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THE PASSAGES OF H. M. Jay Parini.

Jay Parini es el autor de La última estación, novela de los últimos días de Lev Tolstoi en que
se basó la película de mismo nombre. Hace una semana se editó en EEUU The passages of H.
M. el último libro de Parini. Esta vez utiliza la ficción para poner verdad en la vida de
Herman Melville el autor de Moby Dick. (Publica Doubleday del omnipotente grupo Random
House. ).

El autor da voz a la esposa de Melville:

El matrimonio con Herman Melville me había convertido, después de unos años, en una
prisionera. Y yo quería mi libertad.
Pero era la mala esposa la que decía eso. Incluso en el peor de los momentos, yo siempre creí
en el poder del amor. ¿Un poco ingenuo?, tal vez. Esa fe me llevó a aguantar hasta el final.

Herman Melville padeció la enfermedad maniaco-depresiva:

H.M. (Como le llamábamos) era, por decirlo amablemente, un hombre inestable, con
inesperados altos y bajos. Uno tenía que evitarle a toda costa en el valle de las sombras, donde
oscuridad era su nombre. Sin embargo, mi fe me ayudaba a creer que después subiría
llegando, a veces, a brillantes cumbres. El que de vez en cuando yo fuera capaz de compartir
con él la visión desde allá arriba fue mi único consuelo aquellos días, meses, incluso años en
los que la inseguridad se apoderó de mí.
Noticias de mi situación llegaron a mi familia en Boston, y recibí cartas urgentes de mis
hermanos. Una de ellas de Lemuel, que entendiendo mi pesar me decía. "Debes actuar, Lizzie.
Herman es un loco, así de simple. ¿Acaso no te lo dije antes? ¡No me escuchaste!"

La otra carta era de Samuel, quien fue incapaz de ver la gravedad de mi situación: "Uno nunca
puede estar seguro acerca de las consecuencias de sus acciones en la vida", escribió en su
prosa legalista. "En otras palabras, actúa con cautela, querida hermana. Pisa con cuidado!"

(…)

Dos décadas han pasado desde el 4 de agosto de 1847, cuando yo estaba allí de pie, como una
novia, en mi vestido blanco y velo de tul con plumas, en el salón iluminado por el sol de
nuestra casa en la calle Mont Vernon entre una multitud de familiares y amigos. Yo estaba
casi ebria de alegría, creyendo que había encontrado mi propio Charles Dickens, un sólido y
prometedor hombre de letras, que nos llevaría a la fama y a la fortuna.

"Has dado un gran paso, querida,” dijo su madre, susurrando en mi oído. "Espero que cuides
mucho de él. Lo merece." Su cara redonda de color rojo era impasible, y ella me miró a través
de las rendijas estrechas de sus ojos como una tortuga marina. Vi que ella me odiaba, y no
respondí. Una no debe responder en esas situaciones.

Este matrimonio no era "un buen asunto”, como mi madrastra dijo unas pocas semanas antes
de la ceremonia. "No tiene profesión estable", dijo, "y hay un toque de locura entre los
Melvilles. Basta con que preguntes a tu padre. Él te dirá la verdad si le insistes." Yo sabía que
mi padre había estado a punto de casarse con la hermana de Allan (padre de H. Melville),
Nancy.

(…)

Yo le pregunté a mi padre acerca de este legendario "toque de locura", pero se negó a decir
nada sobre el desequilibrio que se había apoderado del desgraciado padre de Herman y lo
redujo a la incoherencia y la rabia mientras el pobre Herman, un inocente niño de doce años,
se quedó allí a su lado, impotente y derrotado. Creo que Herman pasó toda su vida tratando de
consolar a ese niño, intentando convencerlo de que todo saldría bien.

