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PANORAMA GENERAL

Ecología industrial
y metabolismo
socioeconómico:
concepto y
evolución histórica.

J. MARTÍNEZ-ALIER
Universitat Autónoma de Barcelona

La consolidación internacional de la Ecología Industrial como campo 15


de estudio ha ocurrido en los últimos quince años. Sus antecedentes
vienen de muchos años atrás, cuando algunos autores empezaron a
usar la idea del «metabolismo» entre la na- La Ecología Industrial pronto se exten- gica o de Ecología Humana donde pu-
turaleza y la sociedad, y poco después se derá a toda España. En la Universidad diera albergarse.
presentaron los primeros ensayos de cál- Autónoma de Barcelona hace cinco
culo del flujo de energía en la economía. años que existe una asignatura de Eco- Ahora bien, entre los propios indus-
Lamentablemente, la Ecología Industrial logía Industrial, donde los profesores triales y las administraciones públicas
no es aún un área del conocimiento en el explican el análisis del ciclo de vida de crece el interés por la Ecología Indus-
sentido con que la expresión es usada productos y hacen análisis de flujos de trial, con una perspectiva win-win, es
por la burocracia que administra la cien- energía y materiales a nivel de empresa, decir, suponiendo que resulta a la vez
cia española, como tampoco lo son la de industria y de toda la economía. Pe- económica y ambientalmente posible y
Ecología Humana, la Ecología Urbana, la ro no es aún una asignatura de la licen- conveniente convertir los residuos de
Agroecología, la Etnoecología o la Econo- ciatura de Ciencias Ambientales, ni des- un proceso en insumos de otro proce-
mía Ecológica. Hoy existe el Journal of de luego de Ciencias Económicas o so, a través de bolsas de residuos o en
Industrial Ecology y se celebran congre- Empresariales. En las universidades es- «parques industriales» como Kalund-
sos internacionales, el próximo en Ox- pañolas no hay cátedras de Ecología In- borg o mediante otras innovaciones
ford, en agosto del 2004. dustrial ni tampoco de Economía Ecoló- institucionales.

ECONOMÍA INDUSTRIAL N.º 351 • 2003 / III


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Para las empresas, la Ecología Industrial energético y otros beneficios ambienta-


es, además, un campo interesante en el les. Desde luego, en vez del butano se
desarrollo de una nueva contabilidad am- podría usar más el gas proveniente de
biental. No se exige aún de las empresas los animales y la energía solar, pero éste
que calculen, y menos aún que compen- no es el tema. Comprobamos que en ca-
sen, sus pasivos ambientales. Sin embar- sos muy especiales, como es la cocina
go, por la vía de las protestas ambienta- doméstica, sumarse a la economía del
listas, por la vía de las políticas públicas petróleo puede ser ambientalmente una
(por ejemplo, las directivas europeas) y buena idea. En general, sin embargo, al
por la vía judicial (como el famoso juicio aumentar los ingresos aumenta el gasto
bajo la Alien Tort Claims Act desde el de energía y materiales y aumenta el flu-
Ecuador contra la Chevron-Texaco), el te- jo de residuos.
ma de la responsabilidad ambiental de las
empresas, tanto nacional como interna- Por lo menos, éste es el punto de partida
cional (la corporate accountability), va del estudio del «metabolismo socio-eco-
avanzando. nómico», y lo que interesa entonces son
los detalles, las distintas tendencias histó-
Entre los estudiosos de la Ecología In- ricas dentro de una misma pauta indus-
dustrial a nivel macroeconómico no hay trializadora, las comparaciones de los
tanto optimismo respecto a la facilidad efectos de las políticas, las distintas con-
de obtener soluciones win-win. Obser- secuencias que tienen los diversos movi-
vamos que no hay una tendencia a la mientos ecologistas, los determinantes de
desmaterialización de la economía en los cambios tecnológicos e institucionales
términos absolutos, y si en algunas eco- co. Se usa más biomasa que hace cien y las dificultades de escapar del lock-in
nomías el PIB crece más que los insu- años (al haber aumentado cuatro veces la tecnológico o institucional.
mos de materiales (y de energía) eso tal población), se usa seis veces más carbón,
vez es debido al desplazamiento geográ- mucha más hidroelectricidad y muchísi- Varios de los autores de los artículos de
fico de las fuentes. Vemos que la Unión mo más petróleo (McNeill, 2000). Crece, este número de Economía Industrial son
Europea importa unas cuatro veces más sobre todo, el gas natural, que al igual pioneros en el estudio de la economía
que exporta (medido en toneladas), que las nuevas energías (nuclear, viento, en términos de flujos de materiales y
mientras la América Latina exporta seis fotovoltaica), se añade a las fuentes ante- energía, no sólo en España sino interna-
veces más toneladas que importa (Gil- riores, no las sustituye. La única fuente cionalmente. El apoyo oficial a esos tra-
jum y Eisenmenger, en prensa). Desde la que tal vez bajará en los próximos años bajos ha sido escasísimo. Se constituyó
América latina, eso da lugar a un nuevo es la nuclear, al retirarse más centrales en el Estado español en 1986 una comi-
debate sobre el intercambio ecológica- que las que se construyen, aunque eso sión de alto nivel para la elaboración de
mente desigual (Muradian et al., 2001, puede cambiar, dependiendo de las polí- un Sistema de Cuentas del Patrimonio
2002) y se reclama que los gobiernos es- ticas de la India y China. Natural, con la presencia de José Manuel
cuchen ese clamor, propio de un «Pre- Naredo en el secretariado, que hubiera
bisch ecológico». Vemos que las econo- Observamos, además, que los aumentos desembocado en la elaboración de una
16 mías rápidamente crecientes de la China metodología contable de la que fácil-
de la eficiencia en la conversión de insu-
y de la India no desarrollan tecnologías mos de materiales y energía en objetos mente se podría extraer como corolario
propias que ahorren energía y materiales de consumo o en servicios no se tradu- una batería de indicadores e índices físi-
sino que copian las pautas «fordistas». cen necesariamente en una disminución cos de la (in)sustentabilidad ecológica
Así, por mucho que se hable, con razón, de esos insumos, por obra del «efecto Je- de la economía como los que se presen-
de Bangalore y de Hyderabad como Sili- vons» y también muchas veces al tener tan aquí.
con Valleys asiáticos y capitales del out- esos objetos o servicios una demanda de
sourcing informático, y por mucho que alta elasticidad-ingreso. Pero es cierto La posterior falta de apoyo político y de
se espere que las innovaciones informá- que, al crecer los ingresos, en ocasiones medios a los trabajos de aquella comisión
ticas lleven a una menor intensidad puede ser que se introduzcan tecnolo- interministerial provocaron su desapari-
energética y material, de hecho la eco- gías que aumenten la eficiencia energéti- ción poco tiempo más tarde. Pero los
nomía de la India usa cantidades cre- ca y material. Por ejemplo, a la India ru- ecos me llegaron a Barcelona. Pocos años
cientes de combustibles fósiles (carbón, ral empieza a llegar el gas licuado de después propusimos más o menos lo mis-
petróleo, gas) y está impulsada por la in- petróleo (el butano), como en la España mo al Departamento de Medio Ambiente
dustria del automóvil, que crece al 20% de los años 1960. Se quema en cocinas del gobierno de Cataluña en una convo-
anual. de gas y sustituye como combustible do- catoria pública de proyectos de investiga-
méstico a la leña (escasa en algunas re- ción, pero la oposición interna de algu-
En el mundo, no hay ninguna tendencia giones) o al estiércol seco, usados en nos economistas u otras razones que
general a un cambio de sistema energéti- cocinas tradicionales. Hay un ahorro ignoro, lo hicieron inviable.

