanto que representa "la etapa decisiva en estilos, etc. ( Véase José Luis L. Aran-
esquematizada. Pero ello no es una la instauración del fundamento de la guren, La filosofía de Eugenio d'Ors,
simple cuestión epistemológica; "el metaphysica generalis". La doctrina 1945, págs. 125 y sigs.).
esquematismo pertenece necesaria- del esquematismo es la piedra angu- Para Kant véase K. r. V., A 137 / Β
mente a la trascendencia". Y de ahí lar o pieza fundamental (Kernstück) 176 - A 148 / Β 187. — Casi todas
que "el problema del esquematismo de la Crítica kantiana. Contra la opi- las obras sobre Kant ( VÉASE ) tratan
de los conceptos puros del entendi- nión de muchos autores, que destacan con algún detalle la doctrina del es-
miento sea una cuestión sobre la na- la oscuridad y ambigüedad de esta quematismo. Especialmente detallados
turaleza última del conocimiento on- parte de la Crítica de la razón pura, son los comentarios de obras acerca
de la Deducción trascendental ( VÉA-
tológico". Heidegger opina que "cada palabra SE ). Las opiniones de G. Martin, en
Para T. D. Weldon, lo más impor- ha sido medida". En un sentido pare- I. Kant. Ontologie und Wissenschafts-
tante de la doctrina kantiana que co- cido se manifiesta Roger Duvel (op. theorie, 1951, § 12. — Las de Hei-
mentamos es que permite comprender cit. infra) al decir que la doctrina del degger, en Kant und das Problem der
lo que Kant entendía por 'pensar' esquematismo es el eje de la filosofía Metaphysik, 1929, § § 19-23. — Las
(Weldon, op. cit. infra) — tomando la kantiana. Según Duval, los esquemas de T. D. Weldon, en Kant's Critique
expresión 'pensar' en un sentido res- permiten resolver a fondo el problema of Pure Reason, 2a ed., 1958 [1a ed.,
tringido. Los esquemas son reglas de capital del conocimiento: la unión de 1945], págs. 163-71. — Las de Peir-
procedimiento por medio de las cua- lo a priori con lo a posteriori, y de lo ce, en Collected Papers, 1.35. — Las
de R. Duval, en La métaphysique de
les se llevan a cabo ciertos "planes": necesario con lo contingente. Kant d'après la théorie du schéma-
pensar por medio de esquemas es, Los términos 'esquema' y 'esque- tisme, 1951, passim. — Entre otros co-
pues, "actuar" (inteligentemente). mático' han sido usados en un sentido mentarios, mencionamos: W. Zschok-
Aunque Kant no distinguió claramen- preciso por diversos filósofos contem- ke, "Ueber Kants Lehre vom Schema-
te entre un esquema como regla de poráneos. Así, por ejemplo, Heideg- tismus der reinen Vernunft", Kantstu-
577
ESS ESS EST
dien, XII (1907). — H. Levy, Kants (3) Que los que se oponen a su ateísmo y el escepticismo, defensa del
Lehre vom Schematismus der reinen "tesis" lo hacen por seguir la doctri espiritualismo) y el modo como los
Verstandsbegriffe, I Teil, 1907. — F. na de las "ideas abstractas", con la llevó a cabo (crítica del realismo en
Heinemann, Der Aufbau von Kants cual no se hace sino duplicar innece la doctrina de los universales y de
Kritik der reinen Vernunft und das la epistemología de Locke). En todo
Problem der Zeit, 1911, especialmente sariamente la realidad (Principles,
págs. 131-214. — H. J. Patón, Kant's §§ 5 et al.). caso, aunque sea muy importante el
Metaphysic of Experience. A Com- (4) Que tal "tesis" no se aplica componente epistemológico (y lin-
mentary on the First Half of the sólo a las llamadas "cualidades secun güístico) en las citadas opiniones de
Kritik der reinen Vernunft, 1936, es- darias", sino también a las (errónea Berkeley, sería injusto desestimar por
pecialmente págs. 17-78. — Enzo mente) llamadas "cualidades prima completo el componente teológico.
Paci, "Critica dello schematismo trans- rias" (Principles, § 9; Three Dialo Este último se manifiesta sobre todo
cendentale", Rivista di Filosofía cuando, al plantearse la cuestión de lo
(1955), 387-414 y (1956), 37-56. — gues, I). Es absurdo, pues, afirmar
que existe algo que se llama "mate que ocurre cuando nadie percibe una
Pasquale Salvucci, La dottrina kantia-
na dello schematismo transcendentale ria" o "substancia corpórea". No hay idea, y, sin embargo, el objeto signi-
1957. más substancias que las substancias ficado por ella sigue existiendo, Ber-
ESSE. Véase ENTE, ESENCIA, EXIS- activas, las cuales son espíritus. keley indica que hay un Espíritu Uni-
TENCIA, SER. Las opiniones de Berkeley llevan al versal (Dios) que percibe todo lo
ESSE EST INESSE. Véase ACCI- idealismo y al esplritualismo. Sin em- percibible desde todos los ángulos po-
DENTE , INESSE.
sibles. El fundamento de la percep-
bargo, puede subrayarse asimismo en
ESSE EST PERCIPI. Berkeley ción (o del esse est percipi) es, pues,
ellas el nominalismo y el fenomenis- Dios — y no sólo, como escribe en
(VÉASE) mantenía que todos los obje- mo. Cuando se destaca el idealismo y una ocasión, aunque sin insistir luego
tos del conocimiento son "ideas real- el esplritualismo, el esse est percipi en ello, la mera "posibilidad" de per-
mente impresas en los sentidos, o bien berkeleyano parece estar en contradic- cepción por un espíritu finito.
tales [es decir, tales objetos de cono- ción con el "sentido común". Cuando En la mencionada edición de Luce-
cimiento] que son percibidos al prestar se destacan el nominalismo y el feno- Jessop, los pasajes más pertinentes al
atención a las pasiones y operaciones menismo (y especialmente este últi- asunto tratado se hallan en los si-
del espíritu, o finalmente ideas mo), el "principio" berkeleyano parece guientes volúmenes y páginas: II, 42
formadas con auxilio de la memoria constituir una defensa del sentido y sigs., 50 y sigs., 59, 61, 76, 78 y
y de la imaginación, ya sea compo- común. Además, parece ser no tanto sigs., 80 y sigs., 168, 175, 179, 190,
niendo, dividiendo o meramente re- una afirmación sobre la existencia co- 200, 230, 234, 237, 244, 249, 250,
presentando las que son originaria- mo más bien una interpretación del 257 y sigs.; III, 13; V, 12, 119, 135.
mente percibidas en los modos indi- significado del predicado 'existe'. Es ESTADÍSTICA. Nos limitamos en
cados" (Principles, § 1). Lo que se plausible afirmar que hay en Berkeley este artículo a poner de relieve el pro-
llama "una cosa" significada por me- todas estas intenciones a un tiempo. blema general planteado por el uso
dio de un nombre es una colección En sus Comentarios —los Philosophi- del método estadístico en las ciencias.
de ideas. En consecuencia, el ser de cal Commentaries, antes llamados Prescindiremos de cuestiones técnicas
un objeto consiste en su ser percibido, Commonplace Book of Occasional y de las diferentes formas que adopta
esto es, esse est percipi. Metaphysical Thoughts— Berkeley in- el método estadístico. Conviene com-
A la vez, estas ideas son percibidas dicó ya que "No existen propiamente pletar este artículo con lo dicho en
por un espíritu. Las ideas son pasivas, sino personas, es decir, cosas cons- los dedicados a las nociones de in-
pero el espíritu es activo. El ser de cientes, no siendo las demás cosas ducción y probabilidad ( VÉANSE ).
este último consiste en percibir ideas, tanto existencias como modos de exis-
El ideal de la ciencia durante la
por lo cual su ser puede ser definido tencia de personas" (Notebook B.
época moderna ha sido la formula-
como un percibir, esto es, esse est per- Entry, 24; Works, ed. Luce-Jessop, I,
ción de leyes en las cuales se sos-
cipere. Si consideramos ahora todas 10). Pero también señaló: "No se diga
tenga que un fenómeno o grupo de
las formas de ser posibles, tendremos que suprimo la existencia. Únicamente
fenómenos sigue siempre a la apari-
que el ser sólo o ser percibido o per- declaro el significado del término en
ción de otro fenómeno o grupo de
cibir, de acuerdo con la fórmula esse cuanto puedo comprenderlo" (ibid., -
fenómenos dados. La filosofía sub-
est percipi et [o, mejor, aut] perci- 593; I, 74). Por tanto, las fórmulas
yacente en tal ideal ha sido el de-
pere. berkeleyanas esse est percipi y esse est
terminismo (v. ). Ahora bien, tan
Berkeley se extiende sobre esta percipere constituyen a la vez una tesis
pronto como se suprime de la con-
cuestión manifestando, en defensa de sobre la existencia y una tesis sobre
sideración anterior el vocablo 'siem-
su posición: el significado de 'existe'. Algunos
pre', es menester abandonar el citado
( 1 ) Que ser percibido puede que- autores estiman que la primera tesis
ideal. Si, por ejemplo, establecemos
rer decir asimismo poder ser percibi- se funda en la segunda; otros, que
que un fenómeno dado sigue a un
do (Principles, § 2). Berkeley desembocó en la segunda en
grupo de hechos dados 90 veces por
(2) Que negar su tesis (la cual no vista de la primera. Estimamos aquí
cada 100 veces, formulamos una ley
es, a su entender, una tesis, sino un que ambas tesis se hallan
de tipo distinto de la ley causal de-
hecho primordial innegable) equivale íntimamente relacionadas entre sí
terminista: es una ley estadística. Ob-
a admitir la existencia de realidades dentro del conjunto del pensamiento
servemos que en la formulación de
no percibidas o no percibibles, de las de Berkeley, esto es, si consideramos
tal ley no se supone que por cada
cuales no se puede decir nada. sus varios propósitos (lucha contra el
578
EST EST EST
100 veces que tenemos el grupo de nos objetivos. Aunque en las ciencias aristocracia, tiranía, etc. y se discutía
hechos en cuestión tendremos 90 ve- se usan ambos métodos, conviene cuál era el mejor régimen. Tanto Pla-
ces el referido fenómeno (ni menos distinguirlos. Siguiendo a Carnap, di- tón (véase especialmente Rep., VIII)
que lo tendremos 9 por cada 10 ve- remos que el método estadístico se como Aristóteles (Pol., passim] discu-
ces). En la ley estadística se declara halla ligado al concepto de probabi- tieron ampliamente estos problemas y
que, dado un número suficientemen- lidad como frecuencia relativa, mien- trataron de encontrar el fundamento
te grande de repeticiones del proce- tras que el método inductivo se re- de la legitimidad del poder en el Es-
so considerado, se tiende a obtener fiere al concepto de probabilidad co- tado en un tipo de constitución que
90 una razón de mo grado de confirmación. se hallara distante de la anarquía y
90/100. Por medio del R. von Mises, Wahrscheinlichkeit, de la oligarquía. Que el poder de go-
método estadístico definimos, por con- Statistik und Wahrheit, 1928 (trad. bierno en el Estado sea patrimonio de
siguiente, una cierta área de incerti- esp.: Probabilidad, estadística y ver- los "pocos" no significa, ni en Platón
dumbre, que se va restringiendo a dad, 1948). — M. R. Cohen, É. Na- ni en Aristóteles, que sea un poder
gel, An Introduction to Logic and oligárquico. El poder de los gober-
medida que aumentamos el número Scientific Method, 1934, Cap. XVI.
de casos. El método estadístico hace, — H. Schorer, Grundlegung und nantes no está fundado en los intere-
pues, posible la obtención de un tér- Einführung in die statistische Me- ses particulares de éstos, sino en el
mino medio y, con ello, la realiza- thode, 1946. — Lancelot Hogben, interés del Estado en tanto que com-
ción de uno de los propósitos esen- Statistical Theory: the Relationship of puesto de distintos grupos cuyas rela-
ciales de las ciencias y de la acción Probability, Credibility, and Error, ciones entre sí están determinadas por
humana: la predicción. 1957. — Véase asimismo la bibliogra- la justicia.
El método estadístico es usado hoy fía de INDUCCIÓN y PROBABILIDAD. En la Edad Media la disputa sobre
en todas las ciencias. En algunas de ESTADO. El Estado ha sido tema la naturaleza del Estado versó sobre
ellas —como las ciencias sociales, la de reflexión filosófica en casi todos todo en torno a la supremacía del Es-
biología (teoría de la herencia), et- los grandes pensadores, los cuales, tado sobre la Iglesia o viceversa, en-
cétera— es el método más destacado. en particular desde Platón, han in- tendiéndose por el primero una comu-
En otras —como en la física— des- tentado definir su esencia y su mi- nidad temporal e histórica, y por la
empeña un papel menos decisivo, pero sión con respecto al individuo y a la segunda una comunidad espiritual
de todos modos importante. Ello su- sociedad. En la Antigüedad, el pro- que se halla en la historia, pero que
cede especialmente en la escala mi- blema del Estado era un caso par- trasciende de ella. Las teorías de San
crofísica, en la cual el citado méto- ticular del problema más general de Agustín (V. CIUDAD DE Dios) y de
do es fundamental. Se considera a la justicia, y de ahí que tanto en Santo Tomás de Aquino sobre el Esta-
veces inclusive que la certidumbre la discusión platónica sobre el Estado do, relacionadas con la visión cristiana
alcanzada en las leyes macrofísicas ideal como en los escritos políticos de la historia, concluyen la inferiori-
se debe a la restricción al máximo de Aristóteles, que reanudan, por dad del Estado respecto a la Iglesia,
del área de incertidumbre definida otro lado, los temas puestos en cir- pero mientras para el primero el Esta-
en el área microfísica. Sin embargo, culación por los sofistas, se hable del do es con frecuencia algo malo, para
si hay acuerdo en el uso de los mé- Estado como la mejor organización el segundo es un reflejo de la Iglesia,
todos, no lo hay siempre en la inter- de la sociedad, como aquella forma una comunidad que representa los in-
pretación dada de los mismos. Algu- o articulación de los individuos y de tereses temporales, pero que debe ser
nos autores suponen que se usa el las clases que permite realizar en la guiada por los fines espirituales de
método estadístico porque todavía no medida de lo posible la idea de la la Iglesia. En el Renacimiento se
se ha aprendido a suprimir el área justicia, dando a cada uno lo que opera un cambio radical en la con-
de incertidumbre. Otros, en cambio, de derecho le pertenece. Con ello cepción del Estado; como reacción
señalan que la citada área de incerti- Platón y Aristóteles se oponían por contra la pretensión de predominio
dumbre es una realidad objetiva, que igual a algunos sofistas, quienes esti- de la Iglesia y como consecuencia
el método estadístico se limita a des- maban que el Estado no se halla fun- de la formación de los Estados nacio-
cribir. Estos últimos afirman que, dado en la justicia, sino en "el interés nales, la filosofía del Estado tiende
cuando menos en ciertas esferas de del más fuerte" (Trasímaco en Pla- como, por ejemplo, en Maquiavelo
la realidad, hay azar y no determina- tón, Rep., I), anticipando con ello al- (como ya ocurrió en Marsilio de Pa-
ción. Hay que tener cuidado, con gunos de los temas del maquiavelis- dua), a una exigencia de separación
todo, de no confundir el azar con mo, de la teoría del contrato social rigurosa del Estado y de la Iglesia, a
la libertad; hablar, por ejemplo, de (v.) y del totalitarismo modernos. Para la cual se niega toda soberanía tempo-
"la libertad de un electrón" es una tales sofistas, el Estado se halla bási- ral como paso al primado del Estado.
emta/basij ei)j a)/llo ge/ noj contra camente ligado al "poder". Con ello el Estado es desvinculado,
la cual el filósofo y el científico deben Especialmente a partir de Platón por una parte, de su fundamento
precaverse. ocupó grandemente a los griegos la divino y es decididamente insertado
El método estadístico es uno de cuestión de los diversos posibles tipos en la temporalidad y en la historia.
los métodos de la probabilidad: el de Estado de acuerdo con el grupo o Se enlazan con ello diversas teorías
que se refiere a fenómenos objetivos. grupos que ejercieran el poder, es de- utópicas acerca del Estado ideal
Ño debe confundirse este método con cir, la cuestión de la "constitución —Campanella, Tomás Moro— que,
los inductivos, los cuales se refieren política". Se hablaba a este respecto continuando la ruta iniciada por Pla-
a proposiciones sobre tales fenóme- de timocracia, oligarquía, democracia, tón, intentan encontrar una organi-
579
EST EST EST
zación de tal Índole que sea posible das las funciones que pudieran co- "el orden estatal es la forma extrema
en ella la paz y la justicia. Durante rresponder tanto a una clase como de lo colectivo", "el superlativo de lo
los siglos XVII y XVIII predomina la a un individuo o a una Iglesia. El social". El Estado, siempre que no
teoría del Estado como pacto (V. Estado es para Hegel el lugar donde pretenda sustituir a la sociedad, se
CONTRATO SOCIAL), ya sea en cuanto el espíritu objetivo, vencida la opo- limita a intervenir en ella cuando,
contrato realizado por los hombres sición entre la familia y la sociedad dentro de las actividades sociales que
para evitar el aniquilamiento final civil, llega a realizarse plenamente. han surgido espontáneamente, en-
que produciría la guerra de todos El que rige el Estado debe ser, con- cuentra algunas que son ineludibles,
contra todos (Hobbes), ya sea como forme a la teoría romántica, el repre- que deben ser conservadas, manteni-
renuncia al egoísmo producido por sentante del "espíritu del pueblo" (v.) das y ordenadas. La actividad espon-
el estado innatural de civilización, y o "espíritu nacional" (Volksgeist), el tánea social queda entonces estatifi-
consiguiente sometimiento a la que cumple los fines objetivos plan- cada, oficializada. Por eso el Estado
voluntad general (Rousseau). Pa- teados por este espíritu. es, en el fondo, la fijación y determi-
ralelamente se desenvuelve la teoría La discusión sobre el Estado se nación de toda espontaneidad social.
del Estado como comunidad de los mueve durante casi todo el siglo XIX La filosofía del Estado tiene por
hombres libres, los cuales son más dentro de los rieles de la lucha entre misión definir la esencia del Estado
libres precisamente porque viven en el individualismo y el colectivismo. y determinar sus formas efectivas y
el Estado "según el decreto común" En ambos casos es concebido el Es- posibles. Para ello debe procurar
(Spinoza). El Estado es así aquella tado como un equilibrio, pero mien- ante todo establecer una distinción
organización de la sociedad que ga- tras para el primero es el equilibrio entre lo que aparece casi siempre
rantiza la libertad, cuyo fin es, en de la tensión entre las voluntades confundido y mezclado —Estado, na-
realidad, la libertad, por la cual se particulares, para el segundo es el ción, pueblo, sociedad— y precisar
entiende casi siempre la libertad de equilibrio resultante de la supresión la función del Estado dentro de cada
pensamiento o, mejor dicho, la libertad de estas voluntades, cuya presencia una de estas realidades y como re-
de profesar una religión sin so- y actuación se suponen nocivas para unión parcial de todas ellas. En sus
metimiento forzoso a la oficial del el Estado. En el marxismo, el Estado investigaciones, la filosofía del Estado
Estado. El Estado aparece aquí ya representa el dominio de una clase, se relaciona íntimamente con la filo-
en gran parte como un equilibrio, la cual ejerce desde el poder, bajo sofía del Derecho, con la sociología
equilibrio de las distintas sectas reli- la máscara del equilibrio y de la y, desde luego, con la ciencia y la
giosas, por un lado, y de las clases justicia, su propia y particular do- filosofía de la historia. No debe con-
por otro. Durante la Ilustración, el minación, y por eso en tal doctrina fundirse, sin embargo, la filosofía del
Estado es concebido muchas veces, se propugna la desaparición del Es- Estado con la ciencia del Estado;
de acuerdo con la doctrina del "des- tado una vez que se haya conseguido, la primera es la reflexión filosófica
potismo ilustrado", como aquella or- mediante la dictadura proletaria, la sobre la realidad llamada "Estado",
ganización que puede conducir a los abolición definitiva de las clases. La realidad que aparece en la vida hu-
hombres por el camino de la razón supresión de la tensión entre las cla- mana y debe ser comprendida como
frente al oscurantismo, las nieblas y ses mediante una dictadura aparece una forma de esta vida; la segunda
las supersticiones del pasado. Para de nuevo en los llamados Estados to- comprende, en cambio, el estudio
Kant, el Estado debe estar constituido talitarios, donde toda actividad queda concreto de la organización y estruc-
de tal modo que, sea cual fuere su integrada en el cuerpo del Estado, tura del Estado, la teoría general de
origen histórico, la ley corresponda a identificado con un partido que pre- su constitución.
una organización establecida por tende representar a su vez la nación, Teorías jurídicas y filosófico-jurí-
pacto y contrato. La libertad es tam- la raza, el pueblo, etc. En el Estado dicas sobre el Estado: Georg Jellinek,
bién el fin del Estado, pero esta totalitario queda excluido todo lo Allgemeine Staatslehre, 1900 (trad.
libertad no debe entenderse como una que no se halle al servicio del Estado, esp.: Teoría general del Estado, 2
arbitrariedad subjetiva, sino como el vols., 1914-15). — O. G. Fischbach,
toda actividad espontánea desenvuelta Allgemeine Staatslehre, 2a ed., 1928
respeto de la libertad moral de cada al margen de él, que es estimada (trad. esp.: Teoría general del Esta-
uno a la libertad moral del conjunto, simultáneamente opuesta a él. La do, 1934). — Hans Kelsen, Allge-
hecha posible mediante la ley. Los ascendencia hegeliana de estos tipos meine Staatslehre, 1925 (trad. esp.:
componentes del Estado son, en de Estados resulta sobre todo evi- Teoría general del Estado, 1934).
cuanto hombres, fines en sí que deben dente en la propensión a la diviniza- — R. Carré de Malberg, Contribution
someterse al fin en sí de su ción del Estado y a su confusión con à la théorie générale de l'État, I, 1920;
moralidad y que no deben ser em- II, 1922 (trad. esp.: Teoría general
todas las instancias —sociedad, na- del Estado, 1948). — L. T. Hobhouse,
pleados en ningún caso como medios. ción, pueblo— que significan reali- The Metaphysical Theory of the
En cambio, la filosofía romántica dades muy diferentes, por íntima State). 1918 (Parte I de los
desarrollada en Alemania al hilo de que sea su vinculación con la orga- Principles of Sociology de dicho
un violento despertar nacionalista, nización estatal. autor). — Othmar Spann, Der wahre
tiende a identificar la nación con el El Estado es, en realidad, como Staat, 1921. — F. Oppen-heimer,
Estado y a atribuir a éste, como señala Ortega y Gasset, un modo o System der Soziologie (vol. II: Der
verdadero representante de aquélla, Staat, 1926). — Hans Freyer, Der
porción de la sociedad; en el Estado Staat, 1925. — Ha-rold T- Laski, The
de la comunidad de todos los hom- quedan potenciadas todas las vigen- State in Theory and Practice, 1935.
bres unidos por un mismo fin, to- cias sociales, hasta el punto de que — Karl Petras-
580
EST EST EST
hek, System der Philosophie des Staa- tado", o, más precisamente, varios En cierto sentido se puede decir en-
tes und des Völkerrechts, 1938. — modos de "estar". Puede decirse que tonces que el ser de cada cosa es pro-
R. G. Collingwood, The New Le- el "estar" es una de las maneras del piamente (y hasta formalmente) su
viathan, or Man, Society, Civiliza- "ser". Pero a la vez puede admitirse "estado" o su "estar".
tion and Barbarism, 1942. — Agustín el "estar" como un modo distinto del
Basave Fernández del Valle, Teoría Las ideas sobre el status naturae o
del Estado. Fundamentos de filosofía "ser". Como ha indicado Julián Ma- "estado de Naturaleza" —es decir, al
política, 1955. — Concepto sociológico rías (Ensayos de convivencia, 1955; supuesto estado natural del hombre
y concepto jurídico: Hans Kelsen, Der reimp. en Obras completas, III [1959], antes de la sociedad— han abundado
soziologische und der juristische págs. 172-3), el uso (y, además, la en la época moderna; nos hemos refe-
Staatsbegriff, 1928. — Fenomenología posibilidad de frecuencia del uso) del rido a esta cuestión en artículos tales
del Estado: Edith Stein, Eine verbo 'estar' en español permite ex- como CONTRATO SOCIAL y JUSNATU-
Untersuchung über den Staat, 1925
[Jahrbuch für Philosophie und presar conceptos que quedan velados, RALISMO (y también GROCIO [HUGO],
phanomenologische Forschung, VII]. o por lo menos, no suficientemente HOBBES [THOMAS ] y ROUSSEAU [JEAN-
— Filosofía del Estado: Holstein y claros en idiomas que no poseen la JACQUES] ).
Larenz, Staatsphilosophie, 1933. — clara distinción entre 'ser' y 'estar'. Agreguemos que el término 'esta-
Kurt Schilling, Der Staat. Seine geis- Así, por ejemplo, el 'estar' y varias do' aparece en algunos autores ingle-
tigen Grundlagen, seine Entstehung locuciones en las cuales interviene ses en un sentido bastante preciso en
und Entwicklung, 1935. — Arnold 'estar' (como 'estar en', 'estar a', 'estar la expresión state of affairs. El state
Gehlen, Der Staat und die Philoso-
phie, 1934. — Historia de las doc- abocado a', etc. etc.) hacen posible, of affairs es "lo que al caso" en cuanto
trinas filosóficas del Estado: L. Gum- entre otras cosas, dar mayor preci- correlato de una proposición y es,
plowicz, Geschichte der Staatstheo- sión a la idea heideggeriana del Da- pues, equivalente al alemán Sachver-
rien, 1926. — E. von Hippel, Ges- sein (véase DASEIN, EXISTENCIA) en halt, empleado en sentidos parecidos
chichte der Statsphilosophie in Haupt· cuanto "estar" puede analizarse y, a por Husserl y "Wittgenstein (la expre-
kapiteln, 2 vols., 1955-1958. — Filo- la vez, enriquecerse, en comparación sión Sachverhalt en el Tractatus 2.01
musi Guelfi, La dottrina dello Stato y contraste con las ideas del "ser", del ha sido traducida justamente por state
nellantiquità greca nei suo rapporti
con l'etica, 1874. — Leopold Ziegler, "ser así", del "ser tal o cual" y otras. of affairs). El state of affairs o
Von Platons Staatheit zum chrístlichen En su forma sustantiva, el vocablo estado de cosas es, en cierto modo,
Staat, 1948. — Adolfo Ravà, Le teorie 'estado' podría en principio dar gran un hecho ( VÉASE), siempre que éste
filosofiche sullo Stato, 1933. — Ha- juego en comparación y contraste con sea interpretado no como el ser del
rold J. Laski, El Estado moderno (trad. los vocablos 'esencia', 'existencia', 'ser', hecho, sino justamente como su "es-
esp., 1931, de la obra A Gram-mar of 'ente', 'hábito', 'condición', etc. Podría tar" o "estar siendo" (lo que es, o tal
Politics, 1925). — Robert Morrison entonces darse a 'estado' una signifi- como es).
MacIver, The Modem State, 1926. —
A. Weber, La crisis de la idea cación más amplia de la que tiene ESTAR. Véase ESTADO (STATUS),
moderna del Estado en Europa (trad. cuando se emplea esta palabra para ESTAR; EXISTENCIA, SER .
esp., 1932). — Karl Larenz, Rechts- traducir una de las citadas categorías ESTÉTICA. En tanto que derivada
und Staatsphilosophie der aristotélicas, sea la situación o postura, de ai)\sqhsij, sensación, Kant llama Es-
Gegenwart, 1932. — Para el des- o sea (como ocurre con especial tética trascendental a la "ciencia de
arrollo histórico de las teorías polí- frecuencia) la (décima) categoría de todos los principios a priori de la
ticas: Ernst Cassirer, The Myth of
the State, 1946 (trad. esp.: El mito la "pasión" o "hábito". sensibilidad" (K.r.V., Β 35 / A 21).
del Estado, 1947). En el artículo Situación ( VÉASE ) En la "Estética trascendental" así
ESTADO (STATUS), ESTAR. El hemos aludido al uso medieval de entendida, considera Kant, en primer
vocablo 'estado' —que escribimos con status, que es, según Renato Lazzari- lugar, la sensibilidad separada del en-
minúscula para distinguirlo de 'Esta- ni, un antecedente del concepto ac- tendimiento, y, en segundo término,
do' ( VÉASE )— designa el modo de tual (o de algunos de los conceptos separa de la intuición todo lo que per-
ser de una realidad, la situación en actuales) de "situación". Agregamos tenece a la sensación, "con el fin de
que se halla una realidad. El estado aquí que el término status ha sido quedarnos sólo con la intuición pura
es el hecho de estar, es decir, de ha- empleado frecuentemente en la Edad y con la forma del fenómeno, que es
llarse en una cierta situación o condi- Media en relación con expresiones co- lo único que la sensibilidad puede dar
ción, de encontrarse en un cierto mo- mo status naturae, "estado de Natura- a priori" (op. cit., Β 36 / A 22). La
do. Puede emplearse 'estado' para tra- leza", que ha tenido un sentido "Estética trascendental" se distingue
ducir la categoría ( VÉASE) aristotélica teológico y también un sentido antro- de la "Lógica trascendental", que exa-
kei=sqai (como 'echado', 'sentado'). pológico. De un modo preciso ha de- mina los principios del entendimiento
Esta categoría es traducida también finido Duns Escoto (apud É. Gilson, puro, y poco tiene, por tanto, que ver
por 'situación' o 'postura'. Podría asi- Jean Duns Scot [1952], pág. 61) el con lo que en la actualidad se llama
mismo emplearse 'estado' para tradu- "estado" (status) como una perma- estética, ciencia de lo bello o filosofía
cir la categoría aristotélica χάσχειν nencia estable asegurada por las leyes del arte. En este último sentido, el
(como 'cortado'). Esta categoría es asi- de la sabiduría divina (stabilis per- término 'estética' fue empleado por
mismo traducida por 'pasión'. La po- manentia legibus divinae sapientiae Alexander Baumgarten ( VÉASE) y des-
sibilidad de emplear el mismo térmi- firmata). Las entidades se hallan en de entonces la estética ha sido consi-
no para traducir varias categorías el estado que corresponde a su natu- derada como una disciplina filosófica
indica que hay varios modos de "es- raleza en cuanto ha sido establecida, sin que ello excluya la existencia de
y afirmada, por la sabiduría de Dios. reflexiones y aun de sistemas estéticos
581
EST EST EST
en la anterior filosofía. El problema de la naturaleza subjetiva. El juicio es- Schelling reduce la belleza a la iden-
capital de la estética en el sentido de tético es, pues, por lo pronto, un juicio tidad de los contrarios en el seno de
Baumgarten es, en efecto, el de la de valor, distinto, por consiguiente, no lo Absoluto, a la síntesis de lo subje-
esencia de lo bello. Según Baum- sólo de los juicios de existencia sino tivo y objetivo, o cuando Hegel con-
garten, la estética, en cuanto theoria también de los demás juicios axio- vierte lo bello en manifestación de
liberalium artium, gnoseologia infe- lógicos, pero mientras en éstos hay la Idea. Una tendencia análoga se
rior, ars pulchre cogitandi, ars analo-gi satisfacción de un deseo o corres- revela en Schopenhauer al hacer del
rationis, es la scientia cognitionis pondencia con la voluntad moral, arte la revelación más propia de las
sensitivae (Aesthetica, § 1 ). Es decir, en la adecuación de lo bello con el ideas eternas, pues el artista es, frente
el fin de la estética es la perfectio sujeto, esto es, en el juicio estético al hombre vulgar, el que contempla
cognitionis sensitivae, qua talis (ibid., por el cual encontramos algo bello, serenamente las objetivaciones de la
§ 14). El problema fue ya dilucidado no hay satisfacción, sino agrado des- Voluntad metafísica.
en la Antigüedad especialmente por interesado. El desinterés caracteriza En las últimas décadas se han pro-
Platón, Aristóteles y Plotino, quienes, la actitud estética en el mismo sen- puesto muchas definiciones de la es-
al lado de consideraciones estéticas tido en que el juego es la actividad tética, algunas de las cuales no han
más o menos "puras", siguieron la puramente desinteresada, la compla- hecho sino reformular en un nuevo
antigua tendencia a la identificación cencia sin finalidad útil o moral. lenguaje las antiguas concepciones
de lo bello con lo bueno en la unidad Por eso lo estético es independiente antes mencionadas. Puede hablarse
de lo real perfecto, y, por lo tanto, su- y no puede estar al servicio de fines así de concepciones absolutistas y re-
bordinaron en la mayor parte de ca- ajenos a él; es, en sus propias pa- lativistas, subjetivistas y objetivistas
sos, al tratar de definir la esencia de labras, "finalidad sin fin". Lo bello de la estética según se consideren
lo bello y no simplemente de averiguar no es reconocido objetivamente co- respectivamente la naturaleza de los
en detalle los problemas estéticos, el mo un valor absoluto, sino que tiene objetos estéticos o el origen de los
valor de la belleza a valores extraesté- sólo relación con el sujeto; el hecho juicios estéticos. Otras concepciones
ticos y particularmente a entidades de las distintas y contradictorias apre- que se han propuesto y de las que
metafísicas. La identificación de lo ciaciones sobre lo bello, no es, sin diremos unas palabras son las si-
bueno con lo bello es propia asimismo embargo, el producto de esta necesa- guientes: la formalista y la intuido-
de la filosofía inglesa del sentimiento ria referencia a la subjetividad, sino nista, la psicológica y la sociológica,
moral, en particular de Shaftesbury, el hecho de que la actitud del sujeto la axiológica y la semiótica. Las con-
y se encuentra en algunas direcciones sea siempre plena y puramente cepciones formalistas atienden exclu-
del idealismo romántico. En realidad, desinteresada, dedicada a la contem- sivamente a la forma de los objetos
sólo desde hace relativamente poco plación. La prioridad del juicio es- estéticos en el sentido en el que
tiempo se ha intentado erigir una es- tético requiere, a pesar de su referen- hemos analizado el problema de lo
tética independiente, alejada de consi- cia al sujeto, el desprendimiento en formal en el artículo Formalismo
deraciones de tipo predominantemente éste de cuanto sea ajeno al desinte- (VÉASE). Las concepciones intuicio-
metafísico, lógico, psicológico o rés y a la finalidad sin fin. nistas han reducido a lo mínimo el
gnoseológico. Los gérmenes de esta Esta concepción, llamada subjeti- papel de los elementos puramente
estética como disciplina independiente va, de la estética, ha sido prose- formales y han establecido una muy
se encuentran ya en gran número en guida a través del siglo XIX y durante rígida línea divisoria entre la intui-
la Antigüedad y en la Edad Media, pero buena parte del actual por gran nú- ción estética y la expresión ( VÉASE )
han sido desarrollados sobre todo con la mero de pensadores, quienes, sin de esta intuición. Las concepciones
crítica kantiana del juicio, que es en embargo, han mezclado las tesis sub- psicológicas y sociológicas tienen de
parte una delimitación de esferas jetivas con las objetivas o han ten- común el hecho de que han intentado
axiológicas. Mientras para Baum-garten dido a una concepción puramente reducir el significado de los juicios
lo estético era sólo, siguiendo la axiológica como, por otro lado, está estéticos al origen —individual y co-
tendencia general de la escuela de ya preformada en el propio Kant. lectivo— de los mismos. Más com-
Leibniz-Wolff, algo inferior y confuso Considerada desde el sujeto, la esté- plejas —y sobre todo más influyen-
frente a lo consciente y racional, tica ha sido elaborada sobre todo tes— son las dos últimas concepciones
sensitivae, Kant trató el juicio estético atendiendo a lo que hace del juicio mencionadas en nuestra lista: la axio-
al lado del teológico examinando lo estético el producto de una vivencia, lógica y la semiótica, por lo que nos
que hay de a priori en el sentimiento. tanto si ésta es concebida como oscura extenderemos algo más sobre ellas. La
Lo que caracteriza al juicio reflexivo es, intuición cuanto si es presentada estética axiológica considera la estética
según Kant, la finalidad, pero mientras como una clara aprehensión, como como la ciencia de un grupo de va-
ésta es objetiva en el juicio teológico una mera contemplación o como una lores (lo bello, lo feo, lo ordenado, lo
propiamente dicho, que se refiere a lo proyección sentimental. En cambio, desordenado, lo alusivo, lo expresivo,
orgánico, es subjetiva en el juicio la estética desarrollada desde el ob- etc. etc.). Sus dos principales pro-
estético, por cuanto la finalidad de la jeto ha tendido particularmente a blemas son: primero, la descripción
forma del objeto es adecuada con una reducción de lo estético a lo ex- de tales valores; segundo, la inter-
respecto al sujeto, lo que no significa traestético, a la definición de la es- pretación de los mismos. Este último
precisamente con respecto al sujeto tructura de lo bello mediante carac- problema ha dado origen a múltiples
individual, sino a todo sujeto, con lo teres ajenos a él. Este es, por ejemplo, discusiones, paralelas a las que han
cual puede llamarse la unidad el caso del idealismo alemán cuando tenido lugar en la teoría del va-
582
EST
lor ( VÉASE ) en general. En efecto,
se ha examinado si los valores en
cuestión son absolutos o relativos, si
dependen del individuo o de la co-
lectividad, si están o no ligados a
otros valores y cuestiones análogas.
Ha sido inevitable, pues, que se hayan
reinsertado en la estética axiológica
los problemas tradicionales a que he-
mos hecho ya referencia. En cuanto
a la estética semiótica, considera la
estética como una parte de la semió-
tica general, por lo que ha sido lla-
mada a veces una semiótica no lógi-
ca. Su principal misión es el análisis
de los llamados signos estéticos
¡cónicos, y su finalidad es la consi-
deración del objeto estético como un
vehículo de comunicación. Hay que
notar a este respecto que la estética
semiótica no es forzosamente incom-
patible con la estética axiológica; al-
gunos autores han defendido la tesis
de que una teoría estética completa
se apoya tanto en la teoría de los
signos como en una teoría de los
valores.
A veces se distingue entre la esté-
tica y la filosofía del arte. A veces
se estima que las dos forman una sola
disciplina. Si considerarnos ahora el
conjunto de los problemas que se
plantean al tratadista de estética, po-
demos dar (sin pretensión exhaustiva)
la enumeración siguiente: (1) La fe-
nomenología de los procesos estéti-
cos; (2) El análisis del lenguaje es-
tético comparado con los demás len-
guajes; (3) La ontología regional de
los valores estéticos, cualquiera que
sea el status ontológico que se ads-
criba a éstos; (4) El origen de los
juicios estéticos; (5) La relación entre
forma y materia; (6) El estudio de
la función de los juicios estéticos den-
tro de la vida humana, y (7) El exa-
men de la función de supuestos de
índole estética en juicios no estéticos
(como, por ejemplo, los de la ciencia).
EST EST
(Macedonia) entre fines del siglo V versario de Carnéades. Se incluyen a
y comienzos del siglo VI, es conside- veces entre los viejos estoicos a Boeto
rado como un neoplatónico. Su impor- (Boezo) de Sidón (entre siglos π y i
tancia radica en lo doxografía (véase antes de J. C.), también influido por
DOXÓGRAFOS) usualmente citada como los peripatéticos; Arquidemo de Tarso
Eclogae [Eclogae physicae o Eclo-gae (siglo II antes de J. C.) y Zenón de
physicae et ethicae] o "Extractos". Tarso. Los antiguos estoicos recogie-
Recogiendo numerosas informaciones ron algunos rasgos de la escuela cí-
sobre filósofos y doctrinas, así corno nica, especialmente en la política y la
numerosos fragmentos y extractos, y moral, y se preocuparon intensamente
basándose en gran parte en los Placita de cuestiones físicas —que relaciona-
de Aecio (VÉASE), Estobeo compuso ron con sus ideas acerca de la divini-
cuatro libros titulados al parecer dad y del destino— y lógicas. La fí-
Eklogw=n a)pofqegma/twn u)poqhkwn sica estoica y los notables trabajos
bibli/a te/ssara. Estos cuatro libros se estoicos en la lógica proceden casi en-
repartieron en dos volúmenes de dos teramente de este período. Algunos
ESTILO DE VIDA. Véase ADLER libros cada uno. El primer volumen autores subrayan el naturalismo y ra-
(ALFRED) . abarca las citadas Eclogae; el segundo cionalismo de los viejos estoicos.
ESTILPÓN DE MEGARA (fl. 320 es la llamada Antología, (2) El llamado estoicismo medio.
antes de J. C. ), uno de los miembros ( A nqolo/ g ion o Florilegium. Sus principales figuras son Panecio y
de la escuela de Megara o de los Edición crítica por C. Wachsmuth Posidonio (VÉANSE). Figuras menos
megáricos ( VÉASE ), profesó en Ate- y O. Hense en 5 vols., 1884-1923. — importantes son: Recatón de Rodas
Véase Hermann Diels, Doxographi (siglo π antes de J. C.), discípulo de
nas. Según Diógenes Laercio (II, graeci, 1879; editio itérala, 1929. —
113 sigs.), fue discípulo de algunos Panecio, que se interesó grandemente
Id., id., "Stobaios und Aëtios", Rhei-
de los seguidores de Euclides de Me- nisches Museum, Ν. F. XXXVI por cuestiones morales e influyó mu-
gara o quizá del propio Euclides, (1881), 343-50. — Artículo de O. cho sobre el desarrollo del estoicismo
destacándose por su σοφιστεία ο arte Hense sobre Estobeo (loannes Sto- romano; Dionisio de Cirene (siglo II
sofístico. Muy versado en la contro- baois) en Pauly-Wissowa. antes de J. C.); Mnesarco de Atenas
versia, Estilpón atacó la doctrina pla- ESTOICISMO. Véase ESTOICOS. (fines siglo II y principios siglo I antes
tónica de las ideas en tanto que pre- ESTOICOS. El estoicismo —un de J. C.), discípulo de Panecio. Se
tendía explicar lo individual como conjunto de doctrinas filosóficas, un menciona asimismo a Asclepiodoto, a
copia (o como efecto) de lo univer- modo de vida y una concepción del Gemino y a Fenias (Fainias), discí-
sal; en efecto, según Estilpón lo ge- mundo— es una escuela filosófica pulos de Posidonio y miembros de la
nérico e inmóvil (que es el ser) está griega y grecorromana y, al mismo llamada "escuela de Rodas", la cual
enteramente separado de lo indivi- tiempo, una "constante" (histórica) en fue continuada por Jasón de Niza y
dual y movible (que es la aparien- el pensamiento occidental. es considerada como representando el
cia). Es absurdo, pues, según dicho En el primer sentido, la escuela paso al nuevo estoicismo. El estoicis-
filósofo, usar un término general suele dividirse en tres períodos. mo medio influyó en pensadores que
—por ejemplo, 'hombre'— para apli- (1) El llamado estocismo antiguo pertenecen formalmente a otras escue-
carlo a un hombre individual deter- (los "viejos estoicos"). Fue "fundado" las y que algunas veces son presenta-
minado. Estilpón se aproximó en mu- por Zenón de Citio y tuvo, como prin- dos como estoicos (tal el caso de
chos puntos a las posiciones éticas cipales figuras, a Aristón de Quíos, Antíoco de Ascaón [fl. 180 antes de
de Antístenes, y hasta —a juzgar por Cleantes y Crisipo (VÉANSE). Como fi- J. C.], que fue propiamente un "aca-
lo que dice Diógenes Laercio— a la guras menos importantes se cita a las démico" (véase ACADEMIA PLATÓNI -
figura del sabio cínico. Siendo el siguientes: Herilo de Cartago (siglo CA), y que se opuso a los escépticos.
sabio para Estilpón aquel que se basta III antes de J. C.), quien siguió las Característico del estoicismo medio es
absolutamente a sí mismo, la suma enseñanzas de Zenón de Citio y las la tendencia al sincretismo y a la uni-
virtud deberá ser la apatía. Se interpretó en forma a veces distintas versalidad de intereses intelectuales,
atribuyen a Estilpón nueve diálogos, de las de Cleantes y Crisipo; Dioni- tal como es revelada por el "enciclo-
de los cuales no se han conservado sio de Heraclia (siglo III antes de pedismo" de Posidonio. En esta es-
fragmentos. Uno de sus discípulos J. C.), discípulo de Zenón de Citio y cuela se manifiestan rasgos platónicos
fue Zenón de Cito, el fundador de grandemente inclinado hacia la doc- y a veces pitagorizantes, así como
la escuela estoica; otro, su hijo trina de los cirenaicos; Perseo (Par- tendencias escépticas moderadas en la
Brisón, que influyó al parecer sobre saio) de Citio (siglo III antes de J. teoría del conocimiento. En teología
Pirrón. C. ), amigo de Zenón de Citio e in- hay una fuerte tendencia al panteís-
Véase la bibliografía de MEGÁ- clinado en favor de las doctrinas de mo (o a un politeísmo "jerarquiza-
RICOS. Artículo de K. Praechter sobre los megáricos y élicoerétricos; Esfero do"). Los estoicos de este período,
Estilpón (Stilpo) en Pauly-Wissowa. (Sfero) del Bósforo (siglo III antes de sin descuidar las especulaciones sobre
ESTIMATIVA. Véase VALOR. J. C. ), condiscípulo de Cleantes; la física, tendieron a dar mayor im-
ESTOBEO (JUAN ESTOBEO; Apolodoro de Seleucia (siglo II antes portancia a problemas humanos y mo-
JUAN DE STOBI; IOANNES STO- de J. C.), escolarca de la escuela, rales. Sus ideas influyeron grande-
BAEUS o STOBAIOS), nac. en Stobi maestro de Panecio de Rodas y ad- mente sobre el mundo intelectual y
584
EST EST EST
político romano sobre todo por medio Si hacemos ahora abstracción de conocidos de su cosmovision. Los ele-
del círculo de Escipión Emiliano, las diferencias que separan a los ci- mentos racionalistas, materialistas (o,
constituyendo el fundamento de las tados períodos y de las particulares mejor dicho, corporalistas ) y deter-
creencias políticas y de la acción mo- doctrinas o intereses de cada uno de ministas que invaden sus doctrinas
ral de no pocos estadistas de Roma a los principales representantes de la están fundados en gran parte en su
partir del siglo I antes de J. C. escuela, llegamos a una doctrina uni- concepción de la realidad física. Para
(3) El llamado estoicismo nuevo ficada —y forzosamente simplifica- los estoicos, el mundo es esencial-
(los "nuevos estoicos" o "estoicos ro- da— que puede ser considerada co- mente corporal, pero ello no significa
manos"), llamado también a veces mún a todos los estoicos. Esta doctrina que se nieguen ciertas realidades que
(aunque impropiamente ) estoicismo se presenta dividida en tres partes: la se llaman los incorpóreos. Contra los
imperial. Sus principales figuras son lógica, la física y la ética. La lógica aristotélicos, los estoicos proponían,
Séneca, Musonio, Epicteto, Hierocles o filosofía racional puede, a su vez, además, ciertas doctrinas propias;
y Marco Aurelio ( VÉANSE). Se desta- subdividirse en dos ramas: la lógica así, por ejemplo, la tesis de la
can asimismo: Lucio Anneo Cornuto formal y la teoría del conocimiento. En interpenetrabilidad de los cuerpos a
(siglo I), maestro de Lucano y Persio, la lógica formal —durante mucho que nos hemos referido en los ar-
interesado por la retórica; Flavio tiempo desdeñada o desconocida— la tículos sobre el espacio y el lugar
Amano, de Nicomedia (fines siglo I), contribución de los estoicos fue (VÉANSE). Importante es que, a dife-
discípulo de Epicteto en Roma, cuyas sumamente importante. Como lo han rencia de la física atomista de Demó-
doctrinas transcribió y expuso (V. mostrado Lukasiewicz, Bochenski, crito y de Epicuro, basada en el pos-
EPICTETO). Como figuras menores Benson Mates y otros autores, se trata tulado (o "intuición") de la existencia
puede citarse a un número considera- de una lógica formalista, que se de partículas invisibles (véase ATO-
ble de escritores y pensadores, algu- preocupa sobre todo de las MISMO), la física estoica se funda en
nos de ellos influidos por el estoicismo proposiciones —en vez de con- la idea de un continuo dinámico. En
medio, singularmente el de Posidonio. centrarse, como gran parte de la ló- este respecto la física estoica se pare-
Nos limitamos a mencionar: Atenodo- gica aristotélica, en los términos— y ce a la aristotélica. Pero a diferencia
ro de Tarso (siglo I antes de J. C.), que llega a establecer las bases del de ella, la de los estoicos supone, co-
bibliotecario de Pérgamo y enemigo cálculo proposicional. Nos hemos re- mo indica Sambursky, la existencia
de los cínicos; Antipatro de Tiro (siglo ferido a este punto en el artículo de "una isla inmersa en un vacío infi-
I antes de J. C.), que influyó sobre Lógica (VÉASE) y en varios otros ar- nito". En efecto, lo real es pleno y
Catón de Utica y escribió sobre los tículos de este Diccionario (por ejem- continuo ( VÉASE), pero lo rodea el
deberes; Apolonio de Calcedonia o plo, Variable [v.]). Junto a ello los vacío. El sustrato que llena el cosmos
Nicomedia (siglo II), maestro de estoicos elaboraron con gran detalle es el pneuma ( v. ). Propiedad funda-
Marco Aurelio. Se menciona a veces y refinamiento reglas de inferencia mental del pneuma es la tensión (v.),
asimismo a A. Persio Flacco, amigo para tal cálculo, como lo muestra su por medio de la cual tiene lugar la
de Cornuto; M. Anneo Lucano, sobri- doctrina de los indemostrables (v.). cohesión, συνεχεία, de la materia. Ello
no de Séneca. El estoicismo de esta En la teoría del conocimiento, los es- llevó a los estoicos a suponer que nin-
época, sobre todo el de las grandes toicos elaboraron la doctrina del alma guna cosa es igual a otra dentro del
figuras señaladas al principio de este como un encerado sobre el cual ins- continuo dinámico, y a la vez a esta-
párrafo, fue principalmente de índole criben las cosas externas las impre- blecer la ley de necesidad universal o
moral y religiosa. El estoicismo con- siones (o "fantasías") que el alma causalidad para relacionar las inter-
quistó en esta época gran parte del puede aceptar o negar, dependiendo acciones dentro del conjunto. Siguien-
mundo político-intelectual romano, sin de ello la verdad o el error. Si se do antecedentes heracliteanos, los es-
que pudiera ser considerado, empero, acepta la impresión tal como es, surge toicos consideraban el fuego como
como un "partido", sino como una una comprensión ( o "catalepsia" ). La principio del cosmos; de él han naci-
norma para la acción. Sería erróneo, certidumbre absoluta o evidencia es do los cuatro elementos y a él vuel-
sin embargo, considerar que la doctrina una "impresión comprensiva" (o ven en una sucesión infinita de naci-
estoica de esta época se limitó a la "fantasía cataléptica" (v.) Esta doc- mientos y destrucciones. El fuego es
ética. Si bien no se produjeron nue- trina distinguía a los estoicos tanto de el principio activo, dinámico, que se
vos descubrimientos en la lógica, se los platónicos como de los empíricos opone a la pasividad que gradualmen-
desarrollaron, en cambio, bastante las y escépticos. Otras investigaciones es- te van adquiriendo los cuatro elemen-
cuestiones naturales y las tendencias taban relacionadas con la filosofía tos al alejarse de él. El universo es un
enciclopédicas. El estoicismo greco- racional; entre ellas, todas las que se compuesto de elementos reales y ra-
romano no se limitó, por lo demás, referían a la retórica y a la semiótica, cionales —logoi—; sus diversas partes
a los citados períodos y figuras. Mu- que los estoicos trataron con particu- se mantienen unidas gracias a la ten-
chas de sus doctrinas penetraron en lar detalle. El hecho, pues, de que sión producida por el alma universal
autores no formalmente estoicos. Un muchos estoicos (principalmente los que todo lo penetra y vivifica. Así, la
caso ejemplar es el del neoplatonis- nuevos estoicos) considerasen la lógica teoría de las fuerzas divinas aproxima
mo (hay mucho de estoicismo en como una rama subordinada a la éti- las concepciones físicas del antiguo es-
Plotino), así como el de numerosos ca, no significa, pues, que descui- toicismo a las creencias religiosas
autores cristianos (entre los que po- daran esta rama. populares de los griegos, de las que
demos mencionar, como figura típica, En la física de los estoicos se ma- se apartaron en los posteriores pe-
a Boecio). nifestaron algunos de los rasgos más ríodos.
585
EST EST EST
La parte más conocida del estoi- cos tendían a una filosofía religiosa se tiñe de contenidos que sólo de
cismo, la ética, se halla fundada en —o a una religión filosófica— propia modo ocasional habían estado pre-
la eudemonía, pero ésta no consiste exclusivamente del elegido que, sentes en el estoicismo antiguo: el
en el placer, sino en el ejercicio cons- teniendo conciencia de la crisis, pre- "humanismo" es, por ejemplo, uno
tante de la virtud, en la propia auto- tendía sobreponerse a ella, los es- de ellos, en una forma más radical
suficiencia que permite al hombre toicos descendían de continuo hacia que el humanismo cosmopolita del
desasirse de los bienes externos. El el hombre común, de suerte que el "estoicismo imperial" o estoicismo
primer imperativo ético es vivir con- estoicismo representa un vigoroso es- nuevo. Desde el punto de vista his-
forme a la Naturaleza, esto es, con- fuerzo de salvación total y no sólo tórico-filosófico, se suele considerar
forme a la razón, pues lo natural de desdeñoso apartamiento del sabio. como neoestoicos estrictos a autores
es racional. La felicidad radica en la El aprendizaje de la actitud ante la como G. du Vair (que, al parecer,
aceptación del destino, en el com- muerte, el sostenerse y resistir en influyó sobre Charron), así como Jus-
bate contra las fuerzas de la pasión el mar embravecido de la existencia, tus Lipsius, cuyas obras ejercieron
que producen la intranquilidad. Al podían transmitirse a todos, y si de una gran influencia. Otros autores de
resignarse al destino se resigna tam- hecho no ocurrió así en una propor- la misma tendencia son C. Schoppe
bién el hombre a la justicia, pues el ción análoga a como ocurrió en el o Scioppius (1576-1649), Thomas
mundo es, en tanto que racional, cristianismo, se debió a que, a pesar Gataker (1574-1654) y Daniel Hein-
justo. La existencia del mal y el he- de todo, el estoicismo era una filo- sius ( 1580-1655 ). Pero limitar a ellos el
cho de la coexistencia en las pasiones sofía popularizada y una religión "neoestoicismo" es no comprender el
de la naturalidad y de la irraciona- filosófica en vez de ser un pensa- sentido de la actitud estoica en la
lidad dio origen a una teodicea, miento común a todos y una religión época. La literatura, sobre todo, está
desarrollada sobre todo por Crisipo, auténtica. Sin embargo, la persistencia impregnada de elementos estoicos, y
que intentó justificar el mal por la de la actitud estoica en Occidente en algunos casos, como en la literatura
necesidad de los contrarios. El mal señala que es tal vez una de las española, estos elementos representan
consiste en lo que es contrario a raíces de su vida o, cuando menos, uno de los pilares sobre los cuales se
la voluntad de la razón del mundo, una de las actitudes últimas que el basa el escritor. Se ha mostrado esto,
en el vicio, en las pasiones, en cuanto hombre occidental adopta cuando, por ejemplo, en la misma concepción
destruye y perturba el equilibrio. Con aparecida la crisis, busca un cami- del honor en los dramaturgos del Siglo
todo, la teoría de la resignación, que n o par a a comod a rse a el la, un de Oro, oscilante entre una concepción
hubiera debido conducir apa- ideal provisional que tenga en lo po- "pública" y "externa" —"Honra es
rentemente a la aceptación de todo sible la figura de una postura de- aquello que consiste en otro", como
lo existente como necesario, no im- finitiva. dice un personaje de Lope en Los
pidió a los estoicos ejercer una crítica Podría, empero, hacerse una histo- comendadores de Córdoba— y una
social y política y abogar por ria del estoicismo en Occidente no concepción "interior", que identifica
reformas fundadas en sus ideales del sólo como una de las actitudes últi- honor y virtud. Y el caso posterior de
cosmopolitismo y del sabio. El fondo mas del hombre ante ciertas situacio- Quevedo es una prueba de este papel
estoico de muchas personalidades del nes, sino también como reiteración de fundamental desempeñado por el
mundo romano vale como una prueba un conjunto de doctrinas que el es- estoicismo, sin que haya que adherirse
de este rasgo del estoicismo, que se toicismo antiguo desarrolló en forma para defender esta idea a la tesis
manifiesta con más vigor cuando la particularmente detallada y madura. extrema de Ganivet, que hace del
parte teórica va siendo arrinconada De esta historia es usual mencionar estoicismo uno de los cimientos de la
por la concepción del estoicismo la llamada renovación estoica —o vida española. Lo que importa, en
como actitud ante la vida y aun como neoestoicismo— que surgió en Europa todo caso, es no identificar siempre
religión. desde el Renacimiento. Como lo ha precipitadamente las doctrinas estoicas,
Considerado en su conjunto, el indicado Cassirer, este movimiento solidificadas en fórmulas, con la
estoicismo aparece, por lo tanto, tiene raíces múltiples, todas ellas actitud estoica, que puede en
como algo más que como una es- vinculadas al afán del "conocimiento principio admitir varias formas. Los
cuela y una "secta"; es, en la opinión del hombre", y se desarrolló sobre neoestoicos como secta filosófica en
de María Zambrano, "la recapitulación todo, en sus principios, en Italia y el período que nos ocupa tendían, por
de los conceptos e ideas fundamenta- en España, de tal modo que puede supuesto (a diferencia de los literatos)
les de la filosofía griega", "el zumo rastrearse en autores como Telesio, a subrayar el primer aspecto. A ellos
que arroja al ser exprimida la filosofía Cardano y Vives. Este movimiento se refiere Leibniz cuando señala
griega cuando alguien quiere saber a surge, naturalmente, en estrecha re- (Cfr. Gerhardt, VII, 333) que "la
qué atenerse". Lo cual no significa en lación con otros intentos de renova- secta de los nuevos estoicos cree que
modo alguno que el estoicismo sea ción del pensamiento "antiguo" (ta- hay substancias incorporales, que las
un mero sincretismo; de modo aná- les, el epicureismo y especialmente almas humanas no son cuerpos, que
logo a los neoplatónicos, los estoicos el escepticismo, por no decir nada Dios es el alma o, si queréis, la pri-
representaban la transposición al plano del neoplatonismo y el aristotelismo mera potencia del mundo, que es
filosófico del afán común de humanistas), pero adquiere una par- inclusive causa de la materia, pero
salvación y aun la expresión de esta ticular fuerza en las tendencias neo- que una necesidad ciega le mueve a
salvación en la forma de vida del estoicas. Como es apenas necesario obrar, de modo que es en el mun-
sabio. Pero mientras los neoplatóni- mencionarlo, este nuevo estoicismo
586
EST EST
do lo que son el muelle o el peso sico, por haberse ocupado principal-
en el reloj". El "esplritualismo" de mente (y extensamente) de ciencias
los neoestoicos, a diferencia del "cor- naturales (física, mecánica, cosmolo-
poralismo" de los estoicos antiguos, gía, meteorología, geografía, zoología,
sobre todo los más tradicionales, fisiología, psicología, medicina), aun
introduce, por supuesto, en la doc- cuando también se ocupó de ética,
trina misma una diferencia consi- lógica y teología. La tendencia de
derable, pero la afirmación del po- Estratón fue naturalista y aun meca-
der del fatum y la necesidad de re- nicista; intentando combinar las teo-
signarse ante él parece no haber sido rías de Aristóteles con las de Demó-
alterada. crito, defendió el atomismo. Pero los
átomos de que habla Estratón eran
infinitamente divisibles y, además, es-
taban dotados —contrariamente a los
de Demócrito— de cualidades, espe-
cialmente de las cualidades de lo cá-
lido y lo frío. En psicología Estratón
mantuvo la doctrina de la unión de
la percepción (que es movimiento)
y el pensar, así como la fundamen-
tación somática de todos los procesos
psíquicos. Ahora bien, ello no sig-
nificaba un corporalismo completo,
sino la afirmación del hecho de que
el alma, como soporte de las afeccio-
nes psíquicas, es la unidad del cuer-
po. Los trabajos de Estratón influyeron
considerablemente sobre los in-
vestigadores de la época alejandrina,
especialmente en física y medicina.
Texto y comentario por Fritz
Wehrli en el Cuaderno V de Die
Schule des Aristoteles: Straton von
Lampsakos, 1950. — Véase también
C. Nauwerk, De Stratone Lampsceno,
1836. — G. Rodier, La physique de
Straton de Lampsaque, 1890. — H.
Diels, "Ueber das physikalische Sys-
tem des Straton", Sitzungsberichte
der Preuss. Akademie der Wissen-
schaften (1893). — Artículos de W.
Capelle sobre Estratón de Lámpsaco
(Straton, 25) en Pauly-Wissowa, y de
O. Regenbogen sobre el mismo autor
en Supplementband VII de P.-W.
ESTRUCTURA. El significado del
vocablo 'estructura' está relacionado
con los significados de los términos
'forma', 'configuración', 'trama', 'com-
plexo', 'conexión' (o 'interconexión'),
'enrejado' y otros similares. 'Estruc-
tura' designa un conjunto de elemen-
tos solidarios entre sí, o cuyas partes
son funciones unas de otras. Los com-
ponentes de una estructura se hallan
interrelacionados; cada componente
está relacionado con los demás y con
la totalidad. Se dice por ello que una
ESTRATIFICACIÓN (LEY o estructura está compuesta de miem-
PRINCIPIO DE). Véase CATEGORÍA. bros más bien que de partes, y que es
ESTRATÓN DE LAMPSACO fue un todo ( VÉASE) más bien que una
escolarca del Liceo, como sucesor de suma. Los miembros de un todo de
Teofrasto, desde 288/7 ó 287/6 an- esta índole están, según dice Husserl,
tes de J. C. y durante dieciocho años.
Es conocido por el nombre de el fí-
EST EST EST
enlazados entre sí de tal forma que "asociacionistas". Según hemos puesto —no solamente filósofos, sino tam-
puede hablarse de no independencia de relieve (véase ASOCIACIÓN Y bién psicólogos y, en general, cientí-
relativa de unos con otros y de com- ASOCIACIONISMO ), los estructuralistas ficos— rechazan una distinción de-
penetración mutua. En la estructura o gestaltistas han criticado diversos masiado radical e indican que la no-
hay, pues, enlace y función, más bien supuestos del asociacionismo, pero ción de estructura podría ser aplicada
que adición y fusión. Por eso en la han aprovechado muchos trabajos de a todas las ciencias. Esto se ve
descripción de una estructura salen a la "escuela asociacionista", integrán- especialmente en el libro colectivo
relucir vocablos tales como 'articula- dolos en sus propias concepciones. sobre el concepto de forma menciona-
ción', 'compenetración funcional' y Junto al asociacionismo han contribui- do en la bibliografía (ed. L. L.
'solidaridad'. do a la formación de la teoría de la Whyte, 1951). Partiendo de la psico-
La idea general de estructura ha estructura las investigaciones de Mei- logía estructuralista suponen algunos,
sido utilizada desde muy antiguo. Sin nyng y Ehrenfels sobre las "cualidades en efecto, la posibilidad de una "físi-
embargo, se ha insistido en la noción de forma" y en parte (menor) las ca estructuralista" o "gestaltista", cu-
de estructura y aun en el carácter es- investigaciones de Husserl a que nos yo "modelo" es la biología. También
tructural de lo real especialmente des- hemos referido en el artículo TODO. imaginan la posibilidad de que tanto
de el romanticismo. Lo que puede Pero el precedente más inmediato de la física como la biología se desarro-
llamarse "estructuralismo" se ha con- las teorías de los citados psicólogos se llen siguiendo conceptos "estructura-
trapuesto con frecuencia al "atomis- encuentra en los trabajos de Ehren- listas". Otros autores hablan de un
mo" (VÉASE) y también al asociacio- fels, Lipps y especialmente F. Krüger "estructuralismo" en la matemática
nismo (véase ASOCIACIÓN Y ASOCIA- y J. Volkelt. Los trabajos experimen- — o, por lo menos, en la topología y
CIONISMO). Se han dado como ejem- tales de Krüger sobre la noción de to- otras ramas no estrictamente "cuanti-
plos de estructuras los organismos bio- talidad psíquica proceden de 1905- tativas" de la matemática.
lógicos, las colectividades humanas, 1906; los de Volkelt, de 1912. Éste es Dentro de la psicología estructura-
los complexos psíquicos, las configu- considerado el año 1 en la historia de lista ha desarrollado Kurt Lewin ( VÉA-
raciones de objetos dentro de un con- la teoría psicológica de la estructura. SE) una "psicología topológica". Una
texto, etc. etc. Estos ejemplos de es- En el curso del mismo publicó 'Wer- especie de "estructuralismo topológi-
tructuras han sido examinados, por así theimer su trabajo "Experimentelle co" ha sido presentado por Raymond
decirlo, "en su totalidad" y no, o no Studien über das Sehen von Bewegun- Ruyer (VÉASE) en su obra Esquisse
sólo, en los elementos componentes. gen" (Zeitschrift für Psychologie, 61). d'une philosophie de la structure
Ha podido hablarse por ello no sólo Koffka publicó en 1913 sus "Beiträge (1930). Ruyer ha modificado luego
de una concepción estructuralista, sino zur Psychologie der Gestalt-und sus puntos de vista, pero en la obra
también de un método estructuralista, Bewegunserlebnisse" (ibid., 67). Las citada aspiró a defender un "mecani-
contrapropuesta al método analítico contribuciones a la teoría de la estruc- cismo integral" fundado en una con-
— o, mejor, a los métodos analítico y tura a partir de estas fechas han cepción geométrico-mecánica, "es de-
sintético, de descomposición y recom- sido abundantes. Lo más importante cir [son sus propias palabras], estruc-
posición de elementos. El estructu- desde el punto de vista filosófico fue tural", de la realidad. Ésta fue conce-
ralismo ha recibido también los nom- la extensión dada al concepto de es- bida por dicho autor como un conjunto
bres de "organicismo", "totalismo" y tructura por Kóhler en 1920 con su de formas. La forma a su vez era
otros similares. Algunos autores han escrito Die physischen Gestalten im definida como "un conjunto de posi-
indicado que el método estructuralista Ruhe una im stationären Zustand. ciones en el espacio y en el tiempo".
no es opuesto al método "atomis-ta", Han sido, por lo demás, escritos de En las ciencias del espíritu (véase
el cual puede ser usado como auxiliar este tipo más bien que los propiamente ESPÍRITU , ESPIRITUAL ) la noción de
del primero. Ello ha ocurrido, según psicológico-experimentales los que han estructura ha sido desarrollada sobre
veremos de inmediato, en la psicología. suscitado numerosos debates. Muchos todo por Dilthey y su escuela. Mien-
La noción de estructura ha alcan- psicólogos que admiten los resultados tras en la psicología de la estructura
zado gran predicamento especialmente experimentales de la teoría de la esta última es principalmente una
en la psicología. El término 'es- estructura se niegan a admitir las "configuración", en Dilthey y autores
tructura' suele traducir el vocablo correspondientes implicaciones on- diltheyanos aparece sobre todo como
alemán Gestalt, hablándose de "ges- tológicas y lógicas. Por otro lado, la una "conexión significativa" (Sinnzu-
taltismo" no menos que de "estructu- suposición de que en la base de tal sammenhang). Tal conexión es propia
ralismo". Otros términos usados al teoría se halla el realismo tradicional tanto de los complexos psíquicos como
efecto han sido 'forma' y 'configura- aparece a algunos como demasiado de los objetos culturales y hasta del
ción'. Los principales promotores de vaga; de hecho, las implicaciones on- sistema completo del "espíritu objeti-
la teoría (psicológica) de la estructura tológicas y lógicas de la teoría psi- vo". En la idea de estructura como
son Max Wertheimer (VÉASE), Kurt cológica de la estructura (y de su conexión significativa desempeña un
Koffka (v.), y Wolfgang Köhler (v.). aplicación a la realidad entera) son papel fundamental el elemento tem-
Debe advertirse que la teoría de la más complejas. En vista de ello po- poral y, a la postre, histórico. Subjeti-
estructura en psicología, o psicología dría declararse que es necesario esta- vamente, las totalidades estructurales
estructuralista (o "gestaltista"), no ha blecer una completa distinción entre aparecen como vivencias (véase VI-
surgido como reacción completa a las la teoría psicológica estructuralista y VENCIA); objetivamente, aparecen co-
concepciones llamadas "atomistas" y la filosofía general estructuralista. mo formas del espíritu ( objetivo ). Las
Ahora bien, bastantes investigadores estructuras como conexiones significa-
588
EST EST EST
tivas no pueden ser propiamente ex- y la propuesta por los lógicos. Pode- Teoría psicológica de la estructu-
plicadas; en vez de explicación hay mos ahora preguntarnos si hay rela- ra: Max Wertheimer, Ueber Gestalt-
descripción y comprensión ( VÉASE). ciones entre las tres nociones. theorie, 1925. — Id. id., Drei Ab-
No todas las direcciones de la filo- Dos respuestas se nos ocurren. Por handlungen zur Gestalttheorie, 1925.
sofía contemporánea están de acuerdo un lado, podemos aproximar los con- — W. Κöler, Gestaltpsychologie,
ceptos psicológico y lógico en virtud 1929 (trad. esp.: Psicología de la for-
en concebir del mismo modo la es- ma, 1948) (véase también la obra del
tructura. Varios autores declaran que de su común tendencia a considerar mismo autor, citada en el texto de
la concepción estructural, tal como es la estructura estáticamente, a diferen- este artículo, sobre la estructura en
utilizada en la psicología y, en gene- cia del sentido temporal y "dinámico" los objetos físicos). — K. Koffka,
ral, en las ciencias del espíritu, adolece del concepto diltheyano. Podemos asi- Principies of Gestalt Psychology,
del defecto de una insuficiente di- mismo aproximar este último concepto 1935 (trad. esp.: Principios de psico-
lucidación lógica de la noción de al psicológico por basarse ambos en logía de la forma, 1953. — Félix Krü-
estructura. Russell ha señalado, por observaciones de hechos de naturaleza ger, "Ueber psychische Ganzheit",
ejemplo, que la noción de estructura análoga. Y podemos finalmente consi- Neue Psychologische Studien, I
(1926). —'Id., id., "Das Problem der
no puede aplicarse a conjuntos o a co- derar el concepto lógico como una Ganzheit", Bläter für deutsche Philo-
lecciones —donde el todo "determi- generalización y formalización de todo sophie, VI (1932). Otras obras de Krü-
na" a la parte—, sino únicamente a concepto de estructura, incluidos los ger, en la bibliografía sobre este filó-
relaciones. La estructura es entonces conceptos psicológico y diltheyano. sofo. En esp. véase especialmente su
función de sistemas relaciónales; la Por otro lado, podemos seguir a obra El concepto de totalidad en psi-
estructura común de dos o más de Knut Erik Tranöy ( Wholes and Struc- cología (trad., 1941). En colaboración
estos sistemas equivale a la referencia tures. An Attempt at a Philosophical con F. Sander, Félix Krüger publicó
de cada uno de los "elementos" de Analysys, 1959) y examinar los usos también, en los citados Neue Psycho-
un sistema a cada uno de los de otro de los términos 'todo' y 'estructura'. logische Studien (1928), un estudio
sobre estructura y sentido: "Gestalt
u otros. Otros autores concuerdan en Según dicho autor, esos términos pue- und Sinn". — El órgano de la es-
parecidas opiniones. S. K. Langer in- den aplicarse a diversas entidades que cuela psicológica estructuralista fue
dica que la estructura es "el puente consideramos como todos y estructu- durante varios años Psychologische
que une todos los diversos significa- ras, pero el significado que adquieren Forschung (fundado en 1922). —
dos de la forma " (donde "forma", los citados términos en sus diversas Las obras principales de Kurt Lewin
o "forma lógica" designa "el modo aplicaciones es tan distinto que pare- han sido mencionadas en el artículo
mediante el cual es construida una ce quebrarse la "unidad del uso". Si dedicado al mismo. Una exposición
cosa"), de tal suerte que "cualquier consideramos los objetos de investiga- amplia de la teoría de la estructura,
cosa que posee una forma definida ción científica (o científica y filosó- por K. Koffka, M. Ogden y E. Rig-
nano: La teoría de la estructura
resulta construida de una manera fica) como un "continuo" en uno de (trad. esp., 1928). — Sobre la teo-
también definida" (An Introduction cuyos extremos se halle la matemática ría de la estructura de Werthei-
to Symbolic Logic, 1937, pág. 24). y la lógica, y en el otro extremo las mer, Koffka y Kôhler: B. Petermann,
K. Grelling y P. Oppenheim declaran disciplinas humanísticas (y al final Die Wertheimer- Koffka- Köhler-
que la noción de estructura debe ser probablemente la estética), podremos sche Gestalttheorie und das Gestalt-
analizada en estrecha relación con la advertir que hay una transformación problem, 1929. — Sobre psicología
noción de correspondencia. La apli- continua del uso del vocablo 'estruc- de la estructura y la teoría general
cación del análisis lógico permite, tura' desde un concepto puramente de la estructura: E. R. Jaensch, Ge-
además, a su entender, traducir a un formal en el que predomina la noción staltpsychologie und Gestalttheorie,
de "sistema de relaciones entre ele- 1929. — Exposición de las diferentes
lenguaje más formal proposiciones de teorías psicológicas de la estructura
carácter estructuralista que hasta ahora mentos" que forman la estructura, por E. Pucciarelli, La psicología de la
habían sido interpretadas en un hasta la noción de todo "holístico", en estructura, 1936 [Publicaciones de la
sentido demasiado metafísico. Así el cual la noción de relación entre Universidad de La Plata, XX, N°
ocurre, por ejemplo, con una propo- elementos pierde importancia (o se 10]. — P. Guillaume, Psicología de
sición tal como "La estructura (Ges- hace sumamente vago), de modo que la forma (trad. esp., 1947). — F. H.
talt) es más que la suma de las par- los componentes llamados "elementos" Allport, Theories of Perception and
tes", la cual se expresa más riguro- o "partes" van siendo cada vez más the Concept of Structure, 1955. —
samente mediante la proposición "El variados y heterogéneos. Sucede como Emil Altschul, Problem und Programm
si en las estructuras formales los ele- der Ganzheits-Psychologie, 1956. —
sistema de acciones es más que el D. W. Hamlyn, The Psychology of
agregado". Por lo general, estos y mentos (y sus relaciones) determina- Perception; a Philosophical Examina-
otros autores han tendido a aproxi- ran la estructura, y como si en las tion of Gestalt Theory and Derivative
mar, pues, la noción de estructura a estructuras no formales los todos "ho- Theories of Perception, 1957. — So-
nociones tales como las de correspon- lísticos" determinaran el tipo de los bre método estructural: F. Weind-
dencia, orden (formal) e isomorfis- elementos y las relaciones que deben handl, Die Methode der Gestaltanaly-
mo ( VÉANSE ). mantenerse entre ellos. En ambos ca- se, 1923. — Id., id., Die Gestaltana-
Según lo anterior, parece haber tres sos se mantiene la noción de estruc- lyse, 1927. — Martin Scheerer, Die
distintas nociones de estructura: la tura, pero la forma de relación entre Lehre von der Gestalt, ihre Methode
el todo y las partes se invierte casi und psychologischer Gegenstand,
elaborada por psicólogos (Ehrenfels, 1931. — Sobre configuraciones y sen-
Koffka, Krüger, etc.); la ofrecida por totalmente. timientos: Varios autores, Komplex-
los filósofos de la escuela de Dilthey, qualitäten, Gestalten und Gefühl,

589
ETE ETE
Kurt Grelling y Paul Oppenheim sado y el futuro, que son especies
"Der Gestaltbegriff im Lichte der creadas de tiempo. De la esencia
neuen Logik", Erkenntnis, VI ( 1937- eterna decimos a veces que fue, o
38), 211-25. — Id., id., "Logical que será, pero en verdad solamente
Analysis of 'Gestalt' as 'Functional
Whole' " (V Congreso Int. de Uni- podemos decir de ella que es. En
dad de la Ciencia), 1939. — Véase efecto, lo que es inmóvil no puede
también Knut Erik Tranöy, op. cit. llegar a ser más joven ni más viejo.
en el texto. De la eternidad se dice que es siem-
ETERNIDAD. En dos sentidos sue- pre, pero es menester destacar más
le entenderse el vocablo 'eternidad': el 'es' que el 'siempre'. Por este mo-
en un sentido común, según el cual tivo no puede decirse que la eternidad
significa el tiempo infinito, o la dura- es una proyección del tiempo al
ción infinita, y en un sentido más infinito. Más bien cabe decir que el
usual entre muchos filósofos, según el tiempo es la imagen móvil de la eter-
cual significa algo que no puede ser nidad, es decir, una imagen perdu-
medido por el tiempo, pues trasciende rable de lo eterno que se mueve de
el tiempo. Los griegos, filósofos o no, acuerdo con el número: me/nontoj ai)-
entendieron con frecuencia 'eternidad' w=noj e)n e(ni\ kat' a)riqmo\n i)ou=san
en el primer sentido. Así ocurría cuan- ai)w/nion ei)ko/na . Con esto se admite un
do daban a lo eterno, ai)w/n, el signifi- contraste entre lo eterno, ai)w/nioj, y lo
cado de lo que dura a través de todo sempiterno o perdurable, a) i/ d ioj.
el tiempo, de lo que perdura, dia\ Pero que la eternidad no sea
panto\j a)e i/ tou= xro/n ou, o el simplemente la infinita perduración
significado de lo que es desde siempre, temporal no quiere decir que sea algo
o de lo que ha sido hasta ahora sin opuesto al tiempo. La eternidad no
interrupción. Especialmente vivo se niega el tiempo, sino que lo acoge, por
halla este sentido en las doctrinas de los así decirlo, en su seno: el tiempo se
filósofos presocráticos cuando hablan mueve en la eternidad, que es su
de que la realidad primordial es eterna modelo. Estas ideas fueron recogidas
(es decir, sempiterna), o cuando y elaboradas por Plotino. Mas para
mantienen la teoría del eterno retorno formular su teoría de la eternidad
(VÉASE ). En el propio Platón Plotino tuvo asimismo en cuenta la
tenemos este sentido en algunos doctrina aristotélica. En el artículo
pasajes, tales como en el Fedón (103 sobre el tiempo nos hemos referido ya
E), donde se refiere a la duración al cambio semántico del vocablo ai)w/n
eterna o por todo el tiempo, ei)j to\n ; de querer decir 'de un cabo a otro de
a)ei\ xro/non, que pertenece a las una existencia' pasó a significar 'de
formas (otro pasaje de tipo análogo un cabo a otro de la edad del cielo
en Rep., X, 608 D). Y en Aristóteles entero'. No es este el lugar de
se encuentra el sentido de 'eternidad' embarcarnos en informaciones
como infinita duración en sus semánticas (esto es, semántico-
afirmaciones acerca de la eternidad filológicas ). Pero llamamos la
del movimiento circular (Phys., VIII atención del lector sobre la riqueza de
8, 263 a 3) acerca del existir "desde el significaciones del término griego
principio" las cosas eternas (Met., Θ 9, ai)w/n tal como ha sido puesta de
1051 a 20) y aun acerca de la relieve por A.-J. Festugière en su
eternidad de una de las tres clases de artículo "Le sens philosophique du mot
substancias: las substancias que son a ai)w/n", La Parola del Passato. Rivista
la vez sensibles y eternas (Met., Λ 1, di Studi Classici, XI (1949), 172-89,
1069 a 31 b). Ahora bien, tan pronto de que hemos dado cuenta en el
como se procedió a analizar la relación artículo Tiempo, y tal como ha sido
entre la eternidad y el tiempo se investigada por Enzo Degani en su obra
descubrió que no era fácil medir ΑΙΩΝ. Da Omero ad Aristo-tele, 1961.
aquélla por medio de éste. Ello se Degani indica que debemos recurrir
advierte en el famoso pasaje de por lo menos a diez vocablos para
Platón en el Timeo (37 D), donde se traducir diversos sentidos de ai)w/n :
manifiesta que antes de crearse el 'fuerza vital', 'médula espinal', 'vida',
cielo no había noches ni días, meses 'tiempo', 'duración de la vida', 'edad',
ni años. Estas medidas del tiempo — 'época', 'generación', 'suerte (destino),
que son partes del tiempo— 'eternidad'. Ai)wn es realmente un
surgieron al crearse el cielo. Es un término πολύσημος . Pero pueden
error, pues, transferir a la esencia distinguirse filosóficamente varios
eterna el pa- significados básicos, y puede
590
ETE ETE ETE
también trazarse una historia de cam- que no admite modificaciones en el el tiempo existe con "anterioridad"
bios semánticos fundamentales aten- porvenir y que no ha cambiado en a las cosas temporales, y en virtud
diendo a los escritos de los filósofos. el pasado", pues "lo que se encuentra de la tesis, tan cara a los neoplató-
Es lo que hacemos en el presente ar- en los límites del ser posee una vida nicos, de que el principio es "ante-
tículo destacando dos sentidos impor- presente a la vez, plena e indivisible rior" a lo principiado. Por eso la
tantes para nuestro tema. en todos los sentidos". El análisis de eternidad es la medida de las cosas
Aristóteles parece atenerse todavía Plotino insiste continuamente en este eternas, como el tiempo es la medida
a la concepción más común de la eter- carácter de concentración de lo de las cosas temporales. Sin embargo,
nidad, según la cual ésta es tiempo eterno, en ese ser total no compuesto estas dos medidas son distintas. El
que perdura siempre. Pero al acentuar de partes, sino más bien en-gendrador tiempo mide por partes,, kata\
que carece de principio y de fin, y de las partes. En esto se distingue de me/ r h. La eternidad, en cambio, mide
sobre todo, al manifestar que el ai)w/n lo engendrado, pues si de lo por la totalidad, kaq' o(/lon .
incluye todo el tiempo y es duración engendrado se segrega el devenir, lo La meditación agustiniana sobre lo
inmortal y divina (De caelo, I 9, 279 engendrado pierde su ser, en tanto eterno sigue una vía parecida. La
a 22-9), Aristóteles usó asimismo la que si se otorga un devenir a lo no eternidad no puede medirse, según
contraposición mencionada al comienzo engendrado experimenta una "caída" San Agustín, por el tiempo, pero no
de este artículo. Pues la eternidad es de su ser verdadero. De ahí que los es simplemente lo intemporal: "la
un fin que está abarcando, περιέχον, lo seres primeros e inteligibles no eternidad no tiene en sí nada que
infinito. Ahora bien, Plotino recalcó tiendan hacia el porvenir para ser; pasa; en ella está todo presente, cosa
aun más la tesis platónica. En el cap. estos seres son ya la totalidad del que no ocurre con el tiempo, que no
vii de su tercera Eneada indica Plotino ser: nada poseen, pues están, por así puede estar jamás verdaderamente
que la eternidad no puede reducirse a decirlo, plenamente en sí mis-mos, presente". Por eso la eternidad per-
la mera inteligibilidad ni al reposo de suerte que en vez de depender de tenece a Dios en un sentido parecido
(uno de los cinco grandes género del otra cosa para seguir subsistiendo, a como en el neoplatonismo pertene-
ser establecidos por Platón en el subsisten en su propio ser. La ce a lo Uno. Por lo tanto, San Agus-
Sofista). Además de estos caracteres, eternidad es "la vida infinita"; por lo tín acentúa la plenitud de lo eterno
la eternidad posee dos propiedades: tanto, la vida total que nada frente a la indefinición de lo mera-
unidad e indivisibilidad. Una realidad pierde de sí misma. Y de ahí que el mente perdurable y a la abstracción
es eterna, pues, cuando no es algo en ser eterno se halle, dice Plotino, cerca de lo simplemente presente en un
un momento y cosa distinta en otro de lo Uno, hasta el punto de que, momento. Lo mismo ocurre en Boe-
momento, sino cuando lo es todo a siguiendo la sentencia platónica, puede cio. La diferencia entre los dos con-
la vez, es decir, cuando posee una decirse que "la eternidad permanece ceptos de eternidad queda aclarada
"perfección indivisible". La eternidad en lo Uno" (Timeo, 37 E). En rigor, por medio de dos vocablos. Por un
es, por así decirlo, el "momento" de no habría que decir de la naturaleza lado hay la sempiternidad, sempiter-
absoluta estabilidad de la reunión de eterna que es eterna, sino nitas, la cual transcurre en el tiempo,
los inteligibles en un punto único. simplemente que es — a saber, que currens in tempore. Por otro, hay la
Por eso, como en Platón, no puede es verdad. "Pues lo que es, no es eternidad, aeternitas, la cual consti-
hablarse ni de futuro ni de pasado; distinto de lo que es siempre, en el tuye lo eterno estando y permane-
lo eterno se encuentra siempre en el mismo sentido en que el filósofo no ciendo, stans et permanens. La eter-
presente; es lo que es y es siempre lo es diferente del filósofo verdadero." nidad es la posesión entera, simul-
que es. De ahí las características En otras palabras, "lo que es siem- tánea y perfecta de una vida inter-
definiciones plotinianas: "la eternidad pre debe tomarse en el sentido de: minable, interminabilis vitae tota si-
no es el substrato de los inteligibles, lo que es verdaderamente". El tiempo mul et perfecta possesio (De consol.,
sino en cierto modo la irradiación que ( VÉASE ) es por ello caída e imagen V). Santo Tomás aceptó esta defini-
procede de ellos gracias a esa de la eternidad, la cual no es mera ción en varios pasajes de sus obras
identidad que afirma de sí misma, abstracción del ser temporal, sino (Cfr. 1 sent., 8, 2, 1 c; De potentia,
no con lo que será luego, sino con lo fundamento de este ser. La eternidad q. 3 [De creatione], art. 14; S. theol, I
que es". El punto en que se unen es el fundamento de la temporalidad. 9, X, i-vi). En los comentarios a las
todas las líneas y que persiste sin Análogamente, Proclo (Inst. Theol, Sentencias, la definición de Boecio
modificación en su identidad no props. 52-55; ed. Dodds, 51-55) ha es introducida y comentada con apro-
tiene porvenir que no le esté ya indicado que lo eterno, ai)w/nio/n, sig- bación. En el De potentia se presenta
presente. Claro está que tal ser no es nifica lo que es siempre, to\ a)e i\ o)/n , el contraste entre la duración del
tampoco el ser de un presente; en pero como algo distinto de la exis- mundo y la eternidad; solamente esta
tal caso la eternidad no sería sino tencia temporal o devenir. No se última es omnisimultánea, tota simul.