(…)
Cualquier persona que lea sus novelas - Mardi o Moby Dick o la repulsiva Pierre ( se refiere a
Pierre o las ambigüedades)- podría adivinar la verdad, que mi marido no estaba equilibrado.
Caminó por los bordes de la vida, mirando hacia el abismo, llevando a sus lectores con él.
Buscó el todo o nada, discutiendo con Dios, acusándolo de indiferencia, incluso de odio,
hacia la raza humana. Esta inestabilidad desfiguró sus novelas y cuentos hasta el punto de que
un crítico los llamó "el producto infeliz de una mente calenturienta."

(…)

Él había irrumpido en nuestra casa una noche después de cenar, sin previo aviso, recién
llegado de sus aventuras en el mar. Lleno de cuentos improbables, se sentó con mi padre en su
estudio, donde bebieron y comentaron los grandes temas del día. Aunque Herman no tenía
educación académica, había sido obligado a abandonar prematuramente la escuela, se las
arregló para conocer de forma autodidacta la historia griega y romana, la literatura moderna
inglesa y americana, así como algunos de los grandes filósofos europeos. Ya casados tomó
prestados gruesos volúmenes de la biblioteca de mi padre que subrayaba como si fueran
suyos.

"Este joven tiene una mente inquisitiva," mi padre me dijo, con aprobación. "No necesitas
preocuparte por él."

Pero yo no hice más que preocuparme durante veinte años, hasta que la situación se hizo
imposible, o al menos eso parecía. No podía imaginarme otras dos décadas o más en la Casa
de los Melville. Formas de escapar llenaban mis pensamientos.

(...)

Esta novela aun no ha sido traducida al castellano.

COWBOY JUNKIES; Renmin park.

Mi grupo de música favorito, los Cowboy Junkies, tienen un nuevo album, Renmin Park. El
grupo està formado por los tres hemanos Timmins. En su blog, incluido dentro de su página
web, Mıke Timmins explica que la inspiraciòn para este nuevo disco proviene de los tres
meses que pasò en China con su familia y nos cuenta la historia de Mr. Liu.