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Sin embargo, se ha estado trabajando in-


tensamente durante veinte años. Gracias
a este esfuerzo no hemos pasado por la
vergüenza que sólo desde Eurostat se ha-
ya publicado el flujo de materiales de la
economía española, pero por poco ocu-
rre eso. La tesis doctoral de Óscar Carpin-
tero fue presentada más o menos a la vez
que los datos de Eurostat para los países
de la Unión Europea. Eurostat trabajó con
consultores y metodologías desarrolladas
en dos grupos de investigación: el Wup-
pertal Institute en Alemania y el grupo de
Ecología Social del Instituto de Investiga-
ción Interdisciplinaria en Austria (Weisz,
2002), y ésos son los dos grupos que en
la Unión Europea están a la vanguardia
de la aplicación de la Ecología Industrial
a nivel macroeconómico.

También en Europa (en el INSEAD, cerca


de París) ha trabajado desde hace años el
fundador de la Ecología Industrial y pio-
nero de la Economía Ecológica, Robert portancia en términos relativos (aunque Uno puede preguntarse, a la vez que feli-
Ayres, quien en 1989 empezó a usar la no absolutos) y cómo los materiales abió- cita a los autores, cómo es posible que ha-
expresión «metabolismo industrial» y que ticos crecieron muchísimo. La parte de ya habido que esperar hasta el año 2004
en 1969 fué coautor de un famoso artícu- ellos que es importada también creció para tener esa visión cuantificada coheren-
lo sobre externalidades (Ayres y Kneese, considerablemente. Hoy en día África es, te de los aspectos materiales del creci-
1969). Robert Ayres ha dirigido la redac- materialmente, el socio comercial más miento económico español. ¿Qué anteojos
ción del Handbook of Industrial Ecology, importante de España (con respecto a especializados han impedido que tantos y
publicado por la editorial Edward Elgar, nuestras importaciones) aunque crematís- tan notables historiadores económicos es-
la obra de referencia en este campo. ticamente lo sea Europa. pañoles vieran esas realidades físicas? Los
cálculos de los flujos de energía y materia-
Otro gran divulgador de la Ecología Indus- Carpintero presenta la historia de cuaren- les y la contabilización de los residuos que
trial en Europa es Suren Erkman, y un ter- ta años del Flujo Directo de materiales en produce la economía, como tampoco los
cer nombre ineludible es la directora del la economía española (es decir, extraccio- cálculos del uso del agua y de sus calida-
grupo de Ecología Social de Austria, Marina nes locales más importaciones, que se des, ni la cuantificación de la HANPP
Fischer-Kowalski. Pero también podemos convierten en stocks, en residuos y en ex- (apropiación humana de la producción
añadir aquí, como precursores de la Ecolo- portaciones), y también incluye estima- primaria neta de biomasa), no son campos 17
gía Industrial, a los fundadores de la Eco- ciones de los Flujos Ocultos de la impor- de estudio que puedan arrinconarse en
nomía Ecológica ya fallecidos, Kenneth taciones (las «mochilas ecológicas», les una especialización de «historia ambiental».
Boulding, Nicholas Georgescu-Roegen, que llaman algunos), en sus lugares de origen
insistieron que la economía debía verse co- (datos poco fiables hasta que todos los La ciencia económica estudia la econo-
mo un sistema abierto a la entrada de mate- países avancen en sus contabilidades ma- mía, es decir, los precios y cantidades in-
riales y energía y a la salida de residuos. teriales). Carpintero muestra que la eco- tercambiados en mercados (un estudio
eficiencia no es una virtud española, tal que Aristóteles llamaba «crematística» en
En su tesis doctoral, bajo la dirección de vez no lo sea de ninguna economía en La Política), y las magnitudes agregadas
José Manuel Naredo, el economista Óscar nuestro estadio de crecimiento si se en- de la contabilidad macroeconómica. Esa
Carpintero (2002 y 2004 en prensa) reco- cierra en la pauta tecnológica y de consu- economía no puede entenderse como un
piló las estadísticas del flujo de materiales mos en que se ha encerrado la economía sistema autosuficiente. La economía está
en España desde los años 1950 (con re- española. Pero mucho depende de la exi- necesariamente abierta a la entrada de
sultados, pues, no para veinte años, co- gencia y grado de cumplimiento de la le- energía y materiales y a la salida de resi-
mo Eurostat, sino para cuarenta, que in- gislación ambiental y de los políticas fis- duos y de calor disipado. La economía
cluyen el gran cambio de la economía cales. Las tendencias que Carpintero debe verse desde el punto de vista del
española de los años 1960, muy relevante muestra pueden contrastarse con otros metabolismo socio-económico.
para interpretar lo que ocurre hoy en estudios a nivel regional (de Euskadi, de
otras economías «en desarrollo»). Carpin- la Comunidad de Madrid...) que se pre- Los antecedentes de esta visión se remon-
tero muestra cómo la biomasa perdió im- sentan también aquí. tan a ciento cincuenta años atrás, que es

