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EXPANSION DEL CAPITALISMO EN EUROPA

La Revolución Francesa y la Revolución Industrial habían determinado el


nacimiento de una nueva sociedad en la que la burguesía iba a ocupar el lugar de clase
dominante. La formación de Estados Nacionales fue uno de los procesos característicos
de la constitución de la sociedad burguesa. Así, Estados poderosos (basándose en la
similitud del idioma, el parentesco racial, la religión común o la situación geográfica)
alegando el principio de identidad nacional y la comunidad de intereses, confederaron
grupos íntegros de naciones.

Entonces, los acontecimientos mas importantes de esta época fueron, en Europa, la


constitución de los Estados Nacionales, y en América fue la guerra civil de los Estados
Unidos.

2- Napoleón III y el Segundo Imperio Francés.

Carlos Luis Napoleón Bonaparte nació en París el 20 de abril de 1808. Era el menor de
los tres hijos de Luis Bonaparte (rey de Holanda) y Hortensia Beauharnais, y sobrino de
Napoleón I Bonaparte. Su familia había sido desterrada de Francia después de la caída
de su tío, por lo que el joven se educó en Suiza y Baviera. Su madre le instruyó en la
gloria de la leyenda napoleónica y orientó su camino para que restableciera el poder de
los Bonaparte.

El joven Luis escribió ensayos y tratados con el propósito de adquirir popularidad y


exponer su programa político, en el que se presentaba como un reformador social de
talante liberal, un militar con experiencia y un firme promotor del desarrollo agrícola e
industrial.

Encabezó entonces dos rebeliones destinadas a derrocar el régimen del rey Luis Felipe I
de Orleans en 1836 y 1840. Fue condenado a cadena perpetua tras ser capturado en la
última revuelta, pero consiguió escapar de prisión en 1846, atrayendo nuevamente la
atención del pueblo sobre su persona.

3- El gobierno de Francia

Una vez que Luis Felipe fue derrocado en 1848, Luis Napoleón se presentó como
candidato a la presidencia de la nueva República francesa y, ante el asombro de los
políticos veteranos, ganó por una mayoría abrumadora, ya que recibió mas de 5.000.000
de los 7.000.000 de votos.

Napoleón III reformó el ministerio para asegurarse un gabinete devoto de su persona.


Desacreditó a los legisladores al apelar directamente al pueblo por encima de sus
cabezas.
La Constitución prohibía un segundo periodo consecutivo para el presidente, y cuando
no logró que se hiciera una enmienda a esa disposición, Luis Napoleón y sus consejeros
íntimos prepararon un golpe de Estado que estalló el 2 de diciembre de 1851.
Destacados periodistas y diputados de la oposición fueron detenidos durante la noche;
un levantamiento popular en el barrio de Saint Antoine fue aplastado con gran
derramamiento de sangre; se proclamó el estado de sitio en las provincias trastornadas;
y Luis Napoleón anunció que había salvado las libertades del pueblo.

Después del golpe, se promulgó la constitución de 1852 que estableció el régimen


imperial; el poder ejecutivo estaba concentrado en las manos de Napoleón III y el poder
legislativo, dividido entre el emperador y dos asambleas, el Senado y el Cuerpo
Legislativo, que carecían de poder.

A pesar de que existían pequeños grupos de oposición, el amplio respaldo popular


alentó a Luis Napoleón a trasformar la II República en el Segundo Imperio. Dado que el
hijo de Napoleón I fue conocido entre sus seguidores como Napoleón II, Luis decidió
adoptar el título imperial con el nombre de Napoleón III.

Los historiadores dividen su reinado en dos periodos: uno de carácter dictatorial o


Imperio autoritario, que se mantuvo hasta 1860 y una segunda etapa marcada por una
serie de reformas liberales que culminó en una monarquía limitada —el Imperio liberal
— hasta 1870.

Durante la primera etapa, Napoleón III ejerció un poder despótico. Suprimió casi todas
las libertades políticas. La prensa fue vigilada y amenazada incesantemente. Se
suprimieron las libertades de asociación y de reunión; la oposición fue amordazada por
la policía. En 1858, a raíz de un atentado, se dicto la Ley de Seguridad General, que
otorgo al gobierno un arma terrible contra todos lo adversarios políticos. La oposición
fue imponente. La mayoría del país, satisfecha del orden y de a notable prosperidad, y
seducida por los éxitos aparentes de la política exterior, aprobaba y sostenía al gobierno.

El casamiento de Napoleón con la condesa española Eugenia de Montijo y el


nacimiento del príncipe imperial parecieron consolidar el régimen.

La segunda etapa liberalizadora se caracterizó por el desarrollo de una legislación sobre


asuntos laborales, la apertura hacia el librecambismo y la rehabilitación de los partidos
de la oposición. Es posible que la empresa más perdurable de Napoleón III fuera la
reordenación urbanística de París planificada y dirigida por George Eugène Haussmann.
No obstante sus éxitos se vieron ensombrecidos por una política exterior demasiado
idealista en ocasiones, que impidió al emperador advertir los peligros que se cernían
sobre Francia:

• Napoleón III hizo intervenir a Francia en la guerra de Crimea: el desarrollo de la


potencia rusa en Oriente y las pretensiones del zar Nicolás I sobre Turquía,
desataron la guerra de Crimea; la batalla de Alma y el sitio de Sebastropol
fueron sus principales episodios; el tratado de Paris puso fin al conflicto.
• Apoyó al Piamonte en las guerras que tuvieron como consecuencia la
unificación italiana: la alianza de Francia el Piamonte, afianzada por la
entrevista de Plombieres, provoco la guerra con Austria; la campaña de 1859,
señalada por las victorias de Magenta y Solferino, termino con la Paz de Zurich;
la Lombardia quedo para Piamonte, que cedió a Francia la Saboya y el condado
de Niza.
• Inició una serie de expediciones cuyo fin era aumentar el prestigio y el territorio
del Imperio tanto en Indochina como en América Latina, concretamente en
México donde con el apoyo de los grupos políticos más conservadores promovió
la instauración de un efímero Imperio, en la persona de su sobrino Maximiliano
de Austria.
• La amenaza que representaba Prusia, concretamente, fue percibida demasiado
tarde y el país no estaba preparado para hacer frente al conflicto que sobrevino
en 1870.

La derrota fulminante del ejercito francés en la batalla de Sedan durante la Guerra


Franco-prusiana. La ruptura estallo en 1870, entre Francia y Prusia. Tuvo como pretexto
la candidatura de Leopoldo de Hohenzollern al trono de España; desde el principio de la
guerra, los ejércitos franceses fueron aplastados en Alsacia y Lorena. Metz fue sitiada y
obligada a capitular. La derrota de Napoleón en Sedan provocó la captura del
emperador, y su régimen fue derrocado en París el 4 de septiembre de 1870. Huyó al
exilio y falleció en Chislehurst ( Inglaterra) el 9 de enero de 1873.