La mejor parte absolutamente de los tres meses que hemos pasado en China fue los amigos
que hemos hecho. Fuimos recibidos con los brazos abiertos, se nos invitó a los hogares de la
gente y a compartir sus comidas. La gran mayoría de esta gente hablaba muy poco de Inglés,
pero eso parecía de poca importancia a la hora de intentar conectar con nosotros y hacernos
sentir bienvenidos. Una de las personas más fascinantes de la que nos hicimos muy cercanos
fue el Sr. Liu: un octogenario que tenía más espíritu, energía y entusiasmo que la mayoría de
los chicos de 40 años que yo conozco.
El Sr. Liu tenía una vida extraordinaria: una vida que habría aplastado a la mayoría de las
personas y los hubiera convertido en viejos amargados y melancólicos. Su historia es larga y
complicada una especie de espejo del turbulento siglo XX chino. Yo sólo era capaz de obtener
fragmentos de ella, unas veces el Sr Liu dudaba mucho y otras veces se sentaba durante una
hora o así y, en su roto Inglés, me dice su historia. Él y yo se reunirá a las 7 am todos los
martes y jueves en Renmin Park y jugar al bádminton. Después nos íbamos de regreso a su
apartamento muy humilde, donde nos hacen el desayuno y nos gustaría pasar el rato y hablar.
Nació en el campo de Shanghai en 1930 y por lo que su infancia transcurrió bajo una
ocupación japonesa muy represivo (nuestra eurocéntrica la cultura norteamericana ha
ignorado en gran medida la ocupación japonesa y aterrorizando a China a través de principios
y mediados de 1900. Es una historia terrible y uno que no es olvidado por los chinos. En
Nanjing hay un monumento muy preocupante y gráfico a la Violación de Nanjing, que es casi
un lugar de peregrinación para los escolares chinos). El Sr. Liu se unió a Mao PLA (Ejército
de Liberación Popular) en 1948 y fue enviado a la provincia norteña de Heilongjiang, para
aprender a volar y así pasó a formar parte de la incipiente Fuerza Aérea del EPL. Habló
mucho sobre el año o por lo que pasó en Heilongjiang y sobre las condiciones que fueron un
punto por encima sub-humanos. Recordó con gran detalle de cómo, después de varios meses
de no ser capaz de cambiar de su ropa debido a la falta de ropa, la falta de agua para el baño y
la falta de calor en el cuartel, que finalmente se desnudó y se cuentan cincuenta y tres bichos
arrastrándose en su ropa, que estaba muy firme sobre el número y la manera en que la figura y
la memoria se había pegado con él. Mientras que en la Fuerza Aérea voló en un escuadrón de
transporte y vio acción en Corea y el Tíbet. Había una vieja foto pegada a la pared de su
escuadrón rodean a un joven Mao que volaron en un par de ocasiones. En los 60 `s consiguió
un trabajo enseñando cómodo en la academia de la Fuerza Aérea que llegó a un abrupto final
cuando inocentemente rechazan la versión oficial de cómo un as de América había sido
derribado por un piloto de caza chino en la guerra de Corea (fue allí y él sabía la verdadera
historia que no era el `t tan heroica como la historia oficial). Fue despedido sumariamente y
después de unos meses de no trabajar y de presentar quejas oficiales a su jefe local del
partido, fue una noche, mientras cenaba con su madre en un restaurante de Shanghai, detenido
por la policía vestidos de civil y sin ningún tipo de recurso , a la cárcel. Unos días más tarde
fue enviado tierra adentro, donde pasó los siguientes 16 años en un campo de trabajo. El
wouldn `No me dice mucho sobre el campo, dijo que los recuerdos eran demasiado dolorosos,
se limitó a decir que su condicionamiento militar le ayudó a sobrevivir y que vio a muchos
abogados, maestros, artistas e intelectuales, las personas que no estaban preparados de las
condiciones, morir mientras él estaba allí. Su recuerdo más doloroso sobre el campo de
trabajo, y la única vez que lo vio nudo en la garganta, fue cuando habló de la esposa que tenía
que dejar atrás. Pensó que nunca iba a ser puesto en libertad, así que después de unos años le
dijo a su esposa que debía divorciarse de él y seguir adelante con su vida, cosa que hizo. Cabe
destacar que ambos sobrevivieron y, a pesar de que son a la vez se volvió a casar, todavía se
ven regularmente. Después de dieciséis años de duro trabajo del Sr. Liu fue un día,
inesperadamente liberado en una China que apenas se reconoce. Mientras que en la cárcel que
había hecho un punto de contrabando en Inglés revistas y libros y había enseñado a sí mismo
Inglés. Tras su liberación se dispuso a convertirse en un profesor de Inglés un trabajo que se
llevó a cabo con el mismo espíritu infatigable que le había permitido avanzar en la vida en
circunstancias tan implacable, a través de la primera mitad de su vida
El Sr. Liu hace una aparición en todo el álbum en muchas canciones. Él es uno de los muchos
extranjeros en un extraño aquí, en unas cuantas bolsas de cereales hay una referencia directa a
su historia (Después de 16 años de trabajos forzados / Se topó con un vecino / que le dijo
acerca de un mundo vuelto loco), el sonido muestral de Sir Francis Bacon en la red es de él y
un amigo suyo jugando al bádminton. Pero lo más importante es su verdadera historia la vida
el amor que sienta las bases para la historia de amor de ficción que crea el álbum en el título
de la canción parque Renmin. Nuestra aventura en China no habría sido lo mismo sin el Sr.
Liu, me siento muy privilegiado de haberlo conocido y de haber pasado tiempo con él.

ESCRİBİR CURA: Saul Below.

Antonio Muñoz Molina lo vuelve a bordar en su artículo del sabado pasado en Babelia. Nos
habla del libro que acaba de editar Penguin en EEUU con las cartas del escritor
judío/americano Saul Bellow. Me llama mucho la atención dos frases que escribe a dos
amigos:

Es el oficio el que mantiene cuerdo, bendito sea. Carta de 1969.

La única curación segura es escribir un libro. Carta de 1960.