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cuando la palabra «metabolismo» (o antes, Desde el punto de vista del «metabolismo


en alemán, Stoffwechsel) salió de su em- socio-económico», la cuestión de encon-
pleo en la biología de las células y orga- trar mercados para la producción poten-
nismos para ser empleada también para cial es menos relevante que el avance
describir las relaciones entre la naturaleza continuo del capitalismo en las fronteras
y las sociedades humanas. El tema podría de la extracción de materias primas y su
llevar a un despliegue de erudición de uso de sumideros de residuos que ya se
historia de la ciencia y de la cultura de la rebasan, como ocurre con el uso de la at-
Europa de 1850 a 1900 impropio de este mósfera para depositar dióxido de carbo-
artículo introductorio. Señalemos sola- no. La acumulación de capital puede
mente algunos hitos, para mostrar que pensarse que está basada en la explota-
pudo haberse avanzado hace tiempo en ción del trabajo. Uno puede concordar
la Ecología Industrial a pesar de la persis- con eso y al mismo tiempo sostener que
tente y resistente ceguera ecológica de la acumulación de capital puede descri-
economistas e historiadores económicos. birse en un lenguaje físico no-equivalente
(Frank, 1959; Hornborg, 1998). Está com-
probado que el capital no puede crecer
La historia por sí mismo, por decirlo así, no puede
crecer únicamente por la explotación del
del metabolismo trabajo y por el cambio tecnológico, por-
socio-económico que vemos que la economía usa más ma-
teriales y energía y por tanto produce
Los autores que escriben sobre el meta- más residuos. El capitalismo no sólo me-
bolismo industrial (Ayres, 1989) o sobre los años 1840 y 1850 (J. R. Mayer, 1814- noscaba sus propias condiciones de pro-
el metabolismo social (Fischer-Kowalski, 78; J. P. Joule, 1818-89; R. Clausius, 1822- ducción sino las condiciones de vida y de
1998; Haberl, 2001) ven la economía en 88; W. Thomson, alias Lord Kelvin; 1824- supervivencia de los pueblos periféricos
términos de flujos de energía y materia- 1907). Marx y Engels seguían con pocos del mundo, que a menudo protestan.
les. Junto con los economistas ecológi- años de retraso los notables descubri-
cos, consideran la economía un subsiste- mientos científicos e innovaciones tecno- Esos conflictos de distribución ecológica
ma de un sistema físico mayor. Dado que lógicas de su época. Engels escribió en son cada vez más visibles (O’Connor,
Marx usó el término Stoffwechsel, es de- 1888 que el siglo XIX sería recordado no 1988). Sus actores son socialmente varia-
cir, metabolismo, para hablar de las rela- sólo como el siglo de la teoría de la evo- dos, como lo son los lenguajes que em-
ciones entre la naturaleza y la sociedad, lución, sino como el siglo de la transfor- plean. No son conflictos entre el capital y
cabe preguntarse si la perspectiva ecoló- mación de energía, el siglo de Darwin, el trabajo. Tampoco son, como se diría en
gica se encontraba ya en el marxismo. Mayer, Joule y Clausius (carta a Nikolai lenguaje neoclásico, casos de «externali-
Danielson, 15 de octubre de 1888). dades» nacidas de «fallos del mercado», si-
Más adelante consideraré también, breve- no que son, como dijo Kapp, éxitos en la
mente, el desencuentro histórico entre la Pero Marx y Engels nunca dijeron, en sus transferencia de costos de unos grupos
economía neoclásica y la perspectiva eco- críticas al concepto de rendimientos de- sociales a otros. Y dado que ocurren cada
18 vez con mayor intensidad, no pueden
lógica (al explicar las ideas de Patrick crecientes en la agricultura, que la pro-
Geddes en 1884, en explícita oposición a ductividad del trabajo y de la tierra de- describirse en el lenguaje marxista de
Walras, y al recordar la conocida crítica de pendieran del subsidio exterior de «acumulación primitiva u originaria de ca-
Max Weber a Wilhelm Ostwald, que tanto energía. El concepto marxista de «fuerzas pital» (como el saqueo inicial de América
agradaba a Hayek). Acabaré con algunas productivas» (Produktivkräfte) no usaba o la confiscación de bienes comunales en
reflexiones sobre la teoría del intercambio la palabra «Kraft» (fuerza) con el significa- la Inglaterra proto-capitalista).
ecológicamente desigual, a la que han do de energía. Esas fuerzas productivas
contribuido algunos autores de este nú- podían ser fomentadas o frenadas por las Sin embargo, Marx y Engels tenían un
mero, señaladamente Naredo y Valero. relaciones sociales de producción. El ca- interés profundo por las relaciones entre
pitalismo había supuesto un gran de- la economía humana y el medio natural,
Volviendo a Marx, ¿hizo la economía mar- sarrollo de las fuerzas productivas pero en especial en lo que respecta a la agri-
xista cálculos del uso de energía en la causaba crisis económicas por su propia cultura. Schmidt (1978) hizo notar que el
economía y consideró Marx que esos cál- naturaleza, es decir, por la explotación uso de Stoffwechsel por Marx en distin-
culos fueran relevantes para explicar la del trabajo asalariado. Las crisis maltusia- tos pasajes de El Capital y otros escritos
dinámica de la economía? Al fin y al ca- nas de subsistencias no existían. El con- estaba influenciado por Moleschott y
bo, Marx (1818-1883) y Engels (1820-95) flicto entre capital y trabajo llevaría a un Liebig. Y que no era una metáfora, sino
eran contemporáneos de los físicos y fi- cambio del modo de producción. Ésos que se refería al análisis de los ciclos de
siólogos que establecieron la Primera y la eran los puntos esenciales de la teoría nutrientes en las plantas agrícolas
Segunda Leyes de la Termodinámica en marxista. (Schmidt, 1978 86-9; Martínez-Alier y

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Schlüpmann, 1987: 220-6). Marx estaba


tan metido, por así decirlo, en el con-
cepto de metabolismo que en una sim-
pática carta a su esposa del 21 de junio
de 1856 le decía que lo que le hacía sen-
tir vivo como hombre era su amor por
ella, y no su amor por el metabolismo
de Moleschott o por el proletariado.

