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SECCIÓN 1

T R A U M AT I S M O S OCULARES

Sergio del Río Fernández


Esperanza Gutiérrez Díaz
Enrique Mencía Gutiérrez
Antonio Gutiérrez Díaz
Los traumatismos oculares son un motivo de urgencia dolor, enrojecimiento del ojo, alteración de la visión,
muy frecuente tanto en los centros de atención prima- etc.
ria como especializados. En la mayoría de los casos son
traumatismos banales que sólo afectan las cubiertas pro-
tectoras del ojo; en otras ocasiones, pueden provocar ACTITUD EN EL SERVICIO
secuelas de extrema gravedad, siendo la primera causa DE URGENCIAS
de ceguera unilateral en el mundo. Por consiguiente, en
todo traumatismo que afecte el ojo o estructuras adya- – La agudeza visual es un síntoma clave y su disminu-
centes debe realizarse una exploración oftalmológica ción indica gravedad. En estos casos, inmediatamen-
que permita descartar una lesión ocular grave. te después del traumatismo más del 40 % de los
pacientes refieren intensa pérdida de agudeza visual
Los traumatismos oculares son mucho más frecuentes (menos de 20/200).
en varones que en mujeres, y se presentan normalmen- – Exploración oftalmológica: debe realizarse con sumo
te en la edad adulta, aunque los niños no están exen- cuidado hasta descartar herida penetrante del globo
tos de riesgo. El segmento anterior se lesiona de forma ocular para no agravar el cuadro clínico. Al abrir los
aislada en más de la mitad de los casos, siendo raras párpados para explorar el ojo hay que apoyarse sobre
las lesiones aisladas del polo posterior. el reborde orbitario, evitando ejercer presión sobre el
globo ocular.
– En caso de perforación ocular no debe aplicarse medi-
MOTIVO DE CONSULTA cación tópica alguna.
– Tras descartar una herida penetrante ocular puede ins-
En la mayoría de los casos es el antecedente traumáti- tilarse anestésico tópico para facilitar la exploración
co, pero según la gravedad y localización de las lesio- del segmento anterior.
nes, el paciente puede estar asintomático o referir

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T R A U M AT I S M O S QUÍMICOS
S. del Río Fernández, E. Gutiérrez Díaz

1. CAUSTICACIÓN OCULAR

Las lesiones químicas y térmicas representan aproxi-


madamente el 15 % de los accidentes oculares. La mayo-
ría de las quemaduras oculares por cáusticos son de
poca importancia y se curan en pocos días. Las quema-
duras oculares graves, aunque poco frecuentes, pueden
tener consecuencias catastróficas (figs. 1.1 y 1.2) y en
casi el 30 % afectan a ambos ojos.

Figura 1.2. Opacidad total de la córnea y neovascula-


rización secundaria a causticación.

SÍNTOMAS

– Dolor: desde sensación de cuerpo extraño hasta dolor


importante.
– Blefarospasmo.
– Disminución de la agudeza visual.

Figura 1.1. Leucoma corneal con atrofia del iris y sine- SIGNOS
quias anteriores, secundarios a causticación.
Dependen del grado de afectación ocular:

Las causas de causticación ocular son muy variadas, – Grado I: hiperemia conjuntival y defectos del epitelio
más frecuentemente accidentes laborales y domésti- corneal, sin lesiones profundas del globo ocular
cos. El efecto nocivo de la causticación ocular depende (fig. 1.3).
de la naturaleza y el tipo de sustancia y del tiempo de – Grado II: hiperemia y quemosis conjuntival con isque-
contacto. La isquemia del limbo marca clínicamente el mia parcial del limbo esclerocorneal (figs. 1.4, 1.5 y 1.6).
alcance y la gravedad de la causticación. La isquemia – Grado III: isquemia que afecta más de la mitad del lim-
perilímbica se detecta por la interrupción de los vasos bo esclerocorneal. Puede observarse opacidad corneal
sanguíneos conjuntivales y episclerales. (fig. 1.7).

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


Figura 1.5. Edema y desepitelización corneal en caus-


ticación de grado II.

Figura 1.3. a) Causticación de grado I, con defectos epi-


teliales corneales superficiales y ligera quemosis con-
juntival. b) Tinción con fluoresceína.

Figura 1.6. Causticación de grado II por explosión de


un air-bag, con leve isquemia límbica, quemaduras pal-
pebrales y opacidad corneal.

Figura 1.4. Desepitelización corneal extensa en causti-


cación de grado II.

– Grado IV: necrosis conjuntival extensa que deja ver la


esclera blanca, avascular, con aspecto “en porcelana”.
Las lesiones isquémicas superan el 75 % de la cir-
cunferencia límbica. Opacidad corneal muy evidente Figura 1.7. Causticación de grado III.
(fig. 1.8).

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TRATAMIENTO

– Lavado ocular urgente con abundante solución salina


balanceada, suero fisiológico o agua corriente.
– Limpieza mecánica (con gasa) de los restos sólidos
que puedan permanecer en contacto con la conjunti-
va, incluyendo los fondos de saco conjuntivales supe-
rior e inferior.
– Colirio ciclopléjico y pomada antibiótica.
– Acetazolamida en caso de aumento de la presión intra-
ocular, que debe controlarse sobre todo en las que-
maduras por álcali. Figura 1.8. Causticación de grado IV, con opacidad total
– Se recomienda analgesia por vía oral durante las pri- de la córnea, isquemia límbica y edema palpebral, 48
meras horas tras el traumatismo. horas después del traumatismo.
– Los corticoides tópicos pueden usarse en caso de uveí-
tis anterior aguda en la primera semana de trata-
miento, siempre que el epitelio esté íntegro y que la riesgo de perforación ocular. En este caso se recurrirá a
quemadura no haya sido producida por álcali, por el la corticoterapia por vía oral.

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T R A U M AT I S M O S FÍSICOS
S. del Río Fernández

1. QUEMADURA TÉRMICA

El calor puede lesionar el ojo de forma directa o, más


frecuentemente, de forma indirecta, al liberarse gran
cantidad de calor en las reacciones químicas que si-
guen al contacto ocular con ciertas sustancias. El pár-
pado es la estructura que más se afecta, seguido por la
córnea.

Las quemaduras leves curan sin secuelas en pocos días.


