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ESPIRITUALIDAD ORTODOXA

Introducción.

Podríamos definir la historia como el conocimiento científico del pasado y de la


evolución de la humanidad desde sus orígenes hasta nuestros días. Es una ciencia que se
interesa que se interesa por el hombre.1 Si nos atenemos a su definición por el
Diccionario de la Real Academia de Lengua Española, y tomando una de sus
acepciones, historia sería la disciplina que estudia, narra y expone acontecimientos
pasados, dignos de memoria, ya sean públicos o privados.2
La historia de la espiritualidad, por tanto, estará orientada a describir y analizar
la relación constante que el espíritu limitado del hombre ha mantenido a lo largo de los
siglos con el Ser trascendente. Éste intento abarcará desde la relaciones de menor índole
religiosa hasta aquella mediante la cual se produce la unión con el Dios personal.
Se parte desde una premisa fundamental, la del hombre que cree en la existencia
del Trascendente y de que el espíritu del primero puede entrar en contacto con el
Espíritu divino.
Remitiéndonos a la espiritualidad cristiana, la cual será el objeto general de
nuestro estudio, podríamos decir que ésta será un conjunto de inspiraciones y
convicciones que animan de forma interior al cristiano para con su relación con Dios,
además del conjunto de reacciones, expresiones y formas, ya sean externas o internas, o
individuales o colectivas, que la hacen concreta.3
La historia de la espiritualidad cristiana englobará la investigación, estudio,
exposición o explicación de la relación existente entre el hombre y el Dios trinitario, el
cual se ha autorrevelado al mundo.
Dios ha enviado a su Hijo al mundo para redención del hombre y su Espíritu se
mantiene presente entre los creyentes, a los cuales ayuda para vivir su Misterio.
En un principio y de una forma sustancial sólo podemos hablar de una única
espiritualidad cristiana. Pero, a lo largo de la historia, los cristianos han ido viviendo de
forma limitada la capacidad de aceptación del mensaje del Evangelio de Cristo, lo cual
ha caracterizado al mismo tiempo la fidelidad al mismo. Este proceso ha llevado a vivir
la espiritualidad con una mentalidad y modalidad diferentes según se haya ido
enfatizando las diferentes dimensiones y perspectivas que esta ocupa. Al igual que se
puede decir que, debido a la diferenciación carismática, la espiritualidad cristiana ha
tomado distintos caminos para acceder al misterio, también podemos afirmar que los
diferentes bagajes culturales de las regiones en las cuales se iba inculturizando el
cristianismo, han dotado a la espiritualidad que se ha ido desarrollando en las mismas,
de unas características propias y determinadas.

La tradición de la espiritualidad oriental.


Dentro de la historia de la espiritualidad cristiana, podremos hacer una mención
especial a la espiritualidad de las Iglesias separadas de Roma a mediados del S XI.
Hasta entonces la Iglesia había caminado prácticamente unida, y aunque existía una

1
G. Dumeige. Historia de la Espiritualidad. www.mercaba.org. Cap. I. Pág. 1.
2
Diccionario de la Lengua Española. Editorial Espasa. 22ª edición. (Edición en CD-ROM
multiplataforma. Versión 1.0). (2003)
3
Ídem nota 1. Pág. 2.

1
fraterna comunión de fe y de vida sacramental, la herencia que se recibiría de los
Apóstoles se desarrollaría de distinta forma en Oriente que en Occidente.4
En este punto no podemos dejar de lado que la Iglesia Occidental ha tomado
muchas tradiciones, incluyendo en estas algunas en materia espiritual, originadas en la
Iglesia de Oriente antes de la separación del año 1054. Serán de origen Oriental
numerosas tradiciones que encontraron en aquellas Iglesias, su mejor expresión en su
forma de vivir la espiritualidad, dando lugar a un riquísimo patrimonio que sirvió para
mantener y custodiar de manera fiel la plenitud del mensaje en la tradición cristiana.5
Otros puntos de contacto entre las dos Iglesias han sido, entre otras, la tradición
litúrgica y sacramental, el monaquismo, la Sagrada Escritura o la doctrina de los Santos
Padres, existiendo un traspaso mutuo de las distintas peculiaridades que caracterizaban a
cada una.
Desde los primeros tiempos las Iglesias de Oriente y Occidente seguían sus
propias disciplinas, no siendo nunca la diversidad de costumbres y tradiciones opuesta a
la unidad eclesial, sino todo lo contrario, servían de crecimiento y enriquecimiento
contribuyendo en mayor medida al cumplimiento de su misión.6
Estas comunidades separadas conservan, al igual que nosotros, todos los
principios de fe proclamados en los siete primeros concilios ecuménicos, desde el
primero de Nicea en el año 325 d. C., hasta el segundo de Nicea en el año 787 d. C.,
manteniéndole la Iglesia de Roma el calificativo de ortodoxas en su sentido genuino; la
conservación íntegra de la fe recibida mediante el deposito de la Tradición.7
La posterior separación y las excomuniones mutuas después del año 1054, ha
llegado hasta nuestros días, suavizándose las relaciones a partir de la celebración del
Concilio Vaticano II.
El acceder a la espiritualidad de la Iglesia Oriental, al igual que a algunos ritos
de su liturgia después de la renovación producida en la Iglesia Católica tras la
celebración del Vaticano II, nos ha aportado nuevas alternativas ante la contemplación
del Misterio de Dios.

Fuentes históricas en la espiritualidad ortodoxa.8


Durante el primer milenio se alimentaría de las mismas fuentes que la
espiritualidad occidental, ya que el avance dogmático de ambas caminaba de la misma
mano. Oriente desarrollaría numerosas doctrinas y tradiciones que respondían a la
situación geográfica de las distintas Iglesias y a las características particulares que
presentaban su cultura y sus gentes.
Previa a la separación de la Iglesia Ortodoxa, en Oriente existía una estructura
monacal bastante desarrollada paralelamente a la existente en la zona más Occidental de
la cristiandad. De ambas, brotaban una serie de reglas y tratados sobre espiritualidad
que servían de fuente común y que indistintamente se desarrollaban en Oriente que en
Occidente.
De la misma época se puede extraer una serie de grandes teólogos, cuyas obras y
tratados servirían de base para el desarrollo posterior de una floreciente corriente de
espiritualidad. Por medio de ellos la teología espiritual se vería enriquecida con las tesis
de la filosofía neoplatónica que imperaban en la época. Entre estos podríamos destacar a
4
Concilio Vaticano II. Decreto Unitatis Redintegratio, sobre el ecumenismo. nº 14. Documentos
completos del Vaticano II. Ediciones Mensajero. 18ª edición. Bilbao (2001).
5
Ídem nota 4. nº 15.
6
Ídem nota 4. nº 16.
7
Daniel de Pablo Maroto. Historia de la Espiritualidad Cristiana. Editorial de Espiritualidad. Parte IV.
Cap. 4. Pág. 272. Madrid (1990)
8
Para el desarrollo de este apartado nos guiaremos por la obra de la nota 7. Pág. 273-274

2
todos los Santos Padres y Escritores eclesiásticos que desarrollan la teología cristiana a
lo largo de los primeros siglos de la Iglesia, cabría citar algunos como Ireneo, Orígenes,
los tres capadocios, Juan Crisóstomo, o Juan Damasceno, con el cual podríamos dar
por finalizada la gran época de la Patrística cristiana en el S VIII. Las principales
fuentes que estos utilizarán para desarrollar la espiritualidad serán la Escritura, la
Tradición de las primeras comunidades, el judaísmo o el helenismo.9
Posteriormente a estos escritores comunes a las dos tradiciones diferenciadas en
la Iglesia, la Occidental y la Oriental, podríamos hacer referencia a algunos de tradición
únicamente oriental.
Entre los griegos y bizantinos destacarían Teodoro Studita, que fallece en el 826,
y que destacará por ser un reformador de la vida monástica, o Simeón, el Nuevo
Teólogo que vive entre los S. X y XI. Más posteriores a estos, del S. XIV serán
Gregorio el Sinaíta, que recuperará la tradición hesicasta10 a la que dará un nuevo
estímulo, o su discípulo Gregorio Palamas, quien seguirá desarrollando la misma
tradición. También de ésta época serán Nicolás Cabasilas y los monjes Calisto e
Ignacio. Al final del S.XVIII la Iglesia griega conoce una gran renovación espiritual con
las figuras de Macario de Corinto y Nicodemo de Naxos, el Agiorita. Su influjo será
muy importante en la Iglesia rusa durante todo el S XIX.
Dentro de las Iglesias de tradición eslava habría que destacar que se mueven en
un principio movidos por la tradición de los Padres y algunas corrientes bizantinas
posteriores a su separación de Occidente. Desde el S. XVII beberán de la tradición
Occidental, pero adaptándolas a la idiosincrasia propia. Cabe destacar el gran desarrollo
y el gran prestigio y popularidad que siempre ha gozado el monacato, haciendo siempre
muestras de una gran originalidad en su pensamiento. Habría que mencionar a Nilo
Sorskij y a José Volokolamsk durante el S.XVI, o a Paissij Velichkovskij, de origen ruso
y monje en el monte Athos, durante el S.XVIII. Ya en el S. XIX destacaría la figura de
Teófanes, el Recluso. También de ésta época datará una de las obras más bellas de la
tradición hesicasta, con el título original de Strannik, pero conocida en Occidente como
Relatos de un peregrino ruso.
El cardenal checo, Tomas Spidlik, experto en la espiritualidad de la cristiandad
oriental,11nos indica que para entender la espiritualidad de la Iglesia Oriental eslava hay
que tener en cuenta, además de todo este bagaje, las tradiciones de su piedad popular,
sus ritos y costumbres además de las enseñanzas de los startsi.12

Principales temas de la espiritualidad Ortodoxa.13


La tradición espiritual de la cristiandad oriental se ha caracterizado siempre,
antes y después de la separación con la Iglesia Católica, por tratar determinados temas
que han encajado mejor en ella, debido a la idiosincrasia cultural y tradición de sus
pueblos, que en la espiritualidad occidental. Aunque resulta ser una tarea muy compleja
la de especificar y determinar cuales son estos. Toda la espiritualidad oriental beberá de
los mismos temas tanto antes como después de la separación de Occidente, por lo que se
9
Ídem nota 7. Pág. 273. Cf. Tomas Spidlik. La spiritualità dell’ Oriente cristiano. Manuale sistemático.
Institutum Orienale. 1985. Pp 5-12.
10
Tradición que utiliza el Hesicasmo como método. Este consiste en una doctrina y práctica ascética
difundida entre los monjes orientales, principalmente de la Iglesia Ortodoxa. Se busca la paz interior
mediante la unión mística con Dios y en armonía con la creación. Las tres características fundamentales
serán la soledad, el silencio y la quietud. www.wikipedia.org
11
Ver www.aciprensa.com/Cardenales.
12
(Plural de starets). Sacerdotes o monjes que por su fama de santidad llevan la dirección espiritual de
otros fieles en el mundo ortodoxo ruso. Se consideran guías espirituales probados por su forma de vida.
Ver Tatiana Goritscheva en http://opusdei-testimonios.blogspot.com.
13
Ídem nota 8. Pág. 275.

3
podrá seguir una misma línea de argumentación desde el inicio de la Iglesia en el S. I
hasta nuestros días.

Fuerte arraigo en la Tradición. Todo el desarrollo de la espiritualidad oriental


tendrá un fuerte apoyo en la Tradición de la Iglesia emanada de los siete primeros
concilios ecuménicos.

