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10 Jueves 12 de Octubre de 2006
Por Guillermo
Daniel Ñáñez
viacuco@gmail.com
SAN FRANCISCO
Es Francisco Márquez, quien en
1873 remata sus tierras, cerca de la
actual estación. Berazategui tiene
el raro privilegio de ser una ciudad
distinta a todas. La antigua ciudad
virreinal, que exigía la plaza, la igle-
sia, el municipio, no se cumple.
eran épocas donde Buenos Ai-
res se negaba a participar en cual-
quier proyecto federal. Manejar el
puerto, la aduana y la milicia le ga-
rantizaban a la oligarquía bonaeren-
se fuertes ingresos y una forma de
vida que no pretendía renunciar. Es
histórico debate entre Leandro N.
Alem y José Hernández sobre la
capitalización de la ciudad de Bue-
nos Aires (Capital Federal), otra for-
ma fue la vía armada.
Don Joseph Clemente
Berasategui, un 23 de noviembre de
1816 es bautizado en la iglesia nues-
tra Señora de Aranzazu, de San Fer-
nando. Es el día de San Clemente.
Sus padres eran José Antonio
Berasategui, oriundo de la región
de San Sebastián, Guipúzcoa, Es-
paña, y su madre Lucia Acosta, de
importante familia del pago de Las
Conchas (Tigre ) en la zona norte
del Gran Bs. As. En 1837 se encuen-
tra ya establecido en la zona y su
une con Justa Rufina Fernández.
Don Pepe, como se lo conocía,
participaba en el “autonomismo”
con Don Andrés Baranda, lider in-
discutido de dicho partido. Baran-
da tejióun verdadera red de militan-
tes en todos los cuarteles dl viejo
Quilmes. Se llamaba “Club Social”,
un símil de lo que hoy son los co-
mités, unidades básicas, es decir la
sede partidaria. Lo real es que Don
Pepe Berasategui y algunos veci-
nos participaban del “alsinismo”.
INFORME ESPECIAL
HASTA SIEMPRE COMANDANTE
PEPE BERAZATEGUI
Joseph Clemente Berasategui era de esos vascos que se las traen, le
dio nombre a la ciudad de Berazategui. Desde la primitiva población
de San Francisco, los Berazategui son parte del núcleo fundador. Don
Pepe, militante, militar de a ratos, hombre de negocios es la expresión
de la idea de progreso en la campaña bonaerense. Tiempo falta para
el grito autónomo que llevará su nombre.
Respondían directamente a Don 1873 aparece la lista del “Club Quil-
Andrés Baranda. Se puede compro- mes” –partido autonomista– en los
bar esto, leyendo el diario “El pro- siguientes términos: “Club Quil-
greso de Quilmes” en su número mes, Comisión Directiva. Presiden-
N° 23 del Domingo 5 de octubre de te: Andrés Baranda; Vice: Manuel
Soto; Tesorero: Mariano Otamen-
di; Secretarios: Juan S.
Lechiguero, Idalecio Sánchez
(hijo); Vocales: José A. Berazate-
gui, Juan de la Cruz Contreras,
Idalecio Sánchez (padre), Félix
Risso, Nicasio Escobar, Napoleón
Romero, José Ubiña, Celestino
Risso, José Francisco Páez, Ramón
Hunt, Ramón Madrid (hijo), Fran-
cisco Soto, Luis Dupuy, Gregorio
Cuitiño.. Este Club trabaja para
llevar á las Cámaras Provinciales
representantes del Pueblo que de-
fiendan los derechos que la Cons-
titución les acuerda.”
BERAZATEGUI COMANDAN-
TEMILITAR
Muchos de ellos participaron del
conflicto que representó la capita-
lización de Buenos Aires, en donde
la provincia debía ceder terrenos a
la Capital. Ante esto, se sumaron a
la oposición brindada, entre otros,
por el Gobernador de la provincia
Carlos Tejedor. Allí estaba José Cle-
mente Berazategui (que hasta ha-
cía pocos meses había sido desig-
nado Juez de Paz) quien se suma
junto con otros a las fuerzas enca-
bezadas por Martín de Gainza, hom-
bre de Tejedor que se propone dis-
putar por las armas la hegemonía
política nacional y a defender su
negativa a entregar la ciudad de
Buenos Aires, para la nueva Capi-
tal de la Nación.