Sin embargo, en algunos casos pueden producirse lesio-
nes graves que ponen en peligro la integridad funcional
Figura 1.1. Alteración del epitelio corneal, desvitaliza-
y estética del ojo. do y edematoso, en una quemadura corneal por agre-
sión térmica (explosión con llamarada).
SÍNTOMAS

– Sensación de cuerpo extraño o dolor. TRATAMIENTO DE LA QUEMADURA CORNEAL


– En ocasiones, disminución de la agudeza visual.
– Retirada del epitelio corneal desvitalizado y de cual-
SIGNOS quier resto de sustancia extraña.
– Limpieza de los fondos de saco conjuntivales.
– Hiperemia conjuntival o ciliar. – Colirio antibiótico y ciclopléjico y vendaje compresi-
– Si la córnea está afectada, el epitelio aparecerá desvi- vo durante 24 horas.
talizado, edematoso y de color blanquecino y se des- – Se recomienda analgesia por vía oral durante las pri-
prenderá con facilidad al contacto con una lanceta de meras horas tras el traumatismo.
celulosa impregnada en colirio anestésico (fig. 1. 1). – Al retirar el vendaje compresivo se mantendrá trata-
miento con colirio antibiótico.
TRATAMIENTO DE LA QUEMADURA PALPEBRAL

– Lavado de la herida con solución jabonosa. 2. QUERATITIS ACTÍNICA


– Quemaduras leves: pomada antibiótica. O FOTOELÉCTRICA
– Quemaduras de moderada intensidad: apósitos con
suero salino o lubricante tras cada aplicación de po- Lesión corneal producida por efecto directo de la radia-
mada antibiótica y profilaxis antibiótica por vía oral. ción ultravioleta sobre la córnea. Habitualmente bila-

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teral. Para más detalles, véase capítulo correspondien-


te en la Sección 4 (Córnea).

3. RETINOPATÍA SOLAR

La lesión retiniana por luz solar excesiva es rara, excep-


to en individuos que observan detenidamente eclip-
ses de sol o en casos de drogadicción con alucinó-
genos.

La exposición accidental a ciertos láseres de uso do-


méstico, como los punteros láser (con menos de 5 mW Figura 3.1. Agujero macular secundario a exposición
de potencia) no suele causar lesión retiniana, aunque solar (observación de eclipse solar con protección inade-
teóricamente es posible producir fotocoagulación reti- cuada).
niana en un ojo con perfecta transparencia de medios
(niños) que permanezca mirando fijamente la luz de un
puntero láser durante más de 10 segundos. En adultos, SIGNOS
la pupila, el parpadeo y el reflejo de huida hacen que
la exposición sea casi siempre inferior a 0,25 segundos – Lesión retiniana central, pequeña, redondeada, de
de duración, por lo que no hay riesgos reales de afec- bordes nítidos y color amarillento o blanquecino
tación retiniana por ver momentáneamente un puntero (fig. 3.1).
láser.
TRATAMIENTO
SÍNTOMAS
– No requiere.
– Disminución de la agudeza visual. – La agudeza visual se recupera casi completamente en
– Escotoma central. los meses siguientes a la exposición solar.

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T R A U M AT I S M O S PALPEBRALES
Y ORBITARIOS
S. del Río Fernández, E. Mencía Gutiérrez

A todo paciente que presente traumatismo palpebral u


orbitario debe realizársele una exploración oftalmoló-
gica completa, que incluya agudeza visual, exploración
con lámpara de hendidura y examen de fondo de ojo en
midriasis farmacológica. Debe además llevarse a cabo
una tomografía computarizada ante todo traumatismo
orbitario, cuando se sospeche cuerpo extraño intraocu-
lar o rotura del globo.

1. TRAUMATISMOS CERRADOS Figura 1.1.1. Tomografía computarizada: hematoma


periocular con globo ocular íntegro.
1.1. Hematoma y equimosis palpebral

SÍNTOMAS 1.2. Hematoma orbitario y retrobulbar


Cuando se presentan de forma aislada son asintomáti- Un traumatismo inciso o contuso puede producir un
cos. hematoma orbitario y/o retrobulbar.

SIGNOS SÍNTOMAS

– Equimosis: extravasaciones hemáticas en el interior Puede ser asintomático o existir:


de los tejidos, de mayor tamaño que las petequias, de
color azul o púrpura y que no elevan la piel. – Dolor y disminución de la agudeza visual.
– Hematoma: acumulación de sangre, de color oscuro y – Disminución de la visión cromática.
que eleva la piel (fig. 1.1.1).
SIGNOS
TRATAMIENTO
– Hemorragia subconjuntival sin límite posterior defi-
No requieren tratamiento. No producen secuelas. nido.

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– Proptosis con dificultad a la retropulsión.


– Motilidad extrínseca: puede haber restricción de la
motilidad en todas las posiciones de la mirada.
– Puede estar elevada la presión intraocular (PIO).

TRATAMIENTO

– Si la PIO está elevada o hay afectación glaucomatosa


previa debe iniciarse tratamiento hipotensor tópico o
sistémico. Si no se controla la PIO o avanza el cuadro,
se recurrirá a la cantotomía y la cantólisis lateral.

Figura 2.1.3. Herida de grosor parcial sin afectación del


borde libre, producida por garra de perro, en el párpa-
2. TRAUMATISMOS ABIERTOS
do superior derecho.
2.1. Laceración y arrancamiento palpebral

Los traumatismos incisos pueden producir laceración


palpebral de grosor total o parcial, con afectación del
borde libre o sin ella, así como arrancamiento palpe-
bral con pérdida de sustancia (figs. 2.1.1 a 2.1.5).

Figura 2.1.1. Herida incisa en el borde libre del párpa- Figura 2.1.4. Arrancamiento parcial del párpado supe-
do superior izquierdo. rior izquierdo.

TRATAMIENTO

Sutura por planos con reconstrucción del borde libre si


está afectado.

2.2. Sección canalicular

Es una lesión que hay que descartar en todo trauma-


Figura 2.1.2. Herida incisa puntiforme con anzuelo tismo palpebral que afecte la parte medial del borde
enclavado en el párpado superior izquierdo. libre palpebral (fig. 2.2.1).

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general y debe colocarse un tutor para mantener la per-


meabilidad de la vía lagrimal, que se mantendrá de 3 a
6 meses. Para más detalles, véase Apéndice.

3. FRACTURAS ORBITARIAS

Traumatismos de fuerte intensidad que incidan sobre


el macizo facial pueden producir fracturas faciales aso-
ciadas a fracturas del reborde y la pared orbitarios. Los
traumatismos producidos por objetos contundentes
que superan en tamaño el diámetro orbitario provocan
un aumento de presión brusca en la cavidad orbitaria y
Figura 2.1.5. Pérdida total del párpado superior izquier- rompen de forma secundaria las paredes de la órbita.
do por sección con sierra mecánica. La pared más débil de la órbita es la inferior, seguida
de la interna. Las fracturas de la pared medial (fig. 3.1)
se asocian en general a fracturas del suelo orbitario. La
Su diagnóstico se establece mediante la exploración
meticulosa de la zona, pero si existen dudas se puede
inyectar colorante a través de los puntos lagrimales
(fluoresceína diluida, azul de metileno, etc.), lo que per-
mite comprobar si se produce salida, o no, del colorante
por la herida.

