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Presentada por: JUAN CAMILO RAMÍREZ FRANCO

RESEÑA DE: PRELOT, Marcel “Primera parte: Las Vicisitudes de la Política”, en: La
Ciencia Política, Bogotá, Editorial Tupac-Amarú, 1971, Págs. 17-28

Nos habla aquí en el capítulo I de la politología clásica las cuales se dividen en tres subtemas que
son: El nacimiento y desarrollo de la politología, la tradición antigua y medieval y las
concepciones modernas.

Prelot nos describe que la politología desde sus comienzos se ha desarrollado como una ciencia,
siendo los griegos los creadores de la política y de la ciencia política; ya que la civilización
Helena es la madre y rectora del pensamiento occidental, incrustándole a nuestra civilización el
concepto de ciencia. Siendo Aristóteles el promotor del conocimiento científico y la persona que
descubrió que cada ciencia tiene su individualidad. Nos dice Prelot que Aristóteles apoyaba esta
distinción en tres operaciones del espíritu: saber (thè ôrein), hacer (prattein) y crear (poïen); en
consecuencia hay tres grandes categoría de ciencias: las ciencias teóricas, las ciencias prácticas
y las ciencias poéticas.
La política ocupa prácticamente la cúspide de la jerarquía ya que ella es la que se ocupa de las
cosas referentes a la ciudad-estado, por lo tanto engloba toda la organización social; “La ciudad-
estado completa, originada en las necesidades de la vida, existe porque las satisface a todas,
habiendo llegado al punto de bastarse absolutamente a sí misma”1. En síntesis la política como tal
es la que regula todas las actividades humanas por tanto domina a todas las ciencias
Dentro de la Etica a Nicómaco Aristóteles subraya “hay algo más noble y más elevado en
ocuparse del bien y del contenido del estado en su totalidad que en el de un solo hombre, aunque
podamos limitarnos a lo concerniente en un solo hombre”.

Se distingue con claridad la política de la economía ya que la primera es el conocimiento de las


cosas cívicas y la segunda la de las cosas domésticas. Jenofonte expone unas reglas para la buena
administración de un dominio rural pero haciendo depender la económica de la política, aunque
Aristóteles no recomienda confundir las disciplinas. También rechaza la idea de que el estado
sería una familia ampliada.

Ya en materia de la tradición antigua y medieval fue Cicerón quien vinculó a la antigüedad griega
y latina, él siguiendo la base aristotélica coge como básica la noción de ciudad ampliando el
marco y definiéndola de un modo más jurídico. Escipión el Africano dice en su libro que “la
República es la cosa del pueblo, y el pueblo mismo no es no importa que conjunto de hombres,
sino una colectividad unida por un acuerdo de derecho y por una comunidad de interés”

Con Cicerón nos quedamos en la línea política griega mientras la ciudad crece hasta alcanzar las
dimensiones imperiales lo que produce ya la comprensión de la aglomeración cuantitativa mente
importante entreviéndose la noción moderna de masa. Cicerón pone en primer plano la el aspecto

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PRELOT, Marcel “Primera parte: Las Vicisitudes de la Política”, en: La Ciencia Política, Bogotá, Editorial Tupac-
Amarú, 1971, Pág. 18
jurídico de ciudad: “el derecho común a todos, aceptado por todos, efectivamente obedecido por
todos, claramente especificada la naturaleza particular de la sociedad política”2

San Agustín toma sus ideas políticas de De Republica y De Legibus de Cicerón aunque con San
Agustín pasamos de una concepción jurídica de ciudad a una concepción afectiva, nociones que
el lenguaje actual calificaría de “societaria” a una “comunitaria” es así como San Agustín prepara
el sometimiento del Estado frente a la Iglesia, sin embargo el prototipo social sigue siendo la
ciudad, San Agustín modifica la noción de Estado, propuesta por Cicerón para negar la
perfección al Estado Romano. Así la noción se aplicaría a otra comunidad que trasciende la
ciudad carnal a la espiritual.