Aprecio del misterio y de la trascendencia. El pueblo oriental, tradicionalmente,


ha estado más dotado para la oración contemplativa y su forma de conocimiento conecta
mejor con el misterio y la trascendencia que la del pueblo occidental. Esto último les ha
permitido tener un gran desarrollo en su Pneumatología y en su comprensión del
Misterio de la Trinidad. En la Tradición Oriental nunca se produjo, como si ocurrió en
la Occidental, la distinción sistemática entre la teología y la mística.

Eminentemente monástica. El monacato oriental tendrá un gran influjo en la


configuración de la espiritualidad. Este se apoyará en la identidad de fines y de medios
que obligarán a todos los cristianos de la misma forma, salvando así la diferenciación
que se realizaría en Occidente en tres estados de vida distintos.
Apoyada en la naturaleza. La naturaleza será todo aquello que dios ha creado y
que los hombres estamos obligados a custodiar. Las virtudes serán representaciones de
naturalidad, mientras que los pecados serán elementos que se configuran contra la
naturaleza, y a los cuales hay que destruir.
La espiritualidad de los orientales consistirá en transformar el alma y el cuerpo
mediante el Espíritu, superando la imagen de criatura hasta alcanzar la semejanza con
Dios por medio del amor.
La oración continua y la oración del corazón. Dentro de sus monasterios se
desarrollaría en Oriente la llamada oración continua, también conocida por oración de
Jesús, la cual posteriormente también sería asimilada por el pueblo. Esta consistiría en
una repetición frecuente del nombre de Jesús a modo de jaculatoria. Otra forma de
oración desarrollada en oriente sería la oración del corazón, mediante la cual se
aconsejaba el recogimiento del orante, acompañada de unas posturas determinadas del
cuerpo y una respiración acompasada mientras se recitaba una invocación a Jesús
mediante un método psicosomático.
Espiritualidad cósmica. El Occidente, apoyándose en las teorías neoplatónicas,
intentó prescindir de lo corpóreo en referencia a la espiritualidad, para considerar a Dios
solamente en su divinidad. Aunque esta tendencia también influyó también en la mística
oriental, en ésta se desarrolló una especie de cosmología espiritual, mediante la cual se
contemplaba al cosmos como una mediación y reflejo de lo divino, imponiendo, de este
modo, una obligación de espiritualizar la materia y divinizar el mundo. Una forma de
llevar a cabo esta divinización de la materia es mediante la realización de los iconos.
Éstos testimonian la presencia de Dios en las formas materiales, convirtiéndose en un
medio de significar y comunicar la gracia, y de revelar la verdad.
El triunfo en la lucha contra la iconoclasia, significará, por encima de la
afirmación del dogma, el triunfo de la espiritualidad vivida.

Escuelas de la espiritualidad ortodoxa.

4
Aunque al citar la espiritualidad de las Iglesias Ortodoxas estemos simplificando
ésta de una forma unitaria, dentro de ella podríamos citar dos grandes escuelas
diferenciadas, la espiritualidad bizantina y la espiritualidad rusa.14
Espiritualidad bizantina. Es una espiritualidad basada principalmente en la
mística, centrada en la corriente del hesicasmo y desarrollada posteriormente por el
palamismo.15Ejercida principalmente por los monjes, se apoya en la tradicional oración
a Jesús como núcleo central.
El sistema hesicasta tiene como autor originario a Simeón, el Nuevo Teólogo,
concediéndole gran importancia a los fenómenos místicos extraordinarios, coloca en
segundo lugar de importancia a la penitencia y la lucha contra las pasiones. Se insiste en
la repetición de la oración a Jesús acompañada con una determinada técnica y posición
hasta alcanzar una alta y unitiva contemplación. Posteriormente, Gregorio Palamás,
intentó buscar una fundamentación científica dando una explicación teológica de la
gracia, de la naturaleza divina y de la unión transformante.
La Oración a Jesús, método fundamental de esta tradición, designa una
invocación continuada del Nombre de Jesús, ya solo, ya encuadrado en alguna forma un
poco más desarrollada. Esta podría ser vocal o pronunciada, o mental o meditada.
Algunos autores indican que se pueden diferenciar tres fases distintas oración vocal,
oración mental o psíquica y acción espiritual.16
Espiritualidad rusa. Seguirá una trayectoria diferente a la espiritualidad
bizantina, predominando en ella el camino ascético que el místico. Aunque también será
norma habitual encontrarnos algunos exponentes que mantengan el camino místico,
estos nunca menospreciarán la ascesis como medio de espiritualidad.
En una primera etapa se desarrollaría el rasgo del celo apostólico, el cual era el
que animaba esta espiritualidad naciente. En el S XV podemos observar el desarrollo de
dos escuelas totalmente opuestas, la de José Volokolamsk por un lado, y la de Nilo
Sorsky por otro. Posteriormente, y originada en ellas, se producirá una clara separación,
dentro de la espiritualidad rusa, entre el apostolado y la mística.
La escuela de Sorsky se encerrará en la oración y la soledad, apartándose de
cualquier forma de apostolado exterior, mientras que los seguidores de Volokolamsk,
mantendrán una tradición más activa, dejando apartada, de alguna manera, la
espiritualidad interior.
Ambas corrientes coincidirán en abrazar primordialmente el camino ascético
como modelo, aunque los seguidores de Sorsky también se inclinarán, en cierto sentido,
por seguir el camino de la mística, apoyados por la experiencia de su fundador en el
Monte Athos. Volokolamsk, sin embargo, apoyará su escuela en una vida religiosa
fundamentada en la abnegación y el trabajo, resaltando la importancia de la piedad
litúrgica y colectiva, dejando en un lugar menos importante la experiencia
contemplativa.
Una de las figuras más representativas de la espiritualidad rusa, Serafín de Sarov
o Serafim Saróvskiy,17 se colocará en una postura intermedia entre ambos. Intentará

14
A. Santos Hernández. Gran enciclopedia Rialp. Ediciones Rialp. (1991). Extraído de la web del canal
social de Montané Comunicación.
15
Doctrina originada en las doxas u opiniones teológicas del sacerdote, monje y obispo bizantino,
Gregorio Palamás. Aparece como reacción pasiva ante la decadencia de la Iglesia Ortodoxa provocada
por la continua pérdida de terreno del Imperio Bizantino. www.wikipedia.org.
16
Ídem nota 14.
17
Serafín de Sarov, monje ortodoxo ruso (1759-1833), nacido en Kursk (Rusia). Uno de los santos más
venerados de la Iglesia Ortodoxa. Beatificado el 29/01/1903. Fue testigo, junto con algunos de sus
discípulos de dos apariciones de la Stma. Virgen María, acompañada de Juan el Bautista y Juan el
Evangelista. www.orthodoxworld.ru y www.wikipedia.org.

5
realizar una síntesis entre la ascética y la mística. Se consagrará al hesicasmo y a la
Oración a Jesús, buscando además fenómenos físicos corporales, entregándose a una
dura penitencia de soledad, ayunos, alimentos groseros y un agobiante trabajo de
leñador.
Una característica propia de la espiritualidad rusa, y que camina al lado de la
católica, es el apoyo en una piedad individualista. El fiel recibe de la Iglesia todo
aquello que le sirve para alimentar su piedad individual y caracterizar su propia
espiritualidad. Estos apoyos los recibirá directamente, y en este orden, de la Escritura y
de la Liturgia. Otras características de su espiritualidad serán; una convicción profunda
del carácter pecador del hombre y de su necesidad de salvación, una piedad
esencialmente litúrgica, lo cual no implica ningún tipo de descuido por la oración
individual, una piedad centrada en las grande verdades de la fe cristiana y una piedad
de alabanza, glorificación y demanda derivada del sentimiento profundo de la
trascendencia divina.18

Desarrollo del monaquismo.


El monaquismo es un movimiento que surgirá en la Iglesia en torno al S IV, y
será prontamente considerado como un medio esencial para la vida cristiana espiritual
por la Iglesia Oriental. Desde el monaquismo, los monjes intentarán purificar aquello
del hombre contaminado por el pecado.
El monaquismo oriental se irá caracterizando, a simple vista, por un carácter
penitencial, por su huida del mundo y por la puesta en práctica de un duro método
ascético. Este ascetismo se apoyará en la convicción de que será la libertad humana la
que pueda librar al hombre del pecado, de la misma forma que es ésta la que lo hace
caer en él. La vida ascética será el camino de vuelta al paraíso, que servirá para retomar
la autentica naturaleza humana.
La contemplación se considerará la finalidad última de la vida monástica, siendo
la espiritualidad oriental un marco muy fecundo en la práctica de diferentes modos de
llevar ésta a cabo. La ley de Justiniano19 irá más lejos e indicará que la contemplación
será considerada la única finalidad de la vida monástica20.
Ésta tradición oriental estará fuertemente influenciada por su pasado cultural
asentado en la antigua civilización helénica. En la Grecia clásica, varios siglos antes de
Jesucristo, el filósofo Anaxágoras en primer lugar, y posteriormente varios
representantes del pensamiento filosófico griego, habían declarado que el entendimiento
debería ser considerado la facultad humana más noble.21
Posteriormente, San Basilio Magno añadirá a ésta visión, que la contemplación
de los monjes no deberá ser movida únicamente por el simple deseo de conocer, sino
que deberá predominar en ella el deseo de amar a Dios. Este amor a Dios, que purificará
los corazones, será la condición fundamental y necesaria para una contemplación
auténticamente cristiana. Se buscará el ver a Dios en todas las cosas, manifestando al
mismo tiempo una imposibilidad de hacerlo sin no es por medio de una praxis basada en
el amor hacia Dios.22

18
Ídem nota 14.
19
También conocida por Codex Iustinianus (Código de Justiniano) y Corpus Iuris Civilis (Cuerpo de
Derecho Civil). Se considera la más importante recopilación de Derecho Romano de la historia. Realizada
entre 529 y 534 por orden del emperador bizantino Justiniano. En ella se recogerán contenidos tanto de
orden civil como religioso. Será la base de los sistemas jurídicos occidentales modernos.
www.wikipedia.org.
20
Tomas Spidlik. Experiencia Ortodoxa. Artículo extraído de www.mercaba.org. Pág. 5.
21
Ídem nota 20.
22
Ídem nota 20.