representación de la fugacidad. Al puede distinguir entre sus partes, ni En la S. theol. se plantea el proble-
decir que lo eterno es lo que es, entre un antes y un después, pues se ma de la eternidad de Dios y se
quiere decirse, en última instancia, trata de algo que es simultáneamen- formulan las cuestiones siguientes:
que posee en sí la plenitud del ser y te la totalidad de lo que es. La (1) ¿Qué es la eternidad? (2) ¿Es
que pasado y futuro se encuentran en eternidad existe inclusive, a su enten- Dios eterno?; (3) ¿Es Dios la única
él como concentrados y recogidos. der, con "anterioridad" a las cosas realidad eterna?; (4) ¿Cuál es la di-
La eternidad es, en otros términos, eternas, en el mismo sentido en que ferencia entre la eternidad y el tiem-
"el ser estable po?; (5) ¿Cuál es la diferencia en-

591
ETE ETE ETE
tre la eviternidad y el tiempo?; nidad, pues el antes y el después son lizó para resolver el problema de la
(6) ¿Hay solamente una eviternidad compatibles con ella. Así, la eterni- creación los resultados obtenidos por
así como hay un tiempo y una eter- dad es una inmovilidad completa, sin sus antecesores, especialmente por Al-
nidad? Nos interesa aquí especial- sucesión, y la eviternidad es una in- berto el Grande y Maimónides. Pero
mente la cuestión ( 1 ), pero haremos movilidad esencial, unida a la movi- la posición que adopta no se confun-
referencia ocasional a otras cuestio- lidad accidental. El tiempo tiene an- de con ninguna de las posiciones
nes especialmente con el fin de de- tes y después; la eviternidad no tiene adoptadas por sus predecesores" (É.
finir el concepto de eviternidad. Di- en sí antes ni después, pero éstos Gilson, Le Thomisme, 5a ed., 1947,
gamos ante todo que Santo Tomás pueden ser conjugados; la eternidad pág. 213). [V. EX NIHILO NIHIL
no solamente aprueba la definición no tiene ni antes ni después, ni am- FIT.]
citada de Boecio, sino que la de- bos se compadecen. Por eso la evi- Aunque en sentido muy distinto del
fiende contra las objeciones que se ternidad no puede, como la eterni- tomista, la idea de que no puede de-
habían presentado en su contra. Sub- dad, coexistir con el tiempo excedién- mostrarse ni la eternidad ni la no eter-
rayemos en particular la objeción dolo al infinito, ni coexistir con los nidad del mundo fue puesta de re-
contra la simultaneidad, objeción que acontecimientos medidos por el tiem- lieve por Kant en la "primera antino-
fue luego muy desarrollada por los po excepto en el instante en que se mia" de la razón pura (K.r.V., A 426 /
escotistas. Según ella, la eternidad no producen las operaciones que permi- 454; véase ANTINOMIA). A diferencia
puede ser omnisimultánea, pues cuan- ten tal medición. de Santo Tomás, sin embargo, Kant
do las Escrituras se refieren a días Uno de los problemas que se discu- trató de mostrar que puede probarse
y a épocas en la eternidad, la refe- tieron a menudo durante la Edad Me- tanto la eternidad como la no eterni-
rencia es en plural. Santo Tomás ale- dia y parte de la época moderna fue dad. Mas ello equivale a decir que
ga que lo mismo que Dios, aunque el de si el mundo es o no eterno: el ninguna de las dos proposiciones pue-
incorpóreo, es nombrado en las Es- problema de aeternitate mundi. Los de ser propiamente "probada": no se
crituras mediante términos que de- autores cristianos admiten como dog- trata de conocimientos, sino de puras
signan realidades corpóreas, la eter- ma que el mundo ha sido creado de "ideas de la razón", donde las "prue-
nidad, aunque omnisimultánea, es lla- la nada; por consiguiente, concluyen bas" no se aplican a los fenómenos.
mada con nombres que implican que el mundo no es eterno y, en todo Durante la época moderna se trató
tiempo y sucesión. A este argumento caso, no tiene la eternidad que corres- el concepto de eternidad en sentidos
puede agregarse otro, de naturaleza ponde a Dios. Sin embargo, no todos semejantes a los puestos de relieve por
más filosófica: que la eternidad es los teólogos y filósofos cristianos tra- los filósofos medievales. Pero además
omnisimultánea justamente porque se tan la cuestión de la misma manera. de ello se consideró el problema de si
necesita eliminar de su definición el San Agustín no se limitó a afirmar el mundo es o no eterno, y aun llegó
tiempo, ad removendum tempus. Con que el mundo no es eterno; sostuvo este problema a adquirir un primado
ello se hace posible distinguir rigu- que se puede probar que no lo es. San sobre los demás en los que está en-
rosamente entre la eternidad y el Buenaventura y otros autores siguie- vuelta la noción de eternidad. Algu-
tiempo: la primera es simultánea y ron en ello a San Agustín. De este nos autores, como Giordano Bruno,
mide el ser permanente; el segundo modo se refutaba el averroísmo ( VÉA- afirmaron —o, más bien, exaltaron—
es sucesivo y mide todo movimiento. SE), el cual interpretaba a Aristóteles la idea de la eternidad del mundo sin
También así se hace posible distin- sosteniendo que el mundo es eterno. dar demasiadas precisiones sobre el
guir entre la eviternidad (aevum) y Por otro lado, Santo Tomás negaba sentido de 'es eterno'. Otros autores
el tiempo. Aparentemente se trata de que el mundo fuese eterno. Pero en se interesaron por dar definiciones
lo mismo. Pero no es así: la eviter- los escritos acerca de esa cuestión (2 más o menos formales de la eternidad.
nidad difiere, según Santo Tomás, sent, 1 qu. 1 art. 5; Cont. Gent., II, Así, en la Ethica, I, def. viii, Spinoza
del tiempo y de la eternidad como 31-38; Quaest. disp. de pot. qu. 3, indica que entiende por eternidad "la
el medio entre los extremos. En efec- art. 17; S. theol, I, qu. VII, arts. 2-4 existencia misma en tanto que se con-
to, la eviternidad es la forma de du- y qu. XLVI arts. 1 y 2; Quaest. quod- cibe necesariamente como siguiéndo-
ración propia de los espíritus puros. lib., quod. 9 y 12 y de aeternitate se de la sola definición de la cosa
De ellos no puede decirse que están mundi; textos señalados por A. Ant- eterna" (Per aeternitatem intelligo
en el tiempo en tanto que medida del weiler, op. cit. infra), Santo Tomás ipsam existentiam, qua tenus ex sola
tiempo según lo anterior y lo poste- mostraba que si bien no puede de- rei aeterna definitione necessario se-
rior. Tampoco puede decirse de ellos mostrarse la eternidad del mundo, no qui concipitur), y agrega que tal exis-
que son eternos, pues la eternidad puede demostrarse tampoco su no tencia no puede ser explicada me-
solamente pertenece a Dios. Por eso eternidad. La autoridad de Aristóteles diante la duración o el tiempo, aun
hay que decir que son eviternos. Y no es suficiente al respecto. Pero tam- cuando la duración sea concebida sin
ello significa que aunque en su na- poco los argumentos producidos son principio y fin. Algunos pensadores,
turaleza no hay diferencia entre pa- convincentes. "Contra [los averroís- como Locke y Condillac, han exami-
sado y futuro y puede decirse que tas], Tomás de Aquino mantiene la nado la noción de eternidad desde el
son inmutables, en sus operaciones posibilidad de un comienzo del uni- punto de vista de la formación psi-
—pensamientos y "propósitos"— hay verso en el tiempo, pero mantiene cológica de su idea. Así, Locke in-
sucesión real, aunque no —como en también, inclusive contra murmuran- dica (Essay, I ii, xiv) que la idea de
el tiempo— continua. La eviternidad tes, la posibilidad de su eternidad. eternidad procede de la misma impre-
es omnisimultánea, pero no es la éter- Es indudable que nuestro filósofo uti- sión original de la cual surge la idea
del tiempo (idea de sucesión y dura-

592
ETE ETE ETE
ción), pero procediendo in infinitum anticipación del futuro. La eternidad importantes: "La eternidad no es nada
(y concibiendo que la razón subsiste plotiniana analizada por Rouges con- si ella misma no es para nosotros un
siempre con el fin de ir más lejos). siste, en cambio, en una temporali- perpetuo 'mientras' " y "La eternidad
En cuanto a Condillac, señala (Traité dad sin tiempo, pues no necesita su- misma debe ser elegida por medio
des sensations, I iii §§ 13, 14) que su cesión, que es una forma inferior de de un acto libre: debe ser siempre
imaginaria estatua puede asimismo la temporalidad, ya que abarca todo aceptada o rechazada". La-velle
adquirir la noción de eternidad en el tiempo en un presente perfecto. El coincide, pues, con una cierta tradición
tanto que duración indefinida de las presente de lo espiritual no es, en filosófica que define la eternidad
sensaciones que han precedido y las efecto, según Rouges, el presente de como "el hontanar del tiempo" en
que tienen la costumbre de seguir. Al lo físico; es en cierto modo lo inver- vez de concebirla como negación del
proceder de este modo, tanto Locke so de él. Por eso mientras la tempo- tiempo, pero intenta mostrar este
como Condillac han tendido a consi- ralidad del último necesita el tiempo, carácter "fundamentante" por medio
derar la eternidad como una idea de la del primero lleva suspendido, por de una visión de la eternidad en tanto
tiempo sin principio ni fin y, por lo así decirlo, el tiempo en su interior: que creadora; la eternidad posee,
tanto, a usar el método de entender es el perfecto recogimiento del pri- declara dicho autor, una "función
lo eterno como ampliación hasta el mer ser. creadora" y gracias a ella el tiempo
infinito de lo temporal. Finalmente, Alquié ha analizado "el deseo de aparece como algo que está en
otros, como Hegel, han subrayado el eternidad", sea lo que fuere lo eterno perpetuo "renacimiento".
momento de la intemporalidad al (leyes físicas, Dios, etc.). Esta eter-
declarar que la eternidad es la nidad aparece en primer lugar como
intemporalidad absoluta, absolute la conciencia de una ausencia. Por es-
Zeitlosigkeit, del concepto o del es- te motivo hay que buscarla en las
píritu. diversas operaciones de la conciencia
En el artículo sobre la noción de en las cuales se manifiesta tal deseo.
tiempo (v. ) nos hemos referido a las Las pasiones, la memoria, el hábito, el
propensiones "temporalistas" de varias remordimiento, el pensamiento son
escuelas filosóficas contemporáneas. varias de estas manifestaciones. La
Advirtamos aquí que ello no ha impe- conclusión de esta investigación es que
dido algunas importantes reflexiones la eternidad no es algo separado del
sobre la cuestión de la eternidad y tiempo, sino algo exigido por el espíri-
aun el deseo de hacer de ésta un eje tu en virtud de la realidad del tiempo.
central de la filosofía. Entre los pensa- Conviene, sin embargo, según Alquié,
dores más destacados al respecto fi- no confundir entre la presencia espiri-
guran Alberto Rouges, Ferdinand Al- tual de la eternidad y el deseo subje-
quíé y Louis Lavelle. Reseñaremos tivo de eternidad: la "eternidad real"
brevemente sus doctrinas. no pertenece al individuo. Esta com-
Rouges concibe una jerarquía de prensión, propia de la vida espiritual,
seres fundada en la mayor o menor hace posible percibir que el pensa-
eternidad de cada uno. El grado in- miento fecundo no es un retorno a lo
ferior es el del ser físico, que nace eterno, sino "un descenso de lo eterno
y perece continuamente, que es ab- a lo temporal, una aplicación de lo
solutamente instantáneo. El grado su- eterno a las cosas". De este modo, la
perior es el ser espiritual. Ahora bien, eternidad no es una huida y un re-
"situadas así entre el ser físico y el chazo del tiempo. Todo lo contrario,
máximo Ser espiritual, todas las je- "solamente nuestras empresas tem-
rarquías del ser son jalones del ca- porales pueden manifestar nuestra fi-
mino a la eternidad, momentos dra- delidad al Espíritu", que es raíz de
máticos de una empresa divina". temporalidad y substancia de eter-
Esto supone una crítica y a la vez nidad.
una complementación de la filoso- En cuanto a Louis Lavelle, conclu-
fía bergsoniana; se admite de ésta ye que la eternidad no puede conce-
la noción de lo espiritual, pero se birse como si estuviera más allá del
le añade la anticipación del futuro tiempo y como sí hubiese entre am-
que allí faltaba. De este modo la bos un abismo insalvable. Por el
eternidad plotiniana no aparece ya contrario, hay que concebir a toda
como un corte efectuado en la fluen- existencia temporal como si impli-
cia del devenir ( VÉASE ), sino como cara una especie de "circulación en
un presente espiritual infinitamente la eternidad". Ello es posible porque
rico, que comprende el pasado y el hay una realidad que une por su
futuro. Bergson necesitaba una eter- base la eternidad y el tiempo: es la
nidad moviente, porque tal eternidad, libertad. De ahí ciertas fórmulas, en-
lo mismo que la duración, carecía de tre las cuales dos son especialmente
593
ETE ETE ΕΤΙ
rece en una sucesión cíclica tiene ponden justamente a las antiguas cosmólogos contemporáneos. Es el ca-
muy antiguos precedentes. Uno de ideas del eterno retorno), representa so de G. Gamow, cuya teoría al res-
ellos se encuentra en el hinduismo, la transposición al plano de un pro- pecto hemos bosquejado en el artículo
que influyó en este respecto sobre el ceso único de la doctrina de la "repe- sobre cosmología ( VÉASE ). Es cu-
budismo. En este último se habla, tición". Es también el caso de Juan rioso comprobar que la teoría en
en efecto, de Kalpas, es decir, de pe- Escoto Erigena, si bien no debe ol- cuestión se parece extraordinariamen-
ríodos que van desde el nacimiento vidarse que la deificatio de todas te, en sus líneas más generales, a
hasta la destrucción de un mundo. las cosas no expresa, como parece los precedentes más remotos de la
La duración de cada Kalpa es inde- a primera vista (véase JUAN Escoto doctrina del eterno retorno; en efec-
terminada, pero se supone muy grande E RI GE N A ), una radical absorción to, en esta cosmología contemporánea
— posiblemente, varios millones de de ellas en el seno de Dios. En la interviene la noción de condensación
años. El nacimiento del mundo tiene época contemporánea Nietzsche ha extrema de la materia y su expansión
lugar por condensación extrema; su formulado la doctrina del eterno re- hasta alcanzar un estado de rarefac-
final, por una conflagración. El torno (die ewige Wiederkunft) al su- ción extrema, a partir del cual se
número de Kalpas es infinito, de modo poner (o imaginar) que, en un mundo produce de nuevo la condensación
que el proceso cíclico es eterno. La en donde los átomos sean indestructi- y así hasta el infinito.
doctrina del eterno retorno o sucesión bles y finitos, las infinitas combinacio- Karl Löwith, Nietzsches Philoso-
phie der ewigen Wiederkehr des
cíclica de los mundos fue defendida nes posibles de los mismos en la eter- Gleichen, 1935; 2a ed., 1956. — O.
asimismo por muchos pensadores nidad del tiempo darán un número Becker, "Nietzsches Beweise für seine
griegos; era común entre éstos infinito de mundos entre los cuales es- Lehre von der ewigen Wiederkunft",
considerar cada ciclo como un "Gran tará comprendido un número infinito Blätter für deutsche Philosophie, IX
Año". Así, la teoría atribuida a Herá- de momentos iguales. El hombre ha (1936). — M. Heidegger, Nietzsche, 2
clito, según la cual el mundo surge de vivir, por consiguiente, un número vols., 1961. — M. Éliade, Le mythe de
del fuego y vuelve al fuego según ci- l'étenel retour: archétypes et répé-
infinito de vidas. Nietzsche llama a tition, 1949 (trad. esp.: El mito del
clos fijados y por toda la eternidad esta doctrina "una profecía" y exige eterno retorno, 1952, especialmente
( Di og. L., IV, 9), es u na for ma para llegar a ella "libertarse de la Caps. III y IV). — A. Blum, Die
de la doctrina del eterno retorno. Lo moral". Unamuno llama a la doctrina Lehre von der ewigen Wiederkehr,
mismo ocurrió con muchos pitagóri- del eterno retorno "una formidable 1951 ( especialmente desde el punto
cos y en particular con los estoicos, tragicomedia" y un "remedo de la de vista del problema moral). — Ch.
que tomaron en parte su cosmología inmortalidad del alma". Jaspers supone Mugler, Deux thèmes de la cosmolo-
de Heráclito. Los motivos filosóficos gie grecque: devenir cyclique et plu-
que la doctrina nietzscheana del eterno ralité des mondes, 1953. — M. Hei-
de esta doctrina son, entre otros, la retorno es exclusivamente ética y en degger, Was heisst Denken?, 1954
necesidad de reconocer el movimiento modo alguno cosmológica (o mi- (trad. esp.: ¿Qué significa pensar?,
y de limitarlo mediante una ley o, tológico-cosmológica ) : lo que tal doc- 1958).
mejor dicho, una "medida". Las cau- trina tiende a mostrar es que el hom- ÉTICA. El término 'ética' deriva
sas empíricas que promovieron su bre es responsable por sus acciones de de h(/qoj , que significa 'costumbre' y,
adopción son probablemente la ob- un modo definitivo, hasta el punto por ello, se ha definido con frecuen-
servación del carácter cíclico de mu- de que cada una de sus acciones se cia la ética como la doctrina de las
chos procesos naturales (por ejemplo, repite un número infinito de veces. costumbres, sobre todo en las direc-
el cambio de las estaciones, que daba Heidegger hace de la doctrina del ciones empiristas. La distinción aris-
la idea de un continuo regresar al eterno retorno nietzscheana uno de los totélica entre las virtudes éticas,
punto de partida). Varios pensado- elementos fundamentales de la "des- h= q ikai a) r etai/ , y virtudes
res medievales, especialmente árabes, trucción de la metafísica occidental". dianoéticas, dianhtikai/ a)retai/, indica
expresaron ideas parecidas. Así, Al- Con frecuencia se estima que dicha que el término 'ético' es tomado
kindi, Avicena, Averroes —y también teoría sufre de las mismas contradic- primitivamente sólo en un sentido
el llamado averroísmo latino— admi- ciones con que choca toda doctrina "adjetivo": se trata de saber si una
tieron una reaparición periódica de que opere en la realidad con el con- acción, una cualidad, una "virtud" o
los acontecimientos, una evolución cepto de lo infinito. En su significa- un modo de ser son o no "éticos". Las
circular del mundo único regido por ción física excluye la posibilidad de virtudes éticas son para Aristóteles
la revolución eterna de los astros. sistemas cerrados o relativamente ce- aquellas que se desenvuelven en la
Los autores cristianos no podían ad- rrados dentro del Universo; en su práctica y que van encaminadas a la
mitir, en cambio, la idea de un eterno sentido metafísico excluye la idea de consecución de un fin, en tanto que
retorno; "lo que pasa" no vuelve a la irreversibilidad del tiempo y la re- las dianoéticas son las virtudes
pasar, porque es historia, y hasta "dra- ducción de todas las realidades a un propiamente intelectuales. A las
ma". Sólo en algunos casos se conci- mismo nivel. primeras pertenecen las virtudes que
bió el "devenir" a modo de un vol- Considerada como una descripción sirven para la realización del orden de
ver: el "volver a la unidad primera". plausible del proceso cósmico y no la vida del Estado —la justicia, la
Ello sucedió cuando se rozó, o se su- como una teoría filosófica apoyada en amistad, el valor, etc.— y tienen su
pone que se rozó, el "panteísmo". Es la posibilidad de un número infinito origen directo en las costumbres y en
el caso de Orígenes, cuya apocatásta- de combinaciones de los mismos ele- el hábito, por lo cual pueden llamarse
sis de todas las cosas, la restitutio mentos, la doctrina del eterno retor- virtudes de hábito o tendencia. A las
universalis (expresiones que corres- no ha sido reformulada por algunos segundas, en cambio,
594
ΕΤΙ ΕΤΙ ΕΤΙ
pertenecen las virtudes fundamenta- ideas de carácter moral que tienen hombres tienen que comportarse de
les, las que son como los principios de una base filosófica, es decir, que, en una cierta manera. Podemos citar a
las éticas, las virtudes de la inteligen- vez de darse simplemente por su- este respecto las reflexiones éticas de
cia o de la razón: sabiduría, σοφία, y puestas, son examinadas en sus fun- Demócrito. Pero sobre todo entran
prudencia, φρόνησις. En la evolución damentos; en otros términos, son fi- en este capítulo las meditaciones al
posterior del sentido del vocablo, lo losóficamente justificadas. No importa respecto de Sócrates y de Platón.
ético se ha identificado cada vez para el caso que la justificación de Muchos autores consideran a Sócrates
más con lo moral, y la ética ha lle- un sistema de ideas morales sea extra- como el fundador de una reflexión
gado a significar propiamente la moral (por ejemplo, que se base en ética autónoma, aun reconociendo
ciencia que se ocupa de los objetos una metafísica o en una teología ) ; lo que la misma no hubiera sido posi-
morales en todas sus formas, la fi- decisivo es que haya una explicación ble sin el sistema de ideas morales
losofía moral. racional de las ideas o de las normas dentro de las cuales vivía el filósofo
Antes de describir los problemas adoptadas. Por este motivo, los y especialmente sin las cuestiones sus-
fundamentales de la ética tal como historiadores de la ética suelen seguir citadas acerca de ellas por los sofis-
se presentan al filósofo contemporá- los mismos procedimientos y adoptar tas. En efecto, al considerar el pro-
neo, nos ocuparemos brevemente de las mismas divisiones propuestos por blema ético individual como el pro-
la historia de la ética y de las posicio- los historiadores de la filosofía. Ello blema central filosófico, Sócrates pa-
nes capitales adoptadas a lo largo de plantea para la historia de la ética el reció centrar toda reflexión filosófica
ella. Ante todo, cabe advertir que la mismo problema que se plantea a la en la ética. En un sentido parecido
historia de la ética como disciplina fi- historia de la filosofía, a saber, el de trabajó Platón en los primeros
losófica es más limitada en el tiempo averiguar si es justo limitar tal historia tiempos, antes de examinar la idea
y en el material tratado que la historia a Occidente y de si no deberían del Bien ( VÉASE ) a la luz de la teoría
de las ideas morales de la humanidad. también introducirse capítulos sobre la de las ideas y, por consiguiente,
Esta última historia comprende el es- ética filosófica de varios pueblos antes de subordinar, por así decirlo,
tudio de todas las normas que han re- orientales, especialmente de los de la la ética a la metafísica. En cuanto
gulado la conducta humana desde los China y la India, en los que parecen a Aristóteles, no solamente fundó la
tiempos prehistóricos hasta nuestros haberse suscitado cuestiones filosóficas ética como disciplina filosófica, sino
días. Este estudio no es sólo filosó- análogas a las que han existido en que, además, planteó la mayor parte
fico o histórico-filosófico, sino tam- Occidente y, por consiguiente, de los problemas que luego ocuparon
bién social. Por este motivo, la histo- problemas éticos susceptibles de ser la atención de los filósofos morales:
ria de las ideas morales —o, si se descritos e historiados filosóficamente. relación entre las normas y los bienes;
prefiere eliminar el término 'historia', La respuesta que damos a esta cues- relación entre la ética individual y
la descripción de los diversos grupos tión es la misma que hemos dado la social; clasificación y jerarquía de
de ideas morales— es asunto de que al tratar el problema de la filosofía, los bienes; clasificación (precedida
se ocupan disciplinas tales como la de la historia de la filosofía y de la por la platónica) de las virtudes; exa-
sociología y la antropología. Ahora filosofía oriental. En efecto, conside- men de la relación entre la vida teó-
bien, la existencia de ideas morales ramos que aun cuando en otras co- rica y la vida práctica, etc. Después
y de actitudes morales no implica to- munidades distintas de la occidental de Aristóteles muchas escuelas filo-
davía la presencia de una particular se hayan dado ideas morales, y aun sóficas —tales los cínicos, cirenaicos
disciplina filosófica. Así, por ejemplo, importantes sistemas de ideas mora- y en parte estoicos— se ocuparon
pueden estudiarse las actitudes e les, la consideración de la ética como principalmente de escrutar los fun-
ideas morales de diversos pueblos disciplina filosófica especial ha sur- damentos de la vida moral desde el
primitivos, o de los pueblos orienta- gido solamente en su madurez dentro punto de vista filosófico. Especial-
les, o de los hebreos, o de los egip- del Occidente, de modo que una his- mente ocupó a los pensadores post-
cios, etc., sin que el material resul- toria de la ética filosófica coincide aristotélicos la magna cuestión de la
tante deba forzosamente encuadrarse con una historia de la ética occi- relación entre la existencia teórica y
en la historia de la ética. En nuestra dental. la práctica, con frecuente tendencia
opinión, por consiguiente, solamente De hecho, esta historia comenzó a establecer —si bien por considera-
hay historia de la ética dentro del solamente de un modo formal con ciones teóricas— el primado de la
marco de la historia de la filosofía. Aristóteles, con cuyas ideas sobre la última sobre la primera. Común a
Aun así, la historia de la ética ética y las virtudes éticas hemos ini- muchas escuelas de la época fue —co-
resulta a veces de una amplitud con- ciado este artículo. Sin embargo, antes mo ocurrió con los estoicos— el in-
siderable, pues se hace difícil con de Aristóteles se hallan ya preceden- tentar descubrir un fundamento de
frecuencia establecer una separación tes para la constitución de la ética la ética en la Naturaleza. Por este
estricta entre los sistemas morales como disciplina filosófica. Entre los motivo, muchas comentes éticas de
—objeto propio de la ética— y el con- presocráticos, por ejemplo, pueden la época pueden ser calificadas de
junto de normas y actitudes de ca- encontrarse reflexiones de carácter naturalistas, si bien teniendo presente
rácter moral predominantes en una ético que no están ya ligadas a la que el término 'naturalismo' (v.) no
sociedad o en una fase histórica da- aceptación de ciertas normas sociales debe entenderse en el mismo sentido
das. Con el fin de solucionar este vigentes —o a la protesta contra tales que ha llegado a tener en la época
problema, los historiadores de la ética normas—, sino que procuran descu- moderna. También fue común a la
han limitado su estudio a aquellas brir las razones por las cuales los mayor parte de tales escuelas el ma-
595
EΤΙ ΕΤΙ ΕΤΙ
ninfestar los dos siguientes rasgos. Pri- necesario que los aspectos hedonistas, mencionamos las teorías éticas fun-
mero, el de considerar la ética como naturalistas y autonómicos que ca- dadas en el egoísmo (Hobbes), en el
ética de los bienes, es decir, el esta- racterizaron a varias escuelas éticas realismo político (maquiavélicos), en
blecer una jerarquía de bienes con- griegas se pusieran completamente de el sentimiento moral (Hutcheson y
cretos hacia los cuales aspira el hom- lado. En tanto que se considerara otros autores). Fundamental para la
bre y por los cuales se mide la mora- que el hombre es un ser peregrino mayor parte de los pensadores mo-
lidad de sus actos. Segundo: el bus- que está en esta tierra con el fin de dernos fue la cuestión del origen de
car la tranquilidad de ánimo, que prepararse para una vida futura ultra- las ideas morales. Algunos las encon-
según algunos (los estoicos) se halla terrena, era natural que la noción de traron en ciertas facultades innatas
en la impasibilidad, según otros (los felicidad, tan importante en muchos! del hombre, ya sea de carácter in-
cínicos) en el desprecio a las con- éticos griegos (véase EUDEMONÍA),; telectual o bien de carácter emotivo;
venciones, y según otros (los epicú- fuera sustituida por otras nociones otros buscaron las bases de la ética en
reos) en el placer moderado o, mejor más adecuadas a la vida cristiana. una intuición especial, o en el sentido
dicho, en el equilibrio racional entre Ahora bien, ello no significa que la común, o en la simpatía, o en la
las pasiones y su satisfacción. ética cristiana fuese siempre y nece- utilidad (individual o social); otros
El auge del neoplatonismo y la apa- sariamente una ética de índole ascé- llamaron la atención sobre el papel
rición del cristianismo modificaron tica. Como en muchas otras cosas, que desempeña la sociedad en la
sustancialmente muchas de las ante- en el terreno ético el cristianismo formación de los conceptos éticos;
riores ideas éticas. Por un lado, los ofrece variantes. Los bienes terrena- otros, finalmente, insistieron en que
neoplatónicos tendieron a edificar la les, especialmente en la medida en el fundamento último de la ética
ética al hilo de la teoría platónica que fueron considerados como otor- sigue siendo la creencia religiosa o
de las ideas, aun cuando es cierto gados por Dios, no fueron tampoco la dogmática religiosa. Las cuestiones
que en algunos autores —como Plo- eliminados. De ahí la posibilidad de de la libertad de la voluntad frente
tino— la ética platónica se presenta adoptar poco a poco puntos de vista al determinismo de la Naturaleza; de
mezclada con ideas morales aristotéli- éticos que durante algún tiempo ha- la relación entre la ley moral y la
cas y en particular estoicas. Por otro bían sido considerados como especí- ley de la Naturaleza, y otras análogas,
lado, los pensadores cristianos tuvieron, ficamente griegos y punto menos predominaron durante los siglos XVII
cuando menos en los comienzos, una que incompatibles con una vida cris- y XVIII. Se formaron así diversas co-
doble actitud frente a la ética. En un tiana. Esto explica, entre otras cosas, rrientes éticas que han recibido los
sentido, absorbieron lo ético en lo la creciente introducción de las teo- nombres de naturalismo, egoísmo,
religioso, y de ello nació una tendencia rías éticas aristotélicas en los filóso- asociacionismo, intuicionismo, etc. Un
a edificar el tipo de ética que luego se fos escolásticos, al compás de la in- cambio radical experimentó la ética
ha llamado heterónoma o, más troducción de la filosofía general aris- con la filosofía de Kant. Según he-
propiamente, teónoma, es decir, la que totélica que culminó en el siglo XIII. mos expuesto en varios artículos ( véase
fundamenta en Dios los principios de De hecho, en la última época de la BUE N A V OLUNT AD , CON CIEN CI A
la moral. En otro sentido, en cambio, escolástica clásica se llegó a la for- MORAL, DEBER, INTENCIÓN, KANT ),
aprovecharon muchas de las ideas de mulación de una teoría ética que lo- Kant rechazó toda ética de los bienes
la ética griega —principalmente las gró fundir la mayor parte de los prin- (véase BIEN ), y procuró en su lugar
platónicas y estoicas—, de tal modo cipios fundamentales éticos griegos fundamentar una ética formal, autó-
que partes de la ética tales como la con las normas cristianas. noma (V. AUT ON OMÍ A ) y, en cierta
doctrina de las virtudes y su La historia de la ética se compli- medida, penetrada de rigorismo. La
clasificación se insertaron casi ca a partir del Renacimiento. Por un meditación de ,Kant al respecto in-
enteramente dentro del cuerpo de la lado, resurgieron muchas tendencias fluyó grandemente sobre muchas teo-
ética cristiana. Muy corriente fue el éticas que, aunque no totalmente rías posteriores de la ética. Es cierto
adoptar ciertas normas éticas de abandonadas, habían sido atenuadas que en el curso del siglo XIX domina-
algunas escuelas (como la estoica), considerablemente: es el caso del es- ron otras corrientes además de la kan-
negando sus fundamentos naturalistas y toicismo. Fuertes corrientes neo-es- tiana y de la desarrollada por el
suprimiendo aquellas porciones (por tóicas se divulgaron durante los si- idealismo alemán (especialmente por
ejemplo, la justificación del suicidio) glos XV, XVI y XVII, alcanzando a Fichte). Mencionamos entre ellas la
que eran incompatibles con las ideas filósofos como Descartes y, sobre todo, prosecución de las corrientes adscritas
morales cristianas. Ahora bien, a Spinoza. Por otro lado, los nuevos a la filosofía del sentido común (v.),
medida que se fue acogiendo el problemas presentados al individuo la tendencia a examinar las cuestio-
pensamiento griego dentro del y a la sociedad a partir especialmente nes éticas desde el punto de vista
cristiano se pusieron de relieve ciertos del siglo XVII, los cambios de normas psicológico, el desarrollo del utilita-
fundamentos que resultaron ser en las relaciones entre personas y rismo (v.), el intuicionismo inglés, el
comunes a ambos. Entre ellos entre naciones, condujeron a refor- evolucionismo ético, la tesis de la
mencionamos como el principal la mulaciones radicales de las teorías absoluta diferencia entre la ética y
clásica equiparación de lo bueno con éticas. De ello surgieron sistemas di- la religión (v.). El evolucionismo
lo verdadero, que los filósofos versos que, aunque apoyándose en ético en particular renovó el natura-
cristianos desarrollaron en su teoría nociones tradicionales, aspiraban a lismo ético agregándole un aspecto
de los trascendentales (v.). Para con- cambiar las bases de la reflexión ético- dinámico que el antiguo naturalismo
seguir tal comunidad de supuestos fue flosófica. Como ejemplo de ellos no había conocido. De ello surgieron
596
ΕΤΙ ΕΤΙ ΕΤΙ
cambios revolucionarios en las con- efecto, los principios éticos superio- la realización de un valor positivo
cepciones éticas que terminaron, co- res, los imperativos, son absolutamente sin sacrificio de los valores superio-
mo ocurrió con Nietzsche, con esfuer- válidos a priori y tienen con respecto res y de completo acuerdo con el
zos para introducir una inversión a la experiencia moral la misma carácter de cada personalidad.
completa en todas las tablas de va- función que las categorías con respecto En lo que se refiere al problema
lores. Consecuencia de ello fue la a la experiencia científica. El resultado del origen, la discusión ha girado
adopción de puntos de vista axioló- de semejante inversión de las tesis sobre todo en torno al carácter au-
gicos, que habían sido poco atendi- morales conduce, por lo pronto, al tónomo o heterónomo de la moral.
dos por los autores anteriores. Ahora trastorno de todas las teorías existentes Para los partidarios del primero, lo
bien, la fundamentación de la ética con respecto al origen de los principios que se ha realizado por una fuerza
en una explícita teoría de los valores éticos: Dios, libertad e inmortalidad no o coacción externa no es propiamente
—posición defendida por varias teo- son ya, en efecto, los fundamentos de moral; para los que admiten el
rías éticas contemporáneas— vino la razón práctica, sino sus segundo, no hay de hecho posibilidad
asimismo por otros lados. En efecto, postulad os. De ahí que el de acción moral sin esa fuerza extraña,
como reacción contra el formalismo formalismo moral kantiano exija, al que puede radicar en la sociedad o,
y rigorismo kantianos —interpretados, propio tiempo, la autonomía ética, como ocurre en la mayor parte de los
por lo demás, demasiado al pie de la el hecho de que la ley moral no sea casos, en Dios. A ellas se han
letra— autores como Brentano inten- ajena a la misma personalidad que sobrepuesto asimismo tendencias
taron edificar una ética que fuese al la ejecuta. Opuestas a este formalis- conciliadoras que ven la necesidad de
mismo tiempo material y rigurosa y mo se presentan todas los doctrinas la autonomía del acto moral, pero que
no dependiese de un sistema de bie- éticas materiales, de las cuales cabe niegan que esta autonomía destruya
nes o arbitrariamente seleccionado, distinguir, como ha hecho A. Müller, el fundamento efectivo de las
o considerado como establecido por la entre la ética de los bienes y la de normas morales, pues el origen del
sociedad, o estimado como conocido los valores. La de los bienes com- acto puede distinguirse perfectamente
de un modo inmediato y evidente, prende todas las doctrinas que, fun- de la cuestión del origen de la ley.
o fundado en una heteronomía. Des- dadas en el hedonismo o consecución En otros sentidos, se han contrapuesto
de entonces la ética ha entrado en de la felicidad, comienzan por plan- entre sí las tendencias aprioristas y
una fase muy activa de su desarrollo. tearse un fin. Según este fin, la mo- empiristas, voluntaristas e
Y ello de tal modo que se hace di- ral se llama utilitaria, perfeccionista, intelectualistas, que se refieren
fícil presentar un cuadro de la ética evolucionista, religiosa, individual, más bien al origen efectivo de los
contemporánea desde el punto de social, etc. Su carácter común es el preceptos morales en el curso de la
vista de las diversas escuelas, y re- hecho de que la bondad o maldad historia o en la evolución de la in-
sulta más plausible dar una breve de todo acto dependa de la adecua- dividualidad humana y que quedan
descripción de los problemas funda- ción o inadecuación con el fin pro- con frecuencia sintetizadas en una
mentales de la ética y de las prin- puesto, a diferencia del rigorismo concepción perspectivista en la cual
cipales soluciones propuestas para so- kantiano donde las nociones de de- el voluntarismo y el intelectualismo,
lucionarlos. Examinaremos cuatro de ber, intención, buena voluntad y mo- el innatismo y el empirismo son con-
estos problemas: la esencia de la éti- ralidad interna anulan todo posible cebidos como meros aspectos de la
ca, su origen, su objeto o fin y el eudemonismo en la conducta moral. visión de los objetos morales, de los
lenguaje ético. En una dirección parecida, pero con valores absolutos y eternamente vá-
En lo que toca a la cuestión de distintos fundamentos, se halla la lidos, progresivamente descubiertos
la esencia, hay dos concepciones an- ética de los valores, la cual repre- en el curso de la historia. En cuanto
titéticas, que pueden designarse con senta, por un lado, una síntesis del al problema de la finalidad, equi-
el nombre de ética formal y ética formalismo y del materialismo y, por vale en parte a la misma cuestión
material. Ninguna de ellas aparece, otro, una conciliación entre el empi- de la esencia de la ética y hace re-
naturalmente, en toda su pureza y rismo y el apriorismo moral. El ma- ferencia a las posiciones eudemonis-
puede decirse, por lo contrario, que yor sistematizador de este tipo de tas, hedonistas, utilitaristas, etc., que
toda doctrina ética es un compuesto ética, Max Scheler, la ha definido, responden a la pregunta por la
de formalismo y "materialismo", los de hecho, como un apriorismo moral esencia, siempre que ésta sea defi-
cuales se han mantenido como cons- material, pues en él empieza por nida de acuerdo con un determinado
tantes a lo largo de toda la historia excluirse todo relativismo, aunque, bien.
de las teorías y actitudes morales. al mismo tiempo, se reconoce la im- Finalmente, en lo que respecta al
No obstante el predominio del ele- posibilidad de fundar las normas problema del lenguaje de la ética,
mento formal en la filosofía práctica efectivas de la ética en un impera- se han presentado varías teorías. Las
de Kant y del elemento material en tivo vacío y abstracto. El hecho de más importantes han sido elaboradas
casi todos los demás tipos de ética, que semejante ética se funde en por autores como C. K. Ogden e I. A.
ha contrapuesto radicalmente el kan- los valores demuestra ya el "objeti- Richards, J. Dewey, A. J. Ayer, R. B.
tismo al resto de las doctrinas mo- vismo" que la guía, sobre todo si Perry, Ch. L. Stevenson, R. M. Hare,
rales y lo ha hecho aparecer como se tiene en cuenta que en la teoría etc., es decir, por filósofos que se han
uno de los primeros intentos, relati- de Scheler el valor moral se halla ocupado de la significación de las ex-
vamente logrados, para establecer lo ausente de la tabla de valores y, presiones éticas, o que han analizado
a priori en la moral. Para Kant, en por lo tanto, consiste justamente en la naturaleza de las "reacciones" de
597
ΕΤΙ ΕΤΙ
un sujeto ante los imperativos éticos. abierta y que mientras las posiciones
Una de las doctrinas más difundidas relativas a la esencia, origen y objeto
ha sido la de J. Dewey al distinguir o fin de la ética están ya bien delimi-
entre términos valorativos (como 'de- tadas, las que se refieren al lenguaje
seado' y términos descriptivos (como ético se encuentran aún en estado de
'deseable' ). Los términos éticos perte- formación.
necen al segundo grupo. Ogden y Ri-
chards han distinguido entre lenguaje
indicativo o científico, y lenguaje
emotivo no científico; el de la ética
pertenece a la segunda serie. El lla-
mado análisis emotivo en la ética ha
sido defendido por Ayer (y Carnap).
Consiste en hacer de los juicios valo-
rativos ( dentro de los cuales se hallan
los éticos) juicios metafísicos, esto es,
no teóricos y no verificables (véase
IMPERATIVO). Ch. L. Stevenson ha ela-
borado estas distinciones, pero refi-
nándolas considerablemente al mostrar
que el hecho de que los juicios éticos
no sean indicativos, sino pres-criptivos,
no significa que tales juicios
pertenezcan pura y simplemente a la
"propaganda" (véase EMOTIVIS -MO).
Los análisis de Perry están dentro del
marco de una ética normativa, la cual
pretende ser a la vez una ciencia
natural. En cuanto a Hare, ha exa-
minado sobre todo los usos de los tér-
minos éticos y axiológicos, mostrando
que aun cuando todos ellos están dentro
de un lenguaje prescriptivo, no pueden
simplemente confundirse entre
imperativos y juicios de valor, y entre
imperativos singulares y universales, o
entre juicios de valor morales y no
morales. Lo común en todas estas
investigaciones ha sido el hecho de
haberse reconocido que hay un len-
guaje propio de la ética, que este
lenguaje es de naturaleza prescripti-
va, que se expresa mediante mandatos
o mediante juicios de valor y que no
es posible en general un estudio de
la ética sin un previo estudio de su
lenguaje. Las principales dificultades
que al respecto se ofrecen aparecen
cuando se examinan las relaciones
entre el lenguaje ético imperativo y el
lenguaje ético valorativo, y
especialmente cuando se plantea la
cuestión de hasta qué punto tales
lenguajes están relacionados con el
lenguaje cognoscitivo. En los primeros
tiempos en que empezó a estudiarse
el problema del lenguaje ético se
tendía a negar que éste tuviese
carácter cognoscitivo. En época más
reciente tal negación se ha atenuado
mucho (V. EMOTIVISMO). Puede de-
cirse que la cuestión está todavía
EUC EUC
EUCKEN (RUDOLF) (1846-1926), cional o lógico, sino como algo que
nacido en Aurich (Ostfriesland), fue trasciende lo racional y lo lógico (aun-
profesor en la Universidad de Basilea que a la vez abarcándolos) forma de
(1874-1920]. En 1908 recibió el Pre- este modo un reino universal en el que
mio Nobel de Literatura. En oposición cada personalidad participa y en el
al naturalismo, al positivismo y al cri- que se resuelven en última instancia
ticismo, Eucken aspiró a reanudar lo los problemas de la historia y de la
que consideraba la tradición filosófica cultura. Esta participación no es una
alemana por medio de una metafísica pasiva entrega, sino una actividad
neo-idealista que, sin embargo, no que la persona natural ejerce, pues
niega la verdad de la imagen que pro- la libertad es tanto la condición ne-
porciona de lo real la ciencia de la Na- cesaria de la vida espiritual como su
turaleza. Eucken reprocha al natu- esencia. Lo espiritual es el reino de
ralismo la pretensión de hacer de su los valores superiores, pero estos va-
visión la única admisible. Frente al lores no son presentados por Eucken
naturalismo acentúa Eucken la reali- como esencias rígidas, infinitamente
dad de la vida del espíritu como rea- alejadas del hombre; son más bien
lidad plenamente justificada e inde- vida activa, que se crea constante-
pendiente, pues el espíritu o, mejor mente y se realiza en los actos de
dicho, la vida espiritual (Geistesleben) participación de la persona. La fre-
es no sólo autónoma frente a la vida cuentemente subrayada nebulosidad
psíquica y a la razón, sino que las de la filosofía de Eucken no impide,
engloba en cierto modo como ele- con todo, el reconocimiento de que
mentos inmanentes. Mientras lo psí- en él se perfila la visión de una
quico se halla inevitablemente arrai- realidad peculiar e irreductible. En
ÉTICO-TEOLOGÍA. Véase Físico- gado en la Naturaleza y está some- este camino le siguió sobre todo Max
TEOLOGÍA. tido, por lo tanto, a las categorías Scheler, que fue primitivamente dis-
ETOLOGÍA es la ciencia que es- deterministas y causalistas de la cien- cípulo suyo, así como, en parte, Ju-
tudia los caracteres y especialmente cia, lo espiritual puede desarrollar lius Goldstein y Otto Braun.
los caracteres morales, determinando sin trabas su propia actividad. La
sus tipos y sus variedades. La eto- psicología al uso es impotente para
logía es para J. Stuart Mill una ciencia aprehender la peculiaridad de esta
del espíritu y, como tal, una "ciencia realidad superior de la vida del es-
deductiva" que deriva sus resultados píritu, porque el método psicológico
de las leyes establecidas por la opera con categorías que el espíritu
psicología y que constituye a la rechaza; por eso se impone, según
vez el fundamento sobre el cual Eucken, sustituir el método natural
debe apoyarse necesariamente la por el método "noológico", por el
educación. En cambio, en otras cual debe entenderse una forma de
direcciones (por ejemplo, en Albert aprehensión que penetra en la pro-
Bayet, La science des faits moraux) la fundidad del espíritu, que comprende
etología es estimada como una ciencia la vida espiritual desde su totalidad
puramente empírica; a diferencia de íntegra y permite abrazarla en toda su
la moral, que sería la investigación de realidad y en toda su verdad. Pero la
los elementos aprióricos de la conduc- idea de la vida espiritual, que es
ta, de la jerarquía eterna de los valo- menos explicada que ensalzada, no es
res, etc., la etología se limitaría al es- sólo el resultado de un método
tudio de cómo de hecho se han reali- nuevo: es también aquello a que
zado en el curso de la historia las necesariamente llega la metafísica
normas morales. La etología puede cuando se desprende de todo lastre
considerarse entonces, según los casos, positivista y racionalista. La metafísica
como una ciencia derivada de la moral de Eucken, íntimamente enlazada con
apriórica, que proporciona el cuadro una ética, con una filosofía de la
dentro del cual se inserta la etología, o religión y con una teoría de los
bien como el fundamento de esta valores, procura en todas sus partes
misma moral, que sería el resultado de destacar la peculiaridad de la vida
un concreto estudio "etológi-co", de espiritual, que desde su raíz personal
una investigación de las "costumbres" y concreta se convierte bien pronto
y de los "caracteres morales". en la realidad única, en el fundamento
EUCATALEPSIA. Véase BACON del mundo, en esencia de la divinidad.
(FRANCIS ). Lo espiritual, que Eucken no entiende
como algo puramente ra-
599
EUC EUD
of R. Eucken, 1914. — M. Müller, Ethica (Spengel, Fritzsche, Suse-
Individualitäts- und Persönlichkeits- mihl), una opinión ya mantenida en
gedanke bel Eucken, 1916 (Dis.). — la Antigüedad, pero descartada, se-
A. Heussner, Einführung in R. Euc-
kens Lebens- und Weltanschauung, gún apuntan Kapp, Von der Mühll y
1912. — E. Becher, R. Eucken und Jaeger, por un mayor número de opi-
seine Philosophie, 1927. — P. Kal- niones inclinadas a declararla obra de
weit, Euckens religionsphilosophische Aristóteles, si bien, al parecer, con
Leistung, 1927. — Manuel Argüelles, importantes modificaciones con res-
El neoidealismo en Eucken, 1929. pecto a lo que Jaeger considera el
EUCLIDES (ca. 450-ca. 380 antes texto original. En general, se supone
de J. C. ) de Megara, siguió primero que, aunque trabajando sobre una
las doctrinas de los eleatas ( VÉASE ), materia común —los textos y notas
pero bajo la influencia de Sócrates, de de lecciones de Aristóteles—, la di-
quien fue discípulo en Atenas, modi- ferencia entre Eudemo y Teofrasto
ficó aquellas doctrinas en un sentido consiste principalmente cu que mien-
ético. Según indica Diógenes Laercio tras este último manifestó tendencias
(II 106), Euclides de Megara conside- enciclopédicas y decidida inclinación
ró el Bien como idéntico a lo Uno y por investigaciones naturales, el pri-
al Ser, de tal forma que todo lo que mero se preocupó más bien de cues-
puede decirse del Ser único puede tiones éticas y religiosas. Esta dife-
asimismo decirse del Bien. Fiel al rencia es paralela a la que existe entre
eleatismo, Euclides consideró, ade- la tendencia naturalista de Teofrasto
más, que de lo que no es el Bien y la teológica de Eudemo.
no puede decirse nada, pues, siendo Eudemi Rhodii Peripatetici fragmenta
idéntico al no ser, no existe. Con el quae supersunt, coll. I. Spen-gel,
fin de defender esta doctrina Eucli- Berolini, 1866, y F. W. A. Mu-ach,
des de Megara usó argumentos pa- Fragmenta Philosophorum
recidos a los de Zenón de Elea. Como Graecorum, III, 1881. Edición re-
Índica Diógenes Laercio, Euclides no ciente de textos: Fritz Wehrli, Die
Schule des Aristoteles. Heft VIII;
ofrecía propiamente demostraciones, Eudemos von Rhodos, 1955. — Véan-
sino reducciones al absurdo. Éstas se los trabajos de A. Th. H. Fritzsche
constituyeron el fundamento de la en su edición de Eudemi Rhodii Ethi-
llamada erística (v.), desarrollada ca, Regensburg, 185], y de E. Zeller
por los megáricos (v.) ο seguidores en Archiv für Geschichte der Philo-
de Euclides, quien es considerado sophie, V (1892), 442-3.
como el fundador de esta escuela. EUDEMONISMO. Literalmente,
Véase la bibliografía del artículo 'eudemonismo' significa "posesión de
MEGÁRICOS. un buen demonio" ( eu)dai/mon ), es
EUDEMO de Rodas fue, con Teo- decir, goce o disfrute de un modo de
frasto de Ereso, uno de los dos más ser por el cual se alcanza la prosperi-
inmediatos y fieles discípulos de Aris- dad y la felicidad, eu)dai/moni/a . Filo-
tóteles, hasta el punto de que, como sóficamente se entiende por 'eudemo-
cuenta Aulio Gelio en las Noctes nismo' toda tendencia ética según la
Atticae, el Estagirita estuvo indeciso cual la felicidad ( VÉASE) es el sumo
acerca de quién de los dos habría de bien.
regentar el Liceo tras su muerte, pues La felicidad puede entenderse de
el vino lésbico (Teofrasto) y el vino muchas maneras: puede consistir en
ródico (Eudemo) eran "por igual "bienestar", en "placer", en "activi-
excelentes". Siendo todavía confusas dad contemplativa", etc. etc. En todo
las relaciones intelectuales entre Aris- caso, se trata de un "bien" y con fre-
tóteles, Teofrasto y Eudemo no obs- cuencia también de una "finalidad".
tante los importantes trabajos de Jae- Se dice por ello que la ética eudemo-
ger, Zürcher y otros al respecto, no nista equivale a una "ética de bienes
se puede determinar aún cuál fue la y fines". Es costumbre desde Kant
exacta contribución de Eudemo a] llamar a este tipo de ética "ética ma-
Corpus Aristotelicum. Podemos acep- terial", a diferencia de la "ética for-
tar que colaboró con Teofrasto ( VÉA- mal", elaborada y defendida por Kant.
SE ) en los notables trabajos lógicos
En la medida en que se identifica el
que Bochenski ha destacado. Se ha
supuesto también que la Ethica bien con la felicidad o, mejor dicho,
Eudemia fue escrita por el discípulo en la medida en que se estima que la
y se la ha llamado Eudemi Rhodii felicidad se alcanza al conseguirse el
bien a que se aspira, se puede decir
600
EUD EUD EUL
que todas las éticas materiales son éti- doro trató también, al parecer, de la Sonnekreise der Alten, vorzüglich den
cas eudemonistas. noción de lo Uno, en sentido a la eudoxischen, 1863, y el artículo de
En vista de ello pueden considerar- vez platónico y neopitagórico, apro- F. Gisinger (Στοιχεία, Heft VI, 1921).
se como eudemonistas todos los "prin- ximándose en este análisis a algunas Para su teoría de las ideas: Heinrich
de las distinciones posteriormente des- Karpp, Untersuchungen zur Philoso-
cipios materiales" prácticos a que se phie des Eudoxos von Knidos, 1933
refiere Kant en la Crítica de la razón arrolladas por los neoplatónioos. (Dis.). — Id., id., "Neue Untersu-
práctica. Estos principios son de dos De la obra sobre la división de la chungen zur Philosophie des Eudoxos
clases: subjetivos y objetivos. Los filosofía, Diai)resij tou= kata\ von Knidos" [II], Gnomos, XI, 407-
principios subjetivos pueden ser ex- filosofi/an lo/gou, hay fragmentos en 16. Véase también O. Becker, "Eu-
Estobeo, Eclog., II, 42, 11-45. Véase doxos-Studien" [III] Quellen und
ternos (de la educación, como en H. Diels, Doxographi Graeci, 1879.
Montaigne; de la constitución civil, Studien zur Geschichte der Mathe-
Artículo de E. Martini sobre Eudoro matik und Physik, III, id. (1936),
como en Bernard de Mandeville) o (Eudoros, 10) en Pauly-Wissowa. 236-444; 'Eudoxos-Studien" [IV], id.,
internos (del sentimiento de carácter EUDOXO DE CNIDO (ca. 408-355 III (1936), 370-8S; "Eudoxos-Stu-
físico, como en Epicuro; del senti- antes de J. C. ) es considerado por dien" [V], id., III (1936), 389-410.
miento moral, como en Hutcheson). Diógenes Laercio (VIII, 86-91) co- — Para la ética; artículo de Phi-
Los principios objetivos pueden asi- mo uno de los pitagóricos, aunque lippson en Hermès (1925). Artículo de
mismo ser externos ( de la voluntad de F. Hultsch sobre Eudoxo (Eudoxos)
hoy se le suele incluir entre los pla- en Pauly-Wissowa.
Dios, como en Crusius y otras mora- tónicos en tanto que miembro de la
les teológicas ) o internos ( de la per- EULER (LEONHARD) ( 1707-
antigua Academia platónica ( VÉASE). 1783) nac. en Basilea, fue profesor
fección, como en Wolff y en los Se ocupó extensamente de astrono-
estoicos). (1731-1741) de física y matemáticas
mía, matemáticas, medicina y geome- en San Petersburgo, adonde fue lla-
Característico del eudemonismo es tría. En metafísica criticó la doctrina
estimar que no puede haber incom- mado por Catalina la Grande. Por
platónica de la relación entre las ideas invitación de Federico el Grande pro-
patibilidad entre la felicidad y el bien. y las cosas mediante la participa-
Los que se oponen al eudemonismo, fesó en Berlín desde 1741 hasta su
ción y se inclinó hacia una anterior regreso a San Petersburgo en 1766.
en cambio, admiten que la felicidad opinión de Platón: la de que las ideas
y el bien pueden coincidir, pero no Euler es conocido por sus trabajos
están mezcladas con las cosas, opi- científicos en matemática (cálculo de
necesitan coincidir. Para el eudemo- nión que Eudoxo desarrolló. Según la
nismo, la felicidad es el premio de la variaciones, trigonometría), física (es-
reconstrucción de H. Karpp (véase pecialmente hidrodinámica y óptica)
virtud y, en general, de la acción mo- la bibliografía) a base de la Metafí-
ral. Para el anti-eudemonismo, en y astronomía. Contra Newton defen-
sica de Aristóteles y de los fragmen- dió Euler la teoría ondulatoria de la
cambio, la virtud vale por sí misma, tos del Peri\ )Idew=n, del mismo autor,
independientemente de la felicidad luz y una teoría general del éter. En
conservados por Alejandro, las ideas sus reflexiones filosóficas sobre el es-
que puede producir. son para Eudoxo inmanentes en los
Véase E. Pfleiderer, Eudamonismus pacio y el tiempo, Euler rechazó la
objetos sensibles (una opinión que doctrina según la cual están origina-
und Egoismus, 1881. — M. Heinze, se ha comparado con algunas de las
Der Eudamonismus in der griechischen dos en la experiencia, pero también
Philosophie, 1883. — Β. I. M. Boelen, concepciones de Anaxágoras ). En éti- (contra Leibniz) la tesis de que se
Eudaimonie in het wezen der ethiek, ca Eudoxo defendió la doctrina de trata de conceptos ideales (o rela-
1949. — Véase también bibliografía que el bien es el placer, aunque es ciones). Si fuera lo primero, espacio
de FELICIDAD. probable que deba entenderse éste y tiempo serían —lo que para Euler
EUDORO DE ALEJANDRÍA (fl. en el sentido del "placer duradero y no es el caso— propiedades percep-
25 antes de J. C.) es considerado co- moderado" tan ensalzado por muchos tibles; si fuera lo segundo no podría
mo un filósofo ecléctico (véase socráticos. En astronomía y cosmolo- adscribirse objetivamente un objeto
ECLECTICISMO, ECLÉCTICOS. Siguiendo gía, Eudoxo elaboró un sistema que en el contexto del espacio y del
tendencias muy difundidas en su explicaba los "movimientos" de los tiempo.
época, Eudoro de Alejandría trató de astros mediante una serie de esferas
Se conoce con el nombre de dia-
combinar el platonismo, el neopitago- concéntricas que giraban en torno a
la Tierra inmóvil. Este sistema influ- grama de Euler la representación grá-
rismo y el estoicismo, con predominio fica por medio de la cual se mues-
de la primera tendencia. Entre las yó sobre Platón (quien lo incorporó
a las especulaciones cosmológicas del tra que todos los miembros de una
obras que se le atribuyen figuran un clase A, son miembros de otra clase,
comentario al Timeo, un escrito so- Timeo) y sobre Aristóteles.
B. Hemos introducido esta diagrama
bre las Categorías de Aristóteles en Fragmentos en O. Vose, op. cit. en
el artículo sobre Heraclides. — Entre en el artículo Venn (Diagramas de)
el cual parece haberse opuesto al Es- (VÉASE), pero debemos advertir que,
tagirita, una obra sobre la división los artículos sobre Eudoxo destacamos
los de K. von Fritz sobre su vida según investigaciones de G. Vacca, el
de la filosofía (en ética, física y ló- (Philologus, 1930), sobre su doctrina diagrama en cuestión fue empleado
gica) y una obra titulada Acerca del de las ideas (ibid., 1927), el de C. antes por Leibniz.
fin en la cual dilucida este concepto Jensen sobre los textos en Fi-lodemo y Obras: Mechanica sive motus
no solamente en sentido moral sino Horacio (Sitzungsberichte der Preuss. scientia analytice exposita, 2 vols.,
también metafísico, con tendencia a Ak. der Wissenschaften, 1936). Para la 1736-42. — Introductio in analysim
hacer de él la expresión de la iden- astronomía de Eudoxo: A. Boeckh, infinitorum, 2 vols., 1744. — Metho-
tificación del alma con lo divino. Eu- Ueber die vierjährige dus inveniendi lineas curvas maximi
601
EUS EVA EVI
minimeve proprietate gaudentes, sentido platónico-ecléctico y aun neo- terística de la llamada interpretación
1744. — "Réflexions sur l'espace et le platónico. Eusebio, como otros auto- alegórico-racionalista de los dioses,
temps", Mémoires de l'Académie ro- res, consideró a Platón como un Moi- había sido ya preludiada por algunos
yale des Sciences de Berlin, IV, 1748. sés que había hablado en lengua áti- presocráticos (por ejemplo, Jenófa-
— Theoria motus corporum solidorum ca, e interpretó las "ideas" platónicas nes ) y por algunos sofistas ( por ejem-
seu rigidorum, 1765. — Lettres à como pensamientos divinos. Halló
une princesse d'Allemagne sur quel- plo, Critias), pero solamente Eveme-
ques sujets de physique et de philo- asimismo en Platón otros precedentes ro la presentó con suficiente amplitud
sophie, 3 vols., 1768-72. — Institu- cristianos, tales como la doctrina de y radicalismo. Huellas de ella pue-
tiones calculi integralis, 4 vols., 1768- la inmortalidad del alma, y ciertos den encontrarse en algunos estoicos,
94. — Edición crítica de obras Opera atisbos del dogma de la Trinidad. pero mientras en éstos había una ten-
omnia (Leipzig; luego Zurich), 49 No obstante, estos precedentes eran, dencia a destacar la unidad de lo
vols., 1911 y siguientes. — Véase A. a su entender, insuficientes frente a divino en la Naturaleza (junto a la
Speiser, E. und die deutsche Philoso- la verdad completa de la revelación conservación de los cultos oficiales),
phie, 1934. — Ernst Cassirer, obra cristiana, y estaban, además, macu-
sobre el conocimiento mencionada en en Evemero no hay aparentemente
lados por doctrinas erróneas, en parti- ninguna inclinación en este sentido.
CASSIRER ( ERNST) y CONOCIMIENTO, cular por las tendencias emanatistas,
vol. II. El llamado evemerismo fue utilizado
el dualismo y otras características del posteriormente por muchos historia-
EUSEBIO DE CESÁREA, Eusebius platonismo ecléctico. Eusebio refun-
Pamphili (ca. 265-339/40), nac. en dores como explicación de los mitos,
dió sus dos mencionadas apologías
Cesárea (Palestina), obispo de la mis- en una Teofanía (Περί της θεοφανίας ), y el poeta romano Ennio (239-169
ma ciudad (desde ca. 314), es cono- de la cual se han conservado algunos antes de J. C.) emprendió una ela-
cido sobre todo como historiógrafo, fragmentos, y escribió también una boración del Escrito sagrado.
especialmente por su fundamental obra —perdida— contra Porfirio y Fragmentos en F. Jacoby, Die
Historia de la Iglesia ( Εκκλησιαστική dos tratados teológicos: Contra Mar- Fragmente der griechischen Histori-
ker, I, 300 y sigs. Jacoby es también
Ιστορία), pero tiene importancia en celo y Sobre la teología eclesiástica. el autor del artículo sobre Evemero
la historia de la filosofía por sus Ediciones: Migne, P. G. XIX- (Euhemeros) en Pauly-Wissowa.
obras apologéticas, la Praeparatio XXIV; J. A. Heikel, R. Helm, J. Ka-
ret, Th. Mommsen, E. Klostermann, EVEMERISMO. Véase EVEMERO.
evangélica (Ευαγγελική προπαρασκευή) EVIDENCIA. El problema de la
y la Demonstratio evangélica (Ευαγγ- H. Gressmann, J. Karts, en la edi-
ción de los Griechischen christlichen evidencia está estrechamente relacio-
ελική άπόδειξις). La significación fi- nado con el de la certidumbre ( VÉA-
losófica de estas obras reside en dos Schriftsteller, de Berlín, 7 vols., 1902-
1920. — Edición de la Praeparatio: SE ); lo que hemos dicho acerca de
aspectos. Primero, en la cantidad de ésta puede iluminar grandemente lo
E. H. Gifford, 4 vols., 1903. — En
datos que proporciona Eusebio sobre trad. esp.: Historia de la Iglesia, 1950. que se podría enunciar sobre aquélla.
doctrinas filosóficas griegas; la Prae- — Véase bibliografía de APOLOGIS Los debates habidos respecto a la re-
paratio constituye en particular una TAS ; además: M. Weiss, Die Stellung lación entre evidencia y certidumbre
de las fuentes básicas para el cono- des Eusebios im arianischen Streit, sugieren, sin embargo, que tal rela-
cimiento de buen número de tales 1920 (Dis.). — A. Puech, Histoire de ción puede entenderse de diversos
doctrinas. Segundo, en la actitud fi- la littérature grecque chrétienne jus modos. Por un lado puede conside-
losófica del autor. Esta actitud es qu'à la fin au IVe siècle, 3 vols., rarse que la evidencia es una de las
claramente apologética, de tal modo 1928-1930 (especialmente vol. II, especies de la certidumbre. Por otro
que puede considerarse a Eusebio 167-226). — H. Berkhof, Die Theolo lado puede admitirse que, no ha-
como a uno de los continuadores de gie des Eusebios von Cnidos, 1939. biendo certidumbre sin evidencia,
la obra de los apologistas ( VÉASE) del — D. S. Wallace-Hadrill, E. of C., ésta podría ser un género de la que
siglo II. Pero hay marcadas diferen- 1960. aquélla fuese una especie. La solu-
cias con respecto a ellos. Ante todo, EVANGELIO ETERNO. Véase ción al problema depende mucho,
Eusebio utilizó muchos de los ele- JOAQUÍN DE FLORIS . naturalmente, no sólo de lo que se
mentos y métodos de los cristianos EVEMERO (fl 300 antes de J. C.) entiende por 'evidencia', sino tam-
alejandrinos, en particular de San no fue un miembro de la escuela de bién, y especialmente, de los tipos
Clemente y de Panfilo de Cesárea. los cirenaicos, pero se aproximó a las de evidencia. En cierto sentido, evi-
Por lo tanto, hay en su obra una opiniones de éstos en muchos respec- dencia es aquello de que poseemos
cierta cantidad de elementos de ca- tos. Su nombre y sus doctrinas fue- un saber cierto, indudable y no so-
rácter alegórico. Luego, sus juicios ron muy difundidas en la Antigüedad, metible a revisión. Tal concepción
sobre el pensamiento griego no coin- especialmente a causa de su escrito acentúa, desde luego, el aspecto sub-
ciden sino en parte con los de otros Ιερά αναγραφή ο Escrito sagrado, jetivo de la evidencia. Pero otros
apologistas predecesores suyos. Son redactado en forma de narración de aspectos pueden resultar necesarios.
juicios extremadamente críticos, en la un viaje. La tesis principal de Eve- Por ejemplo, los dos siguientes es-
formulación de los cuales Eusebio mero —a la cual se da todavía hoy tudiados por los escolásticos: la evi-
utilizaba argumentos escépticos. Mas el nombre de evemerismo— es la de dencia llamada de verdad o eviden-
a la vez interpretaba una parte de que los dioses —los dioses populares, cia objetiva, y la evidencia llamada
dicho pensamiento como una clara νομιζόμενοι θεοί— no son sino hombres de credibilidad. La primera es aque-
"preparación" para las enseñanzas que fueron divinizados en tiempos lla que se apoya en el mismo objeto
cristianas. Esta parte es el platonis- remotos a causa de su poder y de su que se ofrece al intelecto. La segunda
mo — entendido casi siempre en un sabiduría. Esta doctrina, carac-
602
EVI EVI EVI
es aquella que se apoya en el hecho juicios sobre percepciones internas. de la evidencia de los "objetos pre-
mismo de ser aceptada como creíble Pero n o debe nun ca con fun dirse dados" y la evidencia de los juicios.
sin ninguna duda. La evidencia pue- el juicio sobre la percepción con Debe distinguirse no sólo entre estas
de dividirse también según los tipos la percepción (Cfr. obra de Brentano dos formas de evidencia, sino entre
de objeto; hay entonces una eviden- en bibliografía infra). En cuanto a varias especies de evidencia de los
cia formal, una evidencia material, Husserl, ha tratado con frecuencia de juicios. En Erste Philosophie (textos
una evidencia moral, etc. la noción de evidencia. Nos referire- de 1923/24, pub. por Rudolf Boehm,
Algunos autores niegan que la evi- mos aquí únicamente a tres obras de 1959, en Htisserliana, VIII, 26 sigs.)
dencia tenga un papel decisivo, es- dicho autor. En Logische Intersuchun- Husserl habla de cuatro tipos de evi-
pecialmente en los procesos formales gen (Investigaciones lógicas) Husserl dencia: natural, trascendental, apodíc-
de razonamiento. Consideran, en indica que la evidencia se da cuando tica y adecuada. La evidencia natural
efecto, que si la evidencia es la hay una adecuación completa entre lo es la de la llamada "positividad"; le
aprehensión directa de la verdad de mentado y lo dado, cuando hay una evidencia trascendental es la de la cla-
una proposición por medio de lo que referencia al "acto de la síntesis de ridad del origen (trascendental); la
Descartes llamaba una simplex mentis cumplimiento más perfecta, que da a evidencia apodíctica es la evidencia
inspectio, la evidencia tendrá que ba- la intención la absoluta plenitud de absoluta (necesaria); la evidencia ade-
sarse en la intuición ( VÉASE ). Pero contenido, la del objeto mismo". En el cuada es la que se justifica como tal.
como la intuición no garantiza en acto de la evidencia se vive la plena Esta última evidencia es la única que
manera alguna la consistencia formal concordancia entre lo mentado y lo resulta, por así decirlo, "llenada" o
de un sistema, se prefiere una deri- dado; la evidencia es entonces "la ve- "cumplida" por medio de un princi-
vación puramente formal, única que rificación actual de la identificación pio general de justificación.
puede evitar las paradojas que la in- adecuada". Esta evidencia no es, em- Puede preguntarse si hay algún
tuición no ha sabido ni prever ni pero, simplemente de la percepción. fundamento común para todas las for-
resolver. Otros autores señalan, en No es ni siquiera la percepción ade- mas de evidencia. Proponemos a este
cambio, que no puede eludirse la cuada de la verdad; es su verificación efecto el reconocimiento del carácter
evidencia, cuando menos en la pre- mediante un acto peculiar. Para en- esencialmente relacional de la evi-
sentación de los axiomas primitivos tenderlo hay que tener en cuenta que dencia, carácter que no ha sido de-
de un sistema. Varios filósofos pro- Husserl se coloca en un terreno que bidamente subrayado en los intentos
ponen que es necesario distinguir entre supone previo al de toda "actitud na- de distinguir entre la evidencia y la
la evidencia de proposiciones en un tural" y también previo al de las pro- vivencia de la evidencia. Como apunta
sistema formal y la evidencia de los posiciones científicas; las evidencias Hessen, "entiéndase por evidencia lo
hechos. Contra ello se arguye que la de que habla el autor son previas a que se quiera, no se puede prescindir
noción de evidencia debe ser única, las llamadas "evidencias" en lenguaje en ella de la relación con la conciencia
pues de lo contrario tenemos dos científico o lenguaje corriente. Térmi- cognoscente, ya se caracterice esta
nociones y no una sola. Entre quie- nos corno 'cumplimiento', 'efectua- relación —desde el objeto o el
nes más han insistido en el papel ción', 'adecuación', etc. no se refieren hecho— como un ver claramente,
desempeñado por la evidencia en un a la correspondencia entre algo per- ya, desde la conciencia, como un intuir
sentido general y en la estrecha re- cibido y lo que se dice sobre él, sino o percibir" (Teoría del conocimiento,
lación existente entre la evidencia y a la vivencia (fenomenológica) de V. 2).
la verdad se encuentran Brentano y algo inmediatamente dado, anterior a H. Bergmann, Untersuchungen
los fenomenólogos, en particular Hus- toda teoría, construcción, suposición, zum Problem der Evidenz der inné·
serl. Para Brentano la evidencia es etc. Ahora bien, hay para Husserl ren Wahrnehmung, 1908. — Isenkra-
una propiedad de ciertos juicios; sólo varias clases de evidencia: asertórica he, Zum Problem der Evidenz, 1927.
— Joseph Geyser, Ueber Wahrheit
de éstos —y no de las representa- (llamada simplemente evidencia); apo- und Evidenz, 1918. — Franz Brenta
ciones— puede decirse que hay evi- díctica (llamada intelección). La evi- no, Wahrheit und Evidenz, Erkennt-
dencia. La evidencia excluye el error dencia asertórica se aplica a lo indi- nistheoretische Ábhandlungen und
y la duda, pero hay que observar vidual; la apodíctica, a las esencias. Briefe, ed. O. Kraus, 1930. — Paul
que ni la liberación del error ni la La asertórica es inadecuada; la apo- Wilpert, Das Problem der Wahrheits-
liberación de la duda convierten un díctica, adecuada. Husserl habla de sicherung bei Thomas von Aquin.
juicio en evidente. La evidencia es, "visión asertórica" y de "visión apo- Ein Beitrag zur Geschichte des Evi-
denz-problems, 1931 [Beitràge zur
pues, una propiedad por la cual se díctica", pero también de "visiones Geschichte der Philosophie und Théo
caracteriza un juicio como correcto. mixtas" ("evidencias aleatorias"). logie des Mittelaters, XXX, 3). — C.
Los juicios evidentes pueden ser, por Ejemplo de estas últimas es la intelec- Vier, O. F. M., Evidence and Its
otro lado, o inmediata o mediata- ción de un hecho asertórico. También Function according to J. Duns Scotus,
mente evidentes. Los juicios inmedia- lo es el conocimiento de la necesidad 1950. — R. M. Chisholm, Perceiving;
tamente evidentes pueden dividirse en del accidente en un ser individual. a Philosophical Study, 1957 (Parte II).
juicios de hechos (como "Yo pienso") En su obra Erfahmng una Urteil — Leonardo Polo, Evidencia y reali
dad en Descartes, 1961.
y en verdades de razón ( como el prin- Husserl habla de "los grados del pro-
cipio "Nada sucede sin razón sufi- blema de la evidencia" y declara que EVOLUCIÓN. Consideraremos pri-
ciente"; véase RAZÓN SUFICIENTE ). cada tipo de objeto posee su propia mero el término mismo. Ateniéndonos
Los juicios de hechos inmediatamente forma de ser dado, es decir, de evi- a su significado originario (evolutio,
evidentes solamente pueden ser dencia. Por lo pronto, hay la cuestión del verbo evolvo), el vocablo 'evolu-
603
EVO EVO EVO
ción' designa la acción y efecto de que reconocer que han sido usados en de continuidad". Pero con ello Leibniz
desenvolverse, desplegarse, desarro- muy diversos contextos. Por ejemplo, no hacía sino indicar una "condición
llarse algo. 'Evolución' es uno de los para algunos místicos de fines de la formal general" en el desarrollo
términos en una numerosa familia de Edad Media y del Renacimiento, la — condición sin la cual, por lo demás,
vocablos en cuya raíz se halla la idea palabra explicatio designa la manifes- no puede hablarse propiamente de
o la imagen de rodar, correr, dar vuel- tación o automanifestación de una desarrollo. Durante el siglo xvm se
tas: 'involución', 'devolución', 'revolu- realidad: la explicatio Dei (Nicolás discutió mucho cómo tiene efectiva-
ción', "circunvolución' y otros simila- de Cusa) es equivalente a la teofanía. mente lugar la "evolución" del orga-
res. La idea o imagen que suscita Por otro lado, algunos autores han to- nismo: si mediante epigénesis —o su-
'evolución' es la del despliegue, des- mado el concepto de evolución en un cesiva incorporación de partes—; o
arrollo o desenvolvimiento de algo que sentido metafísico, como desenvolvi- medíante preformación — o crecimien-
se hallaba plegado (o replegado), miento de una realidad o, mejor di- to de un organismo ya formado al
arrollado o envuelto. Una vez desen- cho, de la Realidad. Ejemplo de esta principio bien que en proporción más
vuelta o desplegada, una realidad tendencia es la filosofía de Hegel, pa- reducida. Se trataba aquí de dar
puede revolverse o replegarse. A la ra quien lo real es des-envolvimiento cuenta del proceso ontogenético — co-
evolución puede suceder la involu- (Ent-wicklung). Finalmente, otros au- mo se había hecho ya, por lo demás,
ción. Junto a la citada idea o imagen tores han estudiado la evolución en un desde la Antigüedad, según puede
de desenvolvimiento de lo envuelto, sentido más "concreto", ya sea en un verse en el De generatione animalium,
encontramos en 'evolución' la idea de sentido predominantemente histórico de Aristóteles. La doctrina ontoge-
un proceso a la vez gradual y orde- (como sucede en varios filósofos de la nética preformista recibió el nombre
nado, a diferencia de la revolución, Ilustración: Turgot, Condorcet, etc.), de "evolucionista" por cuanto se su-
que es un proceso de despliegue sú- ya sea en un sentido biológico (como ponía que había un auténtico desarro-
bito y posiblemente violento. ocurre con las grandes teorías evolu- llo de lo previamente "arrollado". Tal
El proceso en cuestión puede, en cionistas del siglo XIX ). doctrina, además, fue siendo elabora-
principio, afectar a cualquier realidad. En vista de todo ello, podría con- da y refinada al considerarse que el
Puede afectar a las ideas o conceptos, cluirse que es mejor delimitar siempre germen no tiene que ser forzosamente
de los cuales puede asimismo decirse claramente los distintos significados un modelo "en escala reducida" del
que se desarrollan o pueden desarro- de 'evolución' (o de términos cuyo organismo adulto, sino simplemente
llarse. Sin embargo, sería abusivo ads- significado es afín al de 'evolución'). contener las substancias de las cuales
cribir 'evolución' a las ideas o a los Podría hablarse entonces de evolución va emergiendo el organismo adulto en
conceptos, salvo cuando nos referimos en sentido teológico, metafísico, histó- relación con el medio. Las citadas
a la llamada "evolución histórica". rico, biológico, etc., o, como hemos doctrinas ontogenéticas son muy dis-
Pero entonces no son las ideas o los indicado antes, de evolución en senti- tintas de las posteriores doctrinas filo-
conceptos los que propiamente evo- do "real" y de evolución en sentido genéticas, según ha indicado Osear
lucionan: evolucionan más bien las "conceptual". Sin embargo, separar Hertwig en su obra Génesis de los
actitudes y las opiniones sobre tales excesivamente los significados unos de organismos, Vol. I, cap. i), pero las
ideas y conceptos. No hay inconve- otros llevaría a olvidar que hay ele- primeras manejan a veces conceptos
niente en hablar de "la evolución de mentos comunes en el concepto de similares a los usados por las se-
una idea" siempre que tengamos pre- evolución, por lo menos durante la gundas.
sente que la idea no "evoluciona" al época moderna, y en particular desde Segundo, ciertas ideas surgidas a
modo como puede "evolucionar" un mediados del siglo XVIII hasta la fe- consecuencia de los trabajos de Lin-
organismo. Una idea o un concepto cha. Llevaría a olvidar, además, que neo (1707-1778) y Cuvier (1769-
pueden contener ciertos elementos que aunque ciertos significados son dis- 1832) con vistas a la clasificación de
sólo se van manifestando sucesiva- tintos de otros, arraigan en un común las especies. A este respecto Bergson
mente. Pero es más adecuado decir "suelo histórico". ha escrito lo siguiente: "La idea del
que la idea o el concepto van explici- Es difícil precisar cuál es el "suelo transformismo se halla ya en germen
tando lo que se hallaba en ellos im- histórico" del moderno concepto de en la clasificación general de los seres
plícito, y que en esta explicitación lo evolución, pero puede aventurarse que organizados. El naturalista aproxima,
importante no es el proceso temporal, está constituido en gran parte por va- en efecto, entre sí los organismos que
sino el paso de lo menos específico a rios elementos. Describiremos breve- se asemejan y luego divide el grupo
lo más específico, de los principios a mente algunos de éstos. en subgrupos en el interior de los cua-
las consecuencias. Si nos atenemos so- Primero (no necesariamente en el les es aun mayor la semejanza, y así
lamente a las imágenes suscitadas por orden del tiempo), las diversas doctri- sucesivamente. En el curso de tal ope-
los correspondientes vocablos, podre- nas —llamadas "doctrinas ontogenéti- ración los caracteres del grupo van
mos asentir a la idea de que los térmi- cas"— que se ingeniaron antes del emergiendo como temas generales so-
nos 'evolución' e 'involución' se hallan siglo XIX para explicar cómo de un bre los que cada uno de los grupos
en su significado "intuitivo" muy pró- germen emerge un organismo entero. ejecutará sus variaciones particulares",
ximos a términos como 'explicación' e Leibniz había puesto ya de relieve y ello de tal suerte que aun suponien-
'implicación' (o también 'complica- que la diferencia entre el germen y do el transformismo convicto de error,
ción'). Además, si consideramos la el organismo adulto parece muy gran- la doctrina no quedaría afectada en lo
historia de los vocablos, tendremos de sólo cuando no se tienen en cuenta que tiene de más importante. En efec-
¡as fases intermediarias según la "ley to, "la clasificación subsistiría en sus
604
EVO EVO EVO
grandes líneas". Aunque se tratara de Una de las primeras etapas en la contemporáneos) la idea de evolución
un parentesco ideal "habría aun que historia de la idea moderna de evolu- abarca toda la realidad. Otros ejem-
admitir que aparecieron sucesiva, y no ción orgánica y de las doctrinas evo- plos de evolucionismo "general" se
simultáneamente, las formas entre las lucionistas está constituida por la po- hallan en autores como Edward Wes-
cuales se revela un tal parentesco" lémica entre Cuvier y Etienne Geof- termack (1862-1939: The History of
(L'Évolution créatrice, 1907, págs. 24 froy Saint-Hilaire (1772-1844). Se Human Marriage, 1891, 5a edic., 3
y sigs.). disputó a la sazón si había o no una vols., 1925; The Origin and Develop-
Tercero, las ideas ya aludidas de unidad de plan orgánico en la forma- ment of Moral Ideas, 2 vols., 1906-
"desarrollo" y, sobre todo, "progreso" ción de las especies. Otra etapa, más 1908) —el cual consideró la evolu-
lüstórico tal como fueron introducidas importante, es la constituida por el ción en sentido sociológico—; Wi-
y discutidas por varios filósofos de la lamarckismo. Nos hemos referido a lliam Kingdon Clifford (VÉASE), G. J.
época de la Ilustración. ella en el artículo sobre el darwinis- Romanes (v.) Leslie Stephen (v.),
Cuarto, los intentos de concebir la mo (v.). En este mismo artículo he- etc. Por otro lado, autores como Tho-
evolución como manifestación de un mos descrito lo que puede conside- mas Henry Huxley (1825-1895:
universal "devenir". De un modo más rarse como una nueva, y la más Mans Place in Nature, 1864; Evolu-
o menos confuso estos intentos se discutida e influyente etapa, en la for- tion and Ethics, 1893; Collected Es-
desarrollaron dentro del llamado "ro- mulación de doctrinas evolucionistas. says, 2 vols., 1893-1894; Scientific
manticismo" y en particular dentro de Recordemos que en ella concluyen las Memoire, 4 vols., 1898) y Karl Pear-
la "filosofía romántica alemana". En tesis de Alfred Russell Wallace (1823- son (1857-1936: The Ethics of Free-
este respecto es particularmente ilu- 1913) acerca de "las tendencias de las thought, 1888; The Grammar of
minadora e importante la filosofía de variedades a desviarse indefinidamente Science, 2 vols., 1892, 3a ed., 1911;
Hegel. Ésta puede ser considerada co- del tipo original" y la comunicación de Darwinism, 1912), aunque considera-
mo punto de madurez de una serie de Darwin sobre "las tendencias de las ron asimismo el problema de la evo-
corrientes "evolucionistas" y a la vez especies a formar variedades, y sobre lución "en general" se basaron funda-
como punto de partida de otra serie la perpetuación de las variedades y mentalmente en el evolucionismo dar-
de análogas corrientes. Ciertas con- de las especies por los procesos de la winiano. Algo parecido ocurrió con la
cepciones de algún modo "evolucio- selección natural". El año 1858, fecha corriente del llamado "darwinismo so-
nistas" derivaron más o menos direc- en que se hicieron públicas las ideas cial" en los Estados Unidos, al cual se
tamente del hegelianismo (como de los dos autores citados, o, si se refiere Dewey en su libro The In-
sucede con Marx). Otras son inde- quiere, el año 1859, fecha de pu- fluence of Darwin on Philosophy, and
pendientes de Hegel, pero pueden blicación de la primera edición de la Other Essays (1910). Doctrinas evo-
comprenderse mejor si se considera a obra de Darwin Sobre el origen de las lucionistas filosóficas de muy distinto
Hegel como centro "ideal" de esos especies, puede considerarse como el carácter han sido elaboradas por Ale-
diversos movimientos. momento crucial en la historia del xander, Lloyd Morgan, McDougall,
Ahora bien, a partir de mediados evolucionismo en el sentido aquí tra- H. Wildon Carr y Bergson ( VÉANSE);
del siglo XIX sobre todo, la noción de tado. Los numerosos debates a que característica común de todas estas
evolución y el llamado "evolucionis- dio lugar la teoría darwiniana hacen doctrinas es la idea, explícitamente
mo" se centraron cada vez más en la que a veces se equipare 'evolucionis- formulada por Lloyd Morgan, de la
idea de la evolución de los organis- mo' con 'darwinismo'. Pero aunque es evolución emergente ( VÉASE ). Tam-
mos. Trataremos desde ahora este as- cierto que las doctrinas de Darwin bién puede considerarse como evolu-
pecto, teniendo en cuenta no solamen- dieron gran impulso a diversas teo- cionista la doctrina de Jan Christian
te que es hoy día el que más salta a rías evolucionistas, el evolucionismo Smuts ( 1870-1950: Holism and Evo-
la vista cuando se usan los vocablos tiene un carácter más general que el lution, 1926), el cual desarrolló la
'evolución' y 'evolucionismo', sino darwinismo. doctrina llamada "holismo", según la
también que algunas otras ideas acerca El término 'evolucionismo' suele cual el universo puede describirse co-
de "evolución" están de algún modo usarse, en efecto, para designar no mo un conjunto evolutivo formado de
calcadas sobre un modelo orgánico. En sólo el lamarckismo y el darwinismo, totalidades que a su vez dan origen,
este último sentido escribió Me- sino también sistemas filosóficos co- en series emergentes, a totalidades
yerson en su libro De l'explication mo el de Spencer ( VÉASE ), el cual nuevas. La doctrina de Smuts perte-
dans les sciences que "la imagen que concibió su idea de evolución con an- nece por ello a la corriente de la "evo-
constituye el fondo de esas locuciones terioridad a Darwin y definió la evo- lución emergente" antes mencionada.