Es el “agustinismo político” lo que domina el panorama medieval pero en este ambiente es Santo
Tomás de Aquino el representante más eminente quien regresa a la concepción de ciudad y de
estado de los autores paganos; él objeta a San Agustín pero avala el hecho de que la definición
ciceroniana es válida para la naturaleza y la agustiniana es válida para lo sobrenatural. Así Santo
Tomás de Aquino formula que la ciudad forma una unidad indivisa, constituida bajo una
autoridad suprema, donde cada uno conserva su propia autonomía mientras contribuye al
ordenamiento general pero se aleja de Aristóteles en un punto ya que aquí la política pierde su
supremacía sobre las artes prácticas pues ya todas las ciencias y artes no convergen hacia ella
sino hacia la teología y ella pasa a ser su sirvienta. Además de centrarse en la ciudad Sto. Tomás
de Aquino refleja un fenómeno nuevo cual es que la noción de estado pasa de la colectividad
popular al gobierno, del gobierno a la persona de quien gobierna, del estado al reino y del reino al
príncipe.

Cuando llega Prelot a las concepciones modernas de politología nos indica que estás comienzan
con la publicación de El Príncipe de Maquiavelo y como se ha de notar es él en quién se centra el
estudio ya que él como tal es la imagen misma del poder absoluto aunque sea sólo un elemento
de la política de Maquiavelo de la cual se distinguen entre repúblicas y principados, diciendo de
la República ser un gobierno temporario. Se encuentra en Maquiavelo una afiliación específica a
Aristóteles aunque sus diferencias en cuanto a la política que para uno las investigaciones se
motivaban para el desarrollo del buen gobierno a favor de los buenos ciudadanos mientras que
para el otro es el arte del Estado dirigido a la obediencia de los ciudadanos, esto no afecta al
conocimiento político ya que su objeto es el Estado aunque aquí concebido como un cuerpo
político.

Prelot nos describe las concepciones de Jean Bodín frente al Estado cual fue su evolución desde
la ciudad-estado hasta el conglomerado social complejo pues no hace del estado tan solo el “recto
gobierno de varias familias”3, pues interpreta las desigualdades producidas por causa de la misma
división del trabajo que se resuelve en una solidaridad orgánica. Más Althusius propone una
definición de política como el arte de cultivar, constituir y conservar la vida social designándole
el nombre de simbiótica, para él el Estado era una comunidad política superpuesta a las
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PRELOT, Marcel “Primera parte: Las Vicisitudes de la Política”, en: La Ciencia Política, Bogotá, Editorial Tupac-
Amarú, 1971, Pág. 20
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PRELOT, Marcel “Primera parte: Las Vicisitudes de la Política”, en: La Ciencia Política, Bogotá, Editorial Tupac-
Amarú, 1971, Pág. 25
comunidades más simples y después a las sociedades más complejas tanto así que a través del
método genético llega a una definición de soberanía de tipo orgánica y contractual; al pasarse por
graduaciones de sociedad simple a compleja dio nacimiento a la doctrina política conocida como
federalista o aún corporativas. A través de él se empieza a observar las divisiones posibles de
Estado, pues mientras que Althusius concidera al estado como una federación de grupos ligados
por contrato del que surge la soberanía; Bodín por su parte afirma el carácter indivisible de esta
soberanía.

Bodín acelera la tendencia de la supremacía del Príncipe sobre el Estado y esta politología
prevalece a lo largo de los siglos xvi y xvii. De manera opuesta a esta escuela la escuela del
Derecho natural y de gentes se reencuentra con la concepción social, Puffendorf y Barbeyrac
usan de nuevo el término civita, así como la expresión sociedad civil, con preferencia a status,
que conserva su imprecisión, y con preferencia a res publica que pierde cada vez más su sentido
general (Bodín) y toma el sentido restringido (Maquiavelo).

Pero la tentativa más completa es la de Jean Jacques Rousseau según Prelot ya que en su libro el
trata del “pacto social” dando como explicación que la persona pública se constituye por la unión
de los otros en la antigüedad tomaba el nombre de ciudad hoy denominándola república o cuerpo
político al cual los miembros llaman estado cuando es activo, soberano cuando pasivo y potencia
al compararla con los otros. Rousseau protesta contra la desviación del término de ciudad
afirmando que la significación de esta palabra se ha perdido en los moderno pues confunden el
recinto urbano con una ciudad y a sus habitantes con ciudadanos cuando son los habitantes los
que forman la ciudad.

Estos tanteos terminológicos tan sólo son matices y no una incertidumbre sobre la realidad de
fondo de las cosas; De Aristóteles al siglo xviii la tradición es sólo una y segura. Hay “una
ciencia del estado” y no de un estado específico sino del estado en general, como lo describió
Paul Janet, considerado en su naturaleza, leyes y formas principales. Es la ciencia política y nadie
derivó de ella otra rama.

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