TRATAMIENTO

La laceración canalicular debe repararse quirúrgica-


mente, tanto si afecta el canalículo superior como el
inferior o ambos, y si es posible antes de las primeras
24-48 horas. Habitualmente se realiza bajo anestesia

Figura 3.1. Fractura de la pared interna de la órbita. a)


Aspecto del paciente con hematoma palpebral y orbita-
Figura 2.2.1. Herida en el extremo interno del borde rio. b) Tomografía computarizada que muestra una frac-
libre del párpado superior izquierdo con sección canali- tura de la pared interna de la órbita derecha y propto-
cular. sis del globo ocular derecho.

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pared externa y el techo de la órbita son muy resisten-


tes y sólo se fracturan en traumatismos muy intensos
(figs. 3.2 a 3.4).

Figura 3.2. Fractura de las paredes laterales de ambas


órbitas, sin afectación ocular.

SÍNTOMAS

– Diplopía: por atrapamiento de un músculo recto o del


tejido periocular que contacta con la pared afectada;
en los casos de fractura de suelo orbitario aparece
diplopía vertical. Es un síntoma muy frecuente y en
algunos casos persiste incluso tras el tratamiento qui-
rúrgico.
Figura 3.3. Fractura del techo orbitario. a) Imagen del
paciente. b y c) Tomografía computarizada.

SIGNOS

– Enoftalmos: aunque rara vez aparece antes de 10 días,


debido a que el sangrado y la inflamación lo enmas-
caran.
– Enfisema subcutáneo: es muy sugestivo de lesión en
la pared medial de la órbita (fig. 3.5).
– Anestesia nerviosa infraorbitaria: en la fractura del
suelo orbitario.
– En caso de atrapamiento muscular en la fractura, hay
restricción de la motilidad con prueba de ducción
Figura 3.4. Fracturas de las paredes interna y externa forzada positiva. La restricción en la elevación es típi-
de ambas órbitas. ca de las fracturas del suelo de la órbita (blow-out)

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


Figura 3.6. Fractura en blow-out del suelo de la órbita.


a) Limitación de la elevación del ojo derecho. b) Tomo-
grafía computarizada que muestra una fractura del
suelo de la órbita, con la imagen de «gota pendiente»
correspondiente a la herniación de las estructuras orbi-
tarias en el seno maxilar.

Figura 3.5. Fractura de la lámina papirácea del etmoi-


des. a) Hematoma y enfisema subcutáneos. b) Radiografía
simple de cráneo, donde se observa velamiento por aire
de la órbita derecha. c) Tomografía computarizada que
muestra fractura de la lámina papirácea, proptosis y enfi-
sema orbitario.

(fig. 3.6). Aunque infrecuente, es posible la lesión del


nervio óptico por un fragmento óseo o su atrapamien-
to en una fractura orbitaria (fig. 3.7). Figura 3.7. Resonancia magnética que muestra una
fractura de la pared interna de la órbita, con avulsión
del nervio óptico y atrapamiento de las estructuras
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS orbitarias en la fractura.

Si se sospecha una fractura orbitaria, se requieren prue-


bas de imagen para verificarla. Debe realizarse una tomo- La inyección de contraste no es necesaria, excepto que
grafía computarizada de la órbita con cortes de 1 mm. se sospechen anomalías vasculares traumáticas.

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T R A U M AT I S M O S MECÁNICOS CONTUSOS
S. del Río Fernández, E. Gutiérrez Díaz

Ante todo traumatismo contuso debe interrogarse al SIGNOS


paciente para conocer la naturaleza y la energía del obje-
to contundente. – Extravasación de sangre al espacio subconjuntival
(fig. 1.1).
Las distintas lesiones que a continuación se descri-
ben pueden presentarse de forma aislada o, con mayor
frecuencia, asociadas (fig. 1).

Figura 1. Traumatismo contuso con escopeta de aire


comprimido, con iridodiálisis, luxación anterior del cris-
talino y catarata traumática.

1. HEMORRAGIA SUBCONJUNTIVAL

Para más detalles, véase capítulo de la Sección 3 (Con-


juntiva).

SÍNTOMAS Figura 1.1. Hemorragia subconjuntival bul-


bar inferior producida por traumatismo con
Es asintomática, pero si es muy abundante puede haber un dardo. a) Imagen de la hemorragia.
sensación de cuerpo extraño. b) Imagen de la herida palpebral.

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


TRATAMIENTO SIGNOS

No requiere tratamiento. – Sangre en suspensión en la cámara anterior en forma


de fenómeno de Tyndall hemático o presencia de san-
gre en un nivel inferior o formación de un coágulo san-
2. UVEÍTIS ANTERIOR AGUDA guíneo (figs. 3.1 y 3.2). El coágulo se encontrará en
TRAUMÁTICA posición inferior, excepto que el paciente haya per-
manecido largo tiempo tumbado sobre uno de sus
SÍNTOMAS costados.
– Debe descartarse una lesión del segmento posterior
– Dolor. mediante un examen de fondo de ojo o, si éste no es
– Disminución de la agudeza visual. suficiente, una ecograffa ocular en modo B.
– Fotofobia.
TRATAMIENTO
SIGNOS
Está dirigido a evitar las dos complicaciones precoces
– Células en la cámara anterior (fenómeno de Tyndall) más graves: el resangrado y la tinción hemática de la
y turbidez del humor acuoso.

TRATAMIENTO

– Colirio ciclopléjico.
– Corticoides tópicos: pauta según el grado de infla-
mación de la cámara anterior.

3. HIFEMA

SÍNTOMAS

– Disminución importante de la agudeza visual. Figura 3.1. Hifema residual (48 horas de evolución) en
– Dolor. la zona inferior de la cámara anterior con nivel superior.

Figura 3.2. Traumatismo contuso con amarre elástico (pulpo). a) Hifema total con Tyndall hemático y nivel de 1/2 de la
cámara anterior. b) El mismo paciente tras reabsorción del hifema, con catarata traumática y desviación pupilar inferior. c)
Retracción del iris con sinequia a los procesos ciliares.

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córnea. Otras complicaciones posibles son glaucoma y


catarata.