6
Gregorio de Nisa describirá las fases características de un conocimiento
progresivo de Dios, resaltando que la contemplación cristiana tiene un fondo místico,
basado en la fe, en las virtudes y en el amor a Dios. Éstas fases consistirán en; la
percepción, en primer lugar, de la fuerza divina que actúa en el mundo, luego aparecerá
una confrontación entre la teología positiva que intenta conocer por medio de conceptos
racionales, y la teología negativa o apofática, la cual comprenderá la total trascendencia
de Dios sobre todos los conceptos humanos. En último lugar, el hombre accederá a
contemplar el misterio de Dios por medio del éxtasis.
Otra visión será la de Evagrio Póntico23, quien se esforzará por alcanzar el
conocimiento de Dios fuera de la inteligencia. Esto requerirá una purificación total de
los pecados, de las pasiones y de todo concepto limitado. El entendimiento deberá
quedar vacio de formas, para así poder aferrarse al Misterio divino que le arriba como
luz pura, y que lo extrae de las tinieblas.
La evolución de las Iglesias Ortodoxas no se detendría después del VII Concilio
Ecuménico. Posteriormente a la celebración de éste, se vive un periodo de fidelidad a
los Santos Padres y a los concilios, y en los periodos en los cuales aparecía algún atisbo
de decadencia siempre se buscaba el retorno a la Tradición.
En los comienzos del S. IX, Teodoro Estudita24 se inspirará en esto para intentar
realizar una reforma en los monasterios orientales. Aunque estos se apoyan en la
tradición desarrollada por San Basilio, después de la reforma estudita25 se desarrollará
una mejor organización y una determinación más específica de los superiores. Ésta
reforma no perdurará en forma de orden monacal, y aunque la mayoría de los
monasterios sigan la mayor parte de sus reglas se puede considerar que el monaquismo
oriental es primordialmente anárquico. Intentó cerrar los monasterios al mundo exterior,
establecer el hábito negro para todos los monjes y determinar la edad de ingreso a los 16
años como norma general, aunque permitiendo la entrada incluso al cumplir los 10 años.
Para Teodoro, el monje debe tener tres cualidades primordiales, la castidad, la
estabilidad en el mismo monasterio y la pobreza. Muestra de ésta pobreza era la
obligación de intercambio entre los monjes de sus hábitos cada semana como muestra
de que ni las ropas que usaban les pertenecían.26
Tras la separación de la Iglesia Occidental, y a lo largo de toda la Edad Media,
se producirá un estancamiento generalizado en el pensamiento espiritual. Ésta
paralización en el desarrollo del dato teológico vendrá fundamentada en un
tradicionalismo radical, que profesado de una forma totalmente abierta, se ha de erigir
en el signo determinante de su ortodoxia.
A partir de este último periodo, los monasterios comienzan a proliferar y a
multiplicarse rápidamente, llegando a tomar una gran importancia en el desarrollo de la

23
Monje y asceta cristiano (345?-399?), también conocido por Evagrio el Monje, o el solitario. Se
decanta por la vida monástica y se instala en Egipto, dedicándose a realizar trabajos de copista para
sustentarse, además de redactar alguna obra propia. Ofrecerá el primer sistema concluso de espiritualidad
cristiana, el cual será tomado posteriormente como apoyo para numerosos maestros monásticos. Su obra
también será puesta en duda determinadas veces por su pertenencia al grupo de monjes origenistas. Gran
divulgador del hesicasmo. Ramón Trevijano. Gran enciclopedia Rialp. Editorial Rialp. 1991. Extraído de
www.mercaba.org. Ver también entrada en www.wikipedia.org.
24
También conocido como Teodoro de Studon. (759-826). Monje y santo bizantino. Vive durante la crisis
iconoclasta colocándose del lado del culto a los iconos defendiendo su valor espiritual. Realizará una
reforma de la disciplina de la vida monástica, eliminando de ella ciertas prácticas supersticiosas.
www.biografiasyvidas.com.
25
La reforma estudita se basaría en dotar a los monasterios de una organización del trabajo que los
convirtiese en autosuficientes, debiendo existir en éstos un reparto equitativo del trabajo, considerando
éste como un medio de encontrar a Dios. www.wikipedia.org
26
Ver entrada de Teodoro Estudita en www.wikipedia.org.

7
espiritualidad ortodoxa. A diferencia de Occidente, en la Iglesia Ortodoxa, los monjes
no se distinguirán en diferentes órdenes religiosas, aunque sí se puede resaltar que entre
ellos existan diversas tendencias.
Posterior a la caída de Constantinopla y gran parte del mundo ortodoxo bajo el
poder de los otomanos, Moscú reemplazará a Constantinopla como centro de la
ortodoxia cristiana.
A comienzos del S. XVIII, se enfrentarán dos corrientes dentro del monaquismo
ruso. Dicho enfrentamiento, anteriormente referido en nuestro estudio, se produce al
coincidir una corriente tradicionalista encabezada por J. Volokolamsk27 y otra más
renovadora, y que buscaba una reestructuración de la misma mediante una liberalización
de las reglas y que encabezaba N. Sorskij.28 Posteriormente se producirá un despertar
más auténtico provocado por la influencia de los padres espirituales o startsi,
produciéndose la confirmación de una intensa vida espiritual, una autentificación de las
relaciones vividas y personales por encima de las reglas y la aparición de los primeros
principios escritos.
En ésta época la santidad florecerá en el silencio de los monasterios, apartada de
toda intriga política. Se desarrollará una espiritualidad que buscará la santificación y
vivificación del mundo a través de la acción del hombre.
A fines del S XVIII, se produce una autentica renovación del monaquismo y una
gran difusión de la Oración de Jesús en la parte eslava, caminando de la mano de la obra
de Paissij Velichkovskij29. Éste insistirá en la necesidad de obediencia a un padre
espiritual, lo cual provocará una renovación monástica y un gran renacimiento de los
monasterios rusos. Se producirá una vuelta a los Santos Padres, llegando a realizarse
numerosas traducciones de sus obras al ruso.
A este despertar espiritual también contribuirán algunos pensadores y literatos
rusos de la época que se verán influenciados por algunas corrientes alemanas y que
ayudarán a redescubrir el valor espiritual del cristianismo eslavo.30
Una de las más emblemáticas figuras de la espiritualidad del cristianismo
ortodoxo moderno emergerá con Serafín de Sarov, quien propondrá una búsqueda de la
intimidad con Dios, en una oración en soledad, la lectura de las Escrituras y mediante el
sacrificio físico y numerosas renuncias. Para éste, el fin de la vida monástica consistirá
en adquirir el Espíritu Santo mediante una singular experiencia de unión con Dios que
debe extenderse a todos los aspectos de la vida.
Serafín será capaz de guiar a sus hermanos por los caminos de la vida espiritual
gracias a su capacidad de discernimiento, de ternura inmensa y de ser capaz de irradiar
la luz del Espíritu.31

27
S. José de Volokolamsk. (+ 1519). Monje ortodoxo, defiende el un cristianismo social y organizado y de
corte sacral. Cebriá M. Pifarré OSB. (Monasterio de Montserrat). Anuario de Historia de la Iglesia. La
Santidad en el Oriente Cristiano. Universisad de Navarra. (2003). Pág. 113. Extraído de
http://redalyc.uaemex.mx www.redalyc.com. Para profundizar más Cf. T. Spidlik. Los grandes místicos
rusos. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. (1986).
28
S. Nilo Sorskij, (+ 1508). Monje ortodoxo. Durante algunos años perteneció a la comunidad del Monte
Athos. Impulsor de un cristianismo de transfiguración, profético, según la tradición pneumática de
pobreza y de contemplación mística. Difundirá el ideal hesicasta en el oriente eslavo. Ídem nota 27. Pág.
112.
29
(1722-1794). Nace en Ucrania. Su nombre original será Pedro. Al ingresar en el monacato se cambiará
el nombre pasándose a llamar Platón. Ingresará en el monasterio del Monte Athos, donde se ordenará
sacerdote a los 36 años. Traducirá la filocalia del griego al eslavo, dando luz a un renacimiento en el
monaquismo eslavo. También traducirá otros textos patrísticos e iniciará el fin de la dependencia
occidental de la teología ortodoxa. Peter J. Santilippo. http://gloryandhonour.blogspot.com
30
Cebriá M. Pifarré. Ídem nota 27.
31
Ídem nota 30.

8
Durante el S. XIX, se desarrollará un periodo fértil para el monaquismo en el
desierto de Optina, lugar que tomará gran resonancia entre los peregrinos, pero que al
mismo despertará muchos recelos entre el resto del clero por ejercer la dirección
espiritual de una forma carismática. Entre los numerosos startsi que destacan podemos
resaltar la figura de Macario Ivanov, que se erigirá como representante de una línea más
sobria en la dirección espiritual, basada en el mantenimiento de una vida oculta y de
oración. La vida del monje deberá vertebrarse en torno a la humildad en la oración,
entendiendo esto último como la búsqueda de una paz íntima que nos conduzca a
obtener el silencio del alma ante la contemplación del Misterio inefable de Dios.
Delante de Éste la única posibilidad que cabe es postrarse en su adoración.32
Otra figura importante del monasterio de Optina será Ambrosio de Optina,33
quien afirmará que el poder de Dios se revelará en la debilidad del hombre, y que ésta
será la única forma de camino hacia la reconciliación con Dios. Dotado de una gran
capacidad de discernimiento, se valdrá de ella para apoyar y compadecerse por todos los
que buscaban en él consejos espirituales, evitando emitir cualquier juicio que, según su
opinión, no le correspondía. Luchará por encontrar el compromiso y el apoyo de todos
en su tarea de ayuda y sostenimiento de los despreciados y marginados de la sociedad.
Durante la segunda mitad del S.XIX florecerá una corriente de monjes más
doctos, entre los cuales podremos destacar la persona de Teófanes el Recluso34.
Teófanes desarrollará la idea de que en el corazón se encuentran todas las energías del
cuerpo y del alma y que se erige como el barómetro de la vida espiritual. Se debe buscar
la pureza del corazón mediante la atención a los pensamientos que nos sobrevienen y
mediante la plegaria. La oración se constituirá en el medio por el cual el Espíritu Santo
nos introduce en la filiación con Dios. Al final de su vida se retirará a vivir apartado de
todo el mundo como eremita.
A lo largo de toda la experiencia del monaquismo ortodoxo ha sobresalido y
perdurado la obra del monasterio del Monte Athos35. Por éste, han pasado grandes
32
Alejandro Mileant (Obispo Ortodoxo de Canadá). Consejos de los startsi de Optina. (Traducción de
Elena Ancibor). Folleto misionero SA 30. (2005). Editado por Holy Trinity Orthodox Mission. Extraído
de www.fatheralexander.org
33
Nacido como Alejandro Grenkov en 1812, dentro del seno de una familia profundamente religiosa y
eclesiástica. Estudiante de teología, no se ordenará sacerdote al final de terminar sus estudios en 1830,
sino que esperará hasta 1846. Previamente había ingresado en el monasterio de Optina en 1839 habiendo
abandonado para ello su profesión de profesor de religión en la escuela de su pueblo. Conocerá al starets
Macario Ivanov, convirtiéndose en sucesor de sus enseñanzas a su muerte. Santos del S XX.
www.orthodoxworld.ru.
34
Gueórgui Vasílievich Góvorov. (1815-1894). Nacido dentro de una familia religiosa. En 1841 se
convierte en monje cambiando su nombre por Teófanes el Recluso o el Eremita. Al terminar sus estudios
de teología se ordena sacerdote. (En la Iglesia Ortodoxa Oriental se conocen por hieromonjes a aquellos
monjes que son a la vez sacerdotes o viceversa. Ver www.wikipedia.org.) Será ordenado Obispo de
Tambov y posteriormente de Vladimir. En 1866 renunciaría al episcopado, retirándose al eremitario de
Vysha hasta su muerte. Fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa rusa. www.wikipedia.org
35
El Monte Athos es un área montañosa que ocupa la totalidad de una península de la región de
Macedonia, situada al norte de Grecia. Su nombre significa montaña sagrada. Está constituido como un
territorio autónomo bajo soberanía Griega, Estado Monástico autónomo de la Montaña Sagrada,
reservado únicamente para la vida monacal, con un estricto régimen de visitas y con un acceso limitado al
mar, teniendo cerrada la frontera terrestre con Grecia. En su interior existen 20 monasterios
pertenecientes a la Iglesias Ortodoxas griega, rumana, rusa, búlgara, serbia y georgiana, además de 12
comunidades más pequeñas, llamadas sketae, y algunas ermitas. Fundada en 963 con la ayuda del
emperador bizantino Basilio II, bajo la regla de San Basilio, por S. Ayanasio de Athos. El primer
monasterio que se funde será el de Gran Laura, siendo a su vez el de mayor importancia. Bajo el poder
del Imperio Otomano mantendrá su status pero será gravado con fuerte impuestos, lo cual lo llevará a
pasar por una época de decadencia hasta finales del S. XIX. En 1912 pasará a estar bajo la soberanía
Griega, obteniendo la forma actual en 1926 mediante el establecimiento de los Fueros de la Montaña