['evolución', 'desenvolvimiento', 'des- lución como "la integración de la ma- Podría incluirse asimismo en esta enu-
arrollo', y hasta 'explicación'] es ca- teria y la disipación concomitante del meración la filosofía de Boodin
rácter preformista" — y esto quiere movimiento por la cual la materia (VÉASE).
decir, "orgánico" o "biológico". Dada pasa de un estado de homogeneidad Volviendo ahora al aspecto más
la índole de la presente obra, sin em- indeterminada e incoherente a un es- propiamente biológico de la idea de
bargo, nos ocuparemos menos de las tado de heterogeneidad determinada evolución, mencionaremos que a par-
teorías evolucionistas stricto sensu que y coherente". También son concebidas tir de Darwin se suscitaron numerosos
de ciertas ideas filosóficas subyacentes como "evolucionistas" doctrinas como debates acerca del modo como tuvo
en algunas de las teorías o que se pu- la de Bergson. En el caso de Spencer lugar la evolución de las especies. Au-
sieron a discusión como consecuencia y de Bergson (como, según veremos tores como Ernst Haeckel ( VÉASE) ge-
de ellas. al final, en el de algunos biólogos neralizaron lo que consideraron las
605
EVO EVO EVO
ideas fundamentales darwinianas pro- cepto más general de evolución que lutiva no es, ni puede ser, una expli-
clamando el paralelismo de la ontoge- afecta asimismo a la naturaleza inor- cación de naturaleza deductiva, pero
nia (evolución del organismo) y la gánica y que culmina (pero no nece- que puede haber explicaciones de los
filogenia (evolución de la especie o sariamente termina) en el h ombre y procesos evolutivos por medio de le-
especies). Es lo que Haeckel (y otros) en la cultura e historia humanas. Este yes qu e mu estran có mo de un grupo
llamaron "la ley fundamental bioge- esquema evolucionista generalizado ha de condiciones iniciales se desarrolla
nética", hoy día aceptada por mu y sido defendido tanto por ciertos autores (o, mejor, "se ha desarrollado") un
pocos autores. Hugo de Vries ( 1848- que ven en la evolución un sentido cierto proceso (Ernest Nagel), que
1935: Die Mutationstheorie. Versuche espiritual como por quienes adoptan produce ciertas otras condiciones, a la
und Beobachtungen über die Entste- un punto de vista ajeno a toda valora- vez regidas por ciertas leyes.
hung der Arten im Pflanzenreich, 2 ción. Entre los primeros destacan Le- Las obras de varios de los autores
vols., 1901-1903) propuso su famosa comte de Noü y, Teilhard de Chardin mencionados en el texto han sido
"teoría de las mutaciones bruscas" en y Albert Vandel. Entre los segundos indicadas en los artículos correspon-
oposición al "continuismo" que pre- destacan los biólogos y filósofos que dientes.
valecía en muchas doctrinas evolucio- se han ocupado de los conceptos sub-
nistas biológicas. Autores como Louis yacentes en el llamado "neo-darwinis-
Vialleton han llegado a conclusiones mo" (Julián Huxley y otros). Ilumi-
más o menos antievolucionistas mos- nadores para esta última posición son
trando la imposibilidad de reducir a los trabajos contenidos en la obra co-
un tronco común las ramas paralelas lectiva en tres volú menes publicada
d e los d istintos árb oles gen ealó gi- en Chicago con motivo de la celebra-
cos de las especies. ción del centenario de la publicación
Un punto muy debatido dentro de del Origen de las especies. La evolu-
la teoría evolucionista biológica es el ción biológica aparece aquí (según ha
de la llamada "herencia de los carac- manifestado Julián Huxley) como una
teres adquiridos". Es común afirmar fase en un proceso total evolutivo
que, contrariamente a lo sostenido, o compuesto de tres distintos momentos:
implicado, por el lamarckismo, no hay la fase inorgánica o pre-biológica, la
tal herencia. Por otro lado, las doctri- orgánica o b ioló gica y la hu mana o
nas de Michurin-Lyssenko defienden post-biológica. Cada una de estas
en parte la herencia de los caracteres fases tiene sus propias peculiaridades
adquiridos. Hoy se tiende a concluir y su propio tempo, aunqu e las tres
que un carácter es adquirido sólo en están ligadas en un proceso evolutivo
tanto que el gen se desarrolla en un general. Lo característico de la primera
cierto medio. El medio es uno de los fase, o evolución inorgánica, es la
elementos del desarrollo del carácter. formación de elementos físico-quími-
Según manifiesta Theodosius Dob- cos complejos hasta constituir las con-
zhansky (Mankind evolving: The diciones que hacen posible el mundo
Evolution of the Human Species, orgánico. Lo característico de la se-
1961) se puede afirmar que los cam- gunda fase, o evolución biológica, es
bios se dan por transmisión heredita- la formación de organismos que sur-
ria (los gen es) en con d icion es fijas gen y se eliminan por medio de se-
(o normales). Cuando cambian las lección natural, y que se van desple-
condiciones, cambian los caracteres. gand o en u n idades orgánicas d e
En su ma, el carácter es el resultad o órdenes crecientemente más comple-
de una interacción entre los gen es y jos. Lo característico de la tercera fase,
el medio. Por lo demás, debe adver- o evolución humana, es el proceso de
tirse que cuando se habla de evolu- la cultura y la posibilidad de una
ción y de "caracteres" hay que dis- "filogenia de formas culturales". Si
tingu ir entre la evolu ción d e un hay o no "propósito" en esta evolu-
organismo y la evolución de la especie ción, es asunto muy discutido y dis-
— lo que en el caso del hombre im- cutible. Por lo general, no se admite
plica la diferencia entre la evolución hoy día una teleología en el proceso
del hombre y la de la especie humana. evolutivo, pero se admite la posibili-
Esta distinción no aparece siempre dad de procesos teleonómicos, esto es,
clara en las discusiones filosóficas sobre de procesos que poseen su propia "di-
la idea de evolución. rección".
En las dos últimas décadas se ha Los epistemólogos se han ocupado
abierto paso, entre biólogos y filóso- del problema de la explicación de los
fos d e la Naturaleza, la id ea d e qu e procesos evolutivos, especialmente en
el concepto de evolución en los orga- la evolución biológica. Se ha conclui-
nismos biológicos es parte de un con- do al respecto que la explicación evo-
606
EVO EX
Simpson, The Meaning of Evolution. (de la ciencia natural) —de naturali-
A Study of the History of Life and Its bus naturaliter— se puede decir que
Significance for Man, 1949. — Véase nunca ha cesado ni cesará la genera-
también la bibliografía de DARWINIS - ción. Egidio Romano y Juan Buridán
M O y SPEN CE R ( HE RBE RT ).
(entre otros) abundaban en considera-
EVOLUCIONISMO. Véase EVOLU- ciones análogas, si bien iban más lejos
CIÓN.
que Santo Tomás y Alberto Magno.
EX NIHILO FIT ENS CREATUM. Cuando se habla de las cosas natura-
Véase CREACIÓN , Ex NIHILO NI HIL les (cum loquamur de naturalibus) se
FIT , NADA.
puede afirmar el ex. nihilo nihil fit
EX NIHILO NIHIL FIT (De la (Cfr. Anneliese Maier, Metaphysische
nada, nada adviene). En el artículo Hintergründe der spätscholastischen
NADA nos hemos referido a este prin-
Naturphilosophie, 1955, págs. 14 y
cipio en el pensamiento griego, con- sigs.). Una cosa es hablar teológica-
trastándolo con el principio Ex nihilo mente; la otra es hablar filosóficamente
fit ens creatum de la teología cristia- (o "naturalmente"). Ahora bien,
na. Completaremos aquí la informa- mientras cuando menos en Santo To-
ción proporcionada en dicho artículo más los dos modos de hablar tienen
con algunas referencias históricas. que coincidir en algún momento, no
El principio en cuestión fue soste- es seguro que ello ocurra siempre en
nido con toda consecuencia por los Egidio Romano y Juan Buridán. Se
eleatas. Parménides ( VÉASE ) señala dice, es verdad, que mientras la idea
que del No-Ser ("Nada") no puede de que el mundo ha sido creado por
hablarse siquiera en virtud del princi- Dios es una verdad absoluta, la idea
pio de que sólo el Ser es; el Ño-Ser de que de la nada no ha surgido nada
(la Nada) no es. El Ser ha sido siem- es una verdad "probable" — a dife-
pre (donde "siempre" no significa rencia de los griegos, para quienes
"todo el tiempo", sino más bien eter- era un principio absolutamente evi-
namente). Meliso de Samos señala dente e incontrovertible. Pero hasta
que el Ser no puede originarse o en- qué punto ciertos autores se acercan
gendrarse, pues en tal caso debería a la tesis del ex nihilo nihil fit como
surgir de la nada, pero si fuese nada, principio verdadero más que como te-
nada podría engendrarse de la nada, sis probable, es todavía difícil deter-
ou)/da/ma a)/n ge/noito ou)den e) k minarlo en virtud del modo "ambi-
medeno/j (Diels-Kanz, 30 Β). Para guo" adoptado en algunos de sus tex-
Aristóteles no se engendra tampoco tos. Algo semejante puede decirse de
nada del No-Ser, pero siempre que este los filósofos de la llamada "Escuela
No-Ser se entienda como mh\ o)/n de Padua" (VÉASE) tales como Pietro
simpliciter; en cambio, puede surgir d'Abano, Agostino Nifo y otros.
algo de la privación (VÉASE), en tanto En la época moderna se ha habla-
que ésta es privación de algo (Phys., I do casi siempre como si el principio
viii). El principio de que nada surge ex nihilo nihil fit fuese irrebatible, so-
de la nada fue afirmado bre todo en la medida en que los pen-
insistentemente por los epicúreos sadores se han ocupado de cuestiones
(Cfr. cita de Lucrecio en NADA. filosóficas y científicas más que de
Los autores cristianos, en tanto que cuestiones teológicas. Es cierto que al
mantuvieron la idea de que el mundo llegar a ciertos límites que rozaban
ha sido creado de la nada por Dios, estas últimas cuestiones se suponía
no podían sostener con toda conse- con frecuencia no sólo que el mundo
cuencia el principio de referencia. Sin ha sido creado de la nada, sino inclu-
embargo, se ha sostenido este princi- sive que su existencia depende de una
pio en lo que se refiere a las cosas creatio continua (Descartes) o, si se
creadas. Para el mundo natural, en quiere, de la continua presencia de
efecto, es cierto que ex nihilo nihil Dios como Espíritu universal (Berke-
fit; lo que sucede es que el mundo ley). El principio que aquí nos ocupa
mismo en su totalidad, como Ente ha servido de hipótesis última a no
que es, ha sido creado (Cfr. Santo pocos de los desarrollos de la ciencia
Tomás, S. theol, I q. XLV a 1 ad natural moderna, especialmente de la
3). Alberto Magno sostuvo, al tratar mecánica, y en muchas ocasiones ha
la cuestión de la eternidad (v. ) del sido vinculado estrechamente al de-
mundo, que cuando se habla de las terminismo ( VÉASE ). Hoy día no se
cosas naturales en el lenguaje natural es tan dogmático en la materia, pero
607
ΕΧΕ EXI EXI
sólo porque se reconoce que un prin- problema de la existencia como tal "sistemas" platónico, aristotélico y
cipio como el apuntado es demasiado fue planteado varias veces; si lo que neoplatónico, hay diferencias básicas
vasto para enunciar algo determinado existe es lo inteligible, el mundo de entre ciertas concepciones griegas de
sobre los procesos naturales; dice poco las ideas, y si tal mundo no es "lo 'existencia' y la mayor parte de las
justamente por pretender decir dema- que está ahí", sino "más allá de todo concepciones medievales. Por lo pron-
siado. ahí", la cuestión de la naturaleza de to, los griegos tendieron a concebir la
EXÉGESIS. Véase HERMENÉUTICA. la existencia y del existir se suscita existencia como cosa — por "refina-
EXISTENCIA. En tanto que deri- con toda agudeza. Sin embargo, sólo da" y "sutil" que ésta fuera. Los filó-
vado del término latino existentia, el Aristóteles elaboró un sistema de con- sofos medievales, especialmente los de
vocablo 'existencia' significa "lo que ceptos que parecía capaz de dilucidar inspiración cristiana, tuvieron en cuenta
está ahí", lo que "está afuera" — ex- el ser de la existencia como tal en re- que hay existencias que no son pro-
sistit. Algo existe porque está en la lación con, o contraste con, el ser de piamente cosas, y que ni siquiera
cosa, in re; la existencia en este senti- la esencia, de la substancia, etc. pueden comprenderse por analogía
do es equiparable a la realidad. Lo Para Aristóteles, la existencia se en- con ninguna "cosa" y que, sin em-
que hemos dicho en los artículos Real tiende como substancia, es decir, como bargo, son más "existentes" que otras
y Realidad, Ser y también Esencia (en entidad. Para que algo exista, tiene entidades — Dios, las personas, etc.
cuanto ésta se contrapone a la exis- que poseer un "haber", una ousía (v.). Según muchos autores medievales, el
tencia) puede ayudar a comprender Tiene, además, que serle propia. La existir es propiamente el esse; mejor
el concepto aquí dilucidado. Pero no existencia es la substancia (v.) primera todavía, "existir" es ipsum esse. La
es suficiente, por lo que considerare- en tanto que aquello de que puede comprensión de la existencia parece
mos ahora con algún detalle la no- decirse algo y en "dónde" residen las entonces requerir la nota de la "ac-
ción de existencia como tal. propiedades. Cuando la existencia se tualidad" (véase ACT O ). Gilson
De un modo general el término halla unida con la esencia tenemos un (L'Être et l'Essence [1948], especial-
'existencia' puede referirse a cualquier ser. De él podemos saber qué es jus- mente págs. 88 y sigs.) ha puesto de
entidad; puede hablarse de existencia tamente porque sabemos que es. Aris- relieve que la ambigüedad del término
real e ideal, de existencia física y ma- tóteles se interesa por averiguar lo que esse ha planteado varios problemas a la
temática, etc. etc. Sin embargo, como pueden llamarse los "requisitos" de la filosofía medieval, incluyendo
esta universalidad del significado de existencia. Los conceptos de materia problemas relativos a la "naturaleza
'existencia' se presta a confusiones, es y forma, de potencia y acto ( VÉANSE) de la existencia" y aun en particular
mejor examinar el modo como, a tra- desempeñan en este respecto un papel tales problemas. En efecto, esse denota
vés de la historia de la filosofía, se ha importante. Pero como no puede ha- a veces la esencia y a veces el acto de
entendido el concepto de existencia blarse de la existencia a menos que existir. Según ello, hay dos con-
como concepto filosófico técnico. La sea inteligible, y como la existencia cepciones fundamentales de la esencia
noción de existencia se aplica a las solamente es inteligible a partir de en su relación con la existencia. Una
"entidades existentes" —también lla- aquello que la hace ser, tenemos ya de estas concepciones puede designarse
madas "los existentes"—, pero cabe desde este momento sentadas las ba- como "primado de la esencia sobre la
distinguir entre los existentes y la exis- ses para muchas ulteriores discusiones existencia". De acuerdo con la misma,
tencia — o hecho de que los existen- acerca de la relación entre la existen- la existencia es concebida inclusive
tes existan. Se trata aquí, pues, de di- cia y lo que hace ser la existencia. Si como un accidente de la esencia
lucidar la cuestión de la naturaleza o llamamos a lo último "esencia", tene- (Avicena y filósofos más o menos "avi-
esencia de la existencia y no de nin- mos la base para los debates sobre la cenianos"). Otra de estas concepcio-
guno de los existentes, si bien es po- relación entre esencia y existencia. nes puede designarse como "primado
sible que tal dilucidación sea posible Muchos de estos debates tuvieron de la existencia sobre la esencia". De
únicamente a base de un análisis de lugar durante la Edad Media. Para acuerdo con la misma, la esencia es
entidades existentes — o supuestamente entenderlos adecuadamente es menes- algo así como la inteligibilidad de la
existentes. ter tener en cuenta los significados, y existencia. Existir no sería en este caso
En los primeros momentos de la cambios de significados, de varios tér- algo "simplemente dado" y menos aun
historia de la filosofía griega los pen- minos básicos: no sólo essentia y exis- algo "irracional". Pero sería, según
sadores no parecían interesados en tentia, sino también substantia, esse, apunta Gilson (op. cit.)., como "un
saber cuál es la naturaleza de lo exis- etc. Se encontrarán referencias a tales punto de energía de intensidad dada,
tente; les ocupaba más indicar qué significados y cambios de significados el cual engendra un cono de fuerza
entidad o entidades eran, a su enten- en varios artículos de la presente obra; del cual constituiría la cima, siendo la
der, existentes —o "realmente exis- remitimos, entre otros, a los artículos base la esencia".
tentes"— a diferencia de las entida- ENTE , ESENCIA, HAECCEIDAD, HIPÓS - Todos los autores medievales coin-
des que parecían tener una existencia TASIS, OUSÍA, PERSONA, QUIDDIDAD, ciden en decir, o suponer, que la
real, pero que eran, en el fondo, mo- SER, SUBSTANCIA. Aquí nos limitare- esencia es una respuesta a la pregunta
dos o manifestaciones de tal existen- mos a algunas indicaciones sobre las quid sit res (qué es la cosa) en tanto
cia. Decir que "lo que hay" es agua, tendencias generales asumidas por di- que la existencia es una respuesta a
aire, apeirón y hasta números no es chos debates. la pregunta an res sit (si la cosa es).
todavía decir qué es haber algo, esto Aunque los autores medievales tu- Sin embargo, decir lo que es la cosa
es, qué es existir. Luego, con Parmé- vieron en cuenta el sistema de con- puede significar no, o no solo, predi-
nides y, sobre todo, con Platón, el ceptos griegos y en particular los car de ella algo —y algo "univer-
608
EXI EXI EXI
sal"—, sino indicar lo que es la cosa nismo. Además, puede no admitirse pone que el concepto que describe al-
en tanto que es. Ahora bien, aun en una distinción real y no admitirse go existente y el concepto que describe
este último caso no se ha precisado tampoco una mera distinción concep- algo ficticio no son, en cuanto
suficientemente lo que se entiende por tual. Así, por ejemplo, Duns Escoto conceptos, distintos: lo posible y lo
'existencia'. Varios autores propusieron proponía una distinción actual formal real están, respecto al concepto, por
por ello definiciones de la existencia por la naturaleza de la cosa (véase así decirlo, en el mismo modo de refe-
sobre todo en términos de 'existir'. DISTINCIÓN ). rencia. En otras palabras, el referente
Entre tales autores destaca Ricardo de Cuando como —según ocurrió en la del concepto no introduce ninguna
San Victor, el cual en De Trinitate, mayoría de los casos— se equiparó forma particular en el concepto por
IV, ii, 12, escribe: "En cuanto al tér- existencia y esse, se suscitó la cuestión medio de la cual nos sea posible de-
mino ex-sistere, implica no sólo la po- de si, una vez dado algo que exista, terminar si tal referente existe o no
sesión del ser, sino un cierto origen.. . puede o no predicarse de él el existir existe. Algunos autores han negado se-
Es lo que da a entender, en el verbo mismo. Algunos autores sostienen que mejante tesis alegando que el modo de
compuesto, la preposición ex que va la existencia es el primer predicado concepción del objeto o del referente
adjunta. En efecto, ¿qué es existir [ex- de cualquier entidad existente, siendo no es el mismo en cada caso. Pero con-
sistere] sino ser 'de' alguien, tener de todos los demás predicados secunda- tra esto se ha alegado a su vez que la
alguien su ser substancial?" Ahora rios. Ello significa que "la existencia determinación del "modo de concep-
bien, ello lleva a considerar que el no existe", pero existen todas las en- ción" depende de condiciones no ínsi-
modelo de la existencia no es la cosa, tidades existentes. Otros autores han tas en el propio concepto. Habría, una
sino la persona. En efecto, con res- negado que la existencia sea un pre- vez más, que volver a una determi-
pecto a la persona puede determinarse dicado. Esta diferencia de opiniones nación sensible, empírica o trascen-
la diferencia entre el qué y el de dón- no se confinó al pensamiento medie- dental del contenido del concepto
de, que en la cosa pueden ser equipa- val ni a los autores escolásticos. De y en modo alguno a una mera consi-
rables. algún modo o de otro la cuestión de deración ontológica y menos todavía
Los autores medievales que, como referencia ha sido tratada por muchos puramente conceptual-analítica. Au-
Santo Tomás, han acentuado el mo- autores modernos. Entre ellos se ha tores como Brentano han intentado,
mento de la "actualidad" en la exis- destacado Kant, con su famosa afir- en cambio, mediar entre el intelec-
tencia, han definido esta última como mación de que el ser (Sein) —que tualismo "tradicional" y las exigen-
la actualidad de la existencia, la últi- aquí puede entenderse como "exis- cias del empirismo. Han reconocido,
ma actualidad de la cosa, la presencia tir"— no es un predicado real al modo según ello, que la afirmación de que
actual de la cosa en el orden "físico", como pueden serlo otros predicados algo es no carece de sentido, pero
es decir, en el orden "real". Existir no tales como 'es blanco', 'es pesado', etc. han señalado al mismo tiempo que
es entonces simplemente "estar ahí", "'Ser' no es evidentemente un predi- el decir "es" no dice todavía nada
sino "estar fuera de las causas" —ex- cado real, es decir, no el concepto de respecto a la forma de ser el corres-
tra causas— en cuanto estar "fuera de algo que pudiera agregarse al con- pondiente objeto. El "ser" no sería,
la nada" —extra nihilum—, de la cepto de una cosa. Es meramente la pues, como en Kant, un predicado
simple potencia. posición (Setzung) de una cosa o de real, pero sería una condición onto-
Los debates en torno al significado ciertas determinaciones en cuanto lógica de los entes. La existencia
de 'existencia' y 'existir' en la filosofía existentes en sí mismas. Lógicamente, sería, en suma, en el juicio una pura
medieval han estado frecuentemente es la cópula de un juicio" (K.r.V., actualidad. Lo cual equivaldría a su-
ligados a la cuestión de la llamada A 598 / Β 626). Referirse a algo y primir toda temporalidad del juicio
"relación entre la esencia y la existen- decir de ello que existe es una redun- (aunque no de la cosa), de suerte
cia", primero en Dios y luego en las dancia. Si la existencia fuese un atri- que, en el nivel del juzgar, habría que
criaturas. Mencionemos aquí algunas buto, todas las proposiciones exis- expresar un acontecimiento —si se
de las principales "sentencias" a este tenciales afirmativas no serían más trata de algo pasado— no como algo
respecto. que tautologías, y todas las propo- que ha sido, sino como la afirmación
Algunos autores escolásticos —tales, siones existenciales negativas serían de que "es verdad el haber sido de la
Guillermo de Auvemia, Alejandro de meras contradicciones. Por otro lado, cosa". Fácil es advertir que el pro-
Hales, San Buenaventura, San Alber- decir de algo que es no significa blema de la existencia ha quedado
to el Grande, Santo Tomás, y, más decir que existe. El "es" no puede implicado entonces en la magna
tarde, Fonseca, los Conimbrincenses— subsistir por sí mismo: alude siempre quaestio de la relación entre la lógica
han mantenido la llamada "distinción a un modo en el cual se supone que y lo real. Los que han mantenido
real entre esencia y existencia" en el es esto o aquello. Y si llenamos el pre- ligados ambos términos de algún
orden de lo creado. La esencia no im- dicado por medio del existir, diciendo modo —ya sea suponiendo que lo
plica la existencia, pero es, según que tal determinada entidad "es exis- real engendra las estructuras lógicas
apuntamos antes, la inteligibilidad de tente", todavía faltará precisar la ma- o bien que lo lógico es el modo de
esta última. Otros autores —como nera, el cómo, el cuándo o el dónde manifestarse la estructura ontológica
Duns Escoto, Occam, Aurelo, Gabriel de la existencia. De modo que, de de lo real— han llegado a considerar
Biel, Suárez— han negado tal distin- acuerdo con estas bases, el "ser exis- que el concepto de algo existente
ción real. La negación de la distinción tente" no puede poseer ninguna sig- viene determinado por el modo de su
real no equivale en todos los casos a nificación si no se da dentro de un referencia. No así los que han sos-
la adhesión al nominalismo o al termi- contexto. Lo cual, evidentemente, su- tenido una completa heterogeneidad
609
EXI EXI EXI
de ambas instancias. En tal caso, el parecen contradictorias. Por un lado, en numerosos au tores ya desde fines
modo de referencia no dice nada es justo que, como ha escrito Gilson del siglo XIX. Ello no quiere decir que
acerca del contenido del concepto, (Introduction à la philosophie chré- todos estos autores se hayan inspirado
ya que éste es por principio absolu- tienne, 1960, pág. 201), "existencia en Kierkegaard; significa solamente
tamente neutral frente a lo real. evoca hoy connotaciones distintas de que, al igual que Kierkegaard, pero con
Otros, finalmente, como Gilson, han las que antaño tenía el término exis- distintos supuestos, y muy distintas
sostenido la irreductibilidad funda- tentia, sobre todo, por ejemplo, en una orientaciones, numerosos autores
mental de la esencia y de la existencia, doctrina como la de Báñez, donde el "contemporáneos" se hallan inclina-
por lo menos cuando la existencia es sentido de la palabra no se distinguía dos a reconocer que de algún modo
mentada por el concepto. En tal caso en absoluto del del verbo o del sus- "la existencia precede a la esencia".
es posible inclusive aprehender la tantivo verbal esse". Por otro lado, no Mencionamos a este respecto a autores
esencia de la existencia, pero no el pocas de las ideas propuestas por au- tan diversos como Nietzsche, Dil-they,
acto del existir mismo, el cual, como tores existencialistas —o llamados ta- Unamuno, Bergson, Simmel, James,
objeto de la existencia, sólo podría ser les— se hallan fundadas en supuestos Marcel, Lavelle, Jaspers, Gri-sebach,
accesible a una "experiencia" — ontológicos relacionados con el pasado Ortega, Sartre, y hasta, en algunos
experiencia no forzosamente de índole filosófico y que en alguna medida la respectos, o en cierto nivel por lo
irracional, pues, en último término, noción "existencialista" de existencia menos, Heidegger. El "primado de la
representaría la posibilidad del "juicio es una reiteración —ciertamente, muy existencia sobre la esencia" se ha
existencial". Es, en efecto, el juicio el radical— de ciertas anteriores posi- afirmado con tanta frecuencia y con
que, como dice Ma-ritain, "se enfrenta ciones de afirmación de la existencia tan diversos tonos en el pensamiento
con el acto del existir". Con lo cual "contra" la esencia. contemporáneo que varios pensadores
el concepto de la existencia no podría Describiremos aquí el sentido del allegados a tendencias en principio
ser, una vez más, separado del concepto de existencia en varios auto- muy distintas de toda filosofía
concepto de la esencia. "Inseparable res que pueden ser alojados dentro de "existencial" han recabado para sí la
de él —escribe Maritain (Court una tendencia "existencial" — usan- originalidad en la afirmación de tal
Traité de l'Existence et de l'Existant, do este término en un sentido muy primado. Es lo que ha sucedido con
1948, pág. 46)—, no constituye con él amplio, puesto que incluiremos, entre algunos representantes del neotomis-
más que un solo y único concepto ellos, a Heidegger, cuya interpreta- mo; para ellos, el tomismo es la "ver-
simple, bien que intrínsecamente ción de la existencia es fundamental- dadera filosofía existencial" — una fi-
variado, un solo y mismo concepto mente ontológica y existenciaria, y a losofía que subraya la importancia de
esencialmente análogo, el del ser, que otros autores que, por diversos moti- la existencia sin por ello suprimir la
es el primero de todos, y del cual vos, rechazan ser calificados de exis- esencia o la natura de las entidades
todos los demás son variantes o tencialistas. existentes. En vista de ello, conven-
determinaciones, por cuanto surge en El primero en el tiempo de tales dría restringir el significado de la ex-
el espíritu en el primer despertar del autores es Kierkegaard. La existencia presión 'primado de la existencia sobre
pensamiento, en la primera es para este filósofo ante todo el exis- la esencia' a los autores que se han
aprehensión inteligible operada en la tente — el existente humano. Se referido explícitamente al mismo. Co-
experiencia de los sentidos que trata de aquel cuyo "ser" consiste en mo ejemplos mencionamos aquí dos
trasciende los sentidos." De este la subjetividad, es decir, en la pura de ellos: Sartre y Lavelle. El primero
modo no se caería en la irracionalidad libertad de "elección". No puede ha- llegó inclusive a definir el significado
de la existencia —o en la reducción blarse, en rigor, de la esencia de la de 'existencialismo' como la afirmación
unilateral de la existencia a un existencia. Ni siquiera puede hablarse de tal primado (véase L'existentialisme
existente—, pues la idea del ser de la existencia. Hay que hablar úni- est un humanisme, aunque luego Sartre
precedería a todo juicio de existencia camente de "este existente" o "aquel ha declarado que ello representa una
en el orden de la causalidad material o existente" — "existentes" cuya ver- excesiva simplificación de su propia
subjetiva, y el juicio de existencia dad es la "subjetividad". Existir signi- doctrina existencialista). El segundo
precedería a la idea del ser en el fica para Kierkegaard tomar una "de- ha proclamado que "el ser es la
orden de la causalidad formal. No cisión última" con respecto a la unidad de la esencia y de la existencia"
podría decirse, en suma, que no hay absoluta trascendencia divina. Tal de- (De l'Acte, Cap. VI, art. 1), pero a la
un concepto de la existencia. Por el cisión determina el "momento", que vez ha manifestado que "debe alterarse
contrario, lo inevitable sería el haber no es ni la mera fluencia del "tiempo la relación clásica entre la existencia y
un tal concepto, concepto en el cual la universal" ni tampoco una participa- la esencia y considerar la existencia
existencia aparecería como ción cualquiera en un mundo inteligi- como el medio de conquistar mi
significada al espíritu, al modo de ble eterno. Por eso la filosofía no es esencia" (ibid., art. 3). "La existencia
una esencia aun cuando sin ser una especulación; es "decisión"; no es des- —ha escrito Lavelle— es, si se
esencia (op. cit., pág. 58). Puede cripción de esencias; es afirmación de quiere, esa aptitud real y hasta
preguntarse si en el existencialismo existencias. actual que poseo de darme a mí
(VEASE) actual el término 'existencia' Hay en Kierkegaard, pues, un "pri- mismo mi esencia mediante un acto
debe ser o no tomado en un sentido mado de la existencia" — y, en térmi- cuya realización depende de mí" (loc.
afín al tradicional. No hay más nos tradicionales, un "primado de la cit.). Ello no significa para Lavelle
remedio que responder a esta existencia sobre la esencia". En este que la "inversión del primado" sea
pregunta con dos afirmaciones que sentido hay motivos kierkegaardianos universal: "hay inversión de las rela-
610
EXI EXI EXI
ciones entre la existencia y la existen- tinguir entre la noción tradicional de no, extrínseco, meramente accidental
cia según se trate de cosas o de seres existencia (que corresponde a los en- a la Existencia, sino precisamente
libres" (ibid., art. 4). tes que no tienen la forma de la Exis- una determinación óntica de esta
Sartre y Lavelle no han debatido tencia [Dasein] y el tipo de existir Existencia. Dicho en términos que re-
solamente el concepto de existencia y que corresponde a la Existencia (Da- cuerdan a los de Kierkegaard —aun-
la relación entre éste y el de esencia, sein), Heidegger propone para esta que no exactamente superponibles a
sino que han usado en sus filosofías última el vocablo Existentz (véase los de Heidegger—, todo pensamien-
el término 'existencia' en sentido téc- infra). La Existencia no es algo que to incluye el ser que lo piensa, su
nico. Hay otros filósofos que no han ya es, o es dado; es un poder-ser. Su existencia o "subjetividad".
usado el término en tal sentido, pero misma comprensión, y con ello la com- En cuanto a Jaspers, ha calificado
que han empleado otros vocablos en prensión del ser, es su propia deter- a su filosofía de "filosofía de la exis-
un sentido próximo al "existencial". minación. Por eso "el carácter distin- tencia", pero —según hemos indicado
Es lo que ocurre con las expresiones tivo de la Existencia consiste en que en Dasein (v. )— debemos ponemos
'el hombre de carne y hueco' (Una- es ontológica". "Al ser mismo con él en guardia respecto al vocabulario. En
muno), 'nuestra vida' (Ortega y Gas- que la Existencia se enfrenta o puede efecto, Jaspers llama Dasein a lo que
set). Remitimos al lector a los artícu- enfrentarse siempre de algún modo lo existe en el nivel de lo sensible (en
los sobre estos filósofos, así como a llamamos existencia (Existentz). Y nosotros ). El ser del Dasein, lo mismo
otros artículos en los que nos referi- como la determinación esencial de este que el de la conciencia, del espíritu,
mos a sus doctrinas — EXISTENCIALIS - ente no puede llevarse a cabo me- del alma, etc. es de algún modo "ob-
MO , VIDA , etc. Aquí nos limitare- diante indicación de un qué objetivo, jetivo", bien que de una objetividad
mos a completar la información ini- sino que su esencia consiste más bien distinta de lo que está fuera de nos-
ciada refiriéndonos al término 'exis- en el hecho de que posee su propio otros en cuanto "mundo". Lo real-
tencia' tal como ha sido usado por dos ser como suyo, se ha elegido el voca- mente "existencial" es llamado por
autores: Heidegger y Jaspers. blo Existencia (Dasein) como pura Jaspers Existenz. Esta existencia es lo
Heidegger emplea el término Da- expresión del ser de este ente" (Sein que yo soy; es el acto de ponerme a
sein, que se traduce a veces por 'exis- und Zeit, § 4). La Existencia es ónti- mí mismo como libre; "el ser que no
tencia', pero que, como indica el camente preeminente (pues se define es, sino que puede ser y debe ser"
autor, no significa existentia en el por su Existentz); es ontológicamente (Philosophie, 11 1). Por eso puede de-
sentido tradicional. A causa de ello, preeminente (por ser ella misma on- cirse que mi Dasein no es Existenz,
se han propuesto varios vocablos: 'es- tológica), y constituye, finalmente, la sino que el hombre es en el Dasein
tar en algo' ( Zubiri ), 'realidad - de - condición óntico-ontológica de todas de la existencia (Existenz) posible.
verdad' (García Bacca), 'el humano las ontologías. No puede en modo alguno aprehen-
estar' (Laín Entralgo), el 'estar' (Ma- Por lo tanto, resulta comprensible derse el ser de la existencia; sólo pue-
nuel Sacristán Luzón), 'ser-ahí' que, como dice Heidegger, el ser de vivirse el existir en cuanto que es
(Gaos). Esta última versión es bastante del Dasein consista en su Existenz. "mío". La aprehensión de la existencia
apropiada (y es la usada con fre- Aparentemente, se trata de la tras- requiere la objetividad, y ésta destruye
cuencia en otros idiomas: être-là, posición a la realidad del Dasein del el carácter irreductible del existir. No
being-there, por cuanto permite ver argumento ontológico y por ello mis- hay, pues, para Jaspers una ontología
los elementos que integran el concepto: mo de una divinización de la Existen- de la existencia. La existencia no es un
Da y Sein. El Da del Dasein es, en cia. Sin embargo, como A. de Wael- nivel de "realidad"; a lo sumo, es lo
efecto, fundamental para Heidegger. hens ha puesto de relieve (Lo phi- que religa todos los niveles.
Sin embargo, este Da no significa losophie de M. Heidegger, 1942, Tenemos, pues, en la filosofía ac-
propiamente "ahí", sino abertura de págs. 27-8), ello significa sólo que tual diversos significados de 'existen-
un ente (el ente humano) al ser "la esencia de la Existencia no es cia' que son, por un lado, distintos de
(Sein). Nosotros hemos traducido Da- sino su manera de existir", que ser los significados tradicionales y que,
sein por 'Existencia' ( con inicial ma- algo determinado significa para la por otro lado, se distinguen entre sí.
yúscula, a diferencia de 'existencia'), Existencia (Dasein) existir según un Esta distinción puede comprenderse
porque consideramos este artificio or- determinado modo. Pues la "Existen- sobre todo desde el ángulo de estas
tográfico suficiente para los propósi- cia cuyo ser es existir" en el sentido dos posibilidades: una interpretación
tos de la presente obra. Hemos tratado de ser algo existencial no es una de la existencia como raíz del existir,
de la significación de 'Existencia' realidad dada para siempre; Existenz y una interpretación de ella como
(Dasein) en Heidegger en el artículo como algo constitutivo del Dasein fundamento de una ontología. Algu-
sobre este filósofo y en otro sobre el significa aquí una anticipación de sí nos autores parecen participar de las-
término Dasein. Señalaremos aquí sólo constituida fundamentalmente por el dos interpretaciones. Es el caso de
que para Heidegger lo característico cuidado, de tal modo que podría- Jean-Paul Sartre. Su noción del "para-
de la Existencia es que en su ser le mos inclusive decir (op. cit., pág. 308) sí" es a la vez (para usar el vocabu-
va su ser. Por eso el análisis de la que la esencia de la Existencia ra- lario de Heidegger) óntica y ontoló-
Existencia posibilita la ontología fun- dica en el cuidado. En todo caso, gica. En vista de ello, puede pregun-
damental, que debe constituir la base la analítica existenciaria será la base tarse si hay algún significado común
para una ontología general y para una para una comprensión del ser que se en el uso actual del vocablo 'existen-
respuesta a la pregunta sobre el senti- hace posible en virtud del hecho de cia' inclusive dentro de las filosofías-
do del ser (Sein). A la vez, para dis- que esta comprensión no es algo aje-
611
EXI EXI EXI
latamente llamadas "existenciales". concepto como propiedad, a un ob- debidas, al parecer, a la falta de
Creemos que lo hay: es el que se de- jeto que cae bajo él. En cuanto a un análisis lógico del significado
riva de concebir la existencia como un Russell, somete la noción de existencia de las proposiciones. La teoría de
modo de "ser" que no es nunca "da- a un análisis lógico de tal índole que la descripción ( VÉASE ) está destina-
do", pero que tampoco es "puesto" queda reducida siempre a la noción da, según Russell, a poner de relieve
(como afirmaría el idealismo trascen- de "algunas veces verdadero". La y a solucionar lógicamente tales di-
dental); un modo de ser que constitu- teoría de los objetos de Meinong había ficultades. El problema derivaría, por
ye su propio ser, que se hace a sí admitido entidades inexistentes, lo tanto, de la transposición a una
mismo. La existencia es entonces lo correspondientes a un universo del forma lógica de una simple forma
que forja su propia esencia, lo que discurso, por medio del cual tales gramatical compleja o, si se quiere,
crea su propia inteligibilidad y hasta entidades podían ser afirmadas signi- del empleo de un mero nombre en
la del mundo en la cual se halla su- ficativamente; el centauro, por ejem- vez de la descripción correspondien-
mida. Por eso la mayor parte de los plo, no existe, pero subsiste. Russell te. Podemos, inclusive, acumular toda
pensadores pertenecientes a la citada señala, en cambio, que no podemos clase de datos acerca de un nombre;
dirección tienden a situarse o "más formar proposiciones de las cuales el no lograremos con esto hacer que el
allá" o "más acá" del plano lógico sujeto sea del tipo de "la montaña de nombre sea más que un nombre. Por
— que todavía había preocupado oro" o "el cuadrado redondo". Estos eso dice Russell (op. cit., Cap. XVI)
grandemente a los filósofos que si- "entes" no poseen un ser lógico y, que la existencia puede ser afirmada
guieron la ontología "tradicional". por lo tanto, ninguna "subsistencia" significativamente sólo de descripcio-
Los análisis anteriores son casi to- propia. "Decimos —escribe Russell— nes — definidas o indefinidas. Si
dos de carácter metafísico o, si se que un argumento a 'satisface' una 'a' es un nombre, debe nombrar algo,
quiere, filosófico general. Hay, sin función Φx si Φa es verdadero; esto y lo que no nombra nada no es un
embargo, otro modo de afrontar el es el mismo sentido en el cual se nombre, sino un símbolo sin signi-
problema de la existencia: el análisis dice que las raíces de una ecuación ficación. Algunos autores han decla-
lógico. Nos referiremos para ello prin- 'satisfacen' la ecuación. Ahora bien, rado que, en todo caso, las entidades
cipalmente a las doctrinas de Frege si Φx es algunas veces verdadero, ficticias tienen alguna forma de exis-
y de Russell. En Die Grundlagen der podemos decir que hay x para los tencia en el reino de lo ficticio — por
Arithmetik, 1884, § 53, Frege indica cuales es verdadero, o podemos decir ejemplo, en la imaginación humana,
que las propiedades afirmadas de 'argumentos que satisfacen Φx exis- que las imagina realmente. Pero
un concepto no son las característi- ten'. Esta es la significación funda- esto llevaría de nuevo a la conside-
cas que componen el concepto. Estas mental del vocablo 'existencia'. Las ración de proposiciones que no nom-
características son propiedades de las otras significaciones se derivan de bran nada y en las cuales el término
cosas que caen bajo el concepto, no ella o implican una mera confusión 'existencia' carece de sentido. Ahora
propiedades del concepto. Por eso el del pensamiento" ( Introduction to bien, desde el punto de vista del aná-
ser rectangular no es una propiedad Mathematical Logic, 1919, Cap. XV). lisis lógico, parece evidente que,
del concepto Triángulo rectángulo. Así, podremos decir "los hombres como declara L. S. Stebbing, térmi-
Pero la proposición según la cual no existen" si significamos que "x es un nos como 'un centauro' y 'un león'
hay ningún triángulo rectángulo, hombre" es a veces verdadero. Pero no pertenecen al mismo tipo lógico,
equilátero y escaleno expresa una si decimos "los hombres existen; Só- con la única diferencia de que el se-
propiedad del concepto Triángulo crates es un hombre; por lo tanto, gundo existe y el primero no existe.
rectángulo equilátero escaleno: le Sócrates existe", no diremos nada con La falla lógica consistiría entonces
asigna 0. Partiendo de esto puede significación, pues "Sócrates" no es, en considerar la proposición "los cen-
entenderse el concepto de existencia como "hombres", meramente un ar- tauros son pensados" de la misma
como afín o análogo al de número. gumento indeterminado para una forma que "los leones son cazados".
Así, la afirmación de la existencia función ( VÉASE) preposicional dada. Ahora bien, la proposición "pienso
"no es otra cosa que la negación del Sería como decir: "Los hombres son en un centauro" no afirma, según
O". Siendo, pues, la existencia una numerosos; Sócrates es hombre; por dicha autora, que la propiedad de ser
propiedad de los conceptos, el ar- lo tanto, Sócrates es numeroso." De un centauro y la propiedad de ser
gumento ontológico resulta inadmisi- ahí que sea correcto decir "los hom- pensado por mí pertenezcan a algo.
ble. Ahora bien, Frege admite que bres existen", pero incorrecto adscri- Pues ser pensado no es una propie-
sería erróneo concluir de todo esto bir existencia a un particular dado dad (en el mismo sentido en que lo
que es imposible en principio deducir * que resulta ser un hombre. Por lo es "ser cazado") a pesar de que
de un concepto, es decir, de sus tanto, la expresión "términos que sa- "pienso en un centauro" y "cazo un
características, algo que sea propie- tisfacen Φχ existen" significa "Φχ es león" tengan la misma forma verbal
dad del concepto. No hay que ir a veces verdadero", pero una expre- o gramatical. La segunda proposi-
tan lejos hasta afirmar que jamás sión como "a existe" (en la cual α es ción no puede ser verdadera si no
se puede inferir de las características un término que satisface Φχ) es un existen leones, pero la primera puede
de un concepto la existencia o la simple flatus vocis — a mere noise serlo aunque no existan centauros.
particularidad (Einzigkeit); lo que or shape. Con esto se resuelven, se- La diferencia de forma lógica es,
sostiene Frege es que esto no ocurre gún Russell, muchas de las dificul- pues, de la mayor importancia. Ella
del modo inmediato como atribuimos tades tradicionales pertenecientes a nos obliga a suponer que sólo la no-
o asignamos la característica de un la noción de existencia, dificultades ción de pertenencia a algo constituye
612
EXI EXI
una base lógica suficiente para la que, como han indicado varios auto-
predicación de las existencias. Una res allegados a esta tendencia, ya no
vez más, la existencia sólo podrá ser significa apenas nada. Se han califica-
afirmada de descripciones, pero no do de "existencialistas", en efecto, no
de entidades. Ahora bien, tal con- sólo ciertas tendencias filosóficas con-
cepción de la existencia está basada temporáneas, sino muchas de las ten-
en un supuesto claro: en el del poder dencias filosóficas del pasado, anti-
del análisis lógico para precisar el guas y modernas. Se ha dicho, por
ámbito dentro del cual, por así de- ejemplo, que los jónicos, los estoicos,
cirlo, se da la posibilidad de las exis- los agustinianos, los empiristas y mu-
tencias. Cuando se abandona tal su- chos otros han sido de algún modo
puesto, el término 'existencia' no puede "existencialistas". Se ha dicho tam-
ya ser definido por medio de la bién que son "existencialistas" todas
función realizada por los operadores. las filosofías en las que se ha afirma-
Es lo que sucede precisamente con do, o se ha dado por supuesto, el lla-
las concepciones de la existencia an- mado "primado de la existencia ( VÉA-
teriormente mencionadas, tanto las clá- SE) sobre la esencia (v. )". Por eso se
sicas como las propiamente "existen- ha hablado del "exietencialismo" de
ciales". Según Urban (Language and Santo Tomás de Aquino, por lo menos
Reality, 1939, pág. 304), el supuesto a diferencia del "esencialismo" de
último de la noción lógico-analítica de Avicena.
existencia es, paradójicamente, el de Para combatir este abuso del térmi-
una concepción unívoca de la existen- no 'existencialismo' hay que limitar la
cia. Así, mientras el análisis lógico se- aplicación del vocablo a cierta época
ñala que el uso tradicional del término y, dentro de ello, a ciertas corrientes
'existir' está afectado por ambigüeda- o actitudes filosóficas.
des debidas a la identificación de la Desde este punto de vista el origen
forma lógica con la forma gramatical, del existencialismo se remonta sola-
la concepción tradicional señala a su mente a Kierkegaard ( VÉASE), el cual
vez que el análisis lógico está afec- lanzó por vez primera el grito de com-
tado por ambigüedades procedentes bate: "contra la filosofía especulativa
de un uso unívoco y no analógico [principalmente la de Hegel], la filo-
de 'existencia'. Concepción "tradi- sofía existencial". Con ello abogó por
cional", concepción "existencia!" y un "pensar existencial" en el cual el
concepción "lógica" de la existencia sujeto que piensa —este hombre con-
podrían ser, así, tres ideas debidas creto y, como diría Unamuno, "de
a supuestos últimos cuya dilucida- carne y hueso"— se incluye a sí mis-
ción revela algunos de los problemas mo en el pensar en vez de reflejar, o
más fundamentales de la filosofía. pretender reflejar, objetivamente la
realidad. Este pensar "existencial" que
da origen al "existencialismo" es muy
a menudo de tipo "irracionalista"
(véase IRRACIONAL, IRRACIONALÍSMO),
Pero puede ser, si es menester, racio-
nalista. En efecto, un pensador racio-
nalista que incluyera su propio ser en
su pensar, pensaría asimismo "existen-
cialmente". Esto es, por lo demás, lo
que sucedió con Sócrates, a quien
Kierkegaard tenía muy presente.
Por tanto, lo primero que hace la
filosofía existencial —o, mejor dicho,
el hombre que piensa y vive existen-
cialmente— es negarse a reducir su
ser humano, su personalidad, a una
entidad cualquiera. El hombre no
puede reducirse a ser un animal ra-
cional, pero tampoco a ser un animal
sociable, o un ente psíquico, o bioló-
EXISTENCIAL. Véase EXISTENCIA, gico. En rigor, el hombre no es nin-
EXISTENCIALISMO, EXlSTENCIARIO. gún "ente", porque es más bien un
EXISTENCIALISMO. Se ha abusa- "existente" — y, en puridad, "este
do tanto del vocablo 'existencialismo'
EXI EXI EXI
existente". El hombre no es, pues, nin- tencialistas. Se ha hablado en este cialismo en acto vivido o ejercido". El
guna substancia, susceptible de ser sentido de existencialismo teológico, segundo es "el existencialismo en acto
determinada objetivamente. Su ser es existencialismo cristiano, existencialis- significado" como máquina de ideas y
un constituirse a sí mismo. En el pro- mo ateo, y hasta existencialismo mar- aparato para confeccionar tesis. Nico-la
ceso de esta su autoconstitución exis- xista. Se ha ensayado describir la ge- Abbagnano ha indicado que hay
tencial, el hombre puede engendrar nealogía del existencialismo contem- diversas formas de existencialismo se-
el ámbito de inteligibilidad que le per- poráneo en general y al efecto se ha gún el modo como se establezca la
mitirá comprenderse a sí mismo, y a traído a colación no sólo a Kierke- "relación" entre la existencia y el ser.
su situación con los demás y en el gaard, sino también a Nietzsche, el Siendo fundamental en todo existen-
mundo. Para el pensar existencial, el pragmatismo, la fenomenología, etc. cialismo la idea de que la existencia
hombre no es "conciencia" y menos etc. En vista de la dificultad tanto de no es ser, sino relación o rapporto con
aun "conciencia de la realidad": es definir el existencialismo como de dar el ser, tal relación puede ser interpre-
"la realidad misma". cuenta de sus contenidos o de clasifi- tada de tres maneras. La primera se
El existencialismo es, así, prima- carlo en forma aceptable para la ma- refiere al punto de partida: a la nada
riamente, un modo de entender la yor parte de autores o historiadores de la cual se supone que emerge la
existencia en cuanto existencia huma- de la filosofía contemporánea, presen- existencia. La segunda se refiere al
na. Se ha hablado por ello de "antro- taremos en este artículo varias clasifi- punto de llegada: al ser hacia el cual
pocentrismo existencial" o "existencia- caciones propuestas, al hilo de las cua- "se dirige" la existencia. La tercera se
lista". Ahora bien, partir de la exis- les se puede dar cuenta de algunas refiere a la unidad del punto de par-
tencia humana como un "existir" no tendencias existencialistas o semi-exis- tida con el de llegada: a la relación
significa siempre afirmar que sola- tencialistas contemporáneas. A base de misma. En el primer caso, se define
mente hay existencia humana. Tal estas clasificaciones discutiremos luego 'existencia' como 'imposibilidad de no
afirmación no se encuentra ni en Kier- algunas formas básicas de existen- ser nada'. En el segundo caso, se de-
kegaard ni tampoco en autores como cialismo y algunas de las reacciones fine 'existencia' como 'trascendencia' y
Chestov, Berdiaex o Marcel. En otras suscitadas por "el movimiento exis- ésta como 'imposibilidad de ser un
palabras, el existencialismo a que da tencialista" en general. ser'. En el tercer caso se define 'exis-
origen el citado "pensar existencial" Según Emmanuel Mounier (Intro- tencia' como 'posibilidad de ser la re-
no es necesariamente inmanentista. duction aux existentialismes [1947], lación misma con el ser'. Abbagnano
Pero aun cuando rechazan el punto pág. 11), el existencialismo puede dice que el primer tipo de existencia-
de vista "antropocéntrico", los autores compararse a un árbol alimentado en lismo es propio de Heidegger; que el
existencialistas —o llamados tales— sus raíces por Sócrates, por el estoicis- segundo ha sido representado especial-
reconocen que la existencia, y en par- mo y por el agustinismo. Estas raíces mente por Jaspers, y que el tercero es
ticular la existencia humana, es de producen filosofías como las de Pascal el del propio Abbagnano. La insisten-
algún modo algo "primario". Sólo des- y Maine de Biran. El tronco del árbol cia en la "posibilidad" excluye, según
de ella es posible, y legítimo, filosofar. representa a Kierkegaard. Desde el Abbagnano, retrotraer la existencia al
Se ha intentado a menudo definir tronco se extiende una ancha copa en modo de ser propio de las cosas. En
'existencialismo' sin que se haya en- la cual se hallan representados, en efecto, la existencia puede relacionarse
contrado una definición satisfactoria una ramificación harto compleja, la o no con el ser, acentuar o debilitar su
— entre otras razones, porque el exis- fenomenología, Jaspers, el personalis- rapporto con él. Otras clasificaciones
tencialismo, especialmente en cuanto mo, Marcel, Soloviev, Chestov, Ber- presentadas son del tipo de la ya
"actitud existencial", rehuye cualquier diaev, la teología dialéctica (sin olvi- aludida antes: existencialismo "ateo"
definición. A lo más que se ha lle- dar el "judaismo trascendental" de (Heidegger, Sartre) y existencialismo
gado es a subrayar ciertos temas que Buber), Scheler, Lansberg, Bergson, "cristiano" (Jaspers, Marcel, Lavelle).
aparecen muy a menudo en la litera- Blondel, Laberthonnière, Nietzsche, Todas estas clasificaciones ofrecen
tura filosófica existencialista y para- Heidegger, J.-P. Sartre (terminal "iz- inconvenientes. Por lo pronto, se in-
existencialista. Estos temas son, entre quierdo" del "movimiento"). Siguien- cluye en ellas con frecuencia a Hei-
otros, la subjetividad, la finitud, la do el mismo símil se podrían incluir degger. Pero si la filosofía de Heideg-
contingencia, la autenticidad, la "li- en esta copa el pragmatismo, Unamu- ger es un "existencialismo", lo es sólo
bertad necesaria", la enajenación, la no, Ortega y Gasset y otros muchos en el sentido de una preparación para
situación, la decisión, la elección, el autores. una ontología: "sólo en este sentido
compromiso, la anticipación de sí mis- Esta clasificación de Mounier pe- ontológico —ha escrito Fritz Kauf-
mo, la soledad ( y también la "compa- ca por exceso. Mounier califica de mann— figura el hombre como centro
ñía") existencial, el estar en el mun- "existencialistas" a no pocos autores de la metafísica de Heidegger" (Phi-
do, el estar abocado a la muerte, el que, como Bergson, no han sido tales, losophy and Phenomenological Re-
hacerse a sí mismo. Nos hemos refe- y a otros que, como Heidegger y Or- search, I [1940-1941], pág. 363). Se
rido a estos temas en varios artículos tega y Gasset, han rechazado legítima- ha dicho por ello que una filosofía es
de la presente obra. Rozaremos asi- mente ser considerados tales. Jacques existencialista sólo cuando se apoya en
mismo algunos en este artículo al ha- Maritain ha propuesto otra clasifica- lo óntico (VÉASE), pero no cuando se
blar luego con más detalle de varias ción: según ella, hay por un lado un apoya en lo ontológico. Es cierto que
corrientes existencialistas o considera- existencialismo propiamente existen- algunos críticos han declarado que
das tales. Se ha intentado asimismo a cial y un existencialismo meramente Heidegger no ha podido pasar, muy a
menudo clasificar las corrientes exis- académico. El primero es "el existen- pesar suyo, del campo del "análisis
614
EXI EXI EXI
existencial" a la ontología, y que, en damentos de la metafísica, 1945-1946). do de ejemplo mencionamos a Roberto
general, tal paso no es posible. Pero lo Podríamos decir inclusive que la Giordani, el cual en su obra sobre el
estimamos dudoso. Por otro lado, las mencionada unilateralidad es debida "transexistencialismo" (Cfr. infra, bi-
clasificaciones en cuestión no tienen a un factor fundamental y realmente bliografía) se ha propuesto superar no
siempre en cuenta la diferencia entre único: a que se insiste en que el sólo el "existencialismo" de Heidegger
"actitud existencial" y "pensamiento trascender de la existencia no tiene (o "procedente de Heidegger"), sino
existencial". Sólo este último merece otra finalidad que la constitución de también el derivado de la dialéctica
ser llamado "existencialismo". En efec- la propia existencia. Cuando así no hegeliana. Según Giordani, la dialéc-
to, el existencialismo no es, no debe ocurre, la unilateralidad desaparece, tica debe ser sustituida por la apodíc-
ser, una mera "actitud" o inclusive y entonces todos los modos de la tica, la cual va de lo negativo a lo
una simple "toma de posición". El finitud existencial son posibilidades positivo absoluto en todas las esferas:
existencialismo es, o debe ser, una fi- y condiciones, pero no el constituti- de lo material a lo espiritual a través
losofía. Ciertos autores niegan que tal vum metaphysicum de la existencia. de lo corporal; del ser al existir por el
filosofía sea posible. Manifiestan que Por eso se ha subrayado también que devenir; de la no-temporalidad a la
desde el momento en que se adopta el inevitable trascender de la existencia eternidad por la temporalidad; de
una actitud existencial se excluye toda humana se descubre en el hecho de la particularidad a la personalidad
posible "racionalización" de la exis- que esta existencia no puede "vivir por la individualidad; de lo incons-
tencia, y que sin tal "racionalización" por sí". No todos los autores, sin ciente al estado de vigilia absoluto por
no es posible, o no es legítimo, hablar embargo, están de acuerdo en el la conciencia; de la exterioridad a la
de filosofía. Otros autores niegan la significado de esta última restricción. interioridad por la ambigüedad de am-
posibilidad de tal filosofía alegando Algunos sostienen que si el funda- bas. Giordani pretende que su paso de
que los análisis de la existencia humana mento de la existencia no es la propia lo negativo a lo positivo no puede ser
en que son pródigos los autores existencia, entonces debe necesa- equiparado a la dialéctica hegeliana,
existencialistas son, a pesar de lo que riamente recurrirse a Dios. Otros sos- en la cual dos entidades indetermina-
dichos autores pretenden, de carácter tienen que basta con reconocer un das (como el ser y la nada) dan ori-
empírico-psicológico y no tienen nin- reino trascendente de valores. Otros, gen a una entidad determinada ( como
gún carácter propiamente "existen- finalmente, encuentran el fundamento el devenir).
cial". de la existencia en la Naturaleza. Con Entre las discusiones que ha sus-
Los autores que admiten la posibili- ello las cuestiones acerca de la citado el existencialismo en las últi-
dad de una filosofía existencial no existencia vuelven a suscitar los pro- mas décadas mencionaremos dos: una
están siempre de acuerdo en las bases blemas tradicionales y representan, es la interpretación de esta tendencia
de tal filosofía. Según ha indicado en cierto modo, una reformulación de desde el punto de vista histórico; la
José Gaos (Cfr. Filosofía y Letras estos problemas. otra es su relación —o falta de re-
[México], Ν° 6, pág. 260), el existen- Ha habido por lo menos tres actitu- lación— con otras filosofías contem-
cialismo más difundido sufre de una des en el pensamiento actual frente poráneas.
"falsa unilateralidad exclusiva de sus al existencialismo: la completa indife- En lo que toca al primer punto,
bases". Tal carácter negativo se debe rencia; la oposición cerrada; y el es- las respuestas dadas han solido de-
en gran parte a que para estas filo- fuerzo por "superar" el existencialismo pender de posiciones filosóficas —y
sofías el cristianismo es visto desde desde dentro. a veces político-sociales— previamen-
fuera, como un juego filosófico; se La indiferencia se ha manifestado te adoptadas. Así, por ejemplo, el
toma, por lo tanto, uno de sus extre- a veces mediante el simple desdén; a existencialismo es interpretado por
mos —Pascal, Kierkegaard, experien- este efecto ha sido corriente decir que los marxistas como la filosofía de la
cias de la angustia, de la nada, etc.—, las tendencias existencialistas son o burguesía en su estado de degenera-
y se olvidan otros extremos —los puro patetismo o puro verbalismo (o ción y descomposición; por muchos
Evangelios, el franciscanismo, etc.—, ambas cosas a un tiempo). La oposi- "tradicionalistas" (en el sentido de
donde, en vez de la inquietud an- ción cerrada ha partido a veces de los "partidarios de la tradición filosófica"
gustiada, hay una inquietud espe- que en otras ocasiones han manifesta- y en particular de una philosophia
ranzada y una serie de vivencias do indiferencia; tal es el caso de no perennis), como una de las más pe-
—amor, alegría, etc.— que el exis- pocos autores de tendencia "analíti- ligrosas manifestaciones del ateísmo
tencialismo usualmente desatiende o ca" (véase ANÁLISIS ). Se ha dicho moderno; por los racionalistas, como
desestima. Como señala ya Louis (por ejemplo, A. J. Ayer, cuando me- una explosión antirracionalista, hostil
Lavelle, consistiendo primariamente nos en una cierta fase de su pensa- a la ciencia y a toda sana razón hu-
la existencia en emoción de existir miento) que el existencialismo es sim- mana; por muchos individualistas,
(la cual nos proporciona un acceso plemente un "abuso del verbo 'ser'". como una reacción saludable de la
al ser), tal emoción no puede ser Otros filósofos hostiles al existencia- persona contra las amenazas de escla-
simplemente reducida a la angustia: lismo lo han combatido desde posicio- vitud suscitadas por todo género de
tiene, dice Lavelle, una fase positiva nes consideradas por ellos como fir- totalitarismos. En todos estos casos,
que es el émerveillement d'exister, es memente establecidas (como marxismo la interpretación se refiere más a la
decir, el "encontrar en mí una o neoescolasticismo). En cuanto a los función que el existencialismo tiene,
participación en una realidad que no esfuerzos por superar el existencialis- o se pretende que tenga, dentro de la
cesa de constituirme" (Curso en el mo "desde dentro", se han llevado a sociedad contemporánea, que a los
Collège de France sobre Los fun- cabo por varios existencialistas. A mo- contenidos mismos de tal filosofía, a
615
EXI EXI EXI
los que nos hemos referido en el existencialista ni el positivista lógico la ciencia. Como ha señalado A. de
resto de este artículo. acepten semejante entendimiento. El Waelhens en su libro sobre Heideg-
En cuanto al segundo punto, el exis- primero declarará seguramente o bien ger, puede acusarse a este autor de
tencialismo sostiene relaciones muy que el discurso meta-racional es el muchas cosas menos de "ingenui-
matizadas con otras direcciones con- que él ya emplea, o bien que tal dis- dad" filosófica. Finalmente, es dudosa
temporáneas. Ya hemos visto antes curso tiene que someterse a supuestos la frecuente equiparación que algu-
que su tendencia a rechazar la "co- que no son demostrables por medio nos adversarios del existencialismo
sificación" de la existencia humana del lenguaje científico. El segundo hacen de esta corriente con ciertas
es compartida por otros movimientos argüirá o bien que el discurso meta- tendencias políticas: por ejemplo, el
filosóficos, inclusive por algunos que racional carece de significación o irracionalismo totalitario. Según F. H.
son en otros respectos declaradamente bien que no es más que un término Heinemann, hay al respecto muchas
antiexistencialistas. También hay, inapropiado para designar los instru- diferencias entre los diversos filósofos,
como ha visto E. W. Beth, alguna mentos de expresión descubiertos por y lo que puede decirse de Heidegger
relación entre el existencialismo y la la semiótica. En vista de ello, parece no corresponde, por ejemplo, a Jas-
crisis de la razón (cuando menos de que lo único que cabe hacer es mos- pers. Esta crítica política de las ten-
la razón tradicional) que se ha ma- trar la efectiva conjunción parcial del dencias existencialistas es, por supues-
nifestado en algunas de las direccio- existencialismo y del positivismo ló- to, tan errónea y, sobre todo, tan
nes de la lógica y de la filosofía ma- gico mediante la demostración de que desencaminadora como la que algunos
temática. Finalmente, no pueden ne- ambos parten de supuestos comunes, autores (por ejemplo, C. E. M. Joad)
garse ciertos puntos de contacto entre de los cuales hay unos de carácter ne- han hecho del positivismo lógico, con-
el existencialismo y algunas mani- gativo —como el hecho de rehuir co- denado frecuente —y erróneamente—
festaciones del pragmatismo. Con las mo principio las doctrinas tradiciona- como conducente a una sociedad to-
únicas filosofías con las que el exis- les del "ser"—, y otros de carácter talitaria.
tencialismo parece estar en completo positivo — como la fuerte tendencia Agreguemos que en relación con el
desacuerdo es con el positivismo ló- común a aceptar el fenomenismo. existencialismo y, más específicamen-
gico, la filosofía analítica y direccio- Probablemente sólo en el futuro podrá te, en relación con ciertas ideas de las
nes afines. No obstante, una posibi- verse con suficiente claridad si se varias "filosofías existenciales" a que
lidad de comunicación mutua no está trata de dos movimientos comple- nos hemos referido en el presente ar-
excluida. Que tal comunicación cho- tamente opuestos —hasta el punto tículo, se han desarrollado ciertas co-
ca con obstáculos, es evidente. Wal- de que sólo equívocamente puede in- rrientes psicológicas y psiquiátricas
ter Cerf, en "Logical Positivism and cluirse a ambos dentro del campo de que han hecho uso de conceptos bá-
Existentialism" (Philosophy of Scien- la filosofía—, o bien de dos distintas sicos existenciales, aun cuando trans-
ce, XVIII [1951], 327-38), ha seña- manifestaciones de supuestos comu- formándolos considerablemente en el
lado que los principales son: la re- nes a la mayor parte de las doctrinas curso del trabajo psicológico y psi-
nuncia del positivista lógico a con- vivas de nuestro tiempo. Lo que pa- quiátrico. Como ejemplo de un "mo-
siderar otro "horizonte" que el del rece, en todo caso, problemático es vimiento existencial en psicología" ci-
"hombre como animal racional", y la sostener que dichas doctrinas son tamos el de Ludwig Binswanger
renuncia del existencialista a com- enteramente peculiares de ciertos (VÉASE). Esta tendencia al "análisis
prender siquiera el lenguaje analítico países o tipos psicológicos (por ejem- existencial" y otras afines han sido
y científico del positivista lógico. Ta- plo: él positivismo lógico, de los asimismo desarrolladas por autores co-
les obstáculos podrían, con todo, re- países angosajones; el existencialismo, mo V. E. von Gebsattel (nac. 1883),
ducirse si: (a) el existencialista aban- de Alemania o de los países latinos). Eugène Minkowski (nac. 1885), F. J.
donara su tendencia a lo irracional, Esta afirmación toma lo que sucede Buytendijk, Erwin W. Straus, Roland
evocativo y emotivo, y (b) el posi- actualmente en filosofía por lo que Kuhn y Rollo May.
tivista lógico comprendiera que su ha sucedido siempre; es un caso de Para el llamado "psicoanálisis exis-
análisis se basa en una previa deci- "presentismo" del cual no están tencial", véase PSICOANÁLISIS.
sión que, corno tal, es de carácter exentos ni los existencialistas ni los Véase la bibliografía de los ar-
"existencial". Los dos hablan dos len- positivistas lógicos. Tampoco pueden tículos ESENCIA y EXISTENCIA, así
guajes distintos; para establecer una admitirse los argumentos habituales: como la bibliografía de los autores
comunicación entre ellos es necesario, el existencialismo es puro verbalismo principales citados en el texto del
pues, descubrir un lenguaje "inter- y emocionalismo; el positivismo lógi- presente artículo, especialmente la de
aquellos que son considerados como
mediario". El asunto es difícil, pero co es una manifestación de sequedad existencialistas o adheridos a alguna
no imposible. Pues si se logra, al de espíritu. Estos últimos argumentos forma de la filosofía de la existencia.
entender de dicho autor, averiguar son más propios del lenguaje polémico A continuación señalamos en orden
cuáles son las condiciones del discurso que del descriptivo; es tanto más cronológico algunas obras publicadas
meta-racional, el existencialista podrá sorprendente que a ellos se hayan en los últimos tiempos acerca de la
modificar su lenguaje adecuándolo al dejado arrastrar filósofos simpatizantes cuestión, tanto si son a favor como en
del positivista lógico, y a la vez con el positivismo lógico, que se han contra, si son meras exposiciones o in-
éste comprenderá que su lenguaje dedicado a atacar el existencialismo a terpretaciones, si tratan el problema
está, por así decirlo, encajado dentro base de puros estallidos de indignación en general o algunos de sus aspectos;
en todo caso, insistimos que deben ser
de una meta-racionalidad. Ahora o con insistentes afirmaciones acerca completadas por las mencionadas en
bien, es probable que ni él del carácter superior de otras bibliografías. Arnold Gehlen,
616
EXI EXP
phie, o filosofía existenciaria, y la presencia o actualidad ( Gegenwärtig-
Existenzphilosophie o existenzielle keit) histórica; la expresión (Ausd-
Philosophie, filosofía existencial o ruck) en cuanto expresión de la per-
existencialismo ( VÉASE ). La primera sonalidad y comunicación de esta
es la desarrollada explícitamente por expresión a otras personalidades; la
Heidegger o por autores como Ga- "significación" (Sinnhaftigkeit) o ac-
briel Marcel (prescindiendo aquí de ción sobre los significados y la libertad
su posibilidad última); la segunda es (Freiheit) del espíritu (Geist).
la propia del pensamiento filosófico EXOTÉRICO. Véase ESOTÉRICO.
de Kierkegaard, de Jaspers y hasta de EXPERIENCIA. El término 'expe-
Jean-Paul Sartre. Ahora bien, el vo- riencia' se usa en varios sentidos: (1)
cablo 'existenciario' significa también, La aprehensión por un sujeto de una
en su uso substantivo, un elemento realidad, una forma de ser, un modo
constitutivo del ser de la Existencia de hacer, una manera de vivir, etc.
(Dasein) (véase DASEIN , EXISTEN - La experiencia es entonces un modo
CI A ). Por eso Heidegger llama a de conocer algo inmediatamente an-
los caracteres del ser de la Existencia tes de todo juicio formulado sobre lo
los existenciarios. Éstos se distinguen aprehendido. (2) La aprehensión sen-
de un modo riguroso de las deter- sible de la realidad externa. Se dice
minaciones del ser del ente no entonces que tal realidad se da por
daseinförmige (que no tiene la es- medio de la experiencia, también por
tructura de la Existencia en tanto lo común antes de toda reflexión — y,
que Dasein), es decir, de lo que como diría Husserl, pre-predicativa-
tradicionalmente se llaman categorías mente. (3) La enseñanza adquirida
( VÉASE). El uso ontológico y primario con la práctica. Se habla entonces de
de este término como "acusación" se la experiencia en un oficio y, en ge-
reproduce en el caso de los neral, de la experiencia de la vida.
existenciarios, pero mientras las (4) La confirmación de los juicios so-
categorías "acusan" el qué del ente bre la realidad por medio de una ve-
y lo dejan ver en su existentia o rificación, por lo usual sensible, de
presencia (Vorhandenheit), los exis- esta realidad. Se dice entonces que
tenciarios acusan el quién del ente, un juicio sobre la realidad es confir-
su existencia en sentido propio ( Exis- mable, o verificable, por medio de la
tenz). Los existenciarios, en tanto experiencia. (5) El hecho de soportar
que hilos conductores de la analítica o "sufrir" algo, como cuando se dice
de la Existencia (Dasein) son diver- que se experimenta un dolor, una ale-
sos y aparecen en tanto que son mos- gría, etc. En este último caso la expe-
trados primariamente en el estar-en-el- riencia aparece como un "hecho in-
mundo (in-der-Welt-sein), en el terno".
cuidado ( VÉASE), etc. Ejemplo de un La multiplicidad de sentidos del
EXISTENCIARIO. Siguiendo a Jo- modo de ver existenciario es el "estar- término 'experiencia' hace difícil exa-
sé Gaos (en su version de Sein und en" que caracteriza a la Existencia a minar su concepto a menos de enzar-
Zeit, de Heidegger: El Ser y el Tiem- diferencia del "estar en" que se revela zarse en enojosas precisiones. Por otro
po, 1951), traducimos por 'existencia- en la posición de unos objetos dentro lado, aunque hay algo de común en
rio' el término existenzial que Heideg- del espacio. Lo cual no significa que todos los sentidos de nuestro vocablo
ger usa para referirse a la estructura se le niegue a la Existencia la espacia- —el hecho de que se trate siempre de
ontológica de la Existencia (VÉASE). El lidad, sino que se interpreta a ésta una aprehensión inmediata por un su-
conjunto de las estructuras ontoló- como "especialidad existenciaria". jeto de algo que se supone "dado"—,
gicas de la Existencia se llamará en- Pueden considerarse asimismo como ello es demasiado vago para servir de
tonces la existenciariedad (Existenzia- elementos existenciarios constitutivos punto de partida de un análisis. En
lität), de modo que lo que se llama de la Existencia la comprensión del vista de estas dificultades, seguiremos
usualmente analítica existencial, por existir, el habla y aun el propio "ser el procedimiento siguiente: describir
la cual se accede a la pregunta por anónimo" (das Man), el cual, no por varios sentidos capitales del vocablo
el sentido del ser, tal como Heidegger ser una manifestación "inauténtica", 'experiencia' a través de la historia de
la entiende, será, en rigor, una deja de ser real. la filosofía, y subrayar en cada caso
analítica existenciaria. El término En su obra Philosophische Anthro- por lo menos uno de dos sentidos pri-
'existencial' traducirá, en cambio, el pologie (1957) Hans-Eduard Heng- mordiales: (a) la experiencia como
vocablo existenziell mediante el cual stenberg habla de cinco Existentialien confirmación, o posibilidad de confir-
se hace referencia a la constitución ("existenciales", pero muy semejantes mación, empírica (y con frecuencia
óntica de la Existencia. De ahí que a los "existenciarios" heideggerianos): sensible) de datos, y (b) la experien-
pueda entonces resultar clara la dis- el existir ( existieren o modo de in-der- cia como hecho de vivir algo dado
tinción entre la Existenzialphiloso- Welt-sein de la existencia humana; la anteriormente a toda reflexión o pre-
618
EXP EXP EXP
dicación. En cada uno de estos casos co tiene, pues, los sentidos (2) y (4), experiencia como una iluminación in-
se puede destacar el carácter "exter- el sentido (a) y una parte del senti- terior (véase BACON [ROGELIO], ad
no" o "interno" de la experiencia, aun- do (b), pero el Estagirita se refiere finem; también obra de R. Cartón
que es frecuente —si bien no exclu- también a la experiencia, y destaca mencionada en bibliografía del citado
sivo— que el primero corresponda su importancia, cuando habla de la artículo). Ahora bien, la noción de
más bien al sentido (a) y el segundo práctica y manifiesta que en ciertos experiencia que predominó durante
al sentido (b). En algunos casos, la asuntos, como en la dirección y admi- los primeros siglos modernos fue la ex-
noción de experiencia ha sido usada nistración de las cosas del Estado, la periencia en cuanto a sensu oritur, u
como concepto fundamental metafísi- habilidad y la experiencia son extre- originada en los sentidos, como había
co o como concepto previo a todos los madamente importantes; los hombres ya afirmado Santo Tomás (S. theol.,
otros. Nos referiremos a este punto al de Estado practican su arte por expe- I q. LXVI 1 ob 5), siguiendo a Aris-
presentar varias de las doctrinas ac- riencia más bien que por medio del tóteles. Entre los autores modernos
tuales sobre la experiencia. pensamiento (Eth. Nic., X 9, 1181 a que más insistieron en la necesidad de
La distinción platónica entre el 1 sigs.). atenerse a la experiencia no sólo co-
mundo sensible y el mundo inteligible En muchos autores medievales la mo punto de partida del conocimien-
equivale en parte a la distinción entre experiencia tiene varios sentidos, pero to, sino como fundamento último del
experiencia y razón. La experiencia dos de ellos predominan: la experien- conocimiento se halla Francis Bacon.
aparece en este caso como conoci- cia como amplio y extenso conoci- Entre los muchos pasajes de este au-
miento de lo cambiante — por lo tanto, miento de casos, que da lugar a ciertas tor que se refieren al asunto destaca-
como una "opinión" más que como un reglas y a ciertos conocimientos mos los que figuran en Novum Orga-
conocimiento propiamente dicho. Es generales, y la experiencia como apre- non, I, Lxx, I, Lxxiv y I, Lxxxii. En
cierto que Platón, especialmente en hensión inmediata de procesos "inter- el primero dice Bacon que "la mejor
lo que tiene de más socrático, no nos". El primer sentido puede califi- demostración hasta ahora consiste en
descuida la experiencia como la "prác- carse de "científico"; el segundo, de la experiencia, siempre que no vaya
tica" (por lo menos "práctica intelec- "psicológico" y también de "perso- más allá del experimento efectivo.
tual") necesaria con el fin de poder nal". En el primer caso la experiencia En el segundo señala que las "artes
formular conceptos y alcanzar el rei- es, como en Aristóteles, el punto de mecánicas" se fundan "en la
no de las ideas. Pero la experiencia partida del conocimiento del mundo naturaleza y la luz de la
no tiene en ningún caso el carácter exterior. En el segundo caso puede ser experiencia". En el tercero, que hay
preciso e inteligible de las ideas. En punto de partida del conocimiento del una simple experiencia (la
Aristóteles, la experiencia queda mejor mundo "interior" (e íntimo), pero "experiencia vulgar") que tiene lugar
integrada dentro de la estructura del también base para la aprehensión de por accidente, y una "experiencia
conocimiento. La experiencia, ciertas "evidencias" de carácter no buscada" (la "experiencia científica").
εμπειρία , es algo que poseen todos natural. Así, la experiencia puede de- Según Bacon, "el verdadero método
los seres vivientes. La experiencia es signar la vivencia interna de la vida de la experiencia. .. enciende ante
necesaria, pero no suficiente; a ella se de la fe y, en último término, de la todo la vela, y luego por medio de
sobreponen el arte, τέχνη, y el razo- vida mística. La doctrina de la ilu- ella muestra el camino". La ciencia se
namiento, λογιςμoς (Met., A. 1, 981 b minación divina, de raigambre agusti- basa en experiencia, pero en una ex-
27). La experiencia surge de la niana, subraya este último tipo de periencia ordenada. Bacon subraya la
multiplicidad numérica de recuerdos experiencia, más fundamental que nin- importancia de la experimentación (de
(An. post., II 19, 100 a 5); la persis- gún otro. Por otro lado, en lo que toca los "experimentos") como "experien-
tencia de las mismas impresiones es el a los objetos naturales, se distingue cia ordenada" y distingue entre ex-
tejido de la experiencia a base del entre una experiencia vulgar y una perimenta lucifera y experimenta fruc-
cual se forma la noción, esto es, lo experiencia propiamente "científica", tifera (ibid., I, xcix). Bacon se refiere
universal. La experiencia es, pues, la cual es considerada como una "ex- a la experiencia y a los métodos que
para Aristóteles, la aprehensión de lo periencia organizada". deben adoptarse para hacer descubri-
singular. Sin esta aprehensión previa Las concepciones sobre la experien- mientos en muchos otros pasajes de
no habría posibilidad de ciencia. Ade- cia en la época moderna son tan nu- esta y otras obras suyas; en verdad, la
más, sólo la experiencia puede pro- merosas que no hay más remedio que noción de experiencia parece ser la
porcionar los principios pertenecientes confinarse a algunas de las más influ- central en este autor. Lo es también
a cada ciencia; hay que observar pri- yentes. Debe hacerse constar al res- en gran parte en todos los autores lla-
mero los fenómenos y ver qué son con pecto que la insistencia en la expe- mados "empiristas", aunque no siem-
el fin de proceder luego a demostra- riencia, que se considera como típica pre se obtiene gran claridad en ellos
ciones (An. pr., I 30, 46 a 17 sigs.). en la época moderna, se halla asimis- respecto al significado del término
Pero la ciencia propiamente dicha lo mo en no pocos autores medievales. 'experiencia'. Por lo común, se trata
es sólo de lo universal; lo particular Podemos citar al respecto a Rogelio de la aprehensión intuitiva de cosas
constituye el "material" y los ejem- Bacon; este autor usó con frecuencia singulares, de fenómenos singulares
plos. Hay "arte" sólo cuando de una el vocablo experientia, pero se debate — o, en general, de "datos" de los
multitud de nociones de carácter ex- todavía su significado. En no poca sentidos. En todo caso, la experiencia
perimental se desprende un juicio medida Rogelio Bacon entendía la constituye para los filósofos empiristas
universal (Met., A 1, 981 a 6). La experientia como aprehensión de cosas la condición y el límite de todo cono-
experiencia en sentido aristotéli- singulares, pero a la vez admitía la cimiento merecedor de este nombre.