– Reposo absoluto en cama mientras dure la posibili-


dad de resangrado a la cámara anterior, que es máxi-
ma entre el 3.° y el 5.° días tras el traumatismo.
– Colirio ciclopléjico.
– Evitar el uso de aspirina y derivados.
– Control de la presión ocular: se administrarán beta-
bloqueantes tópicos si la PIO es superior a 30 mmHg,
y acetazolamida por vía oral (250 mg cada 8 horas) si
supera los 40 mmHg.
– Corticoides tópicos: su uso es discutido aunque gene-
ralizado; más dudosa es la verdadera utilidad de la Figura 4.1. Traumatismo contuso por un
cohete con iridodiálisis inferior.
corticoterapia oral.
– Tratamiento antifibrinolítico: recomendable para pre-
venir la hemorragia secundaria e indispensable en
pacientes con alto riesgo de resangrado. La dosis reco-
mendada de ácido aminocaproico es de 50 mg/kg cada
4 horas sin superar los 30 g/día.
– Si el hifema y la PIO elevada persisten pese al trata-
miento médico, debe realizarse lavado de cámara ante-
rior con extracción del coágulo.

4. LESIONES TRAUMÁTICAS DEL IRIS

Habitualmente se asocian a hifema, lo que dificulta el


diagnóstico precoz. Pueden producirse las siguientes Figura 4.2. Recesión angular secundaria a traumatis-
lesiones: mo con un tapón de botella, vista mediante goniosco-
pia.
– Iridodiálisis: desinserción de la base del iris a par-
tir del cuerpo ciliar (fig. 4.1). Si es muy es extensa
puede llegar a ocupar el eje visual e interferir en la
visión.
– Recesión angular: desinserción de la raíz del iris del
cuerpo ciliar, visible mediante gonioscopia (fig. 4.2).
Puede provocar un glaucoma postraumático tardío.
– Roturas del esfínter iridiano: producen deformación
de la pupila (fig. 4.3), pero no tienen más trascenden-
cia que la deformación estética.

TRATAMIENTO
Figura 4.3. Rotura del esfínter iridiano y catarata trau-
– No requieren tratamiento específico. mática tras traumatismo contuso.

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


– En caso de hifema o hipertensión ocular se realizará


el tratamiento correspondiente.
– En caso de recesión angular, es necesario recomen-
dar vigilancia de la PIO a largo plazo.

5. SUBLUXACIÓN DEL CRISTALINO

Debido a una rotura parcial de las fibras zonulares, man-


teniendo parte de ellas la sujeción del cristalino, por lo
que éste se mantiene a nivel pupilar.

SÍNTOMAS Figura 5.2. Subluxación del cristalino con rotura par-


cial y elongación de la zónula en un paciente con glau-
– Diplopía monocular. coma seudoexfoliativo, secundaria a traumatismo cra-
– Deslumbramiento. neal de moderada intensidad. Se observa el material de
seudoexfoliación sobre las fibras zonulares y el borde del
cristalino.
SIGNOS

– Desplazamiento del cristalino, más evidente en midria-


sis (figs. 5.1 y 5.2).
– Puede producirse prolapso vítreo a través de la pupi-
la hacia la cámara anterior (fig. 5.3).

TRATAMIENTO

– No requiere tratamiento específico.


– En caso de hifema o hipertensión ocular se realizará
el tratamiento correspondiente.

Figura 5.3. Prolapso vítreo en la cámara anterior a tra-


vés de la pupila en una subluxación del cristalino.

6. LUXACIÓN DEL CRISTALINO

Debido a rotura de todas las fibras de la zónula, con


desplazamiento del cristalino.

SÍNTOMAS

– Disminución de la agudeza visual (excepto que se tra-


te de un miope alto, en cuyo caso la agudeza puede
mejorar).
Figura 5.1. Subluxación del cristalino. Se observa des- – En ocasiones, si el cristalino se mantiene en el eje
plazamiento temporal e inferior del cristalino. papilar, puede producirse diplopía monocular.

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SIGNOS

– Cristalino completamente desplazado hacia la cavi-


dad vítrea o hacia la cámara anterior (figs. 6.1 a 6.3).

TRATAMIENTO

– Midriasis: cuando se sospeche luxación o subluxa-


ción del cristalino y se requiera dilatar la pupila, se
aplicarán exclusivamente midriáticos de acción corta,
por el peligro de luxación a la cámara anterior. Si el Figura 6.3. Luxación total del cristalino a la cámara an-
cristalino ya está luxado a la cámara anterior tras la terior.
midriasis, el paciente deberá permanecer en decúbi-
to supino hasta que aquél vuelva hacia la cámara
posterior. – En caso de hifema o hipertensión ocular se realizará
– No requiere tratamiento quirúrgico de urgencias. el tratamiento correspondiente.

7. CATARATA TRAUMÁTICA

Más frecuente y de evolución mucho más rápida tras


traumatismos incisos que contusos.

SÍNTOMAS

– Disminución de la agudeza visual.

SIGNOS

– Opacificación del cristalino (figs. 7.1 y 7.2).


Figura 6.1. Luxación posterior del cristalino, vista me-
diante transiluminación.

Figura 6.2. Luxación total del cristalino a la cámara an- Figura 7.1. Catarata traumática y deformación pupilar
terior. secundaria a atrofia del iris.

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


Figura 7.2. Catarata traumática con rotura del esfínter


pupilar y hemorragia subconjuntival inferior. Figura 8.1. Edema de Berlin: edema retiniano en el polo
posterior.

TRATAMIENTO

– Si la catarata aparece inmediatamente después del


traumatismo y se requiere cirugía reparadora del seg-
mento anterior, ésta puede completarse con la aspi-
ración del cristalino, imprescindible en caso de rotura
o intumescencia del mismo. Si la cápsula del crista-
lino está indemne, la extracción de la catarata puede
realizarse en un segundo tiempo.
– Si produce glaucoma o uveítis se instaurará trata-
miento médico y se valorará la extracción quirúrgica
del cristalino.