Existe una muy buena
decscripción de los sucesos por
medio de José Andrés López en su
libro “Quilmes de Antaño”.
Dice López: “Sea porque en los
primeros días del año 1879 se veía
condensarse la tormenta que habría
de estallar en Junio del siguiente,
ensangrentando en fraticida lucha
la Meseta de los Corrales y sus ale-
daños, o por que entonces el go-
bierno de nuestra comuna carecía
del estímulo del sensualismo del
poder, que hemos visto florecer y
fructificar después, lo cierto es que
el gobierno de la provincia, que era
quien por decreto nombraba al lo-
cal, estuvo a punto de no encontrar
a quién encomendarlo.
Nombrado Juez de Paz don Fer-
nando Julián Otamendi y coman-
dante militar Don Manuel Amoro-
so, el primero renunció pocos días
después.
Designóse para reemplazarlo a
don Andrés Baranda, que tampoco
quiso aceptar, pero al declinar re-
comendó para el puesto a don José
Berazategui, que fue nombrado
enseguida y se hizo cargo del pues-
to el viernes 13 de Marzo.
Sea por el cabalismo del número
y su conjunción con el día, como
querían los supersticiosos, o por
otra emergencia cualquiera, don
Pepe, como familiarmente se le lla-
maba, renunció cincuenta días des-
pués.
La carga que don Fernando J.
Otamendi no había a aceptado y que
don Andrés Baranda trasladara de
sus hombros a las flacas espaldas
de don Pepe, resultó a este tan pe-
sada como difícil de conducir. Obli-
gado el gobierno a hacer el juego
con los mismos hombres, tentó el
socorrido recurso de cambiar dos
cargos sin cambiar los hombres, e
hizo Juez de Paz al comandante se-
ñor Amoroso y comandante al Juez
de Paz renunciante, con lo que uno
y otro quedaron al parecer satisfe-
chos.
Y tanto el carro de la administra-
ción judicial, policial y edilicia con-
ducido por el señor Amoroso, como
el de Marte, guiado mansamente por
INFORME ESPECIAL
don Pepe, siguieron su marcha sin
tropiezos, por la senda trillada por
sus antecesores.
Pero en Septiembre, el gobierno
de la provincia, que ya incubaba los
pródromos de una militarización
que tan fatal le había de ser, convo-
có la guardia nacional a ejercicios
doctrinales en sus respectivas lo-
calidades, y el carro de la milicia
hubo de ser abandonado por su
conductor, alarmado ante la pers-
pectiva de un fatal atasco, como
habría sucedido a no haberlo apar-
tado del propósito don Fernando J.
Otamendi, al ofrecerle la cuarta de
sus conocimientos militares. adqui-
ridos en una campaña de seis me-
ses que terminó en Pavón con el
triunfo de las huestes porteñas, y
que, a veinte años de distancia, creía
recordar aún.
Y el carrito siguió adelante con la
guía y la fuerza del cuarteador.
Terminado el año 1879, inquieto
y levantisco, se inició el de 1880
con belicosidades guerreras de tal
empuje que debían conducirnos,
fatalmente, a lo que luego se verá.
El uniforme que halagaba, la no-
vedad que atraía y las muchachas
que aplaudían y admiraban, pues
desde los tiempos mitológicos ha
sido inseparable trilogía de Marte,
Venus y Cupido, militarizaron vo-
luntariamente, desde los primeros
días del año, a toda la juventud
porteña, organizándose en cuer-
pos de tan variadas denominacio-
nes como vistosas vestimentas,
aunque bajo el rótulo común de
Tiro Nacional.
Coincidiendo con esa militariza-
ción, se constituyó, bajo la presi-
dencia del general don Martín de
Gainza, una comisión encargada de
reunir, por suscripción popular, los
fondos necesarios para uniformar,
armar e instruir el nuevo ejercito
ciudadano. Estaba Quilmes dema-
siado cerca del ambiente guerrero
de la Capital para escapar a los efec-
tos de la infección.
El señor Amoroso había sido
confirmado para 1880 en su cargo
de Juez de Paz y a su indicación
nombró el gobierno comandante
militar, en substitución del señor
Berazategui, a don Laureano Go-
doy.
