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COLOMBIA PACIFICO

TOMO II
Pablo Leyva (ed.)
© Derechos Reservados de Autor

55. LA AGRICULTURA DEL LITORAL PACIFICO

ABSALON MACHADO C.
Profesor titular
Universidad Nacional de Colombia
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura -IICA
Características generales de la agricultura del litoral Pacífico

El litoral Pacífico es la región más húmeda del país y las características de sus suelos
determinan una vocación predominantemente forestal; la agricultura es una actividad
relativamente marginal, excepto para la zona del Urabá antioqueño y la región comprendida
entre los ríos Mira y Mataje en el municipio de Tumaco. Los suelos son de baja fertilidad, alta
toxicidad y acidez; se presenta escasa luminosidad, inundaciones, deficiente drenaje e intenso
régimen pluviométrico. La agricultura se desarrolla en las vegas de los ríos y en los suelos
aluviales.

En la parte central se presentan lluvias superiores a los 5.000 mm anuales, pero su intensidad
decrece a medida que se avanza hacia el norte (Darién) y hacia el sur (extremo suroeste),
donde las precipitaciones son de alrededor de 3.000 mm.

La utilización agrícola de los suelos en bosques muy húmedos sólo es posible mediante
sistemas agrosilviculturales que evitan la interrupción del ciclo de bioelementos. En climas
excesivamente húmedos puede hacerse agricultura en suelos aluviales, con especies
autóctonas o combinando maderables con cultivos de pan coger.

El desarrollo de la agricultura en el litoral Pacífico ha sido incipiente por las dificultades


climáticas, la deficiencia de los suelos y la escasa infraestructura para comercializar la
producción, en especial, por la precariedad de las vías y el transporte. En todo el litoral se
practica una agricultura de subsistencia combinada con cultivos comerciales, como la palma
africana y el banano en Urabá; el plátano, el coco, el cacao, el arroz en el Chocó y otros
productos autóctonos, como el borojó, el chontaduro, la papa china y los palmitos, que son la
base de la agricultura de los pequeños pobladores del litoral. La actividad agrícola se combina,
a su vez, con el manejo de especies pecuarias, en zonas muy delimitadas, además de la
ganadería del Urabá antioqueño donde esta actividad es más frecuente. La pesca es una
actividad pecuaria complementaria y de subsistencia, lo mismo que la minería.

El mayor potencial agropecuario productivo se localiza en la región del Pacífico Sur (desde la
desembocadura del río San Juan hasta el río Mataje en los límites con Ecuador), donde se
presenta una menor pluviosidad y nubosidad y suelos mejores. La mejor zona para el
desarrollo de la agricultura se encuentra en la vega del río Mira, donde se ha desarrollado de
manera tecnificada el cultivo de la palma africana.

Se considera que en el litoral Pacífico existen cuatro zonas aptas para el desarrollo de la
agricultura a saber: 1. la zona del Darién (Acandí) donde puede cultivarse palma africana,
banano y cocotero; 2. la zona de Cupica (Bahía Solano - Baudó) apta para coco y caucho; 3. la
zona de Buenaventura donde el chontaduro y el caucho encuentran condiciones para su
desarrollo, y 4. la zona de Tumaco, para palma africana, caucho y coco (1) .

En el caso de Urabá, contemplado aquí como parte constitutiva del Pacífico, la superficie total
es de 1.237.000 ha que se distribuyen aproximadamente así: 221.000 aptas para agricultura,
362.000 para ganadería y el resto (654.000) son zonas montañosas y recubiertas de selva (2)
. A comienzos de los ochenta sólo se cultivaban cerca del 40% de las tierras aptas para la
agricultura, existiendo así, un potencial subutilizado bastante apreciable.

En la región de Urabá se pueden distinguir varias microregiones:

• La norte, en donde predomina la ganadería extensiva; con un área total de 364.000 ha,
ocupa la totalidad de los municipios de Necoclí, Arboletes y parte de la zona montañosa de
Turbo y San Pedro de Urabá; tiene 20.000 ha susceptibles de mecanización y 275.000, aptas
para cultivos anuales, forrajes y pastos.

• La central alta y baja: concentra las principales actividades económicas con una extensión de
316.000 ha; allí se ubican las plantaciones de banano, cacao, palma, plátano para exportación,
arroz mecanizado y ganadería. Se localiza en el eje Turbo-Mutatá desde la cuenca del río León
hasta el piedemonte de la serranía de Abibe. Incluye algunas áreas de los municipios de
Turbo, Apartadó, Carepa, Chigorodó y Mutatá. Es la de mejores perspectivas de desarrollo
agrícola junto con unas 48.000 ha adicionales que podrían incorporarse, con drenaje y riego,
gran parte de las cuales están hoy con ganadería extensiva. Adicionalmente, más de 40.000 ha
son de categoría II y III que pueden usarse en cultivos anuales y arbustivos. Más de 100.000
ha ofrecen ventajas para el arroz y la ganadería.

