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RESUMEN
El propósito de este trabajo, es por supuesto allanar un camino hacia la reconstrucción
de las estructuras de acogida, partiendo del supuesto que no solo existe el lenguaje
verbalizado como único medio de comunicación, sino que debemos volver un poco al
origen, al cuerpo humano, para a partir de sus formas de manifestación encontremos en
su lenguaje (el corporal), una pedagogía que ayude a la reconfiguración de la acogida y
el reconocimiento, convencidos que en esas formas de comunicación existe más
contenido que pueden potenciar otras posibilidades de convivencia entre los seres
humanos, sin renunciar a que también es una manera de buscar alternativas de otro
mundo posible (un altre mon possible), que estamos en la obligación de construir, para
los de ahora y para los que vienen.
SUMMARY:
The purpose of this work is obviously to smooth out a way towards the reconstruction of
the hospitality structures based on the assumption that there not only exists the verbal
language as sole communication media, but that we should turn back a little to the
origin, to the human body, so that based on its manifestation forms we may find in its
language (the corporal one), a pedagogy that helps in the reconfiguration of hospitality
and recognition, convinced that in those communication forms there exists more content
that can empower other possibilities of living together among the human beings without
renouncing to it being also a manner of looking for alternatives of another possible
world (un alter mon possible), which we are in the obligation to construct for the ones in
the present and for the ones to come.
1
BONILLA, HECTOR: Es Matemático, Magíster en Filosofía Convenio Uninorte-Univalle. Adelanta actualmente su
doctorado en Filosofía en ESCUELA DE DOCTORAT DEPARTAMENT DE PEDAGOGIA SISTEMATICA Y
SOCIALDOCTORAT EN EDUCACIÒ I SOCIETAT Bellaterra, Catalunya, junio de 2002
1. Dimensiones de la crisis
2
CAMPS, Victoria, Una Calidad de Vida. Barcelona: Ares y Mares, 2001. P 24
2
sociedad contemporánea, la soledad es el duro transcurrir de muchos que crece
inescrupulosamente, por un lado, cada individuo es un mundo aparte, un mundo que
teme encontrarse o juntarse con el otro, todos los medios establecidos por la tecnología
conllevan a esa individualización indiscriminada, como un fenómeno de masas, ambigüo
y contradictorio. Es decir, allí donde la globalización haría más falta, en el anhelo de ver
la humanidad más unida por el reconocimiento de unos mismos valores, unos mismos
derechos y deberes, encuentra grandes obstáculos, que pasa entonces con la diversidad
cultural, con la tolerancia con el reconocimiento del otro?3
El mundo contemporáneo, más allá de estar pasando por desajustes epistémicos, está en
un enorme desajuste existencial. Asistimos a una crisis de sentido o como asegura
Mardones a un ensombrecimiento de la significatividad de la realidad.4 Sabemos mucho
de lo que usamos pero poco de su sentido. Renunciamos a la visión del mito como
narración simbólica y los hemos sustituido por mitos prefabricados para poder narrar la
trayectoria de nuestro presente, como el mito del progreso en el orden del mundo
globalizado en el que la relación rostro a rostro es insostenible en nuestra recién fabrica
de realidad virtual, como afirma Le Breton.5
3
CAMPS, V. Op. Cit. P 19
4
MARDONES, J.Mª., El retorno al mito. La racionalidad mito simbólica. Madrid: Síntesis, 2000. Im, MELICH Y BÁRCENA, Op. Cit.
5
LE BRETON, D., Antropología del dolor. Barcelona: Seix Barral, 1999. Im, MELICH Y BARCDENA, Op. Cit.