Los filósofos llamados "racionalis-
619
EXP EXP EXP
tas" no desdeñan, como a veces se es consciente mediante tal experien- de la experiencia". En efecto, una vez
supone, la experiencia, pero estiman cia. Con respecto a las llamadas "ana- eliminada la cosa en sí, la "ciencia"
que se trata de un acceso a la realidad logías de la experiencia" en Kant, (Wissenschaft) es primariamente
confuso y, como agregaría Spinoza, véase ANALOGÍA. "ciencia de la experiencia de la con-
"mutilado" (Eth., II 40 schol. 2). La Los idealistas alemanes (Fichte, ciencia". La experiencia es para Hegel
experiencia es entendida aquí casi Hegel) trataron extensamente de la "un movimiento dialéctico" que con-
siempre como "experiencia vaga". Para cuestión de la experiencia. Apoyándose duce la conciencia hacia sí misma, ex-
Leibniz, la experiencia da sólo pro- en Kant (o alegando que se apoyaban plicitándose a sí misma como objeto
posiciones contingentes; las verdades en él), los idealistas estimaron que la propio ( Cfr. Phänomenologie des Gei-
eternas solamente pueden adquirirse tarea de la filosofía es dar razón de stes; Glöckner, 2:36, págs. 37 y sigs.).
por medio de la razón. Siguiendo a toda experiencia, o, si se quiere, dar El contenido de la conciencia es lo
Leibniz era común (en Wolff y otros razón del fundamento de toda real; y la más inmediata conciencia de
autores) concebir la experiencia como experiencia. Según Fichte (Erste Ein- tal contenido es justamente la expe-
conocimiento confuso, aun cuando se leitung in die Wissenschaftslehre riencia. Pero la filosofía no se limita
estimara que era necesario (por lo [1797]; trad. esp.: Primera [y Segun- en Hegel a ser una ciencia de la ex-
menos psicológicamente) como punto da] Introducción a la teoría de la periencia. En rigor, Hegel suprimió la
de partida. ciencia [1934], "el filósofo puede abs- expresión 'ciencia de la experiencia de
La noción de experiencia desempeña traer, es decir, separar mediante la la conciencia' para sustituirla por la
un papel fundamental en la teoría libertad del pensar lo unido en la ex- expresión 'ciencia de la fenomenología
kantiana del conocimiento. Kant ad- periencia. En la experiencia están in- del Espíritu', y luego 'fenomenología
mite, con los empiristas, que la ex- separablemente unidas la cosa, aquello del Espíritu'. Tal cambio puede ser
periencia constituye el punto de par- que debe estar determinado indepen- debido, como apunta Heidegger (op.
tida del conocimiento. Pero esto quiere dientemente de nuestra libertad y por cit. infra), a que Hegel quería indicar
decir sólo que el conocimiento lo que debe dirigirse nuestro conoci- (con el nuevo título) que se refería
comienza con la experiencia, no que miento, y la inteligencia, que es la únicamente a "la conversación entre
procede de ella (es decir, obtiene su que debe conocer. El filósofo puede la conciencia natural y el saber abso-
validez mediante la experiencia ). Pero abstraer de una de las dos — y enton- luto". En todo caso, la "ciencia de la
esto dice todavía muy poco acerca de ces ha abstraído de la experiencia y experiencia de la conciencia" como
la idea kantiana de la experiencia. se ha elevado sobre ella. Si abstrae "fenomenología del Espíritu" es sólo
Esta idea es sumamente compleja; de la primera, obtiene una inteligen- el umbral de la "ciencia total" en la
además, se hallan en Kant (aun con- cia en sí, es decir, abstraída de su re- cual la filosofía es presentada como
finándonos a su epistemología) muy lación con la experiencia; si abstrae "lógica", esto es, como "filosofía espe-
diversas referencias a la noción de ex- de la última, obtiene una cosa en sí, culativa". La experiencia es para He-
periencia. Baste aquí consignar que es decir, abstraída de que se presente gel el modo como aparece el Ser en
la experiencia aparece en Kant como en la experiencia; una u otra como tanto que se da a la conciencia y se
el área dentro de la cual se hace posi- fundamento explicativo de la expe- constituye por medio de ésta. La no-
ble el conocimiento. Según Kant, no riencia. El primer proceder se llama ción de experiencia no es, pues, aquí
es posible conocer nada que no se idealismo; el segundo, dogmatismo". ni experiencia interior "subjetiva" ni
halle dentro de la "experiencia posi- Hay, pues, dos modos de dar razón de tampoco experiencia exterior "objeti-
ble". Como el conocimiento, además, la experiencia; adoptar uno de ellos va", sino experiencia absoluta.
es conocimiento del mundo de la apa- es decidirse por uno de ellos, con una Durante gran parte del siglo
riencia (VÉASE) —en el sentido kan- forma de decisión muy similar a la XIX se ha entendido el vocablo
tiano de este término—, la noción de decisión (VÉASE) existencial. El filó- 'experiencia' en varios sentidos, de los
experiencia se halla íntimamente liga- sofo que prefiere la libertad a la nece- cuales destacamos los siguientes: (a)
da a la noción de apariencia. La crí- sidad se decide en favor del modo de La experiencia como "sentimiento
tica de la razón tiene justamente por dar razón de la experiencia que se inmediato"; éste puede entenderse
objeto examinar las condiciones de la llama "idealismo". En la Darstellung como "experiencia interna" o
posibilidad de la experiencia — las der Wissenschaftslehre [1801] (trad. "subjetiva", o como "experiencia
cuales son idénticas a las condiciones esp. parcial: El concepto de la teoría inmediata" en tanto que primera fase
de la posibilidad de los objetos de la de la ciencia [1949]) Fichte habla de en la constitución del saber total
experiencia (K.r.V., A 111). El exa- la "experiencia" (asimismo llamada (Bradley). (b) La experiencia como
men de las condiciones a priori de "percepción") como "conciencia de lo aprehensión sensible de los datos
la posibilidad de la experiencia (ibid., particular". Esta experiencia no cons- "naturales", (c) La experiencia como
A 94 / Β 126) determina de qué modo tituye el saber, el cual "descansa y aprehensión directa de "datos
pueden formularse juicios universales consiste únicamente en la intuición" inmediatos", (d) La experiencia como
y necesarios sobre la realidad (como ("intuición intelectual" o "saber abso- general "experiencia de la vida".
apariencia ). De este modo pueden luto"). El saber propiamente dicho Durante el mismo siglo comenzó a
formularse juicios empíricos (Er- no es, pues, experiencia, sino saber del estudiarse el problema de si hay
fahnmgsurteile), esto es, juicios váli- fundamento de toda experiencia y, en diversas formas de experiencia corres-
dos. Kant habla asimismo de experien- último término, saber del saber. Hegel pondientes a diversos "objetos" o "mo-
cia interna (innere Erfahrung) y habla más bien de la "experiencia de dos de ser" de lo real. Algunos autores
señala que mi existencia en el tiempo la conciencia" que de la "conciencia se dispusieron a desarrollar filosofías
que tuvieran en cuenta cada vez más
620
EXP
amplias "formas de experiencia". Uno riencia son en algunos respectos im- dificaciones por virtud de su reac-
de estos autores (Dilthey) intentó portantes similares a la noción de ex- ción; (3) en la acepción tradicional
desarrollar una filosofía que tuviese periencia elaborada por algunos auto- sólo el pasado cuenta, de modo que
en cuenta toda la experiencia y que res que han considerado la experiencia la esencia de la experiencia es, en
fuese, por tanto, una "filosofía de la como la base de toda ulterior reflexión última instancia, la referencia a lo
realidad", pero sin supuestos metafí- filosófica. Todo saber se funda, según precedente, y el empirismo es conce-
sicos de ninguna especie y, en conse- estos autores, en un mundo previo de bido como vinculación a lo que ha
cuencia, en forma muy distinta de la experiencias vividas. A este respecto sido o es dado, en tanto que la
característica de los idealistas alema- puede mencionarse a Gabriel Marcel, experiencia en su forma vital es ex-
nes. La metafísica aparece entonces especialmente en las ideas propuestas perimental y representa un esfuerzo
simplemente como una de las posibles en una comunicación titulada "L'idée para cambiar lo dado, una proyec-
maneras de aprehender y organizar la de niveau d'expérience et sa portée ción hacia lo desconocido, un mar-
experiencia. Otros autores se interesa- métaphysique" (diciembre de 1955). char hacia el futuro; (4) la tradición
ron por examinar la naturaleza y pro- Las ideas de Marcel han sido elabora- empírica está sometida al particularis-
piedades de cada una de las formas das por Henry G. Bugbee en su libro mo, en tanto que la actual acepción
básicas de experiencia. En el siglo xx The Inward Moming. A Philosophical de la experiencia tiene en cuenta las
se ha reavivado, y refinado, el interés Exploration in Journal Form (1958). conexiones y continuidades; (5) en la
por este último tipo de examen. Se ha La filosofía de Marcel y Bugbee pue- acepción tradicional existe una antí-
clasificado la experiencia en varios ti- dé inclusive calificarse de "experien- tesis entre experiencia y pensamien-
pos: experiencia sensible, experiencia cialista". También insisten en la im- to, al revés de lo que ocurre en la
natural, experiencia científica, expe- portancia de la experiencia los filóso- nueva noción de experiencia, donde
riencia religiosa, experiencia artística, fos que siguen la tradición agustiniana no hay experiencia consciente sin
experiencia fenomenológica, experien- (por ejemplo, Johannes Hessen), los inferencia y la reflexión es innata y
cia metafísica, etc. etc. Se ha intenta- que continúan las ideas de Dilthey constante ( "The Need for a Recovery
do averiguar si hay algún tipo de (véase supra) y los que consideran que in Philosophy", en el volumen colec-
experiencia que sea previo a todos los la filosofía es, en último término, el tivo: Creative Intelligence, 1917).
demás. Se ha examinado si hay una "recubrimiento" conceptual de expe- Una de las cuestiones que se han
experiencia filosófica distinta de cual- riencias. debatido más a menudo en relación
quier otra forma de experiencia. Nos Entre los pensadores de lengua in- con la noción de experiencia es si hay
referiremos brevemente a estas dos úl- glesa han insistido sobre el carácter o no una experiencia filosófica propia,
timas cuestiones. decisivo de la experiencia William Ja- distinta de las demás, y usualmente
Al suponer que hay "datos inmedia- mes y John Dewey. James hace de la precediendo las demás. Según Ferdi-
tos de la conciencia" Bergson aceptó experiencia (en cuanto "experiencia nand Alquié (L'expérience, 1957, 2a
la posibilidad de una experiencia de abierta") el fundamento de todo sa- ed., 1961), no hay experiencia propia-
lo inmediatamente dado". Esta expe- ber (y de toda acción). El estar abierto mente filosófica; el filósofo debe re-
riencia primaria es la "intuición". Es a la experiencia hace posible, según flexionar críticamente sobre todos los
una experiencia análoga a lo que se James, evitar el universo "dado" pre- tipos de experiencia (sensible, inte-
había llamado anteriormente la "ex- ferido de los filósofos racionalistas. La lectual; moral, estética; física, religio-
periencia interna", pero no es sola- atención a la experiencia garantiza la sa, mística, metafísica) sin intentar
mente experiencia de sí, sino también atención constante a la realidad. De- unificarlas arbitrariamente en un sis-
de cuanto es dado sin mediación. wey ha tomado la noción de experien- tema conceptual. La experiencia es
Aunque Bergson no usa con frecuen- cia como el punto central alrededor para Alquié por lo pronto sólo el ele-
cia la noción de experiencia, su idea del cual gira el debate entre "la vieja mento de "receptividad pasiva" que
de la intuición equivale a una forma filosofía" y la "nueva filosofía". Se- se encuentra en todas nuestras expe-
—la forma básica— de la experiencia. gún Dewey, los contrastes más desta- riencias. Por eso se puede "otorgar al
Husserl admite asimismo una experien- cados entre la descripción ortodoxa término 'experiencia' un sentido exacto
cia primaria, anterior a la expe- de la noción de experiencia y la que y declarar que un hecho, una sen-
riencia del mundo natural: es la expe- corresponde a las condiciones actuales sación, una idea, una verdad son da-
riencia fenomenológica. Hay, en todo son los siguientes: (1) En la concep- das por la experiencia cuando son
caso, según Husserl, una "experiencia ción ortodoxa, la experiencia es consi- objeto de una comprobación pura con
pre-predicativa", que en ocasiones ha derada meramente como un asunto de exclusión de toda fabricación, de toda
identificado con el hecho de ser dados conocimiento, en tanto que ahora apa- operación y de toda construcción del
con evidencia los objetos individuales rece como una relación entre el ser espíritu" (op. cit., pág. 4). Pero como
(Erfahrung und Urteil, § 6). Pero vivo y su contorno físico y social; (2) la noción de experiencia que resulta
ninguna experiencia es aislada; toda en la acepción tradicional la experien- de esta definición es demasiado am-
experiencia se halla, por así decirlo, cia es, cuando menos de un modo pri- plia, es menester concretarla con una
alojada en un "horizonte de experien- mario, una cosa física, empapada de o varias de las formas conocidas de
cia". Los modos de la experiencia subjetividad, en tanto que la expe- experiencia, a través de las cuales se
pueden ser entendidos en relación con riencia designa ahora un mundo au- revela que "si se puede hablar de una
los diversos horizontes de la expe- ténticamente objetivo del que forman unidad de la experiencia, esta unidad
riencia. parte las acciones y sufrimientos de solamente puede aparecer como abs-
Las ideas anteriores sobre la expe- los hombres y que experimenta mo- tracta" (ibid., pág. 97). En las expe-
621
EXP EXP EXP
riencias efectivas se manifiestan los rienda moral, metafísica, religiosa, etc. tiene grados; en este caso la pruden-
elementos de separación y de dualidad La ausencia de claridad en el concept o cia es el primero o más bajo y la sabi-
(la oposición entre lo dado y las exi- ob ed ece a qu e con frecu en cia n o se duría el más alto. La exp eriencia de
gencias de la razón en la experiencia sabe si se está hablando de experiencia la vida se adquiere viviendo, pero ello
sensible; la contraposición entre el de- natural, objetiva o "externa" o de no quiere decir que sea una serie in-
ber y nuestras tendencias en la expe- "exp eriencia interna", y tampoco se conexa de experiencias: "la experien-
riencia moral; la dualidad entre lo sabe si la experiencia se refiere a entes cia de la vida tiene carácter unitario'
imaginario y lo real en la experiencia individuales, a modo de la realidad, a la (ibid ., pág. 3 5).
estética, y una dualidad fundamental realidad como tal e inmediatamente Para textos clásicos hasta Hegel, ver
—la de la conciencia y el ser— en la dada, etc. etc. Conviene, pues, indicar supra. — Sobre el concepto de expe-
esfera metafísica). Los positivistas no siempre de qué clase de experiencia se riencia en sentido empiriocriticista :
admiten tampoco —aunque por razo- trata, y en particular si se trata de Richard Avenarais, Kritik der reinen
nes distintas de las formuladas por experiencia externa o interna, de Erfahrung, 2 vols., 1888-1890. — Jo-
seph Petzoldt, Einfühmng in die Phi-
Alquié— que haya una experiencia experiencia pura (caso de ad mitirse su losophie der reinen Erfahrung, 2 vols.,
propiamente filosófica. Cuando ha- posibilidad) o no pura, de experiencia 1899-1904. — En sentido pragmatista
blan de experiencia la entienden úni- total o de experiencia particular. Una e instrumentalista: H. Reverdin, La
camente como "posibilidad de com- forma de experiencia de que han notion d'expérience d'après William
probación (objetiva, esto es, en la hablado algunos filósofos y James, 1913. — John Dewey, Expe-
realidad) de los juicios. Otros filóso- psicólogos es la llamada "experiencia rience and Nature, 1925, nueva ed.,
fos, en cambio, estiman que si no hay de la vida". Según Spranger (op. cit. 1929 (trad. esp.: La experiencia y la
una experiencia filosófica propia, la infra), esta exp erien cia es "un modo Naturaleza, 1948). — R. D. Mack,
filosofía no tien e ninguna razón de de confrontación con el material de la The Appeal to Immédiate Expérience:
Philosophie Method in Bradley, Whi-
ser. vida, en el que siempre está implicada tehead, and Dewey, 1945. — En sen-
El concepto de experiencia es uno una concreta identidad". La experiencia tido idealista: J. Β. Baillie, The Idea-
de los más vagos e imprecisos. En en cuestión "está relacionada siempre listic Construction of Experience,
algunas ocasiones no es menester acla- con quien la tiene y enuncia algo 1906. — R. D. Mack, op. cit. supra.
rarlo, porque lo que se quiere dar a acerca de él" (op. cit., pág. 23). La — En sentido metafísico-realista: S.
entender con el término 'experiencia' experiencia de la vida "no brota de los H. Hodgson, The Metaphysics of Ex-
es suficientemente comprensible. Así, meros objetos del aprend er, sin o qu e perience, 4 vols., 1898. — En sentido
por ejemplo, cuando Gilson mantiene su punto d e aparición se halla lógico-científico: Hans Reichenbach,
que hay una "unidad en la experien- precisamente en la conjunción del Experience and Prediction, 1938. —
En sentido fenomenológico: E. Hus-
cia filosófica", lo que quiere decir sujeto vivo con el mundo del noyó " serl, op. cit. supra. — A. de Wael-
simplemente es que la historia del (pág. 33). La experien cia de la vida, hens, La philosophie et les expérien-
pensamiento filosófico se halla dentro finalmente, no es registro de ces naturelles, 1961, especialmente
de un ámbito de experiencias comunes contenidos, sino valoración de conte- págs. 1-40. — Lud wig Land greb e,
a todos los filósofos, y estas experien- nidos (pág. 35). Según Julián Marías, Der Weg der Phänomenologie. Das
cias son expresadas por medio de in- "la experiencia de la vida es un saber Problem einer ursprüinglichen Erfah-
tereses comunes, problemas comunes, superior, qu e puede pon erse al lad o rung, 1962. — Sobre experiencia co-
etc. Tampoco es menester aclarar de- de los más altos y radicales" (op. cit. tidiana: Eino Kaila, Die perzeptuellen
masiado el concepto de experiencia infra, pág. 10). Es una experien cia und konzeptuellen Komponenten der
Alltagserfahrung, 1962 [Acta Philoso-
cuando se discute, por ejemplo, si la que, caso de ser presentada verbal- phica Fennica, fase. 13]. — Sobre
geometría se basa o no en la expe- mente, es objeto de narración y no de experiencia de la vida: E. Spranger,
riencia. En muchos casos, sin embar- explicación (ibid., 113-4). Es una ex- La experiencia de la vida (trad. esp.,
go, es necesario precisar lo que el periencia que se hace en soledad, pero 1949 [incluye otros escritos del mismo
filósofo entiende por experiencia. Al- "retirándose d e la convivencia". Es autor], — J. Marías, P. Laín Entralgo,
gunos filósofos han precisado el con- una experiencia en un contexto — y Azorín, J. L. L. Aranguren, R. Me-
cepto por medio de cierta interpreta- en una "h istoria". Es una exp erien- néndez-Pidal, Experiencia de la vida
ción de la experiencia (así ocurre, por cia "sistemática" — por cuanto "la vida 1960, especialmente J. L. L. Aranguren
ejemplo, con el concepto de "expe- humana es sistema". "La experiencia [págs. 21-46] y J. Marías [págs. 101-
33]. — Sobre experiencia y pen-
riencia pura" en el sentido de Avena- de la vida es. . . la forma no teórica de samiento: Johannes Volkelt, Erfahrung
rius [v.], de William James; o con el la razón vital, cuando se ap lica a la und Denken, 1886. — Cleto Carbo-
concepto de "sensibilidad" en el sen- totalidad de lo real, y n o a las cosas" nara, Pensiero ed esperienza, 1957. —
tido de Whitehead; o con la idea de (ibid., pág. 133). Según Aranguren Sobre experiencia e instinto: C. Lloyd
experiencia como experimentación en (misma obra infra), hay algo común a Morgan, Instinct and Experience,
sentido amplio, en el sentido de An- la experiencia de la vida y a la 1912. — Sobre experiencia y razón:
tonio Aliotta ). Otros filósofos, por des- sabiduría: el ser vividas ambas "d esde W. H. Walsh, Reason and Experience,
gracia, no han proporcionado claridad dentro". Pero exp erien cia de la vida 1947. — Sobre experiencia y substan-
sobre la noción de experiencia, a pesar y sabiduría no son estrictamente cia: D. H. Parker, Experience and
Substance, 1941. — Sobre la experien-
de haberla usado abundantemente. sinónimas: sólo lo son la experiencia de cia y la filosofía: Augusto Guzzo,
Tamp oco qu eda claro en la mayor la vida y la sabiduría de la vida (ibid., L'esperienza e la filosofía, 1942. —
parte de los casos qué se entiende por págs. 30-1). Puede estimarse qu e la Sobre experiencia interna: Adolf Pha-
experiencia cuando se habla de expe- exp erien cia d e la vida len, Beitrag zur Klärung der Begriffs
622
EXP
otros dos verbos que emplean estas
lenguas eslavas ( rastolkovat' y wytlo-
maczyc') expresan más bien la idea
de una traducción, significación que,
por lo demás, asume también el verbo
explicar, en francés, cuando se habla,
p. ej., de 'explicar un texto'." (De
l'explication dans les sciences, I.)
El problema de la explicación ha
sido examinado sobre todo al hilo
del contraste entre la explicación y la
descripción (ν.) ο la comprensión (v.).
Ya Leibniz afirmaba (Teodicée. Dis-
cours prel., § 5) que explicar y com-
prender difieren en principio, por
cuanto los misterios de la fe, por ejem-
plo, pueden explicarse, pero no com-
prenderse, y aun en la ciencia física
ciertas cualidades sensibles se expli-
can de un modo imperfecto y sin
comprenderlas. La diferencia entre ex-
plicación y comprensión ha sido dilu-
cidada en otro sentido por dos tenden-
cias filosóficas contemporáneas. Una,
constituida por Dilthey y los filósofos
de las ciencias del espíritu, según la
cual hay que distinguir rigurosamente
entre la explicación y la comprensión
( VÉASE ). La explicación es, según
ello, el método típico de las ciencias
EXPERIENCIALISMO. Véase EX- de la Naturaleza, que se preocupan
PERIENCIA. por la causa, en tanto que la com-
EXPERIMENTALISMO. Ver prensión es el método típico de las
ALIOTTA ( ANTONIO ). ciencias del espíritu, que se preocupan
EXPLICACIÓN. En un sentido ge- por el sentido. Otra, constituida por
neral, y ateniéndose a su etimología, positivistas y fenomenistas, según la
el término 'explicación' designa el pro- cual es menester distinguir entre la
ceso mediante el cual se des-envuelve explicación y la descripción. La pri-
lo que estaba envuelto, se hace pre- mera es considerada con frecuencia
sente lo que estaba latente. Al expli- como una especulación ilegítima sobre
car algo lo desplegamos ante la visión causas últimas; solamente la segunda
intelectual, con lo cual lo que apare- es admitida como auténtico método
cía oscuro y confuso aparece claro y de la ciencia.
detallado. Meyerson ha puesto de re- Entre las investigaciones sobre la
lieve que este sentido general del tér- explicación durante el presente si-
mino "explicación" se revela en varios glo que merecen atención particular
idiomas. "El italiano spiegare —escri- se hallan las de Meyerson, Lalande,
be dicho autor— es etimológicamente Brunschvicg, K. Popper., H. Feigl,
idéntico al verbo francés expliquer, y Cari G. Hempel, Paul Oppenheim, R.
el inglés to explain es tributario de B. Braithwaite y E. Nagel. Los tres
la misma imagen. El alemán erklären, primeros autores citados han subraya-
aclarar, esclarecer, iluminar, procede do la necesidad que la ciencia tiene de
de una imagen física diferente, pero la explicación. Oponiéndose al positi-
desemboca, finalmente, en una con- vismo y al fenomenismo, han indica-
cepción muy análoga, pues el aumento do —como lo ha expresado claramen-
de luz está evidentemente destinado te Meyerson— que la ciencia busca
a permitir la percepción de detalles las verdaderas causas de los fenóme-
que han podido escapar a un examen nos, y que la busca de estas causas
más superficial. A la misma figura del se hace posible mediante un proceso
aumento de iluminación recurren los de asimilación de la realidad a la
términos rusos y polacos obiasnif y razón constituyente (como proclama
objasnic', en tanto que los Lalande) o mediante un proceso de
EXP EXP
identificación (como señala Meyer- la otra es una serie de enunciados cación probabilística (o, mejor, expli-
son). Los autores restantes se han L1, L2 .. .Lr, que representa leyes caciones probabilísticas), donde las
ocupado más bien de precisar el sig- generales. A partir de esto se señalan premisas son lógicamente insuficientes
nificado de 'explicar' y, sobre todo, ciertas condiciones lógicas y empíri- para garantizar la verdad de lo que
de 'explicar causalmente'. Así, Popper cas para que una explicación sea debe ser explicado, pero donde pue-
ha indicado que 'explicar causalmente' adecuada. En términos generales, den alcanzarse enunciados "proba-
un proceso significa poder derivar Hempel y Oppenheim señalan que bles"; (3) Las explicaciones funcionales
deductivamente de leyes y condiciones estas condiciones son: (1) Condicio- o teleológicas, en las cuales se
concomitantes (a veces llamadas nes lógicas. (Rl.) El explanandum emplean locuciones tales como 'con
causas) una proposición que describe debe ser una consecuencia lógica del el fin de y otras similares y donde, en
tal proceso. En toda explicación hay, explanans. (R2.) El explanans debe muchos casos, se hace referencia a un
ante todo, una hipótesis o una contener leyes generales, y éstas de- estado o acontecimiento futuro en fun-
proposición que tiene el carácter de ben ser efectivamente requeridas ción del cual la existencia de una
una ley natural, y luego una serie de para la derivación del explanandum. cosa o el suceder de un acto resultan
proposiciones válidas solamente para (R3.) El explanans debe poseer con- inteligibles; (4) las explicaciones ge-
el caso considerado. La explicación tenido empírico, es decir, debe ser néticas, en las cuales se establece una
capaz, por lo menos en principio, de secuencia de acontecimientos mediante
causal está, pues, ligada a la
prueba mediante experimento u ob- la cual un sistema dado se transforma
posibilidad de pronosticar la en otro sistema (posterior en tiempo).
aparición de fenómenos. Como puede servación (condición implícita en
Hay algo de común en todos estos tipos
advertirse, este análisis —lo mismo Rl). (2) Condiciones empíricas. (R4.)
de explicación: el hecho de que en
que los que señalaremos a continua- Las sentencias que forman el expla- todos ellos se intenta responder a la
ción— no se basa en una oposición a nans deben ser verdaderas. Con esto pregunta "¿por qué?" ("¿por qué algo
la descripción, pues considera a ésta se evitan, según Hempel y Oppen- es como es?" o "¿por qué sucede algo
como formando parte del proceso ex- heim, ciertas consecuencias, que in- como sucede?"). Nagel coincide en
plicativo. Con esto se abandonan an- citarían a afirmar en un estadio de este punto con Meyerson, en tanto que
teriores simplificaciones, que se limi- la ciencia la verdad de una expli- admite la posibilidad de "explicación
taban a reducir la explicación a la cación y a pronunciarse luego acerca verdadera" en las ciencias en vez de
indicación del "porqué" y a contras- de su falsedad o, si se quiere, a considerar que las ciencias se limitan a
tarla con la descripción en tanto que afirmar sucesivamente su corrección presentar descripciones, esto es, a
indicación del "cómo". El peligro de e incorrección. Finalmente, R. B. responder a la pregunta "¿cómo?" El
esos análisis reside en que las defini- Braithwaite ha propuesto una teoría hecho de que no todas las
ciones presentadas sean tan estrechas de la explicación basada en una con- explicaciones sean de naturaleza
y rígidas que acabe por olvidarse toda cepción de la ciencia como modo de deductiva no significa que no sean
distinción entre la explicación y la ordenar coherentemente nuestras ex- auténticas explicaciones; ocurre sólo
comprensión. El operacionalismo ex- periencias. Ahora bien, esta ordena- que en muchas de las explicaciones
tremo, sobre todo, incurre en este ción coherente no consiste tan sólo científicas las consecuencias no pue-
defecto. Para oponerse a él H. Feigl en el establecimiento de ciertas leyes den derivarse simplemente de un mo-
propone que la explicación sea defi- que reúnan un cierto número de he- do formal de las premisas. Aun las
nida como "la derivación inductivo- chos y los expliquen. Las leyes cien- ciencias que más se aproximan al
deductiva o (en niveles superiores) tíficas y explicativas están organizadas modo deductivo (como la física teó-
hipotético-deductiva de proposiciones en una jerarquía, según la cual hay rica) requieren enunciados singulares
más específicas (últimamente des- leyes primarias que explican hechos por medio de los cuales se establecen
criptivas) a partir de supuestos más observados, leyes secundarias, o leyes las condiciones iniciales de un sistema.
generales (leyes, hipótesis, postula- de leyes, que explican conjuntos de Para las obras de Dilthey, Meyerson,
dos teóricos) en conjunción con otras leyes primarias, leyes terciarias, o le- Lalande y Brunschvicg, véanse las
proposiciones descriptivas (y frecuen- yes de leyes, que explican conjuntos bibliografías de los artículos sobre
temente junto con definiciones)". de leyes secundarias, y así sucesiva- estos autores. Las tesis de Popper, en
Por su lado, Carl G. Hempel y mente (los términos 'primario', 'se- Logik der Forschung, 1935, especial-
Paul Oppenheim han propuesto un cundario' y 'terciario' son nuestros). mente págs. 29 y sigs. Trad. inglesa
modelo esquemático umversalmente Con ello se refina el concepto de ex- con numerosos nuevos apéndices: The
válido de explicación científica. Se- plicación y se hace posible ver que Logic of Scientific Discovery, 1959.
gún el mismo, toda explicación se ciertas leyes que reúnen entre sí con- Trad. esp.: La lógica del descubri-
divide en dos elementos constitutivos ceptos muy generales puedan ser con- miento científico, 1960 (lo caracterís-
principales: el explanandum (o sen- sideradas como explicativas y no sólo, tico de una proposición científica, se-
según argüían los positivistas del siglo gún Popper, es la "falsicabilidad" más
tencia que describe el fenómeno que
XIX, como especulativas. bien que la "verificabilidad"). Las te-
deberá ser explicado) y el explanans sis de Feigl, en "Some Remarks on
(o clase de sentencias que tienen Ernest Nagel ha investigado las di- the Meaning of Scientific Explana-
que dar cuenta del fenómeno). Este ferencias fundamentales en explicacio- tion", The Psychological Review, XLV
último ingrediente contiene dos sub- nes científicas, indicando que hay (1948). Las de Hempel y Oppenheim,
clases: una de ellas contiene ciertos cuatro tipos de explicación: (1) las en "Studies in the Logic of Explana-
enunciados C1 C2 ... Ck, que señalan que siguen el modelo deductivo ( como tion", Philosophy of Science, XV
condiciones específicas antecedentes; en lógica y matemática); (2) la expli- (1948), 136-8. Las de Braithwaite, en
624
EXP
(Descartes), el tratado more geomé- idea y expresión como la más plausi-
trico (Spinoza), el ensayo (Mon- ble. La historia nos muestra gran mul-
taigne, Locke, Hume), los aforismos tiplicidad de formas de expresión. Nos
(Francis Bacon, moralistas en general, indica, además, como señala María
Nietzsche, Wittgenstein), los pen- Zambrano, que cuando tiene lugar
samientos (Pascal, aun considerando una crisis, ésta se extiende tanto a
un "azar" el no haber sido desarro- los pensamientos como a sus formas
llados), el diario filosófico (Maine (de donde, según dicha autora, la ne-
de Biran, Kierkegaard, Gabriel Mar- cesidad de rescatar formas olvidadas,
cel), la novela (Unamuno), etc., etc. humildes, menores, sin admitir que
La mayor parte de los autores citados sólo son filosóficas las ideas expresa-
han usado también otras formas de das en forma sistemática y "acadé-
expresión y exposición (San Agustín mica"). Ahora bien, nuestra tesis no
no se limitó a las confesiones ni Des- se limita a ello; afirma que hay una
cartes a la autobiografía intelectual), continua oscilación entre la separa-
pero son tan características de una ción completa (teoría creativo-abso-
parte fundamental de sus respectivas lutista) y la unión completa (teoría
filosofías que se plantea un problema: historicista) de forma y materia en
el de la relación entre contenido la filosofía. Una y otra teoría son la
(idea) y forma (expresión, exposi- expresión de dos conceptos-límites,
ción). Puede formularse así: "¿Se no de dos realidades. Lo que hay, en
halla la expresión ligada al conteni- efecto, es una realidad —la filoso-
do?" La mayor parte de los filóso- fía— en la cual a veces se manifiesta
fos han contestado —implícita o ex- una separación y a veces una casi
plícitamente— a tal pregunta de un completa identificación entre forma y
modo afirmativo. Si no han sostenido contenido. Lo primero suele tener lu-
que a cada tipo de doctrina co- gar en épocas de crisis; lo segundo,
rresponde una determinada forma de en épocas más estables.
expresión (lo cual es muy problemá- La cuestión de las formas de expo-
tico y totalmente inadmisible en el sición filosófica no queda agotada
caso de "formas" como la del "sis- con las indicaciones anteriores. El es-
tema", que abarcan diversos modos tudio de tales formas es asunto más
expresivos), por lo menos es cierto complejo. No se reduce a la enume-
EXPLICATIO. Véase DISPUTACIÓN, que han adoptado para exponer sus ración de las citadas —tratados, guías,
EVOLUCIÓN, EXPLICACIÓN, EXPRE- pensamientos aquellos géneros que epístolas, etc.—, sino que incluye el
SIÓN. mejor encajaban con las formas ge- estudio de formas más generales.
EXPOSICIÓN (EXPOSITIO). nerales de su pensar o con las más Como ejemplo de ellas indicamos la
Véase DISPUTACIÓN. EXPOSITIO vigentes en su tiempo. Ello es obvio tesis de Hegel, según la cual la filo-
(EXPOSICIÓN). en los estoicos nuevos o en los su- sofía es como un círculo dentro del
Véase DISPUTACIÓN. mistas medievales. Una filosofía cual están inscritos subcírculos que
EXPRESIÓN. Tratamos en este ar- exhortativa como la primera no puede constituyen sus "partes" (no, pues,
ticulo (I) de las formas de expresión adoptar el tratado magistral; una como un agregado de partes, pero
y, por lo tanto, también de exposi- filosofía omnicomprensiva como la de tampoco como un organismo que po-
ción de las filosofías, (II) del signi- los segundos no puede utilizar la dia- see miembros, pues los círculos ins-
ficado del término 'expresión' en la triba. Sin embargo, algunos otros filó- critos son a su vez "organismos de
semiótica y en la lógica y (III) de la sofos niegan que haya acuerdo entre pensamientos"). Como señala Her-
expresión en estética. Sobre el sentido pensamiento y forma de expresión o mann Glöckner, cada una de las "par-
de 'expresión' en una "metafísica ge- exposición. Entre ellos destacamos a tes" es un momento necesario del
neral de la expresión", véase NICOL Bergson. La teoría bergsoniana de la todo, "de modo que el sistema de
(EDUARDO). intuición filosófica supone la indepen- sus elementos particulares constituye
I. Formas de expresión en filosofía. dencia de la expresión con respecto a la entera idea que a su vez aparece
Estas formas son y han sido muy la idea (o a la "intuición"), pues la en cada uno". Esta forma de filo-
variadas. He aquí algunas: el poema primera no es más que la "cascara ac- sofar puede ser común a varios "gé-
(Parménides, Lucrecio), el diálogo cidental" de la segunda. De acuerdo neros". De hecho, habría que distin-
(Platón, Berkeley), el tratado o las con ello, una misma idea puede ser guir entre "géneros" y "formas". En
notas magistrales (Aristóteles), la expresada de muy diversas formas. Es este artículo nos referimos principal-
diatriba (cínicos), la exhortación y comprensible, pues, que para Bergson mente a los primeros. En el artículo
las epístolas (estoicos), las confesio- el filósofo quede en "libertad" para perifilosofía (VÉASE) tratamos sobre
nes (San Agustín), las glosas, co- expresar su idea del mejor modo que todo las segundas. Información com-
mentarios, cuestiones, disputaciones, pueda. plementaria sobre el problema dilu-
sumas (escolásticos), la "guía" (Mai- Nosotros consideramos la opinión cidado en el presente artículo se halla
mónides), la autobiografía intelectual de que hay una cierta relación entre en Aforismo, Diatriba, Disputación,
625
EXP EXP EXT
Suma (VÉANSE). El artículo sobre la mas o reglas de carácter objetivo. En E. Grassi] (de Archivio di filosofía,
disputación contiene, además, refe- suma, la expresión sería entonces sim- 2). — Eugenio Pucciarelli, "La filo-
rencias a otros modos de expresión plemente la imitación ( VÉASE). Para sofía y los géneros literarios", Cuader-
y exposición (por ejemplo, las "cues- evitar esta objetivización de la expre- nos filosóficos [Rosario], N° 1 (1960),
9-21. — E. Nicol, E. Souriau, J. J.
tiones"). Véanse también METÁFORA y sión, se ha dicho que la expresión es Fisher, W. Tatarkiewicz, A. T. Ima-
OBRA LITERARIA. siempre y en todos los casos de índole michi, L. Formigari, artículos en el
Recordemos que Alexander Baum- subjetiva; dependiendo de la experien- número titulado "L'Expression", de
garten (v. ) llama enfaseología a la cia estética y de sus numerosas varia- Revue Internationale de Philosophie,
teoría de la expresión, como parte de ciones. En este último caso se ha li- Ν° 59 (1962), 3-115.
la "filosofía práctica". gado la expresión con la imaginación Para el uso de expresión en senti-
II. El término 'expresión' en la se (Vico, Herder y, en general, los auto- do (II), véanse textos de lógica, se-
miótica y en la lógica. Se suele usar res "románticos"). mántica y semiótica en bibliografías
este término para designar una se Se ha discutido asimismo, especial- de artículos sobre estos conceptos.
rie de signos de cualquier clase mente en la estética contemporánea, ÉXTASIS. Según É. Gilson (La
dentro de un lenguaje escrito. Ejem en qué relaciones se halla la expre- théologie mystique de Saint Bernard,
plos de expresiones son: 'Buenos Ai sión con la intuición — en un sentido 1934, pág. 27, nota), el término 'éxta-
res es la capital federal de Argentina", semejante al debatido en (I). Al- sis' (en cuanto término "técnico")
"Venus es un planeta que', 'p ⊃ q', gunos autores han distinguido riguro- parece haber sido introducido en el
'175', 'Regg tiel up'. Como se puede samente entre ambas; según ellos, la vocabulario cristiano por Tertuliano
ver, es indiferente que una expresión intuición (artística) puede manifes- (Adversus Marcionem, IV, 22). Tertu-
tenga o no significación dentro de tarse en muy diversas expresiones. liano manifiesta deberlo a los griegos.
un lenguaje dado. Solamente una Otros autores han declarado que in- 'Éxtasis' significa "fuera de la propia
condición es necesaria para que pue tuición y expresión son lo mismo. Se razón por gracia divina", amentia.
da hablarse de una expresión: que ha destacado entre los últimos Croce Plotino y los neoplatónicos hicieron
tenga o pueda tener una forma li al escribir en su Aesthetica in nuce uso del concepto de éxtasis acaso con
neal. Así '341' no es una expresión que "la intuición es expresión y nada mayor frecuencia que cualesquiera
antes más —nada más y nada menos— que otros filósofos griegos. De los neopla
a menos que se reduzca a una for- expresión". Según ello, en arte no hay tónicos deriva la significación de 'éx-
ma lineal. Parece oponerse a esta con- propiamente sentimientos; el arte es la tasis", e)/k-stasij (=
dición el hecho de que ciertos sig- expresión de los sentimientos (o, si se "desplazamiento", "perdida"), como
nos no aparecen linealmente en al- quiere, los sentimientos en tanto que salida de sí mismo, abandono de los
gunas expresiones. Así, '2' en 'n2 ' y expresados ). lazos que unen el "sí mismo" —la
el acento ' ´ ' en 'vendré' no están or- Las discusiones sobre el significado conciencia, el yo, el espíritu— a
denados en la forma requerida. Sin de la expresión en estética se han re- lo material, y el traslado del alma
embargo, pueden reducirse a forma lacionado a veces con el problema de a una región en que se pone en
lineal, esto es, a una serie de signos la expresión de las emociones. Nos he- presencia directa de Dios o, según la
cada uno de los cuales ocupa un lu- mos referido brevemente a este último filosofía sustentada, de lo inteligible.
gar determinado. Es frecuente en la punto en el artículo Emoción. El éxtasis es por ello el estado que,
semiótica y en la lógica llamar 'expre- La cita de María Zambrano proce- mediante el entrenamiento ascético y
sión' a cualquier secuencia de signos de de su artículo "La 'Guía', forma la purificación, permite, como decía
en orden lineal o reducible al orden del pensamiento", en Hacia un saber Plotino, un "contacto" con lo
lineal cuando se quiere evitar el em- sobre el alma (1950), 50-70. Para divino. Esta salida de sí no
Bergson, véase sobre todo La pensée significaba, empero, para Plotino y,
pleo de un vocablo más específico, tal et le mouvant, págs. 117-42; para Cro-
como 'fórmula', 'proposición', etc. en general, el neoplatonismo, la
ce, sus textos de estética. La cita de supresión de todo lo racional para
Aunque no puede considerarse co- Glöckner procede del Hegel-Lexikon,
mo únicamente de naturaleza semió- I (1935), en Hegels Werke, XXXII, sumergirse en la irracionalidad; lo que
tica, el concepto de expresión tal pág. xix. — Véanse también José Fe- el éxtasis alcanzaba era más bien un
como ha sido usado por Husserl es rrater Mora, "De la expresión filosó- elemento supra-racional para llegar al
como el cuadro lingüístico susceptible fica", en Variaciones sobre el espíritu, cual el pensar racional constituía una
1945, págs. 71-101. — Julián Marias, de las principales vías de acceso. Pero
o no de "cumplimiento" por medio de "El género literario en filosofía", La
una significación. Nos hemos referido el éxtasis, a la vez, colocaba al
Torre, 4 (1953), 11-39, reimp. alma en una situación en la cual
a este punto en el artículo Fenome- Ensayos de teoría ( 1954 ) y en Obras
nología. completas, IV (1959), 317-40. — D. todo decir y enunciar resultaban
Wendland, Ontologie des Ausdrucks, insuficientes. El éxtasis podía llegar
III. La expresión en estética. Se ha
1957 [Forschungen zur neueren Phi- hasta la pura supra-racionalidad, pero
discutido muchas veces en qué rela losophie und ihrer Geschichte, N. F. tenía que prescindir de toda
ción se halla un contenido estético 12]. — P. Burgelin, E. Castelli, H. envoltura verbal, todavía inmersa en
con la expresión del mismo. Esta ex Gouhier, R. Klein, F. Lombardi, P. lo sensible. El éxtasis era, en suma, la
presión ha sido a veces identificada Prini, R. Pucci, G. Semerari, La dia- perfecta contemplatio. En los místicos
con la forma. Pero como la forma tie ristica filosófica, 1959 [sobre "Diarios
filosóficos", "Confesiones" y "Auto- medievales, el éxtasis era definido
ne un carácter universal se ha objeta habitualmente como un raptus men-
do que en tal caso hay que identificar biografías" intelectuales, con fragmen-
tos de G. Marcel, J. Guitton, E. Paci, tis. La "mente" quedaba "arrebata-
la expresión con un conjunto de nor-
626
EXT
da" en el éxtasis al alcanzar el último Napoleón no haya existido. Lo mis- último es una realidad cuya propiedad
grado de la contemplación, el grado mo podría decirse, a su entender, del es el "ser extenso". También se ha
en que cesaba toda operación de éxtasis de los místicos. distinguido entre 'extensión' y 'espa-
las potencias inferiores. Ahora bien, En un sentido distinto Heidegger cio', empleándose el primer vocablo
mientras la mistica helenística paga- ha utilizado el término 'éxtasis' al en sentido metafísico y el segundo en
na suponía, por lo menos implícita- referirse a los "éxtasis de la tempo- sentido físico. Muchos escolásticos
mente, que el estado de éxtasis es ralidad", es decir, a los fenómenos consideran que la extensión es una
alcanzado por un esfuerzo total del del pasado, presente y futuro que cierta propiedad del cuerpo que hace
alma, la mística cristiana, tanto la resultan de la "salida de sí misma" posible para este último ocupar un
de inspiración griega como latina, de la temporalidad originaria. Los cierto espacio. En este caso, el espacio
admitía que, después de la "lucha éxtasis temporales surgen, por lo tan- aparece como una especie de recep-
con Dios", era necesaria alguna gra- to, cuando la temporalidad se tem- táculo en el cual se hallan los cuerpos
cia divina para que el éxtasis fuese poraliza en sus propias manifesta- naturales en tanto que "cuerpos ex-
posible: el alma no se bastaba, pues, ciones, cuando se hace propiamente tensos". Los escolásticos han distin-
totalmente a sí misma. temporal lo que era "temporario". guido entre varios modos de decirse
Santo Tomás indica que puede ha- Jean-Paul Sartre ha retomado la doc- la extensión. La extensión puede ser
blarse del raptus de dos modos. Con trina heideggeriana de los éxtasis extrínseca (o externa) —posición de
respecto al término mismo, no perte- temporales. Pasado, presente y futuro las partes de un cuerpo en el espacio,
nece a la potencia apetitiva, sino sólo se explican primariamente como éx- de la que resultan volumen y tama-
a la cognoscitiva. Con respecto a su tasis temporales, es decir, por las ño—; intrínseca (o interna) —posi-
causa, puede tenerla en el poder ape- tres dimensiones de la temporalidad ción de las partes de un cuerpo rela-
titivo. Además, ejerce un efecto sobre en las cuales surge el "para sí" como tivamente unas a otras independiente-
el poder apetitivo, por cuanto un ser que está destina d o a p oseer mente del espacio en que el cuerpo
hombre puede deleitarse en las cosas su ser bajo la forma "diaspórica" de se halla—; y virtual — situación de
que lo "arrebatan" ( S. theol., II-IIa q. la temporalidad. puntos-fuerzas en el espacio determi-
CLXXV a 2). El "rapto" o "arrebata- Sobre éxtasis en sentido psicológico e nada por las fuerzas y movimientos
miento", además, añade algo al éxta- histórico-social: J. Beck, Die Extase, de un cuerpo dado. No pocos autores
sis. Este último significa una simple ein Beitrag zur Psychologie und modernos (Descartes, Spinoza, Leib-
"salida de sí", en tanto que el raptus Völkerkunde, 1906. — Pierre Janet, niz) han tendido a usar las expresio-
denota "una cierta violencia en la ac- De l'angoisse à l'extase. Études sur nes 'extensión' y 'cosa extensa" (res
les croyances et les sentiments, 2
ción" (ibid., ad 1). vols., 1926. — Sobre éxtasis en extensa) con preferencia al término
El problema del éxtasis ha sido sentido místico y religioso: A. Ha- 'espacio'. A veces la extensión ha sido
tratado modernamente desde un pun- mon, art. Extase, en el Dictionnaire considerada como la continuidad en
to de vista psicológico, como algo de Théologie catholique, de Vacant- el espacio (Leibniz). A veces, final-
que puede ser "causado" por agentes Mangenot-Amann, t. V, 2, col. 1871- mente, se ha concebido la extensión
extemos; habría en este caso una 1896. — M. Laski, Ecstasy. A Study como determinada topológicamente, a
especie de "reduccionismo" de los of Some Secular and Religious Expe- diferencia del espacio que se ha con-
estados extáticos. Tal opinión ha sido riences, 1961. — Sobre éxtasis en el cebido determinado numéricamente.
sentido de Heidegger y Jean-Paul Sar- Los problemas relativos a la natu-
naturalmente combatida por los teó- tre, véanse las obras principales (Sein
logos católicos, quienes consideran und Zeit, L'Être et le Néant, res- raleza de la extensión, realidad o idea-
que si el éxtasis puede ser "causado", pectivamente) de estos dos filósofos. lidad de la misma, y otros problemas
ello no obsta para la posibilidad de EXTENSIÓN. El término 'extensión' similares, han sido dilucidados en el
una concepción enteramente espiri- se entiende sobre todo de dos artículo sobre la noción de Espacio
tual de este estado. De este modo maneras. ( VÉASE [véase también LUGAR] ).
se rechazan las concepciones sobre el En primer lugar (1) designa la cua- En segundo lugar (2) se llama
éxtasis tal como han sido desarrolla- lidad de lo extenso, es decir, el carác- extensión de un concepto a los ob-
das por William James en su libro ter de la situación de algo en el espa- jetos que caen bajo el concepto. La
acerca de las variedades de la expe- cio. Las cosas extensas son las cosas extensión se halla en relación inversa
riencia religiosa, aun cuando hay que que ocupan espacio, pero, a su vez, el a la comprensión ( VÉASE), esto es, a
tener en cuenta que James no pre- espacio es considerado como "algo que mayor comprensión corresponde me-
tendía en principio sostener un re- tiene extensión". La extensión como nor extensión y viceversa. Sin em-
duccionismo psicof isiológico y se acer- carácter fundamental del espacio ha- bargo, el "caer bajo el concepto" de
caba mucho a la posterior opinión ce de éste la cosa extensa por excelen- los objetos no significa que la exten-
bergsoniana según la cual los estados cia, conduciendo, así, desde la distin- sión de un concepto, desde el punto
extáticos pueden inclusive, llevando ción apuntada, a una identificación, de vista estrictamente lógico, quede
las cosas al extremo, ser causados u habitual en el lenguaje vulgar, entre representada por la cantidad de los
ocasionados por agentes externos o espacio y extensión. En este caso, objetos. Esta cantidad es empírica y
"trastornos" patológicos, pero sin que todo lo que hemos dicho acerca del puede variar según el número de
ello signifique que sean siempre ex- espacio ( VÉASE) corresponderá tam- objetos existentes en un momento da-
plicados por ellos. El hecho de que bién a la extensión. Sin embargo, a do. En cambio, la extensión lógica
haya locos que creen ser Napoleón veces se ha distinguido entre exten- es constante, tiene una dimensión
no significa, señala Bergson, que sión y espacio, estimándose que este determinada. La extensión lógica
627
EXT EXT EXT
está constituida, según dice Pfänder, dadero, etc. (Cfr. Quine, Methods of distintamente. Aquí usaremos el voca-
"por aquellos objetos que, cayendo Logic, §§ 12, 17, 24). blo 'exterior', pero advirtiendo que en
bajo el concepto, no están expuestos Uno Je los problemas hoy día ya muchos casos hubiéramos podido asi-
a las modificaciones del mundo real". clásicos relativos a la noción lógica mismo emplear el vocablo 'externo'.
Tales objetos son los objetos espe- de extensión es el que fue planteado En la literatura filosófica se encuen-
cíficos y genéricos, esto es, sólo los por Frege al hacer su famosa pro- tra, por ejemplo, la expresión 'mundo
conceptos de especie y género tienen puesta de que hay predicados que externo" tan frecuentemente como la
una extensión. La afirmación de la tienen la misma extensión (Bedeu- expresión 'mundo exterior'.
relación inversa entre el contenido o tung, denotación) y, en cambio, di- 'Exterior' se usa comunmente en
comprensión y la extensión es, por lo fieren en su significación (Sinn). El sentido espacial. X es exterior a Y
tanto, una fórmula inexacta, pues "en ejemplo dado por Frege es: los pre- porque se halla en distinto lugar que
primer lugar, ello equivale a admi- dicados '(es la) estrella matutina' y Y. A la vez, el espacio es considerado
tir la disminución y aumento de un '(es la) estrella vespertina'. Cada uno en sí mismo como algo "exterior",
contenido sin la referencia necesaria de estos predicados tiene una signi- porque cada una de sus "partes" es
a las circunstancias ontológicas de ficación propia, pero ambos tienen la exterior a cualquier otra parte; el es-
las especies de que se trata, y en se- misma extensión: la estrella Venus. pacio es partes extra partes. Sin em-
gundo lugar no se tiene en cuenta En el artículo sobre la noción de si- bargo, es posible usar el vocablo 'ex-
que las dimensiones de la extensión, nónimo (VÉASE) hemos indicado que, terior' sin darle sentido espacial. Por
tales como están determinadas por el según Nelson Goodman, dos predi- ejemplo, puede decirse que lo tras-
número de las especies inferiores, de- cados son sinónimos cuando tienen la cendente es exterior a lo inmanente.
penden del modo de ser de las espe- misma extensión. Ello parece echar Tomado en su sentido más general, lo
cies de que se trata y del número por tierra la distinción de Frege, exterior es definido como el "ser fuera
de las especies ínfimas que entren pues ocurriría entonces con los pre- de. . .". Metafísicamente, lo exterior
en las especies a que se hace refe- dicados antes mencionados lo mismo es definido como el "ser fuera de sí", a
rencia" (Lógica, II, 5). que con los términos 'centauro' y diferencia de lo interior (o, mejor,
En la lógica contemporánea es co- 'unicornio': que, al tener la misma íntimo), caracterizado como un "ser
rriente entender la extensión de un extensión, tendrían la misma signifi- para sí mismo".
término como la clase de los objetos cación. Para obviar este inconveniente, En teoría del conocimiento y en
de los cuales el término es verdadero Goodman propone una distinción entre metafísica se ha planteado el llamado
(a veces se dice "como la clase de la extensión primaria y la extensión "problema de la existencia del mundo
los objetos denotados por el térmi- secundaria. La primera es la exterior". Es el problema de si existe
no"). Por ejemplo: la extensión del extensión de un predicado por sí tal mundo independientemente de un
término 'español' es la clase de los mismo; la segunda, la extensión de "sujeto" y de si puede probarse con-
españoles; la extensión del término cualquiera de sus compuestos. Por cluyentemente su existencia. La inde-
'sirena' es la clase nula. Algunos au- ejemplo, hay 'cuadros de estrella ma- pendencia en cuestión no significa
tores proponen que el término sea tutina" que no son 'cuadros de estrella que el mundo exterior se halle en "un
considerado como el nombre de su vespertina' y viceversa. La extensión lugar distinto" del que "ocupa" el
extensión, pero varios lógicos (como primaria de '(es la) estrella matutina' "sujeto". La relación entre el "sujeto"
Carnap y Quine) indican que ello y '(es la) estrella vespertina" es la (sea metafísico, sea gnoseológico) y el
no es necesario, pues entonces se evita estrella Venus. Pero 'cuadros de mundo exterior se determina aquí por
suponer la existencia de los objetos estrella matutina' y 'cuadros de es- medio de los conceptos de trascenden-
abstractos llamados clases. Si, trella vespertina' son extensiones se- cia e inmanencia. El "sujeto" de que
siguiendo a Quine, se lee 'denota' cundarias, que permiten explicar la se habla no es necesariamente un "su-
como 'es verdadero de" entonces pue- diferencia de significación entre los jeto psicológico"; es un sujeto meta-
de decirse que la noción de exten- dos citados predicados. Lo mismo físico, o un sujeto gnoseológico.
sión de un término puede aplicarse cabe decir de otros términos o de El problema de la relación, o rela-
asimismo a sentencias abiertas tales otros predicados para los cuales pue- ciones, entre un sujeto gnoseológico y
como 'x es un español', 'x = x', etc., den forjarse otras extensiones secun- el "mundo exterior" ha sido dilucidado
pues la extensión de una sentencia darias. en el artículo Conocimiento ( VÉASE).
abierta será la clase de todos los ob- Para la extensión en el sentido ( 1) Agreguemos aquí que este problema
jetos de los cuales la sentencia abierta véase la bibliografía en el artículo. consiste en un cierto número de
es verdadera. También se podrá ESPACIO. Además: J. Durand-Doat,
cuestiones, tales como las siguientes:
aplicar la noción de extensión a pre- Essai sur l'étendue, 1928.
"¿Es el mundo exterior independiente
dicados cerrados (o predicados sin EXTERIOR. Dícese de algo que es de su ser conocido?", "¿Cómo puede
variables libres); la extensión de un exterior cuando se halla fuera de algo tenerse una seguridad completa de
predicado cerrado con una letra ar- dado. 'Exterior' significa, pues, "fue- que hay un mundo exterior?", "¿Está
gumento será la clase de todas las ra", "fuera de". Se dice de algo que el conocimiento del mundo exterior
cosas de las cuales el predicado es es externo cuando se manifiesta al determinado, cuando menos en parte,
verdadero; la extensión de un pre- exterior. Los sentidos de 'exterior' y por un sistema de conceptos 'impues-
dicado cerrado con dos letras argu- 'externo' se hallan íntimamente rela- tos' (o, mejor, 'sobreimpuestos') por,
mentos será la clase de todos los pa- cionados. En filosofía suelen emplear- el sujeto?" Como ejemplos clásicos
res de los cuales el predicado es ver- se los dos términos casi siempre in- del modo de plantear el problema del
628
EXT EXT EXT
mundo exterior pueden citarse los de blema metafísico (Cfr. infra). Otras Algunas de las doctrinas idealistas
Descartes, Berkeley y Kant. En general, son exclusivamente gnoseológicas. Lo metafísicas son a la vez idealistas gno-
dos tesis se han enfrentado en lo que mismo que sucede con el realismo, seológicas [o epistemológicas] (como
toca a la cuestión gnoseológica del también el idealismo en algunas de ocurre con Berkeley), pero no todas
mundo exterior: el realismo y el sus formas se acerca a la doctrina las doctrinas idealistas gnoseológicas
idealismo, con numerosas posiciones "contraria". Debe advertirse que así son idealistas metafísicas (como ocu-
intermedias. El realismo ( VÉASE) sos- como la mayor parte de las doctrinas rre con Kant). La mayor parte de las
tiene que hay un mundo exterior in- llamadas "idealistas metafísicas" deri- doctrinas realistas metafísicas son a la
dependiente del sujeto cognoscente, van de un cierto modo de entender vez realistas gnoseológicas. En ciertos
pero hay muchos modos de sostener los predicados 'existe', 'existe indepen- casos es muy difícil deslindar lo que
esta "independencia": puede afirmarse dientemente de', etc., la mayor parte hay de metafísico de lo que hay de
que lo que en verdad hay es lo que se de las doctrinas llamadas "idealistas gnoseológico en una doctrina idealista
llama "mundo exterior" o "las cosas" y gnoseológicas" derivan de un cierto o realista. Esas expresiones —'inma-
que no solamente tal mundo es modo de entender los predicados 'exis- nente a', 'trascendente a', 'contenido
trascendente al sujeto, sino que el lla- te como objeto conocido', 'no existe de', etc.— son con frecuencia las mis-
mado "sujeto" es simplemente una independientemente de. .. como obje- mas, y son parecidas también las de-
parte del mundo que se limita a reflejar to conocido', etc. finiciones ofrecidas de las correspon-
éste y a actuar sobre él; puede El problema gnoseológico no puede dientes doctrinas. Por este motivo se
afirmarse que el mundo exterior existe siempre deslindarse fácilmente del ha planteado a veces la cuestión de si
y es tal como existe; puede sostenerse problema metafísico. Mucho de lo que es posible distinguir completamente
que existe, pero que su realidad "en sí" hemos dicho sobre el primero podría entre el idealismo metafísico y el idea-
es incognoscible, siendo cognoscibles aplicarse al segundo. Diremos, sin lismo gnoseológico, y entre el realismo
sólo las "apariencias" de tal mundo; embargo, algunas palabras más sobre metafísico y el realismo gnoseológico.
puede sostenerse que existe y que el último. Las dos principales doctri- En la medida en que una teoría del
puede ser conocido como es con tal nas que se han enfrentado al respecto conocimiento presupone una metafísi-
que se examine críticamente el han recibido asimismo los nombres de ca, y a la inversa (Nicolai Hartmann),
proceso del conocimiento, etc. etc. En "idealismo" y "realismo" (metafísicos), la distinción resulta imposible. Pero
vista de la diversidad de tales posicio- con numerosas variantes. Según el el mismo hecho de que se habla de
nes, suele agregarse algún adjetivo al idealismo, el mundo exterior —o, en "elementos metafísicos" y de "elemen-
nombre 'realismo': el realismo es in- general, "el mundo"— es inmanente tos gnoseológicos" que se implican
genuo, crítico, trascendental, etc. etc. (ontológicamente) al sujeto, al yo, al mutuamente permite suponer que cier-
Además, algunas de las posiciones lla- espíritu, a la conciencia, etc. El idea- ta distinción por lo menos es practi-
madas "realistas" se aproximan a algu- lismo extremo sostiene que el mundo cable.
nas de las posiciones llamadas "idea- es "producido" o "engendrado" por el Debe observarse que cada una de
listas", cuando menos las "idealistas sujeto, yo, etc., pero aun así no debe las doctrinas en cuestión, además de
moderadas". El idealismo (v.), a su imaginarse que tal idealismo sostiene ofrecer numerosas variantes, se com-
vez, mantiene que el mundo exterior que el sujeto produce el mundo al bina con otras doctrinas metafísicas u
no es independiente del sujeto cog- modo como se "producen" las cosas. ontológicas en diversas medidas. Así,
noscente, pero hay asimismo muchos El idealismo moderado mantiene que por ejemplo, el idealismo metafísico
modos de entender esta falta de inde- el mundo es "contenido" del sujeto, se combina a veces con el monismo
pendencia: puede sostenerse que no del yo, etc., pero tampoco hay que (Bradley), y hasta se afirma que un
hay propiamente "mundo exterior", entender la expresión 'es contenido idealismo metafísico consecuente tiene
puesto que todo ser es ser percibido de' como designando una cosa en otra, que ser monista. En todo caso, lo
(véase ESSE EST PERCIPI); puede afir- o cualquier cosa en un espacio. Nin- inverso no es en manera alguna obvio:
marse que el llamado "mundo exte- guna forma de idealismo niega que en efecto, el monismo puede no ser
rior" (o "la realidad") es cognoscible haya "cosas externas". Pero interpreta (y con frecuencia no es) idealista, sino
sólo porque es ( metafísicamente ) en- 'haber' en un sentido muy distinto del realista (y aun realista materialista).
gendrado o producido por un sujeto que proponen las doctrinas realistas. Otras veces el idealismo se combina
—o "el sujeto", la subjetividad como Las "cosas externas" carecen de sufi- con una doctrina dialéctica, pero tam-
tal—; puede sostenerse que, exista o ciencia ontológica; propiamente ha- bién tal doctrina puede aliarse con el
no un mundo exterior, su ser se da blando, su "ser" consiste en "estar realismo.
únicamente como ser conocido; puede fundado en el sujeto". Según el rea- Algunos autores han declarado que
indicarse que el mundo exterior es lismo, el mundo es trascendente (on- las dificultades suscitadas por todas
(gnoseológicamente) inmanente al su- tológicamente) al sujeto, al yo, al las doctrinas idealistas y realistas (sea
jeto cognoscente en los muy diversos espíritu, a la conciencia, etc. Estos úl- metafísicas, sea epistemológicas, o am-
sentidos de la expresión 'inmanente a', timos "se hallan" en el mundo. Pero bas a un tiempo) se debe a que se
etc. etc. También se adjetiva la posi- la mayor parte de los autores realistas comienza por establecer una contra-
ción idealista de muy diversos modos: no entiende tampoco 'hallarse en el posición artificial de lo inmanente con
idealismo absoluto, crítico, trascenden- mundo" al modo como una cosa se lo trascendente, del sujeto con el obje-
tal. Algunas de estas cualificaciones halla en otra, o una cosa se halla en to, de la conciencia con el mundo,
proceden del planteamiento del pro- un espacio. El sujeto no es, en rigor, etc. Así, los filósofos de tendencia
blema del mundo exterior como pro- una "cosa"; es un "conocer el mundo". "neutralista", es decir, los que han
629
EXT EXT EXT
sostenido que no hay razón para dis- tea es, pues, solamente el de por qué da" y acaso también por empeñarse
tinguir entre lo físico y lo psíquico la Existencia como estar-en-el-mundo en afrontar el problema como problema
(E. Mach, Russell en cierta fase de su "tiene la tendencia a sepultar el 'mundo epistemológico; Scheler, por interpretar
pensamiento filosófico, Avenarius, exterior' en una nada epistemológica la existencia (en su teoría volitiva de
etc.), han incluido que las posiciones con el fin de probar su realidad" (Sein la existencia) como algo "presente".
idealistas y realistas (cuando menos una Zeit, § 43). Con la Existencia Según Heidegger, los análisis de
las "tradicionales") carecen de funda- como estar-en-el-mundo, las cosas del Dilthey y Scheler contienen aspectos
mento. Contra ello se ha argüido que mundo aparecen ya manifiestas. positivos. Pero no se ha reparado en
todo "neutralismo" tiene una cierta Afirmar esto, indica Heidegger, parece ellos que la experiencia de la
tendencia idealista. Por otro lado, la indicar que se favorece la tesis resistencia es ontológicamente posible
idea de la conciencia como "concien- "realista". Y cierto que se favorece sólo a base de la concepción de la
cia intencional" (véase INTENCIÓN, tal tesis en cuanto que no se niega Existencia (Dasein) como un cons-
INTENCIONAL, INTENCIONALIDAD ) ha que haya seres intra-mundanos "a la titutivo "estar abierto" al mundo, y
parecido asimismo salir al paso de mano". Pero la tesis realista es distinta este último como la "apertura". A lo
cualquier intento de considerar las po- de la de Heidegger en cuanto que sumo, se puede decir que la resisten-
siciones idealistas y realistas como presupone que el "mundo" requiere cia caracteriza "el mundo externo"
fundamentales y "previas" a cualquier "prueba" y que "puede probarse". Por sólo en el sentido de "las cosas en el
otra concepción filosófica. Si la con- otro lado, la tesis de la Existencia como mundo". Pero no en el sentido de "el
ciencia es "conciencia de", no hay estar-en-el-mundo parece favorecer la mundo". Como indica Heidegger, "'la
propiamente un sujeto substante que tesis idealista en cuanto ésta se conciencia de la realidad' es ella misma
se halle en el mundo o que "conten- desprende de toda contaminación un modo de estar-en-el-mundo" (loc.
ga" o "engendre" el mundo: la con- "psicológica" y afirma que el ser no cit.). En ello se muestra que la
ciencia no es una realidad, sino una puede explicarse por medio de los en- Existencia como Existencia-que-está-
"dirección". A la vez, no puede haber tes, esto es, que el ser es trascendental en-el-mundo no puede compararse
"conciencia de" sin un objeto al cual a los entes (lo cual sostuvo no sólo con ninguna de las "entidades" que
se dirija la conciencia: por tanto, hay Kant, sino también, a la postre, Aris- idealistas, realistas, "neutralistas" e
por lo menos un "objeto intencional". tóteles). Pero la tesis idealista es dis- inclusive filósofos de la "resistencia"
Ahora bien, los desarrollos que ha ex- tinta de la de Heidegger en cuanto presuponen: sujeto, yo, conciencia,
perimentado la teoría de la conciencia sostiene que todos los entes se "redu- etc. Y tampoco el "mundo" puede
como conciencia intencional (especial- cen" a un sujeto o a una conciencia. compararse con el mundo de que tales
mente los desarrollos de tal teoría en Realismo e idealismo coinciden en filósofos hablan, pues para Heidegger
Husserl) han mostrado que no es difícil considerar el mundo exterior como el mundo no es un ente, ni una
dar ciertas interpretaciones que se algo "añadido" a un "sujeto". Pero no colección de entes, sino "apertura de
acercan, según los casos, al realismo hay tal "añadido" ni siquiera tal "su- la Existencia a los entes". Ni siquiera
o al idealismo. Aunque el llamado jeto". Como escribe Zubiri, al refor- se puede decir que los objetos son
"idealismo fenomenológico" sea dis- mular el análisis de Heidegger, si el trascendentes al sujeto y que éste
tinto de los idealismos anteriores a él, "ser del sujeto consiste, formalmente, consiste en dirigirse intencional-mente
suscita con frecuencia problemas muy en una de sus dimensiones, en estar a los objetos. Se puede decir, en
similares. 'abierto' a las cosas", la exterioridad cambio, que la Existencia trasciende
Heidegger coincide con los autores del mundo no será un simple factum, los entes hacia el mundo ( VÉASE). Las
últimamente referidos en cuanto que sino "la estructura ontológica formal del ideas de Heidegger acerca del
se esfuerza por situarse "más acá" del sujeto humano". Lo que se llama problema (o pseudo-problema) del
idealismo y del realismo, pero funda- "sujeto" o "sujeto humano", empero, mundo exterior han ejercido notable
menta su posición de modo muy dis- no es un ente, sino un "estar en"; si influencia, aun en pensadores que se
tinto. No se trata para Heidegger de se quiere, una "situación". Y esta "si- hallan muy alejados de todas las de-
dar "una prueba" de la existencia del tuación" no se halla en el mundo, sino más tesis heideggerianas. Pero nume-
mundo exterior; el hecho de que no que consiste en un estar-en-el-mundo. rosas tendencias filosóficas contempo-
se haya encontrado hasta ahora una Con ello Heidegger pretende no sólo ráneas prefieren un planteamiento dis-
prueba satisfactoria no es "el escán- colocarse "más acá" del realismo y tinto del problema sin por ello pre-
dalo de la filosofía". Más bien es "el del idealismo, sino también de toda tender reproducir simplemente las
escándalo de la filosofía" el que se doctrina para la cual el significado de posiciones "clásicas". Así ocurre con
espere que haya algún día tal prueba, 'realidad' es 'conciencia de resistencia' G. E. Moore, cuya "refutación del
o que se siga buscando. No hay, en ( VÉASE RESISTENCIA). Los filósofos idealismo" hemos expuesto en el ar-
suma, "un problema de la realidad que abogaron por esta última doctrina tículo dedicado a este pensador. Aquí
del mundo exterior", sea metafísico o —la doctrina de la realidad como parece que se trata solamente de re-
sea epistemológico. La Existencia "resistibilidad"— eludieron algunas afirmar el "sentido común", pero debe
( VÉASE) —Dasein (v.)— es "estar en de las más graves dificultades suscita- tenerse en cuenta que en la refuta-
el mundo", lo cual no significa que das por el idealismo o el realismo "tra- ción de Moore se halla implícita una
hay un mundo en el cual se halla la dicionales". Pero tales filósofos (Dil- "idea de la realidad" no siempre re-
Existencia, sino que la Existencia es they, Max Scheler) fallaron por varios ducible a la mantenida por muchos
en tanto que Existencia-que-está-en- motivos: Dilthey, por dejar ontológi- realistas. Así ocurre asimismo con los
el-mundo. El problema que se plan- camente indefinida la noción de "vi- filósofos adscriptos al Neo-realismo
630
EXT EXT
(VÉASE), que se han esforzado por re- maneras: puede ser declarada una
plantear la cuestión del mundo exter- cuestión permanente de la filosofía;
no. Para algunos positivistas lógicos, puede ser denunciada como una pseu-
la cuestión del mundo exterior es fun- do-cuestión; o puede ser presentada
damentalmente la cuestión de cómo como una cuestión que ha surgido
puede hablarse del mundo Ínter-sub- dentro de un cierto "horizonte" filosó-
jetivamente si los enunciados básicos fico y que tiene sentido solamente
o protocolarios ( v. ) describen "lo que dentro de tal "horizonte". Los que
hay" para cada sujeto dado. Positivis- afrontan la cuestión de este último
tas lógicos, atomistas lógicos (véase modo suelen indicar que se trata de
ATOMISMO LÓGICO) y, en general, los un problema de "la filosofía moder-
filósofos de tendencia "analítica" han na", especialmente a partir de Des-
tendido a plantear el problema del cartes. En este caso habría que recha-
mundo exterior en función de la zar el adjetivo 'realista' aplicado a la
cuestión de la relación entre lenguaje mayor parte de las doctrinas filosófi-
y realidad. Los análisis de Sartre y cas antiguas y medievales, ya que pa-
ra éstas no se plantearía el problema
Merleau-Ponty, en cambio, son, por lo
de si hay que ser realista o idealista.
menos en espíritu, semejantes al de Indicamos, en orden cronológico, al-
Heidegger. Un estudio detallado del gunos trabajos sobre el problema del
problema del mundo exterior ha sido mundo exterior, con excepción (salvo
llevado a cabo por Román Ingarden unos pocos casos) de las obras de los
(VÉASE). Nicolai Hartmann ha procla- autores referidos en el artículo. Debe
mado que su posición se halla "más completarse la siguiente bibliografía
allá del realismo y del idealismo", con trabajos que se incluyen en los
pues éstos han partido del objeto o artículos CONOCIMIENTO, IDEALISMO,
del sujeto y han intentado luego ab- NEO-REALISMO, PERCEPCIÓN y REA-
sorber en el uno o en el otro, o "si- LISMO.
tuar" al uno "dentro" del otro, o rela-
cionarlos de algún modo, cuando lo
que sucede es que ni el sujeto tiene
sentido sin el objeto ni el objeto sin
el sujeto; ambos se hallan "co-impli-
cados". Se ha argüido que la doctrina
de N. Hartmann al respecto es pura-
mente "formal" comparada con la de
Heidegger, pero los que siguen a
Hartmann han indicado que la doc-
trina de Heidegger depende de una
"ontología especulativa" y no —como
debería ser— de una "ontología crí-
tica". EXTREMOS (EXTREMO MAYOR,
La cuestión de la existencia del EXTREMO MENOR). Véase SILO-
mundo exterior —sea considerada co- GISMO.
mo cuestión metafísica, o como cues- EYECCIÓN. Véase CLIFFORD ( WI-
tión epistemológica, o ambas a un LLIAM KINGDON ), ROMANES (GEORGE
tiempo— puede ser afrontada de tres JOHN ).

631
F
F. I. La letra mayúscula 'F' es usa- telectuales (incluyendo en éstas la es si las facultades son o no distintas
da con frecuencia para representar voluntad). Se ha hablado de las po- del alma. Muchos autores han admi-
al sujeto en el esquema del juicio o tencias o facultades de sentir, de en- tido, si no una completa, sí por lo
de la proposición que constituye la tender y de querer. Algunos autores menos una cierta distinción real (ali-
conclusión de un silogismo. Por lo modernos (como Descartes) han dis- qua distinctio realis). No todo lo que
tanto, ejerce la misma función que tinguido entre voluntad e intelecto. se dice del alma puede, según ellos,
la letra 'S'. Leibniz distinguió entre percepción y decirse de las facultades, y viceversa.
2. En la lógica cuantificacional apetición ( VÉASE ). En el siglo XVIII La razón de la distinción es la si-
elemental la letra 'F' es empleada co- se extendió la doctrina de las faculta- guiente: las facultades o potentiae
mo símbolo de predicado. Así, por des, hasta el punto de que no poco de agendi pueden ser consideradas como
ejemplo: 'F' en 'Fx'. La letra 'F' es la arquitectónica kantiana (no sólo las accidentes de una substancia que, co-
llamada por ello letra predicado. tres Críticas, sino ciertas divisiones en mo tal, subyace a todos sus acciden-
Otras letras usadas con el mismo pro- la Crítica de la Razón Pura) depende tes, modos o manifestaciones. Debe
pósito son 'G', Ή'. En caso necesario de las divisiones establecidas por tal advertirse que cuando se afirma tal
se usan las citadas letras seguidas de doctrina. Fundamental pareció la dis- distinción se habla de "la esencia del
a cent os : 'F ' ', ' G' ', Ή ' ', tinción entre intelecto y voluntad (ra- alma" y de la "esencia de las faculta-
' F ' ' , ' G" ', ' H" ', etc. En la lógica zón teórica y razón práctica). Se des"; decir simplemente "distinción
cuantificacional superior las citadas distinguió asimismo entre el intelecto, entre el alma y sus facultades" no ex-
letras denotan propiedades y son la voluntad y el sentimiento. En el presa con suficiente precisión el pro-
llamadas variables predicados. siglo XIX fue abandonándose la blema planteado. Algunos autores ad-
FÁCTICO. Véase EIDÉTICO, HECHO. doctrina de las facultades, de la cual mitieron que hay solamente distinción
FACTORIAL (ANÁLISIS). Véase no se hallan huellas en la psicología de razón. Los tomistas se han inclina-
FACULTAD ( ad finem). contemporánea. Sin embargo, en do a favor de una distinción real (en
FACULTAD. Desde el momento en ciertos análisis filosóficos el sentido apuntado ) ; los nominalistas,
que se establecieron ciertas "divisio- contemporáneos, aunque no se a favor de una distinción de razón.
nes" del alma ( VÉASE ) se propuso lo admite una doctrina de las facultades, Que San Agustín y San Buenaventura
que luego se ha llamado "la doctrina se establecen ciertas distinciones admitieron una o la otra es cuestión
de las facultades (o potencias)". Así basadas en los modos como se emplean todavía debatida. A veces parece, en
ocurrió con las "divisiones" propues- expresiones en el lenguaje corriente. efecto, que distinguen entre el alma
tas por Platón, Aristóteles y los estoi- Puesto que se dice "Quiero", "Deseo", y las facultades; a veces parece que
cos. Platón distinguía entre la poten- "Pienso", etc., se puede determinar qué la memoria, la inteligencia y la volun-
cia (o especie) racional, la concupis- significados distintos tienen tales tad son simples modos de manifestar-
cible y la irascible (más o menos expresiones en determinados se el alma como realidad unitaria. Se
equivalente a razón, deseo y volun- contextos. No se admite ya que haya puede asimismo sostener una "distin-
tad). Aristóteles distinguía entre dos "potencias del alma", pero se acepta ción formal de acuerdo con la natura-
partes fundamentales en toda alma: que no pueden reducirse simplemente leza de la cosa", como hizo Duns
la vegetativa y la intelectiva. Esta ciertos modos de expresión a otros en Escoto, aplicando a este problema el
última comprendía la potencia apeti- los cuales se traducen distintos modos tipo de distinción a que nos hemos
tiva y la contemplativa. Los estoicos u operaciones mentales. referido en el artículo sobre este últi-
distinguieron entre el principio direc- En el resto de este artículo nos ocu- mo concepto.
tivo (hegemónico) de carácter racio- paremos menos de las divisiones en Los autores modernos, de los siglos
nal, los sentidos, el principio espermá- facultades o potencias que de la no- XVI, XVII y XVIII, han hablado
tico y el lenguaje. San Agustín distin- ción misma de facultad. Puede com- casi siempre de facultades o
guía entre memoria, inteligencia y pletarse lo aquí dicho al respecto con potencias, y han introducido varias
voluntad (facultades del alma que algunas de las informaciones conteni- distinciones (Cfr. supra). Se han
"correspondían" a las propiedades di- das en el artículo sobre la noción de ocupado asimismo de la cuestión de si
vinas). Muchos escolásticos siguieron potencia, especialmente en la época hay diferencia entre las facultades y el
la clasificación aristotélica; las facul- moderna. alma, con frecuente tendencia a negar
tades o potencias (habilitates ad Uno de los problemas que se plan- tal diferencia (Locke y, por motivos
agendum) pueden ser, en general, tearon a los escolásticos al tratar la distintos, Spinoza). Pero, además, se ha
mecánicas, vegetativas, sensitivas e in- cuestión de la esencia de la facultad tratado en la época moderna con
frecuencia de una
632
FAC FAC FAL
cuestión que había ocupado a los filó- no desempeña ya ningún papel signi- Terán, "Notas sobre la realidad de
sofos antiguos y medievales, pero sin ficado ni en la psicología ni en la filo- las facultades del alma", Ortodoxia
usurpar el puesto central que ha teni- sofía. Sin embargo, mencionaremos (1944), 167-263.
do entre los modernos: la cuestión del dos casos en los que parecen plantear- FALACIA. Véase PARALOGISMO,
carácter pasivo o activo de las facul- se algunos problemas similares a los SOFISMA.
tades. Ha sido muy común denunciar de las antiguas "doctrinas de las fa- FALIBILISMO. Una de las formas
el carácter excesivamente pasivo de la cultades". Por un lado, en los análisis del probabilismo ( VÉASE) contempo-
noción clásica de facultad para desta- de expresiones del lenguaje corriente ráneo es lo que Peirce (v.) llama, refi-
car el carácter activo. Sólo en cuanto que se refieren a fenómenos normal- riéndose a su propia doctrina, falibi-
activa puede hablarse de facultad; mente considerados como "psíquicos", lismo (fallibilism). Lo tratamos sepa-
desde el punto de vista pasivo, puede se habla de 'desear', 'recordar', 'sen- radamente no sólo porque es un tér-
hablarse únicamente de receptividad o tir', etc., como si de algún modo se mino especial, sino también porque
capacidad. Como ha dicho Hamilton, tratara de modos de comportarse psi- su significación no es estrictamente
la facultad es el active power, en tan- cológicamente distintos entre sí. Por ni la del probabilismo ( VÉASE ) clá-
to que la capacidad es el mero "po- otro lado, y sobre todo, se ha plantea- sico ni tampoco la del moderno.
der" (to have room for) ejercer una do el problema de si el llamado "aná- Según Peirce, hay que rechazar la
determinada potencia, esto es, llevar lisis factorial", tal como ha sido fun- pretensión de infalibilidad que han
a cabo una determinada actividad. Si dado por el psicólogo inglés Charles poseído los científicos y los filósofos;
seguimos esta doctrina fielmente, hay Spearman (1863-1945), con la idea, ni las proposiciones de la ciencia ni
que llegar a la consecuencia de que que Spearman desarrolló posterior- las de la filosofía son infalibles. Hay
solamente puede hablarse de faculta- mente, de los "factores" de grupo, no que advertir que esto ocurre, al enten-
des o potencias (sean o no "realmente "resucita" la "psicología de las facul- der de dicho filósofo, no solamente
distintas" del sujeto) en cuanto se tades" en tanto que considera, cuando en aquellas proposiciones que depen-
ponen en funcionamiento. Ello puede menos implícitamente, los "factores" den de medidas concretas efectuadas
llevar a eliminar la noción de facul- como "facultades". No es este el lu- sobre la realidad o que formulan hi-
tad en cuanto mera "potencia"; la gar de examinar este problema: es pótesis sobre hechos en principio in-
"facultad" es admitida sólo en cuanto suficiente aquí mencionar que la cues- comprobables, sino inclusive en las
se actualiza. tión ha sido debatida. proposiciones matemáticas. En efecto,
La doctrina de las facultades en la Para Platón: Rep., IV; para Aristó- no puede hablarse con propiedad de
Psychologia rationalis sigue en parte teles: De anima, II; para los estoicos: axiomas absolutamente evidentes; los
las doctrinas escolásticas, pero, lo mis- Dios. L., VII; para Santo Tomás, S. que parecen tales son meros postula-
mo que sucede en éstas, los autores theol., I, q. LXXVII; Cont. Gent., II, dos con los que se efectúan los pro-
difieren en el grado mayor o menor 72; De anima, arts. 12-5; In II de
anima, lect. 14-16. — Para los esco- cesos deductivos. Podemos concluir,
de "realidad" que cabe adscribir a las lásticos, cualquiera de los manuales pues, que hay tres cosas "que no po-
diferencias entre las varias facultades. citados en la bibliografía del artículo demos jamás esperar alcanzar me-
La tendencia creciente desde fines del NEOESCOLÁSTICA. — Para Descartes: diante razonamiento: absoluta certi-
siglo XVIII es en favor de una "distin- Les passions de l'âme, I, 17. — Para dumbre, absoluta exactitud, absoluta
ción de razón". Además, se tiende a Leibniz: Monadologie, §§ 14-15. — universalidad" (Collected Papers, 1.
interpretar las facultades en forma Para Locke, Essay, II, 21. — Entre 141). Ello parece conducir al escep-
"dinámica" más bien que "estática". las obras de Charles Spearman men- ticismo o, a lo sumo, al probabilismo
Esto último sucede en los idealistas cionamos: The Nature of Intelligence o al plausibilismo. Sin embargo, hay
alemanes a partir de Kant, el cual and the Principies of Cognition, 1923.
— The Abilities of Man: their Natu una diferencia entre el falibilismo de
habla con frecuencia de "facultades" re and Measurement, 1927. — Psy- Peirce y las demás mencionadas doc-
(facultad del entendimiento; facultad chology down the Ages, 2 vols., 1937. trinas. Éstas conciernen exclusiva-
de las reglas, etc.), pero dando al tér- — Entre los autores que han culti mente a la facultad de conocimiento.
mino 'facultad' el sentido de 'activi- vado el "análisis factorial" menciona En cambio, Peirce considera su fa-
dad', 'función' o 'conjunto de fun- mos: G. H. Thomson, The Factorial libilismo desde dos puntos de vista.
ciones'. Analysis of Human Ability, 1946; y Primero, como un método destinado
Desde mediados del siglo XIX se ha L. L. Thurnstone, Multiple Factor a "no entorpecer el camino de la in-
tendido o a descartar la noción de Analysis: A Development and Expan vestigación". Segundo, como una
facultad y la correspondiente "doctri- sion of the Vectors of Mind, 1947. —
Acerca de la discusión aludida al fi afirmación relativa a la naturaleza de
na de las facultades" o a utilizar 'fa- nal del artículo véase Mariano Yela, la realidad. El falibilismo de Peirce
cultad' simplemente como nombre co- Psicología de las aptitudes. El análisis está ligado a su doctrina de la evo-
lectivo de una clase de actividades factorial y las funciones del alma, lución y a su tesis de la continuidad
psíquicas. El modo como se han cla- 1960. — Del mismo autor, "L'analyse en todas las realidades; no es sólo
sificado estas actividades psíquicas ha factorielle et la psychologie des facul la consecuencia de una aproximación
sido, además, muy distinto del "tra- tés", Revue philosophique de Louvain, inevitablemente deficiente a la reali-
dicional"; ejemplos al respecto los en- LX (1962), 254-70. dad por parte de las facultades hu-
contramos en Brentano y en las más Sobre el problema de las faculta- manas, sino también el resultado del
recientes escuelas psicológicas beha- des véanse: Juan Zaragüeta, "El pro-
blema de la clasificación de las fa- continuo crecer y evolucionar de la
viorista y estructuralista. Puede, pues, cultades del alma", Revista de Filo- propia realidad.
concluirse que la noción de facultad sofía [Madrid] (1942), 7-45. — S.
633
FAL FAN FAN
FALSA ACENTUACIÓN, FALSA σία ) como una actividad de la mente opinión". En esta última hay creencia
CONJUNCIÓN, FALSA DISYUN- por medio de la cual se producen y convicción, mientras que en la fan-
CIÓN, FALSA ECUACIÓN, FALSA imágenes — las llamadas φάντασματα tasía no las hay. Los productos de la
FORMA DE EXPRESIÓN. Véase (phantasmata o "fantasmas", en un fantasía permanecen en los órganos
SOFISMA. sentido no común de este último vo- de los sentidos y se parecen a las sen-
FALSIFICABILIDAD. Véase POP- cablo). Las imágenes producidas saciones. Pero no se equiparan sim-
PER (K. ), VERIFICACIÓN . por la "fantasía" (que desde ahora plemente con éstas. Por otro lado, la
FANEROSCOPIA. Véase CATEGO- escribiremos sin comillas) no surgen fantasía no es un mero sustituto de la
RÍA, FENOMENOLOGÍA, PEIRCE (C. S.). de la nada; tienen su origen en repre- sensación (aun cuando Aristóteles in-
FANTASÍA. No es siempre fácil sentaciones, o bien son equivalentes a dica asimismo que hay fantasía sobre
distinguir entre el concepto de fantasía estas mismas representaciones. todo cuando, como en los sueños, falta
y el de imaginación En algunos textos Platón usó el término φαντασία y la sensación de la visión efectiva). La
filosóficos lo que se dice acerca de uno términos semánticamente relacionados fantasía es menos sustitutiva que
de estos conceptos es similar a lo que con el mismo ( ψαντάζεσθαι, φαντασμα, anticipadora (De an., III, 3, 433 b 29).
en otros textos se dice acerca del otro etc.) en varios pasajes de sus diálo- En efecto, los animales tienen poten-
concepto. En la presente obra hemos gos. La fantasía es la representación cia apetitiva (véase APETITO) justa-
dedicado un artículo a cada uno de que surge del φαίνεσθαι ο "aparecer" mente porque poseen fantasía, la cual
los conceptos en cuestión, pero y en este sentido se contrapone al puede entonces dirigir los movimien-
conviene considerar los dos artículos conocimiento del ser o de la realidad, tos apetitivos hacia algo deseado, esto
como complementarios. Hemos adop- o)/nta . Los φαινoμενα son las sombras es, previamente representado como
tado el procedimiento —que es en y reflejos producidos por las "cosas apetecible. Los φαντάσματα son, pues,
buena parte una convención— de tra- verdadera" (Rep., VI, 510 A). El representaciones en potencia o "ideas"
tar en el artículo presente algunas de φαινόμενον es asimismo lo represen- actualizables por medio de percepcio-
las teorías de la fantasía —en un sen- tado en el arte ("representativo") nes. Sin duda que dada la "libertad"
tido, por lo pronto muy amplio, de (Rep., X 598 B). Platón califica al de los φαντάσματα con respecto a las
este término— principalmente en la sofista de "forjador" de φαντάσματα sensaciones, puede concluirse que los
Antigüedad y en la Edad Media, com- pues su arte es una φανταατική τέχνη φαντάσματα tienen lugar únicamente
pletándolo con referencias a doctrinas (un "arte de meras figuraciones") (Cfr. en el sueño (como proponían los es-
modernas y contemporáneas, especial- Soph., 235 Β et al). Parece que Pla- toicos). Pero puede asimismo desta-
mente en tanto que éstas han usado tón tiende a considerar la fantasía carse el elemento de "posibilidad" en
el vocablo 'fantasía' o sus equivalen- como una manifestación de la "opi- ellas. La fantasía es entonces la facul-
tes en idiomas modernos. En el ar- nión", δόξα , la cual engendra simples tad de suscitar y combinar represen-
tículo sobre el concepto de imagina- "imágenes", ei)/dola , en vez de produ- taciones y de "dirigir" de este modo
ción ( VÉASE ) nos hemos extendido cir formas o "ideas", ei)dh , pero no una parte de la vida del ser orgánico
sobre algunas otras doctrinas moder- obstante el abundante uso del con- poseedor de apetitos.
nas y contemporáneas. cepto de fantasía o conceptos análo- No obstante las diferencias de opi-
El término 'fantasía' procede del gos es difícil encontrar en Platón una nión entre Aristóteles y los estoicos
griego fantasi/a , que se traduce de teoría sistemática de la fantasía como sobre el concepto de φαντασία hay de
varios modos: 'aparición', 'acción de concepto central filosófico. común entre ellos el considerar este
mostrarse', 'espectáculo', 'representa- Esta teoría sistemática se halla, en concepto desde el punto de vista "psi-
ción'. Se observará que no hemos in- cambio, en Aristóteles. Este autor se cológico" y "gnoseológico". Ello se
cluido en estas posibles traducciones ha referido a la cuestión de la fanta- manifiesta en los estoicos en el des-
el vocablo 'fantasía', pero ello es por- sía en numerosos pasajes de sus obras arrollo dado a la noción de "represen-
que nos pondría en una falsa pista (por ejemplo, en Eth. Nic., VII, 1152 tación comprehensiva" — una de las
dado el sentido común actual de tal b 26-33, VIII, 1155 b 23-37, X, 1176 expresiones por medio de las cuales
vocablo. Sin embargo, no hay incon- a 15-22; Rhet., I, 11, 6, 1370 a 27 y se ha traducido su fantasi/a
veniente en usar 'fantasía' siempre sigs., II, 5, 1, 1382 a 21 y sigs.; De katalhp-tikh/ . Nos hemos referido
que se precise el sentido del término, motu an., 6 y sigs.), pero es especial- a este punto con más detalle en el
o bien siempre que se emplee —-como mente importante lo que dice acerca artículo Cata-léptico ( VÉASE ).
hacemos aquí— como un nombre co- de la fantasía y de los φαντάσματα ο El sentido de φαντασία como "ima-
mún que designa las distintas formas "representaciones" en De an., III, 3, ginación estética' de que se han ocu-
que pueden asumir las "apariciones" 427 b 10 y sigs. Según Aristóteles, la pado muchos autores modernos se
o "representaciones". fantasía ["imaginación"] no puede ser halla, al parecer, sólo en Longino,
Relacionado con φαντασία se hallan equiparada ni con la percepción ni De sublímitate, caps. 3 y 15 especial-
los verbos φαντασία (= 'hacer apa- con el pensamiento discursivo, bien mente.
recer algo', que puede ser una idea o que no haya fantasía sin sensación ni Muchos autores medievales emplea-
una imagen) y φανταζείν (='hacer juicio sin fantasía. La fantasía radica ron los términos phantasia e imagina-
nacer o surgir una idea, imaginación en nuestro poder de suscitar ("conju- tio (imaginatio fue el vocablo latino
o representación' [en el espíritu o rar") imágenes aun cuando no se ha- por medio del cual se tradujo φαντα-
mente], 'figurarse algo', 'representarse llen inmediatamente presentes los ob- σία ) dándoles con frecuencia un sen-
algo'). Desde muy pronto fue conce- jetos o fuentes de las sensaciones. Por tido similar, si no idéntico. Algunos
bida la "fantasía" (o, mejor, φαντα- eso la fantasía no equivale a la "mera autores, especialmente los que seguían
634
FAN FAN
la tradición neoplatónica, consideraron Schelling principalmente) es difícil
la phantasia como una actividad de saber si se habla de una fantasía crea-
naturaleza intelectual, o predominan- dora o de una imaginación produc-
temente intelectual. Otros —siguiendo tora.
a San Agustín en De gen. ad litteram, En época más reciente se ha trata-
IX— estimaron que la fantasía es una do la fantasía como una actividad
vis animae de carácter inferior, más imaginativa, pero con frecuencia dis-
vinculada a la sensibilidad que al in- tinta de la imaginación productora de
telecto ( si bien el propio San Agustín, que hablaba, por ejemplo, Kant. Así
en De vera rel., X, 18, parece ligar la ha ocurrido con autores como Dilthey
fantasía al ejercicio intelectivo). San- y Croce, quienes han examinado la
to Tomás y los autores tomistas toma- fantasía desde el punto de vista esté-
ron como base los análisis aristotélicos. tico más bien que desde el ángulo
Era común entre los tomistas distin- cognoscitivo. Según Dilthey, la fanta-
guir entre una fantasía sensible y una sía poética es el fundamento de la
fantasía intelectual. Pero la tendencia creación libre, en virtud de la energía
predominante era la de estimar la propia poseída por ciertas vivencias.
phantasia como una facultas sensitiva Algunos autores, como Müller-Freien-
(Cfr. por ejemplo, Quaest. de an., a fels, distinguen entre la fantasía crea-
13; S. theol, I, LXXVIII, 4). La phan- dora y la fantasía lúdica. La primera
tasia produce phantasmata. Éstos pue- engendra posibilidades de representa-
den ser de varias clases: imágenes que ción (y tiene un sentido muy pareci-
reproducen sensaciones; imágenes re- do al aristotélico); la segunda juega
lacionadas con especies del entendi- libremente con las representaciones y
miento posible; apariencias no corres- hasta puede producir representaciones
pondientes a un objeto externo. En "nuevas". Croce ha destacado el ca-
este último caso la fantasía es "pura rácter productor de la fantasía en el
imaginación". En los demás casos, la campo artístico, a diferencia del ca-
fantasía es una facultad combinatoria rácter combinatorio de imágenes de la
que puede servir de auxilio para la imaginación llamada asimismo "pro-
formación de las "ideas". Los escolás- ductiva".
ticos, especialmente los de tendencia En dos casos se ha considerado la
tomista, discutieron una cuestión que fantasía como fundamento de un sis-
ocupó de modo muy apreciable a tema filosófico. Uno de estos casos es
muchos autores modernos: la de si el de Jakob Frohschammer (1821-
la fantasía es meramente receptiva o 1893), el cual admitió un principio
reproductiva o si es de algún modo único y fundamento de conocimiento,
productiva. Nos hemos referido con la llamada Phantasie (Die Phantasie
más detalle a este problema en el als Grundprinzip des Weltprozesses,
artículo sobre el concepto de imagi- 1877). Fundándose en algunas doc-
nación ( VÉASE ). trinas idealistas (de C. H. Weisse e
En tal artículo discutimos asimismo I. H. Fichte), Frohschammer estimó
las diversas concepciones modernas que sin el principio de fantasía no
de la fantasía en tanto que imagina- puede entenderse ninguna novedad y
ción. Durante algún tiempo los dos ningún cambio en el universo. La fan-
conceptos fueron equiparables. Pero tasía es el principio del mundo como
desde fines del siglo XVIII se tendió a ser "orgánico" y del alma como ser
distinguir entre ellos, considerándose "espiritual". Es asimismo el principio
la fantasía como una imaginación des- de Dios, el cual produce el mundo
enfrenada. Ahora bien, en la medida por medio de la fantasía.
en que tal tipo de fantasía podía con- Indicaremos en esta bibliografía
tribuir a la creación (como modelo igualmente obras sobre la fantasía y
de la cual se citaba la creación artís- sobre la imaginación. Sobre teoría y
tica), la fantasía no era ni mucho filosofía de la fantasía y de la ima-
menos despreciada. En muchos casos ginación véase: Melchior Palágyi,
Theorie der Phantasie, 1908. — A.
la fantasía era considerada como el Schöppa, Die Phantasie nach ihrem
aspecto productor y creador (no sim- Wesen und ihrer Bedeutung für das
plemente reproductor) de la imagina- Geistesleben, 1909. — R. Müller-
ción. En otras casos, se estimaba que Freienfels, Das Denken und die Phan-
le fantasía va inclusive más lejos que tasie, 1925 (Parte II de los Grund-
la imaginación productiva. En los sis- züge einer Lebenspsychologie), — Li-
temas del idealismo alemán ( Fichte y vingston Welch, Imagination and Hu-
635
FAR FAT
dedicó primero a la política y luego Figueiredo (nac. en 1891 en Sergipe),
profesó lógica en el Colegio Pedro el cual recibió considerable impresión
II de Río de Janeiro. Su pensamiento de las enseñanzas de Brito en sus es-
filosófico se desarrolla como recu- fuerzos para desarrollar una metafísi-
brimiento conceptual de sus expe- ca cristiana. Jackson de Figueiredo
riencias fundamentales; el escepticis- intentó solucionar las contradicciones
mo que en ocasiones revela y que en el sistema de Farias Brito mediante
Schopenhauer confirmó más que alen- la orientación católica y la exaltación
tó, es templado por cierto espíritu de mística antirracionalista.
resignación y de consuelo, espíritu Obras: Finalidade do Mundo: Es-
que no tiene tanto raíces estoicas tudos de philosophia e teleologia
como cristianas. Pues en lugar de naturalista. Vol. I. A philosophia
buscar el consuelo por la vía del abs- como atividade permanente do espirito
tenerse, Farias Brito lo buscó por la humano, 1895; Vol. Π. Α philosophia
vía de la comprensión y del combate moderna, 1899; VoZ. III. O mundo
contra el sufrimiento. En esta vía se como actividade intelectual, 1905. —
le reveló la existencia de un espíritu A verdade como regra das açôes:
Ensaio de philosophia moral como
que el mecanicismo materialista y el introduçao ao estudio do di-reito,
positivismo cientificista al uso desco- 1905. — A base physica do espirito:
nocían. Esta comprobación, que tenía Historia summaria do problema da
lugar por medio de su experiencia mentalidade como prepa-raçâo para
y por medio de su análisis intelec- o estudio da philosophia do espirito,
tual, debía provocar una crítica severa 1912. — O mundo interior: Ensaio
de las corrientes contemporáneas sobre os dados geraes da philosophia
dominantes, especialmente de aque- do espirito, 1914. — Véase Jackson de
llas que, sin argumentación consis- Figueiredo, Algu-mas reflexoes sobre
FANTASMA (FANTASMAS, a philosophia de Farias Brito: profissao
"PHANTASMATA"). Véase CATA- tente, negaban todo valor espiritual de fé espiritualista, 1916. — Id., id.,
LÉPTICO, FANTASÍA, IMAGINACIÓN .
en nombre de un materialismo erizado A questâo social na philosophia de
de dificultades. La conversión de la Farias Brito, 1919. — Francisco
FARDELLA (MICHELANGELO) filosofía en saber fundamental del Almeida Ma-galhaes, Farias Brito e a
(1650-1718) nac. en Trapani, ingresó hombre, en norma para la vida, co- reaçâo espiritualista, 1918. — Victor
en la Orden Franciscana y fue profe- rrespondía también a esa tendencia Nestor, Farias Brito, 1920. — Alceu
sor en Mesina, Roma, Modena y Pa- esencial de Farias Brito, tendencia Amoroso Lima (Tristâo de Athayde),
dua. En el artículo CARTESIANISMO que no negaba la ciencia, pero que Estudos. Primeira serie: A estetica de
nos liemos referido a Fardella como proclamaba su impotencia para salvar Farias Brito, 1927. — Jonathas
uno de los más significados cartesia- Serrano, Fartas Brito: O homem e a
al hombre. Por eso era característico obra, 1939. — Sylvie Rabello, Fartas
nos. Fardella defendió el cartesianis- en Farias Brito aproximar la religión
mo contra algunos de sus detractores. Brito ou uma aventura do espirito,
a la filosofía, y hacer de esta última 1941. — F. Elias de Tejada, Las
Sin embargo, las doctrinas filosóficas la expresión conceptual de un senti- doctrinas políticas de F. B., 1953. —
de Fardella no son simplemente una miento religioso, y de la primera el Alcantara Nogueira, F. B. e a filosofía
repetición de las de Descartes. Por un saber popularizado. La filosofía es do espirito, 1962. — Carlos Lopes de
lado, Fardella introdujo no pocos ele- una superación de la ciencia que no Mattos, O pensamento de F. B. Sua
mentos agustinianos en el cartesianis- niega esta última, sino que, por el evoluçao de 1895 a 1914, 1962.
mo. Por otro lado, elaboró una teoría contrario, la salva. La reducción de — Véanse también las obras de
monadológica que recuerda la de Cruz Costa, Leonel Franca,
la exterioridad a la intimidad como Guillermo Fran-covich y Gómez
Leibniz, pero que era independiente modo de encontrar por analogía la
de la leibniziana. En efecto, aunque Robledo mencionadas en la
esencia del cosmos constituía, por otro bibliografía del artículo FILOSOFÍA
Fardella trabó conocimiento con Leib- lado, la base de su metafísica: lo en AMERICANA.
niz, no derivó de éste su monadología, sí era descubierto gracias a su previo FATALISMO. Nos hemos referido
la cual tenía una intención teológica hallazgo en el mundo interior del a la cuestión del hado, fatum, en los
más que metafísica. hombre. El intelectualismo de Brito artículos sobre las nociones de Azar y
Obra principales: Universae philo- se oponía, con todo, al irracionalismo
sophiae sustema, I, 1691. — Univer- Destino. Aquí nos limitaremos a indi-
sae usualis mathematicae theoria, schopenhaueriano, pues la voluntad car que la aceptación del fatum recibe
1691. — Creans sapientia et graviter ciega era inferior para él al lúcido el nombre de fatalismo y que éste ha
et iucunde, 1694. — Animae huma- pensamiento del espíritu. Así llegaba sido concebido de diversas maneras
nae natura ab Augustino detecta, Brito a un esplritualismo radical, en de acuerdo principalmente con el ori-
1698. — Véase F. Bouillier, Histoire ciertas ocasiones parecido al inmate- gen o fuente del fatum.
de la philosophie cartésienne, II, 1868. rialismo de Berkeley. Aunque Brito En la quinta respuesta de Leibniz
— G. Candió, M. F., 1904. no tuvo discípulos propiamente dichos a Clarke ( 18 de agosto de 1716) dis-
FARIAS BRITO (RAIMUNDO ni fundó una escuela del pensamien- tingue Leibniz entre tres ideas de
DE) 1862-1917), nac. en Sâo Bene- to, su influencia fue considerable. Al fatum y, por lo tanto, entre tres ideas
dito (Estado de Ceará [Brasil]), se respecto mencionamos a Jackson de de fatalismo: "Hay un fatum maho-
636
FAT FAT FAV
metanum, un fatum stoicum y un fa- con su doctrina del amor fati —que hace a sí misma en tal forma que más
tum christianum." Según el es, por lo demás, un modo de escapar que decir que la libertad pertenece al
primero, el efecto tiene lugar aun al fatum—; Oswald Spengler, con su hombre puede decirse que el hombre
cuando se evite la causa, como si doctrina del destino ( VÉASE ) y Basi- pertenece a la libertad. En segundo
hubiese necesidad absoluta. De lius Conta ( VÉASE). lugar, la pertenencia en cuestión es co-
acuerdo con el segundo, el hombre Además de las obras mencionadas pertenencia, ya que nadie podría
debe aceptar el hado por ser en los artículos Azar y Destino, men- pertenecer a la libertad (ser realmente
imposible resistir el curso de los cionamos ( o reiteramos ) : Sobre fa- libre) si estuviera solo en un mundo
talismo y libertad: C. J. Herrick, de cosas. Por eso escribe Fatone que
acontecimientos. En cuanto al tercero, Fatalism or Freedom, 1927. — Sobre
afirma que hay un cierto destino de fatalismo en la Antigüedad: A. "mi libertad exige la libertad ajena; y
cada cosa regulado por la presciencia y Vogel, Ueber die Lehre vom Fatum esclavizar es esclavizarse".
la providencia de Dios. Leibniz bei Juden und Griechen, 1869. — Obras: Misticismo épico, 1928. —
manifiesta que este último "fatalismo" J. C. Greene, Moira: Fate, Good Sacrificio y gracia, 1931. — El budis-
no es el mismo que los dos and Evil in Greek Thought, 1944. mo "nihilista", 1941, 2a ed., 1962. —
anteriores, y que aun cuando en — Dom Armand David, Fatalisme Introducción al conocimiento de la fi-
et liberté dans l'antiquité grecque. losofía en la India, 1942. — El exis-
algunos respectos el fatum christia- Recherches sur la survivance de l'ar- tencialismo y la libertad creadora,
num se parece al fatum stoicum se gumentation morale antifataliste de 1948, 2a ed., 1949. — Lógica y teoría
distingue de éste por cuanto el cris- Carnéade chez les philosophes grecs del conocimiento, 1951, 8a ed., 1962.
tiano, al revés del estoico, no posee et les théologiens chrétiens des qua- — La existencia humana y sus filóso
solamente paciencia, sino que mani- tre premiers siècles, 1945. fos, 1953 [sobre Heidegger, Jaspers,
fiesta contento con lo que ha sido FATONE (VICENTE) (1903-1962) Barth, Chestov, Berdiaeff, Zubiri,
establecido por Dios. nac. en Buenos Aires, ha sido profesor Marcel, Lavelle, Sartre, Abbagnano].