Figura 8.2. Edema retiniano nasal superior con hemo-


8. CONMOCIÓN RETINIANA rragia subretiniana peripapilar nasal debido a conmo-
ción retiniana traumática.
SÍNTOMAS

– Puede ser asintomática o dar lugar a disminución de


la agudeza visual. 9. HEMOVÍTREO Y DESGARRO
RETINIANO
SIGNOS
SÍNTOMAS
– Lesión retiniana de color blanquecino, en ocasiones
de aspecto iridiscente. Puede localizarse sobre el polo – Pérdida de la agudeza visual o percepción de man-
posterior (edema de Berlin) (fig. 8.1) o en la periferia chas oscuras en caso de hemorragia vítrea.
retiniana (fig. 8.2).
SIGNOS
TRATAMIENTO
– Fenómeno de Tyndall vítreo hemático visible tras la
No requiere tratamiento. dilatación pupilar. Si la hemorragia es intensa dará

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 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

Figura 9.1. Desgarro retiniano periférico con hemorra- Figura 10.1. Diálisis retiniana postraumática.
gias retinianas.

lugar a pérdida del fulgor pupilar, y los detalles del SÍNTOMAS


fondo de ojo se harán imperceptibles.
– Disminución de la agudeza visual por la hemorragia
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS subretiniana que, al reabsorberse, dejará la lesión al
descubierto.
– El antecedente de traumatismo es fundamental para
descartar otras causas frecuentes de hemovítreo, como SIGNOS
diabetes mellitus, degeneración macular asociada a
la edad u oclusión venosa retiniana. – Cicatrices coriorretinianas blanco-amarillentas con-
– En toda hemorragia vítrea traumática es preciso des- céntricas a la papila (fig. 11. l).
cartar la presencia de un desgarro (fig. 9.1) o de un
desprendimiento de retina, mediante exploración de La complicación más grave es la neovascularización
fondo de ojo o ecografía en modo B. subretiniana secundaria, que puede afectar la mácula.

10. DIÁLISIS RETINIANA

Desinserción de la retina a nivel de la ora serrata que


puede producirse espontáneamente o como resultado
de un traumatismo. Las diálisis espontáneas son más
frecuentes en la retina inferotemporal, mientras que las
traumáticas se localizan más a menudo en la retina
superonasal (fig. 10.1).

11. ROTURA COROIDEA

Se produce como consecuencia de una lesión en la Figura 11.1. Rotura coroidea traumática con hemorra-
membrana de Bruch tras traumatismos contusos. gia subretiniana en reabsorción sobre aquélla.

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


12. ESTALLIDO OCULAR

En traumatismos de gran intensidad, sobre todo en los


producidos por objetos de menor diámetro que el re-
borde orbitario, puede producirse la rotura del globo
ocular (fig. 12.1). En ojos con enfermedades o cicatrices
previas que debiliten las paredes del globo ocular,
traumatismos de intensidad moderada también pueden
producir un estallido (fig. 12.2). Dentro de su rareza, son
relativamente frecuentes en ojos operados de cataratas

Figura 12.3. Estallido ocular en un paciente


operado de catarata mediante extracción
extracapsular e implante de lente intraocular.
Se observa la lente intraocular desplazada
hacia arriba y parcialmente prolapsada.

mediante técnicas de incisión amplia (intracapsular o


extracapsular), pero pueden producirse tras cualquier
tipo de cirugía intraocular (fig. 12.3).
Figura 12.1. Estallido ocular tras un traumatismo con-
tuso (pelotazo). Se observa una herida escleral circun- La actitud en urgencias será la misma que en los trau-
ferencial localizada en el cuadrante nasal inferior. matismos abiertos del globo ocular y, en general, debe

Figura 12.2. Estallido ocular izquierdo tras traumatismo de intensidad moderada en un paciente con
buftalmos secundario a glaucoma congénito. a) Acusada proptosis y quemosis hemorrágica. b) Tomogra-
fía computarizada que muestra el globo ocular aumentado de tamaño y hemorragia que ocupa la mayor
parte de la cavidad vítrea en la órbita izquierda, y prótesis orbitaria derecha en paciente eviscerada pre-
viamente del ojo derecho por glaucoma congénito.

39
 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

intentarse la reconstrucción del globo. Sin embargo, en


estos ojos, debido a la hipotonía y la lesión de los vasos
coroideos, es frecuente que se produzca una hemorra-
gia supracoroidea expulsiva con salida masiva del con-
tenido intraocular (fig. 12.4). En estos casos, la única
opción suele ser la evisceración.

Figura 12.4. Estallido ocular en un paciente operado de


catarata, con dehiscencia completa de la incisión previa
y salida masiva del contenido ocular debido a hemorra-
gia supracoroidea postraumática.

40
5
T R A U M AT I S M O S
INCISOS
DEL GLOBO OCULAR
S. del Río Fernández, E. Gutiérrez Díaz

1. HERIDAS NO PENETRANTES TRATAMIENTO

1.1. Abrasión corneal – Evertir siempre el párpado superior, para descartar la


presencia de un cuerpo extraño subtarsal.
SÍNTOMAS – Colirios ciclopléjico y antibiótico.
– Vendaje compresivo durante 24 horas.
– Dolor intenso. – Al levantar el vendaje compresivo continuar con coli-
– Lagrimeo. rio antibiótico.
– Fotofobia y blefarospasmo. – En erosiones inferiores a 3 mm de tamaño, no se
requiere oclusión y es suficiente con colirios antibió-
SIGNOS tico y antiinflamatorio.

– Hiperemia conjuntival. 1.2. Laceración lamelar corneal


– Defecto epitelial con tinción de fluoresceína positiva
(fig. 1.1.1). La córnea es la cubierta ocular que más laceraciones
– Posible edema palpebral. lamelares sufre.

SÍNTOMAS

– Dolor, aunque puede ser indolora si no conlleva pér-


dida del epitelio corneal.
– Visión borrosa, aunque, si no afecta el área central de
la córnea, la visión puede ser normal.

SIGNOS

– Laceración corneal de espesor parcial, con integri-


dad de las capas profundas de la estroma corneal
(fig. 1.2.1).
– En caso de sospecha de lesión corneal el ojo debe
manipularse con sumo cuidado. La observación del
Figura 1.1.1. Abrasiones corneales múltiples con tin- signo de Seidel (lavado de la fluoresceína de la pelí-
ción de fluoresceína positiva. cula lagrimal por el humor acuoso que atraviesa la

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 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

Figura 1.2.1. Herida corneal biselada no penetrante, con


tinción de fluoresceína positiva y signo de Seidel nega-
tivo. Figura 1.3.1. Herida conjuntival lamelar,
con hemorragia subconjuntival.

lesión corneal), sinequias iridocorneales o desviación


de la pupila son signos indicativos de perforación cor-
neal.