• Microregión de montaña: es la de mayor extensión pero la de menor potencial agropecuario


por la calidad de suelos y la topografía, predominan las zonas montañosas y de pantanos.
Cubre una porción grande de la serranía de Abibe al norte y los municipios de Dabeiba,
Murindó, Uramita, Vigía del Fuerte, así como, parte de los municipios de San Pedro, Turbo,
Apartadó, Carepa, Chigorodó y Mutatá, al sur. Cubre un área de 551.000 ha y un poco menos
del 10% son de calidad mediana hasta baja para cultivos (3) .

La región de Urabá tiene más posibilidades de expansión de su agricultura que el resto del
litoral Pacífico. En Urabá, las limitaciones de la agricultura provienen de condiciones
climáticas, así como, de deficiencias en obras de riego y drenaje, además de infraestructura
para la comercialización y la carencia de un puerto para la exportación lo que ha implicado
mayores costos en el manejo del banano. Los problemas fitosanitarios, por ser una zona
húmeda y de alta temperatura, han afectado al banano, la palma y el cacao. La abundancia de
lluvias causa problemas de drenaje. La inadecuada y precaria infraestructura de servicios
sociales, y la presencia de factores que estimulan la violencia social y política han
desestimulado, hasta ahora, mayores inversiones y flujos de empresarios, profesionales y
técnicos. La carencia de una agroindustria, para aprovechar los subproductos o beneficiar
algunos de ellos y la precariedad de investigación adecuada a la zona para diversificar la
producción, también, inciden en el desarrollo de la agricultura.

La agricultura tecnificada de Urabá se desarrolla en el eje Chigorodó, Apartadó, Turbo la cual


es la región más poblada y donde se concentra la mayor actividad económica y social de la
región. El banano es el cultivo más importante, seguido del arroz y la palma africana (4) .
La agricultura tradicional se encuentra por toda la región de Urabá, con una incidencia más
notoria en las zonas de reciente colonización: Belén de Bajirá y serranía de Abibe. El maíz y el
plátano son los renglones más significativos de estos sistemas de producción. Otros cultivos,
como cacao, coco, ñame, yuca y frutales complementan esta actividad.

BAJO SAN JUAN


Fotografía Alberto Sierra

Principales productos agrícolas

El potencial agrícola del litoral Pacífico es bastante reducido. Por eso, es un importador neto
de alimentos, como cereales y oleaginosas y productos cárnicos y lácteos, pero exporta hacia
el resto del país, especialmente, aceite de palma africana, coco, cacao, palmitos, chontaduro,
borojó y, por supuesto, el banano y plátano del Urabá. La fuente más importante de empleo en
él litoral no es la agricultura, sino la actividad forestal y pesquera, además de la portuaria,
excepto en Urabá, donde la agricultura constituye la mayor fuente de empleo por el desarrollo
del banano de exportación.

En materia de frutales el litoral dispone de variedades autóctonas, muchas de ellas en peligro


de extinción por una explotación irracional que pone en peligro la gran diversidad genética
existente. Se consideran promisorios productos como el chontaduro o Bactris gasipaes, el
borojó o Borojoa patinoi, el sapote o Matisiacordata, el inchi o tacay Caryodendron
orinocense, (estos dos últimos son más propios de la amazonia). El palmito de Naidí, Euterpe
cuatrecasana, y el condimento o colorante achiote, Bixa orellana también son cultivos
promisorios tanto para el mercado interno como externo. Otros productos promisorios son la
papa china, la pimienta negra y la nuez del Brasil.

El borojó es un frutó arbustivo originario del Chocó, especialmente de la región central


surcada por el río Atrato y sus afluentes, de donde se propagaron semillas para el alto Calima
en el Valle. Pertenece al orden de las Rubiáceas, y en reconocimiento a Víctor Manuel Patiño,
quien inicialmente lo clasificó, se le conoce como Borojoa patinoi. Se ha desarrollado en zonas
de clima caliente húmedo y temperatura media de 28° C y humedad relativa del 75 a 85%;
fructifica bien en alturas que vayan hasta los 800 m sobre el nivel del mar. Sus condiciones
ecológicas son muy semejantes a las del chontaduro y exige suelos francolimosos, profundos,
con suficiente cantidad de materia orgánica (5) .

El arbusto del borojó mide de tres a cinco metros de altura en condiciones normales. El fruto
es una haya carnosa de 7 a 12 cms de largo por otro tanto de diámetro, color verde al
principio y carmelita al madurar. La pulpa ocupa un poco más del 80% del fruto, y excepto las
semillas y las fibras, todo es aprovechable. Es rico en carbohidratos, calcio y fósforo. Tiene un
alto valor alimenticio y propiedades medicinales; posee propiedades químicas y físicas que lo
hacen susceptible de industrialización como materia prima para jugos y néctares,
mermeladas, bocadillos, salsas, aceites y vinagre.

Por su condición dióica (las flores masculinas o estaminadas y las femeninas o pistiladas se
encuentran en plantas o pies diferentes) el borojó requiere polinización cruzada por parte de
abejas o insectos o del viento. Inicia la fructificación a los tres años y puede generar de 15 a 20
toneladas de frutos por hectárea. Hasta ahora no se han identificado plagas o enfermedades
que lo afecten de manera grave.