En su obra capital, The True In- de cosmología y metafísica, y de ló- — Introducción al existencialismo,
tellectual System of the Universe gica, en la Universidad Nacional del 1953, 4a ed., 1962. — Filosofía y
poesía, 1954. — El hombre y Dios,
(1678), Ralph Cudworth se refiere a Litoral (1929-1930), profesor de lógica 1955. — Ensayos de religión y místi
varios tipos de fatalismo. Hay el fata- en la Escuela Normal de Profesores ca, 1963. — Las citas supra proceden
lismo democriteano o fatalismo ateo Mariano Acosta (1932-1941), profesor del libro La existencia humana y sus
—llamado asimismo "fatalismo fisio- de Historia de las Religiones en la filósofos, págs. 189-93 y del artículo
lógico"— y el fatalismo divino. Este Universidad Nacional de La Plata "Universitas", en Sur, N° 237 (No-
último tiene dos formas: el fatalismo (1940-1946), profesor de filosofía en viembre-Diciembre, 1955), págs.
divino inmoral (manifestado cuando el Colegio Nacional de Buenos Aires 15-17.
el fatum se origina en la voluntad ar- (1945-1952) y profesor titular contra- FAVORINO (ca. 80-50), nac. en
bitraria de un Dios que crea el bien tado en la Universidad de Buenos Ai- Arelato (Arles, Provenza), "sofista",
y el mal), y el fatalismo divino moral res. Fatone se ha ocupado de la cues- es decir, maestro de retórica, se dis-
(manifestado cuando el fatum consiste tión de la naturaleza de la mística en tinguió por su erudición enciclopédica
en la sumisión obligatoria, tanto por cuanto experiencia, dedicando espe- y por la transmisión de las opiniones
parte de Dios como por parte de los cial atención a la exposición e inter- de los filósofos. Según Aulio Gelio,
hombres, a una realidad que se supo- pretación del pensamiento filosófico que fue discípulo de Favorino, éste
ne no haber podido ser de otro modo indio y de la filosofía oriental en ge- oyó las lecciones de Epicteto y de
que como ha sido en virtud de seguir neral. El interés de Fatone por la Dion Crisóstomo. Relacionado con
ciertos principios inmutables). Cud- mística no significa, sin embargo, que Plutarco, Favorino desarrolló una filo-
worth se opone a todas estas especies su pensamiento sea irracionalista. Todo sofía sincretista con elementos de Platón
de fatalismo, pues aun cuando el fata- lo contrario: la realidad humana tiene y de Aristóteles. Pero a diferencia del
lismo divino moral sea más aceptable (o debe tener), según Fatone, una sincretismo platonizante de la época, se
que los demás tiene el inconveniente "condición dialogante", la cual consiste inclinó hacia el escepticismo de la
de que hace de Dios un ser sometido en liberarse a sí misma liberando a los nueva Academia y fue influido también
a un fatum. demás — y liberándolos de la por el pirronismo. El escepticismo de
Otras clasificaciones del fatalismo irracionalidad, del miedo y del odio Favorino no era, sin embargo,
se refieren a su carácter mitológico para encaminarlos hacia la racio- radical; fuertemente inclinado al
(corriente en la época clásica de los nalidad, el esfuerzo y el amor. Muy plausibilismo, consideró que tras
griegos y en muchas de las creencias central es en el pensamiento de Fatone haberse discutido el pro y el contra
populares grecorromanas), a su carác- la idea de la libertad, la cual ha de cada tesis había que dejar en li-
ter astrológico (muy influyente al fi- explorado sobre todo al hilo de una bertad al oyente para que decidiera
nal de la Antigüedad y en la Edad interpretación de diversas formas del lo que considerase más aceptable.
Media) o a su carácter filosófico (con existencialismo. La libertad es para Favorino modificó según Diógenes
frecuencia unido a los anteriores). Es Fatone el ingrediente fundamental de Laercio (IX, 87) la lista de los tro-
común distinguir entre el fatalismo y la existencia humana, pero no es sim- pos escépticos, intercambiando los
el determinismo aun cuando en sus plemente un ingrediente perteneciente tropos noveno y octavo.
manifestaciones este último pueda ser a la naturaleza del hombre. En primer Se atribuyen a Favorino entre
lugar, "no soy sino mi libertad; pero otras obras una Acerca de Epicteto
sensiblemente igual al primero. (Pro\j )Epi/ kthton), otra acerca de la
Entre los filósofos modernos que no soy mi libertad, porque no soy: noción estoica de la "representación
han prestado atención a la idea de tengo que ser". La libertad, pues, se comprensiva" o "fantasía cataléptica"
fatum pueden destacarse Nietzsche, 637
FE FE
sería menos aceptable que la mencio- lecto dé su asentimiento a cosas que
nada 'filosofía de la fe'. no aparecen. La fe es por ello una
Distinto de una mera costumbre evidencia, distinta de toda opinión o
terminológica es el caso en que se sospecha, en las cuales falta la adhe-
emplea 'fe' para designar algo distinto sión firme del entendimiento. La vo-
de 'creencia'. De los varios ejemplos luntad es movida al asentimiento por
posibles mencionamos aquí cuatro. el acto del entendimiento engendrado
Uno es el que atribuye a 'creencia' por la fe (Cfr. S. theol, II, IIa, q. IV,
un significado más amplio que a 1 y 2c). Con lo cual la fe, aunque im-
'fe'. En tal caso la creencia es tomada posible sin la firme adhesión y asen-
como una aserción —con con- timiento del entendimiento, no es algo
vencimiento íntimo de la verdad y meramente "subjetivo", por lo menos
hasta evidencia de ella— de carác- en el sentido moderno de este tér-
ter muy general, dentro de la cual mino. Sobre esta idea de la fe se han
la fe es considerada como una va- basado las aludidas distinciones teo-
riante religiosa. Otro es el que intenta lógicas. Entre las más importantes fi-
distinguir formalmente entre creencia guran las dos siguientes. Una es la
y fe indicando que son dos tipos distinción entre fe implícita y fe ex-
irreductibles del creer. A ello se re- plícita. Otra es la distinción entre fe
fiere Gabriel Marcel cuando subraya confusa y fe distinta. La fe implícita
—sobre todo en Le Mystère de es la fe en una verdad que está con-
l'Étre— que mientras la creencia es tenida en otra verdad objeto de fe
FE. Al principio del articulo Creen- un "mero" creer que, la fe es un explícita, de tal suerte que la creen-
cia (VÉASE) nos hemos referido a la creer en. No hay, pues, en la fe un cia explícita en la segunda verdad
cuestión de la fe, pues en muchos encerramiento en un universo dado implica la creencia implícita en la
textos filosóficos los términos 'creen- en el cual la fe se refiere a conte- primera. La fe confusa es la fe del
cia' y 'fe' son usados aproximadamente nidos específicos que se creen, sino "simple creyente", el cual vive en una
con el mismo significado. Así, la un abrirse a posibilidades en las cua- "comunidad de fe" sin que parezca
expresión 'Creo para comprender" les se cree (y, podría decirse tam- necesario pasar del vivir la fe al co-
puede traducirse 'Tengo fe para com- bién, en las cuales se espera). Por nocimiento de ella. La fe distinta es
prender'. Ahora bien, el vocablo 'fe' eso la fe abarca, según Marcel, la la fe del "docto", el cual aspira a
se usa asimismo con preferencia a estructura fundamental de la perso- un conocimiento que, sin separarse
'creencia'. Damos a continuación al- na, entendida como estructura inter- de la fe, contribuya a su precisión en
gunos ejemplos. personal e intersubjetiva. Otro caso la medida de lo posible. Como puede
En ciertas ocasiones se usa en es- es la definición de 'fe' como el con- advertirse, no es legítimo equiparar —
pañol 'fe' para traducir el vocablo tenido de la creencia. Otro, finalmen- como a veces se ha hecho— la fe
alemán Glaube — que significa asi- te, es aquel en que la fe es definida implícita con la confusa y la fe
mismo 'creencia'. Dos ejemplos son como una virtud teologal (junto a la explícita con la distinta. Los que han
notorios. Por un lado, 'fe' se usa en esperanza y la caridad). Esta última sostenido la mencionada equiparación
la expresión 'filosofía de la fe' por significación es la más propia de la han definido 'implícito' en el sentido
medio de la cual se designa el pen- teología, pero como ha ejercido no- de 'lo que no está todavía aclarado'
samiento de Jacobi y de autores con table influencia sobre varios usos del y 'explícito' en el sentido de 'lο ya
análogas tendencias, es decir, de to- vocablo 'fe' en la literatura filosófica, aclarado', olvidando, por consiguien-
dos los que consideran la fe como daremos algunas mayores precisiones te, que la relación entre fe implícita
una fuente de conocimiento supra- sobre ella y expondremos, además, y fe explícita no es una relación de
sensible o como una aprehensión di- varias distinciones propuestas por los menor a mayor claridad, sino una
recta (mediante "intuición intelec- teólogos. relación de implicación.
tual") de lo real en cuanto tal. Por La base principal para la última
otro lado, 'fe' se usa en la frase 'tuve mencionada concepción de la fe es
que desplazar a la razón para dejar el famoso pasaje de San Pablo (He-
lugar a la fe' que aparece en Kant. breos, 11.1) donde la fe, pi)stij, es
Hay que advertir que este uso de definida como e)lpizome/nwn u(po/stasij
'fe' en vez de 'creencia' es el resul- pr-agma/twn e)/legxoj ou) blepome/nwn,
tado de una simple costumbre ter- la sustancia de las cosas que se
minológica. En efecto, en otros ca- esperan y que nos convence de las
sos en los que, por ejemplo, Kant que no podemos ver. Este pasaje ha
habla de Glaube (como cuando dis- sido comentado por muchos teólogos.
tingue entre pragmatische Glaube, Entre ellos, por Santo Tomás, el cual
notwendige Glaube y doctrinale Glau- sostiene que la fe, fides, es un
be), dicho vocablo suele vertirse por hábito de la mente por medio del
creencia'. Y la expresión 'filosofía de cual la vida eterna comienza en
la creencia' en el caso de Jacobi no nosotros en tanto que hace posible
que el inte-
638
FEC FEC
mundo de lo directamente inexperi- triunfo en la formulación matemática
mentable. El hecho de la existencia de de la llamada ley de Weber-Fechner.
lo psíquico en los seres vivos no auto- La psicología obtuvo inmediatamente
riza a negar esta misma cualidad en la primacía en la influencia ejercida
la naturaleza inorgánica, pues lo físico por Fechner; a ella le siguió su esté-
y lo psíquico no son realidades dis- tica de tendencia psicologista y sólo
tintas e irreductiblemente opuestas, de un modo relativo la metafísica.
sino aspectos de una misma realidad Bajo dicha influencia se hallan el
esencial, de la misma manera que psicólogo holandés Gerardus Heymans
un semicírculo presenta, según el punto ( VÉASE) en parte Friedrich Paulsen
de vista del contemplador, los lados (v.) así como Bruno Wille (véase MO-
cóncavo y convexo. El universo es, NISMO).
por consiguiente, una realidad única,
un conjunto de seres finitos que tie-
nen su soporte en la infinitud de
Dios. Este es, por así decirlo, el con-
tinente del contenido del mundo, el
cual se muestra en todas sus partes
como un conjunto vivificado. Seme-
jante animación de todos los seres
del universo se diferencia por su
grado, desde la conciencia inferior
de lo que se nos aparece como inor-
gánico hasta la superior conciencia
divina. Cada alma superior contiene
a la inferior, pero su distinta condi-
ción no representa ninguna discon-
tinuidad en este universal pampsi-
quismo, sino que es simplemente el
modo de enlace de una serie de rea-
lidades esencialmente idénticas. Los
propios astros son seres animados,
por cuanto poseen en sí mismos una
unidad interna. Así, la Tierra posee
un alma que contiene a las almas de
los hombres, del mismo modo que
el alma de la Tierra está contenida
en el alma del universo, que no es
otra que la divinidad. Fechner opone
FE (MALA). Véase MALA FE .
esta "visión diurna" a la "visión noc-
FECHNER (GUSTAV THEODOR)
turna" de la ciencia natural meca-
(1801-1887), nacido en Gross-Särchen
nicista, que resuelve el universo en
bei Muskau ( Niederlausitz, Prusia),
cantidad y medida sin tener en cuenta
fue desde 1834 profesor de física en
la realidad de las llamadas "cualidades
la Universidad de Leipzig. En 1839
secundarias", sin prestar la debida
se vio obligado, por enfermedad, a
atención al hecho de la universal
suspender su enseñanza y durante
existencia de la vida psíquica. A
tres años —llamados "sus años de cri-
título de tal, la "visión diurna" no
sis"— se consagró a desarrollar su
es el producto de una deducción
pensamiento, especialmente sobre
racional ni de una intuición intelec-
cuestiones psicológicas y religiosas.
tual que halle el Absoluto de una
Característico de la filosofía de
vez y para siempre; es el resultado
Fechner es la intención de elaborar
de una reflexión sobre la Naturaleza
un sistema metafísico de base inducti-
susceptible de progreso indefinido.
va. La metafísica no es para Fechner
Lo mecánico no es, por consiguiente,
un saber absoluto a priori, como sos-
rechazado en la concepción de
tiene la filosofía romántica, pero tam-
Fechner, sino concebido como la
poco es algo que deba eliminarse for-
manifestación de lo animado. De este
zosamente del espíritu humano, según
modo ha podido Fechner enlazar la
pretende el positivismo. La ciencia na-
metafísica del pampsiquismo con una
tural proporciona una serie de imáge-
psicología experimental, con una psi-
nes del universo por medio de las cua-
cofísica que obtuvo su más señalado
les el pensador puede elevarse al
639
FED FEL
muy hispánica de la ilustración en- constante qué oscila entre lo que lla-
ciclopédica setecentista. Sus exposi- ma la idearia y lo que califica de soli-
ciones filosóficas carecen de orden dura. Los escritos de Feijoo fueron
sistemático y consisten más bien en muy discutidos en su época. Entre sus
una continua reiteración de temas si- impugnadores destacaron Salvador
guiendo el modo mental del autor. José Mañer (1676-1751: Antitheatro
Este modo está dominado —cuando crítico, 1729) y Fray Francisco Soto y
menos en filosofía— por el ideal de Marne (Reflexiones crítico-apologé-
la moderación. El propio escepticis- ticas, 1749). Defendió a Feijoo contra
mo debe ser moderado y limitarse a sus impugnadores, particularmente
reconocer que las tesis filosóficas son contra Mañer, el Padre Martín Sar-
falibles. No es, pues, conveniente miento (1695-1772) con su Demos-
adherirse fanáticamente a ningún par- tración crítico-apologética del Teatro
tido en las "guerras filosóficas"; los Crítico Universal (1757).
doctos deben ser "neutrales" y "po-
líticos" en el buen sentido de estos
dos términos. La novedad no es en
principio ni buena ni mala. Contra
las exageraciones de "nuestros aristo-
télicos" hay que admitir lo que esté
bien fundado en el pensamiento mo-
derno, pero contra las exageraciones
de este pensamiento (por ejemplo,
contra "la excesiva duda cartesiana")
hay que aceptar (con cautela) inclusive
aquello que no sabemos con toda
certidumbre. Lo que sucede en los
temas metafísicos ocurre también, se-
gún Feijoo, en los problemas de la
filosofía natural. Deben rechazarse
tanto los principios meramente verba-
les de gran parte de los autores es-
colásticos como los "extremismos" de
la física corpuscular moderna, en par-
ticular gassendista. La oposición a las
FEDON de Elis, discípulo de Só- supersticiones, a los errores y a los
crates y personaje principal en el diá- engaños en que cae el común de las
logo de Platón titulado Fedón, fundó gentes no significa que deba prescin-
en Elis hacia 399 antes de J. C. una dirse de las grandes verdades que se
de las escuelas socráticas: la "escuela encuentran en los autores del pasado.
élico-erétrica", así llamada por haber- Es muy característico de los comen-
se extendido por Eretria, donde la tarios filosóficos de Feijoo la constante
representó, entre otros, el amigo y dis- alabanza de la claridad y la ten.
cípulo de Fedón de Elis, Menedemo dencia a lo concreto. Lo último se
(v.) de Eretria. La escuela fundada manifiesta en la preferencia por te-
por Fedón de Elis era afín a la de los mas que rozan los "físico" y lo "cor-
megáricos (v.), pero con fuerte insis- póreo", en la aversión al análisis
tencia en las cuestiones morales y ci- abstracto, en la idea de la lógica
viles prácticas. Según Diógenes Laer- como arte instrumental, en la impor-
cio (II, 105), Fedón de Elis escribió tancia concedida a la experiencia y
dos diálogos, que se han perdido, pero a la experimentación, en los elogios
de los cuales hay noticia y algunos (por otro lado mesurados) de Francis
fragmentos en Séneca, Ep., 94:41. Bacon, etc. Sin embargo, esto no
Además de las obras sobre la escuela significa tampoco que Feijoo se ad-
de Megara y en particular el libro de hiera a un completo experimentalis-
C. Mallet citados en la bibliografía de mo; el sentido común y la razón de-
MEGÁRICOS, véase U. von Wila-
ben corregir los excesos que a veces
mowitz-Moellendorff, "Phaidon von
Elis", Hermes, XIV (1879), 187-93 y puede cometer "el gran magisterio de
476-7. la experiencia". De hecho, la filosofía
FEIJOO (FRAY BENITO JERÓ- es para nuestro autor una reflexión
NIMO) (1676-1764), nac. en Casde- situada entre lo demasiado abstracto y
miro (Orense), representó una forma lo puramente concreto, una lucha
640
FEL FEL
bien. La felicidad consiste en la pose- te al vocablo felicidad, y lo definió
sión de tal bien, cualquiera que este (S. theol, I, q. LXVII a 1) como "un
último sea. En el presente artículo nos bien perfecto de naturaleza intelec-
extenderemos sobre el concepto mis- tual". La felicidad no es simplemente
mo de felicidad, si bien debe adver- un estado del alma, sino algo que el
tirse que en muchos casos la felicidad alma recibe desde fuera, pues de lo
es definida por los filósofos como contrario la felicidad no estaría ligada
equivalente a la obtención de cierto a un bien verdadero.
bien o de ciertos bienes, de modo que Aunque los autores modernos ha-
lo dicho en el presente artículo coin- yan tratado de la felicidad en forma
cide parcialmente con lo indicado en distinta que los filósofos antiguos y
Eudemonismo. medievales, hay algo de común en to- FÉNELON (FRANÇOIS DE SA-
Nos referiremos únicamente a algu- dos ellos: el que la felicidad no es LIGNAC DE LA MOTHE) (1651-
nas de las concepciones básicas de la presentada nunca como un bien en sí 1715), nac. en el Castillo de Fénelon
felicidad. Aristóteles ha manifestado mismo, ya que para saber lo que es la (en el Périgord), arzobispo de Cam-
que la felicidad ha sido identificada felicidad hay que conocer el bien o brai, es sobre todo conocido en la
con muy diversos bienes: con la vir- bienes que la producen. Inclusive historia de la filosofía y de las ideas
tud, o con la sabiduría práctica, o con quienes hacen radicar la felicidad en religiosas por la "doctrina del amor
la sabiduría filosófica, o con todas un estado de ánimo independiente de puro" (le pur amour) y por su ensa-
ellas acompañadas o no de placer, o los posibles "bienes" o "males" su- yo de demostrar la existencia de Dios.
con la prosperidad (Eth. Nic., I, 8, puestamente "externos", llegan a la Según la doctrina del amor puro
1098 b 24-9). La conclusión de conclusión de que no puede definirse —que Fénelon debió en parte a Ma-
Aristóteles es compleja: las mejores la felicidad si no se define un cierto dame Guyon (Jeanne-Marie Bouvier
actividades son identificables con la bien — por "subjetivo" que éste sea. de la Mothe Guyon), a quien conoció
felicidad. Pero como se trata de saber Kant destacó muy claramente este en 1688—, es necesario que el espíritu
cuáles son tales "mejores actividades", punto al manifestar en la Crítica de la se deje llevar libremente en la oración
el concepto de felicidad es vacío a razón práctica que la felicidad es "el para que alcance un "gusto íntimo"
menos de referirse a los bienes que la nombre de las razones subjetivas de (goût intime) de Dios. Entonces se
producen. En todo caso, Aristóteles la determinación" y, por tanto, no es ama a Dios con un amor puro, que no
tiende a identificar felicidad con cier- reducible a ninguna razón particular. depende ni de la esperanza de re-
tas actividades de carácter a la vez La felicidad es un concepto que per- compensas ni del temor a castigos. El
intelectual y moderado — o, mejor di- tenece al entendimiento; no es el fin amor puro llega a no poseer concien-
cho, razonable y moderado. Boecio de ningún impulso, sino lo que acom- cia de sí, pero ello no significa, según
se dio cuenta asimismo de la índole paña toda satisfacción. Fénelon, que sea independiente de la
"compuesta" de la felicidad; ésta es voluntad. El amor puro resulta de un
"el estado en el cual todos los bienes consentimiento, pero se realiza sola-
se hallan juntos". La felicidad no tie- mente cuando la voluntad se entrega
ne, pues, sentido sin los bienes que a Dios sin reservas. Es usual conside-
hacen felices. Pero desde Boecio se rar a Fénelon como uno de los defen-
tendió ya a distinguir entre varias cla- sores del quietismo (v. ) aun cuando
ses de felicidad (beatitudo); puede este autor señala que proscribir la ac-
hablarse de una "felicidad bestial" tividad no equivale a eliminar la ac-
(que, propiamente, no es felicidad, si- ción. En su demostración de la exis-
no, a lo sumo, "felicidad aparente"), tencia de Dios, Fénelon se basó en la
de una "felicidad eterna" (que es la idea del infinito existente en el espí-
de la vida contemplativa), de una ritu humano — por lo tanto, se fundó
"felicidad final" o "última" o "perfec- especialmente en Descartes. Fénelon
ta", que es lo que se llamaría en espa- se ocupó asimismo de problemas de
ñol "beatitud". San Agustín habló de educación, manteniendo la necesidad
la felicidad como fin de la sabiduría; de seguir los intereses de los niños,
la felicidad es la posesión de lo ver- intereses que supuso no esencialmente
dadero absoluto y, en último término, contrarios a las buenas costumbres. En
la posesión (fruitio) de Dios; todas su filosofía política, nuestro autor
las demás "felicidades" se hallan su- defendió la institución monárquica,
bordinadas a aquélla. Lo mismo San absoluta en poder, moderada en ejer-
Buenaventura, para quien la felicidad cicio, y se opuso a quienes defendían
es el punto final y la consumación del la idea de un contrato social (v).
itinerario que lleva el alma a Dios. La Obras principales: Traite de l'edu-
felicidad no es entonces ni voluptuosi- cation des filies, 1687. — Explication
dad ni poder, sino conocimiento, amor des maximes des Saints sur la vie in-
y posesión de Dios. Santo Tomás usó térieure, 1697. — Les aventures de
Télémaque, 1699. — Démonstration
el término béatitudo como equivalen- de l'existence de Dieu et de ses attri-
FEN FEN
muchos sofistas y escépticos. El feno-
festó que el fenomenismo ha sido casi
menismo antiguo es por lo común siempre una "actitud" ( a kind of spi-
realista, es decir, admite que los fe-
rit or flavour) que se ha revelado
nómenos son la realidad y no distin- esporádicamente en el tratamiento de
gue, por lo tanto, entre una supuestaproblemas aislados, y en particular de
realidad en sí y su aspecto o aspectos
problemas en teoría del conocimiento
fenoménicos. Entre los filósofos mo- y filosofía de la ciencia. Es, pues, ne-
dernos son fenomenistas varios empi- cesario, a su entender, "darle una me-
ristas; los más destacados son Hob- tafísica". Esta metafísica ha sido lla-
bes, Berkeley y Hume. El fenomenis- mada por Stace "la teoría de las
mo de Hobbes es mecanicista o, mejor células". La hipótesis básica de esta
dicho, su fenomenismo —la idea de metafísica es la siguiente: "el uni-
que "todo lo que computamos es sólo verso es una pluralidad de células, to-
nuestras representaciones" (phan- das ellas con la misma estructura fun-
tasms)— se halla yuxtapuesto a su damental, aunque ofreciendo, aparte
mecanicismo, que es por acaso más de su estructura, variaciones en nú-
fundamental que el primero. El feno- mero indefinido. Así, hay sólo una
menismo de Berkeley es idealista y especie de realidad concreta en el
espiritualista; el de Hume puede ser mundo. Desde este punto de vista [la
calificado de "sensacionista". Son asi-
metafísica aquí presentada], es un
FENOMENISMO es, en general, la mismo fenomenistas de tipo "sensa- monismo. Pues el universo no sólo
doctrina que sostiene que solamente cionista" autores como Condillac y contiene células, sino que se halla
existen fenómenos, o solamente puede varios de los "ideólogos" (v.). Una compuesto exclusivamente de ellas.
hablarse de fenómenos. El feno- de las posibles interpretaciones de Sólo las células existen" ( op. cit., pág.
menismo rechaza, por consiguiente, la Kant hace de este autor un filósofo 34). El término 'célula' es un término
afirmación de que pueden conocerse fenomenistas ello ocurre cuando se metafórico de índole biológica y de-
las cosas en sí, o inclusive la afirma- insiste en que para Kant el noúmeno signa "los constituyentes concretos de
ción de que existen tales cosas en sí. o cosa en sí (v.) es a lo sumo un con-
la realidad". Así, Stace se opone tanto
El fenomenismo suele ir unido a la cepto límite. El propio Kant considera
al atomismo como al monadismo. El
doctrina según la cual el conocimiento su posición como un idealismo tras- atomismo afirma que la materia es
de la realidad se funda en la percep- cendental, pero puede acentuarse el concreta. El monadismo afirma que
ción, o posible percepción, de la carácter fenomenista de este idealis-los espíritus son concretos. Pero no
"realidad". Suelen clasificarse las doc- mo. Ello choca ciertamente con una hay ni "concretos materiales" ni "con-
trinas fenomenistas en doctrinas fe- dificultad: el olvidar que para Kant cretos espirituales": sólo esos "concre-
nomenistas metafísicas (u ontológicas) las apariencias (véase APARIENCIA) tos" que son las "células" (op. cit.,
y doctrinas fenomenistas metafísicas. son conjuntos de representaciones, y pág. 35). Contra la tendencia a fundar
El fenomenismo metafísico (u ontoló- el descuidar que el conocimiento no el fenomenismo en una metafísica,
gico) afirma que no hay cosas en sí; se constituye simplemente con las apa-
Cosmo Guastella ( VÉASE ) considera
el fenomenismo gnoseológico afirma riencias, aun cuando se basa en ellas.
que el fenomenismo (como "fenome-
que si hay tales cosas en sí no pueden Ciertos positivistas, como Comte, sonnismo absoluto") es esencialmente
conocerse. Estas dos especies de fe- asimismo fenomenistas, en cuanto re- anti-metafísico.
nomenismo se combinan con frecuen- chazan el concepto de cosa y de la En la época actual, y especialmente
cia en el mismo filósofo. Ciertos auto- posibilidad de explicación de la cosa.
en autores ingleses o de lengua
res, especialmente los de tendencia Lo mismo ocurre con autores como inglesa, el fenomenismo es tratado
positivista y empirista, niegan que su Renouvier (con su "principio de la usualmente desde el punto de vista
propio fenomenismo pueda ser califi- relatividad"), como J. S. Mili (véase"lingüístico". Se afirma sobre todo
cado de metafísico (u ontológico) o supra), como E. Mach, R. Avenarius que todo enunciado acerca de una
gnoseológico; la interpretación meta- y, en general, los autores de tendencia
cosa u objeto material puede tradu-
física (u ontológica) o gnoseológica "neutralista", esto es, los que afirman
cirse en principio a enunciados relati-
es para ellos posterior a la actitud que la realidad es simplemente lo vos a datos de los sentidos. Las lla-
fenomenista; ésta consiste en aceptar dado. Puede mencionarse asimismo a madas "cosas materiales" son vistas
"lo dado" ( VÉASE ) como fenómeno este respecto a Schuppe, Schubert- como construcciones lógicas a base de
(v.) y éste como lo percibido o per- Soldern, J. Rehmke y algunas de las datos "sensibles". Ahora bien, cuando
ceptible o (según la expresión de J. primeras posiciones de Bertrand Rus- se ha examinado cómo puede llevarse
Stuart Mill) como "posibilidades per- sell, sobre todo cuando este último a cabo semejante traducción, se ha
manentes de sensación". Este último define 'cosa' como 'clase de aparien-chocado con no pocas dificultades.
tipo de fenomenismo recibe a veces el cias (o fenómenos)'. El fenomenis- Entre ellas cabe mencionar la necesi-
nombre de "radical" o "absoluto". mo ha tenido gran auge especialmente dad de un número en principio infi-
Las doctrinas fenomenistas son en la época contemporánea en autores nito de enunciados para describir "una
abundantes en la historia de la filoso- de lengua inglesa de tendencia em- cosa" de modo puramente fenoménico
fía. Entre los filósofos antiguos pue- pirista (véase PERCEPCIÓN). o fenomenista. Hay, en efecto, un
de considerarse como fenomenistas a W. T. Stace (op. cit. infra) mani- número en principio infinito, o cuando
642
FEN FEN FEN
menos indefinido, de "aspectos" de la calismo" (o "cosismo") están funda- riencias es el mundo de las "mera»
supuesta "cosa". Se ha argüido por dos respectivamente en dos ontologías representaciones", famtasma/ta (véase
parte de los fenomenistas que esta cuya verdad no se puede últimamente FANTASÍA). El mundo de los fenóme-
dificultad no es suficiente para des- demostrar, sino que cabe a lo sumo nos puede ser también descrito como
cartar el fenomenismo. Aunque la tra- elegir. La elección no consiste sim- el mundo de las "apariencias": pheno-
ducción indicada sea difícil, no es plemente en elegir un modo de ser la mena sive apparitiones (Leibniz; Ger-
—se declara— imposible. Además, la realidad, sino, y sobre todo, en elegir hardt VII, 319). Algunos autores han
descripción fenomenista de la realidad un modo de hablar acerca de la reali- relacionado el término φαινόμενον y
se aproxima más a ésta que la des- dad. La decisión última sería en este el término φαίνεσθαι ( = 'aparecer',
cripción de la realidad como "cosas", caso de carácter pragmático; decidirse 'manifestarse', 'revelarse') con otros
por cuanto que éstas son siempre en favor del fenomenismo o contra él vocablos cuya raíz es φυ- ; así, por
construcciones. El lenguaje fenome- dependería de lo que se puede decir y ejemplo, y sobre todo con fu\w, "sur-
nista, en suma, se adapta más que no se puede decir en lenguaje gir" (de donde fu/sij ), y hasta fw=j,
otro lenguaje a lo dado. Contra lo úl- fenomenista en comparación con lo luz. Apoyándose en algunas de estas
timo se ha indicado que el lenguaje que se puede decir y no se puede de- pesquisas filológicas, Heidegger ha
no fenomenista —por ejemplo, el len- cir en lenguaje "fisicalista" y "cosis- definido 'fenómeno' como "lo que se
guaje corriente, que habla de cosas y ta". Según ello, el fenomenismo no es hace patente por sí mismo" ( Sein und
de objetos— no es menos adecuado "neutralista" (como tendían a soste- Zeit, § 7A). Ahora bien, como lo que
que el fenomenista, por lo menos en ner ciertos autores, como Mach, Ave- se hace patente por sí mismo aparece
cuanto dice todo lo que se propone narius, etc.). El fenomenismo es una "bajo una luz" (sin la cual no podría
decir. "Decir —escribe G. J. Warnock ontología —y un lenguaje— o un len- "verse"), el fenómeno es considerado
(Berkeley, 1953, pág. 240)— que un guaje —y una ontología—, en virtud como "lo que se revela por sí mismo
enunciado no se adapta a los hechos de la interdependencia entre la reali- en su luz". En este sentido el fenóme-
equivale sólo a decir que no es ver- dad (o "lo que hay") y lo que se dice no puede ser materia de descripción, y
dadero. Si digo 'Hay una mesa en mi acerca de la realidad (o "lo que se objeto de una "fenomenología" (VÉA-
estudio', esto no se adapta a los he- dice que hay"). SE ), en cuanto explicación mediante
chos si, por ejemplo, no hay en mi el decir (logos) de aquello que se
estudio ninguna mesa, sino sólo un manifiesta por sí mismo y "desde sí
escritorio. Por otro lado, si lo que digo mismo".
es verdadero, se adapta a los hechos Estudiaremos aquí el concepto de
exactamente. . . Hay, desde luego, un fenómeno tal como ha sido elaborado
número indefinido de hechos que no por varios pensadores y períodos; con-
se hallan expresados en ningún enun- viene completar lo que se dice en este
ciado, pero sería harto irrazonable po- artículo con el contenido de los artícu-
ner objeciones a un enunciado porque los Apariencia, Fantasía, Fenomenis-
deja de expresar hechos que no ex- mo, Fenomenología ( VÉANSE).
presa ... Los físicos y los fisiólogos Para muchos filósofos griegos, el
no han dejado establecido de ningún fenómeno es lo que parece ser tal co-
modo que el enunciado 'Oigo un co- mo realmente se manifiesta, pero que,
che' no es nunca verdadero. Lo que en rigor, puede ser algo distinto y aun
hay acaso establecido es que al oír opuesto. El fenómeno se contrapone
un coche tiene lugar un número sor- entonces al ser verdadero y aun es un
prendentemente complejo de aconte- encubrimiento de este ser. El concepto
cimientos físicos; han descubierto de fenómeno es, por lo tanto, su-
numerosos hechos sobre tal aconteci- mamente equívoco; si, por una parte,
miento que las generaciones anterio- puede ser la verdad, lo que es a la vez
res no habían siquiera sospechado. aparente y evidente, por otra puede
Pero el enunciado 'Oigo un coche' no ser lo que encubre la verdad, el falso
afirma ni niega ninguno de estos he- ser, y, finalmente, aquello por lo cual
chos; afirma simplemente, de modo la verdad se manifiesta, el camino
enteramente tautológico, el hecho de hacia lo verdadero. Estas tres
que oigo un coche." Esta objeción al nociones suelen presentarse confun-
fenomenismo es lingüística. Otras ob- didas o, cuando menos, entrelazadas
jeciones a la misma doctrina son más FENÓMENO. El término fenóme- en la historia de la filosofía. Aun en
bien de carácter psicológico o, por lo no' procede del griego φαινόμενον aquellos pensadores para quienes la
menos, psico-gnoseológico; afirman (plural: φαινόμενα ). Su significado es oposición entre fenómeno y ser ver-
que los fenomenistas yerran en la in- "lo que aparece"; 'fenómeno' equiva- dadero equivale a la oposición entre
terpretación que dan a las expresiones le, pues, a 'apariencia'. Los fenóme- lo sensible y lo inteligible, lo apa-
'percepción' y 'ser percibido'. nos o apariencias son contrastados por rente y lo real, el ser que parece
Según W. van Orman Quine (From Platón con la realidad verdadera o los y el ser que es, el fenómeno no
a Logical Point of View, 1951, págs. "seres", o)/nta (Rep., X 596 E et. al). significa siempre lo ilusorio. Muchas
44 y sigs.) el fenomenismo y el "fisi- El mundo de los fenómenos o apa- veces es el fenómeno, más que rea-
643
FEN FEN FEN
lidad ilusoria, realidad subordinada y (3) lo en sí y el fenómeno existen aquellas que han partido de la con-
dependiente, sombra proyectada por separadamente y entre ellos no hay tradicción de la experiencia sensible
una luz, pero sombra sin la cual sino la nada (Parménides desde el para hacer del ser aparente el ser
la luz no sería en última instancia momento en que formula la doc- falso, el fenómeno ha sido no sólo
accesible. Por eso se habla a veces de trina de la opinión, algunas direccio- el único camino para llegar más allá
"salvar las apariencias" ( VÉASE) — lo nes del platonismo); (4) lo en sí y de él, sino también algo que ha
que equivale a "salvar los fenóme- el fenómeno están unidos por el constituido una realidad innegable,
nos", σοζειντά φαινόμενα Por eso demiurgo o por una divinidad (pla- algo que no ha sido pura apariencia,
también no hay una sola y única tonismo, ocasionalismo y, en general, ya que esta apariencia debe ser sim-
forma de relación entre lo en sí y el toda crítica de la racionalidad del plemente negada, en tanto que el
fenómeno y entre ellos y la conciencia nexo causal que no acabe en un fenómeno no puede ser negado por
cognoscente, y por eso también la puro fenomenismo); (5) división de lo ser siempre objeto de experiencia.
filosofía "elegida" depende en gran en sí en una multiplicidad (Demó- La "salvación" del fenómeno coincide
parte de la forma como tal relación sea crito y el mecanicismo en general; así con la "salvación" de la expe-
concebida. En Parménides, por lo en sí queda escindido o pulve- riencia. En ello coinciden muchas di-
ejemplo, lo en sí predomina de tal rizado, salvándose de este modo, sin recciones filosóficas, las cuales en-
modo, que la "doctrina de la perderse nada de su inteligibilidad, cuentran en esta fórmula la raíz
opinión" —que se hace inevitable un movimiento que en realidad no última de su actitud frente a la ex-
por la presencia del mundo— se es más que desplazamiento o cambio periencia posible.
constituye casi enteramente al margen de posición, pues el movimiento es El concepto de fenómeno y de su
de la "doctrina de la verdad"; no aquí la diversidad de posiciones relación con la "realidad" ha sido
hay propiamente más que un en sí recíprocas de entes últimamente irre- analizado con particular atención y
—la "esfera" espacial llena— y ductibles: los átomos); (6) afirma- gran detalle por la fenomenología de
ningún fenómeno, pues lo en sí no ción de lo en sí y simultánea afir- Husserl en la medida por lo menos
puede desdoblarse. Tal posición se mación de su incognoscibilidad teó- en que ha procurado atender "a las
opone directamente a todas las ten- rica (Kant; salvación de los conflictos cosas mismas". Sin embargo, aun
dencias "fenomenistas"; para ellas no de la razón teórica por la razón dentro del marco del método feno-
hay un "en sí" o, mejor dicho, para práctica; disolución por la acción menológico, el fenómeno no puede
ellas el fenómeno es una realidad de los conflictos racionales; marxis- ser simplemente definido como aque-
última, lo cual equivale casi siempre a mo; primado de la fe: Jacobi, Fries; llo que "se da"; como señala Husserl,
hacer del fenómeno el hecho puro y metafísicas irracionalistas: Schopen- el término 'fenómeno' está usual-
simple que lleva en sí mismo su hauer, etc.). En todo caso, y parti- mente lastrado de equívocos, y con-
propio sentido. Este "fenomenismo" cularmente en este último sentido, viene atender a su significación en
no debe en modo alguno confundirse el fenómeno no es, como Kant sos- tanto que se refiere a los actos de re-
con las direcciones que recomiendan tiene explícitamente, un aparecer, sino presentación intuitiva. De ahí diver-
atenerse al fenómeno, a la experiencia algo igualmente distinto del noúmeno sos y, al mismo tiempo, escalonados
posible. El fenomenismo en cuanto tal y de la mera apariencia. En efecto, significados del vocablo. Fenómeno
es el que niega las "cualidades en oposición a lo que ocurre en la significa, en efecto, 1) "la vivencia
primarias" o, mejor aun, el que sos- apariencia (blosser Schein), en el concreta de la intuición" (el tener
tiene el carácter primario de las fenómeno (Erscheinung) "los objetos presente o representado, intuitiva-
cualidades secundarias. El primado y aun las propiedades que les mente, cierto objeto); 2) "el objeto
de los matters of fact en el sentido atribuimos son siempre considerados intuido (aparente), como el que nos
de Hume puede valer como la como algo dado realmente" (K. r. V., aparece hic et nunc". Y, de un modo
expresión más cabal de una tendencia Β 69), pues el fenómeno es "la in- que induce a error, se llama asi-
que ofrece, por otro lado, muy tuición de los objetos exteriores y mismo fenómeno a 3) "los elementos
diversos aspectos. En modo alguno la que el espíritu tiene de sí mismo" reales del fenómeno en el primer
es lícito, en efecto, dar el mismo representada en las formas del espacio sentido, en el sentido del acto con-
nombre de fenomenismo a direcciones y del tiempo. En cambio el fenómeno creto de aparición o de intuición".
tan dispares como, por ejemplo, Hume, se relaciona con el noúmeno ( VÉASE ) (Investigaciones lógicas, trad. Mo-
Berkeley, Mach o Renouvier. En en cuanto manifestación de lo que "el rente-Gaos, VI. Apéndice.) Según
general, y visto desde el ángulo de la objeto es en sí". El fenómeno se Husserl, el concepto primitivo de fe-
afirmación de lo en sí o el fenómeno convierte en objeto de experiencia nómeno es el indicado en 2), es decir,
y de la relación entre ambos, las posible frente a lo que es simple "el de lo aparente o de lo que puede
posiciones adoptadas hasta el apariencia ilusoria y frente a lo que aparecer, el de lo intuitivo como tal".
presente pueden esquematizarse se halla más allá de esta experiencia Y sólo esto hace posible que la fe-
imperfectamente del siguiente modo: misma. Por eso el signifi-ficado que da nomenología sea "la teoría de los
(1) posición exclusiva de lo en sí Kant a 'fenómeno' no es, en rigor, fenómenos puros". Con lo cual que-
(Parménides, formas extremas del sino la plena conciencia de lo que ha dan planteados los problemas que
panteísmo acosmista); (2) posición sido casi siempre la noción de conciernen a la relación del fenómeno
exclusiva del fenómeno (fenomenismo fenómeno en la historia filosófica. con lo real en la medida en que la
radical, negación de toda cualidad Pues en cualquiera de las conciencia pura pretende salir del
primaria: ser es ser percibido); direcciones mencionadas, aun en círculo inmanente en que se ha ence-
644
FEN FEN
rrado. Siguiendo a Husserl, Herbert ¿Existen fantasmas que, fascinando rentes formas o fenómenos de la
Spiegelberg ("The Reality-Phenome- los ojos de la inteligencia, le impidan conciencia hasta llegar al saber ab-
non and Reality", en Philosophical percibir la verdad? A estas cuatro soluto. La fenomenología del Espíritu
Studies in Memory of E. Husserl, ed. cuestiones responde Lambert con representa, a su entender, la
M. Farber, 1940, págs. 84-105) ha cuatro investigaciones distintas: la introducción al sistema total de
distinguido entre fenómeno, realidad primera es la dianoiología o reglas la ciencia: la fenomenología pre-
y realidad-fenómeno. Fenómeno es, del arte de pensar; la segunda es la senta el "devenir de la ciencia en
dice Spiegelberg, "todo lo dado a aletología, que examina la verdad en general o del saber". Según Eduard
nosotros directamente, sin inferen- sus elementos; la tercera es la semió- von Hartmann, la "fenomenología de
cias mediadoras, y tal como es dado"; tica, que asigna a lo verdadero sus la conciencia moral" equivale a una
en otros términos, fenómeno es "la caracteres extemos; la cuarta es la descripción y análisis de los tipos de
cosa misma tal como es presentada". fenomenología, destinada a distinguir vida moral destinados al estableci-
Realidad es, en cambio, "lo que sub- entre la verdad y la apariencia. La miento de una jerarquía que no ex-
siste por su propio ser", indepen- fenomenología es, pues, como el ci- cluya ilegítimamente ninguno de los
dientemente de cualquier observador. tado filósofo la designa, la "teoría tipos esenciales que se han mani-
Esta realidad puede ser no sólo física de la apariencia", el fundamento de festado en el curso de la historia
y psíquica, sino también ideal, axio- todo saber empírico. En los Principios humana. El término 'fenomenología'
lógica, etc. Finalmente, realidad-fe- metafísicos de la ciencia natural, — ha adquirido un puesto central y un
nómeno es todo objeto fenomenal _ Kant concibe la materia como algo sentido muy preciso también en el
que pretende ser real, esto es, aquel 1 movible en el espacio, es decir, con- pensamiento de Husserl, Peirce y
fenómeno que al mismo tiempo se sidera el movimiento como cantidad Stumpf. Para este último, la feno-
supone real (op. cit. págs. 86-7), pura en la foronomia; concibe la menología es una ciencia neutral
con lo cual se daría en la realidad- materia como algo movible en cuanto que trata de los "fenómenos psíqui-
fenómeno una coincidencia de las dos ocupa un espacio, es decir, examina cos en sí", es decir, en cuanto conte-
entidades y una eliminación tanto el movimiento como algo perte- nidos significativos. Aunque sostiene
del carácter puramente fenoménico neciente a la cualidad de la materia enérgicamente su "neutralidad", la
del fenómeno como de la índole bajo el nombre de una fuerza ori- fenomenología de Stumpf se halla,
estrictamente transfenoménica de la ginariamente movible en la dinámica; de hecho, implicada en proporción
realidad como tal. concibe la materia como lo móvil considerable con la psicología o,
Jean Jacques Gourd, Le Phénomè- en tanto que posee una fuerza que cuando menos, con una psicología
ne, 1888. — Emile Boirac, L'Idée la impulsa, es decir, considera la descriptiva. (Ya Brentano hablaba,
de Phénomène, 1898. — Georges materia con esta cualidad en relación en un contexto semejante, de una fe-
Dawes Hicks, Die Begriffe Phäno- con su movimiento en la mecánica; y nomenognosia.) El término 'fenome-
menon vnd Noumenon in ihrem
Verhältnis zueinander bei Kant. Bei- concibe la materia como algo móvil nología' fue usado asimismo por Peirce
trag zur Auslegung und Kritik der en tanto que posible objeto de —quien lo tomó de Hegel— para
Transzendentalphilosophie, 1897 experiencia, es decir, examina el designar una de las tres partes en
(Dis.). — Georges Matisse, Le primat movimiento o reposo de la materia en que, a su entender, se divide la filo-
du phénomène dans la connaissance relación con la forma de repre- sofía (véase CIENCIAS [CLASIFICA-
(t. II. de La philosophie de la nature, sentación en la fenomenología. Kant CIÓN DE LAS]). La fenomenología
1938). — Heinrich Barth, Philosophie ha hablado también de una pheno- —dice Peirce— constituye un estudio
der Erscheinung. Eine Problemeges-
chichte. I. Altertum und Mittelalter, menologia generalis que debería pre- simple y no se subdivide en otras
1947; II. Neuzeit, 1959. — F. Pfister, ceder a la metafísica y trazar la línea ramas (Coll. Papers, 1.190). Peirce
Il metodo della scienza, 1948. — R. divisoria entre el mundo sensible y llama también a la fenomenología
Vancourt, La philosophie et sa struc- el inteligible para evitar ilegítimas faneroscopia y define a ésta como la
ture, I, 1953.— C. Rossi, Fenomeno e transposiciones del uno al otro (Wer- descripción del fanerón. Éste es "el
contenuto della coscienza, 1957. — ke, ed. Cassirer, IX, 73: Correspon- todo colectivo de cuanto está de cual-
Eugen Fink, Sein, Wahrheit, Welt. dencia [con Lambert, 1770], apud E. quier modo o en cualquier sentido
Vor-Fragen zum Problem des Phäno-
men-Begriffs, 1958 (Phaenomenolo- Cassirer, I. Kant, Cap. II, 5, en tomo presente a la mente, independiente-
gica, 1). — Véase también la biblio- X de citados Werke). Por su parte, mente de si corresponde o no a nin-
grafía de los artículos APARIENCIA, al establecer una distinción entre la guna cosa real" (1. 284). Según Peirce,
FENOMENISMO, FENOMENOLOGÍA Y psicología y la lógica, Ha-milton el término 'fanerón' designa algo
SALVAR LAS APARIENCIAS. señala que la primera es una similar a lo que los filósofos ingleses
FENOMENOLOGÍA. I. Sentido fenomenología, pues se refiere a lo han llamado idea, aun cuando éstos
pre-husserliano de 'fenomenología'. El que aparece en vez de aplicarse han restringido demasiado el signifi-
prefacio al Neues Organon (1764), de al pensamiento en cuanto tal. La cado de 'idea'. Los fanerones están
Lambert (VÉASE), plantea cuatro cues- fenomenología es entonces una psi- enteramente abiertos a la observación.
tiones: 1) ¿Se ha negado la Naturale- cognosia o examen de las "ideas" Por eso la fenomenología o fanerosco-
za a otorgar al hombre la fuerza sufi- tal como de hecho surgen y des- pia es "el estudio que, apoyado en la
ciente para marchar hacia la verdad? aparecen en el curso de los procesos observación directa de los fanerones y
2) ¿Se ofrece la verdad bajo la más- de la mente. Hegel llama "fenome- mediante generalización de sus ob-
cara del error? 3) ¿Oculta el lenguaje nología del Espíritu" a la ciencia servaciones, señala varias clases muy
la verdad con términos equívocos? 4) que muestra la sucesión de las dife- amplias de fanerones; describe los
645
FEN FEN FEN
caracteres de cada una; muestra que, y de Nicolai Hartmann), la "fase fran- ricas o trascendentales o procedentes
aunque se hallan tan inextricablemente cesa" (con las "relaciones" de Gabriel de un supuesto mundo inteligible de
mezclados que ninguno puede ser Marcel con el "movimiento fenome- carácter metafísico. Sobre todo es pre-
aislado, resulta evidente que sus ca- nológico" o cuando menos los "temas ciso mostrar que ciertos actos tales
racteres son muy dispares; pnieba fenomenológicos"; las bases fenome- como la abstracción, el juicio, la infe-
luego que cierto número muy reducido nológicas de Jean-Paul Sartre, de M. rencia, etc. no son actos empíricos:
comprende todas estas más amplias Merleau-Ponty y de Paul Ricoeur), y son actos de naturaleza intencional
categorías de fanerones existentes y, otras diversas "fases" y "períodos". A (véase INTENCIÓN, INTENCIONAL, IN-
finalmente, procede a la laboriosa y algunos de los autores mencionados TENCIONALIDAD ) que tienen sus corre-
difícil tarea de enumerar las principales hemos dedicado artículos especiales latos en puros "términos" de la con-
subdivisiones de estas categorías" en los que se indican sus relaciones ciencia (VÉASE ) como conciencia
(1.286). La fenomenología o con el movimiento fenomenológico, intencional. Esta conciencia no apre-
faneroscopia se abstiene de toda pero sin necesariamente hacer de ellos hende los objetos del mundo natural
especulación en cuanto a las relacio- "simples fenomenólogos". Todos esos como tales objetos, pero tampoco cons-
nes entre sus categorías y los hechos autores han contribuido de algún mo- tituye lo dado en cuanto objeto de
fisiológicos, cerebrales o de cualquier do a elaborar, modificar y, en muchos conocimiento: aprehende puras signi-
otra índole. Se limita a describir las casos, "superar" la fenomenología de ficaciones en cuanto son simplemente
apariencias directas y trata de com- Husserl, de modo que una presenta- dadas y tal como son dadas. La depu-
binar la exactitud minuciosa con la ción de "la fenomenología en gene- ración antes mencionada lleva, así, al
más amplia especulación. Para prac- ral" sería tarea larga y, dentro de los método fenomenológico y a la vez
ticar la fenomenología no hay que límites de la presente obra, poco prac- constituye tal método. Con el fin de
estar influido por ninguna tradición, ticable. Por este motivo nos referire- poner a éste en marcha es menester
por ninguna autoridad, por ninguna mos en esta sección principal, y casi adoptar una actitud radical: la de la
suposición de que los hechos deberían exclusivamente, a la fenomenología en "suspensión" del "mundo natural". La
ser de un modo o de otro: hay que cuanto ha sido bosquejada y desarro- creencia en la realidad del mundo na-
limitarse simple y honradamente a la llada por Husserl. Además, nos ocu- tural y las proposiciones a que da lu-
observación de las apariencias (1.287). paremos principalmente, aunque no gar esta creencia son "puestas entre
Las divisiones formales de los elemen- exclusivamente, de la fenomenología paréntesis" por medio de la epojé
tos del fanerón deben ser divisiones husserliana como "método" y como (VÉASE) fenomenológica. Ello no quie-
según lo que Peirce llama valencias. "modo de ver". La evolución de la re decir que se niega la realidad del
Hallamos, así, modadas, mónadas, fenomenología en el propio Husserl ha mundo natural; la epojé fenomenoló-
diadas, tríadas, tetradas, etc. (1.292). sido tratada especialmente en el ar- gica no es una manifestación de es-
Peirce relacionó el estudio de los ele- tículo sobre este pensador, por lo que cepticismo. Sólo sucede que, a conse-
mentos del "fanerón" con sus investi- no insistiremos demasiado en ella. Por cuencia de la epojé, se coloca, por
gaciones sobre la lógica de las rela- lo demás, serán inevitables algunas decirlo así, un nuevo "signo" a la "ac-
ciones. repeticiones con respecto a lo dicho titud natural". En virtud de este "sig-
17. Sentido husserliano y post-hus- en el aludido artículo, que en algunos no" se procede a abstenerse sobre la
serliano de 'fenomenología'. En la respectos se entrelaza con el presente existencia espacio-temporal del mun-
época actual cuando se habla de feno- y en otros lo suplementa. Advertimos do. El método fenomenológico consis-
menología se tiende a entender por que en sus orígenes cuando menos te, pues, en re-considerar todos los
ella principalmente la fenomenología hubo relaciones interesantes, pero en contenidos de conciencia. En vez de
de Husserl (VÉASE) y de los fenome- las que no podemos detenernos aquí, examinar si tales contenidos son reales
nólogos que han partido de Husserl entre la fenomenología husserliana, y o irreales, ideales, imaginarios, etc. se
o que, como Alexander Pfänder (VÉA- en particular la preparación para la procede a examinarlos en cuanto son
SE ), se relacionaron con Husserl de misma, y las investigaciones de puramente dados. Mediante la epojé
modo diverso al de los discípulos o Stumpf (v. ) y, en general, las de le es posible a la conciencia fenome-
continuadores —más o menos fieles— Brentano (v.) y su escuela, así como nológica atenerse a lo dado en cuanto
de éste. Tomada en su máxima gene- la actitud anti-psicologista de Frege tal y describirlo en su pureza. Lo dado
ralidad, la "escuela fenomenológica" (v.) en lo que toca a la fundamenta- (VÉASE) no es en la fenomenología de
es compleja y variada, y más todavía ción de la matemática. Husserl lo que es en la filosofía
lo es el "movimiento fenomenológico", Indicamos antes que la fenomeno- trascendental — un material que se
como puede verse en la larga historia logía es a la vez un "método" y un organiza mediante formas de intuición
de este movimiento escrita por Her- "modo de ver". Ambos se hallan es- y categorías. No es tampoco algo
bert Spiegelberg (Cfr. op. cit. infra). trechamente relacionados, por cuanto "empírico" — los datos de los senti-
Dentro de este movimiento figuran, el método se constituye mediante un dos. Lo dado es el correlato de la
según Spiegelberg, "la fase alemana" modo de ver y éste se hace posible conciencia intencional. No hay conte-
(con la fenomenología pura de Husserl mediante el método. Comenzaremos, nidos de conciencia, sino únicamente
y su evolución; el citado Pfánder, sin embargo, por poner de relieve el "fenómenos". La fenomenología es
Adolf Reinach, Moritz Geiger, E. método. Éste se constituye tras la de- una pura descripción de lo que se
Stein, R. Ingarden y otros; la fenome- puración del psicologismo ( VÉASE ). muestra por sí mismo, de acuerdo con
nología de las esencias de Scheler; las Es preciso mostrar que las leyes lógi- "el principio de los principios": reco-
bases fenomenológicas de Heidegger cas son leyes lógicas puras y no empí- nocer que "toda intuición primordial
646
FEN FEN FEN
es una fuente legítima de conocimien- hacia sí en su pureza intencional. En los trabajos de Husserl encaminados a
to, que todo lo que se presenta por sí la actividad intencional pueden dis- superar el posible "solipsismo" de la
mismo 'en la intuición' (y, por así tinguirse, según Husserl, dos polos: el conciencia trascendental y a restaurar
decirlo, 'en persona' ) debe ser acepta-, noético ( VÉASE ) y el noemático. No la intersubjetividad (véase INTERSUB -
do simplemente como lo que se ofre- se trata de dos realidades, y menos JETIVO) de las "conciencias" — lo que
ce y tal como se ofrece, aunque sola- aun de dos actos distintos, sino de dos a veces se ha llamado "monadología
mente dentro de los límites en los extremos de un simple y puro "flujo trascendental". En cambio, ha in-
cuales se presenta" (Ideen, § 24). intencional". La atención hacia lo noe- fluido grandemente sobre fenomenó-
La fenomenología no presupone, mático es lo característico de la intui- logos y sobre autores que no pertene-
pues, nada: ni el mundo natural, ni ción de las esencias. La atención hacia cen a este movimiento la idea husser-
el sentido común, ni las proposiciones lo noético es lo característico de la liana del "mundo vivido" a la que nos
de la ciencia, ni las experiencias psi- reversión de la conciencia hacia sí hemos referido brevemente en el ar-
cológicas. Se coloca "antes" de toda misma. Mediante esta operación se tículo Lebenswelt ( VÉASE ).
creencia y de todo juicio para explorar obtiene la conciencia pura, trascen- Hemos indicado antes que trataría-
simplemente y pulcramente lo dado. dental, como "residuo último" de la mos principalmente de la fenomenolo-
Es, como ha declarado Husserl, un reducción fenomenológica. En el cur- gía tal como fue elaborada por Hus-
"positivismo absoluto". A base del so de la reducción eidética, Husserl serl, especialmente en su fase "propia-
mismo es posible llevar a cabo el pro- había prestado atención primordial a mente fenomenológica". Sin embargo,
ceso de la reducción ( VÉASE ) o, me- la fenomenología como un "método" es pertinente mencionar aquí como
jor dicho, de una serie de reducciones. y como un "modo de ver" que llevaba muy ligada a esta base la llamada
Ante todo la reducción eidética ( VÉA- a la constitución de una "ciencia uni- "fenomenología de las esencias de Max
SE). Lo que resulta de ella —su "re- versal", fundamento de todas las cien- Scheler" (VÉASE ). Este autor trató
siduo"— son las esencias (véase cias particulares. En efecto, las cien- especialmente de las esencias como
ESENCIA). Las esencias son dadas a cias eidéticas o ciencias de esencias se "esencias-valores" y se interesó por la
la intuición ( VÉASE ) fenomenológica, convertían en fundamento de todas las "intuición emocional" de tales
la cual se convierte de este modo en ciencias (véase ESENCIA). En el cur- esencias. Estas últimas no se hallan
una aprehensión de "unidades ideales so de la reducción trascendental, Hus- directamente ligadas a significaciones;
significativas" —de "sentidos" u "ob- serl llega a una idea "egológica" de la en la intuición del valor de lo agra-
jetos-sentidos"—, de "universalida- conciencia — a diferencia de la idea dable, por ejemplo, no se intuye la
des". Éstas no son ni conceptos lógi- "no egológica" característica de la significación de la esencia "agrada-
cos ni ideas platónicas. Las universali- fase a veces llamada "metódica" de ble", sino que se intuye (emocional-
dades esenciales aprehendidas la fenomenología. Como en esta fase mente) la esencia "agradable" misma.
fenome-nológicamente son de muchas parecía quedar sin apoyo la actividad Scheler desarrolló con detalle una
clases. En la intuición del color rojo o, intencional, Husserl concluyó que es teoría de la "experiencia fenomenoló-
mejor, de un matiz de rojo se da a la menester fundarla en el "yo trascen- gica" ligada a una doctrina de los
conciencia intencional la esencia dental". De ahí el "idealismo tras- "hechos fenomenológicos", a diferen-
"rojo". En la intuición de una figura cendental" de Husserl, rechazado por cia de otros tipos de hecho ( VÉASE ).
cuadrada se da a la misma intuición la muchos fenomenólogos como extraño III. La fenomenología en Husserl y
esencia "cuadrado". En el puro flujo al propósito inicial de la fenomenolo- en Hegel. Algunos de los significados
de lo vivido o puro tejido de gía y hasta como incompatible con tal de 'fenomenología' antes presentados
vivencias de la conciencia intencional propósito. Sin embargo, Husserl ha son muy distintos entre sí. Por ejem-
se hallan expresiones y significaciones. insistido en que de no llegarse al últi- plo, poco o nada parece haber de co-
Las significaciones "cumplen" lo que mo residuo del yo trascendental la fe- mún entre el significado de 'fenome-
las expresiones mientan. Cuando las nomenología misma carece de base. nología' en Lambert y el significado
significaciones a su vez resultan Las ciencias de las esencias se basan, del mismo término en Peirce o Hus-
"cumplidas" o "llenadas" se obtienen a su entender, en una "egología tras- serl, salvo la común referencia a un
las esencias. Éstas pueden, pues, cendental". "mundo de fenómenos". Durante mu-
caracterizarse como lo que se da a la La evolución de la fenomenología cho tiempo se ha pensado que no
intuición cuando hay adecuación entre de Husserl a partir de este momento había tampoco nada de común entre
los actos expresivos, los actos pertenece más bien al pensamiento el sentido de 'fenomenología' en He-
significativos y el cumplimiento de propio de dicho autor (véase HUSSERL gel y en Husserl, pues mientras para
éstos. La adecuación en cuestión [EDMUND ] ) que al "movimiento feno- el primero la fenomenología constituye
puede ser parcial o total; sólo en este menológico". Prácticamente, sólo Eu- un sistema cerrado —si bien diná-
último caso hay verdadera "intuición gen Fink trabajó con Husserl en sus mico—, para el segundo constituye la
esencial" ( Wesensschau ). esfuerzos para desarrollar una "feno- afirmación de la máxima apertura de
La reducción eidética es sólo la pri- menología genética" —como explora- la conciencia en tanto que conciencia
mera fase de la reducción fenómeno- ción de los actos constitutivos de la intencional. En efecto, los fenomenó-
lógica. Ésta incluye la reducción tras- conciencia trascendental— y en una logos han insistido siempre en que,
cendental. Por medio de ésta se pone "fenomenología constructiva" — como contra el mundo cerrado de los kan-
entre paréntesis la existencia misma de reconstrucción de datos no dados di- tianos y neokantianos, ellos proponían
la conciencia. Con ello la conciencia rectamente. Menos todavía pertene- un mundo abierto; en vez de la asi-
se vuelve sobre sí misma y en vez de cen al "movimiento fenomenológico" milación y de la constitución había el
tender hacia lo que se da a ella tiende 647
FEN
"reconocimiento" y la "visión". Ade-
más, mientras para Hegel se trata de
dialéctica, para Husserl se trata de
descripción pura. Recientemente, sin
embargo, se ha intentado descubrir
conexiones entre la fenomenología he-
geliana y la husserliana. Así, Alphonse
de Waelhens (Existence et significa-
tion [1958], págs. 7-29) ha puesto de
relieve que Hegel había ya subraya-
do, al comienzo de la Fenomenología
del Espíritu, que no puede hablarse
de un conocimiento en tanto que re-
presentación que un sujeto tiene de
algo situado absolutamente fuera de
él — lo que equivaldría a decir que el
conocimiento puede ser verdadero ha-
llándose fuera del absoluto, es decir,
de la verdad. Esta concepción no
representativa de la conciencia es en
algunos respectos similar a la husser-
liana — bien que en esta última no
haya progreso hacia el absoluto, sino
simplemente apertura ante el objeto
intencional. Por otro lado, la ambi-
güedad de la posición de Hegel con
respecto al famoso "dilema idealismo-
realismo" se reproduce en Husserl,
hasta el punto de que los partidarios
de un "Husserl idealista" pueden
aportar argumentos tan convincentes
en favor de su opinión como los par-
tidarios de un "Husserl realista". Fi-
nalmente, hay tanto en Hegel como
en Husserl un intento de reducir la
experiencia a una "experiencia percep-
tiva originaria" anterior a toda trans-
formación por medio de la ciencia o
inclusive del sentido común.

FERÉCIDES de Siro (mediados si-


glo VI antes de J. C.) fue autor de
una obra titulada pente/muxoj, ο Los
cinco abismos, en la cual presentó
una cosmogonía teológica según la
cual de la masa indiferenciada de un
primitivo caos formado por el agua
surgió, por la intervención de dioses,
un mundo. Los dioses son: Zeus, Cro-
nos (que, según H. Diels, proceden
de la poesía teológica y de la especu-
lación órfica respectivamente) y Chto-
nie o Ge (la Tierra), es decir, la
divinidad terrestre. Según Aristóteles
(Met, Ν 4, 1091 b 8), Ferécides es
uno de los que mezclaron la filosofía
648
FER
1474-1528), de la Orden de los Pre-
dicadores, profesó en Bolonia. Co-
mentarista de varios textos de Aristó-
teles (la Física, el tratado sobre el
alma y los Analíticos posteriores), se
distinguió sobre todo por su comen-
tario a la Summa contra Gentiles de
Santo Tomás. Francisco de Ferrara
es considerado como uno de los au-
tores que contribuyeron al restable-
cimiento de la doctrina tomista ori-
ginal; los citados Commentaria in
Summum contra Gentiles han sido
publicados en la Editio Leonina de
las obras de Santo Tomás junto con
el texto de la Summa (tomos XIII,
XIV, XV, 1920-1930, con el tomo
XVI, 1948; este último contiene los
índices).
FERRI (LUIGI) (1826-1895) nac.
en Bolonia, profesor en Francia, en
Florencia y, desde 1871, en Roma,
elaboró y propagó una doctrina del
"sentido inferior", que, influida su-
cesivamente por el eclecticismo fran-
cés, por el esplritualismo y hasta por
algunas tendencias del ontologismo, FEUERBACH (LUDWIG) (1804-
desembocaba en lo que se llamó el 1872) nació en Landshut (Baviera).
monismo dinámico, entendiendo por Tras estudiar teología en Heidelberg
él una concepción de lo real como y filosofía en Berlín con Hegel, se
fuerza interior y espiritual, opuesta adhirió al ala radical del hegelianis-
a todo mecanicismo, materialismo y mo ( VÉASE ), de la que fue durante
asociacionismo atomista. El asociacio- algún tiempo el más significado re-
nismo inglés, sobre todo, desde Hob- presentante. Sus Pensamientos sobre
bes hasta su época, fue sometido por la muerte y la inmortalidad, que
Ferri a una aguda y amplia crítica. aparecieron anónimamente en 1830,
La finalidad filosófica de Ferri con- constituyen la primera manifestación
sistía en la formulación de una on- de su lucha contra la teología en
tología que, sin destruir la clásica cuanto tal. Retirado desde 1836 en
teoría del ser, permitiera incorpo- Bruckberg, se dedicó a estudios de
rarle la noción de una fuerza-subs- historia y crítica religiosa y filosófica,
tancia. Ferri influyó en Italia no sólo alcanzando gran predicamento, sobre
por su filosofía, sino por sus esfuerzos todo entre los jóvenes hegelianos,
en divulgar el pensamiento francés que lo consideraron como su indiscu-
y alemán, en particular el kantiano. tible maestro. Aun cuando se fue
De este modo se formó una "escue- separando cada vez más de Hegel,
la" de filosofía de orientación espi- la huella de éste no desapareció
ritualista-dinámica, especialmente in- nunca totalmente. El vocabulario de
teresada en problemas de psicología Feuerbach fue, hasta el final de su
y ontología. vida, esencialmente hegeliano.
En uno de los "fragmentos filosófi-
cos" redactados durante los años
1843-1844, Feurbach escribió: "Mi
primer pensamiento fue Dios; el se-
gundo, la razón; el tercero y último,
el hombre. El sujeto de la divinidad
es la razón, pero el de la razón es el
hombre" (Sämtliche Werke, ed. Wil-
helm Bolin y Friedrich Jodl, II [nue-
va ed., 1959], pág. 388). Estas pala-
bras pueden servir de fórmula para ca-
racterizar la entera evolución filosófica
FEU FEU FEU
de Feuerbach. El "tercer pensamien- los crea de acuerdo con sus necesi- Sin embargo, la sensibilidad no es
to" es el más importante en su obra y dades, deseos y angustias. Las for- para Feuerbach una negación de la
el que ejerció mayor influencia. La mas de la divinidad en cada una de razón, sino su fundamento. La razón
teología, y aun la propia filosofía, debe las culturas y en cada uno de los debe ordenar lo que la sensibilidad
convertirse en "antropología", en hombres son signo de sus tendencias ofrece; sin la razón no hay propia-
ciencia —filosófica— del hombre, íntimas, modos de su secreta auten- mente conocimiento, pero sin la sen-
única capaz de aclarar los "misterios" ticidad. Pero justamente por ello, el sibilidad no hay ninguna posibilidad
teológicos y probar que se trata de contenido de las religiones no debe de alcanzar el menor saber verdade-
"creencias en fantasmas". La teología ser simplemente criticado, sino com- ro. En su última época, Feuerbach
"común" descubre sus fantasmas por prendido. La reducción de la teología pareció adherirse al materialismo
medio de la imaginación sensible; la a la antropología es la condición ( VÉASE ) tal como era representado,
teología especulativa los descubre por fundamental para la comprensión de entre otros, por Moleschott.
medio de la abstracción no sensible, l a historia y del hombre. La tesis La filosofía de Feuerbach, espe-
pero ambas teologías yerran porque de la naturalidad del hombre no anula cialmente su crítica de la religión
no alcanzan a descubrir lo real. Debe para Feuerbach la tesis de su dogmática y la derivación del culto
reconocerse, escribe Feuerbach en sus historicidad y de su "espiritualidad", a la humanidad, alcanzó pronto una
aforismos titulados "Para la reforma mas esta espiritualidad no es enten- difusióni extraordinaria. Los hegelia-
de la filosofía", que "el principio de dida ya, como en Hegel, por la par- nos de izquierda, entre ellos Engels
la filosofía no es Dios ni el Absoluto, ticipación de lo natural en el espí- y Marx, se manifestaron en sus pri-
ni el ser como predicado de lo Abso- ritu, sino por la concepción de éste meros tiempos entusiastas feuerba-
luto o la Idea — el principio de la fi- como la ultima etapa, como la forma chianos. De este modo dicha filosofía
losofía es lo finito, lo determinado, lo valiosa de la Naturaleza. La critica ha influido no sólo sobre la teología
real" (op. cit., pág. 230). Lo infinito, de la religión, el estudio psicológico- protestante crítica, sino también so-
en todo caso, es pensado por medio histórico del origen de las religiones bre el marxismo. Aparte estas in-
de lo finito. Por eso "la verdadera fi- conduce al ateísmo, pero, en primer fluencias difusas en el pensamiento
losofía" no se ocupa de lo infinito lugar, el ateísmo no es una actitud general de la época, están más o me-
como finito, sino de lo finito como natural, sino el producto de una rea- nos próximos a Feuerbach, Max
infinito — es decir, del hombre como lidad histórica, y, en segundo tér- Stirner, F. Th. Vischer y, más re-
realidad absoluta. Para partir de mino, este ateísmo no consiste en la cientemente, Friedrich Jodl ( VÉANSE).
este principio, y a la vez llegar a este supresión pura y simple de la reli-
resultado, Feuerbach consideró nece- gión. El ateísmo es para Feuerbach
sario desenmascarar la teología espe- el estado en que el hombre llega
culativa de Hegel, pues a su entender a la conciencia de su limitación,
el fantasma de la teología recorre de pero, a la vez, de su poder. La li-
punta a punta el pensamiento hege- mitación es dada por la conciencia
liano. Debe denunciarse sobre todo la de su inmersión en la Naturaleza; el
supuesta objetivación del espíritu por poder, por el conocimiento de este
medio de la religión. Frente a la tesis mismo estado, por el hecho de poder
de la producción del mundo por el es- liberarse, finalmente, de lo trascen-
píritu, Feuerbach sostiene que este dente. Por eso el ateísmo de Feuer-
último no es sino el nombre que de- bach, lleno de idealismo ético, es una
signa el conjunto de los fenómenos negación de la divinidad que pre-
históricos y, en último término, el tende asimilarse el contenido de las
nombre que designa el universo, esto creencias, "la verdadera y auténtica
es, la Naturaleza, la cual es la realidad interpretación del cristianismo". Por
primaria. La inversión de la tesis he- la asimilación del contenido espiritual
geliana no impide, sin embargo, re- de la religión, por la afirmación de la
conocer el valor de lo espiritual; plena conciencia del poder y de la
como última y más elevada mani- limitación del hombre, la filosofía de
festación de la Naturaleza el espíritu Feuerbach tiende sensiblemente a
es el valor superior. Pero el espíritu convertirse en un culto a la huma-
nace del hombre en cuanto ser na- nidad. "La existencia, la vida es el
tural; todas las entidades trascen- bien supremo, la suprema Naturaleza
dentes no son más que hipóstasis — el Dios primigenio del hombre"
de los conceptos humanos. El hombre (Das Wesen der Religión. Ergänzun-
se diferencia de un mero ser natural gen und Erläuterungen [1845]. S. W.
en que es capaz de pensar seres VII, pág. 391).
infinitos, mas este pensamiento de la En consonancia con su concepción
infinitud no demuestra la efectiva del hombre y de la Naturaleza,
existencia de los universales filosó- Feuerbach desarrolló una teoría sen-
ficos y religiosos. El hombre crea sualista del conocimiento, acaso más
sus dioses a su imagen y semejanza; acentuada por la oposición a Hegel.
650
FIC FIC
Al morir, Feys trabajaba en un li- en la interpretación de las "ideas" de
bro sobre las lógicas modales. De sus la "Dialéctica trascendental" kantiana
escritos publicados en revistas sobre como ficciones, expuesta en su vasto
lógica modal citamos: "Les logiques Comentario a la Crítica de la Razón
nouvelles des modalités", Revue néo- Pura (Kommentar zu Kants Kritik der
scolastique de philosophie, XXXV reinen Vernunft, 2 vols., 1881-1892),
(1937) y XXXVI (1938); "Resultaten
en mogelijkheden van de geformali- Vainhinger desarrolló una filosofía
seerde lógica", Tijaschrift voor Philo- ficcionalista en su obra capital Die
sophie, XII (1950), 237-45; "Les Philosophie des Als Ob. System der
systèmes formalisés des modalités aris- theoretischen, praktischen und religiö-
totéliciennes", Revue philosophique de sen Kiftionen der Menschheit auf
Louvain, XLVIII (1950), 478-509. Grund eines idealistischen Positivismus
FICCIÓN. En latín el verbo fingo (1911) o La filosofía del "como si".
[fingere] significa "modelar", "for- Sistema de las ficciones teóricas, prác-
mar", "representar", y de ahí "prepa- ticas y religiosas de la Humanidad a
rar", "imaginar", "disfrazar", "supo- base de un idealismo positivista. Vai-
ner", etc. Las cosas pueden ser hinger distingue entre varios modos
arregladas, modeladas, disfrazadas, y como, en diferentes épocas, se han
con ello se convierten en ficta. Se ha- entendido las "ficciones", comenzando
bla de fictus amor, o apariencia de con la anteriormente mencionada
amor, y de ficti dei, o falsos dioses. referencia a las "ficciones racionales"
Las fictiones poetarum son las fábu- y a los "entes de razón" por parte de
las. Se habla asimismo de fictio vo- varios autores medievales (Die Philo-
luntatis ( Quintiliano ) o pensamiento sophie des Als Ob, Parte I, Cap.
disfrazado. El término fictio ha sido XXXII). Existe, según Vaihinger, un
asimismo empleado en la literatura rico vocabulario en torno a las ideas
jurídica en lengua latina para signifi- de ficción, presunción, conjetura, etc.
car una ficción legal (sobre todo por Importantes son especialmente los tér-
el jurisconsulto Julio Paulo, a cuyos minos sumptio, principium, supposi-
escritos recurrieron los autores del Di- tio, conjectura, praesumptio y fictio.
FEYS (ROBERT) (1889-1961), gesto (Digesta o Pandecta, de Justi- No todos ellos significan lo mismo, ni
nac. en Malines (Bélgica), estudió y niano). Quintiliano empleó el térmi- todos pueden ser simplemente reduci-
se doctoró en el Instituto de Filosofía no fictio en el sentido de suposición o dos a la idea de ficción. Así, sumptio
de Lovaina. Canónigo de la Metropo- hipótesis. Puede verse, pues, que ya o positio es una simple admisión de
litana de Malines, Feys profesó en el en la Antigüedad se hizo uso de la algo expresada en una proposición.