Bellow escribía lo que le pasaba:

Escribe Muñoz Molina:

Leyendo las cartas uno confirma lo que sospechaba, aunque no hubiera conocido la
extraordinaria biografía de Bellow que publicó hace unos años James Atlas: Saul Bellow
convertía en literatura de manera inmediata las complicaciones de su vida, y como lo hacía
tan descaradamente cada libro le complicaba la vida más aún. Decía de sí mismo que era un
serial marrier: se casó cinco veces y tuvo cuatro hijos de cuatro madres diferentes. Alguna de
sus ex esposas lo llevó casi a la quiebra reclamando compensaciones económicas por haber
inspirado los personajes femeninos en sus novelas de más éxito. En una carta le da
explicaciones y le pide excusas a una antigua amante a la que convirtió en un personaje que
muere en un accidente aéreo. Después de cada nueva novela Bellow tiene la tentación de
marcharse de viaje para huir de las quejas de ex esposas, ex amantes, amigos o simples
conocidos que le piden cuentas por haberlos usado sin ningún disimulo en la ficción. Pero
también ha de defenderse de los críticos que lo atacaban con más saña según iba siendo más
conocido y expresaba más abiertamente sus opiniones sobre la literatura o la política. Era
siempre, incluso en medio del éxito, el advenedizo que ha de abrirse paso a codazos y a fuerza
de tesón y arrogancia. En una carta de 1981 le confiesa a Philip Roth, refiriéndose al
escándalo provocado por su novela más reciente, El diciembre del decano: "La escribí en una
especie de ataque y me ha quedado un residuo peculiar del que no sé cómo librarme. Ni
siquiera puedo describirlo... Hace algún tiempo descubrí que no hay nada que me contenga de
decir exactamente lo que pienso".

TOLSTOI inédido.

Gracias al imprescindible blog Algún día en alguna parte me entero de que con motivo del
centenario de la muerte de Lev Tolstoi se han publicado en castellano una serie de entrevistas
y artículos que no habían sido editados aùn.

Le preguntan al maestro sobre su escritor favorito y sobre la poesía:

–¿A quién de los nuevos escritores prefiere, Lev Nikoláevich?

–Ah, pues Chéjov, me encanta.

–¿Y de los poetas? Por cierto –caí yo en cuenta–, sé que usted no reconoce a los poetas.

–¿Quién le ha dicho eso? –preguntó Lev Nikoláevich–. Simplemente no estoy hecho para los
versos, los rompo (la expresión literal es del conde), no tengo oído para la música del verso,
pero la idea artística, la imagen artística y la profundidad de espíritu del autor, ya sea que
escriba prosa o poesía, siempre las aprecio. A propósito, me han enviado el nuevo libro de
poemas de Ratgauz.1 Es alguien que escribe en ruso, con espíritu… Lo conozco bien. Le he
prestado mucha atención.

1. Daniil Ratgauz (1886-1937), poeta lírico en el que se inspiraron músicos como Chaikovsky,
César Antónovich Cuí y Rajmáninov para componer algunos romances. Los libros de Ratgauz
se conservan aún en la biblioteca de Yásnaia Poliana.

ESTAMBUL; El ojo de la abuela.


Así titula Luis Ramirez Trejo su articulo en La jornada semanal sobre la ciudad en la que
vivo. Doy fe de que Estambul es así:

El mismo Pamuk habla de Estambul –la antigua Bizancio–como una ciudad plagada de
melancolía: calles de más de 2 mil 500 años de antigüedad inundadas con los sueños de un
imperio que sustituyó a otro imperio. Una ciudad bañada en un oro cuya grandeza el tiempo
enseñó a caer más de una vez. Hüzün es la palabra que los turcos emplean para referirse al
sentimiento lánguido por todo lo perdido en el pasado y por todo lo inalcanzable en el
presente. Es un sentimiento que no pertenece ni a las mezquitas, ni a los obeliscos egipcios, ni
a las murallas romanas, ni siquiera a los 12 millones de habitantes de la ciudad. Hüzün es el
sentimiento que sólo Estambul escogió para recrear la imposibilidad eterna de acercarse lo
suficiente a Dios.

