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TOMO II
Pablo Leyva (ed.)
© Derechos Reservados de Autor
ABSALON MACHADO C.
Profesor titular
Universidad Nacional de Colombia
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura -IICA
Características generales de la agricultura del litoral Pacífico
El litoral Pacífico es la región más húmeda del país y las características de sus suelos
determinan una vocación predominantemente forestal; la agricultura es una actividad
relativamente marginal, excepto para la zona del Urabá antioqueño y la región comprendida
entre los ríos Mira y Mataje en el municipio de Tumaco. Los suelos son de baja fertilidad, alta
toxicidad y acidez; se presenta escasa luminosidad, inundaciones, deficiente drenaje e intenso
régimen pluviométrico. La agricultura se desarrolla en las vegas de los ríos y en los suelos
aluviales.
En la parte central se presentan lluvias superiores a los 5.000 mm anuales, pero su intensidad
decrece a medida que se avanza hacia el norte (Darién) y hacia el sur (extremo suroeste),
donde las precipitaciones son de alrededor de 3.000 mm.
La utilización agrícola de los suelos en bosques muy húmedos sólo es posible mediante
sistemas agrosilviculturales que evitan la interrupción del ciclo de bioelementos. En climas
excesivamente húmedos puede hacerse agricultura en suelos aluviales, con especies
autóctonas o combinando maderables con cultivos de pan coger.
El mayor potencial agropecuario productivo se localiza en la región del Pacífico Sur (desde la
desembocadura del río San Juan hasta el río Mataje en los límites con Ecuador), donde se
presenta una menor pluviosidad y nubosidad y suelos mejores. La mejor zona para el
desarrollo de la agricultura se encuentra en la vega del río Mira, donde se ha desarrollado de
manera tecnificada el cultivo de la palma africana.
Se considera que en el litoral Pacífico existen cuatro zonas aptas para el desarrollo de la
agricultura a saber: 1. la zona del Darién (Acandí) donde puede cultivarse palma africana,
banano y cocotero; 2. la zona de Cupica (Bahía Solano - Baudó) apta para coco y caucho; 3. la
zona de Buenaventura donde el chontaduro y el caucho encuentran condiciones para su
desarrollo, y 4. la zona de Tumaco, para palma africana, caucho y coco (1) .
En el caso de Urabá, contemplado aquí como parte constitutiva del Pacífico, la superficie total
es de 1.237.000 ha que se distribuyen aproximadamente así: 221.000 aptas para agricultura,
362.000 para ganadería y el resto (654.000) son zonas montañosas y recubiertas de selva (2)
. A comienzos de los ochenta sólo se cultivaban cerca del 40% de las tierras aptas para la
agricultura, existiendo así, un potencial subutilizado bastante apreciable.
• La norte, en donde predomina la ganadería extensiva; con un área total de 364.000 ha,
ocupa la totalidad de los municipios de Necoclí, Arboletes y parte de la zona montañosa de
Turbo y San Pedro de Urabá; tiene 20.000 ha susceptibles de mecanización y 275.000, aptas
para cultivos anuales, forrajes y pastos.
• La central alta y baja: concentra las principales actividades económicas con una extensión de
316.000 ha; allí se ubican las plantaciones de banano, cacao, palma, plátano para exportación,
arroz mecanizado y ganadería. Se localiza en el eje Turbo-Mutatá desde la cuenca del río León
hasta el piedemonte de la serranía de Abibe. Incluye algunas áreas de los municipios de
Turbo, Apartadó, Carepa, Chigorodó y Mutatá. Es la de mejores perspectivas de desarrollo
agrícola junto con unas 48.000 ha adicionales que podrían incorporarse, con drenaje y riego,
gran parte de las cuales están hoy con ganadería extensiva. Adicionalmente, más de 40.000 ha
son de categoría II y III que pueden usarse en cultivos anuales y arbustivos. Más de 100.000
ha ofrecen ventajas para el arroz y la ganadería.