9
figuras de la espiritualidad rusa. Podríamos resalta, ya dentro del S. XX, las
aportaciones de Silvano del Monte Athos.36 Durante la persecución de la Iglesia en Rusia
después de la Revolución de 1917 y la imposición de la dictadura comunista, surgirá el
testimonio de vida de Silvano y su plegaria “Derramar la sangre del corazón”,
mediante la cual nos dirá que también se deber pedir por el fin de conseguir la salvación
de los verdugos.
Se descubrirá totalmente inundado por el Espíritu Santo, entregándose a Él
mediante la oración. Reconocerá en Jesús la insondable misericordia del Padre,
comenzando un arduo camino para configurarse con el Señor. Sólo reconociéndose
como una tierra desolada y carne del pecado de una forma humilde, se podrá alcanzar
una plena comunión con Cristo. Su experiencia de vida le llevará a convertirlo y
capacitarlo en alguien capaz de cargar sobre sí los sufrimientos de sus hermanos.
La visión cristiana del mundo creado deberá ser un todo indivisible, siendo la
salvación personal inseparable de la salvación de toda la humanidad y del destino del
universo entero. Esto último impregnará su experiencia espiritual, llenándola de una
plena solidaridad, comprensión y responsabilidad para con toda la naturaleza.
Formalizará su oración mediante cuatro breves asertos; amad a todos los
hombres, orad por todos los hombres, llorad por todos los hombres, arrepentíos por
todos los hombres.37
Sus enseñanzas y escritos parecen trascender los límites de su propia Iglesia,
pudiéndose llevar como norma de vida por todos los cristianos.
El modelo de espiritualidad monástica ortodoxa se caracterizará por; conocerse
miembro y parte de la Iglesia, una actitud de temor reverente y humildad ante el
insondable y santo misterio de la Trinidad, transmisión de una imagen de Cristo que
refleja a Dios anonadado por la salvación del hombre, una función primordial del
Espíritu Santo en la experiencia cristiana y un carácter intuitivo, místico y eclesial de
la verdad que permite contemplar al mundo creado como belleza de Dios.

El hesicasmo y la oración a Jesús.


El hesicasmo se revelará como una práctica y doctrina ascética difundida
especialmente entre los monjes cristianos orientales de la Iglesia Ortodoxa, y que se
comienza a desarrollar a partir del S. IV por los llamados Padres del desierto.
Divulgada inicialmente por Evagrio Póntico, recibirá un importante impulso a partir del
S. XII por Gregorio Palamás y posteriormente con Filoteo Kokkinos y Nicolás
Cabasilas. Otro empuje se lo dará una serie de escritos místicos y teológicos
recopilados en la Filocalia38. Su objetivo fundamental será la búsqueda de una paz
interior en unión mística con Dios y en armonía con la creación. Tendrá tres
características fundamentales; la soledad como medio de fuga del mundo, el silencio

Sagrada. www.wikipeida.org
36
Simón Ivanovich Antonov. (1866-1938). Nacido en una humilde familia de campesinos. Ingresará en el
Monte Athos en 1892. Durante su juventud llegará a plantearse fuertes dudas sobre la existencia de Dios.
Será el máximo exponente de la espiritualidad ortodoxa moderna. Alejandro Mileant. (Obispo Ortodoxo).
Panfleto Misionero. SA 17 (2000). Iglesia Ortodoxa rusa de California. Extraído de
www.fatheralexander.org. (Traducción de Vladimiro Deriba).
37
Ídem nota 30. Pág. 125.
38
La Filocalia es una colección de textos místicos, ascéticos y teológicos de la Iglesia Ortodoxa. En un
principio se conoció con este nombre a una selección de textos de Orígenes realizada por S. Basilio
Magno y Gregorio Nacianceno. Sin embargo será más conocida la recopilación de textos que ocupa desde
los Padres del desierto y la Patrística del S. IV, hasta las obras de Gregorio Palamás y otros autores
bizantinos del S. XIV. Fue impreso por Nicodemo Agiarita y Macarios de Corinto. Resaltará la sobriedad
del alma pero evitando caer en el desgano anímico. www.wikipedia.org.

10
para obtener una revelación del futuro y de lo ultraterreno, y la quietud que permita
controlar los pensamientos, que lleve a la ausencia de preocupaciones y a la sobriedad.
Se difundió de una forma muy rápida en los monasterios de Constantinopla
durante el S. XI, posteriormente, durante el S. XIV, en los del Monte Athos. En el S.
XVIII influyó directamente en la espiritualidad eslava, especialmente en la rusa y
siempre ha sido un método que ha tenido gran influencia en la teología ortodoxa.
Sus semejanzas con algunos métodos de oración de la India hacen posible que
haya recibido ciertas influencias de oriente, aunque probablemente también esta
influencia haya podido recorrer el camino contrario.39
Su práctica consistirá en una búsqueda de la unión con Dios, para lo cual se
realizarán un conjunto de prácticas fisiológicas y psicológicas mientras se recita de
manera insistente la llamada Oración a Jesús o Plegaria del corazón. Ésta consistirá en
la reiteración de una misma jaculatoria siguiendo un ritmo relajado en la respiración.
Según los practicantes del sistema hesicasta, la unión mística se manifestará mediante
una luz similar a la que envolvió a Cristo en el monte Tabor. 40
En la actualidad podemos encontrarnos con una doble práctica en el sistema
hesicasta, una primera formal, en la cual se excluyen todas las actividades distintas de la
oración para concentrarse en ésta y una segunda libre mediante la cual se llenan con la
oración los vacios existentes entre los tiempos de las actividades ordinarias de la vida y
los tiempos de oración. Es un método que permitirá la búsqueda de la unión con Dios en
tiempos de trabajo. Esta última variedad ha permitido la práctica del hesicasmo a los
laicos, quienes llevan un sistema de vida activa muy distinto al que se pueda encontrar
en un monasterio.
A partir del S. XIX la oración hesicasta se hará popular en el occidente cristiano
gracias a la obra Relatos de un peregrino ruso, en la cual se propondrá la forma libre del
hesicasmo y que nos ha dejado la siguiente oración, la cual todavía se practica en la
actualidad, Señor Jesús, Cristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí que soy pecador. A lo
largo de la historia el hesicasmo ha sido criticado fuertemente por algunas corrientes
detractoras, siendo la más grave de ellas la encabezada por el monje Barlaam de
Calabria,41 quien acusará a los hesicasta de practicar una simple contemplación del
ombligo u onfaloscopia.

El sistema hesicasta.42

39
www.wikipedia.org
40
Durante la primera mitad del S. XVI, surgirá en el Monasterio Gregoriu del Monte Athos una gran
controversia. Un monje asegurará que tras un largo periodo de ayuno y de profunda meditación, en una
postura que recoge el cuerpo sobre el ombligo, podía ver la Divina Luz que envolvió a Cristo en el Monte
Tabor. Su ejemplo fue seguido por numerosos monjes que también lo consiguieron. El abad del mismo
monasterio, Xerocarca, describirá en un manuscrito los ejercicios espirituales que siguieron estos monjes
como preliminares para ver la Luz Divina. Ralf Brewster. Seis mil barbas de Athos. Editorial Espasa
Calpe. Buenos Aires. Argentina. 1949. Extraído de www.lamesadesalomon.com
41
Monje de la regla de San Basilio, y abad de S. Salvador de Constantinopla. Nace en 1290 cerca de
Calabria. Se enfrentará a Gregorio Palamás contra el sistema hesicasta. En 1341 es declarado hereje por
un Concilio Ortodoxo convocado en Constantinopla para aclarar dicha controversia. Ante la condena
recibida y la pérdida de favor por la muerte de su protector vuelve a su tierra donde se convierte al
catolicismo. Poco tiempo después nombrado Obispo de Gerace. A. Santos Hernández. Gran enciclopedia
Rialp. Editorial Rialp. 1991. Extraído de www.canalsocial.net.
42
Jean-Yves Leloup. El método de Oración hesicasta según las enseñanzas del padre Serafín del Monte
Athos. Cuestiones de meditación. nº 67. Editorial Albin Michel. Extraído de www.terra.es

11
El primer consejo que se le puede transmitir a quien busque meditar mediante el
sistema hesicasta deberá ser de orden físico. Se deberá buscar una posición sentada y
cómoda, la cual nos permita encontrar una total inmovilidad. El objetivo será alcanzar
una predisposición para contemplar la inmensidad de la eternidad, y sentir como esta
nos rodea por delante y por detrás y que poco a poco se va introduciendo en nuestro
interior.
Este proceso te llevará a modificar los pensamientos, a obtener la capacidad de
pasar horas en una postura inmóvil, sin pensar absolutamente en nada, hasta llevarnos a
convertirnos en un hombre auténticamente vivo. A este proceso primero se le conocerá
por meditación como una montaña. Un siguiente paso será el de la meditación como
una amapola. En este proceso se deberá buscar la orientación del pensamiento, volverse
desde la profundidad interior del ser hacia la luz y la belleza. Esto deberá ir acompañado
de un enderezamiento de la postura, erguiendo nuestra columna vertebral. Este segundo
estadio es alterado por algunas corrientes y lo que hace es replegar todo el cuerpo,
encorvando la espalda hasta colocar la cabeza a la altura del ombligo. Mediante este
proceso se podrá alcanzar el conocimiento de la fragilidad del tiempo.
Una tercera etapa nos llevará a ordenar nuestro proceso de respiración de forma
que se asemeje al movimiento cíclico de las olas en el océano. Por esto se conocerá
como la meditación como el océano, mediante la cual aprenderemos la fundamental que
resulta para el proceso de la meditación el dejarse ir tras el flujo y reflujo de una
respiración profunda. Debemos obtener la quietud de la profundidad oceánica, a pesar
de mostrar una superficie aparentemente agitada.
En esa quietud, la unidad de las cosas se hace más evidente, aunque esta no
elimine la multiplicidad. Se tiene menos necesidad de diferenciar fondo y forma, lo
visible y lo invisible. En el fondo del alma nos encontraremos con el ruah o espíritu de
Dios.
El siguiente paso a contemplar para seguir completando el estado que deseamos
alcanzar sería desarrollar la meditación como un pájaro. Después de haber alcanzado
una buena cimentación como una montaña, habernos orientado hacia la luz como una
amapola y haber alcanzado la tranquilidad en la respiración como si se asemejara a la
quietud del océano, debemos seguir progresando en nuestro método para poder llegar a
la plenitud de la unión interior con Dios.
El término meditación se origina en un término latino, que al mismo tiempo
deriva de uno griego y que significa murmurar, aunque en un sentido más amplio
también servía para designar los gritos o sonidos de animales.
Habrá que conseguir que la meditación llegue a la garganta, murmurar el nombre
de Dios repetidamente. Dejar salir lo que quiere transmitirnos nuestro interior, sin
necesidad de pararse a buscar el significado y el sentido de la invocación, acompasando
este proceso con el ritmo de nuestra respiración. La invocación hecha de este modo
llevará a un clima de intenso respeto por todo lo que existe y por la adoración de lo
oculto en lo profundo de toda existencia.
Hasta este momento el aprendizaje del sistema ha seguido un carácter
terapéutico, se ha limitado simplemente a poner la naturaleza en las mejores
condiciones posibles para posibilitar la recepción de la gracia que nos restaurará y
sanará nuestro ser. Hemos ido caminando a través de los diferentes aspectos que
componen la totalidad del universo, estableciendo de nuevo el contacto con todo aquello
de lo que le hombre se había separado.
Nuestro siguiente paso consistirá en acercarse a todo esto y aprender a ser
hombre de una forma íntegra, el proceso de meditación entrará en la etapa de la
meditación de Abraham, mediante la cual, desde la inteligencia y el corazón apoyados

