You are on page 1of 3

Bendito sea el que olvida, porque a él pertenece el paraíso.

Bienaventurados sean los olvidadizos ya que vuelven a tropezar con la misma piedr
a.
Cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos.
Cuántos hombres se precipitan hacia la luz, no para ver mejor sino para brillar.
Hablando francamente, es preciso que nos encolericemos alguna vez para que las co
sas marchen bien.
De nadie estamos más lejos que de nosotros mismos.
En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón.
El casarse es terminar una serie de pequeñas tonterías con una gran estupidez.
El cristianismo dio de beber veneno a Eros: éste, ciertamente, no murió, pero degeneró
convirtiéndose en un vicio.
El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.
El Hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza.
El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar
la risa.
El que niega su propia vanidad suele poseerla en forma tan brutal, que debe cerra
r los ojos si no quiere despreciarse a sí mismo.
El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.
El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse.
Es inhumano bendecir cuando nos han maldecido.
Es necesario llevar en sí mismo un caos, para poner en el mundo una estrella danzan
te.
Es preferible morir a odiar y temer: es preferible morir dos veces a hacerse odia
r y temer.
Fe significa no querer saber la verdad.
Haber hecho algo inmortal puede llevar a la perdición
Hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas.
La buena memoria es a veces un obstáculo al buen pensamiento.
La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la humanidad.
La decisión cristiana de considerar que el mundo es feo y malo ha hecho al mundo fe
o y malo.
La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido.
La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuan
do era niño.
La mujer comprende al niño mejor que el hombre, pero el hombre es más niño que la mujer
.
La única diferencia entre Dios y yo es que yo existo.
La ventaja de tener mala memoria es que se goza muchas veces de las mismas cosas.
La vida es un instinto de desarrollo, de supervivencia, de acumulación de fuerzas,
de poder.
Lo absurdo de una cosa no prueba nada contra su existencia, es más bien condición de
ella.
Las personas que brindan su plena confianza creen por ello tener derecho a la nue
stra. Es un error de razonamiento: los dones no dan derecho.
Lo que me entristece no es que me hayas mentido, sino que ya nunca más podré confiar
en ti.
Lo que se hace por amor siempre acontece más allá del bien y del mal.
Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu
vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
No es la fuerza de los nobles pensamientos sino su duración lo que hace superiores
a los hombres.
No querer mortificar, no querer herir a nadie, puede ser lo mismo una muestra de
justicia como de timidez.
No puedo creer en un Dios que quiera ser alabado todo el tiempo.
Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro n
o la olvida.
Para muchos, lo abstracto es fuente de fastidio; para mi, en los buenos días, una i
ntoxicación y una fiesta.
¡Preferible vivir en medio del hielo que entre virtudes modernas y otros vientos de
l sur! .
Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras
largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.
Quien siembra en el espíritu planta un árbol a larga fecha.
Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de enfrentar todos los comos.
Quien ve mal siempre ve demasiado poco; pero quien oye mal siempre oye demasiado.
Si solo se dieran limosnas por piedad, todos los mendigos hubieran muerto de hamb
re.
Sin música la vida sería un error.
Todo hábito hace nuestra mano más ingeniosa y nuestro genio más torpe.
Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño.
Un filósofo casado es un personaje de comedia (cit. en Brennot, Philippe, El genio y
la locura[1]).
Yo no soy un hombre, soy un campo de batalla.

You might also like