La región de Urabá tiene más posibilidades de expansión de su agricultura que el resto del
litoral Pacífico. En Urabá, las limitaciones de la agricultura provienen de condiciones
climáticas, así como, de deficiencias en obras de riego y drenaje, además de infraestructura
para la comercialización y la carencia de un puerto para la exportación lo que ha implicado
mayores costos en el manejo del banano. Los problemas fitosanitarios, por ser una zona
húmeda y de alta temperatura, han afectado al banano, la palma y el cacao. La abundancia de
lluvias causa problemas de drenaje. La inadecuada y precaria infraestructura de servicios
sociales, y la presencia de factores que estimulan la violencia social y política han
desestimulado, hasta ahora, mayores inversiones y flujos de empresarios, profesionales y
técnicos. La carencia de una agroindustria, para aprovechar los subproductos o beneficiar
algunos de ellos y la precariedad de investigación adecuada a la zona para diversificar la
producción, también, inciden en el desarrollo de la agricultura.
El potencial agrícola del litoral Pacífico es bastante reducido. Por eso, es un importador neto
de alimentos, como cereales y oleaginosas y productos cárnicos y lácteos, pero exporta hacia
el resto del país, especialmente, aceite de palma africana, coco, cacao, palmitos, chontaduro,
borojó y, por supuesto, el banano y plátano del Urabá. La fuente más importante de empleo en
él litoral no es la agricultura, sino la actividad forestal y pesquera, además de la portuaria,
excepto en Urabá, donde la agricultura constituye la mayor fuente de empleo por el desarrollo
del banano de exportación.
El arbusto del borojó mide de tres a cinco metros de altura en condiciones normales. El fruto
es una haya carnosa de 7 a 12 cms de largo por otro tanto de diámetro, color verde al
principio y carmelita al madurar. La pulpa ocupa un poco más del 80% del fruto, y excepto las
semillas y las fibras, todo es aprovechable. Es rico en carbohidratos, calcio y fósforo. Tiene un
alto valor alimenticio y propiedades medicinales; posee propiedades químicas y físicas que lo
hacen susceptible de industrialización como materia prima para jugos y néctares,
mermeladas, bocadillos, salsas, aceites y vinagre.
Por su condición dióica (las flores masculinas o estaminadas y las femeninas o pistiladas se
encuentran en plantas o pies diferentes) el borojó requiere polinización cruzada por parte de
abejas o insectos o del viento. Inicia la fructificación a los tres años y puede generar de 15 a 20
toneladas de frutos por hectárea. Hasta ahora no se han identificado plagas o enfermedades
que lo afecten de manera grave.
La principal enfermedad que afecta al cocotero es el anillo rojo causado por el conocido
nemátodo Rhadinaphelenchus cocophilus que apareció en el Pacífico en los años sesenta y ha
causado la destrucción de numerosas plantaciones. El nemátodo es transmitido por el insecto
Rhynchophorus palmarum, originando la asociación denominada “complejo anillo rojo-
gualpa”. Otra enfermedad que ha acabado con las plantas es la marchitez asociada con
protozoarios del género Phytomonas. La plaga más conocida es la “gualpa” que ocasiona
serios daños al estipe y corona de las palmas.
En el litoral Pacífico el cultivo del cacao se hace asociado con otros productos como coco,
chontaduro, maderables, como nogal o laurel y cedro, caucho y algunos frutales.
En 1947, un censo realizado por el doctor Víctor Patiño encontró 100.000 palmas en el área
de Buenaventura. También se la encuentra en el valle del Magdalena y la cordillera Oriental,
en la Orinoquia. Su hábitat mejor se ubica hasta los 1.000 metros sobre el nivel del mar, pero
se encuentra en alturas hasta los 1.800 metros y en climas más secos. Aunque se produce en
suelos pobres y ácidos, prefiere suelos limo-arcillosos con buena cantidad de materia
orgánica y un pH de 4,5 a 5 (7) . Su fruto madura en cuatro meses después de la fecundación,
pero ello varía con la intensidad de las lluvias y temperatura de las subregiones.