12
en la fe, se establecerá una adhesión con el Ser, quien se transparentará a través del
acercamiento al resto de la creación.
En este siguiente paso debemos buscar despertar el corazón, tratando de
personalizar el absoluto en uno mismo. La fuente de la que todo brota, de todo lo que
es, debe ser nombrada como mi Dios, para lo cual deberemos caminar hacia su
presencia.
Para Abraham meditar es mantener bajo las apariencias más variadas el contacto
con esta presencia en todos los aspectos, haciéndola también presente en las formas de
vida más cotidianas.
Este momento nos debe despertar la paz y la luz interiores y abrirnos un camino
nuevo dirigido al amor por todos los hombres. Hay que interceder por la vida de todos
los hombres y, sin llegar a ignorar su corrupción, no desfallecer nunca en pedir la
misericordia de Dios para con todos. Por este camino se liberará el corazón de caer en el
error de emitir cualquier tipo de juicio y condena.
Hay que saber llegar a la renuncia de todo aquello que nos es querido, y como
Abraham ponernos a plena disposición de Dios, hasta llegar al sacrificio de nuestro
propio hijo. Llegados a este punto en el camino progresivo de la meditación, podremos
llegar al pleno desprendimiento de uno mismo y de lo que nos es más apreciado.
Alcanzar la meditación como Abraham será adherirse mediante la fe a Aquello
que los trasciende todo.
Como último peldaño de ésta escalera nos llegará la meditación como Jesús.
Deberá ser el Espíritu Santo quien nos la enseñe, quien nos muestre todos los
sentimientos y el conocimiento de Cristo para atrevernos a llamar Abba al Dios
trascendente desde lo más profundo de nuestro corazón. Este meditar como Jesús
recapitulará todo el proceso que hemos ido aprendiendo hasta este punto, al alcanzarlo
nuestro corazón sobrepasará todos los límites, cielos y tierra se acercarán y el hombre
tenderá a buscar hacerse uno con Dios. El Evangelio se hará vivo en uno mismo y le
enseñará a rezar como hay que hacerlo. Nuestra meditación nos tiene que orientar a
lograr hacernos hijos para conseguir orar como el Hijo y llegar a tener la misma relación
que tiene Él con el Padre. Esto será sólo posible con la ayuda del Espíritu, solo Él nos
podrá dirigir hasta alcanzar nuestro objetivo, llegar a colocarnos en el principio del
camino de la oración hesicasta.

La oración a Jesús.
Este método de oración también será conocido por la oración del corazón y por
la obra espiritual, y se encontrará enraizada en el corazón de la tradición ascética y
mística del monaquismo contemplativo ortodoxo. Consiste en un método de oración
muy sencillo y ágil, el cual ha sobrepasado los propios límites de la institución
monástica llegando a estar también muy extendido en los ambientes laicos.
Sus orígenes se remontan a la espiritualidad de los Padres del desierto, aunque
históricamente podremos decir que se origina por la confluencia de dos corrientes
espirituales. Por un lado el culto bíblico de los Nombres de Dios, que hunde sus raíces
en una antigua tradición semita, y por otro la práctica de la oración jaculatoria de los
monjes del desierto del S IV.43
En la Sagrada Escritura nos encontraremos la teología del Nombre Divino
mediante la cual existirá una relación directa entre el Nombre de Dios y la
manifestación de su persona. El nombre aparece como un poder que auxilia. Esta visión
del Nombre de Dios abarcará tanto la tradición veterotestamentaria como la

43
Elisabeth Behr Sigel. La Iglesia reza. Ediciones DDB. Extraído de www.mercaba.org/fichas

13
neotestamentaria. En éste último nos encontraremos numerosas y diferentes referencias
al nombre de Jesús.44
El otro elemento al que tenemos que hacer referencia, será el de la oración
jaculatoria, la cual ya se encontrará extendida entre los monjes egipcios del desierto a
principios del S. IV. La práctica de ésta consistiría en una forma de oración breve y
frecuente, y que se pronunciaba de forma rápida.
Ésta oración jaculatoria ya fue definida teológicamente por San Agustín, siendo
las fórmulas más empleadas el Kyrie Eleison, o un verso o varios correspondiente a los
salmos.
En un momento más tardío, ambas tradiciones de oración quedarán unidas a
partir del desarrollo que experimenta, a partir del S. VI, la tradición del hesicasmo. Se
intentará buscar una técnica contemplativa que unifique y pacifique el interior del
hombre, en Cristo y mediante la ayuda del Espíritu. Podemos decir que la primera
evidencia que poseemos de una versión de la oración a Jesús se recoge en la Vida de
San Dositeo,45 quien nos indica que recibirá esta forma de meditación de manos de
Doroteo de Gaza,46 su padre espiritual.47
También en ésta época nos encontraremos con dos figuras fundamentales en la
transmisión de la oración a Jesús, la primera será S. Juan Clímaco48, quien en su obra
Escalera del Paraíso nos recomendará la idea que la meditación de Jesús debe ir unida
íntimamente a nuestra respiración. Ésta será una obra muy conocida en su época, y que
en la actualidad todavía es usada en los monasterios ortodoxos durante la celebración de
la Cuaresma, estando a su vez muy extendida entre los laicos. La segunda figura a la
cual debemos hacer referencia es a la de Hesiquio de Batos49, quien en sus dos centurias
sobre la sobriedad y la oración, nos irá descubriendo un método de hacer oración y de
obtener a su vez disciplina espiritual como medio de recobrar la belleza y justicia
original del alma. El recuerdo y la invocación ininterrumpida de Ntro. Sr. Jesucristo
producirá en nuestro interior un estado divino que prenderá la chispa de Dios en nuestro
corazón. Otra aportación de Hesiquio será la de colocar las bases que servirán como
referencia fundamental posterior para la aparición de las técnicas de oración psico-
físicas que se desarrollarán posteriormente.

44
Luis Fernando Figari. Métodos de Oración Católica. La Oración de Jesús. www.oracioncatolica.org
45
S. Dositeo será un asceta del monasterio de Gaza, que vive en torno a los S. VI y VII. En su juventud
estará alistado al ejército como soldado. En una misión en Getsemaní queda impresionado ante un cuadro
de los tormentos del desierto, lo cual cambia su vida, abandona el ejército, y se aísla en el monasterio de
Gaza bajo la dirección espiritual del abad Doroteo. Renunciará a la propia voluntad y a las cosas
mundanas para colocarse al pleno servicio de Dios. Como dato curioso se conmemora el 29 de Febrero.
Extraído de www.mercaba.org/santos y www.ewtn/spanish/saints.htm
46
S. .Doroteo de Gaza, nacerá en Palestina a finales del S.VI. Mal estudiante en su juventud. Entrará en el
monasterio de Gaza siendo abad el monje Seridio. Dentro del monasterio conoce a un maestro del que se
conoce que se llama Juan, el cual le cambia su actitud ante el estudio. Doroteo posteriormente afirmará
que para alcanzar el equilibrio al que estamos llamados como personas debemos unir la vida de
santidad al cultivo de ciencias y letras. Se le encomienda la tarea de cuidar a los ancianos y a los
enfermos, lo que le dotará de una fuerte y transformadora experiencia práctica. Fue nombrado abad del
monasterio donde vivió, escribiendo numerosas obras sobre la ascética en la vida monástica. Será maestro
de S. Dositeo. P. Felipe Santos. Santo Doroteo de Gaza. www.catholic.net/santoral.
47
Ídem nota 44.
48
S. Juan Clímaco, también será conocido como El escolástico debido a la formación en ciencias
seculares que recibió antes de entrar en el monacato, al cual accedería con tan solo 16 años. Será abad del
monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí. No se conoce con certeza las fechas de su nacimiento y de
su muerte, situándose estas a caballo entre los S VI y VII. Su método de oración también será considerado
como la espiritualidad del reposo. Extraído de www.luventicus.org
49
Monje ortodoxo que vive durante los S. VII y VIII. Será higúmeno o abad del monasterio de Batos del
Monte Sinaí. Aportará gran desarrollo al método llamado oración a Jesús. Ídem nota 44.

14
A partir del S. XII la oración a Jesús sufrirá un periodo de cierto eclipse, no
surgiendo de nuevo con fuerza hasta mediados del S XVIII, coincidiendo en el tiempo
con lo que se conocerá como el siglo de las luces y la razón. Este renacer de la oración
a Jesús vendrá impulsado por la publicación en 1783 de una recopilación de textos de la
tradición hesicasta bajo el título de Filocalia (amor a la belleza). La oración a Jesús se
difundirá rápidamente por todas las Iglesias Ortodoxas, saliendo al mismo tiempo del
marco monástico al que se había visto delimitado en sus comienzos.
Tras la Revolución Rusa de 1917, la emigración provocará que la oración a
Jesús penetra en las Iglesias y confesiones occidentales, especialmente en la Anglicana.
En este nuevo contexto encontrará una nueva forma de espontaneidad que la acercará de
nuevo al espíritu original.
Al hacer referencia a Hesiquio de Batos, hemos hecho mención al método de
oración psico-físico. Ésta técnica nos llevará a buscar la obediencia del corazón y la
presencia constante de Dios en nuestra conciencia, lo cual nos permitirá una relación
directa con Él. Habrá que insistir en la liberación de toda preocupación, dirigiendo la
atención hacia dentro de uno mismo hasta obtener que nuestra mente se centre sobre ese
lugar con objeto de encontrar a Jesús en nuestro propio corazón. Esta técnica nos llevará
a liberarnos de las pasiones y a recogernos interiormente, ayudados en parte por algunas
técnicas corporales. Esta técnica será desarrollada claramente tanto por Simón o Simeón,
el nuevo teólogo50 en el S. X, como por Nicéforo el hesicasta o el solitario51 durante los
S. XIII y XIV.
Podemos decir que la forma exterior o material de la oración a Jesús, será la
repetición con la mayor frecuencia posible del nombre de Jesús, la fórmula más
utilizada sería Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi pecador, acompañando
esta con un acompasamiento de la respiración. La esencia espiritual de esta consistirá en
descender con la inteligencia hasta el corazón, llegando, mediante la purificación del
pensamiento y el recuerdo constante de Jesucristo, a una iluminación interior por la
gracia divina y la toma de conciencia de la inhabitación mística que se produce en
nosotros por parte del Espíritu Santo.
Sus defensores la consideran por una parte como medio de oración y por otra el
fin último de la vida espiritual. Medio porque las palabras sirven de ayuda al espíritu
débil a superar el sufrimiento de no ser capaz de colocar y fijar su atención en un solo
objeto. El gran mal deviene del desorden interno provocado por la caída, haciendo que
se dispersen los pensamientos y sentimientos y que el hombre se muestre incapaz de
fijar su espíritu en Dios. Mediante la oración de Jesús, se tiende a recuperar esa unidad
espiritual perdida, ya que resumirá en pocas palabras la esencia de la fe y porque el
Nombre de Cristo comunica al hombre la fuerza de la gracia divina.
Pero el método no se debe colocar como la cuestión central y primordial, debe
ser una ayuda para obtener la plena concentración en la oración. Según el teólogo
ortodoxo Kallistos Ware,52no podemos limitarnos a considerar el método como la
50
Nace en Galacia en la región de Paflagonia en Asia Menor en 949, en una familia noble. De joven
vocación, su vida transcurrirá por numerosos monasterios cercanos a Constantinopla. Reclamará atención
a la vida espiritual, centrando su reflexión sobre la presencia del Espíritu Santo en los bautizados y sobre
la conciencia que se debe tener de este hecho y de la vida espiritual. Benedicto XVI. Vidas místicas;
Simeón, el nuevo teólogo. Extraído de Zenit (2009). www.misticavita.wordpress.com
51
Nacerá en Italia a finales del S. XIII, viviendo su vocación como monje en el Monte Athos. Allí será
maestro y guía de Gregorio Palamás. Fallece sobre 1340. Será el primer autor que hable extensa y
concretamente de la oración a Jesús, relacionando el proceso con una técnica de respiración que nos
ayude a interiorizarnos. www.monasteriovirtuale.it
52
Kallistos Ware, también conocido con su nombre original Timothy Ware. Nacido en Gran Bretaña en
1934 y bautizado en la fe Anglicana. A los 24 años abrazará el Credo Ortodoxo. Permanecerá durante
mucho tiempo en el Monasterio de S. Juan Evangelista de Patmos, frecuentando también lugares

