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La palabra escrita es una fuente primaria de información, instrumento básico de


comunicación y herramienta indispensable para participar social que desgraciadamente se ha
deteriorado.
En este trabajo se expondrán algunos motivos por los cuales ha sucedido esto, cuales son las
algunas variables de la lectura y algunas sugerencias de cómo combatir ésta situación.

El novelista americano Jonathan Franzen denunciaba en "Tal vez soñar: Razones para
escribir novelas en la era de la imagen" que "= 
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". Lamentablemente, en la
actualidad esta afirmación quizás sea demasiado positiva. (Grandinetti, 2010)

En una sociedad que evoluciona a ritmos vertiginosos, la lectura abre la posibilidad de


conocer nuevos mundos, informarse y aprender. Grandes y chicos pueden verse beneficiados
personalmente al leer un buen libro. (Grandinetti, 2010)

Últimamente, a diferencia de otros años, el hábito de la lectura es vista de carácter


obligatorio, como una actividad aburrida que ha cambiado un poco el modelo de la educación y
eso es lo que se debe de cambiar desde las familias y las instituciones. (jhe, 2011).

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El hábito de la lectura en México ha sido analizado por diferentes organismos. En el año


2008 se dio a conocer por diversos medios de comunicación, la noticia de que el promedio de
lectura de los mexicanos era de un libro al año. Con base en datos de la UNESCO (Organización
de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura), Japón ocupó el primer lugar
en el hábito de la lectura, con un 91% de población lectora. México apareció con 56,4% de
lectores, de los cuales solo el 2% tenían el hábito de la lectura.

Según datos obtenidos por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo


Económico) y la Unesco, en 2009 México obtuvo un promedio de 2,8 libros leídos al año, sin
embargo, aun cuando incrementó en 1,8 su índice de lectura, en una lista de 108 países
investigados, ocupó el lugar 107. (Excelente, 2011)

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Es la llave de entrada al conocimiento. Leer, acerca la cultura al niño. A través de cuentos,


la criatura comienza a incorporar mandatos sociales sobre el bien y el mal. La mayoría de
los relatos tradicionales poseen moralejas sobre la amistad, la bondad y el amor. La lectura
infantil justamente permite que el niño se identifique con personajes y absorba, casi sin darse
cuenta, valores inherentes a la cultura en la que está inmerso.

Por otra parte, permite asimilar de manera intuitiva las normas de escritura de la lengua.
Con el correr de las páginas (y los libros), la sintaxis correcta y la buena ortografía pasan a
formar parte de la mente del joven lector.

El vocabulario se ve enriquecido así como también se ven favorecidos el razonamiento, la


concentración y la comprensión lectora, preparando al niño para los estudios medios y superiores.
(Grandinetti, 2010)

Un persona que lee, es una persona que a diario obtiene conocimiento nuevo, o lo
refuerza, por que el leer es un fuente muy importante de proporcionar conocimientos, una forma
de conocer el mundo. Leer fomenta el desarrollo cognoscitivo, de comunicación y de lenguaje. Se
aprenden valores y desarrollan sus conocimientos y personalidad a través de la literatura.

 Leer abre la mente de los niños. La lectura abre la mente de los niños permitiéndoles dejar
volar su imaginación. Reproducir en la propia mente un suceso leído en un libro permite al
pequeño descubrir nuevas situaciones y proyectar su creatividad al pensar una situación de
manera totalmente diferente a como lo haría otra persona. %&'()*)+

La libre elección de lecturas brinda la posibilidad de conocer otras culturas y por ende,
otras maneras de pensar. El saber adquirido permitirá al joven lector comparar las informaciones
y sacar sus propias conclusiones, desarrollando así su espíritu crítico y su propia personalidad.
(Grandinetti, 2010)

 La lectura no solo proporciona información (instrucción) sino que forma (educa) creando
hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración... y recrea, hace gozar, entretiene y distrae.
Nos ayuda a tener mejor capacidad de expresión, un amplio repertorio de palabras y con esto
mismo más facilidad de comunicación.

De preferencia, se debe inculcar el hábito de la lectura desde que estamos pequeños,


puesto que es cuando más fácil se puede lograr, por ejemplo a través de medios llamativos, como
cuentos, moralejas, etc., así como también la imitación del niño sobre sus padres, los padres
pueden tomarse un tiempo para leer, y este comportamiento ayudará a crear este hábito.