Aunque su contenido de proteínas es inferior al del frijol, garbanzo, lenteja, maní y soya (sólo
tiene 12.8 g de proteína por cada 100 g de pulpa seca), su contenido de caroteno (superior al
de la zanahoria y el achiote), y su alto contenido de ácido palmitoleico le dan una connotación
especial, como alimento y fuente de grasa. La nuez o semilla tiene entre 7.5 y 8.6% de
proteína por cada 100 g de pulpa, y su calidad, medida por el tenor de aminoácidos
indispensables, la convierten en una proteína excelente (8) .
Al cultivo del chontaduro lo afecta la plaga del Rhynchophorus palmarum, transmisor del
nemátodo Radhinaphelenchus cocophilus, causante del anillo rojo y el Aliarnus humeralis,
conocido como gualapán, que daña las palmeras. En el fruto se presenta la “pudrición blanca”
causada por Monilia sp. que provoca la caída del fruto; el mismo efecto lo produce el Tizón del
racimo, causado por Graphium sp, una de las enfermedades más difundidas. También se
presenta la “pudrición negra” en la pulpa. En el follaje y el tallo se han identificado la “mancha
amarilla” causada por Pestalotiopsis sp, la “mancha parda” causada por Mycosphaerella sp, y
la “mancha negra” causada por Colletotrichum sp. La severidad y combate de todas estas
enfermedades está relacionada con los estados de malnutrición de las plantas. También se
presenta la “pudrición del cogollo” causada por Phytophthora sp (9) .
En la costa Pacífica la cosecha se presenta, por lo general, en los meses de junio y julio y en
enero - febrero; en otras regiones, los calendarios de cosechas son diferentes, por ejemplo, en
Sinú - San Jorge es en agosto - septiembre; en la cordillera Oriental, en marzo y octubre; en
Putumayo - Caquetá, en febrero. En la cuenca del Orinoco sólo se presenta una cosecha al
año.
Como las frutas, el cachipay es bastante perecedero y por ello, las tribus indígenas lo
conservaban hirviéndolo, ahumándolo o deshidratándolo al sol, para usarlo pasada la
cosecha. Por la alta humedad y los sistemas rudimentarios de cosecha, los frutos no duran
más de una semana sin dañarse por fermentación de la pulpa.
El fruto se consume fresco, cocido con sal y también, como conserva envasado en vidrio;
existe en Cali una empresa que se dedica a ello. La pulpa puede usarse, como harina para
consumo humano o animal.
De esta manera, la palma africana en Colombia tuvo su origen en la región Pacífica, para luego
extenderse por todo el territorio nacional, que hoy cuenta con más de 114.000 hectáreas
sembradas y de las cuales, en la zona occidental, hay 13.500 hectáreas aproximadamente, es
decir, el 11.8%. Los departamentos que actualmente explotan el cultivo de la palma africana
en la zona occidental son: Nariño, en el municipio de Tumaco y Valle del Cauca, en el
municipio de Buenaventura.
En las riberas del río Mira y sobre la carretera que de Tumaco conduce a Pasto, se
encuentran la mayoría de las plantaciones; entre ellas se destacan: Palmas de Tumaco,
Hacienda Palmeiras, Astorga, Hacienda Salamanca, Cultivos del Mira, Oleaginosas Araki,
Palmar Santa Elena, Palmas Santa Fe y, por supuesto, la Estación ICA - El Mira, entre otras.
Estas plantaciones comprenden una extensión aproximada de 9.500 hectáreas. Existen,
además, unas 200 fincas pequeñas, las cuales no sobrepasan las 30 hectáreas,
predominando las de 1 a 10 hectáreas.
