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LATINA
Ensayó primero labrando con sus manos una efigie de barro que salió tan tosca que se la
mandaron retirar de la Iglesia. Se dirigió a Potosí para aprender allí algo de escultura y
luego a La Paz donde conoció a un maestro escultor español que lo ayudó a decorar la
imagen. En La Paz supo que les había sido dada la licencia para fundar la cofradía de la
Virgen en el pueblo. Este hecho motivó a Yupanqui a terminar su obra. Los Urinsayas
admitieron fundar la cofradía, pero no aceptaron la efigie labrada, por lo que Yupanqui
empezó a buscar compradores. En La Paz, la imagen llegó a manos del cura de
Copacabana quien decidió llevar la imagen al pueblo. El 2 de febrero de 1583 llegó a
los cerros de Guacuyo la imagen de María. Todo el pueblo salió gozoso a recibirla y con
gran alegría la condujeron a la iglesia donde se celebró una misa en su honor. El
santuario de Copacabana es uno de los más antiguos de América. El templo actual data
de 1805 y la imagen fue coronada durante el Pontificado de Pío XI.
En 1904 fue coronada canónicamente, y en 1930 Pio XII la nombró Patrona de Brasil.
En 1562 el cuadro fue colocado en la capilla techada con paja en la que se filtraba la
lluvia y con ella la humedad del ambiente. Esto, unido a la acción del aire y del sol
dejaron la pintura en tan mal estado que muy pronto era ya imposible reconocer lo que
había sido pintado en ella. A la muerte de Don Antonio, en 1577, su viuda, se trasladó a
Chiquinquirá llevándose consigo el cuadro al que colocó en una capilla.
Diez años más tarde vino a aquel lugar María Ramos, una piadosa sevillana cuñada del
difunto Santana, quien después de arreglar y limpiar la modesta capilla colocó en ella el
borroso lienzo que un día llevara la imagen de la Virgen del Rosario. Cuenta la
tradición que el viernes 26 de diciembre de 1586, se disponía a salir de la capilla,
cuando una india cristiana le llamó la atención hacia la imagen, que aparecía rodeada de
vivos resplandores. Volvió el rostro y fue grande su asombro al advertir la
transformación que se había obrado en el lienzo, cuyos colores, antes tan borrosos y
desteñidos, aparecían ahora vivos y claros.
Pio VII la declaró patrona de Colombia en 1829 y fue coronada canónicamente en 1919.
6. COSTA RICA: NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES (Fiesta: 2 de agosto)
La tradición cuenta que en los primeros años del siglo XVII, dos
indígenas y un niño negro esclavo de aproximadamente diez
años, salieron en busca de sal desde Barajagua a la bahía de
Nipe. Los dos indígenas se llamaban Juan de Hoyos y Rodrigo
de Hoyos y el niño, Juan Moreno, se los recuerda como “los tres
Juanes” Estas tres personas que trataban de encontrar sal, sólo
pudieron llegar hasta la mitad de la Bahía de Nipe, a Cayo
Francés, donde acamparon para refugiarse de una tormenta que
se avecinaba.
Cierto día una niña, llamada Apolonia, subió hasta el cerro de las minas de cobre donde
trabajaba su madre y vio la imagen de la Virgen de la Caridad en la cima. Los
pobladores pensaron entonces que ella quería estar allí y tiempo después llevaron la
estatua de la Santísima Virgen hasta su nuevo altar en ese lugar.
Por eso, el 5 de abril, en medio del fragor de la batalla de Maipú, el General San Martín
anima a su ejército gritando: "Nuestra Patrona, la Santísima Virgen del Carmen nos
da”. Antes de que termine el Año se habrá colocado la primera piedra del santuario, que
se terminó en 1892. El templo actual fue inaugurado en octubre de 1974.
En 1923 la Santa Sede, a petición del Episcopado Chileno nombró a la Virgen del
Carmen como Patrona Principal de todo el pueblo de Chile, ya que antes lo era sólo del
ejército y la armada chilena.
Dos son las imágenes del Carmen que los chilenos veneran con especial cariño; la del
Santuario Nacional de Maipú tallada en Quito en 1785 y la de la Basílica del Salvador
en Santiago de Chile, de factura francesa del siglo XIX, coronada solemnemente en
1926. Los chilenos celebran el último domingo de septiembre la fiesta litúrgica de su
Patrona.
9. ECUADOR: NUESTRA SEÑORA DE LA PRESENTACIÓN DEL QUINCHE
(Fiesta: 21 de noviembre)
Se cuenta que al arribar la imagen había una cruenta lucha entre los habitantes de la
región y al correr la voz del maravilloso hallazgo, todos depusieron las armas e
inmediatamente cesaron las hostilidades; también se refiere que la intercesión de la
Virgen fue determinante para la pacificación del país, agitado por las luchas entre
nonualcos y migueleños en enero de 1833.
Estos últimos fueron derrotados por el coronel Benítez, quien junto a sus tropas entró en
la ciudad San Miguel. Queriendo dar testimonio de su benevolencia hacia los
migueleños y sustentar la paz sobre una base sólida, mandó sacar del atrio de la iglesia
parroquial la venerada imagen de Nuestra Señora de la Paz. Luego de alinear sus tropas
en torno a la imagen, se postró ante ésta y colocó su espada a los pies de la Virgen,
tomándola por testigo. El coronel Benítez volvió a tomar su espada y después de haberle
rendido homenaje a la Virgen la regresó a su Santuario.