El cocotero es un cultivo de pequeños agricultores que, además de hacer parte de la dieta de


los pobladores del Pacífico, les suministra algunos ingresos. Se usa en su totalidad tanto para
consumo humano como industrial en la elaboración de jabones biodegradables y como parte
de la alimentación animal (su torta tiene un alto contenido de proteína que llega a cerca del
20%). En algunas zonas existen pequeñas industrias caseras de coco rallado y deshidratado y
también de elaboración de elementos decorativos utilizando el cuesco.

El mejoramiento tecnológico de los cultivos de coco y su manejo agronómico con sentido


empresarial se dificultan por los escasos recursos y las dificultades de acceso al crédito de los
pequeños cultivadores, su bajo nivel cultural y la poca asistencia técnica. La variedad Enano
malayo (manila) es la que tiende a predominar sobre la variedad Alto Pacífico (típico) por la
mayor producción de nueces y su menor susceptibilidad al anillo rojo y al ataque de la gualpa
(6) . No existen datos confiables sobre el área cultivada, pero se estima que más de 7.000
hectáreas están dedicadas a este renglón agrícola.

La principal enfermedad que afecta al cocotero es el anillo rojo causado por el conocido
nemátodo Rhadinaphelenchus cocophilus que apareció en el Pacífico en los años sesenta y ha
causado la destrucción de numerosas plantaciones. El nemátodo es transmitido por el insecto
Rhynchophorus palmarum, originando la asociación denominada “complejo anillo rojo-
gualpa”. Otra enfermedad que ha acabado con las plantas es la marchitez asociada con
protozoarios del género Phytomonas. La plaga más conocida es la “gualpa” que ocasiona
serios daños al estipe y corona de las palmas.

Los productores diseminados y de pequeña escala tienen muchas dificultades para


comercializar sus productos. La excepción ha sido la Cooperativa Coagropacífica Ltda. de
Tumaco, que se ha esforzado por organizar las ventas.

En el litoral Pacífico el cultivo del cacao se hace asociado con otros productos como coco,
chontaduro, maderables, como nogal o laurel y cedro, caucho y algunos frutales.

La palma de Cachipay o chontaduro (Bactris gasipaes) conocida, también, como pejibaye,


pertenece a la clase de las monocotiledóneas; orden: Principes; familia: Palmáceas y género:
Bactris; especie Bactris gasipaes. Es un cultivo que ha servido de alimento a varias
civilizaciones precolombinas del trópico húmedo americano, pero se ha ido extinguiendo por
la depredación de los recursos naturales. Se encuentra todavía en pequeños cultivos caseros
con prácticas culturales tradicionales y sin selección de semillas; en años más recientes han
aparecido algunos cultivos empresariales con tecnologías modernas. En Colombia el cultivo
en plantación se inició en 1966 en la Granja Agroforestal del bajo Calima.

En 1947, un censo realizado por el doctor Víctor Patiño encontró 100.000 palmas en el área
de Buenaventura. También se la encuentra en el valle del Magdalena y la cordillera Oriental,
en la Orinoquia. Su hábitat mejor se ubica hasta los 1.000 metros sobre el nivel del mar, pero
se encuentra en alturas hasta los 1.800 metros y en climas más secos. Aunque se produce en
suelos pobres y ácidos, prefiere suelos limo-arcillosos con buena cantidad de materia
orgánica y un pH de 4,5 a 5 (7) . Su fruto madura en cuatro meses después de la fecundación,
pero ello varía con la intensidad de las lluvias y temperatura de las subregiones.

Aunque su contenido de proteínas es inferior al del frijol, garbanzo, lenteja, maní y soya (sólo
tiene 12.8 g de proteína por cada 100 g de pulpa seca), su contenido de caroteno (superior al
de la zanahoria y el achiote), y su alto contenido de ácido palmitoleico le dan una connotación
especial, como alimento y fuente de grasa. La nuez o semilla tiene entre 7.5 y 8.6% de
proteína por cada 100 g de pulpa, y su calidad, medida por el tenor de aminoácidos
indispensables, la convierten en una proteína excelente (8) .

Al cultivo del chontaduro lo afecta la plaga del Rhynchophorus palmarum, transmisor del
nemátodo Radhinaphelenchus cocophilus, causante del anillo rojo y el Aliarnus humeralis,
conocido como gualapán, que daña las palmeras. En el fruto se presenta la “pudrición blanca”
causada por Monilia sp. que provoca la caída del fruto; el mismo efecto lo produce el Tizón del
racimo, causado por Graphium sp, una de las enfermedades más difundidas. También se
presenta la “pudrición negra” en la pulpa. En el follaje y el tallo se han identificado la “mancha
amarilla” causada por Pestalotiopsis sp, la “mancha parda” causada por Mycosphaerella sp, y
la “mancha negra” causada por Colletotrichum sp. La severidad y combate de todas estas
enfermedades está relacionada con los estados de malnutrición de las plantas. También se
presenta la “pudrición del cogollo” causada por Phytophthora sp (9) .

En la costa Pacífica la cosecha se presenta, por lo general, en los meses de junio y julio y en
enero - febrero; en otras regiones, los calendarios de cosechas son diferentes, por ejemplo, en
Sinú - San Jorge es en agosto - septiembre; en la cordillera Oriental, en marzo y octubre; en
Putumayo - Caquetá, en febrero. En la cuenca del Orinoco sólo se presenta una cosecha al
año.