Existe una gran cantidad de pequeñas fincas de campesinos que han visto en el cultivo de la
palma una fuente de ingresos, pues el fruto cosechado se vende a las plantaciones que
poseen planta extractora: ocho en Tumaco y una en Buenaventura. No obstante, los
rendimientos de estas fincas son bajos, pues las técnicas apropiadas para la siembra y el
mantenimiento no son aplicadas debido a los altos costos, las semillas no son escogidas, no
se hace práctica de vivero, no se fertiliza o se controlan las enfermedades adecuadamente y
la palma se siembra mezclada con cultivos de pan coger, como el plátano y la yuca, entre
otros. La asistencia técnica que han proporcionado el ICA y los departamentos agronómicos
de las grandes plantaciones ha permitido que estos cultivos sobrevivan y sean una
esperanza de vida mejor para los campesinos de la región.
ALGUNAS ESTADISTICAS DE
LA PALMA AFRICANA EN LA REGION OCCIDENTAL
Area en Producción
Año Siembras (ha) Area Acumulada (ha) Producción Aceite Crudo
(ha) (t)
1985 484 9848 6199 9123
1986 625 10473 6581 10687
1987 1439 11912 6909 16978
1988 204 12116 7393 19334
1989 472 12588 8018 23003
1990 888 13476 9457 22902
La producción de aceite crudo de palma en 1990 fue de 22.902 toneladas, 10.2% del total
nacional. El aceite crudo es transportado en carrotanques hasta Cali o por barco hasta
Barranquilla y vendido a las fábricas refinadoras, para llegar finalmente a los consumidores
de todo el país bajo diferentes formas de presentación, como aceites líquidos, cremosos y
margarinas de mesa.
Las plantaciones más grandes pertenecen a empresarios industriales que tienen fábricas de
aceites y grasas en los principales centros de consumo, como Cali, Buga, Bogotá, Medellín y
Barranquilla. En ese sentido se presenta una integración vertical entre la agricultura y la
industria que es muy propia de cultivos de tardío rendimiento y perecederos, como el fruto
de la palma que debe procesarse en las 24 horas siguientes a su cosecha; por esto, todas las
plantaciones grandes tienen su fábrica de proceso en la misma zona rural.
BOCANAS RIO MICAY.
Fotografía Diego Arango.
Este producto comenzó a cultivarse en Urabá a principios de los años sesenta (las primeras
siembras se hicieron en marzo de 1963) gracias a las iniciativas de la United Fruit Company,
que empezó a fomentar el producto en esa región en manos de productores nacionales,
mientras se reservaba para sí la comercialización y transporte de la fruta. Años después,
este proceso pasaría a manos de los productores a través de sus asociaciones gremiales. Tan
pronto como se iniciaron las siembras se creó la Asociación de Bananeros de Urabá, el 13 de
diciembre de 1963.
El cultivo surgió allí con ventajas comparativas, como las de no estar propenso a huracanes,
“mal de Panamá, ni sigatoka. La Compañía Frutera de Sevilla, representante de la United
Fruit Company, otorgaba crédito para siembra de banano y en un comienzo para drenajes,
mientras que los caminos y carreteras deberían realizarlos los propietarios de los predios
(11) .”
El área dedicada al cultivo había alcanzado su punto más alto en 1969 con 18.959 hectáreas;
en el primer quinquenio de los años setenta disminuyó por el cambio de variedad (Gros
Michel por Cavendish), para estabilizarse alrededor de las 20.000 en los ochenta. Se espera
una expansión de por lo menos otras 10.000 en la década de los noventa.
El cambio tecnológico más significativo fue el cambio de variedad por la Cavendish, la cual
es más resistente a los vientos por su talla más pequeña y mayor rendimiento por unidad de
superficie. Su fruta además es más delicada, lo cual llevó a cambiar el sistema de transporte.
Los ajustes tecnológicos más significativos han sido: a) el rediseño total del sistema de
drenaje utilizando máquinas retroexcavadoras, b) cambios en los sistemas de fertilización
con análisis más científicos de los suelos, c) un perfeccionamiento en los cortes de acuerdo
con la edad de la fruta para evitar que ésta madure antes de llegar a su destino, d) el
“embolse” de los racimos en bolsas tratadas con productos químicos para protegerlos;
diferentes sistemas de amarre de las plantas para evitar su caída; sistemas de desinfección
de la “corona”, para evitar su pudrición en el viaje a los mercados finales, y el empleo
adecuado de agroquímicos en los cultivos. Además, en los últimos años se han introducido
cambios en el transporte de cajas con los sistemas de paletización y contenedorización.
