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A TODOS LOS TRABAJADOS Y CARGADOS

I. INTRODUCCIÓN
Uno de los males más grandes que afronta la raza humana en este tiempo son las continuas
cargas emocionales. Están le destruyen física y psíquicamente alterando su metabolismo y
conducta, desestabilizándole y poco a poco destruyéndole.
La ciencia médica ha querido ayudar pero no ha sido suficiente. La mejor ayuda la puede
ofrecer el que diseñó al hombre, o sea Dios. Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). En este estudio veremos
como Jesús es la única opción para quitar de nosotros las diferentes cargas que nos agobian y
darnos descanso, tranquilidad, libertad y paz espiritual y emocional.

II. JESÚS SE OFRECE SIEMPRE QUE LO NECESITAMOS.


Jesús hizo esta declaración mientras veía a las multitudes que estaban “desamparadas y
dispersas, como ovejas que no tenían pastor” (Mateo 9:36), como sin rumbo fijo, sumergidos
en sus trabajos y actividades diarias.
Cuando estamos demasiado involucrados en nuestros trabajos nuestro ánimo y carácter se
sobresalta y andamos casi todo el tiempo alterados. En este estado es que estamos cargados
como Jesús dijo a causa del trabajo y actividades diversas.
Hasta los cristianos nos podemos encontrar en alguna de estas situaciones. Dios como sabe
que esto puede provocarnos un desequilibrio espiritual no aconseja que siempre vallamos a Él
(Mateo 11:28).
La palabra trabajado también quiere decir afanado y agobiado. De manera que esto se
refiere a los afanes y peso emocional que esto produce.
La palabra Descansar también quiere decir Refrescar. El descanso que da Jesús es como la
sensación que da el agua a alguien que está sediento.

1. A VECES NOSOTROS LOS MISMOS NOS PONEMOS LAS CARGAS


Muchas veces las cargas nos vienen porque nosotros mismos las buscamos. Muchas
de esas actividades son nuestros compromisos sociales y la ansiedad por vienes
materiales (1ra. Juan 2:16; 1ra. Corintios 10:23).

2. DIOS ES NUESTRA AYUDA EN MOMENTOS DE CARGA


Un buen método es la palabra de Dios (Salmos 119:50). A través de ella Dios nos
habla y nos consuela,
III. JESÚS NOS ALIENTA, NOS ENSEÑA Y NOS ANIMA EN MEDIO DE LA
AFLICCIÓN
En medio de lo que comúnmente la gente se desespera y pierde la compostura Jesús
nos enseña (Mateo 11:29).

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