Moleschott publicó en 1851 un libro so-


bre la fisiología del metabolismo en las
plantas y en los animales y un año des-
pués publicó Der Kreislauf des Lebens (El
círculo o el circuito de la vida). Engels,
en una carta a Piotr Lavrov, de 1875, don-
de hablaba de Darwin, resumió la idea
del «círculo de la vida» en «el hecho que
el reino vegetal proporciona oxígeno y
nutrientes al reino animal y, recíproca-
mente, el reino animal proporciona a las
plantas dióxido de carbono y estiércol».
Este intercambio, que Liebig ya había ex-
plicado, había sido interpretado como co-
operación natural por ese trío de «mate- mucho valor económico y poco volumen, llo de una industria química de fertilizan-
rialistas vulgares» (Vogt, Büchner y que podían ser transportados en medios tes) es considerado como uno de los fun-
Moleschott) quienes, sin embargo, ahora de poca capacidad. dadores de la ciencia de la Ecología, an-
se llenaban la boca hablando de la «lucha tes de que el propio nombre de esa
por la existencia». En cambio, las mercancías a granel, en ciencia existiera (Kormondy, 1965). Políti-
grandes cantidades, requerían medios de camente desarrolló un argumento en fa-
Ha habido recientemente un «redescubri- transporte mayores. Directamente, las vor de la agricultura en pequeña escala y
miento» del metabolismo socio-económi- «preciosidades» no alteran apenas el meta- la población rural dispersa, contra la agri-
co de Marx (Foster, 2000), lo que explica bolismo socio-económico de las socieda- cultura latifundista y contra las exporta-
que volvamos aquí sobre el tema. Marx y des receptoras (es decir, los flujos de ciones agrícolas, porque hacía falta que
Engels eran contemporáneos de Moles- energía y materiales), aunque sí pueden los nutrientes tornaran al suelo. Marx citó
chott, pero eran una generación más jó- alterar muchísimo el de las sociedades favorablemente esta opinión de Liebig en
venes que los fundadores de la química productoras: recordemos el impacto hu- distintos lugares. Hoy en día las ideas de
agrícola (Liebig, 1803-73, Boussingault, mano y ambiental de la minas de Potosí, Liebig sirven, por ejemplo, para calcular
1802-87), quienes habían publicado sus ya en el siglo XVI. El comercio de mer- los pasivos ambientales de la agricultura
investigaciones sobre el ciclo del carbono cancías a granel en gran cantidad, de las de exportación de la Pampa argentina 19
y los nutrientes de las plantas (fósforo, cuales el guano del Perú fue un primer (Pengue, 2002).
potasio, nitrógeno) en el contexto de la ejemplo, alteran también el metabolismo
discusión sobre los rendimientos decre- de las sociedades receptoras. Un obvio El uso del metabolismo en Marx vino de
cientes en la agricultura y del inicio de la ejemplo actual es la importación de pe- los trabajos de Liebig y de Moleschott.
gran importación de guano del Perú a tróleo y gas en Europa y en Estados Uni- Foster (2000) ha analizado con profundi-
partir de 1940. dos. Nuestra economías dependen mate- dad la deuda de Marx con Liebig, y equi-
rialmente de esas importaciones. vocadamente ha negado la influencia de
Immanuel Wallerstein, el sociólogo que Moleschott. Foster ni tan siquiera cita los
introdujo en los años 1960 con André La exportación de guano del Perú fue, en tempranos libros de Moleschott de 1851 y
Gunder Frank la perspectiva que hoy se total, de unos 11 millones de toneladas 1852 sobre la fisiología del metabolismo
llama World Systems Theory, es decir, la entre 1840 y 1880 (Gootenberg, 1993); el de las plantas y animales y sobre el «cír-
teoría histórica del sistema mundial, trazó guano fue muy necesario para combatir culo de la vida». Así, en resumen, Marx
la distinción entre dos tipos de mercan- los rendimientos decrecientes en los paí- mostró interés por los ciclos de materiales
cías, que llamó preciosities y bulk com- ses importadores. Los análisis de su com- en la economía, y su empleo de la pala-
modities. Ejemplos de las primeras, la pi- posición química, junto con los análisis bra «metabolismo» podría haber inspirado
mienta y otros condimentos que trajo de otros fertilizantes usados por los agri- a autores posteriores.
Vasco de Gama de la costa de Malabar, el cultores desde siempre (estiércol, hue-
oro, las esmeraldas y la plata de América, sos), pusieron los cimientos de la química Marx, por el contrario, no mostró interés
los diamantes de África, productos de agraria. Liebig (quien creía en el desarro- por el flujo de energía. De esa manera,

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no vio la diferencia fundamental que Lot- CUADRO 1