TRATAMIENTO

– Colirio ciclopléjico.
– Vendaje compresivo o uso de lentes de contacto tera-
péuticas.
– Colirio antibiótico.
– Valorar la exploración en quirófano y suturar la heri-
da si están afectados planos profundos corneales o
hay sospecha sobre la profundidad de la lesión.
Figura 1.3.2. Herida conjuntival con cuerpo extraño
1.3. Laceración lamelar conjuntival subconjuntival.
y escleral

Las laceraciones lamelares conjuntivales son heridas de


espesor parcial de la conjuntiva, captan fluoresceína y 2. HERIDAS PENETRANTES
pueden asociarse a hemorragia subconjuntival, dejando Y PERFORANTES DEL GLOBO OCULAR
en algunos casos expuesta la esclera (figs. 1.3.1 y 1.3.2).
En toda laceración conjuntival es preciso descartar una La herida penetrante ocular se define como una lacera-
lesión escleral de espesor parcial o completo. ción de espesor completo de las paredes oculares,
usualmente producida por un objeto puntiagudo y sin
TRATAMIENTO orificio de salida. En caso de heridas múltiples, cada
una debe estar causada por un traumatismo distinto
Las laceraciones conjuntivales no requieren por lo gene- (por distintos objetos o por el mismo en traumatismos
ral ser suturadas, debido a que curan con facilidad y rara repetidos).
vez se infectan. Las laceraciones esclerales deben ser
suturadas en quirófano y completar la exploración bajo Se considera herida penetrante cuando existen dos lace-
microscopio. raciones de espesor completo en las paredes del globo

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


ocular, una de entrada y otra de salida, causadas por el


mismo agente.

Las heridas abiertas del globo ocular son potencialmen-


te muy graves, por lo que requieren diagnóstico y trata-
miento inmediatos. Ocurren en mayor proporción en varo-
nes jóvenes, como accidentes fortuitos o laborales.

SÍNTOMAS

– Dolor.
– Disminución de la visión: si está muy reducida, es sig-
Figura 2.2. Herida penetrante corneal con un alambre,
no de gravedad.
que quedó incarcerado en la herida.
SIGNOS

Existe gran variabilidad según el tamaño y la localiza-


ción de la herida. En casi la mitad de los casos se afec-
ta la córnea de forma aislada (figs. 2.1 a 2.3), pero el
globo ocular puede estar muy desestructurado, con
hemorragia subconjuntival de hasta 360 °, hifema e,
incluso, salida de contenido ocular (fig. 2.4). Una cáma-
ra anterior más estrecha que en el ojo contralateral o
una deformidad pupilar pueden ser los únicos signos
de una lesión corneal autosellada (fig. 2.5).

TRATAMIENTO

– Reconstrucción quirúrgica urgente del globo ocular


Figura 2.3. Herida penetrante corneoscleral por tijera.
(fig. 2.6). Para más detalles, véase Apéndice.

Figura 2.4. Heridas penetrantes múltiples y hemoftal-


Figura 2.1. Herida penetrante corneal. mos en traumatismo por caída sobre un arbusto.

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 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

Figura 2.5. Herida corneal paracentral autosellada, con


cámara anterior de profundidad normal, en un pacien-
te que acudió a urgencias 8 días después del trauma- Figura 2.6. Herida penetrante corneal con hernia de iris
tismo. y catarata traumática. Imagen del segmento anterior
tras extracción de la catarata, que muestra la sutura
de la herida corneal nasal.

– El pronóstico de estas lesiones es grave, y empeora


aún más cuando se afecta el polo posterior, se detec- ducida por Staphylococcus epidermidis. La causa más fre-
ta un cuerpo extraño intraocular o se complica con cuente de pérdida grave de agudeza visual final es la
una endoftalmitis postraumática, con frecuencia pro- vitreorretinopatía proliferativa.

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6
T R A U M AT I S M O S
POR CUERPO EXTRAÑO
S. del Río Fernández, E. Gutiérrez Díaz

La sensación de cuerpo extraño o de arenilla es probablemen- SÍNTOMAS


te la molestia más frecuente en urgencias de oftalmo-
logía. Incluso en los casos en que el paciente refiere – Sensación de cuerpo extraño o de arenilla o dolor
como antecedente un traumatismo o haber notado que manifiesto.
algo le saltaba al ojo, suele resultar una lesión completa- – Fotofobia.
mente banal.
SIGNOS
La anamnesis es una herramienta fundamental en el
diagnóstico, debido a que la lesión causada por un cuer- – Hiperemia mixta.
po extraño que contacta con el ojo dependerá de su – Blefarospasmo.
naturaleza, tamaño y energía cinética. – Lagrimeo.
– Cuerpo extraño situado bajo el párpado superior, visi-
Los cuerpos extraños de localización intraocular son ble al evertir éste (fig. l. l).
muy poco frecuentes; sin embargo, dado su devastador
pronóstico, es necesario descartarlos en todos los casos
mediante una exploración oftalmológica, que en pacien-
tes con alto índice de sospecha requerirá el uso de prue-
bas de imagen radiológica. La radiografía simple de crá-
neo es suficiente para descartar la existencia de un
cuerpo extraño metálico intraocular u orbitario. En caso
de sospecharse un cuerpo extraño de naturaleza no
metálica o confirmarse la existencia de cuerpo extra-
ño en la radiografía simple de cráneo, debe realizarse
una tomografía computarizada.

1. CUERPO EXTRAÑO SUBTARSAL

Consiste en materiales de todo tipo que llegan al ojo


con escasa energía y que se alojan bajo el párpado Figura 1.1. Cuerpo extraño subtarsal.
superior, normalmente debidos al viento.

45
 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

– Erosiones corneales: los cuerpos extraños subtarsa-


les inducen una lesión corneal típica consistente en
múltiples lesiones corneales de forma lineal y senti-
do vertical con tinción de fluoresceína positiva.

TRATAMIENTO

– Eversión del párpado superior y limpieza con gasa de


la conjuntiva tarsal.
– Tratamiento de la abrasión corneal cuando sea nece-
sario.
Figura 2.2. Cuerpo extraño corneal, constituido por un
fragmento de yeso.
2. CUERPO EXTRAÑO CORNEAL

Ciertos cuerpos extraños pueden permanecer adheri-


dos a la córnea al contactar con ella o llevan suficiente
energía cinética como para penetrar superficialmente
en el epitelio o estoma corneal.

SÍNTOMAS

Los mismos que en el caso anterior.

SIGNOS

– Cuerpo extraño sobre la córnea (figs. 2.1 y 2.2). Si es


Figura 2.3. Anillo de óxido secundario a cuerpo extra-
de naturaleza metálica puede dejar un anillo de óxido
ño metálico, extracción con aguja.
por infiltración de la estroma corneal (fig. 2.3).
– En la mayoría de los casos, el cuerpo extraño se loca-
liza sobre el epitelio corneal y la lesión se limita a la
porción externa de la córnea, pero es muy importan- te valorar la profundidad de la herida y descartar una
posible perforación corneal.

TRATAMIENTO

– Extracción del cuerpo extraño con aguja en lámpara


de hendidura tras instilar colirio anestésico.
– El anillo de óxido corneal se extrae con aguja o fresa
oftálmica.
– Tratamiento de la abrasión corneal.

