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de Gor
Saga de Gor 06
John Norman
He aquí el maravilloso planeta de Gor, también conocido por el nombre de Contratierra, poblado por
seres tan extraños, amenazadores y bellos como cualquiera de los creados por la fantasía. Y he aquí a
Tarl Cabot, el hombre elegido entre millones para ser entrenado, educado y aleccionado por los mejores
maestros, espadachines y arqueros de Gor. En el planeta Gor solo una ciudad era tan pervertida y sus
habitantes tan imprudentes que a nadie importaba que carecieran de Piedra de Hogar. Tarl Cabot llegó a
Puerto Kar, morada de proscritos y piratas de aquel planeta, persiguiendo a los barcos que navegaban
por el hermoso mar de Thassa. En tal ciudad, Tarl Cabot podría prosperar puesto que él también carecía
de corazón y lealtad.
1
LA SEÑAL DE COLOR SANGRE
La abrí.
El mensaje era sencillo. Había sido escrito en letras de molde y
decía: “Deseo hablar contigo”. Había sido firmado, también en
letras de molde: “Samos”.
Cerré el puño arrugando la nota.
―¿Quién te dio esta nota? ―pregunté al muchacho.
―Un hombre a quien no conozco ―respondió.
Lysias me miraba con aire de curiosidad.
No podía estar seguro de que el mensaje realmente procediera
de Samos. Si tal era el caso, se había enterado de que Tarl Cabot
estaba en Puerto Kar. ¿Cómo podía haberse enterado? ¿Cómo pudo
conectar a Bosko, el mercader y pendenciero, con aquel guerrero de
la ciudad de Ko-ro-ba?
Sin duda deseaba que acudiera a su presencia para recordarme
mi obligación para con los Reyes Sacerdotes. Pero ya no les servía,
ahora sólo servía a Bosko, el de los Pantanos.
Estaba enojado. No haría caso del mensaje.
En aquel preciso instante un hombre penetró en el salón del
consejo. Sus ojos estaban a punto de salir de las órbitas.
Era Henrak, aquel que llevara la bufanda blanca y que había
traicionado a los cultivadores de rence.
―¡El arsenal! ¡El arsenal está ardiendo! ―gritaba.
11
EL AIRÓN DE CERDAS DE ESLÍN
Y canto de aquel
cuyo cabello era como un larl de sol,
de aquel que llegó a las murallas de Ar,
de la Gloriosa Ar,
aquel que llamaban Tarl de Bristol.
FIN