6
HOBBES, Thomas, El Leviatán. México: F.C.E. 1994
3
De todo esto podemos concluir que las estructuras más golpeadas son las de acogida,
permeadas y perversamente reducidas a simples entelequias anticuadas, sobre las que el
mundo del capital global no está dispuesto a revivificar por sentirlo más que una
amenaza para sus intereses. Para ello, utilizan todos los medios a su alcance para que se
destruya paulatinamente las posibilidades de discurrir, de cuestionar o por lo menos
entrar a considerar que existen alternativas que son susceptibles de ser aceptadas de
manera masiva, la posibilidad de recoger los pedazos y reconstruir aquello que permite
que se establezcan elementos para la socialización y la construcción de otra realidad. No
en vano se han apropiado y monopolizado los medios masivos de comunicación con
propósitos que estén dentro del ámbito de sus intereses: manipulación de la información,
direccionamiento de la opinión, generación de hábitos de consumo, redefinición de
principios y valores individuales y sociales, todo ello como una forma de mantener un
status quo una manera de eternizar al dios capital.
2. La Estructura De Acogida.
4
Una persona no deseada y no acogida no se edifica y afianza con coherencia, sino que se
acostumbra a verse en un imparable proceso de desestructuración, de caotización que a
menudo tiene como consecuencia fatal las patologías mas deshumanizadoras que se
puedan imaginar.7
Esta problemática es susceptible de ser analizada desde la perspectiva que tiene como
punto de partida la contingencia. El concepto contingencia procede de la filosofía
escolástica, la que lo utilizaba para designar lo que es casual en contraposición a lo que
es necesario, que es el ámbito que se encuentra regulado por las ineludibles exigencias y
generalizaciones de las leyes. Son expresiones de la contingencia aquellas situaciones
humanas que no pueden adquirir sentido por la mediación de las transformaciones que
son inherentes a la creatividad y a la actividad humanas; se trata en definitiva de
aquellas situaciones sobre las cuales no se puede expresar nada que sea concluyente o
irrefutable. Puede afirmarse que la contingencia tiene que ver con lo indisponible de la
existencia humana, como lo directamente relacionado con el nacimiento y la muerte del
hombre y con las insoslayables acotaciones de la libertad humana. En su núcleo más
7
Ibid. P 26-27
8
Ibid. P 17
5
íntimo la contingencia significa que todo podría ser casual, que la totalidad de la
realidad podría carecer de sentido. La aguda y trágica percepción de la contingencia ( la
falta de sentido de la existencia) se ha agravado en una sociedad como la nuestra cuya
nota mas característica es la segmentación y la automatización de los diferentes
fragmentos que la componen. En esa situación el sentido de totalidad se capta con
enorme dificultad a causa del incesante aumento de la complejidad que experimentan los
sistemas sociales. Entonces la fragilidad del sentido se agudiza extraordinariamente y la
desorientación como consecuencia de la sobre complejidad del mundo repercute en la
vida cotidiana como un shock ante el futuro.9
La comunidad es el lugar natural donde el ser humano tiene que ser acogido y recogido:
pero al propio tiempo conviene dejar bien claro que la comunidad humana no es algo
meramente natural instintivo, sino que es indispensable llevar a cabo la construcción
comunitaria de la realidad y no limitarse a su mera construcción social.10
9
Ibid. P 18-19-20
10
Ibid. P 21
11
BERGER, P.L. LUCKMANN, T. La construcció social de la realitat. Un tractat de sociología del coneixement. Barcelona:1988 im. DUCH
Lluis en la Educación y la Crisis de la Modernidad. Barcelona: Piadòs Educador, 1997
6
estructuras hacen posible la identificación del individuo como proceso nunca acabado
que, tomando como punto de arranque la institividad, alcanza el punto culminante en la
construcción de la persona. Como centro neurálgico de las relaciones significativas.12
Desde una perspectiva cultural, las estructuras de acogida hacen viable la integración de
los seres humanos en el flujo de una tradición concreta, con cuyo concurso, además,
adquieren su identidad personal. Son por lo tanto, imprescindibles en el proceso de
interiorización individual y colectiva de simbolismos, representaciones y valores, que
lleva a cabo la selección que es propia de cada cultura humana. Desde una perspectiva
antropológica, las estructuras de acogida permiten la actualización de las capacidades
predadas del ser humano en la historia, porque ponen de manifiesto que el ser humano
constitutivamente, es capax symbolorum, es decir, posee aptitud en el presente para
rememorar el pasado y para anticipar el futuro.13 Desde la perspectiva lingüística, la
estructura de acogida posibilita el empalabramiento de la realidad por parte del ser
humano; empalabramiento que tiene como consecuencia más significativa el “venir de la
existencia” para el hombre, de la misma realidad y de él mismo como parte integrante de
ella. No debería olvidarse que, para el hombre, solo existe lo que es capaz de expresar
y/o anticipar simbólicamente. Desde lo religioso, las estructuras de acogida han sido los
lugares desde donde el ser humano ha sólido plantear las preguntas fundacionales de su
existencia (proctología y escatología) es decir, aquellos interrogantes y respuestas que
tienen algo que ver con el sentido o con el sin sentido de la existencia humana.14
De otra manera: las estructuras de acogida constituyen el marco en cuyo interior el ser
humano puede poner en práctica aquellas teodiceas prácticas, que tienen la virtud de
instaurar, en medio de la provisionalidad y novedad de la vida cotidiana, diversas praxis
de denominación de la contingencia.