4- Unificación Italiana

En el Congreso de Viena de 1815, posterior a las Guerras Napoleónicas, Italia quedó


totalmente dividida, sin ningún tipo de institución unificadora. Existían tres obstáculos
para la unidad. El primero era la ocupación del reino de Lombardía y Venecia, bajo
soberanía austríaca, en el norte y noreste de la península Itálica. El segundo eran los
Estados Pontificios, bajo la soberanía del Papa, situados en el centro de la península. El
tercer obstáculo lo constituían un grupo de estados independientes.

El reino de Piamonte-Cerdeña se ocupaba la region noroeste de Italia, que se había ido


extendiendo lentamente desde la edad media y era el Estado más avanzado de Italia, con
capital en Turín. Un segundo reino, el de las Dos Sicilias, ocupaba la mitad sur de la
península. Tres ducados más pequeños, Toscana, Parma y Módena, eran gobernados por
miembros de la dinastía Habsburgo austríaca. Todos estos estados eran absolutistas.

5- La fase revolucionaria

Con anterioridad a 1848, el sentimiento nacionalista italiano se limitaba a pequeños


grupos de la aristocracia y de la clase media. Entre estos últimos eran muy numerosos
los oficiales del Ejército retirados que habían luchado contra Napoleón. En 1820 estos
grupos ya habían formado sociedades secretas, siendo la más importante la de los
carbonarios. Posiblemente estuvieron más interesados en conseguir constituciones y
reformas liberales para sus reinos absolutistas que en lograr un gran objetivo nacional.
En 1820 se produjeron revoluciones en Nápoles y Piamonte, encabezadas por los
carbonarios, y en 1831 tuvieron lugar otras en Bolonia, contra el papa Gregorio XVI, y
en los pequeños ducados de Parma y Módena. Todos estos levantamientos fueron
reprimidos por la intervención armada de Austria.

El movimiento revolucionario adquirió un marcado carácter nacionalista gracias al


trabajo de Giuseppe Mazzini. Creía que Italia debía conseguir, no sólo la independencia,
sino también la unidad como república integrada. Su sociedad secreta, Joven Italia,
formó células revolucionarias en toda la península. El nuevo papa, Pío IX, elegido en
1846, se sumó al fervor nacionalista que culminó en las revoluciones de 1848. La
primera de ellas obligó a Fernando II de Borbón, rey de las Dos Sicilias, a otorgar una
Constitución a todo su reino. Mientras tanto, en Roma, Pío IX concedía reformas
sorprendentemente radicales. El rey de Piamonte-Cerdeña, Carlos Alberto, levantó la
censura impuesta a la prensa y otorgó el denominado Estatuto Fundamental. Tras la
revolución en Viena se sucedieron los levantamientos italianos en contra de los
austríacos en Milán y Venecia, y Carlos Alberto se convenció de la necesidad de
declarar la guerra a Austria.

En la primavera de 1848 la independencia, o incluso la unidad, de Italia parecía una


posibilidad inmediata. Sin embargo, los piamonteses fueron derrotados por los
austríacos, y Carlos Alberto hubo de abdicar en favor de Víctor Manuel II. La
intervención francesa, que fue solicitada por el Papa (lo que le supuso la antipatía de
numerosos patriotas italianos), acabó con la República instituida por Mazzini en Roma,
a pesar de la heroica defensa de Giuseppe Garibaldi. Sólo en Piamonte logró sobrevivir
un régimen constitucional. El nombramiento del conde Camillo Benso di Cavour como
presidente del Consejo en 1852, que mantuvo el sistema parlamentario y permitió un
gran desarrollo económico del reino, atrajo la simpatía de numerosos liberales italianos
que apoyaban la unificación. Una política perspicaz, oportunista y flexible permitió
realizar la unificación de Italia en poco más de una década.

PRIMERA REVOLUCION INDUSTRIAL

La Revolución Industrial fue un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad


del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Inglaterra en primer lugar, y el resto de
Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones
socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el
Neolítico.

La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la
industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las
industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio
fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el
nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la
máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada
con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la
capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria
en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e
incrementó también su producción.
Así es que en la revolución industrial se aumenta la cantidad de productos y se
disminuye el tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya
que se simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar
cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo
bajar costos en producción y elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo
costo fijo

La existencia de controles fronterizos más intensos evitaron la propagación de


enfermedades y disminuyó la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos
anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más eficiente la producción de
alimentos con una menor aportación del factor trabajo, alentando a la población que no
podía encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos relacionados con la industria y, por
ende, originando un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un
nuevo desarrollo en las fábricas. La expansión colonial del siglo XVII acompañada del
desarrollo del comercio internacional, la creación de mercados financieros y la
acumulación de capital son considerados factores influyentes, como también lo fue la
revolución científica del siglo XVII. Se puede decir que se produjo en Inglaterra por su
desarrollo económico.

La presencia de un mayor mercado doméstico debería también ser considerada como un


catalizador de la Revolución industrial, explicando particularmente por qué ocurrió en
el Reino Unido.

La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes innovaciones de la


Revolución industrial. Hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal basado en el
uso de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil aprovechó el
poder del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas industrias se
convirtieron en el modelo de organización del trabajo humano en las fábricas.

Además de la innovación de la maquinaria, la cadena de montaje (fordismo) contribuyó


mucho en la eficiencia de las fábricas.

• Revolución agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión


de los propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora
del uso de fertilizantes.
• El desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y
a la comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones
entre patronos y trabajadores son únicamente laborales y con el fin de obtener
beneficios.
• Cambios demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un
crecimiento demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo
adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población.
También hubo una migración del campo a la ciudad porque la ocupación en
labores agrícolas disminuyó mientras crecía la demanda de trabajo en las
ciudades.
Esta primera revolución se caracterizó por un cambio en los instrumentos de trabajo de
tipo artesanal por la máquina de vapor, movida por la energía del carbón. La máquina
exige individuos más cualificados, produce una reducción en el número de personas
empleadas, arrojando de manera incesante masas de obreros de un ramo de la
producción a otra. Especialmente del campo a la ciudad.

ILUSTRACION Y SU INFLUENCIA EN ESPAÑA Y SUS COLONIAS

La Ilustración fue también un movimiento cosmopolita y antinacionalista con


numerosos representantes en otros países.

Desde Francia, la Ilustración se extendió por gran parte de Europa. En Gran Bretaña
apareció una doble corriente, idealista y empirista, reflejadas en obras como Robinson
Crusoe, de Daniel Defoe(1719) David Hume en Escocia, Kant en Alemania y Cristian
Wolff que hizo un gran proyecto de difusión de los principios de la filosofía y la
ciencia, con una concepción naturalista y racionalista de la cultura, Cesare Beccaria en
Italia y Benjamín Franklin y Thomas Jefferson en las colonias británicas mantuvieron
un estrecho contacto con los ilustrados franceses, pero fueron importantes exponentes
del movimiento.

La Ilustración penetró tanto en España como en los dominios españoles de América.