Una vez ante Monseñor Zumarraga, Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las
rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen
de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó
una ermita en el lugar que había señalado el indio.
Pio X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina", Pio XI de todas las
“Américas”, Pio XII la llamó “Emperatriz de las Américas” y Juan XXIII “La
Misionera Celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”.
Sin embargo el día que salía del puerto tuvo que regresar por mal tiempo. Este hecho
que ocurrió dos veces más lo cual lo indujo a pensar que el plan de Dios era que la
imagen permaneciera en Nicaragua.
Desde ese día la población empezó a extender el culto a la imagen y desde entonces le
dieron el nombre de Nuestra Señora de "El Viejo".
Santa María La Antigua fue la primera advocación llegada al Istmo de Panamá en 1510
y establecida primero en un poblado de Darién. Esto ocurrió cuando ese año llegaron
Vasco Núñez de Balboa y el Bachiller Martín Fernández de
Enciso. Le habían prometido a la Virgen María ponerle su
nombre a un poblado si salían con vida de una feroz batalla que
tuvieron con los nativos. Así fue que, tras la victoria, al poblado
del cacique Cémaco le pusieron el nombre de Santa María La
Antigua.
Ante Ella fue depositada en medio de gran fiesta la primera rosa florecida en la ciudad
por el primer obispo de la diócesis, Fray Jerónimo de Loayza.
La imagen fue realizada en Barcelona, en ella la Virgen esta sentada y tiene al Niño
dormido angelicalmente sobre su falda, las manos de María se unen en posición de
oración, mientras sostiene la manito izquierda de Jesús, estuvo expuesta al culto en la
catedral, hasta 1920 cuando fue sustituida por otra talla, que es la imagen de Nuestra
Señora de la Divina Providencia más conocida por el pueblo puertorriqueño.
La imagen original venerada por los Siervos de María y otras órdenes religiosas
italianas, es un óleo en el que aparece la Virgen con el Niño Jesús dormido
plácidamente en sus brazos.
La isla de Puerto Rico (llamada por los indígenas “Borinquen”), fue descubierta el 19 de
noviembre de 1493, cuando Colón desembarcó en ella durante su segundo viaje. Por tal
motivo dicha fecha fue elegida para su solemnidad en 1969, cuando S.S. Pablo VI
declaró a Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, como patrona principal de la
isla de Puerto Rico, en el decreto del Papa se indicaba que la fecha de la Virgen debía
trasladarse del dos de enero (aniversario de la llegada de la imagen a la isla), al 19 de
noviembre, uniendo de esa forma la veneración a la Santísima patrona, con el
descubrimiento de la isla.
Al día siguiente las fuerzas de Colón obtuvieron una increíble victoria frente a los
indios, quienes se dispersaron por los montes. Luego de este suceso se construyó un
santuario a la Virgen de las Mercedes en la misma cumbre del cerro donde Colón
colocó la milagrosa cruz.
21. URUGUAY: VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES (Fiesta: 2º domingo de noviembre)
En el antiguo pueblo de Pintado, hoy Villa Vieja, a unos veinte kilómetros al oeste de la
ciudad de Florida, en la república del Uruguay, se erigió a fines del siglo XVIII una
capilla que recibió el nombre de Capilla del Pintado. En ella se rendía culto a una
Virgencita, que según los informes más probables, había sido enviada por los jesuitas
desde Paraguay a mediados del mismo siglo. Cuando a principios del siguiente siglo, el
vecindario del Pintado logró la construcción de una parroquia, los principales
pobladores, se consagraron a su Patrona la Inmaculada, bajo la
advocación de Nuestra Señora de Luján. Su primer párroco, el
presbítero Santiago Figueredo, en vista de la pobreza y aridez de
aquellos terrenos resolvió trasladar la parroquia a otro lugar más
cómodo y propicio para el culto de la Virgen. Acudió al Cabildo
de Montevideo y una vez obtenido el permiso, los vecinos del
Pintado se trasladaron a la que hoy es la ciudad de Florida.
La imagen fue coronada canónicamente en 1961, por concesión del Papa Juan XXIII,
quien al año siguiente la proclamó oficialmente “Patrona del Uruguay”. La fiesta de la
Virgen de los Treinta y Tres se celebra el segundo domingo de noviembre con una
peregrinación a su Santuario desde todos los lugares de la nación.
Al mismo tiempo algunos niños, hijos de los conversos, confesaron que una Señora muy
bella se les aparecía cuando iban a recoger agua. Esto hizo que los indios miraran con
respeto aquel lugar y que utilizaran el agua que allí manaba para curar a sus enfermos.
Sin embargo pasó un año y el cacique no daba muestras de querer convertirse a la fe
cristiana. El 8 de septiembre de 1652, la Virgen se le apareció al Cacique, en la misma
puerta de su choza y según se cuenta éste la amenazó con su arco pero la Virgen le cegó
con sus resplandores y desapareció, dejando en sus manos una pequeña imagen suya.
Luego de esto el Cacique se convirtió y se bautizó. Juan Sánchez al tener noticia del
suceso, mandó recoger la imagen y desde entonces se la comenzó a venerar bajo el
título de Nuestra Señora de Coromoto.