ka (en los años 1910) iba a señalar entre PRODUCCIÓN ANUAL E INPUT DE ENERGÍA POR HECTÁREA.
el uso endosomático de energía en la nu- PROMEDIOS DE FRANCIA EN 1870
trición humana y el uso exosomático de SOLAMENTE TRABAJO DE HUMANOS Y ANIMALES DOMÉSTICOS
energía mediante herramientas o instru- Producción (kg) Producción (kcal) Input de energía (kcal)
mentos (productivos o recreativos). Esa
Bosque 900 (madera seca) 2.295.000 Nada
diferencia entre el bio-metabolismo y el
tecno-metabolismo es básica para enten- Pastos naturales 2.500 (heno) 6.375.000 Nada
der la ecología de los humanos. Tene- Pastos sembrados 3.100 (heno, sin contar 7.905.000 37.450 (50 horas de
mos, como especie, instrucciones genéti- la semilla) caballo y 80 horas
cas respecto del consumo endosomático de hombre)
de energía en nuestra nutrición pero no Trigo 800 (trigo) y 2.000 (paja) 8.100.000 77.500 (100 horas de
con respecto a nuestro uso exosomático (sin contar la semilla) caballo y 200 horas de
hombre)
de energía (y materiales), que debe ser
explicado por la historia, la política, la FUENTE: Podolinsky (1883), Los valores de la madera, heno y paja, 2.550 kcal/kg, del trigo 3.750
kcal/kg. Las horas de trabajo están convertidas en energía: 645 kcal/hora de trabajo de caballo, 65
economía, la cultura, la tecnología. Eso
kcal/hora de trabajo de hombre.
no está desarrollado en Marx ni en los
marxistas, aunque en los escritos de éste,
y particularmente de Engels, abundan los Universo era constante (había dicho Clau- alimentación. En sus cálculos no incluyó
comentarios sobre la teoría de la energía sius), había una tendencia a la disipación la radiación solar en el insumo de energía
(la termodinámica) y sus aplicaciones tec- de energía o, en la terminología de Clau- porque escribía como proto-economista
nológicas. sius, había una tendencia a la maximiza- ecológico y no como biólogo. La radia-
ción de la entropía. Podolinsky no discu- ción solar es realmente gratuita.
tió aún la diferencia en termodinámica
entre sistemas abiertos, cerrados y aisla- Su conclusión fue que el trabajo aumenta-
dos, pero sí destacó que la Tierra recibía ba la acumulación de energía en la Tierra.
La energética agrícola enormes cantidades de energía del Sol. Aunque mencionó la importación de gua-
de Podolinsky Explicó que las plantas asimilaban ener- no y aunque debe haber estado al co-
gía solar por la fotosíntesis y que los ani- rriente de la guerra por los nitratos de Pe-
La relación entre el metabolismo de ma- males se alimentaban de las plantas, disi- rú y de Chile en esos años, no dedujo de
teriales (Stoffwechsel) y el flujo de energía pando energía. las cosechas o no incluyó en el input de
al nivel de la célula y de los organismos energía el valor de los fertilizantes, ni tam-
fue conocida en los años 1840. También Todo eso formaba el «círculo de la vida». poco la energía gastada por las máquinas
se entendió entonces que la agricultura La disipación de energía era evitada o re- de trillar u otras. Pero, básicamente, su
podía ser representada en términos de un trasada por las plantas, pero también con- metodología es la que en la actualidad se
flujo e intercambio de energía y no sola- seguía ese efecto el trabajo humano em- usa para establecer los balances energéti-
mente como una intervención en el ciclo pleado en la agricultura. Incluso el cos de la agricultura, y, en general, de la
de nutrientes de las plantas (Mayer, 1845, trabajo de sastres, albañiles o zapateros economía en su conjunto (Cottrell, 1955;
20 usó Stoffwechsel para el flujo de energía). podía calificarse de trabajo productivo en Rappaport, 1967; H.T. Odum, 1971; Pi-
La palabra metabolismo se usó, pues, pa- este sentido, pues contribuían a proteger- mentel, 1973, 1979; Leach, 1976; Fluck
ra materiales y energía, pero mientras los se contra la disipación de energía. and Baird, 1980; Naredo y Campos, 1980).
materiales podían ser reciclados, la ener-
gía no podía serlo. La teoría de la direc- Podolinsky presentó a continuación un Podolinsky explicó después de donde ve-
ción del flujo de energía se desarrolló a inventario de las fuentes de energía que nía la capacidad del organismo humano
partir de 1850, con la Segunda Ley de la son distintas transformaciones de la ener- para trabajar. Citando los estudios de
Termodinámica. gía solar, y además las mareas. Inició en- Hirn, Helmholtz, Marey, también los de
tonces su análisis de la energética de la sus propios profesores Hermann y Hain-
Un autor ucraniano, S. A. Podolinsky, que agricultura, presentando la productividad denhain, y también de Fick, concluyó co-
había estudiado medicina y que política- en kilogramos y en kilocalorías de distin- rrectamente que «el ser humano tiene la
mente estaba influenciado por Marx y por tos tipos de uso del suelo en Francia, don- capacidad de transformar una quinta par-
los populistas rusos, publicó en 1880 lo de él vivía entonces. El cuadro 1 resume te de la energía obtenida en la alimenta-
que parece haber sido el primer trabajo sus datos (Martínez-Alier y Schlüpmann, ción en trabajo muscular», añadiendo que
sobre el flujo de energía en la agricultura. 1987: 48). Podolinsky concluyó que la ese coeficiente era mayor que el de una
Las versiones rusa y alemana son más lar- productividad aumentaba cuando había máquina de vapor de la época.
gas, la francesa e italiana más cortas, pero una contribución de trabajo humano o de
contienen las ideas centrales (1). Podo- animales. Hay que notar que este autor Así pues, para que la humanidad asegurara
linsky empezó su artículo explicando las contó la energía del trabajo efectuado por sus condiciones mínimas de existencia, ha-
leyes de la termodinámica. La energía del humanos y animales, no la energía de su cía falta que cada caloría de trabajo huma-

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no tuviera una productividad de al menos


cinco calorías. Desde luego, esa productivi-
dad debería ser tanto mayor cuanto mayor
fuera la proporción de personas que no tra-
bajaran, como niños o ancianos. Ese princi-
pio general de ecología energética humana
fue expresado por Podolinsky como sigue:
«la humanidad es como una máquina que
no sólo convierte el calor y otras fuerzas fí-
sicas en trabajo sino que consigue también
realizar el ciclo inverso, es decir, convierte
el trabajo en calor y en otras fuerzas que
necesitamos para satisfacer nuestras necesi-
dades, y, por así decirlo, con su trabajo
convertido en calor es capaz de calentar su
propia máquina de vapor». Podolinsky pen-
saba que había reconciliado a los fisiócratas
del siglo XVIII con las teoría del valor-tra-
bajo y también con la modernas teorías de
la energía y la fisiología.