En España, ‘las luces’ penetraron a comienzos del siglo XVIII gracias a la obra,
prácticamente aislada y solitaria, pero de gran enjundia del fraile benedictino Benito
Jerónimo Feijoo, el pensador crítico y divulgador más conocido durante los reinados de
los primeros reyes Borbones. Escribió Teatro crítico universal (1739), en nueve tomos y
Cartas eruditas (1750), en cinco volúmenes más, en los que trató de recoger todo el
conocimiento teórico y práctico de la época.
Durante el reinado de Carlos III, el ‘rey ilustrado’ por excelencia, las obras de los
escritores franceses se leían en español, generalmente en traducciones más o menos
retocadas, pero también directamente en francés.
Fueron muchos los españoles e hispanoamericanos que viajaban a Francia por motivos
de estudio e instrucción, en las artes y las ciencias y los dirigentes políticos de la época,
conde de Aranda, conde de Campomanes, conde de Floridablanca, duque de
Almodóvar, promovieron y frecuentaron el trato con los pensadores y filósofos de las
nuevas ideas.
Las vías de expresión fueron los periódicos, las universidades y las florecientes
Sociedades de Amigos del País.
Entre los españoles ‘ilustrados’, se puede citar a Isidoro de Antillón, geógrafo e
historiador; Francisco Cabarrús, crítico y cronista de su tiempo; Juan Meléndez Valdés,
que hizo de la Universidad de Salamanca un polo de atracción ‘ilustrada’; Gaspar
Melchor de Jovellanos, político y reformador; Valentín de Foronda, embajador y
economista, entre otros.

Durante la primera mitad del siglo XVIII, los líderes de la Ilustración libraron una ardua
lucha contra fuerzas considerables. Muchos fueron encarcelados por sus escritos, y la
mayoría sufrió persecución y penas por parte de la censura gubernamental, así como
descalificaciones y condenas de la Iglesia.
En muchos aspectos, sin embargo, las últimas décadas del siglo marcaron un triunfo del
movimiento en Europa y en toda América.
Hacia 1770, la segunda generación de ilustrados recibió pensiones del gobierno y
asumió la dirección de academias intelectuales establecidas. El enorme incremento en la
publicación de periódicos y libros aseguró una amplia difusión de sus ideas.
Los experimentos científicos y los escritos filosóficos llegaron a estar de moda en
amplios círculos de la sociedad, incluidos los miembros de la nobleza y del clero.
Algunos monarcas europeos adoptaron también ideas o al menos el vocabulario de la
Ilustración. Voltaire y otros ilustrados quienes gustaban del concepto del rey-filósofo,
difundiendo sus creencias gracias a sus relaciones con la aristocracia, acogieron
complacientes la aparición del llamado despotismo ilustrado, del que Federico II de
Prusia, Catalina la Grande de Rusia, José II de Austria y Carlos III de España fueron los
ejemplos más célebres.
Desde una visión retrospectiva, sin embargo, la mayoría de estos monarcas aparece
manipulando el movimiento, en gran parte con propósitos propagandísticos y fueron,
con mucho, más despóticos que ilustrados.

A finales del siglo XVIII surgieron algunos cambios en el pensamiento de la Ilustración.


Bajo la influencia de Rousseau, el sentimiento y la emoción llegaron a ser tan
respetables como la razón. En la década de 1770 los escritores ensancharon su campo de
crítica para englobar materias políticas y económicas.
De mayor importancia en este aspecto fue la experiencia de la guerra de la
Independencia estadounidense (en las colonias británicas). A los ojos de los europeos, la
Declaración de Independencia y la guerra revolucionaria anunciaron que, por primera
vez, algunas personas iban más allá de la mera discusión de ideas ilustradas y las
estaban aplicando. Es probable que la guerra alentara los ataques y críticas contra los
regímenes europeos existentes.

Suele decirse que el Siglo de las Luces concluyó con la Revolución Francesa de 1789,
pero no son pocos los que contemplan e interpretan la inquietud política y social de este
periodo como causa desencadenante de la Revolución. Al incorporar muchas de las
ideas de los ilustrados, la Revolución, en sus etapas más difíciles, entre 1792 y 1794,
sirvió para desacreditar estas ideas a los ojos de muchos europeos contemporáneos.

El enorme impacto que la Revolución Francesa causó en España, tras la muerte de Luis
XVI, así como en los dominios españoles de América, provocó una violenta
persecución de las personas más representativas de las nuevas ideas. Se estableció una
censura total y se cerraron las fronteras, prohibiéndose el paso de todo tipo de libros y
folletos, o su embarque hacia América.

Aunque se produjo un repunte de interés modernizado y progresista bajo el gobierno de


Manuel Godoy con la ayuda de Jovellanos, el miedo a la contaminación revolucionaria
favoreció la represión más absoluta, tanto en la metrópoli como en los dominios de la
América española. La existencia de numerosas Sociedades de Amigos del País en los
virreinatos favoreció la implantación y extensión de la ‘ilustración’ en América Latina.

De lo que no cabe duda es que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos
XIX y XX. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del
secularismo actual.
Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma
humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para
la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma
moderada, en el siglo XX.

REBELION DE JOSE LEONARDO CHIRINOS


La Rebelión de José Leonardo Chirino

En Venezuela comenzó el movimiento revolucionario por el año de 1795, con una


sublevación de negros y mestizos de Coro. Ellos proclamaron la República, la libertad
de los esclavos y la supresión o disminución de impuestos. Pero fueron dominados en
seguida y muertos muchos a la manera de la época: unos, degollados, "sin más proceso
que el de la voz"; otros, ejecutados "a golpe de pistola"; otros "a golpe de cuchillo". El
cabecilla José Leonardo Chirino, zambo libre, llevado a Caracas, fue condenado: "a
muerte de horca que se ejecutará en la plaza principal de esta capital adonde será
arrastrado desde la Cárcel Real, y verificada su muerte, se le cortará la cabeza y las
manos y se pondrá aquella en una jaula de fierro sobre un palo de veinte pies de largo
en el camino que sale de esta misma ciudad para Coro y para los Valles de Aragua, y las
manos serán remitidas a esa misma ciudad de Coro para que una de ellas se clave en un
palo de la propia altura y se fixe en la inmediación de la aduana llamada de Caujarao,
camino de Curimagua, y la otra en los propios términos en la altura de la sierra......"
(Historia Constitucional de Venezuela, José Gil Fortoul)

En Churuguara (Coro, Edo. Falcón) vivía un labriego de nombre José Leonardo


Chirino, hijo de un esclavo negro perteneciente a familia criolla y de esta recibió el
apellido por que nació libre por ser hijo de india (zambo). Se crió como jornalero y
colono aparcero, trabajando para José Tellería, miembro de las familias patricias
corianas. José Leonardo, casado con esclava negra, tuvo oportunidad de ir con
frecuencia a Curazao y Haití, como acompañante de su patrón en sus viajes de negocios.