(...)

Pero más allá de sus glorias de antaño, más allá de la poesía de su liturgia, partida de costilla a
costilla por esa bisagra entre Oriente y Occidente llamada Bósforo, Estambul es un mundo
acuoso en donde la transición entre el agua y el aire nunca termina de precisarse. La humedad
es tan alta que aquí los hombres jamás terminan de sudar. La neblina, atrapada en los ojos del
visitante, le hace creer que lo que ve no es un sueño; se equivoca, los hombres no son aquí
más que dudosas siluetas borroneadas en el aire.

(...)

... ver a Estambul es como mirar una ciudad a través de una catarata: intuyes que detrás de la
cortina de agua hay una ciudad milenaria, sabia, hermosa, arqueológica; proveniente de la
inmensidad de un pasado no sólo glorioso, sino también sanguinario y férreo, como son las
cosas verdaderamente humanas. Como un ojo que no tiene niña por no recordar su infancia:
opaco de tanto ver, gris de tanto mirar, vivo de tanto entender, eterno de tanto extrañar. Una
ciudad ciega, una ciudad con esa especie de silencio ocular que le permite, como diría otra
vez Pamuk, ver lo que aparece en la oscuridad de Dios. Una ciudad como el ojo de mi
abuela...

Ara Güler es el fotografo que mejor ha captado el alma de Estambul

ANA KARENINA; La mejor novela.


Dıce Eduardo Lago en La leccion de Tolstoı, un artıculo de este verano en EL PAİS, que:

Al leer acerca de las vidas de los protagonistas ( de Ana Karenına, de Tolstoı) se produce un
intenso fenómeno de reconocimiento e identificación: todos hemos pasado por las situaciones
que se nos describen en la novela. Esa es, precisamente, la función de la verdadera literatura:
indagar acerca del sentido más profundo de la existencia: de nuestra existencia, en toda su
complejidad.

Yo he leıdo este verano la novela y he comprobado lo que afırma Lago. Es cıerto. Ejemplos:
1.- En la págına 819 de Ana Karenina, edición conmemorativa de Austral (Espasa) de 2010,
cuenta Tolstoi lo que no debe hacer un buen marido, eso que todos sabemos y la mayoría no
cumplimos:

El matrimonio Levin esta esperando su primer hijo y para ello se han trasladado a vivir a
Moscú, lejos de la finca donde habitualmente residen:

Kitty sufre porque su marido no sabe adaptarse a la vida de la ciudad:

En realidad, ¿que podía hacer? No le gustaba jugar a las cartas. No iba a ningún círculo.
¿Tener amistad con los hombres alegres, ser una especie de Oblonski ?[hermano de Ana
Karenina y cuñado de Kitty] Kitty sabía ahora que aquello significaba beber y luego, una vez
bebidos, ir Dios sabe adónde. Y ella nunca había podido pensar sin horror en los lugares a
donde debía de ir los hombres en tales ocasiones. Tampoco el “gran mundo” le atraía. Para
atraerle habría debido frecuentar el trato de mujeres jóvenes y bellas, cosa que a Kitty no
podía en modo alguno gustarle. ¿Qudarse en casa con ella, su madre y sus hermanas? Pero por
muy agradables y divertidas que fueran para ellas estas conversaciones de Alin y Nadin, como
llamaba el viejo Príncipe [padre de Kitty] a tales charlas entre hermanos, Kitty sabía que a su
esposo le habían de aburrir. ¿Qué debía, pues, hacer?

Tolstoi no da una respuesta a esta pregunta. Pero claramente dice lo que no se puede hacer.
Yo sigo buscando, a mis años, la respuesta.