12
ERICKSON, E. Identidad, Juventud y Crisis. Madrid: 1992
13
DUCH, Ll. Transparencia del món i capacitat sacramental. Montserrat 1988. Im. Duch Lluis op. Cit.
14
DUCH, Ll. La eduación y la crisis de la modernidad
7
Históricamente las estructuras de acogida son ámbitos privilegiados donde se ha
efectuado la transmisión. A través de ellas se establecen las bases para la construcción o
posible edificación del ser humano, cuya nota distintiva es que no alcanzan a ejercer con
maestría el oficio de hombre o de mujer con concurso exclusivo, de las pautas que le
ofrece la mera instintividad. La socialización, la identificación, el empalabramiento, la
anticipación simbólica, solo llegan a convertirse en algo verdaderamente importante en
el tejido de la existencia humana por mediación de las estructuras de acogida, que son
aquellos elementos relacionales que, en y desde el presente, permiten establecer una
vinculación creativa con el pasado, a fin de imaginar y configurar el futuro.
8
Desde una perspectiva pedagógica, el acogimiento y el reconocimiento del otro en su
irreductible alteridad tendrían que ser no solo premisas irrenunciables para la reflexión,
sino, sobre todo, los desencadenantes más efectivos de la acción pedagógica como
filosofía práctica, como adiestramiento teodiceico de niños y adolescentes. De esta
manera se les capacitaría para asimilar creadoramente los procedimientos adecuados
para la “cosmización” de sus existencias en un proceso jamás concluido de lucha contra
el caos y las restantes fuerzas de negatividad que sin cesar pretenden la
desestructuración de la humanidad.
Duch plantea que desde diferentes tradiciones culturales y filosóficas, ha sido puesto de
manifiesto que conocer es reconocer , que enseñar consiste en descubrir e identificar la
“perla escondida” de la propia humanidad. Necesitamos una hermenéutica y una
hermética del reconocimiento para alcanzar la manera plena de conocimiento y una
comprensión basada en el reconocimiento, es decir, es la afirmación explícita del
derecho a la alteridad y a la diferencia. La hermenéutica y la hermética serán viables si
se renuncia previamente a cualquier tipo de voluntad de poder, a un desistimiento por el
derecho a todos y a una voluntad de asumir y asumirse dentro de una sociedad.
9
y expresiones adquieren sus significaciones mas intimas e impersonales como
semánticas soteriológicas, sino que además posibilita la configuración de las
hermenéuticas y las herméticas practicas. Estas desde la óptica de la ciencia y de la
sabiduría, han coadyuvado decisivamente a que los grupos de individuos pudieran
hacer frente con garantías a los desafíos y a las contingencias imprevisibles de la
vida cotidiana y al mismo tiempo se conviertan en eje de la visión del mundo que era
propio de las culturas humanas.
.