Para 1795, la sociedad coriana se movía en medios intelectuales francamente capaces de


discutir los acontecimientos históricos de la época, de tal modo que los Tellería, los
Chirino, los Manzano y otros personajes de distinción, comentaban con frecuencia los
sucesos e ideas revolucionarias. Los negros esclavos y libres se contagiaron de las
palabras, y emocionados por el mensaje de redención que significaban - libertad,
igualdad -, comenzaron a levantar los ánimos, alimentados en sus esperanzas por José
Leonardo, quien decide encabezar una revuelta para imponer la <<ley de los
franceses>>; en realidad, para destruir a sus opresores, concretados en el amo Tellería,
los representantes del fisco y el gobierno en general.

En Coro había logrado fama el negro José Caridad González, quien acaudillaba a los
loangos, que constituían un barrio de la ciudad con prófugos de Curazao considerados
libres al llegar a tierras corianas. Este González fue y ganó cierto litigio de tierras a
favor de los negros con lo cual aumentó su prestigio; era hombre culto, que hablaba
buen castellano, además de francés y su nativa lengua africana.

Para 1790 llegó a Coro el recaudador de rentas Juan Manuel Iturbe, <<el cual se
empeñó en cobrar con el mayor rigor todas las contribuciones que ordenaba el derecho
fiscal español, pero que en gran parte habían caído en desuetud en Coro>>. Iturbe
cometió muchos atropellos, que exasperaron especialmente a las clases labradoras.
De modo que esta situación, aunada a las nuevas libertarias importadas de las islas y
oídas en las conversaciones de los señores, así como la natural enemiga a los amos,
hicieron que hubiera un ambiente propicio para una revuelta.

Chirino se valió del nombre José Caridad González para ganar partidarios a su causa,
que el 10 de mayo de 1795 se concreta en una revuelta armada desde una hacienda
llamada Macanillas. Esa misma noche, unidos los negros y mulatos, encabezados por
Chirino, se declaran alzados, proclamando la libertad de los esclavos y la supresión de
las alcabalas. Los alzados matan al hacendado José Nicolás Martínez, saquean su casa y
pasan a otros lugares con intención de invadir a Coro, como lo hacen en efecto bajo el
mando de un Juan Cristóbal Acosta, pues Chirino se queda para organizar otro grupo.
Animaba éste a su gente con la prédica de que el dirigente de los loangos se alzaría en la
ciudad en cuanto ellos se acercaran. Pero el plan fracasó, pues organizada la defensa por
el Justicia Mayor Remírez Valderraín, con ayuda de los vecinos, fueron derrotados los
invasores, muerto en Coro González, sin haberse probado su intervención, y perseguido
Chirino, fue hecho preso por traición de un amigo. Hubo numerosos decapitados,
presos, y el caudillo condenado a la horca y descuartizamiento en Caracas, adonde fue
trasladado con otros cómplices y todo el proceso. La sentencia de la Real Audiencia fue
dictada el 10 de diciembre de 1796.

LA ASPIRACIÓN DE SER LIBRES

El movimiento insurreccional de José Leonardo Chirino en Curimagua, pueblo de la


serranía de Coro, constituye uno de los más tempranos intentos independentistas
registrados en nuestros anales históricos. Distintas causas dieron origen a este
movimiento. Sociales unas, económicas y políticas otras. La variable condición en que
se encontraban los negros, que eran unos libres y otros esclavos; la de los indios, que
eran respecto a los tributos, unos exentos (los caquetíos) y otros demorados (los
jiraharas y ajaguas), representa un motivo de importancia, pues todos los negros
aspiraban a ser libres y todos los indios a ser exentos.

En el trato de los unos con los otros, tanto los negros esclavos como los indios
demorados, se daban cuenta de lo injusto de su situación. Así estaban las cosas cuando
circuló la conseja de que el Rey de España había acordado la libertad de los esclavos; se
decía que la cédula que esto ordenaba habría llegado a Venezuela, pero las autoridades
coloniales y especialmente el Cabildo de Caracas se oponían a darle cumplimiento, por
ser atentatoria a los derechos de los propietarios. Para 1790 ésta era una verdad aceptada
por los negros de la serranía, pues un hechicero llamado Cocofio se había encargado de
propagarla por todas las haciendas.

Tratábase en verdad del llamado Código Negro promulgado por cédula real en 1789, el
que, si bien no tenía el alcance que le daban los esclavos, pues en absoluto se refería a la
concesión de libertad, sí establecía un régimen de mejor consideración para ellos. Para
el tiempo en que se propagaban estos rumores llegó a Coro como recaudador de los
derechos reales Juan Manuel Iturbe, quien puso todo su empeño en cobrar formalmente
las contribuciones. Luis Bárcenas, administrador del puesto de alcabala de Caujarao,
recibió órdenes de cobrar anticipadamente y en efectivo, el derecho de alcabala a todos
los que bajaran de la sierra.
A las mujeres les embargaban, en garantía del impuesto, sus rosarios, zarcillos y hasta
los pañuelos con que se cubrían la cabeza. Estos hechos perjudicaban principalmente a
los esclavos y labradores libres de la sierra, quienes no disimulaban su descontento.
Como desde el inicio de la Revolución Francesa llegaban a Coro noticias de ella a
través de Curazao y de los corsarios que durante la guerra franco-española aparecían
frecuentemente en las cercanías de La Vela, los terratenientes corianos comentaban los
sucesos, entre ellos José Tellería, el que tenía como huésped en su hacienda de
Curimagua al mexicano José Nicolás Martínez, con quien en sus tertulias hablaba de los
acontecimientos de Francia, del derrumbamiento del antiguo orden social, de la
proclamación de la República y la igualdad para todos, de la ejecución del rey Luis XVI
y de la guerra entre Francia y España.

Estas conversaciones, que comentaban los criados y esclavos, las escuchaba también
José Leonardo Chirino, un zambo que estaba al servicio de Tellería, que había
acompañado a éste en sus viajes de negocios a Haití. Ahora el zambo había sabido que
los negros de esta isla se habían sublevado bajo las órdenes de Toussaint LOuverture
para hacer valer sus derechos y abolir la esclavitud. A hacer algo semejante, invitaba la
agitación en que para aquellos momentos se encontraban los esclavos de la sierra. Por
eso, a fines de marzo de 1795, José Leonardo empezó a tramar la conspiración, de
acuerdo con los negros Cristóbal Acosta y Juan Bernardo Chiquito. El 10 de mayo
promovieron un baile en la hacienda Macanilla y por la noche pasaron a la hacienda El
Socorro, donde dieron el grito de rebelión. Allí José Leonardo proclamó la «ley de los
franceses», la libertad de los esclavos y la supresión de los impuestos.