Puso énfasis al mismo tiempo en la dife-


rencia entre el uso del flujo de energía so-
lar en la fotosíntesis y el uso del stock de su noción de Ektropismus, John Joly) que cuantificados del metabolismo material y
energía del carbón. En verdad, la producti- habían interpretado la vida como un pro- energético de la sociedad humana.
vidad energética del trabajo de un minero ceso que usaba energía y que invertía o al
de carbón era mucho mayor que la que menos hacía más lenta la disipación de Y eso es así a pesar de que Marx sí que es-
podía obtener un agricultor, pero las reser- energía. cribió del metabolismo entre la naturaleza
vas de carbón eran transitorias. Además, y la sociedad, inspirado por Liebig y Mo-
señaló Podolinsky en una nota al pie, que Añadió entonces una frase memorable: Po- leschott. Por el contrario, Lenin escribió
existía una teoría que vinculaba los cam- dolinsky había también estudiado la ener- una diatriba contra la energética social de
bios climáticos con las concentraciones de gética de la vida y había intentado aplicar Wilhelm Ostwald en el contexto de sus po-
dióxido de carbono en la atmósfera, como sus hallazgos al estudio de la economía lémicas contra Bogdanov y Mach (Martí-
Sherry Hunt había explicado en una reu- (Vernadsky, 1924: 334-5). Es como decir nez-Alier y Schlüpmann, 1987: 225-8). Eso
nión de la Sociedad Británica para el Avan- que Podolinsky había estudiado la Ley de fue antes de la revolución de octubre 1917,
ce de las Ciencia en el otoño de 1878. Po- la Entropía y el Proceso Económico (para pero, después, las observaciones de Lenin
dolinsky no era sin embargo pesimista usar el título del libro de Georgescu-Roe- fueron sagradas para sus seguidores. Así,
respecto al crecimiento económico. Tenía gen, de 1971). El propio Georgescu-Roe- cuando se publicó en 1925 el libro de En-
esperanzas en el uso directo de la energía gen no conoció el trabajo de Podolinsky gels La Dialéctica de la Naturaleza (com- 21
solar en los procesos industriales (Mou- hasta que yo mismo se lo mostré junto con puesto de notas y borradores que Engels
chot, 1869). los negativos comentarios de Engels, en había dejado inconcluso al morir en 1895),
1980, cien años después de ser publicado. Otto Jenssen publicó una vez más las car-
Podolinsky pensaba que su trabajo desper- tas de Engels a Marx sobre Podolinsky (co-
taría el interés de Marx, a quien se lo en- La relación entre el uso de energía y el nocidas desde 1919) y explicó que Engels
vió. Éste consultó a Engels, quien el 19 y desarrollo de la cultura humana, en la for- había anticipado en ella la crítica contra la
22 de diciembre del 1882 le escribió a ma de una «energética social» discursiva sin energética social de Ostwald ya en 1882,
Marx dos cartas donde competentemente trabajo histórico-estadístico, fue parte sus- años antes que Ostwald apareciera en es-
resumía la tesis de Podolinsky, y al mismo tancial del debate cultural europeo de alre- cena (Jenssen, 1925: 13).
tiempo negaba que tuvieran interés para la dedor de 1900. Basta releer a Bergson. Al-
economía marxista. gunos autores marxistas (como Bogdanov
y Bujarin) adoptaron este punto de vista y
Por suerte, cuarenta años después, el tra- sus publicaciones han sido vistas por Susi- La Naturalrechnung de
bajo de Podolinsky sobre el metabolismo luoto (1982) como anticipaciones de la teo-
energético de la economía humana recibió ría de sistemas de Bertalanffy, que nació Otto Neurath y la crítica
la aprobación calurosa del ecólogo Ver- de la relación entre la termodinámica y la de Friedrich von Hayek
nadsky. En una sección de su libro La Géo- biología. Repitamos, sin embargo, que des-
chimie (1924), Vernadsky explicó las ideas graciadamente no existe una historiografía Marx escribió que la riqueza era sin duda
de diversos autores (Felix Auerbach, con marxista que haya proporcionado estudios creada no sólo por el trabajo humano si-

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J. MARTÍNEZ-ALIER

no también por la Nauraleza, citando la Otto Neurath, en Economía y Sociedad,


frase de William Petty: «el Trabajo es el pero todavía más, su crítica contra Wil-
Padre, la Naturaleza es la Madre». Más allá helm Ostwald en 1909, que Hayek elogió
de chistes fáciles sobre si la madre o el mucho, años después. Ostwald (un quí-
padre importan más, lo que interesa es mico bien conocido) trató de interpretar
que establece una distinción entre los va- la historia humana en términos del uso
lores de uso y la riqueza, por un lado, y de energía. Propuso dos simples leyes,
los valores de cambio, por otro. Marx citó que no son falsas, y que pueden actuar
lo que Aristóteles había escrito sobre la en la misma dirección o en direcciones
diferencia entre oikonomia y crematística, opuestas.
una diferencia grata a los economistas
ecológicos desde Soddy a Daly, y a los En primer lugar, el crecimiento de la eco-
antropólogos económicos «sustantivistas» nomía implicaba el uso de más energía y
de la escuela de Karl Polanyi. la sustitución de energía humana por
otras formas de energía. En segundo lu-
Una importante contribución al enfoque gar, había una tendencia hacia una mayor
biofísico o metabólico de la economía fue eficiencia en la transformación de ener-
la de Otto Neurath (1882-1945), famoso fi- gía. Max Weber (1909), en su famosa iró-
lósofo analítico del Círculo de Viena, eco- nica crítica, insistió en la separación entre
nomista o historiador económico, y mar- las ciencias. Los químicos no deberían es-
xista en dos sentidos al menos. En primer cribir sobre historia económica. El punto
lugar, en el debate sobre el Cálculo en central de Max Weber (Martínez-Alier y
una Economía Socialista de los años 1920, Schlüpmann, 1987, cap. 12) era que las
defendió una economía democráticamen- en los años 1930 y 1940, Neurath se calificó decisiones de los empresarios industriales
te planificada basada en la contabilidad fí- a sí mismo de marxista y defendió una vi- sobre nuevos productos y tecnologías se
sica de energía y materiales (Naturalrech- sión dialéctica de la historia (aunque no les basaban en los costos y en los precios.
nung), siguiendo las ideas expuestas en gustaba la palabra «dialéctica») que pusiera Podía ocurrir que un proceso de produc-
las «utopías» realistas cuantificadas de juntos los hallazgos de las diversas ciencias ción fuera menos eficiente en términos
Popper-Lynkeus y Ballod-Atlanticus. con respecto a procesos o eventos concre- energéticos y sin embargo sería adoptado
tos. Los hallazgos de una ciencia con res- si resultaba más barato. La contabilidad
Así, Neurath explicó que para comparar pecto a un proceso o evento particular no energética era irrelevante, pues, para ex-
dos planes económicos que obtuvieran el debían entrar en contradicción con los su- plicar la economía. Max Weber no discu-
mismo resultado, un empresario capitalista puestos o hallazgos de otra ciencia que tió si los precios de la energía estaban
usaría valores en dinero. Empero, en una estuviera también presente en la Enciclo- bien puestos.
economía socializada, ¿cómo podríamos pedia. Tales contradicciones debían ser re-
comparar un plan que usara más trabajo sueltas. La «consiliencia» (podríamos decir Ostwald influyó sobre muchos autores,
humano y menos carbón con un plan que hoy, usando la expresión de Edward Wil- entre ellos Henry Adams (1838-1918),
usara menos trabajo humano y más carbón? son) debía ser la regla de la Enciclopedia. quien propuso una «ley de aceleración» del
En principio, emplear menos penoso traba- uso de energía: «la producción de carbón
22 jo humano y más carbón era una buena en el mundo se dobló cada diez años en-
Frente a esas posiciones surgió la crítica
idea, pero la decisión requería saber o adi- de Hayek contra lo que él llamó la «inge- tre 1840 y 1910, en términos de la energía
vinar los desarrollos de las tecnologías futu- niería social» (1952). Esa crítica hayekiana utilizada, pues cada tonelada de carbón
ras (energía hidroeléctrica, energía solar). se dirige, como indica John O’Neill, contra rendía tres o cuatro veces más energía en
«toda la tradición que trata de entender de 1900 que en 1840 (por el aumento de la
También nuestro aprecio moral por las qué manera las instituciones y relaciones eficiencia de las máquinas de vapor)».
generaciones futuras tendría un papel en económicas están metidas o incrustadas Cuando el antropólogo Leslie White
la decisión. Neurath introdujo la idea de en el mundo físico y tienen precondicio- (1943) escribió sobre la energía y la evolu-
que en la economía hay valores incon- nes físicas reales, y que por consiguiente ción de la cultura, se dio cuenta de que
mensurables, lo que iba a ser destacado pone en duda las elecciones económicas Ostwald era un precursor de su propia
asimismo por K. W. Kapp, convirtiéndose que se fundan puramente en la valoración teoría. En la antropología ecológica des-
en un fundamento de la economía ecoló- monetaria». Es la tradición del «metabolis- taca también la aportación de Roy Rappa-
gica (Martínez-Alier y Schlüpmann, 1987; mo socio-económico». Patrick Geddes, port con su estudio de la economía de los
O’Neill, 1993; Martinez-Alier, Munda y Wilhelm Ostwald, Frederick Soddy y Le- Tsembaga-Maring in Papua-Nueva Guinea,
O’Neill, 1998; O’Neill, 2002). wis Mumford fueron rudamente atacados en términos del rendimiento energético de
por Hayek, pero su bête noire fue Neurath. la agricultura itinerante (Rappaport, 1967).
En segundo lugar, en el contexto de los
proyectos del Círculo de Viena, que publi- Aquí hay que recordar también los co- La ecología urbana, más allá de las críti-
có una Enciclopedia de Ciencia Unificada mentarios de Max Weber, contrarios a cas al crecimiento de las conurbaciones