15
cuestión central, sino que este deberá ser contemplado como ayuda para la
concentración en la oración. Tampoco se pude olvidar que el contexto para la oración es
la fe. Se requerirá una cooperación por parte del hombre por medio de una fe activa y
un fuerte refuerzo mediante prácticas ascéticas. No podemos abandonar este campo ya
que reduciríamos mucho la cuestión, y la relegaríamos a la categoría de simple yoga o
mantra cristianos.53
A modo de resumen podríamos indicar que la práctica de esta oración del
corazón puede llegar a tener tres aspectos o gradaciones distintos. 54 En primer lugar nos
encontramos con la Oración vocal, la cual se traducirá en un esfuerzo de repetirla con
los labios y no sólo con la mente, aunque con la condición de ajustar a él, el estado del
alma, viviendo en paz y amor con todos, guardando los mandamientos y manteniendo la
humildad y la castidad. En un segundo momento nos encontraremos con la Oración
mental o psíquica. En este proceso la mente comienza a profundizar esta oración que se
repite sin cesar, concentrándose en el Nombre de Jesús, descubriendo el poder de Cristo
que en ella va oculto. La mente consigue la liberación de sus cuestiones ordinarias y se
coloca en posición para acceder a la contemplación de Dios, preparándose para captar la
suavidad y la dulzura del Nombre de Jesús. El último peldaño de esta gradación lo
encontraremos en la Oración espiritual, que se desarrollará en el interior del alma,
penetrando en el fondo del ser interior del hombre y lo dejará aturdido. El espíritu
humano se siente transportado en una luz divina que le permitirá desarrollar la oración
dentro del corazón, constantemente, sin esfuerzo alguno. La luz que nos comunica el
Nombre de Jesús ilumina todo el universo por medio del alma humana. Este estado
resultará difícil de describirse con palabras, es el prototipo de la presencia de Dios en
todos.

El Palamismo.
A partir del S.XIV, la Iglesia Ortodoxa Griega vivirá un periodo de creciente
decadencia provocada principalmente por la pérdida constante de territorios y poder que
sufría el Imperio Bizantino a manos de diferentes invasores. Como reacción a este
periodo decadente surgirá, dentro de la tradición espiritual hesicasta, el movimiento
palamista de la mano de Gregorio Palamás55
Para el palamismo, el hombre entero será capaz de participar en la oración pura
dentro del marco de los Sacramentos de la Iglesia, tras la Encarnación del Verbo en la
persona de Jesús. Cristo, al unirse a la hipóstasis humana, se hace uno en cada uno de
nosotros mediante la comunión en la Eucaristía, y confundiéndose en nosotros, nos hará
importantes del desarrollo espiritual ortodoxo como Jerusalén y el Monte Athos. En 1966 se ordena
sacerdote y se tonsura como monje. En 1982 es consagrado Obispo de Diokleia, siendo nombrado
asistente del Patriarcado Ecuménico de la Iglesia Ortodoxa Griega de la Arquidiócesis de Thyateira y
Gran Bretaña. Será autor de numerosos escritos siendo representante de la actual teología de la Iglesia
Ortodoxa Griega. Extraído de http://orthodoxwiki.org
53
Ídem nota 44.
54
Ídem nota 14.
55
S. Gregorio Palamás, monje, teólogo y filósofo bizantino. Nacerá en 1296 en Constantinopla dentro del
seno de una familia de la aristocracia de Asia Menor. En 1316 abrazará la vida monástica en los
eremitorios del Monte Athos y en 1326 será ordenado sacerdote en Tesalónica. Será nombrado abad del
monasterio de S. Sabas del Monte Athos. durante un periodo de su vida su doctrina será declarada
herética, siendo encarcelado por ello. Se compromete en la lucha contra Barlaam de Calabria,
colocándose de parte de los monjes hesicastas. Desarrollará tesis neoplatónicas contra el tomismo
occidental de la época. Su obra servirá para el vital desarrollo de la mística y el monaquismo ortodoxos.
El final de su vida lo dedicará a luchar contra las injusticias sociales en nombra de la pobreza evangélica.
También será hecho cautivo por los otomanos. Será canonizado diez años después de su muerte en 1369.
Extraído de http://es.wikipedia.org y de Boris Bobrinskoy. Gran enciclopedia Rialp. Editorial Rialp. 1991.
www.iglesiaortodoxa.cl

16
capaces de convertirnos en templo para la Trinidad entera. No existirá ningún tipo de
oposición entre la mística hesicasta del recogimiento interior y de la concentración de
facultades en el corazón, y una visión sacramental de la participación en los misterios
de la Iglesia, como obligación de vida para todos los cristianos.
El hombre será promovido a la filiación divina, adquiriendo en Cristo los dones
que proporcionará el Espíritu Santo. En esta participación como hijos en el Hijo se debe
comprender la experiencia hesicasta de la luz tabórica como representación de la gracia
divina.
El palamismo también recogerá la distinción existente en la teología oriental
entre la esencia divina, la cual se muestra incognoscible e inconmensurable, y las
energías divinas increadas, mediante las cuales Dios se manifestará y se entregará a la
criatura, quedando al mismo tiempo incognoscible. Ésta división no implicará división
alguna en Dios, sino que Éste se hace plenamente presente en las energías que lo
manifiestan, en las cuales se mostrará accesible a sus criaturas. Por medio de éstas
energías se manifestará el amor infinito de Dios vivo, el cual hará partícipes a la criatura
de su gloria y de su luz, dentro de un marco soteriológico.
Todo conocimiento de Dios es al mismo tiempo participación de Dios mediante
su gracia, la cual nos hará partícipes de su naturaleza trascendente e inefable,
transformándonos en seres divinizados. Introducirá la distinción entre la esencia de Dios
y las energías creadas comunicadas para no tener que aceptar, en su teoría de la
divinización por la gracia, como hacía la escolástica latina, la existencia de una gracia
creada inherente al hombre.
El palamismo se convertirá en la línea fundamental y en la doctrina oficial que
sustentarán la teología posterior de la Iglesia Ortodoxa Griega, en un primer momento,
y de toda la Iglesia Ortodoxa, especialmente la de habla griega, más posteriormente.
Será considerado como un elemento diferenciador entre la teología latina y la teología
ortodoxa, habiéndose convertido esta corriente en la interpretación ortodoxa dentro de
la Iglesia Ortodoxa.56

María, la Théotokos.
En relación a la devoción y el culto a María podremos encontrar ciertas líneas
diferenciadoras y que caracterizan la espiritualidad ortodoxa respecto de la Iglesia
Latina, y que afectarán a determinadas formulaciones sobre el lugar y el papel de María
en la economía de la salvación.
En el oriente cristiano el atributo mariano que mejor se puede destacar es el de la
identificación de María como la Madre de Dios o Théotokos.
Esta definición fue proclamada y determinada como dogma de la fe cristiana
durante el desarrollo de las controversias cristológicas que se originaron entre los S IV y
V de nuestra era, las cuales provocaron la convocatoria de varios Concilios Ecuménicos
frente a las distintas corrientes heréticas que iban surgiendo dentro de la Iglesia, como
por ejemplo el nestorianismo o el arrianismo entre otras. Sería en el III Concilio
Ecuménico, celebrado en Éfeso el año 431 el que reconocería a María como Madre de
Dios.
Posteriormente sería S. Juan Damasceno uno de los teólogos que más
desarrollarían lo esencial de la fe cristiana en María, Virgen y Madre de Dios. Este
afirmará que el mismo nombre de Théotokos concentrará todo el misterio de la
economía salvífica divina. El sí de María a la Concepción y Encarnación del Verbo, se
transformará en el sí de toda la humanidad ante la propuesta de liberación que ofrece el
plan de Dios. Anteriormente a estas controversias ya S. Justino y S. Ireneo de Lyon, en
56
Y. Spiteris y G. Ostrogosky. Palamismo. www.mercaba.org

17
el S. II habían desarrollado el paralelismo bíblico existente entre las figuras de María y
Eva.
No será hasta el S. XI cuando se retome la cuestión por la teología bizantina,
concretamente por Miguel Psello.57
María quedará configurada como la nueva Eva, y como madre de todos los
vivos. También quedará reconocida como el icono de la Iglesia que recibirá al Verbo de
Dios.
Sin Cristo, la unión entre Dios y el hombre queda imposibilitada, pero sin María
tampoco la humanidad podría acceder a la salvación y a la deificación. María será
elegida desde antes de su nacimiento y engrandecida por la prioridad de Dios hacia Ella,
aunque esto no le hará quedar exenta de pecado.
Para la espiritualidad ortodoxa esta exención que la Iglesia Católica reconoce en
María mediante la proclamación del Dogma de su Inmaculada Concepción, cortaría a
María sus raíces humanas, disminuyendo su grandeza natural y su libertad y debilitando
de este modo la acción salvadora del Verbo.
En los S XVIII y XIX, tanto Serafín de Sarov, como San Siluán, nos mostrarán a
María como una figura fundamental para el inicio a la Oración a Jesús. La Madre de
Dios será la primera que pronuncie el nombre de Jesús, lo cual la situará como
iniciadora y modelo para la vida espiritual. Esta tradición, comenzada originariamente
como modelo en los monasterios ortodoxos, trascenderá el límite de los mismos y se
extenderá como una tradición perpetuada dentro de toda la Iglesia Ortodoxa.

El culto a los iconos.


El término icono proviene del griego ε ι κ ο ν y significa retrato. El culto a
los iconos exigirá un profundo estudio por la influencia que este ha ejercido siempre
sobre la espiritualidad ortodoxa, dando respuesta a algunas características de la
idiosincrasia del cristianismo oriental. El culto a los iconos llevará una gran carga de
simbolismo, alcanzando, al mismo tiempo un alto, un alto significado teológico.
El icono oriental se ha convertido en una cosa sagrada con cierta carga de
misterio, convirtiéndose por sí mismo en un sacramental. En él se hallará siempre la
esencia de aquello que es retratado, proporcionando una contemplación mística de lo
divino. La concepción del icono se enraizará en lo más profundo de la teología oriental.
Para el cristianismo ortodoxo el Hijo se entenderá como icono del Padre,
mientras que el Espíritu Santo lo será del Hijo. Por último, el hombre, creado a imagen
y semejanza de Dios, cuando está en plena gracia con Él, se muestra como icono de la
magnificencia divina.58
El icono queda constituido en la tradición oriental cono un elemento sagrado y
santo que sobrepasa lo simplemente piadoso, no constituye parte de la decoración, ni
siquiera pasará por ser una mera ilustración para la Sagrada Escritura, éste será
considerado como parte integrante de la liturgia, un medio fundamental para conocer a
Dios y unirse a Él, su presencia en la experiencia litúrgica se mostrará esencial y
ayudará en la contemplación del Reino de Dios.
Apoyado en la teología de la Encarnación del Verbo en el hombre que nos
permite contemplar la revelación de la gloria de la Trinidad y la presencia de Dios en el
mundo, el icono se mostrará como un elemento santificador y transformador para la
vida del creyente. Debido al ambiente simbólico en el cual se mueve el cristianismo

57
Teólogo, humanista, político, filósofo e historiador bizantino. Su primer nombre sería Constantino,
cambiando su nombre por el de Miguel al pasar a practicar la vida monástica. Será un personaje de fuerte
influencia política. Nacerá en 1018 y fallecerá en 1078. Extraído de www.wikipedia.org
58
Ídem nota 14.