3. CUERPO EXTRAÑO CONJUNTIVAL

SÍNTOMAS
Figura 2.1. Cuerpo extraño metálico enclavado en la
córnea. – Sensación de cuerpo extraño e irritación ocular.

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


SIGNOS 4. CUERPO EXTRAÑO SUBCONJUNTIVAL


Y ESCLERAL
– Cuerpo extraño sobre la superficie conjuntival (figs. 3.1
y 3.2). SÍNTOMAS
– Hiperemia, habitualmente adyacente al cuerpo extra-
ño. Similares a los causados por un cuerpo extraño con-
– Puede haber hemorragia conjuntival o subconjunti- juntival.
val. Si ésta dificulta la exploración completa de la
esclera debe realizarse un examen de fondo de ojo en SIGNOS
midriasis farmacológica, para descartar una lesión de
las estructuras internas. – Cuerpo extraño bajo la superficie conjuntival (figs. 4.1
y 4.2).
TRATAMIENTO – Hiperemia, por lo general adyacente al cuerpo extraño.
– Herida de entrada conjuntival, habitualmente visi-
– Extracción del cuerpo extraño con pinzas. ble junto al cuerpo extraño, pero puede ser puntifor-
– Colirio antibiótico. me o estar alejada del cuerpo extraño.

Figura 3.1. Cuerpo extraño en el limbo.


Figura 4.1. Cuerpo extraño subconjuntival.

Figura 3.2. Cuerpos extraños múltiples en la córnea y Figura 4.2. Cuerpo extraño subconjuntival antiguo encla-
la conjuntiva. vado en la esclera y con tatuaje alrededor.

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 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

– Al igual que en los cuerpos extraños conjuntivales, si


la hemorragia conjuntival o subconjuntival dificulta
la exploración completa de la esclera, debe realizarse
un examen de fondo de ojo en midriasis farmacoló-
gica, para descartar una lesión de las estructuras in-
ternas.

TRATAMIENTO

– Similar al del cuerpo extraño conjuntival.

5. CUERPO EXTRAÑO INTRAOCULAR


Figura 5.1. Cuerpo extraño metálico localizado en el iris.
La localización intraocular de un cuerpo extraño tras un
traumatismo constituye una de las situaciones de peor
pronóstico en oftalmología. El cuerpo extraño intrao-
cular (CEIO) puede localizarse en la cámara anterior, el
cristalino o, con mayor frecuencia, en el vítreo.

SÍNTOMAS

– En algunos casos el único indicio de CEIO es el ante-


cedente de traumatismo: picar, martillear, cavar o cual-
quier choque de instrumentos de metal con superfi-
cies duras se consideran maniobras de alto riesgo.
– Cuando son sintomáticos pueden producir dolor y
disminución de agudeza visual, lo que se relaciona
con un grave pronóstico visual final. Figura 5.2. Cuerpo extraño (piedra) localizado en la
cámara anterior.
SIGNOS

– En los CEIO situados en el segmento anterior es posi-


ble su observación directa con la lámpara de hendi-
dura (figs. 5.1 a 5.3).
– En la biomicroscopia de los CEIO situados en el seg-
mento posterior puede observarse la puerta de entra-
da corneoscleral, hemorragia conjuntival o subcon-
juntival, hifema, desviación pupilar, sinequia irido-
corneal y/o iridotomía traumática (fig. 5.4).
– En la exploración del fondo de ojo de los CEIO situa-
dos en el segmento posterior los signos más frecuen-
tes son hemorragia vítrea, lesión retiniana y observa-
ción directa del cuerpo extraño (fig. 5.5).
– En caso de duda pueden realizarse radiografías sim-
ples de cráneo en proyecciones perpendiculares, por Figura 5.3. Cuerpo extraño localizado en el cristalino.
ejemplo una proyección de Waters y otra lateral

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


Figura 5.5. Cuerpo extraño metálico intravítreo.

Figura 5.6. Radiografía simple de cráneo, proyección


anteroposterior, en la que se observa un cuerpo extra-
Figura 5.4. Cuerpo extraño metálico intraocular. a) Heri- ño metálico.
da palpebral. b) Puerta de entrada escleral. c) Tomogra-
fía computarizada en la que se observa el cuerpo extra-
ño metálico intravítreo.

(figs. 5.6 y 5.7). La prueba de imagen que mejor locali-


za el CEIO es la tomografía computarizada (fig. 5.8).
Debe evitarse la resonancia magnética cuando se sos-
peche un CEIO metálico.

TRATAMIENTO

– Ingreso hospitalario.
– Antibioterapia intravenosa según protocolo (véase
Apéndice en el Volumen II). Figura 5.7. Radiografía simple de cráneo,
– Colirio ciclopléjico. proyección de Waters, en la que se observa
– Sutura de la puerta de entrada. un perdigón localizado en la órbita.

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 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

Figura 5.8. Cuerpo extraño metálico intraocular: tomografía computarizada en proyecciones axial (a) y coronal (b), que mues-
tran la localización del cuerpo extraño adyacente a la retina en el cuadrante nasal inferior.

– Debe extraerse todo CEIO que cumpla alguna de las lesiones graves en el globo ocular, bien por impacto
siguientes condiciones: directo (heridas perforantes con orificio de entrada y
• CEIO de hierro, acero, cobre o materia vegetal. salida), bien secundarias a la onda expansiva de un obje-
• CEIO grande en el eje visual. to con alta energía cinética que atraviesa la órbita a gran
• CEIO que causa inflamación intensa. velocidad (fig. 6.3).
• CEIO de fácil extracción.
La retinopatía esclopetaria incluye roturas coroideas
debido a la menor elasticidad de la retina-coroides con
6. CUERPO EXTRAÑO ORBITARIO respecto a la esclera. Generalmente, la hialoides inter-
na no se rompe, y la hemorragia queda limitada al espa-
Los cuerpos extraños orbitarios más frecuentes son los cio subhialoideo, pero puede asociarse hemorragia
perdigones (figs. 6.1 y 6.2). Habitualmente se producen vítrea.

Figura 6.1. Perdigón intraorbitario. a) Puerta de entrada en el tercio externo de la ceja. b) Hemoftalmos y quemosis hemo-
rrágica. c) Tomografía computarizada que muestra un cuerpo extraño metálico (perdigón) en el ápex orbitario y una esquir-
la metálica situada junto al reborde orbitario superior.

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


SÍNTOMAS

– Disminución o pérdida de la visión.


– Dolor.

SIGNOS

– Posible perforación ocular.