Era el nuevo comandante un
hombre a quien su excesiva bon-
dad perjudicaba; sus hábitos de un
pacifismo hermano, de su innata
bonhomía, lo convertían en bur-
gués complaciente y amable; pero
había en su interior una misteriosa
fuerza, atávica quizá, que lo empu-
jaba al militarismo, dándole
exterioridades de un veterano de
Napoleón. De ahí que mandara a lo
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militar, poniendo en la voz y el
ademán toda la fuerza imperativa
propia de una implacable rigidez
militar, pero se hacía obedecer
como un padre bonachón compla-
ciente y tolerante. En suma, era
un burgués pacífico metido por
equivocación en la piel de un ve-
terano rancio.
El 1° de Marzo quedó constitui-
da en Quilmes la comisión que de-
bía cooperar a los propósitos de
aquella que en la Capital presidía el
general Gainza.
El Juez de Paz, señor Amoroso,
era su presidente, y sus miembros
el doctor José A. Wilde, don Igna-
cio Giráldez y don José Berazate-
gui.” Demás está decir que en Quil-
mes la sangre no llegó al rio. El pre-
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sidente Avellaneda situó su gobier-
no en Belgrano. Roca con el ejérci-
to de 40.000 soldados entró a la
Capital. El golpe de Tejedor fue
aplastado. Y don Pepe siguió su
camino.
LOS BERASATEGUI
José Clemente y Justa Rufina Fer-
nández contrajeron matrimonio re-
ligioso día el 9 de mayo de 1858.
Del matrimonio de don Joseph Cle-
mente Berazategui con Justa Rufina
Fernández, nacieron
Ángela Berasategui, nacida el 1º
de octubre de 1838 y bautizada el
20 de enero de 1839. Contrajo ma-
trimonio el 16 de febrero de 1860
con D. Juan Elissague (Elisaga),
nacido por 1835, en Francia.
La estancia San Juan (actual
Parque Pereyra) hacia 1910
Marceliana Gregoria Berasategui,
nació el 3 de marzo de 1841 y fue
bautizada el 21 de junio de 1841.
Casó en primeras nupcias en 1861
con Leandro Francisco López, na-
cido 1829 y fallecido el 18 de enero
de 1866. Viuda, contrajo nuevo ma-
trimonio el 3 de febrero de 1869
Francisco Alippe, nacido por 1837,
en Italia. Marceliana Berasategui
falleció el 29 de agosto de 1879 de
“delírium trémens”, según testimo-
nio del Doctor N. Marín.
Ubaldo Berasategui, bautizado el
20 de octubre de 1843, de 5 meses
Padrino: Vicente David Se casó el
19 de febrero de 1883, Doña Inés
(Jorgelina) Arrascaete [Arrascaeta],
nacida19 de abril de 1855 y bauti-
zada el 18 de mayo de 1855, hija
legítima de José Doroteo
Arrascaete y de Margarita Barra-
gán, vecinos de José Clemente.
Ubaldo Berasategui murió en 1896
de “aneurisma”. Compro propieda-
des en el partido de Brandsen.
Felipe Severo Berasategui, naci-
do el 22 de noviembre de 1845 y
bautizado el 29 de noviembre de
1845. Casó con María de la Paz
Barragán. Con descendientes en la
Ciudad de la Plata.
Domingo Valeriano Berasategui,
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nacido 15 de septiembre de 1847 y
fue bautizado el 7 de diciembre de 1847.
Paula del Carmen Berasategui,
nacido el 15 de enero de 1850 y fue
bautizada el 28 de abril de 1850.
Se casó el 26 de mayo de 1868 con
Juan José Godoy, nacido el 26 de
mayo de 1839, descendientes de la
familia que poseía tierras en la zona
de Plátanos y Ranalegh.
Ana del Rosario Berasategui, na-
cida 26 de julio de 1852 y fue bauti-
zada el 3 de octubre de 1852. Casó
el 17 de mayo de 1876 con Miguel
Amadeo Armesto, nacido en Quil-
mes.
Mauricio Berasategui, nació el 22
de septiembre de 1854 y fue bauti-
zado el 6 de diciembre de 1854.
