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Carlomagno, considera que slo a l le corresponde dirigir los asuntos terrestres y que el papa tiene que quedar relegado a la oracin. Su ideal es esencialmente monrquico, En la tierra, como en el cielo, hay un slo reino. Unos combaten, otros oran. En el siglo IX, se termin dividiendo lo sociedad en tres partes: Los poseedores de la autoridad encargados de conducir el combate espiritual; los poseedores del poder encargados de conducir el combate temporal; por ltimo, todos aquellos que no usan la espada, emblema del poder y que sin embargo, no oran, tienen slo un derecho, el de callarse y un slo deber, el de obedecer, pasiva y sumisamente: Los siervos o los esclavos.