18
oriental, la oración ante el icono se realizará como si se hiciera delante de la presencia
del mismo Cristo, colocándose la conciencia humana delante de la realidad misma que
se representa mediante este.
Existirá complementariedad entre la Revelación y la imagen sagrada. Lo que nos
llega a los oídos mediante la Palabra, nos llega a los ojos mediante el icono. Según
palabras de S. Juan Damasceno, lo que representa la Biblia para las personas
instruidas lo es el icono para los analfabetos.
El icono contiene en sí mismo una fuerza exclusiva, fruto de la gracia y la
presencia de aquello que comunica, debiendo contemplarse como un memorial, como
un lugar de encuentro con el Misterio.
Al mismo tiempo también existirá relación entre el icono y la Eucaristía,
sirviendo de ayuda en el mantenimiento de la vida en la gracia que nos produce la
comunión eucarística, haciendo visible el don que mediante Ésta adquiriremos. La
Eucaristía será más alta expresión de la presencia de Cristo entre nosotros y de la
comunión de los Santos. La imagen nos revelará la plenitud de lo que se realizará en la
celebración del misterio eucarístico.
Al icono se le podrán atribuir tres características según la teología oriental59;
verdadera en cuanto sus rasgos tienen que corresponder exactamente a la palabra que
ilumina y que la imagen misma hace visible; milagrosa en cuanto hace ver las
maravillas de Dios, aunque a veces se trata de una imagen con una cualidad carismática,
de ser fuente de gracias sobrenaturales y de manifestación milagrosa; acherópita60
porque no tiene que responder a ser una obra simplemente humana, hecha de manos de
humanas, sino hechas por manos de hombre inspiradas por Dios, con un sentido
profundo brotado de su Palabra y la Tradición de la Iglesia.
Diferenciándose de la teología occidental, que considera a la imagen como un
simple recuerdo o un medio sensible que solamente debe ayudar a concentrar la
atención, la teología oriental considerará al icono como la presencia concreta y sensible
de una realidad invisible a la cual hace presente. Aunque también cabe matizar que ésta
presencia no es ni material, ni física, pero sí que contiene una gran eficiencia espiritual.

Rasgos esenciales de la espiritualidad cristiana oriental.


Hasta este punto hemos intentado desarrollar diversos aspectos de la
espiritualidad de nuestros hermanos separados de la cristiandad oriental. A partir de
ahora iremos desarrollando una especie de síntesis que nos permita precisar el
denominador común que subyace a lo largo de todos los aspectos de la espiritualidad
ortodoxa.
Los Padres orientales desarrollarán más claramente el concepto de divinización o
deificación del hombre que la teología latina. La finalidad última de la vida del hombre
será la unión plena con Dios. Este concepto significará, desde un primer instante, la
participación en la vida de Dios por medio de la gracia. En esta divinización se situará
la verdadera finalidad del hombre, la cual, una vez obtenida, perdurará por toda la
eternidad, siendo al mismo tiempo el lugar donde se produce el cumplimiento del Reino
anunciado en primer lugar por la Ley y los Profetas, y en última instancia por Cristo.

59
La teología del icono. www.elarcadenoe.org/iconos.
60
Vocablo de origen griego, α χ η ε ι ρ π ο ι ε ι ν , que significará no hecho por mano humana.
Se utilizará, sobre todo para los iconos que según la tradición son atribuidos a una fuente milagrosa o
divina, siendo considerados al mismo tiempo como reliquias. Como ejemplo también podemos citar La
Sabana Santa de Turín y La Virgen de Guadalupe de México. http://it.wikipedia.org.

19
La incorporación del hombre a Cristo y su unión con Dios necesitarán la
cooperación de la gracia divina y la voluntad del hombre. La idea de gracia en la
espiritualidad ortodoxa ha mantenido la significación originaria del término griego
kharis (κ η α ρ ι σ ) , belleza luminosa, regalo, don, serenidad o armonía.
Orígenes aportará la idea de un fortalecimiento de la energía de nuestra voluntad
debido a la acción de la gracia, pero sin destruir al mismo tiempo nuestra libertad y
Clemente de Alejandría aportará el término synergeía (σ ι ν ε ρ γ ε ι α ) , que
significará cooperación, para expresar la acción conjunta de la voluntad humana y
gracia divina y que será el que ha perdurado en la teología ortodoxa para resumir esta
visión. Esta distinción entre ambos elementos y la interpretación que hará la teología
oriental, ayudará a comprender como pueden converger, en la vida espiritual, los
elementos místico y ascético.61
Otro aspecto a destacar radicará en la oración, como instrumento necesario para
la salvación. Esta se mostrará, según Juan Casiano,62 mediante una gradación en tres
escalas ascendentes, la súplica, o petición por uno mismo, la intersección o petición por
los demás y la acción de gracias. Este proceso representará el itinerario completo de la
vida espiritual, radicando la importancia final en lo que de amorosa tenga la oración.
En relación a lo que en la teología ortodoxa se denominan santos misterios,
podríamos iniciar comentando que la Iglesia Ortodoxa conoce como mystérion, lo que
en la Iglesia Occidental conocemos por sacramentum. Éstos serán considerados como
instrumentos de la gracia. Aunque no sean considerados como el fin, ni el elemento
esencial de la vida espiritual, tendrán gran importancia, para lo cual deben ser bien
comprendidos.
En los misterios se reconocerá una realidad espiritual unida intrínsecamente a los
signos visibles, la cual emanará directamente de las mismas gracias que les fueron
concedidas por Cristo. En ellos se reunirán un aspecto místico y un aspecto ascético. El
primero vendrá dado, emanando de la misma concepción que los ortodoxos tienen de la
mística, por la objetividad que le viene a la gracia desde Jesucristo y nunca como
resultado del esfuerzo humano, y el segundo, partiendo a su vez de la concepción
ortodoxa de la ascesis, se originará en la consciencia y preparación del alma humana
que los recibe. La Iglesia ortodoxa se negará, de forma rotunda, a establecer reglas que
conciernan, tanto a la forma de aproximación a los santos misterios, como a la
declaración detallada sobre la naturaleza de los mismos, evitando dar definiciones
oficiales precisas en relación a estos. Según la teología ortodoxa, apoyada para ello en
su visión pneumática, se pretende seguir manteniendo el mysterion como misterio. Este
desarrollo de la teología sacramental por parte de la teología oriental, se podría definir
desde el axioma escolástico, surgido en la teología occidental, que afirma que Dios no
está ligado a los sacramentos, sino que está por encima de estos (Deus non alligatur
sacramentis). Los Padres griegos recordarán que Dios está por encima de cualquier
institución, por sagrada que sea y que no necesita de signos exteriores por muy útiles

61
Lo esencial de la espiritualidad ortodoxa. www.luzortodoxa.blogspot.com
62
Juan Casiano, nacido entre 360 y 365 y fallecido en 435. Sacerdote, asceta, Padre de la Iglesia y
maestro de vida monástica. Recibió el ministerio del diaconado de S. Juan Crisóstomo en Constantinopla
y la ordenación sacerdotal en Roma del Papa Inocencio I. Fundará en 415 la abadía de S. Víctor de
Marsella. Aunque S. Benito recomendó a sus monjes la lectura de sus escritos, usando estos como
fundamento para sus reglas, su doctrina influyó posteriormente en el semipelagianismo por el papel que le
daba al libre albedrío. Mientras que en la Iglesia Ortodoxa es venerado como santo, por sus posiciones
sobre la gracia que sitúa a la teología ortodoxa en una posición más cómoda que en la postura de S.
Agustín, en occidente solo es venerado en la zona de Marsella. Extraído de www.wikipedia.org y
www.biografiayobras.com

20
que sean. Para ellos cuidar la Palabra de Dios es tan importante como acercarse a los
santos misterios.63
La vida espiritual se entenderá diferenciada en tres vías. Esta gradación de la
misma, aunque muy desarrollada posteriormente por la Iglesia occidental, se originará
en la Tradición del oriente cristiano, remontándose la misma a los tiempos del Pseudo-
Dionisio.64S. Basilio y S. Juan Casiano distinguirán entre debutantes, iniciados y
perfectos. En la Escuela de Alejandría, los tres grados serán diferenciados por tres tipos
distintos de cristianos; el eisagogikas o aquel que realiza la praxis de las virtudes, el
mésos que se dedica a la contemplación de Dios en los seres y en las cosas, controlando
al mismo tiempo sus pasiones y el teleíos que se encuentra ya cualificado para el
verdadero conocimiento experimental de Dios.
Aunque la denominación sea diferente, si confluirán en todas las escuelas esta
triple escala y la consideración que no existe una auténtica diferenciación entre los
distintos grados. El alma pasará de uno a otro de una forma insensible, resultando esta
ascensión a través de los mismos un reflejo de los tres estados en que esta se puede
encontrar, y que sirven, en realidad, como señales a nuestra existencia humana.
Nicolás Cabásilas adelantará que podremos distinguir también estos tres
procesos dentro del discurrir de la vida de un cristiano, el Bautismo, la Confirmación o
unción con el Crisma y la Eucaristía. Ésta idea será asumida para sí por toda la Iglesia
oriental, desarrollándola en la obra el Ritual, el cual se constituirá como un tratado
autorizado en materia espiritual. Los santos misterios se presentan en el orden
ascendente de la santificación del alma. Los tres misterios se mostrarán como las tres
etapas del camino que lleva hasta Dios. Los restantes sacramentos o sacramentales
también se verán ligados directamente con estos tres de una forma u otra.
La Santa liturgia, tomada en su sentido estricto, es decir la Eucaristía o Cena
del Señor, también reflejará este triple proceso mistérico-vital. La primera parte, a la
cual pueden asistir los catecúmenos, llamada también liturgia de los catecúmenos, se
identificará con el Bautismo. La parte de la anaphora y que finaliza en la epiklésis (o
invocación al Espíritu Santo sobre los dones eucarísticos) nos evoca la Confirmación o
sacramento del Espíritu, y por último, la parte de la liturgia correspondiente a la
Comunión es la misma Eucaristía o la Cena del Señor.65
Para finalizar esta aproximación que hemos venido realizando a la tradición
espiritual oriental, resaltaremos una serie de rasgos que pueden destacar dentro de la
misma y que la caracterizarán.
En primer lugar, y como ya habíamos comentado al principio de nuestro estudio,
la teología ortodoxa destaca la línea apofática, destacando aquello que Dios no es, para
mostrar lo que sí es. Esta apofasis, al contrario que la catafasis66 latina que recurrirá a
enumerar y describir los nombres y atributos divinos, retirará de la divinidad todo lo que
la recubre intentando hablar de ella desde una visión más intrínseca.67
Manteniéndonos dentro de este gusto apófatico de la teología oriental veamos
pues que características no presenta esta.
No es una espiritualidad historicista, manteniéndose al margen de cuestiones
arqueológicas o dataciones históricas. Interesa transmitir la Tradición antes que la
63
Ídem nota 60.
64
El Pseudo-Dionisio será un anónimo teólogo bizantino de los S. V y VI d. C. que firmó sus obras como
Dionisio areopagita, considerado éste último como el único griego convertido tras la predicación del
Apóstol San Pablo en el areópago de Atenas. www.wikipedia.org
65
Ídem nota 60.
66
Para profundizar sobre la diferenciación en ambos caminos ver Leonardo Dimarco. Dos caminos:
apofático y catafático en http://ocarg.wordpress.com.
67
Jean Bies. Rasgos de la tradición espiritual oriental. Extraído de http://usuarios.lycos.es