Instituto Saint-Louis de Bruselas noción de ficción. En algunos casos se Principium es punto de partida. Sup-
(1913-1914), en el Instituto Sainte- equiparó la ficción con la suposición; positio y conjectura son dos modos,
Gertrude de Nivelles (1919-1928), de en otros se equiparó con la aparien- sólo gradualmente distintos, de pre-
nuevo en el Instituto Saint-Louis cia. No parece, sin embargo, que se sunción. La suppositio se halla muy
(1928-1944) y en la Universidad de hubiera considerado la ficción como cercana a la hipótesis, o cuando me-
Lovaina (desde 1944). Feys se inte- una noción independiente, distinta nos al sentido originario de 'hipóte-
resó muy pronto por los problemas de por un lado de la hipótesis y por el sis' ( VÉASE ). La praesumptio tiene un
la lógica simbólica y contribuyó a su otro del disfraz o engaño. Según Vai- sentido predominantemente jurídico.
difusión por medio de artículos, ma- hinger (Cfr. op. cit. infra), el uso de La fictio es, por lo pronto, "producto
nuales y la fundación en 1950 del la ficción como concepto relativamente de la facultad imaginativa" y se re-
"Centre National de Recherches de autónomo tuvo lugar solamente en la fiere a distintas maneras de invención
Logique" y de la revista Logique et Edad Media, y especialmente entre los — poética, mítica, etc. Pero puede
Analyse. En sus trabajos de investiga- autores de tendencia nominalista, en transformarse en la idea de "ficción
ción lógica Feys se ocupó especial- los cuales aparecen expresiones tales científica", que es la que a Vaihinger
mente de lógica combinatoria (junto como fictio rationis y entia ratio-nis, interesa, y cuya presencia ha tratado
con Haskell B. Curry), de lógica mo- no como meras falsedades, sino como de descubrir en la mayor parte de sis-
dal y de los métodos de deducción na- instrumentos necesarios para ciertas temas de la filosofía moderna — no
tural propuestos por G. Gentzen. formas de saber. sólo en los sistemas nominalistas y
Además de numerosos artículos, es- El autor a quien se suele atribuir empiristas, mas también en los siste-
pecialmente en la Revue Philosophi- (como veremos luego, erróneamente) mas realistas y racionalistas.
que de Louvain, se deben a Feys las la primera doctrina en la cual las fic- Según Vaihinger, las ficciones (o
siguientes obras: Logistiek, 1944. — ciones desempeñan un papel capital expresiones en las cuales puede em-
De ontwikkeling van het logisch den- en el conocimiento (y en la práctica) plearse la locución "como si") apa-
ken, 1949 (La evolución del pensa- es Hans Vaihinger ( VÉASE), cuya fi- recen no sólo en las obras de la
miento lógico). — Combinatory Lo- losofía ha recibido con frecuencia el
gic, Vol. I, 1958 [en colaboración con fantasía y de la imaginación, sino
Haskell B. Curry y dos secciones por nombre de ficcionalismo. Fundándose también en el pensamiento de "reali-
William Craig]. 651 dades" de las cuales no puede propia-
FIC FIC FIC
mente decirse que "son", pero tampoco refutadas por los hechos. Ello se debe atribuírsele existencia a base de la
puede decirse que "no son". Estas a que las ficciones "describen" los forma gramatical del discurso emplea-
"realidades" —o "ficciones"— se ex- "hechos" bajo la forma del "como si", do al hablar de ella, no hay en verdad
presan anteponiendo al nombre que del quasi o sicut. y en realidad propósito alguno de
las designa la partícula quasi. Las fic- Aunque, según indicamos, Vaihin- atribuirle existencia" (The Theory of
ciones son las cuasi-cosas. Pero son ger es el autor más frecuentemente Fictions, Parte I, 1 A 6). "Todo nom-
también los cuasi-conceptos (como citado cuando se trata de la doctrina bre-substantivo —prosigue Bentham—
ocurre, en lenguaje jurídico, con los de las ficciones y del ficcionalismo, que no sea el nombre de una entidad
conceptos de cuasi-afinidad, cuasi-de- no fue el único, ni siquiera el primero, real, perceptible o inferencial, es el
lito y cuasi-posesión ). En rigor, se en proponer una doctrina semejante. nombre de una entidad ficticia" (loc.
llaman "ficciones" a los cuasi-conceptos Antes de él hubo dos autores: Gio- cit.). A la vez, "toda entidad ficticia
que denotan cuasi-cosas. En particular vanni Marchesini ( VÉASE ) y J. Ben- mantiene alguna relación con alguna
son ficciones, según Vaihinger, todos tham (v.) cuyas teorías al respecto entidad real, y no puede entenderse
los conceptos auxiliares, términos procederemos a exponer sumaria- sino en tanto que se percibe tal rela-
auxiliares, operaciones auxiliares, mente. ción, esto es, en tanto que se obtiene
medios auxiliares, métodos auxiliares, En sus libros Il simbolismo nella una concepción de esta relación" (loc.
representaciones auxiliares, proposicio- conoscenza e nella morale (1901) e cit.). Las entidades ficticias se clasi-
nes auxiliares; conceptos intermedia- Il dominio dello spirito, ossia il pro- fican de acuerdo con su grado de ale-
rios y términos intermediarios. Ejem- blema della personalità e il diritto al- jamiento de las entidades reales; puede
plos de ficciones en este sentido son: l'orgoglio (1902), Marchesini desarro- hablarse, así, de entidades ficticias de
los "conceptos aparentes" de Lambert; lló ciertas ideas que maduraron en su primer orden, de segundo orden, y así
las "figuras del pensamiento", de Lot- obra Le finzioni dell-anima (1905), sucesivamente. La concepción de una
ze: los modi dicendi, de Leibniz; las en la cual expuso su filosofía "ficcio- entidad ficticia de primer orden se
"meras ideas", de Kant; los "concep- nalista". Modificando el positivismo obtiene considerando la relación que
tos provisionales", de Otto Liebmann; de su maestro Ardigo ( VÉASE) en un tiene con una entidad real sin
las "expresiones encubiertas", de Düh- sentido idealista —recuérdese que la considerar la relación que tenga con
ring; los "medios orientadores", de F. filosofía de Vaihinger era presentada ninguna otra entidad ficticia. La con-
A. Lange, y, en general, todos los como un idealismo positivista—, Mar- cepción de una entidad ficticia de se-
conceptos-límites, conceptos teóricos, chesini consideró que ciertos concep- gundo orden se obtiene cuando hay
formas conceptuales, ilusiones útiles, tos —por ejemplo, los conceptos que que considerar alguna entidad ficticia
etc. etc. (op. cit., Parte I, cap. XXIII). designan valores— son ficciones pro- de primer orden. Ejemplos de entida-
Parece, pues, que casi todos los con- ducidas por una proyección de la con- des ficticias del primer orden son un
ceptos son ficciones. Sin embargo, ciencia. Ello no convierte, sin embar- movimiento y un reposo; de segundo
Vaihinger pone de relieve que para go, tales "ficciones" en meras "ilusio- orden, una cualidad. Puede hablarse
que un concepto sea una ficción en el nes" o en simples "alucinaciones". Las asimismo de nombres de entidades
sentido del "ficcionalismo" es menes- ficciones son para Marchesini regula- ficticias físicas (como las categorías
ter que sea usado con conciencia de doras efectivas de la vida psíquica y aristotélicas, excluyendo la substan-
su "falsedad" o de su (por lo menos también de la vida moral y social. cia), y de entidades ficticias conecta-
relativa) inadecuación, y a la vez con En su introducción a la edición de das con la relación (como materia,
conciencia de su fecundidad, de su la teoría de las ficciones de Bentham forma, lugar, tiempo, existencia).
utilidad. Además, no todas las ficcio- (Bentham's Theory of Fictions, 1932, Aunque posiblemente originada en
nes son iguales. Puede hablarse, por 2a ed., 1951, reed., 1959), C. Κ. Og- vista de ciertos problemas legales, la
ejemplo, de "ficciones plenas" y de den indica que Bentham no sólo pre- teoría de las ficciones de Bentham
"semi-ficciones". Vaihinger ha ensaya- cedió a Vaihinger, sino que propuso fue desarrollada, según indica Ogden,
do una clasificación de ficciones (así, también una teoría de las ficciones "con el fin de afrontar el factor sim-
por ejemplo, ficciones abstractivas, más rigurosa que la elaborada por bólico en todas sus ramificaciones, le-
esquemáticas o típicas, simbólicas o éste. Según Ogden, Bentham evita gales, científicas y metafísicas" (op.
analógicas, jurídicas, personificativas, ciertas graves dificultades (con que cit., pág. xxvii).
sumatorias, heurísticas, prácticas o éti- tropezó Vaihinger) al insistir "en el Además de las obras mencionadas
cas, matemáticas) y ha indicado que factor lingüístico en la creación de las en el texto, véase: Jean de Gaultier,
cada una de estas ficciones posee sus ficciones". La teoría de las ficciones, La fiction universelle, 1903. — A.
propias condiciones de aplicabilidad. de Bentham, se funda, en efecto, en Müller, "Die Fiktion in der Mathe-
Según Vaihinger, no debe interpretarse un análisis del lenguaje. Ello se ad- matik und Physik", Naturwissen·
el ficcionalismo como una doctrina que vierte ya en la definición dada de schaft, V ( 1917). — Heinrich Scholz,
"lo permite todo". Ninguna cons- entidad; una entidad, define Ben- "Die Religionsphilosophie des Als-ob.
Eine Nachprüfung Kants und des
trucción conceptual es válida si no tham, es una cierta "denominación". idealistischen Positivismus", Analen
corresponde de algún modo a un "sis- Las entidades pueden ser perceptibles der Philosophie, I (1919), 27-112 y
tema natural". Por tanto, las ficciones o inferenciales. Cualesquiera entida- III (1921-1923), 1-73; reimp. con el
no son meras ensoñaciones. Una carac- des, sean perceptibles, sean inferencia- mismo título en libro en 1921. — J.
terística muy destacada de las ficcio- les, pueden ser o reales o ficticias. Schulz, Die Grundfiktionen der Biolo-
nes es que, a diferencia de las hipóte- "Una entidad ficticia [fictitious entity] gie, 1920. — M. Valeton, De "Alsof"
sis, no necesitan ser confirmadas o es una entidad a la cual, no obstante philosophie en het psychischemonis-
652
FIC FIC
hallan en él numerosos elementos aris- ca divina es la que alienta tanto en
totélicos y, desde luego, neoplatónicos. el pensamiento de los filósofos como
Los conceptos fundamentales tratados en la acción de los hombres religio-
por Ficino, especialmente en la Theo- sos, y por ello es un error presentarlas
logia platónica, son: (1) el concepto como distintas, y no digamos como
de ser, el más universal de todos, y el opuestas. Por eso las demostraciones
que se halla en todos los entes (de que da Ficino de la inmortalidad del
un modo parecido al analógico), divi- alma —la cual es imagen y reflejo
diéndose en conceptos subordinados, de Dios y está destinada a desenvol-
tales como el de substancia y atributo, verse, en último término, dentro del
forma y materia, acto y potencia. El horizonte de la contemplación del
ser tiene géneros, que son las catego- reino divino de las ideas eternas—
FICCIONALISMO. Véase FICCIÓN, rías (de las cuales Ficino considera no deben ser consideradas como me-
MARCHESINI( GIOVANNI), VAIHINGER las aristotélicas y las platónicas). El ros "argumentos": son el resultado de
( HANS ). ser se articula asimismo en los tres una meditación que a la vez que está
FICINO (MARSILIO), Marsiglio trascendentales de lo uno, lo verdade- muy arraigada en los problemas de la
Ficino o Marsilius Ficinus ( 1433- ro y lo bueno. (2) El concepto de época pretende descubrir la veta a
1499), nac. en Figline (Valdorno), pensamiento, que es el proceso de un un tiempo racional y mística que está
en las proximidades de Florencia, fue intelecto; aunque incluido en el con- en la base de toda verdadera filosofía
uno de los adalides de la Academia cepto de ser, el de pensamiento es — y, por supuesto, de toda verdadera
florentina (v. ) — cuyo origen remonta importante por cuanto el ser solamen- religión. Todas las ideas de Ficino
a la villa cedida a Ficino por Co-simo te es accesible al pensar (es decir, al deben ser vistas desde este ángulo:
de Medici en Caregii, cerca de pensar el ser en su verdad); (3) El no sólo las doctrinas de la reminiscen-
Florencia, a fin de que el filósofo pu- concepto de perfección, el cual se ha- cia y de la existencia de ideas o for-
diera dedicarse al estudio e interpre- lla íntimamente relacionado con (4) mas (formulae) innatas, sino también
tación de la filosofía platónica. Orde- El concepto de jerarquía de los entes, sus frecuentes alusiones al proceso de
nado sacerdote en 1473, fue nombrado en tanto que un ente es tanto más divinización del alma y del cosmos
en 1487 canónigo de la catedral de cuanto más perfecto es; (5) El con- entero. La filosofía de Ficino influyó
Florencia. cepto de alma, que Ficino trata en por ello considerablemente sobre to-
Ficino tradujo al latín el Corpus forma platónica, neoplatónica y cris- dos los pensadores de los dos siglos
Hermeticum ( 1. ) y las obras de Pla- tiana subrayando su inmortalidad y subsiguientes que se preocuparon ante
tón — la primera traducción completa su eternidad. Estos dos últimos atri- todo de buscar una armonía entre la
de Platón en Occidente. Tradujo butos son los atributos esenciales del razón y la fe revelada; como ha indi-
asimismo al latín las obras de Plotino alma. cado Cassirer, influyó, además, sobre
y diversos escritos de Porfirio, Proclo Debe tenerse en cuenta que, ade- los platónicos de la Escuela de Cam-
y otros autores neoplatónicos, así co- más de desarrollar especulativamente bridge (VÉASE) y sobre sus precursores
mo las obras de Dionisio el Areopagi- los conceptos citados, Ficino tenía la ingleses.
ta. Escribió comentarios a diversos intención de encontrar un pensamien-
diálogos de Platón (el Banquete y el to filosófico que permitiera alcanzar
Filebo), a Plotino y a la Epístola a la pax fidei. A su entender, esa pax
los Romanos, de San Pablo. Estos co- fidei sólo era posible por la estrecha
mentarios contienen una parte subs- unión de las creencias cristianas con
tancial del pensamiento filosófico de la tradición intelectual griega una vez
Ficino, pero éste aparece sistematiza- depurada esta última de todo elemento
do sobre todo en sus dieciocho libros espurio. Ello representaba eliminar
titulados Theologia platonica, escritos de la tradición griega cuanto no
entre 1469 y 1474 (Theologia plato- representara una anticipación del
nica. De immortalitate videlicet ani- cristianismo. Sin embargo, este cris-
morum ac aeterna felicitate libri tianismo no era de carácter dogmá-
XVIII). Este texto fue revisado y apa- tico. Justamente uno de los rasgos
reció en 1482, dos años antes que su más constantes en el pensamiento fi-
traducción de Platón. Terminada la losófico-religioso de Ficino es el de
Theologia platónica, escribió un trata- destacar la unidad de la religión a
do teológico titulado De Christiana través de la variedad de los ritos. Por
religione, y luego diversos tratados eso la verdad se encuentra no sola-
menores entre los que mencionamos: mente en la revelación en sentido
De triplici vita (De vita sana. De vita estricto, tal como está en las Sagra-
longa. De vita caelitus); De voluptate. das Escrituras, sino también en la
Aunque dominado por el platonis- "revelación" de carácter racional re-
mo, el pensamiento filosófico de Fici- cibida por los antiguos filósofos y
no puede ser calificado de "ecléctico"; muy especialmente por Platón y Plo-
junto a los elementos platónicos, se tino. Esta revelación originaria y úni-
653
FIC
bei I. H. F., 1938. — Dimitri Najda-
novic, Der Geschichtsphilosoph I. H.
F., 1940.
FICHTE (JOHANN GOTTLIEB)
(1762-1814) nació en Rammenau.
Protegido por un noble, comenzó es-
tudios de teología en Pforta y los
prosiguió en Jena y Leipzig. Dedi-
cado a la enseñanza privada durante
algunos años, conoció en 1790 la
doctrina de Kant, que le produjo
gran impresión y lo determinó para
su propio modo de filosofar. Profesor
desde 1794 en la Universidad de
Jena como sucesor de Reinhold, fue
acusado de ateísmo a causa de un
trabajo publicado en el Philosophi-
sches Journal (1798) relativo a la
FICHTE (IMMANUEL HER- identidad de la providencia divina
MANN) (1796-1879) nac. en Jena. con el orden moral, lo que motivó,
Hijo de Johann Gottlieb Fichte ( VÉA- finalmente, su destitución, trasladán-
SE ), estudió en Berlín, fue maestro en
dose a Berlín. Nombrado profesor
Saarbrücken (1822-1826), y Düssel- en Erlangen desde 1805 y tras una
forf (desde 1826). Desde 1840 profe- breve residencia en Koenigsberg, re-
só en la Universidad de Bonn y desde gresó a Berlín, donde pronunció en
1842, y hasta 1863, en la de Tubinga. el invierno de 1807-1808 sus Dis-
En 1837 fundó, con Christian Her- cursos a la nación alemana durante
mann Weisse (v.) y Carl Gustav Ca- la ocupación de la capital por las tro-
rus (1789-1869) la Zeitschrift für pas napoleónicas. Posteriormente fue
Philosophie und spekulative Theolo- profesor y rector de la Universidad
gie, que en 1847 se transformó, bajo de Berlín.
la dirección de Hermann Ulrici (1805- Las vicisitudes de la vida de Fichte
1884), en la Zeitschrift für Philoso- y sus experiencias vitales se enlazaron
phie und philosophische Kritik, cuya siempre con su pensamiento fi-
publicación cesó en 1918. losófico, enteramente dominado por
Influido por Kant, por J. G. Fichte su carácter voluntarioso y aplicado,
y por Hegel —aunque a la vez opuesto en su más profundo fundamento, al
en muchos puntos al último— I. H. sector de lo religioso y de lo moral.
Fichte erigió un sistema basado en la Su propósito fue, por lo pronto, ex-
conciencia de sí. Esta conciencia se poner y comprender a Kant en su
manifiesta en cuatro fases: como lo espíritu y no en la letra muerta,
dado, como representación, como decir lo que Kant había callado o
pensamiento y como plena autocon- ignorado. Fichte parte de dos pro-
ciencia. I. H. Fichte es considerado blemas fundamentales dilucidados en
como uno de los defensores del teísmo la crítica kantiana y, a su entender,
especulativo, junto con Ulrici y Chris- insuficientemente resueltos: el pro-
tian Hermann Weisse ( VÉASE). La blema de las condiciones de la po-
teoría del conocimiento y la metafísica sibilidad de la experiencia, transfor-
de nuestro autor se hallan determinadas mado en el problema del fundamento
por motivos ético-religiosos o, cuando de toda experiencia, y el problema
menos, estrechamente fundidas con de la compatibilidad de la causalidad
tales motivos. Dios es para I. H. del mundo natural con la libertad del
Fichte la unidad de lo ideal y de lo mundo moral. Si la primacía en la
real, de la conciencia y del objeto de la exposición de la Doctrina de la ciencia
conciencia. Dios es una autoconciencia corresponde a la primera de dichas
infinita que crea las conciencias cuestiones, la primacía de su
particulares, las cuales poseen realidad motivación compete decididamente
—y voluntad— propias gracias a que a la segunda. Detenerse en el reco-
se realizan dentro del proceso de la nocimiento de la incognoscibilidad
infinita autoconciencia divina. La de la cosa en sí después de haber
creciente atención prestada a las demostrado la determinación por la
cuestiones éticas hizo que I. H. Fichte conciencia del objeto del conocimien-
transformara su teísmo especu-
FIC FIC FIC
to, es para Fichte una inconsecuen- con un principio lógico: el de con- sigue la deducción de los grados del
cia de la reflexión kantiana; precisa tradicción. De él resulta que al Yo espíritu teórico. Esta deducción es,
ir más allá y encontrar el funda- se opone un no-Yo. La escisión de la en rigor, una fenomenología del espí-
mento de la experiencia en su inte- realidad en un Yo que se pone a ritu, en la cual quedan comprendidas
gridad en la propia conciencia y sólo sí mismo y en un no-Yo que se con- sucesivamente la sensación como la
en ella, convertir inclusive la deduc- trapone al primero requiere una limitación o producción del Yo por
ción en construcción. Dicho funda- síntesis que anule, sin destruirlos, los el no-Yo; la intuición como el des-
mento se encuentra en un principio dos momentos. Esta síntesis consiste cubrimiento por el Yo en sí mismo
único que está en un terreno previo en la limitación de las dos posiciones de su propia limitación; el entendi-
a toda relación gnoseológica entre el anteriores, según la cual "en el Yo miento como la conciencia del prin-
sujeto y el objeto. Atenerse a seme- se contrapone al Yo divisible un no- cipio de esta misma limitación. Dicho
jante relación como algo primaria- Yo divisible". Con ello quedan asen- principio representa a la vez la sín-
mente dado representa tener que tados los tres principios de los que tesis de los dos anteriores opuestos
elegir entre el dogmatismo y el idea- parte y a los que vuelve toda filosofía, y la solución de la tensión existente
lismo. Esta elección no es, por otro los fundamentos de la deducción entre la pura actividad del Yo y
lado, el producto de una actitud general de toda realidad. La afirma- el obstáculo que lo limita, esto es, la
contemplativa y racional; es la for- ción de la absoluta primacía del Yo posibilidad de su producción en el
zosa elección dada a todo espíritu, que, al ponerse a sí mismo, pone si- infinito proceso de la aniquilación
que revela de este modo su temple multáneamente la oposición a sí mis- del no-Yo, equivalente al proceso de
interno, su vocación decidida y la mo, resuelve el problema de la diver- la conquista de la libertad.
calidad de su misión, porque "de sidad, que queda reducida, en última Pues es la libertad, desde luego,
la clase de filosofía que se elige de- instancia, a la primitiva y originaria lo que constituye tanto la meta final
pende la clase de hombre que se es" autoposición. Pero el tercer principio del proceso como la posibilidad misma
Para quien aspire a libertarse de todo de la limitación permite al propio de que se desencadene. Lo contrario
yugo externo, para quien se sienta tiempo separar lo que pertenece a la sería, según Fichte, la sumisión a
justamente como lo que impone o parte teórica y lo que compete a alguna forma de fatalidad, a esa
pretende imponer su ley a lo externo, la parte práctica de la doctrina de la fatalidad que se traduce ontológica-
la filosofía elegida debe ser el idea- ciencia. Al ser limitados respectiva- mente por el reconocimiento de la
lismo. En esta tendencia a la libera- mente el Yo y el no-Yo surge una determinación de lo que es. Por eso
ción de toda servidumbre se encuentra primera oposición cuya resolución suponer que lo que es, es y nada
el acceso que conduce a los conduce a la deducción de las cate- más, significa quedarse encerrado
principios racionales de la Doctrina gorías. Pero al afirmarse el Yo como en el círculo de hierro de la deter-
de la ciencia. En ella se muestra la determinante nace la aspiración a minación (de la determinación del
deducción o, mejor dicho, la cons- suprimir y a aniquilar la limitación ser tanto como de la conciencia). La
trucción de lo que parecía ser sim- que él mismo se había impuesto. Por suposición de que la Naturaleza cons-
plemente dado, por medio del abso- eso la filosofía práctica es, en reali- tituye una totalidad encadenada por
luto de una conciencia cuya esencia dad, un postulado: la exigencia de la la ley causal parece obligatoria cuando
consiste en la acción. Fichte llama a constante y continua realización del el sujeto se desprende de su propia
este absoluto el Yo. No se trata de Yo por medio de la lucha contra conciencia y cuando, además, intenta
una substancia estática, de un ele- toda pasividad y toda resistencia. explicar la constitución de la
mento pasivo, sino de un perpetuo El método de la doctrina teórica es conciencia misma. El racionalismo
dinamismo, de un continuo hacerse, el mismo método de los fundamentos: determinista, en efecto, explica e
de una infinita e inagotable aspira- la dialéctica. La limitación del Yo por inclusive desenmascara la simpatía
ción. Este principio absoluto se des- el no-Yo implica la investigación de que la conciencia siente por la liber-
cubre por medio de una intuición los opuestos producidos por la misma tad, y de ahí que este racionalismo
intelectual que constituye el método síntesis. Estos opuestos consisten, sea, al parecer, la única solución que
de la filosofía romántica alemana, por una parte, en la determinación le es dada a la conciencia cuando
pero de una intuición que hace pa- del Yo por el no-Yo; por otra, en la quiere explicarse el mundo y las ra-
tente su carácter volitivo, anterior a determinación del Yo por sí mismo, zones por las cuales el mundo e»
todo saber y, por lo tanto, a todo en su propio acto de limitación. La necesariamente tal como es. Mas esta
pensar. El Yo se pone a sí mis- tesis conduce al realismo y a la explicación y justificación de la de-
mo en un acto de libertad absoluta. noción de causalidad; la antítesis, al terminación del ser acaba, según
Para demostrarlo, Fichte parte de la idealismo y a la noción de Fichte, por ahogar el impulso mismo
evidencia del principio de identidad, substancialidad. Operar una síntesis que le ha dado nacimiento. Por eso
cuya estructura formal se transforma de estas dos oposiciones significa, la inclinación por el sistema de la
acto seguido en contenido material, pues, superar ambas concepciones libertad no es en Fichte solamente
pues la identidad del principio no es parciales y llegar a la afirmación de el resultado de una decisión arbitraria,
otra cosa que la identidad del Yo un idealismo crítico en el cual sino, en último término, el acto que
consigo mismo. A este primer prin- quede comprendida no sólo la crea o engendra el ámbito dentro del
cipio de la doctrina de la ciencia se actividad infinita del Yo, sino su cual adquiere sentido toda
añade un segundo principio, demos- limitación por el obstáculo del no- explicación en cuanto tal.
trado asimismo por su correlación Yo. A la deducción de las categorías La parte práctica de la doctrina
655
FIC FIC
de la ciencia traslada a la esfera de Yo se convierte en la aspiración al
la acción concreta el problema de la conocimiento de Dios; el progreso
originariedad del Yo y de su limita- hacia el iluminismo se convierte en
ción. Se trata, por lo tanto, de con- un proceso que, rechazándolo como
ciliar el hecho de la aspiración infi- una caída y un pecado, parte de un
nita del Yo con la finitud impuesta estado primitivo de razón natural
por sí mismo en el acto de la posi- instintiva y llega a un estado de per-
ción de su contrario. Pero justamente fección y de santificación completas
no hay para Fichte posibilidad de en donde la libertad no es ya mera
realizar esta infinita potencia si no potencia y posibilidad de acción,
es por la propia existencia del obs- sino conformidad con el propio des-
táculo; sin éste no hay, en el fondo, tino racional. Por eso el concepto
ni aspiración infinita ni realización. del Yo absoluto cede el paso paula-
El Yo se ofrece, por lo tanto, en la tinamente a la noción de la divinidad
esfera práctica como una voluntad como conocimiento absoluto y razón
que necesita para seguir existiendo absoluta. Más allá del yo empírico
una resistencia. Sin resistencia no hay el Yo absoluto, pero más allá de
puede el Yo independizarse y, por este Yo hay un Absoluto que no es,
lo tanto, libertarse. Justamente por- como en Schelling, condición de la
que se siente limitada puede la vo- diferencia, sino una entidad trascen-
luntad aspirar sin descanso a supri- dente; sólo la dificultad implicada
mir su limitación. La producción de en la noción de un Absoluto seme-
la resistencia y la síntesis de la ten- jante y de un Yo que se pone a sí
sión entre ella y la aspiración infinita mismo con independencia de aquél,
sigue, por consiguiente, un proceso condujo a Fichte últimamente a ha-
semejante al ofrecido en la doctrina cer también del Absoluto un princi-
teórica de la ciencia. Pero lo que pio del cual se derivan por emana-
diferencia a ésta de la doctrina prác- ción los contrarios. De este modo se
tica, lo que abre entre ellas un aproximó Fichte al neoplatonismo y
abismo al parecer insalvable es que a una interpretación particular del
mientras la dialéctica de los contra- Evangelio de San Juan consistente en
rios requiere la síntesis de dicha mantener que la doctrina del Verbo
oposición, la vida concreta humana hecho carne puede explicar el trán-
no puede, sin suprimir su propia sito de Dios a la "conciencia finita".
acción, llegar al término que repre-
senta la completa y absoluta aniqui-
lación por el Yo de lo determinado.
La doctrina práctica es, pues, a su
modo, una nueva primacía de la ra-
zón práctica sobre la teórica. Y si
Fichte llega finalmente a sacrificar
a la necesidad de la dialéctica la
infinita afirmación del Yo en su lucha
contra lo que le opone su resistencia,
ello no se hace sin una profunda
transformación de su misma concep-
ción moral. En la marcha de la pro-
gresiva desvinculación del obstáculo,
que jamás debiera desaparecer sin
residuo, consiste el valor y la digni-
dad moral del hombre. Pero en la
definitiva supresión del obstáculo re-
side un valor superior y trascendente:
la beatitud.
El paso de la teoría del esfuerzo
continuo e infinito a la fundamenta-
ción de la conciencia y de la ley
moral en una realidad superior divi-
na se revela ya en la nueva forma
dada a su filosofía de la religión y
en la forma última de su filosofía de
la historia. La acción incansable del
FID
vols., 1921-1924. — Ν. Hartmann,
Die Philosophie des deutschen Idea-
lismus, 2 vols., 1923-1929 (trad, esp.:
La filosofía del idealismo alemán, 2
vols., 1960, especialmente Vol. I).
FIDEÍSMO se llama generalmente
a la doctrina que sostiene la impo-
tencia de la razón para alcanzar
ciertas verdades y la consiguiente
necesidad de introducción de la fe.
Este sentido no coincide con el que
tiene para la Iglesia católica, en
donde representa una tesis teológica
que admite una facultad especial
determinada por la fe y destinada a
la interpretación de los misterios. Por
este motivo el fideísmo ha sido
rechazado por el catolicismo, aunque
desde el punto de vista racionalista
se haya adscrito justamente al mismo
el calificativo de fideísta. En su
acepción más generalmente aceptada
en la actualidad, el fideísmo se opone
en todos los puntos al racionalismo,
sin que con ello puedan ser
consideradas como fideístas las doc-
trinas irracionalistas o agnósticas, en
las cuales no se admiten siempre las
verdades de fe o la posibilidad de
alcanzarlas por una facultad parti-
cular.
Ciertos autores (por ejemplo, Le-
nín, y, a su zaga, muchos marxistas)
llaman "fideístas" a las doctrinas filo-
sóficas vinculadas a una creencia reli-
giosa, y también, simplemente, a mu-
chas doctrinas filosóficas idealistas o
supuestamente idealistas (por ejem-
plo, a la filosofía de Ernst Mach).
FIDELIDAD. La idea de la fide-
lidad en un sentido predominante-
mente "existencial" ha adquirido cierta
importancia en varias tendencias de la
filosofía contemporánea. La "filosofía
de la lealtad" constituía el corona-
miento del pensamiento de Josiah
Royce, encaminado en los últimos
tiempos a buscar un fundamento con-
creto que permitiese apoyar la acción
moral, también concreta, y con ello la
acción humana. Este fundamento po-
dría ser, según Royce, la lealtad. Por
ella entendía primariamente la consa-
gración consciente, práctica y completa
de una persona a una causa (The
Philosophy of Loyalty, 1908, págs. 16-
7; hay trad, esp.: Filosofía de la fi-
delidad, 1949), siempre que esta causa
no fuese meramente impersonal. La
lealtad o fidelidad es para Royce un
principio ético, por el cual "todas las
virtudes comunes, en tanto que
FID FID
defendibles y efectivas, son formas La fidelidad puede ser, pues, defini-
especiales de la lealtad a la lealtad" da de tres modos: como "la creencia
(op. cit., págs. 129-30; advirtamos activa en la constancia de un valor"
aquí, como curiosa comprobación, que (op. cit., pág. 25), como "una disposi-
al final de su novela Paz en la guerra, ción a guardar la presencia de un ser
publicada en 1897, Unamuno había en tanto que él mismo es depositario
empleado ya la expresión "lealtad por del valor y en la medida en que esta
la lealtad misma"). De ahí que, en presencia depende de nuestro consen-
último término, la lealtad pudiese de- timiento" ( loc. cit). La fidelidad hace
finirse como "la voluntad de creer en posible la realización y cumplimiento
algo eterno y de expresar tal creencia [accomplissement] de la persona, pues
en la vida práctica de un ser humano" la fidelidad "trasciende no sólo los
(op. cit., pág. 357). Más decisivamente horizontes de la conciencia empírica,
se apoya en la fidelidad la filosofía sino también los de una mónada ideal-
de Karl Jaspers, quien la concibe mente encerrada en sí misma" (op.
como una de las formas en que se cit., pág. 194). La fidelidad tiene, en
realiza la historicidad de la existen- suma, una "significación metafísica"
cia. Pues el núcleo de la fidelidad (op. cit., pág. 197) y no sólo psicoló-
reside, según Jaspers, en la decisión gica o moral.
absoluta de una conciencia por me- FIDENS QUAERENS INTELEC-
dio de la cual se pone, por así de- TUM. Véase AGUSTÍN ( SAN), ANSEL-
cirlo, un fundamento a sí misma, en M O ( SAN ), CRE E N CI A , FE .
una "identificación de la existencia FIGURA. Este término puede en-
consigo misma" (Philosophie, 1932, tenderse en varios sentidos.
t. II, pág. 137). La fidelidad puede (1) En un sentido general, la fi
ser, por lo demás, central o periférica, gura es equivalente a la forma, al
absoluta o relativa. En Gabriel Marcel, perfil o contorno de un objeto. Según
la fidelidad es uno de los funda- Arich Auerbach (Neue Dantestudien,
mentos ontológicos de la existencia, 1944, págs. 11-71), el término figura
la cual requiere, para huir de la ani- se halla relacionado con los vocablos
quilación de sí misma a que la con- fingere, figulus, dictus y effigies; sig
denaría la infidelidad y la muerte, nifica propiamente plastisches Gebilde
el vivir dentro del reconocimiento y se halla por vez primera en Teren-
de lo permanente y de lo durable. cio cuando un personaje llama a una
Pero este reconocimiento no es, se- muchacha nova figura. A veces se
gún Marcel, simplemente un juicio identifica la figura con la estructura
objetivo acerca de las cosas, sino (VÉASE).
que es la condición misma de la (2) Algunos autores distinguen en
persistencia del propio yo en el curso tre figura y forma. La figura, μορφή,
de sus actos trascendentes. El vivir es concebida entonces como el aspec
en la fidelidad —como el vivir en el to extemo de un objeto, esto es, su
amor— no es, por consiguiente, de configuración. La forma, είδος, en
acuerdo con dicho autor, una mera cambio, es el aspecto interno de un
forma de vida al lado de otras posi- objeto, su esencia.
bles, sino que es el fundamento de (3) El término 'figura', μορφή, se
la existencia, el conjunto de condi- ha empleado con frecuencia en teolo
ciones que la hacen posible. La fi- gía. Su uso ha planteado algunos
delidad es, en suma, como la fe, problemas importantes, entre ellos,
no algo definido en función de un sobre todo, el de saber si Dios posee
objeto, de una esencia, sino a la o no figura (física). La mayor par
inversa: el objeto no es sino "la tra- te de los teólogos cristianos lo han
ducción al lenguaje de conocimiento negado, pues poseer figura equivale
(de posición) del acto privilegiado a estar delimitado. Las tendencias
que es la fe" y que será luego tam- teológicas que admiten una limita
bién la fidelidad (Journal métaphy- ción de Dios, por otro lado, no admi
sique, 3a edición, 1935, pág. 39 y "La ten tampoco que Dios tenga figura,
Fidelité créatrice", en Du refus à pues la limitación se refiere al poder.
l'invocation, 1940). Para Maurice Né- (4) En la lógica se llaman figu
doncelle (De la fidélité, 1953), la ras del silogismo (v.) a los diferen
fidelidad es esencialmente fidelidad a tes modelos que se obtienen mediante
una fe, o fidelidad a un valor, o fide- la combinación de los términos ma
lidad a los seres o "valores vivientes". yor, medio y menor en el razona-
658
FIL FIL FIL
arrolló gran actividad como maestro tizó el pitagorismo, con la publica- ción aun más radical que la manifes-
y escritor, defendiendo las doctrinas ción de los "libros pitagóricos". De tada en la unidad y simplicidad de
epicúreas con tendencia decididamen- acuerdo con el mencionado biógrafo la Idea platónica del Bien. Pues Dios
te empirista. La escuela regentada (el cual lo transcribe de Demetrio), es, según Filón, superior a la virtud
por Filodemo y Sirón en Nápoles Filolao consideraba la Naturaleza en- y al Bien en sí y, por consiguiente,
ejerció considerable influencia sobre tera como compuesta de lo Ilimitado mejor que ellos. Ahora bien, este
el mundo intelectual romano, espe- y de lo Limitado, los cuales, al en- Dios único, simple, infinito y eterno
cialmente sobre Pisón, suegro de Cé- trar en relación, engendran la armo- parece no sólo eludir toda determina-
sar. La relación entre Filodemo y Ci- nía. Filolao parece haber reducido a ción conceptual, sino también, y so-
cerón parece asimismo bien estable- números las características del espa- bre todo, apartarse máximamente de
cida a juzgar por varios pasajes de las cio y las cualidades de los cuerpos; una realidad personal. Y, desde lue-
obras de este último autor, particu- así, el punto es reducido al 1; la lí- go, esto es lo que sucede en la ma-
larmente el De natura deorum. En nea, al 2; la superficie, al 3; la tridi- yor parte de los pasajes en los cuales
cambio, no parece haber relación en- dimensionalidad, al 4; el color, al Filón "describe" el carácter absoluta-
tre la escuela de Filodemo y Lucrecio, 5; la animación, al 6; la razón (y mente trascendente e incomparable
quien tomó sus doctrinas directamente otras propiedades, como la salud), de Dios. Ahora bien, ello no significa
de Epicuro. En oposición a los al 7; el amor (y la inteligencia), al negar la realidad del mundo, sino
estoicos y a los peripatéticos Filode- 8. Junto a esta cosmología numérica solamente la de un mundo que fuera
mo escribió gran cantidad de obras, —y a una investigación sobre el mero desarrollo de Dios o pura som-
numerosas partes de las cuales nos "medio armónico" y el "medio numé- bra de la Idea suprema. Cierto que
han sido conservadas en las colec- rico"—, Filolao desarrolló una doc- en este importante punto hay discre-
ción de los rollos de Herculaneum. trina del mundo como realidad cuyo pancias entre los comentaristas: mien-
Entre estas obras figuran libros so- centro es el fuego, y una doctrina tras algunos subrayan que el Dios
bre la piedad, la malicia, la muerte, del alma como prisionera del cuer- filónico no puede ser ni un principio
los dioses, los vicios, la locura, la mú- po — doctrina esta última caracte- emanador de las otras realidades ni
sica, la ira, la riqueza, la historia de rísticamente órfico-pitagórica. un demiurgo plasmador de ellas, sino
la filosofía, los signos, la retórica y Diels-Kranz, 44 (32). — Véase E. un creador auténtico que ha sacado
los métodos de inferencia. La obra Frank, Plato und die sogenannten el mundo de la nada por bondad (y
sobre la inferencia sobre todo es im- Pythagoräer, 1923, II Teil, 2 (c) y no por necesidad), otros, en cambio,
portante por permitirnos conocer el III, Beilage xx.
se atienen a ciertos pasajes de Filón
modo como la tendencia epicúrea em- FILÓN de Alejandría, llamado en los cuales este filósofo se aproxima
pírica (y empírica en general) des- también Filón el Judío (Philo Ju- máximamente a la concepción de
arrollaba los problemas del conoci- daeus) nació ca. 25 antes de J. C. en Dios como demiurgo. Una cosa, sin
miento mediante signos y de las in- Alejandría, y falleció después del año embargo, resulta segura: la de que
ferencias a base de signos. Contra los 50. Hacia el año 40 fue enviado, hay ciertos seres —el Logos, las ideas,
estoicos Filodemo proclamaba que la con otros miembros de su comunidad, los inteligibles— que resultan de Dios
relación entre el signo y la cosa sig- a Roma en una misión de judíos ale- sin necesidad de materia. Especial-
nificada es dada por la percepción jandrinos encargados de ver al Em- mente importante —e influyente—
mediante inducción o analogía y no perador Cayo. Filón es considerado al respecto es la doctrina filónica del
mediante una necesidad lógica. De como el más importante representante Logos (VÉASE ), doctrina que puede
este modo podía fundamentarse la de la llamada filosofía judaico-ale- tener antecedentes en la concepción
física epicúrea empíricamente y no jandrina, para desarrollar la cual se escripturaria del Verbo (v), pero que
sólo por medio de un análisis pura- basó principalmente en interpretacio- Filón elaboró con gran detalle y hasta
mente racional. nes alegóricas del Antiguo Testamen- con gran independencia. Este Logos
Lista de ediciones de obras de Fi- to, a diferencia de las interpretaciones es el principio del mundo inteligible,
lodemo en Ph. H. de Lacy y E. A. literales tan comunes en la comunidad el "lugar" de las ideas y, por consi-
de Lacy, Philodemus: On Methods of judaica de su ciudad. A ello unió guiente, el modelo supremo y último
Inference, 1941 [American Philologi- fuertes tendencias de dos escuelas de toda realidad. El mundo constitui-
cal Association, X], — Véase tam- filosóficas griegas: la de los plató- do de Ideas no tiene otro lugar, τόπος,
bién H. von Arnim, Philodemea, 1888; nicos y la de los estoicos. El tema
K. Lesnik, "Filodemosa traktat e in- que el Logos divino, θείον λόγον (De
capital del pensamiento filosófico de opificio mundi § 20). Se ha argüido a
dukcji", Studia logica, 2 (1955), 77- Filón es el de Dios y la relación de
111 [estudio de un tratado de F. so- veces que el Logos parece inútil,
bre la inducción]; y art. de R. Philipp- éste con el mundo — o, mejor, con puesto que cuando hay que hablar
son sobre Filodemo (Philodemus) en el alma. Inspirándose, como ha di- de él es menester decir, como de
Pauly-Wissowa. Asimismo, C. J. cho Bréhier, en el platonismo, Filón Dios, que es unidad y simplicidad
Vooys, Lexicón Philodemeum. Pars concibió a Dios como el ser en sí, sumas. Pero Filón indica que el Lo-
prior, 1934. como el género supremo y, por lo gos, aunque unidad perfecta, es prin-
FILOLAO, de Crotona (fl. fines tanto, como el primer Bien, la fuente cipio de unidades subordinadas. De
del siglo ν antes de J. C.), uno de de la virtud, el modelo de las Leyes este modo su función es la de inter-
los primeros pitagóricos ( VÉASE), fue, y la Idea de las ideas. Ello lo llevó mediario: el Logos filónico es, en
según ha indicado Diógenes Laercio a una concepción radical de la simpli- rigor, un órgano de que Dios se ha
(VIII, 83), el primero que sistema- cidad y unidad de Dios — concep- servido para hacer el mundo a través
659
FIL
de los modelos de las ideas inteligi-
bles. Junto a él se hallan los otros
intermediarios que se encuentran
entre sí en una relación jerárquica:
la Sabiduría divina (que a veces pa-
rece idéntica al Logos), el Hombre
divino u hombre hecho a imagen de
Dios, el Espíritu (Pneuma) y los
ángeles. Subordinados a estos inteli-
gibles hay las potencias (dynameis).
De este modo la realidad parece or-
ganizarse en una jerarquía análoga
a la que ulteriormente elaboraron
varios neoplatónicos. Con todo, sería
un error equiparar formalmente las
doctrinas de éstos a la de Filón. Las
preocupaciones morales y religiosas
de este último son más determinantes
en muchas ocasiones para su expli- FILÓN, de Larisa, discípulo de Cli-
cación de lo real que las razones tómaco ( VÉASE) y escolarca de la
metafísicas o cosmológicas. Por eso Academia desde 110/109 hasta ca. 88
una importante parte de la obra de antes de J. C., estuvo en Roma ( don-
Filón está consagrada a las cuestio- de Cicerón oyó sus lecciones) du-
nes del culto espiritual, a los proble- rante la primera guerra de Mitrídates.
mas de la instrucción religiosa y Partidario al principio de Arecsilao
moral, y en particular al tema del y Carnéades, e inclinado, por lo tan-
pecado y de las posibilidades de li- to, hacia el escepticismo moderado
berarse del mismo. Ello parece des- académico, se inclinó luego a favor
embocar en una concepción que des- del dogmatismo en el conocimiento,
taca el éxtasis —el éxtasis que puede dogmatismo que caracterizó el último
ya alcanzarse en este mundo, que es período (considerado por algunos el
"templo de Dios"— como el centro cuarto) de la Academia platónica (v.).
de la vida, pues sólo el éxtasis con- Tal dogmatismo no estaba, según Fi-
duce a la pura contemplación de la lón de Larisa, muy alejado de la
divinidad. doctrina de Platón, e inclusive de
La variedad de la obra de Filón y las de Arcesilao y Carnéades. A tal
el hecho de que tal obra surgiera en efecto, Filón pretendió mostrar que
un cruce de culturas (judía, greco- las verdaderas tesis de Arcesilao y
alejandrina, romana) ha sido causa de Carnéades no se hallan en las opinio-
que se hayan dado de ella muy diver- nes formuladas con motivo de su po-
sas interpretaciones. La opinión más lémica contra los estoicos, sino en
común ha sido interpretarla como una una concepción que es menester des-
manifestación de sincretismo cultural entrañar mediante una interpretación
y religioso-cultural (Heinemann, adecuada. Ésta se basa en lo que
Thyen). Se ha interpretado asimismo Filón llamó lo eu)/logon (lo positivo,
como una manifestación de judaismo lo constructivo). Ateniéndonos a él
que, por pura circunstancia, se ve podremos afirmar la posibilidad de
que nuestra mente capte —aun sin
obligado a emplear la lengua y la cul-
poder demostrarlo formalmente— al-
tura griegas (Bréhier, Goodenough). go verdadero de las cosas. El dog-
También como una predicación de matismo de Filón es, por consiguien-
naturaleza filosófica (Wolfson). Fi- te, una forma de la filosofía del
nalmente, como un ejemplo eminente sentido común. Contra la epojé (v.)
de la παιδεία de la época unida a una escéptica, Filón mantuvo la necesi-
firma voluntad de preservación de la dad de principios morales positivos,
"espiritualidad judía" (Daniélou). doctrina que fue desarrollada por su
discípulo Antíoco de Ascalón.
H. Diels, Doxographi Graeci, 1879.
— C. J. Grysar, Die Akademiker
Philon und Antiochus, 1849. — C.
F. Hermann, Disputatio de Philone
Larissaco, 1851. — Id., id., Disputa-
tio altera, 1855. — H. von Arnim,
FIL FIL FIL
Leben und Werke des Dion von losofía', φιλοσοφία, se usaron el verbo πολυμαθής—saber engendrado por
Prusa, 1898. — Véase también bi- 'filosofar', filosofei=n, y el nombre 'fi- mera curiosidad y que da lugar a una
bliografía de ACADEMIA PLATÓNICA . lósofo', filo/sofoj. El verbo aparece simple descripción de los hechos.
FILÓN DE MEGARA (fl. ca. 300 en el pasaje de Herodoto (I, 30) Esta opinión, sea dicho de paso, está
antes de J. C.) fue discípulo de Dio- donde Creso, al dirigirse a Solón, le en conflicto con la indicada antes
doro Crono y condiscípulo de Zenón dice que ha tenido noticias de él por (fr. 35; Cfr. supra), por lo que algu-
de Citio. Algunos autores lo han su amor al saber y por sus viajes a nos autores, apoyándose en el tenor
confundido con Filón de Larisa ( VÉA- muchas tierras con el fin de ver cosas : general de la filosofía de Heráclito,
SE); otros lo lian considerado como un w(j filosofe/wn gh=n pollh\n qewri/hj mantienen que el fragmento 35 es
estoico. Lo inás probable es que fuera ei)/ne ken e)pelh\luqaj. Empleo semejante apócrifo. En todo caso, esta tenden-
uno de los miembros de la escuela de se encuentra en Tucídides (Π, 40: ora- cia a la unidad del saber, junto
los megáricos (v.). Es conocido sobre ción fúnebre de Pericles a los ate- con la tesis de la diferencia entre
todo por su concepción de la implica- nienses: filokalou=men ga\r met' la apariencia y la realidad (implícita,
ción (v.) material; según la misma, un eu)telei/aj kai\ filosofou=men a)/neu y Α veces explícita, en los preso-
condicional es falso solamente cuando malaki/aj, ama-mos la belleza, pero cráticos; siempre explícita en Pla-
el antecedente es verdadero y el con- sin exageración, y amamos la tón), se hizo cada vez más fuerte
secuente es falso: en todos los demás sabiduría, pero sin debilidad). Ninguno en el pensamiento filosófico griego.
casos el condicional es verdadero. La de los dos significados anteriores De ahí la concepción de la filosofía
concepción de Filón de Megara está puede ser considerado como "técnico". como una busca de la sabiduría por
en la base de la tabla para '⊃ ' que En forma del nombre 'filósofo' o 'el ella misma, que resulta en una ex-
hemos presentado en Tablas de ver- filósofo' aparece en Heráclito (fr. plicación del mundo o ausente de
dad (v.). Filón de Megara se ocupó 35): xrh\ ga\ r eu) = ma/l a pollw=n mitología, o que coincide con la mi-
asimismo de temas de lógica modal. i) / s toraj filoso/ f ouj a)/ n -draj tología, pero usa un método racional-
Como ocurrió con otros megáricos, su ei)nai kaq' (Hra/kleiton, conviene, según especulativo. Desde entonces el tér-
lógica influyó sobre los estoicos. Heráclito, que los hombres filósofos mino 'filosofía' ha valido con frecuen-
Referencias a las doctrinas lógicas sean sabedores de muchas cosas) (Cfr., cia como expresión de ese "buscar la
de Filón de Megara se encuentran en sin embargo, infra). Se atribuye a sabiduría".
Sexto el Empírico, Adv. Math., VIII, Pitágoras el haberse llamado a sí El significado de 'filosofía' no se
113; Hyp. Pyrr., II, 110; Diog. L., mismo filósofo (Diog. Laer., I, 12; agota con las anteriores prediciones.
VII, 191. — Véase Prantl, I, 404; Ze- Cicerón, Tusc. Disp., V, 3, 8-9), pero
ller, I. Teil 1. Abt. 1. Absch. 1, III. Nos hemos referido a otros significa-
B. 2. se discute hasta qué punto, aun en el dos en la sección III del presente ar-
FILOPÓN (JUAN). Véase JUAN caso de ser cierta la atribución, el ser tículo. Agreguemos que, aun confinán-
FlLOPÓN. filósofo significa para Pitágoras algo donos al término griego φιλοσοφία
FILOSOFÍA. Entre los problemas semejante a lo que significó luego hay numerosos otros sentidos y usos
que se plantean con respecto a la filo- para Sócrates y Platón. El problema se del término. Anne-Marie Malingrey
sofía figuran: ( 1 ) el del término complica por el hecho de que, junto al (Cfr. op. cit. infra) ha estudiado esos
'filosofía'; (II) el de los orígenes de término 'filósofo', se emplearon desde usos desde los presocráticos hasta el
la filosofía; (III) el de su significa- los pre-socráticos otros vocablos: siglo IV después de J. C. en la litera-
ción y (IV) el de la división de la 'sabio', 'sofista', 'historiador', 'físico', tura filosófica en lengua griega, y ha
filosofía en diversas disciplinas. De 'fisiólogo' (véase FISIOLOGÍA y encontrado que φιλοσοφία puede de-
SOFISTAS). Una primera precisión signar, entre otras cosas, la elocuencia
estos problemas (III) es el más dis-
cutido y el que ocupará la mayor surgió cuando 'filosofar' se entendió en o la moral práctica (Isócrates ), la con-
parte del presente artículo. el sentido de 'estudiar', esto es, de templación del cosmos y el método de
I. El término. La significación eti- estudiar teóricamente la realidad. investigación científica (en Aristóte-
mológica de 'filosofía" es 'amor a la Sabios, sofistas, historiadores, físicos y les), el estado de vida, la experiencia
sabiduría". A veces se traduce 'filo- fisiólogos fueron entonces interior transmitida por un maestro y
sofía' por 'amor al saber'. Pero como considerados por igual como filósofos. la vida en comunidad o sumfilosofei=n
los griegos —inventores del vocablo Las diferencias entre ellos obedecían al (en Epieuro), la contemplación del
'filosofía'—· distinguían con frecuen- contenido de las cosas estudiadas: los cosmos, el esfuerzo moral orientado
cia entre el saber ( VÉASE ), επιστήμη historiadores estudiaban hechos (y no hacia Dios, la práctica de la Ley (en
en tanto que conocimiento teórico, sólo hechos históricos), los físicos y Filón de Alejandría), la especulación
y la sabiduría, σοφία, en tanto que fisiólogos, el elemento o elementos griega en general (San Clemente de
conocimiento a la vez teórico y prác- últimos de que se suponía compuesta Alejandría), etc. etc. Algunos autores,
tico, propio del llamado sabio, es la Naturaleza. Todos eran, sin embargo, como los estoicos, no usan el término
menester tener en cuenta en cada hombres sapientes y, por lo tanto, filosofi/a , sino más bien σοφία pero
caso a qué tipo de conocimiento se todos podían ser considerados (según dándole varios sentidos parecidos a
refiere el filosofar. Esto se averigua hicieron Platón y Aristóteles) como los que tiene φιλοσοφία en otras es-
por medio de un estudio de la histo- filósofos. Otra precisión surgió cuando cuelas. Entre muchos autores cristia-
ria de la filosofía (véase FILOSOFÍA Heráclito (fr. 40) contrapuso el saber nos φιλοσοφία designa a veces la tra-
[ HISTORIA DE LA ] ). del sabio —el que conoce la razón dición intelectual pagana y a veces las
que todo lo rige y ama "realidades cristianas" (así, por ejem-
Antes de usarse el sustantivo 'fi-
verdaderamente la sabiduría— al plo, cuando filo/ sofoj ; designa
saber del erudito, "el
661
FIL FIL FIL
cristiano perfecto" y hasta "Cristo"). quiera que sea la idea que se tenga destaca la importancia de la teoría.
"Por su misma naturaleza —escribe acerca de las influencias ejercidas so- Por el otro, señala el carácter fun-
la citada autora— el vocablo philoso- bre el pensamiento griego o acerca de damental de la virtud y de la con-
phia posee una especie de plasticidad la existencia de movimientos intelec- ducta. Por un lado, es altamente es-
indefinida. Esta cualidad se halla en tuales paralelos al mismo, los sentidos peculativa. Por el otro, decididamen-
el origen de su historia a la vez muy que ha tenido el término 'filosofía' te crítica. Por un lado, no quiere
rica y muy difícil de seguir" (op. cit. alcanzaron sólo su madurez en Gre- dar nada por supuesto. Por el otro,
infra, pág. 293). Dos influencias se cia. Por este motivo restringiremos está sumergida en toda clase de su-
destacan en esta historia (lo mismo aquí a la tradición occidental iniciada posiciones. Por un lado, quiere iden-
que en la historia de muchos elemen- en la cultura griega las diversas tificarse con el puro saber y con lo
tos del vocabulario): por un lado, la definiciones de la filosofía, aun te- que luego se llamará la ciencia (v.).
tendencia a hacer salir los términos del niendo en cuenta las notables con- Por el otro, destaca el afán de sal-
uso común y a enriquecerlos dotándo- tribuciones orientales. vación. Por un lado, se presenta como
los de nuevos matices; por otro lado, III. La significación. Las definicio- una serie de proposiciones. Por el
hacer recaer los términos en el len- nes de la filosofía son múltiples. Co- otro, como una actitud humana. To-
guaje común (loc. cit.). mún a ellas sólo parece ser el hecho das estas condiciones persistirán a lo
II. El origen. La filosofía comenzó de que, como lo ha observado Sim- largo de su historia hasta nuestros
mezclada con la mitología o con la mel, la filosofía es en los diversos días. Ahora bien, es cierto que según
cosmogonía. En este sentido hay una sistemas filosóficos el primero de sus la fase histórica de que se trate se
cierta relación entre cosmogonías co- problemas. Análogamente, Josef Pie- acentúan más o menos una o varias
mo la de Hesíodo (Theog., princi- per ha declarado que mientras pre- de estas características. Así, por ejem-
palmente 116-38, ed. Rzach) y Fe- guntar "¿Qué es la física?" no es for- plo, el afán de salvación es escaso
récides (Eudemo, fr. 117, ed., Mu- mular una pregunta perteneciente a en los sofistas, pero muy destacado
llach; Diels-Kranz, 7 [71]) y las es- la ciencia física, sino una pregunta en los pitagóricos; la tendencia es-
peculaciones de los presocráticos. previa, preguntar "¿Qué es filosofía?" peculativa, muy fuerte en los jóni-
Como antes apuntamos, hubo, sin es formular una pregunta filosófica cos y muy atenuada en Aristóteles.
embargo, una diferencia en el méto- — una "pregunta eminentemente fi- Las tendencias se mezclan también
do: descriptivo en los "teólogos"; ra- losófica". Así, cada sistema filosó- con frecuencia: Platón es a la vez crí-
cional en los filósofos. Los motivos fico puede valer como una respuesta tico y especulativo, racional y místico.
por los cuales tuvo lugar semejante a la pregunta acerca de lo que es la Los ejemplos podrían referirse a otros
separación son muy complejos: al- filosofía y también acerca de lo que períodos históricos, incluyendo el
gunos de ellos han sido mencionados la actividad filosófica representa para presente. No podemos extendernos
en el artículo sobre la filosofía griega la vida humana. Cada una de estas aquí sobre estas características, algu-
(v.). Una cuestión que ha suscitado respuestas es, por lo tanto, parcial. nas de las cuales serán tratadas en
particular interés es la de si la Pero al mismo tiempo es necesaria los artículos dedicados a los diversos
filosofía griega carece de anteceden- si tenemos en cuenta que la filoso- filósofos y tendencias filosóficas; nos
tes o los tiene en otras filosofías o, fía se va formando en el curso de limitaremos a dar algunas de las de-
cuando menos, formas de pensar. Al- su propia historia. Por lo tanto, la finiciones que los filósofos principa-
gunos autores indican que las con- exposición de las definiciones dadas les han proporcionado de la filosofía.
diciones históricas dentro de las cua- por los diversos filósofos acerca de De acuerdo con Platón y Aristóteles,
les emergió la filosofía (fundación la filosofía puede considerarse como la filosofía nace de la admiración y
de ciudades griegas en las costas de el conjunto de las perspectivas desde de la extrañeza; pero mientras para
Asia Menor y Sur de Italia, expansión las cuales la filosofía ha sido vista el primero es el saber que, al
comercial, etc.) son peculiares de y no como una recopilación de res- extrañarse de las contradicciones de
Grecia y, por consiguiente, la filosofía puestas arbitrarias sobre el problema las apariencias, llega a la visión
solamente podía surgir entre los capital filosófico. Paradójicamente, la de lo que es verdaderamente, de las
griegos. Otros señalan que hay in- unidad de la filosofía —siempre que ideas, para el segundo la función de
fluencias "orientales" (por ejemplo, no interpretemos esta expresión en la filosofía es la investigación de
egipcias) en el pensamiento griego, un sentido demasiado rígido o con las causas y principios de las cosas.
no pudiendo por ello decirse que la excesivas resonancias hegelianas— se El filósofo posee, según el Estagirita,
filosofía apareció autónomamente entre manifiesta a través de su diversidad. "la totalidad del saber en la medida
los griegos. Otros, finalmente, indican Muy característico de la filosofía, ya de lo posible sin tener la conciencia de
que en la China y especialmente en la desde sus primeros pasos en Grecia, cada objeto en particular". La filosofía
India hubo especulaciones que es una serie de condiciones dobles. conoce por conocer; es la más
merecen sin restricciones el nombre de Por un lado, la filosofía manifiesta elevada y a la vez la más inútil de
filosóficas. Hemos debatido un interés universal. Por el otro, todas las ciencias, porque se esfuerza
brevemente estos problemas en el ci- revela escasa atención por la por conocer lo cognoscible por
tado artículo sobre la filosofía griega, diversidad de los hechos. Por un lado, excelencia, es decir, los principios y
y con mayor atención (y conclusio- subraya la superioridad de la ra- causas y, en última instancia, el
nes menos precipitadas) en el artícu- zón. Por el otro, se inclina a una in- principio de los principios, la causa
lo sobre filosofía oriental (v.). Nos li- tuición del ser de índole a veces más última o Dios. Por eso la filosofía es
mitaremos a señalar aquí que, cual- mística que discursiva. Por un lado, llamada por Aristóteles, en
662
FIL FIL FIL
cuanto metafísica o filosofía primera, tensión existe evidentemente en casi marco lógico de su fundamento pro-
teología; ella es la ciencia del ser en todos los filósofos, no es por lo ge- porciona, en cambio, una definición
cuanto ser, la ciencia de aquello que neral la tensión que provoca la diso- diferente. Así, según Wolff y su es-
ciación, sino más bien aquella que cuela, la filosofía es la ciencia de las
E uede llamarse con
propiedad la Verdad. Desde
toda
hace posible una cohesión realmente cosas posibles y de los fundamentos
Platón y Aristóteles se suceden las dinámica y, por lo tanto, realmente de su posibilidad. En cuanto a Kant,
definiciones de la filosofía, que viva. Tampoco significa que durante concibe la filosofía (o su sistema)
comprende, en las escuelas la Edad Media quede excluido del como un conocimiento racional por
postaristotélicas, una parte teórica y pensar filosófico lo que corresponde principios, pero ello exige una pre-
una parte práctica y que, al a la norma para la vida, tal como se via delimitación de las posibilida-
acentuar la voluntad de salvación, va había desarrollado sobre todo en la des de la razón y, por lo tanto,
poco a poco convirtiéndose en un última filosofía griega. Como indica una crítica de la misma como pro-
sucedáneo de la fe religiosa. Así Grabmann (Geschichte der schola- legómeno al sistema de la filosofía
ocurre, entre otras direcciones, con el stischen Methode, I [1909]) todavía en trascendental. En los filósofos del
estoicismo y el neoplatonismo, en don- un tratado de Trivio, de los siglos idealismo alemán, la filosofía es el
de el contenido religioso y de con- IX al XII, escrito, como la sistema del saber absoluto, desde
cepción del mundo absorbe de modo Dialéctica de Alcuino, en forma de Fichte, que la concibe como la cien-
considerable el contenido del saber diálogo, se dice taxativamente que cia de la construcción y deducción
teórico. Al lado de ello, la filosofía la filosofía es rerum humanarum de la realidad a partir del Yo puro
es concebida como la norma más ade- divinarumque cognitio cum studio como libertad, hasta Hegel, que la
cuada para la acción, como el arte bene vivendi con-iuncta. Es desde el define como la consideración pensante
de la vida basado en principios de horizonte total de su vivir que debe de las cosas y que la identifica con
razón y conseguido por la compren- ser comprendida, en la Edad Media el Espíritu absoluto en el estado de su
sión de la inexorabilidad de los dic- tanto como en cualquier otra época completo autodesarrollo. Para Herbart,
tados de la propia razón. Esta con- de Occidente, la filosofía y la filosofía es la elaboración de los
cepción de la filosofía, que llegó a especialmente el sentido de ella. Lo conceptos con vistas a la eliminación
dominar todo el período final del mismo acontece, para seguir con la de las contradicciones; para
mundo antiguo, experimenta un gran división usual, aunque poco exacta, Schopenhauer, la ciencia del princi-
vuelco cuando, al irrumpir el cris- de la historia, con el Renacimiento y la pio de razón como fundamento de
tianismo, aparece sobre Occidente época moderna. En cada uno de estos todos los demás saberes, y como la
un nuevo concepto del hombre, una momentos la filosofía representa en autorreflexión de la Voluntad. Para
nueva visión de su historia y un una buena parte por lo menos la el positivismo, la filosofía es un
nuevo sentido de la verdad. El cris- respuesta que da el hombre al compendio general de los resultados
tianismo irrumpe, por lo pronto, problema de su vivir y formalmente la de la ciencia, y el filósofo es un
como una negación de la filosofía, respuesta que se da al problema por la "especialista en generalidades". Para
mas esta negación se convierte en esencia de la filosofía misma. el esplritualismo positivo, la filosofía
una afirmación decisiva cuando con Señalemos aquí únicamente algunas es una autorreflexión sobre el yo tal
San Agustín tiene lugar una asimi- fórmulas esenciales. Para Bacon, la como es dado para mostrar acto se-
lación entre el antiguo saber y la nue- filosofía es el conocimiento de las guido en qué medida este yo tras-
va fe. La respuesta que da la Edad cosas por sus principios inmutables y pasa el campo empírico. Según Rehm-
Media a la pregunta por la filosofía no por sus fenómenos transitorios; es ke, la filosofía es la ciencia fundamen-
viene determinada por este ángulo la ciencia de las formas o esencias y tal de lo dado en general; según Vai-
desde el cual el cristiano contempla comprende en su seno la hinger, es la ciencia de las ficciones
el saber transmitido por la Antigüe- investigación de la Naturaleza y de conscientes; según Husserl, es una
dad y procura absorberlo. La filo- sus diversas causas. Para Descartes, la ciencia rigurosa que lleva a la feno-
sofía es entonces aspiración al conoci- filosofía es el saber que averigua los menología como disciplina filosófica
miento por razón de aquello que la principios de todas las ciencias, y, en fundamental. Windelband concibe la
fe establece. Pero este conocimiento cuanto filosofía primera o metafísica, filosofía como la ciencia de los valo-
no puede trascender los límites im- se ocupa de la dilucidación de las res de validez universal. Martial Gué-
puestos por lo trasracional y por eso verdades últimas y, en particular, de roult piensa que, a diferencia de He-
la filosofía se va separando cada vez Dios. El giro crítico que tiene la gel, no hay sólo una filosofía que se
más de la teología, se va reduciendo filosofía en la época moderna se va desenvuelve en la historia hasta alcan-
a la esfera donde se aplica la lumen acentuando después de Descartes: zar la culminación en su propio siste-
naturale del hombre en todo su es- tanto el llamado racionalismo ma (o, en general, en el "último sis-
plendor, pero a la vez en toda su continental como el empirismo inglés tema"), sino que hay más bien las
limitación. Sin embargo, esto no quie- coinciden en este propósito. La filosofías, "cada una de las cuales se
re decir que el pensar filosófico no filosofía como crítica de las ideas presenta, encerrada en sí misma, co-
pueda morder decisivamente sobre abstractas y como reflexión crítica mo representando toda la ciencia", de
el reino de los credibilia ni significa sobre la experiencia, desde Locke a modo que, por ejemplo, el "orden de
que haya en el curso de la Edad Berkeley y a Hume, muestra, por lo razones" cartesiano vale sólo para
Media una tensión continua entre tanto, el ejercicio filosófico desde Descartes, el orden kantiano para
la teología —y, sobre todo, la teolo- varios diferentes aspectos. La Kant y así sucesivamente. C. D. Broad
gía revelada— y la filosofía. Si esta reducción de lo real al
663
FIL FIL FIL
distingue entre una filosofía crítica, equivale, en su pensamiento, a la a una personalidad. Pero esta filia-
que asume tácitamente algo de lo que teoría de las formas de la concepción ción de cada teoría filosófica en el
pertenece a la filosofía especulativa, del mundo. Pero, en realidad, la in- conjunto de sus condiciones histórico-
y una filosofía especulativa, que su- vestigación de las concepciones del sociológicas, así como la vinculación
pone la filosofía crítica. Whitehead mundo no es más que una parte de de la misma al fondo de su corres-
dice que la filosofía es "el intento de la filosofía de la filosofía, la parte pondiente concepción del mundo, no
expresar la infinitud del universo en que se refiere a las relaciones inevi- equivalen ni mucho menos a una
los términos limitados del lenguaje". tables existentes entre el saber filosó- eliminación de la idea de la filosofía
Wittgenstein, Schlick y muchos po- fico y la cosmovision en que se halla en cuanto saber que trasciende per-
sitivistas lógicos, así como varios de habitualmente envuelto. La confusión petuamente de sus límites condiciona-
los adhérentes a la escuela analítica del problema de la filosofía con el de les. Por el contrarío, la filosofía aspira
de Cambridge, suponen que la filo- las concepciones del mundo podría a ser objetiva. En otros términos,
sofía no es un saber con contenido, conducir, por lo pronto, a una relati- el saber filosófico es aquel que exige
sino un conjunto de actos; no es vización del saber filosófico, relati- a la vez la autenticidad y la ver-
conocimiento, sino actividad. La fi- vización que Dilthey ha intentado dad. Esto permite explicar el hecho
losofía sería aquí, en suma, una ciertamente superar mediante las ba- de que la forma de relación entre el
"aclaración" y, sobre todo, una "acla- ses de su filosofía de la vida, pero hombre que hace filosofía y la filosofía
ración del lenguaje" para el descu- que, en todo caso, parece no tener misma sea diferente de la que existe
brimiento de pseudo-problemas. La suficientemente en cuenta la continua en los otros saberes; no es, en efecto,
filosofía no tiene por misión, según e inevitable tensión existente entre una relación meramente intelectual,
estas direcciones, solucionar proble- aquello a que la filosofía aspira —la mas también vital. A este carácter
mas, sino despejar falsas obsesiones: verdad absoluta— y aquello que se vital pertenecen todas las notas
en el fondo, la filosofía sería una ve obligada a admitir — la condicio- certeras, aunque también limitadas,
"catarsis intelectual" (véase PSICO- nabilidad y el cambio de perspectivas que algunas direcciones adscriben a la
ANÁLISIS ) . Para Bergson, en cambio, de esta verdad. Importante para la filosofía — carácter "interesado" del
la filosofía tiene un contenido: el solución de esos problemas funda- saber filosófico, filosofía como
que se da a la intuición una vez mentales ha sido la creación por Sche- "confesión personal", inmersión de la
rasgado el velo de la mecanización ler de la sociología del saber, dentro razón filosófica en la vida del filósofo,
que la espacialización del tiempo de la cual cabe, naturalmente, la so- primado de este último sobre la
impone a la realidad: la filosofía uti- ciología del saber filosófico y meta- filosofía misma, etc. Notas que deben
lizaría como instrumento la ciencia, físico. Esta sociología responde en ser siempre completadas por las que,
pero se aproximaría más bien al gran parte al anhelo de la constitu- en apariencia opuestas, son más bien
arte. Samuel Alexander llega a decir, ción de una filosofía de la filosofía complementarias — carácter
en vista de tan diversas concepciones, que, sin negar la condicionabilidad "absoluto" del saber filosófico, aspi-
que la filosofía es simplemente "el histórica y sociológica del conocimien- ración a una verdad que sobrepase
estudio de aquellos temas que a na- to filosófico, no signifique tampoco las condiciones en que es enunciada,
die, excepto a un filósofo, se le ocu- su continua relativización. De este adecuación entre la mente y la cosa,
rriría estudiar". .. Con lo cual la modo se ha llegado a erigir, bien que etc. Tanto esta paradoja como los ca-
filosofía resulta aparentemente pul- todavía imperfectamente, una verda- racteres antes mencionados hacen
verizada y no sólo en virtud de dis- dera teoría filosófica de la filosofía, de la filosofía, como ya la definió
tintas definiciones que se dan del teoría que tiene su justificación en el Aristóteles, el saber que se busca
objeto de ella, sino, lo que es más hecho de que la filosofía no sea nun- —zhtonme/ nh e)pisth/ mh; la filosofía
grave, en virtud de presentarse como ca por principio una totalidad acaba- es, en efecto, lo problemático por
un conjunto de distintas actitudes da, sino una totalidad posible. A esta excelencia, no sólo por ser problemá-
ante cualquier objeto. Entre la "fi- teoría se incorporan como partes esen- tico el contenido, mas también la
losofía como una técnica" y la "filo- ciales las anticipaciones mencionadas: "intención": "La filosofía —dice Xa-
sofía como un saber absoluto", entre la teoría de las concepciones del mun- vier Zubiri— no consiste sino en la
la filosofía como un saber y como do y la sociología del saber, a lo constitución activa de su propio ob-
una actitud, como un conocimiento cual habría que agregar sin duda jeto, en la puesta en marcha de la
y como una aclaración, parecen ser una teoría de la vida humana que, al reflexión." De ahí que la filosofía
posibles todas las definiciones. Lo responder a la pregunta por la fun- asuma, según los casos, aspectos apa-
importante, sin embargo, en este caso ción de la filosofía dentro de la exis- rentemente diversos e inclusive di-
es que la reflexión sobre las dife- tencia, llegara hasta el fondo mismo vergentes: es, como ha resumido el
rentes actitudes ante el problema de del problema filosófico. Semejantes citado autor, "saber acerca de las co-
la filosofía ha permitido que cada investigaciones tienden a subrayar sas, dirección para el mundo, y la
vez se vaya cobrando mayor con- como algo esencial a la filosofía lo vida y, finalmente, forma de vida".
ciencia del problema mismo. Esta que hasta el presente se ha venido Por eso, pese a ser un hacer en la
conciencia se ha manifestado espe- considerando como uno de sus más vida del hombre, y por tanto algo que
cialmente en las investigaciones de graves defectos: su pertenencia a un convierte al hombre en realidad filo-
Dilthey, quien se ha esforzado en di- círculo cultural o nacional, su refe- sófica, la filosofía es también aquel
lucidar lo que ha llamado justamente rencia inmediata a una clase, a una tipo de saber que, contrariamente al
la "filosofía de la filosofía", lo cual fase del desenvolvimiento histórico, científico, aspira a carecer de supues-
664
FIL FIL FIL
tos, a dilucidar aquellos principios se hable. En general, podemos decir terminorum philosophis usitatorum
cuya investigación rechaza la ciencia que solamente en Aristóteles apare- (1653), s.v. "Philosophia". Según este
justamente por considerarlos indemos- cieron las divisiones que luego re- autor la filosofía tiene tres partes: una
trables. Las dos principales direccio- sultaron tan influyentes sobre el curso teórica, otra práctica y otra orgánica.
nes en que parece escindirse la filo- de la filosofía occidental. La división La parte teórica se divide en metafí-
sofía actual —la dirección que re- en una parte teórica y en una parte sica, física y matemática. La parte
suelve el filosofar en el vivir y la práctica, implícita en muchos pensa- práctica es la ética. La parte orgánica
dirección que aspira a una filosofía dores pre-aristotélicos (por ejemplo, es la dialéctica o lógica. La metafísi-
inquisitiva, de objetivos y métodos en los pitagóricos o en Demócrito) no ca se subdivide a su vez en varias ra-
análogos a los adoptados por la cien- era suficiente. Aristóteles fue más mas. Ahora bien, al presentar estas
cia— no parecen ser más que dos allá. De hecho, su sistema filosófico ramas Micraelius (como otros autores
manifestaciones de una misma y única fue presentado en el marco de una de la misma época) tiende a proponer
realidad. Por este motivo, tenemos que enciclopedia del saber de su tiempo, nuevos nombres para nuevas discipli-
concluir que la filosofía puede ser y por eso podemos hallar en dicho nas filosóficas: gnostología (la actual
examinada —según apuntábamos al pensador muchas de las partes luego gnoseología) o teoría del saber como
comienzo de esta sección— desde extensamente desarrolladas de la fi- tal, hexología o sistema de hábitos in-
puntos de vista no sólo diversos, sino losofía. Desde Aristóteles tenemos telectuales, arqueología o principio de
a veces inclusive contrapuestos. Entre constituidas como disciplinas: la lógica las disciplinas, didáctica, etc. Algunos
ellos destacamos el mencionado últi- (pues aun siendo un instrumento y de los nombres propuestos en la época
mamente. En efecto, por un lado la no una parte, puede considerarse hicieron fortuna (gnoseología, psi-
filosofía se entiende como una actitud como una "disciplina"), la ética, la cología, ontología). Otros siguieron
humana; por el otro, como un estética (poética), la psicología (doc- usándose, pero sólo moderadamente
conocimiento o una serie de proposi- trina del alma), la filosofía política y (noología, pneumatología). Otros han
ciones (ya sea sobre objetos consi- la filosofía de la Naturaleza (física). desaparecido de la circulación. Entre
derados como propios, o bien sobre Todas ellas están dominadas por la éstos mencionamos la angelografía
cualesquiera proposiciones con el fin filosofía primera (metafísica). Una (Micraelius), la angelosofía, aperanto-
de averiguar su sentido o falta de primera clasificación de las anteriores logía o doctrina de lo infinito creado
sentido). En el primer caso, la filo- disciplinas en grupos de más amplio (Caramuel de Lobkowitz), la etisma-
sofía es una realidad personal (o una contenido da: ciencias teóricas, ciencias tología o doctrina del ente creado (].
realidad social), y el examen de la prácticas y ciencias poéticas (o Clauberg). En el siglo XVIII se
filosofía es sobre todo el estudio de productivas), con la lógica como afirmó una clasificación que fue usada
su génesis personal, social o histórica. órgano ( VÉASE) o instrumento. Otra y popularizada por Wolff y su
En el segundo caso, la filosofía es clasificación (adoptada por los estoi- escuela y que influyó grandemente
un conjunto de proposiciones, y el cos) da: lógica, física y ética. En — siendo luego adoptada por
examen de la filosofía es sobre todo todo ello se advierte ya una clasifi- muchos autores escolásticos. Es la
el estudio de la índole y rasgos de cación de las disciplinas filosóficas siguiente: filosofía teórica
las mismas. En nuestra opinión, no en metodológicas, teóricas y prácticas (subdividida en lógica —formal y
puede eliminarse ninguno de estos que tuvo singular fortuna en el material— y metafísica — general o
dos aspectos. La filosofía es a la vez pensamiento de Occidente y que ha filosofía primera u ontología;
algo en la vida humana y dice algo persistido casi hasta nuestros días. especial o teología, cosmología y
o bien sobre la realidad o bien sobre No expondremos otras clasificaciones, psicología racionales) y filosofía
el lenguaje que empleamos para ha- porque las más fundamentales han práctica (principalmente ética). A ello
blar acerca de la realidad. Entre estos sido mencionadas en el artículo Cien- se agregó luego la criteriología (véase
dos extremos —que podemos consi- cias (Clasificación de las) (v.), en CRITERIO) como teoría del co-
derar como conceptos-límites— oscila el cual hemos tratado no solamente nocimiento. Otra de estas presentacio-
la efectiva realidad de la filosofía. del papel de la filosofía dentro de nes fue la adoptada por muchos ideó-
IV. Las disciplinas filosóficas. La los saberes, sino también de algunas logos ( v. ) : filosofía teórica ( subdi-
división de la filosofía en diversas divisiones de la filosofía cuando ésta vidida en gramática [v.], lógica, psi-
disciplinas no aparece ni mucho me- era considerada como el único saber cología) y filosofía moral. Otra fue
nos patente en todos los "sistemas". existente — y hasta posible. Nos harto usual entre los idealistas ale-
Es difícil, por ejemplo, exponer la fi- limitaremos a destacar que durante manes: lógica (metafísica), filosofía
losofía de Platón o de San Agustín gran parte de la época moderna hasta de la Naturaleza, filosofía del espíritu
como si estuviera constituida por di- nuestros días se han realizado (v.). De hecho, cada uno de los
versas partes. En cambio, la división muchos esfuerzos para dar presenta- filósofos importantes ofreció su propio
de la filosofía en varias disciplinas ciones sistemáticas de la filosofía en sistema de división de las disciplinas
resulta clara (aunque no siempre es diversas disciplinas. En el siglo XVII filosóficas. En general, podemos decir
deseable adoptarla) en Aristóteles o abundaron las clasificaciones de las que hasta fines del siglo xix, y en
en Hegel. La cuestión de la división disciplinas filosóficas — y, en general particular para los propósitos de ense-
de la filosofía depende, pues, en de las diversas ramas del saber. ñanza, se consideraron como discipli-
gran parte del filósofo o del movi- Mencionamos a modo de ejemplo la nas filosóficas la lógica (v.), la etica
miento filosófico de que se trate, así clasificación propuesta por J. Micrae- (v.), la gnoseología (v.), episte-
como de la época histórica de la cual lius en su Lexicon philosophicum mología ( v. ) o teoría del conocimiento
(v.), la ontología (v.), la meta-
665
FIL
física (v.), a veces la criteriología,
la psicología (ν.), con frecuencia la
sociología (v.), y además un conjunto
de disciplinas tales como la filosofía
de la religión (v.), del Estado (v.),
del Derecho (v.), de la historia (v.)
de la Naturaleza ( VÉASE y también
FILOSOFÍA NATURAL), del arte (v.), del
lenguaje (v.), de la sociedad, etc.,
etc., así como la historia de la
filosofía. Pronto se independizaron
varias partes. Hoy día, por ejemplo,
la psicología no es incluida por mu-
chos dentro del sistema de las disci-
plinas filosóficas, o bien si se decide
incluirla se elimina la psicología ex-
perimental y se conserva únicamente
la llamada a veces psicología teórica
y en ocasiones psicología filosófica.
El mismo destino ha tenido la sociolo-
gía. Muchos han considerado que
debería eliminarse la metafísica. Otros
eliminaron la ontología, aunque re-
cientemente ha vuelto a cobrar auge
(en parte con nuevos problemas, en
parte con problemas tradicionales)
inclusive entre algunos de quienes
más se habían opuesto a ella. Varios
pensadores han insistido en que tam-
bién la lógica, especialmente como
logística (v.), debería eliminarse del
cuadro filosófico y pasar a formar
parte de la matemática (v.). A su
vez, nuevas disciplinas han hecho
su aparición: por ejemplo, la teoría
de los objetos (véase OBJETO y OB-
JETIVO), la fenomenología (v.), la
antropología filosófica (v.), la se-
miótica (v.) (y sus ramas: sintaxis
[v.], semántica [v.], pragmática [v.]),
así como disciplinas diversas acerca
de las ciencias especiales: filosofía
de las física (v.), de la biología (v.),
de la educación (v.), etc. Todo ello
ha planteado de nuevo el problema
de si la filosofía es simplemente una
matriz de las ciencias (que luego se
van independizando de su origen co-
mún) o de si tiene que abarcarlas a
todas, adoptando un punto de vista
distinto de las ciencias. Una sola con-
clusión parece cierta si adoptamos
el método de la inducción histórica:
que la filosofía posee un grado de
flexibilidad mayor que ningún otro
conocimiento humano. En este res-
pecto podría decirse cum grano salis
de la filosofía lo que Aristóteles decía
del alma: la filosofía es, en cierto
modo, todo.
Casi todas las obras filosóficas se
ocupan —explícita o implícitamen-
FILOSOFÍA AMERICANA. La fi-
losofía americana es una parte de la
filosofía de Occidente y no se ha des-
viado, por lo general, del "tono" se-
guido por la meditación filosófica
europea moderna. Pero los caracteres
peculiares de la formación de la cul-
tura americana han hecho que ésta
busque a veces una filosofía particu-
lar. Esta busca ha seguido varios ca-
minos. Algunos han intentado encon-
trar, prescindiendo de toda verdad o
falsedad, lo "propio", siguiendo con
ello, muchas veces sin advertirlo, cier-
tas corrientes "románticas". Otros se
han limitado a no querer marchar
a remolque de la filosofía europea
y a destacar, más que una filosofía
peculiar, ciertos temas peculiares. La
justificación de tal busca radica en el
afán de que los temas sobre los que se
aboque la meditación filosófica sean
"auténticos", con lo cual se quiere
decir que sean sacados de la propia
situación histórica. Otros, más cautos,
han reconocido que la filosofía ame-
ricana, aunque íntimamente ligada a
la europea, se ha desenvuelto, o puede
desenvolverse, en una forma autónoma
o relativamente autónoma. La
tradición, y los temas, en la filosofía
americana pueden ser los mismos que
en la filosofía europea, pero las "ma-
neras" son distintas. Esta última opi-
FIL
nión nos parece la más plausible; es
la que ha expresado Francisco Romero
al indicar que la busca americana de
una autenticidad y peculiaridad no de-
be hacer olvidar que lo que importa
ante todo en la filosofía es la verdad.
La expresión 'filosofía americana'
designa dos mundos culturales que,
aunque en muchos respectos coinci-
dentes, o por lo menos complementa-
rios, en otros respectos son muy dis-
tintos: el mundo cultural anglo-sajón
en los Estados Unidos y parte del Ca-
nadá, y el mundo cultural latino-ame-
ricano (hispano-americano y luso-
americano). Las diferencias que se ob-
servan en las producciones filosóficas
de cada uno de estos dos mundos se
deben principalmente a los distintos
modos de formación de ambas culturas
y especialmente a los supuestos
religiosos; no ha de sorprender, por
consiguiente, que mientras ha habido
por ambas partes esfuerzos tendientes
a prolongar la tradición occidental y a
introducir en ella radicales
innovaciones, haya existido a la vez
una escasa relación mutua. El pensa-
miento de William James, por ejem-
plo, ha influido sobre Iberoamérica
menos por la directa relación con la
cultura norteamericana que por re-
presentar James una de las contribu-
ciones más valiosas al cuadro total
de la filosofía contemporánea de
Occidente. Lo mismo puede decirse
de Emerson. En cambio, dentro de
cada uno de estos orbes culturales ha
habido una tradición filosófica sor-
prendentemente unitaria. Esto se des-
taca en Iberoamérica, donde sin ape-
nas relación mutua de los diversos
países y a veces con completa inde-
pendencia han surgido movimientos
perfectamente sincrónicos. Así, a una
generación adscrita al eclecticismo y
al esplritualismo siguió una genera-
ción positivista y a ella una generación
que recogió de la tradición europea lo
más característico del pensamiento
contemporáneo y que intentó con
diversa fortuna desarrollar una especie
de idealismo de la libertad casi
siempre coincidente con las más hon-
das aspiraciones de las respectivas
capas intelectuales superiores. En este
sentido son iluminativas las líneas
coincidentes: influencia de la "filo-
sofía moderna" de Bacon y Descartes
paralelamente al escolasticismo
vigente, al cual intenta suplantar
— influencias de la Ilustración, mez-
FIL FIL FIL
Iberoamérica en general; otros inten- (op. cit., pág. 36). Así se muestra en bien un trasfondo que un verdadero
tan elaborar los temas filosóficos de varios momentos de su historia. El cimiento. Casi contemporáneamente
un modo "universal" aun sin desinte- platonismo ramista, aliado al con- se desarrollan las doctrinas idealis-
resarse de lo iberoamericano, por lo gregacionismo y al inmaterialismo tas; a partir de Laurens Perseus
menos desde un punto de vista his- berkeleyano son, al principio, las Hickok (1798-1888), que introdujo y
tórico-filosófico. Para que el cuadro fuerzas intelectuales motoras de este expuso sistemáticamente el idealismo
fuera completo, no podría prescindir- pensamiento; a ellas sigue la Ilus- alemán postkantiano, la corriente
se, por otro lado, de influencias más tración, tanto en sus momentos de idealista se extiende sobre todo con
directas, ejercidas sobre todo por pen- acentuación de la democracia como la Saint-Louis School y la Concord
sadores españoles que han estado en en los de la "adaptación a la orto- School of Philosophy (véase HEGE-
Iberoamérica, ya de un modo ocasio- doxia". La influencia de la filosofía LIANISMO). Este idealismo adopta des-
nal (como Ortega, Ors y Marías) o escocesa, pero sobre todo el tras- de muy pronto diversos aspectos: es
de un modo más permanente (como cendentalismo ( VÉASE ) representa personalista (como en Bowne), espe-
José Gaos, J. D. García Bacca, E. Ni- acaso un intento de mediación entre culativo objetivo (como en James E.
col, J. Xirau, María Zambrano, D. las dos citadas corrientes y una busca Creighton), dinámico (como en George
Casanovas, Luis Abad Carretero, etc.). de su común fundamento teológico. Sylvester Morris), absoluto (como en
Por lo demás, una historia completa Dentro de estos marcos se insertan Royce). Sin duda, es la lucha entre
de la filosofía iberoamericana no po- las diversas generaciones y sus el absolutismo y el personalismo lo
dría prescindir enteramente de su li- pensadores representativos, en una que polémicamente vivifica durante
teratura y aun de su acción educativa. sucesión que va de Jonathan muchos años el idealismo
La "disolución" de la filosofía en la Edwards (1703-1758) y Samuel norteamericano. Este idealismo es
literatura y el pensamiento general es Johnson (1696-1772) a Benjamin tanto moral como metafísico y gno-
precisamente una de sus característi- Franklin (1706-1790), W. E. Chan- seológico, pero sea por agotamiento
cas. Características que no tienen ning (1780-1842), James Marsh interno o por la influencia de otras
siempre un sentido peyorativo; en el (1794-1842), Noah Porter (1811- corrientes, especialmente de las prag-
mismo sentido en que ocurre en Es- 1892). R. W. Emerson (1803-1882) matistas y realistas, el idealismo se
paña, la "vida" es un "tema hispáni- y W. G. T. Shedd (1820-1894). Ya va haciendo cada vez más, como dirá
co" y obliga a ser tratada de maneras dentro del siglo XIX comienza a ejer- Brightman, una "filosofía de los idea-
distintas que las estrictamente filosó- cer influencia la idea de evolución, les". Así, idealistas como Boodin,
ficas. Nombres como Bello, Sarmien- la cual no se detiene en los pensa- Cunningham, De Laguna, Sheldon o
to, Hostos, Martí, Rodó, Montalvo, etc., dores "evolucionistas", sino que pe- Urban negarán el idealismo episte-
no podrían, pues, ser excluidos para netra profundamente en el idealismo. mológico, que considerarán super-
alcanzar una comprensión apropiada. Según H. W. Schneider, las doctrinas fluo; otros, lo reducirán a un análisis
Y, por otro lado, conviene tener pre- evolucionistas norteamericanas pue- metódico (Blanshard) y otros, desde
sente la esencial "función docente" de den ser distribuidas en los apartados luego, negarán el absolutismo del
los filósofos americanos a que ha he- siguientes: 1. Filosofías cósmicas, idealismo y acentuarán los momen-
cho referencia José Gaos, función que como la de John Fiske y, en parte, tos personalistas, temporalistas, pro-
permite aclarar algunos de los caracte- Peirce, las cuales examinan las cues- cesualistas y finitistas de lo real
res fundamentales de esta filosofía. tiones suscitadas por el darwinismo, (Brightman, Hocking, Adams, Parker
No menos atenta a las circunstan- el lamarckismo, etc. 2. Biología es- y varios de los ya antes citados). En
cias concretas de su evolución his- peculativa, como la de Chauncey medio de las corrientes idealistas se
tórica ha estado durante mucho tiem- Wright o la de J. Le Conte (1823- insertan, cada vez con mayor fuerza,
po la filosofía norteamericana. De ella 1901), 3. Teologías evolucionistas, las tendencias que durante unas dé-
puede decirse, como señala Herbert como la de James McCosh (1811- cadas alcanzarán un decisivo triunfo.