– Hemorragia vítrea o retiniana, edema retiniano e in-
cluso desgarros o diálisis retiniana.
– Demostración del cuerpo extraño orbitario en las ra-
diografías y la tomografía computarizada.

TRATAMIENTO

– Ingreso hospitalario.
– Antibioterapia intravenosa según protocolo (véase
Apéndice en el Volumen ll).
– Colirio ciclopléjico.
– En caso de heridas abiertas del globo ocular, recons-
trucción de éste, si es posible.
– Los cuerpos extraños orbitarios deben extraerse sólo
si son fácilmente accesibles o presentan complica-
ciones.

Figura 6.2. Perdigones múltiples en el cráneo y la órbi-


ta. a) Imagen del paciente, con múltiples puertas de
entrada en el párpado superior derecho. b) Radiografía
simple de cráneo, que muestra perdigones múltiples en
la órbita y en la calota craneal.

Figura 6.3. Hemorragia prerretiniana secundaria a un perdigón intraorbitario. a) Después del traumatismo. b) En reabsor-
ción un mes más tarde.

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7
LESIONES OCULARES SECUNDARIAS
A T R A U M AT I S M O S A D I S TA N C I A
E. Gutiérrez Díaz

1. SÍNDROME DEL NIÑO MALTRATADO EXPLORACIÓN CLÍNICA


(SHAKEN BABY SYNDROME)
La hemorragia prerretiniana suele limitarse a la zona
El 35-46 % de los casos presentan alteraciones ocu- peripapilar y la mácula y se localiza entre la retina y la
lares, sobre todo hemorragias retinianas. La existencia membrana limitante interna (fig. 2.1), pero puede pasar
de hemorragias intraoculares se considera un factor
predictivo de hemorragia intracraneal, y su extensión
se relaciona con la intensidad de la lesión neurológica.

EXPLORACIÓN CLÍNICA

– Hemorragias retinianas.
– Otras lesiones frecuentes son pliegues perimacula-
res, exudados algodonosos, papiledema y estasis ve-
nosa.
– Con menor frecuencia se observan hemorragia vítrea,
desprendimiento de retina, retinosquisis o atrofia
coriorretiniana.

2. SÍNDROME DE TERSON

Se caracteriza por una hemorragia prerretiniana asocia-


da a una hemorragia subaracnoidea. Clásicamente, la
hemorragia intraocular se atribuía al paso de sangre a
través de las vainas del nervio óptico, pero en la actua-
lidad se considera causada por la rotura de capilares
peripapilares y epipapilares debido al aumento de pre- Figura 2.1. Hemorragia macular en el síndrome
sión venosa secundario al aumento de la presión intra- de Terson. a) Imagen inicial. b) Hemorragia en
craneal. reabsorción tras un mes de evolución.

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T R A U M AT I S M O S O C U L A R E S 


al vítreo. La complicación más frecuente es la membra- 4. EMBOLIA GRASA


na epirretiniana (78 % de los casos).
Las lesiones se manifiestan a las 24-48 horas del trau-
matismo. La localización más frecuente de las fracturas
3. RETINOPATÍA DE PURTSCHER son la pelvis y las extremidades inferiores. Al igual que
la retinopatía de Purtscher, puede pasar fácilmente inad-
Angiopatía hemorrágica caracterizada por hemorragias vertida en pacientes politraumatizados y su frecuencia
retinianas múltiples, zonas de blanqueamiento retinia- real probablemente sea superior a la aparente. En estu-
no alrededor de la papila y disminución de la visión dios sistemáticos se ha hallado que el 60 % de los pacien-
secundaria a traumatismos contusos cefálicos o con tes con embolia grasa presentan hemorragias retinianas.
compresión o aplastamiento torácico. Por lo general es
bilateral, aunque se han descrito casos unilaterales, y MOTIVO DE CONSULTA
los síntomas aparecen típicamente a las 48 horas del
traumatismo, aunque puede pasar fácilmente inadver- Disminución de la visión o alteración del campo visual.
tida en caso de politraumatizados graves.
EXPLORACIÓN CLÍNICA
MOTIVO DE CONSULTA
– Hemorragias intrarretinianas y exudados algodono-
Disminución de la visión. sos.
– En ocasiones es posible observar los émbolos grasos
EXPLORACIÓN CLÍNICA intravasculares y puede haber obstrucción de la arte-
ria central de la retina.
– Hemorragias retinianas superficiales y placas blan-
quecinas o exudados algodonosos confluentes loca-
lizados alrededor de la papila (fig. 3.1). 5. RETINOPATÍA POR VALSALVA
– También puede haber desprendimiento seroso macu-
lar, dilatación y tortuosidad vascular y papiledema. Hemorragias prerretinianas en la mácula o cerca de ella.
– La periferia retiniana suele estar respetada. Se relaciona con esfuerzos violentos (maniobra de
Valsalva), como levantamiento de pesos, vómitos, tos
paroxística, excitación sexual, etc. Su pronóstico es exce-
lente, con recuperación completa de la visión.

MOTIVO DE CONSULTA

Puede ser asintomática o producir disminución de la


visión si la hemorragia se localiza sobre la mácula.

EXPLORACIÓN CLÍNICA

– Hemorragia prerretiniana (subhialoidea) en forma de


cúpula localizada en la región macular. A veces existe
nivel por depósito de la sangre (figs. 5.1 y 5.2).

TRATAMIENTO
Figura 3.1. Retinopatía de Purtscher. Hemorragias reti-
nianas superficiales y placas blanquecinas de isquemia En general no es necesario. Puede acelerarse la recu-
retiniana localizadas alrededor de la papila. peración visual perforando la membrana limitante

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 AT L A S U R G E N C I A S E N O F T A L M O L O G Í A

Figura 5.1. Retinopatía por maniobra de Valsalva: hemo- Figura 5.2. Retinopatía por maniobra de Valsalva: hemo-
rragia en la cúpula macular. rragia en la mácula y alrededor de la papila.

interna con láser para que la sangre pase a la cavidad Los síntomas más frecuentes son alteraciones en la con-
vítrea. vergencia o acomodación, pero también pueden produ-
cirse alteraciones retinianas con disminución de visión.

6. RETINOPATÍA POR TRAUMATISMO EXPLORACIÓN


CERVICAL (WHIPLASH RETINOPATHY)
– Mínimo desprendimiento posterior del vítreo, con
Es secundaria a un traumatismo cervical con flexión- coloración blanquecina grisácea de la fóvea, similar a
extensión forzada del cuello. En el 26 % de los casos se la lesión por fototraumatismo.
presentan alteraciones oculares. – Frecuente formación de agujero macular.

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