Todos eran libres, iguales a los blancos, dueños de su voluntad; asaltaron la casa de la
hacienda, mataron al mexicano Martínez e hirieron al joven Ildefonso Tellería; pasaron
a la hacienda Varón, donde mataron a José María Manzanos e hirieron a Nicolasa
Acosta; las casas de La Magdalena y Sabana Redonda fueron incendiadas; al día
siguiente nombraron comisiones para que fueran a levantar a los negros de Canire y El
Naranjal; a Curimagua, donde dieron muerte a José Tellería y Pedro Francisco Rosillo;
a San Luis, población que saquearon y en la que apresaron al alcalde. Esa tarde,
reunidos otra vez en Macanilla, acordaron la marcha hacia Coro; al frente iría Cristóbal
Acosta, mientras José Leonardo avanzaría por vía diferente para solicitar el concurso de
otros grupos.

A media noche llegaron los negros a la aldea de Caujarao y ultimaron a los guardias del
puesto de alcabala. En la ciudad ya sabían la proximidad de los insurrectos; enteradas
las autoridades de que las armas que traían, no eran otras que palos y machetes, se
organizaron en milicias y salieron a su encuentro. En el llano, al sur de Coro, tomaron
posiciones; llevaban, además de otras armas de fuego, 2 cañones pedreros. Cuando los
negros acometieron desordenadamente, sus columnas fueron destrozadas. En la corta
refriega murieron 25 negros y quedaron 24 heridos.

El teniente justicia de Coro, Mariano Remírez Valderraín mandó decapitar a los heridos
y a los prisioneros. José Leonardo, quien no llegó a tiempo para participar en el
combate, al saber la derrota se internó en la serranía. Tres meses después, apresado en
Baragua, fue trasladado de Coro a Caracas.
La Real Audiencia, el 10 de diciembre de 1796, lo condenó a muerte en la horca y
dispuso que su cabeza, en jaula de hierro y montada en un poste de 20 pies de altura, se
colocara en el camino que va hacia los valles de Aragua y sus manos, remitidas a Coro,
se fijaran, una en la entrada de Caujarao y la otra en Curimagua, en el sitio donde dieron
muerte a José Tellería.

MOVIMIENTO PREINDEPENDENTISTA

En 1.770 se inician en Venezuela los movimientos preindependentistas. Es a finales del siglo


XVIII cuando comienza a manifestarse el descontento y las rivalidades existentes en la
Venezuela colonial. La diferencia entre los blancos peninsulares y los blancos criollos es
evidente. Los blancos peninsulares tenían en sus manos todo el poder político, mientras que los
blancos criollos tenían en sus manos el poder económico, el cual se encontraba coartado en su
desarrollo por la existencia de la Compañía Guipuzcoana, la cual monopolizaba las
exportaciones venezolanas.

La influencia de las ideas revolucionarias francesas había llegado al conocimiento de los


blancos criollos y de muchos esclavos. De allí que son ellos quienes van a manifestarse a través
de los movimientos precursores de la independencia venezolana.

Causas internas y externas que condujeron al movimiento independentista.

El movimiento independentista en América fue un proceso de guerra que se desarrolló desde el


siglo XVIII hasta principios del siglo XIX (1.770 - 1.824).

Este movimiento es resultado de un proceso evolutivo que se venía gestando durante los
trescientos años de dominación española en América, además de una serie de sucesos externos
que influyeron en el ánimo de los americanos para librarse del yugo español.

Las innovaciones en el pensamiento político, económico y social de la Ilustración y la


Revolución Industrial, la independencia de los EE.UU. y de Haití, la revolución francesa y su
influencia en el gobierno español, van a estimular y a acentuar los descontentos existentes en la
América española.
Causas externas.

A. Ideas de la Ilustración.

Los filósofos y enciclopedistas europeos ponen en evidencia la intolerancia y la desmedida


actuación de los monarcas absolutistas. Filósofos como Locke, Rousseau y Montesquieu
criticaban los sistemas de gobierno existentes en Europa.

Estas ideas de igualdad, libertad, seguridad y fraternidad van a jugar una influencia decisiva en
el ánimo de los blancos criollos, quienes comienzan a conspirar en América para erradicar del
territorio el gobierno absolutista español.

Ya las revoluciones inglesas de 1.648 y 1.688 habían logrado restringir la autoridad del rey y
consagrar los derechos y libertades para todos los ingleses.

Rey Carlos III de España

B. Independencia de los EE.UU.

En 1.776 los EE.UU. se independizaron de Inglaterra. Para ello contaron con el apoyo del rey
Carlos III de España, quien puso en marcha una política antibritánica en defensa de los colonos
norteamericanos. No notó en esta oportunidad que esta política resultaría contraproducente,
pues los colonos españoles en América verían allí su posibilidad de independizarse.

Además, el preámbulo de la constitución de EE.UU., contiene la declaración de los derechos del


hombre: soberanía, libertad, igualdad, fraternidad, propiedad, etc.

Consagra también el régimen político republicano que implica la independencia de cualquier


otra región y la división de poderes en legislativo, ejecutivo y judicial. Estas ideas serían
retomadas por los precursores de la independencia en América.

19 DE ABRIL

Revolución del 19 de abril de 1810

Destitución de Vicente Emparan el 19 de abril de 1810.

El 19 de abril de 1810 se convoca un Cabildo extraordinario como respuesta inmediata


a la disolución de la Junta Suprema de España, la renuncia del Rey Fernando VII.
Surgió un movimiento popular ocurrido en la ciudad de Caracas el Jueves Santo del 19
de abril de 1810, iniciando con ello la lucha por la independencia de Venezuela.

El movimiento se originó por el rechazo de los caraqueños al nuevo gobernador


Vicente Emparan, quien había sido nombrado por el hermano de Napoleón Bonaparte,
José I de España, que se desempeñaba como rey de turno debido al derrocamiento del
rey Español, Fernando VII, tras la invasión napoleónica en España. El Jueves Santo del
19 de abril, mientras el capitán general Emparan se dirigía a misa, un grupo
perteneciente a la aristocracia y burguesía criolla, miembros del Cabildo de Caracas,
desconocen entonces al Capitán General de Venezuela. Él no estuvo de acuerdo con
esto, y cuando desde la ventana del ayuntamiento le preguntó al pueblo que se había
reunido en la plaza mayor (hoy Plaza Bolívar) si quería que el siguiera mandando, el
presbítero José Cortés de Madariaga, le hizo signos a la multitud para que contestaran
que "NO". Y eso fue lo que ocurrió. Emparan dijo que entonces él tampoco quería el
mando, renunció y se fue a España. Se firma también el Acta del 19 de abril de 1810, se
aduce que actuaban en nombre de Fernando VII, rey depuesto de España, y en
desobediencia a José I. Se establece una Junta de Gobierno que toma las siguientes
iniciativas: establecer juntas similares en las provincias de Cumaná, Margarita, Barinas,
Barcelona, Trujillo y Mérida; además de liberar el comercio exterior, prohibir el
comercio de esclavos negros, crear la Sociedad Patriótica (para fomentar la agricultura y
la industria), así como la Academia de Matemáticas. Se envían delegaciones
diplomáticas a los países que podían apoyar la insurrección: Inglaterra, Estados Unidos
y Nueva Granada. Tres provincias permanecen leales al gobierno establecido en España:
Maracaibo, Coro y Guayana.