Está especializada en bienes de consumo masivo; los principales son el maíz y el plátano,
que se cultivan tanto para el mercado como para el autoconsumo; la yuca, el ñame y el arroz
siguen en importancia. De acuerdo con Corpourabá, a mediados de la década del ochenta en
la zona Arboletes - Necoclí el 85% del área se destinaba al plátano y el 11.5% al maíz (15).
E n la zona de San Pedro - Turbo el 48.3% de los predios de pequeños agricultores se
destinaban al plátano y el 41.1% al maíz. En la zona de Chigorodó – Apartadó - Turbo el
plátano representaba el 92.5% del área cultivada. En la zona Mutatá -Bajirá el 73% del área
se cultivaba en plátano siendo también importante el arroz (16) .
El maíz ha sido típico de la economía campesina pero, en años más recientes, han aparecido
explotaciones comerciales con mecanización parcial limitada a la labranza y esparcimiento
de abonos. Entre 30.000 y 35.000 ha se cultivan en las regiones de Chigorodó, Apartadó y a
lo largo de la carretera que conduce a Bajirá; aunque tiene bajos rendimientos por ser de
colonización.
Año Hectáreas
1970-79 promedio 15006
1976 15300
1979 17479
1980 17365
1981 18888
1982 19300
1983 19749
1984 20136
1985 20270
1986 20456
URABA
Banano Plátano
Año t t
Exportación ha Exportación ha
1981 18300 968661 4 000 35766
1982 19400 1047283 4300 39435
1983 19800 882151 4500 42986
1984 20100 1014141 5200 57750
1985 20300 900440 7000 52890
1986 19700 910773 6000 59426
1987 20400 954350 6080 74900
1988 20000 930000 7000 78900
1989 20400 859590 7000 80400
1990 21400 785822 7000 90900
1991* 21600 943800 7000 100000
Rendimiento aceite
Palma africana Año Area ha Producción t
crudo
1981 2000 6000 3000
1982 2500 6000 2400
1983 2942 7943 2700
1984 3300 9966 3020
1985 5630 9865 1752
1986 5600 10719 1914
1987 6200 18000 2903
1988 6825 19110 2800
1989 7995 23025 2880
1990 8929 21472 2405
1991 9999 24047 2405
Chocó
AREA Y PRODUCCION DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS 1987 -1991
2. Citado por Carlos Londoño Yepes, 1986. Perspectivas Urabá, diversificación. “Revista
Augura” Año 12 No. 2. (Regresar a 2)
3. Corpourabá y Sogreah, 1984. Plan rector del uso de los suelos y aguas de Urabá, Medellín,
1984. (Regresar a 3)
5. Córdoba José Angel, 1988. El Cultivo del Borojó. “Revista Esso Agrícola” No. 1, mayo.
(Regresar al 5)
8. Ibid. (Regresar a 8)
10. Esta edición fue elaborada por Iván Sombrerero, de Fedepalma. La palma africana en la
zona occidental de Colombia. Santafé de Bogotá, octubre de 1991. (Regresar a 10)
11. Botero Zea Fernando. 1990. Urabá, colonización, violencia y crisis del Estado. Centro de
Investigaciones Económicas – CIE - Universidad de Antioquia, Colección Clio de Historia
Colombiana, Medellín, octubre. (Regresar a 11)
12. Botero Fernando y Guzmán Alvaro, 1977. El enclave agrícola en la zona bananera de
Santa Marta. Cuadernos Colombianos No. 11, Bogotá. (Regresar a 12)
16. Londoño Yepes Carlos, 1986. Perspectivas Urabá, Diversificación. ‘Revista Augura Año
12 No. 2. (Regresar a 16)