Como las frutas, el cachipay es bastante perecedero y por ello, las tribus indígenas lo
conservaban hirviéndolo, ahumándolo o deshidratándolo al sol, para usarlo pasada la
cosecha. Por la alta humedad y los sistemas rudimentarios de cosecha, los frutos no duran
más de una semana sin dañarse por fermentación de la pulpa.

La comercialización del chontaduro es hecha, en general, por intermediarios que disponen de


lanchas para su transporte; el productor participa poco en las ganancias.

El fruto se consume fresco, cocido con sal y también, como conserva envasado en vidrio;
existe en Cali una empresa que se dedica a ello. La pulpa puede usarse, como harina para
consumo humano o animal.

Palma africana en el litoral Pacífico (10)

En Colombia el cultivo de la palma africana en forma comercial comenzó en la década de los


sesenta; sin embargo, las primeras semillas fueron plantadas desde 1932 por el doctor
Florentino Claes, director del Jardín Botánico de Bruselas, Bélgica, quien trajo 206 semillas de
la variedad “Djongo” y las plantó en la estación experimental de Palmira, Valle. Cuatro años
después, 1936, se plantaron 40 semillas más de las variedades Dura y Tenera en el mismo
lugar. Luego, en 1945, el ingeniero Víctor M. Patiño instaló en la estación agroforestal del
Pacífico, en Calima (Buenaventura), una pequeña plantación con base en cruzamientos
controlados de las palmas cultivadas en Palmira.

De esta manera, la palma africana en Colombia tuvo su origen en la región Pacífica, para luego
extenderse por todo el territorio nacional, que hoy cuenta con más de 114.000 hectáreas
sembradas y de las cuales, en la zona occidental, hay 13.500 hectáreas aproximadamente, es
decir, el 11.8%. Los departamentos que actualmente explotan el cultivo de la palma africana
en la zona occidental son: Nariño, en el municipio de Tumaco y Valle del Cauca, en el
municipio de Buenaventura.

La palma africana es un cultivo de tardío rendimiento y perenne pues su producción


comienza a los 3 años de plantada y su vida útil puede alcanzar más de 25 años, cuando ya su
altura no permite una fácil recolección del fruto incrementando así los costos de producción y
originando la renovación de las palmas. Por las características mismas del cultivo se requiere
una inversión en infraestructura que incluye desde la construcción de vías de acceso a las
regiones apartadas donde se cultiva, adecuación de tierras, vías internas, vivienda y campa
mentos para los trabajadores, alcantarillado, luz, comunicaciones, medios de transporte,
centros de salud, escuelas, hasta una fábrica para procesar el fruto y lograr la extracción del
aceite crudo.

Estas grandes inversiones comenzaron en la región en 1960, principalmente en el municipio


de Tumaco, donde se concentra más del 90% del área cultivada en esta zona del país. Las
plantaciones iniciadas en aquella época dieron vida económica a la zona y a partir de ellas se
han desarrollado pueblos, como Imbilí, Tangareal, Candelillas, La Vega, pues, más del 70% de
la población del municipio trabaja directa o indirectamente en las grandes plantaciones y,
además, poseen una parcela o pequeña finca, también de palma africana.

En las riberas del río Mira y sobre la carretera que de Tumaco conduce a Pasto, se
encuentran la mayoría de las plantaciones; entre ellas se destacan: Palmas de Tumaco,
Hacienda Palmeiras, Astorga, Hacienda Salamanca, Cultivos del Mira, Oleaginosas Araki,
Palmar Santa Elena, Palmas Santa Fe y, por supuesto, la Estación ICA - El Mira, entre otras.
Estas plantaciones comprenden una extensión aproximada de 9.500 hectáreas. Existen,
además, unas 200 fincas pequeñas, las cuales no sobrepasan las 30 hectáreas,
predominando las de 1 a 10 hectáreas.

El establecimiento de pueblos y caseríos cerca de las plantaciones permite que éstas


cuenten con la mano de obra necesaria para el desarrollo y aprovechamiento del cultivo. Se
calcula que por cada dos hectáreas en producción se necesita un trabajador, es decir, en esta
zona el cultivo de la palma africana genera empleo directo a más de 5.000 personas durante
todo el año y a unos miles más de forma indirecta.

Las grandes plantaciones de la zona se encuentran en términos de rendimiento por hectárea


en niveles excelentes y, en algunos casos, lotes de gran extensión (más de 50 hectáreas) han
tenido rendimientos que superan los mejores de los mayores productores del mundo, como
Malasia e Indonesia, alcanzando las 35 toneladas de fruto al año, que en aceite
corresponden a casi 8 toneladas. El promedio, en varias plantaciones de la zona en 1989,
superó las 4.0 toneladas de aceite por hectárea/año. Las condiciones climáticas de la región
favorecen la productividad de la palma, ya que las lluvias, el sol y la temperatura,
principales factores que inciden en la fotosíntesis, no tienen estacionalidad marcada y se
presentan en forma regulada todos los días del año.