Rufino del Corazón de Jesús
Berasategui, nacido el 7 de abril de
1857 y fue bautizado el 15 de abril
de 1857. Falleció antes de 1869, pues
no es citado en el censo Nacional
de ese año.
José Julio Berasategui, nació el 1
de julio de 1858 y fue bautizado el
26 de septiembre de 1858 siendo sus
padrinos José Antonio Smith y
Martina Barragán. Se Casó el 24 de
enero de 1887 con Agustina Godoy,
nacida el 2 de octubre de 1864 hija
de Laureano Martín Godoy y de
Irinea Godoy. O sea que era nieta de
los dueños del actual Plátanos.
Donato Jorge Berasategui, nació
el 23 de abril de 1861 y fue bauti-
INFORME ESPECIAL
zado el 4 de julio de 1861. No es
mencionado en el censo de 1869,
seguramente murió en la infancia.
En 1877, los varones Berasategui,
se inscribieron en el padrón elec-
toral de Quilmes con el apellido
Berasategui.
LAS PROPIEDADES
El 26 de octubre de 1852, ante el
Escribano D. Adolfo Conde, com-
pra seis suertes de chacra de 500
varas cuadradas cada una a Da.
Marta Márquez, viuda de D. Valen-
tín Barragán. Con posterioridad el
12 de enero de 1860, Da. Martina
Barragán le vende por el precio de
30.000 pesos corrientes, otras dos
suertes de chacra de 500 varas cua-
dradas, las cuales poseía por adju-
dicación que le hicieron el 26 de
mayo de 1852 sus hermanas Da. La Venus estaba ubicada en Avda. Mitre y las vías del ferrocarril, en medio del arroyo de Plátanos.
Magdalena, Da. Indalecia y Da. Actualmente se encuentra en el Centro Cultural Rigolleau.
Valentina Barragán y su madre Da. brante de terreno de propiedad pos de D. José Clemente adopto como propio. Se puede
Marta Márquez. Finalmente el sá- pública, lindero con el de su pro- Berasategui, donando este en 1860 nota que tanto en el relato de José
bado 29 de octubre de 1870, el piedad particular. Este terreno con un predio de 100 por 300 varas André López, como en el periódi-
gobernador de la provincia de forma de triángulo y con una su- para la edificación de la estación co “El Progreso” el apellido figura
Buenos Aires, D. Emilio Castro, perficie de mas 28 hectáreas, en el ferroviaria, 12 años antes de la ha- con la letra “z” Berazategui, falle-
ante el Escribano Mayor de Go- bañado. bilitación definitiva de servicio. Era ció el 25 de agosto de 1892 a las
bierno D. Alejandro Araujo y tes- Antes de la llegada del ferroca- costumbre de la época que llevara 15:00 horas de “bronquitis capi-
tigos, declara: que D. José Clemen- rril que unía los puertos de Bue- el apellido del donante: lar”, según certificado médico del
te Berasategui el viernes 22 de nos Aires con el de la Ensenada, Berasategui. Pero por sucesivos Dr. Pacífico Díaz y fue sepultado al
agosto de 1862, solicitó en com- según el proyecto de Wheelright, errores ortográficos quedo; Bera- día siguiente en el cementerio de
pra, con arreglo a la ley, un so- debía atravesar parte de los cam- zategui, que inclusive la familia Quilmes.
BIBLIOGRAFÍA
EL PROGRESO DE QUILMES. 1873-1875 Archivo Biblioteca Colegio Nacional de Buenos Aires
LÓPEZ José Andrés. Quilmes de antaño, Quilmes, Ed. del Autor 1932.
GONZÁLEZ Gustavo-DELUCHI Facundo. Berazategui: Quinientos años de historia 1500-2003, 1° edición, Buenos Aires, El autor, 2004
ASOCIACIÓN ORÍGENES DE BERAZATEGUI. 6 de septiembre de 2006. www.aob.org.ar [on line] < info@aob.org.ar>. Aldo Abel Beliera,
investigador Genealógico. Libros parroquiales de la iglesia. Inmaculada Concepción de Quilmes. Biblioteca Municipal de Quilmes.
Archivo A.O.B.
CRAVIOTTO, José A., Quilmes a través de los años. Ed. Municipalidad de Quilmes, Quilmes 2° edición. 1969