Cotrascendencia: La tercera estructura de acogida. Antes se reunían los miembros
de la sociedad al margen de la convicciones religiosas personales de cada cual, en
torno a mismo cuerpo de creencias y prácticas simbólicas. De esta manera quedaba
asegurada la correcta relación del ser humano con lo invisible con la trascendencia.
La crisis de esta estructura tiene que ver con la perdida del lugar social que tenia Dios
dentro de la cultura occidental a partir de la ilustración. La religión es la sigla que
resume los diferentes aspectos de esta estructura, cuya crisis de institucionalización
ofrece uno de los síntomas más diáfanos de la precariedad de la sociedad actual.
10
Concluyamos este ensayo partiendo de una reflexión propuesta por Joan Carles Melich:
El ser humano no actúa a modo de reacción o por reflejo, sino que se exterioriza y se
expresa. Es decir, se manifiesta como ser humano. Esa expresión es en un comienzo
gritos, gesticulaciones y variaciones tónicas, luego esa espontaneidad expresiva dejará
lugar a la comunicación cuando por medio de la mímica y sus gestos se quiere significar
algo para el otro. La gestualidad adquiere, entonces, el sentido de un mensaje y está
orientado por una intencionalidad consistente o inconsistente, según el sentido que se le
atribuya al término.16
15
MELICH, Joan Carles, Antropología de la memoria y la acción educativa. BRUÑO, Aula Viva 2001. P 62.
16
BONILLA, Héctor, Expresión Corporal la danza en la escuela. Bogotá: Educativa 1999.
11
especialmente en las formas de interpretación es decir, estableciendo una hermenéutica
que nos ayude a consolidar esas formas de dialogación entre los hombres o mujeres.
Estamos por eso convencidos que un buen desarrollo del lenguaje corporal es un camino
para lograr escenarios de diálogo y de encuentro y tras ellos ambientes de
reconocimiento. Un lenguaje corporal que puede ser enseñado y que requiere ser
cultivado, un lenguaje corporal que es universal, que rompe las barreras idiomáticas,
religiosas y raciales.
12
de un grupo humano que se une en el trabajo o en las actividades cotidianas. Sentirse
acogido, es sentirse en confianza, con la posibilidad de expresar lo que le parece bueno o
criticar lo que no le parece o con lo que no está de acuerdo, es asumir una posición
corporal de distensión ante el otro y desnudarse, es perder el miedo a gesticular o a
moverse, a explorar con su cuerpo movimientos que le hagan más libre, más ser
humano. Es afectarse con la posición de otro, es observar pero también tocar, es oler y
en esa acción descubrir las inquietudes del otro, es escuchar y aprender a escuchar la
elocuencia del silencio y dejarse llevar por sus mensajes, es hablar con el silencio y
posibilitar la proximidad de otro para que se establezca el intercambio, es reconocerse y
reconocer al otro tal como es y aceptarlo simplemente aceptarlo así entre los dos no haya
un “los dos”, es no hacerle daño, no rechazarlo, no ignorarlo, no segregarlo,
simplemente asumir que está ahí, así entre los dos no exista la fuerza suficiente para el
diálogo.
A pesar de la crisis en que se encuentra el hombre ante un mundo que ha sido construido
paradójicamente por ese hombre, existe la posibilidad aún de su origen, su cuerpo
integrado y que lucha contra la desintegración, su cuerpo sentido y que siente, su cuerpo
13
dialogado y que dialoga, su cuerpo razonado y que razona. Existe la posibilidad de
abrirse a otras oportunidades que el mismo hombre debe crear para contrarrestar los
desmanes de sus congéneres. El cuerpo humano es el origen y la posibilidad de “un altre
mon possible per a totom” y una de esas alternativas está en su lenguaje corporal, el
lenguaje de todos, que nos permite reconocernos en tanto humanos que somos.
BIBLIOGRAFÍA.
14
GARDNER, Howard, Educación artística y desarrollo humano. Barcelona: Paidós,
1994.
GIMENO, J.R., RICO, M., VICENTE, J., La educación de los sentidos. Madrid:
Santillana, 1986
15