Existe una gran cantidad de pequeñas fincas de campesinos que han visto en el cultivo de la
palma una fuente de ingresos, pues el fruto cosechado se vende a las plantaciones que
poseen planta extractora: ocho en Tumaco y una en Buenaventura. No obstante, los
rendimientos de estas fincas son bajos, pues las técnicas apropiadas para la siembra y el
mantenimiento no son aplicadas debido a los altos costos, las semillas no son escogidas, no
se hace práctica de vivero, no se fertiliza o se controlan las enfermedades adecuadamente y
la palma se siembra mezclada con cultivos de pan coger, como el plátano y la yuca, entre
otros. La asistencia técnica que han proporcionado el ICA y los departamentos agronómicos
de las grandes plantaciones ha permitido que estos cultivos sobrevivan y sean una
esperanza de vida mejor para los campesinos de la región.

ALGUNAS ESTADISTICAS DE
LA PALMA AFRICANA EN LA REGION OCCIDENTAL

Area en Producción
Año Siembras (ha) Area Acumulada (ha) Producción Aceite Crudo
(ha) (t)
1985 484 9848 6199 9123
1986 625 10473 6581 10687
1987 1439 11912 6909 16978
1988 204 12116 7393 19334
1989 472 12588 8018 23003
1990 888 13476 9457 22902

Fuente: Fedepalma, Informe de labores 1990-1991.

La producción de aceite crudo de palma en 1990 fue de 22.902 toneladas, 10.2% del total
nacional. El aceite crudo es transportado en carrotanques hasta Cali o por barco hasta
Barranquilla y vendido a las fábricas refinadoras, para llegar finalmente a los consumidores
de todo el país bajo diferentes formas de presentación, como aceites líquidos, cremosos y
margarinas de mesa.

Las plantaciones más grandes pertenecen a empresarios industriales que tienen fábricas de
aceites y grasas en los principales centros de consumo, como Cali, Buga, Bogotá, Medellín y
Barranquilla. En ese sentido se presenta una integración vertical entre la agricultura y la
industria que es muy propia de cultivos de tardío rendimiento y perecederos, como el fruto
de la palma que debe procesarse en las 24 horas siguientes a su cosecha; por esto, todas las
plantaciones grandes tienen su fábrica de proceso en la misma zona rural.
BOCANAS RIO MICAY.
Fotografía Diego Arango.

Cultivo del banano en Urabá

Este producto comenzó a cultivarse en Urabá a principios de los años sesenta (las primeras
siembras se hicieron en marzo de 1963) gracias a las iniciativas de la United Fruit Company,
que empezó a fomentar el producto en esa región en manos de productores nacionales,
mientras se reservaba para sí la comercialización y transporte de la fruta. Años después,
este proceso pasaría a manos de los productores a través de sus asociaciones gremiales. Tan
pronto como se iniciaron las siembras se creó la Asociación de Bananeros de Urabá, el 13 de
diciembre de 1963.

El cultivo surgió allí con ventajas comparativas, como las de no estar propenso a huracanes,
“mal de Panamá, ni sigatoka. La Compañía Frutera de Sevilla, representante de la United
Fruit Company, otorgaba crédito para siembra de banano y en un comienzo para drenajes,
mientras que los caminos y carreteras deberían realizarlos los propietarios de los predios
(11) .”

El auge bananero de la zona condujo a la especulación con tierras de buena calidad; a


despojos de los colonos que no tenían títulos para poder acceder a los créditos de la Frutera
de Sevilla, o a la venta de sus tierras halagados por las buenas ofertas que se les hacían, o a
dejar escapar una oportunidad de convertirse en empresarios al no recibir créditos, por
miedo a que la Compañía les quitara sus tierras. El cultivo del banano está inmerso en una
historia de desalojo de tierras a los colonos que llegaron allí en los sesenta. En épocas más
recientes, la violencia ha permeado la economía bananera: conflictos sindicales, la presencia
de grupos guerrilleros, paramilitares y los abusos de la autoridad pero, sobre todo, por una
compleja situación social de difícil manejo; la precariedad de la presencia del Estado y de las
organizaciones gremiales con programas sociales, así como de las entidades regionales
encargadas del desarrollo de la región.

El éxito del banano de exportación convirtió rápidamente a Urabá en un polo de atracción


de migraciones provenientes sobre todo del Chocó, Antioquia y de regiones aledañas de
Córdoba. La población de la zona de Urabá se multiplicó por cinco entre 1950 y 1964, y ese
ritmo acelerado de crecimiento poblacional continuó en las décadas siguientes: entre 1964
y 1985, la población se multiplicó por tres. Ello produjo un fenómeno de aglomeración de la
población en los incipientes centros urbanos de la región, lo que aumentó la demanda de
servicios públicos. La violencia de los años recientes ha generado un desplazamiento de las
familias de los trabajadores de las fincas bananeras hacia los centros urbanos, que agrava el
déficit de servicios públicos.
El desplazamiento del banano desde Santa Marta a Urabá implicó cambios en los sistemas
de producción. En la primera zona se conformó una economía de enclave que no contribuyó
al desarrollo económico y social de la región pues los excedentes se iban al exterior. La
United Fruit produjo allí la fruta hasta 1965 y la compañía movilizaba y/o controlaba la
producción, comercialización y transporte de la fruta directamente o a través de sus
empresas filiales de transporte (12) . En Urabá, la United Fruit, por medio de la Frutera de
Sevilla, cambió el sistema de control de la producción, dejándola en manos de nacionales,
quienes asumieron todos los riesgos del negocio, el manejo laboral y los conflictos entre el
capital y el trabajo. La compañía multinacional se encargó de la asistencia técnica, la
comercialización y el transporte de la fruta, es decir, de la parte más lucrativa del negocio.
Pero la Compañía fue un factor decisivo en el despegue del cultivo de banano y el
crecimiento económico de la región.