W. Schneider, que "es ya evidente 1894), especialmente en The Reli- Ante todo, el pragmatismo, que no es,
el hecho de que los principios polí- gious Aspects of Evolution (1888). sin embargo, una corriente unitaria y
ticos, económicos, teológicos y meta- 4. Filosofías social-genéticas, como la que se escinde en varias tendencias
físicos han estado asociados con el de Lester F. Ward, James Mark según los distintos modos de considerar
pensamiento americano más estre- Baldwin (1816-1934), el "grupo de pragmáticamente la inteligencia. Los
chamente de lo que hasta ahora se ha Chicago" (Dewey, Tufts, G. H. trabajos de Peirce (que pertenecen
tendido a creer, y de que una historia Mead, Thornstein Veblen). 5. Natu- también al realismo y a la nueva
realmente comprehensiva de la ralismo "desesperado", como el de lógica), la filosofía de William James,
filosofía americana todavía está por Henry Adams y el de Santayana. No el instrumentalismo de Dewey, el
escribirse" (A History of American hace falta advertir que varios de los pensamiento de Mead, los prime-
Philosophy, 1946, pág. X), y ello de representantes de estos evolucionis- ros trabajos de Woodbridge pertene-
tal modo que hombres como John mos pueden ser considerados también cen a esas nuevas tendencias, a las
Adams, Benjamin Franklin, Thomas como representantes de otras co- que se agrega pronto el empirismo ra-
Jefferson y James Madison, si bien rrientes: pancalismo de Baldwin, dical. Desde entonces se dan todas
son "un pobre material para la acti- pragmatismo de Mead, instrumenta- las combinaciones posibles: idealismo
vidad docente", representan todavía lismo de Dewey, idealismo de Adams, empírico, pragmatismo naturalista,
"fuerzas vivas, así como símbolos realismo y naturalismo de Santaya- instrumentalismo racionalista, etc., etc.
clásicos en la filosofía americana" na. El evolucionismo es aquí más En cuanto a las tendencias norte-
670
FIL FIL
americanas más recientes, es suma- lismo. Al pasar por lo que podría lla-
mente difícil establecer un inventario. marse "la escuela analítica" (que no
En lo que toca a las grandes figuras designa, por descontado, ningún gru-
del pasado inmediato, la influencia de po particular, sino una general acti-
James y de Santayana es poco per- tud filosófica), la metafísica en los
ceptible. En cambio, ha aumentado EE. UU. se expresa en un lenguaje
grandemente la de Peirce, cuya filo- muy distinto del usado por los autores
sofía no solamente ha sido explorada, idealistas. Todo ello plantea el pro-
sino en muchos aspectos continuada. blema de si hay alguna "unidad" en
Por haber profesado en EE. UU. y el pensamiento norteamericano actual.
haber publicado en este país algunas Si ello se refiere al contenido, no hay
de sus obras filosóficas más destaca- ninguna unidad, sino una gran varie-
das, Whitehead es considerado a ve- dad. Si ello se refiere, sin embargo,
ces como una de las grandes figuras al "lenguaje" empleado —en un sen-
norteamericanas, pero Whitehead es tido muy amplio del término 'lengua-
más estudiado que seguido. La in- je'— puede percibirse en gran parte
fluencia de Dewey ha ido decrecien- de autores norteamericanos de las más
do. Autores como C. I. Lewis, M. R. diversas tendencias un cierto "modo
Cohen siguen siendo altamente esti- común" de afrontar los problemas fi-
mados y respetados, pero no se hallan losóficos. Sólo en este "modo común"
ya en el proscenio filosófico. Gran puede buscarse una autonomía de la
parte de la impulsión de la filosofía filosofía norteamericana.
norteamericana en los últimos treinta
años ha venido de fuera. Después de
las discusiones de los realistas y neo-
realistas a que nos hemos referido en
otro lugar (V. ΝΕΟ-REALISMO), ha te-
nido primero gran influencia el positi-
vismo lógico y luego la filosofía
analítica y la filosofía del lenguaje co-
rriente, principalmente la cultivada en
Oxford. Ello no quiere decir que todo
el pensamiento norteamericano actual
sea positivista, analítico y lingüístico.
Hay cultivadores de casi todas las co-
rrientes contemporáneas (fenomenolo-
gía, existencialismo, neotomismo, etc.,
etc.). Y hay una gran actividad en
disciplinas tales como la lógica mate-
mática y la filosofía de la ciencia.
Ahora bien, aunque el cuadro filosó-
fico norteamericano sea muy matiza-
do, es cierto que algunos de los traba-
jos más importantes llevados a cabo
en los últimos decenios pertenecen a
corrientes tales como el naturalismo y
neonaturalismo, el empirismo lógico
(en formas ya muy modificadas), la
filosofía analítica y la filosofía lingüís-
tica. Los trabajos más destacados en
esta última lo han sido, por lo demás,
más bien en el campo de la lógica y
de los lenguajes formalizados que en
el del lenguaje corriente. Ello ha lle-
vado a numerosos pensadores norte-
americanos de inspiración naturalista,
positivista o analítica a ocuparse, im-
plícita o explícitamente, de cuestiones
ontológicas. Junto a ello ha habido
una renovación del interés metafísico
distinto del que se había manifestado
en el período de predominio del idea-
FIL FIL
La filosofía árabe nació en gran cinco vías: los nestorianos, maestros
parte del suelo de las creencias re- primeros de los musulmanes y tras-
ligiosas musulmanas. Antes de que misores de obras griegas, tanto filo-
hubiera filósofos árabes propiamente sóficas como médicas; los monofisitas,
dichos hubo buena copia de discu- que introdujeron el misticismo y la
siones teológicas, así como de escue- especulación neo-platónica; los zoro-
las ascéticas que se preocuparon de astrianos persas; los paganos de
cuestiones morales. El tránsito de la Harran y los judíos que desarro-
exhortación a la reflexión moral teó- llaron temas filosóficos (véase PLA-
rica se halla ya en Hasan-al-Basri ( Si- TONISMO).
glo I de la Hégira; Siglo VII de la Hay varios modos de presentar la
era cristiana). Hasan-al-Basri perte- historia de la filosofía árabe desde
neció al grupo llamado "Compañeros Alkindi hasta Averroes ( o hasta Aben-
del Profeta", grupo que inició mu- jaldún). Mencionaremos tres de los
chos de los debates teológicos que más empleados.
florecieron posteriormente. La forma- Uno consiste en considerar las "re-
ción de ks sectas y de las escuelas giones geográficas" por las cuales se
teológicas (en el seno de las cuales extendió la filosofía árabe. Estas re-
se discutían problemas tales como el giones son principalmente dos: la
de los atributos divinos y el de los oriental y la occidental, las cuales se
conflictos entre la predestinación y suceden, además, cronológicamente.
el libre albedrío) ayudó considera- A la filosofía árabe occidental per-
blemente a la constitución de una re- tenece el florecimiento de la cultura
flexión filosófica "autónoma". Ésta árabe en España durante el siglo XII;
surgió ante tod o en Ba gdad (si- de hecho, es la que ejerció la mayor
glo IX, con Alkindi (800-872). Aho- influencia sobre la filosofía medieval
ra bien, tal reflexión se hizo posible cristiana. En efecto, a través de las
también por la trasmisión al mundo versiones realizadas en la llamada Es-
musulmán de una gran parte de la cuela de Traductores de Toledo
filosofía griega, en particular la fi- (VÉASE), irrumpió en Occidente una
losofía aristotélica y la neoplatónica. imagen distinta y más completa de
Se debe tal trasmisión a lo que se la hasta entonces tenida acerca del
ha llamado la filosofía siria o, mejor pensamiento griego.
dicho, la versión siria del helenismo. El otro modo de presentación con-
Ya a fines del siglo III se fundó en siste en exponer por orden cronoló-
Antioquía una escuela teológico-filo- gico las doctrinas de los diversos fi-
sófica. Otra escuela se fundó un poco lósofos árabes. Se sigue para ello la
después en Nisibis (Nasibin), en una serie siguiente: Alkindi (800-872),
comunidad de lenguaje sirio. Después Alfabari (t 950), Avicena (980-
del Concilio de Éfeso (431), del que 1037), Algazali (1059-1111), Avem-
resultó la condenación del nesto- pace (t 1138), Abentofail (ca. 1110-
rianismo, la antigua escuela de Nisi- 1185), Averroes (1126-1198) y Aben-
bis, que se había trasladado a Edesa jaldún (t 1406).
a fines del siglo IV, acogió varios gru- Otro modo de presentación, final-
pos nestorianos. Cerrada la escuela mente, presta atención a las diversas
de Nisibis-Edesa, los nestorianos se escuelas teológicas. A tal efecto, se
trasladaron a Persia, pero al poco mencionan las siguientes: (1) La es-
tiempo regresaron a Nisibis, donde cuela de los Qadaries, quienes nie-
desarrollaron gran actividad religiosa gan la predestinación y defienden el
FILOSOFÍA ÁRABE. Suele llamar-
y filosófica. Las relaciones entre nes- libre albedrío. Con esta escuela se
se así a cierto período (desde el si-
torianos y musulmanes se intensifica- relaciona (2) la de los Mu'tazilies o
glo VII al XV ) del pensamiento filo-
ron, con el resultado de que estos úl- separados, capitaneados por Wasil-
sófico expresado en lengua árabe y
timos tradujeron al árabe previas ver- ben-'Ata (699-749), defensores del
estrechamente relacionado con la re-
siones siriacas de obras filosóficas libre albedrío y también de una doc-
ligión musulmana — razón por la cual
griegas. A ello se agregaron las in- trina de los universales de tendencia
suele asimismo llamarse "Filosofía
fluencias ejercidas por los teólogos realista. (3) La escuela de los Cha-
musulmana". Por convención se ex-
monofisitas, numerosos en la Iglesia baries, quienes afirman el fatalismo
cluye, pues, la filosofía árabe moder-
egipcia. Otros elementos, además, se absoluto. (4) La escuela de los Mu-
na y contemporánea. Aquí seguiremos
agregaron al desarrollo del "helenis- takallimies, partidarios de la Teolo-
esta delimitación, ya clásica en las
mo árabe"; según De Lacy O'Leary gía dogmática o 'Ilm al-Kalam, en
historias de la filosofía y especialmente
el "paso al helenismo" en la cultura parte neoplatónicos, a veces atomistas
en las historias de la filosofía me-
musulmana se efectuó a través de pero afirmando que los átomos son
dieval.
673
FIL FIL
continuamente creados por Dios. En en general, a todos los filósofos ára-
la teoría de los universales, esta es- bes cuando se plantea el problema de
cuela se inclina al nominalismo y nie- la relación entre la fe y el saber,
ga que haya intermediarios entre Dios problema tan central para esta filo-
y el hombre. Algunos autores indican sofía como lo es para la filosofía
que el nombre de 'Mutakallimies' sig- cristiana.
nifica 'dogmáticos teológicos' (otros
historiadores usan el nombre de 'dia-
lécticos teológicos' ). Según J. T. de
Boer, el nombre ' 'Ilm al-Kalam' signi-
fica propiamente "aserción expresada
en forma lógica y dialéctica". (5) La
escuela de los Asaries, que desarrolló
las tesis de los Mutakallimies. (6) La
escuela de los racionalistas dialécticos,
que floreció sobre todo a partir del
siglo X y que era partidaria de una
estricta interpretación racional de los
dogmas. Todas estas escuelas se dis-
tinguen entre sí principalmente por
sus posiciones relativas al problema
del conflicto entre la predestinación
y el libre albedrío. Otras escuelas,
en cambio, se preocupan por el pro-
blema de la salvación; entre ellas
figuran (7) la de los Wa'idies, para
quienes el pecado es irremisible, y
(8) la de los Murchi'ies, para quie-
nes, en cambio, es remisible. Filosó-
ficamente las escuelas más importan-
tes son las (2) y (4), llamadas a ve-
ces respectivamente separados y or-
todoxos. Se combatieron acerbamente
entre sí, aunque hay que tener
presente que los Mutakallimíes se
convirtieron en ortodoxos y dogmáti-
cos solamente cuando el dogma estu-
vo bien formado y era cuestión de
defenderlo más bien que de elabo-
rarlo. Hay que tener en cuenta asi-
mismo la existencia de escuelas ecléc-
ticas y sincréticas no menos que de
las agrupaciones de índole más reli-
giosa que filosófica, tales como los
Sifalies o antropomorfistas, los Mu
'atilies o defensores de la pureza de
Dios y los Sufíes, cuyas tendencias
místicas ejercieron tanta influencia
sobre muchos pensadores árabes. Aun-
que la exposición por escuelas ofrece
el peligro de desdibujar el cuadro
propiamente filosófico, tiene, en cam-
bio, la ventaja de situar a cada pen-
sador dentro del marco filosófico-
religioso que le corresponde y sin e]
cual su filosofía no es muy inteligi-
ble. Así, por ejemplo, puede enten-
derse mejor a Algazali cuando se lo
considera como un filósofo que des-
arrolló dialécticamente varias doctri-
nas de los Asaries, especialmente la
negación de las causas segundas; y,
FIL FIL FIL
cristianizado. Estudio del "sufismo" a bre la teología de las Iglesias hete- figiotis, junto con intentos sistemáti-
través de las obras de Abenarabi de rodoxas; así, la interpretación de los cos filosóficos que culminaron en el
Murcia, 1931. — Id. id., Huellas del neoplatónicos, especialmente de los platonismo de Miguel Psellos, en torno
Islam. Santo Tomás de Aquino, Tur- neoplatónicos posteriores, no fue en a quien se congregaron numerosos
meda, Pascal, San Juan de la Cruz,
1941 (contiene también: El ave- modo alguno ajena a la formación discípulos y adversarios (el calabrés
rroísmo teológico de Santo Tomás de de la teología de los nestorianos y Juan ítalos o el italiano, que desarrolló
Aquino, publicado por vez primera de los monofisitas. Por su lado, el con preferencia la filosofía frente a la
en 1904 en el Homenaje a Don Fran- aristotelismo —especialmente el de teología; Miguel de Éfeso, que aunque
cisco Codera). carácter neoplatonizante— influyó asi- no discípulo estricto de Psellos
FILOSOFÍA BIZANTINA. Se pue- mismo poderosamente en la forma- continuó los comentarios sistemáticos
de hablar de la filosofía bizantina ción de la teología bizantina. En este de éste; Teodoro de Esmirna, Eustrato
en dos sentidos: como el contenido sentido, hay muchas analogías entre de Nicea, Miguel Itálicos, Nicolás de
particular de una historia del pensa- la filosofía y la teología bizantinas Modón, todos ellos fuertemente
miento filosófico desarrollada en Bi- y la filosofía y la teología occiden- influidos por el platonismo, aun los
zancio después de la separación polí- tales de la Edad Media. A diferencia que se declaraban más aristotélicos).
tica de Roma y la profundización de de éstas, sin embargo, el pensamiento También aquí descubrimos
las divergencias religiosas, y como bizantino estuvo casi siempre do- importantes influencias de Bizancio
una forma especial y en cierto modo minado, como ha indicado B. Tata- sobre el Occidente, especialmente a
irreductible de pensamiento filosófico kis, por una fuerte tendencia forma- través de Psellos, pues el platonismo
surgida en el Imperio de Oriente. lista, la cual se manifestó, según di- de éste, influido por Proclo, se tras-
Aunque en alguna medida los dos cho historiador, en tres aspectos: el mitió luego a Italia, en la Corte de
sentidos citados corresponden a la formalismo retórico, el formalismo Florencia, por intermedio de Gemis-
realidad, es el primero, en rigor, lingüístico (ático) y el formalismo tos Plethon. En el cuarto período ha-
el que alcanza mayor vigencia. En interpretativo y tipificante. llamos, junto con la prosecución de
efecto, lo que haya de especial e Siguiendo el orden cronológico pro- los debates teológicos y de las dis-
irreductible dentro del pensamiento puesto por Tatakis, podemos dividir cusiones entre aristotélicos y plató-
filosófico de Bizancio debe ser consi- la filosofía bizantina en cuatro gran- nicos, un fuerte movimiento de tipo
derado más desde el punto de vista des períodos: el que comprende los humanista y científico. Importantes
del destino que tiene una filosofía siglos VI y VII; el que abarca del si- figuras del período son Nicéforo
crecientemente cerrada y replegada glo VIII al X; el que incluye los si- Blemmides (1197-1272), Jorge Pa-
sobre sí misma, decididamente epi- glos XI y XII, y el que comprende, quimeros (1242-1310), Máximo Pla-
gona, que como una forma de pensar concluyendo tal historia, los siglos nudo (1260-1310), Juan Pediasimos
que posee características propias y XIII, XIV y XV. En el primer período (t entre 1330 y 1341), Heliodoro de
muy acusadas, análogas a la que tiene destacan los tres pensadores de Gaza: Prusa, León Magentinos, José el fi-
la "filosofía oriental" frente a la Eneas (ca. 450-534), Zacarías (t an- lósofo (t ca. 1330), Nicéforo Chumno
"occidental" o inclusive a la que tes de 553) y Procopo (entre 465- (1261-1327), Teodoro Metoquitas
posee cada uno de los grandes perío- 529), todos ellos fuertemente influi- (1260-1332), Nicéforo Gregoras
dos de la historia de Occidente. dos por el helenismo y celosos con- (1295-1359/1360), Nicolás Cabasillas
Históricamente llamamos aquí filoso- servadores de la tradición filosófica y (t 1371), y los grandes aristotélicos
fía bizantina a la serie de esfuerzos literaria griega, así como Juan Filo- y platónicos del siglo xv: Plethon, el
filosóficos realizados en Bizancio pón, su discípulo el comentarista aris- Cardenal Besarión y Scholarios (t ca.
aproximadamente desde el siglo VI totélico Esteban de Alejandría, Leon- 1468), todos los cuales influyeron di-
hasta el XV, en que Constantinopla cio de Bizancio y Máximo el Confe- rectamente sobre Occidente y fue-
fue tomada por los turcos ( 1453 ). sor. En el segundo período encontra- ron, además, influidos por autores
Es una fable convenue que la vida mos a Juan Damasceno o de Damas- occidentales (Scholarios, por ejemplo,
cultural de Bizancio estuvo dominada co, al patriarca de Constantinopla por Santo Tomás de Aquino). Véase
por el cultivo de las sutilezas teoló- Nicéforo (758-829), a Teodoro Es- también PLATONISMO.
gicas y complicaciones jurídicas. tudita (759-826) y a Focio (ca. 820-
La convención tiene aquí, empero, ca. 892). Característico de este período
algo de realidad. En todo caso, el es el intento de edificar algunas
carácter "epigonal" del pensamiento grandes construcciones filosófico-dog-
filosófico bizantino no parece poder máticas, de las cuales es máximo re-
ser fácilmente desmentido. El estu- presentante Juan Damasceno, el cual,
dio de los grandes maestros griegos, como hemos visto en el artículo co-
Platón y Aristóteles, el examen e in- rrespondiente, influyó grandemente
terpretación del neoplatonismo, la en la escolástica latina medieval. En
oposición entre Platón y Aristóteles el tercer período hallamos un gran
constituyó, en efecto, el fragmento florecimiento de la teología mística
más importante de la actividad filo- (especialmente bajo la influencia del
sófica de Bizancio. Es sabido, por lo Pseudo-Dionisio y de Máximo el Con-
demás, hasta qué punto las espe- fesor), con autores como Simeón el
culaciones filosóficas influyeron so- Joven (949/1022) y Calisto Kata-
675
FIL FIL
rrada y poseedora de caracteres pro- del mecanicismo clásico para incli-
pios, como una fase histórica rela- narse más y más a un fenomenismo;
tivamente normal insertada entre dos 3) la persistencia, a pesar de todo,
crisis —la renacentista y la actual—, de temas "idealistas", que se mani-
convendría examinar desde qué mo- fiesta tanto en el teísmo especulativo
mento lo moderno entra propiamente como en diversas profundizaciones
en crisis. Pues en cierta manera el "espiritualistas" del kantismo; 4) la
siglo XVIII representa, al lado de la persistencia y aun la renovación del
popularización de la razón vigente escolasticismo, como modo de evitar
desde el cartesianismo, la primera muchas de las 'confusiones" moder-
disolución de esta razón; si hemos nas; a ello se unen esfuerzos para
de admitir, con Ortega, que la nueva desarrollar diversas filosofías incli-
razón es una razón histórica a dife- nadas a una delimitación de con-
rencia de la razón física moderna, ceptos, tales como las que hallamos
convendrá declarar que ya en el en Brentano y en sus seguidores, en
siglo XVIII y aun en el tránsito del la teoría de los objetos y en el in-
XVII al XVIII hubo, no obstante su telectualismo realista del tipo de
"racionalismo", algo más que atisbos Herbart; 5) corrientes que se declaran
de esta razón histórica; señalar que antimetafísicas y que acaban por
ya Leibniz tenía plena conciencia de reconocer la metafísica por lo me-
la insuficiencia de una razón que no nos como anhelo perenne del hom-
daba cuenta de las singularidades. bre: Lotze, Renouvier, luego Dilthey,
Sin embargo, podría admitirse a neokantismo, James; 6) otras corrien-
grandes rasgos que lo que caracte- tes positivistas antimetafísicas, pero
riza a la una a diferencia de la otra con concepciones últimas de la reali-
es el predominio y no la exclusión dad no metafísicamente justificadas:
completa de la contraria, hasta el Laas, Mach, Avenarius y, en general,
punto de que, siguiendo con el es- el llamado inmanentismo filosófico;
FILOSOFÍA CIENTÍFICA. Véase quema anterior, diríamos que mien- 7) preocupación creciente por los te-
EMPIRISMO, POSITIVISMO, VARSOVIA tras desde los comienzos mismos de mas de la evolución, primero en sen-
( CÍRCULO DE ), VIENA ( CÍRCULO DE ). la ahistoricidad moderna se descubre tido biológico y luego en un sentido
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA. la historicidad, por lo menos bajo el más general; unido a ello un interés
Un sumario de la filosofía contem- aspecto de las singularidades, en los constante por los problemas sociales,
poránea debe limitarse a señalar sus momentos en que la historicidad se con la erección de teorías que, pre-
rasgos más salientes y a descubrir proclama omnipotente siguen siendo tendiendo reformar la sociedad, de-
su orientación general; la "filosofía vigentes los postulados de la razón claran ser reacciones ideológicas de
contemporánea" es, en efecto, una física y del ahistoricismo. De este una determinada forma social: mar-
noción relativa y tal filosofía no pue- modo, eludiendo toda busca de ca- xismo y sus afines; 8) reacciones an-
de ser aún considerada, como lo han racteres absolutos y reconociendo que tipositivistas, con giro cientificista,
sido las filosofías antigua, medieval los diversos grandes períodos están con comienzos muchas veces de tipo
y moderna, como una totalidad pe- siempre vinculados entre sí muy ín- substancialista, adversarias de un
culiar, como un conjunto en cierto timamente, podemos decir que la "fi- idealismo romántico que es conside-
modo "cerrado". Mas, por otro lado, losofía contemporánea" en sentido rado como excesivo, pero con termi-
lo contemporáneo debe ser ampliado amplio comienza desde la eclosión nación declaradamente dinamista; in-
para poder ser propiamente enten- del "romanticismo filosófico" (fecha tentos de purificar las intuiciones ro-
dido; la filosofía contemporánea no límite: 1831, año de la muerte de mánticas, de hallar una lógica del
puede significar simplemente el con- Hegel) y en sentido más estricto desde cambio, de descubrir lo real tras el
junto de las tendencias filosóficas la renovación del positivismo, el velo de la mecanización y de la es-
del momento, sino el período que esplritualismo y el kantismo (fecha pacialización: escuelas de Badén y
arranca desde la primera crisis ex- aproximada: 1875). de Marburgo, con sus tendencias
plícita de lo moderno. Cierto es que Como todo período filosófico un científico-matemática y científico-his-
también en este aspecto se suscitan poco amplio, el contemporáneo ofre- tórica; direcciones atentas a lo psico-
varias dificultades. En primer lugar, ce un panorama muy variado. Re- lógico-metafísico: Wundt, Dilthey,
habría que examinar si toda la mo- sulta, pues, harto difícil reducirlo a Brentano; Boutroux, Bergson, Blon-
dernidad no es, en el fondo, como muy pocos rasgos principales. Así, del; 9) filosofías de los valores y de
Comte sostenía repetidamente, más encontramos en el período: 1) un la vida, iniciadas por el irracionalis-
que una fase de crisis histórica, un desmoronamiento del idealismo post- mo de Schopenhauer, en las que par-
momento de anarquía necesaria para kantiano, con una crisis de la me- ticipan representantes de las anteriores
arribar a un nuevo orden estable. tafísica, y luego de los fundamentos direcciones: Nietzsche, James,
En segundo término, aun admitiendo de las diversas ciencias especiales; Dilthey, Bergson, Simmel, Ortega,
lo moderno en su conjunto como 2) una sistematización del cientificis- Scheler; evolucionismo biológico e
una época histórica relativamente ce- mo en un positivismo que se aparta histórico; a veces estas tendencias
676
FIL FIL FIL
están, como en Nietzsche, mezcladas la "atomicidad", etc., etc. Junto con ler-Freienfels, etc.; cuarto, la meta-
con el naturalismo, del cual brotan ello, creciente preocupación por los física racionalista: Driesch, Ziegler,
en parte; 10) fenomenología y direc- problemas de la filosofía matemática etcétera; quinto, la filosofía de la cul-
ciones afines anteriores y posteriores y por la lógica y sintaxis del lenguaje tura: Simmel, Spengler, Keyserling,
a Husserl; 11) un materialismo que de la ciencia. 21) La filosofía del len- etcétera. Lo mismo que la clasifica-
acaba en un pampsiquismo y en un guaje corriente, de tendencia analíti- ción de Hessen, ésta deja afuera as-
hilozoísmo; 12) preocupación por la ca, pero distinta del analitismo forma- pectos importantes de la filosofía
ontología y la teoría de las categorías; lista, y aun opuesta a él. 22) El contemporánea, y abarca sólo la ale-
fenomenología, Külpe, N. Hartmann, marxismo y sus diversas formas. mana, y aun sólo una parte de ella.
Conrad-Martius, aristotelismo y neo- El cuadro anterior tiene sólo un Willy Moog indica que las corrientes
tomismo; 13) psicologías de la forma propósito descriptivo y no es una principales de la filosofía (alemana)
y preocupación por la estructura, que articulación histórica o sistemática de del siglo xx son la científico-natural
de lo psicológico pasa a lo físico y las corrientes contemporáneas. Tal (que comprende desde el monismo
luego llega a aplicarse a los proble- articulación es difícil. La que han naturalista hasta el vitalismo y neo-
mas de concepción del mundo; 14) realizado varios autores puede ser con- vitalismo) y la científico-espiritual.
metafísicas del tiempo: Bergson, Hei- siderada, pues, como provisional. De A ello siguen las tendencias ético-
degger, Volkelt, Ortega, Whitehead, todos modos, pueden recordarse va- prácticas, las psicológicas, las lógico-
existencialismo; irracionalismos diver- rias presentaciones más o menos "sis- gnoseológicas y las metafísicas. J.
sos y, sobrepuestos a ellos, esfuerzos temáticas" a modo de ilustración. Pastuszka clasifica las tendencias de la
por acordar la vida con la razón; 15) Para J. Hessen, los caracteres prin- filosofía contemporánea en seis capí-
filosofía del espíritu en sus varias cipales de la filosofía contemporánea tulos: primero, Freud y el psicoanáli-
direcciones, la mayor parte de ellas son: abandono del mecanicismo, del sis; segundo, Nietzsche y el vitalismo;
vinculadas a la filosofía de la vida; fisicalismo y del reduccionismo psi- tercero, materialismo de varias clases,
predominio del acontecer sobre el ser, cofisiológico respectivamente en la fí- incluyendo el reísmo radical de tipo
de la acción sobre la substancia; an- sica, la biología y la fisiología; admi- hobbesiano; cuarto, Bergson; quinto,
tropología filosófica y frecuente antro- sión del carácter específico-trascen- el irracionalismo en sus varias formas;
pocentrismo; 16) teología dialéctica dente de lo cultural; triunfo en las sexto, la filosofía de la acción, inclu-
y teologías de la crisis; 17) neorrea- corrientes filosóficas del antinatura- yendo en ella el pragmatismo. Para
lismo inglés y norteamericano; tenden- lismo después de haber pasado por Fritz Heinemann, el rasgo propio do
cias empiristas que, no obstante de- el estadio intermedio del vitalismo la filosofía contemporánea es que en
clararse a veces antimetafísicas, sos- naturalista del tipo de Nietzsche y ella se acentúa el predominio de la
tienen, de modo análogo al positivis- Klages, el pragmatismo y el impre- existencia dentro del ciclo Espíritu-
mo y al inmanentismo científico, una sionismo filosófico. Esta caracteriza- Vida-Existencia propio de todo perío-
metafísica radical y, con frecuencia, ción olvida, sin duda, aspectos muy do de la historia de la filosofía. Guido
evolucionista y dinámica; 18) corrien- esenciales del pensamiento contem- de Ruggiero prefiere articular las co-
tes pragmatistas e instrumentalistas poráneo y lo reduce excesivamente rrientes filosóficas contemporáneas de
—James, Dewey— con tendencias a una sola dirección. Según Müller- acuerdo con su país de origen. August
aparentemente utilitarias, pero que Freienfels, las dos tendencias princi- Messer habla de varias "orientaciones"
culminan en un "idealismo de la ac- pales de la filosofía de este siglo son: (filosofía religiosa confesional - filoso-
ción" y enlazan con algunos de los primeramente, la filosofía de la cien- fía de la ciencia y teoría del conoci-
temas específicos del idealismo ro- cia y como ciencia, y en segundo miento - filosofías de la vida, de la
mántico; prosecución de estas ten- lugar la filosofía de la vida y como intuición y de la acción). Bréhier
dencias en diversas corrientes de la vida. La filosofía de la ciencia y presenta una mezcla peculiar de
filosofía anglo-americana y en otras como ciencia abarca, a su entender, temas y direcciones (bergsonismo,
afines: humanismo de Schiller, et- la escuela logicista de Marburgo, el realismo, idealismo, crítica de las
cétera: 19) coincidencia de un per- nuevo realismo, el positivismo sen- ciencias, crítica filosófica, filosofía
sonalismo que se revela en diversos sualista (o impresionismo filosófico), de la vida, estudios sociales, crisis
campos —Renouvier, Scheler, Ma- el trabajo lógico independiente del de la psicología). H. Heimsoeth ar-
ritain, Bowne, Stern, etc.—; consi- kantismo (dentro del cual se incluye ticula el pensamiento contemporáneo
guiente oposición al atomismo in- la teoría de los objetos y la fenome- según temas (problemas del conoci-
dividualista y enlace con los temas nología). Se excluye, por lo tanto, miento - regiones de la realidad - el
del estructuralismo y de la filosofía lo que se ha llamado más propia- hombre y la historia). Manuel Sacris-
del espíritu; 20) un fuerte movi- mente la "filosofía científica". En tán presenta la filosofía contemporá-
miento de renovación positivista, cuanto a la filosofía de la vida y nea de acuerdo con las siguientes
apoyado en la nueva lógica formal como vida, comprende, primero las tendencias: Existencialismo y corrien-
simbólica, en parte procedente del corrientes escépticas, pragmatistas y tes afines; Neopositivismo y corrientes
inmanentismo y del impresionismo ficcionalistas; segundo, las doctrinas afines; Filosofías de intención cientí-
filosóficos, en parte enlazando di- irracionales del conocimiento, es de- fica y sistemática (como el marxismo;
rectamente con la tradición empirista cir, las filosofías de la intuición y del el movimiento racionalista de la Es-
corregida por el uso del instrumental instinto (incluyendo el psicoanálisis); cuela de Zurich; y el pensamiento de
lógico: positivismo lógico, empirismo tercero, las metafísicas irracionalistas, Teilhard de Chardin); escuelas tradi-
científico, tendencia al "análisis" y a del tipo de Simmel, el propio Mül- cionales (como la tradición escolásti-
677
FIL FIL
ca; la tradición hegeliana; y "los últi- Europa occidental y en Iberoamérica,
mos filósofos clasicos" [Ν. Hartmann caracterizadas por el interés hacia el
y otros]). hombre y la historia; otro grupo de
Todas estas presentaciones tie- filosofías dominantes en las regiones
nen su justificación y a la vez dejan comunistas o comunizadas (Rusia,
en la penumbra aspectos muy esen- China, etc.) que se preocupan espe-
ciales de la actual actividad filosó- cialmente de la cuestión de la socie-
fica. Todas ellas tienen, además, el dad y de problemas tales como el
inconveniente de no presentar un trabajo, la "praxis humana", etc. La
cuadro a la vez ordenado y completo. tercera consiste en volver a ordenar
Ahora bien, este inconveniente es in- las tendencias filosóficas contemporá-
herente a toda presentación actual neas (o cuando menos las tendencias
de la filosofía contemporánea; en filosóficas "occidentales") según cier-
efecto, si un cuadro bastante completo tos grupos de problemas unidos en al-
(basado en la enumeración de los gunos casos a ciertas orientaciones
filósofos y las tendencias) es ya posi- fundamentales. En nuestra obra sobre
ble, un cuadro ordenado necesita una "la filosofía en el mundo de hoy" (Cfr.
interpretación que no será posible bibliografía) hemos presentado el si-
con toda probabilidad antes de algu- guiente cuadro: 1. Residuos del idea-
nos decenios. Toda interpretación con lismo; 2. Personalismo; 3. Realismo
vistas a una ordenación es, pues, pre- en varias formas; 4. Naturalismo; 5.
matura. Pero pueden acaso darse ya Historicismo; 6. Inmanentismo, neu-
algunas indicaciones que ayuden a tralismo, convencionalismo, evolucio-
hacerse una idea más adecuada de nismo, emergentismo, pragmatismo y
la filosofía contemporánea que la pro- operacionismo; 7. Intuicionismo; 8. Fi-
porcionada por los mencionados his- losofía (o filosofías) de la vida; 9.
toriadores. Ofrecemos aquí, a modo Fenomenología; 10. Existencialismo y
de ensayo, tres de estas indicaciones. filosofías de la existencia; 11. Positi-
La primera consiste en hacer obser- vismo lógico; 12. Análisis filosófico
var que el pensamiento contempo- (formalista o bien propiamente "lin-
ráneo parece moverse entre dos po- güístico"); 13. Teorías de los objetos
los: uno constituido por una tenden- y de las entidades; 14. Neoescolasti-
cia que podríamos calificar de huma- cismo; 15. Marxismo y neomarxismo.
nista y que tiene la vida humana Aunque estimamos el anterior cuadro
como base de la reflexión, y otro cons- como razonablemente completo, ello
tituido por una tendencia que llama- no quiere decir que se pueda
remos cientifícista y que se preocupa simplemente fichar a cualquier filó-
sobre todo de los problemas de la sofo, o a cualquier obra filosófica, co-
Naturaleza especialmente tal como locándolo dentro de una de las indi-
son planteados por la ciencia. Un cadas "tendencias". Es frecuente que
caso extremo de la primera orienta- haya filósofos u obras filosóficas que
ción es el existencialismo; un caso pertenezcan a más de una de tales
extremo de la segunda, son las diver- "tendencias". Además, pueden descu-
sas formas de positivismo y empiris- brirse en ciertos pensamientos filosó-
mo, "filosofía lingüística" y, en gene- ficos producidos en la actualidad cier-
ral, el llamado "Análisis" (VÉASE ). tas tendencias que, aunque relaciona-
Entre estas tendencias se mueven mu- das con una o varias de las citadas,
chas otras "intermedias", al tiempo están en camino de "superarlas". Así,
que se inician intentos de encontrar todo cuadro, por completo que parez-
una base común que pueda a la vez ca, sigue siendo provisional.
explicar la vida humana y la Natura-
leza. La segunda consiste en destacar
el hecho de que parece haber tantos
grandes grupos o tipos de filosofías
como zonas geográfico-culturales hay
en el planeta. Según ello, encontra-
mos un grupo de filosofías predomi-
nantes en el mundo anglo-sajón (y
regiones más o menos "influidas" por
este mundo), caracterizadas por una
tendencia "analítica"; otro grupo de
filosofías, especialmente vivas en la
FIL FIL
fucionismo una época en la cual la ras producidas en la India, experi-
ilustración y la razón se convierten mentó en China muchas transforma-
en eje de los ideales del sabio. No ciones. Junto a ello casi todo el ci-
se trata, por lo demás, de propen- tado período está dominado por las
siones meramente teóricas, sino de polémicas entre la vieja escuela tex-
orientaciones prácticas. Se pule el tual y la nueva escuela textual: mien-
lenguaje para evitar ambigüedades y tras la primera defendió las interpre-
sofismas, pero sobre todo para de- taciones tradicionales de los antiguos
mostrar que deben propagarse las textos literarios y filosófico-literarios
grandes virtudes de la rectitud, de chinos, la segunda propuso nuevas
la bondad, de la buena crianza y del interpretaciones, si bien hay que te-
altruismo. Apoyándose en algunas en- ner presente que el vocablo 'inter-
señanzas confucionistas, Mo-tse y la pretación' no tiene en este caso un
escuela mohista predicaron la doc- sentido meramente ideológico: abarca
trina del amor universal y se pre- —y podríamos añadir: sobre todo—
ocuparon grandemente de filosofía cuestiones formales de escritura, re-
política. Esta última constituyó asi- glas de composición, etc. También
mismo una de las principales fina- dentro del período del saber clásico
lidades del confucionismo de Men- se desarrollo grandemente la ya ci-
cio y de su escuela. A ello siguie- tada doctrina del Yin-Yang. Impor-
ron multitud de escuelas (las "cien tante sobre todo ha sido el intenso
escuelas"), entre las cuales destaca- cultivo de las ideas neotaoístas, bu-
ron los comienzos de la especulación distas y neoconfucionistas, con cier-
sobre el Yin y el Yang y los de la tas formaciones eclécticas dentro del
"escuela" taoísta de Yang Chu. Esta neoconfucionismo en el cual se in-
"escuela" recibió un gran impulso con sertaron elementos budistas y neo-
Lao-tse, el cual es considerado in- taoístas. Por lo demás, las grandes es-
clusive como el fundador del taoís- cuelas chinas mencionadas entraron
mo ( VÉASE ). Cinco grandes escuelas luego en contacto con el pensamiento
FILOSOFÍA CHINA. En el artícu- se repartieron el predominio desde de Occidente, produciéndose numero-
lo Filosofía oriental ( VÉASE) hemos Lao-tse hasta el fin del primer pe- sas tendencias. La filosofía contempo-
examinado algunos de los problemas ríodo citado: el taoísmo (en el que ránea china puede dividirse en dos
suscitados por las más destacadas es- se distinguió la escuela de Chuang- épocas: entre 1898 y 1950, y desde
cuelas filosóficas del Oriente; la fi- tse [VÉASE ]); la escuela de los llama- 1950 en adelante. Entre 1898 y 1950
losofía china estaba, pues incluida dos dialécticos, amiga de la erística se introdujeron muchos movimientos
en ellas. En este artículo haremos y de las paradojas —y contra la cual occidentales: darwinismo, nietzchea-
con respecto a la misma lo que se combatieron tanto confucionistas co- nismo, pragmatismo, neorrealismo,
ha hecho para la filosofía india ( VÉA- mo taoístas—; el desarrollo del mo- neopositivismo, marxismo, etc. Según
SE ) : completar la información suso- hismo —el cual fue influido, en el O. Brière (op. cit. infra), los sistemas
dicha con una breve referencia a dos curso de sus debates contra los dia- filosóficos chinos en dicha época pue-
puntos: la división de la filosofía lécticos, por los procedimientos de den dividirse en dos secciones: los
china en períodos y tendencias, y los los que averiguaban sobre todo las sistemas de derivación oriental (bu-
rasgos más generales de tal filosofía. Formas y los Nombres—; el desarro- dismo modernizado, neo-budismo
En lo que toca al primer punto, llo del confucionismo (particularmente ecléctico, neo-confucionismo positivis-
seguiremos las indicaciones propor- con respecto a la doctrina de lo ta, tridemismo [nombre que deriva de
cionadas en la extensa historia de razonable y del término medio, así "los tres principios del pueblo" pro-
Fung Yu-lan (Cfr. bibliografía). Se- como lo que debe hacerse para con- clamados por Sun Yat-sen] y los
gún este autor, hay dos grandes pe- seguirlos), y la escuela de los lega- sistemas de derivación occidental
ríodos en el desarrollo del pensa- listas (o legistas), la cual se ocupó (neokantismo socialista, idealismos di-
miento chino: el de los filósofos principalmente de filosofía política y, versos, marxismo, materialismo cien-
(desde los comienzos hasta ca. 100 an- dentro de ella, del problema de los tífico, neopositivismo, etc.). A partir
tes de J. C.), y el del saber clá- medios de gobierno de la sociedad. de 1950 ha sido importante y decisivo
sico (ca. 100 antes de J. C. hasta la El período del saber clásico hasta el desarrollo del marxismo, o marxis-
fecha o hasta comienzos del siglo comienzos del siglo XX (o, más pro- mo-leninismo, que se ha impuesto co-
XX ). Cada uno de estos períodos se piamente, hasta comienzos del siglo mo filosofía oficial. Algunos autores
subdivide en varias épocas o ten- XIX) comprende, junto al desarrollo (por ejemplo, Étiemble, Confucius,
dencias. He aquí las principales. de escuelas fundadas durante el pe- 1956) han declarado que se está pro-
El período de los filósofos adquiere ríodo anterior (neotaoísmo y neocon- duciendo en China una síntesis mar-
consistencia con la aparición del fucionismo, derivados del taoísmo y xista-confucionista. Otros manifiestan
confucionismo (VÉASE). Aunque sin del confucionismo primitivos), la que el marxismo-leninismo predomina
abandonarse muchas de las tradicio- irrupción del budismo ( VÉASE ), el de modo tan completo que ha echado
nes anteriores, comienza con el con- cual, aunque basado en las escritu- por la borda cualesquiera huellas que
680
FIL FIL
pudiesen haber permanecido del neo- cias filosóficas (por ejemplo, racio-
confucionismo. Esta última opinión nalismo, empirismo, mecanicismo,
parece hasta ahora la más plausible. etc.) están usualmente insertadas en
Debe observarse al respecto que aun dichas tradiciones. Así, por ejemplo,
dentro del marxismo-leninismo los encontramos rasgos materialistas en
pensadores chinos han introducido el taoísmo, rasgos fenomenistas e idea-
ciertos cambios que pueden en el fu- listas en el budismo, etc.
turo resultar importantes. Hasta apro- El segundo es que hay en la ma-
ximadamente 1958 podía considerarse yor parte de las escuelas chinas una
que el marxismo-leninismo chino se- indudable orientación de carácter so-
guía las mismas vías que el marxismo- cial. No sólo porque la sociedad y
leninismo ruso-soviético; en todo caso, su buen equilibrio es uno de los pro-
las diferencias entre ambos no eran blemas capitales tratados por muchos
muy perceptibles exteriormente. Por autores chinos, sino también porque
este motivo hubiera podido incluirse constituye el supuesto de buena parte
la filosofía marxista-leninista china en- de sus especulaciones filosóficas. De
tre 1950 y 1958 dentro de la Filosofía ello derivan dos características
soviética (VÉASE). Pero el año 1958 subsidiarias: la gran atención a lo
marcó dentro del pensamiento filosó- práctico ( y a veces a lo utilitario) y
fico marxista-leninista chino un cambio la importancia concedida a la moral,
importante en el sentido de un especialmente a la moral social.
"fundamentalismo" marxista-leninista. El tercero es que domina con fre-
Este cambio se halla condicionado por cuencia el espíritu filosófico chino
motivos político-sociales y también una tendencia detallista y formalista
por motivos históricos: mientras los y una constante preocupación por FILOSOFÍA DE LA FILOSOFÍA.
soviéticos parecen subrayar la conti- problemas de lectura e interpreta- Véase FILOSOFÍA.
nuidad y la consolidación, los chinos ción de textos. Ello da a veces al FILOSOFÍA E XIST ENCIAL. Véa -
parecen destacar la necesidad de la pensamiento chino un aire de eru- se EXISTENCIALISMO.
experimentación y la constante revo- dición y pedantería, pero hay que FILOSOFÍA GRIEGA. Uno de los
lución. Así, hay en el marxismo-leni- advertir que muchas veces esta eru- problemas más debatidos en la historia
nismo chino un "revolucionarismo" dición está mezclada con una gran de la filosofía griega es el de su
que contrasta con el "gradualismo" afición a tratar los problemas a base autonomía con respecto a las espe-
soviético. Filosóficamente, las diferen- de ejemplos tomados de la vida co- culaciones religioso-filosóficas orien-
cias se manifiestan en diversos modos tidiana; la pedantería no se halla en tales. Para algunos, la filosofía grie-
de concebir las relaciones entre es- la jerga filosófica, sino en la con- ga es enteramente independiente de
tructuras y superestructuras, así como tinua puntualización de los temas las demás corrientes; otros sostienen,
en la cuestión de las contradicciones tratados. en cambio, que es simplemente una
o ausencia de contradicciones dentro continuación de las tendencias que
de la sociedad socialista (o sociedades se perfilaron en Oriente, especial-
socialistas). Los filósofos marxis-tas mente en Egipto. No obstante, resulta
chinos, de acuerdo con la línea cada día más evidente que, sea cual
política del Partido Comunista chino, fuere la solución dada a esta cuestión,
manifiestan que no deben ocultarse la filosofía griega se nos presenta
las contradicciones ni debe interrum- como un conjunto peculiar, como
pirse la revolución aun dentro de la manifestación de un tipo de vida, y
sociedad socialista. Tales filósofos ma- que el problema de su origen no
nifiestan que las superestructuras que- afecta excesivamente al problema de
dan siempre detrás de las fuerzas su estructura. Ésta tiene como notas
productoras y que, por consiguiente, constitutivas una serie de pre-
no hay más remedio que reconocer ocupaciones y, como consecuencia
las citadas "contradicciones". de ellas, el descubrimiento de una
En cuanto al segundo punto, des- serie de valores, cuya constancia en
tacaremos tres rasgos característicos el curso de la tradición filosófica
de la filosofía, por lo menos la fi- griega constituye la mejor medida
losofía china "clásica". para señalar sus comienzos y su fin.
El primero es que la organización En primer lugar, el griego comienza
y agrupación de tendencias no sigue a filosofar partiendo del ser, pero
las mismas líneas que en el Occi- de un ser que ve cambiante y mo-
dente. La tradición de las grandes vedizo, de un ser que se le ofrece
escuelas tiene en China mayor im- como apariencia. A esta disyuntiva
portancia que en el Oeste. Lo que entre el ser que ve y el ser que pre-
en Occidente se califican de tenden- sume responde la pregunta funda-
FIL FIL FIL
mental de la filosofía griega y tam- por otra, la comente de los sofistas nismo, irrumpe en el mundo un prin-
bién, en cierta manera, de toda la que, al volcar el interés de la refle- cipio nuevo: el principio que puede
filosofía de Occidente: ¿Qué es el xión sobre el hombre y los problemas llamarse un filosofar partiendo dé
ser? La historia de la filosofía griega humanistas, dan un nuevo giro a la nada como posibilidad de la
es la historia de las sucesivas for- la historia del pensamiento griego. creación. Por eso puede propiamente
mulaciones de esta cuestión prima- Este nuevo giro culmina en Sócrates, hablarse de una culminación y, al
ria. Sobre ella se montan las otras dos quien antepone a todas las demás mismo tiempo, de un derrumbamiento
cuestiones fundamentales: ¿Cómo se cuestiones el problema de la salva- de la filosofía griega en San
puede conocer la verdad del ser, y ción del hombre concebido como el Agustín. En el cristianismo se hace
¿De qué modo puede expresarse? — problema de la consecución de su patente el nuevo tipo de la preocu-
o ¿En qué lenguaje puede hablarse felicidad. Durante esta época pre- pación, que es a la vez preocupación
acerca del ser? Pues aunque el pro- dominan las reflexiones morales en por el alma como intimidad absoluta
blema de la naturaleza del hombre el sentido de la pregunta por el pues- y preoeupación por Dios. Esto es lo
—individual y social— no esté ni mu- to del hombre en el universo. Platón que da su tono a la filosofía medie-
cho menos excluido del pensamiento unifica estas dos preocupaciones —la val, principalmente en sus direcciones
griego ( especialmente a partir de los preocupación por el ser y la preocu- místicas, y lo que la diferencia
sofistas), el mismo hombre es con- pación por la salvación— en su sis- esencialmente de la griega. En ella
cebido —o acaba por ser concebi- tema de las ideas y en su identifi- perviven los temas fundamentales de
do— como un ingrediente (el in- cación de la idea suprema con el la especulación griega, pero su sen-
grediente 'hablante" o "conocedor") Bien. Aristóteles representa la pri- tido y, por tanto, sus respuestas son
del ser. mera gran recapitulación del espíritu diferentes. (Véase FILOSOFÍA MEDIE-
Casi siempre, el ser buscado es un griego, recapitulación que se mani- VAL.)
ser encubierto y la función de la filo- fiesta no sólo en el hecho de conce- En varios artículos de este Diccio-
sofía es descubrirlo, convertir su la- bir ya la evolución del pensamiento nario nos hemos extendido sobre cier-
tencia en la oscuridad, en una la- helénico desde una altura histórica, tos subperíodos de la filosofía griega
tencia bajo la viva luz. Para los sino también y muy especialmente en (así, en los artículos sobre los itálicos,
primeros filósofos griegos conocidos el hecho de que en él lleguen a jónicos, presocráticos). En otros hemos
por sus doctrinas, los filósofos de la culminación y a relativa conciliación hecho referencia a ciertas importantes
llamada escuela de Jonia (Tales, corrientes diversas. El pensamiento tendencias que arrancaron de la
Anaximandro, Anaxímenes), la cues- de Aristóteles se desenvuelve de este filosofía griega e influyeron sobre el
tión del ser tiene una respuesta de modo en dos planos: en el de la pensamiento posterior de Occidente
tipo más o menos corporal; por eso su amplitud, como recapitulación; en el (así, en los artículos sobre
filosofía es aproximadamente una fí- de la profundidad, como directo ata- aristotelismo, platonismo). Hemos asi-
sica, pero una física que no se pre- que a las cuestiones centrales de la mismo dedicado artículos a todas las
ocupa por la medición, sino por el filosofía primera y en particular a la escuelas griegas importantes (cire-
descubrimiento de la materia que es cuestión fundamental del movimien- naicos, epicúreos, estoicos, pitagóri-
dentro de la materia que acontece. to. La diversificación de tendencias cos, etc.), así como a tendencias des-
En la serie de filósofos presocráticos que se acentúa tras Aristóteles pare- arrolladas en la llamada filosofía he-
posteriores a los jónicos, la pregunta ce expresar una decadencia del es- lenístico-romana y que pueden asi-
por el ser se va precisando; en el píritu griego, pero es más bien la mismo inscribirse en el marco del
pitagorismo encontramos ya como ser primera gran crisis dentro de esta pensamiento griego ( neopitagorismo,
las relaciones armónicas y, en última crisis casi permanente de la filosofía. neoplatonismo, etc.). Ciertos concep-
instancia, los números. Heráclito de Por eso, si desde un punto de vista tos de interés específicamente histó-
Éfeso acentúa la perpetua fluencia histórico puede hablarse de una fi- rico-filosófico relativos a la filosofía
del acontecer y ve en el fuego, que losofía helenístico-romana ( VÉASE ), griega han sido asimismo tratados
cambia constantemente y que, sin que comprende desde Aristóteles has- separadamente (como en los artículos
embargo, permanece idéntico, el sím- ta el final del mundo antiguo, este sobre diádoco, escolarca, etc.). Con-
bolo del proceso cósmico. Parméni- período no deja de formar parte de viene, pues, completar la presente
des, al señalar los caracteres ontoló- una tradición griega disuelta ahora caracterización de tal filosofía con la
gicos del ser y al identificar a éste en la superior unidad de una tradi- lectura de los artículos aludidos. Ter-
con el pensar, formula ya la cuestión ción "antigua". Y, por otro lado, no minaremos ahora con unas palabras
con toda madurez; él es propiamente puede confundirse esta terminación sobre la cuestión de la significación
el fundador de la metafísica occidental de la filosofía griega propiamente de la filosofía griega.
y el que orienta el sentido de la dicha con la terminación de la tradi- Esta significación es única para la
posterior especulación filosófica. Con ción griega. Por un lado, ésta per- historia del pensamiento — cuando
el siglo ν a. de J. C., aparecen, por dura hasta nuestros días, no sólo menos del pensamiento occidental.
una parte, los continuadores del lla- como un momento necesario en la En efecto, los filósofos griegos mos-
mado período cosmológico (Empé- historia de la cultura, sino como la traron con toda transparencia buen
docles, Anaxágoras, Demócrito), que primera manifestación de la madurez número de las condiciones a partir
elaboraron sistemas coherentes de filosófica; por otro, la filosofía grie- de las cuales se ha erigido luego todo
explicación del universo basados en ga no experimenta su primer gran pensamiento filosófico. Por ejemplo,
la constancia del mismo problema, y vuelco sino cuando, con el cristia- que la filosofía se mueve de conti-
682
FIL
nuo en una peculiar tensión interna,
porque, siendo una creencia que sus-
tituye a otra creencia, quiere ser al
mismo tiempo un conjunto de ideas
claras que disuelven toda creencia
como tal creencia. En Grecia se ma-
nifestó tal condición en el hecho de
que la filosofía surgió para colmar
un vacío que no podía ya llenar com-
pletamente la mitología, pero a la
vez sirvió para apoyar racionalmente
una parte substancial de las creen-
cias míticas. Pero, además, los filóso-
fos griegos adoptaron ya, más o me-
nos rudimentariamente, las posiciones
últimas metafísicas, a las cuales se
vuelve siempre cuando se requiere
una decisión fundamental acerca de
lo que es el ser, el conocimiento y
aun el sujeto en tanto que conoce. Se
ha hablado por eso del "milagro grie-
go", de lo que Renán llamó esa "apa-
rición simultánea que ha tenido lugar
en la raza helénica de todo lo que
constituye el honor y el ornato del
espíritu humano", y de lo que menos
retóricamente podría expresarse di-
ciendo que en la cultura y en par-
ticular en la filosofía griega tenemos
un ejemplo eminente de una despro-
porción entre las causas y los gran-
diosos efectos producidos. Ello no sig-
nifica, como pretenden algunos au-
tores, que toda la filosofía se reduzca
a filosofía griega o que todo progreso
filosófico tenga que ser un regreso a
las raíces del pensamiento griego.
Aunque la filosofía no progresa en la
forma en que lo hace la ciencia, no
puede decirse tampoco que ha sido
dada enteramente desde sus
orígenes. Pero la representación de
éstos por medio del examen de la
filosofía griega resulta por lo general
más fecunda que la referencia a cual-
quier otro período de la filosofía. La
ocupación con la filosofía griega es
por ello no sólo el resultado de una
curiosidad histórica, sino también, y,
sobre todo, de una exigencia filo-
sófica.
Las principales fuentes para el es-
tudio de la filosofía griega han sido
mencionadas al comienzo del artículo
FILOSOFÍA ( HISTORIA DE LA) (VÉASE).
Aquí nos limitaremos a dar cuenta
de las principales ediciones críticas
de textos historiográficos y de colec-
ciones de fragmentos.
Doxographi graeci, ed. H. Diels,
Berolini, 1879 (nueva ed., 1929), en
los cuales figuran la mayor parte de
los fragmentos doxográficos que que-
FIL
como forma histórica y el sincretismo
greco-romano-judaico-oriental, es la
relativa ausencia de los grandes sis-
temas de tipo platónico y aristotélico,
con su pretensión de conseguir la
verdad fundada primordialmente so-
bre el logos. La tendencia sistemá-
tica, que se revela en los estoicos
y que culmina en el neoplatonismo,
tiene un mayor fundamento religioso
—positivo o no— y una más acusada
tendencia moral. En la primera fase
de este período, que puede califi-
carse simplemente de helenística,
surgen las escuelas filosóficas posta-
ristotélicas que, con diferentes vici-
situdes, atraviesan la época imperial
romana hasta perderse dentro de la
comente del cristianismo: los estoi-
cos, los epicúreos, los escépticos. En
la segunda fase, de asimilación por
Roma de la tradición griega y de
las corrientes orientales, el trabajo
filosófico se centra en las escuelas
mencionadas y en el platonismo, ya
sea en la tradición platónica pura,
ya en la Academia (VÉASE). Caracte-
rística de esta fase son el sincretismo
y la formación de los grandes siste-
mas neoplatónicos, que representan el
último florecimiento de la especula-
ción griega y que llegan a insertarse
profundamente en la especulación
teológico-metafísica del pensamiento
cristiano (véase CRISTIANISMO). Las
tendencias pitagorizantes y la inter-
pretación puramente metafísico-reli-
giosa de Platón triunfan con los neo-
pitagóricos, con la especulación ju-
daico-alejandrina de Filón y con los
sucesores de Plotino, principalmente
con los neoplatónicos sirios, como Jám-
blico. En la filosofía helenístico-ro-
mana, que no constituye una unidad
propiamente filosófica, sino el resul-
tado de la actividad de un círculo
cultural de muy compleja significa-
ción, se inserta asimismo la fase del
FILOSOFÍA HEBREA. Véase FI - tránsito del paganismo al cristianis-
mo y la progresiva "fusión" de la
LOSOFÍ A JUDÍ A. FILOSOFÍA
noción griega del logos con la noción
HELENISTICO-RO- cristiana del Hijo de Dios. La activa
MANA se llama al período que sigue intervención de las religiones y es-
a la filosofía griega ( VÉASE) propia- peculaciones orientales, especialmente
mente dicha. El marco dentro del sirias y egipcias, se manifiesta tanto
cual se desenvuelve el citado período en las influencias directas de éstas
no es ya el de Grecia y las colonias, sobre el neoplatonismo y el
sino el de todos los países compren- cristianismo primitivo como en el he-
didos en el Imperio romano y en las cho de que los mismos representantes
comarcas helenizadas del Imperio de de las escuelas filosóficas propia-
Alejandro. Lo característico de esta mente griegas y romanas no sean
época, en la cual se insertan la siempre originarios de las provincias
constante cultural del alejandrinismo
684
FIL FIL FIL
de Occidente, sino pensadores proce- niones de los filósofos y de las llama- inéditas. Algunas han sido reseñadas
dentes de Oriente (además de Jám- das "sectas [o "escuelas"] filosóficas". por L. Stein en su artículo "Hand-
blico, Porfirio y Posidonio, que son si- Ha habido ciertas excepciones a esta schriftenfunde zur Philosophie der
rios, puede mencionarse a los griegos tendencia: las referencias de Aristóte- Renaissance" (Archiv für Geschichte
alejandrinos de origen judío, como les (principalmente en Metafísica Λ) der Philosophie [1888], 534-53); de
Filón, a los estoicos provinciales, como a las doctrinas filosóficas anteriores a ellas mencionamos: un Isagogicon,
Séneca, a los apologistas de origen la suya propia no son meras descrip- de Leonardi Bruni; un manuscrito
africano, como Tertuliano, etc.). ciones de vida u opiniones de filóso- histórico-filosófico de Giambattista
fos, sino examen crítico de doctri- Buonosegnius; una Epistola de No-
nas que se suceden unas a otras de bilioribus philosophorum sectis et de
un modo más o menos ordenado, de eorum inter se differentia (1458),
tal manera que cada una de ellas dirigida al parecer a Marsilio Fici-
constituye una respuesta a insuficien- no; otra del mismo carácter a Lorenzo
cias manifestadas por doctrinas ante- de Medicis; una obra titulada De vita
riores y a la vez revela ciertas insufi- et moribus philosophorum (1463), de
ciencias corregidas por doctrinas pos- Juan Cristóbal de Arzignano. La
teriores. Pero aun en Aristóteles y exposición por sectas fue muy común
otros autores que siguieron su ten- durante los siglos XVI y XVII.
dencia "histórico-crítica" no hallamos (Véase la bibliografía del presente
una "Historia de la filosofía" en el artículo.) De hecho, el interés por la
sentido "normal" y corriente de esta historia de la filosofía como
expresión. derivación del interés general por la
Sin embargo, si tomamos la expre- historia nace propiamente en el siglo
sión de referencia en un sentido muy XVIII, cuando los enciclopedistas, sin
amplio e incluimos en ella toda des- dejar de someterse a considerables
cripción de asuntos filosóficos en un limitaciones determinadas por su
pasado, podemos decir que ya desde consideración crítica del pasado,
la antigüedad hay trabajos de "Histo- conciben la historia como una unidad y
ria de la filosofía", si bien casi siem- como la expresión de un progreso. El
pre orientados hacia la citada descrip- sentido histórico que alienta en esta
ción de vidas, opiniones y "sectas". concepción adquiere gran vuelo y
En todo caso, hallamos ya desde la madurez en el romanticismo y ante
antigüedad lo que pueden llamarse todo en Hegel, al definir la historia
"materiales para el estudio de la His- como un auto-desarrollo del Espíritu y,
toria de la filosofía". consiguientemente, como una
En lo que respecta a la antigüedad, evolución en donde todos los
nos hemos referido a tales materiales momentos anteriores son necesarios en
en el artículo Doxógrafos ( VÉASE ) en cuanto manifestaciones parciales del
el cual clasificamos formalmente los Espíritu, el cual engloba en cada
varios modos de historiar la filosofía, etapa las fases anteriores. Las
o una parte de ella. Para completar la contradicciones de los grandes
información proporcionada en dicho sistemas entre sí no son concebidas
artículo, remitimos a los artículos ya como una demostración de la fu-
DIÁDOCOS y ESCOLARCA. tilidad de toda especulación filosófi-
Las recopilaciones de "opiniones" ca, como hacían los escépticos, sino
tan abundantes en la Antigüedad con- como aspectos distintos y sucesivos
tinuaron en la Edad Media. Ejemplo de una misma y única marcha. La
al respecto es la obra de Gualterio historia de la filosofía es, pues, para
Burleigh, De vitis et moribus philoso- dicha época, un proceso, pero al mismo
phorum, aparecida en la primera mi- tiempo un progreso en el sentido de
FILOSOFÍA HINDÚ. Véase FILO- tad del siglo XIV. Gran parte del ma- que todo momento es considerado
SOFÍA INDIA. FILOSOFÍA terial procede de Diógenes Laercio. como superior en valor al momento
(HISTORIA DE LA). El género de las "recopilaciones", antecedente. La unidad del espíritu
Como problema y como disciplina fi- "extractos" y "florilegios" se cultivó fundamenta la unidad de la historia
losófica la "Historia de la filosofía" asimismo durante el Renacimiento. y ésta la unidad de la filosofía. Desde
ha sido objeto de investigación y de Mencionamos a este respecto la obra fines del siglo xvm y comienzos del
análisis sólo desde hace aproximada- de Juan Luis Vives, De initiis, sectis xix aparece la historia de la filosofía
mente dos siglos. Durante la Antigüe- et laudabibus, philosophiae (1518). como disciplina filosófica, pero está
dad, la Edad Media y parte de la Pero antes de ella había habido (es- todavía demasiado embebida en una
Edad Moderna la "Historia de la filo- pecialmente en Florencia) produccio- filosofía de la historia o, mejor di-
sofía" consistió en buena parte en una nes de factura análoga, la mayor cho, en una metahistoria como conse-
descripción de las vidas o de las opi- parte de las cuales se hallan todavía cuencia de las nociones de proceso
y de unidad esencial del espíritu.
685
FIL FIL FIL
El tratamiento sistemático de las forma la nota constitutiva de la psi- gel, en los esquemas de Victor Cou-
cuestiones que afectan a la historia que: la historicidad. sin y de Auguste Comte, en los
filosófica ha determinado en lo su- Vinculada de este modo la filosofía ensayos clasificadores de Renouvier,
cesivo, por una parte, un mejor y a la historia, la exposición del pa- en las "fases de la filosofía" de Bren-
más acabado conocimiento del pa- sado filosófico ofrece en la actualidad tano, en la teoría de las concepciones
sado filosófico, y, por otra, un aban- un haz de problemas que sólo desde del mundo de Dilthey o en el esque-
dono del optimismo de la idea del hace muy poco tiempo empiezan a ma de los tres momentos de la filo-
progreso, pero no ha desvirtuado de ser tratados con rigor y que proba- sofía europea de Santayana. Victor
ninguna manera la idea de la histo- blemente darán en hora oportuna Cousin indica que las formas del
ricidad de la filosofía. Por el contra- una imagen de la historia filosófica espíritu pueden reducirse a cuatro:
rio, ésta se ha entendido cada vez muy distinta de la usual. Sin embar- el sensualismo, el idealismo, el es-
más como una disciplina arraigada go, para los inmediatos fines didác- cepticismo y el misticismo, pero que
en la historia. Del romanticismo a la ticos siguen conservándose de mo- debe desarrollarse un pensamiento
idea de la esencial historicidad de mento los esquemas que mejor han ecléctico que recoja lo mejor de cada
la filosofía, pasando por Hegel, la permitido conocer en los últimos una. Para Auguste Comte, la historia
escuela de Cousin y las investigacio- tiempos la historia de la filosofía y entera de la filosofía se escinde,
nes de Dilthey, Windelband y Ric- que tienen, por lo menos, la ventaja como la historia general, en tres fa-
kert, hay una noción común a pesar de hallarse fundados en investiga- ses: la teológica, la metafísica y la
de sus divergencias. En primer lugar, ciones atentas a la realidad histórica positiva, fases que representan no
se ha podido advertir que la historia más patente. En este respecto, se sólo distintas orientaciones del pen-
filosófica no es un conjunto de mo- suele dividir la historia de la filosofía samiento, mas también el predominio
mentos del espíritu rigurosamente en grandes períodos coincidentes de una forma de sociedad. Su doctri-
encadenados según una ley metahis- aproximadamente con la historia ge- na de las tres fases es menos un
tórica, pero no es tampoco un arbi- neral de la cultura de Occidente. El intento de comprensión de la historia
trario montón de opiniones y sistemas problema de la llamada filosofía de la filosofía que la expresión del
enteramente aislados o contradicto- oriental, que para unos equivale a deseo de encontrar en una nueva
rios. La investigación en detalle de un círculo cultural enteramente dis- ortodoxia el fundamento de una so-
la historia de la filosofía permite ave- tinto del Occidente, pero en cuya ciedad que supere el período crítico
riguar que todo saber filosófico brota evolución se manifiestan formalmente moderno. Renouvier, por su lado,
en un medio cultural que forma el las mismas etapas, y para otros no supone que la historia de la filosofía
horizonte desde el cual cada época es más que una fase anterior a la es la eterna contraposición de dos
histórica tiende a ponerse en claro filosofía griega, debe ser abandonado metafísicas últimas que adoptan los
consigo misma. Por otro lado, se ha de momento para los fines de más diversos nombres y contenidos,
comprobado que no hay en la his- exposición perseguidos por los his- p ero que acaso puedan reducirse a
toria de la filosofía cortes radicales, toriadores de la filosofía. Sin negar la dramática contraposición del im-
como pudiera hacerlo pensar, por que el Oriente ha ejercido conside- personalismo y el personalismo. Bren-
ejemplo, la diferencia entre la Edad rable influencia sobre la vida griega, tano señala cuatro fases de la filoso-
Media y el Renacimiento. Cada época se estima que solamente con ésta fía: en primer lugar surge un vivo
prosigue, admitiéndolos, los temas y llega a madurez la filosofía y, por lo interés puramente teórico que implica
métodos propios de la época anterior. tanto, que solamente puede hablarse la elaboración de los métodos y la
Así, la Edad Moderna no representa de filosofía en sentido estricto par- ampliación del saber a todos los
una época totalmente distinta de la tiendo de Grecia. La filosofía griega, campos posibles; en segundo térmi-
medieval, sino que siguen perviviendo en parte la helenístico-romana, la no, una decadencia en que el puro
en ella los elementos que contenía la medieval y la moderna forman de interés científico disminuye y decre-
anterior dentro de sí y que había este modo conjuntos peculiares y re- cen la profundidad y la originalidad
heredado de la Antigüedad greco- lativamente cerrados, con sus notas de los pensamientos. El saber se po-
romana. Esta unidad de la historia de distintivas propias, a los cuales ha- pulariza, pero a la vez se empobrece.
la filosofía no es la unidad del bría acaso que agregar la filosofía Aparece así un estado de espíritu
espíritu en un sentido hegeliano, sino árabe y la judía, insertadas por lo negador del saber y un infecundo
la unidad de la filosofía como saber general con la filosofía de la Edad escepticismo. La tercera fase comien-
brotado en la vida del hombre, como Media. La conservación de estos es- za con una negación de este ánimo
un hecho que le acontece en su quemas no excusa, con todo, la for- escéptico, pero en vez de retroceder
existencia y que hace de la filosofía, mulación de un problema que deberá a la fuente viva del saber el espíritu
no una disciplina que tiene una ser resuelto a medida que la con- se orienta hacia un vago misticismo
historia, sino un hecho que es sideración histórica de la filosofía que pretende alcanzar el saber más
histórico. Lo que es esencial a la filo- aporte mayores luces sobre estas sublime. Estas fases se manifiestan
sofía, prescindiendo de que su evo- cuestiones, problema al cual se han en la Antigüedad, en la Edad Media
lución constituya una marcha progre- dado ya hasta el presente soluciones y en la Época Moderna; como en el
siva o, lo que es más probable, un más o menos satisfactorias, pero de- caso de Comte, los esquemas de
perfil variado, compuesto de innu- pendientes todas ellas de concep- Brentano sólo parecen querer mos-
merables curvas, desviaciones y re- ciones metafísicas o metahistóricas, trar el carácter decadente de una
trocesos, es lo que, según Dilthey, como las que se encuentran en He- filosofía que, cual el idealismo ale-
686
FIL FIL
man, representa la cuarta fase de la período antropocéntrico (sofistas, Só-
época moderna y las necesidades de crates, escuelas socráticas; dialécticos,
volver a las fuentes vivas del saber San Anselmo; Ilustración); integra-
para que la filosofía recomience eter- ción (Platón y Aristóteles; Santo To-
namente esa su repetida historia. más de Aquino; Kant y el idealismo
Dilthey indica que, en lo que toca alemán); desintegración (filosofía he-
a la filosofía, las concepciones del lenístico-romana; Duns Escoto, Gui-
mundo se escinden en un materialis- llermo de Occam, nominalismo tardío,
mo, un idealismo de la libertad y un mística nominalista; posthegelianos ).
idealismo objetivo, mas procura sal- Pero los esquemas no terminan
var el relativismo a que pudieran aquí. Como otras posibilidades de di-
conducir tales tesis con la afirmación visión mencionamos las que escinden
de que tras los sistemas permanece la historia filosófica en una etapa rea-
la vida como su fundamento último lista y en una etapa idealista, abar-
e irreductible. De análoga manera, cando la primera todo el pensamiento
pero a base de otras experiencias y griego y medieval y la segunda el pen-
ejemplos, Santayana manifiesta que samiento moderno; la que distingue
el curso de la filosofía occidental entre una filosofía desde el ser, propia
parece haber alcanzado su mayor de la Antigüedad, desde Tales al neo-
culminación en tres grandes siste- platonismo, y una filosofía desde la
mas: el naturalismo, el sobrenatura- nada, que abarca desde San Agustín
lismo y el romanticismo, y que cada hasta Hegel; las que atienden más
una de éstas se halla representada, bien a la actitud vital a que se reduce
más que por un filósofo, por un toda filosofía y al punto de vista
gran poeta: Lucrecio en el primer adoptado como horizonte general del
caso, Dante en el segundo, Goethe pensamiento filosófico: filosofía des-
en el último. W. Tatarkiewicz, por de la Naturaleza, filosofía desde Dios
su lado, presenta una articulación de o filosofía desde el hombre; final-
la historia de la filosofía de Occi- mente, los que prestan atención a
dente según la cual todos los grandes las formas de pensar que hemos es-
períodos han pasado por dos épocas tudiado en el artículo Perifilosofía.
bien marcadas, la época de los sis- El problema está, sin embargo, muy
temas y la época de la crítica, ante- lejos de ser resuelto con ello y acaso
cedidos por períodos de desarrollo haya siempre que achacar a todo
gradual de los problemas y seguidos ensayo de esta índole el inconve-
por la división en escuelas y la ela- niente de que sacrifica, para decirlo
boración de las cuestiones en detalle. con palabras de Meyerson, la
Los dos momentos principales corres- realidad a la identidad. A la época
ponden, por lo demás, a dos carac- actual, en que se está desarrollando
teres esenciales de la filosofía: los una etapa filosófica distinta de la
que Tatarkiewicz llama el rasgo ma- moderna y que, a diferencia de ésta,
ximalista y el rasgo minimalista, es se preocupa por la historia y su pro-
decir, lo mismo que otros autores blema, corresponderá dar una solu-
(véase FILOSOFÍA) han llamado el ca- ción menos apurada a estas cuestio-
rácter especulativo y el carácter crí- nes. Por el momento parece haberse
tico. Gustav Kafka considera que cada establecido con cierta firmeza lo que
una de las tres grandes épocas de la hay de común en toda la historia de
historia de la filosofía occidental (An- la filosofía y, como consecuencia de
tigüedad, Edad Media, Edad Moder- ello, lo que hay de dispar dentro
na) se halla dividido en los mismos de ella. La historia filosófica no es
períodos; éstos son los siguientes: probablemente un mero eadem sed
ruptura (Aufbruch), período cosmo- aliter, algo que se repite con algunas
céntrico, período antropocéntrico, in- diferencias en el curso del tiempo,
tegración y desintegración. Los ejem- pero es sin duda algo que no puede
plos dados por Kafka son los siguientes ser escindido artificialmente en perío-
(indicados los períodos y luego los dos totalmente ajenos unos a otros.
ejemplos en cada una de las épocas): Sea cual fuere la solución dada a su
ruptura (Hesíodo y órficos; gnosticis- problema, deberán tenerse en cuenta
mo y anti-gnosticismo; Renacimiento estas dos condiciones.
y Reforma); período cosmocéntrico Las primeras historias "formales"
(presocráticos; San Agustín, Juan Es- y "completas" de la filosofía, distin-
coto Erigena; los "grandes sistemas"); tas de la mera referencia al pasa-
687
FIL FIL
suele dividirse la filosofía india los clasificaremos en los siguientes
son dos. apartados.
(1) Período védico, desde sus co (I) Sistemas ortodoxos (astika),
mienzos (en fecha indeterminada, que aceptan de un modo o de otro
pero muy remota) hasta una época k autoridad védica. Son seis: Nyaya,
no bien precisada, pero que puede Vaisesika, Sankhya, Yoga, Mimamsa
fijarse en tomo al año 500 antes de (o Purva-mimamsa) y Vedanta (a
J. C. Este período suele subdivirse veces, Uttara-mimamsa) ( VÉANSE ).
en otros dos: el védico o del Veda Estos sistemas pueden ser combina
( VÉASE) y el upanisádico o de las dos en tres grupos, cada uno de los
Upanisad (v.). El período védico es cuales posee características comunes:
calificado a veces también de período Nyaya-Vaisesika, Sankhya-Yoga, Mi-
pre-upanisádico, especialmente cuan mamsa-Vedanta (o Purva-mimamsa y
do se quiere destacar el hecho de Uttara-mimamsa o Vedanta de Ba-
que, aun dentro de la tradición vé- darayana). Pueden también clasifi
dica, las Upanisad constituyen la base carse en dos grupos: uno, consti
principal para el desarrollo de gran tuido por sistemas basados princi
parte de la posterior filosofía india. pal o exclusivamente en el Veda, y
El período upanisádico es calificado otro que, aunque aceptando el Veda,
también de vedántíco o del Vedanta; no se apoya tan insistentemente en
entendido ahora este término como el mismo. El primero de estos dos
'fin del Veda'. grupos abarca un sistema de índole
(2) Período post-védico. De un preferentemente ritualista (Mimamsa)
modo general abarca desde el fin de y un sistema de índole predominan
la época de las principales Upanisad temente especulativo (Vedanta). El
hasta el momento actual. Sin em segundo de estos dos grupos com
bargo, como semejante período re prende los restantes cuatro sistemas
sultaría excesivamente dilatado, se ortodoxos mencionados: Nyaya, Vai
ha acordado subdividirlo a su vez en sesika, Sankhya, Yoga.
tres épocas, (a) La época post-vé- (II) Sistemas heterodoxos (nastika),
dica primitiva. Comprende sobre todo que rechazan la autoridad védica,
la primera forma del budismo (v.) y aunque son precedidos en parte por
el establecimiento del jainismo (v.). ideas que se abren paso —o cuando
(b) La época de los sistemas o es menos se mencionan— en las Upa
cuelas (darsanas), que luego enume nisad. Estos sistemas son tres: Char-
raremos y a los cuales se han dedi vaka (Carvaka) —o materialismo—,
FILOSOFÍA INDIA. Empleamos cado artículos especiales, (c) La épo budismo y jainismo (VÉANSE ). Como
este nombre, y no el de 'filosofía ca moderna, en el curso de la cual se el budismo (posterior) se subdivide
hindú', para referirnos al pensamiento han proseguido los sistemas antes a veces en otros cuatro sistemas
filosófico de k India. En efecto, aludidos, a veces combinados con —Vaibhasika, Sautrantika, Vijñanav-
'filosofía hindú' designa una parte de otros elementos, entre ellos inclusive da (Yogacara) y Madhyamika—, se
la filosofía de la India: la que tiene de la filosofía occidental, a veces dice también que hay seis sistemas
por base la tradición religiosa con- considerablemente modificados por el heterodoxos paralelos a los seis sis
siderada ortodoxa en la línea vedis-mo- cambio de las circunstancias históri temas ortodoxos. Nosotros nos limita
brahmanismo-hinduismo. En cambio, cas y sociales. Es difícil marcar con remos en lo que toca a "sistemas he
'filosofía india' significa la filosofía precisión límites temporales para es terodoxos", a los tres apuntados al
producida por pensadores del citado tas épocas, (a) Abarca desde 500 comienzo de este párrafo.
país, cualquiera que sea su aproximadamente antes de J. C. has En cuanto a los rasgos más gene-
orientación respecto a la ortodoxia o ta comienzos de nuestra era; (b) ha rales de la filosofía india, ya se com-
el período en el cual hayan desarro- experimentado un gran florecimiento prenderá que es difícil precisarlos
llado su actividad. durante los primeros siglos de la era dada la amplitud geográfica y cro-
Hemos examinado en el artículo cristiana; en cuanto a la cronología nológica de la misma. No obstante,
Filosofía oriental (VÉASE) algunos de de (c), ha sido establecida más bien lo mismo que señalamos en el caso
los problemas que plantean las fi- en función de la historia occidental de la filosofía oriental (v.), la difi-
losofías orientales más importantes. que de la historia de la India, pero cultad mengua cuando hablamos en
Lo dicho se aplica, pues, también puede conservarse por motivos de términos de tendencias. Algunas de
a la filosofía india. Aquí concentrare- comodidad. éstas están determinadas por el cua-
mos nuestra atención sobre dos pun- Los mencionados sistemas o escue- dro de características generales de la
tos: la división de la filosofía india las de filosofía son, propiamente ha- filosofía oriental. Presentaremos a
según períodos y escuelas, y los ras- blando, puntos de vista o "visiones continuación un breve bosquejo de
gos más generales de tal filosofía. inmediatas de la verdad" (véase las más destacadas, correspondientes
Los períodos más generales en que DARSAN A ). Siguiendo la tradición, específicamente a la filosofía india.
690
FIL FIL
Una es lo que puede calificarse de productora de determinados pensa-
tendencia sintética. Consiste ésta en mientos objetivos que como "modelo"
rechazar la adscripción de determi- cuyos rasgos históricos y humanos se
nados problemas a determinadas y van poco a poco esfumando.
precisas disciplinas filosóficas, así co- Otra tendencia acusada en la fi-
rno el aislamiento de un tema o pro- losofía india es el hecho de que todas
blema cualquiera. La visión total las escuelas de la misma parten de
determina el método seguido en cada una situación humana —el carácter
caso. Esta visión total es la mencio- miserable y angustiado de la exis-
nada aprehensión inmediata de la tencia en este mundo— para ele-
verdad mediante el punto de vista, varse hacia un impulso de purifica-
darsana. En el amplio círculo trazado ción. El fundamento último de buena
por el mismo se sitúan los distintos parte de la filosofía india es, pues,
problemas y el modo específico de moral o, mejor dicho, religioso-moral.
tratarlos. Se trata, en efecto, de alcanzar el
Otra tendencia es su espíritu abierto máximo dominio posible sobre sí
para considerar opiniones adversas. mismo y sobre el mundo (mediante
No es sólo el espíritu abierto de cada fuerzas espirituales) con el fin de li-
sistema ortodoxo con respecto a los brarse de la miseria de lo real-apa-
otros, sino de los sistemas ortodoxos rente y alcanzar la quietud de lo real-
con respecto a los heterodoxos y vi- verdadero. La finalidad última de las
ceversa. Este espíritu abierto es de- escuelas es, así, la salvación y la li-
bido, empero, menos a una orienta- beración (véase MOKSA); aun en un
ción ecléctica que a dos hechos: pri- sistema como el materialista de Char-
mero, el que la literatura tradicional vaka, hay una cierta liberación en el
védica y upanisádica contiene una placer y una terminación de todo sin-
enorme cantidad de opiniones dis- sabor de la existencia en la muerte.
tintas, incluyendo, según advertimos, Finalmente, un motivo muy impor-
cuando menos en forma de mención, tante en casi todo el pensamiento
algunas próximas a la heterodoxia; filosófico indio es el predominio de
segundo, el que, una vez constituida, la concepción de la filosofía como
cada darsana es completa en su pers- "vía" (o modo de existencia) sobre
pectiva y puede referirse a las demás su concepción como serie de propo-
"impunemente". siciones que pretenden únicamente
Tendencia muy acusada en la fi- describir objetivamente lo real. Estas
losofía india es la ya señalada en el dos concepciones coexisten en la India
caso de la filosofía oriental en gene- (como, por lo demás, en Occidente);
ral: la "despersonalización" de la pro- la segunda, además, no es totalmente
ducción filosófica. Ello permite com- insignificante si nos atenemos a la
prender las formas de expresión filo- labor filosófica de carácter especial
sóficas características de la filosofía que, dentro del marco general de la
india: textos considerados como bá- darsana correspondiente, han llevado
sicos, elaboración conceptual de ellos a cabo muchos pensadores indios.
mediante explicaciones o interpreta- Pero la primera concepción acaba por
ciones de sus significados, sutras (o imperar sobre la segunda. Como
"hilos") por los cuales se establecen indica M. Hiriyanna, la máxima
"vías" que permiten ligar unas opi- fundamental jainista: "No vivas para
niones con otras y ver su común fun- conocer, mas conoce para vivir",
damento, comentarios a las sutras, podría ser aplicada a todas las
organización de todos estos materiales demás "escuelas" indias.
en un cuerpo doctrinal en el que co-
laboran muchos pensadores en el cur-
so de numerosos comentarios. En un
sentido general de 'escolástico', po-
demos decir que en la forma de ex-
presión gran parte del pensamiento
filosófico indio tiene un aire esco-
lástico — lo que no significa siempre
un aire cerrado. Junto a la citada
"despersonalización" hay una acen-
tuación del valor de la personalidad
creadora, pero menos en tanto que
FIL FIL FIL
FILOSOFÍA JUDÍA es, por una hemos extendido en otro lugar (véase son, ambos posteriores de un siglo o
parte, la filosofía de la tradición CABALA) y que contiene posiblemen- siglo y medio a Maimónides; Sem
religiosa del judaismo, que elabora te muchos otros elementos además del Tob Falaquera (1225-1290), Chasdai
los conceptos metafísicos derivados de la simple relación entre el hombre Crescas o Hasdai ben Abraham
de la Ley o pretende justificarlos y la Ley. Crescas (1340-1410) y Josep Albo
racionalmente, y, por otra, las pro- La exposición de la historia de la (1380-1444). (Debe advertirse que la
ducciones filosóficas derivadas de filosofía judía depende, naturalmen- transcripción de los nombres [algunos
pensadores de origen judío. En el te, de que se incluyan en ella —co- de ellos conocidos, además, por la for-
primer sentido se incluyen dentro mo hacen la mayor parte de los histo- ma árabe] difiere considerablemente
de la filosofía judía gran parte de riadores de la filosofía— sólo los en los diversos textos.) En cambio,
los comentarios a la Cabala y al pensadores judíos medievales, espe- Guttmann, interesado más bien por
Talmud y, sobre todo, los pensadores cialmente en la medida en que se "la filosofía del judaismo" (título de
medievales que ensayaron una con- han relacionado con la filosofía árabe su historia), entiende ésta en un sen-
ciliación de la Ley con la tradición y cristiana, o de que abarque la his- tido sumamente amplio. En rigor, de-
filosófica griega, especialmente aris- toria entera del pensamiento occiden- fine la historia de la filosofía judía
totélica, y que tuvieron su máximo tal, desde los problemas filosóficos como "la historia de las distintas re-
representante en Maimónides. En el planteados por la relación entre filo- cepciones de tesoros intelectuales aje-
segundo sentido, mucho más impre- sofía y Ley hasta las cuestiones de nos". Esta filosofía podría dividirse en
ciso, se designa como filosofía judía filosofía de la religión tratadas por tres grandes partes. La primera com-
desde el platonismo de Filón de Ale- muchos pensadores judíos modernos. prendería los problemas filosóficos que
jandría hasta el sistema de Spinoza, El esquema que resulta en cada caso podría plantear —puestos en contacto
la filosofía trascendental de Salomón es, por supuesto, distinto. Así, po- con alguna tradición intelectual— la
Maimón y el pensamiento de K. Ro- demos comparar a modo de ejemplo evolución religiosa del pueblo judío en
senzweig y M. Buber. Sólo con gran- dos exposiciones de conjunto de la la Antigüedad (religión bíblica, filoso-
des reservas puede darse a este último filosofía judía, la de J. Husik y la de fía helenístico-judaica y la especula-
concepto el nombre de filosofía judía. Guttmann, que pueden servir co- ción talmúdica). La segunda parte
Más bien hay que entender por ella mo muestras de una exposición ge- abarcaría la filosofía de la religión ju-
la filosofía que, admitiendo la no- neral cronológica (la exposición de día en la Edad Media, desde Isaac Is-
ción de Ley como una peculiar Neumark está hecha al hilo de cier- raeli y Saadia —considerado asimis-
manera de relación del hombre con tos problemas, especialmente los de mo como "fundador" de la filosofía
la divinidad se esfuerza por enten- relación entre materia y forma, y los judía medieval— hasta Gerson y
derla mediante el pensamiento racio- planteados por la teoría de los atri- Crescas, así como las elaboraciones
nal. Ahora bien, esta relación es butos). Husik considera la filosofía filosóficas del judaismo en el Rena-
también uno de los motivos del pen- judía, de acuerdo con el propósito cimiento, especialmente en España e
samiento cristiano y con las debidas de su libro, primariamente como "fi- Italia. Una importancia especial ha-
reservas puede decirse que ambos losofía judía medieval". En tal caso bría que dar entonces a las luchas
parten de un problema similar. Sin abarca los siglos que van entre el X entre las diferentes sectas religiosas,
embargo, las diferencias son conside- y el XV, es decir, desde Isaac Israeli y especialmente a la mayor o menor
rables. En primer lugar, como hace hasta Chasdai Crescas y Josep Albo. inclinación de cada una al "raciona-
observar Renán, el judío eligió como Tenemos entonces, en orden crono- lismo", así como a los problemas re-
base de la comunión religiosa la prác- lógico aproximado, a Isaac Israeli lativos a la relación —o falta de
tica y no los dogmas. "El cristiano (ca. 870-920), David ben Mervan relación— entre la Ley y su inter-
se halla vinculado al cristianismo por Al Mukamas, aproximadamente de la pretación filosófica. Externamente, en
una misma creencia. El judío se halla misma época de Israeli, Saadia (892- cambio, esta historia estaría deter-
vinculado al judaismo por las mismas 942), considerado por muchos como minada por direcciones tales como
observancias" (Hist. des orig. du el "fundador" de la filosofía judía la influencia neoplatónica (Israeli,
Christian., VI, Cap. XIII). De ahí medieval y por Husik como "el pri- Avicebrón y luego León Hebreo) y
que el cristianismo haya asimilado mer filósofo judío importante" des- la influencia aristotélica (Maimóni-
casi necesariamente la tradición he- pués de Filón de Alejandría; José des). La tercera parte abarcaría la
lénica en tanto que el judaismo ha Al Basir (siglo XI) y su discípulo filosofía judía moderna, que sería
permanecido —con algunas excepcio- Jesuá ben Judá, Abengabirol o Avi. por un lado la filosofía de los pensa-
nes— dentro de sí mismo, eliminando cebrón (ca. 1020-1070), Abenpaku- dores judíos y por otro la de aquellos
casi de continuo las posibilidades para da, aproximadamente de una gene- en quienes la cuestión del judaismo
una filosofía. Y ello hasta tal punto ración posterior a Avicebrón, Abra- llegase a poseer —tanto positiva como
que esta filosofía ha surgido ham bar Hiyya o Abraham Savasor- negativamente— alguna importancia.