21
crítica y comentario subjetivos de textos. Incluso muestra cierto rechazo a los
simbolismos que la Iglesia latina extrae de la vida humana del Jesús histórico.
Tampoco será una tradición dolorista, para la cual, la imitación o dramatización
de los sucesos de la Pasión es simplemente anecdótica. Se contempla en Cristo el
arquetipo de humanidad, irradiando desde la cruz la alegría de la Pascua. La muerte y el
sepulcro revisten un carácter triunfal, el nacimiento de la nueva humanidad como
vencedora del Infierno.
También evita ser transformista, haciendo las ideas de evolución y desarrollo del
dogma que lo hace más complejo, una cuestión desconocida. Todo ha sido proclamado
una vez y de una vez por la Escritura, precisado por los siete primeros Concilios
Ecuménicos y concretizado en el Credo de Nicea-Constantinopla. El único método de
actualización y perpetuación de la Verdad es vivir acorde a ésta.
Evita ser proselitista, esperando paciente a que se le acerquen los que están en el
exterior. No desconoce la Palabra de Cristo sobre la evangelización, pero también
reconoce, como dijo Él mismo, que hay corderos que no son de éste rebaño, aceptando
la teoría de las semillas del Logos de Justino, por la cual hay hombres, que aun no
conociendo a Cristo, caminan mediante Ésta hacia su salvación.
Otro rasgo que la caracterizará es el no ser intelectualista o intelectiva, evitando
enumerar dogmas en forma de definiciones concretas. Mejor que la especulación
reflexiva se situarán, la puesta en práctica, la liturgia y la oración.
Por último habría que resaltar que evita cualquier tipo de dualismo, resaltando,
por ejemplo, la comunión bajo las dos especies de sacerdotes y laicos, la práctica de la
oración por parte de todos o la no existencia de una oposición absoluta entre lo creado y
lo increado.

Conclusión.
A modo de pequeña conclusión, podemos determinar que aunque existen
elementos diferenciadores entre la espiritualidad que emana de la Iglesia latina y de la
Iglesia oriental, también podemos encontrar rasgos que las unen y las hacen
prácticamente hermanas.
El nacimiento de ambas procederá originariamente del tronco común de las
fuentes patrísticas, las cuales han servido como base para el posterior desarrollo del
pensamiento cristiano. Las principales diferencias provendrán prácticamente de
cuestiones de desarrollo y diferenciación cultural y de la separación originada hace ya,
prácticamente un milenio.
Las líneas marcadas por el movimiento ecuménico deberían de servir como guía
fundamental para evitar el ahondamiento de la separación, buscando las características
que unen a ambas en lugar de las que nos separan. Tanto la espiritualidad de occidente
como la de oriente son dos caras de una misma moneda, pudiéndose afirmar que ambas
pueden llegar a resultar complementarias.
Comentario de texto.

Las fases de la purificación.


La disciplina del cuerpo unida a la quietud purifica al cuerpo de los elementos
materiales que encierra. La disciplina del alma la hace humilde y la purifica de los
movimientos materiales que la llevan hacia las cosas perecederas, cambiando su
naturaleza apasionada en movimientos de contemplación. Esta contemplación lleva al
alma a la desnudez del intelecto, llamada contemplación inmaterial: se trata de la
disciplina espiritual. Ella eleva al intelecto por encima de las cosas terrestres y lo
acerca a la contemplación espiritual primordial; lo inclina hacia Dios por la visión de

22
su gloria inefable haciéndole disfrutar espiritualmente de la esperanza de las cosas
futuras con el pensamiento detallado de lo que ellas serán.
Los trabajos físicos llevan el nombre de «disciplina corporal en Dios», pues sirven
para purificar el alma para un servicio perfecto, que se expresa en obras personales
destinadas a purificar al hombre de la sanies de la carne.
La disciplina del alma es el trabajo (o el esfuerzo) del corazón. Es el pensamiento
incesante acerca del juicio, acompañado de una constante oración del corazón, acerca
de la providencia de Dios y del cuidado que él toma por este mundo, en detalle y en
conjunto. Se trata de una atención sobre las pasiones del alma para impedirles
introducirse en el lugar secreto y espiritual. Tal es el trabajo del corazón o disciplina
del alma...
La pureza del corazón consiste en estar limpio de toda mancha; la pureza del alma, en
estar libre de toda pasión escondida en el espíritu; la pureza del intelecto en ser
purificado por la liberación de toda emoción frente a los objetos que caen bajo el
dominio de los sentidos.
Entre la pureza del intelecto y la pureza del corazón existe la misma diferencia que
entre un miembro particular del cuerpo y el cuerpo en su conjunto. El corazón es el
órgano central de los sentidos interiores, el sentido de los sentidos, porque él
constituye la raíz. «Si la raíz es santa, también las ramas» (Rom 11, 16). Pero la raíz
no será santa si sólo es una rama del ser.
Ahora bien, con un uso modesto de la Escritura unido a una cierta práctica del ayuno y
de la soledad (hesychia), el intelecto olvida su antigua ocupación y resulta purificado
resistiendo a sus costumbres extrañas. Pero también se necesita poco para mancharlo.
El corazón se purifica gracias a grandes esfuerzos, mediante la privación de todo
contacto con el mundo y por una mortificación universal. Pero, una vez puro, su pureza
no es ya manchada por el contacto de las cosas insignificantes; entended que tampoco
teme los compromisos severos.
Isaac de Nínive 68

En el desarrollo que se experimenta a lo largo del proceso de búsqueda de la


perfección y la purificación, el autor nos llevará por un triple camino disciplinario, que
comienza en la práctica de la disciplina del cuerpo, luego pasará a cultivar la disciplina
del alma para acabar terminando en la del espíritu.
Mediante el cultivo de la disciplina corporal se luchará contra las seducciones
externas por las cuales nos vemos arrastrados. Esta disciplina nos llevará por medio de
trabajos físicos a intentar superar las tendencias hacia las cuales nos arrastra la carne,
buscando desviar nuestra atención de las inclinaciones materiales.
La disciplina del alma nos llevará a, una vez controladas las tentaciones terrenas,
arrastrándonos hacia un movimiento de contemplación. Se concentrará en un esfuerzo
del corazón, acompañado de una constante oración, tratando de dominar las pasiones del
alma para alcanzar su pureza. El corazón buscará mantenerse libre de toda mancha, el

68
Isaac de Nínive o el Sirio. (640-700). Nace en Beit Qatraye (la actual Qatar) a orillas del Golfo
Pérsico. Monje, asceta, Obispo y teólogo nestoriano escritor de numerosos documentos que trascenderán
la limitación del ámbito del nestorianismo. Considerado Santo por la Iglesia Ortodoxa. Tendrá gran
autoridad como maestro de vida ascética. Fue ordenado Obispo de Nínive, renunciando a los nueve meses
para evadirse al Monte Mutuo donde vivió como anacoreta. Sus escritos tendrá gran influencia
posteriormente en la espiritualidad rusa. Extraído de www.wikipedia.org y http://cristopolis-
cristopolis.blogspot.com

23
alma tenderá a liberarse de toda pasión y el intelecto se liberará de toda emoción fuerte
que lo haga caer bajo el dominio de los sentidos.
Mediante la disciplina espiritual se elevará al intelecto por encima de cualquier
tendencia hacia lo material y terreno y lo lleva a la contemplación espiritual primordial,
o sea, hacia una inclinación hacia Dios, haciéndole obtener un disfrute espiritual a
través de la esperanza en los bienes futuros.
Una vez obtenida la purificación del corazón por medio de grandes esfuerzos, se
prescindirá del contacto con el mundo y con las cosas que lo llevan a la mortificación.
Esto le llevará a evitar ser manchado por aquello que sea insignificante, no temiendo
evitar compromisos que le afecten de forma permanente.
La purificación intelectual nos llevará a olvidar la antigua ocupación de esta,
sobreviniéndose a las costumbres que les son extrañas, lo cual se podrá conseguir
mediante el uso de la Escritura y la práctica del ayuno y el retiro a la soledad.
Como vemos en el texto, se vuelve a hacer patente la triple vía que caracteriza a
la vida espiritual. Un camino que nos lleva hacia un ascenso progresivo, el cual va
desde el control de las pasiones más mundanas hacia lo material, hasta llegar a controlar
los desvíos del espíritu. Este proceso se irá mostrando a través de un camino en el que
no se diferenciaran sus etapas de una forma determinada, sino que los tres estados
quedarán perfectamente encadenados entre ellos. A medida que se va alcanzando un
estado, se tiende a pasar al otro de tal forma que no deberá existir la posibilidad de dar
un paso hacia atrás.
Esta tendencia de diferenciar la vida espiritual en tres estados se desarrollará,
como ya hemos visto a lo largo de nuestro estudio, en prácticamente todas las escuelas
de espiritualidad posteriores, ya sean de la Iglesia oriental o de la latina, y aunque varíen
entre ellas en las formas externas no lo harán en la esencia de la misma.
Todo proceso espiritual, como el que hemos visto en el texto, nos llevará a
buscar la purificación de todo nuestro ser, comenzando desde lo más superficial de éste,
hasta ir ahondando para alcanzar en lo más profundo de nosotros la unión íntima con
Dios.

Miguel Ángel Jaén Torres.


BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA.

Daniel de Pablo Maroto. Historia de la espiritualidad cristiana. Editorial


Espiritualidad. Madrid. 2003.
Documento completos del Concilio Vaticano II. Editorial Mensajero. 18ª
edición. Bilbao. 2001.
Diccionario de la Lengua Española. Editorial Espasa. 22ª edición. (Edición en
CD-ROM multiplataforma. Versión 1.0).2003.
Cebriá M. Pifarré OSB. La santidad en el oriente cristiano. Anuario de Historia
de la Iglesia. Universidad de Navarra. 2003.

24
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www.wikipedia.org
www.aciprensa.com/Cardenales
www.orthodoxworld
www.biografiasyvidas.com
www.redalyc.com
www.fatheralexander.org
www.lamesadesalomon.com
www.canalsocial.net
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www.iglesiaortodoxa.cl
www.elarcadenoe.org/iconos
http://ocarg.wordpress.com
http://orthodoxwiki.org
http://it.wikipedia.org
http://redalyc.uaemex.mx
http://opusdei-testimonios.blogspot.com
http://luzortodoxa.blogspot.com
http://gloryandhonour.blogspot.com
http://cristopolis-cristopolis.blogspot.com

ÍNDICE

Pág. 01…..Introducción.
…..La tradición de la espiritualidad oriental.

Pág. 02…..Fuentes históricas en la espiritualidad ortodoxa.

Pág. 03…..Principales temas de la espiritualidad ortodoxa.

Pág. 05…..Escuelas de la espiritualidad ortodoxa.

25
Pág. 06…..Desarrollo del monaquismo.

Pág. 10…..El hesicasmo y la oración a Jesús.

Pág. 12. El sistema hesicasta.


Pág.13. La oración a Jesús.

Pág. 16…..El Palamismo.

Pág. 17…..María, la Théotokos.

Pág. 19…..El culto a los iconos.

Pág. 20…..Rasgos esenciales de la espiritualidad ortodoxa.

Pág. 22…..Conclusión.

Pág. 23…..Comentario de texto.

Pág. 25…..Bibliografía y webgrafía.

26

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