El área dedicada al cultivo había alcanzado su punto más alto en 1969 con 18.959 hectáreas;
en el primer quinquenio de los años setenta disminuyó por el cambio de variedad (Gros
Michel por Cavendish), para estabilizarse alrededor de las 20.000 en los ochenta. Se espera
una expansión de por lo menos otras 10.000 en la década de los noventa.

La expansión bananera estuvo acompañada en los ochenta por cambios en la estructura de


la propiedad: las fincas menores de 10 ha tendieron a desaparecer y las de 10 a 30 ha se
redujeron a un poco menos de la mitad. Hasta 1977 las fincas no mayores de 30 ha
representaban una tercera parte de las plantaciones; para 1986, apenas participaban con el
13.5%. Las mayores de 30 aumentaron y constituyen el conjunto más representativo. Las de
120-150 ha fueron las que más aumentaron, entre 1977 y 1986, pasando de 6 a 22 fincas y
su peso relativo se multiplicó casi por cuatro. Las mayores de 150 ha pasaron de 11 a 17
fincas (13) . El proceso de concentración de la propiedad bananera aumentó como
consecuencia lógica de un proceso de acentuación del desarrollo empresarial capitalista en
la región y la continua ganancia de porciones del mercado mundial bananero por parte de
Colombia.

La productividad aumentó en forma progresiva de 1976 a 1981; después de 1981 y hasta


1984, descendió debido a cambios en las condiciones meteorológicas, en particular al
régimen de lluvias, y a que, en 1981, apareció la enfermedad de la “sigatoka negra”
(enfermedad que no puede erradicarse y exige un control con altos costos), por lo cual
disminuyó la productividad de las plantaciones afectadas. Después de 1987 se estabilizó en
las productividades de 1980.

Las exportaciones han crecido de manera significativa y Colombia aumentó su participación


en el mercado mundial del 4.5% en 1974 al 11.2% en 1985. Un poco más de la mitad de las
exportaciones se dirigen a Estados Unidos; en segundo lugar, están Francia y Alemania; a
estos tres mercados se dirigen un poco más de las 3/5 partes de las exportaciones; otras
van a países del este europeo y de la Comunidad Económica Europea, Japón y China.
RIO NAYA.
Fotografía Diego Arango.

Comercialización del banano

La primera exportación de banano de Urabá se realizó en marzo de 1964 con un


cargamento de 7.541 racimos, cuando ya se contaba con 6.000 ha en producción.

El cambio más significativo de la economía bananera ha sido el desplazamiento de la


comercialización de la fruta de manos de la Frutera de Sevilla, al control por compañías
comercializadoras colombianas desde 1983, cuando se retiró la Frutera.

En 1969 se inició el proceso con la creación de la Unión de Bananeros de Urabá (Uniban)


ante el vencimiento del primer contrato entre los productores nacionales y la Frutera por
las condiciones onerosas que ésta quiso imponer. En 1981 se creó la segunda
comercializadora colombiana, como Bananeros Colombianos S.A. (Banacol) y en 1983 se
retiraron la Frutera y la Standard Fruit Company, que se había establecido en 1977 con el
nombre de Técnicas Baltime de Colombia. Finalmente, se creó la Promotora de Banano S.A.
(Proban) para manejar las fincas que antes trabajaban con la Frutera. Se abandonó, con las
nuevas comercializadoras, el sistema de venta de la fruta a precios FOB para negociarla
directamente en los mercados de destino utilizando filiales norteamericanas controladas
por las comercializadoras colombianas (Turbana Co y Parker en el caso de Uniban y Banana
Service, filial de Banacol), y realizar la venta a clientes diferentes. La década del ochenta se
caracterizó por la consolidación de Uniban, con 20 años de experiencia, y de sus filiales en
USA. Pero la Frutera de Sevilla continuó comprando en Urabá a precios FOB a Banacol y
Proban.

El cambio tecnológico más significativo fue el cambio de variedad por la Cavendish, la cual
es más resistente a los vientos por su talla más pequeña y mayor rendimiento por unidad de
superficie. Su fruta además es más delicada, lo cual llevó a cambiar el sistema de transporte.

Estos cambios se tradujeron, al interior de las plantaciones, en pasar de la “góndola” o


carreta de bueyes al tractor y, posteriormente, al sistema de transporte por cable aéreo. El
sistema de exportación de la fruta en racimos fue sustituido por el transporte del banano en
cajas de cartón; para esto fue necesario instalar “empacadoras” en las plantaciones a las
cuales converge la red de cables - vías, a través de la cual se transporta la fruta desde el
campo hasta la empacadora. Este proceso se realizó entre 1972 y 1975 y trajo
modificaciones en la forma de organización del trabajo: una mayor especialización y
división de éste, el uso de fuerza de trabajo femenino en el embalaje y procesos anexos (14).
En síntesis, a mediados de los setenta, se constituyó en Urabá una verdadera agroindustria
bananera con integraciones en la producción de cajas de cartón, la comercialización, el
transporte y vínculos directos con empresas productoras de insumos, como cartón, bolsas y
cables plásticos; los productores, además, utilizan el banano de rechazo para la
alimentación animal.