2.- En la pagına 910 relata como Ana Karenina echa la culpa a su amado de todas sus
frustaciones. Tolstoi incide en uno de los más encarnizados enemigos de la pareja: Lo más
facil, cuando las cosas van mal, es culpar al otro, o a la otra, de todo aquello que no te sale
bien. Es necesario reflexionar, y no es facil, para ver con objetividad la situación:

Los celos, pues, la llenaban de de indignación la tenían constantemente irritada contra


Vronsky y la llevaban a buscar motivos en que alimentar sus sentimientos desesperados.
Para ella, Vronsky era el único culpable de sus sufrimientos, cualquiera que fuera su causa. La
demora en la respuesta de Karenin respecto al divorcio, debida a la indecisión de su marido, la
soledad, el aburrimiento y los desaires que le proporcionaba la vida en Moscú, todo,
absolutamente todos, era culpa de él.
“si él me quisiera”, se decía, habría comprendido lo agobiante que es mi situación y habría
hecho todo lo posible por sacarme de ella”.
También Vronsky era culpable de que vivieran en Moscú y no en la hacienda, pues esto se
debía, pensaba Ana, a que él no podía vivir en el pueblo, apartado de sus relaciones de ciudad,
como ella quería.
Y también Vronsky era culpable de que se viese separada para siempre de su hijo.

3.-Hay una frase clave, en mı opınıon, al fınal de la novela. Ana Karenına ha ınıcıado su
espıral delırante que, en su neurosıs la lleva hacıa su fınal. Esta obsesıonada con que Vronsky
ya no la ama y en cualquıer accıon de este, por ınsıgnıfıcante que sea, encuentra una nueva
prueba de la desafeccıon de su amado. Vronsky ıntenta ser amable con ella y darle la razon en
sus contınuas dısputas, conscıente de su sufrımıento. Entonces ella vuelve, por enésıma vez, a
ınvocar el AMOR perdıdo ( o no encontrado). El, harto ya, exclama: “¡DIOS MIO! OTRA
VEZ EL AMOR”.

Este es el diálogo:

- La claridad en nuestra unión no consiste en la forma externa, sino en el amor –


dijo Ana aun más irritada, no por las palabras de Vronsky, sino por la fría
tranquilidad con que hablaba él- ¿Por qué deseas mi divorcio?- insistió.

“¡Dios mío! Otra vez el amor”, pensó Vronsky frunciendo el ceño.

- Ya lo sabes… Por ti, por los niños- contestó.


- No tendremos más niños
- Pues lo siento mucho.
- Lo necesitas por los niños. Eso es: en mi no piensas –dijo Ana, que no había oído
completa la frase “por ti y por los niños”.

Hay un chıste que dıce que para un hombre, su matrımonıo marcha bıen sı no es necesarıo
hablar con su mujer de como marcha su matrımonıo. Mıentras que para que una mujer pıense
que su matrımonıo va vıento en popa necesıta a todas horas tratar con su marıdo sobre la
evolucıon de su matrımonıo.

Hay quıen dıce que la pregunta : ¿Me quıeres? es pronuncıada sıempre con una voz femenına.

Pues, en mı opınıón, a esa dıferencıa, entre como se entıende la relacıon amorosa por un
hombre y por una mujer, se refıere Tolstoı con su novela... Creo. Digo “creo”porque me
resulta muy duro aceptar que todo lo que quıere decır Tolstoı con su libro, que el mensaje
prıncıpal de estas mas de 1000 págınas, es que EL AMOR ROMANTICO NO EXISTE. No
quıero creer que Ana Karenına se suıcıda cuando se da cuenta de que no hay AMOR
verdadero. De que entre un hombre y una mujer, apagada la pasıon sexual del prıncıpıo, en el
mejor de los casos, ya solo puede quedar una amıstad, un compañerısmo, pero nada de aquel
AMOR eterno que parecia ınextınguıble al ınıcıo de la relacıón. Me fastidia tanto y me
descoloca de tal manera aceptar esto que me quedo con la primera interpretación de la frase
“¡Dios mio! Otra vez el amor”

Ana Kerenına te hace reflexionar sobre tu vida, es la mejor novela que he leıdo en todos los
años de mi existencia.

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