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Iván Hernández

Presunto Culpable

“Me agarran, me meten a una patrulla y me dicen '¡tú fuiste, y ya!” son las palabras
textuales de Antonio Zúñiga, un hombre que, sin mayores argumentos que el hecho de
haber estado en el lugar equivocado en el momento más equivocado posible.

No se le leyeron sus derechos, su proceso jurídico fue más apresurado que el de


cualquier otro, sin más, se le ha sentenciado a 20 años de prisión, condena que dos
jóvenes abogados luchan por eliminar.

El caso de Toño es desafortunadamente común en un país como México en donde


la legitimidad de la verdad está supeditada a poderes externos y superiores,
desafortunadamente y como Toño mismo lo explicara, en este país es legal hacer
injusticia.

Cosas así pasan todos los días; siempre somos victimas del desencanto diario de lo
que le pasa a nuestros connacionales, siempre leemos en el periódico o escuchamos en las
noticias que alguien ha sido injustamente involucrado o sentenciado. Qué esperanza nos
queda en nuestra justicia si es esa misma, siendo las personas que se supone que la
protegen los que fabrican culpables o chivos expiatorios por necesidades políticas.

Marisela Escobedo Ortiz es otro nombre de una víctima más de la injusticia en el


país; resulta que su hija fue asesinada por su novio, un don nadie cualquiera con
antecedentes delictivos como muchas personas en el norte del país.

El novio mata a la hija de Marisela y esta sigue el proceso jurídico correspondiente


sólo para caer en el hoyo, ya que el novio fue encontrado inocente de cargos por los tres
jueces (quienes por cierto huyeron a Estados Unidos).

Marisela, por cierto, hizo una protesta en la que fue amenazada de muerte… y la
amenaza fue cumplida, la mataron, quemaron la maderería de su hermano y un sinfín de
atrocidades. La justicia mexicana, de brazos cruzados, o por lo menos así se vio.
Iván Hernández

Los casos de Marisela y Toño no ponen en alerta, en cualquier momento corremos


el peligro de ser presuntos culpables de cualquier estupidez por el desfortunio de
aparecer en el momento y lugar equivocados, qué esperanza tenemos de salir airosos de
una afrenta como esa a cualquiera de nuestros derechos más básicos si viene dicha
afrenta de injusticias infundadas promovidas ´pr las personas que se supone que nos
defenderían contra ellas.

El film de Presunto Culpable muestra a un hombre en su más básico instinto de


supervivencia, dispuesto a la masacre moral y el debacle casi irrisorio del sistema judicial,
la historia de cómo Toñó y sus abogados lucharon por su libertad (hasta sus últimas
consecuencias) es un testamento de dignidad sobre el autoritarismo que deberemos
recordar por sobre las injurias mas fastuosas a las que el sistema nos haga víctimas.

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