Los ajustes tecnológicos más significativos han sido: a) el rediseño total del sistema de
drenaje utilizando máquinas retroexcavadoras, b) cambios en los sistemas de fertilización
con análisis más científicos de los suelos, c) un perfeccionamiento en los cortes de acuerdo
con la edad de la fruta para evitar que ésta madure antes de llegar a su destino, d) el
“embolse” de los racimos en bolsas tratadas con productos químicos para protegerlos;
diferentes sistemas de amarre de las plantas para evitar su caída; sistemas de desinfección
de la “corona”, para evitar su pudrición en el viaje a los mercados finales, y el empleo
adecuado de agroquímicos en los cultivos. Además, en los últimos años se han introducido
cambios en el transporte de cajas con los sistemas de paletización y contenedorización.

Economía campesina de Urabá

Está especializada en bienes de consumo masivo; los principales son el maíz y el plátano,
que se cultivan tanto para el mercado como para el autoconsumo; la yuca, el ñame y el arroz
siguen en importancia. De acuerdo con Corpourabá, a mediados de la década del ochenta en
la zona Arboletes - Necoclí el 85% del área se destinaba al plátano y el 11.5% al maíz (15).
E n la zona de San Pedro - Turbo el 48.3% de los predios de pequeños agricultores se
destinaban al plátano y el 41.1% al maíz. En la zona de Chigorodó – Apartadó - Turbo el
plátano representaba el 92.5% del área cultivada. En la zona Mutatá -Bajirá el 73% del área
se cultivaba en plátano siendo también importante el arroz (16) .

El plátano es típico de la economía campesina; de las 11.000 ha cultivadas en 1983, la mitad


estaban en la zona central y se destinaban a la exportación, el tamaño promedio de las
explotaciones es allí de unas 4 ha. La variedad cultivada es el “hartón” y la productividad es
aún baja, de unas 6 a 7 toneladas/ha en los pequeños productores. Está afectado por la
“sigatoka negra” y los escasos recursos de los productores les impide un control efectivo, lo
cual se traduce en baja productividad e ingresos.

El cacao es otro producto típico de la economía campesina y se localiza especialmente en la


región de San José de Apartadó. La escoba de bruja y la monilia han afectado los cultivos, al
igual que la insuficiente infraestructura para la comercialización. Los rendimientos han
bajado y el área se ha reducido en los ochenta.

El maíz ha sido típico de la economía campesina pero, en años más recientes, han aparecido
explotaciones comerciales con mecanización parcial limitada a la labranza y esparcimiento
de abonos. Entre 30.000 y 35.000 ha se cultivan en las regiones de Chigorodó, Apartadó y a
lo largo de la carretera que conduce a Bajirá; aunque tiene bajos rendimientos por ser de
colonización.

El arroz se cultiva bajo formas tradicionales y modernas, la producción ha aumentado de


manera importante por la expansión del secano mecanizado. El sistema tradicional de
secano en zona de colonización se hace en la zona de Barranquilla y Bajirá. El secano
mecanizado se ubica en la región de Apartadó, Chigorodó y a ambos lados de la carretera a
Bajirá. La variedad utilizada es la lCA 8.
En una área de casi 9.000 ha se cultivan diferentes productos, como el coco en la región de
Mulatos y Arboletes, aguacates entre Tie y Necoclí, y los cultivos de piña en Mutatá.

AREA DEDICADA AL CULTIVO DE BANANO EN URABA:

Año Hectáreas
1970-79 promedio 15006
1976 15300
1979 17479
1980 17365
1981 18888
1982 19300
1983 19749
1984 20136
1985 20270
1986 20456

Fuente: Tomado de Botero con base en Augura.

URABA

Banano Plátano
Año t t
Exportación ha Exportación ha
1981 18300 968661 4 000 35766
1982 19400 1047283 4300 39435
1983 19800 882151 4500 42986
1984 20100 1014141 5200 57750
1985 20300 900440 7000 52890
1986 19700 910773 6000 59426
1987 20400 954350 6080 74900
1988 20000 930000 7000 78900
1989 20400 859590 7000 80400
1990 21400 785822 7000 90900
1991* 21600 943800 7000 100000

Fuente: Ministerio de Agricultura. Anuario de Estadísticas del sector agropecuario 1990.


* Programado.
DEPARTAMENTO DE NARIÑO

Rendimiento aceite
Palma africana Año Area ha Producción t
crudo
1981 2000 6000 3000
1982 2500 6000 2400
1983 2942 7943 2700
1984 3300 9966 3020
1985 5630 9865 1752
1986 5600 10719 1914
1987 6200 18000 2903
1988 6825 19110 2800
1989 7995 23025 2880
1990 8929 21472 2405
1991 9999 24047 2405

Fuente: Ministerio de Agricultura. Anuario de Estadísticas del sector agropecuario. 1990.