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ECOLOGÍA INDUSTRIAL Y METABOLISMO SOCIOECONÓMICO...

de Patrick Geddes y de Lewis Mumford, y


de la recomendación que ellos introduje-
ron de estudiar el metabolismo de las ciu-
dades, entró finalmente en una fase em-
pírica con Wolman (1965), y sobre todo
con Boyden y sus colaboradores con sus
trabajos sobre la ecología de Hongkong
(Boyden et al., 1981). En la Península
Ibérica, Jaume Terradas, en Barcelona, y
José Manuel Naredo, en Madrid, han he-
cho avanzar esos estudios de ecología ur-
bana. Resulta curioso que en las escuelas
de ingenieros agrónomos, si bien la quí-
mica agraria de Liebig ha sido desde hace
muchas décadas un elemento fundamen-
tal, sin embargo el estudio de la energéti-
ca agrícola ha llegado (si lo ha hecho)
con muchos años de retraso (no ya res-
pecto a Podolinsky, 1880, sino a los tra-
bajos de Pimentel, 1973, y otros de esta
misma década).

De manera similar, en las escuelas de ar-


quitectura y urbanismo, el estudio del la economía, y del propio sector energéti- Mumford, calificado por Ramachandra
metabolismo material y energético de las co, por Charles Hall y otros ecólogos, dis- Guha como «el ambientalista estadouni-
ciudades modernas está llegando con cípulos de H. T. Odum. También se ha dense olvidado», en comparación con G.
muchísimo retraso, no sólo con respecto estudiado la producción potencial de bio- P. Marsh, John Muir, Gifford Pinchot, Al-
a las propuestas de Geddes y Mumford, masa y su apropiación por la especie hu- do Leopold, Rachel Carson, era heredero
sino incluso con respecto a Wolman y mana como un indicador de pérdida de intelectual de John Ruskin, William Morris
Boyden. Han sido los ecólogos y los eco- biodiversidad, disponiéndose ahora, de- y Patrick Geddes, no pertenecía (al con-
nomistas ecológicos, y no los agrónomos bido al esfuerzo de Helmut Haberl y cola- trario de Bernal) a la tradición marxista.
y arquitectos, los que están finalmente boradores, de series históricas para Aus- Fue Lewis Mumford, junto con el geógra-
convenciendo a esas escuelas profesiona- tria y próximamente para otros países. fo Carl Sauer y el zoólogo Marston Bates,
les para que amplíen los contenidos de Hay publicaciones muy recientes que ex- quien dirigió los trabajos de una confe-
sus enseñanzas. plican el crecimiento económico de Esta- rencia en Princeton, en 1955, cuyas co-
dos Unidos y otras economías en térmi- municaciones y discusiones fueron publi-
Los estudiosos del metabolismo socio- nos del uso de energía (o, mejor dicho, cadas en un gran volumen titulado El
económico anteriores a la década de en términos del trabajo físico efectuado a Papel del Hombre en los Cambios en la
1980, de los cuales aquí hemos mencio- partir de la exergía o energía disponible), Faz de la Tierra (Thomas, 1956). La con- 23
nado algunos, no formaron una escuela, que critican la teoría neoclásica del creci- ferencia se hizo en recuerdo de G. P.
no se citaban mutuamente (Cleveland, miento económico (Ayres, Ayres y Warr, Marsh y de su libro de 1864. Ese volumen
1987; Martinez-Alier y Schlüpmann, 1987; 2002). es la mayor contribución, hasta el mo-
Fischer-Kowalski, 1998, 1999; Haberl, mento, al estudio del metabolismo social
2001), pero ya en los últimos veinte años Aunque ha habido críticos culturales de desde diversos campos, dentro de una
esos estudios han sido emprendidos por la civilización industrial, como Walter perspectiva general que podríamos llamar
grupos de investigación coherentes. Hay Benjamin y Raymond Williams, anteriores geografía humana o geografía social.
historias del uso de energía por la socie- al crecimiento del ecologismo, sin embar-
dad humana que pueden usarse como li- go entre los economistas (neoclásicos,
bros de texto (Cipolla,1962; Sieferle, keynesianos o marxistas) dominaba y do-
1982; Debeir, Deléage, Hémery, 1986; mina aún el optimismo tecnológico. Uno Patrick Geddes y la
Hall, Cleveland, Kaufman, 1986; McNeill, de los historiadores y sociólogos de la
2000). ciencia más influyentes del siglo XX fue J. teoría del intercambio
D. Bernal. En la década de 1950 típica- ecológicamente desigual
La idea del EROI (energy return on mente estaba a favor del uso «civil» de la
energy input, es decir, el rendimiento energía nuclear, al que Lewis Mumford se Patrick Geddes (1854-1932), biólogo de
energético de un input de energía, que oponía por el riesgo de accidentes y por formación, planificador urbano de voca-
Podolinsky ya había estudiado) fue apli- el problema de los residuos (Thomas, ción y profesión, fue mentor de Lewis
cada en los años 1970 al estudio de toda 1956: 1147). Mumford. A una edad muy juvenil, Ge-