Este desconocimiento a la autoridad del Capitán General de Venezuela es un paso al 5


de julio de 1811, con la firma del Acta de la Declaración de Independencia de
Venezuela, en la que Venezuela declara formalmente su independencia.

Este aniversario se celebra como el Día de la Proclamación de la Independencia de


Venezuela. El Libro de Actas original del primer Cabildo de Caracas se encuentra en la
Capilla de Santa Rosa de Lima en Caracas.

LA PRIMERA REPUBLICA

La Primera República de Venezuela es el nombre con que se conoce al periodo


histórico transcurrido entre los años 1810 y 1812 en la historia de Venezuela. La
primera república tiene su inicio el 19 de abril de 1810 cuando una Junta Suprema
declarada en Caracas destituye al Capitán General Vicente Emparan e instala un
Congreso así como declara la independencia del país el 5 de julio de 1811. Al territorio
se le denominó Estados Unidos de Venezuela o Provincias Unidas de Venezuela.

Con la declaración de la independencia y las campañas emprendidas por los


republicanos se inicia la guerra de independencia. La república cae definitivamente el
25 de julio de 1812 con la capitulación de San Mateo ante el jefe realista Domingo
Monteverde, al haber vencido en su campaña por la reconquista del país, quién entra en
Caracas el 30 del mismo mes.
La Primera República Española fue el régimen político que hubo en España desde su
proclamación por las Cortes, el 11 de febrero de 1873, hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando
el pronunciamiento del general Martínez Campos dio comienzo a la Restauración borbónica en
España.

El primer intento republicano en la Historia de España fue una experiencia corta, caracterizada
por la profunda inestabilidad política y social y la violencia. La República fue gobernada por
cuatro presidentes distintos hasta que, tan sólo once meses después de su proclamación, se
produjo el golpe de Estado del general Pavía y la instauración de una república unitaria
dominada por el Duque de la Torre.

El período estuvo marcado por tres guerras civiles simultáneas: la Tercera Guerra Carlista, la
sublevación cantonal en la península Ibérica y la Guerra de los Diez Años en Cuba. Los
problemas más graves para la consolidación del régimen fueron la falta de verdaderos
republicanos, la división de éstos entre federalistas y unitarios y la falta de apoyo popular.

LA GUERRA SOCIAL ( 1811-1817 )

La teoría de la "Guerra Social" fue enunciada y viene siendo desarrollada por los
Centros Cívicos Patrióticos, desde mediados de 1997. Algunos, desde los sectores del
SISTEMA DE DOMINACIÓN y del “establishment”, como es el caso de algunos
periodistas de Radio 10 o el mismo señor Hadad - para meter miedo y justificar la
necesidad del "ordenancismo" (el orden por el orden mismo, independiente de la idea de
justicia) - la consideran una nueva concepción operacional de la izquierda. Inclusive
ésta adoptó la denominación de “guerra social” y ya comenzó a hablar de la misma
desde hace un año y medio, con un criterio ideológico y operacional oportunista,
coincidiendo –extrañamente- con el enfoque que al respecto promueven el SISTEMA y
los operadores del “establishment”.

Reiteradamente fundamentamos que una de las manifestaciones más patéticas de la


"guerra social" se manifiesta a través del mentado fenómeno de la "inseguridad", que
engañosamente se lo pretende reducir a un mero problema de aumento de la
criminalidad y, consecuentemente, se lo atribuye a un problema de ineficiencia y/o
corrupción policial o al abuso de las doctrinas "garantistas" por parte de los jueces.
Estos planteos son absolutamente falsos.

La "guerra social" y, por lo tanto, una de sus exteriorizaciones: la "inseguridad",


constituye una de las consecuencias psico-sociales de la aplicación del "modelo de
ajuste estructural" impuesto de hecho por el FMI, el BM, los "banqueros
internacionales" y sus socios locales del "establishment nativo económico-financiero".
Es obvio que al hablar de “guerra social”, se está haciendo referencia al empleo de la
violencia por parte de ciertos grupos sociales. A diferencia de la “guerra subversiva” de
los años setenta, la “guerra social” no es el producto de un sistema de planificación de
tipo político-militar, no tiene en su instancia inicial relación con una determinada teoría
ideológica-revolucionaria, ni se advierte -hasta el momento- la existencia de un
elemento de conducción montada a caballo de un servicio de inteligencia extranjero,
aunque todos ellos intervienen parcialmente y en grado variable.

Es que la “guerra social” es una combinación de ciertas condiciones sociales, culturales,


institucionales y delicuenciales, entre los cuales se puede determinar, entre otras, las
siguientes:

El creciente y pronunciado empobrecimiento de sectores de la clase media baja y


media-media, particularmente reacios a aceptar su nueva condición social, lo cual
alimenta su creciente resentimiento.

El pasaje de la "pobreza" a la marginación, exclusión o indigencia social de


importantes sectores sociales.

El desempleo estructural y la discontinuidad del trabajo para los subocupados.

El ocio improductivo de amplios sectores de la juventud, alimentada por una


considerable deserción escolar.

La pérdida de la autoestima por parte de los desempleados y subocupados, así


como la ruptura de la unidad familiar como consecuencia de esta situación.

La acelerada pérdida de los valores morales, de la fe y del cumplimiento de normas


y preceptos religiosos.

La pérdida de la esperanza de un futuro mejor, debido a la prolongación de la


crisis.

La perniciosa influencia de los medios de comunicación social, los que alientan


deseos, aspiraciones y ambiciones acumulativas y de remotísima satisfacción en
sectores que nunca tendrán acceso a los mismos.

La extensión de la “corrupción” como un estilo de vida a todos los sectores sociales.

Dentro de la práctica de la “corrupción”, debe incluirse a las policías y, en menor


grado a las Fuerzas de Seguridad, como consecuencia de ciertas necesidades o
arreglos con las dirigencias políticas (corrupción institucional).
La amplia extensión y apología del consumo de drogas prohibidas y la consecuente
organización territorial para su distribución, combinada con la mencionada
“corrupción” de algunos sectores policiales, de las Fuerzas de Seguridad y
judiciales. Ello implica, de hecho, la aparición de estructuras de poder locales
paralelas, ajenas a la ley y a las costumbres sociales. Por otro lado, el consumo de
drogas constituye un factor determinante en la destrucción de la personalidad, de
la cada vez mayor cantidad de adictos.

Como consecuencia de lo anterior, desprestigio y pérdida del respeto social de las


fuerzas policiales y de seguridad, lo que implica pérdida del sentido y de la
necesidad de la autoridad, respecto a la población, favorecidas por intensas
campañas relacionadas con los derechos humanos (“la maldita policía” y contra el
“gatillo fácil”).

La aplicación de leyes y procedimientos penales mucho más benignos que en


épocas anteriores (aplicación de la doctrina “garantista” y la zaffaronización de la
justicia”).

La percepción de que la satisfacción de las necesidades básicas y de los deseos sólo


podrían solucionarse mediante la apropiación violenta de los bienes ajenos.