BANANO. INDICADORES ECONOMICOS Urabá

Año ha Cajas exportadas miles Rendimiento*


1964 611
6000 101.8
1965 3044
11400 267.0
1966 5775
14450 399.7
1967 14441
15550 928.7
1968 13163
16730 786.8
1969 14249
18950 751.9
1970 15212
15860 959.1
1971 13305
15358 866.3
1972 12343
11498 1073.5
1973 12453
13120 949.2
1974 13430
13725 978.5
1975 18532
14830 1249.6
1976 21058
15300 1376.3
1977 21964
16100 1364.2
1978 29194
16789 1738.9
1979 30963
17479 1771.4
1980 36762
17365 2117.0
1981 40717
18888 2155.7
1982 36719
19300 1902.5
1983 39060
19749 1977.8
1984 46591
20136 2313.8
1985 38183
20270 1883 .7
1986 41772
1987 43711
1988 40993

Fuente: Augura, Año 12, No. 2 de 1986


* Cajas exportadas/hectáreas/año
Para 1964 y 1965 las exportaciones están en racimos.
Chocó
AREA Y PRODUCCION DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS 1981 -1986.

Cultivos 1981 1982 1983 1984 1985 1986


ha 3300
Arroz
t 4600
ha 100
Frijol
t 50
Maíz ha 2800 3300 3360 13900 15000 7800
Trad. t 2900 3400 3735 16680 20500 9600
ha 800 2400 2100 1000 1200 1440
Cacao
t 200 300 300 125 180 325
ha 1300 1200 2000 3000 2800 3000
Caña
t 3900 3600 6000 7500 11200 12000
ha 500 500 700 950 1000
Coco
t 2800 2800 3920 5320 5500
ha 3000 6400 6300 7000 9000 7250
Plátano
t 18000 38400 25200 28000 36000 32625
ha 2000 2200 2000
Yuca
t 14000 15400 14000

Chocó
AREA Y PRODUCCION DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS 1987 -1991

Cultivos 1987 1988 1989 1990 1991


ha 6400 8700 6100 12000 11800
Arroz
t 10500 13900 10900 24000 23300
ha 50 200 336 315
Frijol
t 25 180 322 283
ha 7500 22300 25100 38500 41300
Maíz Trad.
t 7500 26800 3140 52300 58600
ha 1667 1000 5000 5000 5500
Cacao
t 250 150 1500 1500 1650
ha 3000 2500 2200 2310 2835
Caña
t 12000 1000 8800 10049 12332
ha 1210 2020 800 700 750
Coco
t 6050 10110 2992 3465 3638
ha 10000 10500 16770 18319 18319
Plátano
t 50000 52500 134160 183190 253148
ha 2700 4000 900 1700 1966
Yuca
t 18900 20000 9000 30920 18000

Fuente: Ministerio de Agricultura. Anuario de Estadísticas del sector agropecuario. 1990.


Las cifras de 1991 son programadas.
Referencias

1. Presidencia de la República. 1989. El Pacífico: una nueva dimensión para Colombia,


Santafé de Bogotá, julio. (Regresar a 1)

2. Citado por Carlos Londoño Yepes, 1986. Perspectivas Urabá, diversificación. “Revista
Augura” Año 12 No. 2. (Regresar a 2)

3. Corpourabá y Sogreah, 1984. Plan rector del uso de los suelos y aguas de Urabá, Medellín,
1984. (Regresar a 3)

4. Corpourabá. 1984. Plan de Desarrollo de Urabá. Diversificación y bienestar. Hacia la


Industrialización. Medellín. (Regresar a 4)

5. Córdoba José Angel, 1988. El Cultivo del Borojó. “Revista Esso Agrícola” No. 1, mayo.
(Regresar al 5)

6. Peña Eduardo A. 1990. En Convenio de Cooperación Técnica Colombo-Holandés.


Programa de pequeños proyecros productivos CVC-Pladeicop. Tumaco. Nariño. (Regresar a
6)

7. Baracaldo A. Rafael. 1980. El chontaduro o cachipay. Un cultivo promisorio de América


Intertropical. Incora, Bogotá, diciembre. (Regresar a 7)

8. Ibid. (Regresar a 8)

9. Baracaldo, op. cit. (Regresar a 9)

10. Esta edición fue elaborada por Iván Sombrerero, de Fedepalma. La palma africana en la
zona occidental de Colombia. Santafé de Bogotá, octubre de 1991. (Regresar a 10)

11. Botero Zea Fernando. 1990. Urabá, colonización, violencia y crisis del Estado. Centro de
Investigaciones Económicas – CIE - Universidad de Antioquia, Colección Clio de Historia
Colombiana, Medellín, octubre. (Regresar a 11)

12. Botero Fernando y Guzmán Alvaro, 1977. El enclave agrícola en la zona bananera de
Santa Marta. Cuadernos Colombianos No. 11, Bogotá. (Regresar a 12)

13. Botero, op. cit. pág. 88-89. (Regresar a 13)

14. Botero op. cit., pág. 106. (Regresar a 14)

15. Corpourabá, 1984. Plan de Desarrollo de Urabá. Diversificación y Bienestar, Medellín.


(Regresar a 15)

16. Londoño Yepes Carlos, 1986. Perspectivas Urabá, Diversificación. ‘Revista Augura Año
12 No. 2. (Regresar a 16)

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