únicamente cuando, abandonando su da, de la misma época, Abensadik En este grupo cabrían figuras como
peculiar actitud, ha examinado la re- (t 1149), Yehuda-Ha-Levi (ca. 1080- Spinoza, Moisés Mendelssohn, Salomón
lación entre Dios y el hombre a tra- 1143), los Abenezras (Abraham ibn Formstecher, Samuel Hirsch, Moritz
vés de la Ley de manera muy distinta Ezra, 1092-1167, y Moisés ibn Ezra, Lazarus, Hermann Cohen y —
que la impuesta por su tradición ca. 1070-ca. 1138), Abendaud (si- podríamos agregar— K. Rosenzweig y
religiosa. Así ocurre, por ejemplo, glo XII), Maimónides (1135-1204), Martin Buber en el pensamiento
con el cabalismo, sobre el cual nos Hillel ben Samuel y Levi ben Ger- propiamente contemporáneo.
692
FIL FIL
historia de la filosofía que abarca des- solamente algunos nombres para dar
de el siglo IX hasta el siglo XIV. Estos una idea general; algunos, además,
límites temporales son un tanto con- como Juan Duns Escoto, aunque, según
vencionales. Por un lado, puesto que nuestro cómputo, pertenecen cro-
no pocos de los temas de la filosofía nológicamente al siglo XIII, suelen
medieval proceden de San Agustín, se figurar en muchas Historias de la filo-
ha extendido a veces el citado perío- sofía medieval como filósofos trecen-
do hasta el siglo V. Por otro lado, tistas). Pero una organización de la
puesto que después del siglo XIV per- filosofía medieval según siglos es un
sisten no pocas formas y no pocos expediente tan cómodo como poco
temas medievales en filosofía, se ha iluminador. Los historiadores han bus-
extendido a veces el citado período cado, pues, otras articulaciones. Se ha
hasta los siglos XV y XVI. Sin hablado, así, de los primeros grandes
embargo, tal extensión resulta excesiva. filósofos medievales (cristianos), como
Los siglos inmediatamente anteriores al Juan Escoto Erigena y San Anselmo,
IX pueden designarse más y se ha intentado clasificar otras pro-
propiamente como los de la Patrística ducciones filosóficas bajo capítulos
(VÉASE); los siglos inmediatamente generales: platonismo del siglo XII;
posteriores al XIV pueden designarse misticismo; disputa de los universales;
más propiamente como la filosofía del grandes obras teológicas del siglo xm;
Renacimiento (VÉASE ). Las razones disputas lógicas y semánticas del siglo
que se dan para extender el período en XIII; escuela franciscana; averroísmo
cuestión en los dos sentidos podrían, latino; neoplatonismo; escuelas agus-
por lo demás, alterarse. Puesto que tinianas; nominalismo, etc., etc., con
en los comienzos de la filosofía apartados especiales para las filosofías
medieval persisten no pocos temas árabe (o musulmana) y judía. Algu-
antiguos, y puesto que ya desde el nos autores han identificado la filosofía
siglo XII se revelan no pocos temas medieval con la escolástica, pero esta
modernos, podría concluirse que la identificación carece de base suficiente,
filosofía medieval queda confinada a pues el misticismo especulativo, el
los siglos IX, X, XI, y, a lo sumo, platonismo humanista y otras corrientes
XII y XIII. Es, pues, conveniente se alojan difícilmente dentro de la
adoptar la convención ofrecida, la cual segunda. Esto no significa que la
tiene bases sólidas en el hecho de escolástica no desempeñe un papel
que la mayor parte de los filósofos fundamental dentro de la filosofía
que vivieron entre los siglos IX y XIV medieval. Pero justamente dada su
pueden ser considerados, sin demasiada importancia, es conveniente tratarla
impropiedad, como medievales. con más detalle separadamente, lo que
La cuestión de las divisiones que hemos hecho en el artículo Escolástica,
cabe establecer dentro del citado pe- donde, además, hemos proporcionado
ríodo se presta a debate. En el cuadro divisiones de la misma en períodos que
cronológico insertado al final de la en alguna medida corresponden a
presente obra puede verse cuáles son varios períodos de la filosofía medieval.
los filósofos medievales más importan- Otros autores han articulado la
tes en cada uno de los siglos desde el filosofía medieval de acuerdo con
IX al XIV. Vemos así, que en el si- ciertas grandes vías (viae), pero,
glo IX está Juan Escoto Erigena; en el además de que ello restringe
X, Alfarabi, Gerberto de Aurillac; en demasiado el período medieval al
el XI, Avicena, Avicebrón, San Ansel- escolástico, tiene el inconveniente de
mo, Roscelino; en el XII, Abelardo, que se insiste demasiado sobre
San Bernardo, Pedro Lombardo, Ave- ciertas grandes figuras y sus "escue-
rroes, Maimónides; en el XIII, Alejan- las" — tomismo, escotismo, occamis-
dro de Hales, San Alberto Magno, mo, etc. Hemos tratado de estas
Rogelio Bacon, Pedro Hispano, San escuelas en artículos aparte, que pue-
Buenaventura, Santo Tomás de Aqui- den considerarse para los efectos aquí
no, Sigerio de Brabante, Ramón Llull, perseguidos como complementarios
Maestro Eckart, Juan Duns Escoto; del presente. Hemos dedicado asimismo
en el xiv, Nicolás de Autrecourt, Juan artículos a varios aspectos del pen-
Ruysbroek, Guillermo de Occam, samiento medieval, tal como en los
Juan Buridán, Nicolás de Oresme, dedicados a Chartres (Escuela de),
FILOSOFÍA MEDIEVAL. Con este
Abenjaldún, Juan Gerson (indicamos los Victorinos, Traductores de Toledo
(Escuela de), etc. Ciertos autores han
nombre se designa el período de la 693
FIL FIL FIL
identificado completamente la filosofía tima filosofía —incluyendo el neo- diferencia de los elementos idealistas
medieval con la filosofía cristiana, es- platonismo— los elementos teológicos que han abundado en el pensamiento
timando como a lo sumo incitantes o son como un coronamiento de la re- moderno. Aun cuando haya en San
suplementarios los grandes movimien- flexión filosófica, en la filosofía me- Agustín elementos que puedan consi-
tos de la filosofía árabe y judía en la dieval constituyen un punto de par- derarse "idealistas", lo son en un sen-
Edad Media. En número creciente, sin tida. No puede descartarse de la fi- tido distinto del de los siglos moder-
embargo, los historiadores de la filo- losofía medieval la Revelación (y ello nos. A ello se debe que la filosofía
sofía medieval se han dado cuenta de corresponde tanto al pensamiento cris- medieval (como, por lo demás, la
la importancia de dichos movimientos, tiano como al musulmán y al judío). griega) sea un pensamiento en el cual
de tal suerte que ya no puede decirse Al mismo tiempo, surgen en el pen- predominan los intereses "ontológicos"
que la filosofía medieval sea exclusi- samiento filosófico medieval cuestio- sobre los gnoseológicos, de tan decisi-
vamente la filosofía medieval cristia- nes que no se planteaban en el grie- va importancia a partir del siglo
na, aun cuando ésta sea todavía consi- go; precisamente la cuestión de la re- XVI y especialmente XVII.
derada como la parte más importante lación entre teología y filosofía es uno Las anteriores caracterizaciones no
e influyente de ella. Asimismo hemos de los más destacados. Esta relación hacen la debida justicia a la comple-
dedicado artículos especiales a Filosofía ha sido presentada de diversas for- jidad de la filosofía medieval. Cuando
árabe y Filosofía judía, destacando los mas: como una fusión completa, como se examina de cerca se advierten en
períodos medievales de las mismas. Por una subordinación de la segunda a la esta filosofía muchos elementos que
lo demás, aunque cuando, por primera, de la primera a la segunda, solamente una exposición en detalle
ejemplo, Avicena y Averroes no sean como un equilibrio, etc. podría revelar. Por ejemplo, hay en
simplemente "precursores" de algunos En tercer lugar, las preocupaciones ciertos movimientos de la filosofía me-
de los grandes escolásticos cristianos, más constantes en la filosofía medie- dieval —especialmente en el domi-
es cierto que muchos de los temas val son las que se centran en la cues- nio de la "filosofía natural"— no po-
capitales de la filosofía medieval árabe tión de la naturaleza y propiedades cos análisis y especulaciones que pue-
y judía coinciden con los de la de Dios y de la "relación" entre Dios den ser considerados como una "an-
filosofía medieval cristiana. y el mundo en tanto que creador — y ticipación" del pensamiento científico
En primer lugar, es característico especialmente de la "relación" entre moderno. Hay también numerosos e
de la filosofía medieval el no ser, Dios y la criatura humana. En este importantes desarrollos en ciertas par-
como la filosofía griega, un originarse respecto es importante la noción de tes filosóficas, como la lógica, la se-
del pensamiento filosófico ab ovo (o caritas, la cual no sustituye a la de miótica, etc. Los investigadores de la
casi ab ovo), sino un continuar en logos, pero la modifica esencialmente. filosofía medieval en los últimos de-
gran medida, por importantes que En cuarto lugar, es típico de la ma- cenios se han ocupado grandemente
sean las modificaciones introducidas, yor parte de la filosofía medieval el de dichas "anticipaciones" y desarro-
una tradición anterior. Esta tradición expresarse dentro de una concepción llos, contribuyendo con ello a una más
es la griega, y la llamada helenístico- del mundo según la cual la realidad completa imagen de la filosofía me-
romana. Cierto que no pocas de las se halla articulada jerárquicamente, dieval. En todo caso, ha resultado de
intuiciones fundamentales de la filoso- con Dios como cima rectora. Aunque dichas investigaciones que en cier-
fía medieval —por ejemplo, las ex- esta articulación jerárquica había sido tos aspectos —por ejemplo, en la ló-
presadas en el pensamiento agustinia- expresada por autores helénicos, espe- gica— la filosofía medieval no cons-
no— no son en modo alguno griegas cialmente platónicos y neoplatónicos, tituye, como se había creído durante
o helenístico-romanas. Pero en cuanto la idea medieval de jerarquía posee tanto tiempo, un "retroceso" con res-
se expresan y elaboran filosóficamen- elementos propios en virtud de la na- pecto a la época moderna, sino con
te, no aparecen como independientes da en que se supone que se halla su- frecuencia un "avance". Todo ello no
de la tradición anterior. En el caso de mido todo ser con independencia de significa que las caracterizaciones an-
la escolástica, las "fijaciones" griegas Dios. Por eso se ha podido decir (Zu- tes presentadas sean falsas. Pero sig-
aparecen todavía con más claridad; biri) que el pensamiento cristiano en nifica que deben considerarse como
platonismo y aristotelismo no son aquí general, y la filosofía medieval en par- hitos muy generales dentro de los cua-
elementos extraños, sino a veces muy ticular, son un "pensamiento desde la les caben muy complejos desarrollos
plenamente incorporados al pensa- nada" (v. NADA); en otros términos, y movimientos.
miento filosófico medieval. un pensamiento a partir de la noción En la bibliografía del artículo ES-
En segundo lugar, aun continuando de creación (V. Ex NIHILO NIHIL FIT ). COLÁSTICA se han indicado las princi-
la mencionada tradición, la filosofía En quinto lugar, es típico de la pales colecciones con ediciones de
medieval no es una repetición de ella. mayor parte de la filosofía medieval textos y comentarios. Para Filosofía
Es en todo caso una continuación des- el considerar toda realidad (natural) árabe y Filosofía judía, véanse biblio-
grafías correspondientes. A las colec-
de un horizonte intelectual y afectivo como siendo de alguna manera sim- ciones mencionadas agreguese: Textus
distinto. Este horizonte es, en general, bólica. El mundo no es tanto un sis- et documenta in usum exercitationum
el religioso, y en el caso que princi- tema de cosas como un sistema de et praelectionum academicarum. Se-
palmente nos ocupa el cristiano. Por símbolos y signos que remiten últi- ries philosophica (Universidad Grego-
lo tanto, hay en la filosofía medieval mamente a Dios. riana, Roma) y Series Corpus Chris-
un importante componente teológico Finalmente, la filosofía medieval tianorum. Series latina (desde 1953).
que no se halla en la filosofía griega. ofrece consistentemente una tenden- — Para la historia del período véanse
O, mejor dicho, mientras en esta úl- cia realista en sentido gnoseológico, a obras citadas en ESCOLÁSTICA, FILO-
694
FIL
piedades cada vez más claras. Por un
lado, deja de ser una substancia para
convertirse en una función — en un
conjunto de operaciones por medio
de las cuales puede comprenderse (y
dominarse) la Naturaleza y la reali-
dad entera. Por otro lado, deja de ser
una especulación pura y simple para
convertirse en órgano de lo que se
ha llamado con frecuencia "raciona-
lismo experimental". Por eso es posi-
ble concebir, por ejemplo, a Galileo
como una mente en un sentido más
racionalista y en otro sentido más ex-
perimental que cualquiera de los pen-
sadores antiguos y medievales. Como
indica Whitehead, la mentalidad mo-
derna se caracteriza por la unión de
la especulación con el hecho y la
FILOSOFÍA MODERNA. Los lími- constante voluntad de vincular la teo-
tes cronológicos de lo que suele ca- ría con la realidad observable. Desde
lificarse de "filosofía moderna" son este punto de vista se desvanecen
imprecisos; lo común es establecer su muchas de las diferencias que habi-
comienzo a fines del siglo XVI y su tualmente se destacan entre los pen-
fin a mediados del siglo XIX, pero sadores "continentales" racionalistas
caben al respecto muchas opiniones (Descartes, Malebranche, Leibniz) y
divergentes. Nosotros nos atendremos los pensadores "insulares" empiristas
a la opinión común citada, pero (Locke, Berkeley, Hume). En última
reconociendo que tiene mucho de instancia, unos y otros pretenden
convencional. En efecto, ya en plena llevar a buen término el mismo pro-
Edad Media encontramos bastantes grama de encajar los datos de la ex-
anticipaciones de lo que luego será periencia dentro de construcciones
considerado como "moderno" y, por racionales.
otro lado, en el pensamiento actual Luego —y ligado con lo anterior—,
—el que corresponde a la "filosofía la atención prestada al conocimiento
contemporánea" (VÉASE )— de la Naturaleza según las líneas mar-
sobreviven una gran cantidad de cadas por la ciencia moderna, espe-
temas "modernos". Sin embargo, cialmente por la física matemática, a
conviene destacar ciertas actitudes cuyo desarrollo han contribuido por
filosóficas que han llegado a madurez igual hombres de ciencia y filósofos
dentro de los límites cronológicos (si es que pueden establecerse divi-
citados y que nos permiten hablar de sorias entre ambos). Especialmente
una filosofía moderna. importante al respecto ha sido el
Ante todo, la creciente tendencia triunfo del punto de vista de lo cuan-
a hacer de la razón no solamente "el titativo y mensurable. En todo caso,
"tribunal supremo", sino también la ningún filósofo moderno ha podido
característica peculiar del hombre. El prescindir de lo que Kant llamaba
racionalismo se ha manifestado asimis- el factum de la ciencia, lo que ha
mo, y con gran vigor, en las filosofías conducido con frecuencia a intentar
antigua y medieval, pero mientras establecer la filosofía sobre bases
para ellas la razón ha sido respecti- científicas, es decir, a desechar el
vamente una propiedad del cosmos continuo tejer y destejer de los pen-
—natural o inteligible— y una luz samientos filosóficos para encontrar
otorgada por Dios para que el hom- bases susceptibles de progreso inde-
bre haga recto uso de ella, para la finido.
filosofía moderna la razón ha ido ad- En tercer lugar, el predominio del
quiriendo una progresiva autonomía. "subjetivismo", por el cual no debe
El conocimiento racional se convierte, entenderse la afirmación de la supe-
pues, con frecuencia dentro del pen- rior importancia del "sujeto" —del
samiento filosófico moderno en un fin "sujeto humano"— frente al "objeto",
por sí mismo. Ahora bien, a medida sino la comprobación de que con el
que avanza la época moderna seme- fin de alcanzar verdades seguras e
jante razón va adquiriendo dos pro-
695
FIL FIL
indudables es necesario analizar las yuxtapone al impulso "fáustico" hacia
condiciones en las que se desarrolla el infinito del que Bruno y otros han
el conocimiento y, por consiguiente, dado característicos ejemplos; la aten-
la estructura de lo "subjetivo". Des- ción hacia la Naturaleza no es in-
de Descartes a Kant, pasando por el compatible con el descubrimiento de
empirismo inglés, se lleva a cabo un lo que es peculiar en el mundo del
mismo esfuerzo de examen y profun- hombre, de la sociedad y de la His-
dización de la naturaleza y formas toria (Vico, Rousseau, idealismo ale-
del "entendimiento humano" con vis- mán); el deseo de librarse de la tra-
tas a los citados fines. Por este mo- dición se une a los continuos "rena-
tivo se ha dicho con frecuencia que cimientos" de las anteriores tradicio-
mientras la filosofía antigua y la me- nes; la atención a la "cismundanidad"
dieval son "realistas" —en sentido se entrecruza con no pocas exacerba-
epistemológico— la filosofía moderna ciones de la "trasmundanidad", etc.,
es "idealista" en el mismo sentido. etc. Pero los rasgos apuntados pare-
En otros términos, mientras el tema cen ser lo suficientemente "centra-
central de las anteriores filosofías ha les" como para que en tomo a ellos
sido el del ser, el problema sea posible entender muchas de las
fundamental de la filosofía moderna contribuciones más importantes e in-
ha sido el del conocer — pero, bien fluyentes de tal filosofía. Sólo desde
entendido, con el fin de llegar a este punto de vista podemos decir
una más segura aprehensión del ser. que la filosofía moderna constituye
De ahí el calificativo de "gnoseológi- —como las filosofías de los demás
ca" o "epistemológica" que se ha períodos estudiados en la presente
dado a la filosofía moderna, a dife- obra— un conjunto peculiar.
rencia del calificativo de "ontológi-
cas" dado a las filosofías antiguas y
medievales.
Finalmente, la preponderancia de
la "cismundanidad" sobre la "tras-
mundanidad". Lo "trasmundano" no
es abandonado, pero ejerce una fun-
ción distinta de la que tenía durante
la Edad Media: se sigue pensando en
él, pero en muchas ocasiones no se
cuenta con él. Esto provoca trastor-
nos fundamentales en el problema de
la relación entre Dios y el hombre;
paradójicamente, la afirmación de la
absoluta potencia del primero con
respecto al segundo es una de las
causas que conducen en ciertos casos
a la casi completa ignorancia de
aquél.
Con las características anteriores
no pretendemos agotar los rasgos de
la filosofía moderna: por poco deta-
llado que sea el cuadro que se pre-
sente de ésta ofrecerá grandes com-
plejidades que hará difícil redu-
cirla a esquemas demasiado gene-
rales. Tampoco pretendemos negar
que hay en la época moderna (como
en todos los períodos de la historia)
importantes conflictos y tensiones in-
ternas aun dentro de ciertos marcos.
Por ejemplo, la "seguridad" con que
muchos filósofos modernos se sienten
instalados en un orden cósmico co-
existe con la constante duda sobre la
permanencia de este orden; la volun-
tad de ordenación y cuantificación se
FILOSOFÍA MUSULMANA. Véase
FILOSOFÍA ÁRABE.
FILOSOFÍA NATURAL (Filosofía
de la Naturaleza). En el artículo Na-
turaleza (VÉASE) hemos analizado
histórica y sistemáticamente este con-
cepto en sentido filosófico y prescin-
diendo de la gran cantidad de signi-
ficaciones que ha tenido en otras es-
feras. En el presente artículo preci-
saremos en qué sentidos el estudio de
la Naturaleza ha sido considerado
como una parte esencial de la filo-
sofía.
En la actualidad se estima que la
Naturaleza es primariamente objeta
de la ciencia o, mejor dicho, del grupo
de ciencias llamadas ciencias na-
turales. A lo sumo, suele reservarse
para la filosofía el estudio del sig-
nificado de 'Naturaleza' o el exa-
men de su concepto. Cuestiones tales
como "la ontología de la Naturaleza
y de los objetos naturales", "la fun-
ción de la Naturaleza en el conjunto
de la realidad", etc., pertenecen, se-
gún ello, a la filosofía. Esta separa-
ción entre el estudio filosófico y el
científico de la Naturaleza no es
FIL FIL FIL
siempre, empero, aceptada. En diver- bre este punto. Como aquí nos intere- dos, aunque compatibles con los de
sos momentos se ha pensado que la sa únicamente el significado de las la ciencia, no coinciden exactamente
filosofía podía aportar conocimientos expresiones 'filosofía natural' y 'filo- con éstos.
acerca de la Naturaleza y de sus sofía de la Naturaleza', nos limitare- La compatibilidad de la ciencia
leyes que pudiesen ser sumados a los mos a señalar que por ellas se concibe natural con la filosofía natural en
obtenidos por la ciencia o que coin- tradicionalmente el estudio de las gran parte de la época moderna tiene,
cidieran con ellos. Esto podía tener causas segundas de toda índole, ya en cambio, otro carácter: consiste en
dos causas: (1) Suponer que no hay pertenezcan a la "ontología", a la el hecho de que los problemas plan-
diferencia entre "ciencia natural" y "física" o a la "psicología". Por este teados por el conocimiento científico
"filosofía natural"; (2) Suponer que motivo, la Physica aristotélica ha sido (especialmente el físico) suscitan
el tipo de conocimientos proporcio- considerada con frecuencia como una cuestiones filosóficas; a ello se agrega
nados por esta última, aunque distin- parte de la filosofía natural, la que el hecho de que con frecuencia el
tos de los científicos, pertenecen no trata del ente móvil en sus caracte- trabajo científico y el filosófico son
sólo al orden formal, sino también res comunes. Las partes que tratan ejecutados por la misma persona. Sólo
al material. Tales significaciones de de las especies del ente móvil son excepcionalmente se ha estimado
'filosofía natural' (o 'filosofía de la estudiadas por Aristóteles en otras que la filosofía natural puede conver-
Naturaleza') son los usuales: (a) en obras: en De caelo, De mundo, De tirse en una disciplina filosófica epis-
parte del Corpus aristotelicum; (b) generatione et corruptione y De ani- temológicamente autónoma. Es lo que
en varios autores escolásticos; (c) en ma. Observemos, empero, que el con- ha ocurrido en el idealismo alemán.
la filosofía de la Naturaleza del cepto de "especies del ente móvil" Algunos antecedentes de tal concep-
idealismo alemán; (d) en las filoso- y la congruente división de la filoso- ción se encuentran ya en el análisis
fías de carácter "sintético", tales co- fía de la Naturaleza en varias partes kantiano del concepto de Naturaleza,
mo las de Fechner, Spencer o Wundt. según dichas especies no procede di- especialmente en tanto que ésta es
Hay, ciertamente, otros pensadores, rectamente de Aristóteles. Hay en este definida como "la suma de todo lo
además de los citados, que poseen o autor todavía la tendencia a subrayar que existe determinadamente según
han poseído concepciones definidas la unidad radical del conocimiento leyes". La posibilidad de concebir la
acerca de la función ejercida por el de la Naturaleza en el sentido de que Naturaleza como totalidad constituye,
conocimiento filosófico de la Natu- hay una sola ciencia que trata a la en efecto, la base de una filosofía
raleza: Wolff es un ejemplo de ellos. vez de la ontología de la Naturaleza de la Naturaleza que se refiere a
Pero aquí los eliminaremos para la y del movimiento o movimientos de "cuanto es" (a diferencia de la filo-
mayor claridad del conjunto. Tam- ella. sofía de las costumbres, que trata de
bién eliminaremos la concepción de Tal como han sido transmitidas "cuanto debe ser"). La metafísica
la expresión 'filosofía natural' en hasta la fecha, la mayor parte de las de la Naturaleza como ciencia fun-
aquellos casos —bastante numero- precisiones en cuestión se deben a dada en principios a priori es una
sos— en los que tal expresión coin- los escolásticos. Lo que se ha llamado parte de la filosofía trascendental,
cide simplemente con la de 'física philosophia naturalis es definida co- y se distingue de la teoría empírica
moderna'. El ejemplo más eminente mo la ciencia del ente móvil. Cuando de la Naturaleza, que no depende
de los últimos se manifiesta en el tí- el ente móvil es un cuerpo natural de la metafísica. Ahora bien, la Na-
tulo de la obra de Newton: Philoso- se convierte en el objeto material turphilosophie "romántica" (en par-
phiae naturalis principia mathematica de la filosofía natural. Cuando se ticular la de Schelling y Hegel) no
(1686). Por lo demás, la expresión ha trata del ente móvil en cuanto tal, se limita al marco kantiano. En Schel-
sido empleada en los más diversos dicho ente es el objeto formal de la ling se manifiesta el deseo de una ex-
sentidos durante la época moderna filosofía natural. Sin embargo, no ha plicación "física" del idealismo. En
y sería muy largo referirnos siquiera habido siempre completo acuerdo res- Hegel se revela la voluntad de cons-
a los más destacados. Como ejemplo pecto a la zona abarcada por ella. A truir una "lógica aplicada" (en el
de uso crítico mencionaremos el que veces se ha incluido en tal filosofía sentido hegeliano de 'lógica'). El as-
se encuentra en L. Sterne (Tristam la parte experimental; en tal caso pecto fantasioso y arbitrario que ofre-
Shandy, I, 3), quien reflejaba segu- 'filosofía natural" ha sido el nombre ce la filosofía de la Naturaleza en
ramente la opinión de muchos coe- dado a todas las ciencias incluyendo el autor últimamente citado contrasta,
táneos al escribir que el "filósofo na- la parte "especulativa". A veces se por lo demás, curiosamente con la
tural" es hombre "dado al razona- ha excluido la parte experimental idea que él se forja acerca de su
miento sobre los asuntos más nimios". considerándose la filosofía natural contenido. En efecto, según Hegel,
La filosofía natural como conocimiento sólo desde el punto de vista especu- "lo que se ha llamado hasta ahora
completo de la Naturaleza ( no en lativo. Algunos autores han llamado filosofía de la 'Naturaleza ha sido un
extensión, sino en profundidad) a la filosofía natural cosmología juego fútil, con analogías vacías y
constituye uno de los temas capitales ( VÉASE). Contra ello se ha argüido externas presentadas como si fuesen
de la Physica aristotélica, la cual no que la cosmología y la filosofía na- resultados profundos" (Logik, § 191;
es sólo una "física del objeto natural" tural coinciden en ciertos respectos Glöckner, 8:396). Tal contraste puede
(y de sus movimientos), sino tam- y difieren en otros. No obstante, lo interpretarse de dos modos: o
bién una ontología. En varios lugares importante es que para algunos auto- suponiendo que Hegel tenía una in-
(véase ARISTÓTELES, FÍSICA, NA- res hay una disciplina filosófica, la comprensión total de la índole del
TURALEZA) nos hemos extendido so- philosophia naturalis, cuyos resulta- conocimiento natural, o situando la
698
FIL FIL FIL
doctrina hegeliana dentro de ciertos tema compuesto de diversos estadios, pírica puede ser considerada en esta
supuestos que pueden ser o no admi- cada uno de los cuales procede ne- concepción como una continuación de
tidos, pero cuyo valor no depende cesariamente del otro, si bien no exa- la filosofía natural. Parece, pues, que
simplemente de los resultados propor- mina tales estadios como son produ- aun dentro del neotomismo hay dos
cionados por las ciencias naturales. cidos "naturalmente", sino siguiendo concepciones opuestas acerca de la
Lo último ha sido intentado por Me- "la idea interna que constituye el filosofía de la Naturaleza. Ahora
yerson en su explicación (no justi- fondo (Grund) de la Naturaleza" (En- bien, algunos manifiestan que tales
ficación) de "la tentativa de Hegel", zyklopädie, § 194; Glockner, 6:149). concepciones no son por fuerza in-
es decir, de "la ciencia del sujeto- Después de Hegel cambió grande- compatibles. F. G. Connolly señala,
objeto objetivo" (Cfr. Differenz des mente el sentido en que se tomó la por ejemplo, que a base de la doctrina
Fichteschens und Schellingschens Sys- expresión 'filosofía de la Naturaleza'. de los grados de abstracción ( VÉASE) y
tems; Glöckner, 1:130). Por un lado, Lo más común durante los dos últi- de la distinción entre conocimiento
en efecto, las fantasías de Hegel —el mos tercios del siglo y comienzos del sensible y conocimiento intelectual se
imán es una representación del si- siglo xx fue la formación de grandes puede establecer que las relaciones
logismo; el proceso químico es un "síntesis" del saber científico-natu- entre metafísica y filosofía de la
silogismo porque tiene necesidad de ral, con las interpolaciones necesarias Naturaleza, de una parte, y ciencias
tres agentes (para que un ácido ata- para que pudiesen proporcionar una naturales (físico-matemáticas y
que a un metal necesita agregársele imagen relativamente completa de la empíricas de varios tipos), de otra,
agua), etc., etc.— no solamente no Naturaleza. En ello se destacaron son de índole más compleja de lo
arrojaron ninguna luz sobre el cono- autores y tendencias por lo demás que parece, y que cuando se examina
cimiento de la Naturaleza, sino que, muy diversos entre sí: Fechner, Spen- la cuestión con detalle puede
además, carecieron de toda influencia cer, Wundt, el monismo naturalista, advertirse que el conocimiento inte-
sobre el desarrollo de la ciencia etc. La base común de todos estos lectual de la realidad no es ajeno
natural. En este sentido puede decirse intentos ha sido el uso de la "induc- a estas últimas ciencias.
que la filosofía hegeliana de la ción" y de la "analogía" entendidos Las obras sobre filosofía de la Na-
Naturaleza fue aun más estéril que la en sentido muy amplio. Por lo de- turaleza han sido mencionadas en la
de sus predecesores (Schelling entre más, se ha tendido cada vez más a bibliografía del artículo NATURALE -
prescindir de la expresión 'filosofía ZA. Véase también la bibliografía de
ellos), tan criticados por el autor de
COSMOLOGÍA. La referencia de Meyer-
la Fenomenología del Espíritu. Pues de la Naturaleza' y a sustituirla por son, en De l'explication dans les
los filósofos de la Naturaleza anterio- otras estimadas menos compromete- sciences, 1927, págs. 360-1. — Para
res a Hegel proporcionaron cuando doras (por ejemplo, 'cosmología'). la tesis de Maritain, Cfr. bibliografía
menos incitación para que se llevaran Paralelamente a ello se ha puesto de NATURALEZA. Los comentarios de
a cabo ciertos descubrimientos —co- cada vez más en duda el hecho de Connolly, en "Science vs. Philoso-
mo el del electromagnetismo por que la filosofía natural tuviese un phy", The Modern Schoolman, XXIX
Oersted y el del ozono por Schoen- objeto propio. Ello no quiere decir (1952), 197-209.
bein—, y aun, como apunta Meyer- que no haya habido excepciones a FILOSOFÍA ORIENTAL. En un
son, las especulaciones de tales filó- tales tendencias: la más notoria, den- sentido muy amplio se entiende por
sofos no son ajenas a los importantes tro del pensamiento tradicional to- 'filosofía oriental' la filosofía —anti-
trabajos sobre el principio de conser- mista, es probablemente la de Ma- gua y moderna— o, mejor dicho, el
vación de la energía realizados por ritain al intentar mostrar que la filo- "pensamiento" de los países del Cer-
Julius Robert Mayer, a quien se con- sofía de la Naturaleza tiene un objeto cano, Medio y Lejano Oriente; por
sideró durante mucho tiempo como propio distinto del manejado por las lo tanto, el pensamiento elaborado
un "filósofo de la Naturaleza". Mas, ciencias naturales y distinto también en varias regiones del Asia Menor,
por otro lado, Hegel debía de tener del objeto de la metafísica. Hemos en Siria, en Fenicia, en el Irán, en
una "intención" distinta de la que aludido a su doctrina al respecto en la India, en la China, en el Japón y
consiste en causar descubrimientos el artículo Naturaleza (VÉASE). Agre- en otros países de esa vasta zona
por medio de "analogías". Esta in- guemos aquí que la solución de Ma- geográfica. A veces se incluye en ella
tención es, según Meyerson, la ver- ritain no es compartida por todos los también el pensamiento egipcio anti-
dadera explicación de su "tentativa": neotomistas. Así, Charles de Koninck guo e inclusive las filosofías árabe y
consiste en dar una "representación" y la llamada Escuela de Laval indi- judía, si bien lo corriente es excluir
de la Naturaleza distinta y, a su en- can que no es justo distinguir entre estas dos últimas (lo mismo que la
tender, más profunda e "interior" que distintos niveles de conocimiento (el llamada "filosofía siria") a causa de
la proporcionada por la imagen "par- empiriológico y el ontológico) dentro su estrecha vinculación con la histo-
cial" y "desfigurada" de la ciencia de la unidad radical del ens mobile. ria de la filosofía occidental, de la
mecánico-matemática. Esta "represen- Éste es el objeto de la philosophia cual acaban por formar parte. Aun
tación" sólo podía darla la dialéctica naturalis y el de la física. La diferencia con esta última mencionada exclu-
( VÉASE ), cuyo proceso no tocaba sólo entre ambas disciplinas consiste, sión, empero, la citada definición os-
"la superficie de las cosas", sino que según dicho autor, en que mientras tensiva de 'filosofía oriental' ofrece
aprehendía la propia marcha interna de la primera estudia las categorías más varios inconvenientes. Uno de los ma-
la realidad. Pues, según Hegel, la generales del movimiento, la segun- yores es que cuando se intenta des-
filosofía de la Naturaleza debe da trata de los detalles de ser que arrollar su contenido hay que aban-
considerar a la realidad como un sis- se mueve. Así, la ciencia natural em- donar con frecuencia el tipo de pen-
699
FIL FIL FIL
samiento propiamente filosófico y re- en términos generales de una comuni- mismo tiempo, más inclinado a ela-
ferirse más bien al pensamiento reli- dad humana y de sus producciones borar todas las técnicas filosóficas
gioso o bien inclusive a las formas culturales. Tal comunidad no es nunca necesarias para llevar sus propósitos
generales de la correspondiente cul- algo bien preciso y delimitado; especulativos a buen término. Mas
tura. Cuando esta referencia consti- aparte la multiplicidad de elementos por debajo de estas grandes diferen-
tuye el horizonte cultural, histórico de que consta, se modifica en el curso cias, subsisten ciertas concordancias
o espiritual, dentro del cual puede de la historia. Pero suele manifestar fundamentales. Típico de éstas es la
insertarse la filosofía, la desventaja ciertas tendencias. En virtud de éstas forma humana en la cual encarna el
aludida no es considerable; más aun, y no de esquemas que denotan modos saber filosófico: se trata del "sabio"
semejante referencia puede ayudar a de ser determinados e invariables, — no, pues, del filósofo stricto sensu,
comprender mejor el pensamiento fi- conviene examinar el problema de las del "razonador", del "intelectual" o
losófico dilucidado. Pero cuando el "características de la filosofía del "técnico de la inteligencia". Se
horizonte en cuestión sustituye dema- oriental". dirá que hay algo de común entre
siado radicalmente a la filosofía se La característica que más nos in- el sabio oriental y el intelectual oc-
corre el riesgo de perder de vista teresa es la que está determinada por cidental (que, por lo demás, en nu-
completamente esta última. Para evi- el tipo especial de saber ( VÉASE). El merosas ocasiones merece asimismo
tarlo, se ha propuesto un concepto saber manifestado en la filosofía el nombre de sabio). No lo negamos.
más restringido de 'filosofía oriental'. oriental tiende a ser un saber de sal- En efecto, uno y otro tienden a se-
Consiste en circunscribirlo a las si- vación. Los demás saberes —los otros pararse de la sociedad. Pero mien-
guientes manifestaciones: cosmología de que, por ejemplo, ha hablado tras el intelectual de Occidente lo
irania y diversos elementos religiosos Scheler: el saber culto y el saber téc- hace por afán de objetividad, el sabio
y religioso-filosóficos vinculados a la nico— no son ni mucho menos ol- de Oriente lo hace con el fin de
misma (en particular, el zoroastris- vidados, pero se desarrollan y pros- reintegrarse más completamente a lo
mo) ; filosofía india, filosofía china, peran en función de aquel otro saber que considera ser la Realidad verda-
filosofía japonesa. De un modo más primario. Tal salvación puede ser, dera. Por eso los ímpetus de reforma
estricto todavía puede restringirse el por su lado, entendida o como salva- en uno y otro toman muchas veces
mencionado concepto a las mayores ción del individuo en un todo cós- un distinto sentido: "exterior" en el
de dichas filosofías: la india y la mico, o bien como integración del intelectual occidental; "interno" y
china. Es la opinión que aquí adop- individuo en un todo social: lo primero "espiritual" en el sabio de Oriente.
taremos. A diferencia del término es típico de la filosofía india; lo Finalmente, a diferencia del intelectual
'Oriente', que designa un conglome- segundo, de la filosofía china. A y del filósofo de Occidente, que posee
rado muy amplio y variado de ele- causa de ello, los elementos que, una acusada figura histórica, el
mentos culturales y espirituales (como según Francisco Romero, son pródi- sabio oriental se desvanece tras su
cuando decimos, por ejemplo: "Platón gos en la cultura occidental —el indi- obra y tras la citada Realidad. Sus
y el Oriente"), la expresión 'filosofía vidualismo, el intelectualismo y el vo- contribuciones se enlazan tan estre-
oriental' designa un conjunto todavía luntarismo— son reducidos en Oriente chamente con las de sus predeceso-
muy amplio, pero más fácilmente —y específicamente en k filosofía res, que forman en rigor un cuerpo
abarcable y perfilable, no sólo oriental— a un mínimo; no quedan único, no planteándose en su caso
geográfica, sino también intelec- totalmente suprimidos, pero sí, por así —o planteándose con caracteres mu-
tualmente. Hemos dedicado a los dos decirlo, anegados. Surge de ahí una cho menos agudos que en Occiden-
elementos de este conjunto artículos constante vinculación —inclusive en te— la cuestión de la originalidad
especiales (véase FILOSOFÍA CHINA, los sistemas que se consideran hete- del pensamiento.
FILOSOFÍA INDIA). Nos limitaremos rodoxos con respecto a una tradición El segundo problema que aquí tra-
ahora, pues, a considerar brevemente religiosa central— de la filosofía con taremos es el problema —fácilmente
dos de los problemas que han sus- el tipo (y con frecuencia con el pro- relacionable con el anterior— de las
citado al respecto mayores contro- pio contenido) del pensamiento re- diferencias o concordancias entre la
versias. ligioso, ya sea de una religión supra- filosofía oriental y la filosofía occi-
El primer problema se refiere a lo personal o bien de una declarada- dental (la que hemos caracterizado
que algunas veces se llaman "carac- mente "social". Este pensamiento re- brevemente en los artículos FILOSOFÍA
terísticas de la filosofía oriental". Aun ligioso se halla, por lo demás, muy GRIEGA, FILOSOFÍA HELENÍSTICO-RO-
reduciendo en el sentido apuntado íntimamente ligado con la reflexión MANA, FILOSOFÍA MEDIEVAL, RENACI-
el ámbito y las formas de ésta, es un acerca de cuál es el Bien supremo (o MIENTO , FILOSOFÍA MODERNA, FILO-
problema difícil. Tan pronto como los bienes supremos) y de cuáles son SOFÍA CONTEMPORÁNEA, así como, en
se sugieren algunas características que los métodos —o, mejor, las "vías"— gran parte, en los artículos FILOSOFÍA
parecen innegables, puede mostrarse que tiene que seguir el hombre para ÁRABE y FILOSOFÍA JUDÍA). Varias
o que no son exclusivas o que tienen alcanzarlo (o alcanzarlos). No olvi- opiniones se han manifestado al res-
que ser corregidas por otras de signo damos que hay a este respecto dife- pecto; enunciaremos las que consi-
opuesto o contrario. Ahora bien, la rencias importantes entre la filosofía deramos más iluminadoras.
dificultad del problema, aunque real, india y la china. Mientras ésta ofrece Las distribuiremos, por lo pronto,
no debe ser exagerada: es el mismo una frecuente tendencia práctico-ética en cuatro grupos: (1) No hay rela-
problema que se plantea en todas las y práctico-social, aquélla tiene un ción —cuando menos relación apre-
ocasiones en que se quiere hablar carácter más especulativo y, al ciable— entre la filosofía oriental y
700
FIL FIL FIL
la occidental. (2) No hay diferencias realizado por filósofos orientales. La tal; es más plausible hablar de filoso-
—cuando menos diferencias funda- comunidad de supuestos referida en fías orientales y filosofías occidentales.
mentales— entre las dos filosofías. (2a) puede ser (I) comunidad en una Además, lo que puede ser adecuado
(3) Hay diferencias entre ellas, pero especie de Gran Tradición que se en las comparaciones cuando se toma
sólo a partir de un núcleo común a halla en el subconsciente, en el In- como ejemplo la India, puede no serlo
causa de las distintas orientaciones consciente colectivo, etc., etc., y que cuando se toma como ejemplo China
seguidas en el curso de sus respec- constituye un subsuelo de mitos so- (o el Japón). Sin embargo, pueden
tivas historias. (4) Hay diferencias bre los cuales se edifica el trabajo, destacarse ciertos motivos muy
entre ellas, pero sólo en tanto que se siempre subordinado, de la razón, o generales; por ejemplo, mientras en
destacan ciertos motivos que operan, (II) comunidad en la razón, idéntica el Oriente abundan los conceptos in-
según los casos, más en una que en en todos los hombres y, por lo tanto, tuitivos en Occidente abundan los
otra. susceptible de proporcionar los mis- conceptos postulativos (Northrop);
Proporcionaremos ahora algunos mos resultados. El trabajo filosófico mientras en Oriente hay inclinación
detalles complementarios sobre cada referido en (2b) es el que se revela hacia lo afectivo, la salvación, la fu-
una de las opiniones citadas. cuando se examinan en detalle las sión en una unidad trascendente, en
(1) La presunta falta de relación doctrinas filosóficas orientales y se Occidente hay inclinación hacia lo in-
entre las dos filosofías puede ser de ve (como afirma Surendranath Das- telectual, la razón, la comprensión, la
bida a dos motivos, y dar por resulta gupta) que muchas de las teorías de individualización; mientras en Oriente
do dos distintos —y opuestos— jui la filosofía europea "son las mismas predomina la interioridad transfor-
cios de valor, (a) El pensamiento que se encuentran en la filosofía madora del yo, en Occidente predo-
oriental tiene como bases principales india", o se descubre (como mantie- mina la acción transformadora del
la tradición religiosa, la concepción ne Chan Wing-tsit) que la tantas mundo exterior. Pero cualesquiera di-
del mundo, los problemas de com veces alegada confusión oriental entre ferencias deben tener en cuenta tan-
portamiento social, etc., etc., pero no filosofía y religión no es desconocida tas excepciones que hay que tomar
la pura razón teórica surgida en Gre del Occidente, de modo que, mien- las primeras siempre con gran cautela.
cia y crecientemente universalizable tras no se extremen o exageren las Por ejemplo, ciertas características que
y unlversalizada hasta el punto de diferencias, habrá posibilidad de tra- se suponen muy propias del pen-
que sus ideales y métodos, debida ducir muchos pensamientos formula- samiento oriental (como el misticis-
mente transformados, han influido dos en China al vocabulario occiden- mo), son también importantes en el
luego sobre los pensadores orientales. tal y viceversa. occidental; hay mucha insistencia en
Husserl —defensor, entre otros, de es (3) Oriente y Occidente no son ni la interioridad en Occidente y no poco
ta tesis (op. cit. infra)— indica que la iguales ni distintos. (3a) Son, según interés por lo práctico en Oriente (sin
irrupción de la filosofía como ciencia sostiene P. Masson-Oursel, como dos duda, en China); ha habido intensa
universal y principio de todas las cien chorros procedentes de un hontanar relación entre la especulación filosó-
cias particulares es el "proto-fenóme- único, asentado sobre los pueblos fica y las creencias religiosas en Oriente
no" espiritual característico de Euro "asiáticos", contra los cuales chocaron (hinduismo, budismo, confucionis-mo),
pa (a partir de Grecia). Sólo en por igual las invasiones indo-euro pero ha sido muy grande la influencia
Europa (en Occidente) se halla, se peas y las semíticas. La máxima di de la religión sobre la filosofía en
gún Husserl, un desarrollo suficiente ferenciación entre Oriente y Occiden Occidente.
de la idea de la ciencia como una te se ha producido en la época mo Cuando se subrayan motivos ta-
infinidad de tareas, (b) El pensa derna a partir de Galileo y Descar les como la concepción del mundo,
miento occidental tiende —salvo en tes, pero el futuro puede reducirla. la transformación conceptual de ex-
algunos representantes— no tanto a De momento, sin embargo, es típico periencias religiosas y místicas, etc.,
lo universal como a lo superficial; se del occidental encaminarse hacia el las diferencias entre las dos filosofías
disuelve o en la pura razón racioci conocimiento por el conocimiento, y aumentan hasta parecer irreductibles.
nante o en un puro empirismo cir del oriental dirigirse hacia un tipo de Cuando los motivos considerados son
cunscrito a lo más inmediato; tiende "conocimiento" que designa "un me de índole más "técnica" —métodos,
al método y al perfeccionamiento de dio en el cual el hombre se ha ser formas de pensar, problemas de co-
las técnicas, con olvido creciente de vido del espíritu para algo muy dis nocimiento, etc.— las diferencias dis-
los motivos cósmicos y, sobre todo, tinto que para conocer". (3b) Hay minuyen hasta hacerse impercepti-
de la tradición. El pensamiento orien un punto de partida común, pero el bles. Ahora bien, en la medida en
tal en cambio, se encamina hacia los sentido de las culturas respectivas ha que la propia filosofía oriental subra-
últimos. De ahí su superioridad (Scho cambiado en el curso del tiempo. ya los primeros motivos aducidos,
penhauer, Deussen, R. Guénon) y Ello se advierte (como ha indicado puede decirse que subsisten dife-
hasta la posibilidad de que sólo él Zubiri) en el aparentemente ligero rencias —bien que más culturales y
merezca verdaderamente ser califi desvío entre el sentido del "es" como espirituales que propiamente filosó-
cado de filosofía. simple cópula en la primitiva litera ficas— entre los dos orbes filosóficos.
(2) Las diferencias existen (2a) tura hindú y el sentido del "es" grie Sólo cuando la filosofía oriental se
sólo cuando no se presta la debida go como fundamento de la ontología coloca en el mismo terreno que la
atención a la comunidad de supuestos presocrática. de Occidente, pueden encontrarse
o (2b) sólo cuando no se tiene en (4) Es difícil hablar de una filo grandes analogías entre las dos. En
cuenta el efectivo trabajo filosófico sofía oriental y una filosofía occiden- último término, la solución a la cues-
701
FIL FIL
tión de las concordancias y diferen- — Para el pensamiento budista en el
cias entre filosofía occidental y filo- Japón, véase la bibliografía del ar-
sofía oriental depende de la direc- tículo BUDISMO.
ción que siga la investigación. FILOSOFÍA PRIMERA. Véase ME-
Es difícil decidirse por una sola TAFÍSICA, ONTOLOGÍA, PROTOFILOSO-
de las opiniones mencionadas; todas FÍA.
tienen en su haber argumentos y FILOSOFÍA RENACENTISTA.
hechos convincentes. Personalmente, Véase RENACIMIENTO.
nos inclinamos a considerar muy jus- FILOSOFÍA SIRIA. Véase FILOSO-
ta la opinión (3b) en lo que toca a FÍA ÁRABE , PLATONISMO.
la relación entre filosofía india clá- FILOSOFÍA SOVIÉTICA. La filo-
sica y filosofía griega presocrática, y sofía soviética es en parte un desarro-
extremadamente plausible la opinión llo del marxismo (VÉASE), pero con-
(4), formulada justamente como opi- viene distinguir entre la primera y el
nión propia. segundo, porque hay ciertos aspectos
importantes en el pensamiento de
Marx —y hasta en el pensamiento de
Marx y Engels— que no están in-
cluidos en la filosofía soviética, y a la
vez ésta presenta aspectos que no
aparecen en Marx. Por este motivo
dedicamos un artículo especial a la
filosofía soviética en vez de presen-
tarla, como en anteriores ediciones, a
continuación de nuestro sumario del
marxismo. Según J. M. Bochenski
("On Soviet Studies", Studies in So-
viet Thought, 1961, págs. 5 y sigs.),
puede distinguirse entre la marxología
—estudio del pensamiento de Marx,
y también del de Marx y Engels—, la
leninología —estudio del pensamiento
de Lenín— y la sovietología — o estu-
dio de la filosofía soviética propiamente
dicha. Seguimos estas sugestiones,
pero rogando al lector que considere
a la vez la filosofía soviética como
fundada en gran parte en el marxismo
y el leninismo. Acerca de Lenín nos
hemos extendido en el artículo dedi-
cado al mismo y al final del artículo
Marxismo. Nos confinaremos aquí,
pues, a la presentación de los momen-
tos fundamentales en la historia de la
filosofía soviética y daremos por su-
puesto el conocimiento de los elemen-
tos ideológicos más importantes de la
misma: el materialismo dialéctico, el
materialismo histórico, el realismo
epistemológico, etc. Daremos asimis-
mo por supuesto el conocimiento de
varios elementos filosóficos básicos, ta-
les como el realismo epistemológico, el
cientificismo, la doctrina de las tres le-
yes dialécticas, la doctrina de la dicta-
dura del proletariado, la doctrina ( por
lo demás, discutida) de la eventual
desaparición del Estado cuando se
haya formado la sociedad sin clases,
etc. Agreguemos que en nuestra pre-
sentación nos extenderemos principal-
mente sobre los desarrollos filosóficos
FIL FIL FIL
en la Unión Soviética. Algunos auto- refiere a su teología y no necesaria- presentados por Abram Moiseévitch
res incluyen dentro del epígrafe "fi- mente a su filosofía, en la cual pueden Deborin (VÉASE ) y los redactores de
losofía soviética" la "filosofía marxista admitirse en principio método y con- la revista Pod znaménem marksizma
china" y los desarrollos filosóficos tenidos muy varios. (Bajo la bandera del marxismo), fun-
marxistas en países tales como Polo- A consecuencia de la importancia dada en 1922 —N. A. Karév, V. F.
nia, Checoslovaquia, Hungría, etc. de los "textos" la filosofía soviética Asmus, I. K. Luppol, M. L. Lévin,
Hay, desde luego, muchas coinciden- tiende con frecuencia a manifestarse Y. Stern—, subrayaron tanto el com-
cias, pero el cuadro resultante, si se en la forma "escolástica" que ha des- ponente dialéctico y tan poco el mate-
incluyeran todas estas manifestaciones crito Blakeley. Discusiones de índole rialista que fueron denunciados (en
del "pensamiento soviético" contem- "escolástica" tienen lugar sobre todo 1931) como "idealistas" y "hegelia-
poráneo, resultaría demasiado comple- en ciertos puntos tales como la rela- nos". Así quedó fijada la "línea gene-
jo. Por lo demás, puede ya distinguir- ción entre la doctrina materialista y el ral", produciéndose una "fijación" del
se hoy entre "la filosofía soviética" método dialéctico; entre el materia- pensamiento filosófico.
estricta y "la filosofía marxista china". lismo dialéctico en general y el mate- Esta fijación perduró desde 1931
Nos hemos referido a este punto al fi- rialismo histórico; y entre una teoría hasta 1937; el segundo período de la
nal del artículo FILOSOFÍA CHINA. del conocimiento rigurosamente "foto- filosofía soviética se caracteriza por su
Una característica muy acusada de gráfica" y otra que contiene algunos inmovilidad. Los filósofos se ocuparon
la filosofía soviética es el esfuerzo por elementos "constructivistas"; entre la sobre todo de evitar que fueran acu-
mantener lo que se ha llamado "la lógica dialéctica y la lógica formal; sados de "desviaciones", consagrándo-
línea general". Ello hace que se haya entre una teoría según la cual hay se a estudios de detalle y a muy mi-
luchado contra las discrepancias consi- una relación inmediata y directa de nuciosas aclaraciones de los "textos".
derándolas como "desviaciones" — ge- la estructura a las superestructuras y Durante todo el citado período pre-
neralmente "hacia la derecha" o "ha- teorías según las cuales tal relación dominaron casi absolutamente las di-
cia la izquierda". Las "desviaciones es menos directa y más "libre", etc., rectivas dadas en el decreto del Co-
hacia la derecha" son usualmente con- etc. mité Central del Partido Comunista
sideradas como "revisionismos" o "re- En lo que toca a los períodos en (bolchevique) de la U.R.S.S. el 25 de
formismos", al modo como ya Lenín que puede dividirse la filosofía sovié- enero de 1931, en el cual se estable-
criticó las doctrinas de Plejanov. Las tica, presentaremos los cuatro siguien- ció que el marxismo-leninismo era el
"desviaciones hacia la izquierda" son tes: 1917-1931; 1931-1947; 1947-1953 marxismo-leninismo-stalinismo y que
usualmente consideradas como "radi- y 1953 hasta la fecha. "todo avance en la teoría marxista-
calismos" o "enfermedades infantiles El acontecimiento principal del pri- leninista", incluyendo cualquier avan-
del comunismo" según también Lenín mer período fue el debate entre meca- ve en la doctrina filosófica marxista,
argüyó contra algunos de sus adversa- nicistas e idealistas. Después de algu- se hallaba asociado necesariamente
rios políticos. La "línea general" es, nos años de discusión considerable- con el nombre de Stalin, sus escritos y
pues, un "centro", pero no necesaria- mente libre dentro del materialismo sus realizaciones. Dentro de la gene-
mente el resultado de una composi- dialéctico, y en el curso de las cuales ral inmovilidad característica del ci-
ción ecléctica o de un compromiso. parecían insertarse en el marxismo so- tado período pueden distinguirse, sin
Esta "línea general" cambia. No po- viético muy diversos elementos —al- embargo, dos fases: 1931-1936 y 1936-
cos de los cambios se deben a lo que gunos de ellos, y no de los menos im- 1947. La primera fase revela una cierta
los filósofos no soviéticos (o, en ge- portantes, procedentes de la tradición actividad filosófica, con numerosos
neral, no marxistas) llamarían "cir- intelectual rusa y de las discusiones trabajos, entre ellos el de P. Dosév
cunstancias políticas", pero que los fi- filosóficas habidas en Rusia en el si- sobre la epistemología del materia-
lósofos soviéticos estiman como resul- glo XIX y comienzos del siglo lismo dialéctico y los de M. B. Mitin
tado de la estrecha unión de la teoría XX—, se tendió a buscar la citada sobre materialismo dialéctico e his-
con la práctica (o praxis). "línea general" por medio de un tórico. La segunda fase (inaugurada
Otra característica de la filosofía doble rechazo de dos "desviaciones": la con la nueva Constitución staliniana
soviética es la importancia que tienen "me-canicista" y la "idealista". Los de noviembre de 1936) manifiesta
en la discusión filosófica los "textos mecani-cistas, representados, entre una notoria baja en la producción fi-
fundamentales", especialmente de otros, por Ivan Ivanovitch Skvorkov- losófica, la cual consiste casi entera-
Marx, Engels y Lenín, lo que hace de Stepa-nov (1870-1928), Arkadiy mente en repeticiones.
tal filosofía un pensamiento esencial- Klement Timirázév (1880-1955) y La tercera fase se inició en 1947
mente "dogmático" o, mejor, basado en gran parte por Lúbov Isaákovná con un discurso de A. A. Zdanov (así
en previos dogmas que se aceptan sin Akselrod (VÉASE), subrayaron tanto el citado comunmente en español; en
discusión. Gustav Wetter ha podido componente materialista y tan poco nuestra transcripción: Xdanov) resu-
decir que hay una semejanza entre la el componente dialéctico en el miendo y acentuando las críticas
filosofía soviética y el pensamiento ca- marxismo, que se "desviaron" hacia un dirigidas contra el tomo de G. F.
tólico, aun cuando debe subrayarse "cientificismo positivista" negador del Aleksandrov consagrado a la filosofía
que esta semejanza se desvanece no esencial "movilismo" de la realidad en europea ( Istoriá zapadnoevropéskoi
solamente cuando nos referimos al beneficio del "pasivismo" de la mate- filosofii: Historia de la filosofía occi-
contenido, sino también cuando tene- ria — la cual era entendida "mecanís- dental europea, publicada en 1946 y
mos en cuenta que el carácter dog- ticamente". Los idealistas (llama- recompensada con el "premio Stalin").
mático del pensamiento católico se dos "idealistas menchevizantes" ), re- Zdanov y otros consideraron esta "His-
703
FIL FIL FIL
toria" como demasiado "cosmopolita", escuela e insistió en el "tremendo pa- do sobrevino el acontecimiento que
"neutralista", y "objetivista", es de- pel que desempeña la superestructura inauguró la hasta ahora última fase de
cir, apartada de las necesidades com- en la destrucción del viejo sistema y la filosofía soviética: el fallecimiento
bativas que obligan a "desenmascarar" en el fortalecimiento y desarrollo del de Stalin (1953). El llamado "pro-
la filosofía occidental como "burgue- sistema nuevo (véase The Current ceso de desestalinización", acentuado
sa" y "reaccionaria". En este discurso Digest of the Soviet Press, 14-X-1950, especialmente a partir del XX Con-
(véase trad. esp. en Arbor, N° 30 Vol. Π, Ν° 35). La estructura básica greso del Partido Comunista (bolche-
[1948], 269-92) se ataca no sólo la económica no es abandonada, pero se vique) en febrero de 1956 y entera-
obra de Aleksandrov, sino muchas de insiste en "la influencia activa de la mente cumplido, ha dado lugar a muy
las producciones de los miembros del superestructura sobre la base" ( ibid., numerosos cambios. Hay todavía algo
Instituto filosófico de la Academia de II, 37) con el fin de afirmar el po- así como una "línea general", pero ésta
Ciencias. Zdanov alega que estos fi- der de la ideología revolucionaria. La es incomparablemente más "fluida"
lósofos han renunciado al "espíritu de superestructura debe poseer un carác- que antes. Ante todo, la desestalini-
partido" en favor de un falso "eclec- ter "clasista", pero ello quiere decir zación se ha manifestado filosófica-
ticismo objetivista". El "frente filosó- simplemente que debe estar al servi- mente por una "vuelta al leninismo",
fico", señala Zdanov, no se parece en cio de las "necesidades" de la base, de modo que la línea filosófica "mar-
nada a lo que debe ser: un campo de no que sea un mero reflejo. El len- xismo-leninismo-stalinismo" ha vuelto
batalla en el combate por el comunis- guaje no es creado, según Stalin, por a ser la línea "marxismo-leninismo".
mo. Es necesario que el "colectivo" una clase, sino por la sociedad entera. Se ha producido una cierta "libera,
de los filósofos remueva las aguas es- Motivos nacionalistas rusos y pan-ru- lización" en el ambiente filosófico, pa-
tancadas y se decida a trabajar inten- sos se aliaban en estas manifestaciones ralela a la "liberalización" en el frente
samente, por medio de la "autocrítica" de Stalin con el sentido común y con político. Es posible que ciertos trabajos
y la "denuncia" de los errores occi- ideas de Engels sobre la relación nada originales, publicados en la fase
dentales (entre ellos: la ciencia bur- unívoca y directa entre estructura y anterior, pero inmediatamente denun-
guesa, el fideísmo, el existencialismo, superestructura. Tales manifestaciones ciados (como el trabajo de A. M.
el idealismo "pseudocientífico", el for- estaban, además, de acuerdo con la Markov "Sobre la naturaleza del co-
malismo positivista, etc., etc.). Con persistente lucha de los filósofos so- nocimiento físico", de 1947, en el que
ello se agitó el "frente filosófico". viéticos contra el positivismo, el idea- se manifiesta que nuestro conocimiento
Cierto que, como ha indicado Bo- lismo y el formalismo "característicos" de la realidad microfísica está "de-
chenski, las nuevas directivas no re- de la sociedad occidental. Entre los terminado" por nuestra lectura de las
presentaron ningún cambio esencial incidentes de esta lucha destaca la de- indicaciones de instrumentos en el ni-
en la estructura de las tesis de la fi- nuncia de la Lógica de Asmus, consi- vel macrofísico y, por lo tanto, en al-
losofía soviética tal como habían sido derada como "formalista" no obstante guna medida "condicionado" por tal
expuestas en Kraikiy filosofskiy slo- ser una lógica de tipo "clásico" sin lectura), vuelvan a suscitar el interés
var' (trad, esp.: Pequeño Diccionario apenas referencia a los trabajos de ló- y produzcan nuevos desarrollos, por
filosófico, varias ediciones), de P. F. gica matemática. El lector puede re- lo pronto epistemológicos. Por otro la-
Yudin y M. M. Rozental (hay trad, ferirse sobre esta cuestión a la reseña do, la citada "liberalización" no sigue
esp.). Pero la producción filosófica de G. L. Kline en The Journal of un curso general. En 1956, G. L.
aumentó notablemente; se fundó (en Symbolic Logic (XIV, 243-44) de Kline escribía ("Recent Soviet Philo-
1949) la revista Voprosi filosofii (to- dos obras de L. P. Gokiéli, publica- sophy", The Annals of the American
davía en curso de publicación) y se das en 1947, una sobre el problema Academy of Political and Social Scien-
debatieron más intensamente diversos de la axiomatización de la lógica y ce [1956], 126-38) que si bien se ha
temas. El acontecimiento más impor- otra sobre los manuscritos matemáti- producido un efectivo proceso de "li-
tante después del discurso de Zdanov cos de Marx y los problemas de la beralización" en ciertos estudios, es-
hasta el fallecimiento de Stalin, en fundamentación de la matemática. De pecialmente en la historia de la filo-
1953, fue el artículo del propio Stalin la citada reseña y otras publicaciones sofía (donde se ha manifestado cre-
a propósito de la doctrina lingüística (Cfr. varias comunicaciones de autores ciente interés por la filosofía occiden-
de Nikolai Y. Marr (1864-1934). Marr, soviéticos al X Congreso Internacional tal y por el pensamiento filosófico
que se convirtió al marxismo después de Filosofía, de Amsterdam) se coli- ruso pre-marxista ), en cambio se man-
de la revolución, manifestó que el ge que el intento de eliminar la "ló- tiene todavía gran rigidez en otros
lenguaje es una "ideología" y, por lo gica objetiva" o "material" está con- campos (en filosofía general, en filo-
tanto, pertenece a la "superestructu- denada al fracaso. La prueba de Gö- sofía de la lógica, etc.). Pero desde
ra". Los cambios lingüísticos reflejan del es considerada como testimonio 1956 ha habido cambios diversos y en
el proceso dialéctico, de tal suerte de la impotencia del formalismo (ello ritmo alternante: a un período de ma-
que cuando advenga la sociedad sin no significa que los científicos rusos yor "libertad" ha sucedido otro de
clases se formará un lenguaje unitario dejaran de cultivar la lógica matemá- mayor "constricción", seguido por otro
distinto del lenguaje articulado y que tica, pero este cultivo tenía lugar en de mayor "libertad", etc. En general,
no dependerá de la expresión foné- las Facultades de Ciencias Exactas y la filosofía soviética sigue manteniendo
tica. En una serie de cartas, iniciadas no en las Facultades o Institutos de una "línea" más estricta que la fi-
con una titulada "Sobre el marxismo Filosofía). losofía de varios de los países de la
en lingüística" (20 de junio de 1950), Parecía que se iba a fijar una más Europa del Este (Polonia, Checos-
Stalin atacó la doctrina de Marr y su firme y estricta "línea general" cuan- lovaquia), donde se intenta renovar el
704
FIL FIN
marxismo, por así decirlo, "desde den- Philol. Supp., X (1907), 469-557. —
tro", paralelamente a los intentos de Eduard Mayer, "Apollonius von Tya-
renovación que tienen lugar en otros na und Philostratos", Hermes, LII
países no sovietizados. Pero es posi- (1917), 371-424. — Ella Birmelin,
ble que las discusiones filosóficas que Die kunsttheoretische Gedichte in
Philostratos Apollonius von Tyana,
tienen lugar en la Europa del Este in- 1932 (Dis.). — Véase también bi-
fluyan sobre el pensamiento filosófico bliografía de APOLONIO DE TIANA.
soviético. En todo caso, ha habido FIN, FINALIDAD. El vocablo 'fin'
en los últimos años varios debates de traduce los términos griego τέλος y la-
gran resonancia sobre el método, so- tino finis. Según Richard Broxton
bre el principio de contradicción Onians (The Origins of European
(VÉASE), sobre la naturaleza de la dia- Thought About the Body, the Mind,
léctica (v. ), sobre el carácter de las the Soul, the World, Time, and Fate
tres "leyes básicas", sobre la impor- [1951], Parte III, Cap. XII y Addenda
tancia y función de la lógica mate- XII), estos dos últimos términos tie-
mática, etc., etc. Es todavía muy nen múltiples significaciones, pero to-
pronto para forjar un cuadro de con- das ellas parecen centrarse en la idea
junto y para decir si puede hablarse de fijación y sujeción. Τέλος parece
de un nuevo período en la filosofía haber significado originariamente "cin-
soviética. ta", "venda", "vendaje", "ligadura".
Ciertos autores derivan finis de figo
(— "fijar", "grabar", "sujetar"). Onians
sugiere que finis era originariamente
idéntico a funis ( = "cuerda" ). De
ello proceden, tanto para τέλoς como
para finis los significados de "fronte-
ra", "límite", "término", "cesación",
y, de ello, "finalidad", "cumplimien-
to". También para τέλος, "resultado",
"salida" (en latín: eventus}. Cicerón
vierte τέλος por extremum (término
extremo o final), ultimum (objeto úl-
timo, u objetivo) y summum (térmi-
no supremo). (De fin., III, 26.) Po-
dría decirse asimismo que el "fin" es
el término en cuanto delimitación y,
en cierto modo, horizonte, o)roj, de al-
go. El fin es, pues, lo que termina algo
y a la vez aquello a que se dirige un
proceso hasta quedar "acabado" o
FILOSTRATO (FLAVIO) (ca. "terminado".
170-ca. 249), nac. en Lemno, enseñó Precisemos: 'fin' puede significar
en Atenas, y se trasladó a Roma pro- "terminación", "límite" o "acabamien-
bablemente a comienzos del imperio to" de una cosa o de un proceso.
de Caracalla. Se le llama "el atenien- Puede entenderse (a) en sentido pri-
se" para distinguirlo de otros tres es- mariamente, o exclusivamente, tempo-
critores del mismo nombre también ral, como el momento final; (b) en
nacidos en Lemno. Es conocido sobre sentido primariamente, o exclusiva-
todo por su biografía novelada de mente, espacial, como el límite; en la
Apolonio (v.) de Tiana, dedicada a definición (VÉASE) —de-finitio— o
la emperatriz Julia Domna. En esta determinación (VÉASE) —de-termina-
obra presentó a Apolonio como un tio—; (d) en sentido de "intención",
taumaturgo divino. Con ello contri- o "cumplimiento de intención", como
buyó Filostrato a la difusión de las propósito, objetivo, blanco, finalidad.
doctrinas neopitagóricas y a la inter- Desde Aristóteles se ha entendido con
pretación místico-teúrgica del pita- frecuencia la noción de fin (y la de
gorismo. Se deben asimismo a Fi- finalidad) en relación con la idea de
lostrato dos libros de Vidas de los so- causa ( VÉASE ) (Phys., II, 3, 194 b
fistas. y 32 y sigs.). El fin es "causa final",
Opera, ed. C. L. Kayser, 2 vols.,
1944, 3a ed., 1870, 1871. — Véase J. o "aquello por lo cual (o en vista de
Fertig, De Philostratis sophistis, 1894. lo cual)" algo se hace. Así, la
— K. Münscher, "De Philostrate",
705
FIN FIN FIN
salud es fin (o causa final) del pa- absoluto; el fin natural y el fin sobre- halla ya enteramente dada: o por el
sear, pues se pasea con el fin de con- natural. No explicaremos en qué con- pasado (mecanicismo) o por el futuro
seguir, o mantener, la salud. A veces siste cada una de estas nociones, por- (finalismo). "La doctrina de la finalidad
es difícil distinguir entre el fin como que se basan en gran parte en un —escribe Bergson en el Cap. I de
causa final y la causa eficiente. A ve- análisis de la noción de fin mediante L'Évolution créatrice— ... implica
ces, en cambio, como sucede con las el sentido común, de modo que el lec- que las cosas y los seres no hacen
acciones humanas, el fin como causa tor colegirá sin dificultad sus respecti- sino realizar un programa una vez
final es primer principio del obrar vos significados. En algunas ocasiones, trazado. . . Como en la hipótesis
(Eth. Nic., VII, 8, 1151 a 16). Con- la distinción es de índole más técnica mecanística, se supone aquí tam-
viene distinguir entre el ser para el y a la vez más fundamental. Así ocu- bién que todo está dado. El finalismo
cual algo es un fin y el fin mismo. rre con la distinción entre el fin ob- así entendido no es sino un mecani-
Según Aristóteles, en el segundo sen- jetivo y el fin formal. El fin objetivo, cismo al revés. Se inspira en el mismo
tido el fin puede existir en los seres llamado también finis qui, es la cosa postulado que él, con la sola
inmóviles, pero no en el primer sen- misma querida (lo que en nuestro diferencia de que. . . coloca delante
tido. La distinción entre la causa fi- vocabulario hemos llamado la fina- de nosotros la luz con la cual pre-
nal y el fin mismo se expresa con lidad). El fin formal, llamado tam- tende guiarnos, en vez de colocarla
frecuencia en el lenguaje ordinario bién finis quo, es la consecución o detrás. Sustituye la impulsión del pa-
mediante la distinción entre el fin y posesión del fin objetivo (lo que sado por la atracción del porvenir."
la finalidad. hemos llamado simplemente fin). Co- Su única ventaja con respecto al me-
Aristóteles trata del problema del mo se advertirá, esta distinción co- canicismo es que no es una doctrina
fin en la Física (como causa final), en rresponde grosso modo a la estable- rígida y, por lo tanto, admite correc-
la Metafísica y en la Ética a cida por Aristóteles. Todas estas es- ciones; por eso no puede refutarse
Nicómaco. Con frecuencia usa los pecies del fin como causa final tienen, definitivamente. En cuanto a N. Hart-
mismos conceptos y análogas defi- por lo demás, una condición común: mann, concibe la finalidad como una
niciones, pero no siempre los sentidos la universalidad. En efecto, la causa categoría del entendimiento (a dife-
que tienen los términos usados son final penetra o, mejor dicho, se entre- rencia de la causalidad, que es una
similares. Por ejemplo, en la Física y cruza con todos los órdenes del ser categoría real de los acontecimientos
en la Metafísica el fin es el término y del acontecer. naturales). La finalidad se contrapone
a que apunta la producción de algo. Algunos autores antiguos hablaron no sólo al nexo causal, sino también a
En la Ética, en cambio, el fin es de bienes "finales". Así, los estoicos la acción recíproca, a la determinación
el término a que apunta la ejecución al llamar telika\ a)gaqa/ las actividades actual y a la determinación por el todo.
de algo — el propósito. La seme- necesarias para el "bienestar", eu)=dai/mwn Este es el motivo por el cual el pensar
janza y desemejanza a la vez del (Cfr. art. de O. Rieth cit. infra). teleológico o pensar según los fines es
concepto de fin en metafísica y en Hemos estudiado también el pro- un modo de pensar último — una
ética reaparece en los escolásticos, blema del fin y de la finalidad en concepción del mundo y hasta una
pero hay en éstos siempre la ten- el artículo Teleología ( VÉASE ). Allí perifilosofía (v.). El finalismo supone,
dencia a entender el concepto de fin nos hemos referido a la existencia de en efecto, que en la causa reside un fin
a base del examen de la idea de fin sistemas filosóficos basados en la fi- (como hacía claramente Lotze). N.
in genere tal como es realizada en nalidad. Como ejemplos de ellos po- Hartmann percibe asimismo el
la llamada doctrina de las causas. dernos mencionar el de Leibniz y, entrecruzamiento de la noción de fin
Así, en Santo Tomás: "El fin no es en menor medida, el de Lotze. Las en diversas esferas cuando distingue
a causa de otras cosas, sino otras cosas discusiones sobre el concepto de fin entre varias nociones de finalidad,
a causa del fin" (In lib. II Met., lect. han sido especialmente vivas en al- principalmente las dos mencionadas
4, 316). El fin es lo que explica por gunas direcciones de la filosofía con- antes y que parecen seguir siendo las
qué (o, mejor, para qué) opera la temporánea, especialmente en aque- fundamentales: la finalidad como
causa eficiente. Como escribió mu- llas que se han ocupado del proble- causa final (objeto de la ontología) y
cho después Wolff (Ontologia, § 932), ma de la naturaleza de los seres vivos. la finalidad como propósito de un
"aquello por lo cual actúa la causa Así ha ocurrido, entre otros, con agente (tema de la ética). En efecto, N.
eficiente se llama fin, y también cau- Driesch, Bergson y Nicolai Hartmann. Hartmann distingue varios actos en el
sa final". El fin es propiamente la Driesch defiende la idea de finalidad, nexo final: (1) la posibilidad del fin en
causa de la acción de la causa eficiente pero con matices que indicamos en la conciencia; (2) la selección del fin
(op. cit., 5 933). el artículo sobre este filósofo, así co- por medio de la conciencia; (3) la
Los escolásticos han distinguido en- mo en los artículos sobre la causa realización por la serie de los
tre varias clases de "fin". Por lo pron- y la entelequia (VÉANSE). Puede ha- medios fuera de la conciencia. ( 1 ) es
to, se distingue entre el fin de la ope- blarse en su caso de una tendencia al pri-mordialmente un concepto
ración (finis operis) y el fin del que finalismo holológico, es decir, basado ontológico; (2) y (3) son conceptos
ejecuta la operación (finis operantis). en el predominio de la noción de to- éticos. Una reciente manifestación del
Luego se distinguen: el fin inteligente talidad. Bergson, en cambio, rechaza finalismo es el sistema neo-finalista
y el fin ciego; el fin interno y el fin tanto el finalismo como el mecanicis- presentado por Raymond Ruyer
externo; el fin inmanente y el fin mo, pues ambos son, a su entender, (VÉASE). Según este filósofo, toda
trascendente; el fin principal y el manifestaciones de una concepción substancia y todo acto pueden ser
fin secundario; el fin relativo y el fin de la realidad según la cual ésta se considerados
706
FIN
como "libres". En vez del monismo
determinista y del dualismo determi-
nismo-libertad, Ruyer defiende un
monismo indeterminista y finalista.
Tal indeterminismo-finalismo rige,
pues, según dicho autor, no sólo en
la conciencia y en la vida orgáni-
ca, sino también en la realidad inor-
gánica. La activitas prima rige to-
dos los entes, si bien en una jerar-
quía que va de una actividad (y pro-
pósitos) disminuidos hasta una ac-
tividad (y propósitos) plenos: acti-
vidad intraatómica, actividad orgánica
(instintiva), y actividad consciente
(valorativa). El hombre es un com-
puesto de los tres citados modos de
actividad.

FINITO. Véase INFINITO.


FINK (EUGEN), nac. (1905) en
Constanza, estudió con Husserl, de
quien fue ayudante (1930-1937). Des-
de 1948 es profesor en la Universi- FIORENTINO (FRANCESCO)
dad de Friburgo í.B. Seguidor pri- (1834-1894), nac. en Sambiase (Ca-
mero de Husserl, quien lo consideró tanzaro), enseñó en la Universidad de
su discípulo más cercano, amplió y Bolonia y fue profesor en las Univer-
radicalizó el idealismo fenomenológi- sidades de Ñapóles (1871-1877) y
co, pero desde 1945 y especialmente Pisa (desde 1877). Seguidor primero
desde 1950 Fink rechazó la preten- de Galluppi y luego de Gioberti, Fio-
sión husserliana de deshacerse de to- rentino fue atraído más tarde por Spa-
do supuesto, acercándose considerable- venta, a través del cual se orientó
mente a Heidegger, y tratando en sen- hacia el hegelianismo ( VÉASE) del si-
tido heideggeriano los problemas del glo XIX. Sin embargo, después de apJi-
espacio, del tiempo y del movimien- car ideas hegelianas al problema de la
to. Para Fink, sin embargo, lo que relación entre la religión y la filosofía
constituye el ser es el mundo; el ser —con la idea de que la primera se
se manifiesta como un movimiento subordina a la segunda— Florentino
cósmico en cuya revelación y "aper- se interesó grandemente por el posi-
tura" participa decisivamente el hom- tivismo. Se discute al efecto si en su
bre. Fink ha tratado asimismo del con- fase final Florentino fue realmente
cepto de fenómeno en su relación con positivista o todavía idealista, pero,
el ser, la verdad y el mundo. Las cues- según parece, el propio Florentino es-
tiones filosóficas son para Fink "cues- timaba ambas direcciones como insu-
tiones previas" o "pre-cuestiones" ficientes a menos que de algún modo
(Vor-Fragen) para dilucidar las cua- se complementasen. Ello lo llevó a
les es menester admitir una especie de reformular varios problemas filosófi-
"experiencia ontológica" irreductible a cos en un sentido próximo al neokan-
cualesquiera otras formas de experien- tismo de sesgo positivista.
cia. Florentino se distinguió sobre todo
Obras principales: "Vergegenwärti- por sus estudios de historia de la filo-
gung und Bild. Beiträge zur Phäno-
707
FIS
sas segundas operan en la Naturale-
za. Como la Naturaleza es un género
determinado del ser, la física, fi/sikh\
a)kro\asij "es una especie de filosofía,
pero no es la filosofía primera [me-
tafísica]". El estudio físico de la
Naturaleza es primariamente el estu-
dio de ciertos conceptos fundamen-
tales (espacio, tiempo, movimiento,
etc.). Especialmente el movimiento y
sus géneros constituye el tema de la
física aristotélica. El órgano del co-
nocimiento "físico" es el análisis con-
ceptual, pero el conocimiento físico no
consiste solamente en tal análisis. El
análisis determina, por así decirlo, el
"horizonte inteligible" de las cosas fí-
sicas y de las causas segundas. El
análisis en cuestión se aplica a modos
de ser accesibles "intuitivamente". Los
FÍSICA. Nos ocupamos aquí exclu- objetos de que se ocupa la física son
FISCHER (KUNO) (1824-1907), objetos dados a los sentidos, pero la
nac. en Sanderwale (Silesia), estudió sivamente de diversas concepciones de
la física, no del contenido de la físi- física no es mera descripción de ta-
en las Universidades de Leipzig y Ha- les objetos, sino examen e interpreta-
lle. En 1850 se "habilitó" en Heidel- ca, aun cuando este contenido está li-
gado en gran parte a la concepción ción de los mismos y de sus modos
berg para la enseñanza de la filosofía, de ser.
pero en 1853 le fue retirada la venia correspondiente. Trataremos la con-
cepción predominante en la Antigüe- Demócrito, Epicuro y los epicúreos
legendi. Tras fracasar en su intento
dad y las concepciones moderna y consideraban la física como una de
de conseguir, en 1855, una nueva "ha-
contemporánea. Incluimos, pues, en- las tres partes fundamentales de la fi-
bilitación", se trasladó a Jena, donde
tre las concepciones de la física algu- losofía (junto a la teoría del conoci-
profesó por unos años. En 1872 regre-
nas de las habidas antes de que se miento y la ética). La física se ocupa
só a Heidelberg, donde fue profesor
constituyera la física como ciencia en de conceptos tales como los átomos
hasta su muerte. Fischer defendió su
el sentido moderno (que no son perceptibles por los sen-
"caso" en sus escritos Apologie meiner
I. Antigüedad. Varias fueron las tidos). Por medio de estos elementos
Lehre y Das Interdikt meiner Vor-
ideas desarrolladas en este período so- básicos y sus formas puede explicarse
lesungen, ambos publicados en 1854.
bre la "física". Las principales son las la naturaleza diversa de los cuerpos y
Kuno Fischer recibió ante todo la el movimiento. Así, para estos filó-
influencia de Hegel, subrayando al de Platón y los platónicos; la de Aris-
tóteles; la de Demócrito, Epicuro y los sofos el conocimiento de los objetos
principio la importancia de la dialéc- naturales se hace posible por medio
tica para la comprensión de la reali- epicúreos; y la de los estoicos.
Ni Platón ni los platónicos conside- de una hipótesis racional sin la cual
dad. Sin embargo, como algunos otros el movimiento es ininteligible.
hegelianos alemanes de su generación, ran que hay una ciencia que pueda
llamarse "física", pero desarrollan con- Los estoicos consideraban la físi-
se inclinó luego hacia el kantismo,
cepciones físicas, esto es, concepcio- ca asimismo como una de las tres par-
siendo uno de los que contribuyeron,
nes relativas a la estructura de la Na- tes de la filosofía (junto a la lógica
durante el último tercio del pasado si-
turaleza y modos de ser de los objetos y a la ética). La física de los estoi-
glo, a la revalorización del pensamien-
naturales. Estos objetos son, en prin- cos (v. ) es una física continuista y
to de Kant. Kuno Fischer se destacó
cipio, en cuanto entidades individua- se funda en una cierta concepción de
especialmente por su labor como his-
les, objeto de mera "opinión". Pero la realidad de los cuerpos y en una
toriador de la filosofía; su historia de
puede obtenerse un conocimiento cosmología.
la filosofía moderna y sus estudios so-
bre pensadores y escritores de los úl- "científico" de ellos viéndolos desde Común a todos estos filósofos es
timos tres siglos han ejercido gran in- el punto de vista de los modelos inte- considerar la física como una parte
fluencia en Alemania. Fischer se opu- ligibles. Importante en las concepcio- de lo que hoy se llamaría "la onto-
so en algunos puntos a Trendelenburg. nes físicas de Platón y los platónicos logía de la Naturaleza". La física es
Entre los más importantes discípulos es el uso de conceptos matemáticos, "filosofía natural" en un sentido de
de Fischer figura W. Windelband. y especialmente geométricos. Así, por esta expresión distinto del moderno
ejemplo, Platón consideró los cuerpos (véase FILOSOFÍA NATURAL ). No se
Obras principales: Diotima. Die basa en la experimentación, pero no
Idee des Schönen, 1849 (D. La idea elementales como correspondientes a
de lo bello). — System der Logik los poliedros regulares. desdeña la observación. Consiste prin-
und Metaphysik oder Wissenschafts- Para Aristóteles, la física es el es- cipalmente en una serie de hipótesis
lehre, 1852, 3a ed., 1909 (Sistema de tudio de las "causas segundas", a di- destinadas a explicar la naturaleza
la L. y de la Μ. ο doctrina de la cien- ferencia de la metafísica, que se ocupa esencial de los cuerpos, la reunión de
cia). — Geschichte der neueren Phi- de las causas primeras. Estas cau- estos cuerpos en un conjunto (la Na-
losophie, 6 vols., 1852-1877; ed. de
708
FIS FIS FIS
turaleza ) y el movimiento de los cuer- ducción (acaso refinada) de la física sal. Espacio y tiempo son considera-
pos. La explicación dada no se opo- antigua, y especialmente ( y a veces dos como independientes de los fenó-
ne al sentido común. No es que la exclusivamente) aristotélica. Hoy se menos que "contienen" y constituyen
la explicación física y la del sentido tiende a reconocer que hay en los los sistemas de referencia absolutos
común sean iguales (no lo son en los textos de no pocos filósofos medieva- para la localización y determinación
platónicos y menos todavía en los epi- les análisis físicos que se aproximan temporal de tales fenómenos (véanse
cúreos). Pero es posible comprender a los modernos y que en algunos casos ESPACI O, TIEMPO).
por medio del sentido común las hi- los anticipan notablemente. Nos he- 4. La concepción cinético-corpuscu-
pótesis enunciadas. La Naturaleza es mos ocupado de un caso ejemplar en lar de la materia, junto a la idea de
explicada como algo esencialmente el artículo sobre la noción de ímpetu, que los aspectos cualitativos son ré
"representable". Finalmente, todos los al cual remitimos al lector para una ductibles a relaciones cuantitativas.
conceptos físicos utilizados por los fi- idea (por desgracia, insuficiente) del Filosóficamente, ello se expresa me
lósofos antiguos se refieren a todas tránsito del pensamiento físico medie- diante la distinción entre las cualida
las propiedades esenciales de los ob- val al moderno. des primarias (generalmente, mecáni
jetos naturales y de la Naturaleza en Si la física en sentido moderno no cas) y las cualidades secundarias (véa
conjunto. No hay en la física antigua, empieza sólo con Galileo, puede con- se CUALIDAD .
por lo tanto, "limitaciones" del tipo siderarse a éste como el representante 5. La explic

You might also like