El considerable incremento de la crueldad y de las apuestas riesgosas en los hechos


delictivos, además de la influencia de la droga, basado en la creencia de que no se
tiene nada que perder y que, en consecuencia, la vida del otro o del prójimo vale
tanto como la propia: nada .

El surgimiento de la “solidaridad social con los delincuentes” de amplios sectores


de la población marginada, cuya confirmación más evidente se expresa
culturalmente en las letras de la llamada “cumbia villera” (“aguanten los pibes
chorros”).

El hacinamiento y promiscuidad de millones de personas en espacios geográficos


reducidos, lo que genera una densidad demográfica que dificulta grandemente el
control de la población –prácticamente imposible- por parte de las fuerzas
policiales. Esta situación es particularmente relevante en la franja adyacente al
curso del Río Paraná-Río de la Plata, que - en un ancho que alcanza hasta 50
kilómetros de la costa- se extiende desde ROSARIO a LA PLATA y, además, en el
Gran CORDOBA y en el Gran MENDOZA.

En síntesis, puede decirse que la tipología de los actores violentos de la “guerra social”
corresponde a la figura del “bandolero”, o sea, los individuos organizados en “bandas”
de delincuentes comunes y no, como se pretende, a la de “guerrillero” o “terroristas”
politizados o ideologizados. Esto no implica que estos “bandoleros” utilicen
procedimientos y metodologías tipo comando, así como armamento de guerra, el que
será más pesado en la medida que se demore en erradicar de raíz las causas que lo
promovieron.

En otras palabras, puede afirmarse que la “guerra social”, de alguna manera implica la
“colombianización o bandolerización del conflicto social”, que luego podrá adoptar un
matiz o una identidad ideológica política, pero que ahora todavía no la tiene. Se trata de
un fenómeno social, complejo, poco conocido y totalmente ajeno a la Historia
Argentina, que no puede ser reducido a un simple tema de “inseguridad” o de
“ineficiencia policial”; a la “permisividad de la justicia” o a la “blandura de las leyes”.
La agitación de la “memoria”, de los “reflejos condicionados” y de los “miedos”

ESTRUCTURA ETNICO SOCIAL DE LA COLONIA

ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA COLONIA


La sociedad de la Colonia estaba estratificada en grupos contrapuestos y en categorías o
jerarquías étnicas muy diferentes entre sí. Eran los blancos, los indios, negros t los
pardos.
Si nos remontamos al siglo XVI vemos que la población estuvo estructurada en base a
los indios, que constituían la población autóctona americana; los blancos españoles, que
habían llegado como conquistadores y colonizadores; y, un poco más tarde, los negros
traídos del Africa.
2.- GRUPOS ÉTNICOS-SOCIALES
Debido a la unión indiscriminada de los blancos españoles con las indias, por la escasez
de mujeres blancas (ya que ellas vinieron en los primeros viajes de exploración), se
produce un acelerado mestizajes, el cual da origen a una serie de mezclas, entre las
cuales sobresalen las siguientes;
1. Mestizo; de la unión de blanco e india.
2. Mulato: de la unión de blanco y negra.
3. Zambo: de la unión de negro e india.
4. Cuarterón: de la unión de blanco y mulata.
5. Quinterón: de la unión de blanco y cuarterona

En el transcurrir de los años se optó por denominar a todos los grupos resultantes del
mestizaje como “pardos”. La legislación española denominaba pardos a los que tuvieron
sangre negra en cualquier grado.

Las características de cada grupo eran las siguientes:


BLANCOS PENINSULARES
Formaban la burocracia colonial, es decir desempeñaban los cargos públicos y
disfrutaban de un sueldo. No eran grandes propietarios y generalmente tenían grandes
limitaciones.
BLANCOS CANARIOS O BLANCOS DE ORILLA
Eran los oriundos de las Islas Canarias. Vivían generalmente fuera del casco de las
ciudades, en las “orillas” o alrededores. Ejercían los “oficios viles”, es decir, eran
artesanos o comerciantes.
BLANCOS CRIOLLOS
Eran los hijos y demás descendientes de los blancos peninsulares y de los primeros
conquistadores, formaban la clase dirigente de la economía colonial y aspiraban a
obtener el poder político. Ejercían cargos de poca importancia dentro de la burocracia
colonial.
PARDOS
Eran el resultado de las mezclas étnicas; tenían componente negro en mayor o menor
proporción. Constituían el grupo más numeroso pues abarcaban distintas mezclas.
NEGROS LIBRES Y MANUMISOS
- Los negros libres: eran los que no estaban sujetos al régimen de esclavitud. Trabajaban
como peones y como pequeños arrendatarios en haciendas y hatos e igualmente en
obras de artesanía.
- Los manumisos: eran aquellos que, luego de haber sido esclavos, lograban su libertad,
es decir, eran manumitidos.
NEGROS ESCLAVOS
Eran los negros traídos de Africa o de las Islas del Caribe, que eran vendidos como
esclavos a los dueños de haciendas o a otros particulares. Pertenecían a un amo, tanto
ellos como su fuerza de trabajo,
NEGROS CIMARRONES
Algunos negros sometidos al régimen de esclavitud huían de sus amos, por lo cual se les
llamaba “cimarrones”. Se iban a las montañas, donde formaban cumbés y rochelas, que
eran aldeas sin ningún control de las autoridades españolas.

INDIOS TRIBUTARIOS
Eran los que debían pagar tributos. También se les denominaba “indios de policía” (es
decir, sometidos a las autoridades), pues formaban una clase social sometida a la
servidumbre.
INDIOS NO TRIBUTARIOS
No estaban obligados a pagar tributo. Generalmente pertenecían a comunidades que
habían aceptado pacíficamente de dominación española. Podían considerarse indios
libres en cuanto no tenían la obligación de prestar servicio, aunque en términos
culturales y jurídicos pertenecían a una clase igualmente explotada.
POBLACIÓN INDIGENA MARGINAL
Era aquella que permanecía refugiada en las selvas, montañas y llanos, y mantenía la
estructura d su comunidad primitiva, sin estar sometida a los nuevos patrones impuestos
por los españoles.