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 Lo primero que se tiene que hacer es explorar el mundo de los libros infantiles,
nacionales y extranjeros. Sin duda en realidad encontraremos infinidad de cuentos, rimas, poesía,
adivinanzas, trabalenguas« que podrían fascinar a los niños, pero habrá que saber seleccionar el
libro apropiado para cada uno. (Sastrías, 2005)

Una guía para familiarizarse con las necesidades literarias de los niños según su edad, se verá a
continuación. Es conveniente recordar que habrá que adecuarla al carácter y personalidad de cada
niño en particular, y que los factores socio-económicos y el entorno harán que varíen sus
intereses y gustos.

De los 0 a los 4 años:

*las nanas
*los arrullos
*las rimas
*las poesías
*los cuentos con imágenes
De los 4 a los 7 años:

*los cuentos que personalizan animales y bjetos inanimados


*los cuentos fantásticos que los motivan a echar a volar la imaginación y la fantasía
*los juegos de palabras
*adivinanzas
*trabalenguas
*refranes

De los 8 o 9 años a los 10 u 11 años:

*cuentos fantásticos
*cuentos realistas

De los 11 en adelante:
*las niñas se inclinan por las historias sentimentales y románticas
*los niños por las aventuras y los misterios

(Sartrías, 2005)

Sin embargo, siempre se debe impulsar a los niños a la crítica de dichos escritos y a buscar
diferentes opciones de lectura.

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El niño crece y se transforma en joven. Los padres en ocasiones desesperan, desean que
sus hijos lean y no saben cómo apoyarlos. En las aulas, los docentes se encuentran cada vez más,
con algunos alumnos que nunca han leído un libro, ni tienen intención de hacerlo.

Aún es posible intervenir. Las siguientes ideas, pueden ser útiles para fomentar el hábito en
aquellos que a temprana edad no fueron estimulados para hacerlo. Se debe:

1. Conocer los temas de interés del niño o joven.

2. Comentar los alcances de esa lectura, según sea el tema. Por ejemplo: conocer orígenes,
identificar procesos, analizar géneros literarios, recibir información, deleitarse en la
poesía, en la novela, etc.

3. Orientar en cómo administrar los contenidos para su lectura o análisis. En este punto, se
puede enseñar a organizar los contenidos en fichas de trabajo, cuadros comparativos,
palabras clave, etc. Otra alternativa, es la de establecer capítulos de lectura para hacer
comentarios cada determinado tiempo con el tutor.

4. En el caso del docente, es importante el diálogo con el alumno para conocer las
dificultades encontradas durante la lectura, y ubicarlas para poder clarificar el proceso.
Por ejemplo, se puede presentar una dificultad semántica para que el alumno comprenda
el texto, en tal caso, la estrategia será tener un diccionario cerca en el tiempo de lectura,
para que pueda buscar los conceptos y de esta forma, comprenda el significado de la
lectura. En la mayoría de los casos, son las dificultades las que restan el interés del
alumno en la lectura. (Excelente, 2011)

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Se puede ver que es un problema, que el hábito del estudio vaya disminuyendo cada vez
más al paso de los años, pero tampoco es imposible buscar soluciones para, al menos, frenar esta
situación.

¿Qué podemos hacer para motivar a los niños, jóvenes, adultos a tener ese gusto por la
lectura? Se puede decir que en México todos leen, no necesariamente libros, muchos leen comics,
revistas, periódicos, caricaturas, etc., pero leen algo, con esto, se podría considerar, que el
problema no está en el hábito, sino en se pueda atraer la atención de las personas hacia una
lectura que fomente un pensamiento crítico y por lo tanto las lleve a buscar mas información

Sabemos, como anteriormente mencionamos, estamos en una era donde el surgimiento y


desarrollo de la tecnología está al por mayor, La mayoría de la población utiliza la computadora,
más específicamente el internet. El internet puede ser una herramienta indispensable para
empezar a fomentar el hábito de la lectura, creando sitios de interés para todo tipo de edades con
información de carácter informativo, pero al mismo tiempo entretenido para las diferentes
edades.

Otra posible solución, en el caso de los niños, es que los padres desde el principio, ayuden
a inculcarles esta actividad, puesto que les traerá demasiados beneficios, y ¿de qué manera? los
padres deben tomarse un tiempo y sentarse a leer con sus hijos, así invitándolos a ver lo divertido
que puede ser, y a la vez muy productivo. También sabemos que los niños, una de las formas
principales en las que aprenden es a través de la observación, entonces esta puede ser una
solución, el que los papás lean a la vista de sus hijos, para que estos vean y les produzcan esa
curiosidad por experimentar esa experiencia.

Existen infinidad de maneras para poder fomentar el acto de la lectura, solo se necesita un
poco de creatividad y el tomarnos un tiempo para diario leer algún libro, revista, periódico de
nuestro interés, ya vimos que tiene muchos beneficios, entonces, porque no empezar poco a poco,
hasta que le vayamos tomando gusto.

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