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J. MARTÍNEZ-ALIER

ddes atacó ya a los economistas neoclási- ces, todo hay que decirlo, por el poder
cos como Walras por no tener en cuenta militar.
los flujos de energía, de materiales y la
producción de residuos en la economía Habría aquí cuestiones a discutir como,
(eso está explicado en Martínez-Alier y por ejemplo, las objeciones que se pue-
Schlüpmann, 1987, cap. 6). den hacer desde la teoría neoclásica, las
interpretaciones optimistas de la exporta-
Geddes (1884) propuso la construcción ción de materias primas desde el punto
de una especie de tabla input-output se- de vista de la staple theory of growth, la
gún el modelo del Tableau Economique reelaboración de la teoría estructuralista
del fisiócrata François Quesnay. La prime- latinoamericana, incluyendo perspectivas
ra columna contendría las fuentes de ecológicas en esa antigua doctrina de la
energía y también los materiales que se CEPAL (Cabeza y Martínez-Alier, 2001).
usaban no por su energía potencial sino Pero los fundamentos de una teoría del
por otras propiedades. La energía y los comercio internacional ecológicamente
materiales se transformaban en productos desigual están puestos, y a ello ha contri-
en tres etapas: la extracción, la manufac- buido muchísimo el trabajo efectuado por
tura o fabricación y, por último, el trans- los ecólogos industriales, que han calcu-
porte y comercio. Hacía falta estimar las lado los flujos materiales de exportacio-
pérdidas (disipación y desintegración) en nes e importaciones.
cada etapa. La cantidad del producto final
(o producto «neto» en términos fisiocráti- Existe hoy en día un renovado interés
cos) podía parecer sorprendentemente por la vieja disciplina de la Warenkunde
pequeña en proporción a la cantidad bru- dióxido de carbono y en distintos conta- de parte de los ecólogos industriales que
ta de producto potencial. minantes de las exportaciones e importa- evalúan los «ciclos de vida» de los pro-
ciones. Eso es lo que se viene realizando ductos desde la cuna a la tumba (y desde
Ahora bien, las pérdidas en cada etapa (Muradian et al., 2002). Así pues, hay mu- la tumba a la cuna, al reciclar los resi-
no eran contabilizadas. El producto final chos estudios nuevos sobre el comercio duos). Por ejemplo, para exportar una to-
no era en absoluto un valor añadido sino internacional en términos de metabolis- nelada de aluminio hace falta un input
que era el valor residual de la energía y mo social (Hubacek y Giljum, 2001; Gil- triple en cantidad de bauxita y además
materiales que habían estado disponibles jum, en prensa; Hubacek y Giljum, 2003). mucha electricidad. Se destruye también
y habían, sido usados al principio, una En Colombia, resultados todavía en ela- mucha vegetación y se dejan lodos conta-
vez pasadas las tres etapas. En el lenguaje boración muestran que las exportaciones minados como subproducto. Asimismo,
de hoy, diríamos que la exergía en las anuales alcanzan unos 70 millones de to- para exportar un producto de lujo como
materias primas es mayor que en los pro- neladas (sin «mochilas ecológicas») y las una tonelada de cocaína (mucho precio,
ductos finales. importaciones son de unos 10 millones, poco peso: una «preciosidad» en el len-
mientras en términos monetarios el ba- guaje de Wallerstein), se erosiona el suelo
El esquema de Geddes resulta relevante lance está casi equilibrado (M. A. Pérez, en el cultivo en condiciones de precarie-
para los intentos actuales de diversos au- 2004). Son resultados típicos para la Amé- dad y se contaminan los ríos con kerose-
24 tores de desarrollar una teoría del comer- no y ácido sulfúrico. Considérese el co-
rica Latina. Además, el sector de exporta-
cio ecológicamente desigual entre los ción crece también (físicamente) con re- mercio de cuernos de rinocerontes o
centros metropolitanos y las periferias lación al metabolismo de la economía colmillos de elefantes, de diamantes, oro
mundiales. Desde luego, eso enlaza tam- interna o caoba, con grandes «mochilas ecológi-
bién con los trabajos de la World System cas». En cierto modo, son bienes super-
Theory y, en un plano más práctico, con La teoría del comercio ecológicamente fluos.
las actuales manifestaciones «altermundia- desigual sostiene que, cuanto mayor sea
listas». Las investigaciones de los flujos de la exergía original (es decir, la energía Los antropólogos han puesto en duda
materiales muestran que las exportacio- disponible o, si se quiere, el potencial con razón que esas «preciosidades» sean
nes superan, con mucho, a las importa- productivo en las materias primas expor- menos importantes socialmente que las
ciones en América latina y Africa. Los flu- tadas) que ha sido disipada para producir mercancías a granel, las bulk commodities
jos de materiales en toneladas son una los productos o servicios finales, tanto (Schneider, 1977). Esos bienes prestigio-
buena aproximación a la contabilidad de más altos deberán ser los precios de esos sos son cruciales en un sentido social
flujos de exergía, y son más fáciles de servicios o productos (Hornborg, 1998, (para el pago de dotes o para la acumula-
contar. Naredo y Valero, 1999). Así, Hornborg di- ción de poder político en sistemas clien-
ce que «los precios de mercado son los telísticos). Además, hay «preciosidades»
Una contabilidad actual no sólo de los medios de los que se valen los centros como el azúcar, que, como explicó Sid-
flujos directos sino de las «mochilas eco- del sistema mundial para extraer exergía ney Mintz, dejó de ser un bien de lujo y
lógicas», lleva a investigar la intensidad en de las periferias», lo cual es ayudado a ve- se convirtió en un producto barato para

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ECOLOGÍA INDUSTRIAL Y METABOLISMO SOCIOECONÓMICO...

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ECONOMÍA INDUSTRIAL N.º 351 • 2003 / III

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