3.- EL PROCESO DE MESTIZAJE Y SU IMPORTANCIA


a.- Características de la Sociedad Colonial
En los primeros tiempos de la conquista y la colonización se pudieron diferenciar los
grupos étnicos-sociales que la integraban; blancos criollos, indios y negros. Esta
situación dura poco; comienza un acelerado mestizaje con el grupo indio primero, y con
el negro luego. Las características de la sociedad del siglo XVI eran completamente
distintas y muy heterogéneo.
Durante mucho tiempo las leyes españolas dieron preponderancia a los blancos. Ellos
eran los dueños de tierras, de esclavos y otros bienes. Se debía ser blanco ara aspirar a
ciertos cargos de administración colonial. Por lo tanto, los blancos gozaban de
privilegios sociales, económicos y políticos.
Los llamados grupos “de color” carecían de derechos. Esos grupos comprendían los
pardos, indios y negros.
b.- Luchas sociales
Hay antagonismo de los blancos criollos contra los peninsulares y de los pardos contra
los blancos criollos.
Los blancos criollos aspiraban al poder político de que gozaban los blancos
peninsulares. A su vez, los pardos aspiraban a las condiciones de bonanza que tenían los
criollos, quienes se habían ido enriqueciendo en base a la explotación de la mano de
obra de los pardos y los esclavos. Los criollos tenían ya cierto poder económico, pero
aspiraban al poder político que mantenían los peninsulares. Esta legítima aspiración de
los blancos criollos le daba carácter un tanto revolucionario a su lucha contra el régimen
colonial.
La confrontación entre criollos y pardos obedecía al interés de los blancos criollos por
mantener la misma situación vigente hasta entonces, pues ellos querían conservar todos
sus privilegios y se oponían a cualquier aspiración por parte de los pardos.
Los pardos, por su parte, tenían prohibido contraer matrimonio con blancos, optar a
ciertos cargos públicos e, incluso, no podían asistir a los centros de enseñanza de los
blancos. Había para ellos gran discriminación en todo sentido, a tal extremo de que
había iglesias a los que sólo podían asistir los blancos criollos. A estos se les llamaba
MANTUANOS pues sólo sus mujeres podían usar mantos de seda y ellos usar mantos o
capas; esto estaba prohibido a los pardos.
Los negros esclavos se integran igualmente al cuadro antagónico al luchar contra sus
amos blancos sean criollos o peninsulares. La situación en que vivían de acuerdo con la
ley los lleva en esa lucha.
c.- Importancia
la población mestiza fue la que se impuso en el correr de la historia. El venezolano de
hoy es el resultado de esa mezcla, con elementos nuevos que se fueron agregando. La
importancia del mestizaje radica en que, al imponerse, se desarrollo un proceso que
culminó en la igualdad social, después de las luchas iniciales de pardos contra criollos,
de criollos contra peninsulares y de las fugas y rebeliones de negros. Cuando, ya hacía
fines del siglo XIX, se dio fin a la esclavitud, el mestizo era el tipo étnico que
caracterizaba a la sociedad venezolana. como se puede apreciar, el elemento indígena se
mezcló o fue marginado a las zonas fronterizas.
CONTEXTO DE EUROPA EN LAS PRIMERAS DECADAS DEL SIGLO XVIII

Y SUS EFECTOS EN ESPAÑA

LA ESTRUCTURA ETNICO SOCIAL DE LA COLONIA

CULTURA POLITICA COLONIAL


ESTRUCTURA ECONOMICA COLONIAL

COLONIZACION

EL CONTEXTO HISTORICO DE EUROPA EN EL SIGLO XV

Si se quiere entender el contexto histórico en que se produjo el viaje de Cristóbal de Colón a


América, es necesario analizar las profundas transformaciones económicas, científicas y
culturales por las que estaba atravesando la Europa del siglo XV.

En la segunda mitad del siglo XV, "el viejo continente", acababa de terminar un brutal y
durísimo enfrentamiento entre las monarquías inglesa y francesa, que la historiografía ha
bautizado como la Guerra de los Cien Años.

Por esos años, las ciudades habían prosperado gracias a la actividad manufacturera y comercial.
Sin embargo, sus dimensiones eran todavía pequeñas. París, por ejemplo, contaba con unos 200
mil habitantes, mientras que Venecia y Londres, no superaban los 100 mil.

Entre los rasgos distintivos de la vida europea de esos años destaca la abundancia y el poder de
las asociaciones ciudadanas o gremios que se esforzaban en lograr ventajas económicas,
sociales y religiosas para sus asociados.

Por otro lado, existía un fuerte desequilibrio entre el mundo rural y el mundo urbano, donde
lentamente, se abría un tipo humano que sería conocido luego como "burgués" que, por esos
años, mantenía una situación de dependencia respecto a algún señor feudal. Sin embargo, no
faltan ejemplos significativos de "ciudades independientes" e incluso algunas que ya habían
lograron que los nobles vivieran dentro de sus muros y se integraran –con mayor o menor
intensidad-a la vida urbana.
Ejemplo de esto es el caso de algunas ciudades alemanas ligadas a la liga hanseática como
Hamburgo y Bremen, así como algunas importantes ciudades flamencas e italianas.

Los avances económicos de ciudades y reinos, el contacto comercial con otras culturas,
posibilitó el resurgimiento de los estudios humanísticos más allá de los conventos, que habían
mantenido la tradición cultural de occidente durante la Edad Media. Este "humanismo", era la
humanitas, palabra adaptada por Leonardo Bruni de Cicerón y Aulo Gelio, para dar cuenta de
los estudios que son "humanos o adecuados a la dignidad del hombre".

Asimismo, la observación de la naturaleza y el nuevo espíritu de investigación, produjeron que


bastantes personalidades de la época rompieran, entre otras cosas, con las antiguas ideas acerca
del universo. Ello llevará en el siglo siguiente a la aparición de figuras como Galileo Galilei.

Simultáneamente, y como consecuencia de la relectura de los escritos griegos y de los años de la


influencia árabe en el continente, se admitió que la Tierra tenía forma de esfera.

Asimismo, en el siglo XV se produjo un gran avance en el desarrollo de la cartografía, se


perfeccionaron la brújula y otros instrumentos usados para la navegación, como el sextante.

Todo esto, permitió que los barcos pasaran de la navegación de cabotaje a la de alta mar.

Otro invento fundamental fue la creación de la imprenta ,en 1445, por Gutenberg, que permitió
la difusión rápida por Europa de la información, la educación, la cultura y, por tanto, de los
avances de los conocimientos geográficos.

Pocos años después, gracias a la invención del veneciano Aldhus Manutius de lós tipos móviles,
se redujo el tamaño de los libros facilitando su acceso.

La abundancia comercial, produjo un Renacimiento de la artes y las letras en ciudades de lo que


hoy conocemos como Italia. Herederos de la antigua Roma,los italianos del siglo XV querían
"volver a nacer". Así lo expresó en 1492 Marsilio Ficino, al escribir a Pablo de Middelburgo:
Este siglo, como edad dorada, ha restablecido la luz de las artes liberales, que estaba casi
totalmente extinguida: gramática, poesía, retórica, pintura, escultura, arquitectura, música, los
antiguos cantos de la lira de Orfeo (...) las cuales habían sido honradas entre los antiguos, pero
casi olvidadas desde entonces...". y terminaría en el siglo XVI (entre la muerte de Rafael (1520)
y el Tintoretto (1594). En España, en tanto, los reyes católicos habían logrado la unificación de
los reinos de Castilla y Aragón, además de la expulsión de los árabes de la península ibérica.

Personalidades del siglo XV:

* Erasmo de Rotterdam (1460- 1536),

* Tomás Moro (1476-1535),


* Leonardo da Vinci (1452-1519),

* Ignacio de Loyola (1491-1566),

* Martín Lutero (1486-1546),

* Francisco Pizarro(1478-1541).

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